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El Dr. Cesar Lombroso con su teoría de antropología delictiva concluyó que habían 18
características físicas indicativas de un criminal nato entre las que se encuentran:
desviación en tamaño y forma de la cabeza, la raza y región de proveniencia del
delincuente, asimetría de la cara, dimensiones excesivas de la mandíbula y pómulos,
defectos y peculiaridades del ojo, orejas de tamaño raro o muy pequeño, la nariz torcida,
curvada o con una punta que sube como la cresta de los orificios nasales hinchados;
labios carnosos, hinchados, y destacándose, bolsas en las mejillas. (Turvey, 1999).
Otra propuesta clásica para identificar delincuentes fue la formulada en 1955 por el
criminólogo Alemán Erns Kretschmer citado por Turvey (1999), quien propuso que existen
cuatro clases de criminales, afirmación basada en un estudio de 4414 casos y cuerpos.
Estos tipos eran como sigue:
En 1.960 en Inglaterra el aporte a la técnica de elaborar perfiles fue de Palmer citado por
Ressler, Burgess y Hartman, (1.999) quien publicó los resultados de un estudio realizado
a lo largo de tres años con 51 asesinos condenados. La contribución de este estudio fue
construir un retrato verbal de un asesino utilizando términos psicológicos.
Afirma McCann (1.992) que para los años setentas, la técnica se desarrolló lentamente en
la unidad de ciencias del comportamiento del Federal Boureau of Investigation FBI,
ubicada en Quántico, Virginia y que actualmente se llama unidad de apoyo investigativo.
Los agentes del FBI habían llegado a adquirir más conocimiento en el desarrollo de
nuevas dimensiones en investigaciones criminales, tomando como sustento el laboratorio
forense, el cual aún se limitaba por la poca evidencia que brindaba en la que se podían
apoyar.
En esta misma década de los setentas el agente federal de investigación Howard Taeten
comenzó un programa de perfil delictivo en la sección policiaca de California (Estados
Unidos), tratando de enseñar tácticas para perfiles de delincuentes como una ayuda de
investigación; su principal contribución fue la implementación de una cátedra sobre
perfiles criminales dirigida a los agentes del FBI. (Turvey, 1999). Cátedra que fue de gran
ayuda, ya que cinco años después de trabajar desde la teoría (1975), los profesionales
del FBI se enfrentaron a un caso de homicidio sexual con marcada violencia (amputación
de ambos pechos, sistema reproductivo desplazado, cuerpo con cortes y heridas de
puñal, señales de antropofagia) y para organizar la información desarrollaron una
clasificación que diferenciara el asesinato sádico del asesinato sexual. (Hazelwood y
Douglas, 1.980, citados por Burgess, Douglas y Burgess, 1997).
Pasados dos años, en 1977 Groth, Burguess y Holmstrom citados por Homant y Kennedy
(1998), investigaron 225 casos de violación tomando como fuente 133 violadores y 92
víctimas, en este estudio encontraron que los motivos que predominan en los violadores
son básicamente cuatro; el 44% correspondió sentimientos de poder, el 21% correspondió
a reafirmación del sentimiento de poder, 30% ira-venganza, 5% ira –excitación. Esta
primera clasificación de los motivos de los violadores es una contribución importante para
el inicio de las investigaciones sobre principales motivos por los que actúa el agresor.
Afirman Ault y Reese (1.980) que en 1.978 se inició un proyecto piloto de análisis
psicológico criminal con el fin de formular perfiles mediante entrevistas de investigación
con criminales encarcelados, el cual fue llamado: “programa de interrogación sobre la
personalidad criminal”, tenía por objeto establecer las características, motivaciones,
actitudes y comportamientos más sobresalientes de los delincuentes involucrados en tipos
específicos de crímenes con el fin de preparar programas informáticos para procesar los
datos, previendo que a medida que esta base de datos se fuera acumulando,
proporcionaría información acerca de varias clases de delincuentes.
Para el año de 1.980 Hazelwood y Douglas del FBI hicieron una contribución a la literatura
con su clasificación de homicidios por tipo, estilo y número de víctimas, describiendo el
homicidio como simple, doble, triple, asesinato en masa clásico y familiar, asesino serial y
asesino itinerante, organizado y desorganizado.
Así mismo, a finales de los 80 los agentes de la unidad de ciencias del comportamiento
del FBI empezaron a trabajar en la clasificación de los crímenes usando el manual
diagnóstico y estadístico (DSM) de la Asociación Americana de Psiquiatría APA. Se
clasificaron los crímenes de asesinato, incendios y abusos sexuales, y se conformó el
Comité Advisory Committee Representing Federal and Private Association. (Burguess y
colaboradores, 1.997).
Tres años después Hazelwood (1.983) citado por Arrigo, (1999) describió cómo elaborar el
perfil de los violadores a través de informes de las víctimas. Para lograrlo se basó en 3
puntos fundamentales entre los cuales incluía una cuidadosa entrevista con la víctima
acerca del comportamiento del violador, un análisis del comportamiento para tratar de
descubrir la motivación subyacente y un perfil individual.
El primer reconocimiento operacional del uso extenso de la psicología en Estados Unidos,
fue cuando a mediados de los ochentas, la policía metropolitana, junto con el FBI
perfilaron a un secuestrador en serie que operaba en el sector de Notting Hill. Entre
septiembre de 1979 y septiembre de 1983, este secuestrador había atacado a quince
mujeres, en sus propias casas, en las áreas de Kensington y Notting Hill, en West London.
(Jackson y Bekerian, 2000). En la investigación, se contó con la colaboración de los
Senior Investigation Officer (SIO) quienes son investigadores de alto rango y cuentan
entre su equipo psicólogos que elaboraron perfiles del posible asesino. Habiendo
conformado el equipo de investigación entre SIO y FBI, se analizaron muestras de ADN
del perpetrador, recogidas en los ataques del 1979 a1983 y en el ataque a la mujer en
1987; resultado que comprobó que los secuestros, fueron cometidos por la misma
persona: Tony Frederick Mc. Lean fue quien dio positivo a la prueba del ADN, siendo
sentenciado a cadena perpetua por los secuestros. (Jackson y Bekerian, 2000) Así
mismo, En 1986 la policía de Leicestershire escuchó la opinión de un psicólogo perfilador
cuando hubo un secuestro y posterior asesinato del menor Dawn Asworth. Este caso fue
vinculado a uno que aconteció en el año de 1983, en el cual Linda Mann fue la víctima.
Para poder resolver estos casos, también se usó la técnica de identificación por medio del
ADN descubierta por el Dr. Alec Jeffreys, y cuya solicitud se justificaba para la elaboración
del perfil psicológico del criminal; a través de la comparación de las muestras de sangre
del caso del menor Dawn Asworth y del caso Linda Mann se pudo llegar a la conclusión
de que los secuestros y asesinatos habían sido cometidos por la misma persona.
(Jackson y Bekerian, 2000).
Como aporte de la tecnología informática; en agosto de 1986, se convocó una conferencia
para los SIO’s que habían tomado casos no resueltos de niños asesinados. Esto creó la
obvia necesidad de examinar casos similares. La conferencia contribuyó en la
conformación de un equipo bajo el mando de Don Dovaston, jefe del cuartel general de
policía de Derbyshire, trabajando en el desarrollo de una base de datos la cual es ahora
bien conocida con el nombre de CATCHEM (sigla en inglés de Equipo Centralizado de
Análisis, Comparación y Manejo de Homicidios) y que representa uno de los mejores
softwares de apoyo para la investigación criminal. (Jackson y Bekerian, 2000)
En el Reino Unido en 1998 ocurrió un caso que evidencia la utilidad de la elaboración de
perfiles criminales, especialmente en crímenes de tipo sexual; la información fue obtenida
del texto “Offender Profiling” de las autoras Jackson y Bekerian, (2000). Se denominó “el
asesino del ferrocarril”, en él; se vio involucrado John Duffy ex-carpintero del ferrocarril
Británico quien por pertenecer al ferrocarril llegó a ser un sospechoso en la investigación
policial; sin embargo alcanzó a ser ignorado entre la lista de los oficiales que contenía
4900 sospechosos. Se realizó un perfil por parte de un equipo de psicólogos, describiendo
las posibles características físicas y comportamentales del agresor, se tomaron las
muestras de ADN de sangre y semen encontrado sobre las victimas obteniendo que
correspondían a Duffy y finalmente, su domicilio quedaba en el área que el equipo de
psicólogos había señalado en el perfil. Duffy fue vigilado y arrestado por la policía, fue
declarado culpable en 1987 por dos asesinatos y cinco secuestros. La inmensa
publicidad que generó el caso de Duffy, creó una gran demanda de la técnica del
perfilamiento criminal, la cual fue empleada en cerca de 300 investigaciones durante los
últimos nueve años. (Jackson y Bekerian 2000).
Revisado el caso anterior y continuando con la historia de elaboración de perfiles
criminales, en el año de 1.989 el FBI realizó el perfil post-mortem de un asesino suicida
que colocó una bomba en un barco, de este asesino se concluyó que fue un oficial
artillero homosexual humillado. El congreso de los Estados Unidos descontento con el
resultado designó a 14 peritos entre psicólogos y psiquiatras para que revisaran los
procedimientos y resultados del FBI, en este caso se afirmó que las conclusiones no
tenían bases científicas y por ello la técnica fue receptora de duras críticas. (Homant
Kennedy, 1.998)
En 1991, los detectives del FBI estaban usando técnicas de perfilamiento con mayor
frecuencia y los signos eran alentadores, pero aún no había evidencia del surgimiento de
un sistema coherente y ni de una técnica respaldada por la ciencia evidenciando la falta
de un sistema de evaluación válido y confiable. (Jackson y Bekerian, 2000)
En junio de 1992, el Comité Policial ACPO Association of Chief Police Officers del Reino
concluyó que era viable el desarrollo de la elaboración del perfil criminal como
herramienta operacional. La evaluación de la técnica aportó 26 recomendaciones que
contribuirían a fortalecerla, las principales fueron:
1. El perfilamiento del criminal es esencialmente viable.
2. El trabajo comenzaría suministrando un sistema operacional.
3. El programa puede ser implementado por la policía, pero manejado por el grupo de
investigación policial. La implementación es importante en el sentido de entrega del
servicio, mas no como investigación académica.
4. Se crearía una base de datos en el ámbito nacional, para permitir la suficiencia
estadística con miras al mejoramiento del perfilamiento; la factibilidad del uso de un
sistema de computación de inteligencia artificial sería explorada utilizando a CATCHEM.
Entrevista a testigos
Los investigadores se dedicaran a buscar testigos que brinden información física o
psicológica del atacante o sospechoso como la siguiente: si tiene contextura atlética, poco
o ningún orgullo en su apariencia física, hábitos nocturnos, no interactúa bien con la
gente, sus pasatiempos son solitarios, si es casado, si tiene pareja y ella es más joven, si
es empleado o no, además los testimonios recogidos son útiles para validar la información
obtenida de la víctima.
Información de la escena o lugar de los hechos
Evidencia forense y de conducta.
En este punto deben reunirse todas las evidencias físicas disponibles así como también
las conductas, esto asegura que se analicen todas las características del crimen y de la
escena.
El análisis de la escena o lugar de los hechos
Este apartado debe poseerlas características del crimen – escena. En estas
características se deben tener en cuenta el método de acercamiento a la víctima que
realizo el ofensor, el método de ataque, el tipo de situación, naturaleza y sucesión de
actos sexuales, los materiales que se usaron, la actividad verbal y los actos preventivos,
por ejemplo para que no descubran el cadáver.(Ressler,1999). Sería ideal que la persona
encargada de elaborar el perfil haya observado varias escenas de crímenes para
determinar si existen pautas repetidas, así como también debe conocer los tipos de
criminales; en este último aspecto, se tendría en cuenta lo siguiente: fotografías de la
escena del crimen (víctima y el área), informe de la autopsia, informe completo de la
situación como la fecha y hora, ubicación, el arma, la reconstrucción de la secuencia de
los eventos y una entrevista detallada con la víctima sobreviviente o testigos (Policía
Nacional de Colombia, 1998).
Criterios de clasificación de la información del delito.
Se empiezan a organizar las entradas de información dentro de un conjunto de patrones
que tienen sentido. Aquí se encuentran 7 modelos que permiten diferenciar y organizar la
información obtenida en la primera etapa (Ressler, 1999)
El lugar o lugares de los hechos hablan de las preferencias del delincuente, porque
simbolizan para él zonas en las que se siente seguro y confortable, zonas que conoció por
las actividades que realizaba. Ej. Duffy trabajaba en el tren y depositó los cadáveres
cerca de las vías férreas. Rossmo (1994) describe una serie de zonas geográficas,
derivadas del modelo de Brantingham y Brantingham, en el cual encuentran las áreas de
“hogar”, “trabajo” y “almacenes y entretenimiento”, ya que constituyen las zonas de
comodidad que permiten al agresor a cometer su crimen bajo un manto psicológico de
protección.
La distancia entre un lugar y otro permite inferir la clase y el medio de transporte utilizado
por el agresor. Y los lugares de los hechos hablan también del “Mapa mental” del agresor,
que involucra las imágenes que él tiene del espacio y de los alrededores, construidos por
medio de sus experiencias y de las actividades diarias; estas son principalmente aquellas
zonas que se encuentran cerca de donde se desplaza el criminal, tales como el hogar,
trabajo, sitios de recreación, entre otros.
Teniendo información del mapa mental de una persona, se puede inferir cuál es su rutina
o ruta favorita de transporte.
Con un análisis de los lugares se pueden descubrir los límites reales o psicológicos del
mapa mental del delincuente, encontrar ríos, carrileras de tren, entre otras, las cuales
pueden ser una barrera para los agresores o pueden servir para ejecutar el crimen.
Incluso el análisis de los lugares de los hechos pueden informar sobre la zona de
residencia del perpetrador de los crímenes, se supone que cuando un asesino serial
comienza a asesinar, los primeros actos son situados relativamente cerca de la localidad
donde vive o trabaja. Afirma Garrido (2.000) que los violadores jóvenes europeos operan
en una zona de tres kilómetros a la redonda de su residencia, habrá que estudiar cuales
son los radios de acción de los diversos delincuentes en Colombia, ya que se sabe que
existen diferencias transculturales.
La reconstrucción del crimen.
Aquí se reconstruye la secuencia de sucesos y el comportamiento tanto del asesino como
de la víctima; además, se indica cómo pasaron las cosas, cómo se comportaron las
personas y cómo se planificó y organizó el encuentro. Esta reconstrucción se basa en las
decisiones tomadas en la etapa anterior.
La descripción del perfil criminal.
Trata el tema de la descripción del tipo de persona que ha cometido el crimen y su
manera de comportarse con relación al mismo. Se incluyen las características físicas,
costumbres, creencias y valores, el comportamiento antes y hasta el momento del crimen,
y el comportamiento después del crimen. Se pueden incluir recomendaciones para el
interrogatorio o la entrevista con el asesino, su identificación y su detención. El perfil no
incluye todo y no todos los perfiles tienen la misma información, en resumen la
información que contiene un perfil es la siguiente: La raza del perpetrador, el sexo, edad
aproximada, estado civil, ocupación, reacción ante el interrogatorio policial, grado de
madurez sexual, si el individuo sería capaz de cometer otro crimen, la posibilidad de que
haya cometido un delito similar en el pasado, posibles antecedentes policiales.
Es de aclarar que para los casos colombianos las razas no se pueden clasificar debido a
que el mestizaje es muy alto en el país, por ello esta categoría no es aplicable a nuestra
cultura, se sugiere incluir la categoría de “color de la piel “o fenotipos más variados que la
variable raza para el análisis de casos colombianos.
3. Etapa posterior a la elaboración del perfil
La investigación y retroalimentación del perfil.
“Una vez que el perfil criminal tiene congruencia, se remite un informe por escrito a la
agencia que lo solicitó y este informe es incorporado a la investigación. Habiendo
obtenido la información de la víctima y de los testigos se reúnen a los sospechosos que
encajan en el perfil y son evaluados. Si este proceso termina con la identificación,
detención y confesión del asesino, el perfil ha cumplido su objetivo. Si salen nuevas
pruebas o no se identifica a ningún sospechoso, entonces tiene lugar una reevaluación;
toda la información es examinada otra vez y se vuelve a validar el perfil”. (Ressler, 1999,
p. 13)
Cuando se logra una detención o una sentencia condenatoria, se comparan los datos
reales con el perfil elaborado; si el sospechoso confiesa, es importante hacerle una
entrevista detallada para controlar que todo el proceso del perfil haya sido válido.
Evidencia psicológica
Durante el proceso de generación del perfil se deben tener en cuenta ciertos aspectos de
la víctima o de la escena del crimen que pueden ser observados de los cuales se pueden
extraer inferencias psicológicas, a esto es a lo que se denomina Evidencia Psicológica. La
evidencia psicológica primordial que busca el preparador del perfil, es el motivo; es muy
importante que esta técnica se limite a los crímenes en donde no se evidencie motivo
alguno tales como financiero, afectivo o sentimiento de venganza y se deben agotar todas
las pistas lógicas antes de utilizar esta herramienta ya que las conductas son realizadas
por los agresores para darle gusto a sus fantasías y a sus necesidades psicológicas.
(Medina y Vergara, 1997). Para lograr esto es fundamental entrenar al policía en captar
ciertas pistas que no son físicas pero que son básicas para poder resolver los crímenes;
es decir, encontrar los sentimientos, los motivos y actitudes, así los perfiles serían una
herramienta facilitadora para las autoridades judiciales (Gudjonsson y Copson, 1997). La
mayoría de los crímenes evidencian dos tipos de comportamiento: uno físico y otro verbal,
el investigador debe analizar la información del modo en que opera el delincuente y
plantearse preguntas como: ¿qué elementos en la escena evidencian fuerza física o
verbal? Y qué hechos pudieron haber motivado al criminal para llevar a cabo el hecho,
esto significa que es una persona desorganizada e impulsiva y que probablemente vive
cerca y llego a pie. (Medina y Vergara, 1997).
Recomendaciones para los Profesionales Encargados de la Generación de Perfiles
Algunos de los puntos que se deben tener en cuenta para elaborar un perfil de una
manera adecuada son:
Formación académica o laboral en áreas afines
Con base en todos los hallazgos se sugiere que para implementar en Colombia la técnica
de elaboración de perfiles de criminales desconocidos con base en la escena del crimen
se deben seguir los siguientes pasos:
1.Selección de personal: se debe hacer una estricta selección de quienes formarán el
grupo de perfiladores, para ello se debe contar con profesionales provenientes de
diferentes disciplinas (abogados, psiquiatras, criminólogos, sociólogos, psicólogos,
técnicos en criminalística e investigadores judiciales) que desde su área estén dispuestos
a aportar para que se pueda desarrollar la técnica. Para el procedimiento de descripción
del perfil se sugiere que los profesionales sean principalmente psicólogos y psiquiatras.
Dentro de este grupo deben estar personas interesadas en un proceso de mejoramiento
continuo personal y profesional y con capacidad autodidáctica. Personas con altos grados
de madurez y de sensibilidad social, con excelentes estrategias de afrontamiento que les
permitan manejar adecuadamente las difíciles situaciones a las que se verán expuestos.
Personas que presenten funcionalidad adecuada en todas sus áreas vitales, para que
ellas representen una fortaleza personal y le equilibren emocionalmente para continuar la
realización de su trabajo. Personas con capacidad de trabajo en equipo, que piensen de
manera altruista en cuanto a compartir conocimiento, personas con mente abierta (no
psicorígidos) y con amplia información social, cultural, forense y de ética profesional.
Personas con sed de conocimiento que deseen aprender mucho más allá de los límites de
su disciplina, que sean capaces de generar conocimiento transdisciplinar. Es deseable
que sean personas que hayan demostrado en su trabajo un alto nivel de ética, puesto que
la información que van a adquirir puede convertirlas potencialmente en peligrosas
2. Capacitación: El grupo de perfiladores debe capacitarse en todos los temas expuestos
en esta monografía, además debe aprender fundamentos de psicología general, de
comportamiento anormal, de psicología de la motivación, técnicas de autocuidados
especialmente de salud mental. Esta capacitación debe realizarse mediante sistemas
pedagógicos distintos al tradicional, que permitan a los perfiladores aprehender realmente
la información y que genere en ellos un espíritu de equipo. Esta capacitación debe
hacerse principalmente con docentes colombianos, pero también se sugiere que en
niveles avanzados se reciba la asesoría de expertos extranjeros, preferiblemente que
conozcan la idiosincrasia de nuestro país y hacer una adaptación transcultural de la
información. Se sugiere mantener siempre contacto con expertos extranjeros, por lo
menos hasta que los perfiladores nacionales se encuentran en capacidad de actuar con
completa autonomía, situación que se tomará unos años. Esta capacitación debe
entenderse como un proceso continuo, es decir, un perfilador nunca termina de aprender.
3. Generación de perfiles de agresores conocidos: que aunque comprende otra forma de
perfilamiento es absolutamente necesaria para la técnica en cuestión. Para ello se
requiere definir el tipo de delitos y de conductas violentas que conviene estudiar, medir la
frecuencia para cada tipo de dinámica criminal y con base en ello levantar los perfiles de
una muestra significativa. Para lograr esta meta se requiere el diseño o adaptación de
instrumentos psicométricos, el entrenamiento a profesionales de la psicología que se
encarguen de hacer las entrevistas con los internos de las penitenciarías, sistematizar la
información y realizar una síntesis de la misma que permita definir los perfiles
delincuencias violentos de Colombia.
4. Desarrollar sistemas computarizados de información nacional amplios y unificados.
Para archivar en ellos toda la información nacional de delitos, es decir, que las
instituciones gubernamentales (locales, regionales, nacionales) que tengan o requieran
información de un delito puedan consignar o consultar dicha red de información. Esto hará
posible detectar casos de delitos violentos seriales y aunar esfuerzos investigativos. Pero
estos nuevos sistemas de información deben incluir mayor cantidad de información que la
que se acostumbra a recabar, por ejemplo deben incluir aspectos como conducta verbal
durante la ofensa, escena de crimen organizada o desorganizada, es decir, muchas
variables más que permitan obtener información clave en el proceso de perfilamiento.
5. Generar un sistema de incentivos sociales, económicos y científicos que permitan a los
perfiladores sentirse realizados con su labor, estimularlos para generar conocimiento, para
producir resultados éticos y para realizarse como personas a través de su trabajo.
6. Trabajo interdisciplinario e interinstitucional. Por lo que se conoce del funcionamiento
de los profesionales involucrados en la investigación judicial en Colombia será necesario
hacer un arduo trabajo para que las personas que laboran para distintas instituciones y
que desempeñan diversos cargos modifiquen sus actitudes y sean capaces de generar
sinergia y de actuar como uno solo. Que entiendan que el líder es su misión, que manda
la meta y no una persona, que comprendan que el mejor puesto es el del servicio, que
vean en sus compañeros un apoyo y que deseen significar eso para los otros.
7. Combinación de la técnica con otras de investigación judicial y ajuste de la misma al
sistema jurídico nacional. Esta técnica será una más de las de investigación judicial, de
manera que debe combinarse con las técnicas tradicionales (como las forenses) y con las
demás técnicas de perfilamiento como la de agresores conocidos y la de perfiles
geográficos. Las técnicas tradicionales deberán también adecuarse a la de perfilamiento,
de manera que desde las técnicas de criminalística empleada en la escena del crimen se
comprometan en capturar toda la evidencia psicológica posible, que se incluyan en las
actas
de inspección de cadáver aspectos que pueden ser simbólicos, que se fotografíe la
escena del crimen de manera que se pueda reutilizar las veces que sea necesario que la
analicen los perfiladores y otros aspectos que sean necesarios para el perfilamiento y que
impliquen la ampliación en los procedimientos tradicionales. Adicionalmente debe hacerse
una reflexión con los profesionales del derecho para que esta técnica sea legislada y
aceptada por el sistema jurídico nacional, para que posteriormente la técnica pueda ser
difundida a través de perfiladores que actúen en diversas regiones del país.
Como última sugerencia se propone hacer una apropiación prudente del conocimiento, no
realizar un despliegue publicitario alrededor de la fundación de la unidad de perfiladores y
usar y mejorar las técnicas y estrategias desarrolladas en el extranjero, de manera que en
Colombia se avance de manera vertiginosa porque se comienza el trabajo sobre 30 años
de antecedentes, pero se avanza de acuerdo con la realidad de la criminalidad y la justicia
propias de un pueblo particular.
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