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LA INFLIENCIA DE LA MUSICA EN EL DESARROLLO DEL COEFICIENTE INTELECTUAL

INSTRUCTOR: JAIME GUTIERREZ

APRENDIZ: ALEJANDRA FERNANDEZ MEDRANO

TRABAJO DE INVESTIGACION Y ESCRITO.

SENA
FICHA 1904285
AÑO 2019
LA INFLIENCIA DE LA MUSICA EN EL DESARROLLO DEL COEFICIENTE INTELECTUAL

A lo largo de la historia el concepto de inteligencia ha ido evolucionando. Por una parte


la concepción desde la psicometría, que considera, que se es más o menos inteligente
según los resultados de un test de inteligencia. Por otra parte considerar la inteligencia
como un proceso similar al que realiza un ordenador (la capacidad de manipular símbolos,
de procesar información y de resolver problemas, etc..) Y otras concepciones defienden el
concepto de la inteligencia humana, no por los procesos y operaciones mentales, sino
más bien por la capacidad de actuar que posee el ser humano (dirigir el comportamiento,
conocimiento de la realidad y la capacidad de crear nuevas posibilidades).
Dentro de las Inteligencias Múltiples, está la inteligencia musical. Estudios sobre el
desarrollo infantil muestran la existencia de una habilidad potencial, se podría decir que
se posee en “bruto” desde la primera infancia. La inteligencia musical se puede
manifestar muy tempranamente, antes de recibir ningún tipo de instrucción, aunque se
necesita el esfuerzo y la constancia en el ámbito familiar y escolar para desarrollarla. Es
una de las primeras inteligencias que se desarrolla.

Cuando los bebés balbucean, están produciendo patrones musicales que escuchan en su
entorno. Con dos meses son capaces de igualar el tono, el volumen y contorno melódico
de las canciones. A la mitad del segundo año, los niños comienzan de modo voluntario a
emitir sonidos punteados, inventando músicas y haciendo ejercicios sonoros. Hacia los
tres años, el niño puede aprender a “como escuchar” percibiendo e identificando los
sonidos de su entorno y de la naturaleza. Pero es a la edad de siete años, cuando la
mayoría de los niños han alcanzado las características esenciales y se les puede considerar
participantes más o menos maduros en el proceso artístico.

¿Existe una inteligencia artística musical? Técnicamente, ninguna inteligencia es


inherentemente artística, o no artística. Más bien las inteligencias funcionan de forma
artística o no artística, en la medida en que utilizan las propiedades del sistema límbico
(uso de las metáforas, la expresión, la llamada de atención por el sonido o por la
estructura musical, etc….) Junto con el sistema límbico, el hemisferio derecho, lóbulo
frontal y temporal, forman a grandes rasgos las zonas cerebrales que se activan cuando
escuchamos o producimos música.
¿Cómo puede ser que la música nos levante el ánimo, o nos desanime, o nos tranquilice?
“La música tiene esa capacidad de cambiar nuestro estado de ánimo si lo deseamos.
Desde el punto de vista de la neurociencia, sabemos que la música es muy poderosa a la
hora de activar cada una de las estructuras emocionales en el cerebro. Cuando llevamos a
cabo experimentos neurocientíficos, vemos que podemos modular la actividad en
prácticamente cualquier estructura cerebral-emocional gracias a las emociones que
despierta la música” (según Stefan Koelsch).
En algunas investigaciones se ha observado que los niños autistas muestran interés por la
música. Es cierto que resulta difícil comunicarse con ellos a través del lenguaje, en cambio
es más fácil hacerlo a través de la música. Además está intentando determinar qué
instrumentos musicales pueden fomentar la empatía y el reconocimiento de las
emociones.
Aprender a tocar música activa más zonas del cerebro que casi cualquier otra cosa. Los
investigadores dicen que los niños que aprenden a tocar un instrumento musical pueden
aumentar su coeficiente intelectual hasta 7 puntos.
El por qué y para qué los niños deben aprender música, la respuesta a estas preguntas que
nos hacemos, la encontramos en la cercana relación de la música con otras competencias
intelectuales. El contacto temprano con la música, ofrece al niño mayores oportunidades
de fortalecer capacidades como: la escucha, la concentración, la abstracción, la expresión,
la autoestima, la responsabilidad, la disciplina, actitud creativa, etc.) Somos seres de
vibración, por tanto la música, compuesta de vibración sonora, incide directamente sobre
nuestro ser. Podemos usar la música como fin o como medio para armonizar todas
nuestras dimensiones.

L a música puede impulsar un cambio como personas hacerla mejor, o que se conozca a sí
misma, así como llevarla a afrontar con éxito sentimientos que nacen de las adversidades
emocionales o las situaciones difíciles.
Según consultó Efe, el filósofo, compositor y director de orquesta Íñigo Pirfano, quien
aporta claves para cultivar la audición inteligente, “existen estudios que demuestran que
los niños que aprenden a tocar un instrumento están mejor preparados para las
matemáticas y los idiomas”, señaló en la entrevista.
“La música es una vía de conocimiento, algo que hace nuestra vida más honda, rica y
hermosa, una realidad que da respuesta a nuestras inquietudes más íntimas y tiene un
gran poder transformador que incide en nuestro estado de ánimo y nos hace más
inteligentes”, agrega Pirfano, fundador y director titular de la Orquesta Académica de
Madrid (España).
La música es mucho más que melodía, ritmo y armonía combinados.
Para Pirfano, autor del libro ‘Inteligencia musical’, la música no es solo un lenguaje, sino
también “un gran solucionador de problemas”. También, permite elevar nuestra
conciencia individual y fomentar la comunicación con los demás”.
En opinión de este experto, para afrontar los desafíos del mundo actual no basta con ser
inteligentes en el sentido de nuestra capacidad lógico-matemática, o nuestra racionalidad,
sino que también hay que cultivar la ‘inteligencia musical’, ya que la música es “una
gimnasia para el cerebro que nos ayuda a desarrollar la sensibilidad y educar las
emociones”.

Cuando le preguntan a Pirfano “¿para qué sirve la música?”, suele responder con un toque
de humor y picardía “para nada”, pero esta ocurrente afirmación queda rotundamente
desmentida por el proverbio hindú que encabeza su libro “Las cosas más importantes de
la vida no son cosas”.

CONOCIMIENTO Y VIDA
Para Pirfano, los efectos profundos que tiene la música van desde inducir a un cambio
sustancial en el comportamiento, hasta hacer que estos cambien. En esto radica el poder
transformador de este arte, y en ello se fundamenta principalmente la inteligencia
musical.
La música, asimismo, nos ayuda a conocer y a conocernos a nosotros mismos, sostiene el
experto escritor.
Practicar algún instrumento trae múltiples beneficios.
“Está demostrado que la práctica musical, así como la escucha analítica y atenta de la
música, nos hace personas más inteligentes, al desarrollar todas nuestras capacidades
intelectuales de manera orgánica, casi ‘orquestada’: nuestra inteligencia especulativa,
nuestras facetas de carácter más emocional, nuestra riqueza espiritual interior y nuestras
capacidades para la relación interpersonal”, puntualiza Íñigo Pirfano.

INFLUENCIA QUE DATA DE LOS GRANDES


Los grandes maestros de la música de todos los tiempos, han sido personas con una
sensibilidad diferente. “Ante todo, debemos fijarnos en la tenacidad de estos músicos, en
la inquebrantable fe en su propio proyecto. Cualquier carrera musical brillante, como la de
algunos intérpretes actuales como Lang o Hillary Hahn, esconde muchos años de
oscuridad, lucha, incertidumbres e inseguridades.

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