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El proyecto estuvo constituido por cuatro Dentro de esta fase se destinó un tiempo
fases con actividades paralelas para reflexionar adicional a actividades paralelas sobre puntua-
sobre aspectos gramaticales y literarios, con el ción, en particular en lo relativo a la marcación
objetivo de culminar con la velada literaria. El de diálogos directos y alternancia en los turnos
eje temático, la muerte, guió la lectura de los de habla.
cuentos y facilitó que los alumnos mantuvieran
un interés constante. Además, cada fase impli-
có la lectura de textos literarios (principalmen- c) Tercera fase
te de Rulfo) y de El llano en llamas, del mis-
mo autor que a lo largo de todo el proyecto la Dentro de esta fase, los alumnos, organizados
docente leyó en voz alta para los alumnos. en tríadas, seleccionaron fragmentos de dife-
rentes cuentos de Rulfo incluidos en El llano
Presentamos a continuación una descrip- en llamas (“Macario”, “La cuesta de las coma-
ción de las fases del proyecto. dres”, “En la madrugada”, “Es que somos muy 57
pobres”, “La vida no es muy seria en sus co- No volví a verla ni a preguntarme por ella hasta
sas”, “Talpa”, “Un pedazo de noche”, “Anacle- que supe del anillo en forma de culebra de la
to Morones”, “La noche que lo dejaron solo” y mujer que murió en el naufragio del Hotel Ri-
“Acuérdate”). La consigna fue que los frag- viera. Así que no resistí la tentación de hacerle
mentos abordaran el tema de la muerte, y fue preguntas al embajador portugués cuando coin-
cidimos, meses después, en una recepción di-
necesario que se consensuaran las elecciones
plomática. El embajador me habló de ella con
de los alumnos para determinar los fragmentos gran entusiasmo y una enorme admiración. “No
que se leerían en la velada. se imagina lo extraordinaria que era”, me dijo.
“Usted no habría resistido la tentación de escri-
bir un cuento sobre ella.” Y prosiguió en el mis-
d) Cuarta fase mo tono, con detalles sorprendentes, pero sin
una pista que me diera la conclusión final.
Estuvo destinada a la organización y realiza- –En concreto –le precisé por fin–: ¿qué hacía?
ción de la velada literaria. Los alumnos trabaja-
ron en tríadas para escoger lectores y presenta- –Nada –me dijo él, con un cierto desconcierto–.
Soñaba. (García Márquez, 1995: 108)
dores. Se decidió el programa y la música que
serviría de fondo. Los alumnos decidieron có- Sólo uno de los alumnos escogió un frag-
mo introducir y concluir la velada. mento que reflejaba la trama central del cuento:
Dentro de esta fase se realizaron también Frau Frida no había pensado que aquella facul-
varios ensayos, en los que los alumnos leyeron, tad pudiera ser un oficio, hasta que la vida la
modificaron sus elecciones respecto de los agarró por el cuello en los crueles inviernos de
fragmentos que leerían y también trabajaron Viena. Entonces tocó para pedir empleo en la
sobre la manera de leerlos. primera casa que le gustó para vivir, y cuando le
preguntaron qué sabía hacer, ella solo dijo la
verdad: “Sueño”. (García Márquez, 1995: 102)
Condición inicial de los alumnos El análisis de estas respuestas hizo evidente
para la docente que era necesario orientar con
Los resultados de la fase preliminar mostraron puntualidad a los alumnos con algunos criterios
que 11 de los 20 alumnos establecieron como de lectura que posibilitaran la selección de pa-
fragmento representativo del cuento leído de sajes. Este criterio, a lo largo del proyecto lo
García Márquez, el inicio del relato: constituyó el tema de la muerte y el modo en
A las nueve de la mañana, mientras desayuná- que el autor, Juan Rulfo, habla de ella.
bamos en la terraza del Habana Riviera, un tre-
Por otro lado, el registro en audio de la lec-
mendo golpe de mar a pleno sol levantó en vilo
varios automóviles que pasaban por la avenida tura de los alumnos hizo evidente a los alumnos
del malecón, o que estaban estacionados en la su desempeño. De este modo, los estudiantes se
acera, y uno quedó incrustado en un flanco del dieron cuenta de la necesidad de comprender
hotel. Fue como una explosión de dinamita que las intenciones del autor como condición para
sembró el pánico en los veinte pisos del edificio reflejarlas al momento de interpretar el texto en
y convirtió en polvo el vitral del vestíbulo. voz alta, en la velada literaria.
(García Márquez, 1995: 99)
Como puede apreciarse, se trata de un frag-
mento en el que el autor hace el planteamiento Identificación de voces narrativas
del cuento, lo que resultó representativo para
Pese a la importancia de la figura del narrador
estos niños.
para comprender una obra literaria, los alumnos
Siete de los alumnos restantes escogieron tienen serias dificultades para identificarlo con
fragmentos que llamaron su atención por el ti- claridad en sus lecturas. En palabras de Edemée
po de lenguaje que presentaban, pero no puede Pardo:
establecerse nada en común entre ellos.
El narrador es uno de los elementos más impor-
A modo de ejemplo, uno de los alumnos es- tantes en una obra literaria porque es la voz que
cogió como fragmento representativo el desen- entrega la historia, cuyo resultado depende de
lace: su efectividad y estética. Son sus palabras, su
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registro, su punto de vista, lo que permite entrar Por otro lado, en el cuento de “En la madru-
y fascinarse con el mundo narrado. (Pardo, gada”, Juan Rulfo emplea voces narrativas en
2004: 47) tercera persona a través de un narrador omnis-
En este sentido, los cuentos de Juan Rulfo ciente, y en primera persona empleando la voz
son especialmente adecuados para tomar con- del protagonista. Por la forma en que está escri-
ciencia sobre las diferentes voces involucradas to el texto, el lector se ve involucrado constan-
en la narración. En los textos de este autor exis- temente en el relato en primera persona y toma
te un predominio de la primera persona, pero se distancia con las narraciones en tercera.
encuentran también, aunque en menor medida, Para los alumnos, sin embargo, resultó
relatos en los que se combinan diferentes voces más complicado identificar el discurso directo
que construyen paulatinamente la narración. e indirecto en los cuentos que la identificación
En el caso de este proyecto, la lectura del de las voces narrativas. Ante sus dificultades,
cuento “Macario”, que se realizó al inicio de la se planeó un ejercicio que facilitara esta tarea: se
segunda fase, nos permitió apreciar las diferen- les pidió que escribieran chistes conocidos y
tes voces narrativas empleadas por el autor. Se que luego los leyeron al grupo. En este tipo tex-
trata de un relato en primera persona, que pre- tual lograron apreciar de manera muy natural
senta sin embargo un gran reto cognitivo para los cambios de discurso indirecto a directo. Así,
los jóvenes, pues el protagonista hace referen- una vez que establecieron, en grupos de tres,
cia permanentemente en su discurso a lo que que los diálogos corresponden al discurso di-
otras personas dicen de él. recto, fue más fácil distinguir estos cambios en
los cuentos.
Para trabajar esto, el grupo se organizó en
parejas y los alumnos recibieron la consigna de El trabajo se retomó con la lectura del cuen-
buscar en el cuento las pistas necesarias para to “Diles que no me maten”, donde los niños
determinar quién narra la historia. Rápidamen- demostraron haber comprendido las distincio-
te, llegaron a la conclusión de que por las for- nes entre diálogos directos e indirectos.
mas verbales y los pronombres empleados se
puede afirmar que es el mismo Macario quien
realiza la narración de forma directa. Reflexiones sobre las intenciones
Los alumnos, a propósito de esta tarea de del autor y la puntuación del texto
lectura, se involucraron en discusiones sobre la
distinción entre quién narra el cuento, qué dice y Considerando que los signos de puntuación tie-
a quién se refiere en su discurso. Dentro de sus nen un carácter estructurante – “la puntuación
intervenciones, pudimos observar que todavía representa la concurrencia de los límites sintác-
algunos pensaban que cuando las narraciones se ticos con los límites prosódicos” (Zamudio,
hacen en primera persona, el narrador necesa- 2004, 267), quisimos favorecer la comprensión
riamente es el autor del relato y no un persona- de la lectura utilizando esa herramienta. Traba-
je al que el escritor le da voz. Sin embargo, den- jamos reflexionando sobre la puntuación em-
tro de esta actividad, los alumnos llegaron a ha- pleada por Rulfo para organizar sus relatos y
cer consideraciones espontáneas sobre la dife- con ello identificamos intenciones comunicati-
rencia entre el autor y el narrador. vas.
En la sesión siguiente se presentaron a los Por medio de los ensayos de lectura que ha-
alumnos dos fragmentos de otros relatos –uno cían los niños pudieron establecer en profundi-
con narración en tercera persona, “Dos pala- dad el significado de distintos pasajes, y co-
bras” de Isabel Allende (Cuentos de Eva Lu- menzar así a identificar marcaciones que les
na, 2001) y otro en primera persona, “Sólo vi- permitieran una mejor interpretación de los tex-
ne a hablar por teléfono” de García Márquez tos. De este modo, la alternancia en las voces
(Doce Cuentos Peregrinos, 1995)– para que narrativas empleadas, la fuerza de los diálogos
trabajaran individualmente. La consigna era do- y monólogos de los personajes y el juego tem-
tar al relato de una voz diferente de la utilizada poral que hace el autor dentro de sus descrip-
originalmente. Ningún alumno tuvo problemas ciones se hicieron evidentes a partir de la pun-
con esta actividad. tuación del texto.
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Para facilitar las reflexiones de los niños Del cuento “Diles que no me maten” otra
alrededor de la puntuación y su efecto en la in- pareja de alumnos seleccionó el siguiente pa-
terpretación textual, se emplearon también ac- saje:
tividades didácticas especialmente diseñadas
–Diles que no me maten, Justino, anda, vete a
para este propósito (Kaufman y Rodríguez, decirles eso. Que lo hagan por caridad.
1993). Por un lado, los alumnos trabajaron mo-
–No puedo. Hay un sargento que no quiere oír
dificando la puntuación de un texto dado para hablar nada de ti.
ir variando su significado. Por otro, los niños
–Haz que te oigan. Date tus mañas y dile que
añadieron signos de puntuación a los globos de para susto ya ha estado bueno. Dile que lo ha-
diálogo de diversas historietas (a las que pre- ga por caridad de Dios.
viamente se les había quitado todo signo). –No se trata de sustos. Parece que te van a ma-
tar de a de veras. Y yo no quiero volver allá.
De manera colectiva, los alumnos contras-
–Anda otra vez. Solamente otra vez. A ver qué
taban sus respuestas y paulatinamente fueron consigues.
apreciando el efecto de estos marcadores tex-
–No. No tengo ganas de ir. Según eso yo soy
tuales en la interpretación de los textos. tu hijo. Y si voy mucho con ellos, acabarán
por saber quien soy y les dará por afusilarme a
mí también. Es mejor dejar las cosas de ese ta-
La selección de textos maño.
–No. Dile al sargento que te deje ver al Coro-
para la velada nel. Y cuéntale lo viejo que estoy. Lo poco que
valgo. ¿Qué ganancia sacará con matarme?
La lectura de los cuentos de Rulfo y las refle- Ninguna ganancia. Al fin y al cabo él debe te-
xiones subsecuentes permitieron que los alum- ner un alma. Dile que lo haga por la bendita
nos tuvieran un nivel tal de familiaridad con salvación de su alma.
los textos que identificaron sin problemas pa- –Voy, pues. Pero si de perdida me afusilan a mí
sajes claramente pertinentes para la velada lite- también, ¿quién cuidará de mi mujer y de los
raria. De los 14 cuentos leídos desde el inicio hijos?
del proyecto, los alumnos, organizados en tría- –La providencia, Justino. Ella se encargará de
das, seleccionaron fragmentos alusivos a la ellos. Ocúpate de ir allá y ver qué cosas haces
muerte, de los cuales presentamos algunos por mí. Eso es lo que urge.
ejemplos: Este fragmento fue acompañado por la lec-
Entre otros, escogieron del cuento “En la tura de otro pasaje, esta vez en discurso indi-
madrugada” los siguientes fragmentos: recto, con narrador en tercera persona, en el
que se explica la manera como el padre de Jus-
¿Cómo no iba a acordarme de que había mata- tino había huído de la muerte toda la vida. Tam-
do a un hombre? Y, sin embargo, dicen que ma- bién se añadió un pasaje con narrador en prime-
té a don Justo. ¿Con qué dicen que lo maté? ra persona en el que tomaba la voz el hijo del
¿Qué dizque con una piedra, verdad? hombre que había asesinado al padre de Justino
años atrás.
Después sintió que se le nublaba la cabeza y
que caía rebotado contra el empedrado del co-
rral. Quiso levantarse y volvió a caer, y al ter-
cer intento se quedó quieto. Una nublazón ne-
Lectura vicaria
gra le cubrió la mirada cuando quiso abrir los
ojos. No sentía dolor, sólo una cosa negra que Siguiendo las ideas de Paladín y Pasinetti
le fue oscureciendo el pensamiento hasta la os- (1996) entendemos que la lectura vicaria es
curidad total. un tipo de lectura mediada, ya que se trata de un
lector que lee a los demás, estableciendo una
En el caso de este cuento, al tratarse de relación de interdependencia y de coparticipa-
fragmentos narrados con diferentes voces, los ción. Este tipo de lectura requiere coordinación
niños determinaron quiénes serían los lectores entre el texto a leer, el mediador y el lector-
y cómo debían recrear la lectura, conforme a oyente, que participa del evento de lectura en
60 las voces narrativas. un clima de compromiso.
Nuestro proyecto demandó que los alumnos Organización del evento
pasaran de ser lectores-oyentes a mediadores
entre el auditorio y los fragmentos textuales Con la participación de todos los alumnos, se
seleccionados. Comprender que desempeña- discutieron los aspectos importantes, es decir
ban este nuevo rol fue fundamental para aquellos que era necesario considerar para la
orientar sus elecciones textuales, ya que estos velada literaria. Esta actividad los motivó tanto
fragmentos, además de reflejar la perspectiva que demostraron un interés extraordinario y co-
del autor sobre la muerte, tendrían que ser laboraron más allá de lo esperado.
adecuados para la audiencia: los invitados de
los alumnos, uno por alumno (en su mayoría Dos alumnas diseñaron un cuadro para cla-
padres de familia), y otros profesores de la sificar las necesidades, lo que llevó a que el gru-
escuela. po se dividiera en tres comisiones: una estaría
encargada de los aspectos técnicos (iluminación
Ser un lector vicario requiere el desarrollo con velas, música, grabación y fotografías); la
de habilidades para leer en voz alta, es decir, otra se responsabilizó de la ambientación del sa-
respirar para modular el volumen, el tono y el lón (cojines, sillas, el altar de muertos dedicado
ritmo apropiados al tipo de lectura; saber oír- a Juan Rulfo, el papel picado, la catrina para la
se, sentir la propia voz en el aire, para verifi- entrada y una calavera iluminada en una esqui-
car que la comunicación llegue tal como se na); la tercera comisión se encargó de la comi-
planeó y, sobre todo, respetar el texto. Para fa- da y la bebida posteriores a la lectura. Se acor-
cilitar que los alumnos desarrollaran dichas dó que lo más conveniente era comida típica
habilidades, se programaron diferentes sesio- mexicana.
nes en las que se escucharon entre ellos y se Se decidió que la velada comenzara con la
grabaron para continuar analizando y puliendo interpretación musical de un alumno que prepa-
su lectura. ró una pequeña composición propia, especial
para este evento. Después, siguió una breve in-
Como preparación para la velada, se solici-
troducción que dos estudiantes realizaron sobre
tó a los alumnos que transcribieran el fragmen-
Juan Rulfo y sobre el tema de la muerte y las
to seleccionado y marcaran claves adicionales
celebraciones populares mexicanas. En seguida
cuando lo consideraran necesario, sobre todo
comenzó la lectura en voz alta de los pasajes
cuando el ritmo de la lectura requería particular
entre los que se intercalaron pequeños momen-
atención. Este ejercicio requirió un trabajo de
tos de música barroca. La velada concluyó con
interpretación y de construcción de significado
la participación de dos estudiantes que presen-
muy elaborado, pues cada alumno tuvo que to-
taron el análisis que habían hecho sobre los
mar decisiones específicas para recrear el senti-
cuentos de Rulfo y sus reflexiones sobre la
do de lo escrito con la ayuda de la voz, para dar-
muerte.
le vida. Como lo señala Castro:
Referencias bibliográficas
* María Lourdes Pruneda. Coordinadora y profe-
Allende, I. (2001). Cuentos de Eva Luna. México:
sora del área de Lengua y Literatura Española en
Plaza y Janés.
el Instituto Bilingüe Victoria de la comunidad de
Baena Paz, G. (1984). Redacción práctica, el esti- Tequisquiapan, Querétaro, México. Maestranda
lo personal de redactar. México: Editores Me- en Desarrollo y Aprendizajes Escolares de la Uni-
xicanos Unidos. versidad Autónoma de Querétaro.
Castedo, M. L. (1995). Construcción de lectores y
escritores. Lectura y vida, 16 (3), 5-24.
** Mónica Alvarado. Profesora de la Facultad de
Castro, R. (2002). La intuición de leer, la inten- Psicología de la Universidad Autónoma de Que-
ción de narrar. México: Paidós. rétaro, México. Se ha especializado en el estudio
Colomer, T. (2005). Andar entre libros. La lectura de los procesos psicológicos involucrados en el
literaria en la escuela. México: Fondo de Cultu- aprendizaje de la lengua escrita y los sistemas no-
62 ra Económica. tacionales.