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Cálculos Renales: Los cálculos renales (litiasis renal,

nefrolitiasis) son depósitos duros de minerales y sales que


se forman dentro de los riñones.
Causas: Los cálculos renales, a menudo, no tienen una sola
causa definida, aunque diversos factores pueden aumentar
el riesgo de padecerlos. Los cálculos renales se producen
cuando la cantidad de sustancias que forman cristales,
como el calcio, el oxalato y el ácido úrico, en la orina es
mayor de la que pueden diluir los líquidos presentes en
esta. Al mismo tiempo, la orina puede carecer de sustancias
que impidan que los cristales se adhieran unos a otros, lo
que crea un entorno ideal para la formación de cálculos
renales.
Síntomas: Un cálculo renal puede no causar síntomas hasta que comienza a desplazarse por el riñón o hasta que
pasa por el uréter (el tubo que conecta el riñón y la vejiga). En ese momento, podrías tener los siguientes signos y
síntomas:

 Dolor intenso a los lados y en la parte posterior, debajo de las costillas


 Dolor que se extiende hacia la parte inferior del abdomen y hacia la ingle
 Dolor que viene en oleadas y cuya intensidad fluctúa
 Dolor al orinar
 Orina de color rosa, rojo o marrón
 Orina turbia o con olor desagradable
 Náuseas y vómitos
 Necesidad constante de orinar
 Micciones más frecuentes de lo usual
 Fiebre y escalofríos si existe una infección
 Micciones en pequeñas cantidades
Diagnóstico: Si el médico sospecha que tienes cálculos renales, seguramente te harán los siguientes análisis y
procedimientos de diagnóstico:

 Análisis de sangre. Los análisis de sangre pueden revelar un exceso de calcio o de ácido úrico en la sangre.
Los resultados de los análisis de sangre sirven para controlar la salud de los riñones y pueden hacer que el
médico quiera comprobar si tienes otras enfermedades.
 Análisis de orina. El análisis de orina de 24 horas puede mostrar que estás eliminando demasiados minerales
que forman cálculos o muy pocas sustancias que previenen la formación de cálculos. Para este análisis, tu
médico puede pedirte que hagas dos recogidas de orina en dos días consecutivos.
 Pruebas por imágenes. Las pruebas de diagnóstico por imágenes pueden mostrar cálculos renales en las vías
urinarias. Las opciones abarcan desde una simple radiografía abdominal, en la cual los cálculos renales
pequeños pueden pasar inadvertidos, hasta la tomografía computarizada de alta velocidad o de energía dual,
que puede mostrar incluso cálculos muy pequeños.
Tratamiento: El tratamiento de los cálculos renales varía en función del tipo de cálculo y de la causa. Cálculos
pequeños con síntomas mínimos
 La mayoría de los cálculos renales pequeños no requieren un tratamiento invasivo. Es posible que puedas
expulsar un cálculo pequeño de las siguientes maneras:
 Bebiendo agua. Tomar entre 2 y 3 cuartos de galón (1,9 a 2,8 litros) por día puede ayudarte a limpiar el
aparato urinario. A menos que tu médico te indique lo contrario, bebe suficiente líquido —sobre todo agua—
para producir una orina transparente o casi transparente.
 Analgésicos. Expulsar un cálculo pequeño puede provocar cierta molestia. Para aliviar el dolor leve, el
médico puede recomendarte analgésicos, como el ibuprofeno (Advil, Motrin IB, otros), el paracetamol
(Tylenol, otros) o el naproxeno sódico (Aleve).
 Terapia médica. El médico puede indicarte un medicamento para ayudarte a expulsar el cálculo renal. Este
tipo de medicamento, conocido como «alfabloqueante», relaja los músculos del uréter y te ayuda a expulsar
el cálculo renal más rápido y con menos dolor.
Botulismo: El botulismo es un trastorno poco frecuente
pero grave que se produce por las sustancias tóxicas de la
bacteria llamada Clostridium botulinum.
Causas: Botulismo alimentario: El origen del botulismo
alimentario son alimentos enlatados en casa que son bajos
en ácido, como las frutas, las verduras y el pescado. Sin
embargo, la enfermedad también se ha producido a partir
de pimientos picantes (chiles), papas al horno envueltas en
papel de aluminio y aceites infusionados con ajo. Cuando
comes alimentos que contienen la toxina, se interrumpe la
función nerviosa, causando parálisis.
Síntomas: Botulismo alimentario: Por lo general, los signos y síntomas del botulismo transmitido por alimentos
comienzan entre 12 y 36 horas después de que la toxina ingresa al cuerpo. Sin embargo, según la cantidad de toxina
consumida, el inicio de los síntomas puede variar desde unas pocas horas hasta unos pocos días. Entre los signos y
los síntomas del botulismo transmitido por alimentos se pueden incluir los siguientes:

 Dificultad para tragar o hablar


 Boca seca
 Debilidad facial en ambos lados del rostro
 Visión borrosa o doble
 Caída de los párpados
 Problemas para respirar
 Náuseas, vómitos y calambres abdominales
 Parálisis
Diagnóstico: Para diagnosticar botulismo, el médico comprobará los signos de debilidad muscular o parálisis, como
párpados caídos y voz débil. El médico también te preguntará sobre los alimentos que consumiste en los últimos
días y si existe la posibilidad de que te hayas expuesto a bacterias a través de una herida. En casos de posible
botulismo infantil, el médico puede preguntarte si el niño ha comido miel recientemente y si ha tenido
estreñimiento o pereza. Los análisis de sangre, de heces o de vómitos para buscar evidencia de la toxina pueden
ayudar a confirmar el diagnóstico de botulismo infantil o alimentario. Sin embargo, debido a que estas pruebas
pueden demorar días, el examen del médico es el principal medio para diagnosticar botulismo.
Tratamiento: Para los casos de botulismo alimentario, en ocasiones los médicos inducen el vómito y administran
medicamentos para inducir la acción intestinal a fin de limpiar el sistema digestivo. Si tienes botulismo en una
herida, es posible que el médico deba quitar quirúrgicamente el tejido infectado.
Antitoxina: Si te diagnostican botulismo alimentario o por herida en forma temprana, la antitoxina inyectada reduce
el riesgo de padecer complicaciones. La antitoxina se adhiere a la toxina que sigue circulando por el torrente
sanguíneo y evita que esta última dañe los nervios. Sin embargo, la antitoxina no puede revertir el daño que ya está
hecho. Por suerte, los nervios se regeneran. Muchas personas se recuperan por completo, pero puede llevar meses
y una terapia de rehabilitación extendida. Un tipo diferente de antitoxina, conocida como inmunoglobulina
botulínica, se utiliza para tratar a los bebés. Antibióticos: Para el tratamiento del botulismo por herida, se
recomienda el uso de antibióticos. Sin embargo, estos medicamentos no se aconsejan para otros tipos de botulismo,
dado que pueden acelerar la liberación de toxinas.
La hepatitis: es una infección del hígado sumamente
contagiosa causada por el virus de la hepatitis A. Es
uno de varios tipos de virus de hepatitis que causa
inflamación y afecta al funcionamiento del hígado.
Causas: La hepatitis es causada por un virus que
infecta las células hepáticas y produce inflamación. La
inflamación puede afectar el funcionamiento del
hígado y ocasionar signos y síntomas de hepatitis A. El
virus normalmente se propaga mediante la ingesta de
comidas o bebidas contaminadas con materia fecal,
incluso en cantidades muy pequeñas. No se transmite
al estornudar ni al toser. A continuación, te indicamos
algunas de las maneras específicas en que puede
propagarse el virus de la hepatitis A:

 Comer alimentos manipulados por alguien con el virus que no se lavó bien las manos después de ir al baño
 Beber agua contaminada
 Comer mariscos crudos provenientes de aguas residuales contaminadas
 Estar en contacto cercano con una persona infectada, incluso si esa persona no manifiesta signos ni síntomas
 Tener relaciones sexuales con alguien que tiene el virus
Síntomas: Los signos y síntomas de la hepatitis A, generalmente, aparecen después de haber tenido el virus durante
algunas semanas. Sin embargo, no todas las personas con hepatitis A los manifiestan. Los signos y síntomas, si los
presentas, pueden comprender los siguientes:

 Fatiga
 Náuseas y vómitos repentinos
 Dolor o malestar abdominal, especialmente en la parte superior derecha debajo de las costillas inferiores
(en la zona del hígado)
 Evacuaciones intestinales de color arcilla
 Pérdida de apetito
 Poca fiebre
 Orina de color oscuro
 Dolor articular
 Color amarillento en la piel y en la parte blanca de los ojos (ictericia)
 Picazón intensa
Diagnóstico: Los análisis de sangre se utilizan para detectar signos del virus de la hepatitis A en el cuerpo. Se extrae
una muestra de sangre, generalmente, de una vena del brazo. La muestra se envía a un laboratorio para analizarla.
Tratamiento: No existen tratamientos específicos para la hepatitis A. Tu cuerpo eliminará el virus de la enfermedad
solo. En la mayoría de los casos de hepatitis A, el hígado se cura antes de los seis meses y no presenta daños
duraderos. El tratamiento de la hepatitis A se suele centrar en que te sientas cómodo y en controlar los signos y
síntomas. Podría ser necesario que hagas lo siguiente:
 Descansar. Muchas personas que padecen hepatitis A sienten cansancio, ganas de vomitar y tienen menos
energía.
 Controlar las náuseas. Las náuseas pueden dificultar la alimentación. Intenta comer tentempiés a lo largo
del día en lugar de comidas completas. Para obtener las calorías suficientes, come más alimentos con alto
contenido calórico. Por ejemplo, bebe jugo de frutas o leche en lugar de agua. Si tienes vómitos, es
importante que tomes mucho líquido para evitar la deshidratación.
 Evitar el alcohol y tomar medicamentos con cuidado. El hígado puede presentar dificultades para procesar
medicamentos y bebidas alcohólicas. Si tienes hepatitis, no bebas alcohol. El alcohol puede provocar más
lesiones en el hígado. Habla con el médico acerca de los medicamentos que tomas, incluso los de venta
libre.

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