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Ponencia del Magistrado: ANTONIO RAMÍREZ JIMÉNEZ.

En el juicio por ejecución de hipoteca iniciado ante el Juzgado Décimo de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción
Judicial del Área Metropolitana de Caracas, por AGRO-INDUSTRIAL EL PEÑON, S.R.L., representada judicialmente por el abogado Jaime Cristian, contra
JACOBO ZOLLER RECHLER, NELLY GUANAGUANEY DE ZOLLER e INVERSIONES DAVIRECA C.A., representada judicialmente por el abogado
Rafael Enrique Montserrat Prato; el Juzgado Superior Décimo en lo Civil, Mercantil y Tránsito de la mencionada Circunscripción Judicial, conociendo en apelación,
dictó sentencia en fecha 12 de agosto de 2004, mediante la cual declaró parcialmente sin lugar la cuestión previa ordinal 11° del artículo 346 del Código de
Procedimiento Civil, inadmisible la oposición formulada con fundamento en el ordinal 6° del artículo 663 eiusdem, sin lugar la apelación de la sentencia del a quo, y
ordenó la continuación del procedimiento de ejecución hipoteca, y por vía de consecuencia, confirmó la decisión apelada.

Contra este fallo de alzada anunció recurso de casación, la representación judicial de la parte demandada, el cual, admitido por el Superior, fue oportunamente
formalizado. No hubo impugnación.

Cumplidos los trámites de sustanciación, siendo la oportunidad para decidir, lo hace esta Sala, bajo la ponencia del Magistrado que con tal carácter suscribe el presente
fallo, previas las siguientes consideraciones:

RECURSO POR DEFECTO DE ACTIVIDAD


ÚNICA

“…De conformidad con lo dispuesto en el ordinal 1° del artículo 313 del Código de Procedimiento Civil, denuncio la infracción cometida por el
Tribunal Décimo de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas
(Tribunal Aquo), por haber dictado el auto decisorio de fecha Once (11) de Noviembre de 2003, contentivo de la negativa de no oír la apelación
ejercida contra el auto de admisión a la reforma de demanda de fecha 28 de Octubre de 2003, habiendo violado por el dictamen descrito, las
jurisprudencias emitidas por esta Sala contenidas en las sentencias de fechas Primero (1) de Noviembre del año Dos mil dos (2002) y Veintitrés
(23) de Marzo del año Dos Mil Cuatro (2004) respectivamente, …, …, en las cuales la Sala establece que el auto de admisión de la demanda
cuando estamos en un procedimiento o juicio especial, como es el caso, sí se puede apelar del auto de admisión de la demanda, y en
consecuencia, por haber negado la apelación se violó el derecho a la defensa del demandado consagrado en el artículo 49 ordinal 01 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
…Omissis…
Es el caso, que habiéndose apelado del auto de admisión de la reforma de la demanda por haber desaplicado el Tribunal A quo el artículo 343 del
Código de Procedimiento Civil, se procedió pues, a ejercer la apelación correspondiente contra el señalado auto agraviante.
Ejercido el recurso de apelación, el tribunal A quo en fecha Once (11) de Noviembre de 2003, dictó un auto decisorio en el que negó en forma
absoluta la apelación ejercida en contra del auto que admitió la reforma de demanda, violando flagrantemente las sentencias de fechas Primero
(01) de Noviembre del año Dos Mil Dos (2002) y Veintitrés (23) de Marzo del año Dos mil Cuatro (2004) respectivamente, …
En virtud de lo expuesto y de la evidencia clara y precisa y flagrante del quebrantamiento de las referidas jurisprudencias, esta Sala, en resguardo
del equilibrio del debido proceso y derecho de defensa de las partes, debe, conforme a derecho, declarar la nulidad absoluta del referido auto y
ordenar la reposición de la causa al estado de oír la apelación planteada para que los demandados ejerzan su correcta y debida defensa en un
completo estado de imparcialidad e igualdad sin parcialidad evidenciada, debiendo el Juez del A quo inhibirse de seguir conociendo la presente
causa…”.

Para decidir, la Sala observa:

En reiteradas decisiones de la Sala, se ha establecido que corresponde a los abogados en ejercicio de su profesión y que actúan ante esta sede en
defensa de los derechos de su mandante, ser diligentes en sus actuaciones y cumplir con sus cargas y con las previsiones a que hace referencia el artículo 317 del
Código de Procedimiento Civil. Así, la correcta y completa presentación del escrito de formalización es de su única responsabilidad, so pena de ser sancionado con la
perención, de conformidad con el artículo 325 eiusdem. Por ello, el legislador patrio exigió en el abogado requisitos extraordinarios para actuar ante esta sede, de
conformidad con el artículo 324 ibídem, precisamente por lo que significa el recurso de casación y su formalización, dado que por su naturaleza como por su objeto y
consecuencias, con él se persigue anular una decisión para corregir ilegalidades enfrentadas en ella a la ley, con prescindencia del resto de las actas procesales, todo lo
cual hace que dicho recurso en cierta forma sea apegado al tecnicismo, porque ocurre con frecuencia que infringida la ley no se acierta en la disposición no aplicada o
aplicada mal; no es congruente la razón con la violación denunciada, o no se observa la técnica requerida para fundamentar la denuncia. (Ver sentencia N°551, de fecha
6 de julio de 2004, caso: Pedro Pablo Alcántara Laya y María Teresa Lugo De Alcántara contra Inversiones Rossi).

En el sub iudice el recurrente funda su denuncia en el ordinal 1° del artículo 313 del Código de Procedimiento Civil, pretendiendo delatar una
subversión procedimental sin señalar el menoscabo al derecho de defensa que ésta pudo producirle a la parte recurrente, requisito imprescindible para cumplir con la
técnica para formalizar este tipo de denuncia en casación, pues aun cuando existiera el quebrantamiento de normas procesales, la nulidad y consecuente reposición sólo
se justificaría, si se le menoscabó el derecho de defensa a las partes o a una de ellas.

Luego y bajo ese mismo motivo de casación, se señala que la recurrida infringió por falta aplicación el artículo 343 del Código de Procedimiento Civil.
Todo lo cual constituye una mezcla indebida de denuncias por defecto de actividad e infracción de ley, que hacen imposible su resolución.

Aunado a lo expuesto la denuncia está plagada de imprecisiones que dificultan a la Sala saber exactamente en qué consisten las infracciones alegadas,
denotándose una ausencia de claridad y precisión en lo que se pretende, que dejan a la denuncia sin fundamentación, motivo por el cual la Sala estima que el recurrente
no cumplió con los requisitos establecidos en el artículo 317 del Código de Procedimiento Civil.

Lo anteriormente expuesto, evidencia la deficiente técnica empleada para el planteamiento de la denuncia, la cual es inconciliable a la evidencia de
incongruencia normativa utilizada, que impide volcar la flexibilidad abanderada por la Sala para determinar el sentido propio de la denuncia; que de hacerlo estará
supliendo una obligación propia del formalizante y asumiendo funciones que si bien no le son ajenas, no se corresponden a la inherencia como tribunal de derecho que
es. En consecuencia, se desecha la denuncia bajo análisis, sin entrar al examen del fondo de la misma, por indebida fundamentación. Así se decide.

RECURSO POR INFRACCIÓN DE LEY


I
Con fundamento en el ordinal 1° del artículo 313 del Código de Procedimiento Civil, se denuncia la infracción del artículo 343 del Código de
Procedimiento Civil y los artículos 26 y 49 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, por falta de aplicación.

Alega textualmente alega el formalizante lo siguiente:


“…El sentenciador de primera instancia menoscabó el debido proceso y desaplicó la disposición del artículo 343 del Código de Procedimiento
Civil.
Es el caso, que en la oportunidad para dar contestación de la demanda en la presente causa, formalmente contestamos solicitamos (sic) que por
Contrario Imperio (Artículo 310 del Código de Procedimiento Civil), se revocara el auto de admisión de la demanda de autos y se dictará uno
nuevo (sic) auto de admisión incluyéndose a mi representada Nelly Guanaguaney de Zoller, quien es propietaria del Cincuenta por Ciento (50%)
de unos de los inmuebles, que se pretende ejecutar, Cincuenta por Ciento (50%) este que nunca se estableció que sería gravado con la hipoteca
descrita, y propietaria del Veinticinco (25%) por ciento de las acciones de la empresa Davireca, empresa esta que igualmente, aparece como
gravante de otro inmueble que se pretende ejecutar en la presente causa.
Habiendo realizado la solicitud de reposición de la causa en el acto de la contestación de la demanda, el demandante, luego de ello, procedió a
reformar la demanda en violación flagrante de la disposición del artículo 343 del Código de Procedimiento Civil que reza textualmente que el
demandante podrá reformar la demanda, por una sola vez, antes que el demandado haya dado la contestación a la demanda.
En la presente causa, ya el demandado había dado contestación a la demanda cuando el demandante reformó la demanda, lo cual violó la referida
disposición legal, y el tribunal A quo, en completa parcialidad demostrada a favor del demandante, desaplicó la referida disposición legal,
extralimitándose en absoluta parcialidad y preferencia al demandante, y repuso la presente causa al estado de la admisión de la reforma de
demanda presentada, violando el artículo 343 ejusdem y los artículos 26 y 49 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
En el referido auto de admisión de la demanda, el infractor tribunal Aquo dejó sin efecto la contestación de la demanda que ya había sido
realizada, y admitió la reforma de demanda que había presentado el demandante luego de haber contestado el demandante la demanda,
subvirtiéndose el debido proceso y la correcta aplicación de una tutela judicial efectiva transparente, imparcial y sin preferencias y desigualdades.
…Omissis…
En virtud de lo expuesto, y por la evidencia clara, precisa y flagrante del quebrantamiento de las referidas disposiciones legales y del debido
proceso, que conlleva la violación del derecho a la defensa tal como lo tiene establecido la jurisprudencia vinculante y reiterada de la Sala
Constitucional de este Tribunal Supremo de Justicia; esta Sala en resguardo del equilibrio del debido proceso y del derecho a la defensa, y
correcta aplicación de las normas legales existentes, debe conforme a derecho, declarar la nulidad absoluta de todo lo actuado y ordenar la
nulidad del auto de admisión.

Para decidir, la Sala observa:

El formalizante alega que el tribunal a quo infringió el artículo 343 del Código de Procedimiento Civil desaplicándolo, cuando repuso la causa al estado
de la admisión de la reforma de la demanda luego de que había sido contestada la demanda.

La norma in comento, es una norma de carácter procesal, que por vía de consecuencia debe ser denunciada en un recurso por defecto de actividad con
fundamento en el ordinal 1° del artículo 313 del Código de Procedimiento Civil, alegando el quebrantamiento de una forma procesal y no bajo el recurso por infracción
de ley, como ocurre en el caso bajo análisis.

Sin embargo, si tomamos en consideración que se trata de una norma de carácter procesal protegida por el orden público, la Sala extrema sus facultades
y pasa a analizar la presente denuncia bajo las siguientes perspectivas:

Ahora bien, el procedimiento de ejecución de hipoteca, permite al acreedor hipotecario hacer efectivas sus facultades en relación al bien hipotecado y
sus derechos de preferencia y persecución para satisfacer su crédito. Este juicio especial con la reforma del Código Civil de 1982, se simplificó notablemente el proceso
de ejecución de hipoteca, haciéndolo más ejecutivo y más serio en cuanto a las defensas u oposiciones que pueda ejercer el demandado. (Rodrigo Riviera Morales. La
hipoteca y su Ejecución. Aspectos Sustánciales y Procesales. Colombo-Venezolano. 2003. Págs 319-321).

En este sentido, es pertinente precisar que este juicio se inicia a través de suna solicitud, que deberá ir acompañada del documento fundamental en el
cual conste la constitución de la hipoteca debidamente registrado, así como cumplir con los requisitos previstos en el artículo 340 del Código de Procedimiento Civil, en
cumplimiento de los dispuesto en el artículo 661 eiusdem.

En este mismo orden de ideas, el autor Oswaldo Parilli Arayo, en su obra De la Ejecución de Hipoteca (Mobiliaria e Inmobiliaria. 1992, págs 27-28,
considera “…i nos detenemos a analizar el contenido de solicitud de hipoteca caeremos en cuenta que cuenta que tiene las mismas características de un libelo de
demanda…”

Por otra parte, el Dr. Carlos Moros Puentes, en su obra Ejecución de Hipoteca, Primera Parte, sobre la Hipoteca Inmobiliaria que rige el Código Civil.
Editorial Componentes, Distribuciones Jurídicas, Caracas, 2000, págs 3031, expresa: “…La Solicitud: Ahora bien, la solicitud de trabamiento de ejecución de hipoteca
deberá cumplir con los siguientes requisitos referidos a su forma, a la prueba escrita y a los anexos que se tendrán que acompañar, así: a) Forma de demanda: siendo
la solicitud, como lo es, susceptible de impugnación por cuestiones previas y además entendiéndose a este juicio especial como un verdadero juicio, dicha solicitud de
entrabamiento de ejecución de hipoteca tendrá que cumplir con las formalidades establecidas para toda demanda en el Código Procesal, esto es, que se presente por
escrito…”.

De acuerdo con la doctrina supra citada, es preciso concluir que a la solicitud que introduce el acreedor para la ejecución de una hipoteca debe dársele
el tratamiento de una demanda, en virtud de que debe cumplir con los mismos requisitos previstos para un libelo de demanda de un juicio ordinario, pues inclusive se le
exige cumplir con lo previsto en el artículo 340 del Código de Procedimiento Civil, lo cual por vía de consecuencia hace que sea susceptible de ser impugnada a través
de alguna de las cuestiones previas previstas en el artículo 346 del Código de Procedimiento Civil.

Ahora bien, en este orden de ideas es preciso examinar el artículo 343 del Código de Procedimiento Civil, de conformidad con los razonamientos que
venimos haciendo respecto de la solicitud de ejecución de hipoteca; en efecto, si efectivamente, la solicitud de hipoteca es considerada como una demanda, que debe
cumplir con los requisitos previstos en el artículo 340 eiusdem, siendo además impugnable por alguno de los ordinales previstos en el artículo 346 ibidem, entonces,
también sería posible que se admita la reforma de la demanda o en este caso de la solicitud de ejecución de hipoteca, siempre y cuando se haga antes de que el deudor o
intimado haga oposición u oponga cuestiones previas.

En este sentido, y a la luz de estos razonamientos, la Sala pasa a examinar las actas del expediente, a fin de verificar las aseveraciones expuestas por el
formalizante:

En fecha 28 de julio de 2003, se introdujo la solicitud de ejecución de hipoteca, que cursa al folio del 7 al 13 del expediente.

Que en fecha 11 de octubre de 2003, mediante diligencia consignada por la parte intimante reforma la solicitud, la cal cursa a los folios del 66 al 73 del
expediente.
Asimismo, el 28 de octubre de 2003, el Juzgador Décimo de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del
Área Metropolitana de Caracas, dictó auto mediante el cual admitió la reforma de la demanda o solicitud de ejecución de hipoteca, la cual cursa al folio 74 del
expediente

Posteriormente el intimado mediante diligencia de fecha 5 de noviembre de 2003, apeló de dicho auto, la cual cursa al folio 76 del expediente.

Y, en fecha 6 de noviembre de 2003, opone las cuestiones previas de los ordinales 6°, 8° y 11° del artículo 346 del Código de Procedimiento Civil, y en
el mismo escrito ejerce oposición a la intimación de conformidad con el artículo 663 ibidem, que corre a los folios 79 al 88 del expediente.

Ahora bien, de conformidad con lo antes expuesto, observa la Sala que la reforma del escrito de solicitud de ejecución de hipoteca se hizo antes de que
la parte intimada opusiera las cuestiones previas y su respectiva oposición a la ejecución de la hipoteca, en consecuencia, no hubo infracción del artículo 343 del Código
de Procedimiento Civil, y así se decide.

En consecuencia, y en virtud de los razonamientos antes expuestos se declara la improcedencia de la denuncia de infracción del artículo 343 del Código
de Procedimiento Civil, y así se decide.

II

Con fundamento en el ordinal 2° del artículo 313 del Código de Procedimiento Civil, se denuncia la infracción del artículo 290 y 663 eiusdem, por
incurrir en el menoscabo al derecho de la defensa.

Textualmente alega el formalizante lo siguiente:

“…De conformidad con lo dispuesto en el ordinal 2° del artículo 313 del Código de Procedimiento Civil, denuncio la infracción de ley cometida
por el Tribunal Décimo de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de
Caracas (Tribunal A quo), por haber dictado el auto decisorio de fecha 14 de abril de 2004, contentivo de haber oído la apelación de la oposición
de la ejecución de hipoteca en un solo efecto, habiendo debido (sic) oír la apelación planteada conforme al artículo 290 del Código de
Procedimiento Civil, o sea, libremente, en dos efectos, desaplicando esa disposición legal pues la decisión dictada sobre la oposición de la
ejecución del intimado en juicio de ejecución de hipoteca es una decisión definitiva formal y no interlocutoria, tal como la apreció el A (sic) quo,
habiendo violado por ello el derecho a la defensa del recurrente en apelación por no haberle dado el tiempo suficiente para su defensa conforme el
artículo 49 ordinal 01 de la Constitución Nacional (sic) de la República Bolivariana de Venezuela.
Se dice ello, por cuanto el lapso para estudiar y resolver los informes en una incidencia interlocutoria es de Diez (sic) (10) días y en una
presentación de sentencia definitiva es de Veinte (sic) días (20), tiempo este que debió habérsenos (sic) otorgado y no diez (10) como se hizo,
todo por haber violado el debido proceso y el derecho a la defensa de la parte remandada (sic).
En virtud de lo expuesto y de la evidencia clara y precisa y flagrante del quebrantamiento de la disposición del artículo 290 del Código de
Procedimiento Civil, en concordancia con el artículo 663 ejusdem, este Sala, en resguardo del equilibrio del debido proceso y derecho de defensa
de las partes, debe, conforme a derecho, declarar la nulidad absoluta del referido auto y ordenar la reposición de la causa al estado de oír la
apelación planteada lilbremente, para que los demandados ejerzan su correcta y debida defensa y disponer del tiempo suficiente para ejercer su
defensa, en un completo estado de imparcialidad e igualdad sin parcialidad evidenciada...”.

Para decidir, la Sala observa:

Ha establecido este Alto Tribunal, mediante reiterada y abundante doctrina, los requisitos a que está sometido el recurso de casación; ellos no emergen
de un capricho de este Tribunal Supremo de Justicia, son formalidades necesarias, dada la condición que ostenta este órgano como tribunal de derecho, vale decir, que
el cumplimiento de ese cometido se concretiza en control de la aplicación de la ley.

En tal razón, se ha establecido que siendo el recurso de casación una demanda de nulidad contra la sentencia recurrida, el escrito que lo contenga debe
ser un modelo de precisión y claridad, de forma que permita a éste Máximo Tribunal, entender que es lo que se trata de delatar, en que forma la recurrida viola la norma
acusada, concatenar la denuncia con la norma y reflejar en que parte de la sentencia y porqué se evidencia la infracción; las anteriores exigencias ha dado como
resultado lo que se ha denominado técnica casacionista, la que incumplida pudiera dar motivo a que el recurso sea declarado improcedente.(Ver sentencia N° 453 de
fecha 20 de mayo de 2004, caso: Flor Santos Sarmiento Contra Automotriz Venezolana, C.A.).

Ahora bien, la Sala en acatamiento a lo preceptuado en los artículos 26 y 257 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, ha
flexibilizado la señalada técnica y en tal sentido ha obviado la rigidez de la misma en las oportunidades en las que resulte comprensible la intención del denunciante.

En el subjudice advierte la Sala, que no es posible atender la delación formulada, en razón de que además de ignorarse en ella la técnica requerida, se
incumplió la establecida para fundamentar un error por infracción de ley ya que omitió delatar alguno de los errores previsto en el ordinal 2° del artículo 313, es decir,
falsa, falta o error de interpretación de la norma delatada que en el presente caso son los artículos 290 y 663 del Código de Procedimiento Civil.

Ahora bien, además de no fundamentar la ocurrencia de alguna infracción de ley, tampoco cumple el formalizante con la indicación de cómo puede
influir el supuesto vicio de ley en el dispositivo de la sentencia, tal como lo exige como carga del recurrente, el último párrafo del artículo 313 del Código de
Procedimiento Civil.

Asimismo se evidencia en el texto del escrito, una mezcla indebida de denuncias que se hace palpable en el hecho de que habiendo apoyado la que se
analiza, en el ordinal 2º del artículo 313 del Código de Procedimiento Civil, se concluye solicitando “...la nulidad absoluta del referido auto y ordenar la reposición de la
causa al estado de oír la apelación planteada libremente, para que los demandados ejerzan su correcta y debida defensa y disponer del tiempo suficiente para ejercer su
defensa, en un completo estado de imparcialidad e igualdad...”, la cual refleja uno de los supuestos previstos en el ordinal 1° del artículo 313 eiusdem que deben ser
alegados dentro del contexto de un recurso por defecto de actividad.

Con base a los razonamientos expuestos debe la Sala desestimar la denuncia bajo análisis, por indebida fundamentación, y así se decide.
III

Con fundamento en el ordinal 2° del artículo 313 del Código de Procedimiento Civil, se denuncia la infracción del artículo 340 ordinal 1° eiusdem por
falta de aplicación.

Alega textualmente el recurrente, lo siguiente:


“...De conformidad con lo dispuesto en el ordinal 2° del artículo 313 del Código de Procedimiento Civil, denuncio la infracción de ley contenida
por el Tribunal Décimo de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de
Caracas (Tribunal A quo), por haber desaplicado el artículo 340 ordinal 01 del Código de Procedimiento Civil, al no haber declarado Con Lugar
la Cuestión Previa opuesta por el demandado en la presente causa que denunció y opuso el defecto de forma de la demanda por no haber el
demandante cumplido con los requisitos exigidos por el artículo 340 ejusdem.
En virtud de lo expuesto y de la evidencia clara y precisa y flagrante del quebrantamiento de la disposición del artículo 340 del Código de
Procedimiento Civil, esta Sala, en resguardo del equilibrio del debido proceso y derecho de defensa de las partes, debe, conforme a derecho,
declarar la nulidad absoluta de la sentencia que declaró Sin Lugar la Cuestión Previa Opuesta y ordenar la reposición de la causa al estado de
declararla Con Lugar conforme a la ley y al derecho, en un completo estado de imparcialidad evidenciada…”.

Para decidir, la Sala observa:

La determinación y diafanidad son necesarias en las luchas judiciales. En ese sentido, varias disposiciones regulan la conducta de
los en ca rgad os d e ad mini st ra r ju stic ia, así como de quienes ocurren a los Tribunales en demanda de ella. No hay fórmulas imperativas, pero sí se requiere
claridad y también precisión en lo que se pide o se impugna, y en los fundamentos que apoyan las peticiones. A esta disciplina está sujeto con especial rigor el recurso
de casación, tanto por su naturaleza como por su objeto y consecuencias, pues con él, se persigue anular una decisión para corregir ilegalidades enfrentadas en ella a la
ley, con prescindencia del resto de las actas procesales, todo lo cual hace que dicho recurso sea de rígido tecnicismo, porque ocurre con frecuencia que infringida la ley
no se acierta en la disposición no aplicada o aplicada mal; no es congruente la razón con la violación denunciada, o no se observa la técnica requerida para fundamentar
la denuncia.

En relación con las formalidades que debe cumplir el escrito de formalización, el artículo 317 del Código de Procedimiento Civil, establece que se
observarán en el mismo orden que se expresan, los siguientes requisitos: 1) La decisión o las decisiones contra las cuales se recurre; 2) Los quebrantamientos u
omisiones a que se refiere el ordinal 1º del artículo 313; 3) La denuncia de haberse incurrido en alguno o algunos de los casos contemplados en el ordinal 2º del artículo
313 eiusdem, con expresión de las razones que demuestren la existencia de la infracción por falsa o falta de aplicación de la norma así como el error en la interpretación
de la misma; y, 4) La especificación de las normas jurídicas que el Tribunal de última instancia debió aplicar y no aplicó, para resolver la controversia, con expresión de
las razones que demuestren la aplicabilidad de dichas normas.

Como puede verse, el legislador en el mentado artículo 317, estableció con carácter obligatorio un orden de prelación en las denuncias, para la
estructuración del escrito de formalización. Además de imponer al recurrente la obligación de señalar las disposiciones de la ley que realmente deben resolver la
controversia planteada.

La fundamentación, como ya lo ha explicado la doctrina de la Sala, es la carga procesal más exigente impuesta al recurrente como requisito esencial de
la formalización, por su amplitud, complejidad y trascendencia. Requiere el desarrollo de razonamientos sometidos a una lógica clara y concreta, y al mismo tiempo a
los principios que, primordialmente, la jurisprudencia de este Alto Tribunal ha venido elaborando.
En este sentido, la Sala ha expresado, entre otras, en decisión N° 374 de fecha 31 de julio de 2003, caso Sudamtex de Venezuela, S.A. contra Retazos
Pilis, S.R.L. y otros, expediente N° 2002-000205, lo siguiente:
“ . . . E n num erosa s d ecis i on es la Sa la ha s eña lad o que el escrito de formalización del recurso de casación d eb e s e r c la r o y
p r ec i s o, d eb i en d o e l r ec u rr en t e mencionar en sus denuncias las causales respectivas, d e acu erd o con el recurs o d e ca sa ci ón
in voc ad o, d a d o q u e es t e r ec u rs o e xt ra o rd i n a ri o eq u i va l e a una demanda de nulidad contra la sentencia recurrida. Esta carga le
corresponde al recurrente, bajo pena d e q u e e l r e c u r s o e x t r a o r d i n a r i o s e a d e c l a r a d o p e r e c i d o p o r f a l t a d e t é c n i c a .
En relación con las formalidades que debe cumplir e l e s c r i t o d e f o r m a l i z a c i ó n , e l a r t í c u l o 3 1 7 d e l C ód i g o d e
P r oc ed i m i en t o C i vi l, e s t a b l ec e q u e s e observarán en el mismo orden en que se expresan, l o s s i g u i e n t e s r e q u i s i t o s : 1 )
L a d e c i s i ó n o l a s d e c i s i o n e s c o n t r a l a s c u a l e s s e r e c u r r e ; 2 ) L o s quebrantamientos u omisiones a que se refiere el
o r d i n a l 1 ° d e l a r t í c u l o 3 1 3 ; 3 ) La d e n u n c i a d e haberse incurrido en alguno o algunos de los casos c o n t e m p l a d o s e n e l
o r d i n a l 2 ° d e l a r t í c u l o 3 1 3 eiusdem, con expresión de las razones que demuestren l a e x i s t e n c i a d e l a i n f r a c c i ó n , f a l s a
aplicación o aplicación errónea; y 4) La esp ecifica ción de las normas jurídicas qu e el t ribunal de la ú ltima
in stan cia d eb i ó ap li ca r y n o ap lic ó, p a ra res olver la controversia, con expresión de las razones que d e m u e s t r e n l a
aplicabilidad de dichas normas.
C om o pu ed e vers e, el a rtí cu lo 317 d el C ódi go d e P r o c e d i m i e n t o C i v i l , e n l o r e l a t i v o a l e s c r i t o d e form a li za ci ón,
es tab lec e c on ca rá ct er ob li gatori o u n o rd en d e p r e la c i ón en la s d en u n c i a s . As í , en p r i m e r t é r m i n o y d e m a n e r a
s e p a r a d a – c u e s t i ó n q u e n o h i z o e l f o r m a l i z a n t e - d e b e n d e n u n c i a r s e los qu ebrant ami ent os u omi si on es
c ont emp lad os e n e l o r d i n a l 1 ° d e l a r t í c u l o 3 1 3 d e l C ó d i g o d e Procedimiento Civil y, posteriormente, la denuncia d e
h a b e rs e i n c u rri d o en a l gu n o o a l gu n o s d e l os c a s o s c on t em p la d o s en e l ord i n a l 2 ° d e l a rt í c u l o 313 eiu sd em,
exp resánd os e ad emá s la s ra zon es q u e d e m u e s t r e n l a e x i s t e n c i a d e l a i n f r a c c i ó n , f a l s a a p li c a c i ón o a p li c a c i ón
e r r ón ea . As i m i s m o, se impone al formalizante la obligación de señalar l a s d i s p o s i c i o n e s d e l a L e y q u e s e c o n s i d e r a n
infringidas, o las qu e realmente son ap licables pa ra resolver la controversia planteada...”.

En el sub iudice, la Sala observa que la formalizante denunció de manera ambigua: debido a que denuncia un artículos del Código Civil, sin determinar
en sí como fue infringido; vaga: ya que denuncia una supuesta violación del artículo por falsa, y mas adelante alega que la misma norma esta infringida por falta de
aplicación; e ininteligible: dado que se dedica a transcribir un acta del proceso con una confusa exposición de sus argumentos, sin expresar con claridad como la
infracción del artículo denunciado, influyó de forma determinante en el dispositivo del fallo. Por lo cual no encuentra esta Sala que se haya hecho una coherente
fundamentación dirigida a demostrar la existencia de algún vicio, por el contrario se confunde la esencia de la denuncia.

En consecuencia, la Sala evidencia una deficiente fundamentación en la formalización, que deriva de la confusión en que incurre el recurrente entre los
motivos de la casación, por la mezcla indebida de los vicios delatados como infracciones de ley, todo lo cual no permite volcar la flexibilidad abanderada por la Sala,
para determinarlo como un error material.

En consecuencia, se desestima la presente denuncia por falta de técnica, y así se decide.


IV

Con fundamento en el ordinal 2° del artículo 313 del Código de Procedimiento Civil, se denuncia la infracción del artículo 51 eiusdem, por falta de
aplicación.

Textualmente el formalizante alega, lo siguiente:

“…Es el caso que en el momento de oponer las Cuestiones Previas en la presente causa, formalmente se estableció ante el A quo que cursaba
formal demanda de nulidad de contrato la cual había sido interpuesta primero, instruida por el Tribunal Quinto de Primera Instancia en lo Civil,
Mercantil y Tránsito de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, …, intentada por mis representados JACOBO ZOLLER
RECHLER, NELLY GUANAGUANEY DE ZOLLER, …, y la Sociedad Mercantil INVERSIONES DAVIRECA, C.A., en contra de la
Sociedad Mercantil AGROINDUSTRIAL EL PEÑÓN S.R.L., con ocasión al documento de hipoteca demandado fraudulentamente en este
proceso.
Que dicha acción era una prejudicialidad que había prevenido primero, y se estaba instruyendo para anular la hipoteca demandada en el presente
proceso, por cuanto NUNCA, léase bien, NUNCA le había sido entregado el dinero señalado en el documento de hipoteca a mis representados.
A los fines legales consiguientes de la demostración de la prejudicialidad y prevención de acción de nulidad, formalmente se anexó marcada con
la letra “A”, Copia Certificada del libelo de demanda con su correspondiente auto de admisión de la causa 03-9564 (Nulidad de Contrato),
emanada del Tribunal Quinto de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y Tránsito de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de
Caracas.
Formalmente solicité al A quo, que en resguardo del orden público y en prevención de una correcta administración de justicia, evitando el
pronunciamiento de posibles sentencias contradictorias, debía declarar Con lugar la Cuestión Previa de la demanda de nulidad.
Al verificar el A quo la existencia y oposición de la conexión de causas idénticas, debió ordenar la acumulación de causas, con la que había
prevenido primero, todo en resguardo de una sana y correcta administración de justicia, de una tutela judicial efectiva, del resguardo del derecho
a la defensa de las partes y de evitar sentencias contradictorias sobre lo mismo.
En virtud de lo expuesto, esta Sala, en resguardo de una sana y correcta administración de justicia, de una tutela judicial efectiva, del resguardo
del derecho a la defensa de las partes y de evitar sentencias contradictorias sobre lo mismo debe declarar la nulidad absoluta de la sentencia que
declaró Sin Lugar la Cuestión Previa Opuesta de Prejudicialidad y acumulación de causas, u ordenar la reposición de la presente causa al estado
de declarar con lugar conforme a la ley y al derecho la cuestión previa opuesta y ordenar la acumulación correspondiente…”.

Para decidir, la Sala observa:


Alega el formalizante que la sentencia recurrida incurrió en la falta de aplicación del artículo 51 del Código de Procedimiento Civil, al no declarar con
lugar la cuestión prejudicial y ordenar la correspondiente acumulación de causas.

Al respecto, la sentencia recurrida expresó la siguiente:

“...CUARTO: La providencia que resuelva las cuestiones previas de los ordinales 6° y 8° del artículo 346 del Código de Procedimiento Civil,
como bien lo determinó el juzgado a quo, no tiene apelación, según lo previsto en el artículo 357 eiusdem, por lo tanto esta superioridad
concretará su examen a la cuestión del ordinal 11° y a la oposición a la intimación…”.

De la precedente transcripción de la sentencia recurrida se desprende que el juez de alzada no se pronunció sobre las cuestiones previas contenidas en
los ordinales 6° y 8° del artículo 346 del Código de Procedimiento Civil, por que esta no tienen apelación.

Ahora bien, de acuerdo a lo precedentemente expuesto y al cuadro fáctico que presenta la sentencia recurrida, dado que estamos ante una denuncia de
infracción de ley, que no permite a la Sala entrar a conocer de las actas del expediente, observa que el juez de alzada cuando se pronuncia sobre las cuestiones previas
6° y 8° del artículo 346 eiusdem, la primera referida al defecto de forma de la demanda y la segunda a la cuestión de prejudicialidad, expresa que no conocerá de ellas
pues las mismas no tienen apelación por disposición del artículo 357 ibidem, razón por la cual el juez de alzada no podía aplicar el citado artículo 51 idem.

En consecuencia, y en virtud de los razonamientos precedentemente expuestos, se declara la improcedencia de la denuncia de infracción del artículo 51
del Código de Procedimiento Civil, y así se decide.

“...De conformidad con el ordinal 2° del artículo 313 del Código de Procedimiento Civil, denuncio la infracción por desaplicación de los artículos
12, 15, 509 y 510 ejusdem, violando en consecuencia el artículo 243 ordinal 4° del Código de Procedimiento Civil por haber incurrido en el vicio
de inmotivación por contradicción entre los motivos.
Es el caso, que el juzgador superior en su sentencia y en el análisis correcto que le debió dar a la prueba fundamental de esta causa, tal como lo es
el documento constitutivo de la hipoteca, desaplicó para su análisis las disposiciones legales de los artículos 12, 15, 509 y 510 del Código de
Procedimiento Civil, notándose ciertamente el vicio de inmotivación por contradicción entre los motivos, pues, textualmente el A (sic) quem en
su sentencia establece por un lado, que los demandados reconocen expresamente haber recibido las sumas de dinero señaladas del préstamo en el
acto del otorgamiento del documento de hipoteca; e inmediatamente establece que es cierto que solo aparecen firmando el documento ellos solos,
no apareciendo por ningún lado que lo establezca y certifique en el acto del otorgamiento de la hipoteca el prestamista o acreedor hipotecario.
El solo hecho de que el acreedor hipotecario no aparezca firmando el documento hipotecario en el momento del gravamen, pues nunca estuvo
presente, es suficiente motivo para determinar y establecer de que puede ser cierto todos los argumentos y hechos narrados por los demandados,
verificándose en consecuencia la desaplicación de los artículos 12, 15, 509 y 510 del Código de Procedimiento Civil, lo cual trajo como
consecuencia la violación del artículo 243 ordinal 4° ejusdem por inmotivación por contradicción entre los motivos.
Igualmente, por exigir suficiente duda razonable para determinar de que existe la posibilidad de que sean ciertos todos los argumentos y hechos
expuestos por los demandados, los jueces de instancia debieron haber admitido la oposición a la ejecución de hipoteca y debieron haber ordenado
la apertura del lapso probatorio, en el cual, las partes debían probar si realmente se entregó el dinero del préstamo o no, todo en resguardo del
derecho de la defensa y de una tutela judicial efectiva consagrados en los artículos 26 y 49 de la Constitución Nacional (sic) de la República
Bolivariana de Venezuela.
El Tribunal de Primera Instancia violó reiteradamente el proceso y la ley en la presente causa, y provocó el quebrantamiento del derecho de la
defensa del demandado.
El Juzgado Superior que conoció el presente asunto, le correspondía, de conformidad con lo establecido en los artículos 15 y 208 del Código de
Procedimiento Civil, restablecer el equilibrio procesal y ordenar la reposición y reparación de todo lo violado en la presente causa, lo cual no
hizo, no siendo garante como lo es, de la protección y resguardo de los derechos constitucionales.
En virtud de todo lo expuesto, esta Sala, en resguardo de una sana y correcta administración de justicia, de una tutela judicial efectiva, del
resguardo del derecho a la defensa de las partes, debe declarar la nulidad absoluta de la sentencia que declaró Sin lugar la oposición a la ejecución
de hipoteca, y ordenar la reposición de la presente causa al estado de declararla Con Lugar conforme a la ley y al derecho, ordenando la apertura
del lapso probatorio para que las partes demuestren si se entregó o no el dinero señalado en el documento de hipoteca…”.

Para decidir, la Sala observa:

En la presente denuncia la recurrente plantea la supuesta infracción por parte de la recurrida del ordinal 4º del artículo 243 del Código de
Procedimiento Civil, por la supuesta inmotivación en que incurrió el Juez Superior, al expresar un análisis incorrecto del documento constitutivo de hipoteca lo cual lo
conlleva a motivos contradictorios -según expresa el formalizante-; todo lo cual, evidencia que en la presente se entremezclan indebidamente delaciones consagradas en
el ordinal 1° del artículo 313 (inmotivación), las cuales no son un motivo de casación de fondo previsto en el ordinal 2º del artículo 313 del citado Código de
Procedimiento Civil.

Por lo señalado anteriormente y vista la estrecha e idéntica relación existente entre la presente denuncia y la segunda por infracción de ley desestimada
anteriormente al no contener ninguna fundamentación ni coherencia argumentativa, y entremezclar indebidamente las denuncias por defecto de actividad con las de
infracción de ley, la Sala a fin de evitar tediosas repeticiones inútiles y el desgaste de la jurisdicción, considera innecesario realizar nuevamente los razonamientos
expuestos precedentemente, los cuales da aquí por reproducidos y aplicados íntegramente, para desechar por falta de técnica la presente, y así se decide.

D E C I S I Ó N

En mérito de las consideraciones expuestas, el Tribunal Supremo de Justicia en Sala de Casación Civil, administrando ju stic ia en n omb re d e la
R epúb lica B oli va rian a d e Venezu ela y p o r a u t o r i d a d d e l a L e y , d e c l a r a S I N L U G A R e l r e c u r s o d e c a s aci ón anunc iado y forma li za do
p or el d em andad o c on tra la decisión del Juzgado Superior Décimo en lo Civil, Mercantil y Tránsito de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de
Caracas.
Ponencia del Magistrado: ANTONIO RAMÍREZ JIMÉNEZ.

En el juicio por ejecución de hipoteca mobiliaria, seguido ante el Juzgado Segundo de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la
Circunscripción Judicial del estado Táchira, con sede en San Cristóbal, , por la sociedad financiera BANCO PROVINCIAL, S.A., BANCO UNIVERSAL,
representada judicialmente por los abogados Jorge Castellanos Galvis, Carlos E. Castellanos Carreño, Rafael Molero Villalobos, Jesús Alberto Berro Velásquez, Miguel
José Acuña Ramírez y Edwin Carlos Flores Pachano, contra el ciudadano JOSÉ PASTOR GONZÁLEZ, representado judicialmente por los abogados Orlando Lagos,
Félix Antonio Bustamante, Keila Morales Salas y Zulay Mercedes González Contreras; el Juzgado Superior Segundo en lo Civil, Mercantil, del Tránsito, Bancario y de
Protección del Niño y del Adolescente de la misma Circunscripción Judicial, por decisión de fecha 5 de abril de 2006, declaró sin lugar la apelación interpuesta por el
demandado. De esta manera, confirmó el fallo del a quo de fecha 17 de agosto de 2004, que “…ordenó proceder a la subasta del bien hipotecado, sobre el cual se
decretó medida de secuestro ya ejecutada; así como el nombramiento por auto separado, en virtud de que examinado el documento de constitución de la hipoteca
mobiliaria, constató que las partes no establecieron el precio que serviría de base para el remate del bien hipotecado y secuestrado…”.

Contra el referido fallo de la alzada, anunció recurso de casación la representación judicial del demandado, el cual fue admitido por el superior y
oportunamente formalizado. No hubo impugnación.

Concluida la sustanciación del recurso de casación y cumplidas las formalidades legales, se dio cuenta en Sala, correspondiendo la ponencia al
Magistrado que con tal carácter suscribe el presente fallo, previas las consideraciones siguientes:

RECURSO POR INFRACCIÓN DE LEY


ÚNICA
Con fundamento en el ordinal 2° del artículo 313 del Código de Procedimiento Civil, se denuncia la infracción en la recurrida del artículo 26 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, por falta de aplicación y los artículos 70 y 71 de la Ley de Hipoteca Mobiliaria y Prenda sin Desplazamiento de
Posesión, ambos por errónea interpretación, con la argumentación siguiente:

“…Seguidamente el Juzgado Superior Segundo en lo Civil procedió a efectuar largas transcripciones de las Sentencias de la Sala Constitucional en referencia para
concluir dos cosas fundamentales a) que la reestructuración de los créditos ordenada por la Sala solo es sobre contratos con reserva de dominio y b) que el contrato
de préstamo de fecha 12 de marzo de 1998 otorgado a JOSE PASTOR GONZÁLEZ no era para la adquisición de vehículos sino para garantizar el crédito otorgado
para la adquisición de un autobús de pasajeros adquirido a la sociedad Mono Block S.A. Ensambladora de Vehículos Comerciales” c) que el préstamo otorgado a
mi representado no encuadra dentro de los lineamientos de la sentencia dictada por la Sala Constitucional d) que por tratarse de un procedimiento especialísimo
según la actora debe seguirse los lineamientos de la ley de la materia.

Del trozo transcrito parcialmente se evidencia que la recurrida dio por demostrado que los elementos del contrato de préstamo con garantía hipotecaria son los
indicados en el documento de fecha 12 de marzo de 1998 otorgado a JOSÉ PASTOS GONZÁLEZ propietario del autobús de pasajeros indicado en el que se
cumplen todos los requisitos de los créditos en la modalidad cuota balón pero que niega en su interpretación sean similares a los indicados en la sentencia de la Sala
Constitucional varias veces citada.

Para reforzar su razonamiento y en un esfuerzo de hermenéutica literal señala que el artículo 70 y 71 de la Ley de Hipoteca Mobiliaria (sic) debe aplicarse por
cuanto el deudor no pagó en el tiempo indicado en el referido contrato. En otras palabras, pese a que el juzgador puede determinar la verdad de lo litigado
amparado en el contrato de préstamo hipotecario, los motivos de la oposición y la sentencia de la Sala Constitucional se vale de una hermenéutica literal sin
ninguna trascendencia jurídica para declarar sin lugar la apelación.

Todo lo anterior pone de manifiesto que el núcleo de razonamiento utilizado por el sentenciador de la última instancia se apoya en una formalidad inútil proscrita
por el artículo 26 de la Constitución, y de señalar que porque se trata de la Ley de Hipoteca Mobiliaria (sic) no debe ser considerado similar el contrato de préstamo
dado a mi representado para la adquisición del autobús de pasajeros.

Esta norma predica la tesis de que los jueces deben buscar la verdad sin valerse de formalismos inútiles. En el caso concreto la verdad acerca del origen de contrato
de préstamos con garantía de hipoteca mobiliaria esta en la adquisición de un vehículo de pasajeros objeto de ejecución y esa circunstancia esta acreditada en autos,
pero el sentenciador se aleja del mandato constitucional y prefiere privilegiar unos tecnicismos que solo permiten salirse de la verdad material y jurídica y con ello
favorecer al Banco Provincial C.A.

De haber acometido el mandato constitucional contenido en la norma indicada habría determinado la verdad del asunto judicial que nos ocupa y de la simple lectura
del libelo de la demanda con el instrumento de ejecución de hipoteca y la sentencia del (sic) Sala Constitucional y los motivos de la oposición tendría que haber
concluido que se trata de un contrato de las características similares a los de la modalidad cuota balón prohibido por la sentencia del (sic) Sala Constitucional y
proceder a ordenar el recalculo del crédito en referencia.

Además de todo lo expuesto la recurrida infringió por errónea interpretación los artículos 70 y 71 de la Ley de Hipoteca Mobiliaria (sic) pues le dio una
interpretación literal un contenido y alcance sin tomar en cuenta el objeto del contrato sin tomar en cuenta los motivos de la oposición que indica que se trata de un
autobús de pasajeros –hecho comprobado a lo largo de todo el juicio- y de malabarismos argumentativos en que incurre para salirse de la sentencia de la Sala
Constitucional que indica la correcta interpretación de contrato de prestamos para adquisición de autobuses utilizados frecuentemente par la banca comercial en
referencia.

Ciertamente que el (sic) la controversia debe resolverse aplicando el contenido del artículo 26 de la Constitución invocado desde la oposición de la demanda en
armonía con la sentencia numero 85 de la Sala Constitucional…”.

Para decidir, la Sala observa:

Denuncia el formalizante la falta de aplicación por el juzgador superior en la recurrida del artículo 26 de la Constitución de la República Bolivariana
de Venezuela y la errónea interpretación de los artículos 70 y 71 de la Ley de Hipoteca Mobiliaria y Prenda sin Desplazamiento de Posesión, al establecer que el
contrato de préstamo no cumple los requisitos de los créditos en la modalidad de cuota balón indicados en la sentencia N° 85 de la Sala Constitucional de fecha 24 de
enero de 2002, que le dio una interpretación literal a las referidas normas sin tomar en cuenta el objeto del contrato, ni los motivos de la oposición que indica que el bien
dado en garantía es un autobús de pasajeros.

El artículo 26 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, no reviste realmente una denuncia concreta que deba ser resuelta en por
esta Sala, “…toda vez que una denuncia aislada de dichas normas, en principio, es una previsión constitucional cuyo conocimiento corresponde a la jurisdicción
constitucional; no obstante que esta Sala tiene facultad para reestablecer el orden público y constitucional infringido, aunque no se le haya denunciado y siempre
dentro del orden señalado, (art. 320 C.P.C.)…” (Sent. N° 00591 de fecha 8 de agosto de 2006, exp N° 05-818). En consecuencia, se desestima la infracción del
artículo 26 eiusdem. Así se decide.
Ahora bien, el artículo 70 y la primera parte del artículo 71 de la Ley de Hipoteca Mobiliaria y Prenda sin Desplazamiento de Posesión, delatadas en la
presente denuncia, textualmente disponen:
“Artículo 70. El procedimiento de ejecución hipotecaria se desenvolverá de acuerdo a las siguientes reglas:

Primera: Se iniciará mediante demanda que deberá contener los requisitos exigidos por el Código de Procedimiento Civil.

El actor acompañará a la demanda los documentos acreditativos del carácter con que se presente, el título o títulos que fundamenten su derecho de crédito, que
deberá ser alguno de los contemplados en el artículo 523 del Código de Procedimiento Civil, y, caso de que en los mismos no conste la garantía hipotecaria, el
instrumento constitutivo de ella.

Asimismo, el actor adjuntará certificación registral justificativa de la inscripción y subsistencia del derecho de hipoteca mobiliaria, que deberá haber sido expedido
dentro de los quince días consecutivos anteriores a la presentación de la demanda.

Segunda: En el auto de admisión de la demanda el juez acordará la intimación al deudor, al hipotecante no deudor y al tercer poseedor en su caso para
que paguen dentro de los ocho días siguientes a la notificación. Dicha intimación de pago se hará saber también mediante cartel que se fijará en el local del
Tribunal y se publicará en uno de los periódicos diarios de los de mayor circulación en la localidad sede del Tribunal, a satisfacción de éste.

Asimismo, en el referido auto de admisión el juez ordenará el secuestro de los bienes hipotecados y su entrega en depósito al acreedor o a la persona que éste
señale.

Caso de ser varios los acreedores demandantes, cualquiera de ellos podrá solicitar en beneficio común el depósito en su persona de los bienes hipotecados y, en el
supuesto de petición simultánea, el juez lo otorgará a su prudente arbitrio a uno de ellos.

Tercera: Si el demandado en la ejecución hipotecaria fuese el tercer poseedor de la cosa gravada, su notificación de la intimación de pago se entenderá hecha en la
fecha en que tenga lugar el secuestro de los bienes.

Cuarta: Transcurridos ocho días desde la última de las notificaciones a que se refieren las reglas anteriores sin haberse realizado el pago, el juez, a
instancia del acreedor, del deudor, del hipotecante o del tercer poseedor, ordenará se proceda a la subasta de los bienes hipotecados. El anuncio de remate
se practicará con ocho días de antelación, por lo menos, mediante cartel que se fijará en el domicilio de los intimados y en un lugar público de la Parroquia o
Municipio en que se hubieren situado los bienes, y que será publicado en un periódico diario de los de mayor circulación en la localidad sede del Tribunal, a
satisfacción de éste.

En el cartel en que se anuncie el remate se expresará concisamente los nombres y apellidos del actor y del demandado, la descripción de los bienes objeto de remate
y el lugar en que se hallaren, precio que servirá de base para la subasta, que será precisamente el pactado en el instrumento de constitución de la hipoteca, y el
lugar, día y hora en que se practicará el remate.

No obstante, si alguna de las partes no estuviese de acuerdo sobre el valor que se dio a los bienes hipotecados a efectos del remate en el instrumento de constitución
de la garantía, podrá solicitar y obtener del juez, siempre que presentare su petición con antelación a la fijación y publicación del cartel de remate, el nombramiento
por el Tribunal de un perito para que en el lapso de tres audiencias proceda a fijar el precio de los bienes, que servirá de base para el remate. En el caso de que en el
instrumento de constitución de la hipoteca no se hubiere pactado la base del remate, el juez, de oficio, nombrará su perito para que en el lapso de tres audiencias
proceda a fijarla. En uno y otro supuesto, realizada tal fijación tendrá lugar el anuncio del remate de la manera prevista en los párrafos anteriores de esta regla…”.

Artículo 71. El procedimiento para la ejecución de la hipoteca mobiliaria regulado en el artículo anterior no se suspenderá por muerte, quiebra, concurso o
incapacidad del deudor, del hipotecante o del tercer poseedor, ni por incidentes; promovidos por cualquiera de ellos o por otra persona que se presentare como
interesada, sino en los supuestos siguientes:...” (Negrillas de la Sala).

De la lectura de las disposiciones transcritas, se infiere que las mismas consagran el procedimiento de ejecución de hipoteca mobiliaria, el cual se
inicia por demanda acompañada con los documentos acreditativos del carácter con que se presente, el título o títulos que fundamenten su derecho de crédito, así como la
certificación registral justificativa de la inscripción y subsistencia del derecho. En el auto de admisión el juez acordará la intimación y decretará el secuestro del bien, de
no presentarse el pago o la oposición del deudor debe dentro de los ocho días siguientes a su intimación, el juez, a instancia del acreedor, del deudor, del hipotecante o
del tercer poseedor, ordenará se proceda a la subasta de los bienes hipotecados, ejecución que no se suspenderá sino por las causales de oposición taxativamente
establecidas en el artículo 71.

En relación a los artículos denunciados como infringidos por el formalizante, el juzgador de la recurrida estableció lo siguiente:
“…Conforme a lo expuesto, debe concluirse que el préstamo otorgado por la parte demandante al demandado, ciudadano José Pastor González, garantizado con la
hipoteca mobiliaria a cuya ejecución se contrae la presente causa, no encuadra dentro de los presupuestos de aplicación de la sentencia N° 85 dictada por la Sala
Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia en fecha 24 de mayo de 2002 y sus respectivas aclaratorias. Así se decide.
…omissis…
Seguidamente, pasa esta sentenciadora a considerar los argumentos de la parte demandada apelante, relacionados con el procedimiento de ejecución de la
hipoteca mobiliaria, propiamente dicho. Al respecto, debe examinarse lo dispuesto en los artículos 70 y 71 de la Ley de Hipoteca Mobiliaria y Prenda sin
Desplazamiento de Posesión, los cuales son del tenor siguiente:
…omissis…
Tales normas pautan el procedimiento especial de ejecución de hipoteca mobiliaria, siendo de aplicación preferente conforme a lo establecido en el artículo 14 del
Código Civil, que establece:
…omissis…
Conforme a lo expuesto, aprecia quien decide que el deudor demandado se dio por intimado mediante diligencia de fecha 13 de octubre de 2003, corriente al folio 52,
formulando su oposición a la ejecución de hipoteca en fecha 16 de junio de 2004, tal como se evidencia del escrito inserto al folio 66. Dicha oposición debió ser
efectuada dentro de los ocho (8) días de despacho siguientes a su intimación, según lo establecido en el primer aparte del artículo 71 de la Ley de Hipoteca Mobiliaria
y Prenda sin Desplazamiento de Posesión, lapso que corrió entre el 13 de octubre de 2003 exclusive al 23 de octubre de 2003 inclusive, según el computo practicado
por la secretaria del a quo que riela al folio 177. En consecuencia, la oposición efectuada por la parte demandada en fecha 16 de junio de 2004, es extemporánea, en
razón a que el referido lapso para presentarla, así como el de efectuar el pago intimado, no se interrumpía ni suspendía por la notificación al Procurador General de la
República ordenada en el auto admisión, conforme al artículo 97 del Decreto con Fuerza de Ley Orgánica de la Procuraduría General de la República y a lo señalado
en la decisión de fecha 29 de noviembre de 2005 proferida por la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia trascrita supra. Así se decide.

Por otra parte, se observa que la respuesta del Procurador General de la República a la notificación que le efectuara el tribunal de la causa, fue agregada a los autos el
3 de mayo de 2004, tal como consta al folio 63 y su vuelto, fecha a partir de la cual comenzó a trascurrir el lapso de suspensión de 45 días a que hace referencia la
norma del mencionado artículo 97 del Decreto con Fuerza de Ley Orgánica de la Procuraduría General de la República, durante el cual quedó suspendida la ejecución
de la medida de secuestro y la subasta del bien mueble hipotecado.
Ahora bien, dicho lapso de suspensión venció el 17 de junio de 2004, oportunidad en la cual el demandado presentó escrito contentivo de un pretensa “contestación
de demanda”, corriente a los folios 67 al 79, actuación esta no contemplada en las normas especiales que rigen el presente procedimiento antes señaladas, por lo que
el mismo debe considerarse inexistente. Así se declara.

En consecuencia, al no haber realizado el deudor el pago intimado, ni formulado oposición a la ejecución en tiempo oportuno, y por cuanto transcurrió íntegramente
el lapso de 45 días luego de agregadas al expediente las resultas de la notificación del Procurador General de la República, debe esta alzada de conformidad con lo
establecido en la Regla Cuarta del artículo 70 Ley de Hipoteca Mobiliaria y Prenda sin Desplazamiento de Posesión, confirmar la decisión dictada por el Juzgado
Segundo de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del Estado Táchira en fecha 17 de agosto de 2004, que ordenó la
subasta del bien hipotecado sobre el cual se decretó medida de secuestro en el auto de admisión de fecha 5 de agosto de 2003, consistente en un vehículo con las
siguientes características: Marca MERCEDES BENZ, tipo autobús, modelo 0H1420/51, (…), para lo cual nombrará el a quo un perito a objeto de que fije el precio
que servirá de base para el remate del referido vehículo, quedando así confirmada la decisión apelada. Así se decide…”.

De acuerdo con la anterior transcripción de la recurrida, se aprecia que el juzgador superior llegó a la conclusión de que el préstamo garantizado con la hipoteca
mobiliaria no encuadra dentro de los presupuestos de la sentencia N° 85 de la Sala Constitucional de fecha 24 de mayo de 2002 (créditos indexados), por ser destinado
el referido préstamo para capital de trabajo y no para la adquisición de vehículo con reserva de dominio, y por cuanto la adquisición del vehículo objeto de hipoteca es
anterior a la fecha del préstamo.

Asimismo, se observa que el sentenciador de alzada eligió e interpretó acertadamente en su alcance general y abstracto los artículos 70 y 71 Ley de
Hipoteca Mobiliaria y Prenda sin Desplazamiento de Posesión, pues de la revisión de las actuaciones procesales cumplidas en el presente juicio, verificó que la
oposición realizada por el intimado en fecha 16 de junio de 2004, resultó extemporánea, al no efectuarse dentro de los ocho (8) días de despacho siguientes a la
intimación, en razón de que el referido lapso no se suspendía por la notificación al Procurador General de la República ordenada en el auto de admisión, según lo
establecido en el primer aparte del artículo 71 eiusdem.

Por tanto, el sentenciador de alzada hizo derivar de las normas escogidas, consecuencias que concuerdan con su contenido, al establecer que el deudor
no realizó en tiempo oportuno la oposición, y por cuanto transcurrió íntegramente el lapso de 45 días luego de agregadas al expediente las resultas de la notificación del
Procurador General de la República, todo lo cual evidencia que el sentenciador de la recurrida en modo alguno incurrió, en una errónea interpretación de los artículos
denunciados.

En consecuencia, esta Sala declara improcedente la presente denuncia de infracción en la recurrida de los artículos 70 y 71 de la Ley de Hipoteca
Mobiliaria y Prenda sin Desplazamiento de Posesión, por errónea interpretación. Así se decide.

DECISIÓN

Por todas las razones antes expuestas, este Tribunal Supremo de Justicia en Sala de Casación Civil, administrando justicia en nombre de la República
Bolivariana de Venezuela y por autoridad de la Ley, declara: SIN LUGAR el recurso de casación anunciado y formalizado por la representación judicial del
demandado ciudadano JOSÉ PASTOR GONZÁLEZ, contra la sentencia dictada en fecha 5 de abril de 2006, por el Juzgado Superior Segundo en lo Civil, Mercantil,
del Tránsito, Bancario y de Protección del Niño y del Adolescente de la Circunscripción Judicial del estado Táchira, con sede en San Cristóbal.
Ponencia del Magistrado: ANTONIO RAMÍREZ JIMENEZ.

En el juicio por ejecución de hipoteca, iniciado ante el Juzgado Primero de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil, Agrario y del Tránsito de la
Circunscripción judicial del Estado Yaracuy, por la empresa INVERSIONES LELAVIC, C.A., representada judicialmente por los abogados José Clemente Pérez
Ángulo y Fidel Alejandro Montañez Pastor, contra la compañía IPANEMA C.A., representada por los abogados Manuel Alberto Camacaro López y Miguel Ángel
Martínez Parra; el Juzgado Superior en lo Civil, Mercantil, del Tránsito y de Protección del Niño y del Adolescente de la mencionada Circunscripción Judicial,
constituido con Asociados, dictó sentencia en fecha 10 de julio de 2006, declarando sin lugar el recurso de apelación propuesto por la representación de la parte actora,
parcialmente con lugar el recurso de apelación interpuesto por la representación de la parte demandada, anulada parcialmente la sentencia dictada por el a-quo y
confirmada en aquello que no contradiga la decisión de alzada, extinguida la obligación contraída y garantizada con hipoteca legal, en virtud de la consignación
dineraria realizada por la representación de la empresa demandada a nombre de la parte actora.

Contra el referido fallo de la alzada la representación la parte actora, anunció recurso extraordinario de casación, admitido por la alzada en fecha 14 de
agosto de 2006, formalizado oportunamente ante la Secretaría de esta Sala por escrito de fecha 20 de octubre de 2006. Hubo impugnación, réplica y contrarréplica.

Concluida la sustanciación del recurso de casación y cumplidas las formalidades legales, se dio cuenta en Sala el 31 de octubre de 2006,
correspondiendo la ponencia al Magistrado que con tal carácter suscribe el presente fallo, previas las consideraciones siguientes:
PUNTO PREVIO

Por escrito de fecha 5 de diciembre de 2006, la representación de la empresa IPANEMA C.A., parte demandada en el presente juicio, presentó escrito
de contrarréplica a los alegatos de réplica de la accionante. Sin embargo, a los efectos de la presente decisión tales alegatos de contrarréplica no serán considerados por
esta Sala, por haber sido presentados extemporáneamente, toda vez que el lapso de ley previsto para su presentación, feneció el 2 de diciembre de 2006, conforme se
evidencia de cómputo adelantado por la Secretaría de la Sala, que estableció que el lapso de formalización expiraba el 23 de octubre de 2006, el de impugnación en
fecha 12 de noviembre de 2006, el de réplica el 22 de noviembre de 2006 y, finalmente, el de contrarréplica el 2 de diciembre de 2006. Y así se decide.

RECURSO POR DEFECTO DE ACTIVIDAD


-I-

De conformidad con lo dispuesto en el ordinal 1° del artículo 313 del Código de Procedimiento Civil, se denuncia el quebrantamiento de formas
sustanciales del proceso, con menoscabo al derecho a la defensa e infracción de los artículos 15, 208, 657 y 663 del mencionado Código.

Por vía de fundamentación, alega el formalizante:

“...La norma cuya violación se denuncia, y en la cual se garantiza el derecho a la defensa y al debido proceso, en los juicios de ejecución de
hipoteca es el artículo 663 del Código de Procedimiento Civil...

A la luz de los precedentes expuestos, destaca la Sala que en juicios como el que nos ocupa, que son de carácter ejecutivo, debe prevalecer con
suma rigurosidad la seguridad jurídica en los actos fundamentales de ordenación del proceso, ya que si el intimado planteó cuestiones previas y
además en el mismo acto realizó formal oposición de acuerdo a uno o varios de los cinco ordinales dispuestos en el artículo 663 del Código de
Procedimiento Civil, se entiende que el Tribunal debe pronunciarse sobre las cuestiones previas, y una vez resuelto lo correspondiente a éstas, y
solo si el Tribunal considera que la oposición cumple con los extremos del precitado artículo, debe declarar la causa abierta a pruebas y continuar
su instrucción de acuerdo a las normas relativas al juicio ordinario, para que en la decisión definitiva sea resuelto lo referente a la oposición
formulada.

Con la presente denuncia se pasa a fundamentar como se violó el derecho a la defensa de la accionante..., con la subversión del orden público
procesal que se ha verificado en la presente causa, por el quebrantamiento y la omisión de formalidades sustanciales del proceso, irrespetando el
mandato del último aparte del artículo 663 del Código de Procedimiento Civil, por no haber decidido el Juzgado Primero de Primera Instancia en
lo Civil, Mercantil, Agrario y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del Éstado Yaracuy, que la oposición cumplía con los extremos previstos
en el artículo 663 eiusdem, y abrir a pruebas la causa y continuar la instrucción del juicio por las normas del procedimiento ordinario, y no lo hizo
tal y como se evidencia en su decisión de fecha 11 de marzo de 2005, que resuelve sobre las cuestiones previas, la cual riela a los folios
OCHOCIENTOS OCHENTA (880) al OCHOCIENTOS OCHENTA Y TRES (883), ambos inclusive, y decisión de fecha 15 de abril de 2005
que resuelve la oposición ubicada en los folios NOVECIENTOS DIECINUEVE (919) al NOVECIENTOS VEINTISEIS (926), ambos inclusive.

Ahora bien, es preciso hacer una pequeña síntesis en el caso que nos ocupa, comenzando por el decreto de intimación de fecha 25 de noviembre
de 1999, que riela al folio quince (15), donde se apercibe a la intimada ‘...para que comparezca ante el Tribunal dentro de los tres (3) días de
despacho siguientes a su intimación a fin de que acredite el haber pagado al ejecutante los conceptos que le adeuda, los cuales se encuentran
especificados en la solicitud, ADVIRTIÉNDOSELE QUE SI NO ACREDITA DICHO PAGO EN EL LAPSO CONCEDIDO se procederá a la
ejecución del inmueble a que se contrae la presente solicitud...’.

Llegada, en el caso particular, la oportunidad para que la parte demandada o intimada efectuara formal oposición al decreto de intimación, ésta
hizo formal oposición conforme al ordinal 5° del artículo 663 del Código de Procedimiento Civil, y en el mismo acto formuló cuestiones previas,
en particular la relativa al ordinal 11° del artículo 346 del Código de Procedimiento Civil, según se desprende del escrito que riela a los folios
DOSCIENTOS CINCUENTA Y OCHO (258) al folio DOSCIENTOS SETENTA (270) del cuaderno principal, ambos inclusive; no obstante en
la precitada decisión de fecha 11 de marzo de 2005, el tribunal de la causa ya identificado, en la motivación de la sentencia decide sobre la
cuestión previa alegada y sobre la oposición realizada por la parte intimada, pero en la dispositiva decide sólo de manera expresa, positiva y
precisa sobre la cuestión previa, y con respecto a la oposición realizada por el intimado conforme al ordinal 5° del artículo 663 del Código de
procedimiento Civil NO DECIDE NADA AL RESPECTO...

Las inmediatas actuaciones que prosiguen en la causa son: Una diligencia del intimado apelando de la precitada decisión de fecha 18 de marzo de
2005... y en la misma fecha 18 de marzo de 2005, un escrito mediante el cual el intimado en este estado de la causa, ratifica su oposición al
presente juicio de ejecución de hipoteca y ‘pretende pagar’ una suma de dinero que según ella es la suma intimada en la presente causa, mediante
tres (3) cheques de gerencia, que suman la cantidad de CIENTO ONCE MILLONES SETECIENTOS DIEZ MIL QUINIENTOS VEINTIDOS
BOLÍVARES CON DIECIOCHO CÉNTIMOS...

En fecha 22 de marzo de 2005, la representación de la parte intimada, consigna nuevo escrito que riela a los folios ochocientos noventa y cuatro
(894) al ochocientos noventa y nueve (899), en la cual ratifica su actuación de fecha 18 de marzo de 2005, y además nuevamente en este estado
del proceso realiza nueva oposición al decreto de intimación, pero ahora aduciendo el pago, según el ordinal 2° del artículo 663 del Código de
Procedimiento Civil, visto el supuesto pago que pretendiera haber realizado en fecha 18 de marzo de 2005. Actuación la cual es a todas luces
extemporánea por tardía e inviable, en esa etapa procesal.

En fecha 28 de marzo de 2005, el entonces apoderado de la parte actora, presenta escrito refutando las actuaciones y el pretendido pago que en ese
estado del juicio pretende haber realizado el apoderado de la parte demandada, fundamentalmente basándose en que la deuda y las cantidades
intimadas están perfectamente claras en el libelo de demanda y no se corresponden con las cantidades aducidas en las citadas actuaciones y el
pretendido pago.

Seguidamente, la parte intimada presenta nuevos escritos en fecha 30 de marzo de 2005..., y en fecha 5 de abril..., en los cuales ratifica sus
actuaciones de fecha 18 de marzo de 2005, es decir, la pretendida oposición a la ejecución de hipoteca por los ordinales 2° y 5° del artículo 663
del Código de Procedimiento Civil, se opone al cobro de los intereses moratorios y en consecuencia solicita que en virtud del pretendido pago, se
declare la terminación del juicio, cancelada la hipoteca y extinguido el procedimiento.

Finalmente, el Juzgado Primero de Primera Instancia..., dictó decisión en fecha 15 de abril de 2005, mediante la cual resuelve las oposiciones al
decreto de intimación realizadas por el intimado, es decir, resuelve, sobre la oposición efectuada tempestivamente junto a las cuestiones previas
propuestas basada en el ordinal 5° del artículo 663 del Código de Procedimiento Civil, como la oposición realizada extemporáneamente CON
OCASIÓN AL PRETENDIDO E ILEGAL PAGO REALIZADO EN FECHA 18 DE MARZO DE 2005.

A los efectos de ser mas precisos con relación a la manera en que se causa el quebrantamiento y omisión de formalidades sustanciales del proceso,
resumimos que la misma se ubica al decidir el a-quo el fondo de la oposición formulada, sin que mediara auto expreso acordando la apertura del
lapso probatorio y la continuación de la causa por los trámites del procedimiento ordinario, todo lo cual se verificó mediante dos (2) sentencias
distintas dictadas a poco más de un mes entre una y otra, a saber, una la de las cuestiones previas en fecha 11 de marzo de 2005... y la sentencia de
fecha 15 de abril de 2005, que resuelve las oposiciones del intimado...

Con este actuar, se causó un desequilibrio entre las partes, ya que se le otorgó una ventaja desproporcionada al demandado decidiendo sobre sus
oposiciones, a cuenta de privarle al demandante las precitadas fases que le brindaban la sagrada oportunidad de probar, y argüir lo conducente en
defensa de sus derechos y rebatir la oposición y lo extemporáneo del pago realizado...

En el presente caso, el Juez de la causa cuando legalmente le correspondía decidir si se abría o no la segunda etapa del juicio, yerra al
pronunciarse solo sobre las cuestiones previas en una decisión, y otra, apenas a treinta y cinco (35) después (sic), sobre el fondo de la oposición,
situación que devino en una limitación en las oportunidades para poder actuar la parte demandante o ejecutante, tan rotunda que solo le dejó con
la oportunidad de haber expresado sus alegatos y pruebas en el libelo de la demanda de ejecución de hipoteca, y sin posibilidad de probar sus
argumentos, desvirtuar con probanzas los de la parte intimada y concluir o compilar sus defensas, o proponer reposiciones en el acto de informes.

El Tribunal de la causa y el de alzada, al no detectar el vicio y no decretar la reposición, con su actuar le negaron a la intimante la oportunidad de
probar, ya que no le permitieron disponer del lapso probatorio correspondiente, con lo que le impidieron ejercer un medio de defensa tan
elemental como lo es el derecho a probar, tanto sus afirmaciones y como probar en contra de las del demandado, y de igual manera se le cercenó
el derecho a la defensa al negarle posibilidad de presentar informes.

Siendo que esta violación no fue consentida por nuestra representada, y es totalmente atribuible al Tribunal de la causa y al Superior por no haber
observado esta flagrante violación al equilibrio de las partes en el proceso, a la legalidad procesal y al orden público, se concluye que se le causó
violación al derecho a la defensa y al debido proceso del accionante.

En razón de lo expuesto, respetuosamente solicitamos que esta denuncia sea declarada procedente y casada en consecuencia la decisión recurrida
y SE ORDENE REPONER la causa a la primera instancia al estado en que se abra a pruebas y se continúe con la instrucción del juicio por los
trámites del juicio ordinario...”.

Para decidir, la Sala observa:

Se delata el quebrantamiento de formas sustanciales del proceso con menoscabo al derecho a la defensa, e infracción de los artículos 15, 208, 657 y
663 del Código de Procedimiento Civil, por considerar el formalizante que la recurrida, en modo alguno, subsanó los vicios de procedimientos en los cuales incurrió el
Juzgador a-quo al decidir sobre la oposición al decreto de intimación al pago de manera sumaria, sin abrir a pruebas la causa ni continuar la instrucción del juicio por las
normas del procedimiento ordinario.

Al respecto, tenemos en primer término, que los artículos delatados por el formalizante, en virtud de su supuesta infracción o quebrantamiento por la
recurrida, cabe decir, artículos 663 y 657 del Código de Procedimiento Civil, en sus partes pertinentes, textualmente disponen, lo siguiente:

“...Artículo 663. Dentro de los ocho días siguientes a aquél en que se haya efectuado la intimación, más el término de la distancia si a él hubiere
lugar, tanto el deudor como el tercero podrán hacer oposición al pago a que se les intima, por los motivos siguientes:...

2°) El pago de la obligación cuya ejecución se solicita, siempre que se consigne junto con el escrito de oposición la prueba escrita del pago.

5°) Por disconformidad con el saldo establecido por el acreedor en la solicitud de ejecución, siempre que se consigne con el escrito de oposición
la prueba escrita en que ella se fundamente...

En todos los casos de los ordinales anteriores, el Juez examinará cuidadosamente los instrumentos que se le presenten, y si la oposición llena los
extremos exigidos en el presente artículo, declarará el procedimiento abierto a pruebas, y la sustanciación continuará por los trámites del
procedimiento ordinario hasta que deba sacarse a remate el inmueble hipotecado, procediéndose con respecto a la ejecución como se establece en
el último aparte del artículo 634”.

“...Artículo 657. Hecha la oposición, se abrirá la causa a pruebas y se seguirá en lo adelante por los trámites del procedimiento ordinario. La
oposición formulada de conformidad con el artículo 656, suspenderá la ejecución, si el demandado constituye caución o garantía de las previstas
en el artículo 590 para responder de las resultas del juicio, por la cantidad que fije el Tribunal.
Parágrafo Único. Si junto con los motivos en que se funde la oposición el demandado alegare cuestiones previas de las indicadas en el artículo
346 de este Código, se entenderá abierta también una articulación probatoria de ocho días para promover y evacuar pruebas, sin necesidad de
providencia o decreto del Juez, y el Tribunal decidirá dentro de los diez días siguientes al vencimiento de la articulación, sin perjuicio de que
antes del fallo, la parte pueda subsanar los defectos u omisiones invocadas conforme a lo dispuesto en el artículo 350. En estos casos no se
causarán costas para la parte que subsane el defecto u omisión. La sentencia que se dicte en la articulación no tendrá apelación, sino en el caso de
incompetencia declarada con lugar, caso en el cual la parte podrá promover la regulación de la competencia, conforme al artículo 69 y en los
casos de las cuestiones previas previstas en los ordinales 9°, 10 y 11 del artículo 346. En ambos casos, las costas se regularán como se indica en el
Título VI del Libro primero de este Código. Los efectos de las cuestiones previas declaradas con lugar en la sentencia de la articulación
definitivamente firme, serán los indicados en los artículos 353, 354, 355 y 356, según los casos…”.

En segundo término, resulta necesario hacer cita de extractos pertinentes de la sentencia recurrida, en los cuales textualmente fue dejado establecido,
lo siguiente:

“....Producida la citación y después de varias incidencias procesales e inhibiciones, la parte demandada realiza en fecha 17 de febrero de 2004...,
oposición a la ejecución de hipoteca al que fue intimada por la demandante, en dicho escrito formula alegatos respecto al monto de la hipoteca, el
cual a su entender debe ser exacto, no sujeto a variaciones en el tiempo. En este mismo escrito la parte demandante también opone la cuestión
previa prevista en el ordinal 11 del artículo 346 del Código de Procedimiento Civil: La prohibición de la ley de admitir la acción propuesta....

Mediante auto de fecha 17 de mayo de 2004, el Juzgado Segundo de Primera Instancia..., declaró como extemporáneos los alegatos y defensas
que hicieran las partes, y que son referentes a las cuestiones previas alegadas y oposición a la ejecución así como a la contestación a las cuestiones
previas... El apoderado judicial de la demandada apela del auto de fecha 17 de mayo de 2004...

Sentencia dictada por el Juzgado Superior Accidental que declara con lugar la apelación interpuesta por el apoderado judicial de la demandada,
revocando el auto del Juzgado Segundo de Primera Instancia ... y se repone la causa al estado en que el Tribunal a-quo de respuesta a los escritos
de las partes...

El Juzgado Primero de Primera Instancia... en sentencia de fecha 21 de octubre de 2004 procede a pronunciarse sobre los escritos presentados por
las partes correspondientes a las fechas 17, 18 y 27 de febrero del año 2004 inclusive; mediante sentencia de fecha 11 de marzo de 2005...
conociendo de la cuestión previa opuesta... declaró sin lugar la cuestión previa del numeral 11 del artículo 346 del Código de Procedimiento
Civil...

El abogado Miguel Ángel Martínez, en su carácter de autos apeló de dicha sentencia, la cual fue oída en un solo efecto mediante auto de fecha 22
de marzo de 2005...

Contra la sentencia de fecha 11 de marzo de 2005..., la parte demandante no ejerció ningún tipo de recurso, con lo cual demostró estar conforme
con la misma...

En fecha 18 de marzo de 2005..., la parte demandada a través de su apoderado judicial, acogiéndose a la sentencia anteriormente señalada...,
consignó la cantidad de CIENTO ONCE MILLONES SETECIENTOS DIEZ MIL QUINIENTOS VEINTIDOS BOLÍVARES CON 18/100... en
tres cheques de gerencia..., además señaló en este escrito que dicha consignación obedece a que la sentencia del 11 de marzo de 2005 dispuso que
la cantidad intimada correspondía al saldo deudor para el momento del vencimiento del plazo para el pago. Con respecto a las costas y costos que
fueron demandados, manifiesta el apoderado de la demandada que la parte actora en el escrito de fecha 22 de mayo de 2000..., evidencia su
expresa renuncia a las mismas por lo que no se pagan; y en cuanto a los intereses de mora señala que los mismos no debieron ser demandados a
través de este proceso, porque no están cubiertos por la hipoteca legal.

Ratificó la oposición formulada..., por disconformidad entre el saldo establecido por la demandante en la solicitud de ejecución y lo que realmente
debe la demandada...

Ante tal consignación, el abogado de la parte actora mediante escrito recibido en fecha 28 de marzo de 2005, rechaza la oferta de pago hecha por
el monto y en los términos en el escrito de consignación, alegando que la cantidad adeudada a su representada es muy superior y los alegatos
invocados en dicho escrito son totalmente infundados. Alega el representante de la accionante que de acuerdo a los términos y condiciones
pactados en el documento de compraventa del inmueble y donde consta la hipoteca legal cuya ejecución se pretende, consta también la deuda que
tiene de plazo vencido e impagada IPANEMA C.A. con su representada LELAVIC, C.A., se evidencia que para el día de introducción de la
solicitud de ejecución de la hipoteca IPANEMA C.A. adeuda a su representada la suma de CIEN MILLONES DE BOLÍVARES..., cantidad ésta
que debió pagar el día 30 de octubre de 1999;

Asimismo hace referencia a que esta última cuota deberá ser pagada en Dólares Americanos en la cantidad de CIENTO SETENTA Y CIINCO
MIL CUATROCIENTOS TREINTA Y OCHO DOLARES AMERICANOS CON CINCUENTA Y NUEVE..., a lo cual debe sumarse lo
correspondiente a intereses moratorios y a un cambio actual de Bs. 2.150 le corresponden a su representada la cantidad de SEISCIENTOS
VEINTICINCO MILLONES NOVECIENTOS OCHENTA Y NUEVE MIL TRESCIENTOS CINCUENTA Y SEIOS BOLÍVARES...

El Juzgado Primero de Primera Instancia vista la consignación hecha por la demandada y la oposición de la accionante, en fecha 5 de abril de
2005, dicta sentencia sobre el fondo del asunto... En cuanto al alegato de la parte accionante donde rechaza la forma de pago propuesta, señala la
sentencia apelada que se estarían formulando nuevos montos pretendiendo ser garantizados por la hipoteca legalmente establecida, por lo que el
tribunal de la causa considera que no es posible variar ni modificar las obligaciones contraídas anteriormente de manera unilateral, que admitir
una nueva estimación de la demanda sería subvertir el procedimiento especial de ejecución de hipoteca, respecto a los montos garantizados y su
ejecución..., lo cual es imposible.

Reitera el Tribunal Primero de Primera Instancia que la obligación debe ser pagada en moneda venezolana..., con el valor que esta divisa tenía
para el momento del pago: 30 de octubre de 1999...

Finalmente dispone la sentencia recurrida que la oferta de pago del deudor y la efectiva consignación de los cheques de gerencia... está ajustada a
la doctrina establecida..., por lo tanto declara extinguida la obligación contraída y garantizada con la hipoteca legal que ha motivado este proceso,
condenó en costas a la parte demandada y mantuvo vigente la medida de embargo ejecutivo practicada, pero acodando su suspensión, cuando
quede definitivamente firme esta decisión.

Contra esta decisión, ambas partes hicieron uso del recurso de apelación, ejerciendo el mismo de manera parcial puesto que la actora lo realizó
señalando que solo se tomaría en cuenta el punto N° 1 de la parte dispositiva del fallo, donde el tribunal de la causa decide extinguida la
obligación contraída y garantizada con la hipoteca legal lo cual consta en escrito de fecha 20 de abril de 2005 y que riela al folio 928; en fecha 25
de abril de 2005 la parte accionada apela reservándose exponer sus razones en la alzada..., mediante escrito recibido en fecha 25 de junio de 2005
la parte accionada circunscribe su apelación al contenido del tercer dispositivo de la sentencia el cual se refiere a la medida de embargo
ejecutivo...

Siendo admitidos ambos recursos mediante auto del Tribunal a-quo..., remitiendo el expediente a este Juzgado Superior...

En la oportunidad conferida por la Ley, el apoderado judicial de la parte demandada solicita la constitución del Tribunal con asociados...,
constituyéndose el Tribunal Asociado en fecha 4 de julio de ese mismo año...

Cumplidos los trámites de sustanciación del recurso de apelación y presentado informes... y la observación a los mismos... Observa este Tribunal
de Alzada que es cosa juzgada formal el pronunciamiento realizado por el Juzgado de la causa, formulado en la sentencia de fecha 11 de marzo de
2005... en cuanto a: En primer lugar, la existencia de una hipoteca legal, y en segundo lugar, que está determinado el monto sobre el cual se
garantiza con el gravamen legal, y que la cantidad que se intima corresponde al saldo deudor para el momento del vencimiento del plazo para el
pago, por lo que dicha hipoteca legal garantiza la cantidad de CIENTO ONCE MILLONES SETECIENTOS DIEZ MIL QUINIENTOS
BOLÍVARES CON DIECIOCHO CÉNTIMOS..., saldo de la venta a la cual hemos hecho referencia. Se dice que es cosa juzgada formal dicha
sentencia con respecto al accionante, porque contra esta sentencia éste no intentó ningún recurso, y con respecto a la accionada, quien apeló de
esta sentencia y habiendo sido oída esta apelación en un solo efecto, desistió de la apelación tal como se evidencia en escrito que riela al folio
1075...

Por lo que, lo debatido en este proceso es, si la demandada debe la cantidad de CIEN MILLONES DE BOLÍVARES... mas sus intereses, o por el
contrario, debe la cantidad de CIENTO SETENTA Y CINCO MIL CUATROCIENTOS TREINTA Y OCHO DOLARES CON CINCUENTA Y
NUEVE CENTAVOS DE DÓLAR, mas intereses y costas, y sobre esto se pronunciará este Juzgado...

El legislador patrio, otorga a los deudores de créditos hipotecarios este beneficio legal de reponer la deuda a su estado original en bolívares al
tipo de cambio vigente para el momento de la celebración del contrato, lo cual está en franca oposición a la norma contenida en el artículo 115 de
la Ley del Banco Central de Venezuela vigente, que señala que ‘Los pagos estipulados en moneda extranjera se cancelan salvo convención
especial, con la entrega de lo equivalente en moneda de curso legal, al tipo de cambio corriente en el lugar de la fecha del pago’...

Quienes suscriben el presente fallo, consideran que el citado artículo de la Ley del Banco Central de Venezuela, no es aplicable para resolver el
presente juicio, ya que la norma contenida en el artículo 23 de la Ley Especial de Protección al Deudor Hipotecario de Vivienda es de aplicación
preferente, ya que, además de ser una Ley Especial, es una Ley nueva y todas sus disposiciones son de orden público, por lo que serán nulos
cualquier acuerdo, transacción, convenio, pacto... con los cuales se pretenda alterar, disminuir o evadir los efectos o beneficios en ella contenidos
(artículo 7 de la Ley Especial de Protección al Deudor Hipotecario)...

También queremos señalar que, ante el argumento esgrimido por el actor sobre la vulneración del principio de irretroactividad al aplicar la norma
comentada, este Tribunal señala, que resulta obvio que los efectos que persigue el legislador patrio con el artículo 23 de la Ley Especial de
Protección al Deudor hipotecario, es que tenga aplicación hacia el pasado, es por ello que la norma dice que ‘,...y quienes hayan otorgado crédito
en moneda extranjera deberán reponer a su estado original en bolívares al tipo de cambio de referencia vigente para la fecha del contrato,
publicado por el Banco Central de Venezuela...’...

Habiéndose pactado un precio de venta en la cantidad de DOSCIENTOS CINCUENTA MILLONES DE BOLÍVARES... y pagando de dicho
precio la cantidad de CIENTO CINCUENTA MILLONES DE BOLÍVARES... equivalente a más del sesenta por ciento... del precio, sería injusto
que se obligue a la compradora a pagar la cantidad de SEISCIENTOS VEINTICINCO MILLONES NOVECIENTOS OCHENTA Y NUEVE
MIL TRESCIENTOS CINCUENTA Y SEIS BOLÍVARES..., último precio reclamado por el actor, como saldo de la venta del inmueble (CASA
QUINTA) que fue garantizado con una hipoteca legal. Por lo que este Tribunal en ejercicio de la facultad conferida por el artículo 12 del Código
de Procedimiento Civil, señala que la hipoteca legal fue constituida sobre la cantidad de CIENTO CINCUENTA MILLONES DE BOLÍVARES
...., que al haber pagado la demandada la cantidad de CINCUENTA MILLONES DE BOLÍVARES, tal como ha sido reconocido por la partes en
este proceso, la demandada solo debe pagar la cantidad de CIEN MILLONES DE BOLÍVARES como saldo restante del precio de venta del
inmueble descrito en este expediente y sobre el cual recae la hipoteca legal, y así se decide...

Sin embargo, y ante la consignación de la cantidad de CIENTO ONCE MILLONES SETECIENTOS DIEZ MIL QUINIENTOS VEINTIDOS
BOLÍVARES CON 18/1000..., realizado en fecha 18 de marzo de 2005, para cumplir con lo intimado por el actor en este juicio de ejecución de
hipoteca, concuerda este Tribunal con el Juzgado de Primera instancia que tal situación pone fin al proceso, al pagar la cantidad intimada por la
parte actora, y al no ser reclamada tal situación por el demandado en este alzada. Y así se decide...” (Subrayado de la Sala).

Habiendo la parte accionada propuesto en fecha 17 de febrero de 2004, oposición a la ejecución de hipoteca, y además oponer la cuestión previa de
inadmisibilidad de la acción, contemplada en el numeral 11 del artículo 346 del Código de Procedimiento Civil; la parte accionante procedió a contestar tal oposición y
defensa, mas sin embargo, el Juzgador a-quo por auto de fecha 17 de mayo de 2004, declaró como extemporáneos los alegatos, defensas, cuestiones previas alegadas y
oposición a la ejecución de hipoteca.

Apelado dicho auto por la parte accionada, el Tribunal Superior declaró con lugar dicha apelación, revocando el auto dictado por el a-quo, reponiendo
la causa al estado que el Tribunal de primera instancia brindara atención y respuesta a los escritos presentados por ambas partes.

Acto seguido, el Tribunal de la causa por decisión del 21 de octubre de 2004, procede a pronunciarse sobre los escritos presentados por las partes
correspondientes a las fechas 17, 18 y 27 de febrero de 2004 inclusive; posteriormente, en fecha 11 de marzo de 2005 dicta sentencia declarando sin lugar la cuestión
previa opuesta por la parte accionada, contenida en el numeral 11 del artículo 346 del Código de Procedimiento Civil.

Contra esta última decisión la parte demandada propuso recurso de apelación, no así la parte accionante.

Seguidamente, en fecha 18 de marzo de 2005, la parte accionada procede a consignar ante el Tribunal a-quo, la cantidad de Bs. 111.710.522,18, a los
fines de cumplir con la obligación pactada en el documento de compra venta del inmueble en cuestión, correspondiente al saldo deudor para el momento del
vencimiento del plazo para el pago; ratificando asimismo la oposición formulada por disconformidad entre el saldo establecido por la demandante en la solicitud de
ejecución y lo que realmente debe.

Por escrito de fecha 28 de marzo de 2005, el abogado de la parte actora rechaza la oferta de pago hecha, por el monto y en los términos del escrito de
consignación, por considerar que la deuda que tiene la demandada con INVERSIONES LELAVIC C.A. es de plazo vencido e impagada; que para el día de introducción
de la solicitud de ejecución de la hipoteca, la accionada adeudaba a su representada la suma Bs. 100.000,000,oo, cantidad que debió pagar a su vencimiento, cabe decir,
el 30 de octubre de 1999; por último, alega que el pago de esa última cuota se encontraba pactada en dólares de los Estados Unidos de América al tipo de cambio
vigente para la fecha de pago, a lo cual debía adicionársele lo correspondiente a intereses moratorios.

El Tribunal de la causa, con vista a la consignación del pago efectuado por la accionada y la oposición de la accionante, dicta sentencia en fecha 5 de
abril de 2005, declarando que la obligación in comento (175.438,59 $) debía ser pagada en moneda venezolana al tipo de cambio vigente para el momento de pago: 30
de octubre de 1999; por ende, estima válida la oferta de pago realizada por el deudor, declarando extinguida la obligación contraída, garantizada con hipoteca legal.

Contra esta última decisión ambas partes propusieron recurso de apelación. La parte accionante circunscribió tal recurso al punto N° 1 de la parte
dispositiva del fallo de primera instancia, relativo a la extinción de la obligación contraída, garantizada con hipoteca legal; la parte accionada limita su apelación a
cuestionar el pronunciamiento del a-quo en relación a la medida de embargo ejecutivo.

Así las cosas el Tribunal de alzada en fecha 10 de julio de 2006, dicta la sentencia hoy recurrida ante esta sede, en la cual señala entre otros
particulares, que constituye cosa juzgada formal para ambas partes, el pronunciamiento del a-quo relativo a la existencia de una hipoteca legal con un monto
determinado, así como que la cantidad intimada correspondía al saldo deudor (Bs. 111.170.500,18), para el momento del vencimiento del plazo para el pago, para
concluir que la hipoteca legal fue constituida sobre la cantidad de ciento cincuenta millones de bolívares; que al haber pagado la demandada la cantidad de cincuenta
millones de bolívares, la demandada solo debe pagar la cantidad de cien millones de bolívares como saldo restante del precio de venta del inmueble en cuestión, por lo
que ante la consignación de ciento once millones setecientos diez mil quinientos veintidós bolívares con 18/100, realizado el 18 de marzo de 2005, queda saldada la
obligación contraída, la cual declara extinguida.

Ahora bien, la oposición a la ejecución de hipoteca equivale efectivamente a la contestación de la demanda, por lo cual a partir de su interposición
quedan determinados los puntos sobre los cuales versa la litis y que delimitan el ámbito de la jurisdicción de los juzgadores que eventualmente conocerán del asunto. En
consecuencia, lo que se decida en la oposición es trascendental por cuanto constituye la única oportunidad de defensa al fondo del asunto que tiene el ejecutado, de allí
que si dicha oposición es declarada sin lugar, tal decisión es asimilada a una sentencia definitiva por cuanto su efecto será la continuación de la ejecución, como en
sentencia pasada en autoridad de cosa juzgada.

La ausencia de oposición oportuna a la ejecución, deja firme el decreto que admite el procedimiento, acuerda la intimación y fija las cantidades que se
ordena pagar, es decir, que la oposición queda en cabeza del intimado, quien a su arbitrio la interpone o no, y si no lo hace o lo hace pero de manera extemporánea,
queda firme la sentencia provisoria dictada contra el deudor y plasmada en la orden de pago.

Sobre todo ello, en especial en lo atinente al procedimiento a seguir en los juicios de ejecución de hipoteca, esta Sala en sentencia N° 306, dictada el
24 de abril de 1998, en el juicio seguido por el Banco Italo Venezolano C.A. contra Drury C. Lovelace Patiño, expediente N° 96-0105, dejó establecido lo siguiente:

“...A partir de la intimación al pago, empiezan a correr dos lapsos diferentes, pero simultáneos por los intimados, a saber, uno de tres días para
acreditar que se ha cumplido la orden de pago, y otro, de ocho días para oponerse dentro de él a la ejecución de la hipoteca. El vencimiento del
primer lapso sin que se haya pagado hace procedente el embargo ejecutivo de la cosa hipotecada y la continuación de la ejecución hasta sacarse a
remate el inmueble; el vencimiento del segundo lapso sin que hayan comparecido los intimados a hacer oposición, hace caducar para los
interesados el derecho a oponerse...”.

De esta forma, queda clara la existencia de dos lapsos para los intimados, los cuales comienzan su devenir a partir de la fecha de intimación al pago.
El primer lapso, de tres días, útil para que la parte intimada pueda demostrar que ha cumplido con la orden de pago; el segundo, de ocho días; útil para que el intimado
que así lo desee pueda oponerse a la intimación al pago que se le hace de conformidad con las previsiones del artículo 663 del Código de Procedimiento Civil.

Otra decisión de esta Sala de data mas reciente, signada con el N° 0108, de fecha 25 de febrero de 2004, dictada en el juicio seguido por el Banco
Mercantil C.A. S.A.C.A. contra Gaspare Stillone Ventura-Piscelli y otra, expediente N° 02-0748, dejó establecido lo siguiente:
“...Estamos en presencia de un problema de orden público procesal, dado que si la oposición invocada por los demandados llena los requisitos
legales exigidos, la propia ley establece que el procedimiento a seguir en estos casos es la apertura de un lapso probatorio y la sustanciación
continuará por los trámites del procedimiento ordinario, con la finalidad de poder determinar si la oposición ejercida es con lugar o sin lugar y de
ser declarada con lugar, ese dispositivo deberá determinar con precisión en este caso la existencia o no de la hipoteca; si por el contrario es
declarada sin lugar, se procederá al remate...”.

Por último, en razón de la naturaleza de la denuncia sometida a la consideración de esta Sala, se estima pertinente hacer cita de sentencia de la Sala
signada con el N° 0045, de fecha 19 de marzo de 1997, dictada en el juicio seguido por el banco Industrial de Venezuela C.A. contra Ferro Pigmentos C.A., expediente
N° 96-0334, en la cual se señaló:

“...En virtud de lo indicado en el artículo 663 del Código de Procedimiento Civil, la labor del juez se limita a revisar la documentación exigida en
cada uno de los ordinales... El ordinal 5° al reiterar la disconformidad con el saldo de la hipoteca que pretende cobrarse, exige la presentación de
prueba escrita en que dicha desavenencia se fundamente. Es claro que dicha prueba escrita..., solo se refiere a la demostración de la existencia de
la diferencia que se alega. No se refiere a su cuantificación, ni está en cabeza del oponente comprobar la tasa de interés que sea aplicable, dada la
variabilidad de las mismas que fue pactada; lo cual será en todo caso, del debate probatorio...”.

Con esta última decisión de la cual se ha hecho cita parcial en el presente fallo, queda evidenciada la pertinencia e importancia del lapso probatorio
que se abre en los juicios de ejecución de hipoteca en los cuales se realiza oposición al pago, siempre que la misma llene los extremos de ley; máxime cuando la causal
de oposición se fundamenta en disconformidad con el saldo de la hipoteca, tal como ha acontecido en el caso bajo examen, pues dicho lapso será de suma utilidad para
que las partes puedan suministrar los elementos probatorios que respaldan en uno u otro caso la posición asumida en juicio.

Así las cosas, estima la Sala necesario precisar que en los juicios de carácter ejecutivo, en atención precisamente a su naturaleza y brevedad, resulta de
suma importancia garantizar a las partes involucradas un justo y debido proceso, en el que se salvaguarden sus derechos procesales fundamentales, como por ejemplo,
el derecho a la defensa; lo cual solo es posible con el estricto cumplimiento de las formas procesales que para casos como este ha previsto con total y absoluta claridad
nuestro legislador patrio.
Sobre el punto en referencia, observa de la Sala que en el presente juicio la parte accionada, una vez intimada, formuló cuestiones previas, y
adicionalmente en la misma oportunidad realizó formal oposición de conformidad con lo dispuesto en el artículo 663 del Código de Procedimiento Civil. Bajo tales
circunstancias lo idóneo y correspondiente al caso era que el Tribunal de la causa, de considerar tempestivos tales medios de defensa, procediera en primer término a
decidir o pronunciarse respecto a la cuestión o cuestiones previas opuestas, siempre respetando la articulación probatoria que al efecto queda abierta de manera
automática una vez realizada la formulación de las mismas. Acto seguido, ha debido analizar si la oposición realizada cumplía con los extremos de Ley y, de resultar
afirmativo, ha debido abrir de manera expresa el lapso probatorio correspondiente y continuar los trámites de la causa conforme a las normas previstas para el juicio
ordinario.

A diferencia de lo antes sentado, en el presente caso, no existe certeza alguna respecto a si las aludidas defensas fueron opuestas por el accionado
dentro del lapso correspondiente, toda vez que fueron ejercitadas en varias oportunidades, observándose además que en un primer momento fueron declaradas
extemporáneas por el Tribunal de la causa, luego a consecuencia de una decisión del Tribunal Superior identificado con anterioridad en este mismo fallo, se paso a
considerarlas y decidirlas, todo ello, sin el debido respeto a los lapsos procesales anteriormente indicados, mucho menos con sujeción a los trámites y formas
anteriormente precisados. Como prueba de ello, basta sólo con observar que la decisión que en primera instancia se pronunció sobre las cuestiones previas, también
decidió en su parte motiva mas no en su dispositivo, respecto a la oposición a la intimación planteada en el caso. Con ello, no solo se alteró el debido proceso, sino que
de manera grotesca se vulneraron las oportunidades de defensas no solo del accionado, sino del accionante, quien no contó con lapso probatorio alguno para enfrentarlas
incluyendo la oposición realizada por la parte accionada, de allí que tuviera que conformarse con la consignación de innumerables escritos durante el devenir del juicio,
contentivos de sus alegatos de defensa, mas aún luego de la oferta de pago consignada por la parte accionada, la cual trató de refutar a través de las comentadas vías y
en la oportunidad de informes ante el Tribunal de alzada que conoció del caso en virtud de los recursos de apelación propuestos contra la decisión del primer grado de la
jurisdicción, que tuvo como válido el comentado pago, declarando extinguida la obligación.

Aunado a ello, cabe advertir además, que si bien la parte accionante propuso contra esta última comentada decisión del a-quo, un recurso de apelación
parcial, sólo contra el primer punto de la parte dispositiva de aquél fallo, donde se declaró extinguida la obligación contraída garantizada con hipoteca legal, ello, en
modo alguno, puede interpretarse como prueba de conformidad del accionante con la oferta de pago realizada por el intimado, ni tampoco puede ser utilizado como aval
para deducir una supuesta conformidad del accionante con respecto a las subversiones procedimentales destacadas en este fallo.

Por todo lo antes expuesto, evidenciado como ha quedado, que en el presente juicio han sido quebrantadas innumerables formas sustanciales del
proceso de ejecución de hipoteca, sobre todo las pertinentes una vez que el accionado propuso cuestiones previas y se opuso a la intimación realizada, resulta
imperativo para esta Sala declarar la procedencia de la presente denuncia, sustentada además en la violación al derecho de defensa y en la infracción de los artículos 657
y 663 del Código de Procedimiento Civil, concordados con los artículos 15 y 208 eiusdem, más cuando ha sido corroborado que el Juzgador de alzada lejos de
percatarse de las aludidas infracciones y de imponer orden al proceso, limitó su proceder a declarar la confirmatoria de extinción de la obligación. Así se decide.

Por haber prosperado una denuncia por defecto de actividad, la Sala se abstiene de decidir las restantes contenidas en el escrito de formalización,
conforme a lo dispuesto en el artículo 320 del Código de Procedimiento Civil.

DECISIÓN

Por todas las razones antes expuestas, este Tribunal Supremo de Justicia en Sala de Casación Civil, administrando justicia en nombre de la República
Bolivariana de Venezuela y por autoridad de la Ley, CON LUGAR el recurso de casación propuesto por la representación judicial de la parte accionante
INVERSIONES LELAVIC, C.A., contra la sentencia dictada el 10 de julio de 2006, por el Juzgado Superior en lo Civil, Mercantil, del Tránsito y de Protección del
Niño y del adolescente de la Circunscripción Judicial del Estado Yaracuy, constituido con Asociados. En consecuencia, se REPONE la causa al estado de que el Juez
de primera instancia, de considerar tempestivos los medios de defensa propuestos por la representación de la parte accionada en fecha 17 de febrero de 2004, resuelva la
cuestión previa de inadmisibilidad de la acción interpuesta por esta última y contradicha por la parte accionante, siempre respetando la articulación probatoria y los
lapsos pertinentes contemplados en el artículo 352 del Código de Procedimiento Civil; de resultar improcedente la anterior defensa, como acto seguido, el Juez a-quo
deberá analizar si la oposición a la ejecución de hipoteca cumple con los extremos de ley, en caso afirmativo, deberá abrir de manera expresa el lapso probatorio
correspondiente y continuar los trámites de la causa por la vía del procedimiento ordinario, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 663 del Código de
Procedimiento Civil. Por consiguiente, se decreta la NULIDAD del auto de fecha 17 de mayo de 2004, dictado por el Tribunal Primero de Primera Instancia en lo Civil,
Mercantil, Agrario y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del Éstado Yaracuy, así como de todas las actuaciones subsiguientes insertas al expediente hasta la
fecha de proposición del presente recurso extraordinario de casación.
Ponencia de la Magistrada ISBELIA PÉREZ VELÁSQUEZ.

En el juicio por cobro de bolívares, vía ejecutiva, iniciado ante el Juzgado Séptimo de Primera Instancia en lo Civil y Mercantil Bancario con Competencia
Nacional y sede en la Ciudad de Caracas en Transición, por el BANCO DEL CARIBE S.A.C.A., representado por los abogados Efraín Contreras Villalba, Francisco
Luis Tenorio y Gonzalo Contreras Solis, contra GANADERÍA RORAIMA S.A. y AGROPECUARIA ROA C.A., representada por los abogados Luis Rafael
Oquendo Rotondaro (defensor judicial designado por el tribunal), Luis Alberto Siso Olavarria, Yolmar Castillo Velandia, Mary Alejandra Varela, Gioconda Moratinos
y José Remberto Bruzual, el Juzgado Superior Octavo en lo Civil y Mercantil Bancario con Competencia Nacional y sede en la Ciudad de Caracas, dictó sentencia el
día 31 de enero de 2006, mediante la cual declaró parcialmente con lugar la demanda, confirmando la decisión apelada.

Contra ese fallo de la alzada anunció recurso de casación la parte demandante el cual, una vez admitido, fue oportunamente formalizado. Hubo impugnación,
réplica y contrarréplica.

Cumplidos los trámites de sustanciación, procede esta Sala a dictar sentencia, bajo la ponencia de la Magistrada que con tal carácter la suscribe, con arreglo a las
siguientes consideraciones:

CASACIÓN DE OFICIO

En ejercicio de la facultad que confiere a esta Sala el artículo 320 del Código de Procedimiento Civil, de casar de oficio el fallo recurrido en base en las
infracciones de orden público que ella encontrase, aunque no se las haya denunciado, procede a efectuar las siguientes consideraciones:

Ha sido jurisprudencia de esta Sala que el procedimiento de ejecución de hipoteca es exclusivo y excluyente para el cobro de un crédito garantizado con
hipoteca, sin que la parte interesada pueda escoger entre este procedimiento y el de la vía ejecutiva.

Así, en sentencia No. 398 de fecha 3 de diciembre de 2001, en el juicio de Sofitasa C.A., contra Israel Colmenares Sánchez y otros, esta Sala estableció lo
siguiente:

“...Sostiene el formalizante que la recurrida no se pronunció sobre lo alegado en la contestación de la demanda, en relación con los extremos
requeridos que faltan en el título hipotecario para desplazar el procedimiento de ejecución de hipoteca hacia la vía ejecutiva, no señalado por el actor
en su libelo de demanda tal como lo exige el artículo 661 del Código de Procedimiento Civil.
La Sala observa del estudio de la recurrida, que en el actual sistema, tal forma de proceder no se corresponde con el mandato contenido en el artículo
660 del Código de Procedimiento Civil, el que en forma imperativa ordena que el demandante de un crédito garantizado con hipoteca, debe acudir al
especial procedimiento de Ejecución de Hipoteca a los fines de su reclamación, sin que pueda escoger entre ese procedimiento y el de la vía ejecutiva,
al que tan solo podrá acceder en forma excepcional, cuando no se llenen los requisitos exigidos en el artículo 661 eiusdem, tal como lo señala el
artículo 665 ibidem, lo que debe ser justificado por el demandante. De acuerdo como quedó establecido en sentencia de fecha 5 de abril de 2000, (caso
Banco Capital C.A. contra Distribuidora Barqui Burguer S.R.L.,).
Por tanto, el procedimiento especial de “Ejecución de Hipoteca” es exclusivo y excluyente, pues el demandante de un crédito garantizado con hipoteca debe acudir a
este procedimiento especial a los fines de su reclamación y, el procedimiento por la “Vía Ejecutiva” es residual porque tan sólo podrá acceder en forma excepcional
cuando no llene los requisitos exigidos en el artículo 661 del Código de Procedimiento Civil”. (Negrillas y subrayado de la Sala).

Asimismo, en sentencia N° 00422 de fecha 21 de agosto de 2003, caso: Banco Principal S.A.C.A., c/ Venmetal C.A., y Juan Benito Jiménez, la Sala ratificó
el anterior pronunciamiento y señaló lo siguiente:

“...El crédito concedido por el Banco Principal a Venmetal C.A., fue garantizado con hipoteca mobiliaria e hipoteca convencional de primer grado,
ésta última sobre un inmueble constituido por un terreno y las edificaciones y construcciones existentes en éste.
El artículo 660 del Código de Procedimiento Civil establece lo siguiente:
“La obligación de pagar una cantidad de dinero garantizada con hipoteca, se hará efectiva mediante el procedimiento de ejecución de hipoteca
establecido en el presente capítulo”.
La norma citada consagra el principio de que la obligación garantizada con hipoteca se hará efectiva por medio del procedimiento de ejecución de hipoteca. Este
principio tiene una excepción contemplada en el artículo 665 del Código de Procedimiento Civil, a saber:

“La ejecución de las obligaciones garantizadas con hipoteca que no llene los extremos requeridos en el artículo 661 de este capítulo, se llevará a
cabo mediante el procedimiento de la vía ejecutiva”.
...Omissis…
En el presente caso, la pretensión planteada por la parte actora contraviene lo estatuido en el artículo 660 del Código de Procedimiento Civil, norma
que expresamente señala que el procedimiento de ejecución de hipoteca es la vía para el cobro de un crédito garantizado con hipoteca.
Por tanto, lo demandado por la parte actora en el presente juicio no podía ser tramitado a través de la vía ejecutiva, pues el artículo 660 del
mencionado Código, es exclusivo y excluyente para intentar tal reclamación.
La recurrida, al admitir por la vía ejecutiva el cobro de un crédito garantizado con hipoteca, infringió el artículo 7 del Código de Procedimiento Civil, el cual establece
que: “...Los actos procesales se realizarán en la forma prevista en este Código y en las leyes especiales...”.
Todas estas razones conducen a la Sala a declarar infringidos los artículos 660 y 7 del Código de Procedimiento Civil, y en consecuencia, a casar de
oficio y sin reenvío el fallo recurrido, pues siendo inadmisible la demanda planteada a través de la vía ejecutiva, es innecesario un nuevo
pronunciamiento sobre el fondo.
Por este motivo, en el dispositivo de este fallo se declarará inadmisible la demanda incoada por el Banco Principal S.A.C.A., contra Venmetal C.A. y
Juan Benito Jiménez, anulándose en consecuencia, el auto de admisión de fecha 11 de octubre de 1993 proferido por el Juzgado Segundo de Primera
Instancia en lo Civil y Mercantil de la Circunscripción Judicial del estado Aragua, así como todas las actuaciones posteriores al mismo. Así se
resuelve...”.

Asimismo, en sentencia N°00099 de fecha 12 de abril de 2005, caso: Banco Industrial de Venezuela C.A. c/ Industrias Metálicas Andillano C.A., esta Sala
reiterando los anteriores criterios jurisprudenciales, dejó sentado lo que a continuación se transcribe:

“...Ha sido jurisprudencia de esta Sala que el procedimiento de ejecución de hipoteca es exclusivo y excluyente para el cobro de un crédito garantizado
con hipoteca, sin que la parte interesada pueda escoger entre este procedimiento y el de la vía ejecutiva
...Omissis...
En el presente caso, el Banco Industrial de Venezuela C.A. demandó a Industrias Metálicas Andillano C.A. por cobro de bolívar es, vía
ejecutiva, y el crédito que concedió a la mencionada empresa fue garantizado por ésta, con hipoteca convencional de primer grado y
anticresis sobre un inmueble constituido por un terreno con mejoras y bienhechurías; así como por una hipoteca mobiliaria y p renda sin
desplazamiento de posesión sobre las maquinarias a adquirir, tal como se evidencia de la siguiente cita:
“...Para garantizar al BANCO INDUSTRIAL DE VENEZUELA C.A. el capital dado en préstamo, más los intereses y gastos de
cobranza, la prestataria constituyó las siguientes garantías: ... Hipoteca convencional de primer grado y anticresis sobre lo s siguientes
bienes: a) Un lote de terreno propio, con las mejoras y binhechurías sobre él construidas... Hipoteca Mobiliaria y Prenda sin
Desplazamiento de Posesión, sobre las maquinarias y equipos a adquirir ...
...Omissis...
Consta en el documento autenticado en el Registro de Operaciones del Banco Industrial de Venezuela C.A. ... que la empresa
mercantil INDUSTRIAS METÁLICAS ANDILLANO C.A., a través de; BANCO INDUSTRIAL DE VENEZUELA C.A., amplió el
primer crédito, antes especificado, por un monto de SIETE MILLONES DE BOLÍVARES (Bs. 7.000.000,00) ...
Para garantizar al BANCO INDUSTRIAL DE VENEZUELA C.A. el pago de la suma de SIETE MILLONES DE BOLÍVARES objeto
de la ampliación del crédito, así como el pago puntual de los intereses a la tasa estipulada durante el plazo f ijo y los de mora, si los
hubiere, así como los gastos de cobranza judicial y extrajudicial, la deudora dio en garantía hipotecaria los mismos bienes q ue se
especifican y determinan en el primer crédito antes narrado.
...Omissis...
DEL DERECHO
Según lo establece el Artículo 1.264 del Código Civil... Igualmente, el Artículo 630 del Código de Procedimiento Civil, referido a la
vía ejecutiva, establece ...
PETITORIO
En fuerza de las razones expuestas, y por cuanto la obligada ha incumplido la obligación de pa go contraída, encontrándose la deuda
de plazo vencido, y agotadas como han sido las diversas gestiones extrajudiciales de pago, es por lo que siguiendo instruccio nes
expresas de nuestro representado, BANCO INDUSTRIAL DE VENEZUELA C.A., procedemos, en su nombre y con fundamento en el
Artículo 630 del Código de Procedimiento Civil, a demandar por VIA EJECUTIVA a la empresa INDUSTRIAS METÁLICAS
ANDILLANO C.A., plenamente identificada en este libelo, para que convenga o en su defecto a ello sea condenada por el Tribunal,
en pagar las siguientes cantidades y conceptos...”. (Mayúsculas, negritas y subrayado de la demanda).

De conformidad con la jurisprudencia anteriormente citada el Banco Industrial de Venezuela C.A. debió seguir el procedimiento de
ejecución de hipoteca que es exclusivo y excluyente para el cobro de un crédito garantizado con hipoteca y no optar por la vía ejecutiva
porque de acuerdo a lo ya indicado, no estaba facultado para elegir entre estos procedimientos. Por tanto, al demandar por ví a ejecutiva el
cobro de bolívares garantizado con hipoteca convencional de primer grado, infringió los artículos 660 y 7 del Código de Proce dimiento
Civil.
Por esas razones, esta Sala casa de oficio y sin reenvío el fallo recurrido, pues siendo inadmisible la de manda planteada a través de la vía
ejecutiva, es innecesario un nuevo pronunciamiento sobre el fondo. Asimismo, en el dispositivo de este fallo se declarará ina dmisible la
demanda incoada por el Banco Industrial de Venezuela C.A. contra Industrias Metálica s Andillano C.A., anulándose en consecuencia, el
auto de admisión de fecha 23 de abril de 1997 proferido por el Juzgado Séptimo de Primera Instancia en lo Civil y Mercantil B ancario
con Competencia Nacional y sede en la Ciudad de Caracas, así como todas la s actuaciones posteriores al mismo. Así se establece...”

Conforme al criterio de esta Sala, el procedimiento de ejecución de hipoteca es exclusivo y excluyente para el cobro de un crédito garantizado con hipoteca,
sin que la parte interesada pueda escoger entre este procedimiento y el de la vía ejecutiva. En igual sentido, la Sala Constitucional, estableció lo siguiente:

“...el inminente procesalista venezolano José Andrés Fuenmayor, en relación al artículo 665 del Código de Procedimiento Civil, señaló que:

“…Esta disposición era necesaria y complementaria del juicio de ejecución de hipoteca, porque habiendo sido éste establecido sobre formas
procesales rigurosas se determinó que hay casos en los cuales una obligación que si bien está garantizada con hipoteca no es posible exigir su
cumplimiento dentro de este mecanismo, pues dejaría indefenso al deudor. Tales son todos los casos en que la obligación consiste en una suma
determinada de dinero exigible y determinable, pero cuya liquidez ha sido establecida en ausencia del deudor. En estos casos no puede negársele
a éste el derecho de discutir el monto de la obligación y para obtener tal determinación de una manera legalmente estricta sólo existe la garantía
del juicio ordinario. En estos casos habrá que recurrir, obligatoriamente, al procedimiento de la ejecución de hipoteca en vía ejecutiva, tal como
lo exige el artículo que comentamos, y no en la vía electiva en que lo permitía el artículo 537 del anterior Código de Procedimiento Civil, cuando
establecía: ‘El acreedor hipotecario podrá optar entre este procedimiento y el de la vía ejecutiva’.(…)Como hemos visto en lo anteriormente
expuesto el juicio de ejecución de hipoteca ha sufrido una gran transformación. Esto cuenta para los abogados anteriores a la puesta en vigencia
del actual Código de Procedimiento Civil. Hoy no es posible hablar de reconvención en el procedimiento de ejecución de hipoteca actual, ni de
introducir incidencias para retardar la marcha del procedimiento. Una cosa de agregar antes de terminar y es que el procedimiento de ejecución
de hipoteca no es electivo sino obligatorio, tal como lo establece expresamente el artículo 660 del Código de Procedimiento Civil, en
concordancia con los artículos 22 t 338 ejusdem…” Subrayado de la Sala. (Revista de la Facultad de Derecho de la Universidad Católica Andrés
Bello. 1997. La Ejecución de Hipoteca. Pág. 277)

Al respecto la Sala de Casación Civil de éste Tribunal Supremo de Justicia, en reiterada jurisprudencia ha dejado clara la intención del legislador, a saber:

“…La Sala observa del estudio de la recurrida, que en el actual sistema, tal forma de proceder no se corresponde con el mandato contenido en el
artículo 660 del Código de Procedimiento Civil, el que en forma imperativa ordena que el demandante de un crédito garantizado con hipoteca,
debe acudir al especial procedimiento de Ejecución de Hipoteca a los fines de su reclamación, sin que pueda escoger entre ese procedimiento y
el de la vía ejecutiva, al que tan solo podrá acceder en forma excepcional, cuando no se llenen los requisitos exigidos en el artículo 661 eiusdem,
tal como lo señala el artículo 665 ibidem, lo que debe ser justificado por el demandante. De acuerdo como quedó establecido en sentencia de
fecha 5 de abril de 2000, (caso Banco Capital C.A. contra Distribuidora Barqui Burguer S.R.L.,). Por tanto, el procedimiento especial de
“Ejecución de Hipoteca” es exclusivo y excluyente, pues el demandante de un crédito garantizado con hipoteca debe acudir a éste
procedimiento especial a los fines de su reclamación y, el procedimiento por la “Vía Ejecutiva” es residual porque tan sólo podrá acceder en
forma excepcional cuando no llene los requisitos exigidos en el artículo 661 del Código de Procedimiento Civil…” (Subrayado y negrilla de esa
Sala) (Sentencia SCC. del 3 de diciembre de 2001. Caso: Sofitasa C.A)

Ahora bien, evidentemente el demandante en la causa principal, debió acudir al procedimiento de ejecución de hipoteca y no al de vía ejecutiva, en
virtud de que éste último es un procedimiento alterno conforme al supuesto contenido en el artículo 665, citado supra; sólo en casos en que el
acreedor no llene los extremos requeridos en el artículo 661 del Código de Procedimiento Civil, circunstancia que no fue alegada por el Banco
Industrial de Venezuela, en el juicio de origen al momento de interponer la demanda ante el Tribunal de Primera Instancia.
En efecto la Sala aprecia de los autos (anexo 1 que riela de los folios 33 al 39), el contrato de hipoteca suscrito entre el hoy solicitante e Industrias
Metálicas Andillano C.A., debidamente protocolizado ante la Oficina Subalterna de Registro del Distrito Cárdenas del estado Táchira el 15 de abril de
1988. Por lo que el demandante (hoy solicitante) debió acudir al procedimiento de ejecución de hipoteca, previsto expresamente en el Código de
Procedimiento Civil.
Ahora bien, llama la atención, la decisión dictada por el Juzgado Superior Octavo Bancario con Competencia Nacional y Sede en la ciudad de
Caracas, del 26 de septiembre de 2003, en la cual se confirmó la sentencia del Tribunal de Primera Instancia, explicando que el acreedor no estaba
obligado a ceñirse a algún procedimiento en particular, teniendo la libertad de elegir entre la ejecución de hipoteca y la vía ejecutiva, criterio que sin
duda alguna, discrepa de la reiterada jurisprudencia de la Sala de Casación Civil de éste máximo Tribunal.
Así las cosas, observa esta Sala, que de acuerdo a lo previsto en el artículo 257 del Texto Constitucional, el proceso es un instrumento fundamental para la realización
de la justicia, por lo que el mismo no debe ser discrecional de las partes, de conformidad con el principio de seguridad jurídica y estado de derecho.
Por otro lado, se observa que, efectivamente la Sala ha asentado opinión, en cuanto al deber de los jueces de contraponer el incumplimiento de la
formalidad con el derecho fundamental a la tutela judicial efectiva. En la sentencia. Nº 389 del 7 de marzo de 2002. Caso: Agencia Ferrer Palacios
C.A., la Sala advierte que:
“…el juez puede constatar el incumplimiento de alguna formalidad y desestimar o inadmitir la pretensión de alguna de las partes, sin que ello se
traduzca, en principio, en una violación al derecho a la tutela judicial efectiva, ya que esas formalidades han sido establecidas como una
protección de la integridad objetiva del procedimiento. Pero no todo incumplimiento de alguna formalidad puede conducir a la desestimación o
inadmisión de la pretensión, ya que para ello el juez debe previamente analizar: a) la finalidad legítima que pretende lograse en el proceso con
esa formalidad; b) constatar que esté legalmente establecida, c) que no exista posibilidad de convalidarla; d) que exista proporcionalidad entre
la consecuencia jurídica de su incumplimiento y el rechazo de la pretensión….” (Subrayado de la Sala).
En este sentido, advierte la Sala que la obligación de acudir al procedimiento de ejecución de hipoteca, era un mandato de ley, establecido como tal
para lograr una mayor protección de la integridad del procedimiento, es decir, un formalismo procedimental, en el que su incumplimiento es una
violación evidente de la norma y del principio de legalidad.
Observa la Sala, que los jueces al momento de admitir, tramitar y decidir la controversia sometida a su consideración, deben, pues, actuar ajustados a
lo dispuesto en las disposiciones adjetivas aplicables al caso, pues en caso contrario estarían vulnerando el principio de legalidad de las formas
procesales, al subvertir el orden procesal, tal aseveración, la ha ratificado en reiterada jurisprudencia de esta Sala, a saber:
Dentro del conjunto de garantías que conforman la compleja noción del debido proceso, entendido en su sentido formal, se encuentra el derecho
de toda persona a ser juzgada de acuerdo con el procedimiento judicial establecido con anterioridad en la ley, ello en virtud del principio de
legalidad de las formas procesales que rige en ordenamientos jurídicos como el venezolano, donde está excluido el principio de libertad de las
formas procesales. Tal garantía, atiende al mismo tiempo al principio de seguridad jurídica que ha de regir las relaciones jurídicas existentes
entre los particulares y entre éstos y el Estado, específicamente, en cuanto a la determinación previa de las vías judiciales que deberán seguirse
en aquellos casos en los que surjan conflictos con motivo de dichas relaciones, que deban ser dirimidos en definitiva por los órganos
jurisdiccionales competentes.(…)A juicio de esta Sala, existe tal imposibilidad no sólo porque las disposiciones legales que establecen el
procedimiento a seguir para dirimir el conflicto suscitado son integrantes del orden público, de manera que no pueden, bajo ninguna
circunstancia, ser inobservadas o modificadas por los particulares ni por el juez de la causa, sino también porque tal proceder puede causar
perjuicios o gravámenes a cualquiera de las partes, de difícil o imposible reparación por la definitiva, como puede ocurrir en aquellos
procedimientos ejecutivos donde, admitida una demanda que no podía ser tramitada sino por el procedimiento ordinario, se decreta ope legis un
medida ejecutiva sobre un bien del demandado. Igual infracción al orden público se comete si, solicitada de conformidad con la ley la aplicación
de un determinado procedimiento para tramitar la demanda interpuesta, el juez niega la solicitud y aplica un procedimiento no contemplado
legalmente para dirimir la controversia o asunto sometido a su consideración. (…) Tomando en consideración todo lo antes indicado, advierte
esta Sala que la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela establece en el numeral 4 de su artículo 49 el derecho de toda persona a
ser juzgada por sus jueces naturales en las jurisdicciones ordinarias o especiales, con las garantías establecidas en esta Constitución y en la ley.
Asimismo, el Texto Constitucional establece en el primer aparte de su artículo 253, que corresponde a los órganos del Poder Judicial conocer de
las causas y asuntos sometidos a su competencia mediante los procedimientos que determinen las leyes, previsión que resulta complementada por
lo establecido en el artículo 7 del Código de Procedimiento Civil, de acuerdo con el cual los actos procesales han de realizarse en la forma
prevista en el referido texto legal, y en las demás leyes especiales, por lo que el Juez, sólo cuando la ley no señale la forma de realización de un
acto, podrá admitir y aplicar aquella que considere idónea para lograr los fines del mismo.(…) En consecuencia, es criterio de esta Sala que la
admisión de una demanda por un procedimiento distinto al establecido de manera expresa en la ley para el trámite de la misma, resulta
contraria al debido proceso, y que, de acuerdo con las infracciones a derechos constitucionales que se denuncien y ante la inexistencia de vías
procesales idóneas para que el agraviado pueda impugnar oportunamente la actuación lesiva, puede el amparo constitucional ser una vía idónea
y adecuada para restablecer la situación jurídica infringida. Así se declara. (Subrayado de la Sala). (SSC del 9 de octubre de 2002. Caso: José
Diógenes Romero. Exp. 01-2813).
Del análisis precedente y con base en los argumentos anteriormente expuestos, la Sala declara que no se evidenció en el presente caso la violación de
los artículos 257, 26, 21 y 49 numerales 1, 3, 4, 6 y 8 del Texto Constitucional, por lo cual declara no ha lugar a la solicitud de revisión interpuesta. En
consecuencia, revoca la medida cautelar acordada en el auto dictada por esta Sala el 31 de mayo de 2005, la cual suspendió los efectos de la sentencia
del 12 de abril de 2005, dictada por la Sala de Casación Civil. Así se decide.
DECISIÓN
Por las razones antes expuestas, esta Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, administrando justicia en nombre de la República por
autoridad de la Ley, declara:
1. NO HA LUGAR a la solicitud de revisión formulada por el abogado Justo Morao Rosas, en su carácter de apoderado judicial del BANCO
INDUSTRIAL DE VENEZUELA contra la sentencia número RC.00099 del 12 de abril de 2005, emanada de la Sala de Casación Civil del Tribunal
Supremo de Justicia, la cual casó de oficio y sin reenvío la sentencia del 26 de septiembre de 2003, dictada por el Juzgado Superior Octavo en lo Civil
y Mercantil Bancario con Competencia Nacional y sede en la Ciudad de Caracas, y en consecuencia declaró inadmisible la demanda, y anuló todas las
actuaciones procesales, incluyendo el auto de admisión dictado el 23 de abril de 1997 por el Juzgado Séptimo de Primera Instancia en lo Civil y
Mercantil Bancario con Competencia Nacional y sede en la Ciudad de Caracas con ocasión de la demanda por cobro de bolívares (vía ejecutiva), que
intentó la hoy solicitante contra la empresa Industrias Metálicas Andillano C.A.
2. REVOCA la medida cautelar decretada mediante auto del 31 de mayo de 2005, la cual suspendió los efectos de la sentencia dictada por la Sala de
Casación Civil el 2 de abril de 2005. (Sentencia N° 940, 9-5-06, caso: BANCO INDUSTRIAL DE VENEZUELA C.A.).

Como puede observarse, la Sala Constitucional de este Alto Tribunal reiteró lo establecido por esta Sala de Casación Civil, y dejó sentado que es obligatorio
para los jueces resolver los problemas jurídicos tomando en consideración los principios y postulados constitucionales de derecho de defensa, debido proceso y tutela
judicial efectiva, que guarda relación con la legalidad de las formas procesales, y visualiza al proceso como un medio para la realización de la justicia.
En ese sentido, indicó que el procedimiento de ejecución de hipoteca establecido en la ley, para regular los casos de préstamos garantizados con hipoteca, no
es de la discrecionalidad de las partes, sino un mandato de la ley; por tanto, es obligatorio para los sujetos procesales, esto es, para los justiciables y sentenciadores
cumplir con lo establecido en el ordenamiento jurídico, cuando existan los supuestos legales que ponen en movimiento este procedimiento, para garantizar de esa
manera, entre otros, los principios de seguridad jurídica, estado de derecho, tutela judicial efectiva invocados en la Constitución.
De allí que, es definitivo que el procedimiento de ejecución de hipoteca no es electivo sino obligatorio, exclusivo y excluyente en los casos de crédito
garantizado con hipoteca, pues con ello se protege la integridad objetiva del procedimiento, en el que está interesado el orden público, para que la justicia sea efectiva.
En otras palabras, las normas establecidas en las leyes, que regulan los procedimientos a seguir, para obtener justicia no pueden ser modificados por los particulares en
función de sus intereses porque son de orden público; lo contrario, vulneraría de forma flagrante los principios constitucionales que rigen el fundamento actual de
impartir justicia.
En este orden de ideas, es importante destacar que el “principio dispositivo sufre limitaciones aún en la rama civil, en nuestra época, resultantes del carácter
público del proceso. Ya nadie considera que este pueda ser ‘cosas de las partes’ ... sino que, por el contrario hemos entrado en la concepción publicista del proceso,
según la cual se ve en él un medio del cual se vale el Estado (personificación de la Sociedad) para alcanzar sus fines y asegurar la continuidad del orden jurídico”.
(Vecovi, Enrique. Modernas Tendencias de los Principios Procesales. En: Libro Homenaje a Luis Loreto, Ediciones de la Contraloría General de la República, Caracas,
1975, p. 151).

Sobre la concepción publicista del proceso, esta Sala en sentencia N° 00308 de fecha 12 de abril de 2004, caso: Ricardo Ramón Schiavino Terán c/ Anaís
Schiavino Terán, asumió lo siguiente:

“El autor Devis Echandía, por su parte, expresa el siguiente criterio:

“... el proceso civil es un negocio particular y con un fin privado: la defensa de los intereses de los particulares. Pero hace más de cincuenta años
que la doctrina universal archivó esa concepción privatista y la sustituyó por la publicista, que ve en el proceso civil el ejercicio de la
jurisdicción del Estado, tan importante y de tan profundo interés público como en el proceso penal, e igualmente le señala un fin de
interés público o general: la recta aplicación de la ley material y la administración de justicia para la paz y la tranquilidad sociales.
Refutado el viejo concepto privatista del proceso civil, caen por su base los argumentos de quienes desean mantener maniatado al juez ante el
debate probatorio. Porque si hay un interés público en que el resultado del proceso civil sea justo y legal, el Estado debe dotar al juez de
poderes para investigar la verdad de los hechos que las partes afirman en oposición, y nadie puede alegar un derecho a ocultar la verdad
o a engañar al juez con pruebas aparentes u omisiones de otras; la imparcialidad del funcionario consiste en aplicar la ley al dictar
sentencia, sin que en su criterio pesen otras razones que sus conocimientos jurídicos y las conclusiones a que llegue después del examen de los
hechos y sus pruebas, y sin que la amistad o enemistad, el interés o el afecto, tuerzan o determinen sus decisiones. Por otra parte, si se concibe la
jurisdicción como un deber del Estado frente al derecho de acción del particular y no solo como un derecho frente al deber de los
particulares de someterse a ella es apenas obvio que se otorguen al juez los poderes suficientes para cumplir adecuadamente con tal
deber.
Como lo observa muy bien CARNACINI la disponibilidad del derecho material discutido en el proceso civil, nada tiene que ver con la
disponibilidad de los medios probatorios para establecerlo; por lo cual, aun considerando que el proceso civil versa sobre cuestiones de
interés privado y derecho de libre disposición de las partes (lo que no es cierto en muchos casos) y olvidándose de que tiene un objeto y un
fin de claro interés público (la recta aplicación de la ley y el ejercicio de la jurisdicción del Estado a los litigios privados), no puede
obtenerse de ello argumento alguno en contra de las facultades inquisitivas del juez para llevar al proceso la prueba de los hechos sobre
los cuales debe versar su sentencia”. (Devis Echandia, Hernando. Estudios de Derecho Procesal. Bogota, Editorial ABC, Tomo II, 1980, pp.
451 y 452). (Negritas de la Sala).

Asimismo, el jurista Piero Calamandrei ha sostenido:

“...Como consecuencia del reforzamiento del principio de autoridad, han sido introducidas en el nuevo proceso civil numerosas disposiciones con las
cuales se hace más extenso y se sanciona más rigurosamente el deber de los ciudadanos de ponerse a disposición de los órganos judiciales para
colaborar en el logro de los fines de la justicia ... Carnelutti habla a este respecto de un ‘servicio público judicial’ netamente análogo al servicio
militar, y no le falta razón, porque, en realidad, en estas disposiciones, que sujetan al interés público de la justicia no sólo los bienes, sino
también la persona del ciudadano extraño al proceso, se afirma un verdadero y propio deber cívico, en fuerza del cual el interés privado se
sacrifica a las finalidades superiores de una función pública”. (Calamandrei, Piero. Instituciones de Derecho Procesal Civil. Buenos Aires,
Depalma, T. I, 1943, p. 337. Traducido al castellano por Santiago Sentís Melendo). (Negritas de la Sala)

La Sala acoge los anteriores criterios doctrinarios y jurisprudenciales, y al respecto establece:

En todo proceso civil intervienen dos aspectos fundamentales, los derechos sustanciales que se discuten en el proceso relacionados con el interés de las
partes y el Derecho e interés del Estado de carácter público. Es decir, el proceso contempla el interés de las partes pero su finalidad última es la imposición del Derecho,
esto es, de conformidad con el artículo 257 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, “El proceso constituye un instrumento fundamental para la
realización de la justicia”. En palabras de Calamandrei:

“...Creo que precisamente éste es el centro del problema: la finalidad del proceso; no la finalidad individual que se persigue en el juicio por cada
sujeto que participa en él, sino la institucional, la finalidad que podría decirse social y colectiva en vista de la cual no parece concebible civilización
sin garantía judicial ... el proceso debe servir para conseguir que la sentencia sea justa, o al menos para conseguir que la sentencia sea menos injusta, o
que la sentencia injusta sea cada vez más rara ... no es verdad que el proceso no tenga finalidad ... en realidad finalidad la tiene; y es altísima, la más
alta que pueda existir en la vida: y se llama justicia” (Calamandrei, Piero. Derecho Procesal Civil. Instituciones de Derecho Procesal. EJEA, Vol. III,
1973, pp. 208, 211 y 213). (Cursivas del texto).

De allí que, la satisfacción de los intereses privados de las partes es el resultado del proceso pero no su finalidad. En otras palabras, el principio dispositivo
rige en el proceso pero está limitado por el carácter público, esto es, la finalidad del proceso, que es la justicia, y como garantía de esa finalidad, la ley le atribuyó al
juez, entre otras, la facultad de custodiar el cumplimiento de las normas integrantes del orden público, como son las que regulan el procedimiento de ejecución de
hipoteca.

Por consiguiente, cuando el Juez hace uso de su facultad para declarar de oficio el incumplimiento de las disposiciones legales integrantes del orden público
que rigen el procedimiento de ejecución de hipoteca, está atendiendo a la finalidad del proceso, la justicia, y no al resultado (interés de las partes), lo cual no infringe la
ley sino por el contrario, atiende al carácter público del proceso sobre el principio dispositivo, toda vez que existen indicadores objetivos que le permiten dar
preponderancia a esta finalidad.

Por estas razones, esta Sala de Casación Civil en armonía con el texto constitucional y las corrientes contemporáneas jurídicas que dan preeminencia a una
justicia social, reitera los anteriores criterios jurisprudenciales y establece que el procedimiento de ejecución de hipoteca es obligatorio para la parte que pretenda
reclamar un crédito garantizado con hipoteca, sin que pueda elegir discrecionalmente entre este procedimiento y el de la vía ejecutiva, al que sólo podrá acceder en
forma excepcional, (cuando no llene los requisitos exigidos en el artículo 661 del Código de Procedimiento Civil, como lo indica el artículo 665 del mencionado
Código, y que debe ser justificado por el demandante).

En resumen, esta Sala, en conformidad con el principio de legalidad procesal en concordancia con los postulados contenidos en la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela, establece que el procedimiento de ejecución de hipoteca es exclusivo y excluyente, para que pueda hacerse efectiva la
reclamación de un crédito garantizado con hipoteca; y, únicamente podrá acceder el demandante al procedimiento de vía ejecutiva, cuando se demuestre que no estén
llenos los requisitos del artículo 661 del Código de Procedimiento Civil.

Ahora bien, en el presente caso, el Banco del Caribe S.A.C.A. demandó a Ganadería Roraima S.A. y Agropecuaria Roa C.A. por cobro de bolívares, vía
ejecutiva, a pesar que el crédito que concedió a Ganadería Roraima S.A., fue garantizado con hipoteca convencional de primer grado por Agropecuaria Roa C.A., tal
como se evidencia de la siguiente cita:

“...BANCO DEL CARIBE S.A.C.A... venimos a demandar, como en efecto demandados, por vía ejecutiva, de conformidad con los artículo 630 y
siguientes del Código de Procedimiento Civil, a las siguientes personas: GANADERÍA RORAIMA S.A. y AGROPECUARIA ROA C.A... en su
condición de deudora principal, la primera de las nombradas; y, en su condición de garante hipotecaria, la otra.
... El BANCO DEL CARIBE S.A.C.A. con base a la solicitud de la empresa GANADERÍA RORAIMA S.A... representada ésta por su Presidente
JOSÉ ANTONIO SALDIVIA... concedió un refinamiento de la deuda que para ese momento mantenía con el Banco ...
... Omissis...
...Para garantizar al BANCO DEL CARIBE S.A.C.A., el pago del crédito otorgado, de los intereses, incluidos los de mora, y los gastos de cobranza y
honorarios profesionales... así como el cumplimiento de todas las obligaciones asumidas en el contrato por la deudora, la empresa AGROPECUARIA
ROA C.A... representada por el ya identificado JOSÉ ANTONIO SADILVIA, constituyó a favor del BANCO DEL CARIBE S.A.C.A., hipoteca
convencional y de primer grado...
...Omissis...
... Es el caso que, hasta la fecha de este libelo, ni la empresa GANADERIA RORAIMA S.A. no ha pagado al BANCO DEL CARIBE S.A.C.A., ni
han cumplido las obligaciones contraídas conforme al contrato... Asimismo, por su parte, AGROPECUARIA ROA C.A., tampoco ha pagado, por
GANADERÍA RORAIMA S.A. al BANCO DEL CARIBE S.A.C.A., las obligaciones que garantiza con hipoteca...
...Omissis...
Los fundamentos de derecho que sirven de base a la presente demanda, por vía ejecutiva, se derivan del contrato de préstamo celebrado entre las
partes...
...Omissis...
La compañía AGROPECUARIA ROA C.A., constituyó hipoteca convencional de primer grado a favor de nuestro representado, sobre inmueble de su
propiedad, a fin de asegurar sobre dicho bien el cumplimiento de las obligaciones de GANADERÍA RORAIMA S.A., como deudor principal.
Se trata de un tercero que se constituye en garante hipotecario, en beneficio de nuestro representado, limitando su responsabilidad al bien de su
propiedad hipotecado. Por consiguiente, ante el incumplimiento de GANDERÍA RORAIMA S.A., nuestro representado tiene a su favor el derecho de
reclamar o demandar solidariamente al tercero, dador de la hipoteca, para que, dentro de los límites de su responsabilidad, pague a nuestro
representado, el saldo de la obligación garantizada, más los intereses moratorios y demás accesorios...
...Omissis...
La acción propuesta es la vía ejecutiva que debe ser admitida por estar llenos los extremos del artículo 630 del Código de Procedimiento Civil,
precedentemente citado. Y, por cuanto los bienes hipotecados garantizan la obligación cuyo cumplimiento demandamos, reservándonos pedimos se
acuerde medida de embargo ejecutivo sobre dicho inmueble, conforme a la misma disposición citada...
...Omissis...
...venimos a demandar, como en efecto demandamos, por vía ejecutiva a las siguientes personas: GANDERÍA RORAIMA S.A...
...Omissis...
...De la misma manera, demandamos... a la empresa AGROPECUARIA ROA C.A... como garante hipotecaria...” (Subrayado y mayúsculas de la
demanda)

De conformidad con lo anteriormente establecido por esta Sala, y en aplicación de la doctrina y jurisprudencia citadas, queda claro que el Banco del Caribe
S.A.C.A., debió seguir el procedimiento de ejecución de hipoteca que es exclusivo y excluyente para el cobro de un crédito garantizado con hipoteca y no optar por la
vía ejecutiva, porque de acuerdo a lo ya indicado, no estaba facultado para elegir entre estos procedimientos. Por tanto, al demandar por vía ejecutiva el cobro de
bolívares garantizado con hipoteca convencional de primer grado infringió los artículos 660 y 7 del Código de Procedimiento Civil.

Por esas razones, esta Sala en el dispositivo del fallo casará de oficio y sin reenvío el fallo recurrido, pues siendo inadmisible la demanda planteada a través
de la vía ejecutiva, es innecesario un nuevo pronunciamiento sobre el fondo. Asimismo, en el dispositivo de este fallo se declarará inadmisible la demanda incoada por
el Banco del Caribe S.A.C.A. contra Ganadería Roraima S.A. y Agropecuaria Roa C.A., anulándose en consecuencia, el auto de admisión de fecha 10 de marzo de
1997 proferido por el Juzgado Séptimo de Primera Instancia en lo Civil y Mercantil Bancario con Competencia Nacional y sede en la Ciudad de Caracas, así como
todas las actuaciones posteriores al mismo. Así se establece.

DECISIÓN

Por las razones antes expuestas, el Tribunal Supremo de Justicia en Sala de Casación Civil, administrando justicia, en nombre de la República Bolivariana de
Venezuela y por autoridad de la Ley, CASA DE OFICIO Y SIN REENVÍO la sentencia de fecha 31 de enero de 2006, dictada por el Juzgado Superior Octavo en lo
Civil y Mercantil Bancario con Competencia Nacional y sede en la Ciudad de Caracas. En consecuencia, se declara INADMISIBLE la demanda, y se ANULAN todas
las actuaciones procesales, incluyendo el auto de admisión dictado en fecha 10 de marzo de 1997 proferido por el Juzgado Séptimo de Primera Instancia en lo Civil y
Mercantil Bancario con Competencia Nacional y sede en la Ciudad de Caracas.

Dada la naturaleza del fallo, no hay condena en costas del proceso.


Publíquese y regístrese. Remítase el expediente al Juzgado Séptimo de Primera Instancia en lo Civil y Mercantil Bancario con Competencia Nacional y sede
en la Ciudad de Caracas. Particípese esta decisión al Tribunal Superior de origen, ya mencionado.

Dada, firmada y sellada en la Sala de Despacho de la Sala de Casación Civil del Tribunal Supremo de Justicia, en Caracas, a los primer (1°) días del mes de agosto de
dos mil seis. Años: 196º de la Independencia y 147º de la Federación.

Magistrado Ponente: Luís Antonio Ortíz Hernández

En el juicio por ejecución de hipoteca, incoado ante el Juzgado Primero de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil, del Tránsito y Agrario de la Circunscripción
Judicial del estado Anzoátegui, por la ciudadana CARMEN DAMELIS ROSAS CAMEJO, representada judicialmente por el profesional del derecho Alirio Rafael
Rosas Camejo, contra los ciudadanos SILVIA RUI DE CONTRERAS y GUSTAVO CONTRERAS, patrocinados por los abogados en ejercicio de su profesión Elias
Tarbay Assad y Cecilia Almeida Mora; el Juzgado Superior en lo Civil y Contencioso Administrativo de la Circunscripción Judicial de la Región Nor-Oriental, con
sede en la ciudad de Barcelona, en fecha 17 de febrero de 2012, dictó sentencia declarando sin lugar el recurso procesal de apelación interpuesto por la parte actora y
homologó el convenimiento presentado por la parte demandada, en consecuencia declaró extinguida la hipoteca legal de primer grado constituida en fecha 14 de febrero
de 2001 y ordenó a la demandante hacer entrega a los demandados del inmueble objeto de gravamen, confirmando así el fallo apelado.
Contra la referida decisión de alzada, la parte demandante anunció recurso extraordinario de casación, cuya admisión fue negada por auto del 9 de abril de 2012, bajo el
fundamento de no cumplir con el requisito de la cuantía.
Ante la negativa de admisión del recurso de extraordinario de casación, el apoderado judicial de la demandante recurrió de hecho, en fecha 12 de abril de 2012.
El 27 de abril de 2012, el representante judicial de la demandante interpuso reclamo ante esta Sala de Casación Civil, por la conducta desplegada por la abogada Mirna
Mas y Rubí Spósito, jueza provisoria del Juzgado Superior en lo Civil y Contencioso Administrativo de la Región Nor-Oriental, con sede en Barcelona, consistente en
no enviar el expediente a esta Sala con motivo del recurso de hecho ejercido por dicha parte.
En fecha 15 de febrero de 2013, la Sala de Casación Civil dictó decisión declarando procedente el reclamo propuesto y con lugar el recurso de hecho ejercido contra el
auto de fecha 9 de abril de 2012, denegatorio de la admisión del recurso de casación.
En virtud de dicha decisión, fue presentado de forma oportuna el escrito de formalización del recurso extraordinario de casación. Hubo impugnación, réplica y
contrarréplica.
Concluida la sustanciación del recurso y cumplidas las demás formalidades de ley, pasa la Sala a dictar sentencia bajo la ponencia del Magistrado que con tal carácter la
suscribe, en los siguientes términos:
CASACIÓN DE OFICIO
En miras a garantizar el orden público y constitucional, esta Sala hace uso de la facultad que le confiere el artículo 320 del Código de Procedimiento Civil para casar de
oficio el fallo recurrido con base en las infracciones de orden público que ella encontrare, aunque no se las hubiere denunciado, al haber quebrantado formas
sustanciales del procedimiento que condujeron al vicio de indefensión.
Reiteradamente se ha sostenido que la indefensión ocurre en el juicio cuando el juez priva o limita a alguna de las partes el libre ejercicio de los medios o recursos que
la ley pone a su alcance para hacer valer sus derechos. De esta forma, para que se configure el vicio de indefensión, es necesario que la parte no haya podido ejercer el
medio o recurso en defensa de sus derechos, como resultado de una conducta del juez que lo negó o limitó indebidamente o que se haya producido desigualdad. (Fallo
N° 2778 del 31 de marzo de 2004 caso: Banco Industrial de Venezuela c/ Navieros de Venezuela C.A. (CANAVE) y otros).
Igualmente ha señalado esta Sala que “...la alteración de los trámites esenciales del procedimiento quebranta el concepto de orden público, cuya finalidad tiende a
hacer triunfar el interés general de la sociedad y del Estado sobre los intereses particulares del individuo, por lo que su violación acarrea la nulidad del fallo y de las
actuaciones procesales viciadas, todo ello en pro del mantenimiento de la seguridad jurídica y de la igualdad entre las partes, que es el interés primario en todo
juicio...”. (Sentencia de fecha 22 de octubre de 1999, caso: Ciudad Industrial La Yaguara c/ Banco Nacional de Descuento).
Ahora bien, para una mejor compresión del asunto, considera menester esta Sala efectuar un breve resumen de lo acontecido en el caso de autos, para lo cual se observa:
- En fecha 14 de junio de 2001, la ciudadana Carmen Damelis Rosa Camejo interpuso demanda de ejecución de la hipoteca convencional de primer grado, constituida
por la ciudadana Silvia Rui de Contreras y su cónyuge, Gustavo Contreras, sobre un inmueble de su propiedad, a fin de que con el producto del remate se pague la
cantidad de veinte millones de bolívares, actualmente veinte mil bolívares (Bs. 20.000,00) por concepto de préstamo hipotecario; seis millones de bolívares,
actualmente seis mil bolívares (Bs. 6.000,00), por concepto de cobranzas extrajudiciales y judiciales, honorarios profesionales y costas y costos del proceso; y la suma
que resulte de los intereses moratorios desde la fecha 15 de mayo del 2001, hasta el pago total y definitivo de toda la deuda. Asimismo, solicitó al tribunal ordene la
indexación del capital de la deuda hipotecada, más los intereses generados por ésta.
- En fecha 20 de junio del mismo año, el tribunal de la causa dictó auto admitiendo la demanda y libró boleta de intimación.
- Posteriormente, en fecha 6 de febrero de 2009, el juez a quo dictó sentencia ordenando la reposición de la causa al estado en que se practique la intimación personal
del codemandado Gustavo Contreras, decisión esta que fue apelada y ulteriormente confirmada por el tribunal de alzada en fecha 7 de julio de 2010.
- En fecha 17 de noviembre de 2009, la codemandada Silvia Rui de Contreras, consignó cheque de gerencia emitido por el Banco de Venezuela por un monto de
cuarenta y cinco mil cuatrocientos bolívares (Bs. 45.400,00) para dar cumplimiento al decreto de intimación librado en su contra, monto este que comprende: 1.- Veinte
mil bolívares (Bs. 20.000,00) por concepto de monto de préstamo hipotecario; 2.- Veinte mil cuatrocientos bolívares (Bs. 20.400,00) por concepto de intereses
moratorios desde el día 15 de mayo de 2001 hasta el día 17 de noviembre de 2009 y 3.- La cantidad de cinco mil bolívares (Bs. 5.000,00) por concepto de costos y
costas procesales calculados al 25%.
- En fecha 30 de septiembre de 2010, la representación judicial de la parte actora se opuso a recibir el pago por realizarse de manera extemporánea y por no incluir la
indexación o corrección monetaria solicitada en el libelo y requiere que la causa prosiga por el procedimiento ordinario.
- En fecha 1° de octubre de 2010, el juzgado de primera instancia libró boleta de intimación al ciudadano Gustavo Contreras en la que lo intimó a pagar: La cantidad de
veinte mil bolívares (Bs. 20.000,00) por concepto de préstamo hipotecario; los intereses moratorios contados a partir del 15 de mayo de 2001, hasta el pago total de la
deuda; más las costas y costos procesales.
- El 8 del mismo mes y año, el referido ciudadano se dio por intimado.
- En fecha 14 de octubre de 2010, los demandados Silvia Rui de Contreras y Gustavo Contreras consignaron escrito a fin de “dar cumplimiento a la boleta de
intimación ordenada y librada por este Tribunal en los términos allí contenidos”, para lo cual señalan haber tenido que acudir ante un experto contable para calcular los
intereses moratorios del préstamo hipotecario, consignando en tal acto informe practicado por contador público. En virtud del resultado arrojado en dicho informe, los
intimados pagaron una diferencia de tres mil doscientos bolívares (Bs. 3.200,00) que sumados a lo pagado anteriormente, da un total de cuarenta y ocho mil seiscientos
bolívares (Bs. 48.600,00) que comprenden: veinte mil bolívares (Bs. 20.0000,00) por concepto de préstamo hipotecario,; veintidós mil seiscientos bolívares (Bs.
22.600,00) por intereses moratorios contados a partir del 15 de mayo de 2001 hasta el 14 de octubre de 2010 , más seis mil bolívares (Bs. 6.000,00) por concepto de
cobranzas extrajudiciales y judiciales.
- El 15 de octubre de 2010, la representación judicial de la parte actora ratificó escrito de fecha 30 de septiembre de 2010, mediante el cual se opuso a recibir el pago,
señalando adicionalmente que la experticia consignada no se ajusta a lo solicitado en el libelo de demanda y que dicho experto no fue nombrado por el tribunal.
- En fecha 3 de noviembre de 2010, el tribunal de la causa dictó sentencia mediante la cual declaró: “1) Se homologa de conformidad con lo dispuesto en el artículo
263 del Código de Procedimiento Civil, el convenimiento presentado por la representación judicial de los codemandados, ciudadanos Silvia Rui de Contreras y
Gustavo Contreras, antes identificados, en fecha 14 de octubre de 2010; y 2) Extinguida la Hipoteca convencional de primer grado constituida en fecha 14 de febrero
de 2001…” (Negrillas del texto transcrito)
- Contra la referida decisión se ejerció recurso de apelación el cual fue decidido en fecha 17 de febrero de 2012 mediante fallo que declaró sin lugar el señalado recurso
y confirmó en todas y cada una de sus partes la decisión apelada; sentencia esta última que se analiza al amparo del recurso de casación formulado.
Ahora bien, el procedimiento de ejecución de hipoteca se inicia mediante la demanda que hiciere el acreedor de una obligación garantizada con hipoteca en la cual
deberá consignar el documento registrado constitutivo de la hipoteca, así como una certificación expedida por el registrador correspondiente de los gravámenes y
enajenaciones de que hubiere podido ser objeto el inmueble hipotecado con posterioridad al establecimiento de la hipoteca.
Igualmente, el demandante deberá indicar el monto del crédito con los accesorios que estén garantizados con dicho derecho real, así como la existencia de algún tercero
poseedor del inmueble hipotecado, si tal fuere el caso, lo anterior a tenor de lo dispuesto en el artículo 661 del Código de Procedimiento Civil.
Una vez interpuesta la demanda, corresponderá al juez examinar cuidadosamente si el documento constitutivo de la hipoteca está registrado en la jurisdicción donde
esté situado el inmueble; si las obligaciones que ella garantiza son líquidas, de plazo vencido, y no ha transcurrido el lapso de prescripción; y si las obligaciones no se
encuentran sujetas a condiciones u otras modalidades, en cuyo caso, de encontrar satisfechos dichos extremos, decretará inmediatamente la prohibición de enajenar y
gravar el inmueble hipotecado, notificará al registrador respectivo y acordará la intimación del deudor y del tercero poseedor –de ser el caso-, para que paguen la deuda
hipotecaria apercibidos de ejecución.
Tal acto del juzgador constituye un acto decisorio con miras a lograr la creación del título ejecutivo y por tanto, su contenido equivale a una sentencia, que al no ser
impugnada dentro de los lapsos legales, adquiere firmeza.
De allí que al no atacarse el decreto de intimación providenciado por el juez a través del recurso de apelación previsto en la parte in fine del artículo 661 de la ley civil
adjetiva, y al no formularse oposición por parte de los intimados, el mencionado decreto intimatorio adquiere fuerza ejecutiva con autoridad de cosa juzgada,
procediéndose sin más a la ejecución, con arreglo a lo dispuesto en el Título IV, Libro Segundo del Código de Procedimiento Civil, relativos a la ejecución de la
sentencia.
En tal sentido, estipula el legislador en el artículo 662 del aludido código procesal, que si al cuarto día no acreditaren el deudor o el tercero haber pagado, es decir, si no
dan cumplimiento voluntario al decreto intimatorio definitivamente firme, “…se procederá al embargo del inmueble y se continuará el procedimiento con arreglo a lo
dispuesto en el Título IV, Libro Segundo de este Código, hasta que deba sacarse a remate el inmueble…”, es decir, se dará inicio a la ejecución forzosa a que se
refieren los artículos 524 y 526 del Código de Procedimiento Civil.
En el caso sub iudice, tal y como se evidencia de la narración de los eventos procedimentales, la parte actora no ejerció recurso alguno en contra del decreto de
intimación emitido por el juez de la causa, razón por la cual éste quedó definitivamente firme, aun cuando no se hayan acordado en él todo cuanto el demandante de la
ejecución de hipoteca haya peticionado, como lo es la indexación del monto adeudado, pues para hacer valer tal petición ha debido ejercer el respectivo recurso de
apelación.
Asimismo, se evidencia que la parte intimada al pago no ejerció oposición al mismo y dio cumplimiento voluntario a lo estipulado en el decreto de intimación.
Ahora bien, dados los anteriores eventos, correspondía seguir tramitando el procedimiento conforme a las reglas para la ejecución de sentencias previstas en los
artículos 523 y siguientes del Código de Procedimiento Civil.
En tal sentido, en el caso de autos se observan dos aspectos que ameritan un pronunciamiento por parte de esta Sala: el primero, consistente en la oposición a recibir el
pago formulada por la parte actora en fecha 30 de septiembre de 2010, por no incluir dicho pago los montos concernientes a la indexación de la deuda y luego, en fecha
15 de octubre de 2010, cuando se opone nuevamente a recibir el pago, esta vez señalando que la experticia consignada por los intimados no fue practicada por un
experto designado por el tribunal.
Sobre el particular, el artículo 527 del Código de Procedimiento Civil consagra el deber del juez de ordenar una experticia complementaria del fallo en caso de no estar
determinada o líquida la deuda, con arreglo a lo establecido en el artículo 249 del mismo código que estipula:
“Artículo 249.- En la sentencia en que se condene a pagar frutos, intereses o daños, se determinará la cantidad de ellos, y si el Juez no pudiere estimarla según
las pruebas, dispondrá que esta estimación la hagan peritos, con arreglo a lo establecido para el justiprecio de bienes en el Título sobre ejecuciones del
presente Código. Lo mismo se hará cuando la sentencia ordene restitución de frutos o indemnización de cualquier especie, si no pudiere hacer el Juez la estimación o
liquidación, con arreglo a lo que hayan justificado las partes en el pleito.
En todo caso de condenatoria, según este artículo, se determinará en la sentencia de modo preciso, en qué consisten los perjuicios probados que deban estimarse y los
diversos puntos que deban servir de base a los expertos. En estos casos la experticia se tendrá como complemento del fallo ejecutoriado; pero si alguna de las partes
reclamare contra la decisión de los expertos, alegando que está fuera de los límites del fallo, o que es inaceptable la estimación por excesiva o por mínima, el Tribunal
oirá a los asociados que hubieren concurrido a dictar la sentencia en primera instancia, si tal hubiere sido el caso, y en su defecto, a otros dos peritos de su elección, para
decidir sobre lo reclamado, con facultad de fijar definitivamente la estimación y de lo determinado se admitirá apelación libremente.” (Negrillas y subrayado de esta
Sala)

Por su parte, el artículo 533 de la referida ley civil adjetiva consagra:


“Artículo 533.- Cualquier otra incidencia que surja durante la ejecución, se tramitará y resolverá mediante el procedimiento establecido en el artículo 607 de este
Código.”

De las anteriores disposiciones normativas se infiere que al no haberse precisado el monto a cancelar por concepto de intereses –los cuales fueron acordados
expresamente en el decreto de intimación-, correspondía al juez de la causa, en aras de garantizar el derecho a la defensa de las partes, abrir una incidencia en la cual
cada una de ellas nombren a un perito, asociados a un tercero que elegirán las mismas partes, o en su defecto, el tribunal, para el cálculo de tales conceptos, más aún,
ante la oposición ejercida por el sujeto activo de la relación procesal sobre la experticia practicada y consignada de manera unilateral por la parte intimada en juicio.
El tribunal de alzada sobre el punto objeto de análisis señaló lo siguiente:

“…Así las cosas, de actas se evidencia que en fecha 06 de febrero de 2.009, el Juzgado de la causa decretó una reposición al estado de que se practicara la intimación
personal del co-demandado ciudadano GUSTAVO CONTRERAS, la cual fue confirmada por este Juzgado en alzada, en fecha 07 de julio de 2.010; asimismo, en fecha
17 de noviembre de 2.009, compareció la ciudadana SILVIA RUI DE CONTRERAS, y consignó cheque de gerencia por la cantidad de CUARENTA Y CINCO MIL
CUATROCIENTOS BOLIVARES EXACTOS (Bs: 45.400,00), a los fines de dar cumplimiento al decreto de intimación, una vez notificada la parte actora y habiendo
constando en autos la notificación de todas las partes, en fecha 30 de septiembre de 2.010, compareció el abogado ALIRIO ROSAS CAMEJO, en su carácter de autos, y
presentó escrito mediante la cual se opuso a la cantidad consignada por los demandados.- Asimismo, en fecha 14 de octubre de 2.010, comparecieron los demandados
ciudadanos SILVIA RUI DE CONTRERAS y GUSTAVO CONTRERAS, en sus caracteres de autos y presentaron escrito mediante la cual consignaron cheque por la
cantidad de TRES MIL DOSCIENTOS BOLIVARES EXACTOS (Bs: 3.200,00), a los fines de pagar en su totalidad lo estipulado en la boleta de intimación, razón por
la cual solicitó la extinción de la obligación hipotecaria en base al contenido del artículo 1.907 del Código Civil, asimismo solicitó se declarara extemporáneo por
anticipado el escrito de oposición de la parte demandante al pago total de la hipoteca, en tal sentido consignó informe de aplicación expedido por un Contador Público y
visado por el Colegio de Contadores.-

Ahora bien, en este sentido considera este Tribunal que es importante determinar primeramente, si el escrito de oposición presentado por la parte actora al pago
consignado por la parte demandada es procedente o no a los fines de pasar a determinar si efectivamente dicho pago extingue la obligación contraída.- Y así se declara.-

Dicho esto, observa quien aquí decide que consta al libelo de demanda que el actor alegó lo siguiente: “…y ordene la indexación del capital de la deuda hipotecada, más
los intereses generados por esta…”; razón por la cual si bien es cierto, fue solicitado por el actor en su libelo de demanda, no es menos cierto, que el mismo no fue
incluido en el auto de admisión, y siendo que en su oportunidad procesal correspondiente éste no ejerció los recursos que le confiere la Ley a los fines de que estas
partidas fueran incluidas, debiendo por ende considerar esta sentenciadora que tal alegato relativo a la indexación solicitada, debe ser declarado extemporáneo por
tardío, como en efecto.- Así se declara.-

En tal sentido, y a mayor abundamiento, comparte este Juzgado el criterio citado por el Tribunal de la causa, dictado por la Sala de Casación Civil del Tribunal
Supremo de Justicia en Sentencia de fecha 15 de noviembre de 2002, Exp. Nº 2001-000814, bajo la ponencia del Magistrado Franklin Arrieche, en el juicio que por
ejecución de hipoteca intentara la sociedad mercantil CENTRAL ENTIDAD DE AHORRO Y PRÉSTAMO C.A., contra la ciudadana GLADYS JOSEFINA
TRUJILLO, mediante la cual dejó establecido lo siguiente:
“...En el caso concreto, la Sala observa que el decreto de intimación no ordenó pagar a la demandada los intereses que se siguieran causando
desde el 30 de junio de 2000, hasta la fecha de pago; la indexación de la suma adeudada, y las costas del proceso. No obstante, esta Sala no
puede pasar por inadvertido el hecho de que el mencionado decreto de intimación quedó firme, porque la parte actora nunca ejerció el recurso
de apelación consagrado en el artículo 661 del Código de Procedimiento Civil, que dispone que “...el auto del juez excluyendo determinadas
partidas o no acordando ésta será apelable en ambos efectos. La ejecución de hipoteca es un juicio especial que tiene por objeto obtener el
pago de lo adeudado y de los accesorios establecidos en el contrato hipotecario, mediante la intimación del deudor o del tercero poseedor,
para que acrediten el pago de la obligación demandada...”

De la transcripción que antecede se evidencia que el juez de la recurrida, no restableció el orden jurídico infringido, por el contrario, se limitó a señalar que aun cuando
el intimante requirió la indexación del monto adeudado en su demanda de ejecución de hipoteca, tal requerimiento no fue incluido en el auto de admisión, y siendo que
en su oportunidad procesal no ejerció los recursos que le confiere la ley, tal alegato relativo a la indexación solicitada debe ser declarado extemporáneo, dejando por
fuera la oposición planteada por el intimante respecto de la experticia consignada por los intimados en la cual se calculan los intereses moratorios acordados en el
decreto de intimación.
Tal forma de proceder configura el vicio de indefensión, que como se señaló al inicio del presente fallo, ocurre cuando el juez priva o limita a alguna de las partes el
libre ejercicio de los medios que la ley pone a su alcance para hacer valer sus derechos, como lo sería la designación de un experto contable para el cálculo de los
intereses adeudados, y constituye igualmente una alteración de los trámites esenciales del procedimiento que vulnera el orden público.
Un segundo aspecto que merece análisis por la Sala, lo constituye el llamado “convenimiento” celebrado por la parte intimada y su consecuente homologación por
ambos tribunales de instancia.
En relación con el pago efectuado por la parte intimada, el juez de la recurrida señaló lo siguiente:
“…Establecido lo anterior, pasa esta Juzgadora a determinar si efectivamente el pago consignado por la parte actora (sic) extingue o no la obligación contraída, razón
por la cual observa que la parte actora (sic) consignó mediante cheque de gerencia el pago intimado, conviniendo de esta manera en todas y cada una de las cantidades
intimadas en el auto de admisión de fecha 20 de junio de 2.001, razón por la cual se hace necesario citar el contenido del artículo 263 del Código de Procedimiento
Civil, el cual dispone, lo siguiente:
“En cualquier estado y grado de la causa puede el demandante desistir de la demanda y el demandado convenir en ella. El Juez dará por
consumado el acto, y se procederá como en sentencia pasada en autoridad de cosa juzgada, sin necesidad del consentimiento de la parte
contraria.
El acto por el cual desiste el demandante o conviene el demandado en la demanda, es irrevocable, aun antes de la homologación del
Tribunal”.
En este sentido, en atención al convenimiento en los juicios por ejecución de hipoteca, la Sala de Casación Civil del Tribunal Supremo de Justicia en Sentencia de fecha
15 de noviembre de 2002, Exp. Nº 2001-000814, bajo la ponencia del Magistrado Franklin Arrieche, dejó sentado el criterio siguiente:
…Omissis…
Criterio este el cual fue citado por el Juzgado de la causa y compartido de igual manera por esta alzada, en tal sentido dispone el contenido del artículo 1.907 del Código
Civil, lo siguiente:
“Las hipotecas se extinguen:
1) Por la extinción de la obligación.
2) Por la pérdida del inmueble gravado, salvo los derechos conferidos en el artículo 1.865.
3) Por la renuncia del acreedor.
4) Por el pago del precio de la cosa hipotecada.
5) Por la expiración del término a que se las haya limitado.
6) Por el cumplimiento de la condición resolutoria que se haya puesto en ellas. (Subrayado y negrilla nuestro).-
Así las cosas, de actas se evidencia que en fecha 17 de noviembre de 2009 (folios 176 y 177), los demandados consignaron cheque de gerencia Nro. 00008329, girado
contra el Banco de Venezuela, por la cantidad de Cuarenta y Cinco Mil Cuatrocientos Bolívares Exactos (Bs. 45.400,00), y en fecha 14 de octubre de 2.010 (folios 195
al 210), el segundo cheque por la cantidad de Tres Mil Doscientos Bolívares Fuertes (Bs. 3.200,00), girado contra el Banco de Venezuela, los cuales suman la cantidad
de Cuarenta y Ocho Mil Seiscientos Bolívares Fuertes (Bs. 48.600,00) cuya cantidad comprende lo establecido en el decreto intimatorio, discriminados de la siguiente
manera: 1) Veinte Mil Bolívares (Bs. 20.000,00) por concepto de monto de Préstamo Hipotecario; 2) Los intereses moratorios calculados desde el día 15 de mayo de
2001, hasta el día 14 de octubre de 2010, fecha en que se realizó el pago, en la cantidad de VEINTIDOS MIL SEISCIENTOS BOLIVARES EXACTOS (Bs.
22.600,00); y 3) Las costas y costos procesales calculados prudencialmente por este Tribunal en un 25% del monto demandado, es decir, sobre los Veinte Mil Bolívares
Fuertes (Bs. 20.000,00) demandados; debiendo por ende de igual manera señalarse que en fecha 14 de octubre de 2010, los demandados consignaron un informe (folios
204 al 209) Nº ANZ 2058775, de un Contador Público Colegiado, Lic. Eduardo Rojas, C.P.C Nº 25.137, quien es Experto Contable, el cual calculó los intereses de
mora de la Hipoteca objeto del presente litigio, la cual comprende los intereses desde el 15 de mayo de 2001, hasta el 14 de octubre de 2010, en base a la cantidad de
Veinte Mil Bolívares Fuertes (Bs:20.000,00) monto este sobre el cual se constituyó la hipoteca, cuyos cálculos considera quien aquí decide que efectivamente se
encuentran ajustados a derecho en atención a los intereses legales establecidos en nuestro ordenamiento jurídico de conformidad con lo establecido en el artículo 1746
del Código Civil.- Y así se declara.-
…Omissis…
Así las cosas, establecido lo anterior resulta forzoso para esta alzada concluir que efectivamente la obligación contraída en el contrato de Hipoteca Legal de Primer
Grado constituida por los ciudadanos SILVIA RUI DE CONTRERAS Y GUSTAVO CONTRERAS, a favor de la ciudadana CARMEN DAMELIS ROSAS CAMEJO,
en fecha 14 de febrero de 2001, y en atención a las cantidades intimadas en el auto de admisión de fecha 20 de junio de 2001, debe declararse extinguida, en virtud del
pago realizado por los deudores hipotecarios.- Y así se declara.-
DECISIÓN.-
Con base a las razones de hecho y de derecho que anteceden este Juzgado Superior en lo Civil y Contencioso Administrativo de esta Circunscripción Judicial, en
nombre de la República Bolivariana de Venezuela y por autoridad de la Ley, actuando como Tribunal de alzada declara:
PRIMERO: SIN LUGAR la apelación interpuesta por el abogado ALIRIO ROSAS CAMEJO, en su carácter de apoderado judicial de la parte demandante, contra la
sentencia dictada por el Juzgado Primero de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil, Agrario y Tránsito de la Circunscripción Judicial del Estado Anzoátegui, en fecha
03 de noviembre de 2.010, y la aclaratoria dictada en fecha 11 de noviembre de 2.010; en el juicio que por Ejecución de Hipoteca, intentará la ciudadana CARMEN
DAMELIS ROSAS CAMEJO; contra los ciudadanos SILVIA RUI DE CONTRERAS y GUSTAVO CONTRERAS, todos ya identificados.-
SEGUNDO: Se CONFIRMA en todas y cada una de sus partes la decisión apelada, dictada por el Juzgado de la causa, en fecha 03 de noviembre de 2.010, y su
aclaratoria dictada en fecha 11 de noviembre de 2.010.-
TERCERO: Se declara la Homologación de conformidad con lo dispuesto en el Artículo 263 del Código de Procedimiento Civil, del convenimiento presentado por la
representación Judicial de los codemandados, ciudadanos Silvia Rui de Contreras y Gustavo Contreras, ya identificados, en fecha 14 de octubre de 2010; y en
consecuencia Extinguida la Hipoteca Legal de Primer Grado constituida en fecha 14 de febrero de 2001…”

Ahora bien, como se refirió ut supra, el procedimiento de ejecución de hipoteca es un procedimiento ejecutivo que se inicia con el decreto intimatorio (previo
cumplimiento de los requisitos establecidos en la ley) que constituye un acto decisorio objeto de cumplimiento voluntario, o en su defecto, a través del cumplimiento
forzoso, tal y como ocurre con cualquier decisión jurisdiccional dictada en un procedimiento ordinario, siempre que no resulte procedente alguna de las causales de
oposición planteadas por el deudor hipotecario, si las hubiere.
Así pues, en el caso de autos se aprecia que el pago realizado por los deudores hipotecarios apercibidos de ejecución, en modo alguno constituye un acto de
autocomposición procesal, principalmente, porque tal pago se hizo en cumplimiento del mandato contenido en el decreto de intimación, lo que conlleva a concluir que
se trata en todo caso de un cumplimiento voluntario de tal acto decisorio; y luego, por cuanto la figura del convenimiento implica una declaración de voluntad del
demandado en la que éste muestra su conformidad con la pretensión del actor, abandonando quien conviene su propio derecho en beneficio de su contraparte.
De allí que, si la actividad desplegada por la parte intimada consistiera en un convenimiento, además de requerirse para ello una manifestación expresa de voluntad, tal
acto vendría aparejado con la aceptación de todos y cada uno de los conceptos que constituyen la pretensión del actor, entre ellos, el pago indexado del monto adeudado
lo cual no ocurrió en el caso de autos, razón por la cual mal podría hablarse de la existencia de dicho mecanismo de autocomposición procesal.
En consecuencia, constituye un yerro, tanto del juez de la causa como del juzgador de alzada, haber declarado la homologación de un supuesto convenimiento, cuando
lo ocurrido fue el cumplimiento voluntario de lo estipulado en el decreto intimatorio dictado en razón de la demanda de ejecución de hipoteca interpuesta, cumplimiento
este sobre el cual se hizo formal oposición por no haberse calculado los intereses a través de una experticia complementaria del fallo tal y como lo dispone la ley civil
adjetiva.
En atención de las anteriores consideraciones, esta Sala casa de oficio el fallo recurrido por subversión de los trámites procedimentales que generaron la violación del
derecho a la defensa de una de las partes y ordena la reposición de la causa al estado en que se nombren los peritos que determinarán el monto de los intereses a
cancelar, a través de la experticia complementaria del fallo a que se refiere el artículo 249 del Código de Procedimiento Civil, en concatenación con el artículo 527
eiusdem. Así se establece.
DECISIÓN
Por las precedentes consideraciones, este Tribunal Supremo de Justicia de la República Bolivariana de Venezuela, en Sala de Casación Civil, administrando Justicia en
nombre de la República y por autoridad de la ley, CASA DE OFICIO la sentencia dictada el 17 de febrero de 2012, por el Juzgado Superior en lo Civil y Contencioso
Administrativo de la Circunscripción Judicial de la Región Nor-Oriental, con sede en la ciudad de Barcelona. En consecuencia, se decreta la NULIDAD del fallo
recurrido y de la sentencia dictada el 3 de noviembre de 2010, por el Juzgado Primero de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil, del Tránsito y Agrario de la
Circunscripción Judicial del estado Anzoátegui, y SE ORDENA la reposición de la causa al estado en que el a quo nombre los peritos que determinarán el monto de los
intereses a cancelar a través de experticia complementaria del fallo

Magistrado ponente Dr. FRANKLIN ARRIECHE G.

En el curso del juicio por acción cambiaria que sigue el ciudadano ALESANDRO SERGIO ODOARDI mediante sus apoderados, Inés Jacqeline Martín
Martel y Juan Manuel Rosas, contra la sociedad mercantil INVERSIONES BAHÍA MÁGICA, C.A. y los ciudadanos DOMENICO DI GIANLUCA SEBASTIÁN y
RAFAEL FERNÁNDEZ ROMERO, los dos primeros representados por los abogados Nélson Chávez Padrón y Pedro Luis Boscán y el último sin representación
judicial acreditada; el Juzgado Superior Tercero en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas dictó sentencia
en fecha 19 de enero de 2000, mediante la cual anuló el auto de fecha 29 de junio de 1999 proferido por el Juzgado Octavo de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y
del Tránsito de la misma Circunscripción Judicial, que declaró que no habían transcurrido los lapsos para pagar o acreditar haber cancelado las cantidades de dinero
expresadas en el libelo intimatorio. En consecuencia, se ordenó al a-quo proceder como sentencia pasada en autoridad de cosa juzgada.

Contra la sentencia de alzada anunció recurso de casación la parte codemandada, representada por la empresa Inversiones Bahía Mágica, C.A y el cuidadano
Doménico Di Gianluca.

Admitido dicho recurso se formalizó oportunamente. No hubo contestación.

Cumplidos los trámites de ley, se declaró concluida la sustanciación y, siendo la oportunidad para decidir, se pasa a hacerlo bajo la ponencia del Magistrado
que con tal carácter suscribe el presente fallo, en los términos siguientes:

RECURSO POR INFRACCIÓN DE LEY


ÚNICO

De conformidad con lo establecido en el ordinal 2º del artículo 313 del Código de Procedimiento Civil, se denuncia la infracción por la recurrida del artículo
216 ejusdem, por errónea interpretación y falsa aplicación.

Para fundamentar su denuncia, el formalizante expone:

“Establece el artículo 216 del Código de Procedimiento Civil, lo siguiente: (omissis).

Bien, cuando la norma antes transcrita expresa “...se entenderá citada la parte desde entonces para la contestación de la demanda, sin más formalidad”, lo que hace es
presumir la realización de la citación del demandado para la contestación de la demanda, en el sentido de que el transcrito aparte único del artículo en comento establece
la verdad de la citación del demandado cuando ocurren los hechos que la norma supone en hipótesis, esto es la citación resulta presunta ope legis. En este sentido el
artículo 1395 (sic) del Código Civil establece: (omissis).

Y una disposición especial de la ley, a que hace referencia el precitado artículo, la constituye el artículo 216 de la Ley Procesal mencionada, y los actos o hechos sobre
los que recaerá la atribución de presunción, son los enumerados en dicha norma: Que resulte de autos que la parte o su apoderado antes de la citación han realizado
alguna diligencia en el proceso; o han estado presentes en un acto del mismo. Basta el acaecimiento de uno de esos hechos, para que nazca la presunción legal de
citación. Pero el referido aparte único del artículo 216 del mencionado cuerpo legal establece meridianamente qué es lo que legalmente se presume, y lo legalmente
presumido es la citación para la contestación de la demanda, pues allí se establece “...se entenderá citada la parte para la contestación de la demanda , sin más
formalidad“. La disposición es muy clara, e “in claris non fit interpretatio”. Pero (sic) es el caso ciudadanos Magistrados, que la recurrida interpreta erróneamente el
mencionado aparte único del artículo 216 del Código de Procedimiento Civil, cuando asentó:

Estos son los parámetros para que opere la citación tácita, prevista en el mencionado Artículo (sic) Procesal, que al efecto dice:
“La parte demandada podrá darse por citada personalmente para la contestación, mediante diligencia suscrita en ante el Secretario.- Sin embargo, siempre que resulte de
autos que la parte o su apoderado antes de la citación, han realizado alguna diligencia en el proceso, o han estado presentes en un acto del mismo, se entenderá citada la
parte desde entonces para la contestación de la demanda sin más formalidad”

Ahora bien, considera este Juzgador de Alzada, mal pudo el A-quo fundar tales diferencias a los efectos de aplicar la norma contenida en el Artículo (sic) que antecede,
ya que tal resunción (sic) puede aplicarse al procedimiento de intimación, en razón de que efectivamente no podemos olvidar que el decreto de intimación lograría el fin
para el cual estaba destinado, si el intimado se presenta a hacer la correspondiente oposición, más aún si se presenta tal como lo hizo la representación judicial de los
demandados, quienes consignaron poder dandose (sic) expresamente por citados.

La recurrida, al interpretar la norma, declara que la misma puede aplicarse al procedimiento por intimación, pues al haber citación, u oposición, el decreto lograría el fin
para el cual estaba destinado. Y esa interpretación es errada por cuanto el decreto intimatorio no persigue como finalidad que el intimado conteste demanda alguna, sino
para que pague o entregue la cosa, por eso es que la intimación debe ser expresa. Tampoco podría haber oposición sin practicarse la intimación puesto que el lapso no
habría comenzado a transcurrir. La recurrida interpreta que los supuestos enumerados en el aparte único del artículo 216 del Código de Procedimiento Civil, son
aplicables al procedimiento por intimación, y tal interpretación es errónea, la verdadera interpretación de la norma es: Si dentro de un proceso en que sea necesaria la
citación del demandado para que comience el lapso de contestación de la demanda, aquél o su apoderado , antes de la citación, realizan alguna diligencia en el proceso,
o se hacen presentes en un acto del mismo, entonces la norma presume que el demandado está citado PARA LA CONTESTACIÓN DE LA DEMANDA. Darse por
citado no equivale a darse por intimado puesto que ambas instituciones son distintas: La citación abre el lapso para la contestación; la intimación lo abre para pagar o
entregar la cosa, o para la oposición. Y es que doctrinal y jurisprudencialmente no es lo mismo la citación que la intimación, y así lo viene estableciendo la inveterada
doctrina del más Alto Tribunal de la República, una de ellas (sic), la asentada por la Sala de Casación Civil en fecha 05 de abril de 1995, con ponencia del Magistrado
Dr. Aníbal Rueda, en el expediente Nº 94-636, publicada en el Tomo CXXXIV de la Jurisprudencia de Ramírez & Garay, Sentencia 562-95-d, en la se (sic) declaró:
(omissis).

Las citas jurisprudenciales anteriormente transcritas, apoyan suficientemente los argumentos de la denuncia anterior. Del contenido de la recurrida, con apoyo a las citas
jurisprudenciales transcritas, sirven también de base para la denuncia de FALSA APLICACIÓN del aparte único del artículo 216 del mencionado cuerpo legal por parte
de la recurrida, pues ella (sic), al declarar que tal disposición era aplicable al procedimiento por intimación, estaría aplicando aquella norma, a un hecho no regulado por
ella (sic), pues lo regulado en ella (sic) es la presunción de citación para la CONTESTACIÓN DE LA DEMANDA, no para la INTIMACIÓN del demandado, y esa
falsa aplicación llevó al Sentenciador de Alzada a consecuencias jurídicas distintas a la perseguida por la norma en comento, y esa consecuencia jurídica distinta fue la
declaratoria referida a considerar intimados a los demandados, cuando lo perseguido por la norma es presumir la citación para contestar la demanda. Fundamento esta
denuncia en el ordinal 2º del artículo 313 del Código de Procedimiento Civil, por haber infringido la recurrida el aparte único del artículo 216 del mismo cuerpo legal
al haberlo aplicado falsamente.

DEL DISPOSITIVO DE LA RECURRIDA

La errónea interpretación que la recurrida dio al único aparte del artículo 216 del Código de Procedimiento Civil, que constituye nuestra primera denuncia y la falsa
aplicación del dispositivo legal, que constituye nuestra segunda denuncia, fueron determinantes en el dispositivo del fallo recurrido, pues al declararse la presunción de
intimación, también declara transcurrido el lapso de oposición, y cataloga de tardía la que hubo, y en consecuencia, ordena al a-quo a proceder como sentencia pasada
en autoridad de cosa juzgada. Todas esas declaratorias son consecuencia de las infracciones denunciadas, vale decir, la recurrida ordena que se proceda como en
autoridad de cosa juzgada, porque al considerar consumada la intimación, considera abierto el lapso de oposición, y al declarar tardía una oposición que no pudo darse
ya que el lapso legalmente no había comenzado a transcurrir, declaró la procedencia de la cosa juzgada.”

La Sala para decidir, observa:

Aduce el formalizante la errónea interpretación y falsa aplicación del artículo 216 del Código de Procedimiento Civil.

En efecto, en la primera parte de la denuncia el formalizante aduce la errónea interpretación del mencionado artículo, por parte de la recurrida, al establecer
que los supuestos contenidos en dicha norma son aplicables al procedimiento por intimación.

Posteriormente, alega la falsa aplicación del mismo artículo 216 del Código de Procedimiento Civil, por parte de la recurrida, dado que aplicó tal disposición
a un hecho no regulado por élla, como era la intimación del demandado, lo cual trajo como consecuencia que el ad quem considerara intimados a los demandados,
consecuencia jurídica ésta, distinta a la perseguida por la norma, que en decir del formalizante, era presumir la citación para contestar la demanda.

Ahora bien, del examen de esta delación se desprende la deficiente manera en que el formalizante pretendió cumplir con su carga de expresar las razones que
demuestran los vicios invocados, por cuanto le atribuye a la recurrida la violación del artículo 216 del Código de Procedimiento Civil, por causales diversas con la
misma fundamentación, como son la errónea interpretación y la falsa aplicación, motivos del recurso de casación consagrados en el ordinal 2º del artículo 313 del
Código de Procedimiento Civil, que se excluyen entre sí, dado que la interpretación errónea se refiere al error acerca del contenido y alcance de una disposición expresa
de la ley, y que por tanto comprende, los errores de interpretación en los que puede incurrir el Juez, en lo relativo a la hipótesis abstractamente prevista en la norma,
como a la determinación de sus consecuencias jurídicas y la falsa aplicación, es una forma de violación de la ley, que tiene lugar, cuando el juez aplica una determinada
norma jurídica a una situación de hecho que no es la contemplada en élla, o se aplica de forma que se llega a consecuencias jurídicas contrarias a las queridas por la ley.
En consecuencia, se desecha la presente denuncia por no haber llenado los extremos exigidos en el artículo 317 del citado Código Procesal; todo ello, por mandato del
artículo 325 ejusdem . Así se decide.

A pesar de lo anteriormente establecido, la Sala con base en el minucioso estudio de la precedente delación, extremando sus deberes entra al análisis de la
misma, por considerar que lo realmente denunciado por el formalizante fue la falsa aplicación del artículo 216 del Código de Procedimiento Civil y en tal sentido,
observa lo siguiente:

El Código de Procedimiento Civil, en su artículo 216, dispone:

“La parte demandada podrá darse por citada personalmente para la contestación, mediante diligencia suscrita ante el Secretario.
Sin embargo, siempre que resulte de autos que la parte o su apoderado antes de la citación, han realizado alguna diligencia en el proceso, o han estado presentes en un
acto del mismo, se entenderá citada la parte desde entonces para la contestación de la demanda, sin más formalidad.”

Asimismo, la sentencia recurrida en su parte pertinente estableció:

“Al respecto, sobre la citación tácita el Artículo (sic) 216 del Código de Procedimiento Civil, ha establecido una serie de requisitos que deben cumplirse, tales
requisitos son: 1) La actuación de la propia parte, o de quien resulte tal, antes de haberse dado formalmente por citada en el juicio.- 2) La actuación de un apoderado
antes de que constara en autos expresamente que el apoderado o su representado se dieron expresamente por citados.- Estos son los parámetros para que opere la
citación tácita, prevista en el mencionado Artículo (sic) Procesal, que al efecto dice: (omissis)

Ahora bien considera este Juzgador de Alzada, mal pudo (sic) el A-quo fundar tales diferencias a los efectos de aplicar la norma contenida en el Artículo (sic) que
antecede, ya que tal presunción puede aplicarse al procedimiento de intimación, en razón de que efectivamente no podemos olvidar que el decreto de
intimación lograría el fin para el cual estaba destinado, si el intimado se presenta a hacer la correspondiente oposición, más aún si se presenta tal y como lo
hizo la representación judicial de los demandados, quienes consignaron poder dándose expresamente por citados. Actos estos evidentes en las actas que
conforman el presente expediente, lo cual es un indicio que están deseosos de presentarse en el juicio para ejercer las defensas respectivas y sin haber sido citados
ocurriendo que con ello obtienen el simple conocimiento de que los han demandados (sic) y el por qué los han demandado (sic)....” (Negrillas de la Sala).

Al respecto, esta Sala pasa a transcribir parcialmente el contenido del fallo de fecha 17 de julio de 1991, reiterado en sentencia de fecha 23 de noviembre de
1999, que refiriéndose a la citación presunta contemplada en el artículo 216 del Código de Procedimiento Civil, expresó:
“...la intimación consiste en una orden judicial para el cumplimiento de la obligación de dar, hacer o no hacer, y la cual generalmente lleva implícito
un requerimiento. Esto es, la orden de cumplir una obligación, así sea ésta de contenido procesal, como por ejemplo en el caso de la exhibición.

En el procedimiento de ejecución de hipoteca, entonces, como en el caso de autos, la intimación es la orden de la autoridad jurisdiccional, al deudor
hipotecario o al tercero poseedor, para que pague las cantidades de dinero indicadas en la solicitud de ejecución de hipoteca, bajo el apercibimiento de
ejecución, en caso de incumplimiento.

Por ello (sic), dado que el artículo 216 del Código de Procedimiento Civil constituye una norma de excepción en materia de citación para la
continuación de la demanda, las reglas de interpretación de la ley, no permiten extender la aplicación de dicha norma de excepción por vía analógica o
extensiva a otros supuestos distintos al cual refiere la propia norma, esto es, la citación para la contestación de la demanda y también para las
notificaciones, en lo común que tiene con esta última de acto recepción. (Cursivas de la Sala) (sic).

De esta forma los efectos de los supuestos previstos en el artículo 216 del Código de Procedimiento Civil, no son los mismos que los de los casos de
intimación al pago en el procedimiento de ejecución de hipoteca y a otros casos de intimación ordenados por la autoridad jurisdiccional, porque como
el deber del deudor o el del tercero poseedor, en estos eventos, apercibidos de ejecución, independientemente de las razones o fundamentos contra la
solicitud de ejecución, es pagar o acreditar el pago; la orden o requerimiento de la autoridad jurisdiccional siempre debe ser expresa y nunca
presunta...”.

Ahora bien, de acuerdo con esa doctrina, se observa que la recurrida infringe el artículo 216 del Código de Procedimiento Civil, por falsa aplicación, ya que
la mencionada norma fue aplicada a una situación de hecho no contemplada en élla, como lo es la intimación.
Por tanto, siendo que la citada doctrina de la Corte Suprema de Justicia estableció que el artículo 216 del Código de Procedimiento Civil, es una norma
aplicable únicamente en materia de citación para la contestación de la demanda, sin que pudiera extenderse dicha aplicación a otros supuestos distintos como el
contemplado en el caso de autos, es decir, la intimación, de acuerdo al criterio imperante en ese momento, considera esta Sala que el sentenciador de alzada ciertamente
infringió lo dispuesto en el artículo supra mencionado, por falsa aplicación, al pretender asimilar la disposición contenida en dicha norma al procedimiento por
intimación, lo que conlleva a declarar procedente la presente denuncia. Así se establece.

No obstante, la declaratoria de procedencia de la anterior delación, esta Sala considera que, resultaría contrario a la celeridad de los juicios y a la
economía procesal, realizar todos los actos tendientes a lograr la intimación, cuando de las actas procesales pueda constatarse que la parte intimada con su
actuación, ya está en conocimiento de la orden de pago emitida por el juez a través del respectivo decreto de intimación, con lo cual debe considerarse que el
acto logró el fin para el cual estaba destinado, desde luego que el texto de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, específicamente en sus
artículos 26 y 257, deja claramente evidenciada la voluntad del constituyente de preservar a toda costa la justicia por encima de cualquier formalidad no
esencial en el proceso y la necesidad de que ésta se imparta sin dilaciones o reposiciones que en nada contribuyan al alcance de tal fin.

Desde este ángulo considera la Sala que constituiría una formalidad no esencial y contraria al principio de rechazo a las dilaciones indebidas, la necesidad de
llevar a cabo las gestiones de intimación del sujeto pasivo en los procedimientos como el de autos, cuando ese sujeto pasivo, por si o mediante apoderado, ha estado
presente en algún acto del proceso o ha realizado alguna diligencia en el proceso.

Esta circunstancia se torna mucho más evidente si se considera que, según el artículo 649 del Código de Procedimiento Civil, el alguacil debe practicar "la
citación personal del demandado en la forma prevista en el artículo 218 de este Código" y esa forma prevista en dicho artículo, es precisamente aquella que debe
obviarse si se cumple alguno de los supuestos del artículo 216 ejusdem, en su único aparte.

Fundamentalmente por esa razón, este máximo tribunal debe apartar la rigidez en cuanto a las formas del proceso, que lejos de contribuir con el
afianzamiento de la justicia y la equidad, señalan el camino para que estos principios sean irrespetados y pocas veces puedan lograrse.

En virtud de lo antes expuesto, esta Sala considera acertado reasumir el criterio sostenido en cuanto a la intimación y específicamente la intimación
presunta, plasmado en sentencia de fecha 1º de junio de 1989, de la cual se pasa a transcribir el siguiente pasaje:

“La intención del legislador, al establecer el principio de la citación tácita fue la de omitir el trámite formal de la citación, el cual tiene por objeto poner al
demandado en conocimiento del juicio, o al menos hacer posible que obtenga tal conocimiento, cuando de las mismas actas del proceso consta, por haber
realizado alguna actuación la parte o su apoderado, que la accionada está enterada de la demanda contra ella (sic) incoada. Si bien el contenido de la orden de
comparecencia a contestar la demanda en el juicio ordinario es diferente a la intimación al pago del procedimiento de ejecución de hipoteca, y es diverso el
efecto de la no comparecencia, la parte, o en el caso el apoderado de ella, al actuar en el proceso toma conocimiento del contenido de la demanda y, en el caso
de la ejecución de hipoteca, de la orden de pago apercibido de ejecución; por tanto, siendo similar la situación, en cuanto a la constancia en el expediente de
que la demandada conoce de la demanda incoada, la Sala considera que la disposición del artículo 216 referente a la citación tácita es plenamente aplicable en
el procedimiento especial de ejecución de hipoteca.”

Conforme a la precedente transcripción, los efectos de la citación presunta son plenamente asimilables a los de la intimación presunta y en virtud de
ello, el supuesto contenido en el artículo 216 del Código de Procedimiento Civil, conforme al cual "...siempre que resulte de autos que la parte o su apoderado
antes de la citación han realizado alguna diligencia en el proceso, o han estado presentes en un acto del mismo, se entenderá citada la parte desde entonces
para la contestación de la demanda, sin más formalidad...", resulta aplicable al procedimiento de intimación. Así se decide.

En consecuencia, la Sala abandona el criterio establecido en decisión de fecha 17 de julio de 1991 (Caso: Enrique Soto Rodríguez y otra contra Laureano
Aparicio Fernández) y reasume el criterio establecido en la sentencia parcialmente transcrita de fecha 1 de junio de 1989 (Caso: Promotora Focas S.A. contra Géminis
653, C.A).

Considera necesario señalar esta Sala que el criterio aquí reasumido se aplicará a todos los recursos que sean admitidos a partir del día siguiente, inclusive, a
la publicación de este fallo; en consecuencia, el hecho de que se produzca este cambio no será motivo para censurar a los tribunales y jueces que hayan adaptado su
proceder a la doctrina que aquí se abandona sin perjuicio claro está, de que se aplique a todos aquellos casos en que los jueces lo hayan aplicado a las controversias en
curso. Así se establece.

DECISIÓN

En mérito de las anteriores consideraciones, este Tribunal Supremo de Justicia, en Sala de Casación Civil, administrando justicia en nombre de la República
Bolivariana de Venezuela y por autoridad de la Ley, declara: CON LUGAR el recurso de casación propuesto por la parte codemandada contra la sentencia proferida
por el Juzgado Superior Tercero en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas de fecha 19 de enero de 2000. En
consecuencia, se CASA el fallo recurrido y se repone la causa al estado de que el juez superior que resulte competente, dicte nuevo pronunciamiento conforme a la
doctrina aquí establecida.

Ponencia de la Magistrada ISBELIA PÉREZ DE CABALLERO.

En el juicio por cobro de bolívares (vía intimación) incoado por JULIO E. RAMÍREZ ROJAS, representado por los abogados Blanca Leticia
Sierralta Betancourt, Vivian Romero y Nelson Ledezma Mena, contra JULIO RAMÓN VÁSQUEZ, representado por el abogado Jhonny Javier Vásquez;
el Juzgado Superior Primero en lo Civil, Mercantil y “Menores” de la Circunscripción Judicial del estado Lara, con sede en Barquisimeto, dictó sentencia
en fecha 20 de abril de 2004, mediante la cual declaró sin lugar la apelación interpuesta por la parte demandada, confir mando así el auto de fecha 5 de
marzo de 2003, dictado por el Juzgado Primero de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la misma Circunsc ripción Judicial, que
declaró firme el decreto intimatorio y ordenó a la demandada pagar a la intim ante la suma de ochenta millones de bolívares (Bs.80.000.000,00), mas las
costas del juicio.

Contra la indicada decisión del Tribunal de alzada anunció recurso de casación la parte demandada, el cual fue admitido, y op ortunamente
formalizado. No hubo impugnación.

Concluida la sustanciación del recurso y cumplidas las demás formalidades, la Sala procede a dictar sentencia bajo la ponenci a de la
Magistrada que con tal carácter la suscribe, previas las siguientes consideraciones:

CASACIÓN DE OFICIO

La Sala ejerce la facultad prevista en el artículo 320 del Código de Procedimiento Civil que le permite casar de oficio el f allo recurrido
con base en las infracciones de orden público que ella encontrare, aunque no se las hubiere denunciado.

Este Alto Tribunal ha sostenido, que la indefensión ocurre en el juicio cuando el juez priva o limita a alguna de las partes el libre ejercicio de los
medios o recursos que la ley pone a su alcance para hacer valer sus derechos. De allí que, para que se configure el vicio de indefensión, es necesario que la parte no
haya podido ejercer el medio o recurso en defensa de sus derechos, como resultado de una conducta del juez que lo negó o limitó indebidamente o que se haya
producido desigualdad (Sentencia de 31/3/04 caso: Banco Industrial de Venezuela c/ Navieros de Venezuela C.A. (CANAVE) y otros).

En este sentido, expresa el autor José Rodríguez U., lo siguiente:

“...Los actos que originan el proceso son actos de dinámica, de vida misma de la ley. Son los que a ctualizan o exteriorizan la
trascendencia de la consecuencia jurídica de la norma, ya que al oponerse a ésta o desconocerla, originan la intervención del Estado para
restaurarle su eficacia. Originan la acción del demandante, la petición procesal dirigida a lograr la presencia del Estado en medio del
litigio, del debate, y lo que es más, su decisión poderosa, investida con la majestad de la verdad legal. La identidad de esa verdad legal
con la verdad material en el máximo de casos, es la aspiración constante y suprema de todo sistema de derecho que aspire a
perpetuarse y a servir eficazmente los intereses colectivos...”. (Rodríguez U., José. El Proceso Civil. Caracas, Editorial J. Alva, 1984,
p.29). (Negritas de la Sala).

Por su parte, el autor René Molina Galicia, sostiene lo siguiente:

“...las normas procesales cumplen también una función social; que ellas, aunque permitan interpretaciones diversas con mayor o menor amplitud
influyen en la aplicación del derecho sustantivo, beneficiando a alguien, y se proyectan, por tanto, socialmente; de manera que no podemos seguir
pensando que los jueces están limitados sólo a dirimir conflictos de intereses individuales...”. (Molina Galicia, René. “Reflexiones sobre una visión
constitucional del proceso y su tendencia jurisprudencial. ¿Hacia un gobierno judicial?” Caracas, Ediciones Paredes, 2002, p.193).

En este orden de ideas, la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en sus artículos 26 y 257, deja claramente evidenciada la
voluntad del constituyente de preservar a toda costa la justicia.

El mencionado artículo 26 desarrolla lo que la doctrina y la jurispruden cia ha denominado el derecho a la tutela judicial efectiva, que
contempla, entre otras cosas, el derecho a acceder al órgano judicial para obtener un pronunciamiento oportuno y eficaz ; por tanto, se erige como un derecho
constitucional que nació para hacer frente a la injusticia, y que está íntimamente relacionado con la garantía de la seguridad jurídica que, esencialmente protege la
dignidad humana y el respeto de los derechos personales y patrimoniales, individuales y colectivos.

Respecto del derecho constitucional de la tutela judicial efectiva, la Sala Constitucional ha establecido:

“...La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en su artículo 26 consagra la Garantía Jurisdiccional, también llamada el derecho a la
tutela judicial efectiva, que ha sido definido como aquél, atribuido a toda persona, de acceder a los órganos de administración de justicia para que sus
pretensiones sean tramitadas mediante un proceso, que ofrezca unas mínimas garantías, todo lo cual sólo es posible cuando se cumplen en él los
principios establecidos en la Constitución. Es, pues, la Garantía Jurisdiccional, el derecho de acceso a la justicia mediante un proceso dirigido por un
órgano, también preestablecido para ello por el Estado, para conseguir una decisión dictada conforme el derecho mediante la utilización de las vías
procesales prescritas para el fin específico perseguido, en el entendido que dicho derecho en manera alguna comprende que la decisión sea la
solicitada por el actor o favorezca su pretensión, ni que en el curso del mismo se observen todos los trámites e incidencias que el actor considere
favorables a él. El derecho a la tutela judicial efectiva comprende, asimismo, el derecho a la ejecutoriedad de la sentencia obtenida en derecho. Ahora
bien, dicha garantía implica, para los administrados, la obligación de someter la tramitación de sus pretensiones a los órganos jurisdiccionales
establecidos por el Estado mediante las vías y los medios procesales contemplados en las leyes adjetivas, así como también la de no obstruir, de
manera alguna, la administración de justicia desarrollada por el Estado en cumplimiento de sus funciones, lo que conlleva la obligación de no realizar
actos inútiles ni innecesarios a la defensa del derecho que se pretenda sea declarado, pues ello, además de contravenir los artículos 17 y 170 del
Código de Procedimiento Civil, podría configurar el abuso de derecho generador de responsabilidad patrimonial u otras responsabilidades...”.
(Sentencia Nº 576 de fecha 27-4-01, Exp. Nº 00-2794, caso: María Josefina Hernández M)
Asimismo, la Sala Constitucional ha dejado sentado que “…los artículos 26 y 49 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela establecen el
derecho de los ciudadanos a gozar de una tutela judicial efectiva, la cual comprende, no sólo el acceso a la justicia, sino que toda sentencia sea oportunamente
ejecutada en los términos en que fue proferida…”. (Sentencia Nº 2.615 de fecha 11-12-01, Exp. Nº 00-1752, caso: Freddy Ríos Acevedo).

Sobre el particular, esta Sala se ha pronunciado en los términos siguientes:

“…Observa esta Sala, que el artículo 26 de la Constitución vigente, consagra de manera expresa el derecho a la tutela judicial efectiva, conocido
también como la garantía jurisdiccional, el cual encuentra su razón de ser en que la justicia es, y debe ser, tal como lo consagran los artículos 2 y 3
eiusdem, uno de los valores fundamentales presentes en todos los aspectos de la vida social, por lo cual debe impregnar todo el ordenamiento jurídico y
constituir uno de los objetivos de la actividad del Estado, en garantía de la paz social. Es así como el Estado asume la administración de justicia, esto
es, la solución de los conflictos que puedan surgir entre los administrados o con la Administración misma, para lo que se compromete a organizarse de
tal manera que los mínimos imperativos de la justicia sean garantizados y que el acceso a los órganos de administración de justicia establecidos por el
Estado, en cumplimiento de su objeto, sea expedito para los administrados.
El derecho a la tutela judicial efectiva, de amplísimo contenido, comprende el derecho a ser oído por los órganos de
administración de justicia establecidos por el Estado, es decir, no sólo el derecho de acceso sino también el der echo a que, cumplidos los
requisitos establecidos en las leyes adjetivas, los órganos judiciales conozcan el fondo de las pretensiones de los particula res y, mediante
una decisión dictada en derecho, determinen el contenido y la extensión del derecho deduc ido, de allí que la vigente Constitución señale
que no se sacrificará la justicia por la omisión de formalidades no esenciales y que el proceso constituye un instrumento fun damental para
la realización de la justicia (artículo 257). En un Estado social de derecho y de justicia (artículo 2 de la vigente Constitución), donde se
garantiza una justicia expedita, sin dilaciones indebidas y sin formalismos o reposiciones inútiles (artículo 26 eiusdem), la interpretación
de las instituciones procesales debe ser amplia, tratando que si bien el proceso sea una garantía para que las partes puedan ejercer su
derecho de defensa, no por ello se convierta en una traba que impida lograr las garantías que el artículo 26 constitucional i nstaura...”.
(Sentencia del 2/6/03, caso: Leonor María Infante y otra). (Negritas de la Sala y Cursivas del texto).

De igual modo, esta Sala de Casación Civil, en sentencia de fecha 12 de abril de 2005, (caso: Mario Castillejo Muelas, c/ Jua n Morales
Fuentealba), dejó establecido:

“…la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en sus artículos 26 y 257, deja claramente evidenciada la voluntad del
constituyente de preservar a toda costa la justicia por encima de cualquier formalidad no esencial en el proceso y la necesidad de que ésta se imparta sin
dilaciones o reposiciones que en nada contribuyan al alcance de tal fin.
…Omissis…
La Sala venía indicando hasta el presente que los actos procesales deben celebrarse “dentro de una coordenada temporal específica”, de conformidad
con los principios de preclusión y tempestividad de los actos y, por tanto, se reputan extemporáneos por anticipado los recursos o medios de
impugnación que se ejerzan antes de que se inicie el lapso para interponerlos de acuerdo con la ley.
En efecto, en sentencia de fecha 10 de febrero de 1988 la Sala estableció lo siguiente: …
De las actas del expediente se observa, que el día 10 de diciembre de 1997, el Juzgado Undécimo de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del
Tránsito de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, dictó sentencia en la cual declaró parcialmente con lugar la demanda
intentada por la ciudadana Belkys Gutiérrez contra el ciudadano Domingo Manuel Centeno, la misma fue publicada fuera del lapso legal, lo que
conllevaría a la notificación de las partes según el artículo 251 del Código de Procedimiento Civil. Ahora bien, con motivo de esta decisión, la parte
demandada mediante diligencia de fecha 15 de diciembre de 1997 apeló, es decir, que la parte demandada se dio por notificada tácitamente de la
misma. Asimismo la contraparte, apeló de la sentencia de primera instancia en fecha 17 de diciembre de 1997, con cuya actuación también quedó
notificada tácitamente de la decisión. Es de hacer notar que, por el hecho de estas apelaciones quedaron notificadas tácitamente ambas partes de la
decisión del a-quo, y es al día siguiente de la última de estas actuaciones cuando comenzó el término para intentar el recurso de apelación, todo esto
según el artículo 298 del Código de Procedimiento Civil.
Aplicando las doctrinas antes transcritas al caso bajo análisis, aprecia la Sala que no fue vulnerado el derecho a la defensa del recurrente por el fallo
dictado por el Juzgado Superior Tercero en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, toda
vez que el recurso ordinario de apelación, fue ejercido extemporáneamente, es decir, una vez publicada la sentencia, pero sin que hubiera empezado a
transcurrir el lapso procesal para su oportuno ejercicio, por haber sido dictada la misma fuera del lapso de diferimiento, razón por la cual la parte
demandada actuó anticipadamente y, por lo tanto el ejercicio del recurso fue interpuesto extemporáneamente tal como lo expresó el Juzgado
Superior...”.
El anterior criterio fue reiterado por esta Sala, en sentencia de fecha 10 de agosto de 2000, (Belkis Gutiérrez Castro c/ Domingo
Manuel Centeno Reyes), en la que expresó lo siguiente:
…estima la Sala que, de acuerdo a nuestra normativa procesal, el lapso de apelación corre a favor de ambas partes, y además está sujeto a los principios
de preclusión y tempestividad que rige la celebración de los actos procesales.
Este principio de preclusión establece que los actos procesales deben celebrarse dentro de una coordenada temporal específica,
delimitada en su inicio y final, en resguardo del derecho de petición y de defensa que ampara a las partes en juicio.
Por estas razones, el lapso para apelar comienza desde que consta en autos la realización de la última de las notificaciones, cuando la
sentencia es publicada fuera del lapso legal para ello.
…Omissis…
Para el momento en que la parte demandada ejerció el recurso de apelación en el presente caso, esta Sala de Casación Civil tenía establecido que “el
lapso de apelación corre a favor de ambas partes, y además está sujeto a los principios de preclusión y tempestividad que rige la celebración de los
actos procesales”; por tanto, “... el lapso para apelar comienza desde que consta en autos la realización de la última de las notificaciones, cuando la
sentencia es publicada fuera del lapso legal para ello”.
Ahora bien, la Sala considera conveniente revisar su criterio en relación con la validez de la apelación ejercida el mismo día en
que la sentencia es publicada, o cuando habiendo sido dictada fuera del lapso para sentenciar no hayan sido notificadas del fallo todas las
partes del juicio o, incluso, antes de que finalice el lapso para sentenciar, en el supuesto de que el fallo haya sido dictado antes de que se agote
dicho plazo.
Sobre este punto, un sector de la doctrina sostiene que es válido el recurso ejercido el mismo día de pronunciado el fallo y con
antelación al inicio del lapso para interponerlo, sustentado en lo siguiente:
“...En el nuevo Código, la jurisprudencia da una interpretación restrictiva sobre la validez de los recursos interpuestos en la primera o la segunda
instancia, contra las sentencias dictadas en el amplio lapso de sentencia (60 días continuos si es definitiva y 30 días si es interlocutoria), y ha
dictaminado que la impugnación que se formula después de publicado el fallo pero antes de comenzar a correr el lapso propio del recurso es
extemporáneo y por tanto ineficaz.
No estamos de acuerdo con tal doctrina...No tienen fundamento legal la declaratoria de inadmisibilidad de un recurso (ordinario o de casación)
interpuesto después de publicado el fallo y antes de la incoación del término del recurso, por tres razones fundamentales: 1) Porque las normas
procesales son de naturaleza instrumental... Esa naturaleza instrumental de las leyes procesales es el fundamento del artículo 206 in fine del Código de
Procedimiento Civil venezolano, el cual, al señalar que en ningún caso se declarará la nulidad si el acto ha alcanzado el fin al cual estaba destinado,
se atiene al fin, antes que a la mera forma para declarar la nulidad...
... El acto de apelación no se desnaturaliza por el hecho de que se verifique con antelación, pues logra cabalmente su cometido al poner de modo
manifiesto la intención vehemente del litigante de impugnar el fallo...” (Henríquez La Roche, Ricardo. Código de Procedimiento Civil. Caracas, Tomo
II, 1995, pp. 50-53)
En este orden de ideas, observa este Alto Tribunal que el efecto preclusivo del lapso para ejercer el recurso de apelación viene dado no por la
anticipación de la actuación, sino por el agotamiento del lapso para la interposición del recurso, y por ello pierde sentido el criterio que hasta hoy ha
venido sosteniendo la doctrina de esta Sala, pues lo importante es que quede de manifiesto que la parte perjudicada con la resolución judicial tiene la
intención de impulsar el proceso a través de la interposición del recurso pertinente; de lo contrario, se estaría sacrificando la justicia por una
interpretación de la norma que no es acorde con la voluntad del legislador ni con los principios que postula la vigente Constitución.

De ahí que esta Sala considere que el recurso de apelación que es ineficaz por anticipado es el ejercido antes de que se pronuncie el fallo que
ha de resolver la controversia, no el interpuesto después que éste ha sido publicado, ni siquiera porque no esté vencido el lapso para dictar la
sentencia o para que se entiendan notificadas las partes involucradas en el juicio, pues la apelación realizada en estas circunstancias evidencia
el interés de la parte desfavorecida con el fallo de que sea revisada la decisión por el juez de alzada. En consecuencia, si son varios los
perjudicados por la sentencia y sólo uno de ellos apela el mismo día en que se publicó el fallo tendrá que dejarse transcurrir íntegramente el
lapso ordinario de apelación a fin de garantizar a los restantes su derecho a impugnar la sentencia que le es adversa.
…Omissis…
En consecuencia, la Sala abandona el criterio sostenido en la decisión de fecha 7 de abril de 1992 (caso: Ángel Oswaldo Gil
contra Luciano Pérez Sánchez) y las que se opongan al establecido en esta decisión, y en lo sucesivo deberá considerarse válida la apelación
ejercida el mismo día en que la sentencia es publicada o la interpuesta contra la dictada fuera del lapso para sentenciar, aun cuando no hayan
sido notificadas del fallo todas las partes del juicio, así como la apelación ejercida antes de que finalice el lapso para sentenciar en el supuesto
de que el fallo haya sido dictado antes de que se agote dicho plazo, pues en estas circunstancias el acto mediante el cual se recurre habrá
alcanzado el fin al cual estaba destinado, es decir, ese medio de impugnación habrá logrado cabalmente su cometido al quedar de manifiesto la
voluntad de la parte de impugnar la decisión que le es adversa…”. (Negritas del texto).

De allí que: “…la conjugación de artículos como el 2, 26 o 257 de la Constitución de 1999, obligue al juez a interpretar las instituciones
procesales al servicio de un proceso cuya meta es la resolución del conflicto de fondo, de manera imparcial, idónea, transparente, independiente,
expedita y sin formalismos o reposiciones inútiles...”. (Sentencia de la Sala Constitucional del 2/6/03, caso: Leonor María Infante y otra). (Negritas de la
Sala y Cursivas del texto).

Ahora bien, en el presente caso ocurrieron los siguientes eventos procesales:

1- En fecha 13 de marzo de 2001, el Juzgado Primero de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción
Judicial del estado Lara, dictó el decreto intimatorio, ordenando la intimación del ciudadano Julio Ramón Vásquez, para que p agara al actor la cantidad
de ochenta millones de bolívares (Bs.80.000.000,00), mas las costas del juicio, o en su defecto formulara oposición.

2.- Mediante auto de fecha 20 de noviembre de 2002, el juez de primera instancia designó defensor judicial a la parte demandada, por
haberse vencido el lapso de comparecencia sin que el demandado se hubiera dado por intimad o ni por sí, ni por medio de apoderado.

3.- Mediante escrito de fecha 7 de enero de 2003, el apoderado judicial de la parte demandada consignó poder, se dio por intimado
expresamente y se opuso al decreto intimatorio.

4.- El 15 de enero de 2003, el juez de primera instancia dictó un auto mediante el cual declaró no hecha la oposición, por cuanto el
demandado no se había dado por intimado previamente. En esta misma fecha el demandado procedió a contestar la demanda, de con formidad con lo
previsto en el artículo 652 del Código de Procedimiento Civil.

5.- La parte demandada se dio nuevamente por intimada mediante diligencia de fecha 16 de enero de 2003.

6.- El 5 de marzo de 2003, la nueva juez de primera instancia Patricia Cabrera M., dejo establecido que la parte demandada había
quedado intimada el 7-1-2003, y que a partir de esa fecha se contaba el lapso de diez (10) días para hacer oposición el decreto intimatorio, el cual venció
el 24-1-2003, sin que la parte ejerciera oportuna oposición. Por último, declaró firme el decreto intimatorio y ordenó la ejecución del mismo.

Una vez realizado el recuento de los actos procesales, le corresponde a esta Sala determinar si la oposición ejercida el mism o día en que se dio
por intimada la parte demandada, debe considerarse tempestiva, en atención a las garantías de defensa y de tutela judicial efectiva que propugna nuestra
Constitución.

La Sala venía indicando hasta el presente que los actos procesales deben celebrarse “dentro de una coordenada temporal específica”, de conformidad con
los principios de preclusión y tempestividad de los actos y, por tanto, se reputan extemporáneos por anticipado los recursos o medios de impugnación que se ejerzan
antes de que se inicie el lapso para interponerlos de acuerdo con la ley.

En efecto, en sentencia de fecha 10 de febrero de 1988 la Sala estableció lo siguiente:

“…El lapso para el anuncio del recurso de casación, establecido en el artículo 314 del Código de Procedimiento Civil, debe computarse a partir del
vencimiento del lapso para dictar sentencia definitiva, previsto en el artículo 251 (sic) ejusdem, o en su caso, a partir de la notificación de ambas partes,
en los casos de diferimiento en el artículo 251 del mismo Código. Por lo que se refiere a tal lapso para el anuncio del recurso de casación, al igual que
el lapso concedido para ejercer el recurso de apelación, estima la Sala que tratándose de lapsos de naturaleza eminentemente preclusiva, con
señalamiento en la ley de cuando comienza a computarse y de su fenecimiento, no pueden, por ello ser susceptibles de prórrogas ni por anticipación, ni
una vez que el mismo haya vencido, por lo que el anuncio del recurso de casación o apelaciones interpuestas antes de que el mismo deba empezar a
correr como anuncios después de haber transcurrido el mismo deben reputarse extemporáneos. Lo mismo es aplicable en los casos de anuncios del
recurso de casación o apelaciones interpuestas, sin observar tal actuación extemporánea, incurrió en la infracción apuntada en esta delación”.

Esta Sala de Casación Civil, en sentencia de fecha 13 de marzo de 1991, caso: (Sociedad Financiera Finalven, S.A. c/ Briceño Automotores,
C.A. y otra), dejó sentado lo siguiente:
“...Conforme a autorizada doctrina, la expresión lapso procesal, abarca o comprende las diversas modalidades temporales de realización
de los actos procesales, o sea tanto los términos en sentido propio, como los lapsos o plazos procesales.
A este respecto, señala el Dr. Arístides Rengel Romberg, en su Manual de Derecho Procesal Civil Venezolano, Volumen III, página 42, lo
que de seguida se transcribe:

“Atendiendo a esta modalidad temporal de realización de los actos, la doctrina distingue los términos en sentido propio,
de los lapsos o plazos procesales, y entiende por términos, el momento preciso en que debe realizarse, pudiendo ocurrir
en cada uno de los momentos que lo componen”...

Es decir, conforme a la doctrina anterior, la modalidad temporal contempla el artículo 651 del Código de Procedimiento Civi l, al indicar
que: “el intimado deberá formular su oposición dentro de los diez días siguientes a su notificación personal”, obviamente con stituye un
lapso procesal, tanto en su sentido restringido como en el sentido amplio de la expresión, en cuanto que e l mismo, al establecer el espacio
de tiempo en que debe formular el intimado su oposición al decreto de intimación a que se refiere el artículo 340 ejusdem, de termina ,
que éste, puede realizar tal oposición en cada uno de los días que componen dicho espac io de tiempo...”. (Negritas del texto).

Posteriormente, esta Sala en decisión de 26 de julio de 1995 dejó sentado lo siguiente:

“...La norma contenida en el artículo 651 del Código de Procedimiento Civil, nada dice en relación a la forma que debe cumplir la oposición para que
logre la finalidad que le señala la ley. Por tanto, es menester acudir al modo en que la ley ha regulado situaciones análogas para determinar en primer
lugar, cuál es la forma que ésta debe adoptar; y, en segundo lugar, si constituye un elemento esencial para su validez, conforme a la naturaleza del acto
y al propósito que la ley le asigna.
En primer término, para acercarnos a la naturaleza de la oposición, que puede hacer el intimado en el procedimiento por intimación, la explicación que
da la Exposición de Motivos del Código de Procedimiento Civil, permite deducir que se trata de un medio de impugnación previsto para la defensa del
intimado. En efecto, en dicha Exposición de Motivos, se dice:
“Pues bien, el nuevo procedimiento permite que intimado el pago al demandado, a falta de oposición formal de éste, adquiera el decreto de
intimación fuerza ejecutiva con autoridad de cosa juzgada, procediéndose sin más a la ejecución”.
“En cambio, si el intimado tiene alguna objeción o razón seria y fundada que hacer valer, propone su oposición al decreto de intimación y el
asunto continúa por los trámites del juicio ordinario, abriéndose en ese momento la verdadera contención, con la contestación de la
demanda”.
Es forzoso concluir del texto antes transcrito, que la oposición abre al intimado la posibilidad de denunciar la existencia de una irregularidad, que
explica su objeción al decreto intimatorio. Posibilidad, que es una característica común de todos los medios de impugnación, en los cuales, como dice
Devis Echandía, la impugnación es el género y el recurso la especie (...)
Una vez que se ha precisado que se trata de un medio de impugnación, es necesario ahora aclarar cuál es el fin que le asigna la ley. Para este propósito
basta analizar los artículos 651 y 652 del Código de Procedimiento Civil, pues su lectura nos permite afirmar que la finalidad que cumple la oposición
es, sin duda, la de representar en el proceso el mecanismo con el cual el intimado abre la posibilidad de explanar en la contestación, prevista en el
artículo 652 eiusdem, las razones de su rechazo al decreto de intimación.
Pues bien, queda ahora la necesidad de determinar cuál en orden de su finalidad y naturaleza, es la forma que debe adoptar para cumplir su
propósito. Para ello, como se ha expresado, es necesario revisar el modo en que la ley ha regulado situaciones análogas. En este sentido, dicha
ya que se trata de un medio de impugnación, es en éstos donde será posible encontrar cuál es la forma que debe adoptar para que produzca el
efecto deseado por la ley.
Medios de impugnación como la tacha de documentos y el recurso de casación, tienen en común, en primer lugar, una oportunidad para su
anuncio y una posterior para formalizar las razones de su ejercicio; en segundo lugar, que la ausencia de su anuncio y formalización, deja en
toda su eficacia la actividad procesal objeto de su impugnación; y, en tercer lugar, que el anuncio no tiene otras formalidades que la
expresión indubitable de ejercer el medio de impugnación.
Características que comparte con los medios de impugnación señalados, la oposición del procedimiento de intimación, pues de los artículos
651 y 652 del Código de Procedimiento Civil, se infiere, claramente, que si el anuncio del medio de impugnación no se efectúa o no se contesta
en la ocasión señalada, el decreto de intimación queda en toda su eficacia...”. (Sentencia Nº 330, caso: Esther Burgos de Pérez contra Domingo
Benjamín Rivera, expediente Nº 89-679). (Negritas de la Sala)

Este criterio, fue reiterado entre otras, en sentencia de fecha 27 de abril de 2004 (caso: Rafael José Pinto c/ Sociedad Anónima de
Construcciones y Parcelamientos (SACONPA)), señaló lo siguiente:

“…Con fundamento en el ordinal 1° del artículo 313 del Código de Procedimiento Civil, el formalizante denuncia la infracción de los artículos 68,
346 ordinal 1°, 349, 651, 652 eiusdem, y 49 ordinal 1° de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, con base en que el juez de
alzada consideró extemporánea la oposición hecha el mismo día de la intimación, a pesar de que ese día es concedido en beneficio del demandado, en
caso de duda respecto de los lapsos y su preclusión, debe ser acogido el criterio que favorezca al derecho de defensa, razón por la cual afirma que el
sentenciador superior ha debido considerar válido dicho acto procesal de parte.
Para decidir, la Sala observa:
Respecto de la oposición al decreto de intimación, la sentencia recurrida dejó sentado:
“...b) Sobre la extemporaneidad de la oposición:
Mediante auto de fecha 05 de Mayo (sic) de 2001, se admite la demanda y se dispone seguir el procedimiento pautado por los artículos 646, 647 y
651 del Código de Procedimiento Civil.
No siendo posible la intimación personal de acuerdo a lo declarado por el Alguacil, ni tampoco por Cartel de acuerdo a lo solicitado, por resultar muy
oneroso, a petición del actor el Tribunal dispone que se intime a la ciudadana Luisa Margarita Fernández de González (Folio 103), para lo cual se
libró comisión. El Tribunal mediante auto de fecha 20/06/01 acuerda lo solicitado, y en vez de ordenar la intimación de la demandada para que
compareciera a pagar las cantidades de dinero demandadas, ordenó la citación que a decir del a-quo, fue un error involuntario y efectivamente en
fecha 3/10/01 el Tribunal conforme al artículo 310 eiusdem; revocó por contrario imperio el auto de fecha 20/07/01, dejándolo sin efecto y valor
alguno, y dispuso la intimación de la demandada de acuerdo al procedimiento legalmente pautado.
Anterior a esta actuación el Comisionado practica la citación de la demandada, acto éste ya revocado, se remite y se ordena agregar a los autos. Hasta
aquí se observa que la Intimación de la ciudadana Luisa Margarita Fernández de González no había sido materializada como concretamente lo
establece el a-quo. Es cierto que hubo error, el cual fue debidamente corregido en su debida oportunidad, no desprendiéndose que haya violación de
alguna garantía constitucional por parte del a-quo y así se decide.
Ahora bien, claramente se desprende de los autos, exactamente al folio 41 que en fecha 16/10/01 el apoderado judicial de la demandada, abogado
Pedro Oviedo hace formal oposición al decreto de intimación, y así mismo tacha, desconoce e impugna los dos (2) instrumentos cambiarios objeto de
la pretensión y consigna instrumento poder que le acredita su representación, y a la abogada Lilina Núñez de Oviedo.
Es así, tal como lo decidió el a-quo que habiendo sido revocado el auto que subvirtió el proceso de fecha 20/07/01 (Folio 28) no constando la
intimación de la demandada y habiéndose realizado en esta fecha 16/10/01 posterior a la actividad saneadora del Tribunal, la comparecencia del co-
apoderado de la demandada, quien desplegó las actuaciones señaladas ut supra de conformidad con el artículo 216 del Código de Procedimiento
Civil, es desde esa fecha, que se tiene por intimada a la ciudadana Luisa Margarita Fernández de González, y así se decide.
Establecido lo anterior, esta juzgadora se formula la siguiente interrogante ¿Cuándo comenzaba el lapso a que hace mención el artículo 651 del
Código de Procedimiento Civil?, esta interrogante tiene su respuesta en el mismo artículo señalado, cuando dispone:
...Omissis...
De la interpretación sistemática de la norma y la siguiente (652). Tenemos que el legislador concedió un tiempo oportuno y razonable para hacer
oposición y “dentro de los diez días siguientes a su notificación.” Si el apoderado compareció el día 16/10/01 al día siguiente de despacho, si fue el
17, será desde ese día; el cómputo del folio vuelto 90 no señala si el 17 hubo despacho. Por lo tanto si la oposición fue interpuesta el mismo día de la
comparecencia, fue extemporánea por anticipada. Sin olvidar el recurrente que los actos del procedimiento son de ESTRICTO ORDEN PÚBLICO
y así se decide.
Como consecuencia de lo anterior, el resto de la actividad desplegada por la demandada a través de sus co-apoderados en cuanto a la Tacha propuesta
en el acto de hacer oposición con la consecuencia ya declarada, resulta igualmente extemporánea y su formalización por contravenir los lapsos
establecidos en los artículos 443 y 444 eiusdem. Así como la contestación de la demanda, que se efectúo sin haberse formulado oposición válida en el
tiempo establecido para ello, siendo que el artículo 652 del citado texto legal, establece que el efecto que produce la oposición oportuna, es que el
decreto de intimación quede sin efecto, no pudiendo procederse a la ejecución forzosa y que las partes queden entendidas para la contestación a la
demanda en el lapso de cinco (5) días siguientes. Siendo concluyente la extemporaneidad de estos actos y así se decide...”
De la precedente transcripción se evidencia que el juzgador ad quem estableció que el día 16 de octubre de 2001, el demandado se dio por intimado,
y en esa misma oportunidad se opuso al decreto de intimación, razón por la cual concluyó que dicha oposición es extemporánea por prematura.
La Sala considera que este pronunciamiento es ajustado a derecho, pues los artículos 651 y 652 del Código de Procedimiento Civil disponen:
“...Artículo 651
El intimado deberá formular su oposición dentro de los diez días siguientes a su notificación personal practicada en la forma prevista en el artículo
549, a cualquier hora de las fijadas en la tablilla a que se refiere el artículo 192. En el caso del artículo anterior, el defensor deberá formular su
oposición dentro de los diez días siguientes a su intimación, en cualquiera de las horas anteriormente indicadas. Si el intimado o el defensor en su
caso, no formulare oposición dentro de los plazos mencionados, no podrá ya formularse y se procederá como en sentencia pasada en autoridad de
cosa juzgada.
Artículo 652
Formulada la oposición en tiempo oportuno por el intimado o por el defensor, en su caso, el decreto de intimación quedará sin efecto, no podrá
procederse a la ejecución forzosa y se entenderán citadas las partes para la contestación de la demanda, la cual tendrá lugar dentro de los cinco días
siguientes a cualquier hora de las indicadas en la tablilla a que se refiere el artículo 192, sin necesidad de la presencia del demandante, continuando el
proceso por los trámites del procedimiento ordinario o del breve, según corresponda por la cuantía de la demanda...”
De conformidad con las normas citadas, el lapso de diez días para ejercer oposición contra el decreto intimatorio, comienza a correr al día siguiente
de haberse dado por intimado. Por consiguiente, de ser formulada la oposición un día antes del comienzo de los diez días o después de culminado
éste, la consecuencia inmediata será la extemporaneidad de dicha oposición, ya por prematura o por tardía, y en consecuencia, quedará firme el
decreto intimatorio.
Esta Sala ha fijado su posición respecto de la tempestividad de los actos procesales, tanto de parte como del tribunal, y en este sentido, entre otras, en
sentencia N° 363 de fecha 16 de noviembre de 2001, en el juicio Cedel Mercado de Capitales, C.A. c/ Microsoft Corporation, expediente N° 00-132,
ha establecido:
“...En efecto, dentro de un proceso como el nuestro, informado por el principio de preclusión, donde flamean altivamente los postulados del
artículo 196 del Código de Procedimiento Civil, cualquier acto que se lleve a cabo fuera del ámbito temporal de validez establecido en la ley,
debe, necesariamente, ser rechazado.
Indudablemente, los actos procesales nada tienen que ver con las loterías donde se gana o se pierde por aproximación y, por ello tan
extemporáneo resulta el acto realizado antes del nacimiento del lapso respectivo como el que se lleva a cabo después de agotado ese lapso y,
dentro de cada supuesto, tan intempestivo es el acto cumplido con un mes de anticipación como el verificado cinco minutos antes del
nacimiento del lapso respectivo y es igual de inoportuno el acto materializado cinco minutos después de vencida la oportunidad de ley como
el ejecutado con un mes de posterioridad a ello...” (Negritas de la Sala)
La Sala reitera esta precedente jurisprudencial en el caso concreto, y deja sentado que la oposición formulada por el demandado el mismo día que se
dio por intimado es extemporánea por prematura, y en consecuencia, el decreto intimatorio quedó firme, como acertadamente fue establecido por el
juez de la recurrida.
En virtud de los razonamientos antes expuestos, la Sala declara improcedente la denuncia por infracción de los artículos 68, 346 ordinal 1°, 349, 651
y 652 del Código de Procedimiento Civil, y respecto del artículo 49 ordinal 1° de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, deja
sentado que son otros los medios procesales y acciones de que disponen las partes para alegar las infracciones constitucionales, cuyo conocimiento,
en principio, compete a otros órganos jurisdiccionales y a la Sala Constitucional, y no el recurso de casación, que constituye un medio de excepción,
cuyo propósito es el control sobre la legalidad de los fallos recurridos, y así se decide...”. (Negritas del texto)

Como puede observarse, de conformidad con el criterio sostenido por la Sala, para que la oposición al decreto intimatorio pudiera considerarse eficaz
debía realizarse en tiempo oportuno, esto es, dentro de los diez días siguientes a la constancia en autos de haber sido intimada la parte accionada. Por esa razón, esta
Sala de Casación Civil estableció que la oposición al decreto ejercida el mismo día que se dio por intimado es extemporánea por prematura, y en consecuencia, el
decreto intimatorio adquiría firmeza.

Ahora bien, de las actas del expediente esta Sala observa, que el Juzgado Primero de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la
Circunscripción Judicial del estado Lara, en fecha 5 de marzo de 2003, declaró firme el decreto intimatorio por considerar que desde la fecha en que la parte demandada
se dio por intimada, es decir desde el 7 de enero de 2003, y contado el lapso de diez días, el cual expresa venció el 24 de enero de 2003, ésta no hizo oposición al
referido decreto. Esta decisión fue confirmada por el Juzgado Superior Primero en lo Civil, Mercantil y “Menores” de la misma Circunscripción Judicial.

Para el momento en que la parte demandada hizo oposición al decreto el mismo día que se dio por intimado en el presente caso, esta Sala de Casación
Civil tenía establecido que si “De conformidad con las normas citadas, el lapso de diez días para ejercer oposición contra el decreto intimatorio, comienza a correr al
día siguiente de haberse dado por intimado. Por consiguiente, de ser formulada la oposición un día antes del comienzo de los diez días o después de culminado éste, la
consecuencia inmediata será la extemporaneidad de dicha oposición, ya por prematura o por tardía, y en consecuencia, quedará firme el decreto intimatorio”.
Ahora bien, la Sala considera conveniente revisar su criterio en relación con la validez de la oposición ejercida el mismo día en que se dio por intimada.

Considera este Alto Tribunal, que la oposición al decreto de intimación no se desnaturaliza por el hecho de que se verifique el mismo día en que quedó
intimada la parte demandada, pues logra cabalmente su cometido al poner de modo manifiesto la intención de oponerse a ese procedimiento ejecutivo.

En ese sentido, la Sala Constitucional de este Supremo Tribunal ha sostenido al pronunciarse sobre la eficacia de la apelación ejercida el mismo día de
publicado el fallo, que este medio de impugnación debe considerarse válido, pues es una cuestión de mera forma que ningún perjuicio ocasiona a la parte contra quien
obra el recurso, lo que permite revisar el fallo para poder depurar sus supuestos vicios, de no ser así la interpretación de la norma.

Con base al anterior razonamiento, la Sala Constitucional dejó establecido que de no considerarse válida la apelación ejercida bajo estas
circunstancias, se estaría creando indefensión al apelante por el juez que limita o priva a una de las partes el libre ejercicio de los medios o recursos que la Ley le brinda
para hacer valer sus derechos. (Sentencia N° 847/2001 del 29 de mayo de 2001, reiterada entre otras, en sentencia del 11 de diciembre de 2001, caso: Distribuidora de
Alimentos 7844).

Los anteriores criterios son aplicables mutatis mutandi al caso que se examina, puesto que el efecto preclusivo del lapso para ejercer la oposición viene
dado no por la anticipación de la actuación, sino por el agotamiento del lapso para la interposición de ese medio de impugnación, y por ello pierde sentido el criterio que
hasta hoy ha venido sosteniendo la doctrina de esta Sala, pues lo importante es que quede de manifiesto que la parte intimada tiene la intención de impulsar el proceso y
de hacer sucumbir el procedimiento monitorio a través de la interposición de la oposición; de lo contrario, se estaría sacrificando la justicia en contravención de las
garantías de defensa y de tutela judicial efectiva que postula la vigente Constitución.

Aunado a lo anterior, evidencia esta Alto Tribunal que el interés procesal radica en la necesidad de la parte de acudir a la vía judicial para que se le
reconozca un derecho y evitar un daño injusto, personal o colectivo, debido a una concreta circunstancia o situación jurídica.

Al respecto, el tratadista Piero Calamandrei sostiene que “…El interés procesal en obrar y contradecir surge precisamente cuando se verifica en
concreto aquella circunstancia que hace considerar que la satisfacción del interés sustancial tutelado por el derecho, no puede ser ya conseguido sin recurrir a la
autoridad judicial, o sea, cuando se verifica en concreto la circunstancia que hace indispensable poner en práctica la garantía jurisdiccional....” (Calamandrei, Piero.
Instituciones de Derecho Procesal Civil. La Acción, Volumen I, pág. 269, Ediciones Jurídica Europa América, Buenos Aires, 1973).

Por otra parte, esta Sala estima que en modo alguno se produce un desequilibrio procesal entre las partes si se considera válida la oposición ejercida el
mismo día en que se dio por intimada la parte demandada, ya que de igual manera debe dejarse transcurrir íntegramente el lapso de oposición, para que puedan
cumplirse a cabalidad los actos procesales subsiguientes.

Por tanto, esta Sala establece que la oposición ejercida el mismo día en que la parte demandada quedó intimada debe considerarse eficaz, ya
que el efecto preclusivo viene dado no por la anticipación de la actuación, sino por el agotamiento del lapso sin que se ejerza el recurso.

En consecuencia, la Sala abandona el criterio sostenido en la decisión de fecha 13 de marzo de 1991, reiterado, entre otras en decisión del 27 de abril
de 2004, y las que se opongan al establecido en esta decisión, y en lo sucesivo, es decir, a partir de la publicación del presente fallo deberá considerarse válida
la oposición al decreto intimatorio ejercido el mismo día en que se dio por intimada la parte demandada, pues en estas circunstancias el acto mediante el cual
se impugna el decreto de intimación, habrá alcanzado el fin al cual estaba destinado, es decir, ese medio de impugnación habrá logrado cabalmente su
cometido al quedar de manifiesto la voluntad de la parte de hacer fenecer el procedimiento monitorio.

En aplicación del criterio anteriormente establecido, toda vez que lo contrario implicaría contravenir el artículo 26 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, según quedó expresado precedentemente, la Sala concluye que en el presente caso debe tenerse como válidamente ejercida la oposición
presentada el mismo día en que se dio por intimado el ciudadano Julio Ramón Vásquez; por tanto, se declara nulo el auto dictado por el tribunal a quo en fecha 15 de
enero de 2003, que declaró “como no hecha” la oposición, y, en consecuencia esta Sala repone la causa al estado en que se encontraba para el momento en que se
produjo el referido acto írrito. Previa notificación de las partes, continuarán computándose los lapsos correspondientes. Así se establece.

DECISIÓN

Por las razones antes expuestas, el Tribunal Supremo de Justicia en Sala de Casación Civil, administrando justicia en nombre de la
República Bolivariana de Venezuela y por autoridad de la Ley, CASA DE OFICIO la decisión de fecha 20 de abril de 2004, dictada por el Juzgado
Superior Primero en lo Civil, Mercantil y “Menores” de la Circunscripción Judicial del estado Lara, con sede en Barquisimeto. En consecuencia
DECLARA NULO el auto dictado por el tribunal a quo en fecha 15 de enero de 2003, que declaró “como no hecha” la oposición, y, en consecuencia esta Sala
repone la causa al estado en que se encontraba para el momento en que se produjo el referido acto írrito. Previa notificación de las partes, continuarán computándose
los lapsos correspondientes.

Magistrado Ponente: CARLOS OBERTO VÉLEZ

En el juicio por cobro de bolívares intentado mediante el procedimiento intimación o monitorios, ante el Ju zgado Primero
d e P r i m e r a In s t a n c i a e n l o C i v i l , M e r c a n t i l y B a n c a r i o d e l a C i r c u n s c r i p c i ó n J u d i c i a l d e l e s t a d o C a r a b o b o , p o r e l a b o g a d o
HERNÁN CARVAJAL MORALES, actuando como endosatario en procuración del ciudadano ÁNGEL DÍAZ CEDEÑO, contra el
abogado RUBÉN OCTAVIO PÉREZ PARRA ; el Ju zgad o Superior Primero en lo Civil, M ercantil, Bancario, del Tránsit o y d e
Protección del Niño y del Adolescente d e la misma Circunscripción Judicial, conociendo en comp etencia funcional jerárquica
vertical, el 10 de agosto de 2009, dictó sentencia mediante la cual d eclaró sin lugar el recurso procesal d e ap elación interp uesto
por la demandada, confirmando la decisión de primera instancia que declaró firme el decreto p or intimación, otorgándole el
carácter de cosa juzgada al señalad o decreto.
Contra la preindicada sentencia, el demandado anunció recurso de casación, el cual fu e admitido y formalizad o. No
hubo impugnación.
Concluida la sustanciación del recurso de casación, la Sala pasa a dictar su máxima decisión procesal bajo la ponencia del Magistrado que con tal
carácter la suscribe, lo cual hace previas las siguientes consideraciones:
CASACIÓN DE OFICIO
En resguard o del legítimo d erech o que tienen las partes a la defensa, al debido proceso y al libre acceso a los órganos
de administración de justicia para ejercer el derecho a la tutela efectiva de los mismos y el de petición, consagrado en los
artículos 49, numeral 1, 26 y 51 d e la Constitución de la República Bolivariana d e Ven ezu ela; esta Sala de Casación Civil, en
f a l l o d e f e c h a 2 4 d e f e b r e r o d e l 2 0 0 0 , e x p e d i e n t e N º 9 9 - 6 2 5 , s e n t e n c i a N º 2 2 , e n e l c a s o d e l a Fu n d a c i ó n p a r a e l D e s a r r o l l o d e l
e s t a d o Gu á r i c o ( F U N D A G U ÁR IC O ) c o n t r a J o s é D e l M i l a g r o P a d i l l a S i l v a , d e t e r m i n ó q u e c o n f o r m e c o n l a d i s p o s i c i ó n l e g a l
prevista en el artículo 320 d el Código d e Procedimiento Civil y al principio constitucional establecido en el art ículo 257 de la
preindicada Constitución: “ El proceso constituye un instrumento fundamental para la realización de la justicia… ”, tiene la
prerrogativa para extend er su examen hasta el fondo de la controversia sin formalismos, cuando detecte “… infracciones de
orden público y constitucionales que ella encontrare, aunque no se las haya denunciado...” .
Pues bien, con objeto de aplicar una recta y sana administración de justicia, la Sala procede a obviar las d enuncias
articuladas en el presente recurso d e casac i ón y hacer uso de la facu ltad estableci da en el precitado a rtículo 320 de la Le y
Ad j e t i v a C i v i l , q u e l a a u t o r i z a a “ . . . h a c e r p r o n u n c i a m i e n t o e x p r e s o , p a r a c a s a r e l f a l l o r e c u r r i d o c o n b a s e e n l a s i n f r a c c i o n e s
de orden público y constitucional (…) aunque n o se las haya sido denunciado…”, por el formalizante. En consecu encia, se pasa
a analizar la situación procesal planteada en el presente ju icio, en los siguientes términ os:
En el caso bajo estudio, el formalizante planteó p or vía del recu rso de fondo una s ituación netamente procesal y relativa
a las formas, y ante el error de técnica de la denuncia de infracción d e ley que la hace inviable, la Sala d ecide analizar de oficio
el asunto sometido a su consideración.
E n e l p r e s e n t e j u i c i o p o r c o b r o d e b o l í v a r e s i n t e n t a d o – c o m o ya s e d i j o - m e d i a n t e e l p r o c e d i m i e n t o p o r i n t i m a c i ó n , e l
demandado compareció por primera vez en fecha 11 de febrero d e 2008, y consign ó la siguiente diligencia:
“…En h oras de despacho del día de hoy once (11) de febrero del año 2 008, comparece por ante este tribunal
Rubén Octavio Pérez Parra, venezolano, abogad o, de este domicilio, cedu lado bajo el número: 7.140.179,
actuando en representación propia y en resguard o de mismos d erechos míos y d e mi grupo familiar, con el
objeto de expon er y solicitar:
En fecha doce (12) d e diciembre d el año 2007, se intento demandar en mí contra, cual por distribución
correspondió a este juzgado y se le dio la numeración : 54153; ahora bien ciudadana jueza, por cuanto
“d escon ozco” las firmas que suscr ib en las letras d e cambio, objeto principal qu e gen era la presente
demanda, no soy yo quien esta obligado a pagarlas, mal podría prosp erar la presente acción y men os aún
procedería la medida de prohibición de enajenar y gravar preventiva, por cuanto se est arían violando mis
d e r e c h o s f u n d a m e n t a l e s c o n s a g r a d o s e n l a C o n s t i t u c i ó n d e l a R e p ú b l i c a B o l i v a r i a n a d e V e n e z u e l a , c u ya
tutela le solicito mu y respetuosamente, tod o d e conformidad con los artículos 25 y 26 del texto
constitucional, lo cual n ecesariamente a ctiva la obligación legal establecida en el artículo 287 numeral 2,
del Código Orgánico Procesal Penal.
Es todo, se terminó, se leyó y conformes firman…”.

La recurrida, a l igua l que el tribunal de la causa, consid eraron que la transc rita actuación proc es a l, n o podía entenderse
como una oposición válida al procedimiento intimatorio y, en consecu encia, declararon la inexistencia de tal oposición y firm e
el d ecreto intimatorio, con carácter de cosa juzgada y sin necesidad de abrir el contradictorio por vía d el juicio ordinario. En
efecto, señaló la recu rrida lo siguiente:
“…Con dicha actuación el intimado tan solo formuló un descon ocimiento del instrumento producido por el
a c t o r c o n e l l i b e l o d e l a d e m a n d a , l o c u a l e n o p i n i ó n d e l i l u s t r e p r o c e s a l i s t a R IC A R D O H E N R IQ U E Z L A
ROCHE, si el instrumento privado es producido con el lib elo de demanda, el d esconocimiento deb erá
h a c e r s e e n e l a c t o d e l a c o n t e s t a c i ó n a l f o n d o d e l a d e m a n d a . Ah o r a b i e n , d e c o n f o r m i d a d c o n e l a r t í c u l o
651 del Código d e Procedimiento Civil. e l intimado debía formu lar su op osición, al decreto intimatorio,
dentro d el lapso p revisto en dicha norma; puesto qu e, para que continuase el proceso, por los trámites d el
procedimiento bien sea ordinario o breve según correspon da por la cuantía de la d eman da, y tuviese lu gar el
acto de contestación d e la demanda (al ten erse con su actuación por citado al intimado, par: la contestación
de la misma), la oposición al decreto intimatorio d ebió ser formulada el tiempo oportu no; vale señalar, en el
lapso d e caducidad previsto en el referido artícu lo 65 del Código de Procedimiento Civil. Y constatado, qu e
dentro de dicho lapso, la parte demandada no hizo oposición al decreto de intimación, lo cual se evidencia
del c ómputo rea lizad o, por la secretaria del Tribunal " a -quo", de los días de despacho transcurrido d esde el
11 de febrero de 2008 inclusive, hasta el 08 de marzo de 2008 inclusive, el cual corre a lo autos en el folio
18; tal omisión trajo como consecuencia que vencido el plazo de caducidad previsto en el art ículo 651 del
Código d e Procedimiento Civil, nunca se aperturara procedimiento ordinario, que diera lugar al acto de
contestación a la d emanda, lo que hace forzoso concluir, que no obstante el criterio hoy imp erante d e qu e
los actos realizad os con anticipa ción deben ser considerados tempestivos, el desconocimiento realizado p or
el intimado, sin que se aperturaza el procedimiento ordinario, vale señalar, fuera del acto d e contestación
d e l a d e m a n d a s e t i e n e c o m o n o r e a l i z a d o . Y A S I S E E S T AB L E C E .
En consecuencia de lo anteriormente establecido, de conformidad con la norma prevista en el artículo 651
del Código d e Procedimiento Civil, que señala: "Si el intimado o el d efensor en su caso, no formu lare
oposición dentro de los plazos mencionados, n o podrá formular se y se proced erá como en sentencia pasada
e n a u t o r i d a d d e c o s a J u z g a d a " , y t o m a n d o e n c o n s i d e r a c i ó n e l c r i t e r i o d o c t r i n a r i o d e l t r a t a d i s t a AR ÍS T ID E S
R E N GE R O M B E R G, e n r e l a c i ó n a l a c o s a j u z g a d a , s e g ú n e l c u a l p o d e m o s d i s t i n g u i r Ia , s i g u i e n d o a L i e b m a n ,
como la inmutabilidad del mandato que nace d e una sentencia; y qu e el artículo 272 del Código d e
Procedimiento Civil, define la cosa Ju zgada formal, señalando: "Ningún Juez podrá volver a decidir la
c o n t r o v e r s i a ya d e c i d i d a p o r u n a s e n t e n c i a , a m e n o s q u e h a ya r e c u r s o c o n t r a e l l a o q u e l a l e y e x p r e s a m e n t e
lo permita", siendo que el fin de la cosa juzgada formal, es hacer que la sentencia sea inatacable en el
á m b i t o d e l p r o c e s o p e n d i e n t e , d e m o d o q u e é s t e t e n g a t é r m i n o ; y d a d o q u e ya n o p o d r á f o r m u l a r s e o p o s i c i ó n
alguna, de conformidad con lo expuesto preced entemente; el decreto d e intimación de fecha 14 de en ero d e
2008, dictado por el Tribunal "a -quo", se ti en e como ej ecutorio y como sent encia pasada en autoridad de
c o s a j u z g a d a , Y A S I S E D E C ID E .
De con formidad con lo anteriormente decidido, estando conforme a d erecho la sentencia dictada por el
Tribunal "a-quo" en fecha 28 de julio de 2008, la apelación interpuesta por el abogado RUBEN (Sic)
O C T A V IO P E R E Z ( S i c ) P A R R A, a c t u a n d o e n s u p r o p i o n o m b r e y r e p r e s e n t a c i ó n n o p u e d e p r o s p e r a r , Y AS Í
S E D E C ID E … ” ( M a yú s c u l a d e l t e x t o t r a n s c r i t o ) .

Como pued e observarse, el demandado compareció en la fase de intimación, consignó una diligencia como primera
actuación procesal y d escon oció las firmas de las letras d e cambio qu e sustentan la pretensión procesal, indicando “…no soy yo
quien está obligado a pagarlas, mal podría prosperar la presente acción…”.
La Sala det ermina que ta l d iligencia coincide con la int imación del d emandado, por lo cual podría ent enderse q ue se
trata de una intimación anticipada, pero de acuerdo al criterio que ha venido consolidándose en la Sala Constitucional y
ratificado ampliamente en esta Sala d e Casación Civil, tal actuación procesal es p erfectamente válida.
En efecto, la Sala Constitucional, en sentencia de fecha 16 de abril de 2008, en el amparo constitucional intentado por
l a s o c i e d a d m e r c a n t i l In v e r s i o n e s B l a B l a , C . A. , e x p . N ° 0 6 - 0 9 2 1 , s e n t e n c i a N ° 5 7 8 , d e t e r m i n ó l o s i g u i e n t e :
“…Por otra parte, observa esta Sala que la parte apelante sostiene como fundamento de su recu rso que:
“… la contestación anticipada en materia de juicio breve, como lo es precisamente el juicio de resolución
de contrato de arrendamiento donde se produjo la decisión accionada en amparo, no puede dársele el
mismo tratamien to que la contestación anticipada en materia de juicio ordinario, conforme a la
interpretación vinculante establecida por la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia en los
términos precedentemente expuestos, toda vez que, la oportunidad para l a comparecencia del demandado
prevista en el artículo 883 del Código de Procedimiento Civil, consiste en un término y no en un lapso, lo
que obligatoriamente lleva implícito que el demandado debe contestar la demanda, única y exclusivamente,
al segundo día siguiente a su citación, de suerte que, tanto la contestación anticipada o la presentada con
posterioridad, resultarían a todas luces extemporáneas, como en efecto ocurrió en el presente caso, al
realizarse antes de que empezara a correr el lapso de compa recencia, esto es el día 7 de octubre de 2002,
cuando lo cierto es que, en todo caso, tal actuación, ante el hecho de no constar en autos las resultas de la
práctica de la medida cautelar por parte del Tribunal Ejecutor, debía ser considerada el acto de c itación
tácita a partir del cual comenzaría a correr el término de dos (2) días para la contestación de la demanda,
todo lo cual fue ignorado por el Juez de alzada en la sentencia accionada…”.

E n t a l s e n t i d o r e s u l t a o p o r t u n o a c o t a r q u e , e s t a S a l a e n s e n t e n c i a N ° 9 8 1 , d e l 1 1 d e m a yo d e 2 0 0 6 , ( c a s o :
“José del Carmen Barrios y otros”) , estableció lo siguiente:
“...la figura de la confesión ficta que surge ante la falta de contestación de la demanda, cuando el
demandado no probare nada que le favoreciere y cuando la petición del actor no sea contraria a derecho no
podrá configurarse cuando el demandado conteste anticipadamente la demanda, sino sólo en aquellos casos
en que el demandado no de contestación a la demanda o lo haga vencido el lapso legal respecti vo.
Ahora bien, debe destacar esta Sala que el criterio anteriormente establecido es sólo aplicable a aquellos
casos en que la contestación de la demanda se debe verificar dentro de un lapso establecido en la ley
adjetiva, como es el caso del juicio ordin ario, donde el demandado cuenta con un lapso de veinte (20) días
de despacho para contestar la demanda, en forma indistinta, el cual en todo caso debe dejarse correr
íntegramente en virtud de principio de la preclusividad de los lapsos procesales y no para el caso en que la
contestación de la demanda deba verificarse en un término, como sería en el supuesto del juicio breve,
donde la parte demandada debe contestar la demanda al segundo día de despacho siguiente a la citación y
la parte actora podría ver vul nerado su derecho a la defensa cuando en esa oportunidad el demandado
oponga cuestiones previas y la parte actora tiene oportunidad para contradecirlas .
. . . O m i s s i s . . . ” ( S u b r a ya d o d e l p r e s e n t e f a l l o ) .
No obstante, se deb e señalar que en sentencia N° 19 04 d el 11 de n oviembre d e 2006, en la cual se
verificaron las mismas partes, la Sala d eterminó la validez de la contestación d e la d emanda de forma
anticipada en un procedimiento b reve, tal como lo constituye el juicio por resolución de contrato d e
arrendamiento y, dentro de esa persp ectiva citó la sentencia N° 2973 del 10 de octubre de 2005, (caso:
“Servicios Halliburton de Venezuela, S.A.” ), y conclu yó q ue:
“Ahora bien, estima la Sala que en el presente caso, el adelantamiento en la contestación de la demanda ,
no constituyó per se perjuicio alguno a la parte actora, por cuanto la misma no se efectuó -tal como lo
indicó la accionante - en detrimento, con aventajamiento, o en desmedro de los derechos de la demandante.
En tal sentido, observa la Sala que a pesar d e que el caso sub júdice se trata de un juicio breve, el mismo
efectivamente se desarrolló en formas similares con las del juicio ordinario, ya que al no haber sido
opuestas cuestiones previas por el demandado, de ninguna manera podría haber resultado afec tada la parte
actora; en consecuencia, la contestación de la demanda debió ser considerada tempestiva; y así se
declara”.
P a r t i e n d o d e e l l o , a s í c o mo d e l a s o t r a s c a u s a s s i mi l a r e s a e s t a y q u e y a f u e r o n d e c i d i d a s p o r e s t a S a l a
en los fallos N° 1.904/01.11. 2006, N° 1.203/25.06.2007 y N° 1.784/05.10.2007, esta Sala debe ratificar el
c r i t e r i o s e n t a d o , a l v e r i f i c a r s e q u e e n e l c a s o d e a u t o s , e l a d e l a n t a mi e n t o e n l a c o n t e s t a c i ó n d e l a
d e ma n d a , n o c a u s ó n i n g ú n a g r a v i o a l a p a r t e a c t o r a , e n v i r t u d d e q u e n o f u e r o n o p u e s t a s c u e s t i o n e s
p r e v i a s p o r e l d e ma n d a d o , e l t e r c e r o i n t e r e s a d o s e e n c u e n t r a a l t a n t o d e t o d a s l a s a c t u a c i o n e s
e f e c t u a d a s p o r e l a c c i o n a n t e e n a m p a r o t a n t o e n l a p r e s e n t e c a u s a c o mo e n e l j u i c i o p r i n c i p a l , t o d a s l a s
p a r t e s s e e n c u e n t r a n a d e r e c h o y l a c a u s a s e r e p u s o p o r e l a q u o a l mo me n t o e n q u e s e p r o d u j o l a
contestación, en consecuencia, la contestación de la demanda debió ser considera da tempestiva, de allí
q u e , l a a c c i ó n d e a mp a r o d e b e s e r d e c l a r a d a c o n l u g a r . A s í s e d e c i d e .
En virtud de lo expu esto, resu lta forzoso para esta Sala declarar sin lugar el recurso de ap elación
interpuesto p or el ab ogad o Manuel Bellera Campi, con el carácter de apod erado judicial de Esvall C.A. –
t e r c e r a i n t e r e s a d a - y, e n c o n s e c u e n c i a c o n f i r m a l a s e n t e n c i a d i c t a d a p o r e l J u z g a d o S u p e r i o r P r i m e r o e n l o
C i v i l , M e r c a n t i l , d e l T r á n s i t o , B a n c a r i o y P r o t e c c i ó n d e l N i ñ o y d e l Ad o l e s c e n t e d e l a C i r c u n s c r i p c i ó n
J u d i c i a l d e l E s t a d o C a r a b o b o , q u e d e c l a r ó c o n l u g a r l a a c c i ó n d e a m p a r o c o n s t i t u c i o n a l i n t e r p u e s t a y, a s í s e
decide….” (Resaltado d e la Sala Civil).

En este mismo orden de ideas, la Sala d e Casación Civil en sentencia de fecha 14 de febrero de 2006, en el juicio
p o r c o b r o d e b o l í v a r e s , v í a i n t i ma c i ó n , i n t e n t a d o p o r e l c i u d a d a n o J u l i o E . R a m í r e z R o j a s c o n t r a J u l i o R a m ó n V á s q u e z ,
sentencia N° RC -081, exp. N° 2004 -000801, casó de oficio el fallo y repuso la causa al estado de considerar como válida
la op osición formulada por el intimado el mismo día de su intimación, a pesar d e ser anticipada. En efecto, señaló la Sala
Civil lo siguiente:
“…En este ord en d e ideas, la Constitución de la República Bolivariana de Venezu ela, en sus artículos
26 y 257, deja claramente evidenciada la voluntad del constituyente de preservar a toda costa la
justicia.
E l me n c i o n a d o a r t í c u l o 2 6 d e s a r r o l l a l o q u e l a d o c t r i n a y l a j u r i s p r u d e n c i a h a d e n o mi n a d o e l d e r e c h o a
la tutela judicial efectiva, que contempla, entre otras cosas, el derecho a acceder al órgano judicial
para obtener un pronuncia miento oportuno y eficaz ; por tanto, se erige como un de recho constitucional
que nació para hacer frente a la injusticia, y que está íntimamente relacionado con la garantía de la
seguridad jurídica que, esen cialmente protege la dignidad humana y el resp eto d e los derechos personales y
patrimoniales, individuales y colectivos.
Resp ecto d el derecho constitucional de la tutela judicial efectiva, la Sala Constitucional ha estab lecid o:
(…Omissis…)
Asimismo, la Sala Constitucional ha dejad o sentado que “… los artículos 26 y 49 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela establecen el derecho de los ciudadanos a gozar de una tutela judicial
efectiva, la cual comprende, no sólo el acceso a la justicia, sino que toda sentencia sea oportunamente
ejecutada en los términos en que fue proferida …”. (Sentencia Nº 2.615 de fecha 11 -12-01, Exp. Nº 00 -1752,
caso: Fredd y Ríos Acevedo).
(…Omissis…)
De igual mod o, esta Sala de Casación Civil, en senten cia de fecha 12 de abril d e 2005, (caso: Mario
Castillej o Muelas, c/ Juan Mora les Fu ent ealba ), dej ó esta blecid o:
‘…la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en sus artículos 26 y 257, deja
claramente evidenciada la voluntad del constitu yente de p reservar a toda costa la justicia por encima
de cualquier formalidad no esencial en el proceso y la n ecesida d de qu e ésta se imparta sin dilacion es
o r e p o s i c i o n e s q u e e n n a d a c o n t r i b u ya n a l a l c a n c e d e t a l f i n .
… O mi s s i s …
La Sa la venía indicando hasta el present e que los actos proc esa les deb en c eleb rarse “dentro de una
coordenada temporal específica”, de conformidad con los principios de preclusión y tempestividad
de los actos y, por tanto, se reputan extemp orán eos por anticipado los recursos o medios de
i m p u g n a c i ó n q u e s e e j e r z a n a n t e s d e q u e s e i n i c i e e l l a p s o p a r a i n t e r p o n e r l o s d e a c u e r d o c o n l a l e y.

En efecto, en sentencia de fecha 10 de febrero d e 1988 la Sala estab leció lo siguiente: …

De las actas del exp ediente se observa, qu e el día 10 de diciembre d e 1997, el Ju zgado Undécimo de
P r i m e r a In s t a n c i a e n l o C i v i l , M e r c a n t i l y d e l T r á n s i t o d e l a C i r c u n s c r i p c i ó n J u d i c i a l d e l Á r e a
Metropolitana de Caracas, dictó sentencia en la cual declaró parcialmente con lugar la demanda
i n t e n t a d a p o r l a c i u d a d a n a B e l k ys Gu t i é r r e z c o n t r a e l c i u d a d a n o D o m i n g o M a n u e l C e n t e n o , l a m i s m a
fue publicada fu era d el lapso legal, lo qu e con llevaría a la notificación de las partes según el artículo
2 5 1 d e l C ó d i g o d e P r o c e d i m i e n t o C i v i l . Ah o r a b i e n , c o n m o t i v o d e e s t a d e c i s i ó n , l a p a r t e d e m a n d a d a
mediante diligencia de fecha 15 de diciembre de 1997 apeló, es decir, que la parte demandada se dio
p o r n o t i f i c a d a t á c i t a m e n t e d e l a m i s m a . As i m i s m o l a c o n t r a p a r t e , a p e l ó d e l a s e n t e n c i a d e p r i m e r a
i n s t a n c i a e n f e c h a 1 7 d e d i c i e m b r e d e 1 9 9 7 , c o n c u ya a c t u a c i ó n t a m b i é n q u e d ó n o t i f i c a d a t á c i t a m e n t e
de la decisión. Es de hacer notar qu e, por el h echo de estas apelaciones quedaron notificadas
tácitamente ambas partes de la d ecisión del a -quo, y es al día siguiente de la última de estas
actuaciones cuando comenzó el término para intentar el recurso de apelación, todo esto según el
artículo 298 del Códig o d e Procedimiento Civil.

Ap l i c a n d o l a s d o c t r i n a s a n t e s t r a n s c r i t a s a l c a s o b a j o a n á l i s i s , a p r e c i a l a S a l a q u e n o f u e v u l n e r a d o
el d erecho a la defensa d el recurrente por el fallo dictado por el Ju zgad o Sup erior Tercero en lo
Civil, M ercanti l y del Trán sito d e la Circunscripción Judicial del Área M etropolit ana de Caracas,
toda vez que el recurso ordinario de ap elación, fue ejercido extemporán eamente, es decir, una vez
publicada la sentencia, pero sin que hubiera emp ezad o a transcurrir el lapso proces al para su
oportuno ejercicio, p or haber sido dictada la misma fu era del lapso d e diferimiento, razón por la cual
la parte d emandada actuó anticipadamente y, p or lo tanto el ejercicio d el recurso fue interpuesto
extemporán eamente tal como lo expresó el Ju z gado Superior...’.

El anterior criterio fue reiterado por esta Sala, en sentencia de fecha 10 de agosto d e 2 000, (Belkis
Gu t i é r r e z C a s t r o c / D o m i n g o M a n u e l C e n t e n o R e y e s ) , e n l a q u e e x p r e s ó l o s i g u i e n t e :
(…Omissis…)
En este orden de ideas, observa este A lto Tribunal que el efecto preclusivo del lapso para ejercer el
r e c u r s o d e a p e l a c i ó n v i e n e d a d o n o p o r l a a n t i c i p a c i ó n d e l a a c t u a c i ó n , s i n o p o r e l a g o t a mi e n t o d e l
lapso para la interposición del recurso, y por ello pierde sentido el criterio que hasta hoy ha venido
sosteniendo la doctrina de esta Sala, pues lo i mportante es que quede de manifiesto que la parte
perjudicada con la resolución judicial tiene la intención de i mpulsar el proceso a través de la
interposición del recurso pertinente; de lo contrari o, se estaría sacrificando la justicia por una
i n t e r p r e t a c i ó n d e l a n o r ma q u e n o e s a c o r d e c o n l a v o l u n t a d d e l l e g i s l a d o r n i c o n l o s p r i n c i p i o s q u e
postula la vigente Constitución.
De ahí que esta Sala considere que el recurso de apelación que es ineficaz por anticipado es el ejercido
antes de que se pronuncie el fallo que ha de resolver la controversia, no el interpuesto después que éste
ha sido publicado, ni siquiera porque no esté vencido el lapso para dictar la sentencia o para que se
entienda n notifica das las partes involucradas en el juicio, pues la apelación realizada en estas
circunstancias evidencia el interés de la parte desfavorecida con el fallo de que sea revisada la decisión
por el juez de alzada. En consecuencia, si son varios los perjudicados por la sentencia y sólo uno de
e l l o s a p e l a e l mi s mo d í a e n q u e s e p u b l i c ó e l f a l l o t e n d r á q u e d e j a r s e t r a n s c u r r i r í n t e g r a me n t e e l l a p s o
ordinario de apelación a fin de garantizar a los restantes su derecho a i mpugnar la sentencia que le es
adversa.
… O mi s s i s …
En consecuencia, la Sala abandona el criterio sostenido en la decisión de fecha 7 de abril de 1992
(caso: Ángel Oswaldo Gil contra Luciano Pérez Sánchez) y las que se opongan al establecido en esta
decisión, y en lo sucesi vo deberá considerarse válida la apelación ejercida el mismo día en que la
sentencia es publicada o la interpuesta contra la dictada fuera del lapso para sentenciar, aun cuando
n o h a y a n s i d o n o t i f i c a d a s d e l f a l l o t o d a s l a s p a r t e s d e l j u i c i o , a s í c o mo l a a p e l a c i ó n e j e r c i d a a n t e s d e
que finalice el lapso para sentenciar en el supue sto de que el fallo haya sido dictado antes de que se
a g o t e d i c h o p l a z o , p u e s e n e s t a s c i r c u n s t a n c i a s e l a c t o me d i a n t e e l c u a l s e r e c u r r e h a b r á a l c a n z a d o e l
f i n a l c u a l e s t a b a d e s t i n a d o , e s d e c i r , e s e me d i o d e i m p u g n a c i ó n h a b r á l o g r a d o c a b a l me n t e s u c o me t i d o
a l q u e d a r d e ma n i f i e s t o l a v o l u n t a d d e l a p a r t e d e i m p u g n a r l a d e c i s i ó n q u e l e e s a d v e r s a … ” . ( N e g r i t a s
del texto).
De allí que: ‘…la conjugación de artículos como el 2, 26 o 257 de la Constitución de 1999, o bligue al juez
a interpretar las instituciones procesales al servicio de un proceso cuya meta es la resolución del
conflicto de fondo, de manera im parcial, idónea, transparente, independiente, expedita y sin form alismos
o r e p o s i c i o n e s i n ú t i l e s … ’ . ( S e n t e n c i a d e l a S a l a C o n s t i t u c i o n a l d e l 2 / 6 / 0 3 , c a s o : L e o n o r M a r í a In f a n t e y
otra). (Negritas de la Sala y Cursivas d el texto).
Ahora bien, en el presente caso ocurrieron los siguientes eventos procesales:

1 - E n f e c h a 1 3 d e m a r z o d e 2 0 0 1 , e l J u z g a d o P r i m e r o d e P r i m e r a In s t a n c i a e n l o C i v i l , M e r c a n t i l y d e l
Tránsito de la Circunscripción Judicial del estado Lara, dictó el decreto intimatorio, ord enando la
intimación del ciudadano Julio Ramón Vásquez, para qu e pagara al actor la cantidad de ochenta millon es d e
b o l í v a r e s ( B s . 8 0 . 0 0 0 . 0 0 0 , 0 0 ), m a s l a s c o s t a s d e l j u i c i o , o e n s u d e f e c t o f o r m u l a r a o p o s i c i ó n .
2.- Mediante auto de fecha 20 de noviembre de 2002, el juez de primera instancia designó defensor judicial
a la parte demandada, por haberse vencido el lapso d e com parecencia sin que el d emandado se hubiera dado
por intimado ni por sí, ni por medio d e apod erad o.
3 . - M e d i a n t e e s c r i t o d e f e c h a 7 d e e n e r o d e 2 0 0 3 , e l a p o d e r a d o j u d i c i a l d e l a p a r t e d e ma n d a d a c o n s i g n ó
poder, se dio por inti mado expresa mente y se opuso al decreto inti matorio.
4.- El 15 de enero d e 2003, el juez de primera instancia dictó un auto mediante el cual declaró no hecha la
oposición, por cuanto el d emandado no se había dado por intimado previamente. En esta misma fecha el
demandado procedió a conte star la demanda, de conformidad con lo previsto en el artículo 652 del Códig o
de Procedimiento Civil.
5 . - La p a r t e d e m a n d a d a s e d i o n u e v a m e n t e p o r i n t i m a d a m e d i a n t e d i l i g e n c i a d e f e c h a 1 6 d e e n e r o d e 2 0 0 3 .
6.- El 5 de marzo d e 2003, la nueva juez de primer a instancia Patricia Cabrera M., dejo establecido que la
parte demandada había quedado intimada el 7 -1-2003, y que a partir de esa fecha se contaba el lapso de diez
(10) días para hacer oposición el d ecreto intimatorio, el cual venció el 24 -1-2003, sin que la parte ejerciera
oportuna oposición. Por último, declaró firme el d ecreto intimatorio y orden ó la ejecu ción del mismo.

U n a v e z r e a l i z a d o e l r e c u e n t o d e l o s a c t o s p r o c e s a l e s , l e c o r r e s p o n d e a e s t a S a l a d e t e r mi n a r s i l a
o p o s i c i ó n e j e r c i d a e l m i s m o d í a e n q u e s e d i o p o r i n t i ma d a l a p a r t e d e ma n d a d a , d e b e c o n s i d e r a r s e
tempesti va, en atención a las garantías de defensa y de tutela judicial efectiva que propugna nuestra
Constitución.
La Sala venía indicando hasta el presente que los actos procesales deb en celebrarse “dentro de una
c o o r d e n a d a t e m p o r a l e s p e c í f i c a ” , d e c o n f o r mi d a d c o n l o s p r i n c i p i o s d e p r e c l u s i ó n y t e m p e s t i v i d a d d e
l o s a c t o s y , p o r t a n t o , s e r e p u t a n e x t e m p o r á n e o s p o r a n t i c i p a d o l o s r e c u r s o s o me d i o s d e i mp u g n a c i ó n
que se ejerzan antes de que se inicie el lapso para interponerlos de acuerdo con la ley.
(…Omissis…)
Es decir, conforme a la doctrina anterior, la modalidad temporal contemp la el artículo 651 del Código de
Procedimiento Civil, al indicar que: ‘el intimado deb erá formu lar su oposición dentro de los diez días
siguientes a su notificación personal’, obviamen te constituye un lapso procesal, tanto en su sentido
restringid o como en el sentido amplio de la expresión, en cuanto que el mismo, al establecer el espacio de
tiempo en que d ebe formu lar el intimado su oposición al decreto de intimación a que se refiere e l artícu lo
340 ejusdem, det ermina , que ést e, puede realizar tal oposición en cada uno de los dí as que co mponen
dicho espacio de tiempo ...”. (Negritas d el text o).

Posteriormente, esta Sala en decisión de 26 de ju lio d e 1 995 dejó sentado lo siguiente:

‘ . . . L a n o r ma c o n t e n i d a e n e l a r t í c u l o 6 5 1 d e l C ó d i g o d e P r o c e d i mi e n t o C i v i l , n a d a d i c e e n
r e l a c i ó n a l a f o r ma q u e d e b e c u m p l i r l a o p o s i c i ó n p a r a q u e l o g r e l a f i n a l i d a d qu e l e s e ñ a l a l a
l e y . P o r t a n t o , e s me n e s t e r a c u d i r a l mo d o e n q u e l a l e y h a r e g u l a d o s i t u a c i o n e s a n á l o g a s p a r a
d e t e r mi n a r e n p r i me r l u g a r , c u á l e s l a f o r ma q u e é s t a d e b e a d o p t a r ; y , e n s e g u n d o l u g a r , s i
c o n s t i t u y e u n e l e me n t o e s e n c i a l p a r a s u v a l i d e z , c o n f o r m e a l a n a t u r a l e z a d e l a c t o y a l p r o p ó s i to
que la ley le asigna.
En primer término, para acercarnos a la naturaleza de la oposición, que pued e hacer el intimado en el
procedimiento p or intimación, la explicación que da la Exp osición d e Motivos del Código de
Procedimiento Civil, permite deducir que se trata de un medio de impugnación prev isto para la
defensa d el intimado. En efecto, en dicha Exposición de Motivos, se dice:
‘Pu es bien, el nuevo procedimiento permite que intimado el pago al demandado, a falta de oposición
formal de éste, adquiera el decreto de intimación fuerza ejecutiva con autoridad de cosa juzgada,
procediéndose sin más a la ejecución’.
‘En cambio, si el intimado tien e alguna objeción o razón seria y fundada que hacer valer, prop one su
oposición al decreto d e intimación y el asunto continúa por los trámites del juicio ordi nario,
abriéndose en ese momento la verdadera contención, con la contestación d e la d emanda’.
Es forzoso concluir del texto antes transcrito, que la oposición abre al intimado la posibilidad de
denunciar la existencia de una irregu laridad, que exp lica su o bjeción al decreto intimatorio.
Posibilidad, que es una característica común d e todos los medios d e impugnación, en los cuales,
como dice Devis Echandía, la impugnación es el gén ero y el recurso la esp ecie (...)
U n a v e z q u e s e h a p r e c i s a d o q u e s e t r a t a d e u n me d i o d e i mp u g n a c i ó n , e s n e c e s a r i o a h o r a a c l a r a r
cuál es el fin que le asigna la ley. Para este propósito basta analizar los artículos 651 y 652 del
C ó d i g o d e P r o c e d i mi e n t o C i v i l , p u e s s u l e c t u r a n o s p e r mi t e a f i r ma r q u e l a f i n a l i d a d q u e c u m p l e
l a o p o s i c i ó n e s , s i n d u d a , l a d e r e p r e s e n t a r e n e l p r o c e s o e l me c a n i s m o c o n e l c u a l e l i n t i ma d o
abre la posibilidad de explanar en la contestación, prevista en el artículo 652 eiusdem , las
razones de su rechazo al decreto de inti mación.

P u e s b i e n , q u e d a a h o r a l a n e c e s i d a d d e d e t e r mi n a r c u á l e n o r d e n d e s u f i n a l i d a d y n a t u r a l e z a , e s
l a f o r ma q u e d e b e a d o p t a r p a r a c u m p l i r s u p r o p ó s i t o . P a r a e l l o , c o mo s e h a e x p r e s a d o , e s
n e c e s a r i o r e v i s a r e l mo d o e n q u e l a l e y h a r e g u l a d o s i t u a c i o n e s a n á l o g a s . E n e s t e s e n t i d o , d i c h a
y a q u e s e t r a t a d e u n me d i o d e i m p u g n a c i ó n , e s e n é s t o s d o n d e s e r á p o s i b l e e n c o n t r a r c u á l e s l a
f o r ma q u e d e b e a d o p t a r p a r a q u e p r o d u z c a e l e f e c t o d e s e a d o p o r l a l e y .
M e d i o s d e i mp u g n a c i ó n c o m o l a t a c h a d e d o c u me n t o s y e l r e c u r s o d e c a s a c i ó n , t i e n e n e n c o mú n ,
e n p r i m e r l u g a r , u n a o p o r t u n i d a d p a r a s u a n u n c i o y u n a p o s t e r i o r p a r a f o r ma l i z a r l a s r a z o n e s
d e s u e j e r c i c i o ; e n s e g u n d o l u g a r , q u e l a a u s e n c i a d e s u a n u n c i o y f o r ma l i z a c i ó n , de j a e n t o d a s u
eficacia la actividad procesal objeto de su i mpug nación; y, en tercer lugar, que el anuncio no
t i e n e o t r a s f o r ma l i d a d e s q u e l a e x p r e s i ó n i n d u b i t a b l e d e e j e r c e r e l me d i o d e i m p u g n a c i ó n .
C a r a c t e r í s t i c a s q u e c o m p a r t e c o n l o s me d i o s d e i m p u g n a c i ó n s e ñ a l a d o s , l a o p o s i c i ó n d e l
p r o c e d i mi e n t o d e i n t i ma c i ó n , p u e s d e l o s a r t í c u l o s 6 5 1 y 6 5 2 d e l C ó d i g o d e P r o c e d i mi e n t o C i v i l ,
s e i n f i e r e , c l a r a me n t e , q u e s i e l a n u n c i o d e l me d i o d e i m p u g n a c i ó n n o s e e f e c t ú a o n o s e c o n t e s t a
en la ocasión señalada, el decreto de inti mación queda en toda su eficacia ...”. (Sentencia Nº 330,
caso: Esther Burgos de Pérez contra Domingo Benjamín Rivera, expediente Nº 89 -679). (Negritas de
la Sala)
Este criterio, fu e reiterad o entre otras, en sentencia de fecha 27 de abril de 2004 (caso: Rafael José Pinto c/
S o c i e d a d An ó n i m a d e C o n s t r u c c i o n e s y P a r c e l a m i e n t o s ( S AC O N P A ) ) , s e ñ a l ó l o s i g u i e n t e :
‘…Con fundamento en el ordinal 1° del artículo 313 del Código de Procedimiento Civil, el
formali zante denuncia la infracción de los artículos 68, 346 ordinal 1°, 349, 651, 652 eiusdem, y 49
ordinal 1° d e la Constitución de la República Bolivariana de Ven ezuela, con base en que el juez de
a l z a d a c o n s i d e r ó e x t e mp o r á n e a l a o p o s i c i ó n h e c h a e l m i s m o d í a d e l a i n t i ma c i ó n , a p e s a r d e q u e
ese día es concedido en beneficio del demandado, en caso d e duda resp ecto de lo s lapsos y su
preclusión, d eb e ser acogido el criterio que favorezca al derech o d e defensa, razón por la cual afirma
que el sentenciador sup erior ha debido considerar válido dicho acto procesal d e parte.
Para decidir, la Sala observa:
(Omissis)
Como puede observarse, de conformidad con el criterio sostenido por la Sala, para que la oposición al decreto intimatorio pudiera
considerarse eficaz debía realizarse en tiempo oportuno, esto es, dentro de los diez días siguientes a la constancia en autos de haber
sido intimada la parte accionada. Por esa razón, esta Sala de Casación Civil estableció que la oposición al decreto ejercida el mismo
día que se dio por intimado es extemporánea por prematura, y en consecuencia, el decreto intimatorio adquiría firmeza.
Ah o r a b i e n , d e l a s a c t a s d e l e x p e d i e n t e e s t a S a l a o b s e r v a , q u e e l J u z g a d o P r i m e r o d e P r i m e r a
In s t a n c i a e n l o C i v i l , M e r c a n t i l y d e l T r á n s i t o d e l a C i r c u n s c r i p c i ó n J u d i c i a l d e l e s t a d o L a r a , e n
fecha 5 de marzo d e 2003, declaró firme el d ecreto intimatorio por considerar que d esde la fecha en
que la parte demandada se dio por intimada, es d ecir desd e el 7 d e enero de 2003, y contado el laps o
de diez días, el cual expresa venció el 24 de en ero d e 2003, ésta no hizo op osición al referid o
decreto. Esta d ecisi ón fu e confirmada p or el Juzgado Superior Primero en lo Civil, M ercantil y
“Men ores” de la misma Circunscripción Judicial.
Para el momento en que la parte demandada hizo oposición al decreto el mismo día que se dio por intimado en el presente caso, esta
Sala de Casación Civil tenía establecido que si “De conformidad con las normas citadas, el lapso de diez días para ejercer
oposición contra el decreto intimatorio, comienza a correr al día siguiente de haberse dado por intimado. Por consiguiente, de ser
formulada la oposición un día antes del comienzo de los diez días o después de culminado éste, la consecuencia inmediata será la
extemporaneidad de dicha oposición, ya por prematura o por tardía, y en consecuencia, quedará firme el decreto intimatorio”.
Ahora bien, la Sala considera conveniente revisar su criterio en relación con la validez de la
oposición ejercida el mismo día en que se dio por intimada.
Considera este Alto Tribunal, que la oposición al decreto de inti mación no se desnaturaliza por
e l h e c h o d e q u e s e v e r i f i q u e e l mi s mo d í a e n q u e q u e d ó i n t i ma d a l a p a r t e d e ma n d a d a , p u e s l o g r a
c a b a l me n t e s u c o me t i d o a l p o n e r d e mo d o ma n i f i e s t o l a i n t e n c i ó n d e o p o n e r s e a e s e
p r o c e d i mi e n t o e j e c u t i v o .
En ese sentido, la Sala Consti tucional de este Supremo Tribunal ha sostenido al pronunciarse
s o b r e l a e f i c a c i a d e l a a p e l a c i ó n e j e r c i d a e l mi s mo d í a d e p u b l i c a d o e l f a l l o , q u e e s t e me d i o d e
i mp u g n a c i ó n d e b e c o n s i d e r a r s e v á l i d o , p u e s e s u n a c u e s t i ó n d e me r a f o r ma q u e n i n g ú n p e r j u i c i o
ocasiona a la parte contra quien obra el recurso, lo que permite revisar el fallo para poder
d e p u r a r s u s s u p u e s t o s v i c i o s , d e n o s e r a s í l a i n t e r p r e t a c i ó n d e l a n o r ma .
Con base al anterior razonamiento, la Sala Constitucional d ejó establecido que de no considerars e
válida la apelación ejercida bajo estas circunstancias, se estaría creando indefensión al apelante po r
el juez que limita o priva a una de las partes el libre ej ercicio de los medi os o recursos que la Ley le
brinda para hacer valer sus derechos. (Sentencia N° 8 47/2001 del 29 de mayo d e 2001, reiterada
entre otras, en sentencia del 11 de diciembre de 2001, caso: Distribuidora de Alimentos 7844).

L o s a n t e r i o r e s c r i t e r i o s s o n a p l i c a b l e s m u t a t i s m u t a nd i a l c a s o q u e s e e x a mi n a , p u e s t o q u e e l
efecto preclusivo del lapso para ejercer la oposición viene dado no por la anticipación de la
a c t u a c i ó n , s i n o p o r e l a g o t a mi e n t o d e l l a p s o p a r a l a i n t e r p o s i c i ó n d e e s e m e d i o d e i mp u g n a c i ó n ,
y por ello pierde sentido el criterio que hasta hoy ha venido sosteniendo la doctrina de esta Sala,
p u e s l o i m p o r t a n t e e s q u e q u e d e d e m a n i f i e s t o q u e l a p a r t e i n t i ma d a t i e n e l a i n t e n c i ó n d e
i mp u l s a r e l p r o c e s o y d e h a c e r s u c u m b i r e l p r o c e d i mi e n t o mo n i t o r i o a t r a v é s d e l a i n t e r p o s i c i ó n
de la oposición; de lo contrario, se estaría sacrificando la justicia en contravención de las
garantías de defensa y de tutela judicial efectiva que postula la vigente Constitución.
Au n a d o a l o a n t e r i o r , e v i d e n c i a e s t a A l t o T r i b u n a l q u e e l i n t e r é s p r o c e s a l r a d i c a e n l a n e c e s i d a d d e
la parte de acudir a la vía ju dicial para que se le recon ozca un derech o y evitar un daño injusto,
personal o colectivo, debido a una concreta circunstancia o situación jurídica.
Al resp ecto, el tratadista Piero Calamandrei sostien e que ‘ …El interés procesal en obrar y
contradecir surge precisamente cuando se verifica en concreto aquella circunstancia que hace
considerar que la satisfacción del interés sustancial tutelado por el derecho, no puede ser ya
conseguido sin recurrir a la autoridad judicial, o sea, cuando se verifica en concreto la
circunstancia que hace indispensable poner en práctica la garantía jurisdiccional....’ (Calamandrei ,
P i e r o . I n s t i t u c i o n e s d e D e r e c h o P r o c e s a l C i v i l . L a A c c i ó n , V o l u m e n I, p á g . 2 6 9 , E d i c i o n e s J u r í d i c a
E u r o p a Am é r i c a , B u e n o s A i r e s , 1 9 7 3 ) .
P o r o t r a p a r t e , e s t a S a l a e s t i ma q u e e n m o d o a l g u n o s e p r o d u c e u n d e s e q u i l i b r i o p r o c e s a l e n t r e
l a s p a r t e s s i s e c o n s i d e r a v á l i d a l a o p o s i c i ó n e j e r c i d a e l mi s m o d í a e n q u e s e d i o p o r i n t i ma d a l a
p a r t e d e ma n d a d a , y a q u e d e i g u a l ma n e r a d e b e d e j a r s e t r a n s c u r r i r í n t e g r a me n t e e l l a p s o d e
oposición, para que puedan cumplirse a cabalidad los actos procesales subsiguientes.
P o r t a n t o , e s t a S a l a e s t a b l e c e q u e l a o p o s i c i ó n e j e r c i d a e l mi s mo d í a e n q u e l a p a r t e d e ma n d a d a
q u e d ó i n t i ma d a d e b e c o n s i d e r a r s e e f i c a z , y a q u e e l e f e c t o p r e c l u s i v o v i e n e d a d o n o p o r l a
a n t i c i p a c i ó n d e l a a c t u a c i ó n , s i n o p o r e l a g o t a mi e n t o d e l l a p s o s i n q u e s e e j e r z a e l r e c u r s o .
E n c o n s e c u e n c i a , l a S a l a a b a n d o n a e l c r i t e r i o s o s t e n i d o e n l a d e c i s i ó n d e f e c h a 1 3 d e ma r z o d e
1991, reiterado, entre otras en decisión del 27 de abril de 2004, y las que se opongan al
establecido en esta decisión, y en lo sucesivo, es decir, a partir de la publicación del presente
f a l l o d e b e r á c o n s i d e r a r s e v á l i d a l a o p o s i c i ó n a l d e c r e t o i n t i ma t o r i o e j e r c i d o e l mi s mo d í a e n q u e
s e d i o p o r i n t i ma d a l a p a r t e d e ma n d a d a , p u e s e n e s t a s c i r c u n s t a n c i a s e l a c t o me d i a n t e e l c u a l s e
i mp u g n a e l d e c r e t o d e i n t i m a c i ó n , h a b r á a l c a n z a d o e l f i n a l c u a l e s t a b a d e s t i n a d o , e s d e c i r , e s e
m e d i o d e i m p u g n a c i ó n h a b r á l o g r a d o c a b a l me n t e s u c o me t i d o a l q u e d a r d e ma n i f i e s t o l a
v o l u n t a d d e l a p a r t e d e h a c e r f e n e c e r e l p r o c e d i mi e n t o mo n i t o r i o .
En aplicación del criterio an teriormente estab lecido, toda vez que lo contrario imp licaría contravenir
el artícu lo 26 de la Con stitu ción de la República Bolivariana de Ven ezu ela, según q uedó expresado
preced entemente, la Sala con clu ye que en el presente caso deb e tenerse como válidamente ejercida la
oposición presentada el mismo día en que se dio por intimado el ciudadano Julio Ra món Vásquez; por
tanto, se d eclara nulo el auto dictado por el tribunal a qu o en fecha 15 de en ero d e 20 03, que declaró
“ c o m o n o h e c h a ” l a o p o s i c i ó n , y, e n c o n s e c u e n c i a e s t a S a l a r e p o n e l a c a u s a a l e s t a d o e n q u e s e
encontraba para el momento en qu e se p rod ujo el referido acto írrito. Previa notificación de las
p a r t e s , c o n t i n u a r á n c o m p u t á n d o s e l o s l a p s o s c o r r e s p o n d i e n t e s . As í s e e s t a b l e c e … ” ( R e s a l t a d o d e l a
Sala)

De acuerdo a los criterios antes expuestos, emanados tanto de la Sala Constitucional como de e sta Sala de Casación
Civil, la oposición formu lada por el demandado el mismo día de su intimación es válid a, aunque sea anticipada.
En el caso bajo estudio, el demandado consign ó una diligencia, -tal como se expreso- como primera actuación procesa l
y d esconoció las firmas de las letras de cambio que susten tan la pretensión procesal, indicando “…no soy yo quien está obligado
a pagarlas, mal podría prosperar la presente acción…”
La Sala consid era qu e ta l a ctuación refleja la intención del demandado de opon ers e al dec reto intimatorio, pues e l
descon ocimiento de las firmas de las letras de cambio y la indicación de no estar ob ligado a pagar los referidos títulos valo res,
implica una negación al cumplimiento del referido decreto. Como ha venido siendo señalando l a Sala d e Casación Civil en la
doctrina pacífica y consolidada como la antes transcrita, que la oposición al procedimiento por intimación no implica una
formalidad ritual o causales taxativas. Basta la manifestación del d emandado d e contradecir u op onerse a lo decretad o por el
Tribunal para que qu ede sin efecto tal d ecreto intimatorio y se ab ra el procedimiento contradictorio p or medio del juicio
ordinario.
En el caso bajo estudio, la recu rrida consid eró que el mero d esconocimiento d e las firmas de la letra s d e cambio no
podía interpretarse como una oposición al decreto intimatorio, criterio que no comparte la Sala, pu es se estaría interp retand o la
voluntad y expresión del d emandado en una forma limitada y restrictiva, exigiéndole una forma ritual para op one rse que n o está
contemp lada en la Le y y evi tándose que se abra el c ontradictorio para su mejor defensa, a través del esc rito d e c ontestaci ón al
fondo d e la demanda, donde sí debe expon er todos los alegatos qu e consid ere p ertin entes para n o sucumbir en el p roceso.
Por ello, consid era la Sala que el Ju ez de la recurrida quebrantó el derecho a la defensa y al d ebido proceso,
consagrados en los artículos 26 y 257 de la Constitución de la República Bolivariana de Ven ezuela y 15 del Código de
Procedimiento Civil, al d ejar firme el decreto intimatorio con fuerza de cosa juzgada, a pesar de existir una actuación procesal
por parte del intimado donde claramente manifestó su desconocimiento a las firmas d e las cambiales e indicó no estar ob ligado a
pagarlas, lo cual equivale, sin lugar a dudas, a una oposición al d ecreto intimatorio.
En razón de lo expuesto, la Sala de Casación Civil procederá a casar de oficio la recurrida, ord enar la nulidad y
rep osición d e la causa al estado de que en primera instancia, seguidamente a la diligen cia del intimado d e fecha 11 de febrero d e
2008, exclusive, se consid ere temp estiva la oposición al decreto intimatorio y una vez n otificadas las partes, se proceda a l a
contestación al fondo de la demanda, de acuerdo a lo dispuesto en el artí culo 652 del Código d e Procedimiento Civil. Así s e
decide.
DECISIÓN
Por las ra zon es antes expu estas, el Tribunal Supremo de Justicia en Sa la d e Casaci ón Civil, administrando justicia
en nombre de la República Boliva riana de Ven ezuela y p or autoridad de la Ley, CASA DE OFICIO la deci sión de fecha 10 de
agosto de 2009, eman ada del Juzgado Superior Primero en lo Civil, Mercantil, Bancario, Tránsito y Protección del Niño y d el
Ad o l e s c e n t e d e l a c i r c u n s c r i p c i ó n J u d i c i a l d e l e s t a d o C a r a b o b o . E n c o n s e c u e n c i a D E C L A R A N U L A S l a s a c t u a c i o n e s p r o c e s a l e s
siguientes a la diligencia de fecha 11 de febrero de 2008, exclusive, folio quince d e la primera pieza d el expediente, a fin de
que una vez notificadas las p artes, continúe el proceso tomando como tempestiva y válida la oposición del intimado.

Ponencia de la Magistrada: AURIDES MERCEDES MORA.

En el juicio por cobro de bolívares (vía intimación), intentado ante el Juzgado Segundo de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y Bancario de la
Circunscripción Judicial del estado Carabobo, seguido por los ciudadanos JOSÉ LUIS MORALES HERNANDEZ y ADRIAN NODA RAMOS, representados
judicialmente por los abogados Francisco Russo Betancourt y América Rendo Mata, contra el ciudadano YOBANNY LEDEZMA INFANTE representado
judicialmente por el abogado Demostenes Blanco Pérez; el Juzgado Superior Primero en lo Civil, Mercantil, Tránsito y Bancario de la mencionada Circunscripción
Judicial, conociendo en apelación, dictó sentencia en fecha 25 de julio de 2012, mediante la cual declaró, sin lugar la apelación interpuesta por la parte demandada
contra la decisión de fecha 08 de agosto 2011, dictada por el Juzgado a quo antes mencionado, en la que declaró con lugar la demanda por cobro de bolívares, se
condenó al demandado al pago de 1) Seiscientos Seis Mil Doscientos Veintidós Bolívares con Treinta y Seis Céntimos (Bs. 606.222,36), por concepto de capital de la
deuda vencida y 2) Cuarenta y Nueve Mil Ochenta y Cuatro Bolívares con Treinta y un Céntimos (Bs. 49.084,31), por concepto de intereses; ordenó la indexación del
capital adeudado, la cual se hará por experticia complementaria del fallo, y por vía de consecuencia, ratificó en todas sus partes la sentencia apelada.

Contra la referida sentencia, el apoderado judicial de la parte demandada anunció el recurso de casación, el cual fue admitido por auto de fecha 03 de
octubre de 2012, y formalizado oportunamente. No hubo impugnación.

Con motivo del vencimiento del período constitucional de los Magistrados Antonio Ramírez Jiménez y Carlos Oberto Vélez, se convocó
respectivamente a las Magistradas Suplentes designadas por la Asamblea Nacional, Aurides Mercedes Mora e Yraima Zapata Lara, quedando reconstituida la Sala de
Casación Civil de la siguiente forma: Magistrada Yris Peña Espinoza, Presidenta; Magistrada Isbelia Pérez Velásquez, Vicepresidenta; Magistrado Luis Antonio Ortíz
Hernández, Magistrada Aurides Mercedes Mora y Magistrada Yraima Zapata Lara; por auto de fecha 23 de enero de 2013, se asignó la ponencia a la Magistrada
Aurides Mercedes Mora.
Concluida la sustanciación del recurso y cumplidas las formalidades de ley, esta Sala pasa a dictar sentencia, bajo la ponencia de la Magistrada que
con tal carácter suscribe el presente fallo.

RECURSO POR DEFECTO DE ACTIVIDAD


I

Con fundamento en el ordinal 1° del artículo 313 del Código de Procedimiento Civil, se denuncia la infracción de los artículos 15, 640 y 643 ordinales
1° y 3° del Código de Procedimiento Civil.

Alega el formalizante textualmente lo siguiente:

“…Al momento mismo de hacer nuestro mandante oposición al procedimiento por intimación aplicado en este juicio, afirmó que tal modo
de proceder era contrario a derecho en lo cual lo asistía toda la razón pues del libelo de la demanda aparecía claro que no se cumplían en la
especie los extremos dispuestos en la Ley para admitir o aplicar ese excepcional modo de proceder.
En efecto, tal como lo hizo valer nuestro mandante en la contestación de la demanda y en el escrito de promoción de pruebas, no podía ser
deducida en juicio monitorio la acción propuesta, por cuanto la misma correspondía a la de cumplimiento de la obligación de pago del precio
de sendos contratos de venta de acciones que los actores celebraron con mi mandante, resultando así de toda evidencia la inadmisibilidad del
procedimiento por intimación que se solicitó y aplicó el tribunal de la causa. Así, ciertamente, se lee en el libelo, lo siguiente:
…Omissis…
Es evidente por lo copiado, que el derecho que se ha deducido en el presente juicio no es otro que el correspondiente a la acción ex
contractu, propia de las ventas celebradas, acción para la cual no acuerda nuestro sistema procesal el juicio monitorio.
Los actores y con ello los Juzgadores de instancia, han entendido que la circunstancia de que se hubiesen emitido letras de cambio para
facilitar el cobro de las cuotas de pago de precio convenidas, permita subvertir la afirmación precedente y dar entrada por ello al juicio
monitorio, lo cual no encuentra ningún asidero pues los propios accionantes indicaron en la demanda que tales letras de cambio no eran sino
un simple medio de pago de las “cuotas” convenidas para pagar el precio, a un punto tal, que en las letras se inscribió la mención de que
cada una de ellas correspondía al pago de una determinada cuota, con expresión de los datos del otorgamiento ante Notaría (sic) del Contrato
de venta a que se alude y del cual derivaban las letras.
…Omissis…
Expuso por ello la representación en juicio de nuestro representado, que “como consecuencia de eso queda evidenciado que los actores no
escogieron la acción propia o natural, de acuerdo al documento auténtico supra identificado que tiene y que demuestra la relación o relación
contractual subyacente…”. Tan cierto es lo expuesto, que en el escrito de promoción de pruebas de la actora puede leerse lo siguiente:
…Omissis…
Resulta así fuera de toda duda, distinguidos Magistrados, que fue el contrato de venta lo invocado por la actora como título de su pretensión,
así como también que la acción ejercida deriva de dicho contrato, para exigir una obligación del mismo. Y en ello no introducía
modificación alguna el que hubieran emitido las letras de cambio que, como es de derecho (Cfr. Art. 121 del C de C) no produjeron
novación y sólo representaban un medio para facilitar el cobro de las “cuotas” contractualmente convenidas, tal como lo confirmaba el que
hubiesen sido causadas y utilizadas entre las mismas partes del contrato.
No cabía, por lo tanto, aplicación alguna del procedimiento por intimación, de acuerdo con lo establecido por el artículo 643 ordinal 3°, toda
vez que al tratarse de una obligación nacida de un contrato de venta, este último hace nacer prestaciones recíprocas y una situación de
sinalagma o de correspectivos, que permiten a las partes del contrato aducir excepciones y planteamientos a los cuales quiere el legislador
que sean ajenas las situaciones que legitiman el accionar por el procedimiento intimatorio, por donde se concluye que en caso de contratos
de venta, como el presente, no queda aplicar el citado procedimiento.
…Omissis…
Con el apoyo que brinda la relevante doctrina de ese Alto Tribunal, sostenemos que el juzgador de la recurrida ha debido advertir que la
demanda planteada en este juicio resultaba inadmisible a través del procedimiento por intimación, pues la pretensión en ella contenida era el
cobro de unas cantidades por precio, incluidas en una cuotas del contrato que, al decir de los actores y el documento fundamental
acompañado, incluían capital más intereses, todo lo cual comportaba un análisis y revisión en juicio, ajeno a la inyunción (sic) y al cual no
era aplicable el procedimiento por intimación, por estar involucrados aspectos de prestaciones concertadas por las partes en dicho contrato
bilateral de compraventa.
Al no haber procedido así el juez superior infringió los artículos 15, 640 y 643 ordinales 1° y 3° del Código de procedimiento Civil, pues
debió y no lo hizo declarar inadmisible la demanda que incorrectamente se vino a tramitar mediante el procedimiento por intimación.
Con el debido acatamiento a esa Honorable Sala de Casación Civil, nos permitidos indicar que no escapa a esta representación el hecho de
que ese Alto Tribunal ha dictado también doctrina conforme a la cual no se haría lugar una declaratoria de inadmisibilidad como la que está
a la base de la presente denuncia, por estimar la Sala que, formulada oposición, el procedimiento monitorio queda sin efecto y se está en
presencia entonces de un juicio ordinario, por manera que si esta último se tramitó en forma, no se hace lugar declarar aquella
inadmisibilidad.
…Omissis…
Exponemos lo anterior, con toda consideración y respeto a la alta investidura de los señores Magistrados y a su elevada doctrina, en el
ejercicio de la representación y defensa que se nos ha encargado y con el ánimo profesional de someter al criterio del Foro estas
perspectivas, pero en modo alguno como señal de crítica o desacato a la autoridad de esa Sala.
Con base en todo lo expuesto precedentemente expuesto denunciamos la infracción por la recurrida de los artículos 15, 640 y 643 ordinales
1° y 3° del Código de Procedimiento Civil, bajo el ámbito de un recurso por defecto de actividad, dada la indefensión en que se tradujo el no
haber advertido la alzada lo ocurrido y dejar de declarar inadmisible la demanda…”.

Para decidir, la Sala observa:

Alega el formalizante que el juez de alzada incurrió en menoscabo al derecho de defensa al no declarar la inadmisibilidad de la demanda por el
procedimiento intimatorio, pues lo que están demandando los actores es el cobro de unas cantidades por precio, incluidas en unas cuotas del contrato, que a decir de los
actores es el documento fundamental de la demanda que incluían capital más intereses, con lo cual incurrió en la infracción de los artículos 15, 640 y 643, ordinales 1° y
3° del Código de Procedimiento Civil.

El quebrantamiento de las formas sustanciales de los actos que menoscaban el derecho de defensa, vulnera el debido proceso y la tutela judicial
efectiva, la cual comprende, entre otras cosas, el derecho a ser oído por los órganos jurisdiccionales, el derecho de acción la cual gravita en la posibilidad lógica de
invocar y justificar procesalmente el reconocimiento judicial de sus derechos e intereses, la prohibición de indefensión, a la justicia imparcial, equitativa, sin
formalismos o reposiciones inútiles, principios constitucionales que resultan inseparables de toda estructura u organización del Estado, conforme lo preceptúan los
artículos 2, 26, 49, 253 y 257 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.

Al respecto, el insigne procesalista Eduardo Couture sostiene que la violación al derecho de petición, “…se consuma cuando se niega al individuo su
posibilidad material de hacer llegar las peticiones a la autoridad, ya sea resistiéndose a admitir las peticiones escritas, ya sea rechazándoles in limine y sin examen
alguno ya sea dejándoles indefinidamente sin respuestas…”. (Sentencia N° 832, de fecha 14 de diciembre de 2012, Latin Trading Co, contra la sociedad mercantil
Industrias Jade, C.A.).

Además, la indefensión por quebrantamiento de formas sustanciales de los actos que menoscaben el derecho a la defensa de las partes sólo ocurre por
actos del tribunal, al conculcar de forma flagrante el ejercicio a uno de los justiciables, esto es, imposibilitar la formulación de alegatos o defensas, promover o evacuar
pruebas, o recurrir la sentencia que considere le causa un gravamen en los términos previstos en la ley.
Por tanto, para decretar la nulidad de un acto presuntamente írrito “… es deber primordial del juez al momento de aplicar el derecho a un caso
concreto, tomar en consideración las normas y los principios constitucionales antes señalados, cuales son los mecanismos de los que éste puede valerse para defender
la integridad y validez de cada uno de los actos del proceso…” y luego podrá “…anularlos en los casos determinados por la ley, o cuando haya dejado de cumplirse en
el acto alguna formalidad esencial a su validez, siempre que el acto realizado haya generado indefensión o se haya verificado la transgresión de los derechos y
garantías de una o ambas partes en un juicio…”. (Sentencia 16/10/2009 Caso: Inversiones y Servicios Enrique Bolívar, C.A. contra Inversiones Metrópolis, C.A.).

En concordancia con lo anterior, es importante señalar que para la procedencia de la denuncia del quebrantamiento de formas, es necesario verificar la
concurrencia de determinados elementos, a saber: “…en primer lugar, haberse dejado de cumplir en el acto alguna formalidad esencial; en segundo lugar, que el acto
no haya logrado el fin para el cual estaba destinado; en tercer lugar, que la parte contra quien obra la falta no lo haya causado y que el quebrantamiento sea
imputable al juez; en cuarto lugar, que la parte no haya convalidado o consentido el quebrantamiento de la forma del acto; en quinto lugar, que se haya hecho uso de
todos los recursos contra esas faltas; y en sexto lugar, que se haya verificado la existencia de la lesión al derecho de defensa...” y de esta manera se dará lugar a la
nulidad y reposición de la causa al estado de que se subsane del acto procesal viciado, (Sentencia N° 96 de fecha 22 de febrero de 2008, Caso: Banesco, Banco
Universal, C.A. contra Héctor Jesús Pérez Pérez).

Ahora bien, el formalizante manifiesta en su denuncia que el juez de alzada quebrantó formas sustanciales de los actos con menoscabo al derecho de
defensa, al no haber declarado inadmisible la demanda por cobro de bolívares (por vía intimatoria), por cuanto, no consideró que las letras de cambio eran para el cobro
de un contrato suscrito con los actores, pues según el recurrente “…debió y no lo hizo declarar inadmisible la demanda que incorrectamente se vino a tramitar mediante
el procedimiento intimatorio, alegando más adelante “,…con lo cual incurrió en la infracción de los artículos 15, 640 y 643 ordinales 1° y 3° del Código de
Procedimiento Civil…”.

Al respecto los artículos 15, 640 y 643, ordinales 1° y 3° expresan textualmente lo siguiente:

“…Artículo 15: los jueces garantizaran el derecho a la defensa, y mantendrán a las partes en los derechos y facultades comunes a ellas, sin
preferencia ni desigualdades y en los privativos de cada una, las mantendrán respectivamente, según lo acuerde la Ley a la diversa condición
que tengan en el juicio, sin que puedan permitir ni permitirse ellos extralimitaciones de ningún género.
Artículo 640: Cuando la pretensión del demandante persiga el pago de una suma líquida y exigible de dinero o la entrega de cantidad cierta
de cosas fungibles o de una cosa mueble determinada, el juez, a solicitud del demandante, decretará la intimación del deudor, para que pague
o entregue la cosa dentro de diez días apercibiéndose de ejecución. El demandante podrá optar entre el procedimiento ordinario y el presente,
pero ésta no será aplicable cuando el deudor no esté presente en la República y no haya dejado apoderado a quien pueda intimarse, o si el
apoderado que hubiere dejado se negra a representarlo…”.

Asimismo, el artículo 643 del Código de Procedimiento Civil, dispone:


“...El juez negará la admisión de la demanda por auto razonado, en los casos siguientes:
1°) Si faltare alguno de los requisitos exigidos en el artículo 640.
2°) Si no se acompaña con el libelo la prueba escrita del derecho que se alega.
3°) Cuando el derecho que se alega está subordinado a una contraprestación o condición, a menos que el demandante acompañe un
medio de prueba que haga presumir el cumplimiento de la contraprestación o la verificación de la condición...”. (Subrayado y
negrillas de la Sala).

De acuerdo con las normas ut supra transcritas, el juez deberá verificar los requisitos de admisibilidad de la demanda del procedimiento intimatorio o
monitorio. Así como también deberá verificar, el cumplimiento de las condiciones tanto formales como de fondo, que exige el artículo 643 del Código de
Procedimiento Civil, pues de no presentar el actor con su escrito libelar los presupuestos exigidos en el artículo 640 eiusdem; esto es, la prueba escrita del derecho
alegado o que dicho derecho depende de una contraprestación o condición; la misma será declarada inadmisible.

De acuerdo con los motivos antes transcritos, la exigencia prevista en el ordinal 3° del artículo 643 de Código de Procedimiento Civil, tiene como
finalidad impedir las controversias que pudieran presentarse con la defensa de la “exceptio non adimpleti contractus”, que pudiera alegar la parte demandada, lo cual
haría desaparecer las ventajas de celeridad y simplicidad de procedimiento por intimación, cuyo procedimiento está reservado a los créditos de rápida solución.

Respecto a la interpretación del ordinal 3° del artículo 643 del Código de Procedimiento Civil, el autor venezolano Luís Corsi, ha dicho lo siguiente:
“…La orden de pago puede ser autorizada, aun cuando el derecho dependa de una contraprestación o esté sometido a una condición, cuando
el actor ofrezca elementos de los que se presuma el cumplimiento de su pretensión o bien que la condición se ha verificado (art. 643, 3°). No
basta, pues, que el acreedor se declare dispuesto a cumplir la prestación, es necesario que ésta haya sido realizada. Sí la contraprestación no
se ha llevado a cabo, el contratante que quiera accionar judicialmente, deberá servirse del procedimiento ordinario para obtener una condena
la cual podrá ser ejecutada forzadamente tan sólo cuando él haya cumplido ya su prestación.
La disposición del art. 643, 3° se refiere principalmente a los contratos bilaterales o sinalagmáticos, de los que es carácter típico la existencia
desde su origen de dos obligaciones recíprocas a cargo de ambos contratantes…”. (Apuntamientos Sobre el Procedimiento por Intimación,
Tercera Edición Revisada y Ampliada, Colección Ciencia del Derecho, Caracas, 1994, página 102).(sentencia N°679, fecha 24 de octubre de
2012, caso: Zte De Venezuela C.A., contra la sociedad de comercio Seguros Pirámide C.A.).

Conforme al criterio del referido autor, el ordinal 3° del artículo 643 del Código de Procedimiento Civil, se refiere principalmente a los contratos
bilaterales o sinalagmáticos, los cuales se caracterizan porque desde su nacimiento se originan obligaciones recíprocas para ambos contratantes.

Por lo tanto, es de la opinión, que a pesar que el derecho dependa de una contraprestación o esté sometido a una condición, la orden de pago puede ser
autorizada, pero es necesario que el demandante brinde elementos de los que se presuma el cumplimiento de su pretensión o que la condición se ha verificado, ya que, -
según su opinión- no basta, que el acreedor se declare dispuesto a cumplir la prestación, es necesario que ésta haya sido realizada, por ende, sí la contraprestación no se
ha llevado a cabo, el contratante que quiera accionar judicialmente, deberá servirse del procedimiento ordinario para obtener una condena, la cual podrá ser ejecutada
forzadamente tan solo cuando él haya cumplido su prestación.

Sobre el particular, la Sala en la sentencia Nº 182, del 31 de julio de 2001, caso: Main Internacional Holding Group Inc., contra Corporación 4.020,
S.R.L., ratificada en sentencia N° 173 de fecha 18 mayo de 2010, y en sentencia N° 832, de fecha 14 de diciembre de 2012, señaló:

“…En resumen, los requisitos de admisibilidad del procedimiento intimatorio son los siguientes:
1. Los requisitos de admisibilidad de la demanda contenidos en el artículo 341 del Código de Procedimiento Civil, es decir, que la demanda
no sea contraria al orden público, a las buenas costumbres o a alguna disposición expresa de la ley.
2. Los requisitos exigidos en el artículo 640, los cuales son:
- Que persiga el pago de una suma líquida y exigible de dinero o la entrega de una cantidad cierta de cosas fungibles o de una cosa mueble
determinada.
- Que el deudor se encuentre en la República, o de no encontrarse, que haya dejado un apoderado que no se niegue a representarlo.
3. Que se acompañe con el libelo la prueba escrita del derecho que se alega.
4. Que el derecho que se alega no esté sometido a una contraprestación o condición, a menos que el demandante acompañe un medio de
prueba que haga presumir el cumplimiento de la contraprestación o la verificación de la condición…”. (Negrillas de la Sala).

Conforme al criterio jurisprudencial precedentemente invocado, se establecen claramente las causas y los requisitos exigidos por el legislador para
declarar la admisibilidad o no del procedimiento intimatorio y con base en ello, el operador de justicia deberá verificar cada supuesto establecido en los artículos 341 y
643 del Código de Procedimiento Civil, sin efectuar interpretación extensiva o análoga, puesto que daría lugar a coartar o impedir toda posibilidad de invocar
procesalmente el reconocimiento judicial de los derechos e intereses del accionante.

Hechas las consideraciones anteriores, la Sala advierte en el presente caso que el juzgador de alzada y no declaró inadmisible la demanda por vía
intimatoria, por cuanto a su juicio la demanda “…llena los requisitos exigidos en el artículo 640 del Código de Procedimiento Civil, se admite la misma cuanto ha lugar
en derecho…”, razón por la cual, se procede a examinar la procedencia o no del quebrantamiento de las formas procesales con menoscabo al derecho de defensa, a tal
efecto, considera preciso relatar las actuaciones evidenciadas en el presente expediente:

En fecha 28 de junio de 2010, el Juzgado Segundo de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y Bancario de la Circunscripción Judicial del estado
Carabobo, expresó: “ formado como ha sido el presente expediente y por cuanto la demanda por COBRO DE BOLÍVARES (Intimación) intentada por los abogados
(…), en su carácter de apoderados judiciales de los ciudadanos JOSÉ MORALES HERNÁNDEZ y ADRIÁN NODA RAMOS, llena los requisitos exigidos en el artículo
640 del Código de Procedimiento Civil, se admite la misma cuanto ha lugar en derecho. En consecuencia, se decreta la intimación de la parte demandada,…”. (Folio
34 de la primera pieza del expediente).

Mediante diligencia de fecha 21 de enero de 2011, la parte intimada interpone escrito de oposición al decreto intimatorio. (Folio 79 de la primera pieza
del expediente).

Por escrito de fecha 16 de febrero de 2011, se da contestación a la demanda de intimación por cobro de bolívares. (Folios del 82 al 86 de la primera
pieza del expediente).

En fecha 03 de marzo de 2011, el Juzgado Segundo de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y Bancario de la Circunscripción Judicial del estado
Carabobo, dictó auto mediante el cual expresó:

“…Por cuanto se evidencia que no fueron agregados en su oportunidad los escritos de pruebas promovidas por ambas partes, siendo que el
lapso de quince (15) días de despacho previstos en el artículo 396 del Código de Procedimiento Civil, venció el día 28 de febrero del año en
curso, este Tribunal a los fines de salvaguardar los derechos constitucionales que asisten a las partes, es decir, tanto el derecho a la tutela
efectiva que asiste al accionante así como en derecho a la defensa que asiste a la parte demandada, ordena agregarlas en esta misma fecha,
haciendo constar que los tres (03) días de despacho previstos en el artículo 397 ejusdem comenzarán a transcurrir el día de despacho
siguiente al presente…” (Folio 88 de la primera pieza del expediente).

En fecha 16 de marzo de 2011, el a quo dictó auto mediante el cual admitió las pruebas promovidas. (Folio 97 de la primera pieza del expediente).

El Juzgado Segundo de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y Bancario de la Circunscripción Judicial del estado Carabobo, en fecha 8 de agosto
de 2011, dictó sentencia, mediante la cual expresó:
“…CONSIDERACIONES PARA DECIDIR.
Este Tribunal para decidir observa:
Es preciso analizar la temporalidad de la contestación de la demanda, ya que la misma fue objetada por extemporánea por la parte actora,
tanto en el escrito de pruebas, como en el escrito de informes presentado.
El 23 de noviembre de 2010, comparece el alguacil del Tribunal y deja constancia que el día 16 de noviembre de 2010, a la una de la tarde
(1:00 p.m.), le entregó la compulsa al demandado YOBANNY LEDEZMA INFANTE, negándose a firmar el recibo.
El 23 de noviembre de 2010, la parte actora solicita se libre boleta de conformidad con el artículo 218 del Código de Procedimiento Civil,
siendo acordada por este Tribunal el 6 de diciembre de 2010.
El 14 de diciembre de 2010, la secretaria accidental Elizabeth Díaz consignó a los autos la boleta de notificación del demandado, la cual fue
librada de conformidad con lo establecido en el artículo 218 del Código de Procedimiento Civil, comenzando el lapso de comparecencia para
hacer oposición al decreto intimatorio, conforme al lapso establecido en el artículo 651 eiusdem, y al efecto transcurrieron los siguiente días
de despacho 15, 20, 21 y 22 de diciembre de 2010 y 17, 19, 20, 21, 24 y 25, durante el m0es de enero de 2011. La parte demandada presentó
el escrito contentivo de la oposición en fecha 21 de enero de 2011, valga decir, dentro del lapso legal, el proceso debe seguir su curso por los
trámites del juicio ordinario pasados los diez (10) días a los cuales se hizo referencia.
Una vez realizada la oposición al decreto intimatorio el demandado de conformidad con lo establecido en el artículo 652 del Código de
Procedimiento Civil, contaba con cinco (5) días de despacho siguientes al vencimiento del lapso de la oposición para la contestación de la
demanda, al efecto transcurrieron por ante este Tribunal los siguientes días de despacho durante el mes de enero de 2011 los días 26, 27, 28,
31 y en el mes de febrero de 2011, el día 01. Ahora bien, se desprende de autos que el demandado presentó escrito de contestación de la
demanda en fecha 16 de febrero de 2011, es decir, habiendo trascurrido con creces el lapso para realizar de manera tempestiva la
contestación a la demanda, por consiguiente, el alegato de extemporaneidad de la contestación de la demanda señalado por el actor es
procedente. Y así se decide.
Así las cosas tenemos que la parte actora solicita la confesión ficta del demandado de autos, dando lugar a ello a la revisión de los requisitos
sobre la procedencia de la confesión ficta establecidos en el artículo 362 del Código de Procedimiento Civil. En tal sentido ante el hecho que
la contestación de la demanda fue presentada de manera extemporánea, es decir, una vez precluído el lapso establecido en el artículo 652
eiusdem se considera cumplido el primero de los requisitos de procedencia de la Confesión Ficta esto es “SI EL DEMANDADO NO DIERE
CONTESTACIÓN A LA DEMANDA DENTRO DE LOS PLAZOS INDICADOS EN EL CÓDIGO DE PROCEDIMIENTO CIVIL”. Y
así se decide.
En cuanto a las pruebas que puede promover el demandado confeso, se ha pronunciado reiteradamente nuestra Máxima Jurisdicción al
respecto, de donde destaca la decisión de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, en sentencia Nro. 2428, dictada en fecha
29 de agosto de 2003, con ponencia del Magistrado Dr. Jesús Eduardo Cabrera Romero, expediente Nro. 03-0209, en la cual expresó:
“…el supuesto relativo a si nada probare que le favorezca, hace referencia a que el demandado que no dio contestación a la demanda, podrá
promover cuantas pruebas crea conveniente, siempre y cuando vayan dirigidos a hacer contra prueba a los hechos alegados por el actor. En
tal sentido la jurisprudencia venezolana en una forma reiterada, ha venido señalando en muchísimos fallos, que lo único que puede probar el
demandado en ese “algo que lo favorezca”, es la inexistencia de los hechos alegados por el actor, pero ha indicado de esta forma, que no
puede nunca el contumaz probar ni excepciones perentorias, ni hechos nuevos que no ha opuesto expresamente. Criterio que es compartido
por esta Sala, al señalar que la expresión “probar algo que lo favorezca”, se encuentra referida a que el demandado podrá probar la
inexistencia de los hechos que narró el actor en su pretensión…”.
Por lo tanto, el contumaz debe dirigir su carga probatoria a hacer contraprueba de los hechos alegados por el accionante, de lo cual se puede
concluir a evento en contrario que devienen en infructuosas las pruebas promovidas con relación a excepciones o defensas que debieron
haberse alegado en la oportunidad procesal de la contestación y no se hizo, con lo cual dichas pruebas no van dirigidas a beneficiar a la parte
por cuanto lo controvertido quedó fijado con los hechos que alegó la parte actora, y su negativa de existencia.
De esta manera, que el rebelde al momento de promover pruebas, debe dirigir esta actividad probatoria a llevar al proceso medios que
tiendan a hacer contraprueba a los hechos alegados por el accionante, ya que no le está permitido probar aquellos hechos que vienen a
configurar defensas o excepciones que requieran haberse alegado en su oportunidad procesal.
En el caso que nos ocupa el demandado así como no contestó la demanda en su debida oportunidad, despliega su actividad probatoria
dirigida a ratificar en todas y cada una de sus partes tanto el documento autenticado por ante la Notaría Pública Segunda de Valencia del
Estado Carabobo, de fecha 30 de enero de 2009, bajo el Nro.48, Tomo 16 de los libros de autenticaciones llevados por esa Notaría, el cual
constituye un contrato de compra venta de unas acciones, documento este que causan las referidas letras de cambios objeto de la presente
demanda, así como ratificó en todas y cada una de sus partes las referidas cambiales, admitiendo de esta manera la obligación existente entre
su persona y los demandantes. Y así se establece.
Ahora bien, se evidencia que trata de señalar como defensa que la acción escogida por los actores no es la propia, defensa que debió haberse
alegado en la oportunidad procesal de la contestación, y sus pruebas solamente pueden ir dirigidas a demostrar el hecho extintivo de la
obligación demandada, es decir, que cumplió con la obligación de pagar lo demandado, circunstancia que no se desprende de las pruebas
aportadas, por lo tanto, al no probar nada que le favorezca es por lo que se viene a configurar el segundo de los requisitos de la procedencia
de la confesión ficta el cual es “SI NADA PROBARE EL DEMANDADO QUE LE FAVOREZCA”. Y así se decide.
En cuanto al requisito de, “NO SER CONTRARIA A DERECHO” la pretensión de la parte actora, se observa que en la presente causa los
actores demandan por cobro de bolívares mediante el procedimiento intimatorio obligación que se desprende de las treinta y una (31) letras
de cambio que consignan a la demanda y las cuales se encuentran en resguardo en la caja de seguridad del Tribunal, este procedimiento
encuentra su fundamento en las cambiales libradas conforme al artículo 410 del Código de Comercio y tiene como soporte adjetivo las
normas contenidas en el artículo 640 y siguientes del Código de Procedimiento Civil, razón por la cual la demanda no es contraria a derecho
y por consiguiente, se encuentra configurado el tercero de los requisitos para la procedencia de la confesión ficta. Y así se decide.
Una vez examinados los tres (3) requisitos concurrentes para la procedencia de la confesión ficta prevista en el artículo 362 del Código de
Procedimiento Civil, y determinada la procedencia de cada uno de ellos, este Juzgador llega a la convicción que en la presente causa operó la
confesión ficta del demandado, y por vía de consecuencia debe ser declarada con lugar la demanda incoada por JOSE LUIS MORALES
HERNANDEZ y ADRIAN NODA RAMOS, mediante sus apoderados judiciales contra el ciudadano YOBANNY LEDEZMA INFANTE y
condenado al pago: 1) SEISCIENTOS SEIS MIL DOSCIENTOS VEINTIDOS BOLIVARES CON TREINTA Y SEIS CENTIMOS (Bs.
606.222,36), por concepto de capital de la deuda vencida, exigible y no pagada; y 2) CUARENTA Y NUEVE MIL OCHENTA Y CUATRO
BOLIVARES CON TREINTA Y UN CENTIMOS (Bs. 49.084,31), por concepto de intereses. Y así se decide.
Finalmente se aprecia que el accionante exige la corrección monetaria, siendo que ante la confesión ficta del demandado y en razón de su
actitud contumaz, los accionantes se vieron forzados a incoar en su contra el presente juicio y por tanto, fue víctima de la inflación, la cual es
un hecho notorio que azota a nuestro país, en consecuencia, este Tribunal acuerda la corrección monetaria solicitada mediante experticia
complementaria del fallo la cual deberá determinarse por un solo experto de conformidad con los artículos 249 y 455 del Código de
Procedimiento Civil, a los fines que aplicando el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) determinado por el Banco Central de
Venezuela (BCV), por el período comprendido entre la fecha de la mora, es decir, entre el día de la citación de la parte demandada el 14 de
diciembre de 2010, exclusive, hasta la fecha cuando se lleve a cabo la experticia complementaria del fallo y se realice la corrección
monetaria sobre el monto condenado por este Tribunal por concepto de capital, y así se decide.
VI
DECISIÓN
En mérito de las anteriores consideraciones, este JUZGADO SEGUNDO DE PRIMERA INSTANCIA EN LO CIVIL, MERCANTIL Y
BANCARIO DE LA CIRCUNSCRIPCION JUDICIAL DEL ESTADO CARABOBO, administrando justicia en nombre de la República
Bolivariana de Venezuela y por autoridad de la Ley, DECLARA: CON LUGAR la demanda por cobro de bolívares incoada por los
abogados FRANCISCO RUSSO BETANCOURT, AMERICA RENDÓN MATA y MARITZA PEREZ DE GARCIA, actuando en su
carácter de apoderados judiciales de los ciudadanos JOSE LUIS MORALES HERNANDEZ y ADRIAN NODA RAMOS, identificados en
autos, en consecuencia, se condena al demandado ciudadano YOBANNY LEDEZMA INFANTE, venezolana, mayor de edad, titular de la
cédula de identidad Nro. V- 5.619.529, al pago de las siguientes cantidades de dinero: PRIMERO: Al pago de la cantidad de SEISCIENTOS
SEIS MIL DOSCIENTOS VEINTIDOS BOLIVARES CON TREINTA Y SEIS CENTIMOS (Bs. 606.222,36), por concepto de capital de
la deuda vencida. SEGUNDO: CUARENTA Y NUEVE MIL OCHENTA Y CUATRO BOLIVARES CON TREINTA Y UN CENTIMOS
(Bs. 49.084,31), por concepto de intereses. TERCERO: Al pago de la cantidad que resulte de la corrección monetaria que sobre el monto del
capital adeudado determine el experto que deberá realizar la experticia complementaria del fallo siguiendo los parámetros establecidos en la
motiva de esta sentencia, y que a tal efecto se ordena…”.

De la decisión supra transcrita, el apoderado judicial de la parte demandada, mediante diligencia de fecha 11 de agosto de 2011, interpuso recurso de
apelación, la cual fue ratificada en fecha 6 de diciembre de 2011. (Folio 119 de la primera pieza del expediente).

Mediante auto de fecha 14 de diciembre de 2011, dictado por el Juzgado Segundo de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y Bancario de la
Circunscripción Judicial del estado Carabobo, se ordenó oír apelación en ambos efectos. (Folio 126 de la primera pieza del expediente).

El Juzgado Superior Primero en lo Civil, Mercantil, del Tránsito y Bancario de la Circunscripción Judicial del estado Carabobo, dictó sentencia en
fecha 25 de julio de 2012, mediante la cual expresó lo siguiente:

“…TERCERA.-
Esta Alzada observa, que la presente apelación lo fue contra la sentencia definitiva dictada por el Tribunal “a-quo”, en fecha 08 de agosto de
2011, en la cual declaró con lugar la demanda por Cobro de Bolívares, incoada por los abogados FRANCISCO RUSSO BETANCOURT y
AMERICA RENDÒN MATA, con el carácter de apoderados judiciales de los ciudadanos JOSE LUIS MORALES HERNANDEZ y
ADRIAN NODA RAMOS, contra el ciudadano YOBANNY LEDEZMA INFANTE.
…Omissis…
Observa este Sentenciador que, en fecha 16 de febrero de 2011, el ciudadano YOBANNY LEDEZMA INFANTE, asistido de abogado, dio
contestación a la demanda, y siendo que, la parte actora solicitó la declaratoria de la confesión ficta se hace necesario analizar la
temporalidad del referido escrito contentivo de la contestación de demanda.
En este sentido se observa que, en fecha 23 de noviembre de 2010, el Alguacil del Tribunal “a-quo” dejó constancia que el día 16 de
noviembre de 2010, a la una de la tarde (1:00 p.m.), le entregó la compulsa al demandado YOBANNY LEDEZMA INFANTE, negándose a
firmar el recibo. En fecha 23 de noviembre de 2010, la parte actora solicita se libre boleta de conformidad con el artículo 218 del Código de
Procedimiento Civil, siendo acordada por dicho Tribunal el día 6 de diciembre de 2010; el día 14 de diciembre de 2010, la abogada
ELIZABETH DÍAZ, con el carácter de Secretaria Accidental del Juzgado “a-quo”, consignó a los autos boleta de notificación del
demandado, comenzando el lapso de comparecencia para hacer oposición al decreto intimatorio, conforme a lo establecido en el artículo 651
del Código de Procedimiento Civil, dejando dicho Tribunal constancia de que transcurrieron en el mismo, los siguiente días de despacho: 15,
20, 21 y 22 del mes de diciembre de 2010 y 17, 19, 20, 21, 24 y 25, del mes de enero de 2011; y siendo que la parte demandada presentó el
escrito contentivo de oposición al decreto de intimación en fecha 21 de enero de 2011, vale señalar, dentro del lapso legal, el proceso siguió
su curso por los trámites del juicio ordinario.
Asimismo es de observarse que, realizada como fue la oposición al decreto intimatorio el demandado de conformidad con lo establecido en
el artículo 652 del Código de Procedimiento Civil, se aperturó el lapso de cinco (5) días de despacho, contados a partir del vencimiento del
lapso de la oposición, para la contestación de la demanda; siendo que, a partir de la referida fecha, precisa el Tribunal “a-quo” que en el
mismo transcurrieron los siguientes días de despacho: los días 26, 27, 28, 31 en el enero de 2011 y el día 01 en el mes de febrero de 2011; y
siendo que el demandado presentó escrito de contestación de la demanda en fecha 16 de febrero de 2011, es decir, habiendo trascurrido con
creces el lapso para realizar de manera tempestiva la contestación a la demanda, es forzoso concluir que dicha contestación de demanda fue
extemporánea por tardía; Y ASI SE DECIDE.
Decidido lo anterior, siendo que de las actas procesales que integran el presente expediente se evidenció que el ciudadano YOBANNY
LEDEZMA INFANTE, dio contestación al fondo de la demanda en forma intempestiva por tardía, se tiene como no cumplida con la carga
procesal de dar contestación, recayendo sobre él, la presunción “iuris tantum” de confesión ficta; Y ASI SE ESTABLECE.
Ahora bien, siendo los extremos requeridos por la norma, en primer lugar: el que la parte accionada no haya contestado la demanda; en
segundo lugar: que la misma no haya probado nada que le favoreciera; y en tercer lugar: que la petición del demandante no sea contraria a
derecho; para que opere la confesión ficta de la parte demandada, tal como lo estableció la Sala de Casación Civil del Tribunal Supremo de
Justicia en sentencia No. 00139, dictada el 20 de abril de 2005, en el Expediente No. AA20-C2004-000241, con Ponencia: Magistrada Dra.
Isbelia Pérez de Caballero, en la cual se lee:
“…Omissis…”
Por consiguiente, no basta la falta de contestación de la demanda para que los alegatos planteados en el libelo de la demanda queden
plenamente admitidos, de forma tal que recaiga sobre ellos una presunción de veracidad iure et de iure. Por el contrario, la ley prevé que esa
presunción es iuris tantum, por cuanto releva la carga de probar esos hechos al actor e impone al demandado la carga de demostrar su
falsedad mediante prueba en contrario, por cuanto el referido artículo 362 del Código de Procedimiento Civil, dispone que al demandado
"...se le tendrá por confeso... si nada probare que le favoreciera...".
En relación con ello, es oportuno advertir que el demandado sólo puede hacer la contraprueba de los hechos alegados por el actor, no siendo
permisible la prueba de hechos nuevos que han debido ser alegados en la contestación de la demanda....
Es claro, pues, que la confesión ficta en un proceso sólo produce la presunción de considerar ciertas las afirmaciones de hecho contenidas en
el libelo de la demanda, dejando el legislador en manos del demandado la posibilidad de demostrar sólo la falsedad de esos hechos, sin
posibilidad de alegar otros nuevos, que ha debido exponer en la contestación de la demanda, pues ello implicaría una prórroga ilegal de la
oportunidad para alegar y determinar la litis, en claro desequilibrio procesal y premio de una actitud negligente, que permitiría sorprender al
actor respecto de nuevos hechos, que en definitiva estará impedido de desvirtuar por no haber sido anunciados en el respectivo acto de
determinación de la litis.
En todo caso, si la parte demandada no contesta, ni prueba nada que le favorezca, ello no conduce de manera inexorable a la declaratoria de
condena, pues aun resta examinar si la demanda es contraria a derecho y si los hechos aceptados y no desvirtuados por el demandado,
conducen a la consecuencia jurídica pretendida por el actor.
Lo expuesto, sugiere la necesidad de definir las diferencias entre: la desestimación de la demanda por ser contraria a derecho, o bien porque
es improcedente o infundada en derecho.
…Omissis…
Y siendo que en el caso sub examine, de conformidad con el artículo 887 del Código de Procedimiento Civil, en concordancia con el artículo
362 ejusdem, si el demandado no diere contestación a la demanda dentro de los plazos indicados en este Código, se le tendrá por confeso (en
cuanto a que no sea contraria a derecho la petición del demandante, si nada probare que le favorezca); es por lo que, al evidenciarse que el
accionado de autos no dio contestación a la demanda, se tiene por cumplido con el primer supuesto establecido por el legislador, para la
procedencia de la confesión ficta; Y ASI SE ESTABLECE.
La confesión ficta trae como consecuencia, el establecer a favor de la parte actora una presunción de que todos los hechos alegados en el
libelo de la demanda son ciertos. No debe confundirse, como muchas veces ocurre, el que la confesión ficta indica que los hechos alegados
por el actor en su libelo, están tácitamente admitidos. Por el contrario, estos hechos mantienen su carácter de controvertidos, tanto es así, que
los hechos van al debate del probatorio, de allí la expresión que indica si nada probare que le favorezca (al demandado).
El efecto, que conlleva la confesión ficta es que al estar el actor cobijado en una presunción de certeza, queda relevado o eximido de la carga
de la prueba, ésta se ha invertido y por lo tanto la ha asumido el demandado; tal como sustentase el procesalista HUMBERTO LOZANO M.,
en su obra: “La Fase del Procedimiento Ordinario”.
La Sala de Casación Civil del Tribunal Supremo de Justicia, en sentencia dictada en fecha 02 de noviembre de 2001, ha expresado al
respecto:
…Omissis…
Por lo que, establecido como fue que el accionado no dio contestación oportuna a la demanda, pasa este Sentenciador a analizar los demás
supuestos establecidos en el artículo 362 del Código de Procedimiento Civil, para que se materialice la confesión ficta.
Lo que hace necesario traer a colación el criterio diuturno de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, específicamente en
sentencia Nro. 2428, dictada en fecha 29 de agosto de 2003, con ponencia del Magistrado Dr. JESÚS EDUARDO CABRERA ROMERO,
expediente Nro. 03-0209, con relación a los supuestos de la confesión ficta:
“…Omissis…”.
De lo que se desprende que, el accionado que no haya dado contestación a la demanda, debe hacer contraprueba de los hechos alegados por
el accionante, y siendo que en el caso de autos, el ciudadano YOBANNY LEDEZMA INFANTE, asistido por la abogado DEMOSTENEZ
EMANUEL BLANCO PÉREZ, en fecha 17 de febrero de 2011, en su escrito de promoción de pruebas, se limitó a promover el mérito
favorable de los autos y el principio probatorio de comunidad de las pruebas, lo cual fue desechado por esta Alzada, por no ser un medio
probatorio válido; ratificando en todas una de sus partes el documento autenticado por ante la Notaría Pública Segunda de Valencia, Estado
Carabobo, en fecha 30 de enero del año 2009, bajo el No. 48, Tomo 16, de los Libros de Autenticaciones llevado por esa Notaría; y las
treinta y un (31) letras de cambio acompañadas a los autos; no trayendo al ánimo de este Sentenciador prueba alguna que materialice las
posibles excepciones o contravenga lo alegado por el accionante, incumpliendo con la carga probatoria que le impone el artículo 506 del
Código de Procedimiento Civil, aunado a que por el contrario, admitió la existencia de la obligación entre su persona y los demandantes; se
tiene por cumplido con el segundo requisito de procedencia de la confesión ficta, vale señalar, que el demandado no haya probado nada que
le favoreciera; Y ASI SE ESTABLECE.
Faltando solo por determinar, si la demanda incoada es o no contraria a derecho para que se encuentren llenos los extremos de la norma
prevista en el precitado artículo 362 del Código de Procedimiento Civil; al constatarse que la presente demanda lo fue por Cobro de
Bolívares, fundamentado en las cambiales libradas conforme al artículo 410 del Código de Comercio, en concordancia con los artículos 640
y 646 del Código de Procedimiento Civil; es forzoso concluir que la presente demanda no es contraria al orden público, ni a disposición
legal expresa, sino que por el contrario, la misma se encuentra regulada y amparada por el ordenamiento jurídico Venezolano; por lo que
considera esta Alzada cumplido el tercer requisito de procedencia de la confesión ficta; Y ASI SE ESTABLECE.
En consecuencia, precisado como fue el que se encuentran cumplidos los extremos de Ley señalados por el legislador en el artículo 362 del
Código de Procedimiento Civil; es forzoso para esta Alzada concluir, que en la presente causa operó la confesión ficta del demandado,
ciudadano YOBANNY LEDEZMA INFANTE; Y ASI SE DECIDE.-
Decidido lo anterior, y determinados como fueron los hechos alegados por los abogados FRANCISCO RUSSO BETANCOURT y
AMERICA RENDÒN MATA, con el carácter de apoderados actores en el escrito libelar, consistentes en que consta de documento
autenticado por ante la Notaría Pública Segunda de Valencia, Estado Carabobo, en fecha 30 de enero del año 2009, que sus representados
celebraron un contrato de compra-venta de unas acciones que tenían en la sociedad de comercio denominada BAR RESTAURANT LA
VILLA DE MADRID, C.A., a otro ciudadano y al ciudadano YOBANNY LEDEZMA INFANTE, en la forma siguiente: su representado
ADRIÁN NODA RAMOS, vendió y traspasó al mencionado ciudadano YOBANNY LEDEZMA INFANTE, la cantidad de sesenta y seis
mil seiscientos sesenta y siete (66.667) acciones, por un valor de TRESCIENTOS CINCUENTA MIL CUARENTA Y TRES BOLÍVARES
CON SETENTA Y CINCO CÉNTIMOS (Bs. 350.043,75), y su representado JOSÉ LUIS MORALES HERNÁNDEZ, vendió y traspasó al
mencionado ciudadano YOBANNY LEDEZMA INFANTE, ciento treinta y tres mil trescientos treinta y tres (133.333) acciones, por un
valor de SEISCIENTOS NOVENTA Y NUEVE MIL NOVECIENTOS CINCUENTA Y SEIS BOLÍVARES CON VEINTICINCO
CÉNTIMOS (Bs. 699.956,25), todo lo cual alcanzó a la suma de UN MILLÓN CINCUENTA MIL BOLÍVARES (Bs. 1.050.000,oo), de los
cuales quedó adeudando la cantidad de QUINIENTOS CINCUENTA MIL BOLÍVARES (Bs.550.000,00) para ser pagados por el
comprador en treinta y seis cuotas (36) montante cada una de ellas a la suma de DIECINUEVE MIL QUINIENTOS CINCUENTA Y
CINCO BOLÍVARES CON CINCUENTA Y SEIS CÉNTIMOS (Bs. 19.555,56), con vencimiento la primera de ellas el 1º de marzo de
2009 y así sucesivamente hasta su total cancelación; que a los fines de facilitar el pago de la referida cantidad adeudada, se acordó librar,
debidamente aceptadas por el comprador, treinta y seis (36) letras de cambio por los montos y con las fechas de vencimiento antes señaladas,
estableciéndose como beneficiario de las mismas a sus representados; que en el mencionado documento se estableció que la falta de pago de
tres (3) letras consecutivas, daría derecho a sus representados a considerar la obligación como de plazo vencido y en consecuencia a exigir la
cancelación total de la deuda; que el mencionado ciudadano YOBANNY LEDEZMA INFANTE, dado que sólo ha cancelado cinco (5) de
las cuotas a las cuales se comprometió a pagar, estando pendiente de pago las cuotas vencidas desde el 1º de agosto de 2009 hasta el 1º de
junio de 2010, ambas inclusive, es decir, once (11) cuotas, las cuales montan a la suma de DOSCIENTOS QUINCE MIL CIENTO ONCE
BOLÍVARES CON DIEZ Y SEIS CÉNTIMOS (Bs. 215.111,16); lo que le da derecho a sus representados de considerar la obligación como
de plazo vencido y a exigir el pago total de la deuda, la cual monta a la suma de SEISCIENTOS SEIS MIL DOSCIENTOS VEINTIDÓS
BOLÍVARES CON TREINTA Y SEIS CÉNTIMOS (Bs. 606.222,36), según se comprueba de las treinta y un (31) letras de cambio que en
original se anexaron a los autos; la pretensión de COBRO DE BOLIVARES, por las cantidades de dinero siguientes: 1.-) SEISCIENTOS
SEIS MIL DOSCIENTOS VEINTIDÓS BOLÍVARES CON TREINTA Y SEIS CÉNTIMOS (Bs. 606.222,36) por concepto de capital de la
deuda vencida, exigible y no pagada; y 2.-) CUARENTA Y NUEVE MIL OCHENTA Y CUATRO BOLÍVARES CON TREINTA Y UN
CÉNTIMOS (Bs. 49.084,31) por concepto de intereses sobre la deuda vencida, exigible y no pagada, contados hasta el primero (1º) de junio
de 2010; debe prosperar, tal como se dispondrá en el dispositivo del presente fallo; Y ASI SE DECIDE.

Con relación a la referida indexación solicitada por la parte actora en su escrito libelar, cuyo origen deriva de un hecho notorio, cual es el
proceso inflacionario que ha venido sufriendo la moneda nacional durante el tiempo transcurrido en el debate procesal, y con fundamento en
la doctrina y la jurisprudencia de nuestros Tribunales, y dada la inflación operante en el País, considera procedente la corrección monetaria
del capital adeudado, vale señalar, la cantidad de SEISCIENTOS SEIS MIL DOSCIENTOS VEINTIDÓS BOLÍVARES CON TREINTA Y
SEIS CÉNTIMOS (Bs. 606.222,36); cuya determinación deberá realizarse a través de una experticia complementaria a la ejecución del fallo,
a tenor de lo establecido en el artículo 249 del Código de Procedimiento Civil, la cual deberá calcularse desde la fecha de la admisión de la
demanda, tal como lo ha señalado la Sala de Casación Civil del Tribunal Supremo de Justicia, en sentencia dictada el 07 de marzo de 2002,
en el juicio Maricela Machado de Hernández y otras contra el Banco Popular de los Andes, C.A., Exp. No. 00-517, al establecer: “…En
otras palabras, no puede acordarse la indexación en los términos solicitados por el formalizante, pues el correctivo inflacionario que el Juez
concede es a los efectos de evitar el perjuicio por la desvalorización del signo monetario durante el transcurso del proceso, siendo la
admisión del libelo de demanda la pauta que marca su inicio, y por ende, el de la indexación judicial. Así se decide….”; hasta la fecha en la
cual los expertos rindan su dictamen; Y ASI SE ESTABLECE.
En consecuencia, en observancia de los criterios jurisprudenciales y doctrinarios, así como la normativa legal que rige la materia, tomados en
consideración por esta Alzada como fundamento de su fallo, estando conforme a derecho la sentencia definitiva dictada por el Juzgado “a-
quo”, en fecha 08 de agosto de 2011, la apelación interpuesta por la parte demandada contra dicho fallo no debe prosperar; Y ASÍ SE
DECIDE.
CUARTA.-
Por las razones antes expuestas, es por lo que este Juzgado Superior Primero en lo Civil, Mercantil, Tránsito y de Bancario de la
Circunscripción Judicial del Estado Carabobo, Administrando Justicia, en nombre de la República Bolivariana de Venezuela y por Autoridad
de la ley, DECLARA: PRIMERO: SIN LUGAR la apelación interpuesta el 12 de diciembre de 2011, por el abogado DEMOSTENEZ
ENMANUEL BLANCO PEREZ, en su carácter de apoderado judicial del ciudadano YOBANNY LEDEZMA INFANTE, contra la
sentencia dictada el 08 de agosto de 2011, por el Juzgado Segundo de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y Bancario de la
Circunscripción Judicial del Estado Carabobo.- SEGUNDO: CON LUGAR la demanda por COBRO DE BOLIVARES incoada por los
abogados en ejercicio FRANCISCO RUSSO BETANCOURT y AMERICA RENDÒN MATA, apoderados judiciales de los ciudadanos
JOSE LUIS MORALES HERNANDEZ y ADRIAN NODA RAMOS, contra el ciudadano YOBANNY LEDEZMA INFANTE. En
consecuencia, SE CONDENA al demandado ciudadano YOBANNY LEDEZMA INFANTE, a pagar a los accionantes de autos, las
siguientes cantidades: 1.-) SEISCIENTOS SEIS MIL DOSCIENTOS VEINTIDOS BOLIVARES CON TREINTA Y SEIS CENTIMOS
(Bs. 606.222,36), por concepto de capital de la deuda vencida; y 2.-) CUARENTA Y NUEVE MIL OCHENTA Y CUATRO BOLIVARES
CON TREINTA Y UN CENTIMOS (Bs. 49.084,31), por concepto de intereses.
Se acuerda la indexación o corrección monetaria del capital adeudado, la cual deberá hacerse mediante experticia complementaria del fallo
de conformidad con lo establecido en el artículo 249 del Código de Procedimiento Civil, para que los expertos determinen la corrección
monetaria de la suma de SEISCIENTOS SEIS MIL DOSCIENTOS VEINTIDÓS BOLÍVARES CON TREINTA Y SEIS CÉNTIMOS (Bs.
606.222,36), tomando en cuenta el IPC inicial, el del mes inmediatamente anterior al de la admisión de la pretensión, la cual ocurrió el 28 de
junio de 2010, y como IPC final, el de la fecha en la cual los expertos rindan su dictamen.
Queda así CONFIRMADA la sentencia objeto de la presente apelación…”.

De acuerdo con los actos, supra narrados y luego del examen de las actas que constan en el expediente, se evidencia que efectivamente existió un
contrato de compra-venta de unas acciones de la sociedad de comercio denominada Restaurant La Villa de Madrid, C.A., cuyo monto adeudado, se acordó que se
pagaría en treinta y seis cuotas, donde se acordó que a los fines de facilitar el pago de la referida cantidad adeudada se libraran, debidamente aceptadas treinta y seis
(36) letras de cambio.

Ahora bien, frente a esta situación se observa que el actor en el caso de autos que son los ciudadanos JOSÉ LUIS MORALES HERNANDEZ y
ADRIAN NODA RAMOS, tenían la posibilidad de cobrar el dinero adeudado, ya sea por el procedimiento ordinario o bien por el procedimiento intimatorio, que fue
la vía escogida, en virtud de que ya las letras estaban vencidas, es decir, eran líquidas y exigibles.

Aunado a lo antes expuesto, se evidenció de las actas del expediente, que la parte intimada tuvo la oportunidad de defenderse en la etapa de oposición
y contestación a la demanda y lo hizo de manera extemporánea, en consecuencia, tomando en cuenta que el intimante tenía la opción de elegir cualquiera de ambos
procedimientos, y además el intimado tuvo la oportunidad de ejercer su derecho a la defensa, y no lo hizo en la oportunidad debida. Se hace necesario declarar la
improcedencia de la denuncia, pues la admisión de la demanda fue ajustada a derecho, razón por la cual se desestima la denuncia de infracción de los artículos 15, 640 y
643 ordinales 1° y 3° del Código de Procedimiento Civil, y así se decide.

II

Con fundamento en el artículo 313 ordinal 1° del Código de Procedimiento Civil, se denuncia la infracción de los artículos 15 y 146 del Código
Procesal.

Alega textualmente, el formalizante lo siguiente:

“…Sostenemos que en el presente juicio se soslayó por parte de los Juzgadores normativa que sistematiza en nuestro derecho la categoría
procesal del litisconsorcio activo, al admitirse una demanda con pluralidad de actores en la que se violaba abiertamente la norma del artículo
146 del Código de Procedimiento Civil, pues las pretensiones de los accionantes no guardaban entre sí la conexión necesaria para ser
deducidas, tramitadas y resueltas en un solo juicio, ni ser resueltas en un único fallo, como vino a ocurrir, con grave violación al orden
público procesal.
En efecto, obsérvese que la recurrida describe la demanda propuesta, en los siguientes términos:
…Omissis…
Como puede advertirse, mi representado celebró con cada uno de los litisconsortes activos, sendos contratos de compraventa de acciones,
totalmente diferenciados entre ellos; vale decir, se trató de contratos con sujetos, objetos y precios diferentes, ya que mediante uno de ellos el
ciudadano Adrián Noda Ramos le vendió a mi representado 66.667 acciones, por un precio de Bs. 350.043, 75, mientras que, mediante el
otro contrato, el ciudadano José Luis Morales Hernández le vendió 133.333 acciones por un precio de Bs. 699.956, 25. La circunstancia de
que se tratara de acciones de que ambos negocios se hubiesen documentado en el en el mismo instrumento, no comunica ni ofrece ninguna
excepción o particularidad a la conclusión de que se trata de contratos distintos, generadores de obligaciones totalmente diferentes, que no
están mancomunadas ni son conjuntas, como distintos son los derechos que se generaron para las partes de uno y otro contrato.
Confirma la precedente conclusión, el hecho de que los actores invocan separadamente en la demanda cada uno de dichos contratos de
compraventa, señalando el objeto y el precio de cada uno de ellos, de donde resulta concluyente e irrebatible que se trata de contratos
distintos.
De otra parte, resulta también manifiesto que es en esos contratos donde ha de hallarse y radica el título o causa de pedir que los propios
actores ponen a la base de la pretensión contenida en la demanda; son sus propias afirmaciones las que así lo confirman bajo el principio de
sustanciación que rige en nuestro sistema procesal y que impone al actor la carga de exponer y fijar ab initio los hechos específicos en los
cuales basa su pretensión.
Pasa por ello a constituir un verdadero accidente, por así decirlo, dentro del examen del planteamiento contenido en la demanda, el que,
luego de señalar el monto de cada uno de los precios, se indique que es la suma de ambos precios (“todo sumado” dice el libelo) lo que
define la deuda objeto de la demanda. Se pretende así de improviso, sin que medie señalamiento alguno de declaraciones de voluntad de los
acreedores o del deudor que hubiese alcanzado a modificar los derechos y obligaciones del contrato, que habría surgido de improviso una
obligación con un monto y dos acreedores.
…Omissis…
Indican que sobre ese total se vinieron a fijar unas cuotas de pago del precio (único caso), como si de una obligación conjunta se tratara, cosa
que no es admisible en derecho sin existencia de expresas declaraciones de todas las partes del contrato que estuvieran directamente
dirigidas a crear una obligación de tales características, nada de lo cual está presente ni se indica en la demanda.
De allí que la presentación de una sola demanda a través de un litisconsorico activo de ambos vendedores, va a (sic) contracorriente (sic) de
lo que los actores indican e invocan previamente en el libelo, como era la existencia de dos contratos distintos con dos precios distintos,
origen y causa eficiente de sus derechos a ser deducidos en juicio, cuya contrapartida contractual eran obligaciones de pago de precio
igualmente distintas, por lo que no podían pasar a ser, sin más y en base a una mera suma, una sola obligación con varios acreedores.
De modo tal que sus acreedores no podían hacer valer sus acreencias en un mismo y único juicio, mediante litisconsorcio y pretender una
unidad de condena, por cuanto no existe entre las respectivas obligaciones la necesaria conexión que para ello requiere nuestro derecho en el
artículo 146 del Código de Procedimiento Civil, el cual dispone:
…Omissis…
Ninguna de las situaciones que dicho artículo señala como supuestos para que se legitime el litisconsorcio está presentes en el caso de
especie, pues, evidentemente no hay comunidad con respecto a las ventas, dado que los derechos de los que ahora se afirman litisconsortes,
derivan de contratos de venta diferentes y diferentes son los derechos que con base en tales contratos podrían deducir en juicio, por lo menos
en los términos que aparece del libelo de demanda, en el cual no se aduce negocio o declaración jurídica alguna que haya hecho cambiar esa
situación hecha valer como prístina en torno al asunto, como sería quizás una cesión recíproca entre los vendedores de parte de sus créditos
por los precios, pero mal puede ser ello así, al limitarse a afirmar que hubo una suma de los precios y se procedió a establecer unas cuotas.
Conviene observar que tampoco lo modifica el hecho de que los actores figuren como beneficiarios conjuntamente en las letras de cambio
que se emitieron por cada cuota de pago del precio, pues, tales letras no fueron sino medios de pagar esas cuotas, por lo que estas últimas
fueron además expresamente causadas como tales cuotas en el texto mismo de los giros, luego, el nada introduce ni añade para suponer la
modificación en las obligaciones separadas de pago del precio, al punto que, antes que un cobro de bolívares lo propuesto no era otra cosa en
verdad que una acción de cumplimiento de contrato de compraventa.
…Omissis…
Los jueces estaban por ello en la obligación de declarar inadmisible la demanda y abstenerse de tramitar un juicio inoperante, conclusión que
no podía verse modificada por el hecho de haberse producido en al especie una confesión ficta y menos podría pensarse en la economía de
los juicios o el evitar la litigiosidad, pues estos elementos debían ceder ante los más elevados de la regularidad procesal en que está
interesado el orden público.
…Omissis…
Con apoyo en la doctrina que hemos transcrito, sostenemos que el juzgador de la recurrida debió apercibirse de la irregularidad que
inficionaba el presente juicio desde su inicio, pues se había procedido a admitir la demanda y proseguir un juicio propuesto por un
litisconsorcio, en clara infracción de la norma del artículo 146 del Código de procedimiento Civil, en la cual se establecen los únicos
supuestos de admisión de litisconsorcios en juicio, los cuales no existían en este caso, de acuerdo con lo que aparecía claro y evidente de los
elementos de la demanda a que hemos aludido a lo largo de esta denuncia.
Debió por ello el juzgador de la recurrida, en aras del derecho a la defensa, la estabilidad de los juicios, en y en atención a la doctrina del
Alto Tribunal declara inadmisible la demanda, y al no hacerlo, infringió la recurrida los artículos 15 y 146 del Código de Procedimiento
Civil, como respetuosamente pedimos sea declarado…”.

Para decidir, la Sala observa:

Alega el formalizante que el juez de alzada incurrió en la infracción de los artículos 15 y 146 del Código de Procedimiento Civil, al admitirse una
demanda con pluralidad de actores en la que se violaba abiertamente la mencionada norma, pues las pretensiones de los accionantes no guardaban entre sí la conexión
necesaria para ser deducidas, tramitadas y resueltas en un solo juicio, ni ser resueltas en un único fallo, como vino a ocurrir, con grave violación al orden público
procesal.

Más adelante expone el formalizante que “…su representado celebró con cada uno de los litisconsortes activos, sendos contratos de compraventa de
acciones, totalmente diferenciados entre ellos; vale decir, se trató de contratos con sujetos, objetos y precios diferentes, ya que mediante uno de ellos el ciudadano
Adrián Noda Ramos le vendió a mi representado 66.667 acciones, por un precio de Bs. 350.043,75; mientras que, mediante el otro contrato, el ciudadano José Luis
Morales Hernández le vendió 133.333 acciones por un precio de Bs. 699.956,25. La circunstancia de que se tratara de acciones de que ambos negocios se hubiesen
documentado en el mismo instrumento, no comunica ni ofrece ninguna excepción o particularidad a la conclusión de que se trata de contratos distintos, generadores
de obligaciones totalmente diferentes, que no están mancomunadas ni son conjuntas, como distintos son los derechos que se generaron para las partes de uno y otro
contrato…”.

Para el análisis de la presente denuncia, resulta pertinente pasar a analizar el artículo 146 del Código de Procedimiento Civil, el cual expresa
textualmente lo siguiente:

“…Podrán varias personas demandar o ser demandadas conjuntamente como litisconsortes: a) Siempre que se hallen en estado de
comunidad jurídica con respecto al objeto de la causa; b) Cuando tengan un derecho o se encuentren sujetas a una obligación que derive del
mismo título; c) En los casos 1°, 2° y 3° del artículo 52…”.

Precisamente, esta Sala al definir la figura del litisconsorcio, dejó sentado en decisión de fecha 5 de febrero de 2002, reiterada, entre otras, el 12 de
abril de 2005, caso: Vestalia de Jesús Zarramera de Hernández y otros, contra Dimas Hernández Gil y otros, reiterada en sentencia N° 978, de fecha 19 de diciembre de
2007, caso: Norelis Saa de Hernández, contra Víctor Segundo Hernández Graterol, Dalia Mercedes Hernández viuda de Castro, Dumelis Hernández de Burgos y
Clínica de Especialidades Médicas Los LLanos, C.A. (Cemell, C.A.), lo siguiente:
“…En sentido técnico, el litisconsorcio puede definirse como la situación jurídica en que se hallan diversas personas vinculadas por una
relación sustancial común o por varias relaciones sustanciales conexas, que actúan conjuntamente en un proceso voluntaria o forzosamente,
como actores o como demandados.
Hay litisconsorcio necesario o forzoso cuando existe una relación sustancial o estado jurídico único para varios sujetos, de manera que las
modificaciones de dicho vínculo o estado jurídico deben operar frente a todos sus integrantes para tener eficacia; por tanto, al momento de
plantearse en juicio la controversia, la pretensión debe hacerse valer por uno o por varios de los integrantes de la relación frente a todos los
demás. En estos casos, la relación sustancial controvertida es única para todos los integrantes de ella, de modo que no puede modificarse
sino a petición de uno o varios de ellos frente a todos los demás debe resolverse de modo uniforme para todos.
Sobre el particular, el autor Emilio Calvo Baca en su obra ‘Código de Procedimiento Civil Venezolano Comentado’ (Páginas 219-221)
expresa lo siguiente:
“...El litisconsorcio necesario evidencia un estado de sujeción jurídica de forma inquebrantable. Esta unidad inquebrantable puede ser
implícita en la Ley o puede ser impuesta en forma expresa. Está implícita cuando no es posible concebir fraccionada en cada persona
integrante del grupo, sino unitariamente en todos. Es expresa, cuando la propia Ley impone la integración en forma imperativa...”.
En nuestro derecho, el actor que invoca por sí solo la pretensión se expone a que se alegue en la contestación de la demanda su falta de
cualidad (art. 361 CPC), porque la parte contraria podría sostener que la legitimación no corresponde únicamente a uno solo de ellos sino
conjuntamente a todos. Sin embargo, para entender si la relación jurídico procesal debe estar integrada forzosamente por todos los
litisconsortes, debe determinarse si ello es necesario para que pueda proponerse la demanda, y tal circunstancia se fija analizando la
eficacia de la pretensión al ser ejercida individualmente.
Es claro que en la mayoría de los casos -a menos que la ley o la voluntad de las partes válidamente manifestada dispongan lo contrario-,
cualquiera de los comuneros puede intentar acciones de cualquier tipo cuando se vean afectados los intereses de la comunidad o de
cualquiera de sus miembros, aún cuando lo haga uno de ellos en nombre propio, y de considerarlo imperioso podría llamar en juicio a los
demás comuneros para que coadyuven en la demanda....”.

Queda claro, entonces, que existe litisconsorcio cuando diversas personas se encuentran vinculadas por una relación sustancial común o por varias
relaciones sustanciales conexas, que actúan conjuntamente en un proceso voluntaria o forzosamente, como actores o como demandados.

No obstante, es oportuno señalar, que si la parte actora decide demandar conjuntamente a varias personas por considerar que se encuentra en uno de
los supuestos de litisconsorcio antes referidos, se expone a que se alegue, si acaso no existiera la relación sustantiva que se invoca al fondo de la demanda, como
defensa previa en la contestación de la demanda, la falta de cualidad, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 361 del Código de Procedimiento Civil.

Ahora bien, para verificar las aseveraciones expuestas por el formalizante, es oportuno, pasar a transcribir algunos extractos del libelo de la demanda:
“…DE LOS HECHOS
Consta de documento autenticado por ante la Notaría Pública segunda de Valencia, Estado Carabobo, en fecha 30 de enero del año 2009,
(…), el cual anexamos a este libelo en original marcado “B”, que nuestros representados celebraron un contrato de compra-venta de unas
acciones que tenían y poseían en la Sociedad de Comercio de este domicilio denominada BAR RESTAURANT LA VILLA DE MADRID,
C.A. (…)a otro ciudadano y al ciudadano YOBANNY LEDEZMA INFANTE, (…) en la forma siguiente: nuestro representado ARIAN
NODA RAMOS, vendió y traspasó al mencionado ciudadano YOBANNY LEDEZMA INFANTE, la cantidad de sesenta y seis mil
seiscientos sesenta y siete (66.667))acciones, por un valor de TRESCIENTOS CINCUENTA MIL CUARENTA Y TRES BOLIVARES
CON SESENTA Y CINCO CENTIMOS (BS. 350.043,75), y nuestro representado JOSÉ LUIS MORALES HERNÁNDEZ, arriba
identificado, vendió y traspasó al mencionado ciudadano YOBANNY LEDEZMA INFANTE, ciento treinta y tres mil trescientos treinta y
tres (133.333) acciones, por un valor de SEISCIENTOS NOVENTA Y NUEVE MIL NOVESCIENTOS CINCUENTA Y SEIS
BOLIVARES CON VEINTICINCO CÉNTIMOS (Bs, 699.956,25), todo lo cual alcanzó a la suma de UN MILLON CONCIENTA MIL
BOLÍVARES (Bs. 1.050.000,00), de los cuales quedó adeudando la cantidad de QUINIENTOS CINCUENTA MIL BOLÍVARES (Bs.
550.000,00) para ser pagados por el comprador en treinta y seis cuotas (36), montantes cada una de ellas a la suma de DIECINUEVE MIL
QUINIENTOS CINCUENTA Y CINCO BOLIVARES CON CINCUENTA Y SEIS CENTIMOS (Bs. 19.555,56), con vencimiento de la
primera de ellas el 1° de marzo de 2009 y así sucesivamente hasta su total cancelación así mismo, se acordó que a los fines de facilitar el
pago de la referida cantidad adeudada se libraran, debidamente aceptadas por el comprador, treinta y seis (36) letras de cambio por los
montos y con las fechas de vencimientos antes señaladas, estableciéndose como beneficiario de las mismas a nuestros representados.
De igual forma, en el mencionado documento se estableció que la falta de pago de tres (3) letras consecutivas, es decir, de tres (3) cuotas
consecutivas, daría derecho a nuestros representados a considerar la obligación como de plazo vencido y en consecuencia a exigir la
cancelación total de la deuda.
Es el caso ciudadano Juez, que el mencionado ciudadano YOBANNY LEDEZMA INFANTE sólo ha cancelado cinco (5) de las cuotas
periódicas que se comprometió a pagar, estando pendiente de pago las cuotas vencidas desde el 1° de agosto de 2009, hasta el 1° de junio de
2010, ambas inclusive, es decir, once (11) cuotas, las cuales montan a la suma de DOSCIENTOS QUINCE MIL CIENTO ONCE
BOLIVARES CON DIEZ Y SEIS CENTIMOS (Bs. 215.111,16).
En consecuencia, esta falta de pago de más de tres (3) cuotas consecutivas, de acuerdo con los términos del contrato, le da derecho a nuestros
representados de considerar la obligación como de plazo vencido y a exigir el pago total de la deuda, la cual monta a la suma de
SEISCIENTOS SEIS MIL DOSCIENTOS VEINTIDOS BOLIVARES CON TREINTA Y SEIS CENTIMOS (Bs. 606.222,36), según se
comprueba de las treinta y un (31) letras de cambio que en original, anexamos a este libelo marcadas : (…), las cuales solicitamos sean
guardadas en la caja del Tribunal, previa su certificación en autos…”.

Al respecto la sentencia recurrida, expresó lo siguiente:

“…PRIMERA.-
En el presente expediente, corren insertas, entre otras, las actuaciones siguientes:
Escrito libelar, presentado por los abogados FRANCISCO RUSSO BETANCOURT y AMERICA RENDON MATA, en su carácter de
apoderados judiciales de los ciudadanos JOSE LUIS MORALES HERNANDEZ y ADRIAN NODA RAMOS, en el cual se lee:
“…Consta de documento autenticado por ante la Notaría Pública Segunda de Valencia, Estado Carabobo, en fecha 30 de enero del año 2009,
bajo el N° 48, Tomo 16, de los Libros de Autenticaciones llevado por esa Notaría, el cual anexamos a este libelo en original marcado "B",
que nuestros representados celebraron un contrato de compra-venta de unas acciones que tenían y poseían en la Sociedad de Comercio de
este domicilio, denominada BAR RESTAURANT LA VILLA DE MADRID, C. A. inscrita en el Registro de Comercio de este Estado
Carabobo, bajo el N° 65, Tomo 20-B, de fecha 22 de junio de 1976, modificada posteriormente según consta en Acta de Asamblea inscrita
en el Registro Mercantil Segundo de este Estado Carabobo, bajo los Nos. 19. A, del 10 de agosto de 1988, y N° 14, del Tomo 1-A, del 2 de
octubre de 1990, a otro ciudadano y al ciudadano YOBANNY LEDEZMA INFANTE… en la forma siguiente: nuestro representado
ADRIÁN NODA RAMOS, vendió y traspasó al mencionado ciudadano YOBANNY LEDEZMA INFANTE, la cantidad de sesenta y seis
mil seiscientos sesenta y siete (66.667) acciones, por un valor de TRESCIENTOS CINCUENTA MIL CUARENTA Y TRES BOLÍVARES
CON SETENTA Y CINCO CÉNTIMOS (BS. 350.043,75) y nuestro representado JOSÉ LUIS MORALES HERNÁNDEZ, arriba
identificado, vendió y traspasó al mencionado ciudadano YOBANNY LEDEZMA INFANTE, ciento treinta y tres mil trescientos treinta y
tres (133.333) acciones, por un valor ce SEISCIENTOS NOVENTA Y NUEVE MIL NOVECIENTOS CINCUENTA Y SEIS
BOLÍVARES CON VEINTICINCO CÉNTIMOS (BS. 699.956,25), todo lo cual alcanzó a la suma de UN MILLÓN CINCUENTA MIL
BOLÍVARES (BS. 1.050.000,oo), de los cuales quedó adeudando la cantidad de QUINIENTOS CINCUENTA MIL BOLÍVARES
(Bs.550.000,00) para ser pagados por el comprador en treinta y seis cuotas (36) montante cada una de ellas a la suma de DIECINUEVE MIL
QUINIENTOS CINCUENTA Y CINCO BOLÍVARES CON CINCUENTA Y SEIS CÉNTIMOS (BS. 19.555,56), con vencimiento la
primera de ellas el 1o de marzo de 2009 y así sucesivamente hasta su total cancelación. Asimismo, se acordó que a los fines de facilitar el
pago de la referida cantidad adeudada se libraran, debidamente aceptadas por el comprador, treinta y seis (36) letras de cambio por los
montos y con las fechas de vencimiento antes señaladas, estableciéndose como beneficiario de las mismas a nuestros representados.
De igual forma, en el mencionado documento se estableció que la falta de pago de tres (3) letras consecutivas, es decir, de tres (3) cuotas
consecutivas, daría derecho a nuestros representados a considerar la obligación como de plazo vencido y en consecuencia a exigir la
cancelación total de la deuda.
Es el caso. Ciudadano Juez, que el mencionado ciudadano YOBANNY LEDEZMA INFANTE sólo ha cancelado cinco (5) de las cuotas
periódicas que se comprometió a pagar, estando pendiente de pago las cuotas vencidas desde el 1o de agosto de 2009 hasta el 1o de junio de
2010, ambas inclusive, es decir, once (11) cuotas, las cuales montan a la suma de DOSCIENTOS QUINCE MIL CIENTO ONCE
BOLÍVARES CON DIEZ Y SEIS CÉNTIMOS (Bs. 215.111,16).
En consecuencia, esta falta de pago de más de tres (3) cuotas consecutivas, de acuerdo con los términos del contrato, le da derecho a nuestros
representados de considerar la obligación como de plazo vencido y a exigir el pago total de la deuda, la cual monta a la suma de
SEISCIENTOS SEIS MIL DOSCIENTOS VEINTIDÓS BOLÍVARES CON TREINTA Y SEIS CÉNTIMOS (Bs. 606.222,36), según se
comprueba de las treinta y un (31) letras de cambio que, en original, anexamos a este libelo marcadas: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10,
11,12,13,14,15,16,17,18,19, 20, 21, 22, 23, 24, 25, 26, 27,28, 29, 30 y 31, las cuales solicitamos sean guardadas en la caja de seguridad del
Tribunal, previa su certificación en autos.
…Omissis…
TERCERA.-
Esta Alzada observa, que la presente apelación lo fue contra la sentencia definitiva dictada por el Tribunal “a-quo”, en fecha 08 de agosto de
2011, en la cual declaró con lugar la demanda por Cobro de Bolívares, incoada por los abogados FRANCISCO RUSSO BETANCOURT y
AMERICA RENDÒN MATA, con el carácter de apoderados judiciales de los ciudadanos JOSE LUIS MORALES HERNANDEZ y
ADRIAN NODA RAMOS, contra el ciudadano YOBANNY LEDEZMA INFANTE.
En el caso sub-examine, los abogados FRANCISCO RUSSO BETANCOURT y AMERICA RENDÒN MATA, con el carácter de
apoderados actores, en el escrito libelar, alegan que, consta de documento autenticado por ante la Notaría Pública Segunda de Valencia,
Estado Carabobo, en fecha 30 de enero del año 2009, sus representados celebraron un contrato de compra-venta de unas acciones que tenían
en la sociedad de comercio denominada BAR RESTAURANT LA VILLA DE MADRID, C.A., a otro ciudadano y al ciudadano
YOBANNY LEDEZMA INFANTE, en la forma siguiente: su representado ADRIÁN NODA RAMOS, vendió y traspasó al mencionado
ciudadano YOBANNY LEDEZMA INFANTE, la cantidad de sesenta y seis mil seiscientos sesenta y siete (66.667) acciones, por un valor
de TRESCIENTOS CINCUENTA MIL CUARENTA Y TRES BOLÍVARES CON SETENTA Y CINCO CÉNTIMOS (Bs. 350.043,75), y
su representado JOSÉ LUIS MORALES HERNÁNDEZ, vendió y traspasó al mencionado ciudadano YOBANNY LEDEZMA INFANTE,
ciento treinta y tres mil trescientos treinta y tres (133.333) acciones, por un valor de SEISCIENTOS NOVENTA Y NUEVE MIL
NOVECIENTOS CINCUENTA Y SEIS BOLÍVARES CON VEINTICINCO CÉNTIMOS (Bs. 699.956,25), todo lo cual alcanzó a la suma
de UN MILLÓN CINCUENTA MIL BOLÍVARES (Bs. 1.050.000,oo), de los cuales quedó adeudando la cantidad de QUINIENTOS
CINCUENTA MIL BOLÍVARES (Bs.550.000,00) para ser pagados por el comprador en treinta y seis cuotas (36) montante cada una de
ellas a la suma de DIECINUEVE MIL QUINIENTOS CINCUENTA Y CINCO BOLÍVARES CON CINCUENTA Y SEIS CÉNTIMOS
(Bs. 19.555,56), con vencimiento la primera de ellas el 1o de marzo de 2009 y así sucesivamente hasta su total cancelación; que a los fines
de facilitar el pago de la referida cantidad adeudada, se acordó librar, debidamente aceptadas por el comprador, treinta y seis (36) letras de
cambio por los montos y con las fechas de vencimiento antes señaladas, estableciéndose como beneficiario de las mismas a sus
representados; que en el mencionado documento se estableció que la falta de pago de tres (3) letras consecutivas, daría derecho a sus
representados a considerar la obligación como de plazo vencido y en consecuencia a exigir la cancelación total de la deuda; que el
mencionado ciudadano YOBANNY LEDEZMA INFANTE sólo ha cancelado cinco (5) de las cuotas periódicas que se comprometió a
pagar, estando pendiente de pago las cuotas vencidas desde el 1o de agosto de 2009 hasta el 1o de junio de 2010, ambas inclusive, es decir,
once (11) cuotas, las cuales montan a la suma de DOSCIENTOS QUINCE MIL CIENTO ONCE BOLÍVARES CON DIEZ Y SEIS
CÉNTIMOS (Bs. 215.111,16); lo que le da derecho a sus representados de considerar la obligación como de plazo vencido y a exigir el pago
total de la deuda, la cual monta del contenido de las 31 cambiales insolutas, en la suma de SEISCIENTOS SEIS MIL DOSCIENTOS
VEINTIDÓS BOLÍVARES CON TREINTA Y SEIS CÉNTIMOS (Bs. 606.222,36), las cuales se anexaron al escrito libelar; por lo que de
conformidad con lo establecido en el artículo 640 del Código de Procedimiento Civil, solicitaron la INTIMACIÓN del ciudadano
YOBANNY LEDEZMA INFANTE, para que convenga en pagar a sus representados, o a ello sea obligado por el Tribunal a las cantidades
de dinero siguientes: 1.-) SEISCIENTOS SEIS MIL DOSCIENTOS VEINTIDÓS BOLÍVARES CON TREINTA Y SEIS CÉNTIMOS (Bs.
606.222,36) por concepto de capital de la deuda vencida, exigible y no pagada; 2.-) CUARENTA Y NUEVE MIL OCHENTA Y CUATRO
BOLÍVARES CON TREINTA Y UN CÉNTIMOS (Bs. 49.084,31) por concepto de intereses sobre la deuda vencida, exigible y no pagada,
contados hasta el primero (1o) de junio de 2010, más los que se sigan venciendo hasta la total cancelación de la deuda; y, 3.-) Las costas y
costos del proceso.
Observa este Sentenciador que, en fecha 16 de febrero de 2011, el ciudadano YOBANNY LEDEZMA INFANTE, asistido de abogado, dio
contestación a la demanda, y siendo que, la parte actora solicitó la declaratoria de la confesión ficta se hace necesario analizar la
temporalidad del referido escrito contentivo de la contestación de demanda.
En este sentido se observa que, en fecha 23 de noviembre de 2010, el Alguacil del Tribunal “a-quo” dejó constancia que el día 16 de
noviembre de 2010, a la una de la tarde (1:00 p.m.), le entregó la compulsa al demandado YOBANNY LEDEZMA INFANTE, negándose a
firmar el recibo. En fecha 23 de noviembre de 2010, la parte actora solicita se libre boleta de conformidad con el artículo 218 del Código de
Procedimiento Civil, siendo acordada por dicho Tribunal el día 6 de diciembre de 2010; el día 14 de diciembre de 2010, la abogada
ELIZABETH DÍAZ, con el carácter de Secretaria Accidental del Juzgado “a-quo”, consignó a los autos boleta de notificación del
demandado, comenzando el lapso de comparecencia para hacer oposición al decreto intimatorio, conforme a lo establecido en el artículo 651
del Código de Procedimiento Civil, dejando dicho Tribunal constancia de que transcurrieron en el mismo, los siguiente días de despacho: 15,
20, 21 y 22 del mes de diciembre de 2010 y 17, 19, 20, 21, 24 y 25, del mes de enero de 2011; y siendo que la parte demandada presentó el
escrito contentivo de oposición al decreto de intimación en fecha 21 de enero de 2011, vale señalar, dentro del lapso legal, el proceso siguió
su curso por los trámites del juicio ordinario.
Asimismo es de observarse que, realizada como fue la oposición al decreto intimatorio el demandado de conformidad con lo establecido en
el artículo 652 del Código de Procedimiento Civil, se aperturó el lapso de cinco (5) días de despacho, contados a partir del vencimiento del
lapso de la oposición, para la contestación de la demanda; siendo que, a partir de la referida fecha, precisa el Tribunal “a-quo” que en el
mismo transcurrieron los siguientes días de despacho: los días 26, 27, 28, 31 en el enero de 2011 y el día 01 en el mes de febrero de 2011; y
siendo que el demandado presentó escrito de contestación de la demanda en fecha 16 de febrero de 2011, es decir, habiendo trascurrido con
creces el lapso para realizar de manera tempestiva la contestación a la demanda, es forzoso concluir que dicha contestación de demanda fue
extemporánea por tardía; Y ASI SE DECIDE.
Decidido lo anterior, siendo que de las actas procesales que integran el presente expediente se evidenció que el ciudadano YOBANNY
LEDEZMA INFANTE, dió contestación al fondo de la demanda en forma intempestiva por tardía, se tiene como no cumplida con la carga
procesal de dar contestación, recayendo sobre él, la presunción “iuris tantum” de confesión ficta; Y ASI SE ESTABLECE.
Ahora bien, siendo los extremos requeridos por la norma, en primer lugar: el que la parte accionada no haya contestado la demanda; en
segundo lugar: que la misma no haya probado nada que le favoreciera; y en tercer lugar: que la petición del demandante no sea contraria a
derecho; para que opere la confesión ficta de la parte demandada, tal como lo estableció la Sala de Casación Civil del Tribunal Supremo de
Justicia en sentencia No. 00139, dictada el 20 de abril de 2005, en el Expediente No. AA20-C2004-000241, con Ponencia: Magistrada Dra.
Isbelia Pérez de Caballero, en la cual se lee:
…Omissis....
Y siendo que en el caso sub examine, de conformidad con el artículo 887 del Código de Procedimiento Civil, en concordancia con el artículo
362 ejusdem, si el demandado no diere contestación a la demanda dentro de los plazos indicados en este Código, se le tendrá por confeso (en
cuanto a que no sea contraria a derecho la petición del demandante, si nada probare que le favorezca); es por lo que, al evidenciarse que el
accionado de autos no dio contestación a la demanda, se tiene por cumplido con el primer supuesto establecido por el legislador, para la
procedencia de la confesión ficta; Y ASI SE ESTABLECE.
La confesión ficta trae como consecuencia, el establecer a favor de la parte actora una presunción de que todos los hechos alegados en el
libelo de la demanda son ciertos. No debe confundirse, como muchas veces ocurre, el que la confesión ficta indica que los hechos alegados
por el actor en su libelo, están tácitamente admitidos. Por el contrario, estos hechos mantienen su carácter de controvertidos, tanto es así, que
los hechos van al debate del probatorio, de allí la expresión que indica si nada probare que le favorezca (al demandado).
El efecto, que conlleva la confesión ficta es que al estar el actor cobijado en una presunción de certeza, queda relevado o eximido de la carga
de la prueba, ésta se ha invertido y por lo tanto la ha asumido el demandado; tal como sustentase el procesalista HUMBERTO LOZANO M.,
en su obra: “La Fase del Procedimiento Ordinario”.
La Sala de Casación Civil del Tribunal Supremo de Justicia, en sentencia dictada en fecha 02 de noviembre de 2001, ha expresado al
respecto:
…omissis…
Por lo que, establecido como fue que el accionado no dio contestación oportuna a la demanda, pasa este Sentenciador a analizar los demás
supuestos establecidos en el artículo 362 del Código de Procedimiento Civil, para que se materialice la confesión ficta.
Lo que hace necesario traer a colación el criterio diuturno de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, específicamente en
sentencia Nro. 2428, dictada en fecha 29 de agosto de 2003, con ponencia del Magistrado Dr. JESÚS EDUARDO CABRERA ROMERO,
expediente Nro. 03-0209, con relación a los supuestos de la confesión ficta:
…Omissis…
De lo que se desprende que, el accionado que no haya dado contestación a la demanda, debe hacer contraprueba de los hechos alegados por
el accionante, y siendo que en el caso de autos, el ciudadano YOBANNY LEDEZMA INFANTE, asistido por la abogado DEMOSTENEZ
EMANUEL BLANCO PÉREZ, en fecha 17 de febrero de 2011, en su escrito de promoción de pruebas, se limitó a promover el mérito
favorable de los autos y el principio probatorio de comunidad de las pruebas, lo cual fue desechado por esta Alzada, por no ser un medio
probatorio válido; ratificando en todas una de sus partes el documento autenticado por ante la Notaría Pública Segunda de Valencia, Estado
Carabobo, en fecha 30 de enero del año 2009, bajo el No. 48, Tomo 16, de los Libros de Autenticaciones llevado por esa Notaría; y las
treinta y un (31) letras de cambio acompañadas a los autos; no trayendo al ánimo de este Sentenciador prueba alguna que materialice las
posibles excepciones o contravenga lo alegado por el accionante, incumpliendo con la carga probatoria que le impone el artículo 506 del
Código de Procedimiento Civil, aunado a que por el contrario, admitió la existencia de la obligación entre su persona y los demandantes; se
tiene por cumplido con el segundo requisito de procedencia de la confesión ficta, vale señalar, que el demandado no haya probado nada que
le favoreciera; Y ASI SE ESTABLECE.
Faltando solo por determinar, si la demanda incoada es o no contraria a derecho para que se encuentren llenos los extremos de la norma
prevista en el precitado artículo 362 del Código de Procedimiento Civil; al constatarse que la presente demanda lo fue por Cobro de
Bolívares, fundamentado en las cambiales libradas conforme al artículo 410 del Código de Comercio, en concordancia con los artículos 640
y 646 del Código de Procedimiento Civil; es forzoso concluir que la presente demanda no es contraria al orden público, ni a disposición
legal expresa, sino que por el contrario, la misma se encuentra regulada y amparada por el ordenamiento jurídico Venezolano; por lo que
considera esta Alzada cumplido el tercer requisito de procedencia de la confesión ficta; Y ASI SE ESTABLECE.
En consecuencia, precisado como fue el que se encuentran cumplidos los extremos de Ley señalados por el legislador en el artículo 362 del
Código de Procedimiento Civil; es forzoso para esta Alzada concluir, que en la presente causa operó la confesión ficta del demandado,
ciudadano YOBANNY LEDEZMA INFANTE; Y ASI SE DECIDE.-
Decidido lo anterior, y determinados como fueron los hechos alegados por los abogados FRANCISCO RUSSO BETANCOURT y
AMERICA RENDÒN MATA, con el carácter de apoderados actores en el escrito libelar, consistentes en que consta de documento
autenticado por ante la Notaría Pública Segunda de Valencia, Estado Carabobo, en fecha 30 de enero del año 2009, que sus representados
celebraron un contrato de compra-venta de unas acciones que tenían en la sociedad de comercio denominada BAR RESTAURANT LA
VILLA DE MADRID, C.A., a otro ciudadano y al ciudadano YOBANNY LEDEZMA INFANTE, en la forma siguiente: su representado
ADRIÁN NODA RAMOS, vendió y traspasó al mencionado ciudadano YOBANNY LEDEZMA INFANTE, la cantidad de sesenta y seis
mil seiscientos sesenta y siete (66.667) acciones, por un valor de TRESCIENTOS CINCUENTA MIL CUARENTA Y TRES BOLÍVARES
CON SETENTA Y CINCO CÉNTIMOS (Bs. 350.043,75), y su representado JOSÉ LUIS MORALES HERNÁNDEZ, vendió y traspasó al
mencionado ciudadano YOBANNY LEDEZMA INFANTE, ciento treinta y tres mil trescientos treinta y tres (133.333) acciones, por un
valor de SEISCIENTOS NOVENTA Y NUEVE MIL NOVECIENTOS CINCUENTA Y SEIS BOLÍVARES CON VEINTICINCO
CÉNTIMOS (Bs. 699.956,25), todo lo cual alcanzó a la suma de UN MILLÓN CINCUENTA MIL BOLÍVARES (Bs. 1.050.000,oo), de los
cuales quedó adeudando la cantidad de QUINIENTOS CINCUENTA MIL BOLÍVARES (Bs.550.000,00) para ser pagados por el
comprador en treinta y seis cuotas (36) montante cada una de ellas a la suma de DIECINUEVE MIL QUINIENTOS CINCUENTA Y
CINCO BOLÍVARES CON CINCUENTA Y SEIS CÉNTIMOS (Bs. 19.555,56), con vencimiento la primera de ellas el 1º de marzo de
2009 y así sucesivamente hasta su total cancelación; que a los fines de facilitar el pago de la referida cantidad adeudada, se acordó librar,
debidamente aceptadas por el comprador, treinta y seis (36) letras de cambio por los montos y con las fechas de vencimiento antes señaladas,
estableciéndose como beneficiario de las mismas a sus representados; que en el mencionado documento se estableció que la falta de pago de
tres (3) letras consecutivas, daría derecho a sus representados a considerar la obligación como de plazo vencido y en consecuencia a exigir la
cancelación total de la deuda; que el mencionado ciudadano YOBANNY LEDEZMA INFANTE, dado que sólo ha cancelado cinco (5) de
las cuotas a las cuales se comprometió a pagar, estando pendiente de pago las cuotas vencidas desde el 1º de agosto de 2009 hasta el 1º de
junio de 2010, ambas inclusive, es decir, once (11) cuotas, las cuales montan a la suma de DOSCIENTOS QUINCE MIL CIENTO ONCE
BOLÍVARES CON DIEZ Y SEIS CÉNTIMOS (Bs. 215.111,16); lo que le da derecho a sus representados de considerar la obligación como
de plazo vencido y a exigir el pago total de la deuda, la cual monta a la suma de SEISCIENTOS SEIS MIL DOSCIENTOS VEINTIDÓS
BOLÍVARES CON TREINTA Y SEIS CÉNTIMOS (Bs. 606.222,36), según se comprueba de las treinta y un (31) letras de cambio que en
original se anexaron a los autos; la pretensión de COBRO DE BOLIVARES, por las cantidades de dinero siguientes: 1.-) SEISCIENTOS
SEIS MIL DOSCIENTOS VEINTIDÓS BOLÍVARES CON TREINTA Y SEIS CÉNTIMOS (Bs. 606.222,36) por concepto de capital de la
deuda vencida, exigible y no pagada; y 2.-) CUARENTA Y NUEVE MIL OCHENTA Y CUATRO BOLÍVARES CON TREINTA Y UN
CÉNTIMOS (Bs. 49.084,31) por concepto de intereses sobre la deuda vencida, exigible y no pagada, contados hasta el primero (1º) de junio
de 2010; debe prosperar, tal como se dispondrá en el dispositivo del presente fallo; Y ASI SE DECIDE.
Con relación a la referida indexación solicitada por la parte actora en su escrito libelar, cuyo origen deriva de un hecho notorio, cual es el
proceso inflacionario que ha venido sufriendo la moneda nacional durante el tiempo transcurrido en el debate procesal, y con fundamento en
la doctrina y la jurisprudencia de nuestros Tribunales, y dada la inflación operante en el País, considera procedente la corrección monetaria
del capital adeudado, vale señalar, la cantidad de SEISCIENTOS SEIS MIL DOSCIENTOS VEINTIDÓS BOLÍVARES CON TREINTA Y
SEIS CÉNTIMOS (Bs. 606.222,36); cuya determinación deberá realizarse a través de una experticia complementaria a la ejecución del fallo,
a tenor de lo establecido en el artículo 249 del Código de Procedimiento Civil, la cual deberá calcularse desde la fecha de la admisión de la
demanda, tal como lo ha señalado la Sala de Casación Civil del Tribunal Supremo de Justicia, en sentencia dictada el 07 de marzo de 2002,
en el juicio Maricela Machado de Hernández y otras contra el Banco Popular de los Andes, C.A., Exp. No. 00-517, al establecer: “…En
otras palabras, no puede acordarse la indexación en los términos solicitados por el formalizante, pues el correctivo inflacionario que el Juez
concede es a los efectos de evitar el perjuicio por la desvalorización del signo monetario durante el transcurso del proceso, siendo la
admisión del libelo de demanda la pauta que marca su inicio, y por ende, el de la indexación judicial. Así se decide….”; hasta la fecha en la
cual los expertos rindan su dictamen; Y ASI SE ESTABLECE.
En consecuencia, en observancia de los criterios jurisprudenciales y doctrinarios, así como la normativa legal que rige la materia, tomados en
consideración por esta Alzada como fundamento de su fallo, estando conforme a derecho la sentencia definitiva dictada por el Juzgado “a-
quo”, en fecha 08 de agosto de 2011, la apelación interpuesta por la parte demandada contra dicho fallo no debe prosperar; Y ASÍ SE
DECIDE…”.

De acuerdo con la transcripción del contenido del libelo de la demanda y de algunos extractos de la sentencia recurrida, se puede precisar los
siguientes hechos: 1) que existe un contrato de compra-venta de unas acciones que tenían y poseían en la sociedad de comercio denominada BAR RESTAURANT LA
VILLA DE MADRID, C.A., 2) que el contrato fue suscrito entre José Luis Morales Hernández y Adrián Noda Ramos con el ciudadano Yobanny Ledezma Infante; 3)
que el pago de la acciones fueron acordadas por las partes de la siguiente manera: “…la cantidad de sesenta y seis mil seiscientos sesenta y siete (66.667) acciones, por
un valor de TRESCIENTOS CINCUENTA MIL CUARENTA Y TRES BOLÍVARES CON SETENTA Y CINCO CÉNTIMOS (BS. 350.043,75) y nuestro representado
JOSÉ LUIS MORALES HERNÁNDEZ, arriba identificado, vendió y traspasó al mencionado ciudadano YOBANNY LEDEZMA INFANTE, ciento treinta y tres mil
trescientos treinta y tres (133.333) acciones, por un valor ce SEISCIENTOS NOVENTA Y NUEVE MIL NOVECIENTOS CINCUENTA Y SEIS BOLÍVARES CON
VEINTICINCO CÉNTIMOS (BS. 699.956,25), todo lo cual alcanzó a la suma de UN MILLÓN CINCUENTA MIL BOLÍVARES (BS. 1.050.000,00), de los cuales quedó
adeudando la cantidad de QUINIENTOS CINCUENTA MIL BOLÍVARES (Bs. 550.000,00) para ser pagados por el comprador en treinta y seis (36) cuotas montante
cada una de ellas a la suma de DIECINUEVE MIL QUINIENTOS CINCUENTA Y CINCO BOLÍVARES CON CINCUENTA Y SEIS CÉNTIMOS (BS. 19.555,56), con
vencimiento la primera de ellas el 1° de marzo de 2009 y así sucesivamente hasta su total cancelación. Asimismo, se acordó que a los fines de facilitar el pago de la
referida cantidad adeudada se librarán, debidamente aceptadas por el comprador, treinta y seis (36) letras de cambio por los montos y con las fechas de vencimiento
antes…”.

De ello se evidencia, que los actores son JOSÉ LUIS MORALES HERNÁNDEZ Y ADRIÁN NODA RAMOS, quienes vendieron en un mismo
documento unas acciones de la misma sociedad de comercio denominada BAR RESTAURANT LA VILLA DE MADRID, C.A. y el único comprador es el ciudadano
YOBANNY LEDEZMA INFANTE, y el pago de las acciones se haría a través de treinta y seis cuotas (36) que quedaron representadas en treinta y seis (36) letras de
cambio, todas consecutivas por el mismo precio y a favor de los dos vendedores, es decir, JOSÉ LUIS MORALES HERNÁNDEZ Y ADRIÁN NODA RAMOS, de
ello se determina, que el presente caso hay necesariamente un litisconsorcio activo, pues se evidencia que los vendedores están sujetos al mismo título al cual se obliga
el comprador, lo que quiere decir que se configura el literal b) del artículo supra transcrito 146 del Código de Procedimiento Civil.
En consecuencia, y en virtud de los razonamientos precedentemente expuestos se declara la improcedencia de la denuncia bajo análisis, y así se
decide.

III

Con fundamento en el ordinal 1° del artículo 313 del Código de Procedimiento Civil se denuncia la infracción de los artículos 243 ordinal 4° eiusdem,
por incurrir en inmotivación.

El formalizante textualmente, expresa lo siguiente:

“…Esa Honorable Sala se ha destacado reiteradamente que el cumplimiento del requisito de motivar los fallos, es asunto de gran
trascendencia que atañe al orden público, pues va en ello comprometida la preservación de los derechos a la tutela judicial efectiva y
argumentos del juzgador para decidir en determinada manera, les es posible ejercer a cabalidad los recursos que la Ley les otorga como
expresión de derecho a la defensa.
Apreciará la Sala que en dispositivo de la sentencia recurrida se condena a nuestro representado a pagar a los actores “…CUARENTA Y
NUEVE MIL OCHENTA Y CUATRO BOLIVARES CON TREINTA Y UN CENTIMOS (Bs. 49.084,31), por concepto de intereses”, todo
en estricta sujeción y avenimiento a la solicitud formulada al respecto por los actores en el libelo de la demanda.
Pero esa Sala advertirá que ni en el libelo de la demanda, ni en la recurrida, se indican los elementos de hecho ni de derecho que permitan
aproximarse siquiera a conocer de dónde nacen tales intereses, de qué categoría de intereses se está tratando y por qué se condena a pagarlos,
y, por supuesto, no se indica con base en cuál disposición legal se impone su pago. Es de observar que las únicas expresiones del libelo de la
demanda en relación con los intereses a que aludimos y cuyo pago condena a pagar, es la contenida en la petición final del libelo en el
sentido de que se demanda a nuestro mandante:
…Omissis…
Como bien puede observarse, no existe en las anteriores expresiones de la demanda, manifestación alguna que permita conocer de cuáles ni
de que tipo de intereses se está hablando, cuál es su fuente legal, la tasa aplicable, los factores que determinan el monto al cual ascienden, ni
el motivo por el cual proceden.
…Omissis…
Si estos extremos no se cumplieron en la especie con respecto a los intereses, mal podía el juzgador acogerlos sin agregar de su parte otra
explicación, pues, ipso facto, su decisión deviene inmotivada.
Pero es así como la recurrida procede, pues, se limita a indicar sobre el particular, lo siguiente:
…Omissis…
A continuación el sentenciador va haciendo una relación o suerte de glosa del contenido del libelo de la demanda, para concluir que todas las
pretensión esa que el mismo contiene deben prosperar. Pero, como puede comprobarse, nada absolutamente dice el fallo para fundamentar
las condena que dispone por 49.084, 31 (sic) por concepto de intereses, incurriendo así en el vicio de inmotivación, pues bajo cualquier
supuesto que el juzgador hubiese decidido acordar y condenar a pagar tales intereses, tenía que motivar y exponer el criterio y las razones de
hecho y de derecho que le daban sustento a tal condena.
Y ello es así incluso bajo el supuesto de una confesión ficta, conocido como es que la confesión ficta recae sobre los hechos narrados en la
demanda, pero no sobre el derecho o las consecuencias jurídicas que conforme a la ley deben aplicarse a los hechos establecidos. (…), y ya
se ha dicho que ni el libelo de demanda explica el origen de esa específica pretensión por intereses y, el fallo nada añade para explicar el
acogimiento de la misma, subiendo allí de punto la impropiedad, en cuanto se erige en un vicio de la decisión por inmotivación que afecta el
orden público. En efecto, la recurrida se reduce a exponer lo siguiente:
…Omissis…
Se confirma así la total ausencia en la recurrida de motivos que justifiquen, en los hechos y en el derecho, la condena en cuanto a esos
intereses, y ello constituye y traduce el vicio de inmotivación que delatamos. Esa Sala de casación Civil, ha expuesto en casos similares las
siguientes conclusiones:
…Omissis…
Invocamos la doctrina contenida en el fallo anterior, pues no existe en verdad forma de conocer por la demanda, el origen de esa obligación
demandada bajo el título de “intereses”, y el juzgador de la recurrida se permite condenar a su pago sin explicación ninguna, dejando
totalmente inmotivada la decisión.
Por todas las razones y argumentos expuestos, denunciamos la infracción por la recurrida del ordinal 4° del artículo 243 del Código de
Procedimiento Civil, por inmotivación del fallo y así pedimos, respetuosamente, sea declarado…”.

Para decidir, la Sala observa:

Alega el formalizante que el juez de alzada incurrió en la infracción del artículos 243 ordinal 4° del Código de Procedimiento Civil, por incurrir en
inmotivación al ordenar la cancelación de “…CUARENTA Y NUEVE MIL OCHENTA Y CUATRO BOLÍVARES CON TREINTA Y UN CÉNTIMOS (Bs.
49.084,31), por concepto de intereses”, sin precisar los elementos de hecho ni de derecho que permitan aproximarse siquiera a conocer de dónde nacen tales intereses,
de qué categoría de intereses se está tratando y por qué se condena a pagarlos, y, por supuesto, no se indica con base en cuál disposición legal se impone su pago.

De conformidad con lo dispuesto en el numeral 4º del artículo 243 del Código de Procedimiento Civil, es requisito de toda sentencia que los
juzgadores establezcan en sus fallos los motivos de hecho y de derecho en los cuales se fundamenta para arribar a determinada conclusión jurídica.

Con respecto a este requisito intrínseco de la sentencia, es necesario destacar, que el mismo cumple una doble finalidad, por una parte, mantener una
garantía contra las decisiones arbitrarias, porque la sentencia, a pesar de ser un acto de autoridad, no puede consistir en un simple mandamiento en el cual no se
expresen las razones por las cuales se ha dictado en tal o cual sentido, pues debe contener prueba de su legalidad; y por otra parte, que exista expresión en su contenido
de la forma en la cual los jueces han cumplido su obligación de examinar las actas del proceso, indicando cuál fue el proceso intelectual realizado para arribar a sus
conclusiones.
La exigencia de la motivación de las decisiones judiciales, es un componente esencial del debido proceso y, la misma, materializa el derecho
fundamental a una tutela judicial efectiva. De lo anterior se deduce, que sólo pueden ser consideradas válidas, aquellas decisiones fundamentadas en juicios, criterios o
razones claramente identificables y, que por estas características, puedan examinarse desde una perspectiva externa, esto es, que sea posible para el interesado conocer
las razones que consideró el juez para dictar la sentencia, de modo que pueda establecerse, en cuáles términos o condiciones ha sido reconocido o protegido el derecho o
interés debatido, y que el justiciable tenga la posibilidad de ejercer los recursos que el legislador pone a su alcance.

Ahora bien, cuando el jurisdicente no cumple con el analizado requisito de expresar los motivos de hecho y de derecho que sustenta su sentencia, la
misma resulta inmotivada.

Es necesario precisar igualmente, en este mismo marco de ideas, que dado el avance de la concepción actual del vicio de inmotivación, es necesario
destacar, que lo que cobra verdadera importancia en la motivación del fallo, es que el juzgador refleje las razones de su decisión apropiadamente, es decir, una completa
argumentación jurídica convincente, que no incurra en la modalidad de inmotivación antes aludida y, que demuestre que la norma o figura jurídica empleada, era la más
apropiada o idónea para resolver el caso concreto y que además se encuentra en el ordenamiento jurídico en vigor.

Ahora bien, con el propósito de verificar la existencia del pretendido vicio de inmotivación, esta Sala procede a transcribir textualmente la parte
pertinente de la motiva del fallo recurrido, en la cual el jurisdicente estableció lo siguiente:

“…Observa este Sentenciador que, en fecha 16 de febrero de 2011, el ciudadano YOBANNY LEDEZMA INFANTE, asistido de abogado,
dio contestación a la demanda, y siendo que, la parte actora solicitó la declaratoria de la confesión ficta se hace necesario analizar la
temporalidad del referido escrito contentivo de la contestación de demanda.
En este sentido se observa que, en fecha 23 de noviembre de 2010, el Alguacil del Tribunal “a-quo” dejó constancia que el día 16 de
noviembre de 2010, a la una de la tarde (1:00 p.m.), le entregó la compulsa al demandado YOBANNY LEDEZMA INFANTE, negándose a
firmar el recibo. En fecha 23 de noviembre de 2010, la parte actora solicita se libre boleta de conformidad con el artículo 218 del Código de
Procedimiento Civil, siendo acordada por dicho Tribunal el día 6 de diciembre de 2010; el día 14 de diciembre de 2010, la abogada
ELIZABETH DÍAZ, con el carácter de Secretaria Accidental del Juzgado “a-quo”, consignó a los autos boleta de notificación del
demandado, comenzando el lapso de comparecencia para hacer oposición al decreto intimatorio, conforme a lo establecido en el artículo 651
del Código de Procedimiento Civil, dejando dicho Tribunal constancia de que transcurrieron en el mismo, los siguiente días de despacho: 15,
20, 21 y 22 del mes de diciembre de 2010 y 17, 19, 20, 21, 24 y 25, del mes de enero de 2011; y siendo que la parte demandada presentó el
escrito contentivo de oposición al decreto de intimación en fecha 21 de enero de 2011, vale señalar, dentro del lapso legal, el proceso siguió
su curso por los trámites del juicio ordinario.
Asimismo es de observarse que, realizada como fue la oposición al decreto intimatorio el demandado de conformidad con lo
establecido en el artículo 652 del Código de Procedimiento Civil, se aperturó el lapso de cinco (5) días de despacho, contados a partir
del vencimiento del lapso de la oposición, para la contestación de la demanda; siendo que, a partir de la referida fecha, precisa el
Tribunal “a-quo” que en el mismo transcurrieron los siguientes días de despacho: los días 26, 27, 28, 31 en el enero de 2011 y el día
01 en el mes de febrero de 2011; y siendo que el demandado presentó escrito de contestación de la demanda en fecha 16 de febrero
de 2011, es decir, habiendo trascurrido con creces el lapso para realizar de manera tempestiva la contestación a la demanda, es
forzoso concluir que dicha contestación de demanda fue extemporánea por tardía; Y ASI SE DECIDE.
Decidido lo anterior, siendo que de las actas procesales que integran el presente expediente se evidenció que el ciudadano YOBANNY
LEDEZMA INFANTE, dió contestación al fondo de la demanda en forma intempestiva por tardía, se tiene como no cumplida con la carga
procesal de dar contestación, recayendo sobre él, la presunción “iuris tantum” de confesión ficta; Y ASI SE ESTABLECE.
Ahora bien, siendo los extremos requeridos por la norma, en primer lugar: el que la parte accionada no haya contestado la demanda; en
segundo lugar: que la misma no haya probado nada que le favoreciera; y en tercer lugar: que la petición del demandante no sea contraria a
derecho; para que opere la confesión ficta de la parte demandada, tal como lo estableció la Sala de Casación Civil del Tribunal Supremo de
Justicia en sentencia No. 00139, dictada el 20 de abril de 2005, en el Expediente No. AA20-C2004-000241, con Ponencia: Magistrada Dra.
Isbelia Pérez de Caballero, en la cual se lee:
…Omissis....
Y siendo que en el caso sub examine, de conformidad con el artículo 887 del Código de Procedimiento Civil, en concordancia con el artículo
362 ejusdem, si el demandado no diere contestación a la demanda dentro de los plazos indicados en este Código, se le tendrá por confeso (en
cuanto a que no sea contraria a derecho la petición del demandante, si nada probare que le favorezca); es por lo que, al evidenciarse que el
accionado de autos no dio contestación a la demanda, se tiene por cumplido con el primer supuesto establecido por el legislador, para la
procedencia de la confesión ficta; Y ASI SE ESTABLECE.
La confesión ficta trae como consecuencia, el establecer a favor de la parte actora una presunción de que todos los hechos alegados en el
libelo de la demanda son ciertos. No debe confundirse, como muchas veces ocurre, el que la confesión ficta indica que los hechos alegados
por el actor en su libelo, están tácitamente admitidos. Por el contrario, estos hechos mantienen su carácter de controvertidos, tanto es así, que
los hechos van al debate del probatorio, de allí la expresión que indica si nada probare que le favorezca (al demandado).
El efecto, que conlleva la confesión ficta es que al estar el actor cobijado en una presunción de certeza, queda relevado o eximido de la carga
de la prueba, ésta se ha invertido y por lo tanto la ha asumido el demandado; tal como sustentase el procesalista HUMBERTO LOZANO M.,
en su obra: “La Fase del Procedimiento Ordinario”.
La Sala de Casación Civil del Tribunal Supremo de Justicia, en sentencia dictada en fecha 02 de noviembre de 2001, ha expresado al
respecto:
…omissis…
Por lo que, establecido como fue que el accionado no dio contestación oportuna a la demanda, pasa este Sentenciador a analizar los
demás supuestos establecidos en el artículo 362 del Código de Procedimiento Civil, para que se materialice la confesión ficta.
Lo que hace necesario traer a colación el criterio diuturno de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, específicamente en
sentencia Nro. 2428, dictada en fecha 29 de agosto de 2003, con ponencia del Magistrado Dr. JESÚS EDUARDO CABRERA ROMERO,
expediente Nro. 03-0209, con relación a los supuestos de la confesión ficta:
…Omissis…
De lo que se desprende que, el accionado que no haya dado contestación a la demanda, debe hacer contraprueba de los hechos
alegados por el accionante, y siendo que en el caso de autos, el ciudadano YOBANNY LEDEZMA INFANTE, asistido por la
abogado DEMOSTENEZ EMANUEL BLANCO PÉREZ, en fecha 17 de febrero de 2011, en su escrito de promoción de pruebas, se
limitó a promover el mérito favorable de los autos y el principio probatorio de comunidad de las pruebas, lo cual fue desechado por
esta Alzada, por no ser un medio probatorio válido; ratificando en todas y cada una de sus partes el documento autenticado por ante
la Notaría Pública Segunda de Valencia, Estado Carabobo, en fecha 30 de enero del año 2009, bajo el No. 48, Tomo 16, de los Libros
de Autenticaciones llevado por esa Notaría; y las treinta y un (31) letras de cambio acompañadas a los autos; no trayendo al ánimo
de este Sentenciador prueba alguna que materialice las posibles excepciones o contravenga lo alegado por el accionante,
incumpliendo con la carga probatoria que le impone el artículo 506 del Código de Procedimiento Civil, aunado a que por el
contrario, admitió la existencia de la obligación entre su persona y los demandantes; se tiene por cumplido con el segundo requisito de
procedencia de la confesión ficta, vale señalar, que el demandado no haya probado nada que le favoreciera; Y ASI SE ESTABLECE.
Faltando solo por determinar, si la demanda incoada es o no contraria a derecho para que se encuentren llenos los extremos de la
norma prevista en el precitado artículo 362 del Código de Procedimiento Civil; al constatarse que la presente demanda lo fue por
Cobro de Bolívares, fundamentado en las cambiales libradas conforme al artículo 410 del Código de Comercio, en concordancia con
los artículos 640 y 646 del Código de Procedimiento Civil; es forzoso concluir que la presente demanda no es contraria al orden
público, ni a disposición legal expresa, sino que por el contrario, la misma se encuentra regulada y amparada por el ordenamiento
jurídico Venezolano; por lo que considera esta Alzada cumplido el tercer requisito de procedencia de la confesión ficta; Y ASI SE
ESTABLECE.
En consecuencia, precisado como fue el que se encuentran cumplidos los extremos de Ley señalados por el legislador en el artículo
362 del Código de Procedimiento Civil; es forzoso para esta Alzada concluir, que en la presente causa operó la confesión ficta del
demandado, ciudadano YOBANNY LEDEZMA INFANTE; Y ASI SE DECIDE.-
Decidido lo anterior, y determinados como fueron los hechos alegados por los abogados FRANCISCO RUSSO BETANCOURT y
AMERICA RENDÒN MATA, con el carácter de apoderados actores en el escrito libelar, consistentes en que consta de documento
autenticado por ante la Notaría Pública Segunda de Valencia, Estado Carabobo, en fecha 30 de enero del año 2009, que sus representados
celebraron un contrato de compra-venta de unas acciones que tenían en la sociedad de comercio denominada BAR RESTAURANT LA
VILLA DE MADRID, C.A., a otro ciudadano y al ciudadano YOBANNY LEDEZMA INFANTE, en la forma siguiente: su representado
ADRIÁN NODA RAMOS, vendió y traspasó al mencionado ciudadano YOBANNY LEDEZMA INFANTE, la cantidad de sesenta y seis
mil seiscientos sesenta y siete (66.667) acciones, por un valor de TRESCIENTOS CINCUENTA MIL CUARENTA Y TRES BOLÍVARES
CON SETENTA Y CINCO CÉNTIMOS (Bs. 350.043,75), y su representado JOSÉ LUIS MORALES HERNÁNDEZ, vendió y traspasó al
mencionado ciudadano YOBANNY LEDEZMA INFANTE, ciento treinta y tres mil trescientos treinta y tres (133.333) acciones, por un
valor de SEISCIENTOS NOVENTA Y NUEVE MIL NOVECIENTOS CINCUENTA Y SEIS BOLÍVARES CON VEINTICINCO
CÉNTIMOS (Bs. 699.956,25), todo lo cual alcanzó a la suma de UN MILLÓN CINCUENTA MIL BOLÍVARES (Bs. 1.050.000,oo), de los
cuales quedó adeudando la cantidad de QUINIENTOS CINCUENTA MIL BOLÍVARES (Bs.550.000,00) para ser pagados por el
comprador en treinta y seis cuotas (36) montante cada una de ellas a la suma de DIECINUEVE MIL QUINIENTOS CINCUENTA Y
CINCO BOLÍVARES CON CINCUENTA Y SEIS CÉNTIMOS (Bs. 19.555,56), con vencimiento la primera de ellas el 1º de marzo de
2009 y así sucesivamente hasta su total cancelación; que a los fines de facilitar el pago de la referida cantidad adeudada, se acordó librar,
debidamente aceptadas por el comprador, treinta y seis (36) letras de cambio por los montos y con las fechas de vencimiento antes señaladas,
estableciéndose como beneficiario de las mismas a sus representados; que en el mencionado documento se estableció que la falta de pago de
tres (3) letras consecutivas, daría derecho a sus representados a considerar la obligación como de plazo vencido y en consecuencia a exigir la
cancelación total de la deuda; que el mencionado ciudadano YOBANNY LEDEZMA INFANTE, dado que sólo ha cancelado cinco (5) de
las cuotas a las cuales se comprometió a pagar, estando pendiente de pago las cuotas vencidas desde el 1º de agosto de 2009 hasta el 1º de
junio de 2010, ambas inclusive, es decir, once (11) cuotas, las cuales montan a la suma de DOSCIENTOS QUINCE MIL CIENTO ONCE
BOLÍVARES CON DIEZ Y SEIS CÉNTIMOS (Bs. 215.111,16); lo que le da derecho a sus representados de considerar la obligación como
de plazo vencido y a exigir el pago total de la deuda, la cual monta a la suma de SEISCIENTOS SEIS MIL DOSCIENTOS
VEINTIDÓS BOLÍVARES CON TREINTA Y SEIS CÉNTIMOS (Bs. 606.222,36), según se comprueba de las treinta y un (31)
letras de cambio que en original se anexaron a los autos; la pretensión de COBRO DE BOLIVARES, por las cantidades de dinero
siguientes: 1.-) SEISCIENTOS SEIS MIL DOSCIENTOS VEINTIDÓS BOLÍVARES CON TREINTA Y SEIS CÉNTIMOS (Bs.
606.222,36) por concepto de capital de la deuda vencida, exigible y no pagada; y 2.-) CUARENTA Y NUEVE MIL OCHENTA Y
CUATRO BOLÍVARES CON TREINTA Y UN CÉNTIMOS (Bs. 49.084,31) por concepto de intereses sobre la deuda vencida,
exigible y no pagada, contados hasta el primero (1º) de junio de 2010; debe prosperar, tal como se dispondrá en el dispositivo del
presente fallo; Y ASI SE DECIDE.
Con relación a la referida indexación solicitada por la parte actora en su escrito libelar, cuyo origen deriva de un hecho notorio, cual
es el proceso inflacionario que ha venido sufriendo la moneda nacional durante el tiempo transcurrido en el debate procesal, y con
fundamento en la doctrina y la jurisprudencia de nuestros Tribunales, y dada la inflación operante en el País, considera procedente
la corrección monetaria del capital adeudado, vale señalar, la cantidad de SEISCIENTOS SEIS MIL DOSCIENTOS VEINTIDÓS
BOLÍVARES CON TREINTA Y SEIS CÉNTIMOS (Bs. 606.222,36); cuya determinación deberá realizarse a través de una
experticia complementaria a la ejecución del fallo, a tenor de lo establecido en el artículo 249 del Código de Procedimiento Civil, la
cual deberá calcularse desde la fecha de la admisión de la demanda, tal como lo ha señalado la Sala de Casación Civil del Tribunal
Supremo de Justicia, en sentencia dictada el 07 de marzo de 2002, en el juicio Maricela Machado de Hernández y otras contra el Banco
Popular de los Andes, C.A., Exp. No. 00-517, al establecer:
…Omissis…
En consecuencia, en observancia de los criterios jurisprudenciales y doctrinarios, así como la normativa legal que rige la materia, tomados en
consideración por esta Alzada como fundamento de su fallo, estando conforme a derecho la sentencia definitiva dictada por el Juzgado “a-
quo”, en fecha 08 de agosto de 2011, la apelación interpuesta por la parte demandada contra dicho fallo no debe prosperar; Y ASÍ SE
DECIDE…”.

De la transcripción de algunos extractos de la sentencia recurrida se desprenden lo siguientes hechos:

Se declara la confesión ficta del demandado, con fundamento en que se cumplen los tres requisitos previstos en el artículo 362 Código de
Procedimiento Civil, es decir: 1) El demandado no dio contestación a la demanda a tiempo oportuno, pues contestó en forma extemporánea por tardía. 2) No presentó
pruebas que contradijeran los alegatos de la demanda; y, 3) La demanda no es contraria a derecho, en consecuencia se declaró la confesión ficta del demandado.

Se ordena el pago “…total de la deuda, la cual monta a la suma de SEISCIENTOS SEIS MIL DOSCIENTOS VEINTIDÓS BOLÍVARES CON
TREINTA Y SEIS CÉNTIMOS (Bs. 606.222,36), según se comprueba de las treinta y un (31) letras de cambio que en original se anexaron a los autos; la pretensión de
COBRO DE BOLIVARES, por las cantidades de dinero siguientes: 1.-) SEISCIENTOS SEIS MIL DOSCIENTOS VEINTIDÓS BOLÍVARES CON TREINTA Y SEIS
CÉNTIMOS (Bs. 606.222,36) por concepto de capital de la deuda vencida, exigible y no pagada; y 2.-) CUARENTA Y NUEVE MIL OCHENTA Y CUATRO
BOLÍVARES CON TREINTA Y UN CÉNTIMOS (Bs. 49.084,31) por concepto de intereses sobre la deuda vencida, exigible y no pagada, contados hasta el primero (1º)
de junio de 2010; debe prosperar, tal como se dispondrá en el dispositivo del presente fallo…”.

Y en relación con la indexación solicitada, expresó: “…referida indexación solicitada por la parte actora en su escrito libelar, cuyo origen deriva de
un hecho notorio, cual es el proceso inflacionario que ha venido sufriendo la moneda nacional durante el tiempo transcurrido en el debate procesal, y con fundamento
en la doctrina y la jurisprudencia de nuestros tribunales, y dada la inflación operante en el país, considera procedente la corrección monetaria del capital adeudado,
vale señalar, la cantidad de SEISCIENTOS SEIS MIL DOSCIENTOS VEINTIDÓS BOLÍVARES CON TREINTA Y SEIS CÉNTIMOS (Bs. 606.222,36); cuya
determinación deberá realizarse a través de una experticia complementaria a la ejecución del fallo, a tenor de lo establecido en el artículo 249 del Código de
Procedimiento Civil, la cual deberá calcularse desde la fecha de la admisión de la demanda…”.

Ahora bien, al respecto alega el formalizante que el juez de alzada ordenó “…el pago de CUARENTA Y NUEVE MIL OCHENTA Y CUATRO
BOLÍVARES CON TREINTA Y UN CÉNTIMOS (Bs. 49.084,31), por concepto de intereses”, sin precisar los elementos de hecho ni de derecho que permitan
aproximarse siquiera a conocer de dónde nacen tales intereses, de qué categoría de intereses se está tratando y por qué se condena a pagarlos…”.

Sobre el particular se evidenció de la sentencia recurrida que el monto de 2.-) CUARENTA Y NUEVE MIL OCHENTA Y CUATRO BOLÍVARES CON
TREINTA Y UN CÉNTIMOS (Bs. 49.084,31) por concepto de intereses sobre la deuda vencida, exigible y no pagada, contados hasta el primero (1º) de junio de 2010;
debe prosperar, tal como se dispondrá en el dispositivo del presente fallo, de ello se evidencia que el juez sí precisó el concepto de intereses, y además estableció cómo
se debían calcular así como de dónde provenían que es de la deuda vencida, en consecuencia, esta declaratoria sí fue motivada, razón por la cual no incurrió en
inmotivación del fallo, razón por la cual se debe declarar la improcedencia de la denuncia, y así se decide.

RECURSO POR INFRACCIÓN DE LEY


ÚNICA
Con fundamento en el artículo 313 ordinal 2° del Código de Procedimiento Civil, en concordancia con el artículo 320 eiusdem, se denuncia la
infracción de los artículos 1.277 y 1.363 del Código Civil.

Alega el formalizante, textualmente lo siguiente:

“…Ateniéndonos a la transcripción que del libelo de la demanda hace la recurrida, se tiene que la representación en juicio de los actores
desarrollaron y plantearon ante la jurisprudencia lo siguiente:
…Omissis…
Como puede observarse, aluden los accionantes a las dos cantidades correspondientes a los precios de cada una de las compraventas que
cada uno de ellos celebró con mi representado y, de inmediato, sigue la mención de que ambas cantidades o precios se suman, en los
términos y con la proyección que allí se indica, así.
…Omissis…
Luego exponen que de esta suma de los preciso de dos ventas diferentes, nuestro mandante, como comprador,
…Omissis…
Observarán los distinguidos Magistrados, por ser algo que salta a la vista, que 36 cuotas de Bs. 19.555,56 no arrojan como resultado (sic) la
suma de Bs. 550.000,00 que según indica el libelo habría quedado debiendo nuestro mandante, y lejos de ser así, al multiplicarse 19.555,56
por 36 (cuotas), da como resultado la cantidad Bs. 704.000,36, bien distante de aquella que nuestro representado “quedó adeudando”.
La verdad es que no es posible por los términos del libelo de la demanda explicarse tal resultado, sino que, en todo caso, es preciso acudir al
contrato acompañado a la demanda y en el que se hicieron constar las ventas, del cual emerge la explicación y se aclara la situación, pues allí
se señala expresamente que las cuotas son “…por la suma de diecinueve mil quinientos cincuenta y cinco bolívares con cincuenta y seis
céntimos (Bs. 19.555,56), cada una, que constituye el capital más los intereses convencionales…”.
Esa realidad de que las cuotas incluían capital más intereses correspectivos (sic) o del plazo, era punto de trascendencia que tanto los actores
como la recurrida estaban en la obligación de explicar a cabalidad para poder formular la petición que la demanda contiene y, desde luego
para que un tribunal hiciera un apropiado juzgamiento de la causa. Sin embargo, no hay explicación alguna al respecto.
Aun cuando no es ello el específico objeto de esta denuncia, adviértase que ni el contrato ni la demanda mencionan la tasa de interés
aplicada, ni cuál habría sido la fórmula o factor utilizado para ajustar cuotas con vencimientos a lo largo 36 meses, para lograr que fueran de
igual monto a pesar de incluir tanto capital como intereses.
Los accionantes continúan su planteamiento, así:
…Omissis…
Es decir, que para el momento de interponerse la demanda (16 junio 2010) nuestro representado había pagado las cinco (5) primeras cuotas
en total, en esa fecha estaban aún por vencerse veinte (20) cuotas, en las cuales, como se ha dicho, una parte correspondía a capital pero
otra parte a intereses, los cuales no se habían causado aún pues no había comenzado a correr el lapso correspondiente a cada una de esas
veinte cuotas que los generaban. Bien es cierto que la falta de pago de tres cuotas determinaba que se hicieran exigibles todas las cuotas,
pero ello no podía ser sino por la parte capital que cada una de ellas encerraba, mas no en cuanto a los intereses.
No obstante, en el libelo de la demanda se indica y solicita lo siguiente:
…omissis…
Como se observa, esa cantidad de SEISCIENTOS SEIS MIL DOSCIENTOS VEINTOS BOLÍVARES CON TREINTA Y SEIS
CÉNTIMOS (Bs. 606.222,36) …” resulta de multiplicar Bs. 19.555,56 por 31 cuotas (11 vencidas y 20 por vencerse a la fecha de la
demanda), en donde se aprecia que la accionante demandó todas las cuotas insolutas y por la totalidad de cada una de ellas; vale decir, que
no discriminó entre las once (11) vencidas para la fecha de la introducción de la demanda, demandables tanto por capital como por intereses,
de aquellas que aún no se habían vencido y sólo eran demandables por estar insolutas tres cuotas, pero con respecto a las cuales sólo se podía
reclamar el capital, más no los intereses. Sin embargo, se tiene que el petitorio de la demanda, vine desarrollado en los siguientes términos:
…Omissis…
Se trató en el caso de especie, de una demanda contraria a derecho que ni siquiera bajo una situación de confesión ficta cabía acordarla
jurisdiccionalmente en forma de condena. Y esta situación irregular sube de punto, distinguidos Magistrados, cuando se advierte que
incontinenti la actora formula el siguiente petitorio:
…Omissis…
La recurrida acogió así, tanto la petición de la ya indicada supuesta deuda “vencida, exigible y no pagada” por (Bs. 606.222,36), como la de
intereses correspectivos, de forma que se estaba pidiendo, y la recurrida acordó, el pago de intereses sobre intereses. En efecto, dice así el
fallo:
…Omissis…
Por los motivos expuestos, y con la solicitud de que el Alto Tribunal descienda a los autos para conocer el texto del contrato en que se
documentaron las dos ventas a que se ha hecho alusión, afirmamos que la recurrida no atendió a cabalidad el texto del citado contrato para
percatarse que las cuotas de pago de los precios a que se refiere la demanda incluía intereses correspectivos.(sic)
Con ello habría advertido el juzgador que no procedía acordar, ni el pago de los intereses no vencidos, por más que se los hubiera
incorporado sin distinción alguna en las señaladas cuotas, y menos aún el de los intereses moratorios cuyo pago, no obstante, ordenó pagar
en la sentencia. Infringió por ello el juzgador, por falta de aplicación, el artículo 1.363 del Código Civil, como norma que regula la
valoración de documento privado reconocido, en concordancia con la infracción del artículo 1.277 del mismo Código, por falsa aplicación.
En efecto, ocurren estas infracciones en cuanto atañe a los intereses moratorios, pues el juzgador los admite y ordena pagar con respecto a
esa partes de las cuotas que no estaban vencidas aún al interponerse la demanda, que en realidad eran intereses (intereses sobre intereses),
por donde mal podía allí cumplirse el supuesto de dicha norma para legitimar intereses moratorios, cual es el incumplimiento de pagar una
suma de dinero, purs (sic) no había tal cosa, ya que tales intereses, ni se habían causado, ni de ninguna forma se habían consolidado o
capitalizado como una deuda que pudiera generar intereses moratorios, según indica la norma, que resultó por ello falsamente aplicada.

Para decidir, la Sala observa:

Alega el formalizante que el juez de alzada incurrió en la infracción de los artículos 1.363 y 1.277 del Código Civil, al valorar el contrato de venta en
el cual se fundamenta la presente controversia, pues no atendió a cabalidad el texto del citado contrato, ya que “…no procedía acordar, ni el pago de los intereses no
vencidos, por más que se los hubiera incorporado sin distinción alguna en las señaladas cuotas, y menos aún el de los intereses moratorios cuyo pago, no obstante,
ordenó pagar…”.

Ahora bien, en cuanto al vicio de suposición falsa, cabe precisar que éste constituye uno de los supuestos de casación sobre los hechos y no un vicio
de forma, que consiste en un error de hecho o de percepción en el juzgamiento de los hechos, que conduce por vía de consecuencia a un error de derecho.

El referido vicio se produce cuando el juez establece un hecho concreto a partir de una prueba por él especificada, la cual no menciona ese hecho.
A esta categoría se le suma el error en la interpretación de los contratos, lo cual se ha denominado desviación ideológica, que se verifica cuando el
juez se aparta de la voluntad expresada por las partes.
Sobre este particular, la Sala en reiterada jurisprudencia ha establecido que es de la soberanía de los jueces de instancia la interpretación de los
contratos, pero cuando incurran en desnaturalización o desviación intelectual de su contenido, tal situación debe denunciarse a través del primer caso de suposición
falsa.

En tal sentido, esta Sala de Casación Civil, en sentencia N° 294, de fecha 11 de octubre de 2001, reiterada, entre otras, en sentencia N° 288, de fecha
31 de mayo de 2005, caso: Elide Rivas contra Gloria La Madriz de Arenas y otro, señaló lo siguiente:

“...En sentencia de fecha 11 de marzo de 1992, expresó la Sala: ‘La interpretación de los contratos, de acuerdo a reiterada doctrina de esta
Sala, es de la soberanía de los jueces de instancia, y la decisión que al respecto ellos produzcan, sólo será atacable en Casación por
denuncia de error en la calificación del contrato, error éste de derecho, o por suposición falsa.’ Ahora bien, ha admitido esta Corte la
casación por desnaturalización de una mención contenida en el contrato, que conduciría a que la cláusula establecida en el mismo,
produzca los efectos de una estipulación no celebrada. El límite entre la soberana interpretación del contrato y la tergiversación o
desnaturalización de la voluntad contractual está constituido por la compatibilidad de la conclusión del juez con el texto de la mención que
se interpreta. Si el establecimiento de los hechos por el Juez es compatible con la expresión de la voluntad de las partes, estamos en la
esfera de la interpretación; si, por el contrario, la conclusión del sentenciador no es compatible con el texto, estaríamos en presencia de
una desnaturalización del contrato. En aplicación de la doctrina transcrita, la Sala establece que la desviación ideológica cometida por el
juez en la interpretación de los contratos, sólo puede ser atacada mediante el primer caso de suposición falsa...”. (Subrayado de la Sala).

De la misma manera, la Sala ha señalado que la adecuada fundamentación de la denuncia por desviación ideológica cometida por el juez en la
interpretación de los contratos, comprende: a) Indicación del hecho positivo y concreto que el juzgador haya dado por cierto valiéndose de una suposición falsa; b)
especificación del caso de suposición falsa a que se refiere la denuncia, pues el encabezamiento del artículo 320 del Código de Procedimiento Civil prevé tres (3)
hipótesis distintas; c) el señalamiento del acta o instrumento cuya lectura patentice la suposición falsa, d) indicación y denuncia del texto o los textos aplicados
falsamente, porque el juez da por cierto un hecho valiéndose de una suposición falsa; e) la exposición de las razones que demuestren que la infracción cometida fue
determinante de lo dispositivo de la sentencia, f) expresión de las normas que el juez debió aplicar y no aplicó para resolver la controversia. (Sentencia N° 336, de fecha
23 de julio de 2003, reiterada, entre otras, en sentencia N° 575, de fecha 1° de agosto de 2006, caso: Jesús Antonio Piñero Romero y otra contra Eduardo José Camacaro
Vásquez y otra, ratificada en decisión N° 389 de fecha 31 de mayo de 2012, caso: Francisco José León Mejías, contra la sociedad mercantil SIGMA, C.A. y los
ciudadanos Rafael Antonio Oviedo Gil E. Pulido de Oviedo).

Hechas estas consideraciones, la Sala observa que el recurrente alega en el caso que el juez de alzada incurrió en desviación ideológica en la
interpretación del contrato de compraventa referido al monto de los intereses, en virtud de ello se hace necesario pasar a trascribir algunos extractos del citado contrato:

“…Nosotros, ADRIAN NODA RAMOS y JOSE LUIS MORALES HERNANDEZ…, propietarios de ciento treinta y tres mil trescientos
treinta y cuatro (133.334) acciones y ciento treinta y tres mil trescientos treinta y tres (133.333) acciones, respectivamente, en la sociedad de
comercio Bar Restaurant la Villa de Madrid, C.A., sociedad de comercio inscrita en Registro de Comercio del Estado Carabobo (…), por
medio del presente documento declaramos:
…Omissis…
De igual manera, ADRIAN NODA RAMOS vende y traspasa al identificado ciudadano YOBANNY LEDEZMA INFANTE las otras
sesenta y seis seiscientos sesenta y siete (66.667) acciones que posee en la indicada sociedad de comercio, Bar Restaurant La villa de
Madrid, C.A., por un valor de Trescientos cincuenta mil cuarenta y tres bolívares con sesenta y cinco céntimos, (Bs. 350.043,75). Por su
parte, JOSE LUIS MORALES HERNANDEZ, antes identificado, vende y traspasa al identificado YOBANNY LEDEZMA INFANTE, las
ciento treinta y tres mil trescientos treinta y tres (133.333) acciones, que tiene en propiedad en dicha sociedad, Bar Restaurant La Villa de
Madrid, C.A., por un valor de seiscientos noventa y nueve mil novecientos cincuenta y seis bolívares con veinticinco céntimos (Bs. 699.956,
25), todo lo cual alcanza a la suma de UN MILLON CINCUENTA MIL BOLÍVARES (Bs. 1.050.000,00). Para cancelar la indicada venta
de acciones, los vendedores reconocen adeudar al ciudadano Yobanny Ledezma Infante, la cantidad de quinientos mil bolívares (Bs.
500.000,00) los cuales deducen de la presente operación de venta, y el saldo, es decir, quinientos cincuenta mil bolívares (Bs. 550.000,00)
los cancelará mediante la emisión consecutiva de treinta y seis (36) letras de cambio que se acuerdan liberar a favor de los mencionados José
Luis Morales y Adrian Noda Ramos, por la suma de diecinueve mil quinientos cincuenta y cinco bolívares con cincuenta y seis céntimos
(Bs. 19.555, 56), cada una, que constituye el capital más los intereses convencionales, venciéndose la primera de ellas el día primero (1°), de
marzo de 2009, y así sucesivamente hasta su total vencimiento…”.

Del contrato precedentemente transcrito se desprende en relación con los montos de la deuda pendiente y su forma de pago, lo siguiente: que queda un
saldo pendiente de quinientos cincuenta mil bolívares (Bs. 550.000,00) los cancelará el ciudadano Yobanny Ledezma, mediante la emisión consecutiva de treinta y seis
(36) letras de cambio que se acuerdan librar a favor de los mencionados José Luis Morales y Adrian Noda Ramos, por la suma de diecinueve mil quinientos cincuenta
y cinco bolívares con cincuenta y seis céntimos (Bs. 19.555,56), cada una, que constituye el capital más los intereses convencionales.
Al respecto, la sentencia recurrida expresó lo siguiente:

“…PRIMERA.-
En el presente expediente, corren insertas, entre otras, las actuaciones siguientes:
Escrito libelar, presentado por los abogados FRANCISCO RUSSO BETANCOURT y AMERICA RENDON MATA, en su carácter de
apoderados judiciales de los ciudadanos JOSE LUIS MORALES HERNANDEZ y ADRIAN NODA RAMOS, en el cual se lee:
“…Consta de documento autenticado por ante la Notaría Pública Segunda de Valencia, Estado Carabobo, en fecha 30 de enero del año 2009,
bajo el N° 48, Tomo 16, de los Libros de Autenticaciones llevado por esa Notaría, el cual anexamos a este libelo en original marcado "B",
que nuestros representados celebraron un contrato de compra-venta de unas acciones que tenían y poseían en la Sociedad de Comercio de
este domicilio, denominada BAR RESTAURANT LA VILLA DE MADRID, C. A. inscrita en el Registro de Comercio de este Estado
Carabobo, bajo el N° 65, Tomo 20-B, de fecha 22 de junio de 1976, modificada posteriormente según consta en Acta de Asamblea inscrita
en el Registro Mercantil Segundo de este Estado Carabobo, bajo los Nos. 19. A, del 10 de agosto de 1988, y N° 14, del Tomo 1-A, del 2 de
octubre de 1990, a otro ciudadano y al ciudadano YOBANNY LEDEZMA INFANTE… en la forma siguiente: nuestro representado
ADRIÁN NODA RAMOS, vendió y traspasó al mencionado ciudadano YOBANNY LEDEZMA INFANTE, la cantidad de sesenta y seis
mil seiscientos sesenta y siete (66.667) acciones, por un valor de TRESCIENTOS CINCUENTA MIL CUARENTA Y TRES BOLÍVARES
CON SETENTA Y CINCO CÉNTIMOS (BS. 350.043,75) y nuestro representado JOSÉ LUIS MORALES HERNÁNDEZ, arriba
identificado, vendió y traspasó al mencionado ciudadano YOBANNY LEDEZMA INFANTE, ciento treinta y tres mil trescientos treinta y
tres (133.333) acciones, por un valor ce SEISCIENTOS NOVENTA Y NUEVE MIL NOVECIENTOS CINCUENTA Y SEIS
BOLÍVARES CON VEINTICINCO CÉNTIMOS (BS. 699.956,25), todo lo cual alcanzó a la suma de UN MILLÓN CINCUENTA MIL
BOLÍVARES (BS. 1.050.000,oo), de los cuales quedó adeudando la cantidad de QUINIENTOS CINCUENTA MIL BOLÍVARES
(Bs.550.000,00) para ser pagados por el comprador en treinta y seis cuotas (36) montante cada una de ellas a la suma de DIECINUEVE MIL
QUINIENTOS CINCUENTA Y CINCO BOLÍVARES CON CINCUENTA Y SEIS CÉNTIMOS (BS. 19.555,56), con vencimiento la
primera de ellas el 1o de marzo de 2009 y así sucesivamente hasta su total cancelación. Asimismo, se acordó que a los fines de facilitar el
pago de la referida cantidad adeudada se libraran, debidamente aceptadas por el comprador, treinta y seis (36) letras de cambio por los
montos y con las fechas de vencimiento antes señaladas, estableciéndose como beneficiario de las mismas a nuestros representados.
De igual forma, en el mencionado documento se estableció que la falta de pago de tres (3) letras consecutivas, es decir, de tres (3) cuotas
consecutivas, daría derecho a nuestros representados a considerar la obligación como de plazo vencido y en consecuencia a exigir la
cancelación total de la deuda.
Es el caso. Ciudadano Juez, que el mencionado ciudadano YOBANNY LEDEZMA INFANTE sólo ha cancelado cinco (5) de las cuotas
periódicas que se comprometió a pagar, estando pendiente de pago las cuotas vencidas desde el 1o de agosto de 2009 hasta el 1o de junio de
2010, ambas inclusive, es decir, once (11) cuotas, las cuales montan a la suma de DOSCIENTOS QUINCE MIL CIENTO ONCE
BOLÍVARES CON DIEZ Y SEIS CÉNTIMOS (Bs. 215.111,16)
En consecuencia, esta falta de pago de más de tres (3) cuotas consecutivas, de acuerdo con los términos del contrato, le da derecho a nuestros
representados de considerar la obligación como de plazo vencido y a exigir el pago total de la deuda, la cual monta a la suma de
SEISCIENTOS SEIS MIL DOSCIENTOS VEINTIDÓS BOLÍVARES CON TREINTA Y SEIS CÉNTIMOS (Bs. 606.222,36), según se
comprueba de las treinta y un (31) letras de cambio que, en original, anexamos a este libelo marcadas: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10,
11,12,13,14,15,16,17,18,19, 20, 21, 22, 23, 24, 25, 26, 27,28, 29, 30 y 31, las cuales solicitamos sean guardadas en la caja de seguridad del
Tribunal, previa su certificación en autos.
…Omissis…
TERCERA.-
Esta Alzada observa, que la presente apelación lo fue contra la sentencia definitiva dictada por el Tribunal “a-quo”, en fecha 08 de agosto de
2011, en la cual declaró con lugar la demanda por Cobro de Bolívares, incoada por los abogados FRANCISCO RUSSO BETANCOURT y
AMERICA RENDÒN MATA, con el carácter de apoderados judiciales de los ciudadanos JOSE LUIS MORALES HERNANDEZ y
ADRIAN NODA RAMOS, contra el ciudadano YOBANNY LEDEZMA INFANTE.
En el caso sub-examine, los abogados FRANCISCO RUSSO BETANCOURT y AMERICA RENDÒN MATA, con el carácter de
apoderados actores, en el escrito libelar, alegan que, consta de documento autenticado por ante la Notaría Pública Segunda de Valencia,
Estado Carabobo, en fecha 30 de enero del año 2009, sus representados celebraron un contrato de compra-venta de unas acciones que tenían
en la sociedad de comercio denominada BAR RESTAURANT LA VILLA DE MADRID, C.A., a otro ciudadano y al ciudadano
YOBANNY LEDEZMA INFANTE, en la forma siguiente: su representado ADRIÁN NODA RAMOS, vendió y traspasó al mencionado
ciudadano YOBANNY LEDEZMA INFANTE, la cantidad de sesenta y seis mil seiscientos sesenta y siete (66.667) acciones, por un valor
de TRESCIENTOS CINCUENTA MIL CUARENTA Y TRES BOLÍVARES CON SETENTA Y CINCO CÉNTIMOS (Bs. 350.043,75), y
su representado JOSÉ LUIS MORALES HERNÁNDEZ, vendió y traspasó al mencionado ciudadano YOBANNY LEDEZMA INFANTE,
ciento treinta y tres mil trescientos treinta y tres (133.333) acciones, por un valor de SEISCIENTOS NOVENTA Y NUEVE MIL
NOVECIENTOS CINCUENTA Y SEIS BOLÍVARES CON VEINTICINCO CÉNTIMOS (Bs. 699.956,25), todo lo cual alcanzó a la suma
de UN MILLÓN CINCUENTA MIL BOLÍVARES (Bs. 1.050.000,oo), de los cuales quedó adeudando la cantidad de QUINIENTOS
CINCUENTA MIL BOLÍVARES (Bs.550.000,00) para ser pagados por el comprador en treinta y seis cuotas (36) montante cada una de
ellas a la suma de DIECINUEVE MIL QUINIENTOS CINCUENTA Y CINCO BOLÍVARES CON CINCUENTA Y SEIS CÉNTIMOS
(Bs. 19.555,56), con vencimiento la primera de ellas el 1o de marzo de 2009 y así sucesivamente hasta su total cancelación; que a los fines
de facilitar el pago de la referida cantidad adeudada, se acordó librar, debidamente aceptadas por el comprador, treinta y seis (36) letras de
cambio por los montos y con las fechas de vencimiento antes señaladas, estableciéndose como beneficiario de las mismas a sus
representados; que en el mencionado documento se estableció que la falta de pago de tres (3) letras consecutivas, daría derecho a sus
representados a considerar la obligación como de plazo vencido y en consecuencia a exigir la cancelación total de la deuda; que el
mencionado ciudadano YOBANNY LEDEZMA INFANTE sólo ha cancelado cinco (5) de las cuotas periódicas que se comprometió a
pagar, estando pendiente de pago las cuotas vencidas desde el 1o de agosto de 2009 hasta el 1o de junio de 2010, ambas inclusive, es decir,
once (11) cuotas, las cuales montan a la suma de DOSCIENTOS QUINCE MIL CIENTO ONCE BOLÍVARES CON DIEZ Y SEIS
CÉNTIMOS (Bs. 215.111,16); lo que le da derecho a sus representados de considerar la obligación como de plazo vencido y a exigir el pago
total de la deuda, la cual monta del contenido de las 31 cambiales insolutas, en la suma de SEISCIENTOS SEIS MIL DOSCIENTOS
VEINTIDÓS BOLÍVARES CON TREINTA Y SEIS CÉNTIMOS (Bs. 606.222,36), las cuales se anexaron al escrito libelar; por lo que de
conformidad con lo establecido en el artículo 640 del Código de Procedimiento Civil, solicitaron la INTIMACIÓN del ciudadano
YOBANNY LEDEZMA INFANTE, para que convenga en pagar a sus representados, o a ello sea obligado por el Tribunal a las cantidades
de dinero siguientes: 1.-) SEISCIENTOS SEIS MIL DOSCIENTOS VEINTIDÓS BOLÍVARES CON TREINTA Y SEIS CÉNTIMOS (Bs.
606.222,36) por concepto de capital de la deuda vencida, exigible y no pagada; 2.-) CUARENTA Y NUEVE MIL OCHENTA Y CUATRO
BOLÍVARES CON TREINTA Y UN CÉNTIMOS (Bs. 49.084,31) por concepto de intereses sobre la deuda vencida, exigible y no pagada,
contados hasta el primero (1o) de junio de 2010, más los que se sigan venciendo hasta la total cancelación de la deuda; y, 3.-) Las costas y
costos del proceso.
Observa este Sentenciador que, en fecha 16 de febrero de 2011, el ciudadano YOBANNY LEDEZMA INFANTE, asistido de abogado, dio
contestación a la demanda, y siendo que, la parte actora solicitó la declaratoria de la confesión ficta se hace necesario analizar la
temporalidad del referido escrito contentivo de la contestación de demanda.
En este sentido se observa que, en fecha 23 de noviembre de 2010, el Alguacil del Tribunal “a-quo” dejó constancia que el día 16 de
noviembre de 2010, a la una de la tarde (1:00 p.m.), le entregó la compulsa al demandado YOBANNY LEDEZMA INFANTE, negándose a
firmar el recibo. En fecha 23 de noviembre de 2010, la parte actora solicita se libre boleta de conformidad con el artículo 218 del Código de
Procedimiento Civil, siendo acordada por dicho Tribunal el día 6 de diciembre de 2010; el día 14 de diciembre de 2010, la abogada
ELIZABETH DÍAZ, con el carácter de Secretaria Accidental del Juzgado “a-quo”, consignó a los autos boleta de notificación del
demandado, comenzando el lapso de comparecencia para hacer oposición al decreto intimatorio, conforme a lo establecido en el artículo 651
del Código de Procedimiento Civil, dejando dicho Tribunal constancia de que transcurrieron en el mismo, los siguiente días de despacho: 15,
20, 21 y 22 del mes de diciembre de 2010 y 17, 19, 20, 21, 24 y 25, del mes de enero de 2011; y siendo que la parte demandada presentó el
escrito contentivo de oposición al decreto de intimación en fecha 21 de enero de 2011, vale señalar, dentro del lapso legal, el proceso siguió
su curso por los trámites del juicio ordinario.
Asimismo es de observarse que, realizada como fue la oposición al decreto intimatorio el demandado de conformidad con lo
establecido en el artículo 652 del Código de Procedimiento Civil, se aperturó el lapso de cinco (5) días de despacho, contados a partir
del vencimiento del lapso de la oposición, para la contestación de la demanda; siendo que, a partir de la referida fecha, precisa el
Tribunal “a-quo” que en el mismo transcurrieron los siguientes días de despacho: los días 26, 27, 28, 31 en el enero de 2011 y el día
01 en el mes de febrero de 2011; y siendo que el demandado presentó escrito de contestación de la demanda en fecha 16 de febrero
de 2011, es decir, habiendo trascurrido con creces el lapso para realizar de manera tempestiva la contestación a la demanda, es
forzoso concluir que dicha contestación de demanda fue extemporánea por tardía; Y ASI SE DECIDE.
Decidido lo anterior, siendo que de las actas procesales que integran el presente expediente se evidenció que el ciudadano YOBANNY
LEDEZMA INFANTE, dió contestación al fondo de la demanda en forma intempestiva por tardía, se tiene como no cumplida con la carga
procesal de dar contestación, recayendo sobre él, la presunción “iuris tantum” de confesión ficta; Y ASI SE ESTABLECE.

Ahora bien, siendo los extremos requeridos por la norma, en primer lugar: el que la parte accionada no haya contestado la demanda; en
segundo lugar: que la misma no haya probado nada que le favoreciera; y en tercer lugar: que la petición del demandante no sea contraria a
derecho; para que opere la confesión ficta de la parte demandada, tal como lo estableció la Sala de Casación Civil del Tribunal Supremo de
Justicia en sentencia No. 00139, dictada el 20 de abril de 2005, en el Expediente No. AA20-C2004-000241, con Ponencia: Magistrada Dra.
Isbelia Pérez de Caballero, en la cual se lee:
…Omissis....
Y siendo que en el caso sub examine, de conformidad con el artículo 887 del Código de Procedimiento Civil, en concordancia con el artículo
362 ejusdem, si el demandado no diere contestación a la demanda dentro de los plazos indicados en este Código, se le tendrá por confeso (en
cuanto a que no sea contraria a derecho la petición del demandante, si nada probare que le favorezca); es por lo que, al evidenciarse que el
accionado de autos no dio contestación a la demanda, se tiene por cumplido con el primer supuesto establecido por el legislador, para la
procedencia de la confesión ficta; Y ASI SE ESTABLECE.
La confesión ficta trae como consecuencia, el establecer a favor de la parte actora una presunción de que todos los hechos alegados en el
libelo de la demanda son ciertos. No debe confundirse, como muchas veces ocurre, el que la confesión ficta indica que los hechos alegados
por el actor en su libelo, están tácitamente admitidos. Por el contrario, estos hechos mantienen su carácter de controvertidos, tanto es así, que
los hechos van al debate del probatorio, de allí la expresión que indica si nada probare que le favorezca (al demandado).
El efecto, que conlleva la confesión ficta es que al estar el actor cobijado en una presunción de certeza, queda relevado o eximido de la carga
de la prueba, ésta se ha invertido y por lo tanto la ha asumido el demandado; tal como sustentase el procesalista HUMBERTO LOZANO M.,
en su obra: “La Fase del Procedimiento Ordinario”.

La Sala de Casación Civil del Tribunal Supremo de Justicia, en sentencia dictada en fecha 02 de noviembre de 2001, ha expresado al
respecto:
…omissis…
Por lo que, establecido como fue que el accionado no dio contestación oportuna a la demanda, pasa este Sentenciador a analizar los
demás supuestos establecidos en el artículo 362 del Código de Procedimiento Civil, para que se materialice la confesión ficta.
Lo que hace necesario traer a colación el criterio diuturno de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, específicamente en
sentencia Nro. 2428, dictada en fecha 29 de agosto de 2003, con ponencia del Magistrado Dr. JESÚS EDUARDO CABRERA ROMERO,
expediente Nro. 03-0209, con relación a los supuestos de la confesión ficta:
…Omissis…
De lo que se desprende que, el accionado que no haya dado contestación a la demanda, debe hacer contraprueba de los hechos
alegados por el accionante, y siendo que en el caso de autos, el ciudadano YOBANNY LEDEZMA INFANTE, asistido por la
abogado DEMOSTENEZ EMANUEL BLANCO PÉREZ, en fecha 17 de febrero de 2011, en su escrito de promoción de pruebas, se
limitó a promover el mérito favorable de los autos y el principio probatorio de comunidad de las pruebas, lo cual fue desechado por
esta Alzada, por no ser un medio probatorio válido; ratificando en todas y cada una de sus partes el documento autenticado por ante
la Notaría Pública Segunda de Valencia, Estado Carabobo, en fecha 30 de enero del año 2009, bajo el No. 48, Tomo 16, de los Libros
de Autenticaciones llevado por esa Notaría; y las treinta y un (31) letras de cambio acompañadas a los autos; no trayendo al ánimo
de este Sentenciador prueba alguna que materialice las posibles excepciones o contravenga lo alegado por el accionante,
incumpliendo con la carga probatoria que le impone el artículo 506 del Código de Procedimiento Civil, aunado a que por el
contrario, admitió la existencia de la obligación entre su persona y los demandantes; se tiene por cumplido con el segundo requisito de
procedencia de la confesión ficta, vale señalar, que el demandado no haya probado nada que le favoreciera; Y ASI SE ESTABLECE.
Faltando solo por determinar, si la demanda incoada es o no contraria a derecho para que se encuentren llenos los extremos de la
norma prevista en el precitado artículo 362 del Código de Procedimiento Civil; al constatarse que la presente demanda lo fue por
Cobro de Bolívares, fundamentado en las cambiales libradas conforme al artículo 410 del Código de Comercio, en concordancia con
los artículos 640 y 646 del Código de Procedimiento Civil; es forzoso concluir que la presente demanda no es contraria al orden
público, ni a disposición legal expresa, sino que por el contrario, la misma se encuentra regulada y amparada por el ordenamiento
jurídico Venezolano; por lo que considera esta Alzada cumplido el tercer requisito de procedencia de la confesión ficta; Y ASI SE
ESTABLECE.
En consecuencia, precisado como fue el que se encuentran cumplidos los extremos de Ley señalados por el legislador en el artículo
362 del Código de Procedimiento Civil; es forzoso para esta Alzada concluir, que en la presente causa operó la confesión ficta del
demandado, ciudadano YOBANNY LEDEZMA INFANTE; Y ASI SE DECIDE.-
Decidido lo anterior, y determinados como fueron los hechos alegados por los abogados FRANCISCO RUSSO BETANCOURT y
AMERICA RENDÒN MATA, con el carácter de apoderados actores en el escrito libelar, consistentes en que consta de documento
autenticado por ante la Notaría Pública Segunda de Valencia, Estado Carabobo, en fecha 30 de enero del año 2009, que sus representados
celebraron un contrato de compra-venta de unas acciones que tenían en la sociedad de comercio denominada BAR RESTAURANT LA
VILLA DE MADRID, C.A., a otro ciudadano y al ciudadano YOBANNY LEDEZMA INFANTE, en la forma siguiente: su representado
ADRIÁN NODA RAMOS, vendió y traspasó al mencionado ciudadano YOBANNY LEDEZMA INFANTE, la cantidad de sesenta y seis
mil seiscientos sesenta y siete (66.667) acciones, por un valor de TRESCIENTOS CINCUENTA MIL CUARENTA Y TRES BOLÍVARES
CON SETENTA Y CINCO CÉNTIMOS (Bs. 350.043,75), y su representado JOSÉ LUIS MORALES HERNÁNDEZ, vendió y traspasó al
mencionado ciudadano YOBANNY LEDEZMA INFANTE, ciento treinta y tres mil trescientos treinta y tres (133.333) acciones, por un
valor de SEISCIENTOS NOVENTA Y NUEVE MIL NOVECIENTOS CINCUENTA Y SEIS BOLÍVARES CON VEINTICINCO
CÉNTIMOS (Bs. 699.956,25), todo lo cual alcanzó a la suma de UN MILLÓN CINCUENTA MIL BOLÍVARES (Bs. 1.050.000,oo), de los
cuales quedó adeudando la cantidad de QUINIENTOS CINCUENTA MIL BOLÍVARES (Bs.550.000,00) para ser pagados por el
comprador en treinta y seis cuotas (36) montante cada una de ellas a la suma de DIECINUEVE MIL QUINIENTOS CINCUENTA Y
CINCO BOLÍVARES CON CINCUENTA Y SEIS CÉNTIMOS (Bs. 19.555,56), con vencimiento la primera de ellas el 1º de marzo de
2009 y así sucesivamente hasta su total cancelación; que a los fines de facilitar el pago de la referida cantidad adeudada, se acordó librar,
debidamente aceptadas por el comprador, treinta y seis (36) letras de cambio por los montos y con las fechas de vencimiento antes señaladas,
estableciéndose como beneficiario de las mismas a sus representados; que en el mencionado documento se estableció que la falta de pago de
tres (3) letras consecutivas, daría derecho a sus representados a considerar la obligación como de plazo vencido y en consecuencia a exigir la
cancelación total de la deuda; que el mencionado ciudadano YOBANNY LEDEZMA INFANTE, dado que sólo ha cancelado cinco (5) de
las cuotas a las cuales se comprometió a pagar, estando pendiente de pago las cuotas vencidas desde el 1º de agosto de 2009 hasta el 1º de
junio de 2010, ambas inclusive, es decir, once (11) cuotas, las cuales montan a la suma de DOSCIENTOS QUINCE MIL CIENTO ONCE
BOLÍVARES CON DIEZ Y SEIS CÉNTIMOS (Bs. 215.111,16); lo que le da derecho a sus representados de considerar la obligación como
de plazo vencido y a exigir el pago total de la deuda, la cual monta a la suma de SEISCIENTOS SEIS MIL DOSCIENTOS
VEINTIDÓS BOLÍVARES CON TREINTA Y SEIS CÉNTIMOS (Bs. 606.222,36), según se comprueba de las treinta y un (31)
letras de cambio que en original se anexaron a los autos; la pretensión de COBRO DE BOLIVARES, por las cantidades de dinero
siguientes: 1.-) SEISCIENTOS SEIS MIL DOSCIENTOS VEINTIDÓS BOLÍVARES CON TREINTA Y SEIS CÉNTIMOS (Bs.
606.222,36) por concepto de capital de la deuda vencida, exigible y no pagada; y 2.-) CUARENTA Y NUEVE MIL OCHENTA Y
CUATRO BOLÍVARES CON TREINTA Y UN CÉNTIMOS (Bs. 49.084,31) por concepto de intereses sobre la deuda vencida,
exigible y no pagada, contados hasta el primero (1º) de junio de 2010; debe prosperar, tal como se dispondrá en el dispositivo del
presente fallo; Y ASI SE DECIDE.
Con relación a la referida indexación solicitada por la parte actora en su escrito libelar, cuyo origen deriva de un hecho notorio, cual
es el proceso inflacionario que ha venido sufriendo la moneda nacional durante el tiempo transcurrido en el debate procesal, y con
fundamento en la doctrina y la jurisprudencia de nuestros Tribunales, y dada la inflación operante en el País, considera procedente
la corrección monetaria del capital adeudado, vale señalar, la cantidad de SEISCIENTOS SEIS MIL DOSCIENTOS VEINTIDÓS
BOLÍVARES CON TREINTA Y SEIS CÉNTIMOS (Bs. 606.222,36); cuya determinación deberá realizarse a través de una
experticia complementaria a la ejecución del fallo, a tenor de lo establecido en el artículo 249 del Código de Procedimiento Civil, la
cual deberá calcularse desde la fecha de la admisión de la demanda, tal como lo ha señalado la Sala de Casación Civil del Tribunal
Supremo de Justicia, en sentencia dictada el 07 de marzo de 2002, en el juicio Maricela Machado de Hernández y otras contra el Banco
Popular de los Andes, C.A., Exp. No. 00-517, al establecer:
…Omissis…
En consecuencia, en observancia de los criterios jurisprudenciales y doctrinarios, así como la normativa legal que rige la materia, tomados en
consideración por esta Alzada como fundamento de su fallo, estando conforme a derecho la sentencia definitiva dictada por el Juzgado “a-
quo”, en fecha 08 de agosto de 2011, la apelación interpuesta por la parte demandada contra dicho fallo no debe prosperar; Y ASÍ SE
DECIDE…”.

De la transcripción de algunos extractos de la sentencia recurrida se desprende que en relación con lo pactado por las partes se expresó: “…quedó
adeudando la cantidad de QUINIENTOS CINCUENTA MIL BOLÍVARES (Bs. 550.000,00) para ser pagados por el comprador en treinta y seis cuotas (36) montante
cada una de ellas a la suma de DIECINUEVE MIL QUINIENTOS CINCUENTA Y CINCO BOLÍVARES CON CINCUENTA Y SEIS CÉNTIMOS (Bs. 19.555,56), con
vencimiento la primera de ellas el 1° de marzo de 2009 y así sucesivamente hasta su total cancelación; que a los fines de facilitar el pago de la referida cantidad
adeudada, se acordó librar, debidamente aceptadas por el comprador, treinta y seis (36) letras de cambio por los montos y con las fechas de vencimiento antes
señaladas, estableciéndose como beneficiario de las mismas a sus representados…”.

Se declara la confesión ficta del demandado, con fundamento en que se cumplen los tres requisitos previstos en el artículo 362 Código de
Procedimiento Civil, es decir: 1) El demandado no dio contestación a la demanda a tiempo oportuno, pues contestó en forma extemporánea por tardía. 2) No presentó
pruebas que contradijeran los alegatos de la demanda; y, 3) La demanda no es contraria a derecho, en consecuencia se declaró la confesión ficta del demandado.

Se ordena el pago “…total de la deuda, la cual monta a la suma de SEISCIENTOS SEIS MIL DOSCIENTOS VEINTIDÓS BOLÍVARES CON
TREINTA Y SEIS CÉNTIMOS (Bs. 606.222,36), según se comprueba de las treinta y un (31) letras de cambio que en original se anexaron a los autos; la pretensión de
COBRO DE BOLÍVARES, por las cantidades de dinero siguientes: 1.-) SEISCIENTOS SEIS MIL DOSCIENTOS VEINTIDÓS BOLÍVARES CON TREINTA Y SEIS
CÉNTIMOS (Bs. 606.222,36) por concepto de capital de la deuda vencida, exigible y no pagada; y 2.-) CUARENTA Y NUEVE MIL OCHENTA Y CUATRO
BOLÍVARES CON TREINTA Y UN CÉNTIMOS (Bs. 49.084,31) por concepto de intereses sobre la deuda vencida, exigible y no pagada, contados hasta el primero (1º)
de junio de 2010; debe prosperar, tal como se dispondrá en el dispositivo del presente fallo…”.

Y en relación con la indexación solicitada, expresó: “…la referida indexación solicitada por la parte actora en su escrito libelar, cuyo origen deriva
de un hecho notorio, cual es el proceso inflacionario que ha venido sufriendo la moneda nacional durante el tiempo transcurrido en el debate procesal, y con
fundamento en la doctrina y la jurisprudencia de nuestros Tribunales, y dada la inflación operante en el país, considera procedente la corrección monetaria del capital
adeudado, vale señalar, la cantidad de SEISCIENTOS SEIS MIL DOSCIENTOS VEINTIDÓS BOLÍVARES CON TREINTA Y SEIS CÉNTIMOS (Bs. 606.222,36); cuya
determinación deberá realizarse a través de una experticia complementaria a la ejecución del fallo, a tenor de lo establecido en el artículo 249 del Código de
Procedimiento Civil, la cual deberá calcularse desde la fecha de la admisión de la demanda…”.

De los precedentes razonamientos y comparación que se hiciere de la sentencia recurrida y del contrato que consta en el expediente a los folios 6 y 7,
se evidencia que el juez de alzada no desvió el contenido del contrato, pues precisó exactamente lo previsto y acordado por las partes en el mismo.

Ahora bien, en relación con el pago de los intereses moratorios, ello se debió al vencimiento de la deuda los cuales fueron solicitados en el libelo de la
demanda, mas no porque estuvieran previstos en el contrato, en consecuencia no incurrió en la infracción de los artículos 1.363 y 1.277 del Código Civil, razón por la
cual se declara la improcedencia de la denuncia y así se decide.

DECISIÓN

Por las precedentes consideraciones, este Tribunal Supremo de Justicia de la República Bolivariana de Venezuela, en Sala de Casación Civil,
administrando justicia en nombre de la República por autoridad de la ley, declara: SIN LUGAR el recurso de casación interpuesto por la representación judicial del
ciudadano YOBANNY LEDEZMA INFANTE, contra la sentencia proferida en fecha 25 de julio de 2012, por el Juzgado Superior Primero en lo Civil, Mercantil,
Tránsito y Bancario de la Circunscripción Judicial del estado Carabobo.
Se condena al recurrente al pago de las costas del recurso, de conformidad con lo dispuesto en la ley.

Publíquese y regístrese, remítase el expediente al Juzgado Segundo de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y Bancario de la Circunscripción
Judicial del estado Carabobo. Particípese esta decisión al el Juzgado Superior Primero en lo Civil, Mercantil, Tránsito y Bancario de la Circunscripción Judicial del
estado Carabobo, de conformidad con lo establecido por el artículo 326 del Código de Procedimiento Civil.

Magistrada Ponente: YRAIMA ZAPATA LARA

E n e l j u i c i o p o r c o b r o d e b o l í v a r e s v í a i n t i m a c i ó n i n t e n t a d o a n t e e l J u z g a d o S é p t i m o d e P r i m e r a In s t a n c i a e n l o C i v i l ,
Mercantil, d el Tránsito y Bancario de la Circunscripción Judicial del Área M etropolitana de Caracas, p or el ciudadano NELSÓN
RAFAEL CHÁVEZ PADRÓN, actuando en su carácter d e endosatario en procu ración al cobro del c iudadano GAETANO
CITARELLA, contra los ciu dadanos CARLOS MIGUEL PUJOL y MORELLA YANEZ de PUJOL, representados judicialmente
p o r l o s a b o g a d o s L u í s E . Az ó c a r A z ó c a r , R o d o l f o R o j a s M a r c a n o y N i c o l á s J i m é n e z V e l á s q u e z ; e l J u z g a d o S u p e r i o r S e x t o e n l o
Civil, Mercantil y d el Tránsito de la misma Circunscrip ción Judicial, conociendo en apelación, el 7 d e en ero de 2013 dictó
sentencia declarando sin lugar el recurso procesal d e apelación interpu esto por los accionados y con lu gar la demanda. Confir mó
la decisión ap elada y conden ó a los ap elantes al pago d e las costas procesales.

Contra la preindicada sentencia, los d emandados anunciaron recurso d e casación, el cual fu e admitido y formalizado.
Hubo impugnación y rép lica.
Concluida la sustanciación del recurso de ca sación, se d esignó pon ente a la Magistrad a que con tal carácter suscribe el
presente fallo. Siendo la op ortunidad correspondiente, procede la Sala a d ecidir en los siguientes términos:

DENUNCIAS POR DEFECTO DE ACTIVIDAD

Con fundamento en el ordinal 1°) del artículo 313 del Código de Procedimiento Civil, se denuncia la infracción de los artículos 647 y 208 eiusdem y del
artículo 49 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela; los formalizantes lo hacen con la siguiente argumentación:

“…En este sentido, la recurrida expresó (Folio 186): que criterio sostenido por esta Sala en los Juicios de esta categoría expresó en Sentencia
N° 865 de fecha 08 de mayo de 2002, lo siguiente:

(…Omissis…)

Honorables Magistrados, como puede observarse aquí se quebrantó y violentó el procedimiento pautado en el Artículo (Sic) 647 y 208 del
Código de Procedimiento Civil, y 49 de la Constitución al no cumplirse con los requisitos para la procedencia de los juicios por
cobro vía intimación, infringiéndose en consec uencia los artículos 647 y 208 del Código de Procedimiento Civil y
49 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, lo que lesiona el orden público tal como lo ha
sostenido esta Sala y tal como, incluso lo admite la propia recurrida…”.

Acusan los recurrentes que el ad quem infringió el artículo 647 del Código de Procedimiento Civil por cuanto, en su opinión, no se cumplieron en el decreto
de intimación, todos los requisitos necesarios para su validez, asimismo estiman que se infringieron los artículos 208 eiusdem y el artículo 49 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela, sin que para apoyar la delación de estos últimos, realicen ninguna fundamentación y sólo se fundamentan en jurisprudencia de la
Sala pero, sin expresar de forma contundente y clara, si efectivamente se le causó un gravamen; tampoco expresan haber realizado estas alegaciones, así como haber
solicitado la reposición de la causa, en la primera oportunidad de su comparecencia en el juicio.

Para decidir, la sala observa:

La recurrida para declarar la validez del decreto intimatorio, señaló:

“…2.1. De la violación del artículo 647 del Código de Procedimiento Civil por no señalar el domicilio de
los demandados…

(…Omissis…)

Expresa el d ecreto que hoy se pretende anular, el ap ercib imiento qu e dentro d el p lazo de diez días a contar
de su intimación d ebe pagar o formular su op osición y que no habiendo oposición, se proced erá a la
ej ecución forzosa. Lo que eq uivale a deci r que est e requisito también se cumpli ó cabalm ent e.

Ah o r a b i e n , s i b i e n e s c i e r t o , q u e t a l c o m o l o a l e g a e l r e c u r r e n t e , q u e e l j u e z d e l a r e c u r r i d a , e n e l d e c r e t o
intimatorio omitió señalar el domicilio de los demandados, la jurisp rudencia reiterada de nuestro Máximo
Tribunal, en interpretación al con tenido y alcance de las normas de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezu ela, ha concebido la flexibilización que plantea la Constitución en obviar los
extremos formalismos que pu ed en en ervar las p osibilidades de aplicar justicia.

Siendo ello así, observa esta sentenciadora que, el artículo 206 del Código d e Procedimiento Civil,
estab lece la ob ligación que tienen los jueces de la República, de procurar la estabilidad de los juicios, y
para ello, como directores d el proceso d eben estar vigilan t es de corregir y evitar que se comentan faltas que
luego pudiesen acarrea r la n ulidad del mi smo o d e a lguno de sus actos. También prevé dicha norma, que la
nulidad sólo d eb e d ecretarse en los casos señalad os p or la ley o cuando se incumpla alguna formalida d
esencial a la valid ez d el acto de que se trate, pero en ningún caso se declara la nulidad si el acto ha
alcanzado el fin al cual estaba destinado

En este sentido, en el caso bajo análisis, se aprecia de las actas que en fecha 06 de febrero de 2012,
mediante diligencia presentada por el abogado Nicolás Jiménez, actuando en representación de ambos
codemandados, se dio por intimado en la presente causa, tal como riela al folio 65, y en fecha 27 de
febrero de 2012, los codemandados debidamente asistidos, p resentaron formal oposición contra el decreto
intimatorio (f.76).

Se evidencia también, que la parte demandada formuló formal oposición al decreto intimatorio, impidiendo
la continuación del procedimiento especial monitorio, y dando paso al procedimiento o rdinario, quedando
sin efecto el mencionado decreto; por lo que considera quien suscribe, que el objetivo para el cual estaba
destinado el mencionado decreto, el cual consistía en hacer del conocimiento del intimado que existía un
procedimiento en su contr a en virtud de la existencia de un acreedor que exige el pago inmediato de su
acreencia, así como las alternativas que tenía… … dicho acto cumplió con la finalidad que tenía destinado;
por lo que la violación del artículo 647 del Código de Procedimiento Ci vil, alegada por el recurrente,
resulta improcedente. Así se declara…” (Negrillas d el texto y resaltado de la Sala)

Para decidir, la Sala observa:


La present e denuncia carec e totalment e de fundamentación que permita a esta Sa la, in ferir el sentido d e lo a cusado. Los
f o r m a l i z a n t e s a c u s a n q u e s e i n f r i n g i ó e l a r t í c u l o 6 4 7 d e l C ó d i g o d e P r o c e d i m i e n t o C i v i l , aparentemente por haberse incumplido en
el decreto intimatorio con alguno de los requisitos que para su eficacia establece el artículo 647 del Código de Procedimient o Civil, pero
sin especificar cuál de ellos se omitió.

Ah o r a b i e n , e l a d q u e m a l r e a l i z a r e l a n á l i s i s d e l o s a c o n t e c i m i e n t o s p r o c e s a l e s o c u r r i d o s e n e l j u i c i o , s e ñ a l ó q u e e l
decreto intimatorio, efectivamente, adolecía del señalamiento d el domicilio de los demandados pero, como lo estab lece la
recu rrida y la Sala lo comparte, tal falla qued ó su bsanada con la comparecencia en el proceso y darse por intimado el abogad o
r e p r e s e n t a n t e l e g a l d e l o s accionados, en consecuencia, este hecho de haber tenido los demandados suficiente conocimiento del juicio
que contra ellos se estaba intentando, deja sin asidero la delación y, por vía de consecuencia, debe declararse que no se produjo la
infracción del artículo 647 del Código de Procedimiento Civil.

Asimismo d ebe destacar la Sala, qu e los recurrentes n o explican qué gravamen se les causó y tamp oco alegan haber
solicitado la reposición de la causa en la primera op ortunidad de su comparecencia al juicio.

En este orden d e id eas, d eb e d ejarse establecido que en el sub iudice el Ju ez d e la recu rrida se basó en una cuestión
jurídica previa para d eclarar con lu ga r la demanda: la confesión ficta de los codemandados; asunto que no fu e rebatido en la
presente d enuncia y qu e es motivo suficiente para exon erar a la Sala del con ocimiento d e la misma , ya que, la doctrina pacifica
y reiterada sostenida por esta Máxima Jur isdicción, ha establecido el criterio según el cual en tales supuestos, resulta una carga
i m p u e s t a a l o s f o r m a l i z a n t e s , e l q u e s u s d e n u n c i a s v a ya n e n c a m i n a d a s a c o m b a t i r d i c h o p r o n u n c i a m i e n t o ; c r i t e r i o m a n t e n i d o e n
innumerables sentencias tal y como se evi d encia de la decisión N° 223, de fecha 29 /3/ 07 en el juicio d e Víctor Manuel Gómez
R a m í r e z y o t r a c o n t r a B a n c o P r o v i n c i a l , S . A. , B a n c o U n i v e r s a l , e x p e d i e n t e N ° 0 6 - 7 6 1 d o n d e s e r a t i f i c ó :

“…Por otra parte, la recurrida también indicó que los demandantes en los respectivos estados de cuenta los
aducidos errores en que habría incurrido la accionada al efectuar el cálculo de los intereses gen erados por
las líneas d e crédito y préstamo personal otorgados y que “...se constatan de documen tos protocolizados...”,
y qu e fueron liquidados y cargados en las correspondientes cuentas corrientes, tales estados d e cuenta
debieron ser impugnados d en tro del p lazo d e seis (6 ) meses contados a partir d e la fecha de recepción de los
mismos, lo cual, al n o hacerlo, de acu erdo c on lo estab lecido, operó la caducidad de su derecho a reclamar
la rendición de cuentas objeto de su pretensión, a ten or de lo previsto en el artículo 38 del Decreto con
F u e r z a d e L e y d e R e f o r m a d e l a L e y G e n e r a l d e B a n c o s y o t r a s In s t i t u c i o n e s F i n a n c i e r a s .

La preindicada razón de d erech o o cuestión jurídica previa establecida por el j uez, tiene el alcanc e
suficiente para impedir el examen de las demás d efensas y alegatos expuestos, tanto por el demandante
como por el d emandado, entre otros, la supuesta con fi guración d e la confesión ficta en que pudo hab er
incurrido la accionada y que el formalizante sostiene d ejó de ser resuelta; constitu yen do, además, una carga
para el recu rrente atacar a priori los fundamentos d e esa cuestión jurídica previa, en la cual se basó el juez
para dejar d e con ocer el fondo de la causa…”.

En el sub iudice la decisión proferida por la alzada declaró con lu gar la d emanda, en razón de haber determinado que
los demandados incurrieron en confesión ficta, cu estión d e previo pronunciamient o que obligaba a los recu rrentes a atacarla en
p r i m e r t é r m i n o y a l n o h a c e r l o y e r r a n e n l a f u n d a m e n t a c i ó n e n l a q u e p r e t e n d e n a p o ya r s u d e n u n c i a c u a n d o , a d e m á s , a d u c e n u n a
presunta infracción d e las normas d elatadas, p ero sin argumentar d e ninguna forma qu é vicio es el que le endosan a la recurrida,
pues no argumenta el queb rantamiento de ninguno d e los ordinales d el artículo 243 ni tampoco el artículo 244 del Código d e
Procedimiento Civil.

La preindicada razón de derecho o cu estión jurídica previa estab le cida por el juez, tiene el a lcance suficient e para
eximirlo del examen d e las demás defensas y alegatos expuestos, tanto por el demandante como por el demandado;
constituyendo, ad emás, una carga para el recurrente atacar a priori los fundamentos de esa cue stión jurídica previa, en la cual
se basó el juez para d ejar de conocer el fondo d e la causa, obligación con la que no cu mplieron los formalizantes.

La falla en la fundamentación referida a la n o impugnación de la cuestión jurídica previa, base d e la decis i ón del a d
quem, así como una referencia indeterminada en relación con los requisitos del d ecreto intimatorio, conduce a la Sala, en
a c a t a m i e n t o a l c r i t e r i o r e i t e r a d o y p a c í f i c o s o s t e n i d o p o r e l l a , a d e s e c h a r l a p r e s e n t e d e n u n c i a . As í s e d e c i d e .

II

Con fundamento en el ordinal 1°) del artículo 313 del Código de Procedimiento Civil, se denuncia la infracción del ordinal 5°) del artículo 243 eiusdem, por
incongruencia negativa.

Para apoyar su delación, los formalizantes alegan:

“…La parte demandada, señaló en el ínterin del debate jurídico en el escrito de informe que consignó uno de (Sic) pasaporte de uno de los
codemandados, y cursante al folio 126 señaló:

(…Omissis…)

Señores Magistrados, como puede observarse en la sentencia recurrida no aparece en ninguna de sus partes que se haya decidido lo referente
a las pruebas del pasaporte consignado por el codemandado CARLOS PUJOL, a fin de determinar sobre la improcedencia o ineficacia del
mismo, en cuanto a si el juicio debía seguirse por intimación u ordinario lo cual fue suficientemente alegado por la parte demandada. E
igualmente tampoco existe en la recurrida decisión en relación a la solicitud hecha de que NO SE DECIDIERA el recurso de apelación
interpuesto por EXISTIR UN AMPARO que, por cierto, se interpuso como amparo sobrevenido.
(…Omissis…)

Ciudadanos Magistrados, por la razones antes expuestas y la jurisprudencia supra transcrita, considero que se incurrió en el vicio por defecto
de actividad, lo que la doctrina denomina incongruencia negativa; por tal motivo solicito que esta denuncia sea declarada procedente…”
(Resaltado del texto transcrito).

Ac u s a n l o s f o r m a l i z a n t e s q u e l a a l z a d a i n c u r r i ó e n i n c o n g r u e n c i a n e g a t i v a p o r q u e d e j ó d e r e s o l v e r s o b r e l o “ … r e f e r e n t e
a las pruebas de Pasaporte consignado por el codemandado CARLOS PUJOL, a fin de determinar sobre la procedencia o
eficacia del mismo…” alegad a por ellas en contra del accionante. De igual forma, alega el recurrente que la senten cia impugnada
no tomó en cuenta el alegato del d omicilio d e la parte intimada fuera d el país, lo cual impediría la p rop osición de un juicio por
intimación, lo cual habría sido demostrad o a través del p asaporte. Qu e existe un amparo sobrevenido sobre el particular que f ue
desestimado, p ero se encuent ra en ap elaci ón en la Sa l a Constitucional del Tribunal Sup remo d e Justicia.

Para decidir, la Sala observa:

Los forma li zantes acusan que el ad quem ignoró y, por ta nto no resolvi ó sobre lo alegado por ellos en relación con la
consignación del pasaporte de uno d e los cod emandados, con lo que, intu ye la Sala pretendían demostrar que el accionado Carlos
Pujol, n o se encontraba en el país en la oportunidad en la que su abogado se dio por intimado. No obstante ello el artículo 6 40
del Código de Procedimiento Civil, señala que: “…el d emandante podrá optar entre el procedimiento ordinario y el presente
procedimiento [intimatorio], p ero éste (el intimatorio) no será aplicable cuando el deu dor no esté presente en la República y no
haya dejado apoderado a quien pueda intim arse …” (Paréntesis y negrillas d e la Sala)

Respecto a este alegato, la recurrida declaró:

“…2.4.- En cuanto al alegato del recurrente de que el juez de la causa incumplió con el mandato señalado por el Legislador en relación al
procedimiento por intimación, por cuanto para la fecha 06 de febrero del año 2012 el mentado codemandado (Carlos Miguel Pujol) no estaba
presente en Venezuela y el apoderado no podía darse por intimado, por no tener facultad para ello, por cuanto el procedimiento ya no sería
por intimación sino el procedimiento ordinario.

C o n r e s p e c t o a e s t e a l e g a t o , ya s e s e ñ a l ó y s e d e j ó e s t a b l e c i d o a n t e r i o r m e n t e , q u e e l p o d e r o t o r g a d o a l
abogado Nicolás Jimén ez era válido, así como la facu ltad que tenía para darse por citado, teniéndose com o
temp estiva la fecha 06 de febrero d e 2012, aún cuando luego dicho pod er fu e revocado, no impugnándose las
actuaciones realizadas por el referido ab ogad o; en consecu encia, se tiene como intimado tácitamente a l
ciudadano Carlos Migu el Pu jol d esd e el 06 de febrero de 2012, aun cuando el referid o cod emand ado s e
encontrase fu era del país, y en virtud de ello, se d esecha el p resente alegato. Así se declara …”. (Resaltad o
es d el texto transcrito).

Así pues, es oportuno señalar que el juez de Alzada sí dio respuesta al alegato, señalando que si el ciudadano Carlos Pujol no se
encontraba en el país en la oportunidad de su intimación, no es menos cierto que sí tenía apoderado acreditado el cual se dio por intimado en
el juicio. De otra forma no hubo incongruencia negativa, pues el punto fue resuelto en la sentencia.

A mayor abundamiento y resaltando aún más la falta de técnica en la formalización bajo análisis, la Sala aprecia que bajo la figura de la incongruencia, en realidad
el formalizante está planteando un silencio de prueba, sobre la copia simple del pasaporte, lo cual no es correcto hacerlo con base en una fundamentación propia de una
denuncia por defecto de actividad, porque la doctrina relacionada con la técnica casacionista para denunciar el vicio del silencio de prueba como infracción de forma,
fue abandonada en sentencia N° 204 del 21 de junio de 2000, en el juicio por FARVENCA ACARIGUA C.A. contra FARMACIA CLEALY C.A., expediente N° 99-
597, y la nueva establecida al respecto, fue ampliada por el fallo N° 62, de fecha 5 de abril de 2001, juicio Eudocia Rojas contra Pacca Cumanacoa, expediente N° 99-
889, que expresó que el silencio de prueba es un error de juzgamiento y su delación debe hacerse con fundamento en el ordinal 2º) del artículo 313 con denuncia de
infracción del artículo 509, ambos del Código de Procedimiento Civil, doctrina aplicable al caso de autos, por haber sido admitido el recurso de casación el 28 de
septiembre de 2012, fecha evidentemente posterior al cambio jurisprudencial señalado.

En atención a la parte de la denuncia que acusa que se está en espera de la resolución de la apelación de un amparo sobrevenido interpuesta ante la Sala
Constitucional de este Supremo Tribunal, esta Sala observa que tal apelación, de conformidad con lo preceptuado en el artículo 35 de la Ley Orgánica de Amparo de
sobre Derechos y Garantías Constitucionales, se oirá en un solo efecto, así pues al no gozar del efecto suspensivo la apelación ejercida por los demandados contra la
decisión del amparo, no estaba obligado el ad quem a demorar la emisión de la sentencia. Razón por la cual no se produjo indefensión alguna a los codemandados.
Tampoco se produjo la incongruencia delatada y al no demostrarse la infracción de los artículos 12, 15 y 243, ordinal 5°) del Código de Procedimiento Civil, la
denuncia debe desestimarse. Así se declara.

En consecu encia se d esecha la presente d enuncia. Así se d ecide.

DENUNCIAS POR INFRACCIÓN DE LEY

Con fundamento en el ordinal 2 °) d el artículo 313 del Código d e Procedimiento Civil, se d enun cia la infracción de los
artículos 506 y 640 eiusd em y 451 del Código d e Comercio, por falsa ap licación.

Lu e g o d e u n a e x t e n s a t r a n s c r i p c i ó n d e s u s a l e g a c i o n e s a n t e e l a d q u e m , de lo d ecidido por éste así como d e la


jurisprudencia de esta Sala, los formalizantes acusan:
“…Como pod emos observar, el Ju ez de grado precisa de manera contundente que era inadmisible el
procedimiento por intimación, de la letra no vencida; no obstante ello señala que posteriormente, se hizo
admisible, incurriendo en una fa lsa relación de los h echos que contien en los autos.

(…Omissis…)

Así las cosas, de acuerdo y en acatamiento d e la d octrina coherente y p or tanto reiterada por la Sala,
considero que al haber la recurrida extendido el criterio d e que la letra d e cambio se h izo exigib le po r
antonomasia al transcurrir el tiempo infringió los artículos 640 y 506 del Código de Procedimiento Civil y
451 del Código d e Comercio, por cuanto el artícu lo 640 del Texto Adjetivo Civil, d e manera clara señala:
‘…Cuando la pretensión del demandante persiga el pago de una suma líquida y exigib le de din ero…’.

La fa lsa aplicación delatada, sin duda fue determinante en el fa llo impugnado, por cuanto en luga r de dictar
la sentencia en relación al mérito d e la causa, se apartó del contenido en a utos y d e las normas, p or cuanto
en los juicios d e intimación no es dable, legal y permisible, demandar por deud as no vencidas o no
exigib le…” (Resaltado del texto transcrito).

Delatan los formalizantes, sin realizar fundamentación alguna que la alzada infringió p or falsa ap licación los artículos 640
y 506 del Código de Procedimiento Civil y el artícu lo 45 1 del Código d e Comercio, p ues en su opinión, una de las cambiales n o
estaba vencida y por lo tanto, su cobro n o era exigib le.

Para decidir, la Sala observa:

Au n c u a n d o s e d e n u n c i a l a i n f r a c c i ó n d e l o s a r t í c u l o s 6 4 0 y 5 0 6 d e l C ó d i g o d e P r o c e d i m i e n t o C i v i l y 4 5 1 d e l C ó d i g o d e
Comercio, no se advierte en la sucinta redacción de su texto, exp licación clara que permita a la Sala c omprend er el sentido de la
delación, vale decir, no existe apoyo lógico que d e alguna manera evidencie qué es lo que se p retend e acusar en la recu rrida.

No obstante lo anotado, y en relación con la parte de la denuncia por falsa aplicación del artí culo 451 del Código de
Comercio, estima la Sala oportuno señalar qu e en materia de letras d e cambio, puede ejercerse el cobro d e las que no estén
vencidas, y para ello basta que el acreed or d emuestre que el deudor incurrió en suspensión d e pagos aun en el caso de que n o
conste d e una resolución judicial y ello pu ede evidenciarse de las letras vencidas y no pagadas, aun cuando no exista decisión
judicial al resp ecto.

En efecto, señala el artículo 451 del Código de Comercio lo siguiente:

“Artículo 451: El portador puede ejercitar sus recursos o accion es contra los endosantes, librador y los
demás obligados:

Al vencimiento.

Si el pago no ha tenido lu gar; aun antes del vencimiento,

1º Si se ha rehusado la aceptación.

2º En los casos d e quiebra del librad o, aceptante o no, de suspensión en sus pagos, aun en el caso de que
no conste de una resolución judicial , o por embargo de sus bien es que haya resultado impracticable o
infructuoso … (Resaltado de la Sala).

Retomando la estructura y d esarrollo de la denuncia, estima la Sala p ertinente acotar qu e los escritos mediante los cuales
se pretenda someter un asunto al conocimiento de este Alto Tribunal, deb en exhibir una fundamentación clara y precisa, por el lo
la jurisprud encia de esta Sala resulta abundante y reiterada en señalar la esp ecial técnica que debe observarse en los referidos
escritos, a sab er en sentencia N ° 9 1 d e l 2 0 / 3 / 1 3 e n e l j u i c i o d e M a r í a d e l o s An g e l e s M e z a R e y , c o n t r a S a i l E u s e b i o J i m é n e z
Ga r c í a , s e r a t i f i c ó :

“…De la trascripción que precede, se advierte que la fun damentación de la denuncia, por las razon es que d e
seguidas se expon en, carece de técnica casacionista, la cual debe ser observada en la elab oración de los
escritos d e formalización, por p arte d e quien pretenda someter un caso al conocimiento d e esta Suprema
Jurisdicción Civil.

Por una parte, se observa que el recurrente d enuncia la infracción de los artículos 26 y 49, numeral 1 °) d e la
Constitución de la República Bolivariana de Venezu ela ; con una carencia absoluta de fundamentación y sin
vinculación alguna con la sentencia cuestionada. En este sentido, esta Sala d e Casación Civil, ha sostenido
que ello no reviste realmente una denuncia concreta qu e debiera ser resu elta en esta Sed e, relac ionada con
la materia d e vicios de legalidad propios al con ocimiento d e ésta jurisdicción, pues la d enuncia aislada d e
l a s n o r m a s c o n s t i t u c i o n a l e s , e n p r i n c i p i o , s e r í a u n a p r e v i s i ó n c o n s t i t u c i o n a l c u yo c o n o c i m i e n t o c o r r e s p o n d e
a la jurisdicción constitucional; no obstante que la Sala tiene facultad oficiosa para estab lecer el ord en
público infringido y siempre dentro d el marco señalado…”.
Asimismo resu lta pertinente insistir que en el presente caso la alzada se pronunció declarando la confesión f icta de los
demandados; ello constitu ye una cuestión jurídica de p revio p ronunciamiento qu e exime al juez de con ocer otros alegatos así
como el mérito d el asunto, vale decir, fu lmina cualquier otra d efensa opuesta.

En casos como el de la especie, d eb e el recu rren te atacarla en primer término, pues debe d emostrar que los h echos
invocados y la norma jurídica que le sirve de sustento legal no existen o ésta fu e falsa o no aplicada, o por el contrario, d e
dicha norma derivan efectos procesales distintos a los estab lecid os en la alzada, el recurrente está obligado a combatirlos
previamente; y si tiene éxito en esta parte d el recurso, podrá, en consecuencia, combatir el mérito mismo de la cuestión
principal debatida en el proceso.

Consecuencia de lo expuesto d evien e la ob ligación para los recurrentes, de atacar con sus denuncias, tanto las referidas a
la forma d e la sentencia, como las imputaciones de fond o, esa cuestión de d erech o con influ encia decisiva en el mérito de la
controversia.

En el sub iudice, observa la Sala que tal ataque a la cuestión de previo pronunciamiento decidida no se advierte realizada
en el desarrollo de la presente denuncia; por otra parte, y tal como fu e exp licado, el Ju ez d e Alzada no infringió por falsa
aplicación el artículo 451 del Código de Comercio al establecer que al haber una letra de cambio vencida, podía intentarse el
cobro ad emás de la no vencida, pues ello está exp resamente permitido por esa disposición legal, por lo que la den uncia debe s er
desechada por su absoluta falta de fundamentos. Así se resuelve.

II

Con apoyo en el ordinal 2 °) del artículo 313 del C ódigo d e Procedimiento Civi l se denuncia la infracción d e los artículos
12, 215, 267 ordinal 1°) y 509 eiusdem, por falsa aplicación.

Los formalizantes realizan una mu y extensa transcripción de sentencias de esta Sala d e Casación Civil, así como d e la Sala
Constitucional de este Alto Tribunal y por vía d e fundamentación de la d enuncia expresan:

“…Deb o señalar a esta honorable Sala qu e en el presente caso está p lenamente d eterminado y probado la
perención de la instancia, por cuanto la parte actora no cumplió con las obligaciones impuestas por el
legislad or en la n orma supra transcrita; y al no hab er el juez de alzada aplicad o dicha norma d e la manera
correcta y precisa, incurrió en el vicio d e falsa aplicación de la misma.

Al haber y valorado el juez de mérito la citada norma de la man era como lo hizo, eso le p ermitió arribar a l
fallo impugnado. La referida valoración fu e det erminante al c onc luir el p ronunciamiento de dicha sentencia;
y si en cambio hubiese analizado la norma como era su deb er y ob ligación, el fallo hubiese sido otro.

Por todos los razonamientos antes expu estos, solicito a esta Sala que d eclare procedente esta d enuncia…”.

In f i e r e l a S a l a d e l a s t r a n s c r i p c i o n e s r e a l i z a d a s p o r l o s f o r m a l i z a n t e s s o b r e l a s s e n t e n c i a s e m a n a d a s d e e s t e T r i b u n a l
Supremo d e Justicia, el haberse alegado la perención breve de 30 días en la instancia ante el tribunal ad quem, y éste determin ó
que la misma no se había producido.

La a l z a d a , s o b r e e l p u n t o d e l a p e r e n c i ó n a l e g a d a , e s t a b l e c i ó :

“…De la anteri or transc ripción se evid encia, que el actor cumplió con la ob ligaci ón impuesta por la Le y, ta l
como lo señaló la sentencia de la Sal a de Casación Civil ut supra mencionada, como lo es, la de suministrar
las exp ensas n ecesarias al alguacil d el Tribunal para que practique la citación d e los d emandados, d ejándos e
expresa c onstancia en el expedient e de ta l actuación. Luego, se c onstata que el t ribunal de la causa, en
fecha 30 de mayo de 2011 libró una sola d e las compulsas, por cuanto el actor sólo consignó un sólo juego
de fotostatos, e instó a la p arte actora a que consignara otro juego de fotostatos para la otra citación; no
obstante, este Tribunal considera que existen gestion es suficientes dirigidas a lograr la citación de la parte
demandada, realizadas antes de cump lirse los 30 días posteriores a ese auto de admisión; pero además, s e
aprecia, que el alguacil titular d el Juzgado a quo e n fecha 15 de junio de 2011, consignó compulsa d e
i n t i m a c i ó n d e l c i u d a d a n o C AR L O S M IG U E L P U J O L s i n f i r m a r , l o q u e r a t i f i c a q u e s e i n t e r r u m p i ó d i c h o
lapso d e perención breve aun con respecto a la cod emandada Morella Yán ez de Pujol, porque al haber
cumplido el actor con las obligacion es d e uno solo de los demandados, impidió que ocu rriera la alegad a
perención con respecto al otro cod emandado.

Au n a d o a l o a n t e r i o r , h a s i d o c r i t e r i o r e i t e r a d o y p a c í f i c o d e l a J u r i s p r u d e n c i a p a t r i a , q u e l a p a r t i c i p a c i ó n
de la parte demandada en las etapas del proceso, d eja en evidencia el cumplimiento d e los actos procesales
necesarios para lograr la citación, ejecutados p or la parte actora, así como la intención de impulsar el
p r o c e s o h a s t a s u c u l m i n a c i ó n , p o r l o q u e n o p o d r í a a f i r m a r s e q u e s e h a ya c o n f i g u r a d o l a p e r e n c i ó n b r e v e d e
la instancia cuando el acto procesal d e citación logró obten er su efecto y su finalidad única, que no es otra
que la p resencia de la parte d emandada, durante todas las etapas d el proceso. (Sala de Cas ación Civil
Sentencia Nº 563, de fecha 25 -11-2011, Exp. 11-168).

En consecu encia, conclu ye esta sentenciadora, en razón de los criterios indicados, que la parte actora sí
realizó las gestiones pertinentes a los fin es d e materializar la citación de los d em andados, ciudadanos
Carlos Miguel Pujol y Morella Yánez de Pujol, cumpliendo cabalmente con su ob ligación, por lo que no s e
verificaron en el caso d e au tos los supuestos que establece el ordinal 1 ° del artículo 267 del Código de
Procedimiento Civil, para q ue sea decretada la perención breve, en virtud de lo cual, resulta improced ente
dicha solicitud; y así se declara …”. (Resaltado es del texto transcrito).

Para decidir, la Sala observa:

De la transcripción d el texto de la delación no encu entra la Sala que se realice u na explicación clara de por q ué se estima
operó la p erención d e la instancia en el sub judice, no obstante la Sala, extremando sus deberes y aun cuando los formalizantes
no atacan la cuestión de previo pronunciamiento como lo es la confesión ficta declarada, yerro que pudiese eximirla del
conocimiento d e la d enucia, conclu ye una vez analizada la recurrida que el ad quem dejó extensamente explicado por qué no se
produjo en el c aso bajo d ecisión, la referida perención, argumentos que la Sala comparte.

El formalizante se limita a afirmar la perención de la instancia, pero n o precisa en qué términ os se produjo. En vez de
plantear una denuncia por quebrantamiento de formas e senciales del proceso, que le permita a la Sala una revisión de las actas
proc esa les, a rgumenta su delación bajo la fa lsa ap licación del artículo 267 ordinal 1° d el C ódigo de Procedimi ento Civi l. La
recu rrida por su parte sostiene que sí hubo impulso en l a citación, situación que el recurrente niega, p ero sin precisar con apoyo
en las actas d el exp ediente por qu é consid era qu e sí hubo perención o por qué entiende que n o es cierto lo aseverado por el J uez
de Alzada. En otras palabras, la Sala n o observa ale gatos precisos que la lleven a un análisis sobre la p erención distinto al
estab lecid o por el Juez Sup erior

En este ord en d e ideas, estima esta Máxima Jurisdicción reiterar, en la resolución de la p resente denuncia, lo argumentado
en la oportunidad de decidir las anteriores por lo que se ratifica, en consecuencia, que en los supuestos en los que el ju ez decid e
con base en un argumento d e d erecho (cuestión de p revio pronunciamiento), resulta una carga impuesta a los formalizantes el
q u e s u s d e l a c i o n e s v a ya n e n c a m i n a d a s a c o m b a t i r d i c h o p r o n u n c i a m i e n t o .

Al resp ecto, la Sala observa que el recurrente nu evamente se abstien e d e atacar argu mentativamente la cuestión jurídica
previa que constituyó fundamento de la decisión y eximió al jurisdicente de entrar a conocer cualquier otro planteamiento
r e a l i z a d o e n e l p r o c e s o ya q u e , a l s e r d e c l a r a d a l a c o n f e s i ó n f i c t a e l l o f u l m i n a c u a l q u i e r o t r o a l e g a t o c o n s i d e r a c i ó n o d e f e n s a ,
haciendo innecesario p ronunciarse sobre cualquier otro asunto, todo lo cual con lleva a desechar la denuncia bajo análisis. Así se
estab lece.

En el caso bajo examen, los formalizantes, lejos de atacar la cu estión jurídica previa que permitió al juez no entrar en
el análisis de fondo d el asu nto debatido, se limitaron a realizar una enrevesada redacción donde se confunden las extensas
transcripciones de sentencias con lo que pretendieron acusar, de manera que no existe fundamentación que permita a esta Sala
poder, siquiera, inferir algún sentido lógico a lo d elatad o.

C o n b a s e e n l o s r a z o n a m i e n t o s e x p u e s t o s d e b e l a S a l a , d e s e c h a r p o r f a l t a d e f u n d a m e n t a c i ó n l a p r e s e n t e d e n u n c i a . As í
se d eclara.

CASACIÓN SOBRE LOS HECHOS

ÚNICO

Con apoyo en el ordinal 2°) del artículo 313 del Código de Procedimiento Civil en concordancia con el artículo 320
eiusdem, se d enuncia la infracción de los artículos 243, ordinal 5°), 208, 209 ibidem así como los artículos 26 y 49 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezu ela, lo que hacen los recurrentes con la siguientes alegaciones:

“…Es el caso, ciudadanos Magistrados, que en la presente causa el Juez A quo en el auto de admisión de la
demanda por el procedimiento de intimación señaló lo siguiente:

(…Omissis…)

En relación al citado auto, en primer lugar se hizo la correspondiente op osición, alegando que una de las
l e t r a s d e c a m b i o o b j e t o d e l p r o c e d i m i e n t o d e i n t i m a c i ó n , n o s e e n c o n t r a b a v e n c i d a , a u n a s í e l J u e z Aq u o e n
su decisión no se pronunció sobre dicha oposición, lo cual trae como consecu encia que al haber advertido el
Juez de Grad o esa omisión en la s entencia apelada como en efecto visualizó, su deber y ob ligación era
anular la sentencia y repon er la causa al estado que se dictara nueva sentencia, por tanto al no hacerlo, el
juez d e mérito infringi ó los artículos 208, 209, 243 ordinal 5°, d el Código d e Procedimient o Civi l, y los
Artículos 26 y 49 de nu estra Constitución, y 26 y 49 de la Constitución d e la Rep ública Bolivariana d e
Ven ezu ela (Sic).

L a p a r t e r e c u r r e n t e h i z o l a r e s p e c t i v a o p o s i c i ó n a l D e c r e t o d e In t i m a c i ó n t a l c o m o a p a r e c e e n a u t o s ; y a l
haberlo h echo era obligatorio por parte d el Juez a quo, pronunciarse previamente sobre dicha oposición, más
sin embargo se observa en la sentencia que no hubo pronunciamiento sobre esa situación; y aún A qu em(Sic)
se refirió a ello, no podía hacerlo porqu e no fue en su instancia en que la parte demandada se alegó dicha
defensa, d ebiendo el Ju ez d e alzada d eclarar nula la sentencia y ord enar la reposición de la causa al estado
e n e l c u a l e l J u e z d e P r i m e r a In s t a n c i a s e p r o n u n c i a r a s o b r e l a r e f e r i d a o p o s i c i ó n ; y a l n o h a c e r l o s u b v i r t i ó
e l p r o c e d i m i e n t o , y e n c o n s e c u e n c i a v i o l e n t ó l o s a r t í c u l o s 2 4 3 , o r d i n a l 5 , 2 0 8 , 2 0 9 d e l t e x t o Ad j e t i v o C i v i l
y los artículos 26 y 49 de la Constitución; el referido escrito d e op osición textualmente dice:
(…Omissis…)

He d e señalar a esta hon orable Sala que al haberse procedido de esta forma tanto p or el Ju ez a quo como
por el Juez d e grado sob re d icha oposición; este tipo d e actuación fue determinante en el disp ositivo de la
sentencia dictada; porque de no haberse pro cedido así, la causa se hubiese repuesto, y una vez verificada la
rep osición y el Juez a quo decidiera, esto permitiría a la parte demandada ejercer el recu rso de apelación
correspondiente; y al no permitírsele ejercer dicho recurso se están violentando no rmas de carácter
c o n s t i t u c i o n a l , l a s c u a l e s d e c o n f o r m i d a d c o n e l a r t í c u l o 3 2 0 d e l t e x t o Ad j e t i v o C i v i l , p u e d e s e r c o r r e g i d o
por esta Sala.

Por tod os los razonamientos antes expuestos, solicito a esta h onorab le Sala qu e declare p roced ente esta
denuncia de falta d e aplicación de normas y violación d e norma constitucional.

Honorables Magistrados, solicito mu y resp etuosamente a sus altas investiduras, qu e de apreciarse algunos
vicios en la sentencia formalizada de las d enuncias anteriormente expu estas; y si i ncluye dichos vicios a lo
referente a la perención, solicito se case dicha formalización en base a la verificación de la p erención, toda
vez que de conformidad a la sentencia de la Sala Constitucional, la misma es de carácter vinculante y
prevalecería sobr e los demás vicios qu e pudieran encontrarse en la recurrida…”.

Ac u s a n l o s f o r m a l i z a n t e s q u e e l t r i b u n a l a q u o e n s u o p o r t u n i d a d , n o e m i t i ó p r o n u n c i a m i e n t o s o b r e l a o p o s i c i ó n a l
decreto intimatorio y el Juez Superior ante tal error, ha d ebido d eclarar nu la la decisión apelada; en consecuencia al no rep on er
la causa el juez d e alzada, impidió a los accionados ejerce r sus defensas contra el referido d ecreto, razón por la cual estiman se
infringieron los artículos 20 8 y 647 del Código d e Procedimiento Civil y 49 de la Constitución de la República Bolivariana de
Ven ezu ela.

Q u e e l t r i b u n a l d e P r i m e r a In s t a n c i a n o s e p r o n u n c i ó e n t o r n o a l a l e g a t o d e n o v e n c i m i e n t o d e u n a d e l a l e t r a s d e
c a m b i o , y e l J u e z S u p e r i o r n a d a d i j o s o b r e t a l e r r o r d e l J u e z d e P r i m e r a In s t a n c i a .

Para decidir, la Sala observa:

Estima la Sala reiterar que los formalizantes, incumplien do nuevamente la especial técnica elab orada para casos de la
esp ecie y con ello su obligación de atacar primeramente la cu estión de p revio pronunciamiento declarada por el juez, realizan
u n a d e n u n c i a m e d i a n t e l a c u a l c u e s t i o n a n e l a n á l i s i s d e l J u e z d e P r i m e r a In s t a n c i a s o b r e e l e s c r i t o d e o p o s i c i ó n a l d e c r e t o
intimatorio, lo cual escapa al objeto de control del presente recurso d e casación asimismo, se intenta delatar u na reposición
preterida, al estado que el tribunal de la causa se pronuncie nuevamente al fondo de la dem anda, denuncia que, debe
f u n d a m e n t a r s e c o m o u n d e f e c t o d e a c t i v i d a d a p o ya d a e n e l o r d i n a l 1 ° ) d e l a r t í c u l o 3 1 3 d e l C ó d i g o d e P r o c e d i m i e n t o C i v i l .

No obstante lo referido, resu lta oportuno aclarar qu e según lo p revisto en el artícu lo 652 del Código de Proc edimiento
Civil, una vez formu lada la oposición al d ecreto in timatorio, no es necesario ni obligatorio qu e ningún juez emita
p r o n u n c i a m i e n t o , ya q u e l o o r d e n a d o p o r l a n o r m a c i t a d a s u p r a , e s q u e a l e x p o n e r s u v o l u n t a d d e o p o n e r s e l o s d e m a n d a d o s ,
queda sin efecto el d ecreto intimatorio y se tramitará el juicio por la vía del p rocedimiento ordinario, situación que ocurrió en
el presente proceso, donde la parte intimada presentó escrito de cuestion es previas, hubo contradicción a dichas cuestion es
previas, se promovieron pruebas, y hubo decisión al fondo d e la controversia, razón por la cual, no observa la Sala que
presentado el escrito de op osición a la intimación, el ju ez de primera instancia debió hacer un pronunciamiento previo sobre
dicha oposición, pues, se abre el juicio ordinario y es en la definitiva dónd e se analizan los alegatos d e la contestación al fondo,
y ambos ju eces d e instancias coinciden en señalar la confesión ficta.

De esta forma habiendo quedado plenamente evidenciado el incumplimiento a l a d ebida fundamentación que se requiere
en los casos en que el Ju ez resuelve con base en una cuestión jurídica previa, en este caso la d eclaratoria d e confesión fict a,
c o n s i d e r a l a S a l a q u e l a p r e s e n t e d e n u n c i a d e b e s e r d e s e s t i m a d a . As í s e d e c i d e .

DECISIÓN

P o r lo s ra zo na mi e n to s exp u es to s, el T rib u nal S up re mo d e J u s tic ia d e la Rep úb lic a B o li va ria na d e


Ve nez u el a, e n S al a d e C asa ció n Ci v il , ad mi n i str and o J u st ic ia e n no mb re d e la Rep úb l ic a y p o r a uto rid ad d e
la le y, d e clar a: P ER E C IDO e l r ec ur so d e ca sac ió n , a n u nci ad o y fo r ma l izad o p o r lo s d e ma nd ad o s, co ntr a la
se n te nc ia d i ct ad a p o r el J uz gad o S up er io r S e xto en lo C i vi l, M erca n ti l y d el T rán si to d e l a Cir c u n scr ip ció n
J ud i cia l d e l Área met r o p o lit a na d e Car a ca s e n fe ch a 7 d e e nero d e 2 0 1 3 .

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