Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
Nos sentamos en cíírculo para recordar que todas tenemos derecho a ser vistas y
escuchadas por igual. Las mujeres nos reunimos en cíírculos para compartir nuestras
experiencias y emociones maí s profundas (alegríías, tristeza, miedos, incertidumbres),
recordar quieí nes somos y reconstruir entre nosotras la feminidad, lo femenino
profundo que la sociedad patriarcal ha descalificado, ridiculizado y tergiversado. El
encuentro con nuestra esencia traspasa los patrones estereotipados que la sociedad
demanda de las mujeres.
Desde la escucha sin juicio es cuando comienzan los milagros que nos descubren que
cada mujer -en su carisma y en su etapa vital, en su experiencia y en sus heridas-, es
igual a todas.
Esta sociedad occidental obliga a las mujeres a responder a las demandas del cuidado
de la familia, a las exigencias del mundo laboral, a vivir desde los estereotipos del
ser/quehacer mujer que la sociedad patriarcal impone; deberes que nos pueden llevar
a la peí rdida del instinto vital de la mujer, de lo femenino profundo. Las mujeres al
responder a la visioí n patriarcal, sacrifican y abandonan su femineidad.
“Los hombres y las mujeres tenemos dos polaridades psííquicas y energeí ticas: lo
femenino y lo masculino. Nuestra tarea es lograr el equilibrio entre ambas. Cuando lo
femenino no es considerado en la sociedad y en la persona, las estructuras sociales y
psííquicas patriarcales nos arropan y nuestro comportamiento se hace automaí tico
(pocas veces reflexionamos sobre situaciones que son dadas por sentadas en relacioí n
a nosotras mismas), el pensamiento, el poder, el juicio y la racionalidad (valores de lo
masculino) se constituyen como factores dominantes en nosotras, solapando nuestra
verdadera esencia. Tanto en los hombres como en las mujeres, lo femenino se sumerge
para pasar al mundo de la sombra”*.
Tal desequilibrio llega al punto, en que algunas de nosotras podemos sentir falta de
pasioí n, agotamiento, disminucioí n de la creatividad, se resienten nuestras relaciones y
nuestra salud, o simplemente algo dentro nuestro no encuentra la plenitud. La
creatividad y el desarrollo personal quedan sofocados.
Por supuesto, el camino hacia el reencuentro con lo femenino no se decreta, sino que
es un proceso que va emergiendo poco a poco, de lo interno a lo externo. El Cíírculo es
uno de los medios para avivarlo ya que entre todas vamos entendiendo cuaí les son las
demandas que nos hace la sociedad como mujeres, como madres y como esposas;
coí mo eso nos influye negativa y positivamente; como nos hace sentir. Luego con la
experiencia de cada una vamos construyendo en nuestro interior una nueva mirada de
la realidad, y vamos creando nuevas formas de ver, de sentir y de comportarnos.
Comencemos a ser conscientes de lo masculino que requerimos y de lo femenino que
necesitamos. Colmemos de feminidad genuina los propoí sitos y acciones en la vida
cotidiana.
Los Cíírculos de Mujeres, recomiendan rituales que ayudan a crear una atmoí sfera de
confianza, escucha e intimidad. Es un espacio donde se comparte lo profundo y lo
jocoso de la vida. La escucha es plena (no hay interrupciones, todas estaí n atentas a la
palabra de la companñ era); se comparten experiencias similares sin dar consejos. De
esta manera, se logra sanar situaciones y poco a poco se va valorando y alzando lo
femenino.
1. Es significativo que cada Cíírculo tenga un nombre elegido por todas las mujeres.
2. Una forma de iniciar la ronda es dando la palabra a cada mujer para que comparta
coí mo se siente en ese momento o coí mo se ha sentido.
3. Un Cíírculo es un lugar seguro y confiable. Lo que pasa en el Cíírculo, se queda en
el cíírculo.
4. En un Cíírculo no se dan consejos. Se escucha y se comparte desde la propia
experiencia. Dejamos afuera juicios, crííticas y los “yo hubiera hecho tal…”
5. Expreí sate en primera persona ej. “yo me siento nerviosa cuando…”, practica el
hablar claro y desde el corazoí n.
6. Seí consciente del tiempo. Toma en cuenta que todas tengan tiempo/espacio
para expresarse.
7. Los cíírculos se reuí nen perioí dicamente, puede ser semanalmente,
quincenalmente, mensualmente.
Cada Cíírculo tiene estructuras y dinaí micas diferentes. Algunos estaí n conducidos por
una mujer que ya tiene experiencia, otros se turnan alternativamente la conduccioí n,
otros carecen de ella e improvisan el encuentro sobre la marcha.
Si hay conduccioí n es bueno recordar que conducir es servir, o sea estar al servicio de
la energíía del Cíírculo.
Hay Cíírculos cerrados, donde las mujeres siempre son las mismas; y Cíírculos
abiertos a los cuales puede asistir cualquier mujer que lo desee. Todas las formas son
vaí lidas si se adaptan a las necesidades del quienes participan.
Confíía que cada Cíírculo tiene vida propia, con el tiempo va tomado su propio cuerpo.
Durante el desarrollo del Cíírculo se puede compartir una meditacioí n o un tema
especíífico, una danza, una cancioí n, etc. Tambieí n se puede compartir un libro o
experiencia en comuí n.
En caso que les interese crear un Cíírculo de Mujeres y requieran cualquier apoyo
escriban al circulodeespejo@gmail.com. Y del mismo modo, si ya formas parte de un
Cíírculo, comuniqueí monos para crear una red de Cíírculos de Mujeres de Venezuela con
el objetivo de realizar acciones futuras.
chipisilvae