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Argentina Economia

Argentina tiene una larga historia de inestabilidad política y económica. Después


de experimentar una contracción de -1,8% en 2016, y una tasa de crecimiento de
2,9% en 2017, el PIB volvió a caer el año pasado a -2,6%. En 2018, el país fue
golpeado por un cambio de ánimo de los inversionistas extranjeros con respecto a
los mercados emergentes, lo que generó una larga y masiva liquidación del peso,
activando presiones inflacionistas, ante lo cual el Banco Central subió con fuerza
las tasas de interés. La inflación es una preocupación de peso en Argentina; fue
de 31,8% en 2018, cifra que debiera mantenerse en 2019. Sin embargo, aún se
prevé que esta cifra baje progresivamente, llegando eventualmente a 15,4% en
2020, según las estimaciones del FMI.
Desde la elección del centrista Mauricio Macri como presidente a fines de 2015, y
el asentamiento de la deuda del país con fondos de cobertura en febrero de 2016,
Argentina parece haberse vuelto a integrar a los mercados internacionales. La
deuda pública general representó 62,7% del PIB en 218, y se prevé que se
mantenga a un mismo nivel en 2019, tras un aumento desde 57,6% del PIB en
2017. El presidente Macri lanzó un gran plan de reformas para mejorar la situación
económica y financiera del país: un ajuste monetario mayor para atraer a nuevos
inversionistas, la supresión de diferentes barreras a la inversión extranjera y la
implementación de exenciones de impuesto para industrias de exportación claves
(sobre todo de agricultura), medidas para reforzar el nexo con EEUU y la UE. En
2018, Macri propuso un plan de reformas económicas que busca proteger a los
ciudadanos más vulnerables, expandiendo la cobertura de las subvenciones
universales para infancia y la cobertura de salud para las personas de menores
ingresos. Sin embargo, este plan no estuvo exento de consecuencias para la
popularidad de Macri, que fue blanco de crítica. Aunque su coalición no detiene la
mayoría en el Congreso, el gobierno fue capaz de hacer aprobar el presupuesto
de 2019, que apuntaba a un déficit primario de cero en el año, lo que muestra el
compromiso de la administración con limitar los gastos.Las exportaciones
debieran marcar un crecimiento más fuerte, impulsadas por los bienes
primarios (gracias a una buena cosecha) y mayores exportaciones
manufactureras hacia Brasil. El declive de las importaciones, debido a la
depreciación de la divisa y la baja demanda interna, y la recuperación de las
exportaciones agrícolas, contribuirán a reducir el desequilibrio de la cuenta
corriente. Hasta las próximas elecciones generales, a fines de 2019, el
gobierno buscará implementar su agenda de reformas, con tres prioridades:
establecer una estabilidad financiera y fiscal; fortalecer el mercado laboral; e
implementar reformas institucionales. Mauricio Macri ya anunció que se
presentará para otro período presidencial en las elecciones de 2019, en las
que se renovarán un tercio del Senado y la mitad de la cámara baja. Su
principal oponente por el momento, la ex presidenta Cristina Kirchner, ha
sido acusada de corrupción, lo que le da cierta ventaja a Macri. Sin embargo,
la reelección de Macri puede verse peligrar en caso de aparecer un
candidato peronista moderado.
En 2018, la tasa de desempleo en Argentina fue de 8,9%, y se prevé que esta
cifra aumente a 9,4% en 2019, y que luego baje ligeramente a 9,2% en 2020.
El gobierno argentino ha tenido dificultades para luchar contra los altos
niveles de pobreza y desempleo. La situación social del país se caracteriza
por tensiones constantes entre el gobierno y los movimientos sindicales en
torno a las reformas anunciadas. Además, el país está dividido entre
autoridades centrales y descentralizadas, que se afrontan en torno a la
distribución de los ingresos federales. Casi un tercio de la población en
Argentina vive bajo la línea de pobreza. La red de infraestructura requiere
una mayor inversión, ya que no existe siempre un acceso a la electricidad y
el agua en zonas rurales.

Pobreza

Mientras tanto, la realidad social no puede esperar. La pobreza continúa afectando


a un tercio de la población; y aunque la pobreza en Argentina está fuertemente
feminizada, en el mensaje del Presupuesto no se observa ninguna preocupación
de género. Apenas se menciona a las mujeres o a las víctimas de violencia de
género como potenciales beneficiarias de asistencia social, y tampoco se expresa
ni una palabra respecto de los femicidios o la violencia de género. El elevado
desempleo también es una urgencia que difícilmente pueda demorarse.El modelo
económico de Cambiemos es claro. Es una apuesta a la inversión privada y a la
reducción del rol del Estado en la coordinación y planificación del desarrollo
socioeconómico. Mientras tanto, aplica algunas políticas mínimas necesarias para
intentar contener los riesgos de la precarización de las condiciones de trabajo y de
vida de la población y de una futura restricción de divisas, los dos problemas
endémicos de la economía argentina en su historia económica (Fuente
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Con un Producto Interno Bruto (PIB) de más de US$500 billones, Argentina es una
de las economías más grandes de América Latina.
Argentina tiene abundantes recursos naturales en energía y agricultura. En su
territorio de 2,8 millones de kilómetros cuadrados, el país tiene tierras agrícolas
extraordinariamente fértiles y un enorme potencial en energías renovables. Es un
país líder en producción de alimentos, con industrias de gran escala en los
sectores de agricultura y ganadería vacuna. Asimismo, Argentina tiene grandes
oportunidades en algunos subsectores de manufacturas y en el sector de servicios
innovadores de alta tecnología.
Sin embargo, la volatilidad histórica del crecimiento económico y la acumulación
de obstáculos institucionales han impedido el desarrollo del país. La pobreza
urbana en Argentina sigue siendo elevada, aproximadamente un 50% más alta
que en los nuevos países de ingreso alto y prácticamente el doble de la de los
países miembros de la OCDE. La incidencia de la pobreza alcanza el 41% entre
los niños de 0 a 14 años de edad. Las turbulencias financieras del 2018, que
impactaron en una depreciación del 50,6% del peso argentino, implicaron la
revisión del plan económico y un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional
(FMI), por unos US$57.000 millones hasta 2021, que incluye una fuerte reducción
del gasto. En 2018, el Gobierno cumplió sus objetivos fiscales, y apunta lograr el
equilibrio fiscal primario en 2019 y un superávit fiscal primario de un 1% en 2020.
El contexto económico sigue siendo volátil. Después de una caída del 2,5% del
PIB en 2018, se espera una contracción de 1,3% para 2019. En un contexto de
una inflación anual superior al 50% (el mayor nivel desde 1991), el peso argentino
recuperó la volatilidad y se depreció más del 13% durante el 2019.

programas
Para hacer frente a esta situación, se ha priorizado el gasto social a través de
diversos programas, entre los que se destaca la creación de la Asignación
Universal por Hijo, que alcanza a aproximadamente 4 millones de niños y
adolescentes hasta 18 años, el 9,3% de la población del país.
En los últimos años, Argentina ha estado trabajando en un ambicioso programa de
reformas estructurales y, al mismo tiempo, ha comenzado a corregir algunos de
los desequilibrios macroeconómicos. La nueva administración se ha movido rápido
para implementar reformas clave tales como la unificación de la tasa de cambio, el
acuerdo con acreedores internacionales, la modernización del régimen de
importaciones, y la reforma del sistema de estadísticas nacionales.
Además, Argentina ha retomado una agenda muy activa en política internacional y
estuvo al frente de la presidencia del G-20 durante el 2018, al mismo tiempo que
manifestó su intención de adherirse a la OCDE y ha inaugurado su rol de
observador en la Alianza del Pacífico.
Las turbulencias financieras del 2018, que impactaron en una depreciación del
50,6% del peso argentino, implicaron la revisión del plan económico y un acuerdo
con el Fondo Monetario Internacional (FMI), por unos US$57.000 millones hasta
2021, que incluye una fuerte reducción del gasto. En 2018, el Gobierno cumplió
sus objetivos fiscales, y apunta lograr el equilibrio fiscal primario en 2019 y un
superávit fiscal primario de un 1% en 2020.
El contexto económico sigue siendo volátil. Después de una caída del 2,5% del
PIB en 2018, se espera una contracción de 1,3% para 2019. En un contexto de
una inflación anual superior al 50% (el mayor nivel desde 1991), el peso argentino
recuperó la volatilidad y se depreció más del 13% durante el 2019.

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