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Corporación Universitaria Autónoma de Nariño AUNAR

Asignatura: Teoría y Política Monetaria

LAS MODAS DE LA POLITICA ECONÓMICA


El estudio de la Política Económica es interesante, toda vez que se entiende como la
rama dentro de la ciencia económica que más permite utilizar todo el instrumental teórico
para diagnosticar y solucionar los grandes problemas que afrontan los países, como son:
baja producción y productividad, alto desempleo e inflación.
Es así como la Política Fiscal, desde los impuestos, los gastos y la deuda pública, da
buenas lecciones en esas materias para contribuir a solucionar los problemas de
producción, estabilidad y empleo. La Política Fiscal hizo carrera en los años treinta y fue la
moda utilizada por un conjunto de economistas apoyados en los desarrollos teóricos de
Jhon Maynard Keynes. Por ser el problema de la época el bajo desempeño de las economías,
tras la crisis de 1929, este inglés mostró como con un manejo expansionista de los gastos y
la reducción de los impuestos se lograría revertir el ciclo de la economía.
Con el transcurso de los años, la política fiscal fue la que determinó el derrotero de
la economía, en el periodo 1940 y 1970 la mayoría de las naciones europeas habían aplicado
políticas expansivas donde el gasto público que eleva el déficit fiscal, permitía la expansión
de la producción. Hassen relata que a mediados de 1960 el déficit fiscal en Europa
sobrepasaba el 10%, en tanto que las economías se encontraban creciendo más allá del 9%
anual. Es fácil pensar que las secuelas de las guerras y los recursos que demandó la
reconstrucción de los países, propició fuertes inversiones y endeudamiento de los Estados
del viejo continente.
En Colombia, entre 1930 y 1970 la Política Fiscal keynesiana se impuso. En el periodo
mencionado, el gasto público representó cerca del 40% del PIB y la economía creció a tasas
superiores del 5% anual. Desde la “Revolución en Marcha” de López Pumarejo (1944 – 1948)
la idea era que el Estado interviniera en la economía para reactivar el crecimiento
económico, idea que se completó en los setenta con la introducción de los planes de
desarrollo, sólo basta recordar el Plan Decenal “ Para Cerrar la Brecha”, entre otros.
Si bien la Política Fiscal Fue la moda en esos cuarenta años, la Monetaria fue
haciendo carrera a finales de los sesenta y comienzos de los setenta. Es necesario advertir
que por esos años, el problema de las economías no era la producción, sino la inflación. Ese
fenómeno, aun en los países desarrollados, había ocasionado tensión en la moneda y una
mala distribución de los ingresos. La falta de estabilidad que pudo ser generada por factores
de oferta como la bonanza petrolera de los años 1973 a 1975 complicó el crecimiento y
elevó los precios. Hacia 1975 los países presentaban el fenómeno de estanflación, es decir,
niveles de inflación de hasta cuatro dígitos, con tasas de desempleo superiores al 15% anual.
Los monetaristas encabezados por Milton Friedman, señalaron al desequilibrio de la
Política Monetaria como el principal elemento generador de la inestabilidad económica.
Friedman demostró que un manejo sano, acompañado de un control estricto de los medios
de pago, era necesario para evitar que la demanda especulativa siguiera distorsionando el
sector real. El premio Nobel de 1975 también señaló como condición de un buen manejo
monetario, la credibilidad e independencia que debían tener los bancos centrales en el
diseño de la política. Estas recomendaciones fueron tenidas en cuenta por los agentes
internacionales como FMI (Fondo Monetario Internacional) y Banco Mundial, quienes
diseñaron estrategias de restricción monetaria que presentaron a economías emergentes,
como requisitos en los programas de pagos de deuda externa en los años ochenta.
La Política Monetaria se convirtió en la moda entre 1970 y 1990. Para el control de
la inflación los países habían aplicado sendos procesos de estabilidad, corredores
monetarios y en más de 130 naciones se habían fortalecido las funciones de los bancos
centrales, dándoles independencia en el manejo de la moneda. El manejo restrictivo de la
oferta monetaria garantizaba que los gobiernos no intervinieran en la administración de la
moneda para financiar su déficit fiscal.
Fue exitosa la aplicación de la Política Monetaria, a finales de los años ochenta, la
inflación en la mayoría de los países se había reducido de dos a un sólo digito y las
economías mostraban síntomas de recuperación en el ingreso.
La moda monetarista también fue aplicada en Colombia. Pese a que las funciones
legales para un banco central independiente se ratificaron en la Constitución Política de
1991, a finales de los años setenta y comienzos de los ochenta, la junta monetaria ya había
hecho programas de restricción y control de los medios de pago.
Finalmente, el último grito en materia de Política Económica lo determina la Política
Cambiaria. El proceso de globalización y la interdependencia con el sector externo, han
hecho que grandes economistas teoricen acerca de la necesidad de buscar equilibrio
cambiario, no sólo para mantener una tasa de cambio competitiva, sino para lograr
procesos de internacionalización exitosos, como puede ser el aumento de la oferta
exportable y los consecuentes superávit comerciales.
Robert Mundell, premio Nobel en 1999, trabajó un modelo de equilibrio cuyo
fundamento teórico es la necesidad de estabilizar el frente externo e interno, en presencia
de entrada de capitales, con tipo de cambio flexibles. La aplicación de estos modelos ayuda
a superar los procesos de revaluación y pérdida cambiaria a los que se someten las
economías libres con tipos de cambio fijo.
Colombia ha entrado en la moda cambiaria después de una revaluación inusitada
del peso que costó un desbalance comercial pronunciado entre 1993 y 1998. Para
septiembre de 1999 el país dejó deslizar el tipo de cambio y eliminó la banda cambiaria para
cambiarse con la moda de los tipos flexibles.
Adaptación de Separata de Política Económica, Universidad Católica de Colombia.

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