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MARISOL

José Rivera

Traducción: Aurora Lauzardo y Waldemar Burgos

PRIMER ACTO
Escena Seis
Las luces suben en el apartamento de June: una mesa laminada en formica imitando
mármol y sillas rojas que hacen juego. Es el mismo día, pero más tarde. Entran June y
Marisol. June pisotea cucarachas mientras entra.
JUNE: ...así que presionamos para que instalaran detectores de metal en todos los edificios
de esta manzana. Eso ciertamente reducirá el número de homicidios casuales.
MARISOL: Qué civilizado.
JUNE (alegremente): Así es Brooklyn.
MARISOL: ¿Qué hay en ese edificio sin ventanas al otro lado de la calle, el de las
chimeneas y los guardias armados?
JUNE: Creo que ahí es donde traen a esos animales, dictadores de derecha que han sido
derrocados en Latinoamérica. Para algo son los amigos, ¿no?
MARISOL: De verdad que te agradezco mucho esto, June.
JUNE: Pues que bien, porque ahora debo advertirte sobre mi hermano que vive conmigo,
que está mal de la cabeza.
MARISOL: ¿De veras?
JUNE: Hmm. Lenny es un poco raro con las mujeres. Es su imaginación. Se le va en un
viaje a la menor provocación y, eh, él no sabe, tú sabes, canalizar racionalmente sus
fantasías sexuales con la muerte...
MARISOL: Esa advertencia es complicada, June.
JUNE: Él sabe de ti. ¡Coño, si llevo dos años hablándole de ti! Y ha desarrollado no se qué
contigo… digo… te dibuja con crayolas y luego empapela toda su habitación con
los dibujos. Tiene treinta y cuatro años, sabes, pero tiene la capacidad mental de un
niño.
(Entra Lenny. Tiene un cabello inmanejable que le da aspecto de loco. Puede quedarse
muy quieto de pie durante mucho tiempo. Va directo a la ventana sin mirar a June ni a
Marisol.)
LENNY (señalando la ventana): Te equivocas. Es un centro de tortura financiado por los
federales donde violan a la gente que ha sobrepasado el límite de sus tarjetas de
crédito.
JUNE (cautelosa): Marisol, te presento a Lenny, el detector de calor. Lenny, esta es
Marisol Pérez, y tú eres el que está equivocado.
LENNY (mirando por la ventana): Yo los he visto traer las furgonetas, June. Así que cierra
la boca. Gente amarrada. Guardias con macanas. Policías de la Ciudad de Nueva
York, grandes y gordos, con perros. Ocurre tarde en las noches. Pero se pueden oír
los gritos. Creman los cuerpos. Por eso es que Brooklyn huele tan raro.
MARISOL (nerviosa): Yo les debo un dineral a los de Master Card.
Lenny se vuelve de repente hacia Marisol. Se queda totalmente absorto mirándola.
JUNE (a Marisol): Lo que él dice no está probado.
LENNY: Todo el mundo lo sabe, June. Es un asunto político. Si no fueras tan de derechas

JUNE: ¡Yo no soy de derechas, idiota! ¡JAMÁS me llames así! Para que te enteres, yo soy
la última comunista practicante que queda en Nueva York.
(Lenny se queda mirando a Marisol.)
LENNY: Saliste en el noticiero. Te habías muerto en las noticias. Pero ésa era otra.
MARISOL: Ella y yo tenemos el mismo nombre. Teníamos.
LENNY (acercándose a Marisol): Me alegro tanto de que no hayas muerto antes de tener
la oportunidad de conocerte.
(De repente, Lenny le toma la mano a Marisol y se la besa. June trata de interponerse.)
JUNE: Basta ya, Lenny. No la traje para que te la comieras...
LENNY (aún sujetando a Marisol de la mano): Fui a tu vecindario esta mañana. Para ver
en qué clase de calle moriría una Marisol Pérez. Atravesé Van Cortland Park. Jugué
bajo el sol del invierno, vi a unos pervertidos manosear un muñeco de nieve, y al
mediodía, en el momento más agitado del día, vi a unos cabezas rapadas nazis
quemar vivo a un pordiosero—
JUNE: Ya, Lenny.
(June empuja a Lenny hacia un lado. Lenny sabe que lo que sigue es un sermón.)
LENNY: ¿Qué?
JUNE: Llevamos un día difícil. Vinimos a relajarnos. Así que respira profundamente—
LENNY: Ella me habló a mí primero—
JUNE: Escúchame antes de que sigas hablando. ¿Me estás escuchando?
LENNY: Sí. Okei.
JUNE: Vamos a calmar esas hormonas, ¿sí? Antes que el psicodrama empiece en serio.
LENNY: Sí. Está bien.
JUNE: ¿Seguro?
(Lenny se aparta de June.)
LENNY (a Marisol): Oye, mi amor, ¿quieres ver mi escultura?
(Lenny sale corriendo del escenario antes de que Marisol pueda responder. June coge su
abrigo furiosa.)
JUNE: ¿Quieres que salgamos de aquí? Está en uno de sus ciclos.
LENNY (fuera de escena): Soy un escultor consumado, Marisol. Antes profesaba la
doctrina del Empoderamiento de la vida y el crecimiento. Y antes de eso trabajé
para la Red del Resurgir Espiritual de Brooklyn.
(Lenny regresa rápidamente con su escultura, un amasijo de clavos, soldados
deformemente: es una obra de arte fea e insignificante, y todo el mundo lo sabe.)
Esta la he titulado “Marisol Pérez”. Los clavos simbolizan todo lo que sé de ti. Los
espacios entre los clavos, lo que no sé de ti. Como habrás notado, eres un gran
misterio...
(Marisol mira la escultura, esforzándose por encontrarle algo de belleza.)
Nadie trabaja este estilo. Es totalmente nuevo. Pero es sólo un pequeño paso en mi
carrera. Necesitaré mucho más dinero si es que voy a evolucionar más allá del
punto en que me encuentro.
(Lenny mira intensamente a June. June abrocha su abrigo, con la esperanza de evitar una
confrontación.
JUNE (con voz firme): No creo que Marisol quiera oírnos hablar de dinero.
LENNY: Bueno, yo no voy a conseguir empleo, June, así que no me jodas.
JUNE (a Marisol): ¿Quién ha dicho “empleo”? ¿Cuándo he hablado de “empleo”?
LENNY (a Marisol): Yo me prometí que nunca más sería empleado de nadie. Ella me oyó
cuando lo dije —
JUNE: Lenny, vete al carajo. Nos vamos.
(June se prepara para salir. Lenny se interpone en su camino a la puerta.)
LENNY (a June): ¿Por qué odias mi escultura? ¿Por qué odias todo lo que hago?
JUNE (tratando de controlarse): Mira, Lenny... tú no quieres aprender nada de mí,
¿verdad? Quieres ser un invertebrado patético toda la vida. Pues bien. ¡Sólo procura
no malgastar mi preciado tiempo!
LENNY: ¿Y a quién carajos le importa tu tiempo? ¡YO TENGO PROYECTOS!
JUNE: ¿Ah, sí? ¿Entonces, qué pasó en la CIA, Lenny? ¿Acaso no te querían para algo muy
especial en Nicaragua? ¿En qué quedaron las guitarras eléctricas que ibas a
diseñarles a los Rolling Stones? ¿Y qué me dices de Smegma, la revista literaria de
Brooklyn?
(Lenny sale corriendo a su habitación.)
Lo juro, los cadáveres de tus proyectos muertos están por todo este jodido
apartamento. Parece el Cementerio de Greenwood. ¡No puedo desayunar un plato
de cereal sin que los fantasmas de tus ideas me mendiguen un vaso de leche!
(Lenny regresa con estibas de revistas y algunas guitarras inusuales, todo hecho en casa.
Arroja toda esta basura a los pies de June.)
LENNY: ¡Ya quisieras tú que mamá me hubiera ahogado! ¡Yo sé que sí! ¡Bueno, pues ya
no tienes que tenerme pena!
JUNE: Por supuesto que te tengo pena. Eres patético. Y si no estás durmiendo en la calle,
en plena Avenida D, es por mí.
LENNY (a Marisol): ¡Cree que soy un fracasado, Marisol! ¿Puedes creerlo? ¡A veces me
dan ganas de matarla!
JUNE: Ay, no jodas, Lenny. Tú nunca me vas a matar. Nunca vas a matar a nadie —
(Lenny vuelve a salir hacia su cuarto. June se dirige a Marisol furiosa.)
¿Te digo algunas de las cosas que no tengo por tenerlo a él? Amigos, un plan de
jubilación, una casa, una carrera, vida nocturna, ropa de invierno, intereses en mi
cuenta de cheques, algún tipo de actividad sexual...
(Lenny regresa con un cuchillo de cocina largo y trata de degollar a June. June y Marisol
gritan.)
LENNY: ¡Yo debí llegar a ser alguien en la vida! ¡Lo supe justo después de morir!
JUNE: ¡TÚ NUNCA MORISTE!
(June se libera como puede de Lenny y corre hacia la puerta. Se forma un caos mientras
Marisol le tira cosas a Lenny y él continúa persiguiendo a June. Lenny le da un tirón a
June, que está en la puerta, y la arroja de vuelta a la habitación.)
LENNY: ¡Todos los médicos dijeron que había muerto! ¡Hay evidencia clínica! ¡Está en el
expediente! Mi corazón se detuvo durante siete minutos y mi alma salió de Lenox
Hill a la velocidad de la luz!
(Lenny casi está fuera de control mientras acecha a June, haciendo como si cortara el
aire.)
JUNE: Lo único que he hecho toda la vida es apoyarte, levantarte—
LENNY: Luego de mi muerte... mi alma se elevaba... y los ángeles la interceptaron y la
arrastraron de vuelta a mi cuerpo, ¡y viví!
MARISOL: ¡Dame ese cuchillo!
LENNY: Fui resucitado, regresé al reino de los vivos para advertirles que se avecinan
grandes cambios... y que tenemos que estar listos... (evitando el llanto) Llevo años
advirtiéndole a la gente, pero nadie me escucha...
(Lenny empieza a llorar. Marisol y June se abalanzan sobre él y le quitan el cuchillo.
Lenny se tira al piso como un bebé a gatas, enfurecido, y llora. June y Marisol lo miran. A
June le toma un momento recuperar el aliento y organizar sus pensamientos.)
JUNE: No puedo seguir con esta mierda. No puedo ser tu madre, llevarte por ahí, protegido
en mi útero épico. Se acabó. Biológicamente, ya eres un hombre hecho y derecho.
No creo en la ley de la jungla, Lenny, pero ya eres un adulto. De ahora en adelante
vas a dejar el nido y vas a vivir en la realidad, o comes o te comen. Lo siento, pero
es lo que siento en este momento, ¡y tú eres el responsable! (Pausa) Voy a llamar a
mamá para que no te reciba tampoco. Esto no es una transición, Leonardo. Es una
ruptura, un corte, así que levántate, recoge esa basura mutante, dame tus malditas
llaves y vete ahora mismo. Y no vuelvas tu rostro hacia mí porque te convertiré en
sal. Así me ayude Dios.
(Lenny se pone de pie, recoge su basura y sale hacia su habitación. Marisol se dirige hacia
June, pero se detiene cuando Lenny regresa con un abrigo y un bulto lleno de palos de
golf. June le entrega a Lenny todo el dinero que tiene consigo. Marisol es incapaz de mirar
a Lenny.)
LENNY: (a June, con rabia) Estuve a punto de casarme con Marisol, June. ¡Casi tenemos
bebés! Ahora estoy solo. Tú serás la culpable de lo que me pase por ahí.
(Lenny abandona el apartamento. June se sienta a la mesa. Marisol mira a June.)
MARISOL: ¿Dónde te gustaría cenar?
(June no responde. Marisol se sienta a su lado y le toma la mano. June llora.)
JUNE: ¿Crees que soy una hija de puta por echarlo?
MARISOL: Tal vez la gente le arroje monedas. Tal vez esto lo obligue a buscar un empleo.
JUNE: ... ¿y si se evapora en el aire de la calle...? (corre a la puerta y llama.) ¡Lenny! ¡LO
SIENTO! ¡Regresa, lo siento! (no hay respuesta, se sienta) Mierda.
(June mira a Marisol, secándose las lágrimas. Se le ocurre una idea:)
¿Quieres vivir conmigo? Porque si quieres vivir conmigo, el cuarto de Lenny está
disponible ahora mismo. Te lo alquilo.
(Marisol sonríe, sorprendida.)
MARISOL: Espera, ¿qué estás diciendo?
JUNE: Vamos, amiga, hoy en día matan Marisoles Pérez a diestra y siniestra. ¡Tenemos
que estar juntas!
MARISOL (se nota que lo desea): ¡Wow! no sé qué decir...
JUNE: ¿Crees que en el Bronx te necesitan? Pues no. El Bronx necesita sangre. Necesita
alimentarse. ¿Quieres ser el banco de sangre de sus asquerosos vicios?
MARISOL: Pero es que yo soy del Bronx.
JUNE: ¿Y qué carajo importa? Ven acá. Sobreviviremos juntas la llegada del milenio. Yo
hago la compra y tú le limpias los químicos a la comida. Yo sé dónde comprar
máscaras de gas y tú conoces la jerga de la calle. Nos guiaremos por los campos
minados y nos las arreglaremos.
(Marisol sonríe y mira a June.)
MARISOL: ¿No lo dices sólo porque tienes miedo de quedarte sola? ¿Me quieres aquí de
verdad?
JUNE: Por supuesto que sí, oye.
MARISOL: Entonces, amiga, vamos a hacerlo.
(Encantada, June abraza a Marisol.)
JUNE: ¡Estupendo!
(Se vuelven a abrazar. June está a punto de llorar. Marisol la arrulla suavemente.)
MARISOL: Iré a casa a recoger mis cosas ahora mismo. Tenemos que ser rápidas. Esta
ciudad sabe cuando andas sola. Entonces te envía los demonios y los escuadrones de
la muerte.
(June asiente comprensivamente, le da un beso a Marisol y le entrega las llaves de Lenny.)
JUNE: ¡Qué día!
(Marisol toma las llaves, se va, regresa a su apartamento y empieza a empacar de
inmediato.)
Escena Siete
Más tarde esa noche, Marisol está en el Bronx, empacando. Su canto se escucha al fondo
mientras los demás dialogan.
MARISOL (en voz baja):
Madre, qué linda noche
Cuántas estrellas
Ábreme la ventana
Que quiero verlas...
(June se sienta a la mesa en su apartamento, mirando hacia proscenio. Habla consigo
misma.)
JUNE: Quizás alguien le arroje algunas monedas, ¿verdad?
(Lenny aparece por la parte de atrás del escenario, en la calle, calentándose las manos
sobre un contenedor en el que se está quemando basura. Lleva la ropa asquerosa y tiene
los ojos vidriosos. A su lado tiene el palo de golf.)
LENNY: (mirando a Marisol) He estado en la calle, Marisol. Sé cómo es.
JUNE: Sí, quizás la gente le arroje algunas monedas.
MARISOL (sonríe, recordando): “El alboroto...”
LENNY: Es increíble. Un escuadrón fusiló la Lógica. La gente cuenta historias de terror.
Otros ponen caras de aburridos y siguen de largo. De las calles surgen nuevas
especies… y un nuevo silencio. Allí no sirve ningún lenguaje hablado. No hay
palabras para describir el aire frío que te muerde las manos. Y si hubiera palabras
para describirlo, Marisol, de todos modos, no lo creerías, porque es, literalmente,
increíble. Es otra realidad y está sucediendo en este momento. Y eso —el hecho de
que esté sucediendo ahora mismo— acentúa la naturaleza inexplicable de la calle,
Marisol, su locura, su carácter permanentemente repudiable. (Pausa) Pero sé lo que
es real. Me ha mordido. Me ha pegado la rabia.
JUNE: Yo sé que alguien le arrojará algunas monedas.
(Lenny alza el palo de golf sobre la cabeza de June. June se congela. Se apagan las luces
en todo el escenario, excepto en el apartamento de Marisol. June y Lenny salen en la
oscuridad.)
Escena Ocho
Alguien golpea la puerta de Marisol. Marisol deja de empacar y mira hacia la puerta.
Siguen golpeándola con violencia; cada vez con más fuerza.
MARISOL: ¿Quién es?
(Antes de que Marisol pueda moverse, alguien abre la puerta de una patada. Lenny entra
blandiendo un palo de golf ensangrentado y cargando un ramillete de flores exóticas bajo
el brazo.)
LENNY: ¿Cómo puedes vivir en este vecindario? ¿Quieres que te maten, estúpida?
MARISOL: ¿Qué haces aquí?
(Marisol va a su cama y la revuelve buscando el cuchillo que tiene bajo la almohada.)
LENNY: ¿No te quieres a ti misma? ¿Por eso te quedas en este gueto? ¡Diablos, por poco
me matan en el camino!
(Marisol amenaza a Lenny con el cuchillo.)
MARISOL: ¡Vete o te saco los ojos, Lenny!
LENNY: ¡Dios! ¡Cómo te he extrañado!
(Lenny cierra la puerta y pone todos los seguros.)
MARISOL: ¡Esto no me va a pasar en mi propia casa! ¡Todavía Dios me protege!
(Lenny le ofrece las flores.)
LENNY: Toma. Me las robé del Jardín Botánico, pero pegan con tus ojos…
(Lenny le da las flores a Marisol.)
MARISOL: Okei… gracias… okei… por qué no… damos una vuelta y… regresamos…
a Brooklyn, ¿sí?... vamos a hablar con June.
LENNY: No podemos. ¡Imposible! June no es… No está… ¡Ya no sé quién es! ¡Anda
deambulando por las calles de Brooklyn! ¡Diciendo disparates como una idiota!
¡Buscando la cordura que perdió!
MARISOL: ¿Qué quieres decir? ¿Dónde está?
LENNY: Sufrió un accidente… en la cabeza… con el palo de golf… fue muy extraño.
MARISOL (mirando el palo ensangrentado): ¿Qué le hiciste?
LENNY: ¡Desapareció! ¡No sé!
MARISOL (aterrorizada): Por favor, dime que June está bien. Dime que no está tirada en
una bolsa en alguna parte —
LENNY: ¡Ay, chica, ya viste cómo era! June me controlaba. Me tenía castrado. Yo me
doblegaba y me humillaba… era su esclavo… un eunuco doméstico!
MARISOL: ¿Le hiciste daño?
(Lenny empieza a llorar. Solloza como un bebé y convulsa de dolor y autocompasión.)
LENNY: Tengo montones de historias que no podrías adivinar. ¿Sabes que fui un
experimento médico? Cuando tenía cinco años, para curarme el asma, mi madre me
llevó de voluntario a una base militar de Nevada para probar una droga
experimental. ¡Fui un experimento de la medicina militar durante seis años! ¿No es
gracioso? (se ríe, tratando de controlar las lágrimas.) Y esa droga me volvió tan
loco que no puedo conservar un trabajo, ni tener amigos, ni completar un grado
académico, nada – ¿y June? – June lo ha tenido todo. Ella te quería. Por eso nunca
te llevó a casa a conocerme, aun cuando se lo supliqué durante dos años. (Marisol
se queda callada y su silencio casi hace estallar a Lenny.) ¡NO SEAS ASÍ! No
tenemos que ser enemigos. Podemos hablar como la gente normal.
MARISOL: Lo nuestro no puede ser, Lenny.
(Lenny salta de alegría.)
LENNY: ¡Sí! ¡Puede ser! Porque tenemos a Dios, Marisol. Tenemos a Dios. Quizás Dios
quiere que esté contigo ahora. En esta frontera. En esta ciudad sin leyes. Soy lo que
Él diseñó para ti.
MARISOL: No sé de qué hablas...
LENNY: De por qué Dios me trajo aquí esta noche para ofrecerte un modo de sobrevivir.
Sé que no me quieres, pero no puedes rechazar un regalo de Dios.
MARISOL (agotada): Por el amor de Dios, dime qué quieres...
(Lenny se acerca a Marisol.)
LENNY: Te quiero proponer un trato. (Pausa) Has tenido control de tu vida hasta ahora.
¡Pero tu vida es un caos! ¡Una ruina! Así que voy a permitirte que me entregues el
control de tu vida. Eso quiere decir que lo haré todo por ti. Asumiré
responsabilidades. Conseguiré trabajo y ganaré dinero. Le daré mi apellido a
nuestros hijos. Y, a cambio, tú recibes mi protección. (Le entrega el palo de golf a
Marisol.) Puedo protegerte como lo hacía June. Puedo alejar a los criminales y
llevar un cuchillo por ti. Puedo ser tu ángel guardián, Marisol.
MARISOL: Me estás pidiendo —
LENNY: Un precio muy bajo. Tu fe. Tu linda sonrisa puertorriqueña. No. Ya ni siquiera
quiero dormir contigo. No quiero tu afecto. Ni tu considerable misterio sexual. Sólo
quiero que me admires; que me hagas grande; ser el centro de tu vida; que me
alabes, que me alimentes y creas todo lo que te diga. (Acercándose más a Marisol.)
Ibas a darle eso a June. Y June hubiera dicho que sí porque te quería. Pues, soy
June. June y yo estamos aquí, juntos, bajo esta piel hambrienta. Puedes querernos a
los dos, Marisol.
(Marisol mira a Lenny durante un momento largo, estudiándolo, pensando en una salida.
Toma una decisión. Arroja el cuchillo sobre la cama y deja caer el palo de golf. Da un
paso hacia Lenny. Se miran. Marisol deja que él la abrace. Lenny, sorprendido, se deleita
sintiendo el cuerpo de ella contra el suyo.)
MARISOL: Está bien. Voy a creer en ti. Viviré dentro de ti.
(Lenny está ajeno a todo, excepto a las manos tibias de Marisol. Ella lo besa. Es la
sensación más electrizante que jamás ha tenido. Cierra los ojos.)
MARISOL: Pero antes de que vivamos juntos, de que vivamos felices por siempre jamás,
saldremos a la calle, tú y yo, y vamos a averiguar qué le pasó a tu hermana...
LENNY (absorto): Se perdió. No se puede encontrar.
MARISOL (besándolo): Esa es mi condición.
(Lenny comienza a empujar a Marisol hacia la cama. Ella se resiste.)
LENNY: Allá afuera es demasiado peligroso para una chica.
MARISOL: Si no me ayudas a encontrarla, Lenny, no hay trato.
(Lenny la empuja. Marisol se resiste. Lenny la mira, herido, un poco confundido.)
LENNY: Es que no te quiero compartir.
(Pausa)
MARISOL: Pues, mala suerte. Ése es el trato.
(Pausa)
LENNY (herido, se da cuenta de la situación): No me quieres. Sólo estás burlándote de mi.
¡Eso no está bien! ¿SABES QUÉ? ME ALEGRO DE HABERLE PEGADO!
(Lenny agarra a Marisol, que intenta escapar. La sujeta firmemente, tratando de besarla.
La arroja al piso y le rasga la ropa, tratando de quitársela. Marisol lucha con todas sus
fuerzas hasta que, finalmente, se libera y busca el palo de golf. Lenny trata de quitárselo y
ella intenta pegarle con el palo.)
LENNY: ¡Me estás mintiendo! ¿Por qué me tienes que mentir siempre?
MARISOL: Porque eres el enemigo, Lenny. ¡Yo siempre seré tu enemiga, porque siempre
encontrarás la manera de andar por ahí, escondido en las escaleras, detrás de las
puertas, bajo las sábanas de mi cama, en las grietas de cada pesadilla que he tenido
desde que aprendí la diferencia entre las niñas y los niños! Y sé que siempre estarás
acechándome, y nunca podré estar tranquila, ni detenerme a mirar el cielo o
sonreírle a las cosas hermosas en la calle—
LENNY: Pero soy sólo un muchacho que quiere ser feliz también.
MARISOL: Quiero que me digas, AHORA MISMO, dónde está June¡AHORA!
(Marisol intenta golpear a Lenny con el palo de golf. Presa del pánico, Lenny cae de
rodillas frente a Marisol. Marisol golpea el piso con el palo de golf.)
LENNY: Está en la calle.
MARISOL: ¿Dónde?
LENNY: Brooklyn.
MARISOL: ¿Dónde?
LENNY: No sé.
MARISOL: ¿Qué pasó?
LENNY: Le di un golpe en la cabeza. No sabe quién es. Salió a buscarte.
(Marisol se coloca frente Lenny, lista para pegarle. Lenny tiembla de miedo.)
Mírame. Soy un desastre. Sólo te pido que me mires. Que me tengas compasión y
me dejes vivir como un ser humano por una vez en la vida. Marisol, podríamos
tener un bebé… y quererlo tanto…
(Marisol sacude la cabeza en señal de disgusto y se dirige a la puerta. Lenny se incorpora
y arremete contra ella. Marisol se voltea y golpea a Lenny con el palo. Lenny cae al suelo.
Marisol mira el cuerpo caído de Lenny. ¿Lo ha matado? Presa del pánico, sale corriendo
del apartamento con el palo de golf. Se apagan todas las luces, excepto en la calle.)
SEGUNDO ACTO
(Marisol está sola. En el cielo se ven más luces raras, relampagueantes. Marisol vuelve a
tirarse al suelo, mirando hacia arriba con la esperanza de que termine la descarga.)
MARISOL (para sus adentros): El sur… por ahí… iré al sur por ahí, por donde se pone el
sol, para buscar a June. Si llego a Miami, sabré que me he pasado.
(Cesa el relampagueo. Marisol se levanta. Da un paso. Luego otro. Las luces cambian con
cada paso, como si estuviera entrando a una nueva parte de la ciudad o el tiempo hubiera
saltado al futuro. Encuentra el abrigo viejo de un vagabundo y se lo pone.)
Me estoy ensuciando... y me huele mal la ropa... Me estoy ensuciando y me huele
mal la ropa... las tripas me rugen...
(Marisol corre hasta el contenedor de metal. Se va por detrás del contendero y se agacha.
Orina. Termina y sale aliviada. Trata de pensar en medio del aprieto en que se encuentra,
se aprieta el estómago vacío. Se dirige a la corona dorada:)
Okei, sólo quiero ir a casa. Sólo quiero vivir con June. Quiero recuperar mi aburrido
empleo de 9 a 5, mis vacaciones de dos semanas al año, mi desapego intelectual, mi
habilidad para leer acerca de la miseria del mundo y no perder un segundo de mi
ajetreado día. Quiero creer que sabías lo que hacías, Dios. Por favor. ¡Si al menos
saliera el sol! (Pausa. Para sus adentros:) Pero, ¿y si no sale el sol? ¿Y si esto
fuera todo? Esta es la fecha límite. Estoy contra la pared. Estoy al borde del
apocalipsis...
(Marisol mira hacia arriba. Se dirige al ángel:)
¡Bendito ángel de la guarda! Tal vez tenías razón. Dios ha dejado de mirar. No
podemos vivir la vida como si nada hubiera cambiado. Vivir en el dulce pasado.
Mirar atrás buscando instrucciones. Tenemos que llegar más allá de los escombros,
más allá del futuro, escupir al ojo del sol, cerrar el puño y decir que no, decir que
no, decir que no, y decir... (Pausa. Duda. Para sus adentros.)... no, ¿y si ella se
equivoca?
(Se arrodilla apresuradamente para rezar. Desesperada, a la corona:)
Dios amado, Todopoderoso, Todoprecioso, ¿qué hago ahora? ¿Cómo salgo de esto?
¿Tengo que hacer un trato? ¿Pagar una fianza? ¿Qué te parece? ¡Haré cualquier
cosa! Seré tu espía. Robaré por ti. Descifraré códigos angelicales y minaré puertos y
desarrollaré armas biológicas y envenenaré la fuente de alimento de los ángeles.
DIOS AMADO, ¿A QUIÉN TENGO QUE TRAICIONAR PARA SALIR DE
ESTE JODIDO CAOS?
(Comienza a nevar ligeramente. Marisol no lo puede creer. Extiende la mano.)
¿Nieve? ¡Estamos a ochenta grados!
(Las bombas y la artillería pesada se oyen muy cerca. Marisol siente que un hambre
dolorosa se apodera violenta y repentinamente de ella. Se aprieta el estómago.)
¡Dios mío!
(Marisol gatea hacia el contenedor de basura y empieza a hurgar en él como un animal
buscando comida. Finalmente, encuentra una bolsa de papel. La desgarra para abrirla.
Encuentra unas cuantas papas fritas mohosas. Cierra los ojos y se prepara para
comérselas.)
VOZ DE LENNY: ¡Marisol, no te comas eso!
(Marisol arroja la comida.)
MARISOL (Para sus adentros): ¿Lenny?
(Lenny entra empujando un coche de bebé destartalado y lleno de porquerías. Tiene nueve
meses de embarazo: la barriga enorme, los pechos hinchados. Marisol se queda
anonadada por la transformación.)
Anda pa’l carajo.
LENNY: No te comas esa basura, Marisol. Es letal.
MARISOL: Estás vivo y estás... hinchado—
LENNY: El antiguo dueño del restaurante de al lado echó veneno para ratas en la basura
para espantar a los vagabundos. Dichoso el que puede valerse por sí mismo,
¿verdad? Me alegra verte de nuevo, Marisol.
(Deja de nevar. Marisol se acerca a Lenny, mirándole la barriga.)
MARISOL (asombrada): Creí que te había matado.
LENNY: Casi, pero te perdono, y a mi hermana también la perdono.
MARISOL: ¿La has visto?
LENNY: No la he visto, lo siento. ¿Oye, quieres comer? Tengo un poco de comida. Te voy
a preparar un comestible secreto.
(Marisol camina hacia Lenny con los ojos bien abiertos.)
MARISOL: Okei... pero... Lenny... estás inmenso...
(Marisol lo ayuda a sentarse. Lenny le hace un gesto para que se siente a su lado.)
LENNY: Parezco un elefante. Las hemorroides me están matando. El olor a comida china
me hace vomitar el verde de las tripas.
MARISO (avergonzada): De verdad que no sé... qué pensar de esto... ¿y qué va a decir
June?
LENNY (se ríe): Tengo algo que te va a gustar, Marisol. Me costó mucho conseguirlo.
Mucho merodeo por el mercado negro, sobornando, tú sabes, ofreciendo mamadas.
¡Lo que hace un padre por su feto! Hasta que lo conseguí.
(Lenny saca una bolsa, de la que extrae una manzanita macilenta cuidadosamente envuelta
en capas de papel colorido y delicado. Marisol no puede creer lo que ve.)
MARISOL: Eso es una manzana. Pero están extintas.
LENNY: Sólo si crees lo que dice la prensa. Las autoridades se han apoderado del último
árbol. Está en el Pentágono, en el centro de esa bestia de cinco fachadas.
(Lenny muerde la manzana, saboreándola. Se da palmaditas en el estómago, en señal de
aprobación. Marisol lo observa con hambre.)
Llevaba una dieta terrible hasta que me preñé. Comía colillas de cigarrillo, cartones
de leche viejos, comida para gatos, cordones de zapato crudos, trampas para
cucarachas. Tengo que darle unas cuantas vitaminas a mi bebé.
MARISOL: ¿Realmente vas a ser madre?
LENNY: El bebé ha estado pateando. Tiene tremenda puntería. Siempre me da en la vejiga.
Estoy meando cada cinco minutos.
MARISOL (vacilante): ¿Puedo tocar?
(Marisol coloca la mano sobre la barriga de Lenny. Siente un movimiento y retira la
mano.)
LENNY: No puedo dormir. Si me acuesto de espaldas, me aplasto. De lado, no puedo
respirar. Los latidos del bebé me desvelan. Son espantosos. Es como una bomba y
sé que cuando detone, será GRANDE.
MARISOL (asustada, dubitativa): Algo se mueve ahí dentro.
LENNY: Cuando está de buenas hace volteretas y los riñones me van a parar en la
garganta. ¿Te conté de mis hemorroides? Toma, come.
(Lenny le da la manzana a Marisol. Marisol le da un mordisco, mastica y luego la escupe.
Furioso, Lenny le quita la manzana.)
¡No malgastes mi COMIDA, imbécil!
(Lenny recoge los escupitajos de manzana a medio masticar y se los come golosamente.
Marisol sigue escupiendo.)
MARISOL (enojada): Pero si sólo es sal... pura sal...
LENNY: ¡El cerebro de mi bebé se está desarrollando! Mi bebé necesita todos los
minerales que pueda conseguir!
MARISOL: ¡Eso no es una manzana! ¡No es alimento!
LENNY: ¡Si no me lo vas a agradecer, vete de aquí! ¡Ni mi bebé ni yo no te necesitamos!
(Devora la manzana y trata de no llorar) ¡Ya no queda un sólo grupo alimentario
en el mundo que no sea pura sal! ¿Dónde diablos has estado? (Se sujeta el vientre
para estar más cómodo)
MARISOL: Es tu verborrea de siempre, Lenny. Lo que traes bajo la ropa es una calabaza,
un gran bulto de engaño y CONFUSIÓN sexual. Estás tratando de desplazarme, de
arrojarme por la borda, de contradecirme hasta que ya no sepa ni mi propio nombre.
(Marisol empuja a Lenny con coraje. Lenny pierde el equilibrio y cae sujetándose el
vientre.)
LENNY: ¡No queda mucha comida en el PENTÁGONO, sabes!
MARISOL: Ay, por Dios. ¡Todo esto habrá desaparecido cuando el sol salga en la mañana!
¡La ciudad regresará! La gente volverá a sus trabajos. Serás un mito, un cuento
folklórico. (Con amargura) Tal vez debas dejar de fingir que estás embarazado y
buscar un empleo.
LENNY: ¿Cómo puedes decir eso a sabiendas de que este bebé es tuyo?
MARISOL: ¡Ese bebé no es mío!
LENNY: Durante días y días lo único que hacía era pensar y pensar en ti. Y mientras más
pensaba en ti, más grande me ponía! ¡Claro que es tuyo!
MARISOL: ¡No entiendo nada!
LENNY: Debí hacerme un jodío aborto...
MARISOL (Tratando de no perder el control): Eres un anormal, Lenny. Se supone que yo
sepa que los hombres no tienen bebés. Pero no lo sé, ¿verdad? Si realmente estás
embarazado, entonces tenemos que empezar por el principio, ¿no? ¡Pues no estoy
preparada!
(Lenny se incorpora, indignado.)
LENNY: No soy un anormal. Todos los hombres deberían pasar por esto. Habría menos
guerras. Esto es poder. Esto es energía. Cuido celosamente mi creciente matriz. Les
rindo culto a mis órganos nuevos... mi torrente sanguíneo envía comida y oxígeno...
de ida y vuelta... entre dos corazones. Un cuerpo. ¡El latido de dos corazones! ¡Es
una revolución!
(Comienza a marcharse pero se detiene en seco. Deja caer todo. Se agarra el vientre. El
dolor lo deja sin aire.)
MARISOL: ¿Qué te pasa?
LENNY: ¡Mierda...! Creo que ya es hora. Hasta aquí llegué.
MARISOL: No me vengas con ese cuento.
(Los pantalones de Lenny se mojan repentinamente.)
LENNY: Rompí fuente. Ay, Dios, no puede ser ahora.
MARISOL: ¡Deja eso ya!
LENNY (aterrorizado): No estoy listo. ¡Tócame los pechos! ¡Están vacíos! ¡No puedo
dejar que este bebé nazca todavía! ¿Y si mi cuerpo no puede producir leche
suficiente para alimentar a mi bebé?
(Lenny grita de dolor y cae de rodillas. Marisol lo ayuda a acostarse y se arrodilla a su
lado.)
MARISOL: Okei, Lenny, respira… respira… respira —
LENNY (con un dolor increíble): ¡Estoy respirando, PENDEJA, estoy respirando!
MARISOL: ¡Respira más!
LENNY: ¡Coño, yo que creía que la guerra era un infierno!
MARISOL: Ay, Dios mío… ay, Jesús...
LENNY: ¡Si salgo bien de este parto, será un milagro!
MARISOL: ¡Ángel de Dios, por favor, ayúdalo!
(Marisol cubre rápidamente el vientre de Lenny con su abrigo. Lenny está en la fase final
del parto. Puja.
Lenny deja escapar un grito final, desolador.
Nace el bebé. Marisol lo “atrapa” en el aire con el abrigo.
Marisol sostiene al bebé, que no llora, y lo envuelve bien.
Examina al bebé. Lenny respira agitadamente. Su enorme vientre ha desaparecido. Un
corto silencio.
Lenny se incorpora lentamente, sacándose el sudor de la frente, feliz de que haya
terminado el suplicio. Lo único que desea es sostener a su hijo. Marisol se pone de pie,
sujetando al bebé, y lo observa un buen rato con el rostro atribulado.
Lenny extiende las manos hacia el bebé. Marisol mira a Lenny y sacude la cabeza
tristemente, como diciendo que no. Lenny mira a Marisol, con el rostro drenado de
esperanza.)
LENNY: ¿Está muerto?
MARISOL: Lo siento.
(Marisol envuelve más al bebé y se lo entrega a Lenny. Lenny toma el bulto, lo besa,
conteniendo las lágrimas. Marisol lo mira.)
LENNY: Vamos. Nos queda algo por hacer.
(Lenny camina dando vueltas por el escenario, sosteniendo al bebé. Marisol lo sigue.
Llegan al rincón de proscenio donde está la bomba de agua cubierta de rosarios. Hay
iluminación especial en esta área. Marisol mira al suelo y se percata de que hay una hilera
de pequeños crucifijos grabados en la acera.
Unas luces deslumbrantes y frenéticas surcan el aire, por encima de Marisol y de Lenny.)
¿Sabes dónde estás, Marisol?
(Marisol dice que no, moviendo la cabeza.)
Estás en Brooklyn.
MARISOL (sin emoción): Vaya. Por fin lo logré. Estoy aquí.
LENNY: A la larga, todos vienen a parar aquí.
MARISOL: ¿Por qué?
LENNY: Aquí se entierra a la gente. Parece una acera, pero no lo es. Es una tumba.
MARISOL: ¿Para quién?
LENNY: Para bebés. Angelitos.
(Lenny levanta una losa y empieza a cavar en la tierra. Hay una cajita de madera debajo.)
La ciudad provee estos ataúdes. Están numerados. La ciudad sabe cómo vivimos.
(Lenny coloca cuidadosamente el cuerpo del bebé en la cajita.)
Estos son bebés que nacen en la calle. Niñitas del ocaso que nunca sintieron unas
sábanas tibias… que nunca bebieron la leche sagrada de sus madres. Niñitos que
nacieron con coca en la sangre. Aquí es donde descansan los bebés que mueren en
la calle. ¿Habías oído de este lugar?
MARISOL: Nunca.
(Lenny pone la cajita en el suelo y la cubre con tierra.)
LENNY: Todo el que duerme y mendiga al aire libre conoce esta dirección. Venimos con
flores, crucifijos, ofrendas. El viento toca música de órgano. El cemento duro se
convierte en suave musgo para que los bebés se descompongan en gracia. Todos
venimos aquí tarde o temprano, para rendir homenaje a los más frágiles de la calle.
(Lenny vuelve a colocar la losa y graba el nombre del bebé en el cemento. Hace una
oración. Si hay otros vagabundos en el escenario, repiten la oración en voz baja.)
Mateo, Marcos, Lucas y Juan.
Bendigan la cama en la que me acuesto.
Cuatro esquinas tiene mi cama.
Cuatro ángeles alrededor de mi cabeza.
Uno que vigila, otro que reza.
Y dos que se llevan tu alma al cielo
(Lenny besa el suelo.)
Que descanses, mi pequeña Marisol.
(Lenny se acuesta en el suelo y se queda dormido. Exhausta, Marisol mira el cementerio
diminuto. Lee los nombres grabados en la acera.)
MARISOL: Fermín Rivera... nació el 14 de marzo, murió el 16 de marzo... José
Amengual... nació el 2 de agosto, murió el 2 de agosto... Delfina Pérez... nació el 23
de diciembre, murió el 6 de enero... Jonathan Sand... nació el 1 de julio, murió el 29
de julio... Wilfredo Terrón... sin fecha... sin nombre... sin nombre... sin nombre...
(Marisol no puede seguir leyendo. Se sienta en medio del cementerio de niños, exhausta,
incapaz de pensar, sentir o reaccionar. Le parece que ha llegado el fin del mundo.
Marisol se tumba al lado de Lenny y se queda dormida en sus brazos.
Al fondo del escenario se oyen pasos marchando. El Skinhead entra y marcha hasta donde
duerme Marisol, junto a Lenny, y se detiene. No nos damos cuenta de que se trata de June,
hasta que la luz la ilumina.)
JUNE (A sí misma, señalando a Marisol): Mira esta mierda, este desperdicio, este
parásito. Dios, estoy harta. Harta de las monstruosidades. Harta de las
enfermedades. Harta de las drogas. Harta del desamparo. Harta de los bebés
fronterizos. Harta de la piel oscura. ¡Harta de la jodida compasión! ¡Ahí fue que
empezó! ¡Cuando trajeron el jodido tema de la compasión! (Furiosa)¿O sea, por
qué no pueden IRSE? Digo, okei, si ustedes se quieren matar, pues háganlo:
mátense con su crack y con su incesto y su promiscuidad y su penetración homo-
anal... y déjenme hacerme cargo de mí y de los míos. Déjenme en mi jardín. En mi
jardín soy buena. Soy buena en mis jardines de yerba verde. ¡Dios distribuye la
yerba correctamente! Ustedes cuiden la suya. Cuiden de su familia. Si todo el
mundo lo hiciera... lo juro por mi Mastercard Dorada del Citibank... no habría
problemas, en ningún lugar, en el próximo milenio...
(June mira a Marisol en el piso. Desenrosca la tapa de la lata de gasolina y rocía a
Marisol y a Lenny. Marisol se despierta. June enciende un fósforo. Marisol le salta encima
a June y la agarra.)
MARISOL: ¡Deja eso, Nazi de mierda!
(June trata de lanzarle el fósforo a Marisol.)
JUNE: ¡Quédate quieta para quemarte!
(Marisol agarra a June y trata de empujarla lejos de Lenny. Se enfrentan cara a cara por
primera vez.)
¡Qué día!
MARISOL (asustada): ¿June?
JUNE: ¡Empecé quemando vagabundos y acabé incendiando media ciudad! ¡Todo el Upper
West Side hecho cenizas!
MARISOL (rebosante de alegría): Dios mío, te encontré.
JUNE: ¿Tienes algo para mí?
MARISOL: Creí que Lenny te había matado.
JUNE: ¿No tienes nada para mí? ¡Salte de mi camino, idiota!
MARISOL: ¿No te acuerdas de mí?
JUNE: ¡Deberías ver lo que hice! ¡Es un fuego de escala mayor! ¡Los edificios se
derritieron! ¡Se consumieron! ¡Las cenizas de esos sueños evaporados están por
todas partes!
MARISOL: June… soy Marisol.
(Marisol extiende los brazos hacia June, la abraza fuertemente y la besa. June trata de
escapar.)
JUNE: La policía nos puede coger sin problemas… han construido unas instalaciones
extraordinarias para nosotros… porque nuestros números aumentan…
(Marisol trata de sujetar a June. June se resiste. Pero el contacto violento y prolongado
con el cuerpo de Marisol comienza a despertar la memoria de June. Comienza a hablar
como la June de antes.)
¡Pero a mí no me van a coger! ¡Tengo una estrategia! ¡Quemo a los deambulantes!
¡A las tropas les gusta eso!
MARISOL: ¡Basta ya! ¡Ésa no eres tú!
(Marisol arroja la lata de gasolina al contenedor de basura. Agarra de la mano a June y la
arrastra hacia Lenny. June se resiste.)
JUNE: El edificio de Citicorp era un gran escondite. Había un hombre que te sacaba los
dientes gratis en Port Authority.
MARISOL: Lenny está aquí.
JUNE: Escuché que el agua de la reserva del Central Park está salada porque los ángeles se
están cayendo del cielo, Marisol…
MARISOL (asombrada): Dijiste mi nombre. Dijiste Marisol.
(Marisol abraza y besa a June alegremente. June no aguanta más y colapsa. Marisol la
atrapa y la recuesta suavemente en el suelo. Marisol se sienta con la cabeza de June sobre
la falda. Esta vez, June no se resiste.)
JUNE (débil, frotándose la cabeza): No sé por qué tengo estas pesadillas…
(Marisol sostiene a June. June y Lenny comienzan a llorar calladamente.)
MARISOL: Sobrevivimos, June. Sobrevivimos.
(Marisol mira alrededor, a sus dos amigos traumados, sollozantes, a su mundo
distorsionado, demasiado consciente del cementerio en que se ha convertido.)
¿Para qué? ¿Para hacer qué?
(Marisol mira detenidamente hacia arriba, hacia la corona.)
¡Jódete! ¡Que te jodas!
(El sonido de las metralletas irrumpe en el aire. Marisol se tira al suelo y cubre a June y a
Lenny con su cuerpo.)
June, Lenny... no se preocupen, muchachos... tengo una visión clara para nosotros.
Sé lo que quiero hacer.
(Las ametralladoras dejan de sonar. Marisol besa a sus amigos.)
Escúchenme. Vamos a encontrar a los ángeles. Y voy a pedirles que les toquen las
frentes, que impongan sus manos angelicales sobre sus sienes, que enciendan sus
mentes con luz instantánea, que hagan estallar sus pesadillas y los resuciten.
(Marisol mira hacia arriba, a la corona.)
Y entonces nos uniremos a ellos. Lucharemos con los ángeles.
(Marisol ayuda a June y a Lenny a ponerse de pie. June y Lenny se miran y se abrazan.)
LENNY (a June): Lamento todo lo que hice...
JUNE (a Lenny, besándolo): Yo también lo lamento, Lenny…
(Mientras Marisol los toma de la mano para comenzar su nuevo viaje, la Mujer con Pieles
entra, sin ser vista, por detrás de ellos. Se queda totalmente quieta. Lleva una metralleta.)
MARISOL: Qué tiempos nos ha tocado vivir, ¿no? Por una parte, no somos nada. Somos
escoria. Por otra, somos la razón de ser del universo.
(La Mujer con Pieles carga la metralleta. Se oyen bombas.)
JUNE: ¿Qué es ese ruido?
MARISOL: Ahora mismo, miles de millones de ángeles mueren por nosotros. Asombroso,
¿verdad? Las ciudades de plata en el Cielo se queman por nosotros. Los ataques y
contraataques destruyen las galaxias. Los planetas despedazados no permiten que la
gente viaje. Y los ángeles triunfantes se apoderan de las estaciones de televisión.
Todo por nosotros. Todo por mí.
(La Mujer con Pieles apunta la metralleta a Marisol, June y Lenny.)
MUJER CON PIELES: Lo siento, Marisol. Aquí no hace falta una revolución. No puede
haber levantamientos así, como si nada. ¡Cero manifestaciones! ¡Nada de panfletos!
¡Nada de meter margaritas en los rifles de los militares! ¡Nada de pararse delante de
los tanques para impedirles el paso!
(Marisol se voltea para mirar a la Mujer con Pieles.)
MARISOL: A menos que quieras unirte a nosotros.
MUJER CON PIELES: ¡Traidores! ¡Son una amenaza financiera!
(Marisol va hacia la Mujer con Pieles y la Mujer con Pieles la acribilla a balazos. Marisol
muere al instante y cae al suelo. La Mujer con Pieles sale del escenario.
Se apagan todas las luces.
De repente, el escenario se baña de una luz extraña. Se oyen los extraños e indescifrables
sonidos de la guerra angelical.
June y Lenny se arrodillan donde ha caído Marisol. Marisol está de pie, aparte, sola, con
luz propia. La voz de Marisol se escucha ligeramente amplificada:)
MARISOL: Me mata al instante. Mi cuerpo es penetrado por pequeños meteoros de plomo
candente. Mis células sanguíneas viajan sobre las balas hacia el espacio. Mi alma
recorre los océanos de la Vía Láctea a la velocidad de la luz. Al momento de morir,
veo la guerra invisible.
(Suena una música hermosa.
El escenario se oscurece completamente, excepto por la luz sobre Marisol.)
En un instante, pasan miles de años de lucha. En billonésimas de segundo, se
destruyen y se crean nuevas modalidades de guerra, armas monstruosas y estirpes
impensables de terror. Surgen galaxias de una sola gota de sudor de ángel, mientras
cientos de ejércitos pelean y mueren en la punta de los dedos de los niños del
Bronx.
(La luz al fondo del escenario revela al Ángel. Lleva un uniforme sucio, hecho jirones: está
destruida por la guerra. También tiene alas enormes y espléndidas: sus alas de guerra.
Trae una metralleta Uzi.
El Ángel dispara la metralleta al aire, a las legiones invisibles de guerreros fieles a Dios.
Se escuchan los terribles ruidos de la guerra.
La visión angelical dura unos segundos. El escenario vuelve a oscurecerse. Foco sobre
Marisol.)
Trescientos millones de millones de ángeles hermosos mueren en la primera carga
de la Batalla Final. Los océanos están salados por la sangre rebelde. Los ángeles
caen como rayos del cielo moribundo. Los rebeldes en retirada son abatidos. Hay
caos. Hay sangre y fuego y ambulancias y los soldados del Cielo gritan y pelean y
mueren con una luz hermosa, hermosa. Parece que la revolución está condenada al
fracaso...
(La luz del fondo del escenario revela a un vagabundo que, furioso, lanza piedras al cielo.
Se le unen Lenny y June.)
... entonces, como en un solo cuerpo, una sola mente, los inocentes de la Tierra
toman las calles con lo que encuentran — piedras, palos, gritos — y apuntan con su
descontento al cielo senil y le disparan al viento destrozado junto a los ángeles...
billones de pobres, desamparados, pacíficos, silenciosos, enojados... luchando y
luchando como ninguna especie lo ha hecho jamás. ¡Los rebeldes avanzan
inspirados por el ruido de la Tierra!
(Una luna pequeña aparece en el cielo, muy a lo lejos.)
En los Cielos irrumpen nuevas ideas. Se crean poderes nuevos. Se legislan nuevos
milagros. Es el primer día de la nueva historia...
(Pasan unos segundos de ruido tremendo, mientras la guerra llega a su clímax.
Luego, silencio.
El Ángel aparece junto a Marisol, sin alas, desarmada, sujetando en las manos la corona
dorada. El Ángel muestra la corona al público mientras Marisol la mira.)
Ay, Dios. Qué luz. Qué posibilidades. Qué esperanza.
(El Ángel besa a Marisol.
Una luz muy brillante apunta al público por unos segundos. Marisol, el Ángel, June, Lenny
y los vagabundos parecen convertirse en luz. Luego, todos parecen desaparecer en la
intensa luz del nuevo milenio — se apagan las luces. )

FIN

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