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Artículo 133. Esta Constitución, las leyes del Congreso de la Unión que emanen de ella y
todos los tratados que estén de acuerdo con la misma, celebrados y que se celebren por
el Presidente de la República, con aprobación del Senado, serán la Ley Suprema de toda
la Unión. Los jueces de cada entidad federativa se arreglarán a dicha Constitución, leyes
y tratados, a pesar de las disposiciones en contrario que pueda haber en las
Constituciones o leyes de las entidades federativas.
Hace falta una reforma al respecto, porque se percibe que el artículo se somete a la teoría
de la pirámide de Kelsen y este sistema, ha sido superado y la Carta Magna lo pone como
un sistema actual, pero comienza a chocar con las corrientes actuales.
Los jueces deben preferir a la ley fundamental, excluyendo a las leyes ordinarias,
aplicando el control difuso de la constitucionalidad, entonces cuando choquen estas
legislaciones tendremos que recurrir a una acción de inconstitucionalidad; para que esa
norma general no pueda ser aplicada, pero no estaríamos dejando en estado de
indefensión al ser humano necesitado de la protección federal en el “inter” de la solución
de su asunto, independientemente de las medidas provisionales otorgadas por el amparo,
tal pareciese una carrera de desgaste continuo y burocracia absoluta, pues si se aplica el
principio de supremacía constitucional; nuestra Constitución debería ser la legislación más
innovadora de todas las leyes y no lo es , sólo es un remiendo o una serie de parches, y
se ha abusado de una herramienta muy útil, la jurisprudencia como cura definitiva de
todos los males, se ha buscado solucionar por este medio todas las sentencias adversas
a los demandados, haciéndolo un trámite engorroso y para ganar tiempo, para desgastar
al contrario, para evitar la ejecución de su sentencia, pero que sucede cuando en esto se
encuentra implicado la perdida de sus bienes, de su persona, de su trabajo.
Vemos al amparo como un medio para buscar el error que haya cometido el contrario
para atacarlo, y donde queda la justicia, sí van a otorgar amparos, no por principio de
justicia y como instrumentos de control de constitucionalidad, sino por errores
administrativos, ya no se busca la violación fehaciente de derechos humanos, sino el que
tenga más efectivo para alargar su proceso y llevarlo al amparo, tiene un gran porcentaje
de éxito en su asunto.