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“SANGRE DE MESTIZOS”

de Augusto Céspedes
“La Coronela”

Este capítulo relata la historia del coronel Santiago Sirpa, durante algunos años antes de la
guerra del chaco y llegando a esta. La primera mitad del capítulo, se enfocaría en la relación
de Sirpa con una muchacha beniana conocida como Bara, quien era descrita como una
hermosa mujer de pelo semi rubio, ojos verdes y sensual figura. Ella tenía encantado a todos
los hombres de aquel pueblo, era hija de la “Trini”, dueña de una tienda de licor donde Bara
la ayudaba. El entonces Capitán Santiago Sirpa intentaba conquistar a la muchacha, quien
por cierto tenía apenas 15 años. Aunque ella tomaba confianza con varios hombres que se
acercaban a ella, siempre mantenía distancia por la vigilancia de su madre.

Un día después de festejar su ascenso a coronel en casa de Dona Trini, Sirpa se encontró a
Barba semi desnuda, el coronel se acercaba a ella e intentaba tocarla, Bara se resistía hasta
que llego su madre y arremetió contra su hija insultándola y golpeándola, Sirpa las separo
y Bara escapo. El coronel fue a buscarla y cuando la encontró le propuso llevársela a La Paz,
ella acepto y un año y medio después, se casaron. El coronel le había contratado
instructores y maestros, para que aprendiera a ser toda una dama, digna esposa de un
militar.

Años después poco se veía de lo que era aquella muchacha descalza, y en su lugar estaba
una mujer de largo vestido, manteniendo su inmensa belleza y sensualidad.

Llego el año de 1931 y como militar de alto rango, Sirpa fue llamado al campo de batalla en
el Chaco, mientras se despedía de su amada con tristeza y temor, ella lloraba y cubría las
mejillas de su esposo con besos.

Durante todo el viaje, Sirpa no hacia otra cosa mas que pensar en Bara, la había dejado al
cuidado de sus tías y encomendaba a su amigo y pariente, Genaro que le llevara cartas.
Sirpa fue destinado Roboré donde empezaba su campaña.
Mientras tanto, Bara se sentía más aburrida día tras día, algunas veces iba a la estación a
recibir cartas, por aquellos días llovía muy seguido en La Paz. Una tarde mientras paseaba,
empiezo a llover, y Bara se acomodo apegándose a un muro, esperando a que la lluvia cese,
hasta que un hombre en automóvil se detiene y ofrece llevarla a casa, aquel hombre era un
conocido de ella y su esposo. Esta no sería la última vez que ellos se encontrarían, puesto
que, los vecinos los verían pasear muy seguido desde aquel día.

Genaro, el amigo de Sirpa seria quien le mandara la carta, con la escandalosa noticia. La
cual destrozaría por dentro al Coronel Sirpa. Hinojosa le confirmaría que su mujer le era
infiel con un hombre llamado Nemesio Quisbert, consumido por la ira, Sirpa pediría un
permiso para viajar a La Paz, el cual le seria denegado. Después de esto, Sirpa estaría
decidido a desertar, pero sería detenido por Hinojosa, quien lo convencería a dedicarse a la
guerra. Sirpa pasaba los días demostrando ser un excelente y firme líder militar. Mientras
atacaban Toledo él sería herido en la mano, tiempo después volvería al combate, esta vez
en Nanawa, en donde olvidaría poco a poco el problema de La Paz debido a los traumas de
la guerra, había pasado más de un año en la batalla. Fue en este campo de Nanawa,
sosteniendo su arma con gran tenacidad, donde en un acto de extremo valor o deseos
suicidas, daría su último suspiro. Tras oírse una lluvia de fuego que arrasaba con los árboles,
cayo el Coronel Santiago Sirpa en frente de sus subordinados. En sus últimos momentos,
con un sabor a tierra y sangre en la boca, distinguía antes sus ojos una melena rubia que
ardía y unos ojos verde Nilo que lo miraban. Entonces exclamo: ¡Oh, Bara…!

Esta es la trágica historia del Coronel Sirpa, que paso del amor, a la decepción e ira, para
después dejar que la guerra lo consumiera. No se sabia si Sirpa realmente amaba a Bara,
pero se puede notar que ella no lo amaba, solo estaba con él por agradecimiento de haberla
sacado de la difícil situación en la que estaba.

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