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SERMONES PARA

SÁBADO MISIONERO
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ningún medio mecánico, fotográfico, electrónico (escáner y/o fotocopia) sin la au-
torización escrita de los autores.
CONTENIDO

1. EL PLAN DIVINO ......................................................................................5

2. CRISTO PROVEE LA RESPUESTA ........................................................9

3. ¿CÓMO LLEGAR A LOS CORAZONES? ...............................................13

4. PASOS QUE LLEVAN A LA DECISIÓN ..................................................17

5. LA VIDA TAN SOLO EN CRISTO ............................................................23

6. ¿CÓMO LLEGAR A SER CRISTIANOS? ...............................................27

7. ¿SE REFIERE CRISTO A MÍ? .................................................................31

8. CRISTO Y LA LEY DE DIOS ...................................................................35

9. EVANGELIZACIÓN DE LOS JÓVENES ................................................39

10. EL DÍA DE REPOSO DE JESÚS .............................................................44

11. EL PREDICADOR VOLUNTARIO Y SU IGLESIA ..................................49

12. LA VERDAD SE CONCENTRA EN JESUCRISTO.................................55


R O
ENE

EL PLAN DIVINO

“Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda


criatura” Marcos 16:15

I. INTRODUCCIÓN
Durante la construcción del puente de Brooklyn, el ingeniero princi-
pal, Juan A. Roebling, recibió una herida accidental en un Ferri, pro-
vocando en él un caso de Gangrena que lo obligó a guardar cama
hasta su muerte. Pero la construcción del puente no se detuvo.

Se obtuvo una habitación grande con una inmensa ventana que
daba la vista hacia el sitio donde se encontraba el puente, para
que desde su cama el ingeniero Roebling pudiese vigilar la obra de
construcción. Antes de su muerte vio como los grandes pilares del
puente surgían de sus fundamentos y se iban tejiendo hábilmente
la telaraña de los cables.

Al terminarse los pilares, alguien le preguntó, cómo los ve ahora, a


lo que contestó: “Son precisamente lo que esperaba que fuesen”
todo lo había planificado y así fue. Pero él murió, catorce años an-
tes de culminarse la obra. Hoy en día transitan miles de personas y
vehículos por este majestuoso puente colgante.

Si los hombres planean las cosas temporales de la vida con am-


plia visión del futuro, ¿Cuánto más nuestro Dios planea con infalible
previsión el futuro, teniendo en cuenta el momento cuando habrá
alcanzado finalmente el triunfo sobre el pecado?

Así como el arquitecto traza planos para el edificio que quiere cons-
truir, Dios tiene un infalible plan en la gran controversia entre Cristo
y Satanás. Este plan abarca la gran lucha que se ha de reñir y la
victoria que se ha de alcanzar por el plan de la salvación.

II. ARGUMENTACIÓN
a. A todos y por Doquiera. El gran mandato de ir “a todo el mundo”
no se limita a una simple introducción del Evangelio en los di-

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ferentes países o regiones geográficas o políticas. Abarca toda
ciudad, pueblo y comunidad. Alcanza a toda persona. Significa
no solamente dar a saber que se debe rehuir un castigo retribu-
tivo y ganar el cielo. Se refiere más bien a proclamar las gratas
nuevas, a proclamar un mensaje de salvación al corazón de
cada persona.

“La iglesia de Cristo en la tierra fue organizada con propósitos


misioneros y el Señor desea ver a toda la iglesia idear medios y
recursos por los cuales los encumbrados y humildes, los ricos
y los pobres, puedan oír el mensaje de verdad”. Testimonios Se-
lectos, T. 4, pág. 286.

Aplicación: “La iglesia es el medio señalado por Dios para la


salvación de los hombres. Fue organizada para servir, y su mi-
sión, es la de anunciar el Evangelio al mundo”. Los Hechos de
los Apóstoles, pág. 9.

b. Misioneros Todo el Año. La invitación a evangelizar al mundo


exige que la maquinaria misionera de la iglesia este constante-
mente en movimiento. Su trabajo no depende de las estacio-
nes. La obra de ganar almas es una tarea de todo el año y exige
que los dirigentes de la iglesia hagan planes para preparar y
utilizar a todos los miembros de la iglesia”.

“Es esencial trabajar con orden, siguiendo un plan organizado y


procurando un objetivo definido”. Evangelismo, pág. 94.

Aplicación. A toda la iglesia fue dado el mandato divino de pro-


clamar el Evangelio a todo el mundo en todo el año. Tal es el
principal quehacer de la única iglesia que Cristo estableció.
El Espíritu Santo dotó a la iglesia de un poder específico, para
hacer su obra específica, en una forma específica, en un tiempo
específico.

c. Evangelización Coordinada. Mediante la organización de la


iglesia en todo el mundo, y es también mediante la unidad local
de trabajo y los individuos, Dios quiso multiplicar grandemente
la eficiencia y eficacia de los miembros en un esfuerzo evan-
gelizador coordinado. “Cinco de vosotros perseguirán a cien y

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cien de vosotros perseguirán a diez mil… porque yo me volveré
a vosotros… os haré crecer… os multiplicaré, y afirmaré mi pacto
con vosotros”. Levítico 26:8,9

Cinco pasos a seguir:


1. Creer que podemos saberlo. Una persona que no está segu-
ra de estar haciendo la voluntad de Dios en todo momento,
no puede dedicarse a su obra, esto es necesario para alcan-
zar el mayor éxito.
2. Someterse a la voluntad de Dios para su gloria. La mayor
batalla es “la guerra contra nosotros mismos; es la batalla
más grande que jamás hayamos tenido. El rendirse asimis-
mo, entregando todo a la voluntad de Dios, requiere una lu-
cha”. El Camino a Cristo pág. 44.
3. Consultar a los hermanos. El consejo de los hermanos des-
empeña un papel importante en lo que se refiere al ayudar-
nos a encontrar nuestro lugar específico en el servicio de
Dios y adaptarnos armoniosamente a el. “Donde no hay go-
bierno sabio cae el pueblo; pero en la muchedumbre de los
consejeros hay seguridad”. Proverbios 11:14
4. Reconocer las puertas abiertas. “Tan ciertamente como
hay un lugar preparado para nosotros en las mansiones ce-
lestiales, hay un lugar designado en la tierra donde hemos
de trabajar para Dios.” Lecciones Prácticas, pág. 297. Dios
está preparando el lugar celestial. Velemos y oremos para
hallar nuestro lugar en la tierra.
5. Seamos voluntarios para aprender. “Antes que una persona
esté preparada para enseñar la verdad a los que están en
tinieblas, debe aprender…debe considerar de primordial im-
portancia el estudio de la Biblia y al mismo tiempo preparar
sistemáticamente su intelecto y sus modales, para saber
acercarse a la gente de la mejor manera posible.” Evangelis-
mo, pág. 107,108.

Aplicación: “Los ojos del Señor se fijan en cada uno de sus


hijos; tiene planes acerca de cada uno de ellos.” Testimonios,
Tomo 4, pág. 275.

“Nuestra obra nos ha sido trazada por nuestro Padre Celestial.


Debemos tomar nuestras Biblias y salir a amonestar al mundo.

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Hemos de ser auxiliadores de Dios para salvar almas, conduc-
tos por medio de los cuales su amor ha de manifestarse día
tras día a los que perecen”. Testimonios Tomo 9, pág. 150.

III. CONCLUSIÓN
Dios a través de su Palabra y los consejos del Espíritu de Profecía;
en esta mañana nos ha mostrado cual es el plan divino que tiene
para cada uno de nosotros a través de estos tres puntos que son:
Dios tiene un plan para todos y por doquiera, somos llamados a ser
misioneros no un día, un mes o un año sino ser misioneros siempre;
mientras Dios nos da vida y por últimos somos llamados a man-
tener una evangelización coordinada, unida y siempre dispuestos
hacer la voluntad de Él, solamente seamos sensibles a la invitación
que Dios nos hará, Él tiene un plan divino para cada uno, en una
forma personal.

“Los ángeles del cielo han esperado por mucho tiempo la colabo-
ración de los agentes humanos, de los miembros de iglesia – en la
gran obra que debe hacerse. Ellos os están esperando… todo cora-
zón santificado se ha alistado en el servicio como un instrumento
del poder divino.” Testimonios Selectos Tomo 5, pág. 161.

IV. LLAMADO
El General George Washington declaró una vez, que diez mil hombres,
intentado cada uno por turno, no podrían mover una tonelada. Pero
veinte de ellos, trabajando al unísono, podrían alzarlo con facilidad.

Si todos trabajáramos unidos podríamos mover toneladas de gente


que se encuentran en la perdición y poderlos llevar a la salvación.

Dios nos acaba de mostrar su plan divino, si todos unidos haríamos


la parte que nos toca hacer de la predicación, sería mucho más
rápida.

Dios espera que cada uno de nosotros nos enrolemos en el plan di-
vino. Yo quiero hacerlo. ¿Habrá en esta mañana alguien más que se
quiere comprometer con el plan divino que el Señor nos ha dejado?

Puedo verte en pie y poder orar, para que Dios pueda obrar en nues-
tros corazones.

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0
ER
BR
FE
CRISTO PROVEE LA RESPUESTA

“Y guardaos de los hombres…Mas cuando os entreguen, no os


preocupéis por cómo o qué hablaréis; porque en aquella hora os será
dado lo que habéis de hablar…” Mateo 10:17-20

I. INTRODUCCIÓN
Conocí a una hermana de tamaño mediano, ese año llevo como 22
nuevas personas a los pies de Jesús y tuve el privilegio de acom-
pañarla una tarde a sus estudios bíblicos que ella daba, recuerdo
muy bien que ella no habría la Biblia ni buscaba los textos bíblicos;
sino que entregaba al nuevo estudiante una Biblia y el curso bíblico;
luego entonces ella después de orar, le preguntaba, muy bien, aho-
ra, ¿qué número de lección nos toca y cómo se titula el estudio?,
entonces la persona interesada contestaba, toca la lección número
13 y el título es el Sábado, la hermana contestaba ¡muy bien! en-
tonces cuál es la primera pregunta y el texto bíblico, y el estudiante
hacía la pregunta y buscaba el texto, pero para ello, la hermana ya
sabía el texto de memoria, y así pasamos aquella tarde visitando y
dando los estudios como a unas siete personas y en todas hacia lo
mismo, entonces al finalizar los estudios, tuve la curiosidad y me
preguntaba en silencio del ¿por qué? ella no buscaba y le daba la
Biblia con el texto abierto, y se lo dije, entonces ella me contestó;
Pastor, lo que pasa es que yo nunca fui a la escuela y por lo tanto
no se leer ni escribir, soy analfabeta, pero Dios me dio la capacidad
de poder aprender los versículos de memoria y es por eso que hago
esto, pero la gente no se da cuenta de ello.

Con esta breve historia quiero decirte que Dios está listo a proveer
todo aquello que no tenemos, solo espera de ti y de mí nuestra dis-
posición y compromiso.
Cuando uno quiere servir a Dios de corazón no hay excusa ni impe-
dimento que pueda existir.

II. ARGUMENTACIÓN
a. El Contacto Inicial. Cuando tratamos de hacer el contacto ini-
cial en una casa, creemos que Dios preparó el camino en res-
puesta a la oración ferviente que elevamos, y que sus ánge-

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les nos acompañarán. Consideremos lo que debemos decir y
como debemos decirlo.
Jesús nos recomienda en el libro de Mateo 10:16 “He aquí, yo
os envío como a ovejas en medio de lobos; sed pues prudentes
como serpientes, e inocentes como palomas.”

Aplicación: Siempre el primer contacto va marcar para bien o


para mal es por eso que necesitamos tener el debido cuidado,
debemos ser prudentes, sencillos. Dios está dispuesto a ayu-
darnos y colocar las palabras precisas que necesitamos decir.
Dediquemos nuestras más altas energías al presentar la forma
más atrayente posible del amor de Cristo hacia su alma.

b. El Primer Estudio Bíblico. Lo que se diga en forma amistosa y


casual durante el primer estudio bíblico en la casa de una per-
sona o familia interesada, dependerá en gran manera para con-
tinuar el siguiente estudio bíblico.
Despertemos el interés por el estudio de la Biblia y hagamos la
pregunta como lo hizo Felipe al etíope. Hechos 8:36 “Acudiendo
Felipe, le oyó que leía al profeta Isaías, y dijo: pero ¿Entiendes lo
que lees? Así comenzó su primer estudio bíblico.

Aplicación: Interesémonos por toda la familia desde el primer


estudio de la Biblia preguntemos si tienen niños o jóvenes en
casa e invitémosles a participar del estudio a toda la familia.

c. El Uso del Proyector. Tiene sus ventajas y sus desventajas con-


trapesemos cual es lo mejor, si las reuniones son con un buen
grupo de personas, tal vez sea más apropiado usar un proyec-
tor porque ello atrae a más gente y se aprende mejor mirando
y escuchando, pero si se trata de una familia pequeña de tres o
cuatro personas, es más conveniente hacerlo sin el proyector.
Jesús usó mucho las ilustraciones a través de las parábolas y
esa era unas de las formas que atraía a la gente y despertaba el
interés en ellos.

Aplicación: Lucas 18:1 “También les refirió Jesús una parábola
sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar.”

d. La Respuesta a las preguntas y las Objeciones. El apóstol Pedro

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nos aconseja así: “Sino santificad a Dios el Señor en vuestros co-
razones y estar siempre preparados para presentar defensa con
mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón
de la esperanza que hay en vosotros.” 1 Pedro 3:15

Aplicación: Que privilegio y que oportunidad tenemos de infun-


dir esperanza y alegría a los corazones inquisidores y rebeldes,
más plenamente la salvación que solo puede hallarse en Cristo.

e. Las respuestas a las Objeciones con las Escrituras. Debemos


estar preparados para responder a la objeciones o excusas de las
personas con un “Escrito Está” Mateo 4:4 así como lo hizo Jesús.

Aplicación. El cristiano debe tener un buen conocimiento de la


Palabra de Dios, no solo memorístico sino también conciso en
saber en qué libro y texto se encuentra lo requerido para aplicar
y compartir el estudio a tratar.

f. ¿Cómo hacer frente a las interrupciones? Todos los que damos


estudios bíblicos entendemos que esto casi siempre ocurre y no
tenemos que sentirnos nerviosos, necesitamos estar calmados
en medio de las interrupciones y hacerle saber a las personas
que están recibiendo el estudio, que no deben preocuparse.

Aplicación. Jesús mismo cuando estaba en camino para aten-
der a la hija de Jairo fue interrumpido por la mujer de flujo de
sangre. (Marcos 5:21-43).

g. ¿Cómo hacer frente a la oposición de los familiares? Primero


analicemos que cuando hay oposición, mayormente es cuando
hay algo que no se entendió bien, quedan ciertas dudas. Y la
otra realidad que hay que entender es que se está luchando
contra Satanás que no quiere de ninguna manera que las per-
sonas decidan por el Señor.

Aplicación. Recordemos que Jesús mismo fue rechazado y


burlado por la gente (Isaías 53:3).

III. CONCLUSIÓN
A través de este mensaje hemos entendido en esta mañana que

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Dios está listo a usarnos y asistirnos con su Espíritu Santo, para
darnos las palabras precisas que necesitamos en el momento
oportuno para toda esa gente necesitada que espera.
Hemos repasado siete pasos para tener éxito en la ganancia de las
almas.

Debemos tener mucho cuidado desde que comenzamos con el pri-
mer contacto con las personas, ya que es la base para el desarrollo
de un determinante estudio de la Palabra Divina.
Tomemos en cuenta a todos los miembros de la familia e involu-
cremos en los estudios a todos. Siempre habrá objeciones pero
debemos estar preparados para poder dar una respuesta con un :
“Escrito Está”, teniendo para ello un pleno conocimiento de la Pala-
bra de Dios.

Dios está listo a proveernos de lo que necesitamos, pero si debe-


mos siempre estar preparados a dar una verdadera respuesta a
todo el que pregunte y demande de la esperanza que tenemos. Es
un gran privilegio y oportunidad el que alguien nos pregunte para
saber de las grandes verdades que conocemos.

IV. LLAMADO
Queridos hermanos: es un gran regalo y privilegio ser portavoces
del mensaje que Dios nos legó.
Los ángeles quisieran hacer esta labor, pero es solo un importan-
tísimo legado que se nos encomendó; el de impartir el mensaje de
salvación.
Queridos hermanos: esto a su vez es una gran responsabilidad que
tenemos, el de guiar a la personas en las más grandes decisiones
de sus vidas.
Queridos hermanos: Cristo está listo a asistirnos en todo momento
y lugar. Los ángeles de Dios velan sobre vosotros, y saben cómo
impresionar a aquellos cuya oposición solo puede terminar en dis-
cusiones.

En esta mañana yo tomo la decisión de preparar gente para el reino


de los cielos, ¿quiero saber si puedo contar con alguien más que
quiera ser un portavoz del mensaje de Dios?
Podemos colocarnos en pie y orar pidiendo la presencia y asisten-
cia de nuestro Dios en todo momento.
Oremos.

12
ZO
AR
M
¿CÓMO LLEGAR A LOS CORAZONES?

“Y yendo, predicad, diciendo: El reino de los cielos se ha acercado”


Mateo 10:7

I. INTRODUCCIÓN
La proclamación del evangelio a todo el mundo es la obra que Dios
ha encomendado a los que llevan su nombre. El evangelio es el úni-
co antídoto para el pecado y la miseria de la tierra. Dar a conocer
a toda la humanidad el mensaje de la gracia de Dios es la primera
tarea de los que conocen su poder curativo.

El mundo necesita hoy, lo que necesitaba mil novecientos años


atrás, esto es, una revelación de Cristo. Se requiere una gran obra
de reforma, y solo mediante la gracia de Cristo podrá realizarse esa
obra de restauración física, mental y espiritual.

II. ARGUMENTACIÓN
La clave para el éxito verdadero
Solo el método de Cristo dará éxito para llegar a la gente. El Salva-
dor trataba con los hombres y siempre deseaba hacerles el bien.
Les mostraba simpatía, y atendía sus necesidades ganándose su
confianza. Entonces, al final les decía: “Sígueme”.

Es necesario acercarse a la gente por medio del servicio y esfuerzo
personal. Si se dedicara menos tiempo a sermonear y más al servi-
cio personal, se conseguirían mayores resultados. Hay que aliviar a
los pobres, atender a los enfermos, consolar a los afligidos y dolien-
tes, instruir a los ignorantes y aconsejar a los inexpertos. Hemos de
llorar con los que lloran y regocijarnos con los que se regocijan.

Acompañada del poder de la persuasión, del poder de la oración y
del poder del amor de Dios, esta obra no será ni puede ser infruc-
tuosa. En casi todas las poblaciones hay muchos que no escuchan
la predicación de la Palabra de Dios ni asisten a ningún servicio
religioso. Para que conozcan el evangelio, hay que llevárselo a sus
casas. Muchas veces la atención prestada a sus necesidades físi-
cas, es la única manera de llegar a ellos.

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Muchos no tienen fe en Dios y han perdido la confianza en el hom-
bre. Pero saben apreciar los actos de compasión y de auxilio. Cuan-
do ven a alguien que sin el aliciente de las alabanzas, ni esperan-
za de recompensa en esta tierra, va a sus casas para asistir a los
enfermos, dar de comer a los hambrientos, vestir a los desnudos,
consolar a los tristes y encaminarlos a todos con ternura hacia
Aquel de cuyo amor y compasión, el obrero humano es el mensa-
jero, cuando ven todo esto, sus corazones se conmueven. Brota el
agradecimiento. Se enciende la fe. Ven que Dios cuida de ellos, y así
quedan preparados para oír la Palabra divina.

La obra personal individual


Cristo encomienda a sus discípulos una tarea individual, que no
puede ser delegada. La atención a los enfermos y a los pobres, y
la predicación del evangelio a los perdidos, no deben dejarse al cui-
dado de juntas u organizaciones de caridad. El evangelio exige res-
ponsabilidad y esfuerzo individuales, sacrificio personal.

“Ve por los caminos y por los vallados, y fuérzalos a entrar –ordena
Cristo–, para que se llene mi casa” (Luc. 14:23). Jesús relaciona a
los hombres con aquellos a quienes quieren servir. Dice [acerca del
deber cristiano]: “¿No es que […] a los pobres errantes albergues en
casa; que cuando veas al desnudo lo cubras?” .“Sobre los enfermos
pondrán sus manos, y sanarán” (Isa. 58:7; Mar. 16:18.) Por medio
del trato directo y de la obra personal, se han de comunicar las ben-
diciones del evangelio.

Cada miembro instruido y participando


Todo miembro de la iglesia debe empeñarse en alguna manera de
servir al Maestro. Unos no pueden hacer tanto como otros, pero
todos deben esforzarse cuanto les sea posible por hacer retroceder
la ola de enfermedad y angustia que azota al mundo. Muchos tra-
bajarían con gusto si se les enseñara cómo empezar.

Necesitan instrucción y motivación


Cada iglesia debe ser escuela práctica de obreros cristianos. Sus
miembros deberían aprender a dar estudios bíblicos, a dirigir y en-
señar clases en las escuelas sabáticas, a auxiliar al pobre y cuidar
al enfermo, y a trabajar en pro de los inconversos. Debería haber
escuelas de higiene, clases culinarias en varios ramos de la obra

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caritativa cristiana. Debería haber no solo enseñanza teórica, sino
también trabajo práctico bajo la dirección de instructores experi-
mentados. Abran los maestros el camino trabajando entre el pue-
blo, y otros, al unirse a ellos, aprenderán de su ejemplo. Un ejemplo
vale más que muchos preceptos.

Trabajemos por los demás ahora


Hemos de considerar como nuestro deber especial trabajar por
nuestros vecinos. Examinad cómo podéis ayudar mejor a los que
no se interesan por las cosas religiosas. Al visitar a vuestros ami-
gos y vecinos, manifiesten interés por su bienestar espiritual y tem-
poral. Háblenles de Cristo, el Salvador que perdona los pecados.
Inviten a sus vecinos a vuestra casa y léanles partes de la preciosa
Biblia y de libros que expliquen sus verdades. Invítenlos a que se
unan con ustedes en canto y oración.

En estas pequeñas reuniones, Cristo mismo estará presente, tal


como lo prometió, y su gracia tocará los corazones.
Los miembros de la iglesia deberían educarse para esta obra que
es tan esencial como la de salvar las almas sumergidas en el peca-
do, que viven en países lejanos. Si algunos sienten responsabilidad
hacia esas almas lejanas, los muchos que quedan en su propio país
han de sentir esa misma preocupación por las almas que los ro-
dean y trabajar con el mismo celo para salvarlas.

III. CONCLUSIÓN
En todo nuestro trabajo, hemos de recordar que estamos unidos con
Cristo y que somos parte del gran plan de la redención. El amor de
Cristo debe fluir por nuestra conducta como un río de salud y vida.
Mientras procuramos atraer a otros al círculo del amor de Cristo, la
pureza de nuestro lenguaje, el desprendimiento de nuestro servicio
y nuestro comportamiento gozoso han de atestiguar del poder de
su gracia. Demos al mundo una representación de Cristo tan pura y
justa que los hombres puedan contemplarlo en su hermosura.

Levanten en alto a Jesús y clamen: “¡Este es el Cordero de Dios,


que quita el pecado del mundo!” (Juan 1:29). Solamente Él puede
satisfacer el ardiente deseo del corazón y dar paz al alma.
De siglo en siglo, el Señor ha procurado despertar en las almas de
los hombres el sentido de su fraternidad divina. Cooperen con Él.

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Mientras que la desconfianza y la desunión llenan al mundo, les
toca a los discípulos de Cristo revelar el espíritu que reina en los
cielos.

Hablen como Él hablaría, obren como Él obraría. Revelen conti-
nuamente la dulzura de su carácter. Muestren aquellos tesoros de
amor que son la base de todas sus enseñanzas y de todo su tra-
to con los hombres. En colaboración con Cristo, los obreros más
humildes pueden pulsar cuerdas cuyas vibraciones se percibirán
hasta en los confines de la Tierra, y harán oír sus melodías por los
siglos de la eternidad.

IV. LLAMADO
Los seres celestiales aguardan para cooperar con los agentes hu-
manos, a fin de revelar al mundo lo que pueden llegar a ser los seres
humanos, y lo que mediante la unión con lo divino puede llevarse a
cabo para la salvación de las almas que están a punto de perecer.
No tiene límite la utilidad de quien, poniendo el yo a un lado, da lugar
a la obra del Espíritu Santo en su corazón y lleva una vida dedicada
por completo a Dios. Todo aquel que consagra su cuerpo, su alma y
su espíritu al servicio de Dios recibirá continuamente nuevo caudal
de poder físico, mental, y espiritual. Las inagotables reservas del
Cielo están a su disposición.

Todo aquel que se ofrece para el servicio del Señor, sin negarle
nada, recibe poder para alcanzar resultados incalculables. Por él,
hará Dios grandes cosas. ¿Estás dispuesto a aceptar este desafío?
¡Es momento de poner nuestros dones y talentos en las manos de
Dios!

16
L
RI
AB
PASOS QUE LLEVAN A LA DECISIÓN

“Porque dice: En tiempo aceptable te he oído, Y en día de salvación


te he socorrido. He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el
día de salvación” 2 Corintios 6:2

I. INTRODUCCIÓN
Un día mientras Henry Ford, paseaba por una campiña, estando de
vacaciones en Inglaterra, vio a un grupo de pasajeros de pie al lado
de uno de los autos que él había construido. Se detuvo y pregunto
si podía ser de ayuda.

Por supuesto que si---dijo un distinguido señor a quien Henry


reconoció como Francisco José. Pero el rey no sabía quién era el.
Henry abrió el capó del auto, que había construido y conocía muy
bien, y dirigiéndose a uno de los ayudantes del rey le pidió que lo
pusiera en marcha.

Escucho por un momento el áspero sonido del motor, y luego, to-


mando un martillo, lo golpeo con toda destreza. Para sorpresa del
rey el motor comenzó a funcionar como recién salido de la fábrica.
Muy satisfecho le pregunto a Henry cuanto le debía.

--- Cien chelines de plata señor.


--- ¿Cien chelines de plata? --- repitió incrédulo Francisco --- ¿Por dos
minutos de trabajo?
--- No --- replico Ford--- Dos chelines de plata por dos minutos de
trabajo, pero ¡98 chelines de plata por saber dónde golpear!

Saber dónde golpear, saber cuándo y cómo hacer un llamado para
que las almas decidan por Cristo, es la clave para el éxito en la ga-
nancia de almas.

La predicación de nuestro mensaje es algo maravilloso. Pero nues-


tra tarea no consiste solo en alimentar a los peces, sino pescarlos.
Este aspecto es donde más ayuda necesitamos. Vamos a compar-
tir con ustedes algunos principios que nos ayudarán a llevar a la
gente a tomar decisiones para Cristo.

17
II. ARGUMENTACIÓN
Los pescadores de peces y los pescadores de hombres no nacen,
se hacen. El Señor prometió enseñarnos cómo debemos trabajar
con Él: “Y les dijo: Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hom-
bres” (Mat. 4: 19). Por eso es importante observar a Jesús mientras
trabajaba por las almas. Él ganaba los corazones por medio de la
amistad. Se identificaba con las personas. La persuasión, a favor
de Cristo, comprende tanto el logos (conocimiento) como el ethos
(confianza) en relación con el que presenta la verdad.

Debemos pedir al Señor que nos dé palabras apropiadas y guiadas
por su Espíritu. “Jehová el Señor me dio lengua de sabios, para sa-
ber hablar palabras al cansado…” (Isa. 50: 4,5).

1. Conociendo el “ABC” de la decisión


Las decisiones están cimentadas en las relaciones interperso-
nales. Mientras más confianza se tiene en el que presenta la
verdad, más profunda es la relación que se establece, y mayor
es la posibilidad de una decisión positiva. Observemos como
Jesús usaba el ABC de la decisión.

A. ACEPTAR
Jesús aceptaba a las personas. Les servía en la condición en
que los encontraba. No trata de conseguir un cambio sin an-
tes establecer una relación de confianza. Cuando se encon-
tró con la mujer samaritana junto al pozo, ganó su confianza
pidiéndole un favor, cuando sus conciudadanos ni siquiera le
habrían dirigido la palabra.

En la fuente de Betesda Jesús atendió una necesidad física


antes de buscar una decisión. Con Nicodemo aceptó una
entrevista personal nocturna para preservar la identidad de
este fariseo.

Al reflexionar en estos encuentros que tuvo Jesús, es muy


probable que descubra los ingredientes de la aceptación:
conformidad y aprobación.

Conformidad. Al tratar de conseguir, primero busque po-
sibilidades de conformidad, aunque seas pocas. Tratar de

18
conseguir decisiones mientras se dice: “no estoy de acuer-
do con usted”, es cortar una relación antes de que empiece;
y una relación negativa lleva a decisiones negativas.

CITA
“Manifestaos de acuerdo con la gente sobre todo punto
donde podáis hacerlo en forma consecuente. Vean ellos
que amáis sus almas, y que queréis estar en armonía con
ellos hasta donde sea posible. Si el amor de Cristo se revela
en todos vuestros esfuerzos, podréis sembrar la cimiente
de la verdad en algunos corazones; Dios regará la simiente
sembrada y la verdad brotará y llevará fruto para su gloria”
(El Evangelismo, pág. 107).

Aprobación. Cuando los espectadores condenaron a María


por “desperdiciar” un ungüento o perfume costoso sobre
los pies de Jesús; Él la alabó por su bondad y dijo que su
acción sería recordada a través de los siglos. El Señor fe-
licitó al centurión al declarar: “Ni aun en Israel he hallado
tanta fe” (Mat. 8:10). “¡Oh mujer! grande es tu fe” le dijo con
admiración a la mujer cananea (Mat. 15:28). Muchas veces
demostró aceptación al felicitar, apreciar y concordar con la
gente tanto como podía.

Pero, ¿cómo podemos demostrar aceptación? Busque que


hablen de sí mismos, de sus hogares, la ciudad donde viven,
su trabajo, su familia, sus negocios, sus ideas, sus logros,
sus antecedentes, sus pasatiempos, sus deportes. Ábrase
auténticamente para aprender de ellos, y ellos se abrirán
para aprender de usted.

B. CREER
Nadie es ganado por alguien que no le agrada. Nadie gusta
de alguien que al parecer no lo acepta. Crea que la persona
desea sinceramente la verdad y quiere seguir a Cristo. Crea
que esa persona es honesta y desea tomar la decisión co-
rrecta. Si cree que las personas son duras, que no respon-
den y no se las puede alcanzar, su propia actitud se reflejará
en las decisiones que ellos tomen.

19
C. CONFIAR
Al llevar a la gente a tomar una decisión, es necesario que
actuemos con confianza, como si fuera imposible el fraca-
so. Debe esperar que la gente tome una decisión. ¿No te
has dado cuenta, que muchas veces la gente actúa como
nosotros esperamos que actué? ¿Te has dado cuenta que
cuando sonríes a alguien, casi siempre esa persona te de-
vuelve la sonrisa? No olvidemos que la confianza genera
confianza. Cristo creía en la gente y confiadamente espe-
raba una confianza positiva. Extraía lo mejor que había en
ellos. Al realizar tu trabajo para Cristo tú también debes ac-
tuar con confianza. El Señor estará a tu lado y te proporcio-
nará las palabras apropiadas.

2. Pasos progresivos que facilitan las decisiones finales


No existe sobre la tierra una obra más importante que la de
salvar las almas del pecado y llevarlas al cielo. En esta labor sa-
grada debemos avanzar paso a paso, persuadiendo a la gente a
acepar a Jesús como su Salvador y Señor. Recordando que “es
obra del Espíritu Santo convencer al alma de su necesidad de
Cristo”. (Evangelismo, pág. 128). Hermanos no olvidemos que
este trabajo es más que enseñar una serie de lecciones bíbli-
cas. La mente comprende la verdad, pero el corazón debe ser
convertido con el Poder del Espíritu de Dios.

El llamado para aceptar a Jesús, debe ser presentado como un
asunto de vida o muerte, enfatizando que el momento de la sal-
vación es ahora, hoy, no mañana. En 2 Cor. 6: 2, dice: “En tiempo
aceptable te he oído, y en día de salvación te he socorrido. He
aquí el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salvación”.

Consideremos ahora los pasos progresivos que debemos se-
guir para lograr que las personas decidan para Cristo.

Enseñar todo el mensaje


El apóstol Pablo afirmó: “No he rehuido de anunciaros todo el
consejo de Dios.” (Hech. 20: 27). Deseamos que los conversos
a nuestro mensaje estén fundamentados en el mensaje de la
Biblia. La verdad completa incluye los puntos más difíciles y
delicados. No debemos reducir su importancia o pasarlos por
alto en nuestros estudios bíblicos.

20
Enseñemos con corazón sincero y entusiasmo
Mucho depende de la actitud del predicador en lo que respecta
a conseguir que la gente se decida. Cuando realmente creemos
lo que lo que enseñamos; ello se manifiesta en fervor y entu-
siasmo. Nos emociona compartir la verdad y lo hacemos desde
lo más profundo de nuestro corazón. Recuerda que el fuego
solo se enciende con el fuego. Así que préndale fuego a su co-
razón y encenderá otros corazones.

Consiga que la persona acepte a Cristo antes que decida por


la verdad
Invitemos a la gente a que acepte a Cristo como su Salvador
personal, antes de apremiarlos con decisiones difíciles. La de-
cisión de aceptar a Cristo como salvador y de comprender su
maravilloso amor, es una de las más importantes descisiones
que debemos procurar desde el principio. Sin esta decisión cla-
ve, las demás decisiones serán más difíciles y complicadas.

III. CONCLUSIÓN
Cuanto gozo sentimos cuando vemos aquella persona por la cual
trabajamos y oramos, descender a las aguas del bautismo entre-
gando su vida a Dios y preparándose para la eternidad. No hay
dicha más grande, para un cristiano, que ser colaboradores con el
cielo, y ver cómo la gente es arrancada de la oscuridad y llevada al
camino de vida y luz.

Apliquemos el ABC de las decisiones y los pasos progresivos para


llevar a la gente a los pies de Cristo. Pero no olvidemos que la téc-
nica, sin una entrega personal a Cristo, es como los huesos secos
del libro de Ezequiel. Cuando el Espíritu del Dios viviente llena el
corazón capacita al ganador de almas. Esta pasión por la ganancia
de almas ha caracterizado a los grandes predicadores y misioneros

IV. LLAMADO
George Whitfield, el famoso predicador inglés, decía: “¡Oh Señor!,
dame almas o toma la mía”. El misionero Henry Martin, de pie en los
bancos de la India, clamaba: “Aquí arderé para Dios”. John Hunt, un
misionero en las islas Fidji, oró mientras moría: Señor, salva a Fidji:
salva a este pueblo; ¡Oh Señor! ten misericordia de Fidji”.

21
Mi oración esta mañana es: “¡Oh Señor! ayúdame a ganar almas
para tu reino, o toma mi alma. Ayúdame a sentir pasión por la obra
misionera y a depender de ti, en cada paso de mi vida”. ¿Cuántos
en esta mañana quieren decirle lo mismo al Señor? ¿Puedo ver las
manos de aquellos que han decidido poner en práctica lo que he-
mos aprendido esta mañana? ¡Dios les bendiga!

22
O
AY
M

LA VIDA TAN SOLO EN CRISTO

“…Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí,


aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no
morirá eternamente. ¿Crees esto?... Sí, Señor; yo he creído que tú
eres el Cristo, el Hijo de Dios…” Juan 11:23-27

I. INTRODUCCIÓN
Sus gritos y sollozos sonaban desgarradores. La noticia había caí-
do como un balde de agua helada que la había dejado congelada.
No podía creerlo, su padre, el hombre que más amaba estaba muer-
to, nadie lo esperaba, nadie estaba preparado… papito, papito no me
dejes, repetía una y otra vez aquella señorita de 17 años… papito no
me dejes.

La vida de aquel hombre transcurría normalmente, hace años que
sufría de diabetes y ya estaba acostumbrado a los achaques nor-
males de la enfermedad que se presentaban de vez en cuando. Pero
él ya sabía la rutina: ir al doctor, no olvidar las pastillitas y después
regresar al trabajo, tenía que darle duro al “Motokar”, su hija lo nece-
sitaba; ella la luz de su vida, su princesita, tenía que estudiar; él se lo
había prometido: ella iba a ser profesional. Pero esa mañana ocurría
algo distinto, se sintió mal, fue al médico, esperando sentirse mejor
al medio día y volver al trabajo; pero a diferencia de las otras veces
donde se había sentido mal, la cosa no mejoraba. Al medio día se
sintió peor, mejor no voy a trabajar pensó. En la tarde sentía que se
desvanecía, volvió al médico; esta vez lo internaron. En la noche ha-
bía muerto. Todo fue tan repentino y veloz, que parecía una pesadilla
horrible de la que todos querían despertar y no se podía.

Será que el dolor y tragedia que trae la muerte, no tienen solución.


En esta mañana a la luz de la Biblia estudiaremos que la muerte
fue vencida por nuestro Señor Jesús y que llegará el día cuando
la muerte será completamente desterrada y nunca más algún ser
humano volverá a llorar por el dolor de perder a un ser querido.

II. ARGUMENTACIÓN
a. Versículo 23: Lázaro, el amigo de Jesús, el hermano de Marta y

23
María había muerto. Ellas estaban desconsoladas ante la muer-
te de quien no sólo era su hermano, sino también su protector
y sostenedor; ahora la vida se presentaba gris. La muerte siem-
pre traerá dolor porque nunca estuvo en el plan de Dios que el
hombre experimentara de ella; la muerte llegó al ser humano
como consecuencia del pecado (Romanos 6: 23). En los días
de Cristo había dos ideas muy comunes sobre la muerte; la pri-
mera menciona que después de la muerte se acabó todo y la
segunda , que después de la muerte el alma de la persona vive
errante vagando por el inframundo. Jesús con convicción y sin
rodeos dirige una mirada a Marta y le dice: tu hermano resucita-
rá. Quiere decir que la muerte será derrotada y completamente
vencida.

Aplicación: En esta mañana, tal vez entre nosotros se encuen-
tra una persona que ha perdido un ser amado, y se consuela
pensando que el alma de él o ella vive errante o que desde el
cielo le acompaña. Quiero decirte que la solución divina al pro-
blema de la muerte es algo mucho más grande y gratificante;
nuestros seres amados volverán a vivir. La resurrección es una
realidad que llegará a nuestras vidas como regalo de nuestro
Dios. La resurrección es la gran esperanza del cristianismo (1
Corintios 15: 20 – 22). Por lo tanto, debemos consolarnos en
esta bendita esperanza.

b. Versículo 24: Aquí Marta muestra su completa convicción de


que la muerte sería derrotada en el día final. La Biblia expresa
claramente que cuando Jesús regrese por segunda vez, sus se-
guidores que han muerto volverán a vivir (1 Tesalonicenses 4:
13 - 17) pero a diferencia del cuerpo terrenal golpeado por la
enfermedad y las tragedias, será un cuerpo glorificado y trans-
formado (1Corintios 15: 44, 51 - 53).

Aplicación: Puedes imaginarte como será ese día cuando nos


encontremos con los seres amados que hemos perdido por cul-
pa de la muerte. Que hermoso será contemplar el abrazo de
una madre que tuvo que ver morir a su hijo, o el reencuentro de
los esposos separados por el cáncer. Allí estrecharas entre tus
brazos a esa persona que tanto añoras y nunca más la muerte
los volverá a separar.

24
c. Versículos 25 – 26: La conversación entre Jesús y Marta conti-
núa, ahora Él señala claramente que sólo Él tiene el poder sobre
la vida y la resurrección: “Yo soy la resurrección y la vida”. Es
gratificante saber que para nuestro Dios no hay nada imposi-
ble, cómo lo demostró en la cruz del calvario, donde la muerte
no pudo retenerlo. Jesús continúa diciéndole a Marta que cuál
es el requisito para ser parte de la resurrección: “el que cree en
mí, aunque muera vivirá”. En las culturas antiguas los hombres
creían que para acceder al favor de los dioses tenían que hacer
grandes sacrificios y pagos. Pero el Dios de la Biblia nos prome-
te la resurrección, sólo a cambio de creer en Él, de amarlo con
todo el corazón y con toda la mente (Mateo 22: 37). Ahora Je-
sús nuevamente se dirige a Marta, pero con una gran pregunta:
¿Puedes creer en esto?

Aplicación: Para muchas personas esto es imposible de creer,


prefieren seguir engañados con el falso consuelo de un fantas-
ma que desde el cielo los acompaña como un amuleto. Niegan la
verdad bíblica de la resurrección porque nos pide como requisito
aceptar a Jesús el dador de la vida. ¿Cuál será tu respuesta?

Versículo 27: Marta contestó a esta pregunta con la siguiente


afirmación: “Si señor, Yo he creído que tú eres el hijo de Dios,
que has venido al mundo”, que hermosa respuesta. Es la res-
puesta que Dios quiere escuchar de tus labios.

Aplicación: Nadie puede explicar el dolor que causa la muerte


de un ser querido hasta que lo pierde. Pero el hijo de Dios vino a
este mundo para estar a tu lado en ese momento de dolor, para
acompañarte en tu tristeza; llegó al lado de Marta para reafir-
mar su fe en Él como el dador de la vida, afirmando su fe en la
resurrección de los muertos y de esta manera consolarla.

III. CONCLUSIÓN
La Muerte llegó a este mundo como consecuencia del pecado.
Nunca estuvo en el plan de Dios que el hombre experimentara el
dolor que trae la muerte. Pero Dios tenía la solución al problema
de la muerte, Cristo, su hijo amado, pagó nuestras culpas y la pena
del pecado y derrotando con su resurrección a la muerte. Gracias
a esto, hoy todos los seres humanos tenemos a nuestro alcance la

25
vida eterna, aun después de la muerte por medio de la resurrección.

IV. LLAMADO
Recuerdo que conocí a una joven pareja que esperaban un bebé.
Todos sus familiares se emocionaron con la noticia. La alegría les
desbordó a un más al saber que el bebé que esperaban era una
niña. Los meses pasaban uno tras otro, mientras tanto la barriguita
de ella seguía creciendo; poco a poco comenzaron a aparecer las
primeras pataditas, un movimiento por aquí y otro por allá, y la casa
se fue llenando de cosas que compraron para la nueva niña que
pronto vendría. El gran día llegó; la pequeña llegó al mundo, todos
tuvieron que acostumbrarse a escucharla llorar por su leche y por
los cambios de pañales. Pasaron unas semanas acostumbrándose
a vivir con una recién nacida. Un día ella amaneció con fiebre, y
la fiebre no bajaba, ellos vivían en el campo lejos de la ciudad, así
que las vecinas más entendidas en la salud de los bebés llegaron a
colaborar, pero lamentablemente el tiempo pasaba y la fiebre no ba-
jaba. Finalmente tomaron la decisión de envolver a la bebé en una
sábana y caminar dos horas hasta encontrar un transporte que los
llevara a la ciudad. Cuando el bus llegó a la mitad del camino la niña
murió. Tuve la oportunidad de conversar con ellos cuando bajaban
del bus con el cuerpo de su bebita en brazos. Nunca olvidaré que en
medio de las lágrimas y del dolor expresaron: Dios nos acompaña
y cuando Él vuelva por segunda vez nos devolverá a nuestra hijita y
nunca más la muerte nos separará.

Querido hermano, Dios derrotará a la muerte para siempre y ten-


dremos la oportunidad de ver a nuestros seres queridos. ¿Cuántos
amigos quieren creer y aceptar esta verdad? Pueden levantar sus
manos.

26
NIO
JU

¿CÓMO LLEGAR A SER CRISTIANOS?

“Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedo y a los


otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos? Pedro les
dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre
de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del
Espíritu Santo” Hechos 2:37-38

I. INTRODUCCIÓN
Hace muchos años cuando estaba visitando una iglesia, una mujer
se acercó a mí y me contó su triste historia. Cuando ella era niña,
vivía en un hogar muy pobre y lejano. Un día llegaron unos familia-
res a su casa y le ofrecieron a sus padres trabajo para ella en la ciu-
dad: “ayudaría en la limpieza de una casa a cambio de alimentación,
ropa y educación”. Sus padres; personas sencillas y crédulas se la
entregaron a sus tíos, los cuales no la llevaron a una casa para que
trabaje como empleada, se la llevaron a un burdel a trabajar como
prostituta. Cuando ella creció huyó de aquel lugar, pero la prostitu-
ción la llevaba en el alma y el corazón, no podía dejar de prostituir-
se. Muchas veces lo había intentado pero el resultado era el mismo:
siempre volvía a prostituirse. Cuando las fuerzas y las esperanzas
habían huido, ella pensó: Mi única esperanza es Dios, pero qué debo
hacer para ser cristiana.

Recuerdo que la respuesta a esta pregunta cambió la vida a esta


mujer, que ahora es una nueva criatura en Cristo. La respuesta a
esta pregunta también cambio mi vida. Por eso el Sermón de esta
mañana se titula: COMO LLEGAR A SER CRISTIANOS.

II. ARGUMENTACIÓN
a. Versículo 37: La multitud de las personas escuchó el sermón
de Pedro, los cuales sintieron dolor en el corazón por sus peca-
dos. Aquí está el primer paso para llegar a ser cristiano: Sentir
que si continuamos en la vida de pecado, sólo traeremos dolor
a nuestro corazón. Para el ser humano es difícil rechazar el pe-
cado, ya que naturalmente nos gusta, el pecado nos trae un
emocionante placer y seduce nuestros sentidos. Por eso el úni-
co que puede lograr que en nosotros nazca el anhelo de aban-
donar el pecado es el Espíritu Santo trabajando en nuestros

27
corazones (Juan 16: 8). El versículo 37 también nos muestra la
respuesta natural de un corazón que fue tocado por el Espíritu
Santo y que desea abandonar el pecado: ¿Qué haremos?
Aplicación: Por eso en este día amigo, quiero decirte que no
continúes en esa vida de pecado sólo estas consiguiendo dolor
y vergüenza. Hoy es el momento de darle la oportunidad al Es-
píritu Santo en nuestros corazones y permitir que nos muestre
una realidad feliz, que es lo que Dios quiere para nosotros. En
este día tal y como la multitud que escuchó a Pedro debemos
preguntarnos: ¿Qué haremos?

b. Versículo 38: En respuesta al ¿Qué haremos? Pedro les dice:


Arrepentíos. La palabra arrepentimiento significa cambiar
nuestra formar de pensar, cambiar nuestros propósitos; nues-
tros pensamientos pecaminosos ahora se dirigen a Cristo, a su
amor y a su gracia, lo cual genera un gran impacto en cada área
de nuestra vida. El arrepentimiento es un regalo que Dios nos
da cuando lo buscamos y pedimos su ayuda (2 Corintios 7: 10)

Aplicación: El señor quiere transformar tu mente y cada espa-


cio de tu vida, su amor y su misericordia están a tu alcance.
Sólo tienes que ir a Él y su poder transformará tus pensamien-
tos y los motivos de tu vida. No importa que cosas tengas en tu
pasado que te atormentan, eso no le importa a Dios. Él te ama
como estás, sólo tienes que correr a sus brazos y Él logrará que
tu mente se arrepienta de todos los pecados cometidos.

Debido a que el arrepentimiento nos dirige a Cristo, hace que


anhelemos una vida nueva. El arrepentimiento va acompañado
del bautismo. El bautismo es un rito cristiano, en el cual acep-
tamos públicamente el perdón de nuestros pecados que Cristo
nos ofrece por su muerte en la cruz. Significa que hemos muer-
to al pecado y empezamos una vida nueva (Romanos 6:3) por
tanto nuestros pecados han sido enterrados. La vida nueva que
nos ofrece Cristo sólo será posible a través del poder que nos
da el Espíritu Santo (Juan 16: 139). A partir de nuestro bautismo
empezamos una vida nueva en la que nuestro crecimiento se
va dando en la medida que estudiamos la Biblia, oramos, predi-
camos y nos involucramos en la vida y actividades de la Iglesia.

28
Aplicación: Que Dios tan misericordioso y bueno tenemos. Él
quiere para ti una vida nueva plena, libre de las cargas del pe-
cado y sus consecuencias funestas. No más noches sin dormir
a causa de la culpa que nos atormenta. No más lágrimas en
soledad sintiendo que no valemos nada o que siempre estare-
mos solos. Por eso hoy es el día que debemos mostrar nuestro
arrepentimiento por medio del bautismo para recibir el perdón
de los pecados y gozar del don del Espíritu Santo que Dios nos
ofrece.

III. CONCLUSIÓN
Al empezar el sermón abordamos la pregunta ¿Cómo llegar a ser
cristianos? La respuesta es sencilla, aceptando a Jesús en nuestro
corazón, mostrando nuestro sincero arrepentimiento a través del
bautismo, recibiendo el perdón de los pecados que Él nos ofrece y
a partir de allí viviendo en comunión con el Espíritu Santo a través
de la oración, el estudio de la Biblia, la predicación y la vida en la
Iglesia.

IV. LLAMADO
El día para ser cristiano es ahora, el día para vivir la felicidad que
Dios nos ofrece es ahora, el día para aceptar el perdón que Dios nos
ofrece es ahora.

Ilustración: En la ciudad de Lima conocí a un hombre, que durante


más de 10 años había sido drogadicto. Su esposa nunca lo supo,
sólo sufría las consecuencias: la golpeaba, la humillaba, la celaba.
Muchas veces sin motivo alguno la botaba a ella y a sus hijos a la
calle. Un día cuando él había llegado borracho y drogado, ella salió
huyendo del hogar con sus hijos, caminaba sin rumbo por la calle;
cuando de pronto en medio de un parque pudo ver que un grupo
de personas estaban reunidas cantando unas alabanzas. Los can-
tos le llamaban la atención, hablaban del amor y la protección de
Dios. Casi sin darse cuenta se detuvo y una persona acercándose
a ella le dijo muy amablemente que por favor se sentara, señalando
a unas bancas que habían puesto en medio del parque para que la
gente estuviese cómoda, ella asintió con la cabeza y la condujeron
junto con sus hijos a las primeras filas de las bancas. Su corazón
saltaba de sosiego y tranquilidad con cada cántico y con cada pala-
bra que escuchaba del predicador en esa noche. Sin darse cuenta,

29
gruesas lágrimas recorrieron sus mejillas; la escena traía a la mente
la imagen de la niña asustada que encuentra refugio en los brazos
protectores de su Padre. Al terminar el culto de aquella noche, regre-
só a su casa sabiendo que a esa hora su esposo estaría dormido, no
habría peligro alguno. Estaba tranquila por lo que había encontrado
en aquel parque, no sabía que era exactamente, pero si sabía que el
día de mañana volvería a aquel lugar a cantar y escuchar la palabra
de Dios, lo necesitaba, lo necesitaba con toda el alma.

Ella volvió todas las noches junto a sus hijos. Su esposo miraba que
ella salía todas las noches junto a sus hijos. Él pensó, seguramente
tiene un amante y sale con los niños para que no sospeche, así que
decidió seguirla y llegó al parque donde se estaban dando las confe-
rencias evangelísticas. Se escondió detrás de un árbol para no llamar
la atención mientras esperaba que aparezca el amante de su esposa
y sorprenderlos. Cuando comenzó la predicación él había escuchado
con atención cada una de las canciones. Ese día al oír la palabra de
Dios pudo ver cuán equivocado estaba, cuánto daño le había hecho
a su familia; lloró en silencio, hacía tiempo que no lo hacía, así que
no pudo contenerse y las lágrimas salían a raudales. Siguió asistien-
do todas las noches, siempre escondido detrás de aquel árbol. Su
corazón ardía de una extraña alegría desconocida para él. Llegó la
noche cuando el predicador invitó a las personas a recibir el bautis-
mo, muchas personas salieron adelante al escuchar las palabras del
predicador. Él observó que su esposa y sus hijos estaban adelante.
Él también quería entregar su vida a Cristo, pero parecía que sus pier-
nas no le obedecían, parecía petrificado inmóvil. Se decía a él mismo,
ahora o nunca, ahora o nunca; se armó de valor, respiró profundo y
de una carrera, sin parar salió hacia adelante.

Cuando su esposa vio que su esposo salía a toda velocidad dirigién-


dose a ella y a sus hijos un temblor de miedo se apoderó de ella; ya
viene a hacer un escándalo o agarrarme de los pelos, pensó. Cerró
los ojos esperando lo peor, pero grande fue su sorpresa al sentir
que su esposo la abrazaba y le pedía perdón. Toda la familia fue
bautizada y desde entonces hasta hoy sirven a Dios.

El tiempo para tu bautismo es ahora, por tanto, amigo que me es-


cuchas, ármate de valor y ven. En este momento te invito a venir
adelante y recibir el bautismo y empezar una vida cristiana.

30
LIO
JU

¿SE REFIERE CRISTO A MÍ?

“Os digo que así habrá más gozo en el cielo por un pecador que
se arrepiente, que por noventa y nueve justos que no necesitan de
arrepentimiento” Lucas 15:7

I. INTRODUCCIÓN
La IGLESIA de Cristo es, en esta tierra, el agente designado por Dios
para la salvación de los hombres perdidos en el pecado. Todo aquel
que nació de nuevo ha sido escogido por el Salvador para trabajar
en favor de la salvación de las almas que perecen. La iglesia fue
establecida para hacer esta obra. El cristiano no puede eludir la res-
ponsabilidad que ha recibido de Dios como ganador de almas. Dar
a conocer a otros el mensaje celestial de amor debe ser la regla
diaria de su vida.

En todo nuestro derredor hay almas que perecen “sin esperanza y
sin Dios en el mundo”. Aun dentro de nuestras iglesias hay muchos
que nunca han entregado su vida a Cristo. Cada año centenares de
nuestros jóvenes se deciden en favor o en contra de Cristo, y este
mismo hecho debe ser para cada miembro de la iglesia una incita-
ción a estudiar fervorosamente cómo puede llegar a ser eficiente
en la obra de ganar almas por medio de la evangelización personal,
método preferido del Salvador, por ser el que tiene más éxitos. ¿Qué
gran cantidad de oportunidades tienen los ancianos de las iglesias,
los maestros de las escuelas sabáticas y los padres? ¡Qué abun-
dante mies de almas nos aguarda si aprendemos a seguir las ins-
trucciones del Señor! ¡Cuán consoladora debe ser para el cristiano
esta promesa: He aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta
el fin del mundo”, cuando sale a trabajar para Cristo en busca de las
almas perdidas.

II. ARGUMENTACIÓN
a. No habrá santos sin corona ni corona sin estrella. A menudo
oímos los hermosos acordes de aquel himno:

“Hoy gozoso medito en la tierra mejor


do al ponerse mi sol llegaré.

31
Cuando me halle por gracia con Cristo el Señor,
¿La corona de estrellas tendré?

“¿Una bella corona de estrellas tendré


por las almas que a Cristo llevé?
Cuando llegue al hogar de la dicha sin par,
¿La corona de estrellas tendré?

¿No es extraño que nos conformemos con dejar esta pregunta


sin la menor respuesta? Muere la melodía, y la corona eterna se
desvanece en el olvido.

Se nos dice que los ángeles están haciendo coronas para los re-
dimidos. Esas coronas son de oro puro y adornado de estrellas.
Las estrellas de estas coronas representan a las almas gana-
das para Cristo. En el cielo no habrá santo sin corona ni corona
sin estrellas. Cada estrella resplandecerá con las gemas que
representan almas redimidas. “Venid en pos de mí, dijo Jesús, y
os haré pescadores de hombres” Mateo 4:19.

Aplicación: No hay incertidumbre en esta promesa. Si cumpli-


mos sus instrucciones, tenemos el éxito asegurado. Una vida
entregada a Dios y un corazón consagrado a él, para ganar al-
mas, es la condición necesaria para tener éxito.

b. ¿Trabajamos por intermedio de otros? Es también verdad que


los resultados de una vida de servicio no se manifestarán nunca
completamente en este mundo; pero podemos tener la bienaven-
turada seguridad de que cuando nos encontremos con nuestro
divino Señor, no necesitaremos estar con las manos vacías, si no
que podremos contestar al oír llamar nuestro nombre.

Tal vez estemos ganando almas por intermedio de otros, pero


debemos ser también ganadores personales de almas y pre-
sentar frutos tangibles de nuestros esfuerzos.

“Dios exige un servicio personal de parte de cada uno a quien ha


confiado el conocimiento de la verdad”. Testimonios selectos,
tomo 5 pág. 146.

32
Aplicación. “En el gran día del juicio, los que no hayan trabajado
para Cristo, que hayan ido a la deriva pensando en sí mismos,
serán puestos por el juez de toda la tierra con aquellos que hi-
cieron lo malo. Reciben la misma condenación. DTG. pág. 580

c. Sobre las aguas. “Echa tu pan sobre las aguas; que después de
muchos días lo hallarás”. Eclesiastés 11:1. Esta es una orden y
también una promesa. Es tan sencilla que puede comprenderla
todo hijo de Dios. Si repartimos fielmente el pan de vida, tendrá
eficacia e influirá en las vidas humanas para dirigirlas hacia Cristo.

El Señor no tarda su promesa, como algunos la tienen por tar-
danza; si no que es paciente para con nosotros, no queriendo
que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimien-
to”. 2 Pedro 3:9. Dios cumple siempre su parte cuando nosotros
hacemos la nuestra. Jesús no falta nunca a sus promesas.

d. La invasión actual es mundial. Pensemos en los millones y mi-


llones de almas que perecen, cuyos hogares han sido invadidos
por Satanás, nuestro implacable enemigo, quien señala a cada
hombre y mujer para la muerte. ¿Qué tributo ha exigido a cada
uno?: Pues a nuestros amados, nuestra esperanza, nuestros
cuerpos y nuestros derechos a los goces eternos. Todos, a me-
nos que sean salvos por la gracia de Dios, se hallan en cruel y
sombría servidumbre.
Uno solo es bastante poderoso para rescatar a esa alma per-
dida del poder del enemigo. Es Cristo nuestro Salvador quien
obra por medio de su pueblo redimido.

“¡Despertémonos! La batalla está entablada. La verdad y el error


se están acercando a su conflicto final. Marchemos bajo el es-
tandarte teñido en la sangre del Príncipe Emanuel, y peliemos
la buena batalla de la fe, para alcanzar honores eternos: pues la
verdad triunfará, y podremos ser más que vencedores por Aquel
que nos amó. Se están acabando las preciosas horas del tiempo
de gracia. Obremos en forma segura para la vida eterna, a fin de
glorificar a nuestro Padre Celestial, y ser el medio de salvar almas
por las cuales Cristo murió”. Christian Service, pág. 77.

e. Efectos fatales de la espera. “Me fueron mostrados ciertos

33
hijos de Dios que aguardaban que se realizase algún cambio,
que una fuerza impelente se apoderase de ellos. Pero se verán
chasqueados, porque están equivocados. Deben obrar, deben
echar mano de la obra ellos mismos, y clamar fervorosamente
a Dios por un conocimiento exacto de sí mismos, las escenas
que se están desarrollando delante de nosotros son de suficien-
te magnitud para inducirnos a levantarnos y presentar la verdad
al corazón de todos los que quieran escuchar. La mies de la
tierra está casi madura”. Testimonies, tomo 1 pág. 261.

Dios llamó a los pescadores para que le sirviesen. Llamó a los


setenta y los envió. Llamó a Felipe, a Esteban y a muchos otros.
Nos está llamando a nosotros hoy. Está tan dispuesto a mani-
festar su poder por medio de nosotros, como lo era para mani-
festarlo por medio de sus primeros discípulos. Todos los ánge-
les del cielo están listos para cooperar. Los recursos del cielo
están a nuestra disposición para buscar y salvar a los perdidos,
los ángeles nos acompañan.

III. CONCLUSIÓN
Veíase a centenares y miles de personas visitando a las familias y
explicándoles la palabra de Dios. Los corazones eran convencidos
por el poder del Espíritu Santo, y se manifestaba un espíritu de sin-
cera conversión. Mensajes selectos, tomo 5 pág. 220.
En un tiempo, tal como en el que vivimos, todo hijo de Dios debe de-
dicarse activamente a comunicar a otros el camino de la salvación.

IV. LLAMADO
La voz de Dios nos habla claramente hoy y dice: “¡Id adelante!”.
¿Obedeceremos su mandato? ¿Escucharemos su llamamiento? El
fin se acerca, y no tenemos tiempo que perder. ¿Cuál es nuestra
respuesta a la invitación de Jesús? Los obstáculos que se nos opo-
nen no desaparecerán jamás de un Tomás vacilante. Debemos oír
con el oído de la fe la voz de nuestro gran capitán que nos dice: “¡Id
adelante!” Dios no faltará a sus promesas si nosotros obramos y
avanzamos por fe de acuerdo con ellas.

¿Cuántos en esta mañana asumimos nuestro compromiso de pre-


dicar este hermoso evangelio?
Oremos.

34
S TO
AGO

CRISTO Y LA LEY DE DIOS

“Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados
hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le
conoció a él” 1 Juan 3:1

I. INTRODUCCIÓN
El gran plan trazado para la redención del hombre que se concentra
en Cristo es tan sencillo y, sin embargo, tan profundo; tan fácil de
comprender que el menos educado de los hombres puede enten-
derlo y participar de sus beneficios y, sin embargo, tiene misterios
tan profundos que aun los intelectos más poderosos requerirían es-
tudiarlos toda la vida para empezar tan solo a vislumbrar su belleza
y sus prodigios.

Los redimidos encontrarán, en la ciencia de su salvación, uno de los


más fascinantes de todos los temas, y mientras se vayan desenvol-
viendo las eternidades, continuarán descubriendo nuevas alturas
y profundidades del amor y la gracia de Dios manifestados por el
don de su Hijo Jesús para que muriese por la familia humana.

Únicamente el amor, el amor divino, pudo presentar un plan tal.


El amor de Dios es tan vasto que las mentes y las lenguas de los
hombres no pueden explicarlo plenamente ni presentar fielmente
su grandeza.

II. ARGUMENTACIÓN
a. Dos verdades fundamentales. La Biblia nos revela dos grandes
verdades: primero, que somos todos grandes pecadores. Se-
gundo, que tenemos a un Salvador aun mayor, que puede sal-
varnos hasta lo sumo (Hebreos 7:25). La gran norma de justicia
que presenta Dios es su ley, los diez mandamientos. Cuando
estudiamos la naturaleza y las cualidades de esta ley, vemos
la maravilla de su carácter abarcante, la divinidad de sus princi-
pios y su invitación a la espiritualidad.

El apóstol Santiago habla de la ley de Dios como un espejo,
(Santiago 1:22-25).

35
Posiblemente el hecho de que el espejo divino revela demasia-
do constituye el motivo por el cual algunos se niegan a mirarse
de nuevo en él, o llegan hasta denunciar la ley y buscar argu-
mentos para cubrirla de desprecio.

Aplicación: El espejo no puede lavarnos, pero sí el agua puede


hacerlo. Igualmente la ley de Dios no puede eliminar una sola
mancha, pero puede revelarnos nuestra fealdad como trans-
gresores; la preciosa sangre de Jesús puede hacernos como la
nieve.

b. La ley y el pecado. Toda la humanidad pecó, es decir que todos


han transgredido la ley de Dios. La sentencia de muerte pesa
sobre todos. Jesús vino a salvar a los pecadores. Él aseveró
que su muerte bastaba para pagar la deuda de todos. Puede
acudir a él todo el que quiere; pero si la ley transgredida (lo cual
constituye el pecado) ha sido abrogada o anulada, entonces,
como consecuencia natural no hay pecadores, porque “donde
no hay ley, tampoco hay transgresión” Romanos 4:15. Si no hay
transgresión, no hay pecador, no hay necesidad de un Salvador.
Su vida incomparable, las humillaciones ignominiosas que su-
frió, el espantoso dolor de su crucifixión, todo esto se transfor-
ma en cuento ocioso sin fin ni propósito.

Recordemos el propósito del evangelio. Jesús dijo: Lucas 19:10.


Su muerte expiatoria pagó la penalidad de nuestros pecados
pasados. Su presencia en nuestro corazón y su poder nos guar-
dan del pecado actual.

Aplicación: Cristo vino a reparar todas las ruinas y pérdidas


ocasionadas por la transgresión. Vino para detener la transgre-
sión y la iniquidad. Vino para cambiar a los hombres de desobe-
dientes en obedientes, para hacer de los pecadores hombres y
mujeres santos a la vista de Dios.

c. Cristo y la ley. ¿Puede Cristo obedecer los diez mandamientos?


Tal es la pregunta que debemos hacer. Y hacerla obtenemos la
respuesta. Jesús dijo: “He guardado los mandamientos de mi
Padre, y estoy en su amor Juan 15:10. Cuando él penetra en
mi vida y reina en el trono de mi corazón, vive la misma vida de

36
obediencia y victoria que vivió mientras estaba aquí en la tierra.
Es “el mismo ayer, y hoy, y por los siglos” Hebreos 13:8.
Pablo conoció la experiencia bienaventurada que es la presen-
cia de Cristo en el corazón y testificó: “Con Cristo estoy junta-
mente crucificado, y vivo, no ya yo, Cristo en mí: y lo que ahora
vivo en la carne, lo vivo en la fe del hijo de Dios, el cual me amó,
y se entregó a si mismo por mí”. Gálatas 2:20.

Aplicación: No se trata de lo que el pobre y débil ser humano


puede hacer, sino de lo que Jesús puede hacer por él. Él puede
hacer todo lo que sea necesario.

d. Carnales o espirituales. Los primeros frutos y los mejores que


crecen en el árbol de la salvación son los de la obediencia. El
hombre natural no puede obedecer la ley de Dios. ¿Por qué?
Porque es carnal, “vendido en sujeción al pecado”, pero la ley de
Dios es espiritual. Pablo recalcó esta verdad evidente en Roma-
nos 8:7: “Porque la intención de la carne es enemistad contra
Dios; porque no se sujeta a la ley de Dios, ni tampoco puede”, el
hombre natural no ama a Cristo; de ahí que no le obedezca. “el
que me ama, mi palabra guardará” Juan 14:23. El amor se ma-
nifiesta por la obediencia. La base de la obediencia es el amor.
Ambos van juntos,“el que tiene mis mandamientos y los guarda,
aquel es el que me ama”. Versículo 21.

De manera que una de las pruebas mayores y más seguras de


la verdadera espiritualidad, de que se experimentó verdadera-
mente el nuevo nacimiento, se ve cuando obedecemos a Dios.
“En esto sabemos que nosotros le hemos conocido, si guarda-
mos sus mandamientos. El que dice, yo le he conocido, y no
guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y no hay verdad
en él”. 1Juan 2:4.

No hay nada que pueda sustituirse en lugar de la obediencia por


amor. Ningún servicio impuesto voluntariamente, ni sacrificio o
abnegación puede reemplazarlo. Dios coloca la obediencia im-
plícita sobre todos los dones y sacrificios que pueda ofrecerle el
hombre. “Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios,
y el prestar atención que el sebo de los carneros”. 1 Samuel
15:22.

37
Aplicación. La obediencia es la más alta expresión de nuestra
fidelidad y de la honra que tributamos a Dios. Es la más alta
forma de verdadero culto, “más el que guardar su Palabra la
caridad de Dios está verdaderamente en él: por esto sabemos
que estamos en él”. 1Juan 2:5.

III. CONCLUSIÓN
A través de este mensaje hemos entendido, en esta mañana, que
Dios está listo a usarnos y asistirnos con su Espíritu Santo para
darnos las palabras que necesitamos en el momento oportuno y
para la gente necesitada.
Hemos repasado siete pasos para tener éxito en la ganancia de las
almas.

Debemos tener mucho cuidado desde la primera vez que nos con-
tactamos con las personas, tomemos en cuenta a todos los miem-
bros de la familia e involucremos en los estudios a todos. Siempre
habrá objeciones, pero debemos estar preparados para poder dar
una respuesta con un Escrito Está, además, debemos conocer bien
la Palabra de Dios.

Dios está listo a proveernos de los que necesitamos, pero debemos


siempre estar preparados para dar respuesta a todo el que os de-
mande de la esperanza que tenemos. Esto es un gran privilegio y
oportunidad cuando alguien nos pregunte acerca de las grandes
verdades que conocemos.

IV. LLAMADO
Apreciados hermanos, es una gran oportunidad para ti y para mí
ser parte de este pueblo escogido, porque Dios nos llamó para
cumplir y enseñar a los demás los mandamientos de Dios.

Los ángeles quisieran hacer esta labor, pero es solo privilegio de


nosotros, el cual es llevar el mensaje de salvación.

Así como Cristo guardo los mandamientos de su padre ¿cuántos


en esta mañana decidimos guardar y enseñar a otros que aún no
guardan estos mandamientos?

Oremos.

38
E
BR
IEM
SET

EVANGELIZACIÓN DE LOS JÓVENES

“Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los


creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza”
1 Timoteo 4:12

I. INTRODUCCIÓN
Los jóvenes que hoy conocen a su Salvador tienen algo digno de
ser compartido. Y debemos compartirlo ahora mismo y en cuales-
quiera circunstancias que estemos. Este es el tiempo en que los
jóvenes, vibrantes de confianza en su fe, deben salir a compartir-
la con otros. Nuestra vida debe ser un laboratorio de la gracia y
el poder de Cristo dondequiera que estemos. Así podemos crear y
aprovechar las oportunidades de presentar a Cristo a los jóvenes
incrédulos. Debemos comenzar donde estamos y con lo que tene-
mos. Hacemos atrayente la vida cristiana cuando revelamos que
Cristo pone en ella ese algo adicional que todos desean y buscan.

No solo se necesita celo y vigor juveniles en el servicio de Cristo,


sino que estas cualidades quedan enriquecidas y adornadas cuan-
do los jóvenes comparten su fe con otros jóvenes. Cuando ellos se
dedican a los actos de bondad en forma tan natural como cuando
participan en alguna diversión agradable, el mundo se fija entonces
en la belleza y el poder del Evangelio. La felicidad y el optimismo de
la juventud se vuelven irresistibles para los jóvenes.

II. ARGUMENTACIÓN
La preparación personal
En esta tarea, de ganar almas, la preparación personal es importan-
te. Debemos poseer al Cristo vivo en nuestra vida si queremos tener
éxito. Hoy los jóvenes quieren saber: “¿Qué puede hacer Cristo por
mí ahora?”:

Palabras y actos.- La preparación personal tiene que ver con toda


la vida. Las palabras y los actos forman parte de ella, como también
los motivos, los pensamientos y las ambiciones secretas. Tiene
que ver con la vida de cada día y en todas las circunstancias. Uno

39
no necesita ser hábil para compartir su fe, pero debe ser espiritual-
mente puro.

El estudio de la Biblia y la oración.- Gracias a este estudio testifica-


remos con más inteligencia y eficacia. Hallaremos, en el renovado
valor, una fe fortalecida.

Hay oportunidades para nosotros


¿Cuáles son nuestras oportunidades de ganar almas? ¿Debemos
ser personalmente especialistas? ¿Qué escogeremos: dar estudios
bíblicos, visitar a la gente de cada en casa, cantar, hacer obra perso-
nal, dirigir reuniones públicas, tocar un instrumento, evangelizar a
los niños, servirles de consejero, distribuir folletos, servir de conse-
jero personal? Hay satisfacción y gozo excepcionales para los que
aprovechan sus oportunidades de presentar a Cristo para todos.
Pensemos en estas oportunidades frecuentes:

La amistad.- La juventud es el tiempo de las amistades. ¿Saben


nuestros amigos que somos cristianos? A menos que una amistad
llegue a ser una experiencia espiritual, no está completa. El cristia-
no verdadero no queda satisfecho con tener amigos mientras ellos
no sean también cristianos verdaderos.

La conversación.- Cristo ganó a Nicodemo por una larga conversa-


ción nocturna. Se valió de una oportunidad que produce resultados
admirables y que, sin embargo es casi inexplorada por los jóvenes.
Debemos cultivar el hábito de conversar naturalmente con otros
acerca de Cristo.

Los correos electrónicos y mensajes a través de las redes.- Esta


es una forma de conversación que podemos emplear cuando es
imposible hablar cara a cara. Nunca debe reemplazar la conversa-
ción personal o la conversación por teléfono, pero hay ocasiones en
que puede aprovecharse ventajosamente. Podemos escribir nues-
tro mensaje sin interrupción y, de hecho, el mensaje puede presen-
tarse en el lenguaje más convincente. Además, un mensaje puede
leerse muchas veces, de manera que su contenido no se olvidará
fácilmente.

La repartición de revistas y folletos.- Vayamos a repartir revistas

40
y folletos en el centro de la ciudad, en las noches cuando están
abiertos los negocios. Hagamos, con la directiva de la iglesia, pla-
nes para celebrar reuniones con proyecciones para los jóvenes, en
las cuales hablarán otros jóvenes en algún salón, y dichas reuniones
pueden ir seguidas por una distribución de publicaciones y volantes.

Cantar en un cuarteto.- Un cuarteto mixto puede cantar en los ba-


rrios residenciales para descubrir interesados en las clases bíbli-
cas. Llamemos a las puertas y expliquemos que pertenecemos a la
Sociedad de Jóvenes Misioneros Voluntarios y que hemos salidos
para alegrar a los hogares cantando himnos religiosos. Después de
cantar, hagamos averiguaciones acerca de la familia, los niños y los
jóvenes. Invitémosles a orar y dejemos publicaciones apropiadas.

Equipo de temperancia.- Demos programas de temperancia en las


iglesias, en los clubes, en salones apropiados, en escuelas elemen-
tales y superiores.

Biblioteca circulante.- Presentemos algunos de nuestros libros pe-


queños, uno a la vez, para que las personas puedan leerlos durante
una semana. Estos libros deben presentar la verdad bíblica en for-
ma progresiva.

Paquetes sorpresas.- Incluyamos en estos paquetes poesías alen-


tadoras, selecciones de trozos bíblicos, cuadros e historias intere-
santes puestos en sobres más pequeños, rotulados con destino
para cada día de la semana y que se los abra oportunamente. Dis-
tribúyanse estos paquetes mientras se visitan los hospitales, los
orfanatorios y otros lugares por el estilo.

Escuelas Sabáticas Filiales.- Dedíquese atención especial a los


menores y a los jóvenes.

Visitas a las bibliotecas.- Fórmense grupos de dos, tres o cuatro


personas para visitar las bibliotecas. Llévense unos cuantos libros
atrayentes.

Reuniones en la calle o en los parques.- Obténgase el permiso de


la policía. Celébrese un servicio de cantos y un breve estudio bíbli-
co. Úsese el proyector. Preséntense discursos cortos.

41
Escuelas bíblicas para la comunidad.- Este es un plan que se ha
probado ya. Fórmense equipos de jóvenes evangelizadores quienes
usarán proyectores y películas.

Reuniones sociales bíblicas al aire libre.- Esto es un proyecto para


los días calurosos. Empléese un proyector. Proyéctense en la pan-
talla cánticos y temas bíblicos. Este tipo de evangelización veranie-
ga puede ponerse en práctica en algún patio particular, atraerá a los
jóvenes del vecindario.

Evangelización de los niños.- Una esfera que muchos consideran


comparativamente nueva es la de la evangelización entre los niños.
No es, sin embargo, algo nuevo. Más bien, se trata de recalcar en
forma nueva las técnicas necesarias para evangelizar a niños.

Actividades en clubes de conquistadores y aventureros.- Pode-


mos compartir nuestra fe ganando la confianza de los niños y las
niñas, mostrándoles nuestro interés en ellos y revelándoles un ca-
mino que resulta agradable e interesante. Se invita a los niños y
jóvenes que no son adventistas para que sean miembros del club.

Campamentos adventistas.- Estos han proporcionado ambiente


favorable para reclutar a los jóvenes para Cristo. En muchas oca-
siones, al finalizar un campamento y al extender la invitación para
que los asistentes acepten a Cristo y los privilegios de ser discípulos,
ciertos niños que no se habían criado en un ambiente religioso se
han decidido firmemente por el nuevo camino que se abría delante
de ellos. Las oportunidades ilimitadas que hay en esta actividad nos
imponen el deber de ensanchar esta evangelización de los niños.

III. CONCLUSIÓN
¿Qué debemos esperar?
Se cometerán errores.- Se presentarán seguramente emergencias
inesperadas mientras nos esforcemos por dar un testimonio perso-
nal en el servicio para Cristo. Todo no resultará fácil. Hay que tener
en cuenta que se cometerán errores y se producirán chascos. Pero
la mayoría de las veces encontraremos que son bendiciones dis-
frazadas. Nos prepararán para tareas más importantes. El peligro
se manifiesta tan solo cuando repetimos nuestros errores; siempre
debiéramos sacar provecho de ellos.

42
También podemos esperar resultados.- Los jóvenes consagrados,
que solo se creen dotados de capacidad común, pueden tener éxito
en la conquista de almas. Cuando nos encontramos frente a ciertas
condiciones, podemos tener confianza en que se alcanzarán resul-
tados. Mientras seamos conductos por los cuales pueden transmi-
tirse el poder del Espíritu Santo, podemos esperar que tendremos
éxito. Este no se alcanzará por nuestra propia fuerza. Jesús dijo: “El
que en mí cree las obras que yo hago también él las hará; y mayores
que estas hará”. Juan 14:12.

IV. LLAMADO
Tal vez preguntes, ¿Es necesario pertenecer a una clase especial de
cristianos para tener éxito en la obra de ganar almas? ¿No requie-
re acaso habilidad extraordinaria, una capacidad desarrollada, una
preparación extensa y otras cualidades? “El Señor imparte idonei-
dad para el trabajo a todo hombre y mujer que quiera cooperar con
el poder divino. Cuando se pongan la armadura obtendrán todo el
talento, el valor, la perseverancia, la fe y el tacto requeridos”. – Tes-
timonies, tomo 6, pág. 333.

¿Por qué no empezamos a ejercer nuestra influencia en favor del


Evangelio e iniciamos nuestra reacción catenaria para Cristo?
¿Aceptas el reto? Ven para hacer una oración especial de compro-
miso misionero. Amén.

43
OC
TU
BR
E

EL DÍA DE REPOSO DE JESÚS

“Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el día


séptimo de toda la obra que hizo” Génesis 2:2

I. INTRODUCCIÓN
En este pequeño planeta llamado tierra son varios los días de la se-
mana que se observan como día de culto. Los principales de estos
“días santos” son el viernes, el sábado y el domingo. ¿Por qué algu-
nos guardan el día viernes y otros el día domingo como día santo
del Señor o día de reposo? ¿Y hay razón para guardar el día sábado
como día de reposo?

Hoy veremos las razones del por qué muchos siguen un día no se-
ñalado por Dios y el por qué nosotros, como adventistas, guarda-
mos el día sábado como día de reposo.

II. ARGUMENTACIÓN
¿Por qué los mahometanos o musulmanes guardan el viernes?
Más o menos unos doscientos millones de mahometanos conside-
ran el viernes como día de culto, de acuerdo con las instrucciones del
Corán. (El Corán 2:239). Los mahometanos o, dicho con más exacti-
tud, los discípulos del Islam, incluyendo al mundo musulmán, deben
ir a la mezquita para adorar el viernes. La palabra mezquita (Masjid)
significa “lugar de postración”. La mezquita es un lugar de culto muy
sencillo. Puesto que es el “lugar de postración”, las esteras destina-
das a la oración, sobre las cuales se arrodillan lo adoradores, son los
objetos que más llaman la atención. No hay sillas o bancos, como en
las iglesias cristianas. Los ornamentos brillan por su ausencia.

¿Quién es el autor del viernes como día de reposo?


Mahoma inició la era mahometana el 16 de julio del año 622 de nues-
tra era, con su huida (hégira). Aparentemente no tenía al principio
intención de romper del todo con las costumbres aceptadas entre
los judíos. El siguiente comentario, al respecto, nos hace pensar:

“Presentándose como profeta del Dios israelita, Mahoma parece


haber buscado al principio una alianza con los judíos, pero no en-

44
contrando posibilidad de transigir con ellos en cuestiones religio-
sas ni de obtener su apoyo leal, parece haber reaccionado en favor
del paganismo y, después de residir como un año en Medián, cam-
bió la dirección en el cual se oraba, que hasta entonces había sido
hacia Jerusalén, y la volvió hacia el sur, hacia el templo pagano de la
meca”. – Encyclopaedia Britannica, 14° edición, tomo 15, pág. 647.

Este rompimiento con los judíos puede haber tenido algo que ver
con el establecimiento del viernes, sexto día de la semana, como
día santo en contraste con el sábado, que había sido observado
desde la antigüedad por los judíos. Parece haber existido el deseo
de dejar bien clara la raya de separación.
“En general, cualquier práctica recibida de otra secta fue modifica-
da de manera que dejase absolutamente distinto el método musul-
mán”. – Ibid.

¿Por qué los católicos y protestantes guardan el domingo?


¿Es Jesús autor del domingo como día de culto? Si él no es su au-
tor, ¿quién es? La edición 110° de La fe de nuestros padres, por el
cardenal Gibbons, una vez arzobispo de Baltimore, ¿tiene él algo
que decir acerca de esa costumbre de santificar el domingo? Sí, en
verdad:

“¿No está cada cristiano obligado a santificar el domingo y abste-


nerse en ese día de todo trabajo servil innecesario? ¿No se cuenta
la observancia de esta ley entre los más eminentes de nuestros
deberes sagrados? Pero podéis leer la Biblia desde el Génesis hasta
el Apocalipsis, y no hallaréis una sola línea que autorice la santifica-
ción del domingo. Las Escrituras imponen la observancia religiosa
del sábado, día que nunca santificamos”. – pág. 72,73.

Este lenguaje es muy claro. Sin embargo, hay otros testigos que de-
ben dar su testimonio. Echemos una mirada a algunos catecismos
católicos. En uno de ellos leemos:

“Pregunta.- ¿Cuál es el día de reposo?


“Respuesta.- El sábado es el día de reposo.
“Pregunta.- ¿Por qué observamos el domingo en vez del sábado?
“Respuesta.- Observamos le domingo en vez del sábado porque la
Iglesia Católica, [en el Concilio de Laodicea (336 de nuestra era)],

45
transfirió la solemnidad del sábado al domingo”. - Pedro Geier-
mann, The Convert´s Catechism of Catholic Doctrine, (1946), pág.
50.

Esta importante obra católica recibió la “bendición apostólica” del


papa Pío X el 25 de enero de 1910. En realidad, los dirigentes católi-
cos señalan con orgullo esta substitución del domingo en lugar del
sábado histórico de la Biblia como marca distintiva de su poder y
autoridad, hasta tuvo poder para cambiar la misma ley de Dios:
“Pregunta.- ¿Cómo probáis que la iglesia tiene poder de establecer
fiestas?

“Respuesta.- Por el hecho mismo de cambiar el sábado por el do-


mingo; este cambio lo reconocen los protestantes; y, por tanto, se
contradicen a sí mismos guardando el domingo estrictamente y
violando la mayoría de las otras fiestas ordenadas por la misma
iglesia”. – Rev. Dr. Enrique Tuberville, An Abridgement of hte Chris-
tian Doctrine (1883), pág. 58.

“Pregunta.- ¿Tenéis otro modo de probar que la iglesia tiene poder


de instituir fiestas por precepto?
“Respuesta.- Si no tuviese tal poder, no podría haber hecho aquello
en lo cual todos los teólogos modernos convienen con ella, no po-
dría haber substituido la observancia del domingo, primer día de la
semana, por la del sábado, séptimo día, cambio para el cual no hay
autoridad en las Escrituras”. – Esteban Keenan, A Doctrinal Cate-
chism, pág. 174.

“La iglesia Católica, por su propia autoridad infalible, creo el domin-


go como día santo para reemplazar el sábado de la antigua ley”. –
Kansas City Catholic, 9 de febrero de 1893.

¿Quién es pues el autor del domingo como día de culto?


“El conocimiento más antiguo de la observancia del domingo como
deber legal es una constitución de Constantino que en el 321 de
nuestra era ordenó que todos los tribunales de justicia, los habitan-
tes de las ciudades y los talleres descansasen el domingo (Venera-
bili die solis), con una excepción en favor de los que se dedicaban
a las labores agrícolas. Esta fue la primera de una larga serie de
constituciones imperiales, la mayoría de las cuales se encuentran

46
incorporadas en el código de Justiniano, Libro iii, título 12 (de feri-
is)”. – Encyclopaedia Britannica, 11° ec., Articulo “Domingo”, tomo
26, pág. 95.

Brota naturalmente la pregunta: ¿Qué indujo a Constantino a transigir


con los adoradores sol, y preparar así el terreno para establecer una
fiesta pagana como “día santo cristiano”? he aquí la respuesta que da
uno de los historiadores más destacados del mundo moderno.

“Si el Mitraísmo hubiese suprimido las vallas y recibido a las muje-
res como conversas, es muy probable que habría triunfado sobre
el cristianismo. En verdad, había llegado a ser tan poderoso que
poco antes de la conversión de Constantino al cristianismo, los mi-
traístas persuadieron al emperador que prohibiese el trabajo en do-
mingo, día santo del culto mitraico, que adoraba al dios sol. Tal fue
incidentalmente, el origen de la prohibición cristiana de trabajar en
domingo, abandonando así la observancia judaica del sábado”. – H.
E. Barnes, The History of Western Civilization (1938), pág. 365.

En esta forma la historia secular y la eclesiástica se unen para pro-
bar sin que quepa la menor duda que el origen puramente humano
del domingo como día del culto ha quedado aún más marcado que
el del viernes por las influencias paganas.

¿Por qué los adventistas guardan el sábado como día de reposo?


En primer lugar, porque Jesús mismo dijo: “Porque Señor es del sá-
bado el Hijo del hombre”. Mateo 12:8.

¿En qué sentido fue Jesús Señor del sábado? En primer lugar, estu-
vo con el Padre cuando se creó el mundo y se instituyó el sábado en
el Edén. Allí estaba cuando Dios dijo: “Hagamos al hombre a nues-
tra imagen”. Juan nos dice: “En el principio era el Verbo, y el Verbo
era con Dios, y el Verbo era Dios”. “Y aquel verbo fue hecho carne, y
habitó entre nosotros”. “Todas las cosas por él fueron hechas; y sin
él nada de lo que es hecho, fue hecho”. Juan 1: 3. Y Jesús declaró
explícitamente que “el sábado por causa del hombre fue hecho”.
Marcos 2:27. Él lo hizo. Reposó en sábado cuando creó el mundo,
y entonces bendijo ese día. Lo santificó, lo puso aparte para un uso
santo. Tales fueron los tres pasos que él dio al instituir el sábado.
¿Se han dado estos pasos alguna vez en el establecimiento de cual-

47
quier otro día de culto? Notemos cuán bello es el lenguaje de las
Sagradas Escrituras:

“Y fueron acabados los cielos y la tierra, y todo su ornamento. Y


acabó Dios en el día séptimo su obra que hizo, y reposó el día sépti-
mo de toda su obra que había hecho. Y bendijo Dios al día séptimo,
y lo santificó, porque en él reposó de toda su obra que había creado
y hecho”. Génesis 2:1-3.

III. CONCLUSIÓN
¿Quién debe ser nuestro ejemplo?
Como cristianos no seguimos a Mahoma y no consideramos su
orden o mandamiento de adorar en viernes como mandato válido
que hayamos de acatar. No aceptamos el Corán como palabra de
Dios. Por lo tanto, no tenemos obligación de santificar el viernes
ni de observarlo como día de culto. Nosotros seguimos a Jesús.
Tampoco haremos caso a lo iniciado por Constantino y continuado
por la Iglesia católica y la mayoría de protestantes evangélicos que
guardan el domingo.

Como creyente y discípulo de Jesús, no puedo aceptar la fiesta de


los adoradores paganos del sol, del venerable día del sol, como día
de culto para mí. Cristo no fue su autor. Yo debo seguir teniendo
“puestos los ojos en el autor y consumador de la fe: en Jesús”.

IV. LLAMADO
Puesto que Jesús no fue el autor del viernes ni del domingo como
días del culto, fijémonos un poco más en Jesús y veremos cuáles
fueron sus preceptos y sus prácticas con respecto al séptimo día
de la semana o sábado. ¿Quieres seguir el ejemplo de Cristo o de
hombre? Amén.

48
E
BR
EM
VI
NO
EL PREDICADOR VOLUNTARIO
Y SU IGLESIA
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo
unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas ten-
ga vida eterna” Juan 3:16

I. INTRODUCCIÓN
Todos podemos concordar con las declaraciones siguientes:
“Las lámparas no hablan, pero brillan. Un faro no toca ninguna cam-
pana ni ningún tambor; sin embargo, desde muy lejos el marine-
ro ve su fulgor amistoso sobre las aguas”; dejemos resplandecer
nuestras acciones en nuestra religión, y que toda nuestra conducta
ilustre el principal sermón de nuestra vida.
Cristo ha señalado a cada uno su obra, porque con su influencia
inconsciente puede derramar bendiciones abundantes.

II. ARGUMENTACIÓN
Dediquemos algunas consideraciones al tiempo. Durante el plazo
típico de setenta años, el promedio de las personas dedica un total
de solo 14 años al trabajo. Los años restantes son consumidos por
la escuela, el sueño, las comidas, las conversaciones, los paseos
y otras diversiones. Mientras se precipita este torrente de la vida
debemos dedicar tiempo para trabajar en la obra de Dios.

La misión que encomendó a cada uno de nosotros es un puesto
que todos pueden desempeñar mediante la Cooperación y la Uni-
dad, el estudio y la enseñanza encauzados al servicio.

El Dr. Juan White dijo que el cristiano debe llevar una espada en
una mano y una herramienta de albañil en la otra, quiso decir que
toda la vida y el trabajo son sagrados para el cristiano. Representa-
mos bien o mal a Dios en todo lo que hacemos y decimos.

LA TRIPLE COOPERACIÓN EN EL SERVICIO EVANGÉLICO- OBRE-


RO LAICO CON SU IGLESIA Y SU MINISTRO

1. La obra que se puede hacer, dentro de la iglesia, en favor de


ella y de sus miembros:

49
Son muchas las clases de _responsabilidades que han de lle-
var los dirigentes de la iglesia y los miembros a los cuales_ se
asignan tareas específicas en la iglesia como: participar en la
escuela sabática o culto joven,visitar a los enfermos, y prestar
atención general a la obra sagrada de la organización que se
llama iglesia.

2. Evangelización del vecindario:


Se puede realizar mediante la distribución gratuita de publica-
ciones, venta de libros y periódicos, ministerio de Dorcas en
favor de los enfermos y menesterosos que no son de nuestra
fe, la presentación de la verdad mediante estudios bíblicos y
reuniones celebradas en casas particulares, y la cooperación
con el ministro en las reuniones públicas.

3. Reuniones públicas celebradas por los laicos:


Cualquier aspiración espiritual que el Señor Jesús haga brotar en
nuestro corazón para inducirnos a trabajar, en este sentido, no
debe ser reprimida. Sometámonos completamente a su voluntad.

Mantengamos los ojos abiertos para ver las oportunidades


ysus indicaciones providenciales mientras desempeñemos fiel-
mente nuestras tareas actuales.

Estudiemos, aprendamos y progresemos, pero no vayamos


más rápido ni más despacio de lo que Dios quiere que vaya-
mos. Todo obrero laico tiene el privilegio y el deber de enseñar
la verdad bíblica a otras personas y familias; pero no asuma-
mos la responsabilidad de convocar a un grupo de nuestros
hermanos para iniciar un programa por nuestra cuenta. Estos
planes misioneros destinados a la iglesia deben partir de los
dirigentes, presididos por el pastor.

La predicación voluntaria en aulas escolares, salones y capillas


es ciertamente uno de los métodos que Dios emplea para ter-
minar la predicación, pero es una obra que debe ser planeada
bajo la dirección del pastor y de la junta directiva de la iglesia, a
fin de que el programa resulte prudente y armonioso.

El obrero laico, al entrar en una esfera más amplia de servicio

50
personal, debe estudiar en forma especial el plan de la organi-
zación que ha sido impartido en forma muy definida a la iglesia
remanente para desarrollar la cooperación armoniosa de todos
los ramos de la obra del Señor. Nadie debe creer por un momen-
to que puede proceder en su obra independientemente de cual-
quier otro obrero. Debe haber comprensión mutua, consultas
con el pastor y la junta directiva de la iglesia, y la más estrecha
cooperación.

“La cooperación y la unidad son esenciales para tener un con-


junto armonioso, dentro del cual cada obrero hace la obra que
Dios le dio… Donde los obreros están unidos, tienen oportuni-
dad de consultarse, de orar juntos y cooperar en sus labores”.
- Special Testimonies forMinisters and Worhers, Serie A, No. 7,
pág. 15.

La única conducta segura que podemos seguir consiste en


poner en práctica este consejo del Espíritu de Profecía: “Debe-
mos obrar discreta y sensatamente, en armonía con el criterio
de consejeros temerosos de Dios; porque únicamente en este
modo de obrar reside nuestra seguridad y fuerza. De lo con-
trario, Dios no puede trabajar con nosotros, por nosotros y para
nosotros”. - Obreros evangélicos, pág. 501.

EL MINISTRO Y EL OBRERO LAICO


“La mejor ayuda que los ministros pueden dar a los miembros de
nuestras iglesias es planear el trabajo para ellos, dando a cada uno
algo que hacer en favor de los demás. Ayuden a todos a ver que,
como recipientes de la gracia de Cristo, tienen la obligación de tra-
bajar para él. Y enseñen a todos a trabajar. Especialmente los re-
cién llegados a la fe deben ser educados para ser colaboradores
con Cristo”. - Testimonies, tomo 6, pág. 49.

“La obra del ministro es también la obra del miembro laico. Todos de-
ben ser colaboradores de Dios y el ministro podrá, entonces, conside-
rar que tiene ayudantes en quienes puede confiar. El ministro puede
apresurar este fin deseable demostrando que tiene confianza en los
obreros poniéndolos a trabajar”. - Remoue the Barriers, pág. 4.

Cuando un predicador voluntario se propone celebrar reuniones pú-

51
blicas en una iglesia local, escuela o salón, debe presentar su plan
al pastor y a la junta directiva de la iglesia para saber el apoyo y la
cooperación de la iglesia. Sería prudente comunicar los planes a
los dirigentes de la asociación, obtener su aprobación y sus indica-
ciones para realizar una obra efectiva en la conquista de almas.

La importancia de la cooperación entre el predicador voluntario y el


ministro, la junta directiva de la iglesia y la iglesia misma, así como
con los dirigentes de la asociación, es algo cuyo valor no puede
exagerarse; y debe estudiarse con oración todo lo que ello entraña.
Soliciten todos la dirección divina para saber cómo cooperar hasta
el máximo con todo instrumento designado por Dios.

El ministro encauza el servicio de su iglesia hacia la salvación de las


almas, organizándola para un extenso programa de evangelización
por medio de las visitas a los hogares y estudios bíblicos. “Esta la-
bor de casa en casa, en busca de almas y de ovejas perdidas, es la
obra más esencial que pueda hacerse”. - Evangelismo, pág. 110.

“La iglesia de Cristo en la tierra fue organizada con propósitos misione-


ros, y el Señor desea ver a toda la iglesia idear medios y recursos por
los cuales los encumbrados y humildes, los ricos y pobres puedan oír
el mensaje de verdad”.-Testimonios selectos, tomo 4, pág. 286.

“Cristo quiere que sus ministros sean educadores de la iglesia en la


obra evangélica. Han de enseñar a la gente a buscar y salvar a los
perdidos. - El Deseado, pág. 753.

“En toda iglesia hay talentos que, con la debida clase de trabajo,
podrían desarrollarse para ayudar mucho en esta obra. Lo que se
necesita ahora, para la edificación de nuestras iglesias, es el buen
trabajo de obreros sabios para discernir y desarrollar el talento que
hay en la iglesia, talento que puede ser educado para uso del Maes-
tro”. - Testimonies, tomo 9, pág. 117.

COOPERACIÓN ENTRE PASTORES Y MIEMBROS


Los evangelistas y los pastores reconocen que la obra de Dios en
esta tierra no podrá nunca terminarse antes que los hombres y
mujeres, abarcados por el total de miembros de nuestra iglesia, se
unan a la obra y unan sus esfuerzos con los de los predicadores de

52
la iglesia”. - Obreros evangélicos, pág. 234.
Si Cristo ha señalado “a cada uno su obra”; entonces ¿Qué puedo
hacer para Dios en cuanto a interesar a la gente en nuestro mensa-
je?

• El pastor y la junta directiva de la iglesia planifican esfuerzos de


predicadores voluntarios.
• Señala a miembros específicos para cada territorio o zona.
• Los grupos reparten folletos en las zonas diversas.
• Se capacita al grupo de evangelización en varias reuniones.
• Establecer escuelas bíblicas.
• Realizar el plan de visitantes.

La relación que sostiene el obrero laico con la asociación es funda-


mentalmente la que sostiene con su iglesia, puesto que la asocia-
ción se comunica con él por medio de la iglesia.

En los planes hechos para evangelizar no hay nada que pueda re-
emplazar la visión que tenga el ministro con referencia al plan di-
vino, ni siquiera la cooperación del obrero laico en los contactos
misioneros eficaces y los estudios bíblicos.

El mandato dado a los predicadores voluntarios se adhiere al plan


bíblico y a las recomendaciones de la denominación, y sigue la re-
comendación que hacen el pastor y la junta directiva al departa-
mento de actividad misionera de la asociación.

La triple unión de los pastores, los dirigentes de la iglesia y los
miembros para conquistar almas terminará la obra e instaurará al
Rey que viene.

III. CONCLUSIÓN
• Dejemos resplandecer nuestras acciones y que toda nuestra
conducta se asemeje a la de Jesús y que este sermón de nues-
tra vida sea una luz para los que desean alcanzar la salvación.
• Cualquier aspiración espiritual que el Señor Jesús haga brotar
en nuestro corazón, para inducirnos a trabajar en este sentido,
no debe ser reprimida. Sometámonos completamente a su vo-
luntad.

53
• Todo obrero laico tiene el privilegio y el deber de enseñar la ver-
dad bíblica a otras personas y familias.
• Cuando un predicador voluntario se propone celebrar reuniones
públicas en una iglesia local, escuela o salón, debe presentar su
plan al pastor y a la junta directiva.
• El obrero laico, al entrar en una esfera más amplia de servicio
personal, debe estudiar en forma especial el plan de la organi-
zación que ha sido impartido en forma muy definida a la iglesia
remanente.
• La cooperación y la unidad son esenciales para tener un con-
junto armonioso, dentro del cual cada obrero hace la obra que
Dios le dio.
• Cristo quiere que sus ministros sean educadores de la iglesia
en la obra evangélica. Han de enseñar a la gente a buscar y
salvar a los perdidos.

IV. LLAMADO
Hoy decide, por la gracia de Dios, ser un ejemplo de servicio en tu
comunidad, familia e iglesia, unamos fuerzas para trabajar como
un solo equipo y apoyando a nuestro pastor para llevar adelante la
sagrada obra de predicar el evangelio a toda nación, tribu, lengua
y pueblo, ¿deseas manifestar esta decisión poniéndote en pie ahí
donde estás? Oremos.

54
E
BR
M
CIE
DI
LA VERDAD SE CONCENTRA
EN JESUCRISTO
“Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al
Padre, sino por mí” Juan 14:6

I. INTRODUCCIÓN
Él es el camino, la verdad y la vida, y verle a Él es ver al Padre…

Para conocer la verdad, es necesario conocer también a Jesús,


nuestro Salvador, y cuando aceptamos la verdad, le aceptamos
también a él.

Ante todo, debemos familiarizar a la gente con el Centro de la ver-


dad el Autor de la verdad y el Consumador de nuestra fe el cual es
Jesucristo, y luego proceder a enseñar plenamente los preceptos
que nos ha dado.

¿Procuras, en tus presentaciones de la verdad, ensalzar a Cristo o


procuras interesar a tus oyentes con incidentes humanos? ¿Ense-
ñas acerca de Cristo o acerca de los hombres? ¿Se encuentra Je-
sús en el centro del escenario de vuestro estudio de la Biblia?

II. ARGUMENTACIÓN
Recordemos el cuádruple propósito de nuestro estudio:

1. Presentar a Cristo como la “esperanza bienaventurada” del pecador.


2. Informar al Intelecto. (Hechos 8:30).
3. Conmover los sentimientos a través de nuestro mensaje el cual
debe infundir no solo esperanza a cada corazón, sino también
la salvación en Cristo.
4. Influir en la voluntad para que se decida. (Hechos 9:6). Cada
estudio debe presentar a Cristo como el verdadero camino de
la salvación. El intelecto proporcionará a la voluntad una base
para actuar (Isaías 1:19).

No hay una sola doctrina de enseñanza que no se concentre en


Cristo. Las doctrinas que omiten, en su presentación, a Cristo se
hallan separadas de la fuente de la vida.

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Al presentar la verdad, tal cual es en Jesús y al hacer claros los re-
querimientos de la ley y del Evangelio, enseñamos bondadosa pero
firmemente en forma positiva y en el espíritu del Maestro; sin em-
bargo, con corazón lleno de amor, fervor y a la vez con prudencia
(Salmos 39:3; Lucas 24:32; Miqueas 3:8).

“Cultivemos el fervor y un tono positivo cuando nos dirigimos a la
gente. Nuestro material puede ser excelente y eso es precisamente
lo que la gente necesita, pero convendrá mezclar un tono positivo
con las súplicas persuasivas”. Evangelismo, pág. 296.

“Ahora, precisamente ahora, hemos de proclamar la verdad presen-
te con seguridad y con poder”. Id., pág. 180.

Cristo podía hablar y enseñar con autoridad porque:


1. Conocía las sagradas escrituras. (Juan 3:11)
2. Comprendía la naturaleza humana. “El que trata de transformar a la
humanidad, debe comprender a la humanidad. Solo por la simpatía,
la fe y el amor pueden ser alcanzados y elevados los hombres…” La
Educación, pág. 74).
3. Vivía una vida consecuente. Vivía la verdad. Era la verdad. Era amor
y vida. Y sus palabras eran vida. (Juan 6:14, 63; 1 Juan 4:8).

“Un esfuerzo diario y ferviente para conocer a Dios, y a Jesucristo


a quien él envió, iba a impartir poder y eficiencia al alma. Un cono-
cimiento obtenido por la diligente búsqueda de las escrituras iba a
penetrar como rayo en la memoria a su debido momento. Pero si
algunos hubiesen descuidado el familiarizarse con las palabras de
Cristo y nunca hubiesen probado el poder de su gracia en la dificul-
tad, no podrían esperar que el Espíritu Santo les hiciese recordar
sus palabras. Habían de servir a Dios diariamente con afecto indivi-
so y luego confiar en él”. El Deseado de todas las gentes, pág. 308.

Ofrezcamos a cada uno de aquellos con quienes estudiamos la


oportunidad de aceptar al Autor de la verdad, quien hizo con antici-
pación planes tan admirables para nosotros y, en su amor, nos ha
indicado el desenlace definido de las cosas venideras.

“Dejemos hablar a Daniel y dejemos hablar al Apocalipsis, asimis-


mo, digamos lo que es la verdad. Pero cualquiera que sea la fase del

56
tema que se presente, ensalcemos a Jesús como Centro de toda
esperanza, ´la raíz y el linaje de David, la Estrella resplandeciente de
la mañana´”. – Testimonies to Ministers. pág. 118.

Cuando estemos presentado temas que se prestan a controver-


sia “las verdades que sostenemos en común son aquellas en las
cuales debemos explayarnos primero y obtener la confianza con el
oyente”. – Testimonies, tomo 3 pág. 426.

“No insistamos, desde el principio, ante la gente en los detalles de


nuestra fe que les resultan más objetables, no sea que cerramos
sus oídos para los cuales estas cosas son como una revelación”.
Evangelismo, pág. 201.

Espaciaos en la necesidad de la piedad práctica. Dadles evidencia de
que sois cristianos, que deseáis la paz y que amáis sus almas. Dejad-
les ver que sois concienzudos. Así ganaréis su confianza; y luego ha-
brá bastante tiempo para las doctrinas. Ganad el corazón, preparad
el terreno, y luego sembrad la semilla, presentando en amor la verdad
tal cual es en Jesús – Obreros evangélicos, págs. 125, 126.

No debe darse ni un solo estudio bíblico sin ensalzar a Cristo como


la esperanza bienaventurada del pecador y sin señalar claramente
el camino de la salvación. Preséntese la verdad tal cual es en Jesús,
renglón tras renglón, precepto tras precepto, un poco aquí un poco
allá. Hablemos del amor de Dios en palabras fáciles de comprender.
Tomemos un punto a la vez y aclarémoslo, hablando lentamente y
con voz distinta. Hablemos de tal manera que la gente vea la rela-
ción que tiene un punto con las otras verdades de importancia vital,
será difícil crear prejuicio en los corazones de aquellos que están
buscando la verdad como tesoro escondido, si el que habla está
dispuesto a ocultarse en Cristo; porque revelará entonces a Cristo,
y no a sí mismo.

“La manera en que la verdad es presentada tiene con frecuencia


mucho que ver para determinar si será aceptada o rechazada”. –
Testimonios selectos, tomo 3, pág. 326.

Es lamentable que muchos no comprendan que la manera cómo se
presenta la verdad bíblica tiene mucho que ver con las impresiones

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que hará en las mentes, y con el carácter cristiano que desarro-
llarán más tarde los que reciban la verdad. Ensalcemos al Cristo
crucificado, y los hombres serán atraídos a él. La bondad de Dios es
la que induce a los pecadores a arrepentirse. Llamemos la atención
a él para que lo vean quienes lo necesitan. En toda visita y estudio
elevemos a Cristo y hagamos de él el centro de nuestra enseñanza.

Uno de los principios que más encantaba, en el método que tenía


Cristo para enseñar, era la sencillez.
“Predicad la palabra de manera que sea fácil de comprenderla. Lle-
vad a la gente directamente a Cristo, en quien se concentran sus
esperanzas de vida eterna… Cuando les comuniquéis la Palabra de
Dios, presentándola en estilo sencillo, la semilla crecerá y después
de un tiempo tendréis una cosecha. Sembrar la semilla es vuestro
trabajo, la propagación de ella es obra divina del Señor”. – Evange-
lismo, pág. 178.

“Haced que vuestras ilustraciones sean evidentes de por sí. Por gran-
de que sea el conocimiento de un hombre, no sirve para nada, a me-
nos que pueda comunicarlo a otros. Dejad que lo patético de vuestra
voz, y su profundo sentimiento, haga su impresión en los corazones.
Instad a vuestros alumnos a entregarse a Dios… Presentadlo en su
sencillez”. – Consejo para los maestros, págs. 193-195.

Los maestros deberían tener constantemente por blanco la senci-


llez y la eficiencia. Debería enseñar principalmente con ilustracio-
nes y aun, al tratar con alumnos mayores, debería tener cuidado de
hacer clara y sencilla toda aplicación. Muchos alumnos, de edad
avanzada, no son sino niños en entendimiento.

Jesús enseñaba en parábolas, relacionando sus enseñanzas con


las escenas de la vida, la experiencia o la naturaleza, cautivaba su
atención e impresionaba sus corazones. Más tarde, cuando ellos
miraban los objetos que ilustraban sus lecciones, recordaban las
palabras del divino Maestro.

“Las cosas naturales eran el vehículo de las espirituales; las cosas


de la naturaleza y la experiencia de la vida de sus oyentes eran re-
lacionadas con las verdades de la palabra escrita. Guiando así del
reino natural al espiritual, las parábolas de Cristo con eslabones en

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la cadena de la verdad que une al hombre con Dios, la tierra con el
cielo”. – Id., págs. 13, 14.

Sacaba sus ilustraciones de las cosas de la vida diaria, y aunque
eran sencillas, tenían una admirable profundidad de significado.
Las aves del aire, los lirios del campo, la semilla, el pastor y las ove-
jas eran objetos con los cuales Cristo ilustraba la verdad inmortal.
La sencillez y la seriedad con que se dirigían a los necesitados, san-
tificaban cada palabra.

Con la profunda convicción de que el fin está por sobrecogernos y


que puede ser que algunos estén escuchando su último sermón,
enseñemos el mensaje de fe como quienes lo creen realmente. Pro-
curemos hacer comprender a aquellos por quienes trabajamos que
estas verdades son de Dios, “que conciernen a todos los que viven
en estos postreros días”. – Evangelismo, pág. 197 (Ezequiel 3:14;
Santiago 1:5,6).

No nos conformemos con presentar la teoría de la verdad. Rogue-


mos a Dios que nos llene de su Espíritu, a fin de que los carbones
vivos del altar unjan nuestros labios y graben nuestro mensaje. Di-
gamos lo que hemos visto y experimentado, así como lo que he-
mos oído y aprendido. Declaremos la verdad bíblica con sencillez e
inteligencia.

III. CONCLUSIÓN
“Delicada cosa es tratar con las mentes. Solo aquel que lee en el
corazón sabe llegar a los hombres al arrepentimiento. Solo su sa-
biduría nos proporcionará éxito en alcanzar a los perdidos. El amor
de Cristo, manifestado en palabras y obras, se abrirá camino hasta
el alma, cuando de nada sirviera la reiteración de preceptos y argu-
mentos”. – El ministerio de curación, pág. 154.

“A veces hay hombres y mujeres que se deciden en favor de la ver-


dad por causa del peso de las pruebas presentadas, sin estar con-
vertidos… En todo discurso deben hacerse fervientes llamados a
la gente para que abandone sus pecados y se vuelva a Cristo. Los
pecados populares y la disipación moderna deben condenarse y
recomendarse la piedad práctica”. – Obreros evangélicos, pág. 167.

59
Si queremos ganar almas, recordemos que “la piedad práctica debe
hallar cabida en todo discurso”. Evangelismo, pág. 178. “Cualquie-
ra que sea la fase del tema que se presente, ensalcemos a Jesús
como centro de toda esperanza, ´Raíz y el Linaje de David, la Estre-
lla resplandeciente de la mañana”. – Testimonies to Ministers. pág.
118.

4. LLAMADO
Cuantos esta mañana queremos, en el nombre del Señor, presentar
la verdad presente con fervor y pasión, reconociendo que el tiempo
está cerca, cuidando siempre de nuestro testimonio como un ser-
món aparte del hablado que puede llevar a muchas personas hasta
los pies de Jesús, predicando del milagro del cambio de vida a tra-
vés del hijo de Dios. Si hasta ahora no lo hemos hecho, entonces,
toma la decisión de ser su instrumento, déjate llevar por Él. Si ese
es tu deseo en esta mañana, te invito a que te pongas de pie ahí
donde estás para terminar con una oración.

60
Notas:
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