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Estudios y notas
La Historia de la· Pintura en los Andes la ceram1ca. Es posible incluso, como sugi~
Centrales (Perú) es con frecuencia sólo una rió don Jorge Muelle, que la mayoría de
historia escrita acerca de una pintura he- las numerosas Quillcas registradas por Pul•
cha sobre materiales (cerámica, lienzo) cu- gar Vidal hayan sido pintadas sobre las pie-
ya naturaleza parece en principio garanti- dras por primitivos grupos de cazadores.
zar su movilidad o transporte. A esta pintu- Más tarde, en pleno Formativo, bajo la in-
ra se le ha conferido con frecuencia una au- fluencia Chavín, el muralismo andino · alcan-
tonomía científica, estética y física con res- zó su más alto desarrollo. Casma, Caballo ,
pecto a otras expresiones plástic~s, en par- Muerto, Garagay entre Trujillo y Lima, son
ticular la arquitectura. A pesar de que, a ejemplos de un arte mural muy elaborado,
veces, sus grandes dimensiones la inmovili- que había superado ya la fase experimen~
zan y adscriben a un espacio pre-determina- tal. Estos murales "chavinoides" aparecen
. do. Un escaso interés ha merecido, en cam- asociados a un complejo . artístico tecnológi-
bio, la Pintura Mural, adherida a la edifi- co más amplio, del que formó parte esa
cación de la cual, es cierto, depende en par- pintura fugitiva post-cocción que después .ie
te; pero a la que, sin embargo, modifica haberse· extendido por todos los Andes,
creador amente. Este prejuicio carece de. avanzando desde el nor-oriente, tuvo su últi-
fundamento. Históricamente los murales o ma zona de refugio arcaízante en lo que Te-
sus equivalentes han sido uno de los medios llo llamó Paracas Cavernas. Después del
de expresión artística más antiguos en el te- Horizonte Temprano y hasta el Intermedio
J:ritorio andino. La existencia de pintura , Tardío el arte mural fue practicado por to. ·
parietal en las cuevas de Toquepala y On- das las culturas andinas,. como lo evidencian
dores (15,000-11,000 A.C.) prueba que su Pañamarca, Pachacamac y Chanchán.
uso fue muy anterior al descubrimiento de
60 ESTUDIOS Y NOTAS
Bajo los Incas el muralismo andino de- La pobreza de esa información no reOe-
cayó hasta niveles puramentes decorativos ja, sin embargo, el significado que el mura-
o marginales. Sus murales, en Richkay y lismo. tuvo durante el coloniaje y parte
Tambo Colorado,·· por ejemplo, utilizaron un del período republicano. Lima y Cuzco no
limitado· registro de colores y figuras geo- fueron entonces los únicos centros de su ac-
métricas. La . cultura incaica estuvo mucho tividad. Encontrámos murales desde el nor-
más preocupada por los · efectos de la ar- te, así en la Costa (Mórrope) como en la
quitectura monumental. Sus edificios, sóli- Sierra (Cajamarca) hasta la zona Central
dos, exteriorizados y horizontales, con em- (Bolognesi, Cajatambo, Checras, San Da-
pleo de grandes masas de trabajadores y mián, Mantaro) y el sur del país. A medi-
materiales, expresaban mejor que cualquier da que progresan nuestras exporaciones pa-
pintura el poder del imperio. rece evidente que además de las grandes
¿Cuárito de toda esta tradición, de más escuelas de Lima, Cuzco y Ayacucho, han
de 10,000 años sobrevivió a la Conquista es~ funCionado numerosos talleres de muralistas
pañola del siglo XVI? La hipótesis común- provinciales cuyos contactos e influencias
. mente aceptada responde que nada o muy nos son todavía desconocidos. De este modo
poco y afinna que el arte mural del colp- se ha creado una complicada red de tradi-
niaje fue una impor.tación cultural europea ciones artísticas. Fuera de sus propios pro-
en el área andina. Pero esta conclusión, pe- blemas, esa diversidad geográfica obstaculi-
se a su exactitud general, resulta todavía · za también la generalización de todo esque-
demasiado absoluta y prematura mientras ma cronológico. Al parecer, el muralismo
no sepamos más acerca de las técnicas y los andino-español comenzó desde muy tempra-
sistemas de representación empleados por no, ya en el XVI. Retrocedió luego en algu-
· el muralismo en cada una de esas épocas. nos sitios ante la ofensiva de los grandes
· La tarea al respecto es inmensa. El número lienzos barrocos. Pero tnantuvo su presti- '
de murales identificados es muy escaso. Fue- gio hasta después de la Independencia. Del
ra de las Quillcas y Cuevas pintadas no lle- siglo XIX, para mencionar un solo caso, es
gan a diez las unidades conocidas para el El Combate del 2 de mayo que en las ·pare-
periodo pre-colonial. Doo de ellas (Caballo des de Caqui (Valle costeño de Chancay)
Muerto, Garagay) sólo han sido descubier- pintó el acuarelista Pancho Fierro. Hoy mis-
tas en 1974. Otras (Pañamarca, Chanchán, mo, a mediados del siglo XX, se le continúa
Pachacamac) están casi del todo destruidas practicando, particulannente en las provin-
o indiscretamente restauradas (Cerro Se- cias de Ancash y Junín.
chín) . Todos esos murales, además, no han Frente .a todo ese proceso nos hemos im-
sido estudiados desde el punto ·de vista de puesto una tarea exploratoria que dé una
la historia del arte, sinp analizados como primera imagen del arte mural andino pos-
materiales arqueológicos. Los mismo pode- terior a ·la conquista española. Por exten-
mos dec!r acerca de los siglos XVI-XX. No sión hemos de considerar a las decoracio-
pasan de 15 los murales mencionados por nes que directamente se relacionan con los
los especialistas (Benavente, Cossio, Urid murales, como es el caso de los techos pin-
García, Kelemen, Soria, Stassny, Mesa-Gi.s- tados. No estudiaremos sin embargo todas
bert, etc.). Dos de ellos en Lima (Capilla y cada una de las manifestaciones regiona-
Villegas, San Francisco) y 10 en el Cuzco: les. de ese arte. Por diferentes razones nos
Chincheros, Santa Catalina, Celda Salaman- limitaremos al territorio sur-andino artística-
ca, Santo Domingo, San Jerónimo, Oropesa, mente cohesionado alrededor de la ciudad
Huaro, Andahuailillas, Urcos, Checacupe y del Cuzco y sus principales provincias. Pero
'los Molinos de Acomayo. De todos éstos, só- el territorio que hemos elegido está lejos
lo ocho han merecido un estudio especial: de ser un conjunto geográfico-cultural de
la capilla Villegas (Stassny) , Salamanca fácil definición. Como dice Kubler (1968)
, (Mesa-Gisbert), Huaro (Uriel García), Aco- "nuestros mapas de las provincias artísticas
mayo (Macera), murales de Andahúailillas son tan arbitrarios y tan vagos como. los ma-
(Soria) y Checacupe (Kelemen). pas de los geógrafos físicos del año 1500 ...
Macera: El arte murhl cuzqueño 61
Los viajes de exploración que pueden dar- blicano podrían efectuarse algunos reajustes
nos mejores mapas en este. campo no han hasta diseñar un núcleo geográfico que ha-
todavía comenzado". En el· caso del Cuzco cia el sur o el oeste desprendería algunos
la dificultad se agrava debido a los cambios territorios "cuzqueños" bajo la efectiva in-
operados en el cuadro político estatal. El fluencia de Puno y Arequipa todavía por
Cuzco republicano es como unidad adminis- definir como probables centros artísticos
trativa diferente a lo que fue el Cuzco co- menores. Pero que hacia el norte compren-
lonial; y ambos lo son del incaico. Aún más, dería parte del actual departamento de Apu'-
bajo el mismo nombre Cuzco podemos de- rímac hasta llegar a su contacto con el arte
signar en una época dada . entidades dife- ayacuchano. Por el este no incluiría las sel-
rentes de orden político, eclesiástico, judi- vas bajas colindantes con Brasil. y Bolivia,
cial, económico, etc. Cada uno de esos es- pero sí la totalidad de los valles calient.;:s
pacios posee sus propios tamaños, coheren- de la yunga oriental.
cias y leyes de organización. Nadie ha efec- Son arriesgados por supuesto los resulta-
tuado todavía una investigación que precise dos de esa · cirujía pero proporcionan un
el grado de superposición y coincidencia que buen marco provisional de referencias. Ha
entre sí guardan esos sistemas. Menos aún sido en función de ese mapa que hemos
sabemos el origen de los mismos. Descono- organizado nuestras expediciones. En esta
cemos también el orden jerárquico de los oportunidad sin embargo sólo presentamos
factores· que determinaron su formación. testimonios que conciernen a una reducida
¿Hasta qué punto, por ejemplo, las provin- parte de ese territorio. Entre !965-72 hemos
cias españolas y la administración católica explorado casi todas las provincias cuzque-
reflejaron o/y modificaron la organización ñas y sus distritos colindantes en Apurímac
precolonial incaica? y Arequipa. Nuestro interés fue motivado
· Todavía más difícil resulta establecer lo por diversos amigos (Celia Bustamante, El-
que significa el Cuzco entendido como una vira Luza, Alfredo Rojas Ponce) que nos ha-
zona cultural. ¿Cuáles son, en definitiva los blaron de los murales de Huaro, Andahuai-
límites geográficos del arte cuzqueño? ¿Lle- lillas, Catea, Marcapata y Urquillos. En
gan acaso hasta donde se encuentre un lien- a
1967 hicimos un largo viaje caballo desde
zo de esa procedencia? ¿Se restringe a los Combapata hacia el oeste y atravesamos las
talleres y maestros que la gestionaron? ¿O quebradas del Velille, Livitaca y Apurímac.
se extiende por todas aquellas regiones Interrumpimos nuestras exploraciones · du-
(hasta cerca de Ayacucho, Puno y Arequipa rante los años 1968-70 para cumplir compro-
actuales) donde sus modelos estéticos ··fue- misos de enseñanza fuera del Perú. A nues-
ron repetidos por la producción artística lo- tro regreso organizamos en 1971-72 una
cal? Estas dudas y preguntas. pueden mul- nueva expedición en las provincias de Anta,
tiplicarse numerosamente. Porque si el arte Paruro, Acomayo, Quispicanchis y Paucar-
cuzqueño es algo más qu~ la pintura e in- tambo. En mayo-junio de 1973 volvimos una
cluye otras manifestaciones. (cerámica, es- vez más al Cuzco. Convencimos entonces al
cultura en piedra, joyería, tejidos) los pro- editor Carlos Milla para que nos acompaña-
blemas de ubicación tendrían que 'ser igual- ra a fin de que él pudiera apreciar por sí
mente diversificados. mismo la posibilidad de publicar el libro
Frente a esos problemas, hablaremos del que le proponíamos para divulgar ciertos
arte cuzqueño sin precisar por anticipado el aspectos del arte mural cuzqueño. Esa obra
contenido de ese concepto para el cual ele- no podía contener por supuesto el resultado
gimqs, en cambio, una definición gradual y de todos nuestros viajes e investigaciones. Pe-
ostensiva. En cuanto a los límites geográ- ro, al menos, habría de presentar algunos
ficos (la determinación del espacio dentro pocos testimonios seleccionados (Chincheros,
del. cual operó el arte cuzqueño), tampoco San Jerónimo, Oropesa, Huaro, Andahuaili-
estamos en condiciones de proponer algo llas, Canincunca, Ureas, Cay-Cay, Checa:cu-
más que aproximaciones. En principio, so- pe). En 1974, por último, hemos ampliado
. . bre la figura del actual departamento t:epu- nuestros informes con algunos viajes a Huan-
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ta, Ayacucho, Andahuaylas y Abartcay eón versidad de San Marcos de Lima -contiene
el fin de comparar los murales cuzqueños el estudio detallado de 37 edificaciones
·con los de otras regiones; En esta fase de con pintura mural. El segundo, comprometi-
nuestra investigación hemos recibido valio- do con la Editorial Carlos ·Milla, describirá
·sas noticias de don Abraham Guillén, José con carácter muy· general y divulgatorio ocho
Sabogal, Ramiro Matos y Wilfredo Loayza. iglesias del circuito Cuzco-Urcos. Nuestra ter-
Durante todos esos recorridos hemos ido . cera publicación, "Tadeo Escalante, Muralista
eliminando numerosos testimonios negativos Cuzqueño", compara los murales de Acomayo
o secundarios. Son muchos los pueblos don- y Huaro. Aunque relacionados por ·su tema
de nunca hubo murales o ya desaparecie- con el presente estudio, cada uno de esos
ron. Pocos de ellos son mencionados en es- libros es una obra independiente. · Por esta
te texto. Hemos excluido tambi~n todos razón no aprovechamos en este momento ·sus
aquellos sitios sobre los cuales pensábamos materiales.
que nuestra información debía ser amplia- El arte mural cuzqueño se desarrolló ple-
da. Por esta razón nuestra exposición no namente durante todo el período colonial
avanza por el sur más allá de Sicuani y ca- español y se mantuvo activo bajo la Repú-
lla casi todo lo referente a Chumbibilcas, blica hasta decaer a principios de este si-
Paruro y Acomayo. En resumen, ·pues, el glo. No fue privativo de las zonas . rurales
material que examinamos sóló representa el ni sólo estuvo destinado a los. fines de la de-
residuo más significativo dentro de una lar- . coración eclesiástica o , la educación de los
ga tarea de selección. católicos. Se le encuentra también en las
El análisis de toda la informací6n obte- casas privadas y en el mismo centro de la
nida ha sido dividido _en tres acápites. Pri- ciudad del Cuzco. Pero estas afirmaciones
mero plantearemos cuestiones generales re- acerca de la distribución geográfico-social
lativas a la ubicación, las técnicas y el con- de los murales necesitan ser desarrolladas
téxto social asociados al muralismo cuz- mediante un. doble complemento: esclarecer
queño. Discutiremos luego su ordenamien- todas sus implicaciones; y probar, a la vez,
tó cronológico, para caracterizar en seguida su fundamento empírico. Esa prudencia es
sus principales estilos. Terminamos con un aconsejable sobre todo porque es un hecho
apéndice sobre el concepto Arte Mestizo. admitido que los murales son hoy más nu-
Hemos renunciado a toda descripción parti- merosos en las iglesias, alejadas del Cuzco
cular de las poblaciones y unidades arqui- que .en la propia ciudad.
tectónicas dentro de las cual~s se encuen- , Hay que advertir primero que no se pue-
tran las pinturas murales. Este es sin duda de relacionar la pintura mural con una fá-
un defecto. Nadie pinta (proyecta y ejecu- cil polarización entre la Ciudad y el Campo.
ta) un mural en el vacío. Ese es un ·lujo El conflicto entre ambos sectores supone un
aparentemente reservado a la pintura en continuo de unidades socio-demográficas que
caballete. (Decimos "aparentemente" por- vinculan y viabilizan el enfrentamiento. La
que esa misma pintura ha sido, a menudo, Ciudad no termina en sus murallas, cuando
encargada· para fines y lugares específicos) . las tiene. Se prolonga para formar una red
Pero que en ningún caso puede -ocurrir en urbana que penetra el mundo rural y cons-
un arte "inmobiliario" como los murales, truye un espacio común de interacción. En-
funcional y directamente dependientes del tre las metrópolis y las aldeas, entre· la ofi-
espacio estético ya existente: tamaño del cina y el rancho existen numerosos interme-
edificio, número y luz de las ventanas, los diarios: Cabezas de Doctrinas, Casas-Hacien-
otros murales que se conservan, etc. En este das, etc. La diferencia entre cada uno de
sentido, todo mural imt>lica una solución esos modelos es a veces más de grado que
que va más allá de sus límites individuales de naturaleza. Las expresiones artísticas
y se refiere al conjunto. Todos esos proble-- culturales fluyen a lo largo de este sistema
mas han ocasionado otros tres libros nues~ en una y otra dirección. Los puntos de par-
tros. Uno de ello.s -"Apuntes de Viaje tida de tales movimientos no siempre son los
,(Cuzco 1965-1972) "- que publicará la Uni~ mismos. Algunas veces provienen de la ciu.
cuzqueño 63
dad principal. Otras, por el contrario, llegan casa con murales tan antiguos cornos los de
a ella desde las unidades urbano-rurales más Bitti (fines XVI) . Resulta probable además
alejadas; En. el caso del arte mural cuzqueño que los edificios religiosos públicos se anti-
nos hallamos ante un modelo cultural urbano ciparan a los particulares puesto que en el
que se difunde por el país interior donde re- Imperio español el sector ec'lesiástico aSumió
sulta modificado y cobra su propio dinamis- al principio la iniciativa cultural. Pero de
mo. Es . probable que en algún momento la otro lado las altas clases coloniales gusta-
mayoría de los templos, conventos, colegios y ban multiplicar y renovar sus experiencias·
otros. sitios religiosos de la ciudad del Cuzco estéticas aun con independencia de la moti-
hayan tenido murales. Recientemente han vación religiosa. Recordemos por último que
sido descubiertos en locales destinados a la esta aristocracia era una sociedad abundan-
enseñanza durante. el coloniaje (San Ber- te ·en condiciones económicas de satisfacer
nardo, San Antonio Abad) . Lo tuvieron tam- cualquier exigencia de belleza en el interior
bién hasta los beaterios y recoletas (Los con- de sus casas. Como fuese, y sin resolver la
denados de Santa Rosa destruidos en 1951; cuestión de la procedencia, es un hecho que .
Arboles Místicos . en las carmelitas de San la cultura entonces dominante permitía y
Bias y la Recoleta franciscana) . Las gran- aconsejaba que la gente civil convirtiera sus
des corporaciones ,religiosas (La Merced, paredes en · espacios pictóricos relativamente
Santo. Domingo, San Francisco, La Compa- independientes aunque integrados a· la ar-
ñía) debieron por consiguiente utilizar tam- quitectura. Y que los murales domésticos,·
bién la pintura mural en sus edificios prin- además de su obvio carácter artístico, po-
cipales. . Pero en algún momento prefirieron dían como los eclesiásticos. satisfacer fines
los grandes lienzos. Los murales subsistie- de recreación, adorno, enseñanza y prestigio .
. ron en sectores secundarios: salas de recibo La casa del Marqués de Valleumbroso
(Santo Domingo), pequeñas capillas (Santo (actual calle Marqués) ·guardaba hasta su
Roma), celdas (Salamanca). Sólo por ex- incendio en 1974 algunas de esas decoraciD-
cepción los vemos .aún en sitios preferencia- nes. Resulta difícil fechárlos .. La mayoría
les como ocu.rre con Los Evangelistas de la de los cuzqueños le atribuyen una gran an-
Capilla del Triunfo y los escudos nobiliarios tigüedad a la actual planta del palacio. Hay
de Santa Clara. Hubo es cierto, a mediados indicios sin embargo de que fue en gran
del XVIII, una reacción conventual a favor parte rehecha a principios del siglo XVIII. De
del muralismo. De entonces son la Sala de entonces fueron los techos y frisos pintados
Santa Catalina y el Mural de las Gradas en en negro y blanco (o plata) según el mo-
La Merced. Pero reacción insuficiente. ¿Có- delo que el propio Valleumbroso impuso en
mo explicar todos estos hechos? No convie- su casa-hacienda de Quispicanchis. ·'
ne hablar de la facilidad de trasporte ni del De la misma época colonial son los es-
valor mobiliario de los lienzos porque nada cudos ¿de la familia Peralta? pintados se
de esto interesaba a lós institutos religiosos. nos informa en lo que hoy se llama Casa Co-
El tamaño de los cuadros y. el fin a que es- razao. También las badanas policromadas que
taban ·destinados, los inmovilizaba definiti- hasta 1870 cubÍ'ían algunas paredes de la
vamente y los incorporaba a la pared de Casa del Almirante según nos dice su veci-·
la cual no "colgaban" sino formaban parte. no don Teófilo Benavente. No quedá mu-
¿Porqué entonces? ¿La experiencia de los cho más en Cuzco de murales coloniales. No
terremotos? ¿Dificultades técnicas de con- sabemos de cuándo eran los que había en
servación; mayor duración de · los óleos? la actual clínica Paredes ni la Virgen que
¿Moda social? oculta la Casa Ferro. En la que por 1925
¿Influyeron estos murales religiosos so- fue residencia del obispo Cossio hubo tam-
bre la decoración doméstica? ¿O la relación bién unos murales de · evocación religiosa
entre ambos resultó más bien de una refe- (Santa Rosa, Santo Domingo, La· Concep-
rencia común al mismo contexto cultural? ción) pero en 1951 fueron destruidos por
No lo sabemos'. Es cierto que no tenemos las monjas salesianas. ¿Coloniales . o repu-
noticia de ·que haya habido en el Cuzco una blicanos? La misma duda para las pinturas
64 ESTUDIOS Y NOTAS
"muy viejas" que dicen haber en la casa Ga- bamba el llamado Palacio del Obispo, des-
rrido Mendívil de la calle Hospital y para truido por sus dueños y la lluvia hace ape-
el San Martín de Tours en la calle Pera. nas diez años. En sus paredes se había pin-
Más seguro nos parece en cambio la ubi- tado en el siglo XVIII como tema central la
cación cronológica de los murales contiguos dinastía de los catorce incas con sus muje-
a la casa Arce en Quíllichapata. La Sagrada res, anañadiéndole escenas costumbristas:
FamHia ornamentada de flores nos parece arrieros, indios, paseos campestres, etc. Hoy
de mediados del XIX. Pero el San Cristóbal apenas si se puede ver dos o tres pequeñas
y La Cruz de la escalera son más antiguos . figuras secundarias y los adornos rdjo, azul
. Nos arriesgamos por último a calificar de y oro que antes trepaban por las columnas
coloniales no . ya los murales, sino las tejas para cubrir floralmente todos los arcos. En
pintadas en la casa de los Siete Angelitos todo este valle de Urubamba debió haber
que da nombre a su calle en barrio de San activos por ese tiempo -varios pintores .espe-
Blas. Abundaron en todo el sur peruano es- cializados en decoración mural. Uno de ellos
tas bellísimas tejas decoradas sobre todo en bien podría ser el Sargento mayor don · Ra-
los pueblos de indios. Hasta hace diez años món de Arrechaga a quien la tradición que
podían ser vistas en algunas casas de las nos confió su pariente doña Victoria Arre-
· parroquias altas del Cuzco. Como en Chal- chaga atribuye unos murales en su casa de
huanca, donde las hemos visto, se le lla- Yucay. Esta versión coincide con las activi·
.· ma "canes" y constituyen un doble o falso dades y aficiones de Arrechaga estudiada
alero en patios y exteriores. Las tejas de por nosotros en otra oportunidad (Macera,
Siete Angelitos han sido cubiertas de pintu- 1968) .. Hombre acaudalado, agrimensor de
ra blanca y sobre ese fondo han sido dibu- estudio,. explorador de la Montaña Real,
jados en rojo y negro diferentes motivos; Arrechaga era aficionado al dibujo. Hacia
ángeles, cóndores, los clavos de la Cruz, el 1770 pintó por encargo de. las Temporali-
símbolo de María y dos caras europeas vis- dádes no menos de ·14 acuarelas describien-
tas de pedil. ' do las haciendas secuestradas a los jesuitas.
A todo este grupo le siguen en antigüe- ¿Son de su mano los murales de Urubam-
dad los trozos de. pared que guarda el Mu- ba? ¿O serían posteriores, vinculados más
seo del Cuzco. Proceden de un mural hecho bien al autor anónimo del Combate contra
a principios del XIX en una casa que des- Túpac Amaru que hay en Chincheros? ¿O a
pués modernizó el anticuario Alberto Yabar. los trabajos de Urquillos, Sierrabella y Guay-
No hay más hasta finales del xix cuan- llabamba?
do las gentes ricas del Cuzco se quieren eu- Inútilmente hemos buscado otros testimo-
ropeas y pintan (hacen pintar) · sus paredes nios de la decoración urbana colonial en los
con_ paisajes invernales, trineos, ciervos y alrededores del Cuzco o sus diversas provin-
nieves. Casi todo ha desaparecido felizmen- cias. Todo ha sido destruido con la sola ex-
te. Un lote testigo. puede verse, por razones cepción de los Molinos de Acomayo que ci-
de mera arqueología, en la casa Pancotvo taremos. Estos mismos molinos, como adver-
del Portal de Carnes. timos, tienen partes hechas ya en plena Re-
Esta larga tradición muralista del Cuzco pública. Estas ausencias nada prueban sin
se ha extinguido casi del todo en el siglo embargo contra la posibilidad no direii!OS
XX. Lo único a citar serían los incas y cam- de una sola tradición muralista continua, pe-
pesinos pintados hacia 1930 en Casa Mora- ro si de varias tradiciones sucesivas que sin
les d.e ·la calle Maruri. interrupción llegan hasta el siglo XX. De
Fuera· del Cuzco, imitando el ejemplo de ·mediado de la República debe ser por ejem-
la ciudad mayor, los pintores muralistas tra- plo el pequeño Oratorio particular de la Ca-
bajaron en los centros· urbanos de mediana sa Lobatón en Huarocondo. Las gruesas lí-
importancia para. adornar las casas de los neas negras ("como al carbón") que delí-
vecinos españoles y criollos. Pero todavía riean la. Crucifixión recuerdan las técnicas
más que en el Cuzco casi todo ha desapare- de las mártires de .Cay-Cay.
cido. Hemos visitado en la ciudad de Uru· Al igual que en .Cuzco, también en estos
cuzqueño 65
pueblos de vecindario (nominalmente) blan- Fue corresponsal de Voltaire y orgamzo en
co se ·hizo presente a fines del .XIX y prin- el Cuzco unas famosas tertulias ·donde se
cipios del XX el paisajismo convencional de hablaba francés y quechua. Los empleados
imitación europea; y que sólo tiene interés españoles le acusaron simultánea y contra-
· histórico.. A esta clase pertenecen los mura- dictoriamente de abusar· contra sus indios· y
le's que tolera la Plaza de Armas de Anda- de querer coronarse Rey del Perú. Hay evi-
huailillas; y las montañas suizas y el Guiller- dencia de su admiración por el pasado in-
mo Tell hechos en la casa Estrada Moscoso caico. Ordenó pintar un cuadro genealógi-
.de Cálca. Se trata de una artesanía inferior co de Manco Cápac a Huayna Cápac. Y fue
dé espaldas ·a todo lo que es Cuzco. Sólo uno de los impulsores. de ese estilo cultural ·
por excepción es mencionada la realidad in- neo-inca que antes de la revolución de Tú.:
mediata aunque siempre sin arte. Pensamos pac Amaru fue promovido · por algunas éli-
en. el f¡;:rrocarril que ostenta un hotel de Ur- tes cuzqueñas, así criollas como indígenas.
CCis y en el avión de esa casa Estrada. Esta Pero al mismo tiempo era muy europeo en
última ·acredita además la influencia y el sus gustos artísticos.
prestigio de los modelos urbanos sobre las Tal como es hoy la casa-hacienda de
poblaciones campesinas; entre 1930-45 los Quispicanchis apenas si deja adivinar lo
"vallunos" (trabajadores de los· valles ca- que fue en su tiempo. Construida íntegra-
lientes) gozaban haciéndose retratar junto a mente en piedra con su gran .portada y dos
sus murales. espadañas, tenía un ancho parque y tres
·Nos quedan por ver las Casas-Haciendas patios cercados por una doble arquería,
como último .eslabón de este complejo con- pilas de alabastro y estatuas importadas
tinuum campo-ciudad que hemos menciona- de Italia y Francia. El molino fue ador-
do. Algunas fueron verdaderos palacios o nado con el escudo familiar y dos gran-.
fortificaciones donde .se combinaba el refi- des cabezas de puma. Del interior han des-
namiento urbano con las exigencias a la vez aparecido artesanados, puertas, muebles y
militares y económicas de las hacindas an- libros, vendidos, como las pilas y estatuas
dinas tradicionales. Casas que fuera de las a los negociantes de antigüedades. A fin
habitaciones del dueño contenían . graneros, de siglo ·pasado la casa fue · parcialmente
cárceles, capillas, pequeños mercados, subte- restaurada por los Garmendia. Entonces la
rráneos, etc., funcionando como unidades vio Charles Wiener. Sospechamos que los
casi autónomas. Aunque tenemos noticia de nuevos dueños aprovecharon algunas de las
la presencia de murales en muchas de ellas: decoraciones de Valleumbroso. El friso pin-
haciendas de Ugarte, Nadal y Oliart (en Yu- tado en algunas habitaciones tiene en un
cay, Untbamba y Calca) nos limitaremos a medallón la fecha 1889 y es atribuido por
estudiar sólo cuatro: Ouispicanchis, Zavale- los monogramas a doña Mercedes Alhistur
ta, Angostura y Púcuta, todas cerca del Cuz- de Garmendia. Podría sin embargo haber-
co hacia el sur dentro de la gran zona ar- se sobrepuesto a murales del siglo XVIII.
tística que incluye Huaro, Andahuailillas y Los temas predominantes son ángeles y cor-
Ureas. Esos pocos ejemplos bastan para in- netas alternadas con motivos de tapicería
dicamos que los murales de las casa-hacien- (monos, ¿vizcachas, conejos?) al estilo de
das han tenido la misma cronología que to- la. próxima Canincunca. Pero evitando la
dos los demás grupós ya analizados. policromía los dibujos son severamente blan-
Una vez más debemos citar a Valleum- cos (o plata) sobre fondo negro o azul os-
broso a propósito de Quispicanchis, su casa curo ·como en la casa cuzqueña de la calle
hacienda vecina a Oropesa. En su tiempo Marqués.
fue el mejor palacio rural de todo el Perú. Muy cerca de Quispicanchis está la ha-
De su dueño conocemos desgraciadamente cienda Zavaleta en que la parte más anti-
·muy poco. Hombre riquísimo había juntado gua es la pila del patio interior con su ca-
una gran biblioteca que depositó en Quispi- beza de toro esculpida en piedra. Subsisten
canchis y en su pálacio del Cuzco donde aquí tres conjuntos decorativos, todos ellos
quiso abrir una sala · pública de lecturas. republicanos. Los dos más tardíos están en
' 66 ESTUDIOS Y NOTAS
sente, en pleno edad industrial El escalo- 3a/ Inicial europeo (Juicio Final del Bitti
namiento y la coexistencia· de diversos· "tiem- en la Cofradía de los Indios, desaparecido.
pos" dentro de una sola actualidad históri- Arco, toral de Chincheros) .
ca (la americana por ejemplo) puede ser 3b/ Manierismo local (Camino al Cielo
aplicación voluntaria de una política dictada de Andahuailillas).
desde la metrópoli y, a la vez, adaptación 111/ Mediados del XVII: Barroco
forzosa a las condiciones locales que son in- 4/ Adaptación escénico-decorativo (¿Me-
terpretadas, por la. metrópoli, como "resis- dallones de Calquepata?) .
tencias" o "incapacidades". El resultado es IV/ Finales del XV JI: Barroco
un universo heterogéneo, hecho de abrevia- 5a/ Salamanca.
túras, resúmenes y residuos, donde se da a · 6b/ Oecoraeión textil (Cay~Cay).
la vez y 'parcialmente lo que, en otras lati- V/ Mediados del XVIII: Neo-Manierismo-Ro-
tudes se diferencia e individualiza. La ma- coc6, Andino~ Estilo "Mestizo"
gia de .los nombres y los números disim~la 6/ Línea Zapata-Gutiérrez-Viléa (Mural
estos hechos. Es peligroso una nomenclatu- de las Gradas de La Merced).
ra que mencione los siglos (XVI-XVII-XVIII- VI/ Finales del XVIII, Primera República:
XIX) y los estilos . (Renacimiento, Manieris- El Nuevo Arte
mo, Barroco, Rococo, Neoclásico) y luego 7/ Escalante en Huaro.
los coordine severamente para aplicarla al VII/ Mediados del XIX, Segunda República:
arte andino, Cuando la arquitectura barro- Liberación provincial
co cedía en Europa, ftXplosionaba localmen- 8/ El mural-lienzo-retablo. Escalante en
te en el sur peruano y no sólo. revitalizaba Acomayo.
el manierismo sino que se reajustaba a una VIII/ Finales del XIX: Descomposición
concepción prehispánica del espacio y sus 9/ Pérdida rural (Murales de Peralta en
formas. Y el gótice:J mismo (Angula Iñiguez Colquepata) .
1945) pervivió hasta. fines de la colonia en 10/ Pérdida urbana y "victorianisn10".
el Perú porque sus estructuras elásticas. re- (Paisajes invernales de Casa-Panda).
sistían mejor a los temblores. IX/ Principios del XX Desaparición, Confu-
M proponer una cronología del arte mu- sión
tal andino (XVI-XX) están presentes to- lla/ Propaganda industrial (Fábrica de
das esas precauciones, Hablaremos de roco- Ureas). ·
có, mudejar o barroco. Pero estaremos di- llb/ Neo-Costumbrismo local (Siega de
ciendo algo menos (y algo más) de lo que Checacupe).
esos nombres designan en la historia cultu- llc/ Indigenismo urbano (Incas de Casa
ral europea. Si no añadimos siempre "colo- Morales).
nial" y "andino" es para no emplear un len- X/ Decorativismo Decadente
guaje derogatorio que no sólo hace .del tiem- 12a/ Designación notarial (Reloj del Te-
po y el espacio categorías gramaticalmente rremoto 1951).
adjetivas sino que, además, tampoco define 12b / Cultos privados marginales (Virgen
la respectiva causación cultural. En el si- de Fátima-Checacupe).
guiente esquema excluimos la tradicón mu- Algunas indicaciones acerca de este es-
ral prehispánica y nos limitamos a los si- quema. Los trabajos murales puestos entre
glos XVI-XX .. paréntesis no · son siempre los únicos ni el
I/ Antes de 1600: Mudéjar, Renacimiento y ejemplo más típico de la categoría respec-
¿Manierismo pre•Bitti? tiva. La cronología que proponemos debe-
1/ Decoración Mudéjar (Cara de Checa- rá en el futuro ser completada y hasta reem-
cupe, Techo de Andahuailillas). plazada por otra organizada según criterios
2/ Influencia Renacentista (Virgen "res- muy diferentes. Pensamos en un estudio
tauradá" de San Jerónimo, Dos Apóstoles que tenga en cuenta no tanto ni. sólo los es-
"restaurados" de Huasac). tilos europeos y sus "modificaciones" (?)
11/ Fines del XVI, principios XVII: Manieris- americanas. Sino, más bien, el doble pro-
mo del Bitti y seguidores inmediatos ceso según el cual la representación euro-
mural cuzqueño 69
pea del espacio y las formas fue erosionada cada mural tiene los suyos propios. Tanto
desde adentro por sus usuarios y producto- · en lo que · se refiere a una identificación de
res andinos. Mientras, al mismo tiempo se estilos como en lo que respecta al tiempo
iba formando una nueva representación ar~ exacto en que las diferentes obras fueron
tística. El· arte europeo va desde los espa- hechas. La mayor parte de los murales que
cios topológicos y proyectivos de la Edad describimos más adelante son anónimos· y
Media hasta el espacio perspectivista del sin fecha. Para un segundo grupo muy re-
Renacimiento (Francastel, Amheim). Este ducido, no más de diez u once sítios, es po-
último, como dice Francastel "no es un sis- sible sugerir f~chas aproximadas e indicia-
tema de representación mejor que otro. Es rias. Y sólo en cinco casos conocemos de un
también un modo i;Onvencional de represen- modo absoluto el año en que fueron pinta-
tación. Está vinculado a un cierto estado de dos. De estos últimos, dos (Chincheros,
civilización y a un conjunto de actividades Huaro) corresponden al período colonial
humanas específicas". El arte andino colo- español y los otros (Acomayo, Colquepata,
nial comenzó con esta última representación Pucuto) a la República. El más antiguo de
que no coincidía con la imagen del mundo todos se encuentra en el arco toral de Chin-
(Naturaleza e Historia)· que tenían las po- cheros y es. de principios del XVII, entre
blaciones andinas así antes como después 1600-1607. Por desgracia la inscripción don-
de la Conquista. Era un producto final ela- .de figura el dato está hoy cubierto púr va-
borado que no podía ser entendido ni reci- . rías compostUras: .
bido como correcto y que no servía para dar "Siendo Cura de esta doctrina de Mon-
cuenta de la propia experiencia. Se le ad- serrate. . . el licenciado . Mejia. . . hizo esta
mitió, como todo lo demás de la coloniza- Santa Iglesia cubrirla y la obra siguiente...
ción: a medias y por obediencia al dictado la capilla mayor y la hechura: . . los alta-
del poder. Las "dificultades" que los artis- res de San . Sebastián, . Santiago, pintar el
tas andinos tuvieron para ajustar, su labor · cuerpo de ella el coro bajo y los ... portales
a las exigencias de este espacio perspecti- y campimarios, torres, custodia ... bordados
vista, más que dificultades derivadas de una y dorados los frontales . e unágenes de la
supuesta inhabilidad, deben ser entendidas Madre de Dios por matw de Don Diego. ..
como formas · de resistencia. Esta resisten- Mayor de ... en año de·(¿1600 ó 1603?) has-
cia determinó procesos de selección. Fueron ta 1607".
preferidos aquellos aspectos del arte euro- Pero aunque la fecha · mencionada no
peo .que coincidían de alguna manera con puede ser generalizada para el resto del
las concepciones, sensibilidades y situaciones templo; sirve, en cambio, como veremos pa-
históricas del universo dominado. De allí, ra ubicar cronológicamente murales de. otros
como veremos, el éxito del mudéjar y de sitios. Hay luego un vacío de casi doscien-
ciertos rasgos del manierismo; el énfasis so- tos años para los siglos XVII y XVIII. Hasta
bre el color y la miniatura .. Selección y, que a principios del XIX Tadeo Escalante
también, creación que termina por elaborar firmó y puso año {1802) a \os murales de
una nueva representación del espacio tal co- Huaro. Al mismo Escalante debemos otra
mo en su fase final, se advierte en los "Prí- fecha, esta vez republicana, en la Capilla de
mitivos Andinos" que renuncian definitiva- Belén (Acomayo) que él restauró en ·1832.
mente a la perspectiva. Esta no fue una re- Pero sólo vale para el medallón donde pin-
gresión ni una pérdida, sino la normaliza- tó su autorretrato ya que lo demás ha des-
ción y el reajuste de la expresión artística aparecido. Y esto en el mejor de los casos
en función de una determinada experiencia pues el . trabajo de Escalante fue "refresca-
colectiva. Así la historia del arte andino tie- do" en 1952. Del primer siglo republicano
ne un desarrollo inverso a la historia del no~(ltabría pues otra fecha que la de 1890-91
arte europeo: Comienza 'por donde éste ter- para los murales .que Mariano Apolinar Pe-
mina y hace suyo lo que el otro ha abando- ralta pintó en Colquepata. Podemos aplicar-
nado. la a unas pocas secciones de la iglesia (por-
Además de estos problemas . generales, tada, zócalos, ingreso al coro). En cuanto
70 ESTUDIOS Y NOTAS
sa. Los límites que impone la longitud de anterior, a lo hecho primero, a "la cosa de
las vigas de madera én las armaduras de los antiguos'', a "la cosa de los abuelos" que
par y nudillo obligan a las naves de poca se halla en el interior . de la sociedad andi-
anchura y para obtener un espacio capaz es na. ¿Por qué sin embargo prevalecieron la
necesario désarrollarse en longitud". Pero uniformidad ofy el respeto a la forma da-
a la vez piensa que la adopción de ese alar- da? Sin duda porque las opciones d~ reem-
gamiento en América era un propósito en plazo no tenían igual o mayor fuerza per- .
sí mismo, de carácter estético y ·político: suasiva que esa forma mudéjar. En otras
"Esta longitud procuraba un alejamiento del palabras la reiteración (modificada) del
altar en la que el santuario adquiría una mí- mudéjar, su conversión de carpintería en
tica distancia y ,se potenciaba su sentido sa- pintura, acusa una preferencia. Esta prefe-
cra!. Quién sabe si este alejamiento llegó rencia es la que debemos ·explicar. Sin que
a constituir para el amerindio un símbolo hablemos de imitación. Pues todo lo · sería,
de divinidad (que coincide) con el tipo de hasta las decoraciones que fueron excluidas.
relación creyente-divinidad que encontramos ¿Qué pudieron ver los indios del Perú
en la evangelización de los pueblos ameri- en la . geometría mudejar, en su . abstrac-
canos". Sólo una mayor información sobre ción lineal, en su refinamiento aristrocráti-
los costos y posibilidades técnicas de la edi- co? Quizás eso mismo: geometría, abstrac-
ficación religiosa; sobre los objetivos políti- ción, línea, refinamiento, aristocra,cia. Es de-
cos de la evangelización, nos dirán en qué cir los componentes que antes· de la Con-
medida son ciertas esas hipótesis. No hay quista española habían impuesto a la cultu-
que olvidar al respecto que la iglesia india ra andina sus clases dirigentes. Por lo me-
ha de ser de una sola nave donde todos los nos desde W ari' en adelante y aunque tam-
fieles se reunan, una verdadera ecclesia ma- bién hubiese una tradición figurativa. De
sificada. El alargamiento vendría a ser qui- otro lado, la decoración mudejar coincidía
zás una coincidencia fortuita con lo mudejar con los diseños textiles andinos. Y el techo
y no una consciente utilización de ese mo- d~ madera parecía el toldo de una carpa
delo. o esos ponchos y m_antas que todavía hoy
Pero aún entonces, después de estas re- si~en de dosel en las fiestas religiosas de
servas a propósito de la arquitectura, el mu- la Sierra peruana. De este modo el círculo
dejar seguiría siendo no sólo' el .más antiguo quedaba cerrado: tejido árabe-carpintería
de los estilos en la decoración interior de los mudejar-pintura ("textil") andina. El estilo
templos del Perú (fuesen para indios o, pa- más tempranamente impuesto por la coloni-
ra españoles) sino también un estilo de zación europea fue recibido y apoderado
prestigio mucho mayor entre los indíos que por los vencidos y se convirtió en un medio
entre los españoles. Andahuailillas es un para conservar sus propias tradiciones. Sin
buen ejemplo de lo que decimos. El "autén- saberlo, el artesano andino ponía en eviden-
tico" techo mudejar sólo está en el presbi- cia y regresaba a sus orígenes al pr0pio es-
terio. Si existió en el resto de la nave desa- tilo que estaba empleando. Volveremos al-
pareció con las lluvias y terremotos. Pero guna vez a esta noción del Regreso como
cuando hubo que elegir .una decoración pa- una categoría que define la función históri-
ra las partes destruidas se tomó como refe- ca de América · después de la invasión eu-
rencia y modelo a la carpintería mudejar. ropea. América fue la oportunidad histórica
No para repetir el trabajo en mader.a (¿sa- en que los orígenes de diferentes procesos
bían hacerlo a fines del XVII, en el XVIII se hicieron evidentes porque todos ellos (so-
o XIX?) sino para transferir sus diseños a ciales, económicos, artísticos) alcanzaron su
la pintura plana, bidimensional, que cubri- desarrollo hasta el absurdo.
ría los nuevos techos. Así lo hicíeron en ese El Manierismo. A esa temprana decora-
pueblo todos los artesanos que fueron con• ción mudejar que no dejó murales sino te-
tratados hasta la época republicana. Podría- chos y sólo una pintura (La Cara de Checa-
mos suponer que se guiaron por un princi- cupe) siguió la. influencia del Manierismo
pio de uniformidad. O por ese respeto a lo europeo no sólo en los propios murales sino
cuzqueño 73
también. en la escultura y la decoración de crático cuzqueño más que inca, coincidió
portadas. El Manierismo se encuentra ade- con el momento en que el Imperio dejó de
más, debido al jesuita Bitti, en . los princi- tener un centro geo-político y el Cuzco ya
pios de la Escuela Cuzqueña de Pintura. Al no era el "ombligo de la tierra". Cuando
igual que el término "Mestizo'', que exami- la aristocracia mea recordó más sus privile-
.c naremos más adelante, el Manierismo · es gios que· sus funciones de mando y dejó so-
otro · de los conceptos que más debates ha lo . al emperador Huayna Cápac frente a los
ocasionado entre los historiadores del arte quito mientras no le fueran admitidas 'todas
americano. Algunos piensan que el concep- . sus exigencias. Fue el manierismo de una
to en vez de aclarar confundo y prefieren, ciudad, el Cuzco, que pese a todo (caminos,
con más sencillez, limitar el · desarrollo del "tucuiricos", "mitimaes", "chasquis") no po-
arte ·quinientista europeo a la · oposición en- día controlar el territorio conquistado y vio
tre Renacimiento y Barroco, sin ninguna fa- cómo la división se alzaba al norte cuando
se intermedia diferente. La· palabra Manie- la placenta del último Inca verdadero fue
ri,smo ha tenido una fortuna muy desigual enterrada en Tomebamba y no en el Cuz-
desde que la usó Vasari. Luego de trescien- co. Fue el arte de los nobles que jaquea-
tos años de empleo peyorativo (a veces :se ban al poder central y querían convertir a
le hizo sinónimo de "amaneramiento") fue los "yanaconas" en siervos feudales pero
reivindicada por Dvorak como nós recuerda manteniendo la ilusión imposible de un Im-
G. R. Hocke (1961). Para algunos autores perio estable y expansivo. En ese momento
(Curtís 1953), no habría un solo manieris- el Cuzco no fue "La Otra 'Roma" que min-
mo sino varios manierismos. Y como el con- tió piadosamente Garcilaso, sino la Ciudad
c~pto Barroco en la acepción de W offlin, de los Muertos denunciada por el Inca Huás-
también el Manierismo designaría una fase car. Fue el arte de la disolución y la crisis.
o momento por el cual atraviesan todos los Para lo anterior sólo caben los puntos
estilos artísticos. Y podría ser definido co- suspensivos. Preferimos seguir por ahora a
mo. toda tendencia anticlásica anterior, pos- quienes utilizan el término Manierismo, pa-
terior o coetánea a cualquier clasicidad. Los ra definir un estilo temporalmente interme-
puntos culminantes de estos manierismos dio entre el Renacimiento y el Barroco. Se ~
serían en la historia del arte europeo, los le ha caracterizado como un arte ·irracional,
años finales de las Edades Antigua .y Media anti-clásico, anti-naturalista, contrario al Re-
y los siglos XVI y XVII (Curtís, Hocke). nacimiento. Pero, como s.eñala Hauser, tam-
La hipótesis es atrayente; y de las poca::,¡ bién sería posible encontrar en el Manieris-
que permitirían un análisis comparativo a mo elementos clásicos, racionales y natura·
escala mundial entre artes alejadas y dife- listas. Lo que según él define ese estilo es
rentes. .Dentro de la cultura andina podría- la tensión entre todos sus elementos. El Ma-
mos en ese sentido, identificar varios "ma- nierismo expresa en el a1ie la crisis y la in-
nierismos". El más notorio sería la fase V · seguridad del hombre europeo después: de
d~l Mochica (Larco. Hoyle) donde lo táctil la gran confianza en sí mismo que le había
~e disolvió para que el espacio sin profun- dado el Renacimiento. Las promeSas de ese
didad de los ceramios sirviera de fondo cla- Renacimiento no se habúm cumplido. Y la
. ro a los dibujos en silueta. Manierista se- imagen artística y científica de la realidad
ría ·también el estilo Ofrendas. Y hasta ha· que había propuesto parecía ser a princi-
bría un manierismo en el arte inca. Corres- pios del XVI una fuente de alienación. Ha-·
pondería no al Inca Imperial ni al Inca Pró- bía sido el mundo literario, como recuerda
vincial· sino a una sub-clase que proponemos Hauser, el que había enloquecido a Don Qui-
llamar Inca cortesano: un refinamiento últi- jote. Toda la sabiduría renacentista se con-
mo para uso de las clases superiores del vertía de pronto en un ·engaño. Los hom-
Cuzco y que no tuvo tiempo de avanzar al bres no sabían quiénes eran n( cuál su mun-
resto .del Imperio porque lo interrumpió la do. Había que reformular de nuevo todas
Conquista española. Ese manierismo aristo- las preguntas.
74 ESTUDIOS Y NOTAS
ángeles de la Coronación de la Virgen he~ el auge minero de Potosí, con todos sus
cha por Bitti y hoy en ·La Merced del Cuz- efectos en los demás sectores económicos;
co. En principio pues podríamos señalar 3) la influencia literaria italiana en los me-
una duración mínima de medio siglo para dios cultos urbanos; 4) el desarrollo de re-
el primer manierismo manifiesto en la pin- finamientos cortesanos dentro de ciertos
tura cuzqueña. sectores de la sociedad señorial; 5) intensi-
Pero el Manierismo persistió más allá de ficación de la mística y catequesis religio-
esq.s fechas. Dentro de la Pintura, en el sas; 6) ofensiva cultural contra el universo
propio Quispe Tito y otros maestros cuzque- indio.
ños de XVII quedaron del manierismo algu- Desde el punto de vista español ésta no
nos tratamientos de la luz, el alargamiento era una sociedad en crisis sino un periodo
que a veces dieron a sus figuras, la gracia de asentamiento. Habían pasado la Conquis-
y levedad cortesanas del gesto y la dislo- ta y las Guerras Civiles. Los indios estaban
cación del espacio. Luego el Manierismo fue al parecer definitivamente vencidos. Sayri
reavivado por el Rococó que, como bien di- Tupac había ya vendido sus derechos a la
ce Bialostocki, en el fondo no fue una pro- corona inca "a cambio de una hilacha del
longación modificada del Barroco sino un mantel"; mientras el último soberano de
estilo manierista con sus espacios carentes Vilcabamba era muerto en el Cuzco. Los
de profundidad. A este ciclo epigonal del grandes soldados españoles también habían
Neo-Manierismo Andino, a medias Rococó sido derrotados y se habían resignado a ser
(que Mesa-Gisbert han llamado Manierismo encomenderos y dueños de hacienda. El Pe-
dieciochesco) perteneció Marcos Zapata, ar- rú no estaba gobernado por los conquistado-
tista clave, al que siguieron Cipriano Gutié- res sino por aristócratas, abogados, clérigos
rrez y Antonio Vilca. Discípulo de alguno de y funcionarios enviados desde España. Ha-
estos últimos debió ser el gran muralista bía, al fin, llegado el momento de gozar lo
Tadeo Escalante, con quien el Manierismo conquistado -lo conquistado por otros. Li-
se trasformó, implicado con lo "mestizo" y ma, Cuzco, Arequipa, Trujillo, cada una de
"popular" en un estilo creador y diferente las ciudades españolas, podía repetir, a es- ·
de donde proceden los llamados Primitivos cala colonial, los modelos de la aristocracia
Andinos del siglo XIX. Así el gran estilo do- europea y crear la imagen de una vida cor-
minante de la aristocracia europea terminó tesana. Para las élites urbanas de ese tiem-
siendo un arte marginal refugiado en las al- po el Manierismo no venía a ser el arte de
deas campesinas. la crisis y la disolución ni una protesta con-
¿Fue al principio el manierismo en el tra la falsedad de una norma. No traía el
Perú un arte exclusivamente europeo?. ¿Su cuestionamiento de un mundo y una cultu-
éxito fue únicamente debido a la persuasión ra. Era simplemente un arte aristocrático.
jesuita y a la excepcional personalidad tan El arte no tanto de lo que eran como de lo
versátil del Bitti?. ¿Qué hombres, qué gru- que querían ser; la expresión de un ideal.
pos sociales podían reconocerse en el ma- Sin advertir que esto, en sí, ya era una ne-
nierismo?. Por cierto, no los conquistadores. gación de la realidad.
Aunque sólo fuese por la razón del cam- Para los indios, en cambio, el manieris-
panero: cuando llegó el manierismo a fi- mo cumplió funciones más complicadas y
nes del XVI esos conquistadores estaban ya ambiguas. Era en primer término el arte
muertos o viejos. Cuestión aparte, que no de sus señores. Pero no de todos los que
tocaremos, es saber cuál fue el Arte de los veían a diario en los pequeños pueblos y
Conquistadores; es decir el arte qué ellos grandes haciendas. Sino de los que habita-
prefirieron. Cronológicamente los comienzos ban en los palacios de las grandes ciudades
probados del manierismo (1580-1620, apro- o venían a ocupar los curatos de sus parro-
ximadamente) coincidieron con seis series quias. El manierismo presentaba a la masa
de hechos de naturaleza diferente pero re- indígena una imagen amable de la coloniza-
lacionados entre sí: 1) la definitiva organi- ción hecha de luz, colorido y belleza formal.
zación del virreinato iniciada por Toledo; 2) En vez de retratos realistas, el manierismo
El arte mural cuzqueño 77
ennoblecía las facciones de sus personajes. soluto y único. Desde todos los costados se
Altos, hermosos, delgados, jóvenes, los euro- hacían presentes las figuras del mal. Esta
peos aparecían como arquetipos físicos para pesadilla que después interpretó el manie-
admiración de los indios. Así, desde un rismo andino, fue la que inspiró la Quillca
principio, el manierismo introdujo dos cla- de Huaman Poma d'onde el indio va a ser
ras alienaciones entre la población andina. devorado por el tigre (español) la vulpeja
La primera derivaba del inevitable cotejo (el curaca colonial) y la sierpe (el cura).
entre esas figuras humanas idealizadas y las Desde luego sólo estamos indicando aque-
mujeres y hombres españoles con quines a llas probabilidades que mejor pueden expli-
diario tropezaban los indios. La segunda, car el éxito del manierismo en el territorio
más grave, venía del contraste entre aque- andino. Al hacerlo quisiéramos prevenir al-
llos modelos de belleza manierista y la con- gunos errores. Primero, no desconocemos
figuración biológica predo,minante entre la que el manierismo "consumido" por los in-
población campesina de los Andes. Frente dios fue por lo menos al principio "produ-
al verticalismo manierista, la herencia racial cido" por los europeos. Segundo (y es lo
y 'la adaptación ecológica determinaban es- más importante) las conexiones entre el
taturas más bajas y desarrollos horizontales. manierismo y los indios no pueden ser re-
El manierismo, arte de una alienación feridas exclusivamente al impacto de la
colonial, instrumento suyo; placer aristocrá- Conquista. Han de situarse dentro de un
tico y urbano. Pero también sin paradoja, marco más general: ¿Cuánto de la cultura
un buen medio de· expresión para los cam- pre-hispánica intervino en las representacio-
pesinos conquistados. Los españoles vivían nes artísticas andinas posteriores a la Con-
seguros, no los indios. El suyo sí era un quista? Diferimos la pregunta para más ade-
mundo en crisis en el que habían dejado de lante cuando al estudiar el neo-manierismo
tener valor todas las leyes conocidas. Como del XVIII reconsideremos la significación de
había ocurrido con algunos de los primeros Quispe Tito en el período inmediatamente ·
manieristas europeos. Pero esta vez, en los anterior, durante el XVII.
Andes en una magnitud mucho mayor, con Algunos de los problemas mencionados
una calidad derogatoria más intensa. A raíz pueden ser vistos en los murales andinos.
del gran trauma de la Conquista la realidad ¿Murales mánieristas? Sí y quizás antes dd
se había deshecho y vuelto contraria. El Bitti, en las primeras iglesias de planta re-
mundo h~bía perdido sus límites. No termi- nacentista, al lado de los techos mudéjar y
naba en la Mama-Cocha, la madre de todas siguiendo los diseños decorativos de Serlio. ·
las aguas sino que se prolongaba, "plus ul- De seguro, en todo caso, a fines del XVI y
tra", a través del Océano. El más terrible por mamo del Bitti según noticia de Vargas
de los P11chacutec (trastornos) había puesto Ugarte (1948) y Soria (1956). Este último,
de cabeza al mundo, todo había perdido su de quien cojemos la noticia, habla de "unas
gravedad y razón de ser. El Inca, hijo de pinturas catequística~ en la iglesia de la Co-
Dios, había sido vejado por los hermanos fradía del Nombre de Jesús, capilla india
de Pizarro. Los lncacuna que habían gober- anexa a la compañía del Cuzco y sugiere (el
nado desde Argentina a Colombia valían me· padre Vega) que serían de Bitti. ·Represen-
nos que los mitimaes del Africa (negros es- taban (dice Vega); "el juicio, gloria, y pe-
clavos). Todos los signos se habían invertido. l)as de los condenados ... y particularmente
Lo que· antes era bueno, ahora era malo, "Tro- las penas y castigos que en el infierno tie-
cósenos el reinar en vasallaje". nen los vicios y pecados de los indios que
El estilo manierista con sus figuras in- están allí bien dibujados por sus especies
estables y sus fantasías monstruosas; y con y diferencias". (Subrayado nuestro). Soria
su organización sectorizada del espacio pro- piensa que ese tema era "desagradable" pa-
porcionaba a los hombres andinos una ima- ra el refinamiento de Bitti. Mientras que
gen verosímil de 3U situación. El indio ha- Mesa-Gisbert (1962) lo encuentran "aleccio-
bía perdido la tierra y todo el mundo era nador" para un cristiano. En todo caso se
"ancho y ajeno". Carecía de un centro ab- ajustaba a las tradiciones fantásticas del ma-
78 ESTUDIOS Y NOTAS
mensmo y estaba destinado no a todos los lienzos de Bitti. Nos preguntamos con todo
cristianos sino a los indios de preferencia. si el Bautismo de Juli que se atribuye a Bitti
Estos murales de Bitti quizás influyeron en pudo inspirar o no el mural de Ureas. Mesa-
otras representaciones, posteriores y simila- Gisbert afirman que el mayor alargamiento
res muy comunes en el sur andino y la ac- de las figuras de Cusi-Guiunán y la genufle-
tual Bolivia. ¿En las Postrimerías de Quis- xión de los personajes centrales son simples
pe Tito, en el anónimo de San Jerónimo, en variantes con relación al supuesto lienzo de
el Virgo Pateos de Marcos Zapata, en la se- Bitti. Creemos advertir sin embargo dife-
rie del Credo en Caninctmca? rencias básicas en la composición misma de
Manierista sería también parte del arco cada una de esas obras. El lienzo de Juli
toral de Chincheros. Al menos por sus fe- no está organizado como el mural de Urcos
chas tan tempranas (1605-1607) según he- en función de una diagonal sobre la que se
mos visto y por el estilo de una de sus figu- construye dos movimientos. Uno ascensional
ras. Pero no descartamos que este mural de izquierda a derecha apartir del ángel.
~ manierista haya aprovechado un fondo an- Y otro en sentido inverso determinado por
terior. de tipo renacentista, · limitándose a la posición del Bautista y los recursos de
una sobreimpresión. El modelo Chincheros iluminación. En la obra de Juli se enfatiza
se relaciona con otras decoraciones mura- el movimiento de~ Cristo y el Bautista, y se
les del Cuzco, posiblemente de la misma deja libre un espacio central que los sepa-
época, cuyos vestigios encontramos en el ar- ra. Cusi-Guamán, eligió una posición dife-
co toral de San Jerónimo. rente para esas dos figuras: fijándolas· so-
Junto al mural "europeo" de Chincheros bre el tronco y la piedra que no hay en Juli
y sus similares; hubo murales de estilo ma- y obteniendo a la vez paradójicamente en el
nierista hechos por mano indígena. Una mural un efecto de inestabilidad que tampo-
prueba indudable: El Bautismo de Cristo co hallamos en el lienzo. Otras diferencias
pintado en Ureas por Diego Cusi-Guainán. menores son prescindibles. El cayado por
Nada sabemos de este artista que parece ejemplo sostenido en Juli por el antebrazo
haber sido indio noble. A propósito de él y en ·Ureos por el hombro.
y de su obra Mesa-Gisbert dicen: Estas comparaciones sugieren que el mo-
"De todas las pinturas murales que hay delo de Cusi-Guamán debe ser buscado en
en los pueblos cercanos al Cuzco, ninguna otras áreas que no sean las del lienzo de
tan notable como la que firma Diego Cusi Juli. Quizás en un grabado o pintura rela-
Guaman. . . Cusi es un manierista y muestra cionado con el Bautismo que Mateo Pérez
buena escuela. En el fresco aludido las fi- de Alesio hizo en Malta. Conocemos este
guras lo son todo, no hay paisaje ni detalles trabajo gracias a una ilustración que repro-
anecdóticos. San Juan y Cristo son tipos ducen Mesa-Gisbert en su estudio .J>bre Ale-
ideales de esbeltísimas proporciones, lucien- sio (1972). Lo más convincente es la simi-
do sus cuerpos con un paganismo renacen- litud en la posición del Cristo. No decimos
tista. . . Cusi Guaman a quien solo conoce- que el mural de Ureas venga de la pintura
mos por esta obra parece un discípulo del de Malta. Sino que ambos se relacionan más
Bitti. La escena del Bautismo repite el lien- entre sí que cualquiera de ellos con el lien-
zo sobre el mismo tema que pintara el je- zo de Juli. Pertenecen a una órbita de in-
suita para San Juan de fuli ... Huaman sim- fluencia común. Su referencia local más in-
plifica la escena, cambia un poco los tipos mediata se encuentra no en Juli sino en el
de los protagonistas, alargándolos aún más Bautismo de Cristo pintado por Luis de Rea-
sobre el ya esbelto canon de Bitti; además ño para la vecina iglesia de Andahuailillas.
dobla en ambas figuras una de las rodillas, Por lo demás el mural de Ureas eviden-
dándoles esa inestabilidad propia del máhie- cia las dificultades que su autor tuvo para
rismo". aprender los dictados europeos. Cusi-Gua-
, Supongamos que nadie haya tocado este mán acertó en el color pero luchó con la
mural desde que lo pintó Cusi-Guamán. Ad- musculatura del desnudo y los problemas
mitamos también que su autor. hubiese visto del escorzo.
El ·arte mural cuzqueño 79
De mano indígena o mestiza e inspira- nante y de moda. Lo sustituyó el Barroco
ción manierista podrían ser también los mu- cuya influencia algunos prolongan hasta
rales escénicos sobre Los Dos Caminos del 1750 y quizás a través de la arquitectura de
Alma, pintados en Andahuailillas. Acerca "estilo mestizo" hasta fines del XVIII. Por
de uno de ellos (Camino del Cielo) hemos más que en la pintura esas fechas deben
comentado anterionnente las opiniones del ser acortadas pues ya desde la primera mi-
profesor Soria. No hemos visto el grabado tad del XVIII se hicieron presentes el Rococó
de Wierix que Soria señala como fuente. ·y el neomanierismo andino. El Barroco ha
En todo caso, este dato, por sí solo, nada suscitado numerosos malentendidos. Se le
nos dice acerca de la fecha del mural; pues ·tiene a veces por el arte representativo de
quien lo hizo pudo copiar el grabado mu- la época colonial pese a que no fue el pri-
chos años después, quizás a mediados d~l met;o de los estilos europeos venidos al Pe-
XVII después de la residencia del Bitti en el rú ya que apareció cien años después de la
Cuzco. Para el otro mural (Camino del In- conquista. Su desarrollo no coincidió como
fierno) desconocemos aún si también inter- el Manierismo con el auge económico sino
vinieron. grabados europeos. Estos murales con el estancamiento (luego que empezaron
representan, para fines de edificación reli- a agotarse las minas de Potosí) ; y con la
giosa, el reiterado tema de la oposición cris- decadencia política de los Austria. Con: un
tiana entre el placer y la virtud que tam- momento histórico ·de larga duración duran-
bién fue pintado en Huaro y en la celda del te el cual la s'ociedad española (metropoli-
padre Salamanca, cada uno de los tres por tana y colonial) quedó inmovilizada y per-
mano y en tiempo diferentes. Es manierista feccionó un sistema basado fundamental-
la gracia cortesana del caballero que domi- mente en el control de las poblaciones cam-
na la escena del Camino al cielo. También pesinas. Es el arte de una derrota genera-
lo es la división en diagonal del espacio. Pe- lizada de la España católica que tomó las
ro hay, asimismo, características de orden apariencias de un desquite victorioso en las
local. No tanto en los personajes, pues to- tierras de América donde el poder imperial
dos son europeos, salvo el cacique que viaja se mantuvo hasta principios del XIX.
en la barca del Infierno. Como más bien en Con razón han dicho Tapié (1955) y
las "dificultades" (que bien podrían ser "so- Francastel (1957) que el Barroco es un mo-
luciones" propias) que evidencia todo. el tra- do general de vida antes que 'un estilo· de
bajo. Nos encontramos sin duda ante un ar- arte. Estuvo asociado a ciertas estructuras
tista que dominaba el color pero se aparta- de tipo social (grandes propietarios rura-
ba de las reglas ~uropeas del dibujo. Lo re- les), religioso (países católicos), político
vela su incomodidad para traducir a la es- (monarquías absolutas) y laboral (talleres).
cala mayor de los murales las proporciones Fue también un estilo agresivo y proselitis-
menores del grabado que tuvo a la vista. El ta: "Aparece ligado a un dominio cerrado
tamaño de los personajes no se ajustó ade- donde circulan ideas, formas y reglas de ac-
más al significado que tenían dentro · de la ción y de fe, de carácter imperativo. Allí
narración ni a las necesidades impuestas la penetración de los jesuitas y de· las órde-
por la perspectiva. Esta actitud es mucho nes religiqsas controladas por Roma y la Ca-
notoria en El Camino del Infierno que en sa ·de España se detiene, el Barroco retro-
el mural de lado opuesto. Por lo demás, la cede".
composición original parece haber sido mo- A pesar de lo dicho, el Barroco está mal
dificada y en vez de un espacio construido representado entre los murales andinos. Es
en función de un solo punto de perspectiva posible que los gustos decorativos de los si-
.existen varios espacios sectoriales cada uno glos XVIII-XIX hayan recubierto y hecho des-
con su perspectiva particular. aparecer los murales barrocos del siglo XVII,
El Barroco. Si bien el Manierismo nunca respetando en cambio al mudéjar y al ma-
desapareció del todo dentro de la cultura nierismo ·cop los que tenían mayores afini-
andina colonial, había sin embargo dejado dades. Pero'también podemos preguntarnos
~e ser a mediados del XVII el estilo domi- si ·los artistas barrocos del Perú prefirieron
80 ESTUDIOS Y NOTAS
con frecuencia pintar lienzos en vez de pin- se encuentra asimismo la Celda del padre
tar paredes. Üenw y mural se excluyen Salamanca en La Merced del Cuzco; y bajo
funcionalmente. Compiten en principio por su tardía influencia la capilla de Santo Ro-
el uso del mismo espacio. Para el pintor de ma en la ciudad del Cuzco, capilla donde
"cuadros" la pared es a veces sólo una oca- se incorporan modalidades de otra estirpe
sión material, un soporte dónde colgar su postetior.
obra. Para un muralista la pared lo es todo Con mayor cautela nos preguntamos
en sí misma; y espera que ningún lienzo acerca de las relaciones que con el Barroco
venga a ocultar su trabajo. En algunas épo- podrían tener otros conjuntos. ¿Los Meda-
cas {arte románico o bizantino por ejem- llones de Colquepata, anteriores a los 16
plo) puede darse una integración de todas grandes murales inspirados en grabados o
las manifestaciones plásticas. El Barroco no lienzos barrocos? ¿Algunos sectores de Pitu-
pudo en cambio hacerlo fácilmente. Basta marca y Cay-Cay?
para comprobarlo con visitar las iglesias de Rococó, Neo-Manierismo y "Estilo Mesti-
los alrededores del Cuzco. Detrás de las zo". El siglo XVIII fue para el Perú y todo
grandes telas barrocas veremos con frecuen- el Imperio español un tiempo de crisis, pri-
cia murales más antiguos (Andahuaílillas, mero gradual y luego violenta. Así en el
Pitumarca, etc.). El barroco podía consentir orden social y político como a nivel de la
de buen grado a la decoración mural en los cultura. La independencia criolla (siglo XIX)
espacios marginales que no servían para la y la fracasada Revolución India {ss. XVIII-
exposición de sus telas: arcos, techos, ven- XIX) se encuentran al final. de este proceso
tanas, zócalos. Espacios con todo, suficien- cuyas causas pueden agruparse en tres se-
tes por su amplitud física como para que ries de hechos principales. Unos fueron de
podamos hablar de un muralismo barroco carácter internacional, o por lo menos pan-
durante la segunda mitad del XVII. Un mu- europeo y se refieren a la disolución del
ralismo anterior al barroco andino o "mes- Antiguo Régimen en sus bases políticas {Re-
tizo" de la arquitectura del XVIII cuando los volución Francesa), económicas (Revolución
murales se reintegraron a la gran lujuria Industrial, Decolonizaciones) e ideológicas
decorativa de ese tiempo que todo lo com- {desarrollo del "pensamiento moderno").
binó, desde el manierismo y el barroco has- Otras causas operaron en el interior mismo
ta el rococó. del Imperio y repercutieron en todas sus
Estas son, desde luego, suposiciones. Di- provincias aunque de modo desigual. Pue-
fíciles de confirmar o rechazar. Ciertos te- den resumirse en a) la ruptura definitiva
mas decorativos se repiten desde el XVI a pero no formalizada del monopolio comer-
nuestros días. Los murales barrocos andi- cial español y b) en el fracaso del Nuevo
nos, más escasos que los manieristas y ro- Orden imaginado por el Despotismo Ilus-
cocó, pueden haber usado temas decorativos trado.
que venían desde la Antigüedad y el Rena- Intervinieron, por último, en el caso Pe-
cimiento y que continuaron siendo aprove- rú, algunos agravantes específicos. Dentro
chados durante toda la época colonial espa- de la nueva estrategia colonial el Perú, co-
ñola. Con estas precauciones, asignarnos al mo ha dicho Guillermo Céspedes, resultaba
Barroco, o por lo menos a la segunda mitad menos importante que la fachada atlántica
del XVII y principios del XVIII, algunos po- (Nueva Granada, Buenos Aires). Desmem-
cos murales cuzqueños, como algunos vestigios brados muchos de sus territorios, el gran vi-
en los arcos de Tinta y parte de las decora- rreinato austriaco se había reducido bajo
ciones de las ventanas y de la capilla del los últimos Barbones a las audiencias de Li-
Señor de Achacrapa en Andahuailillas. Poc ma y Cuzco. Charcas y hasta Puno habían
dría serlo también el techo de Chincheros escapado de su órbita y dependían de Bue-
(cuyas "estípites" vienen del manierismo) y nos Aires. Toda la selva del Marañón (May-
pudo haber uno en Huáro de donde Esca- nas, Jaén) le era disputada por el gobierno
lante quizás copió los escudos de Croada y de Quito. Además, la metrópoli se desen-
Hungría. Dentro de sus lím~tes cronológicos tendió de la antigua aristocracia criolla y
Macera: El arte mural cuzqueño 81
2
1/ Techo mudejar
Andahuaillas, ss. XVI · XVII .
2/ Viga mudejar y techo del
Presbiterio. Checacupe, s. XVI
3/ Arco toral. Chincheros, 1&03.
4/ Alma camino del cielo.
Andahuailillas, s. XVII.
4
82 ESTUDIOS Y NOTAS
6
Macera: El arte mural cuzqueño 83
7
34 ESTUDIOS Y NOTAS
Macera: El arte mural cuzqueño 85
8 11
9 12 1
lO 13
8{ Batalla de Clavijo.
Checacupe.
9/ Bajo Coro. Cay-Cay.
10/ Bajo Coro. Pitumarca,
ss. XVII- XVIII.
11/ Puerta de las Cinco
Lenguas. Andahuailillas,
ss. XVI- XVII.
12/ Arco toral. Pitumarca.
13/ Bajo Coro. Canincunca.
1.3
86 ESTUDIOS Y NOTAS
14
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Macera: El arte mural cuzqueño 89
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Macera: El arte mural cuzqueño 91
28/ Techo de Huaro. 29/ Antiguo Testamento,
Escalante, s. XIX. Acomayo. Escalante, s. XIX.
92 ESTUDIOS Y NOTAS
orden español. Así, el descontento criollo hispánicos. Todos ~dmiten su existencia aun-
que terminaría en una Revolución Reaccio- que la califican de diversa manera. Para
naria podía hablar en nombre del Progreso algunos es una simple adaptación provincial
Universal. (Gasparini); o un fenómeno que se encuen-
Para los indios, por el contrario, nada tra en otrós lugares y tiempos de la histo-
de esto era válido ni pertinente. La Con- ria del arte (Kubler); mientras que otros .
quista no podía ser vista como el principio, autores (Wethey) hablan de una "fusión ·
ni histórico ni moral, de su liberación. No hispano-india'? o de un barroco andino o es-
venían de las victorias de Pizarra sus títu- tilo mestizo en arquitectura (Mesa-Gisbert);
los de rebelión; sino de los vencidos por Pi- cuando no de un arte criollo o mestizo ( Gui-
zarra. El suyo no era un chantaje por los do). En un apéndice sobre el concepto Mes-
premios no recibidos. Tampoco actuaban al tizo fijamos nuestra posición al respecto. Al
amparo de filosofías modernas. Querían la margen de los nombres, estos designan 1,ma
restauración de una felicidad colectiva en época que disolvió más que otras los com-
virtud de una necesidad social y una prome- ponentes aisladamente europeos, los deses-
sa religiosa. tructuró y recompuso para intentar un orden
Estos procesos de definición "nacional'' representativo diferente. Ocurre entonces lo
no pudieron prescindir totalmente, en nin- que en palabras de Goldschmidt llama Ilmar
guno de los dos casos, de lo europeo que re- Luks (1973) un "progreso regresivo". La
chazaban dando lugar a diferentes combina- decadencia de las formas es más bien un ·
ciones históricas. Es dentro de este contex- progreso hacia su renovación y, siempre se-
to que hemos de entender los cambios ar- gún Luks, 'se disocian de su significado an-
tísticos ocurridos durante el siglo XVIII con terior para asumir funciones y categorías
respecto a los modelos del XVII. No hemos artísticas diferentes.
.de estudiar ahora la variante criolla que Este nuevo arte no es indio, criollo, es-
(en Lima al menos) luego de la decoración pañol ni mestizo. No sólo porque esos ad-
rococó obedeció en arquitectura los dictados jetivos evocan a menudo nociones biológi-
neo-clásicos de Matías Maestro.. Lo hicimos cas. Sino porque, aun tomados en toda su
(Macera 1962) a propósito de las 'relaciones latitud, sin perjuicio de sus equívocos, no
entre lenguaje y modernismo en el Perú bastan (cada uno por sí solo) para caracte- •
del siglo XVIII. Reseñábamos entonces el de- rizar lo que ocurrió con el arte andino del
sarrollo de las ideas estéticas que desde los siglo XVIII. Si apurásemos una ponderación
ataques al "gótico" del marqués de Soto diríamos que fueron dos los factores decisi-
Florido (1755) condujeron hasta el "Poema vos. El primero ha de encontrarse en los
Epico en [ ... ] la Renovación de San Francis- indios; más aún en los patrones culturales
co" (1805) y el "Verjel Dominicano" (1807) pre-colombinos y en su respuesta, no simple
de Casimiro Navajas, con su ardorosa de- adaptación, al hecho colonial. Y luego, en
fensa del arte neo-clásico. Aunque nuestra este mismo hecho colonial en la medida que
información es todavía escasa al respecto, dentro de cualquier sistema imperial las co-
todo indica que en las ciudades criollas de lonias no son equivalentes a las provincias.
la costa nor-central, con escasa población in- No podemos hablar de las colonias como
dio-mestiza, el arte fue una repetición de provincias alejadas. La distancia con res-
los modelos trasatlánticos. Las élites crio- pecto al centro imperial es sólo una de las
llas sólo se asociaron a verdaderas creacio- diferencias entre provincias metropolitanas
nes artísticas cuando; como en la arquitectu: y colonias de ultramar. Estas últimas eran
ra arequipeña o cajamarquina, predominaba nuevas realidades histórico-sociales que lleva-
el componente no-europeo. 1
ban dentro suyo la posibilidad y necesidad
Dejando de lado al criollo, nos interesa de un modo peculiar de representación ar-
aquí ese nuevo arte que durante el XVIII se tística. El poder central español pudo opo-
distanció progresivamente de los modelos nerse a este fenómeno de diferenciación;
españoles sin ser, no obstante, una simple pero no lo evitó del todo. El arte colonial
rearcaización de los modelos indígenas pre- fue diseñado como una transferencia· de mo-
Macera: El arte mural cuzqueño 95
delos venidos de Europa. Pero terminó sien- elementos de regulación.
do algo distinto, sobre todo en aquellos te- No en todos los pintores se dio este fe-
rritorios demográfíca y culturalmente pre- nómeno con igual intensidad. A fines del
ocupados por sociedades avanzadas como la XVII y principios del XVIII no faltaron in-
andina, azteca o maya. Es posible que ese . dios y mestizos ganados por la influencia cla-
arte tenga algunas similitudes con el arte sicista y barroca, como es notorio en Sinchi
que se ha producido en otros tiempos y con· Roca y en Basilio Pacheco. Si bien este úl-
tinentes cuando estuvo asociado a fenóme- timo resultó menos "europeo" en su serie
nos de ruralización y aculturación. Pero no de Ayacuchó que en los lrabajos cuzqueños.
es el mismo · arte y aguardamos un estudio Incluso a mediados del siglo XVIII, entre los
cqnparativo que lo demuestre plenamente. seguidores de Zapata, algunos (Vilca, Gu·
La desviación con respecto al arte occi- tiérrez) son más "progresistas" que otros
dental importado ocurrió desde muy tem- (Chacón) aunque todos participen de las
prano en el Perú. Afectó incluso a los pro- misma renovación.
pios artistas europeos. En el más repre- Todos estos avances y retrocesos conflu·
sentativo de todos ellos, el jesuita italiano yeron en la primera mitad del XVIII con la
Bitti, se puede observar este · proceso de aparición del Rococó, el desarrollo del cos-
americanización, como ha observado con twnbrismo y la popularización de la pintura.
gran fineza Elizabeth Z. de Kelemen en una El .Rococó en América fue también al prin-
comunicación verbal a Soria que trascribire- cipio un hecho colonial. Pero proporcionó
mos: los medios de liberación frente al barroco
"Andando el tiempo, el modo de Bitti que necesitaban los artistas éuzqueños para
empieza un poco a hacerse an1ericano, de- definir su propio sistema de representación.
sarrollando un estilo taquigráfico (subraya- "La tendencia hacia lo monumental, lo so-
do nuestro) porque tiene que trabajar rápi· lemne-ceremonial y lo patético desaparece
damente para cumplir. con sus numerosos -dice Hauser- ya en el primer Rococó y
encargos. Además su público apreciativo no deja lugar a la tendencia por lo gracioso e
son los aficionados conocedores de Europa, íntimo. El Rococó es un arte decorativo, vir-
sino creyentes sencillos que estaban más tuosista, picante, delicado, nervioso, que sus-
conmovidos por un estilo espiritual (acen~ tituye al Barroco maciso, estatuario y realis-
tuando líneas de contorno en vez de mode- tamente espacioso". El Barroco había con-
lado) que por una ilusión de la realidad" tenido en el Cuzco e'l desarrollo de todo se-
(Soria 1956). paratismo regional de la pintura. Nada se le
Más pronunciada (y de una diferente ca- había opuesto con eficacia. El propio genio
·lidad) fue aún ese apartamiento en el ca- de Quispe Tito cedió ante el prestigio de un
so de los artistas indios y mestizos. Huaman estilo que representaba mejor que cualquier
Poma y sus Quillcas son aquí un primer otro los poderes absolutos de la Conquista y
. ejemplo que todavía no ha sido suficiente· el Antiguo Régimen. Pero ahora surgía frente
mente analizado desde el punto de vista de a él otro lenguaje universal competitivo, con
la historia del arte. Pero en el propio XVII, iguales recursos técnicos y bajo igual ampa-
cuando ya había escuelas y talleres estable- ro político, ya que venía de Francia, cuna de
cidos, los indios que allí acudían, se esfor- la nueva dinastía. El Rococó empezó por ser
zaron por conciliar sus lecciones. europeas un No al Barroco, razón suficiente para ser.
con las necesidades de expresar su propia admitido por aquellos a quienes era incómo-
imagen del mundo. Un reciente estudio de da, e interrumpía la disciplina cultural vi-
Alicia Polvarini de Reyes ha revelado defi- gente en el Perú bajo los Austria del XVII.
nitivamente este aspecto en la pintura de El Barroco no desapareció desde luego. Su
Quispe Tito, a pesar ·de su aparente euro- última línea de resistencia estuvo en la .ar-
peísmo. El :espacio nos dice ella, no sé or- quitectura. Pero lo hizo a costa de su pro-
ganiza en Quispe Tito siguiendo fielmente pio significa,~o cultural y de sus funciones
las leyes de la perspectiva renacentista sino de control político y psicológico: dejando de
que lo segrega en planos, cada uno. con sus ser europeo para convertirse en un barroco
96 ESTUDIOS Y NOTAS
andino o "mestizo''. Lo que de él se retuvo ca. Marcos Zapata, activo a mediados del
en la arquitectura por otra parte (el de- XVIII, puede· no ser el iniciador del movi-
corativismo, el horror al vacío, el efecto miento que describiremos, pero es por aho-
de masa monumental en los edificios) fue ra aquél en quien más tempranamente se
aquello que coincidía con la cultura que el hace visible su dirección. O todavía mejor
barroco, por otras vías, había contribuido a quien primero pudo formalizar y unificar
sojuzgar. En pintura perdió rápidamente el corrientes y anticipaciones aisladas anterio-
terreno. No sólo porque· el margen de las res a su obra. No· fue sólo un artista sino
· innovaciones artísticas está condicionado por también el jefe de un taller en vías de con-
sus costos (es más fácil y barato pintar ,que vertirse en una empresa comercial. Sus
edificar). Sino porque el Rococó encontró obras, o las de sus gentes, llegaron fuera
un aliado en· el Manierismo al que nunca ha- del Cuzco hacia el interior de Charcas y por
bían renunciado del todo los artistas cuz- el norte hasta Ayacucho. La suya, además
queños. La idealización de la figura, la gra- de la extensión geográfica, fue una influen-
cia de la línea, los colores claros eran un cia socialmente diversificada. Sus trabajos
lenguaje inteligible para quienes podían en se encuentran en los principales conventos
el Cuzco ver las obras de Bitti y sus discí- e iglesias (Catedral, San Frandsco, La Com-
pulos. Nada mejor, por último que las su- pañía, Almudena) . · Pero también salieron
perficies planas, los paneles blancos, los ele- de su taller docenas sino cientos de cuadros
mentos tenues y las dimensiones reducidas para una clientela popular y privada. Toda
-conque Kelemen caracteriza al Rococó- esa actividad, todo ese éxito, suponen ex-
para un artista contrario el riguroso orde- cepcionales dotes de organización y mando.
namiento espacial del Barroco. Pero también, sobre todo, una capacidad
Este neo-manierismo rococó triunfó en el de síntesis para interpretar los gustos y pre-
Cuzco a mediados del XVIII. Desconocemos ferencias de las diversas clientelas, seleccio-
si se trata de una trasferencia escolarizada. nar en cada caso algunos elementos y ela-
No se conoce ningún artista que por enton- borar un nuevo modelo artístico de acepta-
ces hiciera en favor del rococó lo que Bitti ción general.
hizo por el manierismo. Una vez más los Aunque lentamente, cada ·vez con mayor
grabados constituirían los primeros ejem- seguridad, se va comprendiendo el signifi-
plos. Pero también los diseños utilizados en cado de Zapata dentro del desarrollo del
las cosas de la vida diaria. El carácter media- arte andino. Mesa-Gisbert, por ejemplo, en-
to de esta instrucción a larga distancia de- cuentran a Zapata falto de atractivo, soltu-
mostraría más que una pasiva capacidad de ra y color. Pero reconocen que es una "per-
imitación un cierto tipo de coincidencia pre- sonalidad importante y definida" y subra-
via en los . artesanos locales. yan tanto el éxito local que obtuvo como el
Es siempre arriesgado individualizar fe- carácter industrial y masivo de su produc-
chas y nombres en materia de historia del ción. Con toda justicia comparan su ·influen-
arte cuando nos referimos a los orígenes de cia a la de Quispe Tito y relacionan su obra
estilos y escuelas. Mucho más aún si, como con la de Tadeo Escalante en Huaro. Según
en el presente caso, nos hallamos ante cam- ambos . autores, el estilo de Zapata podría
bios profundos de orden · tan general. De ser definido como manierismo diciochesco
otro ·lado, en investigaciones de esta clase, y se caracterizaría por 1) "Grandes compo-
fundamentalmente históricas, la importancia siciones y largas series. Sus cuadros están
de un artista, las funciones que ha cumpli- hechos para verse a distancia y llenar con
do, son hasta cierto punto independientes un poco de color y alegría los muros cie-
del valor intrínseco de sus obras, entendido gos"; 2) poco apego al detalle y baja cali-
ese valor como ejecución o logro final. Con dad de ejecución; 3) proyección de elemen-
estas reservas proponemos relacionar el tos sobre un mismo plano; falta de atmós-
nuevo arte cuzqueño del siglo XVIII con la fera y profundidad; 4) uso casi exclusivo de
obra de M¡¡rcos Zapata y sus inmediatos se- azules y rojos intensos (Mariluz Urquiso);
guidores-, Cipriano Gutiérrez y Antonio Vil- 5) dibujo duro; 6) rostros estereotipados y
Macera: El arte mural cuzqueño 97
un peculiar amaneramiento de los ·vestidos; influencias foráneas. En efecto Escalante es
7) concepción esencialmente decorativa. producto exclusivo de la pintura andina, tra-
El balance final resultaría adverso a Za- baja dentro de la tradición cuzqueña, de-
pata, según Mesa-Gisbert, que prefieren la rivando su estilo del de Zapata de quien co-
obra de Moneada. Con la misma severidad pia tipos y formas" ... "Encantadora inge-
juzgan a toda la escuela o "círculo" de Za- nuidad y sencillez". (En los murales de las
pata: Dos Muertes) ... "Como pintor en verdad es
Marcos Zapata. "Pese a que su pintura más malo que bueno; ninguna de sus figu-
es poco atractiva es una de las personalida- ras vale por sí".
des más importantes en el panorama artístico Todavía esperamos por lo que se ve una
del XVIII cuzqueño". . . "Después de Quis- plena reivindicación de Zapata. Nada sa-
pe Tito el que deja mayor huella en la pin- bemos de sus años de formación, ya que las
tura del Cuzco es Zapata" ... "Producto de primeras décadas del XVIII, durante las cua-
algún taller industrializado como el de Mau- les hizo su aprendizaje, continúan siendo un
ricio García, donde ·los aprendices se forman vacío en la historia del arte cuzqueño. ¿Qué
como simples obreros que deben atender vínculos hubo entre Zapata, Mauricio García
ante todo a la cantidad, supeditanto a esto y Pedro Nolasco Lara? ¿Ctiál es el verda-
todo valor estético"... "Nada queda en Za- dero significado de su deuda con Quispe Ti-
pata del delicioso colorido de Quispe Ti- to? ¿Fue mirando por su cuenta que recibió
. to" ... "La escuela cuzqueña, a esa altura esa influencia; o se trata del aleccionamien-
del siglo (con Zapata) había llegado a sa- to que recibió en un taller particular? ¿Qué
crificar todo en aras de una concepción otros pintores del Cuzco pueden ser men-
esencialmente decorativa con figuras forma- cionados entre las fuentes de inspiración de
les y extremadamente idealizadas. . . Pierde Zapata? Lo único que podemos decir es
todo contacto con la tradición realista que que Zapata reaccionó creativamente. Estuvo
lo unía a la escuela española" ... "Y a no llle- menos apegado que Basilio Pacheco a la tra-
ga ningún pintor europeo. . . los pintores dición renacentista y barroca con sus juegos
criollos se ven librados a sus propios me- de perspectiva arquitectónica. Compartió
dios dejándose llevar por su afán de repro- con Mauricio García y Pedro Nolasco y Lara
ducir según moldes establecidos, composi- algunas modalidades que vienen del XVII
ciones conocidas, cuya popularidad y acep- (nubes, cabezasaladas, arcángeles de rodilla
taciones conoce de antemano". desnuda). Usó y hasta abusó de las escenas
Cipriano Toledo y Gutiérrez. "Desafortu- compartimentadas, empleó los paisajes fla-
nado colaborador de Zapata" ... "Hombre mencos. Estaba obsesionado por un ama-
sin ningún genio y además inhábil artesano neramiento que le lleva a subrayar la línea
que copia a su maestro sin reparos ni arte de las piernas y rodillas bajo el vestido. Pe-
de ninguna clase". ro aprovechó todas esas imitaciones y limi-
Ignacio Chacón, Antonio Vilca. "Repre- taciones para personalizar su estilo. Por
sentan en el Cuzco la muerte del barroco ,encima de todo sttpo tomar dos decisiones
mestizo. . . por la desaparición de aquellos novedosas: Desentenderse de las exigencias
elementos que sirven para enriquecer toda de la perspectiva europea mucho más de lo
composición. La belleza formal y estereoti- que, de un modo diferente, hizo Quispe Tito.
pada de las figuras no responde a ninguna Y traer un nuevo registro de coloración a la
corriente nueva; no hace más que seguir pintura cuzqueña.
una de las invariantes de la pintura cuzque- El Rococó, después de todo, era en Eu-
ña del siglo XVIII recogiendo los tipos que ropa un arte cortesano y refinadísimo. Tam-
popularizó Zapata". bién lo fue en el Perú pues de otro modo
Tadeo Escalante. "El conjunto de Huaro no entendemos porqué Zapata tuvo tanto
es probablemente el más importante en los éxito entre la aristocracia cuzqueña. Al mis-
últimos cuarenta años de pintura cuzqueña mo tiempo, .gin embargo, el Rococó se puso
y nos sirve ante todo para mostrar la inde- al servicio de gustos más extensos y colec-
. del estilo cuzqueño respecto a las tivos. No se trata ya, que como neo-manie-
98 ESTUDIQS Y NOTAS
rismo y antibarroco, ese Rococó respondiera nifestaría en la reproducción de· motivos del
mejor a la imagen del mundo que tenían paisaje urbano (Plaza de Armas del Cuzco)
la mayoría· de los pobladores andinos. Más y las figuras de donantes. Ampliaii:amos el
decisiva resultó una explosiva combinación inventario si consideramos también las "Es-
entre el Rococó andino de un lado y del tatuas Pintadas" cuya abundancia denota
otro los dos factores que hemos indicado una popularización. masificada de la clien-
como determinantes del nuevo . arte cuzque- tela artística y una privatización de los cul-
ño: costumbrismo y popularización. tos religiosos. No es bien conocido el ori-
Sería demasiado fácil vincular automáti- gen de estos cuadros que se vendieron nu-
camente · ese costumbrismo con los moví- merosamente y que pintaban estatuas vestí~
. mientos de concientización nacional que he- das. No vale hablar de los iconos bizantinos
mos .descrito. Existía la relación pero fue ni de las escuelas griegas activas en Vene-
muy complicada. Basta recordar que era cia durante el XVI. Al menos mientras no
español el obispo Compañon que hizo pin- se muestre la conexión concreta. Es posible
tar acuarelas a un grupo de artistas locales en cambio que el siglo XVII proveyera algu-
del norte del Perú. Y que la literatura cos- nos modelos de composición que después ·
tumbrista "criolla" (?) tuvo entre sus re- fueron vulgarizados. En cualquier caso, esos
presentantes a los peninsulares Cabiedes, lienzos del XVII subrayan la inspiración lo-
Carrió y Terralla. La más célebre versión cal. Porque no pintan arquetipos sino que
del drama quechua Ollantay fue redactada reproducén con todo verismo una determi-
por un aristócrata criollo. Y El Mercurio nada imagen, tal como podía verse en una
Peruano donde estaría presente el naciona- iglesia· conocida por todos los devotos.
lismo criollo fue promovido por el italiano Todo este proceso tan complejo -social a
Rossi. · La mayoría de sus artícul9s fueron la vez que artístico- tuvo expresión en los
además escritos por españoles como lo de- murales. Del XVIII son algunos de los con-
mostraría con porcentaje y erudición cual- juntos de mascarones y "tapices" que repi-
quier tesis de bachiller que aplicase esta hi- ten registros decorativos más antiguos .. Pue-
pótesis. Pero aunque el costumbrismo fuese den verse en Canincunca y en otras iglesias
promovido en parte por los peninsulares no citadas más adelante. Próximos en el tiem-
puede ser descrito correctamente como una po son los "grotescos" del Batisterio de San-
nueva importación colonialista. Primero por- garara parte de la Capilla de Santo Roma
que esa participación no fue exclusiva. Se- de las clarisas del Cuzco. ¿También el arco
gundo porque los efectos y funciones del toral de Pitumarca?. Pero más representa-
costumbrismo resultaban contrarios a la co- tivos de las tendencias culturales de la épo-
lonización, puesto que· elevaba el rango cul- ca son, entre otros, La Peste de 1720 pinta-
tural y la estimación socio-política de las da en Catea y Marcapata; el Mural de las
reálidades locales al darles acceso a la re- Gradas en La Merced del Cuzco (1776) ; La
presentación artística. Del lado de los pe- Derrota de Tupac Amaru y La Procesión en
ninsulares significaba por último admitir Chincheros (posteriores a 1780); La Huida
claramente que. América no era Europa. a Egipto en .el toral de Ocongate. Y, sobre
En la · pintura cuzqueña hay ·menciones todos, el espléndido conjunto pintado por Ta-
.costumbristas que datan del XVII, aunque deo Escalante en Huaro.
sean escasas. (La serie del Corpus, los ca- Los cinco primeros (Catea, Marcapata,
ciques de Chihuan Tito). En el siglo XVIII La Merced, Chincheros) son de un mismo
se generalizó este interés por lo prop,io. Se tiempo y estilo, cuando no del mismo ta-
le encuentra en las mal llamadas "artes me- ller. Ocongate y Huaro, junto con los moli-
nores" (bargueños, petacas, keros, ponchos). nos de Acomayo (siglo XIX) pertenecen a
En la decoración arquitectónica del Barroco Escalante. A mediados del XVIII hubo al
andino con motivos de la fauna y flora re- parecer uno -o varios- artistas que bajo
gionales o de la mitología pre-colonial (fe- la influencia de los talleres de Zapata-Gu-
lino-ciempiés). Aunque demora aparente- tiérrez-Vilca traspusieron a los murales las
mente. en la pintura en lienzo donde se ma- innovaciones ensayadas en el lienzo. Pero
El arte mural cuzqueño 99
con mayor libertad, profundizando su sepa- "primitivos andinos" del siglo XIX. Poco sa-
ración respecto a los modelos artísticos eu- bemos dé ·su vida y aprendizaje. Mestizo
ropeizados. La Peste de 1720 no tiene eje- noble, al parecer descendiente de Atahual-
cución fechada y bien puede ser posterior pa, estuvo de niño en el Cuzco, donde según
al Mural de las Gradas. En tal caso, el va- Uriel García, vio el suplicio de Tupac Ama-
lor de este último consistiría en haber con- ro. Este hecho, dice el mismo autor, le ha-
figurado plenamente no sólo un registro de bría inspirado las torturas que pintó en El
formas sino también la modalidad general Infierno de Huaro. Nada sabemos de su ju-
de representación que prevalecieron en mu- ventud como aprendiz y oficial de algún ta-
rales posteriores. Su autor se inspiró sin ller de pintores. Fuera de sus propios tra-
duda en el rompimiento que pintó Quispe bajos, en vez de noticias tenemos leyendas.
Tito en sus Postrimerías del Convento de Una tradición en Huaro dice que Escalante,
San Francisco, uno de los lienzos más pres- ya muy viejo, se hizo trasladar al Cuzco
tigiosos del Cuzco. Pero es algo más que donde murió y fue enterrado junto al altar
una variante impuesta por la diferencia de de la Virgen de Belén de la que. era devoto.
temas. (En La Merced: El Nacimiento de Te- Otra versión más plausible asegura que su
sus). Con toda decisión s'e ha prescindido cuerpo está en la capilla de Belén, sí, pero
de la perspectiva. Las figuras planas, fron- del propio Acomayo.
tales, arquetípicas, sin profundidad ni movi- Las mismas dudas existen acerca dé su
miento se ordenan de abajo arriba en nive- filiación o apariencia étnica, pues no coin-
les superpuestos. Nada tienen ya que ver ciden los tres autorretratos suyos que hemos
con la expresividad y el dinamismo del ba- reconocido en Acomayo y Huaro. El de la
rroco. El propio rococó ha quedado atrás, Capilla de Belén es de 1832 y lo presenta
aunque se conservan algunas de sus formas muy mestizo, casi indio. Puede ser énfasis
popularizadas (arcángeles, nubes, pliegues). de quien refaccionó la pintura en 1952. El
La descomposición de la representación ar- de sus molinos, en el centro, de jefe de ·un
tística europea, insinuada y progresiva en escudo, es demasiado convencional. Parece
los lienzos del neo-manierismo-rococó andi- un caballero español del XVIII. El más ve- .
. no se ha completado en este mural. rosímil, y de su mano, lo hemos descubierto ·
Dentro de esta misma escuela se hizo en el único civil de los personajes que for-
presente el costumbrismo en la pintura mu- man el Rompimiento de Gloria vecino al coro
ral. Los temas elegidos (la Gran Epidemia de Huaro. De mediana edad, pelo castaño,
y la Gran Rebelión de Tupac Amaru) fue- vestido sin lujo, más bien blanco, denota la .
ron los dos hechos decisivos que más gol- posición intermedia que el pintor debió ocu-
. pearon la memoria de la población· an- par dentro de la jerarquía social cuzqueña.
dina durante el XVIII. Como en uno de Tadeo Escalante comenzó siendo un dis·
los paneles del órgano de Santa Clara (La- cípulo de los numerosas que tuvieron los ta-
vanderas en la Plaza del Cuzco) o, más tar- lleres de la línea Zapata-Gutiérrez-Vilca. A
de, en los molinos de. Acomayo, es evidente todos y cada uno de ellos es deudor el arte
que los artistas cuzqueños encontraban en de Escalante. Algunos ejemplos bastan: La
su propia realidad una fuente de inspira- Procesión de la Virgen de Belén (?apata;
ción más frecuente de lo que había ocurrido iglesia de Santa Ana) le sirvió en la parte
en siglos anteriores. Una vez más se pres- superior de su mural La Muerte Benigna
cindía de lo europeo y se intensificaba el (Huaro). La serie de El Credo de Cipriano
movimiento de liberación. Gutiérrez (Canincunca) inspiró quizás la re-
Al final de este proceso encontramos a surrección de los muertos en Las Postrime-
Tadeo Escalante, activo entre 1807-1840, rías de Huaro. Y, sin duda, el autor del Mu-
tiempo que va desde los murales de Huaro ral de las Gradas (¿maestro personal de
hasta los que hizo en Acomayo donde na- Escalante) le dio el impulso y las ideas l;lá-
ció. Al filo entre el coloniaje y la Repúbli- sicas: frontalídad, aplanamiento, tipos hu-
ca, Éscalante sirvió de intermediario entre manos. Este registro de préstamos e in-
el nuevo arte cuzqueño del siglo XVIII y los fluencias puede ser ampliado en le que toca
ESTUDIOS Y NO:rAs
tar algunos análisis complementarios. sobre pular o mestiza es a su vez una manifesta-
cuestiones de método relacionadas con el ción local de esa arquitectura provincial".
concepto "Mestizo". . En la misma línea, con igual severidad
· Gasparini ha comenzado por hacer suya crítica, Antonio Bonet ha subrayado que el
la. objeción de· Kubler para quien "Mestizo" arte americano sufre un efecto inhibitorio
sería un "término racista" inconveniente pa- de lo indígena como resultado del proceso
ra designar ·obras de arte plástico. Si bien, de aculturación colonial. De modo que todo
como dice Gasparini, no ha sido ésta la in- o gran parte de lo que se ha considerado
tención de quienes le han empleado. Mesti- característico de un arte americano "pro-
zo, para los defensores de su uso, significa- pio" no vendría a ser sino aplicaciones de
ba simplemente "mezcla de · productos cul- un temario europeo. Algunos de los moti-
turales de distinta procedencia". Pero aún vos ornamentales más conspicuos (sirenas,
con esta restricción el vocablo no está ufi- mascarones con la lengua afuera, "ittdiatid;;s
cientemente definido y su campo semántico caneforas") nada tiene que ver con los in-.
incluye conceptos, como provincial, ingenua, dios, los mestizos o la realidad americana.
primitivo, arcaico y espontáneo, todos los Son motivos de origen manierista divulga-
cuales estarían por examinar. En cuanto al dos en grabados, colofones y viñetas de li-
fondo de la cuestión, a las realidades mis- bros. La técnica planiforme sería, como han
mas del arte americano, cualquiera que sea· dicho Kubler, primero, y después Gasparini,
el nombre que se les dé, Gasparini, asume .un caso de primitivismo que se encuentra
una posición escéptica. Limitándose a la ar- en otras partes. Y en cuanto a las manifes-
quitectura sostiene que ésta ha sido en Amé- taciones de ese primitivismo no serían sino
rica esencialmente repetitiva "de principios deformaciones rearcaizantes de temas clási-
estructurales y conceptos distributivos im- cos.
portados y luego aplicados pasivamente. Los Muy diferente es la posición asumida por
espacios internos de los templos populares ·otros autores (Castedo, Mesa Gisbert, Ba-
y mestizos carecen de dinamismo y origina- yón) . Castedo se ha preocupado por espe-
lidad". Los componentes autóctónos sólo cificar algunas constantes de la arquitectura
aparecen en los ornamentos "en una activi- barroca andina. Para la ciudad del Cuzco
dad más emparentada con la decoración que menciona, entre otras, la solidez del edifi-
con las experiencias que califican al queha- cio, el uso de estructuras incaicas, el color
cer arquitectónico". Puede hablarse, según oscuro de la piedra, los cupulines semiesfé-
él, de una arquitectura como mestiza (no ricos de las torres, el detalle mudejar del
de un estilo), en el sentido de una reelabo- recuadro. Bayón ha enfatizado todavía más
ración popular (no primitiva) de temas im- el carácter creador de la arquitectura andi-
portados. Sería éste un fenómeno continen- na y sus composiciones de espacio. Sus con-
tal y no privativo del Perú y Bolivia. Tal clusiones se basan sobre todo en un análisis
arquitectura mestiza se definiría por contri- de la catedral de Puno. La Iglesia, dice, es-
buciones decorativas entre los cuales Gaspa- tá construida como una gran pirámide hue-
rini menciona de un lado los motivos pre- ca. Diríamos nosotros como si primero se
renacentistas y del otro la técnica planifor- hubiera concebido su gran volumen exter-
me señalada por Dorta. Pero acerca de es- no, sus relaciones con el conjunto que le ro-
ta última Gasparini piensa que aunque "se dea; y luego se hubiera decidido y ajustado
identifica con la sensibilidad indígena", se la composición interior del espacio. La ca-
encuentra también en los diseños provincia- tedral- de Puno, como otras iglesias andinas,
les y rurales de cualquier parte del mundo surge con su efecto impositivo y casi brutal
(Kubler) y se debe o bien a una rudimen- dominando a la ciudad-paisaje. Para alcan-
taria pericia artesanal o bien a una simpli- zar sus soluciones el artista se ha valido de
ficación causada por la fatiga de la repeti- sus propias dificultades tecnológicas y de
ción. En resumen, para Gasparini, "La ar- los condicionamientos del suelo. LOs expe-
quitectura Colonial hispanoamericana es, una . dientes anti-sísmicos (los contrafuertes} se
arquitectura provincial y la arquitectu:~;a po- convierten en recursos estéticos. Pues lo
Macera: El arte mural cuzqueño
y el tratamiento externo de las masas, que les hicieron lo mismo: organizaron con un
encontramos en el Perú desde Moche hasta sentido de economía y masiva amplitud los
Tiahuanaco, es una de las características que corpachones de sus fábricas, dejando para
perd~rará en la arquitectura virreynal. La puntos concretos: fachadas, portadas, rema-
construcción en base a terraplenes, con mu- tes, la acumulación decorativa. La franque-
ros de contención y patios interiores es una za con que está manejada este concepto tie-
invariante de las culturas pre-icaicas de la ne a veces algo de brutal desenfado y des-
región del Collao ... Ya no se puede hablar garro. . . tanto la arquitectura imperial ro-
del atrio como un complemento de la igle- mana como la española son el polo opuesto
sia; es un verdadero conjunto urbano que de la gótica. Una es arquitectura de masas
sustituye las funciones de la iglesia y don- otra es arqúitectura de esqueleto".
de se desarrolla toda la vida civil y religio- En otras palabras, además de tradición
sa de la comunidad. Los atrios tratan de indígena pre~colombina, la arquitectura de
llenar las siguientes necesidades: a) cristia- masas ·sería también una modalidad artísti-
nización en masa; b) realización del culto ca propia de los sistemas imperiales, sean
al aire libre; e) mantener la importancia incas, romanos, egipcios o europeos. Y eri
del culto a los muertos. En resumen, los es- vez de ser mestiza sería española. No olvi-
pacios externos materializados en los. con- demos, sin embargo, que dentro del terri-
juntos de atrios y pozas realizados muchas torio andino coincidieron dos sistemas impe-
veces sobre plataformas artificiales y con riales, uno de ellos el inca. Y que la arqui-
vestigios de arquitectura rupestre son el tes- tectura de masas era en los Andes una tra-
timonio más claro de que pervive en la ar- dición antigua y continua, desde las prime-
quitectura colonial una estructuración y con- ras fases del Formativo, antes que Chavín.
cepción espacial precolombina". Lo que no ocurría en el caso español. Por
· Lo que para Gasparini era una prueba último el carácter imperial de España es in-
de la no-existencia de una arquitectura pro- separable de su relación con América. Sin
pia en América (eventualmente mestiza) se América no hay Imperio. Lo "imperial"
convierte para Mesa-Gisbert en una de las ocurre en América y no en la península. Y
características principales y argumentos en es la ocurrencia histórica concreta lo que
favor de esta arquitectura. Si la América co- debemos explicar y relievar sin perjuicio de
lonial se despreocupa del espacio interior referirla a modelos de gran generalidad.
. es porque una tradición pre-hispánica la lle- Suspendemos la discusión en este punto
va a enfatizar los espacios exteriores. Los para regresar nuevamente a exponer la opi-
mismos hechos han sido invocados y rela- nión de Mesa-Gisbert. El tercer grupo. de
cionados de modo diferente por cada autor. elementos que ellos mencionan a propósito
De nuestro lado nos parece convincente de la arquitectura mestiza se refiere a la
la argumentación de Mesa-Gisbert. Pero hay decoración. Los clasifican en tres clases
que considerar algunas otras posibilidades. principales: 1) temas de la flora y fauna lo-
En primer lugar esa arquitectura de masas cid; 2) motivos renacentistas, con predomi-
implica una gran disponibilidad de .mano de nio del manierismo; 3) motivos pre-colombi-
obra. Bien lo ha visto para el período colo- nos. A los que M. G. añaden: 4) temas es-
nial Chueca Goitia (1967) quien atribuye pañoles (águila bicéfala) y 5) los motivos
esa arquitectura a la iniciativa española y pre-renacentistas ·citados por Gasparini. To-
parece entenderla como una solución estéti- dos estos temas son trabajados de modo ar-
ca asociada a determinadas formas políticas caico y planiforme, conservando del barro-
de tipo imperial: co sólo el horror al vacío. Por todo lo di-
"La gran arquitectura americana posee cho, el estilo mestizo, según Mesa-Gisbert,
un sentido de los recursos disponibles que sería una forma del barroco que no se limi-
la asemeja a la arquitectura imperial ro- ta a repetir el modelo europeo. No sólo
mana. Los romanos construyeron grandes y porque incorpora tradiciones indígenas. Si-
ciclópeas moles porque disponían de mucha no porque, dentro de la propia tradición eu-
mano de obra poco calificada ... Los españo- ropea, selecciona y retiene elementos pre-
1 .
Mestizo y No-Indio en el sentido usado en son persuativos. Subsisten con todo algunas
el siglo XIX". dificultades. El Mestizo sería una casta, de-
"En el Perú las relaciones cu~titativas finida por sus ocupaciones, o status, imagen
entre los grupos indios y no indios han sido colectiva y auto-identificación. Pero todos
largamente gobernados por los procesos de estos factores se movilizaban dentro de un
formación y reclutamiento de castas. El cri- ámbito de connotaciones raciales. Expliqué- .
terio "racial" interviene solo, .debido a con- monos con algunos ejemplos. Un peninsu-' ;
fusión verbal cuando los términos biológicos lar o criollo, por pobres que fuesen, aunque .·..
de uso diario, tales como "indio" y "mesti- se dedicaran a la artesanía o fueran mini- . .
zo" efectúan una doble labor como términos fundistas, no corrían el "peligro" de ser al-j
que no denotan status de casta". guna vez clasificados como Mestizos. Tam- ¡
"Es con actitudes sociales hacia la raza poco corrían esa aventura un negro esclavo ,
más que con conceptos científicamente des- del siglo XVIII ni un migrante chino del!
criptivos de raza con lo que operamos en es- XIX. Los hijos de estos dos últimos serían,;;
te estudio". a su vez, llamados mulatos o injertos, pero~i
"Nuestro sistema es enumerar como no- no Mestizos. Como hoy mismo, 1974, sucede'
indio a toda raza fuera de la indígena. En en el Perú. De otro lado, tampoco era po-f
lo principal no-indJo puede ser tomado como sible que un indio fuese. confundido con un
un equivalente de Mestizo. El término "mes- . blanco. Pero, como Cholo, podía "aspirar";i
tizo" tiene aquí sólo un significado de casta a la condición de Mestizo. Mientras que un j
· y .no un significado biológico. Debe 'repetir- mestizo· rico en quien predominaba el com-<[
se que estamos tratando no con una raza · ponente blanco (por la genealogía o la apa-;
biológica, sino con actitudes sociales hacia rienda) podía quizás recibir el título de!1
la raza. Mucho más apropiados que "raza" blanco. Pero siempre por excepción; no era,;
son los términos de Castas, indias y no-in- frecuente. Incluso, de ser muy ilustre, la fa•','
dias. Una vez más, no estamos tratando milia se preciaba de ser española sin per-::j
con. magnitudes objetivamente mensurables juicio de recordar con orgullo su linaje in-L
sino con ·aproximaciones sociales a las .rela- dio. Pero entonces ya nadie pensaba en:
. '
El ·arte mural cuzqueño 109
como mestizos, sino como "descendien- camente .la posición de los mestizos dentro
tes de los incas" o "de,scendientes del Caci- de un esquema jerárquico? ¿O denota tam-
. >que ..." Así pasó con familias limeñas como bién ciertas funciones de mediación, que es-
· Ampuero, Ontañón, Vásquez de Velasco, etc. tarían por definir? El primer sentido aun-
Todos esos ejemplos indican que el mar~ que útil es puramente descriptivo y nada
·•· gen ·de confusión y permisividad entre las dice acerca del debate sobre las relaciones
"castas" estaba limitado por lo que llama- entre .arte, cultura y mestizos. La otra .hipó-
ríamos zonas de contacto étnico. Como bien tesis se refiere, en cambio, al centro de
lo ha dicho Miguel Maticorena (1973) "en nuestro problema. ¿Qué hacían y podían ha-
sociedad hispanoamericana la estratifica- cer los mestizos en los diversos sectores de
socio-económica, y . sus clasificaciones la vida sócial del coloniaje? ¿Fueron efecti-
.coincidían con las divisiones étni~ vamente dobles receptores de la cultura eu-
Nos encontramos pues casi como al ropea y de las culturas indias? ¿Cumplieron
principio y por desgracia después de un lar- además funCiones de trasmisión de uno a
go rodeo. ¿Qué hacer con este incómodo otro lado? ¿De haber ocurrido este doble
concepto de Mestizo que se nos escurre de proceso de recepción"trasmisión, cómo defi-
las manos apenas queremos definirlo? ¿Re- nirlo? ¿Estuvo o no asociado a un proceso de
nunciar a su uso? ¿Recortar la realidad so- elaboración propia?
cial americana debido a nuestras dificulta- Nadie puede por ahora responder esas
des como observadores? Quizás, lo propone- preguntas como no sea tentativamente. Em-
mos, podamos hacer de la necesidad una pecemos por analizar la situación genera]
virtud. Por lo pronto es una evidencia que de los mestizos andinos entre los siglos .XVI-
el Mestizo colonial era una "casta", una ca- XVIII para saber la medida en que esa si-
tegoría social en cuya formación intervenían tuación obstacúlizaba o no su rol de media-
criterios raciales y biológicos; fuera de otros dores culturales. Resulta difícil; en primer
complementarios. El grado de movilidad del término, decidir cual es el mínimo demográ-
Mestizo hacia otras castas no era una opción fico requerido para que un grupo étnico,
general y abierta. . Parece más. bien, ·una mo- que no es políticamente el dominante, pue-
vilidad mucho más interrelacionada con el da desempeñar un papel de esa clase. Sin
componente indio que con cualquier otro, in- duda que al principio fueron tan pocos los
cluyendo el blanco. El umbral que separaba mestizos que su desempeño a:l respecto de-
a los mestizos de otros grupos no-indios (ne- bió ser imposible. Casi todo el Perú de 1586
gros, blancos) era más difícil de franquear continuaba siendo indio: 92.5% (Kubler
(en cualquiera de las dos direcciones posi- 1958). Pero ya por entonces los mestizos
bles)· que el umbral indio-mestizo o mestizo- · aumentaban. "Se acaban los indios, decía
indio. Había por último una serie ·de fenó- Huaman Poma, se despueblan sus villas, to-
menos de calidad en todas esas movilizado- das las indias paren ya mestizos y .cholos".
mis y traspasos de una .casta a otra. La in- Crecieron m~s durante el XVII y a media-
corporación a la casta mestiza era un ascen- dos del XVIII los mestizos representaban ya
so social tanto para los indios-cholos como el 22% de la población en el Perú (Matico-
para todas las castas no-indias fuera de la rena 1973). O sea que en .fechas relativa-
· · blanca. El Mestizo, a su vez, perdía status mente tempranas, a lo más un siglo después
al convertirse en indio y lo ganaba si era de la Conquista, el volumen demográfico de
admitido como blanco. los mestizos posibilitaba, en teoría, una ac-
En el jerarquizado mundo social del co- tuación generalizada en los diversos secto-
el Mestizo aparece como un cuerpo res de la vida colonial. Pero estos datos nu-
intermedio entre la gran mayoría india y la méricos significarían poco si por su ubica-
""'... "'''"" minoría blanca que ocupaba la cús- ción geográfica los mestizos hubieran cons-
de la jerarquía. Por el momento, sin tituido un enclave demográfico sobrelocali-
embargo, a esta altura de nuestra exposi- zado en unl:l sola región del Perú como su-
ción, no sabemos qué significa este concepto cedió primerÚ':íi con los negros y después con
"cuerpo intertnedio'~. ¿Indica acaso úni- los chinos. Toda la información disponible
no ESTUDIOS Y NOTAS
indica lo contrario. Había mestizos (de in· los palenques, la cimarronería y el bandi-
dios y blancos) en todas las provincias del daje de los negros insinúan que ·al respecto
Perú, sin excepción alguna. Los mapas ela· hubo siquiera conatos entre los esclavos. Las
borados por Kubler prueban, además, que dos "conciencias nacionales" (ninguna de
para fines del XVIII predominaba en mu- ellas· peruana) pueden ser definidas como
chas de ellas. Los indios constituían una sub-producto del coloniaje en la medida que
minoría (menos de 50%) en 17 de las 57 se formaron como conciencias por contraste··
provincias que entonces había. Y si bien en- u oposición. Los criollos peruanos supieron
tre los no-indios hemos de incluir fuera de primero, y sobre todo, lo que no eran. En
los mestizos a blancos, negros y otros, po- los indios ocurrió lo mismo, pero dentro de
demos decir que los mestizos eran mayoría un proceso cualitativamente más rico y com-
no en toda la faja costeña, pero sí en las plejo. Y aunque nos aparta de nuestros pro-
zonas de colonización oriental centro-norte, pósitos directos, vale la pena que reconstru-
así como en las sierras de Cajamarca y la yamos este último proceso para comprender
Libertad. Aunque muchos de estos mestizos mejor lo que fueron y no fueron, hicieron y
fueran cholos. · También eran "mestizas", no hicieron los mestizos. El mismo concepo
sorprendentemente las provincias de Anda~ to de Indios, con toda su generalidad que
huailas y Cuzco, inmersas en zonas de neta ciega las diferencias, es un concepto colo-
y tradicional hegemonía india. nial. Los habitantes del territorio inca ("Pe-
Pero si donde hubo indios había mesti- rú") anteriores a la conquista europea no
. zos y éstos .a su turno indican de hecho la se veían como indios, es decir, como parte
presencia, aunque sea pasajera, de blancos, de un todo mayor que incluía cada una de
ninguno de estos datos nos ilustran acerca las regiones étnico-político andinas. Ni si-
de las relaciones que entre· esos grupos exis- quiera había nombre especial para el Impe•
tían. Ni hay pórqué prejuzgar que los mes- río. Este era simplemente la ·Tierra, el Mun-
tizos sirvieran de agentes de comunicación do, los Cuatro Suyos. Quienes allí vivían
entre los componentes básicos, europeo e in- eran los hombres; y cada grupo de hombres
dio. Más bíen existen nidicios contra su ope- mantenía su identidad. por mandato del In- '
ratividad como grupo social "puente".. Para ca. · Los primeros españoles interesados en
los europeos sólo· dos eran las entidades bá- la conquista militar percibieron esas dife~
sicas de un sistema colonial: La República rendas y las convirtieron en oposiciones ex•
de los Indios y la República de los Españo- plotándolas en su favor, construyendo un
les. No había una Repúb1ica de Mestizos. Y falso frente de liberación multinacional an-
la ausencia de esta formalización jurídica e dina contra los incas. No fue una lucha de.
ideológica no hacía más que reflejar la in- indios contra indios, sino una lucha de huan,
coherencia interna de los propios mestizos cayos, cañaris, chachapoyas, tallanes, etc. ·
que siendo ·indios a medias preferían ser contra cuzqqeños. .
blancos enteros y no admitían con gusto su . Durante los primeros decenios del siglo
condición especial. Su probable rol de in- XVI un indígena de la Colonia Perú no se li-
termediarios culturales estaba también .difi- mitaba a identificarse como indio, sino que
cultado por el desprecio y la desconfianza añadía ser conchuco, ayacucho, choquimarca,
qt}.e les dispensaban así los indios como los huánuco, etc. Con lo cual daba algo más que
españoles. una precisión geográfica:. mencionaba también
Una prueba de lo dicho es que durante su pertenencia étnica. Hubo un momento
el coloniaje sólo hubo en marcha dos mo- transicional en que éste último énfasis se
vimientos de concientización nacional con- fue borrando y dominó la primera connota~
vertidos, eventualmente, en procesos decolo- ción. A finales del XVI, luego de las reduc-
nizadores de liberación. Ambos estuvieron ciones que ordenó Toledo, todo el diferen•
vinculados a esas Dos Repúblicas fundamen- ciado universo multi-étnico andino se halla-
tales: e{ movimiento nacional indio y el ba' trastornado. Operaban entonces dos pro"
movimiento nacional Criollo. No hubo un cesos contradictorios, de procedencia colo-
movimiento nacional Mestizo. Mientras que nial: homogenización ,y regionálización · de 1
. '
cuzqueño
etnías andinas. Al romperse la cobertura cabeza. Poco a poco, dormido bajo la tie-
imperial inca se abrió la oportunidad para rra, le irá creciendo mágicamente .su cuer.
una nueva diversificación regional andina. po. Cuando esté c.ompleto resucitará triun-
Este es el significado de aquellas "ídola~ fante y los indios volverán a ser felices.
que a principios del XVII quisieron Los mestizos no tuvieron estos sueños.
rehabilitar los cultos pr~incas. Pero muy No quisieron ni pudieron. incorporarse a es-
pronto reaccionó el aparato imperial espa- ta República India y no pudieron aunque
ñol. E impuso en todo el Ande un solo or- quisieron formar parte de la República ·de
den homogéneo que algunas·· veces completó los españoles. Españoles e indios les des-
y extendió el orden inca, adaptándolo a las precian o temen. Y ellos no son capaces de
finalidades del sistema colonial europeo. Pa- definirse de un modo autónomo. Algunos
ra su propia conveniencia administrativa los colaboran con los españoles contra los in-
1españoles hicieron de los indios una colee~ dios y se inscriben en. las milicias que acom-
tividad indivisa, una sola República. Mien~ pañan a los corregidores. Otros colaboran
·tras que los indios aprendieron dolorosa- con los indios, o criollos, contra los españo-
mente que por muchas que fueran sus dife- les. En Ayacucho (1824) habrá soldados
. rendas internas, éstas eran menores que la mestizos que luchan por el Rey y soldados
gran diferencia colonial que los separaba mestizos que luchan por la Patria (¿Cuál?).
del grupo conqui-stador europeo. Nosotros Debido a esta posición equívoca se convir-
los españoles ·-Uds. los indios/Nosotros los . tieron en la segunda mitad del XVIII en fac-
indios- ustedes los españoles fueron enton- tor estratégico dentro de los cálculos polí-
ces los términos esenciales de la conjuga- ticos en pugna. Lo tienen en cuenta, según
cjón histórica. MaticQrena, quienes en ese tiempo quieren
Los Indios (convertidos en República ét- construir un Cuerpo de Nación que compen~
ni~colonial) dieron por lo que vemos un se y supere a las Dos Repúblicas del perío-
doble salto cualitativo. A partir de una plu~ do austriaco. Figuran, añade el mismo au-
de afirmaciones individuales (lo no- tor, tanto en las ideas de equilibrio (Vizcar•
adquirieron por negación (lo no-espa- do) como en las de balanza de poder (La-
una afirmación colectiva y · homogénea gos, Lequanda). Después de la Revolución
_,....~ •...,.,, . El complejo cultural inca, símbolo de Túpac Amaru los españoles procuraron
instrumento de dominación antes de la halagar a estos mestizos hasta el punto que
española se convirtió en símbolo Carrió de la Vandera que tanto los había
instrumento de liberación en el curso ·del despreciado en su 1tinerario llegó a escri-
coloniaje. La antigua dureza del Cuzco fue bir más tarde: ''QU:e no hay mestizos, gue
· como justicia bondadosa fren~ es lo más cierto. O que todos lo somos''.
europeo. El Inca es un nuevo No parece probable que un grupo social
ha de morir teatralmente duran- con las características del mestizo andino
trescientos años hasta hoy mismo en to- fuera capaz como conjunto (por sí solo o de
las plazas indias de los Andes Centra- modo principal) de elaborar una cUltura di-
Sus pallas lloran y cantan himnos a la ferente a la cultura india y a la cultura eu-
mientras el pueblo derrama una chi- ropea. Lo que no significa que bajo el colo~
. espesa por las calles para representar niaje no se haya producido esa_ cUltura dife-
sangre real. Después · .los chicos indios rente; la misma que en su desarrollo forma-
tirando manzanas podridas y hue- tivo puede ser descrita como un doble pro-
frutas, a las figuras de Pizarro y Al- ceso de aculturación-contraculturación cuyos·
vestidos como generales republicanos. factores y componentes procedían, en gra<;lo
....,.v""' se reiventa. El odiado inca que desigual, de los diversos grupos de la socie~
!'51??..• . .- - · -humillado a cientos de reinos andinos dad colonial y no sólo de los mestizos. Y
quien se maldeCía con temor el nom- que, en su dirección fundamental, en el ori-
hubo de ser el salvador mesiánico que gen, en las,;,. finalidades, fue una confronta-
morir (Arguedas, Roel). De nada ción entre la~· cultura de los conquistadores
que los españoles corten Y, escondan su y la cultura de los derrotados, en -el curso
112 ESTUDIOS Y NOTAS
de un combate más general a muchos otros tar su ubicación y cronología pero cayendo
niveles fuera del arte y la cultura. Mientras en el error de suponer que sólo fue una va-
que · la contribución de los otros sectores riante de la cultura metropolitana, igual en
(mestizos, negros, chinos) puede ser consi- todo el continente? ¿Se trata por último
derada sólo como complementaria o de pre- verdaderamente de una cultura o de fenó-
dominancia exclusivamente original. En otras menos culturales que no llegaron a consti-
palabras, esa confrontación se inscribe al in- tuirla? Los nombres no son casuales por-
terior. de un proceso continuo y no interrum- que expresan una hipótesis sobre la reali-
pido de colonización empezado por ·la Mo- dad que designan y" resumen a la vez que
narquía Española en el XVI y seguido des- predeterminan el curso de la investigación.
pués por la República "peruana" de los si- Pero tampoco podemos discutir acerca de ·
glos XIX-XX. Contra esa colonización inva- ellos hasta el punto de olvidarnos de esa
. sora los universos indios militarmente ven- realidad. Con todas estas precauciones, pro-
cidos, bajo una política social derogatoria, visionalmente, para fines operacionales, pre-
han opuesto una lucha por preservar su ferimos en nuestro estudio. hablar· de una
. identidad y por controlar y/ o impedir su in~ Cultura An¡fina Colonial. No es el mejor de
tegración al "todo nacional", recurriendo a los nombres; quizás ¡¡:1 que menos malenten-
la discrepancia abierta o a la adaptación es- didos provoca. Delimita un territorio (los
tratégica.·· Andes centrales) ; un cie.rto período. de tiem-
Advirtamos, ya es claro, que la cultura po (siglos XVI-XIX), varios factores deter-
diferente de .que hemos venido hablando fue minantes (dominación colonial europea, cul-
nada más que uno de los varios resultantes turas indígenas pre,coloniales) y expresa el
culturales de la dialéctica colonización~con carácter global de proceso (reestructuración
tra colonización. Podríamos al respecto dis- de los componentes europeos e indígenas
tinguir no menos de tres sistemas cultura- dentro de una sistemática nueva) .
les básicos conexos dentro del mismo terri- Pero estas b,ipótesis sobre el espacio y
torio administrativamente unificado: a) sis- el tiempo que convienen a esa Cultura An-
tema cultural· europeo; b) sistemas cultura- dina Colonial y sobre las características de
les indios; e) sistemas culturales mixtos y su desarrollo necesitan de mayores refina-
nuevos (no mestizos) con variantes determi- mientos. El espacio andino dista de háber
nadas por el mayor o menor predominio de sido cin espacio cualitativamente homogéneo
los componentes europeos o indios o por la desde el punto de vista cultural y en parti-
aparición, .simultánea o excluyente, de nue- cular desde la perspectiva de la confronta-
vos sistemas y temas culturales. Queda por ción entre indios y españoles. El tiempo
ver con:io serían caracterizados .los comporta- tampoco ha sido uno solo en lo que toca. a
mientos culturales. criollos y afro-asiáticos en la profundización del proceso. A falta de
. la · medida que se distanciaran de los men- una visión de conjunto apoyada en estudios
cionados. · monográficos, arriesgaremos algunas hipóte-
¿Qué nombre dar a esa Cultura Diferen- sis. En cuanto a • los problemas de· zonifica-
te? ¿Mestiza como sinónimo de Mixta? Quié- ción dos parecen haber sido los factores de-
nes favorecen esta elección ·hemos visto que cisivos: 1) subsistencia de una mayoría cam-
insisten en que la desprenden de toda con~ pesina indígena dentro de un mundo rural
notación biológica y que sólo quieren signi- regido por la oposición comunidad india--ha-
ficar la "mezcli:t" de elementos culturales. cienda española; 2) presencia de ciudades
Pero la confusión permanece. ¿Podríamos, españolas con un fuerte sector de gremios
en su reemplazo, llamarla Cultura Andina, y artesanos dedicados ál consumo de ·los po-
aunque se objet¡¡: que en vez de una termi- bladores rurales y no sólo a una clientela
nología "radsta" estamos empleando con- urbana. Donde ambos hechos concurrieron,
c¡¡:ptos geográficos? ¿Acaso entonces Cultu- la cultura diferente, la cultura andina colo-
ra Peruana, dando por supuesto una· nacio- nial, alcanzó un mayor grado .de realización.
nalidad que aun hoy no existe? ¿Simple- Fue el caso de Cuzco. Donde las ciudades
mente cultura colonial americana· para deno- estuvieron rodeadas por un campesinado in-
\
dio escaso o interferido por las haciendas ción del sistema cultural indio como tam-
de esclavos negros (Costa Central) predo- bién en la formación del nuevo sistema in-
minó el sistema cultural europeo. La ciudad termediario entre lo indio y lo europeo. Lo
se encerró culturalmente en sí misma, con mismo podemos decir del grado de relativa
la cara al puerto. Cuando hubo una distan- autonomía regional respecto al centro vice-
cia crítica entre campesinado y ciudad (Pu- metropolitano. Es cierto que Lima era "gar-
nas), sin red· urbana intermediaria de sig- ganta" del Perú y que todo . se le relaciona-
nificación, resultaron difíciles las· relaciones ba. Pero no con igual intensidad. En cier-
.entre ambos, y predominó el sistema cultu- tas ocasiones al lado de la "economía hacia
. ral indio. afuera, hacia Lima y ·sus rutas marítimas,
A estas causas hemos de añadir otras se estructuró una economía regional próspe·
dos condicionantes: La mayor o menor cohe- ra con sus propios circuitos internos. En es-
sión interna del grupo indio alrededor de tas zonas, además, las distancias toleraban
una élite de origen pre-colonial como ocu- un mayor margen de iniciativa en la admi-
rrió con los "indios nobles del Cuzco" des- nistración. Las expresiones culturales. de
pués de la Conquista. En la medida que es- tipo lócai resultaron entonces facilitadas,
ta élite de príncipes y curacas colaboró con pese a que los modelos imperiales de cultu-
el :régimen invasor · pero también le resistió, ra se habían extendido en todo el territorio
influyó positivamente tanto en la conserva- colonizado.