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MÉXICO RURAL ANTE LOS

RETOS DEL SIGLO XXI

ACTORES, DIVERSIDAD
COLECTIVA Y RESISTENCIAS
Verónica RODRÍGUEZ CABRERA
José Javier MAISTERRENA ZUBIRÁN
Coordinadores

I I
mo
To

Jesús Antonio MADERA PACHECO Nohora GUZMÁN RAMÍREZ


Olivia María GARRAFA TORRES Hernán SALAS QUINTANAL
Coordinadores de la colección
MÉXICO RURAL ANTE LOS
RETOS DEL SIGLO XXI

Jesús Antonio MADERA PACHECO Nohora GUZMÁN RAMÍREZ


Olivia María GARRAFA TORRES Hernán SALAS QUINTANAL
Coordinadores de la colección
II
mo
To

ACTORES, DIVERSIDAD
COLECTIVA Y RESISTENCIAS
Verónica RODRÍGUEZ CABRERA
José Javier MAISTERRENA ZUBIRÁN
Coordinadores
México rural ante los retos del siglo XXI
Jesús Antonio Madera Pacheco
Nohora Beatriz Guzmán Ramírez
Olivia María Garrafa Torres
Hernán Salas Quintanal
Coordinadores de la colección

TOMO II Actores, diversidad colectiva y resistencias


Verónica Rodríguez Cabrera
José Javier Maisterrena Zubirán
Coordinadores

Primera edición, 2017

ISBN de la colección: 978-607-9293-24-6

ISBN del Tomo II: 978-607-9293-29-1

D.R. © 2017, Asociación Mexicana de Estudios Rurales, A.C.


Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM
Circuito Mario de la Cueva s/n, Zona Cultural
Ciudad Universitaria, 04510, CDMX.
D.R. © 2017, Universidad Autónoma de Nayarit
Ciudad de la Cultura “Amado Nervo”, 63155, Tepic, Nay.
D.R. © 2017, Universidad Autónoma Chapingo
Km 38.5 carretera México - Texcoco, Chapingo, Estado de México.
D.R. © 2017, Universidad Autónoma Metropolitana -Azcapotzalco-
Avenida San Pablo 180, Col. Reynosa Tamaulipas, 02200, Delegación
Azcapotzalco, CDMX.

Este libro fue sometido a un proceso de dictaminación académica, de acuerdo con las
normas establecidas por el Consejo Editorial de la Asociación Mexicana de Estudios
Rurales, A.C. Los derechos exclusivos de la edición quedan reservados para todos
los países de habla hispana. Prohibida la reproducción parcial o total, por cualquier
medio, sin el consentimiento por escrito de los legítimos titulares de los derechos.

Impreso en México/Printed in Mexico


Contenido

1 Presentación
Jesús Antonio Madera Pacheco
Nohora Guzmán Ramírez
Olivia María Garrafa Torres
Hernán Salas Quintanal

7 Introducción. De flujos, organización y transformaciones


en el campo mexicano
Verónica Rodríguez Cabrera
José Javier Maisterrena Zubirán

21 Identificación de algunos elementos en la construcción


de identidad femenina en mujeres jornaleras del Valle
de Zamora, Michoacán
Eduardo Santiago Nabor

39 Género, gobernanza y recursos forestales no maderables.


El caso del poleo (Satureja macrostema) en San Miguel
Mixtepec, Oaxaca
Tomás Ortega Ortega
Verónica Vázquez García

V
VI Contenido

57 Procesos de extracción y comercialización de musgo


(Thuidium delicatulum) en el Ejido de San Bartolo
Oxtotitlán, Estado de México
Nancy D. Anastacio Martínez
Esteban Valtierra Pacheco
Gabino Nava Bernal
Sergio Franco Maass

73 Las ONG en contra de la siembra de maíz genéticamente


modificado en Oaxaca
Javier Pichardo Servin

91 Marco de acción para la emancipación: educación no


formal y participación comunitaria en una localidad
maya de Yucatán
Nayely Melina Reyes Mendoza
Juan Carlos Mijangos Noh

107 La emergencia de una “conciencia ecológica” en un


grupo de campesinos de Morelos y su repercusión en
las prácticas
Silvana Girardo

125 El dilema entre resistencia y creación de autonomía en


el Cedazo del Altiplano Potosino
José Javier Maisterrena Zubirán

147 Escribir un libro desde, con y para los atlapulquenses


Gisela Landázuri Benítez

165 La perspectiva de la antropología política en el análisis


de los procesos rurales
Luis Enrique Parral Quintero
Presentación

Los retos y desafíos que enfrenta el mundo rural en el siglo XXI son los mismos
por los que ha atravesado en al menos los dos siglos anteriores, no obstante
que en la actualidad no es posible hacer una separación entre la ciudad y el
campo como esferas diferenciadas; sin embargo, las contradicciones sociales
y los desafíos que ahora se discuten fueron señalados en el pasado siglo XX e
incluso en el XIX, entre ellos: a) la ausencia de una reforma agraria y reparto
de tierras en varios países –Brasil, por ejemplo-, y un retroceso en algunos
otros –México, entre ellos–; b) el abuso de insumos químicos en la producción,
los cuales aumentan la degradación y consecuentemente la salud y calidad
de los alimentos; c) el envejecimiento de la población; d) la inequidad de
género; y e) la desigualdad social. A estos del pasado y todavía del presente, se
suman; f) la precarización y fragmentación de los mercados de trabajo, g) las
nuevas disputas territoriales y por los recursos naturales, h) la fragmentación
social en las comunidades y la ampliación a las zonas rurales de la violencia
e inseguridad social otrora de las ciudades, sólo por mencionar algunos.
Así, sin pretender que sea un fenómeno limitado a esta época, desde finales
del siglo XX se ha incrementado hasta el límite la explotación de los recursos
como tierra, agua y fuerza de trabajo con la acción fortalecida de grandes
empresas que no sólo controlan la distribución de los insumos y los procesos
productivos, además de los recursos naturales, excluyendo a la mayoría de los
actores rurales involucrados en la cadena productiva. Bajo la acción decidida
y protectora del Estado, estas empresas se presentan como innovadoras, bajo
un discurso modernizador que trata de esconder un proceso monopolista.
Pero tales procesos de modernización, no sólo aparecen ante seres humanos
pasivos y en tiempos recientes, también en los siglos pasados se han encontrado

1
JESÚS ANTONIO MADERA PACHECO l NOHORA GUZMÁN RAMÍREZ
2 l OLIVIA MARÍA GARRAFA TORRES l HERNÁN SALAS QUINTANAL
Presentación

con diferentes formas de reacción, principalmente a través de movimientos


campesinos, en acciones articuladas con movimientos de las ciudades donde
ha sido posible observar formas diversas y creativas de apoyo mutuo, tales
como grupos de consumidores que acuden a los mercados agroecológicos,
personas que exigen y disputan mayores espacios verdes en la ciudad en lucha
por mejorar la calidad de vida y volver a aproximarse a la naturaleza.
Hablar del campo mexicano y de las poblaciones rurales es, pues, referirse
a diversidad, heterogeneidad, lucha, desigualdad, procesos productivos y un
sinnúmero de otros temas que ponen en evidencia su complejidad actual, a la
cual nos acercamos desde distintos horizontes y fronteras. En ese tenor, y en
el entendido en que no agotamos el análisis, pese al gran número de enfoques
teórico-metodológicos con los que actualmente se abordan los estudios del
México rural en sus imbricaciones con otros ámbitos, la colección México
Rural ante los retos del siglo XXI; ha reunido en seis tomos una selección
de textos que son producto de investigaciones que, de manera preliminar,
fueron presentados en el marco del 10° Congreso Nacional de la Asociación
Mexicana de Estudios Rurales (AMER), realizado en la ciudad de Toluca,
Edo. de México, en el año 2015, los cuales fueron sometidos a un riguroso
proceso de dictaminación académica, bajo el criterio de doble par ciego que
la AMER utiliza para la publicación de sus obras.
El Tomo I, titulado Estrategias e identidades productivas campesinas
es coordinado por Elsa Guzmán Gómez y Jesús Antonio Madera Pacheco.
Contiene siete trabajos cuyo eje articulador es el análisis de realidades rurales
contemporáneas que buscan mostrar las diversidades existentes en cuanto a
maneras de enfrentar y resolver la vida, en un marco complejo de estrategias que
incluyen tanto los propios modos en que se perciben a sí mismos los habitantes
rurales, como la construcción de redes de relaciones intra e intercomunitarias.
En este proceso, los sujetos han creado espacios que desdibujan sus fronteras
para dar lugar a nuevas interacciones y redefinir los procesos productivos,
dando lugar a nuevas complejidades, las que representan retos no sólo para
aquellos que están involucrados en estas dinámicas, sino también para los
académicos que buscan entender y explicar realidades cada vez más cambiantes.
En este contexto, los conocimientos locales juegan un papel determinante,
constituyéndose en el soporte para repensar y adaptarse a nuevas necesidades,
las que son fruto de los cambios socioeconómicos, las políticas públicas y
sus propias dinámicas.
El Tomo II, lleva por título Actores, diversidad colectiva y resistencias es
coordinado por Verónica Rodríguez Cabrera y José Javier Maisterrena Zubirán.
JESÚS ANTONIO MADERA PACHECO l NOHORA GUZMÁN RAMÍREZ
l OLIVIA MARÍA GARRAFA TORRES l HERNÁN SALAS QUINTANAL
3
Presentación

Reúne nueve trabajos que, reconociendo y partiendo de la diversidad, muestran


las múltiples transformaciones del medio rural, así como de sus actores, sus
proyectos, sus objetivos y sus identidades. Los retos planteados no son menores;
por un lado responden al rompimiento de las relaciones tradicionales entre
hombres y mujeres al interior de las comunidades, en términos de derechos
no reconocidos y de los múltiples roles de la mujer como sujeto; y por otro,
los temas que colocan el acento en las formas resultantes de la relación, no
siempre tersa, de los grupos comunitarios con actores externos tales como
empresarios, instituciones, las ONG y grupos de académicos.
En un contexto de disputa por los espacios, territorios y recursos, los
campesinos constituyen una voz que se levanta frente a su presente y a
su devenir, con la capacidad de repensar su quehacer frente a los nuevos
retos socioeconómicos y ecológicos. Sus mejores herramientas y estrategias
autónomas, han sido sus propias experiencias organizativas y saberes colectivos,
adquiridos en el día a día, articuladas y compartidas con otros actores.
En el Tomo III, intitulado Seguridad alimentaria, coordinado por Beatriz
A. Cavallotti Vázquez y Nicola María Keilbach Baer, se integran seis estudios
que presentan experiencias cuyo común denominador es la capacidad adaptativa
de las poblaciones, mediante el uso de complejas y diversas estrategias que
les permiten continuar siendo campesinos, y al mismo tiempo garantizar el
acceso a la alimentación de poblaciones urbanas. Frente a la presión sobre los
recursos y la constante amenaza de la escasez de alimentos, los académicos
se han dado a la tarea de documentar algunas alternativas propuestas por las
comunidades, que se han desarrollado en el campo mexicano, adaptadas a
las necesidades y condiciones locales. Dichas alternativas se abordan desde
diferentes perspectivas teórico-metodológicas, para dar cuenta de la diversidad
de procesos y relaciones que se articulan alrededor de la seguridad alimentaria.
El Tomo IV, Política pública y territorialidades, es coordinado por
Olivia María Garrafa Torres, Carlos Rodríguez Wallenius, Susana Edith
Rappo Míguez y Rodolfo García Zamora. Integra catorce textos organizados
en dos apartados; Políticas públicas: consecuencias productivas y demandas
sociales y, Territorialidades: expresiones, transformaciones y resistencias. Si
algo ha caracterizado la gestión pública del país es su verticalidad, es decir, la
formulación de políticas públicas sin la participación de los actores afectados
por ellas. De ahí que los estudios presentados dan cuenta de la exclusión y
marginación de los productores rurales a partir de una política de Estado en la
que el mundo campesino es un lastre; no solamente desde la mirada productiva,
sino también social.
JESÚS ANTONIO MADERA PACHECO l NOHORA GUZMÁN RAMÍREZ
4 l OLIVIA MARÍA GARRAFA TORRES l HERNÁN SALAS QUINTANAL
Presentación

En este modo de operar, la mayoría de los conflictos socioambientales


responden a una política que se ha enunciado de espalda a las comunidades, que
privilegia los intereses de las empresas bajo el lema del impulso al desarrollo.
Es así como las disputas por el territorio y los recursos constituyen una lucha
por la sobrevivencia de los habitantes rurales, del país y del planeta; lo que
constituye un reto vigente tanto para los estudiosos del mundo rural y para los
propios actores, dar la batalla por una mayor participación en la formulación
de políticas diferenciadas que respondan a la diversidad de territorios y de
necesidades.
El Tomo V es coordinado por David Oseguera Parra y Hernán Salas
Quintanal, bajo el título de El patrimonio biocultural y los saberes tradicionales
en el campo mexicano. Reúne siete trabajos que documentan igual número de
experiencias en diferentes estados de la República, dando cuenta de procesos
socioculturales que permiten observar las relaciones sociedad-naturaleza, la
cual tiende a complejizarse, tanto por la presión sobre los recursos como por
los procesos de globalización que afectan las localidades, los territorios, los
habitantes rurales y sus conocimientos y saberes. Frente a estas afectaciones se
han observado comportamientos de resistencia que forman parte del patrimonio
sociocultural de la comunidad, como el caso del Queso Cotija que busca el
reconocimiento más allá de sus fronteras locales y nacionales.
El patrimonio biocultural y los saberes tradicionales son un campo de
investigación de gran riqueza, que invita a la investigación interdisciplinaria,
como un reto teórico-metodológico para trabajar muy de cerca con las
comunidades en la construcción de propuestas de rescate, difusión y reproducción
de conocimientos y prácticas que, tradicionalmente, han contribuido a mejorar
la alimentación, a enfrentar las necesidades medicinales, a reproducir rituales
y costumbres culturales y, en general, al bienestar de las familias rurales.
Por último, el Tomo VI titulado Mercados agrícolas globalizados
coordinado por Armando Sánchez Albarrán y Estela Martínez Borrego, reúne
seis estudios de caso que exponen experiencias de organización de los pequeños
productores que han enfrentado una serie de obstáculos administrativos,
organizativos y comerciales para acceder, desde sus regiones productivas, al
mercado global que es cada día más exigente. El mercado ha representado uno
de los retos más importantes que han debido superar los productores rurales,
dado que constituye un cuello de botella con obstáculos como el esquema
del intermediario, de un lado, y el precio justo, del otro. Este proceso se
complejiza día con día, en la medida que los mercados salen del ámbito local
JESÚS ANTONIO MADERA PACHECO l NOHORA GUZMÁN RAMÍREZ
l OLIVIA MARÍA GARRAFA TORRES l HERNÁN SALAS QUINTANAL
5
Presentación

y los productores buscan participar en los mercados internacionales. Frente


a este panorama son varias las alternativas que se han generado y algunas de
ellas son abordadas en este tomo.
Esperamos que la lectura de los trabajos seleccionados, sea de utilidad para
sensibilizar a quienes tienen en sus manos el poder de decidir una buena parte
del destino de las poblaciones rurales y campesinas del país, con el diseño de
mecanísmos útiles y aplicables en los diversos grupos campesinos; además de
que contribuya en la preparación que requieren los investigadores, entidades
gubernamentales, instituciones privadas, las ONG, y todos los actores sociales
involucrados en enfrentar los retos del México rural del siglo XXI.
Finalmente, queremos reconocer a los autores por su contribución y la
profundidad de sus investigaciones cuyos resultados se reúnen en esta colección.
Asimismo, a todos los académicos que colaboraron con gran seriedad y
profesionalismo en el dictamen al que fueron sometidos los trabajos, para su
publicación en esta obra; y a las instituciones académicas que coadyuvaron
para la edición de esta nueva Colección AMER.

Jesús Antonio Madera Pacheco


Nohora Guzmán Ramírez
Olivia María Garrafa Torres
Hernán Salas Quintanal
Coordinadores de la colección
México, febrero de 2017
Introducción. De
flujos, organización y
transformaciones en el
campo mexicano
Verónica Rodríguez Cabrera1
José Javier Maisterrena Zubirán2
a

La transformación del escenario rural resulta avasallante y abrumadora. Muchas


de éstas quedan de manifiesto a simple vista, tales como la urbanización
creciente, el deterioro de los bosques y del medio ambiente, el agotamiento
y la contaminación de las fuentes de agua, la migración, la violencia, el
narcotráfico, etcétera. Algunas más aparentan ser “progreso” con efectos
colaterales y problemas aislados que afectan a sectores o zonas específicas,
como es la entrada de megaproyectos o la instrumentación de reformas de
Estado que afectan a ciudades, pueblos y comunidades rurales a lo largo y
ancho de todo el país, mismos que derivan de las casi tres décadas de política
estatal de corte neoliberal. Otras, pueden o no ser visibles por tener lugar en el
diario cotidiano, pero que resultan igual de potentes en relación a los cambios
que provocan, como ha sido la emergencia de grupos organizados, el auge de
formas y modos de producción heterogéneos que mantienen vivo al campo,
la creciente participación de la mujer y de las políticas en materia de género,
la diversidad de las fuerzas políticas, culturales y religiosas, entre otros.
1
Profesora-investigadora del departamento de Política y Cultura de la UAM-Xochimilco. Correo
electrónico: verobevale@hotmail.com
2
Profesor Investigador del Programa en Estudios Antropológicos de El Colegio de San Luis. A.C.
Correo electrónico: jmaisterrena@colsan.edu.mx

7
8 VERÓNICA RODRÍGUEZ CABRERA l JOSÉ JAVIER MAISTERRENA ZUBIRÁN
Introducción. De flujos, organización y transformaciones en el campo mexicano

Por ello, el tema de las transformaciones continúa siendo nodal en la


comprensión y debate del desarrollo rural. Porque, si bien es cierto, que el
desarrollo suele ser asociado a cuestiones concernientes al crecimiento y a la
modernización del campo, son precisamente las transformaciones de la vida
rural las que pueden dar cuenta de los procesos complejos de cambio que se
han materializado en distintos escenarios del México rural contemporáneo.
¿Cómo se producen estas transformaciones?, ¿qué directrices van cobrando?,
¿cómo logran tener continuidad?, ¿cómo se dan las rupturas o cómo es que se
restablece la normalidad?, son algunos de los cuestionamientos que pueden
emanar de este argumento.
Es aquí donde proponemos que la participación, la organización y la
lucha son temas inherentes al de las transformaciones rurales, mismos que
forman parte de los estudios de caso que se presentan en este libro. Otro
elemento sobre el que buscamos incitar la reflexión es la potencialidad que
tienen los estudios de caso para ilustrar problemas que se interconectan con
otras realidades en ámbitos diversos, porque reconocemos que en la práctica
los cambios políticos y gubernamentales, la instrumentación de políticas o su
propia gestión envuelven muchas formas de ordenamiento social, a través de
las cuales se pretende ‘regular’ el campo de acción de los individuos, tanto en
lo particular como en lo colectivo.
En este sentido, se puede afirmar que, prácticamente, con la instauración
de un nuevo orden, sea éste parcial o total, se deben lidiar con los conflictos que
esto deja tras de sí. Por ello, cuestiones como los derechos, la autogestión, la
autonomía, la dignidad, el bienestar, la salud, la educación, el empleo, la paz,
lo identitario, el género, entre muchos otros, pueden y suelen formar parte de
las tensiones de coexistencia y composición que involucra al mundo común.
Todas estas temáticas se pueden articular a la comprensión del cambio social
y sobre todo de los movimientos sociales.
Así, nos parece importante recoger algunos de los planteamientos que
han guiado la discusión sobre el tema, como son el identificar a los actores
sociales del medio rural, en quién o quiénes recae la posibilidad del cambio,
las particularidades de quienes lideran las luchas, los fines y objetivos de que
se buscan con el cambio, la historicidad que influye en las tensiones sobre la
continuidad o la ruptura con los proyectos de cambio o resistencia, la identidad
que mantiene articulados a los actores.
Durante muchos años, y hasta bien entrados los ochenta, el pensamiento
marxista dominó la escena del análisis de los movimientos sociales en México
VERÓNICA RODRÍGUEZ CABRERA l JOSÉ JAVIER MAISTERRENA ZUBIRÁN 9
Introducción. De flujos, organización y transformaciones en el campo mexicano

(A. Bartra, 1985; R. Bartra, 1974; Paré, 1979; Polanco, 1979; Warman,
1973;1976). Bajo esta perspectiva, definir a los actores implicaba definir al
campesino, al ser identificado como la figura principal en el campo y en el
medio rural en general. Sirva el siguiente ejemplo, para ilustrar cómo se buscó
identificar las características que definían a este actor en particular:
“Campesino es todo aquel trabajador rural que se dedica al cultivo de la
tierra o a actividades pecuarias, en compañía de su familia, sin importar el
régimen jurídico que le corresponda (pequeño propietario, aparcero, etc.); su
empresa no está basada principalmente en la explotación de fuerza de trabajo
asalariada, sino en la mano de obra que él mismo y los miembros de su familia
aportan… Finalmente, por sus condiciones de producción, el campesino está
subordinado económica, social y políticamente, a otros sectores sociales que
ejercen la dominación” (Díaz, 1975: 45).

Esta tarea resultaba necesaria, precisamente, para al menos reconocer y


nombrar el tipo de movimiento presente en la ruralidad, además para ubicar
el papel y la contribución de este actor en el cambio social, así como para
poner de manifiesto el tipo de alianzas estratégicas que se podían entablar con
otros sectores sociales y para lograr establecer si éstos corresponden a la base
social o si tienen una composición distinta (Díaz, 1975).
Dilucidaciones que trascendieron teóricamente, en tanto recordemos que
para la teoría marxista clásica los campesinos parcelarios no eran considerados
potenciales actores para el cambio y transformación social. En tanto, no forman
una clase, tienen un carácter inmovilista, son conservadores y de vocación
reaccionaria, además de ser unidades aisladas que carecen de lazos e iniciativa
política y tienen que ser representados por el señor que los protege de las demás
clases. De ello se deriva que su contribución al cambio revolucionario del
campesinado está condicionado a que abandone su condición de propietario
y adopte la del proletariado, única clase cuya naturaleza es salvaguarda para
el cambio (Engels, 1894).
Sin embargo, en México como en muchos países de América Latina los
hechos vinieron a contradecir a la teoría marxista, ya que los campesinos e
indígenas han tenido una participación relevante en los distintos movimientos;
llámeseles: revueltas, levantamientos, luchas, invasiones, reivindicaciones, así
como en los procesos de organización: de corte institucional, independientes
o autónomos, que han tenido lugar en el campo mexicano.
10 VERÓNICA RODRÍGUEZ CABRERA l JOSÉ JAVIER MAISTERRENA ZUBIRÁN
Introducción. De flujos, organización y transformaciones en el campo mexicano

De esta forma, la conceptualización del campesinado contribuyó a visibilizar


a éstos, pero también a otros actores, como a los pueblos originarios,3 que han
sido de vital importancia en las luchas y movimientos del medio rural. Así
como también contribuyó a cuestionar el papel del orden hegemónico frente a
la movilización y acción rural, poniendo en evidencia cómo las instituciones,
especialmente, los Estados responden violentamente hacia aquellos que les
oponen resistencia; incluso en los llamados Estados modernos, donde la
libertad, la democracia y el derecho forman parte de los ideales fundacionales.
Tal como ocurrió en México con los Yaquis de Sonora y con la Liga Nacional
Campesina a inicios del de los años 20 (Martínez, 1998; Rivera, 1992).
Esta característica no pasó desapercibida en los años setenta y dentro de
muchos círculos intelectuales, activistas y académicos se dejó de considerar a
los campesinos como un saco de papas o como menores de edad o como meros
acompañantes de la vanguardia proletaria o incluso como meros resabios del
pasado a los que se atribuye el freno al desarrollo. Contrario a ello, se identificó
a los campesinos y posteriormente a los pueblos originarios como ‘actores’,
capaces de influir en sus propios procesos de cambio y de desarrollo, así
como en los de la sociedad en su conjunto. Es decir como ‘sujetos’ históricos
y revolucionarios en los procesos de transformación del siglo XX (A. Bartra,
1985; Goldschmidt, 1980; Gomezjara, 1981).
No es de extrañar que a partir de entonces comenzaran a surgir estudios
y reflexiones que primordialmente se centraban en las luchas y movimientos
campesinos; en sus liderazgos, estrategias, identidades y demandas. De esta
suerte, muchas biografías sobre líderes campesinos vieron la luz. Se indagó
en su vida, pero sobre todo en el ‘proyecto’ y ejecución de las estrategias de
aquellos que fueron considerados líderes ejemplares, cuyos movimientos
siguen siendo referencia obligada para profundizar en sus fortalezas como
en sus debilidades.
Liderazgos como los de Zapata y Villa siguen figurando entre los más
aludidos, en ellos se destacan los proyectos y las formas en que ambos
ejecutaron sus acciones en los movimientos que dirigieron. Sin lugar a dudas
estos trabajos contribuyeron a corroborar varios aspectos de la teoría; como
son: la importancia de la no institucionalización de los movimientos y su
enraizamiento a las bases, la capacidad de los líderes en la coordinación
para la acción y la conciliación de intereses, la concreción de propuestas que
parten de las necesidades, el valor de la educación formal e informal, así
De acuerdo a Giménez, el caso de los movimientos campesinos en México tienen como soporte
3

a actores sociales dotados de identidad étnica (Giménez, 1994).


VERÓNICA RODRÍGUEZ CABRERA l JOSÉ JAVIER MAISTERRENA ZUBIRÁN 11
Introducción. De flujos, organización y transformaciones en el campo mexicano

como la legitimidad y las características personales y subjetivas que ambas


figuras encarnaban (Gilly, 2007; Gordillo, 1980; Katz, 2000; Warman, 1976).
Liderazgos de los que aún hoy en día se sigue profundizando, especialmente
cuando se compara con otros momentos en la historia de México cuando muchos
de los líderes agrarios terminaron por dar clara evidencia de su cooptación
por parte del Estado (Gordillo, 1980).
Como podrá inferir el lector, los fines y objetivos de que se buscan con el
cambio o proyecto resulta una cuestión fundamental, en tanto también insta a
explorar sobre el por qué se mueven los actores. En este respecto, es posible
identificar las tensiones entre el Estado y los actores del campo en donde se
puede dar cuenta de las luchas por el poder, por los recursos naturales, por la
participación y gestión autónoma, por la instrumentación desigual y autoritaria,
por el despojo y el no reconocimiento de derechos, la lucha por la tierra, la
obtención de mejores precios para los productos, la negociación de las carteras
vencidas, el respecto y la defensa de un modo y mundo de vida, el impulso de
un desarrollo rural más incluyente y sustentable, la denuncia de condiciones
de pobreza, la inclusión en el ‘desarrollo’ nacional, el establecimiento de
acuerdos migratorios, el restablecimiento de la paz, la impartición de justicia,
entre otros, forman parte del variopinto de motivaciones y objetivos que
motivan la acción.
Desde nuestro punto de vista, tal diversidad ilustra no sólo los fines u
objetivos que persigue la lucha en el medio rural; sino también los grandes
problemas que éste atraviesa. Por lo tanto, aquí es importante reconocer la
influencia de los diversos elementos y situaciones históricas, de las que son
producto y producentes de los movimientos campesinos y rurales en México.
En este sentido las investigaciones pueden dar cuenta de la continuidad histórica
de tensiones que hacen que la movilización y la lucha también pueda apreciarse
como un continuum. Por ejemplo, para autores que estudian la lucha por la
tierra, las crisis tienen sus antecedentes en un reparto agrario heterogéneo y
una marcada desigualdad de la distribución de la tierra (Concheiro & Grajales,
2005; Diego, 1995; Rello, 1986). Para los estudiosos de los productores
rurales, las respuestas se encuentran en el corporativismo, la dependencia
Estatal, la pauperización de las condiciones de vida y el despojo, ocasionados
por las distintas políticas económicas adoptadas abruptamente por el Estado,
especialmente las de corte neoliberal (Concheiro & Grajales, 2005; Quintana,
2004). Para los especialistas en los movimientos indígenas, la cuestión se
resuelve en la imposición de una visión de modernidad y desarrollo que ha
sumergido a la mayoría de estos pueblos en la marginación y la pobreza, por
12 VERÓNICA RODRÍGUEZ CABRERA l JOSÉ JAVIER MAISTERRENA ZUBIRÁN
Introducción. De flujos, organización y transformaciones en el campo mexicano

no decir, en el exterminio. Para quienes se acercan al estudio de las mujeres,


la respuesta puede estar en la continuidad del patriarcado.
A todo ello, justamente, atribuye Armando Bartra (2004) la tensión
entre sometimiento y rebeldía que ha marcado la historia de los campesinos.
Sometimiento que ha sido posible apreciar a través los estudios que dan cuenta,
del cómo los movimientos campesinos, rurales y sobre todo sus líderes han
llegado a ser cooptados por el sistema político-partidario mexicano —tanto
el oficial, como el de derecha o el de izquierda—; así como de aquellos que
demuestran cómo sus estructuras llegan a ser absorbidas en la lucha por el
poder, logrando imponer un orden de cúpula que suele someter a las bases.
Baste como ejemplo el período del gobierno cardenista, que si bien llevó
a cabo el reparto agrario y la creación de ejidos más amplio en la historia
del país, también consolidó un Estado organizador de propietarios, con los
cuales buscaba establecer un pacto modernizador, al tiempo que promovió la
instrumentación de un desarrollo rural de corte vertical, paternalista, lineal
y jerárquico que pudiera ser dirigido por el Estado mismo (Bartra, 2004;
Gordillo, 1980; Rivera, 1992).
Y rebeldía, que queda puesta en evidencia en esas oleadas incesantes
de la lucha, movilización y organización rural y campesina que se deslindan
del corporativismo estatal. Para algunos autores esta rebeldía puede ser
denominada como “resistencias” (Concheiro & Grajales, 2005), o “experiencia
histórica” (Rivera, 1992) e, incluso, “independencia” o “autonomía” (Bartra,
2004).4 Bajo cualquiera de estas denominaciones, el caso es que el registro
de la multiplicación de organizaciones rurales, de alcance micro y macro,
y sus alianzas —ya sea entre ellas, con los partidos políticos o con otras
organizaciones y movimientos de la sociedad— logra dar cuenta del constante
dinamismo de la agencia y las acciones de los actores del campo mexicano.
Muestra de ello es la conformación de colectivos, agrupaciones, asociaciones,
asambleas y comités que existen por todo el país; entre los que destacan
las Asociaciones, Núcleos y Colectivos Agrarios, la Unión Nacional de
4
Para Armando Bartra, en el contexto del charrismo mexicano, la palabra “independiente” deviene
emblema de la oposición democrática; las Centrales, Uniones, Encuentros, Frentes, Partidos, revistas
y hasta muestras pictóricas se precian de “independientes”. Independencia, por tanto, significa no
ser PRI, aunque con ello termine por subordinarse políticamente a un organismo de oposición. Así,
para el último cuarto de siglo, la palabra es “autonomía”; que se generaliza a partir de 1984 con
la conformación de la UNORCA, y se asume ésta como independencia, autogestión económica
y social. Los campesinos autónomos rechazan la tutoría del Estado y se apropian del proceso
productivo, las autonomías indias radicalizan el planteamiento a independencia y autogestión,
pero también libre determinación política o autogobierno, después se afilia la connotación de
alteridad, autogestión despolitizada y otromundismo (2004: 66).
VERÓNICA RODRÍGUEZ CABRERA l JOSÉ JAVIER MAISTERRENA ZUBIRÁN 13
Introducción. De flujos, organización y transformaciones en el campo mexicano

Organizaciones Campesinas Autónomas (UNORCA), el Movimiento el Campo


no Aguanta Más (MCAM), las asambleas de los pueblos, los colectivos de
mujeres, los zapatistas, entre muchos otros.
En cuanto a lo que compete al tema de la identidad reconocemos que
resulta un elemento fundamental para la articulación y el aglutinamiento de
los actores. Aunque en esta materia se suele reconocer que éste no es un asunto
fácil de abstraer y muchas veces puede identificarse como un concepto un
tanto inasible. El principal reto ha sido el tener que lidiar forzosamente con la
hiper-diversidad de actores que están presentes en el escenario rural mexicano.
Esto ha dado como resultado la diferenciación entre los llamados viejos
y nuevos actores; de tal modo que a los tradicionales campesinos, indígenas,
pescadores, ganaderos, productores, artesanos, mayoritariamente aglutinados
en el género masculino ahora vengan a sumarse colectivos de distinta índole
e identificación etaria, genérica, generacional, que responden a los problemas
emergentes en el medio rural. Destacan las de las organizaciones independientes,
ya sean de corte ecologista, defensores de los recursos y saberes tradicionales,
de la biodiversidad, o a aquellos que se oponen contra la biopiratería, y la
modificación genética animal y vegetal; así como también los que sin duda
alguna han transformado el escenario nacional como el EZLN, los migrantes,
los de la diversidad, los del crimen organizado y del narcotráfico, por nombrar
algunos.
Tal vez a ello debamos que algunos autores consideren a la “memoria” uno
de los elementos claves para la identificación de la construcción de identidad
colectiva, así como se reconoce en la lucha por la tierra un referente simbólico
para la organización y el movimiento (Concheiro & Grajales, 2005; Rivera,
1992). Aunque para otros, como Bartra (2004), se prefiere no abandonar la
noción de “lucha de clase”, porque desde su punto de vista sólo cuando se logra
identificar ésta, el pasado y la experiencia pueden cobrar sentido identitario;
aun cuando la flexibilización del concepto lo lleve a ser otra cosa: pluralidad
extrema, barroquismo o unidad en la diversidad.
Y es justamente reconociendo esta diversidad como podemos presentar la
serie de trabajos que reúne este libro, los cuales darán muestra de las muchas
formas en que acontecen las transformaciones en el medio rural, así como de
sus actores, sus proyectos, sus objetivos y sus identidades.
El trabajo de Eduardo Santiago Nabor, “Construcción de género en mujeres
jornaleras del Valle de Zamora, Michoacán”, tiene en su mirada el considerar
a las feminidades de la agroindustria como un proceso de socialización que
14 VERÓNICA RODRÍGUEZ CABRERA l JOSÉ JAVIER MAISTERRENA ZUBIRÁN
Introducción. De flujos, organización y transformaciones en el campo mexicano

se articula con la dinámica familiar de mujeres jóvenes, mismo que enuncia


como “hijas de la fresa”. Su argumento, considera “que el capitalismo está
transformando a los sujetos y los está reposicionando, los engrana a procesos
globales” en los cuales, las mujeres van socializando las condiciones, ideas y
contenidos del ser mujer en el contexto del trabajo en la fresa, las cuales pasan a
formar parte de procesos cotidianos. Considera además las condiciones precarias
y marginales de las mujeres jóvenes como el mecanismo de la socialización
del ser mujer fresera. Aunque paradójicamente, al mismo tiempo considera
que “la mujer trabajadora” ya no se ve como algo que el hombre deba o no
autorizar, sino como una parte de ser madre y de ser mujer, de salir a trabajar
para, como dicen ellas: sacar adelante a sus hijos. El trabajo de las mujeres
se ve entonces como parte del proceso de irse construyéndose como sujetos y
reposicionándose en su entorno. No obstante ese último matiz de autonomía,
en este artículo se hace preciso reflexionar sobre el dilema de cómo un mismo
proceso puede hacer emerger situaciones que hasta cierto punto podríamos
considerar antagónicas. En esta problematización se ubica la pregunta que el
autor deja abierta: “¿se pueden cambiar las condiciones y los contenidos de
las pautas que llevan a socializar el ser mujer hija de la fresa, para pasar a ser
mujer que supera esas condiciones?” Para responder la pregunta formulada
creemos e insistimos en reflexionar sobre en dónde y desde dónde se genera
o emerge esa “posibilidad de reposicionamiento como sujetos”.
En el texto de Tomás Ortega Ortega y Verónica Vázquez García,“Género,
gobernanza y recursos forestales no maderables. El caso del poleo (Satureja
macrostema) en San Miguel Mixtepec, Oaxaca”, reitera la importancia del
tema de las mujeres en el desarrollo rural. Aquí, los autores subrayan que en
la gobernanza forestal normativa comunitaria de esta población, la propia
democracia comunitaria está restringida a los varones dando por resultado que
las mujeres sean excluidas y no tomadas en cuenta para el proceso de toma de
decisiones. Así, nos señalan que: “En pocas palabras, los derechos de propiedad
determinan lo que la gente puede hacer con los recursos disponibles.” En estas
condiciones, la SEMARNAT aprueba el Plan de Manejo en coordinación con las
autoridades de la comunidad, con el cual las viudas obtienen la disponibilidad
del acceso sin restricciones al área para cortar flores y así cosechar el polen.
Empero “no participan en la asamblea donde se toman las decisiones de manejo,
exclusión y alienación en torno a ella”, lo que resulta de acuerdo a los autores
más un gesto de la buena voluntad masculina, el que las mujeres puedan estar
enteradas de lo que la asamblea decide, aun cuando la cosecha de polen sea una
actividad centralmente femenina considerada inapropiada para los hombres
VERÓNICA RODRÍGUEZ CABRERA l JOSÉ JAVIER MAISTERRENA ZUBIRÁN 15
Introducción. De flujos, organización y transformaciones en el campo mexicano

porque refleja marginalidad y bajo estatus social. No obstante la exclusión


aludida, los autores dejan entrever una autonomía de hecho porque “todas
van… a cortar flor [poleo] para vender o algo, para ocupar todos pueden ir a
cortar, no solamente la que es viuda”. Esto, que describen los autores, toma la
forma de una socialización no cuestionada que se transforma en el hacer y en
la iniciativa de las mismas mujeres. Desde nuestro punto de vista retomar el
tipo de exclusión que vivencia estas mujeres nos dirige la mirada a reflexionar
críticamente sobre cómo cuando se trata de la participación de las mujeres
en la toma de decisiones los cambios no tienen un sentido único ni escalar,
precisamente, aun cuando existan diversas condiciones que lo posibiliten. Por
ello es de vital importancia volver hacia a reflexionar sobre la participación
de la mujer en torno a los beneficios que implica para la comunidad en su
totalidad, para la posibilidad, insistimos, de crear una sociedad diferente y
realmente democrática.
La observación a la participación continúa en el tercer texto de Nancy
Anastacio Martínez y colaboradores, “Organización y actores sociales en la
extracción de musgo (Thuidium delicatulum) en el Estado de México”. En
este artículo el tema de la participación se articula nuevamente al debate en
torno a la debilidad de la gobernanza. Pero en este caso los autores aluden
a la desvalorización de la extracción de musgo, que está normada por La
SEMARNAT con el permiso del ejido, que contribuye a crear un vacío que
es aprovechado por aquellos que ven en este recurso una fuente de ingresos,
sin importar las consecuencias de una explotación de corte capitalista que
conlleva el peligro de extinción del recurso mismo. Los ejidatarios, dicen los
autores, no consideran al musgo una actividad relevante y lo dejan en manos
de empresarios vinculados con la central de abasto de la ciudad de México. Lo
que desde nuestro punto de vista se equipara a un proceso de acumulación por
desposesión, resultado del despojo por vacío de atención que queda ilustrada en
la poca vigilancia, el desconocimiento respecto de las posibles consecuencias
de la explotación y la ausencia de planeación para su extracción.
Como advertimos al lector la participación como objeto de observación es
una de las constantes de este libro. Ésta también involucra a las asociaciones
no gubernamentales, tema sobre el cual discurre el escrito de Javier Pichardo
Servín, “Las ONG en contra de la siembra de maíz transgénico en Oaxaca”.
Su planteamiento es una argumentación para justificar la existencia y el
desempeño de las ONG en la defensa del maíz originario y en contra del
transgénico o GM. Aunque el autor reconoce en su definición que las ONG
realizan actividades en sustitución del Estado, éstas de alguna manera terminan
16 VERÓNICA RODRÍGUEZ CABRERA l JOSÉ JAVIER MAISTERRENA ZUBIRÁN
Introducción. De flujos, organización y transformaciones en el campo mexicano

por replicar (a imagen y semejanza) actitudes, formas de incidencia y toma


de decisiones que se asemejan a las de los gobiernos, como si fueran ellas
mismas Estado. En este sentido, se debate sobre las tensiones que produce
ocupar este lugar intermedio; como es, adoptar una actitud de participación
activa, cuya lógica se basa en la buena-voluntad por ayudar a los más pobres,
que puede terminar entendiéndose como mesiánica; buscar formas de lucha,
que aunque se plantean desde otra filosofía y a través de vías alternativas,
generalmente se reducen al ámbito legal; plantear metas y alcances de acuerdo
a las necesidades e intentar incidir en las medidas, normas y decisiones del
gobierno, entre otros. En esta disyuntiva, el autor nos habla de las bondades y
los logros de las ONG, las cuales define como fundamentales, para la defensa
del maíz nativo, para impactar en la vida cotidiana de la gente, así como para
fortalecer los procesos comunitarios y el tejido social dentro de las comunidades
indígenas y campesinas.
El texto de Nayely Melina Reyes Mendoza y Juan Carlos Mijangos Noh,
“Marco de acción para la emancipación: educación no formal y participación
comunitaria en una localidad maya de Yucatán”, deja entrever la relevancia
que tiene para los autores la participación comunitaria en lo que denominan
educación no formal. Este sin duda es un tema espinoso, sobre todo cuando el
tema de la evaluación en los procesos educativos se encuentra en disputa con el
Estado, quien asume el papel de agente regulador y cuya política homogénea
privilegia los resultados cuyos estándares corresponden a realidades muy
distintas a las que prevalecen en las comunidades. Bajo dicha lógica este
artículo resulta asunto de otra materia, de aquello que para muchos no alcanza
la categoría de educación, pero que para el autor pareciera ser un proceso
democrático y democratizador, en donde la educación no formal tiene efectos
positivos, permite la participación y es liberadora.
El texto de Silvana Girardo, “Transformarse para transformar: repercusiones
de una experiencia de educación no formal en un grupo de campesinos de
Morelos”, nos comparte asimismo una experiencia educativa no formal que
parece favorecer la capacidad de agencia y la modificación de ciertos hábitos
y prácticas. Desde su punto de vista, en el ejercicio de analizar la emergencia
de una “conciencia ecológica” en un grupo de campesinos, la educación juega
un rol fundamental (más no único o suficiente). Como propuesta ella alude
a la “formación” que contribuya a hacer individuos reflexivos, autónomos y
críticos, con capacidad para participar en la vida pública y para desenvolverse
y alcanzar logros en la esfera privada. Subraya que esa formación valora las
experiencias desestabilizadoras cuando se pone a los sujetos en situaciones
VERÓNICA RODRÍGUEZ CABRERA l JOSÉ JAVIER MAISTERRENA ZUBIRÁN 17
Introducción. De flujos, organización y transformaciones en el campo mexicano

problemáticas reales que les resultan significativas y relevantes, de este modo


el participante se forma a sí mismo en relación con otros en transformación.
Afirma que no es posible pensar a la formación como algo producido desde el
exterior. Haciendo uso de los talleres de capacitación basados en la metodología
“De campesino a campesino”, da la impresión que con buenos resultados se
apoyaron nuevamente en lo técnico (ecotecnias) para provocar el ejercicio
reflexivo y deliberativo. Aquí coincidimos con la autora en que el ejercicio de
autoevaluación reflexiva y deliberante tiene mucho potencial de transformación
y de formación tanto en los actores como en el medio con el que éstos se
relacionan.
El escrito de Javier Maisterrena, “El dilema entre resistencia y creación de
autonomía en el Cedazo del Altiplano Potosino” narra las dificultades de una
experiencia de intervención que se encuentra en vilo. El texto está centrado en
la auto-mirada reflexiva sobre la relación de los académicos con los ejidatarios.
En esas condiciones el autor se re-plantea la relación con los ejidatarios de la
localidad para elaborar una propuesta elucidatoria, reflexiva y deliberante de
hacer praxis distinta a la considerada “científica” sobre las poblaciones que
observamos. Comenta que los ejidatarios se encuentran divididos en facciones
y en conflicto entre sí, lo cual hace incierto e indeterminado lo posible por hacer
y lo que ellos puedan decidir hacer. Las reflexiones que el autor comparte están
sustentadas desde la perspectiva de Castoriadis. Concluye que para transformar
y crear otra sociedad, las resistencias son necesarias, pero no suficientes. La
apertura a la alteridad del otro y de cada uno potencializa la transformación
de la sociedad. En ese sentido la libertad del otro no resulta reducirse a ser
una coartada sino una exigencia esencial para la autonomía como proyecto
social e individual de transformación y creación social e histórica. Ruptura
hacia un hacer consciente libre y deliberado de creación colectiva e individual
de una sociedad autónoma en proyecto.
La experiencia que nos narra el texto de Gisela Landázuri Benítez,“Escribir
un libro desde, con y para los atlapulquenses”,resalta el aporteen el proceso de
reflexión grupala la reflexión colectiva. La autora cuestiona el uso y destino
de las investigaciones y publicaciones que se realizan sin que se enteren
los “objetos estudiados”. Nos comparte su experiencia de escribir un libro
en colectivo, cuyo objetivo fue que comunicará el ¿quiénes somos y hacia
dónde queremos ir?, en San Gregorio Atlapulco. Dicho ejercicio permitió
a los participantes un conocimiento más profundo sobre lo propio, sobre el
contexto en que transcurre su presente y logro constituirse en una base para la
acción. Reconoce el riesgo de que los textos resultantes sean evaluados como
18 VERÓNICA RODRÍGUEZ CABRERA l JOSÉ JAVIER MAISTERRENA ZUBIRÁN
Introducción. De flujos, organización y transformaciones en el campo mexicano

productos de difusión o divulgación cultural, y no científicos al entrar a un


sistema de evaluación estandarizado. Comenta que los participantes empezaron
a pensarse a sí mismos, a desentrañar sus prácticas, sus relaciones, sus creencias,
sus añoranzas, sus temores, sus orgullos y sus amores. En nuestra opinión eso
es reflexividad. Ahí explicitaron que una de las mayores afrentas actuales es
la ciudad, la que les ha arrebatado su agua, su tierra y ha transformado su
paisaje. ¿Cómo construir una nueva representación de sí mismos que integre
lo que se ha sido con lo que se proyecta ser? Se pregunta.
El texto de Luis Enrique Parral Quintero “La perspectiva de la antropología
política en el análisis de los procesos rurales” es una guía de los planteamientos
de la Antropología Política de Turner, que guía el análisis de “la lucha por
alcanzar el poder” en atención a las tres categorías analíticas que son: “drama
social, campo y arena”, con sus distintos momentos procesualistas: la ruptura,
la crisis, el reajuste y la reintegración, de un modo un tanto constructivista.
Para ello menciona sintéticamente algunos actores relevantes de la producción
de la caña de azúcar de Cuautla, Morelos.

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Identificación de algunos
elementos en la construcción
de identidad femenina en
mujeres jornaleras del Valle
de Zamora, Michoacán
Eduardo Santiago Nabor1
a

Resumen
La presente propuesta aborda el proceso de construcción de feminidades en
contextos de producción agroindustrial de carácter global. Se basa en el trabajo
realizado con mujeres como jornaleras y obreras en la agricultura comercial
y la agroindustria en la región de Zamora-Jacona, Michoacán. En los últimos
treinta años se ha debatido el efecto de las fuerzas económicas y políticas en
la configuración de las prácticas y relaciones sociales y culturales, este tipo
de relaciones se vuelven importantes en el contexto de las transformaciones
locales en regiones que se engranan a procesos de avance de la globalización
y capitalismo industrial hacia el campo. Esto ha trastocado las estructuras
a las familias y transforma las visiones y expectativas de cada uno de sus
individuos. El concepto de trabajo y las condiciones socioeconómicas que
afectan la estructura familiar son reformuladas, acomodadas y contestadas
a través de procesos de construcción subjetiva. Ser mujer en este contexto
implica una serie de relaciones amplias y formas de verse a sí mismas. En este
1
Profesor-Investigador. Universidad de la Ciénega del Estado de Michoacán de Ocampo, Licenciatura
en Estudios Multiculturales. Correo electrónico: esantiago@ucienegam.edu.mx

21
22 EDUARDO SANTIAGO NABOR
Identificación de algunos elementos en la construcción de identidad femenina en mujeres

caso, me interesa destacar la forma en que la dinámica familiar y el trabajo


en el campo y la agroindustria de mujeres jóvenes configura y reconfiguran
la idea de sí mismas, de familia y del trabajo en un contexto de explotación
capitalistas de alcances amplios.

1. Introducción
Las reflexiones vertidas en el presente trabajo son resultado de un proceso de
investigación llevado a cabo desde mayo de 2014 en la región de Zamora-
Jacona, en el estado de Michoacán (a la que me referiré como la región a partir
de ahora). Aborda el tema de la construcción de identidades femeninas entre
mujeres jornaleras y trabajadoras de la agricultura comercial y la agroindustria
de la fruta.
El problema que buscaba comprender es la relación entre un proceso
histórico de desarrollo económico regional basado en la construcción de una
economía abierta y de mercado con alcances globales y la configuración del
ser mujer en dicho contexto. Aunque, la historia del desarrollo económico y
productivo de la región tiene al menos cinco décadas, el trabajo pone énfasis
en los últimos quince años. En este tiempo, las dinámicas de los mercados
laborales de la región articularon la mano de obra femenina a nuevas formas de
trabajo especialmente encaminados a la flexibilización. En el presente trabajo
se describen y analizan algunos elementos que juegan un papel importante en
la forma en que se van asumiendo las identidades de género en dicho contexto.
El trabajo de campo en la región, que ha incluido entrevistas abiertas a mujeres
que trabajan en el campo y/o en la agroindustria, permite destacar elementos
testimoniales para el argumento.
Las transformaciones que el campo mexicano ha experimentado no van
sólo en el orden de la salida de mano de obra, la incrustación de industria al
paisaje rural, los cambios en las orientaciones productivas de regiones enteras,
el abandono de las formas de trabajo y producción tradicionales; también están
en el orden de la relación cultura, historia y nuevos sujetos sociales. Coincido
con algunos autores que señalan que el sistema capitalista de alguna manera
ha producido necesidades que generan cambios en las relaciones sociales y en
los sujetos de regiones enteras (Roseberry, 2002; E. R. Wolf, 1987). En este
caso, se pone énfasis en las mujeres que se incorporan a los diversos mercados
laborales generados dentro de la dinámica productiva y económica de la
región, que incluye el llamado sistema producto de la frutilla (fresa, arándano,
EDUARDO SANTIAGO NABOR 23
Identificación de algunos elementos en la construcción de identidad femenina en mujeres

zarzamora y frambuesa) y el cultivo de hortalizas, además del trabajo en la


industria procesadora de alimentos, que incluye otros tipos de productos como
el mango y variedad de hortalizas. La propuesta es considerar que este sector
de mano de obra femenina es un sujeto complejo cuya realidad social tiene
elementos que muestran contenidos sobre sus expectativas y su perspectiva
dentro de un mundo material que históricamente conocen como desigual.
Visto así, el enfoque es considerar que el capitalismo mantiene engranados
a estos sujetos, a través de mecanismos que condicionan su movilidad social
y los alcances de esta, además de que configura las prácticas socioculturales
que van dando contenido simbólico a las construcciones subjetivas de su
identidad femenina.
El objeto de investigación aquí planteado forma parte de procesos que
se están dando en muchos lugares del mundo. Son cadenas globales de
producción y en ello está que se reproducen formas en que la gente entra en
las transformaciones del capitalismo. Pero que además, son espacios donde
se configuran las nuevas formas de relaciones socioculturales.
La construcción de identidades de género es entendida como las formas
en que los individuos socializan el ser hombres y mujeres. Como señaló Judith
Butler (1988), la fenomenología del género no es estática, está constituida en el
tiempo y se instituye por la repetición estilizada de actos. Si trasladamos esta
idea al contexto señalado arriba, nos lleva a conocer algunos elementos que
se dan en contextos materiales y culturales en transformación y conectados a
procesos globales de trabajo y producción. Por otra parte, ayuda a esta visión
ver a la globalización como procesos de poder provistos de dimensiones de
género que persuade a los sujetos, que crea el capitalismo, a construirse mediante
aparatos ideológicos y coercitivos (Falquet, 2011), en este caso: las mujeres
que se insertan en mercados laborales conectados a procesos globales. La
pretensión del trabajo es poner sobre la mesa de discusión algunos hallazgos
e ideas generados a partir del trabajo de campo.
El contexto inmediato en el proceso de socialización y construcción
subjetiva de identidades femeninas en mujeres jornaleras y obreras del sistema
producto de la fresa, es el de pertenecer a familias extensas cuya trayectoria
ha estado ligada a la producción de mano de obra masculina y femenina para
dichos mercados de trabajo. Las necesidades de los hogares de jornaleros
o de trabajadores de la agroindustria se palpan al visitar las colonias donde
históricamente se han ido asentando desde mediados del siglo XX. Colonias
con historias de marginación, violencia y desigualdad. Esto como parte de
24 EDUARDO SANTIAGO NABOR
Identificación de algunos elementos en la construcción de identidad femenina en mujeres

la construcción del nuevo tipo de ciudades con sectores empobrecidos pero


cautivos en la lógica de explotación de mano de obra a través del desarrollo
regional.
Se plantea que las transformaciones y dinámicas en las que están insertas
hoy las mujeres de esta región con las características señaladas, son parte de
las transformaciones culturales y subjetivas que en el marco del capitalismo
se han realizado en al menos los últimos cuarenta años (Narotzky & Smith,
2010; Roseberry, 1991, 2002). Junto con aquellos que dan pistas para rastrear
en la historia las condiciones sobre la construcción de sujetos que en el marco
de las necesidades del capitalismo emergen (E. R. Wolf, 1987). Completan
esta propuesta la incorporación de un énfasis en la forma de ver los procesos
afectando a los sujetos, en el cual destaco una perspectiva de género que permita
ver a las mujeres como actores y sujetos que se van transformando, entrando y
saliendo de las condiciones que un contexto más amplio les despliega (Jelin,
1991; Kabeer, 1998; Lamas, 1999).
El contexto de transformaciones que diversas regiones han vivido en los
últimos treinta años trastoca las estructuras a las familias y transforma las
visiones y expectativas de cada uno de sus individuos. El concepto de trabajo
y las condiciones socioeconómicas que afectan la estructura familiar son
reformuladas. El interior de las familias se recompone y se generan nuevas
estrategias y dinámicas intrafamiliares (D. L. Wolf, 1992).
Para el presente trabajo rescato los testimonios dados por aquellas mujeres
cuya experiencia gira en torno al trabajo en el campo y en las empresas
procesadoras de alimento en la región (congeladoras de fruta).2 Es una muestra
de mujeres en edades de los diecisiete a los cuarenta y cinco años. He realizado
alrededor de unas treinta entrevistas, además de trabajo etnográfico. Destacando
el tema de cómo se van dando algunos elementos que juegan un papel en el
proceso de construcción del ser mujeres dentro del marco de relaciones que
históricamente ha construido el desarrollo de la producción agrícola comercial
en la región. Los nombres de las mujeres entrevistadas han sido cambiados
por pseudónimos por respeto a su testimonio.
El caso de las mujeres que van a la fresa y a la congeladora es una
ventana a las posibles formas en que el capitalismo está transformando a los
sujetos y los está reposicionando, los engrana a procesos globales a la vez
van construyéndose como sujetos y reposicionándose en su entorno. Describo
Es común que las personas que están dentro de la dinámica productiva regional se refieran como
2

“ir a la fresa” a aquellas personas que trabajan en el campo. Así mismo, para designar a aquellas
que van a las plantas de procesamiento de fruta de la región, se dice “ir a la congeladora”.
EDUARDO SANTIAGO NABOR 25
Identificación de algunos elementos en la construcción de identidad femenina en mujeres

algunos elementos que viven estas mujeres en el transitar hacia volverse


trabajadoras de la fresa.

2. Agroindustria y transformación del mercado laboral


en la región de Zamora, Michoacán
La región de Zamora-Jacona se encuentra en la porción occidente del estado
de Michoacán. Son dos ciudades que se han ido acercando por el proceso
de conurbación que desde al menos cincuenta años las va juntando. Como
señala Paleta (2016), la región de la Ciénega de Chapala comprende dos polos
integrados por Sahuayo-Jiquilpan y Zamora-Jacona. La población de Zamora
se calcula en 196,208 habitantes, de los cuales 94,581 son hombres y 101,627
mujeres. En el caso de Jacona, una especie de pueblo grande o de ciudad
pequeña, mantiene una población de 69,744, cuya distribución es de 33,585
hombres y 36,159 mujeres (INEGI, 2015). Son lugares cuya historia está
relacionada a la agricultura, especialmente por la calidad de las tierras del valle
de Zamora. Desde la primera mitad del siglo XIX se fueron perfilando hacia
el cultivo de productos con alto valor comercial (Heredia Correa, 1984). En el
siglo XX, ambas comienzan su trayectoria hacia al comercio y la producción
agrícola, que se volvió una historia del cultivo de fresa, principalmente a partir
de 1950 (Verduzco, 1992).
Partamos de este hecho que marcó la historia contemporánea de esta
región agrícola. Del momento en que el cultivo de la fresa marcó la dinámica
productiva y las diversas formas de relaciones sociales. A partir de ahí surgieron
actores sociales y agentes diversos que han entrado y salido de esta historia
y algunos otros se han configurado a su sombra. Quienes han estudiado esto,
piensan que los ejidatarios se volvieron empresarios, otros que la región se ha
globalizado en el momento de la entrada de capitales transnacionales (Calleja
Pinedo, 1986; Feder, 1977). Hoy la presencia de la transnacional Driscoll’s,
una de las más poderosas empresas de cultivo, cosecha y comercialización
de berries, da cuenta de la importancia de estas tierras para la cadena global
del sistema de frutilla. Cabe señalar que existen en menor proporción, otros
cultivos tanto de hortalizas, como de algunos granos básicos. Pero la mayor
parte de superficie sembrada la ocupan hoy las berries. Cabe señalar que
la configuración de la planta laboral de la región se dio en el marco de la
migración regional en los años cincuenta, cuando inicia el despegue en la
transformación de la producción agrícola y el procesamiento de productos
altamente comerciales como la fresa. La inmigración, además de la migración
26 EDUARDO SANTIAGO NABOR
Identificación de algunos elementos en la construcción de identidad femenina en mujeres

a Estados Unidos, principalmente de hombres, sentó las bases para que la


fuerza laboral encaminada a la agroindustria fuera en su mayoría femenina.
La formación de colonias y la llegada de familias de jornaleros de otras
regiones incluso de otros estados da cuenta del auge de la economía agrícola
de la región, que se volvió polo de atracción y con ello se fue formando una
clase trabajadora que se asentó en las márgenes de las dos ciudades pequeñas.
Hoy las colonias ya se han regularizado y al menos cuatro generaciones han
pasado desde esas primeras presencias.
El proceso de feminización del trabajo, entendido como el la incorporación
de mano de obra femenina a los mercados laborales en la región, comenzó
con la llegada de las primeras empresas procesadoras de fresa y otras frutas y
legumbres en los años sesenta, hacia 1989 había al menos veinticuatro (Rosado,
1989). Este proceso fue paulatino y al principio debía ser consensado con las
familias o la localidad (Mummert, 1994). Hoy la industria se ha expandido
y diversificado, pero la presencia de la agroindustria sigue estableciendo la
dinámica de la región. Según el indicador de actividad económica trimestral de
la CONCANACO, en 2015, el crecimiento de actividades primarias creció en
un 11.3% con respecto del año anterior. En el sector secundario, fue del 8.9 %.
A principios de este año, la secretaría de desarrollo rural del estado
de Michoacán declaró que el 90% de la producción de frutilla o berries, se
exportaron a EUA, Asia, Europa y Medio Oriente. Hacia el primer semestre de
2016, la región fue declarada como el primer lugar en producción de berries.
Como podemos ver de manera muy general, las características de la
producción en la región están orientadas hacia la demanda de mano de obra
calificada. La incorporación de mano de obra femenina a todo este complejo
productivo comercial de alcances globales, ha sido clave. Uno puede ver los
autobuses amarillos (vehículos que son traídos de Estados Unidos y que dan
servicio de transporte de personal al campo, también son conocidos como los
autobuses de Chucky o bananas) ir llenos de mujeres ataviadas para el trabajo
en el campo (una gorra, pañuelos que cubran su rostro, sudaderas con capucha,
mayones, tenis o botas de hule).
EDUARDO SANTIAGO NABOR 27
Identificación de algunos elementos en la construcción de identidad femenina en mujeres

Figura 1. Trabajadora del campo en una parcela de fresa en Zamora,


Michoacán.

Foto: ESN.

3. Diversificación de ingresos en un contexto de


producción moderna

Las condiciones en las que se emplean los trabajadores en contextos como el


de la región, tiene un carácter general, pero además es parte de una serie de
condiciones estructurales y falta de mecanismos institucionales que brinden
mejores condiciones de empleo (Hernández Trujillo, 2014). En las condiciones
de desarrollo productivo y económico de la región esto se cumple y va más
allá. Durante el trabajo de campo, se pudo observar que una de las constantes
en los hogares de familias trabajadoras fue lograr el sustento. Especialmente si
sólo dedicaban tiempo al trabajo en el campo o la agroindustria. Los salarios
se han visto constreñidos en los últimos años, incluso han disminuido. Hay
quienes reconocen que en otros años ganaban más por día que hoy. En términos
económicos, un contexto así no ha sido capaz de crear el suficiente valor de
cambio para garantizar mejores condiciones de vida en las familias trabajadoras.
Históricamente las familias que llegaron y se fueron adaptando a las condiciones
de trabajo estacional y a los altibajos de los mercados comerciales de los
productos agrícolas, fueron complementando sus ingresos con otras actividades.
28 EDUARDO SANTIAGO NABOR
Identificación de algunos elementos en la construcción de identidad femenina en mujeres

En el caso de los hombres fue común el trabajo de veladores o algún oficio


que les permitiera llevar más ingreso a su hogar. Algunos dejaron el campo
como lo habían hecho sus antecesores y se incorporaron a otras actividades,
especialmente oficios como albañilería, carpintería, herrería, entre otros.
El caso de las mujeres es mucho más complejo, pues depende de las
condiciones y posición que ocupen dentro de un grupo doméstico. Esto es parte
de las transformaciones que dentro del hogar se han dado en este contexto amplio
que se ha descrito. Como señala Diane Wolf (1992), estos procesos de desarrollo
económico y productivo trastocaron las estructuras íntimas de la sociedad,
en este caso las dinámicas intrafamiliares. En nuestro caso es importante
señalarlo, puesto que de ese modo los contenidos y sentidos de los discursos
y prácticas de lo femenino cambian. Las mujeres comenzaron a socializar que
salir y trabajar era parte del ser mujer. Esto podemos percibirlo en el tiempo,
cuando la acción de las mujeres va evidenciando las contradicciones dentro
del hogar; especialmente en aquellos cuya autoridad del padre condicionaba la
dinámica que en general organizaba a los miembros del hogar. Hace al menos
cuarenta años las mujeres dependían del permiso del padre para salir a trabajar.
El cambio en la posición de la mujer dentro de sus hogares, principalmente por
el aporte al ingreso del hogar, deja margen para que tomen decisiones sobre
su economía y su vida. Que también ha permitido un proceso de revolución
sexual de las mujeres de las últimas generaciones.
Como en muchos lugares que fueron sufriendo la modernización de su
industria y producción local, se presentaron fenómenos como un alto grado
de madres solteras, formación de parejas en edades entre los 15 y los 20 años,
consecuentemente el abandono de la posibilidad de estudiar. Un fenómeno
que no es general pero por sus implicaciones es importante señalar, fue el de
los casos de mujeres que se insertaban en la oferta de servicios sexuales. En
algunos de ellos, mujeres que se entrevistaron, declararon haber trabajado
en bares o centros botaneros donde fichaban3 y en muchos casos prestaban
servicios sexuales. Esto había durado algunas temporadas o era de manera
permanente, de tal modo que ir a la congeladora o al campo se había vuelto la
opción. Esto no es siempre y depende tanto de las condiciones de su hogar y
de sus hijos, como de la estacionalidad de la siembra de fresa. Esta actividad
es común en algunas mujeres cuya condición es muy adversa, que no logran
Aunque la referencia no es única de la región, la palabra fichar en este contexto significa sentarse
3

en la mesa de un cliente del bar para tomar cervezas. Por cada cerveza que toman el bar les da
una comisión. La idea es que el cliente siga tomando y así invitando a la mujer. Por cada cerveza
el mesero le da una ficha a la mujer que cambia por efectivo al final de la jornada. Una mujer con
experiencia en esta actividad llega a tomar hasta cuarenta cervezas de 250 ml.
EDUARDO SANTIAGO NABOR 29
Identificación de algunos elementos en la construcción de identidad femenina en mujeres

subsistir con el salario en actividades formales. También cuando se separan de


su pareja y deber regresar a la casa de sus padres. En cuyos casos la abuela era
quien cuidaba a los hijos. El porcentaje de mujeres que combinan actividades
y que incluyen está dentro de su esquema es bajo, pero es parte del espectro
de posibilidades que resultan del contexto capitalista que están viviendo estas
mujeres en las últimas décadas.
Algunos casos mostraron que durante el día pueden realizar varias
actividades remuneradas. Un caso interesante fue el de la señora Ale, quien
es madre soltera y desde hace algunos años sale de su casa a las cuatro de
la mañana y va van a hacer tortillas a mano a la casa de un comerciante de
tortillas, quien reparte en las tiendas de la región. A las siete de la mañana
regresa a su casa, prepara a sus hijas para la escuela, después se va a la fresa
o a la congeladora, aunque dice que le gusta más trabajar en el campo.
Otras actividades que contribuyen al ingreso de estas mujeres, es la venta
de productos de catálogo (zapatos, enseres domésticos, cosméticos, ropa,
entre otras mercancías), ropa de segunda mano, realizan trabajo a domicilio
como planchando y lavando o limpiando casas. Estas condiciones resultan
de la flexibilidad que tiene el trabajo en el campo y la agroindustria. En otros
tipos de trabajo, los horarios no permitirían que combinaran otras actividades.
Como vemos, hay diversidad de actividades con las que llegan a
complementar el ingreso. Aunque, no todas esas opciones son lo mejor y
algunas de ellas vulneran más al condición de ser mujer en esta región.
La expansión de la agricultura comercial, ha provocado que la movilidad
interna de la mano de obra sea igual de expansiva. Algunas trabajadoras del
campo deben trasladarse hasta cuarenta kilómetros de camino. Aunque hoy
son trasladadas en autobuses que las empresas o los agricultores costean, el
tiempo en el camino hace que las opciones de otras actividades se reduzcan.
El encadenamiento de la mujer al trabajo en la agroindustria y el campo
ha formado parte de las relaciones sociales en las que están inmersas la
mayoría de mujeres en esta región. Es parte de la misma historia de las familias
que trabajan en este ámbito desde hace al menos tres generaciones. Las
posibilidades de ubicarse en mejores trabajos se van aminorando por la falta
de una mayor escolaridad y porque para estos sectores no hay mejores trabajos.
Incluso aquellos que hoy han estado surgiendo no son para generar mejores
expectativas de vida. Por ejemplo, empleos en tiendas departamentales como
Coppel, Walmart, Sam’s, Elektra. Los salarios son bajos y existen continuas
condiciones de trabajo mal remunerado y sin prestaciones. Pero la respuesta
30 EDUARDO SANTIAGO NABOR
Identificación de algunos elementos en la construcción de identidad femenina en mujeres

que muchas mujeres dan a estas opciones formales es que prefieren ir a la


fresa o a la congeladora que ir a encerrarse a esas tiendas. Estos son elementos
que se vuelven prácticas sociales que entran en el proceso de significación de
lo que es ser mujer.

4. Socializando ser hijas de la fresa


Desde una perspectiva de los estudios de género, la construcción de identidades
de lo femenino, o dicho claramente de cómo las mujeres se construyen en
contextos de adversidad, están relacionadas con la forma en que se condiciona
el cuerpo, la visión de sí mismas y los aspectos socioculturales, además de
considerar un proceso histórico. En el sentido de una antropología de las
mujeres con énfasis en aspectos cualitativos de la construcción de lo femenino
(Lagarde, 2005), coincido con aquellas que establecen de manera general que
género es el conjunto de ideas, prácticas y representaciones y percepciones
sobre la base de la distinción social de los sexos (Boserup, 1970; Kabeer, 1998;
Lamas, 1999). Pero también vemos que el panorama implica una reflexión
sobre las condiciones estructurales que se han creado con la economía global
y las implicaciones de género (Beneria, 2003).
Cómo se va socializando la idea de ser mujer en el contexto de la complejidad
de la producción del sistema de frutilla. Los diversos espacios en los cuales
las mujeres van socializando las condiciones, ideas y contenidos del ser mujer
en el contexto del trabajo en la fresa forman parte de procesos cotidianos. A
continuación voy a describir y a destacar algunos testimonios que dan cuenta
de aquellos en los cuales las mujeres construyen sus identidades femeninas
como parte de su condición de trabajadoras de la fresa y la congeladora.
La forma en que las mujeres jóvenes de familias de jornaleros en la
región socializan sus expectativas y perspectivas de ser hijas de la fresa, está
en estrecha relación con el proceso de pasar de ser niña a ser adolescente.
Esto se lleva a cabo en diversos espacios de socialización: la casa, el campo,
la comunidad, el barrio y la cuadra. Históricamente han sido espacios en los
cuales hay prácticas culturales que van grabando los significados y los aspectos
simbólicos que tiene el ser y pertenecer, reconocerse y ser reconocido.
Se destacan los testimonios de apenas unos cuantos casos de mujeres
cuya edad está entre los diecisiete y cuarenta y cinco años. Su experiencia en
este periodo de su vida muestra algunas constantes: abandono de la escuela,
formación de matrimonios o uniones libre a corta edad (entre quince y veintidós
EDUARDO SANTIAGO NABOR 31
Identificación de algunos elementos en la construcción de identidad femenina en mujeres

años) (Seefoó Luján, 1992),4 llegada de los primeros hijos en esos periodos
tempranos y abandono o separación de la pareja entre los veinte y veinticinco
años. Estas constantes no son una consecuencia, sino el mecanismo de la
socialización de ser mujer fresera. Está en su esquema de posibilidades no es
contradictorio ni causa ruptura o expulsión de los grupos de identidad. Como
el capitalismo, solo reacomoda a sus sujetos.
Las familias en su mayoría superan el par de hijos. De acuerdo a la etapa
en que se encuentre la familia serán los recursos e ingreso que pueda lograr.
Familias con miembros en edad de trabajar logra tener mejores ingresos. De
acuerdo con la historia de la producción agroindustrial de la región Zamora-
Jacona, el trabajo se feminizó desde un principio. Pero también tuvo un alto
grado de trabajo infantil, fuera por ayudar a la madre o al padre a trabajar o
para aprender los saberes del oficio, el hecho es que se volvió un mundo en
el que la infancia era vivida en ese contexto de trabajo. De acuerdo con esto y
como un primer punto analítico, aunque no está acabado, establezco que estas
condiciones que se dieron históricamente van a formar parte de los sentidos
que tomaría las formas en que se construye el ser hombre o mujer.
Cuando las mujeres han llegado a la edad de los trece o los quince años se
encuentran en la transición de pasar de ser niñas a ser mujeres. El paso a una
etapa de adolescencia no se presenta como en otros sectores de la población;
llámese clase media y clase alta en donde pasan de ser niños a ser adolecentes
y seguir bajo el techo paterno solo con una posición distinta dentro del hogar.
Una de ellas es la forma en que al llegar la edad entre 13 y 16 años comienzan
a perder de vista la escuela como una posibilidad de mejorar en el futuro su
condición socioeconómica. En una entrevista realizada a Angélica,5 madre
soltera de veintisiete años, expresó que no sabe bien qué habría pasado si
hubiera estudiado más allá del cuarto grado de primaria al que llegó. No sabe
si en verdad le hubiera ido mejor. Dice que los problemas de su casa impedían
que se concentrara, pues desde cuarto año de primaria se salía de la escuela
porque le preocupaban todos los pleitos que había en su hogar. Especialmente
por la falta de recursos básico. El padre era alcohólico y aunque trabajaba
existían muchas carencias. La madre tuvo que salir a trabajar para completar
el ingreso. Dejar la escuela y comenzar a trabajar le fueron quitando la
preocupación sobre las condiciones de su hogar. Así, hacia los dieciséis años
ella ya estaba engranada en el trabajo. Solo esperaba el siguiente paso, el de

4
A este proceso de matrimoniarse a temprana edad se le ha llamado rejuvenecimiento nupcial y
se le relaciona también con otros fenómenos como los cambios en la fecundidad.
5
Entrevista realizada en Jacona, Michoacán, 25-05-2014.
32 EDUARDO SANTIAGO NABOR
Identificación de algunos elementos en la construcción de identidad femenina en mujeres

formar su propia familia. Comentó que no pensaba que existiera otro camino,
además de que esto podría hacer que se alejara de los problemas de su casa.
No se casó embarazada, un dato que fue común en mujeres entrevistadas que
coincidían en situaciones similares, pero como dice ella misma, se casó por
amor, aunque al paso del tiempo ese amor se volvió infierno, pues después
de tener a su primer hija, su pareja la golpeaba y andaba con otras mujeres.
Situación también común al menos en el 80% de las mujeres entrevistadas y
que guardaban características similares.
Aquí surge otro elemento de la socialización de ser mujer en la fresa,
primero son los hijos, y en una situación de desestabilidad con la pareja,
retornan a la casa paterna, donde la madre de ellas las apoya a cambio de
que aporten ingreso a la casa. Entonces retornan al trabajo en la fresa y en la
congeladora, que es lo inmediato. Los testimonios de las mujeres entrevistadas,
que señalaron haber regresado a la casa paterna después de la separación
de sus parejas, en su mayoría no experimentaron ningún tipo de reproche o
condicionamiento por su retorno. Como señalaba Karina,6 “mi mamá sabe
que le voy a pagar por cuidarme a mis niños”. Los casos señalan que a parte
se regresan porque se descuida el aspecto de la crianza, pues como señaló
alguna de ellas, navegan7 con los hijos.
La inserción de la mano de obra femenina a los mercados laborales
de la fresa y las congeladoras de la región no ha sido un asunto estable y
sus características y dinámica han cambiado. Ha pasado aquel tiempo en
que mediaba una moral y ética en las negociaciones entre jefes de familia
o patriarcas de localidades y colonias para poder permitir que las mujeres
salieran de sus hogares a trabajar. Hoy las mujeres en principio han dejado
la casa paterna y se han mudado o se mudan constantemente a zonas donde
priva el individualismo. Esto transforma también las estrategias que llevan a
cabo las mujeres para insertarse a los mercados laborales que produce dicha
dinámica, en la cual nunca se ha garantizado un ingreso estable y suficiente
que permita a las familias con una composición o jefatura femenina vivir
dignamente. Hay muchas estrategias que usan las mujeres para completar el
ingreso del hogar. En muchos casos la fresa y la congeladora se han vuelto el
complemento y no la base del ingreso de los hogares.
Olga,8 es una mujer de 42 años, que se casó a los 17 años. En un lapso de
cinco años nacieron sus primeros dos hijos, al cabo del cual se separó de su
6
Entrevista Realizada en Zamora, 01-07-2014.
7
Navegar, hace referencia a perder autoridad en las relaciones con los hijos, principalmente entre
los seis y los diecisiete años.
8
Entrevista realizada en Jacona, Michoacán 24-02-2015.
EDUARDO SANTIAGO NABOR 33
Identificación de algunos elementos en la construcción de identidad femenina en mujeres

pareja. En este caso, Olga enfatiza que su pareja la abandonó, de tal modo que
el término separación y abandono denotan procesos un tanto distintos, ya que
la separación por problemas de los que son conscientes puede estar precedidos
por una estrategia que amortigüe el trance (irse a vivir con su familia, o tener
ya un plan para generar ingresos). Sin embargo en el caso de abandono, la
mujer se ve de un día a otro vulnerada, al grado que sus estrategias se van
improvisando y de acuerdo a la urgencia de recursos se insertan en actividades
que las vulneran aún más. En este caso, como en muchos de la región que en
la investigación se documentaron, ella ha trabajado en la congeladora, en el
campo y en los bares y centros botaneros. Son en realidad prostíbulos que
operan de día, casi siempre a partir de un horario de las 12 de la tarde a 12 de
la noche. En este horario, pueden llegar e irse mujeres que reparten su tiempo
entre esta actividad y el cuidado de sus hijos o el compromiso en otro trabajo,
desde empleadas de mostrador, trabajo doméstico, trabajo en el campo o en la
congeladora. Esta práctica varía en intensidad de acuerdo a la estacionalidad
de la agricultura y del trabajo en la congeladora. Como señala Olga, ir a la
congeladora es el complemento de su actividad en el bar.9 Su trabajo en el bar
es diario y cuando hay buenas temporadas se va a la congeladora por la mañana.
Otro caso que ilustra la forma en que la dinámica productiva y económica
va influyendo en los sujetos que mantiene bajo sus condiciones estacionales
y monetarias, es el de Karina. Ella es una mujer de 35 años que asistía a los
bares o centros botaneros en Jacona. Parte de las mismas condiciones la
llevaron hasta esos lugares: abandono, hijos pequeños, necesidad económica.
Aunque recuerda que desde niña sabía trabajar en el campo y de adolescente
en la congeladora. Antes de que se saliera de trabajar en los bares, comentó
que por las mañanas iba al corte de fresa, se iba desde las seis de la mañana
y salía como a las once o doce del día. Esto le permitía atender a sus hijos,
mandarlos a la escuela y recogerlos por la tarde. Llegar a hacer de comer y
estar media tarde con ellos para apoyarles en las tareas. Antes de las cinco de
la tarde debía poner en su bolso las zapatillas, la ropa y las pinturas para irse
al bar. Estas mujeres no se cambian desde sus casas, se van en pans y tenis
como dicen ellas y en el bar se cambian. Recordó que desde muy niña iba al
corte de fresa, y en su actual condición declaró que si ella tuviera a alguien
que la apoyara, se saldría de los bares. En palabras suyas: con un poquito que
él me dé y lo que yo saque en la fresa, con eso nos mantenemos y mantenemos
a mis hijas.
9
Debo señalar que los términos de fichera, prostituta o sexoservidora no figuran en el vocabulario
de estas mujeres. Más bien, eufemizan su condición llamándose a sí mismas pirujis. Incluso, el
término puta es más usado en el contexto de reconocer su trabajo.
34 EDUARDO SANTIAGO NABOR
Identificación de algunos elementos en la construcción de identidad femenina en mujeres

Las mujeres de mayor edad comentan que el trabajo en el campo ha


cambiado, que antes existía mayor flexibilidad y beneficios. Uno de ellos y que
ha desaparecido es la práctica de la pepena, que realizaban los jornaleros después
de cosechar una parcela. La pepena es la recolección de la fruta o legumbre que
se va quedando, mucha de ella está maltratada o no cumple algunos estándares
de calidad. La presencia de empresas con conexiones a mercados globales
o políticas de estandarización de carácter mundial, han transformado estas
prácticas. Hoy incluso las formas de trabajo son más parecidas a las de una
industria manufacturera que a una lógica rural o campesina. Esta transformación
no solo en la práctica sino también en la mentalidad e idiosincrasia de quien
detenta la tierra y posee los recursos de inversión. Algunos autores lo ven como
una transformación de un tipo histórico de sujetos social como el campesinado
o ejidatario, a uno de carácter moderno y Wacorde a las políticas de desarrollo
como el de empresario agrícola. Como señaló Rosado (1989), las mujeres que
se incorporaron al trabajo agrícola e industrial de la región han sido aquellas
que provienen de familias de migrantes.
Las mujeres que eran de Jacona y Zamora en principio no se incorporaron.
Hoy las generaciones de trabajadoras ya son de la región, en las entrevistas
que se han realizado, mujeres que superan los treinta años recuerdan que
ya vivían en Zamora o Jacona, pero que sus padres venían de alguno de los
ranchos o localidades cercanas.
Este es otro elemento que configuró en parte el ser mujer de en este
contexto. Eran familias que en los años 60 o 70 del siglo XX, provenían de
localidades donde la organización social y material del trabajo estaba basada
en una división sexual del trabajo de carácter masculino. En términos de
género, las familias eran encabezadas por el padre o algún hombre de adulto.
De tal modo, la incorporación de las mujeres a los mercados laborales en la
región estuvo condicionada. Esto debemos entenderlo como un contexto de
socialización de ser mujer en este cambiante contexto material y social. Hoy
las mujeres no piden permiso para irse a trabajar a la fresa, muchas de ellas son
madres solteras que se apoyan en sus familias para el cuidado de sus hijos. La
abuela en algunos casos se vuelve la criadora de los nietos. Las concepciones
sobre su papel como mujeres en diversas etapas de su vida es palpable en este
esquema de relaciones. La abuela es hoy un apoyo para la reproducción de un
sistema de trabajo femenino. La mujer trabajadora ya no ve como algo que el
hombre deba o no autorizar, sino como una parte de ser madre y mujer la de
salir a trabajar para, como dicen ellas, sacar adelante a sus hijos.
EDUARDO SANTIAGO NABOR 35
Identificación de algunos elementos en la construcción de identidad femenina en mujeres

Otro elemento que ha contribuido al cambio en la forma como hoy


se ven muchas mujeres trabajadoras es por la experiencia personal en las
relaciones de pareja. El hombre ha dejado de representar el proveedor que
pueda evitar que la mujer salga a trabajar. Entiendo que muchas separaciones
son condicionadas por la falta de recursos para mantener una familia. Tanto
hombres como mujeres contribuyen al ingreso. Aunque la mujer trabaje, si
en algún momento hay necesidades que apremien en el hogar, dejara de ir a
trabajar, su condición es flexible, en tanto que también el trabajo en el campo
y en la congeladora lo es.
En contextos de feminización del trabajo, de la llegada de empresas y
procesos productivos altamente tecnificados y modernización de la producción
del campo, las mujeres van cambiando las posiciones que guardan dentro de
sus familias. Ganar dinero les permite tener opinión y hacer decisiones dentro
de la estructura de poder de sus hogares. Esto ya había sido analizado en otros
contextos (D.L.). El caso que nos ocupa nos permite abrir una ventana a los
posibles resultados de esas dinámicas que se vuelven cada vez más comunes
y extensas. Especialmente en lugares cada vez más apartados.

Conclusiones
Este trabajo está comenzando a mostrar algunas conclusiones de tipo temporal.
Entre ellas como hemos visto, los procesos de modernización de la producción
agroindustrial en una región como Zamora-Jacona ha hecho lo que desde la
perspectiva de la economía política antropológica (Roseberry, 1989) considera
que sucede: una reconfiguración de sujetos en contextos de explotación y
desigualdad cada vez más complejos.
El impacto que ha tenido el desarrollo de condiciones económicas y
laborales como las que ha tenido esta región, como muchas otras en México
y los países donde se está dirigiendo la inversión de capital para la producción
global, ha sido ilustrada desde los ochenta (Rosado, 1989). Hoy las condiciones
y las relaciones de las mujeres con las empresas y los patrones o agentes de
dicho sector, apuntan a una forma de socializar su mundo social como parte
del engrane de la producción agroindustrial, y que sus condiciones de ser
mujer están relacionadas con esto.
La manera en que se engranan en esta forma que despliega el capitalismo,
las atrapa y cambia su forma de verse así mismas. Estudiar o ingresar a nuevos
trabajos se vuelve una aspiración que no está al alcance de estas mujeres,
36 EDUARDO SANTIAGO NABOR
Identificación de algunos elementos en la construcción de identidad femenina en mujeres

Esto se refleja en esta especie de salto que hacen al pasar de ser niñas a ser
mujeres con pareja y en espera de hijos. Las necesidades crecen y a la par
de esto han surgido otras formas de trabajo y posibilidades de completar el
ingreso para el hogar. Viven pensando que sus hijos van a estudiar y a salir
de las condiciones que ellas han estado reproduciendo, pero las condiciones
no los disparan y siguen reproduciendo los patrones que desde que se fue
consolidando el mercado laboral de la fresa y la congeladora ha prevalecido.
Una pregunta que surge es: ¿se puede cambiar las condiciones y los contenidos
de las pautas que llevan a socializar el ser mujer hija de la fresa, para pasar a
ser mujer que supera esas condiciones?
La forma en que se construyen, se ven y se relacionan las mujeres que están
en condiciones de pobreza y cuya posibilidad es el trabajo en la agroindustria,
es el resultado de procesos de explotación que la agroindustria aplica. La falta
de trabajo masculino y un alto grado de feminización del trabajo hace que las
posiciones dentro de la casa se transformen así como la misma concepción
de familia.
Otro elemento que ha permitido que los procesos de socialización de ser
mujer en la actualidad en la región se transformen, es el cambio en la estructura
familia. Lo que antes fuera un impedimento pero que era parte de ser mujer
(atender el hogar y los hijos) fue negociado entre los patrones y las mujeres,
pero hoy la dinámica laboral ya no requiere de hacer eso, pues los hogares ya
son distintos. La presencia de más familiares que acudan o realicen los trabajos
del hogar que las jefas de familia o mujeres en edad de trabajar hacían, hoy lo
hacen las abuelas o las hermanas menores, incluso las hijas, aquellas que hoy
tienen doce o trece años. Estas últimas se van perfilando para reproducir los
patrones de ser mujer en el contexto de la fresa en Zamora. Dicen ellas mismas
que no hay otra cosa, que después de la primaria, solo esperan la felicidad, y
para ellas esta llega cuando se casan y pueden irse a trabajar a la fresa o a la
congeladora. La situación descrita no tiene visos de cambiar para beneficio
de las mujeres. El problema es que ser mujer en este contexto, está cada vez
más relacionado con el proceso de la transformación que produce el capital.

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Género, gobernanza y
recursos forestales no
maderables. El caso del
poleo (Satureja macrostema)
en San Miguel Mixtepec,
Oaxaca
Tomás Ortega Ortega1
Verónica Vázquez García2

Resumen
Este trabajo analiza la participación de las mujeres en la gobernanza forestal de
San Miguel Mixtepec, municipio zapoteco de los valles centrales de Oaxaca. Se
toma como ejemplo la normativa comunitaria que regula el aprovechamiento de
Recursos Forestales No Maderables, en particular el poleo Satureja macrostema
(Benth.) Briq., planta que se utiliza como ornato, alimento y medicina. Los
resultados muestran que las normas se formulan desde instituciones locales de
conformación masculina. Además son excluyentes en el sentido de que solo
las jefas de familia pueden comercializar el poleo, bajo la lógica patriarcal de
que no hay proveedor en casa. Los conocimientos femeninos sobre la planta
no son considerados en la toma de decisiones. Todo esto hace de la gobernanza
forestal un proceso ineficiente ya que los usos, necesidades y conocimientos
de las mujeres son excluidos de la planeación comunitaria.
1
Estudiante de doctorado, Colegio de Postgraduados. Correo electrónico: tomas.ortega@colpos.mx
2
Profesora Investigadora Titular, Colegio de Postgraduados. Correo electrónico: vvazquez@colpos.mx

39
40 TOMÁS ORTEGA ORTEGA l VERÓNICA VÁZQUEZ GARCÍA.
Género, gobernanza y recursos forestales no maderables.

1. Introducción
Diversos estudios (Brown y Lassoie, 2010; Djoudi y Brockhaus, 2011; Lewark
et al., 2011; Mai et al., 2011) han demostrado que las mujeres son usuarias
importantes de los bosques, pero su participación en la gobernanza forestal
es escasa. La legislación y titularidad de tierras forestales no han tenido en
cuenta sus intereses y necesidades (Agarwal, 1994; Rocheleau y Edmunds,
1997; Bose, 2011). Por ejemplo, los hombres en la Amazonia brasileña toman
la mayoría de decisiones relacionadas con los recursos forestales (Shanley et
al., 2011). Las organizaciones de Uganda colocan a las mujeres en posiciones
subordinadas (por ejemplo secretarias), siempre en una condición minoritaria
y como formalidad para satisfacer los requisitos de organismos financiadores
(Empaform, 2006; Mukasa et al., 2012). La situación en México no es muy
diferente. Klooster y Ambinakudige (2007:401) describen a las asambleas
forestales comunitarias como “bastante representativas, democráticas y
mucho más autónomas que la norma”, sin reconocer que los participantes
son mayoritariamente hombres. Merino y Martínez (2012) resaltan la relación
entre gobernanza forestal, capital social y sustentabilidad, argumentando que
la presencia de instituciones sólidas enfocadas en la gestión y conservación
ambiental favorece la sustentabilidad y gobernanza forestal. Sin embargo,
las autoras no analizan la exclusión de las mujeres de dichas instituciones.
Dos razones sustentan la necesidad de incorporar a las mujeres en la
gobernanza forestal: 1) aumentar la eficacia de ésta; 2) garantizar los derechos de
las mujeres (FAO, 2011). Agarwal (2009) argumenta que existe una correlación
positiva entre la participación de las mujeres en la toma de decisiones, la
sustentabilidad y la gobernanza en los bosques de la India y Nepal, simplemente
porque existe un mayor número de personas comprometidas con la conservación
a partir de arreglos capaces de integrar diversos intereses. Específicamente en
Nepal, el incremento de mujeres en los cargos que regulan el aprovechamiento
forestal mejoró la diversificación del uso del bosque y la transparencia en el
manejo de los recursos (Acharya, 2006). La acción afirmativa de parte del
Estado es clave para que esto suceda. Así lo demuestra el caso de Filipinas,
donde se impulsó la titularidad femenina de la tierra, asunto que permitió la
participación de las mujeres en la toma de decisiones. Tal iniciativa ayudó
a detener la tala ilegal de bosque y los conflictos relacionados con la tierra
(Butardo y Balicao, 2011). Además, estos tipos de arreglos contribuyen al
empoderamiento femenino, porque las mujeres encuentran espacios para
expresarse y actuar de acuerdo a sus experiencias y necesidades (Agarwal, 2009).
TOMÁS ORTEGA ORTEGA l VERÓNICA VÁZQUEZ GARCÍA. 41
Género, gobernanza y recursos forestales no maderables.

El presente trabajo analiza la participación de las mujeres en la gobernanza


forestal de San Miguel Mixtepec (SMM), municipio zapoteco de Oaxaca,
tomando como ejemplo los acuerdos que regulan el aprovechamiento de
Recursos Forestales No Maderables (RFNM). El análisis se enfoca en el poleo
Satureja macrostema (Benth.) Briq., un RFNM que crece entre los 2,345
y 2,900 msnm, en espacios que se caracterizan por suelos ricos en materia
orgánica, presencia de manantiales y vegetación de pino (Pinus sp.), encino
(Quercus sp.) y oyamel (Abies sp.) (Turner, 2008; Rzedowski y Calderón,
2010). El poleo es un RFNM multipropósito popular no solo en Oaxaca
sino en varios estados del occidente y centro de México (Guerrero, Colima,
Jalisco, Michoacán, Estado de México, Tlaxcala, Hidalgo, Querétaro, Puebla
y Morelos). En los valles centrales de Oaxaca se utiliza en fiestas comunitarias
(bodas, mayordomías, año nuevo, día de muertos), como alimento (quelite en
taco, condimento, té, agua fresca) y para atender malestares (resaca, dolores
de parto y estómago). Es decir, el poleo tiene usos rituales, nutricionales y
medicinales (Aguilar, 2002).
El trabajo se propone responder las siguientes preguntas: ¿quién establece
las normas de acceso al poleo? ¿Cómo se expresa la desigualdad de género
en estas normas? ¿Qué conocimiento (el de hombres, mujeres, ambos) es
tomado en cuenta en la toma de decisiones en torno al poleo? Finalmente,
¿cómo influye todo esto en la eficacia de la gobernanza forestal?

1.1. Marco conceptual: gobernanza, bosques y derechos de género


Brody (2009) define a la gobernanza como el proceso de toma de decisiones por
distintos grupos de usuario/as. La gobernanza efectiva implica transparencia,
rendición de cuentas, justicia y equidad en los mecanismos de participación.
Un proceso ineficiente de gobernanza tiene implicaciones negativas en la
asignación de recursos públicos, la oferta de servicios y el establecimiento
de normas que la ciudadanía debe observar, en detrimento de las personas
con menos poder social. En el sector forestal la gobernanza se refiere a la
habilidad colectiva de promover la sustentabilidad y la equidad en el manejo
de los recursos naturales a través de procesos participativos y democráticos.
La gobernanza efectiva lleva a la distribución equitativa de los recursos del
bosque, así como de los beneficios que se derivan de su aprovechamiento
(FAO, 2011).
El proceso de toma de decisiones relacionadas con la gobernanza se
realiza a través de instituciones anidadas entre sí que operan en múltiples
42 TOMÁS ORTEGA ORTEGA l VERÓNICA VÁZQUEZ GARCÍA.
Género, gobernanza y recursos forestales no maderables.

niveles de jurisdicción y áreas de la sociedad (Ostrom, 1990). La propiedad


es una institución clave para la gobernanza, ya que estructura relaciones
sociales a través de la creación de derechos de acceso, uso, manejo, exclusión
y alineación de recursos naturales (Schlager y Ostrom, 1992). El acceso se
refiere únicamente a la posibilidad de entrar al área forestal, mientras que
el derecho de uso permite obtener recursos de ella. Mediante el derecho de
exclusión, un determinado grupo de personas establece quién puede usar
los recursos, mientras que el de la alienación incluso abre la posibilidad de
vender o rentarlos (Larson et al., 2010). El factor distintivo aquí es el poder.
Kurien (citado en Jentoft, 2004:140) menciona que “la propiedad es el término
usado para describir una concentración de poder sobre los recursos naturales
aprobada legal y socialmente”. Este conjunto de derechos se construye a partir
de identidades sociales (de género, etnicidad, edad, estado civil), situación que
refuerza la desigualdad, al limitar los derechos de grupos desfavorecidos, por
ejemplo mujeres y pueblos tribales (Ribot y Peluso, 2003; Bose et al., 2012).
En otras palabras, los derechos de propiedad determinan lo que la gente
puede hacer con los recursos disponibles. Dependiendo del contexto, hombres
y mujeres de distinta condición tendrán acceso (a nivel operativo) o derechos
de manejo, exclusión y alienación (es decir, formarán parte de un colectivo que
formula y decide sobre los derechos de los demás). La diferencia entre estos
dos es crucial: ejercer derechos no es lo mismo que participar en su definición,
por ejemplo cosechar poleo versus determinar quién, cómo, cuándo y dónde
se puede llevar a cabo la cosecha. Generalmente las mujeres tienen derechos
de acceso y uso (operativos) mientras que los hombres tienen derechos de
toma de decisiones (manejo, exclusión, alienación) (Gray y Kevane, 1999;
Rocheleau y Edmunds, 1997). Esta situación tiene impactos negativos en la
gobernanza forestal, ya que puede conducir a arreglos precarios y ambiguos
entre usuario/as del bosque, lo cual, a su vez, puede representar la sobre-
explotación de determinado recurso (Ribot y Pelusso, 2003). También puede
darse el caso de que las mujeres sean marginadas en nichos donde solo es posible
extraer recursos de bajos ingresos (Grigsby, 2004); o que se reproduzcan las
inequidades de género en la capacidad de beneficiarse de los recursos (Ribot
y Pelusso, 2003).
El presente trabajo se inscribe dentro de la corriente de GMAD (Género,
Medio Ambiente y Desarrollo), inaugurada por el trabajo pionero de Boserup
(2007), publicado por primera vez en 1970. Boserup dejó claro que la
modernización tiene un impacto diferenciado en hombres y mujeres, en
detrimento de estas últimas en lo que se refiere a las políticas de reforma agraria,
TOMÁS ORTEGA ORTEGA l VERÓNICA VÁZQUEZ GARCÍA. 43
Género, gobernanza y recursos forestales no maderables.

transferencia tecnológica y servicios crediticios. Las mujeres han recibido


mucho menos tierra que los hombres, han sido excluidas de innovaciones
tecnológicas y del acceso a créditos. Esta es una realidad que todavía se
constata en la mayoría de los países del mundo, a pesar de que fue detectada
hace ya varias décadas (Banco Mundial, 2012).
Distintas autoras han desarrollado conceptos que ayudan a explicar la
persistencia de estas desigualdades. Mies y Shiva (2004) documentan cómo
la visión mercantilista de los recursos naturales, por ejemplo los forestales,
constituye una forma de violencia en contra de las mujeres, ya que se concentra
sólo en la explotación y comercialización de maderables en detrimento de la
gran cantidad de recursos forestales no maderables que ellas conocen y utilizan.
Otras autoras, entre ellas Agarwal (2004), Leach et al. (2004) y Rocheleau
et al. (2004) han aportado nuevos elementos a la discusión, por ejemplo la
importancia de considerar diferencias no sólo entre mujeres y hombres, sino
también entre distintas mujeres ubicadas en contextos culturales y ecosistemas
específicos. Hay diferencias de clase, etnia, parentesco y edad que determinan
el acceso y control sobre los recursos naturales. También hay todo un juego
institucional que moldea dicha relación, empezando por la familia, que debe
ser analizada a profundidad para ubicar desigualdades en su interior, hasta
instituciones de gobierno y fuerzas del mercado, cuyo accionar impacta de
manera diferenciada en las relaciones de género.
La corriente de GMAD se propone analizar las diferencias de género en la
división del trabajo, el acceso y control sobre recursos naturales y productivos, y
el papel que juegan distintas instituciones en recrear o, por el contrario, reducir
la inequidad de género. El concepto de género se entiende como una categoría
de diferenciación social que produce inequidad. El concepto no se refiere a
las mujeres, sino a las relaciones sociales que éstas establecen y al sistema
de poder en el que están insertas. Con los estudios de género se establece una
nueva mirada de la problemática socio-ambiental, basada en el análisis de las
diferencias de género, clase, etnia y edad en relación a los recursos propios de
cada ecosistema. Esta es la mirada adoptada en el presente trabajo.

2. Zona de estudio y metodología


San Miguel Mixtepec, es un municipio localizado en los valles centrales de
Oaxaca. Tiene 3,245 habitantes y la gran mayoría habla zapoteco, lengua
indígena predominante en Oaxaca; tiene una superficie total de 8,322.58 ha,
44 TOMÁS ORTEGA ORTEGA l VERÓNICA VÁZQUEZ GARCÍA.
Género, gobernanza y recursos forestales no maderables.

el 92.12% está cubierta por bosque (INEGI, 2010). Su principal actividad


económica es la producción de madera, que se complementa con agricultura
de temporal, comercialización de RFNM y migración estacional a zonas
agrícolas del norte de México.
La información se obtuvo mediante una variedad de técnicas cualitativas
y cuantitativas: observación participante, talleres, entrevistas y una encuesta.
La observación participante se llevó a cabo durante todo el proceso de
investigación: venta o trueque del poleo en los mercados, recolección en las
áreas de crecimiento, repartición en fiestas comunitarias. En total se realizaron
21 entrevistas semiestructuradas dirigidas a 12 hombres y 9 mujeres, para
comprender los significados y usos del poleo y el papel de las instituciones en
su regulación y acceso. Se realizaron dos talleres (uno con 10 hombres y otro
con 19 mujeres). Finalmente, una encuesta de 92 preguntas cerradas se aplicó
a una muestra estratificada de 80 hogares ubicados en distintas localidades
que conforman al municipio para obtener información sobre la situación
socioeconómica de cada hogar; condiciones ambientales que permiten el
crecimiento del poleo; usos de la planta; proceso de recolección; normas y
acuerdos comunitarios. La mitad de los cuestionarios se aplicaron a hombres
y la otra mitad a mujeres, con el fin de comparar los resultados.

3. Resultados y discusión
3.1. Instituciones y normas de acceso al poleo
San Miguel Mixtepec, es de una vocación forestal, cuya producción de madera
está regulada por las autoridades agrarias de la comunidad, mediante un plan
de manejo aprobado por la SEMARNAT. El plan establece que la extracción de
madera debe realizarse en un área de 2,599.491 ha, con una producción anual de
3,496 m3 de pino y encino (SEMARNAT, 2009; INEGI, 2010). Técnicamente
el plan autoriza 372.090 ha para la cosecha de RFNM. Sin embargo, esto
es una formalidad, ya que ninguna de las 15 personas que participaron en
el pilotaje del cuestionario sabía de estas disposiciones. La regulación del
poleo en realidad está a cargo de la asamblea general de comuneros; del
Comisariado de Bienes Comunales (CBC) (tres miembros); y el Consejo de
Vigilancia (CV) (tres miembros). En todo México, estas instituciones son
claves para la gobernanza forestal, y los representantes de gobierno están
acostumbrados a tratar con ellas para cualquier asunto relacionado con ella
(Klooster y Ambinakudige, 2007).
TOMÁS ORTEGA ORTEGA l VERÓNICA VÁZQUEZ GARCÍA. 45
Género, gobernanza y recursos forestales no maderables.

Los comuneros de SMM tienen tierras asignadas para cultivo y acceso a


otros recursos de áreas comunales, además de que reciben beneficios producto
de la venta comercial de madera, a cambio de participar en actividades que
sustentan y reproducen la vida comunitaria. Los hombres son considerados
jefes de familia y responsables de trabajar la tierra, asistir a las asambleas
y ocupar cargos (Bonfil, 2002). Las jefas de familia también tienen estas
responsabilidades. En contraste, las mujeres casadas no asisten a las asambleas
ni ocupan cargos agrarios o municipales porque se asume que sus maridos las
representan. Ellas preparan alimentos y atienden fiestas en los cargos de sus
esposos, es decir, contribuyen al bienestar de la comunidad pero son excluidas
de la toma de decisiones (Altamirano, 2004; Rasgado, 2004).
En SMM hay 772 comuneros, todos de sexo masculino. Las jefas de
familia no están en la lista debido a que se encuentran representadas por algún
hijo varón. Esto significa que todas las decisiones referentes al uso y acceso
de los recursos del bosque son tomadas por hombres. Dichas decisiones están
contenidas en el Estatuto de Bienes Comunales (CBC, 2009). El tenerlas por
escrito agrega legitimidad a la normativa comunitaria. “Se le recomienda
pues, respetar el acuerdo, porque hay un estatuto comunal, adentro del estatuto
comunal está todo ese reglamento, entonces la persona pues no pasa por alto…
ese estatuto” (Erasto G. Cruz, 2013).
El estatus de comunero es la clave para poder participar en los espacios
de decisión, es decir las asambleas comunales. Las mujeres están excluidas
y por lo tanto desconocen de forma directa los acuerdos y los temas que los
comuneros tratan en las asambleas: “van… los hombres a la reunión pero no
sé qué hacen, no sé qué platican, yo no sé de qué forma trabajan” (Amanda
F. García, 2013). La titularidad de la tierra en manos de los hombres los
empodera culturalmente para decidir, definir y ejecutar todo lo relacionado
con el acceso y uso del bosque. Incluso cuando las mujeres intentan asistir a
la asamblea perciben inconformidad: “[los] comuneros… gritan, [se] enojan
si va uno [a la] reunión [para] que hable… porque no hay permiso para que
entre uno” (Amanda F. García, 2013).
Los hombres que asisten a las asambleas de SMM han determinado que
cualquier persona o grupo de personas interesadas en la cosecha de poleo deben
solicitar permiso antes de extraerlo. El CBC examina la solicitud y autoriza
o niega el permiso dependiendo de los motivos, la cantidad a ser cosechada y
la época del año. Si el permiso se concede, la extracción es realizada bajo la
supervisión del CV para asegurarse que los términos acordados sean respetados.
46 TOMÁS ORTEGA ORTEGA l VERÓNICA VÁZQUEZ GARCÍA.
Género, gobernanza y recursos forestales no maderables.

Además, el CV vigila permanentemente el bosque y reporta anomalías a través


de un sistema de radio.

3.2. Sujetos diferenciados por el patriarcado: la ética de subsistencia


La asamblea de comuneros tiene el poder de definir los cinco derechos de
apropiación del poleo (acceso, uso, manejo, exclusión y alienación). La filosofía
que guía sus decisiones se basa en lo que Grisby (2004) ha denominado “ética
de subsistencia”, que permite el aprovechamiento de los recursos naturales
para la sobrevivencia. El poleo extraído para el autoconsumo es tan poco que
no representa un problema. El utilizado para fiestas (por ejemplo bodas) y
para la venta ocasional también entra dentro de esta filosofía, por lo que el
permiso de extracción generalmente es concedido, con algunas restricciones
en cantidad dependiendo de la época del año. Hay una distinción importante
entre las personas pertenecientes al municipio y ajenas a éste; las últimas
también obtienen el permiso pero deben pagar una cuota de 150-200 pesos
por extraer poleo.
En las primeras visitas a SMM las autoridades nos dijeron que las “viudas”
(término utilizado para mujeres con hijos y sin pareja, independientemente
del estado civil) son el único grupo de la comunidad que puede extraer poleo
para vivir de manera regular porque tienen “una familia que mantener”. Se
argumenta que las viudas venden poleo para comprar comida, no para hacer
dinero. Esta idea, aparentemente favorable para las mujeres, en realidad es
producto de una interpretación patriarcal de la ética de subsistencia, que
supone que el hombre es el proveedor principal de la familia, y solo en su
ausencia las mujeres pueden generar sus propios ingresos. Las viudas están
en un terreno ambiguo: pueden vivir de vender poleo y en este sentido son
usuarias autorizadas de la planta; pero no participan en la asamblea donde se
toman las decisiones de manejo, exclusión y alienación en torno a ella.
Amanda F. García es una de estas viudas. Ella vive en una situación de
incertidumbre por la falta de claridad sobre cuánto poleo puede extraer. Ante el
temor de ser sancionada, Amanda dice cosechar únicamente cuando le encargan
y solo lo que pueda trasladar en su espalda. Acude al monte acompañada
de otra viuda, cobijándose bajo este estatus para adquirir legitimidad como
usuaria del bosque: “[voy con] mi cuñada, se llama Josefina… [somos] viudas,
por eso… [vamos] a juntar un poco… en navidad, año nuevo nada más” (Amanda
F. García, 2013).
TOMÁS ORTEGA ORTEGA l VERÓNICA VÁZQUEZ GARCÍA. 47
Género, gobernanza y recursos forestales no maderables.

El resto de las mujeres están en una situación aún más incierta, ya que
no tienen derechos de venta ni poder de decisión colectiva. Margarita R.
Pérez, mujer casada, comentó en entrevista que ella se dedica a la venta de
flores y ocasionalmente busca vender poleo. Quizás lo haya puesto de esta
manera para evitar ser sancionada, igual que Amanda que solo junta un poco
de poleo en navidad y año nuevo desde su condición de viuda. Margarita está
consciente que para entrar al bosque por la planta se necesita de la autorización
del CBC, pero ésta le ha sido negada: “cuando uno va a pedir permiso, pues
no dejan los comisariados [sic], porque no quieren… que uno… corte [el poleo]…
no quieren, porque se destruye… el monte pues” (Margarita R. Pérez, 2013).
Las autoridades argumentan que “ellos son responsables del monte” y deben
mantener un control sobre las personas que lo aprovechan. Aparentemente, la
actitud de Margarita frente a esta situación ha sido de resignación: “cuando no
dan permiso pues no va uno” (Margarita R. Pérez, 2013). Negarle el derecho
de cosecha en lugar de regularlo con parámetros de sustentabilidad representa
una amenaza para la gobernanza forestal, ya que puede presentarse extracción
de la planta sin el conocimiento de las autoridades.

3.3. ¿Qué conocimientos se toman en cuenta para la gobernanza del poleo?


La falta de presencia de las mujeres en espacios de toma de decisión se expresa
en diferencias importantes en el acceso a la información. La mayoría de los
hombres encuestados (82.5% o 33 de 40) dieron una respuesta afirmativa cuando
se les preguntó sobre la existencia de acuerdos que norman el aprovechamiento
del poleo. Estos 33 hombres saben que los acuerdos fueron tomados en la
asamblea; de hecho, 30 participaron en ella. Treintaydós de los 40 pudieron
incluso describir el contenido de los acuerdos (que hay que pedir permiso para
la cosecha a las autoridades).
Las cifras sobre las mujeres son menos alentadoras. El 65% (26 de 40)
sabe de la existencia de acuerdos; 22% está enterado de que éstos fueron
tomados en asamblea; 24% pudo describir su contenido. Las mujeres acceden
a esta información a través de familiares de sexo masculino: “pero hay… [de]
mi familia… [quien me viene] a decir que así y así dicen los comuneros… y
[me] llega… [la] razón, a veces pues, pero cuando no [me] visitan en mi casa…
ni sé” (Amanda F. García, 2013). El que ellas estén enteradas depende de la
buena voluntad de sus familiares masculinos, no es un derecho ciudadano.
48 TOMÁS ORTEGA ORTEGA l VERÓNICA VÁZQUEZ GARCÍA.
Género, gobernanza y recursos forestales no maderables.

No es de sorprenderse que haya más mujeres que hombres que desaprueban


las normas que emanan de la asamblea, en particular la referente al poleo
(19 versus 26 de 40, respectivamente). La pregunta no es qué conocimiento
está siendo utilizado para tomar decisiones, dado que las mujeres no tienen
siquiera la posibilidad ni el espacio para exponer lo que saben de la planta.
Pero los índices de aprobación de los acuerdos entre los hombres tampoco
son particularmente altos. Esta situación muestra una falta de consenso en
torno a las decisiones tomadas, asunto que podría representar una amenaza
para la gobernanza forestal (ver Empaform, 2006; Lewark et al., 2011 para
situaciones similares).

3.4. Poder masculino y subsistencia femenina, ¿una gobernanza eficaz?


Hay diferencias importantes en el uso que hombres y mujeres dan al poleo.
Para 57.5% (23 de 40) de ellos, el más importante es el ritual, seguido por
el nutricional (14) y medicinal (3). Estas preferencias están relacionadas con
el papel que juegan los hombres en la principal fiesta de SMM, realizada el
primero de enero de cada año para celebrar la entrada de las nuevas autoridades
del municipio. La mayor parte de los hombres encuestados (85%- 34 de 40)
dijeron haber recolectado poleo, y generalmente lo hacen para esta fiesta.
De todas las realizadas en la comunidad, incluyendo la mayordomía de San
Miguel, la fiesta de año nuevo es la que más poleo utiliza (alrededor de 12
brazadas)3 ya que cada habitante de SMM mayor de 18 años recibe un ramo
de poleo con flores como símbolo de unión en torno a las autoridades entrantes
(Ramírez, 2009).
La extracción del poleo para año nuevo no requiere permiso de extracción,
puesto que la fiesta es organizada por las autoridades mismas. Comienza en
la madrugada del 31 de diciembre, con un grupo de ocho o diez hombres que
sale al bosque para cosechar la planta. A su regreso se elaboran los ramos y
se reparten el día primero, a hombres y mujeres mayores de edad mientras se
consumen los alimentos que las esposas las autoridades en turno han preparado.
Como ya se sabe, todas las autoridades de SMM son de sexo masculino.
El uso del poleo en año nuevo es evidencia del poder que tienen los comuneros
para definir el aprovechamiento de este y otros recursos forestales. Los
comuneros son el único grupo que goza de todos los derechos sobre el poleo;

Término local utilizado para expresar lo que se puede tomar con ambos brazos, lo que equivale
3

aproximadamente a 20 kilogramos de poleo.


TOMÁS ORTEGA ORTEGA l VERÓNICA VÁZQUEZ GARCÍA. 49
Género, gobernanza y recursos forestales no maderables.

esto les permite darse el lujo de utilizar una planta muy popular en todos los
valles centrales de Oaxaca para renovar su poder.
De las 40 mujeres encuestadas, 47.50% (19 de 40) cosechan poleo. El uso
más importante entre ellas es el nutricional (47.4%- 19 de 40) seguido por el
ritual (12) y medicinal (7). Fueron identificados cuatro sub-usos nutricionales:
té, condimento, quelite y agua fresca. El más significativo es el té, usado como
sustituto del café. Como condimento se utiliza para darle sabor a los tamales de
frijol, como quelite se come acompañado de tortilla en taco, convirtiéndose así
en “alimento de emergencia” cuando en casa no hay más que tortilla (Vázquez-
García et al., 2004); el té frío es tomado como agua fresca en el campo.
Las mujeres valoran el uso medicinal del poleo dos veces más que los
hombres: 18.4% contra 7.5%. Cada género mencionó diferentes tratamientos.
Las mujeres priorizaron las enfermedades estomacales y el trabajo de parto,
mientras que los hombres mencionaron en orden de importancia, dolores
estomacales, resacas y enfermedades respiratorias.
Además de estos usos, se identificaron tres formas de intercambio del
poleo: trueque, venta en mercados (Zimatlán de Álvarez, Ocotlán de Morelos,
Ayoquezco de Aldama y Oaxaca de Juárez) y venta por encargo para las fiestas
que se realizan en los valles centrales de Oaxaca. El trueque y la venta por
encargo se realizan en 26 de 80 hogares respectivamente, mientras que la venta
en mercados ocurre en 19 de 80 hogares. Las mujeres predominan en actividades
de trueque y ventas en mercados, mientras que los hombres se encargan de
ventas ocasionales por encargo. Esta división del trabajo también responde a
la construcción de género. Es responsabilidad de las mujeres asegurarse de la
buena alimentación de sus familias, y para ello intercambian poleo por productos
no disponibles en su municipio (tortillas, pan, fruta, verduras y bebidas, en
orden de importancia) o se sientan el día entero en un mercado para vender
poleo y volver a casa con los productos que “se necesitan en la cocina de una
mujer”. Estas actividades son consideradas apropiadas para las mujeres porque
constituyen una extensión de los roles femeninos de cuidado, los cuales pueden
llevarse a cabo tanto en la casa como en el mercado (Seligmann, 2001). No
representan una amenaza para los hombres porque generan menos ingresos
comparadas con las ocupaciones culturalmente asignadas a ellos tales como
la venta de madera y productos agrícolas o el trabajo como jornalero (Leach,
1994; Schreckemberg et al., 2006).
La única actividad relacionada con el poleo que se ajusta con el papel
masculino de proveedor es la venta por encargo porque es ocasional, genera
50 TOMÁS ORTEGA ORTEGA l VERÓNICA VÁZQUEZ GARCÍA.
Género, gobernanza y recursos forestales no maderables.

más ingresos en un periodo corto, y no hay que estar todo el día sentado en
una plaza del mercado. En la cultura zapoteca la venta del poleo en la plaza es
considerada inapropiada para los hombres porque refleja marginalidad y bajo
estatus social. A “los hombres… nos da pena… cargarlo y ofrecerlo” (Francisco
E. Pérez, 2013).
Datos de la encuesta desmienten la supuesta prioridad de las viudas
inicialmente expresada por las autoridades. Solo 15% de toda la muestra (seis
hombres y seis mujeres) sabían de esta supuesta prioridad. Una informante
confirmó que las mujeres venden poleo independientemente de su estado civil
y de los acuerdos de la asamblea: “sean casadas o sean viudas o sean solteras
todas van… a cortar flor [poleo] para vender o algo, para ocupar todos pueden ir
a cortar, no solamente la que es viuda” (Cirila Santiago, 2013). Esta situación
representa, reiteramos, una amenaza al aprovechamiento sustentable del poleo.

Conclusiones
El presente trabajo se planteó las siguientes interrogantes: ¿quién establece
las normas de acceso al poleo? ¿Cómo se expresa la desigualdad de género
en estas normas? ¿Qué conocimiento (el de hombres, mujeres, ambos) es
tomado en cuenta en la toma de decisiones en torno al poleo? ¿Cómo influye
todo esto en la eficacia de la gobernanza forestal? En esta sección se responde
cada una y se analizan sus implicaciones.
Primero, el poleo no ha sido incluido en los planes de manejo forestal
aprobados por la SEMARNAT debido a que su valor comercial es pequeño
comparado con la madera. Este enfoque invisibiliza los intereses de las mujeres
en algunos recursos forestales. Las instituciones de gobernanza (CBC, CV
y la asamblea de comuneros) tienen el poder de definir los cinco derechos
de apropiación del poleo (acceso, uso, manejo, exclusión y alienación) para
todos y todas los habitantes de SMM y alrededores. La regla más importante
es que los y las interesadas en cosechar la planta deben solicitar permiso, con
el riesgo de ser sancionados si no lo hacen. Es decir, los comuneros tienen
poder para incluir o excluir a la gente de los beneficios del poleo, dependiendo
de sus características.
Segundo, la ética de subsistencia es la filosofía utilizada para autorizar el
aprovechamiento del poleo. La pertenencia a la comunidad, el género y el estado
civil destacaron como los principales criterios que intervienen en la decisión.
La extracción para el autoconsumo está permitida porque las cantidades son
TOMÁS ORTEGA ORTEGA l VERÓNICA VÁZQUEZ GARCÍA. 51
Género, gobernanza y recursos forestales no maderables.

muy pequeñas. Para cantidades mayores se distingue entre tres usos: venta en
plazas; venta ocasional, por demanda específica; fiestas comunitarias. A nivel
de discurso, las viudas son las únicas personas autorizadas a vivir del poleo,
porque se asume que no tienen marido que vea por ellas, y sí una familia
que mantener. Esta visión es patriarcal porque niega al resto de las mujeres
la posibilidad de generar sus propios ingresos mediante el aprovechamiento
sustentable del poleo. Tanto las viudas como las casadas están en un terreno
muy ambiguo. Las primeras son usuarias autorizadas pero no participan en
la toma de decisiones; las segundas no tienen derechos de venta ni tampoco
poder de decisión colectivo, a pesar de ser tan usuarias de la planta como las
primeras.
Tercero, la exclusión de las mujeres de la toma de decisiones se ha traducido
en una falta de consenso expresada en el acceso indirecto de las mujeres a la
información comparado con los hombres; en el mayor desacuerdo de las mujeres
sobre temas de asamblea; y en la diferencia entre el discurso y la práctica en
la supuesta prioridad de las viudas, que en realidad muy poca gente conoce.
No es un problema de qué conocimiento se utiliza para tomar decisiones— las
mujeres simplemente se han quedado fuera del proceso mismo. Sin embargo,
un buen número de hombres (26 de 40) tampoco aprueba los acuerdos que
norman el aprovechamiento del poleo, lo cual refleja la exclusión de aquellos
que no entran dentro del estatus de comunero.
Cuarto, todo esto tiene un impacto negativo en la eficacia de gobernanza
del poleo. Las actividades de extracción por parte de los hombres involucran
cantidades considerables y están en sintonía con las normas establecidas en
asamblea porque les permiten satisfacer sus necesidades de poleo para la
renovación de autoridades. Por el contrario, los usos que las mujeres le dan
al poleo son más diversos (nutricional, medicinal, comercial) y practicados a
lo largo del año por todo tipo de mujeres (casadas, viudas o solteras). Estos
usos no han sido mirados con atención en las decisiones relacionadas con la
gobernanza forestal, porque las mujeres tienen derechos operacionales pero
no de decisión colectiva. En otras palabras, ellas no participan en la toma de
decisiones sobre el manejo de una planta que tiene un valor considerable en
sus vidas.
Esta situación representa una amenaza para la gobernanza forestal porque
las actividades que realizan las mujeres son más variadas que las de los hombres
y no están siendo tomadas en cuenta para garantizar la permanencia del
recurso y la sustentabilidad en su manejo. La mitad de las mujeres encuestadas
cosechan poleo y una cuarta parte de los hogares lo venden. Sin embargo, estas
52 TOMÁS ORTEGA ORTEGA l VERÓNICA VÁZQUEZ GARCÍA.
Género, gobernanza y recursos forestales no maderables.

actividades son pasadas por alto debido a la noción patriarcal de subsistencia


que no tiene en cuanta las actividades de generación de ingresos de las mujeres,
por no hablar de la exclusión total de su conocimiento botánico en la toma de
decisiones, en detrimento del adecuado manejo del poleo.
Los resultados son de relevancia no solo para los y las zapotecas de SMM
sino para otras comunidades forestales de México y del mundo. El bosque
es considerado un espacio masculino y la separación entre lo maderable y lo
no maderable, en detrimento de lo segundo, generalmente asociado con las
mujeres, es la manera predominante de definir el aprovechamiento forestal.
Asimismo, la invisibilidad de los usos femeninos del bosque, y la contribución
que las mujeres pueden hacer a la sustentabilidad forestal, siguen siendo un
importante tema de debate (Coleman y Mwangi, 2013). Algunas preguntas
pendientes son los siguientes: ¿Los acuerdos que generalmente establecen
los hombres sobre el aprovechamiento de recursos naturales garantizan su
disponibilidad a futuro? ¿Qué medidas se deben tomar para que esto suceda?
¿Cómo pueden ser transformadas las instituciones de gobernanza para que
conserven su carácter comunitario, al tiempo que sean capaces de incluir los
intereses de hombres y mujeres en el manejo de recursos? ¿Qué tipo de acción
afirmativa puede implementar el Estado para fomentar la sustentabilidad
ambiental y la equidad de género al mismo tiempo? ¿Qué otras instituciones
son pertinentes para hacerlo? La corriente de GMAD aporta los conceptos
clave para responderse estas preguntas y contribuir al análisis socio-ambiental
con enfoque de género.

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Procesos de extracción y
comercialización de musgo
(Thuidium delicatulum)
en el Ejido de San Bartolo
Oxtotitlán, Estado de México
Nancy D. Anastacio Martínez1
Esteban Valtierra Pacheco2
Gabino Nava Bernal3
Sergio Franco Maass4
a

Resumen
La extracción intensiva de musgo (Thuidium delicatulum) se realiza durante
los meses de noviembre y diciembre para ser utilizado en la decoración de los
pesebres navideños. La presente investigación tiene como objetivo caracterizar
el proceso de extracción y comercialización del musgo en la zona de alta
montaña del Estado de México, en el Ejido de San Bartolo Oxtotitlán, en el
municipio de Jiquipilco. El trabajo de campo se realizó durante los meses

1
Doctorante en Ciencias Agropecuarias y Recursos Naturales, Universidad Autónoma del Estado
de México. Correo electrónico: anancy_diana@hotmail.com
2
Profesor Investigador del Programa de Postgrado en Desarrollo Rural, Colegio de Postgraduados.
Correo electrónico: evaltier@colpos.mx
3
Investigador del Instituto de Ciencias Agropecuarias y Rurales, Universidad Autónoma del Estado
de México. Correo electrónico: gnavab@uaemex.mx
4
Investigador del Instituto de Ciencias Agropecuarias y Rurales, Universidad Autónoma del Estado
de México. Correo electrónico: sfrancom@uaemex.mx

57
58 NANCY D. ANASTACIO M. l ESTEBAN VALTIERRA P. l GABINO NAVA B. l SERGIO FRANCO M.
Procesos de extracción y comercialización de musgo

de noviembre y diciembre de los años 2012 y 2013 a través de entrevistas


semiestructuradas a informantes clave, transectos por las principales zonas
de extracción, observación participante y muestreos dirigidos en la zona.
Los resultados de la investigación muestran que la extracción se realiza por
actores sociales ajenos a la población, siendo las fechas navideñas el elemento
detonador de la demanda del musgo. La comercialización del recurso se ve
influenciada por la presencia de intermediarios, quienes son los que obtienen
la mayor ganancia económica.

I. Introducción
La extracción del musgo y su comercialización en México está directamente
relacionada con la temporada decembrina que inicia desde mediados de
noviembre y todo diciembre., y su utilización como alfombra para los pesebres
navideños y arreglos florales. Se desconoce la fecha exacta del inicio de la
utilización del musgo en México, el festejo de la navidad se remonta a 1528
por Fray Pedro de Gante (Lara, et al., 2006).
El musgo es una planta con tallos pinadamente ramificados que crece
sobre el suelo, humus, troncos en descomposición, base de los árboles y rocas
con un cierto grado de humedad (InBio, 2010). El musgo cumple una función
ecológica importante como formador de suelo, característica de zonas con alto
grado de humedad y su importancia radica en que forma parte importante del
ciclo del agua al almacenarla y prevenir la erosión de los bosques y suelo al
mantener una cubierta vegetal densa (CONABIO, 2012). La elevada humedad
en el aire y el suelo es una característica que buscan los empresarios para
asegurar la presencia del recurso en los bosques de oyamel.
La extracción de musgo se puede realizar durante todo el año, pero es en
los meses de noviembre y diciembre cuando la demanda del recurso tiende a
aumentar, lo cual la convierte en una demanda estacional y por lo tanto que
su extracción se realice de forma intensa y extensiva en la zona de bosque
donde se encuentra el recurso.
En México, los estudios sobre el musgo se han centrado en los aspectos
biológicos de las diferentes especies de musgo. La CONABIO (2009) reconoce
1,482 especies de musgo en el territorio nacional. Entre los estudios más
relevantes están los de Delgadillo (2012) sobre el potencial de distribución
NANCY D. ANASTACIO M. l ESTEBAN VALTIERRA P. l GABINO NAVA B. l SERGIO FRANCO M. 59
Procesos de extracción y comercialización de musgo

de Grimmia en México (2012); los musgos del corredor florístico del Golfo
(2011); los musgos del Parque Nacional Los Mármoles, Hidalgo, México
(2011); diversidad florística de Oaxaca: musgos a angiospermas (colecciones
y lista de especies) (2011). Estos estudios están orientados a la descripción y
análisis de la biogeografía, taxonomía y sistemática filogenética de los musgos
sin abordar los aspectos sociales o su uso.
En México, hay algunos estudios de carácter social sobre el uso y
comercialización de especies forestales no maderables como los de Sánchez
y Valtierra (2003) sobre palma camedor y el de Montañez et al., (2011) sobre
laurel silvestre. Sobre musgo solo existe la investigación de Cabrera et al.
(2009) que realizaron un análisis acerca del uso y manejo del musgo Sphagnum
en el estado de Querétaro. En otros países como Colombia se han hecho
investigaciones sobre musgo en relación a las actividades extractivas entre la
tradición y la legislación; (Marín, 2012); Glime (2007) se enfoca en la utilidad
económica y étnica de las briofitas en Europa; Zegers et al., (2006) abordan
el impacto ecológico y social de la explotación de pomponales y turberas de
Sphagnum en la Isla Grande de Chiloé en Chile.
Los estudios con carácter social abordan los aspectos económicos y
culturales de la extracción, uso y comercialización del musgo por parte de
poblaciones rurales que poseen el recurso al interior de sus comunidades. El
objetivo del presente estudio es caracterizar la organización social en el proceso
de extracción y comercialización del musgo en la zona de alta montaña del
Estado de México, caso de estudio Ejido de San Bartolo Oxtotitlán, Jiquipilco.

2. Área de estudio
El ejido de San Bartolo Oxtotitlán se localiza en la parte central del Estado
de México y pertenece al municipio de Jiquipilco, éste se localiza entre los
municipios de Jocotitlán, Villa del Carbón, Temoaya e Ixtlahuaca a una altitud
de 2,685 msnm (Figura 1). De acuerdo con el censo de Población y Vivienda
en el año 2010 contaba con 5,155 habitantes. Sus principales actividades
económicas son el comercio y los servicios.
El Cerro de la Bufa es el lugar más representativo de la zona forestal
del ejido de San Bartolo Oxtotitlán que es el principal sitio de extracción de
musgo. Se caracteriza por la presencia de bosque de coníferas con una altitud
de 2,800 msnm y una superficie de 5,950 has (GEM, 2004:36).
60 NANCY D. ANASTACIO M. l ESTEBAN VALTIERRA P. l GABINO NAVA B. l SERGIO FRANCO M.
Procesos de extracción y comercialización de musgo

Figura 1. Ubicación del Ejido de San Bartolo Oxtotitlán.

Funete: División política de los estaados, INEGI. 2010.

3. Materiales y métodos
El trabajo de campo se realizó durante los meses de noviembre y diciembre
de los años 2012 y 2013. Las técnicas de investigación utilizadas fueron:
entrevistas semiestructuradas, transectos por las principales rutas de extracción,
observación participante y muestreos dirigidos. A continuación se describen
con más detalle.
Entrevistas semiestructuradas. Se aplicaron 20 entrevistas, 10 entrevistas
por año, dirigidas a los diferentes actores sociales: empresarios, transportistas,
líderes de grupo y recolectores. Los datos que se obtuvieron fueron sobre los
siguientes temas: estructura de la organización, normas, sanciones, sitios de
extracción, técnicas de extracción y ganancias.
Transectos. Los transectos por las principales rutas de recolección se
realizaron acompañando a los grupos de recolectores para identificar los sitios
de extracción del musgo. Cada sitio se geoposicionó con el apoyo de un GPS
(Sistema de Posicionamiento Global).
NANCY D. ANASTACIO M. l ESTEBAN VALTIERRA P. l GABINO NAVA B. l SERGIO FRANCO M. 61
Procesos de extracción y comercialización de musgo

Observación participante. La observación participante se realizó


acompañando a los grupos de recolectores. Esto permitió identificar las
diferentes técnicas de extracción que se usan para la obtención del musgo.
Se cuantificó in situ las cantidades extraídas de musgo por sitio y su calidad
en cuánto a lozanía y coloración. Se participó en todo el proceso desde la
extracción, la elaboración de pacas, el cargado de camiones, el conteo de
pacas, la reunión de camiones para su salida y la venta de las mismas.
Muestreos para determinar la densidad de plantas. El muestreo de
plantas se realizó de forma aleatoria en parcelas de 25 m2 para estimar el
porcentaje de aprovechamiento de musgo por m2 por área, se determinó la
superficie extraída y se determinó el peso de las pacas y su calidad.

4. Resultados
La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) es
responsable de autorizar la extracción de musgo por temporadas anuales.
El Instituto de Biología de la UNAM (2010) determinó la época navideña
como la más favorable para la obtención del musgo debido a que es cuando
las poblaciones de esta especie se encuentran en su mejor estado fisiológico
y morfológico, presentando la mayor abundancia y densidad.
La SEMARNAT, a través de la Norma Oficial Mexicana 011 de 1996,
señala en qué etapa y bajo qué restricciones debe hacerse el aprovechamiento
legal del recurso:
El musgo se debe aprovechar en manchones o franjas de 2 metros de ancho
como máximo, siguiendo el contorno del terreno, y extrayendo, como
máximo, el 50% de las existencias en cada sitio aprovechado, para asegurar
su regeneración. No se podrá aprovechar el mismo sitio hasta que se haya
recuperado completamente.
El aprovechamiento en orillas de caminos, ríos, arroyos y en general cuerpos
de agua, se realizará dejando una franja de protección de 2 metros como
mínimo, para prevenir problemas de erosión (SEMARNAT, 2003:1).

La observación participante y los muestreos aleatorios permitieron


corroborar que las franjas de extracción superan los límites establecidos en
la norma, siendo de 3.5 m con un espacio entre franjas de 5 m y los sitios de
extracción de musgo por m2 no superaron el 50% de extracción de musgo. Los
caminos y causes hidrológicos presentaron una franja de protección de 2 y 4
m como lo especifica la norma. A pesar de ello, se observaron problemas de
62 NANCY D. ANASTACIO M. l ESTEBAN VALTIERRA P. l GABINO NAVA B. l SERGIO FRANCO M.
Procesos de extracción y comercialización de musgo

regeneración del musgo en las áreas de recolección de la temporada navideña


del año 2012.
La extracción de musgo se realizó en todo el ejido simultáneamente por
los empresarios que obtuvieron el permiso, por lo cual se dividen la superficie
boscosa del ejido entre ellos y cada uno con su grupo de trabajadores y su
camión se dirigen a áreas específicas. Dicha actividad se realiza en terrenos
ejidales lo que implica que los empresarios deben contar con la autorización
del Comisariado Ejidal avalado por la votación positiva de los ejidatarios
y el permiso emitido por parte de SEMARNAT. Al momento de realizar la
investigación, los empresarios contaban con el permiso correspondiente por
ambas partes involucradas para la obtención y comercialización de recurso.
La extracción de musgo es considerada como una actividad económica
secundaria para los actores sociales involucrados (Tabla 1) porque solo abarca
un periodo no mayor a 30 días, por tal motivo el resto del año los participantes
se dedican a otras actividades de las que obtienen mayores ingresos mientras
que los ejidatarios y los pobladores se mantienen ajenos a esta actividad.

Tabla 1. Principales actividades de las personas que extraen musgo.

Fuente: trabajo de campo 2012 – 2013.

A continuación se describe el proceso de extracción-comercialización


identificado en al área de estudio.
NANCY D. ANASTACIO M. l ESTEBAN VALTIERRA P. l GABINO NAVA B. l SERGIO FRANCO M. 63
Procesos de extracción y comercialización de musgo

4.1. Ubicación de los sitios de extracción


La extracción de dicho recurso inicia en la quincena de noviembre y termina un
par de días antes del 24 de Diciembre. Conforme se va empacando el musgo,
el empresario lo transporta y lo vende en la central de abastos de la Ciudad
de México y posteriormente es distribuido en los diferentes mercados de la
ciudad y estados aledaños.
En la Figura 2 se observan las cinco zonas de extracción en el ejido
de San Bartolo Oxtotitlán. Los círculos tienen un diámetro de 1 kilómetro
aproximadamente, considerando el punto central como el sitio de mayor
extracción y abundancia y el más lejano el de menor abundancia y menor
cantidad de extracción.

Figura 2. Área de influencia de los sitios de extracción.

Fuente: trabajo de campo, diciembre 2012 – 2013.

4.2. Gestión del permiso y autorización del corte de musgo

La extracción de musgo se realiza de manera regulada por los permisos que


otorga SEMARNAT y la autorización de la asamblea de ejidatarios, por lo
que los recolectores sin autorización no pueden extraer musgo en un radio de
dos kilómetros de la comunidad de San Bartolo de Morelos. La asamblea de
ejidatarios determina a quien le otorga el permiso de acuerdo a las propuestas
recibidas. El Comisariado Ejidal le comunica al empresario seleccionado la
cuota que deberá pagar al ejido por el permiso de recolectar el musgo por
64 NANCY D. ANASTACIO M. l ESTEBAN VALTIERRA P. l GABINO NAVA B. l SERGIO FRANCO M.
Procesos de extracción y comercialización de musgo

una temporada y se le concede un acta de conformidad para proseguir con los


trámites del permiso ante SEMARNAT.
De acuerdo con el permiso otorgado al empresario para la extracción de
musgo este especifica lo siguiente:
Publicado en el Diario Oficial de la Federación el día 24 de agosto de
2009, esta Delegación Federal no tiene inconveniente en que se realice el
aprovechamiento de recursos forestales no maderables del Ejido de San Bartolo
Oxtotitlán, municipio de Jiquipilco, Estado de México. El cual cuenta con
una superficie de 1,625.25 ha. De las cuales se autoriza aprovechar 200.00
ha de polytrichum spp. (musgo) como planta completa. Se aprovechará la
cantidad de 200.00 toneladas de polytrichum spp. Conforme a los volúmenes
propuestos por el estudio técnico.
La extracción se autoriza por dos años; la primera del 24 de septiembre del
2012 al 23 de septiembre del 2013, donde se extraerán de 100.00 ha 100.00
m3, lt, kg de musgo. La segunda del 24 de septiembre del 2013 al 23 de
septiembre del 2014 para extraer en 100.00 ha 100.00 m3, lt, kg de musgo
(SEMARNAT, 2012:2-4).

En el año 2012 participaron dos empresarios en la recolección del musgo,


mientras que para el año 2013 participaron cuatro empresarios, cada uno
contaba con su grupo de recolectores y un camión torton y para la extracción
se disgregaron por el área autorizada del ejido para la obtención del recurso sin
dar demasiada importancia las zonas de optima y baja calidad de la especie.
Lo que cabe resaltar aquí es que la gobernanza ejercida por el ejido
sobre sus recursos naturales es limitada por dos circunstancias: primero, los
ejidatarios no tienen interés por la recolección del musgo porque se dedican
a otras actividades; segundo, no tienen claro cuál es el daño ecológico que se
está provocando al ecosistema de bosque por el grado tan intenso de extracción
y las técnicas a veces poco adecuadas para su corte. Hay poca vigilancia sobre
los grupos de recolectores y no hay un plan de extracción que permita que el
musgo se vaya regenerando en las zonas de extracción.
De cierta forma, el Ejido de San Bartolo Oxtotitlán está cayendo en lo
que se le conoce como la Tragedia de los Comunes (Hardin, 1968) al someter
al musgo a la extracción intensiva por varios actores simultáneamente y que
lo podrían degradar de forma significativa. De acuerdo con Ostrom (2009)
es posible aprovechar un recurso de forma eficiente y sustentable a través de
las organizaciones y alternando sitios y cantidades de corte, lo cual no sería
rentable ni económicamente ni en cuestión de tiempo para los empresarios
y recolectores.
NANCY D. ANASTACIO M. l ESTEBAN VALTIERRA P. l GABINO NAVA B. l SERGIO FRANCO M. 65
Procesos de extracción y comercialización de musgo

Se han reportado investigaciones como las realizadas por Sánchez y


Valtierra (2003) sobre el aprovechamiento de la palma camedor en la Selva
Lacandona y la problemática entre los grupos indígenas en torno a este proceso.
Montañez et al., (2011) hace referencia al aprovechamiento de la especie
protegida Litsea glaucescens en Sierra de Laurel, Aguascalientes, donde se
muestran los conflictos originados entre comuneros y los empresarios por la
obtención del recurso, ambas especies representan una importancia económica
para el Domingo de Ramos, debido a que son utilizadas en un rito religioso
por lo que su extracción se realiza de manera intensiva en un corto tiempo lo
que las ha puesto en peligro de extinción.
La falta de gobernanza por parte de los pobladores hacia sus recursos se
debe en gran medida al desinterés por aprovecharlos ya que los consideran
como una pérdida de tiempo que no resulta rentable para ellos debido a: 1)
falta de organización social que les permita gestionar el aprovechamiento
racional de los recursos con que cuentan; 2) falta de información sobre el
proceso de gestión de los permisos y de personas clave que coadyuven en el
proceso y; 3) una competencia en condiciones imperfectas por considerarse
un sector marginal (Figueroa, 2006).

4.3. Proceso de extracción


Los transectos y la observación participante permitieron identificar los criterios
de selección de las áreas de extracción del musgo por parte de los recolectores,
entre los que destacan:

Tabla 2. Características del musgo en las áreas de extracción.

Fuente: trabajo de campo 2012 - 2013.


66 NANCY D. ANASTACIO M. l ESTEBAN VALTIERRA P. l GABINO NAVA B. l SERGIO FRANCO M.
Procesos de extracción y comercialización de musgo

En la NOM-011-SEMARNAT-1996 se establece que el aprovechamiento


del musgo no debe superar el 50% del área de extracción. De acuerdo con el
muestreo, se estimó que el aprovechamiento no superaba dicho porcentaje,
en su mayoría se obtenía del 30% al 50% del área cubierta por musgo. Los
sitios de extracción no presentaban una continuidad por lo cual era posible
encontrarlos de manera dispersa sobre el bosque (Figura 3).

Figura 3. Sitio de extracción de musgo.

Fuente: trabajo de campo, noviembre de 2012

El musgo se va extrayendo en pequeñas alfombras que se van colocando


en cajones de madera, cuyas dimensiones son de 30 cm de alto por 40 de
ancho y 30 cm de largo. Una vez lleno el cajón se extrae y se asegura con
amarres (Figura 4).
Las pacas se van apilando a la orilla de los caminos para que sean
recolectadas después por un camión.
NANCY D. ANASTACIO M. l ESTEBAN VALTIERRA P. l GABINO NAVA B. l SERGIO FRANCO M. 67
Procesos de extracción y comercialización de musgo

Figura 4. Cajón para elaborar pacas de musgo.

Fuente: trabajo de campo noviembre de 2012.

Durante el trabajo de campo se calculó el área promedio necesaria para


elaborar una paca de musgo, que fue de 2.30 m2. Se pesaron las pacas de
musgo al momento de la recolección y en promedio tuvieron 8 kg. Una semana
después se realizó el pesaje de las pacas nuevamente y las pacas pesaron solo
3.4 kg en promedio, debido al proceso de perdida de humedad.
El jefe de cada cuadrilla de extracción realiza el registro diario del número
de pacas que obtiene cada recolector. Durante la investigación se registraron 10
pacas como mínimo y el máximo fue de 25 pacas por recolector. El reclute de
recolectores se realiza en la primera semana de noviembre y cada empresario
invita a participar en la extracción a primos, hermanos, amigos, etc., a quienes
se van sumando familiares, y cobran por paca $10.00 sin derecho a prestaciones
o seguro médico.
En el área de estudio se tomaron 10 muestras de manera aleatoria y se
llevaron al Instituto de Biología de la UNAM para identificar la especie de
musgo extraída, siendo Thuidium delicatulum (Hedw) B. S. G. variedad
delicatulum la especie dominante en el Cerro de la Bufa.
68 NANCY D. ANASTACIO M. l ESTEBAN VALTIERRA P. l GABINO NAVA B. l SERGIO FRANCO M.
Procesos de extracción y comercialización de musgo

4.4. Transporte del musgo


Una vez que se termina la recolección del musgo y se han hecho las pacas,
el líder de cuadrilla registra el número total de pacas por persona. Las pacas
son llevadas a los caminos principales para ser cargadas posteriormente en
un camión torton de 8 toneladas. Cada camión carga entre 400 y 450 pacas
en promedio.
Cuando los camiones terminan de recoger las pacas del ejido, se reúnen para
salir juntos rumbo a la Central de Abastos de la Ciudad de México para evitar
asaltos y de presentar la factura original o guía para comprobar la procedencia
legal del recurso en caso de ser detenidos. Dichas facturas avalan la cantidad
de pacas que transportan y que son supervisadas por el comisariado ejidal.
Las facturas son emitidas por la SEMARNAT y tanto el empresario,
como el comisariado ejidal y el comerciante de la central de abastos cuentan
con una copia para la certificación legal del recurso que se está transportando
y vendiendo.

4.5. Comercialización del musgo


Las pacas de musgo son vendidas por tonelada en la Central de Abastos de la
Ciudad de México. Durante la investigación de campo se registró un precio
de $9,000.00 por una carga de 8 toneladas. Si se considera que cada camión
puede cargar aproximadamente 450 pacas, cada paca tiene un precio de $20.00
pesos. El recolector recibe solo $10.00 pesos por cada paca, pero el pago
total se realiza hasta que concluye la temporada de extracción. Al momento
de recibir su pago, el empresario le descuenta al recolector correspondiente
el 50% de lo que gastó en los alimentos consumidos durante la recolección
de la temporada (el otro 50% es cubierto por el empresario).
Tomando en consideración el promedio total de pacas que extrae cada
recolector y el número de días trabajados, se estima un ingreso cercano a
los $200.00 pesos diarios, (unos US$ 12.97, al tipo de cambio de pesos por
dólar en diciembre de 2013) por 6 horas de trabajo. Además de la extracción
y armado de las pacas, eventualmente los recolectores tienen que participar en
su traslado al sitio de carga y en el cargado de los camiones, en esas ocasiones
la jornada de trabajo se extiende hasta por tres horas más de lo estimado, pero
sin paga extra.
NANCY D. ANASTACIO M. l ESTEBAN VALTIERRA P. l GABINO NAVA B. l SERGIO FRANCO M. 69
Procesos de extracción y comercialización de musgo

Una vez que el intermediario de la central de abastos tiene las pacas en su


bodega, las desbarata para armar pacas de menor tamaño y peso. Los cajones
que usa tienen dimensiones de 20 cm de alto, 30 cm de ancho y 30 cm de
largo. Las pacas originales tienen un peso aproximado de 3.5 kg y las nuevas
pacas quedan de un peso cercano a los 2 kg.
En esta nueva presentación el producto llega a pasar hasta por dos
intermediarios más, que las distribuyen en la zona metropolitana de la Ciudad
de México y algunos estados como: Hidalgo, Morelos, Guanajuato y Estado
de México. Evidentemente, son los intermediarios quienes obtienen el mayor
beneficio económico en la comercialización del musgo.

Conclusiones
La extracción del musgo en México es el resultado de una tradición cultural
religiosa que se remonta a la época colonial. La extracción de musgo se ha
intensificado mucho por el aumento de la demanda asociada al crecimiento
poblacional. La extracción de musgo es una actividad estacional intensiva que
se organiza por personas ajenas al ejido y los ejidatarios al ceder el permiso.
La extracción, transporte y comercialización del musgo se realiza de manera
legal debido a que el ejido y los empresarios hacen la gestión de los permisos
de extracción ante la SEMARNAT. Pese a ello, se observaron evidencias de
problemas de regeneración del recurso en las zonas de recolección del año
2012 debido a la intensidad de la extracción.
La estacionalidad de la extracción del recurso hace que sea una actividad
secundaria para los recolectores y apenas genera un ingreso poco significativo
para el ejido. Los empresarios que organizan la recolección y se quedan con la
mayor ganancia. De igual manera, los intermediarios de la central de abastos
se quedan con otra parte significativa de las ganancias de la explotación del
musgo producido en las tierras de montaña del ejido Ejido de San Bartolo
Oxtotitlán.
De continuar con una extracción intensiva de musgo en corto tiempo es
posible que la especie se encuentre relacionada con la Tragedia de los comunes
de Hardin como se ha presentado en otras especies comerciales y que las ha
colocado en peligro de extinción.
70 NANCY D. ANASTACIO M. l ESTEBAN VALTIERRA P. l GABINO NAVA B. l SERGIO FRANCO M.
Procesos de extracción y comercialización de musgo

La población de San Bartolo Oxtotitlán de forma interna no presenta


una organización social que les permita acceder de forma legal a sus recursos
así como tener el control sobre su manejo, este es el resultado de la falta de
gobernanza sobre sus recursos.

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Las ONG en contra
de la siembra de maíz
genéticamente modificado en
Oaxaca
Javier Pichardo Servin1
A

Resumen
En los últimos veinte años los riesgos latentes que implica la siembra de
Organismos Genéticamente Modificados (OGM), incentivaron la conformación
de movimientos sociales en el mundo que se oponen y resisten al desarrollo,
producción y utilización de semillas GM en los campos de cultivo.
México no quedó exento de esta ola de movilizaciones, poniendo especial
énfasis en la siembra de maíz GM, lo cual detonó en el país focos de resistencia
ante la presencia ilegal de este tipo de semillas y la defensa del maíz nativo,
permitiendo la conformación de un movimiento anti-maíz-transgénico. Y
actualmente, el rechazo a la siembra de soya transgénica en Campeche, Quintana
Roo y Yucatán, por las afectaciones en la producción de miel.
Dentro del movimiento anti-maíz-transgénico, la participación de algunas
Organizaciones no Gubernamentales (ONG), las posiciona como actores
relevantes en los debates sobre las semillas GM y en la conformación del
movimiento, al estructurarse en red e implementar un repertorio de acción
orientado al rechazo de la siembra de maíz GM.
1
Maestro en Sociología por la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Azcapotzalco. Correo
electrónico: donpeter_12@hotmail.com

73
74 JAVIER PICHARDO SERVIN
Las ONG en contra de la siembra de maíz genéticamente modificado en Oaxaca

Por consiguiente, el presente artículo tiene como objetivo reflexionar


el papel que tienen las ONG de Oaxaca, como parte del movimiento estatal
que se creó, analizando las estrategias de resistencia que implementan para
defender el maíz nativo. Por lo cual, no se intenta explicar todas las experiencias
organizativas de la sociedad civil a través de las ONG, las cuales parten de
realidades diferenciadas y complejas, como de agendas y estructuras distintas,
sino dar una fotografía del proceso organizativo del estado en contra de la
siembra de maíz GM.

1. Introducción
En las últimas tres décadas, las ONG2 en el mundo fueron adquiriendo mayor
notoriedad e importancia por el crecimiento exponencial de cual fueron objeto
en los últimos años, la diversificación de sus objetivos, la atención a carencias
sociales y problemas de interés público, “como la promoción del desarrollo,
la vigilancia de procesos electorales y la defensa de los derechos humanos”
(Gordon, 1997:54), por sus formas de acción y postura crítica frente al gobierno
de algunas organizaciones.
En México, desde la década de los años noventa del siglo pasado distintas
ONG replantearon y re-orientaron su trabajo, destacando su inserción y
vinculación con algunos movimientos sociales en el país,integrándose
paulatinamente a ellos al asumir papeles y funciones que aportaran en su
conformación, desenvolvimiento y continuidad, dejando de ser simples
acompañantes de los procesos de movilización (Pardo, 2011).
Ejemplo de lo anterior, es la participación de algunas organizaciones
en contra de la siembra de maíz GM, al sistematizar y divulgar información
respecto a los riesgos que representan estas semillas. Estas organizaciones
fueron asumiendo funciones que permitieron la conformación de un movimiento
anti-maíz-transgénico en México, ubicándose como actores relevantes al tener
la capacidad de comprensión y análisis sobre los OGM, de toma de decisión
dentro del movimiento, y en menor medida de respuesta ante las eventualidades.
La detección por primera vez de contaminación con genes transgénicos
en cultivos del maíz, en el 2001 en la Sierra Norte de Oaxaca, incentivó la
defensa del maíz nativo a nivel local, nacional e internacional (De Ita, 2012).
Impulsando la creación de un movimiento anti-maíz-transgénico, que tiene
expresiones de manera estatal como Oaxaca, donde se conformó un movimiento
2
Para fines prácticos de ahora en adelante se usará el acrónimo ONG.
JAVIER PICHARDO SERVIN 75
Las ONG en contra de la siembra de maíz genéticamente modificado en Oaxaca

de resistencia regional el cual ha implementado una serie de acciones para


oponerse a la siembra del maíz GM, al tener como principal practica agrícola
la producción del maíz para la subsistencia de miles de familias de origen
campesino e indígena.
Oaxaca es uno de los principales productores de maíz nativo al contar con
35 razas de las 59 registradas a nivel nacional, es el reservorio genético más
importante de esta especie como un banco de germoplasma (Rendón, 2007)
in situ. Es centro de origen, diversificación genética y domesticación a nivel
nacional, y actualmente es considerado epicentro de la resistencia en contra
de la siembra maíz GM (Hernández, 2014).
Por consiguiente, el presente artículo tiene como objetivo reflexionar
sobre el papel que tienen las ONG de Oaxaca en el rechazo a la siembra de
maíz GM en el estado. Por lo tanto, en el primer apartado de forma breve se
definirá qué se entiende por ONG, en el segundo se describirá brevemente y
de forma general la participación de las ONG en la defensa del maíz nativo
en México, el tercero se analizará la participación de las ONG en el rechazo a
la siembra de maíz GM en el estado de Oaxaca, y por último se darán algunas
conclusiones.

2. ¿Qué son las ONG?


Dar una definición exhaustiva sobre las ONG, resulta una tarea muy compleja
por la multiplicidad de acepciones que giran en torno al término, al no existir
una definición homogénea que sea aceptada para conceptualizarlas (López,
2005), la diversidad de enfoques que se utilizan para su análisis (Cernea,
1998), las diferentes categorías para clasificar a las ONG, los distintos tipos
de organizaciones que se engloban en torno al término (Magaña y Figueroa,
2013), así como el reconocimiento y visibilidad por las intervenciones en
cuestiones sociales, y el auge de algunas organizaciones —como Greenpeace y
Oxfam— como actores políticos a nivel nacional e internacional (Whal, 1997).
“El término ONG tiene su origen en el sistema de la Naciones Unidas
(Artículo 71 de1946) y su significado original es de una gran amplitud, ya que
incluye cualquier organismo de servicios con finalidad no lucrativa” (Murugó,
2006: 44). En principio este concepto se empleaba en los países desarrollados
para enmarcar las iniciativas de cooperación y desarrollo (López, 2005) entre
Europa Occidental y los países del tercer mundo, donde las primeras ONG
fueron de corte asistencialista y promotor de actividades orientadas al desarrollo
local, regional o nacional.
76 JAVIER PICHARDO SERVIN
Las ONG en contra de la siembra de maíz genéticamente modificado en Oaxaca

Sin embargo, en años posteriores proliferaron por el mundo teniendo una


participación más activa en organismos internacionales, donde su importancia
no solamente se debe a su proliferación, sino al auge que han cobrado en la
articulación de la sociedad civil en torno a determinados ejes de acción social.
En consecuencia, se generó una discusión amplia sobre sus limitaciones,
fortalezas y debilidades, a partir de las controversias que se han creado no
sólo desde las distintas perspectivas teóricas a la hora de definirlas, sino de
sus prácticas concretas en torno a sus acciones y funciones.
En México “el término Organización no Gubernamental no aparece en
ninguna legislación mexicana como referente de una forma legal de constitución,
sino que su empleo ha obedecido a un proceso histórico social” (Magaña y
Figueroa, 2013: 135), es utilizado como término genérico que abarca a un
sector de las distintas organizaciones de la sociedad civil, que puede adoptar
jurídicamente diferentes estatutos dentro de los marcos legales nacionales.3
Estas organizaciones pueden ser vistas como un subconjunto de una vasta
red de asociaciones de la sociedad civil que abarcan distintas dimensiones
de la vida de los ciudadanos (Olvera, s/f), enfatizando que sociedad civil
no equivale a ONG y/o al tercer sector (Mato, 2004), al ser una pequeña
fracción del universo organizativo que está compuesto de un sinnúmero de
organizaciones con diferentes intereses y activas en distintos lugares, regiones o
países (Grzybowski, 2001), las cuales pueden constituirse como un nuevo actor
social y político en el escenario social, como de movilización (Jelin, 1994).
Son una forma organizativa dentro de una multiplicidad de las cuales
se compone la sociedad civil, lo cual no las hace únicas. Equipararlas con la
sociedadcivil, dotándolas de capacidades que no poseen, imposibilita tener
una visión más clara de su papel y dar una definición.
Este tipo de organizaciones se caracterizan por ser sin fines de lucro, no
son gubernamentales ni intergubernamentales, están desvinculadas de los
órganos estatales lo que les otorga relativa autonomía de acción. No buscan
un fin privado o de lucro para sus integrantes y su fin es público en beneficio
de terceros, “altruista” en diferentes áreas de la vida social.
Las ONG, pueden estar integradas por diferentes profesionistas, su zona
de influencia varía en escala geográfica dependiendo de los objetivos que se
plantearon a la hora de constituirse legalmente. Son entes con personalidad
Las figuras legales de las organizaciones son Asociación Civil (A.C.), Sociedad Civil (S.C.),
3

Asociación de Beneficencia Privada ( ABP), Instituto de Asistencia Privada (IAP), Institución


de Beneficencia Privada (IBP), como las Fundaciones.
JAVIER PICHARDO SERVIN 77
Las ONG en contra de la siembra de maíz genéticamente modificado en Oaxaca

jurídica que varía según su constitución, que agrupa a personas bajo ciertas
normas de convivencia y objetivos de trabajo (Pardo, 2011).
En síntesis, a pesar de que el concepto ONG es amplio, polisémico y
ambiguo para poder suscribirse bajo una definición sin entrar en debate, se
entiende por ONG a las:
organizaciones voluntarias de ciudadanos, pertenecientes al denominado
sector sin ánimo de lucro, de carácter nacional o internacional, formalmente
constituidas (…) han surgido con el propósito de atender y satisfacer necesidades
sociales utilizando programas y acciones que el Estado no ha logrado cumplir
(…) no sólo son autónomas e independientes de los gobiernos, lo que les
permite convertirse en actores influenciadores de la política pública, sino que
también cumplen la función de mecanismo de participación política (…) se
constituyen voluntariamente para satisfacer necesidades sociales y culturales
mediante aportaciones de esfuerzos humanos y recursos materiales que se
donan para ayudar a terceros (...) se rigen por la normatividad propia del
mundo empresarial privado, y las acciones que emprenden se realizan desde
la lógica privada (Pérez, et al,2011:258).

Actualmente como parte de una tendencia, implementan estrategias


asociativas, la cuales se traducen en la estructuración de “redes de distinta índole
más o menos estables y con un cierto grado de densidad entre organizaciones”
(Mazzotti, 2006:51), donde la fuerza minúscula de las ONG reside en su
inserción como puntos localizados en una vasta red, un tejido social de
vigilancia, de denuncia, propuesta y acción (Gryzyboswski,2001), que tiene
como finalidad asegurar su perdurabilidad, promover una visión integral de los
proyectos e incrementarel impacto de su trabajo y acciones (Mazzotti, 2006).

3. Las ONG en defensa del maíz nativo en México


Los OGM paulatinamente se están convirtiendo en uno de los temas a nivel
mundial de mayor controversia, generando una gran preocupación en distintos
sectores de la sociedad ante los riesgos e incertidumbres que perciben sobre
ellos, por la falta de consensos y la carencia de datos concluyentes, como de
información de las consecuencias no deseadas en la salud, por los efectos
sociales, económicos, políticos, culturales, ambientales y legales, lo que
hasta el momento imposibilita el consenso y polariza los debates sobre las
semillas GM.
En países como México, las controversias han sido más intensas y
participativas con el pasar de los años, principalmente con la siembra de
78 JAVIER PICHARDO SERVIN
Las ONG en contra de la siembra de maíz genéticamente modificado en Oaxaca

maíz GM, al ser el país centro de origen, diversificación y domesticación del


maíz, por su importancia para la alimentación de millones de personas y ser
considerada esta semilla, símbolo de identidad entre las diferentes culturas
que coexisten en el país.
Todo esto, aunado a la siembra ilegal de maíz GM en México a partir del
descubrimiento de contaminación de maíces en la Sierra Norte de Oaxaca en
el 2001 (De Ita, 2012), los riesgos que representa la liberación de permisos
de siembra de maíz GM en sus tres fases -experimental, piloto y comercial-,
incentivaron en el país expresiones de rechazo que se oponen a la creación,
producción, distribución, almacenamiento y consumo de maíz GM, algunas
de las cuales se pronuncian por la conservación y promoción de los maíces
nativos ante el riesgo de contaminación con transgenes.
Lo anterior fue influyendo en la creación de alianzas entre ONG, colectivos
y personas que implementaron una serie de acciones colectivas, permitiendo
la conformación de un movimiento anti-maíz-transgénico en México, que se
ha concentrado en impedir la siembra de maíz GM. El cual, está en constante
confrontación con los grupos de poder -políticos y económicos- que giran
alrededor o son parte en las grandes transnacionales biotecnológicas, tanto
nacionales e internacionales.
En el movimiento, las ONG son un actor clave que han facilitado el
acceso y la información técnica como coyuntural sobre los OGM (Carreón y
San Vicente, 2011), coordinan, orientan y guían las acciones de los actores que
lo integran, al generar una agenda de oposición e implementar un repertorio
de acción que va desde comunicados de prensa, marchas, mítines, foros,
talleres, donde hacen visible sus descontento y rechazo a la siembra de maíz
GM (Fernández, 2011), abriendo espacios de discusión y debate público
sobre los posibles riesgos, y posicionando el tema dentro de la agenda pública
(Campos, 2013).
En México el movimiento anti-transgénico se comienza por iniciativa de
Organizaciones no Gubernamentales como Greenpeace y ETC (Erosión,
Concentración, Tecnología) a fines de los noventa. En pocos años y por medio
de una campaña y alianzas con académicos, organizaciones campesinas,
indígenas y ambientalistas, estas movilizaciones crecieron (González y
Massieu, 2009: 20).

Las primeras acciones de rechazo y resistencia a la liberación al ambiente


de maíz GM por parte de las ONG, se pueden ubicar desde 1998, donde
diversas organizaciones se dieron a la tarea de analizar, sistematizar y
JAVIER PICHARDO SERVIN 79
Las ONG en contra de la siembra de maíz genéticamente modificado en Oaxaca

publicar información proveniente de estudios, investigaciones y advertencias


científicas que circulaban en otros países, organizando las primeras reuniones
de información sobre los riesgos de los OGM y en específico de la siembra
de maíz GM (Marielle, 2007).
En 1999, el gobierno estableció una moratoria que prohibía la siembra
experimental y comercial de maíz GM, por ser el país centro de origen y
diversidad de este cultivo (Massieu y Verschoor, 2010). De igual forma,
Greenpeace inició una campaña en sobre los posibles riesgos del maíz GM,
pero es:
a partir del Primer Foro Nacional del Biotecnología y Bioseguridad en la
Agricultura en México que comenzó el proceso de formación de la oposición
anti-transgénica en México, así como la polarización del debate, el cual se
agudizó con la denuncia de Quist y Chapela (2001) sobre la contaminación
del maíz nativo con transgenes en las milpas de Oaxaca (Barajas y González,
2013:26).

Después del anuncio de Quist y Chapela sobre la contaminación ilegal, el


debate sobre la siembra de maíz GM cobró una perspectiva nacional, marcando
un punto de quiebre y desencadenando la respuesta social en muy distintos
niveles, detonando la organización social y la integración de distintas luchas
regionales y locales, de comunidades y organizaciones en la Red en Defensa
del Maíz, a partir del “Foro en defensa del maíz” convocado por el Centro de
Estudios para el Cambio del Campo Mexicano (CECCAM) en 2002.
Se fueron consolidandolas alianzas entre organizaciones sociales,
campesinas y ambientales, que demandaron al gobierno federal hiciera públicos
los estudios sobre el grado de contaminación transgénica del maíz nativo y los
planes para enfrentarla (Marielle, 2007). Algunas organizaciones solicitaron
e impulsaron la realización de estudios independientes, como el solicitado a
la Comisión para la Cooperación Ambiental (CCA), pidiendo una moratoria
indefinida ante la opacidad del gobierno sobre el tema.
En 2003 representantes de comunidades indígenas, campesinas y ONG,
dieron a conocer los resultados de sus propios análisis sobre la presencia de
contaminación transgénica de maíz en nueve estados del país: Chihuahua,
Morelos, Estado de México, San Luis Potosí, Puebla, Oaxaca, Hidalgo,
Tlaxcala y Veracruz.
Tras la aprobación de la Ley de Bioseguridad de Organismos Genéticamente
Modificados (LBOGM) en 2005 -nombrada por algunas ONG como “Ley
Monsanto”- se fortalecieron las redes nacionales e internacionales. A partir de
80 JAVIER PICHARDO SERVIN
Las ONG en contra de la siembra de maíz genéticamente modificado en Oaxaca

esta ley se dan un serie de protestas en distintas partes del país y la realización
de eventos, como el ciclo “Sin maíz no hay país” en el Museo de Culturas
Populares y la elaboración de recursos de revisión ante la aprobación de siete
ensayos de maíz GM en México (Aguilar, 2008).
De igual forma, las ONG fortalecieron sus capacidades de organización
y movilización, pasando del rechazo de la siembra de maíz GM a procesos
de resistencia complejos por las redes que se conformaron a partir de las
experiencias de los primeros años, que por medio de las alianzas y articulaciones,
como el trabajo en conjunto con otras organizaciones, generaron nuevas
estrategias de lucha que les permitieron nuevas capacidades y tácticas de
divulgación.
Para el año 2006 se funda la Unión de Científicos Comprometidos con la
Sociedad (UCCS), que marcara un parteaguas al convertirse en el referente
científico para las cuestiones de OGM en México y por agrupar a diversos
investigadores mexicanos de distintas disciplinas, de diferentes instituciones
académicas y de investigación.
La coincidencia en torno del maíz por parte de diferentes actores, permitirá
que en el 2007 surja la Campaña Nacional Sin Maíz no hay País (CNSMNHP),
coalición convocada por aproximadamente 300 organizaciones y personas.
La participación de las ONG dentro de la Campaña, ha permitido que se
tome como punto dentro de su agenda el tema de los OGM y la defensa del
maíz nativo, ante el peligro que corre la soberanía alimentaria ante el avance
del maíz GM, implementado campañas mediáticas e incidencia política en
distintos niveles gubernamentales (Cobo, 2014).
Para el 2008,una serie de factores como el término del periodo pactado en
el TLCAN para la desgravación arancelaria del maíz y el frijol, la publicación
del reglamento del LBOGM, la insuficiencia en la producción del maíz nacional
por el alza de precios y la utilización del maíz para la producción de energías,
intensificó las acciones de resistencia de las ONG a nivel mediático, como de
protesta y procesos de cabildeo, orientando sus exigencias a nuevas demandas
como el etiquetado de los productos con OGM y la utilización de recursos
legales como mecanismos de presión.
El fin de la moratoria de la siembra de maíz transgénico decretada en 2009
provoco un fortaleciendo en la defensa civil, se multiplicaron los foros y
las iniciativas, en las regiones la población estaba ávida por saber sobre los
transgénicos ahora que el maíz genéticamente modificado tenía permiso para
sembrarse de manera experimental (CECCAM, 2011:23).
JAVIER PICHARDO SERVIN 81
Las ONG en contra de la siembra de maíz genéticamente modificado en Oaxaca

Con la solicitud de los primeros permisos para siembra experimental,


algunas ONG acudieron a instancias internacionales y nacionales para evidenciar
el actuar del gobierno federal, interpusieron quejas ante distintas instancias como
la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la Procuradora
General de la Republica (PGR). Durante el 2010 distintas organizaciones
interpusieron algunos recursos legales, como amparos en contra de los primeros
permisos que autorizaban la siembra experimental.
Las redes de resistencia que se crearon durante estos años, de las cuales
las ONG fueron partícipes, permitieron que las acciones y estrategias para
proteger el maíz nativo ante la siembra de maíz GM se diversificaran por
el país, no sólo tenían que ver con el trabajo de base en las comunidades,
sino también a nivel mediático, jurídico y el fortalecimiento de los proceso
regionales, ante la solicitud en 2010 de nueve permisos para siembra piloto
de maíz GM en Tamaulipas, Nuevo León y Sinaloa.
En algunos lugares, se desarrolló un complejo nivel de coordinación
entre los actores, “logrando la participación de los gobiernos locales o de los
representantes populares de esos estados, con compromisos y acciones de
diversa índol” (Carreón y San Vicente, 2011:204). Las ONG, apoyaron en
los “procesos de articulación para la divulgación y la generación de luchas
de resistencia a nivel regional, así como trabajo de incidencia en políticas
públicas y de luchas legales” (RALL, 2009: 98).
Muestra tanto de la incidencia pública como de lucha legal de las ONG, fue
la realizada por el grupo Vicente Guerrero A.C., con la aprobación en el estado de
Tlaxcala de la “Ley Agrícola de Fomento y Protección al Maíz como Patrimonio
Originario en Diversificación Constante y Alimentario para el Estado de
Tlaxcala”, la cual prohíbe la experimentación, almacenamiento, distribución
y comercialización de semillas GM, a fin de proteger el germoplasma que
dio origen al maíz y sus razas, al ser considerado el estado centro de origen
y diversificación del maíz (Pichardo, 2011).
Es a finales de ese mismo año que empieza a sesionar el Tribunal
Permanente de los Pueblos (TPP), el cual impulso audiencias como “La
violencia contra la vida campesina y los ámbitos territoriales de los pueblos
indígenas” (Vera, 2014), que permitió la proliferaciones de espacios de
discusión y la sistematización de los agravios cometidos por las empresas y
gobiernos al maíz nativo.
Es bajo este contexto que a finales de 2012 Monsanto, Pioneer y Dow
AgroSciences, solicitan los primeros permisos para siembra comercial de maíz
82 JAVIER PICHARDO SERVIN
Las ONG en contra de la siembra de maíz genéticamente modificado en Oaxaca

GM. Pero con el desarrollo de las pre-audiencias sobre la contaminación del


maíz nativo en diferentes estados, como el boom del movimiento #Yosoy132, se
fortalecieron algunas alianzas nacionales como internacionales, entre distintas
organizaciones del campo y la ciudad, promoviendo una reflexión más amplia
sobre los riesgos de la agricultura mexicana de la siembra de maíz GM.
Hasta este momento, la resistencia de las ONG con otros actores, no
había impedido la entrada de maíz GM en las importaciones maíz, como
la expedición de nuevos permisos para su siembra. Fue hasta mediados de
2013, que una acción tomó eco a nivel nacional e internacional, la demanda
colectiva4 interpuesta por 53 firmantes, entre ONG de amplia trayectoria,
campesinos, científicos, artistas y defensores de Derechos Humanos, la cual
ha suspendido la expedición de nuevos permisos y las siembras hasta que se
resuelva la demanda.
Durante el 2014 se da el cierre del capítulo México del TPP y una
audiencia general donde se presenta un balance de las pre-audiencias y juicios
promovidos en ellas, las cuales enfatizan el papel del estado en beneficio de
las empresas transnacionales que impulsan la siembra de las semillas GM.
En 2015, continua la suspensión de nuevos permisos para siembra de maíz
GM gracias a la demanda colectiva se han detenido la expedición de nuevos
permisos.
Actualmente hay:
una resistencia visible, encarnada en cientos de organizaciones, grupos de
científicos, organismos de la sociedad civil, comunidades, grupos campesinos,
pueblos indígenas, abogados, organizaciones barriales, estudiantiles y un
largo etcétera más y más anónimo conforme se torna más unánime por todo
el país, comienza a ejercer presión, solicitar el cumplimiento de las normas
preconizadas por el propio gobierno; comienza a vincularse desde múltiples
rincones, a socializar información, a abrir espacios para consensar acciones
de corto, mediano y larguísimo plazo (talleres, encuentros, conferencias,
procesos jurídicos y de sistematización ética en los tribunales de conciencia,
movilizaciones, volanteos, plantones y más) (Grain, 2014:21).

Aunque cabe mencionar que el movimiento anti-maíz-transgénico no es el


único que se opone a la utilización de las semillas GM, desde finales del 2015
las controversias y acciones de resistencia han girado en torno a la siembra de
soya transgénica, ante la suspensión temporal de los permisos autorizados a
Las acciones colectivas son un nuevo instrumento con el que los mexicanos cuentan a partir de la
4

reforma al artículo 17 constitucional de 2010, con la cual se interponen demandas sobre derechos
colectivos.
JAVIER PICHARDO SERVIN 83
Las ONG en contra de la siembra de maíz genéticamente modificado en Oaxaca

Monsanto en 2012 para la producción de soya GM en Campeche y Yucatán,


por las afectaciones en la producción de miel en la región, que de igual forma
amenaza Quintana Roo.

4. Defendiendo la esperanza, las ONG en contra


de la siembra de maíz GM en Oaxaca
El conflicto derivado de la siembra ilegal de maíz GM en Oaxaca en 2001,
aunado a los riesgos asociados a esta semilla, lejos de desaparecer, se incrementó
notablemente en los últimos años no sólo en el estado, donde los actores locales
interpretan, comparten y negocian significados entorno al maíz nativo, lo que
permitió conformarse en un movimiento social que rechaza tajantemente la
siembra de maíz GM.
Hernández (2014:03) afirma, “Oaxaca es el epicentro social de la defensa
del grano. No es la única entidad en la que los campesinos e indígenas resisten
los embates en favor de la siembra de transgénicos, pero si es el lugar donde esta
lucha tiene mayor participación social”. El movimiento anti-maíz-transgénico
estatal concentra formas y niveles muy variados de organización, como
organizaciones campesinas-indígenas, ambientales, de derechos humanos,
colectivos, intelectuales, comunidades, productores, estudiantes, autoridades
civiles y agrarias, donde las ONG son un actor que resalta por su accionar,
como punto de conexión que hay a partir de ellas de los diferentes participantes
del campo y la ciudad.
En el caso de la Unión de Organizaciones de la Sierra Juárez de Oaxaca S.C.
(UNOSJO S.C.) y Organización de Agricultores Biológicos A.C (ORAB A.C.)
principalmente, fungen como constitutivas del movimiento anti-transgénico al
asumir funciones de comunicación, coordinación y logística en las acciones
en favor del maíz nativo, las cuales posibilitan el desarrollo del movimiento
en Oaxaca, al realizar y promover desde hace más de 15 años que comenzó
el rechazo a la siembra de maíz GM, actividades en contra de estas semillas.
Estas ONG, fueron de las primeras en realizar actividades de denuncia
nacional e internacional sobre la contaminación, promovieron la creación
de espacios de vinculación y reflexión -regional, estatal y nacional-, como
la realización de talleres que resolvieran las dudas e inquietudes de la gente
ante la falta de información y respuesta gubernamental.
De igual forma, organizaciones como el Centro de Desarrollo Integral
Campesino de la Mixteca A.C. (CEDICAM A.C.), Enlace, Capacitación y
84 JAVIER PICHARDO SERVIN
Las ONG en contra de la siembra de maíz genéticamente modificado en Oaxaca

Capacitación A.C., Servicios para el pueblo Mixe A.C. (SERMIXE A.C.),


Coalición de Maestros y Promotores Indígenas de Oaxaca A.C. (CMPIO A.C.),
Unitierra-Oaxaca, Servicios para una Educación Alternativa A.C. (EDUCA
A.C.), el Centro de Apoyo al Movimiento Popular Oaxaqueño A. C. (CAMPO
A.C.) y Tequio Jurídico A.C., no se limitan a ser acompañantes de lucha que
en paralelo realizan alguna función o actividad para fortalecer el movimiento
anti- transgénico, sino son integrantes del mismo, por lo cual no figuran como
simples categorías sociales o un actor pasivo al asumir la tarea de organizar,
coordinar y realizar las acciones en pro de los maíces nativos en Oaxaca.
En consecuencia, las ONG antes mencionadas, han fungido con el pasar
de los años como mecanismos de participación y movilización, “reciben
e interpretan información y diseñan estrategias en sus relaciones con los
diversos actores locales, así como las instituciones externas y su personal”
(Long, 2007:43) desarrollado la capacidad de comprensión y análisis sobre
la siembra de maíz GM, organizando y ordenando la información existente
sobre los riesgos al maíz nativo.
Se pueden caracterizar dos formas de participación de las ONG dentro del
movimiento, la primera es el soporte primario y la base, teniendo una mayor
participación e injerencia en la toma de decisiones respecto a la orientación
y las acciones a realizarse, estando presentes organizaciones como ORAB
A.C., UNOSJO S.C., CAMPO A.C., CEDICAM A.C., Enlace, Comunicación
y Capacitación A.C, EDUCA A.C. y Tequio Jurídico A.C.
En la mayoría de los casos, a excepción de EDUCA A.C. y Tequio
Jurídico A.C., estas organizaciones asumen como parte de sus áreas de trabajo
la defensa del maíz nativo, promoviendo, sensibilizado e implementando
una serie de acciones encaminadas a la conservación de estas semillas,
impulsan un desarrollo sustentable a partir de técnicas amigables con el
medio ambiente -agroecológicas, poniendo en marcha proyectos para recobrar
técnicas productivas y de aprovechamiento de recursos naturales para evitar
el deterioro ecológico.
EDUCA A.C. y Tequio Jurídico A.C., asumen la defensa del maíz nativo
como parte de la defensa del territorio, el cual es el espacio de resistencia de
los pueblos y comunidades indígenas-campesinas frente a los megaproyectos,
por lo tanto la defensa de las semillas nativas, es vista como un proceso integral
que atraviesa distintas luchas que van desde la defensa de la tierra, territorio
y recursos naturales, es un proceso transversal de distintas expresiones de
movilización.
JAVIER PICHARDO SERVIN 85
Las ONG en contra de la siembra de maíz genéticamente modificado en Oaxaca

La segunda forma de participación, son los simpatizantes de la causa,


aquellas organizaciones que apoyan y se suman a las demandas de manera
simbólica, como Servicios Universitarios y Redes de Conocimiento en Oaxaca
A.C. (SURCO), el Centro de Derechos Indígenas Flor y Canto A.C., Cooperativa
“El Reboso”, el Tianguis Orgánico, las cuales han sumado en paralelo a su
agenda de trabajo la defensa del maíz nativo, al reconocer la importancia
de esta semilla para Oaxaca, firmando desplegados, boletines de prensa,
invitaciones a los eventos, siendo convocantes en las actividades, sin tener un
trabajo tan constante, continuo y frecuente en comparación con las primeras
organizaciones.
En los últimos cuatro años, las principales ONG que están en contra de
esta siembra, se han articulado en torno al Espacio Estatal en Defensa del
Maíz Nativo de Oaxaca, el cual tiene estructura en forma de red, donde las
organizaciones funcionan como nodos de conexión entre las comunidades de
las regiones donde trabajan, instituciones educativas, activistas independientes,
grupos campesinos e indígenas e intelectuales.
Actualmente, estas organizaciones realizan distintas estrategias, procesos
de concientización, organización y articulación entre los diferentes actores,
principalmente en comunidades indígenas y campesinas, al ver una posible
alteración de las estructuras comunitarias, familiares y de producción agrícola
del maíz ante la siembra de maíz GM. Defienden el derecho de los pueblos
a seguir sembrando, colocando el debate de la siembra de maíz GM como
asunto de interés púbico, dejando de ser un tema exclusivo para los científicos,
académico e investigadores.
Por lo tanto, se puede decir que las organizaciones que se oponen a la
siembra de maíz GM en Oaxaca, han reaccionado como agentes catalizadores
de los procesos de resistencia y organización que no se limitan al tema del maíz
nativo, son parte del núcleo organizativo que ha permeado en las comunidades,
lo que ha permitido el fortaleciendo los procesos y reflexiones comunitarias
hacia la autosuficiencia alimentaria, donde el arraigo a la tierra es un rasgo
cultural y productivo de las comunidades de Oaxaca.

Conclusiones
Se puede hablar de un movimiento anti-maíz-transgénico en Oaxaca aunque
es incipiente con respecto a otros movimientos, donde la participación de las
ONG ha funcionado como nodos de interconexión con otros actores, abriendo
86 JAVIER PICHARDO SERVIN
Las ONG en contra de la siembra de maíz genéticamente modificado en Oaxaca

espacios de participación, discusión y resistencia, pero hasta el momento no


han logrado que se prohíba la siembra de maíz GM en el estado.
La participación que han tenido las ONG ha variado con los años y en
diferentes grados, posibilitan micro-resistencias en las comunidades, al ser un
actor participativo en la definición y redefinición de la siembra de maíz GM
dentro de las mismas, como riesgo para la salud, la economía, la cultura, el
medio ambiente y la vida de los campesinos e indígenas.
Su participación se da por medio de la vinculación con diversos actores a
través de redes solidarias o de trabajo, estas organizaciones han reaccionado
como agentes catalizadores de la resistencia ante la siembra de maíz GM.
Su accionar está orientado a los procesos comunitarios e impacto en la vida
comunitaria, teniendo una mayor participación en correlación con otros actores
a nivel estatal, al marcar las pautas para la realización de algunas acciones.
La mayoría de las ONG, ven la defensa del maíz nativo como un tema
integral, donde la participación de estas organizaciones no se limita a la
articulación con otras organizaciones y actores, sino en la generación de
espacios de concientización principalmente dentro de las comunidades.
Las ONG se estructuran en redes, algunas son informales, heterogéneas
como homogéneas, teniendo vínculos débiles y funcionan de manera coyuntural
para la realización de un taller, una charla, participación de un evento, etcétera.
En cambio hay otras redes que están más estructuradas y con vínculos de
trabajo más sólido, como es el Espacio que junta a diferentes actores, al
crear una identidad colectiva y una agenda común entre sus participantes
para la defensa del maíz nativo del estado. Estas redes generan estrategias de
resistencia que aglutinan a diferentes actores en una agenda común, jugando
un papel importante con respecto a la opinión pública al aparecer como fuentes
de información sobre el tema.

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Marco de acción para la
emancipación: educación
no formal y participación
comunitaria en una localidad
maya de Yucatán
Nayely Melina Reyes Mendoza1
Juan Carlos Mijangos Noh2
a

Resumen
Con un enfoque de interculturalidad crítica (Walsh, 2009), se abordan los
conceptos de participación comunitaria y educación no formal como ejes de
mejora y emancipación en la educación indígena. A partir del diagnóstico
realizado en una comunidad maya de Yucatán, utilizando una metodología
de investigación acción participativa, se presentan resultados que demuestran
que la educación no formal constituye una vía alternativa para incrementar
la calidad educativa en los términos en que esta sea definida por los propios
participantes. Se hace especial énfasis en la necesidad de realizar un cambio
de paradigma educativo que propicie acciones desde abajo y fuera del sistema
formal de enseñanza.

1
Estudiante del Doctorado en Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de Yucatán. Correo
electrónico: nm.reyes.mendoza@gmail.com
2
Profesor Investigador de la Facultad de Ciencias Antropológicas de la Universidad Autónoma de
Yucatán. Correo electrónico: juancarlosmijangos@gmail.com

91
92 NAYELY MELINA REYES MENDOZA l JUAN CARLOS MIJANGOS NOH
Marco de acción para la emancipación: educación no formal y participación comunitaria

1. Introducción
Desde los años ochenta, las reformas neoliberales impuestas por los organismos
financieros internacionales agudizaron los viejos problemas, produciendo
un quiebre de las estructuras educacionales, profundizando la inequidad
educativa (Jara, 2010: 1-2). Los regímenes neoliberales y neoconservadores,
particularmente en el campo educacional defienden un conjunto de estrategias
y recetas políticas que poseen pocas diferencias interregionales fuera de los
matices idiosincráticos que las caracterizan (Gentili, 2004: 362). Lo anterior
tiene como consecuencia que se amplía, aún más, la brecha de marginación
entre los diferentes sectores de la sociedad, en específico los pueblos indígenas.
La producción científica en torno a los ámbitos de acción de la educación
a través de los siglos así como el significado de las propuestas educativas
formales en el proyecto moderno, y en esto coincidimos con Ubal y Varon
(2009: 16), nos enfrentan a la “imperiosa necesidad de resignificar una serie
de categorías relacionadas con lo educativo-pedagógico, lo que implica des-
sedimentar discursos sobre lo educativo que se han naturalizado en nuestro
medio”. Con estas categorías resignificadas por los miembros de comunidades
específicas en resistencia contra la hegemonía neoliberal y en su lucha por
emanciparse, podemos vislumbrar una nueva conceptuación de la educación
no formal que presentamos a lo largo de este texto. Concebimos, pues, la
educación no formal como una opción para la emancipación. Discutamos, en
primera instancia, los alcances y bondades de la educación no formal.

2. La escuela tiene pasos atrasados


Ubicar la educación también fuera de la estructura escolar es prioritario. La
educación no formal puede significar la construcción de escenarios diferentes,
y a la medida de las necesidades, intereses, recursos y problemas de diversos
sectores de la población. Es decir, podemos pensar en una propuesta educativa
acorde a la situación de los sujetos, incluyendo su propias concepciones en el
establecimiento de los niveles de calidad, las exigencias y los objetivos, para
alcanzar una real democratización de la educación, la cultura y la convivencia
social (Camors, 2009: 139). Ya a finales del siglo pasado Freire (1990: 168)
afirmaba que “no es la educación la que da forma a la sociedad según ciertas
normas, sino la sociedad la que formula sus propias normas y crea una educación
que se adapte a los valores que la sustentan” de lo que se puede deducir que
establecer escuela como sinónimo de educación, sin considerar la comunidad
NAYELY MELINA REYES MENDOZA l JUAN CARLOS MIJANGOS NOH 93
Marco de acción para la emancipación: educación no formal y participación comunitaria

en la que está inserta, resulta en una visión parcial y limitada de los alcances
y fines de esta actividad esencialmente social. Es decir, afirmamos que la
escuela, y en general los sistemas de educación formal establecidos, siguen
líneas que conducen a la reproducción del sistema social y económico que
los engendra (Bourdieu y Passeron, 2005).
La crisis de nuestros sistemas educativos no obedece solo al fracaso
de los variados ensayos educativos que se han hecho en diversos lugares y
en diferentes momentos sino, fundamentalmente, a que no se le asigna a la
educación el lugar que verdaderamente le corresponde dentro de un proyecto
de desarrollo global de los países, que tenga base y proyección humana
(Mújica, 2006). Dado que en México ninguna propuesta de desarrollo estatal
en general o educativa en particular ha estado permeada y conducida por
una visión o proyección humana que busque la realización de las personas y
se fundamente en los derechos humanos, los resultados educativos globales
saltan a la vista y son negativos. Y en esta área de oportunidad la educación
no formal se convierte en estrategia no solo posible sino efectiva para lograr
transformaciones sociales que incidan en los resultados educativos.
El término educación no formal, planteado Coombs (1968), surge un
poco antes de que la escuela fuese fuertemente cuestionada, desde la teoría
crítica, por los pobres resultados que presentaba (Illich, 1973; Reimer, 1973).
Se le definió como “toda actividad educativa sistemática, organizada, ejercida
fuera del marco del sistema formal para proporcionar determinados tipos de
aprendizaje a subgrupos particulares de la población, tanto adultos como
niños” (Coombs y Ahmed, 1974: 8).
Más tarde Cremin (1976: 27) reconocía a la educación no formal, como una
modalidad educativa válida porque “... si la educación es un esfuerzo sostenido,
intencional y sistemático para transmitir, evocar o adquirir conocimientos,
actitudes, valores o habilidades, así como los resultados de este esfuerzo;
entonces es claro que la educación de niños, jóvenes y adultos tiene y ha tenido
lugar en muchos espacios y a través de diversas actividades. Las escuelas, por
tanto, no son la única ni la más potente institución para educar”.
A su vez Trilla (1996: 30) refuerza esta idea al mencionar que:
Los procesos educativos formales y no formales son procesos intencionales,
desarrollados a partir de la previa y explícita formulación de objetivos
pedagógicos, generados por agentes cuyo rol educativo está institucional
o socialmente reconocido, y que acometen su función educativa de forma
relativamente autónoma.
94 NAYELY MELINA REYES MENDOZA l JUAN CARLOS MIJANGOS NOH
Marco de acción para la emancipación: educación no formal y participación comunitaria

La Unesco (2006: 1) define la educación no formal como:


Toda actividad organizada y duradera que no se sitúa exactamente en el
marco de los sistemas educativos formales integrados por las escuelas
primarias, los centros de enseñanza secundaria, las universidades y otras
instituciones educativas formalmente establecidas, la que se ofrece con el
objeto de complementar, actualizar, suplir conocimientos y formar en aspectos
académicos o laborales sin sujeción al sistema de niveles y grados establecidos.

En fechas recientes, Rogers (2004: 7) propuso un nuevo paradigma de


la educación no formal enfatizando en un amplio continuo de programas
educativos. En un extremo se encuentra el modelo de escolarización flexible
(subsistemas nacionales o regionales de escuelas para niños, jóvenes y adultos).
Al otro extremo están los programas educativos altamente participativos, con
educación y formación bordadas a mano y hechos a la medida para cada grupo
de aprendizaje en particular, que en un mismo evento permite satisfacer las
necesidades particulares localizadas.
En esta línea de pensamiento, queda de relieve que la educación no
formal representa el ámbito ideal para producir, en primera instancia, una
transformación social. Los teóricos de la pedagogía de la reproducción
(Bourdieu y Passeron, 2005: 49) señalan que:
En una formación social determinada, la arbitrariedad cultural que las relaciones
de fuerza entre las clases o los grupos constitutivos de esta formación social
colocan en posición dominante en el sistema de arbitrariedades culturales
es aquella que expresa más completamente, aunque casi siempre de forma
mediata, los intereses objetivos (materiales y simbólicos) de los grupos o
clases dominantes.

Ante este oscuro panorama, la educación no formal puede asumirse


como “única vía de escape a situaciones de reproducción social que lleven al
mantenimiento de la explotación del hombre por el hombre y a una sociedad
plenamente clasista, masificante y consumista donde el sistema formal está al
servicio del status quo” (Marenales, 1996: 9). En este sentido, es conveniente
retomar las palabras de Lamata (2003: 54) que sugieren que:
La educación no formal pretende detectar y dar respuesta a necesidades
concretas, que no están cubiertas por ninguna figura prevista, formar a
personas que trabajan en esos espacios de intervención, explorar innovaciones
y respuestas a los cambios sociales y los problemas que se generan a partir de
ellos [...]. Se trabaja desde una perspectiva de dinamización social: capacidad
NAYELY MELINA REYES MENDOZA l JUAN CARLOS MIJANGOS NOH 95
Marco de acción para la emancipación: educación no formal y participación comunitaria

de tomar decisiones, autonomía personal y colectiva, autoorganización y


desarrollo de efectos multiplicadores.

La búsqueda de la calidad educativa consiste, para nosotros, en garantizar


las condiciones y los procedimientos para que cada grupo de formación aprenda
aquello que decide y necesita aprender para poder mejorar o transformar la
realidad en la que actúa. Es por lo anterior que percibimos como imprescindible
que la educación no formal (junto con la informal) se transforme en instrumento
de cambio y socialización, así como de influencia liberadora, dirigida por
sus principales actores y agentes. Esto ubica a la escuela pasos atrás de su
contraparte no institucional de educación.

3. Características de la comunidad participante


La educación indígena, como contexto general, y la comunidad de Canicab,
como caso local, representan de manera sensible los efectos devastadores que el
sistema educativo actual ha dejado como estela. Los índices de analfabetismo,
reprobación y rezago son significativos y permanecen inalterados desde hace
una década (Instituto para la Evaluación de la Educación [INEE], 2005;
2007, 2008, 2013). En la escuela indígena en México es frecuente encontrar
una autonomía adulterada (Blanco, 2009: 74) ya que aunque en los años
recientes la participación de profesionales indígenas en el diseño, planeación
y operación de su educación ha encontrado espacios de acción, “no se ha
logrado detener el deterioro acelerado o paulatino de sus culturas, lenguas
y organización social ni tampoco elevar su calidad de vida ni mucho menos
fortalecer su proyecto histórico” (Salmerón y Porras, 2012: 225). El origen
de esta problemática procede del marcado desconocimiento del estado de las
culturas, habitualmente reflejado en el currículo y prácticas escolares, ya que
consistentemente se utiliza una base cultural distinta de la que conocen el niño
indígena, su familia y su comunidad (Meza, 2007:5).
El involucramiento de la comunidad en cualquiera de las dimensiones de
la educación tanto formal como no formal representa un avance significativo en
la atención de los grupos sociales más desaventajados pues desde la perspectiva
de Esté de Villlaroel (2010:6):
La participación se puede caracterizar como la acción social por medio
de la cual los sujetos intervienen en los grandes problemas que se dan en
las interacciones sociales, cuyo objetivo final es lograr acuerdos con su
96 NAYELY MELINA REYES MENDOZA l JUAN CARLOS MIJANGOS NOH
Marco de acción para la emancipación: educación no formal y participación comunitaria

colectividad y tal vez un poco más allá, con el entorno social que lo envuelve.
Este proceso no es tan solo un acto singular con el cual se quieren expresar
soluciones individuales sobre sus necesidades y beneficios, al contrario, se
trata de procesos plurales que lleven en primer lugar a resolver problemas
de los grupos y, posteriormente, realizar aprendizaje e identificación con el
resto de los sujetos comunitarios para enfrentar los graves problemas.

Llegar a este estadio de participación requiere el uso de la educación como


una herramienta social que sirva para crear autónomamente condiciones de
bienestar que corresponden a cada individuo y comunidad de este país. Por
ello, la acción comunitaria, fuera de ser una moda, se yergue como la opción
para alcanzar esta meta en virtud que reúne condiciones metodológicas para
incidir en la transformación de la sociedad mexicana. De acuerdo con Llena,
Parcerisa y Úcar (2009):
1. La emergencia de comunidades locales que esgrimen la fuerza de sus
propias culturas podría ser, en buena medida, una respuesta a las presiones
globalizadoras que, en su versión más ligera, pretenden alejar a las
comunidades locales de su libre autodeterminación.
2. La vuelta a lo comunitario se puede interpretar como una estrategia para
hacer frente a los cambios en las relaciones sociales que dejan entrever
las situaciones de fragmentación social, exclusión social y desafiliación,
además del individualismo, cuyos efectos han sido perniciosos para la
sociedad moderna y;
3. La estrecha relación de lo comunitario con la política da relevancia a los
alcances de la acción comunitaria en un marco cambiante y móvil al que
las sociedades tratan de responder a través de nuevas formas organizativas
y modelos actualizados de autogobierno.

Considerando las referidas fortalezas de la acción comunitaria y sin olvidar


que son las personas y sus organizaciones las que favorecen la construcción del
contexto donde se va a actuar, un proyecto que una elementos de participación,
educación y comunidad, al margen del Estado, constituye una propuesta
alternativa plausible para dar respuesta a las dinámicas que la sociedad enfrenta
hoy en día, en particular en el plano educativo. El cambio hacia otro tipo de
sistema y cultura educativa a través de la participación es congruente con las
recomendaciones internacionales (Unesco, 2006) que coinciden en señalar
la necesidad de una educación para la participación que sea práctica y con
objetivos muy claros, ya que solo se aprenden conductas de participación
mediante la práctica. Dicha práctica debe ir acompañada de aprendizajes teóricos
adecuados a la edad y cultura de los estudiantes (Marina y Bernabeu, 2007:
NAYELY MELINA REYES MENDOZA l JUAN CARLOS MIJANGOS NOH 97
Marco de acción para la emancipación: educación no formal y participación comunitaria

131). Esta idea va a contrapelo de la línea de acción planteada por Salmerón


y Porras (2012: 226) quienes afirman que:
Se requiere sustituir la propuesta ancestral de la escuela para los indígenas por
una que provenga desde los propios indígenas o, por lo menos, una en la que
participen decididamente. (…) En este largo proceso de consensos deberán
participar las propias autoridades tradicionales, las comunidades lingüísticas y
los diferentes actores de la sociedad civil, así como las asociaciones académicas
que están nutriendo a la escuela indígena.

Al contrario de lo que estos autores plantean, nosotros creemos que la


educación indígena, situándose en la no formalidad, no requiere participación
del Estado mexicano para resolver los problemas que históricamente este ha
sido incapaz de atender. En este mismo sentido podemos entender que el tránsito
hacia un esquema educativo diferente requiere de una educación distinta de la
vigente, una que haga posible la igualdad de oportunidades entre las personas
y los pueblos. A este respecto Kemmis (2006: 175), oportunamente señala
que “una cosa es desear el desarrollo de una sociedad educativa y desear
formas educativas de la investigación en educación, y otra es lograrlas”.
Siguiendo este orden de ideas, es imperativo plantear, desde la corriente
crítica y democrática, una aproximación intercultural de la educación no
formal indígena que represente la conjugación de procesos de interacción,
intercambio, reciprocidad, apertura y solidaridad afectiva (Vergara, et al.,
2005: 746). Hablamos de participación verdadera, pertinente, inclusiva, en
síntesis, emancipadora.
En el sentido de lo antes dicho, podemos situar este trabajo en las
coordenadas de estudio que vinculan la mejora de la calidad educativa de
una población indígena, maya, con la participación comunitaria en dichos
procesos. Veamos.
La comunidad de estudio que se presenta a lo largo de estas páginas reunía
las condiciones antes descritas en torno a la educación indígena. Esta noción
la obtuvimos mediante un proceso de diagnóstico que implicó un proceso
revisión documental y dos años de trabajo de campo. Durante el proceso de
trabajo de campo se efectuaron 54 entrevistas y 2 asambleas del equipo de
trabajo integrado por 8 profesionales de las áreas de psicología, antropología,
educación y sociología, así como miembros de la comunidad que se han
involucrado en los procesos de educación no formal que más adelante se
presentan en forma sintética en la Tabla 1. A continuación presentamos los
hallazgos efectuados mediante nuestro trabajo de diagnóstico.
98 NAYELY MELINA REYES MENDOZA l JUAN CARLOS MIJANGOS NOH
Marco de acción para la emancipación: educación no formal y participación comunitaria

Canicab, Acanceh, en el estado de Yucatán, de acuerdo con el más reciente


censo (INEGI, 2010), tiene una población total de 758 personas, de las cuales
376 son hombres y 362 mujeres. En la localidad habitan 259 menores de edad
y 499 adultos, de los cuales 76 tienen más de 60 años. La población indígena
en Canicab representa 91% del total de personas (696 pobladores). En cuanto
al idioma que se habla en la localidad, 433 personas de más de 5 años de edad
declaran hablar maya, de los cuales seis la tienen como única lengua y 421
además hablan español. El porcentaje de analfabetismo es de 11.46% (6.63%
en los hombres y 16.3% en las mujeres) y el grado promedio de escolaridad
es de 5.73 (6.22 en hombres y 5.23 en mujeres). La comunidad de Canicab
está clasificada por el Consejo Nacional de Población (CONAPO) como una
localidad de alta marginación.
El análisis de la información recabada mediante entrevistas, observaciones
y exploración documental se hizo en diversas instancias individuales y colectivas
por parte del equipo de trabajo. En el plano de la indagación individual
destacan las tesis elaboradas por Alexis León (2014), Rocío Sánchez Benítez
(2015) y Guillem Tenas Subirana (2016). En el plano colectivo se hicieron
dos asambleas en las que tanto los investigadores externos como las personas
de la localidad que participan en el proyecto educativo coincidieron en que:
* Las condiciones de supervivencia a las que están sometidos los hombres
y mujeres de Canicab les impiden acompañar el proceso de educación de
sus hijos e hijas.
* La calidad de la educación que se imparte en las escuelas de la localidad es
deficitaria, por razones de carácter estructural, administrativo, financiero,
cultural, curricular y pedagógico. En concreto se considera que la educación
no responde a las necesidades de los niños y niñas de Canicab (Sánchez,
2015; Tenas, 2016). Como resultado conjunto de este proceso de análisis
se fueron proponiendo y poniendo en práctica las siguientes acciones de
educación no formal en Canicab:
NAYELY MELINA REYES MENDOZA l JUAN CARLOS MIJANGOS NOH 99
Marco de acción para la emancipación: educación no formal y participación comunitaria

Tabla 1. Acciones de educación no formal realizadas en Canicab

Proyecto Propósito Participantes


Espacio Creación y puesta en función de Niños
transdisciplinario un espacio transdisciplinario de y niñas.
de interpretación interpretación etnoecológica para la Adultos
etnoecológica para la educación de niños, niñas y personas mayores.
educación de niños y adultas.
adultos.
Creación de un espacio Conocer la situación actual de la lengua Niños y niñas
para la enseñanza de la maya en esta comunidad y que está de Canicab.
lengua maya dirigida enfocado básicamente a la difusión
a los niños y niñas de y recuperación de la lengua entre los
Canicab. niños de dicha comunidad.
Talleres de Crear un espacio de convivencia para Niños, niñas
manualidades y niños y señoras a través de talleres y mujeres.
repostería, rally educativos y de recreación.
deportivo, manejo de
residuos.
Impartición de cursos Apoyo extraescolar de formación en Niños y
complementarios en lengua extranjera dirigido a estudiantes niñas.
idioma inglés. de primaria.
Proyecto de Obtener información relacionada con Adolescentes
Investigación: Historia la historia del siglo XX, concretamente y adultos
de la Hacienda de sobre historia local, de la comunidad a mayores.
Canicab. partir de entrevistas a adultos mayores.

Diálogos sobre Compartir experiencias exitosas de Hombres,


educación y pueblos originarios en educación y mujeres y
comunicación de comunicación. jóvenes.
nuestros pueblos
originarios.
Cine Foro Generar un espacio de entretenimiento Niños, niñas
Uj- Ja´ Sijoob. y reflexión acerca de temas específicos y mujeres.
mediante la visualización y análisis de
material cinematográfico.
Integración de un grupo Establecer un espacio y acompañar el Adultos
de jóvenes trabajadores proceso de formación para bachillerato jóvenes.
para realizar estudios de de jóvenes de 18-24 años.
preparatoria abierta.
Creación y manejo del Crear un blog de creación colectiva Adolescentes.
blog “La Hacienda de autogestionado por los participantes del
Canicab”. proyecto de historia.
100 NAYELY MELINA REYES MENDOZA l JUAN CARLOS MIJANGOS NOH
Marco de acción para la emancipación: educación no formal y participación comunitaria

4. Marco de acción para la emancipación o del cómo


desembarazarnos del yugo neoliberal
Para Sarramona y Rodríguez (2010: 1) la participación significa que los
miembros de una sociedad tienen la capacidad de pensar, relacionarse, llevar
a cabo acciones en los diferentes entornos sociales en los que están inmersos
(familia, escuela, comunidad, entre otros). Por lo tanto, podemos entender
a la participación como una característica de la democracia. Isunza (2010:
266) coincide al señalar que la participación, fuertemente apoyada en el
discurso oficial pero escasamente implementada en la práctica, constituye un
mecanismo a través del cual se puede avanzar en los procesos democráticos
de toda sociedad justa. Para avanzar en esta idea tenemos que detenernos ante
la interrogante: ¿cómo debe estar distribuido el poder en una sociedad tan
compleja como la actual? Platón en “La República” (citado por Isunza, 2010:
267) mencionaba que existían dos respuestas; por una parte, el poder debía
ejercerse por quienes sepan hacerlo de la mejor manera; y por otra parte, el
poder debía ser ejercido a su vez, por aquéllos que experimentaran sus efectos.
En la primera respuesta podríamos entender que se refiere a quienes son
especialistas en algún campo de saber con experiencia para tomar decisiones que
conlleven al avance de la sociedad. Se referiría, en términos contemporáneos,
a la clase política determinada “democráticamente” en las elecciones lo que, a
ojos vistas de los acontecimientos más recientes, demuestra la incapacidad de
los gobernantes para resolver los problemas de violencia, corrupción, inequidad,
pobreza y desigualdad existentes. En la segunda respuesta podríamos considerar
a los ciudadanos que reciben y utilizan los apoyos o servicios establecidos
por el gobierno. Sin embargo, la controversia generada en torno al modo en
que los ciudadanos pueden o más bien ejercen el poder, incluyendo canales
de participación, normativas legales y administrativas, representatividad
real, relevancia social y prácticas cotidianas, puede ser asumida desde muy
disímiles posturas y nos obliga a explicar el cómo se podría llevar a cabo
este proceso en términos prácticos. En ese sentido, la principal aportación de
este documento, es la explicación sintética de una forma concreta que hemos
puesto en práctica en Canicab, misma que explicamos en líneas subsecuentes.
Una alternativa que hemos venido construyendo desde hace más de
dos años, como parte de un grupo amplio de investigación, consiste en la
participación comunitaria de los habitantes de Canicab en ámbitos externos a
los determinados por la estructura de poder establecida por el Estado. Hemos,
junto con los participantes interesados, logrado derivar acciones tan diversas
como las que enlistamos en la Tabla 1: alfabetizaciones académicas para
NAYELY MELINA REYES MENDOZA l JUAN CARLOS MIJANGOS NOH 101
Marco de acción para la emancipación: educación no formal y participación comunitaria

superar el analfabetismo y los déficits educativos generados por el Estado;


consolidación de una biblioteca junto con los grupos de madres de primaria
para los estudiantes de la comunidad; participación de alumnos de secundaria
en un proyecto que permita la reconstrucción de la historia de la comunidad;
creación de un espacio de interpretación etnoecológica enfocado en difundir
las propiedades, características, usos y beneficios de plantas nativas de la
región; la promoción de diálogos respecto de una amplia variedad de temas
relevantes para los pobladores; la construcción de un centro comunitario
que brinde acceso a Internet y provea de materiales, asesoría y espacios para
integrar un grupo de estudiantes de preparatoria; y otras iniciativas que aún
se encuentran en construcción por parte de los pobladores de la comunidad.
Después de enumerar las acciones iniciadas toca el turno de explicar,
¿quiénes han participado? Cabe aclarar que no han sido pocos, en nuestros
recuentos más recientes hemos contado a más de 52 estudiantes y académicos
externos a Canicab y a más de 150 personas de la comunidad, entre ancianos,
adultos y niños. Considerando el total de la población, esta cifra es significativa.
Es parte inmanente de nuestra investigación-acción resignificar una relación
de lo que implica la constitución de un elemento crítico en la educación no
formal. Es decir, nos planteamos cómo es posible pensar la investigación y
la acción como actos de resistencia frente a ciertas formas de instrucción que
tratan de reproducir un sistema hegemónico y unos seres humanos dominados.
Ponemos en práctica, no sin contradicciones y contratiempos, el supuesto
de que es posible una transformación por medio de ejercicios renovadores e
innovadores que de alguna forma posibiliten la formación de unas personas
con mayores capacidades creativas, tanto en el campo social como cultural y
político. Esto coincide con lo presentado por Gallego y Barragán (2007: 36).
Por ello, consideramos como participantes del estudio a todas las personas de
la comunidad de Canicab que deseaban o desean desempeñar un papel activo
en la mejora de la calidad educativa desde el ámbito no formal que se plantea
al margen del Estado. La respuesta hasta el momento parece favorable y nos
ha dejado estos aprendizajes:
1. En cada una de las acciones emprendidas se ha dado un proceso de
reflexión que tiene como denominador común el reconocimiento de los
habitantes de la comunidad de que las mismas acciones son generadas
ante la incapacidad del Estado de responder de manera eficaz en el
cumplimiento de los derechos de la población. En palabras de un vecino
durante su participación en los diálogos sobre educación y comunicación
de los pueblos originarios: “Estas son cosas que el gobierno debería
hacer y no hace años”.
102 NAYELY MELINA REYES MENDOZA l JUAN CARLOS MIJANGOS NOH
Marco de acción para la emancipación: educación no formal y participación comunitaria

2. Hay un reconocimiento de la capacidad autogestiva y para la solución


de problemas y la puesta en práctica de ideas que surgen de la misma
población. Esto se refleja en iniciativas de cursos y talleres que han sido
impartidos por los mismos habitantes de la población.
3. Se da una reapreciación de las virtudes de la solidaridad comunitaria y la
puesta en común de preocupaciones, ideas y soluciones a los problemas
comunes.
4. Hay una resignificación respecto de cómo se interpretan el discurso y la
acción de los gobernantes y agentes estatales, incluyendo los partidos
políticos. Estos ya no son vistos solamente como proveedores de dádivas,
sino como actores que solamente se presentan en tiempos de elecciones,
desaparecen fuera de estos periodos y contribuyen a mantener intactas
las relaciones de opresión.
5. Hay un replanteamiento del proceso educativo. Ya no se asocia este
solamente con la asignación de calificaciones o la obtención de certificados
sino con el aprendizaje eficaz para mejorar la vida. También se perciben
los mismos habitantes como parte fundamental del proceso y no como
“beneficiarios” de una acción educativa externa.
6. Se van vislumbrando posibilidades de un uso más racional de los recursos
que provee el entorno comunitario y se ha iniciado una activa reflexión
acerca de su aprovechamiento.
7. Se ha reforzado el sentido de pertenencia a la comunidad entre los jóvenes
participantes al recuperar saberes de antaño e historias leídas con una
perspectiva crítica que cuestiona el estatus quo y contraviene la versión
de la historia desde el punto de vista de los opresores.

Después de este breve recuento de pequeños logros se puede apreciar la


coincidencia de nuestras acciones con la definición de educación intercultural
crítica señalada por Walsh (2009: 25) que la plantea como:
Una praxis pedagógica crítica, intercultural y decolonial que pretende pensar
no sólo “desde” las luchas de los pueblos históricamente subalternizados,
sino también “con” sujetos, conocimientos y modos distintos de estar, ser y
vivir, dando un giro a la uninacionalidad y monoculturalidad fundantes de
la empresa educativa y su razón moderno-occidental-capitalista, para dar
centralidad, más bien, a la vida y, por ende, al trabajo aún incompleto de la
humanización y descolonización.

La casa apenas se está construyendo pero las manos para hacerla se


siguen multiplicando.
NAYELY MELINA REYES MENDOZA l JUAN CARLOS MIJANGOS NOH 103
Marco de acción para la emancipación: educación no formal y participación comunitaria

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La emergencia de una
“conciencia ecológica” en
un grupo de campesinos de
Morelos y su repercusión en
las prácticas
Silvana Girardo1

Resumen
Este trabajo forma parte de una investigación más amplia2 que aborda el
fenómeno de la formación para la agencia3 y los factores que favorecen y/o
limitan dicho proceso. Para ello, se realizó un estudio en caso en una zona
rural de Morelos, puntualmente se analizó la experiencia de un grupo de
sujetos, provenientes de diferentes comunidades del sur y nor-poniente del
estado de Morelos, en un programa educativo-productivo, destinado a que las
1
Instituto de Ciencias de la Educación de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos. Correo
electrónico: miegirardo@gmail.com
2
Los objetivos de dicha investigación plantean: i) analizar cómo un dispositivo de educación no
formal, que opera en el medio rural, favorece la capacidad de agencia de un grupo de campesinos
a fin de que puedan contribuir al desarrollo de sus comunidades, y ii) identificar los factores
del dispositivo (y del contexto) que favorecen y aquellos que obstaculizan la formación para la
agencia.
3
En este trabajo se entiende agencia como el conjunto de capacidades orientadas a realizar una
acción intencionada sobre situaciones, procesos, políticas y/o instituciones a fin de producir
transformaciones en el estado de las cosas. Esta noción de agencia implica a un agente colectivo,
que requiere de la vinculación y organización con otros para llevar adelante acciones, orientadas
por algún bien común, que contribuyan al desarrollo.

107
108 SILVANA GIRARDO
La emergencia de una “conciencia ecológica” en un grupo de campesinos de Morelos

familias rurales mejoren su calidad de vida a través de acciones innovadoras


y sustentables. Una de las principales repercusiones de esta experiencia fue
la emergencia de una conciencia ecológica en el grupo de participantes del
programa, vinculada a valores y principios agroecológicos, que influyó en la
modificación de ciertos hábitos y prácticas en los espacios doméstico, productivo
y comunitario. El artículo analiza estos últimos aspectos, identificando factores
que atraviesan el proceso formativo, favoreciendo y/u obstaculizando la
emergencia de disposiciones y capacidades.

1. Introducción
Históricamente, en nombre del desarrollo, las políticas dirigidas al medio rural
han estado orientadas a rescatar al campo del atraso para que pueda integrarse
al progreso técnico, al crecimiento y a la modernización. La revisión de
investigaciones (Pieck, 1996; Menocal y Pickering, 2005; MacMahon y Valdés,
2011; Delgado Reza, 2011; entre otras) mostró que los programas de educación
no formal dirigidos al medio rural, sobre todo los gubernamentales, han
estado vinculados a la capacitación técnica para el trabajo agrícola y basados,
frecuentemente, en enfoques extensionistas y de transferencia de tecnología;
y han minimizado, cuando no excluido, el desarrollo de otras capacidades
y saberes -como la organización social, la autonomía, la autogestión, la
participación ciudadana, el pensamiento crítico, la reflexión, la formación en
valores, etcétera- necesarios para que los sujetos puedan tomar las riendas de
sus vidas y aprovechar los recursos disponibles. Sumado a ello, la hegemonía
del conocimiento occidental moderno ligado a esta concepción de desarrollo
ha negado e invisibilizado todo un conjunto de saberes locales y ancestrales
que forman parte de la identidad y de los activos de los territorios rurales.
En México, en respuesta a los resultados poco alentadores por parte de
la educación oficial, muchas Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC)
han desplegado una serie de programas de educación no formal, empleando
métodos y prácticas participativas; muchas de ella con base en la educación
popular. Estas experiencias se han preocupado por temas como la autonomía,
la autogestión, el empoderamiento, la participación ciudadana, los procesos
organizativos de la población, entre otros; y si bien algunos estudios atestiguan
que la intervención por parte de estas organizaciones logra generar mayor
interés y participación de las personas (Girardo, S., 2011; Girardo, C., 2012)
se carece en general de evaluaciones e investigaciones sobre las características
y los resultados de este tipo de experiencias educativas.
SILVANA GIRARDO 109
La emergencia de una “conciencia ecológica” en un grupo de campesinos de Morelos

Este trabajo analiza las repercusiones que un dispositivo de educación no


formal, puesto en marcha por una organización de la sociedad civil, tuvo en un
grupo de campesinos que participaron de un proyecto educativo-productivo
denominado “Acciones Productivas, Comerciales, Innovadoras y Sustentables”
(APCIS). Entre las principales repercusiones, se observó que en el grupo de
personas habían surgido creencias y actitudes ligados principalmente al cuidado
del ambiente y de los recursos naturales, a la sustentabilidad, a las prácticas
y principios agroecológicos, a la preferencia por lo natural y orgánico, y a la
conciencia de una alimentación saludable. La emergencia de esta “conciencia
ecológica” es considerada como un conjunto de disposiciones para la acción
que, en su traducción a prácticas y acciones concretas, se ve condicionada
por factores de diversa índole. En el caso analizado, se pudo observar la
modificación y puesta en marcha de ciertas prácticas y hábitos en los ámbitos
productivo, doméstico y comunitario; y también se identificaron algunas
limitaciones y factores que condicionan dicho proceso.

2. El dispositivo de formación: un programa productivo-


educativo para mejorar la calidad de vida de familias rurales
Con el término “dispositivo de formación” nos referimos a una noción elaborada
por Yurén (2005), con base en trabajos de Bernard (1999) y Albero (2000),
que lo define como:
[…] un conjunto de elementos (actores, objetivos, actividades que desarrollan,
recursos empleados y reglas a las que obedecen las formas de acción e
interacción) dispuestos de tal manera que, al ponerse en movimiento, conducen
al logro de una finalidad educativa determinada, la cual responde o bien a
una demanda social, o bien a necesidades individuales (Yurén, 2005, p. 32).

Bernard (2006) compara al dispositivo con un “constructo”, entendido


como el lugar donde se producen las interacciones en un contexto organizativo
o institucional. El dispositivo responde a una serie de procedimientos, a
un proceso metodológico y también a una visión del mundo y a la misión
que se atribuye a la formación. “Como expresión de la cultura del contexto
institucional, el dispositivo expresa también una microcultura más o menos
específica” (p. 101).
Cuando hablamos de dispositivo de formación, en nuestro trabajo, hacemos
referencia a la Evaluación Participativa del proyecto “Acciones Productivas,
Comerciales, Innovadoras y Sustentables” (APCIS), en el marco del cual se
110 SILVANA GIRARDO
La emergencia de una “conciencia ecológica” en un grupo de campesinos de Morelos

tomó contacto con los sujetos de la investigación: un grupo de aproximadamente


15 hombres y mujeres, de entre 30 y 60 años, que militan activamente en una
Organización Campesina y participan asimismo de diferentes actividades y
programas puestos en marcha por una Organización de la Sociedad Civil;
ambas organizaciones están estrechamente vinculadas.4
Los sujetos pertenecen a distintas comunidades del sur y nor-poniente
del estado de Morelos. Se trata de nueve localidades pertenecientes a cuatro
municipios morelenses: Nepopualco; La Cañada (Municipio de Totolapan);
Colonia Lázaro Cárdenas (Municipio de Yautepec), Colonia Ángel Bocanegra
(Municipio de Tepoztlán); Chimalacatlán, Lorenzo Vázquez, Las Bóvedas,
Nexpa y Las Carpas (Municipio de Tlaquiltenango). Según el CONAPO (2010)
todas las comunidades han sido clasificadas con grado alto de marginación.
Si bien los datos analizados se produjeron en el marco del proyecto APCIS
(nos referimos a las entrevistas individuales y grupales, las observaciones
y conversaciones), cuando los informantes hablan de sus experiencias de
aprendizaje, organización y participación, se refieren a un conjunto más
amplio de actividades educativas y culturales (cursos, diplomados, talleres y
diferentes eventos y proyectos) impulsadas por las dos organizaciones antes
mencionadas, en las que han ido participando a lo largo de su trayectoria de
militancia.
El proyecto APCIS pretende hacer frente a la crisis de la economía
campesina y de las zonas rurales, que se han visto afectadas por la pérdida
de la autosuficiencia alimentaria, el deterioro ambiental, el incremento de la
migración, la expansión de la inseguridad y la violencia (entre otros problemas),
promoviendo una serie de acciones productivas que pudieran constituirse
como opciones de trabajo para las familias, con un enfoque basado en la
sustentabilidad. En una primera etapa, el proyecto echó a andar una serie de
acciones productivas y comerciales en diversas comunidades de Morelos y
Guerrero:5 granja de aves de corral, huerto de traspatio, compostaje con lombriz
para la producción de abono orgánico, tianguis de productos ecológicos,
4
Se trata de una Organización Campesina, de gran trayectoria en el Estado de Morelos, de la
cual los informantes forman parte como “militantes” y acceden, a través de ella, a diferentes
programas gubernamentales y a otros proyectos y actividades. La otra es una Organización Civil,
con fines principalmente educativos (ofrece diplomados, organiza jornadas demostrativas y de
capacitación, talleres, etc.), que atiende a población de Morelos y Guerrero. Sin embargo, los datos
que analizamos en este trabajo corresponden únicamente a sujetos pertenecientes a comunidades
del estado de Morelos.
5
En este trabajo se analizan las repercusiones del proyecto únicamente en los participantes del
estado de Morelos.
SILVANA GIRARDO 111
La emergencia de una “conciencia ecológica” en un grupo de campesinos de Morelos

vivero de plantas útiles, taller de agregación de valor, tienda de abasto. La


estrategia del proyecto se basó en la asignación de un pequeño monto de
dinero (materializado en insumos, materiales, herramientas y/o equipo) y
paralelamente, la realización de una serie de talleres de formación y capacitación
temática (vinculados a las acciones productivas). Los talleres se desarrollaron
empleando la metodología “De campesino a campesino”,6 que propicia el
intercambio de experiencias y conocimientos entre los participantes, limitando
la figura de técnico o experto y otorgando un peso importante a la práctica y
a la experimentación. En una segunda etapa, de fortalecimiento, el proyecto
planteó mejorar la eficiencia operativa de las APCIS y su articulación entre
sí, dando mayor énfasis al eslabón de agregación de valor y comercialización,
e incorporando a nuevas familias.
Un año después, se realizó una Evaluación Participativa de dicho proyecto,
con el objetivo de evaluar el impacto y los resultados de las acciones productivas,
y poder generar un modelo metodológico para la intervención comunitaria
con un enfoque de sustentabilidad. La evaluación se basó en el enfoque de la
Investigación-Acción-Participativa (IAP)7 e implicó la aplicación de encuestas
individuales y la realización de tres talleres colectivos, dedicados a identificar
acciones exitosas, reconocer dificultades; reflexionar sobre el proceso y evaluar
y socializar los resultados, aprendizajes y propuestas entre los participantes,
y con otras personas de las comunidades de pertenencia.

3. Formación, disposiciones y capacidades


Para definir el concepto de formación retomamos los planteamientos de Yurén
(2008), que la entiende como “un proceso por el cual un sujeto, a partir de
acciones e interacciones, contribuye a producir y reproducir la sociedad y
la cultura, al tiempo que se produce a sí mismo” (p.45). Se diferencia así
la formación de otras funciones como la capacitación y la enseñanza, en la
medida en que éstas últimas favorecen la adquisición de saberes teóricos,
procedimentales y técnicos, mientras que la primera tiende a transformar el
sistema disposicional del sujeto (Yurén, 2005).
6
Método que propicia el intercambio directo entre pares, en una situación donde prevalece la
horizontalidad y el lenguaje propio de los sujetos. La figura del técnico o experto queda limitada
a coordinar las actividades y facilitar los intercambios. Está basado en la comunicación directa y
en campo sobre la experiencia y sobre el conocimiento desarrollado y validado por los propios
protagonistas (Holt Giménez, 2008).
7
IAP es un método de investigación y aprendizaje colectivo de la realidad, basado en un análisis
crítico que requiere la participación activa de los grupos implicados (Ander-Egg, 2003).
112 SILVANA GIRARDO
La emergencia de una “conciencia ecológica” en un grupo de campesinos de Morelos

De acuerdo con la autora, el sistema disposicional permite a las personas


resolver situaciones problemáticas de distinto orden, relacionados con mundo
objetivo, subjetivo y social de las personas (2008, p. 41-42). Basada en Villoro
(1984), Yurén (2008) menciona disposiciones cognoscitivas, actitudinales y
conativas (para saber, para ser y para hacer), que son estructuradas en una
matriz o sistema disposicional; matriz que depende, en buena parte, de las
creencias y actitudes que las personas tengan en torno a sí mismos y a la realidad
natural, social y cultural (p. 49). En la realidad, las situaciones problemáticas
son complejas y están imbricadas, por lo que la capacidad del sujeto radica
en poder poner en práctica las disposiciones, movilizando diferentes tipos de
saberes (teóricos, procedimentales y prácticos: saber hacer, saber ser y saber
convivir) (p. 41).
En los procesos formativos es deseable que surjan conflictos afectivos y
cognitivos que pongan en tensión las estructuras motivacionales del sujeto y sus
formas de identificación; porque ello permite poner en cuestión la normalidad y
desestabilizar sus esquemas. Para que se produzca la formación, señala Avanzini
(1998), se requiere de experiencias desestabilizadoras que desestructuren a los
sujetos de manera provisoria, a fin de facilitar una nueva estabilización nucleada
en otras disposiciones. Yurén añade que estas experiencias desestabilizadoras
se logran cuando se pone a los sujetos en situaciones problemáticas reales que
les resultan significativas y relevantes.
Si la formación ocurre cuando se logra modificar o transformar disposiciones
(dispuestas, como señalamos, en una matriz o sistema disposicional), es
preciso aclarar qué se entiende por disposiciones y cómo se relacionan con las
capacidades. Según Marta Nussbaum (2012), cuyo trabajo constituye uno de
los principales aportes al enfoque de las capacidades propuesto por Amartya
Sen, las capacidades son “[…] un conjunto de oportunidades (habitualmente
interrelacionadas) para elegir y actuar” (Nussbaum, 2012: 40). Las capacidades
no son, sin embargo, y según la autora, simples habilidades residentes o latentes
en el interior de una persona, sino que también incluyen “las oportunidades
creadas por la combinación entre esas facultades personales y el entorno
político, social y económico” (Nussbaum, 2012: 40). Nussbaum llama a esto
capacidades combinadas, a saber: la totalidad de las oportunidades de las que
dispone una persona para elegir y actuar en una situación política, social y
económica concreta. La otra cara de la capacidad, es el funcionamiento; éste
es la realización activa de una o más capacidades; son “seres” y “haceres”
que vienen a ser los productos o las materializaciones de unas capacidades
(Nussbaum, 2012:44).
SILVANA GIRARDO 113
La emergencia de una “conciencia ecológica” en un grupo de campesinos de Morelos

Retomando también los aportes de Verd, Vero y López (2009), entendemos


la capacidad como la combinación de disposiciones internas, elementos
del contexto y recursos (a los que se tiene acceso); combinación que opera
como condición de posibilidad para producir oportunidades alternativas que
permiten al sujeto elegir y actuar en situaciones concretas. La combinación de
las facultades personales (subjetivas) con el contexto o entorno, y el acceso
a los recursos disponibles (objetivas), hace posible que las capacidades se
materialicen en desempeños. Estos son, como señalan Verd, Vero y López
(2009), el conjunto de seres y haceres que finalmente una persona lleva a la
práctica.
Por último, nos interesa remarcar que, como muestra la Figura 1, a
través de la acción educativa, y más precisamente de la formación, es posible
modificar o transformar el sistema disposicional y de esta manera, contribuir
al desarrollo o fortalecimiento de las capacidades.

Figura 1: Relación entre disposiciones, capacidades y formación

Fuente: elaboración propia (2015).


114 SILVANA GIRARDO
La emergencia de una “conciencia ecológica” en un grupo de campesinos de Morelos

4. Metodología
El trabajo se encuadra en una metodología de investigación cualitativa. Se
empleó la mirada etnográfica (Guber, 2001; Atkinson y Hammersley, 1994)
en la realización del trabajo de campo (contacto con los sujetos y producción
y acopio de los datos). Ello implicó la revisión de documentos y materiales
institucionales; la observación participante de varias actividades y eventos;
la colaboración en la evaluación participativa del proyecto APCIS, donde
se realizaron una serie de talleres de discusión, entrevistas estructuradas en
base a un cuestionario; entrevistas semi-estructuradas y conversaciones con
directivos e integrantes del equipo técnico. Como estrategia general de análisis
se retomaron los procedimientos propuestos por la teoría fundamentada
(Strauss y Corbin, 2002); construyéndose una serie de categorías que en sus
relaciones permitieron comprender y explicar el fenómeno en estudio. En
este artículo se presenta el análisis de una de las categorías construidas, “La
conciencia ecológica y las prácticas productivas, domésticas y comunitarias”,
con el objetivo de mostrar cómo el dispositivo ha repercutido en los sujetos
a partir de la modificación de ciertas disposiciones relacionadas convalores y
principios agroecológicos, y cómo ello ha influido en la puesta en marcha de
ciertas prácticas y hábitos en los ámbitos productivo, doméstico y comunitario.

5. La emergencia de una conciencia ecológica


Durante los talleres, los participantes reconocieron haberse dado cuenta de las
ventajas y beneficios de cultivar la tierra y de criar animales a base de insumos
naturales; de la importancia y la conveniencia de producir abonos orgánicos en
casa, evitando el uso de agroquímicos en la agricultura. Hicieron énfasis en los
beneficios derivados de consumir productos orgánicos y, como contraparte, en
los riesgos y problemas asociados al consumo de ciertos alimentos y productos
químicos e industrializados. También reflexionaron sobre la importancia de
recuperar la biodiversidad a través de la combinación de cultivos en la milpa.
Veamos algunos fragmentos donde se alude a estos aspectos:
En cuanto a la agricultura orgánica, debemos excluir los químicos para evitar
la erosión del suelo, daños orgánicos a nuestro cuerpo e ir perfeccionando el
trabajo ecológico. En cuanto a los daños a la salud, es importante mencionarlo,
puesto que todos los químicos de cualquier tipo son perjudiciales tanto
para nuestro suelo, nuestra agua y para nuestro cuerpo (Ariel, 33 años. Las
Bóvedas, julio 2012).
SILVANA GIRARDO 115
La emergencia de una “conciencia ecológica” en un grupo de campesinos de Morelos

[…] es bueno aprender a utilizar los baños secos, que no los llevamos a cabo,
a la mayoría de nosotros se nos hace tan fácil echarle la cubeta de agua y que
se vaya. Sin embargo, no sabemos que eso lo podemos utilizar en abonos
para nutrir el campo. Y aunque decimos, “fuchi la popó de uno”, pero eso es
muy bueno porque hay un proceso determinado que se utiliza y no apesta.
Decimos nosotros que porque apesta, pero no apesta (Luisa, 48 años. Las
Bóvedas, julio 2012).
[…] el interés por comer sin químicos, más sano y saludable, porque podemos
comer más proteínas, hierro, vitamina E y C, de lo que cultivamos: rábanos,
pepinos, verdolagas, calabaza, frutales como guayabas, maracuyá […] si no
tengo dinero, cultivando la familia hemos podido comer más saludable. Se
siente muy bonito darle algo orgánico a nuestra familia, porque sabemos que
en ello no van tantos químicos (Sofía, 56 años. Chimalacatlán, julio 2012).

La conciencia ecológica alude entonces a este conjunto de disposiciones


ligadas al cuidado del ambiente y de los recursos naturales, a la idea
sustentabilidad, a las prácticas y principios agroecológicos, a la preferencia
por lo natural y orgánico (en oposición a lo industrializado) y a la conciencia
de una alimentación saludable. La emergencia de estas disposiciones se
conforma a partir de la modificación -o refuerzo- de algunas creencias y de
la incorporación o recuperación de ciertos valores. Estos valores y principios
agroecológicos forman parte de la filosofía y de la intencionalidad educativa
de la organización que impulsa el proyecto APCIS, pero a su vez, resulta
significativo en el grupo porque representan un retorno a prácticas tradicionales
y ancestrales, que históricamente han caracterizado la vida en el campo y que,
por diferentes razones, han caído en desuso. Adoptar estos principios conlleva
por lo tanto a cambiar algunas prácticas actuales que hoy se han extendido
en las zonas rurales.

6. La modificación y puesta en marcha de prácticas


productivas, domésticas y comunitarias
Como resultado de los aprendizajes y de la experiencia en el proyecto APCIS las
personas del grupo estudiado han modificado y/o emprendido nuevas prácticas
en diferentes ámbitos. Reconocieron, por ejemplo, haber recuperado el hábito
de cultivar la tierra y aprovechar sus terrenos para actividades productivas.
Muchos han iniciado huertos de traspatio, han instalado o mejorado granjas
de animales pequeños o han acomodado un espacio para preparar sus abonos
orgánicos (lombricomposta).
116 SILVANA GIRARDO
La emergencia de una “conciencia ecológica” en un grupo de campesinos de Morelos

[…] anteriormente yo no tenía el hábito de sembrar un pápalo, un cilantro, un


rábano, cosa que ahora, con lo de las APCIS sí. Tomamos el Diplomado de
Agricultura y yo no tenía esos hábitos […] porque yo antes me dedicaba al
negocio de la papelería; mi vida dio así un giro, y lo dio muy rápido. Para mí
sí es una experiencia pues rica, bonita, y mi hábito es de seguir aprendiendo
[…] (Virginia, 34 años. Col. Ángel Bocanegra, 2012).

También mencionaron haber puesto en práctica alguna de las técnicas


ecológicas (ecotecnias) aprendidas, como la instalación de filtros de aguas
jabonosas y su reutilización para riego; la construcción de estufas ahorradoras
de leña; la instalación de camas biointensivas para huertos; la construcción
de cisternas de ferrocemento, entre otras.
En el caso de los que ya realizaban alguna actividad agropecuaria, el
aprendizaje de nuevas técnicas y procedimientos ha significado mejoras y
beneficios en sus labores. El empleo de abonos e plaguicidas orgánicos que
ellos mismos elaboran, por ejemplo, representa un ahorro, al no tener que
comprar agroquímicos, y brinda satisfacción al saber que están preservando
la calidad del suelo y de sus cultivos. Quienes criaban animales se han
visto beneficiados al implementar técnicas naturales para tratar y prevenir
enfermedades, ahorrándose así las medicinas y aprovechando los recursos
disponibles (hierbas, flores, medicinas caseras). Otras personas señalaron
haber aprendido a agregar valor a sus productos, y que ello les ha permitido
vender a un mejor precio.
Antes ocupábamos químicos, ahora nuestras plantas y cultivos les echamos
nuestro abono orgánico. Y es útil por el dinero que ahorras […] Por otro lado
me ayuda porque siento que ayudo al planeta tierra, a reciclar. Para que no
dejemos a nuestros hijos el plantea con tanta contaminación (Modesto, 48
años. Nepopualco, octubre, 2012).

Los sujetos reconocieron asimismo haber modificado hábitos cotidianos,


que se manifiestan en el espacio doméstico: separar los residuos y reutilizarlos
para abonar la tierra o para producir composta (en lugar de quemarlos o
desecharlos); elaborar y usar fertilizantes y plaguicidas orgánicos (en lugar
de químicos); realizar algunas prácticas de conservación de suelo, como la
rotación de cultivos, el chapeo sin herbicidas, la construcción de caracoles para
retener agua y suelo durante la temporada de lluvias, entre otras. También el
empleo de hierbas y otros productos locales y regionales para uso medicinal
y cuidado de la salud.
SILVANA GIRARDO 117
La emergencia de una “conciencia ecológica” en un grupo de campesinos de Morelos

[Me ha beneficiado] en cuestión que todos los desperdicios, la basura,


antes se descomponía, olía mal. Ahora ya lo empleamos en la lombriz. No
contaminamos ni tiramos tantas cosas. Aprendimos a reciclar (María A., 43
años. Nepopualco, octubre 2012).

Los sujetos reconocieron una mejora en la economía familiar debido


principalmente al ahorro proveniente de lo que producen para el autoconsumo.
Sin embargo, la comercialización no logró afianzarse y se mantuvo como un
aspecto incipiente.8
A nivel comunitario, las repercusiones han sido más limitadas. Si
bien dentro de los objetivos del proyecto se esperaba que el impacto de
los emprendimientos trascendiera la esfera familiar, distintos factores que
condicionaron este proceso. Sin embargo, los sujetos valoraron como muy
positivo la posibilidad de convivir y comunicarse con el grupo (compañeros del
Proyectos APCIS) y con vecinos y familiares de la comunidad para compartir
los conocimientos y prácticas que habían aprendido. Todos se mostraron
abiertos a mostrar a los demás sus propias experiencias, a demostrar con
ejemplos concretos que es posible modificar algunos hábitos domésticos y
adquirir prácticas agroecológicas; y que todo ello tiene resultados positivos,
tangibles y observables.
Una participante (Virginia, 33 años, Col. Ángel Bocanegra) comentó que
su hija le había hecho promoción en la escuela, y a raíz de ello, la maestra
propuso hacer una visita con todos los alumnos para conocer sobre huertos y
sobre agricultura orgánica. Otra participante (Justa, 54 años, Lázaro Cárdenas)
comentó que le ha servido mucho participar de cursos y talleres porque ahora
ella puede enseñar e informar a sus vecinos y familiares, e incluso asesorar
a algunos en materia de organización del espacio y empleo de fertilizantes
orgánicos.
Demostrar, enseñar y motivar a los otros, propone al grupo un desafío y los
motiva para continuar aprendiendo. Sin embargo, los participantes reconocieron
tensiones con los vecinos y pares de sus comunidades de pertenencia, al
percibir escepticismo, desinterés y enjuiciamiento respecto a algunas ideas y
prácticas que realizan:
Hay que seguir, toda la gente ve [la milpa] y dice “no porque le mete mucho el
agua, por eso la tiene bonita” […]. Hay veces que se les dice [que empleamos
abonos orgánicos] y la tratan de a loca a una. Y nos dicen “eso no es cierto”.
El tianguis campesino ha funcionado de manera intermitente y los sujetos refirieron en varias
8

ocasiones que no han logrado ventas significativas.


118 SILVANA GIRARDO
La emergencia de una “conciencia ecológica” en un grupo de campesinos de Morelos

Ya mirando cómo están las cosas ya es cuando les va entrando la espinita


(Ema, 48 años. Lorenzo Vázquez, octubre 2012).
Sí, nos han dicho que si queremos hacer algo por nuestra comunidad, pero
ahí la gente es muy, como le digo, no creen. Si les decimos que vamos a
bajar un recurso por medio de la organización, pues no creen. Porque ahí
sólo que sea el ayudante [municipal], o el comisario. Pero nosotros, como
ven que somos de ahí de la comunidad dicen “¿y este qué?” (Modesto, 49
años. Nepopualco, mayo 2015).

El reconocimiento de estas diferencias con los pares de la comunidad


es parte de un proceso reflexivo por el cual los sujetos advierten sus propios
aprendizajes y cambios, en contraste con los otros. Esto refuerza una identidad
de grupo caracterizada por compartir valores y prácticas “agroecológicas”, y da
cuenta de que el programa ha repercutido en ellos favoreciendo cambios en sus
creencias y actitudes. Sin embargo, haciendo un balance, las repercusiones a
nivel comunitario han sido incipientes y es necesario evidenciarlas en el marco
de las tensiones y factores presentes en el contexto organizacional y socio-
cultural. Por ejemplo, ciertos rasgos arraigados en las comunidades, como la
presencia de roles de género estereotipados que ponen en desventaja a la mujer,
las resistencias a incorporar lo diferente, la apatía por los asuntos públicos,
la religiosidad (idea de la espera pasiva y provisión divina), son aspectos que
condicionan la autodeterminación y la confianza de las personas en las propias
capacidades para transformar su realidad; y han condicionado el impacto a
nivel comunitario (sumar más personas a las acciones productivas, organizarse
para emprender acciones colectivas en la solución de algún problema común,
ampliar las redes de producción y comercialización).

7. Factores que operan en el proceso formativo, favoreciendo


u obstaculizando el despliegue de capacidades
El proceso formativo se ha visto atravesado por factores favorecedores.
Los métodos participativos empleados, principalmente el denominado “De
Campesino a campesino”, ha permitido el intercambio entre pares y el
aprendizaje en la práctica. Así también, los espacios de diálogo y evaluación
participativa (talleres) ofrecieron a los sujetos la posibilidad de dar cuenta
discursivamente de la experiencia vivida y reconocer aciertos y errores,
constituyéndose como instancias metacognitivas momentos, de alto valor
formativo. Por su parte, el rol asumido por los facilitadores de las instancias
SILVANA GIRARDO 119
La emergencia de una “conciencia ecológica” en un grupo de campesinos de Morelos

de taller y de las capacitaciones, ha permitido resaltar el protagonismo de


los participantes y limitar, en cambio, la figura del experto o del técnico. De
esta manera, se reconocen los saberes locales y tradicionales que cada sujeto
y cada comunidad porta, y ello ha repercutido positivamente, mejorando la
confianza de los sujetos en sí mismos y en sus capacidades, y motivándolos a
seguir aprendiendo. Por último, el apoyo familiar ha operado como un factor
que permitió, particularmente a las mujeres, asistir y ser constantes en las
actividades del proyecto.
Se identificaron también otros factores, que limitaron u obstaculizaron el
proceso de formación, y que influyen también en el despliegue de capacidades.
Algunos de estos están presentes en el contexto socio-cultural, como la
lógica asistencial, y otros provienen del contexto organizacional y del propio
dispositivo de formación. Se han reconocido, por ejemplo, aspectos poco
atendidos en el proceso de formación; como el desarrollo de capacidades
relacionales y organizativas, el manejo de conflictos de intereses, entre
otros aspectos. Ello obedece en parte al perfil de algunos coordinadores, que
han priorizado la transmisión y la adquisición de conocimientos técnicos y
procedimentales. Por otra parte, ha habido desaciertos en el planteamiento y
operación del proyecto, como un diagnóstico insuficiente de las habilidades y
capacidades previas del grupo. Por otra parte, la lógica en que las organizaciones
se mueven para obtener financiamiento y mantener sus estructuras, ha influido
en el establecimiento de tiempos, objetivos y metas, que muchas veces no
corresponden con los tiempos de los procesos sociales. Apresurar procesos
que requieren de más tiempo ha conducido, en ocasiones, a desatender algunos
aspectos en la formación.
Así mismo, se han observado importantes tensiones entre las aspiraciones
de las organizaciones y las prácticas reales de participación de los destinatarios
de los proyectos y programas. Ciertas dinámicas organizacionales contribuyen
a reproducir una participación instrumental por parte de los militantes, quienes
se acercan esperando recibir apoyos o recursos, y cuándo los obtienen,
abandonan el espacio.
La formación, como hemos mencionado, implica la transformación del
sí mismo en constante interrelación con otros. En el caso analizado, la misma
se evidencia en la modificación -y refuerzo- de las disposiciones (creencias
y actitudes) ligadas a la agroecología y a la idea de sustentabilidad. Sin
embargo, no siempre estas disposiciones se han podido ver materializadas en
desempeños (acciones concretas), o en algunos casos, han quedado truncas.
120 SILVANA GIRARDO
La emergencia de una “conciencia ecológica” en un grupo de campesinos de Morelos

Por ejemplo, los participantes del proyecto reconocieron haber aprendido a


agregarle valor a sus productos y que ello les permitiría vender mejor y evitar
a los intermediarios (“coyotes”). En otro... Ello da cuenta de un aprendizaje,
asentado en nuevas disposiciones. Sin embargo, la dificultad para encontrar
mercados y para poder participar en ellos de manera consistente, es una
limitante que no responde únicamente a la habilidad o voluntad de los sujetos,
sino a condiciones del contexto (precio del mercado, desconocimiento de
las personas sobre la producción orgánica, etc.). Aquí se pone de manifiesto
la diferencia entre disposición y capacidad, ya que esta última implica la
combinación de disposiciones internas, elementos del contexto y recursos a
los que se tiene acceso; lo que le permite finalmente al sujeto elegir y actuar
en una situación concreta.

Conclusiones
Ruiz Muñoz (2009) señala que el aprendizaje de adultos es resultado tanto de
las interacciones y prácticas sociales instauradas en las experiencias político-
pedagógicas, como de elementos relacionados con las condiciones, el sitio
y el contexto de aprendizaje; así como con la experiencia y el conocimiento
acumulado en la historia de vida de la gente. En el caso que analizamos, los
sujetos han ido transitando diferentes instancias y momentos en su proceso
formativo, y han participado de actividades con finalidades explícitamente
educativas y de otras que, sin explicitarlas, también producen aprendizajes
y cambios.
La experiencia de los sujetos en las diversas instancias ha colaborado
con la emergencia de una conciencia ecológica, que se considera una de las
repercusiones más positivas en el caso analizado: la incorporación de este
conjunto de principios y valores puede considerarse como parte de un cambio
en el esquema disposicional del grupo, que opera como orientador de conductas
y prácticas. Esta conciencia ecológica ha favorecido que las personas puedan
reconocer y reflexionar críticamente sobre una serie de temas y situaciones y
modificar algunos hábitos y prácticas relativos a la salud, la alimentación y
las prácticas ecológicas y sustentables.
La esfera familiar-doméstica es el espacio donde se manifiestan más
claramente las prácticas y los hábitos que los sujetos emprendieron y/o
modificaron. Sin embargo, las repercusiones a nivel comunitario han sido
mucho más incipientes. La investigación ha evidenciado que los sujetos han
SILVANA GIRARDO 121
La emergencia de una “conciencia ecológica” en un grupo de campesinos de Morelos

desarrollado disposiciones a compartir los saberes y conocimientos con otros, y


a promover y convocar a otras personas, pero aún no cuentan con la capacidad
colectiva para que esas disposiciones se traduzcan en desempeños, pues se
encuentran con resistencias y rasgos culturales que dificultan el involucramiento
y la organización de las personas para emprender acciones conjuntas. La
autonomía y a la autodeterminación se ven aún limitados por factores como la
forma de operar el proyecto (que genera dependencia), prácticas y dinámicas
organizacionales reproductoras de una lógica asistencial, un tipo participación
con fines instrumentales y otros factores contextuales. Estos han permeado
precisamente la autonomía de los sujetos para autoorganizarse y para participar
con un sentido más crítico, político y social.
Por último, la identificación y análisis de los factores que intervienen en el
proceso de formación, muestran aspectos positivos del método participativo:
mayor protagonismo de los sujetos en la construcción del conocimiento, rol
limitado del facilitador, espacios para el diálogo y la reflexión, pertinencia de
los contenidos y valores perseguidos con el mundo de vida de los sujetos. Ello
demuestra que la modalidad pedagógica puesta en marcha por el dispositivo se
acerca a la forma en que las personas aprenden en los contextos de sus vidas
cotidianas, y retoma los saberes tradicionales propios de los territorios. A su
vez, se evidencian también una serie tensiones y factores que dan cuenta de la
compleja trama social, política, económica, cultural y ambiental en la que los
procesos educativos se insertan, y de la necesidad insoslayable de incorporar
estos elementos para analizar y comprender las realidades educativas.

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El dilema entre resistencia
y creación de autonomía
en el Cedazo del Altiplano
Potosino
José Javier Maisterrena Zubirán1

Resumen
El texto está centrado en la auto-mirada reflexiva sobre la relación de los
académicos con los ejidatarios. Esta bifurcación o “dilema” entre resistir
(por un lado) y crear autonomía (por el otro), opuestos ambos a integrarse
o al dejarse llevar por las “alternativas” que ofrece el sistema dominante,
será en el texto el centro del debate reflexivo a partir de Castoriadis sobre la
autoalteración de nuestro quehacer académico con los ejidatarios. El artículo
inicia con una invitación en asamblea realizada a los ejidatarios para mirar-se
reflexivamente, tal que contribuya a poder crear su proyecto de autonomía.
En esas condiciones nos re-planteamos la relación con los ejidatarios de la
localidad para elaborar una propuesta elucidatoria, reflexiva y deliberante de
hacer praxis en lugar de reducirnos a realizar una indagación pseudo-racional
y supuestamente “científica” sobre las poblaciones que observamos. Los
ejidatarios se encuentran divididos en facciones y en conflicto entre sí, bajo
el contexto histórico social de una localidad rural del altiplano potosino de
amenazas políticas heterónomas del grupo antorchista, de los zetas y de los
gobiernos en turno en el dominio capitalista extractivo y de la aparición de
1
Profesor Investigador del Programa en Estudios Antropológicos de El Colegio de San Luis. A.C.,
Correo electrónico: jmaisterrena@colsan.edu.mx

125
126 JOSÉ JAVIER MAISTERRENA ZUBIRÁN
El dilema entre resistencia y creación de autonomía en el Cedazo del Altiplano Potosino

los megaproyectos como la minería y el parque eólico, lo cual hace incierto


e indeterminado lo posible por hacer y lo que ellos puedan decidir hacer en
su subjetividad y acuerdo colectivo reflexivo y deliberante para definir su
propio destino.

1. Introducción
Un capitalismo que se desarrolla, con el esfuerzo de afrontar una lucha
continua contra el statu quo de las cadenas de fabricación, así como contra las
esferas de las ideas o del arte, y un capitalismo cuya expansión no encuentra
ninguna oposición interna efectiva son dos animales sociohistóricos totalmente
diferentes. (Castoriadis 2008:26).
En ese capitalismo bicéfalo que alude el epígrafe de Castoriadis nos
encontramos. En ocasiones los académicos nos consideramos pertenecientes a
uno de esos animales sociohistóricos con la denuncia que hacemos, con la cual
pretendemos afrontar esa expansión depredadora, explotadora del capitalismo.
No obstante, tanto los ejidatarios del Cedazo como nosotros tenemos
interiorizados a esos dos animales sociohistóricos en nuestra individualidad
y los reproducimos inconscientemente. Es frecuente que en nuestro decir y
nuestro hacer, nos oponemos explícitamente y simultáneamente de manera
no consciente contribuimos a su expansión. Hay que decir que esa animalidad
en ambos sentidos, todos (académicos y ejidatarios) lo hacemos dentro del
sistema y como parte de él y al hacerlo contribuimos tanto en la alteración
como en la reproducción autonomizada del mismo y de sus instituciones. En
estos caminos que se bifurcan preguntamos ¿qué hemos de hacer? ¿Resistir
o crear autonomía? ¿Podemos contribuir desde nuestra pequeñez a crear
una sociedad diferente? Conforme a Castoriadis, consideramos necesario
preguntarnos sobre el sentido y el para qué de lo que hacemos y pensamos,
reflexivamente, y deliberar sobre aquello que necesitamos hacer y pensar para
dar cuenta de ello ante nosotros y ante los otros.
Desde la academia consideramos el valor positivo de la creación de una
sociedad autónoma. Pero no autónoma como algo dado sino precisamente
como algo dándose, como en proceso del estar siendo nunca pleno y nunca
acabado. Para hacer que llegue a ser la autonomía en su devenir, y que lo
que aún no es, sea, necesitamos hacerlo también nosotros posible, no llegará
sólo. Ni tampoco es suficiente que observemos y registremos eso que está
sucediendo de manera distante.
JOSÉ JAVIER MAISTERRENA ZUBIRÁN 127
El dilema entre resistencia y creación de autonomía en el Cedazo del Altiplano Potosino

La libertad es la capacidad que tenemos de decidir y hacer lo que nosotros


queremos. No obstante, no se reduce a ello, a partir de la definición de
praxis de Castoriadis (2013: 148) consideramos que esa libertad personal
se constituye con la libertad del otro, nace con la libertad del otro y ambas
con la libertad social y en una dinámica las tres libertades que se necesitan
y se hacen posibles. Esto es, sólo con la libertad del otro y desde la libertad
del otro inicia la libertad propia. Entonces el sentido de mi libertad ya no se
reduce a hacer-lo-que-quiera sino en hacer que tanto la libertad del otro como
la libertad social con la propia estén siendo posibles. Esto es, la libertad se
fabrica con libertad y sólo con ella, creamos así libertad con libertad. La libertad
autopoéticamente se reconstituye a sí misma en proceso permanentemente
inacabado e incierto. Lo contrario también puede ser, la negación de mi libertad
pretende la negación de la libertad del otro y la social en la heteronomía y
repetición de las instituciones que se autonomizan de los individuos y de las
sociedades que las crearon. Creación y repetición resultan inciertas por el
imaginario radical de los individuos.
En ese sentido y para tener congruencia con la intención de la creación de
libertad como proyecto, consideramos relevante problematizar el conocimiento
científico. La propuesta a consideración del lector, consiste en subordinar el
conocimiento y la ciencia para el devenir de la autonomía tanto en lo individual
y subjetivo (de hacer consciente lo inconsciente), como en lo social (para hacer
visibles las instituciones autonomizadas que tenemos interiorizadas y hacer
evidentes las heteronomías) y crear instituyentes en los que se manifieste el
imaginario radical.
Esto implica y requiere una ruptura con lo dado establecido marcado
por la directriz de las instituciones del dinero, del poder y de la ciencia, las
cuales se han autonomizado de la sociedad misma y se imponen de forma
heterónoma y reíficada y magmática en las Significaciones Imaginarias
Sociales del “Progreso” y de lo “racional” con los cuales están interconectadas.
Necesitamos poner en duda, problematizar, el producir documentos que puedan
ser utilizados por quién sabe quién y quién sabe cómo, para quién sabe qué,
los cuales elaboramos en el supuesto de la pseudo racionalidad de la sociedad
capitalista y de la institución de la ciencia en la que nos desenvolvemos. Esas
indagaciones, muchas de ellas muy valiosas que representan esfuerzos de
años, de décadas incluso, que están desarticuladas de la creación de realidad,
llegan a ser absorbidas y usadas por las instituciones académicas, burocráticas
o empresariales (que supuestamente denunciamos) para la repetición expansiva
de la sociedad dominante capitalista.
128 JOSÉ JAVIER MAISTERRENA ZUBIRÁN
El dilema entre resistencia y creación de autonomía en el Cedazo del Altiplano Potosino

La propuesta a la que hemos llegado a partir de la presencia y participación


personal en el acompañamiento con los ejidatarios de El Cedazo en su
recuperación de la tierra, es que necesitamos cambiarnos por nosotros mismos
(autoalterarnos) y contribuir deliberada y explícitamente en la creación de
nosotros mismos libres en devenir y de una sociedad autónoma en proyecto con
nuestras limitaciones y circunstancias. No es algo que hemos de dejarle a los
demás, como si dijéramos: ellos serán los que harán la sociedad y la historia,
nosotros sólo la pensamos o la describimos desde afuera. Tampoco va a llegar
del cielo o por la magnanimidad de un gobernante, por un santo iluminado
o por decisiones de Estado. Para crear esa sociedad es imperioso salirnos
de la dinámica de la pureza del no involucrarnos haciendo, del aislamiento-
indiferencia-rechazo a la alteridad del otro, del evitar equivocarnos, del
eludir la responsabilidad creativa de sociedad, con la pretendida justificación
de circunscribirnos al registro o a la institución de la ciencia que nos norma
desde fuera. En la posibilidad de equivocarse está también la libertad, pero sin
perder de vista la autonomía como proyecto; el error realizado puede retomarse
reflexivamente y servir para la creación de libertad. Como ejercicio desde la
academia, consideramos nuestra participación con los ejidatarios del Cedazo
en la creación de libertad. A partir de esas reflexiones elaboramos el texto que
y presentamos el 29 de junio del 2014 en la Asamblea del ejido del Cedazo en
el Tajo como pretensión de autoalteración de académicos y estudiantes con la
alteridad de los ejidatarios:

1.1. Asamblea de Ejidatarios del Cedazo


Solicitamos como colectivo Abajo en el Desierto autorización a la asamblea
para decir nuestra palabra y compartir nuestro punto de vista. Sabemos que
en la sociedad que vivimos, donde nacimos y de la cual formamos parte hay
grandes contradicciones, injusticias y desigualdades creadas por el poder o
por el dinero. Consideramos que la contradicción o conflicto principal está
entre dirigentes y ejecutantes, sea que manden por el poder o por el dinero,
mientras los otros obedecen por la jerarquía del gobierno o por el salario o por
ambas. Todos quisiéramos ser dirigentes y decirles a los demás lo que deben
hacer, pero por el otro lado, a nadie nos gusta que nos digan lo que debemos
de hacer. Recordemos el cuento de Ceferino sobre el arquitecto y el albañil, en
dónde uno le dice al albañil que haga y deshaga la pared, y el otro con rabia
obedece por el miserable salario que le pagan.
JOSÉ JAVIER MAISTERRENA ZUBIRÁN 129
El dilema entre resistencia y creación de autonomía en el Cedazo del Altiplano Potosino

Afirmamos que la forma de organizar al ejido depende de ustedes y


sólo de ustedes. Si a las leyes instituidas nos referimos, la autonomía agraria
otorga esa facultad a los ejidatarios por el simple hecho de ser campesinos,
ahí se les otorga la potestad indispensable para organizarse en sus quehaceres
económicos, políticos, culturales y sociales.
Si ustedes quieren que sea el presidente municipal el que diga que es lo
que hacen, es decisión de ustedes; si quieren que sea el de oportunidades, es
decisión de ustedes; si quieren que sea el procurador agrario, es decisión de
ustedes. Si quieren que seamos nosotros los que les digamos que hacer o qué
no hacer, también es decisión de ustedes; pero nosotros queremos que ustedes
decidan por ustedes mismos, libremente y respetando su asamblea.
Porque con la libertad de cada uno de ustedes comienza la nuestra, la del
colectivo abajo en el desierto, porque con ustedes podemos crear una sociedad
libre y entonces necesitamos decidir juntos, de igual a igual, hombres, mujeres,
jóvenes y niños; ustedes y nosotros, todos parejos. Los necesitamos estar
haciéndonos libres como proceso, caminando, reflexionando y deliberando
juntos para hacer lo que juntos decidamos hacer.
No hay la libertad total, nunca seremos plenamente libres, pero podemos
poco a poco irnos haciendo libres, podemos en el andar estar siendo libres paso
a paso en la reflexión, la deliberación y el hacer juntos y corresponsablemente.
Pero si nuestra libertad inicia con la libertad del otro, necesitamos
relacionarnos con el otro, no como enemigo, no como indiferente o ajeno,
no como subordinado, sino como alguien igual a nosotros que necesitamos
para poder ser recíprocamente libres. Esto es, sumarnos en coordinar nuestras
reflexiones, deliberaciones y haceres para hacernos libres. Es decir, para que
yo pueda ser libre, nos necesitamos libres uno y otro. Yo solo no puedo, ni
el otro sólo puede, sólo podemos juntos, como “nosotros”, como colectivo,
como asamblea en acuerdo, relacionándonos y en sociedad. Esto es, somos
co-responsables ustedes y nosotros de estar siendo libres mutuamente.
No puede haber libertad con desigualdad, no puede haber libertad con
injusticia, no puede haber libertad sin la democracia como régimen. Libertad,
igualdad, justicia y democracia se necesitan recíprocamente. Unas sin las otras
cojean y no son plenas, no son cabales. Preguntamos ¿Queremos intentar ser
libres, igualitarios, justos y democráticos o nos quedamos quietos y que sigan
las cosas igual repitiéndose para siempre? Si nosotros no intentamos crear
la libertad, la igualdad, la justicia y la democracia aquí en el Cedazo y en el
Tajo, nadie lo hará por nosotros. Sólo nosotros lo podemos hacer por nosotros
130 JOSÉ JAVIER MAISTERRENA ZUBIRÁN
El dilema entre resistencia y creación de autonomía en el Cedazo del Altiplano Potosino

mismos. Si otros lo hacen, lo harán por ellos mismos y para ellos mismos.
Sólo nosotros lo podremos hacer por nosotros mismos a nuestro modo, nuestra
libertad, nuestra igualdad, nuestra justicia y nuestra democracia. Si queremos
nos podemos o no relacionar con otros de manera libre, reflexiva y deliberada
por nosotros mismos para hacer más amplia, más nacional e internacional la
sociedad libre, igualitaria, justa y democrática.
Si ustedes deciden que participen las mujeres o si deciden que no participen
y se queden afuera; si deciden que participen los jóvenes o si deciden que
se queden afuera, lo mismo para los niños, es decisión de ustedes. Pero en
contraparte ellos las mujeres, los jóvenes y los niños tienen también el derecho
para decidir quedarse dentro o fuera de participar y habremos de escuchar su
palabra. Todas y cada una de esas decisiones son ustedes los que mandan. Si
quieren que uno o unos pocos o los que más hablan, o los que tienen el cargo o
los que tienen el dinero, sean los que decidan, eso lo deciden ustedes. Ustedes
tienen la oportunidad de no decidir, decidiendo que otros de fuera decidan por
ustedes. Si todos (nosotros junto con ustedes) vamos a decidir, necesitamos
conversarlo y ver si estamos de acuerdo para de aquí en adelante caminar
juntos pero ya no como dirigentes y ejecutantes sino parejos.
Para poder crear el ejido que nos gustaría que fuera, consideramos qué
necesitamos conocernos (ver-nos en el espejo) para hacer las cosas que
necesitamos hacer para ser libres. Para ello, pensamos algunas preguntas que
podemos aumentar o quitar en acuerdo entre ustedes y nosotros para mirarnos
nosotros mismos:
¿la justicia que hacemos en el ejido es justa? El que haya diferencias
fuertes entre nosotros ¿es justo? ¿Quién decide a quién le toca decidir?
¿Quién decide a quién no le toca decidir? ¿Podemos cambiar? ¿Podemos ser
diferentes? ¿Podemos hacer las cosas de manera diferente? ¿Cómo damos el
primer paso?, ¿quién lo da?
¿Cómo crearon nuestros abuelos el ejido? Lo pudieron haber creado de
una manera o de otra, pudo haber sido diferente. Casi sin darnos cuenta el
ejido ha venido cambiando, por nuestros padres y por nosotros mismos y ha
venido siendo diferente. ¿Lo hemos hecho de manera consciente o ha venido
siendo sin darnos cuenta? ¿Hay diferencia entre hacerlo dándonos cuenta y
hacerlo sin percatarnos? ¿Cómo queremos hacerlo? ¿A más de ocho décadas
de creación de nuestro ejido, quiénes somos y hacia dónde queremos ir?
¿Cómo queremos que sea el ejido? ¿Cómo queremos que sea la participación
de todos nosotros?
JOSÉ JAVIER MAISTERRENA ZUBIRÁN 131
El dilema entre resistencia y creación de autonomía en el Cedazo del Altiplano Potosino

Seguimos preguntando: ¿es éste, así como está ahora el ejido, el ejido
que nosotros queremos? ¿No nos queda de otra? ¿A quién o a quienes le toca
crear el ejido que queremos? ¿a quiénes que viven aquí no les toca participar
en hacer el ejido? ¿Por qué no les toca a ellos? ¿Quién lo decide? ¿Quiénes
queremos crear el ejido que nos gustaría que fuera, libre, igualitario, justo y
democrático?
• ¿Dónde están nuestras desigualdades y diferencias?
• ¿En qué y por qué tenemos conflictos?
• ¿Cómo los resolvemos?
• ¿Nos defendemos unos de otros o nos apoyamos unos a otros?
• ¿Cómo nos organizamos para hacer las cosas?
• ¿Lo hacemos solos o lo hacemos juntos?
• ¿Decidimos hacerlo así?
• ¿Cómo es mejor hacerlo y por qué?
• ¿Quienes participan y quienes no y cómo, para decidir lo que hacemos?
• ¿Qué necesidades tenemos?
• ¿Cómo producimos lo que necesitamos?
• ¿Cómo conseguimos lo que necesitamos?
• ¿Cómo distribuimos lo que producimos?
• ¿Podemos ser autosuficientes en la vida diaria de nuestro ejido?
• ¿Que entendemos por autonomía en nuestro ejido?
• ¿Qué normas tenemos?
• ¿Cómo definimos las normas?
• ¿Son justas para todos?
• ¿Cómo hemos establecido nuestras normas?
• ¿Así lo hemos decidido?
• ¿Es la única forma de organizarnos, de hacer y decidir las cosas y de
normarnos o puede haber otra?
• ¿Que entendemos cuando decimos nosotros y qué entendemos cuando
decimos ustedes?
• ¿Quiénes son los otros? ¿hay unos otros con quienes podremos caminar
juntos y otros que son más otros (diferentes entre sí) y que tal vez no
quieran caminar nuestro camino?
132 JOSÉ JAVIER MAISTERRENA ZUBIRÁN
El dilema entre resistencia y creación de autonomía en el Cedazo del Altiplano Potosino

Si no nos hacemos preguntas sobre nosotros mismos y sobre nuestra


organización y si no las contestamos esas preguntas, seguiremos repitiendo
como ciegos las mismas cosas sin darnos cuenta de por qué las repetimos ni
por qué las cambiamos y ni siquiera si las hemos cambiado ni hacia dónde las
hemos cambiado. No sabremos, no seremos libres ni nos haremos responsables
de lo que hacemos viviendo a ciegas; no haremos nuestras propias normas; no
nos haremos más igualitarios ni nos haremos más justos ni nos haremos más
democráticos; sólo repetiremos la sociedad que nos domina desde afuera pero
ahora metida al interior del ejido y dentro de nosotros mismos. Nos moriremos
como núcleo ejidal y hasta como rancho.
Les invitamos a hacernos esas preguntas que necesitamos contestar juntos,
si queremos seguir caminando juntos. En el caso de que no las queramos ni
preguntar ni contestar ¿qué caso tiene seguir juntos? ¿De qué sirve? ¿Sólo para
vernos las caras y pensar que somos buena gente? ¿Queremos seguir igual y
repitiendo lo mismo sin darnos cuenta ni preguntarnos?
¿Queremos seguir caminando juntos? ¿Queremos cambiar? ¿Queremos
preguntarnos? ¿Queremos ser, reflexionar, deliberar, decidir y hacer las cosas
de manera diferente?
Es posible, pensamos, que algunos cuantos de ustedes junto con nosotros
queramos intentar esa experiencia y preguntarnos y reflexionar y deliberar y
decidir y hacer el esfuerzo de ser más libres, más autónomos, más igualitarios,
más justos y más democráticos. Hacerlo a nuestro modo en un pequeño grupo
del ejido con el colectivo Abajo en el Desierto. ¿Nos dan permiso el resto de
los ejidatarios y comunidad? ¿Nos apoyan para intentarlo? ¿Quieren participar
con nosotros?
¿Podemos equivocarnos? ¿Podemos ir en una dirección distinta a la
libertad, la autonomía, la igualdad, la justicia y la democracia? ¿Cómo nos
podremos dar cuenta de ello? ¿Qué haremos en caso de equivocarnos?

2. El dilema de resistir y la autonomía


Los antecedentes de la presentación de ese planteamiento y escrito en la
asamblea se vino dando a partir de que la gente, aunque no todos, nos fue
aceptando. El momento más relevante fue con la sequía del 2010 debido a
la cual sus animales se les estaban muriendo y todas las familias estaban
desesperadas.
JOSÉ JAVIER MAISTERRENA ZUBIRÁN 133
El dilema entre resistencia y creación de autonomía en el Cedazo del Altiplano Potosino

En ese contexto caminamos juntos en la recuperación de sus tierras (2,300


ha) que legalmente, conforme a la constitución de 1917, fueron otorgadas
por el Gral. Lázaro Cárdenas en 1937. La fecha de movilización para dicha
recuperación fue el 23 de septiembre del 2011. Con mayor confianza y
acercamiento, desde entonces hemos venido dialogando, reflexionando y
deliberando juntos con unos más y con otro menos, con algunos aciertos
y muchos errores, que acompasados con estudiantes y colegas quienes
conformamos el denominado “colectivo Abajo en el Desierto” hemos venido
registrando de manera colectiva y reflexionando también de manera colectiva.
Al primer aniversario de la recuperación, con la intención de la reflexividad
del conocimiento que generamos, con el grupo de estudiantes y colegas,
hicimos una devolución de videos sobre la descripción de la historia y del
proceso vivido por todos. Las imágenes y la información se las entregamos a
los ejidatarios. Los videos se subieron a Facebook lo cual les permitió a los
familiares migrantes hacerse participes de la acción colectiva. La memoria
escrita la entregamos a algunas familias. En esos acercamientos pausados e
intermitentes, la relación entre la alteridad que son las familias del Cedazo y
nosotros y esa alteridad propia de nosotros que hemos venido siendo, fue y
ha venido haciendo que tanto ellos como nosotros cambiáramos, lentamente.
La mirada que hacíamos al Cedazo en su inicio era con una perspectiva
de predominancia económica (aunque articulada a lo político) dentro de un
análisis categorial con un referente marxista de la epistemología crítica que
formuló Zemelman (1997). En específico en cada uno de nuestros registros
pudimos constatar que había un movimiento de las categorías dadas por las
circunstancias de cada momento. Aunque intentábamos observar la realidad
como una totalidad compleja articulada, en ciertas ocasiones predominaba el
agua, en otras la tenencia de la tierra, en otra el debilitamiento organizativo.
Lo que comprendimos entonces con este referente centralmente conjuntista
identitario, “ensídico” , en categorías, fue la variabilidad de lo inclusivo
en cada coyuntura, y también el relativo sesgo de nuestra mirada y de las
verbalizaciones de los ejidatarios del Cedazo. Este registro podemos decir
considerado “científico” nos permitía identificar algunas cosas pero nos ocultaba
otras que también eran pertinentes para lo que queríamos y nos preguntábamos.
El planteamiento de la libertad a partir de la lectura de Freire estaba
desde un inicio en nuestra búsqueda, en nuestras discusiones y reflexiones. No
obstante, el concepto de autonomía aparecerá explícitamente hasta principios
del 2013. La autonomía la fuimos relacionando estrechamente con el concepto
134 JOSÉ JAVIER MAISTERRENA ZUBIRÁN
El dilema entre resistencia y creación de autonomía en el Cedazo del Altiplano Potosino

de “nosotros” y nos comenzamos a preguntar qué tanto en nuestra relación


con las familias del Cedazo estábamos o no contribuyendo a la creación de
autonomía y simultáneamente al “nosotros”.
Este ejercicio reflexivo sobre lo que hicimos como “colectivo” en el
Cedazo nos permitió vernos aunque fuera parcialmente. Ese hecho que pudiera
ser marginal e incluso corresponder al diario oculto del antropólogo, a la
implicación, y algo ajeno a la investigación científica, nos mostró a nosotros
mismos haciendo en el Cedazo ese intento de crear autonomía. Así que nuestra
mirada a partir de la reflexión de nuestros diarios y notas ahora nos invitaba a
vernos a nosotros mismos. Lo relevante ahora ya no era sólo ver a la comunidad,
sino simultánea y paralelamente vernos a nosotros como colectivo académico
que se supone va “objetivamente” a estudiar a la comunidad y mirarnos que
tanto éramos congruentes en esa creación de autonomía colectiva que nos
habíamos planteado. El enfoque que nos propusimos respecto a la “objetividad”
por resultados se articulaba en observar si contribuíamos o no con el proceso
de autonomía a partir de nuestra praxis.
Así pues, decidimos enfocarnos hacia aquellos registros que habían
tenido una valoración negativa, las que se dirigían en sentido contrario a la
autonomía. Lo que nos percatamos fue que si no nos vemos a nosotros mismos
tampoco podremos ver qué futuro estamos creando, ni cómo lo hacemos, ni
qué sentido tiene o le estamos dando con nuestras acciones sometidas a la
significación imaginaria social de lo científico racional. Ese es el contexto
reflexivo y deliberante que sustentó la decisión de leer y entregar el texto en
la asamblea de los ejidatarios del Cedazo. Lo que hicimos fue una invitación
a que los ejidatarios hicieran un ejercicio semejante, de que reflexivamente se
vieran a sí mismos. Creemos que el proceso reflexivo y de autoalteración está
indeterminado y es impredecible. Este proceso fue para los académicos una
ruptura con la indagación científica y una apertura a la alteridad del colectivo
y de los ejidatarios. Los planteamientos de Castoriadis nos permitieron
identificar esos espacios vacíos de la teoría social, de la indeterminidad y la
relevancia del ejercitar la elucidación sobre la realidad del Cedazo y sobre
nuestro propio desempeño.
Castoriadis (1996) considera que el mundo histórico social es el mundo
del hacer humano siempre relacionado con el saber que está por elucidar.
El conocimiento sobre la naturaleza que denominará conjuntista identitario,
posibilita la sobrevivencia del ser humano independientemente de la sociedad
a la que pertenezca.
JOSÉ JAVIER MAISTERRENA ZUBIRÁN 135
El dilema entre resistencia y creación de autonomía en el Cedazo del Altiplano Potosino

La pretensión exhaustiva de la ciencia que no puede llegar a tal es su propia


contradicción y está articulada con la cristalización de sus planteamientos.
A ese conocimiento ensídico, Castoriadis lo llama técnico y lo relaciona con
las ingenierías. Este conocimiento para lo social, lo histórico y lo subjetivo
resulta limitado e insuficiente aunque es también necesario. Lo social requiere
mucha mayor flexibilidad, intuición, incertidumbre y apertura que dependen
de lo que uno y el otro harán.
Lo conjuntista identitario (ensídico) se refiere a las condiciones de
conocimiento vitales que nos permiten distinguir, diferenciar, relacionar,
articular y hacer inferencias para conocer lo dado que permita poder predecir y
planificar nuestras acciones establecidas en los distintos niveles de socialización
y dentro de una sociedad dada, que nos permite sobrevivir y reproducirnos.
Sin esa lógica no podríamos existir como especie.
Castoriadis nos indica que para poder elucidar sobre lo social -pero sobre
todo para transformar y crear la sociedad autónoma en proyecto- es necesario
otro referente que no sea el conjuntista identitario. El ensídico es indispensable
y necesario pero no suficiente, nos permite comprender algunas cosas pero
otras no. Su límite está definido por lo “dado” de las instituciones, no tiene
condiciones para abrirse a lo “dándose”, a la alteridad, que potencialmente
está en la dimensión creativa del sujeto y de la sociedad. Ahí, en el hacer
creativo del imaginario radical es donde Castoriadis pondrá el énfasis. La
creación del imaginario radical es una condición y especificidad centralmente
humana que no puede ser aprehendido por el conocimiento técnico o ensídico.
Esa capacidad de los individuos y del colectivo anónimo de crear sociedad
y sus instituciones con el imaginario radical ha sido ocultada o negada por
la sociedad dominante y heterónoma y por sus instituciones autonomizadas
para su repetición cristalizada. Tanto los ejidatarios como los académicos
desconocíamos la dimensión imaginaria y la capacidad creativa de la psique
en el imaginario radical que tiene su manifestación social en el instituyente.
No obstante, sin saber de su existencia, las familias del Cedazo acompañados
por los académicos en una movilización colectiva, a la manera instituyente
recuperaron sus tierras.
La creación instituyente del imaginario radical de la psique individual
es algo que no está sometida a lo ensídico de la ciencia sino que es algo
emergente e indeterminado. En la creación del instituyente está el hacer
histórico social. El sentido que planteamos desde nuestra ubicación como
académicos de la autonomía como proyecto en tanto autoalteridad individual
136 JOSÉ JAVIER MAISTERRENA ZUBIRÁN
El dilema entre resistencia y creación de autonomía en el Cedazo del Altiplano Potosino

y colectiva ha venido pretendiendo ser una creación instituyente. La praxis es


imprescindible para hacer posible la “objetividad” del instituyente, en tanto
cuanto transformación manifiesta hacia la creación de lo que no era: autonomía
como devenir. Pero todo lo anterior no es posible si no lo hacemos, es decir,
si no lo hago yo (académico) y no la hace el otro (ejidatarios), que es de por
sí como se hace la historia. Para “hacer” necesitamos reflexionar, deliberar y
actuar con posibilidades de error y acierto creativo que tiene como proyecto
estar haciendo una sociedad libre. En el proceso de la asamblea de los ejidatarios
es donde hemos identificado más dificultades respecto a la apertura de la
alteridad del otro, de reflexionar, reflexionar-se y deliberar en colectivo para
hacer. La recuperación de las tierras lo permitió coyunturalmente pero se fue
esfumando y debilitando hasta retornar a las desigualdades preexistentes de
dirigentes-ejecutantes en los grupos y facciones del ejido. La posibilidad de
existencia de una sociedad autónoma y auto instituyéndose está en el dándose
del hacer de los sujetos que la componen y que son conformados por ella, es
algo indeterminado que está en el hacer de los ejidatarios.
Está en devenir el hacer incierto, el hacer instituyente haciendo instituciones
que posibilitan la organización de establecer las propias normas. Hacer que
implica la libertad del otro y la libertad de ese otro que cada quien (ejidatario
y académico) puede ser al auto alterarse. Pero serlo por cada quién, por sí
mismo, libremente y auto limitándose, auto normándose en el proceso creativo
y que permita y posibilite y potencialice (en cada uno, en el otro, en nosotros
y en la sociedad) la creación y la libertad. La asamblea de los ejidatarios es
una posibilidad de encuentro de hacer y crear libertad junto con los otros
en condiciones de poder decir la palabra como ciudadanos, con el mismo
derecho (y obligación) de todos los corresponsables de esta sociedad y no
como expertos que están por encima del resto (e incluso de la sociedad). Si
la asamblea se debilita, la posibilidad de autonomía también.
La elucidación e imaginación radical creativa, requieren indisolublemente
la praxis. Puede haber humanidad sin teoría pero no sin hacer, esto implica el
predominio del hacer a la teoría; ello sustenta el planteamiento epistemológico
de subordinar la teoría a la realidad. Praxis que es de otro carácter de lo
ensídico, que es creación y no repetición, que es incierta y no segura, que es
constante y no de una vez y para siempre. Que nos implica vivir la vida y
no abandonarnos al confort del consumo y de la seguridad de lo repetitivo y
heterónomo, de lo que ya está hecho, de lo “dado”.
Esa creación de sociedad, de la asamblea y de cada uno de los ejidatarios
y académicos como autoalteridad haciéndose con el otro (en nuestro caso, los
JOSÉ JAVIER MAISTERRENA ZUBIRÁN 137
El dilema entre resistencia y creación de autonomía en el Cedazo del Altiplano Potosino

ejidatarios del Cedazo, y en el de ellos, los académicos; y así para cada uno de
los individuos que son en relación con los otros respectivamente) a su modo
haciendo lo propio, es insondable e impredecible, es abierta a la creación de ese
imaginario radical que está en la psique de cada uno. Pero desde ahí hemos de
preguntarnos reflexivamente sobre cada uno y sobre el contexto ¿qué es lo no
conocido? No sabemos, es abierto a nuestra imaginación que es precisamente
en ese espacio de lo no conocido situado fuera de lo ensídico y en el que se
apoya en nuestra praxis en donde emerge la autonomía como devenir. Pero
esta creación es elucidatoria, reflexiva, imaginativa y deliberativa en colectivo
y en sociedad en y con la praxis. Lo central en la creación de sociedad es la
praxis, a continuación retomamos la definición de praxis que hace Castoriadis
(2013: 120):Llamamos praxis a ese hacer en el cual el otro, o los otros, son
considerados como seres autónomos y como agente esencial del desarrollo
de su propia autonomía. La verdadera política, la verdadera pedagogía, la
verdadera medicina pertenecen a la praxis.
En la praxis hay un por hacer, pero este por hacer es específico: es
precisamente el desarrollo de la autonomía del otro o de los otros.
El punto de partida de reconocer al otro como ser autónomo y agente de
su propia autonomía implica necesariamente que a su vez nosotros mismos nos
consideramos así respectivamente. Cada uno somos responsables de nuestra
propia autonomía que se hace posible (potencializa), o mejor dicho, inicia y
reinicia (instituye-instituido-instituyente) dinámicamente con la autonomía del
otro para que sea lo que no es: es decir, unos sujetos siendo libres y autónomos
en una sociedad con un devenir a su vez, libre y autónomo. El verbo en infinitivo
“siendo” es para subrayar un proceso que depende de cada uno (ejidatarios y
académicos) y de las condiciones de posibilidad de autonomía que cada uno
desarrolla en su situación individual con el contexto colectivo.
La autonomía es una creación continua sin fin. La praxis se compone
de dos momentos de un proceso: el desarrollo y el ejercicio de la autonomía.
Esto es, la praxis crea autonomía con autonomía en desarrollo y ejercicio. En
la praxis nuestras decisiones concretas no apuntan a significaciones cerradas
sino a lo abierto del estar siendo la autonomía como proyecto impulsándola
y realizándola.
Castoriadis (2013: 122) afirma que la praxis se apoya en un saber que es
siempre fragmentario (por no haber teoría exhaustiva) y provisional (porque la
praxis misma hace surgir constantemente un nuevo saber). La teoría “verdadera”
(y no de prescripciones muertas) emerge constantemente, de la actividad
138 JOSÉ JAVIER MAISTERRENA ZUBIRÁN
El dilema entre resistencia y creación de autonomía en el Cedazo del Altiplano Potosino

misma. “Elucidación y transformación de lo real progresan, en la praxis, en


un condicionamiento recíproco” (ibid). Para la praxis la instancia última no es
la elucidación, sino la transformación de lo dado desde y hacia la autonomía
en desarrollo y ejercicio.
El objeto de la praxis es la creación de lo nuevo desarrollando y ejerciendo
la autonomía, desde las limitaciones, contingencias y potencialidades propias
de nuestro saber “relativo” fragmentario y provisional, que no se reduce a
repetir lo dado cristalizado ni lo preconstituido como artefacto estable, limitado
y muerto. En dónde como sujeto mismo somos transformados a partir de
esta experiencia del estar creando la autonomía como proyecto. Vivencia en
la que hacemos pero que también nos hace a nosotros en una modificación
transformación permanente en la relación de un sujeto y otro sujeto que en el
devenir no pueden ser definidos de una vez por todas (Castoriadis 2013:123).
Lo racional y lo no racional están constantemente cruzados en la realidad
histórica y social y ahí es la condición de la acción. Es en esa frontera de lo
pensado sabido (más allá de ahí es lo no racional precisamente porque aún no
ha sido racionalizado) donde está la creación de lo posible de ser, de la sociedad
autónoma nueva, a partir del hacer de los sujetos, encontrando puntos de apoyo
en lo dado sabido-conocido pero nunca limitados ni determinados por ellos .
La fabricación de la autogestión (campesina y académica) como posible
solución implica una reordenación prácticamente total de la sociedad y de la
personalidad humana todavía por hacer en los ejidatarios del Cedazo y en los
académicos. Como lo señala Castoriadis (2013: 140) (lo que parece coincidir
con los zapatistas): que requiere otro tipo de economía (para todos todo para
nosotros nada), otro tipo de poder (que el que mande, mande obedeciendo),
otra educación (liberadora, que subordine la ciencia a la creación de libertad).
Para las condiciones por ser, de crear autogestión y autonomía de los
ejidatarios del Cedazo y de los académicos se requiere el hacer lúcido que
modifica la imagen de la situación por venir en la medida que la adelanta, un
hacer que no debiera perderse en conjeturas y especulaciones sobre aspectos
de futuro que no afectan a lo que está por hacerse ahora (o sobre los que nada
puede hacerse ahora), un hacer que supondría saber a dónde va y a dónde quiere
ir con esa imagen de futuro de crear autonomía como proyecto sin alienarse sino
asumiendo y conociendo su momento y praxis conforme lo sugiere Castoriadis
(2013: 141). No obstante, en la asamblea de los ejidatarios del Cedazo esa
posibilidad está por ser, las instituciones que cada uno tiene, religiosas, del
dinero, del poder y no son visibilizadas, son las que establecen las normas de
JOSÉ JAVIER MAISTERRENA ZUBIRÁN 139
El dilema entre resistencia y creación de autonomía en el Cedazo del Altiplano Potosino

manera heterónoma inconscientemente. En esas condiciones se niegan o se


ocultan a sí mismos la posibilidad de crear su propia institución, la asamblea
del ejido. El proceso que puede hacer posible la ruptura, el instituyente, es
el del conocimiento fragmentario y provisional situado en lo incierto de la
frontera de lo pensado sabido y del ejercicio de la praxis misma. La praxis en
tanto creación de autonomía, dirigida a un sujeto o colectivo, requiere que sea
para sí y que produzca algo nuevo en su modo de organización y en lo que es
organizado. Es la idea de andar andando en libertad que se autocrea haciéndose.
Para la praxis la relación con la realidad histórico social es abierta,
no pretende abarcar la totalidad aunque la requiere pero la acepta como
fragmentaria y provisional, porque la praxis es parte de la realidad histórico
social misma en el hacer creador de autonomía y necesita reconocer su
propia existencia en el devenir de su hacer. La praxis requiere una relación
perpetuamente transformada y transformadora con el objeto que son la sociedad
y los sujetos en autonomía. No se trata de congelar la realidad en una teoría
sino de abrirla a lo dándose con los sujetos y la sociedad creando autonomía
como proyecto. Para la praxis su objeto es algo vivo, actuante con tendencias
que produce y se organiza y reconoce en los actos que existe por sí mismo
con autoproducción y autoorganización.
La heteronomía establecida sea por la burocracia, por el dinero, por la
religión, por el reconocimiento “científico” de la academia, incide en los
sujetos (ejidatarios y académicos) inconscientemente en función de su confort,
certidumbre y seguridad. Ejidatarios y académicos reproducen el sistema
que les oprime y les somete con su heteronomía y así niegan y se-niegan su
potencial autonomía. Contribuyen con ello, consciente o inconscientemente, a
la sociedad de repetición y multiplican al infinito la negación a su potencialidad
como creadores instituyentes de una sociedad que pudiera devenir autónoma.
Contribuyen de manera deliberada o no consciente a repetir la sociedad dada
cristalizada y heterónoma -aunque pueda no gustarles plenamente- que les
determina su estatus y actividades de manera exógena y burocrática y que por
esa supuesta certidumbre le brinda la sensación de seguridad acerca del sentido
de su futuro aunque por decisión u omisión propia decida no intervenir en su
creación. Como veremos más adelante, algunos ejidatarios rechazan, niegan y
se oponen a la alteridad potencial que puede hacerse y se adhieren a la sociedad
heterónoma de su contingencia particular de pertenencia y niegan con ello su
propia autoalteridad posible, niegan autoalterar-se para poder repetirse lo cual
les brinda seguridad, certidumbre, prestigio, privilegios y confort.
140 JOSÉ JAVIER MAISTERRENA ZUBIRÁN
El dilema entre resistencia y creación de autonomía en el Cedazo del Altiplano Potosino

3. El contexto histórico social del Cedazo


Articulado con estas elucidaciones intentaremos poner sobre la mesa el contexto
histórico social del colectivo académico y del ejido entre la lectura del texto a
los ejidatarios (29 de junio del 2014) y el aniversario de la recuperación de la
tierra (22 de julio del 2014. Como antecedente tenemos que en mayo de ese año
un grupo facción del ejido, dio entrada a los funcionarios de la procuraduría
agraria para intervenir e invalidar la elección previa de la mesa del comisariado.
Los funcionarios desde su atribución burocrática del gobierno federal en el
establecimiento de la Procuraduría agraria impugnaron el nombramiento de un
presidente del comisariado ejidal electo por la asamblea que era más lúcido y
crítico. Comenta uno sobre el emergente comisariado que sustituyó al anterior
con apoyo de la institución agraria: “haga de cuenta que como quiera, éste,
el comisariado, bueno así como lo ve uno, éste como que sí quiere tomar las
cosas muy, o sea, como que se está haciendo dueño del cargo, como que él
dice pues yo aquí, lo que diga yo” (Atún D.C. 2014).
Podemos elucidar a partir de la opinión, que el recién nombrado Presidente
del Comisariado tiene personal valoración por la institución del poder y el
magma de Significaciones Imaginarias sociales correspondientes, su imaginario
radical refuerza lo instituido y la heteronomía establecida con la aspiración de
mandar. Niega así, sin darse cuenta, la posibilidad de su propia autonomía y la
de la asamblea que al aceptar el cargo desconoció, a pesar de que en la asamblea
previa (la que desconocieron los funcionarios) había sido nombrado parte de
la mesa como Secretario del Comisariado. Lógicamente en el transcurso de
su gestión se fue quedando sólo y sin respaldo de los demás ejidatarios, ni
siquiera de aquellos que lo impusieron, ni aun de la facción que formaron parte
de su equipo. El Presidente del Comisariado afirma: “la gente no me apoya y
no puedo hacer nada” (Tiburón D.C. 2014) Respecto a la ausencia de respaldo
de la facción que impuso al Tiburón Chacalote (D.C. 2014) afirma: “pues si
la mesa directiva sigue incompleta, fácil perderemos los juicios”.
Paulatinamente el área ejidal recuperada por los ejidatarios se fue quedando
vacía, sin nadie que la resguarde. “Que ya no son ni cínco personas las que
permanentemente habitan ahí” (Chacalote D.C. 2014). Desde años anteriores
al de la recuperación, en los setenta, hubo gente que no estaba de acuerdo con
los otros ejidatarios y no se quería ir para allá. Cuenta Espada (D.C. 2014)
que decía: “ojalá y que se los lleven (a la cárcel) ojalá que se los lleven por
tercos” refiriéndose a aquellos que luchaban entonces por recuperar la tierra.
Es una situación parecida a lo que padecen en el presente. Lo impredecible
JOSÉ JAVIER MAISTERRENA ZUBIRÁN 141
El dilema entre resistencia y creación de autonomía en el Cedazo del Altiplano Potosino

e indeterminado de la subjetividad radica en que no hay ninguna garantía, ni


para el proyecto de autonomía ni para lo instituido que de manera latente se
va carcomiendo, por lo menos en las representaciones de los ejidatarios que
quedaron excluidos.
Manifestaciones del conflicto entre ejidatarios se observaron pocos días
después de la mencionada asamblea del 29 de junio. Hubo allanamiento y
robo de dinero en la casa de uno de los ejidatarios, no se denunció, se quedó
entre ellos. Consecutivamente a ese hecho, entre los ejidatarios hubo un pleito
entre familias antes de la fiesta de su tercer aniversario. Hasta con varillas se
pelearon jóvenes y mayores varones. En la fiesta por eso algunos acudieron
con lentes obscuros para ocultar los moretones. Algunos comentaron que en
la fiesta por la noche circuló hierba y otras sustancias entre los jóvenes. Estos
hechos podemos suponer que tengan algo que ver con el rechazo a la alteridad
de los otros, el establecimiento de la clausura, de lo instituido, del poder y del
Estado, de la oposición (por un lado) y del reforzamiento (por el otro) de la
heteronomía del cargo de poder otorgado por los funcionarios.
En la dinámica del sometimiento a otro establecimiento de la institución
del poder, una familia del ejido inició contacto con los antorchistas y recibió
apoyo económico evidente para hospitalización, traslado en ambulancia de
un hospital particular y equipo para el paterfamilia de más de 80 años. La
participación en la asamblea de éste ejidatario que había dejado de hacerlo
durante años, daba la impresión de que ahora lo hacía por encargo de los
antorchistas. Nuevamente suponemos en éste ejidatario la autonegación de
la praxis tal como la hemos definido a partir de Castoriadis.
En el ámbito espacial más amplio del altiplano potosino, hay conocimiento
por todos los ejidatarios de una presencia evidente de la minera y el parque
eólico en los alrededores del perímetro del ejido. Suponemos como especulación
que en la institución empresarial y sus Significaciones Imaginarias Sociales,
la minera-parque eólico como capital planea la adquisición de las tierras
del entorno (como de hecho ya lo han realizado) y las ejidales mediante el
vaciamiento de la zona con el apoyo armado de los narcos, el apoyo político
de los antorchistas y los gobiernos subordinados.
El día del aniversario llegaron familiares de Monterrey, y platicaron del
contexto del ejido: del agua, del Parque Eólico y de la Minera, los empresarios
mineros y energéticos tienen prioridad sobre el derecho a la tierra, sobre
cualquier otro tipo de uso, entonces si le ven algún beneficio se adueñan
de la tierra. Se rumora que el terrateniente de quien recuperaron las tierras,
142 JOSÉ JAVIER MAISTERRENA ZUBIRÁN
El dilema entre resistencia y creación de autonomía en el Cedazo del Altiplano Potosino

comenzó trámites de compraventa de tierras, que es probable que venda la


Noria de El Tajo, supuestamente afirmó que ya gastó mucho tiempo y dinero
y es mejor vender las tierras.
Por otro lado, los que han hecho presencia en el Tajo (la tierra recuperada),
en sus representaciones, afectos y sentido la valoran como afirma Violeta (D.C.
2014) “Y les digo yo porque aquí hay vida, aquí la hace uno, ¡primero Dios!,
aquí cuando ha visto que las vacas estuvieran ahijando año con año, ¡pobres!
todas andan ruyendo por ahí todas flacas cuando se alborotan, y allá mire, al
puro tiro”. Otros comentan:
Luego y hasta las borregas, yo tengo una que aquí nunca parió y ahora
que nos las llevamos para allá ya parió por una vez y ya va por la segunda en
este mismo año. Yo llego de aquí allá montado en el caballo así por la orilla
y estoy nada más viendo y viendo, y están echadillas así nada más y estoy
parado mirándolas nada más, y digo como se han amansado los animales en
ese lugar, antes no, antes eran unos venados, pero ahorita están muy mansas
y ya hasta se acostumbraron a ver la gente (Chacalote D.C. 2014).
Yo estoy enamorada del Ojo de Agua, y luego me dice mi nieta, y ¿cuándo
se casan abue?. Si ya le digo es muy bonita agua, y le digo también que las
manos quedan muy suaves, y muy buena para despercudir la ropa queda muy
blanca muy bonita (Orquídea D.C. 2014).
A pesar de esas valoraciones de sus creencias, hay desintegración y
atomización en el ejido conforme se infiere de los comentarios de Atún (D.C.
2014):
Es evidente que no estamos unidos y pues sí, hay una desorganización y
una falta de asistencia en las Juntas Ejidales, como que también sí veo como
que la gente si está sin ganas y como que no nos interesa mucho enterarnos
de…buscar la solución.
Esta tierra recuperada por los ejidatarios el 2011, que para las instituciones
económica y agraria de sus respectivas subjetividades, les resulta ser muy
valorada por ellos mismos, parece ser que se le abandona y se le deja sola en
el contexto de esa confrontación de facciones. Esas condiciones de división
entre sí, harán posible el despojo ya no por los terratenientes sino por los
megaproyectos. En esta tierra es donde se encuentra el agua y a su vez es el
motivo no evidente de conflicto entre los ejidatarios. El devenir es impredecible,
incierto e indeterminado, la moneda está en el aire. Ni las instituciones, ni
el imaginario radical ni las Significaciones Imaginarias Sociales son todavía
JOSÉ JAVIER MAISTERRENA ZUBIRÁN 143
El dilema entre resistencia y creación de autonomía en el Cedazo del Altiplano Potosino

visibles para los ejidatarios (posiblemente en algunos lo estén siendo de


manera emergente). Para poder conservar la tierra y para poderse mantener
como ejidatarios, necesitarán la apertura a la alteridad entre unos y otros y
el instituyente de una asamblea verdaderamente democrática que ejercite la
praxis colectiva reflexiva y deliberante. Ello posiblemente esté por hacerse
en devenir.

Conclusiones
Si con estas breves notas, posteriores a la puesta en común del escrito en
la asamblea ejidal, logré compartir la incertidumbre de lo indeterminado e
imprevisible de lo subjetivo y lo social. Algo habrán entendido lo que quise
expresar en este texto.
A partir de estas verbalizaciones y notas me animo a afirmar lo siguiente:
Las resistencias y las integraciones son parte complementaria de las instituciones
y de sus Significaciones Imaginarias Sociales del sistema capitalista y del
Estado dominante que paradójicamente le permiten repetirse. Dependen de
las subjetividades de los sujetos que puedan establecer su autonomía o por
el contrario adherirse a la heteronomía de las instituciones al considerarlas
asegún amenazas u oportunidades. Esta identificación como tal se encuentra
obnubilada por la opacidad de identificar lo uno u lo otro en la realidad social
dada. Lo continuamente oculto y negado es la capacidad creadora de los sujetos
en su propio instituyente.
Para motivar y constituir el hacer, transformar y crear otra sociedad, las
resistencias son necesarias, pero no suficientes. Muchas veces esa resistencia se
entrelaza con el sutil disfraz de la heteronomía de las instituciones del sistema
dominante dado y lo retroalimenta y fortalece. Otras veces la insignificancia
o el sinsentido las debilitan o acotan de tal modo que las resistencias como
repliegue se reducen a la supervivencia del particular en el aislamiento o en
lo más inmediato del confort, consumista y socialconformista acompañado
por el anhelo de seguridad o certidumbre.
La alteridad, el encuentro con el otro, y la apertura a esa alteridad resulta
ser un requerimiento para la problematización de la sociedad dada que constante
y expansivamente nos separa de ese otro, niega o se opone a su alteridad
(incluyendo la alteridad propia) y lo anula y lo pretende desaparecer. La
apertura a la alteridad del otro y de mí mismo potencializa la transformación
de la sociedad. En ese sentido la libertad del otro no resulta reducirse a ser
144 JOSÉ JAVIER MAISTERRENA ZUBIRÁN
El dilema entre resistencia y creación de autonomía en el Cedazo del Altiplano Potosino

una coartada sino una exigencia esencial para la autonomía como proyecto
social e individual de transformación y creación social e histórica.
El punto de “verdadera” ruptura está no en la resistencia sino entre la
heteronomía de la institución instituida no visible y no cuestionada respecto
a la autonomía consciente, explícita y deliberada de crear sociedad autónoma.
Una ruptura entre lo dado y lo dándose, entre lo instituido y lo instituyente,
entre lo cristalizado repetitivo y la creación. Esta definición radical nos implica
el hacer corporal individual, de la alteridad y el social. Es una ruptura en la
resignificación de sabernos y hacernos consciente y explícitamente creadores
de una sociedad libre que no obstante necesita auto normarse. Ruptura que
implica asumir libremente hacer como un proceso permanente, continuamente
abierto e incierto. Ruptura hacia un hacer consciente libre y deliberado de
creación colectiva e individual de sociedad autónoma en proyecto. Proyecto
con posibilidades de error y siempre potencialmente reversible que exige
continuamente el infatigable compromiso por la autonomía como proyecto.
Si me lo preguntan, no tengo la respuesta, precisamente vengo a buscarla en
el sentido que lo plantea Castoriadis:
Si queremos ser libres, debemos hacer nuestro no¬mos. Si queremos ser
libres, nadie debe poder decirnos lo que debemos pensar. Si queremos ser
libres debemos estar abiertos a autoalterar-nos como otro.
No necesitamos a algunos “sabios”. Necesitamos que la mayor cantidad
posible adquiera y ejerza la cordura, lo que a su vez requiere una transformación
radical de la sociedad como sociedad política, instaurando no solamente la
participación formal, sino la pasión de todos para los asuntos comunes. Ahora
bien, lo que menos produce la cultura actual es seres humanos sensatos.
-¿Qué quiere entonces?, ¿cambiar a la humanidad?
“No, algo mucho más modesto: que la humanidad se cambie a sí misma,
como ya lo hizo dos o tres veces” Castoriadis (2008:72).
JOSÉ JAVIER MAISTERRENA ZUBIRÁN 145
El dilema entre resistencia y creación de autonomía en el Cedazo del Altiplano Potosino

Bibliografía
Castoriadis, C., (1996), La Democracia como procedimiento y como régimen,
en Iniciativa Socialista, nº38, febrero 1996.
(2000), Ciudadanos sin brújula, México, Ediciones Coyoacán.
(2008), El mundo fragmentado, Terramar, La Plata.
(2013), La institución imaginaria de la Sociedad, Tusquets, México.
Poirier, N., (2006), Castoriadis. El imaginario radical, Nueva Visión, Buenos
Aires.
Zemelman, H., (1997), Problemas antropológicos y utópicos del conoci-
miento, COLMEX. México.
Escribir un libro desde, con y
para los atlapulquenses
Gisela Landázuri Benítez1

Resumen
Una experiencia reciente, emprendida en San Gregorio Atlapulco, Xochimilco,
ensayó la construcción colectiva y comunitaria de un libro, que destaca las
riquezas y lo que se está perdiendo en este poblado, parte del Patrimonio
Cultural de la Humanidad, así declarado por la UNESCO.
El resultado y la recepción de San Gregorio Atlapulco. Imaginar nuestro
futuro desde la memoria, muestran el tipo de aportes con los que la academia
puede contribuir, tanto en el proceso de reflexión grupal, como en una edición
a muchas voces y con nuevas tecnologías. El libro quedó como herencia para
los niños y jóvenes, quienes incidirán en la construcción del futuro local.
Este corolario me llevó, también, a la reflexión sobre el uso y destino de
nuestras investigaciones y publicaciones.
A lo largo de este artículo expongo y reflexiono sobre la dinámica de este
trabajo conjunto, entre un equipo académico y pobladores de San Gregorio
Atlapulco.

1
Profesora–investigadora del Departamentode Políticay Cultura de laUAM Xochimilco. Correo
electrónico: giselalb@prodigy.net.mx

147
148 GISELA LANDÁZURI BENÍTEZ
Escribir un libro desde, con y para los atlapulquenses

1. Introducción
San Gregorio Atlapulco y, en general, la delegación Xochimilco han sido
lugares a los que estudiantes de la UAM-Xochimilco acuden con frecuencia
a realizar investigaciones trimestrales y finales. Así mismo los académicos de
las diferentes divisiones que han incorporado en sus proyectos de investigación
aspectos problemáticos sobre esa zona chinampera, llevan varias décadas
refiriéndose a ella. En algunos momentos, y en son de reclamo, los pobladores
a los que he solicitado entrevistas mencionaron las múltiples ocasiones en que
habían sido objeto de estudio, sin que se enteraran de qué sirvió su palabra,
cómo se usó y el producto de esa investigación. En una ocasión incluso
cuestionaron la investigación que se asienta en el área de sociales, frente a
su necesidad de atender el problema hidráulico de los canales y chinampas.2
En lo que a mi labor se refiere, a veces he tratado de subsanarlo, entregando
a los pobladores copias de los artículos que hemos escrito o de los documentales
que hemos producido, incluso materiales que consideramos importantes para
denunciar el deterioro actual de las chinampas, tema que no es novedoso
para ellos, más bien es una preocupación central. Siempre me pregunto si les
aportan algo dichos escritos.
Después de años de escribir fundamentalmente para la academia, me hice la
pregunta de cómo contribuir a la reflexión-difusión de las problemáticas asociadas
a las chinampas, como la extracción del agua, el nivel y contaminación de los
canales, el crecimiento de la mancha urbana, la pérdida de los conocimientos
del manejo de ese ecosistema, etcétera. Con el tiempo fui entendiendo la
necesidad de que estas reflexiones se propagaran entre la población, que
ha tomado otros caminos ocupacionales y particularmente entre los niños y
jóvenes atlapulquenses, que en muchos casos rara vez pisan las chinampas.
Justamente algunos productores expresaban su preocupación por la
distancia que las nuevas generaciones han tomado, no sólo de la actividad
productiva chinampera, en tanto actividad económica, sino como un referente
identitario, que implica territorio, paisaje, eco símbolo, conocimiento ancestral,
entre otros elementos propios de su cultura.

La zona lacustre de la Ciudad de México fue la principal abastecedora de hortalizas y flores de


2

la zona metropolitana, desde la época prehispánica hasta mediados del siglo pasado. Hasta la
fecha se cultiva sobre un sistema agrícola, construido por el ingenio humano, sobre el agua.
Dada la importancia arqueológica, histórica y cultural de la zona en 1987, la UNESCO la declaró
Patrimonio cultural de la humanidad.
GISELA LANDÁZURI BENÍTEZ 149
Escribir un libro desde, con y para los atlapulquenses

A partir de diversas consultas decidimos convocar a la población a escribir


un libro en colectivo, que comunicara el ¿quiénes somos y hacia dónde
queremos ir?, en San Gregorio Atlapulco. La intención partía de la siguiente
reflexión: en la medida en que los miembros de una sociedad reconocemos
nuestro patrimonio cultural, las redes sociales que nos han permitido actuar
grupalmente frente a momentos significativos cotidianos, o ante amenazas a
nuestro mundo de vida, podemos también ser constructores más activos de
nuestro propio futuro.
La respuesta a la convocatoria de “Escribamos un libro: San Gregorio
Atlapulco, mi pueblo” permitió trabajar alrededor de 20 horas de manera inicial
con un conjunto de participantes, que de alguna manera se constituyó en un
grupo de aprendizaje que al narrarle los adultos a los jóvenes lo acontecido,
rasgos de su historia, sus querencias, sus temores, les estaban compartiendo
algo vital de su existencia.
La diversidad de los participantes (mujeres y hombres chinamperos,
comerciantes, ejidatarios, estudiantes, profesores jubilados, ex empleados
públicos, entre otros) también puso sobre la mesa múltiples voces, visiones,
pero que se unificaron para alertar de que no se está valorando suficientemente
por la sociedad y el Estado lo que se pierde con las chinampas: un ecosistema
ancestral, una zona de recarga hidrológica, además del área productiva.3
Estaba claro que el trabajo de información y toma de consciencia no sólo
era hacia los de fuera y las instituciones gubernamentales, sino también hacia
adentro del pueblo. Una vez concluidas las reuniones de intercambio, el reto que
enfrentamos fue que el razonamiento, el lenguaje y el discurso de dicho libro
conmovieran a los lectores locales. Los participantes reconocieron la urgencia
de comunicar esta problemática a las nuevas generaciones de atlapulquenses.
El siguiente reto fue presentarlo de manera atractiva a los niños y jóvenes
de esa población rural urbana, que ya está “conectada” a las nuevas tecnologías.
Para ello se decidió hacer un libro interactivo a colores que incorporara
fotografía, pintura, poesía, música y video como una manera de recuperar toda

El sistema chinampero lo conforman las chinampas o parcelas agrícolas y los canales que por
3

siglos permitieron la irrigación por humedad. La pérdida de valiosas fuentes de agua, como
los manantiales y agua subterránea, desde el Porfiriato y a lo largo del siglo XX, alteraron el
funcionamiento del sistema al bajar el nivel de agua en los canales. También se mencionó la
pérdida del conocimiento en el manejo de estos espacios agrícolas. Por ejemplo, al chapinear,
de alguna manera se reproduce el principio de construcción de la chinampa. Se extrae tierra del
fondo de los canales para generar un sustrato orgánico, en el que se germinan las semillas.
150 GISELA LANDÁZURI BENÍTEZ
Escribir un libro desde, con y para los atlapulquenses

esa riqueza natural y cultural de las que son parte. También se imprimió para
que los adultos que no manejan computadoras, lo pudieran leer y apreciar.4
En este artículo también desarrollo, a partir de la experiencia mencionada,
una autorreflexión de la función que también puede cumplir nuestra tarea de
investigación, frente a los que hasta ahora han sido más objetos del estudio
que sujetos del proceso de investigación. Así mismo, el compromiso que
compartimos con los actores locales de pensar y construir el futuro de esta
sociedad, de la que también somos parte. En este caso, escribir con, desde
y para los sujetos, no sólo para que atiendan una necesidad o motivación
presente, sino como espacio de aprendizaje, de intercambio intergeneracional
o de distintas perspectivas de su problemática local.
Abordo algunos rasgos de este proceso de reflexión y construcción colectiva
de un libro, de esta tarea de Imaginar el futuro desde la memoria,5destacando
el papel que tuvo la memoria para pensar el presente y delinear el futuro. Y
concluyo que el aporte de este libro va más allá de su contenido, que condensa
la voz de los participantes locales, sino el cómo esta experiencia facilitó
este proceso de construcción y análisis colectivos. La palabra de algunos
comentaristas locales y académicos en las presentaciones que se hicieron del
libro, resaltaron la riqueza de ese discurso, por lo que retomo algunos de esas
observaciones.

2. La investigación como servicio y compromiso


con los actores locales
Algunas nuevas perspectivas en el estudio de lo rural están asumiendo el reto
de la generación de textos con y para los actores locales rurales. Empiezan a
multiplicarse experiencias como la de Sarah Corona con los wixáritari (2011),
de Rossana Podestá (2007) con niños del campo y de la ciudad en Puebla, así
como María Bertely y Gonzalo Saravi (2011) recuperando las voces de jóvenes
indígenas. Estos autores empiezan a configurar nuevas metodologías para la
4
Los capítulos del libro San Gregorio Atlapulco. Imaginar el futuro desde la memoria abordaron
los siguientescontenidos: Este libro ¿para qué y para quiénes?; Reconozcamos y preservemos
nuestras riquezas; Lo que se ha perdido…; Un paseo por San Gregorio Atlapulco; Las huellas
que marcan nuestra cultura e identidad; Nuestras raíces, nuestro origen campesino, vinculados
a la naturaleza; Presente: la comunidad vive;Hacia dónde queremos ir; Construyendo el futuro
(2014).
5
A lo largo de todo el texto nos referiremos al libro interactivo e impreso San Gregorio Atlapulco.
Imaginar el futuro desde la memoria, registrado con la autoría de: Voces de San Gregorio Atlapulco,
Gisela Landázuri Benítez y la colaboración de Isabel Rodríguez, prestadora de servicio social.
GISELA LANDÁZURI BENÍTEZ 151
Escribir un libro desde, con y para los atlapulquenses

construcción de textos con los originarios, incorporando a sus propias formas


de expresión diversos lenguajes: visuales, auditivos, musicales, teatrales, que
buscan sensibilizar a las generaciones más jóvenes en relación con su entorno,
sus problemáticas generacionales, sociales y culturales y la autoreflexión
sobre sus identidades.
Estas iniciativas acompañan otros proyectos que buscan “reconstruir
las historias-memorias de los pueblos, en un ejercicio decolonizador y en la
también necesidad de reivindicar su cultura e identidad como derecho a la
existencia y a la diferencia” (Olivares, 2014:1).
A diferencia del proceso de investigación clásico, en el que el ojo
externo y ajeno del investigador es el que guía el proceso de observación
y conceptualización en solitario, los sujetos locales entran a un proceso de
interlocución sobre sí mismos, su comunidad, “su actuar y su ser”, por lo
que pueden surgir dos discursos complementarios, dos versiones del mismo
fenómeno, una próxima y otra distante.
A partir de una convocatoria pública a escribir un libro sobre San Gregorio
Atlapulco, se organizaron seis jornadas, en principio, temáticas, con preguntas
generadoras y algunas dinámicas de participación grupal, para abrir la reflexión
sobre el presente y el futuro de ese pueblo.
El libro colectivo de San Gregorio Atlapulco, imaginar el futuro desde la
memoria, abrió la deliberación y el intercambio sobre el proceso de pérdida
de la chinampa, y en general de sus zonas de cultivo, y revaloró las riquezas
naturales, culturales e identitarias que aún persisten, como referentes que no
pueden soslayarse al “imaginar el futuro”.
El equipo académico tenía también la convicción de que un espacio de
construcción en grupo, puede contribuir a abrir un conocimiento más profundo
sobre lo propio, sobre el contexto en que transcurre su presente y constituirse
en una base para la acción.
Una de las comentaristas, Martha Olivares recoge la esencia de esta
experiencia (Olivares, 2014:2):
Escribir un libro en colectivo, fue apenas un pretexto, un generador… que
convocó al Pueblo a pensarse, a mirarse y a socializar (compartieron historias,
fotos, textos literarios, sentires, conocimientos, valores y añoranzas de su
cultura e identidad chinampera).

¿Y acaso no se trata también de escribir con y para los sujetos, como tanto
insistimos cuando hablamos de la construcción de proyectos de desarrollo, en
colabor o fungir como facilitadores de procesos sociales rurales?
152 GISELA LANDÁZURI BENÍTEZ
Escribir un libro desde, con y para los atlapulquenses

A continuación presento un ejemplo, de lo que se puede hacer desde


la academia con los interlocutores de nuestras investigaciones, que les deje
también algo de retorno. Aunque el riesgo de que los textos resultantes sean
evaluados como productos de difusión o divulgación cultural, y no científicos,
la elección está en qué roles queremos jugar desde el lugar en el que actuamos.
Es una elección ética y política.

2.1. La investigación desde, con y para los actores locales


Recordemos a Freire, quien en su libro Pedagogía del Oprimido (2005:77),
critica a quienes “se acercan a las masas campesinas o urbanas con proyectos
que pueden responder a su visión del mundo, más no necesariamente a la del
pueblo”. Cuando investigamos y escribimos suele pasar lo mismo. ¿Qué es
lo que guía los temas que abordamos, lo que los actores locales necesitan o
lo que nosotros imaginamos que es relevante?
Quizás un primer paso es aprender a escuchar y a la vez asegurar espacios
en los que efectivamente circule su palabra. Y esa fue la apuesta con esta
metodología que buscó rescatar la experiencia, conocimiento y pensamiento
de las y los atlapulquenses que acudieron a la convocatoria.
Una de las comentaristas del citado libro colectivo lo equipara a un
proceso de intervención:
A la par, el libro sustenta una propuesta de intervención, pues despliega un
profundo trabajo de acompañamiento y escucha en donde la investigación,
más que producir un saber para lo académico, generaba un saber para sí hacia
los propios protagonistas del Pueblo originario de San Gregorio Atlapulco
(Olivares, 2014:1-2).

La experiencia de Voces de jóvenes indígenas (Bertely y Saravi, 2011)


inspiró este trabajo de privilegiar la voz de los actores locales -aunque con
otra metodología. Al final del proceso, cuando se decidió poner en el centro
a los jóvenes y niños como destinatarios de esta amplia reflexión, se trató de
incorporar un lenguaje propio de su generación: el uso de la imagen y el sonido,
de los colores, vídeos, en fin de las nuevas tecnologías de comunicación.
¿Por qué ponerlos en el centro? Los jóvenes están anclados en un espacio
sociocultural, ambiental y económico que podrán revalorar, no sólo desde
la voz y vivencias de los adultos, sino también a partir de las imágenes, del
arte, elementos que sensibilizan los sentidos para poder comprender y definir
GISELA LANDÁZURI BENÍTEZ 153
Escribir un libro desde, con y para los atlapulquenses

hacia dónde quieren ir y qué preservar de las riquezas de ese su pueblo San
Gregorio Atlapulco. A fin de cuentas pronto recibirán la estafeta para hacerse
cargo de ese territorio.
Al igual que en el trabajo coordinado por Bertely y Saraví (2011:190):
El material aquí recopilado nos lleva a discutir y cuestionar nuestras propias
ideas, valores y prejuicios, e incluso a construir una ciudadanía más activa
desde la adolescencia, a fin de revisar nuestras acciones y gestar otras nuevas,
involucrándonos todos en la construcción de sociedades más justas.

O sea, no solamente se trata de escuchar a los interlocutores directos, para


una mejor comprensión de su realidad, sino también hay que pensar en lo que
les portará e incluso en quienes serán los destinatarios de nuestros escritos.
Gracias al dispositivo grupal y al proyecto compartido, los que acudieron
–alrededor de 70 personas, la mayoría adultos y adultos mayores– lo abrazaron
como suyo. A diferencia de las entrevistas individuales entre investigadora y
actores locales, se fue configurando un grupo que permitió el intercambio de
opiniones sobre su identidad y el recorrido histórico de experiencias de vida
en su comunidad.
Por ello, este proceso no sólo resonó entre las generaciones más jóvenes,
primero tocó a los participantes adultos y adultos mayores, pues la interlocución
obliga a escuchar al otro, a reconocer diferencias y también consensos, en una
comunidad que algunos de sus miembros consideran fragmentada.6
Es imprescindible aquí un auto reflexión. Efectivamente, a pesar de seis
años de trabajo de campo en San Gregorio, de decenas de entrevistas, puedo
decir que esta metodología enriqueció la mirada del equipo de investigación
al multiplicarse los ángulos de lectura. La diversidad de participantes, que
mostraban enfoques diversos de la vida dentro del mismo pueblo, los temas
prioritarios en los distintos tiempos y generaciones, nos acercaron a una
comprensión más integral del presente y pasado vivido, de lo dado, en esa
comunidad.
Mencionaba que parte de la técnica fue preparar una serie de preguntas
generadoras, que llevaron a transitar por temas como pertenencia, identidad,
cultura, territorio, desde “nuestro origen” hasta el futuro, frente a la pregunta
“¿hacia dónde queremos ir?”; pero lo más importante fue respetar y comprender

Un conflicto en los años sesenta, generó una división interna entre la población, que según dicen
6

gestó definitivamente una comunidad fragmentada.


154 GISELA LANDÁZURI BENÍTEZ
Escribir un libro desde, con y para los atlapulquenses

el curso que tomaron las respuestas. Por ejemplo, mientras se preguntaba por
los lugares “emblemáticos” actuales, los más importantes, frecuentados o
reconocidos como referentes identitarios o de encuentro social, el discurso de
los originarios se remontó a la memoria de sitios y experiencias compartidos
hacía varias décadas. Y allí junto al tema de los referentes materiales, apareció
la añoranza de las formas cercanas en que se relacionaban, de lo simbólico y
afectivo que podía ser un alcanfor o una llave de agua.

2.2. La memoria como articuladora del discurso


La memoria fue un motor fundamental para abordar el presente, revivió
emociones y esperanzas. Como señala Halbwachs, el pasado ha dejado sus
huellas, muchas veces no las observamos, pero están allí en los rostros, los
lugares, en las formas de pensar y sentir que se siguen reproduciendo. “Pero
basta con que la atención se centre en este aspecto para que nos demos cuenta
de que las costumbres modernas se basan en capas antiguas que afloran en
más de un lugar” (Halbwachs, 2004:68).
A partir de revisar sus lugares de referencia identitaria, sus costumbres y
tradiciones, que representan la visión y son parte de la vida de una sociedad,
los participantes empezaron a pensarse a sí mismos, a desentrañar sus prácticas,
sus relaciones, sus creencias, sus añoranzas, sus temores, sus orgullos y sus
amores.
Para la comentarista académica Olivares (2016:1), el libro incorpora los
siguientes puntos:
Una narrativa que da cuenta de las subjetividades en el amplio sentido del
término (emociones, contradicciones, deseos, afectos, imaginarios, etc.). Se
trata de una propuesta, novedosa y viva, en donde se nos presenta un libro
colectivo hecho a muchas voces y memorias y tiempos a la vez (2014:1).

Si bien una de las jornadas que se convocó proponía un diálogo


intergeneracional, la poca asistencia de jóvenes imposibilitó un intercambio
de visiones, pero sí mostró el desmembramiento o fractura en la transmisión
del conocimiento local tanto del entorno natural, como de las experiencias
históricas locales, lo que pone en riesgo su continuidad, su paso generacional.
Como refieren Castillo et al., cuando se rompe la relación con un grupo
es cada vez más “difícil recuperar esas memorias compartidas o colectivas
que teníamos en común con los demás individuos de ese grupo” (Castillo et
GISELA LANDÁZURI BENÍTEZ 155
Escribir un libro desde, con y para los atlapulquenses

al., 2014:16) En ocasiones no sólo se da a nivel intergeneracional, también


ocurre con la distancia que toman los individuos, al enfocarse a otros grupos,
actividades o intereses. Halbwachs lo llama olvido por desvinculación de
grupo: “Olvidar un periodo de la propia vida es perder contacto con aquellos
que nos rodeaban entonces (Halbwachs, 2004:33)”.
Fuimos entendiendo ese “olvido por desvinculación” al recordar que
a mediados del siglo pasado se da un proceso de profesionalización de la
población joven, sobre todo al incorporarse al magisterio. Mientras que esas
generaciones no perdieron totalmente el contacto con la tierra -pues ayudaban
a los padres en sus vacaciones o fines de semana, e incluso como jubilados
regresaron a trabajarla- los hijos de esos profesionistas ya poco saben de
chapinear (sembrar de manera tradicional), cultivar las hortalizas y flores,
predecir el clima, o entender la dinámica comercial de la producción agrícola.
El riesgo es que todos esos saberes se pierdan para la localidad y la humanidad.
A su vez, el aprecio a la zona lacustre como patrimonio natural, se va
perdiendo. Las parcelas chinamperas y cerriles se ven, por los que se han
desligado de la actividad agrícola, como espacios para la construcción de
asentamientos habitacionales.
Hubo por un lado el reconocimiento de que los atlapulquenses han navegado
con las diferentes corrientes por las que fluyen los ríos de la modernización y
de la tradición, de la cohesión social y las fracturas. De hecho aún se pueden
reconocer ámbitosque mantienen vivas sus formas de organización social, que
reproducen y refuerzan su cultura, identidad y sus propias relaciones sociales,
especialmente su religiosidad popular, con su gastronomía y sus formas festivas
(danzas, castillos, jaripeos).
Parte de los temas recurrentes a lo largo de las jornadas es la mención de
lo que se está perdiendo: las chinampas, parte del Patrimonio cultural de la
Humanidad, las relaciones cercanas, de convivencia cotidiana, de conocer a
los vecinos, de confiar en el de enfrente, del nosotros. Estas pérdidas conllevan
la amenaza a una cultura, antes ligada a la tierra, ahora sobre todo a algunas
tradiciones, a sus fiestas y a su identidad de pueblo originario combativo,
chicuarote.7
Pero, también se exalta el ascenso social que representó la incorporación
de hace dos generaciones, primero a las actividades magisteriales y después
a otras tareas profesionales.
El chicuarote es un chile muy picante y a la vez el apodo que le han puesto los pueblos vecinos
7

a los atlapulquenses, por aguerridos y tercos.


156 GISELA LANDÁZURI BENÍTEZ
Escribir un libro desde, con y para los atlapulquenses

Así, la memoria siguió el curso que señalan Marcel y Mucchielli (2011),


aparecieron los eventos antiguos que corresponden a sus preocupaciones actuales:
“Por consiguiente nuestros recuerdos son necesariamente reconstrucciones de
nuestro presente” Marcel y Mucchielli (2011:31).
La mayoría de los profesionales presentes, muchos de ellos maestros
jubilados, todavía se considerabanprofesionistas con amor a la tierra, al
territorio, a su pueblo y reivindicaban a la familia extensa, a quien describían
como una enredadera, como una madreselva. Por eso, explican, que muchos
no abandonaron su rincón, su terruño, aunque por décadas tuvieran que prestar
servicio en otros estados. Y eso los mantuvo vinculados inexorablemente al
mundo rural. Por cierto, algunos de ellos escribieron poemas o canciones
sobre su tierra desde donde se encontraban.
Por eso sus representaciones sociales8 están pobladas de recuerdos, de
añoranza por las riquezas del pasado, como la producción chinampera, sin que
se evada que también el pasado campesino era de trabajo duro, de sufrimiento,
pero que también les posibilitó el estudio, la profesionalización. Son esas
raíces las que dan identidad, las que respaldan el nosotros, la comunidad de
adscripción. Lo que se mantiene vivo y puede permanecer, lo que pasó el
filtro de lo afectivo. La memoria colectiva se asocia con las emociones, con
prácticas sociales, ritos, símbolos, imágenes y relatos históricos.
El espacio geográfico, el territorio, el manejo y defensa de la tierra son
elementos que emergen una y otra vez como los que les han dado vida. La
memoria colectiva retroalimenta esta evocación del pasado en el presente-
futuro en construcción.
Desde mi perspectiva reconocer ese mundo de vida, permite un vínculo
más fuerte con lo propio, con el terruño y en este caso, la decisión de su
permanencia y de su defensa. Esa era la apuesta, al convocar a esta actividad
colectiva.
Considero que el espacio y dinámica grupal con los que trabajamos,
facilitaron ese análisis colectivo profundo, esa reconstrucción y verbalización
de lo que hemos sido, de lo que tenemos, de lo que se está perdiendo y de lo
que hay que preservar o rescatar, para “seguir siendo”, como dijo alguno de
los participantes.
“Las representaciones sociales,son un conjunto organizado de opiniones, actitudes, creencias e
8

informaciones que se refieren a un objeto o situación. Están determinadas a la vez por el sujeto( su
historia, su nacimiento), por el sistema social e ideológico en donde se inserta y por la naturaleza
de los lazos que el sujeto establece con el sistema social (Abric, 1989)” (citado y traducido por
Podestá, 2007:67).
GISELA LANDÁZURI BENÍTEZ 157
Escribir un libro desde, con y para los atlapulquenses

Por otro lado, el grupo retroalimentó al equipo académico, mostrándole


dónde están las prioridades, las preocupaciones y necesidades centrales desde
las distintas perspectivas generacionales e incluso personales; develando cómo
el presente es un producto de esos múltiples pasados vividos y es la base de
construcción de un futuro posible.

2.3. Aportes a la reflexión sobre su


pasado-presente-futuro atlapulquense
Ya mencioné las dos piernas sobre las que caminan los atlapulquenses: la de
la modernidad y la de la tradición. A diferencia del discurso de la modernidad,
difundido por la escuela y la iglesia, que suele considerar todas esas prácticas
tradicionales como atrasadas y que para “progresar” más vale olvidarlas, para
los autores locales del libro San Gregorio Atlapulco. Imaginar el futuro desde
la memoria, para construir el futuro hay que ver con qué cimientos contamos.
La voz de los participantes mostró la herencia aún activa de un acervo
de prácticas culturales, sociales, agrícolas, simbólicas, etc.9 Y ese acervo no
sólo se narra, sino que también se presenta en fotografías, pinturas, poesía,
videos, todos ellos documentos testimoniales que se ceden para las futuras
generaciones. Es decir, se produjo un proceso de reflexión colectiva que
permite intercambiar opiniones del pasado, presente y futuro y tomar posición
frente a la problemática social, cultural y ambiental que prevalece, el quehacer
organizativo y las acciones que se requiere emprender. Lilia Venancio (2014:
1), directora de una escuela primaria de San Gregorio Atlapulco, resume de
la siguiente manera el aporte del libro:
La lectura de este libro fue de gran valor para ayudarme a conocer, reconocer,
entender, valorar de mejor manera la grandeza de mis raíces, la grandeza de
mi pueblo. De mi niñez, la añoranza de tiempos pasados, el querer cambiar el
futuro y el mantener una luz esperanzadora para devolverle esa magia y esa
fuerza de valor al Pueblo de San Gregorio Atlapulco, un pueblo Xochimilca
originario que se disuelve en manos de sus mismos pobladores, pero que
tiene un gran valor y trascendencia en la historia de la Ciudad de México.

Desde hace un siglo, a partir de las políticas y del discurso oficial


indigenista, se buscó cambiar el perfil de los habitantes de esta comunidad.
Como prácticas religiosas, prácticas de ayuda mutua sobre todo en las celebraciones; además de
9

la chinampería, están las actividades agropecuarias cerriles y ejidales; celebraciones como el día
de muertos, peregrinaciones a Chalma, relaciones amistosas intercomunitarias.
158 GISELA LANDÁZURI BENÍTEZ
Escribir un libro desde, con y para los atlapulquenses

Muchos siguieron el “canto de la sirena” del progreso, difundido por los


maestros de las escuelas y renegaron desu lengua náhuatl, incluso se cambiaron
los apellidos, para hablar, vestir y pensar “como la gente”.10 Actualmente, San
Gregorio Atlapulco se enorgullece de sus profesionistas.
Todo esto fue parte de la constitución cultural reciente, a contracorriente de
lo que daba vida, identidad y conocimientos, y a ella se refieren los testimonios,
las experiencias compartidas de una comunidad rural que ha estado sufriendo
los obstáculos y las dificultades a las que se enfrenta un pueblo de tradición
rural, dentro de una colosal urbe metropolitana. La persistente lucha de los
chicuarotes para defender sus tierras de proyectos ajenos, de la urbanización para
sostener la producción chinampera y la organización de sus fiestas populares
religiosas son parte de esa herencia de resistencia frente a la mancha urbana.
En palabras de Martha Olivares (2014:3):
El trabajo, a diferencia de otros, articula la tradición local de un pueblo y
a la par la interposición con lo urbano, sus negociaciones y tensiones […]
cuestionando hasta dónde se puede sostener la vida rural y chinampera en este
pueblo. Analiza las resistencias y estrategias que los actores de San Gregorio
Atlapulco han desarrollado en sus territorios por las presiones de lo urbano.

En cuanto a su territorio y a sus bienes naturales, durante las jornadas


de elaboración del libro, surge la preocupación entre los asistentes, que si se
extinguen las chinampas, se perdería un referente identitario central de los
habitantes de Atlapulco. Por cierto, esta zona es también uno de los pulmones
de esta ciudad, y provee de fuentes hidráulicas abastecedoras de agua de la
metrópoli, desde la época del Porfiriato. Frente a esta situación devastadora,
los propios protagonistas se alentaron para poner su experiencia profesional al
servicio del rescate de su territorio y recursos naturales. Como señala Giménez,
los participantes también contemplan la posibilidad de que:
tradición y modernidad, se puedan reforzar recíprocamente pues su relación
es dialéctica, sin olvidar que no se oponen como tipos de ideales polares pues
no son incompatibles ni excluyentes, por lo que se incorporan para reforzarse
recíprocamente y así adaptarse a una nueva sociedad (Giménez, 1994:179).

Es así que los chinamperos han utilizado la tecnología para enfrentar las
problemáticas que los aquejan en la actualidad y que imposibilitan la forma
tradicional de cultivo. De esta manera, los campesinos de Xochimilco no han

10
Esos eran los mensajes subliminales que se fueron introduciendo a través de la educación.
GISELA LANDÁZURI BENÍTEZ 159
Escribir un libro desde, con y para los atlapulquenses

olvidado los saberes de la chinampería que les fueron enseñados de generación


en generación, al contrario, los han retomado y han actualizado la forma en
la que cultivan incorporando nuevas técnicas, a la par de tecnologías que
facilitan su labor; por ejemplo, las motobombas para el riego, ante la reducción
del nivel de agua en los canales, el uso de mallas y viveros para proteger las
plantas de las inclemencias del clima y las germinadoras en lugar de chapines.
En esta tesitura, Olivares (2014:2), al comentar el libro señala el alcance
del referido texto:
no trata únicamente de describir nostálgicamente o monográficamente el
pasado de los pueblos originarios, en este caso del Pueblo originario de
Atlapulco, lo que eran y lo que perdieron, sino lo que pueden llegar a ser en
la revitalización de la identidad y la reinvención del territorio, en un análisis
de sus prácticas cotidianas, problemáticas y los múltiples retos políticos,
sociales, económicos, ambientales y culturales a los que se enfrentan para
permanecer en la gran urbe.

Este tipo de reflexiones, son limitadas en los métodos de investigación


académicos clásicos que se apoyan en la entrevista, la revisión bibliográfica
y la observación. La problemática y las soluciones futuras, se piensan desde
el lugar del investigador, y sobre todo la huella del proceso de indagación
sobre los locales es mucho más limitada.
Una de las mayores afrentas actuales es la ciudad, la que les ha arrebatado
su agua, su tierra y ha transformado su paisaje. Los testimonios narrativos y
visuales buscan convencer a los lectores de la amenaza que esto les representa
y la necesidad de fortalecer sus relaciones sociales, su organización comunitaria
para hacerles contrapeso. Algunas voces también aclaman que se conserve
el conocimiento en torno a la chinampa y que los niños lo aprendan. La
reconstrucción histórico-espacial permite que a nivel intergeneracional todos
converjan en reconocer ese espacio como un elemento de unidad, con su
patrimonio cultural y natural, sus dinámicas sociales y las transformaciones que
sostienen su cultura y su identidad. ¿Cómo construir una nueva representación
de sí mismos que integre lo que se ha sido con lo que se proyecta ser?
Como dice Olivares, se trata de un proceso que compite con la permanencia
rural y cultural de los pueblos: “una propuesta sobre cómo entender las
expresiones cultura y permanencia de los Pueblos, en un proceso de adaptación-
apropiación de lo urbano en constante confrontación, negociación y resistencia
frente a la ciudad” (Olivares, 2014:3).
160 GISELA LANDÁZURI BENÍTEZ
Escribir un libro desde, con y para los atlapulquenses

Cierro con los comentarios de Lilia Venancio (2014:2):


Gracias por permitirme levantar la voz y expresar de dónde soy y hacia dónde
me gustaría que mi pueblo avanzara. Y espero que los niños y jóvenes de San
Gregorio levanten sus voces, actúen y rescaten la esencia de San Gregorio
Atlapulco, porque es en ella en donde encontramos nuestra fortaleza como
pueblo, nuestra razón de ser, nuestra cultura y hasta la forma tan peculiar de
comunicarnos y de convivir que tenemos.

¿Cómo?, es una pregunta que flota en el aire. Y Beatriz Canabal, también


presentadora del libro, recupera la palabra de los autores:
Hay que organizarse y estar unidos, dicen los testimonios que leímos en el libro,
hay que unirse como pueblo al lado de otros pueblos con una problemática
semejante, hay que hacer comunidad desde el trabajo agrícola, desde la
fiesta y más allá, más allá de cualquiera de los partidos, si después, ellos se
quieren sumar que se sumen pero atrás, no adelante, para facilitar, no para
entorpecer (Canabal, 2014:5).

A partir de esta experiencia, desde mi perspectiva, podemos coadyuvar


a procesos de cambio y auto transformación social en la medida en que,
por ejemplo en el caso de la investigación, ésta se convierta en un quehacer
educativo y cultural (Freire), de percepción crítica de la realidad.
Así como lo he subrayado al hablar de la función o las tareas que los
profesionistas del desarrollo11 pueden cumplir como facilitadores del aprendizaje
y el auto reflexión, también los académicos podemos incorporar herramientas
metodológicas que coadyuven a enriquecer los procesos de transformación.
Ampliar la escucha, y junto con los interlocutores asumir nuevas perspectivas
sobre la realidad y actuar desde otro lugar al que se ocupa habitualmente. Se
trata de que la gente no sólo participe en la solución de los problemas concretos,
sino que aprenda a transformarse y a transformar sus relaciones.
Esa interacción puede darse en un proceso de colaboración laboral o en
proyectos de investigación que generalmente se prediseñan desde la academia.

Un tema que llevo trabajando desde hace varias décadas es el de la intervención y el papel de los
11

profesionistas en la interacción con sus interlocutores, los sujetos sociales locales.


GISELA LANDÁZURI BENÍTEZ 161
Escribir un libro desde, con y para los atlapulquenses

Conclusiones
¿Para quién y para quiénes investigamos?
El libro San Gregorio Atlapulco. Imaginar nuestro futuro desde la memoria
resultado del proceso que he expuesto en este texto, partió de un proyecto de
investigación, planeado desde la academia. Sin embargo, gracias al cambio
de ruta metodológica, se convirtió en un ejercicio de diálogo de un grupo
constituido por un equipo académico y pobladores de ese pueblo, que acudieron
a nuestra convocatoria. A partir de preguntas y otros recursos didácticos se
organizó un intercambio de visiones y dimensiones significativas de la realidad
o temas generadores, en palabras de Freire (2005).
En este proceso se privilegió la voz, la visión de los sujetos sociales,
a partir de una escucha atenta y respetuosa de las investigadoras y por lo
tanto reconociendo las rutas no previstas, que fue tomando el discurso de los
participantes. Esto permitió identificar la percepción crítica de la realidad de
los actores, por encima de lo que se había preconcebido o diseñado.
Esto no es fácil pues implica renunciar a mantener el control, o sea
tenemos que convencernos y tener la disposición para asumir el reto, desde
una posición política y ética.
Generar productos desde, con y para los actores sociales rurales implica
modificar el proceso mismo de investigación, incluye otras tareas como
desarrollar un proceso de intervención al convocar a los originarios, diseñar
dispositivos y dinámicas grupales. Pero sobre todo, implicó reestructurar el
guión en función de lo que afloró en las participaciones, no el que uno traía en
mente, reconocer las múltiples voces, todo esto junto con los actores locales.
Otro reto fue redactar un texto fluido, con recursos didácticos, ya que en este
caso el libro se destinaría a niños y jóvenes
Finalmente, el trabajo de edición fue hecho por el equipo académico y
sabíamos que en los recortes se corre el riesgo de imponer nuestra visión o
acentos. Así es que, una vez que se tuvo una primera versión, se hizo una
lectura en voz alta durante varias sesiones con los autores, es decir, los que
participaron en las jornadas, para corregir errores o precisar información.
A la presentación en la universidad y en la delegación se invitó a la mesa
a profesores originarios de San Gregorio Atlapulco. Obviamente, como en
toda celebración popular, la presentación del libro en la Plaza cívica tuvo
un carácter más festivo que académico y fue organizada por los originarios.
162 GISELA LANDÁZURI BENÍTEZ
Escribir un libro desde, con y para los atlapulquenses

La tarea fue ardua, pero la satisfacción mayúscula al saber que muchos


habitantes de Atlapulco se reconocieron como en un álbum de fotografías que
podían legar a sus sucesores. Espero que de la misma manera los conocimientos
y pericias para manejar sus recursos (cerro, tierra y chinampas) sean heredados
y retomados por los jóvenes antes de que se pierdan. Ojalá que efectivamente
el futuro se construya sobre los pilares de la memoria, de la sabiduría ancestral.
Como investigadora, en adelante algunas preguntas básicas de investigación
serán: ¿para qué y para quiénes realizaré un estudio? y ¿cuál es la utilidad o
pertinencia de la indagación para los actores locales?

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http://www.xoc.uam.mx/cultura-difusion/ceux/cidex/sangregorio/
(Accesado el día 3 de Junio de 2016).
La perspectiva de la
antropología política en
el análisis de los procesos
rurales
Luis Enrique Parral Quintero1

Resumen
Las actividades agrícolas, relacionadas con la producción de alimentos o materia
prima (destinada a la agroindustria), están permeadas por relaciones de poder,
el modelo económico neoliberal establece las reglas del juego que permean
diversas actividades económicas, entre ellas, la agricultura mexicana. Frente
a las transformaciones del modelo económico, los actores buscan satisfacer o
alcanzar determinadas metas que les permitan reproducir sus formas de vida.
El caso que a continuación se presenta se centra en la producción de
caña de azúcar, actividad agroindustrial que se desarrolla en el municipio
de Cuautla, Morelos, que será analizada desde el modelo de la Antropología
Política propuesto por la Escuela de Manchester, el cual postula que los actores
sociales que intervienen en un proceso establecen una totalidad relaciones
sociales, un “campo” (Turner, 1974).
El objetivo de este trabajo es resaltar el análisis que provee la Antropología
Política en el estudio de los procesos rurales, de tal suerte que proporcione
Doctorante en Ciencias Antropológicas. Departamento de Antropología Social, División de
1

Ciencias Sociales y Humanidades, Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Iztapalapa.


Correo electrónico: parralq.luise@hotmail.es

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166 LUIS ENRIQUE PARRAL QUINTERO
La perspectiva de la antropología política en el análisis de los procesos rurales

herramientas analíticas a otros investigadores que se inician en el estudio de


los procesos rurales.
El modelo propuesto posee la virtud de ser descriptivo, por tanto, permite
comprender los procesos sociales pensándolos en un espacio temporal mediante
el análisis diacrónico. Los grupos de actores sociales también son susceptibles
de ser descritos y analizados, pues son ellos los que establecen relaciones
basadas en intereses, que en ocasiones se yuxtaponen a los de otros actores.

1. Introducción
La antropología política procesualista centra su análisis en los procesos
políticos, reconoce el dinamismo de la sociedad, considera que los actores
sociales toman decisiones y elaboras estrategias que emplean en los procesos
de producción o intercambio que les permiten subsistir. El modelo procesual
tiende a ser utilizado en contextos rurales, pues en los procesos productivos
agrícolas los agricultores continuamente toman decisiones sobre la clase y
cantidad de las tierras que pretenden explotar, la mano de obra que van a utilizar
y la comercialización de los cultivos plantados (Sánchez, 1986).
Las actividades agrícolas constituyen procesos políticos pues en ellos se
presentan diversos grupos de actores que interactúan en distintos ámbitos. El
desarrollo de las relaciones de poder, de negociaciones, de antagonismos entre
actores se encuentra latente, tal es el caso de la producción de caña de azúcar,
actividad agroindustrial en la que tanto productores y sus organizaciones de
locales de productores, cortadores, transportistas y operadores de maquinaria
durante la zafra, son partícipes de la agricultura por contrato.
Con la apuesta de la antropología política intento explicar la forma en que
se establecen las relaciones de poder en la producción de caña de la industria
azucarera, considerando que es una actividad agroindustrial compleja, al
igual que la totalidad de relaciones que se generan entre los diferentes actores
sociales que intervienen en ella.

2. La Escuela de Manchester y la formación de la


antropología política procesualista
La antropología política tiene lugar en la década de 1940, se establece como
un área de especialización de la antropología; defiende el concepto de política
y considera que ésta puede encontrarse en todas partes. La consolidación de
esta sub área de la antropología se reconstruye en tres etapas:
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La perspectiva de la antropología política en el análisis de los procesos rurales

• Formativa: tiene origen durante 1879 y se extiende hasta 1939, durante


este periodo, los antropólogos se dedicaron a estudiar la política casi de
manera incidental respecto a sus otros intereses.
• Consolidación: (1940 – 1966): la antropología política toma forma, se
desarrolla como un sub área de conocimiento estructurado de manera
sistemática y constituido por un discurso autoconsciente dentro de la
antropología.
• Crisis: etapa que inicia a mitad de la década de 1960 y cuando las
especializaciones de la disciplina se diversifican y comienzan a enfrentar
nuevos retos en el análisis de los procesos políticos (Vincent, 1998).

En este camino de consolidación se configuran dos enfoques teóricos para


los procesos políticos; el primero se relaciona con la antropología cultural de
Estados Unidos, cuya importancia radica en observar y analizar las cuestiones
comparativas e históricas de cómo y por qué han evolucionado los sistemas
políticos. Dicho enfoque permite estudiar el derecho, el orden, el conflicto, el
gobierno y el poder. Tiene orígenes en conceptos de teóricos decimonónicos
de la evolución social Henry Maine y Lewis Henry Morgan.
El segundo enfoque, que es el que propongo recuperar, se relaciona con la
antropología social británica, también conocida como Escuela de Manchester,
sus intereses se centran en saber cómo funciona la política en las diferentes
sociedades y conocer el papel que desempeñan los individuos en ellas; por
tal motivo, en el análisis de la organización política los antropólogos deben
ser cuidadosos y distinguir los aspectos que forman parte del orden político
(Smith, 1979).
Las investigaciones de tipo procesualista hacen énfasis en el trabajo de
campo, el cual debe realizarse de manera profunda y por tiempo prolongado,
para permitir tener una perspectiva “histórica-sociológica” de la constitución
de los procesos político; esta postura permite observar los procesos de cambio
e innovación en las sociedades, por ello la importancia de los estudios de caso
y el trabajo de campo en profundidad, pues de esta manera se pueden observar
las pautas de comportamiento de los actores sociales, las contradicciones,
regularidades e inconsistencias que se presentan en el sistema social (Barruecos,
2009), además de que se podrá realizar una descripción minuciosa de los
actores sociales, conocer las actividades y prácticas que realizan.
El hecho de que la antropología política se interese en conocer cómo
funciona la política en distintas sociedades, da cuenta de que los individuos
desempeñan diferentes papeles en la lucha por alcanzar el poder, considera
168 LUIS ENRIQUE PARRAL QUINTERO
La perspectiva de la antropología política en el análisis de los procesos rurales

que los actores sociales tienen capacidad de decisión y reconoce su capacidad


de actuación.
Los antropólogos articulados a la escuela de Manchester experimentaron
nuevas metodologías, esta manera incluyeron el análisis situacional de Velsen
en 1967; el trabajo de redes propuesto por J. Mitchell en 1969, con la finalidad
de explicar cómo hechos y organizaciones aparentemente apolíticos podían
estar impregnados de significado político (Barfield, 2000).
En el procesualismo, el centro del análisis de las relaciones de poder estaba
en el conflicto y la resolución del mismo, así se puede apreciar en los trabajos
realizados por Max Gluckman y sus alumnos (Victor Turner, Edmund Leach
y Abner Cohen), en los que se abordaban los diferentes mecanismos sociales
para enfrentarse a la tensión, la ruptura y el cambio entre las sociedades.

3. Aportes de la antropología política procesualista:


definición de política y categorías de análisis
Swartz, Turner y Tuden, aportan una definición de lo político, en la cual
consideran que son “procesos originados por la elección y realización de
objetivos públicos y el uso diferencial del poder por parte de los miembros
del grupo afectados por esos objetivos” (Swartz, et al., 1966:7).
La política entendida desde el procesualismo, posee tres cualidades que son:
• Un proceso político es público, esto indica que se trata de una actividad
que afecta a un vecindario, a una comunidad, e incusive a una sociedad
o grupo de sociedades, de esta manera adquiere el carácter de político,
ya que es una actividad pública (Swartz, et al., 1994).
• El alcance de metas: La política considera el alcance de metas públicas,
aunque esto no descarta metas de carácter privado o individual, ya que
en ocasiones algunos de los miembros del grupo pueden tener poca
información o desconocer lo que se busca alcanzar. En este sentido el
énfasis de lo político recae en las metas que se desean obtener para el
beneficio del grupo como un todo frente a grupos antagonistas (Swartz,
et al., 1994).
• Las conductas diferenciadas: implica la existencia de una jerarquía de
poder; se relacionan con el alcance de las metas; por tanto, lo político se
aplica a las cosas que son de interés públicas, se orienta a seguir metas
definidas y que involucran un poder diferenciado (en el sentido del
control) entre los individuos del grupo en cuestión (Swartz, et al., 1994).
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La perspectiva de la antropología política en el análisis de los procesos rurales

Diagrama 1. Enfoque de la antropología política procesualista

Elaboración propia con base en Abélès (1997).

El enfoque antropológico propuesto considera tres tipos de intereses: el


interés por el poder (incluyendo la forma en que se accede a él y la manera
en que se ejerce), el interés por el territorio (así como las identidades que se
afirman en él y los espacios que se delimitan) y el interés por las representaciones
(pues son expresiones de las prácticas que conforman la esfera de lo público)
(Abélès, 1997).
Una vez identificado el camino a seguir que propone el enfoque teórico
de la Escuela de Manchester, es prudente conocer las categorías de análisis
que integra, la manera en que operan y la forma en que permiten tener una
comprensión de las relaciones de poder en las actividades agrícolas.
El enfoque procesualista (desde el análisis turneriano) aporta a la
investigación científico social y sobre todo a la antropología social tres
categorías analíticas que son: “drama social, campo y arena”, categorías
que se pueden observar enmarcadas en el flujo de la vida social. La apuesta
procesualista permite comprender la emergencia de procesos políticos mediante
rupturas de ese flujo de la vida social, estas rupturas son descritas como
“dramas sociales” de acuerdo con Victor Turner en su trabajo Dramas, fields
and metaphors.
170 LUIS ENRIQUE PARRAL QUINTERO
La perspectiva de la antropología política en el análisis de los procesos rurales

El mundo social es un mundo de acontecimientos, de procesos, por tal


motivo considera que la vida social se encuentra en flujo constante (flow), los
antropólogos deben aprender a pensar las sociedades como una realidad que
fluye; pues sólo de esta manera se van a observar las estructuras formales,
supuestamente estáticas, que sólo se hacen visibles a partir del flujo que las
dota de energía (Díaz, 2014). La propuesta de análisis de Turner sanciona
a las tendencias en antropología que sólo se ocupan por representar a la
realidad social como si fuera estable e inalterable; como si se encontrara en
armonía y gobernada por principios mutuamente compatibles y lógicamente
interrelacionados. Además este flujo de la vida social comprende los procesos
constitutivos, desgarradores, que son esencialmente transicionales: aspiran a
alterar, modificar y transformar nuestras formas de existencia (Díaz, 2014).
En este contexto, se debe realizar un análisis de los procesos de manera
diacrónica, no se deben pensar los procesos y las sociedades como fotografías,
pues ambos se construyen a lo largo del tiempo. Turner da la pista de buscar
key date, pues con estas fechas clave se podrá armar el rompecabezas que
constituye un proceso en el flujo interminable de la vida social.
En este flujo de la vida social emergen las categorías de “campo político,
arena política y drama social”, pues permiten realizar un análisis minucioso
y diacrónico de los procesos políticos, pues el drama es definido como una
ruptura de este flujo de la vida social; esta ruptura se presenta en un campo
(definido como una totalidad de relaciones sociales) y en una arena (los lugares
donde se desarrollan los conflictos).
El concepto de campo político y arena política permiten al investigador
definir con precisión el aspecto del sistema social que pretende investigar; el
campo político es definido, en la obra de Dramas, Fields and Metaphors en
la que lo considera como una totalidad de relaciones sociales que incluyen
valores, significados y recursos escasos o limitados, donde los actores sociales
compiten por la obtención de dichos recursos, con la finalidad de salvaguardar
una distribución particular de ellos; con la voluntad de mantener o derribar
un orden normativo particular (Turner, 1974).
En el campo político las personas, grupos antagónicos, objetos, reglas,
instituciones y acontecimientos son los elementos que presentan relaciones
dinámicas entre sí, todo este conjunto de elementos, sus interdependencias,
posiciones, va a determinar la estructura de un campo (Díaz, 2014).
El campo político concebido como totalidad de relaciones entre actores
sociales y objetos materiales, se encuentra lleno de tensiones, de grupos de
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La perspectiva de la antropología política en el análisis de los procesos rurales

actores inteligentes que tienen intereses opuestos a otros grupos de actores, que
al mismo tiempo pueden encontrarse motivados por la ambición, el altruismo,
el interés personal y por el deseo del bien público, y quienes en situaciones
sucesivas se vinculan uno con otro mediante el interés personal o el idealismo
(Swartz, et al., 1966).
La arena política es donde se desarrollan las relaciones de poder;
esta categoría es definida como un marco que puede o no encontrarse
institucionalizado, es donde se desarrolla la interacción, el conflicto, la
negociación entre los grupos de actores sociales (antagonistas) que intervienen
en el proceso político; y donde el resultado de la confrontación será la toma
de una decisión que sea públicamente reconocida (Turner, 1974).
En el análisis procesualista las arenas pueden reconocerse dentro del campo
político, pues son áreas dentro de éste, en ellas se desarrollan las relaciones
de poder entre los grupos en conflicto y las relaciones de cooperación (Castro
y Rodríguez, 2009). En su estructura, las arenas se pueden identificar por tres
características:
a) Se trata de un antagonismo –simbólico o factual– que puede tomar formas
diversas según las expresiones culturales.
b) Se da en un marco explícito.
c) Se pretende llegar a una decisión pública ya sea mediante la persuasión,
la amenaza o la fuerza (Varela 1984: 22, citado en Castaingts, 2004:112).

La tercer categoría del análisis procesualista es la de drama social, ésta


va a permitir analizar y describir cómo se constituyen las categorías de campo
político y arena política. Previamente ya se ha dicho que un drama social es
una ruptura, hasta el momento es todo lo que el lector sabe, pero para dar
más detalle es hora de abordar su definición y la pertinencia en este enfoque
teórico metodológico.
Los dramas sociales hacen referencia a relaciones tensas o conflictivas,
representan fases de la disputa en el proceso político (Castaingts, 2004). El
hecho de que el drama social describa situaciones no armónicas implica que hay
una ruptura o transición en el flujo de la vida social, y esto sucede cuando los
intereses de los individuos (actores sociales) se contraponer, es decir, cuando
hay un surgimiento de actores antagonistas (Turner, 1974).
Los dramas sociales constituyen unidades de proceso social, por tanto a la
hora de realizar el análisis sobre ellos, pueden ser aislados y descritos manera
172 LUIS ENRIQUE PARRAL QUINTERO
La perspectiva de la antropología política en el análisis de los procesos rurales

precisa, es preciso apuntar que no todas las unidades de procesos sociales son
dramáticas, muchas corresponden con la organización social (relaciones de
cooperación), son arreglos de los grupos de actores que no necesariamente
llevan a un conflicto.
El drama social es definido a partir de cuatro fases que pueden observarse en
tu totalidad o no, esto quiere decir que en su estructura, el drama es cambiante,
pues el conflicto puede pasar de la segunda a la cuarta fase, sin pasar por la
tercera y no verse afectado:
1) La ruptura: Es el rompimiento de una norma establecida en las relaciones
sociales, esta ruptura permite el surgimiento de una arena política. En
el proceso de ruptura se desarrolla una infracción a la norma que puede
darse de manera deliberada, no intencional o simplemente de manera
espontánea, considera que el proceso de la ruptura se puede deber inclusive
al seguimiento de alguna otra regla que finalmente provoque un desastre
o altere la normalidad social (Díaz, 2014).
2) La crisis: Las personas o grupos toman partido, dando lugar a los
“antagonistas”, actores que se oponen al proceso de ruptura. El conflicto
no se desarrolla de manera inmediata en un área delimitada de interacción
social por los actores, existe una tendencia para que la fase de ruptura
pueda extenderse o dilatarse en un área delimitada de interacción social.
La crisis se desarrolla en los que Turner llama el “campo político”, donde
se polarizan los grupos antagónicos que participan en la arena (Díaz,
2014).
3) El reajuste: Esta fase está constituida por las acciones y procedimientos,
puede ser entendida como el arbitraje personal e informal, incluye todo
el aparato formal, judicial e inclusive el ritual público para limitar o
solucionar la crisis del campo político. Las acciones de reajuste pueden
variar de acuerdo con la función de las modalidades instrumentales y
formas en que se institucionalizan las relaciones de poder; esto incluye
la profundidad y significado social del proceso de ruptura, la naturaleza
de la crisis y del grupo social donde se gestó la ruptura, así como del
grado de las relaciones sociales (Díaz, 2014).
4) La reintegración: En esta etapa hay una restauración de la paz que
consiste en la reintegración de las partes al orden social; hay aceptación
y reconocimiento de la división irreparable entre los grupos de actores
(contendientes). En esta fase se muestra la subordinación, la derrota o
el debilitamiento de una de las partes, dando cabida a su reintegración
donde los principios del grupo van a ser transformados (Díaz, 2014).
LUIS ENRIQUE PARRAL QUINTERO 173
La perspectiva de la antropología política en el análisis de los procesos rurales

La definición de las categorías propuestas por la Escuela de Manchester


permite al investigador social tener herramientas con las cuales pueda analizar
y profundizar en el estudio de los procesos políticos considerando a: la
temporalidad de los procesos políticos, los actores sociales, sus intereses,
significados y los recursos por los que se encuentran en competencia.

4. La antropología política en los estudios rurales


La apuesta procesualista realiza trabajos que contemplen los aspectos históricos,
pues estos forman parte del flujo de la vida social; por tanto hay que considerar
los elementos primarios que reflejan la forma en que se establece y desarrolla
una actividad productiva, pues éstas se constituyen en una temporalidad y no
aparecen de la noche a la mañana. Desde la dimensión histórica se muestran
procesos de transición en la forma en que se practica determinada actividad
productiva, se muestran las transiciones que alteran, modifican y transforman
la existencia humana y el medio ambiente (Díaz, 2014).
En este panorama de procesos históricos se pueden observar las rupturas
que reconfiguran los campos políticos, que reorientan los procesos productivos
en los que intervienen grupos de actores sociales. Puede considerarse como un
elemento que rompe este flujo de la vida social, por ejemplo, la introducción
de nueva tecnología, el diseño de nueva política pública, el establecimiento
de un nuevo modelo económico, pues estos van a transformar las reglas del
juego a las que se someten los actores sociales, y en el caso particular de
los campesinos se podrá observar la aceptación o rechazo de dichas reglas
mediante relaciones de cooperación, de acuerdo a sus metas publicas teniendo
como base la organización social.
En el caso de las actividades agrícolas y los procesos rurales, su dimensión
histórica queda marcada por un sin fin de procesos que van a moldear la manera
en que se desarrollan las actividades agrícolas en la actualidad (la revolución
mexicana, el reparto agrario, la demarcación de los ejidos, las dotaciones de
agua para riego, la introducción de nuevas tecnologías agrícolas, etc.).
En este sentido, el investigador social debe identificar fechas que le señalen
la relación entre el desarrollo de las actividades políticas contemporáneas y
los sucesos que son la base de un sin fin de significados compartidos entre
los grupos de actores que disputan determinados recursos.
En el caso de los productores de caña, hay fechas que son clave en
la constitución de dicha actividad agroindustrial, dichas claves abarcan la
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La perspectiva de la antropología política en el análisis de los procesos rurales

reconfiguración del agro mexicano, el diseño de política pública que busca


preservar la actividad agrícola pese al declive de la hacienda azucarera,
acompañada de transiciones tecnológicas que buscan hacerla una actividad
eficiente.
Por mencionar algunas fechas que contribuyen al análisis, en 1938 se
comienza a gestar una restructuración del agro mexicano, prueba de ello es la
creación de Unión Nacional de Productores de Azúcar S.A., organización que
tenía la finalidad de agrupar a los productores de caña a nivel nacional. Más
tarde, en 1943 se establece por decreto presidencial la zona de abastecimiento
de los ingenios azucareros, ésta consiste en un área delimitada cuya superficie
agrícola debe destinarse a la producción de caña de azúcar con el propósito de
abastecer a los ingenios azucareros de las diferentes zonas cañeras. El decreto
de ese año definía a los actores políticos que ahora intervendrían en la actividad
agroindustrial, productores de caña, Estado y empresarios.
Para el año de 1953 se crea Financiera Nacional Azucarera S.A. organización
que tenía el objetivo de dar crédito a los dueños de los ingenios para que éstos
a su vez pudieran dar mantenimiento a las fábricas e invertir en tecnologías
que hicieran la extracción del azúcar una actividad más eficiente y rentable.
Para el año de 1980 la industria azucarera buscaba incentivar el uso de
variedades mejoradas de caña, esto indica una búsqueda por incrementar
la producción azucarera, mejoramiento y uso de tecnología en la actividad
agrícola. La lectura que se puede realizar a las fechas anteriores, da cuenta de
que la industria azucarera ha formado parte de procesos globales que inciden
en la manera en que se practica y desarrolla dicha actividad. En este proceso
de re-estructuración agroindustrial la producción azucarera ha incorporado
a nuevos actores sociales que no se encontraban presentes durante su fase
anterior (la hacienda).
Los actores que se han involucrado en esta actividad agroindustrial se
han ido definiendo a lo largo del tiempo, el establecimiento de política pública
no sólo define a los campesinos, también define al Estado y los empresarios,
grupos de actores que van a tener actuación a partir de las metas de que cada
uno establezca como prioritarias en la competencia por el control de los
recursos (tierra, agua y tecnología) que se presentan en el sistema agroindustrial
azucarero.
La transición de un modelo económico a otro constituye procesos de ruptura
(dramáticos) que transforman la organización social, la actividad productiva y
la competencia por los recursos; pues los actores sociales desempeñan nuevos
papeles, establecen nuevas relaciones con la emergencia de nuevos actores.
LUIS ENRIQUE PARRAL QUINTERO 175
La perspectiva de la antropología política en el análisis de los procesos rurales

El modelo de análisis procesualista permite que el investigador social pueda


conocer, desde una perspectiva diacrónica, la forma en que se constituye la
actividad cañero-azucarera, así como describir las transformaciones a las que
se ha enfrentado, los nuevos actores que emergen con el cambio de modelo
económico, incluyendo la transformación en las reglas del juego a las que
se someten los diferentes actores que intervienen en el proceso productivo
(Parral, 2014).
En la actualizad, los productores de caña se articulan a un esquema de
agricultura por contrato, en dicho modelo se establecen las reglas del juego,
los derechos y obligaciones a los que se someten los actores que forman parte
de un campo, la industria azucarera.
Bajo el esquema mencionado, los productores quedan obligados a
incorporarse a una asociación de productores que represente sus intereses
generales frente a los representantes del ingenio azucarero. La actividad referida
forma parte de la política pública que ha establecido el Estado mediante un
documento que lleva por nombre “Ley de Desarrollo Sustentable de la Caña
de Azúcar”.
La agroindustria azucarera, desde la propuesta teórica procesualista,
constituye un campo, pues en ella se presenta una complejidad de relaciones
sociales en la que intervienen diversos actores que participan en ella; el análisis
puede ser muy extenso, pero para el caso aquí explicado sólo retomaré a tres
actores principales que ya he comenzado a enunciar en párrafos anteriores.
El ingenio azucarero es quien recibe la producción de caña de azúcar
que es producida en la zona de abastecimiento, engloba una organización
sumamente compleja en la que para la producción de azúcar intervienen
inspectores de campo, obreros, ingenieros químicos y personal que realiza
labores de oficina. El papel que desempeña el ingenio azucarero es el de realizar
contratos a los productores de caña y recibir la caña de azúcar cosechada para
molerla y producir azúcar.
Las asociaciones de productores son grupos de productores de caña
que se establecen de acuerdo a los intereses que tengan los productores de
caña, considerando el carisma que tenga el líder en turno para con el resto de
productores que se afilian a las asociaciones. En su papel de actor político,
desarrolla relaciones de cooperación con la finalidad de reinstaurar y mantener
el orden en el proceso de ruptura, pues buscan que los productores de caña
cumplan con el contrato que se establece entre ellos y el ingenio azucarero.
176 LUIS ENRIQUE PARRAL QUINTERO
La perspectiva de la antropología política en el análisis de los procesos rurales

Las asociaciones son encargadas de gestionar recursos económicos,


tecnológicos y mano de obra que permita a los productores realizar la cosecha
de la caña en tiempo de zafra, consiguen a los jornaleros (mano de obra
estacional que realiza el corte de la caña) y la maquinaria que será empleada
para realizar el corte, alce y acarreo de caña de azúcar hasta el patio del
ingenio. En tiempo de siembra proporcionan capacitación a los cañeros para
que conozcan las variedades de caña, fertilizantes y otras formas de cultivar
la caña que pudieran resultar rentables tanto para los productores como para
el ingenio azucarero; ya que de esta forma ambos pueden obtener mayores
ganancias por las cosechas (Parral, 2014).
Los productores de caña desempeñan el papel de abastecedores del
ingenio, algunos de ellos son ejidatarios, pequeños propietarios, arrendatarios
de tierra y compañeros en las asociaciones de productores que los representan
frente al ingenio azucarero.
En la búsqueda por alcanzar determinadas metas los cañeros se enfrentan
a la toma de decisiones; éstas se relacionan con: el tipo de variedad que
les es más rentable, los agroquímicos que utilizarán para obtener mejores
rendimientos, el tiempo en el que deben realizar la siembra, en la tecnología
agrícola que utilizarán para realizar la zafra. Todas las decisiones anteriores
se encuentran relacionadas con el obtener ingresos que les permitan subsistir,
con la finalidad de preservar el seguro social que les provee el ser productores
de caña, con el tener un lugar de venta de la cosecha a un determinado precio
y con el tener un grupo de negociación que movilice valores y significados
en los procesos de negociación (Sánchez, 1986).
El análisis de lo político tiene lugar en el estudio de las relaciones que se
gestan entre los actores sociales, pues en esta actividad agroindustrial se observa
cómo se establecen vínculos entre actores que se encuentran en diferentes
niveles de negociación, y es mediante el establecimiento de grupos de actores
políticos que tienen significados compartidos y metas en común, que adquieren
capacidad de negociación. Las asociaciones de productores, entendidas como
grupos de actores políticos, elaboran proyectos que inciden en la manera en
que se desarrolla la zafra, ya sea mediante la construcción de galeras para
los cortadores de caña o a partir de la introducción de cosechadoras anterior
permitan la maximización de las ganancias en la producción de caña, pues de
esta manera aseguran su capacidad de negociación mediante el incremento o
preservación del número de agremiados.
LUIS ENRIQUE PARRAL QUINTERO 177
La perspectiva de la antropología política en el análisis de los procesos rurales

Conclusiones
En esta ponencia se han tratado de enunciar elementos que permitan comprender
cómo son entendidas las relaciones de poder desde un enfoque procesualista,
en esta apuesta el análisis de los procesos políticos permite realizar una re-
construcción que considere la dimensión temporal que tienen los procesos,
pues éstos se configuran en el flujo de la vida social, que es donde operan las
categorías analíticas de Victor Turner.
Al hablar del diacronismo del enfoque se recuperan fechas clave que
inciden en la formación de los procesos políticos, al pensar en puntos clave
se puede comprender que las actividades agrícolas y la manera en la que
se practican en la época contemporánea, responde a una formación que se
ha dado de manera histórica, en la que los actores sociales construyeron
referentes simbólicos y definieron la manera en que desarrollan sus relaciones
de cooperación.
El marco propuesto constituye herramientas analíticas que permiten a
los investigadores sociales analizar y desmenuzar los procesos de la vida
social (política), si recurriéramos a una metáfora, se podría afirmar que las
categorías de análisis se convierten en una cuchara, tenedor y cuchillo, los
cuales usándolos de manera adecuada permiten tomar porciones de un filete,
una realidad, y de esta manera ser tomados e ingeridos por el investigador con
la finalidad de analizarlos y mostrar la manera en que se constituyen.
El modelo propuesto recupera el papel que desempeñan los actores sociales
en una actividad productiva. Pensar en el drama social da una idea de que los
procesos de transición son dramáticos, la introducción de nuevas políticas
de desarrollo o tecnología, desatan procesos conflictivos que al momento de
ser analizados pueden ser descritos con la finalidad de detallar lo que sucede,
identificando a los actores principales que conforman los grupos de antagonistas.
Las categorías propias del enfoque procesualista permiten comprender que
los actores sociales forman parte de una realidad compleja, donde se establece
una gran cantidad de relaciones sociales, abriendo espacios en los que los
actores establecen metas públicas que les permiten competir por el control
de los recursos (tierra y agua), esto se verá expresado en la configuración de
grupos de antagonistas que son los que disputarán los recursos.
En el caso de los productores de caña, se puede observar que mediante
la organización en asociaciones de productores, adquieren capacidad de
178 LUIS ENRIQUE PARRAL QUINTERO
La perspectiva de la antropología política en el análisis de los procesos rurales

negociación, configuran actores antagonistas que les permiten alcanzar


determinadas metas, siguen a sus líderes a partir de sus lazos con la comunidad
cañera, basados en las relaciones de cooperación que éstos tengan para con
sus agremiados.

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LUIS ENRIQUE PARRAL QUINTERO 179
La perspectiva de la antropología política en el análisis de los procesos rurales

Sánchez, F. J. O., (1986), “Modelos procesuales en antropología ecológica


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Encyclopedia of Social and Cultural Anthropology,traducciónpor
Alicia Comas y Mariano Perelman, Routledge, London & New
York, Pp. 428-433.
El libro digital TOMO II. Actores, diversidad colectiva y resistencias,
de la colección México Rural ante los Retos del Siglo XXI,
se terminó de producir en el mes de mayo de 2017.

Su diseño y edición estuvieron a cargo de:

Editorial Cienpozuelos, S.A. de C.V.


Morelia, Michoacán
editorialcienpozuelos@hotmail.com
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Enseñar la explotación de la tierra,


no la del hombre

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