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Poema

de Gilgamesh
Colección
Poema
Clásicos del Pensamiento
de Gilgamesh
Director
Antonio Truyol y Serra
'aludió preliminar, traducción y notas de
I IÍDERICO LARA PEINADO
irnos
£-5
A mis hijos
Federico, Blanca María y Beatriz.
1.a edición, 1988
2.a edición, 1992
vados todos los derechos. De conformidad con lo dispuesto en
tículos 534 bis a) y siguientes del Código Penal vigente, po-
ser castigados con penas de multa y privación de libertad quie-
n la preceptiva autorización reprodujeren o plagiaren, en todo
parte, una obra literaria, artística o científica fijada en cual-
quier tipo de soporte.
Diseño y realización de cubierta:
Rafael Celda y Joaquín Gallego
Impresión de cubierta:
Gráficas Molina
© FEDERICO LARA PEINADO, 1988
© EDITORIAL TECNOS, S. A., 1992
Telémaco, 43 - 28027 Madrid
ISBN: 84-309-1548-6
Depósito Legal: M-23524-1992
rinted in Spain. Impreso en España por Mapesa, S. A.
c/ Villablino, 38. Fuenlabrada (Madrid)
380196
ÍNDICE
I'STUDIO PRELIMINAR XI
I, APROXIMACIÓN AL POEMA DE GILGAMESH . XI
1. Marco histórico y cronológico XI
2. El Poema en el contexto literario mesopotámico. XVII
3. Historicidad de Gilgamesh XXIII
II INTRODUCCIÓN AL POEMA DE GILGAMESH . XXIX
Aspectos externos XXIX
1. El problema de su autor XXIX
2. Cronología y fijación temática.... XXXIII
3. Descubrimiento del Poema XXXVI
4. Principales versiones cuneiformes. XL
Aspectos internos XLIII
Argumento general XLIII
Los personajes del Poema L
Estructura, composición y significado LVII
Aspectos literarios LXI
Gilgamesh: su supervivencia literaria LXVI
Aspectos religiosos LXIX
El fondo histórico. Aspectos socioeconómicos. LXXVII
Itinerario de Gilgamesh ' LXXXI
CE
ectos trascendentes LXXXIV
l mito del Diluvio universal LXXXIV
ilgamesh y el Arte LXXXVIIl
ilosofía del Poema XCII
TE EDICIÓN. XCV
RAS XCVI
FÍA .. XCVIII
POEMA DE GILGAMESH ESTUDIO PRELIMINAR
A I por Federico Lara Peinado
A II...
A III ..
A IV .. APROXIMACIÓN AL POEMA DE GILGAMESH
A V ...
A VI ..
A VII.. i Marco histórico y cronológico
A VIII.
A IX .. A partir del noveno milenio antes de Cristo en las
A X ... i ' riones altas y húmedas del Próximo Oriente se detecta
A XI .. Uní lenta modificación en la vida de sus habitantes. Los
A XII.. I.M lores económicos, que juegan un papel de capital
importancia en este proceso, se verán alterados merced a
• hli-rentes y nuevos enfoques socioeconómicos, así como
del Poema de Gilgamesh . i < ondicionamientos geográficos. De una economía de-
geográficos y topónimos .. I u celadora se pasará paulatinamente a una economía de
IHaducción basada en la agricultura y en la ganadería.
lista forma económica, que significó profundos cam-
inos sociales, no fue provocada por ningún estímulo
exterior, sino que evolucionó y se desarrolló dentro de
los marcos en los que el hombre se hallaba inmerso y
< uya consecuencia más significativa sería arrumbar los
i'T.ímenes de vida y comportamientos sociales de las
• i.ipas prehistóricas precedentes.
listos acontecimientos fomentaron el aumento de ri-
queza y en determinadas zonas (cuyo clima y feracidad
n.itural eran apropiados) motivaron primero el naci-
DERICO LARA PEINADO ESTUDIO PRELIMINAR XIII
e unas pequeñas agrupaciones urbanas (aldeas) n.i.s más antiguas, la Historia detecta ya frecuentes con-
o evolucionaron a poblados, y que podemos Ihdos entre todo el rosario de ciudades sumerias estable-
ya, hacia mediados del quinto milenio antes de ii las a lo largo de los dos grandes ríos mesopotámicos
11 • u Trates y Tigris) que eran, por otro lado, la base de su
ará así de una cultura neolítica aldeana a otra ubsistencia. Luchas entre Uruk y Kish, Lagash o Um-
tro aún de tal horizonte prehistórico, podemos n ia, por citar unos ejemplos, son perfectamente conoci-
con toda propiedad de urbana ya, originándose, il.is y preparan una fase ulterior en la evolución de la
ntemente, en esta evolución nuevas transforma- vida urbana: el imperialismo militar.
ocioeconómicas. lintre los personajes más importantes de estas
ueva forma de vida, muy alejada de la aldea o .limistías (que «habían descendido del cielo» en opinión
pamento seminómadas anteriores, vinculará al • le los sumerios) podemos señalar a Gilgamesh de Uruk
a la tierra, lo volverá sedentario y, con ello, le (ca. 2650 a.C), personaje central del Poema que lleva su
a crearse nuevos mecanismos de estructura nombre y cuyo estudio es objeto del presente libro,
ordenación económica. Mesilim de Kish (ca. 2600 a.C.), Eannatum (ca. 2470
queología ha recuperado para la Historia dife- ,i ('.) y Uruinimgina (ca. 2355 a.C.), ambos de Lagash, y
lturas desarrolladas en las zonas de Mesopota- l ugalzagesi de Umma, contemporáneo del anterior y
rea que nos va a ocupar en adelante— y que i|iic logrará imponer sü^dominio absoluto en todo el país
do del Neolítico manifiestan esas evoluciones «le Sumer, hasta entonces fragmentado en minúsculos
netrar en la etapa del Bronce Antiguo. Jarmo, i '.lados cantonales.
, Samarra, Eridu, Tell-Halaf, Gawra, El Obeid, l'ronto, nuevos grupos de gentes (los acadios), que
jemdet Nasr suponen sucesivos progresos de hablan otra lengua distinta a la sumeria —la semita—,
ole y configuran unas líneas protohistóricas aparecerán en este marco geográfico y, mediante la
adas. infiltración pacífica o tal vez la violencia, se erigirán en
ndadores de ese nuevo tipo de vida o al menos ilncños absolutos de las ciudades sumerias. Con Sargón
os que primero la practicaron fueron los súme- I (2340-2284 a.C.), funcionario semita de Urzababa de
blo envuelto todavía en el misterio de su origen Kish, que logra apoderarse del país tras desplazar a
o, étnico e idiomático. El descubrimiento más I ugalzagesi, y poco después con Naram-Sin, su nieto, los
ivo de estas gentes será la invención de la escri- .u adiós construirán una gran unidad política que llegará
nacida de necesidades puramente mercantiles y a extenderse —dentro del concepto territorial mesopotá-
cas, pronto se convertirá en uno de los mayores ni¡co— por los cuatro puntos cardinales (Sumer, Akkad,
ntos revolucionarios del hombre. I lam, Subartu y Amurru). Fundaron, de hecho, el primer
rras se colonizan, los núcleos urbanos superan imperio mundial que conoció la Historia, creando así
tribal y aparece como elemento dirigente el nuevas estructuras político-administrativas (burocracia,
ble del templo o el gobernador del palacio (en, militarismo) que arrinconaron la estructura tradicional
i), en realidad un déspota que confunde en su teocrática de las ciudades sumerias.
en los primeros momentos, los poderes políti- Tras el poderío acádico, invasores procedentes de las
iosos y económicos. arcas norteñas de Mesopotamia se lanzan, hacia el 2200
el año 3000 a.C, época en que nacen las dinas- a ( ' . , sobre las ciudades de Sumer ,y Akkad, logrando,
EDERICO LARA PEINADO
ESTUDIO PRELIMINAR XV
al estado de anarquía que presencian los últimos
tos del Imperio acadio, el predominio en el valle Con Tiglatpileser I (1117-1077 a.C.) se había restable-
i ido el antiguo poderío asirio, gracias a haber quedado
mesopotámico. Son los qutu (los «dragones de la
a»), pueblo bárbaro que durante poco más de un hl'ie de la presión de otros pueblos (hititas) y al nuevo
juzgan toda Mesopotamia. Sin embargo, un rey "iden internacional que en el siglo xil se establece.
< onocerán los asirios una nueva fase imperial, pronto
k, llamado Utukhegal (2116-2110 a.C.) logrará
debilitada con los' propios sucesores del mencionado
r a estos invasores, volviendo así a renacer el
sumerio, que había alcanzado su máximo apo- monarca. Coincide esta decadencia con la expansión de
los nómadas árameos que se van a asentar en Siria del
Gudea de Lagash (2144-2124 a.C.) y con los
e la III Dinastía de Ur, restaurándose usos y Norte, valle del Eufrates y baja Mesopotamia. Una rama
res del pasado sumerio. de esos árameos, los caldeos, logrará estabilizarse en
renacimiento político y cultural sumerio, que Babilonia y en otros puntos del Próximo Oriente.
Los asirios podrán remontar su Imperio, gracias a uno
poco más de cien años, irá atomizándose en
s ciudades-estado independientes (Isin, Larsa, de sus enérgicos reyes, Asurnasirpal II (884-858 a.C.), el
na, Babilonia, por ejemplo) para terminar siendo > nal, mediante las deportaciones de pueblos y las guerras
amente aniquilado por los elamitas y por los < onstantes, dio nuevos impulsos imperialistas al dominio
pueblo éste que, establecido en el Tigris superior, .isirio, que alcanzaría nuevas cotas con el rey Sargón II
esarrollado una cultura urbana entrado ya el (722-705 a.C.) y su dinastía, uno de cuyos representantes,
tercero. Elamitas y asirios descenderán hacia la Asurbanipal (669^526 a.C.), nos interesa especialmente
aja del valle disputándose la posesión de las por su directa relación con el Poema de Gilgamesh, pues
. Los sumerios desaparecen así de la Historia. lúe en la biblioteca de este monarca, versado en Letras y
< 'iencias, situada en Nínive, donde apareció dicho texto
os invasores semitas aparecen en escena: los
s, que adaptados perfectamente al país, estable- en el transcurso de unas excavaciones arqueológicas
n Hammurabi (1792-1750 a.C.), y bajo la supre- efectuadas en el siglo pasado.
cción político-religiosa de Marduk, un imperio Presiones de potencias periféricas (Egipto, Fenicia,
te, que abarcará Sumer, Akkad y Asiría, además lilam y Media) y del mismo ámbito geográfico (Babilo-
pueblos periféricos, dirigido todo él desde Babi- nia), lograron poner definitivamente fin al Imperio asirio
perio, sin embargo, que será desequilibrado más en el año 609 a.C., dando paso al nuevo Imperio babiló-
lrededor del año 1595 a.C., por el imprevisto nico, de efímera existencia.
el hitita Murshili I y por la consiguiente toma La rápida exposición diacrónica de la historia externa
r por parte de los cassitas. ilc Mesopotamia que acabamos de reseñar deja traslucir
una compleja y continua sucesión de pueblos y potencias
assitas, gente procedente del Este mesopotámico
y de la que todavía faltan por conocer muchos belicosas que con diferentes mecanismos políticos y so-
, lograrían instaurar una dinastía en la propia ciales, dentro de una civilización hidráulica, irían echan-
a que, con una adecuada política internacional do las bases de la cultura general y de la Literatura en
egipcios e hititas, llegaría a mantenerse en el particular.
nos cuatro siglos. Los elamitas pondrían fin a la Los sumerios habían logrado inventar un código de
signos (muy complicado, desde luego) capaz de recoger
'LIS necesidades económico-administrativas de su sistema
EDERICO LARA PEINADO ESTUDIO PRELIMINAR XVII
pero también supieron aplicarlo a sus necesida- de la sensibilidad semítica. Esta obra, primera entre las
iosas. Reconocida su eficacia pragmática, aplica- rundes, de la Literatura universal, precisaría dos mile-
técnica escrituraria a todo tipo de manifestacio- nios largos de vida para alcanzar su estructura definitiva.
rituales, técnicas o científicas. Como ha señalado
ókel, desde la inscripción conmemorativa hasta
literaria, como tal, fue necesario recorrer un
mino, pero es innegable (y así lo ha demostrado El Poema en el contexto literario mesopotámico
eología) que los sumerios lo supieron recorrer.
o de esa producción literaria (listas de reyes, Los especialistas están de acuerdo en considerar que
sagrados, proverbios, mitos, relatos épicos, la- ¡01 sacerdotes de las diferentes ciudades de Sumer (con-
ones, etc.) se aisla con luz propia en el horizonte i < i límente los del templo de la diosa Inanna de Uruk)
sumerio un conjunto de poemas épicos, concre- i l i c i ó n los que, además de inventar la escritura, perfec-
cinco, que recogían, aunque sin formar un todo ii marón la técnica de la misma. Junto a los templos o
, las hazañas de uno de sus míticos reyes: Gilga- • l' pendiendo de ellos se fundaron casas de escritura
Uruk. Sobre su figura se centró, pues, el primer <lnbba), destinadas á la enseñanza de aquel nuevo y
iterario de la Humanidad. • nsacional descubrimiento.
icamente, las narraciones sobre Gilgamesh de- I as excavaciones arqueológicas nos han aportado
arse a mitad del tercer milenio antes de Cristo, inlinidad de tablillas de barro (era el soporte sobre el
ndo hubieron de pasar varias centurias antes de u.11 escribían) que por la tosca caligrafía que presentan,
as por escrito. Los poetas y cantores sumerios, i ' llejo de la impericia en el manejo de la caña con que
enos itinerantes, fueron los encargados de dar a i > i . •.loriaban sobre el barro, evidencian ser los borrado-
al pueblo la creación de un genial artista que i . . de «clase» de aquellos muchachos o iniciados sume-
unir en bellísimos versos las aventuras, hazañas y ; que acudían a tales edubba. También han aparecido
de uno de sus más antiguos reyes. i i osos centros de cultura, entremezclados con los borra-
cesivas invasiones que sufrió Mesopotamia inci- • l.'irs, copias completas o parciales de diferentes textos
e una manera muy directa sobre el Poema y los i i i i rarios.
lementos culturales de la etapa sumeria, etapa Los sumerios, tal como hemos visto antes, debido a la
ría a ser, sin discusión, la edad clásica de aque- • i ic de pueblos que les sucedieron en el ámbito geográ-
nios. Los paleobabilonios darían forma unitaria fico mesopotámico, terminaron por desaparecer de la
eltos poemas del ciclo de Gilgamesh, aportando i l i . l o r i a , pero su lengua y su técnica escrituraria (y,
aventuras; los babilonios de la época cassita M.iiuralmente, sus creaciones literarias) sobrevivieron,
s encargados de realizar los retoques definitivos, i< i ido asimiladas por los acadios, luego por los babilo-
u vez, los asirios dar el toque final al Poema de s y, finalmente, ya en el primer milenio antes de
h, difundiéndolo por todo el ámbito del Próxi- 1 i r;to, por los asirios, quienes, con afán enciclopédico,
nte. (lUíriendo dar sentido permanente e imborrable a todo
, pues, que el Poema de Gilgamesh, que nos va a i ..iher de los pueblos anteriores, reunieron en magnas
e ahora en adelante, fue una genial creación de i'ii'liotecas infinidad de textos de toda índole,
a sumeria, pasada por el sabio y ecléctico tamiz listos pueblos copian, traducen, retocan los textos
ESTUDIO PRELIMINAR XIX
VIII FEDERICO LARA PEINADO
i incluido en una Epopeya que gloriase a Gilga-
umerios, aunque no puede evaluarse, hoy por hoy, e i i I . decir, aparte del tono menor estilístico, el
ivel exacto y el alcance de tales actividades, pero cod •insta se ve obligado a aceptar ciertas condiciones
icho interés contribuyeron no sólo a perpetuar lo sume- II i | M n l i - r liberarse del acoso de Kish, hecho que no
io, sino a salvarlo para la posteridad. ni n i m i a a magnificar un prototipo de héroe. En conse-
La complejidad de toda la producción escrita en idio- 1,1 el poema fue apartado.
a sumerio es evidente, hasta tal punto que, como i ! "lio. La muerte de Gilgamesh, es un poema del cual
eñaló ya hace tiempo B. Meissner, es imposible realizar i n i onservan breves pasajes, en los que se alude a la
iquiera un esbozo de las literaturas sumeria y babilonia, • . i ' M < l a de la inmortalidad y a la imposibilidad de
obre todo —aparte de la variedad de temas tratados y I ni . . n í a por parte del héroe. Debido a su constancia,
imposibilidad de aislar los mismos— por el estado tan que ha muerto, se le otorga, como contraparti-
agmentario en que han llegado y están llegando a I 1 • I don de impartir justicia en el Más Allá, actuando
osotros las tablillas cuneiformes. lo .1 los Anunnaku y otros dioses infernales. Este
El material escrito sumerio, incluido originales y co- |iiu'in¡i pudo haber influido en algunos pasajes de las
ias, realizadas tras la desaparición de este pueblo, es > i l i l i l l a s IX, X y XI del Poema de Gilgamesh, pero desde
norme. Y de todo ese ingente material únicamente el lUI i'" no quedó recogido en su totalidad. Dicho poema
iez por ciento, más o menos, en opinión autorizada de lililí i io utiliza un lenguaje muy parecido al empleado en
. N. Kramer, puede ser considerado como texto litera- 'ni liinu-nto de Urnammu, gobernador de Ur, que vivió
o. Y así, sin conocer los nombres de sus autores, los • i l n r oí año 2100 a.C. y que, accidentalmente, es llama-
itos, himnos, lamentaciones, proverbios, relatos épicos,
1 ' 'ilgamesh.
artas, anales, listas reales, textos jurídicos y religiosos se 1 1 n tercer poema sumerio, Gilgamesh y el País de la
resentan como un fabuloso legado cultural, dejado por i n/,i si tuvo reflejo directo en la Epopeya del héroe
s pueblos mesopotámicos a la humanidad. i Uruk. El episodio del Bosque de los Cedros narra-
Cinco son hasta ahora los poemas sumerios (todos • l" cu el poema sumerio pasó a componer idéntico
los incompletos) que nos hablan, con mayor o menor " ' • H mentó en la versión unitaria. Si bien hay sensibles
tensión, de Gilgamesh, y que constituyeron la materia i i i ' i r n c i a s (planteamiento de la acción, número de
rima para la elaboración de la magna Epopeya centra- r r.onas que acompañan a Gilgamesh y otros detalles
a en aquel rey, hoy considerado por algunos especialis- u >res), el esquema de la historia es básicamente el
s como ser histórico y no mítico. M i r . i i i o (marcha al Bosque de los Cedros para matar al
De ellos, dos no tuvieron repercusión en la temática
gumental del definitivo Poema en su versión ninivita . ij'.mte Rumbaba).
< Uro poema, Gilgamesh y el Toro Celeste, del que sólo
a hallada en la biblioteca de Nínive): Uno de estos, i MI i llegado fragmentos, fue aceptado por los recensio-
ilgamesh y Agga de Kish, en donde se narra el conflicto • II .las babilonios y asirios e incorporado al Poema con
rgido entre las ciudades de Uruk y de Kish, la breve modificaciones en algunos detalles accidentales (cambio
cha que sostuvieron, el asedio de Uruk y la amistad de i* nombres: Inanna por Ishtar, por ejemplo).
gga con Gilgamesh, no fue recogido, al parecer delibe- 1 1 na gran parte del poema sumerio Gilgamesh, Enkidu
damente, por los copistas acádicos. El estilo y conteni- i i-l Mundo Inferior fue traducido, palabra por palabra, e
de este episodio, a pesar de ser el típico de la poética "i, luido en la versión asiría (Tablilla XII) sin preocupa-
meria, está muy distante de los poemas del ciclo para
FEDERICO LARA PEINADO ESTUDIO PRELIMINAR XXI
s estilísticas ni arguméntales. En efecto, á pesar de trono y considerado como «padre» semidivino
su argumento es incompatible con los hechos ocurri- i* I propio Gilgamesh.
anteriormente (muerte de Enkidu en el Poema), Un el relato de Enmerkar (Enmerkar y Aratta), el rey
a se nos presenta como un ser todavía vivo (alterna- tiene problemas con el de otra ciudad, Aratta, ubicada
sueño/muerte), brindándose personalmente a bajar • u las tierras de la alta Persia, por causas de tipo comer-
undo Inferior para recoger unos instrumentos musi- • u I (trueque de grano por metales y lapislázuli) y que
que allí habían caído al no respetarse un determi- Imali/an con la victoria del rey de Uruk. Aunque inter-
rito. v ii-ncn campeones y héroes, la acción del poema es de
historia del Diluvio no formó parte del ciclo sume- MM-nor interés épico que el sumerio de Gilgamesh y Agga
e Gilgamesh, sino que fue un poema independiente, ,/.• Kish.
papel central lo ocupa un héroe sumerio, llamado I )c Lugalbanda se conservan dos poemas. Dicho rey,
udra («El que vio la Vida»). También existió en el Incero en el trono de Uruk, es una figura mucho más
do babilónico otro antiguo Diluvio, recogido en un interesante que la de Enmerkar y en ciertos detalles es
a en el que el héroe es llamado Atrahasis. En esta una prefiguración de Gilgamesh. En Lugalbanda y En-
ación babilonia, la inundación constituye tan sólo merkar, Lugalbanda es el vasallo y campeón del último
specto episódico, pues es uno más de los desastres l l i a y concordancia cronológica, pues Enmerkar precedió
ados por los dioses para la destrucción del género • ii el trono de Uruk a Lugalbanda). En Lugalbanda y el
ano. Una versión del Poema de Atrahasis fue copia- motile Hurrum se nos narra una serie de peripecias que
ambién en el reinado de Asurbanipal. En suma, sin ildie soportar el rey en su viaje hacia tal montaña.
r aquí en la cuestión y controversia de los diluvios A Lugalbanda, lo mismo que a Gilgamesh, le gusta
co, babilónico y sumerio, sí podemos señalar que el i iii/,ar montañas, correr aventuras (atraviesa el río Kur,
o sumerio fue hábilmente adaptado por los recensio- no del mundo subterráneo), tributar sacrificios al dios
s e incorporado a la Epopeya de Gilgamesh, supri- '•"I. Reflejo de ello y demostración de que los compila-
dose la primera parte del poema sumerio (que trata- dores del Poema de Gilgamesh conocieron estos poemas
e la Creación), cambiándose el nombre del protago- de Lugalbanda son las alusiones que los consejeros
(Ziusudra por Utnapishtim), así como el tiempo lineen, en un determinado pasaje de su Poema, al propio
al (Utnapishtim narra tal acontecimiento en primera (¡ilgamesh para que éste efectúe sacrificios al dios Sol y
na y no en tercera como en el poema sumerio), • le esta manera «no olvidar a Lugalbanda».
te de otros detalles también significativos (número Entre toda esa vasta producción literaria, que consti-
ías del Diluvio, precisiones sobre el navio, religiosi- tuyó sin duda alguna el fondo literario del que surgió el
de los personajes centrales, etc.), aunque no funda- l'oema de Gilgamesh, destacó con luz propia él ciclo
ales. sumerio dedicado al héroe de Uruk, y que acabamos de
emás de estos cinco poemas sumerios que sobre ' xa minar, quedando muy por detrás los que tenían como
amesh nos han llegado, aparte del referente al Dilu- personajes centrales a los otros dos fabulosos y míticos
también se nos han transmitido, aunque incomple- Ncres, ya citados, Enmerkar y Lugalbanda, que junto con
otros poemas que tienen como héroes centrales a < i ilgamesh componen la tríada más importante de perso-
erkar, rey de Uruk y de existencia histórica muy najes centrales de los poemas épicos sumerios hasta hoy
obable, y a Lugalbanda, sucesor del anterior en el i onecidos.
FEDERICO LARA PEINADO ESTUDIO PRELIMINAR XXIII
os tres héroes, junto con los sujetos de otros mitos ii.i dicho, a partir de las leyendas sumerias, y estructura-
Ninurta, Dumuzi, Enlil, Inanna, Enkimdu, Shuka- .1" por los paleobabilonios en su versión acádica.
, etc.) que no podemos desmenuzar aquí, creacio- H Poema con toda su impresionante grandeza temáti-
as ellas de la vida espiritual sumeria del tercer > ,i (búsqueda de la inmortalidad por y para el hombre) y
, tuvieron tal grado de perfección por su carácter • "ii (oda su sencillez expositiva (narración en doce can-
mático, que su impronta e influencia subsiguien- I", o tablillas) durante un milenio será difundido amplia-
total en la literatura de acadios, babilonios y M i n i i c por toda Mesopotamia y aún por zonas peri-
, para pasar luego, algo atenuada y bajo otro 1.1 ii/as (Asia Menor, Canaán) para ser nuevamente reto-
religioso, a los escritos bíblicos y de ahí a sumer- iii.ido por los escribas oficiales de los reyes asirios del
espués en las literaturas clásicas. úlliino imperio, quienes con su buen hacer en el dominio
vidente que dentro de la amalgama literaria exclu- • l' I idioma y la sensibilidad poética, lograrán convertir
nte sumeria, repartida en más de 5.000 tablillas i i i l composición en la obra cumbre de la Literatura de su
tos cuneiformes, pueden aislarse arquetipos litera- i poca.
aun, por supuesto, religiosos. En ellas —y resumi-
uí— se nos explica la primera teoría humana del
del mundo, así como la creación de los dioses y l Historicidad de Gilgamesh
hombres, escritos sapienciales,' proverbios, cantos
os en los que la psicología del hombre, dentro líl Poema de Gilgamesh presenta a lo largo de sus doce
horizonte arcaico, se halla perfectamente dibu- i.(Millas, y en no pocos de sus pasajes, detalles que
i » ililan a su protagonista como un héroe mítico y, en
í, como ha manifestado H. Schmókel, fe, poesía y . onsecuencia, a primera vista, muy lejos de la histori-
a llegaron a reunirse en Sumer por primera vez, . uhid.
o una fabulosa obra, en la que todavía los dioses I >e hecho, para el historiador hipercrítico, no existen
abían despedido del mundo de los hombres y de i i . i ' ; i ; i el presente bases científicas para sostener la reali-
se iban a alimentar los milenios. Obra que será il.i<l histórica de tal personaje, sujeto de un ciclo épico
da, clasificada y reelaborada en épocas inmediata- l i l e i ario, ya enumerado antes, y pretendido rey de Uruk
posteriores, sobre todo en la etapa babilónica de i i . i lírek bíblica, hoy Warka), ciudad ubicada al sur de
stía cassita. En los círculos intelectuales babilóni- ll.ihilonia, junto a la margen izquierda del río Eufrates,
los siglos xvi al xm se fijarán definitivamente el aunque en la actualidad se halla distante de dicho curso
elish (Poema de la Creación) en el que Marduk lluvial por las modificaciones que el mismo ha sufrido.
n papel absoluto; la bellísima Historia de Adapa, I .as excavaciones arqueológicas realizadas en Uruk, a
aje que busca la vida eterna; la del rey Etana, que p.irlir de 1849 por ingleses y continuadas medio siglo
una milagrosa planta que sólo está en el Cielo; la l< .pues por alemanes, nos hablan de la existencia de
iosa Ishtar, que alcanzará ser la legítima esposa l»>Mación en este punto, en una perfecta secuencia estra-
s Anu, y muchas otras historias de menor rango, ui'.ráfica de hasta 18 niveles, ya desde el 4114 a.C. según
incluimos aquí. • I.ilación del C14.
ismo, se fijará la mejor poesía de todo el Antiguo Sus restos —una impresionante colina artificial (tell)
, el Poema de Gilgamesh, compilado, como ya se l.niñada por la acumulación sucesiva'de adobes de ba-
ESTUDIO PRELIMINAR XXV
IV FEDERICO LARA PEINADO
¡ idios historiadores, durante mucho tiempo, hayan
o— testimonian la aparición de la cultura sumeriij: '" i u lo de la existencia real de Gilgamesh.
rámicas fundamentalmente monocromas, a veces recu-x l'cro precisamente la localización de tal ciudad sume-
ertas con materia terrosa roja o gris, realizadas a torno I(M V su potente línea defensiva y el nuevo examen que
con brillo, o también amarillenta y sin baño ni pintura, i los textos míticos se realiza por los historiadores
rámicas con variada decoración plástica y de diferentes l. MÍOS pueden comportar la posible historicidad de
rmas (copas, jarras con asa); grandes conjuntos monu- • .iir.imesh, cuyo nombre, escrito de muy diferentes ma-
entales (templos sobre todo: el Bit-resh, el Eanna y el M . i . i , ,i iravés de los distintos períodos de la historia
ghal); uso de sellos planos y cilindricos, que son una -•na de Mesopotamia, posibilita todavía numerosas
ra derivación de los amuletos neolíticos; esculturillas, IHli 11'rotaciones que ratificarán o no la más lejana tradi-
. La aportación más notable de este enclave arqueoló- II'MI incsopotámica, que veía en Gilgamesh a un perso-
o es el hallazgo de los primeros testimonios de escri- II i|i u-al, humano, dotado de grandísimas cualidades.
ra (a partir del nivel IV), inventada ésta por los sacer- i >' < unos que puede comportar su posible historicidad,
tes de la diosa Inanna, pues es el primer núcleo urba- i |in- también su coetáneo y rival Mebaragesi, señor de
mesopotámico que la conoce y posiblemente el origen i < 11 ora considerado por la historiografía como un
todas.
i ' "iiuje de leyenda hasta que aparecieron en un yaci-
Además de estos elementos (remarquemos una ve/ > del Diyala (afluente del río Tigris) sendas inscrip-
s la importancia de sus archivos y los restos arqueo- . en las ,que se registraba su nombre. Puede muy
icos del conjunto religioso del Eanna que se extien- i", .i esperarse que algún día la piqueta del arqueólogo
n sobre una superficie de más de nueve hectáreas), las i" i on alguna inscripción, coetánea a la época en que
cavaciones han puesto de relieve una formidable mu- (¡ilgamesh, en la que se haga expresa mención de
la de unos 9,5 kilómetros de longitud y 5 metros de u mimbre personal (el testimonio escrito más antiguo de
pesor, reforzada con más de 900 torres semicirculares, u nombre apareció en una lista de dioses hallada en
locadas a una distancia de 10 metros, obra realmente • i ' M i u p p a k (hoy Fara) redactada en el siglo XXVI a.C.).
numental que presupone la existencia de unas estruc- '.i aceptamos su historicidad, puede apuntarse que
as sociopolíticas evolucionadas. ii. l i i > personaje pudo haber vivido hacia el año 2650,
La tradición ha atribuido tal colosal construcción ;i « u n cuando tal cronología pueda oscilar en algunas
lgamesh, tradición confirmada por una inscripción luchas, arriba o abajo, y, como quiere la Lista real
meria de Anam, uno de los últimos reyes de Uruk (de i n m - i i u postdiluviana, había llegado a ser rey de la
cia el 1825 a.C, según los expertos), en la que taxati- M i . l a d de Uruk.
mente se dice que la muralla que rodea la población I 11 el inicio de ese milenio, la Historia nos presenta,
Uruk había sido «antigua obra de Gilgamesh» (F. > reflejo de las crisis políticas y rivalidades cantona-
ureau-Dangin). i- la lucha entre dos potencias sumerias: Kish, ubicada
Dicha tradición, la presencia del nombre de Gilga- n . 1 ámbito geográfico de lo que más tarde iba a ser
sh en las listas reales sumerias (la principal versión fue M Lid, y Uruk, en las proximidades del golfo Pérsico.
actada en el siglo XVIII a.C., aunque se conocen otras \mlias ciudades se disputaron la hegemonía de toda la
teriores) al lado de divinidades como Lugalbanda y •na sureña mesopotámica, alcanzando, finalmente,
FEDERICO LARA PEINADO ESTUDIO PRELIMINAR XXVII
a su sucesor Agga, reyes de Kish. Para proteger H i . | i n Ib ciudad una poderosa dinastía—, para «legiti-
d de Uruk de posibles peligros hubo necesidad ii (roño no tiene inconveniente en conectar con los
r sus seis kilómetros cuadrados de superficie con . mutuos reyes de Uruk, intitulándose —ya lo hemos
ente doble muralla en todo su perímetro y que Shulgi— «hijo nacido de Ninsun» o «hermano de
incluir barrios de casas, santuarios, 'jardines, nr.sh». Y así en un texto leemos: «Soy el hermano
e labor y aun prados. i de Gilgamesh, el hijo natural de la diosa Ninsun,
xtos, aunque tardíos, nos han dejado cqnstanciu . i ilc príncipes...». Y podemos ir remontando la cone-
ello. En la Lista real sumeria (T. JacObsen) l.i . 1 1 lucia atrás, pues el ya citado Utukhegal de Uruk
ía «baja del cielo» tras el Diluvio por primern M I . .'110 a.C.), que había logrado expulsar a los qutu,
sh, ciudad en la que se van sucediendo ¿jetermi- . 1 . n d i á reparos e n atribuir aquel trascendental hecho
mero de reyes hasta que «... Kish fue muerta con | |n i .pedal protección que Gilgamesh le había dispen-
s y su reinado transferido a Eanna», es decir, ;i . ! • > pues gracias a su protección y presencia espiritual
de Inanna, que, como sabemos, era la diosa i . los habitantes de Uruk y los de Kullaba habían
e aquel barrio de Uruk. Además del episodio ¡Mi i > ido como un solo hombre contra las hordas qutu.
de Gilgamesh y Agga de Kish en donde se narní ' .iliuimesh también es mencionado en otro documento
a tensión existente entre Uruk .y Kish y que i" i . ' i ico (la llamada Historia de Tummal) redactado a
con el triunfo de Gilgamesh, en un texto de uen/os del segundo milenio antes de Cristo y del que
092-2046 a.C), segundo rey de la III Dinastía de »n»remos dos .versiones y varias copias con sensibles
onsidera a Gilgamesh como coetáneo y rival de i i i . nncias (A. Poebel, S. N. Kramer y E. Sollberger las
esi: «Shulgi le invoca (a Gilgamesh) en su heroi- i. ni i siudiado) en las que el héroe aparece construyendo
otente en la batalla, destructor de ciudades, el 1 1 Nitmunburra del templo de Enlil en el Tummal o
e a los enemigos en el fragor de la lucha; tú has 11 mío consagrado a la diosa Ninlil en Nippur, y a su
tus armas contra la casa de Kish... (al rey de l u i d , Urlugal (o Urnungal), restaurando el santuario de
ebaragesi, como una serpiente has puesto el pie U diosa Ninlil en dicha ciudad.
(cabeza)». I >el siglo VIII a.C. nos ha llegado una carta, conocida
os textos, Shulgi considera que su honra máxi- 101 cuatro copias localizadas en Sultantepe (Turquía),
de ser «hermano de Gilgamesh», pues él tam- • iur se supuso había sido escrita por Gilgamesh a algún
considera hijo natural de la diosa Ninsun, que, PtfO rey con la indicación de que enviara inverosímiles
bemos por el Poema, había sido la madre de . miidades de metales y piedras preciosas para fabricar
sh. En diversas ocasiones lo cita de esta manera: un .unuleto para Enkidu. Tal texto asirio, traducido por
ulgi, el buen pastor de Sumer, conozco, como i i K. Gurney, copiaría otros anteriores, que mantenían
sh mi hermano, al bueno, al malo. Shulgi, el nii.icto el eco de Gilgamesh.
pastor de Sumer, hace el elogio de su hermano l n otros textos más tardíos, también de época asiría
sh, en su potencia, le invoca en su heroísmo». i-, vi a.C.) —relatos de omina y oraculares sobre todo—,
o el padre y antecesor de Shulgi, Urnammu > iccuerda insistentemente a Gilgamesh, el rey podero-
94 a.C.), shagin (virrey o gobernador militar) de " como personaje con ribetes históricos, si bien desdi-
nde había sido enviado por el rey de Uruk,
V
al —pero que logrará independizarse y fundar Un hecho es incuestionable, la supremacía política de
FEDERICO LARA PEINADO ESTUDIO PRELIMINAR XXIX
ubo de coincidir con el reinado de Gilgamesli fue en dos tercios dios y en el otro hombre,
soberano de la I Dinastía postdiluyiana de l u í mi madre (bien la gran diosa Aruru, bien Ninsun o
personaje que entroncaba según 1^ Lista rail i He I i t) el héroe heredó una gran belleza, fortaleza
con Meskiaggasher, hijo, según la leyenda, do! Htli n y desasosiego; del padre (un sacerdote del barrio
l Utu. A este personaje, que había 'reinado In i u II i ha Gilgamesh en la versión sumeria es «el sacer-
cifra de 324 años, le siguieron Enínerkar, el ' |i .le Kullaba»—), totalmente desconocido, heredó la
r de Uruk; Lugalbanda, un dios-pasto4 Dumu/i, .ululad. La tragedia que atormentará a Gilgamesh
-pescador (últimamente se está cuestionando l.i . I H ! I . i su base en el conflicto de los deseos de un dios y
idad de estos dos personajes míticos) V Gilga- ¡ i ili -.uno de un hombre.
ue había sido hijo de un lillu, un «necio» (eufc i «-vidente que en todo este proceso sobre el origen
por «humano»), gran sacerdote del barrio religio i < .il^umesh hubo una trasposición mítica de la exis-
ullaba en Uruk. Todos ellos tuvieron gobiernos MI i.i real de un hombre, hijo tal vez de clase sacerdotal,
rios e incluso milenarios. Sus sucesores (todaví;i y i|uc poco después de su muerte pasó a ser el personaje
otros siete reyes), Urlugal (hijo de Gilgamesh), M U . 11 de un ciclo literario épico, elevado, además, a la
ama o Lugalkituní (el último rey de esta dinastía] .i. i-oría de divinidad, según testimonia una lista de
formaron» —según la Lista real— con menos I i s, hallada en Shuruppak (s. XXVI a.C.) y a la que
gobierno, circunstancia que aboga en pro de su Hiles hicimos referencia.
existencia histórica. I ,i carencia de,un texto contemporáneo a Gilgamesh
la repetida Lista, Gilgamesh era hijo de un lillu, ni en entredicho, hoy por hoy, su plena historicidad,
ano, un sacerdote, y no, como quiere la leyend;i, ro la multitud de elementos que concurren en torno a
iente de estirpe real. Lo más plausible es qiu1 U hi'.iira, así como los materiales arqueológicos y el
accedido al trono por sus hazañas o carisma londo histórico que suelen contener las leyendas y
es, instaurando de modo autocrático una mo . . . l í o s son testimonios que nos permiten, por ahora,
militar que mantuvo durante 126 años, cifra . . piar su existencia humana (W. G. Lambert, P. Xella)
uralmente, ha de ser desestimada, pues es total- . .pcrar su plena confirmación histórica, cuestionada
imbólica. i u u algunos autores, lo mismo que había sido hasta hace
oco se nos ha conservado el nombre de su ma- nuco la de Mesanepada de Ur, Mebaragesi o Agga de
el Poema es presentado como hijo de la diosa I |nh.
aunque en otros pasajes lo hacen descendiente
ru, la diosa creadora de la Humanidad, y do
elit, divinidad menor que actuaba como sacer- II INTRODUCCIÓN AL POEMA DE GILGAMESH
e Belit, esposa del dios babilonio Bel (Enlil en
). 11 ASPECTOS EXTERNOS
ión de alguna de esas divinidades con un lillu
estudiado por T. Jacobsen), es decir, un huma- I El problema de su autor
sacerdote, motivó que el fruto de la misma no
ser un dios en su totalidad, según la leyenda. De I os escribas sumerios, ya en el tercer milenio antes de
ma como consecuentemente recoge el Poema, ' nslo, lograron aglutinar en torno a Gilgamesh, el
ESTUDIO PRELIMINAR XXXI
FEDERICO LARA PEINADO
\u forma argumental y sentido coherente al
o rey de Uruk, sacerdote también de Kullaba, un • material épico sumerio, fijando definitivamente
to de poemas épicos que terminarían por agi;in« ¡u-vti de Gilgamesh en un largo poema de once
figura hasta convertirla en el héroe nacional pm I'ara ello el anónimo escriba o poeta paleobabi-
masia y en divinidad propiciatoria para el puchlu t p i e muy bien habría podido ser coetáneo de
er (se le hizo intervenir en la expulsión de In i Ir Larsa o de Hammurabi de Babilonia, incor-
res qutu, por ejemplo). • la casi media docena de episodios sumerios nue-
s poemas, de los que era el héroe indiscutihljj iT.ajcs: una introducción general; la amistad de
os en un primer momento por vía oral y sin H-sli y Enkidu (tablillas I y II), la muerte y las
ón argumental unos con otros, hubieron de so(| ijinas de Enkidu (tablillas VII y VIII), pasajes que no
muy pronto por escrito en las edubba o «casas di illlilit en proyectar en torno a un tema central y de
itura» sumerias, pasando, tras varios siglos « i . i . l . i M c importancia: la búsqueda de la vida eterna, el
ua actualidad e interés, a otras lenguas, cuyül i . . . c l e l hombre de alcanzar la inmortalidad.
s modificaron, reajustando y ampliando, las avciiJ M u v probablemente también, el escriba babilónico de
el «fuerte, el admirable, el providente» Gilgamesh i " > < a cassita añadirá más tarde, buscando tal vez
echo, los especialistas están de acuerdo en admiln significados de carácter astrológico o esotérico
trama de los diferentes episodios que informan luí <> en la estructura externa del Poema puede verse
a es pura creación sumeria, debidos a algún ni loma zodiacal), un último canto o tablilla, que,
s poetas geniales que supieron proyectar en i-|| • M U . M I Ó , había sido de creación sumeria (Gilgamesh,
os más grandes sueños de la nación de los «cabe- • ' i./» y el Mundo Inferior), aunque sin preocupaciones
gras», es decir, de Sumer. 'móntales respecto al primer conjunto.
roblema del autor del Poema arranca, pueiu l os asirios, pueblo que alcanzó gran importancia
sus mismas fuentes. Y es un problema insolublc, i ransmisor de la cultura, al preocuparse de conser-
ez que el anonimato en las obras artísticas yl n i uanto constituía la ciencia y el saber, no sólo de su
as fue una de las características presentes en loil sino aun del pasado sumerobabilónico, se encon-
zos de la Historia del Próximo Oriente. (H i ante el Poema de Gilgamesh, que incorporaron a
er ha analizado el porqué de estos anonimatos uní U • i i l i u r a literaria.
a geográfica). i I ingente material que de toda índole se va recogiendo
o la onomástica de los personajes humanos y i -i personal especializado, se copia, estudia y comenta
que desfilan por las tablillas cuneiformes dcll i " ' i los escribas asirios, archivado en bibliotecas al efec-
como el ambiente sociológico y antropológico j • llegando incluso a gozar de protección por parte del
ental estructura literaria nos hablan de un es- i miento oficial. Ejemplo ilustrativo de ello nos lo
origen sumerio, corroborado por los-hallaz- lo facilitar la famosísima biblioteca de Asurbanipal,
queológicos de dichos poemas. Sin embargo, l i m a d a en Nínive y en la cual apareció la versión
ser, en opinión de S. N. Kramer, que no existió
in|>leta del Poema.
rsión original sumeria de conjunto sobre la Epo- 1 1 1 acias a un «Catálogo de autores» (estudiado por W.
e Gilgamesh. Serán primero los acadios y más 1. I ambert), localizado en la mencionada biblioteca y
los paleobabilónicos, dotados del fino sentido l'l il.irtado probablemente en los primeros siglos del pri-
o semita y de un alto gusto literario, quienes
FEDERICO LARA PEINADO ESTUDIO PRELIMINAR XXXIII
lenio antes de Cristo, ha llegado -a 'nosotros (i ifiía y fijación temática
del compilador y adaptador del Poema en ll
asiría. Se trata del mashmashshu (sacerdote exorJ l l /'.>,;m< de Gilgamesh constituye, tanto por su crono-
in-liqi-unninni, cuya existencia es fijada por !<)• L.yi.i i unió por su contenido argumental y fuerza poéti-
listas entre los siglos xm y vil a.C, aunque iu)l • 1 1 i - i nuera de las epopeyas clásicas. Es evidente que el
«Catálogo seléucida» de época tardía que sitúiiJ ni como hoy lo conocemos en su versión ninivi-
iosamente, a tal compilador en tiempos del pm«l • i - i i i i antes hemos indicado, no tuvo una unidad
gamesh. • i m i n l ; i l en un principio, sino que fue el resultado de
o mashmashshu pudo tal vez recrear el Poema <lf I i i n i c - s yuxtaposiciones de poemas sumerios, perfecta-
sh, logrando dibujar en la figura del rey de UrulJ diferenciados, que recogían dos ciclos de carácter
digma de hombre universal que se proyectó, pof . 1 de Enkidu, personaje Tabulado, totalmente lite-
contenido psicológico, en nuevos tipos literario», v el de Gilgamesh, legendario rey de Uruk y de
ismo, nos han llegado los nombres de otros clon II i'iohable existencia histórica, como hemos tenido
que en diferentes momentos copiaron también el ¡ mu de señalar con anterioridad.
Varios fragmentos de la tablilla VI, en uii.i i ili-s ciclos poemáticos, que relataban de modo aisla-
asiría fechable a finales del siglo IX a.C. o inicios i ION hechos y aventuras de ambos héroes, alcanzaron
, nos han conservado el nombre de su copista, luirme popularidad en una fecha tan temprana como la
a-im-napishti (R. Frankena); por otros pequeño» i i i i i c c r milenio antes d e Cristo. M á s tarde, tras l a
tos del Poema, copiados ya en época aquemém Itrtti dominación de los acadios, que sucedieron en el
s del siglo V a.C.), en una nueva versión neobabí i. i. io geográfico y político a los sumerios, los paleoba-
se nos ha transmitido en un colofón a los verso» i llonicos (últimos destellos sumerios y primera dinastía
de la copia de la tablilla X, los nombres no sólo I ii'ilonica) lograron recrear en la lengua acadia (que se
ropietario, sino también del escriba que llevó a » n v i i i i ó en vehículo literario y en la lingua franca del
l trabajo, llamado Bel-akhe-usur (D. J. Wiseman). . r u n d o milenio) los diversos y complejos episodios de
echo, el problema del autor de esta obra literaria I 1 n.ulición sumeria (con algunas excepciones: Gilgamesh
ece. Tan sólo hasta ahora nos han llegado esol i !,/!/</ de Kish), colocándolos en torno a un eje argu-
ombres de adaptadores y compiladores, descono- HI. n i a l : la búsqueda por el hombre de la vida eterna.
e el genio que pudo haber ideado la magna v.i, junto al intento del protagonista del Poema, que
ición poemática. Como ha señalado un autor (A. II 11 >; irá siéndolo Gilgamesh, por cambiar su indefectible
la Epopeya de Gilgamesh viene a ser la obra •l. .uno (intento que se verá abocado al más estrepitoso
a de los siglos; de ahí, lógicamente, que sea • i . lus fracasos), se modulan cuestiones intemporales y de
que en la misma se adviertan interpolaciones, i i . j'oría universal en conexión con la naturaleza huma-
raciones de episodios y leyendas, préstamos his- i i i c-l amor, la amistad, el dolor, el miedo, la aventura, la
nacionales, pequeños anacronismos, etc. En su- |Ul ira, la religión, el hombre y la naturaleza, la fama y
obra literaria es resultado del aluvión de la 1 1 gloria, la muerte, la resignación...
a colectiva. l'or vez primera quedan fijados en la sucesión de los
i».rinas, ahora estructurados en un todo unitario, arque-
ni>os de conducta que poco a poco, pqr tradición prime-
FEDERICO LARA PEINADO
ESTUDIO PRELIMINAR XXXV
H. Limet) y luego escrita, a través de los sigltii
n su forma definitiva. n ¡irgumental como en su forma literaria. En los
to unos pocos fragmentos sumerios hallados ui ñus sueltos sumerios, Gilgamesh se mueve en un
finales del pasado siglo y comienzos del prc< o en el que el carácter mágico y mitológico (y, por
que todavía no han encontrado su ubicación., religioso) es muy acusado. La versión paleobabiló-
entro del texto reconstruido, los textos de lit , primer momento en la fijación del Poema, en la que
cádica, que pueden fijarse entre el 2100 y « lelcrmina la unidad argumental, centra su punto de
pa paleobabilónica), y que abarcaban los onej •i'í'N en ir abordando los más altos problemas (bús-
cantos, se fueron reelaborando con el transcur- i|n de la vida eterna, por ejemplo) desde postulados
s siglos (versión babilónica de época cassila) amenté humanos. El contexto divino queda un tanto
quirir su forma definitiva en la recensión asiría dibujado; interesa más el hombre y su entorno aní-
ocalizada en la famosa biblioteca de Asurbani-
ta en doce tablillas. i i i la redacción cassita (segundo momento), el Poema
a estas reelaboraciones (J. R. Kupper), que i ' i . i su estructura clásica, configurando al héroe como
n por dar al conjunto más un carácter sapien i i"H)j,rino que alcanza, tras múltiples peripecias, la
épico, el Poema de Gilgamesh fue traducido al n i m i a interior, la comprensión de la dimensión hu-
pueblo localizado al SO. del Caspio hacia oí <" u< i >le la vida (G. Buccellati).
. y gran transmisor de la cultura sumeria), y I 11 mímente, en la versión asiría (tercer y último
a partir de esta versión y con algunas modifica "ii-nlo de la fijación) todo el acento expositivo y ar-
e fijado en hitita (lengua indoeuropea del pue- " nial se ha cargado sobre muy variados aspec-
ismo nombre asentado en Asia Menor) siendo lok humanos. No sólo interesa el hombre (con su pési-
able que también fuese recogido en cananeo o mo, su materialismo y su realidad más inmediata),
tardío (pues en esta zona —Meggido— apare- u n ' lo que le rodea (clima moral de la época asiría) y lo
agmento del Poema, en lengua acadia, prueba le trasciende (vida del Más Allá, que no es posible
a de su difusión por Palestina). '!• in/,ar).
ma de Gilgamesh fue conocido (esta tesis ha sido I otlo esto quiere decir que el proceso de «canoniza-
por eminentes historiadores y biblistas) por los ') o fijación del Poema puede seguirse con bastante
e la Biblia, que incorporaron a la misma dife- i' i ille. Hay muchos pasajes en que las diferencias de las
sajes mesopotámicos, dándoles nuevos conteni- iones se observan con toda claridad. Un ejemplo
iosos. Los autores están de acuerdo en afirmar I!H .dativo y concreto puede verse en el episodio inicial
ema llegó a conocimiento de los griegos de la i Inkidu, el salvaje, que ha sido introducido en la
icénica (los contactos comerciales serían el M ih/ación por la experiencia amorosa con una hieródu-
siendo sus reflejos muy evidentes en la épica 1 1 I'ara el compilador paleobabilonio la escena es breve
y en los textos hesiódicos. l.i despacha con muy pocos versos, en la redacción
imos, pues, tres grandes momentos en la fija- 1 1 n a se pormenorizan detalles e incluso se los rodea de
Poema de Gilgamesh, que se caracterizan —al un ambiente ritualista mágico.
ue la atmósfera religiosa originaria se va dilu- I I l'oema de Gilgamesh es, en consecuencia, un mosai-
por modificar la grandiosa trama tanto en su <le leyendas en las que priva el elemento religioso
i > inilemplado con perspectivas humanas) y en las que se
I FEDERICO LARA PEINADO ESTUDIO PRELIMINAR XXXVII
presentes determinados hechos épicos (versiom'i iiiinli) loros alados, relieves, marfiles, etc.) y que causa-
as), para pasar después a ser todo un «pocnni i i M I un gran impacto público.
con sus correspondientes connotacioBes_(versio l'oi:o tiempo después, Layard pasaba a la colina de
ilónicas) y finalizar en un poema de corte sapiai Invnmdik (Nínive), abandonada por Botta, en la cual
ersión asiría definitiva). Y todo ello elaborado, |ii|ii nlia hallar los restos de la ciudad de Nínive y en
fechas tope, desde el 2500 al 650, aproximad;! Uniilc también descubrió, entre otros importantes vesti-
antes de Cristo. ' IN arqueológicos, el palacio real construido por Sena-
i c t i h (705-680 a.C.), así como un elevado número de
hlillas con textos cuneiformes.
scubrimiento del Poema Sin embargo, el hallazgo que más interesa para nues-
,'ii csludio fue el descubrimiento del palacio de Asurba-
ruinas del Antiguo Oriente habían sido descrit llp.il y de su biblioteca, la cual al ser descifrada revelaría
mayor o menor detalle por diferentes viajeros q I i h i ve de la cultura asirio-babilónica. Tan sensacional
os siglos XII y xvill de nuestra era recomer IfNcubrimiento fue realizado en 1853 por Hormuzd
s zonas. Sin embargo, las exploraciones, motiv. tiNsam, natural de Mossul y que trabajaba para la
meramente por el deseo de localizar los luga ¿ÍNÍÚII arqueológica inglesa. Junto con el palacio apare-
nados en la Biblia o citados por los griegos, n Jeron un elevadísimo número de tablillas cuneiformes
aron en realidad hasta después del año 1800. ||ic sobrepasaban en mucho las 25.000, en las que se
de los pioneros en esta actividad fue el diplomáti- .tinlenía prácticamente todo el acervo cultural del país
cés Paul Emile Botta, agente consular de Mossul, MiCNopotámico, de sus pueblos y reinos, de su historia,
n 1842 exploró las colinas próximas a la antigun idigión y literatura, textos entre los cuales se encontra-
de Nínive. No obstante, al no obtener éxitos lniii poemas sumerios sobre el Diluvio universal, el babi-
les importantes (se iba a la búsqueda de la pieza lonio Poema de la Creación, así como la Epopeya de
en los trabajos realizados en Tell Nebi-Yunus y
ndik, abandonó esta zona pasando a excavar en lil desciframiento de los textos cuneiformes (tras unos
bad (antiguo Dur Sharrukin) donde localizó el c'Nindios previos de G. F. Grotefend en 1802) se debió
nte palacio y ciudadela de Sargón II (722-705 principalmente a Henry C. Rawlinson, oficial del ejército
quí encontró infinidad de bajorrelieves, tablillas inglés agregado en Bagdad, que aplicó su sistema a los
cripciones, esculturas, columnas y otros materia- icxlos cuneiformes (persa, elamita y babilonio) de Darío I,
en su mayoría fueron trasladados al Museo del existentes en la roca de Behistun, junto a Kermanshah
y que, al tiempo que enriquecían la historia del (l'crsia) y que pudo perfeccionar más tarde en 1855 a su
onían de manifiesto la existencia de una nueva regreso a Inglaterra. Dos años después, y merced a la
de la que apenas se conocía nada: la asiría. coincidencia de pareceres de otros sabios (Hincks, Op-
éxitos de Botta animaron al inglés Austen pert y Talbot), la escritura cuneiforme desveló todos sus
Layard a excavar en 1845 el tell de Nimrud (la Nccretos.
Kalakh) en donde descubrió varios palacios, Durante los años 1852-1856 las excavaciones francesas
llos el de Asurnasirpal II (883-859 a.C.), que e inglesas se suceden con enorme actividad. Víctor Place
ionó los más ricos hallazgos (esculturas represen- en Khorsabad y Hormuzd Rassam en Kujundik se dedi-
ESTUDIO PRELIMINAR XXXIX
VIII FEDERICO LARA PEINADO
11', ngo, acogido con enorme interés en todos los
a la tarea de extraer obras de arte y tablillas cuneiíoi 'i«'s cultos e incorporado con pleno derecho a
Entre los años 1854-1856 los trabajos de Taylor y lirwi los primeros capítulos de la Literatura universal.
us habían permitido identificar las ciudades de Ufj < > s trabajos arqueológicos llevados a cabo por
Muqayyar, Uruk con Warka (la ciudad de Gilga-^ ' l u í l'minct Peters, de la Universidad de Pennsylvania,
h) y Larsa con Senkere, así como acelerarles traba- i n i ii. s del pasado siglo (1889-1900) y continuados más
e gabinete en cuanto a traducción de tablillas cunei«] i « | i i l l )45) en el tell de Nippur, fueron de gran impor-
es. ii. 1,1 para la historia del Poema de Gilgamesh. En tal
l fondo de la biblioteca de Asurbanipal, localizada •'nl;ul, santuario nacional sumerio, se lograron descu-
Rassam, fue enviado, aunque sin muchas precaucio- i asi 40.000 tablillas procedentes de su biblioteca
de acondicionamiento, a Londres, pasando a su1 i luí al, en cuyo riquísimo fondo literario (hoy repar-
lado en el British Museum, donde permaneció a la nilrc Filadelfia y Estambul) se detectaron las más
ra de ser interpretado. i l i r l l .as versiones conocidas del ciclo de Gilgamesh en
n 1863, el conservador del Departamento Oriental ii'u;i sumena.
itado museo londinense, Mr. Birch, encarga a Geor- •V.miismo, otros textos localizados esporádicamente
mith, joven asistente del Museo, la restauración y n l i r o en Bagdad han permitido ir perfilando el conte-
ficación de todo aquel ingente material epigráfico imlo global del Poema, que ha sido completado con los
ita, en cuyos fondos se encontraban grandes frag- i i irmentos de una versión hitita que se localizó en la
tos de la primera epopeya de la Literatura universal. M ' i i a l imperial de Bogazkóy, en Anatolia (1906-1907), y
ith pudo leer, aunque muy fragmentariamente, en i», había sido copia de una anterior versión hurrita. En
tablilla incompleta parte de la narración de un « I -.ur de Turquía, en Sultantepe, han sido encontradas
vio, así como traducir largos párrafos de la epopeya 1 1 ' 1 > 1-1952) otras partes del Poema, así como en Palesti-
a de Gilgamesh. En 1872 pudo presentar a la Society M i (Meggido, 1959), donde un pequeño fragmento apun-
iblical Archaeology una comunicación sobre el rela- i i la posibilidad de la existencia de una versión cananita
el Diluvio mesopotámico, que causó verdadero im- I* I citado poema mesopotámico. En Ras Shamra (Uga-
o mundial a todos los niveles. n i ) en la costa siria, junto con otras composiciones
año siguiente, el propio Smith descubría en Nínive, • i i tas, se localizó también un breve fragmento con la
de se había desplazado exprofeso en búsqueda de n.11 ración de un Diluvio, que probablemente pudo ser
textos, costeado por el diario londinense Daily < Apiado de la versión que aparece en el Poema de Gilga-
graph, nuevos materiales, entre ellos algunos que MH-sh.
pletaban el relato del Diluvio, así como otras partes, ()tros fragmentos van apareciendo en distintos puntos
ue breves, del Poema de Gilgamesh. • l i - l Próximo Oriente: textos de Ebla, en donde se reco-
n 384 nuevos fragmentos de tablillas de arcilla, • n referencias de Gilgamesh con el país de Aratta,
de tres campañas arqueológicas (1873-1876), Geor- li r,ún G. Pettinato (1983); textos de la riquísima bibliote-
mith regresaba a Londres y en una labor titánica • .1 de Sippar, descubierta en 1985 por el iraquí Walid al-
eguía, tras ordenar todo el numeroso material epi- l.ulir, y en la que se supone que ha de existir alguna
co, traducir el Poema de Gilgamesh, cuyo contenido versión del Poema, a la vista del ingente material litera-
teaba —sobre todo el relato del Diluvio— variados i ID aparecido en las campañas de 1986 y 1987. Con estas
lemas críticos, históricos y literarios; poema que fue,
EDERICO LARA PEINADO
ESTUDIO PRELIMINAR XLI
iones, todavía no publicadas, la obra literaria do
esh sigue estando de permanente actualidad. 1 1 i » ' i alemanes, otro fragmento asirio d e dieciséis
que puede adscribirse a una de las versiones
i.r. .1. Jordán y A. Schott lo editaron en 1930.
incipales versiones cuneiformes^ I <r filones babilónicas: Una serie de fragmentos es-
< u babilonio antiguo permiten conocer, como
parte de los pueblos mesopotámicos, la Epopeya unió, una versión del Poema anterior a las recensio-
amesh obtuvo una rápida aceptación; el Poema, írias.
e internacionaliza, alcanzando amplia difusión ya i ' i u adquisición de tablillas para el Museo de Berlín,
l tercer milenio, viéndose sometido, como hemos i i i . . n l ; i en Bagdad, permitió disponer de una tablilla,
antes, a diferentes recensiones y versiones que se ¡Oí ili.-ada en Sippar, escrita en lengua babilónica de la I
ucediendo una y otra vez a intervalos incluso i ' m i . l í a (siglo XIX a.C.) conteniendo parte del tema
rios. - ( i . -.pondiente a la X tablilla y que completaba algunos
e el golfo Pérsico al mar Negro y desde el Medi- i > i ,i|.-s de la versión ninivita. Se publicó a cargo de B.
o al Himmalaya se cantaron las hazañas y peri- ner en 1902.
de Gilgamesh y Enkidu. De esa aceptación en esc l u 1914, la Universidad de Pennsylvania (Filadelfia)
mo espacio geográfico (tanto mesopotámico co- ni. i ii i rió una tablilla procedente probablemente de
terno a él) nos ha llegado diferentes testimonios i ' m i , , escrita en lengua babilónica, también de la I
en variadas versiones, entre las que podemos i >m.i:,tía. Su contenido (240 líneas) pertenece a la II
, a título informativo, las que siguen: 11!.hila. Fue estudiada y publicada por S. Langdon en
I'H /
ersiones asirías: De la biblioteca de Asurbanipal, I a Universidad de Yale (New-Hawen) pudo obtener
el British Museum, proviene la principal fuente |oi las mismas fechas una tablilla (alrededor de 276
rmación sobre el Poema de Gilgamesh. Conoce- liiu-as) proveniente del mismo lote que el de la anterior-
la versión ninivita, en doce tablillas, numerosos i i n ule citada. Apareció publicada en 1920 por M. Jas-
tos que hubieron de pertenecer, en opinión de n o w y A. T. Clay y completaba la versión ninivita.
cialistas, como mínimo a cuatro copias o «edicio- I ' i i las excavaciones llevadas a cabo en 1951 por Mr.
lengua asiría cuneiforme, siendo la más reciente liten Lloyd y Bay Nuri Gókce en Sultantepe (Turquía)
ctada, tal vez en el siglo vil a.C., por Sin-liqi- .1 localizaron dos fragmentos redactados en babilonio y
i. La primera traducción de estos textos se publi- • luí- hacían referencia a la enfermedad y funerales de
ondres en 1875 por G. Smith y H. C. Rawlinson. I nkidu. Fueron publicados por O. R. Gurney en 1952-
xcavaciones alemanas efectuadas a comienzos del 1954.
e siglo en el área de Assur (capital del imperio Asimismo, se localizaron otros tres fragmentos de una
proporcionaron un fragmento (22 líneas) que \nsion babilónica antigua en Tell Harmal y en Tell
cía a la VI tablilla del ciclo de Gilgamesh. Fue I ,i hali, siendo publicados por J. J. A. Van Dijk en 1957-
do por E. Ebeling en 1917. l'»v> (Tell Harmal) y por T. Bauer en 1957 (Tell Ischali).
otro lado, en Uruk (Warka) apareció en el trans-
e una excavación arqueológica, también efectúa- - Versiones sumerias: En las excavaciones norteame-
M. anas practicadas entre 1889 y 1900 en la localidad de
ESTVDIO PRELIMINAR XLIII
FEDERICO LARA PEINADO
I h i» isonales (caso de Ullu o de Kumarbi) y a referen-
se obtuvieron numerosas tablillas escritas i'ii imínales. Aparecieron editadas en 1924 y traduci-
umeria y que pasaron a los museos de Estambul, j I 1 > l .ino siguiente p o r J . Friedrich. M u y recientemente
a y Jena. De ellas tan sólo unas pocas ofrecen i<- estos textos han sido publicados en castellano
líneas aprovechables y pertenecían al fondo de \.
siones. Se publicaron, respectivamente, en 1911
Zimmern y en 1914 y 1917 por S. Langdon. I iT.sfón acadia de Palestina: En 1955 apareció en
26-1927, en el transcurso de otras excavación!". Mi'HKK-l 1 '- entre los restos de una antigua excavación
gicas, se encontró en Ur un texto de unas 200 in|iirológica efectuada por norteamericanos, un texto
orrespondiente en parte al comienzo de la X I I j ilorme acadio, con un fragmento de 40 líneas, ante-
y escrito a finales del tercer milenio o comienzo»' .il siglo XIV a.C., relativo al Poema de Gilgamesh.
ndo (Dinastía de Larsa). Fue publicado en 191' i Ui publicado en 1959 por A. Goetze y S. Levy.
Langdon y en 1933 por C. J. Gadd y en la
ad se conserva en el British Museum. I >< la enumeración que acabamos de realizar sobre los
c u í n i pules ejemplares cuneiformes del Poema se des-
rsiones hurritas e hititas: La misión arqueológicu i ' i . míe la importancia que alcanzó esta significativa obra
-turca, dirigida por Winckler y Macridy-Bey, MI i.iria dentro del gran triángulo geográfico que delimi-
ió en 1906-1907 en Bogazkóy, capital de los hi Mesopotamia, Asia Menor y Palestina, siendo tal vez
numerosas tablillas escritas con grafía cuneifor- < I unico de los poemas de la Literatura mesopotámica y
en otras lenguas no mesopotámicas, y que si' u n í de la antigua en general, cuyas distintas etapas de
a diferentes partes del Poema de Gilgamesh. 1 1 1 Miración y expansión geográfica pueden rastrearse
llas, por la cronología general atribuida a los fon bastante detalle.
de la antigua capital hitita, pueden fecharse en
da mitad del segundo milenio.
eran versiones acádicas que recogían el episodio i ' i ASPECTOS INTERNOS
baba, así como alusiones a la creación del Toro
que fueron importadas allí (publicadas en 1922 I Argumento general
ngnad), pero otras estaban redactadas en hurri-
engua aglutinante emparentada con el urarteo y 1'ara proceder al análisis crítico del Poema es preciso
as caucásicas, y que se centraban también en el il.n brevemente un resumen de su contenido literario,
del gigante Humbaba. Aparecieron publicadas ' I MI- exponemos a continuación:
en Leipzig. Primera tablilla. Tras un corto preámbulo, que
ente, otro conjunto estaba escrito en lengua viene a equivaler a una introducción, y en el que se
u contenido relataba el combate contra Humba- i caliza con pequeños toques una descripción de Gilga-
je del héroe sumerio hacia Utnapishtim (el (Noé Miesh, rey de Uruk, «dosjtercios dios_jMun J.ercio horn-
co) y la narración de las hazañas de Gilgamesh, l>ie», el Poema comienza con las quejas de_ las gentes de
por él mismo a una mujer llamada Nakhmuzu- • licha ciudad por.la tiranía que sobre ella ejercía el rey.
queños fragmentos aluden a una conversación I sios lamentos son recogidos por Anu, el cual se dirige a
a por el propio Gilgamesh con el mar, a nom-
DERICO LARA PEINADO ESTUDIO PRELIMINAR XLV
ruru, que había creado a Gilgamesh^ instándo- U • l.i la condición real del ser humano, que no es otra
ün ser parecido (un dtoblej para que le hiciera l.i de ganarse el alimento en medio de fatigas sin
í hubiese paz entre las familias de Uruk. • ni». Al propio tiempo, le cuenta la actitud tiránica de
rea, a partir de la arcilla, que amasa y moldea • "i,- niicsli contra su pueblo (excesivas cqryeas.L luchas_ /ti
a, un_sálv§jejJEnkidu, que vive con los anima- i ini unías, derecho de pernadaj.TirTEdu^queda impresio- *
iguala en fuérzala, Gilgamesh. v on lo más hondo de su corazón desea enfrentarse
mbre salvaje protegía a los animales y no b'.unesh para poner coto a sus desmanes. Continúa,
los cazadores preparar sus trampas contra •ai marcha, entrando finalmente en la ciudad de
ía Enkidu destruye las trampas de_un_cazador, 1 n i k , cuyos habitantes lo examinan con toda curiosi-
ueja a su padre y mas tarde aí propio Gilga- Se produce el combate entre Gilgamesh y Enkidu,
nterarse el rey de Uruk de la existencia di- Hiplcándose ambos héros a fondo. Gilgamesh, a pesar
alvaje ordenó que le fuera enviada una hieró- u fuerza y tamaño colosales, queda en desventaja;
de que le hiciera experimentar unos placeres • Hnkidu, en vez de aprovechar su superioridad, opta
conocidos por Enkidu y de esta manera, • x presar a su rival la admiración que ha sentido por
s artes amatorias de aquella mujer, hacerle M \.ilor. La amistad nace entre ellos en ese mismo
uk. U i míe.
Enkidu, que había ido a beber junto con los Tercera tablilla. A pesar de faltar versos al co-
una de las fuentes, vio a la hieródula de ...... i /.o de esta tablilla se reanuda el Poema con la pena
quedó prendado de ella y derrotado por la r" aflige a Enkidu. Este le confia a Gilgamesh sus
nió^a~te"müjerrEn"HiTriomento en que Enkidu HCS y el rey cUTÍJruk a su vez le habla de una serie de
er otra vez con sus animales, éstos huyeron de ' iimlosos proyectos .que tenía, entre ellos el de ir a
ódula le explicó que en su cuerpo y alma se • n i U a t i r a Humbaba, (terrible gigante que vomitaba
erado un profundo cambio; le habló también i". r,o y que vigilaba la montaña del Bosque de los
ncia, poder y gloria de Gilgamesh, proponién- 1 1 1 Iros?) Sin hacer caso de las dudas y objeciones de
r sus fuerzas con las del rey de Uruk. I n k u l u a estos planes, Gilgamesh le convence y ambos
acepta la proposición y decide marchar al H nigos comienzan a preparar las armas apropiadas para
de Gilgamesh. 'Este, por otro lado, queda i l i / a r combate tan desigual. Gilgamesh implora la
de esta circunstancia gracias a dos sueños que r i "lección del dios Shamash y a continuación mantiene
rpretados por su propia madreTlá diosa Nin- un consejo con los ancianos de Uruk. La experiencia de
s sueños representaban a Enkidu, el salvaje, •X lesJhacefTvér "los peligros de tal proyecto, persua-
destinado a no ser su rival sino su_amigp. i" ndoles^a que desistan de ir a luchar contra el habitan-
<lel Bosque sagrado de los Cedros. La madre de
da tablilla. Esta tablilla presenta ciertas la- 1 iil|',amesh, Ningún, ofrece a su vez un sacrificio propi-
ales, motivo por el que algunos pasajes son i. iiurio al dios Shamash.
n ella se narra la adaptación de Enkidu a la
a, esto es, a la civilización. Decide encaminar- — Cuarta tablilla. A pesar de las serias lagunas tex-
ñado por la hieródula, a Uruk, y en el trayec- in, i les que presenta esta tablilla, la narración nos recoge
bre, tal vez un labrador, invitado a una boda, 1 1 :>crie de sueños que en las jornadas de viaje hacia el
ERICO LARA PEINADO ESTUDIO PRELIMINAR XLVII
los Cedros tuvo Gilgamesh. El héroe se IOH 1 ->a y la prestancia del rey de Uruk, enamorándose y
kidu, quien le interpreta favorablemente lo) Miniólo como amante. La diosa le enumera las ven-
s. El tercer sueño, verdaderamente apoca I íp« •>i t|ue obtendría Gilgamesh de su unión con ella.
udar a Gilgamesh sobre la viabilidad de si) I • el héroe la desdeña y le recuerda el crudo destino
ro logra reponerse de su pasajero desfallecí» luí Mu deparado a sus muchos amantes anteriores,
ntinúa el camino. La noche siguiente le tniii "icri/.ada, la diosa Ishtar alcanza de su padre Anu la
también favorable. El estado de las tablilla»! i Ion del Toro Celeste para que dé muerte al rey de
entablemente, conocer el contenido del quin- ] k por su negativa. Centenares de hombres son derro-
sueño. Tras los diálogos entre los dos anií-1 11 por la terrible fiera. Sólo Enkidu, asiéndole por los
ca al dios Shamash, pidiéndole protección nos, logrará dominarlo y darle muerte. Ishtar desde
d les aconseja en qué momento y bajo quó l u n i l l a de la ciudad lamenta el fin del Toro Celeste y
as deberán atacar al gigante Rumbaba. Poen 'illi'o ¡i Gilgamesh. Enkidu, en terrible osadía, lanza
kidu cae enfermo, seguramente como castigo! (luición de carne del toro abatido al rostro de la
r demostrado mucho interés en acompañar ¡i ni, ni tiempo que la insulta. Ishtar, junto a las hieró-
n la expedición contra Humbaba. Tras res- i i ilcl templo, se pone a llorar desconsoladamente.
ilgamesh lo anima y ambos se dirigen re- i los cuernos de la bestia, Gilgamesh ordena fabricar
al Bosque de los Cedros, entablando una m oferentes para su dios tutelar, Lugalbanda. Des-
arla. <i timbos amigos se retiran a descansar a palacio.
tablilla. Los dos amigos al llegar al lindero M l ' i i k i d u aquella noche tiene un sueño.
de los Cedros admiran el paraje y la frondo
cedros y otros árboles que allí crecían. Tras Si'IHima tablilla. Enkidu cuenta a Gilgamesh que,
armas, se encaminan en dirección a Huní nidios, los dioses han decretado la muerte de los dos
po que intercambian palabras de ánimo, 'i'i, pero que el dios Enlil sólo deseaba su muerte.
cortar algunos árboles y planificar el mo i - li'iiible castigo está motivado por haber matado a
aque, aprovechando que Humbaba sólo está ( I m n l m b a y al Toro Celeste, aparte de las ofensas que
n una de sus capas divinas (tenía siete), se liilhlii hecho a Ishtar. No podía ser permitido el despre-
s héroes contra el Guardián del Bosque, lis i l n « los poderes celestiales y, en consecuencia, Enkidu
n asesta el golpe mortal, haciendo caer al desaparecer. El héroe enferma y se lamenta de que
go, como por milagro, el Bosque empieza a _.mn de su mal haya sido la hieródula que lo había
erte de su guardián. Enkidu ha sido capa/ jlí'Ulo y traído a Uruk. No obstante, el dios Shamash
esta acción, de descubrir incluso la secreta ff piocha a Enkidu estos pensamientos, indicándole
os dioses Anunnaku. Después, los dos ami- '.olí) había recibido beneficios de aquella mujer,
a talar más cedros y los arrojan al Eufrates Uins ¡i la cual pudo conocer el amor y la amistad de
transportarlos. iimiesh. La tablilla finaliza con una descripción de
Inhenios, la morada de Irkalla, casa de la que nadie
tablilla. Tras la muerte de Humbaba, Gil- I lililí ve/ ha entrado en ella, y a la que es conducido
sa sus armas y se viste con sus mejores ¡un extraño ser, cuyas uñas son garras de águila y sus
es. La diosa Ishtar queda atraída por la ||w /arpas de león.
FEDERICO LÁRA PEINADO ESTUDIO PRELIMINAR XLIX
va tablilla. Desde muy temprano, Gilgamesli i ni para atravesar las «Aguas de la Muerte» y le acon-
uerte de su amigo Enkidu, entonando un 1 1 olicite a Urshanabi, el barquero de Utnapishtim,
mento funerario. A los ancianos de Uruk leu i • ' u por el indicado mar. Tras una discusión agria con
, en medio de su dolor, qué había significado i> i i . ' barquero, éste le conduce ante su antepasado. Al
su vida, al tiempo que recuerda las hazañas i i " > de la travesía, cuya duración usual era de mes y
n realizado juntos: el paso de las montañas, In lio, pero que Urshanabi realiza en tres días, Gilga-
cia el País de los Cedros, la muerte de Hum ni' .li llega ante el héroe del Diluvio, quien le indica que
aptura y muerte del Toro Celeste. Promete ¡I Inmortalidad no es patrimonio de los humanos y que
cianos de Uruk glorificar a su amigo para lo U muerte está ya decidida de antemano por los dioses.
ordenar la fabricación de una estatuía fuñen i
nor de Enkidu. La tablilla, muy mutilada, Undécima tablilla. Gilgamesh manifiesta a Utna-
n una libación ofrecida por Gilgamesh al dios |iUhlim que en nada lo ve diferente a él, excepto en ese
l'K-t ladísimo don de la inmortalidad y le pregunta cómo
na tablilla. Ante el cadáver de Enkidu, Gil- In lia conseguido. Utnapishtim le confia el secreto. El,
ntinúa lamentándose del terrible destino que ¡i e i , irías al dios Ea, había sido el único que pudo escapar
le aguarda. Lleno de temor, intenta averiguar • li I I )¡luvio universal. La tablilla se ocupa en narrar este
e conseguirse la inmortalidad, la vida eterna, ble suceso por boca de Utnapishtim. Para demostrar
amina a los montes Mashu. Allí encuentra a IH imposibilidad de adquirir la Vida eterna, el héroe del
s-escorpión que guardan celosamente el cami- l ' i l n v i o somete a Gilgamesh a la prueba de no dormir
. Advierten estos seres a Gilgamesh la dificul- l i m a n t e seis días y siete noches, prueba que es incapaz de
o camino, que ningún mortal había atravesa- nprrar. Al quejarse Gilgamesh de que no le había deja-
El rey de Uruk decide continuar y, tras andar 'I" prácticamente dormir, Utnapishtim le descubre la
ino del Sol, llega ante un paraíso terrestre, > M < Inicia de su incapacidad (panes elaborados diaria-
ipción no conocemos por faltar el final de la MM nic por la propia esposa de Utnapishtim y que se
i i . i l ) i a n ido descomponiendo a medida que pasaban los !
• M.i:.) Luego, el rey de Uruk se dispone a retornar sin
a tablilla. Gilgamesh encuentra a Shamash . Mío alguno, pero a instancias de la esposa de Utnapish-
ficarle llega a la mansión de Siduri, la taber- I I M I logra obtener de éste la información de que en el
abita cerca del Océano, la cual se interesa por le nulo del mar existe una planta milagrosa que propor-
e su viaje. Gilgamesh le relata la pérdida de . n i n a la eterna juventud. Gilgamesh, sumergiéndose,
amentando su muerte, y le pide detalles para encontrarla. Alegre por este hallazgo, se dispone a
inuar su camino. Siduri le aconseja que apro- Un día, durante un descanso y mientras se
ías de vida terrena y apure los placeres que • .1.1 ha bañando en una fuente, una serpiente se apodera
ece, dejando a un lado las lamentaciones. • I . la planta y desaparece rápidamente. Gilgamesh, la-
insiste en averiguar cómo podrá llegar a la mentándose de su desgracia, habla con el barquero de
antepasado Utnapishtim, héroe del Diluvio Hinapishtim de la inutilidad de su viaje y ordena le
único, hombre que había alcanzado la inmor- .(«•vuelva nuevamente a Uruk, en donde le hace examinar
uri le muestra las dificultades que le aguar- 1 1 i-xtraordinaria muralla de la ciudad.
ERICO LARA PEINADO
ESTUDIO PRELIMINAR LI
odécima tablilla. Una versión sumeria nos in ..ii' ic así conjuntar perfectamente las unidades dramá-
e que Gilgamesh derriba un árbol que servía di
a una serpiente, u¿n águila y un buho, cuy.i i i letalidad de personajes que aparecen en la Epope-
entrega a Inanna-Ishtar para que se construv.i I (conocidos algunos por la síntesis argumental hecha
o y un lecho; pero la diosa cambia de opinión, \n aquella riba) se mueven
i 11madera le fabrica
en atres planos ambientales
Gilgamesh un instrn distin-
i el divino, el heroico-mítico y el humano, con el
usical (un tambor y su palillo). Sin conocéis' • i n i i n denominador de que la acción general se desarro-
n las causas, tambor y palillo caen a los Infin i tu la tierra, en un espacio geográfico muy concreto: la
gamesh se desespera ante este acontecimiento ni!.id de Uruk.
kidu (¡recordemos que en tablillas antenote,
uerto!) se ofrece para ir a buscárselos. Gilgamesh ¡'laño divino. Teoría de dioses. Gracias a la teoría
a su amigo lo que era preciso realizar para im t dioses que desfilan a lo largo de la serie de versos
er a los espíritus del Más Allá, consejos que al •"!' 11 ios hacernos una idea más o menos aproximada
plirlos acarrean a Enkidu un gravísimo proble- i ciño entendían los mesopotámicos la divinidad, si
o poder retornar al mundo de los vivos. Gilga u u debemos indicar de antemano que en las tablillas
de dios en dios implorando ayuda, hasta qm • H 111- una gran mezcla de dioses, sincretismo evidente
el dios de los Infiernos, permite al espíritu de I (Miileón religioso de sumerios y semitas y reflejo
salir por un agujero abierto en la tierra duran I > ttrlsimo de la evolución que hubo de sufrir el Poema.
eves instantes para conversar con su amigo I I i asgo distintivo de todas las divinidades que desfi-
héroes pueden así hablar. Gilgamesh le pregunl.i II por la Epopeya de Gilgamesh es su perfil psicológico:
ción de los muertos en el mundo subterráneo n i IH i a absoluta de espiritualidad, presencia de pasio-
le hace una triste descripción. inicillas personales, sus odios, sus venganzas o su
n i i l i l c poder. Poco puede hacer el hombre ante ellos,
• 11 loses, que vienen a actuar con reacciones y senti-
personajes del Poema ii. nics no de seres divinos, sino de vulgares criaturas, a
• i , de elemental personalidad.
la fuerza trágica, un tanto elemental, que se Nos enteramos, no obstante, de algunos detalles
en el desarrollo del Poema de Gilgamesh, aunque > i < i ' .antes. Los dioses, con excepción de Anu, padre y
rada o simulada tras variados elementos da \- las divinidades, no residían en el cielo, sino que
religiosidad o pura fantasía (aventuras, amor, 111. iban sus cometidos y vivían su «divinidad» en la
ad, viajes, ritos, plegarias) le fue necesario a! '••cía tierra, en templos edificados al efecto por los
autores) y a los compiladores y adaptadores, a Inés. Caso, por ejemplo, de Ishtar, una de las más
de fijar el texto, disponer de una nómina de u piulantes divinidades mesopotámicas, diosa de la gue-
es, necesariamente corta, para que con una línea i ilc la fecundidad y del amor (que de vez en cuando
ica muy bien perfilada y con tintas muy carga- • n i alguna aventura indiferentemente con hombres o
a personificación de los tipos, centrasen toda la • n i .mímales) y que vive con sus hieródulas en el Eanna
de los oyentes (los cantos de las tablillas cono- ' .isa del Cielo» de Uruk; incluso se asoma, en alguna
omo se ha dicho, una primera etapa oral) y so mión, a sus murallas según puntualiza un pasaje del
DERICO LARA PEINADO ESTUDIO PRELIMINAR LUÍ
Dicha divinidad no queda muy bien tratada en el " i h, a veces personificación de la Luna; las divinas
pues hasta llega a ser amenazada de muerte por Ifnlni, apelativo de Ishtar; y Silili, la divina madre del
l oponente y luego amigo de Gilgamesh, Enkidu, i l u l l o semental; Antu, esposa de Anu; Mammitu, la
arde incluso terriblemente ultrajada. En el texto i"iradora del destino; Ennuge, dios de los regadíos;
la de su cólera y violencia por los insultos recibi- Ap»u, la masa de agua dulce; Adad, dios de ía tormenta
enazando a su propio padre, Anu, con hacer i l < ' l (rueño; Shullat y Hanish, heraldos ambos de Adad;
a los muertos si no crea el Toro Celeste pañi i i Mj'.al, dios del mundo inferior; Ninazu, «el señor de la
o a Gilgamesh y ser así vengada del desprecio i'lmnación por el agua»; Sin, el dios Luna; Namtar,
al no haber sido aceptada como esposa por un ili'inonio de la peste y mensajero de Ereshkigal, etc.
. I n d a esta amplia galería de divinidades favorables y
íada sumeria se completa con Enlil y Ea, divini- líenla vorables queda completada con la cita que se hace
ue también aparecen en el Poema con funciones ilt los Igigu y los Anunnaku, amplio conjunto de dioses
nadas en la acción dramática. El primero es el I>H su origen celeste, luego repartidos, respectivamente,
able absoluto del Diluvio, que envía a los hom- I cielo y por el Mundo Inferior.
mo castigo a su perversidad, y que estalla en ' u.i imitativamente, las tablillas que mayor número
l enterarse de que algunos han logrado sobrevi- l' dioses recogen son la primera y la última, prueba
egundo, Ea, hijo de Anu, creador de la escrituní H id i ida ble del sagrado «temor religioso» del compilador
me y dios de las Artes, es el gran protector de hi ile l.i Epopeya y reflejo de esa mezcla de lo divino con lo
idad, siendo el que, mediante una argucia, salva- i i i i i n a n o que caracteriza la primera etapa de la Huma-
napishtim del Diluvio. Ildml
de suma importancia adquiere Shamash, el dios
ue por aquel entonces era el gran juez y a quien /'/ano heroico-mítico. Gilgamesh, Enkidu, Utna-
tales podían hacer sus apelaciones contra l;i l| linni. En el Poema de Gilgamesh son los héroes quie-
a. En el Poema, Shamash, aparte de una serie do ' i i realidad, conducen la acción del argumento. En
y protecciones que dispensa al héroe Gilga- ' l ii ni ido, y por orden de importancia, aparecen en la
oma partido resuelto por él, salvándole de la 1.1 (iilgamesh, Enkidu y Utnapishtim.
cuando los dos amigos son condenados por el l i ligura de Gilgamesh está presentada como la de un
divino a tal pena. > n i i ) ' i i o rey de Uruk, en completa madurez (no se reco-
estos grandes dioses desfilan Aruru, esposa aqui • n leyendas sobre su origen y nacimiento, tan común a
y madre del género humano; Ninurta, dios de las personajes de la Antigüedad), prudente aunque
umuqan, protector de los rebaños; Ninsun, la i i>"iico, de descomunal estatura por cuanto que es dos
el establo» y madre (en el Poema) de Gilgamesh; Hielos dios y uno hombre, con sentimientos y reacciones
ses infernales Nergal, llamado por Ea el «esfor- • deméntales y primitivos. A veces tiránico, otras
roe», y su esposa Ereshkigal, los cuales gobier- "lui>iuoso, jactancioso, colérico, en fin, aterrado ante la
undo Inferior, esto es, el reino del Más Allá. ic y también resignado por la cruda realidad de la
de pasada hacen acto de presencia Ishara, la IIMliiiale/a humana. Todo su perfil psicológico, de muy
a de las promesas; Lugalbanda, mítico rey de ili'iiN matices, puede seguirse con bastante detalle a lo
dios tutelar de Gilgamesh; Aya, esposa de Sha- • de la narración poética.
ERICO LARA PEINADO
ESTUDIO PRELIMINAR LV
ndo pe'rsonaje del Poema es Enkidu, creado u
la arcilla (el elemento material inmediato de los i l i i m h u m y Humma), en realidad el «espíritu del Bos-
por la diosa Aruru y a imagen del padre de Ion •>, habitante del sagrado Bosque de los Cedros y
u. Su nombre sumerio es Enkidu (en asirioba- u i .posición última de los míticos dragones de la Anu-
abani, «Ea lo ha creado») y su cometido en ln dad. Este monstruoso ser aparece en el Poema como
uy importante, no debiendo olvidar que tuvo] I mi '.imple trasunto, para demostrar de qué son capaces
ratura sumeria su propio ciclo épico. Este ser (fulmente Gilgamesh y su amigo Enkidu al enfrentarse a
«hombre natural» que convive entre las bestia» íl No han faltado estudiosos (M. I. I. Feigin) que hayan
o ellas se alimentaba, alcanza —así lo quici i .ic en este enfrentamiento el eco de un remotísimo
el Poema—, gracias al amor de una hieródula, i',r..ido: la lucha entre los montañeses (pastores) y los
de la civilización. Amigo de Gilgamesh, tra» (miniantes del llano (agricultores). Es menos probable
mbatido contra él, realizará pronto grande» > i u . equivalga este episodio a un reflejo del conflicto
, entre ellas dar muerte al gigante Humbaba • n i u - las religiones de corte naturalista, propias de los
eleste. Por terribles ofensas a la diosa Ishtar, es píos, y las urbanas o civilizadas, dispensadas en
con una cruel enfermedad de la que, final«l
uere. En algún pasaje se le llega a calificar i >lra figura mítica de singular interés es el Toro Celes-
«divino». Su figura es una clara alegoría de las >• i rcado por Anu, para satisfacer la venganza de Ishtar.
e la Humanidad hubo de recorrer antes di1 l u- ser celeste, reflejo muy vivo de los aurocs o toros
a civilización: salvajismo, pastoreo, vida urba ilvajcs que pastaban en las desembocaduras de los ríos
oco faltan autores que emparejan su figura v tiirsopotámicos, jugó pronto un papel importante en la
con el Adán bíblico, con quien tiene evidentes Milología antigua, siendo incorporado a los ciclos mi-
liosos (señalemos aquí el famoso Minotauro), fenicio y
s incluir en esta relación de personajes míticos inmuno.
htim, el héroe del Diluvio universal, en versión I k-bemos recoger, asimismo, a Urshanabi, barquero
, el protegido del dios Ea. Tal personaje era • i' 1 Unapishtim, de quien sabemos pocas cosas; a Belit-
de la ciudad de Shuruppak (Fara) e hijo cíe i i , la escriba o listera de los Infiernos y a los hombres-
u, el último rey antediluviano, que también «rpión de las montañas de Mashu, que guardaban la
do en el texto. Utnapishtim, gracias al avisoí i l a que atravesaba diariamente el dios Sol. Si bien su
mo hemos tenido ocasión de señalar antes, mirada bastaba para causar la muerte, Gilgamesh
truir una embarcación y salvarse en compañía Mifre ningún contratiempo ante ellos, habida cuenta
iltl componente divino que encerraba su persona.
iliares y servidores, así como de una pareja di1
Oirá figura de cierto interés, y que el Poema sitúa
seres vivientes, de la destrucción que. había
Junio al Océano, es Siduri, que vive cerca de un maravi-
Enlil por causa de los pecados de la Humani-
héroe es el Ziusudra sumerio, de cuyo propio "• ".o jardín (considerado por algunos autores el Paraíso
u-iuil) y que es calificada como la «tabernera» (¿reflejo
a el argumento y que los babilonios lograron
ábilmente al conjunto de la Epopeya. los intercambios comerciales de Sumer con lejanas
' i as?). De alguna manera, con sus palabras enorme-
s figuras míticas podemos señalar al gigante
iiinile realistas, de un pesimismo materialista agobiante,
(denominado según las versiones Huwawa, llttcnUí disuadir a Gilgamesh de su búsqueda de la
ESTUDIO PRELIMINAR LVII
RICO LARA PEINADO
• i u IMS pocas referencias a profesiones muy primiti-
d, que nadie había alcanzado jamás. Al im i < l c leí minadas situaciones sociales (una revolución
cer la obstinación de Gilgamesh, Siduri H «lililín <¡ilgamesh, presencia de la esclavitud) o familia-
hacia el barquero de Utnapishtim, el úniofl • Incluso a puntualizar las edades de las gentes.
conducirlo a presencia del hombre que hahln • listante, todas las reacciones, acciones y emocio-
don de la Vida. Tanto Urshanabi, el barqifl ' i i i Malquiera de los planos que acabamos de exami-
bamos de citar, como el batelero Pu/ui- i. itc hallan descritas con hondos rasgos de humani-
e trabajaba para el héroe del Diluvio antes «li >n perfecto conocimiento de la psicología del
produjese, son totalmente figuras míticas, dfl ni I u r Y a eso le debe el Poema su credibilidad y
ocemos bien poco. universales.
humano. La hieródula. El pueblo. Si bien |J
Poema, como se ha dicho, tiene lugar en 1|| / -.iniciara, composición y significado
reacciones de los personajes centrales, tantJ
o míticos, son puramente humanas, el pía un \i versión ninivita del Poema de Gilgamesh legó a la
canza muy secundarios valores en toda UI ' - i ' i ile la Literatura universal la definitiva estructura
del relato. i i . .-i11mito de aventuras y hechos del rey de Uruk, el
ngularísimo (y el único en este plano c|iu> i < me») Gilgamesh (como así se le intitula a todo lo
) es el de la prostituta sagrada o hieródula, u IHIUU del recital poético) y de su amigo y oponente,
mesh le confía la labor de elevar a Enkiclu I I M , el «salvaje» creado por la diosa Aruru.
ado salvaje al de la civilización. Dicha mujer i inicUiralmente, el Poema, tal como hoy lo conoce-
car al salvaje Enkidu, dominar sus pasione» ;c halla determinado por el número seis y sus
y hacerle conocer —y luego practicar— lo» MI iludientes múltiplos y submúltiplos, que eran la
de la vida urbana (pues el Poema sólo traslu- .!<• su sistema métrico (sexagesimal). El Poema está
detalles de una sociedad primitiva, a nivele» lltlnbuido, pues, en doce tablillas que cuentan con seis
Antiguo, todo lo más). El oficio de la prosti- > i (lunillas cada una y un promedio total de 300 versos
ada, no sólo practicado en la Antigüedad al , " 1.1 Milla, lo que totalizaba, con mucho, más de 3.000
no (mujeres y hombres), sino también refleja- i os (se ha especulado a efectos estructurales en un
les divinos (Ishtar era la hieródula de ION luí do 3.600).
estaba mal visto en Mesopotamia, como ' • n . cimposición fue, según se ha podido demostrar, el
otras zonas geográficas del Mundo antiguo, n l i . i d o último de un lento trabajo de elaboración y
e practicaba usualmente bajo motivaciones ¡ i|n-.ie de las aventuras que la leyenda popular había
del que nos informan con detalle las fuente» mi.meló a Enkidu y a Gilgamesh, evolución que hemos
hieródula era ni más ni menos que unal 111'11,ido en páginas anteriores. Diferentes apreciacio-
agrada a la divinidad para cumplir los ritos nuiy sólidas, sobre determinados pasajes del Poema
didad en determinadas fiestas establecidas a , n n i i c n adivinar en el mismo las yuxtaposiciones de los
lim i u-los épicos arcaicos de Enkidu y de Gilgamesh. Si
lón de fondo, el plano humano aparece con hl»t|i el protagonista central del relato es el rey de Uruk,
diluidas, casi impersonal, indicándose do
FEDERICO LARA PEINADO
ESTUDIO PRELIMINAR LIX
n pasajes en que Enkidu domina el curso de I
argumental (ruegos de Gilgamesh, muerte tldl l i a r hábilmente el disperso material sumerio que
eleste por Enkidu y no por Gilgamesh, victorl| ,11 disposición e intercalar así el relato de «El
du en la lucha personal contra Gilgamesh i» (tablilla XI), para lo cual tuvo que retocar
texto no es muy claro en este pasaje—, etc.). extremos y evitar las disonancias arguméntales.
etenido análisis estructural del Poema nos pemil pim-nlemente, en la Epopeya de Gilgamesh se descu-
itar su contenido en tres partes claramente dil»1 II dennos detalles en la forma y en el fondo que
s, aunque de desigual extensión, a las que tal voí ilrn ser plausibles de significación simbólica: estruc-
sionista último de la obra habría añadido un i • ii doce cantos (o tablillas), número que coincide
e que era ni más ni menos que la parte final ilf I . 1 i U: los elementos zodiacales, de creación también
ular poema sumerio (Gilgamesh, Enkidu y i'l illónica; asimilación de Gilgamesh a un dios solar de
Inferior) con el que redondeaba la composición PIliiria menor, si se interpreta así el viaje que efectúa
specto formal, dándole argumento y secuencin fíii rula del Sol, etc. Ahora bien, si nos remontamos a
l contexto. íntica en que fueron compuestos e incluso fijados por
ién, al propio tiempo, la acción se desenvuelví i lio los diferentes episodios, es evidente que no podemos
do con una hipotética sumisión al sistema métri- i. i piolar» el Poema bajo presupuestos simbológicos.
esimal mesopotámico, en tres planos o registrón los primeros momentos de la historia sumeria no
ales: el de los dioses, el de los héroes y el plano iluminaban, aunque existiesen, las preocupaciones
, aun cuando el marco general de estos planoi i MI iras. Todo lo más podríamos hallar formas, situa-
nsado» desde perspectivas puramente racional ¡,H« acciones potestativas de ser incluidas en contex-
excepción del problema de la muerte). miiológicos o esotéricos. Pero de ahí a sostener la
loques de ideas, que podemos imbricar en torno . I M ia de símbolos en el Poema media un abismo. Los
randes vértebras: lo natural (Enkidu), lo urbano uís de Gilgamesh y de Enkidu respondían exclusiva-
esh), los propósitos (las contradicciones antropo- n i i ;\s populares, propios de toda la
pueden quedar así estructurados, siguiendo fiel- i H u í a épica. Con el paso de los siglos los escribas y
a unidad de acción del propio Poema: • i i .ionislas se encargaron de remodelar y aun de
u .u la serie de versos del Poema. Y en esta remodela-
a tiranía del déspota. El amor eleva al hombre, • i! .il (iempo que los textos se iban despojando de su
tad y su valoración. El espíritu de aventura. I ¡I ni. nido mágico y religioso (el argumento se «hacía»
a los dioses (tablillas I a VI). i humano), es posible que a modo de compensación
a muerte como castigo. El miedo al Más Allá. I,u huliu-scn introducido determinados episodios suscepti-
a de la inmortalidad. La imposibilidad de hallar ilc contenido más o menos simbológico o escatoló-
a futura inmortal (tablillas VII a X). ,i
portancia y significado de los ritos. El mundn i •' i < - i minados autores han querido ver en el Poema de
Allá: casa de horror. El olvido del hombre por i.i.iiin-sh, como se ha dicho, un mito solar (Jastrow,
re. La resignación ante el Destino (tablilla XII), lui.-i.ler, Jensen, Jeremías, Weber), otros han negado
pasaje de la búsqueda de la inmortalidad por . iiácter (Meyer, Gressmann, Prinz, Contenau). G.
Gilgamesh, el recensionista babilónico supol • n i . u a u viene a concluir en un completo estudio, pu-
i nlo hace ya bastantes años, que los posibles símbo-
ERICO LARA PEINADO ESTUDIO PRELIMINAR LXI
e podrían encontrar en el Poema si el lector literarios
eliberadamente tras la lectura de la obra.
co han faltado eruditos y estudiosos que h.i 1 'orno sabemos, tras una etapa preliteraria, representa-
er en el Poema las líneas maestras de toda por una serie de fichas de arcilla que originarían los
a antigua y aun de los Antiguo y Nuevo Tesl J (ilil i «i; ramas e ideogramas sumerios, seguida de la fija-
casos de A. Condamin o de P. Jensen). Cu» II'IM de las técnicas escriturarias de los mismos (hallazgo
del episodio del Diluvio, cuya influencia soh|i i'H la Arqueología ha detectado por primera vez en
íblico fue evidente, aun cuando cada una de !• ..... I ), el hombre se halló ya en el cuarto milenio antes
le da un diferente enfoque a tenor de su esquí <!' ( Visto en posesión de un poderosísimo vehículo de
oso, y otros paralelismos comprobados, resulli i ' i . sión que le sirvió para registrar las múltiples activi-
il aceptar la hipótesis de una influencia panbj i|«ili-s de su quehacer cotidiano. De unas primeras
en los textos bíblicos. Toda semejanza que • (Ululaciones mercantiles, que realizaban los sacerdotes
r entre el Poema de Gilgamesh y la Biblia es un i' u . i controlar la economía de los templos sumerios se
ción poco solvente y siempre efectuada a postA H' i .na por un proceso natural pragmático y de culturi-
umentar como hizo en 1906 Peter Jensen que I Mi'ión a utilizar la escritura para reflejar las facetas de la
Gilgamesh fuera el prototipo de los Patriarcal i-l.i espiritual y del ingenio, fijándolas en un soporte
uo Testamento, así como la de sus profet;» i ' nado (tablillas de barro en nuestro caso).
es y aun del propio Jesucristo, es desconocer J I )atla la fragmentariedad con que nos han llegado las
no sólo literario del ámbito sumerio, sino t;ini> i ii'hllas, piedras u otros objetos con escritura cuneifor-
ligioso de Israel. Kll es muy difícil estudiar al detalle la literatura meso-
n panbabilonista del profesor de la Universidad (•••i.imica, como hemos tenido ocasión de apuntar antes;
rgo, Peter Jensen, aplicado a la Biblia y a toé i ...... 10 ha sido obstáculo para que los investigadores y
ura de la Antigüedad, era evidentemente muí i udiosos de aquel mundo de la Antigüedad hayan
Es cierto, sin embargo, que se dan numerosnil i'.'.hdo aislar y determinar los numerosos tipos literarios
(y en ese contexto cabe comprender la tesis di ' i l n vados. Nos han llegado, entre otros textos, listas
ero los últimos estudios de Antropología cullul " lies, anales, poemas, himnos, mitos, y un gran conjun-
n a demostrar la existencia de un supueslnl t" i le textos épicos, jurídicos, médicos, matemáticos y
tismo» atemporal presente en todas las cullul i -imiiómicos.
es, parece ser que la imaginación humana esljl I n la literatura sumeria, y en la mesopotámica en
a determinados números de temas, que una 1 • iieral, aparte de los proverbios, adagios, algunos cuan-
con modificaciones únicamente aparentes di 1(1 poemas (Poema del Diluvio, Poema de la Creación) y
ugar y tiempo, repite constantemente. En estl "n , onjunto de leyendas (Lugalbanda, Enmerkar, Enki,
se podría explicar el éxito y la perduración del ' unía, Ishtar, Dumuzi, etc.) destaca con luz propia y
Gilgamesh, en cuanto a prototipo de héroe y 1 i •" .u importancia específica el ciclo mítico dedicado a
notaciones sociológicas, y su presencia «más ni 1 .ili'.nnesh, el pastor (rey) de Uruk, ciclo que en manos
ente» en la Literatura universal. i' Babilonios y asirios se convertirá en el poema épico
• M I , importante de toda la Historia de la Literatura, no
» l i > por su antigüedad, sino incluso por haberse fijado
ESTUDIO PRELIMINAR LXIII
FEDERICO LARA PEINADO
i l i n préstamo los poemas del ciclo de Gilgamesh
imera vez en una obra literaria toda la tipoln, ihi v mediante una yuxtaposición o combinación,
gica del hombre, fijación que, por sus logros« n on la intercalación de nuevos episodios que die-
ción de caracteres, pasará a influir en la litenili r m u unidad argumental, crearon el definitivo
y también en la clásica. i/r Gilgamesh.
largo de las páginas anteriores hemos li" Lición con la técnica compositiva, expresión o
n del proceso o fijación del texto poemático ¡O del lenguaje, puede verse a simple vista (con las
y como conclusión a lo allí dicho, la morfoln diferencias de una a otras versiones) la reiterativa
ntal o estructura del Poema de Gilgamesh prov i. ni 1:1 en la estructura paralelística (de clara influen-
la suma de unos episodios con cierto contenii n i i i i - r i a ) de sus estrofas y versos. En el Poema, el
mo, de pura creación sumeria. A partir de I ' M I • .1. I r , M I Ó es no sólo gramatical, sino semántico a un
tes sumerólogos y eruditos (Radau, Z i m m r i n v determina la segmentación del discurso poético
, Langdon, Chiera, De Genouillac, Gadd, h<M D lirmístiquios (por lo común dos por verso) y en
r, Speiser) han ido publicando las versiones sunm ffmm, los cuales están sujetos rítmicamente sólo en
los diferentes episodios que de Gilgamesh se m ;i sus acentos, obteniéndose los contrastes de
Todo ese material ha permitido, mediante el un ion mediante la oposición de sílabas con acento
mparativo, averiguar qué préstamos y en qué mu |n no acentuadas. La recensión ninivita del Poema
os autores de las versiones babilónicas y asirías fu* i rita en versos de ritmo perdido, con cuatro
s en lengua semita) utilizaron las fuentes sumen,u ,nl|n". de voz en un solo verso, mientras que la babilóni-
. Kramer hace en uno de sus famosos libros un H p r i m i t i v a tiene un verso más corto, con sólo dos
exhaustivo de estos extremos, comparando Im • l | n «le voz o acentos.
ios sumerios con los del Poema de Gilgann'^ M u h o s versos están organizados en estrofas, aunque
ado por los babilonios, y llega a importanin . uncos literarios y los filólogos han señalado que es
iones: No existe una versión original sumeria i!«| i .lificil precisar el número exacto de versos que
to de la Epopeya de Gilgamesh; se conocen delcr» iiiilirian entrar en las mismas.
s modelos sumerios en los episodios del «Bosque l i - i l a esta técnica versificadora, con sus sílabas, acen-
Cedros» (tablillas -III-V del poema babilónico), d<i| liausas en los hemistiquios, se halla perfectamente
Celeste» (tablilla VI) y diversos pasajes de l( i ulula de acuerdo a un ritmo preestablecido que logra
eda de la inmortalidad» (tablillas IX, X y XI), ¡IN n i i v transmitir junto a la morosidad narrativa (repeti-
la narración de «El Diluvio» (tablilla XI) y • ildlU's de versos y aun estrofas enteras) un climax que se
o de «Gilgamesh, Enkidu y el Mundo Inferió:» . H bocado a provocar un estado emotivo muy intenso
XII), pero no son imitaciones serviles o puros plii' u , I público oyente (la técnica del paralelismo es muy
ino que los pasajes han sido reelaborados. Exisi • limpiada, como se sabe, para la canción y otros tipos
mismo, pasajes de los que no se conocen sus orígsJ i . i . n i o s destinados a ser recitados). Como ejemplo de
merios (fragmento preliminar de la introducción, i \puesto y para que el lector pueda apreciar la estruc-
tad de Enkidu y Gilgamesh (tablillas I y II), muer« Uru paralelística y el ritmo del Poema transcribimos
equias de Enkidu (tablillas VII y VIII) y que muy 'lllltro versos en su texto original, correspondientes a la
dieron ser creaciones originales de los babilonios ilhlilla VI (versos 200-203, edición de E. Dhorme):
lo enumerado se deduce, pues, que los babilonio1.
DERICO LARA PEINADO ESTUDIO PRELIMINAR LXV
an-nu-um-ma ba-ni i-na idlé I i.rácter épico del Poema, indicando que este
an-nu-um-ma Sa-ru-uh i-na zik-ka-ri u. i « liiri.irio (con excepción de un único poema —el
u Gilgameá ba-ni i-na idlé • 1'oema de Tukultininurta»—) no se dio en la
u Gilgameá uh i-na zik-ka-ri* i mesopotámica.
de esta técnica paralelística que aparece muí nosotros,, el carácter épico del Poema de Gilga-
ente en el Poema, los recensionistas babilonio» i.i lucra de toda duda a la vista de los recursos
tilizaron otros recursos constructivos o eslillJ IdMili's por los recensionistas babilonios, quienes,
dentes a hacer de los poemas sumerios <jf' / i|iie en el discurso se cambiaba de personaje,
una gran creación poética, «un acto de onu- ni las fórmulas introductorias; a la rapidez con que
e base estética». . . i i .ni los viajes o desplazamientos de personas que
a ello recurren a artificios estilísticos muy v« n en la trama; a la abundancia de discursos
ue podemos reunir en dos grupos: uno, n a la parquedad narrativa o descriptiva y al
de semejanza, y otro, en relación de conlic.iii ni H' l> i hímnico del comienzo del Poema (recogido tam-
el primero detectamos metáforas, compar;u m n ( i i la versión ratita): «Quiero hacer conocer al país a
rías; en el segundo, metonimias. Es decir, til i .|IK- todo lo ha visto...».
streo de tropos literarios que evidencian uní I u-, emociones que despierta su lectura, la acción (si
urez semántico-literaria, que se completa toiltn 9 Uwrrera y heroica, sí trepidante en sus aventuras y
tras figuras estilísticas de recurso más IVuil, .lies), la presencia de un protagonista y la fijación
aliteración, la anáfora, el símil (en contado! | o menos tipológica de virtudes y defectos, son
l proverbio y que el lector podrá detectar en 1 1 i un u t o s que inequívocamente nos sitúan ante una
recta del Poema que después sigue. Wklu, repetimos, de carácter épico.
n en esta epopeya hay otros aspectos literario» I I problema planteado sobre si esta Epopeya es un
ene remarcar: abundancia de diálogos, fórmin épico popular o épico culto es una cuestión
do, parquedad narrativa, fragmentos de origul mu. ho más compleja. No faltan autores que encuentran
descripciones directas y vividas, etc. Estos deln n el l'oema un vocabulario erudito (se han detectado
ovido a determinados autores (H. Limet) ,i Minuciosos préstamos del sumerio) muy distinto al del
r que el Poema fue creado con la exclusiva i n l > l a tradicional o popular babilónica (un dialecto, en
de ser recitado e incluso representado coi . i i . l a d , del acadio) y, en consecuencia ,—argumentan—
óxima al mimo por un rapsoda o juglar anónl« 0 hiibría sido destinado, una vez fijado por escrito, al
n variado auditorio. Dichos autores no admi- 1 .u público, sino que habría sido realizado para círcu-
ma de Gilgamesh dentro del género dramático }| de gente ilustrada. En ese sentido, y bajo este punto
r considerar que su técnica se acerca más a 1| ¡ isla de la crítica moderna, se podrían explicar los
ica. Frente a ellos, J. Nougayrol niega total> i.»|ucs que se hicieron para quitar los caracteres indi-
Anales de los protagonistas, elevándolos a prototipos
milicos; la pérdida de valoración religiosa en algunos
es el más espléndido entre los héroes?
es el más glorioso de los hombres? , (caso de Ishtar); la preocupación por la vida del
esh es el más espléndido entre los héroes! I'IS Allá (exigencia en teoría sólo de las clases cultiva-
esh es el más glorioso de los hombres! ), etc. En suma, todas las connotaciones de tipo
EDERICO LAR A PEINADO ESTUDIO PRELIMINAR LXVII
, iniciático o esotérico que aparecen en el cflfl ribió en siríaco, menciona un Gmigmos/Glig-
Poema habrían obedecido a necesidades cíe i|fl m<> el último de los diez reyes entre Peleg y
ecífico de la población babilónica. De ahí iH ni. Ninguna de estas referencias, como ha señala-
sostener el carácter culto de la Epope\;i ,\ i l l I igay, presupone el conocimiento del Poema de
.
• •.//.
I ,\a de Gilgamesh, ya muy deformada, fue
1.1 i a mbien por los griegos, conservando práctica-
esh: su supervivencia literaria iM ni. i.m sólo el nombre del héroe. Así, Claudio Eliano,
i, IM nbió en Grecia hacia el año 200, nos transcribe
cter psicológico tan desigual con que apardl flílfiini/ r/c los Animales, XII, 21) que Sevécoro, rey de
Gilgamesh, consecuencia para unos autores .1. d Imhilonios, para evitar que el reino se lo usurpara un
ad de poemas que concurrían en su ciclo, pufl moto, había ordenado encerrar a su hija en una
alidad de su autor o adaptadores en saber li|.u mu pero ella logró tener un hijo de un hombre de
a humana con todas sus modulaciones a n i m h ni im > origen. Al ser defenestrado el niño, un águila lo
de tener una alta resonancia a lo largo d| H¡6 V lo transportó a la casa de un jardinero, quien lo
los de la Antigüedad por el rico caud;il >l. M|iiel hijo se llamó «Gilgamos» y llegó, efectiva-
e llegaron a fijarse como paradigmáticos cu o| i!M>nlr, a ser rey. Esta leyenda tiene que ver mucho con
u i Ir Sargón de Akkad y también con la mítica de
a de Gilgamesh en sí gozó de una gran d i l u hMwo o con el nacimiento de Ciro (siendo recogida más
és de las diferentes recensiones y versiones qm romo es sabido, en Roma).
to en páginas anteriores. Los textos halhulm F|ln embargo, la desaparición del Poema y su no pre-
do hitita o en Palestina nos hablan de muí dlirm en la época clásica griega (al menos de forma real)
ión del tema hacia el Oeste. Esta circunstaiu ni Mllli) muy bien radicar en la dificultad de los caracteres
da, en parte, la tesis de P. Jensen acerca de Ifl murarios cuneiformes, que al dejar de ser utilizados,
del poema mesopotámico en las leyendas ju« >.ilvieron ininteligibles. Es posible que hubiesen ver-
gas, aun cuando no en forma tan amplia coma IJHlU's populares en arameo (que no nos han llegado);
stigador suponía.
i» MI los persas que continuaron practicando la vieja
ilonia, muy probablemente la Epopeya hubo di' . i i i u r a no demostraron el menor interés por Gilga-
mucho tiempo después de la caída de Níniví
IHI h (figura que pertenecía al contexto cultural de un
toma llevada a cabo por el complot bélico dí¡ u . l . l o tradicionalmente enemigo del pueblo persa) no
abilonios, y de hecho se conocen, según se dijo riendo, por tanto, ninguna de sus aventuras. Más
ias fragmentarias posteriores al saqueo qiií i .mes tuvieron los hebreos para olvidarse de Asiría,
apital asiría.
n i i . i l o n i a y todo aquel mundo tan hostil y cuna de
e las fuentes cuneiformes se recogieron ai ' <lilísimos peligros para los practicantes de la religión
mandeas y arameas los nombres de alguno»
monoteísta, y, sin embargo —a diferencia de los persas—,
del Poema, si bien de modo consonantico muchas facetas y secuencias del Poema quedaron incor-
Gilgamysh y HwbbS/Hwb'bys = Hobabysh). pomdas en los textos bíblicos con mayor o menor cla-
l nestoriano T. Bar Qoni (ca. 600 de nuestni
liilnd.
FEDERICO LARÁ PEINADO ESTUDIO PRELIMINAR LXIX
argumentado la posibilidad de que Hornero luí; ciudades de la antigua Mesopotamia, cubrió también
odido oír la historia de Gilgamesh,. traída a lai ni|uella obra maestra de la Literatura universal, quedan-
as a través del contacto comercial con asirlos, ilo muda hasta que en el pasado siglo George Smith
es posible, aunque improbable, que el propio pgró con su desciframiento rescatarla para la Historia y
al hubiese oído en Nínive recitar la Ilíada y l:i 1 1 cultura de la Humanidad.
ejando a un lado si Gilgamesh pudo ser el
de Ulises (A. Ungnad, G. K. Gresseth) o do Aspectos religiosos
y Prometeo, lo que sí es cierto es que la atmós-
ental de los aedos griegos y escribas asidos dfl j No podemos detenernos, dada la complejidad de la
VIH y vil a.C. hubo de estar muy próxima y religión mesopotámica, en analizar aquí todos los aspec-
mundo comunicado por vínculos comercialen i"s que la misma presenta. Su estudio, por razones
erse influenciado culturalmente. Ello es perfec- "Iwias, cae fuera de nuestros límites; sin embargo, sí
ógico. debemos ocuparnos de aquellos que detectamos con
te prisma no es sorprendente el parecido am- relación a esta temática en el Poema de Gilgamesh.
ue los dioses y los mortales de la Teogonia
do y de los Himnos y Odisea de Hornero Los dioses. Los sacerdotes mesopotámicos habían
con Gilgamesh, Enkidu y Humbaba (G. Ger- llulernatizado el panteón divino en tríadas y binas de
Achillea Stella, T. B. L. Webster, A. Heubeck), dioses principales, con atribuciones muy concretas, a
ellos es, como dice N. K. Sanders, su puesta en íliyo entorno un sinfín de divinidades menores (los Igigu
mundo en el que dioses y semidioses fraterni- V los Anunnaku) gravitaban en un conjunto perfecta-
os hombres en un trozo de la tierra conocida y i i i c n l e organizado al modo de un complejo Estado.
úa en las desconocidas aguas del Océano y do I ii i re los millares de dioses destacaban dos grandes
os. triadas. La principal la formaban Anu, Enlil y Enki (Ea),
ya muy tardío del Poema de Gilgamesh son los i ipiienes se les atribuía la creación de los demás dioses,
ue de este héroe y rey se han reconocido en ll >l< I orbe y de la humanidad. Respectivamente, reinaban
de Alejandro Magno (B. Meissner), la cual > ii estadios cósmicos muy delimitados: en el cielo gober-
riquecida con hazañas tomadas del héroe sume- IHlba Anu, que era el padre de todos los dioses; en la
tanta difusión logró alcanzar durante muchu iimosfera y en la tierra Enlil, cuya sede estaba en la
dentrándose incluso en la Edad Media. Tam- • u'.pide de una montaña; Enki, por su parte, era el dios
ariados romances y episodios folclóricos medie- •l' I fundamento, teniendo en las profundidades del mar
iferentes países europeos (Irlanda, por ejemplo! 'i inorada.
etectarse algunos paralelismos con la figura do La segunda tríada (con nombres semíticos) estaba
h, siendo evidente aquí una interpretación <i "inpuesta por divinidades astrales: Sin (Nannar), Sha-
, pero ninguno de sus personajes centrales lliiish (Utu) e Ishtar (Inanna), dioses que tenían por
wen, Dermot, Gawain, etc.) habría sido recoi nimbólos, respectivamente, la luna, el sol y el planeta
como es si la historia de Gilgamesh no hubic: \ mis. De estas tres divinidades, Ishtar era la de mayor
tada. 'riiificación. Representaba los dos aspectos que la vida
s, la sombra de los siglos, al tiempo que cub: (ligia para su eterna evolución: la lucha para el hombre,
ERICO LARA PEINADO ESTUDIO PRELIMINAR LXXI
cción para la mujer. De ahí que fuera consiclr | " ' t n l > i e había sido creado y puesto en la tierra por
diosa de la guerra y del amor. »limi;id divina y, en consecuencia, los dioses debían
ivinidades secundarias fueron, por citar una l.n las diversas etapas de la vida humana. El naci-
(y que aparecen en el Poema), Nergal, qu> iio, el destino (que era revisable anualmente por los
el mundo de los muertos, antiguo dios sol Iones), la vida moral, intelectual o física, todo, absoluta-
rnando la parte maligna del astro, y su espos.i ule lodo, era arbitrado por los dioses.
, hermana de Inanna y titular, asimismo, di I Y al ser el hombre un producto de la divinidad, se veía
ferior. MU l.i ineludible obligación de tributar honores, reveren-
eblos semitas, al asimilar la cultura sumeri.i .úplicas, oraciones, culto en suma, dispensado a
on a sus propios dioses con las divinidadi illlcH-ntes niveles de importancia (familiar, urbano y
Marduk, gran señor de Babilonia, pasó a ser • I • u. lonal) y en templos construidos al efecto, a toda la
uto del panteón religioso. Hubo, por supuesl" INI tea serie de dioses del panteón religioso. Y todos esos
ia en divinidades maléficas, diablos o espíritu filos encaminados, como recogen los textos, a «alegrar
ue podían provocar todo tipo de calamidade, N corazones de las deidades» y bajo la dirección del
vididos en tres clases: las almas humanas sepa lili marca, a quien le correspondía el papel de inter-
cuerpo y que por variadas razones no alcan/a ffiíliiario entre los hombres y los dioses.
oso de la tumba; los monstruos (seres híbrido I i >s dioses premiaban y castigaban a los hombres
e y bestia) y un gran número de demonio directamente en esta vida y no en el Más Allá. De ahí
e todas estas divinidades malvadas, a las qu. IM. iodo el ceremonial religioso estuviese enfocado para
aplacarse con determinados ritos, tenemo-. || exclusiva finalidad de obtener larga vida y prosperi-
en el Poema de Gilgamesh (Anzu, Asakku I i.l material;; Con todo, debemos decir que la posición
amtar, etc.). 1 . 1 .11merio respecto a los dioses no era idéntica a la de
repetir aquí toda la teoría de divinidades qm I semitas, posiciones que por razones de espacio no
en el Poema por cuanto que en el epígral. li-mos aquí pormenorizar.
este estudio preliminar han sido puestas di I n el Poema de Gilgamesh, la relación hombre-dioses
en consecuencia, a él nos remitimos. ir llalla establecida por las vías que acabamos de citar.
I ,IM pronto encontramos al héroe de Uruk implorando a
hombre-dioses. Conocemos diferentes reía '•li.nnash, Enlil, Ea y Sin para que le envíen protección
1 i vuela, como siendo requerido directamente por Ishtar o
istintos entre sí, que nos explican el origen del
egún tales narraciones el hombre (por aclc i".i el propio Shamash o dialogando con divinidades
cido espontáneamente de la tierra o brotando ores (Siduri, por ejemplo), o ayudando personal-
e una planta, podría haber sido modelado ,i MI. me a una determinada divinidad (entrega del tronco
barro por unos obreros divinos y Nammu y le un árbol a Inanna), aparte de los contactos sostenidos
abrían insuflado la vida; bien habría sido el Win su madre, la diosa Ninsun.
de la fusión de la sangre de dps-tlioses, inmola 'i en el transcurso de estas relaciones, los dioses son
este fin, o incluso habría/siao creado directa i' nominados con calificativos más o menos familiares y
la diosa Aruru. 'i'uioríficos. A Ishtar se le llama en alguna ocasión
quier caso (de los tres s|úpuestos>\, el •"ilesana de los dioses», epíteto no despectivo (como
DERICO LARA PEINADO ESTUDIO PRELIMINAR LXXIII
sarse), sino honorífico, dado que la hiero™ IHindail siempre y cuando ésta tuviera a bien disponer-
undo mesopotámico —tal como antes expij \o el ilu, determinativo que aparece antepues-
a tenida como oficio venerable. La madre dd i l nombre de Gilgamesh, Enkidu y Humbaba, es el
gamesh nos es conocida con el remoquete J ||liii cuneiforme de la palabra «dios», que aparece
stablo», fórmula en la que debemos ver no un VliniU- de los nombres de las divinidades. Los caminos
o el origen animal de las divinidades asiátirmí Mugidos para establecer los contactos hombre-divini-
ecuencia, la gran antigüedad del Poema). ] i MU los sueños, que solía enviar un mensajero de
ión entre hombres y dioses llega en el POCIIHH M, L i m a n t e el cual se establecían diálogos directos) y las
inverosímiles. Nos referimos a la desobedicM , ones, que aunque dispensadas con menos frecuen-
amesh hacia Ishtar, al no querer ser su aman i i nnhién permitían tal contacto. Otro camino era el
o irreverente de Enkidu, quien en el colmo di] |f l.i plegaria o los ritos propiciatorios, pero en este caso
le arroja un pedazo de la carne del Toni] i respuesta, el contacto buscado, podía producirse o no
la cabeza de la diosa y aun amenaza cúl • iMin determinase la divinidad.
so de que la pudiese coger. No han faltadn 11 <|iie decir tiene que esta relación está perfectamente
e en este último pasaje hayan visto una inln liii'iiiMentada en el Poema de Gilgamesh por todos los
on la cual se buscaba criticar las prácticiii UNIMOS arriba aludidos, siendo perfectamente localiza-
a degeneradas en una burda sensualidad, qiif
an a Ishtar. | || en su texto.
casos son los dioses los que entran en con
l\li'incntos cultuales. Antes hemos indicado que el
ue no directamente, con los hombres. VenuH •e a las divinidades se dispensóa tres niveles: el
ya de Gilgamesh cómo Shamash reprueba 1} HIMlliar, el urbano y el nacional. Todas las familias
que Enkidu ha lanzado contra la hieródula 1
.mil su propia divinidad, siendo el padre de familia el
reviene a Utnapishtim del desastre que con i . . i < lote de tales divinidades.?Los cultos a nivel urbano
iversal se avecinaba. Pero, como quiera qi|| Rucaron por su extraordinaria importancia, siendo
puede traicionar a los demás dioses, en J
¡(turba inequívoca de ello las imponentes ruinas de los
ecurre a una argucia y así el dios murmura ül iilliplos que han aparecido en las principales ciudades-
a su protegido, sino a la pared de su cusid i M ! . > mesopotámicas. El dios protector de la ciudad era
nto fabricada con elementos que podían parllj u u.ilidad el verdadero gobernante y como tal a su
divinidad (arcilla, plantas, cañas) podían sofl ' " i . < c i ó n y tutela se encomendaban todas las facetas
perfectamente por un dios. Con esta ficción,
tranquilizaba su conciencia y no comcliB desarrollaban en ella.
i>ecto a los cultos nacionales destacaron especial-
revelar a Utnapishtim la terrible decisioj n i . dos: los de Enlil, centrado en Nippur, verdadera
or iniciativa de Enlil. . M . i . u l santa de Mesopotamia (templo descubierto,en el
ancia infranqueable que existía entre dioses« • IW9), y el de Ishtar, que tuvo templos práctica-
o significaba, como ha señalado Mircea Elíiij MliMiU- en todas las ciudades y cuyo culto alcanzó enorme
hombre se encontrase aislado en su propm ii i i f i o , pero que fue degenerando en burdas farsas
seía algo de la naturaleza divina, que era NÚ ntiiiislicas. En época babilónica, posterior, por tanto, a
), pudiendo entrar en relación directa con II u ición del Poema, hubo un gran culto nacional al
ERICO LARA PEINADO ESTUDIO PRELIMINAR LXXV
, tributado en su famoso templo de Babilo «i" 1 las numerosas técnicas adivinatorias (predicción,
, destacando de entre las múltiples ceremo 'nii ipretación) con las que los sacerdotes y magos inten-
e tributaban, la del Akitu o fiestas del Ano i.ili.m descifrar, a partir de determinados «signos», el
que alude el Poema en varios pasajes), ritual tolmo. En ese mundo de superstición, la práctica de los
reconstruido en parte por F. ThureaiK n|uros, dirigida asimismo por sacerdotes, alcanzó una
aparecido el poderío babilónico, su granj •Un importancia, ya que con los mismos se intentaba
fue sustituido por otra divinidad, tambicnl mollificar el porvenir revelado.
acional, propia de los nuevos dominadoreitl Cuando al final del Poema, Gilgamesh decide evocar el
s asirio «rey de todos los dioses» que fue] piriiu de su amigo Enkidu para que le informe del
esposo de Ishtar. m u n d o de ultratumba, adonde había caído por no cum-
d, todo el culto mesopotámico era un medio j :'ln determinados formulismos, el héroe de Uruk, acon-
ntra las calamidades que amenazaban al • i ido por los sacerdotes, realiza el conjuro para que el
midades que provenían en última instancia i nii.isina de su amigo saliese de su morada; no obstante,
ios humanos. Un aporte fundamental al Ro ' l n > resultado; sólo la divinidad infernal posibilitó el
las ideas religiosas había sido el conceplo lli neutro de ambos amigos.
, concepto que se plasma en numerosai
s literarias mesopotámicas y en cuya expo l,<m pruebas iniciáticas. En conexión con los tres
demos adentrarnos. (Hitos de mayor personalidad que aparecen en el Poema
n general, era dispensado por una jerarquía ||)iluvio, Inmortalidad, Descenso a los infiernos) debe-
e la que se conocen más de treinta catego IflON remarcar la serie de pruebas de tipo iniciático que
de mayor rango era por lo común el jefe di* • n i , o menos desfiguradas (o enmascaradas) pueden
n su desarrollo, sujeto a minuciosos ritualc* •!• i'•< larse en la lectura de sus respectivos pasajes. Estas
s, se efectuaba un lazo de unión (querido i > i m has conllevan un doble carácter: por un lado, las de
te por el hombre, desde luego) con la divi H | » > heroico y que el personaje central logra superar
(puso de la puerta de la mítica montaña de Mashu,
itos tenemos variadas pruebas en el Poema t ha por la Montaña de la Noche —el camino oscu-
: procesiones, esparcimiento de harina cu , tentación de la ninfa Siduri, travesía de las «Aguas
s, sacrificios (los efectuados por Ninsun o i' 1 1 Muerte») y otras de carácter espiritual, que Gilga-
por ejemplo), alusión a la Akitu, ritos ¡i WeNh no logrará superar (no dormir durante seis días y
nta para no irritar a los espíritus del M;'r. i* ii- noches, perder el don alcanzado de la planta de la
ofrendas, invocaciones, lamentaciones, ele Inmortalidad).
que aparecen en diferentes pasajes del texto De estas pruebas se extraen conclusiones interesantes
gieren todo el riquísimo crisol de ceremo • l i hpo psicológico y moral. El héroe, al fracasar, está
formulismos mesopotámicos. Incluso, como •I' l.iiido entrever que las posibilidades del hombre con
variedad ritualista, se han detectado cerc u i'i-cto a temas vitales tienen siempre límites. Que la
po chamánico en un cierto número de episo iiiidición humana es siempre dramática, pues está defi-
ma (K. Jaritz y E. A. S. Butterworth). llldn por la inexorabilidad de la muerte. Sin embargo, un
ión con todo este ritual debemos señala i lítiquicio de esperanza quedaba abierto para los lectores
RICO LARA PEINADO ESTUDIO PRELIMINAR LXXVII
s del Poema. Si hay unas pruebas iniciad .11.ido Mircea Elíade) es, por otra parte, diferente
ar alcanzar la inmortalidad, ¿se debcilnj MU haya sido la muerte. En el Poema de Gilgamesh se
determinados seres la podrían alcanzar MII I " l i n a que el guerrero, que ha caído en la batalla,
na? En todo caso, el ejemplo de ZiusiulinJ i M i n a viviendo en el reino de las sombras y es llorado
—aunque con ayuda de la divinidad- mi ms familiares; en cambio, el que es abandonado en
nto de referencia. I' .11-1 to, estepa o llanura sin haberle sepultado, se ve
(Hado a vagabundear por el reino de las tinieblas.
y el Más Allá. Todos los aspectos de l.i ,u-l que no recibe ofrendas o culto de sus deudos
l Antiguo Oriente, en general, se hallaban! l i . i que arrastrarse por el mundo de los vivos en
para poder afrontar el momento de U I u.i de espíritu maligno, alimentándose de las sobras
todo caso para poder retrasar ese fatal los platos que se arrojan a las calles.
los mesopotámicos, los dioses no casti^l "<la esta concepción materialista y desesperada del
ban al hombre después de su muerte, siniM N Allá, esta antropología pesimista, no tranquilizaba
a lugar en la vida terrena y en ese marco! i , i lases cultas o sensibilizadas. En consecuencia,
dioses se movían. '" «le reflejarse ese malestar, ese desespero en las
a la muerte, convertido en los espíritin »>Liciones literarias, en las que algunos de sus perso-
total obsesión, gravitaba sobre todos lo» U aso del rey-pastor Etana o del propio Gilgamesh)
ida. La muerte significaba que el cuerpo! man obtener el principio que les hubiera conferido la
iese (en el Poema de Gilgamesh se alude u iiulalidad. En nuestro Poema, el no poder alcanzar
ue devoran el cuerpo de Enkidu), pero una deseo no es por culpa de los dioses, sino por la
rte, algo (el ilu) subsistía y continúala urión de una serpiente, la cual, surgiendo de las
n Más Allá (la «casa de donde nunca se II, roba al héroe la planta milagrosa (también tra-
a concebida como una terrorífica mansión | i" de una prueba iniciática) que le hubiese otorgado
ieblas y de polvo, elemento del cual, en nncipio de la eterna juventud (no exactamente el de
ia, se alimentaba el difunto. Cuando Gil' iiinortalidad en el sentido lato de este término). Los
l final del Poema, pregunta a su difunto] .(". no podían hacer tampoco nada. Existe un destino
es que rigen el mundo subterráneo, Enkidii lisia, un final al que nadie puede sustraerse. Ni
ponderle la tristísima realidad de la ultru«| urra los héroes.
rle así el llanto. Lo único cierto —viene a
ema— es que todo lo roen los gusanos y
gobierna sobre la totalidad del Más Allá /•.'/ fondo histórico. Aspectos socioeconómicos
a de horror reinan los dioses inferna leí
esposa Ereshkigal, los cuales vigilan par» n la acción general del Poema de Gilgamesh es fácti-
muerto escape. Es, en la concepción meso- .ulivinir un fondo ambiental histórico, a nivel del
lugar o estado al cual todos los humanos, > i milenio antes de Cristo, que pudo, con toda pro-
de clases o méritos, deben arribarla vidu •ilulad, haber proporcionado el contexto sobre el que
llá (creencia deducida a partir de la obser minaron los personajes de la obra.
ciclos vegetativos agrícolas, como ha do- .1 bien hay muchos aspectos que se mueven entre la
EDERICO LARA PEINADO ESTUDIO PRELIMINAR LXXIX
historia (Diluvio universal, reyes de la l ; . i»'I'lación. La más alta dirección política corresponde
Uruk, presencia de Gilgamesh), otros SOM 1 .ilj'.imesh, en de Kullaba (barrio religioso y núcleo
istóricos, como el ambiente socioeconómica • i i i . m o que por sinecismo se unió a Uruk) y también en
narración o la serie de ciudades o monui • I h n k ; personaje que tendrá que soportar diferentes
quedan citados y que la Arqueología lid - u ns exteriores (contra Kish) e incluso revueltas inter-
I ilrbido a su forma de gobierno dictatorial y a los
sos casos lo constituye Uruk, cuyos resloj ' l u í .i>-, (todo ello puntualizado en el Poema) que cometía
s, en especial sus murallas, evidencian M • m i . i las gentes de Uruk.
un poder centralizado, capaz de organi/;ii| I ii una hipotética pirámide social podríamos ver en la
material de dicha obra. Ciudad que tientil cilupide a Gilgamesh, con cargos civil (rey de Uruk) y
ntos (barrios, templos, obras hidráulic;i*)| ifllyíoso (supremo sacerdote de los templos de Kullaba),
por la ciencia arqueológica, los cuales tainj 0 ijiic le permite un gobierno despótico (prestaciones,
n reflejados en el Poema y que platean todÉ Impuestos excesivos, derecho de pernada). El excedente
ica general de la ciudad-estado sumeria. 1 1 producción pudo mantener a una numerosa casta
ma, ya desde sus comienzos, hay un claro I Wi'fidotal en sus monumentales templos, de los que se
ar bien delimitadas las dos realidades cor» u ni .-I Eanna y el Egalmah, y a una nobleza palaciega,
la vida cotidiana, tal como la entendían lo» I i > i < i onstituye el Consejo del rey (Asamblea) y que se
os: por un lado, la vida urbana, civilizaclnJ i"lu .1 a la guerra o a la caza (en el Poema aparecen
ica digna de ser vivida y, por otro, la vidí vlliulos puñales, espadas, hachas, arcos, redes, carros,
la salvaje, lugar donde habitaban las bestiinj i. i Detrás vienen los artesanos cualificados (se habla
s desconocedores del pan, y que era toda»! él cnrpinteros, metalistas, albañiles, escultores, orfebres)
do vivo del estadio precedente que el hom-j ni cualificar (bateleros, agricultores, jardineros, pasto-
nido que superar durante la neolitización, i a/adores) y la gente de profesión libre (comercian-
medio geográfico y organizándolo adecua- i. ocupando la última escala social los siervos y escla-
i i , ( s i n conciencia de clase) a los que también hace
ues, la acción centrada en Uruk, dentro dr lili ni ion el Poema (Rumbaba tras ser vencido pide, para
stórico que podemos fijar en la Edad del i h . i r su vida, convertirse en esclavo de Gilgamesh).
uo (nunca se alude a este metal en el Poemn) I I régimen económico que podemos deducir es de tipo
ente material próximo a la fase cultural del i i > i . .pecuario, descansando la base de la riqueza en las
IV-III o si se quiere al de Djemdet Nasrj I Ierras, muy aprovechadas técnicamente, cuya propiedad
o a aquél. hubo de estar en su mayor parte en manos del rey y del
urbano, perfectamente conocido en la ac- aumento clerical, pues sabemos que todas eran propie-
hallaba organizado políticamente bajo un.i l u l de los dioses, siendo los gobernantes sus simples
ilitar, aunque socialmente conocía un régi- iiilniinistradores, y en la ganadería (ovejas, asnos, bue-
nado por algunos especialistas «socialismo |l), una de las riqueza o bienes que el Poema hace
or ser desde el templo, que guarda tras su» ilrlentar a Gilgamesh y que, caso de contraer matrimo-
la producción agropecuaria y artesanul, iiin con la diosa Ishtar, hubiese visto acrecentar conside-
se distribuían los productos a las capas de | • 11'lómente.
FEDERICO LARA PEINADO ESTUDIO PRELIMINAR LXXXI
templos se celebraban diferentes ceremonial ' pi-nal. Son, concretamente, el deseo de Ishtar de
de las que el Poema recoge algunas escenas y I un por esposo a Gilgamesh (alusión a un intercambio
especialmente las fiestas de la Akitu, las 111,11 iloirs) y la responsabilidad colectiva e individual de
tes del calendario litúrgico mesopotámico. l'in hombres frente a los dioses en el pasaje del Diluvio,
en los templos donde se centralizaban las activUj u-piocha a Enlil el haber querido matar a toda la
onómicas y fue en los templos donde, por l.i iiiiinidad; lo más justo, según Ea, hubiera sido casti-
de control de la producción, surgió la inven- n cada hombre en función de sus propias culpas,
a escritura (I. J. Gelb), hecho que queda también i» no indiscriminadamente.
al comienzo del Poema, cuando Gilgameshl ln cuanto a las actividades puramente económicas y
a el deseo de que queden registradas sus ha/a H i ríales, el Poema nos testimonia el conocimiento de
na estela de piedra. lentes metales (oro, plata, cobre) y aun aleaciones
ón especial debe hacerse a la presencia de lu lio), piedras preciosas (se citan los nombres de va-
a de ancianos, que en un determinado momenlo i lases en el episodio del árbol mítico) y semiprecio-
partir al Bosque de los Cedros) vemos aconsí- (i ornalina, lapislázuli), maderas (cedros, sobre todo),
héroe de Uruk. ¿Hemos de ver en esa «asam- productos todos ellos foráneos a Mesopotamia y
ún principio de representatividad democráticn? icllejan con su presencia los contactos comerciales
ir de los mitos, parece ser que en ese cuerpo hubieron de sostenerse con zonas geográficas aleja-
l radicaba todo el poder de las primeras comu- ILíbano, Tauro, Armenia, Badaskan, Nubia, Pakis-
que luego era delegado en un señor (en en ION (Tectuados por medio de caravanas fluviales o
tiempos), quien organizaba todo lo concernien- minas (el barco era perfectamente conocido), así
ida de la comunidad. De hecho, en el Poema í/í terrestres (carretas arrastradas por bueyes y ona-
h esta asamblea no deja traslucir nada de parti- l'.stos contactos comerciales quedan adivinados en
limita a aconsejar a Gilgamesh que guardo t'tna en las imponentes secuencias del Bosque de los
a en sus empresas para que pueda regresar otra] ios, acción situada muy probablemente en el Líbano,
ruk. Petición no muy concorde con los senti- el viaje que realiza el héroe en busca de Utnapish-
reales del pueblo que veía a Gilgamesh como un ¡ il I lejano y fabuloso país de Dilmun, ruta por donde
llo nos permite deducir que dicha asamblea (con ! >a a Sumer el oro, la plata y otros productos.
a voz y desde luego sin ningún voto) sería da] suma, vemos desfilar a lo largo del relato poético
fianza del rey y que contribuiría tácitamente i estructuras socioeconómicas arcaicas que han sido
a opresora de Gilgamesh. niñadas por la ciencia histórica, argumento todo
mos encontrado ninguna referencia más o me ra sostener la historicidad del rey Gilgamesh, que
reta a problemas de tipo jurídico o legal. Como de actuar en el entorno histórico que hemos esbo-
ue la primera compilación de leyes no se hi/
época de Uruinimgina (ca. 2355 a.C.), es perfec
lógico este silencio sobre una materia de tant;
liinerario de Gilgamesh
cia. Sí, en cambio, podemos entresacar dos
alusiones relacionadas con la probable existen- ficción del Poema, la de aquellos episodios que
os principios sobre un Derecho matrimonial smos en la actualidad, tiene lugar en un punto
EDERICO LARA PEINADO ESTUDIO PRELIMINAR LXXXIII
muy concreto: la ciudad de Uruk y sus ;i l'i"-nía nos habla de la ruta que durante doce horas
uyo paisaje y ambiente se pueden declm< 'i,11 oscuridad sigue Gilgamesh desde los montes
te a partir de las notas más o menos espor| luí en el Occidente, hasta llegar a la presencia de un
e recogen en el texto poético. "1 maravilloso (¿Hespérides?, ¿Saba?, ¿Sinai?), en
de sus más interesantes episodios trashulti nTcanías habitaba la diosa Siduri, no muy lejos
otros marcos geográficos, periféricos ya a Mí ¡u I ,a ubicación de este punto concreto, muy difícil
Uno de ellos es el viaje efectuado al país i' 1 1 1 uñar a partir de los datos que se nos dan, se ha
los Cedros, adonde acuden los dos protagoníi ni el Atlas africano, en el Mar Rojo y aun en la
char contra el guardián del mismo, el Ir mi 1 do Biblos. Desde ese punto, desconocido en reali-
y el otro, motivado por la búsqueda de l;i ni 'I héroe sumerio con la ayuda del batelero Ursha-
efectuado sólo por Gilgamesh, hacia el p.ih in/a las «Aguas de la Muerte» (el Océano) hasta
adonde llega tras una larga travesía marílnini iinlc su antepasado Utnapishtim, que había esca-
unos estudiosos de comienzos del prescn( i « u n o sabemos, al Diluvio, y que había sido insta-
cuencia del Bosque de los Cedros, si se ludí I M I I los dioses «en las desembocaduras de los ríos»
en supuestos filológicos a partir del nonihfl ni l.i versión del Poema), alusión muy clara a los ríos
, debía situarse en algún punto del lili tilos y Tigris. Como quiera que la versión sumeria
n). Modernamente, en razón de los estiuluí >iluvio nos concreta que Ziusudra fue instalado por
sobre las épocas de Sargón y de Gudea, royi* -" >lo la divinidad «en el país de paso, el país de
ron expediciones comerciales ya en el teru 'iliimn, allí donde nace el sol», debemos suponer que
tes de Cristo a puntos periféricos de Mesopii sh había atravesado el golfo Pérsico hasta llegar
osque de los Cedros tiende a ser ubicado i m i i i i , país identificado por la mayoría de los autores
a de los montes Líbano o incluso en alen
I i duales islas Bahrein del precitado golfo Pérsico
Tauro, ámbitos geográficos tradicionalmcnll ni época mesopotámica constituyeron un punto
ferentes coniferas, lo que cuadra con la da u i portan te en la ruta comercial que desde otras
e de dicho bosque y su montaña se hacen .Mojadas confluía hasta la desembocadura de los
mides ríos (que desembocaban independientemen-
pisodio, el relativo a la búsqueda de la innini' ya escala previa y obligada eran precisamente estas
esenta mayor complejidad en cuanto ;i
ón de la ruta seguida por Gilgamesh. lin vista de lo expuesto, no es aventurado por nues-
apa, el héroe sumerio llega a los montes Muí i l o reconstruir el itinerario geográfico de Gilga-
a» que, según el Poema, atravesaba el ( * iiyo punto de partida y de arribo es la patria del
e, y que debe ser fijada en un punto occidenli
otamia, muy probablemente en Arabia; • M!O Uruk, junto con su amigo Enkidu, el héroe
sobre la orilla derecha del Tigris, en su cur mo se desplazará hasta los montes del Líbano,
nia), se halla el monte Masios, topónimo MON por la producción de cedros y otras coniferas,
ectarse con el del Poema. El carácter de l i u - h a r contra Humbaba. Logrado su objetivo, des-
idental a Mesopotamia, como partida de es • '!• . montes regresarán ambos amigos otra vez a
s coincidente en todas las hipótesis. \ morir en esta localidad Enkidu, Gilgamesh,
V FEDERICO LARA PEINADO ESTUDIO PRELIMINAR LXXXV
quedado profundamente impresionado, empivih i'11 ce, H. Usener, J. G. Frazer) y un elevado número de
squeda de la inmortalidad. Saliendo nuevametilt les variantes proceden, sin lugar a dudas, de la difusión
k y vagando por estepas, llanuras y desierto», iliclio mito a partir de Mesopotamia y de la India.
hasta algún punto costero del Mar Rojo, n I >c ese suceso histórico, que tuvo lugar en Mesopota-
halla a la diosa-ninfa Siduri. Acompañado do H. han llegado a. nuestros días variadas recensiones,
r Urshanabi, a través del golfo de Aden y • lurte de la recogida en el Poema de Gilgamesh, conta-
Indico, tras remontar el golfo de Omán, pene luí ' cutre otras de brevísima extensión, con la de Nip-
l golfo Pérsico y en una de las islas Bahrein f, la de Nínive, el fragmento Hilprecht y la versión del
finalmente, a Utnapishtim. Tras indicarle a (¡l|t ' i dote babilonio Beroso (siglo III a.C.). También po-
la existencia de una planta de la juventud eterna, mos referencias de este cataclismo diluvial en unos
rará obtener, pero que perderá por causa de u ni textos totalmente históricos, escrito sobre prismas
erpiente, el héroe sumerio remonta finalmente i lillas (A. Parrot).
r el golfo Pérsico, llegando por vía fluvial a i todas las versiones, sin duda alguna, la más intere-
Uruk, desde donde, preocupado por sus duda* ¡ y completa es la recogida en la tablilla XI del
de averiguar qué ocurre en el Más Allá, n de Gilgamesh (tablilla que emplea unos doscientos
ará a Nippur, Ur y Eridu en búsqueda de ; para narrar el Diluvio), y cuyo argumento arran-
Enkidu. la serie de problemas que le sobrevienen a Gilga-
.1 causa de la muerte de Enkidu. Su amigo Enkidu
Mecido, Gilgamesh comprende que también algún
ECTOS TRASCENDENTES correrá la misma suerte; sin embargo, no se hace a
crrible idea y recuerda que uno de sus antepasados,
mito del Diluvio universal ishtim, había logrado alcanzar la inmortalidad.
:, pues, encaminarse hacia él para interesarse de
s dicho en páginas anteriores que en pudo alcanzar tal estado. Después de muchas
Smith había logrado descifrar en uña tahlill ; ades logra encontrarlo y llega a conocer el secreto
rme, procedente de Nínive, el relato de una leí i dioses. Una planta milagrosa era la que propor-
ndación que había arrasado a toda la Human i.ilu la eterna juventud. Utnapishtim le revela todos
n excepción de unos pocos seres (familia y pan i le (alies y además le indica que él había logrado la
Utnapishtim y la «simiente de las cosas vivas» i tulalidad gracias a haber sobrevivido a un terrible
a), que en una especie de barco habían logi.ul JVio que había tenido lugar en Shuruppak, y que con
vir por voluntad divina. Con tal hallazgo, díc u de l alie narra a Gilgamesh.
ador inglés había traducido por vez primera el I Cotejando la narración de corte épico que hace Utna-
sopotámico del Diluvio universal, traducción >|ii itlllim, cuyo epicentro sitúa en su propia ciudad de
lgarse llegó a causar verdadero impacto y e.\|« eon el relato que conocemos del Diluvio transmi-
por las concomitancias que presentaba respi >or la Biblia, llegamos a obtener una serie de
lato bíblico del mismo argumento (Génesis, (vi in/as y también algunas importantes diferencias,
echo, el mito del Diluvio aparece casi univcrm re las primeras, podemos señalar (siguiendo aquí a
difundido en todos los pueblos y culturas (I u oí y M. García Cordero) las siguientes: idéntica
FEDERICO LARA PEINADO ESTUDIO PRELIMINAR LXXXVII
corrupción de la humanidad) fue la desenoitll l/i (y en las otras versiones del Diluvio), el politeísmo
Diluvio; se salva en cada relato un honiln'lj jdu justificado entre Enlil, que es el desencadenante
, porque ello agradó a la divinidad; la c;il.niil castigo, y los demás dioses que se asustan ante la
Diluvio le es anunciada al hombre por (i (nilud de la catástrofe y que se interpelan y repro-
vinidad; se les ordena la construcción de mil i i i exigiendo responsabilidades por el suceso. Sólo Ea,
acuerdo a unas determinadas medidas y dr.tii i MI superior sabiduría (y astucia en este caso), com-
terior; los escogidos entran en la nave con I 'luliú que debía sobrevivir al menos un ser de la raza
los animales; en los dos relatos la destnuvM 11, i na. Es, pues, diferente el punto de partida en lo
más vivientes es total; el fin de la catástrofe I • n i l e a salvar a un representante de la Humanidad.
or determinadas señales (envío de pájaros); I M .uite los hechos consumados (la salvación de Utna-
alla en un monte alto; en ambos relato* I lilim), no tendrá inconveniente en concederle la in-
término del Diluvio un sacrificio a la divinidrt^ n.ihdad y elevarlo a categoría divina, cosa que no
que se refiere a las diferencias, éstas se coiioii ll'i'f con Noé, dada la diferente perspectiva teológica
dimensiones del barco o arca de la salvaeirtl 1 1 Biblia. Es decir, el status inmortal y cuasi-divino
son idénticas; así como en su distribiiclfl l Hnapishtim (o Atrahasis-Ziusudra) gana para sí
n el número de personas que entran en nía Rio y sus familiares es muy distinto al convenio que
s naves; en los pájaros que se envían fuera, Ifl 1 1 lliblia realiza Yahvé con un Noé enteramente
l Diluvio, que no son los mismos ni en núnul M.IIIO, a través del cual le es dada a la Humanidad un
cie; y en no figurar en el relato bíblico nomlni l >i i o en su ansiedad. Parte de la causa de la incomodi-
alguna, así como en la actitud final de I I espiritual, presente siempre en la psicología mesopo-
, extremo quizá el más interesante. En lugnr I llcu, fue, como ha señalado agudamente N. K. San-
a que Yahvé concede a Noé al decirle «m l.i inseguridad bajo la cual la gente vivía. Y esa
a a exterminar todo viviente como acabo I r inidad venía motivada ante todo por la falta de un
prometerle la presencia constante de «semeiilj i" entre los dioses y el hombre,
ha, frío y calor, verano e invierno, día y noül ti l.i publicación del relato mesopotámico del Diluvio
dure la tierra», en el Poema de Gilgamenli lni| |rt u ca,usar impacto, otro descubrimiento (éste de tipo
te el «nauseabundo cuadro del enjambre de II ¡Urológico) en conexión con aquél, alcanzó también
mo moscas sobre el sacrificio». En lugai- iln irme resonancia: el hallazgo de las pruebas concretas
omo pacto de alianza entre Yahvé y Noé, en I une el Diluvio había ocurrido realmente.
lo aparece la diosa Ishtar jugueteando piicrl Ríe en 1929 cuando C. L. Woolley, excavando la
n su collar y exclamando que «no olvidaría oí .Midad de Ur (la cuna de Abraham), halló una capa de
ados, en los cuales llegó también ella a senil Illn virgen de casi tres metros de espesor, que inte-
i > i | p i a los estratos arqueológicos de la excavación.
predominan las semejanzas sobre las din 1 . 1 capa sólo podía significar la presencia de una
lo que sí difieren ambos relatos es en I inundación que habría arrasado a mediados del
En la Biblia Yahvé es quien envía el Di huí» Mío milenio antes de Cristo, y en una área de unos
igar a los hombres por sus pecados, salvan* 1 "K kilómetros de longitud y 150 de anchura (en el
te a quien ha sido justo; en el Poema de (¡ilM n ha jo del río Eufrates), todo vestigio de vida ante-
II FEDERICO LARA PEINADO ESTUDIO PRELIMINAR LXXXIX
igios que aparecían en la estratigrafía por di lm ii plástica desde fechas muy tempranas ya en el propio
ha capa de arcilla. Woolley no dudó en imlinii |Her. Aquí se han localizado, en las diferentes campa-
ía corresponder «al Diluvio de la Historia y (II | nrqueológicas efectuadas, variados vasos tallados en
a sumeria, al Diluvio sobre el cual está funda! d i . i y realzados con relieves (British Museum) que
a de Noé». Itsentan el tema del toro salvaje (Toro Celeste) domi-
nsacional descubrimiento fue confirmado poní In por un forzudo hombre, que en opinión de autori-
en las excavaciones efectuadas en Kish, junio u Ins especialistas muy bien pudiera ser el prototipo
, por E. Langdon y Ch. Watelin, ciudad <|im Hoto de Gilgamesh (¿o de Dumuzi?), así como infini-
presentaba un estrato diluvial. Disputas cuín I de cilindro-sellos ornamentados con el tema de
stos restos o capas de arcilla era el del verdiuli [uamesh y Enkidu.
io distrajeron la atención y el interés por á u Ur, en la campaña 1927-1929, fueron localizados
gándose, tras el análisis de los restos materia K i un equipo de arqueólogos angloamericanos dirigido
rar por los especialistas que los diluvios de lll PC. L. Woolley unos fastuosos ajuares en una de las
h correspondían a dos inundaciones diferenli'i rthas del Real cementerio de aquella localidad; preci-
de capas de arcilla, asimismo de origen diluvi.il liente, en dichos ajuares se representan trasuntos del
mbién detectados en otros puntos de Mesopn |o de Gilgamesh (en una cara lateral del «estandarte»
ruk (A. Jordán), Shuruppak (E. Schmidit), I u Ur se recoge el combate contra el Toro Celeste; en
Parrot) y Nínive (R. Campbell Thompson y M i de las arpas de la reina Puabi aparecen, en dos de
llowan), datados todos ellos por sus estratos di registros de la viñeta de su caja de resonancia, Gilga-
épocas cronológicas. .li entre dos toros dispuestos simétricamente y la
sa variedad de datos «diluviales» debe concluiri nía del hombre-escorpión).
ndo que hubo diferentes inundaciones en Mcsiii ^u han faltado autores que han visto influencias de
pero que sólo una de ellas fue de tal magnilml i (cmática mesopotámica en algunos relieves del
desbordamiento de los ríos, maremoto?) qiu pío predinástico, concretamente en el famoso cuchillo
ella zona significó realmente el fin del mundo y KÍlex de Djebel-el-Arak (Museo del Louvre), en una de
lugar, por sus enormes consecuencias, a la l'oi ,i\s del mango de marfil se representa, entre
e una leyenda milico-religiosa que se reflejó o» Os motivos, un hombre separando leones enfrentados,
s mesopotámicos y cuyo contenido, recogido ni- plantean interesantes problemas sobre las relacio-
e por Moisés, fue incorporado al Génesis (1 cgipcio-mesopotámicas.
elato que en unos y otro texto aparecen col «as etapas de mayor éxito en la representación plásti-
diferentes, adecuados evidentemente a sus espi' ilcl motivo de Gilgamesh fueron la babilónica y la
quemas religiosos. riu. En la primera, el tema de Gilgamesh y Enkidu se
|6 u plasmar reiteradamente en centenares y centena-
dc cilindro-sellos y plaquetas, con diferentes argu-
mesh y el Arte Rtos (caza de animales salvajes, combate con fieras,
I, hasta llegar a una verdadera estereotipación del
a literario de tanta importancia como el Pot 1.1, que se diluyó en acusadas abstracciones. Asimis-
lgamesh hubo de encontrar su adecuada exprt i, figuras grotescas y máscaras recogen la efigie de
>l:RICO LARA PEINADO ESTUDIO PRELIMINAR XCI
i , dentro de un contexto artístico de tipo rol ¡lite motivo, ya totalmente bajo simbología cristiana,
pular (plaquetas de terracota y cabezas de IIM • muy utilizado en los relieves de los capiteles romá-
el Louvre, British Museum y Bagdad). ii'iis y aun góticos de las iglesias y catedrales europeas,
rte asirio la figura de Gilgamesh reaparece oí M'lu reflejo tardío del motivo mesopotámico.
lieves (de casi cinco metros de altura) de una J Mrspccto a la presencia del tema de Gilgamesh en
as del Salón del Trono del magno palacio • i'.ma, aparte de su rastreo en algunos capiteles de
, en Khorsabad (hoy en el Museo del Louvrl •rm i nadas iglesias o catedrales o en unas pocas orna-
en diferentes estatuillas de bulto redondo t;uj HfUaeiones de tejidos (Vich, Barcelona), hasta la fecha
horsabad (Gilgamesh y la clavija mágica) y «I * luí detectado en el famoso cinto de oro procedente de
de cilindro-sellos. El motivo no es desconodill Miseda (Cáceres), hoy en el Museo Arqueológico
en los célebres tejidos asirios, en donde <»l . i.'iial de Madrid, cinto datado por los especialistas
a al héroe sumerio derribando toros o cazamln nliir el año 600 a.C., y en los relieves de una interesante
itfre funeraria de Pozo Moro (Albacete), reconstruida
ronto el tema se localiza ya fuera de MesopolJ •I en el precitado Museo Arqueológico Nacional, fe-
ienzos del primer milenio antes de Cristo) m H|e en el siglo vin a.C., que si bien su temática
gran importancia. En el arte de la región ilr Nucida el mundo neohitita o cananeo, sus escenas
s, los famosos bronces del Luristán (1100-7lll •den esconder algún eco de los episodios del célebre
bajados por un pueblo de origen caucásiü Ifpc sumerio.
con otro cassita, recogen el tipo de Gilgamr I ii opinión de algunos investigadores actuales (R."
specto de un hombre-toro (¿tal vez Enkidii Iclitnireich, H. Kantor, P. Pohl) el tema de Gilgamesh
do a unos extraños seres mitológicos (griíoi • • • tuvo ninguna repercusión en el Arte, indicando que la
escita el tema se va enmascarando ante la scrl •juncia del hombre entre leones o toros obedece a
s anecdóticos y secundarios que lo órname Nlulipos muy arcaicos o al repertorio de otros mitos
ratita Karkemish puede también rastrearse i Utliiui/i, Etana, etc.). No obstante, no parece lógico
Gilgamesh en algunos de los relieves de n#|ilat que un tema de tanta importancia, éxito y difu-
de esculturas de dioses (hombre-toro, homliii >mo el de Gilgamesh no hubiese sido reflejado
es, o entre león y toro) o en otros relievJ »l»unlmcnte»; incluso aceptando que no se llegase nun-
scorpión, hombre con leones). • i ir presentar en obras plásticas, ello no impide supo-
del hombre gigante con leones y otros animnJ sobre temas arcaicos o prototipos de otros ciclos
n será adoptado por los fenicios, quienes tram ¡ (Híleos se transplantase el tema de Gilgamesh. Y la
tema a los griegos y demás pueblos medita ni I mveeaón de nuevos contenidos sobre temáticas ya
o el despótes therón (señor de los animales),! rti'íiiN de valoración no es un hecho imposible. Una
arte de la antigua Etruria, el tema, ya muí •(friura artística a posterior! puede ser igualmente váli-
do, pasará a decorar bronces y joyas, piiil I Y esa relectura ha sido comprobada a partir de un
tardíamente (época paleocristiana y bizaifl lilliilio-sello predinástico (anterior cronológicamente a
otro asunto, pero con la misma tipología, M >.ible existencia de Gilgamesh) en el que se recogía
e Sansón luchando contra los leones o cu • cm ena de un héroe desnudo, barbado y con una gran
risto vencedor del demonio. i l i i a (Morgan-Porada), tema que fue copiado una y
RICO LARA PEINADO ESTUDIO PRELIMINAR XCIII
ta la extinción de la civilización asiriobahl» •te los contenidos últimos del Poema, expurgados
iempre fue asociado convencionalmentc u I •fe algunos estudiosos del tema.
ilgamesh (P. Amiet). l'ina algunos (T. Jacobsen, por ejemplo), el cambio de
mucho tiempo (1960) G. Offner ha potlijj •Nulidades operado en el segundo milenio antes de
creemos que con argumentos muy sólidos, 1 •lio en Mesopotamia, motivaría que el hombre se
e representaciones plásticas inspiradas di rol iilmilcase de modo riguroso una serie de inquietudes
el Poema de Gilgamesh, realidad ya intima •fea de la muerte y de la justicia, inquietudes que se
io G. Smith en 1876. Amaron inequívocamente en el Poema de Gilgamesh.
, basándose en estudios arqueológicos, /.un '•Oíros (A. Heidel, C. Loew) piensan que el relato del
ográficos y epigráficos, ha podido compm> •oe sumerio era un alegato, y sobre todo una batalla,
escenas del héroe luchando contra un torl unirá la muerte, ante la cual se resistían los espíritus
l héroe victorioso contra monstruos o acnm i . inquietos. Para F. M. Th. de Liagre-Bóhl y A. L.
tros personajes, son representaciones arlisll l|i|icnheim la filosofía última del texto se centraba en la
as a partir del texto literario de Gilgamexiy •locución de la inmortalidad, meta inalcanzable por la
IfJO de condicionantes que arrastraba el hombre, pero
•tlamente deseada. Otro enfoque distinto, mucho más
del Poema •Bftno a la realidad cotidiana del hombre, es el que vio
i, l'iirlani, para quien el relato del Poema fue el pretexto
, y sin entrar en un posible análisis estrudm I ixcusa para significar la amistad entre las personas y
a, que, siguiendo las pautas de Levi-Straui», •litar todos sus positivos valores.
ace algunos años el profesor G. S. Kirk (I No han faltado autores que a partir del análisis en
idu; lo urbano: Gilgamesh; la conexión ara Iftiíundidad de los aspectos externos de la obra han
s aventuras; los propósitos: las contradicnu HBO conclusiones de otra índole que la puramente
ógicas), ni tampoco analizarlo desde prcsii i" »íiea. Así, podemos recoger la antigua tesis de H.
anicistas (tesis-antítesis-síntesis) heraclitamil '•nvlinson, aceptada por otros autores, quien fijándose
r R. Jestin o bajo el enfoque platónico solul i|| l.i estructura y disposición de las doce tablillas del
íclico de las almas, ni llevar el Poema a uní 'nt'wi/ vio en la obra un trasunto astral, señalando que
aléctica bajo presupuestos hegelianos (ser-n| • correspondía y respondía a los doce signos del Zodía-
cer) que nos llevaría muy lejos de los límiiml }i También hay autores que ven postulados chamánicos
os impuesto, sí debemos tocar, siquiera sc« MI el Poema (tesis argumentada total o parcialmente por
para finalizar nuestro estudio, la filosolli M, Schneider, J. Makkay y E. G. Rabinovió).
oema. ('.atendemos nosotros, asumiendo las anteriores inter-
licidad de valores de todo tipo que encicru • i.11 iones, que todo el meollo especulativo que se
épica de Gilgamesh, tanto en sus aspeclii «»ii(tc en el relato (de profundo interés humano y por
como formales, ha motivado diferentes j il" de permanente actualidad) está destinado a dar
s por parte de numerosos especialistas, leu ' U l u l o al héroe y a desarrollar una «actitud» más que
raer su valoración filosófica. Un importanli Ifl «sentimiento» ante el problema de la mortalidad del
bro de J. Cors i Meya sintetiza adecuachiJ e, que adquiere su valoración al contrastarse con
ESTUDIO PRELIMINAR XCV
EDERICO LARA PEINADO
IIMIOI laudad» 'de un nombre eterno (no la posibi-
ad que lisa y llanamente es de índole teol¿ I di- ser un hombre eterno) y sobrevivirse conse-
dioses viven eternamente).
ii maite a uno mismo. Esa es la única inmorta-
en el Poema de Gilgamesh termina de un rl único resquicio de pervivencia reservado a los
nzado, brusco, seco, sabemos que no sien I >!(••, Y ése es, creemos, el mensaje último del Poema
finalizar así, puesto que la última tablilla i|i
Hytimesh.
la versión que hoy se conoce) viene a ser (I
sin conexión argumental con el resto de 1
, tablilla añadida en una de las últimas ine|
la obra literaria, según demostraron C. J. (>m|j
ramer. En realidad, el Poema hubo de termina LA PRESENTE EDICIÓN
cena en la que Gilgamesh le muestra con < > I ( > H
anabi la colosal muralla de Uruk, advirtiénai \i-rsion del Poema de Gilgamesh que a continua-
io tiempo sus planes para la finalización tío I e, y que tiene por finalidad contribuir a su
scena exactamente idéntica a la del comiciiB entre el gran público amante de la Historia
y que, aparte de su valor como recurso liii-ni plguíi, ha sido fruto de la confrontación de diferentes
oliza también el punto de cierre de un nr|á Hilemos de autorizados asiriólogos (P. Haupt, P. Jen-
bién la posible apertura de otro nuevo, lal \i<i
I I i. Dhorme, M. Jastrow, A. T. Clay, E. Ebeling, R.
tos planteamientos y perspectivas diferenleM dliipbcll Thompson, G. Contenau, F. M. Th. De Liagre
consuelo cabe saber que en una tradición poMÉ
ni, A. Heidel, E. Speiser, G. Furlani, R. Labat, J.
ria, en un nuevo poema, se hace «morir» I
•dncr y J. Maier). El resultado más evidente de la
teniendo éste como compensación a sus fallan
del Mundo Inferior, alcanzando así por volim •Ón es el haber fijado el desarrollo argumental del
a la dignidad de juez supremo de aquel miuutn, mniti bajo secuencias de «acción» lógicas, gracias a la
fcfporación de nuevos fragmentos y lecturas parciales
que debe acudir toda la humanidad. HunuuiÚ
otro lado, que puede alcanzar una chispa, nlfin liobre tal obra literaria han ido aportando las cien-
talidad por ser ésta un componente (auin|tii i luslórica y filológica en las páginas de las revistas
que, de alguna manera, se halla presente en l| Wcializadas.
a del hombre. Hombre que puede llegar a wi •Indo necesaria una total puesta al día de dicho
si sabe acordar sus reales posibilidades a he- mtttu (que sólo conoce un par de versiones —incomple-
cos, a obras totalmente perfectas, bien reali/n || y sin comentarios— en nuestro idioma), la presencia
ndo la escala humana como módulo orienl;il!< I nuevos textos hititas, babilónicos o asirios era razón
de la construcción de la muralla de Uruk cin liliH¡ida. Si bien en algunos pasajes determinados la
cuya fama por tales hechos ha de trascended ¡ilusión de los mismos pueden hacer reiterativa la
na duda, a la propia descendencia; es decir, |ilición argumental, en no pocas ocasiones contribu-
se proyecta sobre los hijos y desde éstos y sii| MII u matizar o precisar detalles no conocidos en las
ntes a la Historia. illnones clásicas. Asimismo, y motivado por la imposi-
esta manera, hablando desde planteamicn Illdiid, hoy por hoy, de establecer un texto completo y
otámicos, el hombre podrá alcanzar la gloiui lioal del Poema, se advertirán lagunas textuales, que
RICO LARA PEINADO ESTUDIO PRELIMINAR XCVII
eñalan, o cortes bruscos en la narración, ipn 'AtTqot, Jerusalén.
ente hemos mantenido para ajustamos n« Aula Orientalis, Sabadell (Barcelona).
Ausonia, Siena.
to a la validez científica del texto. Beitráge zur Assyriologie, Leipzig.
litar la interpretación de los versos y « Boletín de la Asociación Española de Orientalis-
zación con referencia a los textos origina Iri tas, Madrid.
o por concedernos las mínimas licencias J Baghdader Mitteilungen, Berlín.
Bulletin de la Academie Royale de Belgique. Cla-
cal, así como por servirnos de las notaciom'i se des Lettres, Bruselas.
nales, pero cotejándolas con otras versioiir» Bulletin of the American Schools of Oriental Re-
se toman determinados versos que se puhli search, New Haven.
réntesis, cuando se precisan. Belfagor, Florencia
Bibliotheca Orientalis, Leiden.
corporado también una amplia bibliognilln British Museum Quarterly, Londres.
bre el Poema, así como un considera hll MRAH Bulletin des Musées Royaux d'Art et d'Histoire,
notas explicativas para aquellas palabrut| Bruselas.
o personajes, que lo requerían, tendenli'i The Classical Journal, Colorado.
KM Comptes-Rendus de I'Academie des Inscriptions et
hacer más comprensible el Poema y podrí Belles-Lettres, París.
da la rica aportación histórico-cultural i|iii> Id* Altertum Das Altertum, Berlín.
en esta bellísima obra literaria los antiguo» niit Encyclopaedia Bíblica Instituti Bíalik, Jerusalén.
.//t Enciclopedia de la Biblia, Barcelona.
os, creadores, sin lugar a dudas, de la civílli I <> Egitto e Vicino Oriente, Pisa.
na. ' 'luí Orientalia Folia Orientalia, Cracovia.
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TABLILLA I
COLUMNA I
asirlo
Quiero dar a conocer, al país, a aquel jjuejodp lo
ha visto 1 ,
a aquel que ha conocido lo profundo 2 , que ha
sabido todas las cosas,
que ha examinado, en su totalidad, todos los mis-
terios.
A él3, el sabio universal, que lo ha conocido todo,
' Con la expresión Sha nagba imuru, «aquel que todo lo ha visto»,
át comienzo el Poema de Gilgamesh. Sin embargo, ya R. Campbell
llhtmpson y otros autores argumentaron que había que sobreentender
Huís palabras previas, que aquí restauramos. Habla el poeta, en
ifiilulad, utilizando la primera persona.
' lil término nagbu, además de significar «totalidad» y «mar» puede
lenificar también «abismo», «manantial», «fuente originaria». Cree-
itliw, siguiendo a A. L. Oppenheim, que aquí dicha palabra no designa
•iniplemente el mar, como un lugar concreto (Gilgamesh alcanzó el
HWr, donde moraba Utnapishtim), sino la gnosis o conocimiento de lo
MÉI profundo conquistado por Gilgamesh.
* Esto es, a Gilgamesh. Al ser calificado de «sabio universal», el
impla lo considera realmente un apkallu o «sabio». Sobre esta temática,
I .1. A. van Dijk, La sagesse suméro-accadienne, Leiden, 1953.
E GILGAMESH POEMA DE GILGAMESH 5
descubierto el secreto de lo que estábil y el santuario-puro del Sagrado Eanna9.
velado, ¡Contempla su muralla exterior, que parece hecha
nos ha transmitido un saber mucho mi» de bronce!
antiguo que el Diluvio'1 ¡Mira sus paredes internas, que no tienen rival!
de un largo viaje, fatigado, pero sereno, ¡Toca su dintel, que proviene de muy lejos!10
n una estela de piedra 5 todos sus esfuerzon ¡Acércate al Eanna, la morada c[e Ishtar l í ,
có los muros6 de Uruk 7 , la bien cercada", que ningún rey venidero, ningún hombre, iguala-
rán jamás!
¡Sube y paséate por la muralla de Uruk!
olítico mesopotámico existía ya una tradición oral .h Inspecciona su base12, observa su fábrica de ladri-
de las tierras bajas, entre los ríos Eufrates y Tigni, lio13.
bió fijarse por escrito a finales del tercer milenio anl«
echo, motivado por un Diluvio (abubu), sirvió paiii
¿No son de ladrillo cocido14 los ladrillos de su
mesopotámica en dos fases: una antigua o anterior ni estructura?
osterior. Es lógico que Gilgamesh transmitiese heclini ¿No colocaron sus cimientos los Siete Sabios?15
uvio, toda vez que llegó a conectar con Utnapishlim,
atástrofe, según narra la tablilla XI del poema.
fue inventada en Uruk y, según los textos, llegó M
del Diluvio. Un texto de Assurbanipal, rey asirio ili'l 1 Kanna, «Casa del cielo», «Casa de Anu». Fue el templo primero de
blando de tal rey: «Tenía mis delicias en la lectura de hit •iM v luego de Anu e Ishtar, situado en Uruk. Dicho templo y otras
s al Diluvio.» Beroso, un sacerdote de Marduk, qui> iimicciones anejas formaron un barrio sagrado, renovado y restau-
ia en el s. ni a.C., indica lo mismo, al señalar i|in< nlcí por los sucesivos reyes.
rofe del Diluvio, Xisuthros («el salvado de las aguas»! 1° Unos autores lo traducen con sentido temporal («de tiempo
ar los textos escritos, escondidos en Sippar. Gilgamesh «memorial»), otros con sentido geográfico («de países muy lejanos»).
sus aventuras sobre una estela de piedra (naru). Oí ni P Diosa acadia de la guerra, del amor y de la fecundidad. Fue la
naru es la inscripción de Naram-Sin, rey de Ak'kutl Ñu más importante de la religión babilónico-asiria. Su nombre es de
que puede verse en O. R. Gurney, AnStud., 5, 19M, i' i l o significado, si bien hace referencia a la «estrella» del amanecer
ild atardecer (planeta Venus). Los semitas la asimilaron a la Inanna
ogía ha evidenciado no sólo las murallas y su perínii' <mrna. Los textos la llaman «diosa excelsa», «señora de los pueblos»,
n el material utilizado, el ladrillo plano-convexo. Luí] • nora de los hombres», «gobernadora de cielos y tierra», «la primera
vas de Uruk fueron dobles. Una muralla exterior, de 1 • Mfe los dioses», etc.
n sus trazas en el suelo, y otra interior, de 5 metros de " «Base» es la traducción que damos al término acadio temennu.
a por pilastras y por torres semicirculares. La misma I ilit palabra, de origen sumerio (cf. con el término griego témenos),
a de unos 6 kilómetros cuadrados. («llpaba la plataforma sobre la que se construían los templos.
na de las más importantes ciudades sumerias (actiul ''Los ladrillos de esta muralla tenían forma plano-convexa. Tal
bicada junto a la orilla derecha del rio Eufrates. Fue l.i Inmérito constituye una de las características constructivas más acusa-
que, tras el Diluvio, ejerció la hegemonía sobre Sumci >lcl período arcaico mesopotámico (tercer milenio a.C.).
esta dinastía fue Maskiaggasher, personaje mítico, 14 La mayor parte de las construcciones del tercer milenio estaban
tu, el dios sol. La fundación de Uruk se atribuyó a su j illíicíidas con ladrillos secos al sol. De ahí el interés del poeta en
l cual sucedieron Lugalbanda, Dumuzi y Gilgamesh .•telar que la estructura de la muralla era de ladrillo cocido. A.
ruk se comenzaron a excavar en 1849, realizándose inlkenstein ha señalado que los ladrillos de la muralla de Uruk no
pañas arqueológicas. "l«n cocidos, por lo que, si se acepta esto, hay que pensar en que este
, «Uruk amurallada». Con tal expresión se designa H <IBO es una adición posterior, achacable a las sucesivas copias.
, protegido por una muralla interior de 9,5 km ilc P La tradición sobre la existencia de antiquísimos sabios al comien-
atribuida, por la tradición, a Gilgamesh. •ii de los tiempos fue un hecho común a muchas culturas del mundo
E GILGAMESH POEMA DE GILGAMESH -1'-
arte es ciudad, otra parte huerta y otra pnr| dominando a reyes, famoso, poderosamente crea-
calvfl do,
rtes, incluyendo el calvero, forman Uruk'] héroe, hijo 20 de la ciudad de Uruk, un toro que
bre la caja de cobre, acornea!
uelto el pestillo, hecho de bronce, El toma la delantera, como debe (hacer) un líder,
a boca a sus secretos, sin embargo, él marcha en la retaguardia, como un
a tablilla de lapislázuli 17 y léela en vjí compañero de confianza.
altftP Un poderoso lazo para proteger a sus hombres,
Gilgamesh 19 soportó todo lo duro, es una furiosa ola que golpea totalmente los muros
de piedra.
Hijo de_Lugalbanda21, Gilgamesh es el modelo de
icho mito se intentaba explicar cómo el hombre UCHÚ I fuerza,
nocimientos y técnicas de la civilización. Los «/>/,, i
ido descritos como los mediadores entre los divino »., hijo.jle esa j»ran, vaca salvaje 22 , Ninsun 23 .
reto divino», «modelo») y el conocimiento humano 11 I (...) Gilgamesh, deslumbrador, sublime,
obre el mito etiológico de los Siete sabios, VC;IM I abridor de los desfiladeros de las montañas 24 ,
1961, pp. 1-11. Para éste y otros mitos sumero-acadlifl cavador de pozos en la ladera de las colinas,
nado, Mitos sumerios y acadios. Madrid, 1984.
alude a toda la extensión de Uruk (unos 6 kilómclinl I cruzó el Océano, el profundo mar, por donde
arqueología ha detectado que un tercio de esa sup»H¡
a por edificios públicos y viviendas de nobles, ulfn
ban los barrios de la gente humilde y el tercio rcsl.mit
rtos, espacios vacíos (calveros) y necrópolis. Cadií mil ! una tradición que presentaba a Nemrod-Gilgamesh como
tá designada con la medida de superficie shar, evüln .iiuctor de la Torre de Babel. Según la Lista real sumeria, Gilga-
acuerdo con esta referencia, la superficie total de I imi i gobernó en Uruk durante 126 años. Cf. T. Jacobsen, The Sume-
ás de 10 km 2 . \iiifl List, Chicago, 1973, 4." ed., pp. 89-90. Para B. Lukacs y L.
zuli era la piedra semipreciosa (de tono azul iiiii) Gilgamesh habría reinado entre el 2637 y el 2616 ( + 25) a.C.
nocida en la antigua Mesopotamia. Las investigación^ l/ícn, II, 2, 1975, pp. 25-45).
ueológica han determinado los puntos de donde vi-nli (ülgamesh es llamado aquí «hijo» (lillidu) de Uruk. En otros
ish, Meluhha, Aratta y Marhashi. Según G. Herniiiinn ' • se emplean otros sinónimos para designar el término «hijo»:
rano-Munjan, en la provincia de Badakhshan (AfgiuiU i de Lugalbanda, maru de Ninsun (versos 33 y 34).
eedor del lapislázuli (uqnu) en la Antigüedad. Tablilla Lugalbanda fue otro famoso rey sumerio, padre de Gilgamesh.
an sido encontradas en depósitos fundacionales ( i < I _¡n la tradición fue un rey pastor que reinó en Uruk durante 1.200
la colocación de la primera piedra de templos) i|| |, Fue sujeto de un relato épico, en varios episodios.
ades de Mesopotamia, incluyendo lógicamente Uruk El epíteto «Vaca salvaje» fue aplicado usualmente a diferentes
se está dirigiendo a un posible lector interesado nn I lín el original, Rimat-Ninsun, formando un todo tal nombre
hos de Gilgamesh. «nipucsto.
de Gilgamesh ha sido escrito, leído y transcrito il» '' Ninsun fue una diosa de segunda importancia en el panteón
eras, habiéndose ocupado de este tema numero,,.. «Miipotámico. Según quiere la tradición, fue la esposa de Lugalbanda
tre las variantes, podemos aquí recoger: Gisbilginmn, i>oi lanto la madre de Gilgamesh. En el Poema está caracterizada
sh, Gishgimmash (hitita), Galgamishul (hurrita), ( ú l r < •ino una diosa experta en la explicación de los sueños y como diosa
logía de estas variantes ha originado interpretación» ii i'ian piedad.
contenido. Hoy se acepta que el nombre de Gilgaim i> 1 I TI este verso, y en ios siguientes, se anticipan algunas de sus
adre, el héroe». Desde la Antigüedad Gilgamesh Ii4 ni.is. Sin embargo, sorprende que se silencie el episodio del comba-
el Nemrod o Nimrud bíblico. Flavio Josefo (s. i il.n i muirá Rumbaba.
A DE GILGAMESH POEMA DE GILGAMESH 9
Shamash 25 se eleva! \ / n hitita
loró las regiones del mundo: el que busc;i i
Vida", Un fragmento de una versión hitita, muy incompleto, contie-
iéndose paso hacia Utnapishtim 28 , el Lejami, ne lo que puede ser el comienzo del Poema y las características
físicas y morales de Gilgamesh.
hombre que restauró las funciones que el Diluí
vio había destruido", ¡Voy31 a entonar un himno a Gilgamesh, el héroe!
poblando la tierra. A Gilgamesh, que tras haber sido creado,
ay algún rey como él en alguna parte? lo hizo perfecto en su figura el poderoso dios (...).
uién como Gilgamesh puede jactarse (de decir A Gilgamesh lo crearon en su figura los grandes
'¡Yo soy el reyll dioses.
esde el día de su nacimiento, Gilgamesh l'uj El dios Sol del Cielo32 le dio Ja virilidad,,, ^
llamado de nombre 1 ' el'dj.os de la Tempestad33 le dio el heroísmo. !
De este modo crearon los grandes dioses a Gilga-
mesh.
ash fue el nombre acadio dado al dios Sol (en sumcrln¡| Su figura llegó a once codos de altura34,
de Sin (dios luna), fue considerado el dios titular de I de su pecho la anchura era de nueve palmos35.
le creyó dotado del don de la profecía. Su esposa fue Ayu j
ettu (la Justicia) y Mesharu (el Derecho). Se le llamó ' Su miembro tenía la longitud de tres (...).
le asignó el número 20 como emblema numérico. I uij Anduvo recorriendo todas las tierras,
ntros de su culto fueron Larsa, Sippar y Babilonia. llegó a la ciudad de-Uruk
ón al Este, lugar por donde se produce el orto solar.
mesh es el mushteu balati, «el que busca la Vida», y (...)
uí a «inmortalidad», la vida que disfrutan los dioses.
pishtim fue una de las personas que sobrevivieron al Diluvial El texto mutilado impide conocer el contenido del verso
ico. Fue hijo de Ubar-Tutu, rey que gobernó en la ciudnu anterior.
pak. En la historia del Diluvio sumerio Utnapishtim Pll
iusudra («Vida de largos días») y en la versión acadllj A diario dominaba a los hombres de Uruk.
(«El muy inteligente»). Los especialistas han traducido »|f Gilgamesh (...) en los vientos.
Utnapishtim como «El que encontró la Vida», «Vida
», «Uta es mi vida», etc. Su actuación con respeclo «|
puede verse en las tablillas X y XI. JLa versión hitita recoge el carácter hímnico del Poema, siendo
ta frase se aplica a Gilgamesh, las funciones (parsu) c Ildo «La canción de Gilgamesh» (Shir Gish. gim. mash). El copista,
serian las religiosas, posibilitadas por la construcción Iwlante, reelaboró el material épico, pues las diferencias entre las
bnes son
a suya según se dice en el verso 10 (Cf. W. L. Moran, K.\.\, 2, 1977, pp. muy evidentes.
190-191). Sí laVéase J. H. Tigay,
aplicamos The Evolution...
a Utnapishtim cit., pp.
(idea mciinil
118.
e entendería que tras el Diluvio la humanidad -volvería «J Esto es, el dios Shamash (Utu en sumerjo).
e, a vivir, poblando así otra vez la tierra. Alusión al dios Enlil. Entre los hititas el dios de la Tempestad fue
ombre» era uno de los principios más importantes para luí j si bien su hijo Telepinu lo desplazó.
na cosa no existía hasta que no tenía «nombre». El nomln* j 1 Aproximadamente, 5,60 metros de altura. Un paralelo de este
las personas su individualidad, pero también su «esencia» j ño, si bien la mitad, puede verse en el de Goliat, gigante de la
au). Para los paralelos y significado de todos estos versm i 1 de Gat y rival de David, cuya talla según la Biblia era de seis
ios, que constituyen realmente un prólogo al Poema, VÓHW jy un palmo (o de cuatro codos, según la versión de los Setenta).
, The Evolution of the Gilgamesh Epic, Filadelfia, 1982, |i|t j Samuel, 17, 4.
ara los versos 17-45, D. J. Wiseman, Iraq. 37, 1975, p. Iftl 1
Unos 2,25 metros.
A DE GILGAMESH POEMA DE GILGAMESH 11
la diosa Madre 36 lo vio (...) atentos a sus órdenes39, siempre debían estar pres-
encolerizó en sus entrañas. tos sus compañeros.
os los dioses estaban reunidos Los hombres de Uruk, con un temor constante, se
diosa Madre fue al lugar de la asamblf.i hallan en sus estancias:
^Gilgamesh no deja un hijo a su padre, <>y—-
COLUMNA II día y"noS5e~sé~SSser^^SS~svT\í5í^ísLS5.
lo Gilgamesh, el pastor 41 de Uruk, la amurallada,
el pastor de todos, y su rey, osado, ilustre, sabio y
tercios de él son dios37, un tercio de ¿I I prudente,
humano! no dejsJLninguna hija aljado de aquel que la ama,
orma de su cuerpo es perfecta, los dioses mi* (sea) hija de guerrero "o (futura) mujer de un
mozo42.
mos la completa^
madre, Ninsun, acrecentándola, la doló j De oír sin cesar las quejas de las gentes de Uruk,
bello/i los grandes dioses,
los dioses del cielo apelaron al dueño 43 de la
ue una laguna de tres versos.
amurallada Uruk:
el recinto de Uruk él vivía (...) —Es un buey montaraz lo que tú has creado en
cía muestra de una fuerza tan grande como l| Gilgamesh44.
de un buey salvaje alzando su lc*li En verdad, el empuje de sus armas no tiene par,
hoque de sus armas no tiene par,
" Otra posible traducción: «Al golpe del tambor» (pukku). L. A.
sa Antu, compañera de Anu, la divinidad suprema. )( l|H'nlicim traduce: «mediante (el sonido del) tambor, venían desvela-
Mesopotamia se conocieron otras diosas madre. Eus subditos (para la corvea)».
s tercios de divinidad que posee Gilgamesh provieiu n <li '" I.a naturaleza de la opresión de Gilgamesh sobre Uruk es muy
diosa Ninsun. En el Poema también se citan como nmilll ilulilcinática, habiendo sido interpretada de diferentes maneras. De
ru y a Rimat-Belit. Aruru en la Cosmogonía caldca 11. •o, tal opresión o tiranía se basaba en la llamada incesante a las
arduk, con quien «formó la simiente de la humanulml- Bis. respecto a los hombres, y en el ejercicio del «derecho de
«que conoce cuanto es posible saber», era una saccnlullN H|da» (¡us primae noctis), respecto a las mujeres. No aceptamos la
leyenda consideró madre de Gilgamesh a Ningiir.nl- Bpretación de T. Jacobsen, dada en AcOr., 8, 1930, pp. 62-74.
alto sacerdote de Kullaba. •' El término pastor (riaum) está aquí utilizado con claro sentido
rgo del Poema, Gilgamesh está siempre dibujado cninl Wlnfórico. Debe entenderse en sentido de «soberano», muy próximo
a. Era humano y por ello, lógicamente, iría en busc;i .1. i. il (iiego poiemen laón. Aparte del determinativo divino (ilu) con que
a pesar de que fuera «carne de dios» (cf. IX, 11, I I) I •imicce Gilgamesh en el Poema, en otros textos se le da el título de en,
AcOr., 15, 1937, pp. 141-160), siguiendo a P. Jensen, im|f ¿fior».
ad de Gilgamesh, aduciendo que fue una divinidad 1 •' Alusión inequívoca al «derecho de pernada».
o número de años de reinado que le otorga la Lisiu u* M Al dios Anu, señor de Uruk y padre de los dioses.
M De hecho, Gilgamesh no fue hijo de Anu. Aquí el poeta considera
cupar en la genealogía de Uruk un lugar tras dos dio . <
o taxativamente «dios» en un antiguo texto de Slinni|i i Anu como su creador en razón a que dos tercios del rey de Uruk
Kjn divinos, por lo que, en cierto sentido, Gilgamesh podía ser
ulisiderado hijo de Anu, el padre de todos los dioses.
POEMA DE GILGAMESH 13
DE GILGAMESH
En la estepa modeló al valiente Enkidu49, vastago
s a sus órdenes, siempre deben estar pr del silencio y partícula del dios Ninurta 50 .
sus compaíu-i Su cuerpo está todo cu6ie~rto~de~pek>; sus cabellos
mbres de Uruk, con un temor constante, • son como los de una mujer,
hallan en sus estandftU tupidas como Nisaba51 brotan sus guedejas;
mesh no deja un hijo a su padre, no conoce a los humanos ni conoce país civilizado
noche se desencadena su violencia. y va vestido como el dios Sumuqan 52 .
mesh, el pastor de uruk, la amurallada, • Como las gacelas se alimenta de hierba,
pastor de todos, y su rey, osado, il con las manadas abreva en las aguadas,
sabio y prudcnl^ \n las bestias salvajes su corazón se deleita be-
ja a ninguna hija al lado de aquel que la ; i m . biendo53.
ija de guerrero o (futura) mujer de un mo/n Un día un cazador, un trampero al acecho54,
o Anu hubo oído estas quejas
a la gran diosa Aruru 45 y le dijo: - T(Ü nodelaba los cuerpos de los recién nacidos. También en la literatu-
íisica se refleja esta creencia (Pausanias, X, 3, 4; Ovidio, Mela-
Aruru, creaste a Gilgamc»^ •>sis, I, 82; Juvenal, Sátiras, XIV, 35). Los pueblos primitivos
hora su réplica46 y que le sea comparah|j lies son de esta misma creencia.
por la fogosidad del cora/mi Enkidu fue creado para oponerse a Gilgamesh, pero terminó por
que rivalicen para que así haya pa/. »M
E
[vertirse en su fraterno compañero. Es la imagen de lo salvaje, lo
nitivo (la naturaleza), en oposición a lo urbano, lo civilizado (la
Uruk! 4 ', jura), que simboliza Gilgamesh. Su nombre aparece escrito como ilu
fkak. Algunos autores lo ven como prototipo de Adán (J. Errando-
sa Aruru, tras haber oído este ruego, comí , Para la etimología del nombre, véase G. Dossin, BARB, ser. 5, 42,
en su propio espíritu la réplica para Aun, , pp. 591 ss. Sobre su creación, véase J. H. Tigay, The Evolution,
sa Aruru se lavó las manos, cogió un peila/n f pp. 192-213.
de arcilla48 y escupió enciinn Ninurta fue un dios de la guerra y de la caza. Sus atributos
pislían en una especie de maza con dos serpientes a cada lado. Su
cuido religioso es prácticamente idéntico al del dios Ningirsu. Por
uno de los nombres de la Gran diosa madre. Fue muí quí dicho, Enkidu al ser partícula de Ninurta, era, en realidad, un
primordial, que intervino en la creación de la huniinil i |rero.
n el Poema como consorte de Anu. El poeta la cónsul» Comparación alegórica entre Nisaba, diosa del grano, de la
re de Gilgamesh. Hay una trasposición de tipo gem'-il (lidad de la tierra, y los cabellos de Enkidu, que brotaban como
, en cuanto creadora de la Humanidad, lo fue lógíni pos de cebada o de trigo.
mesh. Sumuqan fue un dios de la vegetación y del ganado. Se le
ginal zikir shu, «su imagen». Zikru quiere decir, < u ba vestido de pastor. El poeta quiere significar que Enkidu iba
rdo de algo», de ahí «imagen». Quizá hubiese suln irlo de pieles, al igual que los pastores.
oeta hubiese utilizado el término mahiru, «igual». I I Enkidu desconocía la vida civih/ada. Su afición a vivir entre los
es banu, que quiere decir realmente «construir», «pm Jales salvajes, entre los que se crió, parece aludir también al trato
r». Aruru había creado a la humanidad, modelando al con ellos, práctica común entre las antiguas tribus pastoriles
mediante la arcilla creará a Enkidu. i aceptada por M. Jastrow y G. Contenau).
er en este verso un matiz irónico: «rivalizar para un) j Esta persona anónima, designada como cazador (habilu amelu) y
i trampero (sahadu) es la que conecta la estepa, el desierto con la
ción de un dios alfarero fue común a todos los pueblen d. Es el primer contacto que Enkidu tiene con una persona
d. Cf. la creación de Adán (Génesis, 2, 7) o la de F.lilm llwda.
ios egipcio Khnum era representado como un aliaron
DE G1LGAMESH POEMA DE GILGAMESH 15
pó con él, frente a frente, al borde del ahn-v vil y viene sin cesar por toda la estepa,
sin cesar come hierba con su manada,
ía, dos días, tres días se topó con él, freiiUJ sin cesar planta sus pies en los abrevaderos,
frente, al borde del abrevadcM jlistoy tan asustado que no me atrevo a acercarme
do el cazador lo vio, su rostro se contrajo i a él!
tCII™ l i a cegado las fosas que yo había abierto, o,
n sus animales (cazados), regresó a su casnl lia destruido las trampas que yo había tendido, j
e quedó mudo de miedo, quieto, sin un son ha hecho que escapen de mis manos las bestias, í
ili me impide, pues, que cace en la estepa58. J
do el corazón y sombrío el rostro.
iedo atenazó sus entrañas, Su padre 59 abrió la boca para hablar y le dijo al
stro era como el de un viajero llegado de nuil cazador:
lejos'1
Hijo mío, Gilgamesh reina en Uruk,
COLUMNA III DO hay nadie que tenga más fuerza que él,
MIS brazos son tan poderosos como un paladín de
ía Anu,
ve, pues, y orienta tus pasos hacia Uruk
azador abrió la boca para hablar y dijo ¡i if y habíale de la fuerza de ese hombre.
piull I intonces Gilgamesh te dirá: —Ve y toma, cazador,
dre mío, hay un hombre que ha venido de l|j una ramera, hija del gozo60, llévala contigo,
hondo de la esicpn prevalecerá'"sobré él a causa de un mayor poder.
más poderoso del país, está dotado de gruí ('uandQ_él_Lkgue con sus bestias al aguadero,
fllCI/ll
la mujer deberá quitarse sus vestidos y mostrar su
s brazos son tan poderosos como un paladll ~ espléndida belleza.
de Anuí nos ha dicho que Enkidu fue creado en la estepa, zona que en
.•opción sumeria era el lugar donde vivían las fieras y los
"Lis. En el original, aparece como seru, «llanura», «campo»,
este verso un cambio equivocado de sujeto. AlguinJ i'-i", «desierto». En sumerio, edin designaba una extensión abierta,
an que quien regresa a su casa (¡!) es Enkidu. LógicanirnH .Invada por el hombre. Para la relación entre el Edén mesopotá-
ue regresa es el cazador. el Edén bíblico, véase J. Errandonea, Edén y paraíso. Madrid,
rso se aplicará luego a Gilgamesh, tras la muerte I
i I padre del cazador es otra persona que el poeta no identifica.
ino kisru equivale a «nudo», «tropa», «salario», «artiruli . mliargo, es quien pone en conocimiento de su hijo la existencia de
orito». Aquí, aplicado a Anu, dios del cielo, equiv(| • iiumi:sh y quien le indica el proceder del rey de Uruk para amansar
a «estrella fugaz» o si se quiere a «meteorito». Nosotriml hlktclu.
os y lo traducimos como «paladín». Anu fue la diviniíU " I s decir, una hieródula (harimtu). En el texto, harimtu shamhatu,
padre de los dioses. Según la cosmogonía sumeria l u í •uimii, hija del gozo». Existe una gran variedad de vocabulario que
bina primigenia Anshar y Kishar. Su esposa fue Antu y 1 "|M- las diversas categorías de mujeres consagradas al servicio de los
lto Uruk. 'ii|ilns de Ishtar.
ILGAMESH POEMA DE GILGAMESH 17
el hombre la vea, corriendo se acefl Tomaron el camino, yendo rectos en su dirección,
da, que ha crecido bajo su vigilnnJ y al cabo de tres días llegaron al lugar indicado.
huirá di | l ; l cazador y la ramera instalaron allí su campa-
mentoy- agüárdaronr
el consejo de su padre, I Jn día y aun otro más estuvieron sentados junto a
decidió ir a ver a Gilgamesh. la aguada.
el camino y llegó a Uruk: Las bestias salvajes llegaron a la aguada para
beber.
h, escúchame, ayúdame.
mbre que ha venido de lo hondo tío I
cslcfl u hitita
oderoso del país, está dotado de yiitl
luí I
Los dioses están irritados contra Gilgamesh por su opresión
s son tan poderosos como un p;il,nllj sobre las gentes de Uruk. Tal vez alguno de ellos sugiere la
creación de Enkidu para oponerlo al héroe sumerio.
de A ni)
sin cesar por toda la estepa, Al oír la diosa Madre todo aquello,
me hierba con su manada, tomó crecimiento, se marchó
lanta sus pies en los abrevaderos. y creó en la estepa al poderoso Enkidu.
asustado que no me atrevo a acerc;ui|l| El poderoso Enkidu está en la estepa,
ti | los animales lo van haciendo crecer,
las fosas que yo había abierto, (...) a donde los animales van a pacer
o las trampas que yo había tendido, allá va Enkidu también con ellos.
ue escapen de mis manos las bcsh.i» A donde van a restregarse,
pues, que cace en la estepa. allá va Enkidu también con ellos.
El cazador Sangasu61, el fuerte,
habló al cazador, diciéndole: solía situar trampas para los animales,
pero Enkidu iba por delante de él
or mío, lleva contigo una ramera, hl y las llenaba de tierra.
del gol Las redes que aquél colocaba,
legue con sus bestias al aguadero, i Enkidu las arrojaba al río.
berá quitarse sus vestidos y mostnn n Sangasu fue y le dijo a Gilgamesh:
espléndida bel Ir/*
el hombre la vea, corriendo se accn ,u —Alguna persona fuerte va antes que yo
a, que ha crecido bajo su vigila i u i* y se dirige a la estepa.
huirá de I Las trampas que yo voy colocando
azador llevando consigo una ramn-i í" El texto hitita presenta la novedad de darnos el nombre del
hija del go/u Hilador, desconocido en la versión asiría.
MA DE GILGAMESH POEMA DE GILGAMESH 19
llena de tierra. ¡No seas esquiva! ¡Acoge su ardor!
s redes que yo coloco Así que te vea se acercará a ti.
las coge y las arroja al río. Quítate el vestido para que yazga sobre ti,
iProcufateTehptecer que pueda dar la mujer!
lgamesh comenzó a decirle a Sangasu, el cum Cuando su amor haya entrado en ti,
,1,, su manada, que ha crecido bajo su vigilancia,
huirá de él.
Lleva con él una ramera
que se acueste con él. La ramera descubrió sus senos, desnudó su cuerpo,
para que poseyera toda su belleza.
Sangasu cumple las órdenes indicadas según se deduce < Sin vergüenza la mujer aceptó su ardor;
to hitita.\TanibiénJ\ay restos de un diálogo entre Enkklii arrojó sus vestidos y sobre ella él se acostó.
ramera deN *
Mostró, así, .aLsalvaje, el placer desuna, mujer,
jT"el amor de él entró en ella.
COLUMNA IV p Durante seis días y siete noches65 Enkidu, en celo,
cohabitó con la ramera.
sirlo Y después que se hubo saciado de sus encantos,
decidió salir en busca de su manada,
egó la manada de bestias salvajes y aplacó ni l'cro al verlo, las gacelas huyeron,
SI '
las bestias salvajes se apartaban de su cuerpo 66 ,
cuanto a él, Enkidu, nacido en la estepa, linkidu se lanzó hacia ellas, pero su cuerpo estaba
n sus gacelas se alimentaba de hierba, sin fuerzas,
n la manada bebía en los aguaderos, sus rodillas quedaban inmóviles, al tiempo que
con las bestias deleitábase bebiendo. huía su manada.
ramera lo vio, vio a aquel salvaje 62 , linkidu estaba débil, no pudo correr como antes lo
hombre bárbaro 63 , habitante de las profundulo hacía,
des de la llanuil pero se había desarrollado, su inteligencia estaba
despierta67.
¡Ahí está, ramera!64 ¡Descubre tus senos,
Ambos números, dado su carácter sagrado, están presentes a lo
snuda tu cuerpo y que posea toda tu bellc/n! I del Poema. Los números que aparecen son, además del siete, el
ilus veces siete y el doce.
l original, lulla amelu. El término lullu, de origen S U I M M I . lili opinión de M. Jastrow, Enkidu no ignoraba la bestialidad. De
«humanidad originaria», esto es, el hombre antes (Ir » Ijlie, tras el episodio con la hieródula, vuelva otra vez con sus
Su sentido exacto sería, «el hombre como fue en el conil»| I, La ley.mosaica, así como las leyes hititas, castigaban esta
í nuestra traducción, «salvaje». El término se aplicó i n c l í n 'imlire. No aparece ninguna condena para el bestialismo en el
concretos: los lullubitas. ll/i< tía Hammurabi, ni en otras leyes asirías. La mitología de griegos
se aplica a Enkidu el calificativo de etlu saggasa, « h n i n l n ni.MÍOS concede una gran indulgencia a estas prácticas.
ción», esto es, «bárbaro». I ;i hieródula aporta a Enkidu, de naturaleza salvaje, el conoci-
hablando el cazador. ii" <le la vida social y civil, el pensamiento. Por ello, Enkidu
E GILGAMESH POEMA DE GILGAMESH 21
e y se sentó a los pies de la rameril y donde, como un buey salvaje, se cree el más
tó los ojos para mirarla; fuerte de los hombres!
ntendían sus oídos lo que le decía la raid Le retaré y le hablaré con osadía, como convie-
ne 72 .
era habló así a Enkidu:
Enkidu, eres sabio, eres como un diosl' COLUMNA V
é vagabundear por el llano con las beslin Tanto esta columna como la siguiente son una refundición de
eja que te lleve a la amurallada U r u k . j textos babilónicos y asirios.
o templo69, morada de Anu y de Ishiiir,
vive Gilgamesh, perfecto en fuerza, -Gritaré en pleno Uruk: ¡Yo soy el más fuerte!
e, como un buey salvaje, se cree el It1| Yo soy el que puede alterar el curso de las cosas.
fuerte de los honilifí El que nació en el desierto es poderoso, tiene
fuerza.
as ella le hablaba, él asentía a sus pahilun
, consciente de sí mismo, ansiaba un La ramera contesta a Enkidu: —Levántate, pues, y
vamos para que vea tu rostro^
no Enkidu 71 contestó a la ramera: Te mostraré a Gilgamesh; bien sé dónde está.
Vamos, pues, Enkidu, a la amurallada Uruk,
os, hija del gozo, condúceme donde los hombres resplandecen con hermosos
o templo sagrado, morada de Anu cinturones,
Isl, donde, cada día, el día es fiesta73,
vive Gilgamesh, perfecto en fuerza, donde resuenan cuerdas y tambores por todas
partes
y donde las rameras son de espléndida figura,
onar, a despertar su inteligencia (G. Furlani). ('mi • ataviadas con elegancia y llenas de perfumes;
la cortesana, Enkidu toma conciencia de su rcallt'
elevaba del ambiente animalesco en que hasta cnlmi ellas, durante la noche, logran atraer a sus lechos a
los mismos grandes74.
ula habla a Enkidu, y le compara realmente a ()l|| A ti, Enkidu, que no conoces la vida 75 ,
de Uruk.
ienza a aflorar en Enkidu la necesidad dé un ,111 linkidu ya tiene sentimientos, pues se indigna ante el comporta-
autores señalan a partir de aquí el motivo de l;i i i de Gilgamesh y se propone retarle para que ponga fin a sus
dos héroes, remarcando que todo el Poema de < > i l as.
to a la amistad (G. Furlani). alude a la fiesta religiosa isinnu, de larga tradición, tal fiesta
a su nombre va precedido del determinativo pro|>i» i i . i todavía muchos problemas de estudio (M. Streck, B. Land-
Además, la hieródula le había comparado a un t, S. A. Pallis, T. Bauer).
lismos y las diferencias entre Adán, que tras comí i ,8to es, a los nobles (A. L. Oppenheim). Este verso es traducido
, sería como Dios, y Enkidu, que tras sostener n-l.i entes formas según los editores.
dula, se había hecho como una divinidad más, ven» '- acuerdo con lo dicho en los versos anteriores, la vida mesopo-
ndonea citado en nota 58. l se movía bajo postulados totalmente materialistas y mundanos.
MA DE GILGAMESH
POEMA DE GILGAMESH 23
mostraré a Gilgamesh, el hombre de gozos y i
del que caía sobre mí como un paladín de Anu;
esfucril intenté levantarlo, mas era muy pesado para mí,
ralo, contempla su rostro;
o él resplandece de virilidad, tiene el ardor di i intenté darle la vuelta, mas no pude moverlo.
Las gentes de Uruk se reunieron en su torno,
vitl
o su cuerpo está ataviado de elegancia; el pueblo acudió, a su alrededor,
fuerza es superior con mucho a la tuya, la gente, atrepellándose, lo rodeó,
descansa nunca, ni de día ni de noche. los jóvenes acudieron en tropel,
nkidu, renuncia a tu presunción!76 y como débiles niños le besaron sus pies82.
Gilgamesh el dios Shamash le distingue con Entonces lo abracé yo como se abraza a una espo-
sa,
afef pude levantarlo y fui a ponerlo a tus pies,
os dioses Anu, Enlil 77 y Ea 78 lo han hecho
vasta inteligencia' y tú hiciste de él uno igual a mí 83 .
tes de que tú descendieras de lo hondo dr
La madre de Gilgamesh, la sabia, la avisada, la
esleí» omnisciente, habla así a su señor;
gamesh, en Uruk, ya te ha visto en sus sm>
Ninsun, la sabia, la avisada, la omnisciente, dice a
ños" Gilgamesh:
así un día al levantarse fue a contar a su init
dre 81 lo que había soñado, diciendo!)
—Las estrellas del cielo son tus compañeros;
Madre, he tenido un sueño esta noche: lo que cayó sobre ti como un paladín de Anu
visto un cielo tachonado de estrellas y que no pudiste levantar, porque era muy pesado,
e intentaste darle la vuelta, pero que no pudiste
es, a la empresa de batirse con Gilgamesh. mover,
fue el dios de la tierra, del viento y del aire, adormí y luego, al fin, pusiste ante mis pies,
nte en Nippur. Su arma fue el amaru (diluvio) con el t y del que yo he hecho tu igual
la humanidad. También fue considerado el dueño de
umanos, pues poseía las tablillas de los destinos. Huí y que, como un hombre abraza a su esposa, tú así
n importancia al propio Anu. lo abrazaste,
ombre acadio del dios sumerio Enki, «señor del fundamoi.
os del Apsu (océano primordial) y de la sabiduría. I'K
o de los creadores del hombre y el salvador de la human
isar a Utnapishtim del peligro del Diluvio. Su princip
icó en Eridu.
an tríada cósmica (Anu, Enlil y Ea) le dio amplia inteligom|
mesh. En el original, «le alargaron sus orejas». En esta alegoría algunos especialistas (E. Cassin, R. Labat) ven el
ueños fueron uno de los medios utilizados por los dio»n| :rdo de un antiguo rito iniciático, en cuyo transcurso un adoles-
tar con los hombres. (Cf. A. L. Oppenheim, The InltiH¡ debía probar su fuerza levantando o moviendo un bloque de
Dreams in the Ancient Near East. Filadelfia, 1956.) SobM É i en presencia de toda la comunidad, bloque considerado caído
de Gilgames, véase T. Jacobsen, AcOr., 8, 1930, pp. 62-74, j I cielo (meteorito).
Le Muséon, 61, 1946, pp. 63-66. 13 Esto es, Ninsun con esta alegoría, acepta como hijo a Enkidu,
sun. Ifltregándoselo después a Gilgamesh. De esta manera, los dos héroes se
'Otwirtieron en hermanos e íntimos amigos.
DE GILGAMESH POEMA DE GILGAMESH 25
COLUMNA VI en el país será el más fuerte, estará lleno de vigor,
y sus brazos serán duros y fuertes como un paladín
significa un rudo camarada que acudirá i'K de Anu.
ayuda de su aminilj
país será el más fuerte, estará lleno de vigill Gilgamesh habló así a su madre:
brazos serán fuertes y duros como un pahullii
de Añil, —Hasta mí, cumpliendo una orden de Enlil, ha
tú lo abrazaras como si fuera una espoM, | bajado de los cielos un amigo y consejero.
eso significa que él a ti nuiun ¡Sí, que tenga un amigo y un consejero
te abandonan y que yo sea para él también un amigo y conseje-
es, Gilgamesh, la explicación de tu sueño. ro!
Así Gilgamesh manifestó sus sueños a su madre.
amente Gilgamesh se dirige a su madre:
Es lo que la ramera contó a Enkidu,
adre, • anoche tuve un segundo sueño. mientras, al borde del aguadero, estaban sentados
ruk, la amurallada, un hachajacía en lio los dos.
rra 1 "
gentes se reunían a su alrededor.
gentes de Uruk se situaban cerca de ella.
gentes se habían reunido por ella;
entes se complacían en mirarla;
o yo la coloqué a tus pies
bre ella me incliné como si fuera una espos»,
hiciste de ella uno igual a mi.
adre de Gilgamesh, la sabia, la avisada, ln
omnisciente, dice así a su hijiij
un, la sabia, la avisada, la omnisciente, dio i
Gilgamcslii
hacha que has visto es un hombre,
quien te inclinarás como si fuera una espu.i
haré de él tu igual;
rudo camarada que acudirá en ayuda de MI
amign
o es idéntico al anterior. Tan sólo varía el objeto, i|iil
acha (hassinu). El hacha fue considerada también ohp•!••
con las religiones minorasiáticas y cretense.
POEMA DE GILGAMESH 27
yo me obstiné, ellos me ayudaron,
lo pude levantar y lo traje ante ti.
La madre de Gilgamesh, la omnisciente,
le dice a Gilgamesh:
—En verdad, Gilgamesh, uno como tú
ha nacido en la estepa
y las colinas le han visto crecer.
En cuanto lo veas te alegrarás.
TABLILLA II Los jóvenes le besarán sus pies;
tú le abrazarás entre tus brazos,
COLUMNA I tú le conducirás ante mí.
bilónico Gilgamesh se acostó y vio otro sueño.
Luego dijo a su madre:
ste texto babilónico antiguo repite, aunque de modo ni
iso, el texto asirio de la tablilla I, columna V, 25, con I —Madre, he tenido otro sueño:
os de Gilgamesh. A partir de la columna III de la tah he visto agitación en la calle
sigue el relato ya es diferente.
de Uruk, la de amplios mercados;
un hacha yacía en tierra
gamesh, habiéndose levantado, reveló el si (y la gente) se había reunido a su alrededor.
iéndole así a su madre: Él aspecto del hacha era temible,
pero, tan pronto como la vi, me alegré,
adre, durante la noche me gustó, y como si fuera una mujer,
sentí lleno de fuerzas, iba y venía la cubrí de caricias.
re los jóvenes. La cogí y la coloqué
los cielos aparecieron las estrellas, en mi costado.
bloque1 de Anu cayó cerca de mí.
nté levantarlo, mas era muy pesado para n La madre de Gilgamesh, la omnisciente,
nté darle la vuelta, pero no tuve fuerzas pa (dice así a Gilgamesh):
movcili
país de Uruk lo rodeaba, —(El hacha que tú has visto es un hombre).
jóvenes, mientras, le besaban sus pies;
Sigue una breve laguna.
el término kisru, lo traducimos como «bloque», esleí i
: cf. Tab. I, III, 4, nota 57. si tú la cubrías de caricias.
GILGAMESH POEMA DE GILGAMESH 29
COLUMNA II el consejo de la mujer
penetró en su corazón.
Tomó ella uno de sus vestidos
e yo la ponga pareja a ti. y se lo puso al hombre 3 ;
con el otro vestido
plicaba su sueño a Gilgamesh. se vistió a sí misma.
taba sentado ante la ramera Luego, tomándolo de la mano,
ciaban el uno al otro. como si fuera su hijo, lo guió
abía olvidado el lugar en donde nacií hacia los fértiles pastos
eis días y siete noches donde se hallan los rediles.
n celo, cohabitó con la ramera. Alrededor de él se agolparon los pastores.
a ramera tomó la palabra,
así a Enkidu: Faltan varios versos.
e veo, Enkidu, te has hecho como u
dios fixto babilónico
motivo con las bestias salvajes
s llanuras? Una tablilla, hallada en Uruk, completa parte del final de
esta columna. En su anverso, en mal estado de conservación,
! Te conduciré puede leerse:
a de amplios mercados,
emplo, morada del dios Anu. (...)
, Enkidu! Te conduciré reflexionó para sí4 (...)
morada del dios Anu. según su instrucción (...),
k donde vive Gilgamesh, cabal en si él, que conoce su corazón (...)
hazañ;i a la mujer (...)
res todo como él. una de las vestiduras (...)
como a ti mismo. 10 y la otra vestidura (...)
evántate del suelo ella lo tiene sujeto y como los dioses (...),
lecho de los pastores. a la cabana de los pastores (lo guió).
La muchedumbre de pastores se reunió (a su alre-
cuchó estas palabras, comprendió lo qu dedor),
decía conforme a su pensamiento (...):
tras las relaciones con la hieródula, Enkidu se ' El problema de la desnudez de Enkjdu cobra importancia ahora.
. Esas relaciones nos sitúan en un mundo en el qu
ales, por el hecho de ser creadoras de vida, eni 11 usía su encuentro con la hieródula había ido completamente desnu-
tores de estricta categoría divina. De ahí la equip dé, Cf. con Adán y su vestido, tras la expulsión del Paraíso. En ambos
a divinidad (J. Errandonea). También Adán i'IKos este problema surge tras haberse sostenido relaciones amorosas
ntexto. u lenguaje figurado: «comer de la fruta del árbol»),
4 Está reflexionando Enkidu.
A DE GILGAMESH POEMA DE GILGAMESH 31
l hombre, cuánto se parece a Gilgamesh en M> Enkidu entonces comió el alimento,
flglllll hasta quedar saciado;
e elevada estatura, igual que pináculos (...), de cerveza apuró
ás es (Enkidu) el que nació en las colinas. siete veces7 la cántara.
fuerza es poderosa como la constelación di Y su espíritu desatóse,
Anu' y habló en voz alta, lleno el cuerpo de bienestar
y la cara resplandeciente.
ue servido pan, (pero no sabía comerlo), Después le cortáronlamaraña _Y.eHuda, _^—
e servida cerveza, (pero no sabía bebería), el pelo de su cuerpo.
idu no comió pan6, cerró los ojos, miró (liif> Se frotó con óleo
como hacen los hombres8.
Se puso_ve^tidos_
se interrumpe el fragmento.
¡parecía un novio!
Empjuñó su arma, /,
COLUMNA III ataco á~Tos~Iéohes:
los pasíofes~pu3ieron descansar por las noches;
ilónico masacró lobos,
capturó leones:
eche de las bestias salvajes los ganaderos reposaron sosegados;
él mamar. Enkidu es su centinela9.
o ahora) dispusieron pan ante él; ¡El hombre atrevido,
tragantó, boqueó, el héroe único!
rió mucho los ojos. A (...) le dijo:
a sabe Enkidu
limentarse con pan; Faltan varios versos.
ber cerveza
e habían enseñado.
ramera abrió la boca
jo a Enkidu: ' [!l número siete era el número dotado de mayor contenido mágico
M'ligioso entre los mesopotámicos. Indicaba la totalidad. Siete era el
íli, y «siete veces siete» equivalía a siempre.
ome pan, Enkidu, * Algún autor traduce este verso separado del anterior con la
ué es una condición del vivir, presión «Se hizo humano». Es evidente que Enkidu al adoptar los
cerveza, es signo de país (civilizado). hllcis del hombre (cortarse el pelo, untarse con óleo, comer, beber
fvc/a, vestirse) actuaba como un humano. De ahí nuestra versión:
Hiino hacen los hombres». No tenía necesidad de hacerse humano,
quí «constelación». Seguimos a E. von Weiher. Poi •» • va había sido creado como tal, sólo que había crecido en un
idel prefería «escuadra», «ejército». I 'ii" salvaje.
no comió pan ni bebió cerveza, porque hasta en I * (inkidu se había vuelto contra los animales salvajes (con quienes
hierbas y frutas crudas y bebido únicamente agua, i i convivido en su estado anterior), del mismo modo que ellos lo
tural. n rechazado (G. S. Kirk).
DE GILGAMESH POEMA DE GILGAMESH 33
COLUMNA IV ¡Los campos son.Jugaresde..gemidos!12
¡Por orden del rey <k Uruk, la amurallada,
ilónico se arrastra al pueblo a los cultivos!
¡Por ordérTde Gilgamesh, el rey de Uruk, la amu-
ocho versos al comienzo. rallada,
se arrastra al pueblo a los cultivos!
En la Casa del Consejo se ha (entrometido),
tras hacía el amor, la cual se reserva para la gente
du levantó los ojos (...) para el matrimonio.
a un hombre. En la ciudad ha acumulado profanación,
a la ramera: al imponer extrañas cosas a la infausta ciudad.
Para el rey de Uruk, la de amplios mercados,
a del gozo, ¡trae aquí a ese hombre! el tambor 13 del pueblo suena para la elección
ha venido a hacer aquí? nupcial.
o oír su nombre. Para Gilgamesh, rey de Uruk, la de amplios mer-
cados,
mera llamó a aquel hombre, el tambor del pueblo suena para la elección nup-
ndo se acercó él le dijo: cial
para que con mujeres, destinadas (a ser esposas) se
mbre, ¿a qué has venido aquí? ayunte 14 .
es el objeto de tu penoso viaje? El es el primero,
el e^o^__vleñfirjiespués_i5. *t
mbre abrió la boca La "mujer impuesta por la suerte
ondió a Enkidu 10 : es pronto fecundada por el hombre.
Y luego, ¡luego, la muerte!
la «Morada de la Reunión» 11 son retenk Por el consejo de los dioses así fue ordenado.
rdad, los destinos de los hombres. ¡Al cortar su cordón umbilical
mbre por culpa de la ciudad
abrumado de prestaciones. 2 Gilgamesh haría trabajar en exceso a sus subditos. Hay algunos
ores que consideran que se está aludiendo al recuerdo de la lucha
hombre con el medio geográfico de Mesopotamia. Sobre la oprc-
espuesta hemos reunido dos versiones para potencim i i de Gilgamesh, véase, J. H. Tigay, The Evolution... cit., pp. 178-191.
ario. Quizá la más interesante es la de G. Dossin (veri 13 El instrumento pukku.
leur d'Enkidu, cit.), que recogemos en los versos 19-4X i R. Campbell Thompson traduce este verso (numerado como 32
[su edición) dándole un significado tolalnirnlc ililcrcntc.
las versiones tradicionales, dadas a este verso, i 15 Alusión clarísima al derecho de pernada practicado por Gilga-
eunión» sería el lugar del consejo de la ciudad. Sli ish. En un corto fragmento hitita también se ;iludc a este derecho
to dice claramente: bit emutim, «casa de la familia» (o ili eticado por tal rey de Uruk. W. von Soden pone en duda el derecho
Véase más adelante la versión que incluimos para cili ernada. Se trataría de que una joven osposa realizase con el rey el
'de unas nupcias divinas. Cf. XA. 71, I 9 K I , pp. 103-106.
GILGAMESH POEMA DE GILGAMESH 35
cretó para él!16 COLUMNA V
tas palabras del hombre,
de Enkidu palideció17. l'txto babilónico
arios versos al final de esta tablilla babilónica, cuyi Se inicia con una laguna de seis versos. Cuando se hace
hemos debido alterar al incorporar diez versffl inteligible vemos a los dos personajes caminando hacia Uruk.
de otras fuentes de información. Enkidu va dispuesto a enfrentarse con Gilgamesh.
s 20-48 admiten otras lecturas, cuya versión es li / \u camina delante19
re abrió la boca y la ramera marcha tras él.
dió a Enkidu: Cuando entró en Uruk, la de amplios mercados,
la gente lo rodeó.
ha invitado a una boda. Cuando se detuvo en las calles
tumbre de las gentes de aquí de Uruk, la de amplios mercados,
coja para los esponsales. el pueblo se apiñó,
acumular sobre la bandeja de fiesta diciendo de él:
deliciosos para la boda. —¡Cómo se parece a Gilgamesh!
a el rey de Uruk, la de amplios mercados, Aunque de talla es más pequeño,
rta la red (nupcial)18 de sus gentes, pañi es más vigoroso por su osamenta.
que escojíi, Este ser robusto, en donde nació,
gamesh, el rey de Uruk, la de amplios se alimentaba de hierba cnlre las gacelas,
mercados, y la leche de los reb;iíios s;ilv;i¡cs
rta la red (nupcial) de sus gentes, solía mamar.
(él mismo) escoja;
etida la posee En Uruk habrá un constante reiorwr di '"" >
o; Los nobles se regocijaron ' '
(solamente) después.
ón divina así lo decretó. —¡Ha aparecido un héroe
para hombre del mismo p
énero humano en general. Estos dos versos también Para Gilgamesh, semejante ;i un >\i«
el. su igual ha comparecido.
e Enkidu es reflejo de la impresión recibida por l:i
de Gilgamesh en Uruk. G. Dossin argumenta qur
9 Ya no es la hieródula quien induce u l í n k n l u .1 li.i" i - i l r "
duró mucho tiempo a Enkidu,' toda vez que sería
eródula. i|UC éste, tomando la iniciativa, quiere comlialir .1 < l i l ^ u m .li i l r l u i l » .1
onía para separar del resto de la estancia el espacio <U comportamiento tiránico. La indignación monil lia inm .ni" > n
evos esposos. Lógicamente, su paso estaba vedado l nkidu.
20 Clara alusión a la lucha que habrán de n u i í l r n n < H | J M I M . I'
amesh, dado su ius primae noctis, podía traspasarla
. von Soden se trataría de una red o mantón qur línkidu.
!1 La gente de Uruk se alegra de que (jilganiesli, poi l u í . h . i v >
nupcial.
i'iicontrado a alguien que lo meta en cintura.
DE GILGAMESH POEMA DI: (UIA1AMKSH 37
a diosa libara22 contra él.
one el lecho23. Midieron sus fuerzas en el Mercado de la Tierra 25
esh aquella noche '"* Enkidu obstruyó la puerta
ue encontrarse con ella. con su pie,
gía allá, impidiendo que Gilgamesh entrase.
Enkidu, en la calle, Se agarrarotí uno, a otro,
tó (ante él) énTázMoT^on fuerza, como toros;
errar el paso a Gilgamesh^4. destrozaron el umbral y los montantes
y el muro vaciló.
alrededor de tres versos. Gilgamesh y Enkidu
esh examinó a aquel hombre, se agarraron uno a otro,
cerraba el camino; enlazados con fuerza, como toros;
esh lo examinó: destrozaron el umbral y los montantes
había nacido en el desierto, y el muro vaciló.
totalmente encolerizado (...) Apenas Gilgamesh hincó la rodilla
—con el pie en el suelo26—,
su cólera se aplacó,
COLUMNA VI su pecho se aquietó.
Cuando su pecho se hubo aquietado,
nico Enkidu habló
así a Gilgamesh:
seis versos.
—¡Como un ser único entre todos
él se lanzó Enkidu, tu madre te dio a luz,
esgreñado. la vaca salvaje de las dehesas,
ntó y (...) Ninsun, la divina!
¡Es justo que se te haya elevado tu cnbiv.:i
una diosa afín en contenido teológico a Ishtar. l ; ui> por encima de la de los demás hombres
madre de los Siete dioses. Tal diosa fue asimilada u!
scorpión.
y el anterior se han interpretado como un trasunto di I
onio sagrado (hierogamia), supuestamente celebrad" "' Los ejercicios atléticos, especialmente la lucha, cultivo asociada
tre Gilgamesh y una sacerdotisa que simbolizaría a I» ni Gilgamesh. Un texto del primer milenio, Aslrtilahio li. describe el
n embargo, es más correcta la interpretación de (¡ es de Abu (5." mes, julio-agosto) como «el mes do Gilgumesh»,
eñala que se trata de la preparación de unos esponsalo» legrándose durante nueve días diferentes ceremonias y ejercicios
dose a la diosa Ishara por ser la diosa del matrimonm ícticos (J. H. Tigay).
te, Enkidu reacciona ante Gilgamesh, dado que ésh '" La mayoría de estudiosos aceptan que Gilganicsh fue el vencedor
ya a la esposa antes que el marido legítimo. Si ai •I combate. Sin embargo, dada la concisión y la ambigüedad de la
de un matrimonio sagrado, de rango oficial, no ,sr T»»c, muy bien podría interpretarse al revés. Además, ¿para qué creó
Enkidu se opusiese a él. uiru a Enkidu? ¿No fue para meter en cintura u Gilgamesh?
POEMA DE GILGAMESH 39
ESH
sobre el género humano COLUMNA II
lil por destino!27.
sino
Los siete primeros versos están incompletos. A ellos les sigue
la laguna de 28 versos. Son legibles los restantes.
hitita está muy destrozado, p;m
ambos héroes. Al final de la ni! .) su vestido (...)
mna precedente, entablan amistad .) cazando lobos (...)
.) protegiendo a los pastores (...)
o su amigo ..) a la Casa del conjuro (...)
e) comieron y bebieron. ..) Uruk, la amurallada (...)
ó a decirle a Enkidu:
Desde el verso 7 al 34 hay una laguna.
grande (...)
un lado para otro. ')
,..) en las calles de Uruk, la amurallada,
a Gilgamesh: ..) la demostración de su fuerza (...)
¿1 bloqueó el camino (...).
cibie. |La gente de Uruk está de pie ante él28,
a ciudad se reunió a su alrededor,
os artesanos se reunieron a su alrededor,
LUMNA I os hombres se amontonaron a su alrededor,
illos le besaron sus pies como (si fueran) los pies
de un niño.
p3e un lugar lejano ha venido un héroe,
de la tablilla II de la versión ninivi 'ara Ishara se le dispone un lecho,
estado. Gracias a la versión bab 'ara Gilgamesh, su igual, como un dios, ha llega-
emos el desarrollo de la acción. do,
ltan los 36 versos primeros y el resl
ladas. nkidu, en la puerta de la casa de la novia, p h m i o
sus pies,
npidió la entrada a Gilgamesh.
ante ella líos se agarraron uno al otro en la pucrUi de l:i
casa de la novia;
(...) lucharon en la calle de la ciudad;
poder de Gilgamesh y su cualidad
por Enlil. Entre los sumerios, el

t rompieron parte de la pared.


cuanto hubiese sido conferido por lógicamente, ante el meteorito (kisru), que simboliza a Enkidu.
41
POEMA DE GILGAMESH
SH
UMNA III permanecía allí, escuchando sus palabras
,
Ilkidu pcmiaiivv/.«— ¿«^r^ciiSn
¡ue le causaron gran impresión. Luego se sentó,
Luego llorando,
,32'
s ojos se llenaron de lágrimas0
llegado muy pocos versos. is brazos se aflojaron, su .fuerza le dejó,
'espués se cogieron uno al otro, abrazándose,
cogieron las manos, como hermanos. -<£~—
e en el país29 (...),
ación de Anu es su fuer: Falta un verso.
palabras a Gilgamesh:
Bnkidu dijo estas
amesh abrió su boca, dic El resto se ha perdido. No incluimos las columnas V y VI
lúe aluden a la descripción de Rumbaba, el guardián del
aca salvaje Ninsun.
insun (...): ¡osque de los Cedros.
, ; ,-,..
, , ;
UMNA IV
n sólo han llegado algunos vera
erpretación.
la puerta,
alta30:
odido (...),
, nadie puede enfrentársek-1
idu.
iigamcsii, quien, por
ilgamesh, ijuicn, pui augcicn^i.i
sugerencia .. m(,=h nue describirían al monstru
mente, se está dirigiendo a Enkiil« n t e las palabras de uugame"'J* intuia los peligros que se
á aludiendo al monstruo Humh.ilfcba, Enkidu reacciona llorando, p
edros. liaban.
POEMA DE GILGAMESH 43
COLUMNA II
to babilónico
En su .comienzo faltan unos veinticinco versos.
Los ojos de Enkidu se llenaron de lágrimas,
su corazón era desgraciado,
TABLILLA III la tristeza Je torturaba.
Los ojos de Enkidu se llenaron de lágrimas,
su corazón era desgraciado,
COLUMNA I la tristeza le torturaba.
Con el rostro sombrío,
abilónico Gilgamesh se dirigió a Enkidu, diciéndole:
Texto muy mutilado. Los fragmentos dejan ver el deseo i —Amigo, ¿por qué tus ojos
ilgamesh de realizar una expedición contra el monstruo I lun están llenos de lágrimas?
ba que habita en el Bosque de los Cedros. Enkidu inlcnl ¿Por qué tu corazón es desgraciado
útilmente, disuadir a Gilgamesh de tal empresa.
y la tristeza te tortura?
.)
¿Por qué deseas Enkidu abrió la boca
cer tal cosa?1 y dijo así a Gilgamesh:
Sigue una laguna de unos cuantos versos. —Los llantos, amigo mío,
paralizan los músculos de mi garganta.
e besaron el uno al otro Mis brazos cuelgan, flojos,
sellaron su amistad. y mi fuerza se ha trocado en debilidad.
El resto es inutilizable.
Gilgamesh abrió la boca
y le dijo así a Enkidu:
idu le pregunta a Gilgamesh por qué quería acometci
e ir contra Rumbaba, el guardián del Bosque de los Ceclm Aquí se interrumpe la columna. Se supone que Gilgamesh
lo a Humbaba puede verse en Talos, el guardián de la isla i consolaría a Enkidu y le animaría a ir con él al Bosque de los
. Apolonio de Rodas, Argonáutica, IV, 1636 ss.). Cedros.
POEMA DE GILGAMESH 45
DE GILGAMESH
COLUMNA III El Bosque se extiende en sesenta dobles leguas4
alrededor.
lónico ¿Quién hay aquí que quiera adentrarse en sus
profundidades?
an unos cuatro versos, que recogían el parlamento ll|
El rugido de Huwawa es el bramido de la tormen-
esh. Sus frases finales son las que siguen. ta,
fuego vomitan sus fauces,
su aliento es mortal.
ero Huwawa 2 vive en el Bosque. ¿Por qué deseas tú
s tú y yo a darle muerte, realizar semejante hazaña?
librar del mal al país3. ¡Es un combate imposible
os a cortar los cedros (...). en el lugar donde vive Huwawa!
e una laguna de tres versos. Su estado tan fragmcnliiiM Gilgamesh abrió la boca
su traducción. y dijo así a Enkidu:
u abrió la boca
o así a Gilgamesh: —Quiero subir hasta el Bosque de los Cedros5,
quiero escalar su montaña,
encontré, amigo mío, en las colinas, que está en el corazón del gran Bosque.
o yo estaba vagabundeando con las beslim ¡Cortaré los cedros y mataré a Huwawa!
salva)» Sí, quiero ir al Bosque de los Cedros,
lugar donde- vive Huwawa.
Un hacha me bastará para combatirle.
(o Rumbaba en la transcripción asiría) es un ser s;ilv,n> Tú, amigo mío, quédate aquí si tienes miedo6,
mimma lemnu («El que es malo»), y de naturaleza ilcuin yo me adentraré sólo en el Bosque.
personaje central de este episodio, de significado mu,
las interpretaciones más usuales de la empresa de < ¡il|»i
dicho monstruo se quiere ver la liberación de la huiuiiiii
al, representado por la naturaleza hostil, todavía no m LH doble-legua (berum) equivalía a 10.800 m. Al ser una medida
cultura. También se interpreta como un conflicto cuín ngitud y no de superficie, algunos autores traducen este verso: «el
llanura: Uruk) y pastores (montaña: Humbaba), e im ln,,< uc está rodeado de un foso en 60 dobles-leguas».
ceptos religiosos (lo naturalista, al aire libre, sin tcmpli»! El Bosque de los Cedros era una región mítica, morada de los
con espacios adecuados a la divinidad—. En el oríglfl •.. que puede situarse en el Occidente de Mesopotamia, en los
este ser va precedido, a pesar de su naturale/:i, il«| es Tauro (Asia anterior). El mito es un trasunto de las expedicio-
de divinidad (ilu). Filológicamente, el nombre c» U Ic sumerios, babilonios y asirios a tal zona en busca de maderas y
a (para A. T. Clay sería amorreo) y su primer elemeni" > • lis. Algunos autores fijan este Bosque en Arabia oriental, en la
m, conocido de los asirios, que lo asimilaron a Dunp.iinl \ en el corazón de los montes Zagros.
Feigin, AnOr,, 12, 1935, pp. 82-100). lülgamesh casi trata de cobarde a Enkidu. Realmente, el poeta
á presente una motivación moralista. Humbaba es l| c resaltar la figura de Gilgamesh y no se acuerda que en pasajes
del mal y los dos héroes, campeones del bien, i|
tirpar dicho mal. 'lores había dicho que Enkidu era en todo igual a Gilgamesh.
DE GILGAMESH
POEMA DE GILGAMESH 47
du abrió la boca
Quiero entrar por la puerta de Uruk (...)
ntestó a Gilgamesh:
quiero dirigirme y (...) la fiesta akitu9,
ómo podremos llegar juntos al Bosque de lii| quiero celebrar la fiesta akitu en (...),
Cedrofl que tenga lugar la fiesta akitu y que cantos de
os Wer 7 lo protege y Huwawa es su guanli.m alegría (...),
que se grite elluru10, una y otra vez en (...).
n poderoso guerrero, que nunca descansa,
le ha dado la fuerza a Huwawa
Enkidu, a los más viejos (...)
ad 8 su rugido. a los hombres de Uruk (...):
ismo (...)
—¡Habladle! Que no se vaya al Bosque (...)
e un texto muy destrozado en los comienzos de «IH
tiquios que no permite deducir nada. no se puede ir por este camino; un hombre (...)
el vigilante del Bosque (...)
ilónico
COLUMNA IV
texto de Uruk, en muy mal estado de conservación, mu
te conocer la celebración de la Fiesta del Año Nuevo |»ii • io babilónico
de Gilgamesh, previamente a la marcha hacia el Bosi|i«
Cedros.
Se desconoce el comienzo de esta columna.
scuchadme, hombres, (...)
—Para proteger el Bosque de los Cedros,
una de cinco versos.
* l,íi fiesta akitu era una de las más importantes del calendario
ombres de Uruk, que conocen (...). muíHÍCO mesopolámico. Al igual que en la ciudad de Ur, en Uruk se
nces demostraré mi fuerza, voy a (...) un canil» «li'lmiban dos fiestas akitu: una, al comienzo del año, en primavera,
no Ú •Inmute el mes de Nisannu (marzo-abril) y otra, en otoño coincidiendo
un el mes de Tishritu (septiembre-octubre). La ceremonia más impor-
cha; inicio la marcha, que no conozco (...), IMte de la fiesta era la solemne procesión en la que el dios, acompaña-
decidme! (...) la senda (...) ante (...). iln por el rey de Uruk —en este caso Gilgamesh—, por su pueblo y por
•Hl divinidades, se dirigía al templo de la fiesta (bit Akitu), situado en
i'« alrededores de la ciudad, en donde se celebraban diferentes cererno-
del antiguo dios semita de la Tormenta, del trueno y iM • (..banquete, hierogamia, determinación de destinos?), todavía no
ios Adad fue asimilado a tal divinidad (G. Dossin). Wi-i || 'iluruladas con seguridad para la etapa sumeria que nos ocupa.
ra un dios procedente de Siria y Asia Menor. Ubre la akitu, véanse los trabajos de F. Thureau-Dangin, S. A.
e el nombre acadio del dios de la Tormenta. Al sci •! l'nllis.A. Falkenstein y J. A. Brinkman, entre otros). Últimamente, G.
s elementos de la naturaleza asociados a la tormcnu •ida Muñoz de San Pedro, Las fiestas del Año Nuevo en la ciudad de
, huracán), fue el encargado de desencadenar el Diluvia •'.ii'iltinia, Madrid, 1986 (Memoria de Licenciatura, inédita) se ocupa
teológico fue el del semita Wer. I lita temática en profundidad.
'" De ellu, esto es, «que se grite ¡santo, santo, santo!».
E GILGAMESH POEMA DE GILGAMESH 49
spirar terror a la gente, Enlil lo dotó •! linio cuanto hacen no es más que viento.
siete terril'l '.i incluso tú, ahora, temes a la muerte,
, ilc qué sirve la superioridad de tu valentía?
mento que sigue ha podido ser reconstruido RI >
ón asiría. I >c|,i, pues, que vaya delante de ti.
Un/, que tu boca me grite: —¡Avanza, no temas!
Sí ' aigo habré conquistado la fama 13 .
proteger el Bosque de los Cedros, I .1 gente dirá: —¡Gilgamesh cayó
spirar terror a la gente, Enlil lo dolo iti< || hi< liando contra el fiero Huwawa!
siete leí nlili I ti el momento en que él nacía,
do de Rumbaba es el bramido de lu • i u habías crecido en el desierto, I
«
'|l león te atacaba, sabes todo esto (...)
omitan sus fauces, su aliento es m o i i n l
[•'altan unos tres versos. Los dos siguientes a esa laguna son
esenta leguas puede oír a las vacas snlvll ilc significado oscuro. Los versos 18-21 están mutilados.
del Huiiil
se atrevería a adentrarse en él? I ,)
oteger los cedros, para inspirar terroi u || I (ablandóme así has entristecido mi corazón,
ortales Enlil lo dotó de los siete leml"!» pero estoy decidido
o hace presa en quien se interna onj .1 penetrar en el Bosque de los Cedros
ll,,,,,,, \e así un nombre eterno,
pero antes, amigo mío,
nuda aquí la versión babilónica. Faltan, sin ni quiero dar trabajo a los artesanos14,
versos al comienzo. i|nc forjen nuestras armas delante de nosotros.
l u u i os acudieron a la casa de los metalistas.
esh abrió la boca I os artesanos, aconsejándose, decidieron
a Enkidu: l o i j a r poderosas azuelas,
loriaron hachas de tres talentos15 cada una,
én, amigo mío, puede escalar el ciclo'
s dioses viven eternamente al lado de fuma, la gloria de un nombre eterno era el ideal heroico que el
i ii i fiesta en este y otros pasajes del Poema. Cf. este ideal con el
bres tienen contados sus días; l) en las Coplas de Jorge Manrique o con el monólogo que
vida de la gloria, la fama, pronuncia don Quijote de la
(ap. II, 1.a parte) y en el que sus famosas hazañas saldrán a la
de siete terribles «rayos» o «destellos» (pulki memoria de lo futuro».
poder, materializado en una radiación o es i lo que se dice después, estos artesanos eran especialistas en el
mu), funciona en el Poema como auxiliar de " del metal (bronce, sobre todo). Un antiguo trabajo de W.
oderosos estallidos divinos de carácter ofensivo recoge los vestidos de los héroes.
eza, semejante a los poderes de la Medusa o (i lento (biltum) era una medida de peso, que equivalía a unos
ste particular, véase E. Cassin, La splendeur consecuencia, cada hacha pesaría unos 90 kg, cifra total-
53-64. erosímil, por su exageración. Pero no hay q.ue olvidar que el
quién saldrá vencedor de la muerte? ¡idera héroes a Gilgamesh y Enkidu.
A DE GILGAMESH POEMA DE GILGAMESH 51
jaron también poderosos machetes, (Lo venceré en el Bosque de los Cedros!
a una de sus hojas era de dos talentos lft ¡ <.>uiero que por esta causa el mundo se entere
empuñadura de sus machetes pesaba tr de cuan fuerte es un hijo de Uruk.
mir Ouiero dejar caer mi mano y cortar los cedros
jaron también machetes de treinta mir para conquistar, así una fama eterna.
gamesh y Enkidu llevaban cada uno diez In Los ancianos de Uruk, la de grandes mercados,
y hablaron así a Gilgamesh:
ando la puerta de siete cerrojos de Uruk •'"
cer Eres joven, Gilgamesh, y tu corazón te arrastra.
e conoció la noticia, el pueblo se amonUí No comprendes el alcance de tu soñada empresa.
anifestó su alegría por las calles de Uruk, Nos han dicho que el rostro de Huwawa 21
grandes mere tiene un aspecto asombroso, transformado por el
ndo su alegría, Gilgamesh furor.
la calle de Uruk, la de grandes mercados, líl Bosque se extiende a través de diez mil leguas,
e la gente que estaba delante de él ¿Quién se atrevería a adentrarse en sus profundi-
ló del siguiente modo, dades?
iéndoles a los habitantes de Uruk, la de gr;i l'orque el rugido de Huwawa es el bramido de la
mercii tempestad,
luego vomitan sus fauces, su aliento es mortal.
l final está perdido. ¿Por qué realizar la hazaña de penetrar en la
morada de Huwawa?
COLUMNA V (ülgamesh escuchó las palabras
«le sus consejeros;
bilónico miró de soslayo a su amigo y riendo (dijo):
o, Gilgamesh, quiero ver a ese de quici ¡Escucha, amigo, mi respuesta debería ser:
i longo miedo de él! ¡Voy a permanecer aquí!'.
hil i No! Iré al Bosque de los Cedros.
e cuyo nombre siempre está lleno de temí
y combatiré al poderoso Huwawa.
Sigue una laguna que ocupa siete versos. Después, nos en-
s, de 60 kg. i'mitramos a los ancianos de Uruk que imploran a Shamash la
na (manum) era otra medida de peso, equivalente a protección de Gilgamesh.
ñadura pesaba, por lo tanto, 15 kg.
se puntualiza el material, en una cifra exagerada.
ra el peso total de armas que llevaba cada héroe. De «cuerdo con las figuraciones plásticas de Humbaba, su cara
bal traduce: «Cuando, de Uruk, hubo cerrado la sq., » 1 n i '.culada a partir de dos enlrañas, dislribuidas a modo de
», versión aceptada también por F. Malbran-Labat, lili enroscadas (S. Smilh, F. Thureau-Dangin).
E GILGAMESH POEMA DE GILGAMESH 53
h-{Voy a recorrer) un camino
tu dios personal22 te acompañe, por el que nunca he andado.
guíe con seguridad en el largo camino 1 (Voy a emprender un viaje)
regreso al Muelle de Uruk, la de grufl del que, incluso, ignoro la dirección.
meroH Si yo puedo salvar la vida
y vuelvo aquí con el corazón gozoso,
esh se arrodilló delante de Shamash le haré sentar, oh Shamash, sobre tus tronos.
igió estas palabras:
lulos 2 5 le trajeron su equipo:
á que sus palabras se cumplan! liis azuelas y los poderosos machetes,
partir, oh Shamash, hacia ti levanl (lambién) el arco y el carcaj.
líllos se encargaron de equiparse:
o en adelante guardar mi vida. < íilgamesh cogió las azuelas,
veme sano y salvo al Muelle fl machete y su vaina,
k, la de grandes mercados! (así como el arco) de Anshan 26 ;
eme tu protección! puso el machete de oro en su cintura.
Una vez en la calle, podían comenzar el viaje.
esh llamó luego a su amigo I a plebe se apiñaba alrededor de Gilgamesh:
inó con él su presagio24.
¿Cuándo regresarás a la ciudad?
tura de la tablilla en este punto impide averigu
embargo, hay que pensar que en los seis Los ancianos bendijeron a Gilgamesh
se trataría del presagio enviado por Shamiiih
a las oraciones de Gilgamesh. Por lo que so v lo dieron consejos sobre el viaje:
el presagio hubo de ser desfavorable.
No confíes, Gilgamesh, únicamente en tu fuerza;
marcha con ojo alerta. ¡Ten cuidado!
COLUMNA VI Oue Enkidu vaya delante de ti,
pues él ya conoce la ruta, ha recorrido el camino,
ico remoce el acceso del Bosque
v i odas las astucias de Huwawa.
rimas corren de los ojos de Gilgamcsli líl que va delante puede proteger a su compañero,
po que dice): MIS ojos están atentos, él te guardará 27 .
I Mepara su viaje y sálvate así con su ayuda.
a era el dios personal (o tutelar) de Gilgameshi]
un rey mítico, había gobernado en Uruk, se I i", metalistas.
ia, mil doscientos años. v 11 u de muy buena calidad técnica. Anshan fue un distrito del
forzaba el poder de la palabra. Levantar la maní
ante. acuerdo con lo dicho anteriormente, lo propio sería que
la rotura de la tablilla se ignora el tipo de prell ', cuidara de Enkidu y no como aquí dicen los ancianos de
mash, presagio que fue desfavorable.
GILGAMESH POEMA DE GILGAMESH 55
mash te haga alcanzar lo que deseas, y todos los lugares que frecuenta Huwawa.
ojos puedan ver ¡Ordena nuestra partida y haz salir a todos éstos!
boca ha anunciado!
ti el sendero sea llano, (Gilgamesh dijo a los ancianos de Uruk):
mino se abra para que puedas pasar
montaña se abra, también, a tu paso. —¡Voy a combatir el poderoso Huwawa,
dios Lugalbanda 28 te asista en tu deseo! yo, Gilgamesh, voy a ver a aquél de quien se habla,
noche te traiga el mensaje que te agradiil a aquél de quien todos los países le renombran poi
deseo se cumpla en un corto instante! todas parios!
de Huwawa, según tu deseo, lávate ln* Con Enkidu, quien conmigo vendrá,
P" voy a realizar lo que os estoy diciendo,
oras de reposo nocturno, cava un po/n y regresar (luego), entre vosotros lleno de alcgria.
puedas tener agua pura en tu odre 2 "
n honor de Shamash libaciones de agutí Cuando los ancianos oyeron estas palabras,
frese,i los hombres imploraron por él:
ate también del dios Lugalbanda 30 .
—Ve, Gilgamesh, ¡ojalá que tu camino sea p n r .
brió la boca y dijo a Gilgamesh: pero,
que tu dios protector camine a tu lado
siempre has sabido combatir, ponte ni y que él te haga alcanzar lo que deseas!
camino
orazón no se asuste; fija tus ojos en m i " Aquí, tras una pequeña laguna, finalizaba lu socuiul.i i . i h h l l . i
de la versión antigua.
iación de luchadores, conozco su mor.nU
fue un rey de Uruk, divinizado, tercero en el tro COLUMNA I
rrespondiente a la primera dinastía. Su nomr
la sensatez». Fue el dios personal de Gilgamesh I fexto asirlo
familia y héroe de dos poemas épicos.
n de un pozo sería realmente un ritual para pro
ediante libaciones de agua pura extraída de.él. J La versión asiría de esta tablilla repite en sus u > i n i n i / < > s
al acción sería la etiología de un ritual namburi, i| parte del final de la columna babilónica prc-ivdcnir
re que se excavase un manantial.
recuerdan aquí a Gilgamesh las devotas plegaria Los ancianos abrieron sus bocas, dicioiulo ;\iilga-
Lugalbanda había hecho al dios Utu (Sham;is mesh:
s había ganado su protección y había sobrevivic
jado medio moribundo por sus compañeros cu
racias al «alimento de la Vida» y a la «bebida <!<• —No confíes, Gilgamesh, únicamente on (u fuer/a.
proporcionó, Lugalbanda pudo salvar su vida (S Deja que tus ojos se sacien; haz que I u proeza sea
confianza en mí.
digna de confianza.
El que va delante salva a su compañero;
POKMA />/•: (.ll.dAMl'.SII 51
ESH
camino protege a su amigo. ¡Ruega a Shamash por mí!
vaya delante de ti. Ninsun, habló estas palabras a su hijo Gilgamesh:
ino del Bosque de los Cedros,
, está versado en el combate.
á al amigo, salvaguardará al conl —¡Óyeme (...)!
pañcnj Algunas de las interpretaciones de la columna arriba expues-
insospechados peligros conduol ta están basadas en el texto de la columna que ahora sigue. El
tu cuerjf resto de esta columna I (versión asiría) no ha podido ser
amblea, te 32 confiamos al rey, restablecido.'
tú, a tu vez!
su boca para hablar, COLUMNA II
du:
igo, vayamos al Egalmah 33 lío asirlo
a Ninsun, la gran reina; La divina Ninsun entró en su aposento,
, la docta, la omnisciente, se lavó y se frotó con la planta tu/a/ 34 ,
emos pasos en falso. vistióse con ropas que favorecían su cuerpo,
se puso un collar que adornaba su pecho;
la mano el uno al otro, (ceñida en su cintura) y cubierta con su li;ir;i ^
kidu van al Egalmah roció el suelo y el polvo con agua,
a la divina Ninsun, la gran rcind subió las escaleras, llegó a la terraza •"';
lantándose, entró en el templo (d| una vez arriba, ofreció incienso37 a Sham;i'.h
la diosnj Luego ofreció una libación; frente a Shamash le-
vantó SUS 1)1.1/0',
insun, deseo emprender
al país donde habita Rumbaba. —¿Por qué, habiéndome dado a Gilgamcsli i > < n
frontar una batalla incierta, luí»
ecorrer un camino desconocido.
e vaya a regresar, i* La planta tu/a/ se utilizaba en el aseo personal, ¡i m i u l u Mr
ce el Bosque de los Cedros lancia jabonosa. Se desconoce a qué especie pertenece,
stierre de la tierra todo mal qud r Esto es, Ninsun se pone los vestidos rituales y el tociul" |>n-< r.n
Shamash ¿borro TI ra dirigirse a Shamash.
r Esta ceremonia se llevó a cabo en la ziqqurratu de U r u k con loM¡i
pbabilidad. Para los sacrificios en terrazas y tejados, véase (i.
Asamblea están hablando a Enkidu.
lacio» o «Palacio sublime», donde hábil Vlani, Riíi babilonesi e assiri, Udine, 1940.
f 7 Ceremonia de incienso y libación. Sobre estas costumbres, practi-
esh, según el Poema. Sin embargo, el l'n»l Jas también por algunos israelitas perversos y caldeos, cf. Jeremías,
derado, fue el templo de la «Señora de ISIIN
Il3; 32, 29.
POEMA DE GILGAMESH 59
DE GILGAMESH
taste de un corazón inquieto? COLUMNA IV
ora influyes en él para que haga
rgo viaje hacia el lugar donde vive Humbah| to asmo
librar una batalla incierta,
andar por caminos desconocidos. Faltan los primeros doce versos de esta columna.
a el día en que él, que marcha ahora, regn .<
que alcance el Bosque de los Cedros, Shamash, en los cielos (...) a la tormenta,
que haya matado al cruel Humbaba (...) Gilgamesh hizo (...).
a desterrado de la tierra todo el mal que I u El- fue venerado, le fue ofrecido el incienso.
detesln», Ella40 llamó a Enkidu para darle este mensaje:
nte el día, mientras tú mismo recorres i< i
camino de los cieloNl, —¡Vigoroso Enkidu, aunque tú no eres fruto de mi
que Aya 38 , tu esposa, avive el recuerdo di vientre,
mi hijo en tu memoini, te he adoptado junto
te la noche, confíalo a los guardianes noel u i con los devotos de Gilgamesh41,
non, |0 las sacerdotisas, las devotas de los dioses de l l m k ,
tras que, por la tarde, las estrellas de los cielm y las mujeres dedicadas al culto 42
Ella colocó las joyas alrededor del cuello do linki-
du 43 .
e una larga laguna textual. Las mujeres lo cogieron (...)
y las hijas de los dioses44:
COLUMNA III
luí mando un tribunal presidido a veces por Shamash, o l i n s por Sin o
lo i«ii Ereshkigal (la reina de los Infiernos). Su contrupimlo fueron los
•Igu o dioses celestes.
esta columna sólo han llegado palabras sueltas. "' La diosa Ninsun.
" Se trata de los shirku u oblatos, esto es, servidores ile un ilelermi
mulo dios, que cumplían funciones no l i t ú r n i í a 1 . l-'n r-.li- raso, SL-
'li'ilicaban a la prostitución masculina. El pori.i .m.il.i «ilrvolos ilc
salida de Shamash (...) 1 íilnamesh», pero, obviamente, se ha de entender, «llevólo:, ( i l r l ilios tic
nunnaku 39 (...) i i uidad) de Gilgamesh».
*2 Se trata de tres clases de sacerdolisas lihmlrs: r/i/ii, ¡imlisliln y
(ulmashitu.
en palabras sueltas que omitimos. '•' Ninsun colocó unas joyas en el cnrllo ilr I ni i . l u Mj'.mlir;imlo así
>|iic lo aceptaba como hijo adoptivo. l)r r.ir m...I.. I n k n l n u convier-
ii1 en hermano adoptivo de Gilgamesh. A I ( > | > | > n i l u - i m no considera
cu linkidu fuese Hermano por este c a m i n o , -.1110 un \hirkii :\s los
la esposa del dios Shamash. Dicha diosa, identificada u« tícelos.
tuvo un papel religioso secundario.
" Se trata de las sacerdotisas. Tal vr/ ilii-luis s.-iccrdolisiis rituales,
unnaku, conjunto de dioses que acompañaron en llj iludo su cometido, se ofrecerían caí n . i l i m n i . .1 I nkiilii.
nu, fueron considerados jueces divinos del Más Allil
DE G1LGAMESH
oy Enkidu, a quien han acogido para {
, para (...)
to de esta columna, muy mutilada, hace alusión
al Bosque de los Cedros.
COLUMNA V
na totalmente perdida, con excepción de unas TABLILLA IV
con las que se pueden reconstruir dos versos.
A pesar de lo poco que resta de la tablilla IV de la versión
asiría y la serie de problemas que se plantean para la recons-
que lleguen al) Bosque de los Cedros, trucción de los hechos, es posible evocar el viaje de Gilgamesh
que) maten (al feroz Rumbaba). y Enkidu hacia el Bosque de los Cedros, así como recoger la
serie de sueños que tuvo el héroe sumerio, previos a tal marcha.
COLUMNA VI
COLUMNA I
ftxto asirlo
los seis primeros versos de esta tablilla.
(...)
Al cabo de veinte dobles leguas, se detuvieron para
Enkidu proteja al amigo, salvaguarde ni comer un poco,
compañci'(i| al cabo de treinta dobles leguas, se detuvieron para
r encima de insospechados peligros condu/ (pasar) la noche:
ca su cuerpn habían caminado cincuenta dobles leguas durante
os, la Asamblea, te confiamos al rey; toda la jornada.
lvenoslo tú, a tu vez! La distancia (que se cubre) en un mes y medio, en
tres días
abrió la boca para hablar, ellos iban a alcanzar la montaña del Líbano1.
o a Gilgamesh:
' Se trata de una cadena montañosa, situada en Siria y que alcanza
go mío, encamina (...), mili longitud de unos 170 km. La fama de estas montañas descansaba
ino (...) mi la abundancia de cedros. Tal nombre aparece numerosas veces en la
tlililia, casi siempre con tonos de alabanza. La puntualización temporal
inr aquí se hace no es concorde con lo que se dirá después. Si
to de la tablilla está destruido. Con esta coliinnn (Illgamesh tuvo cinco sueños (en otras tantas noches), ¿cómo pudo
a la versión asiría de la tercera tablilla. llScer el camino que se cubría en un mes y medio en sólo tres días?
POEMA DE GILGAMESH 63
DE GILGAMESH
Caminábamos por los abismos de la montaña,
tardecer), frente a Shamash, ellos excavnnu- cuando la montaña se derrumbó sobre nosotros,
un P" > pero nos escapamos volando como moscas de
lí hicieron (...). cañaveral.
mesh subió a la cumbre de la montaña i i
una libación de harina tostada2 y dijo: Enkidu, que había nacido en la estepa,
se dirige a su amigo y le explica así su sueño:
ontaña, tráeme un sueño, que sea un meiiHM
(favorablJ —Amigo mío, tu sueño es favorable, ' '
u a Gilgamesh le había preparado es un sueño totalmente magnífico. <!|: ''
Amigo mío, la montaña que tú has visto (es Hum-
do sólidamente (un refugio contra el) vk'iilfl baba),
o acostarse y en un círculo3 (...)
cogeremos a Rumbaba, lo mataremos
un verso, omitido por hallarse muy mutilado.
y arrojaremos su cadáver en la llanura.
¡(Así), por la mañana, tendremos un mensaje favo-
rable de Shamash!
esh apoyaba su mentón en sus rodilla:.
ño que fecunda 4 a los humanos cayó sohlf
Al cabo de veinte dobles leguas, se detuvieron para
comer un poco,
se interrumpe el texto. al cabo de treinta dobles leguas, se detuvieron para
(pasar) la noche,
habían caminado cincuenta dobles leguas ( l u í a n l e
toda la jornada.
ias a otro texto, conocemos el relato que GilganiHÍ (Al atardecer), frente a Shamash, ellos excavaron
Enkidu de su primer sueño. un po/o,
allí hicieron (...).
ués de haberse despertado, dijo a su ami||il)| Gilgamesh subió a la cumbre de la montaña,
hizo una libación de harina tostada (...) y dijo:
igo mío, te voy a contar el sueño que M
visto I
—¡Montaña, tráeme un sueño, que sea un mensaje
ente, la libación de harina tostada la efectuaría ( n l n »
favorable!
mash, si bien esto no queda claro en el texto.
círculo aluda al refugio construido por Enkidu
que los dioses emplean para conectar con los h u i i i . i n . . Una nueva rotura interrumpe aquí el recitado de la versión
s fecunda, al igual que la simiente del hombre pcm i i ¡ • asiría.
ujer (R. Labal).
va a contar su primer sueño. En nuestra edición li. "<
ueños por su orden sucesivo, si bien en el onpi. -i
os incluidos en la tablilla V.
POEMA DE GILGAMESH 65
A II bilónico
Ina copia, algo libre, en acadio y realizada por escribas
¿as, recoge el episodio del segundo sueño de Gilgamesh.
[tan dos versos del comienzo.
ua, recoge el segundo
Enkidu a partir del ve
vle he alegrado de tu sueño, es para mí muy
agradable.
ontaña y mira la
ño de los dioses bajó su rostro (...), ~,minr>
eño, amigo mío, q Agiéndose por la mano emprendleron elcammo,
^UV 6 V,, o>, „ , f
i^0M (luego, se detuvieron) para (pasar) la noche.
Ul.
inquietante era! sueño, que surge de la noche, los cogió,
búfalo salvaje: xo, a media noche, el sueño desertó de Gilga-
mesh.
scarbaba el suelo,
oscurecían el ciel i contó su sueño a Enkidu: —Amigo mío
nte. fu no me has despertado, ¿por qué me he desper-
e cogió por el br tado?
ikidu, amigo mío, he tenido un sueño,
ua de su odre. tú no me has despertado, ¿por qué me habré
despertado?
o hacia el cual va
muy diffigue una laguna.
o hostil
• '
isto, es el resplandl) . . • om,n¿n
S h lado de mi primer sueno, vi un segundo.
s aguardan) nos el111 este sueño, amigo mío, una montaña se vino
abajo",
agua de su odre, cual cayó sobre mí y cogió mis pies7.
hombre
, que asegura tu :na reverberación lo dominó todo: Unapareció,
os juntos ra) de gran hermosura, el más bello del país.
a como no hay olí wntaña es Humbaba. Algunos autores ven una alusiór, a.m
[na falla geológica recorre Anatoha y Armenia; los volcanes y
» habrían podido estar activos hasta el tercer milenio antes
su relato, por hallarse es, me impidió huir.
GILGAMESH POEMA />/•; (Ul.íiAMESH 67
de debajo de la montaña, ¿No me has tocado? ¿A qué se debe mi ansiedad?
beber agua y mi corazón se sintió ¿No ha pasado un dios? ¿Por qué se ha paralizado
me ayudó a levantarme. mi cuerpo?
Amigo mío, acabo de tener un tercer sueño,
ijo a este dios Gilgamesh8: un sueño verdaderamente terrible:
los cielos gritaban, la tierra mugía;
mío, propicio es tu sueño, se hizo un silencio de muerte, las tinieblas se exten-
gnífico sueño. dieron,
ío, la montaña que has visto es Huinli brilló un relámpago, corrió el fuego,
las llamas ardían de más en más y llovió muerte.
atacar a Rumbaba, matarlo, Luego se extinguió el esplándor del brasero y el
cuerpo en la llanura. fuego desapareció.
La brasa que había caído por todas partes se
convirtió en ceniza.
COLUMNA III ¡Venga! Descendamos a la llanura para tomar una
decisión9!
Habiendo escuchado, Enkidu explica su sueño y
la asiría reanuda en este punto la narración dice a Gilgamesh:
que tuvo Gilgamesh.
El texto está también aquí interrumpido por la rotura de la
tablilla, ignorándose así la interpretación que Enkidu haría del
a, tráeme un sueño, que sea un mensa) tercer sueño.
favorabl
COLUMNA IV
ara Gilgamesh le había preparado •
ólidamente un refugio contra el vicnln
ostarse y en un círculo (...). exto babilónico
apoyaba su mentón en sus rodillas Lamentablemente, ninguna de las copias de la Epopeya ha
ue fecunda a los humanos cayó sobre i conservado la narración del cuarto sueño de Gilgamesh. Sin
lo de medianoche su sueño se acaln embargo, se posee el comentario del cuarto sueño, que recoge-
entonces y dijo a su amigo: mos a continuación.
mío, ¿me has llamado? ¿por qué me ht \-"f
despertad) —Del sueño que has visto,
* Tras el sueño más o menos apocalíptico, parece ser que Gilgamesh
Gilgamesh va precedido del determinativo <li 1 1 Uda por algunos momentos en proseguir su empresa. De ahí el que
ÍIda a Enkidu bajar a la llanura y allí consultarse.
GILGAMESH POEMA DE GILGAMESH 69
ío, ésta es su explicación: Todavía no se ha revestido de sus siete túnicas 11 ,
a es como (un dios), tan sólo va vestido con una y aún está desprovisto
que la luz brille (...) de las otras seis.
mos la victoria contra él.
a, contra quien estamos llenos de furor, Se cogieron de la mano
obtendremos la victoria. y atacaron juntos, como un furioso toro salvaje.
añana, tendremos un mensaje favorable El gritó, lleno de miedo, una primera vez,
de Shamash, él gritó, el guardián del Bosque, (...)
Humbaba, como (...)
repite el recorrido de las cincuenta dobles-leguav 1 1 Aquí se interrumpe el relato, debido al estado ilr la i . i h l i l l . i
la petición de un nuevo sueño a la Montaña, l'i
terrumpe en el momento en que Gilgamesh c o i i m n
rse, por lo que ignoramos cuál fue el quinto sunln COLUMNA VI
lo asmo
COLUMNA V El comienzo de la columna se ha perdido I n. n r i n . n i i . v . .1
Enkidu enfermo, quizá como castigo por su escaso cnlusiii.smo
en acompañar a Gilgamesh en su expedición contra l l u m b a h a
h pide protección al dios Shamash, el cual le da muí
nsejos a fin de que el héroe y su amigo logren ,1111 Enkidu permanece acostado un día, dos días;
tendido está sobre su lecho;
luego un tercer día, y aún un cuarto sigue acosta-
do.
mash, el Héroe, corren sus lágrimas'": Cinco, seis, siete, ocho, nueve, diez días
Enkidu permanece enfermo.
ate de lo que dijiste en Uruk Tampoco se levanta al undécimo ni al duodécimo
dre Ninsun). ¡Ven junto a mí y escúclui- día,
md día en que habla así a Gilgamesh:
mesh, la flor de Uruk, —Un dios me ha cobrado ojeriza
oyó estas palabras. porque en Uruk me asustó la idea de luchar 12 .
ronto, resonó para él desde el cielo esl» Sigue una laguna.
advertencia
Por lo aquí dicho, el aura séptuple (nakhlaptu) que Humbaba
bre él, antes de que penetre en el Bosque, ; se la podía revestir a voluntad a modo de túnicas, capas o
e interne en el Bosque y se oculte! as. Eran elementos divinos protectores que auxiliaban al guardián
osque de los Cedros.
Enkidu atribuye su enfermedad a la ojeriza que algún dios le ha
de Gilgamesh. do por no manifestar su deseo de ir a combatir contra Humbaba.
LGAMESH POEMA DE GILGAMESH 71
jilgamesh, abriendo la boca, dice a Enkidu:
una sexta columna, muy deteriorad;!
-¿Por qué, amigo mío, somos como los desarra-
aliento que Gilgamesh dirige a su am pados?
lemos logrado atravesar todas las montañas,
I final de nuestro viaje está delante de nosotros:
jo retrocederemos antes de cortar los cedros!
o, nosotros vamos a (...)• ^migo mío, tú que conoces la batalla y que tienes
en todo totalmente hostil, " • experiencia en la lucha,
taña que tú has visto no lo o te has frotad.o^conjiierbas, no debes temer a la
andona el miedo que tú has se muerte,
..)• orlador del resplandor divino.
l hombre que tú has visto, é tu voz retumbe como un timbal!
e la parálisis se vaya de tus brazos!
halla mutilado. La narración continu, e tus rodillas recobren su fuerza!
Dame tu mano y caminemos juntos!
Deja que tu corazón se deleite en el combate!
Desprecia la muerte y tendrás vida!
hombre sólo no puede, dos K 1 hombre vigoroso, el hombre avisado,
I» ue marcha delante, se salva a sí mismo y salva a
os dispersan sus fuerzas, si aunp su compañero!
lasta sus lejanos descendientes, habrán asentado
camino dificilísimo, que no se su fama!
recorreí
i se ayudan, sí pueden). os dos llegaron a la Montaña verde,
reforzada tres veces no puní ejaron de hablar y se detuvieron.
que su padre son dos jóvenes le
guna de unos veinte versos.
iendo la boca, dice a Gilgamcsli
mos llegar hasta el corazón del
acceso, pues mi brazos están pni
.
POEMA DE GILGAMESH 73
el oloroso ballukku2 se enreda en los cedros. .•>-•
El Bosque^cada doble legua, está rodeado por un
foso
(...) y, de nuevo, cada dos tercios de doble legua,
El resto de la columna, más de treinta versos, es inutilizable.
COLUMNA II
TABLILLA V asmo
Pronto, ellos (cogieron) las espadas (...)
COLUMNA I y, después que las vainas (hubieran sido quitadas),
el durojnenpj^jjntado con veneno (...),
asirlo púnáTes y espadas (...).
Una (tras otra, de Humbaba)
uedaron inmóviles en el lindero del Bosque, ellos revistieron las túnicas4 (...).
ontemplando la altura de los cedros, Humbaba (...)
ontemplando la entrada del bosque. ya no gritó (más) (...),
or donde Humbaba suele pasear hay un senda. ya no gritó (más) (...).
s caminos son de recto trazado y de buen arulm
ontemplan la Montaña de los Cedros, la monul»
Una laguna interrumpe el relato, Humbaba maldeciría a
de los dioses, el santuario de Irnini' Gilgamesh y Enkidu, sus vencedores, por el sacrilegio cometido
n las laderas de la montaña, se levantan, polen. al penetrar en el Bosque de los Cedros.
tes, los cedí tu
fresca sombra está llena de perfumes,
s zarzas se entrelazan, el Bosque extiende «u -¡Que Enlil os maldiga (...)!
manto por doquier,
i es el nombre, por disimilación, de Innini; esto es, uno de llM El balluku era un árbol que producía una resina aromática.
sumerios de Ishtar. También tal nombre de Irnini pucd. I Imlnvía no está identificado con seguridad. Quizá no debe confundirse
relación con la palabra erenu, «cedro». El poeta consicln u I» íiku, «árbol», con ballaku, «resina».
de los Cedros, como la morada de los dioses, mushab iliini ni ' Seguimos a R. Labal en este pasaje. El hierro no fue conocido en
obablemente, a que dicho paraje era hermosísimo, digno ' «;i de Gilgamesh. La cita de este metal se debe a las interpolaciones
; también hace de tal Montaña la morada, parakku, de Islihit l;is sucesivas copias.
bre los montes Tauro, concretamente en el Amanus (2.26(1 m ' Derrotado Humbaba, tanto Gilgamesh como Enkidu se apoderan
), existió un santuario al aire libre, dedicado a tal diosn ' ' l.is siete «túnicas» del monstruo, con las cuales se revisten para
osque sagrado de Neptuno, en Beocia (Ilíada, 2, 506). Hlcr detentar así un inmenso poder.
MA DE G1LGAMESH POEMA DE GILGAMESH 75
nkidu, abriendo la boca, dijo a Humbaba: pero Huwawa los está viendo desde arriba
y les dice así:
Rumbaba (...)5,
nde un hombre sólo no puede, dos sí pucdfil La respuesta del gigante Huwawa en el texto hitita se halla
venccilu muy fragmentada. Se pueden aislar algunas ideas —un lugar
son extraños dispersan sus fuerzas, si amigos, \m sagrado, la tala de cedros, un monte agradable— pero no
permite aventurar el contenido completo.
u
quí hay un camino dificilísimo, que no se puní» Gilgamesh tomó el hacha en su mano
recorrer sóln, y comenzó a talar los cedros7.
ro dos, (si se ayudan, sí pueden). Pero cuando Huwawa oyó el ruido,
na cuerda reforzada tres veces no puede ser roln ( se encolerizó:
más fuerte que su padre son dos jóvenes leonpt
uelve, pues, tu boca verídica (...)! —¿Quién ha venido y ha profanado
los árboles crecidos en mi montaña
El resto está destruido. y ha talado el cedro?
itita Pero desde el cielo les dijo el dios Sol
(a Gilgamesh y Enkidu):
El breve texto que sigue se ha completado con sugerencia*
sadas en textos asidos. —¡Acercaos y no temáis!
¡Entrad siempre y cuando Huwawa no esté!
ilgamesh y Enkidu fueron al Bosque de los ( V
Laguna textual.
drcl
las veinte leguas tomaron algún alimento, Enkidu oyó sus palabras
las treinta se dispusieron a pasar la noche. y se encolerizó.
al llegar al Mala6, en su orilla, Enkidu y Gilgamesh penetraron en la montaña
recieron un sacrificio al dios Sol. y combatieron a Huwawa 8 .
desde allí, al cabo de dieciséis días, Así les habló Huwawa:
garon al corazón de los montes.
egaron, pues, al corazón de los montes, —Os subiré al cielo,
en el corazón de los montes dejaron de hablni os machacaré el cráneo
los admiran los cedros, y os devolveré otra vez a la oscura tierra.
este verso, incompleto, haya que entenderlo: «Humbíilw 7 Debe verse en el Poema un hecho real en esta tala de árboles. Los
vamos a probar a vencerte». En parecidos términos lo lee H «umerios, como es sabido, carecían de materias primas, incluso de
madera. Sus expediciones en busca de maderas y resinas aromáticas
bre hurrita/hetita del río Eufrates. En sumerio era Buranum quedaron reseñadas en numerosísimos textos.
Puratum y en persa antiguo Ufratus. De ahí lo tomaron luí 8 Algunos autores ven en este combate el mítico y universal enfren-
enominándolo Eufrates. lumiento del hombre y el dragón.
POEMA DE GILGAMESH 77
MA DE GILGAMESH
Ocho vientos9 se levantaron contra Huwawa.
uiso llevárselos hacia arriba, Le golpearon en el rostro y en la espalda,
ro no los subió al cielo, impidiéronle avanzar,
les machacó el cráneo, y también retroceder.
pudo mandarlos otra vez a la oscura tierrn Entonces Huwawa se rindió
y le dijo a Gilgamesh:
Los versos siguientes son de difícil lectura, aludiendo —¡No me aniquiles, Gilgamesh!
ballos, animales que no suele recoger la épica mesopotámn
¡Sé tú mi señor,
yo seré tu esclavo!
Olvida las amenazas que he lanzado contra ti.
COLUMNA VI i Y que los cedros que hice crecer,
en lo más profundo de los montes,
itita y los poderosos (...)
yo los cortaré y (...) a las casas.
ilgamesh levantó los ojos al dios Sol, dios clffl p En kidu
le dijo a Gilgamesh:
í-ií'ltl
cid.
gritó (...): -A lo que te dice Huwawa
no le prestes oídos.
Siguen unas lagunas que impiden saber las palabi.r. • !> ¡No dejes a Huwawa con vida,
ilgamesh. y (...) los montes!
Sigue una laguna en el texto hitita, finalizando así la tablilla.
iró hacia el (...) del dios Sol
sus lágrimas corrían como canales.
ilgamesh dice al dios Sol: COLUMNA V
Este es el mismo día, en la ciudad, lio asirlo
el que se ha establecido en la ciudad (...); La columna se halla totalmente destruida. Al final de la
ro yo he llegado junto al dios Sol del cielo, columna pueden leerse algunas palabras.
tomado su camino
he luchado. (...)
Enkidu, abriendo la boca, dice a Gilgamesh:
l dios Sol, dios del cielo, oyó el ruego de (íiln«
..u l > —Amigo mío, si yo te digo (...)
levantó contra Huwawa poderosas tempes(;uliH| para descender (...).
vendaval, el Viento del Norte, el (Viento iltj
Sur), el | |, ¡ Un paralelo puede verse en el Enuma elish (IV, 96-182), donde
huracán, el viento helado, el ciclón, el vieni» >!• duk envía contra Tiamat siete tempestades.
todo .u 'i
DE GILGAMESH POEMA DE GILGAMKfiH 79
COLUMNA VI confusión;
los rayos resplandecientes desaparecerán y el brillo
o se apagará 1 2 .
oda esta columna pueden aprovecharse muy pocas pul*- Enkidu dijo a Gilgamesh:
in embargo, hay un verso de importancia extráordinuil»
—Amigo mío, caza primero al pájaro ¿Adonde se
irán entonces los pajarillos?'' 1 .
amino (...) (Por esta razón) deja que busquemos más tarde los
or segunda vez (...) rayos resplandecientes;
erribaron (...) porque como pajarillos correrán, de acá para allá,
nkidu. sobre la hierba.
rtaron la cabeza de Humbaba 10 . ¡Golpéale primero y mátalo! ¡Y a su servidor
mátalo al mismo tiempo que a él!14.
lónico '
La narración sigue en el reverso de esta tablilla.
s fragmentos de una versión babilónica localizado» en
chali y publicados en 1957 nos permiten conocer ¡ (Reverso)
s de la lucha contra Humbaba. Los ocho primeros '
uy fragmentarios, aludiendo simbólicamente a
servidores. Gilgamesh atendió a lo que le dijo su amigo:
cogió su hacha con su mano
(Anverso) \ -•»•*''• y \sacó la espada de su cinturón.
Gilgamesh golpeó a muerte a Huwawa en el cuello
mesh le dijo a Enkidu: j (y) Enkidu, su amigo, lo alcanzó por detrás 15 :
por sorpresa, no dominamos a Huwawa, 1 Gilgamesh quiere apoderarse del extraordinario poder de los
ayos resplandecientes11 desaparecerán en Ifl •mmu de Humbaba. También puede interpretarse el pasaje como
p Gilgamesh temería la oscuridad que se produciría en el Bosque
í la muerte de Humbaba (cf. con el episodio de Teseo y la corona
mítico-temático sobre el que muy bien podría liahi'iM miñosa de Ariadna en las tinieblas del Laberinto).
ito de la decapitación de Medusa por Perseo. l'oi uim Enkidu, mucho más prudente, sabe que para poseer los mi'lammu
(véase J. J. A. van Dijk, GESL, 1960, pp. 69-81) si .1 llumbaba era preciso reducirlo previamente. De ahí que aplique el
h y Enkidu envolvieron la cabeza de Humbaba m un " erbio sumerio, aquí recogido, al deseo de Gilgamesh.
lemente de lino, y se la presentaron a Enlil, quien al M H,i ' l La idea es que, una vez muerto Humbaba, los «rayos divinos»,'
maldición. Todo el poder que había otorgado a I l u m l u í u ' i material del poderío del monstruo y, por tanto, servidores de
abía desaparecido con su muerte, lo pasó al río, al I morirían al mismo tiempo. Sin embargo, en el relato sumerio ,de
s, a la montaña y a la diosa Nungal. "inerte de Humbaba se narra que los resplandores de tal ente divino
ayos» o esplendores (melammu) eran los destellos il> l-i- HI manifestados a modo de aterradores gritos) seguían viviendo
ue subyugaban a los mortales. Son los «halos» que ull(f pues de su muerte.
igiones aplican a sus dioses. Tal estallido lumino; :( Según esta interpretación, Humbaba murió a consecuencia de los
khtu. Para E. Cassin los pulkhatim de Humbaba ilr-.ipH •"Ipcs que le dieron conjuntamente Gilgamesh y Enkidu. Sin embargo,
idos que el melammu emanaba. I golpe de gracia lo dio Enkidu, al alcanzar por detrás a Humbaba.
E GILGAMESH POEMA DE GILGAMESH 81
r golpe cayó. Enkidu le dijo a Gilgamesh:
llenos de turbación se trocaron en csl H
irado muerto al suelo a Huwawa, el t mi -¡(...), Gilgamesh, corta los cedros!
!,| |¡(...) a tu lado!
obles leguas los cedros gimieron,
Enkidu había matado a su servidor" 1 El resto es demasiado fragmentario para ser traducido. Algu-
ques se lamentaron y los cedros giniit'i j ñas palabras aluden al río Eufrates.
había dado muerte al guardián del H u , , | n
voz temblaban el Hermón 17 y el Líb;uuiR (...)
aron (...) de las montañas, (...) sobre la orilla del Eufrates 22 ,
aron (...) de todas las altas tierras. [(...) los cedros.
olpeado a muerte (al guardián) de ! < • • '
ill
s éstos (...) después que él hubiese gol|iriii|j)j
a muerte a los siotl
que pesaba un talento 20 , la espnd.i i|i!(<|
pesa b; i i
esta carga de ocho talentos, avan/ó pul
I!,. .,,
) abrió la morada secreta de los A i i m m
I ii
sh cortó los árboles, Enkidu abrió i i
ía matado a Humbaba con la colaboración de
s también que Enkidu es el instigador de u I
sumerio, «caza primero al pájaro...»).
es un macizo montañoso, situado al Sursuch
morreos lo denominaron Senir y los sidonios
el Djebel-el-Sheth.
zo del Líbano, rico en cedros y abetos. Su u
blanco», por causa de sus nieves o más exac I.
natural (calizas y basaltos).
» son los «esplendores» o «radiaciones» (/»<•/
e a modo de entes auxiliares contribuían al f I
guardián del Bosque de los Cedros. (.Los dos héroes, cortaron los cedros y los l u v u a n m ;il lio liufra-
cargado con 240 kg de peso. Tal peso, aplu .11 l'iira, por esta vía fluvial, transportarlos a l l m k , M r'iifmtcs es uno
exageradamente alto, pero no hay que olvul Bs dos grandes ríos de Mesopotamia, ¡ilr.au/jinili> los 2.700 km de
un héroe. •tud. De hecho, al sacrilegio de la mucrtí: <li- l l m u k i b a siguió el
ino Anunnaku debe aplicarse al conjunto de llegio de cortar los cedros. Aquí venios d lema legendario clásico
o se dijo al comienzo, el Bosque de los Cedro» mortal que saquea un jardín o bosque d i v i n o (cf. el Himno a
oses, abierta ahora por Enkidu. icter, de Calimaco).
POEMA DE GILGAMESH 83
'La gloriosa Ishtar puso sus ojos en la gran hermo-
sura de Gilgamesh4:
—¡Ven, Gilgamesh, sé tú mi amante 5 ,
ofréceme el fruto de tu cuerpo!
Sé tú mi esposo6 y yo seré tu esposa7.
Haré que te equipen un carro de lapislázuli y de
oro,
cuyas ruedas sean de oro y las astas de su caja 8 de
elmeshu9',
TABLILLA VI unce (al carro) los Umu 10 a modo de mulos pode-
rosos.
Entra en nuestra casa bajo la fragancia de los
COLUMNA I cedros.
Cuando entres en nuestra casa,
lo los sacerdotes purificadores 1 * te besarán los pies
tablilla inicia su canto con los hechos ocurrido-
ate contra Humbaba.
;il que era la encarnación de la fuerza y del poder). Toda esta
I «ion recuerda el atuendo y la actitud que los monarcas de la III
amesh) lavó su cabellos, limpió sus ki lia de Ur o los de Isin dicen haber empleado en el rito hierogámi-
ués se soltó la cabellera sobre sus hoin i calidad de consortes de la diosa Inanna.
ó sus vestidos sucios, se puso unos li ;i belleza (dumqu) de Gilgamesh cautiva a Ishtar. Cf. con Ulises
brió con una túnica, se ciñó un fajín íes de su prueba con las olas cuando Atenea le dio belleza igual a
o, Gilgamesh se cubrió la cabeza con l'llios.
on el término ha'iru se designaba al «amante», no al marido o
i. La mitología griega tampoco ignora el amor de los dioses por
| mortales. Ceres se unió al héroe Jasión (Odisea, V, 125); la Aurora
muerte de Humbaba, Gilgamesh debe purificáis v.uios mortales (Apolodoro, I, 4, 4); también Afrodita con el padre
n sufrida: lavar sus cabellos, limpiar sus bandas v ¡'iieas, Anquises (Himnos homéricos, III).
ios. Aquí le pide que sea su esposo (mutu).
mbatido con el pelo recogido en una trenza. I u lin esta frase quizá haya que ver la fórmula exigida para la
as remotísimas llevaban el pelo largo, que \\\ •> H'lusión del contrato matrimonial sumerio.
renzas, antes de entrar en combate. La plástica » lin cada ángulo delantero de la caja del carro había unas protube-
representa a sus tipos con melenas y barba; tli-i liiis para colgar las armas y recoger y anudar las riendas.
0 a.C. aparecen totalmente rapados. Para una idi l l i l elmeshu era una aleación de cuatro parles de oro y una de
el pelo y trenza véase el yelmo de Meskalaniduj , dando un color parecido al ámbar. Cf. este carro con el de la
orfebrería sumeria, hoy en el Museo de Bagdad flpción del de Febo que hace Ovidio (Metamorfosis, II, 107 ss.).
a la I Dinastía de Ur, fue sepultado en la necrúpull otros autores, el elmeshu sería una aleación de cobre y estaño
fice) o simplemente se trataría de ámbar.
era el tocado de la divinidad, pasando después n I. Los Umu eran los demonios de la Tempestad.
adornado con diferentes pares de cornamentas : Se trata de los ishippu, especializados en ceremonias de lustración.
MA DE GILGAMESH POEMA DE GILGAMESH 85
como lo hacen en Arall«"| ¡Ah! Una brecha se abriría entre nosotros, si te
humillarán ante ti reyes, príncipes, señore», tomo en matrimonio14.
en el homenaje te ofrecerán tributo de monleí I No eres más que un brasero que se apaga con el
llaiuiinii frío,
s cabras parirán crías triples, tus ovejas mclll/nj una puerta inacabada que no detiene ni el viento
ra laí carga, tus asnos podrán más que las m u í . ni el soplo,
caballos13, en el carro, serán fogosos ni !| un palacio que despedaza a sus guerreros,
cíinil un turbante que ahoga al que lo cubre,
tus bueyes, bajo el yugo, no tendrán rival. betún que ensucia al que lo lleva,
lgamesh abrió la boca para hablar odre que moja a su acarreador,
dijo estas palabras a la gloriosa Ishtar: arena que desgasta el muro de piedra,
ariete que destruye el país amigo lo mismo que el
¿Y-qué tendré que darte si me caso con ligo'/ enemigo,
caso aceite para ungir tu cuerpo y vestidos'/ sandalia que oprime el pie de su propietario.
e daré) víveres y alimento? ¿A qué amante has sido fiel?
ú tienes que comer) el pan que conviene « m ¿Cuál es tu pájaro que ha escapado a tus redes15?
divmi'l i ' ¡Ven, te nombraré a tus (desgraciados) amantes!
ienes que beber) la bebida que conviene a Iti
KMll Falta un verso.
alta un verso.
COLUMNA II
os vierten para ti libaciones;
estás vestida con el Gran Vestido. tío asiría
ta era un país ubicado en las montañas iraníes. Kiuilfl
A Dumuzi 16 , el amante de tu mocedad,
piedras, pero pobre en cereales, estableció muy piHlIji
comerciales con los sumerios. Según E. I. Cordón luí y t« i caso parecido en rehusar los amores de diosas, puede ser el de
en las proximidades del lago Urmia (hoy Rezaye); pum M Narciso, huyendo de la ninfa Eco, hija del Aire (Ovidio, Metamorfosis,
h, en la provincia de Kermán y para J. F. Hansman. i'ii m 1, 339 ss.). En este texto del Poema de Gilgamesh, F. M. Th. De
e Shar-i-Sokhta; puntos todos ellos localizados en el m !• lirc Bóhl ha querido ver una polémica religiosa mantenida contra
Blur y su culto por parte de los adoradores de Shamash. I. M.
|
referencia a los caballos es un anacronismo (V. Korotm'lilllukonoff no acepta esta tesis, pues anteriormente Shamash había
fue conocido en Sumer en la época de Gilganu-s i o a la hieródula que había seducido a Enkidu (hieródula
uinos representados en el arte sumerio son onagros c i al culto de Ishtar).
aballo, su origen, domesticación, etc., cf. trabajos • !' Seguimos la lectura de R. Labat. El pájaro allalu era un ave
. Zeuner, J. Zarins y K. Maekawa. En español se disp i gratoria, de plumaje multicolor. Se ha identificado con el rabilargo.
Líón Valderrábano, El caballo y su origen, Santamlr ! verso ha sido traducido usualmente como: «¿Cuál de tus pastores
el Poema de Gilgamesh conoció amplia difusión y dil hus gustado siempre?».
no es de extrañar que se incorporase este animí Dumuzi (en hebreo Tammuz) fue una divinidad de complejo
nificado, todavía no aclarado. Hasta no hace'muchos años se le
A DE GILGAMESH POEMA DE GILGAMESH 87
estinaste, año tras año, a la lamentación'' pero lo tocaste y lo convertiste en lobo
pués de amar al pintado pájaro «pequrin. y ahora sus propios zagales lo persiguen
paston y sus perros le muerden las ancas.
stimas, rompiéndole sus alas, Luego amaste a Ishullanu 24 , el jardinero de tu
ora permanece en el bosque piando: ¡M| padre,
ala;, que te llevaba siempre cestos de dátiles
ste al león20, perfecto en fuerza, y que cada día adornaba tu mesa;
le cavaste siete veces siete trampas21. lo miraste con deseo y fuiste a decírselo:
ste al garañón22, magnífico en la batalla,
lo sometiste a brida, espuela y látigo. —¡Oh mi Ishullanu, gocemos de tu fuerza,
destinaste a galopar siete dobles horas haz salir tu mano y toca mi sexo!
diste de beber agua cenagosa.
madre Silili23 le diste un destino de l l a n i n Ishullanu te contestó:
pués amaste al pastor del rebaño, —¿Qué puedes desear tú de mí?
preparaba panes entre las cenizas para I i ¿Mi madre no ha cocinado (y) yo no he comido25
e cada día te sacrificaba cabritos; para que deba comer los panes de oprobio y mal-
dición?
de la vegetación, del ganado y, en general, de la f e r l i l u l n
El junco, ¿es una cobertura contra el frío? 26
él el ciclo del devenir y el mito de la regeneración. Nm >
e añaden a su complejo mito, desarrollado en dift-n MI. Cuando le oíste hablar así,
cen de él a un dios que es castigado con la mucrlc 11 castigaste a Ishullanu y lo convertiste en tallalu21
N. Kramer). No hay elementos para sostener la hi|>cili y lo pusiste en medio de las ruinas,
e la vegetación. donde no puede subir ni bajar.
, hiciste de él objeto de una lamentación anual. DH« m.<
celebración periódica de un rito cada año, durante el < un Si me amas, tendré un destino como el suyo 28 .
las desgracias de dicho dios.
ro allalu, al que antes se aludió. De este episodio m í l n » > Ishullanu fue un jardinero del dios Sin. Según unas escuelas
e Ishtar con un allalu no se tienen otras noticias. (Jul ógicas Ishtar fue hija de Anu, según otras, de Sin.
nsar en el dios Alala (cf. A. L. Oppenheim, ASOR, Con esta respuesta, que es un juego de palabras, Ishullanu
-14). liaza el amor de Ishtar.
del allalu sonaba a algo así como kappi, kappi, que Frase proverbial o máxima sumeria.
ficaba «mis alas, mis alas». I' El tallalu era un pequeño animal, propio de jardín. Equivalía a
n cuanto «dama del amor», «reina del placer» am;ilu Ra» o a «topo».
y hombres, sino también a animales. Obsérvese que Ishtar, tras haber amado a un dios, a tres animales
l valor simbólico del número siete, esta expresión cqnn ,i I dos humanos, los ha convertido en sus contrarios: A Dumuzi (¿dios
hísimas». • la vegetación?) lo condena a ser llorado anualmente (esto es, a que
el caballo semental. Cf. con el caballo de la histoini I plantas se agostaran); al pájaro allalu, prototipo de la libertad, le
mante de su caballo (Plinio, Historia Natural, V I I I , |ta sus alas y lo inmoviliza; al león, símbolo de la fuerza y de la
ato sobre esta reina en G. Pettinato, Semiramide, MiW irtad, lo atrapa en fosos; al caballo, otro símbolo de la libertad, lo
nete a brida, espuela y látigo; al pastor, vigilante de ovejas, lo
e la madre de un caballo semental. De tal divinidiu vierte en lobo; al jardinero en un topo destructor de las flores. Por
a. Gilgamesh se opone a sus requerimientos.
EMA DE GILGAMESH POEMA DE GILGAMESH 89
uando Ishtar oyó estas palabras, y que llene de fuego su casa.
nfurecióse y ascendió al cielo, Si no creas para mí el Toro Celeste,
se puso a llorar delante de Anu, su padre29, yo romperé la puerta de su morada;
elante de Antu 30 , su madre, corrieron las lágri» bajaré a las regiones del Mundo Inferior
y haré subir a los muertos para que devoren a los
vivos 32 .
-Padre mío, Gilgamesh me ha llenado de insul Los muertos serán, así, más numerosos que los
lo
vivos33.
COLUMNA III El dios Anu abrió la boca para hablar,
diciendo así a la gloriosa Ishtar:
asirlo
—Si quieres que cree el Toro Celeste,
ilgamesh ha enumerado mis vilezas, en el país de Uruk habrá siete años de paja 34 .
is vergüenzas y mis maldiciones. Primero, apila abundantemente grano,
primero, amontona abundantemente forraje.
l dios Anu abrió la boca para hablar
iciendo a la gloriosa Ishtar: Ishtar, abriendo la boca, habló,
¡Cómo! Ya habrás provocado tú al rey Gilgn diciendo así al dios Anu, su padre:
mcsh,
ara que Gilgamesh enumerara tus vilezas, —He almacenado ya grano,
us vergüenzas y tus maldiciones.
a diosa Ishtar, abriendo la boca, dijo, i divino enviado por Neptuno a Minos y que devastó muy pronto
Ita para vengar la afrenta que el rey había cometido con su dios
irigiéndose al dios Anu, su padre: olodoro, III, 9). El toro jugó un papel muy importante en la
oria de Astarté.
—Padre mío, crea el Toro Celeste31, para t|ii# Debe verse aquí la creencia que sobre la vida de ultratumba
mate a Gilganu .h an los sumerios y los mesopotámicos en general. Determinados
ntos, en virtud de su etemmu tenían una «vida» latente, muy
tar es aquí considerada hija de Anu. Como se ha dicho cu u ¡rabie en el Mas Allá, donde se alimentaban de arcilla y se cubrían
, Ishtar fue creída hija de Sin. En algunos textos, sin emb;ni"< TÍO con plumas de ave. De ahí la frase de Ishtar, de hacer subir a
arece como amante y esposo de Ishtar. Estas incongruc-n. I<H nuertos para que devorasen a los vivos.
ebidas a los distintos puntos de vista de las escuelas teolór" <i Estas mismas palabras son recogidas en la versión acadia de El
ámicas. enso de Ishtar a los Infiernos (versos 17-20).
tu, «la Celeste», fue la esposa de Anu. Su papel ;ip. De acuerdo con estas palabras de Anu, el Toro Celeste estaría
muy desdibujado, dado que fue una divinidad «creadn» Mil olizado por una destrucción en forma de hambre. Por eso Anu le
tificialmente por los teólogos sumerios. Representaba la T U - I M a Ishtar que amontone grano para la gente y forraje para los
o femenino, en contraposición al masculino del cielo. lales. Lógicamente, «años de paja» son «años sin grano». Puede
Toro Celeste (alap shami),es una figura mítica, sujeto ilc UH pararse este castigo con los bíblicos siete años de escasez y hambre.
merio. Aquí no está figurado como un principio fecunchmi' i i S. Mowinckel, el Toro representaba la sequía, que lucha contra la
lidad, sino como fuerza destructora. Este ser nos recucnlii iil 'ación y provoca, en consecuencia, el hambre.
MA DE GILGAMESH POEMA DE GILGAMESH 91
e amontonado forraje en abundancia. pero Enkidu saltó y cogió al Toro por los cuer-
ra evitar el hambre, durante esos siete años nos-
pa, El Toro Celeste se puso a echar espuma ante él;
he almacenado abundantemente grano con la gruesa cola lo (golpeó).
a he amontonado abundantemente forraje.
ro, de él (de Gilgamesh, quiero obtcní Aquí se interrumpe el fragmento.
vengan/a!
l estado muy deteriorado de los catorce versos siguicnli COLUMNA IV
4-128) interrumpe la narración. De los mismos, sin embargl
desprende que el dios Anu accedió a la petición de Ishlfl \exto asirlo
ando el Toro Celeste, el cual mata a. centenares de homlifl
os primeros resuellos.
Al tercer resoplido se abrió una grieta cerca de
sirlo Enkidu.
Enkidu cayó allí dentro,
a apreciación anterior queda comprobada por la narraciL pero Enkidu saltó y cogió al Toro por los cuernos.
un pequeño fragmento neo-asirio del Museo de Estamh¿ El Toro Celeste se puso a echar espuma a la cara
nos transmite algunos detalles de esta escena. (del héroe)
y con lo grueso de su cola lo golpeó.
Enkidu, abriendo la boca, habló
, tras oír la respuesta de Ishtar, y dijo a Gilgamesh:
dio el ronzal del Toro Celeste,
ra que Ishtar lo pudiera conducir a Uruk. —Amigo, mío, nos hemos glorificado por muchas
ando la diosa llegó a las puertas de Uruk, victorias,
¿cómo, ahora, vamos a afrontar a este Toro?
Laguna de un verso. ¡Amigo mío, he visto el medio para abatirlo,
y nuestras fuerzas serán suficientes para vencerlo!
se fue al río y en siete (grandes tragos lo dcso ¡Quiero arrancarle su corazón para ofrecérselo a
primer resoplido del Toro Celeste se abrió un Shamash!
¡11 Yo, le voy a perseguir,
la que cayeron cien hombres de Uruk; lo cogeré por lo grueso de su cola
scientos hombres, trescientos hombres;
segundo resoplido se abrió una nueva grici.i, Hemos de ver aquí una escena de tauromaquia. Tales tauroma-
la que cayeron doscientos hombres de Huid quias —parte gimnásticas y parte religiosas— eran escenificaciones
trescientos honihii lógicas de la fertilidad y energía naturales que atesoraba el toro. Cf. A.
tercer resoplido se abrió una grieta, cerc;i varez de Miranda, Ritos y juegos del toro, Madrid, 1962. Un rápido y
Enkl en resumen de las taurokhathapsia y de las tawuhvlia, con bibliogra-
básica en A. M. Jiménez Garnica, Sefarad, 43, 1983, pp. 33-34,
kidu cayó allí dentro, I hde comenta el fondo religioso de esta tablilla VI.
POEMA DE GILGAMESH 93
EMA DE GILGAMESH
—Si te hubiera atrapado,
le retendré fuertemente sus dos pezuñas,
ú, por deltante él, tú lo agarrarás te habría tratado como a él
y habría colgado sus entrañas en tu brazo 37 .
entre la cerviz, las astas y el crucero
on tu puñal lo herirás de muerte. Entonces, Ishtar congregó a las hieródulas38,
a las mozas del placer y a las prostitutas 39 ;
or lo tanto, Enkidu, el perseguidor, aganu i y sobre el muslo del Toro todas gimieron.
Tofi Gilgamesh convocó a los artífices
o cogió por lo grueso de su cola
y a todos los metalistas.
le retuvo fuertemente sus dos pezuñas. Los artesanos midieron el grosor de los dos cuer-
nos:
COLUMNA V su masa era, cada una, de treinta minas 40 de
laspilázuli,
asirio la anchura de su revestimiento era del grosor de
dos dedos
Entonces, Gilgamesh, como un bestiario de < > h . Id y de seis gurú41 de aceite el contenido de ellos.
aleroso y poderoso, le hizo frente, Gilgamesh ofreció los dos cuernos a su dios, Lu-
entre la cerviz, las astas y el crucero le hincó «II galbanda, como vasos de unción;
l> i se los llevó y colgó en su cámara principesca42.
ras matar al Toro, le arrancaron su cora/un Luego, en el Eufrates purificaron sus manos,
lo pusieron delante de Shamash. y cogidos uno al otro se pusieron en camino
etrocedieron y se prosternaron ante Sharruish, y recorrieron en carro la gran calle de Uruk.
espués se sentaron como dos hermanos. La gente de Uruk, reunida, los miraba pasar.
shtar subió a la muralla del recinto de Uruk Gilgamesh a los sirvientes de palacio
llena de desespero, lanzó un lamento: dirigió estas palabras:
—¡Ay! Gilgamesh, que me había humillado, hrt 17 Enkidu pasa de la insolencia a la grosería. Conserva todavía
Itos de su rudeza primitiva. Tal vez deba verse, por este texto, una
matado al Tnni mente de reacción contra el licencioso culto de Inanna, la Ishtar de
•uk.
uando Enkidu oyó estas palabras de Ishtar, '8 Se trata de las kezertu, sacerdotisas destinadas a la prostitución.
rrancó el muslo derecho36 del Toro Celeste y se i nombre equivale a «la mujer que se riza el pelo».
9 Esto es, las shamhatu y las harimtu, dedicadas también a prácticas
arrojó a su cara diciendo prostitución.
° Alrededor de 15 kg.
término imittu equivale a «parte derecha», que aquí i n u l i n t ^ El gurú era una medida de capacidad equivalente a 250 litros.
«muslo derecho», siguiendo a S. Langdon, H. Zimnit-ni I r lo tanto, entre los dos cuernos el contenido cíe aceite era de 1.500
, J. Maier y otros. No creemos que deba interpretarse cofl ros.
es», según apuntaron G. Smith, R. Campbell Thompson, (• r En la cámara principesca de Lugalbanda, lógicamente, o si se
u y A. E. Speiser, si bien el contexto religioso podría oír» 1 -' efiere en la capilla de los antepasados de (iilgamesh, uno de los
significaría aplicar el contenido de las taurobolia (más t.-mli i > kles era Lugalbanda.
bolismo religioso a ceremonias sumerjas.
A DE GILGAMESH
COLUMNA VI
iría
e trata de una columna de muy poca extensión textual,
Quién es el más espléndido entre los héroe»?
uién es el más glorioso de los hombres?
Gilgamesh es el más espléndido entre los h¿i
, , „ .' TABLILLA VII
lgamesh es el más glorioso de los hombres!4'
sotros que, en nuestro furor, hemos arrojado ||
muslo del Ti mi, COLUMNA I
ndo Ishtar, ella, en las calles no tuvo a nmlll
para consola lid, exto asiría
l siguiente verso está prácticamente perdido. La primera tablilla de la versión ninivita está muy estropea-
da, siendo de muy difícil interpretación los pocos e incompletos
versos que han llegado.
gamesh dio una fiesta en su palacio;
pués se durmieron los hombres, yaciendo en »ill
lechos nocturno) —Porque (...).
idu dormía también; y vio entonces un sueño Ahora yo he fijado para ti el día del destino1,
levantarse, comenzó a relatar su sueño, yo, humildemente, (...) el deseo de tu corazón.
iendo a su amigo: Deja al rey que se presente después de mí (...)
o (deja) al dios (...) tus puertas.
migo mío, ¿por qué los grandes dioses celchimi Déjale cambiar mi nombre y tomarlo como suyo.
consejo''
El rompió (...), derribó (...),
quí finaliza la tablilla VI sin que conozcamos los pornuMlii escuchando sus palabras, rápida, velozmente (...).
del sueño y la interpretación que Gilgamesh huí u .M Gilgamesh escuchó las palabras de Enkidu, el ami-
o.
go,
, ' Está hablando, lógicamente, un dios. Su identificación es sencilla
ni atención a que quien fijaba los destinos era Enlil. Se trata, pues, de
palabras parecen ser parte de un antigua canción popn ||tc dios, quien le comunica a Enkidu, mediante un sueño, el «día del
egún B. Meissner. ¿entino», esto es, «el día de su muerte». O bien, de acuerdo con lo que
erso anuncia el primero de la tablilla siguiente, a m i u l « • dice después en la columna II del texto asirio, ¿no será Enkidu,
esta columna VI. |uicn al dirigirse a la puerta, le está fijando su-suerte?
POEMA DE GILGAMESH POEMA DE GILGAMESH 97
y le fluyeron las lágrimas. Entonces el celestial Shamash5 replicó al glorioso
Gilgamesh abrió su boca y habló, diciendo a l ' i i k l Enlil:
,111
—¿No fue por orden tuya
El resto ha desaparecido.
por lo que mataron al Toro Celeste y a Huwawa?
¡Y quieres que Enkidu, el inocente6, muera!
COLUMNA I
Pero Enlil se enfadó con el celestial Shamash;
to hitita
—Hablas así, porque cada día bajas a ellos7,
El sueño de Enkidu, contenido argumenta! de la priin como si fueses su amigo8
columna, está, como hemos visto, perdido en la versión .ixlil
Gracias a un fragmento hitita nos enteramos de la il
tomada por Anu, en el transcurso del sueño que tuvo I n i "I Enkidu se acostó, enfermo9, ante Gilgamesh,
quien se puso a llorar copiosamente:
—(...) Entonces llegó la luz del día. —Hermano mío, mi querido hermano,
¿por qué los dioses me han dejado libre a costa de
Y Enkidu dijo a Gilgamesh: mi hermano?
—Hermano mío, oye el sueño que tuve an<>< ln Así, pues, voy como un fantasma,
Anu, Enlil, Ea y el celestial Shamash celehiulnil a sentarme ante la puerta de los muertos,
COIIM |i sin ver ctm mis ojos ya más a mi querido hermano.
Y Anu se dirigió a Enlil diciéndole:
El resto se ha perdido.
—¿Por qué han dado muerte al Toro Celesic'
y matado también a Huwawa? 5 Shamash, dios del derecho y titular de la justicia, interviene,
•dicándole a Enlil lo injusto de su determinación. Sin embargo, no
Debe morir —dijo Anu— uno de ellos, •abía dicho nada a la propuesta de Anu, de matar al que hubiese
aquel que taló los cedros de los montes3. Borlado los cedros.
I 6 Shamash considera inocente a Enkidu, pero, como se ha visto a lo
Pero Enlil dijo: —¡Enkidu debe morir; prgo de la acción del Poema, fue cómplice en la tala de cedros, en la
pero Gilgamesh que no muera4! muerte de Humbaba y en la del Toro Celeste.
7 Enlil indica a Shamash, que defendía a los héroes, de inmiscuirse
ni los asuntos humanos, al contactar prácticamente cada día con ellos.
f. en la Odisea la matanza de las vacas de Helio (XII, 3X4 u i ¡\< 8 Si el lector recuerda el verso 4 de este texto hitita, son cuatro las
ina la muerte de los compañeros de Ulises. divinidades que celebran consejo: Anu, Enlil, Ea y Shamash. En este
a sentencia de Anu no es del todo clara, pues para dicho ' l í - •pnsejo han intervenido tres de ellos: Anu, Enlil y Shamash; pero falta
e lo cedros era delito mayor que la muerte de Humbahü v I u >l •a. ¿Por qué no interviene Ea, el más sabio de los dioses? ¿Considera-
Celeste. •a totalmente inocentes a Gilgamesh y Enkidu? ¿Hay un olvido por
nlil quiere castigar a Enkidu y dejar libre a Gilgamesh, ¡^MUIHI parte del poeta en este pasaje?
sotros en qué basaba su determinación, si los dos hér I ' Enkidu ha sido encontrado culpable y como castigo cae enfermo.
les. |)c tal enfermedad no se recuperará y acabará- muriendo.
EMA DE GILGAMESH POEMA DE GILGAMESH 99
COLUMNA II (...) no te lamentes; de oro (...)
asirlo Nueva laguna.
El contenido de esta columna, también muy fragmeni.ul > • Las palabras que dijeron no fueron como (...).
bastante oscuro, con la excepción dé sus últimos versos II
ragmento hitita recoge también este episodio. Ellos hablaron (...). El no cambió, él no retrocedió.
Ellos (...). El no cambió, él no retrocedió.
...)
...) en la amplia Uruk, la bien cercada. Laguna de dos versos.
n sabio amigo quizás diga cosas extrañas.
Por qué, amigo, tu corazón ha dicho cosas c x i i . i (...) al edicto de Shamash.
ñas | i
l sueño es precioso, pero el miedo (que inspira) r Siguen tres versos, totalmente perdidos.
grande
us miembros están paralizados, como los de mu Enkidu abrió su boca, habló,
que ha visto pasar a un dio» diciendo a Gilgamesh:
..) el sueño es precioso.
l hombre vivo le produce dolor, —¡Levántate, amigo (...),
l sueño motiva lamentar la vida10. a la sabiduría de Shamash (...)
..) imploraré a los grandes dioses. la puerta (...)
.) imploraré a los grandes dioses. en el Oeste (...)
uscaré y me dirigiré a tu dios11,
.) al padre de los dioses (...) Nueva laguna textual.
Enlil y abogaré por tí.
o haré tu estatua de oro 12 (...) extraordinaria.
COLUMNA II
Laguna de un verso.
¡Texto asirlo
es, el sueño demuestra cuál es el último destino del homlm-
vida no tiene otro sentido para el hombre. En los versos perdidos Enkidu realiza un balance de su vida,
amesh alude al dios personal de Enkidu, que no se cita en oí lamentando los sucesos que le han abocado a su situación
ningún momento. Quizá haya que pensar en Ninurta, dr presente. Luego maldice las etapas de su vida, que había sido
«partícula» (cf. tablilla I, II, 35). predestinada por la divinidad. Una de las maldiciones, conteni-
mesh desea fabricar una estatua funeraria de Enkidu, a ba.sr da en este fragmento asirio, la lanza contra una puerta que
y piedras nobles. La estatua jugó un papel fundamenta! cu hirió su mano. De este mismo episodio se conoce un fragmento
e la antigua Mesopotamia. Reyes y grandes dignatario» babilónico muy mutilado y que por dicha razón no recogemos
sus estatuas para que ellas estuviesen siempre ante lo» aquí.
es sustituyesen en caso de muerte. Solían tener un largo
ropio, donde se especificaba su función concreta. Como
a título de ejemplo, puede aducirse aquí las numeros.r,
e Gudea (2144-2124 a.C), ensi de Lagash. Enkidu (...) levantó los ojos,
POEMA DE GILGAMESH
A DE GILGAMESH
ndo a la puerta como si fuera humana 13 , COLUMNA II
ue la puerta del bosque no pudiese comprcí
do lo asiría
haber en ella ninguna inteligencia:
Un nuevo fragmento completa el pasaje de las palabras
pronunciadas por Enkidu contra la puerta.
veinte dobles leguas14 ya había escogido
árbol de tu madenl
s de que viese los elevados cedros del Bosqni (...)
—Ahora, oh puerta, soy yo quien te ha construido,
bol no tenía igual (en el mundo)! yo quien te ha traído a Nippur;
ltura era de seis dobles cañas15, tu anchura di incluso si un rey, que luego me suceda, te constru-
dosl yera (otra vez),
ar son tu eje, tus jambas y tu pernio. incluso si un dios rehiciera tus batientes,
e construido, te he traído a Nippur (...)16. incluso si él quitara mi nombre para poner el suyo.
biese sabido, oh puerta, que tal sería para mil
tu recompensa, Entonces Enkidu arrancó los montantes de la
el beneficio que tú me habrías de testimonini,] puerta y los arrojó al suelo.
a levantado mi hacha y te habría cortado,
almadías, habría ligado tus planchas 17 . Sigue un verso muy mutilado, que omitimos.
una considerable laguna textual,finalizala primciu | Gügamesh escuchaba las palabras de Enkidu, su
a. amigo, y sus lágrimas corrían.
Abrió la boca, habló y dijo a Enkidu:
—Amigo mío, tú tienes un ancho corazón y un
espíritu abierto.
bras que va a dirigir Enkidu a la puerta son, en opinión
, únicas en toda la Literatura universal. Tú, que tienes inteligencia, dices extrañas ideas,
oble-legua (berum) equivalía, como se dijo, a casi 11 km ¿por qué, amigo mío, tu corazón ha tenido extra-
nkidu desde casi 200 km de distancia ya había visto el ñas ideas?
idemos que se trata de un héroe.
(qanum) era una medida de longitud equivalente <i I El sueño era tan precioso y el temor tan grande
o tanto, el cedro, que había servido para construir I» que tus labios musitan (todavía) como una mosca.
medido 36 metros de altura. Numerosos son los temores, pero el sueño era
rajo la puerta a Nippur, por ser ésta la ciudad titular del precioso.
rón o señor de Rumbaba. Nippur, hoy Niffer, próxima 11
una de las ciudades santas de la antigua Mesopotamin, Incluso a un hombre sano (los dioses) dejan que se
asombre,
ntaba un gran templo, el Ekur, al dios Enlil.
g vio en estas palabras de Enkidu contra la puerta umi incluso a un hombre sano, el sueño deja que se
to ésta como las pronunciadas contra el cazador y ln asombre.
analizadas por G. S. Kirk bajo el prisma de los distinto» Pero yo quiero ir a suplicar a los grandes dioses.
sición naturaleza-cultura.
MA DE GILGAMESH POEMA DE GILGAMESH 103
os versos siguientes están muy mutilados. En ellos diluí! Quiero maldecirte con la gran maldición,
h ha prometido hacer una estatua de oro a Enkidu, ptMM
, sin atenderle, comienza a maldecir a quienes lo introcluí' que mis maldiciones te asalten desde ahora:
en la vida civilizada. ¡Que jamás crees una casa dichosa,
que jamás (...),
que jamás hagas entrar (en tu casa la risa) de las
ando, por la mañana, comenzó a clarear, doncellas,
kidu levantó su cabeza y lloró ante Shamasli que la hez de la cerveza ensucie tu hermoso seno,
e el estallido luminoso de Shamash corren su» que el borracho, con sus vómitos, manche tu vesti-
lagrimad do de fiesta,
Te invoco, oh Shamash, porque mi destino i'i Falta un versp, totalmente perdido.
cuh I
ser inhumano, el cazador18, ese ser malheclun (...) la rueda del alfarero (...),
el que me ha hecho tener una suerte inferior ;i U que jamás poseas brillante alabastro,
«, de mi que los jueces (...),
que la pura plata, orgullo de los nombres, no
quede en tu casa,
COLUMNA III que el lugar de tu placer sea el hueco de la puerta,
que el callejón de los alfareros sea el lugar donde
iría habites,
que el terreno baldío sea el lugar donde te acues-
e ese cazador tenga una suerte inferior a ki il>¡ tes,
su amigo, que la sombra de la muralla sea el lugar donde
lale sus ganancias, disminuye sus fuerzas, habites,
su parte, ante ti, sea pequeña, que el espino y los abrojos te arañen la piel de los
la caza no entre en sus redes, pies,
ue salga de ellas como una nube. que el borracho y el bebedor te golpeen la mejilla,
que, si permaneces en un lugar, (...) te profieran
spués de maldecir al cazador con todo su coi u insultos,
/i H! que el albañil no repare el tejado donde vivas,
corazón le llevó a maldecir a la cortesana: que en los agujeros de tu muro anide la gallina
salvaje
en, hija del gozo, voy a decretar tu deslni" y que en tu casa no haya nunca un banquete!
destino que nunca terminará, que será ¡Que la entrada de tu seno desnudo no sea más que
mancilla,
u recuerda aquí al cazador, al trampero en acecho. < m i que no tenga ningún valor el don de aquel que
bía topado por primera vez en su existencia (cf. tablilhi I II desnude su pecho (para ti)!
¡Que seas maldita, porque a mi, que era puro,
EMA DE GILGAMESH POEMA DE GILGAMESH 105
ue iba) tras (de ti, como si fueras) esposa, lii'l li COLUMNA IV
mí, que era puro,
e hiciste pecar en mi desierto! asmo
—Ven aquí, hija del gozo, voy a decretarte tu
uando Shamash oyó las palabras de su boc;i,
n dilación, le gritó desde lo alto de los cielos destino 20
y que mi boca, que te maldijo, en revancha, te
bendiga.
¿Por qué, Enkidu, maldices a la prostituta, hijn ¡Que te amen los gobernantes y los príncipes,
del go/u 1 que el que esté a una doble legua (de distancia) se
lla te hizo comer pan, (manjar) digno de l u , golpee la pierna 21 ,
dÍO',< I y el que esté a dos dobles leguas se sacuda sus
la te hizo beber cerveza fina, (bebida) digna <li cabellos22,
los que el soldado, sin recato, se quite su cinturón por
la te vistió con un vestido magnífico ti
te dio por compañero al hermoso y que te haga regalos de obsidiana, lapislázuli y
, ahora, Gilgamesh es tu amigo fraternal, oro,
e te hace dormir en un lecho espléndido, que te colme de pendientes de oro martilleado tu
un lecho de honor te hace acostarte. regazo,
e había colocado en un asiento de paz, el asirniu que para él caigan las lluvias y que sus graneros
a la izquichlii estén repletos,
os príncipes de la tierra te besan tus pies. que el encantador te haga entrar en el palacio de
r ti ha hecho llorar y lamentarse a la genlr < i . los dioses
Urul y que por ti sea repudiada la esposa siete veces
ha llenado de pena a la gente dichosa poi IM madre 23 !
cauíl
él mismo, después de tu muerte, llevará Nill! Enkidu se calló; su cuerpo estaba enfermo.
cabellos sucio!) ] Como estaba acostado, solitario, en medio de la
pondrá una piel de león y errará por la <-.i. noche,
p;,'"
0 Enkidu comprende que la prostituta no había tenido ninguna
de su desgracia. Las palabras de Shamash lo han convencido.
uando Enkidu escuchó las palabras de Shanu i > 1 En señal de admiración por la belleza de la hieródula. La costum-
' el Herí i», • de golpearse el muslo ante una sorpresa, deseo o impaciencia por
corazón, inmediatamente, se aplacó, '.<> es un gesto instintivo, que algunas personas realizan.
! También en señal de admiración. Lógicamente, al mover la
su cólera, sobre el campo, se apaciguó. nlicza los cabellos se mueven o sacuden. De ahí el recurso literario
llilizado por el poeta.
" Esto es, a pesar de querer un hombre mucho a su esposa, a la que
evar los cabellos sucios o descuidados, vestirse ropa de I hecho siete veces madre, Enkidu decreta para la hieródula que tal
rrante eran señales de un gran luto. jimbre la quiera a ella mucho más que a la esposa legítima.
EMA DE G1LGAMESH POEMA DE G1LGAMESH 107
udo confiar a su amigo el sueño que había teñid" Cogiéndome, me arrastró hacia la Casa de las
Tinieblas, la mansión de Irkalla26,
Amigo mío, escucha el sueño que he visto c-il» a la Casa donde se entra sin esperanzante" salida.
noi he Por los caminos que son sólo de ida y nunca de
os cielos rugían y la tierra les respondía, vuelta
ientras yo, sólo, estaba de pie entre ellos. me conduce hasta la morada cuyos habitantes
abía un hombre de rostro sombrío carecen de luz,
uyo rasgos eran semejantes a los de Anzu 24 , donde el polvo es su vianda y la arcilla s:u_manjar,
us manos eran zarpas de león, sus uñas, garnis di donde, como los pájaros, llevan un vestido de
aguí plumas
ogiéndome25 por la punta de mis cabellos, ni» y no ven' lajhiz_permaneciendo en tinieblas27.
doniun'i ElTeslTCasa de polvo, donde yo había entrado,
o intentaba golpearlo, pero él saltaba como uní por donde miraba, sólo había coronas arrodilla-
cundn das28,
e golpeó y me curó (luego) como a un herido por donde oía, allí sólo hablaban los (portadores)
omo un búfalo salvaje, me pisoteó de corona
me apretó estrechamente todo mi cuerpo. que, desde los tiempos más antiguos, habían go-
bernado la tierra;
¡Sálvame, amigo mío! Pero tú no me salvnhHi) que, siempre, habían ofrecido carnes asadas a Anu
nías miedo y tú no te movías, y a Enlil,
, que (...) que habían servido pan cocido y les habían dado a
beber el agua fresca de los odres.
Sigue una laguna de tres versos, donde se narraría la pn<|NI En esa Casa de polvo, donde yo había entrado,
ción del viaje de Enkidu al Más Allá, conducido por el MI i!e residían grandes sacerdotes y pontífices,
traños rasgos, parecido a Anzu. residían purificadores y profetas,
cándome me transformó en pichón. '' Irkalla es uno de los nombres con que era designado el Infierno.
is brazos se cubrieron de plumas como las nlti* i . i l lugar, imaginado como una gran ciudad rodeada por siete muros y
•"•le puertas, estaba situado en el Occidente, en las entrañas de la
de un u vi irira. A esta ciudad, verdadera Casa de Tinieblas, el difunto debía
Mlibar totalmente desnudo, habiéndose visto obligado a despojarse de
u fue un ser demoníaco y terrorífico, descrito usu¡ilin<-i u-, vestidos en cada una de las siete puertas que ha ido atravesando.
ace aquí. Fue sujeto de un mito, donde se le figura como " iulcs de situarse en este lugar ha debido pasar el juicio de los
e de la Tempestad, que robó las Tablillas del Destino, ml<!< .minnaku. Tras su sentencia, se incorporan a esta mansión, sin posibi-
í el máximo poder. "i.id de retorno. La reina de Irkalla era Ereshkigal, asistida en sus
ser, parecido al mítico Anzu, hubo de ser algún dcin-n 'iliciones por su esposo Nergal.
pues tal ente fue quien causó la muerte a Enkidu, seyun ' Esta sombría descripción del Infierno aparece prácticamente con
s tablillas VIII, II, 7 y XII, II, 51. También podríamos nn, mismos términos en los mitos del Descenso de Ishtar a los Infiernos
t-tabal («El que lleva velozmente»), el barquero del Mim i-n el de Nergal y Ereshkigal.
sin lugar a dudas el prototipo del Caronte griego. '" Esto es, reyes arrodillados. Claro ejemplo.de metonimia. ,»,„
MA DE GILGAMESH
POEMA DE GILGAMESH 109
dían los santos ministros de los grandes din
COLUMNA VI
ses" 1
residía Etana 30 , allí residía Shakkan 31 , Kto asirlo
residía (también) Ereshkigal32, la reina de lo»
InfiernoN
it-Seri33, la escriba de los Infiernos, arrodilladn —Piensa en mí, amigo, y no olvides todo lo que he
ante elln, recorrido (contigo),
mi amigo ha visto un sueño inexplicable.
ía una tablilla que leía en su presencia.
levantó la cabeza, me miró (y exclamó):
El día en que Enkidu vio este sueño, se encontró
Quién ha traído aquí a este hombre? exhausto;
un primer día quedó postrado, (luego) un segundo
día,
un tercero, un cuarto día ocurrió lo mismo,
COLUMNA V
un quinto, un sexto, un séptimo, siempre lo mismo,
irlo un octavo, un noveno y un décimo, siempre lo
mismo,
e esta columna sólo se han conservado las últimas palabini durante los cuales la enfermedad de Enkidu se
lgunos versos. En la misma, Enkidu narraría su bajada u! agravó.
ndo Inferior. Un undécimo, un duodécimo lo mismo.
Enkidu, entonces, se irguió en el lecho,
llamó a Gilgamesh y le dijo:
En mí, que (contigo) he recorrido tan mahn
travesíiis
—He aquí que mi amigo me aborrece (...).
Así como en Uruk (él me lo había prometido),
s versos 47 a 49 se citan cinco clases de sacerdotes: enu ||| cuando tuve miedo al combate, él me reconfortó;
ote, lagaru, quizá un sacerdote especializado en lamentad»
aducimos por el genérico «pontífice»); ishippu o sacerdulf I pero hoy mi amigo, que me había salvado en el
; lumahhu, sacerdote profeta o chamán; y el pashishu, combate, (me abandona).
cargado de las unciones rituales. Tú y yo (...)
fue un héroe que quiso ir a los cielos a conquistar unn
precisaba para su esposa a fin de que tuviera descendencia
Faltan más de treinta versos de esta última columna.
o rey pastor de la I dinastía de Kish.
kan es otro de los nombres del dios Sumuqan (cf. tablilb l s
kigal, «Señora de la Gran tierra», fue la diosa del Infienm I
siderada como la hermana de Ishtar, y según un mito MI
n esposa del dios Nergal. Sus templos más importan!; i|
en Kutha y en Sippar.
Seri, «la Señora de la llanura», era la listera o escriba de luil
En su poder tenía la relación de todos los difuntos qiií|
n la mansión de Irkalla.
POEMA DE GILGAMESH 111
¡Que los ancianos en la amplia calle de la amura-
llada Uruk lloren por ti!
¡Que nos bendigan, (tendiendo) su dedo detrás de
nosotros!
¡Que las cimas elevadas de montes y montañas
lloren por ti,
(cimas) que han sido escaladas por nosotros dos,
juntos!
¡Que los campos, como lo haría tu madre, lloren
por ti!
TABLILLA VIII ¡Que la resina de los cedros llore por ti,
(cedros) a los cuales ojalá que no nos hubiésemos
acercado!
Prácticamente, toda la tablilla VIH ha llegado en muy MI.
¡Lloren por ti oso, hiena, leopardo, tigre, ciervo,
chacal,
stado. Está dedicada a narrar la agonía y la muerte de l i n k n l i
sí como a la fabricación de la estatua funeraria de tal \ii-n\i león, búfalo, ciervo, cabra, la manada y las bestias
salvajes de la estepa!
COLUMNA I ¡Llore por ti el santo Ulai2, sobre cuya orilla
habíamos andado, muchas veces, fogosamente!
asiría ¡Llore por ti el puro Eufrates,
del que sacábamos agua para nuestros odres3!
Esta columna presenta muchas lagunas. ¡Lloren por ti los hombres de la amurallada Uruk,
que vieron nuestras hazañas, la villa en que mata-
l primer resplandor de la mañana, mos al Toro!
ilgamesh dijo a su amigo: ¡Llore por ti el que ensalzó tu nombre en Eridu4,
llore por ti la gente que todavía no había ensalza-
Enkidu, amigo mío, tu madre es una gacela do tu nombre,
el onagro1, tu padre, te ha engendrado; llore por ti la mujer que proporcionó grano a tu
ú fuiste criado por criaturas con colas, boca,
por los animales del desierto, en toda su exlcn llore por ti quien puso manteca ante ti,
siÓB
Que los caminos de Enkidu en el Bosque de lo*
1 Río identificado con el actual Kharun, un rio del Elam (Irán). Es el
Cedro»
isico Eulaeus, mencionado por Plinio (VI, 135).
loren por ti! ¡Que jamás callen ni de noche ni di ;s Algunos autores traducen: «donde vertíamos (en libación) el agua
dilll I nuestros odres».
* Eridu es el actual tell de Abu Sahrain. Fue la ciudad más antigua
I Sumer, según ha confirmado la Arqueología. En ella recibió culto el
o salvaje. Con esto el poeta alude al carácter salvaje, primiliv ¡os Enki (en sumerio Ea) en un conjunto templar de gran impor-
du, que no había conocido en sus orígenes los usos human"
mentales, al haberse criado entre animales. Inncia.
EMA DE GILGAMESH
POEMA DE GILGAMESH 113
re por ti quien puso cerveza en tu boca,
re por ti la cortesana, Y ahora, ¿qué sueño se ha apoderado de ti?
e te ungió con óleo fragante! ¡Has perdido el conocimiento y ya no me oyes!
loren los que entran en la casa del marido, Y él, en efecto, ya no podía levantar la cabeza;
ya esposa lleva el anillo de tu consejo, cuando tocó su corazón, éste ya no latía.
ren por ti los hermanos como hermanas! Entonces cubrió el rostro de su amigo como el de
ue se desaten para ti sus cabellos!
una novia,
como un águila se lanzó sobre él,
l resto de la columna ha desaparecido en su totalicliicl como una leona a la que han privado de sus
cachorros;
va y viene sin cesar delante y detrás de él.
COLUMNA II Arranca y esparce sus cabellos con bucles,
irlo rasga y tira al suelo sus hermosos vestidos, como si
fueran una abominación7.
Cuando, al amanecer, apareció el día, Gilgamesh,
¡Escuchadme, ancianos, escuchadme:
yo quien llora por Enkidu, mi amigo! Aquí finaliza la tablilla.
lamento, amargamente, como una plaña Ir M La versión de Sultantepe recoge la continuación de la ta-
blilla.
hacha de mi costado, confianza de mi n i . n n .
al de mi cinto, escudo protector,
Y Gilgamesh lanza una llamada al país:
ica de mis fiestas5, cinturón de mi gozo,
perverso demonio 6 ha surgido y te me htf —¡Forjadores, lapidarios, metalistas, orfebres, cin-
arrebatado, celadores,
igo mío, mulo vagabundo, onagro de la eslepu, haced una estatuía de mi amigo!
leopardo del desieilo,
Enkidu, amigo mío, mulo vagabundo, onagni Y ellos hicieron una estatua de su amigo,
de la estepa, leopardo del desierto, cuyas proporciones eran parejas a las suyas:
con quien, juntos, habíamos escalado las IIKIII-
(¡ihttn, —De lapislázuli es tu pecho y de oro es tu cuer-
íamos capturado y matado al Toro Celesle, po«.
íamos abatido a Humbaba, que vivía cu • i
Aquí se interrumpe la versión de Sultantepe. En el resto de la
Bosque de los Cedro» columna II continuaría la lamentación de Gilgamesh.
lgamesh designa a su amigo Enkidu como lubar <.v/;ifM/M
stido del isinnu». La fiesta issinu había gozado de liiilt 7 Esto es, como si estuvieran impuros. Gilgamesh está lamentando
s estudiosos no se han puesto de acuerdo a la honi tlt> muerte de su amigo Enkidu.
festividad. " No todas las versiones del Poema de Gilgamesh recogen el episodio
al ashakku. •.... • la fabricación de una estatua mortuoria en honor de Enkidu,
Ihorada con oro y lapislázuli.
MA DE GILGAMESH POEMA DE GILGAMESH 115
COLUMNA III (...) irá por su lado,
\
(...) alabastro,
irlo (...) expuesto (...) antes del ascenso de Shamash.
(...) extendiendo sobre la tierra,
n un lecho de honor te he hecho acostar, (...) pueda ir por su lado,
e colocado en un asiento de paz, el sitio de lu (...) cuyo pecho es de lapislázuli,
izquicnl.i (...) incrustado con cornalina9,
príncipes de la tierra te besan los pies.
ti he hecho llorar y lamentarse a la gente il> Aquí finaliza lo conservado.
Una
or tu causa he hecho llenar de pena a la gen u
dichosa
yo mismo, ahora que te has ido, llevaré mu COLUMNA V
cabellos sucio»,
pondré una piel de león y erraré por la este|u' asirlo
n el primer resplandor de la mañana Los primeros cuarenta versos están totalmente perdidos. En
ellos quizá se haría alusión a algún discurso de los Anunnaku.
gamesh atendió a los preparativos del sacrificio
(...)
l resto de la columna ha desaparecido.
(...) su nombre (...)
(...) juez de los Anunnaku (...).
COLUMNA IV Gilgamesh cuando oyó estas palabras,
construyó una réplica del rio (de los infiernos) 10 .
irlo Al primer resplandor de la mañana, Gilgamesh
formó (...),
e la cuarta columna tan sólo han llegado palabras aisl;nl > sacó una ancha mesa de madera elammaku11,
s finales de algunos versos. En la misma, se trataba ilc i • llenó de miel una jarra de cornalina
icación de la estatua funeraria de Enkidu. También hay nuil y otra de lapislázuli, de manteca,
ión a Bibbi (el planeta Mercurio).
9 Por la serie de referencias apuntadas quizás se haga alusión a la
su corazón no está angustiado. 3ricación de la estatua de Enkidu.
10 Verso de traducción problemática. Se sabe que los difuntos
iguen dos versos perdidos. ebían atravesar un río infernal, llamado Khubur, antes de arribar al
lio de Ereshkigal.
1 ' El elammaktt era el nombre dado a un árbol. Tal término aparece
país de Shamash, expuesto al sol, .ado también en una lista de plantas medicinales. Se ignora qué tipo
universal, i madera designaba.
116 POEMA DE G1LGAMESH
y, habiendo adornado (la mesa), la présenlo »
Shamash''
El resto de la columna ha desaparecido. Tampoco ha
nada de la columna VI. Según un fragmento, que podría v i l.
continuación de esta columna (en muy mal estado taiiilm
Gilgamesh debía ofrecer libaciones ante la estatua fuñera l>
Enkidu.
TABLILLA IX
COLUMNA I
Por causa de su amigo Enkidu, Gilgamesh,
llorando amargamente, vaga por la estepa:
—Si muero yo también, ¿no voy a ser como Enki-
du?
La angustia ha entrado en mi corazón,
y temeroso por la muerte voy vagando por la
estepa.
Para encontrar a Utnapishtim1, el hijo de Ubar-
Tutu 2 ,
he emprendido el camino y ando sin perder tiem-
po.
He llegado de noche a los desfiladeros de la mon-
taña,
' Utnapishtim fue el protagonista del Diluvio mesopotámico. Véase
• Milla I, I, 40, nota 28.
Ubar-Tutu, «Protegido de Tutu», fue el padre de Utnapishtim, y el
' M i m o rey antediluviano de Shuruppak (Fara). Según la Lista real
A DE GILGAMESH POEMA DE GILGAMESH 119
visto leones y yo, yo he tenido miedo3. arrojó (...).
anté mi cabeza para orar a Sin4, Pero cuando Gilgamesh vio al dios (...),
cia Ishtar, insigne entre los dioses, se dirige mi huyó corriendo a los montes.
plegaria! Gilgamesh se lamenta:
alvadme de estos peligros!
—¡Cuando matan a un hombre
ante la noche, dormía, (pero) un sueño lo ilr. la esposa sale huyendo de la casa!
pertl
luz de Sin, unos seres se alegraban de la vidit, Gilgamesh obró de modo idéntico;
boló su hacha en su mano, se marchó al campo,
del puñal de su cinto, más tarde regresó del campo
mo una flecha cayó sobre ellos; y combatió en las montañas.
golpeó y los hizo pedazos6. Los montes que escaló,
los ríos que vadeó
resto de la columna, con excepción de algunas pal:i!>i.i ¡ese número no puede saberlo nadie!
esaparecido. Tras la explicación del sueño, Gilgame.sh IIM
do llegar a las montañas Mashu, por las que pasa el mil Estuvo matando animales,
nte la noche. mató un uro 8 (...);
pero cuando subió a los montes,
ita dos leones9 se espantaron.
Cuando volvió otra vez a los montes,
principio de esta versión hitita está muy deteriorailn
mesh llora la muerte de su amigo y anda sin rumbo (...) un pájaro.
Aquí finaliza el fragmento hitita.
a más llegar a Itiha 7
COLUMNA II
io operado en Gilgamesh a causa de la muerte de E n k u l u
ilgamesh, que se había enfrentado nada menos que ¡i cto asirio
al Toro Celeste, tiene aquí miedo de unos leones.
el dios luna, señor de la energía procreadora. Su n o m l m El nombre de esta montaña era Mashu 10 .
Enzu, «Señor del saber». Fue hijo del dios Enlil y padrr ili
Sol) y de Ishtar (planeta Venus). Tal divinidad es mcm m Cuando él llegó a la montaña Mashu,
raramente en el Poema de Gilgamesh, ignorándose luí
Animal salvaje, parecido al bisonte.
sh, a pesar de haber despreciado a Ishtar como espiv,,i i El tema de los leones fue muy utilizado en la iconografía de
fendido matándole el Toro Celeste, acude a ella con giiin lilgamesh, sobre todo en los cilindro-sellos. Tal temática fue de
plorándole ayuda en los peligros que le aguardan antes il* Implio cultivo plástico y profusión geográfica (O. Weber). Hay autores
orada de Utnapishtim. mí. Frankfort) que cuestionan que Gilgamesh sea el personaje figurado
ratarse de leones. Los reyes mesopotámicos se enfrenlali.m '•u dichos cilindro-sellos, indicando que más bien representaría a un
s, animales dignos de su valentía. Véanse las escenas ilf jfcstor (héroe desnudo) que defendía a sus rebaños de los ataques
leones del arte asirio, por ejemplo. Podría tratarse ih* Icpredadores de los leones.
cturnos, según el contexto. F-ío Montaña mítica por donde nacía y se ponía el Sol diariamente,
de la montaña en un punto sin confirmar. uada en algún punto oriental de Mesopotamia. La misma ha sido
EMA DE GILGAMESH POEMA DE GILGAMESH 121
V
ue, cada día, guarda la salida y la entrada del Snl para llegar ante mí?
cuya cabeza alcanza la bóveda de los cielos ¿Por qué has atravesado ríos cuyo paso es difícil?
cuyo pecho toca, por abajo, los Infiernos'' Quiero saber el propósito de tu viaje.
s hombres-escorpiones12 guardan la puerta.
l terror que inspiran es pavoroso, su contemplo El resto de la columna ha desaparecido.
ción acarrea la muair.
terrible esplendor recubre las montañas,
uardan el Sal en su amanecer y en su ocaso. COLUMNA III
l verlos, a Gilgamesh se le cubrió el rostro
e terror y de espanto; lexto asirlo
ero, recuperando su espíritu, se acercó a ellos,
l hombre-escorpión dijo a su mujer: Los dos primeros versos están perdidos. No obstante, es
Gilgamesh quien está hablando.
Ese que se nos acerca es de carne de los dioso»,
(Gilgamesh respondió al hombre-escorpión):
a mujer del hombre-escorpión contestó:
—Si he recorrido tan largo camino,
¡En él hay dos tercios divinos, un tercio hunuí es por Utnapishtim, mi antepasado13,
que estuvo presente en una asamblea de los dioses
l escorpión macho llamó (a Gilgamesh) y allí encontró la Vida14.
le dirige estas palabras al retoño de los Quiero preguntarle sobre la muerte y sobre la
Vida.
¿Por qué has recorrido tan largo camino
El hombre-escorpión, abriendo la boca, habló
los especialistas en diferentes puntos: en Arabia, en el .ili» y dijo a Gilgamesh:
Armenia. En acadio esta palabra, mashu, equivale a «crin.
dríamos pensar en el Líbano y el Antilíbano como idenlilu ii —No ha habido nadie, Gilgamesh, que haya reco-
sta montaña «gemela», si interpretamos literalmente el u rrido el camino,
?
a la cosmología paleobabilónica las montañas Mashu sii'.mli nadie, todavía, ha visto las profundidades de la
unión del cielo con los infiernos. Estas montañas tenían »¡«l» montaña 15 ;
da una de las cuales contenía una entrada al Mundo I i i l n n . i a lo largo de doce dobles leguas su interior es
H. Lewy). En el original, la palabra Infierno está design,i<l>i sombrío,
rmino Arallu.
hombres-escorpión eran unos seres mitológicos encar^uln»
rta por donde salía y se ponía el Sol. Aparecen en la iconoy.m 13 Utnapishtim no era antepasado de Gilgamesh. Era, sin embargo,
otámica (ajuares de la necrópolis real de Ur) y en difcri-nii- hombre que se salvó del Diluvio, y en ese sentido puede aceptarse
uma elish, por ejemplo). En el Poema están designados cmiiu que fue el antepasado del rey de Uruk y de todos los hombres.
elu. Según el antedicho Enuma elish, fueron creados poi \«" Esta expresión es la que dio nombre a Utnapishtim.
iginales para combatir a los dioses. Cf. con los querulimi- 15 Según se indica, para ir a visitar a Utnapishtim era preciso
Véase también, A. Green, Iraq, 47, 1985, pp. 75-82. Drrer un camino montañoso.
EMA DE GLLGAMESH POEMA DE GILGAMESH 123
n profundas son allí las tinieblas, que no brilltt 40 te he revelado el camino del monte Mashu,
ninguna l n / alcanzarás así los montes y las montañas!
la salida de Shamash (...) Que, sano y salvo, puedas llegar:
la puesta de Shamash (...)16 ¡la puerta de la montaña está abierta ante ti!
ago salir (...)
ago entrar (...). Gilgamesh, habiendo oído estas palabras,
siguió el consejo del hombre-escorpión,
El resto de la columna está destruido. En su relato, el h»m tomó el camino del Sol a través de la montaña.
e-escorpión se habría dejado convencer por Gilgamesh y ll Tras haber andado una doble legua,
bría revelado el paso subterráneo del sol.
las tinieblas eran profundas: no había luz,
nada veía delante, nada veía detrás.
.10 Tras haber andado dos dobles leguas
COLUMNA IV
sirlo Aquí finaliza la columna.
Faltan treinta y dos versos del comienzo de esta colimum
tá hablando Gilgamesh.
COLUMNA V
n la angustia en el corazón he caminado hiisln ¡Texto asiría
aquí '
El comienzo de esta columna está perdido. En los veintidós
causa de la humedad y del calor mi rostro esii'i versos que faltan se detallarían con minuciosidad las tres
primeras etapas.
n gemidos y suspiros he hecho este largo vi,i|c
ro, ahora, tú me has abierto la ruta de la monln
Tras haber andado cuatro dobles leguas,
la oscuridad era profunda: no había luz,
hombre-escorpión, abriendo la boca, habló nada veía delante, nada veía detrás.
dijo al rey Gilgamesh:
Tras haber andado cinco dobles leguas,
la oscuridad era profunda: no había luz,
¡Ve, Gilgamesh, no tengas ningún temor, nada veía delante, nada veía detrás.
ión al camino recorrido por el Sol en su ruta nocturna, <|I-M|.
Tras haber andado seis dobles leguas,
para volver a aparecer por Oriente. Los sumerios creían i|ii« la oscuridad era profunda: no había luz,
mia durante la noche en el regazo de la madre Tierra; luí nada veía delante, nada veía detrás.
stenían que continuaba su viaje en barco, por debajo ilr ln Tras haber andado siete dobles leguas,
obre las aguas del Mundo Inferior, hasta alcanzar, al din la oscuridad era profunda: no había luz,
las montañas del Este (Mashu).
hablando Gilgamesh. nada veía delante, nada veía detrás.
A DE GILGAMESH POEMA DE GILGAMESH 125
haber andado ocho dobles leguas, lanzó un COLUMNA VI
gritd
scuridad era profunda: no había luz, exto asiría
a veía delante, nada veía detrás.
haber andado nueve dobles leguas, notó oí Esta columna'está prácticamente perdida. En la misma se
Viento del N o i i t describía el maravilloso Jardín, donde crecían árboles de distin-
ual, con su soplo, le rozó su cara, ta pedrería.
la oscuridad era profunda: no había luz,
a veía delante, nada veía detrás. (...)
haber andado diez dobles leguas, en lugar del cedro,
riente, sin duda, estaba próximo; (...) del alabastro (...),
la oscuridad aún cubría un cuarto de doblt' el larushu21 de mar (...) piedra hulalu22,
leguii como las espinas y las zarzas (allí se enreda) la
s haber andado once dobles leguas, la aurom piedra an-gug-me2í,
apuntaba el algarrobo allí está reemplazado por la piedra
s haber andado doce dobles leguas, vio lucir I» abashmu24,
claridad'" 10 el vitriolo verde y la hematites.
irigió entonces, hacia el Jardín 19 para ver ION
árboles de piedra2"; Falta un verso.
ornalina allí produce sus frutos,
día un racimo, muy agradable a la vista; como (...) de la piedra ugu-ashgiqu25,
pislázuli produce allí follaje (...) de mar
mbién frutos de sonriente contemplación. (...) perla.
Gilgamesh, mientras avanzaba (por el Jardín)
uí finaliza la columna. levantaba sus ojos (...)26.
esh ha precisado doce dobles leguas (unos 1.322 km iljj
orridas por una ruta occidental hasta alcanzar a vislumbráis
dio de la luz (namirtu) se hallaba un Jardín, especie
enal, hacia el cual se dirige Gilgamesh. 11 Nombre de un árbol que producía piedras preciosas.
a de árboles míticos, cuyos frutos eran de rica pedrcrluí! 12 La piedra hulalu se ha identificado con el ágata.
s tienen su paralelo en el Árbol de la Vida bíblico, i|il| 13 Piedra desconocida.
ortalidad. Cf. Ezequiel, 17, 12; Proverbios, 3, 18, y Apocalípwí, 14 Piedra descrita de muy diferentes maneras. Se trata del jaspe.
4. Algunos documentos asirios mencionan el Árbol de' li|| !s Piedra de apariencia similar a la obsidiana.
la Vida, situado en la entrada del cielo. En los Textos (/^ ' 2 6 Gilgamesh, lógicamente, estaba extasiado ante lo que veían sus
s se alude también a la «Madera de la Vida». ojos.
POEMA DE GILGAMESH
COLUMNA I
texto babilónico
El comienzo- se halla mutilado y las primeras ideas son
apenas inteligibles.
(...) Con sus pieles se viste, se alimenta de su carne.
TABLILLA X Shamash, que estaba apenado, habló,
diciendo así a Gilgamesh:
a
—Ningún mortal recorrió antes este camino, ni lo
trata de un pequeño fragmento que narra la llegada ¡li recorrerá jamás,
esh ante Siduri. La versión hitita supone la contimiii
e la tablilla IX, columna I, de la versión asiría o .1.1 mientras haya vientos que soplen sobre el mar.
ento hitita que en ella hemos incluido. Gilgamesh, ¿por qué vagas de un lado a otro?
¡La Vida que buscas nunca la alcanzarás!
roico dios Sin habló a Gilgamesh:
Gilgamesh contesta así al valiente Shamash:
s dos leones que tú has matado,
malos además de los dos (...).
ete a la ciudad —Tras andar y errar por la estepa como el pájaro
régalos en el templo de Sin. dalu3,
¿descansará mi cabeza en el corazón de la tierra
do amaneció, para dormir a través de todos los años?
mesh peinó sus cabellos; ¡Deja que mis ojos contemplen tu claridad, a fin de
do llegó al mar, que me sacie de luz,
ri1, la tabernera, está sentada en un trono pues toda oscuridad desaparece con el esplendor
ne una cuba de malta 2 fabricada de oro. de tu luz!
¿Cuándo el hombre que está muerto verá, alguna
parece en el Poema como tabernera (sabitum). Para 1' vez, la luz del brillo del Sol?
immern era una antigua diosa de la sabiduría. E. Dhoinn
una ninfa. En el texto aparece su nombre precedido >li I
divino (ilu). Siduri en lengua hurrita significa «mo/u», Aquí se interrumpe el relato.
en podríamos interpretar su figura como una forma ili
n Calypso y Circe homéricas (Odisea, cantos V y X).
al carácter de tabernera (más exactamente «cerveceru»!
ña Siduri. El malta se emplea, cómo es sabido, en lu 3 Se trata de un ave migratoria. La palabra dalu significa «correr»,
e la cerveza. L r errante de un lado a otro».
A DE GILGAMESH POEMA DE GILGAMESH 129
COLUMNA II diviértete día y noche5,
cada día y cada noche sean de fiesta6,
ilónico
el día y la noche gózalos7.
principio está destruido. Cuando la narración se h.n. Ponte vestidos bordados8,
gible vemos a Gilgamesh hablando con Siduri, la l;il>u lava tu cabeza y báñate9.
Cuando el niño te tome de la mano, atiéndelo y
regocíjate
el que conmigo soportó todos los peligros, y deleítate cuando tu mujer te abrace,
idu, a quien yo amaba entrañablemente, porque también eso es destino de la humanidad 10
conmigo soportó todas las labores,
El resto está fragmentado.
conocido el destino de la humanidad!
he llorado por él, día y noche.
lo entregué para que lo sepultasen
COLUMNA I
or si mi amigo se levantaba ante mi lamento
nte siete días y siete noches,
ento en que un gusano se deslizó de su nari/,, <to asiría
e que murió mi amigo, no he encontrado ln
Siduri, la tabernera, que reside en la orilla del
Vida, mar 11 ,
vagado como un cazador por medio del llano,
ernera, ahora que he visto tu rostro, habita allí (en una mansión solitaria).
consientas que vea la muerte que constan lí- Habían hecho para ella una jarra y una tinaja de
oro,
mente ten K I
iba cubierta con un velo (...).
ri, la tabernera, dijo a Gilgamesh: Gilgamesh, habiendo caminado mucho tiempo (lle-
gó a su presencia).
Con pieles de animales iba vestido,
COLUMNA III pero había en él carne de los dioses.
ilónico
Cf. Eclesiastés, 5, 18.
ilgamesh, ¿por qué vagas de un lado a otro? Cf. Sabiduría, 2, 6-9.
alcanzarás la vida que persigues4. Cf. Eclesiastés, 8, 15.
Ibídem, 9, 8-9.
ndo los dioses crearon la humanidad, 9 Siduri le ha aconsejado cuanto la mayoría de la humanidad realiza
dieron que su destino fuese morir ) al menos desea realizar. Es una visión materialista de la vida. Cf. con
servaron la Vida para sí mismos. el carpe diem de Horacio.
10 Aquí Siduri da unos consejos más elevados, en donde el senti-
uanto a ti, Gilgamesh, llena tu vientre, miento sobresale.
" La localización del lugar donde reside Siduri es difícil, dada la
está indicando al Gilgamesh que el destino de la Humam Imbigüedad de este pasaje. Algunos la sitúan en Biblos; otros, junto al
erte. dar Rojo, y otros, en la cordillera del Atlas africano.
POEMA DE GILGAMESH POEMA DE GILGAMESH 131
La angustia estaba en su corazón La tabernera le dijo a Gilgamesh:
y su rostro era como el del que ha recorrido un
largo carmín i — Si tú eres Gilgamesh, el que mató al guardián
La tabernera, que lo había visto de lejos, del Bosque,
preguntándose en su interior, se dijo estas p;il.i si has abatido a Humbaba, que vivía en el Bosque
bnu, de los Cedros,
deliberando consigo misma: si, en los pasos del monte, has matado leones,
si has matado al Toro bajado del cielo,
—Seguramente ese (que se aproxima) es un ¿por qué tus mejillas están demacradas y tu rostro
no, abatido?
¿adonde va tan agitado? ¿por qué tu corazón está dolido y tus rasgos demu-
dados?
Al verlo, la tabernera cerró la puerta, ¿por qué la angustia está en tus entrañas?
atrancó el portal y aseguró el cerrojo. ¿por qué tu cara es como la del que ha recorrido
Pero Gilgamesh dirigió su atención (al ruido i|iii' un largo camino?
ella hacín), ¿por qué tu rostro está tostado por la humedad y
levantó el mentón y puso en ella su mirada. el excesivo calor?
Gilgamesh le dijo a la tabernera: ¿por qué vas tú errante por la estepa, buscando un
soplo de viento?
—Tabernera, ¿qué has visto para que hayas ccn.i
do la puní. i Gilgamesh respondió a la tabernera:
atrancado el portal y asegurado el cerrojo?
Derribaré tu puerta y romperé tu cerrojo,
si cierras la puerta delante de mí. COLUMNA II
Sigue una laguna de unos quince versos, en los cuales Si.luí i Texto asirlo
abriendo su puerta, dialoga con Gilgamesh.
Los seis primeros versos están perdidos. Se han reconstruido
los mismos en razón a la claridad del contexto. Está hablando
Gilgamesh.
Gilgamesh, abriendo la boca, habla y dice a li
taberna i —(Tabernera, si mis mejillas están demacradas y
mi rostro abatido,
—Soy Gilgamesh, el que mató al Toro bajado i). si mi corazón está dolido y mis rasgos demudados,
cid. * si la angustia está en mis entrañas,
maté (también) al que era el guardián del BOSC|ÜI si mi cara es como la del que ha recorrido un largo
abatí a Humbaba, que vivía en el Bosque de lo camino,
Cedro, si mi rostro está tostado por la humedad y el
en los pasos del monte he matado leones. excesivo calor,
POEMA DE GILGAMESH
POEMA DE GILGAMESH 133
si voy errante por la estepa buscando un soplo do pues en su curso están las Aguas de la Muerte,
viento), que cortan el paso
es por miedo a la muerte por lo que ando errante ¿Por qué punto, Gilgamesh, atravesarías el mar?
por la estepn Una vez llegado a las Aguas de la Muerte, ¿qué
Lo que ha ocurrido a mi amigo me obsesiona; harías?
sí, me obsesiona la suerte de Enkidu. Gilgamesh, aquí está Urshanabi13, el batelero de
Por un largo camino, ando errante por la estep;i, Utnapishtim;
¿cómo callarme? ¿cómo guardar silencio? «los de piedra»14 están con él; en el bosque corta
Mi amigo, al que yo amaba, ahora es como el urnu 15
barro; Enkidu, mi amigo, al que yo amab;i, ¡Ve, que puedas hallar gracia a sus ojos!
ahora es como el barro Si es posible efectúa la travesía con él; si no, regre-
¿No iré a conocer la misma suerte, a acostarme sa.
para no levantarme nunca jamás? Gilgamesh, habiendo oído estas palabras,
blandió el hacha con su mano,
Gilgamesh dijo a la tabernera: desenvainó el puñal de su cinto
y, como una flecha, cayó sobre ellos16;
—Y ahora, tabernera, ¿cuál es el camino que con- en el corazón del bosque se agazapó.
duce hasta Utnapishtim? Urshanabi vio el destello del puñal,
¿Qué señal me lo hará reconocer? ¡Dime la semil! oyó (el ruido del) hacha (...).
Si es posible, atravesaré el mar,
y si no es posible, erraré por el desierto.
3 Urshanabi equivale a «siervo de Shanabu», esto es, «Siervo de
La tabernera le dijo a Gilgamesh: •a». Siendo Ea dios del mar y del Apsu, se comprende que este
Barquero sea el «servidor de Ea».
—Nunca, Gilgamesh, ha existido tal camino, I 14 No es posible saber con exactitud qué cosa designan «los de
medra» (shut abne en el texto). Tal vez sean imágenes, estatuas o
adie, desde los tiempos más antiguos, pudo atr.-i lértigas de piedra. Esta posibilidad parece quedar confirmada por la
vesar el mar ] 2. lersión hitita relativa a este pasaje, donde se habla de «imágenes de
l único que atraviesa el mar es Shamash, el Hé- Bedra». Serían, pues, o bien estatuas apotropaicas, protectoras de la
barca, o bien pértigas de piedra, que al no humedecerse impedían que
roe, lus manos del barquero tocasen las Aguas de la Muerte.
ero, excepto Shamash, ¿quién lo podría atrave- ' 15 En el original, ta-ab-ta-qa-an ur-na. Con el término urnu se
sar? lesignaba un tipo específico de serpientes, por lo que algunos autores
a travesía es difícil y más difícil aún su camino, Ifaducen: «en el bosque recoge reptiles». No comprendemos por qué
Urshanabi está recogiendo tales animales en el bosque. ¿Quizás le
Mrvirían de alimento? ¿Tendrían alguna virtud apotropaica? Mejor es
una clara alusión al Océano, que era el último confín conocí •Onsiderar la palabra urnu como un término metafórico, aplicado a las
una barrera infranqueable, porque, según los súmenos, comu- llanas del bosque y que le serían necesarias para equipar su embarca-
on las Aguas de la Muerte y con el Apsu. Incluso, mucho más i'ión. También podría pensarse en algún tipo de cedro cuya madera
nte, la travesía de Julio César a Bretaña fue tenida como acto •Cría precisa para el velamen del barco.
humana temeridad, pues el canal inglés era el comienzo del • ;16 La idea no es muy clara. Parece ser que Gilgamesh deseaba
Itacar a «los de piedra».
POEMA DE GILGAMESH
POEMA DE GILGAMESH 135
Entonces Gilgamesh golpeó su cabeza17,
agarró sus salientes18, (...) oprimió contra su \» y evitan que yo toque las Aguas de la Muerte.
En tu ira has roto
chi «los de piedra» que yo tenía para ayudarme.
y cargó a «los de piedra» en el barco,
sin los cuales no se puede cruzar las Aguas de li Gilgamesh, coge el hacha en tu mano,
corta trescientas pértigas que estén lisas,
Muerte 1 ' (...) y agúzalas como una lanza.
Siguen ocho versos, en los que restan algunas pal.iln.i
sueltas, que impiden conocer el desarrollo del texto. Hay restos de un verso más. En otro pasaje de este fragmen-
to, que corresponde también a la columna IV, se continúa con
el episodio de Gilgamesh contra «los de piedra».
COLUMNA IV
babilónico COLUMNA IV
Un fragmento babilónico recoge la disputa sostenida r n i i , sexto babilónico
ilgamesh y Urshanabi —llamado aquí Sursunabu— por i m
a del destrozo que aquel había hecho sobre «los de picdi.i En su cólera Gilgamesh destrozó «los de piedra».
...) Cuando regresó, volvió su rostro hacia él
mbos discutieron (...) y miró a Sursunabu a los ojos.
..) le habló. Sursunabu habló a Gilgamesh:
ursunabu 20 le dijo a Gilgamesh: —Dime tú, ¿cuál es tu nombre?
«Los de piedra», Gilgamesh, me permiten n;m El mío es Sursunabu, el hombre de Utnapishtim, el
g;n | Lejano.
oramos por qué Gilgamesh ataca a «los de piedra» (¿o Gilgamesh le respondió a Sursunabu:
i?). ¿Deseaba apoderarse del barco e irse solo al lugar <l
tim? Con su ataque sobre «los de piedra» ¿quería lene —En cuanto a mí, Gilgamesh es mi nombre,
ado al barquero? y he llegado de Uruk-Eanna 22 ,
os salientes o protuberancias son algún componente moilo!. lo he atravesado los montes para venir hasta aquí,
los de piedra». Los autores que sostienen que los urnu nm
s o lagartos, piensan que se trata de las pequeñas alus > por el lejano camino de la salida del Sol.
ncias de tales animales. Ahora, Sursunabu, ahora que he visto tu rostro,
lógico que así lo hiciera, pues sin tales elementos (¿eslüliiii revélame la morada de Utnapishtim, el Lejano.
itían la travesía?, ¿pértigas o remos para navegar?) cu
cruzar las Aguas de la Muerte. Sursunabu respondió así a Gilgamesh:
sunabu es el nombre en la versión antigua babilónica ili
i.
Falta el resto de la columna.
e texto completa el asirio, en donde se aludía a «los ili
Lo curioso del pasaje hitita es que estas figuras de picdm >
e indican dos) son las que transportaban a Urshanabi, t'l
sus poderes mágicos. Aquí se cita el templo de Uruk, el Eanna, «Casa del cielo» o
«Casa de Anu».
POEMA DE GILGAMESH POEMA DE GILGAMESH 137
COLUMNA III •••", él, con quien, juntos, habíamos escalado las mon-
tañas,
asiría habíamos capturado y matado al Toro Celeste,
habíamos abatido a Humbaba, que vivía en el
Las preguntas que hace Urshanabi a Gilgamesh son ex;n Bosque de los Cedros,
lamente las mismas que anteriormente le había hecho Sidiin habíamos matado leones en los pasos de la monta-
—columna I, texto asirio—. ña,
Urshanabi le dijo a Gilgamesh: mi amigo, a quien tanto amaba,
que iba a todas partes conmigo,
—¿Por qué tus mejillas están demacradas y tu Enkidu, mi amigo, a quien tanto amaba, .
rostro abatido? que iba a todas partes conmigo,
¿por qué tu corazón está dolido y tus rasgos demu- he aquí que lo ha alcanzado el destino de los
dados? hombres23.
¿por qué la angustia está en tus entrañas? Seis días y siete noches lo he llorado
¿por qué tu cara es como la del que ha recorrido y no he permitido enterrarlo
un largo camino? hasta que los gusanos le cayeran de la nariz.
¿por qué tu cara está tostada por la humedad y el Entonces, tuve miedo y, evitando la muerte, ando
excesivo calor'.' errante por la estepa;
¿por qué vas errante por la estepa, buscando un la suerte de mi amigo me obsesiona,
soplo de viento? por un largo camino, ando errante por la estepa;
la suerte de mi amigo me obsesiona,
Gilgamesh le dijo a Urshanabi: por un largo camino, ando errante por la estepa.
¿Cómo callarme? ¿Cómo guardar silencio?
—¿Cómo no van a estar demacradas mis mejillas y Mi amigo, al que yo amaba, ahora es como el
mi rostro, abatido? barro,
¿cómo no va a estar mi corazón dolido y mis Enkidu, mi amigo, al que yo amaba, ahora es
rasgos demudados? como el barro.
¿cómo no va a estar la angustia en mis entrañas? ¿No iré a conocer la misma suerte, a acostarme
¿cómo no va a estar mi cara como la del que h;i para no levantarme nunca jamás?
recorrido un largo camino? Gilgamesh le dijo a Urshanabi:
¿cómo no va a estar mi cara tostada por la hume-
dad y el excesivo calor? —Y ahora, Urshanabi, ¿cuál es el camino que
¿cómo no voy a ir errante por la estepa, buscando conduce hasta Utnapishtim?
un soplo de viento? ¿Qué señal me lo hará reconocer? ¡Dime la señal!
Mi amigo, mulo vagabundo, onagro de la estepa, Si es posible, atravesaré el mar,
leopardo del desierto, y si no es posible, erraré por el desierto.
Enkidu, mi amigo, mulo vagabundo, onagro de la
estepa, leopardo del desierto. Esto es, la muerte. , , , ft > ; , > .,..|
POEMA DE GILGAMESH 139
A DE GILGAMESH
anabi le dijo a Gilgamesh: ¡ • ' ;to hitita
Se trata de dos fragmentos hititas en los que se recoge el
n tus manos, Gilgamesh, las que han impnll diálogo de Gilgamesh con el batelero Urshanabi.
do la travoslu,
piste «los de piedra» y ya no hay urnu.
s de piedra» están rotos en pedazos y ya mi (...)
hay urnu —(...) atravesaste el mar,
tú que lo recorres normalmente, día y noche.
amesh, blande el hacha en tu mano,
l bosque y corta ciento veinte pértigas de CÍIRÜI Así habló el batelero Urshanabi:
dobles cañas 24 cada uiiit,
ortézalas, ponles una contera y tráemelas. —Las mismas «dos figuras de piedra» me trans-
portaban.
amesh, habiendo oído estas palabras, blandió
el hacliii Así habló Gilgamesh:
dió el hacha en su mano, sacó el puñal de mi
—¿Por qué te irritas contra mí?
e dirigió al bosque, donde cortó ciento vc
pértigas de cinco dobles cañas cada UIIM, El segundo fragmento toma el argumento un poco más
descortezó, les puso una contera y las trajo tt adelante.
Urshaiulu
gamesh y Urshanabi subieron entonces en hi (...)
barí.i Urshanabi replicó, a su vez, a Gilgamesh, el rey:
pués de echar la barca al agua, embarcaron
trayecto de un mes y medio, lo hicieron en in I —De este modo, Gilgamesh, irás sobre el mar.
días" Al llegar junto a las Aguas de la Muerte,
shanabi alcanzó así las Aguas de la Mucí u ¿qué debes hacer?
Bien, toma el hacha en tu mano,
ta de pértigas de madera de 30 metros de longitud, ninlnl.i y corta pértigas de cuarenta codos
ente inusual aplicada a unas pértigas. o de cincuenta codos.
ingún momento se dan detalles de cómo seria esta l > . n . - i
a que pensar en las mushhufo tarada, usadas todavía en lu> Tras oír estas palabras de Urshanabi,
olfo Pérsico y Arabia. No se ha remarcado, que sepanm-. i
ia real que el uso de la barca tuvo en las costiMiilnm Gilgamesh tomó el hacha en sus manos,
mesopotámicas. Dado que había que atravesar un i l n cortó pértigas de cincuenta codos,
Khubur, para llegar a la mansión de Irkalla (el Infierno) • . - las descortezó y (les puso una contera)
xistencia de barcas y barqueros funerarios. Cf. el b a i < " i
ntrado en una tumba de la necrópolis real de Ur.
y las subió a la barca.
ía también haberse traducido: «partieron al tercer día \m . Ambos, (después), subieron a la barca,
e mes y medio». Gilgamesh y Urshanabi.
es, llegaron a la región que cortaba el paso y que i m p n i í . i > Urshanabi tomó los remos en sus manos,
es conectar con Utnapishtim, el salvado del Diluvio.
POEMA DE GILGAMESH POEMA DE GILGAMESH 141
Gilgamesh tomó las pértigas en sus manos, ¿por qué alguien que no es de la embarcación va
y juntos hicieron una travesía en él?
de un mes y quince días. El que viene ahí no es un hombre mío (...)
por más que mire, no lo conozco (...)
por más que mire, no (...)
COLUMNA IV por más que mire, (...)
asirlo Sigue una laguna de una treintena de versos en los que,
Urshanabi le dijo a Gilgamesh: seguramente, se narraban los detalles del desembarco de Gilga-
mesh. Tras desembarcar, Utnapishtim, el salvado del Diluvio
universal, pregunta a Gilgamesh la razón de su estado.
—Échate atrás, Gilgamesh, toma una primera peí
t¡g|
y que tus manos no toquen las Aguas de la Mm-i Utnapishtim le dijo a Gilgamesh:
te'"
Toma, Gilgamesh, una segunda, una tercera y muí —¿Por qué tus mejillas están demacradas y tu
cuarta pérliy.n, rostro abatido?
toma, Gilgamesh, una quinta, una sexta y muí ¿por qué tu corazón está dolido y tus rasgos demu-
séptima pérli)-.i. dados?
toma, Gilgamesh, una octava, una novena y un.i ¿por qué la angustia está en tus entrañas?
décima pérlign, ¿por qué tu cara es como la del que ha recorrido
toma, Gilgamesh, una undécima, una duodécinm un largo camino?
pérd)',i ¿por qué tu cara está tostada por la humedad y el
excesivo calor?
A llegar a las ciento veinte, Gilgamesh había ago I ¿por qué vas errante por la estepa, buscando un
tado las pérti¡'.i soplo de viento?
Después desnudó su cintura como (...).
Gilgamesh arrancó sus vestidos Gilgamesh le dijo a Utnapishtim:
y con sus manos hizo una envoltura 29 .
Utnapishtim oteaba el horizonte —¿Cómo no van a estar demacradas mis mejillas y
y, hablando consigo mismo, decía estas palabra* mi rostro abatido?
deliberando en su interior:
—¿Por qué «los de piedra» del barco están r o l o , ' COLUMNA V
sto es, Gilgamesh debía tomar una pértiga y mediante un gol|i« exto asirio
de la misma, el barco podría navegar. Pero inmediatammii
soltarla, para evitar que las Aguas de la Muerte le llegariin u
ar, y coger otra, así hasta 120. Tanto el comienzo como el final de esta columna V están en
a idea no es clara. Tal vez hizo algo que sirviera de señal .1 Im muy mal estado, habiendo desaparecido los últimos versos
mejor vistos luego por. Utnapishtim. (unos diez) de la misma. Utnapishtim le- pregunta a Gilgamesh
POEMA DE GILGAMESH POEMA DE GILGAMESH 143
el porqué de su estado tan abatido, empleando el IIIINIIIM Utnapishtim le dijo a Gilgamesh:
formulario que ya conocemos por las columnas I y III iisnhu
Es decir, Siduri, Urshanabi y Utnapishtim utilizan las mi .... —¿Por qué, Gilgamesh, estás lleno de angustia,
preguntas, a las que Gilgamesh contesta siempre con las mil tú, que estás hecho de carne divina y humana?
mas palabras. Para no recargar el texto excluimos las pruginilHi
y respuestas, que son las mismas que se han recogido rn U Tú, cuando tu padre y tu madre te hicieron,
columna IV asiría. cuando tú, Gilgamesh, fuiste engendrado por un
Iillu3í
en la Asamblea de los dioses, ella yacía en el
—Mi amigo, al que yo amaba, ahora es corno t«l lecho32;
barrí ella le fue dada a él, por barro se da mantequilla,
Enkidu, mi amigo, al que yo amaba, ahora m buena harina por mala, que como (...)
como el h a i n « (...) veloz como (...)
¿No iré a conocer la misma suerte, a acosl; y él se aferró a ella, como un cinturón;
para no levantarme jamás? buena harina dada por mala (...)
(...) veloz como (...)
Gilgamesh le dijo, además, a Utnapishtim: (...) como (...)
desde que no hay (...).
—Entonces (me dije), quiero ir a ver a Utnapi-.h No hay palabras de consejo (...)33.
IIMI
veré a aquél a quien llaman el Lejano.
Recorrí y anduve por todos los países, COLUMNA VI
he franqueado todas las montañas peligrosas mxto asirlo
y he atravesado todos los mares.
Mi cara no está serena por el dulce sueño Faltan veinticinco versos del comienzo de esta columna.
y me he agotado yo mismo a fuerza de velai. Cuando el relato se reanuda, nos encontramos con una serie de
reflexiones que Utnapishtim transmite a Gilgamesh.
el temblor ha invadido todos mis músculos.
Aun antes de llegar a la morada de la tabcrin M
mis vestidos estaban andru[<>•,.. —(Por terrible que sea la muerte, la vida conti-
Maté osos, hienas, leones, leopardos, tigres, gamón núa)34
íbices y bestias salv.i|i
Comí de su carne y me vestí con sus pieles. I 1 El término lillu equivale a «tonto», «necio», «loco», esto es, a
Ella cerró su puerta contra mí: hube de dormii OH •ombre mortal». Aquí se recoge la tradición que creía que Gilgamesh
libia sido engendrado por un hombre —un sacerdote de Kullaba—
la tierra y en el belím " wado a la Asamblea de los dioses.
yací con animales, toqué (...). '2 Su madre divina, la diosa Ninsun. Por esta razón —hijo de diosa
Soy el desafortunado, el predestinado (...). L ile humano— Gilgamesh era de carne de los dioses y de los hombres
•ir ilani u ameluti).
I3 Con estas palabras, tan poco propiciatorias, se intenta disuadir a
Alusión al episodio de Siduri, que no le había abierto la pucí lii 1 1 Jilgamesh de su empresa, el buscar la Vida.
mer encuentro al lado del mar. La riqueza en betún (mo/i l.i 'I F Utnapishtim le está dando consejos a Gilgamesh, indicándole
arburos) de Mesopotamia se reflejó en sus textos. le, a pesar de todo, la vida de la Humanidad continúa.
POEMA DE GILGAMESH
Continuamente edificamos casas, usamos nueMii»
scll.r,'
continuamente los hermanos comparten la lu-nii
cia p u l n n u
continuamente el odio existe en la tierra,
continuamente el río sube y la crecida se lo llc\¡i
liuli.
La libélula al abandonar su vaina, deja de '<ri
Un rostro que pueda mirar de cara al Sol,
nunca, desde siempre, ha existido 37 . TABLILLA XI
El que duerme y el muerto son parecidos uno ii
Olí"
porque ¿no representan la imagen de la m u c i i - COLUMNA I
El hombre no tiene más que la condición hi
n.i exto asirlo
Después de la bendición de Enlil,
los grandes dioses, los Anunnaku, celebran con Gilgamesh le dijo a Utnapishtim, el Lejano:
i
Mamitu 39 , la creadora de los destinos, fija i < " —Cuando te miro, Utnapishtim,
ellos el dcslin tus rasgos no son diferentes a los míos; incluso soy
deciden sobre la muerte y la vida, como tú.
pero no revelan el instante de la muerte, Tú no eres diferente: ¡soy como tú!
sólo dejan conocer el tiempo diario de la vicln ' Mi corazón te había imaginado dispuesto a afron-
tar el combate,
to es, continuamente hacemos contratos y escribimos CIIH pero ahora mi brazo, contra ti, está sin fuerza1.
do,nuestros sellos. Los mesopotámicos, mediante los selloi •<
y los cilindro-sellos sellaban sus documentos, escritos sol" Dime, sólo, cómo conseguiste sentarte en la Asam-
de barro. El uso del sello (más exactamente la imprimí blea de los dioses
era el distintivo personal del individuo, equivaliendo realmi'" 1 y cómo has obtenido la Vida eterna.
irma».
rso traducido por los especialistas de muy diferentes mancí >
estado. Utnapishtim le dijo a Gilgamesh:
te verso ha sido traducido, a veces, dándole un significado
o, que creemos no tiene: «Ya desde los días de antaño no luí' —Voy a revelarte, Gilgamesh, una cosa secreta,
ncia de nada». te comunicaré un misterio de los dioses:
condición humana se demuestra en la necesidad del siii'Mi
emejante, para un mesopotámico, a la muerte.
amitu era la diosa del Destino. Junto a los Anunnaku ju/giil>n i Los versos 5 y 6 han sido traducidos de diferentes maneras por los
rtos, dado su carácter de esposa de Nergal (o de Meshlamlm,u ecialistas. Nosotros hemos seguido para el verso 5 el sentido dado
colofón indica que esta tablilla es un ejemplar del palacio >l« pr E. A. Speiser. El verso 6 ha sido traducido casi siempre: «y
nipal. iscansas, indolente, acostado de espaldas», versión que no recogemos.
POEMA DE GILGAMESH POEMA DE GILGAMESH 147
—En Shuruppak 2 , la ciudad que tú conoces l>im 20 Repitió su decisión8 a una pared de cañas9:
y que está situada a orillas del Eufrates, —¡Pared, pared! ¡Muro, muro!
en los tiempos antiguos, cuando los dioses moi.i ¡Pared, escucha! ¡Muro, pon atención!
ban .illi ¡Hombre de Shuruppak, hijo de Ubar-Tutu,
los grandes dioses decidieron suscitar el Diluvie' destruye tu. casa, construye un barco10,
Deliberaron (sobre ello) Anu, su padre4, renuncia a las riquezas, busca solamente la vida,
y su consejero, el valiente Enlil, desprecia los tesoros, guarda vivo el soplo de la
el porta-tronos Ninurta 5 , vida!
el inspector de canales Ennugi 6 ; ¡Embarca en el barco todas las especies vivas11!
también Ninigiku-Ea 7 estaba presente con ellos, Del barco que tienes que construir
determina bien sus medidas:
30 que su anchura y su longitud sean iguales12
y cúbrelo con un tejado, como está cubierto el
Apsu 13 .
huruppak fue una antigua ciudad sumeria (hoy Fara), en la rn.il
una dinastía a la que pertenecía Ubar-Tutu, padre de Ziusiuh >
adio Utnapishtim). Fue la última ciudad real antes del Diluvio, Cuando estuve informado le dije a Ea, mi señor:
onocemos varios relatos del Diluvio, además del bíblico. Smi
ersión sumeria, muy mutilada; una versión acadia, domlr < I —La orden que tú, señor mío, me acabas de dar
iviente es llamado Atrahasis; la referencia dada en la Lista n'ill
a; la vesión del Poema de Gilgamesh y el relato de Beroso (s. I I I la obedeceré y la ejecutaré,
De hecho, se han detectado más de un centenar de leyendas t mi
cias a diluvios totales o parciales. De ellas, R. Andrée luí 8 Esto es, la decisión tomada por Anu, Mamitu, Enlil, Ninurta,
ado 85 como autóctonas. Existe amplia bibliografía sobre U •nnugi y Ea (éste último simple asistenle) de suscitar un Diluvio. Se
ca del Diluvio mesopotámico (A. Parrot, E. Sollberger, J. Hoii. Kan citado seis divinidades que fueron las que decidieron el Diluvio,
Falkenstein, G. Contenau, W. G. Lambert, A. R. Millard, S. N, •ero en ningún momento se indica el grado de responsabilidad de cada
r, M. Civil, R. Labal, F. A. Ali, H. P. Müller, etc.). Kna de ellas. Para H. J. Tigay, Anu no tendría ningún grado de
raducimos el verso de acuerdo con la mayoría de las versi Icomplicidad.
bargo, la de J. Gardner y J. Maier incluye a la diosa M.-imi I 9 Ea usa este subterfugio para no transgredir las leyes divinas y así
tu). Esta diosa se debe indentificar aquí, en todo caso con Islii.n fcvitar la responsabilidad de violar directamenle el secreto de los dioses
taba presente en la asamblea de dioses de Shuruppak (cf. t . i l i l i l l • > •cf. tablilla XI, IV, 186-187). Se dirige, pues, a una pared de cañas con
, 120-121). las que está construida la cabana o choza de Utnapishtim. De hecho,
inurta fue primero un dios de las crecidas bienhechoras; m i liada la poca consistencia de este tipo de paredes, todo lo que se decía
e convirtió en una divinidad belicosa (guerra y caza). Su es|><>-. i Itn el exterior se oía perfectamente en el interior. Este procedimiento
diosa Baba. En el Poema, Ninurta es el porta-tronos, palafrem ni [nos recuerda un paralelo: el del barbero del rey Midas.
) de Anu. 10 Cf. Génesis, 6, 14.
nugi, «Señor del no retorno», fue un dios de los diques y |'I>M> 11 Ibidem, 6, 19-20.
o bajo su vigilancia la inspección de la red de canales. F,ni «i B- 12 Es una información inesperada, pues significa que el barco tenía
jefe de Enlil y fue creído una divinidad clónica, en conexión ion [forma de cubo perfecto. El texto sumerio (tablilla de Nippur) no nos
tación. facilita dato alguno sobre este particular.
ios sumerio de las aguas primordiales, creador benéfico de Im i 13 El Apsu era el abismo de las aguas, según se ha dicho, y sobre él
Ninigiku significa «Señor del ojo puro». Se ¡rata, en definiln.i •dominaba Ea. De hecho, no sabemos exactamenle cómo era «el teja-
, dios que jugará un papel muy importante en el D i l u v i n 6o» del Apsu. A. L. Oppenheim habla de un tejado con una única
do a la Humanidad. nbertura.
OEMA DE GILGAMESH POEMA DE GILGAMESH 157
ero, ¿qué responderé a la ciudad, a la gente \s ancianí' —¿Quién, si no Ea, puede crear alguna cosa59?
¡Sólo Ea conoce todo!
a, abriendo la boca, dijo Ea, abriendo la boca, habla y dice a Enlil, el
irigiéndose a mí, su servidor: Héroe:
Hombre, esto es lo que les dirás: —¡Tú, el más sabio de los dioses, oh Héroe,
He sabido que Enlil me es hostil, ¿cómo pudiste, sin reflexionar, causar el Diluvio?
e modo que no puedo residir en vuestra ciuilml iso Castiga al pecador por sus pecados; castiga al
o pudi.en.dp poner mi pie sobre el suelo de Finlil, criminal por su crimen,
ajaré al Apsu14 para vivir con mi señor Ea. pero déjate aplacar y no llegues a aniquilarlo,
ntonces sobre vosotros hará llover la abundiin refrénate para que no perezca.
Clü Mejor que desatar el Diluvio, habría sido que los
os más selectos pájaros, los más exquisitos pea", leones60 hubieran diezmado a las gentes.
s colmará de las más ricas cosechas. Mejor que desatar el Diluvio, habría sido que los
l amanecer hará llover panes, lobos hubieran diezmado a las gentes.
al atardecer os mandará abundancia de trigo' Mejor que desatar el Diluvio, habría sido que el
hambre hubiera desolado el país.
Mejor que desatar el Diluvio, habría sido que
COLUMNA II Era61, lanzándose, hubiera masacrado
a los humanos.
asirlo En cuanto a mí, yo no he revelado el secreto de los
grandes dioses.
uando por la mañana apareció algo de luz A Atrahasis62 le hice ver un sueño que le enseñó el
l país se reunió a mi alrededor,
I 59 Ea, en atención a sus cualidades, podía crear cualquier cosa. Era
piular del amatu (palabra, secreto, noticia, plan, asunto) y del shipru
decir, si Utnapishtim abandona la tierra (pues no puede pniu i mensaje, materia, concepto). Ambos términos pueden equivaler al
re el suelo en el cual manda Enlil) tendrá que refugiarse cu 11 ayos griego.
en el agua (Apsu), dominio de Ea. | 60 A partir de aquí se citan cuatro grandes plagas que atacaban a la
versos 46-47 presentan cierta complejidad. En los mis •umanidad de la época: el león, el lobo, el hambre y las plagas
uego de palabras en los que kukku y kabati pueden indum Bnfermedad).
amente, «pan/pasteles» y «tinieblas» (para kukku) y «trigo» n •61 Era, que debe identificarse con Erra o Ura, fue el dios de la peste.
a» (para kibati). De hecho, es una manera ambigua o criplmi AC|LIÍ, por extensión, alude a la peste misma. Cf. el Mito de Erra, magno
nicación entre Ea y Utnapishtim. En el fondo es un engaño ili>l poema que narra la devastación de Babilonia y su posterior renaci-
ia los hombres. Esto es, los hombres esperarían a que so lin jftiento.
pan y trigo, pero el dios (en virtud de la polisemia de ln» B 62 Utnapishtim es llamado aquí «muy sabio», esto es, Atrahasis. R.
) podría enviarles oscuridad o tinieblas y desdichas. Par;i W I, Simoons-Vermeer, Numen, 21, 1974, p. 22, supone que es un lapsus
n no hay ningún equívoco en tales palabras: cuando el coinnn ilcl copista. Para la Epopeya de Atrahasis, véase W. G. Lambert, A. R.
ortales se alegre por tal abundancia, sólo Utnapishtim illard, Atrahasis. The Babylonian story ofthe Flood, Oxford, 1969, op.
comenzar el Diluvio.
EMA DE GILGAMESH POEMA DE GILGAMESH 159
secreto de los dioso» Pero ahora, por ti, ¿quién convocará a los dioses
eflexiona ahora sobre lo que debes hacer63. para que encuentres la Vida que buscas68?
¡Bien! Trata de no dormir durante seis días y siete
nlil subió al barco, noches69.
ogió mi mano y me hizo subir64;
izo también subir a mi mujer y le hizo arrodilhii 200 En cuanto Gilgamesh se hubo sentado,
se a mi huln el sueño, como una niebla, lo envolvió.
ocó nuestras frentes 65 y, de pie entre nosolnn, Utnapishtim dijo entonces a su esposa:
nos bemlii»
—Mira a ese hombre, todavía joven, que busca la
Hasta ahora Utnapishtim era de condición Im Vida,
míiiiit, el sueño, como una niebla, lo ha envuelto.
n adelante Utnapishtim y su esposa serán COMH>
nosotros, diosos1'1 Su esposa le dice a él, a Utnapishtim, el Lejano:
ue Utnapishtim habite lejos, en la boca de I"
río:,' ' —Toca a ese hombre para que despierte,
para que regrese sano y salvo por el camino que le
Me cogieron, pues, y me instalaron lejos, cu 1 1 trajo,
boca de los M . > para que por la puerta que abrió para salir pueda
volver a su país.
se de difícil comprensión, a pesar de su clara lectuni. Ni
sobre qué había que reflexionar. Quizás Enlil debería ocii|>.n Utnapishtim le dijo a su esposa:
apishtim, que había obtenido por el sueño el secreto do ln
izás el autor quiera indicar a Gilgamesh que preste alemí» 210 —Los hombres son desleales, él será desleal70;
que quiera hacer. anda, cuécele unos panes y ponlos en su cabecera
el relato de Beroso sobre este tema, Xisuthros, el héroe, -¡ y marca en la pared los días que duerme.
ija y piloto del barco se vuelven invisibles tras abandona I
Ella coció panes para él y los puso en su cabecera
Génesis, 9, 1-7. Tocar la frente era el gesto de bendición y (I
. y marcó en la pared los días que dormía.
apishtim y su esposa serían «como los dioses» (k¡ ílnn
Cf. Génesis, 8, 15-9, 17. Enlil pronuncia esta frase en noniln I 68 Utnapishtim había alcanzado tal gracia (balata, la «Vida») por
los dioses. mediación de Enlil. Era preciso que un dios transportase a Gilgamesh
Libro de los Jubileos, 4, 23, donde Henok es trasladado h;u i I la Asamblea divina, si quería alcanzar la inmortalidad.
el Edén. La «boca de los ríos» alude inequívocamente n i 69 Utnapishtim incita a Gilgamesh a no dormir durante una sema-
y al Tigris, que por entonces vertían sus aguas al mar |>n na, para ver si era apto o no para la Vida eterna. En realidad, se trata
aradas, pues la costa estaba mucho más al interior de lo <|ii ilc una prueba iniciática: no dormir durante un ciclo completo de siete
En el mito de Enki y Ninhursag se alude a Dilmun como i1 [noches es poder pasar a otro ciclo, en el cual el sueño —y por ello la
adisíaco. En la versión sumeria del Diluvio, Ziusudiii c* 1 muerte— son desconocidos.
ado a vivir a Dilmun. Esa zona ha sido identificada con In I 70 Diferentes autores aventuran otros tantos comentarios sobre este
rein del golfo Pérsico, si bien S. N. Kramer defendió h •rerso. La idea, siguiendo a A. Heidel, es que Gilgamesh sería desleal
ón de Dilmun en el valle del Indo. Últimamente, T. Howni fcorque negaría el haber dormido. Utnapishtim no en balde había sido
Dilmun: At Sea or Not at Sea», JCS, 39, 1, 1987, pp. 54-1 testigo de la perversidad y deslealtad de los hombres. Cf. Génesis, 8, 21.
OEMA DE GILGAMESH POEMA DE GILGAMESH 161
El primer pan se secó, Gilgamesh le dijo Utnapishtim, el Lejano:
el segundo se estropeó, el tercero, húmedo, el cuín
to se volvió blanoi, 230 —¿Qué debo hacer, Utnapishtim? ¿A dónde iré?
el quinto se puso gris, el sexto estaba cocido71 El despojador74 ha cogido mis entrañas,
y el séptimo estaba recién hecho, cuando él le UM u la muerte habita ya en mi habitación
y el hombre se despcrin y donde yo ponga los pies, la muerte allí estará.
Utnapishtim le dijo a Urshanabi, el batelero:
COLUMNA V
—Urshanabi, que te rechace el muelle, que la tra-
asirlo vesía se haga sin ti,
que tú, que ibas y venías de una a otra orilla del
Gilgamesh le dijo a Utnapishtim, el Lejano: mar, quedes privado de su orilla.
Al hombre que has traído aquí, cuyos cabellos
—Apenas el sueño se ha introducido en mí ensucian todo su cuerpo,
y ya has venido a tocarme para que me ek . cuyas pieles desfiguran la belleza de su cuerpo,
pierte tómalo, Urshanabi, y llévalo a un lugar donde se
Utnapishtim le dijo a Gilgamesh: lave;
240 que lave con agua su suciedad hasta que quede
—Bien, Gilgamesh, cuenta tus panes como la nieve,
y haz la cuenta tú mismo de los días que h.r que tire sus pieles y que el mar se las lleve,
dormido 24lb que su cuerpo limpio recobre su belleza,
el primer pan se ha secado, que se cambie la banda de su cabeza,
el segundo está estropeado, el tercero, húmedo, < I que se revista con una túnica que sea su más
cuarto se ha vuelto blaiuo hermoso vestido.
el quinto se ha puesto gris, el sexto está cocido Hasta que él no llegue a su ciudad,
hasta que él no haya alcanzado el final de su viaje,
el séptimo estaba recién hecho cuando te toqué \e despertaste
que su manto no se vuelva pardo 75 , pues tendría
que renovarlo.
os panes que sucesivamente ha ido haciendo la espo.s.i .1 Urshanabi lo tomó y lo llevó al lugar donde lavar-
htim se van corrompiendo, claro símbolo de la muerte. se;
ilgamesh cree que ha dormido muy poco tiempo y no !<>:. 11
iete noches acordados. Luego, cuando se efectúe el recuento il
es y vea el estado en que están deberá aceptar la realicl.i.l
M. Th. de Liagre Bóhl ve en esta secuencia de los panes un Un demonio de la muerte. En el original, Ekkemu, «el rapaz».
gía de la vida humana, dividida en siete etapas: 1) nacinm-m.. Esto es, que no envejezca, que no se destroce ni ensucie. En todos
, 2) crecimiento y pubertad, 3) matrimonio, 4) fuerza j u v e n i l , ' estos versos (240-246) hay que ver un rito purificador. Gilgamesh debía
, 6) vejez y 7) muerte. Antes de esta etapa Gilganu-sl liberarse de la contaminación contraída al entrar en su estado cuasi-
a y ve a un viejo con la muerte ante él. mortal (los días de sueño).
POEMA DE GILGAMESH POEMA DE GILGAMESH 163
él lavó con agua su suciedad hasta quedar como ln zarza espinosa ,
nicvi', su espina es como la de la rosa, pinchará tus
tiró sus pieles que el mar se llevó, manos;
su cuerpo limpio recobró su belleza, ; 270 pero, si tus manos logran coger esta planta, habrás
cambió la banda de su cabeza, encontrado la Vida eterna.
y se revistió como túnica su más hermoso vestido
Hasta que él no llegó a su ciudad, Gilgamesh, habiendo oído estas palabras, abrió el
hasta que él no alcanzó el final de su viaje, conducto78,
su manto no se volvió pardo, pues lo renovaba, ató pesadas piedras a sus pies79
Gilgamesh y Urshanabi subieron a la barca, y se hundió hasta el fondo de las aguas, donde vio
pusieron la barca a flote y después se embarcaron la planta.
Arrancó la planta, aunque le pinchó las manos;
luego cortó las pesadas piedras atadas a sus pies
COLUMNA VI y el mar lo empujó a la orilla.
Gilgamesh le dijo a Urshanabi, el batelero:
asiría
—Urshanabi, esta planta es un remedio contra la
desesperación,
Su esposa le dijo a Utnapishtim, el Lejano:
gracias a ella el hombre obtiene su curación.
280 Quiero llevarla a Uruk, la amurallada, haré que la
—Gilgamesh para venir hasta aquí ha pasad
coman, dividirán la planta entre ellos80.
fatigas y pen;r.
¿qué le vas a dar para que regrese a su país7"? 77 En el original, shammu, «planta». Siguiendo a W. von Soden,
creemos que se trata de una zarza espinosa. Otros autores piensan en
Gilgamesh, al oír aquello, levantó entonces la el lycium, esto es, el cambrón, arbusto rámneo de unos dos metros de
altura, con ramas espinosas, hojas pequeñas, flores blanquecinas y
IÍ|M bayas como fruto (R. Labal).
para acercar la barca a la orilla. I 78 Interpretamos la frase ipti rata como «abrió el conducto». La
Utnapishtim le dijo a Gilgamesh: i palabra ratu equivale, en general, a «conducto de agua» (caño, lubo,
I cañería) y quizás en senlido más figurado a «depósito de agua». El
—Gilgamesh, para venir hasta aquí has pas:ul<. | pasaje es de diñcil interpretación. ¿No estaría la planta de la eterna
¡juventud en el inlerior de un «depósito de agua dulce» (valga la
fatigas y pen;r,. ¡ paradoja) dentro del propio mar? Gracias a ello, la planta podría ser
¿qué te voy a dar para que regreses a tu país'.' i regada con el agua dulce de algún conducto o por la misma alberca o
Te voy a revelar, Gilgamesh, un misterio depósito. Dentro de las aguas oceánicas se han detectado corrientes a
y decirte una cosa que no saben los humanos: modo de ríos en el interior del mar, por lo que la argumentación cae
dentro de la lógica. Además, no debe olvidarse el carácter mítico de
se trata de una planta, su raíz es como la de Iti muchos pasajes del Poema y sus presupuestos esotéricos.
79 Esta técnica se usa todavía hoy en diversos países del golfo
Pérsico para la extracción de las perlas.
a esposa de Utnapishtim tiene, en todo el episodio, compasión 80 Gilgamesh, que tanto había oprimido a su pueblo, demueslra
fr.aincsh. Y piensa que no puede despedírsele, después de lial» . aquí rasgos de gran humanidad. En vez de comérsela él primero,
lanías calamidades, sin un regalo. prefiere llegar a su ciudad y compartir la, planta, «remedio contra la
POEMA DE GILGAMESH
POEMA DE GILGAMESH 165
Su nombre será «El viejo rejuvenece»81. 290 Aquel día Gilgamesh permaneció sentado, lloran-
Yo también comeré de ella y volveré a lo que fui do.
en mi juventud Las lágrimas corrían por sus mejillas.
Al cabo de veinte dobles leguas comieron un boc;i Volviéndose a Urshanabi, el batelero, le dijo:
do,
después de treinta dobles leguas se detuvieron pañi —¿Para quién, Urshanabi, trabajaron mis manos?
pasar la noche ¿Para quién corrió la sangre de mi corazón?
Gilgamesh vio entonces una fuente de frescas Ni siquiera pude asegurar mi propio bien.
aguns, Al «león del suelo84» es al que he favorecido.
cuando bajó para bañarse en sus aguas, Ahora, a veinte dobles leguas, el oleaje, inflándose,
una serpiente82 sintió el olor de la planta, cuando he abierto el-conducto, se ha llevado mi
silenciosamente salió de la tierra y se llevó l;i carga.
planlíi, ¿Qué encontraré que sea una señal para mí?
inmediatamente mudó de piel83. ¡Si, yo, solamente yo me había alejado!
300 ¡Y había dejado la barca en la orilla85!
eración», con todos sus subditos. La aventura de la búsqueda <lr
shtim y el saber que no puede ser como él le han hecho m:is
o. Más importante que tener es compartir, y a esa máxima M1 Al cabo de veinte dobles leguas, comieron un bo-
cado,
l nombre que da Gilgamesh a la planta es el de shibu issahir después de treinta dobles leguas, se detuvieron
«el viejo se vuelve hombre», esto es, «el viejo se rejuvenece» para pasar la noche.
ase que no se trata de una planta que proporcione la inmort;ili
no, a deducir por este nombre, del «rejuvencimiento». Sin Cuando al final llegaron a Uruk, la amurallada,
o, por el contexto, esa planta proporciona eterna juventud, iv. Gilgamesh le dijo a Urshanabi, el batelero:
na vida sin fin.
a serpiente (seru) adquiere en este episodio un importantísimo
al animal, que encierra diversos aspectos simbólicos, fue creído —Sube, Urshanabi, a las murallas de Uruk, y
r de: la fuente de la vida y, por ello, de la inmortalidad. Un recórrelas,
esta idea puede hallarse aquí, pues gracias a haber engullido hi inspecciona su base, observa los ladrillos.
puede disfrutar de una eterna juventud. En los cultos ild ¿No son de ladrillo cocido los ladrillos de su es-
o Oriente, durante la Antigüedad, la serpiente destacó por s u .
encias y multivalencias simbólicas. Para este pasaje, cf. .1 tructura?
stern, ZA, 29, 1915, pp. 284-300, y Ch. Virolleaud, JA, 21'' ¿No colocaron sus cimientos los Siete Sabios?
. 127-132.
lógico; la serpiente, obtenida la planta, adquiere de pronto hi
, lo que provoca la inmediata muda de su piel. La muda ih
84 Esto es, neshu sha qaqqari, «león del suelo». Funciona aquí como
resionó siempre a los antiguos, creyendo que la misma mudn
atar y curar, siendo asi símbolo de lo positivo y de lo negativo, un epíteto de la serpiente. Véase A. W. Sjóberg, JSOT, Suppl. series, 31,
1984, pp. 217-225.
de las fuerzas que rigen la naturaleza. J. G. Frazer señala qui-
85 Tras haber dejado a Utnapishtim, que le ha acompañado parte
eros filósofos, a la vista de los animales que se despojaban di
creyeron qué un ser superior y bondadoso había dado ;il del trayecto (localización de la planta de la eterna juventud, cuyo
punto exacto sólo conocía Utnapishtim), Gilgamesh ha dejado la barca
el rejuvenecimiento perpetuo, pero a causa de un error \¡\d le fue conferida a las
en la orilla, procediendo largarlos.
serpientesay realizar el viaje de regreso por tierra. Sin
embargo, le sigue acompañando el batelero Urshanabi.
(
MA DE GILGAMESH
Uruk, la casa de Ishtar, una parte es ciudad,
otra parte huerta y otra parte calvero.
s partes, incluyendo el calvero, forman Uruk8''.
TABLILLA XII
Parte del poema sumerio Gügamesh, Enkidu y los Infiernos
constituye la presente tablilla que, convenientemente traducida
al acadio, fue añadida por el recensionista al conjunto general
del Poema de Gügamesh.
El citado poema sumerio, que ha llegado incompleto, co-
mienza con la Creación del mundo, a lo que sigue la descrip-
ción de un combate entre el monstruo Kur y el dios Enki.
Luego, se habla de un árbol crecido a orillas del Eufrates que,
tras ser arrancado por el viento, fue recogido por Inanna
(Ishtar), la cual, con la intención de construirse un trono y un
lecho, lo plantó en su jardín para que creciese. Pero algunos
seres se opusieron a este deseo, ocupando el árbol. Inanna se
lamenta de esta circunstancia ante el dios Utu, su hermano, que
no le hace caso. Gilgamesh, sin embargo, logra oír las cuitas de
la diosa.
sumerio
(...)
Erase una vez un árbol, un huluppu1, un árbol,
había sido plantado en la orilla del Eufrates,
había sido regado por el Eufrates,
nal de esta tablilla repite parte del comienzo del Poema
I, 16-21). Esta repetición hace pensar que el Poema origina- 1 El huluppu es un árbol de incierta identificación. Tal vez sea el
inalizaba aquí, con el regreso de Gilgamesh a su patria. Para sauce. Una traducción y comentario al mito del árbol huluppu puede
mas planteados acerca del relato del Diluvio y el Poema de verse en D. Wolkstein, S. N. Kramer, II Mito sumero delta vita e
véase J. H. Tigay, The Evolution..., cit., pp. 214-240. dell'immortalitá. I poemi della dea Inanna, Milán, 1985, pp. 27-30, 115-
128.
OEMA DE GILGAMESH POEMA DE GILGAMESH 169
l cual la violencia del Viento del Sur arrancó sus en su interior la joven Lilith6 había construido su
raíces, casa.
le separó la copa de su lugar; La joven siempre risueña, siempre alegre,
uego, el Eufrates lo transportó lejos sobre sus la joven Inanna, ¡cómo lloraba (ahora)7!
olas. A cada despuntar del día, ante cada clarear del
a mujer 2 , vagando de un lado a otro, terneros;! horizonte,
de la palabra de An, cuando Utu 8 salía de su «campo principesco»,
agando de un lado a otro, temerosa de la palabrn su hermana, la divina Inanna,
de Enlil, decía a su hermano Utu:
ogió el árbol con sus manos y lo llevó a Uruk:
—Hermano mío, cuando en los días de antaño los
¡Lo llevaré al jardín fructífero de la puní destinos fueron acordados,
Inanna!'
Aquí interrumpimos el relato de Inanna, que hace alusión al
comienzo de los tiempos y a la lucha de Enki contra Kur, así
a mujer cuidó del árbol con sus manos, lo hi/o como a la existencia del árbol huluppu y los problemas del
estar derecho sobre su base: mismo.
nanna cuidó del árbol con sus manos, lo hizo
estar derecho sobre su base:
\—>
Su hermano, el héroe, el valeroso Utu,
¿Cuándo llegará a ser un sagrado trono paní no la ayudó en su petición.
que me pueda sentar?, dijo ella.
Cuándo llegará a ser un sagrado lecho para que Tras la negativa de Utu, Inanna acude a Gilgamesh, a quien
me pueda recostar?, dijo ella le plantea las mismas cuestiones, solicitándole ayuda.
l árbol crecía, pero su tronco no producía follaje,
6 Lilith, divinidad de carácter maléfico, fue identificada con la
orque) en sus raíces la serpiente «que no conoce lechuza o el buho. En una placa de terracota, de gran valor artístico, se
hechizo» había puesto su nido4'; la representa totalmente desnuda, con garras de tal ave, alas, y corona-
n su copa el pájaro Imdugud 5 había colocado a da con la tiara de cornamentas, sostenida sobre dos leones y acompa-
sus pequeñuelos; ñada por una pareja de buhos. La leyenda hebrea dio este nombre a la
primera mujer de Adán. Asimismo, con el nombre de Lilith la simbolo-
gía conoció a un espíritu nocturno enemigo de los partos y los recién
lude a la diosa Inanna (Ishtar). nacidos, especie de lamia.griega o romana. Véase H. Frankfort, AfO,
na habla aquí de modo impersonal, aludiendo a su jardín. 12, 1937, pp. 128-135 y J. D. Opitz, Ibídem, pp. 268-269.
amente, una serpiente juega un significativo papel en el tcxlo 7 Lloraba, porque el árbol plantado con tanto esmero no le serviría
nu-zu-e = «serpiente que no conoce hechizo»). Cf. el Mito tic para los planes previstos.
donde también aparece una serpiente. 8 Utu fue el nombre sumerio del dios Sol, titular de la justicia y de
ro que representaba las oscuras nubes de tormenta. Fuo la sabiduría. Por estas cualidades su hermana Inanna le suplica solu-
a menudo, como un águila leontocéfala. Algunos autores vm ción a sus problemas. Utu fue llamado en los textos acadios Shamash,
ájaro el prototipo del pájaro Anzu. v según se ha dicho.
OEMA DE GILGAMESH POEMA DE GILGAMESH 171
...) y con la copa hizo un mikku15 para .él16.
u hermano , el héroe Gilgamesh, Al pukku, que hace sonar la diana, lo hizo resonar
a asistió en este asunto. por callejas y calles;
e ciñó en su pecho su armadura de cincuenta su ruido ensordecedor lo hizo resonar por callejas
minas10 de peso y calles.
cincuenta minas las manejó como cincuenta La juventud de la ciudad convocada por el pukku
sidos11- , —amargura y lamento17— es la aflicción de sus
u hacha de campaña viudas18:
siete talentos12, siete minas— empuñó en su
mano —¡Oh, compañero mío! ¡Oh, esposa mía!, lamen-
entre las raíces abatió a la serpiente «que no tan.
conoce hechizo»;
n su copa el pájaro Imdugud, tomados sus pequc-
ñuelos, hubo de huir al monte, 150 El que tiene una madre —ella le lleva el pan a su
hijo,
en su interior la virgen Lilith, deshecha su casa,
hubo de huir al desierto. el que tiene una hermana —ella le lleva agua a su
hermano.
n cuanto al árbol, le arrancó sus raíces, le podó
su copa Cuando la estrella vespertina había desaparecido,
los hijos de la ciudad13, que lo acompañaban, k- y él había indicado los lugares donde su pukku
había estado,
cortaron las ramas.
o entregó a Inanna para hacerse su trono, porteaba el pukku delante suyo y lo llevaba a su
casa.
lo dio a ella para hacerse su lecho.
ero) ella, con las raíces, hizo un pukku1* para él Y al alba, en los lugares que había indicado,
¡amargura y lamento!
¡Prisioneros, muertos, viudas19!
os los dioses, en cuanto hijos de Anu, eran realmente «herma
e sí. De ahí que el poeta considere aquí a Gilgamesh hermano 15 Obviamente, los palillos del tambor (W. von Soden). Algunos
a. autores ven en el manejo del pukku y del mikku prácticas de tipo
o es, 25 kg. chamánico (M. Schneider). Para J. Makkay el poema sumerio Gilga-
decir, 400 g. mesh, Enkidu y los Infiernos, donde aparecen dichos instrumentos,
hacha de campaña (hazinna) pesaba alrededor de 215 k«. contiene una de las más antiguas referencias a prácticas chamánicas.
se que Gilgamesh está considerado como un héroe cuasi 6 Para Gilgamesh.
a suma de los siete talentos ( = 210 kg) más las siete minas ' 17 El tambor convocaba con su sonido a los hombres para ir a la
) totalizan 213,5 kg. guerra. Lógicamente, su sonido provocaba amargura y lamento.
o es, los habitantes de Uruk. : 18 Las viudas se afligían ante la convocatoria de otros hombres de
mayoría de los autores identifican este instrumento con un Uruk para ir a la guerra, algunos de. los cuales no regresarían tras las
W. von Soden). Otros ven un instrumento musical (S. Smilh. escaramuzas bélicas.
alpin); un arma (C. J. Gadd); o un aro (B. Landsberger), e 19 En última instancia, la convocatoria a la guerra mediante el
iezas de algún juego o los símbolos de la realeza (anillo y sonido del tambor provocaría tres realidades en Uruk: prisioneros,
muertos y viudas.
POEMA DE GILGAMESH POEMA DE GILGAMESH 173
A causa del llanto de las jóvenes esposas20, si lo tuviera la madre del carpintero, como mi
el pukku y el mikku cayeron en el Gran Abismo 2 ' propia madre,
Introdujo su mano, pero no los pudo alcanzar 2 ^, si lo tuviera la hija del carpintero, como mi peque-
— - l~~~~» n **n I
introdujo su pie, pero no los pudo alcanzar. ña hermana!
Se sentó (entonces) ante la gran puerta Ganzir, el ¿Quién, hoy, remontará mi pukku del fondo de los
Ojo de los Infiernos 21 , Infiernos?
Gilgamesh lloró, su cara se volvió pálida: ¿quién remontará mi mikku del fondo de los Infier-
nos?
—¡Oh, pukku mío! ¡Oh, mikku mío!
¡Mi pukku de fuerza irresistible, mi mikku de ritmo
Enkidu 24 dice a Gilgamesh, su señor:
incontenible!
Aquí interrumpimos el texto sumerjo, toda vez que la versión
acadia retoma en este punto la narracción.
—Mi señor 25 , ¿por qué lloras?
¿por qué tu corazón está tan afligido?
Yo, hoy, te remontaré tu pukku del fondo de los
COLUMNA I Infiernos,
10 yo te remontaré tu mikku del fondo de los Infier-
o asiría nos.
—¡Si al menos, hoy, mi pukku estuviese en la cas;i Gilgamesh dijo a Enkidu, su servidor:
del carpintero.
—Si tú quieres bajar ahora a los Infiernos,
Debido a las guerras entabladas por Gilgamesh y la consiguienlr
ción de casas y familias de Uruk, el tambor y el palillo causan Ir. atiende bien mis instrucciones:
mismas desaparecen y van a parar al Infierno. ¿Los robaron las no te pongas un vestido limpio,
s esposas? ¿El llanto de las jóvenes esposas provocaría mágic;i los muertos te reconocerían como forastero;
la desaparición de tales instrumentos? no te untes con óleo perfumado de un frasco,
lusión al Mundo Inferior, al Abismo, al Infierno. Si aceptamos
ste hecho ocurre en Uruk, hay que entender que en tal ciudiul al olerte se reunirían en torno a ti;
ía la puerta o acceso a tal lugar. En realidad, se ignora dónde no arrojes una jabalina a los Infiernos,
on los mesopotámicos la entrada del Infierno, reino ubicado b;i|i> los que fueran heridos por la jabalina te rodearían;
S. N. Kramer la sitúa en Uruk, si bien no aduce argumentos. A
l piensa que podría llegarse a él desde cualquier punto. A. Shafli-i
a en las montañas del Norte, por encima de Akkad. k,; 24 Como vimos en la tablilla VIH, Enkidu había muerto. Aquí
ilgamesh intenta alcanzar el pukku y el mikku. Sin embargo, no sorprende que esté vivo. Esta incongruencia demuestra que la tablilla
taron ni las manos ni los pies, cosa por otra parte lógica, si XII fue añadida al Poema, alterando así el esquema inicial, que sin
mos a la literalidad del texto. Esta indicación nos hace pensar en embargo se vio favorecido por la adición de este episodio. J. H. Tigay
eas: una, que el Infierno estaba bajo tierra (cosa ya sabida por puntualiza la posibilidad de que el copista, Sin-leqi-unninni, un mash-
textos) y dos, que dicho reino estaría a poca distancia de In mashshu (sacerdote exorcista) hubiese encontrado la tablilla XII espe-
icie. Sin embargo, en otros textos, el Infierno está situado 11 cialmente apropiada, por causa de su profesión, dado que dominaría el
te profundidad. mundo de los espíritus.
l Ganzir era el palacio principal del Infierno, palacio conocido 25 Enkidu, creado semejante a Gilgamesh y amigo íntimo de éste,
n por otros mitos. aparece aquí como servidor.
POEMA DE GILGAMESH 175
OEMA DE GILGÁMESE
se untó con óleo perfumado de un frasco,
o empuñes una estaca en la mano, al olerlo se reunieron en torno a él;
as sombras de los muertos se llenarían de pánico arrojó una jabalina a los Infiernos,
ante ti;
los que fueron heridos por la jabalina lo rodearon;
o calces tus pies con sandalias, empuñó una estaca en su mano,
ara no hacer ningún ruido al bajar a los Infier- las sombras de los muertos se llenaron de pánico
nos, ante él;
o beses a la esposa que amas, calzó sus pies con sandalias,
o golpees a la esposa que odias, hizo así ruido al bajar a los Infiernos;
o beses al hijo que amas, besó a la esposa que amaba,
o golpees al hijo que detestas: golpeó a la esposa que odiaba,
e sobrecogerían los gemidos del Infierno:
«La que duerme, sí, la que duerme, es la madre de besó al hijo que amaba,
Ninazu 26 que duerme, golpeó al hijo que detestaba,
le sobrecogieron los gemidos del Infierno:
sus puros hombros no están cubiertos por ningún «La que duerme, sí, la que duerme, es la madre de
vestido, Ninazu, que duerme,
sus senos, como el contorno de una jarra, no están sus puros hombros no están cubiertos por ningún
envueltos por ningún tejido» 27 . vestido,
5o sus senos, como el contorno de una jarra, no están
envueltos por ningún tejido».
COLUMNA II Por eso Enkidu no regresó del fondo de los Infier-
nos.
asirlo Namtar 29 no lo prendió, Asakku 30 no lo prendió;
el Infierno lo prendió.
Enkidu no atendió las instrucciones28 de su señor: El implacable acechador31 de Nergal no lo pren-
se puso un vestido limpio, dió; el Infierno lo prendió.
los muertos le reconocieron como forastero; No cayó en el campo de batalla; el Infierno lo
prendió 32 .
inazu, «Señor de la adivinación por el agua», era un dios
, titular de la medicina, y especialmente adorado en Eshnunna. 29 Namtar era el demonio del Destino, de la muerte y de la pestilen-
tores no están de acuerdo a la hora de especificar quién puede cia. Fue ministro de Ereshkigal, la diosa titular de los Infiernos.
madre de Ninazu». Para unos se trataría de Ereshkigal, paní 30 Aunque aquí se diga que el Asakku (un demonio titular de la
e Ninlil, para otros de Mamitu. Dado que en muchos textos enfermedad, junto con Rabisu, otro demonio) no prendió a Enkidu, se
fue el esposo de Ereshkigal, y que Mamitu es un término muy sabe por las tablillas anteriores que sí lo había sido, como justo castigo
o, preferimos aceptar que se trata de Ninlil, la cual, en un milo por haber matado a Humbaba y haber cortado los cedros.
o, acompañó a su esposo Enlil a los Infiernos. 31 Se está aludiendo a Rabisu, el segundo demonio titular de la
os versos 29-31 son una estrofa de algún canto funerario, enfermedad, que actuaba como enviado de Nergal.
rándose aquí que lo gimen de modo monocorde los espíritus de 32 Por lo aquí dicho, ni Namtar, demonio de la muerte, ni Asakku y
ertos (etemmu). Rabisu, demonios de las enfermedades, ni el campo de batalla captura-
o se explica el porqué Enkidu hizo todo lo contrario a lo que U- I ron a Enkidu. Según esta versión fue el Infierno (ersetu) quien capturó
aconsejado Gilgamesh.
POEMA DE GILGAMESH 177
POEMA DE GILGAMESH
Entonces se fue de allí el hijo de Ninsun, llorando Enkidu, a quien envié para remontarlos, fue atra-
pado por los Infiernos.
por Enkidu, su servidoi
Fue completamente sólo al Ekur 33 , la morada de Nergal no lo prendió, Asakku no lo prendió; el
Infierno lo prendió.
Enlil:
El implacable acechador de Nergal no lo prendió;
el Infierno lo prendió.
—¡Padre Enlil, hoy mi pukku se ha caído al fondo
de los Infiernos, No cayó en el campo de batalla; el Infierno lo
prendió.
mi mikku (también) se ha caído al fondo de los
Infiernos
Enkidu, a quien envié para remontarlos, fue atra- Sin, el Padre, no le respondió una palabra.
pado por los Infiernos, Gilgamesh, solitariamente, se fue a ver a Ea35:
—Oh Padre, oh Ea, hoy mi pukku se ha caído al
• fondo de los Infiernos,
COLUMNA III
mi mikku (también) se ha caído al fondo de los
Infiernos.
to asiría Enkidu, a quien envié para remontarlos, fue atra-
pado por los Infiernos.
Namtar no lo prendió, Asakku no lo prendió; el
Infierno lo prendió Nergal no lo prendió, Asakku no lo prendió; el
Infierno lo prendió.
El implacable acechador de Nergal no lo prendió;
el Infierno lo prendió El implacable acechador de Nergal no lo prendió;
el Infierno lo prendió.
No cayó en el campo de batalla; el Infierno lo
prendió. No cayó en el campo de batalla; el Infierno lo
prendió.
Enlil, el Padre, no le respondió una palabra.
Gilgamesh, solitariamente, se fue a ver a Sin34: Ea, el Padre, ante estas palabras,
80 dijo al héroe, al valiente Nergal36:
—Oh Padre, oh Sin, hoy mi pukku se ha caído al
fondo de los Infiernos, —¡Oh héroe, valiente Nergal, escúchame:
mi mikku (también) se ha caído al fondo de los Si solamente abrieses un agujero en la tierra,
Infiernos. el espectro37 de Enkidu podría salir del fondo de
los Infiernos
nkidu, sin que hubiese estado enfermo y sin que le hubiera llegado
35 Marchó a Eridu, la ciudad sagrada de Ea (Enki).
hora de la muerte. 36 En cuanto dios de los Infiernos era a este dios a quien correspon-
3 El Ekur «Casa de la montaña» fue el templo del dios Enlil,
ado en Nippur. Hacia dicha ciudad marchó Gilgamesh. día dejar salir o no de sus dominios a un difunto.
. 37 El espectro o espíritu de una persona muerta fue conocido como
4 Al no responderle Enlil, Gilgamesh, abandonando Nippur, mar
I etemmu. Para la interpretación de los versos 79-84, J. Tropper, Die
lógicamente a Ur, la ciudad en la que se veneraba a Sin, el dio»
na. Welt des Orients, 17, 1986, pp. 18-24.
OEMA DE GILGAMESH POEMA DE GILGAMESH 179

y contar a su hermano 38 las leyes del Mundo este cuerpo, amigo mío, que te gustaba tocar,
Inferior. como una grieta está cubierto de polvo40.
El héroe, el valiente Nergal, escuchó las palabras Gilgamesh, dijo entonces, puesto de cuclillas en el
de Ea. polvo,
Apenas hubo abierto un agujero en la tierra el rey Gilgamesh, dijo entonces, puesto de cuclillas
el espectro de Enkidu, como un soplo, salió de los en el polvo:
Infiernos.
Se besaron y se abrazaron —Oh, Enkidu, ¿has visto en los Infiernos (...)?
intercambiaron pareceres, lamentándose mutua- —Lo he visto: (...).
mente3".
Una fractura impide conocer gran parte del resto del texto.
COLUMNA IV Gracias al relato sumerio se puede saber algo de las preguntas
de Gilgamesh y las respuestas de Enkidu.
asirlo
(...)
—Dime, amigo mío, dime, amigo mío, —A aquel que tuvo un hijo, ¿lo has visto? —Lo he
ime las leyes del Mundo Inferior que has visto. visto:
se alberga, postrado, al pie del muro y llora amar-
—No te las diré, amigo mío, no te las diré, gamente.
i te dijera las leyes del Mundo Inferior que he —A aquel que tuvo dos hijos, ¿lo has visto? —Lo
visto, he visto:
e sentarías a llorar. vive en una casa de ladrillos y come pan.
—A aquel que tuvo tres hijos, ¿lo has visto? —Lo
Está bien, me sentaré y lloraré. he visto:
en los odres del Apsu, abundantemente, él bebe
—Este cuerpo, amigo mío, que te gustaba tocar, agua.
os gusanos, como a un viejo vestido, lo roen; —A aquel que tuvo cuatro hijos, ¿lo has visto?
—Lo he visto:
algunos pasajes de las tablillas I, IV y VI Enkidu ha sido como (...), tiene su corazón dichoso.
ado como hermano adoptivo de Gilgamesh. El rey de Uruk —A aquel que tuvo cinco hijos, ¿lo has visto?
nsultar las leyes por las que se regía el Infierno para saber cual —Lo he visto:
condición después de su muerte. Gilgamesh aquí no realiza
práctica de nigromancia, al estilo usuaí, sino que solamente como un buen escriba, tiene su mano abierta,
poder ver el alma de su amigo. Su súplica sólo tuvo acogida habita entre los grandes y tiene su entrada en el
e de Ea, quien solicitó a su vez a Nergal tal privilegio. Sobre el palacio.
mundo de los muertos, véase el importante estudio de J. Cors i
l viatge al món deis morís en l'Odissea, Barcelona, 1984, donde
no sólo del ámbito griego, sino también del Próximo Oriente.
Labat vierte otra traducción para estos versos: «Se besaron sin 40 La descripción que hace Enkidu de su propio cuerpo es un
y bailaron hasta quedar agotados». lerfecto memento morí.
EMA DE GILGAMESH POEMA DE GILGAMESH 181
A aquel que tuvo seis hijos, ¿lo has visto? — Lo —A aquel que murió en el combate, ¿lo has visto?
he visto: —Lo he visto:
mo el que conduce una carreta, tiene su corazón su padre y su madre le sostienen la cabeza y su
dichoso esposa se inclina sobre él.
A aquel que tuvo siete hijos, ¿lo has visto? —Lo —A aquel cuyo cadáver yace abandonado en la
he visto: estepa, ¿lo has visto? —Lo he visto:
mo un hombre se acerca a los dioses, él41 (...) su espíritu no tiene reposo en los Infiernos.
—A aquel que no tiene a nadie que se ocupe de su
Sigue una laguna de más de treinta versos. espíritu, ¿lo has visto? —Lo he visto:
come los restos de las marmitas, las migajas de
pan arrojadas a la calle.
COLUMNA V
Duodécima tablilla de «Aquel que lo ha visto
siría todo»42.
Esta columna está prácticamente perdida.
.)
omo un precioso estandarte que deslumhra, él
.)
Rotura de veinticinco versos.
A aquel que fue golpeado por un palo, ¿lo has
.visto? —Lo he visto:
enas bajó a los Infiernos cuando se puso a
arrancar (...).
COLUMNA VI
siría
A aquel que murió de una muerte gloriosa, ¿lo
has visto? —Lo he visto: 42 Según los especialistas este final es muy brusco. Parece ser que, en
posa sobre su lecho nocturno y bebe aguas pu- la intención del poeta, Gilgamesh podría acudir en ayuda de todos los
ras. difuntos. No hay que olvidar que Gilgamesh fue divinizado tras su
muerte y creído juez del Más Allá. En cualquier caso, el colofón del
5I2L£H!SSI2JÍ£j}Ü9iJ5 situación del difunto en el Más Allá último verso de esta columna VI señala que el Poema se termina en ese
punto.
ÍNDICES
PERSONAJES DEL POEMA
DE GILGAMESH
VDAD. Dios de la tormenta y de la lluvia.
VN. Véase ANU.
^NTU. Esposa del dios ANU.
VNU. Padre de los dioses y titular del panteón sumero-acadio.
VNUNNAKU. Dioses del Más Allá y jueces de los muertos.
UMZU. Pájaro de la Tempestad, sujeto de un mito.
\RURU. Diosa de la creación. Madre de Gilgamesh.
\SAKKU. Demonio de las enfermedades.
VTRAHASIS. «El sumamente sabio», epíteto de Utnapishtim.
. Esposa del dios SHAMASH.
3ELIT-SERI. La listera (escribiente) de la diosa de los Infiernos.
3UMUZI. Dios esposo de INANNA (ISHTAR).
EA. Dios del agua dulce y titular de la sabiduría.
ENKIDU. Amigo y colaborador de Gilgamesh.
ENLIL. Dios de la tierra y del viento.
ENNUGI. Divinidad de los diques y pozos.
ERA. Otro nombre de ERRA, dios de la peste.
ERESHKIGAL. Diosa de los Infiernos.
I ERRAGAL. Otro nombre para designar a NERGAL.
ETANA. Rey legendario de Kish, protagonista de un mito.
GILGAMESH. Rey de Uruk, protagonista de la Epopeya que lleva su
nombre.
HANISH. Un heraldo del dios ADAD.
HUMEABA. Guardián del Bosque de los Cedros.
HUWAWA. Véase HUMEABA.
IGIGU. Dioses celestes, contrapuestos a los ANUNNAKU.
POEMA DE GILGAMESH POEMA DE GILGAMESH 185
/
NNA. Diosa sumeria, titular del amor y de la guerra. EUFRATES. Gran río de Mesopotamia.
INI. Esposa del dios ANU. A veces, apelativo de ISHTAR. GANZIR. Palacio principal del Infierno.
ARA. Una forma de ISHTAR, bajo el aspecto del amor. HERMON. Macizo montañoso.
TAR. Versión acadia de la INANNA sumeria. IRKALLA. Nombre del Infierno.
ULLANU. Jardinero del djos Sin y amante, entre otros, de ISM ITIHA. Ciudad de la montaña.
AR. LÍBANO. Nombre de un macizo montañoso.
ITH. Divinidad maléfica, identificada con la lechuza o el buho MALA. Nombre hitita del Eufrates.
ALBANDA. Rey mítico de Uruk, titular de un ciclo épico. MASHU. Montaña mítica por donde sale y se pone el Sol.
MITU. Diosa del Destino. NIPPUR. Ciudad sumeria (hoy Niffer).
MTAR. Demonio del Destino, de la muerte y de la peste. NISIR. Montaña donde se detuvo el barco diluviano.
GAL. Dios de los Infiernos. SHURUPPAK. Ciudad sumeria (hoy Fara).
AZU. Dios clónico, titular de la medicina y esposo de ERESHKI ULAI. Río del Elam.
AL. URUK. Ciudad sumeria (hoy Warka).
IGIKU-EA. Una variante del dios EA.
SUN.Madre divina de Gilgamesh.
URTA. Dios del regadío y de la fertilidad. Luego, titular de la
uerra.
ABA. Diosa de los cereales.
UR-AMURRU. Batelero constructor del barco diluviano.
GASU. Nombre del cazador que ve a Enkidu.
KKAN. Dios de los ganados.
MASH. El dios sol, titular de la justicia.
LLAT. Otro heraldo del dios ADAD.
URI. Tabernera mítica.
TE SABIOS. Personajes míticos, que enseñaron a la humanidad
ILI. Divina madre de un caballo, amante de ISHTAR.
. El dios luna y principal deidad astral sumero-acadia.
UQAN. Véase SHAKKAN.
SUNABU. Véase URSHANABI.
R-TUTU. Padie de Utnapishtim.
U. Demonio de la Tempestad.
HANABI. Barquero de Utnapishtim.
APISHTIM. Personaje protagonista del Diluvio mesopotámicii,
. Nombre sumerio de SHAMASH.
R. Dios semita.
ÉRMINOS GEOGRÁFICOS Y TOPÓNIMOS
SHAN. Un distrito del Elam.
U. Abismo de las aguas y dominio del dios Ea.
TTA. Ciudad del Elam (hoy en la provincia de Kermán, Irán),
NA. Templo de Anu y de Ishtar en Uruk.
LMAH. Templo de Ninsun en Uruk.
R. Templo de Enlil en Nippur.
DU. Ciudad sumeria (hoy Tell Abu Shahrain).
CLASICOS DEL PENSAMIENTO
41. Pére Joseph y Henri de Roñan: Del interés de los Estados.
42. Johann Heinrich Pestalozzi: Cartas sobre educación infantil.
43. J. B. Erhard, J. B. Geich, J. G. Hamann, J. G. Herder, I. Kant, G. E. Les-
sing, M. Mendelssohn, A. Riem, F. Schiller, Ch. M. Wieland: ¿Qué es Ilus-
tración?
44. Louis-Ambroise de Bonald: Teoría del poder político y religioso.
Colección Clásicos del Pensamiento 45. Poema de Gilgamesh.
46. Nicolás Maquiavelo: Del arte de la guerra.
ohn Locke: Cana sobre la tolerancia. 47. David Hume: Tratado de la naturaleza humana.
bü Nasr al Fárabí: La Ciudad Ideal. 48. Lucio Anneo Séneca: Sobre la clemencia.
ontesquieu: Del Espíritu de las Leyes. 49. Benjamín Constant: Del espíritu de conquista.
asquale Stanislao Mancini: Sobre la Nacionalidad. 50. Himnos súmenos.
ean-Jacques Rousseau: Discurso sobre la Economía política. 51. Johann Gottlieb Fichte: Discursos a la nación alemana.
udolf Hilferding: El Capital financiero. \. Nicolás Maquiavelo: El príncipe.
mmanuel Kant: La paz perpetua. '53. Wilhelm von Humboldt: Los límites de la acción del Estado.
ohn Stuart Mili: Del Gobierno representativo. 54. Jean-Jacques Rousseau: El contrato social o principios de derecho político.
ax Weber: El problema de ¡a irracionalidad en las ciencias sociales. 55. Fragmentos Vaticanos.
aruch Spinoza: Tratado teológico-político. Tratado político. 56. Jean-Jacques Rousseau: Proyecto de Constitución para Córcega. Conside-
ean Bodin: Los seis libros de la República. raciones sobre el Gobierno de Polonia y su Proyecto de reforma.
dmund Husserl: Meditaciones cartesianas. 57. Marsilio de Padua: El defensor de la paz.
ontesquieu: Cartas persas. I 58. Francis Bacon: Teoría del cielo.
verroes: Exposición de la «República» de Platón. 59. Immanuel Kant: La Metafísica de las Costumbres.
rancisco de Quevedo: Defensa de Epicuro contra la común opinión. I 60. Libro de los Muertos.
enis Diderot y Jean le Rond d'Alembert: Artículos políticos de la «Enci- 61. Martin Heidegger: La autoafirmación de la Universidad alemana. El Recto-
lopedia». rado, 1933-1934. Entrevista del «Spiegel».
artín Lulero: Escritos políticos. 62. Baruch Spinoza: Tratado de la reforma del entendimiento y otros escritos.
oseph A. Schumpeter: Imperialismo. Clases sociales. 63. Nicolai Hartmann: Autoexposición sistemática.
tienne de la Boétie: Discurso de la servidumbre voluntaria o el Contra uno. 64. Marco Tulio Cicerón: Sobre los deberes.
arco Julio Cicerón: Sobre la República. Sobre las leyes. 65. Santo Tomás de Aquino: La monarquía.
ohann Gottlieb Fichte: Reivindicación de la libertad de pensamiento y otro* 66. La Revolución francesa en sus textos.
scritos políticos. 67. Joseph de Maistre: Consideraciones sobre Francia.
ucio Anneo Séneca: Diálogos. 68. Hans J. Morgenthau: Escritos sobre política internacional.
ódigo de Hammur&bi. 69. Thomas Paine: El sentido común y otros escritos.
mmanuel Kant: Teoría y práctica. t 70. Himnos babilónicos.
homas Hobbes: Del ciudadano. Leviatán. 71. Georg Wilhelm Friedrich Hegel: Diferencias entre los sistemas de filosofía
avid Hume: Ensayos políticos. de Fichte y Schelling.
ean-Jacques Rousseau: Discurso sobre el origen y los fundamentos de lit 72. Eduard Bernstein: Socialismo democrático.
esigualdad entre los hombres y otros escritos. 73. Voltaire: Filosofía de la Historia.
ottfried Wilhelm Leibniz: Análisis infinitesimal. 74. Immanuel Kant: Antropología práctica.
udwig Wittgenstein: Últimos escritos sobre Filosofía de la Psicología. 75. Karl Mannheim: El problema de una sociología del saber.
mmanuel Kant: Los progresos de la metafísica desde Leibniz y Wolff. 76. Friedrich Daniel Ernst Schleiermacher: Sobre la religión.
saac Newton: Principios matemáticos de la Filosofía natural. 77. Pedro Abelardo: Conócete a ti mismo.
enry D. Thoreau: Desobediencia civil y otros escritos. 78'. Cari Schmitt: Sobre el parlamentarismo.
ulpicio Severo: Obras completas. 79. Gottfried Wilhelm Leibniz: Escritos en torno a la libertad, el azar y el desti-
icolás Copérnico: Sobre las revoluciones (de los orbes celestes). no.
ohann Oottlieb Fichte: Introducciones a la doctrina de la ciencia. 80. Gottfried Wilhelm Leibniz: Los elementos del Derecho natural.
mmanuel Kant: Ideas para una historia universal en clave cosmopolita r 81. Nicolás Maquiavelo: Escritos políticos breves.
tros escritos sobre Filosofía de la historia. 82. • Johann Gottlieb Fichte: El Estado comercial cerrado.
omás Moro: Utopía. 83. Epicuro: Obras.
homas Jefferson: Autobiografía y otros escritos. 84. Johann Christoph Friedrich Schiller: Escritos sobre estética.
ene Descartes: Discurso del método. 85. Gottfried Wilhelm Leibniz: Escritos de dinámica.
o Ti: Política del amor universal. 86. Anne-Robert-Jacques Turgot: Discursos sobre el progreso humano.
87. Immanuel Kant: Principios metafísicas de la ciencia de la naturaleza.
LASICOS DEL PENSAMIENTO
cis Hutcheson: Una investigación sobre el origen de nuestra idea de be-
.
lomé de las Casas: Brevísima relación de la destruición de las Indias.
ermo de Ockham: Sobre el gobierno tiránico del papa.
as Hobbes: Diálogo entre un filósofo y un jurista, y escritos autobio-
os, i ;
d Hume: Historia natural de la religión.
e Alighieri: Monarquía.
4r *

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