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Taylor Caldwell

Sólo Él sabe escuchar Taylor Caldwell Sólo El sabe


escuchar SOLO EL SABE ESCUCHAR
Título original en inglés: No One Hears But Htm.
Traducción: Amparo García Burgos, de la 1* edición
de Doubleday & Company, Inc., Carden City N.Y.
1966
© 1966, Taylor Caldwell
© 1966, Reback and Reback
© 1974, Ediciones Grijalbo, S.A. Déu i Mata 98,
Barcelona 29
D.R. © 1985 por, EDITORIAL GRIJALBO, S.A.
Calz. San Bartolo Naucalpan No. 282 Argentina
Poniente 11230 Miguel
Hidalgo, México, D.F.
ISBN 968-419-491-9 IMPRESO EN MÉXICO Taylor
Caldwell Sólo El sabe escuchar Página 3 de 198

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Dedicado con toda veneración a la Bendita Madre asistente social, un profesor o, simplemente,
del Hombre que Escucha alguien dispuesto a escuchar en un mundo que ha
Introducción olvidado el modo de escuchar a los demás... tan
Muchos años han pasado desde que el viejo John ocupado se halla hablando de sí mismo y lanzando
Godfrey, el abogado misterioso, construyera su sólo incoherencias, temas sin importancia, teorías y
santuario en una gran ciudad, para los blasfemias sin fin, y todo el cúmulo de violentas y
desesperados, los dolientes, los incrédulos, los sangrientas trivialidades que no pueden satisfacer al
cínicos, los derrotados, los agonizantes y afligidos, alma.
los traidores y los traicionados, los agotados por su Algunos en fin acuden con absoluta incredulidad, y
carga, los viejos, los jóvenes y los perdidos. Aquí, con la misma incredulidad se van.
en el santuario, espera el hombre que escucha, que Pero casi todos, cuando hablan al hombre,
espera y escucha constantemente, pacientemente, encuentran respuesta a su angustia y
las angustiosas historias que van a relatarle en el desesperación, a sus pecados y sufrimientos. El
silencioso ambiente de azul y mármol. No hay mundo jamás les dio una respuesta, ni en sus
experiencia que no haya escuchado ya. No hay dolor escuelas, ni con sus placeres, ni en la riqueza, ni en
con el que no esté familiarizado. No hay crimen las pequeñas satisfacciones, pues el mundo carece
contra Dios o el hombre que no haya sido visto con de respuesta para la necesidad más terrible del
sus propios ojos. Ha oído las blasfemias de los que espíritu humano: alguien que escuche. Alguien que
se sienten satisfechos de sí mismos. Ha oído el se sienta realmente interesado, realmente
llanto de todos los padres, de todos los hijos. Ha compasivo, auténticamente amoroso,
escuchado todas las plegarias y todas las excusas. auténticamente fiel, auténticamente comprensivo.
Las experiencias de todos los hombres son suyas. A pesar de lo mucho que se habla de "amor" en el
Nada le turba, excepto el odio y la violencia. Pero mundo actual, permanece el hecho de que jamás ha
los conoce también. carecido tanto el mundo de amor, este mundo duro
No se halla confinado en el santuario construido por de corazón, asesino, cruel, egoísta, despectivo e
el devoto John Godfrey hace tantos años. Puede indiferente. Jamás tantos han sido traicionados
hallársele en cualquier lugar del mundo... si se le como son traicionados ahora. Jamás tantos se han
busca, si se desean sus consejos. Nunca se apartará sentido perdidos como ahora se sienten. Jamás el
de ningún hombre, por depravado que éste sea. No corazón del hombre ha carecido tanto de fe como el
hay nadie que pueda decir que ha sido rechazado corazón del hombre moderno, aparte toda esa
por él. Su paciencia jamás se agota, su amor nunca charlatanería de "involucración" y "preocupación por
se consume. Él escucha a todos, pues dispone de la humanidad". Jamás la muerte ha amenazado a
todo el tiempo del mundo. tantos, y nunca la libertad ha sido tan escasa; no,
El santuario espera a todos, pero especialmente a nunca en toda la terrible historia del mundo. Ya no
los que jamás han buscado al hombre que escucha nos molestan las masacres, ni escuchamos al
en otro lugar. Se alza en medio de varios hermosos hombre que nos pide ayuda en nuestra misma
acres de tierra como un parque en el corazón de la puerta. Nos aislamos de todo ello mientras los cielos
gran ciudad, rodeado de casas de apartamentos, siguen oscureciéndose y se aproxima el Apocalipsis.
teatros, tiendas, edificios comerciáis. Es un sencillo Estamos muy ocupados... con nada. Hablamos... de
edificio de mármol que sólo tiene dos habitaciones: nada. Nuestro vecino, nuestro hermano, nos suplica
una sala de espera y otra en la que nos aguarda el ayuda a gritos, y eso no nos preocupa. Peor aún, ni
oyente. Nada se ha añadido allí a través de los siquiera le oímos, enfrascados en nuestra vida tan
años, a no ser una simple placa de mármol blanco ocupada, tan vulgar y tan trivial. Es más, ni siquiera
en la pared de la sala de espera: "Todo lo puedo en nos escuchamos a nosotros mismos; jamás nos
Aquel que me conforta", y una o dos fuentes en el damos plena cuenta de todo lo que decimos a lo
césped. largo de toda nuestra vida.
Aquí vienen las ovejas cuyos pastores no han El odio, no el amor, invade el espíritu de la
conseguido hallar, o aquellas que no tienen fe en humanidad hoy en día. El triunfo de la maldad está
sus pastores o que jamás los han conocido. A veces casi consumado en un mundo que desprecia el bien
los pastores vienen también, para aprender lo que a cambio de las "verdades científicas" de hoy, que
han olvidado. Algunos acuden al hombre son los errores científicos del mañana. El relativismo
encolerizados, disgustados, ultrajados, acusándole ha reemplazado a la eterna y absoluta verdad. A
de "medievalismo". Otros llegan llenos de desprecio, nuestros niños, en nuestras escuelas seculares, no
dispuestos a rechazarle, exclamando que ésta es se les enseña reverencia, fe, obligaciones,
una época "ilustrada y moderna", y que no hay responsabilidad, orgullo y conciencia de sus
necesidad de un hombre que escuche... a excepción realizaciones y respeto a la autoridad. Y no se les
del psiquiatra. Otros llegan seguros de que el enseñan esas cosas porque sus mismos padres no lo
hombre del santuario es un clérigo, un doctor, un desean. Así ocurrió ayer, y por eso tenemos hoy

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una generación joven que jamás ha aprendido el Se habían ofrecido a asignarle a alguien que le
dominio propio, la buena voluntad, la paz llevara en coche a pasear por la ciudad hasta que
verdadera, la serenidad, la fidelidad y la virtud. llegase la hora de ir al aeropuerto, tomar el avión y
Estos jóvenes son los auténticamente perdidos. Sólo volar a casa. Pero a Fred le gustaba pasear. Había
el hombre que escucha puede rescatarlos ahora. enrojecido cuando todos se rieron afectuosamente
¿Quién los llevará a él? Éstos son los pobres en al oírselo decir.
verdad, aunque no pidan pan, ni refugio ni —Iré a pie a todos los sitios que me dé tiempo —
consuelo. Les hemos dado amor, pero no el dijo—. Díganme, por favor, algunos puntos de
auténtico amor. Les hemos dado "slogans" y interés en particular.
palabrería estúpida, pero no la palabra viva. Les —Bien, tenemos un magnífico museo de ciencias, de
hemos abandonado en su desolación y por eso son gran interés para usted; un museo de historia, en el
violentos y sin Dios, sin respeto por sí mismos, ni que podrá hallar datos para sus estudios de política,
por su país, ni por sus vecinos. y una galería de arte que también le resultará
Pero el hombre sigue esperando. Para escuchar, interesante. Están todos por aquí, a un cuarto de
para amonestar, para enseñar, para amar, para hora a pie unos de otros. Después enviaremos a
aconsejar. alguien a su hotel para que le recoja y le lleve al
Y te espera también a ti. ¿Te contestará cuando le aeropuerto.
llames a gritos? Jamás ha fallado. Sólo exige una Disponía de tres horas. Era un magnífico día de
cosa: que tú escuches también. otoño, de la clase que a él le gustaba, cálido, seco,
Este libro pretende, y con toda deliberación, brillante de sol. Empezó a caminar. Era realmente
enfurecer a muchos. Pero la autora confía en que una ciudad preciosa, aunque no era más grande que
esa cólera les induzca a "escuchar" también, o al la mitad de la suya. Los edificios eran más
menos a inspirar ese pensamiento, antes de que sea elegantes, y de piedra más ligera, y de ladrillo, y la
demasiado tarde. ciudad tenía cierto aire meridional, aunque no
estuviera realmente en el sur. Las calles eran más
ALMA PRIMERA amplias y más limpias y la gente parecía muy
EL CENTINELA enérgica.
«¡Centinela! ¿Qué hay de la noche?» ISAÍAS, 21: A Connie le gustaría; vivirían en uno de los
11. ALMA PRIMERA suburbios, en aquel que la Com-pañía sugería
Fred Carlson había tomado un excelente almuerzo especialmente para los hombres de la organización.
con sus futuros jefes. Éstos se habían separado de Aquella misma mañana había podido ver el barrio
él con expresiones de gran cordialidad, pues de pasada. Su propia ciudad no tenía suburbios tan
respetaban a los hombres buenos, trabajadores e bonitos como éste, y todos tan bien comunicados
inteligentes. Su título de licenciado en Artes, su con el centro vital de la ciudad. Las casas eran muy
trabajo de posgraduado en el gobierno y las ciencias atractivas y costaban mucho menos que la suya
aplicadas les habían impresionado favorablemente, actual, que ahora pondría inmediatamente a la
aunque se sentían algo divertidos y desconcertados venta. La escuela más cercana le había parecido
ante las razones que el había aducido para elegir extraordinariamente agradable y moderna, y su hijo
este trabajo actual, en particular en esta ciudad. mayor iría pronto allí. En resumen: todo era
Como se trataba de hombres tan corteses, agudos y estupendo, in-cluido el hecho de que sus ingresos
sofisticados, él no les había dicho toda la verdad. serían el doble de lo que ya estaba ganando, por no
Les había dejado creer que había sufrido un período mencionar las pagas extras, los beneficios anuales,
de romanticismo en su vida, pero que ya vacaciones pagadas y más largas, excelentes
consideraba llegado el momento de levantarse y disposiciones en cuanto a la pensión del retiro,
actuar. Podían olvidar su romanticismo; todos los seguro de enfermedad, seguros familiares, pagos
jóvenes eran románticos, se decían con indulgencia, por enfermedad y una docena de otras cosas
y Fred Carlson sólo tenía treinta y dos años, aunque agradables en las que ni siquiera podía pensar en su
fuera ya un hombre casado con dos niños pequeños. trabajo actual.
¡Algunos de nosotros incluso queríamos ser "He sido un idiota —se dijo mientras paseaba por la
soldados!", había dicho uno de los caballeros, "¡O calle principal mirando los escaparates de las
maqui-nistas en trenes antiguos, o bomberos!" Con tiendas, brillantes al sol—. Me alegro de no haber
ello implicaban, sin embargo, que Fred se había espe-rado demasiado."
dejado ir durante demasiado tiempo, y éste había Se estaba muy bien al aire libre para pensar en
enrojecido. No le gustó aquel caballero en particular visitar lugares de interés, así que caminó al azar
y eso fue lo que le impidió decir toda la verdad. llevando el abrigo al brazo y pensando lo mucho que
Temía que le juzgaran sentimental o un poco falto iba a disfrutar de la vida en esta ciudad. Aquel vago
de ambición, defectos terriblemente graves e sentimiento de depresión que experimentaba en
indignos en un hombre de más de treinta años. ocasiones se debía, naturalmente, a que estaba solo

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y al deseo de volver a casa, con su familia. Además, —¿Trabajo policial?
nunca había estado lejos de casa antes con la idea —No. Voy a entrar en la industria privada. Con la
de abandonarla para siempre. Era un hombre Clinton Research Associates.
gregario, se dijo. Pronto haría amistades entre El joven policía le examinó con curiosidad pero no
todos aquellos hombres que había conocido y con hizo comentarios.
los que congeniaba. Connie también se uniría a —Un hombre ha de pensar en su futuro —dijo Fred.
diversos grupos en la nueva iglesia, y los niños —Sí.
pronto se sentirían a sus anchas con sus nuevos —Además, ser policía en estos tiempos no es lo que
compañeros de juegos y sus nuevas actividades. era antes... ¿Cómo se llama?
Además los inviernos aquí eran cortos, al contra-no —Jack Sullivan.
que en su ciudad, un auténtico infierno para un —Un auténtico nombre de policía. No, ya no es lo
hombre que tenía que caminar mucho. "Pero ya no que era, y lo que yo pensé que debía ser.
caminaré así mucho más —pensó—, aunque no es Los ojos de Jack Sullivan se estrecharon.
que lo haya hecho con frecuencia en estos últimos —Alguien ha de ser policía —dijo—. Así es como yo
tres años..." lo pensé. Es lo único que siempre deseé hacer.
Era extraño, pero cada ciudad parecía tener su olor —Yo también —dijo Fred.
individual. La suya olía a polvo, a goma, a acero y a Se miraron y luego Jack Sullivan añadió:
electricidad —sí, electricidad, y no era su —He de seguir con mi ronda.
imaginación—. Pero esta ciudad olía a piedra pulida Empezó a alejarse, tras un brevísimo saludo, pero
y a aceras limpias —¡él era un técnico en cuestión Fred le siguió y caminó a su lado. No le había
de aceras!— y a ambiente cálido y, sí, era gracioso, gustado la expresión que tenían aquellos ojos azules
a fruta. Decidió que le gustaba. e inteligentes.
El tráfico era muy rápido, observó con sus ojos —Pero, ¿dónde le lleva este trabajo?
experimentados, y la gente parecía menos Alguien ha de mantener la ley y el orden —dijo el
malhumorada que en su propia ciudad y menos joven policía mirando agudamente el rostro
beligerante, aunque también había una gran súbitamente desgraciado de Fred—. Para eso
multitud. Las ciudades estaban abarrotadas en estos nacimos al-gunos de nosotros, pero supongo que
tiempos. El tráfico era un poco menos alocado y los usted, sargento, nació para algo más.
peatones menos groseros. En resumen, sería "más "Será cierto", se dijo Fred. Pero era demasiado
fácil" vivir allí. Vio un policía de pie en una esquina, tarde para pensar en eso ahora.
alerta, vigilante, y Fred, involuntariamente y por —¿Cómo anda el crimen en esta ciudad, Jack?
costumbre, se acercó a él en seguida. —Un infierno —repuso éste con elocuente brevedad.
—Hola —dijo—. Soy un extraño en esta ciudad y... —Así es en todo el país en estos días, ¿verdad? Me
El policía era joven pero se volvió inmediatamente a pregunto por qué. Todo el mundo se pregunta lo
mirarle, y Fred vio en su rostro lo que siempre mismo.
percibiera en el rostro de la policía en su ciudad: —Perdimos a cuatro de nuestros mejores hombres
intensa vigilancia y una rápida sospecha, todo hace un mes —dijo Jack, y su joven rostro se
inconsciente, pero allí por desgracia. oscureció—. Y diez el año pasado. ¿Es que toda la
Se sintió algo decepcionado, pues había pensado gente se está volviendo loca? Y ahora todo el
que esta ciudad no se parecía a la suya. Dijo mundo hablando de cámaras de revisión civil. Ése
rápidamente: será el momento —ahora hablaba con pasión— en
—También yo soy policía. Me hicieron sargento sólo que nosotros iremos a la huelga y dejaremos que
hace tres años. Fred Carlson es mi nombre. Vengo los criminales se hagan fuertes durante algún
de Extendió la mano. El joven policía aún parecía tiempo a ver si así consiguen meterle algo de
sentirse dudoso, pero aceptó con rapidez la mano sentido común al pueblo.
de Fred y, con la misma rapidez, la soltó. —Sé lo que quiere decir —dijo Fred deprimido. La
—¿Sargento? —repitió. "brutalidad de la policía". Todos esos pobrecitos
Fred sacó la cartera y su tarjeta y se las mostró al criminales acusándonos a gritos cuando se les ha
agente con la misma cortesía con que deseaba que cogido con las manos en la masa. Y luego los
se identificara cualquier ciudadano corriente. El asistentes sociales y los que creen que van haciendo
policía examinó las credenciales que se le ofrecían el bien, y los que se dedican a hacerles cariñitos y a
con una minuciosidad que habría sido innecesaria mimarles lo repiten también, y lo mismo los
hacía diez años y estudió la fotografía. Luego se la malditos jueces viejos que quieren ser reelegidos y
devolvió, se llevó la mano a la gorra con aire juvenil que tienen el corazón blando, y el cerebro blando
y sonrió. también, y carecen de responsabilidad pública. Nos
Y ¿qué hace aquí, sargento? ¿Buscando un criminal? hemos convertido en una nación de sentimentales
No —Fred vaciló—. Busco otro trabajo —añadió—, y psicópatas sin el menor respeto por la autoridad y la
lo he encontrado, precisamente aquí.

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decencia y sin dignidad. Peor aún, somos una Llegó a un cruce de calles con un disco rojo y se
nación de criminales. detuvo. Pasó un coche ante él. A los lados llevaba
—Es cierto —dijo Jack Sullivan, con el rostro unos cartelones en rojo y blanco: "¡Apoye a la
repentinamente endurecido. Supongo que por eso policía local!" ¡Qué risa! "¡Apoye a la policía local!"
es por lo que usted se sale de ello, ¿verdad, Se echó a reír. Un hombre que estaba a su lado se
sargento? Para olvidarlo todo, ¿no? rió también.
Miró de frente al sargento Fred Carlson y no había —Vaya chiste, ¿no? —preguntó a Fred.
expresión alguna en sus ojos. Vio un hombre alto y Éste le miró sombríamente.
joven, delgado, fuerte y duro, con el cutis claro, —Sí, vaya un chiste —contestó.
ojos castaños, pelo rubio y un aire de resolución, Al hombre no le gustó la mirada de sus ojos. Se
dureza y autoridad. Jack apretó los labios. apresuró a alejarse. "Otro sólido ciudadano",
Yo no diría eso —se defendió Fred—. Pero he de comentó para sí el sargento Fred Carlson, otro
pensar en el futuro. ¿Qué futuro hay en el trabajo lector de periódicos escandalosos que siempre
de un policía? estaban chillando sobre la "brutalidad de la policía".
—Sargento —repuso el agente con una cortesía Un hombre que creían lo que decían aquellos hijos
elaborada que era en sí misma un insulto—, yo no de perra: que los hombres se hacían policías porque
puedo saberlo. Sólo soy un estúpido policía, de lo eran demasiado estúpidos o demasiado indolentes
contrario no me pasaría la vida tratando de hacer para ser cualquier otra cosa, y además porque eran
que se cumpla algo de lo que todo el mundo se ríe. sádicos por naturaleza. No era de extrañar que tales
Sólo un estúpido policía. He de seguir mi ronda. "ciudadanos" ya no estuvieran seguros en las calles
La despedida era demasiado evidente. Fred Cari- de sus ciudades; no era de extrañar que sus hijos
son, sargento, ya no era importante. Era sólo otro fueran amenazados cada hora de cada día y que los
civil que no comprendía la labor de la policía. Quedó tenderos fueran asesinados a tiros tras los
solo en pie, en la acera, observando la espalda muy mostradores de madera de sus establecimientos,
erguida del policía que se apartaba rápidamente de que las mujeres se escurrieran en la os-curidad por
él. Finalmente dio media vuelta y caminó temor a ser atacadas y que se robara en las casas a
lentamente, con la cabeza inclinada. Se forzó a la luz del día y se violara a las mujeres en sus
pensar en su nuevo y brillante futuro en esta hogares o apartamentos de los suburbios. Ya no era
ciudad, la apreciación de todo su trabajo, el salario de extrañar que el terror invadiera el país y todas
duplicado, la seguridad y, ¡maldita sea!, el fin del sus ciudades, desafiante y brutal, rojo desangre. El
temor, el fin de su sensación de rabiosa inutilidad y caos reinaba en todas partes porque los proscritos y
amarga impotencia, el fin del desprecio. los psicópatas ya no eran lo que eran realmente:
Connie era hija de un agente. Su padre había sido criminales. Ahora eran "perturbados mentales",
asesinado sólo hacía un año en cumplimiento de su "víctimas de hogares destrozados" o "individuos
misión y a manos de criminales que, después de privados de cultura y de las ventajas y privilegios
capturados, fueron dejados en libertad por un que les correspondían".
tecnicismo. Ella sabía bien lo que significaba ser "¡Y la gente espera que todo policía, trabajador y
policía. Temía por su marido, aunque ya habían valiente, sea un estúpido asistente social con
acabado sus días de patrullero y por eso corría nociones de psiquiatría y no un guardián de la ley y
ahora menos peligro. Menos peligro... pero no protector del pueblo!", pensó Fred con su intensa y
mucho. Había tenido muchos malos ratos desde que antigua amargura. "¡Maldito sea, maldito sea!"
lo ascendieron a sargento, algunos incluso peores Sintió de nuevo la familiar desesperación, la
que cuando había sido un simple Patrullero. Nunca frustrada cólera y el ultraje. "Llorones —pensó—,
le había dicho a Connie lo cerca de la muerte que nos hemos convertido en una nación de llorones,
estuvo sólo hacía un mes. Técnicamente habría peligrosos soñadores blandos y lacrimosos que
servido para asustarla. Ella vivía en constante temor repetimos cualquier imbécil perogrullada que se les
por él. Pero era la hija de un agente y para ella la ocurra a los astutos enemigos de la sociedad con
labor de la policía era la cosa más importante del vistas a sus fines definitivos. Nos hemos hecho
mundo. "Como un centinela —decía— que guarda la afeminados y... ¿cómo dicen ellos en su jerga?,
ciudad." Connie era muy poética en ocasiones, pero alarmados. Todo es alarmante ahora, desde una
no había poesía en la labor de la policía, sólo amenaza de guerra o un show de la televisión. ¿Qué
amenaza y violencia por parte de los criminales, y clase de gente somos?... Imbéciles. ¡Afeminados
suciedad, un trabajo agotador y muy mala paga, y, imbéciles! ¡Invertidos en más de un sentido!"
siempre, el desprecio y la burla de todos. Eso era lo Pensó en la última vez, hace un mes, en que
peor. asistiera al desayuno tras la misa de la Sociedad del
—¡Maldita sea, maldita sea! —murmuró Fred en su Santo Nombre de la que era socio. Había visto
furia. antiguos y envejecidos policías retirados allí,
hombres viejos a los que nadie confundiría jamás

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con viejas. Tenían rostros firmes y resueltos, cuando se habían corrido una juerga así. "Todo está
aquellos hombres que habían guardado la seguridad permitido ahora", pensó Fred. ¿Qué había escrito
pública y habían luchado durante más de cincuenta Lenin? Quitad la moral a un pueblo y no tendrá
años, y habían exigido y recibido respeto de su coraje para resistir. Bien, ¡la moral del pueblo
pueblo. Habían sido el terror de los criminales. americano se había reducido ya todo lo que era
—Dime, Tim —había preguntado Fred a uno de ellos posible! Una generación adúltera y sin fe. Estaban
durante el desayuno—, ¿cómo es que ahora la gente bien maduras para el duro totalitarismo y el látigo.
ya no respeta a los policías? E, inevitablemente, eso acabaría por llegar.
—La culpa es de las mujeres —repuso Tim con su Había estado caminando muy deprisa y se detuvo
rudo acento irlandés—. Nos ha entrado miedo de las bajo el sol del día otoñal para secarse el rostro. A su
mujeres y de sus grandes bocazas, y de que metan izquierda vio que se alzaba un suave terraplén de
las narices en la política y en todo. Y hemos dejado tierra verde, en medio mismo de la ciudad, con
que hagan mujeres de nuestros chicos también. árboles de tonos brillantes, rojo y oro, y macizos
Dios se apiade de nosotros. cuajados de hermosas flores de otoño. Sobre la
Fred hizo la misma pregunta a otro viejo patrullero pequeña colina había un solo edificio blanco, clásico,
retirado. con tejado rojo y puertas de bronce que relucían al
—Bien, te diré, sargento —había contestado el sol. "Un pequeño y hermoso parque —pensó Fred—,
viejo—. Es la decadencia general en la religión y la y muy bien conservado." Vio fuentes y bancos de
moral pública, y ¿a quién podemos echar la culpa? mármol a la sombra de los árboles, y ardillas que
Durante los pasados cuarenta años yo lo he visto jugueteaban en la hierba, y niños que corrían entre
por mí mismo. No digo que no hubiera gentes malas los macizos de flores mientras sus madres los
en los viejos tiempos. ¡Claro que las había! Pero la observaban desde la fresca sombra.
gente trabajaba demasiado tiempo y demasiado ¿Una pequeña iglesia, un museo? Fred empezó a
duro para oír las suaves mentiras de los caminar lentamente por uno de los senderos de
embusteros, y tenían mano dura con los chicos, y si grava, excitado su interés. Los blancos muros, en la
era preciso los arrastraban a la iglesia. Pero ahora distancia, brillaban bajo la fuerte luz. Nunca había
mis nietos se ríen de la religión y siguen su camino. visto nada tan hermoso y sereno. Vio a una joven
¿Quién tuvo la culpa? No lo sé, hijo, no lo sé. Creo madre sentada bajo un gran roble observando a su
que hay demasiadas mujeres en todas partes, pequeño que daba de comer a una ardilla. La mujer
deseando demasiadas cosas para sus críos antes de tenía un rostro hermoso, grandes ojos negros y una
que lo hayan ganado. Eso los hace débiles y mata de pelo negro como la seda que le caía hasta
blandos, sin músculos en sus cuerpos ni en sus los hombros. Sonrió a Fred y éste se detuvo
almas. llevándose la mano al sombrero.
—Bien —dijo Fred con gratitud—, mi Connie les da —Perdone —dijo—. Soy un forastero en esta ciudad.
una paliza a los niños si no obedecen las normas de ¿Qué es ese edificio?
casa, y tiene razón. Nada de "democracia" en Con una voz clara y dulce ella le contó la historia del
nuestra casa, ni que los pequeños tengan "el mismo edificio y del viejo John Godfrey, y Fred escuchó con
voto". ¿Qué saben los críos? profundo interés.
—Nada —contestó el viejo prontamente—. Pero —El hombre que escucha, ¿eh? —dijo—. ¿Un doctor,
oyendo a las mujeres y a las maestras uno pensaría un psiquiatra, un trabajador social, un abogado...?
que cada vez que un crío abre su estúpida boca está La muchacha sonrió y su rostro pareció iluminarse.
pronunciando palabras de la Sagrada Escritura en —¡Oh, no! —dijo—. Eso es lo que cree la gente,
vez de m... Y por eso los críos se creen los amos del pero no es eso.
mundo. Te digo, Fred, uno de estos días va a haber —Entonces, ¿quién?
un auténtico estallido... y no será demasiado tarde. Ella quedó repentinamente grave. Estudió a Fred.
—Les siguen llamando "niños" cuando son lo —Podría usted descubrirlo por sí mismo —dijo—. Al
bastante mayores para estar casados y tener parecer, nadie se lo dice a nadie.
familias propias —intercaló otro viejo policía—. Por —¿Usted le vio alguna vez?
una parte te dicen que los críos son más maduros Su voz era muy serena.
estos días, que saben más de lo que sabíamos —Sí —vaciló—. Verá, hace cuatro años... bien, yo
nosotros a su edad, y por otra parte les llaman estaba bastante desesperada. Iba a matarme...
"nenes" y derraman estúpidas lágrimas cuando —¿Usted? —la miró incrédulo—. ¿Dejando a su
alguna putita tiene un bastardo y dice que "no lo marido y a su hijito?
sabía". ¡Qué demonios!, ¿cómo no había de saberlo —No lo teníamos entonces, Tom y yo. Si no hubiera
con todo tan explicado en los periódicos y revistas, sido por... ese hombre... de allá arriba, el pequeño
y en los anuncios y en la televisión? Sólo que se Tom no estaría aquí ahora, ni yo tampoco, y odio
figuran que alguien les sacará del lío en vez de pensar en lo que le habría sucedido a mi marido. Y
meterlas en la cárcel como solía hacerse antes dónde habría estado yo... Bueno, no quiero pensar

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en ello —estudió de nuevo a Fred con mirada un psiquiatra, ni un asistente social, ni un abogado,
escudriñadora—. ¿Por qué no va y habla con él había dicho aquella muchacha. Entonces debía ser
usted mismo? Si es que tiene problemas... un clérigo, uno de aquellos tan brillantes de la
—No tengo problemas —dijo el reticente sargento nueva ola, llenos de sofisticación y muy
de policía—, por lo menos ninguno que no pueda preocupados por los "problemas modernos, tan
arreglar por mí mismo complejos" y por "nuestro deber para con el
—¡Qué afortunado es usted! —dijo la muchacha. mundo", ¡y que jamás tenían una palabra sobre los
Sus ojos eran sinceros. Llamó a su pequeño y Fred firmes deberes del hombre para con su Dios y del
siguió subiendo hacia el edificio. ¡Qué afortunado imperativo de ser un hombre, y no una mujer con
era! Iba a librarse de la maldición que suponía el pantalones!
desesperante, el decepcionante trabajo de la policía La furia hizo que Fred Carlson empujara
y crearse un futuro para sí y su familia en un bruscamente las puertas, tan fuertemente que casi
trabajo que sería respetado por todos. Sí, era fue catapultado a la fresca sala de espera, en
afortunado de salirse a tiempo, antes de que fuera penumbra.
demasiado tarde. Sólo era la idea de vender el —¡Perdón!
primer hogar que realmente había tenido lo que le Pero sólo había un viejo allí, en medio de mesas de
hacía sentirse deprimido, y la idea de dejar los cristal, lámparas de agradable y tenue luz, y sillas
lugares familiares, los viejos amigos. Sí, eso era cómodas. El viejo le sonrió. Tenía un rostro muy
todo. En un par de meses sería feliz de nuevo, o al oscuro, marcado por los años, y un casco muy viril
menos estaría contento, pues ¿quién puede ser feliz de pelo blanco. Su aspecto y sus ropas le revelaban
en este mundo? como un hombre del campo.
Se detuvo en el amplio y bajo escalón para leer las —¡Muchacho! ¡Vaya si debes tener problemas —dijo
palabras doradas, en arco, sobre las puertas de con afectuosa sonrisa— para entrar corriendo de ese
bronce magníficamente trabajadas: EL HOMBRE modo!
QUE ESCUCHA. "Yo podría decirte muchas cosas, El sombrero nuevo de Fred le había caído casi sobre
hermano", pensó Fred con tan potente amargura la nariz en su prisa. Se lo echó atrás.
que él mismo se sintió asombrado. "¡Pues claro que —No —dijo—. No tengo problemas. Soy forastero en
sí! Pero ¿me escucharías tú? ¿O te limitarías a esta ciudad. —Eso es lo que todos somos, hijo —
susurrar consuelos, como esos consejeros neutros, asintió el viejo. Forasteros en la ciudad. Siempre lo
para aplacarme con palabras imbéciles y con fuimos, siempre lo seremos. Recuerdo algo que oí
tópicos? ¿O me dirías que yo estaba haciendo una vez...
exactamente lo mejor... cuando sé que no es a mi esposa le gustaba mucho leer, y sobre todo
cierto?" poesía..."Forasteros que se encuentran en una tierra
Quedó atónito ante aquella vehemente traición de extraña y a las puertas del infierno." Jamás pensé
sus propios pensamientos. ¡Pues claro que tenía mucho en eso hasta hace poco, pero ahora sé lo
razón! ¿Por qué había pensado por un segundo que que significa. Sí, señor; ya lo creo que lo sé.
no la tenía? ¿Qué cosa, oculta en su interior, le Fred se sintió tan interesado por esto que descubrió
había traicionado? Estaba tan turbado que sintió que ya se estaba sentando y quitándose el
odio por el hombre que esperaba en aquel santuario sombrero. El viejo le estudiaba con ojos cansados
blanco, el embustero de palabras suaves que pero muy agudos.
probablemente carecía de virilidad y sólo tendría la —Dijo usted que no tenía problemas. Hijo, si es así,
asquerosa y afemina-de "buena voluntad" que es que no tiene mucho sentido común, o muchos
reemplazaba el sentimiento auténticamente sentimientos. Cuando alguien me dice que es
cristiano en estos días. Probablemente acariciaba las "terriblemente feliz" siempre pienso: "O es usted un
mejillas y las manos de los des-graciados que embustero, o un loco." No es posible vivir en este
acudían a él en busca de consejo en su mundo y ser feliz después de cumplir los tres años.
desesperación, y les lanzaba una jerga psiquiátrica —¿Por eso está usted aquí?
al rostro y les decía que la "sociedad" les había —Exactamente. He llegado al fin del camino y no sé
tratado mal, y que merecían y tenían su qué hacer. Me han dicho que el hombre de ahí
"compasión”. dentro puede darme algún consejo. Nadie más
"Compasión, "¡un cuerno!", pensó Fred Carlson. Lo puede hacerlo.
que la gente necesitaba era auténtica comprensión, "Debe tener al menos setenta años —pensó Fred— y
la de hombres que les dijeran, como Dios dijo a Job, ha trabajado duramente toda su vida, como hicieron
que se sujetaran los lomos y fueran hombres y no mi padre y mi abuelo. Ha trabajado en la tierra y,
pseudo hombres asustados. "¡Hermano!", pensó por el aspecto de sus manos, todavía sigue
mirando las puertas de bronce, "¡Apuesta a que trabajando." Tenía un aire solitario! Probablemente
jamás oíste las quejas de un auténtico hombre en tu sería viudo también.
vida! ¡Me gustaría decírtelas!" No era un doctor, ni

7
—Espero que ese hombre le ayude —dijo Fred campana. Alzó la vista. La llamada era para él. Se
cortésmente. puso en pie de un salto y fue a la puerta más
Se oyó una suave campanada y el viejo se puso en alejada, bullendo su mente con furiosas preguntas y
pie. furiosas respuestas. Abrió la puerta de un empellón
—Eso es para mí —dijo. Se detuvo, mirando y entró a paso de carga, lleno de odio y amargura.
agudamente a Fred—. Hijo, sería mejor que usted No sabía qué había esperado, pero ciertamente no
también le hablara. Parece como si lo necesitara. este lugar blanco y azul, sereno, aquella paz sin
Puedo oler los problemas, lo mismo que huelo la ventanas, aquella distante alcoba cubierta por
lluvia y la nieve antes de que vengan. cortinas azules, y el sillón blanco con su almohadón
Se dirigió a la puerta más alejada, agitando la azul. Había supuesto que encontraría a un clérigo
cabeza. Fred se sintió enojado. Vio como la puerta serio, de mediana edad, ante una mesa, con
se cerraba tras el viejo sin sonido. Se arrellanó en la archivos a sus espaldas y un cuaderno y una pluma
silla. Era agradable estar allí, tan fresco, un lugar ante él. Había 'esperado un amable saludo:
tan bueno como cualquier otro para descansar antes —Buenas tardes. ¿Quiere sentarse y decirme qué le
de volver a su hotel. Cogió de la mesita una revista preocupa?
de actualidad y empezó a pasar las páginas llenas Quedó sorprendido y el calor de su mente se calmó
de fotografías. Había una en color de cierto famoso un poco. No había allí nadie más que él mismo. ¿Se
evangelista, de rostro fervoroso y excitado, el pelo había ido el hombre tras el último visitante? Fred
blanco flotante al viento y las manos alzadas, miró en torno viendo los muros suavemente
dirigiéndose a un numeroso público. Bajo la iluminados y oyendo el débil susurro del
fotografía, a doble página, se leían estas palabras: acondicionador de aire. Había un aroma de helechos
¡CENTINELA! ¿QUÉ HAY DE LA NOCHE? en el aire, con la fragancia de un profundo bosque.
Las inquietas manos de Fred se detuvieron. Miró las —¿Hay alguien ahí? —preguntó tentativamente.
palabras impresas que parecían saltar hacia él: Nadie le contestó. Dejó su abrigo en el sillón y el
¡Centinela! ¿Qué hay de la noche? sombrero en el suelo. Luego se sentó y contempló
De la Biblia, naturalmente. Las recordaba las cortinas de terciopelo azul. Era muy extraño,
vagamente de hacía años. En la antigüedad los pero parecían ocultar a alguien que estaba muy
centinelas patrullaban por los muros de la ciudad y cerca, y que estaba escuchando. Fred se inclinó un
por sus puertas, con el farol, durante toda la noche, poco hacia adelante y dijo con cierta brusquedad:
la espada al cinto y la trompeta de alarma. Bajo la —Soy policía.
gran luna plateada o las lejanas estrellas, el No hubo respuesta. Fred se rió un poco:
centinela seguía su lenta y resuelta ronda, —Un policía que se retira. Me voy. ¿Necesito decirle
guardando la ciudad mientras dormía, buscando con por qué? Es muy sencillo. Estoy cansado de
sus ojos a enemigos y criminales, asesinos y sentirme avergonzado de mi trabajo, de tener que
ladrones. Ése era su deber, su sagrado deber. Sin el disculparme por él ante un puñado de imbéciles que
centinela, la ciudad caería... Fred lanzó la revista piensan que los policías son estúpidos o sádicos y
con furia vengativa al otro lado de la habitación y la que les gusta disparar y pegar sólo por el gusto de
rabia de siempre le dominó de nuevo. ¡Oh, iba a hacerlo. Bien, ahora ya me han metido en sus
mencionarle todo eso al santurrón y mentiroso de propias filas y, cuando vea un policía en la calle a
ahí dentro! partir de hoy, pensaré: ¡Pobre estúpido a quien
Le preguntaría lo que pensaba de una nación que nadie aprecia! Uno de estos días algún loco te
atacaba a sus centinelas y se burlaba de ellos y los meterá un cuchillo en las costillas o te volará los
acusaba de brutalidad. "¿Qué opina de una ciudad sesos. Entonces tu esposa tendrá que dejar a tus
—le diría— que desprecia tanto a sus centinelas que hijos y buscar un empleo, porque no habrá
no les paga un salario con el que puedan vivir y los suficiente dinero para que ella mantenga a la
ataca y se burla de ellos con desprecio?" Y además, familia. No habrá justicia para ti tampoco, ni
sí, le diría: "¡Bien, pues yo dejo mi puesto, y sólo lágrimas públicas.
espero que un infierno de vándalos los asesine a Los jueces se abrazarán al cuello de tu asesino y
todos en sus sudorosos lechos y queme sus casas sollozarán sobre su "hogar destrozado" y lo muy
en torno a ustedes! Eso es lo que merecen. "privado" que él se vio, y tu asesino será enviado a
¡Llévense su asqueroso puñado de dólares y una encantadora cárcel un par de años, o a esa
cómanselo! ¡Que sus cámaras civiles patrullen por la especie de club campestre que es el hospital
ciudad y acaricien a cada asesino hijo de perra que psiquiátrico, y todo el mundo estará seguro de que
encuentren en la oscuridad! ¡Nosotros, los policías, se ha abusado de él. Tú utilizaste la "brutalidad
ya los hemos sufrido bastante! ¡Estamos muy hartos policíaca", ¿no? ¡Pues claro que sí! Estabas
de todos ellos!" protegiendo tu ciudad y tu vida. ¡Imbécil!
Cambió de postura y meditó en su rabia e —¡Centinela! ¿Qué hay de la noche?
indignación. Luego escuchó el sonido de la

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—¿Qué? —exclamó Fred—. ¡Oh, esa estúpida inútil. La gente no va a apoyarles. En realidad la
pregunta! Yo se lo diré. Cuando llegue la noche, y gente es su enemiga.
seguro que llegará, las ciudades serán un caos de El centinela, el "pies planos", como le llaman, está
crímenes y robos, y todo eso es lo que merecen. sirviendo desesperada-mente a los mismos hombres
¡Habla de alarmas! Pues yo me alegraré de verlo, se y mujeres que se ocupan afanosamente en destruir
lo aseguro, me alegraré de verlo. Yo seré el primero su autoridad, en condenarle a él, en liberar a los
en reírme de los rostros atónitos y asustados. criminales y asesinos para que los ataquen de
¿Mujeres y niños asesinados en las calles? ¿Las nuevo. ¡Todo en nombre del "amor fraternal"! ¡Por
tiendas robadas? ¿Las iglesias quemadas? ¿Los el amor de Dios! No comprenden que millones de
hombres escurriéndose a lo largo de las paredes personas son, por su propia naturaleza, como Caín,
como ratas y llorando? Y ¿a quién le importa? y deben ser "arrojados", como dice la Biblia,
Su voz, casi violenta, resonaba desde las paredes condenados al ostracismo y no rehabilitados hasta
con ecos desafiantes. que muestren arrepentimiento... y yo he sido policía
—Usted no lo cree así, ¿eh? Usted cree que los durante años y jamás vi arrepentirse a un criminal.
hombres son cada día más civilizados, ¿no? "¡La Lo único que teme el criminal es la firme justicia.
perfección del hombre!" ¿Sabe lo que pienso de "El temor de Dios... ha sido reemplazado por lo que
eso?... No me importa que sea un clérigo; le vendrá ellos llaman "amor". Hay que amar a todo criminal,
bien oír unas cuantas palabras brutales de un policía a todas las víboras que uno se encuentre. Y
brutal, quizá por primera vez en su vida. preguntan muy serios y abriendo mucho los ojos:
"El único modo en que la mayoría de los hombres ¿Soy yo el guardián de mi hermano? No saben, o
pueden mantenerse disciplinados es mediante el han olvidado, que fue Caín, el asesino, el que hizo
temor a la ley o el temo de Dios... esa pregunta. Y cuando Caín la hizo, Dios no dijo:
Se detuvo. ¡Seguro que tú eres el guardián de tu hermano!
—El temor de Dios —repitió lentamente—. Y ¿dónde Sólo dijo: La sangre de tu hermano grita desde la
está eso ahora, en la América de hoy, o en cualquier tierra contra ti. Y por eso Caín quedó marcado y
parte del mundo? ¿Qué han hecho algunos cléri-gos exiliado, y se convirtió en el padre de todos los
para meter el temor de Dios en la gente? Nada. criminales que han vivido en el mundo desde aquel
Ustedes deploran lo que llaman "fuerza", ya sea la día. Pero ahora no los marcamos y enviamos al
autoridad de los padres, de la ley, o de la divina exilio. Ahora les damos "amor", y ellos
justi-cia. Ustedes creen en la persuasión y la vuelven una y otra vez a los mismos tribunales, y
educación y la ilustración. Lo mismo creyeron otros son abrazados por los mismos asistentes sociales...
hombres en el pasado, y ellos descubrieron, como y salen libres para hacer la misma tarea una y otra
descubriremos nosotros, que ésas son sólo vez.
palabras, y además estúpidas. Déjeme que le diga "He observado, y todos los demás policías lo han
unas cuantas cosas que he visto por mí mismo en observado también, que la mayoría de los crímenes
mi propia ciudad. No pasa un día sin que algún son cometidos por criminales puestos en libertad
policía no traiga a un gamberro que ha cogido una y otra vez. Miramos el tipo de trabajo y casi
robando, o matando, o maltratando a alguien. Pero siempre podemos nombrar al tipo que lo hizo. Pero
entonces, cuando se lleva al criminal a juicio, los si le cogemos de nuevo nos enfrentamos con toda
asistentes sociales entran en tropel con los llorosos clase de absurdas restricciones dictaminadas por los
padres y resulta que el policía estaba equivocado y tribunales. Ahora los jueces casi nunca aceptan las
que el criminal fue el maltratado y que "jamás tuvo confesiones de culpabilidad. Creen que todas las
una oportunidad en la vida". El juez escucha. ¿Cree confesiones son "forzadas" y falsas, y que fueron
usted que se vuelve a los padres del criminal y les obtenidas bajo la "brutalidad de la policía". Incluso
dice: ustedes son los que deberían ser castigados y cuando el criminal mira al juez al rostro y le dice la
ejecutaos, pues ustedes hicieron esto a su hijo y a verdad, el juez le sonríe compasivamente. Es difícil
su país, y ustedes son los auténticos criminales? No, conseguir un jurado decente y que se respete para
él no dice eso. También él se seca una lágrima y que dé en estos días un veredicto adecuado. Todos
empieza a hacer agudas preguntas al policía sin han sido corrompidos por ese "amor" sin Dios del
creer prácticamente ninguna de las respuestas del que se oye y se lee en todas partes.
imbécil que arriesgó su vida para defender la ley y —El amor de Dios es el principio de la sabiduría.
la sociedad. En ocasiones, incluso le recrimina. Y el —¡Es cierto! —exclamó Fred. Entonces se detuvo.
criminal queda libre y acaba por cometer otro robo ¿Había oído esas palabras del hombre tras la cortina
u otro crimen. Y entonces la gente pregunta: o sólo había pensado en ellas? Una débil confusión
¿Dónde está nuestra policía? Todo lo que saben oscureció su mente. En tan silencioso lugar, los
hacer es poner multas de tráfico—Le diré dónde pensamientos de un hombre parecían ser externos a
están los policías —prosiguió—. Están haciendo sus él, y no internos—. De todas formas es cierto —
rondas de día y de noche, aunque saben que es

9
dijo—, tanto si oí decírselo a usted como si sólo lo satisfacerse a sí mismos a expensas de la sociedad.
pensé. Si eso no es odio, me gustaría saber lo que es.
“¿Quiere que le diga una cosa? Todo ese amor de "Uno de ellos mató a un policía. E intentó matarme
que tanto se oye hablar en estos días es sucio. Eso a mí.
es lo que es: sucio. Uno mira a la gente que lo Tembló con el recuerdo de aquella noche, sólo hacía
vocea y tiene la sensación de suciedad moral y un mes. Continuó:
espiritual, no natural, indecente. Como... bien, —Recibimos el aviso de que estaba asaltando una
como el "amor" entre homosexuales y otros joyería. Era un robo más de toda una serie. Fui allí
pervertidos. Tal vez sea “amor” ¡Pero yo no lo llamo con cuatro de mis hombres. Acorralamos a tres
así! Y tampoco llamo ladrones, pero no antes de que uno de ellos nos
amor auténtico a eso tan dañino para el ambiente y disparara, matara a uno de mis mejores muchachos
espíritu nacional. Es repulsivo, nauseabundo. No es y casi me diera a mí. Pronto los llevarán a juicio.
de hombres. Es peligroso. Pero el blando del juez ya les ha designado a uno de
Hemos de tener piedad del desgraciado, sí, del los grandes abogados de la ciudad. Si los condenan
auténticamente desgraciado, como el enfermo, el a cinco años a cada uno, incluido el asesino, me
inválido, el minusválido, el viejo y los que son sorprenderá mucho. Pues el criminal ha dicho ya
víctimas auténticas de sus maravillosos que la confesión le fue "arrancada mediante la
compatriotas. Pero no de los criminales, los brutalidad de la policía". ¡Y le cogimos con la pistola
desarraigados, los pervertidos, los ladrones por humeante en la mano! Yo conozco a ese abogado.
hábito. No, no de ésos, los verdaderos enemigos de Presume de que siempre consigue la libertad para
la sociedad. Ellos eligieron ser lo que son. Yo me sus clientes. Y esta vez también lo conseguirá. Los
eduqué hasta ser lo que soy en un barrio muy malo. asistentes sociales están ocupándose de ello. Han
Mi padre era un obrero. No recuerdo haber comido reunido informes completos sobre los criminales, en
bien durante la mayor parte de mi infancia. los que consta que se vieron "privados de cultura y
"Pero ¡seguro como que hay infierno que yo tenía de privilegios", y todas esas palabras estúpidas,
miedo del viejo! Él era el jefe de la familia. Nos nauseabundas y sucias.
enviaba al colegio y a misa, y ¡que Dios tuviera Golpeó el brazo del sillón con el puño.
piedad de nosotros si faltábamos a la escuela o al ¡Y cuando esos criminales vuelvan a cometer los
catecismo! Nos enseñaba a ser limpios, mental y mismos crímenes la gente escribirá a los periódicos
físicamente, aunque tuviéramos que dormir los y preguntará dónde estaba la policía!
cuatro niños amontonados en un pequeño El hombre tras la cortina no habló, pero Fred
dormitorio oscuro. Un paso fuera de la fila y lo seguía.
sentíamos durante días. —Toda mi vida deseé ser policía. Mi padre sentía
"Ninguno de nosotros llegó a ser criminal, aunque gran respeto por la policía y nos enseñó ese respeto
fuéramos lo que llaman hoy en día "privados de también. Dijo que él mismo había querido ser
ventajas". Mi hermano es abogado. Mis dos policía. Para él no había mejor ocupación que ser el
hermanas se casaron con hombres buenos y guardián de la ciudad, de la paz y seguridad de la
temerosos de Dios. Y todos tuvimos interés en ir a ciudad. ¡Vaya, era la cosa más importante del
la escuela superior y a la universidad, trabajando en mundo para él! Y lo fue para mí. Me iba a pasear
vacaciones, durante la noche y en los fines de con los policías, jóvenes y viejos, que hacían su
semana para pagarnos los estudios. Nadie pagó por ronda, y hablaba durante horas con ellos. Entonces
nosotros, y nos sentimos orgullosos de ello. se sentían orgullosos de ser policías. La gente los
"Pero en la casa de al lado vivía otra familia de seis admiraba y respetaba. A una madre le bastaba con
personas. El padre trabajaba con el mío. Pero ¡qué decir: La próxima vez que hable con Mr. Mullaney le
diferencia! Los niños se criaron en la calle. Fueron hablaré de ti; y el pequeño se portaba bien. El
expulsados de la escuela una y otra vez. Eran policía era la autoridad legal, después de Dios, y
delincuentes antes de los trece años. Jamás iban a debía ser obedecido y honrado. También el
la iglesia. Terminaron siendo unos ladrones, uno de sacerdote nos lo decía.
ellos asesino además, y el otro condenado por "Pero nadie lo dice ahora. Los niños se burlan de la
molestar a las niñas. Su padre jamás les dio una policía, insultan a los agentes, bailan fuera de su
paliza, jamás les enseñó disciplina. Hablaba a mi alcance. Son los "pies planos". Son los miembros
padre de "amar a los hijos” pero ¡si alguna vez un despreciados de la sociedad.
hombre odió a sus hijos ese fue él! ¿Cómo lo sé? "Así que sé que es inútil. Y me voy. Dejo el trabajo
Los informes de la policía lo demuestran. Aquel de la policía. Quiero vivir un poco antes de la
hombre les dejó hacer cuanto querían les dio todo lo inevitable decadencia de mi país. Me largo.
que pudo sin pedir nada a cambio, V jamás les —¡Centinela! ¿Qué hay de la noche?
explicó lo que significaba ser un buen ciudadano y Fred asintió sombríamente:
un buen americano. No tenían otro deber que

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—Sí, ¿qué hay? Todos los centinelas serán puertas de la ciudad, y que nunca los dejarás. Tú no
asesinados o desarmados, o humillados. No quiero entregarás a los hombres a sus tiranos y asesinos,
ser uno de ellos. No me diga, como me dijo el jefe dejándoles sin esperanza. Tú patrullarás
la semana pasada, que la policía local es la única constantemente con tu luz, y nunca dormirás. Tú
defensa que tiene el pueblo, no sólo contra los harás sonar la alarma. Siempre estás haciendo
criminales, sino contra los mismos tiranos. Sé que sonar la alarma, ¿no?
tiene razón. Pero estoy harto de la burla y el "Supongo que no importa que en estos días las
desprecio. Estoy harto de la paga miserable por personas se rían de ti también, y se burlen de tus
arriesgar mi vida y tratar de mantener la ley y el centinelas en la noche. Tú sabes como yo que la
orden contra toda la estúpida voluntad del pueblo, noche se acerca para todos nosotros. Y que alguien
que prefiere el caos y la tiranía. Pues que lo ha de estar vigilando para guardar al pueblo...
disfrute, digo yo ahora. Mientras tanto quiero vivir "Alguien. Supongo que eso significa que también yo,
un poco, respetado, razonablemente seguro de que ¿no es cierto?
no me asesinarán Agitó la cabeza.
¿Qué hay de la noche? —Ahora recuerdo algo... Cuando dieron a elegir
—Bien, ¿qué hay? Que ya llega la noche, de eso entre un criminal y tú, el pueblo eligió al criminal.
podemos estar condenadamente seguros. Y yo dejo Siempre lo hacen, eso nunca falla. Pero tú se lo
los muros y las puertas de la ciudad, y mi farol perdonaste. Has estado vigilando a través de toda la
solitario, v mis armas y mi trompeta. Que algún noche, y estarás a nuestro alcance cuando la noche
otro pobre imbécil lo recoja, si quiere, y que le llegue.
maten mientras cumple con su deber. Fred Carlson se puso en pie y se acercó al hombre
De pronto vio el rostro del joven patrullero Jack lentamente. Se arrodilló ante él, se santiguó e
Sullivan, y la mirada peculiar de sus ojos: "Yo no inclinó la cabeza.
soy más que un estúpido policía." Y luego se había —Centinela —dijo—, no vas a estar solo. Yo voy a
alejado de él. estar acompañándote, seguro que sí. Patrullando en
—Un estúpido policía —murmuró Fred Carlson—. Un los muros y las puertas de la ciudad.
centinela en la noche.
Miró la cortina de nuevo. ALMA SEGUNDA
—¿Adonde iremos para estar seguros? —preguntó— EL SADUCEO
. Pronto no habrá seguridad en el mundo para «Poderosa fortaleza es Nuestro Dios.» ALMA
nadie. SEGUNDA
—¡Centinela...! —¡No me llame eso! —gritó furioso— —¿Es eso todo lo que puede decirme? —preguntó
. ¡He terminado con ello, se lo aseguro! Ya no soy aquella mujer desolada.
su centinela. "Y ¿qué es lo que quiere que le diga? —se preguntó
Se puso en pie de un salto y se enfrentó con la el hombre a sí mismo—. ¿Quiere un canto anticuado
silenciosa cortina con rabia creciente. y sentimental en el que no creo, y que resulta
—Usted no dice nada, ¿verdad? Usted es uno de absurdo en estos días ilustrados y sofisticados? Yo
ellos, ¿no? Llorando por todos los criminales, no soy un párroco, mi querida señora, lleno de
ladrones y desplazados, lleno de amor por ellos.., consoladores tópicos y suaves aforismos. Soy un
¿Qué le importan las personas decentes, los niños profesor, un líder, un guía para mi congregación.
pequeños, las mujeres indefensas, los ciudadanos ¿Acaso espera que la tranquilice con alguna historia
trabajadores? Dígame, ¿qué le importa? evangélica, o que invoque a algún dios tribal? Los
Vio un botón junto a la cortina y lo golpeó con el católicos no son los únicos que han ido a buscar el
puño, maldiciendo entre dientes. "aggionarmento". Nosotros lo hemos estado
Las cortinas se corrieron silenciosamente y, a la luz procurando desde Lutero. La religión es ahora
que inundaba la alcoba, vio al hombre que le había intelectual y apela a los intelectuales y a la razón
escuchado en silencio. moderna.
—¡Oh, Dios mío! —murmuró retirándose. Se sentó y El doctor Edwin Pfeiffer miró desde lo alto del último
se cubrió los ojos con las manos. Sintió la luz que piso del lujoso edificio de apartamentos y vio el
rodeaba al hombre. Sintió su silencioso reproche, y suave cimbrearse de los árboles bajo el viento
escuchó sus preguntas. Comprendió después que primaveral. ¡Aquel maldito "santuario" allá abajo!
había estado sentado mucho tiempo en el sillón, los Podía ver el tejado rojo del edificio, blanco y
ojos ocultos y un débil temblor recorriendo todos alargado entre la masa de follaje y flores,
sus nervios. encantadores tulipanes rojos y macizos de dorada
Al fin dejó caer las manos y él y el hombre se forsitia, y aquellos grupos de lilas y capullos de
contemplaron en intenso silencio. jeringuilla. Recordó un antiguo y estúpido himno de
Sé lo que realmente estás diciendo dijo el policía—. su infancia, en la iglesia donde su padre era
Me recuerdas que tú jamás dejaste los muros y las ministro. ¡La religión de la antigüedad! Vio a los

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fieles de su padre, hombres y mujeres sencillos, que —No tiene nada que decirme —dijo ella, con el
cantaban fervorosamente y de corazón, los hombres rostro escondido entre sus manos—. Sólo palabras
con sus ropas de domingo, las mujeres con vestidos sin consuelo ni ayuda.
baratos de algodón, sombrerito y guantes. Amaban Quedó aterrado. Había hablado con ella más de una
los himnos algo tontos, apasionados y antiguos que hora, como una persona razonable e inteligente a
apelaban a las emociones y no a la mente, pero otra, tratando de inspirarle fortaleza y valor. La
después de todo, eran personas emocionales que mujer se había limitado a mirarle con un ansia
creían con sencillez y aceptaban las cosas con desesperada. ¿Qué es lo que quería? En nombre de
sencillez y tenían un ¿total? temor del diablo y de Dios, ¿qué quería? Hacía más de quince años que
todas sus obras. El doctor Pfeiffer suspiró y sonrió. conocía y trataba a Susan Goodwin y a su difunto
Sí, ellos aceptaban todas las cosas, incluso su vida marido Frederick. Era miembro de su congregación
tan dura, con mansedumbre. Pero sus hijos e hijas, (uno no hablaba de "parroquias" en estos tiempos,
gracias a Dios, creían en la perfección de la como si fuera un vulgar pastor a cargo de una masa
naturaleza del hombre, y en una sociedad en de cerriles ovejas). Ella siempre le había parecido la
transformación para adaptarse a las nuevas auténtica representación de la mujer moderna,
necesidades y exigencias, con objeto de satisfacer el controlada, cortés, educada, segura de sí misma,
legítimo deseo del hombre moderno de confort, intelectual. Conocía toda la historia del matrimonio
satisfacción y algunos de los goces del mundo Goodwin. Habían sido jóvenes inteligentes y
material "¡Aquellas pobres personas que nada educados, aunque horriblemente pobres. Pero, hacía
pedían, de los tiempos de su padre! No tenían unos doce años, Frederick había heredado de
mucho en cuanto a placer y satisfacción mundanos, repente lo que incluso en estos tiempos podía
a excepción de su religión que, aunque les enseñaba considerarse una fortuna de un pariente que apenas
antiguos valores religiosos, también les mantenía conocían. Dos años después, a la edad de treinta y
demasiado industriosos y demasiado dóciles ante las cuatro y treinta y dos años, respectivamente,
injusticias sociales. I habían tenido su primer y único hijo tras una unión
De pronto le pareció ver sus rostros serenos, de diez años. ¿Cuántos años tendría el chico ahora?
amables, fuertes y llenos de paz. Una repentina Diez, naturalmente. Todavía no estaba confirmado.
inquietud le dominó. Se rascó la barbilla Él había bautizado personalmente al niño, Charles
pensativamente. ¿Por qué no veía rostros Frederick Goodwin. Un magnífico muchacho. Una
semejantes en su propia iglesia, en estos tiempos? pena lo del padre, que había muerto de un ataque al
¿Por qué no los veía desde hacía años? Bien, los corazón cinco años después. Ahora Susan sólo tenía
hombres ahora eran más conscientes, más al niño, al que vivía consagrada. No era probable
exigentes. ¿No era mejor así? que se casara de nuevo. La muerte de su esposo la
—¿Nada en absoluto? —insistió la mujer, sentada había dejado muy alterada. Y a los cuarenta y dos
tras él en el largo sofá de su elegante sala de estar. años, aun cuando se volviera a casar, no era
Pero el doctor Pfeiffer no la oyó. La ética, la razón, probable que tuviese más hijos. Una desgracia, una
la conducta civilizada. Eso es lo que nosotros desgracia. Pero, después de todo, hay que tener
enseñamos ahora, y no el sentimentalismo ilógico coraje y fuerza de carácter y no caer en el
de del pasado. El hombre que avanza mental y sentimentalismo llevado por la absoluta
espiritualmente hacia un estado de supravirilidad, desesperación, y no exigir jamás de un consejero
bajo la guía del maestro, un evolucionado espiritual lo que éste no puede dar con toda
supracristo. honradez... pero ¿qué quería ella? —Sólo diez años
Chardin. A él realmente le gustaba Chardin. Ahí —dijo Susan, tras sus manos apretadas contra el
había habido un sacerdote, un auténtico místico, rostro, contra los ojos—. Y ahora debe morir. Si no
con una visión dé. mundo completo aquí en la mañana mismo, como mucho dentro de un año.
tierra. Un intelectual. Pero todos sus antiguos —No debemos abandonar toda esperanza —dijo el
compañeros de sacerdocio estuvieron firmemente doctor Pfeiffer mirando furtivamente su hermoso
en su contra, y la jerarquía no permitió que se reloj—. Ya sabe que ahora están avanzando y
publicaran sus libros durante su vida. ¡Qué haciendo progresos en lo referente a la leucemia.
prejuicios, en verdad! ¡Y en esta época moderna! Consiguen que los niños vivan mucho más tiempo
¡Estatuas de yeso y corazones sangrantes! ¿No se del que era posible hace años. Y tal vez en cualquier
daban cuenta de que...? momento se descubra el remedio efectivo. Siempre
Oyó un débil sonido a sus espaldas y se volvió, hay esperanza...
absorto aún en sus pensamientos. Habló con Pero Susan le cortó:
auténtica preocupación, sin advertir cuan —Ha tenido tres transfusiones esta semana. Quizá
impotentes sonaban sus palabras: ni vuelva a casa del hospital.
—Mi querida Susan... Dejó caer las manos. Su rostro, un rostro
generalmente compuesto y sonriente, estaba

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dominado por el dolor y el sufrimiento, de modo que las generaciones futuras. Uno buscaba la
parecía mucho mayor que su edad real. Su cabello inmortalidad a través de sus propios hijos.
castaño claro estaba desordenado, como si se lo Mientras tanto, antes de la muerte, vivía una vida
hubiera revuelto repetidamente con dedos ordenada y razona-blemente disciplinada con ciertos
nerviosos; su cuerpo esbelto había adoptado un aire placeres legítimos, gozando en la simple existencia
de decaimiento desde que diagnosticaron la y haciendo el menor daño posible a los demás. Era
enfermedad del niño, hacía un mes. Pero sus ojos — la herencia del hombre lo que sobrevivía, la
y en cierto modo esto animó al ministro— no tenían herencia de un ser histórico, su influencia en el
huellas de lágrimas. Detestaba las lágrimas in- presente. ¿Qué más podía desear o pedir un ser
controladas ante el destino, ante los hechos intelectual?
inexorables. Eso quedaba para las campesinas, para Todo lo demás eran conjeturas, y en esta época
las mujeres poco civilizadas. científica ya no se vivía de conjeturas.
Fue junto a ella y se sentó a su lado gravemente. No era la primera vez que viera desesperación y
Un hombre alto y erguido, con un magnífico traje angustia en un rostro humano. Siempre había
secular, un rostro inteligente y alerta, agudos ojos ofrecido las mismas palabras de consuelo: valor,
oscuros y pelo oscuro y ondulado. No se sentía fortaleza. El tiempo sana todas las heridas. La vida
demasiado ofendido cuando oía decir a ciertos sigue. Día a día disminuirá ese tormento, créanme.
jóvenes irreverentes que parecía una estrella de Es preciso seguir viviendo y soportando el dolor.
cine. Se sentía orgulloso de su voz sonora y de su Hay que levantarse de nuevo, alzarse del lugar
buena presencia. Insistió: donde la angustia nos ha hecho caer. Eso es lo que
—Susan, hay que enfrentarse a las cosas con valor, se espera del hombre. Y el futuro encierra para
ya sabe. Hay algunas cosas que no pueden... todos nuevos consuelos, nuevos placeres... Esperen
evitarse aunque lo queramos, por muy deseable que y verán.
ello sea. Fortaleza. Resignación... Algunos, por supuesto, eran criaturas poco
—¿Resignación ante la muerte absurda e inútil de razonables. Dos hombres y una mujer se habían
mi hijo? —sus ojos azules le miraron ahora suicidado el año anterior, todos de su congregación.
ardientes, con total angustia—. ¿Por qué tiene que No habían tenido paciencia para esperar el efecto
morir? ¿Por qué? ¿Por qué? curativo del tiempo, de una vida nueva. Nunca les
-—No lo sé —dijo el doctor Pfeiffer con genuina había perdonado por ser tan emocionales y por
preocupación—. Son cosas que suceden haber turbado así su existencia ordenada y su
constantemente, irrazonables, inexplicables. Sólo misma razón. Pero, naturalmente, los pobres habían
podemos enfren-tarnos a ellas como seres estado psicológicamente enfermos; por tanto, era
humanos, con valor, sin dejarnos dominar en preciso compadecerlos. ¡Si hubieran aceptado su
ningún momento por una desesperación irracional. consejo y acudido en busca de terapia a un
Eso no es digno de la humanidad. No pasa una hora psiquiatra, el cual les hubiera explicado que aquella
sin que alguien grite... ¿por qué? ¿por qué? angustia terrible tenía sus raíces en alguna
Nosotros... frustración de su infancia y que ellos debían
—Sí, ¿por qué? —insistió Susan. comprenderse a sí mismos y sus conflictos interiores
—No lo sé —repitió, sintiendo aquella turbadora para poder seguir adelante con serenidad! Pero no
inquietud de nuevo, y cierto resentimiento ante su habían aceptado su consejo en su enfermiza
insistencia infantil—. Pero uno debe ser realista. angustia, en su auténtica locura. Se habían limitado
—No lo sabe —dijo Susan, y sus ojos azules le a suicidarse. Triste. Un poco molesto también, pero
miraban con amargura—. ¡Y usted se dice ministro! triste sin embargo. Confiaba en que Susan Goodwin
Se sintió ofendido, pero también lleno de piedad. no fuera de esa clase. No, ella era una señora muy
Por primera vez deseó que toda aquella jerga sensata.
viniera a su mente y pudiera decirle con honradez: Se aclaró la garganta:
"Todo obedece a la misteriosa voluntad de Dios. Sus —¿Puedo sugerirle algo, Susan? Usted conoce al
caminos no son nuestros caminos, y algún día lo doctor Snowberry, el psiquiatra. Acuda a él en
entenderemos; si no aquí, más allá de la tumba.” seguida. Yo le arreglaré una cita si quiere, es
Pero era un hombre honrado. Realmente no sabía miembro de mi congregación. Él le explicará que
más que los otros lo que había más allá de la su... tristeza e incapacidad de aceptación están
tumba, si es que había algo. La resurrección de arraigados en sus frustraciones anteriores, en la
Cristo, naturalmente, era sólo simbólica. El espíritu época en que usted y Frederick eran muy pobres. O
de Cristo, naturalmente, había sobrevivido a su que, por el hecho de haber carecido de muchos
muerte, y había persistido a través de los siglos y, privilegios, usted se siente profundamente rebelde
era de esperar, persistiría siempre. Lo mismo que el contra las circunstancias y no quiere aceptarlas.
espíritu del hombre, el espíritu razonable, civilizado, Él...
ilustrado, sobreviviría a través de sus hijos en todas

13
—¿Un psiquiatra, cuando mi hijo se está muriendo? brujo", se dijo el doctor Edwin Pfeiffer, disfrutando
—la voz de Susan fue casi un grito—Lo sé, lo sé. Le del sol y del ambiente cálido y el aroma de la tierra
parece muy duro, ¿verdad? Pero créame, Susan, yo que parecía despertar. “Yo no tengo encantamiento,
sé de lo que estoy hablando. La experiencia, ya ni incienso. Mi deber como ministro es predicar la
sabe. Usted es todavía una mujer joven y... disciplina, la virtud y el sentido común a mi
Ella le miró; sus ojos eran como hielo azul. congregación, y la fortaleza. Todo lo demás se deja
—Por favor, váyase, doctor Pfeiffer —dijo. Se a..." Miró el gran arco azul sobre el escándalo
estrujó las manos. Seguía sin llorar—. Por favor, ensordecedor de la ciudad. ¿A qué? Por supuesto,
váyase. estaba lo desconocido, lo eternamente desconocido
Ahora sintió él cierta cólera. ¿Qué quería ella? Todo para el hombre. Naturalmente estaban las parábolas
lo que le había dicho durante una hora había sido de Jesús, destinadas a un pueblo sencillo, en una
recibido con hostilidad, con un desprecio deses- época sencilla. Pero todo era simbólico. La doctrina
perante... irrazonable en verdad. estaba bien para la Edad Media, pero no para estos
Era como aquellas simples mujeres de la parroquia, días. Por supuesto, algunos ministros hablaban de
no, de la congregación de su padre. Deseaban autoridad divina, y de tradición. ¡La autoridad divina
respuestas sensibles para cosas que no tenían tenía cierto valor en una época atávica, Pero no en
respuesta. ¿No era así? Se puso en pie secamente. estos tiempos! ¡No en los días de la Ilustración! Las
—Visitaré a Charles en el hospital mañana, Susan. Escrituras no eran superstición, naturalmente. Pero
—¡No! ¡No quiero que vaya! ¡Tampoco a él puede sólo eran directrices para una conducta civilizada.
decirle más de lo que me ha dicho a mí! ¿O es que En las peores circunstancias, mitos poéticos. El hado
va a decirle al pobre niño, doctor Pfeiffer, que sea del hombre estaba en el presente; su destino estaba
va-liente? ¿Que se enfrente con los hechos y acepte en sus hijos.
las cosas de modo civilizado? ¿También a él le dará La reforma protestante, en su auténtica esencia era
una piedra en vez de pan? eso, protesta contra el oscurantismo y el
¡Cómo se contagiaban los tópicos incluso entre sobrenaturalismo absurdo, protesta contra los mitos
personas modernas! En su angustia no querían de la noche y afirmación de la intensa luz del día de
respuestas realistas, no querían que se les hablara la razón. Protesta contra las injusticias sociales. Los
valor. Deseaban ser consolados...De nuevo aquella católicos hablaban de la gracia, pero ¿qué era la
dolorosa inquietud y un renovado resentimiento, gracia, a no ser la conciencia de los deberes diarios,
dominaron al ministro. Hablaría de esto en su la responsabilidad para con los demás y la
próximo sermón. Sus sermones dominicales siempre obediencia a la autoridad civil? ¿Y la necesidad de
se publicaban el lunes en el periódico más ser un auténtico hombre?
importante de la ciudad, y eran muy admirados por Hacía un día tan encantador que el doctor Pfeiffer
su estilo, su contenido intelectual y su serena no fue en seguida al aparcamiento del lujoso bloque
comprensión. Algunos aparecían a veces también en de apartamentos. Decidió pasear un poco. Aún se
periódicos de otras ciudades. sentía resentido contra Susan Goodwin. ¿Qué quería
—Es usted un fraude —dijo ahora Susan Goodwin—. ella? Su iglesia estaba dispuesta a dárselo todo, su
Usted es un falso pastor. hermosa iglesia moderna con la simbólica Cruz muy
—¿Porque no quiero mentirle? ¡Susan! elevada sobre la esbelta aguja. La cruz de la vida.
Ella no volvió a hablarle. En realidad dejó la Había que llevarla con fortaleza, aceptando la
habitación. Inmediatamente entró la doncella con su existencia humana. Dejarla caer y llorar era indigno
abrigo y sombrero. Se sintió muy ofendido. Lo del hombre. ¿Y no era acaso un hombre elevado y
habían despedido como a un vendedor inoportuno. completo el animal racional? "La belleza es todo lo
Salió de la casa al alegre y brillante aire primaveral. que conocemos", se dijo el doctor Pfeiffer, y en
Un hermoso día. Inspiró profundamente. ¿Por qué a cierto modo —en cierto modo peculiar— se sintió
los hombres les resultaba imposible en ocasiones consolado. Todo lo que cono-cemos y todo lo que
disfrutar del presente, de lo que tenían a su alcance, necesitamos conocer. Keats, sí. Resultaba
de todo lo que un hombre poseía? Porque el hombre consolador en cierto modo saber que no podemos
siempre buscaba... ¿qué buscaba el hombre saber... Si existiera el imperativo de saber, ¡qué
ansiosamente cuando la calamidad le azotaba? vida tan horrible sería ésta, qué turbadora e
Superstición. Mentiras. A la mayoría de los hombres inquietante! Al hombre no le quedaría tiempo para
les resultaba imposible aceptar lo simbólico. Muy realizar su deber en este mundo; estaría demasiado
primitivo. La vida tenía tantos encantos, tantos involucrado en abstracciones, deseos vehementes,
placeres inocentes, tantos medios de satisfacción, controversias. Ya no sería el protagonista de este
en el trabajo y en la vida sencilla... Sin embargo, mundo. Estaría atrapado en el caótico mundo
aun después de la Ilustración, muchos corrían sobrenatural, una especie de espiritista. Locura.
todavía esforzadamente tras nebulosas locuras, Falta de realidad.
insus-tanciales y míticas. "Yo no soy un médico

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¿Por qué había reaccionado Susan Goodwin de un verde de los cuadros de césped, y las masas de
modo tan hostil cuando le mencionara al doctor árboles. "Hermoso, hermoso", pensó, aunque a
Snowberry? Una mujer enferma. Una mujer triste y disgusto. Pero ¿por qué no utilizarlo como un
des-graciada también. Llena de hostilidades. parque público, para los jubilados por ejemplo, que
Aberraciones. Era lamentable lo del pequeño podrían sentarse en aquellos bancos de mármol y...
Charles, por supuesto. Sólo tenía diez años, y era su esperar? ¿Esperar qué, al fin de su vida? Bueno, de
único hijo. Pero esas cosas sucedían. todas formas podían mirar las flores, ¿no?, y
Verdaderamente era algo absurdo el que Susan le sentirse felices por haber transmitido todos sus
hubiera dicho ya a su hijo que iba a morir pronto. conocimientos a sus hijos y nietos. Era un lugar
Cruel, cruel. Podía haberle evitado ese dolor. Debía pacífico. De pronto pensó: "¡Yo sólo tengo cincuenta
haberle dicho alegremente que pronto volvería a años! No soy viejo, no tengo por qué pensar en
casa y estaría bien. Hubiera sido una mentira estas cosas". Se detuvo, asombrado ante la débil
compasiva. Las mentiras también tenían su lugar en náusea que sentía. Buscó su cajita de tabletas para
esta vida. la digestión. Digestión ácida. Se puso una tableta en
Mentiras. Mentiras. la lengua y la dejó disolverse. Se preguntó si no
"Yo sólo le dije la verdad", se convenció el doctor tendría una úlcera, después de todo. Sonrió un
Pfeiffer. "¿Por qué se niegan los hombres a aceptar poco. La mayor parte de su congregación padecía
la verdad? ¡Qué absurdo!" Pensó en Poncio Pilato y de úlcera en estos tiempos. La tensión de la vida
en su cínica observación: "¿Qué es la verdad? moderna, por supuesto. La prisa, el apresuramiento,
El pensamiento le resulto tan molesto que se detuvo las constantes exigencias actuales... tanto
y meditó. Vio grava ante él, un sendero de grava. quehacer.
Sin querer alzó los ojos. Estaba en un que llevaba al ¿Hacer, qué?, preguntó la nueva e incorregible voz
maldito santuario. Aquello era un escándalo. en su mente. ¿Qué hace el hombre moderno, ni la
Adhesión a la interpretación literal de la Biblia. Un mitad de bien que lo hicieron sus padres y abuelos?
clérigo, en aquel lugar, predicando la religión de los ¿Qué ofrece a sus congéneres? Ahora dispone de
tiempos antiguos a los desgraciados, sin fe, que interminables ratos de ocio, pero... ¿qué da de sí
acudían corriendo a él en su desesperación. Él mismo? ¿Actividades comunitarias? ¿Y qué son
mismo había firmado una petición para que el éstas? Sus padres dieron trabajo, amistad,
santuario fuera entregado a la ciudad, para los amabilidad —amabilidad personal, responsabilidad
niños, o para una escuela. Un escándalo, en estos personal— y auténtica hermandad de hombre a
tiempos, en esta época. ¿Quién sería el clérigo que hombre. ¿Qué dan en esta época tus gentes de sí
se escondía tras las cortinas azules? Un gemidor. mismos, de auténtico amor? Firman cheques,
Una vergüenza. Un charlatán, un embustero. hablan de política, se unen a las organizaciones de
"¿Qué es la verdad?", dijo Poncio Pilato, y se lavó beneficencia y se sienten muy puros. La pureza del
las manos. fariseo. Vivimos en una época urbana, se defendió
“Bien se dijo el doctor Pfeiffer, ¡yo no me lavaré las la mente del doctor Pfeiffer.
manos! ¡Ya es hora de que ese charlatán sea Y ¿qué es eso?, preguntó la voz que protestaba en
denunciado y avergonzado ante todos! Estoy harto él. Siempre ha habido una época urbana, desde
de él, y de todo lo que se ha escrito sobre él. Caldea a Alejandría, y a Jerusalén, y a Atenas, y a
¡Sobrenaturalismo! ¡Milagros! Absurdo. Refugio de Roma, y a París, y a Nueva York. ¿Qué hay de
las personas como Susan Goodwin, los que no nuevo en una época urbana? ¿Qué habéis
quieren enfrentarse con la realidad, cuando la descubierto vosotros que sea tan único? La
realidad es todo lo que existe.” Imaginó el rostro de desolación de la abominación. La tierra calcinada.
su padre, aquel rostro sencillo, y sintió un estallido "Debería haber tenido más sentido común y no
de pura rabia. Luego quedó atónito ante aquella pretender consolar a aquella mujer tan rebelde", se
rabia. Nunca se había creído tan vulnerable ante dijo el doctor Pfeiffer. Avanzó por el sendero y su
pasadas indignidades, pasadas simplicidades, rostro iba enrojeciendo de furia. Él tenía un deber
pasadas aceptaciones jamás discutidas. Y la fe. Oyó que cumplir. Se detuvo ante las puertas de bronce y
la voz de su padre: "¡Poderosa Fortaleza es nuestro de nuevo las admiró aun a pesar suyo. ¡No se había
Dios!" Nunca le había gustado su padre en realidad. escatimado aquí el dinero, desde luego! Un
Un hombre sin cultura. "Nuestro Señor —le había despilfarro. Todo debía haber ido al fondo de la
oído decir en una ocasión— nunca se graduó en las Comunidad Unida. O a los impuestos. Todo esto
mejores universidades. Él sólo sabía decir la estaba exento de impuestos, naturalmente. Un
verdad." Pero ¿qué podía esperarse de un ministro escándalo. Este mármol maravilloso, esta pacífica
que había entrado en el seminario sin más extensión de tierra en medio mismo de la ciudad...
educación que la de la escuela elemental? Debía ser un parque público, no administrado por
Siguió lenta pero decididamente por el sendero de individuos particulares. EL HOMBRE QUE ESCUCHA.
grava. Vio la fuente y las grutas, y la gran extensión Vio las letras doradas sobre las puertas. Un

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charlatán, un clérigo que traicionaba su vocación. El "Lo que necesitamos —se dijo el doctor Pfeiffer— es
doctor Pfeiffer empujó curioso las puertas y se un firme programa de psiquiatría, psiquíatras
asomó al interior. ¡Lo sabía! La sala de espera internacionales que atiendan, según las
estaba llena de informes seres humanos, si es que necesidades, a todas las naciones; no misiones
se les podía llamar así. Viejos. No. También había religiosas, pasadas de moda, que ya no están a la
jóvenes, esperando en silencio. ¿Por qué habían altura de las demandas de la sociedad moderna, de
venido hasta aquí los jóvenes seguros de sí mismos, la verdad moderna.”
los jóvenes tan astutos y llenos de conocimientos, “¿Qué es la verdad?", dijo Poncio Pilato, y se lavó
que habían sido tan bien enseñados? ¿Qué las manos.
problemas tenían estos chicos y chicas que no El doctor Pfeiffer creyó contemplar todo un vasto
podían resolver personas como él mismo, o un mar de rostros: su congregación, ante él, los
excelente psiquiatra? La gente exigía demasiado domingos por la mañana. Personas agradables, bien
estos día si ellos lo tenían todo; por tanto carecían vestidas, tranquilas, atentas, silenciosas,
de problemas en esta sociedad opulenta que tanto escuchándole. Gentes que, con las manos cruzadas,
hacía por darles la felicidad. Quiso gritar a los chicos oían cortésmente sus sermones. No, sus
y chicas de la sala de espera: ¿Qué Puede conferencias. Que contribuían adecuadamente a las
preocuparos, en realidad, en esta época? diversas demandas de la caridad organizada, que se
Se sentó en una cómoda silla y contempló con interesaban por las obras de la iglesia.
disgusto a cuantos esperaban con él. Entonces su ¿Se interesaban en verdad? Aquellos tres suicidas...
mirada captó una placa de mármol, en la pared, Y las deserciones. Los ojos repentinamente irónicos
también de mármol: Todo lo puedo en Aquél que de los jóvenes; los ojos interrogantes de los an-
me conforta. cianos. Las cabezas repentinamente apartadas.
Bonito sentimiento, pero poco realista. Era preciso ¿Aburrimiento? ¡Qué ridículo! Él era famoso por sus
apoyarse en los buenos oficios del gobierno y la sermones. No, sermones no, conferencias
buena voluntad por parte del gobierno y no en la estimulantes. Siempre había allí al menos un
ca-ridad casual. O en el esfuerzo individual. Eso redactor del periódico local, e incluso de periódicos
quedaba bien para el pasado, pero no para estos de ciudades distantes. Escribían a toda prisa en sus
días. La sociedad tenía la respuesta a todas las pequeños cuadernos. El tenía tanto que dar...
cosas, sólo con que las personas como Susan "¿De verdad?", preguntó la incorregible voz. ¿Qué le
Goodwin quisieran escuchar, personas infelices y diste hoy a Susan Goodwin? Le di la verdad,
rebeldes como Susan Goodwin, que exigían contestó.
respuestas cuando no había respuestas sino sólo la "¿Qué es la verdad?", preguntó Poncio Pilato, y se
razón. lavó las manos.
Observó con frío interés cuando sonó la campana y, "Yo no soy un párroco", se dijo el doctor Pfeiffer.
uno a uno, todos aquellos supersticiosos y pobres "¿Y ¿qué eres?", preguntó la voz.
de espíritu se levantaron y cruzaron una puerta al "Soy un hombre civilizado y razonable, consciente
extremo de la habitación. No había el menor sonido. de la realidad."
Todo sonido parecía absorbido por el ambiente "¿Qué significa eso?", insistió la voz.
fresco y sereno, con una insinuación de aroma de "Significa", se dijo para acallar aquella voz terrible,
helechos. No se oía el tráfico, ni las voces. "la Caridad".
Naturalmente, estaba acondicionado a prueba de "¿Oh, sí?", la voz era burlona. "¿No querrás decir
ruidos. Tomó una revista de una de las mesas y se Odium humani generis? “
dejó absorber por las noticias internacionales. Por Se sintió horrorizado. ¿Odio por la raza humana?
primera vez pensó, repa-sando las páginas: "¿Por ¡No! ¡No! ¡De ninguna manera! Él amaba la razón, y
qué hay tantos problemas estos días, cuando todo la buena voluntad, y la buena conducta, la conducta
está planeado, cuando disfrutamos de libertad, adecuada, y la ilustración para todo el mundo. La
cuando tantas naciones emergen con entusiasmo?" perfecta hermandad. Detestaba las emociones
Los hombres no tenían ahora que luchar por la desenfrenadas, y la superstición, y el oscurantismo.
existencia, como sus padres habían luchado. En el Todo podía explicarse mediante...
gobierno, en los pueblos del mundo latía la "¿Qué?", preguntó la voz.
preocupación por todos. La ayuda exterior. La Le pareció oír al coro de su padre que cantaba con
asistencia pública. La responsabilidad social. El profunda pasión: "¡Poderosa Fortaleza es Nuestro
Cuerpo de Paz. Lo que en tiempos fuera sólo tarea Dios!"
de la religión se había extendido a la vida secular, y "¡Oh, la fe sencilla, la fe sin exigencias, la fe de un
todo el mundo estaba involucrado en la humanidad. niño! La fe total."
Misiones seculares. Era maravilloso, realmente. "¿Qué otra hay?", preguntó la voz. _¡Maldita Susan
Entonces, ¿por qué había tanta miseria y frustración Goodwin! Ella le había turbado la mente, la razón,
mental? su autodisciplina. Se puso en pie disgustado,

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dispuesto a salir. Escuchó una campana y vio que puede desdeñar sus muletas místicas y sostenerse
estaba solo. Por tanto el clérigo de allí dentro había solo en pie como criatura racional. No estoy
hecho sonar la campana por él. Se sintió negando la divina fuente; eso sería absurdo. Pero la
repentinamente confuso. Un pensamiento divina fuente, según estamos todos ahora de
irrelevante le acudió a la mente: "No preguntes por acuerdo, excepto los católicos, está en el hombre,
quién doblan las campanas. Doblan por ti." no externa a él en unas avenidas doradas del cielo
El sonido de la campana pareció despertar ecos en presididas por un patriarca. Ahora no mira-mos a un
su interior, uno sombrío y doloroso que apenas futuro sobrenatural, sino al mundo y la perfección
murmuraba; otro terrible y lleno de reproches. “Eres del hombre, pues esto es todo lo que podemos
un hombre sin convicción", dijo la voz, "y por tanto conocer y con seguridad es el objeto más noble de
impotente ante la tragedia. Ni siquiera sabes que tú la lucha del hombre.
mismo eres un ser trágico, tú, falso pastor". Su voz se le volvía a él en sonoros ecos desde los
Nunca, en sus cincuenta años de vida, había surgido muros de mármol, y se sintió satisfecho con el
una voz tan terrible y acusadora de lo más hondo de sonido. Esperaba haber dejado bien clara la
su... ¿qué? Había vivido siempre bien y cuestión, aunque dudaba que el idiota tras aquellas
virtuosamente, ¿por qué surgía ahora en él esta cortinas hubiera entendido una sola palabra. Al
profunda turbación, este reproche? Él no era un... menos debería sentirse condenadamente incómodo.
pecador. ¡Pecador! ¡Qué palabra más anacrónica! De nuevo se sintió furioso, ofendido y ultrajado por
Ahora no había pecado. Una rabia aún más haber ido siquiera a este lugar a enfrentarse con el
profunda se revolvió en él. Su padre había hablado clérigo iletrado de aquella habitación.
interminablemente de pecado. Sintió odio por su —¡He oído hablar mucho de usted! ¿Sabe lo que
padre. Se dijo a sí mismo: "Siempre lo odié siempre está haciendo? Dirige equivocadamente al pueblo.
odié a aquel hombre igno-rante.” Les engaña con promesas falsas de lo que no existe,
Fue a la puerta del fondo y la abrió de par en par ni puede existir, ni jamás existió. Les habla de
con potente cólera. La puerta se cerró tras él milagros, y hasta se supone que usted los ha hecho.
silenciosamente. No se sintió sorprendido ante lo ¿Sabe lo que es blasfemia? Si lo sabe, entonces
que vio en la otra habitación, pues ya se la había debe comprender que es blasfemo además de
descrito, pero miró curiosamente las espesas santurrón. La vida en sí es un milagro, no
cortinas azules que cubrían la alcoba alta, amplia. necesitamos nada más, y nunca hubo nada más.
¡Charlatán! ¡Idiota fundamentalista! Era una Usted, probablemente, ha aprendido algo de
vergüenza para el clero de esta ciudad. El doctor psiquiatría y comprende la medicina psicosomática
Pfeiffer fue al sillón y quedó en pie tras él, uniendo hasta cierto punto. Mediante estas cosas sin duda
nerviosamente las manos a su espalda. con-sigue dirigir al ignorante e ilógico y al histérico.
—Soy el doctor Edwin Pfeiffer —dijo con voz dura Eso es inexcusable en estos días. Tiene que poner
pero controlada—. Probablemente podrá verme por fin a este engaño, a esta superstición, a este acudir
algún agujero dispuesto para ello, o algo así, y es y animar el fondo más oscuro de la mente humana.
posible que me conozca, y conozca mi iglesia. He Se oía hablar con calor, y reflexionó en lo que había
venido para tener una conversación sincera, de dicho con tanta elocuencia. Entonces se le ocurrió
hombre a hombre, con usted, un colega del clero, y que en alguna parte, en algún tiempo, los hombres
para Pedirle que acabe con esta tontería. ¿Sabe lo habían dicho esto mismo a... ¿quién? No podía
que está haciendo a los clérigos, sus colegas? Nos recordarlo. Pero sintió una extraña angustia en su
está poniendo en ridículo, nos está avergonzando. pecho, una curiosa sensación de que había
No tiene usted respeto por sí mismo. Ya no estamos traicionado... pero ¿a quién había traicionado y por
en la época medieval, ya sabe, ni en los días de los qué esta extraña sensación de algo familiar, algo
pregoneros de la fe y de las guerras santas y del acosador, una especie de recuerdo de algo que
evangelismo. La mayoría de nosotros no tenemos había sucedido hacía mucho tiempo?
una opinión demasiado buena del concilio de Trento. "¿No lo recuerdas?", preguntó aquella nueva voz.
Usted habrá oído hablar del concilio de Trento, ¿no? "¡Tienes que recordarlo!"
Sonrió con despectiva sonrisa. El hombre tras la —En una época menos culta —siguió el doctor
cortina no le contestó. De modo que ya le tenía cogi Pfeiffer, vagamente temeroso de aquella voz interior
do, ¿eh? y sintiéndose rechazado por ella— los hombres
—Ya no creemos en Sola Escriptura, excepto como como usted habrían sido arrojados de la comunidad
parábolas que refieren cuentos sencillos y, religiosa. En días menos ilustrados y más bárbaros,
naturalmente, nosotros... nosotros no creemos en usted habría sido crucifi...
las "fuentes gemelas" de la verdad, la Escritura y la Algo le golpeó en el pecho como un puño gigante y
tradición. Ya no. No es que rechacemos la idea de la él se apartó involuntariamente del sillón. Pero no
Autoridad Divina, no. Creemos más bien que el era hombre que dejara que la fantasía y los temores
hombre ha avanzado tanto intelectualmente que

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extraños se apoderaran de él. Tras un momento que no estaba solo: tuvo la impresión de una
continuó: poderosa presencia en la habitación, una presencia
—Usted resulta absurdo en estos tiempos. Me que escuchaba. Que le escuchaba a él.
disgusta llamar fraude a un hombre, pero me temo —Bien, si realmente está ahí. Le ruego que no
que Usted lo es. Ahora le pido que deje este lugar y engañe más a los sencillos. Es realmente peligroso
que permita que lo cierren. Devuélvanos a nosotros en estos días... —se detuvo. La horrible sensación
a los que no tienen fe, pues ahí es donde deben de revivir algo o de volver a oír algo que no
estar. Que vengan a nosotros si están necesitados... conseguía recordar cavó sobre él como un eco
"¿Como Susan Goodwin?", preguntó la voz interior. proveniente de una cadena de montañas, una
—No debe animarse al pueblo a tener necesidades cadena de siglos—. Es peligroso en estos días —
atávicas —siguió el ministro—, pero usted les anima repitió— porque turba a los hombres, les deja
con falsas esperanzas, más allá de la realidad. Ahí insatisfechos, les hace buscar el contento y la
está la locura. Los hombres ya no viven en una era esperanza cuando no hay ni contento ni esperanza.
simplicista; ahora somos muy complejos en el Superstición, en suma.
mundo. Pero cuando se induce al hombre a creer "Hoy visité a una señora cuyo hijo morirá pronto y
simple y literalmente... las cosas que sólo son muy cruelmente me temo. Su hijo pequeño.
simbólicas y sólo se proponían ser simbólicas, Siempre pensé que era una joven muy sensata,
entonces él encuentra la confusión al verse completamente lógica y perceptiva, consciente de lo
enfrentado con la realidad, pues ya no ve la realidad inexorable cuando esto ha de llegar. Sé que es algo
claramente, sino distorsionada y confusa. Y, en su horrible tener que aceptar la muerte de su hijo, de
intento de ajustar estos elementos irreconciliables, su hijo único...
puede incluso llegar al fanatismo, y ya no hay lugar "Su hijo único", repitió la nueva voz, que de nue-vo
para los fanáticos, aparte, naturalmente, el parecía ser externa también—Sí, sí, su hijo único.
manicomio. La cristiandad es una religión Yo fui a consolarla, llamado por ella. Soy su
verdaderamente sana... ministro, ella es miembro de mi congregación. ¿Qué
"¿Y qué sabes tú de ello?", preguntó la voz interior, podía decirle? Sólo la verdad: que debía aceptar lo
que ahora parecía externa también y llena de que no puede cambiarse, y seguir adelante con su
poderosa firmeza. vida. Después de todo, éste es el siglo xx. Pero ella
—El evangelio social —dijo el ministro se puso... casi violenta. Estaba amargada, ¡ella, una
apresurándose en sus palabras para alejar aquel joven inteligente! Era increíble. Parecía pedirme
temor totalmente irracional— no ha reemplazado algo...
exactamente a los evangelios. Sólo los ha hecho "¿Qué?", preguntó la voz.
más significativos para nuestros tiempos —se sentía —¡No lo sé! —exclamó—.O más bien debería de-
exasperado, tanto por aquello sin nombre que que era imposible que yo se lo diera, pues hubiera
surgía en él como por el hombre silencioso tras la sido una hipocresía, y absurdo. No podía decirle que
cortina—. ¿Ha oído hablar alguna vez de Paul es la voluntad de Dios y Él sabe lo que es justo, lo
Tillich? ¿No? Entonces le aconsejo que lo lea. Él que nos conviene, pues, ¿cómo podemos estar
habla de las trivialidades en las antiguas seguros de eso? ¿Quién ha dicho alguna vez que
interpretaciones. Pero usted no estaría de acuerdo fuera así?
con él, estoy seguro. Y hay otros como él, a los que “¿Quién?", repitió la voz como un eco.
yo admiro mucho, que divorciaron la ética del Agitó la cabeza con impaciencia casi desesperada.
misticismo y la colocaron firmemente en el marco —Ella esperaba de mí piadosos tópicos, la seguridad
de referencia de la vida moderna y las exigencias de que su hijo no se perdería para ella sino que le
modernas. La ética secular, la base misma del buen sería devuelto en algún cielo bucólico. Si yo le dijera
gobierno y de la buena voluntad y la eso a una joven normalmente inteligente me
responsabilidad. No es que yo sea un ministro sentiría avergonzado de mí mismo, y más tarde ella
secularista, pero yo entiendo que el reino secular y podría incluso reírse de mis palabras. Soy un
el espiritual son el mismo, no divididos por el hombre compasivo, pero me fue imposible mentirle
sobrenaturalismo. Ya no somos medievales, y decirle cosas en las que no creo personalmente.
comprenda. ¿O no lo sabe usted? Supongo que ella deseaba un milagro... la plegaria,
El hombre tuvo la astucia de no contestar, pues, ya sabe, que nos arrodilláramos juntos...
naturalmente, no le entendía. "¿Sí?", dijo aquella voz interrogadora y ridícula en
—¿Está usted ahí? —preguntó de pronto el doctor su interior. Agitó la cabeza una y otra vez.
Pfeiffer al ocurrírsele la idea de que allí no había ¡Díos mío! —gritó—. ¡Ojalá pudiera haberle
nadie. mentido! Lo deseo honradamente. ¡Al menos eso le
Hubo un movimiento, como si asintieran tras la hubiera supuesto algún consuelo, por pequeño que
cortina, ¿o fue sólo el aire del aparato de fuera, al pensar en la próxima muerte de su hijo
acondicionamiento? Luego se sintió convencido de único! Alguna tontería piadosa, como mi padre

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podía exponer a la menor provocación. Como por No nunca te negué porque nunca creí realmente en
ejemplo... ti. Tú eres un hermoso símbolo para mí. Jamás me
Se detuvo, pues la voz interior parecía ser enfrenté contigo antes. ¿Fue, quizá, porque nunca
totalmente externa ahora. te busqué? ¿Porque estaba convencido que no había
—¿"Yo soy la resurrección y la vida"? nada que encontrar más que un código de ética,
¿Qué era lo que había dicho Pablo de Tarso? Si expresado en majestuoso lenguaje, pero sólo un
Cristo, en realidad, no ha resucitado, entonces código secular y no un camino de vida espiritual? Te
nuestra fe es vana. El doctor Pfeiffer quedó negué porque me negué a mí mismo y a todo lo que
anonadado. ¿Por qué tenia que acordarse de eso yo instintivamente sabía. Me avergonzaba de ti en
ahora? Había olvidado, movido a compasión por mi corazón... porque me avergonzaba de mí mismo.
Susan Goodwin, la razón de su visita a aquel lugar. Creí que sólo aquello que podía explicarse encerraba
Debía recordarlo, dejar de imaginar tonterías. la verdad, que sólo las explicaciones racionales eran
¡Vaya, maldita sea, ya era como otro de los dignas de un hombre. Negué tu autoridad porque no
peticionarios en este vergonzoso lugar! Dijo con había autoridad auténtica en mí y por esa falta de
firmeza: autoridad personal, basada en la tuya, mis fieles me
—Me temo que me estoy apartando del tema. Creo miran re-chazándome... y no tengo nada que
que debería cerrar este negocio, ya sabe, por el ofrecerles. Quizás por esto veo con frecuencia sus
bien de todos nosotros. ojos irónicos, aburridos o desesperados. ¡Sin
"El gallo cantó tres veces." embargo, mi iglesia es tan perfecta, tan moderna!
No podía creerlo. Sus oídos estallaban con las Dejó caer su brazo y miró suplicante al hombre.
terribles palabras. Sin embargo, con seguridad que —Tan moderna —repitió, y rió amargamente—.
nadie más que él había hablado. Pero las palabras Pero entonces, ¿por qué vienen a mí si no tengo
de traición, de la más terrible traición, habían nada que ofrecerles? ¿No son ellos tan culpables
empezado a estallar en su corazón, no sólo en sus como yo?
oídos. Hipnotismo, pensó alocadamente, El hombre no le contestó. Siguió esperando, como
autohipnotismo en este lugar condenadamente había esperado a través de los siglos.
silencioso. Se movió paso a paso, alejándose de la —No —dijo el doctor Pfeiffer—, sólo yo soy culpable.
silenciosa cortina azul. Hoy me llamaron falso pastor. Y es muy cierto
“¿Quién decís vosotros que soy?” Se detuvo También soy un pastor estúpido. No, jamás fui un
bruscamente. No, nadie había hablado. Estaba verdadero pastor, ni una vez desde que fui
imaginándolo todo. Entonces le dominó una ordenado. Una mujer que está a punto de perder a
emoción semejante a la más terrible desesperación, su hijo único extendió hoy sus manos hacia mí y yo
una sensación de privación y desolación que no tuve nada que darle, ningún consuelo que
sobrepasaba todo cuanto hubiera podido imaginar. ofrecerle, pues no había nada en mí, nada de
Y gritó: consuelo. No era mi hijo el que moría, por tanto no
—¡Dios mío! ¡Dios mío! ¡Ojalá lo supiera! ¡Ojalá lo me sentía íntimamente preocupado —se detuvo y
supiera! miró al hombre—. El hijo de tu madre estaba a
Perdió todo orgullo, toda dignidad, todo lo que él punto de morir, y no hubo ninguno de sus amigos
admiraba en el hombre civilizado. Se acercó de que la consolaran; se apartaron de ella, lo mismo
nuevo ala cortina, olvidando que estaba que yo me aparté de Susan Goodwin, la madre.
autohipnotizado, olvidando que todo aquello era Ellos tenían una excusa: su cobardía. Mi única
fantasía. Vio el botón junto a la cortina y la pequeña excusa, que es la peor de todas, es que yo no tenía
señal que le informaba de que, si deseaba ver al respuesta para el dolor de una madre. Y es la peor
hombre que le había escuchado, no tenía más que porque yo no tenía fe. No tenía fe ni siquiera en un
apretarlo. símbolo.
Vaciló. Todo en él era penosa y ardiente confusión, Fue al sillón porque se sentía exhausto. Se sentó y
trastorno interior, total desconcierto. Jamás en toda el hombre y él se miraron en profundo silencio.
su vida había experimentado esto. Su mano se —No solo te traicioné. Traicioné a mi pueblo y al
acercó al botón y lo oprimió, y las cortinas se tuyo. Jamás les dije, como dijo Pedro, que tú eres el
apartaron. Señor. Para mí, tú eras una idea sin cuerpo, una
Vio al hombre que le había escuchado, a la gloria de difusión de buena voluntad y paz, una idea
la pura y brillante luz. Vio la realidad de los siglos, y hermosa...pero sólo una idea. ¿Por qué, entonces,
todo lo que él había negado mientras vivía creyendo me hice clérigo?
haberlo aceptado. Alzó su brazo al fin para ocultar Extendió las manos.
aquel rostro, aquellos ojos acusadores, aquellos —No lo sé. Pero no soy el único. ¡Qué pocos de
ojos llenos de piedad. Y, tras el infantil refugio de su nosotros saben, o se dan cuenta siquiera, de que
brazo, habló: hay algo que no saben! Nosotros sólo somos guías,
líderes, oradores, eruditos..., imbéciles. Imbéciles

19
teológicos que no creen en la teología y la miran mejor amigo... empezó a cruzar la calle
sólo como un ejercicio intelectual. Los profetas o repentinamente cuando me veía venir. Cualquiera
Freud. ¡Dios mío! Los profetas o el fraude. Nosotros hubiera podido pensar que yo le había quitado algo
decimos que tenemos el agua de la vida, pero suyo cuando empecé mi lucha de nuevo, pagué
nuestros pozos están secos y sólo elogiamos el todas mis deudas y llegué a ser más rico que él. Y
polvo. Hablamos sólo del mundo y nunca con todos ocurrió lo mismo. ¿Acaso alguno de ellos
preguntamos a las estrellas, pues el mundo es todo respondió por mí cuando estaba cargado de deudas
lo que conocemos... y todo lo que queremos para que pudiera seguir siendo miembro de los
conocer. Nuestro pequeño y cómodo rinconcito es clubs a que antes pertenecía? No. ¿Acaso vinieron a
suficiente para nosotros, pues en él podemos mi casa cuando me amenazaba el embargo para
sentarnos y exponer nuestras blasfemas y urbanas adelantarme el dinero que yo, de todas formas, no
tonterías y pronunciar palabras de paz en un mundo les habría aceptado? No. Parecía que Agnes y yo
en el que no hay paz, y ofrecer plegarias bien éramos leprosos, o algo así.
ensayadas, tan vacías de contenido como nosotros. "Y cuando me recuperé y me hallé de nuevo donde
¿Quién nos perdonará? antes estaba, se sintieron ofendidos o
El hombre le miró amablemente. El ministro repitió: avergonzados. No tenían por qué preocuparse.
“¿Quién nos perdonará? Jamás volvimos a verlos, ya me cuidé yo de eso.
Había tal angustia en él, una fe tan total, tan gran Agnes los llamaba "los consoladores de Job". No sé
dolor... qué quería decir con eso, tendré que averiguarlo en
—Sí —dijo—, aunque el gallo cantó tres veces, tú alguna ocasión. Si es que todavía habrá "alguna
me perdonarás. Tú siempre me has perdonado. ocasión" para mi, aunque espero que no.
Tomaré la vara y el cayado que me diste y que yo "Entonces perdimos a nuestra única hija, la única
rechacé. Buscaré el rebaño que tú me confiaste y lo que hemos tenido —la voz se hizo dura y lenta—. Y
llevaré a ti. Yo les diré que en ti está el camino, la el mismo día en que iba a casarse. Diecinueve años.
verdad y la vida, y que no hay otro en todo el La muchacha más bonita de nuestra comunidad. Eso
mundo. Ahora lo sé. fue poco después de perder mi negocio.
Se deslizó del sillón, se arrodilló humildemente ante Pensábamos que al menos tendríamos un poco de
el hombre e inclinó la cabeza. alegría con Pat. Pero supongo que el Dios de Agnes
—Hay una madre que me espera y cuyo hijo va a tampoco pudo soportar eso. Ella era todo lo que
morir. Ven conmigo y ayúdame a decirle tu teníamos. Una chica preciosa, graduada con
verdad... que no hay muerte, que Tú eres la vida honores en la universidad. Iba a casarse con un
eterna y que su hijo le será devuelto. Como tú fuiste joven que era todo lo que yo hubiera podido desear
devuelto a tu madre. para mi hija. Tal vez debería hablarle un poco más
Se puso en pie y sonrió al hombre: de Pat, pero supongo que Agnes ya se lo dijo todo
—En verdad, en verdad "Poderosa fortaleza es cuando estuvo aquí, hace un par de semanas.
Nuestro Dios", en la que estamos seguros y en la Aunque no sé por qué diablos tuvo que venir.
que estamos protegidos. Para siempre. "Pat no nos dio un disgusto ni nos causó ansiedad o
tristeza a lo largo de sus diecinueve años. Esto
ALMA TERCERA ocurrió hace doce años ya... cuando la mataron en
EL AFLIGIDO aquel estúpido accidente de automóvil junto con el
«Yo sé que mi Redentor vive.» JOB, 19, 25. ALMA chico con quien iba a casarse. A él no le importaba
TERCERA que yo estuviera arruinado y luchando por
—No he venido aquí en busca de consuelo —dijo levantarme de nuevo. Un chico magnífico. Casi
Francis Stoddard al hombre oculto tras la cortina digno de Pat. Ella era como un rayo de sol en la
azul—. Ya estoy harto de todas esas estupideces. casa. Nunca vi a nadie más vivo que mi hija. Mi
Cuando perdí mi negocio hace quince años ¡debería Pat... Cuando salía de una habitación, ésta parecía
usted haber oído a todos los que se auto nombraron más oscura. Cuando se oía su voz. bueno, era como
mis consejeros! Tenía que haberles escuchado a si alguien te trajera buenas noticias. Disfrutaba con
ellos, no debía haber hecho esto, tenía que haber todo y amaba a todo el mundo Incluso conseguía
hecho lo otro, si hubiera tenido más prudencia en hacerme reír en aquellos días terribles en que no
aquel asunto, si hubiera andado con más cuidado en sabíamos si podríamos conservar la casa un mes
aquel otro... nada me habría ocurrido. Después, más. No había nada que ella no pudiera hacer.
cuando conseguí superarlo mi posición, casi se Pintar, cantar... Quería dedicarse a la enseñanza por
sintieron ofendidos. algún tiempo, después de la boda. Tenía muchos
¡Ño les había pedido su consejo! ¡Lo había hecho planes...
todo por mí mismo! Mientras me veían caído podían El hombre se detuvo. Hacía doce años. Y parecía
sentirse superiores y compadecerme... y también ayer, cuando toda aquella luz, amor, gozo y
evitarme, por miedo a que les pidiera dinero. Mi esperanza se habían borrado en un instante,

20
dejando sólo un agujero negro en su vida. —Yo no nací en este país —dijo—. Nací en uno de
Recordaba a su hija en el momento en que le esos antiguos y desgraciados países. Y mi nombre
enseñara su traje de novia, fino, blanco, como una verdadero tampoco es Stoddard. Era uno de esos
nube, y la larga mantilla de encaje que Agnes había nombres que los americanos consideran
llevado en su propia boda. Recordaba el brillante impronunciables. Mi padre lo cambió, no porque se
nimbo de su cabello en torno al alegre rostro, y el avergonzara de él, sino porque lo estigmatizaba
profundo azul de sus ojos, y la blancura de su como polac según decían burlonamente, haciendo
esbelto cuello. Él había sentido —aunque nadie lo las cosas más difíciles aún para él, si eso era
creía ahora, excepto Agnes— una repentina y posible. Él llegó aquí con su hatillo a la espalda,
horrible angustia en su corazón al verla vestida así; todo lo que tenía. Mi madre llevaba unas mantas
una espantosa premonición, como si la hubiera visto viejas. Papá quería que las dejara allá, en su tierra,
con su mortaja. (Realmente la enterraron con su pero ella dijo —y mi madre era una mujer muy
traje de novia, incluso con el velo y el ramo blanco sabia—: "¿Quién sabe? Tal vez las necesitemos." ¡Y
entre sus manos inmóviles.) No, nadie lo creyó ya lo creo que las necesitamos durante cinco
cuando lo contó más tarde. malditos años de hambre, cuando mi padre
—Era el vivo retrato de Agnes, vestida así ante mí, trabajaba por doce dólares a la semana en una
dando la vuelta y haciéndome una reverencia —dijo zanja o en una fábrica! Eso fue antes de la primera
al hombre tras la cortina—. Supongo que debió ver guerra mundial. Yo era un bebé entonces. Mis
algo en mi rostro, pues corrió hacia mí y me besó y padres dejaron el viejo país porque sintieron en su
dijo: "Papaíto, nunca me separaré de ti, nunca." sangre campesina que algo horrible caería sobre
Pero sí me dejó, sí me dejó. Salió al día siguiente y ellos si no se marchaban en seguida. Y así sucedió...
ya nunca la vimos de nuevo. No me importa lo que a sus familias.
el sacerdote trató de decirnos. Pat ya no existe. Se detuvo, luego sonrió con infinito disgusto y
Hace doce años. Ahora ya no será más que polvo, angustia.
nuestra niñita; huesos y encajes comidos por los —Agnes me dice que también la Sagrada Familia
gusanos. Algunas veces, pensando en ello, no hubo de huir así, y por las mismas razones poco
puedo soportarlo. más o menos. Supongo que aún lo recuerdo de la
Se llevó las delgadas manos al rostro, escuela parroquial, en una parte miserable de la
apretándoselo. Los había vencido, pero ahora ya no ciudad... de una ciudad que no era ésta. Pero no
podía más. Y venían a regocijarse con su dolor. prestaba demasiada atención. Pronto dejé de creer
Los consoladores. No habían sufrido un desastre en un Dios misericordioso al ver qué poca
financiero que les privara del trabajo de toda su misericordia había en la vida que llevaban mis
vida, que les amenazara con la vergüenza, la padres. Tenían cuatro hijos más, aparte de mí.
penuria, la pérdida total. Como si eso no fuera Todos murieron de tuberculosis, prácticamente de
bastante para matar a un hombre. Y luego... Pat. hambre. Recuerdo a mi madre (siempre la recuerdo
—Resulta fácil consolar a un hombre como yo así) de rodillas, blanca como la leche, rezando el
cuando uno puede irse a su casa a dormir en paz y rosario y hablando de la voluntad de Dios. ¡La
hablar con sus hijos. Pero, aparte sus palabras de voluntad de Dios, por Cristo! ¡Cuatro niños muertos
consuelo... bueno, el viejo Frank estaba siendo porque sus padres no podían conseguir bastante
castigado por lo que fuera que hubiese hecho por un comida para ellos, ni un lugar decente en el que
Dios malvado, o al menos no debía ser bueno o no vivir! Con todo lo duramente que trabajaba mi
se habría visto en aquella situación, perdiendo el padre, y tra-bajaba doce horas al día, seis días a la
negocio que fuera también el de su padre. El viejo semana, y estaba agotado e inclinado como un viejo
Frank no era muy inteligente además. Pobre Agnes, a los treinta años, no podía ganar suficiente dinero
casada con un fracasado. Sí, era una pena lo de para mantener a su familia adecuadamente vestida,
Pat... pero esas cosas suceden todos los días. alojada y alimentada. La parroquia (y era tan pobre
"Pero no les sucedían a mis queridos y viejos como nosotros) ayudó a enterrar a mis, hermanos...
amigos. Ni les han sucedido aún. Siguen con su vida Se detuvo, su rostro cambió un poco, luego se
plácida, rica, cómoda, serena y llena de endureció de nuevo, marcado por la angustia.
complacencias en sí mismos, haciendo planes para Apartó el pensamiento de aquellos hechos
sus hijos, jugando con sus nietos. ¡Dios mío! —gritó —Sólo quedé yo. Mi padre quería ser un auténtico
Francis Stoddard removiéndose furioso en la silla—. americano. Su hijo iba a tener educación, aunque él
Me gustaría verles sufrir un poco lo que Agnes y yo se matara trabajando. Era un hombre orgulloso,
hemos sufrido, no sólo el desastre financiero... y lo aunque sólo fuera un polac. Un hombre bueno,
de Pat... ¡sino casi desde el día en que nací! devoto, temeroso de Dios, confiando en el Dios que
Su delgado rostro se contrajo con terrible mataba a sus hijos. Sí, yo iba a tener educación. Mi
resentimiento y cólera. padre buscaba una salida, pero no la encontró
durante muchos años. La fábrica en que al fin entró

21
a trabajar manufacturaba limpiavidrios de asegurado que ella lo ignoraba—. Tú no quieres
parabrisas entre otras cosas. Él inventó uno mejor, hablar con él. Y pensé que podrías... ¿Por qué fui a
más sencillo, más eficiente. Nos hicimos él? Deseaba pedirle... por ti, Frank.
moderadamente ricos y yo fui al colegio, Pero ya —Y ¿qué te dijo?
había tenido antes que trabajar duramente cuatro Sus labios pálidos habían temblado.
años en una fábrica. Era un hombre adulto para —Todo —repuso.
entonces. Aparte de los años de duro trabajo en la —¿Le viste?
fábrica había trabajado también en las clases en la Había suspirado.
escuela superior. Mis manos —mírelas—. están Si. Le vi. ¡Oh, sí!
llenas de callos y__retorcidas por todo el trabajo Y ¿qué dijo ... sobre mi?
que hice. Y la suciedad está en mi alma, y el frío, la —Él... bien, él parecía querer hablar contigo... de
miseria, el desprecio y el hambre. Dicen que uno muchas cosas. ¡Frank, has sido desgraciado durante
olvida. ¡Uno no olvida nunca! Yo jamás olvidaré los tanto tiempo! Frank, ve a él por mí. Por darme
meses, de dolor que sufrió mi madre antes de morir gusto. No podría hablar con ella mucho más tiempo.
como resultado de las privaciones y la falta de Por darle gusto, pues, había ido a aquel estúpido
dinero para llamar al doctor cuando tuvo los lugar y estaba ahora hablando al hombre que
primeros síntomas de cáncer. astutamente se escondía tras aquella cortina azul —
Su boca se contrajo en una mueca atormentada. ¡por el amor de Dios!—, y hablando como jamás lo
—Mi madre murió antes de poder disfrutar del éxito hiciera con nadie, a excepción de Agnes. No
de mi padre. Éste no pudo soportarlo. "María no conseguía entenderlo. Él era un hombre reticente,
llegó a tener nada", decía, Pero... ¡era la voluntad taciturno como todos los polacos, reservado y
de Dios! Mi padre murió dos años después de que orgulloso. No, no podía entenderlo. Pero había
yo me graduara en la universidad y me ocupara de empezado a hablar y a hablar... Además, era todo
la pequeña fábrica. Realmente ya no estaba muy tan sereno allí, tan blanco y azul, tan silencioso.
vivo des» de que mi madre muriera. Pero en el momento en que el sacerdote de detrás
Francis Stoddard miró sin ver la cortina azul. Había de la cortina empezara con su santurrona homilía,
ido allí sólo porque Agnes había insistido en que él, Frank Stoddard, nacido Stypcynzki, se reiría de
viniera. Había ido porque se negaba a acudir a un él en sus nances y se largaría. Se iría a casa con
sacerdote, o a hablar con él. La única vez que Agnes... ¡Oh, Dios mío, Dios mío!
estuviera en contacto con los sacerdotes, después Gracias a su control, a su dominio propio, pudo
de rechazar a Dios siendo aún un muchacho, fue volver la mente al momento presente.
cuando se había casado con Agnes, cuando Pat —¿Por qué ha de cambiar su apellido un hombre
había sido bautizada y confirmada. ¡Los sacerdotes! para ser aceptado por personas que no son mejores
¿Qué sabían ellos de la amargura de un hombre, de que él, quizá ni siquiera tan buenas? ¿Por qué tiene
sus ansias, desesperación y terror, frente a frente que ser despreciado a causa de su raza o de su
con un mundo peligroso y cruel? A excepción quizá acento... por ignorantes que apenas pueden hablar
del padre Nowaczysk, otro polac de ojos trágicos, su propia lengua con una sintaxis decente y con una
oriundo también del viejo país. comunicación correcta? ¿Por qué ha de lamentar no
Él, Francis Stoddard, se negaba a recordar al viejo ha-ber nacido donde nacieron —¡santo cielo!— sus
sacerdote que enterrara a sus padres y a quien se "pares"?
había negado a escuchar, apartándose desesperado "Supongo que usted será un sacerdote americano,
y rencoroso. nacido en América. ¿Acaso se vio alguna vez
Agnes había hablado de aquel "consolador". ¡Otro despreciado por su familia, por su gente, usted que
de los amigos de Job! Un sacerdote. Otro que probablemente sería más inteligente y más honrado
hablaría de "la voluntad de Dios". Otro que y digno que sus vecinos? ¿Sabe lo que es que se
insinuaría quizá, como habían insinuado los amigos burlen de uno en la calle y le llamen polac o polaski?
de Job, que sus aflicciones eran, en cierto modo, un ¿Tuvo que pensar dos veces antes de hablar para
castigo por sus pecados. que su acento no ofendiera a personas que no
—¿Por qué fuiste tú a él, cariño? —le había tienen ni la décima parte del vocabulario que usted
preguntado a Agnes, aterrorizado de que ella posee? ¿Vio alguna vez la burla en el rostro de los
supiera la horrible verdad. imbéciles por su pronunciación o por el acento del
Su mujer le había sonreído tiernamente. viejo país cuando les habló? ¿Sabe lo que es
—Como no quieres escuchar al sacerdote de nuestra trabajar entre bestias que imitan burlonamente tu
parroquia... modo de hablar, o que se apartan de ti, o te tratan
—¿Sobre qué? —había exclamado Frank, dominado como si fueras un cerdo o un chacal? ¿Sabe lo que
por el horrible y amargo terror. es la risa de los animales? Pues es algo que hace
—Bien... —le miraba negando la verdad que él que uno se sienta como un animal también.
temía que supiera, aunque los doctores le habían

22
"Eso es sólo parte de la miseria que tuve que ingenieros. Mejoramos el limpiavidrios del
atravesar cuando era un niño en América. Una vez parabrisas, lo transformamos. Y me recuperé. Pero
los gamberros rompieron las dos ventanas de la no quiero, ni puedo olvidar a mis "consoladores"
pequeña casucha en que vivíamos y el dueño hizo que encontraron en mi fracaso una especie de
responsable a mi padre. Y él también era polaco. Y, vindicación de su propia virtud, de su propia
a propósito, ¿ sabe lo que es que un miembro rico agudeza. No importa.
de su propio pueblo, de su propia raza, imite el La suave frescura de la habitación parecía
desprecio de los demás cuando habla con sus impregnarle.
padres o con uno? "Estúpido polaco." Ése era el más —Creo —dijo— que eso es todo. Prometí a mi
suave de los epítetos, de personas que habían esposa que le vería, que le contaría algunos de mis
nacido allí... y, ¡maldita sea!, ¿no somos todos malditos problemas. Eso es todo.
europeos? Pero no había hablado todavía de lo peor. Sólo
“Aunque viviéramos aquí durante veinte había hablado de ello con tres doctores y nadie más,
generaciones. ¡Por lo menos mi gente no fue por temor a que llegara a oídos de Agnes. Ahora le
deportada aquí desde las prisiones y los burdeles pareció como si pudiera ver en realidad la herida
británicos! que iba extendiéndose, que sangraba en él. Hablar
"¡Oh, Dios mío! Todo eso no importa ahora. Ni sé de ello sería revelarlo a aquel hombre silencioso e
por qué lo he mencionado ante usted, que de todas indiferente tras la cortina. No mencionarlo en
formas no lo comprenderá. Ni siquiera cuando me absoluto lo hacía menos difícil de soportar. No
gradué en la universidad, ni siquiera cuando entré hablar de ello impedía que Agnes lo supiera. No
en la pequeña fábrica de mi padre, ni siquiera hablar de ello impediría que aquel desconocido
cuando me casé con una chica americana... tratara de impedir lo que él, Frank Stypscynzki, se
conseguí tener confianza en mí mismo. Seguía proponía llevar a cabo esa noche, mañana, o todo lo
siendo un extraño, y siempre lo seré. La amargura más durante el mes próximo. Sólo el pensar en ello
es demasiado profunda. Uno no olvida las cosas que era como un alivio desesperado para él, como un
ha sufrido de joven. Tus padres te hablan de los prisionero condenado a muerte en el cadalso dentro
grandes hombres de tu raza... pero ¿qué importa de ocho días y que se mata una noche para escapar
eso entre gentes que ni siquiera conocen a los a sus ejecutores, a sus ceremoniosos y sádicos
grandes hombres del pasado de su propio país? ejecutores. Morir en privado, morir a solas, le
"Sí, eso es parte de toda la amargura que tuve que permitía a un hombre conservar su dignidad. Todos
sufrir. Quizá yo sea más sensible que la mayoría. No sus asuntos estaban en orden...
ignoro que casi se ha aceptado a mi raza en Detroit ¿Lo están?
y Chicago, hasta se nos han concedido unos cuantos Casi saltó del sillón y su torturado corazón le golpeó
alcaldes allí, y congresistas, y un senador o dos. en el pecho. Luego se echó atrás. No había oído
Pero todo el mundo lo comenta siempre muy hablar al hombre. Era sólo su imaginación. Se oyó a
sorprendido y lo considera una excepción. ¡Por el sí mismo diciendo apresuradamente,
amor de Dios! tartamudeando: —Llega un momento en la vida de
Bueno, no importa. muchos hombres, como ahora en la mía, en que
Pero su rostro demostraba que sí importaba, que uno no puede sencillamente seguir viviendo. Ya no
jamás lo olvidaría. Sin embargo aquello era sólo una se puede soportar más. Es... es como una especie
llaga en la enorme herida abierta que era ahora su de horror. La mente... se niega aceptar el hecho de
corazón. Y la herida le estaba matando, a él, que que uno esté realmente vivo. Se niega a pensar en
jamás había sido tan valiente, orgulloso, desafiante ello. No lo acepta. Ya ha sufrido bastante. Lo ha
y fuerte durante tantísimos años. Llega un momento perdido casi todo... y ahora se enfrenta con perder
en que el hombre piensa que ya es merecedor de lo último, y lo mejor. ¿Cómo es posible vivir?
algo de paz... y entonces se la quitan. "Agnes, perdóname, pero ¿cómo puedo vivir?
No debería haberle hablado de Pat, pensó. ¿Cómo puedo vivir mirándote y aguardando? Agnes,
Probablemente ahora se dirá que, después de todo, querida mía, mi amor, que tienes tanta fe en un
eso fue hace doce años y que "el tiempo cura todas Dios que no existe. ¿Tendrías tanta fe si yo te
las heridas". El tópico de siempre. El tiempo no dejara esperar? Pero yo no puedo esperar. Se oyó,
cura. El hombre ha de seguir adelante, pero marcha en su agonía, pronunciando las palabras que había
con muletas. Y esta vez ni siquiera seguiré jurado no decir jamás, ni aquí ni en ninguna otra
adelante... parte:
—Ya le he dicho que fracasé en mi negocio. No —Soy un asesino y suicida en potencia. No, no en
importan los detalles. Quizá traté de expandir el potencia. Voy a matar a mi esposa y a matarme
negocio con demasiada rapidez. De eso se hablaba después. Y muy pronto.
siempre en aquellos tiempos, de la expansión. Así Escuchó su voz, su voz tranquila, indiferente, su voz
llegué a tocar fondo. Luego contraté buenos de traidor. Se puso en pie de un salto. ¡Aquel

23
horrorizado oyente detrás de la cortina, que aún no distinto... un ser pidiendo a gritos que lo maten,
había hablado, llamaría a la policía! Haría que le que acaben con sus sufrimientos.
vigilaran. Se lo diría a Agnes. Haría que le "¿Cómo soportar eso? ¿Cómo puedo sentarme a su
arrestaran a él, por imbécil, por loco, y que lo lado y verla sufrir, borracha de drogas, medio
metieran en un manicomio... y Agnes moriría sola muerta aun antes de estarlo del todo? Cuando ella
con toda la tortura de su enfermedad, e impedirían muera... ¿cómo podré vivir yo, y para qué?
que su marido se acercara a ella, el marido que se No sabía cuan lastimosa era su voz, cuan
había propuesto no dejarle conocer esa tortura, ni la destrozada y desesperada.
suya propia. Entonces ambos yacerían uno al lado —No hubiera podido soportar todos estos años,
de otro y junto a Pat, y toda la monstruosa después de la muerte de Pat, de no ser por Agnes.
abominación de la vida estaría ya tras ellos para Ella fue la que me mantuvo vivo. Agnes, que jamás
siempre, y sería casi tan bueno como si nunca se quejaba ni se asustaba cuando el porvenir
hubiera nacido. "En la tumba no hay recuerdos." No parecía tan negro hace quince... hace doce años. No
recordar los terribles años de la juventud, las luchas le importaba si nos veíamos reducidos a vivir en una
de los años de madurez, la horrible agonía de la sola habitación, decía, mientras nos tuviéramos el
pérdida, el término final del tormento... sería casi uno al otro. Agnes era capaz de reír incluso en los
tan bueno como si nunca hubiera sucedido. peores días, y cogerme de la mano y mostrarse
Ahora se marcharía antes de que el hombre pudiera optimista pensando en el día de mañana. Ella...
salir corriendo de su escondite detrás de la cortina a Agnes.. es toda mi vida. no hubo nada antes de ella.
llamar a los que insistirían en que Frank Stypscynzki No habrá nadad después de ella. Tenga piedad de
soportara hasta el final una vida que jamás debería mi, pues, intente comprender, déjeme ir y olvídese
haberse vivido. Pero la cortina no se agitó, no hubo de que estuve aquí jamás...
movimiento tras ella. Probablemente aquel tipo Se movió hacía la cortina, extendiendo las manos
inteligente aguardaba a que él revelara su nombre. como un mendigo.
"Pero yo te conozco." ¿No comprende? Se lo hemos ocultado todo a
—No —dijo Francis Stoddard—. Usted no me Agnes. Les obligué a prometérmelo. No lo sabe. Y
conoce. Hay media docena de fabricantes cuando yo... cuando haga lo que debo hacer... no lo
semejantes a mí en esta ciudad. Además, no vivo sabrá jamás, ni en esta vida ni en la otra. Jamás
aquí. Usted no me conoce y yo no le conozco. conocerá el dolor.
"Pero yo te conozco." Se llevó las manos a las Hacía ya tres meses que el sol parecía haberse
sienes. "No, no", se dijo. "No ha hablado nadie. puesto para él, tres meses que llevaba contando los
Debo estar perdiendo la razón." días, cuyas noches no habían sido horas de
—No interfiera, en el nombre de Dios, si es que cree descanso a menos que se atiborrara de sedantes,
en Él. Lo único que me ha mantenido vivo es Agnes. cuyos días habían carecido de luz, y de sonido de
Llevamos casados treinta y dos años. Yo no tenía a voces, sólo un maldito silencio, y todo había sido
nadie antes de casarme con ella. Ni tengo a nadie como una horrible pesadilla de la que no podía
ahora. Jamás hallé la vida digna de vivirse excepto despertar, y todo cuanto se movía en el mundo en
cuando me casé con Agnes, y luego cuando nació torno a él se había hecho irreal, una sombra sin
Pat. Todos los años que trabajé... ahora veo que no significado, y todos los momentos habían sido como
valían la pena de ser vividos. Todo era inútil, todo la renovación de una constante muerte. Hasta el
carecía de significado. Tengo dinero y un buen olor, el gusto, la vista de la vida era como de un
negocio. ¿De qué me sirve cuando Agnes se muere cementerio lleno de muertos que se movían
y nada puede salvarla? ¿Cómo vivir cuando ella espasmódicamente, carentes de volición. Había
muera? Seguir tra-bajando, apilando el dinero, conocido la muerte en aquellos tres meses en todo
expandiendo... ¿para qué? No lo necesito. No lo su cuerpo, en sus inquietos pensamientos, en sus
necesitaré cuando muera Agnes. No lo locuras repentinas, sus noches de terror, sus días
quiero.]Tengo cincuenta y nueve anos, casi sesenta. ciegos, su anhelo de creer en Dios para poder
"Los doctores me han dicho que Agnes tiene un odiarle.
cáncer inoperable, algo terrible que no se ha ¿Qué te pasa cariño? le había preguntado Agnes con
manifestado hasta ser demasiado tarde. Nada ansiedad. Pareces enfermo. Apenas duermes por la
pueden hacer por ella. En poco menos de un mes noche.
empezará a sentir dolores. Pocas semanas después Nada, nada había contestado. No debes
le resultará insoportable. Entonces morirá preocuparte. Es que pasa algo en la fábrica y...
sangrando, sufriendo, pidiendo a gritos que la Siempre pasa algo había dicho ella con una sonrisa,
maten. Me rogará que la mate. Usted no sabe qué y lo has superado docenas de veces. Bueno, quizá
ojos tan maravillosos tiene, qué ojos tan dulces. necesites un tónico. El que el doctor me dio hace
Serán como los ojos de un perro torturado... ¿Puede tres meses me ha ayudado mucho. Ya recordarás
imaginarlo? Ni siquiera será ya Agnes. Será alguien que delgada me había quedado y que débil.

24
Pero ahora, día a día, enflaquecía y se cansaba más. viendo salir el sol en el cielo gris azulado de la
Ahora le mentía par que él no se preocupara por mañana. Agnes durmiera do con el rosario
ella. Pronto empezaría el dolor, ese dolor mortal e entrelazado en sus dedos. Agnes exclamando de
implacable que no mata, limpia y pronto: "Qué mundo tan hermoso! ¡Debe ser un
misericordiosamente, de una vez. Pero él no reflejo del cielo!" Él había sonreído con indulgencia
deseaba que le ocurriera a ella. al oírla, pues no había nada más que este mundo.
“¿Quién te ha dado el poder de la vida o la muerte Y todo esto había comenzado apenas hacía tres
sobre otro, o sobre ti mismo?” meses. Alguien le había traicionado, alguno de
en su angustia ya no se preguntó si había oído aquellos embusteros doctores...
aquello o si sólo imaginaba que lo oía. Dijo: "El alma lo sabe."
Yo me lo di, pues tengo el poder de la voluntad y la ¡No existe el alma! —exclamó, dominado por el
decisión, que se reserva a un hombre y yo soy un terror y el sufrimiento.
hombre. No me hable de moralidad o inmoralidad, Le sobrecogió un horrible pensamiento. ¿Sería
de pecado o de castigo. No existen. Yo no elegí posible que Agnes lo supiera y no quisiera
nacer. Pero puedo elegir cuándo morir. amargarle permitiéndole saber que no lo ignoraba?
“Entonces Agnes debería tener el mismo derecho. ¿Quería que él creyera que no sabía el horror que la
Tu no deberías tomártelo. Quizá ella prefiera vivir estaba matando? ¿Cómo explicar, si no, tantas
todo lo posible... contigo. ¿Cómo sabes cuánto dolor cosas que le habían desconcertado? ¿Que le mirara
podrá soportar esa mujer valiente y amorosa? ¿Es con piedad y ternura? ¿Que su boca temblara con
acaso un animal sin inteligencia al que tienes palabras reprimidas? ¿Y sus incesantes sugerencias
derecho de exterminar? Ella jamás te lo de la bondad de Dios, de la voluntad de Dios? ¿Y su
perdonaría.” ansiedad por él? ¿Y su insistencia de que asistiera a
No lo sabrá nunca, porque en la tumba no hay misa con ella. (Él siempre se había negado, aunque
recuerdos. amablemente.) ¿Y los besos tímidos y repentinos, el
“¿Quién te lo ha dicho?” modo de abrazarse a él? ¿Y las manos en sus
Se puso en pie ante la cortina y alzó la mano como mejillas, acariciándole con urgencia, como si
para golpearla en su angustia. estuviera tratando de comunicarle con su carne las
Mi razón me lo dice. palabras que no se atrevía a decir?
“¿Y quién te ha dicho que tu esposa no sabe que —¡Oh, no! —gimió—. Puedo soportarlo casi todo
pronto morirá?” menos que Agnes lo sepa.
La terrible pregunta, o pensamiento, fue como una Si lo sabía, entonces era posible que ya sufriera
explosión de fuego en su mente, un fuego ardiente intensos dolores y no se lo hubiera dicho porque,
y devorador. claro, no quería angustiarle. ¡Qué sola debía
—¡No lo sabe! Nadie se lo ha dicho. ¡Es imposible sentirse... si lo sabía! Y entonces le acometió el
que lo sepa! devastador pensamiento de que estaba privando a
La blanca habitación estaba muy silenciosa. ¿Lo Agnes de su último consuelo, de la total
sabía Agnes? ¡No, no! Pensó en ello frenéticamente. comunicación con su marido, una larga y amorosa
Empezó a recordar pequeños detalles que apenas despedida, una esperanza final. Él sólo había
había observado en su momento. Agnes leyendo, pensado en la terrible desolación de su propia vida
luego dejando caer el libro en el regazo y mirando al cuando ella muriera, el camino pedregoso, las
espacio con ojos muy quietos y soñadores. Agnes horas, las semanas, los días sin luz, los años sin
cogiéndole la mano de pronto y sonriendo como si le signi-ficado que tendría que recorrer solo...
pidiera algo. Él pensaba que estaba tratando de "Sólo pensabas en ti mismo."
"animarle" para algún problema "de la fábrica". "Sí —se dijo con la vieja angustia de siempre—. Ni
Agnes arrodillándose junto al lecho no sólo antes de siquiera fue el dolor de Agnes el que me destrozaba
acostarse, sino a veces en las oscuras horas de la cuando murió Pat. Sólo mi propio dolor." Sin
madrugada. Él pensaba que rezaba como suelen embargo, ella era la madre de Pat. Él había creído
hacer las mujeres maduras en las noches de que la fortaleza de Agnes se debía a la locura de la
insomnio... recordaba eso mismo de su madre. fe; había pensado que ella, Dios le perdonara, era
Agnes quejándose silenciosa de pronto y mirándole, menos sensible que él. Cuando después su esposa
y, a pesar de su sonrisa, sus ojos se llenaban de hablaba de Pat con cariño y serenidad, había pasado
lágrimas. Él había pensado que recordaba a Pat. por momentos de furiosa amargura creyendo que
Agnes paseándose sola por el amado jardín, sin ella había amado a la niña menos que él, y había
pedirle que la acompañara como hacía experimentado cierto resentimiento. ¿Era posible
generalmente, e inclinándose a tocar una flor o que Agnes creyera realmente que Pat estaba aún
alzando la cabeza para estudiar el cielo de la tarde, cerca de ellos, y segura con Dios, y que su marido
perdida en pensamientos desconocidos para él. necesitaba el consuelo de su esposa y no sus
Agnes levantada al amanecer y de pie en el césped

25
lágrimas? Sí, era más que posible. Era cierto. No lo Él se había reído y le había dado unos golpecitos en
dudaba, ni lo discutía ahora. Era muy cierto. la mano, al modo que un padre acaricia a un niño
Entonces, le había privado de consuelo después de que afirma apasionadamente su fe en un lindo
la muerte de Pat. Y la estaba privando ahora del cuento de hadas. ¡La fe de las mujeres! Que las
último consuelo de su vida con su silencio. ¿Qué pobrecitas la disfrutaran, si con eso alimentaban sus
pensaría Agnes de él, un hombre sin fortaleza, sin sueños y fantasías. Ellas no sabían nada de la
fe, sin valor? Estaba seguro de que ella no le realidad.
despreciaba. Quería ayudarle como una madre —Yo era el que no sabía nada de la realidad —dijo—
ayuda a su hijo. Pero era una mujer, y necesitaba a . Ahora sé que yo creía durante todos estos años. Y
su maridoRecorría sola las ultimas jornadas de su pensé que... matando a Agnes y suicidándome, me
vida y en silencio, porque él había creído que así la vengaría al fin de Dios. Arrojaría nuestras vidas a su
cuidaba mejor. Pero en el matrimonio no debe rostro y le defraudaría. Todos los hombres nacen
haber secretos; el marido y la mujer son uno y con fe; es parte de nuestra naturaleza. Cuando la
deben compartirlo todo, la vida y la muerte, la rechazamos realmente rechazamos lo que somos.
esperanza y el dolor, la reunión y la separación. Insistimos con petulancia infantil, en que no somos
Había condenado a Agnes a morir sola. Tanto si él hombres, sólo animales. Estamos tratando de
elegía la hora de su muerte como si al fin moría de provocar a Dios... toda su vida pasó ante él, el
su enfermedad, estaría sola, entraría en la hambre el frío, la rabia, la lucha, la impotencia, el
oscuridad sin la última amorosa seguridad y fe. Para ansia, el dolor, la desesperación; ahora la vio como
una mujer como Agnes, eso era peor que cual-quier una vida rica, por la que debía sentirse agradecido y
sufrimiento físico. Estar sola. feliz... pues se le había dado la fuerza necesaria
—Yo pensé —dijo en voz alta, en la profundidad de para vencer a la desgracia. Los que jamás conocían
su nueva humildad y desesperación— que la batalla, jamás conocían la victoria. ¡Qué vida tan
únicamente era yo el que marchaba solo, vacía!
soportándolo todo. Y, en estos treinta y dos años, Que Dios me perdone rogó. Apretó el botón junto a
Agnes ha estado sola también, porque yo nunca le la cortina. Padre bendígame porque he pecado.
pedí que caminara conmigo. Yo sólo estaba tratando Las cortinas se separaron y vio al hombre que le
de evitarle un sufrimiento. había escuchado tan pacientemente. No se sintió
Sin embargo, nada le había evitado. Y Agnes había sorprendido ni asustado. Sólo se arrodilló y unió sus
sufrido además el añadido tormento de guardar manos, y por primera vez en muchos años se
silenció ante un hombre que no le hablaba... por su santiguó e inclinó la cabeza
terco amor y orgullo. Sí, tú me das el valor para seguir, como siempre lo
_ Que Dios me perdone —dijo en la habitación hiciste dijo mentalmente a aquel hombre. Nunca me
blanca y azul. Comprendía ahora por qué Agnes abandonaste. Yo fui el que te abandonó, en mi
había ido allí. Había sido por él, porque no quería resentimiento infantil. Tú me lo perdonaras todo.
hablar con el sacerdote de la parroquia. Había ido “Ahora puedo volver a casa y a Agnes y decirle que
en busca del valor y esperanza que su marido le lo sé. Puedo darle el consuelo que jamás le di antes.
negaba. Porque 1 le había negado una parte Ya no estará sola. Va a ser terrible para mí cuando
necesaria de la vida: el olor, la lucha, la ella sufra, pero estaré allí para ayudarla a
desesperación. Se había creído único entre los soportarlo. Trataré de tern su propia fe y su valor.
hombres por la desgracia. ¿Qué sabía realmente él No será fácil. Los hombres no se transforman en un
de las angustias particulares de sus amigos y instante. Pero, con tu ayuda, perseveraré. Incluso
vecinos, a despecho de sus sonrisas y su podré vivir con cierta serenidad cuando Agnes se
conversación casual? Les había juzgado únicamente vaya...contigo. Con tu ayuda.
por su aspecto. Y ahora comprendía que todos los “Pero tu tendrás que decirme una y otra vez que la
hombres son uno, y sufren lo mismo en diversos separación no será para siempre. Tu me dirás, como
grados. Y los que sufrían muy poco... ¿qué sabían mi esposa trató de decirme, que mi Redentor vive.
de la vida, de la victoria y la exultación, de una Cuando salió a la luz del sol otoñal, quedó
alegría extraordinaria y del vencimiento triunfante? anonadado. Ni siquiera se había percatado de que el
Ellos eran los verdaderamente pobres. verano había terminado ya. Vio los árboles
—He vivido una vida egoísta —dijo al hombre tras la brillantes, aquellos tonos cobrizos bajo el sol, y la
cortina—. He vivido amargamente, tercamente. vida entró en sus oídos, y los hombres y mujeres de
Jamás permití que una herida se curara por sí la calle ya no le parecieron seres sin vida. Eran
misma. La mantuve sangrante. Soy un cobarde humanos de nuevo, parte de sí mismo, y se
En una ocasión Agnes le había dicho, después de un preguntó con humildad cuántos de ellos serían
cínico estallido por su parte a propósito de la valientes y ocultarían la angustia, la derrota y el
religión: dolor bajo un aire enérgico y de seguridad, y
—Yo sé que mi Redentor vive.

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cuántos sabrían que algunos de sus seres amados saberlo. Habían estado aplaudiéndose a sí mismos,
estaban a punto de morir, o incluso ellos mismos... como de costumbre. ¡Ególatras! ¡Mezquinos
Si podían soportarlo... si un hombre podía seguir embusteros! Él, Paul Winsor, prefería a los que le
viviendo con aquel horrible conocimiento de sí despreciaban abiertamente que a los que le
mismo... entonces él, Francis Stoddard, lo “amaban”. Los que le despreciaban eran al menos
soportaría también. honestos, podía hablar con ellos y convencerles en
Y el hombre que le había escuchado... también ocasiones. Pero los embusteros aduladores eran un
había sido un extraño en tierra extraña, con un peligro mucho mayor para él, y para todo lo que él
acento que invitaba al ridículo. Se habían burlado de era. Provocaban al violento que no puede soportar
él, le habían despreciado. La multitud se había la hipocresía, y él no podía soportarla. Que un
apartado de él. Había conocido la pérdida total, el hombre le odiara; entonces había posibilidad de
dolor y lo que a muchos parecía la última derrota y conciliación. Pero no podía haber reconciliación con
humillación. Había conocido todo lo que los hombres los que le "amaban", con los que perversamente ;
han conocido y conocerán en la vida. Y de su insistían en amarle a su propio modo... un modo
derrota había venido la victoria... de su muerte la que le daba asco, que le hacía sentirse tan
vida. Sobre todas las cosas había sido valiente, y consciente de sí mismo. Y avergonzado, con una
había perdonado. vergüenza que nadie debería hacer sentir a ningún
"Pat no está perdida para mí —pensó Francis hombre. Había ocasiones en que ellos le ponían la
Stoddard caminando de nuevo bajo el sol—. Y mano en el hombro y se sen-tía ultrajado. ¿Cómo se
¿quién sabe? Quizás, al morir tan joven, no tuvo atrevían a tocarle como tocarían a un perro al que
que sufrir todo lo que yo he sufrido, todo lo que su no comprendían pero que deseaban aplacar, o peor
madre ha sufrido. Si es cierto que no alcanzó su aún, deseaban seducir con un falso afecto? ¿Serían
total realización, tampoco fue nunca traicionada, ni tan condescendientes con uno de los suyos?
experimentó el dolor. ¿Qué me dijo Agnes en una ¿Violarían la reticencia con los de su clase, como la
ocasión? Que esta vida es sólo como la obertura a la violaban con él?
verdadera vida, que su mejor sonido y armonía no "¿No soy un hombre como tú eres un hombre?" ¡Ja!
son de este mundo. Pero, obertura o no, la música ¿Acaso era pedir demasiado el desear que los seres
es muy hermosa, aunque en ocasiones terrible. No, humanos le trataran solamente como un hombre,
no estoy reconciliado con la idea. ¿Cómo podría no con furioso odio y asco, ni con falso "amor"?
estarlo? Pero al menos no me siento desesperado Cualquiera de las dos cosas era un insulto a la
ahora. Soy un hombre completo como nunca antes humanidad de un hombre, pero esto último era lo
lo fui. Pues en realidad mi Redentor vive y, porque peor, lo peor de todo con mucho.
Él vive, todo lo que yo amo vivirá, y volveré a estar Paul Winsor, Summa cum laude, Harvard, y la
con ellas y esta vez no habrá separación. Había Administración de la Escuela Comercial de Harvard.
pensado ir directamente a casa. Pero subió a su Hombre de negocios que, a los treinta y ocho años,
coche y fue en él a la rectoría del sacerdote. valía medio millón de dólares, cada dólar ganado
con sudor y sangre. Cinco pequeñas fábricas que
ALMA CUARTA empleaban a cien personas, más en plena
EL DESTERRADO temporada. Una linda esposa, Kathleen, ejecutivo
—¿No soy un hombre, como tú eres un hombre? de su compañía. Dos maravillosos hijos, Timothy y
¿Por qué me niegas mi manifiesta humanidad? Ailsa. Orgullosos de él, orgullosos de sí mismos.
SÉNECA. "Ensayo sobre la humanidad" Ellos no sabían cuánto se despreciaba él en
ALMA CUARTA ocasiones, ni que hubiera algo que despreciar en él,
Suponía que se habían ofendido cuando se excepto lo que respondía a la actitud de los otros,
marchara de la mesa el almuerzo tan bruscamente. especialmente los más patrocinadores. A partir de
Había terminado su conferencia con una nota de hoy debía apartarse de ellos y permanecer entre su
desesperación, pero ellos no habían escuchado esa propia comunidad, donde al menos era respetado
nota. De eso estaba seguro. Jamás oían nada más como un hombre de negocios inteligente y próspero,
que el aplauso de su propia satisfacción y el aplauso y no como un "problema", o una "causa nacio-nal".'
de sus colegas por su “tolerancia” y “liberalismo”. Estaba en el Consejo de la Escuela también, y en el
Cuando él había citado a Séneca preguntando: “¿No Consejo de su Iglesia, y era el encargado de recoger
soy un hombre, como tú eres un hombre?”, se dinero para las obras de caridad. Y pertenecía
habían limitado a asentir solemnemente mirándose asimismo a los Rotarios. (Eso había desconcertado a
unos a otros con grave asentimiento. Pero seguían algunos de los Rotarios importantes en el almuerzo
ignorando lo que él quería decir. de hoy. Podía verles tratando de discurrir
Y él había citado aquella frase por ellos. No lo furiosamente alguna salida, intentando mostrarse
habían sabido, o eran demasiado estúpidos, o complacidos. Tan for-zadamente lo intentaban que
estaban demasiado satisfechos de sí mismos para no se les veía complacidos en absoluto.) Su nombre

27
figuraba en el Quién es Quién de América por su grises, pequeños, pero muy brillantes. Pareció
invento de la máquina que hiciera posible su vacilar. Al fin había dicho: "No es una ermita, ni una
negocio. El año anterior, la compañía de la que era capilla. Nuestra ciudad se enorgullece de él. Hay
presidente había ganado casi dos millones de unas palabras doradas, en arco sobre la entrada. EL
dólares. Todo un logro para el hijo de un pobre HOMBRE QUE ESCUCHA. Se alza ahí desde hace
ministro. muchos años, incluso antes de que yo viniera a esta
Sólo el único judío del grupo de invitados le había ciudad. Creo que hay... un hombre... que escucha a
mirado con amarga comprensión cuando él la gente, sus problemas, sus preocupaciones. A los
preguntara "¿No soy un hombre, como tú eres un desarraigados, también a los que tienen miedo.
hombre?" Sólo el judío no había asentido con ojos Gentes que viven fuera de la religión organizada,
solemnes, la boca torcida hacia abajo y aire de algunos de ellos. Muchos han venido a mí después
mansedumbre. El judío había sonreído débilmente, de visitar el santuario." De nuevo había vacilado.
y también con cierto sarcasmo. Paul Winsor se "Algunos habían estado a punto de suicidarse. Él...
arrepentía ahora de haberse marchado tan el que está ahí... les había ayudado. Luego habían
bruscamente después del almuerzo en el hotel; acudido a mí, o a otro clérigo." El sacerdote se
quizás hubiera podido tener una conversación alejó.
irónica y confidencial con el judío. Y pro- El hombre que. escucha. ¿Quién escuchaba en estos
bablemente, lo mejor de todo, alguna amarga risa tiempos, en estos días ruidosos, satisfechos,
entre miradas de complicidad. También había prósperos, opulentos, dinámicos? Todo el mundo
habido allí otro que quizá hubiera tenido algo que hablaba ruidosamente, pero nadie escuchaba a
decir en privado: un viejo sacerdote irlandés con un nadie/ Paul
acento que cortaba como un cuchillo. Había Winsor se sentía intrigado. Había seguido mirando
pronunciado la oración inicial. Los miembros del hacia el santuario hasta que llegó la hora del
Club del Almuerzo eran muy tolerantes. Traían a un almuerzo. El hombre que escucha. ¿Un clérigo, un
clérigo de distinta fe para cada almuerzo. El doctor, un psiquiatra? Debe ser un tipo raro en
sacerdote, un hombre viejo, grande y rudo, con realidad, si puede dejar de hablar el tiempo
rostro de luchador y ojos de místico, tampoco se suficiente para escuchar a alguien. Porque en estos
había sentido demasiado cómodo. Ante la pregunta tiempos nadie escucha a nadie, sino a sí mismo.
de Paul había fruncido el ceño, como si la frase Paul se había olvidado por completo del santuario
fuera un desafío y el sacerdote creyera que, en cuando empezó el almuerzo. Se había sentado a la
aquel caso, no debía haber un desafío en absoluto. derecha del presidente, un hombrecito delgado,
Pero lo había. huesudo, con ojos fríos y acuosos, una boca viciosa,
Justo antes del almuerzo se había asomado a la modales impecables, mirada alerta, cabeza gris y
ventana y había visto, en medio de aquel voz aguda y penetrante. Un caballero muy cortés en
congestionado vecindario, varios acres verdes de todos los aspectos. Paul era el orador del mes. Su
césped maravillosamente cuidado, a la sombra de tema había sido "Los problemas del hombre de
unos árboles en sus gloriosos colores otoñales, negocios en una economía controlada". El
dorado, castaño, rojo fiero, pálido amarillo. Un presidente había dicho:
parque encantador. Había distinguido caminos —Sí, eso es muy importante, teniendo en cuenta la
serpenteantes de fina grava, y grutas, y bancos de burocracia de Washington. Pero, y espero que no se
mármol repartidos aquí y allá, y una fuente o dos de sienta ofendida por ello, nos ha decepcionado un
agua saltarina. En el mismo centro, en una pequeña poco su elección del tema, pues habíamos confiado
colina se alzaba un magnífico edificio blanco, bajo y en que nos daría una charla sobre la intolerancia
alargado, como un templo griego. Había preguntado racial y los derechos civiles. Desde su punto de
a otro individuo qué era aquello. "¡Oh!", había vista, naturalmente.
contestado éste con despectiva indulgencia, "lo Paul había fruncido el ceño:
llaman santuario. Una especie de capilla o ermita, —¿Mi punto de vista? Es un punto de vista humano,
construida por un viejo abogado fanático de antes eso es todo, con un amplio marco de opiniones
de mi época. Creo que mi padre le conoció. Yo diferentes. ¿Por qué mi punto de vista ha de ser
nunca le he visto de cerca. Es una especie de distinto del de los demás?
vergüenza para la ciudad, aunque se supone que es El presidente le había mirado con asombro:
algo religioso. Resulta sorprendente que el clero no —Usted es de Georgia, ¿no?
ponga objeciones. Podría preguntar al sacerdote que —Sí. Allí tengo mi fábrica, y allí vivo con mi familia
estará en el almuerzo hoy, ¿cómo se llama?... No lo —sintió que la frente le ardía y se le ponía tensa—.
sé. Siempre traemos un clérigo distinto. Quizás él Empleo tanta gente blanca como de color, por
pueda decírselo". supuesto. Y nunca he tenido problemas. Hasta hace
Paul había interrogado al sacerdote justo antes del muy poco.
almuerzo. El viejo le había mirado con sus ojos

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Había mirado aquellos fríos ojos azules, y los fríos de dulces palabras de consuelo y vagas respuestas:
ojos azules le habían devuelto la mirada, y fue como "Hijo mío, entiendo tu problema y lo lamento. Pero
si unos luchadores se enfrentaran en mortal recuerda. Todos somos uno en Dios."
combate. "Con que sí, ¿eh?", se dijo Paul, odiando ya al
Había continuado amargamente: hombre que escuchaba. Si eso es verdad, entonces
Hasta que los agitadores profesionales trataron, de hay algo que va terriblemente mal. Con seguridad
arruinarlo todo. Gentes que tienen su propia misión que Dios prefería a sus santos —si es que había
siniestra. El presidente había dicho, con hielo en la Dios, después de todo—, a monstruos en forma
voz: humana, sin importar la raza o el color, o la religión.
—Yo no la llamaría siniestra. Permítame un consejo: Con seguridad que Dios, aunque su padre había
No se meta con eso en su conferencia. Limítese a su dicho que Dios no era un aceptador de personas,
guión —y la sonrisa que acompañó a sus palabras sentía un amor es-
había sido sencillamente malévola. pedal por aquellos que le servían con generosidad y
Pero Paul, sintiéndose enojado como pocas veces en esperanza. ¡Con seguridad que Él no habría mirado
su vida, no se había limitado al guión, y había a Hitler o a Stalin o a Khrushchev con el mismo
iniciado la conferencia con las palabras de Séneca amor con que miraba a los hombres sanos y justos!
dirigiéndose a todos aquellos defensores del amor ¡Sin duda que Dios habría mirado a un hipócrita con
fraternal: "¿No soy un hombre, como tú eres un odio! Sí, Él les había dicho con ira y repulsa:
hombre! ¿Por qué me niegas mi manifiesta "Mentirosos, hipócritas". O al menos su padre se lo
humanidad? había dicho, cuando les leía la Biblia a sus hijos
Hacía la mitad de su apasionada y furiosa cada noche.
disertación era ya obvio que sólo el judío, y Paul quedó ahora en pie ante las puertas de bronce
probablemente el sacerdote, habían absorbido del santuario.
realmente lo que les había estado diciendo. Los —Hola, hipócrita —dijo—. Te conozco, a ti y a toda
otros, como de costumbre, habían ido la especie de clérigos. Me darás amor instantáneo y
reinterpretando rápidamente sus palabras mientras comprensión para acabar, como casi todo el mundo,
él hablaba para adecuarlas a sus propios prejuicios, demostrando odio y animosidad. Me ofrecerás los
ideas y convicciones... ¡sus mentirosas, hipócritas y mismos tópicos antiguos y repugnantes, la misma
egoístas convicciones! Sus astutas convicciones. Ni vieja jerga liberal. No me mirarás como a hombre,
siquiera le habían oído porque estaban muy sino sólo como un problema. Y arrojarás tu aceite
ocupados tratando de adaptar sus palabras a su aromático sobre mí hasta que...
propio y férreo marco de referencia, para poderlo Abrió de par en par la puerta. Un viejo con un
digerir y aceptar personalmente en el contexto de bastón entre las manos era el único presente en la
sus creencias adquiridas, tan populares en estos sala de espera, un viejo con gafas oscuras, hundido
días y tan ensalzadas en los periódicos y revistas en la tristeza. La hermosa sala de espera resultaba
más "liberales". ¿Qué le había dicho su padre en fresca y acogedora, en contraste con el cálido día
una ocasión?: "No hay nada que resulte tan odioso otoñal del exterior. Paul se sentó a distancia del
como ver su hipocresía públicamente denunciada, o viejo, pero éste le miró a través de sus gafas de sol.
denunciada incluso sólo ante sí mismo. Evita a los Paul se enderezó. Sabía que era un hombre joven,
hipócritas, Paul. Te sacarán los ojos y el hígado alto, delgado, de buen aspecto, de rostro erudito
sino, andas con cuidado" aunque fuera de hombre de negocios. Pero eso no
Algunos hombres, en aquel almuerzo, habían contaba. Nunca contaba. El viejo dijo:
comprendido al fin lo que él quería decir. Y le habían —Espero que él pueda ayudarme. ¿Cree que lo
mirado con odio, el odio del fariseo que intentaba hará? —su vieja voz temblaba.
ocultar su fariseísmo bajo el espejuelo del amor Paul quedó sorprendido. Esperaba una observación
fraternal y la igualdad. Pero los otros que habían (siempre escuchaba alguna observación), pero no
asentido solemnemente..., ¡malditos sean!, no le aquella. Sintió un estallido de gratitud y contestó:
habían comprendido en absoluto. Eso aún le —Espero que sí.
resultaba peor que lo de los fariseos. Hizo una pausa. Luego añadió:
No había habido solicitud de coloquio. Incluso los —Por eso estoy yo aquí también —quedó
idiotas habían comprendido con cierta inquietud que sorprendido ante sus propias palabras.
las respuestas podían ser demoledoras. Por tanto él El viejo inclinó la cabeza.
se había separado de ellos con una vaga excusa. —Todos tenemos nuestros problemas —dijo.
Probablemente aún estarían esperando que volviera "Una observación carente de toda originalidad",
del lavabo de caballeros. pensó Paul.
Pero allí estaba, caminando lentamente por un —Ahora bien, mi problema —siguió el viejo— es que
sendero de grava hacia el santuario. El hombre que estoy casi ciego. Voy a perder incluso la poca vista
escucha. Otro hipócrita de charla dulzona y vacía,

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que me queda, según dicen los médicos. ¿Cómo po- quizás el viejo no las viera. ¿Qué podía decir? ¿Qué
dré soportar el quedarme ciego? era su problema comparado con éste, un hombre
"De modo —pensó Paul—, que ésta es la respues-ta. que amaba el color y las formas y que jamás los
Ni siquiera me ve." vería de nuevo? ¿Qué podía decirle?
—Puede haber ceguera de la mente, aparte de la del —Me avergüenzo de mí mismo -—fue lo único que
cuerpo. ;Cuál es la peor? se le ocurrió.
El viejo le sonrió amablemente. ¡Qué cosa tan ridícula! Pero el viejo asintió
—Ya comprendo. Puedo verle, ¿sabe? Aún no he gravemente:
perdido la vista del todo. Y creo que sé por qué está —Supongo que todos podríamos decir eso, si
aquí. No importa. No me parece justo interferir en fuéramos honestos.
los problemas de los demás. Eso es lo que hace Sonó una campana. El viejo empezó a levantarse.
todo el mundo en estos tiempos. No hay forma de luego vaciló. Paul acudió a él inmediatamente, le
que le dejen a uno solo. ayudó y le puso el bastón en la mano.
Paul no era un hombre emocional. Había heredado —Gracias —dijo el otro—. Aunque no me gusta que
una serena reticencia de sus antepasados ingleses, me ayuden. Y supongo que nunca me gustará.
una helada independencia, un cortés —Miró a Paul con ojos agudos—. Ni a usted
distanciamiento. (Uno de sus antepasados había tampoco. Pero ¿qué importa? Voy a entrar allí para
luchado con George Washington, y fue más tarde preguntar a ese hombre cómo podré vivir cuando
Secretario del Tesoro.) Pero se sintió quede ciego. ¿No cree que un hombre como yo
profundamente conmovido ante las palabras del debería elegir la hora de su muerte en vez de
viejo. Ésa era la misma raíz del problema. "En estos aguardar sin esperanza?
tiempos no le dejan a uno solo." Interferían, Paul se había hecho la misma pregunta mil veces
hundían sus dedos descarados en las úlceras más con amargura y cólera.
sensibles del espíritu que sufre todo hombre; —No lo creo —dijo, sin embargo—. Si hay alguna
curioseaban y curioseaban, exigían, con insistencia razón en el universo, entonces tenemos una razón
grosera, que uno les contara sus pensamientos más para estar aquí.
secretos. Se sentían insultados si uno se reservaba "Embustero, hipócrita —se dijo a sí mismo—. Sólo
las cosas para sí e insistía en su aislamiento. Todo estás echando sobre él el mismo ungüento que han
el mundo debía compartir en estos días. Había que arrojado sobre ti." El viejo se rió brevemente y agitó
exponer indecentemente toda intimidad a los ojos la cabeza. Pero no puso objeciones cuando Paul le
más desvergonzados. Había que ser acogedor y dirigió hacia la puerta de la otra habitación.
extrovertido. Especialmente si uno era como Paul —Buena suerte —dijo a Paul, y sin saber por qué
Winsor. éste se acordó de la irónica sonrisa del judío en el
El viejo seguía hablando: almuerzo. La puerta se cerró tras el viejo y Paul se
—Verá, soy un artista. Yo creo, si se puede llamar sentó de nuevo. Experimentaba ahora una curiosa
así, modelos para alfombras y tapices. ¿No es eso agitación, una agitación sin nombre, una turbación
ser artista, en su opinión? Pero he ganado mucho del espíritu con la que no estaba familiarizado.
dinero, de modo que no tengo que preocuparme por Como hombre controlado, como caballero, se sintió
verme en la miseria y sometido a todos esos que enojado. Cogió una revista y empezó a leer. Pero
tanto se ocupan en amar a todo el mundo, los todo lo que conseguía ver impreso en la página eran
asistentes sociales. Lo que me molesta es que ya no las palabras del viejo: "En estos tiempos no le dejan
podré ver el color del mundo, ni sus formas. Cada a uno solo." ¡Oh, malditos, malditos]
mañana —confesó con hermosa sinceridad— Tras un rato la campana sonó suavemente y Paul
contemplo el amanecer. Una mañana vi surgir el alzó la vista de su ensimismada contemplación del
sol, en invierno, contra un cielo frío y oscuro. Una suelo. Se levantó y fue a la puerta del fondo. Se
corona de fuego escarlata, una auténtica corona, detuvo, vacilante, con la mano en el tirador. ¡Qué
como la de Titán. Era... bueno, era la corona de estupidez todo esto! Se preguntó qué palabras de
Dios sobre la completa oscuridad. Y, por primera consuelo habrían ido a caer sobre la trágica cabeza
vez en mi vida, dije al verlo: "¡Buenos días, Padre!" de aquel viejo.
No soy un hombre religioso. Sinceramente, soy ¿Habrían sido tan pobres que ya se había ido a su
agnóstico, siempre lo fui. Pero algo me sucedió casa a matarse por puro disgusto, o se hallaría
entonces, cuando vi aquella corona escarlata de ahora más sereno? Pero, vamos a ver, ¿para qué
fuego. Creo que empecé a creer. Me sentí había venido el mismo Paul Winsor? Soltó el tirador
completamente feliz por primera vez en toda mi de la puerta y casi giró en redondo. La campana
larga vida. Y ahora, con toda seguridad, voy a sonó de nuevo como una voz, de modo que abrió la
quedar ciego y ya no veré nada más. puerta y entró en la habitación.
Paul no recordaba la última vez que había sentido No había señales del viejo. No había allí más que
acudir las lágrimas a sus ojos. Se alegró de que blancas paredes de mármol, un sillón también de

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mármol, blanco, y una alcoba cubierta con cortinas. hombre estos días. En tiempos, algunos lo hicieron.
Muy teatral. Fue hasta el sillón y quedó en pie tras Pero ya no. Ahora me miran con odio, o con su
él, sus manos sobre el respaldo. Miró la cortina azul. infernal "amor". Yo creo que prefiero el odio. Al
—Buenas tardes —dijo con su suave acento menos es honrado, y en ocasiones puedo vencerlo.
meridional. Cuando yo era más joven y estaba en el colegio,
Nadie contestó. Las cortinas no se agitaron. El mis profesores me trataban como a todos los
blanco silencio de los muros y el techo le rodeaban. demás. Si fallaba en alguna prueba me reñían. Si
¿Es que el ministro, o el psiquiatra, se había tomado pasaba otras, y a la cabeza de la clase, me
un descanso para beberse una taza de café, o felicitaban. Estaba en el equipo de la escuela
quizás una copa a fin de recuperarse de todas las superior en Georgia, en atletismo, y, si actuaba
tonterías que habría dicho al viejo? Bueno, era bien, pues de acuerdo, era bueno. Si actuaba mal,
comprensible. Y humano. Por muy hipócrita que entonces me maldecían en términos muy claros.
fuera un hombre habla "Ahora todo ha cambiado. Voy al norte, y cualquier
fomentos en que tenía como una revelación de sí estúpida observación que salga de mis labios —y yo
mismo y le dominaba el asco. O traducía el odio no soy aficionado a las observaciones estúpidas,
hacia sí mismo en odio hacia los demás. Paul meditó puede creerme— es recibida como si fuera la
en el incontable número de hombres que se habían Sagrada Escritura. Pero no es eso lo que quería
odiado a sí mismos en él. decirle.
—¿Hay alguien ahí? —preguntó. Se detuvo, miró la cortina, sin advertir la profunda
¿Había escuchado un susurro o era sólo el murmullo desesperación en sus ojos.
del acondicionador de aire? Pero inmediatamente —¡Soy un hombre! Es cierto que soy hombre de
sintió que un hombre aguardaba allí, tras la cortina. negocios y que tengo éxito. ¡Pero soy hombre por
Entonces continuó: derecho propio! Eso es lo que se me niega en estos
—Soy forastero en esta ciudad y, lo siento, pero no tiem-pos. No soy sólo un hombre de negocios. Ésa
voy a decirle mi nombre, ni en realidad voy a es mi vocación, pero me interesan además miles de
hablarle mucho acerca de mí. A propósito, ¿puede cosas. Soy músico amateur, toco el piano, estudié
verme? música entre otras cosas. Y mi esposa Kathleen
Nadie le contestó realmente, pero en su interior tiene una hermosa voz. Ella canta cuando yo toco.
pareció que sonaba una voz, una voz varonil, ¡Oh, Dios mío! ¿Cómo puedo hacérselo entender?
infinita- mente amable y grave, que decía: "Sí, Apretó las manos con fuerza, aquellos puños
pequeño". Ridículo. Sólo se trataba de su impotentes que tan a menudo apretaba.
imaginación. Kathleen le decía constantemente que —Amo la escultura. Incluso he probado a esculpir en
tenía demasiada imaginación. Pero Paul, aunque ocasiones. Amo la arquitectura. Yo mismo diseñé
había anticipado una respuesta afirmativa, a pesar nuestra casa en Georgia, aunque no soy arquitecto.
de la pesadez de las cortinas que lo ocultaban todo, Amo los clásicos. Amo el arte antiguo y el teatro,
había imaginado de antemano un patrocinador: "Sí, especialmente la tragedia —se detuvo—. Vengo de
hijo", o lo que era aún peor: "Sí, muchacho". Pero un pueblo trágico. La tragedia no es intrínseca en
nunca "pequeño". Sólo sus padres le habían llamado nosotros, ¿sabe? Son los demás los que nos han
así en tono cariñoso, o cuando le reñían, o cuando hecho trágicos.
se impacientaban con él. "Pequeño". Un niño "No importa. Verá; yo viajo mucho. No se pueden
pequeño es algo universal, que sufría dolor y conseguir vendedores decentes en esta época de
ultraje. El ultraje. Eso era peor que el sufrimiento. riqueza, así que realizo muchos viajes
De cualquier modo siempre era peor que el dolor, personalmente. Conozco personas interesantes —
una ofensa a lo que uno realmente era. hizo una mueca—. Pero ¿cree que puedo hablar con
—Mi problema —dijo Paul sintiéndose a la vez ellos de música, de literatura, arte, ciencia, teatro,
estúpido al hablar de aquel modo formal— no es ballet, los sucesos humanos, la historia? ¡No!
realmente nada comparado con el de ese viejo, el ¡Maldita sea, no! Intento hablar con ellos de hombre
que acaba de salir. Espero que pudiera consolarle. a hombre. ¡Pero no me dejan! O me miran con
Sintió una afirmación y una ternura. ¡Oh, aquella impaciencia, o se sienten desconcertados.
imaginación suya! Dejó el respaldo del sillón, pasó Todo lo que quieren discutir conmigo es... la raza.
ante él y se sentó. Colocó sus manos, Los problemas raciales. Me niegan mi identidad de
hermosamente formadas, sobre sus rodillas como si hombre, con las esperanzas y el amor a la belleza, y
estuviera a punto de dirigirse a su cámara de la preocupación por la humanidad, y la historia del
directores y, mientras tanto, evitara los ojos hombre, y mi futuro como hombre. ¿Se da cuenta
divertidos de Kathleen. de cuan terrible es esto¿.. que le nieguen su
—Verá —dijo con aire pedante, escuchando sus identidad de hombre?
palabras mesuradas y creyendo ver la mirada Un débil sonido llegó a él, como un suspiro, como
burlona de su esposa—, nadie me trata como una respiración. "Mi imaginación de nuevo", pensó.

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Pero en seguida se sintió comprendido. Se removió naturaleza humana como persona, que es algo
inquieto en el sillón. precioso para mí! ¿Qué importa si mi piel es más
—Soy un hombre, con la naturaleza humana del oscura que la suya, o que yo tenga un remoto
hombre. Pero me niegan esa naturaleza humana, no antepasado africano? ¿No soy un hombre, no sangro
aquellos que me odian por ignorancia, sino los que como usted sangra, no amo como usted ama y sufro
simulan, o creen, que me aman. Pero no me aman como usted sufre? Soy un hombre. Hasta hace muy
como Paul Winsor, un hombre, con sus propios poco fui conocido como hombre. Ahora soy sólo un
órganos y sangre, y huesos y espíritu, y esperanza problema, un símbolo para aquellos que me aman y
y desesperación. Me aman como símbolo. ¡Un que tratan de explotarme y relegarme fuera de la
símbolo de su propio odio, pervertido o invertido! humanidad por sus propios secretos y perversos
"Eso es lo que es en verdad: odio. Usted y yo objetivos. Como hombre blanco, ¿cómo puedo
sabemos que hay poca diferencia entre el odio y el comprenderme a mí, comprender el ultraje de que
amor, la divisoria es muy delgada. ¡Pero yo no se me niegue mi naturaleza humana?
quiero ser odiado ni amado! No quiero ser el chivo Corrió a la cortina y la golpeó con el puño. Le
expiatorio de aquellos que James Baldwin llamó los produjo la impresión, a pesar de su suave textura,
"bastardos blancos liberales". No quiero ser su lindo de que era de hierro. No sabía que sollozaba
sacrificio por el perverso odio a sí mismos que secamente. Entonces vio junto a ella el botón y las
llevan en sí, y a través del cual desean purificarse. palabras que le informaban de que si deseaba ver al
Amontonan sus perversidades sobre mí, sus hombre que le había escuchado sólo tenía que
mentiras, sus hipocresías, me tocan con sus manos oprimirlo.
obscenas como lo harían con los de su propia clase. —No deseo ver su blanco rostro y oírle llamarme
¡Manoseándome, consolándome! No necesito ser hijo ni escuchar sus mentiras —dijo con voz
consolado. Quiero que se reconozca mi naturaleza amarga—. No quiero su dulzón amor. Usted no me
humana, no con amor, sino con objeti-vidad. ¿Es hablará de hombre a hombre. No está interesado.
demasiado pedir? Me hablará gravemente de racismo hasta que yo me
"No", dijo la grave voz en su oído. Se sobresaltó. estremezca de vergüenza por usted y por mí
''Pero a casi todos los hombres les parece mismo. No dirá una palabra sobre nuestros mutuos
demasiado en estos horribles días", siguió la voz de intereses humanos ni sobre nuestra común
su imaginación. humanidad.
"¡Señor, mi imaginación!", pensó Paul Winsor. Miró Tenía el puño cerrado de nuevo. Golpeó el botón
sus hermosas manos, sus negras manos, las manos con él. Las cortinas se corrieron pesadamente, como
de un artista sensible, firmes, fuertes y bien si un gran dolor se ocultara tras ellas. Y entonces, a
formadas. la luz de la suave y pura luz, vio al hombre que le
—¿Por qué resulta tan terrible que en estos tiempos había escuchado, el hombre en agonía, el hombre
la mayoría de los hombres tengan que simular que amoroso que le miraba con dolor y apasionada
aman a otros? —preguntó—. Nunca careció tanto el comprensión.
mundo de amor como ahora, nunca estuvo tan Paul alzó lentamente la mano y se cubrió con ella la
degradado, tan lleno de odio. Sin embargo, no se boca, la temblorosa boca.
puede ir a ninguna parte sin oír hablar de amor, —No —susurró—. No creía en ti. No creía una
amor, amor. Como si viviéramos inmersos en un palabra de lo que dijiste. Mi padre sí creyó. Él murió
baño de vapor de amor. Una miasma. Algo que de hambre, y murió lentamente. Él te amaba. Decía
resulta especialmente sofocante para mi pueblo. Se que tú fuiste un hombre, como lo era él. ¿Es así
están ahogando en él, especialmente en el norte. como le pagaste?
Pero no es amor realmente, ¿verdad? Es odio. Es el Se volvió y se dirigió de nuevo al sillón. Quedó en
convencimiento de la propia virtud del cruel fariseo. pie tras él apoyadas las manos en el respaldo. Sus
Volvió la cabeza como si se ahogara, su fuerte y ojos se cruzaron con los del hombre que le había
hermosa cabeza de brillante piel negra, el pelo escuchado en su angustia. Durante largo tiempo se
crespo, la barbilla hendida y los pómulos brillantes. contemplaron en silencio. Al fin, Paul apartó la
Y añadió con voz ahogada: cabeza.
—Pero ¿quién es. mi pueblo? Toda la humanidad es —No, no, no...
mi pueblo. Yo soy un hombre. Si otros son hombres, Sentía una presencia en la habitación que le
entonces son hombres conmigo. Los que niegan mi envolvía, fuerte, poderosa, varonil, la presencia de
naturaleza humana, que comparto con ellos, me un padre.
niegan mis derechos como espíritu, como mente, —También a ti te negaron la naturaleza humana,
como hombre con aspiraciones. ¿verdad? —dijo—. O bien eras un símbolo para su
Se puso en pie en creciente agitación. amor sensiblero o no eras hombre en absoluto. O te
—¡Pero usted no comprende! ¡Usted me niega, apartaban enteramente de la humanidad o no
como su propia raza, mi naturaleza humana, mi existías. Lo mismo que yo, en estos tiempos, me

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veo apartado de la humanidad, o negada mi humano, como alma humana. El hombre le amaba.
existencia como legítimo americano de piel negra. No como un Caín disfrazado de Abel para sus
Un símbolo o nada. Un objeto de insano amor, lo propios propósitos. Le amaba por lo que compartían
que supone un insulto a mi inteligencia, o una señal juntos en cuerpo y espíritu, con destino inmortal.
de desprecio. —Mi Dios —dijo Paul—. Mi Dios al que amo. Con tu
Era el frescor de la habitación, naturalmente, lo que ayuda lo soportaré. Nosotros juntos venceremos el
hacía que sus ojos se humedecieran. Se los secó falso amor y el furioso odio, y las mentiras e
sencillamente con el dorso de la mano, como un hipocresías. Lo soportaremos juntos por toda la
niño herido. eternidad. Y quizás, en algún siglo lejano, nuestros
—Mi esposa Kathleen y mis hijos. Mis hijos hermanos nos hablarán como a hermanos y,
especialmente. ¿Qué va a pasarles? Jamás fueron finalmente, seremos conocidos por lo que somos.
tratados en sus jóvenes vidas como yo fui tratado
en Georgia; como ser humano. Quizá se trasladen al ALMA QUINTA
norte, donde serán glorificados como algo superior SOLO UN MUCHACHO
hasta que su flagrante naturaleza humana se «Cíñete los lomos y respóndeme.» JOB, 38: 3.
asegure... ¡y entonces serán odiados por atreverse ALMA QUINTA
a ser humanos! Tampoco en el sur ahora, ni en el Entró sonriendo alegremente en la sala de espera,
norte, serán aceptados simplemente como hombres, caminando con su habitual insolencia juvenil,
buenos o malos, inteligentes o estúpidos, esperando que todos los ojos se volvieran a él con
interesantes o aburridos. Sólo aceptados. No serán indulgencia y, sobre todo los de las mujeres, con
hombres a los que se castiga si obran mal, o se les aprecio. Pero nadie pareció darse cuenta de que
premia si obran bien. No serán apreciados por sí había entrado. Su sonrisa se desvaneció e hizo una
mismos, sin que se les concedan privilegios mueca. Lo que él había sospechado: viejas
especiales o se les escuche abyectamente, para aburridas y viejos decrépitos... excepto aquella
verse luego rechazados cuando muestren lo que hay joven, al fondo, con el elegante traje de verano. Se
de humano en ellos, lo que es común a todos los sentó junto a ella, dispuesta la sonrisa,
hombres. humedeciéndose los brillantes dientes de los que se
Miró de nuevo al hombre que le oía y que le miraba sentía tan orgulloso. La muchacha ni le miró. Y no
con angustia y poderoso amor. es que no le hiciera caso deliberadamente, pensó
—Tú y yo tenemos mucho en común, ¿no es cierto? con asombro. Es que, sencillamente, nadie se
Tenemos un espíritu inmortal y nuestra naturaleza preocupaba de volver la cabeza en su dirección.
humana estrechamente unidos. La humanidad Miró a las mujeres y pensó: "Asquerosas". Miró a los
rechaza hombres y pensó: "Cerdos". Varias muchachas le
una parte de nosotros para siempre, ¿no es verdad? habían dicho que él tenía magnetismo, que atraía
¿Por qué no pueden aceptarnos? ¿Sencilla y inmediatamente la atención. Si eso era cierto, su
honradamente? encanto no funcionaba hoy. Estaban todas
"Algún día, quizá", dijo la voz profunda y varonil. dominadas por los nervios, eso era lo que les
¡Su ridícula imaginación! El hombre que le ocurría. Animales egoístas. Animales viejos y
escuchaba no se había movido en absoluto, ni había egoístas. Cuanto más pronto murieran, mejor. Que
hablado. ¿O sí? dejaran sitio para los muchachos como él. ¿Qué
Pero inmediatamente sintió Paul Winsor que algo había escrito un famoso autor sobre los asilos de
surgía en él, un don de hermandad, una luz del ancianos?; "Me gustaría coger una ametralladora y
espíritu, una comunidad de ser. Se puso en pie acabar con todos ellos, en beneficio de los
lentamente y fue al hombre. Era muy alto, pero muchachos." De acuerdo.
tuvo que alzarse de puntillas para tomar la mejilla Cruzó las rodillas y dobló los poderosos brazos
del hombre. sobre el pecho, mirándose con agrado en el espejo
—Hermano —dijo. Aguardó. Los grandes ojos le de sí mismo. Un gran muchacho, de poderosos
sonrieron—. Hermano —repitió—. ¡Hermano! hombros y caderas estrechas, muy bien vestido con
Por primera vez en su vida Paul sintió que aquella una magnífica chaqueta deportiva de cachemira, de
palabra tenía auténtico significado, que no formaba un profundo y lustroso azul, con pantalones azules
parte de los tópicos usados por todos al dirigirse a de un tono más claro. Y calcetines de seda azul, de
él, que no era una mentira humillante, ni una artesanía, una camisa deportiva a rayas azules y
aseveración falsa nacida del odio vergonzoso, ni una blancas, y sin corbata. Tenía un rostro ancho y
condescendencia de la boca del hombre blanco que sonrosado con pecas, que él simulaba deplorar, una
simulaba ¡igualdad y amor fraternal porque era un nariz fuerte y beligerante, la boca llena y los ojos
mentiroso. del color de su chaqueta, y todo coronado por una
Aquí había uno que le aceptaba con amor, como de masa de brillante pelo rubio. Todo su cuerpo estaba
hombre a hombre, digno de amor como ser tostado por el sol. Sentíase encantado consigo

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mismo en calzones de baño y sobre la pala de surf. —¿Qué está haciendo una muñeca como tú en esta
Se amaba a sí mismo cuando nadaba casa de locos? No le contestó por un par de
vigorosamente. Se amaba a sí mismo cuando se segundos; luego dijo sin mirarle:
vestía y desvestía, cuando comía y dormía, cuando —Y usted, ¿qué hace aquí?
jugaba y reía. En resumen, que se amaba a sí Sonrió.
mismo. Lo sabía. Y no veía razón alguna para —Busco consejo para librarme de una vieja.
negarlo. Después de todo era un hermoso joven, y —¿De tu madre? —preguntó ella, mirándole
el mundo había sido hecho exclusivamente para los intensamente.
jóvenes. Juntó los labios sin emitir sonido alguno, Se sintió complacido. Sonrió y sus blancos dientes
como si fuera a silbar. Un ritmo rugiente de música brillaron deslumbrantes, como él bien sabía. Había
moderna sonaba agradablemente en su cabeza esperado esa pregunta.
mientras él marcaba el ritmo con el pie sobre la —Créalo o no, de mi esposa —dijo, y aguardó su
espesa alfombra azul que cubría el blanco suelo de expresión de incredulidad.
mármol. Un lugar de chiflados, pensó divertido. Un Pero no fue así. En cambio, ella se limitó a
lugar de chiflados. Escuchó una campana y vio a un estudiarle pensativamente.
hombre viejo que se levantaba e iba a otra puerta. —Es mucho mayor que yo —siguió él, con ligera
La puerta se cerró tras él. De modo que ahí era petulancia en su hermosa voz.
donde estaba el oyente, tocando aquella idiota La muchacha sonrió. A Johnnie le resultó difícil
campanilla para llamar a los asquerosos que digerir aquella sonrisa. Era muy extraña.
entraban allí a hablar de sus complejos, —Sólo era un chiquillo cuando me casé con ella —
inferioridades y frustraciones. Gracias a Dios que el dijo.
no tenía ninguno. Pero le había dado palabra a Sally La habitación era fresca y agradable; empezó a
de que iría allí. Era la única forma de conseguir que relajarse y a pasarlo bien. No observó, ni le
le concediera el divorcio. Y no podía mentirle a ella preocupó, que los demás ocupantes de la habitación
tampoco. Sally había estado allí también y sabía le miraran con aburrido disgusto.
exactamente cómo era, y conocía al chiflado que La muchacha sonrió de nuevo.
escuchaba allí dentro, de modo que no podía —¿Cuánto tiempo llevan casados?
engañarla. Tampoco era un precio tan alto por un Vaciló, y ella pudo advertir su vacilación.
divorcio. Después de todo él sólo era un crío y Sally —¿Con Sally? Tres años.
casi le había seducido para que se casara con ella. Los ojos negros, que habían parecido tan distantes y
Era una mujer madura y él prácticamente un tristes cuando entrara, comenzaron a sonreír. Su
adolescente. boca parecía ahora una cereza.
Se abrió la puerta exterior y entró una jovencita con —¡Ah! ¿Pretende conseguir la anulación? ¿Por no ser
traje verde, una muchachita encantadora, de mayor de edad? Le sonrió encantado. Se rascó la
apenas más de veinte años, si es que los tenía, con cabeza para que su cabello quedara aún más
una masa de magnífico cabello negro sobre sus alborotado que antes.
hombros, un rostro pálido y sonrosado y ojos —Bueno, ¡podríamos decir algo así! Pero no del
negros grandes y hermosos. Johnnie Martin la miró todo.
con intensa admiración. Una nena. Ahora bien, ésa La muchacha dejó de sonreír.
sí que era un plato de su gusto. La observó —Eso me figuré —dijo, y poniéndose en pie le
francamente cuando se sentó y cruzó delicadamente abandonó para trasladarse a otra parte de la
sus pies y puso las manos enguantadas en blanco habitación.
sobre su regazo. Esta chica hacía que Sally Él la observó ir mientras se alejaba. La felicidad que
pareciera tan vieja como su abuela. Podía percibir la había en sus ojos fue reemplazada por la furia y el
frescura de su juventud mirando aquellos labios odio. ¡Pequeña puta! Probablemente había cometido
jóvenes, llenos, redondos. Ahora bien, ¿qué un error y ahora quería saber el nombre de un
demonios habría hecho ir allí a esa chiquilla, una médico que la hiciera abortar. Pero si no podía
criatura como él mismo? Quizá tenía un marido negarlo, con el vestido tan apretado en los muslos.
viejo e imbécil y también quería librarse de él. La Y las piernas demasiado gordas además. Odiaba a
muchacha alzó los pálidos párpados y le vio las chicas de piernas gordas. Vacas. En pocos años
admirándola. Le estudió. Después, ¡increíble!, su sería una vaca vieja, como Sally. Algunos en la
labio superior se alzó en desdeñoso gesto y, habitación habían observado todo lo sucedido, a
adelantándose hacia la mesa, cogió una revista. pesar de sus propios problemas, y no pudieron
Johnnie quedó atónito. ¡Las chicas jamás le evitar el sonreír un poco como comprendiendo. Esto
desdeñaban así! También se sintió furioso. Entonces hizo que Johnnie se sintiera más furioso que nunca.
se puso deliberadamente en pie, se acercó a la Su rostro enrojeció hasta quedar escarlata y sus
muchacha y se sentó junto a ella, que leía la cejas color paja se fruncieron sobre sus ojos, ¡Se
revista. Inclinó la cabeza y susurró: iría de allí en aquel preciso instante!

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No, tenía que ver al oyente de allí dentro. Debía ser ojos de aquella vieja vaca le miraban con franco
un tipo algo chiflado para escuchar gratis a todos desdén y disgusto! Sus labios estaban entreabiertos
los llorones que irían a verle. ¡Sin cobrar nada! y él pudo ver ahora cuan pequeños y blancos eran
Entonces, ¿qué hacía? ¿Es que escribía informes sus dientes. Detestaba los dientes pequeños; en
sexuales? ¿Sobre aquellos viejos desechos, una mujer le gustaban los dientes grandes,
sentados por allí, esperando? La idea le hizo sonreír húmedos, brillantes. "Dientes de caballo", había
con una fea mueca. ¡Podía imaginar los informes dicho Sally en una ocasión. También ella tenía los
que aquellos asquerosos viejos serían capaces de dientes muy blancos y pequeños, como ésta. Se
referir si tuvieran el valor suficiente! Con descarada preguntó por qué no lo había observado antes de
insolencia les observó ponerse en pie uno a uno al casarse con Sally. Tal detalle debía haberle
sonar la campana y dejar la habitación. Quería que desilusionado desde el mismo principio. Nada había
ellos le miraran aunque sólo fuera una vez, para en Sally de lo que a él le gustaba. No era alta, ni
hacerles saber lo que pensaba, lo que sabía de ellos. delgada, ni fascinadora, ni sexy, ni siquiera bonita.
Pero no le miraron. La muchacha seguía ojeando la Su cabello era sólo castaño, y sus ojos también.
revista. Él estaba seguro de que no leía, pues no Tenía un rostro sobrio y redondo, con un pequeño
pasaba una página. Sus ojos parecían fijos en las hoyuelo en la mejilla izquierda, y la nariz chata.
letras, pero no se movían, y apenas parpadeaban. Había sido muy buena amiga de la madre de
¿Una buscona? Probablemente. Tenía todo el Johnnie, y él estaba convencido de que había sido
aspecto, tan pálida, sin salud, sin vitalidad... sin una su madre la que consiguiera arreglar aquel
patente sensualidad. Luego vio algo que le encantó desastroso matrimonio... su madre, ahora muerta.
todavía más. No era tan joven como había pensado. —Sally es una chica tan maravillosa —le había dicho
Ya se insinuaban débilmente unas patas de gallo en en su lecho de muerte—. Será lo más conveniente
los ángulos de los ojos. Una vaca vieja. Por lo para los niños; para ellos será la madre que nunca
menos veintiocho años. Una vieja. han tenido.
La muchacha trataba con todas sus fuerzas de Echándole así en cara sus dos matrimonios
conservar la compostura. "Debo estar tranquila", se anteriores, ¡como si hubieran sido culpa suya! Él
decía. "Debo dominarme. Esto mismo les ocurre a sólo era un chiquillo, y ellas le habían forzado
millones de personas cada año, a personas más prácticamente a casarse. Sólo un adolescente
jóvenes que yo. A chicas mucho más jóvenes. cuando se casó por primera vez, apenas
Tengo que conservar la cabeza por Tom. ¡Querido veinticuatro años, apenas recién salido de la cuna, y
Tom! Debo llevar mucho cuidado y no decírselo el segundo matrimonio a los veintiocho, todavía un
hasta el mismo final. ¡Pobre Tom!..." Sólo con que jovencito, aún no mozalbete, ¿no es eso lo que
los dos pudieran tener una auténtica conversación... ahora llamaban los jueces a los chicos de su edad?
pero ¡se habían divertido tanto en sus seis años de Mozalbetes. Algunos de ellos solicitaban Tribunales
matrimonio! Nunca había habido tiempo para una de Menores para que se ocuparan de los chicos y
conversación seria. De todas formas, la vida de Tom chicas hasta la edad de treinta y un años;
siempre había sido demasiado seria. Confiaba en comprendían que, después de todo, eran sólo
haberle dado con su presencia toda la alegría, toda chiquillos. Papá lo había comprendido muy bien; su
la risa y gozo que él merecía. Pero ahora... padre, tan bajito. Aun cuando su hijo le había
En su dolor alzó involuntariamente la cabeza y vio sobrepasado ya en muchos
que Johnnie Martin la observaba con patente centímetros y estaba ya en segundo año de
disgusto. No se sintió turbada. Sólo pudo universidad, se ponía muy tieso y alzando el rostro
compararle con Tom, que debía ser más joven. Este para mirar a su hijo a la cara y le decía riñendo a su
hombre tendría por lo menos treinta años, si no esposa; "Es sólo un crío, Ana, sólo un crío. ¿Qué
más. Pero se vestía y 'actuaba como un crío, un crío otra cosa puedes llamarle? Sí, ¿qué otra cosa? Pero
sonriente, tontorrón, indigno. Era un género que su madre había sido como Sally. ¡Vaya pareja!"
ahora abundaba mucho, y ella siempre los Cuando se librara de Sally y pusiera las manos en
comparaba con Tom. Otoñales aniñados, perpetuos todo aquel dinero, entonces se compensaría
adolescentes, hombres que se negaban a madurar. realmente del tiempo perdido. Dos años en Hawai.
¿Es que no se daba él cuenta de la edad que tenía. Un año. en Roma. Quizás una temporada p dos en
Sea quien fuera Sally, supondría para ella todo un el sur de Francia y un invierno en París- Sonrió, y su
triunfo el librarse de aquel marido. Esperaba que el corazón saltó con la dicha de la anticipación. Lo
hombre que escuchaba allí dentro aconsejara a único que se interponía entre él y los placeres
aquel idiota, que, más que ir corriera a toda prisa al necesarios a su juventud era Sally, y ella le había
tribunal de divorcio más próximo por el bien de prometido el divorcio si él iba a aquella casa de
Sally. "¡Uf!", pensó, "¿cómo pudo la pobrecilla llegar locos y hablaba con el hombre que escuchaba. Bien,
a casarse con él?" pues le escucharía. Y luego la libertad, otra vez un
Johnnie Martin no podía creer lo que veía: ¡los muchacho libre de trabas, Vagamente escuchó el

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sonido de una campana, Pero estaba hundido en sus —De acuerdo —dijo con énfasis—. Ya he hablado
dichosos sueños anticipativos. Un instante después con usted. Eso es todo lo que prometí hacer. Así
la muchacha le decía desde el otro lado de la que, ¿para qué quedarme más? Ya he visto el
habitación con su voz dulce y culta: aspecto que tiene esta habitación, y puedo
—Le toca a usted ahora. contárselo a Sally. Eso es lo que ella quiere. De
Alzó los ojos asustado y la miró- Estaban solos. modo que hemos terminado. Toque la campana
Guiñó descaradamente, todo su rostro una sonrisa. para la chica que viene ahora. La mujer, quiero
Ella volvió a su lectura. Johnnie se puso en pie, decir, con todas sus arrugas. Adiós.
bostezó, se estiró la chaqueta, se dirigió a la Se puso en pie. Esperaba un murmullo de protesta.
puerta... Tenía un modo de caminar fácil, juvenil, Nada escuchó. Por lo visto a aquel hombre le era
que sabía resultaba muy atractivo a las mujeres. indiferente que se quedara o se fuera, que hablara o
Evidentemente la muchacha no quedó no. Y Johnnie Martin no estaba acostumbrado a la
impresionada, pues ni siquiera alzó los ojos. Abrió indiferencia, ni a verse ignorado. Vaciló.
de par en par la puerta con innecesario vigor y —No me habría importado hablar con usted —dijo.
entró en la habitación blanca y azul. Miró a su ¿Era su imaginación la que le hacía sentirse
alrededor. repentinamente seguro de que el hombre le miraba
No había nada allí más que muros de mármol, un intensamente tras las cortinas?—. No, no me habría
sillón de mármol con almohadones azules y una importado nada hablar con uno que arregla cabezas
especie de alcoba cubierta con cortinas. Sonrió con faltas de algún tornillo a ver si me daban cierta
superioridad. Lo mismo que esos investigadores medida de comprensión. Y no es que yo ande mal
sexuales, el Informe Kinsey, o algo así. El de la cabeza; la que sí lo está es Sally, una vieja
interrogador oculto tras una cortina, de modo que el frustrada que consiguió pescarme cuando yo sólo
entrevistado no se sienta apurado y hable con era un chiquillo y no sabía de qué iba —se sentó de
entera libertad. Se sentó en el brazo del sillón de nuevo, lentamente, como sin volición—. Entre ella y
mármol y sintió que recuperaba su habitual buen mi madre. Sally fue incluso peor que las otras que
humor. también me pescaron, peor que las otras... bueno,
—Hola —dijo con voz insolente y fuerte—. Estoy si eso es posible. Pero, aunque sea joven soy justo.
aquí. Yo. Mamá no tuvo nada que ver con mis dos primeras
Nadie le contestó. No hubo el menor sonido en la esposas. En realidad intentó impedirme que me
habitación. ¿Es que no habría nadie? casara con ellas, y ojalá la hubiera escuchado.
—¿No hay nadie? —preguntó. Ahora no tendría todos esos críos colgándome del
Tampoco hubo respuesta. Se levantó y fue a las cuello.
cortinas y tocó cuidadosamente sus pliegues de Se rió afectuosamente de sí mismo, y se acarició
terciopelo e intentó moverlas. Pero parecían de con satisfacción el mechón rubio que le caía sobre la
acero. Vio el botón que le informaba que podía ver frente. Incluso se tiró de la oreja, como un padre.
al hombre que escuchaba si así lo deseaba. Con una —¡Yo, con hijos! ¿Se lo imagina, a mi edad? Tres
nueva sonrisa y un floreo de sus dedos dio al botón. críos, y yo sólo soy un muchacho. Una vergüenza,
Las cortinas no se movieron. ¿no?
—De acuerdo, de acuerdo —dijo con indulgencia—. Pero ahora ya no sonreía con satisfacción, pues de
Si quiere seguir oculto, es cosa suya. ¿Ética pronto había recordado algo. Sally era la única con
profesional? De acuerdo. En realidad, no me quien se había casado en la iglesia; por tanto,
importa. Lo prefiero así. Usted no me conoce y yo según la ley natural, ella era su única esposa y no
no lo conozco. No podemos vernos... —se detuvo—. las otras
Oiga, ¿puede usted verme desde ahí? ¿Hay como un con las que se casara apresuradamente ante jueces
agujerito para que usted pueda mirar, o algo así? de paz en otras ciudades. Sally era piadosa. Tenía
El hombre guardó silencio. Pero con cierto una voluntad de hierro, como su madre, de modo
inquietante temor Johnnie se sintió seguro de que el que, para evitar que se pusiera demasiado pesada,
otro podía verle claramente. Volvió deprimido al Johnnie iba a veces a misa, con Sally, los domingos
sillón, cruzó las piernas y los brazos y miró y los días de precepto. El jueves pasado había sido
sombríamente la cortina. la Asunción, y ella le había dado la lata hasta
—Acabemos con esto —dijo—. Yo no soy como conseguir que la acompañara a la última misa de la
todos esos viejos, desechos y basura, que ha estado tarde. La gran iglesia estaba abarrotada hasta el
entrevistando. Yo sólo quiero un divorcio. Sencillo, vestíbulo, pero él y Sally habían llegado bastante
¿no? Es cierto. Mi esposa me envió a hablar con pronto y conseguido sentarse en los dos últimos
usted. Luego me concederá el divorcio. Por eso asientos libres de un banco. Esto le había irritado. A
estoy aquí. veces, si se las arreglaba para que llegaran un poco
Como el hombre no contestara dio un golpe en el tarde, tenían que quedarse de pie en el vestíbulo y
brazo del sillón con aire de determinación. entonces, durante un momento especialmente

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solemne, cuando todo el mundo estaba de rodillas, alegres ojos azules. Era el niño que había soltado
podía ponerse silenciosa y cuidadosamente en pie — aquella risita feliz e inocente. Ahora le tiraba de la
¡aquel maldito suelo de piedra!— y deslizarse al oreja a su padre y de pronto exclamó gozoso:
exterior a fumarse un cigarrillo. Incluso en "¡Papá! ¡Papá!", y besó al joven que lo tenía en
ocasiones le era posible volver sin que Sally llegara brazos.
a saber que había estado ausente; siempre estaba Éste enrojeció un poco, trató de erguirse, luego
rezando, de todos modos, dándole vueltas al miró el rostro de su hijito y sus ojos se suavizaron,
rosario, toda su devoción fija en el magno suceso brillando de orgullo y amor. Johnnie se sintió atraído
que tenía lugar en el altar, y sin darse cuenta de lo por aquel orillo, que daba a un perfil vulgar cierta
incómodo de su postura. luz santa, tierna. Aquel muchacho ordinario, poco
Pero el jueves pasado se había visto atrapado, pues distinguido, parecía envuelto en un airé de
alguien les indicó con un gesto los asientos vacíos. Y exultación. Johnnie jamás había sido piadoso o
después siguió entrando el resto de la multitud, reverente, ni siquiera de niño, los santos le habían
bajo un ardiente sol de agosto, y ya no pudieron aburrido, nunca había ad-mirado las imágenes, ni se
moverse, pues la gente ocupaba incluso el pasillo había unido fervorosamente a las plegarias. Su
central y los laterales, contra las paredes. Gruñó. imaginación jamás había sido extraordinaria. Sin
No sólo estaba atrapado, sino que tendría que embargo, al mirar a aquel joven trabajador, con sus
luchar para salir cuando la misa hubiera terminado. ropas limpias y vulgares y su hijo en brazos, había
Vio que el viejo padre Houlihan estaba ya en el pensado atónito: "¿Por qué todos los cuadros y
altar, alcanzaba a verle sobre las cabezas inclinadas estatuas que he visto sólo muestran mujeres con
de la gente. El viejo padre Houlihan, al que algunos niños en los brazos? ¿Por qué no un padre joven,
irreverentes llamaban el Pelmazo de Houlihan, no como éste, con su hijito? Pues... ¡hay algo heroico
sólo porque su voz era casi inaudible y por tanto la en todo esto, algo bueno, noble, algo básicamente
homilía resultaba una pesadez., sino porque además hermoso! Algo conmovedor, algo insoportable".
era muy lento y detallista y Se sintió conmovido por el mismo hecho de sentirse
la misa no terminaba nunca. Johnnie había gruñido conmovido. Cuando las lágrimas acudieron a sus
allá en lo más profundo de su garganta. Por lo ojos sé dijo que realmente era muy bueno, ya que
menos pasarían cuarenta y cinco minutos antes de tan fácilmente se sentía conmovido por la belleza.
que pudiera salir de la iglesia. Bien, al menos tenía Sin embargo, a pesar de ello, a despecho de su
un pequeño cojín de piel para arrodillarse, no el orgullo, pudo sentirse honestamente emocionado y
suelo de piedra de los pasillos y el vestíbulo. un poco triste y humilde. Se había olvidado de aquel
El sol de agosto entraba a raudales por las altas joven trabajador y de su hijito en cuanto el
vidrieras del fondo y los lados. Todas las puertas sacerdote anunciara el fin de la misa, y no había
estaban abiertas de par en par, pero el aire era vuelto a pensar en él desde entonces. Hasta aquel
sofocante allí y olía a incienso, a piedra y a cera. El momento, en aquella habitación blanca y fresca,
padre Houlihan se volvió, alzó y extendió las manos. ante las cortinas azules.
Sus vestiduras blancas y magníficas colgaban sobre Como si otra vez lo tuviera ante sus ojos, creyó ver
su delgado cuerpo. a aquel padre con su niño y de nuevo se sintió
—Dominus vobiscum —gritó. profundamente conmovido, y volvió a experimentar
—Et cum spiritu tuo —respondió debidamente el aquella tristeza sin nombre, aquella tristeza
pueblo. mezclada con compasión y con un anhelo
Algunos niños lloraban por el sofocante calor. inexplicable. "¡Qué demonios!", se dijo frotándose la
Johnnie cerró los ojos. Odiaba las duras y agudas mejilla. "Supongo que será porque resulta algo
voces de los niños, especialmente las voces de los penoso ver a un jovencito así, casado ya, y con un
suyos. De pronto oyó un gozoso gorgoteo infantil, hijo suyo. Cuando sólo es un muchacho. Apenas un
una risita. Volvió la cabeza hacia la izquierda. niño. Pobre infeliz, atado ya a alguna mujer que le
Ocupaba el último asiento. El pasillo estaba había cargado con un hijo cuando apenas tendría
abarrotado de gente. Junto a él, tan cerca que casi veinte años. Trabajaba mucho, eso se veía claro por
podía tocarle, había un jovencito esbelto, de apenas sus manos ya muy gastadas. Sin embargo, aún
más de veinte años, vestido con ropas bastante tenía toda la brillante inocencia de un niño. Y ¿por
pobres y con pesadas botas de trabajador. Llevaba qué no? Si no se hubiera dejado arrastrar al
una camisa blanca muy almidonada y una corbata matrimonio por una mujer, si sus padres hubieran
de color azul oscuro. No era muy alto, y sus ropas, tenido dinero, ahora estaría haciendo sus estudios
mal cortadas, le sentaban como si hubieran sido para graduarse en alguna universidad, divirtiéndose
confeccionadas para alguien mucho mayor. Tenía el y jugando con las chicas y haciendo deporte por
pelo rubio, muy abundante, y un perfil infantil. todo el país. Pobre chico. Sólo un chiquillo.
Parecía un monaguillo. Tenía en brazos a un niñito "¿Lo es?"
de menos de dos años, un chiquillo sonrosado de Johnnie alzó violentamente la cabeza.

37
—¿Qué?— tartamudeó—. ¿Qué dice? ¡Pues claro que caras, lo tuvimos todo: una casa maravillosa,
era un chiquillo I Debería haber una ley... criados, coches, todo. Yo fui al parvulario más caro
Se detuvo en seco. ¿Había oído realmente una voz de todos. Papá llenó mi habitación de juguetes
llena de firmeza, de profunda serenidad? No. Todo maravillosos. Tuve todo lo que quise. Sólo tenía que
era cosa de su imaginación. El hombre tras la chillar un poco y ahí estaba, y lo más aprisa que
cortina no podía haber oído sus pensamientos, y él pudieran traérmelo. Decía a mamá: "Tú y yo lo
no había pensado en voz alta. Era todo cuestión de pasamos muy mal, pero el pequeño va a tener todo
imaginación. Sally decía que él carecía de lo que quiera, todo, para compensar por lo que
imaginación, ¡pero no era más que una embustera! nosotros no tuvimos". ¡Y vaya si lo tuve.
Lo acababa de demostrar ahora, no sólo Frunció el ceño amargamente, mirando la cortina.
contemplando de nuevo tan vividamente a aquel —Mamá nunca dejaba de interferir. Refunfuñaba y
chico con los ojos de su mente sino sufriendo la se quejaba cuando papá venía a casa con los brazos
extraña alucinación de que el hombre había llenos de paquetes para mí, y ropas nuevas, y
contestado a sus pensamientos. dulces. Puedo recordarlo como si fuera ayer...
—Le hablaba de mis tres hijos —dijo ahora al bueno, casi lo es en realidad. Mamá decía: "Le estás
hombre—. Una vergüenza. Es ridículo. A veces, ni malcriando ahora, y lo estropearás para el resto de
yo mismo puedo creerlo. No quiero creerlo. Después su vida." Estúpido, ¿no? Yo me lo pasé en grande.
de todo soy muy joven y no hay derecho a Papá me adoraba, el pobre tipo. Era ya viejo cuando
estropear así mi juventud. Uno no puede vivir la nació, y mamá también. Pero, al menos, papá me
vida dos veces, y la juventud es todo lo que uno comprendía.
tiene. Sólo tengo treinta... —se detuvo. Cerró los Se frotó la frente, muy roja ahora.
ojos ante la terrible palabra. —Sí, él comprendía. Fui a un colegio católico
Tenía más de treinta y dos, pero no hallaba privado. Eso fue idea de mamá, no de mi padre. No
vergonzoso insistir en que era más joven. Se sentía podía soportarlo, con todos aquellos sacerdotes tan
como un chiquillo, como un hombre muy joven. Y lo solemnes y los hermanos tan secos. Cuando me
mismo se sentía todo el mundo a su edad, y tenían despidieron al acabar el primer año papá se echó a
razón. La adolescencia continuaba en estos días reír, pero mamá lloró. No consigo recordarla nunca
hasta los treinta y cinco por lo menos. Incluso los riendo y divirtiéndose como nosotros. Ahora
doctores lo insinuaban y, fundamentalmente, ellos comprendo que debíamos haberla enviado a un
deberían saberlo. Un hombre no era ni siquiera psiquiatra, a alguien como usted. Estaba
maduro ahora hasta que se acercaba a los mentalmente enferma: Siempre estaba hablando de
cincuenta. Y los cuarenta estaban aún muy lejos de responsabilidad y de respeto propio, y de madurez,
Johnnie Martin, a siglos de distancia. pero cualquiera que sepa algo de todas esas cosas
—Sally, mi esposa, dice que todo es realmente comprendería que ella era totalmente irresponsable
culpa de mi padre. Eso es otra mentira. ¡Oh!, el y que le faltaba madurez en su opinión de la vida.
viejo no era muy inteligente, excepto en lo que se No comprendía que las cosas son distintas en estos
refería al dinero, pero él sí que comprendía que la tiempos y para todo el mundo. ¿Qué derecho tenía
infancia y la juventud son las partes más de hablar de madurez, por ejemplo, a un crío de
importantes de la vida. Él no las había disfrutado sólo dieciséis años? ¡Vaya, si en realidad llegó a
realmente. Tenía veintitrés años cuando se casó con decirme que yo ya era un hombre... a aquella edad!
mi madre, y ella diecisiete. ¿No es una imbecilidad? Sólo porque a los die-ciséis
"¿Sólo unos niños...?" —Era diferente en aquellos estaba en el primer curso de la escuela superior
tiempos —dijo Johnnie en voz alta y enfática—. La pensaba que era algo escandaloso o así. A los
gente nacía ya vieja y responsable. Mi misma madre dieciséis, decía, ella ya se había graduado. ¡Pero
lo decía. Aún no había cumplido dieciocho años mire las escuelas de aquellos tiempos, de antes de
cuando nací yo. Papá tenía una ferretería; había la guerra! Tenían la idea de que las escuelas eran
sido suya desde los dieciocho años. Cuando yo tenía sólo lugares
como un año, mi padre inventó no sé qué tipo de para aprender, no centros de felicidad. Se suponía
herramienta y cuando empezó la guerra —la que uno había de encorvarse sobre los libros
segunda quiero decir, ¿eh?— vendió la patente a durante horas, a estudiar y estudiar, sin
alguna compañía que fabricaba material de guerra, distracciones, sin cursos de diversión, sin divertirse.
y de la noche a la mañana se vio rico con los Se suponía que uno había de llenar su mente de
derechos de inventor. Y los derechos no cuentan erudición y malgastar toda la infancia en las
como ingresos del trabajo a efectos de impuestos; bibliotecas y en el pupitre.
son como ganancia de capital. Así que papá lo "Sí, mamá estaba mentalmente enferma. Solía
consiguió rápido y de una vez. decir: «No existe el camino fácil a la instrucción.»
"Ahorró la mitad y se gastó la otra mitad. Desde el ¡Como si el estudiar en los libros lo fuera todo!
principio, antes de que las cosas se pusieran tan Nunca hablaba de jugar, de ser feliz, de estar libre

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de preocupaciones. Lo juzgaba pecaminoso. Pero es y nueve años. Un dedo frío como el hielo pareció
que la habían educado las monjas. Ahora, en estos posarse en la base de su cuello y tembló.
tiempos, nosotros sabemos más. Nosotros, los —Demasiada refrigeración —murmuró.
jóvenes, sabemos que la vida es todo lo que uno Cuarenta y nueve. Su padre sólo había tenido
tiene, y que si se pierde el disfrutarla, se ha perdido cuarenta y nueve años al morir y cuarenta y nueve,
para siempre. en estos tiempos, sólo estaba a... Su madre tenía
"¿De verdad?" cuarenta y dos a la muerte de su marido, sólo diez
Johnnie alzó los ojos asustado de nuevo. años más vieja de lo que él era ahora. El dedo frío
—¿Qué? —exclamó. pareció oprimirle más el cuello. ¡Y ella había sido
Pero sólo el suave susurro del acondicionador de una vieja! Cuando él tuviera cuarenta y dos años (le
aire le contestó. "Ya estoy hablando solo —se dijo faltaban siglos) aún sería más joven, casi un
tristemente—. Y no me extraña, con todas esas adolescente.
mal-ditas mujeres." "¿De verdad?"
—Bien —dijo, sonriéndose a sí mismo con afecto—. Alzó su voz para no oír tan horrible pregunta.
Me expulsaron de aquella escuela preparatoria —Creo que mamá perdió realmente la razón cuando
después del primer año. Mamá lloró como si murió papá. ¡Me acusó de haberle causado la
estuviera enferma, y probablemente lo estaba. Así muerte! Dijo que yo nunca había conseguido
que me pusieron un profesor particular. Era un viejo realmente engañar a mi padre. "Él había
también, aunque no por la edad, pues sólo tendría comprendido", dijo. Y, ¿qué había hecho yo? Nada,
unos veintidós años. Literalmente me retorcía el sino lo que papá había querido que hiciera: disfrutar
brazo para que estudiara. Esta vez papá no interfirió de mi infancia. ¿Es eso un crimen? No. ¿No es ése
mucho. Tenía miedo de que no consiguiera ingresar acaso el papel de la infancia? Realmente, pensando
y salir adelante en la universidad oficial, y ésa era y recordando ahora, creo que mi madre estuvo
su meta. No lo conseguí —dijo Johnnie Martin con mentalmente enferma toda su vida, con aquella
toda sencillez ahora— pero, ¿qué demonios peculiar y distorsionada visión de la realidad. Lo
importa? Sólo se es joven una vez. Entré en otra demostró más tarde. Y lo que me sucedió después
universidad, una de esas particulares que dan fue culpa suya, no mía. Me refiero a mi primer
énfasis a los deportes. No tenía un auténtico matrimonio. Verá, papá me había dejado la mitad
sistema de graduación. No les importaba de su fortuna, y la otra mitad a mamá. Eso fue una
demasiado. La mayoría de los chicos eran críos grave equivocación, considerando el estado de su
como yo que tenían padres como el mío. Que se mente, y sus ideas extremadamente conservadoras
ocupaban de todo. Teníamos buenos coches, que ella trató de obligarme a compartir. Aunque yo
apartamentos encantadores fuera del campus, todas todavía era sólo un crío cuando papá murió, debía
las chicas que queríamos, ropas estupendas y todo haber conocido mejor sus síntomas. Debía haber
el dinero que podíamos gastar. insistido en que se sometiera a tratamiento. En una
Johnnie suspiró recordando aquellos gloriosos años ocasión se lo mencioné. ¡Y ella llegó a cruzarme la
de vida fácil. cara de una bofetada!
—La graduación supuso un shock para mí. Mamá no "Entonces, en aquel mismo momento, yo debí
vino a los ejercicios. Dijo más tarde que mi diploma consultar con los abogados de mi padre a fin de que
no significaba nada. "No hay verdad en él", dijo. le obligaran a someterse a tratamiento psiquiátrico.
¿No es una observación estúpida? Yo lo conseguí, La menopausia y todo eso, ¿sabe? Francamente,
¿no? ¿Qué importaba que aquella universidad no había perdido la cabeza. Constantemente me
fuera oficial? Un diploma es un diploma, ¿no? Papá gritaba, diciéndome que el pobre papá había sido un
pensó que era maravilloso. Me compró un coche loco por dejarme la mitad de su dinero para que
extranjero estupendo para celebrarlo. Yo tenía dispusiera a mi antojo. No podía soportarlo. Soy un
veintitrés años entonces, sólo un crío. chico paciente, de buen carácter, ése es realmente
Sonrió ampliamente. mi defecto. Así que me marché de casa, poco
—Papá me hizo otro regalo: un viaje alrededor del después del funeral. Me fui a dar otra vez la vuelta
mundo. Todo un año. No me perdí nada —dejó de al mundo. Cuando regresé tomé un apartamento en
sonreír—. Dos años después de mi regreso murió Nueva York y busqué a los viejos amigos de los días
papá. de universidad. ¡Qué divertido! Excepto que algunos
Se inclinó ansiosamente hacia la cortina. de ellos habían preferido establecerse ya... ¡a su
—¿Comprende lo que quería decirle? Papá se había edad! Sólo unos críos. ¡Qué pena!
estado ganando la vida desde que era sólo un niño "No sé, en verdad, cómo sucedió. Estaban aquellas
de unos quince años. No es de extrañar que su chicas, ¿sabe? Modelos. Debra era la más bonita de
corazón estuviera agotado. Murió de un ataque al todas las que conocimos. Yo debía haber sabido que
corazón, ¿sabe? Bueno, ya era viejo: tenía cuarenta era una fulana, pero, después de todo, sólo era un
chiquillo. Creyó que yo era multimillonario y me la

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jugó. Un día me dijo que estaba embarazada. "Ella no comprendía lo aprisa que se va el dinero en
Bueno, y ¿qué se suponía que tenía que hacer yo? esta generación. Se puso pesadísima. ¿Cómo podía
Tam-bién me dijo que aún no tenía dieciocho años, haberme gastado ya medio millón de dólares, y tan
de modo que según la ley del estado de Nueva York aprisa? Muy fácil, le dije. Viviendo bien, como papá
¡yo era culpable de violación! ¿No es una me había enseñado. ¡No viví como un maestro en su
vergüenza? Acudí a los abogados y ellos trataron de año sabático en Europa, puede estar seguro! Y las
comprarla. Pero no, quería casarse conmigo. Hizo mujeres cuestan dinero, y los coches y
venir a sus padres y a todo el resto de su estúpida apartamentos
familia desde Nueva Jersey. Tenderos. ¡Yo, también, y la buena ropa, y el ingreso en clubs
casándome con la hija de un tendero! Luego pensé: decentes. ¿Qué quería ella que hiciera?
"Bueno, ¡qué diablos!, siempre me puedo divorciar "¡Quería que yo me estableciera e hiciera algo!
después." Así que me casé con ella. Para darle un Figúrese, yo, sólo con veintiséis años, sólo un
nombre al crío, ¿sabe? Aunque no es que me muchacho, y ella insistiendo en que fuera un viejo
importara mucho. como mi padre. Le había dado a Debra doscientos
De nuevo, con repentina claridad, creyó ver al joven mil, le recordé, y aún quedaban doscientos mil más,
padre de la iglesia, con el niño en sus delgados y me gastaría el resto. ¿No era mío? Mamá dijo que,
brazos y la brillante mirada, mezcla de amor y gozo por el bien del niño tenía que hacerme un hombre.
en su rostro. ¡A mi edad! ¡Con toda mi juventud por delante!
"Un padre y su hijo." Quería que volviera a una buena universidad y
—Ésa es culpa del pobre chico —dijo Johnnie en consiguiera un auténtico título, y luego estudiara
respuesta. leyes o algo. Yo pensé en papá, y no pude más que
Pero la curiosa tristeza, que parecía encerrar una imaginarlo riéndose de ella. ¡Pobre viejo!
sensación de insoportable pérdida, le cubrió de Su padre. Su padre habría tenido poco más o menos
nuevo como unas alas oscuras. la edad del chico de la iglesia cuando él, John-nie,
—Nos casamos en el ayuntamiento. Yo pensé, con había nacido. ¿Le habría sostenido alguna vez en
toda justicia, que mamá debía saberlo, y vinimos brazos, o sobre sus rodillas, y le habría mirado en
aquí en nuestra luna de miel, aunque, para alguna ocasión con tal orgullo y ternura?
entonces, yo ya estaba más que harto de Debra. "Sí", pensó Johnnie. Era de esa clase de hombres;
Para mamá fue todo un shock. Ella es del tipo de bueno, de chicos. Recuerdo bien cómo me miraba
gente de granja, anticuada, ¿sabe? Fácil me cuando estaba en el parvulario, con aquella misma
resultaba ver lo que pensaba de Debra, y en cierto expresión. ¡Y aún no tenía treinta años entonces;
modo sabía que tenía razón. Pareció curarse de su era más joven que yo!
extraña enfermedad mental durante algún tiempo, Aquel pensamiento impulsivo le desazonó, le dejó
aunque volvió a recaer cuando insistió en que nos atónito. Siempre había pensado en su padre como
casásemos ante un sacerdote. Debra se negó, y yo en un hombre viejo. ¿Es que sus propios hijos, a su
también. Pero no podía decir claramente a mamá edad, pensarían que él había sido siempre viejo?
que me proponía divorciarme de Debra en cuanto ;No, no! Le recordarían como un chiquillo igual que
pudiera. Ella ya juzgaba bastante escandaloso que ellos, y tan divertido y animado. "Pero", pensó
no estuviéramos "válidamente" casados. Dijo que yo Johnnie, "yo nunca paso con ellos el tiempo que mi
estaba excomulgado, y no se le ocurrió otra cosa padre pasaba conmigo. Nunca me he sentado con
que llamar a los sacerdotes, los cuales me dijeron lo ellos, ni he hablado con ellos, ni he cantado con
mismo. Aquello era insoportable. Además, ¿a quién ellos, como papá hacía conmigo. Ni una vez. ¿Por
le importaba? qué? Supongo que será por sus madres. Además,
"Bien, Debra pidió doscientos mil dólares para siempre tengo alguna otra diversión para
devolverme la libertad. La envié a Reno en cuanto entretenerme mirándoles. Siempre estuvieron en el
nació el niño, que quedó al cuidado de mamá. departamento de mi madre, que ahora
Entonces ésta me preguntó cuánto dinero me es el de Sally. Los críos en estos tiempos.., sus
quedaba. ¡No podía creerlo! ¡Sólo me quedaban padres están demasiado ocupados."
doscientos mil dólares... de todo aquel dinero! Y lo "¿Lo están?"
peor era que había una cláusula en el testamento de —Yo todavía soy joven —dijo Johnnie en respuesta,
papá que decía que, a partir de su muerte, todos los y hablaba con desesperación—. No quiero ser viejo
derechos de su invento se habían de guardar en antes de que me llegue la hora, ¡maldita sea!
depósito para sus nietos. Mamá y yo no podíamos Agotado, como mi padre. Muriendo de un ataque al
tocarlos. Él había pensado que, con lo que nos había corazón antes de los cincuenta años. ¿Para qué?
dejado limpio, bastaría para nosotros... para mí. Recordó que su abuelo había sido granjero y se
Estaba equivocado. ¿Cuánto pueden durar había casado muy tarde. Había vivido casi hasta los
seiscientos mil dólares en estos tiempos? Nada. Mi ochenta y hasta el mismo día de su muerte había
parte era de seiscientos mil, y la de mamá también. trabajado la tierra desde el amanecer hasta la

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puesta del sol, y había muerto al fin de un lo fue, para ser sincero, sólo que los adultos
accidente. Rechazó el pensamiento casi físicamente, rehusaban reconocerlo. De todos los problemas del
como si le hubiera golpeado. mundo tienen la culpa los adultos que no
Empezó a hablar con toda prisa: comprenden a los jóvenes. ¿No está usted de
—Mamá decía que estaba enferma, ¡como si yo no acuerdo conmigo? Pues muchos educadores lo
lo supiera! ¿No le pagaba yo para que se cuidara de están. Ellos creen que los niños deben disfrutar de
mi hijo, y no contraté una niñera para él? Sí, es su infancia, y no ser lanzados a la vida cuan-
cierto que me fui a Europa de nuevo. Después de do aún no son suficientemente maduros. Eso es lo
todo, había quedado muy destrozado por mi que me sucedió a mí; mi madre fue en realidad la
matrimonio. Y en París conocí a Justine y a su causa de aquellos dos desastrosos matrimonios,
"padre". Habían estado navegando en su yate, cuando yo era sólo un crío y no sabía realmente lo
pasándolo bien. ¿Cómo podía saber yo que él era un que hacía. ¿Qué significado podía tener el
tipo contratado, y tan padre de Justine como mío? matrimonio a mi edad? ¿O incluso ahora? ¡Soy
El caso es que nos engañamos mutuamente y fue demasiado joven!
algo muy divertido. Luego me casé con Justine en "Y yo también."
París, y estalló toda la historia. Pero claro, para ese ¡Demonios, estaba perdiendo la cabeza! Lo había
momento Justine había conseguido quedar oído, y, a la vez, no lo había oído. Se inclinó hacia
embarazada y yo estaba casado con ella y el otro adelante:
había desaparecido con el yate. Intenté conseguir —¿Dijo que usted es joven también? ¿De mi edad?
un divorcio en París, pero allí son muy pesados para Entonces tiene que comprenderme. No cumpliré
estas cosas, y por tanto nos volvimos a casa y treinta y tres años hasta dentro de todo un mes...
Justine fue algo estupendo durante algún tiempo. —se detuvo, casi se encogió. Luego habló con tono
Luego pidió cincuenta mil de lo que me quedaba por desafiante—. ¿Qué son treinta y tres años en estos
concederme el divorcio, después que nacieron las tiempos? Nada en absoluto. Nunca lo fue, al menos
gemelas, y yo se las llevé a mamá Miró fijamente la no para un hombre. ¡Seguro que también usted se
cortina. El tipo de allí atrás lo pasa bien cuando no está escondido tras esa
debía decir algo, un sonido al menos que indicara su cortina! —sonrió al lustroso terciopelo, tan inmóvil
comprensión y simpatía, ¿no? Pero nada dijo. ante él, y guiñó un ojo.
—Bien —siguió Johnnie, furioso de nuevo—, mamá Luego se sintió triste de nuevo.
perdió por completo la cabeza a partir de ese —¿De qué sirve que siga hablando y hablando?
momento. ¿Qué esperaba que yo hiciera? Ella se Quedé arruinado, después de lo de Justine. Le pedí
guar-daba su dinero, ¿no? y vivía como hacen esas a mamá una pensión; yo quería tener mi propio
viejas de la Seguridad Social, contando todos los apartamento. Pero ella se negó. ¡Figúrese, se negó,
peniques, y yo casi estaba arruinado. ¿Qué otra mi propia madre! Podía vivir en su casa, con ella y
cosa tenía ella en el mundo? ¿No comprendía que los críos —¡y vaya una casa ruidosa!— o ponerme a
era ella misma la que me había traído tanta mala trabajar. En realidad intentó conseguir que fuera a
suerte? ¿Es que no le importaba? ¡Pues no! Todo lo una "auténtica universidad", según la llamaba.
que sabía hacer era mirarme y llorar. Pero al menos Jamás en mi vida había querido que yo disfrutara y
aceptó los críos, y yo le ayudé lo que pude a me viera libre de cuidados, como papá se había
mantenerlos. No mucho. ¿Cree que yo bebía o vivía propuesto. ¡Oh, sí!, me dio dinero para mis ropas.
mal, como muchos chicos que conozco? No, nada de Yo le dije que me dejara ir, que me diera algo de
eso. Sólo quería ser feliz, como papá había deseado dinero y que más tarde, al cabo de unos años, me
que lo fuera, pero al parecer todo el mundo se había establecería para siempre. Pero ella era como un
confabulado para privarme de mi juventud y mi muro de piedra, sumida en su enfermedad mental.
felicidad. ¡Maldita sea, no voy a dejarles que lo Me fui a los abogados y hablé de recluirla y de que
hagan! me dieran poderes para manejar sus asuntos, pero
Estaba sudando, de temor ante el futuro, de ellos se me rieron en la cara! Así que estaba harto.
indignación ante su presente apuro. No es justo. La vida nunca fue justa conmigo.
—¡Eh, oiga! —gritó a la cortina—. ¿No cree que "Ni conmigo."
debería tener alguna felicidad en la vida, y no —¡Eh! Ahora sí que le oí, ¿no? —se sentía muy
verme forzado a la vejez antes de tiempo? excitado—. ¿Comprende entonces que esté harto?
No se escuchó el menor sonido tras la cortina, pero "Sí. El mundo está harto de ti también."
Johnnie creyó sentir que el hombre se había —¡Espere un momento, espere un momento! —dijo
movido. Johnnie, herido e indignado—. ¡Si ni siquiera me
—De nadie debe esperarse que se "enfrente con la conoce!
vida" —siguió— como decía mi madre, a tan Pero el hombre guardaba silencio.
temprana edad. No es justo. Es ridículo. Resulta "Lo oí, ¿no?", se preguntó Johnnie. ¿O es sólo cosa
anacró-nico en esta época. Yo supongo que siempre de este lugar condenadamente silencioso, sin nada

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a que mirar, ni nada que oír más que tu propia voz casáramos— intentaba acercarlos a mí, como si a mi
y tus propios pensamientos? Encerrado conmigo edad yo pudiera sentir un afecto paternal.
mismo... Me está dando claustrofobia. Me está De nuevo, como una candente visión, contempló a
haciendo ver y oír cosas..." El corazón empezó a aquel padre joven con su hijo en brazos, y se
latirle violentamente, como si estuviera a punto de removió inquieto.
presenciar una terrible revelación que no podía —¡Oh, son bastante atractivos, el chico
soportar ni imaginar siquiera. A fin de retrasarla, especialmente! Todos se parecen a mí. A veces
pues tanto temor sentía, siguió hablando a toda juego con ellos, cuando no están chillando o
prisa. pidiendo algo. Pero que me cuelguen si voy a actuar
—Mamá tenía una amiga; la había conocido toda la como un padre con ellos, a mi edad. Ya sabe lo que
vida. Y esa amiga tenía una hija, Sally, mayor que es eso. Casado demasiado joven, demasiada
yo. Bueno, un año mayor, pero treinta y cuatro responsabilidad antes de ser un adulto. Sally insiste
años es mucho para una mujer. Cuando esa amiga en decirme que el chico ha hecho ya su primera
murió, mamá invitó a Sally a que fuera a vivir con comunión, y que yo tengo ciertos deberes con él.
ella y le ayudara con los niños... mis hijos. ¡Santo Ella, como mamá, quiere que busque un empleo o
cielo!, estábamos abarrotados en aquella casita, ¡la que vuelva a la universidad y aprenda algo. Bueno,
pequeña casa que mamá comprara después de ella tiene el dinero y yo no. Pero no voy a dejarle
morir papá! Vendió nuestra antigua y maravillosa que eche a perder mi juventud, como lo intentó mi
casa. Demasiado cara, decía. ¡Ja! Mamá empezó a madre.
decaer de modo alarmante poco después que Sally Ahora le subieron a los ojos lágrimas de cólera y
se viniera con nosotros. Me llamó a su dormitorio desesperación. Sacó un espléndido pañuelo de
una noche y me dijo que se moría. Le sugerí llevarla magnífico hilo y se sonó. Y dijo con voz ahogada y
a un sanatorio para enfermos mentales; si ven-gativa:
conseguía meterla allí, lo habría arreglado todo. —He hecho un infierno de la vida de Sally. Ahora
Tendría poderes y podría coger al fin todo aquel llevamos tres años casados. Estaba decidido a que
dinero que era realmente mío. Pero ella me sonrió ella pagara por lo que me había hecho, utilizando
de modo desagradable, enfermizo en verdad. Y me indebida influencia sobre mi madre y robándome mi
dijo que me iba a dejar exactamente veinte mil propio dinero. Durante los últimos meses no le he
dólares, y el resto a Sally. hablado apenas, y me niego a hacer cualquier cosa
Esperaba un sonido de incredulidad del hombre tras por los niños, sólo para enojarla. Me mantengo
la cortina. Pero sólo le respondió la serena y fresca alejado de aquella asquerosa casa todo lo que
quietud del muro y el suelo de mármol. puedo... que no es mucho. No tengo dinero, aparte
—Acudí entonces a otros abogados y les conté toda de cien al mes que Sally me da para dinero de
la historia y ellos dijeron que podía impugnar el bolsillo. ¿Es justo eso? ¿Con mi propio dinero?
testamento si quería, pero que los abogados de Se sonó de nuevo.
Sally lucharían conmigo y tendrían muy buenos —De todas formas, esto es todo. Hace unas noches
argumentos a su favor. Después de todo, dijeron, Sally me dijo: "Eres desgraciado porque te niegas a
yo había derrochado el dinero que papá me dejara, crecer, y casi eres un hombre maduro." ¡Un hombre
y podrían presentar eso en mi contra. ¡Diablos! maduro yo! Entonces siguió: "Y me estás haciendo
También dijeron que yo no contribuía en nada al horriblemente desgraciada también. Me casé
sostén de mis... de los críos. Todo eso ocurrió contigo porque te amaba, a ti y a tus hijos, y no
después que mamá muriera, ¿sabe? Murió un mes porque tu madre lo quisiera así. Pensé que podía
después de haberme dicho aquello tan insultante, lo hacer que te enfrentaras con la vida antes de que
que había hecho con su testamento. Los críos tenían fuera demasiado tarde para ti. Pensé que podía
el fondo de mi padre, y yo nada más que aquel convertirte en el padre adecuado para tus hijos, que
asqueroso legado. No me duró ni un año. te necesitan. Después de todo, de haberlo querido,
Se pasó las manos patéticamente por el pelo, yo podía haberme limitado a heredar el dinero de tu
cerrando los ojos. madre y marcharme después, dejándote con tus
—Antes de morirse, mamá me sugirió que me hijos para que te ocuparas de ellos como quisieras.
casara con Sally, esa vieja vaca. No podía Como su guardián te habrían concedido una pensión
soportarla. Bueno, esto no es del todo cierto, al de los fondos del depósito para mantenerlos hasta
principio era atractiva, al estilo serio, con lo que yo que llegaran a la edad de vein-tiún años y
creí que era un gran sentido del humor. Parecía un heredaran su propio dinero. Quizá debiera haberlo
ser humano bastante cálido y acogedor... antes de hecho así. En cierto modo no ha sido justo para ti el
que me casara con ella. Dulce y amable también. que yo asumiera la responsabilidad de tus hijos, sin
Cariñosa. Buena con los niños. Evitaba que me exigir que tú fueras responsable también.
estorbaran y que me los tropezara a todas horas. Naturalmente no hubieras recibido ni un penique en
Pero a veces —antes y después que nos cuanto tus hijos heredaran. Creo —dijo— que si he

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soportado esto tanto tiempo fue movida por un demás? Mujeres, coches, apartamentos, lujos,
sentimiento de responsabilidad hacia ti." viajes, magníficos restaurantes, ropas
—¿Ha oído alguna sarta mayor de estupideces? Yo maravillosas... El dinero no tenía una auténtica
le dije: "Dame al menos la mitad de mi dinero y cualidad en estos días. Se desvanecía literalmente.
quedaré satisfecho. ¿Qué te parece?" Lo meditó Y ¿qué le quedaría después que todo se hubiera ido?
cuidadosamente. Luego dijo: "Sí. Pero sólo si vas a ¿Sus hijos? No le conocerían, a él que los había
ese santuario y hablas de ello con el hombre que abandonado. No le querrían. No dirían "mi padre"
escucha allí. Yo lo hice una vez, cuando mi madre como el niño de aquel pobre imbécil diría
murió. Pensé que no podría soportarlo. ¡Habíamos probablemente de su padre. Él sería viejo...
estado tan unidas! Pero él me hizo comprender. ¡viejo!... y no habría nada. Sólo recuerdos... ¿de
Bien, haré lo que quieras, incluso dejaré que te qué?
divorcies de mí, si hablas con él." Se puso en pie de un salto, sintiéndose prisionero,
—Y por eso estoy aquí —acabó Johnnie Martin. De ahogándose.
modo que ya he hablado con usted. Ahora puedo —¡No es justo! —gritó—. ¿Por qué tengo que
volver a Sally y describírselo todo, y entonces seré envejecer? ¡Yo soy joven, joven!
libre otra vez. Corrió a la cortina, vencido por una desesperación
Sonrió, con la repentina y volátil felicidad de un niño que jamás había conocido antes y apretó el botón
que espera ansioso la Navidad. "¿Y tus hijos, los dándose cuenta sólo a medias de que lo hacía y,
pequeños?" mientras las cortinas se corrían, repitió:
—Los enviaré a algún colegio. El chico puede ir a —¡Soy joven, se lo digo, soy joven! ¡Aún no soy un
una academia militar. Y las niñas a un convento. adulto de verdad!
Conozco el sitio justo, y yo estaré libre. Y entonces vio al hombre que le había escuchado.
"¿Para qué?" Le miró estupefacto, abriendo y cerrando los ojos
—Para disfrutar de mi juventud, como quería mi con angustia, tragando saliva a duras penas.
padre. Empezó a retirarse lentamente, paso a paso. Llegó
Volvió la cabeza, y, aunque no había ventanas en la al sillón, tanteó con la mano y se aferró a él. Un
habitación el mármol pareció transparentarse y, a horrible temor se apoderó de nuevo de Johnnie y
través de él, vio de nuevo al joven padre con su otra emoción que todavía no reconocía como una
hijo, el padre joven y responsable, las manos profunda y horrible ver-güenza, pues jamás en su
destrozadas por el duro trabajo. ¡Pobre imbécil! vida había experimentado tal vergüenza.
¿Qué haría tras su jornada de trabajo, él, sólo un No podía apartar los ojos de aquellos ojos sombríos
crío? Ayudar a la mujer con los pañales y los platos, que le miraban tan firmemente. Estaba seguro de
ocuparse de la lavadora, o darle el baño al bebé y que le miraban con firmeza, amonestándole... Si
quizá cortar el césped... si podía permitirse tener bien el hombre no le despreciaba en realidad; sí, le
césped. ¿Qué harían él y la mujer que lo había comprendía perfectamente.
atrapado, pues seguramente no habría sido él el Yo sólo tenía treinta y tres años cuando completé mi
agresor, en su tiempo libre, si es que tenían tiempo obra, parecía decirle aquel hombre. Sólo en años
libre? ¿Hablarían del porvenir y del futuro de su tenía tu propia edad. Yo no era un niño, ni un joven,
hijo? ¿Qué futuro? ni siquiera en mi carne humana. Yo no había sido
"Un futuro de hombre, pues ese niño tiene un padre niño desde que cumpliera los doce años, aunque
que es un hombre." estuve sujeto a mi familia como tú no lo estuviste
—¿Y cree que yo no soy un hombre? —exclamó jamás. Yo era un hombre, y tú jamás has sido un
Johnnie. Se puso en pie—. Pues claro que no lo soy. hombre.
Sólo soy un muchacho. Tengo aún muchos años —Que Dios me ayude —murmuró Johnnie—. No fue
para crecer, muchos años. Mientras tanto, voy a sólo mi culpa. Fue la de mi padre también. No es
disfrutar de mi juventud. que le juzgue, no es que le condene. Sólo estoy
"Treinta y tres años." dicien-do la verdad, como jamás la dije antes. Él
—¡Sólo un muchacho! —protestó Johnnie—. Sólo un estaba equivocado. Él debía haberme ayudado a ser
joven. un hombre y no haberme animado a ser un crío
Miró desafiadoramente la cortina, pero no se movió. eterno. Pero mi padre no estaba más equivocado
Se sentó de nuevo. Sus manos descansaron en los que muchos otros millones de padres en este país.
brazos del sillón. Pronto treinta y tres años, y Están haciendo niños eternos de sus hijos. Les están
arruinado. Ni siquiera un trabajo. Un padre que no negando la virilidad y sus responsabilidades como
era realmente un padre. Un extraño sentimiento de hombres...
pesar le dominó, como la oscura premonición de un Miró suplicante al hombre, pero los ojos firmes no
futuro desolado y solitario. ¿Qué sería de él dentro parecieron suavizarse ni mostrar simpatía. \
de diez, de quince años? ¿Habría desaparecido su —De acuerdo —dijo Johnnie con una humildad
dinero para entonces? ¿Habría desaparecido todo lo totalmente desconocida antes en él—. No voy a

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seguir mintiendo. Creo que yo lo supe siempre, y demasiado tarde? Quizá no. Sally me envió aquí.
que fue culpa mía, aún más que de mi padre. ¡Yo lo ¿También ella... le vería?
quería así! Yo quería ser un muchacho toda la vida, Contempló al hombre silencioso que le miraba.
y divertirme. Sí, creo que lo sabía. Los sacerdotes Ahora sí aparecían lágrimas en sus ojos, lágrimas de
intentaron decírmelo, y mi madre, y Sally. Pero... yo adulto. Fue lentamente hacia él, y lentamente dobló
tenía miedo. Tenía miedo —repitió, maravillándose las rodillas e inclinó la cabeza y besó los pies del
ante el asco que sentía de sí mismo—, tenía miedo hombre. Y dijo:
de ser un hombre. Señor, ten piedad; Cristo, ten piedad...
Se contempló tal cual era: grande, maduro, un poco Siguió de rodillas largo tiempo, rezando como jamás
demasiado pesado, asquerosamente juvenil, antes había rezado en su vida. Poco a poco le fue
peinadito como un bebé de dos años, manicurado, abandonando el asco de sí mismo, y supo que había
bañado, sano... e inútil. Un mozalbete de mediana sido oído y perdonado, y que ahora había
edad, estúpido, de pies grandes, siempre joven y abandonado para siempre su infancia y su juventud.
sonriendo, negando su madurez, negando que Cuando se puso en pie, se sintió revestido de
llevara dieciocho años de ser adulto. Pensando en sí virilidad.
mismo como en un adolescente. ¿Quién había Por favor, no me abandones nunca susurró. Esto no
inventado aquel término realmente cruel y ha terminado. Aún me queda un largo camino que
repulsivo? Después de la pubertad, un niño ya es un recorrer.
hombre, con todo el poder corporal de un hombre y Cuando se halló de nuevo bajo el cálido sol de
con la madurez de un hombre. Después de la agosto se le ocurrió de pronto que estaba
Confirmación él había sido responsable de sus contemplando un mundo que jamás había conocido,
propios pecados y su propia vida... ¿No le habían un mundo de hombres y deberes, de fieras
dicho eso los sacerdotes? Él sólo era responsable. Y responsabilidades y de lucha. Aún no estaba seguro
había rehusado la patente responsabilidad. ¿Por de que le gustara, ¡pero tendría que gustarle!. Era
qué? Porque había tenido miedo de ser un hombre. su mundo. Era el mundo de él y de sus hijos. “¡Dios
Su padre debía haber adivinado su terror y, en su mío, Michael! pensó. Mi hijo. No puedo perder ni un
amor, había tratado de calmarle y tranquilizarle. Él solo minuto...”
se equivocaba, dijo John Martin. Era su deber de Entonces vio a Sally que subía por el largo sendero
padre el conducirme a la virilidad, el haberme de grava hacía él. Sally, con su rostro pálido y
liberado. No fue amable conmigo en absoluto. Él y ansioso, los ojos interrogándole en silencio. Empezó
yo... entre los dos hicimos lo que soy ahora. a corre hacía ella como un niño corre hacía su
Pero él murió al ver lo que yo era realmente. Sí, madre, pero luego se detuvo. Caminó firmemente
ahora lo sé. Lo mismo que mi madre. por el sendero hacía su esposa, con pasos rápidos
Pensó en sus propios hijos, en el chico, Michael, con pero controlados. Ella se detuvo a esperarle. John
su rostro joven y firme, las pequeñas gemelas, Martin le cogió las manos.
alegres, de ojos azules, siempre de buen humor. Hola Sally dijo, y sonrió. Vamos a casa con los
Nunca las había visto antes como las veía ahora, a niños.
plena luz de la horrible revelación de sí mismo. En el femenino rostro brilló un nuevo gozo. Él vio
¡Eran unos chicos estupendos! Necesitaban un sus ojos húmedos, la boca temblorosa. Sin
padre, no la clase de padre que él había tenido, sino importarle la gente sentada a la sombra, en los
un hombre que les guiara, enseñara y dirigiera, no bancos de mármol, se inclinó hacía ella y la besó.
que jugara con ellos como otro crío más, como Vámonos a casa repitió.
hiciera él mismo, y con juguetes que tan pronto le
aburrieron. Podía recordar ahora cierta reserva, ALMA SEXTA
cierta fría especulación en los ojos de su hijo. ¿Qué EL JUBILADO
habría llegado a pensar su hijo de él? John Martin «E/ justo florecerá como la palma... Fructificarán
cerró los ojos. Bien lo sé, pensó. Me considera un aun en la senectud.»
imbécil, grandote y estúpido, y eso es lo que soy. (Salmo 92, 12-14.)
Eso es todo lo que soy. ¡Que cosa tan terrible, que ALMA SEXTA
un chico piense así de su padre! El crepúsculo de tono malva descendía sobre la
Y Sally. La paciente, la amable y cariñosa Sally, su nevada ciudad, y las lámparas de la calle
esposa. ¿Porqué demonios había querido casarse empezaron a encenderse como suaves bolas
con él? Hermosa Sally. Jamás había comprendido lo doradas. Un viento frío e implacable alzaba la nieve
muy hermosa que era en realidad, con sus brillantes y la lanzaba al aire en polvorientos remolinos. Era la
ojos castaños, y su ternura con él y con sus hijos, y hora de la cena para la mayoría de los trabajadores
su bondad. “No la merezco pensó. ¿Me despreciará de la ciudad, pero en los grandes edificios de
ella? Ni la mitad de lo que yo me desprecio. ¿Será apartamentos los hombres llegaban precisamente
ahora de sus despachos y se disponían a tomar un

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cocktail que les ayudara a relajarse. Ahora, uno a teniendo una bonita casa, ropas buenas, un coche
uno, los pisos de despachos en los edificios nuevo cada tres años y tomándonos buenas
comerciales fueron iluminándose mientras las vacaciones en verano. Era suficiente para
limpiadoras los recorrían todos, y una a una nosotros... para mí. No es que me gustara
también se encendieron las luces en los especialmente mi trabajo, pero era todo lo que
apartamentos particulares y se corrieron las cortinas sabía hacer. Me casé joven y acepté el primer
contra la noche invernal. Un tiempo tan crudo era empleo bastante bueno que pude encontrar:
algo extraordinario en la ciudad, y sus habitantes, tenedor de libros, y me figuré, ¡qué diablos!, que
los jóvenes, disfrutaban con él. Los viejos aquello era toda mi vida, y así fui subiendo len-
temblaban. tamente toda la escala hasta mi último cargo, en el
Excepto Bernard Carstairs, que, a sus sesenta y que me pagaban 12.000 al año, con un plan de
cinco años, estaba aún en la calle a la hora del pensión, Seguridad Social y beneficios extra, y yo
crepúsculo, volviendo a pie desde el Centro de pensé, ¡diablos!, que los que tenían puestos más
Jubilados a su casa, en uno de los edificios de importantes constantemente se morían de algo del
apartamentos cercano. Caminaba con paso recio y corazón, o tenían úlcera y no lo pasaban bien,
juvenil, aunque era mientras que yo estaba contento y tranquilo, con un
algo pesado para su altura, que apenas sobrepasaba futuro asegurado tras el retiro... ¿Por qué debía
lo normal. Había aumentado estos kilos extra desde preocuparme? ¿Para qué desear más paga que, de
su forzado retiro, hacía seis meses, y ni a él ni a su todas formas, se me iría en impuestos? No, no me
doctor les gustaba demasiado. "Aunque es mejor gustaba mucho el trabajo, pero lo hice bien.
que arrugarse y encogerse, como suele pasar a la Monótono, pero cómodo. Supongo que sólo soy un
mayoría de los jubilados", le había dicho el doctor. tipo corriente.
"Bernie, biológicamente tiene menos de cincuenta —Y ¿quién no lo es? —dijo el doctor.
años. Una maldita vergüenza, una maldita Bernard le miró agudamente, y sus ojos azules no
vergüenza." En eso habían estado de acuerdo. "Será eran los de un tipo corriente.
mejor que busques algo que hacer", había añadido —Algunos no lo son, doctor —dijo—. Demasiados
el doctor mirando compa-sivamente a su amigo, hombres aceptan un trabajo y se establecen sólo
que apenas tenía unas hebras grises en su para sentirse tranquilos... como yo. No es bastante.
magnífica cabeza de cabellos castaños. Los azules —Aunque el hombre exterior perezca, sin embargo
ojos de Bernard eran firmes, jóvenes, alerta, y sólo el hombre interior se renueva día a día —dijo el
necesitaba gafas para leer la letra pequeña. Sus doctor—. San Pablo.
rasgos parecían agudamente recortados, las mejillas —Y ¿qué se supone que significa eso?
eran tersas y de buen color, los labios firmes y —Es mejor que lo descubras, Bernie. Nadie puede
resueltos, la barbilla desafiante, aunque ahora tenía descubrirlo por ti. Sólo tú mismo.
un rollo de grasa sobre el cuello debido al aumento La esposa de Bernard tenía cincuenta y cinco años,
de peso, rollo que no había tenido hacía un año. y se ocupaba en muchas cosas agradables. Amaba a
Todos sus movimientos eran vigorosos y definidos, su marido. Pero después de los primeros meses de
y jamás había tenido un dolor o enfermedad en la euforia ante el retiro a los sesenta y cinco años y el
vida, hasta ahora. A veces se sentía tan cansado primer viaje al extranjero, halló agotadora la
que apenas podía moverse, y para ese cansancio el constante presencia de su marido. Éste no era del
doctor le había prescrito un tónico. "Aunque me tipo de los que se disponen a envejecer ante el
temo que no te servirá de nada", había añadido. televisor, ni de la clase de los que se encierran en
"Tienes una mente activa que ahora se ve obligada "actividades de la comunidad", ni se dedican a
a reducir la marcha, y no le gusta, y por eso lo remendar y hacer chapuzas por la casa. No tenía un
refleja en tu propio cuerpo, y éste se queja." hobby, ni siquiera jugaba al golf. Nunca le había
—Bien, ¿y qué puedo hacer? —preguntó Bernard—. interesado el alcohol en exceso, pero ahora bebía
Yo sólo era un ejecutivo sin importancia en la demasiada cerveza y bostezaba. Durante sus días
compañía. Si hubiera sido más importante quizá me activos y ocupados en la oficina, y las reuniones
habrían conservado en el puesto. Pero el caso es sociales por la noche, nunca había sido un gran
que yo nunca tuve demasiada ambición. Soy de los lector. Había declarado en ocasiones: "Cuando me
que se contentan con su trabajo. No me gusta esa retire, leeré todos los buenos libros que me he
guerra de ratas que es la competición por un perdido". Pero era esencialmente un hombre
ascenso, jamás me gustó. Yo hacía mi trabajo mejor volcado al exterior, y leer constantemente, durante
que la mayoría, pero Kitty y yo, al no tener hijos, semanas, le había cansado. Su educación no había
podíamos vivir muy bien con lo que yo ganaba, pasado de la escuela superior y muchas de las
ahorrando, saliendo con ami-gos, asistiendo a alusiones de los mejores libros le resultaban
reuniones sociales, formando parte de algunos desconcertantes, totalmente desconocidas para él.
buenos clubs, durmiendo bien, comiendo bien, Empezó a rebuscar en la biblioteca pública. Pero su

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cuerpo muscular se rebelaba ante tanta quietud e quedarme sentado, y esperando morir? ¿Qué se ha
inactividad. Además, las obras clásicas le resultaban hecho de mi vida? Y ¿qué haré con el resto?"
desfasadas para la vida moderna. Se trataba de —¿Por qué no vas a ver si puedes hacer algo útil en
libros escritos para gentes contemplativas, y el Centro de Jubilados? —le dijo Kitty hacía una
Bernard no era contemplativo en absoluto. Escritos semana.
para aquellos que disponían de largas horas de Había sabido infundir entusiasmo en su voz, y
crepúsculo... y Bernard odiaba los crepúsculos Bernard lo había captado en seguida. Ya estaba
profundamente. Habían sido escritos para aquellos poniendo nerviosa a su mujer, y no la culpaba por
que serenamente aceptaban la vida, y la vivían ello. También él se estaba poniendo nervioso. Su
serenamente. Pero Bernard no estaba entrenado en cuerpo fuerte y aún joven parecía querer estallar las
una actitud fatalista, ni era básicamente sereno. No, costuras. Nunca se había sentido demasiado
no le había gustado su cargo de ayudante del consciente de sus pensamientos en todos los años
director de personal de su compañía; pero tampoco de trabajo. Sin embargo, ahora, en estos días,
le había disgustado. Era un modo de ganarse el pan. dominaban su mente toda clase de inquietas y
Durante la mayor parte de su vida había turbadoras preguntas. Para dar gusto a Kitty había
considerado eso suficiente; él sólo era un tipo ido al Centro de Jubilados aquella mañana, y se
corriente. Ahora que estaba jubilado no podía había quedado a pasar el día. ¡Qué equivocación
protestar de que echara de más terrible! Bernard no era un hombre de
menos a la vieja pandilla de la oficina. No los emociones violentas, pero hoy, contemplando y
echaba de menos en absoluto. No había vuelto allí hablando con hombres y mujeres de su propia edad
ni una vez de visita. en el Centro, o mayores aún, había sentido el
Económicamente podía vivir bien. Él y Kitty siempre primer regusto de una desesperación activa y
habían ahorrado una suma fija de sus ingresos, y poderosa. Lo que fuera simplemente una vaga
además le pagaron tres anualidades completas en inquietud mental durante los pasados meses se
sus sesenta y cinco cumpleaños. También tenía su había transformado en pánico y terror. No es que la
cheque de la Seguridad Social, y su pensión, que vista de los ancianos le asustara, sino la
llegaba al cincuenta por ciento de su sueldo. A complaciente aceptación de su inutilidad, y la vacía
veces, él y Kitty hablaban vagamente de tener "una espera de la muerte que parecía esconderse en las
casa en el campo, o en los suburbios, donde sombras de las muchas habitaciones cómodas del
podamos trabajar un poco en el jardín y cultivar Centro. Algunos, sentados en mecedoras, charlaban
rosas de concurso o algo así". Pero tanto él como en grupo ante una linda chimenea con las manos
Kitty eran gente de ciudad, y ella tenía allí todas sus cruzadas en el regazo. Hablaban de sus hijos y
amigas, y él también. Además, la misma idea del nietos, y de los viajes que hicieran el verano
traslado, del desorden, de las decisiones que tomar pasado. No hablaban de futuro para ellos mismos;
con respecto a los muebles viejos, y la compra de plácidamente aceptaban ya el hecho de que no
los nuevos, les repelía a los dos. Eran dueños del tenían futuro. Algunos peroraban de modo
agradable apartamento donde vivían y que habían interminable sobre los cargos importantes que
ocupado durante veinticinco años. Conocían todos habían tenido en el pasado, y lo mucho que sus
sus rincones y puertas. Se sentían nostálgicos sólo superiores lamentaran su retiro. Otros se dedicaban
con pensar en dejarlo por un lugar extraño y nuevo ahora a pequeños trabajos de artesanía, creando
en los suburbios. objetos mediocres y torpes que nadie compraría
Lo que ocurría es que el apartamento se había jamás, ni apreciaría, ni utilizaría. Otros, en fin,
convertido últimamente para Bernard menos en un jugaban al pinacle, o al bridge. Había una pequeña
hogar que en una prisión cómoda y abrigada. biblioteca y mesas cubiertas de revistas. Cada día,
Mientras Kitty estaba fuera almorzando con sus acudían allí jóvenes entusiastas a dar charlas sobre
amigas él se sentaba en el living e intentaba leer, jardinería o cualquier otro hobby, sobre la salud y el
pero se sentía consciente de todo el silencio en ejercicio, sobre libros de interés, y Bernard supo
torno, de la falta de movimiento, del vacío. que también los clérigos acudían allí una o dos
Entonces salía de casa y caminaba nerviosamente, veces a la semana para animar a "nuestros
mirando los escaparates, visitando el zoológico en maravillosos jubilados" y decirles cuan importantes
los días de buen tiempo, paseando por la biblioteca eran aún para el mundo. "¿Cuánto?", preguntó
pública, comprando comida, metiéndose en un Bernard a uno de los viejos que había conocido. El
cine... otro no había sabido contestarle. Por su-puesto, y
Por primera vez empezó a pensar en los años que le esto demostraba mucho tacto por parte de los
esperaban. ¿Cuánto viviría? Luego se interpuso otro clérigos, no se hablaba de la muerte ni de la vida
pensamiento: "No mucho. Uno de estos días voy a eterna.
morir, tal vez en un par de años, quizá diez, quizá Algunas de las jubiladas más jóvenes se dedicaban
quince. Y ¿siempre va a ser así, sin más que a trabajos voluntarios en hospitales, pero pronto lo

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hallaron fatigoso a su edad. Preferían sentarse allí y Su rostro firme y lleno enrojeció ante su nueva
sacar los portarretratos plegables de sus nietos, y indignación. La muchacha sonrió amablemente:
presumir de sus hijos e hijas, y mostrarse —Bueno, sus hijos pagarán así por ellos también.
ligeramente despectivas para con las nueras y —Y ¿por qué han de hacerlo? ¿Por qué una
yernos. Nadie las escuchaba, naturalmente. Las generación ha de ser mantenida por otra? Mientras
otras señoras también tenían sus portarretratos podamos movernos y tener alientos deberíamos
plegables y querían hablar de ellos. Algunos mantener-nos a nosotros mismos, y no esperar que
jubilados se ocupaban de caridad y visitaban las los jóvenes nos carguen sobre sus hombros.
casas. Conocían gente tan interesante... Cada Un clamor de ultraje de la mayoría de los viejos
mañana acudían al Centro las asistentes sociales, había ahogado su voz. Uno de ellos dijo:
jóvenes ardientes de rostro intenso, con ayuda —¡Yo también trabajé mucho tiempo y luego me
solícita para aquellos cuyo cheque de Seguridad retiré, y ahora cojo mis buenos cheques y me voy
Social era lo único de que disponía y con su jerga corriendo al banco a cambiarlos! Y ¿por qué no
psiquiátrica sobre adaptación, tratando de animar a había de hacerlo? ¿No lo merezco?
los indolentes para que hicieran algún trabajito de —No —dijo Bernard—, claro que no. No merecemos
artesanía como hobby, o más ejercicio. "Después de nada que no hayamos ganado.
todo", dijeron aquella misma mañana, "han de —Yo creé una familia —dijo otro viejo—. ¿No es eso
Continuar Teniendo Interés en la Vida". hacer algo por mi país?
La mayoría asistieron muy complacidos y se —Sí, y por eso sus hijos deberían mantenerle, en
volvieron a su siesta, o a sus cartas, o a las vez de permitir que lo hagan los hijos de otros. ¿Es
conversaciones sobre los nietos. Unos pocos, muy que ellos no han oído hablar del cuarto
pocos, miraron cínicamente a las asistentas sociales mandamiento?
que les atendían y suspiraron. La asistenta social les había interrumpido
—Yo creo —dijo el vigoroso Bernard a una de las amablemente, pues, para ese momento, ya muchos
asistentas sociales— que lo que la mayoría de viejos estaban demasiado acalorados y agitados.
nosotros necesita es un empleo. —En estos tiempos —añadió— todos nos
Recibió aplauso de unos pocos, una mirada de preocupamos por todos. ¿No es así mucho mejor?
horror de la mayoría y cierta mirada de desconcierto —No es eso lo que me enseñaron cuando yo era
de las jóvenes. joven —insistió Bernard—. A mí me enseñaron que
—Vamos, Mr. Carstairs —dijo una de ellas—. Usted cada uno había de sostenerse sobre su propio
sabe muy bien que, en estos tiempos, ningún jefe trasero. Que no había de ser nunca una carga para
de empresa va a contratar a un hombre de su edad nadie. ¿Sabe lo que voy a hacer mañana? ¡Voy a
o mayor. Hay que tener en cuenta los planes de irme a la oficina de la Seguridad Social y voy a
pensión, y la Seguridad Social y las enfermedades decirles lo que pueden hacer con sus malditos
naturales de los viejos, que hacen algo insegura la cheques, y que no me los envíen! Únicamente lo
constancia en el trabajo, y los beneficios de los que yo pagué en realidad.
empleados que ningún jefe quiere pagar en el caso —Pero es que usted es un hombre afortunado, Mr.
de los... bueno, de los viejos. Y luego están los Carstairs, muy afortunado —dijo la joven con
formularios del gobierno, que exigen... tristeza. Parecía haber cierto reproche en su voz por
—¡Ya está bien de tanto maldito gobierno! —había el hecho de que él fuera afortunado, como si
exclamado Bernard, asombrado de sí mismo, pues hubiera cometido algún crimen contra la sociedad y
siempre había pensado que, en estos tiempos, a por ello debiera sentirse culpable—. Aquí hay otros
todos les resultaba consolador el saber que el que no tienen nada más que su cheque de la
gobierno se cuidaba de sus intereses—. Quizá si no Seguridad Social.
tuviéramos la Seguridad Social y todos los planes de —Y ¿por qué no? —preguntó él descaradamente—.
pensión, y beneficios extra, la mayoría de los que ¿Por qué no ahorraron un poco? Yo ahorré un dólar
estamos aquí tendríamos un empleo y seríamos a la semana a veces, y eso era todo lo que podía
útiles al mundo, y no una basura que se echa a un permitirme cuando era joven, pero ¡por Dios que
lado. Peor aún; somos una carga para los jóvenes ahorré! Seguro, tuvimos nuestras enfermedades, es
maridos y padres que tienen que pagar nuestros decir, mi mujer las tuvo. Pero yo me las arreglé
cheques de Seguridad Social en forma de para pagarlas, y encima ahorrar dinero. Era muy
impuestos. poco al principio, luego fue más. Nunca gané mucho
—Ustedes mismos pagaron por la Seguridad Social dinero, pero ingresé lo que pude en anualidades, y
—le informó la chica pacientemente. ahora las he cobrado, y he pagado más del veinte
—No, en absoluto. Un día me entretuve en sumarlo por ciento de mi fondo de pensión, y quizá deje de
todo. Supongo que voy a recobrar lo que pagué en cobrar eso también cuando haya recobrado el dinero
unos seis años. Y ¿quién paga el resto? Los jóvenes, que pagué. Después de todo un hombre ha de sentir
y yo pienso que es una maldita injusticia. respeto por sí mismo, y no puede sentirlo si permite

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que alguien le mantenga en la ancianidad. Es uno Como era un hombre terco y resuelto se quedó
mismo el que ha de preocuparse de eso. Cuando todo el día observando y haciéndose comentarios a
uno es joven no debería tener más hijos de los que sí mismo. Muy pocos le hablaron después de su
puede mantener, de modo que consiga ahorrar anacrónico estallido. La joven le había llamado
dinero durante sus días de trabajo. Mis propios "anacronismo", lo cual, en su vocabulario,
padres jamás me pidieron un céntimo. No lo significaba cualquiera con respeto por sí mismo.
necesitaban. Habían ahorrado su dinero. —Sí, ciertamente es una virtud anticuada —había
Definitivamente a la joven le disgustaba Bernard aceptado él.
para este momento, así como a la mayoría de los Pero su aceptación no logró convencer a la joven.
jubilados. Ésta insistió:
—Mr. Carstairs —dijo con reproche—, sus padres —En estos tiempos somos independientes, mís-ter
vivían en una época muy sencilla, cuando la gente Carstairs —pero no pudo refutarle más que un
no tenía tantas exigencias y necesidades, desdén silencioso cuando él había comentado:
necesidades legítimamente sentidas, y no había —Y ¿por qué? Yo no estoy en contra de la caridad.
impuestos. Los que son demasiado viejos para trabajar, y no
—Exactamente —dijo Bernard—. ¡No había tienen dinero, los arruinados, los ciegos, los
impuestos! Ése es todo el problema. Los impuestos. enfermos, deben ser atendidos por la caridad
Y la gente que exige más de lo que vale, más de lo particular, como lo fueron siempre, y no ser una
que ellos pagaron. carga para la actual generación. Últimamente he
Ahora había caído completamente en desgracia ante leído muchas noticias de jóvenes delincuentes que
la joven. Ésta apartó los ojos de él como si hubiera atacan a los viejos en las calles y les llaman inútiles
pronunciado una blasfemia contra la naturaleza y la y quizá ahí tengan una queja legítima.
sociedad. Y contra el gobierno. Se lanzó contra él Esto aún le había rebajado más ante sus ojos.
con briosa malicia: Finalmente la chica había dicho:
—Y ¿quién es usted, Mr. Carstairs, para decir lo que —Entonces usted juzga la delincuencia juvenil una
vale una persona? protesta adecuada, Mr. Carstairs...
—Todo lo que yo sé es lo que me enseñaron. ¿Oyó Él había sonreído.
hablar alguna vez de la cigarra y la hormiga? La —Quizá. Quizá debiéramos leer esas pancartas que
hormiga trabajó todo el verano, preparándose pasean ante nosotros... y tratar de descubrir lo que
comida, pero la cigarra cantó y bailó realmente están tratando de decir.
constantemente y, cuando llegó el invierno nada Hacia el fin del día se sentía completamente
tenía. Y se quejó, ¡ya lo creo que se quejó! Y ¿cuál desesperado en cuanto a sí mismo y a los demás.
fue la respuesta que Dios le dio: "Mira la hormiga, Ahora volvía hacia su casa. ¿Qué hallaría allí? La
perezosa, trata de imitarla." No hubo simpatía para querida Kitty, naturalmente, con sus libros de
los que no hicieron planes por sí mismos para el cuentas, ya que era presidenta de tantos clubs; la
futuro. televisión, quizá las últimas noticias. Tal vez hasta
La joven tosió delicadamente. la última película de todas (estos días no dormía
—Espero que esta discusión no va a caer en una demasiado bien). Y luego la cama. Y luego mañana.
controversia religiosa. ¿Para qué? "Ya no formo parte de la humanidad", se
Bernard se sentía agradablemente consciente de la dijo mientras la fría y acerada tormenta de nieve le
vida, que ahora latía en su cuerpo. cortaba la cara. "Soy un auténtico anacronismo, y
—Y ¿por qué no? ¿Por qué todo el mundo evita aquí no de la especie que decía esa chica. No soy de
discutir de religión? ¿Es que tienen miedo de que les utilidad a nadie. Si me muriera mañana, Kitty no
haga pensar en lo que les espera a la vuelta de la tendría que preocuparse económicamente. Y tiene
esquina? La muerte, sí señor. muchos amigos, y actividades, aunque yo crea que
Ésa fue la peor obscenidad de todas. Los viejos la mayoría de esas actividades sólo son pérdida de
temblaron. La chica quedó muda. Los ojos de tiempo. Lloraría por mí, y luego me olvidaría. ¿No es
Bernard eran un puro brillo azulado. Miró eso todo lo que merezco? No me necesita. Nadie me
lentamente en torno a la cálida habitación y vio los necesita. Y ésa es la horrible respuesta a toda esa
rostros decaídos. seguridad. Que nadie nos necesite. Que nadie
—La muerte —repitió—. Eso es lo que todos dependa de uno."
esperan, eso es lo que todos temen. Y ¿para qué La tormenta era realmente espantosa. Él siempre
quieren vivir, después de todo? Son inútiles, no había controlado bien su respiración. Ahora
tienen esperanza. Prefieren tener este Centro y sus boqueaba. Se detuvo un momento en la calle vacía
ridículas tiendecitas de hobby que enfrentarse con la para recuperar el aliento. Miró en torno, envuelto en
vida, ¿no es verdad? Quizás ese sea su problema, su buen abrigo de Montenac. Vio unos senderos de
que nunca se enfrentaron a la vida en absoluto, ni grava muy bien cuidados que llevaban a lo que la
cuando eran jóvenes. gente cínica o piadosamente llamaba santuario.

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Sabía todo lo referente a él, y le dejaba indiferente. el cargado aroma del café y el té. Ni suelos de
Un clérigo allí arriba, o un estúpido asistente social, madera. Los artículos en venta parecían artificiales
o un psiquiatra de aire grave, repartiendo consejos también. Los pollos eran enormes, hinchados, y no
baratos a los preocupados, desesperados e tenían el menor gusto cuando se guisaban, ni un
inadaptados. Era un lugar muy bonito en verano. perfume vigorizante cuando se asaban o freían.
Después de su retiro había entrado a menudo en el Todo estaba desodorizado. Todo neutro e insulso.
pequeño parque que rodeaba el edificio. Daba de Todo limpio y ordenado... y sin vida. Ése era el
comer a las ardillas y disfrutaba del césped, del problema con la vida actual, que no había vida en
dulce aire libre, de los árboles y fuentes. Jamás ella. Los viejos que acababa de dejar: no tenían
había pensado en consultar al hombre que escucha. vida. No tenían frutos tras una vida de trabajo.
No tenía problemas. Frutos del mar Muerto, llenos de polvo. "¡Que Dios
Pero hoy sí los tenía. Hervían en su mente, con les ayude!", pensó Bernard, "¡que Dios me ayude!"
ardiente inquietud. Sentíase lleno también de una ¿Quién había actuado tan violentamente sobre la
cólera sin nombre, acuciante. "¿Para qué he vivido naturaleza humana? ¿El gobierno? Pero el gobierno
yo?", se preguntó. "No me gustaba mi trabajo. era sólo el pueblo. ¿Qué generación hemos criado?
Tampoco es que me disgustara. ¿Qué tengo que Jóvenes estériles, sin redaños, sin auténtica
mostrar como fruto de mi vida? Todos esos informes vitalidad, sin ambición honesta, sin sudor ni trabajo.
de personal, todos esos archivos. ¿Eran importantes Sólo tenían voces agudas que exigían... ¿qué?
para mí como hombre? No. Ahora todos están "Aquello de que les hemos privado", pensó Bernard
cubiertos de polvo en los áticos de la compañía. Carstairs. "El derecho a hacer algo honradamente
¿Quién se acuerda de Bernie Carstairs? Mi vida: un por ellos mismos. Hemos sanitizado toda la comida
montón de polvorientos informes en oscuros que coman, y les damos papel en vez del pan de la
archivos. Jamás hice una maldita cosa de utilidad en vida. Les damos formas de gobierno que les
la vida. Jamás contribuí a ningún auténtico trabajo. garantizan la supervivencia en el mundo estéril que
Sólo papeleo." hicimos para ellos. No es de extrañar que protesten,
Algo halló eco en su mente. Trabajo manual. Sólo aun sin saber exactamente contra qué. Quieren vivir
ese trabajo era algo significativo, lo que aumentaba y tener aventuras. Les privamos de la aventura...
el tesoro del mundo, algo hecho con las manos de con unos ingresos garantizados. Ellos no han tenido
un hombre, algo que viviría después de él. Pensó en insegurida-des, ni lucha, ni esperanza, ni victoria.
las tiendas de antigüedades a las que Kitty le había Como tampoco yo la tuve nunca. ¡Oh!, vivimos más
arrastrado. Hermosos muebles, nada de cosas tiempo porque hemos matado todos los gérmenes.
hechas en cadena que no valían nada. Chippendale. Pero ¿es que acaso la vida hoy en día sólo es cosa
Sheraton. Duncan Phyfe. Algo auténtico, algo con de longevidad?"
sello personal. Algo que perduraba después del Se encontró subiendo por el sendero de grava hasta
hombre, sólido y con belleza. Algo admirable. el blanco edificio cuyo tejado rojo estaba ahora
Recordó un arca antigua hecha por las firmes manos cubierto de nieve helada. Empezó a apresurar el
de los granjeros Amish; magnífico material, sencillo, paso. ¡El hombre que escuchaba allí tendría que oír
humilde... pero con un sello personal. ahora, por variar, lo que tenía que decir un jubilado!
Si un hombre no dejaba tras él nada con su sello Y que
personal, no dejaba nada. Él, como escribiera le sentara como le sentara. También los jubilados
Samuel Butler, sólo había dejado un plato lamido y habían sido traicionados, no sólo los jóvenes.
un montón de estiércol. Eso era lo que dejaba toda No había nadie en la sala de espera, pues ya era de
esta generación de trabajadores de cuello duro: un noche y todos los ciudadanos se hallaban tomando
plato lamido y un montón de estiércol. "Y —pensó una insípida cena y corriendo a ver ia televisión que
con seco humor— ni siquiera se usa el estiércol en tampoco les ofrecería autenticidad alguna. Apenas
estos tiempos. Utilizan fertilizantes químicos. había cerrado la puerta tras él cuando Bernard oyó
Sanitarios." Ése era el problema con el mundo una campana. ¡Cuánta eficiencia, como en el mundo
actual, que era condenadamente sanitario y estéril. exterior! Tocaban una campana en el momento en
Todo en plástico. En estos últimos meses había que se abría la puerta principal. Se quitó el abrigo,
acompañado a Kitty con frecuencia al cubierto de nieve, y sacudió el sombrero. La
supermercado. No había fragancia en él. Las campana sonó de nuevo.
verduras, la carne y las frutas, la mantequilla y las —De acuerdo, ya voy —dijo con impaciencia—.
patatas, todo estaba envuelto en celofán, muy Aunque sólo Dios sabe por qué.
sanitario, y todo olía a... papel. Sólo papel. Luces El hombre que escuchaba allí dentro estaría
brillantes, música estereofónica, cristal. Pero nada probablemente ansioso de irse a casa también en
de olor a apio o a tomates, ni el áspero olor de la esta desagradable noche invernal para tomarse una
carne cortada, ni el olor a tierra de las patatas, ni el cena sin sabor alguno, mirar la televisión, escuchar
aroma dulzón de los melones, manzanas y peras, ni las últimas noticias e irse luego a la cama... para

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enfrentarse con otro día igualmente carente de nosotros! Quizá sea necesario que sólo hagamos
significado. Otro día sin nada personal en él. "Lo una parte, sin ver jamás el diseño completo, si la
mismo que yo", se dijo Bernard abriendo de golpe la civilización industrial tiene que florecer. ¡Pero somos
otra puerta y entrando en la habitación del fondo hombres también! No nos satisface ser parte de una
con sus cortinas azules sobre la oculta alcoba y el máquina. No somos "unidades", aunque algunos
solitario sillón de mármol con los almohadones oficiales del gobierno nos llamen unidades. Eso no
azules. Se sentó en él y se dio cuenta de su nuevo y es tan malo cuando uno es joven. Tiene una familia
agotador cansancio. Contempló la alcoba. que crear, y con quien hablar, y ante los que
—He estado pensando todo el día —dijo secamente, simular que la vida tiene algún significado. Pero
sin saludar al hombre que aguardaba para oírle—. cuando somos viejos y se nos arroja a un lado,
Lo he pasado en el Centro de Jubilados. Un como basura, no tenemos nada que recordar que
cementerio vivo. Todo muy limpio, muy acogedor y hayamos creado por nosotros mismos, nada
pacífico, como una hermosa tumba. Los cadáveres sustancial, nada con el sello de nuestras propias
vivos se sientan en grupo y hablan del pasado como manos. Entonces quedamos reducidos a simples
si ya no hubiera futuro para ellos. De todas formas, jubilados, entretenidos con un hobby estúpido y
¡que me condene si lo hay! Pero yo... ¡yo quiero un tratando de creer que somos importantes, que
futuro! Yo no quiero aguardar la muerte como una alguna vez fuimos importantes para el mundo, y
oveja ante el matarife. Hasta una oveja es más hablando sólo con seres iguales a nosotros, que
importante por- fueron, y son, igual de inútiles.
que luego se la comen. Yo no soy comida para Golpeó de pronto el brazo del sillón con
nadie, y menos para mí mismo. extraordinario énfasis. Se inclinó hacia la oculta
El hombre no contestó. Había mucho silencio y paz alcoba.
allí, y una gran serenidad. No había prisa, ni sonido —Si un hombre no puede decir: He vivido, y esto es
de apresurados pasos que no iban a ninguna parte. lo que hice, entonces es que jamás vivió en
Decían que el hombre que allí escuchaba tenía todo absoluto. Y toda la seguridad y los cheques del
el tiempo del mundo. —Pues yo no —dijo Bernard—. gobierno no serán para él más que drogas que
Yo no tengo tiempo y, sin embargo, tengo serenen su mente desesperada y le dispongan a
demasiado. No soy viejo, ni joven tampoco. Soy morir y dejar un lugar para que lo llene alguna otra
inútil. Un hombre retirado ya del trabajo. He sido "unidad".
muy activo toda mi vida, y ahora no puedo El aire cálidamente uniformado de la habitación
contentarme con juguetes. No quiero hacer flotaba en torno suyo y, a pesar de sí mismo, se fue
trabajitos, ni pretendidas actividades. ¡No soy un relajando.
niño! Soy un hombre adulto. Pero ahora todo el —Míreme —dijo con ansiedad—. La medicina
mundo ha decretado que debo retirarme... ¿a qué? natural, y mi buena salud natural, me han
El hombre no contestó. mantenido vivo y joven para mi edad. Tengo
—Cuando yo era joven e iba a la iglesia —siguió sesenta y cinco años. No estoy decrépito. Pero me
Bernard— el ministro solía hablar de "la cosecha de han tirado a la basura, me han rechazado y enviado
la ancianidad". Campos dorados rebosantes de al pasto. ¿Qué pasto? ¿Una serie continuada de días
trigo, árboles cargados de fruta. El trabajo bien inútiles? Algunos se sienten satisfechos con eso, no
hecho. Pero, en estos tiempos, no hay trigo, ni desean nada más. Pero muchos de nosotros no
fruta, ni trabajo bien hecho. No hay satisfacción queremos sentarnos y aguar-
personal, pues no hay vida que valga la pena vivir. dar la muerte en un lugar cómodo y agradable.
Sólo archivos y papeles. Ni siquiera hay satisfacción Algunos buscamos trabajo. Y no lo hay. Todos
para un obrero en una fábrica, pues jamás ve el prefieren a los jóvenes, los jóvenes, los jóvenes. No
producto terminado en el que él sólo ha tomado es culpa de los empresarios. Éstos se sienten
parte fabricando una de sus piezas. Dicen que eso apresados por las normas del gobierno, y piensan
es preciso en una civilización industrial, pero ¿dónde en los beneficios, y en los fondos de pensión, y todo
hallar satisfacción personal en ella? ¿Dónde hallar el eso les impide contratar hombres como yo, que aún
gozo de la realización? Vamos, dígame. quieren ser útiles y tener alguna esperanza, que
El hombre no dijo una palabra. Bernard se agitó en aún desean creer que lo que hacemos es
el sillón. importante.
—Quizá no tengamos una auténtica cosecha porque De repente alzó la voz:
jamás aramos, ni arrojamos la semilla. ¿Es eso? —¿Por qué no nos matan simplemente cuando
Tampoco hubo respuesta. envejecemos? No hay nada peor que dejarnos vivir
—Ahora todo está dividido en compartimentos — sin tenernos en cuenta, sin más que esperar la
continuó Bernard—. Usted hace su trabajito y muerte. Nos harta tanto nuestra vida que primero
cientos de otros hombres hacen su trabajito. Jamás vamos a parar a los sanatorios y luego
llegan a ver lo que resulta al fin. ¡Hay tantos de desaparecemos, y luego nos entierran. Nosotros,

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hombres, en la parte más vital de nuestra vida... "¿Sabe? Yo creo que las mujeres tienen demasiado
condenados a una muerte lenta. He oído decir que que decir en estos tiempos... y en los míos también,
en Rusia se limitan a matarnos; quizá no sea cierto. sobre el futuro de sus hijos. Quieren que todas las
Quizá sea solamente que nos permiten trabajar. Eso cosas sean "fáciles" para sus hijos, y que jamás se
es mucho mejor que lo que aquí nos sucede. ensucien las manos. No piensan en el trabajo del
Cualquier cosa es preferible a lo que aquí nos mundo. Sólo piensan en el papel.
ocurre. "Demasiados viejos de los que vi hoy tuvieron
El hombre no habló, pero a Bernard no le importó madres como la mía, mujercitas pretenciosas que
nada. Se arrellanó en la butaca de almohadones creen saber lo que es mejor para sus hijos. Por eso
azules. Su mirada se hizo ahora un poco vaga y todos los artículos que compramos en estos días,
lejana. Empezó a sonreír. incluso en las mejores tiendas, son mecánicos y
—Mi padre era carpintero —recordó—. Tenía su carecen de personalidad. Nadie se siente orgulloso
propio taller. Hacía muebles y construía casas. A ya del trabajo. Por tanto muchos nos vimos
veces salíamos a pasear juntos y él me mostraba condenados a los escritorios, las oficinas y los
las casas que había construido. No eran edificios archivos, y a cubículos de aire acondicionado, y
notables, pero eran casas sólidas y fuertes. Se jamás se nos dejó salir al aire libre. Sí, incluso en
sentía orgulloso de ellas. A veces la gente nos mi tiempo, cuando yo era joven... la gente
permitía entrar en ellas y me dejaba ver los empezaba ya a pensar que el trabajo manual era
muebles que mi padre había hecho. Nada de algo vergonzoso.
fantasía, o complicado. Sólo mesas sencillas y "Incluso las fábricas de hoy en día, y las grandes
buenas sillas y armarios. Pero uno podía apoyarse tiendas, están despersonalizadas. Quizá tenía que
en ellas sin que vacilaran. Pulimentadas a mano por ser así. No lo sé. Todo el mundo habla tan sólo del
mi padre. Solía construir graneros también, viejos producto nacional bruto y no del terrible producto
graneros que todavía puedo contemplar cuando de las mentes de los hombres cuando éstos se
llevo a mi esposa de paseo por el campo. hallan privados de personalidad. Jamás piensan en
"Mi padre sólo fue cuatro años a la escuela. Pero los viejos-jóvenes enviados a los Centros de
dejó algo tras él. Vivió hasta los ochenta y seis Jubilados. A esperar la muerte.
años, y aún seguía trabajando en su taller, haciendo Sintió el cansancio en él, cansancio de la mente, o
muebles. Y vendiéndolos también. Tenía más de su sano cuerpo.
trabajo del que podía hacer. ¡Cómo recuerdo el —¿Por qué no existe alguna salida decente para
taller! Olía a madera sin barnizar, a barniz y a aquellos de nosotros que queramos trabajar? ¿Por
pintura, y el suelo estaba cubierto de aserrín. Había qué no olvida el gobierno sus formularios y planes
sierras y martillos en los muros, y barriles de de pensión y beneficios marginales? ¿Por qué no nos
clavos, y bancos y tornos. Podía ver cómo un dejan trabajar hasta que fallemos en nuestro
mueble de madera basta iba quedando suave, trabajo? ¡A esto le llaman bienestar social! ¡A esto
brillante... Era como un milagro. Los muebles de mi le llaman una vejez decente y protegida! Bien, hay
padre durarán casi para siempre. Había verdad en millones de nosotros que no deseamos tal cosa.
ellos. Queremos trabajar en algo de lo que podamos
"Me gustaba tanto que sentía hambre de aquel sentirnos orgullosos, aunque sólo sea un trabajo
trabajo. Mi padre solía dejarme que le ayudara manual, ser carpintero, o albañil, o plomero.
después del colegio. Los muebles habían de quedar Necesitamos ser útiles, no parásitos.
así, bien terminados. No se debían ver los clavos, Sintió deseos de llorar.
sólo la madera satinada. Yo deseaba vehemente ser —Yo quería ser carpintero, como mi padre —
carpintero también. insistió—. ¿Qué hay de vergonzoso en ello? ¿No fue
"Pero mi madre dijo que no. Tenía que ser un Cristo carpintero, y trabajaba con José, su padre
empleado de cuello duro. Debía tener cierta adoptivo? ¿Acaso Él se avergonzaba del trabajo
instrucción, no ser casi un analfabeto como mi honrado? No. Eligió sus discípulos entre los
padre. Entraba en el taller y me quitaba el martillo y carpinteros y pescadores. Y ellos salieron al mundo
la sierra, y le chillaba a mi padre. Yo sería un sin el beneficio de la Seguridad Social, ni pensiones
caballero, ¡no trabajaría con mis manos! Y mi padre aseguradas, y predicaron al mundo y trabajaron con
le decía: "¿Qué hay de malo en un trabajo honrado? sus manos, y vivieron hasta ser muy viejos, llenos
Es algo que se puede ver." Pero mi madre, con un de años, como solían decir los predicadores, y llenos
gesto de desdén, me obligaba a volver a la casa y de honores. Trabajaron hasta el día en que
estudiar. Yo no quería estudiar. Jamás fui murieron y fueron a todas partes a pie... viejos, no
demasiado inteligente. Fui a la escuela comercial basura. Nadie les envió a los Centros de Jubilados,
después de la secundaria, y aprendí teneduría de ni les dijo: "Se han ganado el derecho a vivir de la
libros. Lo odiaba. ¡Dios mío, jamás supe hasta ahora caridad el resto de su vida, y a cobrar cheques."
cuánto lo odiaba! Nadie se ha ganado el derecho a dejar la cosecha.

51
De nuevo golpeó el brazo del sillón con el puño. trabajaron contigo... nadie los envió a una casa de
—¡No estoy dispuesto a morir! Quiero seguir en la reposo. No lo necesitaban. Estaban demasiado
cosecha también. Quiero ser útil. Necesito que otros ocupados trabajando para sentirse enfermos o
me necesiten. Necesito que la gente diga: "Esto es desamparados.
lo que Bernie Carstairs hizo por mí." Quiero volver a Bernard volvió al sillón y se sentó, sonriendo aún. El
casa después de un honrado día de trabajo corazón se alzaba en su pecho y sentía renovada
realizado entre personas honradas, y no oficinistas. energía y vitalidad.
Quiero lavarme las manos y verlas libres de una —¿Sabes? El doctor me dijo que muchas
sana suciedad. Quiero... sudar. Quiero ser útil. enfermedades obedecen más a que la gente no
"Pero se me niega todo. Nos tratan como niños, tiene bastante que hacer, nada que hacer, que a
niños seniles, ¡cuando estamos llenos de salud y otra cosa. Se enmohecen y ya no pueden seguir
vida! Nos acarician, nos miman y nos privan del adelante. Y eso se supone que es la caridad secular.
poco respeto propio que nos queda. Nos hablan No lo es. Es algo cruel. Es algo bárbaro. Nosotros,
como a tontos. Me asquea hasta lo más profundo de los viejos, aún tendríamos mucho que dar al
mi ser. ¿Por qué nos retiran cuando aún no ha mundo... si nos dejaran. Pero todo está sujeto a
terminado nuestra vida? ¡Contésteme a eso! normas y regulaciones y planes de pensión y
Miró la cortina. beneficios marginales. Supongo que, en cierto
—Lo sé. Quieren que muramos de prisa. Necesitan modo, es agradable. Es agradable pensar que, si
el espacio para los jóvenes, que serán iguales a uno se pone muy enfermo y viejo, no se verá
nosotros en unos cuantos años. Inútiles. obligado a ir a un asilo. Pero sólo resulta agradable
Esperó, pero no hubo respuesta. Sin embargo sintió pensar en ello si uno aún es fuerte y está dispuesto
que algo se liberaba en él, como si alguien hubiera a trabajar. Una especie de cuenta bancaria, de las
estado escuchando y comprendiera y simpatizara que no se usan a menos que uno se vea forzado a
con él. hacerlo. Pero ¿por qué han de forzarnos a hacer uso
—¿Sabe una cosa? La vida ya no tiene significado de esa cuenta de reserva cuando aún no la
para nadie ahora. ¿Quién es responsable? ¿El necesitamos?
gobierno, los sindicatos? No lo sé. Pero todos Se inclinó hacia adelante ansiosamente:
estamos urbanizados, sanitizados. Todo es —¡Ya lo tengo! ¡Voy a buscar un carpintero
mecánico, todo está ajustado, dispuesto. Hasta las independiente que pueda emplearme y me enseñe a
diversiones. ¿Es eso lo que queríamos realmente? trabajar bien! Si no puedo encontrarlo, estableceré
No lo creo. Todo hombre tiene derecho a ser un un taller por mi cuenta. Contrataré a hombres de mi
individuo y a vivir una vida plena de significado para edad, que sepan algo de carpintería. Nada de cosas
él. Nos han privado de eso. No es de extrañar que la artificiosas. Muebles buenos, sólidos, bien hechos, a
gente pierda la cabeza. mano, con buenas herramientas. Si los sindicatos
"Y yo no quiero perder la mía. Pero ¿dónde iré? intentan interferir, les diré: Mirad, soy un jubilado,
Dígame, ¿dónde puedo ir? así que quitaos de mi camino y dejad que me gane
Se puso en pie. Ya tenía bastante de aquel silencio, honradamente la vida. No entregaré nunca tanto
aunque comprendía que le escuchaban. Fue trabajo como pueda hacerlo una fábrica
rápidamente a las cortinas y las miró. Vio el botón mecanizada. Estará hecho con amor, como solía
que le informaba que podía ver al hombre tras la hacerse. ¡Vaya, incluso contrataré tapiceros
cortina si lo deseaba. Apretó rápidamente el botón. retirados! No hay ningún límite a lo que puedo...
Las cortinas se corrieron sin sonido y una luz Su mente, revitalizada ahora, corría como el
brillante y cálida llenó la alcoba. Vio al hombre que viento.
le había escuchado. Quedó en pie, y le miró; y no —Volveré a ese Centro de Jubilados y buscaré
podía dejar de mirarle. hombres como yo, que realmente deseen trabajar y
Empezó a sonreír. olvidar el trabajo burocrático o lo que fuera que
—Vaya, encantado de verte. Me había olvidado por hicieran. Les sacaré de las tumbas en que ya están
completo de ti, y de lo que tú hiciste. Fuiste cayendo. Les diré: Hay un trabajo honrado, trabajo
carpintero, ¿no? Un carpintero honrado y trabajador auténtico, para usted, si lo desea. No se siente a
como mi padre. De la clase que yo mismo quería sestear ahí hasta que se muera y se lo lleven. Utilice
ser. Tu padre trabajó hasta el día de su muerte, las manos y el orgullo, y viva de nuevo.
¿verdad? Estoy seguro de que los dos construísteis Se puso en pie, feliz, renovado.
buenas y sólidas casas, y que hicisteis buenos y —Gracias, hermano —dijo al hombre que sonreía en
sólidos muebles. Y apuesto a que te sentías la alcoba—. No viviste lo suficiente para ser viejo en
orgulloso de ellos también. Apuesto a que tu padre este mundo. Pero apuesto a que lo sabes todo de
no se retiró con la Seguridad Social, ni terminó los hombres como yo. Apuesto a que deseas que
tampoco sus días en un Centro de Jubilados. Fue útil nos escupamos en las manos y nos pongamos a
hasta el fin de su vida. Y los hombres que

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trabajar de nuevo, y no nos echemos a murmurar y pasado? Estoy tan condenadamente confuso, tan
a pensar en el pasado. desamparado... En tiempos podía hablar con Dios,
"Apuesto a que te gustaría que todo el mundo pero ahora sólo escucho el más negro y reprobador
trabajara por la cosecha y recogiera frutos de silencio, como si hubiera cometido algún pecado
nuevo. Dios sabe que hay mucho trabajo que hacer terrible. Qué pecado sea, lo ignoro. ¿Es que también
todavía y... ¿cómo era eso que recuerdo ahora? Los Dios piensa que no estoy in? En ocasiones me
trabajadores son pocos... Sí, ya sé que eso se dijo gustaría que también nosotros tuviéramos un
en un sentido más religioso, pero también recuerdo confesionario de modo que yo pudiera... pero ¿qué
que mi padre solía decir que trabajar era orar, y confesaría? ¿Que en cierto momento perdí el paso y
seguramente el dar a los viejos la oportunidad de quedé retrasado con respecto a todas las
vivir de nuevo, y ser necesitados, y sentir orgullo de generaciones, o que algo anda mal con el hombre
sí mismos y añadir algo al tesoro del mundo, es un moderno, algo demasiado horrible de contemplar?
concepto religioso en cierto modo, y ¿quién sabe Cuando pienso eso, ¿es que soy culpable del pecado
qué cosechas y frutos aportará a todos? de orgullo, por estar convencido de que Harry
"Alguien ha de empezar en alguna parte y yo voy a Blackstone tiene todas las respuestas? ¿Qué voy a
empezar... mañana. Me pondré en contacto con los hacer?"
clubs de ciudadanos, y con esos centros en otras No llevaba cuello clerical, no porque los jóvenes se
ciudades también, y quizá podamos hacer presión burlaran de él en estos tiempos, sino porque se
sobre nuestros representantes en el Congreso para sentía indigno de él. El día de mayo era cálido,
que resuelvan algo sobre la situación, como claro, lleno del brillo y el aroma de la santa tierra.
conseguir por ejemplo que los sindicatos reduzcan Vestía una vieja chaqueta deportiva. Siempre había
las restricciones creído que le caía mal en los hombros, como toda la
para los que ya han cumplido sesenta y cinco años, ropa secular. Recorrió lentamente el sendero de
o incluso sesenta, y nos permitan renunciar a los grava hacia lo que la comunidad, en tono de burla o
beneficios marginales también, ya que estamos de reverencia, llamaba santuario. Un escándalo para
metidos en ello, para que los empresarios puedan algunos, un orgullo para otros. El viejo John
permitirse el contratarnos. Godfrey... Deseó haberle conocido. Pero Godfrey
"Que los viejos que lo deseen vegeten y se mueran. había muerto hacía muchos años, mucho antes de
Pero todos aquellos que queremos vivir... no que él, el reverendo Blackstone, hubiera llegado a la
debemos ser condenados a muerte. También ciudad desde la pequeña y encantadora población
nosotros tenemos derecho a rezar y trabajar. donde naciera, donde fuera ordenado y donde
Sonrió al hombre que le había escuchado tan tuviera su primera parroquia. Se detuvo en el
pacientemente y que, con aquella paciencia, le sendero. Midville. No había visitado Midville durante
había dado vida de nuevo. más de quince años, desde que murieran sus
—Voy a volver a la iglesia también —dijo— para padres. Se sintió dominado por una sensación de
llegar a conocerte de nuevo. Tú siempre has estado nostalgia tan intensa que le dolieron los ojos y la
esperando, ¿verdad? No tendrás que esperarme cabeza le dio vueltas. Quizá debería volver a la paz,
más. ¡Ya voy! armonía y silencio de Midville. Luego se le ocurrió
otro pensamiento: quizá Midville habría cambiado
ALMA SÉPTIMA también. Tal vez se sentiría un anacronismo allí si
EL PASTOR volvía, como se sentía un anacronismo aquí, en esta
«Alimenta a mis ovejas.» ALMA SÉPTIMA ciudad. Anacronismo. Eso es lo que los jóvenes
El mes de mayo, el mes de las flores, el mes de la decían de él, e incluso los hombres maduros, y los
Reina del Cielo. ¿No es así como le llamaba su de su propia generación. Cierta emoción surgió en
amigo, el padre Moran? Sí. Un mes hermoso, lleno su mente, pero le pareció blasfemo y
de luz y promesas, dorado y verde y lleno de flores, apresuradamente dedicó su atención al hermoso
con el perfume del júbilo y regocijo. edificio blanco al que se aproximaba y a los
"Pero ¿cuándo me he sentido así por última vez?", inocentes colores de los macizos de flores;
se preguntó el reverendo Mr. Henry Blackstone, tulipanes, dalias, lirios del valle, y, en lugares más
meditando sobre sí mismo. "Soy tan viejo como la retirados, estallantes arbustos de lilas blancas,
muerte, en verdad, en estos días, aunque, según los azules y púrpura. Una fuente dejaba caer el agua
cálculos modernos, sólo tenga sesenta años. No con rumor de risas y la estatua de mármol en su
estoy in, como dirían mis fieles jóvenes de la centro alzaba un rostro ansioso al cielo y se bañaba
parroquia. No, no estoy in. Es extraño. Yo siempre en luz.
fui un hombre muy optimista, hasta hace pocos —¡Qué encantador, qué hermoso! —dijo el ministro,
años. Ahora me hallo totalmente deprimido, camino y se detuvo a ver los pájaros que saltaban de árbol
deprimido, vivo deprimido. ¿Quién está equivocado, en árbol en la pura excitación de su inocencia, en su
el mundo o yo? ¿Soy irremediablemente algo del apasionada y sencilla celebración de la vida.

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"En alguna parte —pensó— existe la respuesta. pensar en sus propios problemas y a preguntarse si
Ojalá desaparezca esta profunda confusión de mi el hombre que aguardaba y escuchaba en la otra
mente, de modo que pueda sentirme seguro de habitación podría ayudarla de algún modo.
nuevo, como lo estuviera en tiempos de que había El ministro cogió en silencio una revista y la miró.
una respuesta, no a Dios, que no necesita ¿Era sólo su imaginación lo que hacía que el
respuestas, sino de lo que le complace a Él y de lo contenido pareciera confuso, con colores demasiado
que yo en particular debo hacer." vivos, con palabras demasiado excitadas? ¡Crisis,
Había llegado a las puertas de bronce. El brillante crisis, crisis! •Era todo falso, o el mundo era
sol venía a caer sobre las doradas letras que las realmente tan ávido, tan exigente, tan vehemente?
coronaban: EL HOMBRE QUE ESCUCHA. ¿Es que el hombre necesitaba verse reflejado en
"¿Lo hace, en verdad? se preguntó el ministro—. Y grandes mayúsculas negras porque ya no había
luego, ¿qué dice? ¿Tendrá una respuesta para lo palabras sencillas en su alma? ¿0 eran las grandes
que me está matando? ¿Me dirá por qué he venido mayúsculas negras la expresión de algún creciente
aquí hoy? Mi propia desesperación, mis dudas de mí horror en el mundo que había que proclamar a
mismo y de los otros, mi sentido de pérdida e voces como gritan los cuervos a la vista de un
inseguridad... ¿podrá explicármelos? ¿Me los horrible peligro? ¿Era todo como un estúpido
aclarará en verdad? Porque debo tomar una espantapájaros en un paisaje indiferente? ¿O era el
importante decisión. Espero que pueda ayudarme. espectro del horror, visible incluso a los ojos más
Porque nadie más, ni siquiera Dios, parece poder torpes? ¿Acaso lo imaginaba él? ¿O hasta los niños
hacerlo. ¿Es que siempre hemos de estar solos, parecían gritar de modo incoherente, sin hablar
especialmente cuando estamos tan necesitados?" jamás con serenidad? Y todos los hombres corrían
Vaciló. Luego abrió las puertas de bronce. Dos sin aliento trasladándose con prisa exagerada...
mujeres maduras se hallaban sentadas en silencio ¿hacia dónde? Incluso las mujeres viejas ¿no daban
en la agradable sala de espera, llena de lámparas, siempre la impresión de hablar con demasiada
pero sin ventanas. Mr. Blackstone miró rapidez, febriles y temerosas a pesar de su risa
cuidadosamente a las mujeres y se sintió aliviado de vivaz, sus dientes brillantes y dominadores y
que le fueran desconocidas. Contemplaban con aparentando ser jóvenes, jóvenes, jóvenes, cuando
desgana unas revistas. Los ojos de una de ellas era obvio que cada día eran más y más y más
brillaban, y ese brillo fue como un dolor angustioso viejas...?
para el ministro, aunque no supo por qué. La miró ¿O es que el reverendo Mr. Henry Blackstone sentía
con intensidad. ¿Sufriría ella también? ¿Qué habría su propia edad y temblaba como un caballo viejo
llevado allí a aquellas mujeres corrientes y vulgares, ante fantasmas que no existían más que en su
gordas, serenas y enguantadas? Ambas parecían abrumada existencia? ¿Fue el mundo siempre así?
bastante acomodadas, si uno había de juzgar por ¿O sólo la edad y las preocupaciones hacían que un
sus ropas y su actitud casual. Sin embargo algún hombre se sintiera realmente agobiado cuando todo
problema las había llevado allí, alguna tristeza seguía siendo igual que siempre y sólo sus propios
invencible. De pronto se sintió atacado de nuevo por ojos habían cambiado? ¿Cómo era el mundo en su
el dolor. ¿Es que no tenían ellas ministros en quien juventud, cuando él sólo era un muchacho, antes de
confiar, ni ayuda de ningún ser humano? ¿Es que todas aquellas guerras? Sólo podía recordar un
eran como las mujeres de su congregación que nada jardín bajo el sol de otoño, cargado con el aroma de
veían en él, ni oían nada en su voz, y se veían las manzanas maduras y la suave hierba, el sonido
obligadas a acudir a psiquiatras anónimos? ¿O a un de un distante timbre de bicicleta, el tranquilo abrir
doctor? ¿O a un clérigo como él? Se sintió y cerrarse de las puertas, el ansioso grito de un
avergonzado. Sin embargo él, su pastor, había ido niño, la risa serena de las mu-jeres y el retumbar de
allí también. ¿Estaría tan perdido como ellas? la campana de la iglesia en una época serena y sin
Una de las mujeres alzó la mirada suavemente, prisas. Podía recordar el columpio en el que se
como si hubiera escuchado un sonido proveniente mecía indolente, y la parte trasera de la vieja casa
de él. un sonido de desesperación, de sufrimiento blanca donde naciera, y el reflejo del sol en los
ahogado, o una pregunta. Vio a un hombre alto y brillantes cristales de la cocina. Tan claramente
robusto, de mediana edad, con escaso cabello entre acudía a su memoria que incluso podía ver el joven
gris y castaño, un rostro amable, a la vez firme y rostro de su madre sonriéndole mientras trabajaba
pensativo, y ojos castaños algo mortecinos, como si en la cocina y su llamada por encima de las sombras
estuvieran in-soportablemente cansados. Observó y la hierba. Experimentó una intensa felicidad y
que las ropas le sentaban mal, ya que no parecía sonrió tiernamente. Ahora su madre sería para
sentirse a gusto con ellas, como si no fueran su siempre joven para él, y dulce y ardiente, y para
vestimenta de costumbre. Pero la mujer se sentía siempre reiría con aquella suave risa, y aguardaría
tan desgraciada que sus silenciosos pensamientos su regreso con su padre.
sobre aquel hombre pronto le cansaron y volvió a

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¡Había sido todo tan pacífico entonces! Pero ¿había con toda claridad, aun a distancia de tantísimos
sido tan pacífico para sus padres? ¿Era sólo una años. Su madre se enojaba porque el bizcocho no le
ilusión de su infancia, o había sido así en verdad? había subido hoy y la leche se había agriado. Su
Rebuscó en los serenos días de sus primeros años, padre se reía cariñosamente de ella y la besaba.
los sonidos de la tarde del sábado, con el cortador Hablaban de la subida de sueldo que él esperaba
de césped y los silbidos de los muchachos, y el para después de Navidad, y de lo que harían con el
resonar de los patines de las niñas, y las mujeres dinero, aparte de ahorrar algo. Pero no se hablaba
preparando a toda prisa las cestas de la merienda, y de impuestos ni deducciones, de delincuentes
el susurro de las mangueras cuando los hombres juveniles en el vecindario, de muchachas
regaban sus pequeños cuadritos de césped, y los incomprendidas que habían cometido un error. (Uno
ladridos de los alegres perros. ¿Era posible que los no mencionaba a tales chicas. Él jamás había
niños sintieran hoy la misma serenidad y contento, conocido a ninguna. No es que no se pudiera
y que los niños fueran siempre niños? ¿Acaso sus comentar sobre ellas; es que eran inmencionables.)
padres habrían tenido alguna crisis en su vida, como No había conversaciones frenéticas sobre el nuevo
al parecer ocurría con casi todas las personas en electrodoméstico que un vecino orgulloso mostraba
este mundo moderno? Se hundió más en sus altivamente a sus envidiosos amigos, ni su madre
pensamientos. Su padre había sido empleado del insistía en tenerlo también. Su padre no hablaba de
ferrocarril, con un pequeño salario. Siempre se modo nervioso e hiriente, con envidia de que los
mostraba orgulloso de su visera verde y de los otros tuvieran más que él, ni resentimiento contra
manguitos en los brazos, que mantenían bien limpia los compañeros de trabajo, ni comentarios burlones
la inmaculada camisa a rayas. Sus horas de trabajo sobre el jefe. Los planes para el futuro eran seguros
eran largas y pesadas. Su esposa no tenía un y serenos. Henry tendría la mejor educación que sus
equipo moderno en la cocina antigua e inmensa. padres pudieran permitirse. Se casaría y les daría
¡Qué bien recordaba ahora el rumor de la colada de nietos. Caminaría humildemente ante su Dios en
los lunes en el sótano, y a su madre que estrujaba seguridad y paz. Mientras tanto había un techo
las ropas cantando y las tendía luego al sol! ¿Existía firme sobre sus cabezas y los viejos muros los
otro sonido más consolador? La familia no tuvo resguardaban.
automóvil hasta que ya su padre era de mediana No había guerra. No había estruendo, ni voces
edad, aunque muchos vecinos poseían automóviles histéricas, ni resonar de pasos indisciplinados, ni
que sólo utilizaban en los fines de semana. Y luego slogans, ni la agotadora amenaza de los
estaba el cine, naturalmente, películas salvajes y incontrolados, ni anarquía, del cuerpo o del alma, ni
violentas que todos condenaban, en especial los ofensa de la ley por parte del espíritu. No había
viejos ministros, que las juzgaban pecaminosas. seres desarraigados, corriendo de un lado a otro,
Pero en todo ello había habido paz. ¿No? sin ir a ninguna parte.
Su padre nunca había mencionado los impuestos. "¿Estoy seguro?", se preguntó el ministro. Y por
Washington estaba tan lejos que era casi un mito. El primera vez en mucho tiempo le vino la respuesta:
4 de julio era simplemente la ocasión de reunirse en "Estás seguro." Así era.
el parque y escuchar la banda alemana y luego Entonces, ¿qué le había sucedido al mundo? ¿Por
comer de los grandes cestos de la merienda y qué se había convertido en... —¿cuál era aquella
escuchar a los oradores y ponerse en pie para palabra tan gráfica?— algo baladí, en el antiguo
entonar canciones patrióticas y agitar las sentido de la palabra, barato, sin valor, endeble,
banderitas. Y luego el regreso a casa, alegremente charro, sin fuerza?
cansados y sobrealimentados con helados y pollo De pronto el ministro creyó oír a su joven madre
frito, en el cálido atardecer, los pájaros reuniéndose que cantaba su himno favorito, tan dulce y
ya a dormir en los árboles y las ventanas confiadamente como lo escuchara en su niñez:
encendiéndose en toda la calle, y una taza de cacao "¡Mucho te he amado, Señor!
caliente y galletas en perspectiva, y luego la cama, Durante toda mi vida.
resguardadito para la noche. ¿De qué hablaban sus ¡Mucho te he amado, Señor!
padres? En todos mis caminos.
Del almacén. De los vecinos. Del sermón del Aunque las noches son oscuras a veces
ministro del domingo anterior. De la necesidad de y tristes y desdichadas,
cortar la hierba, del nuevo niño que había nacido en ¡mucho te he amado, Señor,
aquella misma calle, de los compañeros de trabajo, y he aguardado la mañana!"
de sus esposas e hijos, de la preocupación por sus "Mucho te he amado, Señor —pensó el ministro—,
propios padres, de sus esperanzas. Y, sobre todo, pero en algún lugar nos separamos, ¿no es cierto?
de su inocente fe en Dios y la aceptación de todo lo ¿Fue culpa mía, como dicen ellos? ¿Será por eso por
que Él se sirviera enviarles, fuera bueno o malo. Le lo que ya no te oigo?"
parecía escuchar las voces de sus jóvenes padres

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Escuchó una campana suave, pero como insistente clérigos de estos tiempos, eternamente jóvenes,
a la vez. Alzó la cabeza y miró en torno. Estaba ¡Dios tenga piedad de las pobrecillas! Ella y yo nos
solo. De modo que la campana había sonado para conocemos de toda la vida. Ambos somos de
él. Se puso en pie pero vaciló de nuevo, Midville, a quinientas millas de aquí, casi en Nueva
preguntándose con tristeza si el hombre que allí Inglaterra. Llevamos siempre la misma clase de
aguardaba tendría alguna respuesta para él. ¿Y si vida, y tenemos las mismas opiniones. Durante
era un clérigo también, aunque de otra fe que la largo tiempo fuimos razonablemente felices en esta
suya? Entonces sólo habría una nueva confusión, ciudad, a pesar del hecho de no tener hijos, y a
más problemas, mayor inseguridad, más despecho de todas esas malditas guerras que nos
desesperación. impiden a todos llevar una vida normal, serena,
Entró en la otra habitación. No se sintió sorprendido sólida. Cuando las guerras terminan nadie parece
por su austeridad tan brillante y serena al mismo saber por qué comenzaron en realidad, después de
tiempo, pues alguien, ¿quién?, le había dicho lo que todo, y, lo que es peor, a nadie le preocupa al
encontraría: blancos muros de mármol con luz parecer.
indirecta, un gran sillón de mármol con "Pero, volviendo a mi problema. Ya no soy útil a mi
almohadones azules, y una gran alcoba tras cuyas congregación, ni a los viejos, ni a los de mediana
cortinas se hallaba el buen hombre que escuchaba edad, ni, especialmente, a los jóvenes. En tiempos
con tanta paciencia y que daba buenos consejos. El tuve a mi cuidado quinientas almas. Ahora sólo
cansado ministro recobró algo de confianza. tengo unas doscientas. Mi congregación va
—Buenas tardes —dijo con su sonora voz, que no disgregándose de año en año. Mi gente acude a
necesitaba amplificadores en la iglesia. ministros más listos, que pueden satisfacerles y
Nadie contestó a su saludo, pero él tuvo la darles lo que desean. Yo no in-tento disuadirlos...
seguridad de que podía sentir una presencia tras las Hizo una pausa. De nuevo se sentía dominado por
cortinas. Sin mostrarse dolido porque nadie le una gran inquietud. Tenía la sensación de verse
hubiera respondido, se sentó en el sillón, los ojos rechazado de nuevo, de verse censurado... pero,
fijos en el intenso azul que ocultaba la alcoba. ¿por qué?
—Me han dicho que es usted un clérigo —comenzó— —Después de todo —siguió— hemos de ser libres en
. Así lo espero. Sólo uno de nosotros puede ayudar la religión, ¿no? A veces, se lo digo con sinceridad,
al otro, ¿no es cierto? Deberíamos tener alguna envidio la autoridad de los sacerdotes católicos.
clase de sindicato, ¿verdad? —su voz era profunda y Aunque quizás ahora ya no tengan tanta autoridad.
sincera—. ¡Oh!, ¿mi nombre? Reverendo Mr. Henry No lo sé. He visto cómo algunos sacerdotes viejos,
Blackstone. O, como me llaman mis jóvenes fieles, amigos míos, se quedaban de pronto muy quietos y
"Harry, fuego del infierno". ¡Sólo este nombre debe muy silenciosos cuando hablábamos de nuestras
revelarle ya muchas cosas! respectivas congregaciones y en ocasiones parecían
Se rió de nuevo, pero había más tristeza que alegría perdidos también, como probablemente lo parezco
en su risa. yo. Tengo la impresión de que muchos de ellos
—Quizás usted mismo me llame así también. Y tal sienten sus dudas ante toda esa puesta al día de
vez lo merezca. No lo sé, y ése es el problema. ¿Es que tanto se oye hablar, como si Dios no fuera el
que el mundo se ha vuelto loco... o es que está Eterno, que nunca cambia. Sí, tenemos nuestros
solo? Yo... yo tengo algunos amigos en el clero. problemas, esos viejos y yo. Pero, en cierto modo,
Inteligentes, agudos, interesados. No tienen una ése parece ser un tema del que no se puede hablar
opinión demasiado buena de mí. Si fueran mucho con libertad. No sé por qué. Como si algo
más jóvenes, o muy jóvenes, lo entenderían. La demasiado poderoso... demasiado poderoso... ¡Oh,
juventud siempre es intolerante. Al menos eso es lo no lo sé! Como si estuviéramos acosados, por usar
que la gente me dice constantemente con una frase anticuada. Ya se dará cuenta de que yo
indulgencia, como si la intolerancia fuera una soy un hombre anticuado.
especie de virtud heroica en sí, cuado no es más "En cualquier caso, Betty quiere que yo dimita de mi
que un aburrimiento ante los hombres de mi edad. cargo y me vuelva a Midville, o a cualquier otro
Bien, de todas formas, la mayor parte de los sitio, mientras sea una ciudad pequeña. Creo que
clérigos que tienen mala opinión de mí son de mi fue Sócrates, ¿no?, el que dijo que los hombres no
edad, o un poco más jóvenes, algunos incluso más debían vivir en ciudades grandes sino en pueblos
viejos. Eso es lo que me preocupa. El que sean más pequeños; que las almas de los hombres se agostan
viejos que yo y sin embargo estén in, como dicen en el estruendo de las calles y en la superficialidad
ahora. Una frase estúpida, ¿no?, pero sintomática. de sus vidas, y que la tranquilidad, la contemplación
"Mire, mi problema es muy sencillo. Betty, mi y el conocimiento de Dios sólo pueden encontrarse
esposa, está muy disgustada, harta en realidad. en la tierra, a la vista de los grandes bosques y las
Tiene cincuenta y tres años, y no es elegante, ni nobles montañas y el correr de los ríos. Y en las
joven, ni moderna, como las esposas de otros pacíficas praderas al anochecer, a la sombra de los

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altos árboles, cuando ya se ha acabado la labor del Se puso en pie.
día. —¿No está de acuerdo conmigo? Casi nadie lo está,
"Mis superiores no me han dicho nada al respecto, a excepción del viejo padre Moran, y algunos otros
pero sé que nadie lamentará mi dimisión. Betty y yo clérigos. Usted cree que yo debería haberme puesto
... viviremos de nuevo nuestra vida de siempre, en al día, y ser como un muchacho más para todos los
paz y serenidad, entre pocos amigos, en compañía hombres de mi congregación, y un confidente
de los que nos conozcan y comprendan. Algo que indulgente para las muchachas, mujeres y niños, y
nos resulta imposible en esta jungla de piedra, esta que hablara de todas las malditas cosas del mundo
jungla ruidosa, esta jungla febril, frenética y menos de la única verdad: que es el terror de todo
acalorada donde no hay refugio en una tierra inocente que vive en él.
cansada. "¡Escúcheme antes de juzgarme como un viejo
La sensación de reproche le golpeó el corazón tan anticuado que no puede, ni quiere, comprender este
pesadamente que fue como un golpe físico. Retuvo mundo moderno! Se lo pido por favor, escúcheme.
el aliento. ¿Sabe en lo que se ha convertido fundamentalmente
—Esta jungla —insistió, y miró las cortinas cerradas. el cristianismo en estos tiempos? En secularismo.
Estaba convencido de que el hombre le miraba a No ya uno con el pueblo, como Cristo, sino
través de alguna abertura, y ello le enojaba. mundanos, ocupados en demasiadas cosas excepto
—Veo que no comprende —siguió el ministro—. Sin en la fe sencilla y en la paternidad de Dios. ¡Oh,
duda está de acuerdo con mis superiores. Pero no hablan mucho, ya lo creo, sobre la hermandad del
me condene, por favor, hasta que haya terminado. hombre, pero sugiérales, intente sólo sugerirles,
Como ministro, también debe esperar a oír mi parte que no hay hermandad entre los hombres sin el
de la historia. Repito que, según dicen, no estoy in. reconocimiento de la paternidad de Dios, y recibirán
No lo estoy, no. Ni puedo estarlo porque no formo sus palabras con un embarazoso silencio o con una
parte de ello. Jamás fui como ellos. Jamás lo seré. sonrisa de superioridad!
No, no hable todavía. Déjeme que le cuente y luego "No soy sofisticado, lo confieso. No soy un hombre
lo discutiremos los dos de modo razonable, y quizá urbano. No comprendo este mundo que cambia. Eso
pueda darme algún consejo. Dios sabe que lo es lo que dicen ellos. Pero ¿cuándo ha dejado el
necesito. mundo de cambiar, desde el mismo instante en que
"¿Por qué no hablo con mis superiores? Ya lo he salió de las manos de Dios? Siempre estuvo en
hecho. Están disgustados conmigo, lo sé. Después transformación, pero mis gentes no entienden eso.
de todo, un ministro no tiene demasiado éxito si su Ellos creen que hay algo único en este momento,
congregación sigue abandonándole. Uno o dos de algo que nunca existió antes, algo tan superior al
ellos han llegado a sugerir que quizá fuera mejor pasado que éste debería ser olvidado por completo,
para mí una congregación pequeña, en alguna con todas las cosas heroicas del pasado. Incluido
ciudad como Midville. Yo también lo creo. Y Betty Dios, por supuesto. ¡Oh, sí!, están dispuestos a
está segura. De todas formas con el tiempo habré hacer profesión de fe, pero no hay fe en ellos. Por
de retirarme e irme a descansar. Quizá dentro de más de un estilo son en verdad una generación
unos diez años, aunque hay ministros viejos que incrédula y adúltera. De clérigo a clérigo, tengo que
todavía siguen en el pulpito a los ochenta. Si me ser honrado: una generación incrédula y adúltera.
quedo aquí, hasta el momento en que me retiren, ¿Es falta de caridad el confesar esta verdad? En
mi congregación todavía disminuirá más y más, estos días se habla mucho de caridad, y del espíritu
hasta no quedar nada de ella. ¡A la velocidad con del hombre moderno con aspiraciones, pero ya no
que se están marchando, no habrá que esperar hay caridad, y las aspiraciones de los hombres
mucho! Todos se habrán ido en un par de años... modernos son las frívolas aspiraciones de un niño
"Sin embargo, sin embargo... Verá, Dios y yo eterno.
caminamos juntos hasta hace unos quince años. Yo "¿De quién es la culpa? ¿Del clero? Pero ¿qué
estaba muy seguro de que Él me oía, y de que nos podemos hacer, cuando los hombres se apartan
com-prendíamos. Pero ahora siento a Dios muy constantemente de nosotros, ocultando una
lejos de mí. Quizá sea porque ya no satisfago a mi sonrisa? No podemos prohibirles nada. Ya no
congregación como debería hacerlo, ni me he tenemos la autoridad secular o espiritual que
modernizado para ser uno de ellos, como algunos tuvimos en tiempos. Ésta es la época de los laicos,
de mis amigos clérigos me han aconsejado. Ellos no dicen algunos clérigos, abdicando con una sonrisa
se preocupan tanto ni se atormentan como yo. de su posición de pastores y contentos, incluso
Viven bien, cómodamente, y hablan con satisfacción orgullosos, de ser uno más del rebaño. jHermandad!
de este mundo como del mejor mundo posible, Carencia de autoridad digo yo, aunque se nos dio
cuando... —alzó la voz hasta que ésta fue como un autoridad cuando nos ordenaron. ¿Es el pastor
grito—, ¡cuando es obvio que éste es el más terrible menos que el rebaño? Si es así, ¿quién lo guardará
de todos los mundos, y el más perdido! de los lobos?

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El sudor caía en grandes gotas de su frente. Agitó jóvenes saben todo lo que hay que saber sobre
pesadamente la cabeza una y otra vez. Se aferró Marx!
con ambas manos al respaldo del sillón. —No me "Bien, me acusaron de anticuado, ¡como si la
condene todavía. Por favor, déjeme terminar. verdad hubiera sido alguna vez un anacronismo! Les
Contemplo el mundo y lo veo lleno de cosas, sólo de hablé de las eternas verdades de Dios, les leí del
cosas. Y ni una de ellas con verdad y solidez. Está Evangelio, y les dije que, cuando los hombres
lleno de aparatos, de maquinaria, de casas caminan con Dios y su verdad y su justicia y las
automatizadas, de fábricas y oficinas; produce un practican humildemente en su vida diaria, la justicia
espantoso ruido. El peor ruido es el de las gentes social ha de llegar inevitablemente, y los problemas
que discuten, gentes descontentas, sin raíces, sociales se resuelven
exigentes, petulantes, insatisfechas, que desean, por sí mismos.
que exigen, que claman simplemente. "Además, en estos tiempos siempre están hablando
"He vivido sesenta años —continuó— y jamás he de la búsqueda de la propia identidad, cuando ni
conocido un mundo así. Viví la Gran Depresión y fue ellos mismos saben lo que quieren decir, como no lo
mejor que esto, créame. Al menos la gente se sé yo. Yo les dije una vez que todos tienen identidad
enfrentaba con la dura realidad, y no con el desde el momento en que son concebidos, y que su
desagradable realismo de que hablan ahora. único deber en esta vida consiste en salvar su alma
Conocían las privaciones y el hambre, y el rostro individual e inmortal.
horrible de la desesperación y el profundo temor. "¿Sabe cómo me respondieron? Ofreciéndome sus
Pero ésas eran cosas reales que era posible vencer, enfermizas sonrisas indulgentes. Y recuerdo
pues siempre hubo esperanza. también un domingo en que les hablé de la sólida
"Pero, ahora, todo el mundo tiene de todo. ¿No fue realidad de Satán, y de su gran triunfo que consiste
Ibsen el que dijo que cuando todos tienen de todo en persuadir a los hombres de que no existe. Les
ya nadie tiene nada de valor? Nada es real, además, hablé del pecado... ¡Imagínese, del pecado! ¡Los
cuando el hombre ya no tiene necesidad de luchar. superiores me dijeron más tarde que era poco
Yo he conocido una pobreza mísera. Pero le aseguro realista al hablar así, que insultaba a la inteligencia
que la prefiero a la comodidad, el lujo y toda la de mi congregación y que el pecado era sólo
opulencia que Veo en torno. Al menos, en la miseria cuestión de una salud mental defectuosa y no culpa
yo tenía certeza, y lo mismo todos los pobres del pecador! Me sugirieron amablemente que tratara
conmigo, Pero los que viven ahora a mi alrededor de comprender estos tiempos modernos, en los que
en medio del lujo, del maquinista al hombre de todos tienen una mente tan científica y viven tan
negocios, del doctor al plomero, de la secretaria al conscientes de la sicología.
ama de casa, no tienen certeza en absoluto, ni "Y estallé. Lo admito y lo lamento, pero me sentí
raíces, ni calma, ni, en consecuencia, esperanza... acosado por todas partes.
"Y no desean lo que yo puedo darles. Me reprochan "Dije a los superiores que sabía perfectamente todo
que no les hable de justicia social y de problemas lo referente a la enfermedad mental, como llaman al
sociales o de lo que sea la moda estúpida del pecado, y todas las estupideces que sobre ello se
momento. Una vez les cité al gran estadista y escriben en la prensa, y todos los solemnes
filósofo inglés, Edmun Burke, que dijo hace casi discursos de los que, sin saber de qué hablan, han
doscientos años: "No debería escucharse más aprendido un nuevo vocabulario pseudo científico y
sonido en la Iglesia que el de | la Voz curativa de la desean impresionar con él a los demás. Perdóneme,
caridad cristiana. La causa de la libertad civil y del pero jamás- he conocido tantas personas
gobierno civil ganan tan poco como la causa de la pretenciosas e ignorantes como ahora, ¡que Dios les
religión con esta confusión de deberes. Los que ayude! No saben nada de Dios, del alma humana y
abandonan su auténtico carácter para asumir lo que la mente del hombre, pero, de todo eso que
no les pertenece son, en su mayor parte, ignorantes ignoran, hablan pomposa y constantemente. Cuanto
por completo del mundo en el que tanto les gusta más ignorantes, más ruidosos e insistentes, hasta
mezclarse, y sin experiencia en los asuntos que uno se siente avergonzado por ellos... antes de
mundanos sobre los que se pronuncian con tanta sentir miedo ante ellos. Son como una nueva clase
confianza, o tienen de políticos más que las de gentes... y muy vulgares.
pasiones que excitan. ¡Con seguridad que es en la "Sí, dije a los superiores, cuando yo era joven todas
Iglesia donde debería permitirse la tregua de un día las ciudades pequeñas tenían sus inocentes
entre las disensiones y animosidades de la excéntricos y seniles, pero eran aceptados como
humanidad! No necesitamos teólogos entendidos en parte de la comunidad, y no necesitaban terapia.
política, ni políticos con ideas teológicas." Pero ¿por qué hay ahora tantos trastornados?
"Pero ellos no tenían la mínima noción de ese gran Porque han perdido a Dios y la religión, les dije. ¿De
hombre, Edmund Burke, ¡aunque la mayoría de los quién es la culpa? ¿De este clero, tan moderno y
avanzado? ¡Pues yo no me uniré a sus filas! Quizá

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no sea yo el mejor de los pastores, ni el más sabio, orgulloso de su trabajo, y de su competencia en él,
pero no traicionaré a mi pueblo con modas por humilde o importante que fuera. Ahora todo el
intelectuales pasajeras ni con preocupacio-nes mundo quiere que sus hijos tengan educación
estúpidas y febriles que el día de mañana serán sólo universitaria, y como la mayoría son muy poco
dignas de risa o de olvido. capacitados intelectualmente —a veces no les
Tuvo la impresión de que el hombre le escuchaba no importa, incluso lo admiten alegremente— sólo un
reprobándole, sino con tristeza y comprensión. Se pequeño porcentaje de jóvenes son auténtico
sintió tan agradecido que se sentó de nuevo, material universitario. Pero la mayoría podrían
inclinándose hacia adelante con las manos llegar a ser excelentes trabajadores en distintas
firmemente apretadas sobre las rodillas y el rostro ocupaciones, que ahora desprecian juzgando que
cansado y ansioso. están por debajo de su categoría. Yo les digo que el
—Ellos creen que yo no sé nada, que vivo en una mismo Cristo, el Todopoderoso, con el gobierno
especie de sencillo pasado. Pero yo sé todo cuanto sobre sus hombros, fue carpintero, duro y fuerte, y
ellos saben, v más aún. Soy un hombre culto. Leo, y orgulloso de su trabajo. Pero me juzgan un imbécil.
eso es más de lo que hacen algunos de los Cristo es una sombra para ellos. Vivió hace tanto
charlatanes y sabihondos de mi congregación. tiempo, ¿sabe?, en el pasado, y ¿qué tienen ellos
Conozco la desesperada enfermedad del mundo, y que ver con el pasado?
la depravación, v la falta de paz, y el escándalo y "Si sólo fueran los jóvenes los que son tan
odio, y la amenaza del holocausto. Sé del tristemente estúpidos, tan demoledoramente
homosexualismo, y de todos los vicios. Sé del terror estúpidos e irracionales, uno podría tener paciencia
en el que ahora vive la mayoría de la humanidad. Y y aguardar, y enseñar pacientemente hasta que
sé algo más que la mayoría no conoce: que han vieran la poderosa faz de la única realidad por sí
dejado a Dios. No tienen marco de referencia. mismos. Pero no son sólo los jóvenes los que hablan
Aceptan el mundo de los débiles sentidos y interminablemente, estúpidamente,
rechazan el mundo de su alma inmortal, que es la constantemente. Son sus padres tam-bién, sus
única realidad. "Son ávidos materialistas, que se padres tan modernos. Los padres que les dicen que
regocijan tontamente en su sentido de lo que es lo que importa no es lo que uno sabe, sino a quién
relativamente cierto. Ya ve, creen en ¿i relativismo; conoce, y adelante con ello hasta que seas un
la verdad no tiene una certidumbre eterna para hombre rico y de éxito, y bien adaptado, y un líder.
ellos. Es proteica para ellos. Cambia de hora en Sé una víbora; sé un embustero. Sé exigente e
hora, y nunca tiene el mismo rostro. Eso les implacable. Todo vale, mientras lleve al éxito
encanta. En las nuevas verdades encuentran material.
excusas para sus excesos, para su falta de "Mientras tanto, naturalmente, les dicen, sigue con
fortaleza, de valor y fuerza. Carecen de honor toda esa charlatanería de amar a tu hermano y
porque no deben fidelidad a nada, ni a Dios ni a su simular que te preocupas por él. Con eso parecerás
país, ni a los demás, como verdaderos hombres y una persona agradable y civilizada. ¡Una persona
hermanos, ni a la ley ni al orden. Son la generación tan agradable y admirable! Y a las personas
más cruel que ha maldecido este mundo, pues no se agradables y admirables se les aprecia, y cuando
aman unos a otros como en tiempos se amaron los uno es apreciado los otros se encargan de promover
cristianos de verdad, en el Nombre del Dios tu bienestar y tu futuro feliz...
Todopoderoso. Ahora simulan amarse en nombre de "¡Dios mío, como si este mundo lo fuera todo! Pero
la justicia social o su falsa hermandad. ¡Embusteros! el problema es que así lo creen ellos, creen que este
¡Embusteros! ¡Sin vacilación alguna, le cortarían la mundo es todo lo que existe, incluso mis fieles más
garganta a un hermano por cualquier estúpida regulares que vienen tranquilamente a oírme cada
razón! domingo... sin oír jamás realmente una palabra de
"Y no sienten auténtica preocupación por los demás. lo que digo.
Podría morirse un hombre ante su puerta y no El cansancio se apoderó de todo su cuerpo hasta
contestarían a su llamada, pues estarían que le pareció que ya no podría moverse nunca
escuchando en ese instante algún guión de la más.
televisión sobre el deber de involucrarse con toda la —No me sorprende —murmuró— que tantos
humanidad. Atacan a una mujer ante sus mismas jóvenes actúen extraña y violentamente en estos
ventanas, y ellos bajan las persianas y se ponen a días. No me extraña que a las chicas les encante
leer un artículo sobre sus obligaciones para con la vestirse y comportarse como jóvenes atrevidas, y a
comunidad y lo muy comprometidos que están en los chicos les guste vestirse de modo dudoso y
ella. Hablan de responsabilidad, y son abyectamente comportarse como débiles mujercitas. ¿Qué les han
irresponsables. No, no abyectamente. dado sus padres y profesores sino falsedades,
Monstruosamente, pecaminosamente valores y falsas máximas? Son rebeldes, dicen.
irresponsables. En tiempos el hombre se sintió ¿Contra qué se rebelan? No lo saben, pero de

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seguro que se rebelan contra la falta de valores en ritmo de su corazón, y su alma habría respondido.
sus vidas, contra la falta de autoridad y disciplina, y Pero ahora estaba demasiado destrozado,
la falta de decencia y honor en sus mayores. Yo les demasiado acosado por la desesperación. Extendió
he visto desfilando o gritando ruidosa e la mano y apretó el botón, disponiéndose de
incoherentemente, y he visto a sus padres como antemano a escuchar las suaves y corteses palabras
sólo un ministro puede verlos: locos estúpidos que del clérigo que se hallaría oculto allí y que habría
jamás poseyeron autoridad en su vida, ni tuvieron escuchado taimadamente a un anticuado.
valores en su vida, ni fe, ni orgullo. Las cortinas se corrieron, estalló la luz tras sus
"Algunas veces se nos culpa al clero de todo eso. No silenciosos pliegues y, a aquella luz, vio al hombre
le dimos al pueblo lo que necesitaba. ¿Han de ser que escucha.
las ovejas las que digan al pastor lo que éste debe Se miraron profundamente. El rostro del ministro
darles de comer? ¿Han de ser las ovejas las que adquirió un tono ceniciento y se retiró paso a paso,
dirijan al pastor para que éste les "permita con hasta quedar apoyado en la pared, en la puerta por
indulgencia meterse en el valle de las sombras de la la que había entrado. Pero el hombre no apartó los
muerte? ojos. Siguió mirándole profunda y firmemente. Y el
Se detuvo anonadado. Miró las cortinas azules. Se reverendo Mr. Henry Blackstone estuvo seguro de
mordió los labios. haber oído, en su interior, una voz poderosa que le
—Pero, ¿y cuando algunos de nosotros lo decía: "¡Alimenta a mis ovejas!"
intentamos y sólo conseguimos que se nos ignore, Extendió sus manos ante él, como defendiéndose:
que se burlen y se rían de nosotros? ¿De qué sirve —No, no —dijo—. No me entiendes. Es que no
nuestra lucha? Si alzamos la voz, se escandalizan y quieren que yo les alimente. Ni siquiera desean
nos abandonan apresuradamente. Si les vamos con verme. Me han abandonado. No fui yo el que las
admoniciones, simulan ocultar una sonrisa. Las dejé.
ovejas han dejado a sus pastores y ya no oyen su De nuevo escuchó la voz, más penetrante ahora y
voz ni responden a ella. Mis propias ovejas me más inflexible en los corredores de su mente:
llaman "Harry fuego del infierno" porque les hablo "¡Alimenta a mis ovejas!"
de la verdad y del horrible peligro en el que ahora —¿Con un pan que no quieren comer? —imploró el
se hallan sus almas. Los viejos se ajustan los ministro—. ¿Con un pan que rechazan? ¿Con un pan
guantes, o se acarician sus abrigos de Piel, nos que desprecian? Déjame ir. Déjame terminar mi
miran con ojos muy asombrados y hablan de los vida en algún lugar tranquilo, sin problemas, sin
jóvenes de estos días, más sofisticados y más ruido, sin desprecio...
cultos. Y se supone que hemos de aplaudir su "¡Alimenta a mis ovejas!"
ignorancia y su estupidez. Se supone que hemos de Lugares estériles donde se recogían y yacían las
sonreí con aprobación. ovejas, cegadas por el polvo, por la fiera luz de un
De nuevo se puso en pie de un salto sol del que no podían guardarse y defenderse. Una
— ¡Pues yo no puedo! ¡Yo no voy a ponerme al día y tierra agostada. Una tierra de rocas y ríos de fuego,
hablar de cosas seculares en mi pulpito! ¡Yo no soy sin aguas vivas. Las ovejas yacían allí y morían lejos
un mundano saduceo, como muchos de los de mi de una vida de fe y certeza, y de auténtica
clase! Me voy, ya no me quieren. Aquí no tengo seguridad. Y ¿dónde estaba el pastor?
ovejas. Debo ir donde tenga algunas, donde Se volvía y las dejaba. Las ovejas se habían
escuchen a su pastor. apartado de él, ya no quería quedarse más con ellas
Respiraba acaloradamente. Estaba desesperado, y y dirigirlas... porque le habían despreciado en su
desesperado por la impaciencia, porque el hombre estupidez animal. Si ese mundo había sido
tras aquella cortina no decía nada en absoluto. demasiado para él, ¡cuánto más terrible, demasiado
Seguía esperando. Pero ahora ya no había más que terrible, sería para ellas!
decir. El ministro recordó que alguien le había dicho El ministro sintió que no se atrevía a acercarse de
que sólo tenía que apretar el botón junto a las nuevo al hombre. Se arrodilló allí mismo, donde
cortinas para ver al hombre que le había escuchado. estaba, y se cubrió el rostro con las manos.
—¡Oh, Dios mío! —dijo—. No quiero verle. No quiero —Ya comprendo —dijo— por qué me sentí tan
oírle decir que debo modernizarme y poner a Cristo separado de Dios en estos pasados años. ¿Qué
al día para una generación ciega, estúpida, débil, significó la burla y el desprecio para Nuestro Señor?
degenerada, inmoral y malvada... la peor que ha Nada. Él había alimentado a las ovejas hambrientas
contemplado este mundo. ¿Cómo puedo ayudarles y ellas le enseñaron los dientes en mueca burlona.
si se niegan a ser ayudados...? Se rieron de Él en sus casas, gritaron contra Él en
Se detuvo. ¿Qué había visto escrito en el muro de la los templos, vocearon su desprecio en la plaza del
sala de espera? ¿Qué había leído aun sin captarlo mercado y en las calles. Intentaron apoderarse de Él
por completo. Todo lo puedo en Aquel que me y destruirle, y Él se deslizó suavemente entre sus
conforta. En otro tiempo aquello hubiera alterado el voraces manos... "Pero siguió enseñando a sus

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ovejas. Despreciado y rechazado... siguió diciendo que aman a todos sin que nadie ame a
enseñándoles. Y al fin, porque fue tan firme, nadie; eso es lo que se lleva ahora. Como todo ese
algunas le escucharon. patriotismo del que tanto se lee en los periódicos,
"Sólo unas pocas, pero salvaron el mundo. E, cuando al parecer nadie es ahora patriota. Bueno,
incluso ahora, unas pocas tan sólo pueden salvar al yo recuerdo que había un tiempo cuando, si alguien
mundo. tenía problemas, incluso en la ciudad, todos los
Los mundanos saduceos que creían en la muerte amigos acudían con alimentos y fruta, y quizás un
pero no en la inmortalidad, que apoyaban la ética y pollo asado, y había auténtica comprensión. Ahora
la conducta adecuada en el hombre, pero negaban todo es mentira: los periódicos llenos de amor
su Fuente, que hablaban con aire educado de la fraternal y de los derechos de todo el mundo, y la
ilustración y la luz y vivían en la oscuridad! ¡Y los gente sin parar de hablar, y los párrocos diciendo en
fariseos que detestaban al pueblo y sólo honraban la los pulpitos que hay que obrar bien con todos,
letra de la ley, y no al que les había dado la ley! especialmente con seres desconocidos en países
¿Quiénes eran peores? ¿Acaso él, Henry Blackstone, extranjeros... y sin que a nadie le importe un pito el
tendría que verse contado entre ellos? ¿O era aún vecino de al lado. Es fácil mostrarse comprensivo
peor que ellos un pastor que se disponía a con personas que viven a mil mi- Has o más; a uno
abandonar a sus ovejas por su propia paz, por su no le cuesta nada alzar los ojos al cielo y hablar con
propia serenidad mental? voz profunda y engolada. Pero tomarse la molestia
—Perdóname... —suplicó—. Señor, perdóname. de hacer algo por los vecinos, con su propio dinero y
¿Acaso me importa lo que me llamen, o que se rían su propio trabajo... ¡Oh, no! Eso no tiene el menor
de mí? Lucharé con ellos con más pasión, con significado ahora. Eso no es tener sentido... ¿cómo
menos debilidad, sin sentirme tan consciente de mí dicen esos bocazas con su estúpida jerga?... de
mismo. No temeré su ira, ni dejaré que su responsabilidad mundial. ¡Un cuerno!
monstruoso mundo se inmiscuya de nuevo en mí. Se retrepó cómodamente en el sillón y sacó la pipa.
Nunca más. La había preparado fuera, y llevaba el encendedor
"Podrán arrojarme, como te arrojaron a ti. Podrán que le regalara Al, su hijo, y no creía que importara
aplastar lo que quede de mi vida y pisotearlo. Quizá en absoluto el fumar aquí, porque el acondicionador
me envíen al exilio porque no puedan ponerme al de aire se llevaría el humo de todas formas. No se
día. había sentido tan cómodo desde que muriera Beth,
"Pero jamás —si tú me ayudas— soñaré con relajado y en paz, hablando con alguien que
abandonarlos y dejarlos hambrientos. comprendía.
"Y caminaremos juntos de nuevo, y, ¿quién sabe?, —Por ejemplo, ese joven que vi ahora mismo, ahí
quizá las ovejas nos sigan algún día. Sonrió con fuera, con sus estrafalarias ropas de la gran ciudad.
timidez al hombre que ahora parecía sonreírle Me dice que no tiene problemas. Bueno, ¡si ese
tiernamente. Y dijo: joven no tiene problemas, estoy dispuesto a
—Mi madre solía cantar un himno... Ahora sé comerme el sombrero! Porque tiene más que pelos
realmente lo que significa: en la cabeza. Como todas las gentes de la ciudad, y
"A través de las noches de los tiempos, algunas del campo en estos días. Y todo ese "amor",
triste y desamparado... y toda esa prisa, y el estar "alerta", y el meter las
¡Pero mucho te he amado, Señor, narices en los asuntos del prójimo —especialmente
y aguardo la mañana!" si el prójimo está exactamente al otro, lado del
mundo—, ¡seguro que no está haciendo feliz a la
ALMA OCTAVA gente! Más bien miserable. Jamás vi personas tan
EL GRANJERO tristes en mi vida como puedo ver ahora, y gentes
—...cuando todo lo que me recuerda tan llenas de odio, y tan mezquinas como el mismo
mi juventud y mi alegría, pecado. Algo anda mal. Fumó un poco,
me dice en el fondo de mi corazón reflexionando:
¡que yo he tenido mi mundo, como en mis tiempos! —Cuando Jesús hablaba de amar al prójimo, creo g
"Esposa de Bath" que Él no quería decir salir a toda prisa de su propio
ALMA OCTAVA 1 país para ir a buscar al prójimo en Grecia o Roma,
—Bien, hola, párroco —dijo el viejo con gravedad al 1 o donde fuera, para hacerle bien. Él se refería al
enfrentarse con la serena cortina azul que cubría la tipo que vivía en la casa de al lado, con sus
alcoba—. Usted es un párroco, ¿verdad? En problemas. Por ejemplo, Mrs. Campbell, que vive en
cualquier caso, eso es lo que dicen todos. Usted una granja junto a la mía, una granja grande,
escucha los problemas de la gente y luego les dice colectiva, como las de los chinos y los rusos según
lo que deben hacer. Eso es muy amable por su he oído. Casi todos los días sale en los periódicos de
parte, en verdad. No sabía que aún quedara gente Fairmont pidiendo dinero para esto y lo otro, para
de esta clase en el mundo; no, señor. Todos personas que nunca verá, lo que nosotros solíamos

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llamar la China pagana y la misteriosa África, y, habríamos echado mano de la Constitución. Bien,
trabajando por las Naciones Unidas y todo eso; y al puedo decir, y me enorgullezco de ello, que jamás
otro lado de mi casa, en una pequeña granja, hay acepté uno solo de sus malditos cheques, aunque
una joven viuda con tres pequeños que está me los han ofrecido una y otra vez. Acepta un
luchando sola sin conseguir salir adelante con una cheque del gobierno, y es como si te pusieras una
tierra tan pobre y sólo el mayor para ayudarla. Y yo cadena en torno al cuello. No, señor. eso no es para
le digo a Mrs. Campbell: "Ahí tiene a Susy Trendall, mí. Yo tengo que pagar la Seguridad Social, o como
que no puede comprar fertilizante este año. ¿Qué le sea que la llamen, pero eso es todo; y mientras mis
parece si se le ayuda un poco? Porque apenas piernas me sostengan y pueda caminar, no acudiré
recibe subsidios." Y Mrs. Campbell me dice: "Todo el tampoco a la Seguridad Social; no, señor. Y tal vez
dinero que estamos recogiendo va a la Asociación ni siquiera entonces. Yo tengo mi orgullo.
para las Naciones Unidas y las Naciones en "Lo cual me recuerda el asunto que me trajo aquí, a
Desarrollo, y Mrs. Trendall debería ir a la Asistencia abusar un poco de su tiempo.
Pública, si tan pobre es." "En tiempos, cuando yo era muy niño, e incluso
"Bueno, vamos a ver, ¿es eso caridad cristiana, es hasta hace veinte años, había dieciocho granjas en
eso ayudar al prójimo? No, señor. Eso es una torno a la mía. Ahora una sola familia las posee
falsedad y una crueldad; eso es transformar la todas, ¡los Campbell! Piense en eso. Los demás
caridad en una fiera. Así que yo voy a casa de Susy tuvieron vender su tierra a esos malditos y
y la ayudo con el tractor, y le digo a Mrs. Campbell ambiciosos Campbell, con su moderna granja
que empiece a amar a su prójimo y no busque industrial, y se fueron a vivir a la ciudad, en una de
causas que la hagan sentirse importante y buena. esas cajas que ellos llaman viviendas del desarrollo.
¡Buena! ¡Qué hipócrita! Parece que todo el maldito Las ciudades siempre olieron mal. Y ahora huelen
país está invadido por embusteros e hipócritas incluso peor. Y el olor no es sólo por el aire sucio y
ahora, y no por personas buenas y sensatas como la polución, sino por sus almas. Babilonia. No hay
las que yo he conocido siempre, desde que era un pecados auténticos que cualquiera puede
crío en la granja que pertenecía a mi abuelo, y comprender, pecados del cuerpo; no, ahora son
después a mi padre, y ahora a mí. Todos esos pecados del alma, pecados enfermizos,
"bienhechores" que vemos por ahí en estos tiempos demoledores, que le aterran a uno. Agitó la cabeza.
tienen el corazón más duro que una piedra y ojos de —¡Maldita sea si no me alegro de tener setenta y
gatos salvajes. Me hacen sentir náuseas. cinco años y haber vivido cuando el mundo era
La pipa temblaba ahora en su mano. sólido y auténtico, como una buena cosecha de
—Siempre ha habido personas mezquinas que solían manzanas, aunque todo el mundo, en la ciudad y en
ocultarse bajo lo que llamamos el "manto de la el campo, tuviera que trabajar diez o doce horas al
religión", lo que les permitía disimular su día! Todo el mundo habla de esta maravillosa era,
mezquindad y avaricia y odio por su prójimo, a la pero es lo mismo que esas funciones que se ven en
vez que citaban las Escrituras y veían crecer sus el teatro: todos simulando y corriendo de aquí para
cuentas bancarias. Pero esas mismas personas ya allá, y suspirando, y haciendo un gran espectáculo
no buscan el manto de la religión para ocultar su con sus sonrisas y sus miradas, y hablando como
dureza de corazón. Ahora buscan algo que los imbéciles. ¡Qué ocupados están todos! Trabajan
párrocos llaman el evangelio social. Pero funciona ocho o nueve horas, incluso en las granjas. Y no
poco más o menos igual: "Guarda tu dinero, habla tienen tiempo. ¡No tienen tiempo! No tienen tiempo
en voz muy alta del amor, consigue convencer al para hacer visitas a los vecinos, para sentarse en el
prójimo de que tienes muy buen corazón y tendrás pórtico y hablar y observar las luciérnagas en el
una maravillosa reputación de hombre bueno." césped y escuchar el viento. No. Se van rugiendo en
¡Tiene gracia! Cuando las gentes se escondían bajo los coches a la ciudad, y vuelven rugiendo, y están
el manto de la religión, todos lo sabíamos y nos exhaustos, y disponen de radios y televisores
reíamos de ellos. Pero ahora no podemos reírnos de ruidosos, y jamás leen nada en la vida después del
esos tipos del evangelio social. Algunos incluso colegio, pero, ¡maldición!, actúan como si fueran
llegamos a creerles, y eso es sólo parte de la locura cultos cuando sólo son estúpidos que nada saben'
general que hace que me duelan hasta los... bien, en absoluto, ni de ellos, mismos ni del mundo. Si
ya sabe. algo leen son libros sucios, y entonces guiñan un ojo
Asintió vigorosa y amargamente. Tenía la extraña y se sien-ten muy modernos. ¡Demonios!, todas
sensación de que el hombre tras la cortina estaba esas palabras se escribían en la parte trasera de los
de acuerdo con él. graneros cuando yo era un crío, y alguien te
—Y luego está el gobierno, que no deja de interferir azotaba el... si te cogía allí. ¿Qué hay de tan
en la vida privada de todos. En otro tiempo moderno en las palabras sucias, de todas formas?
habríamos sacado las armas y arrojado a los Le diré algo: el mundo está lleno de críos adultos
hombres del gobierno de nuestras tierras y

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ahora, con sus ropas extrañas, y yo tengo la la ciudad, todas maquilladas, y eso que aún son
impresión de que nunca crecerán. pequeñas, una de trece años y otra de dieciséis.
"Una era maravillosa. La era espacial. Y todo es tan Pero Roger es distinto. A él le gusta la granja; es
sólido y real como la cara de payaso que solíamos como si se serenara allí. Su rostro pierde ese
pintarnos cuando éramos unos niños en la Noche de extraño aire de inquietud que tiene y camina
las Brujas. Todo el mundo tiene ahora cara de lentamente, sin correr, como hace cuando llega. Y el
payaso, quizá para ocultar el hecho de que no tiene último verano recogió la cosecha por mí, y no le
una auténtica cara propia. Haciendo muecas, como importó llenarse de sudor y polvo.
Beth solía decir, sin mostrar su carne tostada por el "Bien, tuve que pedir prestado dinero a Al el año
sol. Quizás es que ahora no tienen la piel tostada pasado para pagar los enormes impuestos a que me
por el sol. Todo lo que yo sé es que no tienen ni forzaron los Campbell para obligarme a dejar la
verdaderos ojos ni auténticas almas. tierra. Y Al, que es un buen chico, ¿sabe?, y tiene
"Bueno, a lo que iba. Los Campbell, el padre, tan una esposa encantadora, aunque sea de la ciudad,
importante, con su abrigo sport comprado en Nueva me dijo: "Papá, vende la granja a buen precio y
York, sigue viniendo a mi casa y pidiéndome que le vente a vivir con nosotros. Nosotros te queremos, y
venda mi granja, él, con su enorme granja te haríamos feliz." ¡Feliz! Y aún dijo más: "Papá, yo
industrial, como una fábrica. Y yo digo que no, que soy todo lo que tú tienes desde que mamá murió,
no venderé. Y los impuestos sobre mi granja siguen ¿por qué quieres vivir ahí completamente solo,
subiendo constantemente, y ¿sabe qué?, yo creo cuando tienes una fami- Lo peor de todo es que yo
que es culpa de ese tipo Campbell, el que tenía un sé que dicen la verdad. Me quieren, y a mí me gusta
padre honrado con honrada suciedad en sus manos, verlos cuando vienen, y es casi como en los viejos
y no "experto en agricultura", como los llaman tiempos. Pero no me gusta su maldita ciudad, con
ahora, con televisión en sus "unidades" y con agua los coches corriendo de acá para allá y sin un
caliente y fría, y con sus coches grandes y pedazo de tierra en que poner el pie. Se detuvo.
brillantes. Quizás eso sea el progreso. Pero yo le —Había olvidado decirle mi nombre, Adam Faith. 1
llamo apartarse de Dios y de la tierra, e ignorar lo Mi madre era caprichosa. Pero ahora sí que me
que uno tiene que hacer. Si eso les hiciera felices, gusta el nombre, aunque la gente solía reírse de él..
no me importaría. Pero, como dije, todo eso les No me importa. La cuestión es que la presión de los
hace miserables y mezquinos, con corazones como impuestos es cada vez mayor y quizá pierda mi
manzanas secas de las que se encuentran en el granja. Al dice que me enviará el dinero para
fondo de los barriles en primavera. Sin zumo. Sin completar! lo que no puedo pagar, pero no me
gusto. Sólo piel seca y semillas secas. Ni siquiera gusta aceptarlo, aunque Al recuerda bien lo de
sirven para los cerdos. honrar padre y madre, seguro que sí. Siempre lo
"A veces contemplo mis vacas, mis caballos y tiene presente. ¿Qué cree usted? ¿Cree que debo
perros, y salgo a pasear por mis campos y veo las vender y venirme a la ciudad?
mofetas y las ardillas y pájaros y les digo: Vosotros Siempre tuvo una gran imaginación, solía decir
sois reales. Sois lo que sois. Sois vaca, o caballo, o Beth, de modo que sólo sería su imaginación, pero
perro, o lo que seáis. No tratáis de ser lo que no fue algo espléndido lo que le aseguró que el hombre
sois. Tenéis vuestra naturaleza y no engañáis a tras la cortina le contestaba con un enfático "¡No!".
nadie. Y, en cierto modo, eso eleva mi corazón, y —En realidad —dijo con voz repentinamente
entonces vuelvo a mi casa y siento que al menos allí cansada— supongo que no soy importante en
las cosas son lo que son y no actúan. Son como absoluto, sólo un don nadie. Como dice Al, todo lo
Dios quiso que fueran: honradas, sólidas, buenas. que conocí en mi vida fue el trabajo. El trabajo
"Bien, Beth y yo teníamos sólo un chico, Al. Le duro. Como dice Al, tampoco fui demasiado a la
enviamos a la escuela de agricultura. Pero a él no le escuela, pues la escuela estaba a siete kilómetros y
gustaba eso. Quería ser abogado, en la ciudad. No era un infierno llegar hasta ella en invierno, y
quería saber nada de granjas ni de trabajos además sólo era para chicos de seis y siete años.
pesados, dijo. Quería ganar mucho dinero, aunque Me levantaba al amanecer, en aquel cuartito bajo el
fuese ese dinero falso de estos tiempos. Bien, era el tejado que ardía en verano y estaba helado todo el
único que teníamos y queríamos hacerle feliz, si él invierno, y me acostaba en cuanto se ponía el sol y
deseaba vivir en la ciudad. De modo que ahora ya las vacas estaban seguras en el establo y los cerdos
es abogado en una gran ciudad, a ochocientos y gallinas habían comido ya. Y me dormía como un
kilómetros de casa, y trabaja mucho, y tiene su tronco, como si estuviera muerto. Y arriba otra vez,
úlcera y tres críos llorones y tan infelices como los al trabajo, y luego corriendo a la escuela, y luego
demás a pesar de todas sus ventajas. Puedo corriendo a casa para hacer algo más. Quizás Al
asegurárselo. A veces vienen a la granja en verano. tenga razón después de todo. No tuve la
Las chicas se sientan por allí y se quejan de oportunidad de ser nada más que un estúpido
aburrimiento, luego se arreglan y se van corriendo a granjero en una granja que va no rinde, con los

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impuestos y las restricciones del gobierno. No como una manzana roja. Y grandes ojos azules
acepto sus cheques, pero ellos vienen amenazando también, azules como un lago. Todos los jóvenes de
y diciéndome lo que puedo o no puedo cultivar. ¿Es alrededor se enamoraron de ella al instante y
que ya no es éste un país libre? No, no lo es. Pero a quisieron casarse con ella inmediatamente.
muchos granjeros les gusta. Tienen seguridad, Los Zimmer dieron una gran fiesta en su honor,
dicen. Seguridad contra los años de mala cosecha, invitando a docenas de personas de muchos
en los que hay que apretarse el cinturón. Seguridad, kilómetros alrededor, y Mrs. Zimmer y sus hijos
dicen, contra los caprichos del tiempo, en los años guisaron diez jamones, lomos de vaca,
buenos y malos. Seguridad para comprarse coches innumerables tartas, enormes cazuelas de patatas,
y correr a la ciudad, a los bares y cines, y y zumos de frutas, sauer-kraut y salsa de coles y
comprarse tele-visores y llevar trajes de fantasía. cazos de sopa, y pan caliente, y litros y litros de
"Quizás Al tenga razón. Tengo setenta y cinco años. café. Todo se colocó fuera, bajo el olmo gigante, en
Ya no puedo permitirme contratar obreros, como la pradera, sobre la hierba y en mesas de madera,
solía hacer en ocasiones. He de hacerlo todo yo con auténticos manteles de lino, y no? de papel
mismo. Y aquello está horriblemente solitario por la como en estos tiempos, y un gran barril de cerveza
noche y los domingos. No hay vecinos con los que fresca para los hombres. Y todos los encurtidos y
charlar, como solíamos hacer. Vaya, recuerdo la escabeches, y todas las tartas de cereza, olían a
época en que conocí a Beth... cielo, y los jamones brillaban, acompañados de
Los Zimmer tenían una granja junto a la de su miel. Los niños corrían y gritaban. Luego alguien
padre, alemanes buenos y trabajadores, que empezó a tocar la guitarra y a cantar muy bajito, y
hicieron su casa de piedra sólida, e hicieron el sol fue cayendo a través de los árboles, en rayos
fructificar su tierra. Mrs. Zimmer, como su propia de rápida y brillante luz, y el suave viento de verano
madre, parecía tener tiempo para hacerlo todo. empezó a reír entre las hojas, y las colinas azules
1. La palabra faith significa fe. En cierto modo el más allá parecían curvarse como terciopelo contra el
nombre podría traducirse como Fe de Adán. (N. del caluroso cielo, con el río brillando en la distancia.
T.) Ya estaba levantada antes de amanecer dando Incluso los pájaros parecían excitados, cantaban
de comer a las gallinas y cerdos y ordeñando las como locos y volaban por todas partes, y las vacas
vacas, y luego se ocupaba del desayuno de los ocho se tumbaban a observar en los verdes campos. No
chicos, y después trabajaba en la huerta la mayor había más sonido que la risa y las charlas de la
parte del día y hacía conservas, y tejía y cosía gente, y el viento en los árboles y el alboroto de los
trajes, y luego daba de comer de nuevo al ganado, niños y el sonido de los platos. Era como un cielo.
y aún tenía tiempo para leer un poco la Biblia en su Era una paz que no era realmente quietud. Era una
sala, rezar las oraciones, y al fin irse a la cama Para paz viva...
disponerse a comenzar de nuevo al día siguiente. Y —Me enamoré de Beth en el momento en que la vi
aún tenía tiempo de trabajar en la Asociación de —dijo Adam Faith. Todo su rostro era ahora una
Señoras en la Iglesia, y en las cenas de la iglesia, y sonrisa, su rostro curtido y marcado por los años,
para organizar tómbolas y ayudar a los vecinos que por el trabajo y el sol—. Y ella se enamoró de mí.
tenían niños pequeños, y limpiar la gran casa y Nos casamos para la época de la cosecha. La
cuidar de todos sus hijos, y hacer mantequilla y pequeña iglesia del campo, blanca y brillante como
recoger huevos y leche para el mercado, y actuar de la luna en el calor del verano. Acudió todo el
comadrona hubiera nieve o hielo en invierno, y leer mundo, de muchos kilómetros alrededor, cientos de
todos los libros que caían en sus manos o los que su ellos, vestidos con sus mejores trajes de almacén,
marido le traía de la ciudad cada semana. Todo el los hombres con corbatas en torno al cuello,
tiempo del mundo. La tranquila y serena Erna tostados por el sol, las mujeres con volantes y
Zimmer, con su rostro son-rosado y su amable risa. velos, todos de alegres colores, y los niños con
Todo el tiempo del mundo, al contrario que la zapatos brillantes y el pelo bien peinado. Todo gente
frenética Mrs. Campbell, con su tensión alta y sus de las granjas, que olía a dulce heno y a tomillo.
causas vacías. Dejaron los caballos a la sombra de los árboles, en
Y los muchachos Zimmer, grandes y sonrosados torno a la iglesia, inclinadas las cabezas y agitando
como sus padres. Su propia madre solía envidiar las colas. Y las campanitas sonaron en el
aquellos hijos, pues él, Adam Faith, era hijo único. campanario, y el coro entonó:
Bueno, los Zimmer tenían una prima, Beth Steigel, "¡Santo, Santo, Santo,
que les visitó un verano. Venía del oeste, de muy Dios Todopoderoso!
lejos, y era una chica que deseaba ser maestra de ¡A primera hora de la mañana se alzará a Ti
escuela. Se había graduado en la escuela de ¡Santo, Santo, Santo, [nuestro canto!
magisterio, y era alta y de rostro alegre, con una Poderoso y Misericordioso
mata de cabello rubio como el oro, y un amplio Dios en Tres Personas. Bendita Trinidad!"
seno, manos fuertes tostadas por el sol y una boca

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Daba el sol en los tejaditos del pequeño pueblo, se ciudad fortificada, una ciudad amurallada; era tener
reflejaba en las ventanas y hacía que las vidrieras la sensación de auténtica seguridad, de seguridad
de la iglesia lucieran como arco iris. Y la gente, en contra las tormentas, el dolor y el terror de la
pie, cantaba con todo su corazón mientras él y su noche, y una fuerza familiar mezcla de fe en Dios y
padre esperaban en el atrio. El párroco se detuvo un fe en la buena tierra, y afecto y promesa, y
momento estirándose la chaqueta, y algunos aceptación varonil, y aceptación femenina.
hombres le ayudaron a colocarse bien la corbata, a Besó a Beth a través del velo, ya que la dama de
la sombra púrpura de la iglesia y con el aroma de la honor fue un poco lenta en levantarlo, y aún le
hierba cercana. Y él, Adam, sudaba bajo su grueso parecía recordar el sabor de aquel encaje
traje negro de lana, y le dolían los pies a causa de almidonado y sus labios cálidos como el sol y dulces
las botas nuevas, y aún sentía en el cuello el picor como la fruta, la mano de Beth en su hombro y la
del reciente corte de pelo. Y el corazón le latía como visión del azul de sus ojos a través del velo, y su
la lluvia de verano sobre un tejado... Escuchaba los silenciosa promesa de que nunca le abandonaría, y
cantos del pueblo, y el laborioso latir del viejo que era suya, y que él era suyo como un árbol
órgano, y no sabía si estaba asustado o no, y se pertenece a la tierra en invierno e.n verano, y bajo
preguntaba cómo se sentiría Beth. todas las tormentas y rayos, y aun bajo la nieve.
El párroco entró en la iglesia y, cuando las puertas Ahora ya no hay bodas así —dijo Adam Faith al
se abrieron, el sonido del canto se convirtió en un hombre tras la cortina—. Lo sé. He visto veinte o s
estallido de gozo, las voces de la fe, de la gloria y la en los últimos años. ¿Qué se prometen ahora
ale-gría. Luego Adam escuchó una nota diferente en mutuamente? ¿Trabajo, valor y fuerza, un trabajo
la iglesia. Un silencio, un silencio impresionante. Y común? ¡No! El hombre promete irse corriendo a un
de pronto comenzó la música de nuevo, la marcha despacho y ganar dinero. La mujer promete
nupcial, un poco vacilante todavía, y su padre, mantenerse bonita y conservar la figura. Se
soltando una carcajada, le cogió el brazo y se lo prometen coches nuevos y una lavadora nueva, y
llevó a toda prisa al altar que estaba cubierto de muchos electrodomésticos y vacaciones. Ya no se
crisantemos y helechos. Todos los hombres entraron prometen mutuamente fe en Dios y en sí mismo, y
en tropel tras él y se apresuraron a colocarse en los ayuda en el dolor. No, ahora ya no. Y era
bancos de madera, recientemente barnizados y aún maravilloso entonces.
algo pegajosos, y hubo un estruendo de abanicos Sonrió mirando a la cortina, que pareció temblar a
entre la congregación, rostros alegres que le través de la neblina que cubría sus ojos.
miraban con afecto, todos tostados por el sol. Los —Era bueno. Lo recuerdo.
niños observaban también. Y en el instante en que Nació el joven Albert cuando la nieve llegaba a la
la marcha nupcial sonaba al fin con toda fuerza altura de las ventanas, la peor nevada que él podía
entró Beth por el pasillo central con su tío Zimmer, recordar. A través de la tormenta fue a buscar a
ya que ella era huérfana, envuelta en flotante Mrs. Zimmer, que se vino valientemente tras él con
blancura, un traje encantador que ella misma se su hija mayor, ya casada, y con dos hijos más que
hiciera, y con el velo de encaje de su madre sobre el llevaban cestos de comida caliente y telas limpias y
rostro. La hermosa Beth, tan fuerte y noble como la abrigadas. Al cabo de una hora Beth daba a luz a su
tierra. Al contemplarla le pareció a Adam que su hijo, y pronto estuvo incorporada en la cama y
propio cuerpo se expandía, crecía, se fortalecía, y riendo con todos. Recordaba todo el jaleo en la
que el corazón no le cabía en el pecho, y deseó cocina y la fragancia de nuevos troncos de manzano
llorar. en el fuego, mientras la tormenta azotaba las
Luego estuvo Beth junto a él, su mano cálida en la ventanas y las hacía temblar, y él, Adam, abría el
suya, los ojos mirándole brillantes a través del velo, barril de cerveza que se había reservado para esta
y la aureola de sus dorados cabellos enmarcándole ocasión, cuando llegaron los hombres que llamaron
el sonrosado rostro. Tuvo la impresión de que las briosamente a la puerta de la granja con más
mujeres lloraban y sonreían, y que los hombres regalos y con las esposas que se sacudían la nieve
reían, pero sólo se daba cuenta realmente de Beth y de las toquitas y abrigos. Era toda una celebración,
del guiño azul de sus ojos. pues había nacido un hombre de, y para, la tierra.
—Queridos hermanos —empezó el párroco—, nos El mismo hielo de los cristales brillaba y relucía
hemos reunido aquí hoy... como si también él fuera feliz. Beth se sentó en el
Reunidos allí con el corazón auténticamente lleno de gran lecho de postes, con su hijo en brazos, y el
amor y de ansiosos deseos de felicidad y de primer beso fue para su marido y el segundo para el
regocijo, y de placer sencillo y fraternal. Vecinos en niño, y luego gritó a las mujeres de la cocina que
los que un hombre podía confiar para hallar sacaran el pan que había hecho hoy mismo, de
consuelo, ayuda, trabajo, una mano firme, palabras debajo del mostrador de la bomba de agua, y la
de aliento, amabilidad, fortaleza, esperanza y tarta de manzanas que estaba en la fresquera.
sinceras plegarias. Saber esto era como vivir en una —Era magnífico. Lo recuerdo... —repitió el aho-

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ra viejo Adam Faith, pasándose la mano por el saltando al menor sonido y leyendo con miedo las
espeso cabello blanco y sonriendo tiernamente. noticias del periódico. ¿De qué tienen miedo? ¿De
También fue una ocasión de regocijo para toda la morir? ¿Es que nadie les ha dicho jamás que la
comunidad cuando bautizaron al pequeño Albert muerte es tan natural como la vida, y que todas sus
Faith, pues todos respetaban al padre como buen vitaminas y sanas comidas, como ellos dicen, no los
granjero que amaba la tierra, y todos querían a mantendrán vivos más tiempo del que estuvieron
Beth, tan erguida y firme, y de voz tan suave y sus padres o sus abuelos? Y si es que les mantienen
amable. Regalaron al recién nacido una magnífica vivos... ¿para qué, de todas formas? ¿De qué sirven
vaquilla y un joven ternero que iniciaron una buena al mundo si son unos gallinas, como los críos solían
casta, y muchos otros re-galos más, dados con llamar a los cobardes? ¡Vaya, si ni siquiera son ya
alegría y con gozo recibidos. hombres libres! No libres como nosotros.
—Eso fue antes de la guerra, mucho antes de que De nada servía negarlo: la vida era muy dura en la
entráramos en ella, en la primera, quiero decir — granja, pero era una dureza auténtica y maravillosa,
dijo Adam a la cortina azul sobre la alcoba—. Una I pues estaba relacionada con el viento y la nieve, la
época maravillosa, llena de paz. No había dictadores tempestad y las inundaciones, las sequías y las
ni luchas, ni asesinos en el gobierno, entonces. tormentas.
Vaya, había libertad en el mundo para todos; —Recuerdo cuando se desbordó el río —dijo al
excepto en Rusia, donde estaba el zar, y en algunos hombre que le escuchaba—. Muchos de nosotros
lugares de las selvas de África. Auténtica libertad, quedamos arruinados, pues se llevó el trigo del
en la que nadie molestaba a un hombre honrado y invierno y mató mucho ganado y llenó de barro los
temeroso de Dios con formularios del gobierno, y graneros y casas. Pero nos reunimos todos y lo
cada uno se ocupaba de sus propios asuntos, construimos todo de nuevo. Se podían oír martillos
trabajando toda una jornada de honrada labor y y sierras en muchos kilómetros, mientras los
educando a sus hijos para que fueran hombres y hombres trabajaban al sol y las mujeres traían
mujeres decentes que amaran a su país y a su Dios, cestos de comida y jarras de leche fresca, y hasta
y fueran a la iglesia los domingos y se cuidaran del los pequeñines colaboraban como todos los demás
prójimo cuando éste estuviera enfermo, o no eligiendo clavos y trayendo agua. ¡Todo, quedó
pudiera trabajar, o cuando daba a luz, o cuando nuevo tras la tormenta y la inundación! El río había
tenía hambre. No había bandas juveniles, ni chicas arrojado tierra buena y fértil sobre los campos, y
que se metían en líos, ni asistentes sociales nunca tuvimos cosechas como las de aquel año. Fue
corriendo de un lado a otro y metiendo las narices como una renovación. Recuerdo. Fue bueno...
en los asuntos de los demás, excepto en los suyos Luego se rió secamente.
propios. Y no había lucha en las calles. La mujer que —Ahora ya no se ven personas como aquéllas. Sólo
trabajaba de firme en la huerta y en la casa era la gentes falsas. El verano pasado mi nieto Roger,
que tenía los derechos de que tanto se oye hablar aquel de que le hablé, vino a quedarse dos meses
estos días, y el hombre que se cuidaba de la tierra conmigo y lo pasamos estupendamente bien. Roger
como nadie y cultivaba el mejor ganado... era el levantó uno de esos puestos en la carretera y
que la comunidad admiraba. No se oía decir con vendimos melones y zumo de fruta y mazorcas de
demasiada frecuencia que un hombre se diera a la maíz y leche fresca, y algunas tartas que hizo Mrs.
bebida, o que una mujer se echara a la calle en Trendall para vender, tartas muy buenas, como las
aquellos tiempos. Estábamos condenadamente de mi Beth. Y pan de verdad. Les pusimos buen
ocupados viviendo y disfrutando de la vida. Y precio y lo vendimos todo. Ella necesitaba el dinero.
trabajando, como Dios quiso que hombres y "Bien, señor, pues un día aparece uno de esos
mujeres trabajaran, bajo la limpia luz del sol y la grandes remolques con una mujer con tacones altos
lluvia. Sí, era un mundo libre entonces, un mundo y una gran mata de pelo ahuecado sobre la cabeza
realmente libre, y no una sociedad acosada por y una falda corta y estrecha que era un escándalo,
todas partes con ruidosos burócratas y gente que con dos chicos gruesos y mayores que Roger y un
reparte dinero a costa del público. Un hombre podía marido asustado. "De paseo por el campo", dice
pasear erguido y orgu-lloso por sus acres de tierra, ella, con esa voz dura y descarada que las mujeres
e incluso por las calles, y sentirse seguro, y eso es tienen en estos tiempos, y con esa mirada dura y
algo que uno ya no puede sentirse en estos días... ambiciosa que se gastan, los ojos además todo
seguro pintados... Y señala la leche y pregunta: "¿Es de
Suspiró. una vaquería?"
—Me da la impresión de que el mundo está ahora —Bueno. La pregunta me deja desconcertado. ¿De
lleno de llorones. Todos tienen miedo de todo, a dónde demonios se puede sacar leche más que de
pesar de sus grandes sueldos y sus coches, y las una vaca en una vaquería? Pero ésos de la ciudad...
casas hipotecadas, y las cocinas llenas de brillantes Y va Roger y le dice, suave como ]a seda: "Señora,
estupideces. Viven en perpetuo terror mortal, está pasteurizada, naturalmente." Pero ella dice,

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agitando mucho las manos: "No es eso lo que yo "Bien, señor, nosotros nos preguntamos por qué no
pregunto. ¿Es de una vaquería?" Yo me rascaba la lo hace la raza humana." ¡Pues ya lo creo que tenía
cabeza atónito, pero Roger estaba tan serio como razón!
un párroco. Entonces dice: "No, señora. La han "Bien, de una cosa me alegro. Yo viví mi vida en un
hecho en una fábrica." Y entonces ella asiente como mundo de personas reales, no falsas, con corazones
si lo supiera todo y grita: "¡Eso es lo que me figuré! de goma y cabezas de papel y bocas ruidosas, en
No podéis tomarla, chicos." vez de sentido común. Viví mi vida en un tiempo de
"Antes de que yo pudiera decir nada empieza a paz y buenos vecinos, de amor y afecto, de duro
tocar los melones y a preguntar si están limpios, y trabajo a la luz de la chimenea y las lámparas, con
Roger le contesta, tan serio como un párroco: "Pues el olor de las manzanas que se guisaban en grandes
no, señora, no tuvieron que ir al lavabo hoy." ¡Y vasijas de cobre bajo los robles, y el sonido de las
aquí fue cuando oímos por primera vez al marido campanas de la iglesia resonando sobre las colinas,
asustado! Estalló en una carcajada, cacareando y el rumor del río en verano, cantando para sí, y el
como una gallina, y su mujer se enfadó con Roger y estruendo del viento que arrastra a lo alto las nubes
todos ellos se metieron en el remolque y salieron del invierno. Viví mi vida con una buena esposa a mi
zumbando. lado, con el olor de su buen pan cociéndose en el
"¡Qué gente más estúpida! Ni siquiera saben dónde horno, oyendo sus plegarias e himnos por la
o cómo crece la comida, quizá creen que la hacen mañana y sus risas al ver a los chiquillos que
en las fábricas o sobre los rascacielos. Ni siquiera se jugaban en los campos. Viví mi vida con Dios y la
preocupan de dónde viene el agua, esa preciosa tierra, con raíces vivas en mis manos, y con el trigo
agua que mantiene sus indignos cuerpos limpios y verde en invierno, cuando las nieves se derretían, y
vivos. Creen que sale simplemente de los grifos, y los campos llenos de flores y de abejas en
no de las corrientes, ríos y lagos, ahora todo primavera. Viví mi vida con la vida y la muerte, y
polucionada con la suciedad de la gente y de las era todo tan real y auténtico como un tazón de bue
fábricas, hasta el punto de que es peligroso bebería; na leche. Y tan dulce como ella, y tan vivificadora.
no como la de mi pozo, pura como un diamante. "¿Sabe una cosa, párroco? Jesús sabía todo lo de la
"Cuando yo era pequeño, la mitad de la gente o tierra? ¿Recuerda sus historias sobre el sembrador y
más vivía en la tierra, e incluso los de la ciudad la semilla, y los lirios del campo, y las viñas y
estaban próximos a campos, bosques, ríos y lagos, olivos, y la higuera, y las colinas, y las aguas? Era
y podían salir a pasear sobre su verdor, y oler la un campesino como yo. Nos hablaba en nuestro
buena tierra. Pero ahora apenas nadie vive en la lenguaje! Nosotros le amábamos en el campo. Se
tierra, ahora todo son granjas combinadas, como necesitó una ciudad para matarle. ¿Qué saben ellos
fábricas, con tan poca vida auténtica en ellas como sobre la vida, de Él, que fue la Vida? Nada. ¿Cómo
en una lata de conservas. Granjas combinadas, iban a entenderle, a Él y a sus caminos? No podían.
como la que tienen los Campbell. Quizá sea Esas gente siempre matan la vida. Por eso son tan
eficiente. Quizá sea cierto que nosotros no condenadamente peligrosos, con esas fulanas muy
podríamos seguir alimentando al país con nuestras listas que ellos llaman mujeres modernas, y sus
granjas familiares. ¡Pero no lo creo! ¡Claro que estúpidos hijos llenos de pecado, y sus hombres
podríamos! asustados. Quizás el gobierno tenga que vigilarlos
"De todas formas, ¿qué saben las gentes de la en verdad. Cualquier granjero podría decirle que
ciudad en estos tiempos sobre el campo y la tierra? una vaca asustada es una bestia muy peligrosa,
Nada. La mayoría de ellos jamás han visto una peor que cualquier toro o que una serpiente
vaca. Una mujer de la ciudad, que nos compró algo venenosa. Porque tiene que matar, una vez está
en el puesto junto la carretera, saltó auténticamente asustada. Como le ocurre a la mayoría de la gente.
asustada cuando vio a la vieja "Betsy", nuestra Están tan asustados que casi siempre pierden la
mejor vaca, y me preguntó si estaba domesticada, y cabeza. Así que quizás el gobierno tenga que
yo le dije, siguiendo a Roger, que no, que era vigilarlos constantemente, al modo que se vigila a
antropófaga, y la muy estúpida chilló como la sirena los locos que se han escapado del manicomio.
de una fábrica y se metió en el coche como una Agitó la cabeza una y otra vez.
ardilla. ]Y lo menos pesaba ciento cincuenta kilos! —Pero no era así hace cincuenta años. Era bueno,
Se lo digo, párroco, la gente que no conoce la tierra recuerdo... Un hombre era valiente de mente y de
es peligrosa, gente mala, gente falsa, siempre cuerpo. Siempre lo era, incluso en las ciudades, a la
dispuesta a chillar, a asustarse y a correr como esos vista de la hierba y los árboles.
animales de los que se oye hablar, lo leí en el "Bien, ni siquiera la muerte era tan terrible cuando
Reader's Digest, que cada año emigran de Europa y yo era joven. Ahora le llaman irse, en su estúpida
se arrojan al mar y se ahogan. charla, en su medroso modo de hablar, porque no
"Una vez oí esta historia: un científico le pregunta a son capaces de enfrentarse con la verdad y definirla
uno de ellos por qué hacen esto, y él le contesta: con palabras valientes. Nosotros enterrábamos a

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nuestros muertos junto a sus padres y abuelos, bajo campestres. Que hagan menos, y que vivan con
los árboles, tras la iglesia, y sabíamos de corazón menos. Pero Clara, ése es su nombre, dice: "No
que no estaban perdidos para nosotros. Lo sería justo para los niños. Los niños necesitan y
sabíamos con toda seriedad. gu amor estaba junto a merecen todas las ventajas que podamos darles."
nosotros para siempre, y un día veríamos sus "Bien, pues me gustaría saber —siguió Adam Faith,
rostros de nuevo y habría un gran gozo en la Ciudad con su rostro moreno ardiendo de exasperación y
Dorada. Lo sabíamos con toda seguridad. E íbamos dolor— qué es lo que los niños necesitan, aparte del
a las tumbas con las flores que crecían en nuestros amor de sus padres y de saber hacer una buena
propios jardines, grandes rosas rojas, calientes del jornada de trabajo y sentir respeto por sí mismos y
sol, y puñados de margaritas, y heliotropo, y lirios temor de Dios. Y aprender a odiar el pecado y las
del valle, y ramas de manzano. Nos sentábamos deudas. ¿Qué necesitan con sus clubs campestres y
junto a las tumbas y hablábamos a nuestros sus colegios privados, si tienen buenos colegios con
muertos con el sol, y el Eterno Amor, sobre la clase de maestra que era Beth, que sabía meter
nosotros. Las tumbas eran nuestros hogares, lo la disciplina a los críos y enseñarles y mantenerlos
mismo que nuestras sólidas casas; ambos nos en orden? ¿Para qué necesitan los coches, y tantos?
abrigaban de la tormenta. ¡Oh, claro que ¿Qué les pasa a sus piernas? ¡Oh!, podría hablar de
llorábamos! Era una despedida, y una despedida eso horas y horas, de los chicos que tienen ahora,
que duraría toda una vida. Pero no para siempre. con aire cansado, con aire mezquino, ambicioso...
Todas las cosas nacen, florecen y dan fruto, y luego Niñas vestidas como fulanas callejeras, niños con
se mueren. Un campesino lo sabe. Es natural, pantalones largos. Viejos antes de ser jóvenes. Pero
aunque sea triste. Llorábamos. Pero nos rodeaban claro, es que no son jóvenes en absoluto ninguno de
los fuertes brazos de nuestros vecinos, y ellos ellos. Y sus madres dicen con la cabe-cita inclinada
lloraban también, y uno se sentía confortado pues a un lado y una dulce sonrisa: "Bien, los niños de
sabía con seguridad que era amado, y que los estos tiempos..." Pero ¿quién ha hecho estos
muertos eran amados también, y serían recordados tiempos? Eso es lo que me gustaría saber. ¡Fueron
siempre. los padres! Y es un negro pecado en sus almas, este
"Así ocurrió conmigo cuando Beth murió mundo feo, vacío, de piedra, sin vida, lleno de ruido
repentinamente hace diez años, apenas entre una y temor.
respiración y otra. Pero me sonrió cuando yo la cogí Se rió un poco.
y me besó, y luego se durmió como un bebé en —Ahora bien, yo recuerdo cómo era cuando yo era
brazos de su padre, en paz. Hasta que Beth murió joven. Era maravilloso. Nadar en agua fría en la
no empecé yo a mirar las cosas que me rodeaban y primavera, cuando el río era tan verde como la hier-
a ver este nuevo mundo en lo que era, y casi morí ba, corriendo alegre sobre su cauce. Ver salir el sol
yo también, enfermo de corazón y alma. como una bola de fuego en el borde de la pradera,
Inspiró profundamente y se secó los ojos con el como aquel ejército con banderas de que la Biblia
dorso de la mano. nos habla. Oír el silencio. Y ver ponerse el sol sobre
—Es curioso. Nunca vi en qué lugar terrible se había las colinas del oeste, que parecían encendidas, todo
convertido el mundo hasta que Beth murió. Ella era negro abajo, y la tierra callada y en sombras.
como un tronco de árbol que oculta la vista de un Recoger las nueces en otoño, con el aire dorado,
animal salvaje. Pero entonces lo vi. Sí, señor, rne humeante, lleno de especias junto a la casa donde
enfermó, de corazón y alma. No podría decírselo a mi padre hacía salsa de tomate. Recorrer las colinas
Al, él no me entendería. Ahora bien, Al es un buen en trineo en invierno, todo blanco y negro, y
chico, un hombre. Ahora tiene cincuenta y dos años brillante como el acero...
y es lo que llaman un hombre de éxito, y siempre Miró la cortina azul con ojos maravillados.
amó a sus padres, y aún me ama, pero no me —Sí, lo recuerdo. Era algo espléndido. Usted me
entendería. Algunos veces dice que la vida es una hace pensar en todo aquello, párroco, sólo por el
carrera de ratas, y supongo que recuerda la granja, hecho de oírme. Me hace recordar un poema que
pero realmente nunca la quiso demasiado y por eso Beth me leyó la noche antes de morirse. Ella
no intentamos sujetarle a la tierra. Parece más viejo siempre estaba leyendo poesías. No recuerdo
a los cincuenta y dos años de lo que parecía mi mucho de él, sólo el final:
padre a los ochenta, y hay en sus ojos una «¡He tenido mi mundo, como en mis tiempos!» "No
expresión más vieja que la muerte. sabía lo que significaba hasta ahora, gracias a
"Y lo mismo ocurre con su esposa, una magnífica usted, párroco. Eso significa que yo realmente viví,
mujer, con el aspecto elegante de las de la ciudad. que tuve un mundo real, y lo disfruté y lo amé, en
Me dicen que se sienten atrapados. Bien, ¿por qué todos sus minutos, en todos sus olores y sonidos,
no se salen de la cárcel? Que dejen su segunda casa incluso en el dolor y la sequía, y el duro trabajo y
en la costa, y los tres coches que tienen, y la gran las penalidades. "He tenido mi mundo, como en mis
casa de la ciudad, y la criada, y sus clubs tiempos." Lo tuve, y un mundo maravilloso, lleno de

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paz, trabajo y satisfacciones. El mundo no me debe fue y siempre lo será. Yo seguiré adelante con la
nada. Me lo dio todo. Dios me lo dio todo, un cuerpo ayuda de Dios. Recuerdo lo que decía en la placa de
fuerte, mármol de la otra habitación: "Todo lo puedo en
el amor, unos extraordinarios vecinos, una Aquel que me conforta." Adam Faith se puso en pie,
maravillosa y buena esposa y un hijo magnífico... medio sonriendo, medio llorando, e inclinó la
aunque a Al no le guste la tierra es un chico cabeza:
magnífico, Dios le bendiga. —Sí, es cierto. Hallaré un camino. Conservaré la
"Quizá Beth sabía que se iba a morir, quizá tuvo una tierra para el día de la abominación, de la
premonición. Intentaba decirme que también ella desolación, como dijo el profeta hace mucho
había tenido su mundo en su vida, y que estaba tiempo.
completo, y que nada le debía, ni ella a él. Estaba "En estos tiempos un hombre ha de tener un
terminado, como una labor cuidadosa, auténtico refugio al que dirigirse, al que correr, y no
pacientemente tejida, pacientemente seguida, rojo, será en una ciudad, ni en unas viviendas del
amarillo, verde, blanco y azul, algunas flores, desarrollo, ni en un gran edificio de cristal del
algunas sombras, dibujos que no podrían explicarse, gobierno. Será en las granjas en el campo, bajo los
algo de primavera, verano, otoño e invierno... toda árboles. Tiene que ser en un lugar honrado ante
una vida, reunida y siempre útil, nueva o vieja. Y Dios, donde los hombres Puedan aprender a vivir de
cada trozo de aquella labor tenía una historia que nuevo como Dios y la naturaleza quisieron que
contar, y un lugar que recordar, alegre o doloroso. vivieran, y no como esos vegetales sintéticos que
"¡Le digo, párroco, que me hace sentirme cultivan en laboratorios y en agua artificialmente
avergonzado! Venir aquí a usted, quejándome de fertilizada. Cuando ese día llegue, no será una
cosas perdidas, sin saber qué hacer. ¡Vaya, si tuve retirada. Será un regreso. A donde el hombre debe
una vida maravillosa, una vida libre! ¿Qué es la vida vivir.
de hoy comparada con la que yo tuve? Nada más Recogió su sombrero del suelo, junto al gran sillón
que polvo y cenizas, como dice el Buen Libro. Le de mármol, y alzó vacilante la mano, sonriendo
digo que me siento avergonzado. Quejándome del hacia la cortina azul.
duro trabajo que hice, como si el hombre no —Ojalá, párroco, pudiese hacer algo especial por
estuviera hecho para el trabajo duro, con los usted, que ha sido tan paciente y me ha escuchado
músculos en los lugares adecuados, y los huesos tanto rato, y me ha mostrado exactamente lo que
también, y los hombros firmes y fuertes. Debería tengo que hacer, y me ha hecho recordar todas las
pegarme, sí, señor. cosas maravillosas que había olvidado. Pero
"Pero ¿sabe qué voy a hacer? —se inclinó hacia la supongo que usted tiene todo lo que quiere. Lo que
silenciosa cortina ansiosamente—. Voy a conservar yo pudiera darle, no sería nada. Pero usted me ha
mi granja, donde mi abuelo vivió y murió, y mi devuelto mi mundo real, y el sol y los campos de
padre tras él, y luego Beth. Eso es lo que voy a nuevo y toda la esperanza que siempre tuve.
hacer, así venga el infierno o la inundación. De Párroco, todo lo que puedo decir es: Dios le
algún modo saldré adelante. Contrataré un obrero. bendiga.
Últimamente no he tenido demasiadas ganas de No tocó el botón que le hubiera revelado al hombre
trabajar duro, y eso es por la edad. Mi abuelo vivió que escuchaba, pues no había leído la inscripción
hasta los noventa y seis, y todos los días en el sobre él, ya que no se había acercado a la cortina.
campo hasta la hora de su muerte. Sólo fue que me Tímidamente inclinó la cabeza en despedida, luego
desanimé y empecé a pensar que se enderezó, tan erguido como un joven, y dejó la
Al tenía razón, y que yo debería vender e irme a habitación.
vivir con él y su familia. ALMA NOVENA
"Pero haré algo más que eso por su familia. EL HOMBRE MÁS RICO DE LA CIUDAD
Conservaré la granja para mi nieto Roger. Él sí la «Tú dices: Soy rico, me he enriquecido.
ama. Él es un campesino de corazón, lo mismo que y de nada tengo necesidad;
yo. Y mi granja será un refugio para él, cuando el y no sabes que eres un desdichado,
mundo se ennegrezca con la muerte y el terror, y yo un miserable, un indigente, un ciego y un desnudo.*
sé, tan seguro como que Dios existe, que eso es lo Apocalipsis 3, 17.
que va a suceder, y quizá más pronto de lo que la ALMA NOVENA
mayoría pensamos. Será un lugar seguro al que ir a Era ridículo, por supuesto, el que él estuviera allí.
ocultarse, a refugiarse de la tormenta. No importa No podía comprender qué le había traído a este
lo que el hombre haga, la tierra permanece. Puede absurdo... ¿cómo lo llamada el proletariado?...
ser quemada y destrozada... pero vive, y luego es santuario. Ése era el nombre que se hiciera tan
verde de nuevo, y llena de vida. popular en estos últimos años: santuario. El hombre
"Nadie va a tener mi granja más que yo y los de mi tenía ya bastantes santuarios a lo largo de toda su
sangre. Es todo el mundo para nosotros. Siempre lo vida, agradables, cómodos y, al final, la tumba.

69
Primero una cuna encantadora y blanda; y la América. Mientras aguardaba entre hombres y
transición de la cuna a la cómoda tumba, sobre un mujeres desconocidos y silenciosos en la serena y
colchón de muelles, cortesía de los enterradores de callada sala de espera, John Service se preguntaba
lujo, apenas era perceptible; no había apenas acerca de Rusia, donde todo era aún
diferencia. De la nada a la nada, con la intensa comparativamente duro y del color del acero. Pero
fiebre de la vida en medio, si es que la vida en estos Rusia contemplaba con envidia el sueño perfumado
tiempos tenía algo de fiebre intensa en alguna y rosa de América y luchaba por conseguirlo para su
ocasión, o la había tenido alguna vez, aparte raros propio pueblo. Otros países europeos lo habían
ejemplos en las historias o en las novelas. Del conseguido ya. ¿Qué había leído él recientemente?
sueño al sueño, sin más que unas ilusiones Que el índice de suicidas crecía rápidamente en las
agradables y algunas actividades en medio, pero naciones "felices". En Escandinavia era la que daba
nada que turbara a un hombre bien educado, cuyos mayor número de muertos al año, aparte del
padres y abuelos habían tenido la amabilidad de alcoholismo... exactamente lo mismo que en
ganar una fortuna para él. América, si todo se supiera en realidad. Porque
Aun cuando uno fuera comparativamente pobre, había muchos modos distintos de cortarse el cuello,
especialmente en esta época de opulencia, lo grato incluso contrayendo a propósito una fatal enfer-
de la vida difería sólo en grados. Uno lo tenía todo medad: O al menos eso decían los psiquiatras.
asegurado, de todo se cuidaban por él, y todo era Había venido a este lugar ridículo sin ninguna razón
gozo y alegría... excepto la muerte, desde luego; en particular que pudiera recordar ahora. Pero era
pero, después de todo, no resultaba tan poco otoño, una estación de tonos ocres, dorados,
deseable, ya que sólo era otro cómodo sueño más. amarillos, y había un alegre fuego de troncos en la
Lo bastante para que un hombre deseara matarse. biblioteca en casa, y una mesa con el té, y una
El, John Service, había estado pensando seriamente hermosa y serena esposa presidiendo la reunión, y
en ello durante seis meses. ¿O más tiempo? No algunos parientes que murmuraban amablemente
podía recordarlo. Estaba aburrido, mortalmente entre alegres risas o masculinos gruñidos. Una típica
aburrido de tantas cosas gratas, de la comodidad, la tarde de domingo en otoño, con la suave luz
risa, la riqueza, los cocktails, las oficinas, los hijos amarilla filtrándose por los altos ventanales, y
bien establecidos ya, los nietos gorditos y largos rayos de sol poniente sobre los muros y el
sonrosados, la casa de verano, los inviernos en viejo tejado de pizarra de la casa donde él había
Florida o en el Caribe, o en algún lugar lejano y nacido. Una especie de felicidad que lo bañaba todo.
exótico de México o de América Central, o París, o Una especie de paz que parecía llenar las grandes
Londres, o Madrid, o Mallorca. El mundo era habitaciones de la graciosa casa, y se reflejaba en la
realmente pequeño. Al final ya no quedaban lugares planta antigua, con miles de diminutas rascaduras
que visitar y explorar. Además, el mundo entero se debidas al uso. Fuego de troncos, el olor del té y el
había hecho americanizado y estéril, y sanitario, y brandy y las pastas, el discreto perfume de las
envuelto en celofán, con excelentes cuartos de damas, suave música clásica en el aparato de alta
baño, rápidos jet, comidas de gourmet y amables fidelidad. caras y elegantes de las damas. Y
azafatas. Dulce y encantador. Mientras esperaba en murmullos: "Parece imposible que Sally se ponga de
la serena habitación, John Service tarareaba aquella largo este año. ¡Pero si es una niña, querida!" Risas
antigua y popular canción de su juventud. Pero afectuosas. "¿Mas té, querido? Toma uno de estos
ahora no resonaba alegremente en su cerebro, sino napoleones. Son excelentes en verdad. ¿Más soda,
con una especie de horror y terror, burlona, como Bob? John, ¿qué haces ahí sentado, tanto rato
un estribillo demoníaco, un estribillo del mismo pozo callado? ¿Te ocurre algo, querido?"
negro del infierno. Dulce y encantador. Epitafio Él mismo se había quedado más atónito y
excelente para el mundo... y especialmente para desconcertado que los otros, más horrorizado e
una vida humana. incluso aterrorizado, al escuchar su propia voz que
La cuestión es que no podía poner exactamente el decía seca y dura: "Sólo me estoy preocupando por
dedo en la llaga, en el problema. Con seguridad que qué demonios vivimos, cualquiera de nosotros,
este siglo era, a despecho de las guerras y de las todos nosotros, y en cualquier lugar."
voces que tronaban en las Naciones Unidas y de las Y entonces, en parte porque se sentía avergonzado
pequeñas escaramuzas aisladas, el sueño de los de sí mismo, y en parte porque pensaba en la
hombres muertos mucho ha, que habían luchado muerte con un terrible y desesperado deseo, se
por la existencia y dominado el salvaje y terrible había puesto en pie y había abandonado aquella
ambiente, y navegado por oscuros mares. Ellos agradable tranquilidad, aquel fuego de troncos, y la
habían soñado con todo esto tan... dulce y plata y el brandy y la porcelana, y había huido
encantador. Este paraíso. Una cuna que era una literalmente de la habitación y de la casa... huido
tumba en realidad, y una tumba que era una cuna, como si le persiguiera una horrible amenaza. Sus
perfumada y de color de rosa. Especialmente en pisadas habían resonado en el espacio de grava

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donde giraban los coches y en los senderos neoclásico. Las gotas de agua que brillaban como
bordeados de césped muy cuidado y verde y llenos diamantes saltaban hasta la cima de su cabeza, de
de macizos de flores en los que estallaba la salvia, a modo que la estatua parecía siempre rodeada de
la sombra de los árboles con todos los colores del una neblina luminosa. John Service había llevado allí
otoño. No había pensado siquiera en uno de sus en ocasiones a algunos amigos que visitaban la
espléndidos coches. Simplemente había corrido ciudad para que pudieran contemplar maravillados
como un muchachito que huye, él, un hombre de aquel trozo de tierra como un parque, aquella
más de cincuenta años. Había corrido hasta llegar a alfombra verde en medio de los edificios
la carretera, más allá de la casa, después de abrir comerciales y de apartamentos, rechazando el
de un empellón las verjas de hierro. Y allí, sudando progreso con las ramas de sus frondosos árboles y
como si acabara de escapar de la muerte, se había la frágil y brillante arrogancia de sus flores. Había
quedado en pie respirando agitadamente, la cabeza mostrado el santuario a sus visitantes, y éstos
desnuda bajo el sol aún cálido, y repitiéndose una y habían reído ante su humorístico relato del origen
otra vez: "¡Dios, Dios, Dios!" Un autobús —él nunca del mismo. Y él se había reído también. En una
tomaba autobuses— había pasado ante él, jadeante ocasión había formado parte de un comité que
y resoplando, y él se había lanzado al interior, tomara una resolución al efecto de que era absurdo
dejándose caer en un asiento, su respiración todavía dejar que un lugar tan encantador permaneciera en
agitada. Tenía las manos y la frente húmedas. manos de un grupo particular. "Podríamos —decía la
Había recorrido un largo camino. El crepúsculo resolución— establecer un pequeño zoo en beneficio
cubría ya la tierra para cuando él alzó al fin la de los niños, o dejarlo como un lugar al que ir de
cabeza y miró por una empañada ventanilla. El merienda o construir un music-hall en él, o
autobús se había detenido en uno de los paseos que asignarlo a las actividades de la comunidad. Incluso
llevaban a aquel absurdo santuario, y varias una escuela." "¡Naturalmente, una escuela!",
personas bajaban ya, jóvenes y viejos, hombres y gritaron unos miembros de la P.T.A., que formaban
mujeres, y, en un impulso—jamás supo parte del comité y que nunca se hubieran quedado
exactamente por qué, excepto qUe había satisfechos ni aun disponiendo de aulas de sólo
despertado cierto interés en el autobús y ahora le cinco estudiantes cada una en todos los colegios de
pareció de pronto que todos le miraban hasta la ciudad. Precisa-mente estos miembros del P.T.A.,
hacerle sentir avergonzado— dejó el vehículo y el recuerdo de los elevados impuestos de
también y siguió el tupido grupito por el sendero de enseñanza, eran los que habían inducido a John
grava hasta la brillante blancura del edificio, sobre Service, con gran sorpresa de todos, a votar en
la baja colina contra de la resolución.
El grupo abrió las puertas de bronce... puertas Pero siempre se había sentido consciente del hecho
realmente hermosas. Quedó sorprendido ante su de que el santuario era algo que le avergonzaba a él
arte y valor, y su evidente antigüedad. Las puertas personalmente y a sus amigos. Era realmente
se cerraron tras el grupo sin sonido, y él quedó solo ofensivo. La gente acudía de todo el país a visitar el
en el amplio escalón de mármol, mirando las santuario, incluso de países extranjeros. En una
puertas, italianas. Probablemente de alguna iglesia ocasión se rumoreó que un grupo de indios de las
muy antigua Pulidas por manos expertas, brillaban Naciones Unidas habían ido allí, exóticos y con sus
como oro a la última luz del día. Aquí y allá, en los joyas. John Service siempre se hallaba
muchos senderos serpenteantes que llevaban al disculpándose ante los visitantes: "Es algo
santuario, brillaban suaves lámparas de gas, o sensiblero, naturalmente. Sin gustó, por supuesto.
electricidad, constante y fjr. me. ¡Qué afectación! Y, Fue un viejo, hace años... ¡qué tontería más
en realidad, ¿cómo había llegado él allí, y por ,qué? sentimental! Cediendo al gusto popular... En
Dio la espalda a las puertas y observó los inmensos realidad resulta muy mortificante. No deben juzgar
y silenciosos recuadros de césped en torno al nuestra gran ciudad en expansión, y nuestras
magnífico edificio bajo que carecía de ventanas, con opiniones realistas y modernas, por este
un tejado plano y cuyos muros parecían suaves anacronismo, este absurdo. No, por desgracia no
como la seda y tan blancos como la leche. A podemos hacer nada al respecto. Lo dirige un grupo
menudo había pasado en coche ante aquella área, privado, con las rentas de un capital enorme. Ni
cuatro acres de parque llenos de capullos y árboles siquiera conocemos sus nom-bres. Sí, he intentado
en flor y pequeñas grutas. Hacía unos cuantos años descubrirlos... pero nadie quiere hablar."
habían colocado allí una fuente de mármol, con una Nunca había llegado hasta sus puertas hasta esta
estatua en su centro, castamente desnuda, la tarde. ¿Qué pensaría la gente si se viera en aquel
cabeza echada atrás y alzada al cielo, una expresión lugar al prominente John Service, aunque fuera sólo
de gozo en el rostro noble y joven, y los brazos de exploración? Podía imaginar la risa de sus
extendidos hacia atrás, como disponiéndose a volar. amigos, el afectuoso ridículo. Empezó a silbar
Pagano, sí, pero un magnífico ejemplo del arte suavemente de pie en el blanco escalón de mármol,

71
observando los terrenos, las manos en los bolsillos Aquella sólida negrura de piedra que era ahora su
de su traje de Saville Row, los hombros echados mente no se alteró.
atrás, el rostro sin expresión, sus ojos azules muy Con gran sorpresa por su parte se halló tomando
serenos pero tan sabios y francos como en su asiento en una de las sillas, una silla tapizada de
juventud; el pelo, ligeramente gris, removiéndose terciopelo azul y muy cómoda. Luego su rostro
ligeramente a la brisa de la tarde. enrojeció ardientemente. En pocos segundos
Luego se sintió consciente de algo terrible. Su aquellas gentes reconocerían a John Service, líder
mente no le decía nada en absoluto; aquella mente de la ciudad, perito en arte, consejero de alcaldes y
activa y alerta que era su orgullo, que siempre gobernadores, elegante figura en los medios
estaba discurriendo algo, y vigorosamente. Sentía políticos, hombre familiarizado con presidentes, el
tan vacío el cerebro como si todo su contenido Hombre-Más-Rico-De-La-Ciudad, abogado,
hubiera sido exprimido. Y en lugar de emoción y presidente de la cámara de directores de varios
conjeturas, sólo un .silencio oscuro y terrible, vacío; bancos, el hombre cuyo rostro estaba
la nada. Algo demasiado impresionante, demasiado constantemente en los periódicos. Entonces le
silencioso para ser pura desesperación. mirarían como lechuzas y murmurarían algo entre
Intentó pensar en ello, meditar, preguntarse sobre ellos y le señalarían furtivamente. Empezó a
ello. Pero todo pensamiento era como una hoja de levantarse, latiéndole en las sienes su sangre
hierba aplastaba bajo un tacón, desmenuzada al mortificada.
instante. Luchó mentalmente. Pero era la lucha de Pero nadie le miraba. Nadie se sentía siquiera
hombre paralizado. Sólo un pensamiento acudía y consciente de su presencia. Estaban inmersos en su
permanecía en él, como un rayo fulgurante en la propio dolor.
negral oscuridad: la muerte. Todo sonido le había "Puede ser interesante", se dijo. Podría ser
abandona-S do. No escuchaba el suave murmullo de realmente interesante, de una vez por todas, saber
los árboles,| ni la música en la fuente. No oía el qué diablos ocurría tras la puerta de aquella otra
estrépito de la gran ciudad más allá de aquel césped habita-ción. Si lo descubría, se aseguró
silencioso, y de la suave luz de las lámparas. Era desesperadamente, estaría en situación de poner fin
como si estuviera et el vacío. Estaba solo. a esa mancha en la ciudad. De una vez por todas.
Sin saber cómo puso la mano en la manilla de Llamaría a todos los periódicos y haría venir a las
bronce de la puerta; sin saber cómo la abrió y miro cámaras de televisión, y de modo oficial y juicioso
en el interior. "Una habitación bastante agradable — explicaría por qué ayudaba a librar a la ciudad de
pensó vagamente—, bien amueblada." Libros y algo que era una vergüenza constante para sus
vistas sobre las mesas de cristal. Y unas seis habitantes y un insulto a la inteligencia de la
personas esperando. "¿Esperando qué?" Sí, recordó. comunidad. ¡Vaya, sólo hacía unos meses .el mismo
Entraban en la habitación de más allá, le había Presidente se había burlado de él a propósito del
dicho alguien riendo, y un psiquiatra, o un clérigo, o santuario! Iba a presentarse para ser reelegido el
un asistente social, aguardaba allí tras alguna año siguiente, y había dicho a John Service: "He
cortina teatral, o quizás un biombo, y aquel oído que tienen un establecimiento, o santuario, en
desgraciado escuchaba las quejas de los su ciudad, John, donde hay alguien que adivina el
analfabetos, los problemas de personas de baja porvenir. ¡Estoy pensando en ir allí personalmente
estofa, de amas de casa sin importancia, para que me
trabajadores y adolescentes, y luego daba algún lean la mano!" Debía acordarse de citar al
consejo adecuado a la personalidad infantiloide que Presidente. Pero no citaría al arzobispo, que le había
se acercaba a él. Humillante. Vergonzoso. dicho algo groseramente: "¿Por qué diablos no se
Realmente nada sofisticado. Se preguntaba por qué mete en sus propios asuntos, Jack, o visita el lugar
los padres de la ciudad y el clero no habían hecho personalmente?" A John nunca le habían gustado los
nada al respecto hacía tiempo, no habían puesto fin clérigos. Ahora aún le gustaban menos.
a una situación tan medieval. Aquella maldita piedra negra bajo el cráneo que
Los que esperaban ni siquiera alzaron los ojos hacia había reemplazado a su cerebro... Sonó una
él mientras seguía en el umbral sosteniendo aún la campana y una mujer gruesa se levantó, recogiendo
puerta abierta. Había oído decir que, una vez se su labor de punto, y fue a la puerta del fondo. Entró
cerraba, ya no podía abrirse desde el interior. Allí y cerró tras ella. Una vieja estúpida y gorda. Sin
estaban sentados los bobalicones ridículos, los duda iba a pedir consejo para reducir aquella masa
supersticiosos campesinos, hundidos en sus grasienta. El psiquiatra de allí dentro le diría
pequeños y obscenos problemitas que iban a lanzar probablemente que dejara de comer. ¡Gente
a los oídos del pobre sentimental que los detestable, la clase trabajadora! Ahora bien, él,
aguardaba. Miró sus ropas, sus zapatos, sus caras. John Service, era liberal naturalmente: pero en
Deseó reírse ante lo barato y lo cómico que era algún lado había que marcar un límite. "Marcar un
todo. Probó a burlarse. Pero nada se le ocurría. límite, marcar un límite, marcar un límite", dijo el

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demonio repentinamente despierto en su cerebro, saliera de algún lugar secreto de sí mismo, algún
que inmediatamente empezó a cantar de nuevo lugar desesperado y horrible. Escuchó el duro eco y
Dulce y Encantador. Tap, tap, tap... un rumor de se cubrió la boca con las manos. Pero, tras los
pies bien calzados que parecían bailar al son de la dedos, la boca seguía abierta y convulsa.
música en su mente. "¡Dulce y Encantador!", Finalmente, tras una horrible lucha, pudo dejar de
chillaba aquella voz demoníaca entre risas reír. En nombre de Dios, ¿qué pensaría de él el
escalofriantes. John Service se llevó las manos a las hombre que escuchara tras aquella cortina teatral al
sienes y apretó. Estaba seguro de que aquella risa oír un ruido tan perverso? Un ruido tan indecente. Y
estrepitosa golpeaba sus dedos. "Estoy perdiendo la ¿de dónde surgía? Él jamás se había dejado ir así, ni
cabeza", pensó. "Debo ir a alguna parte. Pero siquiera en la infancia.
¿dónde? La muerte." "Dulce y encantador", chilló la Dio media vuelta, vencido por la vergüenza, e
voz infernal en la cámara de su cráneo. Luego se intentó abrir la puerta por la que había entrado.
redujo a un dulce murmullo. Todo siempre tan Pero no había manilla. Sintió el impulso de chillar
agradable, tan pacífico, tan regulado, sereno y como un niño y golpear la puerta. Sólo se lo impidió
satisfactorio... es agradable, ¿verdad? Así es como el entrenamiento de toda su vida. Dejó caer el
debe ser la vida, ¿no? puño, ya cerrado. Al menos no se oía nada en la
Alguien le dio con el codo. Fue un codazo muy habitación, ni un murmullo de consternación, de
suave, pero a John Service le pareció un golpe y se piedad mortificante. Nada se oía tras la cortina. El
echó atrás en la silla. Una jovencita de rostro hombre que escuchaba esperaba simplemente. Pero
compa-sivo trató de sonreírle. al menos debía conocer a su cliente, saber si era
—Le toca a usted —susurró con aire de sorpresa varón o hembra, y su edad aproximada. Debía
en sus ojos cansados ante aquella extravagante haber un espejo por el que no se viera desde este
retirada- lado, o un agujerito para curiosear. John se pasó
Perdone —contestó él con automática cortesía. automáticamente los dedos por el pelo y se
No se movió. Tras un instante de vacilación ella enderezó. "¡Dios mío!", pensó, "¡me reconocerá a
señaló la puerta del fondo. mí! Naturalmente, la ética le impedirá comentarlo.
—Es ahí —dijo. Pero ¡quién es él? ¿Alguien que yo conozco
Él miró la puerta. personalmente? Si es así, entonces veré la burla en
—¿Yo? —preguntó. muchos rostros en la ciudad".
—Sí —dijo la muchacha aún más sorprendida que —Me gustaría —dijo con dignidad— hallar el modo
antes. de salir de esta habitación. Yo vine a hacer una
Sólo con el fin de escapar a su inminente investigación personal, en beneficio de la
reconocimiento. John Service se puso en pie y se comunidad. Ya sabe que este lugar es un escándalo
dirigió a la puerta pasando ante otros que habían para las gentes de bien. Me sorprende que un
venido y en-trado después de él, sin él percibirlo. hombre de su categoría tenga que ser cómplice de
Abrió la puerta de modo vacilante, en parte porque esta farsa. ¡Oh!, ¿esa puerta al fondo? Muchísimas
sus piernas temblaban violentamente. Se detuvo en gracias. Buenas noches. Ya he visto todo lo que
el umbral. No sabía qué debía esperar, pues nadie quería ver y, créame, es suficiente.
se lo había explicado jamás. Quizás una mesa Se dirigió a la puerta junto a la cortina y la abrió.
alargada, sobre un suelo alfombrado, y una Una oleada del fresco aire del anochecer, perfumado
tumbona esperando al cliente. Quizás un hombre de con aromas de bosque, llegó hasta él, aire pacífico,
negocios tras la mesa, con un rostro amable y otoñal. Inspiró hasta que la brisa llenó sus
sonrisa forzada; quizás un psiquiatra. Pero no había pulmones. Luego pensó en su casa, y en el té, y en
nadie allí, ni siquiera el visitante anterior. Altos la estúpida negrura actual de su mente, y de nuevo
muros de mármol blanco, suave y misteriosamente oyó en insidioso susurro: "Muerte". ¡Dulce y
iluminados. Un sillón blanco con almohadones de Encantador!
terciopelo azul. Y una alcoba totalmente oculta por La puerta se deslizó de su mano. Dio la vuelta. Sus
una cortina, también de terciopelo azul. Pensó, sin ojos desconcertados cayeron sobre el gran sillón de
saber por qué, en la placa de mármol de la otra mármol frente a la cortina. Lentamente, paso a
habitación con su inscripción tan clara: Todo lo paso, se acercó a él. El cansancio le dominó y se
puedo en Aquel que me conforta. sentó.
De modo que era eso. Un clérigo con conocimientos —Probablemente le conozco —dijo mirando la
psiquiátricos. Deseó soltar una carcajada. Se apoyó cortina—. Puedo confiar en su discreción, ¿verdad?
contra la puerta que había cerrado tras él y su risa Después de todo, si alguien supiera... ¡Le aseguro
estalló terrible, ronca, horrorosa incluso para sí que no esperaría a oír el final! Mary, mi esposa, ha
mismo. Pero era incapaz de sofocarla. Surgía de él intentado durante años librarse de este lugar y de
como algo envenenado, como un vómito. Como un usted. Humillante. Puedo confiar en usted, ¿verdad?
vómito acre, ardiente, lastimoso, horrible, que

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Esperó. Luego se sobresaltó. ¿Había oído realmente mejores amigos que un hombre puede tener, gente
una profunda voz, masculina, que decía: "Si no que he conocido toda mi vida. Viajes después de la
puedes confiar en mí, entonces no puedes confiar graduación. Todo el dinero que quise. Salud.
en nadie"? ¡Qué locura! En verdad no había oído Siempre escapé a la guerra. Porque era un niño en
nada. Pero la voz despertaba ecos en los sombríos la primera... y por influencias en la segunda. Sí,
corredores de su mente. influencias. Yo era un hombre de los de un dólar al
Como era cortés por naturaleza, John dijo: año en Washington. Consecución del acero. Una
—Gracias. Naturalmente usted, como psiquiatra o casa maravillosa en Georgetown. Para mí fue una
clérigo, está ligado por la ética de su profesión. En guerra espléndida, nunca disfruté tanto en la vida,
realidad a mí me encantan los psiquiatras. He con tanta excitación en Washington, y el uniforme
pensado en consultar uno últimamente... —se sintió que llevaba, y los bailes. Y mi boda. Asistió el
de nuevo humillado por haber revelado algo que Presidente. Él y yo teníamos mucho en común,
sólo había pensado en lo profundo de su mente, y ¿sabe? Nuestras familias se conocían de siempre.
de lo que luego se había reído. ¡John Service Con frecuencia habíamos charlado íntimamente.
visitando a un psiquiatra! Era algo de risa. ¡Él, tan "Y luego mis hijos. John Júnior, vicepresidente del
bien adaptado, tan sereno y tranquilo; él, líder de la partido más importante de aquí. Prissy, nuestra
ciudad, que no había conocido un momento de hija. Ha hecho un maravilloso matrimonio, incluso
inquietud en toda su vida rica y ordenada'. mejor que el de Johnnie. Y Sidney. Consiguió todos
La cortina no se movió. Pero inmediatamente John los honores en su clase de Yale, y se casó con una
se sintió consciente de una presencia, de alguien chica estupenda. Tengo siete nietos, como sabe.
que le escuchaba cortésmente, con amabilidad, con Cada uno más perfecto que el anterior. Nadie pensó
fría jamás en el dinero; siempre estuvo allí. Yo heredé
impersonalidad, pero a la vez con preocupado diez millones de dólares, ya recuerda. Mary heredó
afecto. ¡Ah, entonces era alguien que conocía! O todavía más de sus padres y abuelos. Todo el
alguien, al menos, que le conocía a él. mundo ha querido siempre que me presentara a
No era confiado por naturaleza, aunque todo el gobernador o senador. Pero es demasiado jaleo,
mundo pensaba de él como alguien totalmente ¿sabe? He estado demasiado ocupado disfrutando
sincero y noble. Siempre hablaba francamente, sin de la vida y de mi magnífica familia. Y Mary, usted
temer nada, pues no había habido nada en su vida la recordará, es adorable. Nadie puede superarla.
que le hubiera aterrado o herido, nadie que le Jamás nos hemos dicho una palabra más alta que
hubiera juzgado o criticado. Su vida había sido otra en estos veintinueve años de matrimonio,
como... un río de crema. excepto aquella vez que dirigí tan mal el yate en el
—No sé por qué —dijo—, pero deseo morir. camino a Florida... ¿recuerda nuestra casa, en Palm
Últimamente no he pensado en otra cosa. El Beach? Justo al lado de la de los Kennedy. Nunca
suicidio. Probablemente es el climaterio masculino tuve muy buena opinión de ellos. Después de todo,
—se rió suavemente—, hormonas, o algo así. Le sólo es dinero de dos generaciones. El nuestro se
aseguro que iría al doctor, si no fuera porque me remonta a siete generaciones, o incluso más. Y hay
siento vergonzosamente sano. A propósito, el doctor algo en el dinero heredado. Le da categoría a uno.
me conoce de toda la vida. Precisamente la semana Gracias a Dios, lo heredé y no tengo que intentar
pasada me felicitó por tener una "vida de ensueño". ganarlo ahora, con los impuestos. Los impuestos
Se detuvo. De pronto gritó: impiden que los recién llegados se eleven hasta
—¡Una vida de ensueño! ¡Una pesadilla! ¡La peor nuestro rango. Así es como fue planeado, ya sabe.
pesadilla que un hombre puede conocer! Hemos de tener alguna vez una aristocracia de
Escuchó sus propias palabras. Luego se dijo a sí familia y dinero. Ya no estamos en la frontera.
mismo: "¿Qué demonios estoy diciendo? En nombre Miró con sonrisa de confianza a la cortina. Ni un
de Dios, ¿qué dije?" Tartamudeaba. pliegue se movió. Resultaba un poco
—Soy un idiota. No tenía intención de decir eso desconcertante.
ahora. Nadie ha tenido jamás una vida más feliz que —Quizá debería haberme presentado al cargo —
la mía. Debe perdonarme. Ya sabe quién soy. balbució—. Necesitamos patricios en Washington, no
Probablemente se está preguntando qué es lo que plebeyos como los que hemos tenido, a excepción
quise decir. Y yo también. Fue mi subconsciente. de Roosevelt. ¿Qué cree usted?
Como usted me conoce, se dará plena cuenta de No hubo respuesta. Pero tenía la aguda impresión
que nada me ha afectado jamás en la vida. Todo me de que alguien le escuchaba.
fue dado desde el mismo momento en que nací. —Si hubo alguna vez un hombre con todas las
Unos padres amorosos, devotos. Soy hijo único, ventajas, y soy el primero en admitirlo, ése soy yo
como sabe. Los mejores colegios. Las mejores —siguió John—. Nunca he conocido un día de enfer-
amistades. La universidad Ivy Lea-gue. La chica con medad o dolor. Ni Mary. Ni mis hijos, ni los suyos.
quien todos querían casarse, Mary Sherpherd. Los La salud es nuestra gran bendición, después del

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dinero. No soy uno de esos que maldicen el dinero. ser en el desierto por la noche. El mismo
Es el gran poder del mundo. Yo lo tengo. Tengo de pensamiento de una nada sin límites atemorizó
todo. curiosamente a John Service y le hizo contraerse
El gusto acre del vómito le subió de nuevo a la interiormente, como ante la amenaza de un antiguo
garganta y otra vez se llevó las manos a la boca. dolor demasiado bien recordado. La noche sin
Luego las dejó caer y gritó de nuevo: límites, sin fin en ninguna parte, por muy lejos que
—¡No tengo nada en absoluto! ¡No tengo nada, más uno fuera. Ahora el terror dominó su garganta.
que la felicidad! ¡Y eso no es nada! ¡Quiero Tragó saliva y agitó la cabeza.
matarme! ¡No quiero volver a aquella casa donde Y habló en voz baja:
nací! ¡Prefiero estar muerto! —No sé qué diablos me pasa. Le confesaré algo.
Una ráfaga de frescor pareció proyectarse hacia él Nunca fui lo que la gente llama un intelectual,
desde detrás de la cortina, pero estaba también aunque todo el mundo cree que lo soy. Pertenezco a
mezclada con tristeza. John se cubrió el rostro con una docena de comités culturales en esta ciudad. Se
las manos balanceándose adelante y atrás en la silla supone que soy un experto en arte moderno. Soy
como si estuviera dominado por una tremenda responsable del Museo de Historia, o al menos de su
agonía física. expansión. Ahora precisamente estoy en tratos para
—Nada más que la felicidad —gimió—. Nada más traer aquí los Mármoles Elgin,1 para una exhibición.
que la felicidad. Es una idea ambiciosa, pero no más que la idea de
De pronto se quedó rígido. ¿Había oído realmente llevar la La Piedad de Miguel Ángel a Nueva York.
que una voz decía: "No. Ni siquiera eso"? Dejó caer Todo el mundo me consulta cuando tiene alguna
las manos. Su rostro pálido, blanco bajo el bron- idea genial para mejorar el clima cultural en la
ceado, enrojeció: - ciudad. Una idea cara. Pueden confiar en mí para un
—No sea ridículo —dijo—. Soy el hombre más feliz buen cheque. Y ahí es donde entra mi "intelecto".
del mundo. Esto es sólo cuestión de nervios, nervios "Oh, no es que yo hiciera trampas en Harvard, pero
de cierta edad. Tengo cincuenta y seis años. Ya veo siempre supe que me habían aceptado por el
los sesenta muy cerca. Sesenta, luego setenta, nombre familiar, y por el hecho de que mi bisabuelo
luego ochenta... No. No puedo vivir siempre, eso es fuera un alumno con honores, y mi abuelo y mi
lo más terrible. No puedo vivir siempre y por eso padre estuvieron en el Consejo. Yo lo había pasado
quiero morir ahora —se detuvo—. ¿No es ésta la muy bien en mi escuela preparatoria, nadie
paradoja más estúpida que haya oído jamás? Pero esperaba que fuera más inteligente de lo que era, y
tengo miedo de envejecer, de dejar este mundo, y Dios sabe, mirando hacia atrás, que bien sé que mi
por eso quiero dejarlo con todo mi corazón ahora. inteligencia era sólo la normal. Pero todo se me hizo
No hubo respuesta. John murmuró: —No quiero ser fácil y delicioso en la vida. El dinero, ¿sabe?
viejo y senil y perder toda mi felicidad. Es mejor Además, se me consideraba guapo, incluso de
morir ahora y acabar con ello, en vez de aguardar muchacho, y era un atleta, y uno de los mejores. Y
todos esos años grises. Sin embargo, mi abuelo siempre sabía llevarme bien con la gente. Conozco
vivió hasta los noventa y cinco, y disfrutó todos los el arte de triunfar en sociedad. Lo heredé de mi
momentos de su vida —empezó a sonreír madre, que era una mujer encantadora
alegremente—. El buen anciano... el valiente 1. Los Mármoles Elgin son los frisos del Partenón
anciano. No le importaba morir. Dijo, y lo recuerdo que se conservan en el Museo Británico de Londres.
muy bien: «Como decía Stevenson, "Alegremente (N. del T.) se detuvo; frunció el ceño—. Los padres
viví y alegremente muero. Entiérrenme con mi más amorosos que un hombre pudiera recordar. Es
voluntad".» Una lo-cura, ¿no es cierto? El viejo curioso que justo ahora recuerde que su muerte no
bastardo fundamentalista... lo digo con afecto, en me afectó demasiado. Me pregunto por qué. Sería
serio. Él creía en algo que llamaba Dios. Jamás ganó porque siempre he vivido tan resguardado contra la
un penique que no fuera honrado en su vida. vida, desde la cuna. Murieron los dos en seis meses.
Su voz cambió, se hizo ruda y áspera. Todos mis amigos y parientes hablaron del shock
—¿Para qué vivimos? —preguntó a la cortina. que aquello supondría para mí. Y yo me sentí
No sabía que era la voz asustada de un niño. aliviado. Nunca había sido un buen actor, así que les
Nadie le contestó. El silencio era tan profundo que dejé que creyeran lo que deseaban creer. Sí, me
podía oír su propia respiración. No había clamor de aliviaba que me creyeran anona dado por el dolor, o
tráfico; podía hallarse sólo en el desierto. El algo así. Siempre he sido franco: su muerte apenas
desierto... Recordó algo con claridad. Alguien había me alteró en absoluto. La muerte jamás me alteró.
estado en un desierto durante largo tiempo. ¿No Todo se llevaba a cabo tan discretamente que se
había comido miel y langostas salvajes? Era extraño convertía en un acontecimiento social más, un poco
cómo aquellos viejos mitos en torno a nombres ya más triste que la mayoría, pero siempre artístico v
olvidados, o a nombres ni siquiera conocidos, exactamente adecuado. El cuerpo se entregaba a la
volvían a uno en ciertos momentos. Pero así debe tumba entre una avalancha, una avalancha muy

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serena, claro, de flores, y uno seguía viviendo tan —Esto resulta estúpido dicho por mí —murmuró.
agradablemente como siempre y con la misma Luego su voz se agudizó—. ¡Pero es cierto! Fue una
serenidad. Los abogados se ocuparon de todo. Yo condenación; es una condenación. Y,
tenía veintiún años. paradójicamente, quiero escapar de ello y tengo
"Nunca pensé realmente en lo que les había miedo de escapar de ello.
sucedido a mis padres; incluso la causa de su Se acercó rápidamente a la cortina, pero se detuvo
muerte quedó vagamente misteriosa. Pero ahora cuando estuvo junto a ella. Entonces vio el botón a
creo que mi padre murió de cáncer, y mi madre un lado, que le informaba que, si deseaba ver al
también. No recuerdo ninguna señal de enfermedad oyente, sólo tenía que apretar el botón. Pero su
de la casa. Jamás se habló de hospitales, ni llegaron mano se echó atrás, como si hubiera estado a punto
a ir a uno tampoco. Mis padres, sencillamente, de tocar algo horrible. Tembló.
habían muerto. Algo triste, pero así era. Luego —¿Qué decía? —musitó—. Sí. No puedo soportar el
estudié leyes. Tampoco era demasiado brillante en envejecer, pues eso me acercará al fin de mi vida...
este terreno, pero el río de crema me arrastró hacia que quiero terminar ahora. ¿Por qué quiero que
adelante y entré en el despacho de mi padre, y termine? Mi vida dulce y encantadora, mi vida feliz,
estuve a la cabeza de su firma... seis de los mejores mi vida tan ocupada, siempre llena de placer, y
abogados del Estado. Ellos lo hacían todo. El río de comodidad, y serenidad. ¡Mi vida tan ocupada!
crema seguía serenamente adelante... Nunca me había sentido tan viejo y cansado como
Sintió que sus brazos se apoyaban violentamente en ahora, y en él creció una alarma como jamás
el sillón y le obligaban a levantarse. La bilis le subía experimentara antes. Había pasado ya el chequeo
de nuevo a la boca. habitual del otoño, y los doctores le aseguraban
—¡La muerte de mis padres fue lo único que turbó que, biológicamente, tenía diez años menos que su
mi vida, y yo ni siquiera me sentí preocupado por edad auténtica. Mary estaba aún enamorada de él,
ellos! Ni siquiera recuerdo que los amara. Ellos y él era tan apasionado como en los diez primeros
hicie-ron la vida tan cómoda para mí... —Miró años de su matrimonio. Aún la amaba. Sin embargo
desesperado la cortina azul—. ¿Es eso lo que está estaba tan cansado ahora y se sentía tan viejo y
mal? agotado como si hubiera corrido una larga y ruidosa
Como no hubiera respuesta empezó a recorrer de carrera, cayendo exhausto en la meta. Sí, había
un lado a otro la habitación, según tenía costumbre sido una carrera larga y ruidosa, siempre llena de
de hacer en los tribunales, serio, absorto, fruncido voces alegres y afectuosas, y siempre aguardándole
levemente el ceño. Inevitablemente impresionaba a el premio al final, aunque a él jamás le habían
jueces y jurados. Nadie, sin embargo, podía interesado los premios. Cada carrera había sido un
recordar que él hubiera defendido jamás un caso. gozo. Si hubiera sido realmente una carrera y no
Siempre había un abogado competente empleado algo arreglado de antemano con él como ganador
por él, o por sus socios, que se ocupaba de tales inevitable.
asuntos sórdidos. Él, John Service, se limitaba a —Jamás me he arrepentido de nada de lo que he
hacer el papel decorativo. Pero a él le gustaba la hecho —dijo frente a la brillante cortina azul, que le
imagen de sí mismo durante uno de "sus" casos ocultaba al oyente—. ¿No fue Spinoza el que dijo
importantes. Le gustaba la imagen en los ojos del que era un signo doble de debilidad el sentir
espectador. Pero la ley le aburría; sólo el remordimiento o compunción? Amo a Mary, pero he
espectáculo público de él mismo le causaba, de tenido también otras mujeres a lo largo de mi vida
tanto en tanto, alguna diversión. Tenía demasiadas matrimonial y me he divertido con cada una de
cosas que hacer. ellas. Sólo tenía que extender la mano... Jamás le di
—Yo tenía tantas otras cosas que hacer... —dijo en importancia... en lo que se refería a Mary, quiero
voz alta—, cosas mucho más interesantes. Estuve decir. Si ella lo adivinó, nunca me lo dijo. Es la
ocupado siempre, desde mi primera infancia. Nunca mujer más serena que he conocido en la vida.
hubo un momento en mi vida que no estuviera lleno ¿Había tenido ella también algún asunto amoroso?
de risas, viajes, navegación, juegos, diversiones, Jamás lo sabré, y realmente no me importa. El
visitas a gentes como mi familia, bailes, coches de nuestro es el matrimonio más satisfactorio del
carreras, la compra y la venta de excelentes mundo. Todo un éxito. Eso, al menos, es lo que
caballos, la equitación, buenos conciertos, aunque dicen ellos.
no es que me importaran demasiado, circular entre "Sin embargo, resulta gracioso, pero no recuerdo
los de mi casa y pasármelo condenadamente bien. que Mary y yo hayamos tenido alguna vez una
Condenadamente bien. Condenadamente. .. serena conversación a solas, jamás, ni en la cama.
Dio media vuelta y se enfrentó a la cortina y medio Aunque, si vamos a ver, no recuerdo haber tenido
alzó la mano como para detener una pregunta. Pero una serena conversación con nadie, ni siquiera con
no hubo pregunta. Dejó caer la mano. mis padres. Ni con mis hijos, naturalmente. Son tan
reprimidos y están tan ocupados como Mary y yo lo

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estuvimos siempre, y seguimos estándolo. Siempre otros mundos, y otros sistemas y constelaciones y
ocupados, siempre yendo y viniendo, siempre galaxias...
rodeados por otras personas, voces, música, "De pronto me encontré incorporado en la cama,
acontecimientos sociales... Siempre felices y mirando la oscuridad, y el corazón me latía
serenos. El cansancio que pesaba sobre él era tan desordenadamente, hasta que llegué a sentir un
agotador auténtico dolor en el pecho. No había fin en el
que se sentó de nuevo en la silla. espacio, aunque se curvara. Es posible seguir
—Dios mío —murmuró—, ¿por qué estoy tan corriendo a través de la eternidad, a través de
cansado? interminables universos, y no existe el fin. Se lo
Sacó el pañuelo y se secó el rostro, aunque la digo, ¡casi perdí la cabeza! Podía sentir cómo
habitación estaba fresca y parecía perfumada con el vacilaba y se me iba, y me dominó una horrible
fresco aroma de los helechos. Recordó la placa de sensación, como si me estuviera muriendo. Y supe
mármol en el muro de la otra sala y sonrió que uno no vuelve jamás al mismo sitio.
débilmente. Todo lo puedo en Aquel que me No sabía que se había puesto en pie, pero ahora se
conforta. dio cuenta de que estaba de nuevo ante la cortina,
—Bien —dijo—, todas las cosas las hice, v las hago, temblando, y que su sombra temblaba en el muro
por mí mismo, y jamás se me ocurrió que necesitara blanco junto a él. —El espacio interminable —
la ayuda de nadie. Después de todo, un hombre susurró—, universos interminables, galaxias y
debe bastarse a sí mismo. Eso es lo que hice... ¡No! constelaciones interminables. ¿Cuál es el significado
¡Jamás tuve necesidad de bastarme a mí mismo, ni de todo ello? ¿Cómo vino a la existencia? Y ¿a
una sola vez en mi dulzona vida! dónde va? Y ¿por qué? Jamás pensé en ello antes,
Empezó a hablar con tono rápido y desordenado: — pero desde que lo pensé he deseado morir,
La primera vez que me sucedió fue hace cosa de un matarme. Abismos y más abismos de oscuro
año. Ahora lo recuerdo. En estos días se habla espacio, salpicado con esos malditos universos
constantemente de la "era espacial". La gente brillantes que giran sobre sí mismos —abismo tras
siempre se siente excitada por alguna "era". abismo— para siempre. Aun ahora, pensando en
Recuerdo la "era del aire" y cómo se nos exhortaba ello, siento cómo mi cerebro vacila y teme. ¿Por
a que estuviéramos bien conscientes de ello. Luego qué?
fue la "era del jet", y antes la "era atómica". Vio cómo su mano, involuntariamente, se dirigía al
Siempre hay alguna era en marcha. Uno pensaría botón. Pero de nuevo la retiró.
que la gente debía recordarlo, pero ellos creen que —¿Puede entender esto usted, el que está ahí? Un
cada día, o cada acontecimiento, acaba de salir de hombre como yo, que ha tenido una vida serena y
su limpia envoltura de celofán. agradable, sin problemas, mi vida tan, tan llena,
"Sí, recuerdo cómo me sucedió. La era espacial, los llena de sucesos cómodos o deliciosos, y serena
astronautas. Tuvimos una interesante conversación conversación, siempre superficial, ya sabe, y viajes
en el club sobre el cohete y los jóvenes en la y visitas a los hijos y nietos, y visitas a los amigos...
cápsula. Y luego, cuando me fui a dormir, no una vida maravillosamente llena. Y de pronto mi
conseguía conciliar el sueño, sin saber por qué. vida importante, mi ciudad importante, mi familia y
Generalmente me quedo dormido en un minuto o mi esposa tan importantes, y mi importante lugar
dos, cuanto más, jamás en la vida me ha impedido en la sociedad y en el país, ¡se disuelven en la nada
el sueño un dolor de cabeza, ni una enfermedad. y carecen de la menor importancia! Resulta que
Pero de pronto vi ese "espacio" del que siempre nos vivía en un mundo que apenas si era una chispa
están hablando últimamente. Lo exploré con mis incluso en su propio sistema solar, y ni siquiera una
ojos. Vi alzarse y caer los mundos, todos los colores chispa en su lugar en la galaxia, y que nunca sería
del arco iris contra el negro vacío del espacio. Y mis conocido de billones de mundos que ocupaban ese
ojos seguían avanzando más allá de sistemas y maldito, ¡ese maldito!, espació interminable. Fue el
constelaciones, buscando los lími-tes, buscando el espacio, ya ve, el espacio interminable. Y nada de lo
punto en que el espacio había de curvarse, según que lo llenaba era importante tampoco. Todo
explicó Einstein. Pero, ¿sobre qué se curva? Sí, ya carecía de significado, como no tiene significado mi
he visto esas demostraciones con un trozo de papel vida, ni lo tuvo nunca, mi vida tan llena, tan
que se dobla de cierto modo, aunque, en realidad, ocupada...
nunca lo entendí, y, si uno sigue en la misma Había sudor en su frente y mejillas, y en sus manos.
dirección el tiempo suficiente, da la vuelta al espacio Se lo secaba sin saber lo que hacía. Su respiración
y llega al punto en que empezó sin haber dado un era rápida y alterada en aquella habitación
paso atrás. No, nunca conseguí entenderlo. Después totalmente silenciosa. Había olvidado por qué había
de todo, lo mismo puede hacerse si uno da la vuelta llegado hasta allí. Se le había olvidado todo.
al mundo. Pero más allá del mundo está el espacio y —Yo... yo he tratado de hablar de esto con otras
personas. Pero se limitaron a mirarme sin decir

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nada. No sabían lo muy asustado que yo estaba. rodea, día a día. ¡No me diga eso! Porque no
Hablé con Mary. Y ella dijo serenamente: "Bueno, serviría de nada. No me salvará la vida ni la poca
de nada sirve, ¿verdad?, el pensar tanto en eso. razón que me queda. ¿Quién fue el que dijo: "Mira
Podrías llegar a perder la cabeza. Nunca lo las estrellas"? Quizá sea de la Biblia... o quizá de
sabremos. Así que, ¿por qué no vivir lo más Shakespeare. Si alguien más grande que yo animó a
agradable y serenamente que podamos cada día, y los otros a mirar las estrellas, entonces no puede
dejar que los científicos piensen en todas esas ser una tontería, ¿verdad? Debe haber razón, ¿no es
cosas? Eso es mejor, ¿no?" Así fue como me habló cierto? ¡Dios mío, debe haber una razón! Dígame
Mary. que es un misterio y yo creeré lo qué usted me
"Pero ahora, Dios me ayude, ¡estoy convencido de diga, y me servirá de algún consuelo. Pero hasta los
que eso no es lo mejor para mí! No puedo dejar de misterios tienen un marco de referencia ¡y ante Dios
pensar, y cuando lo pienso odio la vida, y luego me que... ¿ante Dios?... que yo necesito un marco de
da miedo morir y dejar todo lo que tengo, que es referencia!
todo cuanto un hombre podría desear. ¿Por qué no Lentamente su mano se acercó al botón y luego se
puedo apartarlo de mi mente y seguir divirtiéndome apoyó en la fría plata. Pero no pudo decidirse a
con mis amigos y mi familia, con el trabajo tan oprimirlo todavía. Tenía miedo del rostro sereno que
agradable que llevo a cabo? Sería más fácil si yo iba a encontrar allí, de los ojos compasivamente
tuviera una religión, porque entonces los tópicos de burlones. Temía la voz plácida que le consolara,
un ministro quizá llenaran ese vacío en mi mente. diciéndole que volviera a sus juguetes, antes tan
Sería más fácil si pudiera detener el tiempo y seguir amados y que ahora le parecían horribles.
siempre donde .estoy. Pero ya ve, estoy —Con seguridad —dijo John Service, con una voz
envejeciendo. Dentro de cuatro años tendré sesenta que hubiera considerado vergonzosa hacía sólo un
y... y luego, algún día, llegará el fin, y me iré a esa año— no estoy solo. Con seguridad que otros han
oscuridad. Ni siquiera veré esos universos hecho la misma pregunta y sentido el mismo temor.
infernales. Con seguridad que otros se han sentido...
Alzó las manos en un agudo gesto de desamparados. ¡Desamparados! Así es como yo me
desesperación. —¡Y no seré nada, como nada es mi siento. Y si hay otros como yo, ¿por qué no los he
vida, tan llena y fecunda! Y ni siquiera tendré encontrado, para que podamos charlar juntos y
conciencia para saber que no soy nada. Si por lo olvidar que estamos solos? ¿O es que los que
menos mi familia, en mi infancia, me hubiera sienten así... tantos de ellos... son los que se
hablado de la religión... ¡Oh, claro! me llevaban a la suicidan?
iglesia con ellos, por aquello de quedar bien, cuando Su dedo apretó el botón y las cortinas se corrieron
era muy pequeño. Y, naturalmente, siempre hubo silenciosamente. Una luz suave cayó sobre su rostro
matrimonios, confirmaciones, bautismos y funerales como una ola de brillo. Y en aquel brillo se alzaba el
a los que asistir, y un ministro muy correcto que hombre que le había escuchado, y que escucha
decía las palabras más adecuadas y felicitaba a su siempre. John Service le miró y quedó al fin
Dios por tener una congregación tan bien silencioso; empezó a retroceder, lentamente, muy
organizada y educada a su cargo. lentamente, Pero sus ojos no se apartaban del
"Sólo eran palabras. Apenas recuerdo ninguna de rostro del hombre. Sentía los grandes ojos que la
ellas. Yo me sentaba muy formal con mis padres, y miraban, que escruta-can en su interior, y veía la
luego con mi esposa, y más tarde con toda la tremenda compasión en eUos. Lanzó un débil y
familia y amigos, en las ocasiones en que lo más agudo grito. Apoyó los brazos en el respaldo del
correcto era ir a la iglesia. Pero sólo eran palabras, sillón y enterró el rostro en ellos. No sabía que
y aburridas además. Siempre contaba los minutos estaba llorando, no podía recordar que hubiera
hasta que podía regresar a mi vida tan llena, tan llorado jamás. Su cuerpo libre y disciplinado
organizada, feliz e interesante. Una vida que no es temblaba violentamente y se encogía como si
nada en absoluto, porque jamás fue nada. tuviera
Extendió de nuevo las manos y una de ellas fue a horrible frío.
caer sobre la cortina azul. Ésta tembló como si un Luego, al fin, recordó algunas palabras, ¿o es que
viento, un viento sin límites, soplara tras ella. alguien las dijo en la habitación? "Serénate, y sabe
Quedó aterrorizado. que yo soy Dios".
—¡Ayúdeme! —gritó—. No fui nunca un hombre "Serénate. Serénate. Apártate de todo el estruendo
erudito, un intelectual. Pero usted debe serlo. Ha de la vida aunque sea sólo por algún tiempo, un
oído todas esas historias... Pero no me consuele, pequeño espacio de tiempo. Serénate lo suficiente
por el amor de Dios, como Mary trató de hacer. No para no oír todas las voces agradables del mundo,
me diga que deje de pensar, que deje de mirar al ni las desagradables. Guarda silencio. Serénate, y
espacio y a las estrellas por la noche como hago sabe que soy Dios. Y, en ese conocimiento,
ahora, y fije mis ojos únicamente en lo que me

78
comprende que todo está bien y que algún día te estoy seguro de que me lo dirás. Pero, ¡qué extraña
será explicado lo que no será mi vida!, ¡qué misteriosamente extraña! Ni
sabes. siquiera sé si me gustará.
"Serénate. Convéncete a ti mismo de que puedes "Pero una cosa sí sé. Tengo que hallar un camino
soportar la vida, de que tu vida tiene un significado distinto y una razón. Tengo que creer en algo en
claro y único que te pertenece sólo a ti, más que jamás soñé, ni una vez en mi vida. Pero va a
importante a Dios que incluso a ti mismo, y que ser apasionante —sonrió como disculpándose—. Va
para Dios es más valiosa que el sol o que un billón a ser lo roas emocionante que he vivido jamás. Una
de soles. Con esa importancia en su corazón, el aventura. Una maravilla. Eso, al menos, hará que
hombre puede caminar sin temor, feliz con un mi vida sea digna de vivirse. Y, si consigo salir
auténtico gozo, en paz con una paz que ninguna adelante con ello, entonces será todo el mundo, y
clase de placer de este mundo pueda dar, con una más. Tendré mi respuesta al final y ya no conoceré
satisfacción que no nace de las ocupaciones el temor, ni la confusión, ni la desesperación.
de la vida."
—No, no —dijo John, con la cabeza hundida aún en ALMA DÉCIMA
los brazos—. No puedo creerlo. No, aunque tú LA NUEVA RAZA
mismo lo dijiste. Pues no puedo creer que tú sepas « Se han llevado a mi Señor, y no sé dónde le han
nada de ello, ni que lo supieras nunca. Fue tal puesto.»
tragedia... si JUAN, 20, 13. ALMA DÉCIMA
es que sucedió... Dónde vas, Lucy? preguntó una jovencita a su
Alzó la cabeza un poco y miró al hombre con ojos compañera mientras avanzaban rápidamente hacia
enrojecidos. el aparcamiento del campus.
—Tú pensaste que era importante todo, ¿no? — —Pensaba ir a dar una vuelta por ahí... a alguna
dijo—. ¡Qué trágico! Porque no lo es. ¿No lo parte —contestó Lucy Marner.
descubriste por ti mismo más tarde, o es que Su amiga la miró inquisitivamente.
realmente no...? —¿Te ocurre algo? No pareces la misma desde hace
No era un hombre imaginativo. Pero un par de meses —soltó una risita—. ¿No será
inmediatamente creyó ver una gran comprensión en nada raro...?
aquellos majestuosos ojos, en aquel rostro Lucy enrojeció. . .
atormentado y, sin embargo, auténticamente No —dijo secamente. No deseaba invitarla a que la
sereno. Creyó ver que aquellos ojos se enfocaban acompañara-. Pero... bien, me voy al médico para
en él, y le veían sólo a él, y había una voz en sus que me haga el chequeo de primavera. No vale la
oídos que decía: "No estás desamparado, hijo mío. pena esperar hasta el fin del semestre, cuando
Todos tus pensamientos han sido rois empiezan los exámenes. Hasta luego, Sandy.
pensamientos, y tu temor de ser olvidado ha sido mi Se dirigió muy aprisa al aparcamiento.
temor también, pues, ¿no tengo yo tu carne y tus Generalmente se sentía muy orgullosa de su
heridas... aunque tú no sabías que eran heridas? descapotable blanco y lo examinaba a fondo para
Ven a mí y hablemos juntos, unidos en nuestra asegurarse de que nadie había rozado su brillante
naturaleza humana, y razonemos juntos. Y carrocería. Pero hoy se limitó a dejarse caer en el
serénate, y sabe que hay un Dios." asiento de cuero rojo y salir a toda marcha del
Más tarde estuvo seguro de que el hombre le había campus. Unos amigos, chicos y chicas jóvenes, la
hablado así. Podía recordar hasta el tono de aquella saludaron a gritos, pero no contestó porque no los
voz profunda y grave, aquella voz varonil, la voz de había oído. El calor de aquel día ya de verano caía
un padre. Pero nunca pudo hablar a nadie de esto, sobre su cabeza desnuda y su rostro pálido, y se
pues era sólo su secreto. Dio la vuelta al sillón y al reflejaba en sus ojos verdes. Era una chica bonita,
hacerlo así, mirando al hombre, aquella agonía sólo de veinte años, pero la desespe-ración había
negra y fría dejó su mente, reemplazada por la marcado su huella en su expresión, una
única y auténtica serenidad que conociera famas. desesperación que crecía en ella desde hacía más
Todo lo que él había creído que era serenidad en su de un año, así como aprendía más y más y cada vez
vida pasada se le reveló como lo que realmente era: sabía realmente menos y menos.
un sonido que nada significaba, un gozo que no era —Estúpida, estúpida, estúpida —parecía dirigirse a
gozo, una delicia que no era delicia, un contento los grandes árboles en arco sobre el camino del
que era sólo el contento de un animal de lujo. campus que llevaba a la calle.
Y al final pudo decir, con una enorme humildad Una ardilla cruzó el sendero y, sin quererlo, Lucy
desconocida por él: apretó el acelerador para atropellada. Pero el
—Será muy duro para mí, en verdad. No me será animalito, aterrorizado, consiguió saltar a un árbol,
fácil recordar lo que me dijiste, y actuar de acuerdo y entonces la muchacha dijo en voz alta, aunque
con ello. ¿Cómo deberé actuar? ¿Me lo dirás tú? Sí, débilmente:

79
—¡Oh, perdón! No quería hacer eso. Pero, Dios mío, sin el menor esfuerzo por su parte. Todo es cómodo
¿por qué te molestaste en apartarte? ¿Por qué nos y fácil para ellos. No tienen problemas. Lo que
molestamos cualquiera de nosotros? necesitamos es una buena depresión otra vez, que
Estúpida, estúpida, estúpida, cantaban los les dé un buen susto y les sacuda, y les obligue a
neumáticos sobre la calle mientras el coche seguía ponerse a trabajar. ¡Mira a esa chica, en su lujoso
incansable su marcha. Todo es estúpido, estúpido, coche! Un lecho de rosas, como solían
muy estúpido. decir".
—Canta, brillante primavera —dijo—. ¡Canta hasta Lucy, cuyos ojos estaban demasiado secos, pensó:
morir, imbécil! "Podría dirigirme con esto al río y seguir
"Imbécil tú", se dijo interiormente. "De todos conduciendo hasta... ¡Oh, vamos! Eso no es una
modos, ¿por qué lo haces? ¿Por qué te vas a ese respuesta.
refugio de chiflados?" ¿O sí?"
Llegó a un cruce de mucho tráfico y se detuvo ante Pensó en sus alegres y amorosos padres, todavía
el semáforo en rojo. Sus ojos cayeron sobre los jóvenes, e involuntariamente dio media vuelta y se
libros de texto en el asiento, a su lado. De nuevo sin dirigió hacia el río. Luego, en la esquina siguiente,
querer, pero con violencia, lanzó los libros al suelo y se lanzó a sí misma un terrible insulto, giró de
los pateó con el tacón, una y otra vez, con creciente nuevo el coche y prosiguió su marcha. "Es una
falta de control. Alguien apretó el claxon impaciente locura", pensó. "No es posible que vaya allí. Pero
tras ella y la chica le lanzó una maldición por ¿dónde más puedo ir? ¿Quién me dará la respuesta?
encima del hombro. Luego salió de estampida, sin ¿Un clérigo? ¿El doctor Pfeiffer, con su cuello
preocuparse del tráfico ni de los alarmados reluciente y sus conversaciones sobre el golf y el
bocinazos. Su cabello rojo, largo y liso, flotaba tras problema racial, y nuestras responsabilidades para
ella como una bandera, y el pálido perfil tenía la con la comunidad, y nuestros deberes para con los
expresión de una estatua yacente. menos privilegiados? De eso es de lo que habla
—¡Oh, estúpida, estúpida! —gimió suavemente cuando viene a nuestra casa y se toma una
dando la vuelta a una esquina—. ¡Vete a casa, discretita copa de jerez, o quizás un whisky muy
imbécil, vete a casa y sonríe, sonríe, sonríe, y flojo. Sentado en nuestra sala, con todas las
muéstrate encantadora con mamá y papá, y atiende hermosas antigüedades a su alrededor, y el aparato
a las invitaciones que te hacen por teléfono, y de alta fidelidad sonando suavemente, y los cuadros
planea, planea todas las excitantes actividades para en los muros brillantes bañados por el sol poniente,
este verano! justo antes de cenar. ¿Qué pasaría si yo le hablara
Sentía un dolor muy agudo en sus esbeltos hombros de mí, y de esto que tengo en el pecho y en la
y en la nuca. Sentía dolor en la espalda. Buscó en el mente? Me diría: «Pero, querida hija, he estado
bolso los tranquilizantes que le diera el doctor hablando de eso en mi pulpito...» ¿De verdad,
Morton hacía dos meses. Luego lanzó el bolso al doctor Pfeiffer, reverendo Pfeiffer? ¿De verdad, de
suelo del coche también, donde fue a caer sobre los verdad, maldita sea? ¡No, claro que no! Quizás
pateados libros. "No", pensó, "no quiero usted piense que todo está arreglado, así que no
tranquilizarme por un rato. Esto hay que afrontarlo necesita siquiera mencionarlo. Pues tengo una
alguna vez cara a cara. Pero ¿qué es esto en noticia para usted: Nada está arreglado. No existe
realidad? ¿Qué me ocurre de todos modos? Quizá un auténtico conocimiento en la joven generación.
necesito un psiquiatra que me sonría cortésmente y ¿Cree usted que se adquiere por osmosis, reverendo
me diga que no quiero enfrentarme con la madurez, Pfeiffer, o que respiramos en él, en esta
y que sólo deseo ser una niña toda mi vida. Pero encantadora, dulce y tolerante civilización cristiana,
¿con qué diablos he de enfrentarme? Quizá sea sólo toda llena de ternura y compasión por los que
un exceso de hormonas, después de todo, pero yo carecen de ventajas? Doctor Pfeiffer, ¡es usted un
no quiero ser como Sandy y las otras, divirtiéndome asno! Ha fallado en su trabajo, doctor Pfeiffer.
y sudando por ahí, y preocupándose por si Enovid Todos tan civilizados, ¿verdad? Hoy en día lo que
les va a fallar este mes. Quizá no esté adaptada. nos preocupa son los derechos civiles, la
Abuelita, ¿por qué diablos me hablaste alguna vez segregación, la disgregación, la integración... Doctor
de todas esas supersticiones? Lo que tú me Pfeiffer, ¿se le ha ocurrido alguna vez que los
hiciste..." negros no quieran ser amados por nosotros, maldito
¡Eh, imbécil! ¿Por qué no mira dónde va? sea? Sólo quieren ser tratados como hombres
Se dirigía a un hombre anciano y sereno que corrientes, reverendo, y ¡al diablo nuestro amor! ¡Al
conducía su coche con excesivo cuidado a lo largo diablo con todo, doctor Pfeiffer, ya puede volverse a
de la ruidosa calle en que ella había entrado. El su dulce y sofisticada esposa, y a su golf! Repítase
hombre contempló a aquella joven furiosa en el su himno dominical «Poderosa Fortaleza es nuestro
lujoso deportivo y pensó para sí: "No hay Dios» sin saber nada, como de costumbre; ¡ni sobre
responsabilidad en estos días. Todo se les ha dado, Dios ni sobre ninguna fortaleza en este mundo

80
maloliente, insensato y maldecido de Dios! ¡Oh, —Y que lo diga —contestó el vigilante metiéndose
abuela, me gustaría cortarte el cuello! Si no fuera en el coche abandonado por Lucy—. ¡Mire esto! Por
por ti yo no estaría siempre pensando en el río." lo menos debe haber costado siete mil dólares.
Llegó al lugar del santuario, nombre que las gentes Lucy bajaba corriendo por la congestionada calle
de la ciudad le habían dado a través de los años. principal, esquivando a los transeúntes que la
Había un amplio camino cortado por senderos más miraban con extrañeza. Tenía en verdad un extraño
estrechos en el inmenso césped verde. Dirigió su aspecto. Al fin se dio cuenta de que se reían de ella
coche hacia aquel camino pero un viejo jardinero y redujo la carrera a un caminar rápido. Gotitas de
que trabajaba allí cerca acudió corriendo. sudor aparecieron en la frente, el brillo del sol
—¡No puede llegar en coche hasta allí! —le gritó—. poniente en los edificios le cegaba los ojos. Buscó
¡No pueden entrar los coches! sus gafas de sol, y como no las encontrara
Ella le miró con ojos llenos de fuego verde y sintió el inmediatamente empezó a sollozar de amarga
impulso de pasar por encima de él con el coche, frustración. Al fin las tuvo en la mano y se las puso,
como había intentado hacer con la ardilla. Tragó y al instante se sintió calmada. Estaba oculta, ya no
saliva con dificultad. era nadie, ya estaba protegida. Se alisó el pelo
—¿Dónde está el aparcamiento? —preguntó. revuelto con manos temblorosas y alzó la tela de su
—No hay ninguno —agitó la mano con aire vago—. traje de lino rosa sobre los húmedos hombros.
Aparque en algún lado de la calle. "Despacio, despacio", se dijo. "Este hombre no va a
—¿Quiere decir que tengo que venir a pie hasta echar a correr. ¿Cómo le llaman? El hombre que
aquí? —señaló incrédula el brillante edificio blanco escucha. Siempre está allí, de día y de noche. Me
sobre la suave colina tras las doradas praderas y los pregunto qué pensará su esposa de eso. Y ¿por qué
olmos y los manzanos silvestres en flor. demonios vas tú allí, estúpida?"
El viejo le sonrió. Fue un largo paseo. No recordaba haber caminado
—¿Está inválida? Entonces, ¿cómo puede tener ese nunca tan aprisa por la ciudad. No tenía que
coche de carreras? ¿Qué les pasa a sus piernas? preocuparse por la ansiedad de sus padres, por no
Ustedes los jóvenes creen que caminar cien metros llegar a casa a la hora de costumbre... cuando lo
o así les va a romper la espalda. Siga adelante, hacía. Sus padres creían firmemente en la teoría de
hermana. Aparque en la calle, si puede encontrar respetar la intimidad de los hijos y jamás hacían
sitio. preguntas. Ahora tenía veinte años, pero sus padres
—¿Son ésos los modales que les enseñan en esa ' habían estado respetando su intimidad desde los
condenada capillita? diez. Y ¿qué significaba eso?, se preguntó. ¿Que
—Yo nunca he estado ahí dentro. Sólo trabajo aquí, realmente no les importaba ella un pito, y que lo
en el parque —le sonrió de nuevo—. Jamás necesité único que querían era que no les molestara? Sus
entrar. ¿Para qué? No tengo dolores, ni problemas. padres y todas sus contrapartidas contemporá-neas
¡Pero usted sí qué parece tenerlos, hijita! Siga y sociales creían en la teoría de respetar la
adelante, antes de que llame a los guardias. intimidad de cualquiera excepto de los privados de
—¡Vayase al diablo! —dijo Lucy Marner, a quien | cultura... que al parecer ni querían ni merecían que
toda la vida le habían enseñado a ser cortés con los los dejaran solos. ¿Quién les había degradado de
menos privilegiados. Hizo girar bruscamente el este modo? Sus padres y todos los de su clase. Y
coche y se alegró de que los neumáticos dejaran su sus padres y todos los de su clase, incluido el doctor
huella en aquella hierba hermosamente cuidada, Pfeiffer, eran los que la habían llevado a este
haciendo chillar de furia al viejo. Siguió adelante. terrible estado, así como a millones de otros
Dio vueltas a todas las calles adyacentes durante jóvenes iguales a ella. Esta horrible, vacía y
algún tiempo, en aquella sección comercial y angustiosa situación. Sus padres se merecían que
abarrotada, llena de edificios de apartamentos y de ella volviera a casa alguna vez patentemente
tiendas. Luego, al fin, halló aparcamiento, a un embarazada, o drogada, o al menos completamente
kilómetro por lo menos del santuario, y se lanzó a él borracha y con "las ropas en desorden" como los
tan aprisa que casi chocó con un coche que salía. El periódicos decían delicadamente. Se preguntó si no
vigilante llegó corriendo y gritando. Ella bajó del sería todo ello la razón, al menos en parte, de que
coche sin una palabra, cogió el bolso y echó a correr los periódicos informaran de un índice creciente de
sin importarle el ticket que agitaban tras ella. criminalidad, según sucedía recientemente. En
—Maldita perra —dijo el vigilante, mirando con nombre de Dios, ¿qué les había dado realmente el
simpatía a la señora asustada del coche con el que mundo a los jóvenes como ella? Diversiones, la
Lucy casi había chocado. mejor comida, educación, dinero, coches, vestidos
—Cada vez están peor —respondió ésta—. maravillosos, salones de belleza, lecturas refinadas,
Demasiado dinero, demasiado tiempo libre, comprensión del adolescente y algo que
demasiada comida, demasiada diversión. eufóricamente llamaban amor, y eso era todo.
Hasta los llamados pobres tenían todo eso también.

81
Pero ¿qué más había que dar? "Realmente no nos hipócrita que le mentiría como había mentido a
han dado nada", pensó Lucy, y de nuevo anheló multitudes de jóvenes, que le mentiría como le
hallarse en el río, el frío y oscuro río que pondría fin había mentido toda su vida, con tanta amabilidad,
a todas sus preguntas. con tan enfermiza comprensión. Pero sólo vio a tres
El cielo de verano era de un brillante escarlata por personas en la sala de espera, dos mujeres viejas y
el oeste cuando llegó al santuario. Los hombres que un chico joven, con un rostro tan desolado e intenso
trabajaban el césped se habían ido ya. Ahora el como el suyo. Era una habitación agradable, serena,
césped se extendía ante ella con sus macizos de hermosamente amueblada. Había una placa de
flores y sus árboles, y los senderos de grava, tan mármol en uno de los muros, de mármol también.
bien cuidados. El sol caía sobre el tejado rojo del Todo lo puedo en Aquel que me conforta. ¡Qué
edificio en lo alto, como fuego. Lucy subió por el estupidez! Y ¿quién era Aquél?
sendero; era realmente más empinado de lo que Se sentó en una silla. Nadie la miró, pero ella sí
parecía. Y suficientemente ancho para un coche; miró a los otros desafiadoramente, en especial al
deberían tener un aparcamiento. No. Se rumoreaba joven, que llevaba una buena chaqueta sport. El
que el lugar estaba siempre lleno de llorones y de pelo era demasiado largo y exageradamente
enfermos que querían ver al doctor, o al psiquiatra, arreglado. Lucy estaba acostumbrada a que los
o al clérigo, o a quien fuera que aguardaba allí para jóvenes la miraran con sonrisa de esperanza.
escucharles o entregarles un curalotodo. "Yo voy a Preparó una expresión despectiva, pero el joven no
ser algo distinto para él", pensó Lucy con acritud. se dio ni cuenta de su presencia. Esto la asombró.
"Jamás habrá conocido a nadie como yo. Juro por La miró con mayor intensidad. ¡Vaya, si era uno de
Dios que si me sale con esa estupidez psiquiátrica los suyos! Divertido. ¿Acaso se sentiría también
de enfrentarme con la madurez le escupiré a la como ella? No, Lucy era un caso único. Tendría otro
cara. ¿Qué hay de inmaduro en mi cuerpo y mente? problema. Pero sonrió amargamente. No podía ya
¿Qué hay que yo no sepa?... Debería haberme ido a soportar a los jóvenes de su generación. Miró
la otra universidad", se dijo, sudando por el calor y furiosa al chico. Era posible que tampoco a él le
el esfuerzo de la caminata. "Eso es lo que papá y hubieran dicho jamás nada de valor. En ese caso,
mamá querían. Nuevas experiencias, nuevos puntos eran iguales. Extraño que se odiara en él y que no
de vista. Eso Es Lo Que Nuestros Niños Merecen sintiera piedad, ni nada, excepto impotencia. "¡Hay
Estos Días. Sólo por fastidiarles insistí en ir a la tantos de nosotros!", se dijo. "Quizá yo no sea única
universidad aquí. Creo que últimamente siempre en absoluto».
estoy pensando en el modo de molestarles. No, les Cogió una revista, esperando que fuera de tema
he estado hiriendo desde que era una cría. Ha sido religioso. Pero estaba llena de fotografías, gentes
el único placer que he tenido en la vida: fastidiarles. entregadas a ocupaciones alegres y apasionantes, y
Y ellos se quedan tan heridos y confusos... pero diver-siones. La tiró a un lado. Vió el Wall Street
jamás un bofetón en la cara, jamás la anticuada Journal. De modo que también venían aquí hombres
disciplina. ¡Jamás me han dicho nada que valga la como su padre. Estudió el informe de la Bolsa con
pena!" vago interés. Su padre le había regalado un buen
Buscó en su bolso el portamonedas, el hermoso bloque de acciones en su último cumpleaños. Luego
portamonedas de oro que sus padres le habían la dominó una oleada de asco y arrojó también
regalado en su último cumpleaños. Estaba lleno de aquella revista. ¡Ojalá se hubiera llevado uno de los
billetes, como de costumbre. Apretó un billete de libros de clase, pues tenía un examen al día
diez dólares entre los dedos, disponiéndose a la siguiente! No había estudiado realmente desde
colecta. ¡Eso le agradaría a la contrapartida del hacía casi un mes. ¿Para qué?
doctor Pfeiffer que estuviera allí dentro! Vagamente se había dado cuenta del sonido de una
"Juro", se dijo de nuevo, "que si me dice que tengo campanilla que apenas llegaba a interferir con sus
tantas ventajas, y que debería dirigir mis pensamientos, una suave campana y luego el rumor
pensamientos y acciones a la mejora de la de la gente al levantarse e ir hacia aquella puerta
humanidad, le voy a dar una muestra de cómo del fondo donde aguardaba el clérigo, o el
habla la nueva generación. Voy a ponerle de punta psiquiatra, o el doctor, o el asistente social, para
los cabellos, sin duda tan bien cortados". Se sentía hablar con los intrusos. Se permitió el placer de
llena de un odio nuevo, de una nueva pensar qué le diría al chiflado de allí dentro. Le
desesperación. No sabía a quién odiaba realmente gritaría a su estúpido rostro. Estúpido, estúpido,
con tal ferocidad, tan desoladamente. Pero había en estúpido. Todo el mundo era estúpido.
ella hambre de algo que no sabía qué era, un Sonó la campana. La ignoró. Sonó de nuevo con
hambre rabiosa, como inanición. amable insistencia. Alzó la caída cabeza. Estaba sola
Abrió de par en par las puertas de bronce con en la habitación. Así que la campana era para ella.
furiosa impaciencia y entró violentamente en la Vaciló. Luego se levantó, alisó el arrugado vestido
habitación, ansiosa sólo de enfrentarse con el de lino y lentamente se aproximó a la puerta. La

82
habitación estaba fresca, pero ella sudaba de nuevo. —Buenas tardes —dijo Lucy, la muchacha bien
A pesar del delicado desodorante que usaba percibía educada ante uno de sus mayores. El hombre no
su propio olor corporal, ácido e insistente. Y, contestó.
mezclado con él, el de la colonia que había utilizado —No sé por qué estoy aquí —siguió, diciéndose que
esa misma mañana después de la ducha. Sentíase el hombre estaría asombrado, pues todos los demás
repentinamente consciente de sí misma como jamás sabrían generalmente por qué habían venido a este
lo estuviera antes, y aquello era como sentirse lugar. Sonrió—. Supongo que no recibe a muchas
desnuda ante todos con sus sufrimientos, como una chicas como yo, chicas con privilegios, de buena
niña asustada, una niña perdida que había sido familia y con todo lo que hayan podido desear, y
privada sin el menor remordimiento... ¿de qué? amor, y todo eso. Eso es lo que soy. ¿Quiere saber
Pero, por extraño que parezca, también era sentirse mi nombre, o algo?
plenamente ella misma, algo que no podía recordar Era una locura realmente. De pronto tuvo la idea de
haber sentido antes. Una personalidad patente, con que el hombre conocía su nombre y todo lo
responsabilidad hacia sí misma, sin responsabilidad referente a ella. Se encogió un poco. Entonces era
hacia ninguna otra persona, sin razón alguna para un ami-go de la familia. Enrojeció de mortificación.
sonreír y hablar alegremente. La cortina seguía tranquilamente plegada, con su
Abrió la puerta y, en el interior de la segunda sereno y brillante tono azul. Se levantó, fue a ella y
habitación, no vio más que blancas paredes de vio junto a la cortina el botón que le informaba que,
mármol y el suelo brillante y un gran sillón de si deseaba ver al hombre que escuchaba, sólo tenía
mármol con almohadones azules, y una alcoba que oprimir el botón. Así lo hizo. Nada sucedió. La
cubierta por cortinas azules. La puerta se cerró tras cortina no se movió. Por tanto, ¡él había reconocido
ella. Miró la alcoba. ¿Es que él prefería ocultarse? a Lucy Marner! ¿Y qué? Pues que escuchara y
Quizás estuviera el doctor Pfeiffer tras aquella tomara notas, y que supiera de una vez para
cortina, el cortés y pulido doctor Pfeiffer, con su siempre que todo lo que ella tenía, y tantos como
suave voz, animando la responsabilidad social. ella, no era nada, menos que nada, peor que nada.
Sintió un amargo regusto en la boca. Eso tendría Le daría algo que pensar, y quizá hablar en serio
gracia... el doctor Pfeiffer. Pero no, en una ocasión con sus estúpidos colegas, todos sin duda tan
le había oído hablar con indulgencia de la liberales como él mismo. Quizás incluso podría
"superstición" de aquella alcoba, y de uno de sus discutirlo con papá y mamá. Sonrió
fieles, un amigo de la familia también, John Service, despectivamente. Sí, que alguien le dijera a sus
que en cierto momento había intentado que se padres lo que ella pensaba realmente de ellos, a ver
aboliera aquel santuario. Y el doctor Pfeiffer había si así se sentían turbados de su maldita
estado de común y completo acuerdo con Johnnie complacencia. Esperaba que se lo dijera también a
Service. Y de pronto éste había dejado de ir a la sus profesores, con su sonrisa de superioridad y su
iglesia del doctor Pfeiffer, y había parecido un poco juvenil sentido de la realidad, y sus sonrisas
cambiado, menos locuaz sobre las responsabilidades indulgentes cuando alguien como ella preguntaba:
sociales cuando hablaba con papá. En realidad él y ¿Por qué?
papá se habían peleado sobre ese tema en una —De acuerdo —dijo furiosa. Volvió a la silla—. De
ocasión. Ojalá pudiera recordar lo que habían dicho. modo que me conoce. ¿Qué me importa? Dígaselo a
Ahora le parecía muy importante. todo el mundo. Dígaselo a todo el maldito mundo.
Lucy se dirigió lentamente al sillón y tosió para Estoy harta de los de su clase, harta de todo.
informar al hombre tras la cortina de que ya había El hombre esperaba. Lucy no percibió que estuviera
entrado. Aunque, se dijo sorprendida, nada más en- enojado. Se limitaba a esperar.
trar comprendió que el hombre ya se había dado —Se lo diré breve y claramente —continuó—. Yo soy
cuenta de ello. Debía tener un espejo que desde lo que los profesores y sociólogos y el clero llaman
aquí no se viera o algo así. Pero los muros junto a la con admiración "la nueva generación". Los jóvenes
alcoba eran muy suaves. Sin embargo, la ciencia que hacen preguntas y disienten de todo e insisten
podía hacer cualquier cosa estos días, y nada era lo en hechos y respuestas inteligentes. La insatisfecha
que parecía. nueva generación a la que no se puede hacer callar
Se sentó, el bolso correctamente colocado sobre las con viejos tópicos y antiguas explicaciones, y con la
rodillas. Miró en torno buscando un receptáculo, antigua teología y las tradiciones. La generación
pero no vio nada. Bien, la colecta vendría más que, quiere saber por qué. La generación que quiere
tarde, o podía dejar el dinero sobre una mesa. Miró res puestas que satisfagan al nuevo mundo, y al
la cortina. No se agitaba, ni se escuchaba la mundo del futuro.
respiración de nadie. Sin 'embargo la impresión de El sabor a bilis era más fuerte en su lengua. Se
una presencia se hacía más aguda. inclinó hacia la cortina.
—¿Sabe lo que ellos contestan ahora? ¡No contestan
nada! Sencillamente nos admiran, ¡malditos sean!

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Se ponen sencillamente en pie y dicen, asintiendo va a marchar sobre la ciudad y a exigir ser la
sus estúpidas cabezas, "la nueva generación". ¡Y se primera mujer astronauta. Quizás estoy imaginando
supone que eso es una respuesta, y se supone que y exagerando todo eso, pero mamá es así. Se
vamos a admirarnos a nosotros mismos, y a quedar enorgullece de ser agresiva y de hacerlo todo bien.
satisfechos! Mirándola, uno pensaría que sólo tiene unos diez
Era una locura realmente, pero pensó que oía decir años más que yo, y a ella le encanta que se lo diga
a aquel hombre: "Siempre hay una respuesta para todo el mundo, y, claro, lo hacen. En cuanto a papá,
la vieja y eterna pregunta." parece un muchacho. Más joven que los jóvenes.
—¿Qué? —murmuró—. Pensé que decía algo. Pero Como un crío. Jamás sospecharía que él es el
no creo que dijera nada, ¿verdad? Sólo estoy corredor de bienes raíces más próspero de la
hablando conmigo misma. Pensaba en mi abuela, e ciudad. Más joven que los jóvenes. ¡Y moderno!
imaginaba que ella me hablaba de nuevo. La madre ¡Dios mío! Son tan modernos que me hacen sentir
de mi padre. El hombre nada le dijo. Se limitaba a más vieja que las montañas. Y me revuelven el
esperar. Lucy tuvo la impresión de que su rostro la estómago. "Sí", dijo el hombre. "Realmente son
estudiaba alerta tras la cortina, y que estaba dignos de lástima."
oyendo algo que había oído antes miles de veces. —¿Cómo? —gritó Lucy, adelantándose en el sillón—.
¡Qué locura! ¿Dignos de lástima? ¿Es eso lo que dijo, o vuelvo a
Pero el rostro tenso de Lucy empezó a iluminarse imaginar cosas?
suavemente. El hombre no contestó, pero Lucy se sintió segura
—Me gustaría hablarle de mi abuela. Ella no era de que había dicho lo que ella imaginaba que había
muy vieja cuando murió. Menos de cincuenta años. dicho. Se echó atrás de nuevo en el sillón. Frunció el
Usted no pudo haberla conocido. Vivía en Cleveland, ceño. ¿Dignos de lástima? ¿Sus padres tan vitales,
y tengo entendido que usted es un hombre más jóvenes, animados? ¿Sus padres tan alegres,
joven y que nunca ha salido de esta ciudad. ¿Joven? serenos, sanos? ¿Qué había de digno de lástima en
No, no, si dicen que usted es viejo, muy viejo. ¿Es ellos? Estaban adaptados en todos aspectos. Eran
cierto? tolerantes con todo, serios con nada. Le sonreían
¡Oh, qué locura! Pensó que el hombre le contestaba cuando ella intentaba hablarles de su
que era mucho más viejo que el tiempo. Se llevó la desesperación. Le decían que era una fase. Una
mano a la frente. tormenta de adolescente. Ellos no sabían que le
—Me estoy volviendo loca, sin duda —dijo-Ahora habían quitado... ¿qué le habían quitado, ellos que
empiezo '¿. imaginar cosas, cosas que pensé que se lo habían dado todo, incluido un amor sin límites?
me decía usted... locuras... —La abuela... —empezó de nuevo, y ahora, por
¿Qué había oído? ¿Un suspiro? No, era ella misma la primera vez, sus ojos jóvenes se llenaron de
que suspiraba. lágrimas—. Yo quería mucho a la abuela, aunque
—La abuela... —siguió, con voz joven y nunca volví a verla después de los doce años,
desesperada—. Yo tenía unos doce años. Ella vivía cuando mis padres regresaron de Europa. Su casa
en Cleveland. Eso fue el año en que mis padres se era tan... tranquila. Es gracioso que yo piense que
fueron al extranjero, y todos andaban tan prósperos mi propia casal no es tranquila como la de la
y sobrados de dinero que no pudieron conseguir que abuela; sin embargo,! nuestro hogar es realmente
nadie se quedara a cuidarme de modo adecuado pacífico. Nadie levanta' jamás la voz. Todo es buen
aquí, en casa. Yo era una chica mayor y muy humor y sensatez, todo puede discutirse
madura. Pero, para mis padres, era una niña. La razonablemente. Sin embargo, no es tranquila
abuela se ofreció a cuidarme en su casa de según lo era la casa de la abuela. Parecía... parecía
Cleveland mientras mis padres estaban fuera, así haber una presencia en su casa, lo mismo que hay
que me llevaron con ella. Sólo la había visto antes una presencia aquí. Vamos, ¿no es esto una
en tres ocasiones. No era muy popular, absoluta locura?
especialmente con mamá. Mamá decía que era Se estrujó las palmas de las manos fieramente. Las
medieval y que no quería que yo estuviera expuesta lágrimas le corrían abundantemente por las pálidas
a ideas absurdas. Mamá es muy moderna, ya sabe. mejillas.
Es mucho más moderna que yo. ¡Mamá está ya en —Yo... yo he hablado con el doctor Pfeiffer. Él es
órbita! nuestro clérigo, ya sabe. He intentado preguntarle...
Estalló en una carcajada. No sabía cuan cosas. Sobre lo que la abuela me dijo. Y él se limita
desesperada sonaba aquella risa juvenil. a darme un cariñoso golpecito, y dice: "Eso estaba
—En realidad —dijo cuando pudo controlarse— bien para la época de tu abuela, Lucy. Pero tú eres
mamá odia lo que llama la mística femenina. Tiene de la nueva raza. Esta generación vieja os admira
cuarenta y un años y es como mil años más joven mucho. Vosotros rehusáis aceptar las respuestas
que yo. Ella cree que una mujer puede hacerlo todo. circunscritas. Hacéis preguntas más amplias. Sí, os
Si Washington no está alerta, un día de éstos mamá admiro mucho. Vosotros nos habéis dado mucho."

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—¡Y la cuestión —gritó Lucy— es que no nos dan puede que sea tonto, según mis padres
ninguna respuesta! Nos hablan de la ciencia y de comentaron, y anti-cuado, y supersticioso, y
nuevos descubrimientos. Y de problemas sociales. Victoriano, y pasado de moda. ¡Pero significó algo
¡Como si los problemas sociales se alzaran solos en para mí! Ellos, ellos... bien... es como cuando uno
el espacio, aparte de nosotros! ¡Como si no tiene hambre y alguien le lleva a una maravillosa
tuviéramos ninguna identidad personal en absoluto, cocina de suelo de ladrillo, y hay olor a pan
como si no estuviéramos hambrientos de algo que... cociéndose en el horno, y se está disponiendo una
que diera algún significado a nuestra vida! Yo no deliciosa comida y alguien te da un plato y una lo
creo que la gente sea sólo como animales en llena, y se lo come, y desaparece el hambre. Una se
colectividad, como un rebaño de vacas. Con siente llena. Se siente satisfecha y en paz, y
seguridad que vivimos indivi-dualmente, ¿no? Con maravillosamente feliz.
seguridad que tenemos una responsabilidad con "¡Tan feliz! —repitió la pobre Lucy—. ¡Tan
nosotros mismos en primer lugar, antes de tener satisfecha! No recuerdo dónde está en la Biblia,
una responsabilidad para con los demás, ¿no es pero la abuela me lo leyó. "El Señor es mi Pastor,
cierto? Con seguridad que tenemos, tenemos... nada me falta. Él lleva mi alma... mi alma... Él lleva
¿cómo lo llamaba la abuela?, ¡almas! mi alma a los verdes pastos. Tu vara y tu cayado
Enrojeció. Aquella tonta palabra. El hombre debía me confortan. El valle de las sombras de la
estar riéndose silenciosamente tras la cortina. Le muerte... No temeré a la maldad." No lo recuerdo
miró desafiadoramente. El dulce y fragante silencio muy bien, ya lo ve. Pero, cuando ella me lo leyó, me
en torno a ella pareció envolverla más, como si no sentí tan tranquila, tan llena, como si alguien
quisiera perderse una palabra de lo que decía. realmente me amara. Como si alguien me
Insensiblemente, su cuerpo, tan tenso, fue escuchara realmente. Como si todo estuviera
relajándose con gratitud. Sonrió trémulamente y su explicado. Creo que es del Antiguo Testamento,
rostro palideció de nuevo. Empezó a buscar en el pero no lo sé. Nunca he visto una Biblia, ni antes ni
bolso hasta encontrar un arrugado recorte de después.
periódico. Lo extendió hacia la cortina. "Y luego —siguió Lucy, llorando ya sin dominarse—
—Tengo aquí algo que explicará mejor que yo lo que otra cosa que Jesús dijo. La abuela me lo leyó. Era
quiero decir. Apareció en el Pravda, el periódico sobre los niños. Dijo algo de permitir a los niños que
ruso, y fue recogido por nuestra prensa. La chica se se acercaran a Él, de impedir que los rechazaran. Y
llama Svetlina, según el periódico, y vive en Moscú. había algo que una mujer dijo después que Él fuera
De diecisiete años. Escribió al Pravda. Le leeré crucificado: "Se han llevado a mi Señor, y no sé
exactamente lo que dice, pues es lo mismo que yo dónde le han puesto." Cuando pienso en eso, pienso
quiero decir: en mí. ¿Qué han hecho con mi Señor? ¿Dónde le
"Considero al mundo estúpidamente concebido, y han llevado que yo no sé nada de Él? Si es que hay
falto de significado. Aprendemos y trabajamos toda algo que saber...
la vida, y estudiamos, y luego, cuando somos Se llevó las manos unidas al pecho.
valiosos a la humanidad y a nuestro país, —¿Dónde le han llevado? ¿Por qué no oigo hablar de
envejecemos y morimos. ¿Cuál es el significado de Él? ¿Por qué mis padres se ríen con indulgencia
todo esto? ¿No resulta algo indigno y carente de cuando les pregunto? ¿Por qué mis profesores
valor? Todo ese esfuerzo que termina en la nada y hablan únicamente de ciencia social y de todas esas
la extinción... Nuestros científicos deberían tratar de estupideces, como si los individuos no tuvieran
hallar la píldora de la inmortalidad para nosotros." existencia ni esperanza más allá de esta simple
—Ahora bien —dijo Lucy, que no sabía que e taba vida? ¿Por qué el doctor Pfeiffer habla de
llorando otra vez—, eso me suena terriblemente mezclarnos con la humanidad y perder nuestra
patético. ¡Pero yo sé lo que ella quiere decir! ¿De egoísta individualidad? ¡Pero nuestra individualidad
qué sirve que vayamos al colegio y escuchemos es todo lo que cuenta! ¡Es todo lo que tenemos! No
cuando no hay respuestas a la admiración de esos somos almas de grupo, no somos animales que
idiotas que nos llaman "la nueva raza"? Nuestras viven en colectividad. Sólo nos conocemos a
preguntas frenéticas sólo son recibidas con nosotros mismos y nuestros propios pensamientos.
adulación, como si la pregunta fuera importante en "Tenemos hambre. Queremos algo más, aparte de
sí y la respuesta tuviera que ser forzosamente este mundo y nuestras obligaciones sociales.
estúpida. Estúpida, estúpida, estúpida... Pero mi Queremos estar satisfechos como personas. Si no
abuela tenía una respuesta, aunque mis padres estamos satisfechos como individuos, no vamos
dijeran que era medieval. tampoco a servir de nada a los demás. Si sólo
No sabía que se había puesto en pie en su agitación miramos a nuestros compañeros humanos como
extrema y desesperada. animales bípedos, ¿de qué sirve eso? Entonces la
—¡Aquellos cortos meses! No podría decirle lo vida humana no significa nada, ¡entonces yo, y
maravillosos que fueron. Lo que la abuela dijo millones de chicas como yo, vamos a estar tan

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desesperadas como esa pobre chica rusa Svetlina! E Se puso en pie. Se acercó al hombre lentamente.
igualmente amorales, e igualmente carentes de Extendió la mano y la dejó sobre él. Sonrió, aunque
significado. aún estaba llorando. Había una gran paz en su
Se cubrió con las manos el húmedo rostro y gimió alma.
débilmente. —Ayuda tú a mi incredulidad. No, devuélveme sólo
—Sin significado. ¿Dónde se han llevado a mi Señor, lo que mi abuela me dio y todos se llevaron
que ahora no tengo la impresión de estar viva, sino después. Mira, aún tengo que enfrentarme con el
únicamente de formar parte de un grupo? mundo, con la universidad, con los profesores y con
Apartó las manos. mis padres. Les llamaste dignos de lástima, ¿no es
—¿Por qué nos prohíben ir a Él? ¿Por qué nos cierto? ¡Oh, cuan dignos de lástima! Ahora lo veo
bloquean el camino con problemas que se supone bien. Son como niños en la oscuridad. ¿Por qué te
que vamos a resolver en el mundo, este mundo que llevaron lejos, y por qué te ocultaron de mí? Los
siempre ha estado lleno de problemas? Y, si vamos pobres... Pobre papá, pobre mamá. Quizá por eso
a Él, ¿qué puede Él decirnos? ¿Dónde está mi sienten la frenética necesidad de seguir siendo
Señor? Ellos se lo han llevado de nuestras casas y jóvenes, modernos y entusiastas. Pa-recen tan...
de nuestras iglesias, de nuestro gobierno y nuestras febriles a veces. Tan desesperados a veces. Incluso
escuelas. Se lo han llevado al campo, y le han más desesperados que yo... lo estaba.
matado, y le han puesto en una tumba, y Él ya no "Porque ahora ya no estoy desesperada. Hay una
puede hablarnos de nuevo, ni darnos más razón Iglesia junto a nuestra casa, con velas. Está siempre
para vivir. El hombre no contestó. En su completa abierta. Y hay hermosas imágenes en ella. Y una luz
desesperación, Lucy corrió de nuevo a la cortina y junto al altar. No sé porque.
oprimió el botón. Las cortinas azules se separaron "'Pero cada día voy a detenerme allí antes de ir a
ahora silenciosamente, como con aire cansado y clase Voy a descubrir... dónde han puesto a mi
triste, y la luz brilló, y a aquella luz se alzó el Señor.
hombre que escucha.
—¡Oh! —gritó Lucy agudamente, y se retiró— ¡Oh,
Dios mío! ALMA UNDÉCIMA
Luego gritó de nuevo una y otra vez: LA TEJEDORA DE SUEÑOS
—¡Oh, Dios mío, Dios mío, Dios mío! «Todo lo que tu error infantil imagina perdido, yo te
Nunca se había arrodillado antes en una iglesia, lo he guardado en casa...»
ante un altar, o junto al lecho. Pero se arrodilló El sabueso del cielo. FRANCIS THOMPSON
ahora, lenta y penosamente, temblando. Unió sus ALMA UNDÉCIMA
manos apretadamente como una niña pequeña y no El dorado día de primavera no era más fresco que el
una mujer de veinte años. Miró al hombre bajo la aire en la sala de espera de mármol blanco.
luz con maravillada sorpresa. Hombres, mujeres y jóvenes, inconscientemente
.—¡Yo creo! —susurró—. ¿Qué fue lo que dijo mi rela-jados, esperaban que la campana sonara para
abuela? Yo creo, yo creo. ¡Oh, Señor, ayuda tú a mi ellos, como si parte del peso que les abrumaba, y el
incredulidad! ¡Sí, sí! ¡Ayuda tú a mi incredulidad! dolor y la desesperación, fueran disolviéndose ya en
Dame... dame algo que pueda alimentarme, que el suave aire con su aroma de helechos. La mujer
pueda contestarme. Tú no moriste después de todo, que entraba los miró tímidamente, sus labios,
¿verdad? La abuela me lo dijo. Pero nadie más me exageradamente pintados, esbozando una sonrisa,
lo dijo, nadie más. Nunca me dijeron que no te sus ojos, maquillados en exceso observándoles con
habías ido, que estabas aún aquí, aunque ellos te cierta coquetería, el pelo muy ondeado en torno a
hubieran arrojado de sus vidas y se hubieran reído sus viejas mejillas. Era evidente que aguardaba una
de ti. Jamás me habían dicho que estabas aún en mirada de interés de todos los reunidos allí, pero
este mundo moderno, aunque ahora todo esté nadie alzó los ojos para mi-rarla, nadie pareció
cerrado contra ti. darse cuenta de que había entrado. Su sonrisa se
"¡Ayuda tú a mi incredulidad! Yo sé que tú me desvaneció, se transformó en un gesto de
hablaste, porque jamás antes tuve pensamientos desagrado. La puerta se cerró silenciosamente tras
como éstos. Nunca tuve nada más que el ridículo. ella, que quedó apoyada allí como jadeante y sin
Yo era su-ficiente a mí misma... pensaban ellos. aliento, como la jovencita que fuera... hacía
Ellos eran suficientes a sí mismos, también. Quizás cincuenta años. Suspiró provocativamente, pero
eso es lo que los hace sentirse tan asustados nadie alzó la vista. Algunos leían, hundidos en sus
cuando están un poco enfermos o se ven más viejos tristes pensamientos.
y temen que la vida ya no les resulte divertida. Sonriendo de nuevo, tras un instante de duda,
Quizá por eso estaba yo tan... hambrienta, como caminó de modo ostentoso sobre sus altos tacones
esa chica Svetlina. hasta llegar a una silla vacía en la que se sentó. Era
grande y gorda, muy gorda, pero iba

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implacablemente encorsetada. Vestía como una generosamente a la soñada imagen, cerró la
jovencita, con un alegre traje de seda verde, y una polvera, la volvió a guardar, unió el broche del bolso
chaqueta verde también, tensas todas las costuras. y miró en torno a ella, sonriendo.
Una sarta de perlas, falsas a ojos vistas, rodeaban Pero nadie le lanzó una sonrisa en respuesta. Así
su garganta, ya muy arrugada. Como había tenido que buscó una revista. No llevaba gafas en público;
la vaga idea de que se dirigía a una especie de sólo se las ponía furtivamente tras la caja
iglesia se había puesto sombrero, un sombre-ro registradora, en la tienda y en casa. Por tanto no
bastante ancho de terciopelo y paja negra adecuado podía leer nada, aunque simulaba hacerlo y con
para una chiquilla de catorce años. Sus manos profundo interés, la cabeza inclinada a un lado, los
enguantadas de blanco sostenían un bolso de labios en gestito de desprecio como si no estuviera
imitación de piel, que hacía juego con sus zapatos, de acuerdo con el escritor.
también de piel falsa, y los pies, muy gruesos, y Aburriéndose de esta actuación, dejó la revista y
enfundados en medias de nylon, desbordaban de miró a los compañeros que aguardaban en la sala.
ellos. Exudaba un perfume que alguien bautizara No estaba nada mal el traje de aquella mujer de allí,
con optimismo Noches turcas, a un dólar la onza, debía haber costado al menos cien dólares. ¡Pero
pero que olía —como dijera una de sus amigas más negro, en un día tan encantador como éste! Y la
crueles— a sudor perfumado. Se suponía que había mujer debía tener cáncer o algo, tan pálida estaba.
de enloquecer a las señoras como Maude Finch. ¿Por qué no se había pintado las mejillas y los
Algunas de sus amigas más amables le decían que labios? (Nadie iba ya con el rostro limpio estos
no parecía tener más de cuarenta y nueve años, días). Era como una granjera. Debía tener unos
pero sus arrugas perfumadas y pintadas cuarenta y cinco años. ¡Y tan delgada! Talla doce
proclamaban descaradamente sus sesenta y cinco todo lo más, pero sin estilo. Los ojos de Maude
años bien cumplidos, y ni un solo artículo de todo lo pasaban con desaprobación de un rostro a otro,
que llevaba encima había costado más de pero todos estaban absortos en su propio dolor o
veinticinco dólares. Entre las gentes de su angustia. ¡Qué grupo! Al parecer ella era la única de
generación estaba considerada como "un tipo raro", los reunidos allí que tenía vida, color, animación.
pues podía jugar al poker como un hombre, beber Agitó la teñida melena en torno a su cuello y
cerveza como un hombre, tenía una risa dura y mejillas. Era una melena algo alambrosa, pero ella
estrepitosa, y ganaba sesenta dólares a la semana se sintió joven y vital al contacto. Empezó a
como vendedora de ropas en la sucursal de un preguntarse cómo se le habría ocurrido ir allí a ella,
almacén en el pequeño suburbio donde vivía. a Maude Finch, con tanto sentido común, con la vida
Lo triste es que ella se consideraba muy elegante y tan maravillosa que había tenido, y todas las cosas
estaba convencida —al menos casi siempre— de que espléndidas que le habían sucedido.
tenía estilo, eclat. (Había leído esa palabra en el Sólo era que se encontraba un poquito cansada, eso
Harper's Bazaar y ahora la usaba a diestro y era todo. La noche anterior la tienda había estado
siniestro» aunque con mala pronunciación. Nunca abierta hasta las nueve y media, y había habido
había aprendido a pronunciar la mitad de las muchísimos clientes. Por lo menos se había ganado
palabras que utilizaba dándose aire, pero al menos cinco dólares en comisiones. Eso compensaba otros
sabía su significado... hasta cierto punto.) Llevaba días, en los que apenas se ganaba el sueldo. Así que
el pelo teñido, y no por un profesional. Sus ojos, ahora estaba cinco por delante de Nancy, su
pequeños y azules, parecían agotados de cansancio, compañera de tra-bajo y su mejor amiga. ¡Pobre
a pesar de su eterna sonrisa. Su único rasgo Nancy, con aquel terrible marido inválido que había
perfecto eran los dientes, sin fallos, grandes, de mantener! Maude se alegraba de no tener que
blancos y sanos. Muy pocas veces había necesitado mantener a nadie, más que a ella misma, y de un
al dentista, lo que era una suerte para ella. Cuando modo que apenas gastara dinero. Era mejor tener
sonreía alegremente, cosa habitual en ella, sus mucho en el banco, para vivir como quisiera el resto
dientes brillaban, parecía más joven y, sin embargo, de su vida. Sonrió generosamente otra vez e inclinó
mucho más patética que de ordinario. la cabeza con complacencia, y los ojos azules
Se sentó cuidadosamente, arreglándose el vestido y volvieron a brillar con la luz de los sueños, jóvenes
la chaqueta para que no se arrugaran. Eran de pura de nuevo, llenos de vida. Al cabo de algún tiempo
seda, y de la talla máxima, y había podido consultó su pequeño reloj de oro y diamantes (sólo
adquirirlos en la tienda por la mitad de su precio seis plazos más que pagar). ¡Las seis y media! ¿Se
original porque ningún cliente los había pedido. Se habría quedado dormida? Había salido de la tienda a
sentía muy orgullosa de su traje. Lo estrenaba hoy. las cinco, había corrido a casa para vestirse y salido
Se tocó el sombrero, abrió el bolso, sacó la polvera hacia el santuario a las cinco y media, y llegado aquí
y echó una miradita al espejo. No vio el cutis lleno mucho antes de las seis... un viaje de sólo quince
de grandes poros. Vio la encantadora chiquilla que minutos en autobús.
nunca había sido, ni una sola vez en su vida. Sonrió

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Jamás había estado antes en aquel parque, en aquel y te pasas toda la noche mirando por la negra
hermoso césped. Se había trasladado de la ciudad al ventana. Tú... tú tienes ese dolor ahí, ahí
adyacente suburbio hacía veinte años, cuando exactamente, exactamente debajo de ese broche
muriera el querido Jerry dejándola tan resguardada. maravilloso que conseguiste en unas rebajas, sólo
Desde entonces sólo había ido al centro de la ciudad por cinco dólares, y nadie que lo viera pensaría que
un par de veces al mes, a visitar amigos, y siempre es falso. Las piedras azules parecían turquesas
por la noche, y aunque conociera la existencia del auténticas, y las rojas rubíes. Había estado en venta
santuario desde que era mucho más joven, nunca por veinte dólares, pero era demasiado grande para
había sentido la menor curiosidad por él. "La iglesita las mujercitas muy femeninas, así que ella lo había
de algún viejo chivo", había dicho en una ocasión. comprado directamente del mostrador, en la tienda,
"Metodista o algo así. ¿No? Entonces ¿qué? ¡Oh! ¿El por cinco dólares. ¡Bien podía confiarse en Maude
hombre que escucha? Vamos, ¿no es eso idiota? Finch para encontrar una ganga! Aunque Dios sabía
¿Por qué tendría que hacerlo? Sí, ya sé que es un que ella no necesitaba gangas, con el dinero que
lindo lugar, ha estado aquí desde hace siglos... ni tenía. Pero las que tienen vista para las gangas lo
siquiera recuerdo cuándo lo construyeron. Siglos, hacen siempre. Se rió cariñosamente de sí misma.
realmente. He oído decir que millones de personas Era tan mala como la vieja Mrs. Schlott, de quien
vienen a él, incluso del extranjero. Alguien dijo que todo el mundo decía que tenía un millón de dólares.
el gobernador vino una vez, pero, sinceramente, Bien, Maude Finch aún no tenía el millón de dólares.
eso no me lo creo. Bien, al parecer hay más de un Por lo menos aún no. Soltó una risita de nuevo. Si
modo de malgastar dinero, y ese viejo —su nombre las acciones seguían subiendo como ahora ¡ya lo
era Goodwin o algo así— no tenía hijos ni esposa, y creo que lo conseguiría! Quizá se comprara
construyó esto porque era católico y ya no podía entonces una de esas villas en la Ri...viera... ra...
aguantar más a los católicos, ¡y se construyó su que había visto fotografiadas en el Harper's. E
propia iglesia! Divertido, ¿no? Hay toda clase de invitaría a todos sus amigos. "Vamos, ¿qué importa
tipos raros en este mundo." lo que cueste el Jet? Mira, cuando viva allí, te
¿Por qué había venido? Porque se había sentido tan enviaré un billete de ida y vuelta." Todavía no lo
cansada anoche. Quería preguntar al hombre de allí había dicho, claro; la gente era muy envidiosa y ella
dentro si debía dejar su trabajo por otro menos temía a los envidiosos. Supersticiosa, eso sí que lo
pesado. Quizá trabajar sólo parte del tiempo, para era Maude.
prepararse el retiro y una vida cómoda. La mayoría Un caballero anciano que entrara tras ella se inclinó
de sus amigas trabajaban; eso les daba algo en que a decirle:
ocuparse, ahora que los hijos habían dejado la casa. —Creo que esa llamada es para usted, señora.
Todas las mujeres debían hacer algo, ¡por el amor Alzó los ojos asustada. Aún había mucha gente en la
de Dios!, aparte de ir por la casa colgando cortinas sala, pero los que ella viera al entrar ya se habían
nuevas, ¿no? El trabajo mantenía a una mujer joven marchado.
y en plena forma, aunque realmente su trabajo no —Gracias —dijo con gran cortesía, y se alzó
fuera muy importante. Sin embargo era divertido. Y majestuosamente haciendo un gesto de despedida
no es que lo necesitara. Jerry había sido muy bueno con la mano.
con ella. Dios mío, estaba cansada. Y además tenía Había visto ese gesto de despedida en una película
constantemente aquel extraño dolor, justo bajo el extranjera, francesa o algo así. El viejo sonrió
esternón. El doctor de la Compañía le había dicho débilmente, tristemente. Con el aire de una modelo,
que estaba tan sana como el dólar, de modo que no Maude se dirigió a la puerta del fondo, la abrió y
era el corazón, ni cáncer de los pulmones que era entró en la habitación de mármol con los
de lo que todo el mundo se moría. Gracias a Dios almohadones de terciopelo, y una cortina azul sobre
que no fumaba, así que no tenía que preocuparse. una alcoba o algo así. ¿Dónde estaba el psiquiatra?
Era sólo el dolor y el cansancio que le sobrevino la Se aclaró la garganta. No se oyó el menor sonido.
noche anterior. No, estaba cansada desde hacía ¿Se habría ido a tomar café? Bueno, podía esperar.
mucho tiempo. Había oído decir que el hombre de En verdad se sentía horriblemente cansada. Se
ahí dentro era un psiquiatra, y quizá todo lo que sentó en el sillón y admiró el terciopelo de seda azul
necesitara fuera un psiquiatra. sobre los brazos. Terciopelo auténtico, no sintético.
Soltó una risita infantil como una niña de diez años. Ella era una experta. Se quitó los guantes, tras una
¡Maude Finch, que jamás había tenido un dolor ni furtiva mirada a la oculta alcoba, y tocó el
una molestia en su vida, ni un minuto de depresión, terciopelo. Justo como las sillas en casa, cuando ella
acudiendo al psiquiatra! Pero bueno, muchas veces era niña, excepto que algunas de aquéllas habían
había oído decir que si algo iba mal en la cabeza sido de terciopelo rosa y amarillo. Pero la calidad
uno podía sentirse enfermo... no, cansado. No, era tal como ella recordaba; quizá mejor. No. Nada
enfermo. Seamos sinceros, chica. A veces tienes podía ser mejor que sus sillas y los grandes sofás
dolor de estómago y en ocasiones ni puedes dormir, Imperio que habían llenado el salón de su hogar

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infantil. ¿Qué sabía la gente de salones en estos haber habido otros doctores, o lo que sea, a través
tiempos? Salitas de estar, ¡por el amor de Dios! de los años, no sólo usted. ¿Cómo podría haber
Baratas, vulgares. Y aquella gran chimenea de estado aquí el mismo hombre todo ese tiempo? Por
mármol blanco, exactamente igual que la que salió supuesto, eso es imposible. Habrá distintos tipos...
en Harper's el mes pasado, en sus reportajes sobre quiero decir doctores. Perdóneme.
el hogar de uno de los Rosemberg en París... no, no Sin embargo experimentó la increíble impresión de
era Rosemberg. Era... vamos, piensa un poco, a que aquel hombre disentía, de que trataba de
veces se te van las cosas de la cabeza. ¡Ya lo tengo! insinuarle que él, y sólo él, había estado allí todos
¡Rockschild! No, no es así del todo. ¡Rothschild! Se los años, nadie más.
sintió triunfante al recordarlo. Miró con —¿En serio? —preguntó extrañada, y ahora su voz
complacencia la enorme piedra brillante de su mano no era ronca, sino vivaz, como la de una mucha-
izquierda, su anillo de compromiso. ¡Cómo se había chita apenas pasada la pubertad—. ¿En serio? —
reído Jerry y lo había besado cuando se lo pusiera repitió, y no supo por qué se sentía tan aliviada.
en el dedo para demostrarle lo pequeño que era el Tras un instante siguió en un tono discretamente
aro! Apenas entraba en la primera falange de su coqueto:
dedo meñique. Nada era demasiado pequeño para —En verdad no sé por qué vine aquí. Sólo por el
Jerry Finch, que Dios tuviera en su gloria su alma cansancio de anoche. No, no, tengo que decir la
derrochadora. Todo el mundo le envidiaba aquel verdad. Desde hace mucho tiempo, quizás un par de
anillo. "Tengo más en casa", decía ella alegremente años. Y estoy... como enferma del estómago a
agitando la cabeza. Pero en seguida añadía: "No, veces. En ocasiones no puedo comer. Resulta un
quiero decir en la caja del banco, donde tengo todas poco triste comer sola, aunque se tenga una buena
mis acciones y documentos y dinero extra. Nunca cocinera en la cocina, que te sirve menús franceses.
me cogerán de nuevo como en la depresión, allá en Yo compro Realites, ya sabe, con todas esas recetas
la época de Roosevelt. Yo creo en el dinero." francesas, y Denise, ése es su nombre, siempre las
Recordando aquellas observaciones, su rostro está probando. ¿Sabe lo que me hizo el mes
arrugado y pintado se abrió en radiante sonrisa. A pasado? Me pidió que le comprara aza-frán un
veces deseaba haber tenido un hijo o una hija para sábado, ¡un día que yo tenía libre! Vaya, ¡si es tan
ha-cerles felices. Bueno, sirven para presumir. caro como el oro! Compré una onza y Denise dijo:
Algunas los tienen, sobre todo los pobres, y otras "Oh, Mrs. Finch, yo sólo necesito un soupçon..." Eso
no, como ella. Pero a lo mejor sale mal. Uno nunca es francés también. Ella quería decir un poco. Pero
sabe. lo necesitaba para el arroz con el pollo Mornie. Sí,
Luego de pronto se dio cuenta de que todo el es muy triste comer esas magníficas comidas a
tiempo había habido una presencia con ella en la solas, con una botella estupenda de vino helado
habitación; que alguien estaba tras la cortina. Pero Chateau Two, ésa era la marca. Guardo los vinos en
¿por qué no había hablado? ¿Habría entrado quizá la bodega, como hacen los Rothschild. Cerrados con
por la puerta trasera? Se aclaró musicalmente la llave. Hay otros inquilinos en la casa de
garganta. apartamentos donde yo vivo, y uno nunca sabe. A
—Buenas tardes —dijo—. No le oí entrar. Confío en veces los que parecen más ricos son los pobres. Eso
no haberle tenido esperando. Dicen que tiene todo me hace reír en ocasiones. Pero nunca dejo que me
el tiempo que hace falta. Eso es muy amable por su oigan. A mí me educaron muy bien. ¡Queridos
parte. Yo soy Maude Finch, viuda, de cincuenta mamá y papá! —suspiró—. Bueno, no debería
años, aunque estoy muy joven para mi edad, quejarme —continuó alegremente—, y realmente no
incluso más de lo que yo misma creo. debería estar aquí, quitándole tiempo, con todas
Sintió una dulcísima sensación, como si alguien le esas pobres almas esperando para contarle
hubiera sonreído comprensivamente. Se sintió tan auténticos problemas. No como yo. Dicen que uno
conmovida que dijo de corazón: no debería jactarse, toca madera, pero yo he tenido
—Oh, uno no debería decirle mentiras al doctor. todo lo que he deseado en la vida. Nací, como
Realmente tengo sesenta y cinco años. Pero ¿sería dicen, con una cuchara de oro en la boca. Y comí en
usted capaz de creerlo? platos de oro también; no, no quiero decir
Nadie le habló, pero más tarde hubiera jurado que exactamente eso, quiero decir que era porcelana de
un hombre había dicho: "¡No, no lo creo! Eres Ser... ves, con un borde de oro como la que vi en el
solamente una niña." Eso lo recordaría siempre, Vogue una vez. No en mi cuartito de juegos,
siempre... naturalmente; allí tenía sólida porcelana inglesa,
Incluso ahora sintió unas lágrimas repentinas en sus blanca y azul. Pero en el comedor, en las
ojos. Abrió el bolso, sacó el pañuelo perfumado con vacaciones, o para celebrar mis cumpleaños, y en
Noches turcas y se sonó. Navidad, mamá y papá solían usar la primera, con
—Sobre la puerta dice el hombre que escucha. Ése la plata de mamá, pesada como el hierro, que su
es usted —su voz había bajado de tono—. Pero debe madrina le regaló. ¿Le dije que mis padres eran

89
ingleses? Vinieron de Inglaterra antes de que yo jardín a su alrededor, como un parque. Con verjas.
naciera. Mi padre se metió en algún problema con Yo solía columpiarme en ellas. Como esas verjas de
ese Congreso inglés y a ellos no les gustó lo que les las mansiones ricas que veo en el Vogue y en Town
dijo. No, creo que no le llaman Congreso como & Country todos los meses, y en el Harper's Bazaar.
nosotros. La Cámara de los Lores. Nunca me canso de mirar esas casas y jardines tan
"Papá no era un lord, aunque tenía derecho a estar maravillosos como lo que yo tenía cuando era una
allí. Bueno, como sea, no es que yo esté niña, antes de que murieran mis padres. Y
presumiendo. Lo que ya no existe, ya no existe. No habitaciones absolutamente fabulosas en el interior,
vivíamos en esta ciudad cuando yo era pequeña, ni con muros blancos y cenefa dorada, como las de los
siquiera después. Yo sólo llevo en ella treinta años, Rothschild, y cortinajes. Papá los trajo de Francia e
desde que Jerry y yo nos casamos. Él era de Nueva Italia. ¿Sabe lo que quiero decir?, esas cosas de
York. Pero bueno, usted no se metió ahí para oírme brocado, con cuerdas para las campanas de brocado
presumir, ¡por el amor de Dios! Usted sólo quiere también. Y teníamos el viejecito más divertido del
saber por qué tengo este cansancio tan repentino, y mundo como jardinero. Leí una vez sobre eso, en
este estómago raro, y por qué no puedo dormir en una historia inglesa en una revista: "Señora", decía
ocasiones. No lo sé —agitó la muñeca—. Ce... st la él. "Usted no tiene que tocar mis rosas". ¡Como si
guer... Eso significa así es la vida. Francés. Yo yo fuera a hacerlo! ¡Mamá me habría matado!
puedo hablar francés como una nativa, y ni siquiera "Leí un libro una vez —y no es que tenga mucho
los "dandies" pueden hablar igual de bien. Los tiempo para los libros, con tantas obligaciones
"dandies" significa, ya sabe, los de clase muy alta. sociales— que se llamaba West Lynne. O quizás era
Los tenemos constantemente en nuestro salón. East Lynne. Bueno, como fuera, y decía que la
"¿Es que él nunca dice nada?", se preguntó. "Bueno, protagonista, siempre olía tan dulce y
estoy segura de que ha dicho algo. Lo recordaré agradablemente como las sales de baño. Pues así es
más tarde, cuando no esté tan cansada." como olía mamá y toda nuestra casa, y papá solía
—No sé su edad —dijo—, pero si ha estado aquí oler como el tabaco que anuncian en Squire.
todos estos años debe ser tan viejo como Dios. Y Varonil, y con tweeds. ¡Querido papá! Solía sacarme
tan cansado —se rió como disculpándose—. Dicen a pasear en el pequeño cochecito por los terrenos, y
que también es usted ministro, además de a veces a visitar a los tíos Sim y Ned. ¡Qué encanto!
psiquiatra, y yo espero que no haya... quiero decir Y luego volvíamos a casa a tomar el té del domingo,
que no le haya insultado. Pero en ocasiones es que con todas las campanas sonando, y yo comía con mi
digo justito lo que se me ocurre; todo el mundo nurse.
comenta que siempre digo lo que pienso. Bien, uno "Bueno, ésa era la parte más buena, pero a mí me
ha de ser franco, ¿no?, y no hipócrita. Yo no creo en gustaba mucho el colegio. Mamá quería que yo
eso de decir cosas que no sean verdad. fuera a un colegio privado, pero papá era
De pronto su rostro se contrajo en cientos de democrático, después de todos aquellos lores...
profundas arrugas apretadas, y las lágrimas ¿sabe? Así que fui a la mejor escuela pública de la
estallaron de nuevo en sus ojos. ciudad, y los chicos envidiaban mis maravillosos
—¡Oh! —gritó—. Es que me siento enferma vestidos. A mí no me importaba. ¡Oh, Dios! —gritó
recordando mi vida maravillosa con mamá y papá — con voz crecientemente desesperada—. ¡No me
que es como llaman a los padres en Inglaterra, y no importaba! ¡De verdad que no! ¿Qué importaba? Lo
mami y papi, como hacen los críos americanos—. Y único que me hería mucho era ver a las niñas
pienso también en mi maravillosa vida con Jerry. riéndose...
Nunca hubo nadie como Jerry, de verdad. Me lo dio Se detuvo aterrada. Se llevó las manos a la
todo, aunque yo no lo necesitaba. Mis padres me temblorosa boca y miró la alcoba. Pero nada se
dejaron mucho. ¡Mucho! Pero murieron cuando yo movía tras la cortina. El hombre escuchaba. Ella
tenía ocho años; no, siete. Y yo, y todo lo que tenía, sabía que le entendía. Aquellas niñas celosas,
quedamos bajo la tutoría de mi tía. Tía Sim, así la porque ella tuviera tan lindos cabellos dorados...
llamaba yo. Supongo que su nombre era Simplicity, Como una princesa, como la pequeña princesa Ana
¡qué nombres más anticuados, eh! Y tío Ned. Él era de Inglaterra, con una cinta sobre la frente.
un importante corredor de bolsa en otra ciudad, no Al fin pudo hablar con voz temblorosa.
importa dónde, puesto que ahora vivo aquí. Me —Mi vida era como un cuento de hadas, ¿sabe? No
gustaría muchísimo hablarle de mi infancia. ¿Puedo hace falta hablar tanto de ello, supongo. Sólo había
hacerlo, por favor? felicidad, y el alegre sol y unos padres muy cari-
¿Había oído "Sí"? Estaba segura de ello. Sonrió con ñosos. Mamá era como una reina. Se sentaba la
cariño a la alcoba e inclinó la cabeza a un lado. mayor parte del tiempo en su cha... selong, con una
—Quizás usted sea rico también, así que lo manita sobre los pies, como algo que leí en una
entenderá. Puedo recordarlo con toda claridad, novela cuando era pequeña. Pero ¡en cuanto a
como si fuera ayer. Nuestra casa tenía un gran amor! Ningún niño tuvo jamás tanto amor como yo.

90
Y tanta diversión. Debería haber visto nuestras —No puedo soportar el pensar en ello —repitió en
Navidades. Árboles que casi llegaban al techo — un tono más sereno—. Yo sólo tenía ocho años.
techos de tres metros— y ángeles y bolas de oro, Entonces murieron papá y mamá. Nunca me lo dije-
como el que vi en la ventana de un hotel una vez ron. Creo que estaba patinando. Nunca lo descubrí.
que celebraban una fiesta para una debutante. Le Y entonces fui a vivir con tía Sim y tío Ned.
digo que me quedé en pie, allí sobre la nieve, "No es que me queje. Naturalmente, lloré mucho al
soñando en cómo era cuando yo era niña, con todos principio. Pero ellos fueron como mis propios padres
aquellos regalos de todo el mundo, un gran caballo para mí —tragó saliva—. Y ricos, o más ricos que
de balancín también y un guardapelo con un papá. No tenían hijos y me adoptaron y mi vida
brillante en él, como el que vi en una joyería una siguió igual que mi vida en casa —sus manos se
vez, y un perrito blanco. Yo le llamaba "Tim". ¡Era aferraron a los brazos del sillón—, ¡como mi vida en
tan cariñoso! —suspiró—. Se perdió un día. Papá casa!
ofreció cientos y cientos por él, pero era de muy "Sí", dijo el hombre con pena (¿le había oído en
buena raza y no lo devolvieron. No era un poodle, verdad?)..., "como tu vida en casa".
como los que se ven en Harper's. Algo mucho Asintió ansiosamente, con una fiera y terrible
mejor. Tenía un collar de piedras del Rhin y hecho sonrisa.
de plata. —¡Sí! ¡Como mi vida en casa!
"¡Oh! —exclamó; su rostro brillaba como el de una Silencio. Profundo silencio. Después de algún tiempo
niña maravillada y gozosa—. ¡No tiene idea de cómo se llevó la mano rápidamente a la sien.
viví cuando era pequeña! Todo tan lleno de paz, de —A veces me da un dolor de cabeza horrible cuando
cariño, ¡todo tan fantástico! Como un sueño, como las cosas se mezclan en mi mente. Un dolor de
el cielo. Y los besos que recibía... mamá y papá se cabeza muy raro. No quiero decir raro en el sentido
me disputaban, se sentían celosos, ¿sabe? Mire, que la gente le da estos días —intentó reír—.
tengo una cicatriz, y bastante fea, aquí junto al Aunque, tiene gracia. Todo se mezcla allí y empieza
codo, como una quemadura. Tiraron de mí tan a desorbitarse y yo me asusto. Entonces me digo:
fuerte que me caí al fuego. ¡Cómo gritaron ellos y "Vamos, Maude, serénate. Tienes que enfrentarte
me besaron! Tuve una nurse extra durante un mes. con los hechos. Ya no vives con los tíos. Vives aquí,
Seguro, era una quema-dura, no lo que el doctor en tu apartamento tan lindo y encantador, con
dijo, una especie de herida con algún instrumento. todas esas antigüedades, y la plata, y tienes mucho
No era muy inteligente. Yo solía leer mucho cuando de que sentirte agradecida, aunque tu trabajo no
era pequeña —dijo bruscamente. Y su rostro sea gran cosa. Te ganas la vida, ¿no?"
cambió—. A mamá le encantaban las novelas de De nuevo se cubrió la boca con las manos y su
todas clases, era muy sentimental, ¿sabe? Y rostro enrojeció.
teníamos una enorme biblioteca. Toda llena de —Yo... no sé lo que digo en ocasiones. Las cosas se
novelas... Y supongo que libros de historia y de me salen, quiero decir, nunca se me salieron así
poesía para papá. Yo leía toda clase de cosas, pero antes. Eso es porque me está escuchando. Pero
sobre todo historia de gente como nosotros, ricos, tiene que excusarme. Parece que no hablo con
cariñosos y amables, y que olían bien, y grandes claridad. Ha de tener paciencia.
jardines verdes llenos de flores, y gente con lindos "Bueno, como iba diciendo, no fui a ninguna escuela
vestidos... tul y seda de China y tafetán... como los una vez estuve con mis tíos. Tenía profesores
nuestros. Y grandes pieles para envolverme en ellas particulares, y los mejores. Yo estaba como en un
cuando salía en trineo en invierno, y a patinar en el conven-to. Sólo las mejores chicas venían a verme,
pequeño lago cercano. todas iban a ser presentadas en sociedad, como yo.
Desesperadamente gritó: Y los mejores chicos. No me gustaban mucho los
—¡A veces no puedo soportar el pensar en ello! chicos; me tiraban del pelo y se reían de mí. Yo era
¡Dios mío, Dios misericordioso, no puedo soportar el más bien tímida casi siempre. Terriblemente tímida.
pensar en ello! Y luego aún fue peor —las palabras salían
Se cubrió el rostro con las manos y sollozó como si desordenadamente—. Y, cuando tenía diecisiete
algo se hubiera roto en su interior. Gemía una y años, conocí a Jerry Finch. Era... abogado. Buena
otra vez: situación en una buena firma, como Perry Masón,
—¡No puedo soportarlo! ¿sabe? Sólo que con más abogados. A él no le
Siguió llorando hasta quedar exhausta. No había gustaban mucho mis tíos, y, desde luego, ellos no le
ventanas en la habitación. La luz que bañaba los querían a él. No era muy rico, como nosotros, pero
blancos muros se hacía más y más suave y sí de una familia maravillosa. Tenían acres y acres
consoladora. Sus sollozos fueron menguando; al fin de tierra. Pero nadie era como Jerry. Nosotros... nos
pudo enjugarse los ojos enrojecidos. Su rostro era fugamos y nos casamos. Yo aún tenía diecisiete
viejo ahora, desaparecido el maquillaje y los polvos, años. Vivimos algún tiempo en aquella ciudad y
y se acentuaban sus arrugas y le temblaba la boca. luego nos vinimos aquí. Eso fue hace treinta años.

91
Un nuevo comienzo, dijo Jerry. Él... había ganado "Tranquilízate", dijo el hombre.
mucho dinero como socio. Como aquel viejo Alzó violentamente la cabeza.
abogado que yo leí cuando tenía unos veinte años. —¿Qué dijo? ¿Tranquilízate? No, supongo que estoy
¡Clarence Darrow! Un pico de oro. Así les llamaban imaginando cosas de nuevo. A veces imagino
en aquellos tiempos. demasiado.
Dejó que la brillante piedra soltara algunos destellos Suspiró y esta vez el sonido salió como un gran
en la habitación y gritó con voz de triunfo: gemido de lo más profundo de su alma angustiada.
—¡Mire mi anillo de compromiso! Jerry pagó diez mil Sus labios estaban exhaustos y débiles cuando dijo:
dólares por él, ¡y eso fue antes de la depresión! Ésa —Pero Jerry me dejó muy bien arreglada,
es la clase de hombre que era Jerry, nada maravillosamente. No debería quejarme. Un seguro.
demasiado bueno para la pequeña Maudie, decía él. Es cierto que... quiero decir, nunca pensé en el
Así es como me llamaba. ¡Oh, Jerry bebía seguro. ¡De verdad! Sólo quería a Jerry. Él era como
demasiado! Había tenido... una infancia trágica. Yo un niño para mí, tan indefenso. Incluso le
sé mucho de eso de la salud mental. Todo se perdonaba cuando él... quiero decir, cuando se
remonta a la infancia. Era huérfano. Él fue a... enfadaba y me hablaba con frialdad. Pero no
bueno, era una especie de internado para hablaba sinceramente.
huérfanos, como el del príncipe Carlos de Inglaterra, "Y ahora estoy aquí hablando de todas estas
sólo que, claro, el príncipe Carlos no es huérfano, cosas... Tengo sesenta y cinco años y a veces las
¡ya sabe lo que quiero decir! Pero era muy duro, eso cosas se me amontonan y no se puede dejar de
es lo que Jerry dijo. Y eso le hacía beber mucho. No pensar, aunque una se diga que de qué sirve, y no
me importaba demasiado. Me sentía incluso agra- se puede dejar de recordar... No era tan malo
decida... quiero decir, yo le amaba. Nadie fue jamás cuando era más joven y aún esperaba... pero ahora
como Jerry. Cuando veo los maridos de otras me miro y... quiero decir, ¡las cosas deberían haber
mujeres me parecen espantajos, no como Jerry. sido tan diferentes!, pero supongo que no son para
Sólo idiotas que se van a trabajar todos los días y personas como yo. Yo... tengo que aguantar lo que
luego entregan los cheques de paga a sus esposas y venga...
juegan con los niños... todo el tiempo, los Se puso en pie de un salto y extendió los brazos y
domingos, y por la noche. Los veo en la calle, en lo casi chilló:
que ellos llaman un apartamento con terraza pero... —Pero ¿por qué tuvo que ser de ese modo? ¿Por
bueno, quiero decir, es muy agradable así, pero no qué no pudo haber sido distinto? ¿Era yo tan mala,
es como el mío con Denise. tan mezquina, una niña tan repelente que tenía que
Inclinó la cabeza. No podía recordar cuándo se sucederme todo así? ¿Qué hice yo? No hago más
había quitado los guantes, los dos. Pero ahora que pensarlo. ¡Yo no hice nada en absoluto!
estaban húmedos y arrugados en su regazo, y un Se volvió con un gesto violento y se lanzó al sillón.
poco sucios. Tendría que lavarlos de nuevo esta Enterró el rostro en el respaldo y, aferrada a él,
noche, para tenerlos listos mañana. lloró como jamás había llorado antes, destrozada,
—Jerry —dijo con voz monótona— era muy sensible. temblando, ahogando los sollozos, como si su
Empezó a beber más y más, ya sabe, en el cuerpo se derrumbara por instantes y su corazón
departamento de bebidas. ¡Oh, la cuestión del quedara expuesto y desnudo en su angustia. Era
dinero no ifl1" Portaba! Teníamos mucho. Yo tenía el ahora una vieja, más vieja que su edad. Era
de mis padres desde que cumplí veintiún años. No también una niña desesperada y sola, una niña
era demasiado malo. No teníamos hijos... de eso me aterrorizada, angustiada, una niña que vivía
sentía agradecida en cierto modo. A Jerry no le hundida en el terror y la angustia.
gustaban los niños de todas formas, y Jerry era mi —Vine aquí —dijo, con los labios apretados contra el
vida. Yo casi le ponía la comida en la boca. respaldo del sillón, como una niña aprieta los labios
Estábamos tan enamorados que nuestros vecinos contra el seno de su madre— porque estoy tan
ricos se sentían celosos. Eso me daba risa —se echó cansada y tengo esos dolores de cabeza y se me
a reír—. Yo tenía cuarenta años cuando él... bien, revuelve el estómago. Quizá sea la antigua
tuvo una enfermedad del cerebro, así la llamaron, menopausia. Y pienso, y pienso, y miro a las
reblandecimiento del cerebro o algo así. Y murió, mujeres en sus lindas casas con los niños, y los
después de aquellos años tan maravillosos. En buenos maridos, y un coche... yo jamás tuve coche,
ocasiones no puedo soportarlo. ni siquiera una bicicleta... y me pregunto por qué
Su voz vaciló. Se cogió a la silla. Se retiró el pelo ellas tienen cosas tan buenas, y yo... yo nunca tuve
que le caía ahora sobre sus ojos y se movió inquieta nada... nada en toda mi condenada vida.
sobre su enorme trasero. Sus labios se hundieron más profundamente aún en
—No puedo soportarlo —murmuró—, no puedo el terciopelo, hambrientos, como si aquello fuera
soportar pensar en ello, ni en nada. Supongo que carne para ella, una carne amada.
me estoy volviendo loca. Quizás voy a tirarme al...

92
—¡Si sólo tuviera algo bueno... algo bueno que clase de cuidados que recibíamos en aquel viejo y
recordar! pobre asilo donde yo estaba, donde Jerry estaba,
Dio media vuelta fieramente, desafiantemente, aunque yo no supe que él había estado allí hasta
cogida aún a los brazos del sillón, y miró a la que tuve diecisiete años.
cortina. "¿Acaso alguien se rió alguna vez de usted, o se
—¡Jamás tuve una sola persona con quien hablar, a burló de usted como hacían conmigo? Apuesto a
quien decir nada, nadie que se preocupara por si yo que no, ¡no de usted, con toda su educación y
vivía o moría, nadie que se ocupara o se preocupara dinero! Cuando yo tenía ocho años una prima de mi
por lo que pudiera sucederme! ¿Sabe algo, usted, el madre, tía Sim y su marido, vinieron por allí y
que está ahí detrás, el que nunca dice una palabra? dijeron que yo era propiedad suya y me sacaron. Tía
Le he contado un montón de mentiras. Y ¿sabe por Sim quería que alguien trabajara por ella en la
qué? Porque me obligué a mí misma a creerlas cocina, ¡la muy perezosa! El asilo de huérfanos se
cuando la vida me iba mal, como me ha ido alegró de librarse de mí. Estaba abarrotado. No
siempre. Una persona necesita tener algo en que sabe usted lo que era, en aquellos tiempos. De
creer, aunque sean mentiras. ¿Sabe por qué? todas formas, tío Ned, como yo le llamaba, era
Porque no podría soportar el vivir si no lo hiciera. No camarero en un asqueroso salón, y yo solía fregar
podríamos soportar la verdad de lo que hemos allí el suelo de noche después de la escuela a que
estado viviendo... me refiero a las personas como iba... con los escupitajos y todo. Y sólo recibía
yo. golpes, y cachetes, y bofetadas de ellos. ¿Ve este
"El único modo de conseguir que la gente me mirara brazo? Tío Ned estaba loco. Se enfureció con tía Sim
siquiera y me viera como una persona, alguien que una noche y lo pagué yo, y como llevaba un cuchillo
fuera al menos una persona agradable y no una en la 'Rano me cortó en el brazo con él. Apenas
pobre huérfana, era contarles todas esas historias puedo levantarlo ahora, y ¿cree usted que eso es
fantásticas. Quizá no las creyeran, o quizá las fácil, en la tienda donde yo trabajo? ¡Pues está loco
creyeran un poco, o quizá pensaran al menos que si cree que lo es!
algo era verdad, o les gustara algo. "Y conocí a Jerry en el salón una noche que yo
"Es todo lo que he tenido, lo que yo me obligué a estaba trabajando allí. Me hicieron dejar el colegio
soñar leyendo algunos libros que encontré y cuando tenía doce años, así era entonces, y
simulando que era yo. Y luego, hace tiempo, solía trabajaba lavando platos en la cocina detrás del bar,
comprar revistas, como ésas que le nombré, y ganándome así la comida y limpiando después.
soñaba que yo había nacido una Rothschild, o Jerry tenía treinta años, un hombre maduro, un
quizás una Rockefeller, o quizás una princesa "pregonero" que es como llamaban a los vendedores
inglesa, o alguna chica rica que tenía padres que la entonces. Iba por las ciu-dades vendiendo cosas,
amaban y todas esas maravillosas cosas, y una como linimento, medias y cacharros de cocina. Yo
infancia encantadora. No era sólo ser rica al pensé que era magnífico de verdad. A veces ganaba
principio, sino tener unos padres como los que veo quince o dieciocho dólares a la semana, y eso era
constantemente a mi alrededor. Uno ha de tener mucho dinero entonces. Y era un tipo agraciado en
algo de respeto propio, ¿sabe? Como tener cierto modo, y con los zapatos brillantes. ¡Oh,
parientes agradables... demonios! Ahora dicen que los adolescentes son
"¡Míreme! —gritó poniéndose violentamente en pie e aún niños, pero yo sí que era una niña de verdad,
inclinándose adelante sobre su gruesa cintura, en no con todo ese sexo y labios pintados y tacones
actitud de absoluto desespero y rabia solitaria—. ¡Yo altos que llevan ahora. Yo sí que era una niña de
nunca supe quiénes fueron mis padres! Lo primero diecisiete años.
que conocí fue el asilo de huérfanos, hace sesenta "Y fea además. Puedo verme a mí misma con los
años. una porquería. Frío, hambre, y jamás ropas harapos que llevaba, y las botas todas remendadas,
decentes. La mayoría de los críos tenían a alguien y el pelo cayéndome por la espalda. No, no era una
en alguna parte que les enviaba algunas cosas, melena rubia dorada, aunque a veces me engaño
aunque fueran de segunda mano. Yo no tenía a contándolo así. Era sólo pardo y liso, y yo me rizaba
nadie. Yo llevaba harapos que ya eran harapos el flequillo los domingos. ¡Era una chica fea, de
desde el principio. Nunca estuve caliente, ni un día acuerdo! Pero Jerry decía que yo le gustaba. Un día
en mi vida. ¡Usted, el de ahí! ¿Estuvo alguna vez sin se metió a pelear con tío Ned que estaba
hogar, y tuvo frío y jamás tuvo una casa propia? retorciéndome el brazo y yo me enamoré de él
¡Apuesto a que no, usted, psiquiatra rico! ¿Vio en instantáneamente, aunque no fuera un Errol Flynn
alguna ocasión que la gente se apartara de usted ni ninguna de esas estrellas de cine de nombre tan
porque no era guapo, o rico, o porque estaba gracioso que ahora aparecen en las películas. Se
asustado, al modo en que yo siempre lo estaba? lanzó a pegar a tío Ned y luego me dijo: "Chiquilla,
Todo lo que tenía eran mis dientes. ¡Menos mal! De te he visto por aquí y me gustas, me das pena.
no haber sido así, ahora no tendría ni uno, ésa es la

93
¿Qué te parece si tú y yo nos vamos jun-tos?" ¡Le todas celosas, y empezaron a llamarme mezquina
digo que me hubiera muerto de alegría! por culpa de mis ropas. “Lo mete todo en el banco”,
Sollozó con un angustioso sonido que no podía decían hasta cuando yo podía oírlas, y yo me sentía
controlar, que ni siquiera intentaba controlar ahora. tan orgullosa de Jerry y de mi gran cuenta bancaria
—Diecisiete años, una auténtica niña, sin idea de que empecé realmente a creer que la teníamos.
nada. Jerry tenía una habitación en una pensión, y Compraba revistas viejas como Bazaar y Vogue y
me llevó allí, y un par de días después nos casamos. miraba todas las fotografías, y poco a poco... ¡Ah,
Supongo —tartamudeó— que debería estarle sí! Y el Ladie´s Home Journal y otras revistas
agradecida porque lo hiciera, pues en aquellos femeninas... empecé a soñar en tener trajes como
tiempos cualquier cosa podía pasarle a una chiquilla aquellos, y joyas así, y pieles. Pero sobre todo la
que estuviera en un sitio como aquél. Y empecé a casa y los niños, y las sábanas suaves y los lindos
tomar tres comidas al día, verdaderas comidas, por platos y las alfombras. Y a veces, los sábados por la
primera vez en la vida. Aquello llegó a ser como el tarde, me iba a mirar las tiendas verdaderamente
cielo. Jerry... bien, bebía un poco... ¡no! ¡Estaba buenas de esta ciudad, y me paseaba por ellas
borracho casi siempre! Yo tuve que buscar trabajo mirando todas las cosas que tenían, y las ropas, y
en una pequeña fábrica y ganaba cinco dólares a la poco a poco empecé a creer que yo estaba
semana, y trabajaba doce horas al día, seis días a la realmente comprando, ¡yo, con solo tres vestidos
semana. Pero aún me siguió pareciendo el cielo baratos y un abrigo tan vejo que ya había olvidado
durante algún tiempo, después de haber estado con lo que pagara por él, y no era bueno ni siquiera
mis tíos. cuando lo estrené!
"Y entonces —tragó saliva varias veces, el rostro Se rió de sí misma, medio gimiendo, medio
ardiente de dolor y lágrimas— Jerry empezó a sollozando.
golpearme cuando estaba borracho, y luego aunque Y supongo que es todo. Pero hace unos treinta y
no lo estuviera. Yo creo que empezó a hartarse de cinco años, mirando a Jerry un día, me pregunté
mí. Yo seguía siendo muy fea. Pero él era todo lo como lo enterraría si el muriera. Aún me sentía
que tenía, y, bueno, yo me aferraba a él, y le agradecida a pesar de todo. Era todo lo que tenía.
prometía que, si se quedaba conmigo, yo me Así que un día le obligué a estar un poco sobrio y le
cuidaría de él, así que él dejó su trabajo, y sólo yo planché su único traje ahora tenía un empleo y le
trabajé. Trabajaba hasta los do-mingos, limpiando envié a la compañía de seguros. No, yo fui con él.
despachos, para compensarle de que se hubiera Ahora tengo que ser sincera en todo. Le dije que yo
casado conmigo y me hubiera sacado de allí. ¡Oh!, era la que estaba asegurada. De todas formas, en
él trabajaba en ocasiones, aquí y allá, porque yo no aquellos días, no importaba mucho; los tiempos
conseguía ganar suficiente dinero para sus tragos, eran prósperos y todo el mundo estaba comprando
pero no con frecuencia. Luego oí hablar de una seguros... ya sabe, los años veinte. No hacían
fábrica más grande en esta ciudad, y nos vinimos demasiadas preguntas, pero les gustaba la idea de
aquí y llegué a ganar catorce dólares a la semana que yo estuviera trabajando por el seguro, y
para cuando tenía veintidós años. No estaba mal, trabajando a diario. Lo comprobaron conmigo y
pero tampoco era demasiado. Yo no comía con vieron que yo pagaba la renta todos los lunes por la
regularidad, si sabe lo que quiero decir. noche... Así que, de todas formas, conseguí que
"A veces me ponía a soñar que Jerry era un hombre Jerry se asegurara por tres mil dólares, y luego
bueno y sobrio, con buen trabajo y ganando dinero, pude dormir de noche, sin preguntarme si le
y que teníamos una linda casita en una calle enterraría en un camino o algo así. Era todo lo que
tranquila, con un coche, quizá de segunda mano y tenía.
un par de niños. ¡A veces era tan real que, cuando “Verá, doctor, él... pues era como un niño para mí,
me despertaba por la mañana en el par de y había de cuidarle, y lavarle la ropa por la noche, y
habitaciones sucias que teníamos en esta ciudad, no darle de comer cuando ni siquiera podía
podía creer que no lo fuera! Le aseguro que podía incorporarse después de haber vomitado por beber
oír a mi niñito, lo llamaba Tommie en mis sueños, aquel licor tan bestial que se tomaba en aquellos
diciendo “Mamá, mamá!”. Así era. tiempos, ¿cómo le llamaban?, ¡ginebra de tina de
Sus labios temblaron en una tierna sonrisa, y de baño! No lo recuerdo, yo jamás lo toqué. Y me decía
nuevo hubo un brillo soñador en sus ojos. Luego lo muy guapo que era, y que estaba enfermo, no
empezó a temblar violentamente. borracho, y que era todo lo que yo tenía.
Y llegó a ocurrir que el único modo en que podía “Unos quince años después, cuando ya vivíamos
salir adelante, trabajando constantemente y aquí, murió, y yo me quedé sola de nuevo. Tuvo
volviendo a aquellas horribles habitaciones con Jerry delirium tremens. Y era en la depresión. Yo aún
borracho en la cama, era simular que yo era alguien tenía mi trabajo, pero me recortaron la paga. No me
distinto, y que había tenido una vida maravillosa. importó demasiado, las cosas eran mas baratas. ¡Y
Hablaba de ello en la fábrica. Las chicas estaban ahora disponía de tres mil dólares! Me gaste

94
ochocientos en el funeral de Jerry. Fue realmente cortinajes, y la plata, y las alfombras orientales, y, a
elegante, aunque sólo estuviera yo y la patrona de veces, de noche, me llegaba hasta las mismas
la pensión y un par de chicas de la fábrica. Y él tuvo ventanas y miraba y, ¡ya lo creo!, ¡las habitaciones
un nicho también, y una tumba donde los árboles eran como las que yo había visto en las revistas! Yo
son realmente bonitos. Él ya estaba arreglado, pero soñaba que vivía allí con un marido rico y que tenía
yo estaba sola. media docena de niños adolescentes, o quizá
“El resto del dinero me parecía fantásticamente mayores ya, y casados y con niños... ¡Era
bueno! ¡Y lo era! Especialmente cuando perdí el magnífico!
trabajo y no tuve otro en dos años. Viví de ellos, Dejó caer la cabeza y entonces sus ojos cargados
muy apretada, pero me duró, y aún quedaba un advirtieron el anillo en su dedo. Alzó la mano y dejó
poco cuando conseguí un empleo en otra fábrica, que la suave luz le arrancara destellos.
cuando Hitler empezó a salir en las noticias y todo el —Este anillo —dijo medio para sí y sonriendo como
mundo pensaba en la guerra, y el gobierno deseaba disculpándose— es sólo una falsificación, aunque el
el rearme para nosotros y para otros países. Por eso oro es oro auténtico. Pagué cuarenta y cinco dólares
conseguí un estupendo trabajo, treinta dólares a la por él en unas rebajas, y en verdad no se puede
semana, y luego cuarenta, y cincuenta, y sesenta... distinguir que no sea un brillante. Sólo un joyero lo
hasta setenta cuando nos metimos en la guerra. haría. Es hecho a mano, de artesanía, ¿sabe? Todo
Sonrió, y su ancha sonrisa cubrió todo el viejo el mundo piensa que es bueno. Yo les digo que
rostro. Jerry me lo dio cuando nos comprometimos. Un
—¡Siempre se puede confiar en la pequeña Maudie! repentino cansancio se apoderó de ella, que se echó
¿Cree usted que perdió la cabeza como lo hicieron atrás en el sillón y tosió débilmente. Su cuerpo
las otras chicas? ¡Pues no, señor! Ahorró la mayor grueso parecía ahora cercano a la disolución y el
parte del sueldo. Por eso tengo ahora siete mil colapso, como si se empequeñeciera. Su voz apenas
dólares en el banco, y eso es bueno, porque con la era ahora un susurro.
paga que tengo ahora y con los precios tan altos, no —Y eso es todo. Todo lo que tuve en mi vida, unos
puedo ahorrar un centavo. Verá, tengo un cuantos sueños. ¿Hice mal con eso a alguien? No.
minúsculo apartamento en un viejo edificio en los Seguro, eran mentiras, aunque a veces pienso que
suburbios, sólo dos habitaciones, y comparto el eran verdad. No me hizo daño a mí, y no sé si
baño con Nancy, la vecina, ¡pero he de pagar podría haber vivido sin ellos, doctor.
sesenta dólares al mes por ello, y aparte la comida! "Pero ahora estoy terriblemente cansada, aunque
"En todos esos años leía todas las revistas de que le los doctores de la Compañía dicen que tengo buena
hablé, y soñaba, soñaba, soñaba... Era el único salud. Me pongo a pensar. Tengo siete mil dólares y
modo de soportar la vida. Luego Nancy me dice un un empleo, pero no tendré el empleo mucho más
día: "La guerra ha terminado, ¿por qué tienes que tiempo. Querían que me retirara este año, pero
trabajar en una fábrica con pantalones? Consíguete ¿cómo voy a vivir con ochenta y cinco o noventa
un trabajo decente con todo lo que sabes de estilo, dólares al mes que me dé la Seguridad Social? Así
y de ropas y perfumes." Así que busqué por ahí, y, que me van a dejar quedar algún tiempo más,
al cabo de algún tiempo, conseguí trabajo en unos porque yo se lo expliqué. El psiquiatra de la
grandes almacenes por treinta y ocho dólares a la Compañía me pregunta: "¿No hay una tía, o prima,
semana, que no es mucho, pero aparte cobraba o una hija o hermanos con los que pudiera vivir, o
comisiones, y empecé a hacerlo tan bien con mi una amiga íntima?" Pero yo me río de él. Le digo
sentido de la elegancia y lo que sé de ropas y que quiero ser independiente, y que quiero
cuándo ponérselas, que me subieron a cincuenta conservar mi nidito. ¡Dios mío, supongamos que me
dólares y comisiones, y todas las señoras, algunas pongo realmente enferma durante un año o así!
de ellas ricas de verdad, preguntaban por mí ¿Cómo saldría adelante?
personalmente, porque yo siempre les decía la "Mucha gente dice que debería haber ahorrado más,
verdad y a ellas les gustaba oír mis historias sobre pero ahorré todo lo que pude, y aún no es
mi maravillosa infancia y toda la vida tan suficiente, y eso en todos los años antes y después
encantadora que había tenido. de la guerra, cuando sólo ganaba lo bastante para ir
Se detuvo, palideció su arrugado rostro y se llevó la tirando. Y el dinero sigue haciendo intereses en el
mano al pesado seno, dejándola allí. Suspiró banco. Yo espero que me dejen seguir hasta que
profundamente, un largo suspiro, como un gemido tenga unos nueve mil dólares, pero, según está
sin lágrimas. subiendo todo en estos días, tampoco eso es
—Jamás estuve en las casas donde las señoras mucho. Alguien dijo que podría comprarme una
vivían, las ricas quiero decir. Yo caminaba por allí de anualidad, ¿sabe lo que quiero decir? Usted pone
noche, mirándolas y soñando que vivía allí. Me todo su dinero y ellos le pagan tanto al mes, y creo
parecía que podía ver el interior de las casas, y que sería como noventa o quizá cien, y eso en diez
todas las costosas antigüedades, y los cuadros y años o así de vida, y podría seguir adelante con la

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Seguridad Social también, pero ¿y si vivo diez años caer lentamente las manos y sus lágrimas fueron
más, y ya no me pagan? No me preocupa el disminuyendo. Aún con los ojos en él tanteó con la
morirme antes, pues no hay nadie que quisiera que mano a sus espaldas y se dejó caer en el sillón,
le dejara mi dinero, y además la compañía de cerrando los ojos. Empezó a hablar en voz muy
seguros se quedaría con lo que quedara. baja:
"Pero he llegado a un punto, doctor, en que vivo —Nunca me dijeron que fueras así... Cuando oí
preocupada constantemente. Se necesita todo lo hablar de ti dijeron que eras una persona terrible, y
que gano para vivir en estos tiempos, y aún podría eso me asustó. Dijeron que eras el Juez. Sólo oí
usar más. Y luego, después de todos estos años, hablar de ti unas cuantas veces, y hace tanto
empieza a obsesionarme el que realmente nunca tiempo que no recuerdo... pero pensé que tú me
tuve a nadie en la vida, y en cuanto me duermo odiarías, por todas las mentiras, y por todo. Dijeron
sueño que estoy de vuelta allí, en el asilo, y que soy que tú odiabas a los embusteros o hipócritas, y
una niña de nuevo,' o sueño con mis tíos, y el modo supongo que yo he sido eso toda mi vida, y quizá no
en que me pegaban y me mataban de hambre, y signifique nada para ti que ése fuera el único modo
sueño con Jerry y cómo me golpeaba, y el en que podía vivir, mintiéndome así a mí misma y a
asqueroso cuarto en que vivíamos, y todas las horas todo el mundo, y simulando. Después de todo, tú
en la fábrica, y el frío y el hambre que siempre eres el Juez, y eres terrible. Eso es lo que me
tuve; y cuando me despierto, sudando y temblando, dijeron hace muchísimos años, y me asustó.
estoy completamente aterrorizada. A veces me Abrió los ojos, pero el hombre seguía mirándola con
cuesta un par de horas empezar a imaginarme que amable sufrimiento y amor, y ella empezó a llorar
lo tenía todo, como le dije a usted, para poder de nuevo, pero serenamente.
soportar otro día más. —Ya veo que me odias por lo que hice, ¿verdad? Y
"Y entonces estoy tan cansada que apenas puedo todo eso que pasó en mi vida... ni siquiera fue tan
esperar a dejar el trabajo y volver a casa, y casi no malo como un día de la tuya, ¿no es cierto? Y tú no
puedo comer en ocasiones, y tengo miedo de tenías nadie a quien hablar, tampoco, ¿verdad? ¡Oh,
acostarme por los horribles sueños. sí! Te escuchaban, claro que sí, pero ¿de qué
"¡Oh, Dios mío, si tuviera a alguien con quien poder servía? No te creían. Pero la gente me creyó a mí un
hablar, alguien que le importara yo algo, alguien a poco, y eso es algo. Ni siquiera ahora creen en ti.
quien no tuviera que mentir y simular! ¡Alguien que "No tuviste nadie con quien hablar excepto contigo
se interesara un poco por mí! Cuando tengo un mismo. Y Dios.
resfriado me aterra morir, pensando en el doctor, o Sus ojos brillaron repentinamente maravillados, y se
en quién me cuidaría si no pudiera trabajar por incorporó.
algún tiempo, o en quién me traería algo de comer, —¡Eso es, tenías a Dios para hablar! ¡Y yo también!
o se preocupara tan sólo... Sólo eso, sólo que se Eso es lo que quieres decir, ¿verdad? Puedo hablar
preocupara. Pero no tengo a nadie, como jamás lo contigo cuando quiera y en cualquier parte. Si sólo
tuve. hubiera sabido algo más de ti al principio... Ésa fue
Su voz se alzó en un grito débil y lastimero: mi auténtica privación... el no tener en verdad... el
—¡Oh, usted puede seguir sentado ahí sin no tenerte a ti todos estos años.
preocuparse! Dicen que escucha, pero eso ¿de qué —"¡Pero ahora te tengo! —una maravillosa sorpresa
sirve? Le he dicho la verdad, y apuesto a que está brillaba en su rostro, y los años la abandonaron, y
sentado ahí riéndose para sus adentros y pensando: fue de nuevo una niña esperanzada. Pero esta vez
"Desde luego que hay tipos raros..." Seguro que sí, la esperanza tenía verdad y certeza—. Eso es lo que
doctor, ¡hasta hay tipos como yo, maldita sea! estás intentando decirme, ¿no es cierto?, que te
Se puso en pie, corrió a la cortina y la miró con ojos tengo a ti, y que, si te tengo a ti siempre, me
febriles. Vio el botón de plata y recordó lo que había escucharás y ayudarás, y que ya no debo tener
oído, que si uno quería ver al hombre que había miedo.
escuchando sólo necesitaba oprimir aquel botón. Unió las palmas como una niña que de pronto ha
Nerviosa, sollozando con profundos sollozos, dio al alcanzado una encantadora e increíble verdad que
botón con la palma de la mano, como una niña inunda su corazón de gozo.
golpearía algo en medio de una rabieta. —Sé que es cierto. Sé que es cierto como ninguna
Las cortinas azules se corrieron flotantes a los lados otra cosa en mi vida, real o soñada. Y en cierto
y la suave luz fue a caer sobre el hombre que modo sé que lo que yo soñé, todas aquellas cosas
escucha, y Maude Finch, al ver su rostro y sus maravillosas, tú las guardarás para mí en algún
grandes y agonizantes ojos, sus ojos amorosos y lugar, ¿verdad? Gente que se preocupe de mí, pero
misericordiosos, se echó atrás con un sonido sobre todo tú. Cosas encantadoras que mirar, un
ahogado cubriéndose la boca con las manos. Le lugar hermoso por el que pasear. ¿Cómo sé todo
miró con una mirada intensa, húmeda, y él le eso? ¡Pues lo sé, sencillamente!
devolvió la mirada amablemente. La mujer dejó

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"Y eso es todo el mundo para mí, y ahora no estoy —¿Qué? ¿No te vas? —insistió. Todos los que se
cansada, y puedo enfrentarme con lo que ha de hallaban en la habitación se movieron inquietos,
venir, porque tú siempre estarás conmigo y me turbados. La chica le miró, sus negros ojos brillantes
escucharás, ¿no es cierto? como el cristal. Pero no se movió. Aquello le resultó
Se levantó, fue al hombre y tímidamente le tocó la intolerable. Deseó cogerla por los brazos,
rodilla. Le pareció que su carne débil recobraba las lastimosamente delgados, y sacarla de aquel
fuerzas, y el ánimo su espíritu. abominable lugar y arrojarla al arroyo. La muchacha
—Recuerdo ahora algo que oí cuando era una niña, adivinó su furioso deseo. Apartó de él los ojos,
en una ocasión en que escuché a un ministro en el fijándolos en la placa de la pared donde se leía:
orfanatorio: "La bondad y la misericordia me Todo lo puedo en Aquel que me conforta.
acompañarán todos los días de mi vida, y moraré en —No —insistió el joven—. Ni siquiera Él puede
la casa del Señor para siempre". Contigo, y eso es ayudarte ahora, Emily. Estás sudando y temblando.
todo lo que me importa ahora... ¡Mira cómo bostezas! Dentro de poco te resultará
inso-portable. Yo lo sé. ¡Pobre Emily! Realmente te
ALMA DUODÉCIMA compadezco. ¿Recuerdas lo que leíste en el colegio,
EL ADVERSARIO Y EL HOMBRE QUE ESCUCHA Emily?: "La culpa, querido Bruto, no está en nuestra
«...El menor de esos pequeñuelos...» ALMA estrella... sino en nosotros mismos, que somos
DUODÉCIMA seres bajos." Tú naciste un ser bajo, Emily, y pronto
La sala de espera estaba casi llena cuando él entró, morirás como tal. Estás perdiendo el tiempo aquí.
pero nadie le vio, al parecer, a excepción de una Él... no puedo sentir más que asco de ti. Vete a
jovencita de mirada alocada. Se dio cuenta de que casa.
ella le veía y se detuvo, y fue como si una oscura La chica no se movió. Seguía mirando la placa de
sombra hubiera caído sobre el rostro torturado de la mármol. Gruesas gotas de sudor le caían por la
muchacha. Desde luego que le había visto. Sonrió. frente. Sus labios se agitaron. Él se echó a reír en
Supo en seguida lo que le preocupaba, y lo que silencio. ¿De modo que se ponía a rezar, aquel
originaba aquella dilatación de sus pupilas, y la pequeño monstruo? Que intentara escaparse. La
mirada fija. La conocía muy bien. No había piedad tenía bien segura. Había corrompido a otras dos
en él, ni dolor; sólo desprecio. Una mujer débil, chicas, más jóvenes que ella, para satisfacer su vil
malvada. Un animal despreciable. Sólo tenía apetito, su apetito mortal. Intentó obligarla a que le
dieciocho años, recordó, pero su alma estaba mirase de nuevo, pero sus labios seguían
podrida, como un capullo que se hubiera secado murmurando su incoherente plegaria.
incluso antes de abrirse. Anatema, anatema, dijo Perdió interés por ella. No era nada. Se trasladó a la
para sí. No juzgaba un gran triunfo el haber puerta de la otra habitación, inclinó su hermosa
conseguido aquella alma débil con tanta facilidad. cabeza y escuchó atentamente. Luego, sin que
¡Se había necesitado tan poca tentación! hubiera sonado ninguna campana, abrió la puerta y
—¿Emily? —dijo suavemente. entró. Se movía rápidamente. La puerta se iba
Los labios grises de la muchacha se apretaron cerrando como una sombra tras él y nadie en la sala
estrechamente y de ellos surgió un sonido tan débil de espera, a excepción de Emily, la había visto
que nadie lo oyó más que él mismo. Era un gemido, abrirse y cerrarse.
como el de un cachorrillo herido. Las paredes blancas, el techo, la luz, todo estaba en
—Pero tú fuiste la única culpable, Emily —dijo con el más profundo silencio. Como si alguien en la
aquella suave voz que no turbaba a los otros, ni habitación hubiera inspirado profundamente y
siquiera les hacía alzar los ojos—. Tú sabías lo que retuviera el aliento. Sonrió. Inclinó la cabeza hacia
hacías, tú no tenías inocencia, ¿no es cierto? Ni la cortina azul que cubría la alcoba. Y, tras un
siquiera puedes afirmar ignorancia, aquello estaba instante, las cortinas se corrieron y vio al Hombre
en todas partes. ¿Qué? ¿Vas a quejarte ahora de que esperaba allí, y que escuchaba
que fue culpa de tu ambiente? ¿Esa excusa tan incansablemente.
idiota, esa excusa tan pobre, tan falsa? Emily, vete Se miraron en silencio. El joven inclinó la cabeza
a casa. El Hombre no puede ayudarte. Ve a casa... y con gravedad. Ningún hombre de los que entraran
olvida. en aquella habitación había poseído su hermosura.
Se sentía lleno de odio hacia la muchacha. Era de Nadie podía compararse con su vitalidad, su energía
los suyos, de la clase de gentes que habían hecho y el poder de su espíritu.
de él lo que ahora era, que le habían reducido a lo —¿No estás cansado ya? —preguntó.
que ahora era, y hacía tanto tiempo que a veces le —No —repuso el Hombre que escuchaba—. Yo
parecía increíble. Podía ver sus rostros en montón, jamás estoy cansado.
sus cuerpos amontonados. Ni siquiera él podía —Una vez lo estuviste —apuntó el otro cortes-
contarlos, ni conocerlos a todos. mente.

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—No. Yo no puedo sentir cansancio, como no iris no eran invisibles para el Hombre que escuchaba
puedes tú. O... ¿será posible que te hayas cansado ni para el desconocido. Ellos los veían con claridad.
al fin? —No es una multitud —dijo el joven.
El joven meditó, o simuló meditar. Sus ojos le —Pero es de Él. No tuya.
miraban con maliciosa diversión. Luego agitó la —Pronto serán silenciados. Tú y yo... conocemos el
cabeza. Los ojos del Hombre que escuchaba estaban futuro. Esas voces inocentes serán silenciadas por
llenos de tristeza. Suspiró. Al oír aquel suspiro, el silenciadores que, a su vez, serán silenciados para
joven se apartó como agitado por un dolor intenso. siempre. ¡Qué pacífica será entonces la órbita de
—¿Puedo sentarme? —preguntó. este mundo! Fragmentos que captarán la luz de la
—El sillón está aguardándote —dijo el Hombre. luna y el sol, pero sólo fragmentos, muertos,
—Pero no es éste el que yo quería —se sentó y unió oscuros y sin vida.
sus blancas manos sobre las rodillas—. Y tengo el El Hombre no habló. El desconocido aguardó
mío propio —añadió—. Únicamente mío. Lo hice yo pacientemente, luego, como no hubiera el menor
con mis propias manos. Tú no tuviste parte en ello. sonido en la habitación, dijo:
—No —dijo el Hombre, y su mirada era muy triste al —Yo no lo elegí. Ellos lo eligieron por sí mismos. No
contemplar al desconocido—. Yo no lo hice para ti. lo planeé yo. Lo planearon ellos mismos. ¿No estás
—Y aún soy su hijo. orgulloso de la parte que tuviste en ello?
—Es cierto. Y para siempre. El Hombre parecía que sonreía ligeramente, pero
El desconocido quedó silencioso por unos con dolor:
momentos. La luz de la habitación vacilaba como al —Ésta es la pregunta que siempre me has hecho, y
compás de sus pensamientos. Luego la cólera se has deseado la respuesta con un deseo que
apoderó de su rostro como una convulsión, y era sobrepasa a todos los demás. Tú no ves el futuro
cólera impregnada de sufrimiento. como yo lo veo; sólo como deseas que yo lo vea.
—Ha pasado algún tiempo desde que tuvimos una Nunca podrás conocer mi mente y mis
de nuestras interminables discusiones —dijo al fin—. pensamientos. En eso no eres más sabio que
Ahora que todo parece estar totalmente en mis cualquiera de los atormentados que has seducido y
manos, pensé en visitarte de nuevo. destruido. Mis hermanos.
—No está todo en tus manos —dijo el Hombre—. Y —Ellos no quisieron ser tus hermanos —dejó
tú lo sabes con certeza. Pero habla. Confieso que descansar el brazo en el del sillón y ocultó su oscuro
nunca he olvidado tu voz, y que en tiempos le y hermoso rostro con la mano—. Yo no los aparté de
amaste. ti. Ellos vinieron a mí, y ansiosamente. Solicitaron
—¿Crees que no le amo ahora? mi ayuda. Luego cayeron como vehementes copos
El Hombre quedó callado por un momento. Al fin de nieve en mis manos. Jamás vinieron a ti de ese
dijo: —Le amas, y eso es lo peor de tu castigo. No modo. Los pocos que lo hacen vienen de uno en
puedes apartarte de ese amor. Pero ambos uno, y casi a la fuerza. Pero los míos acuden en
sabemos lo muy estrechamente enlazados que manada a mi reino, hasta abarrotarlo día a día.
están el amor y el odio. Sin embargo, Él jamás te ha Estoy ensordecido por sus voces urgentes, sus
odiado. exigencias, sus adulaciones. Lo que me ofrecen es
—Lo sé. Pero los hombres le odian con todo su despreciable.
negro corazón, y eso también lo sabemos los dos. —Para mí no son despreciables —dijo el Hombre—.
—No todos —dijo el Hombre, que sonrió con Derramé mi sangre por ellos, y por ellos sigo
ternura—. Escucha. ¿Es que no oyes a los que le derramándola. —Y a veces, pero no a menudo, en
hablan? medio de sus ansias, del deseo que les arrastra
Escucharon juntos. Un confuso pero armonioso hacia mí, escuchan tu voz. Y a veces —pero tan
sonido pareció emanar de los muros de la pocas que ni vale la pena contarlas— se apartan de
habitación, de todas partes; un murmullo de mí y caen a tus pies.
oraciones, de amor, de piedad, de valor... Un —Uno es uno, y uno es todo —dijo el Hombre—. Lo
murmullo fiel. Se escuchaba música, mezclada con que tú desprecias, yo lo amo. Lo que tú destruirías,
las voces, como hilos de oro y plata, palpitante, yo podría salvarlo. Mis oídos jamás se apartan,
alzándose y cayendo. Eran voces de niños, que jamás se cierran.
oraban con sencillez; eran voces de jóvenes, de —Pero sí están cerrados para mí.
almas santas en los claustros, de almas solitarias en El Hombre no contestó. Sus ojos torturados miraban
sus luchas particulares, en su angustia secreta; de larga y profundamente al desconocido.
ancianos, de gentes vencidas por el dolor... pero —Miento. Como siempre. Tus oídos no están
fieles. Las voces se alzaban y caían como el mar, cerrados para mí. Pero, ¿cómo sería posible que me
avanzaban y se retiraban, y volvían a avanzar como arrepintiera cuando sé lo que sé, cuando en mi
una marea que estallara en rocas invisibles, bajo un corazón late un odio que es lógico, aunque tú no lo
arco iris también invisible. Pero las rocas y el arco llamaras así? —se rió secamente, y su risa fue

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repetida por un débil eco de burla, lejano pero —Jamás lo creí así, ni en verdad lo deseé
tumultuoso—. "¡Todas las estrellas de la mañana realmente. Yo estaba a su lado, y Él me amaba. Yo
cantaron a una, y los hijos de Dios gritaron de protegía su grandeza y su terrible majestad, no por
alegría!" ¿Recuerdas aquella hora? odio, sino por amor. Yo estaba celoso por Él. Yo no
—Nunca la he olvidado. hubiera dejado que nadie se acercara a Él con las
—Fue la hora en que Él concedió el libre albedrío a manos sucias, y le llamara "Padre", como yo le
todos sus mundos, cuando ángeles y hombres —en llamaba Padre, ni le mirara con mis propios ojos. Si
todos sus mundos— recibieron el don de la yo era orgulloso, era orgulloso por Él, y detestaba a
majestuosa libertad para vivir o morir, estar a su los que se atrevían, en su arrogancia, a conocerle
lado o retirarse de Él. ¿No fue ése un don también. Pero tú sabes todo esto desde hace mucho
demasiado terrible? tiempo.
—Tú eres todos sus hijos. ¿Crees que Él deseaba —Sí, desde hace mucho tiempo —dijo el Hombre
bestias sin razón que obedecieran porque no tenían con un suspiro.
deseos de obedecer, ni la elección de hacerlo? El El desconocido contempló las manos, la frente y el
libre ofrecimiento de un alma es de más valor para costado del Hombre.
Él que las criaturas sacrificadas mecánicamente en —¿Acaso yo te infligí esa agonía? ¿Fui yo el que te
un altar que no saben que existe, ofreciendo un escupió y se burló de ti? ¿El que se burló de tu
sacrificio del que no son conscientes. La obediencia tortura?
no es deseable cuando la desobediencia resulta —Te olvidas de algo. Yo lo elegí por mí mismo.
imposible. El amor no es amor si no hay otra —Sin embargo, fue el hombre el que lo consumó, y
alternativa: el odio. La adoración no es adoración si no yo. Ellos siempre eligen por sí mismos. Yo no
no se halla presente la posibilidad de una negativa. hago elección por ellos.
Lo que es su esencia, es la esencia de sus hijos. Él —Pero tú has oído las voces de los que han venido a
quería que todos sus hijos fueran como los ángeles, mí al fin. Ellos eligen por sí mismo. Yo no elijo por
que son mis hermanos también, capaces de ellos.
desobediencia y orgullo, pero también capaces de —Tú has perdido. ¿No es cierto?
obediencia y humildad. Como Él es espíritu, así sus —¡Ah, cómo te gustaría saberlo! Pero no te lo diré,
hijos son espíritu también, y ¿han de verse pequeño.
separados uno de otro, como un amo cruel es Hubo silencio de nuevo en la habitación. Luego,
dividido por esclavos que no tienen elección? Pero lentamente, el desconocido empezó a golpear con
ya hemos hablado de esto antes, a través de los los puños cerrados en los brazos del sillón. Así como
siglos. iba creciendo su cólera se oscurecía la luz de los
—Sigue siendo el más terrible de los dones. Yo soy muros, pero la luz de la alcoba aumentaba hasta
lo que soy por culpa de ello. casi cegarle.
—¿Preferirías no haber tenido elección? —¡Yo venceré! —dijo—. ¿No soy el príncipe de este
El desconocido agitó la cabeza. mundo? ¡Él habrá de arrepentirse de nuevo de
—No, pues entonces no habría tenido existencia. haberlo hecho! Como se ha arrepentido de otros
—Cierto. Por tanto este diálogo resulta innecesario. mundos, que se convirtieron en sangrientos
—¿Sin el libre albedrío no hay verdadera existencia? holocaustos y se alejaron a la deriva con los soles.
—No la hay. Tú lo has dicho. —Si estás tan seguro, ¿por qué hay lágrimas en tu
—Pero no debería haberse dado a la humanidad. rostro?
Debería haber sido prerrogativa de los ángeles. —Porque estoy tan seguro es por lo que lloro.
El Hombre agitó la cabeza penosamente. —¡Ah! —dijo el hombre suavemente—. Entonces no
—Piénsalo tú mismo. Fue tu prerrogativa. Considera te causa placer.
cómo la has utilizado. Sin embargo, tú desprecias a —Me causa placer el hecho de demostrar que Él
los hombres que son inferiores a ti por su estuvo equivocado en el principio.
naturaleza, que tienen menos resistencia a la —Fácil será confundir ese placer con la angustia.
maldad. Detéstalos si quieres. Pero recuerda que ¡Ojalá los hombres sintieran tal dolor en su corazón!
muchos se arrepienten y vuelven a Él. Los que se El desconocido se puso en pie temblando, bañado
rebelaron contigo no vuelven a Él, no le dicen: en oscuro brillo, una presencia atemorizada pero
"Señor, ten piedad de mí pecador." magnífica.
—Lo que elegimos es cosa nuestra —dijo el —Tus llorones y suplicantes, Señor, te esperan.
desconocido, alzando su orgullosa cabeza. Lamento haberte retrasado una hora. ¿Quieres que
—Y lo que elegiste fue tu orgullo. Tú aceptaste su me marche?
don, pero lo consideraste tuyo solo, y se lo hubieras El Hombre meditó un instante. Luego dijo:
negado al último de sus hijos. ¿Es que eres más —Llama al que quieras y veamos qué ocurre aquí,
grande que Él? en nuestra presencia. El desconocido sonrió.

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—Hay una mujer, joven en años, en esa habitación. castaños, muy desordenados, caían sin brillo sobre
Está más allá de toda redención. Es mía. Yo la sus flacos hombros.
llamaré. —Yo... —dijo, y tragó saliva— no sé lo que
Alzó la mano haciendo un gesto imperativo, un esperaba. Ayuda quizá. —Aquellos ojos alocados se
gesto amenazador hacia la puerta. Inmediatamente alzaron, perdieron luz, cayeron.
sonó la campana. La puerta se abrió un instante —¿Qué clase de ayuda? —su voz era dura ahora, y
después y entró Emily, la muchacha de ojos ella se encogió sobre sí misma—. Contéstame,
alocados y rostro bañado por las lágrimas, Emily, y di la verdad. No puedes mentirme, pues yo
suspirando con un sonido audible y desagradable. conozco la mentira instantáneamente. Como tú
—Entra, Emily —dijo el desconocido con voz que sabes, yo la inventé.
sonaba a burlona amabilidad—. Me ves, ¿no es —Yo... pensé que las cosas... que todo sería
cierto? diferente para mí si alguien me escuchaba y me
—Sí, te veo —respondió ella. Parecía fascinada decía qué hacer.
por su aspecto, por su imponente esplendor, pues ni —Pero tus padres y tus maestros te lo han estado
ángel ni hombre había poseído jamás tal belleza. diciendo toda la vida, ¿no?
Era como una noche de fuego y mármol, brillante, Ella unió las manos y las miró.
ardiente, negra, y su sombra flotaba y vacilaba en —Ellos no te odiaban, Emily. Te amaban. Nada de
los blancos muros, subiendo hasta el techo en importancia se te negó, aunque tus padres no son
oleadas alternativas de llamas y oscuridad. ricos, sólo gentes amables y sencillas. Tus
¿Quién soy, Emily? profesores creyeron que tú eras
Ella se llevó las manos a las mejillas, luego se retiró extraordinariamente inteligente. También ellos te
lentamente los desordenados cabellos, se dieron todo cuanto podían darte. ¿Qué excusa
humedeció los resecos labios. Brillaba el sudor en su tienes, Emily, para lo que has hecho a tu cuerpo, tu
frente, en su labio superior. mente y tu alma?
—No lo sé —dijo—, pero creo que conozco tu voz — Ella seguía estrujándose las manos
la suya era ahora débil e insegura. incansablemente, hasta que quedaron enrojecidas.
—Sí, conoces mi voz. La has conocido desde que No tienes excusa; no puedes decir que fueras
eras una niña. Pero... ¿le conoces a él, Emily? huérfana, o abandonada, o que no te quisieran, o
Ésta obedeció al dedo que le señalaba y miró al que te rechazaran, o que te privaran de necesidades
Hombre que escucha. Se sobresaltó violentamente. fundamentales, o que fueras objeto de crueldad y
Echóse atrás hasta que el asiento del sillón golpeó odio. Se te dio demasiado hasta que quedaste
sus muslos y cayó involuntariamente en él. Pero empachada, hasta que creíste que eras importante,
ahora sólo podía mirar al Hombre en la alcoba. y que incluso merecías más. Llegaste a sentirte
—No temas —dijo el desconocido con burlona descontenta, y el descontento lleva a la arrogancia y
amabilidad—. Como ves, sólo es una imagen. Sólo las exigencias. Tu padre contrajo deudas para
fue siempre una imagen para las personas como tú, comprar tus estúpidos juguetes. Tu madre se olvidó
Emily, y siempre lo será; un sueño, un mito, un de sí misma para darte todos los vestidos que
tema para la burla y el desprecio, para la negativa y deseabas. Tus profesores gastaron sus agotadas
el rechazo, para las acusaciones y las protestas; fuerzas para pulir tu mente magnífica. Pero tu
siempre lo será para todos los hombres. ¿Entiendes siempre querías más y más, y te sentiste frustrada
lo que te digo, estúpida y malvada mujerzuela, o cuando ya no fue posible que nadie te diera más.
estás perdida de nuevo en tus drogadas fantasías? ¿Qué creíste ser, Emily? ¿Una princesa con un
—Entiendo —susurró ella. Pero no se volvió para mundo a sus pies, como tantos estúpidos millones
mirarle. Tenía los ojos fijos en el Hombre de la de tu generación mimada e indigna, piensan de sí
alcoba—. Por eso vine aquí, en primer lugar. mismos?
—Y ¿sabías lo que ibas a ver? Ella no habló, pero lentamente inclinó la cabeza
—No. Realmente no —¿había desilusión en su voz, o varias veces.
sufrimiento?—. Yo... pensé que quizás era... Ya fue bastante malo que te destruyeras a ti misma,
—¿Un doctor al que podrías persuadir para que te Emily. Pero has destruido a otras dos chicas, más
diera más drogas? jóvenes que tú . ¿Por qué?
La muchacha era pequeña y estaba horriblemente Yo... es difícil explicar susurró. Tienes que saber lo
delgada, con un rostro alargado en el que se que ocurre. Después de algún tiempo ellos... te
marcaban los pómulos con aspecto enfermizo. Los piden más dinero. Y una empieza a robar del bolso
ojos eran enormes en aquel rostro hundido, las de su madre, a coger cositas y venderlas, y a robar
aletas de la nariz distendidas. Sus labios no de las tiendas también. Luego nunca hay bastante
parecían tener color alguno; sólo una línea seca y dinero para... para... Así que ellos te piden tragó
atormentada. Sin embargo sus ropas eran buenas, saliva desesperadamente. Es preciso obtenerlo, eso
las manos delicadas y bien cuidadas. Sus cabellos

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es todo. Es como algo que te devora, y que hay que siempre. ¡Todo era tan mortalmente aburrido! El
alimentarlo o te mueres. No sabes lo que es eso. colegio, la casa, las diversiones... Había que hacer
Lo se demasiado bien dijo el desconocido. Fui el algo mejor.
primero en sentirlo. Yo fui aquel a quien tu acudiste, —Hasta las relaciones sexuales te aburrieron al fin,
Emily, en busca de tu primer placer. El primer ¿no?
placer que finalmente ya no es placer, sino sólo una Tembló.
salvaje necesidad. ¿Era la vida tan horrible para ti —Mis padres nunca supieron eso. Ni esto tampoco.
que te sentiste arrastrada a ello? Su rostro se alzó —No. Fuiste muy lista. Pero pronto lo sabrán.
con astucia. La cabeza se alzó ansiosamente, Ella lanzó un grito y bajó la cabeza.
dispuesto el asentimiento en sus ojos, en sus labios. —¡Qué estúpida es la maldad! —dijo el
Pero su mirada no cayó sobre el desconocido, sino desconocido—. ¡Qué vulgar! ¡Qué poco distinguida y
sobre el Hombre, en la alcoba. El brillo malicioso se sin color! ¡Qué baja y rastrera! No tiene esplendor,
apagó bruscamente de su rostro y cerró los ojos de ni si-quiera resulta impresionante, pues, si poseyera
nuevo. la cualidad de atemorizar, también poseería el
Es sólo una imagen insistió el desconocido. Sólo tu y terror, y el terror aumenta en proporción a su
yo somos reales. Habla. abundancia. La maldad aburre a todos los sentidos y
No. Mi vida estaba bien murmuró. Sólo... es decir, reduce al hombre a menos que las bestias, pues a
sólo quería algo de diversión. Todo el mundo éstas les falta la capacidad de ser malvadas. Y al fin
hablaba de ello. Era divertido, algo que yo no había priva al hombre de su derecho al libre albedrío.
probado todavía. Yo ya lo había probado todo, —Cierto —dijo el Hombre que escucha—, pero no
¿sabes? siempre. Tú recordarás a David el rey, por ejemplo.
Sí, lo sé. ¿Acaso no fui yo el que te lo sugirió desde Y él sólo fue uno.
el mismo principio, a ti, criatura estúpida, —Mira esta mujer, esta mujer degenerada,
indisciplinada, egoísta, mimada y degradada? La envilecida, que no tiene excusa válida para sus
vida había sido generosa contigo, todo sin esfuerzo, crímenes contra ella o contra los otros, excepto el
todo fácil y seguro. ¿Es que no tienes una acusación aburrimiento. Ningún dolor la llevó a dar este paso,
legítima que lanzar contra tus padres? Yo creo que ninguna pena, ninguna desesperación exagerada.
sí la tienes, Emily. Ellos te dieron todo lo que Ella es la representación de la banalidad que es el
pudieron, y eso debería contar en contra tuya, como mal. Por tanto, está más allá de tu salvación. Ni
una blasfemia. Debían haber pedido algo, debían siquiera puede declarar que el amor la llevó a ese
haberte exigido algo a cambio. Debían haberte extremo en su existencia, como el amor arrastró a
dicho: “Hasta ahí puedes llegar, pero no más allá”. la Magdalena. Ni siquiera es digna de ser
Pero no te dijeron eso. Pensaban que privarte de apedreada. Es nada.
cualquier cosa, aunque fuera por la salvación de tu —Es un alma.
alma, era portarse injustamente contigo. Dime, La muchacha había escuchado esta conversación en
Emily, ¿fueron estúpidos o fueron crueles? el latir de la locura inducida por las drogas. Había
La chica meditó en sus palabras. Su rostro estaba alzado lentamente la cabeza y había escuchado, los
ahora como hechizado; el cabello le caía labios entreabiertos, sin color, pasando los ojos de
desordenado en torno. Agitó la cabeza como un uno a otro. Finalmente su mirada se fijó en el
muñeco animado y no respondió. Hombre de la alcoba.
¿Es que no había realidades en tu mundo para que —¡Yo te oí! —gritó—. No eres sólo una imagen,
tuvieras que comprar sueños, o robar por ellos, o ¿verdad? Existes realmente, ¿no es cierto?
corromper por ellos? —Sí, mi querida niña.
Frunció el ceño vagamente, como lo frunce el que —Sólo oyes tu propia imaginación, Emily —dijo el
duerme cuando su cuerpo le avisa de que se siente desconocido—. Por supuesto que sólo es una
turbado por algo. imagen, un sueño, creado por el hombre, de
—Creo —murmuró al fin— que fue porque... porque material hecho por el hombre o sacado de la tierra.
era algo distinto. Algo que aumentaba las Emily miró al Hombre.
sensaciones, algo que te hacía libre... Vio una gran alcoba, de una altura muy superior a
—¿De qué deseabas liberarte, Emily? la de un hombre, y de anchura proporcionada.
Sus labios se movieron como sin sonido, abriéndose Formaba un receptáculo como una cáscara de luz, y
y cerrándose. La luz de la alcoba cayó sobre su en aquella cáscara se hallaba un enorme crucifijo de
rostro atemorizado y sus ojos sin vida. Luego su- suave madera tallada, que parecía temblar
surró: débilmente bajo el intenso brillo. En la cruz estaba
—Supongo que... de mí misma. No había nada en clavado el Dios Hombre, tallado en marfil, blanco
mí. No lo sé. No tenía nada por qué luchar, como la luna, más grande que cualquier hombre
supongo. Pero yo quería otras muchas cosas, que hubiera vivido en este mundo, más musculoso,
¿sabes? No puedo explicarlo. Estaba inquieta más masculino, perfecto en todos sus huesos y

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músculos. Vivía. Parecía mo-verse en su agonía. De —Soy la realidad que tú has hecho, mujer, y las
la heroica y serena frente caían gotas de sangre incontables miríadas de seres como tú a través de
brillante, y también de las manos, y del costado incontables siglos, desde el principio del tiempo.
herido, y de los fuertes pies cruzados. Pero sobre Una palabra se abrió paso en los frenéticos
todo ello estaba la majestad de la poderosa faz, la pensamientos de la muchacha, que corrían por su
faz de un joven lleno de humanidad y, sin embargo, cerebro como ratones aterrados:
con el impersonal y remoto esplendor de la —Yo... yo no soy una mujer, una adulta. Sólo tengo
divinidad. dieciocho años.
Piedad y misericordia, contemplación y fuerza, —Tienes el cuerpo y el alma de una mujer; puedes
parecían salir de él como los rayos del sol e ir a caer casarte, concebir y tener hijos. Yo fui el que dijo a
sobre la muchacha temblorosa que contemplaba tus mentores que eras una niña, y por tanto
aquel rostro, aquel poder y fortaleza. El sacrificio irresponsable de tus acciones, de tus deseos, de tus
aceptado pendía de la cruz, doliente pero resignado, perversiones y degradación. ¡Qué ansiosamente me
ofrecido por sí mismo, a la vez un Rey y un Cordero, escucharon! ¡Qué ansiosamente escuchan todos, los
con el Reino sobre sus hombres y la humillación que traicionan al hombre! Pero, sobre todo, ¡cuan
estampada en su cuerpo. encantada me escuchaste tú, mujer!
Pero eran sus ojos lo que la muchacha contemplaba Se apartó de él, como desnuda y sola, abandonada
ansiosamente, los ojos grandes y tiernos que y temblando, con un frío que jamás había sentido
brillaban en las órbitas, los ojos justos, antes.
atormentados pero sonrientes. —Hija mía —dijo el Hombre en la cruz—, ¿por qué
El desconocido se acercó más a la chica. Dos viniste a mí?
sombras oscuras, tenebrosas, parecían alzarse de Había oído la voz de Lucifer, voz dura como el
sus hombros y moverse como alas, pues era un mismo acero. Ahora escuchó una voz como la de un
arcángel, el más poderoso de todos los ángeles, el padre, no el padre débil, allá en casa, que ella sabía
más grande, aunque los ropajes que vestía eran bien le daba regalos en un ansia de afecto que era
negros y la espada a su cinto se agitaba como el incapaz de satisfacer.
rayo. Sólo su rostro y sus manos eran blancos, tan ¡Él habló! gritó, señalando la cruz. Habló. Yo le oí.
blancos como la muerte, y tan fríos. En los pliegues Me oíste porque me buscaste dijo el Hombre.
de sus ropas había destellos de fuego. Su rostro era Se puso en pie porque el temor a Lucifer había caído
hermoso, y duro, y lleno de una tristeza, dolor y sobre ella de nuevo como una maldición y no sabía
cólera, más allá de la comprensión del hombre. Y la a dónde correr. Miró al Hombre, luego caminó hasta
rabia y el odio brillaban en sus ojos. Él y cayó extenuada a sus pies.
—No vive —dijo Lucifer—. Es una imagen. El Estás loca dijo Lucifer, que permanecía tras ella,
hombre le rechazó hace mucho tiempo, le apartó de cubriéndole el cuerpo con la sombra densa y negra
su vida, del asqueroso camino de su existencia. de sus alas. Has estado loca desde hace mas de un
Observarás que sólo está hecho de madera, marfil y año, y el único alivio es tu droga, la droga de los
pintura. No tiene verdad. Tú y yo, Emily, somos la sueños y la fantasía, de lugares lejanos y hermosos,
única realidad. Aunque tú no tienes una realidad y de voces extrañas. Ése es el único cielo que nunca
propia. Yo soy todo lo que es, y todo lo que siempre conocerás. Ven conmigo.
será. Pero la muchacha se arrastró y se aferró a los pies
—Yo oí su voz —dijo la muchacha—. Oí lo que del Hombre y, en su mente calenturienta, creyó
hablasteis los dos. sentir que no eran de mármol, sino de carne viva.
—Sólo oíste mi voz, no la suya, pues ¿no ha ¡Sálvame! gimió. ¡Oh, Dios mío, sálvame!
declarado tu generación que Él no tiene voz y que Él no existe dijo Lucifer. Sólo yo existo.
no vivió jamás. Si Él perdura es en lugares ocultos, Dime, hija mía dijo el Hombre. Habla.
donde los temerosos oran, o en los enfermizos Ella apoyó la cabeza en sus pies. Su voz susurrante
cerebros de los poetas. ¿Qué tiene que ver Él con tu resonaba en la habitación.
mundo y el mío? Todo estaba tan vacío, sólo un día tras otro, de
Por primera vez experimentó la muchacha un gran diversión, de comida, de dinero y ropas... y de
terror, superior a todo lo que hubiera conocido en hacer lo que no debiera. Hacía que me sintiera
su breve existencia. Se cogió a los brazos del sillón, sucia, pero todo el mundo lo hacía. Por broma, por
volvió los febriles ojos a Lucifer. Abrió y cerró la diversión. ¿Por qué no?, me dije. ¿Qué otra cosa
boca sin poder hablar. Vio todo lo que él era, y su hay que lo que ya tengo? Sólo hacerme mayor, no
alma se encogió de odio y de asco. ser ya una adolescente, ser como mi madre,
—Sí —dijo al fin—. Tú existes. No eres una fábula, casarme como mi madre...
una mentira. Tú tienes realidad. y tener hijos como yo, y vivir en un piso como el
nuestro, lleno de electrodomésticos, y suspirar por
un coche nuevo cada año. Eso es...nada. y luego

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seré vieja como mi abuela, y ya no habrá más te pasa, pero estás enferma. ¿Por qué no vas a ver
diversión. ¿cómo soportarlo? al Hombre que escucha, en la colina, allá en la
Y ¿nadie te dijo que había algo más? ciudad?"
No había nada más. ¡Oh!, algunos de mis profesores —Pensé que bromeaba —siguió la chica, aferrada
me dijeron que yo tenía que adelantar la causa de la cada vez más a los pies del Hombre—, pero luego
humanidad, pero ¿por qué? Yo tenía que pensar en empecé a pensar. Allí estaba yo, perdiendo mi vida,
mí misma, ¿no? No iba a vivir sólo para otras ésa es la verdad, matándome. Y luego... —le falló la
personas. ¡Yo no quería lo que ellos querían! —su voz— estaban Charlotte y Bette, más jóvenes que
grito era ahora de desesperación—. Así que yo. Era como si las viera por primera vez, seres
encontré un camino; era divertido y maravilloso y, humanos como yo, enfermas como yo. Pero lo peor
cuando se llegaba a él, una era hermosa, y más es que yo... yo les había hecho eso. Fue como
alta, y caminaba sobre nubes, y todo el mundo te cuando una se quita las gafas de sol y lo ve todo
admiraba y creía maravillosa... Sólo eso importaba. con mayor brillo, y eso te quema los ojos. Y recordé
—Mírame, hija mía. Alza tus ojos hacia mí —dijo el todos los sueños que había tenido la semana
Hombre. anterior. No sueños hermosos y románticos, ni de
El rostro de la chica estaba cubierto de sudor y diversiones, ni de sentirse importante. Sino sueños
lágrimas. Lentamente alzó la cabeza y encontró de terribles.
nuevo los oíos vivos del Hombre. Apoyó de nuevo la cabeza en sus pies.
—No has oído nada —dijo Lucifer— más que tu —Sálvame —pidió—. Ayúdame sobre todo a salvar a
locura y tus propios pensamientos. Charlotte y a Bette también.
—Hace mucho tiempo que te conocía —dijo el —¡Embustera y despreciable idiota —dijo Lucifer—,
Hombre—, mucho tiempo que te buscaba, que veía tan débil que tienes que correr a la madera y al
tu vacío, y veía a los que te daban ese vacío y no el marfil a llorar tus pecados!
pan de vida. Tú eres uno de mis pequeños, —Sálvame —rogó Emily, y sus manos temblorosas
traicionado por la plenitud de dones indignos, por subieron por el cuerpo del Hombre y tocaron sus
falsas lenguas que os dijeron que erais importantes, rodillas.
más que cualquier otra generación, y que erais más Miró sobre su hombro a Lucifer, y chilló, y tembló.
valiosos que todo lo demás sobre la tierra. Vi cómo —¡Dime que él no está ahí realmente, que le estoy
se acumulaba la degradación sobre vuestra alma soñando! —gritó al Hombre.
inmortal por culpa de los que debían haber sido —Él existe —repuso éste tristemente— y siempre
vuestros protectores, los que debían haberos existirá. No es un sueño.
mostrado el camino de la vida, y no el camino de —Entonces ¡dime qué debo hacer para apartarme
una ruina material. Vi cómo construían edificios de él!
magníficos para vosotros, donde no se os imponía la —Piensa en tu corazón lo que debes hacer.
menor disciplina, donde vuestra mente no era Emily meditó, y la luz estaba en su rostro, pero sus
realmente ilustrada sino oscurecida con sofismas. hombros y cuerpo yacían aún en las sombras del
"Y, sobre todo, vi vuestro dolor. mal. Empezó a temblar de nuevo.
—Tú nunca has conocido el dolor. Nunca has —No, ¿cómo puedo hacer eso? La policía... y hablar
experimentado el dolor o la desesperación. Nunca con mis padres. Ellos... quizá me metan en la
se te ha atormentado —dijo Lucifer—. Vamos, tienes cárcel. Se lo dirán a todo el mundo. Seré expulsada,
tu placer, y ese placer aún te aguarda. Deja de quizá. Soy una criminal. Todos sabrán lo que he
mentirte a ti misma, de imaginar tus propios hecho, a mí misma y a las otras chicas. No habrá un
pensamientos, ya que no tienen realidad. lugar al que ir...
Pero Emily miró implorante el tierno rostro del —Tú has confesado tus pecados —dijo el Hombre—.
Hombre. Conoces tus pecados. El camino será amargo y
—No busqué otra cosa —dijo—. No quiero mentirte. terrible, pero es el camino que debes seguir. Pues
Sentía que había algo más, pero todo el mundo ya no eres una niña, eres un alma humana, una
decía que era superstición. Yo... aquello me mujer, y has acumulado responsabilidades sobre tu
enferma-ba. Tenía que haber algún lugar donde cabeza. Si no tienes valor ahora, ni fortaleza,
pudiera ser algo más que Emily Hoyt, siempre a la entonces estás completamente perdida y entregada
búsqueda de la diversión. para siempre a la maldad, y a la muerte, y a la
—Y viniste a mí. Yo soy el que tú buscabas. agonía.
Asintió con desesperada intensidad: La muchacha se encogió como un niño herido.
—Yo no sabía... quién o qué. Nadie me lo dijo —Ellos me quitarán la... me quitarán lo que yo
jamás. Pero ayer, uno de mis profesores... Todo el necesito. Dicen que es horrible. Que no puede
mundo se rió de él. Le llaman el "despistado", soportarse.
porque no es como los otros. Me detuvo en el —Hay horrores peores que ése —dijo el Hombre—. Y
vestíbulo y me dijo: "Emily, no sé exacta-mente qué tú ya los has experimentado. Por eso has venido.

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—¡Estúpida! —insistió Lucifer—. ¿Por qué hablas Se obligó a ponerse en pie. Pero se sentía muy
contigo misma? Nadie te habla sino yo. débil, las rodillas le temblaban.
—¿Miente? —preguntó la muchacha al Hombre. —Y, si fue un sueño, fue el mejor que he tenido en
—Sí. Es el padre de la mentira. Hija, ¿seguirás el la vida. Debo creer en él. Ahora me voy. Me voy a
camino del dolor, de la penitencia y el decir... a decírselo todo a mamá y papá. Será
arrepentimiento? terrible. Pero debo hacerlo.
Ella le imploró con todas sus fuerzas. "Y sé que tú me ayudarás.
—¿Me ayudarás tú? La locura había desaparecido de sus ojos. Había paz
—Sólo tienes que llamarme y te oiré, y estaré junto en su desgraciado cuerpo, como jamás la había
a ti, pues soy tu guardián, que no descansa ni conocido antes. Salió a la luz del verano y alzó los
duerme. Pero debes llamarme en las peores horas, ojos al cielo y, por primera vez, vio las estrellas.
en las horas más desesperadas, pues habrá
muchas. FIN
—Se reirán de mí —dijo—, aunque todo sea tan
horrible.
—También se rieron de mí, pero lo soporté.
—Sí... —murmuró—. Yo... oía hablar de ti, en
Navidad, y en Pascua. Pero no sabía mucho. Ni
quería saber. Mis padres trataron de llevarme a la
iglesia, o a un consejero... sabían que me ocurría
algo. Pero yo no quise ir. Tenía miedo.
—Pero ahora ¿harás lo que sabes que debes hacer?
Apoyó la cabeza en sus pies y quedó arrodillada allí.
—Sí, iré —dijo—. En verdad que iré.
—¿Por tu propia voluntad?
—Sí.
El Hombre miró a Lucifer y dijo:
—Ya estás rechazado de nuevo. Y por esta pobre
niña. ¿Te hiere mucho?
Lucifer sonrió.
—¿Qué dicen de mí la tradición, los rumores, los
hombres sabios? Que he caído, pero que, cuando los
hombres me rechazan, aunque sea sólo uno, me
alzo un paso hacia el cielo. ¿Debo lamentar eso?
La poderosa faz del Hombre le miraba con afectuosa
diversión.
—Tú eres su hijo, y estuviste a su lado, y Él te llamó
"Estrella de la mañana".
Lucifer se retiró de Él y alzó la mano como para
ocultar su rostro a la gloria de la luz. Y, al retirarse,
fue haciéndose más y más débil, y al fin no hubo
nada de él en la habitación, cuyos muros estaban
ahora radiantes.
La muchacha que sufría no se dio cuenta de la
partida de Lucifer, sólo sintió que un peso horrible
parecía alzarse de su cuerpo y de sus hombros. Dijo
al Hombre:
—Todo lo puedo en Aquel que me conforta.
Cayó en un breve desvanecimiento. Cuando se
despertó vio que estaba echada a los pies del
crucifijo. Se sentía más fresca; el sudor aún corría
por su rostro, pero había serenidad y calma en ella,
a despecho del dolor y de su temor, y del temblor
de sus músculos. —Tuve un sueño —dijo al Hombre,
callado ahora—, pero fue un sueño maravilloso.
Soñé que tú me hablaste —tembló—. Y soñé que...
alguien más... estaba aquí. ¡Yo estaba tan asustada!

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