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2008-12-16

LECHUGA TIPO "DE HOJA". PRÁCTICAS PARA UNA PRODUCCIÓN


CONTÍNUA A CAMPO.
Esto indica que para cultivar lechuga, hay que concebirla dentro de un sistema, con una
rotación y de allí el condicionamiento económico si no se escoge al cultivo complementario
con una adecuada estrategia de empresa. En la zona es posible la siembra de lechuga sobre
la misma superficie con una frecuencia de hasta tres veces en el año, luego se impone rotar.
Los cultivos hortícolas son intensivos en el uso de mano de obra, de suelo y de insumos.
Sin duda, ello exige, por parte de quien toma decisiones, una preparación técnica para hacer
una utilización eficiente de estos factores. Algunas establecimientos hortícolas tienen
proyectos que terminan en fracasos, como es el caso del cultivo que nos ocupa, el cual si no
se piensa como parte de una rotación, tiene serios impedimentos para llevarse a cabo.
Esto indica que para cultivar lechuga, hay que concebirla dentro de un sistema, con una
rotación y de allí el condicionamiento económico si no se escoge al cultivo complementario
con una adecuada estrategia de empresa. En la zona es posible la siembra de lechuga sobre
la misma superficie con una frecuencia de hasta tres veces en el año, luego se impone rotar.
Existen por lo menos dos formas de cultivar lechuga; una es la tradicional al aire libre,
llamada "a campo" y la otra es bajo cobertura o en invernáculo. Dentro del cultivo a campo
existen varias alternativas: siembra mecánica sobre el terreno, a partir de plantines y
transplante, o bien siembras en canchas o almácigos. Otro condicionamiento para el cultivo
está dado por la época, pudiéndose optar durante el invierno por invernadero o
macrotúneles y en el verano utilizando media sombra.
El objetivo del presente trabajo es describir las técnicas utilizadas en la zona para lograr los
mayores rendimientos comerciales en producción al aire libre con siembra mecánica y
riego.
Existen características y técnicas que son generales para el cultivo tales como el suelo, la
preparación del mismo, las labores culturales, etc., y otras que son más específicas :
variedades, cuidados sanitarios, fertilización, riegos, etc. y que varían con la época en que
se implante.
Clima
La lechuga se desarrolla bien en climas templados frescos, con temperaturas promedios
mensuales comprendidas entre 13 y 18º C, con un rango que puede oscilar entre 7 y 24º C,
variación que normalmente ocurre en la zona productora que rodea la ciudad de Santa Fe
durante otoño y primavera.
La temperatura alta, principalmente aquella que supera los 30 C, es el factor más
importantes que gravita negativamente en la germinación y el posterior desarrollo del
cultivo, condicionando el crecimiento. Tambien las bajas temperaturas tienen un afecto
adverso, sobre todo las menores a 5º C.
Suelo
Calidad: Los que mejor se adaptan son los de alta fertilidad (alto contenido de materia
orgánica), de buen drenaje con alta capacidad de retención de humedad y un pH entre 7 y
7,5. La zona noroeste de la capital santafesina (Distritos Monte Vera, Recreo, Arroyo
Aguiar y Santa Fe) no difiere significativamente del suelo descripto, y donde este cultivo se
desarrolla bien, con rendimientos compatibles con las mejores zonas de producción del
país.
Preparación: Debe ser trabajado en profundidad (labores verticales hasta 30 cm.) para
lograr buen drenaje y favorecer el lavado de las sales del agua de riego y de la fertilización
Antes de la siembra debe desmenuzarse bien el terreno, especialmente teniendo en cuenta el
pequeño tamaño de la semilla (800 a 1000 semillas pesan 1 gramo) y la profundidad a la
que deberá colocarse la misma, que no excederá los 0,5 cm.
Nivelación: Aspecto muy importante que deberá tenerse presente en la preparación del
suelo, ya que de lo contrario ocurren encharcamientos que originan las condiciones
predisponentes para la instalación de un complejo de enfermedades fúngicas, como
Sclerotinia, entre otras. En esta tarea se utiliza una pala u hoja niveladora, su uso está
reservado para aquellas superficies que no vienen de cultivos anteriormente nivelados.
Variedades
La lechuga pertenece a la familia de las compuestas, su nombre botánico es Lactuca sativa
L, y es una planta anual. Existen diferentes tipos comerciales de lechuga: Grupo latino
(criolla), Arrepollada o Capuchina, Lechuga de hoja, y Lechuga mantecosa.
En cuanto al tipo comercial a utilizar ,es necesario hacer un análisis de conveniencia
respecto del precio de la semilla y la época de venta, ya que están muy relacionadas con el
valor que se recibirá por el producto.
Para el cultivo a campo y al aire libre todo el año, se aconseja el tipo de lechuga de hoja En
verano se recomienda la variedad comercial "brisa", mientras que para invierno la "grand
rapids waldmanns green" es la más confiable. Para las restantes épocas se utiliza el cultivar
"grand rapids TBR".
Fechas de siembra y rendimientos
Según la época del año existen técnicas más convenientes, por ejemplo en otoño- invierno -
primavera se recomienda la siembra en surcos separados 80 - 90 cm, con implantación en
lomos de doble hilera distanciadas a 20 cm, y 15 a 25 cm entre plantas. En verano la
rigurosidad del clima, con picos de temperatura elevada, hace recomendable la siembra en
canchas con riego por inundación, complementado con riego por aspersión o
microaspersión, para provocar un descenso de la temperatura ambiente.
Los procesos de germinación adquieren su desarrollo óptimo cuando el suelo tiene un
adecuado tenor de humedad (70% de su capacidad de campo), con buena aireación y
temperaturas que no excedan los 20º C. Normalmente se debe sembrar 0,8 kg. de semilla
por ha, pero hay que tener en cuenta que por encima de 30oC disminuye notablemente la
germinación, razón por la cual durante el verano es necesario aumentar la densidad de
siembra mecánica, hasta 1,5 kg. por hectárea.
La tendencia es producir la variedad que demanda el mercado, y si bien en la actualidad
existe preferencia por los tipos "de cabeza" o "mantecosa", también se observa una
demanda sostenida e importante por las variedades de hoja tipo "Grand Rapids". Esta
variedad se adapta muy bien al cultivo a campo y puede desarrollarse durante todo el año
(Cuadro1).
Cuadro 1. Fechas de siembra, cosecha y rendimiento para lechuga de hoja con siembra a
campo.

(*) Mediados de cada mes


Si bien la época ideal de crecimiento es durante la primavera y el otoño, existen distintas
formas de implantación que permiten llevar adelante el cultivo en los restantes meses del
año, tal como se describe a continuación:
Siembras de otoño y primavera: entre mediados de marzo y abril, luego en agosto,
setiembre, octubre,y noviembre. El sistema es el descripto anteriormente, y es posible
obtener producciones de 25.000 kg./ha. de materia verde (MV).
Siembras de invierno: entre mayo, junio y julio. Se realiza en forma similar al anterior, con
producciones de 15.000 a 20.000 kg. de MV/ha.
Siembras de verano: Durante diciembre, enero, febrero y primera quincena de marzo, es
necesario tener en cuenta la disminución de la germinación. Esta puede estimularse, en
condiciones de alta temperatura del suelo (más de 25 grados a 3 cm. de profundidad), si
previo a la siembra la semilla se mantiene a 4-5 grados durante tres a cinco días (en la
práctica se puede humedecerla y colocarla en una heladera).
Existen además otras prácticas culturales apropiadas para tratar de minimizar los efectos de
las altas temperaturas de verano. Algunas de ellas son:
No llegar a una cama de siembra con suelo excesivamente pulverizado, estos tienden a
calentarse más, si se dejan pequeños terrones se crea un efecto de sombreado.
Regar la parcela y sembrar en horas de la tarde, cuando la temperatura empieza a bajar
(nunca en horas de mayor exposición al sol). El objetivo del riego no es solo proporcionar
humedad sino el de bajar la temperatura del suelo, por ello se recomienda ampliar la
frecuencia a varios riegos en el día, con bajo caudal. Las primeras 24 a 36 horas posteriores
a la siembra son críticas, durante ese período el proceso germinativo se inicia y prosigue de
manera tal que los inhibidores ya no pueden actuar
La profundidad de siembra debe ser la menor posible, ya que algunos cultivares deben
recibir parcialmente la luz para germinar
Otro problema de las temperaturas altas es el estrés hídrico en el cultivo, ya que en estas
situaciones el sistema radicular no es capaz de suministrar a las hojas el agua necesaria para
la transpiración y de este modo las hojas cierran sus estomas, detienen la sudación y
consecuentemente el crecimiento.
Igual ocurre con la fotosíntesis, a medida que aumenta la temperatura aumenta la actividad
fotosintética de la planta, hasta llegar a un máximo que se encuentra en torno a los treinta
grados. A partir de esta temperatura, la fotosíntesis decrece también por destrucción de los
sistemas enzimáticos del vegetal (Cervantes Flores. 2002).
La planta obtiene el equilibrio (dependiendo de especies, variedades, técnicas de cultivo,
etc.) alrededor de los 30ºC, pudiéndose descender drásticamente la temperatura si se
consigue evaporar mucha cantidad de agua en el ambiente, pero teniendo cuidado de que la
misma no le llegue a la planta, ya que se podrían producir enfermedades.
Uno de los métodos que se basa la técnica anteriormente descripta y que se emplea para
hacer descender las altas temperaturas, es el riego por microaspersión, que consiste en
colocar a determinada altura por sobre el cultivo gotas de agua de un volumen adecuado
como para que en el trayecto de su caída gravitacional logre evaporarse en el ambiente.
En épocas de temperaturas elevadas se recomienda, además de los métodos anteriores, la
cobertura con tela de las denominadas "mediasombra", cuya malla debe producir 35% de
sombra. En estas condiciones del ambiente se recomienda riegos más frecuentes (4 por
semana) de aproximadamente unos 20 milímetros por aplicación
Es decir que, con un buen control del ambiente de crecimiento de la lechuga en los meses
de verano, se puede producir en épocas en que antes era imposible y si se hacía era a costa
de reducir la producción y la calidad.
Labores culturales
Carpidas y raleos: Son las labores de mayor insumo de mano de obra y para disminuir
costos se efectúan simultáneamente. El primer raleo se lleva a cabo cuando la planta tiene
unos 5 cm de altura, dejando la planta a la distancia definitiva de 20 a 25 cm de espacio
entre cada una. Una segunda carpida se produce cuando la planta tiene 8 a 10 hojas (unos
10 cm. de altura). Se utiliza escardillo para mantener el control de malezas entre los
camellones, además de aflojar el suelo, y en promedio se realizan tres escardilladas durante
el ciclo.
Riego: Este cultivo, en ningún caso admite deficiencias de humedad, aunque la parte
superficial del suelo conviene que esté seca para evitar en lo posible la aparición de
podredumbres del cuello. Es necesario que el suelo permanezca con adecuada humedad
constante en los primeros centímetros, con ello se logra mantener la planta sin interrupción
de crecimiento por estrés hídrico durante todo su ciclo. Las exposiciones a la falta de
humedad, aunque sean momentáneas, hacen que se induzca la floración antes de alcanzar
su estado óptimo de comercialización. Por esto el riego tiene aquí un importante valor.
Abonado y Fertilización: Previo a la siembra es importante el abonado o enmienda
orgánica, con lo que se consigue mantener el suelo mullido, fundamentalmente para
aquellos más pesados. Se puede utilizar estiércol de bovinos, de equinos, o de aves que
contengan cáscara de arroz (cama de pollo parrillero). Para utilizarlos deben estar bien
descompuestos y colocarlos, si es posible, en el cultivo precedente, o por lo menos con un
mes de anticipación. Se recomiendan dosis de 12 a 15 toneladas por ha. en los casos que no
se haya utilizado nunca y 4 a 5 toneladas cuando el suelo haya recibido abonados
anteriores.
Los requerimientos de los principales nutrientes para una cosecha superior a los 21.000
kg./ha. de M.V, son los siguientes:
80 a 100 kg/ha de nitrógeno
35 kg/ha de fósforo como P205
150 a 200 kg/ha de potasio como K2O
40 kg/ha de calcio como O Ca.
10 kg/ha de magnesio como MgO
La recomendación para fertilizar debe basarse en el análisis de suelo.
La deficiencia de nutrientes afecta notoriamente el desarrollo de la planta, limita el
rendimiento, deprime la calidad comercial y su capacidad para resistir el transporte.
Por otro lado, un exceso de nitrógeno hace que tienda a florecer con más facilidad y que
tenga menor tolerancia al traslado hacia los centros de comercialización.
El potasio es el elemento que la planta extrae en mayor proporción, debiéndose cuidar el
aporte del mismo, especialmente en épocas de bajas temperaturas. Su absorción se
encuentra relacionada con el nivel de magnesio y calcio, ya que un exceso de aquel, reduce
la absorción de éstos últimos
También existe una alteración de origen fisiológico llamada "quemadura del borde de las
hojas", que está relacionada con el metabolismo del calcio. Esto no significa una
deficiencia del elemento en el suelo, sino que es causada por una transpiración excesiva,
cuando se combinan en el ambiente temperaturas elevadas y baja humedad relativa,
acompañada de fluctuaciones en el suministro de agua al suelo.
Algunas recomendaciones para reducir estos inconvenientes son evitar la falta de calcio en
el suelo, mantener constante la provisión de agua (regar a la tarde o a la noche), evitar el
exceso de fertilizantes con amonio y potasio y pulverizar las hojas con soluciones de calcio.
En verano se recomiendan como mínimo dos aplicaciones, en especial desde el estado de
roseta del cultivo, dependiendo de la rigurosidad del clima; a mayor temperatura ambiente,
mayor cuidado se deberá tener con la provisión del calcio.
Control químico de malezas: en el mercado existen productos selectivos para el cultivo que
controlan distintos tipos de malezas, pudiéndose escoger también su forma de aplicación;
de presiembra incorporado como trifluralina y dinitramina; de pre emergencia o post
emergencia como propizamida.
También se puede usar pendimentalin, tanto en pre siembra incorporado como en pre
emergencia. La selección del activo químico deberá estar de acuerdo con las especies de
malezas presentes en el lote y complementarse generalmente, con desmalezado manual
durante el ciclo del cultivo.
Plagas y enfermedades
La lechuga es una especie hortícolas de hoja que suele ser atacadas por enfermedades cuyos
agentes causales son hongos, bacterias, y virus. Por ser una planta dotada de tejidos tiernos
y siendo las hojas los órganos comestibles, las enfermedades foliares adquieren singular
importancia, ya que desmerecen la calidad comercial del producto y obligan a realizar un
laborioso descarte de hojas exteriores.
Algunas de las enfermedades más importantes se detallan a continuación:
Hongos: Sclerotinia sp, Botritis sp, Bremia lactucae, Cercóspora sp, Antracnosis spp,
Alternaria spp, Septoria spp
Bacterias: Pseudomona marginalis.
Virus: Mosaico y Peste Negra
Otras causas: Necrosis del borde de la hoja o "Tipburn
Entre las enfermedades producidas por hongos, deben citarse como las más importantes a la
"caída o marchitamiento" ( Sclerotinia) y " Mildew" (Bremia ).La primera se presenta en
cultivos ya desarrollados, en condiciones de alta humedad y frío y la segunda puede atacar
durante todo el ciclo del cultivo, pero especialmente con tiempo fresco y húmedo.
Los tratamientos preventivos con fungicidas específicos, que permiten evitar las
enfermedades de la hoja, son recomendados como práctica habitual. Algunos de los que
pueden utilizarse son: folpet, zineb y mancozeb. Para el tratamiento específico de
Sclerotinia deben emplearse fungicidas que tienen como principio activo a procimidone o
iprodione después de cada raleo, a partir del estado de roseta y dirigidos al cuello de la
planta. También este actúa sobre botritis sp.
En los casos de bremia, se puede usar un producto en base a propamicarb. En estas
situaciones se deben realizar entre dos y tres aplicaciones, especialmente después de los
raleos y cuando las plantas comienzan a cerrar el espacio entre ellas.
Otras prácticas culturales que permiten reducir el ataque de las enfermedades anteriormente
citadas son:
Realizar la siembra en lomos (8 a 10 cm. de alto y 40 - 50 cm. de ancho) y en suelo con
buen drenaje
Evitar riegos excesivos y alta densidad de plantas (lo recomendado es 10 a 12 plantas por
metro cuadrado) que impidan una buena y rápida aireación después de una lluvia o riegos
intensos.
Mantener el cultivo libre de malezas
Entre las plagas insectiles más importantes están los pulgones, lostrips y los minadores de
la hoja. Los dos primeros, además de los daños directos, son transmisores de virus, siendo
los pulgones responsables de las enfermedades "mosaico de la lechuga" y "amarillamiento
necrótico".
A los trips se los ha identificado como transmisores de "la peste negra", razón por la cual es
recomendable realizar tratamientos de control de estos insectos apenas se note su presencia.
Algunos insecticidas de uso general son los que tienen como pincipio activo a metomil o
imidacloprid y en la dosis que recomienda el marbete de cada producto comercial. Otros
que también se utilizan por su escaso tiempo de carencia, son: pirimicarb, metiocarb y
endosulfan.
Para los tratamientos químicos es necesario tener en cuenta las siguientes recomendaciones:
Pulverizar con la presión y el caudal de agua necesario para llegar a todas las partes de la
planta (300 a 400 litros de agua por hectárea y 30 libras de presión por pulgada cuadrada)
Realizar un correcto diagnóstico de la plaga y/o enfermedad, así como su potencial
destructivo de acuerdo a las condiciones climáticas, el estado del cultivo, etc.
Seleccionar el o los productos recomendados y registrados en SENASA, respetando las
dosis y restricciones de uso (tiempo de carencia) y rotar los principios activos para reducir
la probabilidad de resistencia.
Restringir el número de tratamientos y hacerlo cuando es estrictamente necesario.
Cosecha y tratamiento postcosecha
La recolección se realiza en forma manual representando un alto porcentaje de la mano de
obra requerida por el cultivo. Se debe cortar la planta al ras del suelo a nivel de las hojas
exteriores, luego se suprimen las que están en mal estado, se corta el tronco enrasando a
nivel de las hojas exteriores, cuidando que las mismas queden limpias de tierra. Las plantas
recién cortadas son altamente perecederas, deteriorándose muy rápido a temperatura
ambiente y la calidad, a diferencia de algunos frutos, no mejora en postcosecha, solo
declina.
Por lo cual, para obtener mayor duración la planta debe ser enfriada a 1º C inmediatamente
después de la cosecha y almacenada a 0º C bajo condiciones de alta humedad relativa (95 a
98 %) (Cervantes Flores. 2002).Esto último no es una práctica común entre los productores
de la zona por no tener desarrolladas las instalaciones adecuadas, por lo que la cosecha
deberá efectuarse en horas de menor temperatura (a la mañana temprano), con envío
inmediato y directo a mercado.
Es necesario precisar que las cámaras de frío cobran sentido práctico, si esta menor
temperatura se continúa a través de toda la cadena comercial del producto, además de
diferenciarse por calidad.
Bibliografía
Miguel Ángel Cervantes Flores. I.T.A, y EFA CAMPOMAR. Consultado en Internet en
diciembre de 2002 en http://www.infoagro.com/industria_auxiliar/altas_temperaturas
Revista Produciendo Nº 43. Pg. 33 a 37.
El Cultivo de la lechuga. Consultado en Internet en diciembre de 2002, en http://
www.infoagro.com.
Ferratto. Jorge. 1995. Producción de hortalizas en invernáculo. Cultivo de la lechuga.
INTA. Curso a Distancia. Módulo 5. 79 pp.
Scaglia E.; Vega M.A. 1 ; Salto C.
1 Actividad privada
asantafe@rafaela.inta.gov.ar
INTA Rafaela
fuentes
INTA EEA Rafaela.

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