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ÍNDICE
CAPÍTULO I .................................................................................................................. 1
INTRODUCCIÓN .......................................................................................................... 1
CAPÍTULO II ................................................................................................................. 6
5.7. Zonas Especiales de Desarrollo Sustentable -ZEDES- ............................. 20
CONCLUSIONES.................................................................................................... 20
BIBLIOGRAFÍA ....................................................................................................... 21
CAPÍTULO I
INTRODUCCIÓN
1
El Estado en Guatemala con su sistema de gobierno se justifica por el poder que tiene
la coacción arbitraria en la asignación eficiente de los recursos y la provisión de bienes
como factores de promoción del desarrollo económico, el político-administrativo con
énfasis en traslado de competencias y la implantación de mecanismos que restringen
la participación ciudadana.
2
Los municipios creados fueron La Blanca, en el departamento de San Marcos,
mediante el Decreto 1-2014 el 23 de enero de 2014; poco después, el 28 de enero de
2014, por medio del Decreto 2-2014 fue creado el municipio de San Jorge, en el
departamento de Zacapa, y que se separó de la cabecera departamental; El Chal, en
el departamento de Petén, fue desmembrado de Dolores el cuatro de febrero del 2014,
por medio del Decreto 5-2014; y San José La Máquina, en el departamento de
Suchitepéquez, se separó de Cuyotenango el 12 de febrero del 2014 por medio del
Decreto 7-2014. Los municipios en que se divide Guatemala suman ahora 338 en
total.
Así mismo Toquián Grande, en San Marcos, busca desligarse de Tajumulco; Petatán,
en el departamento de Huehuetenango, desea dejar de ser parte de Concepción
Huista y San Benito, en el departamento de Alta Verapaz, busca desligarse de Cobán.
3
En las actuales circunstancias del país, puede ser también además de los intereses
económicos, políticos e incluso del dominio del crimen organizado por la ubicación
estratégica de en el territorio nacional.
De igual forma cuales son las mejoras en los aspectos como la participación
ciudadana en la verificación de los cambios del municipio y cuanto ha cambiado el
nivel de vida de los ciudadanos.
Asimismo, según el reportaje de Sic (2014) los pobladores de San José La Máquina
plantearon que buscaban crear infraestructura básica para atender las necesidades de
sus habitantes tales como drenajes e introducción de agua potable, al igual que
hacerles más fácil ciertos trámites públicos en entidades como el Registro Nacional de
las Personas -RENAP-, la Policía Nacional Civil -PNC-, el Tribunal Supremo Electoral
-TSE- y el Sistema Judicial.
La creación de municipios debe ser analizada no sólo como un hecho aislado producto
de factores estrictamente locales sino como expresión de dinámicas sociales,
económicas, políticas y culturales, existentes en diversas zonas del país y que no
logran expresarse por medio de la institucionalidad existente.
4
Es necesario el conocimiento de nuevas formas de descentralización que han
obtenido buenos resultados que los obtenidos en los nuevos municipios de
Guatemala.
Las Free Sities buscan plantear una alternativa a las actuales instituciones del Estado
y dar a los habitantes el poder de elegir y gobernarse de acuerdo a las necesidades
reales del individuo y de todo el grupo.
5
CAPÍTULO II
Las
funciones
básicas
del
Estado
son
la
protección
del
derecho
ade
la
propiedad,
el
mantenimiento
de
la
paz,
y
la
aplicación
de
la
justicia,
todo
esto
respetando
el
ámbito
de
la
libertad.
En
el
marco
guatemalteco
existen
políticos
que
tienen
el
poder
de
crear
leyes
bajo
la
premisa
que
el
Estado
debe
expandir
sus
funciones,
sin
embargo
es
de
mayor
importancia
respetar
las
funciones
básicas
que
le
competen
a
que
se
extienda
a
atender
otras
que
consideren
prioritarias
a
expensas
de
disminuir
su
función
principal
de
proveer
las
condiciones
libertad
de
los
individuos.
1.1. Definición
del
Estado
Se
incluye
la
definición
del
Estado,
por
la
relación
con
tema
central.
Max Weber (1979), definió ael Estado moderno como una "asociación de dominación
con carácter institucional que ha tratado, con éxito, de monopolizar dentro de un
territorio la violencia física legítima como medio de dominación y que, con este fin, ha
reunido todos los medios materiales en manos de sus dirigentes y ha expropiado a
todos los seres humanos que antes disponían de ellos por derecho propio,
sustituyéndolos con sus propias jerarquías supremas”.
Es por esto que el Estado, en la mayoría de casos, se inclinará por la opresión y
relegar la libertad, e intentando convencer a los ciudadanos por distintos medios con
el argumento de que mientras menor libertad tiene el individuo mayor es el bien
común.
La
descentralización
de
acuerdo
a
Palma
(1989),
ha
sido
definida
como
la
delegación
del
poder
del
control
a
los
niveles
inferiores
en
las
organizaciones.
Un
concepto
más
estrecho
de
descentralización
le
reduce
a
la
sola
transferencia
de
competencias
a
órganos
electos
y
que
se
le
denomina
desconcentración.
Para
el
Banco
Mundial
(2000),
la
descentralización
significa
“el
creciente
deseo
de
la
gente
por
un
mayor
poder
del
sub-‐gobierno,
el
cual
se
manifiesta
en
la
aserción
de
las
identidades
regionales
y
empuja
a
los
gobiernos
nacionales
a
alcanzar
abajo
a
las
regiones
y
ciudades
como
la
mejor
manera
para
administrar
cambios
que
afectan
la
política
doméstica
y
los
patrones
de
crecimiento.”
La
descentralización,
para
Chinchilla
Cifuentes
(2003)
“es
un
proceso
que
consiste
en:
a)
el
traspaso
paulatino
de
competencias,
potestades
y
atribuciones
del
Gobierno
Central
al
nivel
local
de
la
administración
pública,
casi
siempre
las
municipalidades;
b)
la
redistribución
del
poder
político
en
una
sociedad,
de
tal
forma
que
la
población
resuelva
sus
problemas
y
genere
su
desarrollo
desde
las
localidades.”
Alonso
(2000)
define
la
descentralización,
como
“instrumento
de
una
política
de
modernización
del
Estado
ha
de
llevar
en
su
interior
medidas
para
la
construcción
de
un
nuevo
modelo
de
desarrollo,
capaz
de
dotar
al
gobierno
de
la
capacidad
para
el
cumplimiento
de
sus
funciones,
una
visión
bien
fundada
del
rol
del
estado
en
el
nuevo
modelo
de
desarrollo
que
nos
permite
disponer
de
criterios
normativos
acerca
de
que
falta
y
de
lo
que
sobra
en
el
Estado”.
Objetivos
de
la
descentralización
La
descentralización
según
Trujillo
(2006),
es
necesaria
para
el
diseño
y
ejecución
de
políticas
públicas
eficaces.
Esto
por
la
cercanía
al
ciudadano
y
sus
problemas.
Los
elementos
de
los
procesos
descentralizadores
son
importantes
en
cualquier
nación,
pero
indispensables
en
una,
como
la
guatemalteca,
con
diversidad
lingüística,
étnica,
cultura,
educativa
y
de
desarrollo.
Así
también
de
acuerdo
a
Mattos
(1990)
la
descentralización
tiene
como
objetivo
aumentar
el
poder,
la
autonomía
de
la
decisión
y
el
control
de
los
recursos,
las
responsabilidades
y
las
competencias
de
las
colectividades
locales,
en
detrimento
del
poder
de
los
órganos
del
gobierno
central.
Un
aspecto
importante
a
considerar
son
los
verdaderos
alcances
de
la
descentralización.
Entre
estos
alcances,
la
descentralización
promueve
el
crecimiento
económico
y
el
desarrollo
social
de
las
localidades,
aumentar
la
participación
ciudadana
y
democratizar
los
procesos
políticos
y
sociales.
Los
procesos
de
descentralización
están
ligados
a
distintas
expectativas
y
pueden
servir
de
instrumento
para
alcanzar
diferentes
objetivos,
principalmente
fomentar
procesos
que
favorezcan
una
colaboración
constructiva
y
dinámica
entre
el
Estado,
el
sector
privado
y
la
sociedad,
así
como
entre
las
fuerzas
políticas
y
las
autoridades
del
Estado
central
y
las
de
las
entidades
descentralizadas,
Benique
(s.f.),
indica
los
objetivos
de
los
procesos
de
descentralización.
Objetivos
Generales
• Que
cada
gobierno
regional
y
local
decida
sobre
sus
recursos.
• Que
los
trabajos
realizados
por
diferentes
sectores
(agricultura,
salud,
educación,
etc.)
se
complementen
a
los
objetivos
de
desarrollo
de
la
región
y
la
localidad.
• Participación
de
la
sociedad,
opinando,
auditando
la
administración
pública.
• Integración
entre
el
Estado
y
la
sociedad,
que
los
ciudadanos
participen
en
la
toma
de
decisiones
sobre
la
marcha
de
los
asuntos
públicos.
Objetivos
políticos
• Eficiencia
del
Estado,
mediante
la
distribución
ordenada
de
las
competencias
públicas.
• Representación
política
y
de
intermediación
hacia
los
órganos
de
gobierno
nacional,
regional
y
local,
constituidos
por
elección
democrática.
• Participación
y
fiscalización
de
los
ciudadanos
en
la
gestión
de
los
asuntos
públicos
de
cada
región
y
localidad.
Objetivos
económicos
• Desarrollo
económico
auto
sostenible
y
de
la
competitividad
de
las
diferentes
regiones
y
localidades.
• Cobertura
y
abastecimiento
de
servicios
sociales
básicos
en
todo
el
territorio
nacional.
• Disposición
de
la
infraestructura
económica
y
social
necesaria
para
promover
la
inversión
en
las
diferentes
circunscripciones
del
país.
• Redistribución
equitativa
de
los
recursos
del
Estado.
• Potenciación
del
financiamiento
regional
y
local.
Objetivos
sociales
• Educación
y
capacitación
orientadas
a
forjar
un
capital
humano,
la
competitividad
nacional
e
internacional.
• Participación
ciudadana
en
todas
sus
formas
de
organización
y
control
social.
• Incorporar
la
participación
de
las
comunidades
campesinas
y
nativas,
reconociendo
la
interculturalidad
y
superando
toda
clase
de
exclusión
y
discriminación.
• Promover
el
desarrollo
humano
y
la
mejora
progresiva
y
sostenida
de
las
condiciones
de
vida
de
la
población
para
la
superación
de
la
pobreza.
Objetivos
administrativos
• Modernización
y
eficiencia
de
los
procesos
y
sistemas
de
administración
que
aseguren
la
adecuada
provisión
de
los
servicios
públicos.
• Simplificación
de
trámites
en
las
dependencias
públicas
nacionales,
regionales
y
locales.
• Asignación
de
competencias
que
evite
la
innecesaria
duplicidad
de
funciones
y
recursos,
y
la
duplicidad
de
responsabilidades
en
la
prestación
de
servicios.
Objetivos
a
nivel
ambiental
• Ordenamiento
territorial
y
del
entorno
ambiental,
desde
los
enfoques
de
la
sostenibilidad
del
desarrollo.
• Gestión
sostenible
de
los
recursos
naturales
y
mejoramiento
de
la
calidad
ambiental.
• Coordinación
y
concertación
interinstitucional
y
participación
ciudadana
en
todos
los
niveles
del
Sistema
de
Gestión
Ambiental.
De
acuerdo
a
Rapold
(2001)
entre
otros
objetivos
y
motivaciones
de
la
descentralización
se
pueden
distinguir
tres
ejes
de
objetivos
que,
en
parte,
se
entrecruzan
e
influyen
mutuamente:
Mejoramiento
de
las
relaciones
entre
el
Estado
y
la
población
• Mayor
legitimidad
política
del
Estado,
también
del
Estado
central.
• Mayor
participación
(democrática)
de
la
población
local,
de
las
minorías
y
de
la
mujer
en
los
procesos
de
formación
de
la
opinión
política.
• Mejor
integración
de
la
mujer
y
de
los
grupos
marginados.
• Más
control
ejercido
sobre
el
poder
mediante
la
repartición
del
poder
político
entre
los
diferentes
actores.
• Fortalecimiento
de
una
sociedad
estructurada
de
manera
descentralizada,
que
pueda
desempeñar
mejor
su
rol
de
contrapoder
a
nivel
local.
Mejoramiento
de
la
eficacia
de
los
servicios
del
Estado
Las
tareas
del
Estado
se
ejecutan
en
el
nivel
más
apropiado
para
ello.
Conforme
al
principio
de
la
subsidiaridad,
las
tareas
que
requieran
pertinencia,
es
decir
la
participación
local
debe
ser
ejecutada
por
autoridades
locales.
Los
servicios
de
interés
público
los
prestan
actores
del
sector
público
o
del
sector
privado,
dependiendo
de
cuál
de
ellos
es
el
más
apto
para
realizarlos
en
el
contexto
local.
Utilización
más
eficaz
de
los
recursos
gracias
a
una
mayor
transparencia
y
a
una
clara
repartición
de
las
responsabilidades,
así
como
a
la
obligación
de
rendir
cuentas
y
servicios
más
adaptados
a
las
necesidades.
Fomento
del
desarrollo
local
• Más
programas
y
proyectos
de
desarrollo
adaptados
al
contexto.
• Mayor
explotación
del
potencial
de
desarrollo
local.
• Más
competencia
y
más
capacidades
a
nivel
local.
En
consecuencia
con
los
objetivos
enumerados
anteriormente
y
de
acuerdo
a
Hayek
(2008)
“los
procesos
de
descentralización
han
sido
patrocinados,
generalmente,
por
quienes
se
preocupan
principalmente
de
la
libertad
del
individuo.
Hay
razones
de
peso
para
sostener
que,
siempre
que
la
prestación
de
ciertos
servicios
no
pueda
confiarse
a
la
iniciativa
privada
y,
por
tanto,
se
precise
cierta
clase
de
acción
colectiva,
la
actuación
de
las
autoridades
locales
constituye
generalmente
la
mejor
solución,
pues
se
tienen
muchas
de
las
ventajas
de
la
empresa
privada
y
pocos
de
los
peligros
que
comporta
la
acción
coactiva
del
gobierno”.
Esto
contrario
a
quienes
propugnan
por
una
mayor
concentración
de
poderes,
los
cuales
se
caracterizan
por
ser
partidarios
del
aumento
del
poder
estatal;
ante
lo
cual
sigue
afirmando
Hayek
(2008),
“La
competencia
entre
autoridades
locales
o
entre
unidades
mayores
dentro
de
un
área
donde
existe
libertad
de
movimiento
proporciona
en
gran
medida
la
oportunidad
de
experimentar
métodos
alternativos
que
aseguran
la
mayor
parte
de
las
ventajas
del
libre
desarrollo”.
Ventajas
y
desventajas
de
la
descentralización
La
descentralización
presenta
ventajas
y
desventajas;
por
lo
tanto,
su
discusión
no
puede
plantearse
en
términos
de
bueno
o
malo.
La
descentralización
es
útil
en
el
logro
de
ciertos
objetivos
y
no
lo
es
para
la
consecución
de
otros.
De
esta
manera
se
debe
tomar
lo
útil
e
incorporarlo
al
sistema
de
la
administración
de
recursos
del
Estado,
para
que
éste
sea
más
eficiente.
Se
considera
la
descentralización
como
una
forma
de
aumentar
la
participación
democrática
de
la
población
en
la
solución
de
sus
problemas
más
cercanos
y
mecanismo
útil
para
racionalizar
la
gestión
pública.
De
acuerdo
a
Herrera
(2003)
La
descentralización
apunta
a
mejorar
la
gobernabilidad
y
el
desarrollo
local,
el
alivio
y
reducción
de
la
pobreza.
En
cuanto
a
ventajas,
la
principal
se
encuentra
en
el
ámbito
de
la
función
asignación
que
debe
llevar
a
cabo
un
gobierno.
Particularmente
se
concentra
en
los
denominados
bienes
públicos
locales,
puesto
que
el
gobierno
descentralizado
tiene
la
capacidad
de
entregar
los
niveles
de
bienes
públicos
más
de
acuerdo
con
las
preferencias
de
los
ciudadanos
de
cada
localidad.
Esto
contribuye
a
mejorar
la
eficiencia
en
el
uso
de
los
recursos
públicos.
Segundo,
dado
que
la
gran
ventaja
de
la
descentralización
recae
en
la
asignación
de
recursos
para
la
provisión
de
bienes
públicos
locales,
esto
permite
la
aplicación
del
principio
del
beneficio
como
un
criterio
equitativo
y
eficiente
para
obtener
el
financiamiento
de
este
gasto
público.
Este
principio
de
cobro
o
de
tarificación
de
bienes
es
el
que
se
aplica
en
el
caso
en
que
se
emplea
al
mercado
como
un
instrumento
de
asignación
de
recursos
y
será
examinado
más
adelante.
Dentro
de
las
desventajas
se
debe
hacer
énfasis
en
los
obstáculos
y
riesgos
implícitos
en
la
descentralización.:
• la
descentralización
es
un
concepto
usado
con
poca
precisión
en
el
debate
político,
sin
mayor
reflexión
sobre
sus
implicancias
políticas
y
técnicas
para
el
conjunto
de
la
función
pública,
por
lo
que
se
carece
de
un
consenso
político.
• El
riesgo
de
ver
la
participación
de
la
comunidad
como
una
sumatoria
de
micro
unidades
sociales
(familias
y
formas
de
grupos
primarios).
La
limitación
de
la
participación
en
la
determinación
de
políticas.
• El
peligro
del
ejercicio
privado
del
poder
municipal
con
procedimientos
clientelares
entre
autoridades
locales
y
población
y
entre
niveles
de
gobierno
caracterizados
como
formas
patrimoniales
de
ejercicio
del
poder
que
acaba
por
debilitar
los
aspectos
democratizantes
de
la
descentralización.
• Las
garantías
de
democracia
del
gobierno
local
no
se
encuentran
inscritas
en
la
Constitución,
de
tal
forma
que
la
relación
entre
democracia
y
descentralización
de
la
gestión
municipal
radica
en
la
suerte
de
los
resultados
electorales.
• No
se
observa
en
general
la
elaboración
de
propuestas
específicas
de
gestión
municipal
por
parte
de
los
partidos
políticos.
• La
precariedad
de
las
respuestas
que
en
buena
medida
dan
los
municipios
respecto
a
las
posibilidades
que
ofrecen
sus
competencias
y
funciones,
especialmente
en
lo
referido
a
la
satisfacción
de
las
demandas
de
los
sectores
de
más
bajos
ingresos.
• Las
principales
atribuciones
municipales,
están
relacionadas
a
la
producción
y
gestión
de
la
ciudad.
El
ámbito
rural
está
por
lo
general
más
allá
de
sus
competencias.
Otras
desventajas
o
limitaciones
de
la
descentralización,
según
Yañez
(1991)
son
las
siguientes:
“La
descentralización
podría
entrar
en
conflicto
en
la
asignación
de
recursos
ante
la
presencia
de
economías
de
escala
importantes
en
la
producción
y
provisión
de
ciertos
bienes
públicos.
Las
economías
de
escala
implican
la
posibilidad
de
reducir
los
costos
promedios
de
producción:
en
la
medida
que
se
incrementa
el
tamaño
o
la
escala
de
producción,
su
aprovechamiento
contribuye
al
logro
de
una
asignación
eficiente
de
recursos.
Para
hacer
uso
de
dichas
economías
de
escala
las
decisiones
deben
tomarse
de
manera
más
centralizada.
A
modo
de
ejemplo
puede
señalarse
que
existen
apreciables
economías
de
escala
en
la
administración
del
sistema
tributario
(recaudación
y
fiscalización).”
La
descentralización
mantiene
un
cierto
nivel
de
conflicto
con
la
redistribución
de
los
ingresos
y
con
la
estabilización
de
la
economía.
Esto
es
producto
de
que
las
políticas
locales
para
alcanzar
estos
objetivos
presentan
el
problema
de
la
filtración
de
sus
efectos
fuera
de
sus
fronteras,
diluyéndose
los
aspectos
positivos
e
incrementándose
los
negativos.
En
resumen,
en
la
práctica
debe
darse
un
compromiso
entre
la
aplicación
de
la
descentralización
y
la
centralización
en
las
finanzas
públicas.
La
solución
no
es
una
cuestión
que
vaya
por
cualquiera
de
los
dos
extremos,
sino
más
bien
por
una
combinación
de
ambas.
“
Adicionalmente
en
relación
a
lo
indicado
por
Yañez,
puede
agregarse
que
las
municipalidades
dependen
altamente
de
recursos
transferidos
del
gobierno
central
y
cada
vez
en
montos
mayores,
esto
por
la
escasez
de
ingresos
propios
de
origen
tributario,
lo
que
se
traduce
a
que
los
procesos
de
descentralización
no
deben
reforzar
únicamente
la
transferencia
de
recursos
sino
la
libertad
de
los
poderes
municipales
en
decidir
en
cuanto
a
desarrollar
actividades
productivas
para
obtener
mayores
ingreso.
Participación
ciudadana
y
descentralización
Generalmente
los
procesos
de
descentralización
se
asocian
a
conceptos
de
participación
y
se
debe
reconocer
que
en
un
sistema
descentralizado
el
individuo
puede
ejercer
la
facultad
de
disponer
del
máximo
de
poder
de
decisión
en
aquellas
materias
que
localmente
le
afectan.
Existe
una
relación
cercana
entre
descentralización
y
democratización.
La
primera
está
íntimamente
conectada
a
los
procesos
de
democratización
y
en
muchos
casos
se
puede
considerar
como
un
tipo
de
democratización.
La
perspectiva
democrática
tiene
que
considerarse
central
en
el
discurso
de
las
relaciones
entre
Estado
y
sociedad,
incluso
en
la
discusión
sobre
la
descentralización,
ya
que
el
problema
nuclear
es
encontrar
un
balance
entre
ambos,
en
un
contexto
democrático.
Según
Finot
(2001),
la
descentralización
por
sí
misma
no
es
suficiente
como
instrumento
de
democratización
pero
para
mejorar
la
eficiencia
de
los
servicios
ofrecidos
por
el
aparato
estatal.
Además
afirma
que
la
participación
se
refiere
siempre
a
organizaciones.
Es
política
si
se
hace
efectiva
en
o
hacia
organizaciones
políticas
(incluidas,
por
supuesto,
las
estatales);
social,
si
se
practica
en
y
a
través
de
organizaciones
sociales,
y
económica
si
se
refiere
al
proceso
de
producción
de
bienes
privados.
La
participación
ciudadana
se
refiere
a
las
soluciones
cooperativas
y
por
tanto
comprende
la
participación
política
y
la
social”.
La
participación
ciudadana
debe
aceptarse
como
el
involucramiento
de
las
personas
en
la
provisión
de
soluciones
productivas,
además
como
medio
indispensable
para
la
eficiencia:
la
participación
en
las
decisiones
sobre
qué
bienes
locales,
cuánto
de
cada
uno
de
ellos
y
con
qué
aportes
ciudadanos
proveerlos.
Por
lo
anterior
es
importante
menciona
que
en
la
democracia
es
fundamental
la
idea
de
la
interacción
participativa
de
los
seres
humanos,
otorgándole
derechos
colectivos
vistos
como
la
decisión
de
gobierno,
decisión
sobre
bienes
públicos,
etc.;
sin
embargo,
esto
no
debe
dar
lugar
a
menoscabar
bajo
ninguna
circunstancia
los
derechos
individuales
adquiridos
en
el
ámbito
estatal
ya
que
constituyen
legítimos
valores
universales.
En
otras
palabras,
la
participación
ciudadana
o
cualquier
forma
de
identidad
colectiva
local
debe
dar
fortalecer
la
libertad
e
identidad
humana
individual.
Desarrollo
Local
y
Descentralización
Para
Vargas
Hernández
(2006),
“la
lógica
de
la
descentralización
es
la
regionalización
de
la
política
pública.
La
delimitación
de
los
espacios
territoriales
que
son
considerados
como
regiones
en
las
cuales
se
formulan
e
implementan
las
políticas
públicas.
El
énfasis
en
el
control
local
que
promueve
la
descentralización
se
centra
en
la
toma
de
decisiones
por
los
mismos
individuos
que
tienen
el
derecho
para
definir
su
propio
proyecto
de
desarrollo.
Con
las
reformas
al
aparato
burocrático
del
Estado
se
queda
con
menos
instancias
de
relación
directa
con
la
ciudadanía,
las
cuales
se
transfieren
a
los
niveles
de
gobiernos
locales
mediante
procesos
de
descentralización
que
tienen
en
común
denominador
el
fortalecimiento
de
instituciones
de
gobierno
que
están
más
cerca
de
los
ciudadanos
para
cerrar
la
brecha
entre
los
procesos
de
formulación,
implementación
y
control”.
Los
procesos
de
descentralización
transfieren
el
poder
de
decisión
de
las
instancias
del
gobierno
central
a
los
gobiernos
locales.
Los
diferentes
niveles
de
gobierno
en
los
sistemas
democráticos
contribuyen
a
balancear
los
intereses
y
demandas
de
una
sociedad
plural
con
los
centros
de
poder
e
influencia,
lo
cual
requiere
como
requisito,
la
descentralización
de
las
decisiones
políticas
en
los
gobiernos
locales
para
ejercer
control
sobre
la
política
pública
local”.
Por
otra
parte
de
acuerdo
a
Faguet
(1999),
el
gobierno
local
puede
beneficiarse
de
la
popularidad
emergente
de
la
descentralización
política
y
puede
ser
el
vehículo
ideal
para
tal
proyecto
político
debido
a
su
proximidad
con
la
población
y
a
la
función
percibida
de
ser
el
puente
entre
el
Estado
y
la
sociedad,
es
por
ello
que
los
procesos
de
descentralización
son
expresiones
propias
de
la
democracia
representativa
a
pesar
de
que
no
todas
las
decisiones
pueden
ser
descentralizadas
a
las
instancias
de
poder
local.
Igualmente
“intensifican
el
desarrollo
local
como
parte
de
la
reforma
del
Estado,
bajo
un
enfoque
en
los
gobiernos
y
el
poder
locales
traslada
presupuestos
y
responsabilidades
del
nivel
nacional
y
estatal
a
los
municipios.
Esto
sugiere
que
la
descentralización
es
un
nexo
entre
las
decisiones
de
inversión
pública
con
las
necesidades
locales,
de
tal
forma
que
los
procesos
de
descentralización
fiscal
se
identifican
como
procesos
de
descentralización
administrativa
que
permite
a
los
gobiernos
locales
definir
sus
propias
políticas
de
ingreso
y
gasto
mediante
la
innovación”.
Los
procesos
de
descentralización
se
orientan
a
transferir
recursos
del
sector
público
central
a
los
gobiernos
locales
y
de
conformidad
con
sus
características
propias
debe
permitírseles
administrarse
sus
recursos
con
mayor
flexibilidad
en
sus
mecanismos
financieros.sin
embargo
no
debe
dejarse
de
la
importancia
de
la
capacidad
de
los
gobiernos
locales
para
generar
recursos
propios
y
tomando
en
consideración
otras
variables
importantes,
como
las
demográficas
y
geográficas.
Así
también
debe
resaltarse
que
la
homogeneidad
y
rigidez
de
normas
son
obstáculos
a
la
autonomía
de
los
procesos
de
descentralización
que
no
permite
a
los
gobiernos
locales
que
avancen
en
función
de
sus
propias
posibilidades,
oportunidades
y
potencialidades,
definiendo
sus
propias
instancias
y
mecanismos
de
participación.
Importancia
de
la
descentralización
para
el
desarrollo
Los
países
latinoamericanos
tuvieron
un
origen
descentralizador,
tal
es
el
caso
de
la
búsqueda
de
independencia
del
reino
español,
que
representó
en
esencia
el
aumento
del
poder
de
decisión
local.
Por
tanto,
lo
local
no
es
sinónimo
de
pequeños
territorios
o
divisiones
geográficas
o
administrativas
sino
que
debe
ser
determinado
en
relación
con
el
proyecto
que
se
emprende
y
con
los
actores
involucrados.
La
perspectiva
local
implica
una
forma
de
ver
y
actuar
desde
el
territorio
en
las
tareas
del
desarrollo,
la
cual
tiene
sentido
incluso
en
contextos
de
crecimiento
económico
y
democrático,
por
lo
tanto
el
desafío
para
las
sociedades
locales
está
enfocado
en
la
capacidad
de
insertarse
en
forma
competitiva
a
lo
global,
capitalizando
al
máximo
sus
capacidades,
instituciones,
historia
y
entorno,
instituciones
y
buena
gobernanza.
El
desarrollo
local
implica
el
desarrollo
de
territorios
específicos
y
ésta
especificidad
es
dada
por
la
dimensión
económica,
vinculada
a
la
creación,
acumulación
y
distribución
de
la
riqueza;
la
dimensión
social
y
cultural,
referida
a
la
calidad
de
vida,
a
la
equidad
y
la
integración
social;
la
dimensión
ambiental,
referida
a
los
recursos
naturales
y
a
la
sustentabilidad
de
los
modelos
adoptados
en
el
mediano
y
largo
plazo;
y
la
dimensión
política,
vinculada
a
la
gobernabilidad
del
territorio
y
a
la
definición
de
un
proyecto
colectivo
específico.
En
virtud
de
lo
anterior
y
en
términos
generales
Enríquez
(1997)
manifiesta
que
“el
desarrollo
local
consiste
en
un
conjunto
de
prácticas
complejas
que
implican
la
concertación
entre
los
agentes-‐
sectores
y
fuerzas-‐
que
interactúan
en
un
territorio
determinado
y
la
participación
permanente,
creadora
y
responsable
de
ciudadanos
y
ciudadanas
en
un
proyecto
común
de
generación
de
crecimiento
económico,
equidad,
cambio
social
y
cultural,
sustentabilidad
ecológica,
enfoque
de
género,
calidad
y
equilibrio
espacial
y
territorial,
con
el
fin
de
elevar
la
calidad
de
vida
de
cada
ciudadano
que
vive
en
ese
territorio,
contribuir
al
desarrollo
del
país
y
enfrentar
adecuadamente
las
transformaciones
de
la
economía
internacional”.
Complementariamente,
el
avance
y
consolidación
de
los
procesos
de
descentralización
se
ha
vuelto
fundamental
para
el
desarrollo
local
en
tanto
instrumento
para
el
empoderamiento
de
las
sociedades
locales,
implica
además
de
la
transferencia
de
competencias,
responsabilidades,
poder
de
decisión
y
recursos
desde
el
gobierno
central
a
las
entidades
subnacionales,
la
construcción
de
capacidades
necesarias
para
la
participación
activa
y
conjunta
de
los
gobiernos
y
la
sociedad,
aportando
así
a
la
consolidación
democrática.
Por
otra
parte
según
lo
postulado
por
Wallace
Oates.
(1972),
la
descentralización
y
el
desarrollo
territorial
exigen,
como
medida
correlativa,
la
descentralización
del
sistema
fiscal
-‐de
manera
que
esto
otorgue
a
las
municipalidades
y
a
los
gobiernos
regionales-‐
autonomía
para
la
fijación
de
determinados
impuestos.
Una
estructura
fiscal
de
este
tipo
contribuiría
a
promover
mayor
responsabilidad
y
el
esfuerzo
fiscal
por
parte
de
los
gobiernos
subnacionales
y
posibilitaría
que
las
transferencias
del
gobierno
nacional
se
orientaran
a
compensar
los
territorios
cuyas
potencialidades
de
recaudación
son
menores.
En
la
medida
que
los
individuos
difieren
en
sus
preferencias
por
los
niveles
que
sean
provistos
de
los
bienes
públicos,
el
gobierno
descentralizado
tiene
la
capacidad
para
diversificar
los
niveles
de
las
cantidades
de
bienes
públicos
de
acuerdo
con
las
preferencias
locales
y
mejorar
la
asignación
de
recursos
en
el
sector
público.
Las
iniciativas
de
desarrollo
económico
local
han
debido
enfrentar
los
problemas
económicos
del
nivel
municipal,
que
se
traducen
en
crecientes
demandas
de
las
comunidades
locales.
Asimismo,
la
recuperación
de
la
democracia
en
los
niveles
municipales
y
locales
en
general
ha
supuesto
la
introducción
de
mayores
exigencias
a
los
responsables
públicos
territoriales
para
presentar
programas
y
propuestas
concretas
a
la
ciudadanía
en
los
temas
sustantivos
del
desarrollo
productivo.
Además
Benavides
indica
que
existen
dos
tipos
de
tensión
que
impulsan
“desde
abajo”
las
iniciativas
de
desarrollo
económico
local.
De
un
lado,
la
tensión
introducida
por
el
propio
desarrollo
democrático
y
la
elección
directa
de
los
responsables
en
los
diferentes
niveles
territoriales
de
las
administraciones
públicas
(municipalidades,
provincias,
regiones
o
estados),
que
obliga
a
atender
las
demandas
de
la
ciudadanía
relacionadas
con
los
temas
básicos
del
desarrollo
productivo
y
el
empleo
en
cada
ámbito
territorial.
De
otro
lado,
la
tensión
introducida
por
la
situación
de
crisis
y
reestructuración
económica
en
general,
que
empuja
a
los
actores
empresariales
privados
a
incorporar
elementos
de
modernización
y
procesos
de
adaptación
ante
las
nuevas
exigencias
productivas
y
los
mayores
niveles
de
competitividad
en
los
mercados.
A
estos
dos
tipos
de
tensión
“desde
abajo”
se
suma
otro
proceso
“desde
arriba”,
correspondiente
al
avance
de
la
descentralización
y
reforma
del
Estado
central
en
los
diferentes
países
de
la
región.
Este
no
tiene
todavía
una
relación
complementaria
con
los
procesos
anteriores
surgidos
“desde
abajo”,
aunque
es
claro
que
el
avance
de
la
descentralización
debería
poder
construir
escenarios
propicios
para
impulsar
las
iniciativas
de
desarrollo
económico
local.
En
todo
caso,
es
importante
constatar
que
los
procesos
de
descentralización
más
avanzados,
esto
es,
aquellos
que
incluyen
una
elección
directa
de
todos
los
niveles
de
representación
pública
territorial,
desde
las
alcaldías
hasta
las
regiones,
y
que
transfieren
recursos
y
capacidades
de
decisión
a
los
gobiernos
subnacionales,
constituyen
bases
mucho
más
consistentes
para
el
impulso
de
las
iniciativas
de
desarrollo
económico
local.
El
origen
de
las
iniciativas
de
desarrollo
económico
local
en
América
Latina
no
responde
a
una
sola
causa.
Las
iniciativas
de
cambio
han
surgido
como
reacción
a
las
situaciones
de
crisis
económica
local
y
la
falta
de
políticas
apropiadas
desde
el
nivel
central
del
Estado
para
enfrentar
dichas
situaciones,
dicho
en
otras
palabras
lo
que
Zachary
Cáceres
(2012),
en
entrevista
brindada
a
Louisa
Reynolds
(2012),
llama
“una
coyuntura
crítica”
definida
como
“una
crisis
política,
un
desastre
natural,
el
fin
de
un
conflicto
bélico
u
otro
tipo
de
situación
que
lleva
al
país
a
“tocar
fondo”
y
se
producen
las
condiciones
propicias
para
empezar
desde
cero,
con
nuevas
reglas
e
instituciones,
que
es
justamente
la
coyuntura
perfecta
para
instalar
el
nuevo
modelo”.
En
el
contexto
de
desarrollo
local
Vásquez-‐Barquero,
(1993)
define
el
desarrollo
local
como
“un
proceso
de
crecimiento
económico
y
de
cambio
estructural
que
conduce
a
una
mejora
de
nivel
de
vida
de
la
población
local,
en
el
que
se
pueden
identificar
tres
dimensiones:
una
económica,
en
la
que
los
empresarios
locales
usan
su
capacidad
de
organizar
los
factores
productivos
locales
con
niveles
de
productividad
suficientes
para
ser
competitivos
en
los
mercados;
otra
sociocultural,
en
que
los
valores
y
las
instituciones
sirven
de
base
al
proceso
de
desarrollo;
y
finalmente,
una
dimensión
político-‐
administrativa
en
que
las
políticas
territoriales
permiten
crear
un
entorno
económico
local
favorable,
protegerlo
de
interferencias
externas
e
impulsar
el
desarrollo
local”
La
búsqueda
del
desarrollo
económico
para
mejorar
el
nivel
de
vida
de
la
población
debe
ser
el
fin
de
todo
estudio,
investigación,
etc.,
por
lo
que
de
acuerdo
a
la
teoría
del
crecimiento
endógeno,
su
propulsor
Paul
Romer
(2007),
persigue
dar
respuestas
para
el
logro
del
desarrollo
económico
en
los
países
en
vías
de
desarrollo,
bajo
la
premisa
de
que
las
instituciones
cuentan
con
mucha
importancia
para
lograr
el
cambios,
políticos
y
sociales
y
con
ello
el
ascenso
económico.
Tendencias
de
la
descentralización
en
América
Latina
América
Latina
de
acuerdo
a
Rosales
(2011)
“es
un
continente
históricamente
concentrado.
El
centralismo
colonial
cede
en
parte
durante
la
independencia,
cuando
los
cabildos
abiertos
de
las
principales
ciudades
asumen
posturas
emancipadoras
contra
los
países
coloniales.
Durante
el
siglo
XIX,
en
las
nacientes
naciones
se
suceden
guerras
y
conflictos
internos
que
confrontan
a
grupos
sociales
con
intereses
diversos.
A
lo
largo
del
siglo
XX,
los
países
emergentes
refuerzan
la
centralización
política
y
económica
en
desmedro
de
las
entidades
intermedias
y
los
municipios”.
Según
Alvares
(2001)
a
partir
de
la
segunda
mitad
de
los
ochenta
aparecen
las
tendencias
descentralizadoras
en
América
Latina,
sobre
todo,
se
generaron
procesos
de
cambio
en
los
que
los
municipios
fueron
asumiendo
las
responsabilidades
en
las
competencias
que
otrora
les
asignara
el
marco
legal.
Los
procesos
de
descentralización
se
han
aplicado
prácticamente
en
todos
los
países
de
América
Latina,
los
resultados
y
consecuencias
varían
de
un
país
a
otro.
Según
Gallicchio
(2005),
ello
refleja
las
diferencias
de
grado
de
desarrollo,
tamaño
del
Estado,
inicio
de
la
descentralización
y
otros
factores
particulares
propios
de
cada
país.
Una
síntesis
del
proceso
es
la
siguiente:
Los
gobiernos
locales
de
Colombia
y
Brasil
–países
pioneros
de
la
descentralización-‐
movilizan
ahora
importantes
recursos,
gozan
de
autonomía,
prestan
servicios
clave
y
promueven
el
desarrollo.
En
el
caso
de
Chile
desconcentra
durante
los
80
y
descentraliza
la
primera
mitad
de
los
90;posteriormente
el
proceso
se
estanca.
En
Argentina
la
descentralización
favorece
básicamente
a
los
gobiernos
provinciales
y
los
municipios
quedan
en
gran
medida
al
margen.
Bolivia
y
Ecuador,
desde
1994
y
el
año
2000
respectivamente,
redistribuyen
recursos
y
trasladan
competencias
a
los
gobiernos
municipales,
avanzando
fuertemente
en
la
descentralización.
En
Perú,
la
descentralización
de
los
80
se
revierte
bajo
Fujimori
y
se
recupera
desde
el
2000,
siendo
un
proceso
de
descentralización
avanzado.
En
Venezuela,
la
descentralización
de
los
90
es
corregida
por
reformas
que
afectan
el
nivel
local:
ahora
hay
una
recentralización
con
el
régimen
actual,
con
menor
autonomía
y
recursos
para
los
municipios,
y
crisis
económica,
política
y
social
constante.
Uruguay
crea
recientemente
el
nivel
municipal,
que
separa
a
las
juntas
locales
de
los
departamentos,
conformando
89
municipios
y
dando
lugar
a
tres
niveles
de
gobierno.
En
Paraguay,
pese
a
los
avances
de
los
90,
la
descentralización
continúa
siendo
incipiente.
México
avanza,
mediante
la
apertura
del
sistema
político
y
la
alternancia
democrática.
Pero
las
reformas
jurídicas
y
financieras
favorecen
a
los
gobiernos
estaduales
y
los
progresos
prácticamente
no
alcanzan
el
nivel
municipal.
Algunas
naciones
marcan
pautas
en
los
cambios
que
benefician
a
los
municipios.
Tal
vez
los
procesos
más
integrales
y
profundos
son
la
experiencia
pionera
de
Colombia
o
la
posterior
de
Bolivia
–entre
los
países
unitarios-‐
junto
al
proceso
del
federal
Brasil,
donde
se
aplican
cambios
en
la
Constitución
y
las
leyes
que
posibilitan
una
autonomía
municipal
efectiva.
No
en
vano
los
innovadores
municipios
brasileños
han
creado
el
presupuesto
participativo.
También
Perú,
Ecuador,
Chile
y
El
Salvador
aplican
políticas
descentralizadoras
válidas,
aunque
menos
profundas.
Modelos
de
la
descentralización
en
América
Latina
Se
identifican
tres
modelos
que
sintetizan
los
procesos
en
América
Latina.
El
primero
se
trata
del
proceso
descentralizador
entendido
como
construcción
política
del
gobierno
central.
Comprende
la
creación
de
instrumentos
legales
que
fomentan
un
proceso
de
reorganización
territorial
y
política,
por
ejemplo,
la
creación
de
municipalidades,
alcaldías
o
similares
ámbitos
de
gobierno
regional
y
local.
Estas
reformas
tienen
como
objetivo
central
una
mejora
en
calidad
de
la
gestión
y
la
administración
de
los
recursos
materiales,
humanos
y
financieros
de
los
estados
nacionales.
El
ejemplo
más
significativo
de
este
tipo
de
proceso
es
la
Ley
de
Participación
Popular
aprobada
en
Bolivia
en
el
año
1994.
(Gallicchio,
2005)
Modelo
1
Fuente:
Federación
Latinoamericana
de
Ciudades,
M.
y.
(marzo
de
2011).
Observatorio
de
la
descentralización
y
la
democracia
local
en
América
Latina
y
el
Caribe
El
segundo
remite
a
las
experiencias
de
desarrollo
regional
y
local
del
continente
americano.
En
estos
casos
existe
también
una
reorganización
territorial
y
política
pero
dicho
proceso
se
manifiesta
a
niveles
subnacionales.
Se
trata
de
un
proceso
que
implica
la
reorganización
y
zonificación
territorial
(por
ejemplo,
la
experiencia
de
descentralización
de
Montevideo
o
el
“Presupuesto
Participativo”
en
Porto
Alegre,
Brasil).
Estos
espacios
descentralizados
poseen
escasas
competencias
en
lo
que
se
refiere
a
la
ejecución
de
obras
de
infraestructura
y
control
de
recursos
financieros.
Pero
su
labor
se
centra
en
un
aspecto
para
nada
menor,
incorporar
a
los
actores
sociales
al
proceso
de
construcción
de
la
agenda
pública
poniendo
en
discusión
la
cosa
pública.
Esta
discusión
de
lo
público
se
refiere
a
temáticas
muy
variadas,
que
incluyen:
alumbrado
público,
espacios
verdes
y
de
recreación,
saneamiento,
entre
otros.
Este
tipo
de
experiencias
tiene
un
efecto
ordenador
sobre
las
organizaciones
sociales
ya
que
implica
que
los
vecinos
de
las
zonas
se
organicen
racionalmente
con
la
finalidad
de
incidir
más
eficazmente
en
las
discusiones
que
se
generan
en
dichos
ámbitos.
Como
experiencia
intermedia
se
pueden
mencionar
los
casos
de
servicios
públicos
cogestionados
entre
gobiernos
centrales,
administraciones
locales.
En
este
sentido
nos
remitimos
a
las
experiencias
de
gestión
de
recursos
naturales
que
se
llevan
adelante
en
Bolivia,
Paraguay,
Brasil
y
El
Salvador
entre
otros,
donde
la
planificación,
gestión
y
usufructo
del
recurso,
son
resultado
del
accionar
asociado
de
los
tres
niveles
mencionados.
Modelo
2
Fuente:
Federación
Latinoamericana
de
Ciudades,
M.
y.
(marzo
de
2011).
Observatorio
de
la
descentralización
y
la
democracia
local
en
América
Latina
y
el
Caribe
Debe
entenderse
que
el
concepto
de
descentralización
no
es
de
procesos
ordenados
y
progresivos
de
transferencias
de
competencias,
poder
de
decisión
y
recursos
sino
más
bien
instancias
producto
del
proyecto
y
voluntad
política
de
quien
ejerce
el
gobierno.
En
lo
que
se
refiere
a
la
participación
ciudadana
en
los
procesos
de
descentralización
se
observa
una
progresiva
incorporación
de
la
sociedad
en
los
ámbitos
de
gobierno
local
pero
se
remite
aún
a
instancias
de
tipo
consultivo
y
deliberativo
pero
no
decisorio.
Asimismo,
este
proceso
tiene
impulsos
para
la
mejora
de
la
gestión
administrativa
y
fortalecimiento
municipal
pero
esto
no
implica
la
construcción
de
capacidades
específicas
que
se
correspondan
con
las
nuevas
competencias
asignadas
a
los
agentes
locales
en
los
marcos
legales.
Dentro
del
tercer
modelo
de
descentralización
caben
aquellos
donde
los
individuos
son
emprendedores
que
se
desenvuelven
en
una
estructura
que
funciona
de
abajo
hacia
arriba.
Con
el
cambio
del
marco
legal
y
la
creación
de
free
sities
se
les
permite
tener
acceso
a
las
mismas
instituciones
que
tienen
acceso
a
las
multinacionales.
Esto
abre
la
posibilidad
de
modificar
la
estructura
económica
de
los
países
y
de
los
gobiernos
locales
con
la
finalidad
de
que
dichos
individuos
puedan
transformarse
en
verdaderos
agentes
del
desarrollo
local.
Modelo
3
Fuente:
Federación
Latinoamericana
de
Ciudades,
M.
y.
(marzo
de
2011).
Observatorio
de
la
descentralización
y
la
democracia
local
en
América
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el
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