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La familia es el centro de violencia más destacado de

Violencia
nuestra sociedad. La conducta violenta en casa
supone un intento de control de las relaciones y es el
reflejo de una situación de abuso de poder.

de Género Los maltratos están protagonizados, esencialmente,


por los hombres hacia las mujeres, los niños o los
ancianos, que son los sujetos más vulnerables del
hogar.
creado por
Jennifer Ortí Todos los seres humanos experimentan diversas
emociones delante de diferentes situaciones que se
les plantean en el día a día. Las emociones (la ira
entre ellas) desarrolla una función adaptativa y es
necesaria para la supervivencia de la persona. Por
ejemplo: la ira tienen un efecto energizante que
facilita la adopción de las conductas adecuadas para
hacer frente a una frustración. De todos modos, estas
emociones pueden activarse en algunas condiciones
sin este sentido funcional y ser, por tanto,
responsables de consecuencias negativas en la salud
física y/o psicológica de uno mismo o de la otra persona.

Lo que concede un carácter patológico a las emociones es:

La inadecuación de las emociones en las situaciones en que se han puesto en marcha.


La excesiva intensidad y/o duración de las respuestas emocionales en relación con los
estímulos provocadores.
La conducta violenta en el hogar es el resultado de un estado emocional intenso (la ira)
que interactúa con actitudes de hostilidad, pobre repertorio de conductas, factores
precipitantes y percepción de vulnerabilidad de la víctima.

Una característica del maltrato es la negación de la conducta por parte del maltratador.

Cuando una conducta genera malestar al pensar en ella y es rechazada socialmente, se


utilizan diferentes estrategias de afrontamiento para eludir la responsabilidad.

Algo muy importante es que la observación reiterada por parte de los hijos de la
violencia ejercida por el hombre hacia la mujer, tiende a perpetuar esta conducta en las
parejas de la siguiente generación.

La violencia en el hogar tiende a generar niños agresivos. Por falta de un modelo


paterno adecuado se propicia la adquisición de una baja autoestima y dificulta la
capacidad para aprender a modular la intensidad de los impulsos agresivos.

CONCEPTOS
La violencia desde una perspectiva global podemos definirla como la acción innecesaria
y destructiva de una persona hacia otra.

La violencia familiar recoge las actitudes, acciones o intenciones contra las mujeres y
los niños o ancianos o personas vulnerables, que se ejerce de una manera reiterada,
coaccionando y lesionando la libertad de la persona y ocasionando daños y secuelas de
reparación difícil.

La violencia de género, el 1993, la ONU acordó la siguiente definición: la violencia física


y psicológica, ejercida sobre las mujeres en el ámbito familiar, social o desde el gobierno.
Se incluyó maltratos, abuso sexual, violación, mutilación genital, explotación, acoso
sexual, intimidación, así como tráfico y prostitución forzada de mujeres.
La IV Conferencia Mundial de la Mujer, organizada en Pequín, el 1995, y ratificada a Nueva
York el 2000, reconoce que "a todas las sociedades, en menor o mayor medida, hay
mujeres y niños sujetos a maltratos físicos, psíquicos y sexuales sin distinción de nivel de
ingresos, clase o cultura".

La violencia contra las mujeres hace referencia a cualquier acto de violencia basado en
el género y que tiene como resultado o es probable que tenga como resultado, unos
daños o sufrimientos físicos, sexuales y psicológicos para las mujeres, incluyendo las
amenazas de los actos citados, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto en
la vida pública como en la privada. La conducta violencia en la casa supone un intento de
control de la relación y es reflejo de una situación de abuso de poder. Por eso, es
explicable que el maltrato lo protagonice el hombre sobre la mujer, los niños o las
personas mayores, que son los más vulnerables de la casa.

La violencia doméstica equivale a la violencia hacia la mujer en el contexto del hogar. La


agresión a la mujer no es una violencia doméstica porque es salvaje, pero esta agresión
si domestica a la mujer para la sociedad que impone dichos valores. Se llama doméstica
porque el hogar es el escenario donde se representa la convivencia de una mujer y un
hombre, y es fácil la generación de conflictos.

El síndrome de agresión a la mujer hace referencia a todas las agresiones que padece la
mujer como consecuencia de los condicionamientos socio-culturales que vienen dados
por las desigualdades de género que sitúan a la mujer en una posición de inferioridad y
subordinación al hombre. Estas agresiones se manifiestan en relación de pareja, en forma
de maltrato; en la vida en sociedad, como en agresiones sexuales; y en el ámbito laboral
como acoso sexual.
Las formas de ejercer la violencia machista serían:

Violencia física: cualquier acto o omisión, intencional o negligente, de fuerza contra el


cuerpo de una mujer, con resultado o riesgo de producir una lesión física o daño.

Violencia psicológica: toda conducta o omisión intencional que produce en una mujer
desvalorización o sufrimiento, mediante amenazas, humillaciones, vejaciones, exigencia
de obediencia o sumisión, coherción verbal, insultos, aislamiento o cualquier otra
limitación de su libertad.

Violencia sexual y abusos sexuales a mujeres y menores: cualquier acto de naturaleza


sexual no consentido por las mujeres, prevalencia o manipulación emocional, de
relaciones sexuales, con independencia que la persona agresora tenga o no relación
conyugal, de pareja, afectiva o de familia.

Violencia económica: la privación intencionada y no justificada de recursos para el


bienestar físico y psicológico de una mujer y de sus hijos, así como la limitación en la
disposición de los recursos propios o compartidos en el ámbito familiar o de pareja.

Violencia en el ámbito social o comunitario, como agresiones sexuales, acoso sexual,


tráfico y explotación sexual de mujeres y niñas, mutilación genital femenina, matrimonios
forzados, violencia derivada de los conflictos armados y violencia contra los derechos
sexuales y reproductivos.

Características de la violencia contra las mujeres:


Esta violencia está presente en todo el planeta y varia sólo la intensidad según los países;
en todas las culturas, en todas las clases sociales y niveles económicos.

Es violencia de género porque afecta a las mujeres por el simple hecho de serlo.

Es la violencia que ejercen los hombres para mantener el control y el dominio sobre las
mujeres.

Como trato social y, al mismo tiempo, un fenómeno individual.

Las pautas culturales y la organización de la sociedad dan cierta legitimidad a esta acción.

La violencia deriva de las desigualdad entre hombres y mujeres.

La violencia contra las mujeres reduce su participación en todos los aspectos de la vida
social, ya que crea miedo e inhiben sus capacidades.

La violencia trastorna la vida de las mujeres, daña su confianza en ellas mismas y reduce
su autoestima, destruye su salud y niega sus derechos humanos.

Identificación de virilidad con superioridad masculina, machismo e idea de que es


legítimo imponer la autoridad sobre la mujer.

La violencia de género es un instrumento de dominación y control social. Intenta


domesticar a la mujer, hacer que se someta sin que se puedan escapar, por lo que es un
obstáculo para la autonomía y la libertad de las mujeres.

Es necesario potenciar la prevención de la violencia en la reelaboración de las


identidades masculinas de los niños/as, jóvenes y adultos. Educar en valores
democráticos, fomentar el equilibrio de poder y responsabilidad de los hombres y las
mujeres y combatir los estereotipos masculinos y femeninos que fomenten la misoginia.

El rechazo social es la única forma de combatir esta violencia.

Es esencial hacer visible la violencia de género y dar a conocer sus características.

CICLO DE VIOLENCIA

La forma cómo se produce la agresión es elemento clave en la aparición del deterioro


psicológico de la mujer, que la conduce a la sumisión y a una incapacidad para reaccionar
y responder frente a la situación.
Fases:

1. Crecimiento de la tensión

La relación hombre-mujer se vuelve más tensa y distante. Predomina el silencio, la


agresividad encubierta, aunque a veces es más frecuente e intensa, la agresividad verbal
y episodios de violencia física aislados y de poca intensidad.

2. Descarga de la tensión y agresividad

Episodios agudos de violencia, acompañados de agresiones verbales en forma de


ataques y excusas. Descarga de tensión y agresividad acumuladas en la primera fase.

3. Luna de miel

El agresor se muestra amable y afectuoso, de palabra y conducta. Justifica la agresión:


problemas laborales, bebida, mal momento; descarga sobre la mujer la responsabilidad
de no cumplir o no actuar.

Efectos:

Victimización de la mujer, repetición del ciclo de violencia.

BIBLIOGRAFÍA

Blay, E. (2013). Violencia Doméstica: Aspectos Jurídicos. Material no publicado.

Ferré, M. (2013). Violencia Domèstica: Violència de Gènere. Dossier 1. Material no


publicado.

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