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La regla consueta de Santo Toribio de Mogrovejo buscaba formar y reformar el clero de la catedral de Lima y la diócesis a través de normas que promovían la belleza de las celebraciones litúrgicas para evangelizar, especialmente a los indígenas. La regla contenía 47 capítulos organizados en tres partes: la primera sobre los elementos materiales del culto y la actitud requerida; la segunda sobre los clérigos y oficios; y la tercera regulando el cabildo eclesiástico
La regla consueta de Santo Toribio de Mogrovejo buscaba formar y reformar el clero de la catedral de Lima y la diócesis a través de normas que promovían la belleza de las celebraciones litúrgicas para evangelizar, especialmente a los indígenas. La regla contenía 47 capítulos organizados en tres partes: la primera sobre los elementos materiales del culto y la actitud requerida; la segunda sobre los clérigos y oficios; y la tercera regulando el cabildo eclesiástico
La regla consueta de Santo Toribio de Mogrovejo buscaba formar y reformar el clero de la catedral de Lima y la diócesis a través de normas que promovían la belleza de las celebraciones litúrgicas para evangelizar, especialmente a los indígenas. La regla contenía 47 capítulos organizados en tres partes: la primera sobre los elementos materiales del culto y la actitud requerida; la segunda sobre los clérigos y oficios; y la tercera regulando el cabildo eclesiástico
Ediciones Universidad Católica de Chile, Santiago de Chile, 2009,
274 pp.
La regla consueta es una iniciativa de Santo Toribio Arzobispo que
pretende la formación y reforma del clero de la catedral en particular y de la diócesis limeña en general, estas reglas consuetas, nombre con que fueron conocidas desde el primer momento, se debe al arzobispo Mogrovejo y un grupo de colaboradores, la cual, para su adecuada comprensión, hay que situarlas en el conjunto de la obra de este ilustre prelado. Para entenderlas hay que contextualizarlas con la fundación dos años antes del seminario diocesano, lo cual mueve al santo a proporcionar bases sólidas a quienes asuman la tarea evangelizadora. Con estas normas busca la belleza de las celebraciones litúrgicas, sirviendo de medio privilegiado para la evangelización, especialmente para los indígenas. Es por lo que estas reglas canónicas no quedaban reducidas sólo a la organización y al funcionamiento del cabildo eclesiástico, pues sus normas constituían todo un ordenamiento de la vida pastoral de la Iglesia en torno a su catedral, trascendiendo, en consecuencia, más allá del reducido número de los integrantes del cabildo catedralicio. Sí que es atractiva la idea de reflexionar sobre la intuición que movió a este santo a plantear desde la aurora de su misión apostólica las bases sólidas para el desempeño de la evangelización. Con esta regla no queda duda de la experiencia jurista de este gran santo, la que pudo desempeñar en sus años de trabajo en la Inquisición de Granada, por lo que sus conocimientos del derecho vigente, tanto canónico como real, le permitieron asumir una tarea legisladora que dejaría honda huella en el derecho canónico de la época, en la se ve reflejado toda la experiencia que tenía respecto a las leyes. La estructura de la regla consueta Se componían de 47 capítulos estructurados en torno al tema central del culto divino en la catedral, los que pueden ordenarse en tres partes:
Catedra de santo Toribio Juan Joel Quispe Alzamora - III de Teología
la primera, que comprende los capítulos 1 al 18, está dedicada al culto en sus elementos materiales y la actitud fundamental que se requiere en quienes participan en él, esto es, el silencio y el recogimiento; la segunda, que va del capítulo 19 al 37, se refiere a los clérigos y los oficios del clero de la catedral; la tercera, que va del capítulo 38 al último de ellos, el 47, regula el cabildo eclesiástico y sus funciones, con especial énfasis en algunos aspectos particulares. En esta publicación se puede divisar dos claves de lectura: la reforma tiene como punto de partida la reforma de vida personal del santo; y conjugar bien el educar en la fe, la promoción humana, el derecho y la teología, la tradición española y rasgos de los pueblos indígenas. La lectura de la regla consueta motiva al buen desempeño de la evangelización y me enseñan a ver como esta labor se va fraguando en los pequeños detalles como las posturas, el silencio, toques de campanas, etc. Solo así, poniendo nuestro mejor empeño para el desarrollo de la liturgia el apostolado dará verdaderos frutos de conversión en uno mismo y luego en los demás. De esta regla se conservan actualmente tres ejemplares manuscritos en castellano: el primero, datado en 1593, conservado en el Archivo del Cabildo Metropolitano de Lima; un segundo, fechado en 1669, copia que se hizo con ocasión del proceso de beatificación y canonización del arzobispo y que se conserva en el Archivo Secreto Vaticano; y un tercero, escrito en 1779, que se conserva en la Biblioteca Nacional de Madrid. Por lo tanto, ha sido una feliz iniciativa la de este autor de volver a poner a la luz la tarea evangelizadora de santo Toribio, lo cual puede dar nueva fuerza e impulsar las investigaciones gracias al alcance que esta obra nos da. Gracias P. Mario Grignani.
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