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¿Cómo componer una pieza para coro escolar?

1.-Conoce las características del coro para el que compondrás tu pieza

Cada coro es diferente y se encuentra en distintos niveles de aprendizaje, investiga


cuáles son sus posibilidades y enfócate en ello. Si tiene una voz de pecho afinada y
uniforme, si su voz de cabeza está colocada y tiene buena proyección, etc. Esto te
dará una mayor claridad a la hora de saber qué componer y cómo hacerlo.

2.- Ten muy en cuenta el registro vocal de un coro de niños y su capacidad real

Un coro de niños (8 a 12 años), tiene un registro que va del do 5 al mi bemol 6, sin


embargo, sus notas cómodas van del mi bemol 5 al si bemol 5, esto lo debes tomar
muy en cuenta a la hora de escribir la melodía, las notas fuera del rango de mi
bemol 5 a si bemol 5, deberían usarse con cuidado y la nota mi bemol 6 o notas más
agudas deberían evitarse en lo posible y usarse siempre con movimientos de grado
conjunto o con saltos bien preparados. Las notas más graves re 5 y do 5 pierden en
potencia y resonancia.

3.- Busca un texto que se conecte contigo y que te conecte con tu coro

El texto es el eje central de una pieza coral, ya que estamos haciendo música que va
a cantarse. De este modo, el texto debe emocionarte y hasta conmoverte, además
de esto, debe ser un vínculo poderoso entre tú y el coro, ambos deben sentirse
poderosamente identificados con lo que dice el texto. Un texto claro y honesto
puede ser indispensable para servir de base para una pieza coral destinada a los
niños. En internet puedes encontrar un sinnúmero de poemas adecuados para ser
cantados por niños.

4.- Trabaja y analiza el texto rítmicamente y melódicamente, antes de ponerlo en


música

Analiza mentalmente el poema, trabájalo rítmicamente hasta que seas capaz de


desmenuzarlo, analiza si tiende a figuras binarias, ternarias, o si se puede jugar
aún más con él de manera métrica y rítmica. Después analiza melódicamente el
poema, dónde tiene sus acentos prosódicos, y de qué forma puedes jugar con él
melódicamente, sin alterar en lo posible su melodía oral intrínseca. Si vas a escribir
tú mismo el texto, asegúrate de que tenga una estructura clara, así como un ritmo
estable y fluido.

5.- Construye la estructura general de la pieza en base al texto y estructuras


musicales firmes
Sería buena idea tener un proyecto bien definido antes de comenzar a escribir la
música. Es posible que para este momento ya tengas una gran cantidad de ideas
musicales revoloteando alrededor de tu cabeza. Así que, para poder aterrizar todo
ese material de la mejor manera, sería muy favorable estructurar la forma de la
pieza basándonos en la estructura misma del texto y hacerla confluir con las
efectivas formas musicales que nos han legado siglos de historia y teoría musical:
temas de cuatro compases o su equivalente, así como frases y períodos con
material musical coherente (preguntas y respuestas). Finalmente, con formas
generales claras y estructuradas: ABABA, ABA, AB, etc. Toma en cuenta que basar
la estructura únicamente en la forma del texto, podría producir una pieza
descontrolada, incoherente y torpe, así que, la mejor de las sugerencias, es hacer
confluir la estructura del texto con una forma musical firme.

6.- Escribe la melodía y la armonía al mismo tiempo

Aunque cada compositor tiene sus propias técnicas a la hora de componer, sería
muy bueno dar a luz tanto la melodía como la armonía de un mismo golpe. La
música para coros de niños no debería tener nunca una estructura armónica
simple, básica y monótona (I-V-I, I-IV-V7-I, etc.), la sabia combinación entre
acordes mayores, menores, séptimas, acordes suspendidos, modulaciones, etc.,
pueden resultar profundamente motivantes para el coro, para el director y para la
audiencia. Al componer la melodía y la armonía al mismo tiempo lograrás una
cohesión entre la voz cantante y la parte armónica muy eficaz, y sabrás
perfectamente qué acordes corresponden a cada parte de la melodía, logrando que
su mensaje sea genuino y poderoso.

7.- Mueve tu melodía por grado conjunto y por saltos inteligentes. Enamórate de tu
melodía y de su base armónica

Inteligencia emocional. Mueve tu melodía de forma inteligente, no permitas que el


texto te absorba y domine tu creatividad, ¡Tú eres quien está componiendo no el
poeta! Mueve la melodía de acuerdo a tus estándares estéticos y formales. Prefiere
siempre movimientos por grado conjunto y saltos inteligentes, guiados por tu
sensibilidad e inteligencia emocional. Crea melodías con carácter y personalidad
propia, que nazcan de lo profundo de tu corazón. Si tu melodía no te conmueve,
no conmoverá a nadie. Tararea la melodía y saboréala, siente la poderosa base
armónica debajo y enamórate de tu propia composición.
8.- Usa sabiamente las divisiones a dos o más voces

Dependiendo del nivel de cada coro, debería ser el deber del compositor, tomar en
cuenta sus cualidades y limitaciones. Para coros iniciales, es recomendable
presentarles piezas al unísono, con melodías fluidas e interesantes, que los
empujen poco a poco a ampliar su registro; para coros ya con algunos meses de
trabajo constante, se pueden incluir ocasionales divisi que partan del unísono, en
ciertos puntos como algún clímax o cadencia importante. Se debe cuidar que los
divisi resulten de movimientos por grado conjunto o saltos inteligentes, como dejar
una voz en la misma nota mientras la otra salta, etc. Para coros con varios meses o
años de trabajo constante, se pueden incluir divisi a dos o tres voces, cuidando que
los movimientos sean por grado conjunto en lo posible, así como saltos inteligentes
de cuarta o tercera. Nunca debemos olvidar que NO estamos componiendo para
instrumentos, la voz humana es mucho más delicada y requiere un tratamiento
mucho más cuidadoso y considerado, muchas cosas que los instrumentos hacen
con facilidad (saltos, movimientos armónicos, cambios de tonalidad, etc.), para la
voz humana es incómodo o francamente imposible.

9.- Perfecciona el acompañamiento armónico

Ya sea una pieza con acompañamiento de piano, a capella o con cualquier


acompañamiento instrumental, asegúrate de que la misión del acompañamiento
sea resaltar la belleza o el mensaje de la parte vocal, no oscurecerla o entorpecerla.
Procura que la parte instrumental sea clara y de un nivel técnico adecuado para la
parte vocal; evitar virtuosismo vano, figuras complejas que solo entorpezcan la
comunicación entre el acompañamiento y el coro, así como ayudar armónicamente
a la afinación de la parte vocal, deberían ser nuestras máximas premisas.

10.- Revisa la estructura, el flujo melódico y la coherencia armónica

Antes de presentar la pieza a tu coro, revisa que todo esté en orden: la estructura,
la fluidez del material melódico y la coherencia del armazón armónico. Una pieza
sin una forma clara o una óptima calidad estética, difícilmente serán bienvenidas
por un coro, sin importar su nivel. Asegúrate de que tu composición cumple con
los estándares suficientes para ser interpretada. La honestidad con nosotros
mismos, será nuestra mejor aliada. Si no estás del todo convencido con el
resultado, no temas, sé humilde y paciente, deja de lado esta primera prueba y
¡comienza de nuevo! Un compositor siempre está listo para iniciar una creación
nueva y fresca.
11.- Prueba tu composición con un coro real

Sin importar lo avanzado de los programas de edición de partituras o tu nivel de


ejecución instrumental, siempre es vital probar tu composición con un coro real,
solo de esta forma podrás ver claramente la funcionalidad de tu obra en el mundo
real. Podrás ver los aciertos y las áreas en las que tu trabajo puede mejorar.
También podrás notar si esa pieza es acorde al nivel técnico que tiene el coro, si te
excediste en exigencias o si puedes exigir más del coro en cuestión. Otra cosa aún
más importante, podrás ver el efecto que tiene tu música en los coristas y su
director (si es el caso), si los motiva, si los emociona, si los conmueve, o si les es
indiferente. Toma en cuenta que al iniciar el trabajo con una obra nueva, los
integrantes del coro pueden sentirse desconcertados en un principio, lo cual es
totalmente natural, solo cuando la pieza vaya tomando forma, podrás ver su
verdadera reacción hacia lo que has compuesto para ellos. Si es necesario hacer
correcciones, no dudes en hacerlas, siempre tomando en cuenta las posibilidades y
capacidades de tu coro. Si la pieza resultó en un lamentable dolor de cabeza, o no
resultó ni mínimamente atractiva para tus coreutas, no te desanimes, inicia
nuevamente desde cero, la práctica te acercará poco a poco a la maestría.

12.- Ensaya diligentemente tu obra, dale su lugar y respétala

Una vez que tu composición coral funcionó satisfactoriamente y causó un efecto


positivo en los integrantes del coro, no te olvides de ella, relegándola a los minutos
que sobran del ensayo. Dale su justo lugar y respeta tu propio trabajo. Dedícale el
tiempo y el esfuerzo necesario como si fuera cualquier otra composición de
probada calidad. Trabaja cada uno de sus detalles para que su interpretación final
sea lo más cercana posible a lo que concebiste en tu mente. Si el trabajo de ensayo
recae en otro director, cerciórate de que le dedique el tiempo necesario antes de
presentarse al público, si por alguna razón no pudo dedicarle el suficiente tiempo,
y la interpretación no te convence, sugiérele que sea presentada en otro momento,
cuando la pieza haya recibido su justa atención y haya sido trabajada
meticulosamente.

¡Ármate de valor y manos a la obra!

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