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Juliette Laure

el 9ue convíve con los Ángeles

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Foto de portada: Frank Darrier
Diseño: Art House - David D.O.
Gracias a: Veronica, Aimee y Nora.
© Juliette Laure 2005.
Título original: "Celui qui cotoie les Anges"
© Juliette Laure 2007, para la traducción al español.
© ART HOUSE MOVIES DE MEXICO SA DE CV, 2007
Todos los derechos reservados
Para saber más: www.renemey.org
Impreso en México en los talleres de CeGa Impregrafic.
Esta edición se terminó de imprimir en Noviembre de 2007.
ISBN: 978-968-9436-00-3
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Pretacío
Hacer un recorrido por la vida de un hombre, que está mas
allá de lo que se comprende a simple vista, en lo que se
llama realidad, no es cualquier cosa. René Mey no es una
persona común, es un ser humano excepcional que desde
muy joven aprendió a sentir y descubrir lo que está más allá
de nuestros sentidos. René aprendió a escuchar mas allá de
las palabras que expresan las personas, al otro lado del ruido
que producen las personas. René estableció contacto y
comunicación con los Angeles, o mejor dicho los Angeles
establecieron contacto con él. Lo cierto es que René, de
manera natural, despertó sus sentidos y fue mas allá de los
límites que producen ceguera y aturdimiento.
De manera natural, tan natural como las flores del campo
crecen, bajo la influencia divina del agua y del sol, René
aprendió a expandir su conciencia, a penetrar el vacío
mediante la meditación profunda y así tocar la conciencia de
otros en su sendero. Se interesó por los demás, experimentó
la compasión por sus semejantes, por aquellos que sufren de
algún dolor, de alguna pena y se fundió en ellos, para
ayudarlos a encontrar su camino.
René experimentó la inmaculada presencia del amor
incondicional, se convirtió en su principal fuerza para
combatir y doblegar los obstáculos que se encuentran sobre
el camino de la vida, y con carácter y determinación y una
clara comprensión del sentido y razón de su vida, se ocupó,
como hasta ahora lo hace, de servir a la humanidad.
René Mey es un humanista, que sin oponer resistencia, dejo
que el conocimiento llegará hasta él insuflado, dictado por el
poder mismo de la intención. Desde la postura natural de
Loto para la meditación, las formas naturales de respiración,
así como las diferentes etapas del proceso de meditación
profunda para penetrar el vacío, se fueron expresando en él,
de manera sistémica. Dejó que su cuerpo expresara su
propia sabiduría. Aprendió el poder de la ubicuidad , de la
sensación, de la estructura molecular del cuerpo humano.
Conoció el principio de orden y armonía que mueve el
universo; así descubrió el camino para ordebar la energía,
para estimular el proceso natural de regeneración que tiene
el cuerpo humano, como inherente poder de expansión y
trascendencia. Aprendió a dejar fluir la divinidad, a ser
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canal y frecuencia de orden, armonía y sanación para
beneficio de la humanidad.
René pasa de la meditación a la acc1on que materializa.
Afirma constantemente que la meditación sin trabajo, sin la
práctica constante del amor a nuestros semejantes, es letra
muerta. Por ello se ha dado a la tarea, así lo comprende, de
instalar cien dispensarios de asistencia humanitaria en toda
la república mexicana.
Descubrió el alto desarrollo espiritual del pueblo de México,
y por tanto, decidió realizar tal proyecto, de forma inicial, en
este país, pensando siempre extenderlo a muchos otros
países. René conoce perfectamente, que el Proyecto de
instalar 100 Dispensarios de Asistencia Humanitaria, en
México, sólo será posible, si están respaldados por el
espíritu voluntario del pueblo de México. Es verdad que solo
aquello que vale la pena en la vida, es servir a nuestros
semejantes con amor y gratitud.
René aprendió en el silencio, ahí convive con los ángeles, en
ese crisol de la sabiduría infinita comprendió, ahí descubrió
su misión de vida, ahí le fue revelada Servir a la humanidad.
"Ayudar a sus semejantes y servir a ellos"

Juliette Laure también ha reconocido el sentido de su vida.
Inteligente, sensible, comprometida, despojada de
vanidades, limpia de espíritu y mente, decidió su camino,
hizo suya la misión de René, en el propósito encontró su
propia misión, en ella regenera su entusiasmo y
compromiso, y su amor por la vida, ella expresa con su
propio andar, el amor incondicional por René, por sus
bellos hijos Marie y Joffre, y por la existencia a la que
observa sin prudencia y verdad.
René toma las manos, - así lo expresa Juliette - pero no
para mirarlas. Las toca mientras coloca el pulgar sobre el
punto central de cada una de ellas. Sin forzar nada,
suavemente levanta su mirada y la ubica ante la mirada de
las personas. Su sonrisa es angelical, su actitud es dulce y
tierna, su mirada profunda, y así viaja hasta los insondables
rincones del alma. Desde ahí, los escucha, los siente, los
comprende y los ama. Así como provoca en cada una de las
personas que mágicamente toca, revertir su proceso de
malestar, mientras afirma en ellos la sanación, invocando
siempre la perfección.
con su m1s10n terrenal, guiado por seres celestiales, que
reconociendo el valor y trascendencia de la misión de vida
de René, acuden en su ayuda para que pueda cumplir, lo que
ya estaba escrito.
Reconozco el valor de seres espirituales como el de René
Mey y Juliette Laure, porque comprenden que el servicio a
la humanidad es la más completa expresión de amor
incondicional que se puede vivir. Yo pienso y siento, que los
límites que marca una mente infectada de temor y
escepticismo, sólo podrán ser derrumbados con la fuerza del
amor. René y Juliette así lo saben, así viven su vida, así lo
comparten.
Fernando Albero García Cuevas
Un Ciudadano del Mundo.
28/10/2007

Juliette Laure nos comparte en su libro al que títula "René

Mey, el que convive con los Ángeles" el valor de una vida
útil, marcada por el signo del amor y la Fe inquebrantable,
que no ausente de sacrificio, busca afanosamente cumplir

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l. E:I comíenzo de una nueva vída

Poco importa quién soy, de dónde vengo; me llamo Juliette.

Durante años intenté comprender cómo el hombre
podía tener influencia sobre aquello que yo llamo prodigios,
cómo cumplir deseos, encontrarse en dos lugares al mismo
tiempo, estar en contacto a distancia con alguien, modificar
eso que llamamos destino, hablar con el más allá, expresar
un conocimiento que va más allá de toda filosofía, por qué
los Ángeles están ligados a su vida, y otras cosas de las que
tú podrás comprender un poco con la lectura de este libro.

A lo largo de esta historia fabulosa, comprenderás la

presencia íntima y divina de los Ángeles y en qué momento
ellos intervienen, en la vida de este hombre fuera de lo
común.

Soy de naturaleza terrenal y me encuentro cerca de la

religión, pero todo lo que él hacía me sobrepasaba
completamente. Incluso frente a hechos sorprendentes él
permanecía silencioso y me tomó mucho tiempo
comprender que había un vínculo directo entre estos
fenómenos y él mismo, más precisamente con su
personalidad.

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Me había dado cuenta que él tenía un carácter muy
dulce, siempre sereno y sonriente y que, desde el momento
en que uno se encontraba a su lado, sentía plenitud, paz.
Pero ' a fuerza de constatar la evidencia y sin ,
haber
encontrado respuesta concreta de su parte, llegue a pensar
que "tal vez esto le es natural y él no ti~ne (o no ha tenid~)
un secreto, que no tiene (o no tema) nada que decir
verdaderamente ... "
Un día sentí la gran necesidad de recurrir a su ayuda
para intentar resolver un problema que me parecía
absolutamente sin solución y que yo no había podido
ordenar por mi misma, y ahí, para mí gran sorpresa.... se
integraron elementos naturales completamente inesperados,
que me permitieron resolver rápidamente la situación en
cuestión y en ese mismo instante me di cuenta, lo fabuloso
que era conocer a un ser como él, tan humilde y que, sin
embargo, me había dejado frente a grandes signos de
interrogación.
A pesar de esto, ese día y solamente por respeto, no me
atreví a plantearle las preguntas sobre aquello que yo
acababa de ver, sobre lo que él había hecho por mí y que
reflejaba una gran parte de mi infancia pero, para mi gran
sorpresa y como si él hubiera leído en mí, me miró y me dijo
"eso que tú buscas es un saber, un saber universal que nos
pertenece a todos." No supe más, pero él había abierto en mi
espíritu el camino para miles de preguntas. ¿Qué era,
entonces, ese saber?... ''Ahora, me dije, voy a ver todo lo
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que hace, como una espectadora, lo voy a observar,
descubriré poco a poco como lo hace."
Así durante meses, años, tomé notas, revisé todos los
detalles - ya que "es en los detalles que uno conoce al
hombre" - para intentar comprender cómo era posible
realizar tantos prodigios, y para intentar definir qué era ese
saber con el fin de poderlo comunicar a otros.
Pensé que si lograba analizar todo lo que veía, lo podría
comunicar a mi manera. Me era evidente que vivir y aplicar
este saber cambiaría muchas cosas de nuestra vida. En
cuanto a mí, había tenido experiencias fabulosas, de esas
que a uno le gusta contarle a los suyos y, yo también, a mi
manera, deseaba ayudar al prójimo y transmitir lo mejor
que pudiera eso que él llama el saber universal.
Cerca de veinte años más tarde él finalmente aceptó que
yo escribiera, con dos condiciones - no apresurar nada y
que mi texto fuese claro y simple. Aquello no me sorprendía,
ya que a él no le gusta precipitar las cosas, permanece
humilde y al alcance de todos.
Sabía que a él no le gustaba que se hablara sobre su
persona, ya que deseaba permanecer discreto, entonces yo
era la que tendría que lidiar con las eventuales preguntas
que pudieran suscitar estos escritos y responder a todos los
lectores que sintieran la necesidad de saber más.
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 No pude exponer más que algunos hechos, ya que él no
desea?a develar más, y sólo he citado a las personas que los
expenmentaron por su primer nombre. También debo
señalar que las personas que han aceptado dar un
testimonio, estuvieron dispuestas a responder de una forma
directa a todas las preguntas que les fueron hechas.
Se. trata
. de una. vivencia, de una existencia' de la
expenencia que, gracias a un encuentro, no por el azar, no
por la suerte, sino simplemente por la coincidencia de
circunstancias, que se generaron simplemente porque
estaba escrito, porque era el momento - las cosas debían ser
así...- ha transformado un destino que pudo haber sido
trágico, dramático, triste u odioso, en una vida llena,
completa, no solamente de buenos momentos durante la
cual los obstáculos presentes han podido ser sup~rados.
Este libro sigue el relato de una vida dedicada a lo largo
de m1:1chos años a ayudar a aquellos que buscan, a aquellos
qu.e mt~ntan co~prender el camino que construye la
existencia cada dia un poco más, de captar sus efectos
ayudar a quienes la portan como un bulto ya que ella pued~
ser un peso para algunos que, en esos momentos, no tienen
la fuerza de buscar o de creer.
En la medida que avancen en la lectura, podrán penetrar
en estas historias vividas por cada uno de los seres que
tuvieron la oportunidad de encontrar a este Hombre, en
hechos en que cada uno de nosotros se podría reconocer o
bien encontrarse a sí mismo. ' fue de la casa de la familia, él nunca dejó de vivir sin la
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Estoy convencida en el fondo de mí misma que, aquellos
y aquellas que hayan podido leer este libro, no saldrán sin
una sensación de mejoría, sin el deseo de conocer más, sin la
necesidad de poner en práctica todo lo que habrán podido
descubrir a través de sus líneas.
De comprender los mensajes, cada uno de nosotros
podría cada vez más ayudar a aquellos que tienen
necesidades. La vida ya no sería un camino lleno de
obstáculos y dificultades, sino simplemente iLa Vida!
En los años 1980, un hombre joven dejó su ciudad natal
situada en el Enclave des Papes (El Enclave de los Papas)
para venir a instalarse más hacia el Sur.
Descendiente de una familia de campesinos de recursos
modestos, en medio de siete hermanos y tres hermanas de
los cuales dos, Mi chele y J eannine, de tan sólo cuatro años y
dos meses de edad respectivamente, no tuvieron la
oportunidad de crecer; pues enfermedades que en esa época
eran incurables como la toxicosis y la gripe, las arrancaron
violentamente. Michele y Jeannine partieron demasiado
pronto para reunirse con la luz; toda la familia, siempre muy
unida, jamás olvidó a las dos hermanas, y acudían
regularmente a reunirse sobre sus tumbas.
Así, hasta que alcanzó la mayoría de edad y hasta que se
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presencia constante de Michele y Jeannine. Con frecuencia
recordaba a su madre que, durante las comidas, se levantaba
sin decir nada y comenzaba a llorar, i Como la ausencia de
los niños que parten así, súbitamente y tan injustamente,
deja el corazón de una madre muerto para siempre!
Su padre y su madre, padres simples y sin una gran
historia que contar, dedicaron completamente sus vidas a
educar y a dar Amor a sus nueve hijos; padres siempre
fieles, venga lo que venga, pase lo que pase, el Amor
primero, sin cesar jamás.
Creció en medio de campos y campiñas -- existían pocas
construcciones en el pueblo -- descubría la naturaleza y sus
beneficios. Durante las vacaciones escolares, con sus
hermanos mayores, trabajaba en los campos de los
granjeros vecinos para poder ayudar a la gran familia y
también pagar los artículos escolares.
Era un muchacho amable, de familia creyente y
practicante, monaguillo durante muchos años en la iglesia
del pueblo, como lo habían sido antes sus hermanos
mayores. Todos los domingos, este pequeño niño de cabellos
claros, recorría más o menos dos kilómetros acompañado de
sus hermanos y hermanas para· ayudar en los preparativos
de la misa. Amaba mucho esto y conserva todavía hoy
recuerdos maravillosos, como la reunión de los habitantes
del pueblo para la gran misa del domingo. Uno sabe cuánto
la misa es representativa en estos pueblitos y nuestro
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pequeño niño ponía todo lo que estaba de su parte para
ayudar al cura.
Desde que era bebé y hasta la edad de más o menos
trece años, veía seres de luz cerca de él, alrededor de él. A
veces era una dama, a veces un hombre, algunos días había
un solo ser, otros días había muchos. Se quedaban ahí y no
le hablaban más que en muy raras ocasiones pero, cuando lo
hacían, era siempre de una manera muy suave. Él sabía bien
que nadie más los veía y que había un vínculo entre lo que él
sentía por ellos y su presencia. Ignoraba en ese momento
quiénes eran y cuáles eran sus nombres, pero eso no tenía
importancia: lo que sí sabía era de dónde venían. De hecho
él recuerda muy bien haberse codeado con ellos en lo alto
del mundo del que había guardado el recuerdo y las
emociones. No les había vuelto a ver a partir de la edad de
trece años pero continuaba percibiendo su presencia. ·
Comenzó a experimentar fuertemente el deseo de
comprender algunos aspectos de la vida y se sintió atraído
por las matemáticas. Esta fascinación casi obsesiva despertó
en él, el deseo instintivo de crear y hacer funcionar una
máquina sin energía, como tal vez la había visto allá arriba,
en este otro mundo que él llamaba Paraíso. Continuó sus
investigaciones durante tres años, pero no pudo llegar más
lejos.
Alrededor de los 21 años de edad se sintió nuevamente
poseído por el deseo intenso de regresar a los cálculos. Le
dedicó mucho tiempo a esta búsqueda, horas, días, noches,
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pero esta vez logró llegar mucho más lejos y definió mejor
cómo está constituida la materia, la vida.
Más tarde, después de llegar a la mayoría de edad,
decidió cambiar de rumbo para intentar comprender la
Vida, descifrar el universo, el por qué y el cómo de las cosas;
por qué había guerras, por qué la gente enfermaba, por qué
habían pobres muriendo de hambre, sed, por qué había
tanta miseria humana. A los veinte tres años, ya padre de
familia, partió hacia su destino y finalmente se estableció en
una ciudad al lado del mar, un puerto.
Él entró en mi vida en un periodo muy agitado, así que
no es por casualidad que digo todo esto. En esa época yo
trabajaba en una oficina que empleaba una decena de
mujeres - tengo que señalarlo porque, en efecto, éramos
mayoría--. Un día, una de ellas me confió que, ante grandes
preocupaciones familiares y personales ella había
encontrado un señor que la podía ayudar, pero no
cualquier señor, porque se trataba de un señor que podía
ver a través de ella y esto sin ningún apoyo. En efecto, este
señor poseía un saber que le permitía ver a través de la
gente...
Encantada, maravillada, sorprendida, Arlette me
cuenta: ''Es asombroso, vio que estaba yo cambiando de
coche, me señaló con precisión la marca del coche, la
construcción de mi casa, iTotal! Sabes, realmente me dejó
pasmada, ivoy a llevarle a mi madre! .. "
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Yo, Juliette, en esa época muy "en tierra", pragmática,
no comprendía nada pero, bueno ...
Días más tarde fue Frarn;oise quien me habló de él,
después Christine, luego todas me hablaban sobre él, me
contaban en su momento ... la penúltima fue Gisele -- ya que
la última que persistía en no querer ir a ver a este individuo
famoso, este ipersonaje sorprendente!, era yo, y no faltaba
mas que ella para convencerme - Así que Gisele finalmente
se me acercó, y me dijo: "Deberías ir a verlo, te lo digo, sólo
por ver ... sabes, ies impresionante! deberías ir. Te va a
sorprender, es desconcertante, te dice todo, tu pasado ... tu
futuro ... las cosas más secretas ... las más íntimas."
Gisele me había convencido, o bueno, en ese instante,
teniendo en cuenta todo lo que ya había escuchado de unas y
de otras, finalmente me decidí... lPor qué no? lQué puedo
perder? Además, ya es hora de que me forme mi propia
opinión.
Confieso también que en esa época mis preocupaciones
no hacían sino acentuarse, a lo mejor este encuentro me
daría un pequeño empujoncito, quién sabe ... ipero me había
vuelto tan incrédula! iHacía falta que viera y que escuchara!
Jamás había conocido a este tipo de personas hasta ese
momento, ni siquiera me imaginaba lo que eso podría ser.
lCómo debía proceder? lCómo funcionaba esto? lCómo lo
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recibían a uno ... ? Yo me decía, "realmente no es gran cosa
pero, bueno ... " a pesar de todo, y quedando en el fondo de
mí un cierto respeto, finalmente, pedí una cita.
Yo era entonces una joven de carácter, orgullosa e
incluso pretenciosa, con un toque de arrogancia... itodo por
complacer! Este hombre tenía una oficina en donde recibía a
la gente, pero ni qué decir de la oficina.. , yo nunca la
hubiera imaginado así.
Pero antes de describir ese espacio, debo también contar
un detalle un tanto sorprendente de esa reunión.
Me presento en la dirección indicada por mi compañera
de trabajo. Entro al gran hall de un edificio, una puerta está
entreabierta. lSerá aquí? me digo, ya que no conozco el
lugar. Toco la mencionada puerta... nadie responde, insisto.
Entro discretamente en un departamento con un gran
vestíbulo de colores sombríos, y percibo al fondo una cortina
de color violeta-lila, un hombre de color, bastante grande
sale ... le preguntó si es él, les el hombre con el que yo tengo
una cita? Me responde de forma afirmativa, me pide que me
instale, yo obedezco.
Pero su actitud me parece un poco "bizarra"... Para
empezar, este señor enciende muchas velas ... distingo
muchas estatuas sombrías con caras inquietantes... iAhora
sí que me siento poco tranquila! De repente comprendo que
me he equivocado y me voy inmediatamente.
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Me voy decepcionada y un tanto contrariada, sin haberlo
encontrado regreso a la oficina donde explico lo que me
acababa de pasar. Ahora me doy cuenta de la confusión, ime
había equivocado de número de entrada del edificio!
Así que regreso para mi primera cita algunos días más
tarde. Muchas personas esperan en el hall de entrada del
edificio, otros pacientemente en el exterior, en la acera.
Cuando llega mi turno, soy recibida por un hombre de
cabello castaño, esbelto, de mirada gentil de un azul
profundo y con una sonrisa tranquilizadora. Me tiende
"generosamente" la mano, toma la mía con la !°~sma
generosidad; su apretón de manos no pasa desaperc1b1d? y
da testimonio de una personalidad que no se olvida
fácilmente ... tal vez por la transmisión de su energía...
Entro lentamente en un remanso de paz, un espacio que
no podía ser más simple, nada ostentoso, ~ompuesto .de un
solo ambiente amueblado por una mesa antigua, dos sillas --
la segunda en caso de que la persona que lo visitase
estuviera acompañada. Sobre la mesa, una lámpara de
petróleo - supe después que ni siquiera tenía electricidad -
nada en las paredes, nada sobre el piso, de hecho ninguna
otra cosa. No necesitaba más.
Me siento. Él me mira y toma mis manos, no para
mirarlas. Coloca su pulgar sobre el punto central de cada
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una de éstas suavemente, y en ese momento, ipara mi gran
sorpresa! levanta la mirada hacia mí y me dice: "Yo no la
siento." Afirma y repite: "Yo no la siento." Le respondo:
"lsí? ¿usted no me siente? ¿Qué significa para usted
sentir?" No agrega nada, solamente un "no la siento, tendrá
que regresar ... "
Me deja así, sin otra alternativa, y me acompaña de
regreso a la puerta. Paralizada, golpeada en mi orgullo y
molesta, me alejo murmurando: "Yo no la siento, yo no la
siento ... ¿Qué quiere decir esto? iCualquier cosa!"
Mi ego había recibido un golpe, lqué les diría yo a mis
compañeras cuando me hicieran la pregunta fatídica: "Y,
¿qué te ha dicho? o ¿qué te predijo?" y bueno, inada! Él no
me siente. Además yo era la única a la que él no sentía o a la
que no había sentido ... iQué humillante. No fue sino hasta
mucho más tarde que comprendí qué significaban estas
palabras y por qué.
Dejé pasar algunos días, y después volví al ataque. Su
respuesta fue la misma. Una tercera vez... Una
cuarta... Hasta que un día ... mi actitud y mi comportamiento
habían cambiado debido a mis problemas - tenía necesidad
de saber, sí, quería verdaderamente saber, estaba esperando
saber - ia lo mejor entendí, tal vez!, me di cuenta que debía
dejar de lado el orgullo y ese carácter pesado (el cual yo
tenía en esa época) ... Finalmente había captado que hay
momentos en que uno debe anteponerse a su vanidad. Era
un paso ... ya que, a pesar de todo, iél me recibía y yo tenía el
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derecho de buscarle! Había vencido una dificultad...
mínima, es cierto, pero era un paso hacia adelante, en esa
etapa, no estaba nada mal.
Me siento frente a él, sin intención de imponerme. Me
toma las manos - es así como él comienza las sesiones - , me
observa un breve instante con una mirada dulce y serena.
Después cierra los ojos... y así comienza el viaje
sorprendente en el tiempo. Me habla sobre el lugar de mi
nacimiento, sobre mi vida pasada; evoca dos hermanos más
ninguna hermana, mi trabajo ... en el área jurídica, agrega y
detalla. Ahora se sumerge, no está más ahí en ese lugar,
revisa los vericuetos de mi pasado ... mis padres, mis
orígenes ... mis recorridos ... después un silencio ... Sus ojos se
cierran aún más, como si buscara ir más lejos aún, un
secreto escondido ... sí... él está ahí... un secreto familiar cuya
existencia yo ignoro... aprisionado en las profundidades ...
me da todos los detalles, después súbitamente abre sus
grandes ojos claros ... me mira y se calla. lPor qué se ha
detenido? lPor qué? Ahora que yo podía finalmente conocer
ese secreto - comprendería más tarde las razones de ese
silencio y el respeto que él demostró en ese momento.
Terminó diciendo: "Dentro de muchos años usted escribirá
libros que le serán muy importantes ..." Me digo a mí
misma: "Debe sentir que yo escribo un diario íntimo," así
que no me detuve demasiado en este tema y no comprendí
verdaderamente el sentido profundo de sus palabras y lo
que él había querido realmente decirme con eso.
Ese día descubrí a un hombre joven, simple, honesto,
íntegro, reservado e incluso tímido. Con el paso del tiempo,
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yo le mandaría a un gran número de personas allegadas que
luchaban en contra de sus dificultades, prisioneros de sus Después de conocerlo uno no puede sino tener
angustias; algunas en la búsqueda de una respuesta, otras al necesidad de volver a verlo, de sentir respeto. lDe dónde
acecho de una solución. Todas, todos, nos pasamos la vida salió ese don? lDe dónde le viene? lCómo llegó a eso? Con
tratando de entender.
miles de preguntas en mi cabeza, quería saber, deseaba
verdaderamente conocer a este ser, a este hombre fuera de
Es así que yo lo visitaba regularmente, a veces como lo común. Era tan diferente, tenía algo que venía del más
acompañante, o simplemente para saludarlo. allá. Yo, Juliette, cartesiana, traviesa, tenía que saber, debía
comprender... Tuve la suerte de encontrar a un ser como él,
yo consideraba verdaderamente esto como una suerte, un
Er~. tan agra~abl~, siempre tenía una palabra para favor que alguien me había otorgado.
tranqmhzarme e md1carme qué sucedería de particular
durante ese día o durante los próximos días ... iEra fabuloso!
iSurrealista! Era de una gentileza y una generosidad sin Lo visitaba prácticamente todos los días, y cada vez veía
medida. Sin duda alguna, él poseía un tesoro inmenso: iel de como la fila de espera se hacía más larga. Personas de todas
l~ ~nteligencia del corazón! Ya que las personas que lo
las edades esperaban pacientemente poder hablar con él de
visitaban estaban gratamente sorprendidas, la mayor parte aquello que les preocupaba. Recibía cada vez hasta más
de las veces conservaban, además, un sólido vínculo con él. tarde e iba al domicilio de las personas que necesitaban
Recuerdo a una mujer joven, Ghislaine, que deseaba verlo pero estaban en cama o no podían desplazarse.
conocerlo. Estupefacta por la forma como la consulta se También se reservaba momentos para visitar a enfermos
había desarrollado, me vino a ver y me dijo: "Te confi.eso que hospitalizados, sobre todo aquellos que estaban bajo
al principio pensé que era imposible, que tú le habías cuidados oncológicos, o en fase terminal.
contado sobre mi vida ... pero entre más avanzaba él en su
búsqueda, más sorprendente era." Y agregó: "Me habló de
una cosa que ninguna persona allegada a mí sabía ni
. . tú." 1Era
szquzera . tan desconcertante! En ese instante ' me
dije: iEste hombre es increíble! iCómo puede él saber?
¿cómo lo sabe, cómo ve todo eso? ¿simplemente tomando
las manos ... cerrando los ojos?'' lQue es lo que sucede en
ese instante? iUno siente que sale de nuestro mundo para
pasar a otro!"

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 A propósito de esto, un episodio me viene a la mente. En
esa época yo tenía la suerte de participar en la beneficencia
de un hospital muy grande en el cual visitaba regularmente
a los enfermos. Una noche, al entrar en la habitación de un
joven que apenas tenía 17 años, supe que había entrado en
coma durante una intervención, llegó de Tahití para
someterse a una operación benigna de rodilla. Desorientada
y sinceramente apenada, pensé en su familia que estaba tan
lejos de él, de su niño que practicaba fútbol y para quien la
intervención no debía haber sido de gravedad. También
supe que su mamá ya se encontraba en el avión que la
traería cerca de su hijo. Permaneció en coma durante dos
meses. Como no mejoraba, pensé en este Hombre que yo
frecuentaba y que, ciertamente, podría guiarme, ayudarme a
comprender qué había sucedido, decirme si este joven
saldría. Apenas le había yo contado, cuando vino a reunirse
conmigo al hospital.
Se acercó al chico sin decir nada, bajó los ojos, posó las
manos sobre su pecho para entrar en contacto con él
1!1ientras que yo me apresuraba a preguntar: "lVa a salir?"
El no me respondió y me hizo una señal con la cabeza y con
la mirada, como si debiera callarme. Se quedó unos minutos
y salió de la habitación. Lo seguí impaciente por saber.
Entonces me dijo: "Pude hablar con él, él está ahí, dentro de
la habitación ... no comprende por qué no puede recuperar
la conciencia ... es como si estuviera en un sueño del que no
puede despertar ... escucha todo lo que se le dice pero su
cerebro ya no puede servirle de morada ... vi que sus vasos
sanguíneos se han retraído y me ha explicado a través de
visiones, lo que sucedió durante la interven~ión ... No le
pasaron oxígeno en el momento en que lo necesitaba ... Si te
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hice. esa señal con la cabeza fue, en realidad, porque él
hubzera escuchado lo que te iba a decir. Si él comprende
que ya no podrá regresar a su cuerpo, lo dejará y se irá ...
morirá... Explícaselo a su mamá... sólo ella le puede
ayudar."
Visitaba regularmente a este joven. Pude encontrar y
hablar largamente con su mamá, explicarle que yo conocía a
un Hombre que había podido entrar en contacto con su hijo
y lo que le había sucedido durante la intervención que los
daños causados a su cerebro eran tales que ya n~ podría
recuperar la conciencia.
La madre de este joven se apresuró a interrogar al
pers~i:ialpresent; durante la intervención y, al día siguiente,
me d1Jo que babia podido ver a una enfermera que le había
confirmado los hechos, pero que ella no deseaba que se
divulgaran. La mamá pasaba horas enteras al lado de su
hijo... y un día, decidió hablarle de su estado. Al día
siguiente, su hijo murió.
. Per~ona~mente viví con mucha dificultad esta penosa y
tnste h1stona, pero en ese momento sentí, que el Amor de
una madre no tiene medida, es impenetrable. Ella había
presentido, me dijo, que su hijo nunca regresaría. Y aún si
había sido dificil, ella se sintió aliviada al s~ber lo que
realmente le sucedió a su hijo.
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 En esa ocasión pude comprender mejor ciertas fases del
estado comatoso. Había visto a un hombre joven, sonriente,
lleno de vida, que no esperaba más que una cosa: regresar a
casa y volver a jugar fútbol, pero la vida lo había decidido de
otra manera. De pronto tomé consciencia con una violencia
insoportable, que todo podía darse vuelta tan rápidamente.
Regresé a ver a quien yo había acudido. Esa mañana, él
recibía a dos personas que practicaban la hipnosis a muy
alto nivel y que habían participado en algunos programas de
televisión. Ellos lo visitaban para verificar los dones que se
le atribuían. Sorprendidos por el encuentro con este hombre
y por lo que acaban de ver, estos hombres le propusieron
inmediatamente participar en una emisión de radio FM, sin
explicarle de qué se trataría exactamente. Muy intimidado,
pero también muy valiente, él aceptó poner su don al
servicio de un programa de radio.
Su primer encuentro fue muy notable. Desde el
principio, se hubiese podido detener y desconcertar.
Disponía en esa época de medios muy modestos, tenía para
desplazarse un automóvil viejo cuya batería no funcionaba
muy bien. Para arrancar, debía de haber una pendiente
suficientemente empinada sobre la cual "lanzar" su vehículo.
El día de la emisión de radio, una lluvia torrencial cayó
sobre la ciudad, y él no encontraba ni una carretera ni una
calle con pendiente en la proximidad de la estación de radio.
Tuvo que estacionar su automóvil muy lejos. iTodo se dio
para descorazonarlo! Llegó al estudio completamente
30
empapado, la tormenta no había parado y no tenía con que
protegerse ni resguardarse. El agua le escurría hasta los
zapatos. Sin darle ni siquiera tiempo de secarse, muchas
personas ansiosas de conocerlo lo recibieron: los
representantes y el personal de la radio, pero también sus
familiares y amigos corrieron a encontrar a este personaje
del que tanto les habían hablado.
Jean-Marie, la periodista que le conocía, lo recibió y la
entrevista comenzó: "¿Cómo procede usted? ¿cómo puede
usted ver a través de la gente? iAcaso tiene usted eso que
llamamos flashes, imágenes? ¿Hay colores? ¿o solamente
siente? ¿cómo funciona esto en usted?... " Una cantidad de
preguntas, algunas más interesantes que otras.
Entonces explicó que, para él, se trataba de un
sentimiento, de una emoción que hace aparecer imágenes,
colores, formas, escenas. Agregó que jamás se había hecho
la pregunta, que para él se trata de una evidencia, que él vive
así con sus emociones, sus sentimientos. Nunca ha vivido de
otra forma. Por ejemplo, dice, las plantas "yo las siento, yo
las vivo."
"Cuando me hacen una pregunta, la respuesta se
desliza desde la fuente, es clara. De hecho, todo despierta
una emoción, todo ·vive, un objeto, una persona, todo me
habla ... me atrevería a decir que todo tiene una vibración
que varía; así, si yo tomo un objeto, siento a quién
pertenece, en qué habitación estaba, y me da una visión de
todo lo que está a su alrededor... Cuando se trata de una
31
persona, al tomar sus manos, siento de entrada su vida,
quién es ella verdaderamente, después aparecen imágenes,
algunas a gran velocidad, que yo descompongo para poder
dar datos precisos acerca de lo que veo y, en la medida que
me voy expresando, me llegan otras imágenes."
Durante esta entrevista, que duró unos veinte minutos,
descubrió por primera vez, muy intimidado y molesto, en
qué consistía realmente una estación de radio con sus
estudios de grabación. Ignoraba lo que iba a pasar después,
ya que él no sabía qué era lo que la periodista esperaba de él.
Fue entonces cuando recibió la primera llamada de un radio
escucha.
Se trataba de una dama cuyo nombre sonaba español.
Ella le hizo la siguiente pregunta: "lUsted nació así? ¿con
ese don?" Al mismo tiempo que él respondía
afirmativamente, cerró los ojos y, ahí mismo, todos los
presentes fueron testigos de esta facultad sorprendente: él
podía ver problemas de salud relacionados con una
intervención del útero que debía tener lugar en los días
siguientes. Tranquilizó a la señora, indicándole que todo iría
muy bien y que su preocupación de salud desaparecería. La
radio escucha, desconcertada por esta "visión" a partir de
una simple llamada telefónica, se sintió tranquila y sus
temores relacionados con la intervención desaparecieron.
Colgó el teléfono aliviada.
En la segunda llamada, él vio, si es que uno puede decir
"vio," que el hombre que estaba en la línea estaba dibujando
32
una casa mientras. hablaba. En efecto, le dijo: "Veo un
diseño, un bosquejo... una casa." Sorprendido, su
interlocutor exclamó: "iEs increíble! ¿usted ve eso? ... pero
¿cómo sabe ustedes eso? Es verdad, mientras esperaba que
me pasaran en línea, estaba yo garabateando una casa ..."
Después vino la tercera llamada. Una dama mayor que
preguntó: "Si no es mucha indiscreción, ¿qué edad tiene
usted?" Él le respondió que tenía veinte tres años, pero al
mismo tiempo que él contestaba su pregunta, tuvo una
visión: "Usted tiene un gato ... blanco ... cerca de usted... " La
dama, muy sorprendida, contestó: "Efectivamente, tengo a
mi gato a mi lado. iEs un persa blanco, Señor! ... "
A partir de ese programa y frente a resultados así de
reveladores, nuestro personaje comenzó a ser cada vez más
solicitado. El número de personas que deseaban verlo no
dejaba de crecer, las personas se pasaban la información, la
noticia volaba a una gran velocidad.
Sus oficinas -debería decir más bien su habitación- le
empezaron a quedar chicas para recibir a todo el mundo.
Entonces decidió cambiarse y se mudó a un espacio un poco
más grande, esta vez con una sala de espera.
Con frecuencia me tocó encontrarme con gente que
venía a verlo y algunas personas me decían: "Necesito verlo
para que me ayude a solucionar mis problemas."
Problemas de orden profesional, financiero, afectivo o de
33
otra naturaleza. También había gente que debía someterse a
una intervención quirúrgica, un examen médico, y que
deseaban saber si todo iba a salir bien. De hecho, la razón
era poco importante. Las personas venían, exponían sus
dificultades y, como por arte de magia, todo terminaba
siempre bien. Infinidad de veces hice la siguiente pregunta:
"¿su problema se resolvió después de que usted lo fue a
ver?" A ellos esto les parecía normal y no se preguntaban ni
siquiera cómo lo hacía.
Por supuesto que, al princ1p10, yo me decía que las
personas angustiadas esperaban ser tranquilizadas y que por
eso las cosas funcionaban. Intenté encontrar una lógica pero
en el fondo de mí, una intuición me decía que "ciertamente,
había algo más." Muchas veces le hice la misma pregunta a
la que invariablemente él respondía: "Así es esto. Si les
ayuda y están mejor...eso es lo esencial." Pero jamás me dio
una respuesta detallada acerca de su manera de intervenir.
Esta facilidad de ver a través de la gente siempre me
subyugaba, yo no cesaba de preguntarme cómo lo hacía, era
realmente impresionante. Era capaz de decirle a uno los
nombres de sus amigos (as), el color de su automóvil...
describir su casa. Era más que desconcertante. Y, bueno, la
respuesta que me venía sin cesar a la mente: "Mientras yo le
cuento mis problemas, éstos se resuelven rápidamente." Yo
no alcanzaba a comprender cómo esto era posible. iHabía
algo que me sobrepasaba!
34
Continuaba viéndolo regularmente y me sentía muy
orgullosa de codearme con alguien así de apasionante.
Por esa época, él finalmente adquirió un nuevo auto. Si
yo cuento la historia de ese auto, es porque éste era el
perfecto para él, no se trataba de cualquier automóvil: era
un viejo Peugeot 203, del año 1955, color negro. Este coche
correspondía verdaderamente, decía yo, a su estilo - era un
marginal - y cuando le vi al volante, no pude evitar sonreír y
luego carcajearme diciendo: "iAh! Se ve que ese auto es
tuyo. iQué original!" Al mismo tiempo, yo me sentía muy
feliz de conocer a alguien tan simple y natural, que se atrevía
a enfrentar a una sociedad tan moderna, que no tenía nada
de retro. iEste auto era el reflejo de lo que él era! iY eso era
bello! El auto era hermoso y brillante, él se sentía orgulloso.
Este auto marcó un periodo de su vida, y lo conservó -
muchos años manteniéndolo maravillosamente bien.
Continuó ejerciendo puntualmente. Se había vuelto un
hombre de renombre. La gente adinerada de todas partes,
Paris, Bordeaux, Córcega, Suiza, Italia... unos hablaban con
otros ... Querían saber ... encontrarlo, conocerlo ...
En cuanto a mí, yo tenía la suerte de poder visitarlo muy
seguido. En esos momentos, él me hablaba de todas las
cosas de las que se escuchaba poco hablar en aquella época y
que, sin embargo, existían desde siempre. Ellas forman
parte de nuestra vida, pues más allá de nosotros, incluso
muy cerca de nosotros, se encuentran estos seres, de manera
35
especial aquellos que se nos han ido, que nos ayudan y nos
protegen, yo lo vivía intensamente.
Durante una entrevista, me contó que se acordaba del
mundo antes de su nacimiento, de ese otro mundo donde
viven las almas. Me describió ese mundo maravilloso de
dónde venimos y donde nosotros también tenemos un
camino que recorrer para evolucionar. Se trata de volver a
cuestionarse la existencia de nuestra propia fe, que no es
definida en términos religiosos, sino que se puede definir
desde un punto de vista de conjunto. Algunas veces, en este
otro mundo, las etapas que debemos alcanzar no son fáciles,
ponen nuestra fe a prueba si uno tiene el deseo verdadero de
evolucionar. En este otro mundo existen muchas moradas
que corresponden a eso que uno es verdaderamente en el
fondo de su ser. De hecho nuestra alma, nuestra conciencia,
es nuestra identidad. Esto significa que uno existe por lo que
ella es realmente.
En ese paraíso existen árboles gigantescos que han
crecido millones de años y cuyas hojas no mueren jamás,
planicies que se extienden hasta donde la vista se pierde,
prados en donde la hierba no brota más que lo necesario
para conservar la belleza del horizonte; y brotan flores y
plantas que sólo se encuentran ahí; los animales son todos
nobles y gentiles, sin ninguna agresividad; en ciertos
lugares, se encuentran construcciones de piedra, perfectas, a
veces grabadas con escrituras que parecen jeroglíficos pero
que todas, sin importar cuál sea nuestro idioma, se pueden
traducir naturalmente sin dificultad. Y conforme uno
evoluciona hacia el fondo de sí mismo, más perfecto se
36
vuelve el paraíso. Terminó asegurándome que allí el tiempo
no existía ...
Tenía tantas cosas que decir, cuán hermoso era
aquello... yo lo escuché durante horas... lo interrogué sin
parar... sin cansarme jamás ... Hoy en día existen numerosos
escritos que vienen a confirmar lo que yo había tenido la
suerte de escuchar decir muchos años antes ... Describía un
mundo en el que las emociones no son sino Amor, un
mundo cuya intensidad no puede ser transmitida por
ningún color sobre la tierra, como no sea el blanco de la
nieve, o el de las flores de los almendros. Aquello me había
sorprendido y me parecía tan evidente: un blanco
inmaculado.
Hablaba para explicar, me revelaba la vida de un mundo
sublime que él había conocido y donde había vivido... de
donde, de hecho, acababa de regresar. Yo diría que hablaba
con cierta nostalgia... Un mundo verdadero, mágico, donde
el mal no puede existir. Había dejado un océano infinito de
bienestar y de serenidad en el que uno se comunica sólo a
través de las sensaciones, sin hablar, sin emitir ningún
sonido, a través de una forma de telepatía, en donde la
distancia se vuelve relativa. En ese mundo, me explicaba,
uno piensa en alguien con quien le gustaría intercambiar
algunas palabras, cualquiera que sea el lugar o la distancia
en la que se encuentre, él escucha, siente y puede responder
inmediatamente. Todo se siente y adquiere una forma de
emoción evolucionada, nada se impone, todo se vive con
suavidad.
37

Me gustaría tanto detenerme más ampliamente sobre
este tema, pue~to que h~y tanto que decir y comprender,
pero es prefenble segmr adelante sin quemar algunas
etapas, para comprender mejor a qué se puede parecer ese
mun.do en el que se integran los otros. Me es imposible
contmuar, por pudor y por respeto hacia él quien, por el
momento, no desea que se exponga el escenario de su vida
allí.
. Con ~us palabra~, él hacía vivir, incluso yo diría, hacía
vibrar mi f~. Y? sentia t~l cantidad de emociones, que en el
fondo de mi misma crecia cada vez más mi fuerza. Él era tan
diferente de los demás, no se parecía a nadie en nada. Él
v~ía s~n ningún apoyo, simplemente mirando la gente, o aún
sm mirarlos, solo con sentirlos "emocionalmente". Captaba
?-uestr~~ emociones, era hermoso, tan bello. Daba la
impres10n de que nos atravesaba. Eso no podía venir más
que del más allá... Podía explicarme todo, detallar... Yo me
~e~eitaba de esos instantes y me daba cuenta que no era la
umca que no deseaba separarme de él, cada uno de los que
lo consultaban no se atrevían a pensar en el instante en que
se alejasen de él.
1:1- ~u lado nos sentíamos tranquilizados, teníamos el
sentim.i~nto d~ ser protegidos. Es difícil explicar esta
sensac10n de bienestar, de paz perpetua que nos invadía.
Entrar a su oficina nos hacía olvidar todo: las
preocupaciones, el tiempo que pasa.
38
Un día, una abuela que lo venía a ver regularmente, lo
contactó de urgencia para decirle que a su nieto de nueve
años le había dado meningitis, estaba hospitalizado y que su
estado era grave. Dos niños acababan de morir de la misma
enfermedad. La vieja dama le pidió que la ayudara, que
hiciera cualquier cosa para que este pequeño sanara: "Lo
que sea que usted pueda hacer, ihágalo por mi nieto!iPor
favor!"
Aquí la vida de René dio un giro importante - sí, es aquí
cuando yo lo presento formalmente, es así como él se llama,
René, como "renacimiento": una persona que renace 1 •
En ese preciso instante, él sintió la carga que podría
pesar sobre él, y se dijo: "¿De qué sirve desear ayudar a los
otros si yo no puedo ayudar a este pequeño niño que se
encuentra entre la vida y la muerte?". Este suceso fue para
él como una señal, una especie de prueba para avanzar sobre
este camino que él tanto deseaba recorrer - "ayudar a los
otros y vivir por los otros": "Si este niño no sale adelante,
me detendré. No tendré ninguna razón para continuar
haciendo lo que hago, me detendré, eso es seguro. Yo no
podría continuar, no sería lógico, ime sería insoportable!"
Al mismo tiempo, una fuerza se apoderó de él, sintió en el
fondo de sí mismo que él podía ayudar a ese niño sin saber,
sin embargo, cómo esto sucedería verdaderamente.
1
Nota de la traducciónYou »:"une personne qui renaft"- "una persona que
renace". En francés, "renaft"y "René"se pronuncian igual.
39
 Esa noche, él fue al "vacío" como lo hacía siempre que
intentaba ver a través de la gente, estableció una liga entre el
mundo de donde él venía y este evento que podría
convertirse en drama. Intentó dar lo mejor que tenía en sí
mismo- invirtiendo toda su fe para reforzar el contacto entre
el que él vivía y con el que aún vive. Un poco de tiempo
después, el niño se curó.
Cuando le pregunté si él había podido intervenir -
dudando de la respuesta- René, siempre humilde y modesto
pasara lo que pasara, me dijo: "el niño salió adelante, eso es
lo importante" con una sonrisa dulce y ligera. iTenía tanta
razón! Cualquiera que haya sido la fuente, sólo el resultado
contaba. No me atreví a insistir puesto que yo sabía que él
no me daría ninguna otra explicación.
Aliviado, encantado con este desenlace feliz, al día
siguiente se dirigió a su oficina y continuó recibiendo a
todos aquellos que lo necesitaban, más serenamente, porque
el había superado esta etapa compartiendo con el prójimo,
con la familia y principalmente cerca del niño cada segundo
de este drama que había dejado de serlo.
Al poco tiempo, cuando el muchachito estaba
completamente curado, vino acompañado de su abuelo a
visitar a René. Al entrar en la oficina el niño le preguntó su
abuelo: "Papi, ¿es éste el señor que me vino a ver en mi
sueño cuando estaba yo en el hospital?" René le sonrió
gentilmente ... este hecho permanecía dentro de lo posible.
Cuando uno conocía a René y cuando uno ha visto quién es y
40
qué hace, no se puede más que pensar que tales cosas
existen. Para ayudar a este niño, lo había ido a ver bajo otra
forma de conciencia, la cual el niño pensaba que había sido
un sueño.
René conocía ahora la deliciosa sensación de ayudar al
prójimo. Gracias a las personas que él recibía en consulta,
pudo comprender mejor y profundizar su conocimiento de
los otros, perfeccionándolo con la fuerza y en la medida de la
demanda, que no cesaba de aumentar. Continuó así durante
cuatro años, dando lo mejor de él mismo y haciendo todo lo
posible para socorrer a las personas que a veces se
encontraban en una angustia profunda.
Un día recibió una llamada de una joven que lo veía
regularmente y que sospechaba desde hacía mucho tiempo
que su marido tenía una relación adúltera. A partir del
momento en que tuvo la certeza del hecho, perdió las ganas
de vivir. Con mucho sufrimiento, llamó a René; "Tenía que
agradecerle el que me haya ayudado durante todo este
tiempo y llamarle antes de terminar ..." y agregó: "he
tomado la escopeta de mi marido, está cargada, ya no
tengo deseos de vivir, ya no tengo lafuerza de continuar."
René conservó la calma, concentrándose en lo que se estaba
desarrollando delante de él. Vio una gran ventana detrás de
ella que daba al jardín de la villa. Entonces le pidió, puesto
que ella le quería agradecer, un último favor, ella aceptó y
escuchó: "lTendría usted la gentileza de abrir la ventana
que está detrás de usted?" Ella obedeció. "¿Podría usted, ya
que su arma está cargada... ¿es una escopeta de cacería,
verdad?" (ella respondió afirmativamente) "Por favor, ya
41
 que ~ay un jardín tan grande delante suyo (René no
con?cia el lugar, lo veía), podría usted disparar un cartucho
hacza los ~rbolespara ;ni?" E~la dudó algunos segundos, no
c?mpr~ndia a donde el quena llegar. René insistió, iella
disparo!
De pronto la descarga provocó un estruendo
enso~d~cedor que sonó con la misma fuerza en el auricular
te~efomco que en la cabeza de la joven. Con un sobresalto de
mie~o. Y de sobrecogimiento, se le escuchó lanzar
precipitadamente la escopeta al suelo poniéndose a llorar.
René no se había equivocado, había tenido la visión de
aquella reacción, de q?-e el estallido ensordecedor produciría
t~l. t~mor,. una especie de electrochoque. Ciertamente era
facil imagmar el sonido que podría producir el disparo de
un~ escopeta de ca~ería dentro del espacio confinado en un
salon pero, en ese mstante, no se valía equivocarse la vida
de una persona estaba en juego. ' un altruista y no de un egoísta, ella lo comprendería más
Durante esta p_?mera fase de su vida, René recibió gente
durante algunos anos ya que, en realidad, en el fondo de su
ser, el no s~ sentía bien, estaba un poco desorientado. Aún
estando fehz de poder ayudar, a él le faltaba algo. Vivía un
malestar profundo al salir de su oficina tarde en la noche
esta~a sobrecargado. ~lí estaba el problema, él querí~
contmuar y ayudar mas, se sentía culpable de no poder
hacerlo Yllegó un momento en que ya no lo soportaba. Creía
que esto era completamente insuficiente.
42
Hasta el día en que - le llegó una señal, él la tomó como
tal -, recibió la visita de la propietaria de una hacienda en
Cavaillon (en la región de Vaucluse). Más que estupefacta
por este personaje, con el tiempo (ella venía a verlo desde
hacía más de un año), nació entre ambos una relación
fundada en una simpatía recíproca. "Estoy muy
sorprendida, le dijo ella, ya que después de tanto tiempo de
venir a visitarlo y conociendo usted mi situación
profesional y mis relaciones, jamás me ha pedido un favor,
pudiendo llegar más lejos aún saliendo en un programa de
televisión." En verdad esta dama estaba bien colocada en el
medio de la radio y la televisión.
René estaba muy lejos de todo esto, nada relacionado
con ello le atraía, ni el reconocimiento, ni el poder; él no era
alguien interesado. Los proyectos que le interesaban se
relacionaban con los otros, no con él mismo. Se trataba de
tarde. Lo que ella le proponía no era ni la meta, ni el objetivo
que él quería alcanzar, sino todo lo contrario.
Ella insistía, de una forma gentil, pero determinada.
Realmente deseaba que René aceptara. Le ofreció darlo a
conocer en la televisión, diciéndole que se trataba de una
gran oportunidad y que había que tomarla, todas las puertas
se le abrirían. Queriendo convencerle le llegó a proponer
una charla en un programa televisivo. Finalmente se rindió
frente a la evidencia, René no se sentía para nada atraído
por este tipo de promoción. De hecho, al constatar que no le
43
daba .ningún seguimiento a su proposición, le pidió que
reflex10nara, que tal vez pudiera cambiar de opinión de aquí
a la próxima entrevista. También agregó: "Usted podría
ayudar a otras personas de la misma forma que me ha
ayudado a mí." A lo cual él respondió: "¿Pero cómo podría
yo ayudar más? Mire la cantidad de gente que hay en mi
sala de espera ... "
Un mes más tarde, esta dama regresó a visitarlo. René
se había tomado el tiempo para reflexionar, pero se
encontraba ahora en la búsqueda de algo más profundo, de
algo más grande. Aún estando feliz de hacer lo que hacía,
aún si para él era fantástico recibir a la gente que muchas
veces se trasladaba varios cientos de kilómetros para
e~contrars~ con él, esto no le era suficiente, el quería ir más
leJOS todaVIa. Su deseo no era salir en la televisión sino al
contrario, amaba mucho la discreción, la simplicfdad. Se
trataba más bien de buscar, de comprender y avanzar en el
camino que lleva a la Verdad, para poder estar más cerca de
los seres humanos y poder ayudarlos más aún.
Así que René le anunció a esta mujer amistosa que había
tomado una decisión: "Voy a dejar las consultas, voy a
abandonar esto que he emprendido, me retiro y será algo
bueno, pues debo ir más lejos ...para ayudar más ... "
Ella se sintió muy perturbada, pensó "esto es mi culpa."
pero él le agradeció ya que, sin saberlo, le había indicado el
c?~ino que debía t?1!1ar. Él comenzó su nuevo proyecto
rap1damente, se retiro totalmente de la sociedad, no sin
44
antes haber informado a sus últimos visitantes sobre su
decisión.
Justo antes de partir, una mujer que había escuchado
hablar de él fue a visitarlo. Se trataba de una vidente muy
conocida que salía en la televisión. Algunos momentos antes
de irse, ella tuvo una revelación y, delante de muchas
personas, le dijo lo que había percibido. René se enojó
mucho, si bien hasta el día de hoy no ha querido que esto se
difunda, yo, sabiendo lo que la vidente dijo, me doy cuenta
que su predicción se está cumpliendo. Espero poder obtener
algún día su permiso para poder hablar sobre ello.
iDurante este periodo él había recibido, visto y atendido
a tanta gente! Un día intenté calcular el número de
personas, tomando como base para el cálculo las visitas
cotidianas y luego las semanales. Al multiplicarlo por el
número de años, me di cuenta que esto representaba varios
miles de personas, muchas de las cuales se habían podido
beneficiar de una ayuda concreta.
Así, él tuvo que aceptar la evidencia: si deseaba ayudar
más, era necesario que encontrara otra manera, un nuevo
eje de investigación. La meditación sería el camino en el cual
él pondría su fuerza, iría en búsqueda del saber, en
búsqueda de otra forma de inteligencia.
Una mañana, mientras que preparaba esta nueva etapa
de su vida, René fue contactado por una mujer que
45
trabajaba en asuntos jurídicos de Marsella. Se trataba de
una verdadera llamada de auxilio. Ella había estado
hospitalizada en varias ocasiones pero esta vez, los médicos
no querían dejarla salir. Sus síntomas eran graves y no era
posible definir lo que ella tenía realmente. Estaba muy
enferma, tenía formaciones de bolsas de agua, había perdido
peso y fuerza. Su salud empeoraba día a día. Esta pobre
mujer no podía conciliar el sueño y contaba que en el
momento en que cerraba los ojos, tenía visiones
aterrorizantes de máscaras emplumadas que se dirigían
hacia ella a gran velocidad. También veía llamaradas
danzando delante de ella. De hecho se descubrió que ella era
víctima de un acto de magia negra, un encantamiento vudú,
practicado por una persona perversa que se encontraba por
aquel lugar y que le había robado su bienestar por razones
que no puedo revelar a aquí.
René no era un especialista en esta utilización desviada
de la magia, no le gustaba eso. Y aún cuando conocía los
principios, no era conocedor de ello y no deseaba tener
experiencia, así que dijo "Cada cosa a su lugar ... hay que
dejar a los difuntos con los difuntos ... en paz... "
En todo caso, no podía rehusarse a ayudar a esta mujer
cuya salud empeoraba cada día un poco más. No la podía
abandonar e hizo lo que su conciencia le indicaba hacer ...
Apeló a toda su fe, la misma sobre la que él basada su
fuerza. Sus visiones le ayudaron a ver muy rápidamente y
con precisión qué era lo que pasaba, qué querían de ella y
46
qmen había enviado al VIeJO hechicero vudú que VIVIa
retirado en las islas. Ahora debía actuar para ayudar a esta
muJer.
Pero en esta ocasión se encontró frente a frente con
fuerzas que él no dominaba del todo, que nunca había
tenido la oportunidad de enfrentar. Nunca había tenido que
hacer este tipo de oposición: el mal... el bien. Se puso a
buscar información entre diversas obras y escrituras
ancestrales, hizo investigaciones precisas acerca de las
costumbres y prácticas mágicas. Estudiaba día y noche.
Afortunadamente tenía un conocimiento sólido que le
permitía acceder de una mejor manera a los costumbrismos.
Así que comprendió rápidamente su modo de funcionar e
inmediatamente se dio cuenta de la brecha que le separaba
de éstos. Él, que estaba en una búsqueda espiritual
profunda, que había dedicado su vida a ello, se encontraba
ahora frente a una práctica de alto nivel pero orientada en
una dirección completamente opuesta a la suya, una
práctica que utilizaba las fuerzas de un mundo llamado el
bajo-astral y en donde los practicantes del vudú convocaban
a los dioses más accesibles. Sus poderes son muy
importantes, pero no pueden destruir sino a uno solo a la
vez, no pueden afectar a un grupo entero de personas. Estas
prácticas pueden tanto ayudar a la gente como destruirla.
René había comprendido que el contacto con ese mundo
se establece por intermedio de ancestros o hechiceros
antiguos: "Los ancestros o las personas contactadas pueden
tener una influencia directa sobre la persona. Comprendo
cómo puedo acceder a su mundo y así comprender mejor
47
su modo de funcionar y su rol en las demandas hechas por
los practicantes del vudú. y cómo vencer mejor a sus
fuerzas y oponerme a ellas para ayudar a esta mujer a
liberarse de este dominio fulgurante."
Muy seguido me decía: ''El bien gana siempre sobre el
mal, la naturaleza jamás creó al mal, todo viene del
hombre, más precisamente de su mente, del deseo de
querer poseer lo que le pertenece al prójimo, ya que saber
el bien requiere una fuerza superior, un espíritu más
elevado. El bien no se impone, se armoniza con el esfuerzo
que uno le pone, que uno le da al contrario del mal. Pensar
mal es fácil. Por el contrario, pensar lo mejor requiere de la
reflexión, requiere un esfuerzo."
Apenas acabada de comprender, cuando los caminos se
abrieron. Él pudo oponerse rápidamente a estas prácticas y
la mujer recuperó rápidamente su vigor. Las visiones
nefastas desaparecieron y se sintió aliviada. Ella nunca
había imaginado que aquello pudiera existir. Finalmente
retomó su vida normal y su vida profesional también
mejoró.
Si René podía utilizar sus "dones" en beneficio de otros,
también los podría haber utilizado para él mismo, pero
nunca hizo nada de esto y esa actitud me sorprendía.
Una noche soñó con una explosión ... una botella de
alcohol que estalló en un abanico de llamaradas. Este fue un
48
sueño premonitorio de algo que debía suceder algunos días
más tarde sin que él intentara evitar el accidente. Mientras
preparaba una barbacoa, una llamada... Su. instinto
bruscamente le dijo iatención! Apenas tuvo tiempo de
empujar a su chiquilla, que estaba junto a él, cuando la
botella de alcohol que sostenía en las manos explotó. El
lugar era muy angosto, se trataba de un pequeño patio
cerrado, por lo que la explosión se concen~ró más. Fue
levantado y proyectado contra la pared a vanos metros de
donde se encontraba. Las personas presentes escucharon la
explosión y vieron una bola de fuego elevarse por los aires.
René tenía el torso descubierto, estaba vestido con un
simple pantalón corto de nylon. Estaba quemado, la piel del
vientre se le achicharró, se le veían como ondas, estaba
como derretida... El pantaloncillo se había fundido y se le
pegó a la piel. En es~ momento ,tuvo , el reflejo ~e
arrancárselo, ya que sabia que despues sena mucho mas
doloroso. Tenía las piernas quemadas, la carne de las
palmas de sus manos había desaparecido por la explosión,
los brazos severamente lastimados. Su instinto le dictó
meterse en agua fría, pero el dolor comenzó a aumentar.
Instantáneamente su cerebro hizo el vacío y se concentró
exclusivamente en canalizar el dolor. Se dirigió hacia su
automóvil para ir a buscar al doctor más cercano, quien,
desgraciadamente, no estaba. Luego se dirigió a la clínica
donde le dijeron que estaba gravemente quemado y que
sería necesario transportarlo al hospital urgentemente. El
dolor aumentaba más y más ... su mente era cada vez más
difícil de dominar. A pesar de sus heridas, manejó su coche
hasta el hospital donde los médicos, atónitos por9~e había
sido capaz de conducir en ese estado, le adm~mstraron
inmediatamente varias dosis de morfina. Un panente, que
había sido avisado de lo sucedido, les explicó a los médicos Y
49
 enfermeras que René tenía facultades que le permitirían, sin
duda, sanar rápidamente. Pero los médicos pensaban
transferirlo en helicóptero a un servicio de quemados
mayores en Lyon. Mientras tanto, uno de los doctores, que
encontraba sorprendente que hubiera podido llegar hasta el
hospital sin ambulancia ni bomberos, y que hubiera podido
controlar el dolor con tanta calma, estuvo de acuerdo en
dejarlo pasar allí la noche. René le dijo: "... A partir de
mañana por la mañana estaré mejor... habrá una
mejoría ... " Se había quemado en diferentes partes del
cuerpo, los brazos, el torso, las piernas, y también un poco la
cara, al punto que, en algunos lugares, la piel se había
fundido y estaba abultada.
Había llegado al estado en que estar controlando el
dolor lo había agotado. Pero, antes de dormirse en su
habitación, miró las vendas colocadas sobre las heridas. La
más inquietante era sobre todo, la herida de la mano
izquierda - la que había sostenido la botella. Detectó la
gravedad bajo los vendajes a nivel superior de la palma. La
venda estaba plana, como si no tuviera carne. También
podía percibir, desde un ángulo de la venda, el estado de su
carne. Comenzó a fijar la mirada, a focalizar su energía, su fe
sobre su mano. Se quedó dormido ... agotado.
sanar... Utilizó el mismo procedimiento para sanar el resto
de sus quemaduras y, para la sorpresa de todos, las heridas
estuvieron suficientemente cicatrizadas para que pudiera
salir del hospital apenas una semana después del accidente.
Él agradeció a las enfermeras y a todo el personal por su
atención... En realidad, él fue el asombro del Hospital...
iTodo un caso!
Más tarde me confió que este evento lo había obligado a
poner a su cerebro en un . estado más profundo. Sus
quemaduras eran tales y el nivel de dolor tan agudo que se
había visto forzado a sobrepasar sus limites para manejar el
dolor y cicatrizar tan rápido.
El día de hoy tengo la certeza que ese accidente estuvo
destinado a ayudarle a abrirse a la meditación profunda.
Muy pronto él tendría que poner a prueba su capacidad de
resistencia para canalizar su pensamiento, técnica a la que
había decidido consagrar el tiempo que fuera necesario.

A la mañana siguiente, cuando despertó, miró su mano.

El médico llegó, y la enfermera que lo acompañaba retiró los
vendajes. Para su gran asombro, constataron que la carne de
la mano estaba reconstituida, la piel que la recubría era fina
y eso era milagroso. Resultaba prácticamente imposible qu~
en algunas horas, una noche, René estuviera ya en vías de

50 51

11. Prímera fase de medítacíón
En el momento en que René se organizó por primera vez y
de tal manera para poder recibir más gente, se dio cuenta de
que él quería y que, ciertamente, él podía hacer más,
siempre más. Y aún hasta el momento, no ha abandonado
esa idea.
Yo estaba muy impresionada por esta voluntad ardiente,
inalterable, que vivía en él y que sólo le pertenecía a él.
Constantemente deseaba superarse y siempre lo conseguía,
de eso soy testigo. Muy seguido me preguntaba cómo lo
hacía.
René no era alguien que se dejara desmotivar. Adepto a
la autosugestión, se arrojaba pero sin olvidarse jamás de los
otros. Yo estaba subyugada por su fuerza. Cada vez que lo
necesitaba, cualquiera que fuera mi preocupación o mi
deseo, él me animaba y, así, me permitía llegar más lejos.
Por el contrario, él actuaba y avanzaba solo, isimplemente
solo! Además, lquien podría haberle ayudado? lQuien
podría haber tenido tanta capacidad de dar como .él? A veces
le preguntaba si no resentía la soledad; siempre me
respondía con la misma expresión amable: "No, yo jamás he
tenido ese sentimiento, no sé de qué me hablas. Yo no estoy
solo porque Dios está cerca de mí. Tengo cosas que hacer,
para eso he venido."
52
De este encuentro, de esta unión con la gente, nació su
deseo de crear ese estado de meditación a voluntad. lCómo?
Eso era lo difícil, puesto que nunca pensó en eso antes y
jamás había acudido a una ayuda del exterior. Se puso a
reflexionar durante horas, noches ... Así logró alcanzar, lento
pero seguro, un estado que él calificaría más tarde, de
meditación.
Mientras tanto, antes de alcanzar este estado
meditativo, se volvió a sumergir en sus cálculos. Decía que
sus matemáticas se basaban en las oposiciones, que para
que un elemento existiera -es decir, la razón por la cual una
cifra invita a otra, o por la cual un invento se lleva a cabo en
un momento preciso y no en otro, era necesario que
estuviera constituido de dos sub-elementos opuestos, pero
complementarios, a fin de poder crear uno nuevo - conforme
al equilibrio de la naturaleza.
Se sumergió varios meses en esta investigación, hasta el
momento en que se dio cuenta que su inteligencia sola no le
podía ayudar a obtener la respuesta: se encontraban delante
de una barrera que no podía flanquear, la de la materia Y
más precisamente, la de la mente. Descubrió que existía un
saber más allá de nuestros pensamientos y el único modo de
acceder a él era penetrar su profundidad. Para ello era
necesario generar un vacío en su mente y la meditación le
pareció el medio para alcanzar esto.
53
 Así que aceptó el reto y se puso meditar de manera
progresiva. Se adaptó poco a poco a la postura de loto por
demás incómoda. Con el paso de las semanas ~anó
flexibilidad y esto se convirtió para él en un verdadero
placer. Al profundizar en su búsqueda, adquirió una
apertura de mente que despertó en él la sensación la
intuici~n de que la meditación era el camino para alcanz~r el
saber. Este fue el primer paso hacia la toma de conciencia de
una ruta de acceso a un nivel situado más allá de todo
pensamiento. Todo aquello que él había intentado hasta
entonces, a través de muchos años, había constituido una
etapa decisiva. Continuaba sintiendo una voluntad profunda
de ayudar a la gente, de dar Amor y reconfortar, pero aún
debía ir más lejos, mucho más lejos.
Mucho después me contó que le había tomado mucho
tiempo alcanzar su objetivo: el esfuerzo y la dedicación
necesarios habían sido una prueba comparable a sostener
un peso en sus brazos durante horas y horas ... Concentrarse
en un solo eje de pensamiento... Es decir bloquear todo
pensamiento ...
Había tomado una decisión que era un verdadero
compromiso, ya que la voluntad de retirarse de esta manera
Y de lo que había sido su existencia hasta ese momento
implicaba todo un proceso de administración: ei
aislamiento, el rechazo de todo apego a la sociedad lo
obligaron a reorganizar su vida cotidiana. Durante los dos
años que él se consagró a la meditación y a buscar lo que él
llamaba "el saber", ni la materia ni lo material existían para
54
él y su único objetivo era canalizar su concentración en la vía
espiritual.
René, siendo un gran deportista, dejó de entrenarse en
las artes marciales que había practicado desde hacía muchos
años, actividad que le había permitido ir más allá de los
límites de sus esfuerzos, superarse, física y
psicológicamente, y que le había dado fuerza y valor en
aquello que él había decidido emprender. Todos esos años
de ejercicio rendirían frutos. Nada era resultado del azar.
La posición de loto no le era desconocida ya que, más o
menos un año antes de tomar la decisión de dejar de dar
consultas, como movido por una fuerza interior imperiosa,
sintió la necesidad de sentarse en esa postura. Desde la
primera vez, se dio cuenta que era muy difícil conservarla
durante mucho tiempo. Durante los días siguientes, había
estado invadido nuevamente por un impulso irresistible que
le empujaba a sentarse así ahora. Se puso a reflexionar
acerca de la técnica que debía adoptar para poder ganar
comodidad - nada debía interferir con la mente - para
poder entrar mejor en la meditación. Debía evitar todo
aquello que pudiera distraer su mente y perjudicar la
meditación.
Para poder mantener la columna vertebral derecha y
asegurar mejor su postura, ya que mantener esta posición
sin apoyo le era poco cómodo y le exigía mucho esfuerzo, se
colocaba de espalda a la pared. No debía olvidar nada; cada
detalle tenía importancia. Ignoraba todo acerca de la
55
práctica del yoga o cualquier otro ejercicio de esta
naturaleza, a pesar de lo cual intentaba quedarse así por
unos diez minutos, minutos que le parecían demasiado
largos. Conservar esta inmovilidad no era fácil para alguien
que no estaba acostumbrado a ello.
Al principio, esta posición despertaba en él un fuerte
estado de agitación ya que, al intentar mantenerla,
experimentaba malestar, sus músculos tenían tal cantidad
de dolor que debía cambiar de posición regularmente para
aliviar la fatiga. A pesar de esto, sabía lo importante que era
y el rol que desempeñaba mantener la postura fija. Estaba
seguro que eso era la base de todo.
El objetivo que deseaba alcanzar era mantenerse en esta
postura la mayor cantidad de tiempo posible. René no se
hubiera sentido capaz de utilizar eso que él llamaba su fase
de meditación sin llegar a cumplir con esta condición.
No le interesaba entender por qué debía adoptar una
actitud como ésta; simplemente quería poner en práctica lo
que sentía. Su vida era así... había cosas que tenía que
cumplir... un tiempo para llevarlas a cabo ... y, aún si él no se
consagraba a esto, todo parecía estar en su sitio para que se
sintiera atraído a hacerlo.
Comenzó a multiplicar los minutos, el tiempo llegó a
una hora, después a dos, a tres... él avanzada y pudo
permanecer en esta postura cada vez más.
56
Cuando logró alcanzar esta fase de inmovilidad,
emprendió la tarea de canaliza; su~ pensamientos .de tal
manera que pudiera crear el vac10 mas completo posible en
su mente. Gradualmente, logró mantenerse en esta postura
sin ver pasar el tiempo.
Equiparaba este estado con el que él se encontraba
durante sus "consu1tas ,, : e1 vaczo.
' Dehec ho, para " ",
ver
debía bloquear todos sus pensamientos y no permitir pasar
ninguno, para evitar el riesgo de empañar sus visiones.
Sin saberlo, también había logrado alcanzar un estado
evolucionado en el bloqueo de la mente y se encontraba ~a
en un estado de canalización del vacío. Solamente el vac10
creaba las visiones, las imágenes, unas detrás de otras y, si
perdía el contacto consigo I?ismo,. si dejaba ."entrar" ª.la
mente ... ise terminaba! perdia el hilo que lo hgaba consigo
mismo y, por lo tanto, de sus visiones.
De hecho si enfatizo "sin saberlo", es porque este
término simb~liza bien para mí lo que era su personalidad:
René permanencia humilde... lo hacía porque debía
hacerlo ... sin pensar en otra cosa... Era así.
Me explicaba que el vacío de sus visiones no era
comparable al de la meditación: era mucho más fácil de
mantener.
57

El ejemplo siguiente les permitirá comprender mejor:
un día, René recibe a una persona que no conoce, toma sus
manos ,entre las suyas, cierra los ojos, hace el vacío ' eso le
toma solo unos segundos. Se concentra sin soltar sus manos.
Ahora las imágenes llegan ... un niño ... más exactamente, un
pequeño niño... un pequeño niño de ocho años. Otra
imagen... un departamento... una imagen nueva se
sobrepone a la anterior... un chalet ... un departamento en
venta... un chalet futuro ... después otra imagen, esta vez un
hombre ... su esposo ... separada desde hace tres años ...
Es así como se forman las visiones. Su experiencia le ha
permitido evolucionar más fácilmente en la matriz de la
mente, y su meta era canalizar todos los pensamientos para
alcanzar la paz.
En esos momentos, hacer el vacío para "ver" le era más
fácil, puesto que se trataba de ayudar a alguien. Su
moti~ación era concreta y, frente a una persona, René
mamfestaba el don de ser... iToda su vida!
En eso residía la diferencia con la meditación en la cual
él debía sumergirse sin nadie delante de él, experimentar
una situación más abstracta sin nadie en particular a quien
ayudar, sino simplemente para penetrar "el vacío",
conservarlo, hasta alcanzar un cierto estado, y que ese
estado le pudiera transportar en su meditación.
58
Para entrar en ese mundo desprovisto de pensamientos,
para poder quedarse dentro de este estado de vacío, debía
conservar una voluntad perfecta. De hecho esto exigía una
gran fuerza de espíritu, pero también un gran esfuerzo
físico. Muy al principio, salía de este estado agotando tanto
desde el punto de vista físico como mental, puesto que esta
larga inmovilidad absorbía una gran parte de su energía.
Eso me hacía pensar en la carga que lleva uno sobre los
brazos de la que me había hablado ... distaba mucho de ser
evidente ...
Regularmente iba a correr por los caminos para
relajarse, arraigarse un poco para eliminar todas las
tensiones nerviosas que le despertaban la meditación
profunda y que, algunas veces, tenía dificultad de enfrentar.
Como René no era un hombre que se quejara, él
manejaba las cosas. Eso era todo. Un día, yo le comenté:
"Estoy segura que el camino que has decidido tomar no
debe ser fácil, aún cuando no hablas mucho de esto ... yo lo
sé, yo lo veo ... " Me respondió con una gran sonrisa que eso
es lo que él había elegido.
Poco a poco asimilaba la noción esencial sobre la cual
todo estaba basado: bloquear todo pensamiento para
alcanzar los "vacíos" más profundos. Esta percepción se
convertiría en una parte del camino que le restaba por
recorrer. Más tarde, mientras estaba en postura de loto,
sintió necesidad de cubrirse la cabeza con una capucha que
le tapaba hasta la parte alta de la cara. A partir de entonces
59
empezó a colocarse este tipo de capucha para crear un
campo alrededor de él. Yo comparaba esta prenda a la que
usaban los monjes enclaustrados, en tela gruesa, tal vez para
protegerse de los ataques del exterior.
En realidad, él buscaba, inconscientemente, un
aislamiento más intenso que le permitieran romper más con
el mundo exterior y penetrar mejor en su espacio interior.
Además, había encontrado el ambiente ideal en el que se
sentía bien, un espacio que no cambiaba porque, me dijo:
''No es bueno cambiar de ambiente, es importante
conservar siempre el mismo espacio, ya que alrededor de
este sitio se crea un campo lleno de la energía que da el
estado de meditación... una especie de aura ... "
René desarrolló la técnica de meditación que consistía
en canalizar todo pensamiento para hacer el vacío, y se dio
cuenta que su respiración se volvía progresivamente más
lenta y regular de una forma natural, las palpitaciones de su
corazón se volvían más lentas, el vacío se concretizaba.
En pocas semanas, se había apasionado por esta
investigación. Se volvió tan cautivante que aumentaba cada
día un poco más su tiempo de meditación. Ya lograba
permanecer inmóvil de seis a ocho horas. Aún cuando esto
no era siempre evidente, continuaban intentándolo. Yo lo
admiraba más aún por esto, no se desviaba de su eje, el
mismo, y no permitía que nada de lo que sucediera lo
detuviera ...
60
Su meta era aumentar la duración del estado de "vacío",
pero le era muy difícil alcanzarla. Para él era una disciplina
muy dura lograr distanciarse de todas las formas de
pensamiento y, sobre todo, mantenerse en esta ruta. Para
poder comprender mejor el proceso, yo misma le dediqué
largos momentos.
Para mejorar sus resultados, tenía que cambiar muchos
hábitos: ver cada vez menos gente, vivir recluido, imponerse
reglas de conducta. Tenía muchas reglas, por ejemplo nunca
bebía alcohol. "iNi una sola vez? iNunca?" - ''Jamás tuve la
necesidad", respondió tranquilamente. "¿y fumar?" -
Jamás.
También se daba cuenta de la importancia de su modo
de alimentación. Comía menos pero sano, siempre comida
vegetariana. René nunca había sido un gran consumidor de
carne, pero durante este periodo sentía un rechazo
sistemático e instintivo por la carne animal; este rechazo
crecía al mismo tiempo que profundizaba su meditación.
A medida que progresaba, él adivinaba y veía más que la
simple vida de las personas, sentía emociones más y más
fuertes y profundas que le permitían captar otras
emociones. Ellas se reflejaban a través de colores de tintes
suaves y delicados, tonos a la vez pastel y luminosos.
61
 Con el tiempo, estos "vacíos" mentales lo llevaban a
otros vacíos más sutiles, más delicados, más íntimos pero
más difíciles de captar, de recibir ... Alcanzaba sensaciones
más y más agradables. Según el grado de sutileza del vacío,
podía acceder a visiones o informaciones más penetrantes,
más evocativas. Ya no se trataba de visiones propiamente
dichas.
La evolución de su meditación hasta este estado sutil, lo
llevó a vivir experiencias extraordinarias. De hecho, después
de algunos meses, conoció sensaciones fuertes: se sentía
transportado, desplazado hacia otras tierras, otros países ... en
medio del desierto en la misma postura de meditación,
sentado en loto, sintiendo el silencio y el soplar del viento. Al
principio tenía dificultad en saber si se encontraba realmente
ahí o si era solamente su mente la que se desplazaba; eso que
vivía era inquietante, tenía verdaderamente la sensación de
estar ahí, como si estuviera en un viaje. Constatando que no
sentía para nada el calor del sol, a pesar de que éste se
encontraba en lo alto, muy luminoso, no le molestaba para
nada ... Sólo se manifestaba la paz ... A veces veía como una
caravana pasaba a lo lejos; otras veces se encontraba
momentáneamente en la cima de una montaña, desde donde
percibía otras montañas, árboles inmensos, o desde donde
podía observar el sol levantarse o ponerse, y sentía una ligera
brisa que le acariciaba la cara... igual que en el desierto, la
temperatura no le molestaba, hacía frío pero esta sensación
no le llegaba... no había nada sino tersura.
Aún cuando él sabía que estos cambios importantes de
temperatura existían en el lugar adonde se encontraba, él,
62
René, estaba en una atmósfera de paz, de serenidad, nada le
podía agredir ni transgredir este oasis de quietud. A pesar de
esto él estaba siempre ahí, físicamente, en ese ambiente
donde meditaba... y, al mismo tiempo, en otro lado. Me
explicaba que todos tenemos esta aptitud en nosotros, que se
trata de creer en ella y tener la voluntad de ir a buscarla.
Hablaba de esta facultad como de otra forma de inteligencia
de la cual todos estamos dotados desde el momento de
nuestro nacimiento. Incluso un día, pudo desplazarse a través
de la meditación a la cima de una montaña muy alta, llena de
nieve, y el frío que ahí se vivía se volvió imperceptible para él.
En otra ocasión se proyectó a la Antártica, en donde el cielo
no era más que color, donde la nieve era deslumbrante,
donde sólo el sol daba todo su esplendor a la naturaleza.
De hecho, René VIVIa la mayor parte de sus
desplazamientos a la luz del día; frecuentemente descubría
amaneceres o magníficas puestas de sol. Sus viajes sólo se
hacían a países en los que la naturaleza mostraba lo más
hermoso que tenía, donde los paisajes dejarían maravillados
los corazones y los ojos de todos aquellos que hubieran
tenido la suerte de compartir esos instantes... Países de
paisajes encantadores y encantados... idonde la vida
expresaba lo más maravilloso que había en ella! icomo si era
obvio que fuera así!. .. Igualmente en estado de meditación
se encontraba en las inmensas playas de arena blanca de
algunos países tropicales.
Estas fases de meditación lo transportaban
esencialmente a diversos países del mundo donde la belleza
sobresalía, como si él debiera descubrir lo más hermoso que
63
había sobre la Tierra y captar lo que podía existir a través de
una conciencia, nuestra conciencia. Lo que uno ve, lo que
uno descubre, es una función de nuestro estado de
conciencia; entre más sana es ella, más bellas son las
imágenes. Las imágenes son su reflejo.
Yo sentía un respeto muy grande por este hombre.
Siendo yo misma muy creyente, pasaba muy seguido horas
enteras en las iglesias rezando. Reflexionaba sobre tantas
cosas. Acerca de este camino que nos conducía a Dios,
acerca de las pruebas que debía pasar para alcanzarlo,
acerca del por qué... lPor qué? Esta interrogante se me
presentaba muy seguido ... También iba regularmente a los
monasterios para hacer largos retiros ... Inclusive contemplé,
durante una época, entrar a una orden, las hermanas
moniales de Bethlehem. Intenté, como pude, hacer
funcionar lo mejor posible aquello que uno llama la Fe, yo
vivía con ese deseo que uno tiene de creer. Pero una
mañana, durante un retiro que me debería permitir tomar la
decisión, aquella que me permitiría finalmente conocer mi
camino, estaba yo en el rezo matinal dentro de la capilla,
cuando escuché el rechinar la puerta que se abría, me di
vuelta... iSorpresa! René estaba ahí, detrás de mí, con la cara
cl!bierta por su capucha. lCómo había entrado? ... me dijo:
''Este no es tu camino ... él está en otro lado ... tú tienes cosas
que hacer... afuera ... " Su voz era verdaderamente dulce y
amable. Yo contesté: "iPor qué me dices eso?" ya que para
mí convertirme en monja me parecía el único camino. Me
miró y me sonrío: "Serías una gentil monja ... pero éste no es
tu camino." Apenas había terminado esa frase, ya no estaba
más allí, había desaparecido. lA dónde se había ido? Pero,
lcómo? lYa no había nadie? Salí inmediatamente a buscarlo
64
en el corredor: lahí tampoco había nadie? Permanecí un
instante tratando de comprender: lpor dónde podría
haberse ido? No encontraba ninguna explicación, me sentía
de pronto muy alterada y me pregunté si me había hecho
una visita por "transportación meditativa." Volví al rezo ...
Mi retiro terminó y regresé a casa. Tan pronto estuve de
regreso le pedí explicaciones: lpor qué me había dicho eso?
lCómo hacía para desplazarse así? Me respondió simple y
tranquilo: "Espero no haberte asustado, simplemente te dije
lo que era ... " - "De acuerdo, pero icómo has hecho para
desplazarte así, si el monasterio está enclaustrado,
cerrado?" - ''Yo sé que tú tomas notas ... consérvalas, algún
día podrás comprender cómo un saber abre las puertas a
todo eso." Me hicieron falta años para comprender cómo lo
hacía.
Este estado de conciencia, me decía, está al alcance de
todos, pero también el de poder transportarse así...
desplazarse de un punto a otro de una forma natural...
Yo le preguntaba si él viajaba realmente, si se
transportaba verdaderamente a los países o si los reflejos de
los países venían a él. "Existen dos fases de meditación: la
primera, en la que me encuentro actualmente, mientras
que comienza a ser profunda, sólo tiene acceso al reflejo ...
Esto quiere decir que son las imágenes que vienen a ti y que
son el reflejo de los países, uno puede comparar esto a
visiones. Conforme esta fase mejora, tú sólo puedes
desplazarte por la mente, yo me puedo encontrar en ese
65
lugar pero no absolutamente en una forma fisica, tú no me grandes tenían un aura más grande - por ejemplo, para las
podrías ver. Existe una segunda fase, que yo sólo podré hierbas de más o menos quince centímetros de altura y de
, tarde... ,,
superar mas
una densidad alta, el aura era muy visible y muy
concentrada, de un blanco opaco; para las plantas de pocas
hojas, es decir de baja densidad, el aura, siempre de color
Desde mi más tierna infancia, yo sentía una sincera
blanco, era menos perceptible, más transparente.
atracción y prestaba una atención muy particular a la Virgen
María. Interrogué directamente a René sobre este tema:
''Ahí a donde tú vas, mientras meditas, ihas encontrado a Sin embargo, René debía entrar más aún al fondo de sí
la Virgen María?" Él me respondió: "Esta respuesta no mismo para identificarla mejor y se entrenó durante años.
viene
. de,, mí... me viene de lo alto ... la encontrarás en cada Aún ahora continúa su búsqueda de la plenitud, de la
mu1er...
comprensión para captar todo lo que es bueno y obtener
todos los medios para ayudar mejor al otro. Nunca ha
perdido de vista su objetivo, que era ayudar a la mayor
Me quedé pensativa durante algunos instantes,
cantidad de personas.
reflexionando y me dijo: la mujer lleva al niño, así que el
Amor en ella... i Su respuesta era tan bella y parecía tan
obvia!
La Sabiduría que ha desarrollado provoca una sensación
* de bienestar, y da la fuerza para afrontar todo lo que uno no
alcanza a resolver habitualmente. De hecho, sus
explicaciones y esclarecimientos, formulados en un lenguaje
simple, nos brindaban un soporte considerable, sus palab~as
suavizaban frecuentemente los hechos, le daban un sentido
Durante esta primera fase de meditación, René adquirió a un incidente, favoreciendo un camino más que otro ...
la capacidad de percibir el aura de los árboles, las plantas,
los seres humanos, aunque aún no podía definirla con
precisión. Al mismo tiempo, René no cesaba de perfeccionar su
comprensión y su capacidad de penetrar los "vacíos."
Descubrió que se trataba de silencios que uno no puede
El aura de la flora se presentaba como un vapor con explicar, llenos emociones fantásticas, insospechadas.
apariencia de algodón, muy espesa, una especie de niebla
que rodeaba a la planta. Era más fácil verla desde lo alto y
cambiaba en función de la densidad del vegetal: las plantas

66
67
 Durante mucho tiempo me fue difícil comprender lo que
quería decir por "silencio", ya que yo lo comparaba al
silencio de una capilla, al monasterio donde yo llevaba a
cabo mis retiros. Ahí nada era perceptible para el oído, ni
siquiera era posible distinguir los pasos de las monjas. Pero
ese silencio parecía vacío... sin ninguna sensación ...
desprovisto de toda emoción ... no se trataba de lo mismo,
para nada, aún si cada quien parecía encontrar allí la paz.
Tampoco se trataba de aquel silencio al que estamos
acostumbrados, era más bien un silencio inmemorial dentro
del cual habitaba la fuente de la vida: "Es necesario saber
que es dentro de este silencio donde residen los más
grandes secretos de la humanidad..."
Pues era allí, en sus profundidades, donde se
encontraban la mayor parte de las respuestas a las
preguntas que impulsaban a René en su búsqueda. La
emoción que sentía era siempre de Amor y bienestar: "Sin
realmente saberlo, este vacío que yo había diferenciado de
lo.s .otros, era un vacío carente de emoción corporal,
dzstznto de aquel sobre el cual se sitúa un sentimiento
intenso." De hecho, descubrió y accedió al Amor en el
sentido más puro, al Amor legítimo en su aspecto verdadero
y armonioso. En la medida de su avance, se abría delante de
él otra forma de vida, impalpable y, al mismo tiempo,
verdadera.
Un día, al regresar a su casa después de un día de
meditación, vio a Coralie, la más pequeña de sus hijas, pasar
delante de él. Ella entró tranquilamente a su cuarto y salió
unos segundos después, encantada con su juguete musical al
68
que estaba particularmente apegada, y que miraba sin cesar
con admiración.
Muy contenta se lo dio a su papá... sus ojos almendrados
y sus hermosas mejillas redondas parecían decir "¿Ves? Yo
lo tenía, imi juguete!" Pues bien, el juguete estaba fijo,
atornillado en el techo y, por lo tanto, era completamente
imposible tomarlo. René intentó volver a colgar el juguete,
pero el gancho estaba tan fijo en el muro que tuvo necesidad
de tomar una herramienta para abrirlo y volver a colocar el
juguete en su lugar.
Hoy, Coralie cuenta: "Me acuerdo todavía de esta
historia que me sucedió cuando era pequeña ... Vi la cara de
un hombre en el techo y este señor, que no me dio miedo,
que parecía amable, me alcanzó el juguete ... Yo lo tomé y
recuerdo haber ido al salón donde estaba papá, para
dárselo ... Yo debía dárselo a él." Es cierto que durante todas
las fases de meditación de René ocurrieron muchos
fenómenos.
Mucho más tarde, se dio cuenta que la mente tenía una
influencia muy importante sobre la vida del ser humano. Tal
vez se trataba de una llave importante, que abría las puertas
de un universo donde reinaban, juntas, la paz y la
perennidad. La mente debía ser también selectiva y, en la
vida común y corriente, fuera de la meditación, es
importante dominar los pensamientos para que ellos tomen
una forma elemental, simple, como, por ejemplo, el análisis
del bien y el mal. René comprendía que la vida era parte de
69
una armonía y que, eso que uno declara como Amor es,
pura y simplemente Armonía.
Para comprender mejor es el Amor definido como la
armonía, nada mejor que el ejemplo del "Amor a primera
vista" mediante los dos casos siguientes:
En el primer caso, una joven encuentra una noche a un
hombre que corresponde física e intelectualmente al que ella
ama y desea; simpatizan, pasan algunas horas platicando
juntos; él la acompaña y la deja en su casa. Al día siguiente
se vuelven a ver y pasan el día juntos. Al cabo de unos
cuantos días, unas cuantas semanas, su relación se
construye. En efecto, los dos jóvenes caen recíprocamente
en el encanto del otro desde la primera noche. Uno podría,
entonces, pensar que su historia de Amor comenzó en ese
momento y que, en la medida que ellos se respeten
mutuamente y permitan que las cosas evolucionen sm
precipitarlas, su relación no puede sino perdurar.
En el segundo caso, la historia inicia de la misma forma,
pero el hombre adopta una actitud más soberbia al
acompañar a la joven a su casa: durante el trayecto,
mientras que un conductor comete una ligera imprudencia,
nuestro seductor se pone furioso y empieza a proferir
insultos, llegando incluso a amenazar al torpe conductor...
La joven, sorprendida, consternada, nunca hubiera
imaginado que el dulce chofer que la acompañaba era, de
hecho, un patán. Al llegar a su destino, le agradece y se
despide con un adiós que significa, claramente, que no tiene
70
ni la menor intención de continuar viéndolo. Esta rápida
ruptura surge, simplemente, del comportamiento de un
joven que no supo conservar la armonía de la relación
naciente.
En el primer ejemplo, comienza una relación
constructiva en la que el Amor puede encontrar su lugar y
crecer, porque cada uno de dos seres actúa de forma q~e su
historia se desarrolle bien, de forma tal que la armoma se
instala de manera duradera. Por el contrario, en el segundo
caso, la armonía, si bien existió al principio, no se pudo
abrir y expandirse porque fue rápidamente abofeteada.
Notemos, sin embargo, que si la conducta grosera del joven
hubiera aparecido muchos meses más tarde, la relación no
se hubiera terminado, puesto que la pareja habría tenido el
tiempo de aprender a conocerse y de crear la armonía que
reforzara sus lazos.
René, mientras recibía, daba. Así durante su recorrido
hacia la meditación, profundizó lo que él debía ser y se
apoyó todo el tiempo sobre una buena higiene de vida. Yo
pude constatar, en muchas ocasiones, que él tenía pocos
vicios. Yo lo veía verdaderamente como un símbolo del bien,
y tenía el sentimiento intenso de que nada ni nadie le
podrían hacer transgredir esta línea de conducta inherente a
su personalidad. Jamás pensaba en el mal, todo era
potencialmente bello y bueno. Con frecuencia no ponía
atención en sus decisiones y elecciones ya que estaba en
completo acuerdo con aquello que le rodeaba.
71
 Empezó a respetar mas la mente, darle más vigor, más
rigor. Buscaba, de hecho, perfeccionarla. Para él se trataba
de una nueva forma de inteligencia. De la misma forma en
que los científicos buscan nuevas técnicas para hacer
evolucionar nuestra materialidad terrestre, René estaba en
la búsqueda, pero espiritual. Él creía en la existencia de Dios
y yo le seguía en su razonamiento porque yo era igualmente
creyente; pero más que inculcarme una religión, una
práctica, como lo comprendí mucho más tarde, era que nací
así, yo tenía eso en mí desde siempre. Yo sabía que existía
otra cosa, otro mundo, para mí eso era evidente. No siempre
sé por qué, pero yo tenía la certeza desde mi más tierna
infancia que Dios siempre había estado... Nunca fui
bautizada ni crecí dentro de un medio religioso, católico o
practicante, de hecho, eso me permitió más tarde escoger mi
camino libremente.
René buscaba saber cómo estaba construido el
pensamiento, por qué surgía en nuestra mente una idea y no
otra. Sentía que había allí algo presente, algo que animaba a
la mente. lEra esto el fruto de nuestra conciencia? Nuestros
pensamientos son el resultado de nuestra reflexión y si le
damos una bella reflexión a nuestros pensamientos, ellos
mejoran. Por el contrario, sin nuestra reflexión es negativa ...
el resultado lo refleja también.
Para construir una nueva conciencia es necesario
examinar profundamente uno y otro pensamiento para
poder obtener un resultado, pero no importa cuál. La
selección de los pensamientos es importante y uno no debe
conservar más que aquellos que permiten evolucionar
72
positivamente. En realidad, todo está ahí, en "nuestra
conciencia." Pero, lcómo darle fuerza? Nosotros tenemos la
suerte de poderla manejar, construir, y consolidar como
nosotros queramos, si tenemos la voluntad. En realidad, es
importante tener clara la idea de querer evolucionar, de
atreverse a darse uno mismo los medios, buscar comprender
lo que representa verdaderamente el interés de recorrer una
vida.
A veces comparaba yo a René con un sabio. Él ayudaba,
aliviaba pero también poseía un saber que le permitiría
explicar tantas cosas acerca de la vida. Las ponía a nuestro
alcance y se volvían obvias. Le envidiaba esta Sabiduría.
Yo estaba sedienta de su saber que, además, él me
transmitía cada vez que yo lo deseaba. Nunca se imponía,
pero le daba mucho gusto dar todas las explicaciones
necesarias a los que lo interrogaban. Uno podía convivir con
él durante meses sin que hiciera ni la menor alusión, sin que
abordara un tema espiritual espontáneamente; jamás
hablaba de eso sin que se le hubiera invitado a hacerlo. Lo
más sorprendente era que, aún sin conocerlo, el simple
hecho de estar a su lado durante horas, en el silencio, hacía
que nuestra mente se sintiera tranquilizada y segura. René
no es atrevido por naturaleza, todos sus amigos lo podrían
decir, pero uno siente que emana de él una fuerza
impresionante. Sus facultades no poseen para él más que un
interés, el de ayudar al prójimo. Él no desea que yo me
extienda sobre este tema, pero hay en él algo inexplicable,
indefinible, que despierta la certeza que posee muchas más
73
capacidades de las que nosotros reconocemos, sus amigos y
yo. Es como la parte visible de un iceberg.
Yo avanzaba en la vida buscando mejorar, tratando de
aprender una mejor forma de vivir. Volvía mi mirada más
ampliamente hacia los otros con fascinación, para
comprender mejor esta nueva forma de vida. Para captar
mejor su sentido, le daba más importancia al ser humano.
¿No está acaso escrito que él es la imagen de Dios? Uno
nace, sin duda alguna, puro y sano, y yo me daba cuenta que
René había conservado esa pureza. Pero, ¿por qué, por qué
reflejaba tanta bondad, tanto Amor? Simplemente había
conservado un alma de niño, la del momento de su
nacimiento.
La frase de René "Todo viene de nuestros
pensamientos" se volvió más clara. Me sentía tan bien que
intenté concebir, captar el sentido real de la mente. Yo
estaba feliz de descubrir este nuevo concepto de vida que,
claro, no se improvisa. Él tenía razón, yo iba más lejos en mi
razonamiento, ya que uno no nace con pensamientos. En
efecto, ¿en qué puede pensar un recién nacido? ¿En el bien?
¿En el mal? Por mi parte yo avanzaba, con pequeños pasos.
Distaba mucho del nivel alcanzado por René pero, las claves
que él me daba me permitían analizar y abrir mi mente.
Nada se debía al azar, y yo también me encontraba animada
en esta búsqueda que me llevaba a una evolución.
Los meses pasaban y René iba más profundamente en
su meditación. Me decía que buscaba, más que nada, el
74
vacío, que era la llave de todas las puertas. Cada vez se
producían más fenómenos bizarros, extraños, alrededor de
él, algunos regularmente mientras meditaba en un lugar,
otros más excepcionalmente.
Un día, mientras él estaba en meditación profunda, el
gran reloj y los despertadores que se encontraban en un
radio de algunos metros a su alrededor, se detuvieron a la
misma hora. Él no se dio cuenta sino hasta el momento en
que salió de su meditación. Justamente era un período en el
que el no usaba reloj, ya que todos comenzaban por
desajustarse y, finalmente, se detenían por completo. Era
como si el tiempo no contara más. Estos sucesos se
producían más y más frecuentemente y de manera
persistente; llegó a suceder que le llevaron diferentes
objetos, por ejemplo juguetes de niños, que ya no
funcionaban, y él los echaba a andar de nuevo. Todo esto
sucedía solito, sin que él manifestara una voluntad
particular de que volvieran a funcionar.
Si él meditaba cerca de una planta enferma, ella
recuperaba la belleza y la fuerza. También ocurrió que las
llaves del agua de su casa se abrieron para dejar salir un
chorro fuerte de agua sin que nadie los hubiera abierto. Un
día, los focos eléctricos de las habitaciones se prendieron
solos. Incluso una vez, algunos de ellos estallaron, sin
ninguna razón. El punto común de todos estos fenómenos es
que, en ese momento, René estaba en una fase de
meditación intensa. De alguna manera él forzaba el pasaje
para superar una etapa.
75

Parecía evidente que estas manifestaciones eran el
testimonio de un cierto orden de cosas, donde la conciencia
y la voluntad que uno pone a prueba para alcanzar una
meta, se encuentran en el origen de todo. Para René son los
pensamientos, nuestros pensamientos, los que
desencadenan los actos. Si las intenciones son buenas, darán
lugar a actos buenos; en cambio, si ellas son malas, los actos
las reflejarán, serán igualmente malos.
Es esencial tener fe en nuestras acciones y expresar lo
mejor de uno mismo, persistir en este camino y no perderlo.
Lo que descubría en la fuerza y en la medida de sus
meditaciones, llevaba a René a penetrar al fondo de lo que
es la verdadera forma de la conciencia. En tanto estemos
vivos, en tanto evolucionemos, la conciencia vive, puede
evolucionar, gracias a esta voluntad que existe en cada uno
de nosotros; gracias, especialmente, al respeto cotidiano de
ciertas reglas de vida. Al aplicar la Armonía cada día, el
Amor puede ser y existir.
Según René, es posible pasar años meditando, incluso
rezando, sin que nada pase o cambie, mientras que no
tomemos conciencia que nuestra vida es completamente
interdependiente de la de los otros. De ahí la importancia de
voltear hacia el prójimo, pues existe un cordón umbilical
que une a cada ser humano con otro, igual al de la madre
con su hijo.
76
Él definía al Amor como un afecto profundo; no importa
que sea familiar, religioso o de otro tipo, es antes que nada el
resultado de una combinación feliz de circunstancias. La
meditación engendra nuevas emociones que permiten seguir
adelante, hacia un horizonte cada vez más lejano. En su caso,
iesto se volvía día a día más y más fabuloso!
Él aprendió que, de hecho, lo "inmaterial" - lo racional -
estaba conectado a eso que uno llama lo irracional, el
Espíritu. Descubrió la conciencia universal y se dio cuenta
que ella tenía una acción sobre lo racional. De hecho, la vida
depende de esos vacíos que uno puede comparar al espacio,
al infinito. Penetrarlos deriva, simultáneamente, en otra
forma de vivir y, más precisamente, en otra forma de vida,
más espiritual. Esto último nos invita a comprender la vida,
su sentido profundo, y aún si nadie lo comunica, habla de
ello, uno descubre un saber que se imprime naturalmente en
uno mismo, saber que abre la mente más y más, acerca de
cosas completamente desconocidas y de las cuales uno ni
siquiera sospecha que existen. René explicaba que nuestros
pensamientos deben estar en total acuerdo con nuestros
actos. "Son nuestros actos, decía, los que forjan nuestro
equilibrio de vida." Uno no debe desperdiciar su tiempo
jugando, repitiendo.
René estaba entrando en contacto con algo fuerte sano,
bello, puro ...
Una mañana, muy temprano - debían ser alrededor de
las cuatro de la mañana, el alba apenas comenzaba a
77
aparecer - tuvo un llamado que le indicaba que se levantara.
Una visión se le impuso - un peñón a la orilla del mar - le
indicó ir hasta el mar, a cierta playa no lejos de ahí, y trepar
el peñón; no encontraría a nadie, ni en el camino ni en el
lugar especificado. Inmediatamente hizo lo que se le había
ordenado.
Cuando llegó al lugar de la visión, comenzó a caminar y
encontró el peñón frente al mar; permaneció inmóvil un
instante frente al peñón, cerró los ojos y se dio cuenta que
continuaba viendo lo que había delante de él, como si
hubiera mantenido los ojos abiertos. Un resplandor enorme,
blanco y brillante, centelleante, apareció en el cielo. René
tenía todo el tiempo los ojos cerrados. Esta luminosidad se
transformó en un grandioso haz que se dirigía hacia él a
gran velocidad y le atravesó el pecho. En ese momento se
sintió inundado de luz. A través de ese haz, muy alto en el
cielo, vio un sillón magnífico, compuesto de diversas
esculturas finamente talladas, un asiento de enorme
belleza ... y en el que nadie estaba sentado. A su alrededor
había un número impresionante, una centena, tal vez más,
de lo que reconoció como Ángeles. Se fundían con la luz y se
extendían hasta el infinito; algunos estaban muy cerca, otros
muy lejos, en la incandescencia de este espectáculo mágico y
único.
Le pregunté más tarde cómo podía saber que se trataba
de Ángeles; él me respondió: "Yo lo sé ... es evidente ..." lSe
trataba de almas elevadas? Entonces me explicó "que los
Ángeles no se parecían en nada a los seres humanos, que
no tenía nada en común. Por ejemplo, los Ángeles no
78
envejecen, no tienen edad y no tienen alma; son una
parcela de Dios, representan a Dios, son eternos porque
están íntimamente ligados con él. A veces se desplazan,
especialmente cuando tiene que pasar algo importante que
afecta a la humanidad." También enfatizó que, aún si los
Angeles están entre nosotros, nosotros no podríamos
reconocerlos, porque pueden adaptarse, se modelan en
función de la necesidad de una forma o de una situación.
Agregó: "Hablar de los Ángeles es un gran tema, yo no
puedo hablar de eso en detalle, sería necesario un libro
completo para explicar qué son los Ángeles."
Yo sabía que René tenía contacto con los Ángeles. Están
siempre cerca de él, le ayudan cada vez que lo necesita. Para
poder llevar a cabo todo lo que él lleva a cabo ... sólo puede
ser posible si recibe ayuda ... Me los describió tal como él los
había visto: "Tienen cara de niños ... no me hablan ... están
ahí. Algunos se movían alrededor del sillón, otros al
interior de este intenso rayo luminoso ... repentinamente se
instaló una atmósfera · de paz, al tiempo que una voz
masculina, dulce y firme a la vez, comenzó a hablar: 'Ves el
risco sobre cuál estás parado... ves la roca... ves los
árboles ... ves el mar... todo eso es Dios'."
Entonces la voz se interrumpió, y la visión desapareció,
como tragada por el cielo. René permaneció totalmente
inmóvil durante un largo rato, se encontraba en un estado
de voluptuosidad que no quería dejar. Pero la hora
avanzaba, amanecía el día y él debía irse de ahí. Se fue sin
dejar de pensar en lo que acababa de vivir; no podía dejar de
preguntarse por qué el gran sillón no estaba ocupado.
79
 Agregó también que los Ángeles habían tomado esta
forma para que uno pudiera identificarlos, interpretar su
presencia. Es por eso que muchas veces son representados
en pinturas, grabados o esculturas, con las características de
los niños - a los que a veces se les atribuye, además, una
"cara de ángel" - tienen alas, ya que vienen del cielo ...
Enfatizó que pueden tomar cualquier forma para que los
reconozcamos, si ellos quieren ser vistos o reconocidos: "Te
explicaré más tarde quiénes son realmente los Ángeles de
los que todo el mundo habla ... y dónde viven. Yo me he
codeado con ellos durante toda mi infancia, pero hasta
ahora nunca sentí la necesidad de hablar de ello, pues era
un espacio interior que yo vivía."
René continuaba preguntándose: "Pero, lpor qué ese
sillón, tan hermoso, estaba vacío?" Han pasado años sin que
pueda obtener un esclarecimiento acerca de este punto. Él
considera que, a fuerza de creer, obtuvo eso que llama "un
derecho" de investigar y buscar a Dios; al hacer el esfuerzo
de conservar un mismo eje de vida, de pensar, de aceptar, él
obtuvo el derecho de ver a los "Ángeles."
Fue solamente durante la segunda fase de meditación
que él comprendió, al fin (como lo veremos en el capítulo
IV).
Lo supo porque era el momento: las interpretaciones
vienen, generalmente, cuando él las necesita.
80
El aislamiento en el cual René se había encerrado, se
había atrevido a experimentar sin ninguna preparación y
que lo había llevado a tomar algunos riesgos, resultó ser el
camino más maravilloso que él acababa de recorrer: un
camino hacia la Verdad, ahí donde todo se encuentra. Había
descubierto que esta Verdad era una forma de inteligencia
que se compone y se construye en el Amor. "La Verdad es
un material de Dios y el Amor es su herramienta, me
explicaba. Lo sutil es un material de la Verdad."
Dedicó tiempo para comprender realmente qué es la
Verdad, y durante sus dos años de meditación, no alcanzó
sino a percibir una parte.
René había crecido en su meditación hacia el vacío, se
aproximaba al final de esta fase y ahora debía lanzarse a otra
empresa.
Dos años habían transcurrido, los tenía bien llenados. El
tiempo que se había separado de la sociedad no había hecho
sino fortalecerlo; regresaba con un poder, una fuerza, que lo
habían transformado, una paz inexplicable. Yo sabía que se
producirían nuevos eventos, más hermosos unos que otros.
Ahora que se reintegraba poco a poco a nuestra sociedad,
nuestra vida, finalmente podría saber cuando me tocara el
tumo de interrogarlo acerca de su recorrido ... acerca de su
camino ... de sus diferentes etapas.
81
 Entonces me contó que había visitado los diferentes escucharlo e interpretarlo gracias a la materialidad de
mundos que nos separaban y que había aprendido a hacer la nuestras células.
diferencia entre lo psíquico y lo espiritual. Había aprendido
~ucho. Se había podido concentrar acerca de temas que le
i1!1Pºr:taban n;iucho, pero también acerca de lo que había Con frecuencia escuchamos decir de tal o cual persona:
visualizado mientras estaba en estado de meditación. Es así "iEs un materialista!" Seguramente se trata de alguien muy
como vivió hechos cada vez más extraordinarios. Había
constatado y asimilado suficiente información para estar interesado en la satisfacción de sus deseos materiales y que,
seguro de la existencia de tres planos que definen la vida: el desgraciadamente, olvida que ellos carecen de sentido para la
plano material, el plano psíquico y el plano espiritual. vida. Seguro, todo el mundo dice que el día del "último adiós"
es imposible llevarse algo. A pesar de todo, cuidémonos de
valorar a las personas que son así, de juzgarlas, ya que para el
común de los mortales, no es evidente percibir lo que
El plano materíal realmente anima la vida y le da sentido. El ser humano, en el
sentido físico, nace de la materia y vive sobre la tierra, en
El plano material se caracteriza por la materia y todo lo que la
donde todo es materia. Todo le atrae en esta vía material
compone. (Dejaremos de lado, por el momento lo '
evoluciona como puede con la ayuda de sus cinco sentidos.
infinitamente pequeño, es decir, el átomo compuest~ de
Siendo la Tierra misma materia, todo lo que se relaciona con
partículas fundamentales. La definición que nos interesa aquí
ella se vuelve materia, en su momento.
es la que concierne al dominio de la vida, sin entrar en lo
científico, en donde aún queda mucho por descubrir).
Cuando uno conoce bien la diferencia entre cada plano, el
ser humano se define como alguien que depende de la
El plano material es lo que uno ve, lo que uno puede
materia, su vida carece de sentido alguno sino es dado por el
tocar, lo concreto que puede ser percibido por los cinco
equilibrio que le brinda la misma materia. Uno puede ver
sentidos del ser humano: el gusto, el oído, el olfato, el tacto, la
aquí hasta qué punto no es fácil para algunos de nosotros
vista. Las visiones de René son impalpables, están fuera de la
liberarse de la materia, sea ella lo que sea. Entre más fuerte es
materia; en cambio, los resultados son palpables: uno los
el lazo, más se acerca uno al materialismo. En algunos países,
puede ver, tocar, surgen de nuestra realidad al momento en
incluso se vuelve una coacción, una obligación para ser "como
que las visiones se producen. l9"ho toca sobre un tambor éste
. .
emite un somdo que es captado por nuestro oído que puede
' todo el mundo." Nuestra sociedad de ultra consumismo no
nos ayuda para nada. De hecho, el ser humano se deja llevar

82 83
por el sistema sobre- industrializado, sigue el movimiento sin
reflexionar sobre lo que está bien, sobre lo que no lo está.
Es impresionante darse cuenta que, de los millones de
seres humanos que pueblan la tierra, cada uno es único en
Todo nos lleva una vez más al esfuerzo, ese esfuerzo que su totalidad, hasta en su mente. i He aquí una maravillosa
nos hace diferentes de los demás, no en la materia, sino en manifestación de Dios!
la mente, ya que cada uno de nosotros está empeñado, desde
hace mucho tiempo, en la búsqueda de una vida mucho más
Parece paradójico que un ser humano pueda construir
sana espiritualmente.
dentro del materialismo, tener la voluntad de ser poderoso
en el dominio en el que sobresale y ser, al mismo tiempo, un
En cambio, entre más se aleja el ser humano de la "constructor" para los otros. Si uno pone en paralelo el
materia, mas se dirige hacia una forma de liberación, al mundo de los negocios y el humanitario, se puede dar
deshacerse y separarse de las tensiones materiales que cuenta que ambos se parecen muchísimo.
vienen a saturar sus pensamientos.
Si bien yo no podía imaginar que los dos se pudieran
Sin importar cuál sea nuestra ideología, nuestra religión fundir, encontré a un hombre y pude experimentar esta
o nuestro avance en términos de investigación científica, situación fielmente, de manera que comprendí que esto se
todos venimos de la misma fuente: todos somos iguales, podía hacer si uno estaba dentro de un estado mental en el
tenemos necesidad los unos de los otros, existimos porque que uno está seguro que todo se puede hacer.
los otros lo hacen. Seguro que hay diferencias, lo que hace
que cada ser humano sea único. Aún cuando a veces las
Cuando este materialismo, aún en la etapa industrial, no
diferencias nos desagradan, son complementarias para el
se lleva a cabo por un interés personal sino bajo la óptica de
equilibrio de la vida, al mismo tiempo para el
ayudar y apoyar a los otros, se fusiona entre la vida y el
cuestionamiento - "Por qué los otros son diferentes?" - y
Amor, construye el futuro, y forma parte de un conjunto, de
por el abanico de pensamientos casi infinito que nos
una unión.
ofrecen. Cada uno de nosotros, en su situación precisa,
tendrá una visión diferente y podrá pensar de forma
diferente.

84 85
 Yo me di cuenta que si nuestra mente - o, para ir más
lejos, nuestra fe - se forja sobre esta idea humanitaria, todo
cae en su lugar para ayudarnos a persistir y a avanzar. De
hecho, comprendí finalmente que lo material puede existir y
coexistir con lo espiritual.
La mente del hombre es materia y nos conduce de
regreso a la materia, que es bruta. Si se añade la sutileza, es
decir la investigación -buscar comprender lpor qué? lcómo?
- uno puede concluir que, de la materia, nace la
espiritualidad.
René me repetía seguido esta frase: "Uno ama a la
gente o al dinero, pero uno no puede amar a los dos." Sin
embargo, uno puede poseer dinero amando a la gente. Todo
dependerá de lo que uno haga. Son nuestros actos los que
dan valor el sentimiento de Amor de los otros. Pero a veces
sucede que, a causa del dinero, la gente ridiculiza las reglas
elementales de la humanidad, pelean y se matan entre sí.
Muchas veces he puesto en práctica esta frase que me ha
ayudado a situar mejor a la materia, a actuar sin poseer, y a
actuar más poseyendo.
De hecho, cada individuo es libre. En cada uno de
nosotros existe un libre albedrío que nos hace diferentes
unos de otros; algunos son atraídos y dominados por la
materia, mientras que otros se dirigen hacia un universo o
86
una visión diferente de las cosas que los conduce hacia lo
espiritual. A cada uno de nosotros le toca decidir. Al mismo
tiempo, es posible conservar el apoyo de lo material que, a
través del esfuerzo que nos proporciona ayudar al otro, se
acerca a lo espiritual.
Muy seguido el ser humano le da importancia a eso que,
según el, tiene valor, porque necesita obtener seguridad a
través de lo que posee o de su posición social. Esta forma de
pensamiento nace de la materia, conserva un lazo estrecho
con ella y sería inútil tratar de rechazarla.
Si el mundo entrara más al fondo en lo espiritual, podría
evolucionar naturalmente hacia las tecnologías más
sorprendentes. Sea cual sea nuestro logro, por inmensa que
sea nuestra fortuna, seguimos siendo una hormiga frente a
lo infinito del espacio.
El plano material nos puede ayudar a evolucionar a
condición de utilizar la materia como una herramienta para
construir un templo en el interior de uno mismo.
Existe otro mundo que se acerca al espiritual, el mundo
psíquico. Nuestros pensamientos animan a la psique. Es por
ello que en las construcciones antiguas habitan los llamados
"fantasmas," y los fenómenos que se asocian con ellos. Estos
"espíritus" vienen, a veces, del dominio psíquico. En la
87
medida que el hombre se separa de sus pensamientos,
puede vencer las perturbaciones que lo han marcado
durante su vida terrestre y "embrujar" su antigua mansión
con su conciencia.
Durante la adolescencia, la edad de la pubertad, de la
transformación, los jóvenes pueden llegar a desencadenar
ciertos hechos inexplicables que a veces también les suceden
a los adultos, como consecuencia de sus problemas y los
pensamientos que de ellos se derivan.
El espiritismo es psíquico. Es un acto de voluntad, una
concentración del pensamiento.
El plano psíquico se sitúa entre el plano material y el
espiritual; es la emanación, el reflejo de nuestros
pensamientos, especialmente de aquellos que están
arraigados en la materia. Se trata de un plano impalpable
con reacciones irracionales. Muchos hablan de él, pero en
realidad no saben hasta qué punto su rol es importante en la
vida de un ser humano.
Este plano nos permite crear un vínculo, un
intermediario entre nuestra vida, nuestros pensamientos y
el plano más sutil de lo espiritual. Un ejemplo de este plano
88
es la práctica del espiritismo, que apela a las fuerzas
psíquicas.
Todo el mundo, en un momento dado, ha participado o
escuchado hablar de una sesión de espiritismo. Ésta
consiste, entre otras cosas, en sentarse alrededor de una
mesa redonda con tres patas, o velador, sobre la que se
colocan las letras del alfabeto que permiten formar palabras,
y traer un vaso de vidrio. (Algunas personas utilizan una
pequeña plataforma con meditas). A continuación, cada una
de las personas presentes colocan sus manos bien planas
para formar una cadena continua con los dedos, se
concentran e intentan no pensar en nada. Ahora, un
miembro del grupo llama a un espíritu (un "de cujus"). Una
vez que se establece el contacto, los participantes entran en
comunicación con el espíritu y hacen preguntas.
Las respuestas se "materializan" por golpes diferentes
según es "sí" o "no," o bien por el medio de las letras del
alfabeto para las respuestas más complejas. Cada quien se
concentra en el vaso o la plataforma con meditas, colocando
sobre él un solo dedo y, mientras que el espíritu se
manifiesta, el objeto se desplazará y formará palabras con la
ayuda de las letras colocadas sobre la mesa. Claro que las
respuestas que se reciben pueden ser exactas, a veces
sucede, pero la mayor parte del tiempo, éstas responden
solamente a nuestras expectativas; aún así, algunas veces
son otras entidades que se hacen pasar por la que nosotros
llamamos.
89
 Desgraciadamente, el psiquismo es desconcertante y
puede despertar una duda en el hombre; que tendrá la
tendencia a pensar que, al lograr provocar hechos
irracionales, él posee un don relacionado con lo espiritual.
De esta manera, existe una fuerte confusión entre el
psiquismo y el plano espiritual.
En realidad, todas estas fuerzas psíquicas emanan
exclusivamente de la fuerza de nuestros pensamientos; es
así, que cuando una persona entra en contacto con las
almas, sólo entra en contacto con las que pertenecen a lo
que llamamos el "astral bajo," las almas errantes. Esas almas
viven en el mundo psíquico, se quedan ligadas a los
pensamientos que tenían cuando estaban vivas.
René ha tenido algunas experiencias de este tipo, una de
ellas cuando era adolescente, la otra de adulto. Ocurrieron
en el curso de prácticas puramente psíquicas, que nos
cuenta aquí para ayudarnos a comprender mejor.
Cuando era todavía muy joven, alrededor de los
diecisiete años, con los sentidos ya muy desarrollados, se
encontraba, en compañía de sus hermanos y su hermana, en
la sala de una granja vecina donde destacaba una magnífica
mesa redonda de tres patas, una mesa excelente, de roble,
muy pesada, difícil de mover.
Los cinco jóvenes daban vueltas alrededor de esta mesa,
intrigados y pensativos, decidieron hacer eso que todo el
90
mundo oía hablar: una sesión de espiritismo... iconvocar a
los espíritus! iA esta edad a uno le gusta mucho producirse
miedo! Al final, cuatro de ellos se decidieron, el último se
mantuvo alejado para mirar nada más.
Los cuatro se concentraron un momento, la pesada mesa
se empezó a mover, a girar... unieron más aún sus fuerzas,
hasta que un espíritu les respondió con la ayuda del vaso y de
las letras colocadas sobre la mesa. Le hicieron muchas
preguntas, sobre todo acerca del futuro, a las que el espíritu
respondió - más tarde podrían verificar la exactitud de las
respuestas -. Después, sin que supieran por qué, la mesa
empezó a moverse, como si el espíritu se estuviese agitando ...
se columpiaba lentamente, ladeándose de manera lenta pero
vigorosa, como atraída por el suelo. Los chicos estaban
congelados, inmóviles, la mesa tan pesada podía caerse, pero
eso no sucedió; allí no podía sino haber una fuerza poderosa
que la mantuviera así, las patas se deslizaban ; si ellos
hubieran querido regresada a su lugar, no hubieran podido;
sus manos continuaban bien planas, siguiendo el movimiento
en declive de la mesa, bajando con ella casi hasta el suelo ...
súbitamente, la mesa se enderezó, se dirigió hacia el hermano
que se había quedado fuera, lo arrinconó contra la pared... él
estaba aterrado y los otros cuatro también ... detuvieron el
juego inmediatamente y salieron corriendo de la casa...
Nunca más lo intentaron.
Este es el tipo de práctica que tiene su origen en el plano
psíquico.
91
 La segunda experiencia se produjo cuando René ya
recibía a mucha gente. Un día, lo llamaron para intentar
comprender qué pasaba en una casa en donde un
matrimonio, que siempre se había llevado bien hasta
entonces, y desde que se había mudado, no dejaba de pelear.
El marido se había vuelto muy agresivo y mostraba un
comportamiento cada vez más raro, incontrolable e
imprevisible. Frente a esta situación, y sin saber ya qué hacer,
la esposa, que sabía de las facultades que René, le pidió que
fuera a ver qué estaba pasando. lEs que su marido se había
vuelto loco? lPodría ser que hubiera alguna cosa en este
caserón recientemente adquirido que provocara esta actitud?
La situación era incomprensible para la esposa que vivía este
drama. Así que René se desplazó hasta el domicilio de la
pareja.
Al momento de entrar en el lugar, una fuerza
desmesurada intentó combatirlo y repelerlo, lo que para él
significó: "iSal de este lugar, no te pertenece!" Entonces se
desarrolló una lucha impresionante entre las dos fuerzas, la
entidad negando el paso del intruso al mundo donde
habitaba. Con tanta fuerza que la cabeza de una llama
embalsamada que estaba colgada en la pared se soltó, y salió
disparada a escasos centímetros de la cabeza de René. A
pesar de este alarde de agresividad, René logró pasar el
umbral y llegar a esta entidad. Comprendió que estaba en
contacto con un alma que no había encontrado la paz,
ciertamente a causa de grandes problemas que había
experimentado cuando vivía. Ella le reveló que se llamaba
Hervé y le mostró, a través de una serie de imágenes, su
pasado, su historia:
92
''Esto sucedió hace unos cien años, relata René. Un día,
cuando Hervé se fue a trabajar, de regreso y, entrando a
la casa, descubrió a su mujer con otro hombre.
Enloquecido, se hizo de un gran cuchillo y entró en la
recámara. El amante salió bruscamente de la cama y se
congeló contra la pared. En ese instante, H~rvé se di~gió
hacía él y lo apuñaló violentamente en repetidas ocaszones
delante de la amada que gritaba de pánico; después la
atacó y salió precipitadamente de la casa para irse a
refugiar detrás de una pared de piedras, a trescientos
metros de la casa. Fue arrestado esa misma noche, juzgado
y encarcelado hasta el.fin de sus días. También me hiz_o ver
las condiciones en las que había vivído su encarcelamzento,
encerrado en una celda donde el suelo estaba nada más
cubierto de paja. Murió pocos años después de una
enfermedad que afectó sus bronquios y se llevó consigo una
mezcla de remordimiento y de odio."
Esta historia es ejemplo de un alma que se quedó en el
plano psíquico.
Durante este contacto, René le pudo explicar a Hervé la
existencia de un mundo superior, de paz y de Amor, lleno de
luz, así le ayudó a liberarse de sus rencores. Hervé le dio una
señal que él materializó al día siguiente: "Mañana v~ndrán
dos personas a visitarlo, sin que ellas puedan preczsar de
parte de quién vienen."
93
 Al día siguiente, René recibió dos llamadas sucesivas de
personas que querían encontrarse con él urgentemente. Él
las recibió ese día pues no le gustaba decepcionar a la gente.
Un poco sorprendido por lo apresurado de las llamadas, les
preguntó con insistencia quién les había referido con él;
ninguna de ellas pudo recordar de parte de quién venía, ni
quien le había dado su nombre o su número de teléfono. Las
dos personas se mostraron muy inquietas por no tener
ningún recuerdo de esta información. René nunca las ha
vuelto a ver.
Esta fue una experiencia con una entidad que,
ciertamente, no estaba en paz, pero que no era mala. Me es
importante enfatizar "no era mala," puesto que existen
estados diferentes en el plano psíquico, almas diversas,
desde lo más bajo hasta lo más alto, desde lo primario hasta
lo preeminente.
En el mundo psíquico, al igual que sobre la tierra,
cohabitan muchos niveles de evolución, y seres con buenas
intenciones junto con otros de intenciones no tan buenas.
Las almas del mundo psíquico se quedan en este plano
porque siempre están atadas a una memoria vinculada a su
vida sobre la Tierra, este lazo puede ser una casa, un objeto,
un ser humano del que no se han podido separar o,
simplemente, que no acepta su partida, su muerte.
Afortunadamente, una gran parte de estas almas aceptan
continuar su ascenso hacia la luz del mundo espiritual.
Algunos médium ayudan a las almas a liberarse o entran en
94
contacto con ellas para transmitirles mensajes de sus seres
queridos.
El plano psíquico no tiene su lugar verdaderamente en
la materia, tampoco en lo espiritual. Es como un puente
entre los dos. La diferencia es tan importante entre estos dos
planos, que el plano psíquico juega allí un rol de
intermediario. De hecho, todas las almas que han terminado
su paso sobre la Tierra, pasan cierto tiempo en el plano
psíquico antes de poder acceder al plano espiritual; este
tiempo varía en función de la apertura de espíritu, el valor
que este ser humano atribuyó a su conciencia durante su
vida.
Algunas almas muy apegadas al plano material, pueden
permanecer en el plano psíquico mucho tiempo, cientos de
años, sin tener la intención de irse de allí. Pero la mayor
parte de ellas considera este plano como un período de
transición que les permite adaptarse para expandirse mejor
en el plano espiritual. Se trata de una especie de umbral que
deben atravesar.
Son muy pocas las almas que acceden directamente al
plano espiritual. Los elegidos son probablemente los seres
que han consagrado su vida, su existencia entera, a los otros
y para los otros, aún cuando hayan estado muy retirados de
lo material, si es que han sido capaces de vivir retirados de
la sociedad, como ciertos religiosos - sin importar su
religión - o como ciertos Maestros que viven aislados en las
montañas, todas estas personas, contribuyen de manera
95
muy importante a conservar el equilibrio de la vida humana
y, en el silencio profundo del rezo y la meditación, permiten
ayudar al ser humano a elevarse.
Es importante ser conciente que el mal sólo existe a
partir del momento en que el hombre le da vida. Lo mismo
sucede con aquel que uno llama el diablo. Él no existe, sólo
nuestros pensamientos le dan vida y, cuando llevamos estos
pensamientos al lado psíquico, efectivamente, ile damos
vida y fuerza!
En conclusión: de nada sirve tener malos pensamientos,
la vida no tiene sentido más que en lo mejor de nuestras
expresiones y, si nosotros aceptamos la idea que hay una
vida más allá de la nuestra, sería bueno empezar, lo antes
posible, a prepararse mejor. Lo que nos bloquea, es que no
somos lo suficientemente conscientes de que tenemos el
tiempo contado, que la vida es una joya preciosa que
debemos pulir con cuidado para entrar mejor en este plano
psíquico, poder superarlo sin permanecer ahí demasiado
tiempo, y encontrar el descanso en este mundo maravilloso
que es el "Paraíso" y que René llama el plano espiritual.
96
111. De regreso a la socíedad
Retomó poco a poco el camino hacia la sociedad, sin
abandonar el de la meditación. No pasaba un día sin que
René se retirara a meditar durante horas... era así,
conservaba ese equilibrio ...
Se decidió a buscar un pequeño local para instalarse. La
idea de recomenzar le regocijaba; ahora podría apoyar a
todos los que lo deseaban pero esta vez de manera diferente.
Había conservado una vieja agenda telefónica adonde había
anotado los números de las personas que había recibido,
ayudado y conocido. Gracias a ello, retomó contacto con
algunas de ellas, unas cinco o seis, para decirles que estaba
de regreso. Yo sabía que un buen número de personas le
esperaban con ansias, pues había dejado tal impacto su
amabilidad y simplicidad tan poco común. Quería retomar
todo lentamente, para no recomenzar como antes, y quería
proceder de una forma diferente sin realmente saber cómo
hacerlo. Lo que sí sabía, era que deseaba ayudar a un nivel
más elevado y, sobre todo, diferente.
97
 Había una cosa de la que estaba seguro que no debía
perder de vista: debía entrar al mundo de los negocios y yo
sabía que eso no le gustaba para nada.
"No es para nada mi mundo ... " decía sin cesar. Le
hubiera gustado que alguien más lo hiciera en su lugar, pero
debía hacerlo él, isólo él!
Antes de estos sucesos, René había tenido una
experiencia impresionante. Se había dado cuenta que, de vez
en cuando, aparecían y desaparecían unas bolas luminosas,
él estaba muy sorprendido y no podía ver lo que aquello
significaba en su vida; un día, las bolas permanecieron
visibles durante un largo rato, eran siete y, de pronto,
giraban alrededor de él, lentamente, pero con una potencia
colosal: "Sentía que nada las podía detener, al mismo
tiempo ellas se acercaban progresivamente hacia mí." Con
el transcurso de los días, el círculo se iba reduciendo muy
lentamente. Al cabo de tres semanas, estaban tan cerca de
él, que creía que su hora había llegado, que iba a morir y que
su pasaje sobre la tierra había terminado. Lo aceptó sin
ninguna resistencia. A la mañana siguiente, se sorprendió al
sentirse todavía vivo; unas horas más tarde, todas esas bolas
luminosas entraron de golpe en él, al interior de su cuerpo,
al nivel de su pecho, se sintió bloqueado y paralizado,
durante varios minutos no se pudo mover, era como si
estuviera recibiendo una descarga eléctrica de alto voltaje ,
al cabo de algunos instantes, la impresión comenzó a
98
disminuir. Pudo a moverse de nuevo y buscó las bolas
luminosas a su alrededor, ipero ya no estaban! lA dónde se
habían ido? lPor qué lo habían rodeado durante esas tres
semanas? lPor qué se habían fundido con él de esa manera?
No sabía qué pensar y no recibió ninguna respuesta.
Sin embargo, al día siguiente, una especie de instinto lo
incitó a irse de su casa y rentar una otra para vivir ahí solo.
Esto le inquietaba mucho, porque dejar a sus niños era una
prueba que le parecía imposible, evidentemente no lo podía
concebir, pero, desgraciadamente, esto se había convertido
en una especie de obligación que en el fondo de sí mismo
sentía que debía hacer. Así que encontró una casita y se fue.
Se sintió muy mal al aceptar este paso que le parecía el
camino más dificil. Lo que estaba sucediendo lo sobrepasaba
completamente, pero ese era su camino.
A mí me hubiera encantado ser como él y tener esa fuerza
que lo invadía, que le permitía siempre seguir adelante, más
lejos... pero creo que yo no tendría su valor ni su fe para
continuar. No podía dejar de pensar que él poseía un don que
no podía sino venirle del más allá.
Yo estaba fascinada por la fuerza de su determinación ...
fuerza y valor no solamente intelectual, que le permitían
aceptar y superar situaciones dificiles, sino también fisicos,
que le permitían superarse corporalmente. No dejaba de
99
cuestionarme ¿por qué algunos seres nacen con una u otra
capacidad? ¿por qué René había nacido con ese don
increíble? Esta realidad despertaba constantemente en mí
cierto asombro y un profundo sentimiento de cuán impotente
era mi propia realidad.
René había empezado nuevamente a recibir gente, pero
la meditación había hecho su trabajo y ahora él no se
contentaba con tomarlos de las manos, con develar,
descubrir... Había tomado el camino de la Sabiduría,
aconsejaba, guiaba a las personas, invitándolas a razonar,
hacia su propia decisión, las acompañaba en su recorrido. Las
personas no vivían solamente el instante de la consulta, sino
que recibían una ayuda cotidiana y regresaban para
informarle: "Ha pasado esto ... ¿qué puedo hacer? ¿Qué debo
hacer ahora?' De hecho, había encontrado una forma
diferente de funcionar que le permitía apoyarlos mejor ... Ya
no se contentaba con decirles "Veo esto o aquello ... vas a
hacer esto o aquello ... " con muchos detalles. Ahora, mientras
percibía en las personas un deseo, una preocupación, él, que
sabía lo que pasaría en el futuro, las ayudaba de tal manera,
para que pudieran echar a andar sus proyectos más
rápidamente y así, la invitaba a analizar y a aceptar que si las
cosas suceden de una u otra forma, esto está en relación
directa con los esfuerzos invertidos.
De hecho, conciliaba vis10nes y explicaciones,
entrelazando ambas, explicando a la gente por qué las cosas
100
sucederían así y cómo había que proceder para evitarlas o
completarlas. Por ejemplo: "Usted va a perder su empleo
(una visión) porque hay alguien que así lo quiere ... o que
piensa que usted quiere su puesto (explica por qué) ... " En
ese momento de la consulta, entraba en una discusión para
precisar que si esto llegara a ocurrir sería, por ejemplo,
simplemente porque la persona involucrada tendría esta o
aquella otra actitud que lo pondría en riesgo de
comprometer su futuro. De esta manera, le invitaba a entrar
en confianza ... a involucrarse ... y, por lo tanto, a solucionar
una situación delicada. Es ahora que podía decirle que "las
cosas van a estar bien si usted actúa de esta forma, no se
preocupe."
Una amiga nuestra, Irma, trabajaba en un salón de
belleza; por esa época, ella quería volverse independiente y
abrir su propio negocio pues era realmente competente. Así
que había vuelto a estudiar, lo que no era nada fácil y
realmente tenía mérito pues estudiaba sola. René hizo todo
por apoyarla y motivarla ... isabía que tendría éxito! Durante
mucho tiempo, le decía: "Un día tendrás tu propio salón de
belleza," aún cuando a veces ella no lo creía.
No obstante, Irma, prudente, no había renunciado a su
empleo y continuaba trabajando en el salón de tiempo
completo, estudiaba durante la noche, aún hasta la
medianoche. iNo era nada fácil retomar los estudios y
encontrarse en medio de jóvenes de veinte años cuando ella
tenía el doble! Pero ella continuaba valerosamente. Sus
101
calificaciones eran mediocres al princ1p10 pero fueron
mejorando, de todas formas, ella perseveró y no abandonó
sus estudios. El mes de abril se acercaba y, con él, llegaron
los exámenes. René y yo decidimos acompañar a Irma que
estaba estresada, angustiada. Es verdad que cuando uno
retoma los estudios a los cuarenta años, los exámenes
parecen más difíciles de pasar, por lo que uno se esfuerza
enormemente y el fracaso es mucho menos aceptable.
Partimos en dirección a Cannes donde se llevaría a cabo
la segunda serie de exámenes prácticos; de la centena de
participantes que se habían presentado, no quedaban sino
veinticinco y la selección definitiva estaría muy peleada. La
tensión subía ... a Irma le resultaba muy difícil controlarse,
René la acompañó a la parte delantera de la sala... ahí
estaban también los profesores ... Él se quedó esperando, no
quitó los ojos de encima del Irma hasta la distribución de los
temas ... se quedó todavía unos instantes delante de la puerta
y después se reunió conmigo. Esperamos toda la tarde, no
muy lejos, hasta el fin del examen. Irma nos alcanzó, muy
insatisfecha, pero René le dijo sonriendo: "Quédate
tranquila, te fue bien." Los resultados serían anunciados dos
días después y aparecerían en el periódico local. Buscamos
el nombre del Irma. .. iAhí estaba! Lo había logrado. Y lo
más impresionante - no lo podía creer - era que ... ifue la
única que había pasado el examen! Sin poder creerlo, se
puso a llorar. iRené estaba ahí y ella se lanzó a sus brazos
para acurrucarse! Le agradeció estar siempre presente en los
momentos importantes. Irma no era una persona que
102
expresara fácilmente sus sentimientos y muy seguido la
criticaban porque no dejaba transparentar nada ... iEse día
fue todo lo contrario!
Fue tan hermoso ver la felicidad de los otros, que
comprendí, en ese momento, lo que dos años de retiro total
para meditar lejos de la sociedad habían desencadenado ...
René poseía ahora la capacidad de influenciar nuestro
destino ...
Cuando iba a visitarlo y esperaba pacientemente en su
sala de espera, conversaba y simpatizaba con algunas
personas que salían de la consulta con René, ellas me
platicaban que cuando se despedían de él, aquello por lo que
habían ido a verlo, se resolvía rápidamente. Yo les
preguntaba: "iAsí nada más, 'se resolvió'?" En efecto, su
problema no existía más, se había resuelto rápidamente por
la combinación de elementos naturales ... así de simple ...
Me acuerdo de una mujer que venía a verlo
regularmente porque tenía grandes problemas financieros;
una y otra vez René le respondía: "iNo se preocupe! Está
arreglado ... " Algunos días después, tan sorprendente cómo
pueda parecer, le llegaba un dinero inesperadamente, una
ganancia, si se trataba de una deuda, le otorgaban un
arreglo amigable y, a veces, también una rebaja. Otra
persona que no encontraba trabajo lo visitó y -
103
¿coincidencia? - en el momento que regresa a casa, iel
teléfono suena y le ofrecen empleo!
René era buscado cotidianamente por personas que
venían a verlo para arreglar problemitas, y a mí eso me
sorprendía: "¿No tiene usted miedo de molestarlo por esas
pequeñeces cuando hay gente que tiene verdaderos
problemas?" Un día le pregunté si no le molestaba que la
gente viniera a veces a verlo por tan poca cosa y él me
contestó con serenidad: "Cada quien carga su problema de
una manera diferente ... lo que para algunos puede parecer
pequeño, representa unfardo enorme para otros."
René conoció a una pareja, Jany y Serge, que vivían en
Córcega con su hija Vanessa y cuyo hijo Cédric había muerto
trágicamente en un accidente de auto a la edad de veinte
tres años. La técnicas de la escritura automática le permitía
a J any entrar en contacto con su hijo quien le describía, por
este medio, el mundo en el que vivía y que, él decía, era el
Paraíso. René estaba muy feliz por esta mamá que podía
conservar así un lazo directo con su hijo, él también sentía
su presencia en la casa. Insistía mucho sobre el hecho de
que este sistema podría permitir a un número cada vez
mayor de personas que habían perdido un ser querido,
conversar con él. Algunas frecuencias de radio han podido
captar las voces de los desaparecidos pero, dentro de
algunos decenios, existirán aparatos más sofisticados que
permitirán captarlas de manera neta y clara. Estas
104
grabaciones son también prueba de que esta separac10n
viene solamente de una diferencia de planos y que, de
hecho, ellos viven simplemente en un mundo paralelo.
En la medida que yo conocía a este hombre, me daba
cuenta que las decisiones que había tomado no siempre
habían sido fáciles, pero él decía que había tenido que
tomarlas, sin mirar demasiado hacia atrás. A veces dejaba
pasar muchos años antes de hacer una elección, hasta
cuando llegaba el momento y no podía posponerla, y
entonces reconocía: "Mi camino está trazado, ya he perdido
mucho tiempo para tratar de comprender la evidencia,
muchas veces para intentar retrasar los vencimientos y, sin
embargo, un día, todo se concreta, se arregla. Es necesario
hacer las cosas y seguir adelante, pues están los otros. Yo
no he venido para ayudar a un solo ser, sino para ayudar a
muchos más." Al mismo tiempo, me daba cuenta que los
sacrificios que él hacía eran mucho más importantes que los
nuestros. ¿sería porque él tenía una misión? Yo no
comprendí esto sino hasta mucho después.
Una joven enfermera me contó que un día fue a verlo
para pedirle consejo acerca de su orientación profesional.
Quería tomar un curso sobre cuidados paliativos para el cual
ya había hecho los trámites necesarios pero no era la única
candidata. De hecho, la asamblea de enfermeras se
agrupaba en tres hospitales y todos éstos tenían derecho en
tomar el taller, lo que representaba un montón de gente. La
105
pregunta que la atormentaba era si ella tenía posibilidad de
ser seleccionada. Poco tiempo después de su visita a René,
irecibió una convocatoria para tomar el taller en Marsella!
Veinticuatro horas antes del inicio del taller, la supervisora
de su servicio la contactó para manifestarle su asombro, ya
que había recibido cinco convocatorias para cuatro lugares.
Las enfermeras seleccionadas quedaron de verse en un lugar
para irse juntas pero, a la hora acordada una de ellas no
llegó. Las otras cuatro esperaron un momento y, finalmente,
tuvieron que irse para llegar a tiempo al hospital de
Marsella; así que, como estaba previsto, llegaron cuatro y la
joven enfermera pudo tomar el taller. Después se enteraron
que la joven que no había llegado al sitio de reunión había
perdido a su abuela la noche anterior.
Esta misma enfermera, que convivía regularmente con
René, vivió por esa época eventos realmente sorprendentes.
Una noche en que estaba de guardia, un hombre mayor
murió a consecuencia de un edema agudo de pulmón; la
gestión administrativa de un caso como éste era pesada y la
joven omitió inscribir la declaración de muerte en el registro
administrativo del hospital. Terminó su larga noche de
trabajo, regresó a casa, se acostó y se durmió. De pronto
sintió en su cara el impacto de pequeñas bolitas de papel,
cuatro veces. Se despertó sobresaltada y se puso el
instintivamente a buscar las pequeñas bolitas de papel sobre
su cama, pero no encontró nada. De pronto escuchó una voz,
la de René, que le decía que regresara inmediatamente
hospital. No dudó ni un instante y se fue hacia el hospital sin
106
realmente saber por qué lo hacia. Cuando llegó al piso del
servicio donde trabajaba, la supervisora exclamó: "iAh! iQue
bien me cae que haya venido! iDónde puso usted el acta de
defunción?" A lo que ella respondió: "iJustamente por eso
estoy aquí!" El problema estaba en que las dos no se
llevaban bien; supo más tarde que la supervisora quería
utilizar este acontecimiento para despedirla.
Era imposible saber cómo operaba René, pero
regocijaba el corazón de las personas. Algunos lo visitaban
completamente desamparados y se iban aliviados,
tranquilizados. Esto me hacía sentir emocionada y confusa.
En realidad, él posee un saber que nosotros no conocemos:
"Yo pongo en práctica algo, todos nacemos con ese algo. Es
importante que sepas que, aún si esto te hace sentir
abrumada, es parte de todos nosotros."
Sus explicaciones siempre eran claras y limpias y,
cuando uno pasaba a verlo, los problemas desaparecían y
uno estaba listo nuevamente para afrontar un nuevo día.
René siempre tenía las palabras que hacían falta, en el
momento en que hacían falta. Él se preguntaba muy seguido
por qué el ser humano era tan complicado.
Un día me llegó mi turno; las cosas nunca suceden por
casualidad y mi secreto familiar finalmente se esclarecería.
Pero primero tenía que obtener una cita de la División de
107
Asuntos Sanitarios y Sociales, a la que yo había enviado un
montón de correos que habían quedado sin respuesta. Le
conté a René mis dificultades, pues me sentía muy atraída
por su fe, por la belleza de su alma. Respondió así,
espontáneamente, con bondad: ''No te preocupes, yo te voy
a ayudar si me lo pides." Entonces contactó a una amiga
que lo conocía y que le respondió que ésta no sería una tarea
fácil y que había pocas probabilidades de que se solucionara.
A pesar de esto, apenas tres días después, irecibí una
convocatoria! i"IA" convocatoria! La que me habría de
revelar lo que yo esperaba desde hacía tantos años, tal vez
desde mi más tierna infancia. Esa mañana, a las nueve,
llegué puntual a mi cita y, como deseaba que él me
acompañara, René me acompañó para tranquilizarme y
eventualmente ayudarme si había necesidad de saber algo.
Así que nos presentamos en la recepción del edificio, en el
lugar de la convocatoria. Mi corazón latía muy fuerte, fue
uno de los grandes momentos de mi vida. Me piden tener
paciencia unos instantes pues alguien me vendría a buscar.
Escucho pasos en el corredor, una mujer abre una puerta y
entra en la sala de espera. iEs nuestro turno! Ella nos invita
a seguirla a una oficina y nos sentamos frente a ella.
Empiezo a temblar hasta lo más profundo. Entonces me
cuestiona acerca de las razones por las que deseo saber. Me
pregunta si esto es realmente importante para mí, si me va a
ayudar. Todas mis respuestas son afirmativas, pues yo no
me encuentro frente a un examen, sino frente a mí vida,
frente a frente con ella, es un instante privilegiado, mi
108
instante. En ese momento tan intenso que yo esperaba
desde hacía tantos años, estoy lista a escucharlo todo, a
evocarlo todo. Es mi oportunidad, no quiero dejarla pasar.
Después de unos instantes, la dama se levanta para tomar
un pesado expediente el cual saca de un viejo cartón sobre el
cual se menciona AÑO 1960. Estoy muy impresionada porque
el cartón tiene mi edad. No pienso en otra cosa más que en
que quiero saber. Mi curiosidad se vuelve tan apasionada que
mi paciencia es puesta a prueba, una ruda prueba.
Finalmente ella abre el expediente, lo coteja y me hace las
siguientes preguntas: "lQué sabe usted de su infancia, de este
periodo? ¿No tiene usted miedo de saber algunas cosas que
tal vez la van a perturbar? ¿Realmente desea usted saber?"
Mis respuestas fueron las mismas, yo debía saber. Entonces
me mostró unos documentos sueltos, dejando otros dentro
del expediente. Yo sentía que ella no me quería enseñar
mucho, que era muy reservada. Debí insistir mucho antes que
ella hiciera algo. Esta correspondencia y estos documentos
son confidenciales y deben permanecer así. Un poco triste, le
pregunté si era posible obtener una copia de lo que ella había
tenido la gentileza de mostrarme pues me había resignado.
Ella aceptó agregando: "En lo que se refiere a estas piezas,
eso no presenta ninguna dificultad."
Mientras que ella comenzó a sacar las copias, yo me
volteé hacia René que se había quedado junto a mí: "¿Qué
puedo hacer para obtener estos documentos? iA.l menos
109
algunos?" A pesar de la firmeza de su negativa y aunque yo
no esperaba más, René me cerró el ojo "Lo vamos a
arreglar" y me obsequió de nuevo su dulce sonrisa. Recuperé
la esperanza pues ahora yo supe que algo iba a pasar.
Dos minutos más tarde, la dama regresa con las copias, el
teléfono suena y ella descuelga. Le anuncian que su próxima
cita acaba de llegar. Parece desconcertada y, tomando su
agenda, pregunta de qué cita se trata. Nuevamente
sorprendida señala a su secretaria: ''No conozco a ese señor
N. y no le di cita esta mañana, no está anotado en mi
agenda,"y cuelga. Retomamos nuestra conversación y me
pasa los documentos cuando el teléfono vuelve a sonar. La
secretaria insiste, pero la dama responde con más firmeza:
''No tengo una cita y no conozco al señor." Es tal la
insistencia de la secretaria, que ella termina por levantarse y,
muy contrariada, dice "ahora regreso." Miro a René, que
sonríe ligeramente y no dice nada. Unos minutos más tarde
ella regresa, se sienta. Parece pensativa. De pronto, me dice
amablemente: ''Le voy a sacar las fotocopias de lo que
queda del expediente."
La miro desconcertada, sin atreverme a decir nada, ni
siquiera a moverme, no fuera que cambiara de opinión, ino
puedo creerlo! ¿oí bien lo que me acaba de decir? Ella se
levanta de nuevo, toma el expediente y se va. Yo me quedo
clavada en mi asiento, mi mirada voltea hacia René, que me
da una gran sonrisa; en mi cabeza, escucho estas palabras
110
pronunciadas con una voz clara y dulce: "¿Querías tus
papeles?" Me quedo callada, no tengo nada que decir, estoy
pasmada. La mujer regresa y me da un sobre completo con
mis fotocopias: "Espero que esto responderá a sus
preguntas." Estoy tan emocionada, tan conmovida, que
comienzo a llorar. Me escucho a mi misma responder:
"Gracias, usted no imagina hasta qué punto ... "
Salimos de la oficina y yo estaba tan conmocionada que
no hice ninguna pregunta. Esperé tanto tiempo, que
conservé el expediente apretado fuertemente contra mi
pecho, ahí está, es real. Después de tantos años de silencio,
finalmente iba a saberlo todo, pase los días siguientes
leyendo estos escritos, intentando comprenderlos, pues la
evidencia no era tan evidente. Acepté poco a poco este
periodo de mi vida. No podía más que apreciar la delicadeza
de René, la discreción que él había mostrado la primera vez
que yo lo visité y el regalo tan precioso que acaba de
hacerme. Nunca me atreví a preguntarle acerca de la manera
como había conseguido obtener la convocatoria, y mucho
menos acerca de la llamada telefónica inesperada. ¿Por qué
esta dama había cambiado de opinión durante el corto
instante en que se ausentó? sigue siendo para mí un
misterio.
Yo estaba sedienta de su saber y él no era avaro ya que
respondía a todas mis preguntas usando palabras simples
para ser claro en sus respuestas. Cuando le preguntaba:
111
"lCómo sabes todo eso?" "¿Cómo actúas?" "¿cómo lo
haces?," me respondía con su voz dulce ''Yo sé,
sencillamente." El no había nacido simplemente con un don
que venía del más allá, sino que no cesaba de progresar en
su búsqueda.
Una anécdota simple y agradable, aún hoy me hace
soñar. Desde hacía muchos años tenía yo una planta de
espeso follaje que nunca florecía. Con cada cambio de
estación yo esperaba en vano que aparecieran las flores. Un
día, mientras René meditaba, decidí acercarla a él - lo más
cerca de donde él se encontraba meditando. Unos días más
tarde, aparecieron botones, luego flores. Yo estaba
maravillada, no cesaba de admirarla. Las flores tenían
colores magníficos y soberbios, rosa encendido, blanco de
nieve, mi planta era bellísima. Conservó sus bellas flores
durante mucho tiempo.
René continuaba ayudando y apoyando a un número
incalculable de personas, estaba feliz de ver que los que
venían a verlo salían más serenos. Era un ser sorprendente
pues, donde el común de los mortales no veía salida, él
dedicaba el tiempo que fuera necesario, pero siempre
encontraba la solución.
Viviane, mamá de una joven, Pascale, de entonces
veintitrés años, había contactado a René por intermedio de
un joven, Alex. Hablar de Viviane me toca mucho el corazón,
112
pues esta joven mujer tenía una historia muy particular,
dolorosa y ruda. Había conocido momentos de dolor
profundo, de soledad e intensa desesperación y, a pesar de
eso, ella representa a mis ojos, un ejemplo de vida: hoy,
sonriente y agradable, es la expresión del coraje y el valor.
Pienso que muchos podrían reconocerse en ella. Aún siento
mucho respeto por ella y ella ha seguido su camino de
valentía.
Tuve la oportunidad de tener largas pláticas con Alex, el
joven que nos la había presentado, y me sorprendió
agradablemente por su naturalidad y su franqueza cuando
comenzó a hablar de René: "Oí hablar de René a un
compañero militar de carrera, él lo había consultado pues
lo habían llevado por intermedio de alguien más." Este
compañero le dijo a Alex que había ido a ver a un hombre
que lo había sorprendido verdaderamente, lo había
impresionado, era realmente un médium: ''Me dijo un
montón de cosas, vio a mi mamá que había muerto, incluso
entró en contacto con ella." Para estar seguro que realmente
era la mamá, le había hecho algunas preguntas muy
específicas, incluso indiscretas, a las que René había
respondido sin ningún titubeo. Este joven, un poco en
shock, le confió su historia a Alex , quien en su momento, le
dijo que le encantaría poder ayudar a Pascale, víctima de un
grave accidente de tráfico. Joven sonriente, de largos
cabellos castaños, con grandes ojos azules, Pascale pasaba
cada mañana delante de la tienda donde Alex trabajaba; se
saludaban, se sonrían amable y tiernamente, pero no habían
tenido tiempo de conocerse mejor.
113

Un día que sería diferente a los demás, el verano hizo su
aparición; sin embargo el día estaba sombrío. Pascale
regresaba a su casa y se preparaba, como cualquier otro día,
a pasar delante de la tienda, echar un vistazo a Alex, dirigirle
una sonrisa (nunca se habían hablado todavía). Pero cuando
el semáforo cambió a verde, ella se apresuró como siempre a
atravesar por la línea peatonal para llegar a la acera de
enfrente donde se encontraba la boutique cuando, casi
cruzando la avenida, con un pie todavía sobre la banqueta,
se paralizó de repente, quedó petrificada. Si hubiera
volteado la cabeza unos segundos antes, hubiera visto que
un auto se aproximaba a gran velocidad, incapaz de
detenerse. iPascale fue atropellada, literalmente atrapada, y
proyectada a más de veinticinco metros! Su cuerpo yacía
inerte, dislocado, su vida se había volcado. Largas marcas
del frenado de los neumáticos marcaban el piso. Los
socorristas llegaron y, en estado grave fue transportada
haciéndole reanimación al hospital más cercano. Pascale se
encontraba entre la vida y la muerte. La policía intentó
contactar a su familia y, gracias a una fotografía que ella
traía, finalmente lograron localizar a su mamá; le contaron
el drama: "Su hija ha sufrido un accidente, se encuentra en
el hospital," sin entrar en ningún otro detalle. Pascale estaba
en estado crítico y cayó en un profundo coma.
Alex estaba en estado de shock, no sabía qué pensar, las
preguntas se revolvían en su cabeza. lPor qué? lPor qué,
114
pues? lPodría Pascale salir adelante? La había podido visitar
en la sala de reanimación, pues como había trabajado de
enfermero en una ambulancia, había conservado contactos
que le permitían entrar allí: ''Me indicaron la sala y el
número, al entrar vía una persona de color, completamente
rasurada y trepanada; su cráneo mostraba una gran
cicatriz en la cual aún se veían los puntos de sutura, no era
Pascale. Salí y pedí informes de nuevo al enfermero
comunicándole la identidad precisa, pero él me confirmó, se
trataba de Pascale ... iera terrible! La violencia del choque la
había transformado ... ella era un hematoma gigantesco. Yo
ya no sabía qué pensar, ella que estaba tan llena de vida,
tan sonriente, ¿cómo era posible? Salí del cuarto
conmocionado y encontré a los médicos que,
desgraciadamente, no daban ninguna esperanza."
Unas semanas más tarde, muy perturbado, Alex decidió
ir en busca de René; había pedido el número de teléfono a su
compañero: pensó que tal vez podría ayudar a Pascale. Digo
"tal vez," pues el mismo Alex me había dicho que, como buen
ateo, era muy escéptico y no había tenido jamás
personalmente una experiencia con este "tipo de individuos."
A pesar de ello sacó una cita, tal vez podría uno decir que a
causa de la desesperación. Quería saber, había preparado
algunas sorpresas para René.
El día de la entrevista, evitando pensar, llegó con un
portafolio en la mano. En el interior, había metido muchas
115
fotografías, en especial una de una ex amiga de la época, una
de Pascale que había conseguido de su mamá; todos estos
subterfugios debían "disfrazar las pistas" me dijo
"itextualmente!" y para rematar: "Visité a René diciéndole
que quería hacerle algunas preguntas acerca de mi ex
amiga." Se sentó en una silla frente a René, que lo esperaba.
Alex colocó el portafolio sobre el escritorio, René le tomó las
manos y cerró lentamente los ojos, el viaje comenzó. Alex
estaba perplejo pero no quería dejarse desestabilizar. En ese
instante, él pensó: "Quiero que sepas lo que he hecho, pues en
elfondo de mí me he dicho, iesto no es posible, este hombre
lee mis pensamientos, lo que él hace es telepatía!"
En esa época, Alex era fanático del hard rock. Se puso a
cantar fuerte en su cabeza una canción de un grupo que
adoraba. Así, se decía, René no podría sondear nada en su
cabeza. iMuy inteligente, pero qué tortura! De hecho, nada
inquietó a René, que continuó. Pero mientras que Alex
estaba en su concierto de hard rock, de pronto René abrió
los ojos y le preguntó con humor: "iPodría usted bajar el
volumen?, pues el ruido me incomoda y usted me enreda la
mente." Después agregó de forma más directa y tomando el
portafolio que se había quedado sobre la mesa; lo examinó
con los ojos cerrados, y después lo abrió precisamente sobre
las fotografías dirigiendo su dedo sobre una sola de entre
ellas: "iUsted ha venido a verme por esta joven! Deje de
preguntarme acerca de aquella con quien usted ya no anda
desde hace tiempo. iUsted no ha venido por ella!" Alex,
descubierto y petrificado, le respondió: "Le digo
116
sinceramente, entre usted y yo, que yo no creía para nada
en sus trucos. Vine de parte de un colega y no tenía
ningunas ganas de dejarme engañar. Pero, iusted me deja
perplejo!"
Alex no insistió más, dejo de resistirse, y se dejó llevar
suavemente hacia una realidad que, a partir de entonces, lo
rebasaba.
René sacó la foto de Pascale, la tocó, buscaba, sondeaba,
sentía el malestar de la joven, "ella está mal pero no está
tan mal." Ahora veía el accidente, lo describía, no dejaba de
hablar. En ese momento, Alex se sintió mejor y tomó
confianza, René le explicaba. Finalmente, ambos
comenzaron a conversar y René le preguntó: ''Me gustaría
verla. iEs posible?" Alex le respondió: "Usted lo sabe, ella
no está aquí. Pascale está en cuidados intensivos en un
hospital lejos de aquí." "Sí, lo sé, pero eso no es grave. Iré,
sea la distancia que sea. Debo verla."
Al despedirse de René, Alex estaba contento, satisfecho,
feliz, ihabía una solución! iRené quería ver a Pascale! Algo
iba a pasar, realmente había un medio. Inmediatamente,
telefoneó a Viviane, la mamá de Pascale, para contarle lo
que acababa de ver y saber si ella estaría de acuerdo en ver a
René pues, igual que Alex, ella tenía fuertes prejuicios y no
creía para nada en eso. Finalmente decidió ir a ver a Viviane
117
para convencerla: "Sabes, yo tampoco creía, pero él es
verdaderamente impresionante, dice cosas que no te
pueden dejar impasible. iVen a verlo, te digo! De todos
modos no pierdes nada, al contrario, ven a verlo y entonces
decides, y además tú sabes lo que me ha dicho de Pascale,
ique ella no está bien!"
Alex convenció a Viviane, quien aceptó ver a René muy
pronto. La dejo sola con ese "individuo" tan sorprendente.
Viviane salió llorando, completamente conmovida, agitada
por lo que acaba de escuchar. Se había desahogado y se
sentía feliz que René hubiera decidido visitar a Pascale. Se
sentía esperanzada. "Algo me dice que él la va a ayudar,"
decía. Los tres quedaron de reunirse en el hospital adonde
llevé a René; como solamente una persona podía entrar en
la sala, él entró y se quedó junto a Pascale: uno podía verlo a
través de un vidrio de la puerta acariciarle tiernamente las
manos, los brazos, después la cara y el cabello; una podía
adivinar viendo sus labios cómo realmente formulaba
palabras dulces y amables. lRegresaría Pascale entre
nosotros? Esperamos pacientemente a René; finalmente,
salió del cuarto y, dirigiéndose directamente a su mamá: "Su
hija no está bien aquí, es importante que se vaya, no se
siente cómoda, se siente desamparada, es importante
encontrar otro hospital que la pueda recibir. Por otro lado,
ella no está mal, no sufre ni se da cuenta de nada. Pude
hablar con ella y lo más difícil fue explicarle y hacer que
acepte. Estará mejor entre nosotros que allí adonde se
encuentra actualmente, ahí donde ella se encuentra, se
118
siente bien. Este es un problema que enfrento muy seguido;
las personas que se encuentran en estado de coma a veces
''planean" por encima de su cuerpo; otras, se hunden en
meandros lejanos de la conciencia humana, al punto de que
a veces ya no pueden regresar a su cuerpo por dos razones:
la primera es que, con .frecuencia, se encuentran en un
mundo de paz y experimentan una sensación de bienestar
que no desean perder; la segunda es que, seguido, no
pueden encontrar el camino de la conciencia para
reintegrarse al cuerpo. Existen muchas fases en un estado
comatoso, es posible que la persona se encuentre tanto en
un ambiente agradable y sano, como que, por el contrario,
se encuentre en un ambiente austero, hasta hostil, que
puede inspirarle miedo, inquietarla. Hoy Pascale me habló
de sus sensaciones, yo fui a su encuentro, a su mundo.
Estaba en un claro con magníficos bosques a su alrededor,
era primavera y se encontraba bien. Pero ella no
comprendía porque a veces regresaba a lugares oscuros,
por qué veía grandes ojos alrededor de ella y tenía miedo.
La tranquilicé explicándole que, en realidad, ella no cabía
en ese mundo pues aún no había llegado su hora y le dije
que su mamá, su hermana y sus amigos la esperaban, que
yo iría a reunirme con ellos y les iba a explicar el mundo en
donde ella vivía actualmente y cómo se sentía."
René terminó diciendo que Pascale estaba inquieta...
"En el momento en que yo me iba a ir, se mostró dudosa y
me hizo esta pregunta: 'iCómo podré regresar?
iEncontraré el camino para volver hasta acá?' La
119
tranquilicé diciéndole que yo conocía bien esos mundos y
que, si yo había podido venir hasta ella la primera vez, yo
podría regresar sin problema." Y terminó: "Regresaré muy
pronto a visitarla, iré a buscarla, la traeré por el camino de
su conciencia que es el que le permitirá reintegrarse a su
cuerpo. El accidente fue muy violento, ella tendrá secuelas,
pero al menos estará conciente y podrá luchar para
progresar."
Su mamá, sin ningún titubeo, reconoció que muchos
médicos le habían anunciado de forma más que directa que
Pascale se había convertido en un "vegetal," que era inútil
insistir, que esto solamente la fatigaría inútilmente, en
resumen, que Pascale no saldría. Viviane no lo aceptaba y
René volvió a darle esperanza. Poco importaba lo que ellos
dijeran, lo esencial era que Pascale pudiera salir del coma en
que se encontraba desde hacía cuatro meses.
René no dejó pasar más de una semana antes de
regresar y me propuso amablemente acompañarlo; no lo
dudé ni un segundo pues quería tanto saber más. Llegamos
al hospital; en el pasillo no lejos de la sala de recuperación,
se encontraban su mamá, su hermana Christelle, Alex y una
joven enfermera llamada Fleur que estaba apegada a Pascale
y que había permanecido cerca de ella cuando la habían
transportado y admitido en cuidados intensivos del hospital
justo después de su accidente. Este encuentro, como lo
veremos más adelante, tampoco fue una casualidad.
120
El ambiente era sombrío, triste y, además, frío; la sala
del hospital recibía cinco pacientes. No me atrevía a voltear
la mirada, sólo la presencia de una mujer joven me había
llamado la atención, se encontraba al lado de una mujer
mayor, acostada en estado de letargo. ¿sería una amiga, su
mamá? Su presencia me había desconcertado un poco, no
paraba de hablar, de un perro, de una casa, de música, ide
tantas cosas! No se interrumpía, como si cada segundo
contara, permanecía viva y llena de esperanza, su valor me
había atravesado. A la derecha de Pascale, se encontraba un
joven que sobrevivía gracias a una serie de aparatos muy
sofisticados y a quién le habían hecho una traqueotomía
súbita. También pensé trágicamente en sus seres queridos,
su mamá, sus hermanos y hermanas, todas las personas que
formaban parte de su vida.
Este cuarto me angustiaba, yo sentía la presencia de la
muerte, estaba un poco horrorizada. René, sereno, ya estaba
al lado de Pascale. Venía en este lugar para ayudar a un ser,
y se puso a murmurarme: "Mira a Pascale, la voy a ayudar,
siéntate junto a ella". Así lo hice, René había puesto su
mano sobre su pecho y se estableció un largo silencio. Al
mismo tiempo el ambiente se transformó, dejó de ser
mórbido, se instaló la serenidad, el tiempo dejó de existir.
Yo tuve la sensación de ser transportada; yo sabía que René
estaba con Pascale, en su mundo. Empezó a hablarle en voz
baja: ''Mira tu cuerpo," después un silencio. "Tú debes
121
regresar, no ha llegado tu hora," un nuevo silencio. "mira
bien, aún no te quieren allá arriba," el silencio llenaba el
cuarto. iUno podía sentir que algo iba a pasar o tal vez sería
que yo deseaba tanto que sucediera algo para todas esas
personas que ciertamente dejaban a alguien detrás de ellos!
Gente que sufre que llora, todo eso hacía estremecerme.
Siguió hablándole a Pascale, nada lo desestabilizaba:
''Debes volver, yo veo lo que tú percibes, no estás en paz,
regresa, dame la mano y no me sueltes. Debes seguirme. Te
voy a acompañar para que reencuentres tu camino, y sobre
todo para ayudarte a reintegrarte a tu cuerpo." Reinaba la
quietud, la serenidad envolvía la sala, todo era calma, yo me
impregnada de ese mutismo que invadía todo mi cuerpo y
mi cabeza, mientras continuaba mirando a Pascale. lCómo
se sentía ella? lSufría? lMe veía? René me había explicado
que, seguido, las personas que están en coma, ven lo que
pasa a su alrededor. lAcaso Pascale deseaba realmente
regresar entre nosotros? Yo continuaba acariciando
dulcemente su mano inerte y, de pronto, tan extraño como
pueda parecer, mientras yo me hacía todas estas preguntas,
mi mirada fija sobre Pascale - como para murmurarle
"iDespierta! iPiensa en tu mamá que te espera, que te
implora!" - iMe sobresalté! iLos ojos de Pascale estaban
abiertos, fijos, bien abiertos! Yo los descubrí con terror,
cómo cuando uno ve una película y se deja sorprender
súbitamente por una escena inesperada. Sus ojos eran de un
azul muy claro, acentuados por pestañas muy largas. Su
122
mirada era fría, inmóvil, dirigida hacia el techo, sin el menor
movimiento, ni siquiera pestañeaba.
Yo estaba sobrecogida y emocionada. Unos segundos
después, de nuevo sorprendida, la vi mover las piernas,
movimientos cortos y vivos, después nada. Seguía sin
embargo, con los ojos muy abiertos. René me mira y me dice
con mucha calma: ''Eso es, ya está hecho. Ella regresó, se ha
reintegrado a su cuerpo."
No podía separar mis ojos de Pascale, conmovida, feliz,
pues pensaba inmediatamente en la felicidad y la esperanza
que podrían estar viviendo su mamá, sus seres queridos y
sus amigos. René había logrado traer de vuelta a Pascale. Me
costaba mucho trabajo creerlo, lcómo era posible traer una
vida? Era tan maravilloso, mágico, y él había hecho todo eso
solo, sereno y tranquilo, como si fuera natural. Después
Pascale cerró los ojos. Unos instantes después, salimos de la
sala de hospital. Yo estaba petrificada y me sentía tan
pequeña, ni siquiera podía expresar lo que acaba de vivir y
de ver. Sólo René tenía la capacidad de explicar este retorno.
Saliendo de la sala de hospital, miró con ternura a la mamá
y le dijo calmadamente: "Eso es, ya está hecho. Su hija ha
regresado, está de nuevo entre nosotros; ahora podrá
evolucionar. Piense en lo que le he dicho, ella estará cerca
de usted, pero tendrá secuelas, será transferida muy
pronto a otro centro situado en ... "
123
 A la salida, no pude evitar hostigarlo con preguntas:
"Explícame, ¿cómo es posible eso? ¿cómo haces para ir a
buscar a gente como ella en otro mundo?" Él me dijo,
simplemente: "Todo viene de abrir la mente, todos tenemos
acceso a esos mundos, las personas que entran en coma
están en el plano psíquico que contiene diversos grados de
evolución hasta el plano espiritual, de donde el regreso es
casi imposible. La únicaforma de acceder a esos planos es
aceptar a Dios más allá de toda creencia, y considerar que
es omnisciente, omnipresente y omnipotente." Algunos días
más tarde, Viviane recibió el permiso para transferir a su
hija al lugar que René le había indicado.
Viviane no se separó de su hija ni un solo día hasta que
salió del hospital para reingresada un poco de tiempo
después. Su mamá se había atrevido a abrir su mente.
Viviane decía: "René me ha dado esperanza ahí donde otros
me habían dejado en la desesperación, él me dijo: No
abandone a Pascale, usted la puede ayudar, continúe."
Viviane, madre contenta, llena de Amor y valor, no dejó de
tener fuerza en la fe y logró superarse. Esta historia me
marcó de tal forma que sigo teniendo lazos muy fuertes con
Pascale y su mamá. Aún hoy, cuando hablamos de ese
periodo, todos nos sentimos muy emocionados.
Cuando uno se topaba con René por casualidad, en la
calle o en algún otro lugar, siempre lo veían ensimismado,
sumergido en sus sueños. Siempre parecía sorprenderse
124
cuando uno lo detenía para saludarlo o hablar con él. No
importaba qué le hubiera pasado, siempre tenía su gran
sonrisa en los labios y un buen apretón de manos, ése era
René. El es así y es a propósito que utilizo el tiempo
presente. Nada le molesta, nada lo contraría, siempre tiene
el mismo humor y no puede sino transmitir un ejemplo de
vida. Siempre tiene una gran paciencia y una pasión sin
límite por la tolerancia, pues todo deriva de ella. En mis
adentros, muy seguido yo pensaba: "¿por qué no entendí
antes? ¿por qué no tengo desde hacía mucho tiempo esta
conciencia tan evidente?"
La razón es simple. A veces algunos necesitamos más
tiempo que otros para comprender y el camino no es el
mismo para todos, aún si el objetivo a alcanzar sí lo es.
René había alcanzado un estado en el cual, cada vez que
alguien deseaba hablar con él, comprender, él no titubeaba
en dedicarle tiempo. Para él, el tiempo no cuenta cuando se
trata de ayudar alguien a encontrar una solución a sus
males.
Durante todos esos años en los que él continuó
recibiendo gente, nunca dejó su meditación, meditaba varias
horas al día, manteniendo así un equilibrio entre el interior
y el exterior, entre su yo interior y la sociedad.
125

IV. Segunda fase de Medítacíón
Durante esta fase, René me dijo que no tenía necesidad de
retirarse completamente de la sociedad: esta vez entraría en
meditación mientras seguía con sus consultas. Me explicó que
ya había superado ciertas etapas y que ahora debería
establecer un lazo entre el mundo material y el mundo
espiritual. Así, organizó su tiempo entre las horas que quería
recibir gente y los momentos de descanso. Cuando me dijo eso
le pedí que me lo aclarara, pues no veía cómo podría entrar en
meditación como lo había visto hacer durante dos años y, al
mismo tiempo, continuar recibiendo gente.
Me explicó que "su etapa de búsquedas se basaba ahora
en la capacidad de realizarse en la sociedad, todo se basaba
en la cantidad, el número ... Era necesario que pudiera hacer
más. ¿cómo? Solamente la meditación le podría traer las
respuestas, pues aún ahora él no sabía lo que debía hacer y
cómo lo debía hacer."
Recuerdo que, al mero principio de este nuevo periodo, él
se levantaba muy temprano en la mañana, preparaba sus
126
cosas, su sweater con capucha, el tapete que ponía sobre el
sueldo, y salía. Se instalaba en un rincón del jardín que había
marcado bien por la serenidad que evocaba. De hecho, su lugar
predilecto se situaba al pie un árbol grande: ''El árbol tiene
alma y me habla... a veces, mientras la brisa sopla, el
movimiento de las hojas emite un sonido que me da paz... "
René también había notado otro lugar, en un rincón
retirado del jardín, más hacia el norte, invadido por hierbas
altas y, cuando se instalaba allí, se confundía entre ellas y
quedaba oculto. Frecuentemente meditaba muy temprano
en la mañana. De hecho, durante esta fase, parecía contar
cada segundo, su tiempo de meditación le era precioso,
como estuviese contado. A veces se le antojaba levantarse en
plena noche y permanecía en ese estado durante días
enteros.
Un día, un amigo le mostró un libro que estaba leyendo
y le pidió su opinión. René tomó el libro en sus manos lo
hojeó por unos momentos y, después, le dio su opinÍón
sobre los puntos esenciales de lo que trataba el libro. El
amigo y yo nos quedamos pasmados. Él había visto el libro
por unos segundos. Algunos de sus allegados y yo misma
tuvimos muchas veces la ocasión de verlo hacer esto y
siempre nos sorprendía.
Durante esta fase, cuando se instalaba para meditar,
daba la impresión, desde los primeros minutos, que no
estaba ahí, como si se hubiera ido a un lugar lejano. Yo lo
127
miraba, lo miraba fijamente, pues su estado me sorprendía.
Esta sensación me impresionaba tanto, me desconcertaba
tanto, que inclusive me daban ganas de tocarlo. Era como si
su cuerpo estuviera vacío; a veces pasaba yo un largo rato
observándolo y pensaba: "iSerá posible que en ese momento
su alma no estuviera ahí? ¿y si no regresa? iDebe estar
realmente bien allí adonde está!" Naturalmente, yo no
podía evitar cuestionarlo al respecto y él me explicaba
nuevamente: "Como ya que te he dicho, existen dos fases en
la meditación, actualmente yo me encuentro en la segunda
fase mucho más evolucionada, ella transporta tu yo
interior y allí tú te desplazas, realmente regresas más allá,
así tú podrías verme en ese lugar, pero este cuerpo no está
hecho de la misma materia, así que estafase incide sobre el
reflejo de tu cuerpo, lo que uno llama el yo inmortal que
todos tenemos, que no está formado de células como el
cuerpo y no tiene un flujo sanguíneo, pero el aspecto es el
mismo, es indestructible." La evidencia se me imponía pues,
en el lugar adonde estaba sentado, reinaba una paz, una
atmósfera de serenidad, y yo sentía como una protección
alrededor. iQué sentimiento tan maravilloso! René
continuaba viviendo en ese estado, yo digo "en su estado,"
pues él vivía en sus pensamientos, en su camino de paz, de
serenidad. Así, cada segundo, cada minuto que formaba sus
días, estaban como guiados por una cosa indescriptible,
invisible.
Un día, yo lo seguía en coche mientras que él iba en
moto, camino a visitar a alguien que estaba hospitalizado.
128
Llovía torrencialmente. Mientras que él conducía sobre una
línea recta y se preparaba para rebasar a un camión, otro
camión, que no lo había visto, llegó por su izquierda. Yo
observaba la escena, aterrorizada e impotente¡ Los dos
camiones se encontraban lado a lado, circulando
lentamente, pero la lluvia era tan fuerte que era imposible
que René frenara bruscamente y, una cosa era cierta, le era
imposible pasar entre los dos. Entonces, la moto giró
ligeramente hacia la izquierda; yo creí que se iba a caer y a
derrapar debajo de los camiones. iFue horrible! Pero, de
repente, increíblemente, ipasó entre los dos camiones,
aunque visiblemente la distancia no lo permitía! Yo lo perdí
de vista y me pregunté cómo había podido pasar así y a
dónde podría estar. Permanecí detrás de los dos vehículos,
inquieta, pero él continuó conduciendo, como si no hubiera
pasado nada; yo deduje que todo había salido bien. Me
apresuré a encontrarlo en el estacionamiento del hospital,
un poco desorientada y, sobre todo, con muchas
interrogantes. Me contó que, en un momento dado, se vio
chocando contra los camiones y aceptó lo que debía pasar.
En ese mismo instante oyó una voz que le decía:
"Ligeramente a la izquierda." Siguió el consejo y alcanzó a
pasar, increíble.
En esa época, como había regresado a nuestra sociedad
pero sin vivirla, pudimos conocer grandes instantes. Digo
"grandes" porque se trata de experiencias que podrían ser
calificadas de mágicas. El me hizo vivirlas, pues yo insistía
muy seguido. Quería comprender y le pedía: "iCuándo
129
haremos un intento?" Un verano, justo antes de las
vacaciones escolares, Fati, una amiga que estudiaba en la
Fati, joven muy afable y muy solicitada, se encontró
universidad, debía pasar sus exámenes. Su programa era
rodeada inmediatamente por todos los que la apoyaban,
enorme y abarcaba demasiados temas como para que ella
pero también por muchos curiosos. Su angustia crecía, pero
pudiera aprenderlos todos de memoria. Sin embargo tenía la
ella no se dejaba desestabilizar, René la llevó a un sitio un
suerte de conocer uno muy bien, lo que era muy poco,
poquito lejos de la muchedumbre. La tranquilizó y le pidió
tomando en cuenta la complejidad del programa. Como en
que no escuchara más y que hiciera el vacío, lo que hizo
ese momento ella se encontraba en mi casa, un poco antes
instantáneamente, sin preguntar nada. Este detalle es
de ir hacia la facultad, René me llevó aparte y me preguntó: -
importante porque su actitud y su "docilidad" facilitaron
"Ya que tú deseas comprender cómo .funciona esto, Ue
mucho las cosas.
gustaría que hagamos un experimento?" - "iSeguro!
respondí espontáneamente." El agregó: "¿Te gustaría que le
tocara un tema que ella sabe?" Un poco perpleja, acepté, A las catorce treinta horas de la tarde las cosas se
sintiendo miedo en el estómago, pues los exámenes siempre precipitaron, en una atmósfera de estrés y de inquietud.
me habían estresado. Llamaron a los estudiantes por orden alfabético. Muy
pronto le tocó a Fati. Ella se levantó, se dirigió hacia el
maestro que le acercó la canasta de donde ella debía sacar
René fue en compañía de Fati, a la que iba motivando y
un solo sobre. Mi amiga puso la mano sobre un sobre,
apoyando pues estaba muy angustiada. Elle había pasado los
titubeó, después se detuvo sobre otro. Finalmente eligió,
exámenes escritos y ahora debía pasar - lo que no era poca
abrió el sobre, leyó el tema. Le hizo una señal a René ...
cosa - el llamado "gran oral," un examen selectivo y decisivo
iEstaba bien! Su cara se relajó. Después de la preparación,
formado por una pregunta principal y esencial, que se
se presentó frente a los profesores que le hicieron la
sacaba a la suerte, y luego una serie de preguntas hechas por
pregunta esencial: "El derecho a la vivienda." iTodo va bien !
una decena de especialistas de la profesión.
René vigilaba, no le quitaba los ojos de encima y todo
parecía ir bien. Finalmente ella salió de la "sala de tortura,"
Cuando llegaron a la universidad, se presentaron tranquilizada, sobre todo aliviada. Ni siquiera se preguntaba
delante de las salas de examen. Había muchos estudiantes de si le había ido bien o mal iY con razón! iDe entre más de
allí, algunos no iban a presentar el examen, se puede decir veinte temas, había sacado el único que se sabía de
que iban como espectadores. memoria!

130 131

Uno podría decir que se trata simplemente del azar, de
una coincidencia, cuando nuestra amiga regresó a su casa
estaba fatigada, agotada, pero su cara estaba realmente
serena, su mirada llena de Amor y de alegría, y todavía no
tenía ni siquiera los resultados. Su primera reflexión fue:
"No sé, pasaron un montón de cosas, como si las cosas se
mezclaran unas con otras, como si todo se hubiera dado
para qué las cosas pasaran así." Parecía no querer salir del
estado de bienestar en el que se encontraba, y esperó antes
de hablar de su experiencia. Éramos muchos amigos que
esperábamos para que nos contara; en realidad, como todos
conocemos a René y sus acciones, sabíamos que algo bueno
había pasado. Después ella contó un suceso tan fuerte para
ella que lo había guardado para el final: "Durante todo el
transcurso del examen, mientras me hacían las preguntas,
sentí una presencia a mi lado, alguien que me vigilaba, que
estaba permanentemente allí, que no me dejaba. Al mismo
tiempo que tenía miedo, soportaba mi interrogatorio
delante de todas esas personas, y esta presencia era como
una fuerza, no lo podía ver pero sabía que alguien estaba
allí." Ese mismo día, le preguntamos a René quién era esta
presencia lo a que respondió con su tranquilidad habitual:
"Si yo les dijera quién era, ustedes no comprenderían, se
los diré más tarde."
Años más tarde, se produjo un episodio de este mismo
género con una joven estudiante, que nos remontó a ese
132
instante del examen de Fati. Nos planteamos nuevamente la
misma pregunta y, esta vez, René nos explicó cómo había
podido ayudar a nuestra amiga y quién era esa famosa
presencia que ella tanto había notado. Nos señaló porqué
esa presencia estaba allí y nos hizo entender por qué ella la
había sentido con tanta fuerza.
Aún hoy, no dejo de analizar los hechos para
comprender mejor lo que René podía desencadenar; sus
contactos, su influencia sobre los elementos naturales, sus
visiones, me dejaban perpleja.
Regresaba de sus meditaciones profundas en posesión
de un saber que va más allá de nuestra ciencia. Un día me
dio información detallada acerca de las pirámides: cómo
habían sido construidas, el verdadero por qué de su
existencia, lo ingenioso de su arquitectura, pero también
que no se trataba de tumbas. Miles de años antes de los
egipcios, existió una civilización muy evolucionada
espiritualmente, decía él, y fue de esta civilización que la
gente egipcia había heredado una parte de su saber. Esto era
apasionante.
Afirmaba que las bases de nuestras matemáticas habían
sido falseadas, que esto nos retrasaba pero que, de todos
modos, correspondía a nuestra evolución; en realidad las
cifras de base no podían ir más allá del nueve y que el cero
era un intermediario entre dos bases de cálculo que
133
permitían construir nuevos datos. Nuestro princ1p10 de
reflexión acerca de la vida se funda sobre cuatro elementos y
éste es un error; en tanto que consideremos que estos cuatro
son la conjunción de la materia, no podremos avanzar en
nuestras bases de reflexión matemática. Se trata de dos más
dos, es decir, que la tierra y el aire son los dos primeros
elementos que definieron la materia, son dos elementos
opuestos y complementarios que sirven únicamente de
apoyo a la vida. Para crear la vida, se necesitan otros dos
elementos opuestos, el agua y el fuego; es necesario un
apoyo para que el agua resida, es decir, la tierra; el fuego, no
puede existir más que exista una materia que va a consumir
y el aire para que se desarrolle, así el fuego permite disolver
el agua. Es a partir de estos dos elementos combinados que
la vida, sea cual sea, puede nacer, y esta vida no puede sino
reposar sobre los dos primeros elementos que son la tierra y
el aire. Lo mismo sucede con las matemáticas: es importante
definir la base con una oposición, dos elementos opuestos
que uno puede definir en cifras, a partir de ese instante
podemos calcular cuáles son las cifras siguientes. Esto me
parecía, a la vez, complejo y evidente. Cada vez que René
regresaba de su meditación, explicaba lo que había traído de
vuelta. Yo me sentía atraída por ese saber... Pero, lde dónde
le venía esta ciencia? lQuién se la comunicaba?
Un día me propuso acompañarlo a hacer un ensayo
sobre los datos que acababa de comprender y me dijo: "Las
cifras tienen un orden de lógica que hace que tú puedas
definir lo que viene después." Tengo que aclarar que René
no ama los juegos, que no juega a ninguno, sea cual sea. La
anécdota que ahora voy a contarles no fue sino una
134
experiencia que quiso hacer para delimitar meJor estos
conocimientos matemáticos.
Tuve que encontrar buenas razones, créanme, para que
él aceptara enseñarme tan sólo una parte y la mejor razón
que pude encontrar fue la ayuda que esto podría brindar a
las personas en la búsqueda de una verdad con la cual
convivimos todos los días y, también, que esas bases
matemáticas proporcionarían un punto de partida para
avanzar y creer en la posibilidad de otras formas de cálculo.
A pesar de esto, no me pregunten cómo lo hacía, no tengo ni
la menor idea; más aún, yo supongo que, si él aceptó que lo
siguiera fue porque sabía que las matemáticas y yo no somos
muy amigos.
Emocionada con la idea de tener esta experiencia con él,
pues siempre tenía el sentimiento de observar a un ser
venido del más allá, me encaminé con él a una sala de juego.
Mientras que el reflexionaba - yo diría, mientras estaba en
estado de análisis, - René mantenía una cara serena y muy
seria. A veces yo tenía el sentimiento que no era la misma
cara, porque tenía en cada una de sus facciones señales de
concentración. A mí, estos instantes me parecían fabulosos,
maravillosos
Cuando llegamos a la sala de juego, entramos en un
primer cuarto decorado maravillosamente con colores vivos,
luego en una gran sala de luz tamizada. René se detuvo unos
135
minutos para impregnarse en silencio de la atmósfera;
después se dirigió hacia una mesa, yo lo seguí, se sentó para
observar calmadamente, tomó el último número e hizo una
combinación, puso una ficha sobre el número que había
definido. El resultado fue el previsto: iel número salió! René
hizo la misma operación varias veces seguidas, y cada vez
correspondía al número previsto. Yo estaba más que
impresionada. En pocos minutos, había puesto en duda todo
un saber acerca de las matemáticas pero, poco a poco,
muchas personas se acercaron a él y se empezó a formar un
tumulto. Él miró a la gente a su alrededor, acomodó su
papel, puso todas las fichas que acababa de ganar al centro
de la mesa, como si quisiera deshacerse de ellas, se levantó y
se fue. Yo hubiera querido, por lo menos, quedarme un rato
para conocer el resultado, mientras que él se iba: como lo
pensé, había elegido a propósito un número equivocado
para perder todo. Lo alcance y le pregunté: "lPor qué no
comunicar a los científicos eso que tú sabes acerca de las
matemáticas?" Me respondió con un tono directo: "¿Para
qué?" Yo lo conocía bien y comprendí que era inútil insistir,
pero conservé un recuerdo muy fuerte de esta experiencia.
Como solía hacerlo, me había pedido no hablara de esto.
Así, guardé el secreto durante muchos años, hasta el día de
hoy, pero muchas veces me he dicho que si René revelara su
saber, sus conocimientos, esto podría ayudar a un buen
número de personas, incluso podría facilitar la evolución, la
investigación. Si tenía acceso a un pozo de ciencia, este
permanecía muy restringido en cuanto a la difusión de lo
136
que yo podía aprender o conocer. Por supuesto que respeto
su deseo de discreción cuando me pide que no divulgue uno
u otro tema.
Por mi parte, poco a poco, aplicaba esta nueva forma de
inteligencia, moldeaba mi mente hacia un "estar mejor"
evitando todo lo que lo pudiera ensuciarme. Creaba en mí,
alrededor de mí, la armonía, esa de la que él me hablaba,
para hacer nacer el Amor. A fuerza de creer, de cuestionar,
comencé a transmitir lo que había tenido la suerte de
adquirir gracias a René, si bien es cierto que un día tuve la
experiencia directamente sin que realmente lo quisiera.
Como yo le pedía que me ayudara a progresar él me dijo:
"Te voy a ayudar. Has avanzado bien y has hecho muchos
esfuerzos. Muy pronto vas a tener la oportunidad de
aplicar lo que sabes, lo sentirás en el fondo de ti misma,
cuando tú reencuentres con alguien, un conocido, tendrás
una especie de intuición."
Poco después, encontré a una amiga que estaba
atravesando dificultades de orden afectivo y ahí, tuve la
intuición de que yo la podría ayudar, que algo iba a suceder.
Es difícil explicarlo, puesto que venía del interior. Ella me
contó un poco apenada, que desde hacía quince días no
había tenido noticias de un amigo, con quien estaba muy
apegada; espontáneamente, sin pensarlo dos veces, sin
137
saber por qué, le respondí: ''No te preocupes, muy pronto te
va a llamar." Tuve la impresión durante un instante de
sustituir a René, eso me desorientó un poco. Mi amiga me
contestó, sorprendida: "iAh! ¡¿Bueno!? ¿yú crees?" Le
respondí que sí, invadida por una especie de paz. Al día
siguiente, mi amiga me telefoneó: "iAdivina! iMe acaba de
llamar!" Estaba feliz por ella, algo había pasado, Amor,
amistad. Yo estaba encantada, pues había comenzado a
comprender y aplicar lo que René intentaba transmitirme y
esto confirmaba lo que él decía: "Todos poseemos algo muy
fuerte. Simplemente hay que aplicar ... el saber."
Este fue un periodo muy rico en eventos, sobre todo
para los que estábamos cerca de él, que lo frecuentábamos
regularmente. iNo había ni uno solo que no hubiera
experimentado un fenómeno sorprendente!
Una mañana, llegué a casa de René, con quien solía
verme; como él no estaba, lo busqué preguntándome dónde
se había metido. Por esa época él vivía en una casita de
veinticuatro metros cuadrados que llamábamos "la casa de
Barbie." Di la vuelta al jardín. "iNadie!" Entré al interior de
la casita, "iTampoco había nadie!" iPero uno no podía
perderse! Igual hice una inspección, su ausencia no dejaba
de sorprenderme, porque estaba en fase de meditación y no
salía.
138
Con paso vivo volví a salir y ahí, boquiabierta, lo vi,
efectivamente rígido como solía estar habitualmente delante
de la puerta, en su postura de loto. Lo miré desconcertada.
Allí estaba, pero al mismo tiempo lo sentía bien lejos, me
acerqué suavemente y extendí mi mano para tocarlo. Yo ya
había experimentado esta sensación de vacío que él emitía.
Unas horas después, nos explicó que cuando se encontraba
en estado de meditación, en un vacío tan profundo que
lograba bajar todas las vibraciones de su cuerpo, las
tensiones, incluso las pulsaciones cardiacas, la respiración
se vuelve muy lenta, él disminuía todo lo que lo toca en el
plano físico, en el cuerpo material; por contraparte,
aumenta todas sus vibraciones interiores y profundas,
dando valor a lo que él llama su "estado de conciencia," el yo
interior. Hacía una distinción entre los dos; de hecho, su
cuerpo durante este estado de meditación no emite ninguna
tensión. Y es así que él puede no aparecer a nuestros ojos.
Para él era completamente posible estar ahí, presente
físicamente, materialmente, pero su estado de meditación
profunda hacía que pudiéramos pasar delante de él sin
verlo. Al mismo tiempo, René enfatizaba que esto no era
voluntario, él no sabía qué pasaba a veces cuando se
encontraba en su yo interior.
Durante este mismo periodo a veces le sucedía que
descomponía los teléfonos de quien fuera, a veces se
quedaban fuera de servicio, las baterías se vaciaban en unos
segundos; la única forma de evitar estos desarreglos era que
se mantuviera lejos de estos aparatos mientras se
139
encontraba en ese estado; y es lo que empezó a hacer, pues
estos inconvenientes empezaron a ser molestos para todos
aquellos que se encontraban en su radio de acción.
Cuando meditaba, René se levantaba durante la noche y,
con frecuencia, se instalaba hasta la madrugada, o a veces
simplemente no dormía. No pasaba una noche sin
entregarse a la meditación, dormía muy poco, era como un
instinto - yo diría como el instinto de supervivencia.
Dormía sin dormir, se acostaba casi todas las noches a la
misma hora, se despertaba, se levantaba, se ponía el sweater
con capucha y se colocaba en posición de loto, a veces
adentro, otras afuera para sentir el viento, el silencio de la
noche, y se iba a un mundo donde nada lo detenía. A veces,
al salir de meditaciones profundas, cambiaba físicamente:
había perdido sus pocas arrugas, yo lo veía como
rejuvenecido, era impresionante. Cada vez que esto sucedía
yo me decía que era genial, que debía tener un secreto. Pero
unas horas después recuperaba su apariencia normal.
Evidentemente, como mujer, no podía dejar de preguntarle
cómo lo podía yo hacer, me contestó que "cuando uno hace
el vacío, se crea un contacto con el Yo profundo; ese
contacto, tan débil como es, incide sobre nuestras células,
eso forma parte de las fases que uno encuentra cuando va
más lejos en esos vacíos." - "Pero, ¿por qué no conservas
ese rejuvenecimiento durante más tiempo?" Me respondió:
"Yo no le veo ningún interés, no es mi exterior el que
importa, sino mi interior; además, para acceder a la vida
verdadera, debes abandonar todo apego personal, son
140
nuestros pensamientos los que tienen miedo de envejecer,
nuestro Yo profundo es inmortal; pero es claro que el
contacto entre los dos tiene influencia sobre nuestras
células."
En otra ocas1on, al salir de más de dos días de
meditación, me dijo que había podido ir a visitar a los
Ángeles, verlos ahí adonde residen si bien él nunca había
imaginado ni por un solo instante su mundo, pero que no se
había podido acercar mucho a su morada, porque a medida
que avanzaba hacia ellos, un sonido se amplificaba y llenaba
el espacio. "Era un 'AUM' que resonaba permanentemente y
ese sonido penetraba hasta lo más profundo de mi ser.
Llegó a envolver cada uno de mis átomos de forma tal que
llegó a bloquearme en mi lugar; era impresionante y como
yo no podía seguir adelante, un Ángel vino a mi encuentro.
Me habló de su mundo y del rol que juegan en el universo,
en la vida; de quiénes son ellos en relación a Dios. De
hecho, comprendí que son los protectores de todo lo que
Dios ha creado. Después de que me explicó todo esto, me
dijo que no valía la pena saber más por el momento, y
agregó que volvería con los suyos. Me quedé solo y, al no
tener otra alternativa, me fui. El trayecto de regreso fue
largo y, cuando me pude reintegrar a mi cuerpo que estaba
en estado de meditación, me había vaciado de toda mi
energía."
141
 Le pedí detalles a René, le hice preguntas a las que me
respondió claramente: "Ninguna máquina puede llegar
hasta su mundo, son distancias incalculables. Multiplicas
mil millones de años luz por mil millones. Solamente el Yo
profundo permite llegar hasta ahí, porque ese Yo integra el
universo, de manera que la distancia es relativa, no existe
en términos de longitud o tamaño, sino en relación a la
integración de este conjunto, este saber que es la sustancia
misma del universo. Más aún, la humanidad fluye de este
principio, es de esta mismaforma que a veces me desplazo.
De hecho, el universo, la vida, son un saber que anima a
nuestras células. Así, cuando uno abre su mente, uno abre
el saber. Son nuestros pensamientos los que nos bloquean,
es necesario poder ir más allá de nuestros límites, más allá
de todo razonamiento, para poder entrar en la aceptación.
Eso se llama la Fe, es otra forma de inteligencia que se
encuentra en la esencia misma de la vida."
Muy seguido, en el fondo de mí, yo lo envidiaba: "iCómo
me gustaría poder hacer como hace él!," pues tener esa
suerte de vivir cada uno de sus instantes, yo podía sentir esa
paz alrededor de él, era un espectáculo incansable! Yo
continuaba preguntándome cómo podía él vivir así, sentado
dignamente, imperturbable, durante un tiempo tan largo. Yo
sabía que él se iba, que salía de nuestra atmósfera para
unirse a otra, ciertamente a la inmensidad del universo.
Intenté ver qué podría descubrir cuando, a veces, me
inmovilizaba cerca de él. "Tal vez, me decía yo, podré sentir
algo a través de él..." Una paz, cierto, pero no estaba lista
142
para ver esta belleza; sin embargo una dulce serenidad me
invadía de tal forma que el sueño me llevaba y yo me dormía
a su lado. Era muy agradable, pero yo estaba muy lejos de la
meditación profunda.
Durante esos años, una amiga muy cercana, Nathalie, de
unos 30 años de edad que me llamaba por teléfono
regularmente, me confió uno de sus problemas que yo
conocía desde hacía tiempo y que la preocupaba
enormemente. Desde hacía siete años ella intentaba tener
un hijo. Estaba muy preocupada, un poco en el límite. No
veía salida, llegó a pensar que la maternidad no era para ella
Y que la vida lo había decidido así, aún cuando acababa de
someterse a una inseminación artificial
Y yo, que tenía la oportunidad de vivir cerca de René
c~rca de este ser que ayudaba a tantas personas, que daba su
'
vida entera a esto ...
Cuando colgué, estaba en compañía de otra amiga; nos
dirigimos hacia René, estaba enderezándose pues salía de su
meditación y le pregunté en ese preciso instante: "ldime,
cómo haces para ayudar a realizar tal o cual proyecto 0
deseo? lExplícame, qué sucede exactamente? lHacia qué 0
hacia quién diriges tu corazón o tu espíritu para que esto
pase así?" Con su sonrisa gentil, dulce y ligera, él me dijo:
"Vamos a hacer algo juntos, te voy a mostrar cómo se hace.
143
Es muy simple, dime algo que desearías que pasara, da lo
mismo cualquier problema o deseo. Reflexiona y dime." Mi
pensamiento y mi corazón se dirigieron inmediatamente
hacia Nathalie. "Hace ya siete años que esta joven no logra
tener un niño, está sufriendo mucho, enfermedad que no
hará sino agravar su preocupación." Él especificó: "Dime
precisamente lo que te gustaría, hazme la pregunta exacta.
Dímela, pídeme." Sentía verdaderamente que hacía falta que
se lo pidiera, que le hiciera una pregunta precisa. Hacía falta
eso, como si algo debiera sumarse a esta emoción de deseo
en mi pedido; sentía en él una insistencia que me parecía
importante. No me había equivocado, usted lo comprenderá
por lo que viene ahora.
Me atreví por fin: "lPuedes lograr que tenga un niño?
lCrees que esto sea posible?" Se volvió hacia mí con su
mirada azul: "¿Ése es tu deseo?" Contesté afirmativamente.
Entonces, mirándome siempre, añadió: "iPues, está hecho!
Tendrá un niño y vas a enterarte de su embarazo dentro de
poco tiempo." Me sentí desconcertada pero lo conocía bien,
no hablaba por hablar. Era tan categórico que con
espontaneidad le dije: "lAsí, 'está hecho'? lQué quiere decir
eso?" No le conté sobre eso a Nathalie, porque yo vivía esta
experiencia de manera personal e intensa. Deseaba que
nada interfiriera; por eso guardaba silencio. Es sólo al
escribir este libro que revelo este secreto. De todas formas,
si René lo decía, es que iba a cumplirse.
144
En realidad, en ese preciso instante, algo pasaba. A
menudo hacía esto para gente que lo necesitaba, aunque ellos
mismos no lo comprendían bien, o aún si no sabían lo que
hacía. iTres semanas más tarde, recibí una llamada telefónica
de Nathalie, mi corazón dio un salto! lQué iba a anunciarme?
lEstaba embarazada? iSí, era eso, funcionó! "iMi Juju!
iTengo quince días de embarazo! iDe verdad! iFuncionó!
iEstoy embarazada!" Ensordecida, me senté en el sofá.
ilncreíble! iCómo era posible esto! iSin lugar a dudas, hacía
falta que me explicara, quería comprender, saber, absorber lo
que hacía con tanto Amor y bondad! Y lo hizo sin vacilación:
"Todo el mundo tiene acceso a esto con tal que esto sea
verdad, tanto en la petición como en lo que uno es en el
fondo de sí. Se necesita tiempo para comprender, y mucha
fe. En el momento del deseo, entro en contacto con lo que
llamo la 'Conciencia universal', El Dios que rige a la
Humanidad, la Vida, nada más. Lo único que hay que
recordar, es: 'Sé tan verdadero como tu petición'."
Me acuerdo de una señora mayor, de unos setenta y
cinco años, que tenía grandes problemas en las manos: tenía
poli-artritis. Sus manos, sus dedos, estaban totalmente
torcidos, ya no podía moverlos, daba lástima verla pero,
sobre todo, sufría mucho. Algún tiempo después de su visita,
la encontré y me dijo: "Desde mi última visita a René, no
tengo más dolores, y pude retomar el tejido que me había
visto obligada a abandonar desde hacía diez años."
145
 Sin duda alguna, todos estos hechos estaban
relacionados con el estado de meditación de René. Yo había
podido comprobar que, cuanto más profundo iba, más se
instalaba el estado de vacío, René podía realizar más cosas
imperceptibles, impalpables. Me sorprendía cada vez, con
cada acontecimiento que yo tenía la posibilidad de vivir con
o cerca de él. Me cautivaba aun más. En aquel momento
comprendí por qué era tan importante formular la petición,
pero no importaba cómo. Es por esto que había insistido en
preguntarme lo que quería. "En el instante de la petición, se
forma una especie de canal, que sólo el vacío puede crear" y
que René, gracias a sus meditaciones, podía desencadenar y
ubicar. "Esto sólo es posible cuando eres verdadero en el
fondo de ti; existe lo que llamamos la Verdad. Me hicieron
falta muchos años para comprender lo que era la vida, sé
que todo el mundo puede hacerlo, que todo el mundo tiene
acceso allí, todo está a nuestro alrededor y sólo pide ser
utilizado. Cuando me retiré de la sociedad hace algunos
años para entrar en meditación durante dos años, había
elegido consagrar mi existencia a buscar a Dios y a cómo
podría poner lo que iba a aprender en provecho de la
sociedad, de la gente. Así, volviendo a este silencio que
llamo el vacío, traté de purificar mis pensamientos, incluso,
con la regresión, para 'trascender el pensamiento'." René
continuó aclarando: "Se trata de trascender tu
pensamiento. Más allá aún de la maestría del pensamiento,
existe una configuración de pensamiento netamente
superior. Si se acepta la idea de que se puede construir una
vida diferente a través de nuestro pensamiento, para ser
más preciso, el o la que modifica su pensamiento para
146
dirigirlo hacia la fuente espiritual, modificará su vida
hacia lo mejor, la vida se concibe aparte de todas las
limitación humanas; se trata de un pensamiento que entra
en el mundo espiritual, es un medio de comunicación libre
de toda influencia material, que no es la telepatía; el bien y
el mal no existen más en esta forma de pensamiento. Se
trata del nivel más alto, la supremacía del pensamiento, no
es fácil definir verdaderamente lo que significa trascender
el pensamiento, porque se entra en un modo de
funcionamiento que no tiene nada que ver con el
pensamiento racional como nosotros lo podemos concebir
y sentir."
René me confirmaba que, cuando se logra superar el
pensamiento, esto permitía abrir nuestro espíritu a un saber
extremadamente importante; por ejemplo, definir el
espacio: lpor qué el universo nos parece infinito? "La
velocidad define el tiempo, nuestro espacio-tiempo está
ligado a la velocidad de rotación de la Tierra. Es con
relación a esta velocidad que se estableció la hora de
nuestros relojes; si su rotación fuera más rápida o más
lenta, nuestras veinticuatro horas no existirían más. El
universo nos parece infinito con relación al límite de
nuestro pensamiento, de hecho vemos sólo lo que nuestros
ojos pueden percibir; todo lo que hay más allá de nuestra
vista no puede ser explicado y, por ello, nos deja un signo
de interrogación. Cuando se supera el pensamiento, es
nuestro 'Yo' interior quien mira y él no tiene límite alguno.
147
Así, esto permite comprender mejor lo que sucede en el
universo."
Él podía ver lo que nuestra mirada no podía, tal como
esta visión:
Chantal y Gérard, amigos de René, le propusieron
acompañarlo en el Haut-Var, una capilla donde se efectuaban
oraciones de intención una vez al mes y en la que se había
reconocido que la gente enferma se curaba. Interesado en su
proceso, él se organizó de inmediato. Durante la misa de
intención, nos señaló en el momento preciso de la homilía:
"Los santos, antiguos monjes, están pasando en medio de las
filas, entre los asistentes; se desplazan flotando sobre el
suelo, uno de ellos se detuvo unos instantes delante de mí,
intercambiamos nuestras emociones y nos comprendimos,
luego una hermana vino, se puso cerca de Chanta[", René le
señaló inmediatamente que había una hermana cerca de ella
y que parecía conocerla. Chantal, feliz, plácida, le dijo que
seguramente se trataba de su tía que había sido carmelita y
que, efectivamente, no la veía, pero podía sentir su presencia.
Así, René nos explicó cómo y por qué allí podían ocurrir
sanaciones. En el momento de su paso en medio de la
asamblea, estos monjes convertidos en santos, se paraban
cada uno delante de una persona enferma y, durante unos
segundos, expresaban Amor dirigido a esta persona usando
como medio su emoción interior, su yo interior. El deseo no
148
podía sino ser atendido. Él nos advirtió de su partida: "Ellos
se evaporan para desaparecer en unos segundos ... "
Chantal tenía un amigo cercano, Marcello, con quien
estaba muy apegada. Este hombre siempre había querido
encontrarse con René pero éste, muy agobiado por su
trabajo, por adelantar y reorganizar sus cimientos, nunca
había podido encontrarle. Sucedió entonces que Marcello
murió súbitamente de pena, pues no pudo soportar la
muerte de su esposa una semana antes. Marcello y René
habían deseado encontrarse, y se había presentado la
ocasión. Así pues, René acompañó a Chantal al funeral.
Marcello estuvo presente, René pudo describirlo: "Él está
allí muy cerca, vestido con un traje blanco y me habla."
Chanta[ respondió que "era su ropa preferida, le gustaba
vestirse de blanco". René le dijo: "¿Ves?, encuentro
finalmente a Marcello. .. aún cuando no pude encontrarle
sobre la tierra, tuve un encuentro e intercambié unas
palabras con él en el más allá. Era un hombre bueno."
Marcello acababa de reencontrarse con su esposa, estaba
feliz.
También me acuerdo de una mujer muy simpática, que
vivía en la región del Haut-Var. Ella tenía un niño, amaba a
los caballos, pero tenía grandes dificultades financieras. Fue
a hacerle una visita a René. Un día que no tenía nada de
dinero, le confió su desconcierto y su desesperación.
Mientras se preparaba para regresar a su casa -todavía se
encontraba en el vestíbulo en compañía de René - abrió su
149
monedero para tomar su boleto de autobús, y cuál fue su
sorpresa al encontrar allí un billete de quinientos francos, Cuando René se encontraba en estado de meditación,
muy a la vista. Estupefacta, ella se exclamó: "iNo es posible! llegaba a transmitir un estado de felicidad y de paz
iEsta mañana no tenía nada en mi monedero aparte de mis permanente; las preocupaciones, aunque bien presentes, se
billetes de autobús! iEs increíble!" René le sonrió y ella hacían mucho más ligeras, menos inquietantes. iSentíamos
añadió: "¿Dígame cómo es esto posible? Estamos a finales que estaba allí para ayudarnos a cargarlas, en cierto modo él
del mes y estos días son más que diftciles, yo no sabía cómo las llevaba con nosotros, transmitía su Fe, tan fuerte y
iba a hacer." Miraba a René, insistía, pero había personas poderosa, y la vida se convertía en magia!
esperando. Él le devolvió la sonrisa y se fue. Sé que esta
joven regresó a visitarlo muchas veces, haciéndole
regularmente la misma pregunta, y que él le respondía
amablemente, invariablemente: "Es usted, porque usted es
una chica gentil, un día comprenderá."

Comprendí que a menudo en la vida, las cosas se

regresan de una manera justa, quien siembra el bien
termina por cosecharlo en un momento u otro. Y estoy
convencida que el contacto con este hombre abría las
puertas a esta devolución justa de las cosas.

Cuántas veces he escuchado esta frase, particularmente

entre los amigos que pasaban un examen, una audiencia -
poco importa la razón: "René, piensa en mí, por favor",
porque cada uno sabía que el simple hecho de hablar con él,
de pedirle, haría el destino más ligero, más fácil y,
efectivamente, todo pasaba mejor, como si una protección se
posara, influyera sobre el curso de los acontecimientos para
hacerlos más fáciles.

150 151

V. El ín1c10 en el mundo de
los negocíos
Era el amanecer - le gustaba despertarse temprano para
meditar. Apenas unos instantes más tarde, regresó y dijo:
"Se acabó, no puedo meditar más por el momento. Debo
pasar a otra cosa, debo volver al mundo de los negocios y
tengo precisamente dos añt>s para hacer lo que tengo que
hacer."
Así, había llegado el día, mientras René se instalaba
tranquilamente en su posición predilecta para poder, una
vez más partir en su viaje de encuentro con lo sutil, me
pareció muy preocupado, pero apenas habló de ello.
El mundo de los negocios debía ser abordado sin
intención, aún si en realidad tenía una. "Lo que debo
adquirir nunca me pertenecerá, decía él, reside en otra
intención, es y seguirá siendo parte del conjunto." Yo
comprendería hasta mucho más tarde lo que esto
significaba.
152
Los comienzos en el mundo de los negocios distaba
mucho de ser sencillo, por una parte porque la sociedad no
era hecha verdaderamente para René quien a menudo
repetía que la materia no le interesaba "todo eso forma
parte de este plano material, no es mi mundo". Si en verdad
él era más bien un marginado, ahora sabía que, en lo
sucesivo debería extraer este saber espiritual e integrarlo en
lo que él llamaba el plano material, los dos estarían ligados;
sabía que los negocios serían un nuevo trayecto nada fácil
conociendo al ser humano, sembrado de trampas. Este
período lo fusionaría aún más a la materia sobre la cual
había hecho, además, esta bonita reflexión: "La vida
descansa desde hace mucho tiempo sobre la roca, de
manera que no hay nada más sólido para dar vida a una
construcción humanitaria."
La idea esencial debía permanecer sana, era
absolutamente necesario que permitiera construir en la
perennidad para mantener lo humanitario. Pero el fin
mismo, si fuera materia, debía ser levantado ante todo para
los demás. A menudo, René nos decía: "Lo que debo
construir deben ser unos cimientos, un zócalo, si el zócalo
está bien construido, si es sólido, la continuidad quedará
asegura d a ... "
Desgraciadamente, sabía que dejaría a mucha gente
detrás de él y que esta decisión molestaría muchísimo a su
entorno, a la gente a quien ayudaba, aquellos a quienes
recibía, a sus allegados también, porque al entrar en la
sociedad, en la materia como él la llamaba, ya no le
permitiría estar tan disponible. En cuanto a mí, había
153
comprendido, tal vez por instinto - y sobre todo porque
comenzaba a entenderlo mejor -, que también tenía un
camino que recorrer para avanzar, aunque él estuviese ya
muy lejos delante nuestro, aunque hubiese asimilado
muchas cosas, tenía su propio camino que recorrer;
teníamos que aceptarlo.
Esa misma mañana, como si la luz se hubiera apagado,
debía empezar, había llegado el día, ya no podía retroceder
ni siquiera retrasar la fecha, debía comenzar. Abandonó
todo lo que había construido hasta ahí y empezó de nuevo.
René se sintió un poco desorientado, él no sabía cómo
emprender su camino en este nuevo mundo. Por la noche,
tuvo un sueño, se levantó y me dijo: ''Vamos a recorrer las
inmobiliarias. Debo adquirir un edificio muy bonito pero
me pregunto cómo lo voy a hacer económicamente."
Él, que vivía desde hacía tanto tiempo fuera de la
sociedad, no tenía ninguna noción inmobiliaria, bancaria o
fiscal. Hacía falta, pues, que él pudiera analizar y
comprender el sistema y el funcionamiento de estos tres
elementos que le iban a permitir arrancar su negocio.
La aventura comenzó. Se puso en contacto con una
agencia inmobiliaria situada no lejos de la ciudad. Tal vez
así "yo podría encontrar una propiedad en un pueblo a un
precio no demasiado alto", decía. Muy pronto lo mandaron
a otra agencia. La corredora le habló de un edificio, sin
precisar la dirección, donde se organizaba una venta por
nivel, más bien por piso. A su regreso de los Estados Unidos,
154
el propietario se puso en contacto con René y fijaron una
cita para el día siguiente en la puerta del edificio. René
estaba lejos de imaginarse la belleza del mismo. Se trataba
de un inmueble antiguo y grandioso, con magnificas
esculturas. Quedó impresionado. El propietario le aseguró
que se trataba de una obra clasificada como monumento
histórico, de una superficie de explotación de mil metros
cuadrados, según yo uno de los edificios más bellos de la
ciudad. Yo misma muy a menudo lo contemplaba, la fachada
había sido reconstruida, realzando bien sus hermosas
barandillas. El propietario acababa de recibir el presupuesto
de los trabajos necesarios que era muy superior a lo que
había pensado. Empezaron pues la visita del lugar, el
interior estaba muy estropeado, en muy mal estado. El
vendedor seguía insistiendo en su idea de venderlo por piso.
René recordó su sueño y sabía que este edificio le estaba
destinado, también sabía que debía adquirirlo completo
pero el propietario se mantenía firme en su idea. Entonces
René le propuso un compromiso sin ninguna cláusula
suspensiva, bloqueando una cantidad de dinero con el
notario, con una fecha fija y precisa para la adquisición
definitiva pero, del inmueble completo.
Fue entonces cuando el propietario, un poco
sorprendido por la actitud y el ímpetu del joven que tenía
frente a él, lo miró y dijo: "iEstá usted verdaderamente
dispuesto a tomar este riesgo?" René sonrió y asintió con
ligero movimiento de cabeza. El propietario, hombre de
experiencia y de cierta edad, y seguramente un hombre de
honor, reconoció que el valor de René merecía respeto, y
señaló: ''No lo conozco pero, sabe, hace mucho tiempo que
comencé este oficio; trate con mucha gente pero, no sé por
155
qué, le tengo confianza." No perdió más tiempo en
reflexiones y tampoco vaciló acerca del proyecto de venta
completa del edificio: tomó su teléfono y se puso en contacto
inmediatamente con su notario sonriendo a René. Se dio por
sentado el acuerdo.
Unos días más tarde, en el momento de la firma del
compromiso, el vendedor le preguntó a René: "Cómo va
usted a hacer para financiarlo, porque no se trata de
palabras · menores." Él conocía bien las dificultades
engendradas por el montaje de este tipo de negocio, etapa
que René nunca había llevado a cabo, además de no tener
ninguna experiencia acerca de este recorrido. "Hará falta
que yo encuentre el banco que quiera ayudarme para el
financiamiento" me dijo René más tarde.
Durante casi tres meses se puso a estudiar parte del
mecanismo del modo en que operaba el financiamiento y
después, cuando pensó que había comprendido, preparó y
presentó el expediente. Por cierto, recibió algunas negativas.
Se despertaba durante la noche, ya no para meditar, sino
para estudiar la organización del proyecto que serviría de
base para las futuras adquisiciones. No vacilaba en dedicarle
tiempo a eso. René hacía todo con pasión. Visitaba a
banqueros, fiscalistas, toda persona susceptible de darle la
información que buscaba, no se detenía, ya no tenía ninguna
disponibilidad, se entregaba a fondo. Hombre de gran fe,
siempre llevaba a cabo sus ideas; siempre decíamos de él
que "no se daba por vencido fácilmente."
156
No obstante, yo a veces le comentaba cuando se
enfrentaba a un nuevo fracaso: "Tal vez esto no es para ti,
¿podría ser una señal? ¿Tal vez deberías considerar otro
inmueble?" iCómo creen! lRené, detenerse así, sin llegar
hasta el final? ilmposible! Él me respondía muy
amablemente: ''Es necesario que continúe, ahí voy, debo
lograrlo." iUna semana antes de la fecha límite del
compromiso, recibió finalmente la aceptación de un banco!
Por casualidad el banquero prestamista conocía el edificio.
Hubo una época en que pasaba delante de él cada día,
diciéndose: "iQué lástima que este bello edificio haya sido
abandonado desde hace tantos años." Por fin René había
alcanzado el resultado esperado.
Formó un equipo que participó en la restauración de
este edificio y para el cual conserva un gran respeto. '!'odos
los amigos que lo rodeaban estaban maravillados: "iEl nos
lleva a una nueva aventura!" Todos nosotros lo
animábamos. Para mantener el espíritu de las tropas,
siempre llegaba la visita de alguien que llevaba el almuerzo,
la merienda y René no perdía la ocasión de tener un gesto
gentil y amable; él ayudaba siempre a su equipo y no
vacilaba en efectuar los trabajos más pesados y más difíciles,
trataba de dar el ejemplo. A menudo tuve la oportunidad de
verlo trabajar en las obras, poco le importaba el número de
horas que pasaba allá. Fue un período en que él vivía total y
completamente esta forma de vida espiritual que había
buscado tanto durante su tiempo de meditación.
Ponía en práctica su saber en este nuevo mundo. No
vacilaba en explicamos por qué era mejor proceder de un
157
modo que de otro, las palabras fluían de su boca, todo era
evidente. i Cuando uno veía lo qué sucedía en otras obras
nos dábamos cuenta que en ésta todo avanzaba con mucha
facilidad, en un ambiente agradable, itodo estaba allí! Los
amigos nos visitaban por placer, sencillamente para
compartir con nosotros un poco de este ambiente. A veces,
se ponían a pintar una pared, un rincón, para dejar un rastro
de afecto, aún cuando a algunos amigos y allegados les
costaba trabajo aceptar su nuevo camino.
René trataba, sin embargo, de dedicar tiempo a los que
lo necesitaban; menos que antes, es verdad, pero lo hacía.
Por respeto a ciertas reglas y principios, parte de su tiempo
de trabajo lo utilizaba en visitar regularmente y saludar al
que le había vendido este primer edificio. Él trabajaba día y
noche en sus proyectos, apenas dormía, a veces se
despertaba y se iba de nuevo a las obras para ver, analizar,
comprender, no perder el tiempo, avanzar. Siempre avanzar,
eso era lo que le importaba.
Mantenía siempre este lazo íntimo con la espiritualidad.
En las obras se desarrollaron acontecimientos que sólo
podríamos calificar de insólitos. Un día mientras René
estaba en los pisos superiores del edificio, Yann, un amigo
que se encontraba en la planta baja, debía entregarle un
manojo de llaves, decidió lanzárselo, pero desgraciadamente
apuntó demasiado lejos, y las llaves fueron a parar a cuatro
metros de donde se encontraba René. Muy molesto por
haber fallado su lanzamiento, Yann le dijo: "Lamento
haberte lanzado el manojo tan lejos para que puedas
agarrarlo." Buscó las llaves con la mirada, él esperaba que
158
cayeran al piso nuevamente pero esto no sucedió: "¿Pero a
dónde cayeron?", y René sonriendo desde lo alto de su
ventana le mostró su mano. "iPero es imposible!", exclamó
Yann.
Al ver esto, subió las escaleras de dos en dos, ésas
mismas que no había querido subir antes. A fuerzas quería
ver el manojo de llaves con sus propios ojos y sobre todo,
entender que pasó, así que le pidió a René que se lo
mostrara. Al revisar las llaves que agarró de su mano, pudo
comprobar inmediatamente que se sí trataba de las llaves
que acababa de lanzar. René, pausadamente, le dijo; "Basta
con creer y tender la mano." He aquí lo que René era capaz
de hacer. Todos nosotros lo podemos lograr, repetía, y por
supuesto que tenía razón. Este tipo de incidente era una
prueba en sí y los que lo habían vivido, sacaban sus propias
conclusiones.
El edificio fue renovado al cabo de unos meses pero
René ya pensaba en el siguiente, hacía falta avanzar sin
perder del tiempo, continuar. "Cada segundo cuenta", a
menudo decía él "Haz tanto como puedas, mañana será
otro día."
Antes de que los trabajos del edificio estuvieran
completamente terminados, René pasó por un duro
momento cuya lección nos permitió a nosotros, simples
mortales, comprender mejor en qué estado espiritual vivía
este hombre. Recibió una llamada de un familiar que le
había pedido que le prestara una suma fuerte de dinero; esta
159
persona se comprometía a pagárselo en un plazo corto. En
aquella época René necesitaba todas sus finanzas, la suma
de la que él disponía correspondía exactamente a la cantidad
que le permitiría acabar con los trabajos en el edificio. Era
precisamente el importe que este familiar le pedía prestado.
Él no podía negar su ayuda a esta persona, pues era su ética.
A pesar de saber que corría el riesgo de encontrarse
bloqueado económicamente lo hizo sin la menor vacilación
pero, sin embargo, insistió muy enfáticamente con respeto
al plazo: "Este dinero debe permitirme acabar los trabajos
de este edificio, si no lo tengo a tiempo, ise acabó!, corro el
riesgo de perderlo. iCuento verdaderamente contigo!" El
prestatario le confirmó que no tenía que temer nada y que
todo se haría a tiempo.
René se había comprometido a seguir un camino que
debía de respetar, el menor error podía costarle muy caro,
en el sentido espiritual del término, por supuesto. Estaba
forzado a no perder el tiempo porque las finanzas
comenzaban a fallar. Esta fue una época un poco ruda, diría
yo. Él era demasiado gentil, demasiado confiado ... Habiendo
vivido tanto tiempo sin contacto con la sociedad, muy a
menudo era demasiado ingenuo. Las personas que lo
conocíamos y que lo queríamos le decíamos: "Eres
demasiado crédulo, verdaderamente das la impresión de
ser un extraterrestre. No todo el mundo es como tú, debes
actuar con mas prudencia" pero cuanto más se lo
repetíamos, más él sonreía diciendo: ''Es así, a veces hay
que saber perder para ganar y a menudo es porque perdí
que recibí por otro lado. Existe un equilibrio entre las
cosas, hay que saber dar sin esperar recibir."
160
Más tarde los hechos le darían razón. Pero, en ese
momento, esta persona no le devolvió el dinero. A pesar de
que René se lo había pedido amablemente, nunca le fue
reembolsado. Incluso él lo aceptó sin enfadarse. Por otra
parte, muy seguido me decía: ''Nunca hay que enfadarse
con la gente por dinero, el dinero no tiene vida en sí, es
solamente un medio para alcanzar resultados." Él pasó las
noches reflexionando, ya no sabía cómo iba a poder
terminar la obra de su inmueble.
Luego, a fuerza de reflexión, una mañana se le ocurrió
comprar otro edificio que necesitara restauración; él podría
fusionar ambos edificios, logrando así a terminar el primero
que se estaba convirtiendo en un problema importante. La
idea estaba allí, pero había que encontrar otra propiedad
que correspondiese a los criterios precisos. La pregunta era
saber quién iba a poder ayudarle a :financiar otro edificio
mientras que el primero todavía no estuviera acabado.
Al día siguiente, otra "casualidad", se presentó una
oportunidad: un señor vino a ver a René porque sabía que
buscaba un edificio. A pesar de que René todavía no había
hablado de eso con nadie, sin manifestar sorpresa, contestó
afirmativamente y pidió detalles sobre la propiedad. Se fue
enseguida a visitar el edificio que "naturalmente"
correspondía exactamente a lo que él buscaba. Cómo iba a
hacer ahora para obtener el financiamiento. Pensó unos
minutos y luego, de repente, una evidencia le cruzó la
mente: el hombre que le había vendido el primer edificio era
161
alguien honesto, con experiencia, que ciertamente debía
tener soluciones, elementos que René no poseía. "Le voy a
explicar cual es mi problema, en toda su verdad, su razón,
exponiéndole mi idea. Así tal vez él podrá proponerme una
solución."
Tomó entonces su teléfono y se puso en contacto con él.
El señor le respondió: "Venga inmediatamente, aquí le
espero." René se presentó, pues, en su oficina y le manifestó
su inquietud con franqueza y honradez, sin rodeos, el dinero
prestado que no le habían devuelto, los trabajos no
acabados. El señor, perplejo, le dijo: "iUsted se aventuró a
prestar dinero cuando era todo lo que tenía para terminar
los trabajos! Entonces dígame, o usted toma muchos
riesgos, o tiene buenas razones para actuar así. En los
negocios no hay que poner por delante los sentimientos y,
con el transcurso del tiempo usted aprenderá que en este
medio, la confianza debe hacerse a un lado y dejarle el
lugar a la desconfianza." Luego tomó su teléfono, marcó un
número, y dijo a su interlocutor: "Le estoy enviando a
alguien, se trata de un amigo, alguien de bien, me gustaría
que lo reciba lo antes posible para otorgarle
financiamiento. El edificio que quiere adquirir es un
negocio excelente. Haga verdaderamente lo máximo para
este señor, cuento con usted."
René comprendió en seguida que lo recomendaba con el
director de un establecimiento bancario, y se preparó para
encontrarse con el. Las puertas se abrieron, el préstamo le
fue concedido sin más formalidades, unas preguntas de
principio solamente y todo se arreglo. Estaba feliz, la
162
solución estaba allí, en su expediente aceptado. iNo se había
rendido, y tenía razón!
Debía tomar esta oportunidad inmediatamente, acabar
rápido los trabajos del primer edificio y empezar el segundo.
No había ni un minuto que perder. Éste era el objetivo que
René debía de alcanzar. "Siempre hay que mirar hacia
adelante, avanzar sin reparar en obstáculos, así es como
funciono", decía él, porque es verdad que nosotros, sus
amigos y gente cercana, a menudo le preguntábamos:
"¿Pero ¿cómo haces? ¿No tienes miedo?" Él nos respondía:
"A veces, si de verdad, pero continúo a pesar de todo,
nunca me desvío de mi eje, avanzo a toda costa, mi idea
primera se queda cuajada sobre lo que es bueno. Tengo un
objetivo que debo alcanzar."
Se hizo pues propietario de este segundo edificio bien
ubicado, cerca del mar y que le permitiría continuar con los
negocios. Hoy, en retrospectiva, sé que fue gracias a este
gesto del corazón, que él pudo entrar al mundo de los
negocios. Aún cuando aparentemente había cometido un
error prestando esta suma importante de dinero, error que
hubiera podido ser fatal para la continuación de sus
proyectos, nunca lo vi hacer ni dirigir ningún tipo de
reproche a esta persona. Jamás deseó hacerlo. En lugar de
estar machacando el pasado con remordimiento y
resentimiento, René es una persona que mira siempre hacia
adelante, buscando la solución que le permitirá ir más lejos,
fijando su mirada sobre lo que él llama el Objetivo.
163
 No había podido evitar preguntarle lo que significaba
"fijar el Objetivo": "No es necesario que sea un Ideal para
sí, sino para el Hombre. Más precisamente, para lo que
toca a la humanidad, al conjunto de los seres humanos. A
través de esta fuente, se transforma en verdad, pertenece a
la conciencia universal. A partir de este momento podemos
sellarlo, y eso es simplemente lo que llamamos fijar un
Objetivo. Es vital conservar este objetivo, tiene tanta
importancia como la voluntad que se pone para
alcanzarlo." De hecho, él me explicaba que, en lugar de
afligirse y quejarse sobre su suerte y de cómo habría podido ·
hacerlo, se había dirigido hacia su Objetivo, sin fijarse en
nada más que en él y así había logrado revertir una situación
adversa. Era así como él avanzaba en su camino, era así que
trataba de no perder el tiempo aún cuando, a veces, al igual
que para todos nosotros, esto no era fácil. Él se levantaba,
trataba de superar todo esto.
Sin embargo, René no tardó en recibir una advertencia
importante, de 11echo, muy importante - este acontecimiento
ocupa un lugar importante para continuar con nuestra
historia.
Nos habían invitado a París a un bar-mitzvah - una
comunión judía - y decidimos irnos todos en coche, en
familia, con los tres niños; por esa época, el más pequeño
tenía quince meses de edad. Cuando llegamos a París, a la
entrada de un túnel, el coche, sin razón alguna, se patinó.
René logró enderezarlo pero, de nuevo, sin motivo alguno,
se desvió en el sentido contrario y terminó por estrellarse
contra una barda de hormigón de cerca de un metro de
164
altura. Con del choque, el auto se levantó sobre las dos
ruedas laterales a un punto tal que creímos que iba a
volcarse y pasar por encima de la barda pero, por muy
sorprendente que esto pueda parecer, continuó
deslizándose, bien equilibrado para volver a caer finalmente
sobre sus cuatro ruedas. El resultado final: más susto que
dolor. Daños materiales, por cierto, pero nada más, ninguna
colisión, siendo que la calle principal de París, a cualquiera
hora, suele estar saturada. No podíamos creer lo que veían
nuestros ojos. Teníamos que alejarnos rápidamente del
lugar ya que el tráfico era muy intenso. Regresamos con el
auto totalmente averiado y gracias a la ayuda de una grúa.
Al día siguiente, afortunadamente, pudimos participar
en el bar-mitzvah. La sinagoga era hermosa, René,
pensativo, miraba todo a su alrededor; luego entró en
estado de vacío como a menudo lo hacía cuando se
encontraba en lugares como éste, donde las comunidades se
reunían, unidas con un mismo fin, unidas en la oración.
René procuraba sentir a Dios o la presencia divina. Mientras
que la ceremonia comenzaba, él me dijo: "Ellos están aquí."
Comprendí inmediatamente de quienes me hablaba y él
añadió: "Se trata de santos, están delante de mí y me han
dicho amablemente, con una pequeña sonrisa: '¿Has
comprendido esta vez? ¿re detienes?"' Él sabía que el
tiempo que se le había sido concedido llegaba a su fin, que
una vía se definía, una nueva prueba le esperaba. Se
quedaría unos días en París y luego regresaría a prepararse
para este cambio.
165
 Ahora les tengo que hablar de una mujer a quien respeto
mucho y que se ha transformado en una amiga maravillosa.
Ella desempeñó un papel importante en los acontecimientos
siguientes, porque permaneció fiel, sin embargo, su fe, y su
amistad han sido sometidas a veces a rudas pruebas.
~eanne es una persona muy bonita y sonriente, muy
apas10nada y muy agradecida con la vida; pero, en el fondo
de ella misma, sin que nadie lo sepa, lleva una carga pesada,
una infancia difícil. La quinta de trece, educó a sus
hermanos y hermanas porque su madre falleció cuando
tenía sólo cinco años. Los niños crecieron con su padre que
se había vuelto a casar. Dios sabe que su madre les hizo
mucha falta y aún les hace falta hoy. Ella me confió que,
todavía ahora, en los momentos difíciles, pide a su mamá
que la ayude llorando.
Jeanne acababa de perder a su esposo. Un día de otoño,
cuando casi no salía de su casa, escuchó una voz que
provenía del otro lado de la pared, que daba a la casa vecina,
voz que la hizo pensar súbitamente en su marido a quien
ella acababa de perder. Salió de su jardín y percibió a René
que t~raba de un remolque lleno de escombros, pues estab~
trabaJando en una c~sa que acababa de adquirir, justo al
lado de la de Jeanne. Ibamos a ser vecinos. Inmediatamente
él captó un malestar en la casa de esta mujer. Ella lo miró
diciéndole: "Tengo siempre la impresión de escuchar la voz
de mi marido, por lo que siempre miro hacia el exterior." Él
le re~p.ondió: "Sé que usted acaba de perder a su esposo, no
es faczl cuando se han compartido treinta y seis años de
vida en común."
166
Evidentemente, Jeanne se sorprendió de lo que acaba de
escuchar, pero se puso muy contenta también, porque había
percibido inmediatamente que René era alguien bueno, así
de repente, se sintió menos sola. Algún tiempo después,
Jeanne me confió que se había sentido muy conmovida por
la delicadeza de René que, de hecho, quiso presentármela al
día siguiente. Llegamos a su casa con un lindo ramo de
fl.ores. J eanne se sint}ó inmediatamente tranquilizada y,
ciertamente, querida. El le habló del más allá, señalándole
que su marido estaba bien allí donde estaba, que
permanecía cerca de ella y que, si bien no estaba presente
físicamente, la acompañaba con el espíritu; le dio ciertos
detalles sobre él, así que ella comprendió que decía la
verdad, que no hablaba nada más para calmarla. Nos
volvimos amigos cercanos rápidamente, forzamos lazos
sinceros y verdaderos; nunca nos hemos separado.
René continuaba trabajando fuertemente en sus
negocios, trabajaba hasta dieciocho - veinte horas al día.
Nunca parecía estar cansado. Nunca lo oímos lamentarse o
quejarse, siempre avanzaba sin reparar en obstáculos
motivaba a las tropas, estaba a la derecha, luego a l~
izquierda, por todas partes a la vez. Dirigía, aconsejaba, él
que nunca había hecho eso, no conocía nada de la
construcción, nos impresionaba cada día más. Pero nosotros
creíamos en él. Esto era normal, su fuerza venía de su estado
mental, él sonreía todo el tiempo. A menudo nos repetía:
"Tengo un tiempo para hacerlo, para hacerme en los
negocios. Estoy al.final de mi tiempo, lo sé, no tengo tiempo
que perder."
167
 A veces René nos inquietaba y uno se preguntaba cómo
iba a hacer para aguantar. Pero la respuesta llegó rápido: de
no haber sido así, él no hubiera llegado a ser lo que es.
VI. El encarcelamíento - el juícío

Desde su regreso de París, René vivía en la incertidumbre, en

la inquietud, debía encontrar una solución. Como había
recibido el mensaje de detenerse, era necesario que lo hiciera,
si no, las consecuencias podrían ser serias. Pero, lqué podía
hacer? lA quién podía confiarle sus negocios? lQuién sería
capaz de administrarlos, de ocuparse de ellos sin pensar en sí
mismo sino, en el objetivo de ayudar a los otros sin que eso se
le subiera a la cabeza, sin dejarse dominar por su ego? Por el
momento, estas preguntas quedaban sin respuesta porque, si
pensaba en algunas personas, aún no estaba lista su mente.
El tiempo pasaba y René aún no tenía respuesta. A pesar de
esto, el aviso había sido serio, idebía detenerse! No alcanzaba
a ver la salida.

Una mañana, le vi una cara que nunca antes le había

visto, parecía inquieto, cansado y decepcionado. Se sentó y
me dijo: ''Voy a regresar, estoy llegando al.final de mis dos
años, y mi tiempo terminó. Hay algo diferente que se está
preparando ahora, un nuevo camino que es a la vez una
prueba, la oposición del bien y del mal; este camino juega
un papel importante para la continuación de lo que ahora
se debe construir, será la expresión de la estupidez humana
pero tiene su razón de ser. Me va a permitir trascender

168 169
mejor al pensamiento y comprender mejor a los hombres
para poder acercarme mejor a ellos."
Confundida, le contesté con firmeza: "Así nada más,
'vas a regresar'? ¿Qué significa eso de regresar? ¿Regresar
a dónde?" Después de un largo silencio, agregó: "A la cárcel.
No sé por cuánto tiempo pero lo sé, voy a ir a la cárcel. He
dado lo mejor de mí para llenar estos dos años que me
fueron concedidos, hice todo lo que pude para cimentar
esta base y deseo, con todo mi corazón, que será lo
suficientemente sólida para resistir lo que ahora va a
suceder."
Angustiada, muy perturbada, casi enloquecida, le
respondí:
"¿Por qué no te reemplazo yo misma, por qué?
Explícame y te reemplazo. ¿Estás de acuerdo? ¿Qué
piensas?" - "Es demasiado tarde, me contestó. Esto es lo
que va a pasar, está escrito. Seré encarcelado por algo sin
importancia, lo sé, y los que van a buscar hacerme daño
harán todo lo posible para encerrarme." Sorprendida,
insistí: "Pero, ¿cómo es posible? ¿Qué puedes tú desear de
malo en este momento?" - ''Está escrito" fue su respuesta.
Por supuesto que René sabía cuánto tiempo pasaría en
la cárcel, yo lo conocía bien, conocía su mirada aún cuando
ésta no era la habitual, sabía bien lo que significaba "es así."
Él no quería preocuparnos y nosotros estábamos ya
completamente abatidos.
170
El día siguiente, me reuní con mis amigos y les confié lo
que René me había anunciado. Ellos no comprendieron y
esto les produjo miedo. ¿Qué podría haber hecho él para ser
encarcelado? Todo esto carecía de sentido. Entre los amigos
de René que vinieron inmediatamente a verlo, una exclamó
con mucho enojo: "¿Qué significa esto? ¿Por qué irías a la
cárcel o más bien, ¿por qué quieres ir? ¿Es que te quieres
retirar de la sociedad? Es eso, ¿no es cierto? Yo lo sé, te
conozco bien, René, Si es por eso, ¿por qué no te vas
derechito a encerrarte a una gruta, si eso es lo que deseas?
¿y qué hay de nosotros? ¿Has pensado en nosotros?
iNosotros te necesitamos!"
René bajaba la vista y no decía nada, refugiado en el
silencio: esto no era una buena señal. Su silencio nos
preocupaba porque venía a confirmar lo que ya sabíamos. Si
Fati seguía insistiendo, era solamente porque ella lo conocía
perfectamente, sabía que él seguía su camino, que era capaz
de aceptar una prueba como ésta, que poseía una gran
fuerza de Amor. En fin, sabía que lo que él decía era verdad,
que no había nada que hacer, los engranes se habían puesto
en marcha.
Yo, con la vana esperanza de ayudar, me puse a trabajar
a todo lo que daba, a verificar todos los correos
involucrados, todas las facturas. Me decía que a lo mejor
algo se me escapaba, que a lo mejor podría encontrar qué
era lo que se me escapaba y, de esta manera, descubrir la
fuente. Mientras tanto me quedaba claro que, cuando René
171
decía estas cosas, no era para preocuparnos, tampoco para
informar, sino simplemente porque él sabía que sucederían,
que él no podía cambiar nada, como si estuviera escrito.
Todo esto me perturbaba, pero yo estaba decidida a hacer
todo para evitar que estas cosas ocurrieran aunque, en el
fondo de mí misma, yo sabía que él no estaba diciendo
porque si.
Por una coincidencia de circunstancias - si uno puede
llamarlas así - , un oficial de justicia vino a reclamar una
suma de dinero que René debía, según él decía, a un
organismo. Rápidamente verificamos las cuentas y nos
dimos cuenta que la cantidad reclamada no correspondía
para nada a lo que se debía. Llevándose los probatorios,
Fleur se lanzó al bufete en un scooter para entregar de mano
propia los documentos que probaban que René no debía, de
ninguna manera, esta cantidad. A pesar de ello, el oficial de
justicia congeló las cuentas de una de sus sociedades. A
pesar de las pruebas, parecía desear seguir en esa dirección
mostrando una firme intención de hacer daño. No
solamente mantuvo voluntariamente el embargo de la
cuenta bancaria, sino que también embargó uno de los
vehículos de René, lo que era un procedimiento
completamente desproporcionado. No pudimos sino
concluir que había otra razón que motivaba las decisiones
del oficial del ministerio.
Finalmente logramos tener una cita con el oficial de
justicia, directamente en la oficina de René, en presencia de
su hijo mayor que trabajaba en una obra al lado, y un amigo.
Frente a la actitud abusiva y dudosa del oficial de justicia y
172
a su persistencia en sus acciones, la situación se degeneró un
poco - "un poco" - es la expresión adecuada.
Pasaron los días, cuatro, cinco y, al sexto día, a lo mejor
el séptimo día, unos minutos después de que la hija mayor
de René, Fleuria, que vivía con nosotros, se fuera al colegio,
la puerta se abrió nuevamente y cinco policías armados
entraron en la casa, mientras que otros esperaban afuera.
Arrestaron a René. Uno de ellos tomó en sus brazos a
nuestro bebé que no le quitaba los ojos de encima a su papá,
mientras que los otros registraron la casa sin saber
verdaderamente qué estaban buscando. Yo me sentía
indignada por esta actitud. Hurgaron en los closets, vaciaron
los cajones, los estantes, voltearon los colchones y se
preparaban a hacer lo mismo en el cuarto del bebé, cuando
por fin dejaron de buscar, y se miraron. Silencio. No habían
encontrado nada en particular, se llevaron a René que no
había dicho ni una sola palabra durante todo el episodio, y
no tenía la menor actitud agresiva; no se resistió al arresto y
tampoco mostró el menor deseo de defenderse. Su
serenidad me perturbaba. Sin embargo yo sabía que de
haberlo podido ayudar a quedarse y a quitarle las esposas, se
hubiera quedado ahí sin decir nada, porque así debían ser
las cosas.
Fue un momento terrible. Tomé conciencia de lo que
vivían algunas mujeres cuando veían a algún ser cercano, su
hijo, su marido, su compañero, partir esposado en un
vehículo de policía. René se fue con las manos esposadas en
la espalda, flanqueado por varios policías, algunos
uniformados, otros de civil. Su arresto fue idéntico al de un
173
delincuente fichado por un gran acto de bandolerismo. Él se
fue, dignamente, sin decir ni una sola palabra, si~ hacer
ninguna seña especial; solamente su mirada azul mtenso
hablaba y decía mucho. Aceptaba lo que estaba pasando,
permanecía digno y callado. Jeanne y yo lo mirábamos sin
saber que pensar, abatidas, con la cabeza vacía.
En ese preciso instante escuchamos su voz que nos decía
claramente ''Esto es así, éste es mi camino, así debía pasar."
René nos hablaba, deseaba realmente tranquilizarnos,
sabíamos que se dirigía a nosotras a través de la voz del
silencio. Ésta era otra de sus formas de expresión, los labios
cerrados, solamente su mirada hablaba y, a pesar de ello,
nosotras habíamos percibido su voz claramente a través de
nuestros pensamientos. Se quedaría cerca de nuestro, lo
sabíamos, sus palabras resuenan todavía en mi cabeza al día
de hoy. De hecho, el no se separó de nosotros ni un solo
instante, porque su partida no significaba que nos estaba
dejando, simplemente él permanecería ahí, listo para
protegernos a su manera.
No había nada que hacer sólo aceptar, comprender y
atender a lo más urgente sin perder un instante para saber
qué había causado esta intervención tan rápida y, de hecho,
desmesurada, en lo que se refería al delito.
Empezó entonces un periodo muy doloroso pues nos
encontrábamos atados de pies y manos, en un torbellino que
nos llevaba sin saber cuál sería el desenlace ni cuando
terminaría.
174
Todos los amigos se reunieron inmediatamente, la casa
se había vuelto súbitamente triste, sin vida. Todos teníamos
la impresión que René ya no vivía. Contábamos las horas
para poder ir a visitarlo durante el arresto provisional, pero
todas las puertas se cerraban, todo parecía bloquearse y esto
nos angustiaba terriblemente. Era como si hubiera
desaparecido, como una pantalla de televisión g.ue se
oscurece de repente.... después no queda nada. Eramos
muchos a su alrededor, en estado de choque, que no
comprendíamos nada y que, sobre todo, teníamos dificultad
para entender qué era lo que sucedía. Estábamos invadidos
por un sentimiento de total impotencia a pesar de que. había
abogados entre sus seres mas cercanos. En un tiempo
normal hubiéramos podido acceder a información, pero esta
vez nos encontrábamos apartados de todo. Muchos de
nosotros llorábamos de cansancio, los nervios nos impedían
dominar nuestras emociones y, éste no era sino el primer
día. La noche comenzó a descender, J auffré, nuestro hijito,
vivía estos instantes de angustia y de larga espera con
nosotros. Y no era sino un bebito de apenas quince meses.
Esperamos impacientemente la vigésima hora que
permitiría al abogado visitarlo como detenido. Muchos de
entre nosotros estaban agotados y se durmieron,
despertándose con un sobresalto a pesar de la fatiga.
Finalmente, una de nuestras amigas, abogada, tomó el
teléfono y llamó a la comisaría. No había nada que hacer, las
veinte horas habían transcurrido pero los muros estaban
bien cerrados alrededor de René. Se había pronunciado un
verdadero veto, esto parecía increíble y sin embargo.... Lo
175
tenían en sus manos y nosotros sólo podíamos someternos,
esperando el día siguiente para que, finalmente, los
abogados pudieran ir a verlo a la comisaría.
Llamamos inmediatamente a una amiga abogada de
otra oficina, contacto que habíamos guardado como último
recurso. En cuanto le informamos lo que ocurría, no titubeó
ni un segundo; tomó su cartera y su saco y, sin reflexionar,
se subió a su auto y recorrió los kilómetros que nos
separaban en un tiempo record. Ella tampoco comprendía
qué estaba pasando. Desde su llegada a la comisaría, pidió
una entrevista con René y la espera fue particularmente
larga. Finalmente pudo recorrer los largos pasillos hasta
llegar a él y hablarle, pero no en las mejores condiciones. La
vigilancia era tal, alrededor, y en las cercanías, que tuvo la
impresión que él estaba comprometido en un asunto
importante. Sentía una fuerte sospecha, como si quisieran
acumular los cargos, de inculparlo, como si de un simple
expediente quisieran hacer el evento del siglo. Todo esto era
turbio, de una opacidad inquietante.
Los inspectores no se iban de la oficina donde los
abogados se encontraban con René, el comisario daba
vueltas alrededor de ellos como si buscara captar alguna
cosa que ni ellos mismos sabían. Los abogados no
comprendían, sentían que el ambiente no era el habitual,
como el que reinaba cuando se trataba de expedientes
similares. Adivinaron, entonces, que se preparaba algo
grave.
176
René les contó los sucesos tal y como se habían
producido. Era imposible que aquella atmósfera tan pesada
viniese de hechos tan insignificantes... por lo menos
aquellos de los que lo acusaban. Los abogados se fueron de
ahí muy inquietos. Habían visto lo que se tramaba en la
comisaría, habían podido reunirse y hablar con personas del
interior de ésta, policías a los que conocían bien y que les
habían informado que "toda la comisaría habla de este
asunto, de René, lo quieren arrinconar, no lo quieren
soltar, buscan cualquier cosa para encarcelarlo y todo eso
viene deljefe."
Maryvonne, abogada y amiga, señaló que desde su
llegada, la recepción fue particularmente hostil y que
también había percibido una actitud de burla hacia ella. ''Es
cierto, agregó, no soy especialista en materia penal, pero
tengo que ayudar a René, quería estar ahí, presente a su
lado desde la primera hora, costara lo que costara, pues
esto fue una prueba difícil para mí." Al salir, ella pidió,
como sucede muchas veces en algunos arrestos
provisionales y como lo tienen contemplado los textos, el
registro de observaciones pues, teniendo en cuenta el
ambiente tan poco habitual que reinaba en ese lugar, le
había parecido importante mencionarlo. Pues bien, este acto
le había sido categóricamente negado. Completamente
sorprendida por tal actitud, no pudo insistir mucho.
Logramos tener contacto directamente con los oficiales e
inspectores de la policía que trabajaban en el seno de la
comisaría, pues algunos de ellos conocían bien a René desde
hacía muchos años, para intentar comprender lo que estaba
sucediendo a través de la opinión adversa ya que esta
situación se asemejaba mucho a la de una organización
177
oculta. Su detención se renovó, nosotros seguíamos sm
comprender, iesto se volvía inverosímil! El arresto
provisional se prolongó y no podíamos hacer mucho. René
ya no estaba con nosotros y, por primera vez, nos dimos
cuenta que él también nos necesitaba. Teníamos que
ayudarle pues él siempre había estado a nuestro lado.
La información nos llegaba a cuenta gotas, con grandes
dificultades. Sentíamos y constatábamos que nadie quería
aventurarse y tomar el riesgo de tomar una posición ya que,
desde el mismo interior, todas las informaciones estaban
filtradas. Querían encarcelar a René pero todavía había que
añadir más a su delito, cualquiera que fuera, cargos de
acusación que lo pudiesen agravar. Pero esto no era fácil, no
estaban frente a un delincuente, sino a un hombre fuera de
lo común, cuya paz interior y serenidad natural que
emanaban de él, debían irritar a algunos.
Su hijo y un amigo suyo se habían presentado
espontáneamente en la estación de policía sin que se les
hubiera convocado ni llamado. Querían contar lo que había
pasado y nunca se imaginaron que no saldrían rápido de ahí.
Cuando les tocó el turno, fueron interrogados con la
suspicacia y después fueron puestos en arresto provisional.
Hacia el final de la tarde, transcurrido el plazo de arresto
provisional, fueron transferidos al Ministerio fiscal. Todos
los amigos de René se encontraban delante del Palacio de
Justicia y esperaban. Cayó la noche, los abogados se
presentaron inmediatamente donde estaban las celda. René,
su hijo y su amigo se encontraban detrás de los barrotes,
encerrados como verdaderos delincuentes sin ninguna
178
consideración especial. Los abogados tenían dificultad para
contener su asombro. No lograban entender pero se daban
cuenta que no había nada que hacer, estaban
completamente desarmados. Mientras tanto René había
podido revelar que "no era el oficial de justicia el que quería
hacerle daño, sino más bien su hermano que, lo sabía, era
realmente nocivo. Él era el que tenía conocidos, contactos.
Sé que conoce a personas bien colocadas en la comisaría, y
que va a hacer todo para que me hunda .. "
Si René lo decía es que era cierto. Esto nos producía
miedo. lQuién era este hombre? lQué hacía? No
tardaríamos en saberlo.
El caso pasó al último, después de más de veinte dos
horas. Todos estábamos abatidos, cansados, no solamente
por lo que estábamos viviendo, ,sino por lo que estábamos
sufriendo. Se dio el fallo y los tres fueron encarcelados esa
misma noche. Consternados, agobiados, con los nervios de
punta "iEsto no es posible" decían unos; otros: ''No pueden
detenerlos ilos hechos no son graves y además no son
delincuentes, ni son conocidos de los servicios de la policía,
de la justicia. Ellos son trabajadores." Intentábamos
tranquilizarnos mutuamente.
Teníamos tantos deseos de ayudarles, pero nosotros no
éramos René, él era el que nos daba las soluciones, no al
contrario. Esta vez éramos nosotros los que teníamos que
actuar. No tuvimos necesidad de buscar muy lejos para
descubrir que René tenía razón, el oficial de justicia tenia un
179
hermano que ejercía la misma profesión y que estaba bien
conectado a nivel de relaciones, supimos también que era
presidente de la Cámara de Oficiales de Justicia. Nada de
esto nos tranquilizaba. Me acuerdo de un día que le dije: "Se
puede amarte o no amarte del todo. No puede haber
término medio contigo, cuando se te conoce, no puede uno
permanecer indiferente."
Con el tiempo comprendí las razones por las que uno
podía no amarle y lo que viene a continuación me ha
confirmado mi sentimiento de que se trata exclusivamente
de personas orgullosas, muy egoístas, que no tienen más
interés que ellos mismos - son raros, pero los he encontrado
-, personas que sienten que hay algo en René que es
superior a lo que ellos son. Tal vez hayan sido abandonados
para oponerse de esta manera al Amor.
Este asunto me ha revelado y confirmado una realidad,
la realidad de los hombres, cualquiera que sean; la debilidad
de algunos, la cobardía de otros; y a veces también cómo
emerge una cierta maldad. Lo escucho todavía repetirme:
"Todo se puede comprender", pero yo aún no he llegado a
un nivel tan elevado para aceptarlo. Hasta ese momento yo
jamás le había conocido a un enemigo, me daba cuenta poco
a poco que este expediente reflejaba la maldad, el orgullo y
los celos. La verdad del hombre surge de sus pensamientos.
He descubierto que lo que René hacía, sus capacidades para
ir siempre más lejos, para poder llevar a cabo proyectos así
de grandes, podían desencadenar tensiones en algunos
individuos. Él, que siempre permanecía humilde y discreto,
a veces despertaba celos, concientes o inconcientes, sin
180
saberlo y, ciertamente sin desearlo. Su simplicidad
molestaba simplemente porque él continuaba avanzando,
manteniendo la sonrisa sin emitir jamás ninguna queja.
Logramos obtener algunas informaciones difusas de la
policía, y también a través de algunas relaciones, sobre el
hermano del oficial de justicia que estaba indagando y
empleando todos sus medios para encontrar agravios,
buscando en todas partes indicios, pruebas que no existían.
Un amigo cercano nos comunicó que "René era la máscara
de hierro, se la quieren cargar." Esta frase, estas palabras,
nos volvieron locos. lCómo era posible expresarse así? sin
saber verdaderamente, sin ir más allá para tratar de
comprender. Supimos también que René, en un tiempo muy
corto es cierto - apenas dos años-, había logrado juntar un
capital que se convirtió, sin que él lo supiera, en uno de los
más importantes de la ciudad y de su rama.
Para entonces, los abogados habían obtenido el permiso
para hablar con él, rápidamente, le habían hecho una visita
a René, a su hijo y a su amigo. En la cárcel, la recepción fue
diferente, esta vez, los abogados fueron bien recibidos. René
y los suyos estaban bajo auto de prisión preventiva. Incluso
habían puesto a René en un edificio separado para que no
tuviera ningún contacto con su hijo o su amigo. Los
abogados pensaban que esta vez podrían esclarecer el
expediente y comprender finalmente por qué la justicia se
había ensañado tanto contra ellos y así hacer que los
liberaran. En ese momento el expediente estaba a la
instrucción y los abogados estaban haciendo todo lo posible
para intentar liberarlos. Desgraciadamente también ahí se
181
toparon con un muro: el juez solicitó una averiguación, los
complementos de información, y se opuso totalmente a
dejarlos en libertad. Entonces los abogados, después de
tener conocimiento del mandato y de los cargos de
inculpación, respondieron pidiendo en seguida una
recalificación de los hechos.
Todos y todas nos peleábamos por ellos tres, nuestra
sola preocupación consistía en ayudar a nuestros amigos a
liberarse de este tornillo. No pensábamos más que en esto y,
en todo caso, en los problemas materiales que se agregarían.
Creíamos que conforme pasaba el tiempo, las tensiones
disminuirían y que este asunto se limitaría a su justa
realidad. Pero no fue así, sino al contrario. Cada día que
pasaba era un día de angustia pues era evidente que todo el
trabajo de los abogados se había vuelto vano e irrisorio.
Pidieron consejo a sus colegas, pero todo fue inútil, conocían
a algunos oficiales de justicia pero sus respuestas eran
escurridizas y evasivas. El asunto se había vuelto demasiado
importante y, en esta etapa nadie se atrevía a tomar una
posición determinada.
Dos sacerdotes, uno de ellos muy conocido por sus actos
humanitarios y sociales, habían querido y osado intervenir
delante del oficial de justicia. Se les otorgó una cita, pero el
oficial de justicia los dejó plantados delante de la puerta,
rehusándose finalmente a recibirlos. A pesar de su
insistencia, la puerta permaneció cerrada. El oficial de
justicia no dejó, sin embargo, de hacer una deposición
delante del juez. Los abogados no titubearon en hacer otros
contactos, a recorrer distancias largas hasta que un día, uno
182
de los colegas, especializado en el tema, después de haber
leído el expediente, dijo muy objetivamente: "Es increíble,
este expediente ya debería estar cerrado."
Nos tuvimos que rendir ante la certeza de que René y
sus seres cercanos estaban atrapados en un tornillo que no
cesaba de apretarlos. Lo único que podíamos hacer era
apoyarlos en su detención y visitarlos de manera regular en
la sala de visitas. El hijo de René y su amigo conservaban la
esperanza, los abogados hacían todo lo que podían para
mantenerlos en ese estado de ánimo. Por su patte, René,
sabía que el camino no acaba sino de comenzar, y aceptó la
idea inmediatamente.
Lo que sigue había sido decidido desde el principio. El
auto de prisión preventiva fue renovado a pesar de todos los
recursos, y empezó un nuevo periodo de cuatro meses.
René había entrado nuevamente en estado de
meditación profunda. Desprendía paz y serenidad, poco
importaba dónde estaba. A pesar de esto, reconoció más
tarde, el ambiente no era ideal para esta práctica. El agregó
que mientras meditaba, lograba captar las tensiones
exteriores y Dios sabe que éstas son omnipresentes dentro
de las prisiones! Esto era para él un esfuerzo suplementario
pero lo lograba: ''Dedicarse a la meditación dentro de una
prisión dista mucho de ser fácil," decía él. No dudaba en
mandar señales a aquellos que le amaban profundamente,
de manera especial a su hija Fleuria y a su amiga Jeanne.
Fleuria, la mayor de las hijas de René, se había visto
183
afectada terriblemente por el encarcelamiento de su papá.
Ella, que vivía con él desde hacía algunos meses porque lo
había echado de menos muchísimo, estaba nuevamente
separada de él por este drama.
Fleuria era la que siempre recibía las señales de su papá:
un día en que todas las líneas telefónicas de la casa habían
sido cortadas a causa de la ausencia de René porque estaban
intervenidas, el timbre del teléfono sonó repentinamente,
muchas veces, hasta que Fleuria descolgó; se apresuró en
contestar: "Tal vez sea papá" pensaba ella
instantáneamente. Tomó el auricular, y no escuchó sino el
silencio. Sorprendida, miró el teléfono y constató que el
aparato estaba desconectado; entonces recordó, perpleja,
que el teléfono estaba desconectado desde hacía cierto
tiempo, porque la línea había sido rescindida, y se dijo
inmediatamente: "Eso fue mi papá." Entendió que se
trataba de una señal. Al día siguiente, mientras lo visitaba
en la cárcel, le contó lo que había pasado el día anterior, y
René le dijo : ."Quiero que sepas que estoy cerca de ti, que lo
estaré siempre, solamente quería darte una señal."
Tranquilizada y contenta, Fleuria sonrió.
Durante este periodo muchos sucesos extraños le
sucedieron a J eanne quien habiendo depositado toda su
confianza en René, había podido constatar que cada vez que
él la informaba sobre algo que iba a suceder, esto sucedía.
De hecho, cuando esperaba una llamada o noticias de
alguien, bastaba que René le dijera "no te preocupes, vas a
recibir noticias," para que unos minutos más tarde las
noticias tan esperadas llegaran, y J eanne agregaba: ··"Esto no
184
sucedió simplemente una vez, se repitió una y otra vez. Yo
sé que René puede influir sobre hechos y cumplir algunos
deseos, hasta los puede provocar. Yo misma lo he
experimentado seguido." ''No he hablado de esto más que
con unas pocas personas, porque yo creía que ellos
pensarían que estaba perdiendo la razón .... " Y agregó:
"Durante el encarcelamiento de René, una noche, escuché
un ruido sutil en mi jardín, me levanté y fui hacia el lugar
de donde había venido ese ruidito, y cuando llegué al lugar,
un pequeño movimiento me atrajo hacia la parte de atrás
de un muro, en el mismo momento en que yo me dirigía
hacía el murito, una ligera brisa se levantó y movió las
hojas de las plantas que adornaban mi jardín. Estaba muy
sorprendida. Avancé muy lentamente, este soplo de aire
vaporoso no venía sino de este lugar, ninguna otra flor se
movía, no había viento, yo sentía paz todo alrededor, era
de noche y yo me preguntaba qué era lo que pasaba. De
pronto sentí que alguien me llamaba. Vi a René, con su
sweater de capucha, en postura de loto, en estado de
meditación, inmóvil, dentro de una nube luminosa. Estaba
ahí, físicamente, envuelto en una luz muy densa.
Permaneció así un momento, después se dirigió lentamente
hacía la derecha de mi jardín. Parecía flotar, deslizarse
encima del suelo, y después se fue .fundiendo poco a poco
hasta desaparecer completamente. No sentí ningún miedo,
de hecho estaba muy feliz, yo me decía que había tenido
suerte de poder vivir esos instantes, y luego un sentimiento
pro.fundo me decía "no te inquietes.''Jamás había visto una
cosa igual, la luz que lo envolvía era indescriptible, tan
bella que yo no sabía que algo así pudiera existir."
185
 Jeanne se sentía bien, en un estado de beatitud. Al día
siguiente le tocó ir a la sala de visitas para familiares, así que
fue a ver a René. A Jeanne le encantaba visitar a René, era
uno de sus grandes momentos, pensaba en él, René siempre
tenia algo tranquilizador, algo bello para decirle, para
anunciarle; así, aún si ella sentía amargura en el corazón, se
la quitaba, como a todos nosotros, luego se iba llevando
consigo estos instantes de bienestar. Ella le contó lo que
había vivido la noche anterior y que la había dejado tan
contenta. Él le respondió: "Pasé la noche en una larga
meditación, y eso me permitió ir a tu casa. Vi tu casa, tu
jardín, pienso muy seguido en ti, Jeanne, mi estado de
meditación profunda me lleva hacia aquellos que yo amo"
Jeanne no se hizo ninguna pregunta, ella lo había visto, ella
sabía. Más aún, había tenido por otra parte la suerte de vivir
otros episodios similares, pero lo que había visto esa noche
la marcó profundamente.
Durante las visitas regulares a la prisión, desarrollamos
ciertos sentimientos de simpatía con algunos de los
vigilantes. "Sus clientes no crean problemas y son muy
gentiles, no comprendemos por qué están aquí" decían
seguido. Un día, después de que llegamos, uno de los
vigilantes nos contó: "La noche pasada, René me ha hecho
cuestionarme, ya que, durante nuestra ronda de la noche,
habíamos cerrado todas las puertas con llave, como es la
costumbre, es nuestro trabajo, olvidarnos de cerrar una de
las puertas nunca nos había sucedido. Pero durante
nuestra ronda de noche, sorprendidos y un tanto
estresados, nos dimos cuenta que la puerta de su celda no
estaba cerrada con llave. Entramos inmediatamente en la
celda, él estaba ahí, sentado, meditando. Pero nosotros
186
habíamos cerrado bien la puerta con llave. De eso estamos
seguros. Es un poco sorprendente su cliente, siempre está
meditando."
Además, numerosos eran los vigilantes que nos habían
dicho que nunca, durante toda su carrera, habían conocido a
alguien como René, sin problemas, tranquilo. Insistían.
"Este no es su lugar, sin duda no tiene el perfil de los que
están normalmente aquí." Por supuesto que no dejaban de
hacer preguntas a propósito de sus meditaciones ... para ellos
esto seguía siendo la gran incógnita. Nos contaban: "iEs una
locura! Se queda horas enteras encerrado en su celda, de
día y de noche. Muy seguido cuando hacemos la ronda de
la noche, a través de la ventanilla, nos sorprende verlo,
todavía sentado, la cabeza cubierta con su capucha, los
ojos cerrados, meditando. Más aún, al principio,
sorprendidos de ver a un hombre que podía vivir así horas
enteras, entrábamos a su celda para saber si estaba bien.
Durante las caminatas, lo encontrábamos bajo la lluvia
torrencial, con viento o con un frío congelante, él seguía
ahí, inmóvil. Siempre instalado en la misma posición y en
el mismo lugar. Los otros detenidos pasaban y lo veían, no
se atrevían a decir nada pero sí se hacían preguntas. A
veces esto nos hacia reír, porque ver algo así en una cárcel
es más que sorprendente."
René cargaba solo su tristeza, se le podía ver a través de
la mirada, tenía que recorrer este camino. Era el único
camino a seguir para continuar con estos cimientos
dedicados a lo humanitario.
187

Todos nosotros teníamos mucha admiración por Fabrice
y su amigo, pues mantenían la fuerza y el valor y nos
describían con franqueza lo que sentían y vivían adentro de
estas paredes, ellos que jamás habían tenido problemas con
la justicia y que eran grandes trabajadores, no tenían nada
que ver con la delincuencia. Por supuesto que se hacían
muchas preguntas y nosotros no se las podíamos responder
intentábamos tranquilizarlos pero no comprendían cómo
era posible que los sucesos hubieran tomado un giro tan
dramático por cosas tan pequeñas. Sabían que René era el
que estaba en la mira, pero por qué ensañarse así con ellos?
Un abogado que nosotros conocíamos bien había tenido
la gentileza, cuando encontró al famoso oficial de justicia en
la sala de espera del Palacio de Justicia, de decirle: "Usted
sabe que él tiene hijos pequeños, que han sido muy
afectados por la situación, que su hijo de veinte años
también está encarcelado por nada, usted sabe que su
padre no es para nada un delincuente, que, por el
contrario, ayuda a mucha gente." El oficial de justicia le
contestó que él también tenía un hijo de la misma edad,
pero que no se trataba de hacerle regalos. Nos infor~aron
más tarde que, justo antes de este encuentro, el oficial de
justicia ya había hablado con un juez para entablar
eventuales prosecuciones.
Rafael el hijo menor de René se había ido a Númea y
vivía en ese país desde hacía muchos meses. Solidario, quiso
regresar inmediatamente para estar cerca de nosotros.
188
Intentando tranquilizarlo, le dijimos que esperara antes de
venir y que le informaríamos de la evolución del caso, pues
nosotros conservábamos la esperanza de verlo salir, pero las
cosas sucedieron de otra manera.
Cuando René empezó sus negocios, poco le importaban
la capacidad y el número, lo que era muy importante para él
era la meta, el uso que se iba a dar a este patrimonio que él
había podido crear en menos de dos años. No había sido un
trabajo inútil, y por ende, él estaba sereno, había alcanzado
su primer objetivo, el que nunca había perdido de vista, aún
asi y por supuesto, tenía otros. Nosotros no sabíamos mucho
sobre su patrimonio, y fue durante su encarcelamiento, que
nos dimos cuenta realmente de la enormidad, y de todo lo
que había adquirido en menos de dos años, dieciocho meses
más precisamente!.
Cuando sus allegados fueron informados del tamaño
asombroso de lo que poseía, se preguntaron cómo había
podido crear todo eso en un tiempo tan corto, sin olvidar el
trabajo y las responsabilidades que acompañaban tal
crecimiento. Este hombre debía verdaderamente poseer un
saber aparte, algo particular, para haber podido edificar una
fortuna como ésta, partiendo de la nada. Claro que nosotros,
sus amigos y todos los que lo conocíamos, podíamos afirmar
que, tratándose de René, no había nada sorprendente, ya
que tenía una fe que nunca habíamos visto antes. Hasta
algunos le decían: "Llevas a Dios en ti."
189
 Era obvio que, sin saberlo, sin desearlo, había
despertado celos, envidias. Sin embargo, si ustedes lo
conocieran, se darían cuenta que de él no emana nada de
eso. Es un ser al alcance de todos y que daría todo por los
otros.
Ahora había llegado el momento de pensar en mantener
su patrimonio, pero no sabíamos nada, sólo René podía
hacerlo porque tenía todo en la cabeza. Él poseía una
inteligencia que no habíamos sospechado y una
computadora en lugar de cerebro. Él conocía todo, claro,
puesto que él mismo lo había concebido, pero los detalles
nos sorprendían. iApenas comenzábamos a darnos cuenta
de la fortuna impresionante que había acumulado y todo
esto en tan poco tiempo! Ese era el resultado de su
perseverancia y dedicación en el trabajo: siempre primero
en llegar a las obras, en la noche con las empresas, en la
tarde con los bancos. Durante toda esta fase, su tiempo
estaba contado y se lo pasaba trabajando. No podíamos sino
sentir admiración por este ser que, tal vez en ese momento,
estaba tomando algo de descanso.
Me acuerdo, además, de esta frase - su ausencia me
permitía pensar en eso, reflexionar sobre lo que estaba
sucediendo bajo nuestros ojos: "Tengo cosas materiales que
hacer durante esta primera fase y tengo sólo dos años,
luego tendré que pasar a otra cosa, tendré que ir a buscar
un saber, la fuerza que me permitirá adquirir la capacidad
de poder pasar y superar cada una de las etapas por
venir", sin precisar, no obstante, cuáles serían estas etapas.
René tenía el don de dejarnos a veces con muchos signos de
190
interrogación. No nos quedaba sino buscar y comprender
por nosotros mismos. Comprendí poco a poco que todas sus
acciones iban a ser revalorizadas; todas sus llaves, yo lo
sabía, iban a servirme. Estaba claro que yo iba a poder
aplicar lo que había aprendido a través de René para poder
abrir las puertas.
Habíamos llegado a un momento donde el cansancio
comenzaba a sentirse ya que, a fuerza de utilizar todas
nuestras reservas, éstas comenzaban a abandonarnos para
ceder lugar .a las tensiones que aumentaban
progresivamente. Depositamos nuevamente peticiones de
puesta en libertad, recursos en nulidad; todo en vano.
Los abogados luchaban, todo parecía injusto e
injustificado. A pesar de lo largo de las averiguaciones, no se
añadió nada al expediente. No habían podido encontrar
nada. Se estableció un control fiscal. Habíamos oído de
todo, supuestamente todo, pero la policía dejaba
sobrentender que detrás de todo este asunto se tramaba algo
mucho más grave, se dejaban interrogantes abiertas para
desacreditarlo aún más.
Sin tener en cuenta todo lo que se organizaba en contra
de él, René no se movía, se mantenía tranquilo: "Se trata de
un paso fundamental para la continuidad de los
acontecimientos, todo lo que ellos hacen son y seguirán
siendo sólo historias de hombres. Más tarde, se darán
cuenta del daño que están causando en este momento, y
comprenderán que la vía verdadera está en la luz, allá
191
arriba y que, para este gran viaje uno sólo se lleva lo que
hay en elfondo de uno mismo. Si ustedes desean ayudarme
y contenerme, entonces no juzguen, permanezcan por
encima de todo eso. Así es como podrán ayudarme." A
veces, nosotros sus amigos, teníamos dificultad para
seguirlo, para comprenderlo. iCómo podía continuar
sintiéndose tan en paz mientras que se atentaba contra su
libertad y se trataba de destruir todo lo que había
conseguido construir!
Fabrice, en vista de los documentos del expediente,
debería de haber sido liberado, de hecho nunca hubiera
debido ser encarcelado. En realidad nada estaba claro, nada
era coherente.
La gente comenzaba a hablar con maldad, y hasta
supimos que deseaban juzgarlos en la Corte de Audiencia.
Ellos intentaban criminalizar los hechos. Las penas
recibidas no habrían sido las mismas y, sin duda alguna,
habrían sido liberados inmediatamente, pero
comprendimos que esto permitiría, de hecho no juzgarlos,
sino mantenerlos en calidad de acusados y tenerlos mucho
más tiempo en prisión... Pero las cosas sucedieron de otro
modo.
Una nueva ley iba a sustituir la función del juez de las
libertades, lo que nos permitiría mostrar finalmente el
expediente a otro magistrado recién nombrado, un
magistrado más objetivo, imparcial y neutro, libre de todas
estas presiones. Estábamos seguros que, tan pronto él viera
192
el expediente, comprendería que existía toda una
maquinación detrás; tantos meses de encarcelamiento y de
averiguaciones arduas por únicamente cuatro días de ITI
(interrupción temporal de trabajo) ijustificados con un
certificado de incapacidad de un médico general, luego
confirmado por un médico experto, dirigido a los tribunales!
Cuando es bien sabido que para que se retenga una queja en
esta materia, se tiene que reportar ocho días mínimo, eso
para evitar los abusos y las quejas infundadas. Todo el
expediente se apoyaba sobre, solamente, cuatro días de ITI.
Así que habían tenido que buscar hasta encontrar la manera
de agravar el caso para ir más lejos, encontrar cargos de
inculpación que podrían justificar el encarcelamiento
abusivo para un hecho tan ridículo. He aquí por qué habían
buscado tanto, echando andar tantos medios para encontrar
un motivo que pudiera justificar este encarcelamiento.
Trasladamos todas nuestras esperanzas a estos nuevos
textos, porque yo sabía por experiencia que existe gente
justa que representa la justicia lo mejor posible y que
ejercen su profesión con equidad.
Jeanne se había quedado impactada por la detención y
el encarcelamiento de René. Lo había visto irse esposado en
el coche de la policía como un criminal y desde entonces se
encontraba muy apenada y triste. No entendía las razones y
se desmoronaba.
Siempre sumergido en su meditación, René lograba
informamos sobre todo lo que sucedería afuera, lo que no
193
 dejaba de impresionarnos, porque siempre podíamos
comprobar la veracidad de lo que nos adelantaba. Él nos
informó de antemano sobre los cuestionamientos de la
policía, a dónde se dirigía, sus artimañas. Para nuestra gran
asombro, él nos dijo un día: "Ellos fueron a ver a ciertas
personas para pedirles información, hasta les comunicaron
que yo estaba encarcelado y que, si sabían algo más, lo
mejor era que colaboraran." Estábamos fascinados pues
conociendo perfectamente a René, de alguna manera, todo
esto nos tranquilizaba pues nos decíamos: "Él todavía está y
siempre estará allí cerca de nosotros, está lejos de haber
perdido sus facultades, hasta adquirió otras ... y más
todavía."
René relataba nuestras intervenciones como si hubiera
estado presente allí con nosotros, a menudo nos daba
detalles sobre nuestras entrevistas, palabras, frases. Incluso
un día nos confió que un inspector de policía había ido a
investigar entre los oficiales de justicia involucrados, en sus
propias oficinas: ''Ellos (los oficiales) le dijeron al policía
que yo había ido a visitarlos, dando como fecha la que fue
cuando yo estaba en París, cuando tuve el accidente.
Ustedes van a encontrar en el expediente el informe de un
inspector que, seguirá siendo íntegro y honrado, y que
señalará sólo lo que es, y lo que fue." Efectivamente, el acta
que tuvimos en nuestras manos más tarde, precisaba estas
alegaciones pero René estaba en París en esa fecha, el acta
del accidente lo confirmaba. lSe trataba de esta facultad que
él poseía de estar en dos lugares diferentes al mismo
tiempo? lPor qué en este momento? ¿y por qué este
desplazamiento inmaterial un poco de tiempo antes de su
encarcelamiento? Todo esto era sorprendente, pero René
194
nunca nos respondió sobre este punto que ha quedado en el
misterio. Yo quedo convencida que había un lazo, nada
sucede por casualidad.
René recibía cartas de apoyo, como la de una amiga de
antaño, Nicole quien, al enterarse de lo que pasaba, me dijo:
"Tengo un profundo respeto hacia él, sobre todo desde que
perdí a mi hijo. Desde hacía tiempo René me decía que mi
hijo que vivía en Niza nunca vendría a vivir conmigo,
desde hacía meses mi hijo había pedido el cambio para
estar cerca de mí, luego un día, el accidente, murió en el
acto. Fue el día más horrible de mi vida. Yo acababa de
recibir la llamada telefónica, y alguien tocó a la puerta:
era René, que me dijo: 'Perdiste a tu niño'. Él me ha"/Jló de
su accidente, donde estaba ahora, lo que hacía. Yo tenía la
impresión de que estaba con él y conmigo al mismo tiempo,
no le pregunté cómo lo había sabido y como había hecho
para llegar tan rápido si yo acababa de saberlo y no había
tenido tiempo de informarlo a nadie. Poco tiempo después,
recibí el cambio de mi hijo. René siguió ayudándome
mucho después. Yo le pedía regularmente noticias de mi
hijo, hasta que pude aceptar su desaparición. René es
alguien profundamente bueno, no comprendo que es lo que
pasa."
O bien esta carta de una mujer, otra Nicole, que
desgraciadamente necesitaba tanto su presencia. Ella
acababa de perder a su mamá, llevada súbitamente por una
enfermedad fulminante, fue un período muy difícil para ella.
Inmediatamente, ella escribió una carta porque sentía la
presencia constante de su mamá muy cerca, deseaba tanto
195
poder hablarle, preguntarle por qué se había ido tan
rápidamente, decirle que la extrañaba como loca. Un tiempo
más tarde, ella recibió un correo de René, con estas cuantas
palabras: ''Vi a tu mamá ... está muy bien allí adonde está,
se reencontró a los miembros de su familia en Senegal en
su comunidad y está feliz por el reencuentro." Él le aseguró
que "veía a su mamá conversando con otras mujeres, que
algunas eran de su familia." Le dio detalles precisos a tal
punto que Nicole le envió un nuevo correo para decirle que
"se trataba de la casa que sus padres tenían en África, y
que estas mujeres eran sus tías y vecinas, ellas se reunían
así bastante seguido, ellas también partieron desde hacía
varios años, seguramente mamá debió reunirse con ellas."
Le dio tantos detalles acerca de los lugares, acerca de la
familia, que Nicole hizo esta reflexión: "Era como si René se
hubiera ido para allá." Ella sabía que su mamá había vivido
efectivamente en este lugar y que era un lugar a donde
deseaba regresar. Nicole conservaba esta carta que la
tranquilizaba mucho, saber que a cada momento podía
entrar en contacto con su mamá y darle noticias
regularmente.
Nicole afirmaba que durante el funeral, René estaba allí:
"Yo lo sentía, estaba en su celda, y sin embargo lo sabía allí
cerca de mí, me contenía en esta dura prueba." A menudo
ella repetía esta frase: "Cuántos momentos difíciles sobre la
tierra, el encarcelamiento de René que todavía hoy tengo
dificultad de aceptar, la partida de mi mamá." Era mucho
en tan poco tiempo.
196
Continuábamos nuestro recorrido de combatientes. Un
día, cuando habíamos decidido organizar una cita
importante con un colega a unos cien kilómetros, siempre
para tratar de ayudar a nuestros tres amigos, René nos
aseguró: "Estaré con ustedes, estaré allí, ustedes . l~
sentirán." Efectivamente, a nuestra llegada, percibi
inmediatamente su presencia y nos sentimos
espontáneamente en confianza. Todo suc~dió de .manera
armoniosa y mientras estábamos en plena cita, un signo; de
repente una 'hoja de papel comenzó a volar cuando no había
ninguna corriente de aire, planeó, ~ lueg<;> . cayó muy
despacio, simple y exactamente en el mismo sit10 de do~de
había despegado. Se posó allí como si una mano la hú?iera
cogido para depositarla lentamente, como para decirnos
"estoy aquí". Al siguiente día de visita, René nos describió
cada una de las escenas, toda nuestra discusión, todo lo que
había pasado y hasta el instante sublime de la hoja de papel
que planeaba con suavidad, lo que nos dejó estupefactos.
Sabíamos que cualquiera que fuera nuestro ca!llino, él
estaría allí ' con sus consejos, con su presencia. iEl podía
.
describirnos los lugares donde debíamos reumrnos,
hablamos de la gente que debíamos buscar, con una
precisión asombrosa! Lo sentíamos verdaderamente a
nuestro lado. lLo estaba en espíritu? ¿o había otra cosa?
Sabíamos que era capaz de realizar cosas que nos superaban
completamente, estábamos transportados.
197
 Estábamos seguros de que él nos ayudaría en nuestra
prueba, porque para nosotros eso era, a pesar de sus
advertencias: "Ustedes no podrán hacer nada para
desenredar esta situación", pero me acordaba también de
sus palabras, de sus frases que me ayudaban a soportar la
situación "Uno debe llegar hasta el final de lo que hace, al
máximo y, cuando se ha hecho todo lo que se puede hacer,
todo lo que está bien y lo que es bueno, entonces, no se
podrá tener ningún pesar ni remordimiento."
Pusimos esta frase en práctica miles de veces a lo largo
de esta prueba. Extrañábamos a René, era él que lo ayudaba
a uno a avanzar cuando no podía más, lo agarraba del brazo
y, no sólo te daba la mano, sino que no vacilaba en dártela.
Afortunadamente en ese momento yo vivía con Sylvie,
una amiga que trabajaba en el mismo campo que yo, esto me
ayudaba mucho por la noche, cuando regresaba. Ella había
ido a menudo a consultas con René para hablar sobre sus
preocupaciones personales y por el placer de pasar un
momento agradable con él, aún cuando, regularmente, lo
encontraba con una sonrisa escondida sabiendo que la iba a
regañar. Era difícil esconderle las verdades.
Yo tengo la suerte de poder conocer a muchísima gente,
pero nunca conocí a nadie más como él. A menudo, muy a
menudo, me planteé la pregunta sobre si existían en la
':!'ierra otros seres como René. ¿En otra parte tal vez?
Eramos tan felices, nosotros, sus amigos, de poder estar
cerca de él. Durante este período recibí numerosas llamadas
198
de personas que habían conocido a René y que lo
extrañaban terriblemente. Me acuerdo particularmente de
Manuella y Roger: "Cuando lo conocimos por primera vez,
vimos sólo Amor en su ser y en su mirada, él es todo Amor."
Hoy René conserva una relación de amistad con esta pareja.
Nunca daba un mal consejo, nunca lo oímos hablar mal
de alguien, criticar, juzgar o dar pruebas de maldad. "Todo
es cuestión de el estado mental", decía él, pero lo difícil era
poder conservarlo y dominarlo. Viviendo a su lado, yo
trataba de seguir el ejemplo de quietud que él transmitía.
Pasara lo que pasara, él estaba siempre sereno y aportaba
paz, nunca respondía al enojo o al odio. A menudo teníamos
dificultad para admitir algunas de las situaciones en las que
él mismo nunca se sentía víctima. ''No importa, repetía. Hay
que aceptar a la gente tal como es y, tal vez un día, con el
tiempo, las circunstancias, nos harán comprender." Con el
paso del tiempo, me di cuenta que tenía razón. "Es así, hay
que resaltar lo mejor de cada uno de nosotros viendo tan
sólo lo que es bueno y yendo hasta el final de la
situaciones", añadía.
Su modo de pensar era muy diferente del nuestro, nada se
le podía escapar. Él estaba en un vacío perpetuo y parecía estar
unido con el más allá. Sus actos, sus hechos se desarrollaban
en función al futuro de los otros, con tal que les permitan tanto
a unos como a otros su evolución hacia lo que todos nosotros
buscamos. "Cuando se acepta ir más allá de nuestras
creencias y admitir que existe otra forma de inteligencia, que
algunos llamarán la inteligencia del corazón, yo diría que es
la inteligencia delfuturo, la que permitirá al hombre ser feliz
199
entre los hombres. Si cada uno de los seres humanos piensa
en el otro, así el otro también lo hará. Estamos demasiado
acostumbrados a considerar la inteligencia como algo
racional. Sé que todos los descubrimientos, ya sea que hayan
sido hechos por grandes investigadores o por lo que
llamamos el azar, son en realidad sólo el soplo del Espíritu
que autoriza y comunica estos descubrimientos.
Desgraciadamente, el hombre tiende a atribuirse el mérito.
Todo esto corresponde a un derecho espiritual que encuentra
su equilibrio en la expresión de la vida, por ejemplo en una
sociedad con relación a otra. Usted observará, por otra parte,
que todos los países donde los hombres respetan a los
hombres, incluyendo, claro está, a las mujeres, aplicando
reglas que no son ni dictatoriales ni obedecen a intereses
personales, se podrá comprobar que este país progrese, que
no podrá sino continuar evolucionando y hacer
descubrimientos para vivir en la modernidad.
Lo que acabo de explicarles sobre la evolución de un
país o de una sociedad es igualmente válido para un
individuo; hace falta que logre expresar su Yo, es decir,
exteriorizar lo que desde siempre ha estado en el fondo de
él. La meditación profunda me ayuda a liberar este Yo
interior y a expresar esta otra forma de inteligencia. Es lo
que me permite, particularmente, desplazarme a lugares
diferentes, quedándome al mismo tiempo, en otro. Todas
mis búsquedas, ya sea que se lleven a cabo en meditación
profunda, a través de la reflexión o mediante la aceptación
de pruebas, se dirigen exclusivamente hacia los otros, hacia
la humanidad. Lo que intento explicarles aquí puede
concernir y tocar tanto a una sociedad, a un grupo, o a un
200
solo individuo. En conclusión, los descubrimientos
pertenecen al país que evoluciona en armonía."
Desde su encarcelamiento, René sabía que él dejaba a la
gente cercana sumergida en la pena y el desconcierto pero,
rápidamente puso su fe por delante. Él se encerró en el
mundo de la divinidad aún cuando aquél donde él se
encontraba, estaba ligado profundamente a la materia.
Ya nos había advertido que su condena corría peligro de
ser más larga de lo previsto. René racionaba así las noticias
que sabía que nos serían dificiles de aceptar: ''Ellos han
previsto condenarme a cinco años." Estábamos estupefactos,
ensordecidos, esto nos parecía imposible; lpor cuatro días de
ITI? René debía, ciertamente, estar equivocado; nos
decíamos para calmamos: "Es que no tiene ninguna noción
del derecho, de la leyes y de sus aplicaciones." Sin embargo,
nos íbamos trastornados, porque cuando él nos anunciaba
que un hecho iba a producirse, no se equivocaba. Esto era lo
que nos preocupaba.
Una amiga, Dorothée, se puso en contacto conmigo para
tener noticias. Ella insistió y me contó lo que le había
pasado: cuando su esposo Jean-Michel le había anunciado
que René acababa de ser encarcelado, no le había creído, se
: 1
sintió consternada y luego, por la tarde, cuando se acostó, la
ventana de su habitación se abrió de golpe. Se levantó y
percibió un soplo ligero: "Sentí una presencia, una
presencia intensa, comprendí que era René. Al día
siguiente, me desperté llorando. Lo era, lo sabía, me había
201
dado una señal". Ella preciso: ''Vivimos en una casa
antigua y la ventana está sellada por el desgaste de la
manija, nos es imposible moverla, ya no se abre más."
Cada día, cada noche, René se reencontraba en su
meditación hacia el vacío, continuaba en su camino, nos
confiaba que la meditación no era la misma, que le hacía
falta muchísima concentración para alcanzar el vacío. Los
lugares, el ambiente, las paredes, los hombres, estaban
llenos de tensiones, de enojo y de odio. Pero hasta en esa
nueva sociedad, en esa nueva vida, él buscaba a Dios y lo
encontraba. Fijaba siempre su Objetivo, dondequiera que
estuviera. "El esfuerzo es más grande, pero el resultado
estará a la par," decía él.
Al visitarlo regularmente, los abogados podían
comprobar el apoyo moral de los vigilantes hacia René,
Fabrice y su amigo. Ellos no entendían muy bien porqué
estaban en la prisión: ''Este no es su lugar, ellos no tienen
nada que ver con el medio carcelario, ¿cómo es que están
aquí? Estamos al tanto del expediente, estamos
acostumbrados y vemos claramente que los cargos de
inculpación no tienen nada que ver con los hechos. Todo es
vago, no hay nada detallado, no es normal que estén aquí,
esto parece más bien un ajuste de cuentas ... "
No podíamos evitar ir a visitar a menudo a René,
Fabrice y Yann. La misma Brigitte, una de nuestras colegas,
abogada y amiga de París, se desplazaba regularmente para
verlos y apoyarlos. Nosotros, sus amigos, éramos solidarios
202
en esta prueba y hacíamos todo lo que estaba a nuestro
alcance para apoyarlos. Andrée, una amiga a quien René
había ayudado varios años antes, no vaciló en secundamos,
particularmente para llevar a cabo diversas acciones,
testificaciones, movimientos. Ella le ayudaba así, un poco, a
su manera, decía ella, para estar a su lado a lo largo de aquel
cammo.
Mientras que todos los abogados y amigos continuaban
con sus visitas cotidianas a René, su hijo y su amigo, nos
enterábamos regularmente de las pequeñas anécdotas del
personal y, a veces, hasta de un compañero de la prisión. Un
día, Fram;ois, el detenido que compartía en ese momento la
celda con René, nos contó: "Él estaba meditando arriba,
sobre su cama. En nuestra celda teníamos tres camas
superpuestas, las tres fijas en bloque sobre la pared. iDe
golpe, las tres camas comenzaron a temblar fuertemente!
1
Me levanté inmediatamente para tocarlas, puse mis manos
1 encima de ellas, estaba asustado y quería comprender lo
1 que estaba pasando. Mis manos temblaban junto con las
" 1 camas. Quise parar a la.fuerza este temblor, pero nada, no
1
pude pararlo, era fuerte y violento. Tuve miedo, porque
sentía una fuerza importante que no podía dominar y
1
hasta creí, en ese momento, que las camas se iban a
1 descolgar. iEsto duró varios minutos y luego, istop! itodo
se paró de golpe! Cuando René salió de su meditación,
1
como lo veía hacer cada día, esperé y le pregunté: '¿qué es
1 este truco? ¿cómo haces esto?' y René me respondió: 'No sé,
cuando estoy en este estado, estoy lejos de todo."
203
 Pasaron los meses, llegábamos al final del auto de
prisión preventiva, se notificó el fin, no había nada más en el
expediente. Sin embargo, la policía - supimos que un
detective había sido comisionado especialmente para este
efecto - no tenía nada que añadir a la averiguación; una
averiguación fiscal, contable, no había aportado nada más.
Habían agotado todas sus investigaciones. Estábamos en el
paroxismo del encerramiento, a punto de imaginar que René
y su hijo eran víctima de una trampa, como si todos ellos
estuvieran atados, atados sin poder resistir, expresarse ni
explicarse. No se podía anteponer ninguna circunstancia
atenuante. Al contrario, era evidente que la averiguación se
dirigía más bien hacia las circunstancias agravantes.
En vísperas de las fiestas de Navidad, supimos que la
fecha de la audiencia se había fijado para apenas dos días
antes del año nuevo, se hubiera podido pensar que este
período del año podría traer un poco de paz. Pero las cosas
sucedieron de otro modo. Estábamos en pleno período de
vacaciones, es decir, justo en medio de las vacaciones
judiciales. Así, el ciclo estaba cerrado, habían escogido su
momento para juzgarlos, todo se había planeado de
antemano. En efecto, durante las vacaciones, no eran los
magistrados habituales los que tenían las audiencias
correccionales, sino jueces que no eran necesariamente
expertos en la materia, el rumor que corría por el Palacio era
que "tenían previsto castigarlos con una pena de cinco años
de prisión".
Los abogados presentían un "complot". Era
verdaderamente el término que utilizaban en ese momento,
204
tanto había sido manipulada la situación y la atmósfera
malsana alrededor del expediente. Para estar seguro que no
pudieran beneficiarse con la nueva ley, nos habían precisado
que no sería posible ninguna prórroga. Deseábamos tanto
que el expediente pudiera ser defendido unos días más
tarde, a principios de año, para que un juez de las libertades
pudiera verlo y comprobar el abuso de poder. Podíamos
gozar de eso, el expediente y sus partes nos lo permitían
pero, desgraciadamente, nos confirmaron inmediatamente
que no sería posible ningún aplazamiento y que el asunto
sería juzgado antes de finales del año.
El asunto se fijó para el 29 DE DICIEMBRE. La sala estaba
llena, gran número de oficiales de justicia estaban presentes,
así como los amigos, la familia; hubo varias horas de
audiencia que bloquearon el tribunal toda la mañana. René,
Fabrice y Yann estaban ahí, delante, petrificados.
Esperaban. lQué suerte iba a ser la suya?
Apenas sentados los magistrados, uno de ellos,
dirigiéndose a su homólogo, pronunció estas palabras que
alcanzaron a escuchar varias personas sentadas en la
primera fila: "¿y si pronunciáramos la incompetencia a
favor de la Corte de Audiencia?" la respuesta fue un gesto de
la mano, como diciendo "iDéjame manejar eso!" Pero el
primero insistió: "iLa Corte de Audiencia!" "iDéjame
manejarlo, te digo!" La meta estaba clara, comprendíamos
que no había nada en estado de tranquilidad, que el riesgo a
enfrentar era alto y que iba a ser necesario pelearse.
205
 El abogado de la parte contraria tomó entonces la
palabra, pudo litigar a gusto durante un tiempo ilimitado
con el fin de recalcar los cargos de inculpación que
correspondían a una pena ya establecida. Ya todo estaba
dicho, hecho, debatido. El expediente contenía más de una
centena de testimonios de moralidad, de apoyo; testimonios
de sacerdotes, de capellanes, de amigos, de relaciones
profesionales y personales, un expediente sólido de
personas de diversas posiciones sociales que ponían de
manifiesto todo lo que René hacía para ayudar a otros, ya
sea pacientes hospitalizados, gente a quien había apoyado
durante pruebas difíciles, u otros a los que continuaba
ayudando más allá de estas paredes de barrotes gruesos e
impenetrables que lo encerraban. Por otra parte, los
asistentes en la sala, parecían emocionados, aturdidos,
alarmados, desestabilizados por lo que veían. Esto se parecía
cada vez más a una encrucijada.
En su momento, el Procurador tomó la palabra, con una
agresividad incalificable, se erguía ferozmente, con un gesto
impulsivo apuntaba a René diciendo frases chocantes: "Se
trata del juicio de un hombre santo" refiriéndose así a los
testimonios anexados al expediente. Continuó en su debate,
yendo mucho más lejos: "Que el ministerio del Culto se lo
meta por el cul...to", haciendo una pausa entre ambas
sílabas. Su juego de palabras ofendió y lastimó
profundamente no sólo a las personas que estaban presentes
y que asistían al proceso, sino también a los abogados
defensores. Provocó la indignación de la sala, el Presidente
tuvo que intervenir para devolver la calma. El Procurador
era el único en debatir y no vaciló en despreciar el
testimonio de Viviane, en tono irónico, incluso malvado: "y
206
esta mujer que trata a su hija de vegetal." Menospreciaba
así el sentido profundo de su testimonio, en el que hablaba
de su hija que había salido de un coma profundo. La
asamblea protestaba, la sala se levantaba, estas
declaraciones eran insostenibles. Esto no era un proceso,
sino un ajuste de cuentas. La tensión estaba al máximo,
nuevamente el Presidente tuvo que intervenir para devolver
la calma. No nos encontrábamos en una sala de audiencia
para aplicar la ley, sino para juzgar al hombre.
Llegó el momento de los alegatos de la abogada de René;
los cinco años que René nos había mencionado varios meses
antes resonaban en nuestras cabezas pero, al mismo tiempo,
nos decíamos que eso era imposible. Hicimos
averiguaciones sobre asuntos similares, incluso más graves,
y las condenas se referían a períodos de condena
condicional, y estos cuatro días de IIT nos daban más aún la
razón. Pero bueno, ahí estábamos, en la audiencia, y
sentíamos claramente que el juicio ya se había llevado a
cabo.
1
Los abogados que creían en La Justicia tenían tanto que
alegar para demoler cada uno de los cargos de inculpación
1 ampliamente agravados hasta cuando ninguno tenía
' 1 fundamento y, a pesar de nuestro enorme expediente de
moralidad, todo parecía inútil. No era la Justicia la que iba a
tomar su decisión, sino los hombres. No eran jueces quienes
condenaban, sino hombres. He ahí toda la diferencia.
207
 Un penalista de la Abogacía que también había sido
escogido para debatir, apoyar y ayudar, invitó a sus colegas a
permitirle hacerlo. Pretendía llevar a cabo este
enjuiciamiento y les había dado confianza. Era famoso, sus
colegas lo reconocían por su competencia y sinceridad. No
había parado de decirles: "Déjenme actuar, debatiré sobre
el conjunto, me haré cargo, conozco bien al Tribunal..."
Fue la abogada de René quien debatió primero, no
cesaba de levantarse, abrumada, exasperada por lo que
acaba de escuchar: "... es inadmisible que se puedan
proferir tales palabras y poner en duda la fe o a Dios en
una sala de audiencia. iNo se trata de un proceso
religioso!" Después le dio la palabra al abogado de Fabrice y
Yann, quien debatió con fervor, con intensidad. Pero
verdaderamente teníamos el sentimiento profundo de que
todos sus debates no tenían ninguna importancia, esto se
dejaba ver en las miradas tensas del Tribunal.
Finalmente, llegó el momento del tan esperado debate
del especialista en la materia a quien los abogados
precedentes habían dejado todas las posibilidades de
expresar su talento. Toda la asamblea esperaba su
intervención, EL debate, extremo y cerrado, aún sabiendo
que este juicio que hacía tanto ruido provenía nada más de
un expediente muy pequeño.
,El auditorio quedó perplejo con este alegato; todos
sab1an que el penalista era muy famoso en el lugar y, sin
embargo, no pronunció ni una sola palabra de defensa sobre
208
los hechos, ni una sola palabra sobre los cargos de
inculpación. El alegato fue ligero, casi insignificante, sin
convicción. El ambiente de la sala se intensificó, la gente no
comprendía y se intercambiaban miradas inquisidoras,
algunos hasta se levantaron, la familia en particular
protestó, la gente comenzó a proferir palabras de
descontento, la sala se agitaba cada vez más. El oficial de
justicia de la audiencia pedía silencio en vano.
Toda nuestra atención y concentración se dirigían hacia
los que esperaban su suerte frente a los magistrados, con
paciencia - pero sin duda con ansiedad. lQué iba a pasar
con ellos? Debían presentirlo, pero los tres permanecían
dignos, impresionando a la sala que no se vaciaba. Su
silencio nos dejaba estupefactos, los admirábamos.
Teníamos miedo, tanto miedo por ellos, y por lo que
imaginábamos, es decir, lo peor, en vista de lo que se estaba
desarrollando frente a nuestros ojos.
La mañana había transcurrido, larga, era mediodía, la
hora de la deliberación, la hora del almuerzo también. La
1 sala de deliberaciones estaba situada justo atrás, se accedía
1
a ella por una puerta colocada detrás del estrado ocupado
por el tribunal y los magistrados. Ellos salieron uno tras
" 1
: 1
otro, con cara de satisfacción. Apenas se quitaron la toga y la
1 1 guardaron, se reunieron inmediatamente en el restaurante
situado justo enfrente del Palacio. Varias personas que
asistían al juicio se encontraban sentados muy cerca de ellos
y no podían evitar preocuparse al preguntarse cuándo irían
a deliberar. lTal vez después? iNo fue así! Apenas
209
terminaron de comer, retomaron su lugar en la sala de
audiencia para dar su veredicto.
La sala se llenó de nuevo, algunos de nosotros nos
habíamos quedado allí. Los abogados, por su parte, no
habían dejado a los acusados. Nos era imposible dejarlos
solos, todos estábamos tan angustiados que apenas nos
atrevíamos a pensar en la sentencia. Nos parecía, sin
embargo, que ya todo estaba decidido pero, a pesar de esto,
deseábamos guardar una esperanza... y la sonrisa, para
nuestros tres amigos.
iFinalmente llegó el veredicto!
Fue uno de los instantes más terribles de esta historia.
El poder de decisión de un hombre sobre otro. Fue odioso.
Era difícil imaginar hasta qué punto el ser humano podía ser
vil y degradante cuando cree poseer un poder, cualquiera
que éste sea. Nunca habíamos pensado vivir un día, un
instante como éste, y no dejábamos de repetirnos "iPor
hechos tan simples, que implicaban solamente cuatro días
de ITI', cómo es posible que tal odio haya invadido un
recinto de Tribunal?"
Sé bien que la Justicia existe y que los abogados aplican
regular y honestamente los textos, pero esta justicia es a
menudo transgredida por los que a costa de una aplicación
justa, se otorgan poderes y derechos más allá de la verdad,
más allá de una responsabilidad, y abusan de eso. Uno
puede comprender el error judicial cuando se trata
210
realmente de un error, pues tiene entonces como origen un
acto involuntario, pero el abuso de poder es una acción
diferente, es consciente y voluntario.
Llegó el momento, el desconcierto aumentaba, la
asamblea de la sala de audiencia contenía la respiración, no
se escuchaba más que el silencio, el veredicto cayó: una pena
de encarcelamiento firme. "Declara a René [su hijo], [su
amigo] culpables de los hechos que les son imputados ...
"... condena a Fabrice a la pena de tres años de
encarcelamiento, uno de ellos con indulto,
" condena a [su amigo] a cinco años de
encarcelamiento, con dieciocho meses con indulto,
"... condena a René a cinco años de encarcelamiento
firme, además de las condenas por daños e intereses ... "
La muchedumbre, literalmente abatida por lo que acaba
de escuchar, acogió el veredicto en un silencio de plomizo,
como si nadie hubiera comprendido verdaderamente, luego,
de golpe, la sala se dio cuenta de lo que acababa de ser
pronunciado y estalló en gritos de rebelión, de dolor y
también de pena. iEn seguida, una inmensa cantidad de
gente se levantó y la muchedumbre explotó, imploró, y aulló
ante la injusticia! "iEs un juicio falso!! iOrganizado!
iConspirado!" Al fondo de la sala, una persona comenzó a
llorar con largos sollozos. Era horrible. Nuestros amigos
fueron llevados sin tardanza a la prisión por la policía de la
audiencia, esposados, el rostro apretado, intentando
lanzarnos una mirada de apoyo. A pesar de nuestra
211

aflicción, debíamos reaccionar y seguir sosteniéndolos. Nos
tragamos pues nuestro enojo, nuestra desesperación y
nuestra pena y retomamos, al día siguiente, el camino a la
prisión, cada día, para continuar reconfortándolos.
Unos meses más tarde, los tres fueron trasladados a un
centro penitenciario a más de cien kilómetros del lugar
adonde habían estado en carácter preventivo. Comenzó para
todos nosotros, los amigos, los allegados, otra etapa
dolorosa. Los abogados obtuvieron información sobre este
centro. Ellos podrían tener contacto con el exterior, los
detenidos tenían acceso a cabinas telefónicas. Las
condiciones de vida parecían mejores, con celdas más
limpias y sanas.
Al principio les fue difícil integrarse. Pero sólo bastaron
unas semanas para que los guardianes se dieran cuenta que
no eran en absoluto delincuentes notorios, contrariamente a
lo que sus expedientes intentaban hacer creer a todos los
que tenían acceso a ellos.
A partir de ese instante, una cierta serenidad se instaló
alrededor de ellos, creando incluso una especie de respeto;
en cada una de sus visitas los abogados se enfrentaban a la
misma interrogante, la misma incomprensión sobre el peso
de la condena. Entre más conocían a René, más tenían ganas
de apoyarlo. Una especie de compasión se instaló entre los
guardianes y los recién llegados.
212
Pasaron los meses y René continuaba meditando y nos
transmitía, en cada una de nuestras visitas, la paz que
emanaba de él. Él no dejaba de animarnos: "No se
preocupen, todo va a salir bien, tendrán todo lo que les
hace falta para hacer lo que ustedes quieran, por lo menos
lo que necesitan."
Efectivamente, él nos ayudaba a continuar y tratar de
mantener los cimientos había desarrollado en bienes raíces,
aunque no era fácil desde la prisión, pero René siempre
encontraba soluciones donde otros no veían ninguna. Él era
así, no cambiaba ni siquiera detrás de las paredes espesas
cercadas con alambres de púas. Durante este período
agotador, todos nosotros nos dimos cuenta y comprendimos
que lo que nos mantenía a flote era la fuerza del Amor y de
la unión que nos ataba unos a otros. René, gracias a su
modelo de vida en donde ponía por delante el Amor y la
ayuda incondicional a otros, nos había enseñado esta vía.
1 i Durante todo el tiempo del encarcelamiento, intentamos
1
dominar y adquirir esta forma de vida, esta prueba.
1
1
1
Las estaciones pasaban, el invierno fue frío y riguroso, la
nieve apareció ese año después de haber estado ausente
! mucho tiempo; con la primavera volvió la dulzura de los
1
1 primeros rayos de sol, los almendros en flor, esos que tanto
1 1
amaba René y que no veía, pero nos aseguraba percibir el
1 olor desde su celda. El cuidado y la atención que
1 manifestaba sin cesar hacia otros, despertaba entre sus
cancerberos un sentimiento de respeto y consideración. Las
largas horas en posturas de meditación hacía que se
cuestionaran cada vez más, diferentes y variadas preguntas.
213
1 1
El personal, acostumbrado a ver a toda clase de detenidos,
comprendió muy rápidamente que no estaban frente a un
patán, sino todo lo contrario. Los vigilantes descubrían poco
a poco a un ser que salía de lo ordinario, un hombre que
aceptaba purgar su pena, tan injusta y desproporcionada
como esta fuese. Así, progresivamente, como por encanto,
todo se organizaba, caía en su lugar para que René pudiera
mantener todo lo que había construido antes de su
encarcelamiento. Los vigilantes y el director del centro
permitieron las visitas regulares de los abogados. Uno de
ellos también nos confesó que, en más de cuarenta años de
carrera, nunca había visto esto. Los hechos se enlazaban
espontáneamente y uno de los vigilantes responsables que
había podido acercarse a René, incluso hizo ~l siguiente
comentario: "Parece que tiene un ejército de Angeles con
él.,,
Cada una de nuestras visitas nos daba la oportunidad de
vivir instantes de intercambio. René nos explicaba, nos
ayudaba a comprender lo que, en ese momen~o, nos
permitía evolucionar. Poco a poco llegamos a orgamzarnos,
los cimientos de los bienes raíces se mantenían gracias a la
verdadera solidaridad que existía entre nosotros. Todos
nosotros permanecíamos unidos en la prueba, y René nos
ayudaba a aceptarlo. Pasaba el tiempo y, a pesar de nuestros
esfuerzos, nos costaba trabajo vivir con su ausencia e
injusticia. Lográbamos organizar las visitas familiares con
más flexibilidad gracias a la perspicacia y a la gentileza de
las dos personas, ambos miembros del personal, que habían
comprendido que René había dejado afuera a sus amigos y a
su familia que lo necesitaban.
214
Un día, uno amigo nuestro, Jean-Michel, se puso en
contacto conmigo: "iJuliette, tenemos un problema enorme,
es indispensable que pueda ver a René, es urgente! No
puedo esperar. Mi hijo [que en e~a época tenía doce ?ños]
tiene un cáncer y debe ver a Rene. Ya no podemos mas. Te
ruego, trata de ver lo que puedes hacer." Muy perturbada
por lo que acababa de escuchar, me Pll:,~e en c?ntacto
enseguida con el cabo del centro de detenc10n, Damel, y le
expliqué directamente de que se trataba; inclusive le ~xpuse
las facultades de René. Sin hacer más preguntas, Damel, por
el cual sentía un cierto respeto, no vaciló en organizar una
visita de urgencia. Fue un gesto inolvidable para el papá que
ahora pudo tranquilizar a su familia, porque René le había
asegurado que su hijo estaría mej?r. El _niño est?v~ más de
un año hospitalizado, hoy tiene qumce anos y esta bien.
Durante todo este período René atravesó momentos
difíciles y terribles. De hecho, vivió la traición de algunos de
sus allegados, familiares y amigos; inclusive en el i:nomento
del encarcelamiento, fue completamente despojado por
personas a quienes les había dado toda su confianza. Pero
cuando compartíamos nuestros sentimientos acerca de este
tema él recomendaba tolerancia. El pequeño Jauffré fue
atentlido médicamente porque, desde la detención de su
papá, se negaba a hablar, a expresarse, n? s.e interesa?a por
nada. Los médicos decían que estaba al hmite del autismo y
temían que, privado del cariño de su papá, se encerra~a en
si mismo cada vez más. Se había vuelto un niño depresivo.
215
 Lo que le ayudaba mucho eran las visitas que René le
hacía. Cuando digo "le hacía", era durante sus estados de
meditación dentro de la prisión. iA veces Jauffré, mirando el
techo, tendía los brazos y decía; "iPapá! iPapá! iPapá!". A
menudo nos quedábamos varios amigos a su alrededor para
ver si a lo mejor, teníamos la suerte de ver a René, sentir su
presencia. Sabíamos que Jauffré lo veía realmente. Su
sonrisa de niño, de ángel, nos lo decía claramente.
iEstábamos tan felices por él, se trataba de un gran instante
de felicidad entre él y su papá! Este momento duraba unos
segundos y, luego, Jauffré regresaba a su mutismo tan
pronto como perdían el contacto.
Perdimos a ciertos amigos pero descubrimos otros
nuevos, como Armand, un chico verdaderamente gentil. Él
era valiente y nunca se separó de nosotros durante todo este
período, aún cuando no conocía a René y recién acabábamos
de conocerlo gracias a Jeanne que nos lo había presentado.
Ella no se había equivocado, era alguien de bien, él hizo todo
lo que pudo para ayudamos. Un día, mientras nos apoyaba
en esta prueba sin hacer ningún comentario, nos dijo: '11.
veces hasta para mí es dificil, pero cuando veo su valor, me
es imposible abandonarlos." Teníamos valor, pero él
también.
' 1
Seguían pasando los meses y esperábamos
pacientemente la liberación de René pero la presión
continuaba siendo omnipresente. No nos soltaba, se
fortaleció un tiempo después con una nueva búsqueda por
parte de la policía, una especie de persecución. Un amigo
bien contactado nos dijo que, efectivamente, estábamos en
216
el centro del huracán. La salida de René no era inminente;
aun así, ellos estaban al acecho de nuevo algo, un hecho que
imputarle para retrasar evidentemente, su liberación.
Varios amigos fueron convocados a la comisaría... una
nueva pesquisa se efectuó en las oficinas, sin mandato
alguno, sin motivo aparente, pero no encontraron nada.
Incluso se revisaron diversas peticiones formuladas por los
abogados, todo se ponía en marcha de nuevo para
desestabilizar a cada uno de los que estaban allí, muy cerca
de René.
Fleur, que había tomado parte en este largo trayecto, un
día , fue agredida por la policía y luego convocada por la
misma. Raphael, que había vuelto de Númea para ayudar a
la familia y encargarse de los negocios familiares, también
fue molestado por la policía y puesto bajo vigilancia. Patrick
y su esposa, que habían apoyado firmemente a René desde
su encarcelamiento, no vacilaron en el momento de su
convocatoria a la comisaría, en afirmar la amistad que
tenían con él diciendo: "Finalmente, la único que se nos
puede criticar, es nuestra relación amistosa con René." Más
tarde la pareja, que esperaba una reubicación desde hace
varios años, pero que Patrick no lograba obtener a pesar de
sus buenas calificaciones, vino a visitar a René para
1
exponerle su preocupación. La respuesta de René todavía
1 resuena en mi cabeza: "Listo, está hecho, está arreglado,
obtendrás tu cambio rápido." iUnos días más tarde, él
recibía oficialmente su carta de cambio a Guyana!
217
 Quiero reproducir más abajo el testimonio íntegro de
Patrick, tal como él me lo envió por e-mail desde Guyana,
donde vive hoy con su esposa. Él deseaba que se le
transcribiera en este libro, a continuación lo copio:
"Yo, Patrick, que conocí a René antes, durante y
después de su encarcelamiento, estoy orgulloso de decir que
es 'mi amigo', y que tiene un lugar enorme en mi corazón.
Tendría decenas de anécdotas que contar, a cuales más
bellas unas de otras y, sobre todo, increíbles; debo decir
también que gracias a él ahora estoy en Guyana, la
reubicación profesional que fue posible por el camino que
me trazó (en medio de los meandros de las 'instituciones y
de los chanchullos administrativos') basado en lo positivo
que está en nosotros, una vez más, GRACIAS 'mi Amigo'."
Siempre me he sentido impresionada con los actos de
bondad y las alegrías que René lograba provocar. Nunca
pude aceptar que era normal, sólo lógico, porque surgían de
un ser excepcionalmente verdadero y es ésta la verdad que él
reproduce en la realización de los deseos de cada uno. No
dejo de estar maravillada.
Luego le tocó su turno a J eanne, convocada a la
comisaría por una simple llamada telefónica y donde tuvo
que soportar el comportamiento particularmente odioso de
los policías que le manifestaron su desprecio - llegando a
amenazarla sin razón, de detenerla, hasta tal punto que esta
actitud particularmente indigna le provocó un shock
psicológico, cuyas repercusiones impulsaron a su familia a
intervenir con los superiores que interrumpieron
218
instantáneamente estas artimañas. Después de múltiples
altercados, las presiones acabaron por terminar, pero no fue
sino hasta que los cimientos se encontraran bien sacudidos.
Los amigos, los verdaderos amigos, no perdían confianza,
pero el agotamiento ganaba terreno.
Se acercaba el período en el cual René podía formular su
petición de libertad condicional. Estábamos ansiosos y no
vacilábamos en decírselo. Teníamos el sentimiento de que
afuera todo se organizaba para retrasar este vencimiento y
que encontraríamos nuevas dificultades para obtener dicha
liberación. No estábamos lejos de la realidad porque, si
obteníamos sin dificultad los permisos concedidos a los
detenidos que habían efectuado gran parte de su pena y
habían mostrado una buena conducta durante su tiempo de
detención, la petición de puesta en libertad condicional no
l 1
era un asunto menor.
l 1
Decidimos hacer la primera petición. Según nos habían
dicho, era usual que la primera fuera rechazada, pero
conservábamos la esperanza. i La audiencia se efectuó y la
negativa fue motivada sólo por la gravedad presunta de los
hechos! Nos resignamos a calmarnos pensando que era sólo
por ser la primera vez.
Hicimos la segunda petición y debimos hacer frente a
una circunstancia completamente imprevista. René se
encontró nuevamente bloqueado por culpa de una persona
de la cual él había sido fiador unos años antes y que se
aprovechó de su encarcelamiento para no pagar la deuda, se
219
trataba de una suma importante. René debía encontrar la
solución, era el precio de su libertad, lpero cómo hacerlo? Él
ya no tenía los medios necesarios, estaba encarcelado. Era
imposible, en estas condiciones, obtener préstamos o ayudas
para hacer los pagos adeudados. iLa angustia nos oprimía
porque, si queríamos obtener su liberación, era
absolutamente necesario encontrar el medio de restituir
estas sumas! Lo habían despojado y todavía debía cubrir las
deudas de los otros. René, lucido, estaba muy positivo: ''No
se preocupen, decía él, lo sé, voy a salir en muy poco
tiempo, terminé mi tiempo, lo sé." Y añadió, dirigiendo su
mirada directo hacia mí: "Te doy mi palabra, voy a salir."
No pude evitar preguntarle por qué era tan difícil, por
qué había tantas trampas. En su estilo, tranquilo, me
respondió: "Este tiempo está marcado, todo está escrito y
diseñado, el oficial de justicia, el juicio, el encarcelamiento,
la liberación. Un día verás, todo esto tendrá sus
repercusiones y aún cuando hoy este camino no es fácil,
verás más tarde que tenía su razón de ser."
Otra llamada telefónica de Brigitte, que esta vez venía a
nuestro socorro. Ella pensaba en nosotros, vivía cada etapa,
cada paso con nosotros. A menudo, por otra parte, ella nos
apaciguaba y nos contenía inclusive si se encontraba a varias
centenas de kilómetros. Ella estaba allí, muy presente y fiel:
"No podemos dejar a alguien como René en prisión por una
historia de una fianza, a él que ayuda sin cesar a otros.
Nosotros y muchos otros lo necesitamos afuera," Luego
añadió: "Creo tener la solución, voy a intentarlo; tengo
algunas sumas ahorradas y bloqueadas, iles vuelvo a
220
llamar!"Esa misma tarde, Brigitte confirmaba que podía
desbloquear la suma necesaria.
iRené estaba en su último permiso de cinco días!
Depositamos una nueva petición de libertad condicional con
la esperanza de que fuera aceptada. Yo no podía evitar
preguntarle nuevamente sobre la maldad, el dolor, lacaso el
diablo existía? "El Amor siempre ha tenido razón, porque
está en acuerdo perfecto con la naturaleza y el mal regresa
siempre a su.fuente; esto quiere decir que hay un equilibrio
que hace que todo regrese a quien lo creó. Dios nunca creó
el dolor, Dios representa el bien y todo lo que lo rodea, en
realidad todo viene del pensamiento del hombre, porque
como uno puede imaginar, por un solo segundo, que Dios
que es Amor pueda crear una oposición tan violenta y
maligna como un diablo o a un ser maligno. El diablo no
existe, es la creación de nuestros pensamientos, son ellos
los que lo crean.
"Remontémonos, en primer lugar, hasta la creación de
la Tierra: al principio había una Tierra con volcanes, pues
el mal no existía; más tarde la naturaleza hizo su aparición
con los árboles, las plantas, las flores. iAcaso existe el mal
en la naturaleza? iEvidentemente no! porque en esta etapa
de la vida, de la existencia, el pensamiento humano todavía
no existía.
"Luego, nacieron los animales; ¿podemos considerar el
mal a través de los animales? Los animales no piensan,
subsisten, procuran alimentarse, forman parte del
221
equilibrio de la naturaleza. Como no poseen pensamiento,
no podemos encontrar en ellos el mal.
''Más tarde, apareció el hombre y, con él, su
supremacía que creyó poder imponer a la naturaleza y a su
prójimo. Desgraciadamente, algunos abusaron de ella y, es
a partir de eso que el mal nacerá e infligirá sus malas
intenciones. A partir de este momento las acciones del
hombre hablarán por si mismas.
"Hoy, después de mis años de búsqueda y de retiro, yo
sé que no hay inteligencia más grande que la del respeto al
prójimo."
Durante una de nuestras últimas visitas, René nos contó
que durante la noche, mientras que él meditaba, un Ángel se
le había acercado y le había hablado: "'Vas a salir de prisión,
diste un gran paso aceptando este pasaje. Voy a mostrarte
lo que serás.' Apenas el Ángel terminó su frase, me
reencontré proyectado en el futuro y lo que vivía era
maravilloso, porque había podido alcanzar un estado
perfecto de pensamiento que me permitía realizar cosas
bellas, este pensamiento puro era uno solo con todo lo que
me rodeaba, todo fluía, me había convertido,finalmente, en
lo que soñé siempre llegar a ser, una forma de vida eterna.
Luego, al cabo de un momento, me sentí regresar a mi vida
presente, no quería volver pero una fuerza colosal me
jalaba. Cuando volví, el Ángel me miraba, sereno, cerró un
libro grueso que estaba en una bella caja y me dijo: 'Bueno,
se terminó.' Comprendí que el libro poseía el inmenso saber
222
que busco desde hace tantos años. Comencé a decirle que
quería saber más sobre eso, pero no tuve tiempo de
terminar mi frase; él desapareció a gran velocidad hacia el
infinito. Me encontré allí, meditando, pequeño y pobre de
espíritu.frente a lo que acababa de vivir, y me decía: ¿cómo
voy a llegar a ese nivel? Luego, sin tener otra alternativa,
me sumí en la reflexión y el análisis de esta verdad de
pensamiento que acababa de vivir, y me dije que tenía un
buen camino que recorrer y que todavía me harían falta
años de búsqueda, que tenía todavía mucho miedo en mí
para combatir, consciente e inconscientemente, para llegar
a que mi fe sea la sangre que fluye por mis venas y para
alcanzar, finalmente, el estadio donde mi fe sería
indestructible."
René debe haber estado muy contento con lo que acababa
de vivir, y seguramente ya había comenzado a preguntarse:
"Hice todo lo que pude para avanzar, pero la llegada del
Ángel me da la impresión de no haber hecho lo suficiente.''
Estábamos encantados, nosotras las abogadas, de saber que
un Ángel había venido a verlo para decirle que iba a salir
dentro de poco. Pero él no estaba interesado en su salida, sino
más bien sobre en como iba a hacer para purificar aún más su
pensamiento sin perder el tiempo, mientras que para
nosotros ya había alcanzado un nivel increíble; nosotros no
habíamos llegando ni a la centésima parte de su camino. iQué
no habría yo dado para que un Ángel me vi~itara, aunque
fuera sólo una vez en mi vida! Para él, era normal, él vivía así
desde su nacimiento. Al final de la reunión, terminó diciendo:
''Mi vida no tiene importancia, la de los demás tiene más
importancia que la mía." Ese día, pensativo y preocupado a
223

la vez, no pudo ayudamos a concretar el asunto por el que
nos habíamos reunido.
Unos días más tarde, al llegar al centro para discutir los
expedientes con René, fuimos recibidos por un suboficial que
nos intercepto: "iOh! iSu cliente nos metió un susto! iEn el
momento de nuestra última ronda, mientras que
mirábamos por las mirillas, al llegar delante de su celda, no
había nadie en el interior, él no estaba allí! iA pesar de que
la puerta había quedado cerrada, enloquecimos por
completo, abrimos y entramos, él no estaba allí! iincreíble!
iVolví a revisar la celda, llamé a mi compañero para que
mirara conmigo bajo la cama, en el armario, nada! iNadie!
Inquieto, mi compañero se quedó delante de la celda
mientras yo iba a dar la alerta. En ese momento, mi
compañero me llamó. Mientras estaba parado, se dio la
vuelta y vio a su cliente sentado como un Buda, retirándose
la capucha lentamente. Me precipité para verlo y
preguntarle a dónde había estado. Su cliente me dijo:
'Estaba en meditación en mi celda, no me moví de este
lugar.' iY yo había creído que se había escapado! Es verdad
que él pasa horas sentado en la misma posición, que él
medita. Él nos explicó un poco, porque quedamos muy
intrigados ... "
Sabíamos que René era capaz de hacer tales cosas y, tan
pronto como descendió sonriendo, nos explicó, porque, a
pesar de saberlo, queríamos que nos explicara.
224
''Se los he dicho, la apertura de la mente no tiene límites.
Igual que nosotros no conocemos los del universo, lo mismo
ocurre con la mente. Entré en meditación en la víspera y me
quedé allí durante toda la noche. Vi como en una visión un
poco vaga y transparente a un vigilante entrar en una celda
para buscar algo sin saber qué luego regresó con otro, ellos
registraron toda la celda. No sabía que se trataba de mí.
Luego sentí tensión, una inquietud y algo me dijo que
volviera, que debía salir de mi meditación. Volví de lejos
porque me encontraba en esferas profundas de meditación.
Vi entonces, a uno de los vigilantes delante de mí. Fue
cuando comprendí que era a mí a quien él buscaba y por qué
había tenido que salir súbitamente de mi meditación. De
hecho nunca me moví del lugar donde me encontraba.
Cuando estoy en estado de meditación alcanzo diferentes
vacíos. Para entrar ahí, bajo las vibraciones de mi cuerpo y
subo las que están en el interior, que son el Yo profundo, la
conciencia.
"La conciencia es el único vehículo que permite
desplazarse en estos vacíos. Ella es un saber que sólo tiene
valor a partir del instante en que se la aplica.
"El saber es una inteligencia, una ciencia que saco de
mis vacíos. Por ejemplo los anímales no tienen ningún saber,
no pueden pues aplicarlo. El ser humano siempre ha tenido
un saber, por muy mínimo que sea, es lo que le diferencia de
los anímales. El hombre es, pues, conciente de lo que hace.
225
 ''De hecho aplico un saber, al cual todo ser humano tiene
acceso. Así es como hoy, conforme medito, alcanzo estadios
que son de hecho el reflejo de lo que aplico. La aplicación del
saber permite subir mis vibraciones; ya que el cuerpo es la
expresión del espíritu, tiene una incidencia vibratoria sobre
las células.
"Hay que darle un lugar a cada término, devolverle la
definición que le corresponde, para poder integrar este
saber.
''El espíritu tiene una definición muy amplia, es todo lo
que es inmaterial, es decir lo que es impalpable.
"El alma es el sobre donde reside la conciencia; es ella la
que va a definir el valor del alma.
"La conciencia permite integrar el saber, y es sólo por su
aplicación que ella evolucionará.
''El saber es una ciencia infinita, de hecho 'lo es todo'."
René me confió más tarde que le habían hecho falta años
para adquirir estas definiciones, para integrarlas,
comprenderlas, aplicarlas y, poder damos una definición a
nuestro nivel, adaptada a nuestros pensamientos racionales.
226
Mientras que estábamos en el centro de detención, René
recibió la notificación para la audiencia de la petición de
puesta en libertad condicional. El expediente se preparaba
siempre bajo la misma presión, con preguntas múltiples que
resonaban, no podíamos estar tranquilos. ¿Cómo iba a
celebrarse la audiencia esta vez? ¿Qué iban a decidir? De
hecho, no se tomó ninguna decisión ese día, el asunto fue
deliberado después de un mes. Todavía había que esperar,
todavía estresarse, imaginarse...
iUn mes más tarde, su libertad fue concedida! René fue
liberado el 28 DE NOVIEMBRE DEL 2002 iEl alivio, finalmente!
iLibre bajo condición, pero libre! iCasi no podíamos creerlo!
Todos nosotros esperábamos desde las ocho de la mañana
delante de las puertas de la prisión; la mayoría de sus amigos
habíamos tomado el día para estar presentes a la salida con
una bandera inmensa bordada y que llevaba mensajes de
Amor y de afecto. Incluso habíamos organizado soltar unos
globos para recibirlo. Todos nosotros nos abalanzábamos
sobre él, unos después de otros, para abrazarlo, tocarlo. El
"pasaje", como él lo llamaba a menudo, se terminaba para
dejar lugar a otra aventura.
René se reencontraba con todos estos amigos, estaba
feliz, y todos nosotros compartíamos juntos esta felicidad.
Poco después de su salida, organizamos con otros
abogados, una cita con un colega especialista en Audiencias,
miembro de la Corte Europea de los Derechos Humanos, en
la Corte de París, conocida a nivel nacional. Nos costaba
227
trabajo aceptar el juicio, aún cuando el asunto estuviera
cerrado, aún cuando cada uno había purgado su pena, aún
cuando el tiempo pasaba y debiera de apaciguar los espíritus.
No llegábamos a aceptar el abuso de poder que se había dado
desde el principio de esta injusticia. Después de consultar el
expediente, las partes y la decisión, nuestro colega nos dijo
que no pensaba que tal juicio pudiera existir: iCinco años por
cuatro días de ITI, nunca había visto esto en toda su carrera!
Él añadió: "iUsted nunca hubiera debido aceptar esta
decisión, nunca! iNi siquiera existe motivo!" Esto significaba
que el juicio había sido llevado a cabo sin explicación alguna,
nada justificaba la pena. En el momento en que nos íbamos,
insistió "Se trata aquí de un grave atentado contra la
Justicia y contra los Derechos Humanos. Si usted lo desea,
puede hacer que este expediente sea reabierto."
Lo que estábamos escuchando venía a agregarse muy
naturalmente a las pruebas acumuladas durante estos largos
meses. Ellas me habían forjado, me habían enseñado la vida,
los seres humanos también. Gracias a ellas supe, también a
costillas mías a veces, que a menudo había que atreverse, hay
que dar la zancada, tener la audacia para ir más lejos,
atreverse a perder para ganar, atreverse a descender para
subir mas, atreverse a caer para incorporarse mejor y
alcanzar un saber. Aprendí también, gracias a René, gracias
al ejemplo que daba a diario, a combatir mis miedos y estos
prejuicios, estos temores que nos encarcelan y nos impiden
avanzar, evolucionar, afrontar.
Así que hoy, más que ayer, tomo las oportunidades con la
inteligencia que se adquiere con el transcurso del tiempo, el
228
tiempo de nuestras propias experiencias, que nos ofrece la
Sabiduría de poder tomar o no tomar. Intentaba cada día
aplicar lo que René me explicaba. En primer lugar "conviene
entrar en el fondo de sí, dejar hablar a lo mejor de su ser,
rechazar todo lo que está mal, no dejarse invadir por
pensamientos negativos y malos. El pensamiento es una
primacía, hay que saber domesticarlo, no hace falta que sea
él que domine."
Apenas era evidente, y sin embargo mi camino iniciaría
con un trabajo diario sobre mi pensamiento, hasta que éste se
volviera ordinario y simple, formara parte de un estado
mental.
René me expuso que el pensamiento era la interpretación
del Hombre, todo era sólo interpretación, en nosotros está
encontrar el sentido verdadero. Él añadió: "La inteligencia
del ser humano siempre estará limitada a lo que él cree, a
sus creencias profundas."
Mientras que yo comenzaba a dominar los pensamientos,
a proyectarlos a un nivel más elevado, también intensifiqué
los esfuerzos para no dejar interferir a ningún elemento que
pudiera derribar todo este trabajo. El primer bosquejo
consistía, pues, en tener los pensamientos más puros.
Comprendí más tarde - porque había una continuación -
que no había que conformarse con este hecho establecido:
pensar era una cosa, pero igualmente en un estado de
conciencia, no era forzosamente evidente.
229

Mi búsqueda consistía ahora en aplicar el pensamiento a
un estado superior de conciencia. A medida que yo deseaba
c~mprender, René me daba claves, las interpretaba como la
piedra angular de una pirámide.
. Él tenía una noc:ión muy precisa del tiempo, decía
siempr~ que no habia que perderlo, yo también había
aprendi?o esto; cuanto más dejábamos pasar el tiempo, más
lo perdiamos, ya que, de alguna manera, retrasábamos
nuestra ascensión.
Un día, me dijo: "Crees y piensas tener razón, pero
debes saber que aún si tienes razón, en la vida nunca
~endr~s raz_ón. '~ Analicé su reflexión, por lo menos lo
mtente. Tema, sm embargo, dificultad para asimilar lo que
René me trans~itía. iNo fue sino hasta más tarde que una
desventura me hizo entender cuán importante era dejar a un
lado el orgullo y poner por delante el Amor, esa era la clave!
El Amor es la fuente de la aplicación.
iÉl tenía razón!
La h~m~ldad es una de las claves, forma parte de un
todo, es mdispensable poder ser humilde para comprender
al otro, para amar, ayudar, escuchar y compartir.
Un día entr~ a una casa. Sobre una pared estaba colgado
un cuadro debaJO del cual estaba escrito: ''La Sabiduría se
230
adquiere en la prueba." Estuve de acuerdo inmediatamente
y sin vacilación, pero René me invitó a la reflexión: "¿Crees
realmente que esto refleja la verdad? En realidad, la
prueba generará la Sabiduría solamente si el ser humano
se atreve a cuestionarse, a poner en duda su lugar en la
humildad. En ese momento, él avanza, pero si se sufre una
prueba, ello significa que no acepta la humildad; así, uno
no puede evolucionar."
A eso él añadió: "Debes saber que el valor verdadero de
un país se reconoce por su justicia. La Justicia es uno de los
pilares de la Sabiduría; si un país toma esta vía, se hará un
país muy grande, y cuando te digo un país muy grande, no
es ni por su superficie ni por el número de habitantes, sino
por su saber que le dará la supremacía, como a un hombre.
¿Qué es lo que le da su valor? No es ni su corpulencia, ni su
potencia material, sino su saber, su Sabiduría."
Yo comprendía que la prueba, desgraciadamente - o
más bien afortunadamente-, sólo le permitía al ser humano
evolucionar, sí y sólo sí, él se atrevía a buscar y a
comprender el por qué o el cómo llegar. La prueba es un
medio de ayudarnos a indagar los secretos de la vida.
231

VII. El reínícío de los negocíos
Cuando René fue liberado, decidió dedicarse otra vez a los
cimientos de su patrimonio. Ni siquiera se dio tiempo para
' 1
reflexionar porque debía comenzar inmediatamente, sin
esperar. Nadie más podía continuar en su lugar, todos esos
eventos nos habían agotado. Hicimos todo a nuestro alcance
para mantener el edificio que René destinaba a su labor
humanitaria.
Apenas firmada y acordada su salida, él ya estaba de
nuevo trabajando en las obras que había dejado en espera,
abandonadas. Los contratistas se habían retirado porque no
lo veían salir de prisión, sabían que todas las peticiones de
libertad habían sido negadas. Tenía fuertes deudas y
nosotros, los abogados, o todos los que le ayudábamos, no
habíamos podido hacer gran cosa porque no conocíamos el
mundo de los bienes raíces. René tenía mucho qué hacer; los
cimientos estaban allí, ipero en qué estado! Él no sabía por
dónde empezar, la situación era muy crítica,
verdaderamente catastrófica. Él nos comentaba: "Estoy feliz
de estar fuera, principalmente por ustedes, para ayudarles,
apoyarlos, tomar el relevo. No podía aceptar continuar
encerrado sabiendo que ustedes tenían tantas dificultades."
' 1
1
232
De hecho, René permanecía muy tranquilo, aún cuando
yo estaba segura de que en el fondo estaba muy preocupado.
Él nunca lo demostraba. Supe mucho más tarde que pasaba
horas caminando por la ciudad, errante, para reflexionar e
intentar encontrar soluciones a la falta de financiamiento, a
los vencimientos que tenía que pagar, a los numerosos
trabajos que tenía que realizar. Por fortuna, había
conservado la confianza de los bancos a pesar de que la
mayoría de sus cuentas habían quedado sin fondos.
Regularmente le preguntábamos si pensaba que podía
arreglar todo esto porque nos parecía una empresa enorme
que nos superaba completamente. Paradójicamente, ahora
que él acababa de ser liberado, nos sentíamos invadidos por
la tristeza. En lugar de sacar provecho de su libertad recién
recobrada, René intentaba por todos los medios de
encontrar una salida, teníamos fe en él, porque no se dejaba
desestabilizar fácilmente. Él tenía fe en Dios y nosotros lo
sabíamos.
Mientras que se dedicaba esencialmente a reconstituir
sus negocios, intentábamos regresar poco a poco a nuestra
cotidianidad. Los episodios curiosos continuaban
produciéndose, como el que voy a narrarles más adelante,
como muestra de que René, a través de todas sus pruebas,
había logrado abrirse un poco más a este saber que él
buscaba, y que continuaba provocando sucesos que cada
vez, nos dejaban perplejos.
Yo debía ir a París por razones profesionales. Tenía mi
boleto desde hace varios días; mis cosas, sobre todo mis
expedientes, estaban listos. Pensando que no tenía porque
233
apurarme, me tomé mi tiempo, pero una intuición me hizo
revisar la hora. Cuando vi mi boleto, me di cuenta que el
horario que yo recordaba no era el correcto, no era aquel en
el que el tren debía irse: iel tren partía en cinco minutos y la
estación se encontraba del otro lado de la ciudad!
Enloquecida, comprendí que me harían falta por lo menos
treinta minutos para llegar. Cuando le dije a René, que debía
llevarme a la estación, que acababa de perder mi tren y que,
debido a mis citas, esto era grave, él me dijo: "Toma tus
cosas y vámonos. - Pero esto no sirve para nada, se acabó.
iEn este momento, el tren arranca! - Vámonos, te digo."
Mientras íbamos en el coche, yo no dejaba de repetirle:
"iEsto no sirve para nada!", y él no dejaba de responderme:
"El tren te va a esperar, no te preocupes. - ¿Así nada más,
'el tren va a esperarme?' i! iPero si ya se fue!"
De hecho, atravesar la ciudad fue más rápido de lo
previsto y llegamos a la estación para encontrar un lugar de
estacionamiento justo enfrente. Pero, bueno, yo tenía quince
minutos de retraso y continuaba sintiéndome muy
intranquila. Sin embargo, me apure a entrar en la estación
porque había conservado en la cabeza la frase de René. Miré
los trenes en la puerta de salida y, isorpresa, el mío todavía
no se había ido! Me eché a correr porque las puertas aún
estaban abiertas, y escuché en los altavoces que el tren
estaba por salir. Tuve tiempo brincar sobre el escalón y un
segundo después, las puertas se cerraban. ilntrigada, le
pregunté al primer inspector por qué el tren estaba
retrasado! Él me explicó que era por una verificación
mecánica. Pensé nuevamente en las palabras de René, "el
tren te va a esperar" y lo llamé de inmediato: "¿Cuándo me
dijiste 'el tren te va a esperar', era una visión? ¿sentiste que
234
estaba retrasado, o es otra cosa?" "iFuiste tú! me respondió
con humor. Esto podría efectivamente haber sido la
percepción de un problema mecánico, pero cálmate, no es
en absoluto el caso, lo importante era que no perdieras tu
tren." Yo le pedí más detalles. "Te explicaré a tu regreso."
Lo importante es que pude llegar a tiempo a mi cita y me fue
muy bien.
A mi regreso, me apresuré a preguntarle cómo podía
hacer tales cosas. Él me explicó que "no es necesario
buscarle misterio a ciertos hechos: He dedicado mi vida a
toda esta búsqueda, y el don de si mismo hacia el mismo
ideal sin dejarlo nunca, esto crea en el transcurso de los
años una apertura de mente, un saber, otra forma de
pensamiento, otra forma de vida. Si se acepta que el
espíritu (el alma) existía mucho antes de lo físico (el
cuerpo), esto quiere decir que el espíritu modeló el cuerpo y
todo lo que lo constituye a su imagen; así, nuestro cuerpo
es la expresión del espíritu, es a este último al que hay que
reconocer como supremo, como inteligencia superior; y
como él tiene el poder de modelar el cuerpo de los seres
humanos, esto quiere decir que tiene acceso a los átomos
que constituyen la materia, incluso a los del tren; pues por
evidencia lógica, si se entra en contacto con este 'yo
interior', nuestras necesidades, nuestros deseos, pueden
realizarse, ya que en ese momento tenemos un contacto
directo con el espíritu es decir, lo que constituye y manda a
la materia. Así, como puedes comprenderlo, no hay ningún
misterio. Es sencillamente un saber al cual cada uno tiene
el derecho de acceder, a condición de tomarse la molestia
de buscarlo y de aplicarlo."
235

La vida seguía su curso, muy despacio. Nos costaba
trabajo darnos cuenta que René estaba entre nosotros, él
trabajaba mucho para intentar enderezar sus negocios. A
pesar de sus preocupaciones, conservaba la sonrisa para sus
allegados. Aún no había tenido tiempo de sacar provecho de
su liberación ni el tiempo de reencontrar una vida de
familia. Nosotros nos sentíamos tristes de verlo así, tan
preocupado pero, al mismo tiempo, felices de saberlo libre.
Eso era lo más importante.
Él me impresionaba siempre, lo había aceptado todo,
acogido con una gran paz, incluso su estancia en prisión,
aún cuando no sabía cuánto tiempo se quedaría al~í,
sencillamente porque debía aceptar su camino, su vía. El
decía que la vida era un esfuerzo constante. Ahora René
estaba libre y podía estar presente, especialmente para
apoyar a su hermano Serge en el luto que estaba
atravesando; su hija de veintisiete años acababa de morir en
un accidente, dejando atrás a un niño de siete años de edad.
En mayo de 2004, la gendarmería del departamento de
la Drome se puso en contacto con René vía telefónica:
"¿conoce usted a una muchacha que se llama Marielle M.?"
Súbitamente se sintió con el corazón oprimido y vio
imágenes; con tono grave, respondió: "Sí, es mi sobrina, la
hija de mi hermano. Es algo grave, ¿verdad?" El gendarme
contestó afirmativamente: "Ella está en el Hospital de
Valencia." René preguntó entonces si su hermano había sido
informado, pero el gendarme afirmó: "Su sobrina no traía
236
nada, ninguna identificación, solamente un pedazo de
papel con este número de teléfono, el suyo." René colgó y
me dijo: ''Algo me preocupa, no siento más a mi sobrina."
Sentí escalofríos en todo el cuerpo.
Telefoneó inmediatamente a la mamá y, sin perder un
segundo, nos pusimos en camino. Había decidido
acompañarlo a casa de su hermano; él no sentía más la
presencia de su sobrina Marielle quien, desgraciadamente,
ya había dejado nuestro mundo material.
Nunca antes había visto así a René. Estaba paralizado,
como atrapado en otra dimensión. Se reunió con su
hermano y pasó una gran parte de la noche con él para
contenerlo en esta prueba difícil y dolorosa, para ayudarle a
aceptar la partida de su hija. Por la noche, él sintió la
presencia de Marielle que quería entrar en contacto con él;
ella no tenía a nadie más quien la pudiera escuchar.
René me iba contando a medida que las cosas ocurrían,
viví con él cada uno de esos instantes. Marielle no llegaba a
comprender lo que le sucedía, lo que le había pasado, no
había tenido tiempo de darse cuenta que ella y su
compañero, viajando en moto, habían chocado de frente,
contra un enorme camión de carga pesada y ambos habían
fallecido en el acto. En efecto, ella no se había dado cuenta
de que estaba muerta.
237
 Cuando me dijo esto, me estremecí. Sentí el lugar
enfriarse súbitamente, sentí escalofríos en todo el cuerpo, y
yo misma capté su presencia. Marielle le hablaba de su hijo,
le pedía continuar velando por él, luego le mostraba la visión
de su papá, que había ido a verla la misma tarde al hospital.
René continuaba contándome: "iMientras que su papá
lloraba sobre su cuerpo en la morgue, ella trató de hablarle
iEstoy allí papá! iEstoy allí! iA tu lado!', y ella no
comprendía por qué él no la oía y no la veía. Ella insistía
intensamente, con toda su voluntad, desgraciadamente sin
resultado, ya que su papá veía sólo su cuerpo rígido, inerte.
Esto es lo que sucede cuando un ser fallece brutalmente, no
se da cuenta, pues no ha tenido tiempo de comprender que
pasó de un mundo al otro."
Marielle quería, sobre todo, proteger a su hijito, le pedía
ayuda. iElla no podía irse pues no se sentía en paz! "He aquí
el caso de un alma que no puede elevarse y salir del mundo
psíquico, porque está angustiada por su niño a quien deja
detrás de sí."
René la tranquilizó en lo que se refería a su hijo,
asegurándole que siempre estaría pendiente de él, y que
Malcom se iría a vivir con su abuelo que lo amaba. Después
Marielle llamó a René desde la funeraria; deseaba su
presencia y la de su familia cerca de ella porque allí, donde
se encontraba, tenía miedo, sentía la angustia de ser
olvidada, abandonada.
238
El responsable de la funeraria le informó a la familia que
Marielle estaría visible sólo a partir de las dos y media de la
tarde. A las doce y media en punto, Marielle se puso en
contacto con su tío y le dijo: ''Estoy en una sala, pueden
venir a visitarme. Ven ahora, te espero, no tardes." El papá
no comprendía la prisa de su hermano, pues aún no daban
las dos y media. Entonces René le dijo que acababa de estar
en contacto con su hija, y reveló su presencia en la casa. Ella
no se separaba de René quien era su único contacto directo.
Marielle tenía miedo de quedarse sola.
Ella le transmitió un mensaje, dirigido a su padre, con el
fin de tranquilizarlo. Inclusive agregó ciertos detalles que
sólo él conocía. Serge se sintió proyectado hacia ella, ahora
se sentía mejor, como tranquilo de saberla allí, muy cerca,
en alguna parte, aún cuando no podía verla, ni tocarla, la
sentía mucho más fuerte ahora, y comenzó a hablarle en voz
alta; él le preguntó a su hermano si Marielle lo escuchaba.
René le indicó que sí, y le dio algunos detalles sobre el
mundo en el cual ella se encontraba. René, a quien yo seguía
paso a paso, estaba en un estado de trance con el fin de no
dejarla y conservar el contacto con ella.
Partimos con destino a la funeraria. Y allí,
efectivamente, Marielle nos esperaba, estaba lista en un
salón. Me acerqué a René, quien me dijo que estaba
intentando ver cómo sacar a su sobrina de este pasaje, cómo
podía ayudarle a irse en paz hacia la luz. Terminó por
comprender que era su compañero el que la preocupaba, él
también había fallecido en el momento del accidente, al
239
mismo tiempo que ella, ella lo buscaba porque no estaba
cerca.
De hecho, él se encontraba en otra funeraria, en otro
pueblo. René le dijo a Marielle que él iría a visitarlo y la
invitó a quedarse cerca suyo, a seguirle. Él podía llevarla con
su novio, así ella podría entrar en contacto con él. A la
mañana siguiente, nos fuimos a la funeraria donde él se
encontraba, a unos treinta kilómetros. Marielle ya estaba
calmada respeto a su hijo, pero debía superar el paso de
aceptar liberarse. Siguió a René como su sombra, hasta que
ambos estuvieron al lado de su compañero.
René pudo ver cómo se reencontraban y, en ese
momento, un triángulo de luz muy densa, venido de Arriba,
los inundó a los dos. Él me dijo: "iQué lástima no poder
compartir estas visiones tan bellas, tan maravillosas, al
alcance de todos, qué ocurren allí,frente a nosotros, sin que
sus ojos las puedan ver!" Pude, sin embargo, sentir a
nuestro alrededor una paz que invadía la sala.
Marielle había quedado liberada y podía irse en paz a
este mundo que llamamos espiritual. Más tarde le hice
muchas preguntas a René: "¿Ella no seguía preocupada por
su hijo? ¿Entraría en contacto de nuevo? ¿Qué pasaba con
las almas que no tenían la suerte de encontrar o de tener
cerca de ellos alguien para guiarlas, ayudarles?" Esto me
preocupaba un poco.
240
En cuanto a Serge, necesitaba saber dónde estaba su
hija, qué hacía y si continuaría viniendo a visitar a René
regularmente.
René se sintió finalmente aliviado porque, como me
dijo: "Es dificil para mí sentir a alguien que se va sin haber
encontrado la paz, mi sobrina no se separaba de mí; el
tiempo ya no existe para los que se van y me suplicaba
sacarla de allí. Marielle puede ahora cuidar a su hijo en
paz."
Yo había experimentado la "experiencia-medium" de
René y me conmovía sentir el despido de una joven mamá
que dejaba atrás a su niño ... Por primera vez veía a René en
la pena, él que había vivido tantos sucesos difíciles. De
hecho me daba cuenta que, cuando la dificultad, la prueba,
lo tocaban a él personalmente, no mostraba ninguna
confusión, no dejaba transparentar nada. Pero tan pronto
como se trataba de la pena de los otros, le costaba trabajo
aceptarla. En ese instante, él vivía intensamente la pena de
su sobrina, de su hermano y me decía: "Nada más doloroso,
nada peor que perder a un hijo."
René acostumbraba visitar a su hermano, a su familia.
Al mismo tiempo, se reincorporó a su trabajo, reactivó sus
proyectos, ésos mismos que tenía antes de ser encarcelado.
No había perdido de vista su meta: lo humanitario se había
convertido en su caballo de batalla.
241
 Intentó levantar y arreglar todos sus negocios,
reorganizar el sistema financiero. Él acababa de sufrir las
peores degradaciones, lo habían humillado, separado de los
suyos, despojado económicamente por completo, acababa
de pasar dos años y medio en prisión. Durante este
encarcelamiento, habían hecho todo lo posible para que
perdiera todo, que se quedara sin nada, tratar de
encontrarle nuevos cargos de inculpación; pero, a pesar de
esta agresividad, había salido más fuerte, más sabio, más
determinado aún a dar su vida entera para ayudar al
prójimo: "La Piedra será mis cimientos, la prisión será la
tierra sobre la cual sembraré lo humanitario." Él pensaba
en el futuro, el futuro próximo y, rápidamente, me señaló:
''Dentro de seis meses echaré a andar el primer centro de
salud, ahora puedo pensar en hacerlo posible." Yo sabía que
este proyecto ya estaba en marcha, porque en cuanto él
anunciaba un acontecimiento, todos los elementos se
embonaban para su realización.
Yo admiraba su valor, la confianza que transmitía. Pasé
años observando vivir y actuar a René ... me daba cuenta que
estaba al lado de un ser que no se parecía a ninguno otro,
que era capaz de hablar de Dios sin imponer una religió~,
que hablaba del Amor, siendo digno de representante. El
llevaba a Dios en él, llevaba el Amor en él. Me di cuenta poco
a poco cuánto este ser me transportaba hacia un mundo de
sutileza, de magia, de vida gracias al ejemplo que nos daba.
Retomó el camino de las adquisiciones de bienes raíces:
''No debo perder el tiempo, me hace falta obtener
resultados y rápidamente", decía él. Volvió a agarrar el
242
ritmo que había abandonado durante su encarcelamiento,
pero trabajaba de modo diferente. Sin embargo la vida no lo
trataba tan bien. Su pequeño Jauffré, de cinco años y medio,
fue víctima en agosto 2004 de un accidente vascular
cerebral. iQuedó gravemente paralizado del lado derecho del
cuerpo y puedo asegurarles que, ver a un niño en tal estado,
es la cosa más conmovedora del mundo, más aún cuando
Jauffré se daba cuenta de lo que le pasaba! Fue
hospitalizado inmediatamente. René, en estos instantes
dolorosos, me reconfortaba inmediatamente asegurándome
que "todas las investigaciones que se podrían hacer para
intentar diagnosticarlo no servirían de nada, porque su
estado venía por todo lo que había vivido durante el
período de encarcelamiento, esta pérdida súbita. Él se iba a
recuperar". Todos los días en el hospital, René atendía a
J auffré quien pudo recuperar rápidamente gran parte de la
movilidad de los maxilares, del brazo y de la pierna. La
rapidez de esta recuperación sorprendía un poco al servicio
neurológico. Todos los exámenes practicados durante varios
meses y hasta el momento no revelaron nada, la única
explicación posible era el drama que J auffré había vivido
durante dos años y medio.
Los profesores creen que J auffré es un nmo muy
sensible que vive intensamente sus emociones y qué,
ciertamente muy dolido y golpeado por las imágenes que su
pequeño cerebro había grabado, había sentido la necesidad
de hacer brotar toda la carencia afectiva suscitada por la
"ausencia" de su papá. iHe aquí por qué Jauffré había sido
diagnosticado como autista límite, y que corría peligro de
volverse totalmente autista si su papá no hubiera salido a
tiempo! Todos sus sufrimientos habían salido así y "la
243
válvula de seguridad se había soltado". Esta fue su manera
de sacar lo que había vivido y que nunca había podido
expresar durante estos años de carencia afectiva. Hoy el
pequeño Jauffré continúa bajo la observación de diversos
doctores y especialistas, pero desarrolló
extraordinariamente el sentido de la intuición.
Su hijo estaba mejor, estaba en camino; René dejaba su
corazón y su espíritu cerca de él. Además reflexionaba horas
enteras, analizaba; después buscaba soluciones que, a
menudo, encontraba en la meditación. Comenzó
nuevamente a meditar, porque este nuevo inicio en la vida
no era tan fácil, y un día, después de pasar largas horas
sumergido en su meditación, salió de ella para decir: "iEso
es! Ya sé cómo abrir las puertas de lo negocios, voy a
comprar un lindo auto."
Esto no dejó de sorprenderme, él que no era para nada
materialista, a quien había que darle consejos para vestirse
- era capaz de ponerse cualquier cosa-, que nunca usaba
trajes de marca, excepto, los que le habían regalado. iA
veces, sus amigos y yo misma nos burlábamos
amistosamente de él, haciéndole notar que, estaba usando
un traje fino! Él nos respondía ingenuamente, mirando su
ropa: "iEs de marca? Ah, bueno." Siempre permanecía
modesto, sin alardear, sin hacer falsas promesas: "Voy a
comprar uno de los coches más bellos, un Ferrari. Mañana
voy a una agencia especializada para iriformarme." iTodos
nos quedamos atónitos! Él, que nunca se había acercado, ni
de cerca ni de lejos, a un coche como ese ...
244
No pude evitar aprovechar el momento oportuno para
recordarle: "Me acuerdo que hace mucho tiempo, me dijiste
que un día yo tendría un Ferrari, así que veo que el
momento ha llegado. También me dijiste que un día tendría
un castillo con un gran parque, grandes árboles y una
fuente delante."
Evidentemente yo comprendía que si René decía que
debía tener un Ferrari, era porque debía tener un Ferrari.
Sencillamente era necesario porque le iba a permitir
avanzar, ubicarse y acceder a un nivel mucho más elevado
en el mundo de los negocios. Entendí rápidamente el por
qué, y ustedes lo entenderán también.
Necesitaba ayuda financiera para realizar sus proyectos
y yo sabía que "allá arriba" le darían lo necesario para
obtenerla. Era evidente que este coche formaba parte de lo
que le prestaban para lograrlo.
Entonces, al día siguiente se metió en la sala de
exhibición de una concesionaria Ferrari. En cuanto entró, de
entre una decena de coches, se fijó en uno: "Ése es el que me
hace falta." El vendedor le dijo: "iYa ha tenido usted uno?"
"No, nunca me he subido a este tipo de auto." Sin esperar, y
sin siquiera probarlo - y había una razón para ello, pues
para él se trataba sólo de una herramienta de trabajo que le
permitiría llegar más lejos - hizo rápidamente unas
preguntas, se informó y, finalmente terminó el asunto:
245
"iCuándo puedo venir a recogerlo?" Así es como se hizo
dueño de un Ferrari, pues el financiamiento le fue otorgado
inmediatamente.
iMás tarde, reemplazó este Ferrari de un rojo
resplandeciente por un modelo al último grito de la moda
amarillo brillante! Conservó este lujoso automóvil cerca de
dos años, el tiempo que le tomó abrirse las puertas para
hacer inversiones mucho más importantes. Hoy en día,
revendió el hermoso coche italiano y se sintió aliviado, lo
reconozco, porque, como se lo había dicho el vendedor: "iUn
Ferrari lo viste a uno!"
El famoso coche marcó este período y ini hablar de su
entorno! Apenas unos meses antes, todos sus negocios se
estaban yendo a pique sin que él supiera cómo levantarlos y
hoy, manejaba un Ferrari. Este automóvil hizo felices a
muchos, porque René no vacilaba en dejarlos a todos hacer
una prueba, en darles "vueltas de carrusel", como a menudo
yo me divertía en susurrarle.
Una vez más él no se había equivocado, este automóvil
le abrió las puertas y muy pronto recibió muchas ofertas
para adquirir mas bienes inmobiliarios; muy rápido pudo
volver a montar y desarrollar sus cimientos. Reorganizó
todo, llegó a crear varias empresas, entre ellas una que
estuvo dirigida por su sobrino Stéphane, el hermano de
Marielle, cuyas grandes capacidades lo llevaron a ser, al día
de hoy, responsable de la gestión de todas las empresas en el
sector.
246
Por otra parte, René deseaba tener a su lado a, algui~n
que lo apoyara en los asuntos bancarios. Unos dias mas
tarde fue contactado por Bernard, antiguo director de un
banc~ muy interesado en los proyectos humanitarios y quien
le proponía sus servicios para ocuparse de todo el aspecto
financiero.
Las cosas empezaron a funcionar de otro modo, más
ordenadas, porque René ya no iba a estar solo; desarrol~ab,a
nuevos contactos profesionales y por lo tanto, ya no sena el
quien se encargaría de las ventas. Había conseguido obtener
la confianza de sus nuevos socios y su coche, tal como él lo
había presagiado, le había facilitado mucho las relaciones y
también le había generado nuevas propuestas.
Varios meses pasaron, y aún estando tan respaldado por
gente seria, René no dejaba de trabajar. Pasaba a los bancos,
visitaba los edificios, las obras, veía a los agentes
inmobiliarios. Daba la impresión de estar por todas partes a
la vez.
Un día un agente inmobiliario especializado entre los
notarios le' hizo una propuesta sorprendente: "Un.ay un
castillo 'que pronto va a ser puesto a la venta. iLe
interesa?"
Durante el período en que su patrimonio continuab~
consolidándose, reorganizándose, y aumentando, Rene
247
seguía ayudando a todos los que se habían quedado a su
lado durante todo este camino y que habían "cruzado el
desierto" con él. Me acuerdo de esta frase que me dijo:
"Devolveré al cien por ciento la ayuda que me brindaron
todos los que tuvieron la fuerza y el valor." Yo sabía que lo
haría, no eran palabras al aire. Sabía que los que lo habían
apoyado no lo habían hecho para recibir algo a cambio pero
en todo caso, yo estaba segura que René haría lo que había
dicho. Y hoy, estoy feliz y encantada de ver que él le
retribuyó a cada uno y cada una, en su medida. Reconozco
en el fondo de mí que me sentía orgullosa de su actitud, de
ese respeto por la palabra dada, del respeto que él mostraba
hacia los demás. Él no olvidaba a nada ni a nadie y esto sólo
confirmaba lo que sentía en mi fuero interno.
Fuimos entonces a visitar este famoso castillo que René
acababa de comprar. Qué lugar tan maravilloso, un parque
arbolado de varias hectáreas, en el cual había un hermoso
estanque que albergaba una bonita cascada, árboles
inmensos, algunos de ellos centenarios, y luego una fuente,
una construcción que había envejecido de una manera
preciosa, estaba allí, delante de este castillo que debía de
guardar muchos secretos, tan bello, alrededor de la cual se
erguían esculturas de Ángeles. Detrás se levantaba un
pequeño y magnífico bosque y, más atrás aún, una hermosa
capilla cuyas paredes develaban murales que habían
desafiado el tiempo.
Parecía como surgido de un sueño lejano ... o más bien
del saber de René, porque era así. Este castillo no era para
él, también pertenecería y formaría parte de los cimientos.
248
René poseía en él la fuerza del Amor, la fuerza de los
demás. Nunca dejé, ni de cerca ni de lejos, de cuidar ,cada
día a este ser a quien observaba como espectadora. El no
ces~ba de sorprenderme. Yo que tenía fe desde mi más
temprana infancia, yo que siempre busqué Dios, le
encontraba en este ser que me fascinaba. Comprendía que
todos estos años compartidos con él, cerca de él, me habían
servido para comprender mejor la fe. El simple hecho de
verlo vivir a diario era un ejemplo de vida, cada día lo veía
afrontar con inteligencia y Amor las situaciones que se le
presentaban.
Dejó de entrar en meditación profunda porque e~to se le
hizo imposible; aún cuando lo deseaba, no lo podia ~ac~r
más. Las preocupaciones cotidianas, la carga de trabaJo s~n
descanso, no lo impedían avanzar; sin, embarg~, .Y.º sabia
que algo había cambiado. Yo que tema la. posibilidad de
estar presente siempre a su lado, lo miraba llena de
exaltación. Él continuaba y perseveraba en su vía de bondad,
de interés por los otros; él progresaba sin retroceder y lo
extrañábamos, porque apenas lo veíamos. Trabajaba mucho,
le dedicaba todo su tiempo.
Este período había llegado a su fin, René me confesó,
poco tiempo después, que él debía pasar a otra fas~. ~e
hablaba de lo que había estado buscado y puesto en practica
durante todos esos años de camino; me dijo que durante
toda su vida a través de sus meditaciones profundas y sus
' .
pruebas, había pasado a través del pensamiento para
249
trascenderlo. Le pregunté inmediatamente qué quería decir,
además de la frase literaria, "superar el pensamiento, siendo
superior a él." lCómo podía superarse el pensamiento? ly
pasar a través de él? lQué significaba esto concretamente?
lCómo podíamos llegar a eso? Quería saber, comprender
todo. Él me explicó:
"Trascender el pensamiento nos permite hacer mucho
más que lo que podemos lograr con nuestro cuerpo,
nuestro pensamiento y nuestra inteligencia. Hay dos
modos de llegar a eso. La primera es retirarse de la
sociedad para aprender el saber espiritual que, en el
transcurso de numerosos años, permite trascender el
pensamiento, como lo han hecho los grandes maestros que
aún viviendo apartados de todo, ayudan a un gran
número de personas. Esto exige mucho esfuerzo de
concentración.
"La segunda consiste en aprender el saber espiritual y
expresarlo entre la sociedad, es decir, continuar viviendo
en la sociedad. De esta manera, la aplicación del saber en
la sociedad permite pasar a través del pensamiento y, así,
trascenderlo; esto permite llevar a cabo en esa sociedad
cosas que superan la lógica racional, porque el ser humano
está limitado naturalmente por sus pensamientos. Esto
exige mucho esfuerzo de concentración y, al mismo tiempo,
enfrentar la sociedad y vivir en ella.
"Toda persona capaz de trascender el pensamiento,
estará en condiciones de realizar grandes cosas.
• 1
250
"Ustedes no comprendían cuando, por ejemplo, Jeanne
me veía en su jardín mientras yo estaba encarcelado, o
bien cuando el tren te esperaba mientras que tú estabas a
punto de perderlo, y ustedes se decían: 'es un misterio,'
porque sencillamente el pensamiento del hombre no lo
puede explicar. Todo ser humano capaz de pensar puede
trascender el pensamiento, así él Yo mortal (el cuerpo) y él
Yo inmortal (el alma) se encuentran en contacto de un
modo conciente, y permiten lograr cosas hermosas. Esto es
un saber que todo el mundo puede aprender, y es por eso
que no posee ningún misterio."
René estaba listo para una etapa claramente superior, yo
lo sabía sin que él me dijera nada. Lo conocía perfectamente
por haber pasado todos estos años admirando su saber.
Sé que este ser extraordinario, con un trayecto
totalmente atípico, continuará el camino que le toca y que él
dedica a otros, él continuará con su camino sin detenerse, en
tanto que su vida estará destinada a trabajar en lo
humanitario gracias a estos cimientos 9.ue construyó, que
mantiene, y consolida con persistencia. El respeta a la g~nte
que hace el esfuerzo de buscar y que se empeñan en abnrse
a los otros.
A propósito de eso, un amigo mío, Gilles, buscaba desde
hace años expandir su espíritu: él analizaba todo para tratar
' de comprender mejor a la gente. René me dijo que un día
251
este chico alcanzaría un nivel de comprens10n que le
permitiría ayudar a muchas personas simplemente
hablando con ellas, porque de su búsqueda derivarán los
actos.
Un día, Jauffré se había clavado una astilla gruesa en el
dedo, sangraba y lloraba porque esto lo asustaba; Fleur
propuso tomar una aguja para retirar la astilla porque
estaba profunda. Entonces René, que estaba muy cerca, lo
tomó sobre sus rodillas y le dijo cariñosamente: ''Mira para
allá, corazoncito." Apenas había pronunciado estas
palabras, el niño ya había dejado de llorar, y - lo más
sorprendente - la astilla no estaba más allí. Fleur y yo
mirábamos la mano del pequeño Jauffré, pasmadas; no
tenía ningún rastro ni de herida ni de astilla, y
comprobábamos una vez más lo que René podía hacer en
tan solo unos segundos. J auffré regresó a jugar como si
nada.
Esto nos hizo volver unos años hacia atrás, antes del
encarcelamiento, cuando su hija había vivido la misma
experiencia, sin rastro visible tampoco. Le habíamos
preguntado cómo era posible tal cosa y si nosotros también
podríamos hacerlo. Nos había dicho: ·~veces pasan cosas
como ésta, no es algo voluntario, no pienso en nada y, sin
saber por qué, las cosas se arreglan solas, de hecho procuro
no actuar, yo diría que es la expresión de lo que hay en el
fondo de nuestro interior. Hoy, con la perspectiva y mi
experiencia, sé que cualquiera que sea nuestra identidad,
nuestra vida afectiva, nuestro trabajo, nuestros problemas,
son los esfuerzos que uno hace en la Verdad los que nos
252
abren las puertas; que la Verdad, sea interior o exterior, es
sólo una, la que permite la vida. Es por ello que hay que
comprender por qué necesitamos a otros y que la vida sin
los demás representa sólo una forma egoísta de
pensamiento. Toda vida reside en una especie de conjunto,
así es como se aceptará la idea que Dios es omnipresente, y
que uno puede, a su turno, realizar lo que se califica como
pequeños milagros."
Esto nos puso a pensar, de hecho todos estos hechos
sólo podían llevamos a eso. Había que aprender,
comprender y construir cada día, cada instante, y hacer los
esfuerzos necesarios para acceder a este saber.
A menudo pensaba que si un día podía llegar a hacer lo
que acabábamos de ver, aunque sea sólo una única vez en mi
vida, entonces podría decir que la había llenado, porque esto
significaría que ya habría aprendido no sólo muchas cosas,
sino también que las hubiera aceptado y aplicado. Esta idea
me hacía feliz.
Cuando René regresó a vivir en sociedad después de una
fase larga de meditación, nada correspondía a lo que era su
vida y menos aún su mundo, sin embargo, en el fondo de mí,
había comprendido que él también debía seguir su camino
en medio de esta sociedad, para avanzar de otro modo,
porque estar y quedarse fuera de ella, en cierto modo, era
·• 1 demasiado fácil para él. Yo, por otra parte, quería alcanzar
las cosas que lo tocaban de cerca o de lejos; su vida, su
1
concepto me intrigaban mucho; me sorprendí al decirle:
253
"Tengo la sensación de que, hoy en día, debes hacer tu
camino con nosotros, entre de nosotros, tal vez para
comprendernos mejor, para captar al hombre en todo lo
que él es cuando se ve confrontado a la vida diaria porque,
¿dónde quedan el replanteamiento, la adversidad, la
realidad de la vida, cuando uno vive fuera de la sociedad?"
Había comprendido a lo largo de estos años que René
debía pasar de una vida a la otra, que no debía limitarse
solamente a una vida meditativa de búsqueda, sino también
tener la experiencia de una vida entre los hombres para
comprenderlos mejor, comprender mejor su
funcionamiento, y poderlos ayudar. Es para alcanzar este
fin que se encontró proyectado en una vida que no conocía,
el mundo de los negocios llevado al extremo. Se enfrentó a
cada uno de los estadios del sentimiento humano, incluso al
de la maldad, que lo llevó hasta el encarcelamiento. Pero él
no había respondido ni al enojo ni al odio. No
experimentaba este tipo de sentimiento. A menudo René
decía: "Ese no es mi mundo."
impidió regresar a nuestra sociedad después de su fase de
meditación profunda.
Él estaba feliz, podía moverse más fácilmente en la
sociedad después de la prueba del encarcelamiento, lanzarse
hacia una nueva aventura, volver a ayudar y apoyar a otros
con más fuerza, a aquellos a quienes tanto quería. Él podía ir
más lejos, pero esta vez de otro modo, para construir mejor.
En el presente, lograba alcanzar lo que siempre había
buscado, el punto culminante de su vida: ayudar a otros.
Llegaba finalmente la labor humanitaria. Creó el primer
centro de salud en el país más necesitado en el mundo; digo
el "primero" porque sabía que no se trata de un fin en sí
mismo y que no será el último, pues René no iba a detenerse
en este camino tan noble.

Estos eran los conceptos que yo había tratado de

explicar, de transmitir a sus amigos que no comprendían
por qué René se había lanzado a la construcción de sus
cimientos, cimientos que eran un paso obligatorio para
alcanzar lo que él debía concebir.

Hoy todo está claro, y lo que yo había asimilado y creído

comprender, se confirmó por esta trascendencia del
pensamiento que René había querido explicarme. Esto no le

254 255

VIII. Creacíón del prímer
Centro de Salud
Paralelamente, las cosas evolucionaban poco a poco: "Ha
llegado el momento de crear nuestro primer centro de
salud. Tenemos que ir al país más pobre del mundo para
echar andar este primer centro de cuidados." Apenas había
pronunciado estas palabras, cuando todo se organizó
espontáneamente.
Así, al día siguiente, uno de sus conocidos me comentó:
"Mi hijo está casado con una joven de Madagascar, acaban
de regresar de allá. No pensaba que este país fuera tan
pobre, con tantas necesidades; el suegro de mi hijo es dueño
y mantiene un orfanato." Repetí inmediatamente esta
conversación a René, quien afirmó: "Es ahí a donde iré."
Me puse entonces en contacto con una religiosa que
debía partir a Madagascar y le pedí recopilar información
acerca de las necesidades de la gente del país. Me pudo dar
algunos datos pero no encontró al responsable del orfanato.
Más tarde se nos presentó otra oportunidad: una de mis
amigas partiría un poco después para asistir a una boda allá.
Fue ella quien realmente nos permitió obtener información.
256
Encontró al propietario del orfanato quien además, había
logrado grandes cosas con la ayuda de su esposa.
René organizó su salida para encontrarse con este
hombre, quien no vaciló en invitarle y que le aseguró que
"era un honor que alguien quisiera ayudar así a su país."
René sólo se quedó allí diez días, muy poco tiempo para
organizar todo: adquirir un terreno, encontrar los
contratistas para construir el centro de salud encontrar al
médico, y otras tantas cosas. iPero para R~né nada era
imposible y diez días fueron suficientes! Él adquirió un
terreno situado en lo alto, sobre la pendiente de una colina
bien ubicada para que los pacientes tuvieran una hermosa
vista. "Cada detalle cuenta para ayudarles a recobrar la
salud", decía. Estaba conciente que, para lograr atraer a la
gente e integrarse en este modesto país, él debía adaptarse a
la cultura local y, sobre todo, no intentar obligar a nadie a
adaptarse a nuestra modernidad. Gracias a la doctora Josette
que había aceptado ayudarle, tuvo un encuentro important~
con una 1!1-ujer famosa que curaba con plantas desde hacía
décadas. El le pidió que viniera a trabajar en el centro de
salud con el personal médico que iba a llegar allí. Después de
la entrevista, ella aceptó inmediatamente porque le interesó
mucho el proyecto de ayudar a los más desamparados. Por
otra parte, ella también ya ayudaba a mucha gente, pues
muchas personas venían a tratarse con ella. Era una mujer
muy gentil que correspondía completamente al espíritu con el
cual René deseaba echar andar su centro de salud.
257
 Fleur, amiga fiel durante todo el encarcelamiento, que
también había pasado momentos muy difíciles cuando se le
acusó por estar cerca de René, veía su más querido deseo
realizarse. Enfermera de quirófano, deseaba realmente
prestar un servicio humanitario, e ir a ayudar a los más
despojados. René iba a ayudarla a realizar su deseo. Para ella,
era la ocasión soñada, porque esperaba con impaciencia el
momento en para ir al extranjero y participar en obras
humanitarias. Fleur se fue, pues, a echar a andar el centro de
cuidados, llevando como único equipaje su valor y su
voluntad. Ella se adaptó muy rápidamente a las costumbres
locales, viviendo en una cabaña en plena sabana para lograr
ser aceptada. René permaneció en contacto permanente con
ella y dirigía de lejos, o más bien de cerca, todas las
operaciones.
La construcción se hizo en tres meses; fue un trabajo
pesado de excavación, ya que fue necesario cavar un pozo, así
el centro de salud tomaba forma, una sala de cuidados, un
gabinete médico, una sala de hospitalización. Luego, llegó el
día de la inauguración. En seguida hubo mucha gente, aún
cuando el poblado más próximo contaba con pocas viviendas.
Cuando la construcción apenas estaba terminada, para
nuestra gran sorpresa, unas personas se presentaron
reclamando el terreno sobre el cual se levantaba el centro de
cuidados. iAstutamente habían esperado el momento más
oportuno! "Recuperar el terreno" significaba "con los
edificios que allí se encontraban", ievidentemente! Dijeron
que la adquisición del terreno no se había hecho en forma.
Fleur, un tanto enloquecida, se puso en contacto con René
quien le respondió sin vacilar: "lQuieren recuperar el
terreno? Pues dáselos." En unos minutos su sueño se
"1
258
escapaba y, junto con él, el centro de cuidados, pero René
añadió: ''No te preocupes, entrega las llaves del centro a esta
gente. Todo el resto, el automóvil, el mobiliario, el
compresor, a la doctora Josette, Tú, toma tu boleto y
regrésate."
Fleur, preocupada, protestó, pidió explicaciones, pues no
entendía bien la actitud de René. Hacer todo esto para
finalmente abandonarlo tan fácilmente. Algo no le cerraba. Él
terminó por decirle: ''Esto se trata de un asunto
humanitario, no de una relación de fuerza."
Resignada, dijo que si.. .. Colgó el auricular para dirigirse a
estas personas. Temía el instante, sin embargo, lo
enfrentaba. Repitió las palabras utilizadas por René, un
discurso que los sorprendió ... Abandonar todo ... dejar todo
así, después de haber invertido tanto .... ly partir?, lsin
volver? ....
Esta reacción creó un asombro enorme entre las personas
que la rodeaban, que , de hecho no la dejaban partir ... se
encargaban ellos mismos de poner en orden este problema
con las personas que querían recuperar el terreno; luego, se
pusieron de acuerdo , se organizaron para contactarse en
forma inmediata con personas bien ubicadas dentro del
gobierno a los efectos de regularizar esta situación ... y al
poco tiempo, la Asociación Lumiere (La Luz) se tornaba una
ONG (Organización No Gubernamental).
1
La conclusión a que todos llegamos acerca de esta historia,
1
fue que René se estaba arriesgando con su decisión tan
259
directa ... sin vueltas ... sin dudar ... una decisión tan
arriesgada que nos había hecho pensar durante unos
instantes: "iLo perderemos todo!". Pero René fue quien dijo:
"No dudes en dar, para seguir avanzando .... " De hecho,
esto tuvo como consecuencia un premio mil veces mayor.
El centro de salud arrancó con fuerza, con un médico
general de planta, ayudado por la mujer que practicaba la
medicina herbolaria; los nativos recorrían a pie a veces
varios kilómetros de la sabana para recibir cuidados
gratuitos. La gente iba de toda la isla y los edificios pronto
resultaron insuficientes para todos los que llegaban. La sala
de hospitalización estaba ocupada al máximo de su
capacidad, y los pacientes que debían ser hospitalizados
esperaban en unas cabañas vecinas al centro de salud
acogidos por los habitantes o, si no, se alojaban en tienda~
de campaña levantadas precariamente con toldos, o hasta
en remolques de camiones antiguos.
Progresivamente, se construyeron casas alrededor del
Centro y hasta hoy no han dejado de desarrollarse, a tal
punto que ahora ya forman un verdadero pueblo con
comercios de toda clase. El centro de salud ha alcanzado tal
fama que trabaja en colaboración estrecha con el hospital de
la capital. Situado en Benjuí, a unos treinta de kilómetros de
Tananarive, funciona desde hace cerca de dos años.
Recibimos cerca de doscientos enfermos al día, tanto para
las consultas ~ cuidados, como para revisiones de control, y
cerca de trescientas personas en total, están hospitalizadas;
260
ahí tratamos cerca del ochenta por ciento de los tumores
cancerígenos, niños con hidrocefalia y microcefalia, y
muchas otras patologías como el cisticercosis, diversas
dermatosis, etc. El centro prodiga actualmente unos tres mil
cuidados gratuitos al mes.
Hemos alcanzado una tasa muy elevada de sanac10n
gracias a este conocimiento y experiencia ancestral de
cuidados mediante las plantas, que los nativos dominan
perfectamente al haber conservado la práctica. Además, este
método permite cuidar a más personas y ayuda al mismo
tiempo, a perpetuar la cultura del país, René afirma que en
los quince años próximos las plantas van a tomar un lugar
fundamental en la medicina moderna de nuestra sociedad.
Gracias a la creación de este centro de salud, René logró
no sólo comenzar con lo que siempre deseó hacer -labor
humanitaria - sino que también inició un camino que no se
detendrá pronto y, mientras su fuerza se lo permita,
procurará acabar lo que comenzó. Su idea era que si su
proyecto funcionaba en el país más pobre del mundo, podría
reproducirlo en otros que padecen un estado precario, allí a
donde sea recibido, allí es a donde Dios lo llevará. Él
también nos ha dado a cada uno de nosotros, así como a
todos los que lo desean, y somos muchos, la suerte y la
posibilidad de llevar a cabo un acto de caridad, un acto
humanitario. Yo y otros tuvimos la suerte de vivir esta
experiencia.
261
 En marzo de 2005, la doctora Josette, médico del centro
de salud, conoció a nuestro pequeño J auffré, de quien ya
sabía los problemas de salud; ella lo revisó y nos aconsejó
llevar al niño inmediatamente al centro de salud. Estaba
convencida de que los cuidados que le serían prodigados allí
serían realmente eficaces y provocarían una mejoría porque
ahí había unas plantas con las cuales se lograba remodelar
los huesos. Fleur, que vivía y trabajaba allí, confirmó estas
declaraciones. Le pedí espontáneamente su opinión a René;
"hay que ir en seguida." iPreparemos nuestro viaje sin
pensarlo dos veces!
Nos quedamos quince días y, efectivamente, el resultado
fue absolutamente convincente: Jauffré padecía de una
plagiocefalia y el tratamiento esencialmente constituido de
plantas le fue muy benéfico. La aplicación diaria pudo
remodelar su cráneo y le permitió recuperar cerca de setenta
por ciento de sus capacidades. También pude constatar la
existencia de estas plantas de cualidades sorprendentes.
En este país pude vivir momentos increíbles, no
imaginaba que podían existir lugares tan intensos, que
liberaban tanto Amor. Durante estos quince días, dediqué
todo mi tiempo a cuidar a los pacientes hospitalizados y a
los que estaban en cuidados ambulatorios.
Conviví muy de cerca con la miseria y, sobre todo, con
gente que verdaderamente carecía de los medios,
cualesquiera que fueran, para curarse. Hoy todavía doy
gracias a Dios de haber tenido la oportunidad de participar y
262
de aportar mi contribución a esta tarea y pude observar que,
en el encuentro con la miseria, reside la humildad. Descubrí
verdaderos sufrimientos, allí donde algunos gritarían, otros
se callaban
Me fui de ahí con una experiencia que me permitió dar
un paso importante en mi vida y que expandió mi espíritu y
mi corazón, me ayudó a comprender mejor las motivaciones
del hombre. Después de mí, siguieron otros que fueron en su
momento, a vivir esta experiencia maravillosa, que se
desplazaron exclusivamente con el fin de poder ayudar a
cuidar a todos estos pacientes: Brigitte, Bernard, Marie-
Mathilde, Magali. Sé que otros todavía esperan el instante
de poder hacerlo también.
He aquí una anécdota que me pareció a la vez bonita y
un poco singular. Una jovencita, Magali, deseaba muchísimo
irse en misión humanitaria y nos confió cómo se había
topado con nuestro centro de salud. Se había puesto en
contacto con diversas ONG y otras organizaciones
internacionales sin lograr que la reclutaran porque algunas
exigían requisitos especiales, y otras que proponían
programas sin pedir requisitos, pero que en cambio
solicitaban gastos de participación algunas veces elevados.
Hasta el día en que, a través de un amigo de René, supo de
la existencia de la ONG de la que René era presidente. Unas
semanas más tarde, organizaba su partida. Magali fue muy
feliz al poder vivir su misión y hoy quiere participar en la
: 1
continuación de los proyectos.
1
263
 En conclusión, yo diría que esta experiencia permite sin
duda alguna, abrir el corazón hacia los demás, viviendo en
medio de la miseria, cada día, cada instante, y darse cuenta,
al regreso, cuánta falta nos hace poner en perspectiva
nuestra vida, nuestras preocupaciones, nuestros problemas,
que no son nada al lado de los vividos en la pobreza más
intensa. Descubrí miradas de niños con inmensos ojos de
avellana llenos de ternura. Les faltaba todo y, sin embargo,
no dudaban en dar lo único que tenían, su sonrisa. Sin la
menor sombra de duda, el interés de una vida es el Amor,
estas miradas, estas sonrisas me lo confirmaban.
Con Maryse, encargada de la comunicación, preparamos
una conferencia de prensa para explicar el resultado
asombroso obtenido en este centro de la Asociación La Luz.
Gael es un muchacho que participó mucho en la
organización de estas actividades, particularmente para la
proyección de una película durante la conferencia de prensa
organizada para presentar el centro de salud.
Mientras hablábamos de la puesta en marcha del
siguiente centro de cuidados, Gael me dijo: "Fui a ver a
René, estaba preocupado pues hacía ya varios meses que
estaba desempleado. Le pregunté si él creía que iba a
encontrar un empleo, lo necesitaba mucho, aún si no fuese
fijo. Me hacía cargo de un hermanito y vivía solo con él,
esto no era fácil. René me dijo: 'No te preocupes, vas a
trabajar pronto.' Al día siguiente, por muy sorprendente
que parezca, recibí una llamada para una oferta de trabajo
que duraba unos meses. Regresé a ver René para
contárselo. Pero mi historia no termina allí. Cuando se
264
venció mi contrato temporal, me hicieron en seguida una
oferta mucho más interesante, una proposición que no
habría imaginado llegar a aceptar algún día. iCiertamente
un giro en mi vida! En relación a este tema, René me dijo:
'¿sabes cómo se reconoce a un verdadero profesional?
Cuando logra hacer lo que otros profesionales no han
logrado, más exactamente, cuando se convierte en un
artista en su oficio'." Y Gael acabó: "Cuando vi a René por
primera vez, me llamó la atención como era poseedor de
una fuerza interior tan impresionante, era como si lo que
emanaba de él lo volviera - aún si el término parece un
poco fuerte -i'indestructible'! No pensaba que un ser como
él pudiera existir."
Al día de hoy, Gael continúa ocupándose de todo el
sistema informático de la Asociación de La Luz para
continuar la construcción de otros centros humanitarios.
En el momento en que termino mi relato, René está
trabajando en un nuevo proyecto de centro de salud.
Fleur se fue a Sri Lanka, donde pudimos reservar un
terreno situado al lado del mar, allí donde el tsunami
destruyó todo con fuerza, con el fin de preparar la nueva
construcción y formar un equipo médico. Al mirar las fotos
1
del lugar, René pensó en seguida: "Un centro construido
' 1
frente al mar. Los pacientes se sentirán bien allí", él no deja
de pensar en los demás ...
265
 Por supuesto, la historia no termina allí, porque sé que
va a echar andar otros centros de cuidados y a reproducir lo
que ya hizo en aquel país tan pobre.
Tuve la oportunidad de seguirlo desde el principio de su
búsqueda y en sus etapas sucesivas: las consultas, la
meditación, el encarcelamiento, el reintegro a la sociedad.
Solo le hicieron falta exacta y solamente, cuarenta y dos
meses para construir un patrimonio cuya extensión
permitirá la creación y el mantenimiento de más de cien
centros de cuidados en el mundo.
A menudo me han preguntado: "iPor qué no construir
un centro en Francia?" A esto, René responde: ''Mi Camino
ha sido trazado hacia los países más pobres donde la
ciencia de las plantas proviene de culturas ancestrales.
Esto permite extender los cuidados a un número
importante de personas afectadas por la miseria a menor
costo. Esta experiencia seguramente me permitirá
desarrollar lo mismo en Francia y en cualquier país donde
sea necesario."
René seguía haciendo crecer sus negocios para así poder
continuar con sus proyectos de construcción de centros que
permitirían el acceso a cuidados gratuitos. Con relación a
todo lo que yo vi, esto debe representar el cuidado de miles
de personas.
1 !
266
Comprendí que son nuestros actos los que forjan
nuestro equilibrio de vida, ellos sacan su fuerza de esta
Verdad. La Verdad que René explora cada día un poco más;
es un apasionado de la vida, de la naturaleza humana, de la
creación, cada vez más profundamente.
Me había dado cuenta desde hace mucho tiempo que él
conocía en su saber una ciencia mucho más avanzada que la
que tenemos hoy. Él me explicó, por ejemplo, cómo se
construye el cuerpo humano al nivel de las células - sobre
este punto no entraré en detalles pues no es el tema del
libro.
"Cuando el espermatozoide penetra el óvulo, la
primera célula nace; el espermatozoide y el óvulo tienen
almacenado en ellos una concentración de informaciones
de cada uno de los cuerpos de los dos individuos. Esta
primera célula se llama la 'célula Madre'. Cuando está
"constituida", es virgen, pudiendo grabar al mismo tiempo
las informaciones que el espermatozoide y el óvulo
contienen, porque ellos son el creador. Para comprender
bien, habría que comparar la capacidad y la rapidez de
registro a la de un dispositivo USB conectado a una
computadora. En cuanto la célula Madre (original) toma
todas las informaciones, sucesivamente, siempre en dos:
así, todas las células se dividirán con su parte de
informaciones hasta permitir construir un cuerpo hasta el
menor detalle, he aquí por qué hacen falta tantos meses
para constituir un recién nacido.
267
 Un acceso directo permite ponerse en contacto con la
célula Madre y tener así una incidencia sobre el
envejecimiento de las células; es de este modo es que pude
cicatrizar todas mis quemaduras tan rápido luego del
accidente."
Sé que los pensamientos de René se enfocan hacia la
gente qu~ está en todos los hospitales, aquí y en otras partes,
le gustana ayudarlos, poder hablarles a todos y decirles que
no están solos en su enfermedad; a toda esta gente que tiene
niños, y cuyos fines de mes son difíciles, los que duermen en
las calles ... hace falta que crean, que conserven la esperanza,
que sepan que hay "otra cosa", que la vida existe más allá de
nuestros ojos, de nuestros pensamientos.
1
268
IX. La profecía
Poco antes de terminar este libro, René me reveló una
profecía importante que va a cambiar muchas cosas. No fue
su deseo que la escribiera por el momento, simplemente me
dijo: "Es un poco pronto para hablar de esto" e indicó:
"Dentro de poco, nacerá la tercera y última religión, será la
última etapa del ser humano, conocerá el infi.nito y se
volverá inmortal." Y terminó diciendo que, para
comprenderla, no será necesario interpretar la palabra
"religión" como estamos acostumbrados a hacerlo, el
revelará dentro de poco tiempo esta profecía, cuando llegue
el momento.
Por supuesto que esto despertó en mí muchísimas
reflexiones, en lo personal, una cosa me parece cierta,
nuestra sociedad se plantea cada vez más preguntas acerca
de nuestros conceptos religiosos.
René me confió lo que vio con respecto a nuestro futuro,
la Tierra, el ser humano, los automóviles; de algún modo,
definió una profecía. Ya había tenido la oportunidad de
hacerlo en 1995, una noche en que estábamos reunidos con
todos nuestros amigos. Él nos dijo: "Si ustedes quieren, les
voy a explicar como se hace una profecía, por ejemplo, la
269
que toca cada vez más a nuestra sociedad. El rol de la
mujer se va a desarrollar por el hecho de que existe cada
vez menos Amor sincero entre los hombres y las mujeres;
la mujer admira menos al hombre y llegará un día en que
no lo hará del todo; en consecuencia, lo respetará cada vez
menos como tal; la mujer se diferenciará del hombre
volviéndose más autónoma, el hombre perderá su lugar de
masculinidad y la mujer tomará cada vez más espacio. Las
mujeres ocuparán más y más puestos de responsabilidad.
Ellas ejercerán profesiones masculinas. La homosexualidad
se incrementará y permitirá a hombres y mujeres, cada
uno por su lado, formar parejas que serán reconocidas, lo
que en unfuturo no lejano les permitirá tener hijos."
Esta declaración data de 1995; ya pudimos constatar que
esto se está transformando en realidad. "Toda nuestra vida
se modificará en algunos decenios," me confió también,
antes de continuar: "Los automóviles nos circularán más,
sobrevolarán las calles, pues pasarán a una velocidad
netamente superior, los semáforos desaparecerán, pues los
coches irán en la misma dirección. Aparecerá otra forma
de inteligencia y seguirá desarrollándose con el paso de
decenios y después, mucho después, los seres humanos ya
no se comunicarán a través de palabras, sino por medio de
las emociones, una especie de telepatía. No existirá
ninguna forma comercial, el hombre ya no morirá, ya no
tendrá necesidad de ello, podrá pasar, gracias a su ser
espiritual, de un plano a otro."
1
!
Eso, ya podemos verlo en este nuevo mundo, por cierto
fantástico, de películas de ficción que expresan lo que ya
270
imaginamos ... Pero ¿podrá ser que el ser humano, con una
mente más abierta, pueda asimilar estos nuevos conceptos?
Llego al fin de mi relato, aún estando consciente que
quedan tantas y tantas cosas por decir ...
Apenas unos cuántos días antes de concluir este libro,
René se acercó a mí y me dijo con cara pensativa: '~cabo de
encontrarme con Jesús."
Estupefacta, le pregunté: "¿Cómo? ¿euándo?"
'~hí... en este mismo instante. Se trataba de una
llamada ' venía a reunirse conmigo.. Estoy
,
realmente
emocionado, por lo que no puedo decir mas, excepto que su
llegada ilumina aún más mife."
Entonces me pregunté: ¿por qué este encuentro poco
tiempo antes del final de este relato?
En todo caso puedo decir que a lo largo de este período
de escritura fui 'como guiada, proyectada; pude escribir y
acabar este iibro en un tiempo récord, debo admitirlo. De
hecho, unas semanas antes de ponerme a trabajar, René me
habían dicho: "Un día, hace mucho tiempo, durante tu
primer visita, te dije que tenía. fre1!,te a mí a un ~s~ritor.
Sonreíste. Hoy te doy mi autorzzacwn, puedes escr1b1r una
parte de lo que has apuntado, pero ?enes un .tiempo. para
hacerlo. Estamos a finales de septiembre: tienes tiempo
hasta principios de diciembre."
271

i En verdad no pude evitar sonreír y responder "que aún
si uno amara la escritura, no se descubre un alma de
escritor de la noche a la mañana, y menos en unas cuantas
semanas!"
Me ~io finalmente su autorización para que yo pudiera
contar ciertas anécdotas, lo que mis amigos y yo misma
habíamos visto y vivido. No tardé en comenzar los
preparativos para este libro.
Saqué todas las notas que había tomado durante todos
esos años, a veces en hojas sueltas, a veces directamente
sobre un cuaderno, puse "tranquilamente" manos a la obra.
"Tranquilamente," porque durante un tiempo escribí sólo
una página al día y estaba convencida que era imposible
hacer un resumen de mis escritos en tres meses.
Pero un día, una mano se posó sobre mí como para
confirmarme el hecho y decirme que había que "acelerar el
ritmo". El martes siguiente, por la tarde, sentí de golpe una
contractura que me invadió, y que paralizó totalmente mi
espalda. No me podía mover. A pesar de la intervención del
1 !
~é?ico que me aplicó una inyección de morfina, sin que me
h1c1era nada, quedé completamente bloqueada, sólo podía
move! los brazos. No tenía otra opción mas que el quedarme
en m1 casa, consagrar todos mis días a escribir, a razón de,
por lo menos, doce horas al día.
272
Hoy, mientras pongo el toque final a estos pasos de
escritura, mi espalda está mucho mejor y comprendo que
era mejor así. Esto me permitió dedicarme a la redacción
con toda la concentración necesaria para ser lo más clara
posible; al mismo tiempo, las personas cuyos nombres
figuran en estas páginas han venido a visitarme y a darme
testimonio de todo lo que pudieron vivir y ver a través de su
relación con René en un momento determinado de su vida.
Viví entonces una experiencia muy agradable, porque
pude verdaderamente convivir y reencontrarme con algunas
de estas personas a quienes no había vuelto a ver desde
cierto tiempo y que me contaron sus experiencias con René,
sus historias; pero también algunas a las que todavía no me
había atrevido a preguntar sobre lo que habían vivido.
Estaba sorprendida por el respeto que todos ellos
demostraban hacía René.
La historia continúa. Es verdad que René tuvo hasta
ahora una vida muy plena, llena de todo lo que pudo
conseguir y alcanzar, sobre todo estos últimos años. Él no ha
terminado su trayecto, los Ángeles están allí y velan por él.
1
No los veo, lo cual es además una lástima, pero los siento
presentes por lo que emana de él. Este estado de meditación
siempre me fascinó, así como el simple hecho de que al
habernos acercarnos a este ser, ha sido suficiente para
resolver nuestros problemas y transmitirnos paz.
Sé que le quedan otras etapas que superar, él pudo
confiarme algunas primicias. Se prepara para entrar de
273
nuevamente en meditación profunda, pero no ha precisado
la duración. Sé que volverá de allí con un saber más grande y
podrá realizar cosas más bellas. Pero sigue siendo un ******
hombre discreto. Me gustaría seguirlo, tal vez más tarde,
cuando yo misma haya descubierto, a lo largo de este
aprendizaje, lo que es la Vida.

Le pregunté si se prestaría a experiencias científicas y él

me respondió: "Por qué no, tal vez sería interesante. Pero la
espiritualidad no se pone a prueba, se vive."
Gracias al camino de René, pude aprender esta lección
primordial: "Todo ser que desea llegar a trascender el
pensamiento debe primero lograr trascender las pruebas
de la vida y superarlas."

René me concedió el derecho de escribir este libro con la

sola y única condición de que sirviera como base de
reflexión, nada más. Para respetar esta base de reflexión,
reproduje en este manuscrito tan sólo algunas anécdotas y
testimonios.

Mi cuaderno de notas desarrolla en detalle todos los

puntos y temas abordados en este libro y de los que sólo
pude hacer un resumen pero, por suerte, René me dejó la
opción de poder transcribirlos en detalle si la petición se
llegara a dejar sentir. El camino de René es fácil de
comprender y lógico, pero no es fácil de aplicar.
Por lo tanto quedo a la disposición del lector.

274 275
Tabla de contenídos

Pretacío
7
l. El comíenzo de una nueva vída
1)

11. Prímera tase de medítacíón

52
El plano materíal ... 82
El plano psíquíco ... 88

11 l. De regreso a la socíedad
97
IV. Segunda tase de medítacíón
126

v. El ínícío en el mundo de los negocíos

152

VI. El encarcelamíento - eljuícío

169
VII. El reínícío ínícío de los negocíos
2)2

VIII. Creacíón del prímer centro de salud

256
IX. La protecía
269

276