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de Gilgamesh
Colección
Poema
Clásicos del Pensamiento
de Gilgamesh
Director
Antonio Truyol y Serra
'aludió preliminar, traducción y notas de
I IÍDERICO LARA PEINADO
irnos
£-5
A mis hijos
Federico, Blanca María y Beatriz.
1.a edición, 1988
2.a edición, 1992
vados todos los derechos. De conformidad con lo dispuesto en
tículos 534 bis a) y siguientes del Código Penal vigente, po-
ser castigados con penas de multa y privación de libertad quie-
n la preceptiva autorización reprodujeren o plagiaren, en todo
parte, una obra literaria, artística o científica fijada en cual-
quier tipo de soporte.
Diseño y realización de cubierta:
Rafael Celda y Joaquín Gallego
Impresión de cubierta:
Gráficas Molina
© FEDERICO LARA PEINADO, 1988
© EDITORIAL TECNOS, S. A., 1992
Telémaco, 43 - 28027 Madrid
ISBN: 84-309-1548-6
Depósito Legal: M-23524-1992
rinted in Spain. Impreso en España por Mapesa, S. A.
c/ Villablino, 38. Fuenlabrada (Madrid)
380196
ÍNDICE
I'STUDIO PRELIMINAR XI
I, APROXIMACIÓN AL POEMA DE GILGAMESH . XI
1. Marco histórico y cronológico XI
2. El Poema en el contexto literario mesopotámico. XVII
3. Historicidad de Gilgamesh XXIII
II INTRODUCCIÓN AL POEMA DE GILGAMESH . XXIX
Aspectos externos XXIX
1. El problema de su autor XXIX
2. Cronología y fijación temática.... XXXIII
3. Descubrimiento del Poema XXXVI
4. Principales versiones cuneiformes. XL
Aspectos internos XLIII
Argumento general XLIII
Los personajes del Poema L
Estructura, composición y significado LVII
Aspectos literarios LXI
Gilgamesh: su supervivencia literaria LXVI
Aspectos religiosos LXIX
El fondo histórico. Aspectos socioeconómicos. LXXVII
Itinerario de Gilgamesh ' LXXXI
CE
ectos trascendentes LXXXIV
l mito del Diluvio universal LXXXIV
ilgamesh y el Arte LXXXVIIl
ilosofía del Poema XCII
TE EDICIÓN. XCV
RAS XCVI
FÍA .. XCVIII
POEMA DE GILGAMESH ESTUDIO PRELIMINAR
A I por Federico Lara Peinado
A II...
A III ..
A IV .. APROXIMACIÓN AL POEMA DE GILGAMESH
A V ...
A VI ..
A VII.. i Marco histórico y cronológico
A VIII.
A IX .. A partir del noveno milenio antes de Cristo en las
A X ... i ' riones altas y húmedas del Próximo Oriente se detecta
A XI .. Uní lenta modificación en la vida de sus habitantes. Los
A XII.. I.M lores económicos, que juegan un papel de capital
importancia en este proceso, se verán alterados merced a
• hli-rentes y nuevos enfoques socioeconómicos, así como
del Poema de Gilgamesh . i < ondicionamientos geográficos. De una economía de-
geográficos y topónimos .. I u celadora se pasará paulatinamente a una economía de
IHaducción basada en la agricultura y en la ganadería.
lista forma económica, que significó profundos cam-
inos sociales, no fue provocada por ningún estímulo
exterior, sino que evolucionó y se desarrolló dentro de
los marcos en los que el hombre se hallaba inmerso y
< uya consecuencia más significativa sería arrumbar los
i'T.ímenes de vida y comportamientos sociales de las
• i.ipas prehistóricas precedentes.
listos acontecimientos fomentaron el aumento de ri-
queza y en determinadas zonas (cuyo clima y feracidad
n.itural eran apropiados) motivaron primero el naci-
DERICO LARA PEINADO ESTUDIO PRELIMINAR XIII
e unas pequeñas agrupaciones urbanas (aldeas) n.i.s más antiguas, la Historia detecta ya frecuentes con-
o evolucionaron a poblados, y que podemos Ihdos entre todo el rosario de ciudades sumerias estable-
ya, hacia mediados del quinto milenio antes de ii las a lo largo de los dos grandes ríos mesopotámicos
11 • u Trates y Tigris) que eran, por otro lado, la base de su
ará así de una cultura neolítica aldeana a otra ubsistencia. Luchas entre Uruk y Kish, Lagash o Um-
tro aún de tal horizonte prehistórico, podemos n ia, por citar unos ejemplos, son perfectamente conoci-
con toda propiedad de urbana ya, originándose, il.is y preparan una fase ulterior en la evolución de la
ntemente, en esta evolución nuevas transforma- vida urbana: el imperialismo militar.
ocioeconómicas. lintre los personajes más importantes de estas
ueva forma de vida, muy alejada de la aldea o .limistías (que «habían descendido del cielo» en opinión
pamento seminómadas anteriores, vinculará al • le los sumerios) podemos señalar a Gilgamesh de Uruk
a la tierra, lo volverá sedentario y, con ello, le (ca. 2650 a.C), personaje central del Poema que lleva su
a crearse nuevos mecanismos de estructura nombre y cuyo estudio es objeto del presente libro,
ordenación económica. Mesilim de Kish (ca. 2600 a.C.), Eannatum (ca. 2470
queología ha recuperado para la Historia dife- ,i ('.) y Uruinimgina (ca. 2355 a.C.), ambos de Lagash, y
lturas desarrolladas en las zonas de Mesopota- l ugalzagesi de Umma, contemporáneo del anterior y
rea que nos va a ocupar en adelante— y que i|iic logrará imponer sü^dominio absoluto en todo el país
do del Neolítico manifiestan esas evoluciones «le Sumer, hasta entonces fragmentado en minúsculos
netrar en la etapa del Bronce Antiguo. Jarmo, i '.lados cantonales.
, Samarra, Eridu, Tell-Halaf, Gawra, El Obeid, l'ronto, nuevos grupos de gentes (los acadios), que
jemdet Nasr suponen sucesivos progresos de hablan otra lengua distinta a la sumeria —la semita—,
ole y configuran unas líneas protohistóricas aparecerán en este marco geográfico y, mediante la
adas. infiltración pacífica o tal vez la violencia, se erigirán en
ndadores de ese nuevo tipo de vida o al menos ilncños absolutos de las ciudades sumerias. Con Sargón
os que primero la practicaron fueron los súme- I (2340-2284 a.C.), funcionario semita de Urzababa de
blo envuelto todavía en el misterio de su origen Kish, que logra apoderarse del país tras desplazar a
o, étnico e idiomático. El descubrimiento más I ugalzagesi, y poco después con Naram-Sin, su nieto, los
ivo de estas gentes será la invención de la escri- .u adiós construirán una gran unidad política que llegará
nacida de necesidades puramente mercantiles y a extenderse —dentro del concepto territorial mesopotá-
cas, pronto se convertirá en uno de los mayores ni¡co— por los cuatro puntos cardinales (Sumer, Akkad,
ntos revolucionarios del hombre. I lam, Subartu y Amurru). Fundaron, de hecho, el primer
rras se colonizan, los núcleos urbanos superan imperio mundial que conoció la Historia, creando así
tribal y aparece como elemento dirigente el nuevas estructuras político-administrativas (burocracia,
ble del templo o el gobernador del palacio (en, militarismo) que arrinconaron la estructura tradicional
i), en realidad un déspota que confunde en su teocrática de las ciudades sumerias.
en los primeros momentos, los poderes políti- Tras el poderío acádico, invasores procedentes de las
iosos y económicos. arcas norteñas de Mesopotamia se lanzan, hacia el 2200
el año 3000 a.C, época en que nacen las dinas- a ( ' . , sobre las ciudades de Sumer ,y Akkad, logrando,
EDERICO LARA PEINADO
ESTUDIO PRELIMINAR XV
al estado de anarquía que presencian los últimos
tos del Imperio acadio, el predominio en el valle Con Tiglatpileser I (1117-1077 a.C.) se había restable-
i ido el antiguo poderío asirio, gracias a haber quedado
mesopotámico. Son los qutu (los «dragones de la
a»), pueblo bárbaro que durante poco más de un hl'ie de la presión de otros pueblos (hititas) y al nuevo
juzgan toda Mesopotamia. Sin embargo, un rey "iden internacional que en el siglo xil se establece.
< onocerán los asirios una nueva fase imperial, pronto
k, llamado Utukhegal (2116-2110 a.C.) logrará
debilitada con los' propios sucesores del mencionado
r a estos invasores, volviendo así a renacer el
sumerio, que había alcanzado su máximo apo- monarca. Coincide esta decadencia con la expansión de
los nómadas árameos que se van a asentar en Siria del
Gudea de Lagash (2144-2124 a.C.) y con los
e la III Dinastía de Ur, restaurándose usos y Norte, valle del Eufrates y baja Mesopotamia. Una rama
res del pasado sumerio. de esos árameos, los caldeos, logrará estabilizarse en
renacimiento político y cultural sumerio, que Babilonia y en otros puntos del Próximo Oriente.
Los asirios podrán remontar su Imperio, gracias a uno
poco más de cien años, irá atomizándose en
s ciudades-estado independientes (Isin, Larsa, de sus enérgicos reyes, Asurnasirpal II (884-858 a.C.), el
na, Babilonia, por ejemplo) para terminar siendo > nal, mediante las deportaciones de pueblos y las guerras
amente aniquilado por los elamitas y por los < onstantes, dio nuevos impulsos imperialistas al dominio
pueblo éste que, establecido en el Tigris superior, .isirio, que alcanzaría nuevas cotas con el rey Sargón II
esarrollado una cultura urbana entrado ya el (722-705 a.C.) y su dinastía, uno de cuyos representantes,
tercero. Elamitas y asirios descenderán hacia la Asurbanipal (669^526 a.C.), nos interesa especialmente
aja del valle disputándose la posesión de las por su directa relación con el Poema de Gilgamesh, pues
. Los sumerios desaparecen así de la Historia. lúe en la biblioteca de este monarca, versado en Letras y
< 'iencias, situada en Nínive, donde apareció dicho texto
os invasores semitas aparecen en escena: los
s, que adaptados perfectamente al país, estable- en el transcurso de unas excavaciones arqueológicas
n Hammurabi (1792-1750 a.C.), y bajo la supre- efectuadas en el siglo pasado.
cción político-religiosa de Marduk, un imperio Presiones de potencias periféricas (Egipto, Fenicia,
te, que abarcará Sumer, Akkad y Asiría, además lilam y Media) y del mismo ámbito geográfico (Babilo-
pueblos periféricos, dirigido todo él desde Babi- nia), lograron poner definitivamente fin al Imperio asirio
perio, sin embargo, que será desequilibrado más en el año 609 a.C., dando paso al nuevo Imperio babiló-
lrededor del año 1595 a.C., por el imprevisto nico, de efímera existencia.
el hitita Murshili I y por la consiguiente toma La rápida exposición diacrónica de la historia externa
r por parte de los cassitas. ilc Mesopotamia que acabamos de reseñar deja traslucir
una compleja y continua sucesión de pueblos y potencias
assitas, gente procedente del Este mesopotámico
y de la que todavía faltan por conocer muchos belicosas que con diferentes mecanismos políticos y so-
, lograrían instaurar una dinastía en la propia ciales, dentro de una civilización hidráulica, irían echan-
a que, con una adecuada política internacional do las bases de la cultura general y de la Literatura en
egipcios e hititas, llegaría a mantenerse en el particular.
nos cuatro siglos. Los elamitas pondrían fin a la Los sumerios habían logrado inventar un código de
signos (muy complicado, desde luego) capaz de recoger
'LIS necesidades económico-administrativas de su sistema
EDERICO LARA PEINADO ESTUDIO PRELIMINAR XVII
pero también supieron aplicarlo a sus necesida- de la sensibilidad semítica. Esta obra, primera entre las
iosas. Reconocida su eficacia pragmática, aplica- rundes, de la Literatura universal, precisaría dos mile-
técnica escrituraria a todo tipo de manifestacio- nios largos de vida para alcanzar su estructura definitiva.
rituales, técnicas o científicas. Como ha señalado
ókel, desde la inscripción conmemorativa hasta
literaria, como tal, fue necesario recorrer un
mino, pero es innegable (y así lo ha demostrado El Poema en el contexto literario mesopotámico
eología) que los sumerios lo supieron recorrer.
o de esa producción literaria (listas de reyes, Los especialistas están de acuerdo en considerar que
sagrados, proverbios, mitos, relatos épicos, la- ¡01 sacerdotes de las diferentes ciudades de Sumer (con-
ones, etc.) se aisla con luz propia en el horizonte i < i límente los del templo de la diosa Inanna de Uruk)
sumerio un conjunto de poemas épicos, concre- i l i c i ó n los que, además de inventar la escritura, perfec-
cinco, que recogían, aunque sin formar un todo ii marón la técnica de la misma. Junto a los templos o
, las hazañas de uno de sus míticos reyes: Gilga- • l' pendiendo de ellos se fundaron casas de escritura
Uruk. Sobre su figura se centró, pues, el primer <lnbba), destinadas á la enseñanza de aquel nuevo y
iterario de la Humanidad. • nsacional descubrimiento.
icamente, las narraciones sobre Gilgamesh de- I as excavaciones arqueológicas nos han aportado
arse a mitad del tercer milenio antes de Cristo, inlinidad de tablillas de barro (era el soporte sobre el
ndo hubieron de pasar varias centurias antes de u.11 escribían) que por la tosca caligrafía que presentan,
as por escrito. Los poetas y cantores sumerios, i ' llejo de la impericia en el manejo de la caña con que
enos itinerantes, fueron los encargados de dar a i > i . •.loriaban sobre el barro, evidencian ser los borrado-
al pueblo la creación de un genial artista que i . . de «clase» de aquellos muchachos o iniciados sume-
unir en bellísimos versos las aventuras, hazañas y ; que acudían a tales edubba. También han aparecido
de uno de sus más antiguos reyes. i i osos centros de cultura, entremezclados con los borra-
cesivas invasiones que sufrió Mesopotamia inci- • l.'irs, copias completas o parciales de diferentes textos
e una manera muy directa sobre el Poema y los i i i i rarios.
lementos culturales de la etapa sumeria, etapa Los sumerios, tal como hemos visto antes, debido a la
ría a ser, sin discusión, la edad clásica de aque- • i ic de pueblos que les sucedieron en el ámbito geográ-
nios. Los paleobabilonios darían forma unitaria fico mesopotámico, terminaron por desaparecer de la
eltos poemas del ciclo de Gilgamesh, aportando i l i . l o r i a , pero su lengua y su técnica escrituraria (y,
aventuras; los babilonios de la época cassita M.iiuralmente, sus creaciones literarias) sobrevivieron,
s encargados de realizar los retoques definitivos, i< i ido asimiladas por los acadios, luego por los babilo-
u vez, los asirios dar el toque final al Poema de s y, finalmente, ya en el primer milenio antes de
h, difundiéndolo por todo el ámbito del Próxi- 1 i r;to, por los asirios, quienes, con afán enciclopédico,
nte. (lUíriendo dar sentido permanente e imborrable a todo
, pues, que el Poema de Gilgamesh, que nos va a i ..iher de los pueblos anteriores, reunieron en magnas
e ahora en adelante, fue una genial creación de i'ii'liotecas infinidad de textos de toda índole,
a sumeria, pasada por el sabio y ecléctico tamiz listos pueblos copian, traducen, retocan los textos
ESTUDIO PRELIMINAR XIX
VIII FEDERICO LARA PEINADO
i incluido en una Epopeya que gloriase a Gilga-
umerios, aunque no puede evaluarse, hoy por hoy, e i i I . decir, aparte del tono menor estilístico, el
ivel exacto y el alcance de tales actividades, pero cod •insta se ve obligado a aceptar ciertas condiciones
icho interés contribuyeron no sólo a perpetuar lo sume- II i | M n l i - r liberarse del acoso de Kish, hecho que no
io, sino a salvarlo para la posteridad. ni n i m i a a magnificar un prototipo de héroe. En conse-
La complejidad de toda la producción escrita en idio- 1,1 el poema fue apartado.
a sumerio es evidente, hasta tal punto que, como i ! "lio. La muerte de Gilgamesh, es un poema del cual
eñaló ya hace tiempo B. Meissner, es imposible realizar i n i onservan breves pasajes, en los que se alude a la
iquiera un esbozo de las literaturas sumeria y babilonia, • . i ' M < l a de la inmortalidad y a la imposibilidad de
obre todo —aparte de la variedad de temas tratados y I ni . . n í a por parte del héroe. Debido a su constancia,
imposibilidad de aislar los mismos— por el estado tan que ha muerto, se le otorga, como contraparti-
agmentario en que han llegado y están llegando a I 1 • I don de impartir justicia en el Más Allá, actuando
osotros las tablillas cuneiformes. lo .1 los Anunnaku y otros dioses infernales. Este
El material escrito sumerio, incluido originales y co- |iiu'in¡i pudo haber influido en algunos pasajes de las
ias, realizadas tras la desaparición de este pueblo, es > i l i l i l l a s IX, X y XI del Poema de Gilgamesh, pero desde
norme. Y de todo ese ingente material únicamente el lUI i'" no quedó recogido en su totalidad. Dicho poema
iez por ciento, más o menos, en opinión autorizada de lililí i io utiliza un lenguaje muy parecido al empleado en
. N. Kramer, puede ser considerado como texto litera- 'ni liinu-nto de Urnammu, gobernador de Ur, que vivió
o. Y así, sin conocer los nombres de sus autores, los • i l n r oí año 2100 a.C. y que, accidentalmente, es llama-
itos, himnos, lamentaciones, proverbios, relatos épicos,
1 ' 'ilgamesh.
artas, anales, listas reales, textos jurídicos y religiosos se 1 1 n tercer poema sumerio, Gilgamesh y el País de la
resentan como un fabuloso legado cultural, dejado por i n/,i si tuvo reflejo directo en la Epopeya del héroe
s pueblos mesopotámicos a la humanidad. i Uruk. El episodio del Bosque de los Cedros narra-
Cinco son hasta ahora los poemas sumerios (todos • l" cu el poema sumerio pasó a componer idéntico
los incompletos) que nos hablan, con mayor o menor " ' • H mentó en la versión unitaria. Si bien hay sensibles
tensión, de Gilgamesh, y que constituyeron la materia i i i ' i r n c i a s (planteamiento de la acción, número de
rima para la elaboración de la magna Epopeya centra- r r.onas que acompañan a Gilgamesh y otros detalles
a en aquel rey, hoy considerado por algunos especialis- u >res), el esquema de la historia es básicamente el
s como ser histórico y no mítico. M i r . i i i o (marcha al Bosque de los Cedros para matar al
De ellos, dos no tuvieron repercusión en la temática
gumental del definitivo Poema en su versión ninivita . ij'.mte Rumbaba).
< Uro poema, Gilgamesh y el Toro Celeste, del que sólo
a hallada en la biblioteca de Nínive): Uno de estos, i MI i llegado fragmentos, fue aceptado por los recensio-
ilgamesh y Agga de Kish, en donde se narra el conflicto • II .las babilonios y asirios e incorporado al Poema con
rgido entre las ciudades de Uruk y de Kish, la breve modificaciones en algunos detalles accidentales (cambio
cha que sostuvieron, el asedio de Uruk y la amistad de i* nombres: Inanna por Ishtar, por ejemplo).
gga con Gilgamesh, no fue recogido, al parecer delibe- 1 1 na gran parte del poema sumerio Gilgamesh, Enkidu
damente, por los copistas acádicos. El estilo y conteni- i i-l Mundo Inferior fue traducido, palabra por palabra, e
de este episodio, a pesar de ser el típico de la poética "i, luido en la versión asiría (Tablilla XII) sin preocupa-
meria, está muy distante de los poemas del ciclo para
FEDERICO LARA PEINADO ESTUDIO PRELIMINAR XXI
s estilísticas ni arguméntales. En efecto, á pesar de trono y considerado como «padre» semidivino
su argumento es incompatible con los hechos ocurri- i* I propio Gilgamesh.
anteriormente (muerte de Enkidu en el Poema), Un el relato de Enmerkar (Enmerkar y Aratta), el rey
a se nos presenta como un ser todavía vivo (alterna- tiene problemas con el de otra ciudad, Aratta, ubicada
sueño/muerte), brindándose personalmente a bajar • u las tierras de la alta Persia, por causas de tipo comer-
undo Inferior para recoger unos instrumentos musi- • u I (trueque de grano por metales y lapislázuli) y que
que allí habían caído al no respetarse un determi- Imali/an con la victoria del rey de Uruk. Aunque inter-
rito. v ii-ncn campeones y héroes, la acción del poema es de
historia del Diluvio no formó parte del ciclo sume- MM-nor interés épico que el sumerio de Gilgamesh y Agga
e Gilgamesh, sino que fue un poema independiente, ,/.• Kish.
papel central lo ocupa un héroe sumerio, llamado I )c Lugalbanda se conservan dos poemas. Dicho rey,
udra («El que vio la Vida»). También existió en el Incero en el trono de Uruk, es una figura mucho más
do babilónico otro antiguo Diluvio, recogido en un interesante que la de Enmerkar y en ciertos detalles es
a en el que el héroe es llamado Atrahasis. En esta una prefiguración de Gilgamesh. En Lugalbanda y En-
ación babilonia, la inundación constituye tan sólo merkar, Lugalbanda es el vasallo y campeón del último
specto episódico, pues es uno más de los desastres l l i a y concordancia cronológica, pues Enmerkar precedió
ados por los dioses para la destrucción del género • ii el trono de Uruk a Lugalbanda). En Lugalbanda y el
ano. Una versión del Poema de Atrahasis fue copia- motile Hurrum se nos narra una serie de peripecias que
ambién en el reinado de Asurbanipal. En suma, sin ildie soportar el rey en su viaje hacia tal montaña.
r aquí en la cuestión y controversia de los diluvios A Lugalbanda, lo mismo que a Gilgamesh, le gusta
co, babilónico y sumerio, sí podemos señalar que el i iii/,ar montañas, correr aventuras (atraviesa el río Kur,
o sumerio fue hábilmente adaptado por los recensio- no del mundo subterráneo), tributar sacrificios al dios
s e incorporado a la Epopeya de Gilgamesh, supri- '•"I. Reflejo de ello y demostración de que los compila-
dose la primera parte del poema sumerio (que trata- dores del Poema de Gilgamesh conocieron estos poemas
e la Creación), cambiándose el nombre del protago- de Lugalbanda son las alusiones que los consejeros
(Ziusudra por Utnapishtim), así como el tiempo lineen, en un determinado pasaje de su Poema, al propio
al (Utnapishtim narra tal acontecimiento en primera (¡ilgamesh para que éste efectúe sacrificios al dios Sol y
na y no en tercera como en el poema sumerio), • le esta manera «no olvidar a Lugalbanda».
te de otros detalles también significativos (número Entre toda esa vasta producción literaria, que consti-
ías del Diluvio, precisiones sobre el navio, religiosi- tuyó sin duda alguna el fondo literario del que surgió el
de los personajes centrales, etc.), aunque no funda- l'oema de Gilgamesh, destacó con luz propia él ciclo
ales. sumerio dedicado al héroe de Uruk, y que acabamos de
emás de estos cinco poemas sumerios que sobre ' xa minar, quedando muy por detrás los que tenían como
amesh nos han llegado, aparte del referente al Dilu- personajes centrales a los otros dos fabulosos y míticos
también se nos han transmitido, aunque incomple- Ncres, ya citados, Enmerkar y Lugalbanda, que junto con
otros poemas que tienen como héroes centrales a < i ilgamesh componen la tríada más importante de perso-
erkar, rey de Uruk y de existencia histórica muy najes centrales de los poemas épicos sumerios hasta hoy
obable, y a Lugalbanda, sucesor del anterior en el i onecidos.
FEDERICO LARA PEINADO ESTUDIO PRELIMINAR XXIII
os tres héroes, junto con los sujetos de otros mitos ii.i dicho, a partir de las leyendas sumerias, y estructura-
Ninurta, Dumuzi, Enlil, Inanna, Enkimdu, Shuka- .1" por los paleobabilonios en su versión acádica.
, etc.) que no podemos desmenuzar aquí, creacio- H Poema con toda su impresionante grandeza temáti-
as ellas de la vida espiritual sumeria del tercer > ,i (búsqueda de la inmortalidad por y para el hombre) y
, tuvieron tal grado de perfección por su carácter • "ii (oda su sencillez expositiva (narración en doce can-
mático, que su impronta e influencia subsiguien- I", o tablillas) durante un milenio será difundido amplia-
total en la literatura de acadios, babilonios y M i n i i c por toda Mesopotamia y aún por zonas peri-
, para pasar luego, algo atenuada y bajo otro 1.1 ii/as (Asia Menor, Canaán) para ser nuevamente reto-
religioso, a los escritos bíblicos y de ahí a sumer- iii.ido por los escribas oficiales de los reyes asirios del
espués en las literaturas clásicas. úlliino imperio, quienes con su buen hacer en el dominio
vidente que dentro de la amalgama literaria exclu- • l' I idioma y la sensibilidad poética, lograrán convertir
nte sumeria, repartida en más de 5.000 tablillas i i i l composición en la obra cumbre de la Literatura de su
tos cuneiformes, pueden aislarse arquetipos litera- i poca.
aun, por supuesto, religiosos. En ellas —y resumi-
uí— se nos explica la primera teoría humana del
del mundo, así como la creación de los dioses y l Historicidad de Gilgamesh
hombres, escritos sapienciales,' proverbios, cantos
os en los que la psicología del hombre, dentro líl Poema de Gilgamesh presenta a lo largo de sus doce
horizonte arcaico, se halla perfectamente dibu- i.(Millas, y en no pocos de sus pasajes, detalles que
i » ililan a su protagonista como un héroe mítico y, en
í, como ha manifestado H. Schmókel, fe, poesía y . onsecuencia, a primera vista, muy lejos de la histori-
a llegaron a reunirse en Sumer por primera vez, . uhid.
o una fabulosa obra, en la que todavía los dioses I >e hecho, para el historiador hipercrítico, no existen
abían despedido del mundo de los hombres y de i i . i ' ; i ; i el presente bases científicas para sostener la reali-
se iban a alimentar los milenios. Obra que será il.i<l histórica de tal personaje, sujeto de un ciclo épico
da, clasificada y reelaborada en épocas inmediata- l i l e i ario, ya enumerado antes, y pretendido rey de Uruk
posteriores, sobre todo en la etapa babilónica de i i . i lírek bíblica, hoy Warka), ciudad ubicada al sur de
stía cassita. En los círculos intelectuales babilóni- ll.ihilonia, junto a la margen izquierda del río Eufrates,
los siglos xvi al xm se fijarán definitivamente el aunque en la actualidad se halla distante de dicho curso
elish (Poema de la Creación) en el que Marduk lluvial por las modificaciones que el mismo ha sufrido.
n papel absoluto; la bellísima Historia de Adapa, I .as excavaciones arqueológicas realizadas en Uruk, a
aje que busca la vida eterna; la del rey Etana, que p.irlir de 1849 por ingleses y continuadas medio siglo
una milagrosa planta que sólo está en el Cielo; la l< .pues por alemanes, nos hablan de la existencia de
iosa Ishtar, que alcanzará ser la legítima esposa l»>Mación en este punto, en una perfecta secuencia estra-
s Anu, y muchas otras historias de menor rango, ui'.ráfica de hasta 18 niveles, ya desde el 4114 a.C. según
incluimos aquí. • I.ilación del C14.
ismo, se fijará la mejor poesía de todo el Antiguo Sus restos —una impresionante colina artificial (tell)
, el Poema de Gilgamesh, compilado, como ya se l.niñada por la acumulación sucesiva'de adobes de ba-
ESTUDIO PRELIMINAR XXV
IV FEDERICO LARA PEINADO
¡ idios historiadores, durante mucho tiempo, hayan
o— testimonian la aparición de la cultura sumeriij: '" i u lo de la existencia real de Gilgamesh.
rámicas fundamentalmente monocromas, a veces recu-x l'cro precisamente la localización de tal ciudad sume-
ertas con materia terrosa roja o gris, realizadas a torno I(M V su potente línea defensiva y el nuevo examen que
con brillo, o también amarillenta y sin baño ni pintura, i los textos míticos se realiza por los historiadores
rámicas con variada decoración plástica y de diferentes l. MÍOS pueden comportar la posible historicidad de
rmas (copas, jarras con asa); grandes conjuntos monu- • .iir.imesh, cuyo nombre, escrito de muy diferentes ma-
entales (templos sobre todo: el Bit-resh, el Eanna y el M . i . i , ,i iravés de los distintos períodos de la historia
ghal); uso de sellos planos y cilindricos, que son una -•na de Mesopotamia, posibilita todavía numerosas
ra derivación de los amuletos neolíticos; esculturillas, IHli 11'rotaciones que ratificarán o no la más lejana tradi-
. La aportación más notable de este enclave arqueoló- II'MI incsopotámica, que veía en Gilgamesh a un perso-
o es el hallazgo de los primeros testimonios de escri- II i|i u-al, humano, dotado de grandísimas cualidades.
ra (a partir del nivel IV), inventada ésta por los sacer- i >' < unos que puede comportar su posible historicidad,
tes de la diosa Inanna, pues es el primer núcleo urba- i |in- también su coetáneo y rival Mebaragesi, señor de
mesopotámico que la conoce y posiblemente el origen i < 11 ora considerado por la historiografía como un
todas.
i ' "iiuje de leyenda hasta que aparecieron en un yaci-
Además de estos elementos (remarquemos una ve/ > del Diyala (afluente del río Tigris) sendas inscrip-
s la importancia de sus archivos y los restos arqueo- . en las ,que se registraba su nombre. Puede muy
icos del conjunto religioso del Eanna que se extien- i", .i esperarse que algún día la piqueta del arqueólogo
n sobre una superficie de más de nueve hectáreas), las i" i on alguna inscripción, coetánea a la época en que
cavaciones han puesto de relieve una formidable mu- (¡ilgamesh, en la que se haga expresa mención de
la de unos 9,5 kilómetros de longitud y 5 metros de u mimbre personal (el testimonio escrito más antiguo de
pesor, reforzada con más de 900 torres semicirculares, u nombre apareció en una lista de dioses hallada en
locadas a una distancia de 10 metros, obra realmente • i ' M i u p p a k (hoy Fara) redactada en el siglo XXVI a.C.).
numental que presupone la existencia de unas estruc- '.i aceptamos su historicidad, puede apuntarse que
as sociopolíticas evolucionadas. ii. l i i > personaje pudo haber vivido hacia el año 2650,
La tradición ha atribuido tal colosal construcción ;i « u n cuando tal cronología pueda oscilar en algunas
lgamesh, tradición confirmada por una inscripción luchas, arriba o abajo, y, como quiere la Lista real
meria de Anam, uno de los últimos reyes de Uruk (de i n m - i i u postdiluviana, había llegado a ser rey de la
cia el 1825 a.C, según los expertos), en la que taxati- M i . l a d de Uruk.
mente se dice que la muralla que rodea la población I 11 el inicio de ese milenio, la Historia nos presenta,
Uruk había sido «antigua obra de Gilgamesh» (F. > reflejo de las crisis políticas y rivalidades cantona-
ureau-Dangin). i- la lucha entre dos potencias sumerias: Kish, ubicada
Dicha tradición, la presencia del nombre de Gilga- n . 1 ámbito geográfico de lo que más tarde iba a ser
sh en las listas reales sumerias (la principal versión fue M Lid, y Uruk, en las proximidades del golfo Pérsico.
actada en el siglo XVIII a.C., aunque se conocen otras \mlias ciudades se disputaron la hegemonía de toda la
teriores) al lado de divinidades como Lugalbanda y •na sureña mesopotámica, alcanzando, finalmente,
FEDERICO LARA PEINADO ESTUDIO PRELIMINAR XXVII
a su sucesor Agga, reyes de Kish. Para proteger H i . | i n Ib ciudad una poderosa dinastía—, para «legiti-
d de Uruk de posibles peligros hubo necesidad ii (roño no tiene inconveniente en conectar con los
r sus seis kilómetros cuadrados de superficie con . mutuos reyes de Uruk, intitulándose —ya lo hemos
ente doble muralla en todo su perímetro y que Shulgi— «hijo nacido de Ninsun» o «hermano de
incluir barrios de casas, santuarios, 'jardines, nr.sh». Y así en un texto leemos: «Soy el hermano
e labor y aun prados. i de Gilgamesh, el hijo natural de la diosa Ninsun,
xtos, aunque tardíos, nos han dejado cqnstanciu . i ilc príncipes...». Y podemos ir remontando la cone-
ello. En la Lista real sumeria (T. JacObsen) l.i . 1 1 lucia atrás, pues el ya citado Utukhegal de Uruk
ía «baja del cielo» tras el Diluvio por primern M I . .'110 a.C.), que había logrado expulsar a los qutu,
sh, ciudad en la que se van sucediendo ¿jetermi- . 1 . n d i á reparos e n atribuir aquel trascendental hecho
mero de reyes hasta que «... Kish fue muerta con | |n i .pedal protección que Gilgamesh le había dispen-
s y su reinado transferido a Eanna», es decir, ;i . ! • > pues gracias a su protección y presencia espiritual
de Inanna, que, como sabemos, era la diosa i . los habitantes de Uruk y los de Kullaba habían
e aquel barrio de Uruk. Además del episodio ¡Mi i > ido como un solo hombre contra las hordas qutu.
de Gilgamesh y Agga de Kish en donde se narní ' .iliuimesh también es mencionado en otro documento
a tensión existente entre Uruk .y Kish y que i" i . ' i ico (la llamada Historia de Tummal) redactado a
con el triunfo de Gilgamesh, en un texto de uen/os del segundo milenio antes de Cristo y del que
092-2046 a.C), segundo rey de la III Dinastía de »n»remos dos .versiones y varias copias con sensibles
onsidera a Gilgamesh como coetáneo y rival de i i i . nncias (A. Poebel, S. N. Kramer y E. Sollberger las
esi: «Shulgi le invoca (a Gilgamesh) en su heroi- i. ni i siudiado) en las que el héroe aparece construyendo
otente en la batalla, destructor de ciudades, el 1 1 Nitmunburra del templo de Enlil en el Tummal o
e a los enemigos en el fragor de la lucha; tú has 11 mío consagrado a la diosa Ninlil en Nippur, y a su
tus armas contra la casa de Kish... (al rey de l u i d , Urlugal (o Urnungal), restaurando el santuario de
ebaragesi, como una serpiente has puesto el pie U diosa Ninlil en dicha ciudad.
(cabeza)». I >el siglo VIII a.C. nos ha llegado una carta, conocida
os textos, Shulgi considera que su honra máxi- 101 cuatro copias localizadas en Sultantepe (Turquía),
de ser «hermano de Gilgamesh», pues él tam- • iur se supuso había sido escrita por Gilgamesh a algún
considera hijo natural de la diosa Ninsun, que, PtfO rey con la indicación de que enviara inverosímiles
bemos por el Poema, había sido la madre de . miidades de metales y piedras preciosas para fabricar
sh. En diversas ocasiones lo cita de esta manera: un .unuleto para Enkidu. Tal texto asirio, traducido por
ulgi, el buen pastor de Sumer, conozco, como i i K. Gurney, copiaría otros anteriores, que mantenían
sh mi hermano, al bueno, al malo. Shulgi, el nii.icto el eco de Gilgamesh.
pastor de Sumer, hace el elogio de su hermano l n otros textos más tardíos, también de época asiría
sh, en su potencia, le invoca en su heroísmo». i-, vi a.C.) —relatos de omina y oraculares sobre todo—,
o el padre y antecesor de Shulgi, Urnammu > iccuerda insistentemente a Gilgamesh, el rey podero-
94 a.C.), shagin (virrey o gobernador militar) de " como personaje con ribetes históricos, si bien desdi-
nde había sido enviado por el rey de Uruk,
V
al —pero que logrará independizarse y fundar Un hecho es incuestionable, la supremacía política de
FEDERICO LARA PEINADO ESTUDIO PRELIMINAR XXIX
ubo de coincidir con el reinado de Gilgamesli fue en dos tercios dios y en el otro hombre,
soberano de la I Dinastía postdiluyiana de l u í mi madre (bien la gran diosa Aruru, bien Ninsun o
personaje que entroncaba según 1^ Lista rail i He I i t) el héroe heredó una gran belleza, fortaleza
con Meskiaggasher, hijo, según la leyenda, do! Htli n y desasosiego; del padre (un sacerdote del barrio
l Utu. A este personaje, que había 'reinado In i u II i ha Gilgamesh en la versión sumeria es «el sacer-
cifra de 324 años, le siguieron Enínerkar, el ' |i .le Kullaba»—), totalmente desconocido, heredó la
r de Uruk; Lugalbanda, un dios-pasto4 Dumu/i, .ululad. La tragedia que atormentará a Gilgamesh
-pescador (últimamente se está cuestionando l.i . I H ! I . i su base en el conflicto de los deseos de un dios y
idad de estos dos personajes míticos) V Gilga- ¡ i ili -.uno de un hombre.
ue había sido hijo de un lillu, un «necio» (eufc i «-vidente que en todo este proceso sobre el origen
por «humano»), gran sacerdote del barrio religio i < .il^umesh hubo una trasposición mítica de la exis-
ullaba en Uruk. Todos ellos tuvieron gobiernos MI i.i real de un hombre, hijo tal vez de clase sacerdotal,
rios e incluso milenarios. Sus sucesores (todaví;i y i|uc poco después de su muerte pasó a ser el personaje
otros siete reyes), Urlugal (hijo de Gilgamesh), M U . 11 de un ciclo literario épico, elevado, además, a la
ama o Lugalkituní (el último rey de esta dinastía] .i. i-oría de divinidad, según testimonia una lista de
formaron» —según la Lista real— con menos I i s, hallada en Shuruppak (s. XXVI a.C.) y a la que
gobierno, circunstancia que aboga en pro de su Hiles hicimos referencia.
existencia histórica. I ,i carencia de,un texto contemporáneo a Gilgamesh
la repetida Lista, Gilgamesh era hijo de un lillu, ni en entredicho, hoy por hoy, su plena historicidad,
ano, un sacerdote, y no, como quiere la leyend;i, ro la multitud de elementos que concurren en torno a
iente de estirpe real. Lo más plausible es qiu1 U hi'.iira, así como los materiales arqueológicos y el
accedido al trono por sus hazañas o carisma londo histórico que suelen contener las leyendas y
es, instaurando de modo autocrático una mo . . . l í o s son testimonios que nos permiten, por ahora,
militar que mantuvo durante 126 años, cifra . . piar su existencia humana (W. G. Lambert, P. Xella)
uralmente, ha de ser desestimada, pues es total- . .pcrar su plena confirmación histórica, cuestionada
imbólica. i u u algunos autores, lo mismo que había sido hasta hace
oco se nos ha conservado el nombre de su ma- nuco la de Mesanepada de Ur, Mebaragesi o Agga de
el Poema es presentado como hijo de la diosa I |nh.
aunque en otros pasajes lo hacen descendiente
ru, la diosa creadora de la Humanidad, y do
elit, divinidad menor que actuaba como sacer- II INTRODUCCIÓN AL POEMA DE GILGAMESH
e Belit, esposa del dios babilonio Bel (Enlil en
). 11 ASPECTOS EXTERNOS
ión de alguna de esas divinidades con un lillu
estudiado por T. Jacobsen), es decir, un huma- I El problema de su autor
sacerdote, motivó que el fruto de la misma no
ser un dios en su totalidad, según la leyenda. De I os escribas sumerios, ya en el tercer milenio antes de
ma como consecuentemente recoge el Poema, ' nslo, lograron aglutinar en torno a Gilgamesh, el
ESTUDIO PRELIMINAR XXXI
FEDERICO LARA PEINADO
\u forma argumental y sentido coherente al
o rey de Uruk, sacerdote también de Kullaba, un • material épico sumerio, fijando definitivamente
to de poemas épicos que terminarían por agi;in« ¡u-vti de Gilgamesh en un largo poema de once
figura hasta convertirla en el héroe nacional pm I'ara ello el anónimo escriba o poeta paleobabi-
masia y en divinidad propiciatoria para el puchlu t p i e muy bien habría podido ser coetáneo de
er (se le hizo intervenir en la expulsión de In i Ir Larsa o de Hammurabi de Babilonia, incor-
res qutu, por ejemplo). • la casi media docena de episodios sumerios nue-
s poemas, de los que era el héroe indiscutihljj iT.ajcs: una introducción general; la amistad de
os en un primer momento por vía oral y sin H-sli y Enkidu (tablillas I y II), la muerte y las
ón argumental unos con otros, hubieron de so(| ijinas de Enkidu (tablillas VII y VIII), pasajes que no
muy pronto por escrito en las edubba o «casas di illlilit en proyectar en torno a un tema central y de
itura» sumerias, pasando, tras varios siglos « i . i . l . i M c importancia: la búsqueda de la vida eterna, el
ua actualidad e interés, a otras lenguas, cuyül i . . . c l e l hombre de alcanzar la inmortalidad.
s modificaron, reajustando y ampliando, las avciiJ M u v probablemente también, el escriba babilónico de
el «fuerte, el admirable, el providente» Gilgamesh i " > < a cassita añadirá más tarde, buscando tal vez
echo, los especialistas están de acuerdo en admiln significados de carácter astrológico o esotérico
trama de los diferentes episodios que informan luí <> en la estructura externa del Poema puede verse
a es pura creación sumeria, debidos a algún ni loma zodiacal), un último canto o tablilla, que,
s poetas geniales que supieron proyectar en i-|| • M U . M I Ó , había sido de creación sumeria (Gilgamesh,
os más grandes sueños de la nación de los «cabe- • ' i./» y el Mundo Inferior), aunque sin preocupaciones
gras», es decir, de Sumer. 'móntales respecto al primer conjunto.
roblema del autor del Poema arranca, pueiu l os asirios, pueblo que alcanzó gran importancia
sus mismas fuentes. Y es un problema insolublc, i ransmisor de la cultura, al preocuparse de conser-
ez que el anonimato en las obras artísticas yl n i uanto constituía la ciencia y el saber, no sólo de su
as fue una de las características presentes en loil sino aun del pasado sumerobabilónico, se encon-
zos de la Historia del Próximo Oriente. (H i ante el Poema de Gilgamesh, que incorporaron a
er ha analizado el porqué de estos anonimatos uní U • i i l i u r a literaria.
a geográfica). i I ingente material que de toda índole se va recogiendo
o la onomástica de los personajes humanos y i -i personal especializado, se copia, estudia y comenta
que desfilan por las tablillas cuneiformes dcll i " ' i los escribas asirios, archivado en bibliotecas al efec-
como el ambiente sociológico y antropológico j • llegando incluso a gozar de protección por parte del
ental estructura literaria nos hablan de un es- i miento oficial. Ejemplo ilustrativo de ello nos lo
origen sumerio, corroborado por los-hallaz- lo facilitar la famosísima biblioteca de Asurbanipal,
queológicos de dichos poemas. Sin embargo, l i m a d a en Nínive y en la cual apareció la versión
ser, en opinión de S. N. Kramer, que no existió
in|>leta del Poema.
rsión original sumeria de conjunto sobre la Epo- 1 1 1 acias a un «Catálogo de autores» (estudiado por W.
e Gilgamesh. Serán primero los acadios y más 1. I ambert), localizado en la mencionada biblioteca y
los paleobabilónicos, dotados del fino sentido l'l il.irtado probablemente en los primeros siglos del pri-
o semita y de un alto gusto literario, quienes
FEDERICO LARA PEINADO ESTUDIO PRELIMINAR XXXIII
lenio antes de Cristo, ha llegado -a 'nosotros (i ifiía y fijación temática
del compilador y adaptador del Poema en ll
asiría. Se trata del mashmashshu (sacerdote exorJ l l /'.>,;m< de Gilgamesh constituye, tanto por su crono-
in-liqi-unninni, cuya existencia es fijada por !<)• L.yi.i i unió por su contenido argumental y fuerza poéti-
listas entre los siglos xm y vil a.C, aunque iu)l • 1 1 i - i nuera de las epopeyas clásicas. Es evidente que el
«Catálogo seléucida» de época tardía que sitúiiJ ni como hoy lo conocemos en su versión ninivi-
iosamente, a tal compilador en tiempos del pm«l • i - i i i i antes hemos indicado, no tuvo una unidad
gamesh. • i m i n l ; i l en un principio, sino que fue el resultado de
o mashmashshu pudo tal vez recrear el Poema <lf I i i n i c - s yuxtaposiciones de poemas sumerios, perfecta-
sh, logrando dibujar en la figura del rey de UrulJ diferenciados, que recogían dos ciclos de carácter
digma de hombre universal que se proyectó, pof . 1 de Enkidu, personaje Tabulado, totalmente lite-
contenido psicológico, en nuevos tipos literario», v el de Gilgamesh, legendario rey de Uruk y de
ismo, nos han llegado los nombres de otros clon II i'iohable existencia histórica, como hemos tenido
que en diferentes momentos copiaron también el ¡ mu de señalar con anterioridad.
Varios fragmentos de la tablilla VI, en uii.i i ili-s ciclos poemáticos, que relataban de modo aisla-
asiría fechable a finales del siglo IX a.C. o inicios i ION hechos y aventuras de ambos héroes, alcanzaron
, nos han conservado el nombre de su copista, luirme popularidad en una fecha tan temprana como la
a-im-napishti (R. Frankena); por otros pequeño» i i i i i c c r milenio antes d e Cristo. M á s tarde, tras l a
tos del Poema, copiados ya en época aquemém Itrtti dominación de los acadios, que sucedieron en el
s del siglo V a.C.), en una nueva versión neobabí i. i. io geográfico y político a los sumerios, los paleoba-
se nos ha transmitido en un colofón a los verso» i llonicos (últimos destellos sumerios y primera dinastía
de la copia de la tablilla X, los nombres no sólo I ii'ilonica) lograron recrear en la lengua acadia (que se
ropietario, sino también del escriba que llevó a » n v i i i i ó en vehículo literario y en la lingua franca del
l trabajo, llamado Bel-akhe-usur (D. J. Wiseman). . r u n d o milenio) los diversos y complejos episodios de
echo, el problema del autor de esta obra literaria I 1 n.ulición sumeria (con algunas excepciones: Gilgamesh
ece. Tan sólo hasta ahora nos han llegado esol i !,/!/</ de Kish), colocándolos en torno a un eje argu-
ombres de adaptadores y compiladores, descono- HI. n i a l : la búsqueda por el hombre de la vida eterna.
e el genio que pudo haber ideado la magna v.i, junto al intento del protagonista del Poema, que
ición poemática. Como ha señalado un autor (A. II 11 >; irá siéndolo Gilgamesh, por cambiar su indefectible
la Epopeya de Gilgamesh viene a ser la obra •l. .uno (intento que se verá abocado al más estrepitoso
a de los siglos; de ahí, lógicamente, que sea • i . lus fracasos), se modulan cuestiones intemporales y de
que en la misma se adviertan interpolaciones, i i . j'oría universal en conexión con la naturaleza huma-
raciones de episodios y leyendas, préstamos his- i i i c-l amor, la amistad, el dolor, el miedo, la aventura, la
nacionales, pequeños anacronismos, etc. En su- |Ul ira, la religión, el hombre y la naturaleza, la fama y
obra literaria es resultado del aluvión de la 1 1 gloria, la muerte, la resignación...
a colectiva. l'or vez primera quedan fijados en la sucesión de los
i».rinas, ahora estructurados en un todo unitario, arque-
ni>os de conducta que poco a poco, pqr tradición prime-
FEDERICO LARA PEINADO
ESTUDIO PRELIMINAR XXXV
H. Limet) y luego escrita, a través de los sigltii
n su forma definitiva. n ¡irgumental como en su forma literaria. En los
to unos pocos fragmentos sumerios hallados ui ñus sueltos sumerios, Gilgamesh se mueve en un
finales del pasado siglo y comienzos del prc< o en el que el carácter mágico y mitológico (y, por
que todavía no han encontrado su ubicación., religioso) es muy acusado. La versión paleobabiló-
entro del texto reconstruido, los textos de lit , primer momento en la fijación del Poema, en la que
cádica, que pueden fijarse entre el 2100 y « lelcrmina la unidad argumental, centra su punto de
pa paleobabilónica), y que abarcaban los onej •i'í'N en ir abordando los más altos problemas (bús-
cantos, se fueron reelaborando con el transcur- i|n de la vida eterna, por ejemplo) desde postulados
s siglos (versión babilónica de época cassila) amenté humanos. El contexto divino queda un tanto
quirir su forma definitiva en la recensión asiría dibujado; interesa más el hombre y su entorno aní-
ocalizada en la famosa biblioteca de Asurbani-
ta en doce tablillas. i i i la redacción cassita (segundo momento), el Poema
a estas reelaboraciones (J. R. Kupper), que i ' i . i su estructura clásica, configurando al héroe como
n por dar al conjunto más un carácter sapien i i"H)j,rino que alcanza, tras múltiples peripecias, la
épico, el Poema de Gilgamesh fue traducido al n i m i a interior, la comprensión de la dimensión hu-
pueblo localizado al SO. del Caspio hacia oí <" u< i >le la vida (G. Buccellati).
. y gran transmisor de la cultura sumeria), y I 11 mímente, en la versión asiría (tercer y último
a partir de esta versión y con algunas modifica "ii-nlo de la fijación) todo el acento expositivo y ar-
e fijado en hitita (lengua indoeuropea del pue- " nial se ha cargado sobre muy variados aspec-
ismo nombre asentado en Asia Menor) siendo lok humanos. No sólo interesa el hombre (con su pési-
able que también fuese recogido en cananeo o mo, su materialismo y su realidad más inmediata),
tardío (pues en esta zona —Meggido— apare- u n ' lo que le rodea (clima moral de la época asiría) y lo
agmento del Poema, en lengua acadia, prueba le trasciende (vida del Más Allá, que no es posible
a de su difusión por Palestina). '!• in/,ar).
ma de Gilgamesh fue conocido (esta tesis ha sido I otlo esto quiere decir que el proceso de «canoniza-
por eminentes historiadores y biblistas) por los ') o fijación del Poema puede seguirse con bastante
e la Biblia, que incorporaron a la misma dife- i' i ille. Hay muchos pasajes en que las diferencias de las
sajes mesopotámicos, dándoles nuevos conteni- iones se observan con toda claridad. Un ejemplo
iosos. Los autores están de acuerdo en afirmar I!H .dativo y concreto puede verse en el episodio inicial
ema llegó a conocimiento de los griegos de la i Inkidu, el salvaje, que ha sido introducido en la
icénica (los contactos comerciales serían el M ih/ación por la experiencia amorosa con una hieródu-
siendo sus reflejos muy evidentes en la épica 1 1 I'ara el compilador paleobabilonio la escena es breve
y en los textos hesiódicos. l.i despacha con muy pocos versos, en la redacción
imos, pues, tres grandes momentos en la fija- 1 1 n a se pormenorizan detalles e incluso se los rodea de
Poema de Gilgamesh, que se caracterizan —al un ambiente ritualista mágico.
ue la atmósfera religiosa originaria se va dilu- I I l'oema de Gilgamesh es, en consecuencia, un mosai-
por modificar la grandiosa trama tanto en su <le leyendas en las que priva el elemento religioso
i > inilemplado con perspectivas humanas) y en las que se
I FEDERICO LARA PEINADO ESTUDIO PRELIMINAR XXXVII
presentes determinados hechos épicos (versiom'i iiiinli) loros alados, relieves, marfiles, etc.) y que causa-
as), para pasar después a ser todo un «pocnni i i M I un gran impacto público.
con sus correspondientes connotacioBes_(versio l'oi:o tiempo después, Layard pasaba a la colina de
ilónicas) y finalizar en un poema de corte sapiai Invnmdik (Nínive), abandonada por Botta, en la cual
ersión asiría definitiva). Y todo ello elaborado, |ii|ii nlia hallar los restos de la ciudad de Nínive y en
fechas tope, desde el 2500 al 650, aproximad;! Uniilc también descubrió, entre otros importantes vesti-
antes de Cristo. ' IN arqueológicos, el palacio real construido por Sena-
i c t i h (705-680 a.C.), así como un elevado número de
hlillas con textos cuneiformes.
scubrimiento del Poema Sin embargo, el hallazgo que más interesa para nues-
,'ii csludio fue el descubrimiento del palacio de Asurba-
ruinas del Antiguo Oriente habían sido descrit llp.il y de su biblioteca, la cual al ser descifrada revelaría
mayor o menor detalle por diferentes viajeros q I i h i ve de la cultura asirio-babilónica. Tan sensacional
os siglos XII y xvill de nuestra era recomer IfNcubrimiento fue realizado en 1853 por Hormuzd
s zonas. Sin embargo, las exploraciones, motiv. tiNsam, natural de Mossul y que trabajaba para la
meramente por el deseo de localizar los luga ¿ÍNÍÚII arqueológica inglesa. Junto con el palacio apare-
nados en la Biblia o citados por los griegos, n Jeron un elevadísimo número de tablillas cuneiformes
aron en realidad hasta después del año 1800. ||ic sobrepasaban en mucho las 25.000, en las que se
de los pioneros en esta actividad fue el diplomáti- .tinlenía prácticamente todo el acervo cultural del país
cés Paul Emile Botta, agente consular de Mossul, MiCNopotámico, de sus pueblos y reinos, de su historia,
n 1842 exploró las colinas próximas a la antigun idigión y literatura, textos entre los cuales se encontra-
de Nínive. No obstante, al no obtener éxitos lniii poemas sumerios sobre el Diluvio universal, el babi-
les importantes (se iba a la búsqueda de la pieza lonio Poema de la Creación, así como la Epopeya de
en los trabajos realizados en Tell Nebi-Yunus y
ndik, abandonó esta zona pasando a excavar en lil desciframiento de los textos cuneiformes (tras unos
bad (antiguo Dur Sharrukin) donde localizó el c'Nindios previos de G. F. Grotefend en 1802) se debió
nte palacio y ciudadela de Sargón II (722-705 principalmente a Henry C. Rawlinson, oficial del ejército
quí encontró infinidad de bajorrelieves, tablillas inglés agregado en Bagdad, que aplicó su sistema a los
cripciones, esculturas, columnas y otros materia- icxlos cuneiformes (persa, elamita y babilonio) de Darío I,
en su mayoría fueron trasladados al Museo del existentes en la roca de Behistun, junto a Kermanshah
y que, al tiempo que enriquecían la historia del (l'crsia) y que pudo perfeccionar más tarde en 1855 a su
onían de manifiesto la existencia de una nueva regreso a Inglaterra. Dos años después, y merced a la
de la que apenas se conocía nada: la asiría. coincidencia de pareceres de otros sabios (Hincks, Op-
éxitos de Botta animaron al inglés Austen pert y Talbot), la escritura cuneiforme desveló todos sus
Layard a excavar en 1845 el tell de Nimrud (la Nccretos.
Kalakh) en donde descubrió varios palacios, Durante los años 1852-1856 las excavaciones francesas
llos el de Asurnasirpal II (883-859 a.C.), que e inglesas se suceden con enorme actividad. Víctor Place
ionó los más ricos hallazgos (esculturas represen- en Khorsabad y Hormuzd Rassam en Kujundik se dedi-
ESTUDIO PRELIMINAR XXXIX
VIII FEDERICO LARA PEINADO
11', ngo, acogido con enorme interés en todos los
a la tarea de extraer obras de arte y tablillas cuneiíoi 'i«'s cultos e incorporado con pleno derecho a
Entre los años 1854-1856 los trabajos de Taylor y lirwi los primeros capítulos de la Literatura universal.
us habían permitido identificar las ciudades de Ufj < > s trabajos arqueológicos llevados a cabo por
Muqayyar, Uruk con Warka (la ciudad de Gilga-^ ' l u í l'minct Peters, de la Universidad de Pennsylvania,
h) y Larsa con Senkere, así como acelerarles traba- i n i ii. s del pasado siglo (1889-1900) y continuados más
e gabinete en cuanto a traducción de tablillas cunei«] i « | i i l l )45) en el tell de Nippur, fueron de gran impor-
es. ii. 1,1 para la historia del Poema de Gilgamesh. En tal
l fondo de la biblioteca de Asurbanipal, localizada •'nl;ul, santuario nacional sumerio, se lograron descu-
Rassam, fue enviado, aunque sin muchas precaucio- i asi 40.000 tablillas procedentes de su biblioteca
de acondicionamiento, a Londres, pasando a su1 i luí al, en cuyo riquísimo fondo literario (hoy repar-
lado en el British Museum, donde permaneció a la nilrc Filadelfia y Estambul) se detectaron las más
ra de ser interpretado. i l i r l l .as versiones conocidas del ciclo de Gilgamesh en
n 1863, el conservador del Departamento Oriental ii'u;i sumena.
itado museo londinense, Mr. Birch, encarga a Geor- •V.miismo, otros textos localizados esporádicamente
mith, joven asistente del Museo, la restauración y n l i r o en Bagdad han permitido ir perfilando el conte-
ficación de todo aquel ingente material epigráfico imlo global del Poema, que ha sido completado con los
ita, en cuyos fondos se encontraban grandes frag- i i irmentos de una versión hitita que se localizó en la
tos de la primera epopeya de la Literatura universal. M ' i i a l imperial de Bogazkóy, en Anatolia (1906-1907), y
ith pudo leer, aunque muy fragmentariamente, en i», había sido copia de una anterior versión hurrita. En
tablilla incompleta parte de la narración de un « I -.ur de Turquía, en Sultantepe, han sido encontradas
vio, así como traducir largos párrafos de la epopeya 1 1 ' 1 > 1-1952) otras partes del Poema, así como en Palesti-
a de Gilgamesh. En 1872 pudo presentar a la Society M i (Meggido, 1959), donde un pequeño fragmento apun-
iblical Archaeology una comunicación sobre el rela- i i la posibilidad de la existencia de una versión cananita
el Diluvio mesopotámico, que causó verdadero im- I* I citado poema mesopotámico. En Ras Shamra (Uga-
o mundial a todos los niveles. n i ) en la costa siria, junto con otras composiciones
año siguiente, el propio Smith descubría en Nínive, • i i tas, se localizó también un breve fragmento con la
de se había desplazado exprofeso en búsqueda de n.11 ración de un Diluvio, que probablemente pudo ser
textos, costeado por el diario londinense Daily < Apiado de la versión que aparece en el Poema de Gilga-
graph, nuevos materiales, entre ellos algunos que MH-sh.
pletaban el relato del Diluvio, así como otras partes, ()tros fragmentos van apareciendo en distintos puntos
ue breves, del Poema de Gilgamesh. • l i - l Próximo Oriente: textos de Ebla, en donde se reco-
n 384 nuevos fragmentos de tablillas de arcilla, • n referencias de Gilgamesh con el país de Aratta,
de tres campañas arqueológicas (1873-1876), Geor- li r,ún G. Pettinato (1983); textos de la riquísima bibliote-
mith regresaba a Londres y en una labor titánica • .1 de Sippar, descubierta en 1985 por el iraquí Walid al-
eguía, tras ordenar todo el numeroso material epi- l.ulir, y en la que se supone que ha de existir alguna
co, traducir el Poema de Gilgamesh, cuyo contenido versión del Poema, a la vista del ingente material litera-
teaba —sobre todo el relato del Diluvio— variados i ID aparecido en las campañas de 1986 y 1987. Con estas
lemas críticos, históricos y literarios; poema que fue,
EDERICO LARA PEINADO
ESTUDIO PRELIMINAR XLI
iones, todavía no publicadas, la obra literaria do
esh sigue estando de permanente actualidad. 1 1 i » ' i alemanes, otro fragmento asirio d e dieciséis
que puede adscribirse a una de las versiones
i.r. .1. Jordán y A. Schott lo editaron en 1930.
incipales versiones cuneiformes^ I <r filones babilónicas: Una serie de fragmentos es-
< u babilonio antiguo permiten conocer, como
parte de los pueblos mesopotámicos, la Epopeya unió, una versión del Poema anterior a las recensio-
amesh obtuvo una rápida aceptación; el Poema, írias.
e internacionaliza, alcanzando amplia difusión ya i ' i u adquisición de tablillas para el Museo de Berlín,
l tercer milenio, viéndose sometido, como hemos i i i . . n l ; i en Bagdad, permitió disponer de una tablilla,
antes, a diferentes recensiones y versiones que se ¡Oí ili.-ada en Sippar, escrita en lengua babilónica de la I
ucediendo una y otra vez a intervalos incluso i ' m i . l í a (siglo XIX a.C.) conteniendo parte del tema
rios. - ( i . -.pondiente a la X tablilla y que completaba algunos
e el golfo Pérsico al mar Negro y desde el Medi- i > i ,i|.-s de la versión ninivita. Se publicó a cargo de B.
o al Himmalaya se cantaron las hazañas y peri- ner en 1902.
de Gilgamesh y Enkidu. De esa aceptación en esc l u 1914, la Universidad de Pennsylvania (Filadelfia)
mo espacio geográfico (tanto mesopotámico co- ni. i ii i rió una tablilla procedente probablemente de
terno a él) nos ha llegado diferentes testimonios i ' m i , , escrita en lengua babilónica, también de la I
en variadas versiones, entre las que podemos i >m.i:,tía. Su contenido (240 líneas) pertenece a la II
, a título informativo, las que siguen: 11!.hila. Fue estudiada y publicada por S. Langdon en
I'H /
ersiones asirías: De la biblioteca de Asurbanipal, I a Universidad de Yale (New-Hawen) pudo obtener
el British Museum, proviene la principal fuente |oi las mismas fechas una tablilla (alrededor de 276
rmación sobre el Poema de Gilgamesh. Conoce- liiu-as) proveniente del mismo lote que el de la anterior-
la versión ninivita, en doce tablillas, numerosos i i n ule citada. Apareció publicada en 1920 por M. Jas-
tos que hubieron de pertenecer, en opinión de n o w y A. T. Clay y completaba la versión ninivita.
cialistas, como mínimo a cuatro copias o «edicio- I ' i i las excavaciones llevadas a cabo en 1951 por Mr.
lengua asiría cuneiforme, siendo la más reciente liten Lloyd y Bay Nuri Gókce en Sultantepe (Turquía)
ctada, tal vez en el siglo vil a.C., por Sin-liqi- .1 localizaron dos fragmentos redactados en babilonio y
i. La primera traducción de estos textos se publi- • luí- hacían referencia a la enfermedad y funerales de
ondres en 1875 por G. Smith y H. C. Rawlinson. I nkidu. Fueron publicados por O. R. Gurney en 1952-
xcavaciones alemanas efectuadas a comienzos del 1954.
e siglo en el área de Assur (capital del imperio Asimismo, se localizaron otros tres fragmentos de una
proporcionaron un fragmento (22 líneas) que \nsion babilónica antigua en Tell Harmal y en Tell
cía a la VI tablilla del ciclo de Gilgamesh. Fue I ,i hali, siendo publicados por J. J. A. Van Dijk en 1957-
do por E. Ebeling en 1917. l'»v> (Tell Harmal) y por T. Bauer en 1957 (Tell Ischali).
otro lado, en Uruk (Warka) apareció en el trans-
e una excavación arqueológica, también efectúa- - Versiones sumerias: En las excavaciones norteame-
M. anas practicadas entre 1889 y 1900 en la localidad de
ESTVDIO PRELIMINAR XLIII
FEDERICO LARA PEINADO
I h i» isonales (caso de Ullu o de Kumarbi) y a referen-
se obtuvieron numerosas tablillas escritas i'ii imínales. Aparecieron editadas en 1924 y traduci-
umeria y que pasaron a los museos de Estambul, j I 1 > l .ino siguiente p o r J . Friedrich. M u y recientemente
a y Jena. De ellas tan sólo unas pocas ofrecen i<- estos textos han sido publicados en castellano
líneas aprovechables y pertenecían al fondo de \.
siones. Se publicaron, respectivamente, en 1911
Zimmern y en 1914 y 1917 por S. Langdon. I iT.sfón acadia de Palestina: En 1955 apareció en
26-1927, en el transcurso de otras excavación!". Mi'HKK-l 1 '- entre los restos de una antigua excavación
gicas, se encontró en Ur un texto de unas 200 in|iirológica efectuada por norteamericanos, un texto
orrespondiente en parte al comienzo de la X I I j ilorme acadio, con un fragmento de 40 líneas, ante-
y escrito a finales del tercer milenio o comienzo»' .il siglo XIV a.C., relativo al Poema de Gilgamesh.
ndo (Dinastía de Larsa). Fue publicado en 191' i Ui publicado en 1959 por A. Goetze y S. Levy.
Langdon y en 1933 por C. J. Gadd y en la
ad se conserva en el British Museum. I >< la enumeración que acabamos de realizar sobre los
c u í n i pules ejemplares cuneiformes del Poema se des-
rsiones hurritas e hititas: La misión arqueológicu i ' i . míe la importancia que alcanzó esta significativa obra
-turca, dirigida por Winckler y Macridy-Bey, MI i.iria dentro del gran triángulo geográfico que delimi-
ió en 1906-1907 en Bogazkóy, capital de los hi Mesopotamia, Asia Menor y Palestina, siendo tal vez
numerosas tablillas escritas con grafía cuneifor- < I unico de los poemas de la Literatura mesopotámica y
en otras lenguas no mesopotámicas, y que si' u n í de la antigua en general, cuyas distintas etapas de
a diferentes partes del Poema de Gilgamesh. 1 1 1 Miración y expansión geográfica pueden rastrearse
llas, por la cronología general atribuida a los fon bastante detalle.
de la antigua capital hitita, pueden fecharse en
da mitad del segundo milenio.
eran versiones acádicas que recogían el episodio i ' i ASPECTOS INTERNOS
baba, así como alusiones a la creación del Toro
que fueron importadas allí (publicadas en 1922 I Argumento general
ngnad), pero otras estaban redactadas en hurri-
engua aglutinante emparentada con el urarteo y 1'ara proceder al análisis crítico del Poema es preciso
as caucásicas, y que se centraban también en el il.n brevemente un resumen de su contenido literario,
del gigante Humbaba. Aparecieron publicadas ' I MI- exponemos a continuación:
en Leipzig. Primera tablilla. Tras un corto preámbulo, que
ente, otro conjunto estaba escrito en lengua viene a equivaler a una introducción, y en el que se
u contenido relataba el combate contra Humba- i caliza con pequeños toques una descripción de Gilga-
je del héroe sumerio hacia Utnapishtim (el (Noé Miesh, rey de Uruk, «dosjtercios dios_jMun J.ercio horn-
co) y la narración de las hazañas de Gilgamesh, l>ie», el Poema comienza con las quejas de_ las gentes de
por él mismo a una mujer llamada Nakhmuzu- • licha ciudad por.la tiranía que sobre ella ejercía el rey.
queños fragmentos aluden a una conversación I sios lamentos son recogidos por Anu, el cual se dirige a
a por el propio Gilgamesh con el mar, a nom-
DERICO LARA PEINADO ESTUDIO PRELIMINAR XLV
ruru, que había creado a Gilgamesh^ instándo- U • l.i la condición real del ser humano, que no es otra
ün ser parecido (un dtoblej para que le hiciera l.i de ganarse el alimento en medio de fatigas sin
í hubiese paz entre las familias de Uruk. • ni». Al propio tiempo, le cuenta la actitud tiránica de
rea, a partir de la arcilla, que amasa y moldea • "i,- niicsli contra su pueblo (excesivas cqryeas.L luchas_ /ti
a, un_sálv§jejJEnkidu, que vive con los anima- i ini unías, derecho de pernadaj.TirTEdu^queda impresio- *
iguala en fuérzala, Gilgamesh. v on lo más hondo de su corazón desea enfrentarse
mbre salvaje protegía a los animales y no b'.unesh para poner coto a sus desmanes. Continúa,
los cazadores preparar sus trampas contra •ai marcha, entrando finalmente en la ciudad de
ía Enkidu destruye las trampas de_un_cazador, 1 n i k , cuyos habitantes lo examinan con toda curiosi-
ueja a su padre y mas tarde aí propio Gilga- Se produce el combate entre Gilgamesh y Enkidu,
nterarse el rey de Uruk de la existencia di- Hiplcándose ambos héros a fondo. Gilgamesh, a pesar
alvaje ordenó que le fuera enviada una hieró- u fuerza y tamaño colosales, queda en desventaja;
de que le hiciera experimentar unos placeres • Hnkidu, en vez de aprovechar su superioridad, opta
conocidos por Enkidu y de esta manera, • x presar a su rival la admiración que ha sentido por
s artes amatorias de aquella mujer, hacerle M \.ilor. La amistad nace entre ellos en ese mismo
uk. U i míe.
Enkidu, que había ido a beber junto con los Tercera tablilla. A pesar de faltar versos al co-
una de las fuentes, vio a la hieródula de ...... i /.o de esta tablilla se reanuda el Poema con la pena
quedó prendado de ella y derrotado por la r" aflige a Enkidu. Este le confia a Gilgamesh sus
nió^a~te"müjerrEn"HiTriomento en que Enkidu HCS y el rey cUTÍJruk a su vez le habla de una serie de
er otra vez con sus animales, éstos huyeron de ' iimlosos proyectos .que tenía, entre ellos el de ir a
ódula le explicó que en su cuerpo y alma se • n i U a t i r a Humbaba, (terrible gigante que vomitaba
erado un profundo cambio; le habló también i". r,o y que vigilaba la montaña del Bosque de los
ncia, poder y gloria de Gilgamesh, proponién- 1 1 1 Iros?) Sin hacer caso de las dudas y objeciones de
r sus fuerzas con las del rey de Uruk. I n k u l u a estos planes, Gilgamesh le convence y ambos
acepta la proposición y decide marchar al H nigos comienzan a preparar las armas apropiadas para
de Gilgamesh. 'Este, por otro lado, queda i l i / a r combate tan desigual. Gilgamesh implora la
de esta circunstancia gracias a dos sueños que r i "lección del dios Shamash y a continuación mantiene
rpretados por su propia madreTlá diosa Nin- un consejo con los ancianos de Uruk. La experiencia de
s sueños representaban a Enkidu, el salvaje, •X lesJhacefTvér "los peligros de tal proyecto, persua-
destinado a no ser su rival sino su_amigp. i" ndoles^a que desistan de ir a luchar contra el habitan-
<lel Bosque sagrado de los Cedros. La madre de
da tablilla. Esta tablilla presenta ciertas la- 1 iil|',amesh, Ningún, ofrece a su vez un sacrificio propi-
ales, motivo por el que algunos pasajes son i. iiurio al dios Shamash.
n ella se narra la adaptación de Enkidu a la
a, esto es, a la civilización. Decide encaminar- — Cuarta tablilla. A pesar de las serias lagunas tex-
ñado por la hieródula, a Uruk, y en el trayec- in, i les que presenta esta tablilla, la narración nos recoge
bre, tal vez un labrador, invitado a una boda, 1 1 :>crie de sueños que en las jornadas de viaje hacia el
ERICO LARA PEINADO ESTUDIO PRELIMINAR XLVII
los Cedros tuvo Gilgamesh. El héroe se IOH 1 ->a y la prestancia del rey de Uruk, enamorándose y
kidu, quien le interpreta favorablemente lo) Miniólo como amante. La diosa le enumera las ven-
s. El tercer sueño, verdaderamente apoca I íp« •>i t|ue obtendría Gilgamesh de su unión con ella.
udar a Gilgamesh sobre la viabilidad de si) I • el héroe la desdeña y le recuerda el crudo destino
ro logra reponerse de su pasajero desfallecí» luí Mu deparado a sus muchos amantes anteriores,
ntinúa el camino. La noche siguiente le tniii "icri/.ada, la diosa Ishtar alcanza de su padre Anu la
también favorable. El estado de las tablilla»! i Ion del Toro Celeste para que dé muerte al rey de
entablemente, conocer el contenido del quin- ] k por su negativa. Centenares de hombres son derro-
sueño. Tras los diálogos entre los dos anií-1 11 por la terrible fiera. Sólo Enkidu, asiéndole por los
ca al dios Shamash, pidiéndole protección nos, logrará dominarlo y darle muerte. Ishtar desde
d les aconseja en qué momento y bajo quó l u n i l l a de la ciudad lamenta el fin del Toro Celeste y
as deberán atacar al gigante Rumbaba. Poen 'illi'o ¡i Gilgamesh. Enkidu, en terrible osadía, lanza
kidu cae enfermo, seguramente como castigo! (luición de carne del toro abatido al rostro de la
r demostrado mucho interés en acompañar ¡i ni, ni tiempo que la insulta. Ishtar, junto a las hieró-
n la expedición contra Humbaba. Tras res- i i ilcl templo, se pone a llorar desconsoladamente.
ilgamesh lo anima y ambos se dirigen re- i los cuernos de la bestia, Gilgamesh ordena fabricar
al Bosque de los Cedros, entablando una m oferentes para su dios tutelar, Lugalbanda. Des-
arla. <i timbos amigos se retiran a descansar a palacio.
tablilla. Los dos amigos al llegar al lindero M l ' i i k i d u aquella noche tiene un sueño.
de los Cedros admiran el paraje y la frondo
cedros y otros árboles que allí crecían. Tras Si'IHima tablilla. Enkidu cuenta a Gilgamesh que,
armas, se encaminan en dirección a Huní nidios, los dioses han decretado la muerte de los dos
po que intercambian palabras de ánimo, 'i'i, pero que el dios Enlil sólo deseaba su muerte.
cortar algunos árboles y planificar el mo i - li'iiible castigo está motivado por haber matado a
aque, aprovechando que Humbaba sólo está ( I m n l m b a y al Toro Celeste, aparte de las ofensas que
n una de sus capas divinas (tenía siete), se liilhlii hecho a Ishtar. No podía ser permitido el despre-
s héroes contra el Guardián del Bosque, lis i l n « los poderes celestiales y, en consecuencia, Enkidu
n asesta el golpe mortal, haciendo caer al desaparecer. El héroe enferma y se lamenta de que
go, como por milagro, el Bosque empieza a _.mn de su mal haya sido la hieródula que lo había
erte de su guardián. Enkidu ha sido capa/ jlí'Ulo y traído a Uruk. No obstante, el dios Shamash
esta acción, de descubrir incluso la secreta ff piocha a Enkidu estos pensamientos, indicándole
os dioses Anunnaku. Después, los dos ami- '.olí) había recibido beneficios de aquella mujer,
a talar más cedros y los arrojan al Eufrates Uins ¡i la cual pudo conocer el amor y la amistad de
transportarlos. iimiesh. La tablilla finaliza con una descripción de
Inhenios, la morada de Irkalla, casa de la que nadie
tablilla. Tras la muerte de Humbaba, Gil- I lililí ve/ ha entrado en ella, y a la que es conducido
sa sus armas y se viste con sus mejores ¡un extraño ser, cuyas uñas son garras de águila y sus
es. La diosa Ishtar queda atraída por la ||w /arpas de león.
FEDERICO LÁRA PEINADO ESTUDIO PRELIMINAR XLIX
va tablilla. Desde muy temprano, Gilgamesli i ni para atravesar las «Aguas de la Muerte» y le acon-
uerte de su amigo Enkidu, entonando un 1 1 olicite a Urshanabi, el barquero de Utnapishtim,
mento funerario. A los ancianos de Uruk leu i • ' u por el indicado mar. Tras una discusión agria con
, en medio de su dolor, qué había significado i> i i . ' barquero, éste le conduce ante su antepasado. Al
su vida, al tiempo que recuerda las hazañas i i " > de la travesía, cuya duración usual era de mes y
n realizado juntos: el paso de las montañas, In lio, pero que Urshanabi realiza en tres días, Gilga-
cia el País de los Cedros, la muerte de Hum ni' .li llega ante el héroe del Diluvio, quien le indica que
aptura y muerte del Toro Celeste. Promete ¡I Inmortalidad no es patrimonio de los humanos y que
cianos de Uruk glorificar a su amigo para lo U muerte está ya decidida de antemano por los dioses.
ordenar la fabricación de una estatuía fuñen i
nor de Enkidu. La tablilla, muy mutilada, Undécima tablilla. Gilgamesh manifiesta a Utna-
n una libación ofrecida por Gilgamesh al dios |iUhlim que en nada lo ve diferente a él, excepto en ese
l'K-t ladísimo don de la inmortalidad y le pregunta cómo
na tablilla. Ante el cadáver de Enkidu, Gil- In lia conseguido. Utnapishtim le confia el secreto. El,
ntinúa lamentándose del terrible destino que ¡i e i , irías al dios Ea, había sido el único que pudo escapar
le aguarda. Lleno de temor, intenta averiguar • li I I )¡luvio universal. La tablilla se ocupa en narrar este
e conseguirse la inmortalidad, la vida eterna, ble suceso por boca de Utnapishtim. Para demostrar
amina a los montes Mashu. Allí encuentra a IH imposibilidad de adquirir la Vida eterna, el héroe del
s-escorpión que guardan celosamente el cami- l ' i l n v i o somete a Gilgamesh a la prueba de no dormir
. Advierten estos seres a Gilgamesh la dificul- l i m a n t e seis días y siete noches, prueba que es incapaz de
o camino, que ningún mortal había atravesa- nprrar. Al quejarse Gilgamesh de que no le había deja-
El rey de Uruk decide continuar y, tras andar 'I" prácticamente dormir, Utnapishtim le descubre la
ino del Sol, llega ante un paraíso terrestre, > M < Inicia de su incapacidad (panes elaborados diaria-
ipción no conocemos por faltar el final de la MM nic por la propia esposa de Utnapishtim y que se
i i . i l ) i a n ido descomponiendo a medida que pasaban los !
• M.i:.) Luego, el rey de Uruk se dispone a retornar sin
a tablilla. Gilgamesh encuentra a Shamash . Mío alguno, pero a instancias de la esposa de Utnapish-
ficarle llega a la mansión de Siduri, la taber- I I M I logra obtener de éste la información de que en el
abita cerca del Océano, la cual se interesa por le nulo del mar existe una planta milagrosa que propor-
e su viaje. Gilgamesh le relata la pérdida de . n i n a la eterna juventud. Gilgamesh, sumergiéndose,
amentando su muerte, y le pide detalles para encontrarla. Alegre por este hallazgo, se dispone a
inuar su camino. Siduri le aconseja que apro- Un día, durante un descanso y mientras se
ías de vida terrena y apure los placeres que • .1.1 ha bañando en una fuente, una serpiente se apodera
ece, dejando a un lado las lamentaciones. • I . la planta y desaparece rápidamente. Gilgamesh, la-
insiste en averiguar cómo podrá llegar a la mentándose de su desgracia, habla con el barquero de
antepasado Utnapishtim, héroe del Diluvio Hinapishtim de la inutilidad de su viaje y ordena le
único, hombre que había alcanzado la inmor- .(«•vuelva nuevamente a Uruk, en donde le hace examinar
uri le muestra las dificultades que le aguar- 1 1 i-xtraordinaria muralla de la ciudad.
ERICO LARA PEINADO
ESTUDIO PRELIMINAR LI
odécima tablilla. Una versión sumeria nos in ..ii' ic así conjuntar perfectamente las unidades dramá-
e que Gilgamesh derriba un árbol que servía di
a una serpiente, u¿n águila y un buho, cuy.i i i letalidad de personajes que aparecen en la Epope-
entrega a Inanna-Ishtar para que se construv.i I (conocidos algunos por la síntesis argumental hecha
o y un lecho; pero la diosa cambia de opinión, \n aquella riba) se mueven
i 11madera le fabrica
en atres planos ambientales
Gilgamesh un instrn distin-
i el divino, el heroico-mítico y el humano, con el
usical (un tambor y su palillo). Sin conocéis' • i n i i n denominador de que la acción general se desarro-
n las causas, tambor y palillo caen a los Infin i tu la tierra, en un espacio geográfico muy concreto: la
gamesh se desespera ante este acontecimiento ni!.id de Uruk.
kidu (¡recordemos que en tablillas antenote,
uerto!) se ofrece para ir a buscárselos. Gilgamesh ¡'laño divino. Teoría de dioses. Gracias a la teoría
a su amigo lo que era preciso realizar para im t dioses que desfilan a lo largo de la serie de versos
er a los espíritus del Más Allá, consejos que al •"!' 11 ios hacernos una idea más o menos aproximada
plirlos acarrean a Enkidu un gravísimo proble- i ciño entendían los mesopotámicos la divinidad, si
o poder retornar al mundo de los vivos. Gilga u u debemos indicar de antemano que en las tablillas
de dios en dios implorando ayuda, hasta qm • H 111- una gran mezcla de dioses, sincretismo evidente
el dios de los Infiernos, permite al espíritu de I (Miileón religioso de sumerios y semitas y reflejo
salir por un agujero abierto en la tierra duran I > ttrlsimo de la evolución que hubo de sufrir el Poema.
eves instantes para conversar con su amigo I I i asgo distintivo de todas las divinidades que desfi-
héroes pueden así hablar. Gilgamesh le pregunl.i II por la Epopeya de Gilgamesh es su perfil psicológico:
ción de los muertos en el mundo subterráneo n i IH i a absoluta de espiritualidad, presencia de pasio-
le hace una triste descripción. inicillas personales, sus odios, sus venganzas o su
n i i l i l c poder. Poco puede hacer el hombre ante ellos,
• 11 loses, que vienen a actuar con reacciones y senti-
personajes del Poema ii. nics no de seres divinos, sino de vulgares criaturas, a
• i , de elemental personalidad.
la fuerza trágica, un tanto elemental, que se Nos enteramos, no obstante, de algunos detalles
en el desarrollo del Poema de Gilgamesh, aunque > i < i ' .antes. Los dioses, con excepción de Anu, padre y
rada o simulada tras variados elementos da \- las divinidades, no residían en el cielo, sino que
religiosidad o pura fantasía (aventuras, amor, 111. iban sus cometidos y vivían su «divinidad» en la
ad, viajes, ritos, plegarias) le fue necesario a! '••cía tierra, en templos edificados al efecto por los
autores) y a los compiladores y adaptadores, a Inés. Caso, por ejemplo, de Ishtar, una de las más
de fijar el texto, disponer de una nómina de u piulantes divinidades mesopotámicas, diosa de la gue-
es, necesariamente corta, para que con una línea i ilc la fecundidad y del amor (que de vez en cuando
ica muy bien perfilada y con tintas muy carga- • n i alguna aventura indiferentemente con hombres o
a personificación de los tipos, centrasen toda la • n i .mímales) y que vive con sus hieródulas en el Eanna
de los oyentes (los cantos de las tablillas cono- ' .isa del Cielo» de Uruk; incluso se asoma, en alguna
omo se ha dicho, una primera etapa oral) y so mión, a sus murallas según puntualiza un pasaje del
DERICO LARA PEINADO ESTUDIO PRELIMINAR LUÍ
Dicha divinidad no queda muy bien tratada en el " i h, a veces personificación de la Luna; las divinas
pues hasta llega a ser amenazada de muerte por Ifnlni, apelativo de Ishtar; y Silili, la divina madre del
l oponente y luego amigo de Gilgamesh, Enkidu, i l u l l o semental; Antu, esposa de Anu; Mammitu, la
arde incluso terriblemente ultrajada. En el texto i"iradora del destino; Ennuge, dios de los regadíos;
la de su cólera y violencia por los insultos recibi- Ap»u, la masa de agua dulce; Adad, dios de ía tormenta
enazando a su propio padre, Anu, con hacer i l < ' l (rueño; Shullat y Hanish, heraldos ambos de Adad;
a los muertos si no crea el Toro Celeste pañi i i Mj'.al, dios del mundo inferior; Ninazu, «el señor de la
o a Gilgamesh y ser así vengada del desprecio i'lmnación por el agua»; Sin, el dios Luna; Namtar,
al no haber sido aceptada como esposa por un ili'inonio de la peste y mensajero de Ereshkigal, etc.
. I n d a esta amplia galería de divinidades favorables y
íada sumeria se completa con Enlil y Ea, divini- líenla vorables queda completada con la cita que se hace
ue también aparecen en el Poema con funciones ilt los Igigu y los Anunnaku, amplio conjunto de dioses
nadas en la acción dramática. El primero es el I>H su origen celeste, luego repartidos, respectivamente,
able absoluto del Diluvio, que envía a los hom- I cielo y por el Mundo Inferior.
mo castigo a su perversidad, y que estalla en ' u.i imitativamente, las tablillas que mayor número
l enterarse de que algunos han logrado sobrevi- l' dioses recogen son la primera y la última, prueba
egundo, Ea, hijo de Anu, creador de la escrituní H id i ida ble del sagrado «temor religioso» del compilador
me y dios de las Artes, es el gran protector de hi ile l.i Epopeya y reflejo de esa mezcla de lo divino con lo
idad, siendo el que, mediante una argucia, salva- i i i i i n a n o que caracteriza la primera etapa de la Huma-
napishtim del Diluvio. Ildml
de suma importancia adquiere Shamash, el dios
ue por aquel entonces era el gran juez y a quien /'/ano heroico-mítico. Gilgamesh, Enkidu, Utna-
tales podían hacer sus apelaciones contra l;i l| linni. En el Poema de Gilgamesh son los héroes quie-
a. En el Poema, Shamash, aparte de una serie do ' i i realidad, conducen la acción del argumento. En
y protecciones que dispensa al héroe Gilga- ' l ii ni ido, y por orden de importancia, aparecen en la
oma partido resuelto por él, salvándole de la 1.1 (iilgamesh, Enkidu y Utnapishtim.
cuando los dos amigos son condenados por el l i ligura de Gilgamesh está presentada como la de un
divino a tal pena. > n i i ) ' i i o rey de Uruk, en completa madurez (no se reco-
estos grandes dioses desfilan Aruru, esposa aqui • n leyendas sobre su origen y nacimiento, tan común a
y madre del género humano; Ninurta, dios de las personajes de la Antigüedad), prudente aunque
umuqan, protector de los rebaños; Ninsun, la i i>"iico, de descomunal estatura por cuanto que es dos
el establo» y madre (en el Poema) de Gilgamesh; Hielos dios y uno hombre, con sentimientos y reacciones
ses infernales Nergal, llamado por Ea el «esfor- • deméntales y primitivos. A veces tiránico, otras
roe», y su esposa Ereshkigal, los cuales gobier- "lui>iuoso, jactancioso, colérico, en fin, aterrado ante la
undo Inferior, esto es, el reino del Más Allá. ic y también resignado por la cruda realidad de la
de pasada hacen acto de presencia Ishara, la IIMliiiale/a humana. Todo su perfil psicológico, de muy
a de las promesas; Lugalbanda, mítico rey de ili'iiN matices, puede seguirse con bastante detalle a lo
dios tutelar de Gilgamesh; Aya, esposa de Sha- • de la narración poética.
ERICO LARA PEINADO
ESTUDIO PRELIMINAR LV
ndo pe'rsonaje del Poema es Enkidu, creado u
la arcilla (el elemento material inmediato de los i l i i m h u m y Humma), en realidad el «espíritu del Bos-
por la diosa Aruru y a imagen del padre de Ion •>, habitante del sagrado Bosque de los Cedros y
u. Su nombre sumerio es Enkidu (en asirioba- u i .posición última de los míticos dragones de la Anu-
abani, «Ea lo ha creado») y su cometido en ln dad. Este monstruoso ser aparece en el Poema como
uy importante, no debiendo olvidar que tuvo] I mi '.imple trasunto, para demostrar de qué son capaces
ratura sumeria su propio ciclo épico. Este ser (fulmente Gilgamesh y su amigo Enkidu al enfrentarse a
«hombre natural» que convive entre las bestia» íl No han faltado estudiosos (M. I. I. Feigin) que hayan
o ellas se alimentaba, alcanza —así lo quici i .ic en este enfrentamiento el eco de un remotísimo
el Poema—, gracias al amor de una hieródula, i',r..ido: la lucha entre los montañeses (pastores) y los
de la civilización. Amigo de Gilgamesh, tra» (miniantes del llano (agricultores). Es menos probable
mbatido contra él, realizará pronto grande» > i u . equivalga este episodio a un reflejo del conflicto
, entre ellas dar muerte al gigante Humbaba • n i u - las religiones de corte naturalista, propias de los
eleste. Por terribles ofensas a la diosa Ishtar, es píos, y las urbanas o civilizadas, dispensadas en
con una cruel enfermedad de la que, final«l
uere. En algún pasaje se le llega a calificar i >lra figura mítica de singular interés es el Toro Celes-
«divino». Su figura es una clara alegoría de las >• i rcado por Anu, para satisfacer la venganza de Ishtar.
e la Humanidad hubo de recorrer antes di1 l u- ser celeste, reflejo muy vivo de los aurocs o toros
a civilización: salvajismo, pastoreo, vida urba ilvajcs que pastaban en las desembocaduras de los ríos
oco faltan autores que emparejan su figura v tiirsopotámicos, jugó pronto un papel importante en la
con el Adán bíblico, con quien tiene evidentes Milología antigua, siendo incorporado a los ciclos mi-
liosos (señalemos aquí el famoso Minotauro), fenicio y
s incluir en esta relación de personajes míticos inmuno.
htim, el héroe del Diluvio universal, en versión I k-bemos recoger, asimismo, a Urshanabi, barquero
, el protegido del dios Ea. Tal personaje era • i' 1 Unapishtim, de quien sabemos pocas cosas; a Belit-
de la ciudad de Shuruppak (Fara) e hijo cíe i i , la escriba o listera de los Infiernos y a los hombres-
u, el último rey antediluviano, que también «rpión de las montañas de Mashu, que guardaban la
do en el texto. Utnapishtim, gracias al avisoí i l a que atravesaba diariamente el dios Sol. Si bien su
mo hemos tenido ocasión de señalar antes, mirada bastaba para causar la muerte, Gilgamesh
truir una embarcación y salvarse en compañía Mifre ningún contratiempo ante ellos, habida cuenta
iltl componente divino que encerraba su persona.
iliares y servidores, así como de una pareja di1
Oirá figura de cierto interés, y que el Poema sitúa
seres vivientes, de la destrucción que. había
Junio al Océano, es Siduri, que vive cerca de un maravi-
Enlil por causa de los pecados de la Humani-
héroe es el Ziusudra sumerio, de cuyo propio "• ".o jardín (considerado por algunos autores el Paraíso
u-iuil) y que es calificada como la «tabernera» (¿reflejo
a el argumento y que los babilonios lograron
ábilmente al conjunto de la Epopeya. los intercambios comerciales de Sumer con lejanas
' i as?). De alguna manera, con sus palabras enorme-
s figuras míticas podemos señalar al gigante
iiinile realistas, de un pesimismo materialista agobiante,
(denominado según las versiones Huwawa, llttcnUí disuadir a Gilgamesh de su búsqueda de la
ESTUDIO PRELIMINAR LVII
RICO LARA PEINADO
• i u IMS pocas referencias a profesiones muy primiti-
d, que nadie había alcanzado jamás. Al im i < l c leí minadas situaciones sociales (una revolución
cer la obstinación de Gilgamesh, Siduri H «lililín <¡ilgamesh, presencia de la esclavitud) o familia-
hacia el barquero de Utnapishtim, el úniofl • Incluso a puntualizar las edades de las gentes.
conducirlo a presencia del hombre que hahln • listante, todas las reacciones, acciones y emocio-
don de la Vida. Tanto Urshanabi, el barqifl ' i i i Malquiera de los planos que acabamos de exami-
bamos de citar, como el batelero Pu/ui- i. itc hallan descritas con hondos rasgos de humani-
e trabajaba para el héroe del Diluvio antes «li >n perfecto conocimiento de la psicología del
produjese, son totalmente figuras míticas, dfl ni I u r Y a eso le debe el Poema su credibilidad y
ocemos bien poco. universales.
humano. La hieródula. El pueblo. Si bien |J
Poema, como se ha dicho, tiene lugar en 1|| / -.iniciara, composición y significado
reacciones de los personajes centrales, tantJ
o míticos, son puramente humanas, el pía un \i versión ninivita del Poema de Gilgamesh legó a la
canza muy secundarios valores en toda UI ' - i ' i ile la Literatura universal la definitiva estructura
del relato. i i . .-i11mito de aventuras y hechos del rey de Uruk, el
ngularísimo (y el único en este plano c|iu> i < me») Gilgamesh (como así se le intitula a todo lo
) es el de la prostituta sagrada o hieródula, u IHIUU del recital poético) y de su amigo y oponente,
mesh le confía la labor de elevar a Enkiclu I I M , el «salvaje» creado por la diosa Aruru.
ado salvaje al de la civilización. Dicha mujer i inicUiralmente, el Poema, tal como hoy lo conoce-
car al salvaje Enkidu, dominar sus pasione» ;c halla determinado por el número seis y sus
y hacerle conocer —y luego practicar— lo» MI iludientes múltiplos y submúltiplos, que eran la
de la vida urbana (pues el Poema sólo traslu- .!<• su sistema métrico (sexagesimal). El Poema está
detalles de una sociedad primitiva, a nivele» lltlnbuido, pues, en doce tablillas que cuentan con seis
Antiguo, todo lo más). El oficio de la prosti- > i (lunillas cada una y un promedio total de 300 versos
ada, no sólo practicado en la Antigüedad al , " 1.1 Milla, lo que totalizaba, con mucho, más de 3.000
no (mujeres y hombres), sino también refleja- i os (se ha especulado a efectos estructurales en un
les divinos (Ishtar era la hieródula de ION luí do 3.600).
estaba mal visto en Mesopotamia, como ' • n . cimposición fue, según se ha podido demostrar, el
otras zonas geográficas del Mundo antiguo, n l i . i d o último de un lento trabajo de elaboración y
e practicaba usualmente bajo motivaciones ¡ i|n-.ie de las aventuras que la leyenda popular había
del que nos informan con detalle las fuente» mi.meló a Enkidu y a Gilgamesh, evolución que hemos
hieródula era ni más ni menos que unal 111'11,ido en páginas anteriores. Diferentes apreciacio-
agrada a la divinidad para cumplir los ritos nuiy sólidas, sobre determinados pasajes del Poema
didad en determinadas fiestas establecidas a , n n i i c n adivinar en el mismo las yuxtaposiciones de los
lim i u-los épicos arcaicos de Enkidu y de Gilgamesh. Si
lón de fondo, el plano humano aparece con hl»t|i el protagonista central del relato es el rey de Uruk,
diluidas, casi impersonal, indicándose do
FEDERICO LARA PEINADO
ESTUDIO PRELIMINAR LIX
n pasajes en que Enkidu domina el curso de I
argumental (ruegos de Gilgamesh, muerte tldl l i a r hábilmente el disperso material sumerio que
eleste por Enkidu y no por Gilgamesh, victorl| ,11 disposición e intercalar así el relato de «El
du en la lucha personal contra Gilgamesh i» (tablilla XI), para lo cual tuvo que retocar
texto no es muy claro en este pasaje—, etc.). extremos y evitar las disonancias arguméntales.
etenido análisis estructural del Poema nos pemil pim-nlemente, en la Epopeya de Gilgamesh se descu-
itar su contenido en tres partes claramente dil»1 II dennos detalles en la forma y en el fondo que
s, aunque de desigual extensión, a las que tal voí ilrn ser plausibles de significación simbólica: estruc-
sionista último de la obra habría añadido un i • ii doce cantos (o tablillas), número que coincide
e que era ni más ni menos que la parte final ilf I . 1 i U: los elementos zodiacales, de creación también
ular poema sumerio (Gilgamesh, Enkidu y i'l illónica; asimilación de Gilgamesh a un dios solar de
Inferior) con el que redondeaba la composición PIliiria menor, si se interpreta así el viaje que efectúa
specto formal, dándole argumento y secuencin fíii rula del Sol, etc. Ahora bien, si nos remontamos a
l contexto. íntica en que fueron compuestos e incluso fijados por
ién, al propio tiempo, la acción se desenvuelví i lio los diferentes episodios, es evidente que no podemos
do con una hipotética sumisión al sistema métri- i. i piolar» el Poema bajo presupuestos simbológicos.
esimal mesopotámico, en tres planos o registrón los primeros momentos de la historia sumeria no
ales: el de los dioses, el de los héroes y el plano iluminaban, aunque existiesen, las preocupaciones
, aun cuando el marco general de estos planoi i MI iras. Todo lo más podríamos hallar formas, situa-
nsado» desde perspectivas puramente racional ¡,H« acciones potestativas de ser incluidas en contex-
excepción del problema de la muerte). miiológicos o esotéricos. Pero de ahí a sostener la
loques de ideas, que podemos imbricar en torno . I M ia de símbolos en el Poema media un abismo. Los
randes vértebras: lo natural (Enkidu), lo urbano uís de Gilgamesh y de Enkidu respondían exclusiva-
esh), los propósitos (las contradicciones antropo- n i i ;\s populares, propios de toda la
pueden quedar así estructurados, siguiendo fiel- i H u í a épica. Con el paso de los siglos los escribas y
a unidad de acción del propio Poema: • i i .ionislas se encargaron de remodelar y aun de
u .u la serie de versos del Poema. Y en esta remodela-
a tiranía del déspota. El amor eleva al hombre, • i! .il (iempo que los textos se iban despojando de su
tad y su valoración. El espíritu de aventura. I ¡I ni. nido mágico y religioso (el argumento se «hacía»
a los dioses (tablillas I a VI). i humano), es posible que a modo de compensación
a muerte como castigo. El miedo al Más Allá. I,u huliu-scn introducido determinados episodios suscepti-
a de la inmortalidad. La imposibilidad de hallar ilc contenido más o menos simbológico o escatoló-
a futura inmortal (tablillas VII a X). ,i
portancia y significado de los ritos. El mundn i •' i < - i minados autores han querido ver en el Poema de
Allá: casa de horror. El olvido del hombre por i.i.iiin-sh, como se ha dicho, un mito solar (Jastrow,
re. La resignación ante el Destino (tablilla XII), lui.-i.ler, Jensen, Jeremías, Weber), otros han negado
pasaje de la búsqueda de la inmortalidad por . iiácter (Meyer, Gressmann, Prinz, Contenau). G.
Gilgamesh, el recensionista babilónico supol • n i . u a u viene a concluir en un completo estudio, pu-
i nlo hace ya bastantes años, que los posibles símbo-
ERICO LARA PEINADO ESTUDIO PRELIMINAR LXI
e podrían encontrar en el Poema si el lector literarios
eliberadamente tras la lectura de la obra.
co han faltado eruditos y estudiosos que h.i 1 'orno sabemos, tras una etapa preliteraria, representa-
er en el Poema las líneas maestras de toda por una serie de fichas de arcilla que originarían los
a antigua y aun de los Antiguo y Nuevo Tesl J (ilil i «i; ramas e ideogramas sumerios, seguida de la fija-
casos de A. Condamin o de P. Jensen). Cu» II'IM de las técnicas escriturarias de los mismos (hallazgo
del episodio del Diluvio, cuya influencia soh|i i'H la Arqueología ha detectado por primera vez en
íblico fue evidente, aun cuando cada una de !• ..... I ), el hombre se halló ya en el cuarto milenio antes
le da un diferente enfoque a tenor de su esquí <!' ( Visto en posesión de un poderosísimo vehículo de
oso, y otros paralelismos comprobados, resulli i ' i . sión que le sirvió para registrar las múltiples activi-
il aceptar la hipótesis de una influencia panbj i|«ili-s de su quehacer cotidiano. De unas primeras
en los textos bíblicos. Toda semejanza que • (Ululaciones mercantiles, que realizaban los sacerdotes
r entre el Poema de Gilgamesh y la Biblia es un i' u . i controlar la economía de los templos sumerios se
ción poco solvente y siempre efectuada a postA H' i .na por un proceso natural pragmático y de culturi-
umentar como hizo en 1906 Peter Jensen que I Mi'ión a utilizar la escritura para reflejar las facetas de la
Gilgamesh fuera el prototipo de los Patriarcal i-l.i espiritual y del ingenio, fijándolas en un soporte
uo Testamento, así como la de sus profet;» i ' nado (tablillas de barro en nuestro caso).
es y aun del propio Jesucristo, es desconocer J I )atla la fragmentariedad con que nos han llegado las
no sólo literario del ámbito sumerio, sino t;ini> i ii'hllas, piedras u otros objetos con escritura cuneifor-
ligioso de Israel. Kll es muy difícil estudiar al detalle la literatura meso-
n panbabilonista del profesor de la Universidad (•••i.imica, como hemos tenido ocasión de apuntar antes;
rgo, Peter Jensen, aplicado a la Biblia y a toé i ...... 10 ha sido obstáculo para que los investigadores y
ura de la Antigüedad, era evidentemente muí i udiosos de aquel mundo de la Antigüedad hayan
Es cierto, sin embargo, que se dan numerosnil i'.'.hdo aislar y determinar los numerosos tipos literarios
(y en ese contexto cabe comprender la tesis di ' i l n vados. Nos han llegado, entre otros textos, listas
ero los últimos estudios de Antropología cullul " lies, anales, poemas, himnos, mitos, y un gran conjun-
n a demostrar la existencia de un supueslnl t" i le textos épicos, jurídicos, médicos, matemáticos y
tismo» atemporal presente en todas las cullul i -imiiómicos.
es, parece ser que la imaginación humana esljl I n la literatura sumeria, y en la mesopotámica en
a determinados números de temas, que una 1 • iieral, aparte de los proverbios, adagios, algunos cuan-
con modificaciones únicamente aparentes di 1(1 poemas (Poema del Diluvio, Poema de la Creación) y
ugar y tiempo, repite constantemente. En estl "n , onjunto de leyendas (Lugalbanda, Enmerkar, Enki,
se podría explicar el éxito y la perduración del ' unía, Ishtar, Dumuzi, etc.) destaca con luz propia y
Gilgamesh, en cuanto a prototipo de héroe y 1 i •" .u importancia específica el ciclo mítico dedicado a
notaciones sociológicas, y su presencia «más ni 1 .ili'.nnesh, el pastor (rey) de Uruk, ciclo que en manos
ente» en la Literatura universal. i' Babilonios y asirios se convertirá en el poema épico
• M I , importante de toda la Historia de la Literatura, no
» l i > por su antigüedad, sino incluso por haberse fijado
ESTUDIO PRELIMINAR LXIII
FEDERICO LARA PEINADO
i l i n préstamo los poemas del ciclo de Gilgamesh
imera vez en una obra literaria toda la tipoln, ihi v mediante una yuxtaposición o combinación,
gica del hombre, fijación que, por sus logros« n on la intercalación de nuevos episodios que die-
ción de caracteres, pasará a influir en la litenili r m u unidad argumental, crearon el definitivo
y también en la clásica. i/r Gilgamesh.
largo de las páginas anteriores hemos li" Lición con la técnica compositiva, expresión o
n del proceso o fijación del texto poemático ¡O del lenguaje, puede verse a simple vista (con las
y como conclusión a lo allí dicho, la morfoln diferencias de una a otras versiones) la reiterativa
ntal o estructura del Poema de Gilgamesh prov i. ni 1:1 en la estructura paralelística (de clara influen-
la suma de unos episodios con cierto contenii n i i i i - r i a ) de sus estrofas y versos. En el Poema, el
mo, de pura creación sumeria. A partir de I ' M I • .1. I r , M I Ó es no sólo gramatical, sino semántico a un
tes sumerólogos y eruditos (Radau, Z i m m r i n v determina la segmentación del discurso poético
, Langdon, Chiera, De Genouillac, Gadd, h<M D lirmístiquios (por lo común dos por verso) y en
r, Speiser) han ido publicando las versiones sunm ffmm, los cuales están sujetos rítmicamente sólo en
los diferentes episodios que de Gilgamesh se m ;i sus acentos, obteniéndose los contrastes de
Todo ese material ha permitido, mediante el un ion mediante la oposición de sílabas con acento
mparativo, averiguar qué préstamos y en qué mu |n no acentuadas. La recensión ninivita del Poema
os autores de las versiones babilónicas y asirías fu* i rita en versos de ritmo perdido, con cuatro
s en lengua semita) utilizaron las fuentes sumen,u ,nl|n". de voz en un solo verso, mientras que la babilóni-
. Kramer hace en uno de sus famosos libros un H p r i m i t i v a tiene un verso más corto, con sólo dos
exhaustivo de estos extremos, comparando Im • l | n «le voz o acentos.
ios sumerios con los del Poema de Gilgann'^ M u h o s versos están organizados en estrofas, aunque
ado por los babilonios, y llega a importanin . uncos literarios y los filólogos han señalado que es
iones: No existe una versión original sumeria i!«| i .lificil precisar el número exacto de versos que
to de la Epopeya de Gilgamesh; se conocen delcr» iiiilirian entrar en las mismas.
s modelos sumerios en los episodios del «Bosque l i - i l a esta técnica versificadora, con sus sílabas, acen-
Cedros» (tablillas -III-V del poema babilónico), d<i| liausas en los hemistiquios, se halla perfectamente
Celeste» (tablilla VI) y diversos pasajes de l( i ulula de acuerdo a un ritmo preestablecido que logra
eda de la inmortalidad» (tablillas IX, X y XI), ¡IN n i i v transmitir junto a la morosidad narrativa (repeti-
la narración de «El Diluvio» (tablilla XI) y • ildlU's de versos y aun estrofas enteras) un climax que se
o de «Gilgamesh, Enkidu y el Mundo Inferió:» . H bocado a provocar un estado emotivo muy intenso
XII), pero no son imitaciones serviles o puros plii' u , I público oyente (la técnica del paralelismo es muy
ino que los pasajes han sido reelaborados. Exisi • limpiada, como se sabe, para la canción y otros tipos
mismo, pasajes de los que no se conocen sus orígsJ i . i . n i o s destinados a ser recitados). Como ejemplo de
merios (fragmento preliminar de la introducción, i \puesto y para que el lector pueda apreciar la estruc-
tad de Enkidu y Gilgamesh (tablillas I y II), muer« Uru paralelística y el ritmo del Poema transcribimos
equias de Enkidu (tablillas VII y VIII) y que muy 'lllltro versos en su texto original, correspondientes a la
dieron ser creaciones originales de los babilonios ilhlilla VI (versos 200-203, edición de E. Dhorme):
lo enumerado se deduce, pues, que los babilonio1.
DERICO LARA PEINADO ESTUDIO PRELIMINAR LXV
an-nu-um-ma ba-ni i-na idlé I i.rácter épico del Poema, indicando que este
an-nu-um-ma Sa-ru-uh i-na zik-ka-ri u. i « liiri.irio (con excepción de un único poema —el
u Gilgameá ba-ni i-na idlé • 1'oema de Tukultininurta»—) no se dio en la
u Gilgameá uh i-na zik-ka-ri* i mesopotámica.
de esta técnica paralelística que aparece muí nosotros,, el carácter épico del Poema de Gilga-
ente en el Poema, los recensionistas babilonio» i.i lucra de toda duda a la vista de los recursos
tilizaron otros recursos constructivos o eslillJ IdMili's por los recensionistas babilonios, quienes,
dentes a hacer de los poemas sumerios <jf' / i|iie en el discurso se cambiaba de personaje,
una gran creación poética, «un acto de onu- ni las fórmulas introductorias; a la rapidez con que
e base estética». . . i i .ni los viajes o desplazamientos de personas que
a ello recurren a artificios estilísticos muy v« n en la trama; a la abundancia de discursos
ue podemos reunir en dos grupos: uno, n a la parquedad narrativa o descriptiva y al
de semejanza, y otro, en relación de conlic.iii ni H' l> i hímnico del comienzo del Poema (recogido tam-
el primero detectamos metáforas, compar;u m n ( i i la versión ratita): «Quiero hacer conocer al país a
rías; en el segundo, metonimias. Es decir, til i .|IK- todo lo ha visto...».
streo de tropos literarios que evidencian uní I u-, emociones que despierta su lectura, la acción (si
urez semántico-literaria, que se completa toiltn 9 Uwrrera y heroica, sí trepidante en sus aventuras y
tras figuras estilísticas de recurso más IVuil, .lies), la presencia de un protagonista y la fijación
aliteración, la anáfora, el símil (en contado! | o menos tipológica de virtudes y defectos, son
l proverbio y que el lector podrá detectar en 1 1 i un u t o s que inequívocamente nos sitúan ante una
recta del Poema que después sigue. Wklu, repetimos, de carácter épico.
n en esta epopeya hay otros aspectos literario» I I problema planteado sobre si esta Epopeya es un
ene remarcar: abundancia de diálogos, fórmin épico popular o épico culto es una cuestión
do, parquedad narrativa, fragmentos de origul mu. ho más compleja. No faltan autores que encuentran
descripciones directas y vividas, etc. Estos deln n el l'oema un vocabulario erudito (se han detectado
ovido a determinados autores (H. Limet) ,i Minuciosos préstamos del sumerio) muy distinto al del
r que el Poema fue creado con la exclusiva i n l > l a tradicional o popular babilónica (un dialecto, en
de ser recitado e incluso representado coi . i i . l a d , del acadio) y, en consecuencia ,—argumentan—
óxima al mimo por un rapsoda o juglar anónl« 0 hiibría sido destinado, una vez fijado por escrito, al
n variado auditorio. Dichos autores no admi- 1 .u público, sino que habría sido realizado para círcu-
ma de Gilgamesh dentro del género dramático }| de gente ilustrada. En ese sentido, y bajo este punto
r considerar que su técnica se acerca más a 1| ¡ isla de la crítica moderna, se podrían explicar los
ica. Frente a ellos, J. Nougayrol niega total> i.»|ucs que se hicieron para quitar los caracteres indi-
Anales de los protagonistas, elevándolos a prototipos
milicos; la pérdida de valoración religiosa en algunos
es el más espléndido entre los héroes?
es el más glorioso de los hombres? , (caso de Ishtar); la preocupación por la vida del
esh es el más espléndido entre los héroes! I'IS Allá (exigencia en teoría sólo de las clases cultiva-
esh es el más glorioso de los hombres! ), etc. En suma, todas las connotaciones de tipo
EDERICO LAR A PEINADO ESTUDIO PRELIMINAR LXVII
, iniciático o esotérico que aparecen en el cflfl ribió en siríaco, menciona un Gmigmos/Glig-
Poema habrían obedecido a necesidades cíe i|fl m<> el último de los diez reyes entre Peleg y
ecífico de la población babilónica. De ahí iH ni. Ninguna de estas referencias, como ha señala-
sostener el carácter culto de la Epope\;i ,\ i l l I igay, presupone el conocimiento del Poema de
.
• •.//.
I ,\a de Gilgamesh, ya muy deformada, fue
1.1 i a mbien por los griegos, conservando práctica-
esh: su supervivencia literaria iM ni. i.m sólo el nombre del héroe. Así, Claudio Eliano,
i, IM nbió en Grecia hacia el año 200, nos transcribe
cter psicológico tan desigual con que apardl flílfiini/ r/c los Animales, XII, 21) que Sevécoro, rey de
Gilgamesh, consecuencia para unos autores .1. d Imhilonios, para evitar que el reino se lo usurpara un
ad de poemas que concurrían en su ciclo, pufl moto, había ordenado encerrar a su hija en una
alidad de su autor o adaptadores en saber li|.u mu pero ella logró tener un hijo de un hombre de
a humana con todas sus modulaciones a n i m h ni im > origen. Al ser defenestrado el niño, un águila lo
de tener una alta resonancia a lo largo d| H¡6 V lo transportó a la casa de un jardinero, quien lo
los de la Antigüedad por el rico caud;il >l. M|iiel hijo se llamó «Gilgamos» y llegó, efectiva-
e llegaron a fijarse como paradigmáticos cu o| i!M>nlr, a ser rey. Esta leyenda tiene que ver mucho con
u i Ir Sargón de Akkad y también con la mítica de
a de Gilgamesh en sí gozó de una gran d i l u hMwo o con el nacimiento de Ciro (siendo recogida más
és de las diferentes recensiones y versiones qm romo es sabido, en Roma).
to en páginas anteriores. Los textos halhulm F|ln embargo, la desaparición del Poema y su no pre-
do hitita o en Palestina nos hablan de muí dlirm en la época clásica griega (al menos de forma real)
ión del tema hacia el Oeste. Esta circunstaiu ni Mllli) muy bien radicar en la dificultad de los caracteres
da, en parte, la tesis de P. Jensen acerca de Ifl murarios cuneiformes, que al dejar de ser utilizados,
del poema mesopotámico en las leyendas ju« >.ilvieron ininteligibles. Es posible que hubiesen ver-
gas, aun cuando no en forma tan amplia coma IJHlU's populares en arameo (que no nos han llegado);
stigador suponía.
i» MI los persas que continuaron practicando la vieja
ilonia, muy probablemente la Epopeya hubo di' . i i i u r a no demostraron el menor interés por Gilga-
mucho tiempo después de la caída de Níniví
IHI h (figura que pertenecía al contexto cultural de un
toma llevada a cabo por el complot bélico dí¡ u . l . l o tradicionalmente enemigo del pueblo persa) no
abilonios, y de hecho se conocen, según se dijo riendo, por tanto, ninguna de sus aventuras. Más
ias fragmentarias posteriores al saqueo qiií i .mes tuvieron los hebreos para olvidarse de Asiría,
apital asiría.
n i i . i l o n i a y todo aquel mundo tan hostil y cuna de
e las fuentes cuneiformes se recogieron ai ' <lilísimos peligros para los practicantes de la religión
mandeas y arameas los nombres de alguno»
monoteísta, y, sin embargo —a diferencia de los persas—,
del Poema, si bien de modo consonantico muchas facetas y secuencias del Poema quedaron incor-
Gilgamysh y HwbbS/Hwb'bys = Hobabysh). pomdas en los textos bíblicos con mayor o menor cla-
l nestoriano T. Bar Qoni (ca. 600 de nuestni
liilnd.
FEDERICO LARÁ PEINADO ESTUDIO PRELIMINAR LXIX
argumentado la posibilidad de que Hornero luí; ciudades de la antigua Mesopotamia, cubrió también
odido oír la historia de Gilgamesh,. traída a lai ni|uella obra maestra de la Literatura universal, quedan-
as a través del contacto comercial con asirlos, ilo muda hasta que en el pasado siglo George Smith
es posible, aunque improbable, que el propio pgró con su desciframiento rescatarla para la Historia y
al hubiese oído en Nínive recitar la Ilíada y l:i 1 1 cultura de la Humanidad.
ejando a un lado si Gilgamesh pudo ser el
de Ulises (A. Ungnad, G. K. Gresseth) o do Aspectos religiosos
y Prometeo, lo que sí es cierto es que la atmós-
ental de los aedos griegos y escribas asidos dfl j No podemos detenernos, dada la complejidad de la
VIH y vil a.C. hubo de estar muy próxima y religión mesopotámica, en analizar aquí todos los aspec-
mundo comunicado por vínculos comercialen i"s que la misma presenta. Su estudio, por razones
erse influenciado culturalmente. Ello es perfec- "Iwias, cae fuera de nuestros límites; sin embargo, sí
ógico. debemos ocuparnos de aquellos que detectamos con
te prisma no es sorprendente el parecido am- relación a esta temática en el Poema de Gilgamesh.
ue los dioses y los mortales de la Teogonia
do y de los Himnos y Odisea de Hornero Los dioses. Los sacerdotes mesopotámicos habían
con Gilgamesh, Enkidu y Humbaba (G. Ger- llulernatizado el panteón divino en tríadas y binas de
Achillea Stella, T. B. L. Webster, A. Heubeck), dioses principales, con atribuciones muy concretas, a
ellos es, como dice N. K. Sanders, su puesta en íliyo entorno un sinfín de divinidades menores (los Igigu
mundo en el que dioses y semidioses fraterni- V los Anunnaku) gravitaban en un conjunto perfecta-
os hombres en un trozo de la tierra conocida y i i i c n l e organizado al modo de un complejo Estado.
úa en las desconocidas aguas del Océano y do I ii i re los millares de dioses destacaban dos grandes
os. triadas. La principal la formaban Anu, Enlil y Enki (Ea),
ya muy tardío del Poema de Gilgamesh son los i ipiienes se les atribuía la creación de los demás dioses,
ue de este héroe y rey se han reconocido en ll >l< I orbe y de la humanidad. Respectivamente, reinaban
de Alejandro Magno (B. Meissner), la cual > ii estadios cósmicos muy delimitados: en el cielo gober-
riquecida con hazañas tomadas del héroe sume- IHlba Anu, que era el padre de todos los dioses; en la
tanta difusión logró alcanzar durante muchu iimosfera y en la tierra Enlil, cuya sede estaba en la
dentrándose incluso en la Edad Media. Tam- • u'.pide de una montaña; Enki, por su parte, era el dios
ariados romances y episodios folclóricos medie- •l' I fundamento, teniendo en las profundidades del mar
iferentes países europeos (Irlanda, por ejemplo! 'i inorada.
etectarse algunos paralelismos con la figura do La segunda tríada (con nombres semíticos) estaba
h, siendo evidente aquí una interpretación <i "inpuesta por divinidades astrales: Sin (Nannar), Sha-
, pero ninguno de sus personajes centrales lliiish (Utu) e Ishtar (Inanna), dioses que tenían por
wen, Dermot, Gawain, etc.) habría sido recoi nimbólos, respectivamente, la luna, el sol y el planeta
como es si la historia de Gilgamesh no hubic: \ mis. De estas tres divinidades, Ishtar era la de mayor
tada. 'riiificación. Representaba los dos aspectos que la vida
s, la sombra de los siglos, al tiempo que cub: (ligia para su eterna evolución: la lucha para el hombre,
ERICO LARA PEINADO ESTUDIO PRELIMINAR LXXI
cción para la mujer. De ahí que fuera consiclr | " ' t n l > i e había sido creado y puesto en la tierra por
diosa de la guerra y del amor. »limi;id divina y, en consecuencia, los dioses debían
ivinidades secundarias fueron, por citar una l.n las diversas etapas de la vida humana. El naci-
(y que aparecen en el Poema), Nergal, qu> iio, el destino (que era revisable anualmente por los
el mundo de los muertos, antiguo dios sol Iones), la vida moral, intelectual o física, todo, absoluta-
rnando la parte maligna del astro, y su espos.i ule lodo, era arbitrado por los dioses.
, hermana de Inanna y titular, asimismo, di I Y al ser el hombre un producto de la divinidad, se veía
ferior. MU l.i ineludible obligación de tributar honores, reveren-
eblos semitas, al asimilar la cultura sumeri.i .úplicas, oraciones, culto en suma, dispensado a
on a sus propios dioses con las divinidadi illlcH-ntes niveles de importancia (familiar, urbano y
Marduk, gran señor de Babilonia, pasó a ser • I • u. lonal) y en templos construidos al efecto, a toda la
uto del panteón religioso. Hubo, por supuesl" INI tea serie de dioses del panteón religioso. Y todos esos
ia en divinidades maléficas, diablos o espíritu filos encaminados, como recogen los textos, a «alegrar
ue podían provocar todo tipo de calamidade, N corazones de las deidades» y bajo la dirección del
vididos en tres clases: las almas humanas sepa lili marca, a quien le correspondía el papel de inter-
cuerpo y que por variadas razones no alcan/a ffiíliiario entre los hombres y los dioses.
oso de la tumba; los monstruos (seres híbrido I i >s dioses premiaban y castigaban a los hombres
e y bestia) y un gran número de demonio directamente en esta vida y no en el Más Allá. De ahí
e todas estas divinidades malvadas, a las qu. IM. iodo el ceremonial religioso estuviese enfocado para
aplacarse con determinados ritos, tenemo-. || exclusiva finalidad de obtener larga vida y prosperi-
en el Poema de Gilgamesh (Anzu, Asakku I i.l material;; Con todo, debemos decir que la posición
amtar, etc.). 1 . 1 .11merio respecto a los dioses no era idéntica a la de
repetir aquí toda la teoría de divinidades qm I semitas, posiciones que por razones de espacio no
en el Poema por cuanto que en el epígral. li-mos aquí pormenorizar.
este estudio preliminar han sido puestas di I n el Poema de Gilgamesh, la relación hombre-dioses
en consecuencia, a él nos remitimos. ir llalla establecida por las vías que acabamos de citar.
I ,IM pronto encontramos al héroe de Uruk implorando a
hombre-dioses. Conocemos diferentes reía '•li.nnash, Enlil, Ea y Sin para que le envíen protección
1 i vuela, como siendo requerido directamente por Ishtar o
istintos entre sí, que nos explican el origen del
egún tales narraciones el hombre (por aclc i".i el propio Shamash o dialogando con divinidades
cido espontáneamente de la tierra o brotando ores (Siduri, por ejemplo), o ayudando personal-
e una planta, podría haber sido modelado ,i MI. me a una determinada divinidad (entrega del tronco
barro por unos obreros divinos y Nammu y le un árbol a Inanna), aparte de los contactos sostenidos
abrían insuflado la vida; bien habría sido el Win su madre, la diosa Ninsun.
de la fusión de la sangre de dps-tlioses, inmola 'i en el transcurso de estas relaciones, los dioses son
este fin, o incluso habría/siao creado directa i' nominados con calificativos más o menos familiares y
la diosa Aruru. 'i'uioríficos. A Ishtar se le llama en alguna ocasión
quier caso (de los tres s|úpuestos>\, el •"ilesana de los dioses», epíteto no despectivo (como
DERICO LARA PEINADO ESTUDIO PRELIMINAR LXXIII
sarse), sino honorífico, dado que la hiero™ IHindail siempre y cuando ésta tuviera a bien disponer-
undo mesopotámico —tal como antes expij \o el ilu, determinativo que aparece antepues-
a tenida como oficio venerable. La madre dd i l nombre de Gilgamesh, Enkidu y Humbaba, es el
gamesh nos es conocida con el remoquete J ||liii cuneiforme de la palabra «dios», que aparece
stablo», fórmula en la que debemos ver no un VliniU- de los nombres de las divinidades. Los caminos
o el origen animal de las divinidades asiátirmí Mugidos para establecer los contactos hombre-divini-
ecuencia, la gran antigüedad del Poema). ] i MU los sueños, que solía enviar un mensajero de
ión entre hombres y dioses llega en el POCIIHH M, L i m a n t e el cual se establecían diálogos directos) y las
inverosímiles. Nos referimos a la desobedicM , ones, que aunque dispensadas con menos frecuen-
amesh hacia Ishtar, al no querer ser su aman i i nnhién permitían tal contacto. Otro camino era el
o irreverente de Enkidu, quien en el colmo di] |f l.i plegaria o los ritos propiciatorios, pero en este caso
le arroja un pedazo de la carne del Toni] i respuesta, el contacto buscado, podía producirse o no
la cabeza de la diosa y aun amenaza cúl • iMin determinase la divinidad.
so de que la pudiese coger. No han faltadn 11 <|iie decir tiene que esta relación está perfectamente
e en este último pasaje hayan visto una inln liii'iiiMentada en el Poema de Gilgamesh por todos los
on la cual se buscaba criticar las prácticiii UNIMOS arriba aludidos, siendo perfectamente localiza-
a degeneradas en una burda sensualidad, qiif
an a Ishtar. | || en su texto.
casos son los dioses los que entran en con
l\li'incntos cultuales. Antes hemos indicado que el
ue no directamente, con los hombres. VenuH •e a las divinidades se dispensóa tres niveles: el
ya de Gilgamesh cómo Shamash reprueba 1} HIMlliar, el urbano y el nacional. Todas las familias
que Enkidu ha lanzado contra la hieródula 1
.mil su propia divinidad, siendo el padre de familia el
reviene a Utnapishtim del desastre que con i . . i < lote de tales divinidades.?Los cultos a nivel urbano
iversal se avecinaba. Pero, como quiera qi|| Rucaron por su extraordinaria importancia, siendo
puede traicionar a los demás dioses, en J
¡(turba inequívoca de ello las imponentes ruinas de los
ecurre a una argucia y así el dios murmura ül iilliplos que han aparecido en las principales ciudades-
a su protegido, sino a la pared de su cusid i M ! . > mesopotámicas. El dios protector de la ciudad era
nto fabricada con elementos que podían parllj u u.ilidad el verdadero gobernante y como tal a su
divinidad (arcilla, plantas, cañas) podían sofl ' " i . < c i ó n y tutela se encomendaban todas las facetas
perfectamente por un dios. Con esta ficción,
tranquilizaba su conciencia y no comcliB desarrollaban en ella.
i>ecto a los cultos nacionales destacaron especial-
revelar a Utnapishtim la terrible decisioj n i . dos: los de Enlil, centrado en Nippur, verdadera
or iniciativa de Enlil. . M . i . u l santa de Mesopotamia (templo descubierto,en el
ancia infranqueable que existía entre dioses« • IW9), y el de Ishtar, que tuvo templos práctica-
o significaba, como ha señalado Mircea Elíiij MliMiU- en todas las ciudades y cuyo culto alcanzó enorme
hombre se encontrase aislado en su propm ii i i f i o , pero que fue degenerando en burdas farsas
seía algo de la naturaleza divina, que era NÚ ntiiiislicas. En época babilónica, posterior, por tanto, a
), pudiendo entrar en relación directa con II u ición del Poema, hubo un gran culto nacional al
ERICO LARA PEINADO ESTUDIO PRELIMINAR LXXV
, tributado en su famoso templo de Babilo «i" 1 las numerosas técnicas adivinatorias (predicción,
, destacando de entre las múltiples ceremo 'nii ipretación) con las que los sacerdotes y magos inten-
e tributaban, la del Akitu o fiestas del Ano i.ili.m descifrar, a partir de determinados «signos», el
que alude el Poema en varios pasajes), ritual tolmo. En ese mundo de superstición, la práctica de los
reconstruido en parte por F. ThureaiK n|uros, dirigida asimismo por sacerdotes, alcanzó una
aparecido el poderío babilónico, su granj •Un importancia, ya que con los mismos se intentaba
fue sustituido por otra divinidad, tambicnl mollificar el porvenir revelado.
acional, propia de los nuevos dominadoreitl Cuando al final del Poema, Gilgamesh decide evocar el
s asirio «rey de todos los dioses» que fue] piriiu de su amigo Enkidu para que le informe del
esposo de Ishtar. m u n d o de ultratumba, adonde había caído por no cum-
d, todo el culto mesopotámico era un medio j :'ln determinados formulismos, el héroe de Uruk, acon-
ntra las calamidades que amenazaban al • i ido por los sacerdotes, realiza el conjuro para que el
midades que provenían en última instancia i nii.isina de su amigo saliese de su morada; no obstante,
ios humanos. Un aporte fundamental al Ro ' l n > resultado; sólo la divinidad infernal posibilitó el
las ideas religiosas había sido el conceplo lli neutro de ambos amigos.
, concepto que se plasma en numerosai
s literarias mesopotámicas y en cuya expo l,<m pruebas iniciáticas. En conexión con los tres
demos adentrarnos. (Hitos de mayor personalidad que aparecen en el Poema
n general, era dispensado por una jerarquía ||)iluvio, Inmortalidad, Descenso a los infiernos) debe-
e la que se conocen más de treinta catego IflON remarcar la serie de pruebas de tipo iniciático que
de mayor rango era por lo común el jefe di* • n i , o menos desfiguradas (o enmascaradas) pueden
n su desarrollo, sujeto a minuciosos ritualc* •!• i'•< larse en la lectura de sus respectivos pasajes. Estas
s, se efectuaba un lazo de unión (querido i > i m has conllevan un doble carácter: por un lado, las de
te por el hombre, desde luego) con la divi H | » > heroico y que el personaje central logra superar
(puso de la puerta de la mítica montaña de Mashu,
itos tenemos variadas pruebas en el Poema t ha por la Montaña de la Noche —el camino oscu-
: procesiones, esparcimiento de harina cu , tentación de la ninfa Siduri, travesía de las «Aguas
s, sacrificios (los efectuados por Ninsun o i' 1 1 Muerte») y otras de carácter espiritual, que Gilga-
por ejemplo), alusión a la Akitu, ritos ¡i WeNh no logrará superar (no dormir durante seis días y
nta para no irritar a los espíritus del M;'r. i* ii- noches, perder el don alcanzado de la planta de la
ofrendas, invocaciones, lamentaciones, ele Inmortalidad).
que aparecen en diferentes pasajes del texto De estas pruebas se extraen conclusiones interesantes
gieren todo el riquísimo crisol de ceremo • l i hpo psicológico y moral. El héroe, al fracasar, está
formulismos mesopotámicos. Incluso, como •I' l.iiido entrever que las posibilidades del hombre con
variedad ritualista, se han detectado cerc u i'i-cto a temas vitales tienen siempre límites. Que la
po chamánico en un cierto número de episo iiiidición humana es siempre dramática, pues está defi-
ma (K. Jaritz y E. A. S. Butterworth). llldn por la inexorabilidad de la muerte. Sin embargo, un
ión con todo este ritual debemos señala i lítiquicio de esperanza quedaba abierto para los lectores
RICO LARA PEINADO ESTUDIO PRELIMINAR LXXVII
s del Poema. Si hay unas pruebas iniciad .11.ido Mircea Elíade) es, por otra parte, diferente
ar alcanzar la inmortalidad, ¿se debcilnj MU haya sido la muerte. En el Poema de Gilgamesh se
determinados seres la podrían alcanzar MII I " l i n a que el guerrero, que ha caído en la batalla,
na? En todo caso, el ejemplo de ZiusiulinJ i M i n a viviendo en el reino de las sombras y es llorado
—aunque con ayuda de la divinidad- mi ms familiares; en cambio, el que es abandonado en
nto de referencia. I' .11-1 to, estepa o llanura sin haberle sepultado, se ve
(Hado a vagabundear por el reino de las tinieblas.
y el Más Allá. Todos los aspectos de l.i ,u-l que no recibe ofrendas o culto de sus deudos
l Antiguo Oriente, en general, se hallaban! l i . i que arrastrarse por el mundo de los vivos en
para poder afrontar el momento de U I u.i de espíritu maligno, alimentándose de las sobras
todo caso para poder retrasar ese fatal los platos que se arrojan a las calles.
los mesopotámicos, los dioses no casti^l "<la esta concepción materialista y desesperada del
ban al hombre después de su muerte, siniM N Allá, esta antropología pesimista, no tranquilizaba
a lugar en la vida terrena y en ese marco! i , i lases cultas o sensibilizadas. En consecuencia,
dioses se movían. '" «le reflejarse ese malestar, ese desespero en las
a la muerte, convertido en los espíritin »>Liciones literarias, en las que algunos de sus perso-
total obsesión, gravitaba sobre todos lo» U aso del rey-pastor Etana o del propio Gilgamesh)
ida. La muerte significaba que el cuerpo! man obtener el principio que les hubiera conferido la
iese (en el Poema de Gilgamesh se alude u iiulalidad. En nuestro Poema, el no poder alcanzar
ue devoran el cuerpo de Enkidu), pero una deseo no es por culpa de los dioses, sino por la
rte, algo (el ilu) subsistía y continúala urión de una serpiente, la cual, surgiendo de las
n Más Allá (la «casa de donde nunca se II, roba al héroe la planta milagrosa (también tra-
a concebida como una terrorífica mansión | i" de una prueba iniciática) que le hubiese otorgado
ieblas y de polvo, elemento del cual, en nncipio de la eterna juventud (no exactamente el de
ia, se alimentaba el difunto. Cuando Gil' iiinortalidad en el sentido lato de este término). Los
l final del Poema, pregunta a su difunto] .(". no podían hacer tampoco nada. Existe un destino
es que rigen el mundo subterráneo, Enkidii lisia, un final al que nadie puede sustraerse. Ni
ponderle la tristísima realidad de la ultru«| urra los héroes.
rle así el llanto. Lo único cierto —viene a
ema— es que todo lo roen los gusanos y
gobierna sobre la totalidad del Más Allá /•.'/ fondo histórico. Aspectos socioeconómicos
a de horror reinan los dioses inferna leí
esposa Ereshkigal, los cuales vigilan par» n la acción general del Poema de Gilgamesh es fácti-
muerto escape. Es, en la concepción meso- .ulivinir un fondo ambiental histórico, a nivel del
lugar o estado al cual todos los humanos, > i milenio antes de Cristo, que pudo, con toda pro-
de clases o méritos, deben arribarla vidu •ilulad, haber proporcionado el contexto sobre el que
llá (creencia deducida a partir de la obser minaron los personajes de la obra.
ciclos vegetativos agrícolas, como ha do- .1 bien hay muchos aspectos que se mueven entre la
EDERICO LARA PEINADO ESTUDIO PRELIMINAR LXXIX
historia (Diluvio universal, reyes de la l ; . i»'I'lación. La más alta dirección política corresponde
Uruk, presencia de Gilgamesh), otros SOM 1 .ilj'.imesh, en de Kullaba (barrio religioso y núcleo
istóricos, como el ambiente socioeconómica • i i i . m o que por sinecismo se unió a Uruk) y también en
narración o la serie de ciudades o monui • I h n k ; personaje que tendrá que soportar diferentes
quedan citados y que la Arqueología lid - u ns exteriores (contra Kish) e incluso revueltas inter-
I ilrbido a su forma de gobierno dictatorial y a los
sos casos lo constituye Uruk, cuyos resloj ' l u í .i>-, (todo ello puntualizado en el Poema) que cometía
s, en especial sus murallas, evidencian M • m i . i las gentes de Uruk.
un poder centralizado, capaz de organi/;ii| I ii una hipotética pirámide social podríamos ver en la
material de dicha obra. Ciudad que tientil cilupide a Gilgamesh, con cargos civil (rey de Uruk) y
ntos (barrios, templos, obras hidráulic;i*)| ifllyíoso (supremo sacerdote de los templos de Kullaba),
por la ciencia arqueológica, los cuales tainj 0 ijiic le permite un gobierno despótico (prestaciones,
n reflejados en el Poema y que platean todÉ Impuestos excesivos, derecho de pernada). El excedente
ica general de la ciudad-estado sumeria. 1 1 producción pudo mantener a una numerosa casta
ma, ya desde sus comienzos, hay un claro I Wi'fidotal en sus monumentales templos, de los que se
ar bien delimitadas las dos realidades cor» u ni .-I Eanna y el Egalmah, y a una nobleza palaciega,
la vida cotidiana, tal como la entendían lo» I i > i < i onstituye el Consejo del rey (Asamblea) y que se
os: por un lado, la vida urbana, civilizaclnJ i"lu .1 a la guerra o a la caza (en el Poema aparecen
ica digna de ser vivida y, por otro, la vidí vlliulos puñales, espadas, hachas, arcos, redes, carros,
la salvaje, lugar donde habitaban las bestiinj i. i Detrás vienen los artesanos cualificados (se habla
s desconocedores del pan, y que era toda»! él cnrpinteros, metalistas, albañiles, escultores, orfebres)
do vivo del estadio precedente que el hom-j ni cualificar (bateleros, agricultores, jardineros, pasto-
nido que superar durante la neolitización, i a/adores) y la gente de profesión libre (comercian-
medio geográfico y organizándolo adecua- i. ocupando la última escala social los siervos y escla-
i i , ( s i n conciencia de clase) a los que también hace
ues, la acción centrada en Uruk, dentro dr lili ni ion el Poema (Rumbaba tras ser vencido pide, para
stórico que podemos fijar en la Edad del i h . i r su vida, convertirse en esclavo de Gilgamesh).
uo (nunca se alude a este metal en el Poemn) I I régimen económico que podemos deducir es de tipo
ente material próximo a la fase cultural del i i > i . .pecuario, descansando la base de la riqueza en las
IV-III o si se quiere al de Djemdet Nasrj I Ierras, muy aprovechadas técnicamente, cuya propiedad
o a aquél. hubo de estar en su mayor parte en manos del rey y del
urbano, perfectamente conocido en la ac- aumento clerical, pues sabemos que todas eran propie-
hallaba organizado políticamente bajo un.i l u l de los dioses, siendo los gobernantes sus simples
ilitar, aunque socialmente conocía un régi- iiilniinistradores, y en la ganadería (ovejas, asnos, bue-
nado por algunos especialistas «socialismo |l), una de las riqueza o bienes que el Poema hace
or ser desde el templo, que guarda tras su» ilrlentar a Gilgamesh y que, caso de contraer matrimo-
la producción agropecuaria y artesanul, iiin con la diosa Ishtar, hubiese visto acrecentar conside-
se distribuían los productos a las capas de | • 11'lómente.
FEDERICO LARA PEINADO ESTUDIO PRELIMINAR LXXXI
templos se celebraban diferentes ceremonial ' pi-nal. Son, concretamente, el deseo de Ishtar de
de las que el Poema recoge algunas escenas y I un por esposo a Gilgamesh (alusión a un intercambio
especialmente las fiestas de la Akitu, las 111,11 iloirs) y la responsabilidad colectiva e individual de
tes del calendario litúrgico mesopotámico. l'in hombres frente a los dioses en el pasaje del Diluvio,
en los templos donde se centralizaban las activUj u-piocha a Enlil el haber querido matar a toda la
onómicas y fue en los templos donde, por l.i iiiiinidad; lo más justo, según Ea, hubiera sido casti-
de control de la producción, surgió la inven- n cada hombre en función de sus propias culpas,
a escritura (I. J. Gelb), hecho que queda también i» no indiscriminadamente.
al comienzo del Poema, cuando Gilgameshl ln cuanto a las actividades puramente económicas y
a el deseo de que queden registradas sus ha/a H i ríales, el Poema nos testimonia el conocimiento de
na estela de piedra. lentes metales (oro, plata, cobre) y aun aleaciones
ón especial debe hacerse a la presencia de lu lio), piedras preciosas (se citan los nombres de va-
a de ancianos, que en un determinado momenlo i lases en el episodio del árbol mítico) y semiprecio-
partir al Bosque de los Cedros) vemos aconsí- (i ornalina, lapislázuli), maderas (cedros, sobre todo),
héroe de Uruk. ¿Hemos de ver en esa «asam- productos todos ellos foráneos a Mesopotamia y
ún principio de representatividad democráticn? icllejan con su presencia los contactos comerciales
ir de los mitos, parece ser que en ese cuerpo hubieron de sostenerse con zonas geográficas aleja-
l radicaba todo el poder de las primeras comu- ILíbano, Tauro, Armenia, Badaskan, Nubia, Pakis-
que luego era delegado en un señor (en en ION (Tectuados por medio de caravanas fluviales o
tiempos), quien organizaba todo lo concernien- minas (el barco era perfectamente conocido), así
ida de la comunidad. De hecho, en el Poema í/í terrestres (carretas arrastradas por bueyes y ona-
h esta asamblea no deja traslucir nada de parti- l'.stos contactos comerciales quedan adivinados en
limita a aconsejar a Gilgamesh que guardo t'tna en las imponentes secuencias del Bosque de los
a en sus empresas para que pueda regresar otra] ios, acción situada muy probablemente en el Líbano,
ruk. Petición no muy concorde con los senti- el viaje que realiza el héroe en busca de Utnapish-
reales del pueblo que veía a Gilgamesh como un ¡ il I lejano y fabuloso país de Dilmun, ruta por donde
llo nos permite deducir que dicha asamblea (con ! >a a Sumer el oro, la plata y otros productos.
a voz y desde luego sin ningún voto) sería da] suma, vemos desfilar a lo largo del relato poético
fianza del rey y que contribuiría tácitamente i estructuras socioeconómicas arcaicas que han sido
a opresora de Gilgamesh. niñadas por la ciencia histórica, argumento todo
mos encontrado ninguna referencia más o me ra sostener la historicidad del rey Gilgamesh, que
reta a problemas de tipo jurídico o legal. Como de actuar en el entorno histórico que hemos esbo-
ue la primera compilación de leyes no se hi/
época de Uruinimgina (ca. 2355 a.C.), es perfec
lógico este silencio sobre una materia de tant;
liinerario de Gilgamesh
cia. Sí, en cambio, podemos entresacar dos
alusiones relacionadas con la probable existen- ficción del Poema, la de aquellos episodios que
os principios sobre un Derecho matrimonial smos en la actualidad, tiene lugar en un punto
EDERICO LARA PEINADO ESTUDIO PRELIMINAR LXXXIII
muy concreto: la ciudad de Uruk y sus ;i l'i"-nía nos habla de la ruta que durante doce horas
uyo paisaje y ambiente se pueden declm< 'i,11 oscuridad sigue Gilgamesh desde los montes
te a partir de las notas más o menos espor| luí en el Occidente, hasta llegar a la presencia de un
e recogen en el texto poético. "1 maravilloso (¿Hespérides?, ¿Saba?, ¿Sinai?), en
de sus más interesantes episodios trashulti nTcanías habitaba la diosa Siduri, no muy lejos
otros marcos geográficos, periféricos ya a Mí ¡u I ,a ubicación de este punto concreto, muy difícil
Uno de ellos es el viaje efectuado al país i' 1 1 1 uñar a partir de los datos que se nos dan, se ha
los Cedros, adonde acuden los dos protagoníi ni el Atlas africano, en el Mar Rojo y aun en la
char contra el guardián del mismo, el Ir mi 1 do Biblos. Desde ese punto, desconocido en reali-
y el otro, motivado por la búsqueda de l;i ni 'I héroe sumerio con la ayuda del batelero Ursha-
efectuado sólo por Gilgamesh, hacia el p.ih in/a las «Aguas de la Muerte» (el Océano) hasta
adonde llega tras una larga travesía marílnini iinlc su antepasado Utnapishtim, que había esca-
unos estudiosos de comienzos del prescn( i « u n o sabemos, al Diluvio, y que había sido insta-
cuencia del Bosque de los Cedros, si se ludí I M I I los dioses «en las desembocaduras de los ríos»
en supuestos filológicos a partir del nonihfl ni l.i versión del Poema), alusión muy clara a los ríos
, debía situarse en algún punto del lili tilos y Tigris. Como quiera que la versión sumeria
n). Modernamente, en razón de los estiuluí >iluvio nos concreta que Ziusudra fue instalado por
sobre las épocas de Sargón y de Gudea, royi* -" >lo la divinidad «en el país de paso, el país de
ron expediciones comerciales ya en el teru 'iliimn, allí donde nace el sol», debemos suponer que
tes de Cristo a puntos periféricos de Mesopii sh había atravesado el golfo Pérsico hasta llegar
osque de los Cedros tiende a ser ubicado i m i i i i , país identificado por la mayoría de los autores
a de los montes Líbano o incluso en alen
I i duales islas Bahrein del precitado golfo Pérsico
Tauro, ámbitos geográficos tradicionalmcnll ni época mesopotámica constituyeron un punto
ferentes coniferas, lo que cuadra con la da u i portan te en la ruta comercial que desde otras
e de dicho bosque y su montaña se hacen .Mojadas confluía hasta la desembocadura de los
mides ríos (que desembocaban independientemen-
pisodio, el relativo a la búsqueda de la innini' ya escala previa y obligada eran precisamente estas
esenta mayor complejidad en cuanto ;i
ón de la ruta seguida por Gilgamesh. lin vista de lo expuesto, no es aventurado por nues-
apa, el héroe sumerio llega a los montes Muí i l o reconstruir el itinerario geográfico de Gilga-
a» que, según el Poema, atravesaba el ( * iiyo punto de partida y de arribo es la patria del
e, y que debe ser fijada en un punto occidenli
otamia, muy probablemente en Arabia; • M!O Uruk, junto con su amigo Enkidu, el héroe
sobre la orilla derecha del Tigris, en su cur mo se desplazará hasta los montes del Líbano,
nia), se halla el monte Masios, topónimo MON por la producción de cedros y otras coniferas,
ectarse con el del Poema. El carácter de l i u - h a r contra Humbaba. Logrado su objetivo, des-
idental a Mesopotamia, como partida de es • '!• . montes regresarán ambos amigos otra vez a
s coincidente en todas las hipótesis. \ morir en esta localidad Enkidu, Gilgamesh,
V FEDERICO LARA PEINADO ESTUDIO PRELIMINAR LXXXV
quedado profundamente impresionado, empivih i'11 ce, H. Usener, J. G. Frazer) y un elevado número de
squeda de la inmortalidad. Saliendo nuevametilt les variantes proceden, sin lugar a dudas, de la difusión
k y vagando por estepas, llanuras y desierto», iliclio mito a partir de Mesopotamia y de la India.
hasta algún punto costero del Mar Rojo, n I >c ese suceso histórico, que tuvo lugar en Mesopota-
halla a la diosa-ninfa Siduri. Acompañado do H. han llegado a. nuestros días variadas recensiones,
r Urshanabi, a través del golfo de Aden y • lurte de la recogida en el Poema de Gilgamesh, conta-
Indico, tras remontar el golfo de Omán, pene luí ' cutre otras de brevísima extensión, con la de Nip-
l golfo Pérsico y en una de las islas Bahrein f, la de Nínive, el fragmento Hilprecht y la versión del
finalmente, a Utnapishtim. Tras indicarle a (¡l|t ' i dote babilonio Beroso (siglo III a.C.). También po-
la existencia de una planta de la juventud eterna, mos referencias de este cataclismo diluvial en unos
rará obtener, pero que perderá por causa de u ni textos totalmente históricos, escrito sobre prismas
erpiente, el héroe sumerio remonta finalmente i lillas (A. Parrot).
r el golfo Pérsico, llegando por vía fluvial a i todas las versiones, sin duda alguna, la más intere-
Uruk, desde donde, preocupado por sus duda* ¡ y completa es la recogida en la tablilla XI del
de averiguar qué ocurre en el Más Allá, n de Gilgamesh (tablilla que emplea unos doscientos
ará a Nippur, Ur y Eridu en búsqueda de ; para narrar el Diluvio), y cuyo argumento arran-
Enkidu. la serie de problemas que le sobrevienen a Gilga-
.1 causa de la muerte de Enkidu. Su amigo Enkidu
Mecido, Gilgamesh comprende que también algún
ECTOS TRASCENDENTES correrá la misma suerte; sin embargo, no se hace a
crrible idea y recuerda que uno de sus antepasados,
mito del Diluvio universal ishtim, había logrado alcanzar la inmortalidad.
:, pues, encaminarse hacia él para interesarse de
s dicho en páginas anteriores que en pudo alcanzar tal estado. Después de muchas
Smith había logrado descifrar en uña tahlill ; ades logra encontrarlo y llega a conocer el secreto
rme, procedente de Nínive, el relato de una leí i dioses. Una planta milagrosa era la que propor-
ndación que había arrasado a toda la Human i.ilu la eterna juventud. Utnapishtim le revela todos
n excepción de unos pocos seres (familia y pan i le (alies y además le indica que él había logrado la
Utnapishtim y la «simiente de las cosas vivas» i tulalidad gracias a haber sobrevivido a un terrible
a), que en una especie de barco habían logi.ul JVio que había tenido lugar en Shuruppak, y que con
vir por voluntad divina. Con tal hallazgo, díc u de l alie narra a Gilgamesh.
ador inglés había traducido por vez primera el I Cotejando la narración de corte épico que hace Utna-
sopotámico del Diluvio universal, traducción >|ii itlllim, cuyo epicentro sitúa en su propia ciudad de
lgarse llegó a causar verdadero impacto y e.\|« eon el relato que conocemos del Diluvio transmi-
por las concomitancias que presentaba respi >or la Biblia, llegamos a obtener una serie de
lato bíblico del mismo argumento (Génesis, (vi in/as y también algunas importantes diferencias,
echo, el mito del Diluvio aparece casi univcrm re las primeras, podemos señalar (siguiendo aquí a
difundido en todos los pueblos y culturas (I u oí y M. García Cordero) las siguientes: idéntica
FEDERICO LARA PEINADO ESTUDIO PRELIMINAR LXXXVII
corrupción de la humanidad) fue la desenoitll l/i (y en las otras versiones del Diluvio), el politeísmo
Diluvio; se salva en cada relato un honiln'lj jdu justificado entre Enlil, que es el desencadenante
, porque ello agradó a la divinidad; la c;il.niil castigo, y los demás dioses que se asustan ante la
Diluvio le es anunciada al hombre por (i (nilud de la catástrofe y que se interpelan y repro-
vinidad; se les ordena la construcción de mil i i i exigiendo responsabilidades por el suceso. Sólo Ea,
acuerdo a unas determinadas medidas y dr.tii i MI superior sabiduría (y astucia en este caso), com-
terior; los escogidos entran en la nave con I 'luliú que debía sobrevivir al menos un ser de la raza
los animales; en los dos relatos la destnuvM 11, i na. Es, pues, diferente el punto de partida en lo
más vivientes es total; el fin de la catástrofe I • n i l e a salvar a un representante de la Humanidad.
or determinadas señales (envío de pájaros); I M .uite los hechos consumados (la salvación de Utna-
alla en un monte alto; en ambos relato* I lilim), no tendrá inconveniente en concederle la in-
término del Diluvio un sacrificio a la divinidrt^ n.ihdad y elevarlo a categoría divina, cosa que no
que se refiere a las diferencias, éstas se coiioii ll'i'f con Noé, dada la diferente perspectiva teológica
dimensiones del barco o arca de la salvaeirtl 1 1 Biblia. Es decir, el status inmortal y cuasi-divino
son idénticas; así como en su distribiiclfl l Hnapishtim (o Atrahasis-Ziusudra) gana para sí
n el número de personas que entran en nía Rio y sus familiares es muy distinto al convenio que
s naves; en los pájaros que se envían fuera, Ifl 1 1 lliblia realiza Yahvé con un Noé enteramente
l Diluvio, que no son los mismos ni en núnul M.IIIO, a través del cual le es dada a la Humanidad un
cie; y en no figurar en el relato bíblico nomlni l >i i o en su ansiedad. Parte de la causa de la incomodi-
alguna, así como en la actitud final de I I espiritual, presente siempre en la psicología mesopo-
, extremo quizá el más interesante. En lugnr I llcu, fue, como ha señalado agudamente N. K. San-
a que Yahvé concede a Noé al decirle «m l.i inseguridad bajo la cual la gente vivía. Y esa
a a exterminar todo viviente como acabo I r inidad venía motivada ante todo por la falta de un
prometerle la presencia constante de «semeiilj i" entre los dioses y el hombre,
ha, frío y calor, verano e invierno, día y noül ti l.i publicación del relato mesopotámico del Diluvio
dure la tierra», en el Poema de Gilgamenli lni| |rt u ca,usar impacto, otro descubrimiento (éste de tipo
te el «nauseabundo cuadro del enjambre de II ¡Urológico) en conexión con aquél, alcanzó también
mo moscas sobre el sacrificio». En lugai- iln irme resonancia: el hallazgo de las pruebas concretas
omo pacto de alianza entre Yahvé y Noé, en I une el Diluvio había ocurrido realmente.
lo aparece la diosa Ishtar jugueteando piicrl Ríe en 1929 cuando C. L. Woolley, excavando la
n su collar y exclamando que «no olvidaría oí .Midad de Ur (la cuna de Abraham), halló una capa de
ados, en los cuales llegó también ella a senil Illn virgen de casi tres metros de espesor, que inte-
i > i | p i a los estratos arqueológicos de la excavación.
predominan las semejanzas sobre las din 1 . 1 capa sólo podía significar la presencia de una
lo que sí difieren ambos relatos es en I inundación que habría arrasado a mediados del
En la Biblia Yahvé es quien envía el Di huí» Mío milenio antes de Cristo, y en una área de unos
igar a los hombres por sus pecados, salvan* 1 "K kilómetros de longitud y 150 de anchura (en el
te a quien ha sido justo; en el Poema de (¡ilM n ha jo del río Eufrates), todo vestigio de vida ante-
II FEDERICO LARA PEINADO ESTUDIO PRELIMINAR LXXXIX
igios que aparecían en la estratigrafía por di lm ii plástica desde fechas muy tempranas ya en el propio
ha capa de arcilla. Woolley no dudó en imlinii |Her. Aquí se han localizado, en las diferentes campa-
ía corresponder «al Diluvio de la Historia y (II | nrqueológicas efectuadas, variados vasos tallados en
a sumeria, al Diluvio sobre el cual está funda! d i . i y realzados con relieves (British Museum) que
a de Noé». Itsentan el tema del toro salvaje (Toro Celeste) domi-
nsacional descubrimiento fue confirmado poní In por un forzudo hombre, que en opinión de autori-
en las excavaciones efectuadas en Kish, junio u Ins especialistas muy bien pudiera ser el prototipo
, por E. Langdon y Ch. Watelin, ciudad <|im Hoto de Gilgamesh (¿o de Dumuzi?), así como infini-
presentaba un estrato diluvial. Disputas cuín I de cilindro-sellos ornamentados con el tema de
stos restos o capas de arcilla era el del verdiuli [uamesh y Enkidu.
io distrajeron la atención y el interés por á u Ur, en la campaña 1927-1929, fueron localizados
gándose, tras el análisis de los restos materia K i un equipo de arqueólogos angloamericanos dirigido
rar por los especialistas que los diluvios de lll PC. L. Woolley unos fastuosos ajuares en una de las
h correspondían a dos inundaciones diferenli'i rthas del Real cementerio de aquella localidad; preci-
de capas de arcilla, asimismo de origen diluvi.il liente, en dichos ajuares se representan trasuntos del
mbién detectados en otros puntos de Mesopn |o de Gilgamesh (en una cara lateral del «estandarte»
ruk (A. Jordán), Shuruppak (E. Schmidit), I u Ur se recoge el combate contra el Toro Celeste; en
Parrot) y Nínive (R. Campbell Thompson y M i de las arpas de la reina Puabi aparecen, en dos de
llowan), datados todos ellos por sus estratos di registros de la viñeta de su caja de resonancia, Gilga-
épocas cronológicas. .li entre dos toros dispuestos simétricamente y la
sa variedad de datos «diluviales» debe concluiri nía del hombre-escorpión).
ndo que hubo diferentes inundaciones en Mcsiii ^u han faltado autores que han visto influencias de
pero que sólo una de ellas fue de tal magnilml i (cmática mesopotámica en algunos relieves del
desbordamiento de los ríos, maremoto?) qiu pío predinástico, concretamente en el famoso cuchillo
ella zona significó realmente el fin del mundo y KÍlex de Djebel-el-Arak (Museo del Louvre), en una de
lugar, por sus enormes consecuencias, a la l'oi ,i\s del mango de marfil se representa, entre
e una leyenda milico-religiosa que se reflejó o» Os motivos, un hombre separando leones enfrentados,
s mesopotámicos y cuyo contenido, recogido ni- plantean interesantes problemas sobre las relacio-
e por Moisés, fue incorporado al Génesis (1 cgipcio-mesopotámicas.
elato que en unos y otro texto aparecen col «as etapas de mayor éxito en la representación plásti-
diferentes, adecuados evidentemente a sus espi' ilcl motivo de Gilgamesh fueron la babilónica y la
quemas religiosos. riu. En la primera, el tema de Gilgamesh y Enkidu se
|6 u plasmar reiteradamente en centenares y centena-
dc cilindro-sellos y plaquetas, con diferentes argu-
mesh y el Arte Rtos (caza de animales salvajes, combate con fieras,
I, hasta llegar a una verdadera estereotipación del
a literario de tanta importancia como el Pot 1.1, que se diluyó en acusadas abstracciones. Asimis-
lgamesh hubo de encontrar su adecuada exprt i, figuras grotescas y máscaras recogen la efigie de
>l:RICO LARA PEINADO ESTUDIO PRELIMINAR XCI
i , dentro de un contexto artístico de tipo rol ¡lite motivo, ya totalmente bajo simbología cristiana,
pular (plaquetas de terracota y cabezas de IIM • muy utilizado en los relieves de los capiteles romá-
el Louvre, British Museum y Bagdad). ii'iis y aun góticos de las iglesias y catedrales europeas,
rte asirio la figura de Gilgamesh reaparece oí M'lu reflejo tardío del motivo mesopotámico.
lieves (de casi cinco metros de altura) de una J Mrspccto a la presencia del tema de Gilgamesh en
as del Salón del Trono del magno palacio • i'.ma, aparte de su rastreo en algunos capiteles de
, en Khorsabad (hoy en el Museo del Louvrl •rm i nadas iglesias o catedrales o en unas pocas orna-
en diferentes estatuillas de bulto redondo t;uj HfUaeiones de tejidos (Vich, Barcelona), hasta la fecha
horsabad (Gilgamesh y la clavija mágica) y «I * luí detectado en el famoso cinto de oro procedente de
de cilindro-sellos. El motivo no es desconodill Miseda (Cáceres), hoy en el Museo Arqueológico
en los célebres tejidos asirios, en donde <»l . i.'iial de Madrid, cinto datado por los especialistas
a al héroe sumerio derribando toros o cazamln nliir el año 600 a.C., y en los relieves de una interesante
itfre funeraria de Pozo Moro (Albacete), reconstruida
ronto el tema se localiza ya fuera de MesopolJ •I en el precitado Museo Arqueológico Nacional, fe-
ienzos del primer milenio antes de Cristo) m H|e en el siglo vin a.C., que si bien su temática
gran importancia. En el arte de la región ilr Nucida el mundo neohitita o cananeo, sus escenas
s, los famosos bronces del Luristán (1100-7lll •den esconder algún eco de los episodios del célebre
bajados por un pueblo de origen caucásiü Ifpc sumerio.
con otro cassita, recogen el tipo de Gilgamr I ii opinión de algunos investigadores actuales (R."
specto de un hombre-toro (¿tal vez Enkidii Iclitnireich, H. Kantor, P. Pohl) el tema de Gilgamesh
do a unos extraños seres mitológicos (griíoi • • • tuvo ninguna repercusión en el Arte, indicando que la
escita el tema se va enmascarando ante la scrl •juncia del hombre entre leones o toros obedece a
s anecdóticos y secundarios que lo órname Nlulipos muy arcaicos o al repertorio de otros mitos
ratita Karkemish puede también rastrearse i Utliiui/i, Etana, etc.). No obstante, no parece lógico
Gilgamesh en algunos de los relieves de n#|ilat que un tema de tanta importancia, éxito y difu-
de esculturas de dioses (hombre-toro, homliii >mo el de Gilgamesh no hubiese sido reflejado
es, o entre león y toro) o en otros relievJ »l»unlmcnte»; incluso aceptando que no se llegase nun-
scorpión, hombre con leones). • i ir presentar en obras plásticas, ello no impide supo-
del hombre gigante con leones y otros animnJ sobre temas arcaicos o prototipos de otros ciclos
n será adoptado por los fenicios, quienes tram ¡ (Híleos se transplantase el tema de Gilgamesh. Y la
tema a los griegos y demás pueblos medita ni I mveeaón de nuevos contenidos sobre temáticas ya
o el despótes therón (señor de los animales),! rti'íiiN de valoración no es un hecho imposible. Una
arte de la antigua Etruria, el tema, ya muí •(friura artística a posterior! puede ser igualmente váli-
do, pasará a decorar bronces y joyas, piiil I Y esa relectura ha sido comprobada a partir de un
tardíamente (época paleocristiana y bizaifl lilliilio-sello predinástico (anterior cronológicamente a
otro asunto, pero con la misma tipología, M >.ible existencia de Gilgamesh) en el que se recogía
e Sansón luchando contra los leones o cu • cm ena de un héroe desnudo, barbado y con una gran
risto vencedor del demonio. i l i i a (Morgan-Porada), tema que fue copiado una y
RICO LARA PEINADO ESTUDIO PRELIMINAR XCIII
ta la extinción de la civilización asiriobahl» •te los contenidos últimos del Poema, expurgados
iempre fue asociado convencionalmentc u I •fe algunos estudiosos del tema.
ilgamesh (P. Amiet). l'ina algunos (T. Jacobsen, por ejemplo), el cambio de
mucho tiempo (1960) G. Offner ha potlijj •Nulidades operado en el segundo milenio antes de
creemos que con argumentos muy sólidos, 1 •lio en Mesopotamia, motivaría que el hombre se
e representaciones plásticas inspiradas di rol iilmilcase de modo riguroso una serie de inquietudes
el Poema de Gilgamesh, realidad ya intima •fea de la muerte y de la justicia, inquietudes que se
io G. Smith en 1876. Amaron inequívocamente en el Poema de Gilgamesh.
, basándose en estudios arqueológicos, /.un '•Oíros (A. Heidel, C. Loew) piensan que el relato del
ográficos y epigráficos, ha podido compm> •oe sumerio era un alegato, y sobre todo una batalla,
escenas del héroe luchando contra un torl unirá la muerte, ante la cual se resistían los espíritus
l héroe victorioso contra monstruos o acnm i . inquietos. Para F. M. Th. de Liagre-Bóhl y A. L.
tros personajes, son representaciones arlisll l|i|icnheim la filosofía última del texto se centraba en la
as a partir del texto literario de Gilgamexiy •locución de la inmortalidad, meta inalcanzable por la
IfJO de condicionantes que arrastraba el hombre, pero
•tlamente deseada. Otro enfoque distinto, mucho más
del Poema •Bftno a la realidad cotidiana del hombre, es el que vio
i, l'iirlani, para quien el relato del Poema fue el pretexto
, y sin entrar en un posible análisis estrudm I ixcusa para significar la amistad entre las personas y
a, que, siguiendo las pautas de Levi-Straui», •litar todos sus positivos valores.
ace algunos años el profesor G. S. Kirk (I No han faltado autores que a partir del análisis en
idu; lo urbano: Gilgamesh; la conexión ara Iftiíundidad de los aspectos externos de la obra han
s aventuras; los propósitos: las contradicnu HBO conclusiones de otra índole que la puramente
ógicas), ni tampoco analizarlo desde prcsii i" »íiea. Así, podemos recoger la antigua tesis de H.
anicistas (tesis-antítesis-síntesis) heraclitamil '•nvlinson, aceptada por otros autores, quien fijándose
r R. Jestin o bajo el enfoque platónico solul i|| l.i estructura y disposición de las doce tablillas del
íclico de las almas, ni llevar el Poema a uní 'nt'wi/ vio en la obra un trasunto astral, señalando que
aléctica bajo presupuestos hegelianos (ser-n| • correspondía y respondía a los doce signos del Zodía-
cer) que nos llevaría muy lejos de los límiiml }i También hay autores que ven postulados chamánicos
os impuesto, sí debemos tocar, siquiera sc« MI el Poema (tesis argumentada total o parcialmente por
para finalizar nuestro estudio, la filosolli M, Schneider, J. Makkay y E. G. Rabinovió).
oema. ('.atendemos nosotros, asumiendo las anteriores inter-
licidad de valores de todo tipo que encicru • i.11 iones, que todo el meollo especulativo que se
épica de Gilgamesh, tanto en sus aspeclii «»ii(tc en el relato (de profundo interés humano y por
como formales, ha motivado diferentes j il" de permanente actualidad) está destinado a dar
s por parte de numerosos especialistas, leu ' U l u l o al héroe y a desarrollar una «actitud» más que
raer su valoración filosófica. Un importanli Ifl «sentimiento» ante el problema de la mortalidad del
bro de J. Cors i Meya sintetiza adecuachiJ e, que adquiere su valoración al contrastarse con
ESTUDIO PRELIMINAR XCV
EDERICO LARA PEINADO
IIMIOI laudad» 'de un nombre eterno (no la posibi-
ad que lisa y llanamente es de índole teol¿ I di- ser un hombre eterno) y sobrevivirse conse-
dioses viven eternamente).
ii maite a uno mismo. Esa es la única inmorta-
en el Poema de Gilgamesh termina de un rl único resquicio de pervivencia reservado a los
nzado, brusco, seco, sabemos que no sien I >!(••, Y ése es, creemos, el mensaje último del Poema
finalizar así, puesto que la última tablilla i|i
Hytimesh.
la versión que hoy se conoce) viene a ser (I
sin conexión argumental con el resto de 1
, tablilla añadida en una de las últimas ine|
la obra literaria, según demostraron C. J. (>m|j
ramer. En realidad, el Poema hubo de termina LA PRESENTE EDICIÓN
cena en la que Gilgamesh le muestra con < > I ( > H
anabi la colosal muralla de Uruk, advirtiénai \i-rsion del Poema de Gilgamesh que a continua-
io tiempo sus planes para la finalización tío I e, y que tiene por finalidad contribuir a su
scena exactamente idéntica a la del comiciiB entre el gran público amante de la Historia
y que, aparte de su valor como recurso liii-ni plguíi, ha sido fruto de la confrontación de diferentes
oliza también el punto de cierre de un nr|á Hilemos de autorizados asiriólogos (P. Haupt, P. Jen-
bién la posible apertura de otro nuevo, lal \i<i
I I i. Dhorme, M. Jastrow, A. T. Clay, E. Ebeling, R.
tos planteamientos y perspectivas diferenleM dliipbcll Thompson, G. Contenau, F. M. Th. De Liagre
consuelo cabe saber que en una tradición poMÉ
ni, A. Heidel, E. Speiser, G. Furlani, R. Labat, J.
ria, en un nuevo poema, se hace «morir» I
•dncr y J. Maier). El resultado más evidente de la
teniendo éste como compensación a sus fallan
del Mundo Inferior, alcanzando así por volim •Ón es el haber fijado el desarrollo argumental del
a la dignidad de juez supremo de aquel miuutn, mniti bajo secuencias de «acción» lógicas, gracias a la
fcfporación de nuevos fragmentos y lecturas parciales
que debe acudir toda la humanidad. HunuuiÚ
otro lado, que puede alcanzar una chispa, nlfin liobre tal obra literaria han ido aportando las cien-
talidad por ser ésta un componente (auin|tii i luslórica y filológica en las páginas de las revistas
que, de alguna manera, se halla presente en l| Wcializadas.
a del hombre. Hombre que puede llegar a wi •Indo necesaria una total puesta al día de dicho
si sabe acordar sus reales posibilidades a he- mtttu (que sólo conoce un par de versiones —incomple-
cos, a obras totalmente perfectas, bien reali/n || y sin comentarios— en nuestro idioma), la presencia
ndo la escala humana como módulo orienl;il!< I nuevos textos hititas, babilónicos o asirios era razón
de la construcción de la muralla de Uruk cin liliH¡ida. Si bien en algunos pasajes determinados la
cuya fama por tales hechos ha de trascended ¡ilusión de los mismos pueden hacer reiterativa la
na duda, a la propia descendencia; es decir, |ilición argumental, en no pocas ocasiones contribu-
se proyecta sobre los hijos y desde éstos y sii| MII u matizar o precisar detalles no conocidos en las
ntes a la Historia. illnones clásicas. Asimismo, y motivado por la imposi-
esta manera, hablando desde planteamicn Illdiid, hoy por hoy, de establecer un texto completo y
otámicos, el hombre podrá alcanzar la gloiui lioal del Poema, se advertirán lagunas textuales, que
RICO LARA PEINADO ESTUDIO PRELIMINAR XCVII
eñalan, o cortes bruscos en la narración, ipn 'AtTqot, Jerusalén.
ente hemos mantenido para ajustamos n« Aula Orientalis, Sabadell (Barcelona).
Ausonia, Siena.
to a la validez científica del texto. Beitráge zur Assyriologie, Leipzig.
litar la interpretación de los versos y « Boletín de la Asociación Española de Orientalis-
zación con referencia a los textos origina Iri tas, Madrid.
o por concedernos las mínimas licencias J Baghdader Mitteilungen, Berlín.
Bulletin de la Academie Royale de Belgique. Cla-
cal, así como por servirnos de las notaciom'i se des Lettres, Bruselas.
nales, pero cotejándolas con otras versioiir» Bulletin of the American Schools of Oriental Re-
se toman determinados versos que se puhli search, New Haven.
réntesis, cuando se precisan. Belfagor, Florencia
Bibliotheca Orientalis, Leiden.
corporado también una amplia bibliognilln British Museum Quarterly, Londres.
bre el Poema, así como un considera hll MRAH Bulletin des Musées Royaux d'Art et d'Histoire,
notas explicativas para aquellas palabrut| Bruselas.
o personajes, que lo requerían, tendenli'i The Classical Journal, Colorado.
KM Comptes-Rendus de I'Academie des Inscriptions et
hacer más comprensible el Poema y podrí Belles-Lettres, París.
da la rica aportación histórico-cultural i|iii> Id* Altertum Das Altertum, Berlín.
en esta bellísima obra literaria los antiguo» niit Encyclopaedia Bíblica Instituti Bíalik, Jerusalén.
.//t Enciclopedia de la Biblia, Barcelona.
os, creadores, sin lugar a dudas, de la civílli I <> Egitto e Vicino Oriente, Pisa.
na. ' 'luí Orientalia Folia Orientalia, Cracovia.
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TABLILLA I
COLUMNA I
asirlo
Quiero dar a conocer, al país, a aquel jjuejodp lo
ha visto 1 ,
a aquel que ha conocido lo profundo 2 , que ha
sabido todas las cosas,
que ha examinado, en su totalidad, todos los mis-
terios.
A él3, el sabio universal, que lo ha conocido todo,
' Con la expresión Sha nagba imuru, «aquel que todo lo ha visto»,
át comienzo el Poema de Gilgamesh. Sin embargo, ya R. Campbell
llhtmpson y otros autores argumentaron que había que sobreentender
Huís palabras previas, que aquí restauramos. Habla el poeta, en
ifiilulad, utilizando la primera persona.
' lil término nagbu, además de significar «totalidad» y «mar» puede
lenificar también «abismo», «manantial», «fuente originaria». Cree-
itliw, siguiendo a A. L. Oppenheim, que aquí dicha palabra no designa
•iniplemente el mar, como un lugar concreto (Gilgamesh alcanzó el
HWr, donde moraba Utnapishtim), sino la gnosis o conocimiento de lo
MÉI profundo conquistado por Gilgamesh.
* Esto es, a Gilgamesh. Al ser calificado de «sabio universal», el
impla lo considera realmente un apkallu o «sabio». Sobre esta temática,
I .1. A. van Dijk, La sagesse suméro-accadienne, Leiden, 1953.
E GILGAMESH POEMA DE GILGAMESH 5
descubierto el secreto de lo que estábil y el santuario-puro del Sagrado Eanna9.
velado, ¡Contempla su muralla exterior, que parece hecha
nos ha transmitido un saber mucho mi» de bronce!
antiguo que el Diluvio'1 ¡Mira sus paredes internas, que no tienen rival!
de un largo viaje, fatigado, pero sereno, ¡Toca su dintel, que proviene de muy lejos!10
n una estela de piedra 5 todos sus esfuerzon ¡Acércate al Eanna, la morada c[e Ishtar l í ,
có los muros6 de Uruk 7 , la bien cercada", que ningún rey venidero, ningún hombre, iguala-
rán jamás!
¡Sube y paséate por la muralla de Uruk!
olítico mesopotámico existía ya una tradición oral .h Inspecciona su base12, observa su fábrica de ladri-
de las tierras bajas, entre los ríos Eufrates y Tigni, lio13.
bió fijarse por escrito a finales del tercer milenio anl«
echo, motivado por un Diluvio (abubu), sirvió paiii
¿No son de ladrillo cocido14 los ladrillos de su
mesopotámica en dos fases: una antigua o anterior ni estructura?
osterior. Es lógico que Gilgamesh transmitiese heclini ¿No colocaron sus cimientos los Siete Sabios?15
uvio, toda vez que llegó a conectar con Utnapishlim,
atástrofe, según narra la tablilla XI del poema.
fue inventada en Uruk y, según los textos, llegó M
del Diluvio. Un texto de Assurbanipal, rey asirio ili'l 1 Kanna, «Casa del cielo», «Casa de Anu». Fue el templo primero de
blando de tal rey: «Tenía mis delicias en la lectura de hit •iM v luego de Anu e Ishtar, situado en Uruk. Dicho templo y otras
s al Diluvio.» Beroso, un sacerdote de Marduk, qui> iimicciones anejas formaron un barrio sagrado, renovado y restau-
ia en el s. ni a.C., indica lo mismo, al señalar i|in< nlcí por los sucesivos reyes.
rofe del Diluvio, Xisuthros («el salvado de las aguas»! 1° Unos autores lo traducen con sentido temporal («de tiempo
ar los textos escritos, escondidos en Sippar. Gilgamesh «memorial»), otros con sentido geográfico («de países muy lejanos»).
sus aventuras sobre una estela de piedra (naru). Oí ni P Diosa acadia de la guerra, del amor y de la fecundidad. Fue la
naru es la inscripción de Naram-Sin, rey de Ak'kutl Ñu más importante de la religión babilónico-asiria. Su nombre es de
que puede verse en O. R. Gurney, AnStud., 5, 19M, i' i l o significado, si bien hace referencia a la «estrella» del amanecer
ild atardecer (planeta Venus). Los semitas la asimilaron a la Inanna
ogía ha evidenciado no sólo las murallas y su perínii' <mrna. Los textos la llaman «diosa excelsa», «señora de los pueblos»,
n el material utilizado, el ladrillo plano-convexo. Luí] • nora de los hombres», «gobernadora de cielos y tierra», «la primera
vas de Uruk fueron dobles. Una muralla exterior, de 1 • Mfe los dioses», etc.
n sus trazas en el suelo, y otra interior, de 5 metros de " «Base» es la traducción que damos al término acadio temennu.
a por pilastras y por torres semicirculares. La misma I ilit palabra, de origen sumerio (cf. con el término griego témenos),
a de unos 6 kilómetros cuadrados. («llpaba la plataforma sobre la que se construían los templos.
na de las más importantes ciudades sumerias (actiul ''Los ladrillos de esta muralla tenían forma plano-convexa. Tal
bicada junto a la orilla derecha del rio Eufrates. Fue l.i Inmérito constituye una de las características constructivas más acusa-
que, tras el Diluvio, ejerció la hegemonía sobre Sumci >lcl período arcaico mesopotámico (tercer milenio a.C.).
esta dinastía fue Maskiaggasher, personaje mítico, 14 La mayor parte de las construcciones del tercer milenio estaban
tu, el dios sol. La fundación de Uruk se atribuyó a su j illíicíidas con ladrillos secos al sol. De ahí el interés del poeta en
l cual sucedieron Lugalbanda, Dumuzi y Gilgamesh .•telar que la estructura de la muralla era de ladrillo cocido. A.
ruk se comenzaron a excavar en 1849, realizándose inlkenstein ha señalado que los ladrillos de la muralla de Uruk no
pañas arqueológicas. "l«n cocidos, por lo que, si se acepta esto, hay que pensar en que este
, «Uruk amurallada». Con tal expresión se designa H <IBO es una adición posterior, achacable a las sucesivas copias.
, protegido por una muralla interior de 9,5 km ilc P La tradición sobre la existencia de antiquísimos sabios al comien-
atribuida, por la tradición, a Gilgamesh. •ii de los tiempos fue un hecho común a muchas culturas del mundo
E GILGAMESH POEMA DE GILGAMESH -1'-
arte es ciudad, otra parte huerta y otra pnr| dominando a reyes, famoso, poderosamente crea-
calvfl do,
rtes, incluyendo el calvero, forman Uruk'] héroe, hijo 20 de la ciudad de Uruk, un toro que
bre la caja de cobre, acornea!
uelto el pestillo, hecho de bronce, El toma la delantera, como debe (hacer) un líder,
a boca a sus secretos, sin embargo, él marcha en la retaguardia, como un
a tablilla de lapislázuli 17 y léela en vjí compañero de confianza.
altftP Un poderoso lazo para proteger a sus hombres,
Gilgamesh 19 soportó todo lo duro, es una furiosa ola que golpea totalmente los muros
de piedra.
Hijo de_Lugalbanda21, Gilgamesh es el modelo de
icho mito se intentaba explicar cómo el hombre UCHÚ I fuerza,
nocimientos y técnicas de la civilización. Los «/>/,, i
ido descritos como los mediadores entre los divino »., hijo.jle esa j»ran, vaca salvaje 22 , Ninsun 23 .
reto divino», «modelo») y el conocimiento humano 11 I (...) Gilgamesh, deslumbrador, sublime,
obre el mito etiológico de los Siete sabios, VC;IM I abridor de los desfiladeros de las montañas 24 ,
1961, pp. 1-11. Para éste y otros mitos sumero-acadlifl cavador de pozos en la ladera de las colinas,
nado, Mitos sumerios y acadios. Madrid, 1984.
alude a toda la extensión de Uruk (unos 6 kilómclinl I cruzó el Océano, el profundo mar, por donde
arqueología ha detectado que un tercio de esa sup»H¡
a por edificios públicos y viviendas de nobles, ulfn
ban los barrios de la gente humilde y el tercio rcsl.mit
rtos, espacios vacíos (calveros) y necrópolis. Cadií mil ! una tradición que presentaba a Nemrod-Gilgamesh como
tá designada con la medida de superficie shar, evüln .iiuctor de la Torre de Babel. Según la Lista real sumeria, Gilga-
acuerdo con esta referencia, la superficie total de I imi i gobernó en Uruk durante 126 años. Cf. T. Jacobsen, The Sume-
ás de 10 km 2 . \iiifl List, Chicago, 1973, 4." ed., pp. 89-90. Para B. Lukacs y L.
zuli era la piedra semipreciosa (de tono azul iiiii) Gilgamesh habría reinado entre el 2637 y el 2616 ( + 25) a.C.
nocida en la antigua Mesopotamia. Las investigación^ l/ícn, II, 2, 1975, pp. 25-45).
ueológica han determinado los puntos de donde vi-nli (ülgamesh es llamado aquí «hijo» (lillidu) de Uruk. En otros
ish, Meluhha, Aratta y Marhashi. Según G. Herniiiinn ' • se emplean otros sinónimos para designar el término «hijo»:
rano-Munjan, en la provincia de Badakhshan (AfgiuiU i de Lugalbanda, maru de Ninsun (versos 33 y 34).
eedor del lapislázuli (uqnu) en la Antigüedad. Tablilla Lugalbanda fue otro famoso rey sumerio, padre de Gilgamesh.
an sido encontradas en depósitos fundacionales ( i < I _¡n la tradición fue un rey pastor que reinó en Uruk durante 1.200
la colocación de la primera piedra de templos) i|| |, Fue sujeto de un relato épico, en varios episodios.
ades de Mesopotamia, incluyendo lógicamente Uruk El epíteto «Vaca salvaje» fue aplicado usualmente a diferentes
se está dirigiendo a un posible lector interesado nn I lín el original, Rimat-Ninsun, formando un todo tal nombre
hos de Gilgamesh. «nipucsto.
de Gilgamesh ha sido escrito, leído y transcrito il» '' Ninsun fue una diosa de segunda importancia en el panteón
eras, habiéndose ocupado de este tema numero,,.. «Miipotámico. Según quiere la tradición, fue la esposa de Lugalbanda
tre las variantes, podemos aquí recoger: Gisbilginmn, i>oi lanto la madre de Gilgamesh. En el Poema está caracterizada
sh, Gishgimmash (hitita), Galgamishul (hurrita), ( ú l r < •ino una diosa experta en la explicación de los sueños y como diosa
logía de estas variantes ha originado interpretación» ii i'ian piedad.
contenido. Hoy se acepta que el nombre de Gilgaim i> 1 I TI este verso, y en ios siguientes, se anticipan algunas de sus
adre, el héroe». Desde la Antigüedad Gilgamesh Ii4 ni.is. Sin embargo, sorprende que se silencie el episodio del comba-
el Nemrod o Nimrud bíblico. Flavio Josefo (s. i il.n i muirá Rumbaba.
A DE GILGAMESH POEMA DE GILGAMESH 9
Shamash 25 se eleva! \ / n hitita
loró las regiones del mundo: el que busc;i i
Vida", Un fragmento de una versión hitita, muy incompleto, contie-
iéndose paso hacia Utnapishtim 28 , el Lejami, ne lo que puede ser el comienzo del Poema y las características
físicas y morales de Gilgamesh.
hombre que restauró las funciones que el Diluí
vio había destruido", ¡Voy31 a entonar un himno a Gilgamesh, el héroe!
poblando la tierra. A Gilgamesh, que tras haber sido creado,
ay algún rey como él en alguna parte? lo hizo perfecto en su figura el poderoso dios (...).
uién como Gilgamesh puede jactarse (de decir A Gilgamesh lo crearon en su figura los grandes
'¡Yo soy el reyll dioses.
esde el día de su nacimiento, Gilgamesh l'uj El dios Sol del Cielo32 le dio Ja virilidad,,, ^
llamado de nombre 1 ' el'dj.os de la Tempestad33 le dio el heroísmo. !
De este modo crearon los grandes dioses a Gilga-
mesh.
ash fue el nombre acadio dado al dios Sol (en sumcrln¡| Su figura llegó a once codos de altura34,
de Sin (dios luna), fue considerado el dios titular de I de su pecho la anchura era de nueve palmos35.
le creyó dotado del don de la profecía. Su esposa fue Ayu j
ettu (la Justicia) y Mesharu (el Derecho). Se le llamó ' Su miembro tenía la longitud de tres (...).
le asignó el número 20 como emblema numérico. I uij Anduvo recorriendo todas las tierras,
ntros de su culto fueron Larsa, Sippar y Babilonia. llegó a la ciudad de-Uruk
ón al Este, lugar por donde se produce el orto solar.
mesh es el mushteu balati, «el que busca la Vida», y (...)
uí a «inmortalidad», la vida que disfrutan los dioses.
pishtim fue una de las personas que sobrevivieron al Diluvial El texto mutilado impide conocer el contenido del verso
ico. Fue hijo de Ubar-Tutu, rey que gobernó en la ciudnu anterior.
pak. En la historia del Diluvio sumerio Utnapishtim Pll
iusudra («Vida de largos días») y en la versión acadllj A diario dominaba a los hombres de Uruk.
(«El muy inteligente»). Los especialistas han traducido »|f Gilgamesh (...) en los vientos.
Utnapishtim como «El que encontró la Vida», «Vida
», «Uta es mi vida», etc. Su actuación con respeclo «|
puede verse en las tablillas X y XI. JLa versión hitita recoge el carácter hímnico del Poema, siendo
ta frase se aplica a Gilgamesh, las funciones (parsu) c Ildo «La canción de Gilgamesh» (Shir Gish. gim. mash). El copista,
serian las religiosas, posibilitadas por la construcción Iwlante, reelaboró el material épico, pues las diferencias entre las
bnes son
a suya según se dice en el verso 10 (Cf. W. L. Moran, K.\.\, 2, 1977, pp. muy evidentes.
190-191). Sí laVéase J. H. Tigay,
aplicamos The Evolution...
a Utnapishtim cit., pp.
(idea mciinil
118.
e entendería que tras el Diluvio la humanidad -volvería «J Esto es, el dios Shamash (Utu en sumerjo).
e, a vivir, poblando así otra vez la tierra. Alusión al dios Enlil. Entre los hititas el dios de la Tempestad fue
ombre» era uno de los principios más importantes para luí j si bien su hijo Telepinu lo desplazó.
na cosa no existía hasta que no tenía «nombre». El nomln* j 1 Aproximadamente, 5,60 metros de altura. Un paralelo de este
las personas su individualidad, pero también su «esencia» j ño, si bien la mitad, puede verse en el de Goliat, gigante de la
au). Para los paralelos y significado de todos estos versm i 1 de Gat y rival de David, cuya talla según la Biblia era de seis
ios, que constituyen realmente un prólogo al Poema, VÓHW jy un palmo (o de cuatro codos, según la versión de los Setenta).
, The Evolution of the Gilgamesh Epic, Filadelfia, 1982, |i|t j Samuel, 17, 4.
ara los versos 17-45, D. J. Wiseman, Iraq. 37, 1975, p. Iftl 1
Unos 2,25 metros.
A DE GILGAMESH POEMA DE GILGAMESH 11
la diosa Madre 36 lo vio (...) atentos a sus órdenes39, siempre debían estar pres-
encolerizó en sus entrañas. tos sus compañeros.
os los dioses estaban reunidos Los hombres de Uruk, con un temor constante, se
diosa Madre fue al lugar de la asamblf.i hallan en sus estancias:
^Gilgamesh no deja un hijo a su padre, <>y—-
COLUMNA II día y"noS5e~sé~SSser^^SS~svT\í5í^ísLS5.
lo Gilgamesh, el pastor 41 de Uruk, la amurallada,
el pastor de todos, y su rey, osado, ilustre, sabio y
tercios de él son dios37, un tercio de ¿I I prudente,
humano! no dejsJLninguna hija aljado de aquel que la ama,
orma de su cuerpo es perfecta, los dioses mi* (sea) hija de guerrero "o (futura) mujer de un
mozo42.
mos la completa^
madre, Ninsun, acrecentándola, la doló j De oír sin cesar las quejas de las gentes de Uruk,
bello/i los grandes dioses,
los dioses del cielo apelaron al dueño 43 de la
ue una laguna de tres versos.
amurallada Uruk:
el recinto de Uruk él vivía (...) —Es un buey montaraz lo que tú has creado en
cía muestra de una fuerza tan grande como l| Gilgamesh44.
de un buey salvaje alzando su lc*li En verdad, el empuje de sus armas no tiene par,
hoque de sus armas no tiene par,
" Otra posible traducción: «Al golpe del tambor» (pukku). L. A.
sa Antu, compañera de Anu, la divinidad suprema. )( l|H'nlicim traduce: «mediante (el sonido del) tambor, venían desvela-
Mesopotamia se conocieron otras diosas madre. Eus subditos (para la corvea)».
s tercios de divinidad que posee Gilgamesh provieiu n <li '" I.a naturaleza de la opresión de Gilgamesh sobre Uruk es muy
diosa Ninsun. En el Poema también se citan como nmilll ilulilcinática, habiendo sido interpretada de diferentes maneras. De
ru y a Rimat-Belit. Aruru en la Cosmogonía caldca 11. •o, tal opresión o tiranía se basaba en la llamada incesante a las
arduk, con quien «formó la simiente de la humanulml- Bis. respecto a los hombres, y en el ejercicio del «derecho de
«que conoce cuanto es posible saber», era una saccnlullN H|da» (¡us primae noctis), respecto a las mujeres. No aceptamos la
leyenda consideró madre de Gilgamesh a Ningiir.nl- Bpretación de T. Jacobsen, dada en AcOr., 8, 1930, pp. 62-74.
alto sacerdote de Kullaba. •' El término pastor (riaum) está aquí utilizado con claro sentido
rgo del Poema, Gilgamesh está siempre dibujado cninl Wlnfórico. Debe entenderse en sentido de «soberano», muy próximo
a. Era humano y por ello, lógicamente, iría en busc;i .1. i. il (iiego poiemen laón. Aparte del determinativo divino (ilu) con que
a pesar de que fuera «carne de dios» (cf. IX, 11, I I) I •imicce Gilgamesh en el Poema, en otros textos se le da el título de en,
AcOr., 15, 1937, pp. 141-160), siguiendo a P. Jensen, im|f ¿fior».
ad de Gilgamesh, aduciendo que fue una divinidad 1 •' Alusión inequívoca al «derecho de pernada».
o número de años de reinado que le otorga la Lisiu u* M Al dios Anu, señor de Uruk y padre de los dioses.
M De hecho, Gilgamesh no fue hijo de Anu. Aquí el poeta considera
cupar en la genealogía de Uruk un lugar tras dos dio . <
o taxativamente «dios» en un antiguo texto de Slinni|i i Anu como su creador en razón a que dos tercios del rey de Uruk
Kjn divinos, por lo que, en cierto sentido, Gilgamesh podía ser
ulisiderado hijo de Anu, el padre de todos los dioses.
POEMA DE GILGAMESH 13
DE GILGAMESH
En la estepa modeló al valiente Enkidu49, vastago
s a sus órdenes, siempre deben estar pr del silencio y partícula del dios Ninurta 50 .
sus compaíu-i Su cuerpo está todo cu6ie~rto~de~pek>; sus cabellos
mbres de Uruk, con un temor constante, • son como los de una mujer,
hallan en sus estandftU tupidas como Nisaba51 brotan sus guedejas;
mesh no deja un hijo a su padre, no conoce a los humanos ni conoce país civilizado
noche se desencadena su violencia. y va vestido como el dios Sumuqan 52 .
mesh, el pastor de uruk, la amurallada, • Como las gacelas se alimenta de hierba,
pastor de todos, y su rey, osado, il con las manadas abreva en las aguadas,
sabio y prudcnl^ \n las bestias salvajes su corazón se deleita be-
ja a ninguna hija al lado de aquel que la ; i m . biendo53.
ija de guerrero o (futura) mujer de un mo/n Un día un cazador, un trampero al acecho54,
o Anu hubo oído estas quejas
a la gran diosa Aruru 45 y le dijo: - T(Ü nodelaba los cuerpos de los recién nacidos. También en la literatu-
íisica se refleja esta creencia (Pausanias, X, 3, 4; Ovidio, Mela-
Aruru, creaste a Gilgamc»^ •>sis, I, 82; Juvenal, Sátiras, XIV, 35). Los pueblos primitivos
hora su réplica46 y que le sea comparah|j lies son de esta misma creencia.
por la fogosidad del cora/mi Enkidu fue creado para oponerse a Gilgamesh, pero terminó por
que rivalicen para que así haya pa/. »M
E
[vertirse en su fraterno compañero. Es la imagen de lo salvaje, lo
nitivo (la naturaleza), en oposición a lo urbano, lo civilizado (la
Uruk! 4 ', jura), que simboliza Gilgamesh. Su nombre aparece escrito como ilu
fkak. Algunos autores lo ven como prototipo de Adán (J. Errando-
sa Aruru, tras haber oído este ruego, comí , Para la etimología del nombre, véase G. Dossin, BARB, ser. 5, 42,
en su propio espíritu la réplica para Aun, , pp. 591 ss. Sobre su creación, véase J. H. Tigay, The Evolution,
sa Aruru se lavó las manos, cogió un peila/n f pp. 192-213.
de arcilla48 y escupió enciinn Ninurta fue un dios de la guerra y de la caza. Sus atributos
pislían en una especie de maza con dos serpientes a cada lado. Su
cuido religioso es prácticamente idéntico al del dios Ningirsu. Por
uno de los nombres de la Gran diosa madre. Fue muí quí dicho, Enkidu al ser partícula de Ninurta, era, en realidad, un
primordial, que intervino en la creación de la huniinil i |rero.
n el Poema como consorte de Anu. El poeta la cónsul» Comparación alegórica entre Nisaba, diosa del grano, de la
re de Gilgamesh. Hay una trasposición de tipo gem'-il (lidad de la tierra, y los cabellos de Enkidu, que brotaban como
, en cuanto creadora de la Humanidad, lo fue lógíni pos de cebada o de trigo.
mesh. Sumuqan fue un dios de la vegetación y del ganado. Se le
ginal zikir shu, «su imagen». Zikru quiere decir, < u ba vestido de pastor. El poeta quiere significar que Enkidu iba
rdo de algo», de ahí «imagen». Quizá hubiese suln irlo de pieles, al igual que los pastores.
oeta hubiese utilizado el término mahiru, «igual». I I Enkidu desconocía la vida civih/ada. Su afición a vivir entre los
es banu, que quiere decir realmente «construir», «pm Jales salvajes, entre los que se crió, parece aludir también al trato
r». Aruru había creado a la humanidad, modelando al con ellos, práctica común entre las antiguas tribus pastoriles
mediante la arcilla creará a Enkidu. i aceptada por M. Jastrow y G. Contenau).
er en este verso un matiz irónico: «rivalizar para un) j Esta persona anónima, designada como cazador (habilu amelu) y
i trampero (sahadu) es la que conecta la estepa, el desierto con la
ción de un dios alfarero fue común a todos los pueblen d. Es el primer contacto que Enkidu tiene con una persona
d. Cf. la creación de Adán (Génesis, 2, 7) o la de F.lilm llwda.
ios egipcio Khnum era representado como un aliaron
DE G1LGAMESH POEMA DE GILGAMESH 15
pó con él, frente a frente, al borde del ahn-v vil y viene sin cesar por toda la estepa,
sin cesar come hierba con su manada,
ía, dos días, tres días se topó con él, freiiUJ sin cesar planta sus pies en los abrevaderos,
frente, al borde del abrevadcM jlistoy tan asustado que no me atrevo a acercarme
do el cazador lo vio, su rostro se contrajo i a él!
tCII™ l i a cegado las fosas que yo había abierto, o,
n sus animales (cazados), regresó a su casnl lia destruido las trampas que yo había tendido, j
e quedó mudo de miedo, quieto, sin un son ha hecho que escapen de mis manos las bestias, í
ili me impide, pues, que cace en la estepa58. J
do el corazón y sombrío el rostro.
iedo atenazó sus entrañas, Su padre 59 abrió la boca para hablar y le dijo al
stro era como el de un viajero llegado de nuil cazador:
lejos'1
Hijo mío, Gilgamesh reina en Uruk,
COLUMNA III DO hay nadie que tenga más fuerza que él,
MIS brazos son tan poderosos como un paladín de
ía Anu,
ve, pues, y orienta tus pasos hacia Uruk
azador abrió la boca para hablar y dijo ¡i if y habíale de la fuerza de ese hombre.
piull I intonces Gilgamesh te dirá: —Ve y toma, cazador,
dre mío, hay un hombre que ha venido de l|j una ramera, hija del gozo60, llévala contigo,
hondo de la esicpn prevalecerá'"sobré él a causa de un mayor poder.
más poderoso del país, está dotado de gruí ('uandQ_él_Lkgue con sus bestias al aguadero,
fllCI/ll
la mujer deberá quitarse sus vestidos y mostrar su
s brazos son tan poderosos como un paladll ~ espléndida belleza.
de Anuí nos ha dicho que Enkidu fue creado en la estepa, zona que en
.•opción sumeria era el lugar donde vivían las fieras y los
"Lis. En el original, aparece como seru, «llanura», «campo»,
este verso un cambio equivocado de sujeto. AlguinJ i'-i", «desierto». En sumerio, edin designaba una extensión abierta,
an que quien regresa a su casa (¡!) es Enkidu. LógicanirnH .Invada por el hombre. Para la relación entre el Edén mesopotá-
ue regresa es el cazador. el Edén bíblico, véase J. Errandonea, Edén y paraíso. Madrid,
rso se aplicará luego a Gilgamesh, tras la muerte I
i I padre del cazador es otra persona que el poeta no identifica.
ino kisru equivale a «nudo», «tropa», «salario», «artiruli . mliargo, es quien pone en conocimiento de su hijo la existencia de
orito». Aquí, aplicado a Anu, dios del cielo, equiv(| • iiumi:sh y quien le indica el proceder del rey de Uruk para amansar
a «estrella fugaz» o si se quiere a «meteorito». Nosotriml hlktclu.
os y lo traducimos como «paladín». Anu fue la diviniíU " I s decir, una hieródula (harimtu). En el texto, harimtu shamhatu,
padre de los dioses. Según la cosmogonía sumeria l u í •uimii, hija del gozo». Existe una gran variedad de vocabulario que
bina primigenia Anshar y Kishar. Su esposa fue Antu y 1 "|M- las diversas categorías de mujeres consagradas al servicio de los
lto Uruk. 'ii|ilns de Ishtar.
ILGAMESH POEMA DE GILGAMESH 17
el hombre la vea, corriendo se acefl Tomaron el camino, yendo rectos en su dirección,
da, que ha crecido bajo su vigilnnJ y al cabo de tres días llegaron al lugar indicado.
huirá di | l ; l cazador y la ramera instalaron allí su campa-
mentoy- agüárdaronr
el consejo de su padre, I Jn día y aun otro más estuvieron sentados junto a
decidió ir a ver a Gilgamesh. la aguada.
el camino y llegó a Uruk: Las bestias salvajes llegaron a la aguada para
beber.
h, escúchame, ayúdame.
mbre que ha venido de lo hondo tío I
cslcfl u hitita
oderoso del país, está dotado de yiitl
luí I
Los dioses están irritados contra Gilgamesh por su opresión
s son tan poderosos como un p;il,nllj sobre las gentes de Uruk. Tal vez alguno de ellos sugiere la
creación de Enkidu para oponerlo al héroe sumerio.
de A ni)
sin cesar por toda la estepa, Al oír la diosa Madre todo aquello,
me hierba con su manada, tomó crecimiento, se marchó
lanta sus pies en los abrevaderos. y creó en la estepa al poderoso Enkidu.
asustado que no me atrevo a acerc;ui|l| El poderoso Enkidu está en la estepa,
ti | los animales lo van haciendo crecer,
las fosas que yo había abierto, (...) a donde los animales van a pacer
o las trampas que yo había tendido, allá va Enkidu también con ellos.
ue escapen de mis manos las bcsh.i» A donde van a restregarse,
pues, que cace en la estepa. allá va Enkidu también con ellos.
El cazador Sangasu61, el fuerte,
habló al cazador, diciéndole: solía situar trampas para los animales,
pero Enkidu iba por delante de él
or mío, lleva contigo una ramera, hl y las llenaba de tierra.
del gol Las redes que aquél colocaba,
legue con sus bestias al aguadero, i Enkidu las arrojaba al río.
berá quitarse sus vestidos y mostnn n Sangasu fue y le dijo a Gilgamesh:
espléndida bel Ir/*
el hombre la vea, corriendo se accn ,u —Alguna persona fuerte va antes que yo
a, que ha crecido bajo su vigila i u i* y se dirige a la estepa.
huirá de I Las trampas que yo voy colocando
azador llevando consigo una ramn-i í" El texto hitita presenta la novedad de darnos el nombre del
hija del go/u Hilador, desconocido en la versión asiría.
MA DE GILGAMESH POEMA DE GILGAMESH 19
llena de tierra. ¡No seas esquiva! ¡Acoge su ardor!
s redes que yo coloco Así que te vea se acercará a ti.
las coge y las arroja al río. Quítate el vestido para que yazga sobre ti,
iProcufateTehptecer que pueda dar la mujer!
lgamesh comenzó a decirle a Sangasu, el cum Cuando su amor haya entrado en ti,
,1,, su manada, que ha crecido bajo su vigilancia,
huirá de él.
Lleva con él una ramera
que se acueste con él. La ramera descubrió sus senos, desnudó su cuerpo,
para que poseyera toda su belleza.
Sangasu cumple las órdenes indicadas según se deduce < Sin vergüenza la mujer aceptó su ardor;
to hitita.\TanibiénJ\ay restos de un diálogo entre Enkklii arrojó sus vestidos y sobre ella él se acostó.
ramera deN *
Mostró, así, .aLsalvaje, el placer desuna, mujer,
jT"el amor de él entró en ella.
COLUMNA IV p Durante seis días y siete noches65 Enkidu, en celo,
cohabitó con la ramera.
sirlo Y después que se hubo saciado de sus encantos,
decidió salir en busca de su manada,
egó la manada de bestias salvajes y aplacó ni l'cro al verlo, las gacelas huyeron,
SI '
las bestias salvajes se apartaban de su cuerpo 66 ,
cuanto a él, Enkidu, nacido en la estepa, linkidu se lanzó hacia ellas, pero su cuerpo estaba
n sus gacelas se alimentaba de hierba, sin fuerzas,
n la manada bebía en los aguaderos, sus rodillas quedaban inmóviles, al tiempo que
con las bestias deleitábase bebiendo. huía su manada.
ramera lo vio, vio a aquel salvaje 62 , linkidu estaba débil, no pudo correr como antes lo
hombre bárbaro 63 , habitante de las profundulo hacía,
des de la llanuil pero se había desarrollado, su inteligencia estaba
despierta67.
¡Ahí está, ramera!64 ¡Descubre tus senos,
Ambos números, dado su carácter sagrado, están presentes a lo
snuda tu cuerpo y que posea toda tu bellc/n! I del Poema. Los números que aparecen son, además del siete, el
ilus veces siete y el doce.
l original, lulla amelu. El término lullu, de origen S U I M M I . lili opinión de M. Jastrow, Enkidu no ignoraba la bestialidad. De
«humanidad originaria», esto es, el hombre antes (Ir » Ijlie, tras el episodio con la hieródula, vuelva otra vez con sus
Su sentido exacto sería, «el hombre como fue en el conil»| I, La ley.mosaica, así como las leyes hititas, castigaban esta
í nuestra traducción, «salvaje». El término se aplicó i n c l í n 'imlire. No aparece ninguna condena para el bestialismo en el
concretos: los lullubitas. ll/i< tía Hammurabi, ni en otras leyes asirías. La mitología de griegos
se aplica a Enkidu el calificativo de etlu saggasa, « h n i n l n ni.MÍOS concede una gran indulgencia a estas prácticas.
ción», esto es, «bárbaro». I ;i hieródula aporta a Enkidu, de naturaleza salvaje, el conoci-
hablando el cazador. ii" <le la vida social y civil, el pensamiento. Por ello, Enkidu
E GILGAMESH POEMA DE GILGAMESH 21
e y se sentó a los pies de la rameril y donde, como un buey salvaje, se cree el más
tó los ojos para mirarla; fuerte de los hombres!
ntendían sus oídos lo que le decía la raid Le retaré y le hablaré con osadía, como convie-
ne 72 .
era habló así a Enkidu:
Enkidu, eres sabio, eres como un diosl' COLUMNA V
é vagabundear por el llano con las beslin Tanto esta columna como la siguiente son una refundición de
eja que te lleve a la amurallada U r u k . j textos babilónicos y asirios.
o templo69, morada de Anu y de Ishiiir,
vive Gilgamesh, perfecto en fuerza, -Gritaré en pleno Uruk: ¡Yo soy el más fuerte!
e, como un buey salvaje, se cree el It1| Yo soy el que puede alterar el curso de las cosas.
fuerte de los honilifí El que nació en el desierto es poderoso, tiene
fuerza.
as ella le hablaba, él asentía a sus pahilun
, consciente de sí mismo, ansiaba un La ramera contesta a Enkidu: —Levántate, pues, y
vamos para que vea tu rostro^
no Enkidu 71 contestó a la ramera: Te mostraré a Gilgamesh; bien sé dónde está.
Vamos, pues, Enkidu, a la amurallada Uruk,
os, hija del gozo, condúceme donde los hombres resplandecen con hermosos
o templo sagrado, morada de Anu cinturones,
Isl, donde, cada día, el día es fiesta73,
vive Gilgamesh, perfecto en fuerza, donde resuenan cuerdas y tambores por todas
partes
y donde las rameras son de espléndida figura,
onar, a despertar su inteligencia (G. Furlani). ('mi • ataviadas con elegancia y llenas de perfumes;
la cortesana, Enkidu toma conciencia de su rcallt'
elevaba del ambiente animalesco en que hasta cnlmi ellas, durante la noche, logran atraer a sus lechos a
los mismos grandes74.
ula habla a Enkidu, y le compara realmente a ()l|| A ti, Enkidu, que no conoces la vida 75 ,
de Uruk.
ienza a aflorar en Enkidu la necesidad dé un ,111 linkidu ya tiene sentimientos, pues se indigna ante el comporta-
autores señalan a partir de aquí el motivo de l;i i i de Gilgamesh y se propone retarle para que ponga fin a sus
dos héroes, remarcando que todo el Poema de < > i l as.
to a la amistad (G. Furlani). alude a la fiesta religiosa isinnu, de larga tradición, tal fiesta
a su nombre va precedido del determinativo pro|>i» i i . i todavía muchos problemas de estudio (M. Streck, B. Land-
Además, la hieródula le había comparado a un t, S. A. Pallis, T. Bauer).
lismos y las diferencias entre Adán, que tras comí i ,8to es, a los nobles (A. L. Oppenheim). Este verso es traducido
, sería como Dios, y Enkidu, que tras sostener n-l.i entes formas según los editores.
dula, se había hecho como una divinidad más, ven» '- acuerdo con lo dicho en los versos anteriores, la vida mesopo-
ndonea citado en nota 58. l se movía bajo postulados totalmente materialistas y mundanos.
MA DE GILGAMESH
POEMA DE GILGAMESH 23
mostraré a Gilgamesh, el hombre de gozos y i
del que caía sobre mí como un paladín de Anu;
esfucril intenté levantarlo, mas era muy pesado para mí,
ralo, contempla su rostro;
o él resplandece de virilidad, tiene el ardor di i intenté darle la vuelta, mas no pude moverlo.
Las gentes de Uruk se reunieron en su torno,
vitl
o su cuerpo está ataviado de elegancia; el pueblo acudió, a su alrededor,
fuerza es superior con mucho a la tuya, la gente, atrepellándose, lo rodeó,
descansa nunca, ni de día ni de noche. los jóvenes acudieron en tropel,
nkidu, renuncia a tu presunción!76 y como débiles niños le besaron sus pies82.
Gilgamesh el dios Shamash le distingue con Entonces lo abracé yo como se abraza a una espo-
sa,
afef pude levantarlo y fui a ponerlo a tus pies,
os dioses Anu, Enlil 77 y Ea 78 lo han hecho
vasta inteligencia' y tú hiciste de él uno igual a mí 83 .
tes de que tú descendieras de lo hondo dr
La madre de Gilgamesh, la sabia, la avisada, la
esleí» omnisciente, habla así a su señor;
gamesh, en Uruk, ya te ha visto en sus sm>
Ninsun, la sabia, la avisada, la omnisciente, dice a
ños" Gilgamesh:
así un día al levantarse fue a contar a su init
dre 81 lo que había soñado, diciendo!)
—Las estrellas del cielo son tus compañeros;
Madre, he tenido un sueño esta noche: lo que cayó sobre ti como un paladín de Anu
visto un cielo tachonado de estrellas y que no pudiste levantar, porque era muy pesado,
e intentaste darle la vuelta, pero que no pudiste
es, a la empresa de batirse con Gilgamesh. mover,
fue el dios de la tierra, del viento y del aire, adormí y luego, al fin, pusiste ante mis pies,
nte en Nippur. Su arma fue el amaru (diluvio) con el t y del que yo he hecho tu igual
la humanidad. También fue considerado el dueño de
umanos, pues poseía las tablillas de los destinos. Huí y que, como un hombre abraza a su esposa, tú así
n importancia al propio Anu. lo abrazaste,
ombre acadio del dios sumerio Enki, «señor del fundamoi.
os del Apsu (océano primordial) y de la sabiduría. I'K
o de los creadores del hombre y el salvador de la human
isar a Utnapishtim del peligro del Diluvio. Su princip
icó en Eridu.
an tríada cósmica (Anu, Enlil y Ea) le dio amplia inteligom|
mesh. En el original, «le alargaron sus orejas». En esta alegoría algunos especialistas (E. Cassin, R. Labat) ven el
ueños fueron uno de los medios utilizados por los dio»n| :rdo de un antiguo rito iniciático, en cuyo transcurso un adoles-
tar con los hombres. (Cf. A. L. Oppenheim, The InltiH¡ debía probar su fuerza levantando o moviendo un bloque de
Dreams in the Ancient Near East. Filadelfia, 1956.) SobM É i en presencia de toda la comunidad, bloque considerado caído
de Gilgames, véase T. Jacobsen, AcOr., 8, 1930, pp. 62-74, j I cielo (meteorito).
Le Muséon, 61, 1946, pp. 63-66. 13 Esto es, Ninsun con esta alegoría, acepta como hijo a Enkidu,
sun. Ifltregándoselo después a Gilgamesh. De esta manera, los dos héroes se
'Otwirtieron en hermanos e íntimos amigos.
DE GILGAMESH POEMA DE GILGAMESH 25
COLUMNA VI en el país será el más fuerte, estará lleno de vigor,
y sus brazos serán duros y fuertes como un paladín
significa un rudo camarada que acudirá i'K de Anu.
ayuda de su aminilj
país será el más fuerte, estará lleno de vigill Gilgamesh habló así a su madre:
brazos serán fuertes y duros como un pahullii
de Añil, —Hasta mí, cumpliendo una orden de Enlil, ha
tú lo abrazaras como si fuera una espoM, | bajado de los cielos un amigo y consejero.
eso significa que él a ti nuiun ¡Sí, que tenga un amigo y un consejero
te abandonan y que yo sea para él también un amigo y conseje-
es, Gilgamesh, la explicación de tu sueño. ro!
Así Gilgamesh manifestó sus sueños a su madre.
amente Gilgamesh se dirige a su madre:
Es lo que la ramera contó a Enkidu,
adre, • anoche tuve un segundo sueño. mientras, al borde del aguadero, estaban sentados
ruk, la amurallada, un hachajacía en lio los dos.
rra 1 "
gentes se reunían a su alrededor.
gentes de Uruk se situaban cerca de ella.
gentes se habían reunido por ella;
entes se complacían en mirarla;
o yo la coloqué a tus pies
bre ella me incliné como si fuera una espos»,
hiciste de ella uno igual a mi.
adre de Gilgamesh, la sabia, la avisada, ln
omnisciente, dice así a su hijiij
un, la sabia, la avisada, la omnisciente, dio i
Gilgamcslii
hacha que has visto es un hombre,
quien te inclinarás como si fuera una espu.i
haré de él tu igual;
rudo camarada que acudirá en ayuda de MI
amign
o es idéntico al anterior. Tan sólo varía el objeto, i|iil
acha (hassinu). El hacha fue considerada también ohp•!••
con las religiones minorasiáticas y cretense.
POEMA DE GILGAMESH 27
yo me obstiné, ellos me ayudaron,
lo pude levantar y lo traje ante ti.
La madre de Gilgamesh, la omnisciente,
le dice a Gilgamesh:
—En verdad, Gilgamesh, uno como tú
ha nacido en la estepa
y las colinas le han visto crecer.
En cuanto lo veas te alegrarás.
TABLILLA II Los jóvenes le besarán sus pies;
tú le abrazarás entre tus brazos,
COLUMNA I tú le conducirás ante mí.
bilónico Gilgamesh se acostó y vio otro sueño.
Luego dijo a su madre:
ste texto babilónico antiguo repite, aunque de modo ni
iso, el texto asirio de la tablilla I, columna V, 25, con I —Madre, he tenido otro sueño:
os de Gilgamesh. A partir de la columna III de la tah he visto agitación en la calle
sigue el relato ya es diferente.
de Uruk, la de amplios mercados;
un hacha yacía en tierra
gamesh, habiéndose levantado, reveló el si (y la gente) se había reunido a su alrededor.
iéndole así a su madre: Él aspecto del hacha era temible,
pero, tan pronto como la vi, me alegré,
adre, durante la noche me gustó, y como si fuera una mujer,
sentí lleno de fuerzas, iba y venía la cubrí de caricias.
re los jóvenes. La cogí y la coloqué
los cielos aparecieron las estrellas, en mi costado.
bloque1 de Anu cayó cerca de mí.
nté levantarlo, mas era muy pesado para n La madre de Gilgamesh, la omnisciente,
nté darle la vuelta, pero no tuve fuerzas pa (dice así a Gilgamesh):
movcili
país de Uruk lo rodeaba, —(El hacha que tú has visto es un hombre).
jóvenes, mientras, le besaban sus pies;
Sigue una breve laguna.
el término kisru, lo traducimos como «bloque», esleí i
: cf. Tab. I, III, 4, nota 57. si tú la cubrías de caricias.
GILGAMESH POEMA DE GILGAMESH 29
COLUMNA II el consejo de la mujer
penetró en su corazón.
Tomó ella uno de sus vestidos
e yo la ponga pareja a ti. y se lo puso al hombre 3 ;
con el otro vestido
plicaba su sueño a Gilgamesh. se vistió a sí misma.
taba sentado ante la ramera Luego, tomándolo de la mano,
ciaban el uno al otro. como si fuera su hijo, lo guió
abía olvidado el lugar en donde nacií hacia los fértiles pastos
eis días y siete noches donde se hallan los rediles.
n celo, cohabitó con la ramera. Alrededor de él se agolparon los pastores.
a ramera tomó la palabra,
así a Enkidu: Faltan varios versos.
e veo, Enkidu, te has hecho como u
dios fixto babilónico
motivo con las bestias salvajes
s llanuras? Una tablilla, hallada en Uruk, completa parte del final de
esta columna. En su anverso, en mal estado de conservación,
! Te conduciré puede leerse:
a de amplios mercados,
emplo, morada del dios Anu. (...)
, Enkidu! Te conduciré reflexionó para sí4 (...)
morada del dios Anu. según su instrucción (...),
k donde vive Gilgamesh, cabal en si él, que conoce su corazón (...)
hazañ;i a la mujer (...)
res todo como él. una de las vestiduras (...)
como a ti mismo. 10 y la otra vestidura (...)
evántate del suelo ella lo tiene sujeto y como los dioses (...),
lecho de los pastores. a la cabana de los pastores (lo guió).
La muchedumbre de pastores se reunió (a su alre-
cuchó estas palabras, comprendió lo qu dedor),
decía conforme a su pensamiento (...):
tras las relaciones con la hieródula, Enkidu se ' El problema de la desnudez de Enkjdu cobra importancia ahora.
. Esas relaciones nos sitúan en un mundo en el qu
ales, por el hecho de ser creadoras de vida, eni 11 usía su encuentro con la hieródula había ido completamente desnu-
tores de estricta categoría divina. De ahí la equip dé, Cf. con Adán y su vestido, tras la expulsión del Paraíso. En ambos
a divinidad (J. Errandonea). También Adán i'IKos este problema surge tras haberse sostenido relaciones amorosas
ntexto. u lenguaje figurado: «comer de la fruta del árbol»),
4 Está reflexionando Enkidu.
A DE GILGAMESH POEMA DE GILGAMESH 31
l hombre, cuánto se parece a Gilgamesh en M> Enkidu entonces comió el alimento,
flglllll hasta quedar saciado;
e elevada estatura, igual que pináculos (...), de cerveza apuró
ás es (Enkidu) el que nació en las colinas. siete veces7 la cántara.
fuerza es poderosa como la constelación di Y su espíritu desatóse,
Anu' y habló en voz alta, lleno el cuerpo de bienestar
y la cara resplandeciente.
ue servido pan, (pero no sabía comerlo), Después le cortáronlamaraña _Y.eHuda, _^—
e servida cerveza, (pero no sabía bebería), el pelo de su cuerpo.
idu no comió pan6, cerró los ojos, miró (liif> Se frotó con óleo
como hacen los hombres8.
Se puso_ve^tidos_
se interrumpe el fragmento.
¡parecía un novio!
Empjuñó su arma, /,
COLUMNA III ataco á~Tos~Iéohes:
los pasíofes~pu3ieron descansar por las noches;
ilónico masacró lobos,
capturó leones:
eche de las bestias salvajes los ganaderos reposaron sosegados;
él mamar. Enkidu es su centinela9.
o ahora) dispusieron pan ante él; ¡El hombre atrevido,
tragantó, boqueó, el héroe único!
rió mucho los ojos. A (...) le dijo:
a sabe Enkidu
limentarse con pan; Faltan varios versos.
ber cerveza
e habían enseñado.
ramera abrió la boca
jo a Enkidu: ' [!l número siete era el número dotado de mayor contenido mágico
M'ligioso entre los mesopotámicos. Indicaba la totalidad. Siete era el
íli, y «siete veces siete» equivalía a siempre.
ome pan, Enkidu, * Algún autor traduce este verso separado del anterior con la
ué es una condición del vivir, presión «Se hizo humano». Es evidente que Enkidu al adoptar los
cerveza, es signo de país (civilizado). hllcis del hombre (cortarse el pelo, untarse con óleo, comer, beber
fvc/a, vestirse) actuaba como un humano. De ahí nuestra versión:
Hiino hacen los hombres». No tenía necesidad de hacerse humano,
quí «constelación». Seguimos a E. von Weiher. Poi •» • va había sido creado como tal, sólo que había crecido en un
idel prefería «escuadra», «ejército». I 'ii" salvaje.
no comió pan ni bebió cerveza, porque hasta en I * (inkidu se había vuelto contra los animales salvajes (con quienes
hierbas y frutas crudas y bebido únicamente agua, i i convivido en su estado anterior), del mismo modo que ellos lo
tural. n rechazado (G. S. Kirk).
DE GILGAMESH POEMA DE GILGAMESH 33
COLUMNA IV ¡Los campos son.Jugaresde..gemidos!12
¡Por orden del rey <k Uruk, la amurallada,
ilónico se arrastra al pueblo a los cultivos!
¡Por ordérTde Gilgamesh, el rey de Uruk, la amu-
ocho versos al comienzo. rallada,
se arrastra al pueblo a los cultivos!
En la Casa del Consejo se ha (entrometido),
tras hacía el amor, la cual se reserva para la gente
du levantó los ojos (...) para el matrimonio.
a un hombre. En la ciudad ha acumulado profanación,
a la ramera: al imponer extrañas cosas a la infausta ciudad.
Para el rey de Uruk, la de amplios mercados,
a del gozo, ¡trae aquí a ese hombre! el tambor 13 del pueblo suena para la elección
ha venido a hacer aquí? nupcial.
o oír su nombre. Para Gilgamesh, rey de Uruk, la de amplios mer-
cados,
mera llamó a aquel hombre, el tambor del pueblo suena para la elección nup-
ndo se acercó él le dijo: cial
para que con mujeres, destinadas (a ser esposas) se
mbre, ¿a qué has venido aquí? ayunte 14 .
es el objeto de tu penoso viaje? El es el primero,
el e^o^__vleñfirjiespués_i5. *t
mbre abrió la boca La "mujer impuesta por la suerte
ondió a Enkidu 10 : es pronto fecundada por el hombre.
Y luego, ¡luego, la muerte!
la «Morada de la Reunión» 11 son retenk Por el consejo de los dioses así fue ordenado.
rdad, los destinos de los hombres. ¡Al cortar su cordón umbilical
mbre por culpa de la ciudad
abrumado de prestaciones. 2 Gilgamesh haría trabajar en exceso a sus subditos. Hay algunos
ores que consideran que se está aludiendo al recuerdo de la lucha
hombre con el medio geográfico de Mesopotamia. Sobre la oprc-
espuesta hemos reunido dos versiones para potencim i i de Gilgamesh, véase, J. H. Tigay, The Evolution... cit., pp. 178-191.
ario. Quizá la más interesante es la de G. Dossin (veri 13 El instrumento pukku.
leur d'Enkidu, cit.), que recogemos en los versos 19-4X i R. Campbell Thompson traduce este verso (numerado como 32
[su edición) dándole un significado tolalnirnlc ililcrcntc.
las versiones tradicionales, dadas a este verso, i 15 Alusión clarísima al derecho de pernada practicado por Gilga-
eunión» sería el lugar del consejo de la ciudad. Sli ish. En un corto fragmento hitita también se ;iludc a este derecho
to dice claramente: bit emutim, «casa de la familia» (o ili eticado por tal rey de Uruk. W. von Soden pone en duda el derecho
Véase más adelante la versión que incluimos para cili ernada. Se trataría de que una joven osposa realizase con el rey el
'de unas nupcias divinas. Cf. XA. 71, I 9 K I , pp. 103-106.
GILGAMESH POEMA DE GILGAMESH 35
cretó para él!16 COLUMNA V
tas palabras del hombre,
de Enkidu palideció17. l'txto babilónico
arios versos al final de esta tablilla babilónica, cuyi Se inicia con una laguna de seis versos. Cuando se hace
hemos debido alterar al incorporar diez versffl inteligible vemos a los dos personajes caminando hacia Uruk.
de otras fuentes de información. Enkidu va dispuesto a enfrentarse con Gilgamesh.
s 20-48 admiten otras lecturas, cuya versión es li / \u camina delante19
re abrió la boca y la ramera marcha tras él.
dió a Enkidu: Cuando entró en Uruk, la de amplios mercados,
la gente lo rodeó.
ha invitado a una boda. Cuando se detuvo en las calles
tumbre de las gentes de aquí de Uruk, la de amplios mercados,
coja para los esponsales. el pueblo se apiñó,
acumular sobre la bandeja de fiesta diciendo de él:
deliciosos para la boda. —¡Cómo se parece a Gilgamesh!
a el rey de Uruk, la de amplios mercados, Aunque de talla es más pequeño,
rta la red (nupcial)18 de sus gentes, pañi es más vigoroso por su osamenta.
que escojíi, Este ser robusto, en donde nació,
gamesh, el rey de Uruk, la de amplios se alimentaba de hierba cnlre las gacelas,
mercados, y la leche de los reb;iíios s;ilv;i¡cs
rta la red (nupcial) de sus gentes, solía mamar.
(él mismo) escoja;
etida la posee En Uruk habrá un constante reiorwr di '"" >
o; Los nobles se regocijaron ' '
(solamente) después.
ón divina así lo decretó. —¡Ha aparecido un héroe
para hombre del mismo p
énero humano en general. Estos dos versos también Para Gilgamesh, semejante ;i un >\i«
el. su igual ha comparecido.
e Enkidu es reflejo de la impresión recibida por l:i
de Gilgamesh en Uruk. G. Dossin argumenta qur
9 Ya no es la hieródula quien induce u l í n k n l u .1 li.i" i - i l r "
duró mucho tiempo a Enkidu,' toda vez que sería
eródula. i|UC éste, tomando la iniciativa, quiere comlialir .1 < l i l ^ u m .li i l r l u i l » .1
onía para separar del resto de la estancia el espacio <U comportamiento tiránico. La indignación monil lia inm .ni" > n
evos esposos. Lógicamente, su paso estaba vedado l nkidu.
20 Clara alusión a la lucha que habrán de n u i í l r n n < H | J M I M . I'
amesh, dado su ius primae noctis, podía traspasarla
. von Soden se trataría de una red o mantón qur línkidu.
!1 La gente de Uruk se alegra de que (jilganiesli, poi l u í . h . i v >
nupcial.
i'iicontrado a alguien que lo meta en cintura.
DE GILGAMESH POEMA DI: (UIA1AMKSH 37
a diosa libara22 contra él.
one el lecho23. Midieron sus fuerzas en el Mercado de la Tierra 25
esh aquella noche '"* Enkidu obstruyó la puerta
ue encontrarse con ella. con su pie,
gía allá, impidiendo que Gilgamesh entrase.
Enkidu, en la calle, Se agarrarotí uno, a otro,
tó (ante él) énTázMoT^on fuerza, como toros;
errar el paso a Gilgamesh^4. destrozaron el umbral y los montantes
y el muro vaciló.
alrededor de tres versos. Gilgamesh y Enkidu
esh examinó a aquel hombre, se agarraron uno a otro,
cerraba el camino; enlazados con fuerza, como toros;
esh lo examinó: destrozaron el umbral y los montantes
había nacido en el desierto, y el muro vaciló.
totalmente encolerizado (...) Apenas Gilgamesh hincó la rodilla
—con el pie en el suelo26—,
su cólera se aplacó,
COLUMNA VI su pecho se aquietó.
Cuando su pecho se hubo aquietado,
nico Enkidu habló
así a Gilgamesh:
seis versos.
—¡Como un ser único entre todos
él se lanzó Enkidu, tu madre te dio a luz,
esgreñado. la vaca salvaje de las dehesas,
ntó y (...) Ninsun, la divina!
¡Es justo que se te haya elevado tu cnbiv.:i
una diosa afín en contenido teológico a Ishtar. l ; ui> por encima de la de los demás hombres
madre de los Siete dioses. Tal diosa fue asimilada u!
scorpión.
y el anterior se han interpretado como un trasunto di I
onio sagrado (hierogamia), supuestamente celebrad" "' Los ejercicios atléticos, especialmente la lucha, cultivo asociada
tre Gilgamesh y una sacerdotisa que simbolizaría a I» ni Gilgamesh. Un texto del primer milenio, Aslrtilahio li. describe el
n embargo, es más correcta la interpretación de (¡ es de Abu (5." mes, julio-agosto) como «el mes do Gilgumesh»,
eñala que se trata de la preparación de unos esponsalo» legrándose durante nueve días diferentes ceremonias y ejercicios
dose a la diosa Ishara por ser la diosa del matrimonm ícticos (J. H. Tigay).
te, Enkidu reacciona ante Gilgamesh, dado que ésh '" La mayoría de estudiosos aceptan que Gilganicsh fue el vencedor
ya a la esposa antes que el marido legítimo. Si ai •I combate. Sin embargo, dada la concisión y la ambigüedad de la
de un matrimonio sagrado, de rango oficial, no ,sr T»»c, muy bien podría interpretarse al revés. Además, ¿para qué creó
Enkidu se opusiese a él. uiru a Enkidu? ¿No fue para meter en cintura u Gilgamesh?
POEMA DE GILGAMESH 39
ESH
sobre el género humano COLUMNA II
lil por destino!27.
sino
Los siete primeros versos están incompletos. A ellos les sigue
la laguna de 28 versos. Son legibles los restantes.
hitita está muy destrozado, p;m
ambos héroes. Al final de la ni! .) su vestido (...)
mna precedente, entablan amistad .) cazando lobos (...)
.) protegiendo a los pastores (...)
o su amigo ..) a la Casa del conjuro (...)
e) comieron y bebieron. ..) Uruk, la amurallada (...)
ó a decirle a Enkidu:
Desde el verso 7 al 34 hay una laguna.
grande (...)
un lado para otro. ')
,..) en las calles de Uruk, la amurallada,
a Gilgamesh: ..) la demostración de su fuerza (...)
¿1 bloqueó el camino (...).
cibie. |La gente de Uruk está de pie ante él28,
a ciudad se reunió a su alrededor,
os artesanos se reunieron a su alrededor,
LUMNA I os hombres se amontonaron a su alrededor,
illos le besaron sus pies como (si fueran) los pies
de un niño.
p3e un lugar lejano ha venido un héroe,
de la tablilla II de la versión ninivi 'ara Ishara se le dispone un lecho,
estado. Gracias a la versión bab 'ara Gilgamesh, su igual, como un dios, ha llega-
emos el desarrollo de la acción. do,
ltan los 36 versos primeros y el resl
ladas. nkidu, en la puerta de la casa de la novia, p h m i o
sus pies,
npidió la entrada a Gilgamesh.
ante ella líos se agarraron uno al otro en la pucrUi de l:i
casa de la novia;
(...) lucharon en la calle de la ciudad;
poder de Gilgamesh y su cualidad
por Enlil. Entre los sumerios, el