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LA APLANADORA LABORA L

DE LOS MEDIOS
El avance jurídico en favor del presentador y actor Agmeth Scaf, en su pleito con
Caracol, a todas luces es una positiva noticia de lo que muchos sabemos, pero
que pocos se atreven a denunciar porque infortunadamente la mayoría de medios
de comunicación, no todos, tienen un manto para ser protegidos o por lo menos
gozan de una complicidad. Muchas personas no saben que las empresas en
mención vulneran derechos laborales, a través de sus formas de contrato o
simplemente con el ambiente laboral.

En el caso de Scaf algunos dirán que busca reencaucharse, otros opinarán que
quién lo manda a firmar y que para eso gana lo suficiente, que no llore; que salió
resentido porque lo sacaron. Pero lo cierto es que, como pocos, se atrevió a
adelantar un proceso judicial en contra de una de las grandes empresas de
comunicaciones.

Para quienes hemos trabajado en varios medios de comunicación sabemos que


muy pocos contratos son a término indefinido, más bien la mayoría son por
prestación de servicios, freelance, anuales o por obra labor, que es uno de los
más abyectos para los intereses laborales.

Infortunadamente, y nos pasa a la mayoría de periodistas, como en mi caso, o a


los comunicadores, en otros, que caemos en la trampa de los egos, nos dejamos
llevar por tener un efímero momento de fama o de reconocimiento en medios de
comunicación, firmamos contratos de diferentes tipos, algunos por ignorancia,
otros por necesidad y demás razones que en un país con altas cifras de
desempleo son valederas.

En el caso de Scaf, tuvo paciencia para adelantar el proceso jurídico, cerca de


siete años, eso es meritorio, porque en esta nación la demora para un fallo y las
implicaciones que tiene mientras sale son las que llevan a muchos a desistir
porque resulta desgastante, eso sin contar que algunas empresas hacen el trabajo
sucio de acabar con la reputación del periodista o del comunicador para dejarlo
cesante por mucho tiempo.

Y es que a muchos nos ha pasado, que, por exigir derechos laborales, somos
tildados de conflictivos, sindicalistas y hasta de locos.

Acoso laboral
Por otro lado, está lo relacionado con el acoso laboral, que varios tuvimos que
padecer y otros lo estarán viviendo. Y es que en los medios de comunicación es
recurrente que hostiguen al trabajador con la excusa de que está empezando, que
hay que exigirle para que aprenda, sin contar aquellos “jefes” que al aire ponen en
ridículo al periodista o al operario de emisión, por errores humanos. Estoy de
acuerdo con la exigencia, con aprender, pero cuando ya se pasa al insulto, a la
agresión y a menoscabar la dignidad de una persona, eso ya es diferente.

Ah, y para completar, otros que acosan a las mujeres “nuevas” para que accedan
a favores sexuales a cambio de una meteórica carrera en X o Y medio.

Por lo anterior, no se me hizo raro lo ocurrido hace algunos meses entre una
periodista y el dueño de una revista especializada en información del Congreso,
quien en el video que rodó por redes sociales claramente agredió a una
colaboradora.

Reitero mi apoyo a Scaf porque la decisión del organismo judicial no solamente lo


beneficia a él, sino que es un ejemplo para tener persistencia y de que sí se puede
hacer justicia, que no hay que temerle a empezar un pleito jurídico si se tienen los
argumentos, por más poderosa que sea la contraparte. Es todo un aporte para
denunciar los cientos de abusos que se cometen contra periodistas,
comunicadores y equipo técnico que están en las “organizaciones”.

Esos mismos empresarios que van con cabeza erguida a cocteles, los tratan de
doctores, de hombres de bien, que le están haciendo un aporte al país al generar
empleo, pero a sus empleados los tienen en las peores condiciones.

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