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ENSAYO DERECHOS HUMANOS

MAESTRO EN DERECHO JORGE CARRILLO

Toda autoridad debe proteger a la Constitución y sus preceptos, pero en Derechos


Humanos, cuál es la competencia del tribunal local con uno internacional; porque en el
artículo 1° de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en su párrafo
tercero indica que; …es obligación de todas las autoridades respetar, proteger, promover
y garantizar los derechos humanos de conformidad con los principios de universalidad,
interdependencia, indivisibilidad y progresividad. En consecuencia, el Estado deberá
prevenir, investigar, sancionar y reparar las violaciones a los derechos humanos, en los
términos que establezca la ley.

La autoridad competente es la Suprema Corte de Justicia de la Nación, como tribunal


constitucional, pero el artículo antes expuesto; nos describe como obligación de todas las
autoridades pero el artículo 133 constitucional, no es clara en la competencia de las
funciones de autoridades.

Artículo 133. Esta Constitución, las leyes del Congreso de la Unión que emanen de ella y
todos los tratados que estén de acuerdo con la misma, celebrados y que se celebren por
el Presidente de la República, con aprobación del Senado, serán la Ley Suprema de toda
la Unión. Los jueces de cada entidad federativa se arreglarán a dicha Constitución, leyes
y tratados, a pesar de las disposiciones en contrario que pueda haber en las
Constituciones o leyes de las entidades federativas.

Hace falta una reforma al respecto, porque se percibe que el artículo se somete a la teoría
de la pirámide de Kelsen y este sistema, ha sido superado y la Carta Magna lo pone como
un sistema actual, pero comienza a chocar con las corrientes actuales.

Los jueces deben preferir a la ley fundamental, excluyendo a las leyes ordinarias,
aplicando el control difuso de la constitucionalidad, entonces cuando choquen estas
legislaciones tendremos que recurrir a una acción de inconstitucionalidad; para que esa
norma general no pueda ser aplicada, pero no estaríamos dejando en estado de
indefensión al ser humano necesitado de la protección federal en el “inter” de la solución
de su asunto, independientemente de las medidas provisionales otorgadas por el amparo,
tal pareciese una carrera de desgaste continuo y burocracia absoluta, pues si se aplica el
principio de supremacía constitucional; nuestra Constitución debería ser la legislación más
innovadora de todas las leyes y no lo es , sólo es un remiendo o una serie de parches, y
se ha abusado de una herramienta muy útil, la jurisprudencia como cura definitiva de
todos los males, se ha buscado solucionar por este medio todas las sentencias adversas
a los demandados, haciéndolo un trámite engorroso y para ganar tiempo, para desgastar
al contrario, para evitar la ejecución de su sentencia, pero que sucede cuando en esto se
encuentra implicado la perdida de sus bienes, de su persona, de su trabajo.
Vemos al amparo como un medio para buscar el error que haya cometido el contrario
para atacarlo, y donde queda la justicia, sí van a otorgar amparos, no por principio de
justicia y como instrumentos de control de constitucionalidad, sino por errores
administrativos, ya no se busca la violación fehaciente de derechos humanos, sino el que
tenga más efectivo para alargar su proceso y llevarlo al amparo, tiene un gran porcentaje
de éxito en su asunto.

Entonces el principio pro persona, es una nueva manera de interpretar la constitución, si


va a proteger con un sentido más amplio, la Carta Magna no tiene pies ni cabeza, pues tal
parece que ha sido superada, no cubre todos los aspectos fundamentales en la defensa
de los derechos humanos, por lo que urge una nueva Constitución y no seguir siendo
rehenes de la Constitución de 1857, que fue muy buena en su tiempo, pero no en 160
años después, y la de 1917 que lleva 100 años de vida, las necesidades han cambiado, la
tecnología, la manera de pensar y procesar la información, de que sirve pagar un aparato
judicial a precio tan alto con resultados tan pobres, parece monarquía absoluta con gastos
superfluos por todos lados, se debe comenzar a pensar en una nueva constitución amplia
para defender a todos los sectores de la sociedad y que sea sobre todo más pragmática y
dejar de ser tan teórica.

LÓPEZ HERNÁNDEZ ABELARDO

DIPLOMADO EN DERECHOS HUMANOS EN LAS CIENCIAS SOCIALES

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