Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
POR SEPARACIÓN
(Bragado, 1994. Citado por Arturo BadoS, 2015 ) La ansiedad por separación es un miedo
frecuente en los niños entre los 1 y 6 años. Este término se refiere a las protestas del
niño ante la marcha de los padres o de las personas que asumen este papel, al malestar
ocasionado por su ausencia y a la ansiedad experimentada por la anticipación de su
marcha.
No hay que confundir la ansiedad por separación con el miedo a los extraños. Un niño
puede temer a estos últimos incluso estando cerca de su madre o en sus brazos,
mientras que la ansiedad por separación se da aunque no haya extraños. Naturalmente,
los dos miedos pueden acumularse (Marks, 1987/1991).
Para diagnosticar TAS, el DSM-5 exige que: a) se cumplan al menos tres de los ocho
criterios anteriores, b) que el trastorno dure por lo menos 4 semanas en niños y
adolescentes y al menos 6 meses en adultos, c) que produzca malestar clínicamente
significativo o deterioro social, académico, laboral o de otras áreas importantes de
funcionamiento, y d) que no pueda explicarse mejor por la existencia de otro trastorno
mental tal como la negativa a salir de casa debida a la excesiva resistencia al cambio en
el trastorno por espectro autista, los delirios y alucinaciones sobre separación en los
trastornos psicóticos, el rechazo a salir fuera de casa sin un compañero de confianza en
la agorafobia, las preocupaciones sobre la enfermedad o daño que pueden sufrir
personas significativa en el trastorno de ansiedad generalizada o las preocupaciones por
tener una enfermedad en el trastorno de ansiedad por la enfermedad.
ETIOLOGÍA
La etiología del TASep es compleja y parcialmente desconocida. Los estudios
demuestran que ambos factores, biológicos y ambientales, juegan un papel, y que
factores ambientales podrían tener una mayor influencia en el TASep que en
otros trastornos de ansiedad de la infancia.
Factores biológicos
Genéticos
Según diferentes estudios, la heredabilidad del TASep varía desde muy baja
a moderada.
Los niños con padres ansiosos son cinco veces más propensos
a presentar un trastorno de ansiedad. Algunos investigadores han descrito una
asociación entre el trastorno por ataques de pánico en los padres y TASep en hijos
(Biederman et al, 2004) aunque esto no ha sido confirmado
Relacionados con la familia del niño
• Baja calidez de los padres.
• Conductas parentales que no fomentan la autonomía del niño.
Padres sobreprotectores y sobreinvolucrados parece ser un factor de riesgo específico
para el TASep.
No haber sido expuesto a una separación paulatina de los padres, quizás por un exceso
de sobreprotección de estos y por vivir encerrado en el círculo familiar.
. La sobreprotección puede darse por diversos motivos: temor de los padres a perder a
un hijo que ha sufrido una enfermedad grave, ser hijo único y muy deseado de unos
padres mayores, embarazo difícil, pérdida previa de un hijo, problemas previos de
esterilidad, insatisfacción marital, ansiedad por separación en algún progenitor, padre
y/o madre muy ansiosos.
• Apego inseguro, sobre todo con la madre. Un apego ansioso-resistente
está asociado con trastornos de ansiedad (Warren et al, 1997). Los hijos
de madres ansiosas a menudo exhiben ansiedad por separación (Beidel et al, 1997;
Biederman et al, 2001), no sólo a causa de los temores de
los niños por su propia seguridad, sino también por la seguridad de sus
madres durante la separación
• Discordancia parental grave
• Separación o divorcio
• Enfermedad física en uno de los padres
• Trastorno mental en uno de los padres, como trastorno por ataques de
pánico o depresión mayor
• Padre que es egocéntrico, inmaduro, inestable o con conductas
antisociales
Evaluación diagnóstica
El rechazo escolar y las quejas somáticas excesivas en el contexto de separaciones
presentes o anticipadas son los motivos más frecuentes que hacen que los padres
busquen tratamiento para el TASep (Krain et al, 2007).
La evaluación diagnóstica del TASep requiere un abordaje con múltiples
informantes y múltiples métodos, involucrando al niño, a los padres y, si es
conveniente, profesores u otros cuidadores significativos .El
diagnóstico final deberá basarse en información de todas estas fuentes. Mientras
que el criterio de referencia es una entrevista clínica estructurada o semiestructurada
donde los niños y sus padres son entrevistados por separado, las entrevistas
estructuradas son a menudo poco prácticas en el trabajo clínico diario
ENTREVISTA
La entrevista debe explorar los aspectos acostumbrados: características del problema;
variables controladoras del mismo (incluido el posible estado psicopatológico de los
padres); historia
del problema; tratamientos previos y actuales; motivación, expectativas y objetivos del
sujeto;
recursos y limitaciones del sujeto; otros problemas que pueda presentar el sujeto.
CUESTIONARIOS
Cuestionario de Ansiedad por Separación de Inicio Temprano (CASIT, González,
Méndez e Hidalgo). Está dirigido a los padres y pretende evaluar la ansiedad por
separación de niños
de 3 a 5 años. Consta de 24 preguntas valoradas en una escala de frecuencia de 1 a 5 y
presenta
tres subescalas: ansiedad por separación ante la pérdida o daño de un ser querido,
ansiedad por
separación relacionada con el dormir y ansiedad por separación ante acontecimientos
cotidianos.
Es aconsejable que los padres contesten el cuestionario de forma independiente, lo
cual permite
comprobar su grado de acuerdo respecto al problema. El instrumento y sus datos
normativos pueden consultarse en Méndez, Orgilés y Espada (2008a).
Cuestionario de Ansiedad por Separación en la Infancia (CASI, Espada, Méndez, Orgilés
e Hidalgo). Evalúa la ansiedad de separación en niños mediante 26 preguntas
valoradas en una
escala de frecuencia de 1 a 5. Dispone de una versión para niños de 6-11 años (CASI-N)
y otra
para padres (CASI-P). El instrumento presenta tres subescalas: malestar por la
separación, preocupación por la separación y tranquilidad ante la separación, aunque
la consistencia interna de
este último es algo baja (Méndez et al., 2008). El CASI-N y sus datos normativos
pueden consultarse en Méndez, Orgilés y Espada (2008a). El CASI-P puede consultarse
en Méndez, Orgilés y
Espada (2008b).
Escala para el Trastorno de Ansiedad por Separación para Niños y Adolescentes
(presentada en Caballo, 2005). Evalúa los pensamientos, sentimientos y conductas
característicos del
trastorno que presenta el niño cuando se separa de sus padres. La escala consta de 16
ítems valorados en una escala de intensidad de 1 a 3. Presenta tres subescalas:
separación de los padres (8
ítems), soledad (5 ítems) y reacciones en la escuela (3 ítems).
Escala para Evaluar la Ansiedad por Separación (Separation Anxiety Assessment Scale,
SAAS; Eisen et al., publicada en Eisen y Schaefer, 2005). Consta de 34 ítems valorados
en una
escala de frecuencia de 0 a 3. Existe una versión para niños y adolescentes (SAAS-C) y
otra para
padres (SAAS-P). El instrumento presenta seis subescalas: miedo a estar solo, miedo al
abandono, quejas somáticas/miedo a la enfermedad física, preocupación por
acontecimientos desastrosos, frecuencia de acontecimientos desastrosos e índice de
señales de seguridad.
Inventario de Síntomas de la Ansiedad por Separación (Separation Anxiety Symptom
Inventory, SASI; Silove et al., 1993, citado en Sandín, 1997) consta de 15 ítems
puntuados de 0 a 3
con el que se pretende evaluar en personas adultas el grado de ansiedad por
separación antes de
los 18 años; sin embargo, no esta clara la fiabilidad de este recuerdo tan lejano. Una
adaptación
en castellano puede consultarse en Sandín (1997). Si se reformulan los ítems, puede
emplearse
como una medida de ansiedad por separación según el niño (si este no es muy
pequeño) y según
sus padres, aunque se carece de datos de fiabilidad y validez de estas reformulaciones.
TAS/RE - 10
Inventario de Evitación relacionada con la Ansiedad por Separación, versión para niños
y padres (Separation Anxiety Avoidance Inventory, child and parent version, SAAI-C y
SAAI-P;
In-Albon, Meyer y Schneider, 2013). Dirigido a evaluar la conducta de evitación
asociada con la
ansiedad por separación, contiene 7 situaciones cuya evitación valora la persona en
una escala de
frecuencia de 0 a 4.
TRATAMIENTO
Existen múltiples opciones de tratamiento para los niños y adolescentes
que padecen TAS. Se debe elegir la opción terapéutica más adecuada para
cada paciente específico después de tener en cuenta factores relacionados con el
trastorno (gravedad, duración, disfunción debida a los síntomas), con el paciente
y su familia (edad cronológica y de desarrollo, conciencia de enfermedad,
preferencias de tratamiento, motivación y disponibilidad de la familia, recursos
económicos), y con el clínico (disponibilidad, habilidad y experiencia). Estas deben ser
las opciones
Psicoeducación
En todos los casos, es esencial construir una buena alianza terapéutica entre
el paciente (y la familia) y el clínico. Ésta se encuentra mejor desarrollada en el
contexto de la psicoeducación, la cual es también fundamental en todos los procesos
de tratamiento. Educar a la familia y al niño (de acuerdo a su edad de desarrollo),
incrementa el insight y la motivación. Entender la naturaleza de la ansiedad y cómo
ésta es experimentada por el niño ayudará a los padres y profesores a comprender
las dificultades del niño.
La psicoeducación debe siempre abarcar:
• La ansiedad como una emoción normal, en todas las etapas del
desarrollo
• Factores que pueden causar, desencadenar o mantener los síntomas de
ansiedad
• Curso natural del TASep
• Alternativas de tratamiento, incluyendo ventajas e inconvenientes
• El pronóstico
Hay libros y mucha (buena y mala) información en Internet sobre los
trastornos de ansiedad.
Modificación de conducta
El clínico puede recomendar a los padres:
• Escuchar empáticamente los sentimientos del niño
• Mantener la calma cuando el niño se muestre ansioso (para modelar el
comportamiento del niño)
• Recordar al niño que ha superado situaciones ansiosas similares
anteriormente
• Enseñar técnicas simples de relajación como la respiración profunda,
contar hasta 10, o visualizar una escena relajante. Aprender a relajarse
le da al niño una sensación de control sobre su cuerpo
• Planear transiciones, como ir al colegio por la mañana o prepararse para
ir a dormir por la noche
• Ayudar al niño a preparar una lista de posibles estrategias en caso de
que aparezca ansiedad en situaciones “difíciles”
• Apoyar el regreso del niño al colegio pronto (largas ausencias hacen la
vuelta al colegio más difícil)
Intervenciones en el hogar