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CAPITULO I

1. El hombre y la organización socio política

Para saber que es el hombre y su organización es necesario tener una visión global
del mundo y así establecer qué lugar ocupa el hombre en la sociedad y el mundo.
No cabe duda que en el mundo encontramos solamente objetos y sujetos. El
universo y todo cuanto en el existen es objeto. El ser humano, desde su concepción
hasta su muerte, considerado en forma individual y colectiva, es el sujeto 1. Ahora
bien, el estudio del hombre en su total dimensión requiere del estudio de los objetos
ya que sin este, el análisis filosófico del hombre seria somero. Afirma el jurista
Vásquez “Ni los objetos pueden ser sin el ser humano, ni este puede ser sin los
objetos. Además, el ser humano no puede ser sin la sociedad, ni esta puede ser sin
el derecho”2. Efectivamente, nosotros creemos que esta proposición es cierta y

1 TORRES VASQUEZ, Aníbal. Introducción Al Derecho. Teoría General Del Derecho; Editorial
palestra; Lima, abril 1999; 1era edición. Pág. 02.
2 Ibídem, p. 3.

1
valedera dado que el hombre no podría realizarse a sí mismo sin ningún instrumento
o herramienta material que le permita alcanzar los interés deseados.

Por otro lado, en una primera aproximación, sin pretender abarcar la vasta y
compleja realidad humana, diremos que con la palabra hombre nos referimos tanto
al varón como a la mujer y, por supuesto toda la magnitud trascendental que
despliega el hombre en su estructura y en su construcción de vida. Es decir, sus
pensamientos, su racionalidad, sus emociones, su conducta, su naturaleza óntica y
todas las cuestiones básicas que le caracterizan como tal. Al margen de este
lineamiento explicativo, creemos que es menester exteriorizar un concepto o
definición que demarque el contenido semántico del hombre.

1.1 Concepto del hombre

Acudiendo a nuestras propias cavilaciones y realizando una operación mental


encontramos una concepción rayanamente holística de lo que es en sí el hombre.
Creemos, a nuestro juicio que el hombre es un ente biopsicosocial. Es decir, un ser
con estructura fisiobiológica, psíquica y cultural.

El ser humano viene a ser una estructura biológica como las que tienes las plantas
y los animales y como tal está sometido a las leyes de la física, la química y la
biología.

Es una estructura psíquica porque es un objeto de análisis sicológico. Gracias a su


inteligencia y su voluntad. No existe solo de una manera física, como sucede con

2
las plantas y los animales, sino que tiene además una vida espiritual que le otorga
independencia y libertad ante el mundo que los circunda.

Los animales tienen una inteligencia emocional que no necesita del cerebro, del
cual se sirven en la lucha por la sobrevivencia. Por el contrario los hombres poseen
de inteligencia emocional y racional, la cual le permite gozar de la capacidad de
entender y comprender su propia naturaleza y la realidad que lo circunda3.

El hombre es estructuralmente social dado que no solamente se es “yo”, sino


también se es “mundo”. Vive y realiza su destino en un mundo determinado. Cada
yo – dice Nicéforo4 – está compuesto de un yo biológico, por un lado; y, de un yo
social por el otro lado, este ultimo adquirido y debido al clima ambiental en el que el
individuo vio misma desarrollar su interioridad y su circunstancia externa.

En realidad es posible desarrollar una vasta complejidad de explicaciones sobre la


materia dada de lo que es el hombre. El hombre en sí misma es una complejidad
muy amplia y profunda, por esa razón creemos que es un imperativo lógico apelar
a diversos sistemas explicativos que se han construido a lo largo de la historia cuyo
eje explicativo lo desarrollaremos gradualmente en las siguientes páginas.

3 GOLEMAN, Daniel. Inteligencia Emocional. 4ta Edición. Traducción de David Gonzales Prada y
Fernando Mora, Barcelona. Edit. Cairos, 1999, págs. 441. P. 25.
4 NICEFORO, Alfredo. El “yo” profundo y sus máscaras (sicología oscuro de los individuos y grupos

sociales). Traducción de Constancio Bernaldo de Quiroz, México, edit. Cajica, 1956, pág. 11 y 12.

3
1.2 Naturaleza del hombre.

La estructura biológica y la estructura psicológica del hombre pertenecen al ámbito


de la naturaleza. Como dice Husserl, el ser humano acepta el mundo natural como
algo que le es dado: algo existente. En este mundo de cosas existentes por sí
mismas, el yo se pierde como un objeto mas que es5.

Ahora bien, se sabe que el ser humano tiene conciencia de sus ser y de los demás
seres del universo6, puede dominar sus impulsos, reprimir sus pasiones, limitar su
propia libertad y trazarse un proyecto de vida, a diferencia del animal que tiene una
vida estática, incrustada en la realidad y sometida a las leyes de causalidad,
respecto de las cuales no puede reaccionar aun cuando éstas le aplasten; los
animales actúan, conocen por instinto. Tanto el ser humano primitivo de mentalidad
mística como el civilizado, acomodan su conducta a las expectativas nacidas de una
regularidad de comportamiento, sin la cual no podría vivir.

Entonces, a nuestro juicio la conciencia reflexiva viene a ser una cualidad natural
peculiar y singular del hombre.

1.3 El hombre y el concepto de organización

5HERRENDORE, Daniel ob. Cit.; pág. 33.


6RECASENS SICHES, Luis, Introducción al estudio del Derecho, México, Edi. Porrúa. 1970. pág.
16.

4
Los hombres se hallaban indefensos ante las fuerzas naturales y se alimentaban de
todo lo que la naturaleza les proporcionaba; la estructura económica era atrasada y
primitiva, lo cual correspondía al mismo Estado en que se encontraba la sociedad.
Así, el hombre satisface sus necesidades con lo que directamente le proporcionaba
la naturaleza, por lo que las necesidades económicas eran la recolección cacería y
la pesca. En la comunidad primitiva no existieron clases sociales7 por que no había
propiedad privada de los medios de producción8, por lo tanto no se daba la
explotación del hombre por el hombre. Con el desarrollo de los instrumentos de
producción se creó la primera división natural del trabajo, que estaba determinada
por el sexo y edad.

La mujer era la encargada de la distribución de los productos, por lo que jugaba un


papel muy importante que se conoció en la historia como matriarcado. Con el paso
del tiempo los hombres fueron aprendiendo a dominar la naturaleza y a desarrollar
la agricultura y el pastoreo, este hecho contribuyo a que se volvieran sedentarios y
a que surgiera la primera división social del trabajo: los que se dedicaron a la caza
y la pesca y los dedicados a la agricultura y pastoreo.

El descubrimiento del fuego contribuyó al mayor desarrollo de los hombres que


vivieron en la comunidad primitiva, pues les permitió cocer sus alimentos e
incorporar el pescado en su dieta; Asimismo, permitió el surgimiento de la segunda
división social del trabajo: Los Oficios. Ya con estas dos divisiones, se empezó a
producir cierto excedente. La producción de excedentes, hizo posible que surgiera

7 Es cierto que no había clases sociales debido a que la característica fundamental de esta es la
propiedad material pecuniaria. Mientras que el status es independiente de esta.
8 Los medios de producción viene a ser una categoría teórica que alude a los instrumentos a través

las cuales el hombre genera utilidades gananciales y en consecuencia satisfaces sus necesidades
materiales y espirituales. Ejemplo, la tierra, el capital, las propiedades y otros.

5
el intercambio entre las diversas comunidades. A este se le denominó trueque.
Todos estos cambios fueron dando lugar a la propiedad familiar hasta llegar a ser
Propiedad Privada.

En todo este proceso construcción estructural el hombre va aprendiendo a


organizarse en grupos sociales. Veamos pues también, como ya se manifestó en
los inicios de este trabajo, que el hombre es un ser social de por sí, ya que habita
en un entorno donde no está solo, sino donde se relaciona con otras personas, cada
una de ellas con costumbres, intereses e ideas propias. Por ello, el ser humano
debe organizar la convivencia con los demás, a fin de que se dé un ambiente de
respeto. Entre las formas de sociabilidad humana se distinguen dos tipos:

1) Comunidades, agrupaciones humanas que están unidas por ciertos rasgos


afines. Un ejemplo de ello son los grupos étnicos.

2) Sociedades, grupos de personas que se juntan por una causa o interés


común, cuyo propósito es desarrollar una tarea y alcanzar una finalidad.

Además, la convivencia en ambas se sustenta en normas, ya que las relaciones que


se establecen, sea con desconocidos o con amigos, son reguladas por estas. Las
normas son las reglas a las que se debe ajustar una acción o conducta, que
mandan, permiten o prohíben, y que están orientadas desde un valor. También,
definen los derechos y deberes de cada persona, y, además, permiten que cada
uno sepa cómo actuar y qué debe esperar al iniciar una interacción. Se distinguen
cuatro tipos de normas: En este contexto aparece la educación cívica, que se define
como "el proceso a través del cual se impulsa el conocimiento y la comprensión del
conjunto de normas que regulan la vida social y la formación de valores y actitudes

6
que permiten al ser humano integrarse a la sociedad y participar en su
mejoramiento". Bajo esta disciplina la sociedad entiende, de alguna medida, la
estructura y el funcionamiento de la más alta forma de organización que el mismo
haya podido crear.
1.4 El hombre y el concepto de planificación

Es evidente que hoy conocemos mucho más acerca del comportamiento humano
que en tiempos de Augusto Comte9, lo que nos lleva al convencimiento de no
establecer paralelismos de ninguna clase entre las leyes del mundo físico y el
funcionamiento de la sociedad. Sin embargo, las aportaciones de numerosos
autores en diversos campos de las Ciencias Sociales nos han permitido, en un
tiempo relativamente breve, un conocimiento sobre nuestros semejantes, que no
puede desconocerse ni en cuanto a las técnicas utilizadas, ni —sobre todo— en
cuanto a sus resultados. Por esta razón decíamos antes que allí donde existen datos
fiables, no es admisible ya la mera especulación o elucubración.

Una de las consecuencias de este avance ha sido la aproximación entre los autores
de diversas procedencias ideológicas respecto al significado de algunos términos
comúnmente utilizados en Sociología, Ciencia Política y Derecho Constitucional10.

Como mencionamos en la exposición precedente, el conocimiento de los objetos es


de cabal importancia cara conocer al hombre. Estos diversos y múltiples objetos se
representan en símbolos o semas que permiten una construcción explicativa de lo
que es o son las cosas. Nuestro grupo concuerda que el mismo hecho de
comprender el proceso de la vida social implica un conocimiento de ciertos

9 Figura máxima del pensamiento positivista y padre de la Sociología tradicional. Autor francés de
múltiples libros publicado en el siglo XIX. Su obra más representativa fue: Curso de Filosofía Positiva.
10 PORENS VINOGRADOF. Introducción al Derecho, México. Fondo de cultura económica, 1985.

Pág. 358.

7
conceptos que cristalicen un entendimiento que pretendemos alcanzar. He aquí
algunos de ellos.

Los conceptos de estructura y sistema, por ejemplo, suelen entenderse


respectivamente en sentido estático y dinámico. La estructura en general, se refiere
a la disposición en que se encuentran mutuamente relacionadas las partes de una
colectividad. En una máquina en reposo, como un reloj o un motor, pueden verse
las distintas piezas que la componen y comprenderse sus respectivas funciones y
conexiones. El sistema se refiere, también en términos generales, a una perspectiva
no ya estática, sino dinámica de aquella estructura, en que se observa el todo en
funcionamiento y se valora la importancia operativa de los diferentes mecanismos
respecto al conjunto y al resultado final, obtenido o bien esperado 11. Lo básico del
sistema social es la interacción, de tal manera que, como dice Levy Strauss, «toda
modificación de un elemento o de una relación, provoca la modificación de otros
elementos y relaciones, y con ellos, del todo»12.

También términos como burocracia han adquirido carta de naturaleza,


generalmente admitida en cuanto a su contenido, tras la definición de sus elementos
componentes, funciones y disfunciones, a partir de modelos teoréticos decisivos
para su comprensión, como es el de Max Weber.

Por supuesto, existe también bastante acuerdo en cuanto al concepto de Estado,


como organización de una nación o naciones bajo un gobierno y unas leyes
comunes.

11 AYALA, Francisco. tratado de Sociología- Sistema de la Sociología - , tomo II, Buenos Aires. Edit.
Losada, 1947. Pág. 395; pág.29.
12 Ibídem. Pág. 31.

8
Igualmente, suele haber coincidencia en aceptar la definición de poder dada por
Weber, como «la capacidad de imponer la propia voluntad sobre otros, incluso frente
a su voluntad». Sin embargo, otros muchos términos, como los de clase social,
estrato, progreso, desarrollo, bienestar, interés general, y similares, continúan
siendo objeto de polémica a partir de premisas ideológicas. Incluso viejos conceptos
como los de nación o nacionalismo, son interpretados desde puntos de vista
diametralmente opuestos, según posiciones teoricas igualmente influidas por lo
ideológico, inevitablemente.

Por nuestra parte, con respecto en concreto al vocablo «nación», podemos aceptar
que es el conjunto de seres humanos que viven en un mismo territorio y poseen una
comunidad de origen, historia, costumbres y a veces lengua13. Como decimos, hoy
estamos muy lejos ya de suponer que la conducta humana se atiene a algún tipo de
«leyes universales» fijas en el tiempo y en el espacio, que la determinen en forma
exclusiva, tal y como se creía hace poco más de un siglo. Sin embargo, ello no ha
impedido que entonces y ahora, algunos autores hayan intentado encontrar síntesis
teoréticas que de algún modo sentarían las bases de una ciencia común,
relativamente explicativa de todas las actividades humanas, o al menos
determinante de su dinámica.

Los estudios de Marx y de Weber sobre la evolución de sociedades humanas del


pasado que se encontraban muy lejos de su experiencia directa, por limitados que
puedan ser, considerados desde-puntos de vista ideológicos o de nuevos avances
en la investigación, proporcionaron las bases sobre las que miles de autores,

13 LEVI, Lucio, en Diccionario de Política. Bobbio, Maiteucci, siglo XXI, México; 1965, pág. 743.

9
posteriormente, han construido sus propias teorías. Y aún algunos políticos sus
propias carreras. Pero no han sido muchos los tratadistas que se han atrevido a
elaborar lo que en la lexicología de las Ciencias Sociales hoy, se denomina la «gran
teoría»14.
Por ejemplo, los intentos de Talcott Parsons, ya hacia la mitad del siglo xx, por
sintetizar todo el sistema social en sus múltiples variedades, en base a los
conceptos —que ampliamente desarrolló e interrelacionó— de cultura, sociedad y
personalidad, no han tenido prácticamente paralelo en toda esta época, ni se
aprecian continuidades doctrinales de ambición similar a la de ellos. En cambio, han
proliferado en las últimas décadas incontables pequeños estudios de grupos a
menudo insignificantes, arropados por grandes conceptos y con el uso de
sofisticadas técnicas estadísticas, que con demasiada frecuencia, aparte de
proporcionar saneados ingresos a sus autores, so capa de la mitificación de las
nuevas técnicas, sólo han venido a descubrir lo obvio.

Entre las «grandes teorías» y los estudios de alcance deliberadamente limitado,


desempeñan un papel importante y que no se puede desconocer hoy, las llamadas
«teorías de alcance medio». Según Merton, se trata de «teorías que se hallan en un
punto intermedio entre las hipótesis menores de trabajo, que evolucionan en
abundancia durante las rutinas cotidianas de la investigación, y las especulaciones
omnicomprensivas que incluyen un esquema conceptual supremo, del que se
espera derivar un gran número de uniformidades de comportamiento social,
observadas empíricamente».

A partir de un volumen reducido de datos y con unos objetivos deliberadamente


limitados, estas teorías son bastante fáciles de verificar y resultan de utilidad

14 DUVERGER, Maurice. Métodos de las Ciencias Sociales. Ariel, Barcelona, 1978, pág. 377.

10
inmediata, aunque en ningún caso se pretende que sean generalizables. Por
ejemplo, entre ellas se encuentra la expuesta por el propio R.K. Merton, que
distingue entre las «funciones manifiestas» y las «funciones latentes» de ciertos
acontecimientos relevantes para numerosos grupos sociales, como es el caso de
ritos y ceremonias de carácter original o aparentemente religioso. Así, a través de
ellos puede en efecto rendirse culto a una divinidad, pero a la vez, en forma no
explícitamente reconocida, se percibe un reforzamiento de la solidaridad del grupo
mediante su participación conjunta en él.

11
CAPITULO II

1. El hombre y la sociedad política

El hombre es un ser individual y social que siempre ha vivido en sociedad, pues ésta
es su naturaleza, ya que a través de la sociedad complementa sus condiciones de
tal. Así establece comunicación con los demás, desarrolla principios, obtiene
seguridad y bienestar porque es incapaz de satisfacer por sí mismo, todas sus
necesidades.

12
La sociedades políticas son colectividades que aparecen como consecuencia del
proceso de una mayor y mejor delimitación territorial y poblacional, así como de la
aparición de dos grupos sociales: el primero encargado de las funciones de
organización y control de las actividades socio-económicas mediante el uso de una
energía social denominada poder; y el segundo responsable de ejercitar per se las
actividades productivas. Por ende, la necesidad de institucionalizar el sistema de
producción, propiedad, reciprocidad, redistribución, intercambio de los bienes
económicos y el aseguramiento de la paz y el orden público inspiró fuertemente su
creación. 15

La formación de las sociedades políticas puede explicarse como lo refiere Víctor


García Toma por tres teorías: la formación consensuada, la formación determinista
y la formación binaria:

a) La formación consensuada

Esta teoría plantea que la aparición de la sociedad política es el resultado de


una convención nacida –en mayor o menor medida– del albedrío de los seres
humanos, quienes deciden asociarse políticamente para la consecución de fines
compartidos y permanentes. Este consenso parte de una voluntad colectiva
basada en el reconocimiento de experiencias coexistenciales que justifican la
convivencia asociada de signo político; la misma que permite la satisfacción de
un conjunto de necesidades de interés general.

b) La formación determinista

15GARCÍA TOMA, Víctor. Teoría Del Estado Y Derecho Constitucional. Editorial ADRUS, 4ta edición.
Lima. 2014.

13
Esta teoría plantea que el instinto gregario y el paulatino proceso de evolución
en las relaciones coexistenciales, genera inevitablemente la constitución de la
sociedad política. Así, se sostiene que siendo inherente a la persona humana la
interrelación coexistencial con sus congéneres, la aparición del cuerpo político
es fruto de la progresiva, imprescindible e irremediable fuerza del mero hecho
de coexistir.

c) La formación binaria

Esta teoría plantea que la aparición de la sociedad política es la consecuencia


de la conjunción de dos factores:

- Un factor de naturaleza política surgido del instinto gregario y de la


irremisibilidad de la necesidad de la presencia de una autoridad política en el
seno de la colectividad.

- Un factor de naturaleza cultural consecuencia de las experiencias de


coexistencia social que promueven una forma superior de organización político-
jurídica.

Es así que es evidente que la entidad o ser de la sociedad política deriva de la


confluencia, por un lado, de la sociabilidad humana es decir, parte de un hecho
material vinculado al instinto gregario, y por el otro, del reforzamiento del
aprendizaje colectivo en el arte de coexistir. Por ende, como consecuencia de la
conjunción de ambos factores, se elige aquella forma de vida organizada en donde
se tejen las relaciones, competencias y derechos derivados de la condición de
gobernantes y gobernados.

14
La formación de una sociedad política requiere necesariamente de tres
componentes: el pueblo, el poder y el territorio.

a) El pueblo, indica la presencia de un grupo humano vinculado y compenetrado


con la realización y verificación práctica de intereses comunes, entre los que
figura de modo invariable su propio mantenimiento y preservación. La
sociedad comprende la continuidad y permanencia de relaciones.

b) El poder político, indica la presencia de un aparato de gobierno que canaliza


la energía social en pro de la realización y verificación práctica de intereses
comunes.

c) El territorio, indica la presencia del asentamiento humano y su capacidad de


disposición privativa dentro de un área geográfica más o menos precisa.

Entre los factores y requisitos que intervienen de manera imprescindible en la


formación y mantenimiento de la sociedad política, pueden mencionarse los
cinco siguientes:

a) Internalización del poder político; es decir, el establecimiento permanente y


constante de la relación gobernante-gobernados. Ello incluye la creación de
aparatos de represión social y de defensa militar.

b) Establecimiento de un específico y diferenciado sistema de normas jurídicas;


ello en relación a las restantes conformantes de la constelación normativa
(morales, religiosas y reglas de trato social).

c) Establecimiento de un equipo burocrático y la adopción de sistemas


elementales de contabilidad, registro y estadística.

15
d) Legitimación ideológica del ejercicio del poder (mitología, religiosidad,
ritualidad, etc.).

e) Control de los excedentes de producción a través del reparto de la riqueza,


la organización laboral, el manejo de la tecnología, etc.

En lo que se refiere a la tipología de las sociedades políticas, cierto sector de la


Teoría del Estado los clasifica en sociedades políticas iniciales y sociedades
políticas estaduales.

La sociedad política se nos presenta como un grupo de instituciones, como un


complejo de organizaciones, como un sistema de normas y como una fuerza pública
capaz de imponer decisiones, como un sistema de cooperación del trabajo colectivo.
En líneas generales la sociedades políticas se diferencian de las sociedades pre
políticas por la presencia de una autoridad centralizada, una maquinaria
administrativa e instituciones jurídicas destinadas a satisfaces las necesidades de
sus integrantes.

1.1 Puntos de vista desde los que se puede abordar este planteamiento

2.2.1 Punto de vista biológico

Desde el punto de vista biológico, la sociedad política, es el resultado de la


capacidad organizativa natural del hombre.

16
Los actuales estudios sostienen que la especie humana aparece desde sus inicios
organizada socialmente; para ello disciplinas como la Sociobiología buscan
relacionar los estudios biológicos con los estudios sociales.

“Algunos datos nos permiten afirmar que la especie humana aparece, desde
sus inicios, organizada socialmente…. La teoría del Estado tradicional y en
general la sociología, durante mucho tiem
po perdieron de vista o no aceptaron las posibles explicaciones biológicas
que pudieran servir de base para dilucidar algunos fenómenos sociales”
(sic)16

Para la sociobiología, el ser humano, no es un animal esencialmente diferente a los


otros, sino uno más, dotado de ciertas capacidades específicas como su aptitud
para el pensamiento abstracto, para transformar conscientemente el medio o para
articular palabras; asimismo, el ser humano es el único de la especie animal que
tiene consciencia, lo que permite conocer, poseer pensamientos, adquirir
conocimientos, almacenar experiencias, reflexionar, etc.

Para realizar una diferenciación más clara, mencionaremos brevemente a


continuación los diversos grados de sociabilidad animal extraídos de la obra “Teoría
General del Estado” de Eduardo Andrade Sánchez:

16 ANDRADE SÁNCHEZ, Eduardo. Teoría General del Estado, Harla, México, 1987. Pág. 06.

17
- El primer grado, se da en agrupamientos temporales de individuos con pocas
interrelaciones, aunque capaces de vivir segregados, por ejemplo: los
delfines.

- El segundo grado, está constituido por grupos con movimientos coordinados,


que se protegen entre sí y cuyos miembros necesitan del agrupamiento, por
ejemplo los peces en los cardúmenes.

- El tercer grado de sociabilidad animal es el de las sociedades inferiores, en


las que aparecen relaciones más frecuentes y durables. No hay división del
trabajo y los individuos conservan un alto grado de autonomía, ejemplo: los
castores y algunas aves.

- Finalmente están las sociedades superiores, donde la cooperación es


constante. Las relaciones entre sus miembros son complejas, la convivencia
es continua y existe división del trabajo, se dan el fenómeno de jerarquía y
de liderazgo.

Debemos destacar que la organización social humana presenta rasgos que la


separan considerablemente del resto de las sociedades animales: el lenguaje, la
cooperación planeada, la aplicación y perfeccionamiento de procesos tecnológicos,
son solo alguno de ellos.

Hinde sostiene que la diferencia de comportamiento entre los animales y el hombre


es en verdad enorme. En su nivel de funcionamiento cognitivo, en el grado de

18
previsión y conciencia, en su capacidad de reflexionar sobre su propia conducta,
todos los animales son inferiores al hombre. 17

Si bien la conducta social humana es natural en cuanto deriva de su propia


naturaleza biológica, el hombre es consciente de esta sociabilidad, siendo así que
la actividad política es un ejercicio exclusivo de las sociedades conscientes; estas
son las sociedades humanas.
2.2.2 Punto de vista psicológico

Desde el punto de vista psicológico, los procesos psíquicos realizados por el hombre
son una forma de reflejo de la realidad, el reflejo que el hombre hace en forma
consciente mediatizado por la cultura. Este reflejo psíquico tiene como soporte
biológico el sistema nervioso, que en el ser humano se ha organizado en el cerebro
como producto de millones de años de evolución.

El hombre tiene un aprendizaje social, pues se basa en la observación del


comportamiento de los demás; sin embargo, parte del comportamiento humano
también está determinado por la biología (patrones de conducta específicos a la
especie). Los elementos que componen la personalidad; tienen, directa o
indirectamente, influencia de aspectos biológicos.

El hombre para organizarse políticamente, realiza procesos psicológicos que se


expresan en términos como la inteligencia, creatividad, aprendizaje y actitudes,

17 HINDE, R. A. Bases Biológicas De La Conducta Social Humana. Siglo XXI editores. México 1977.

19
procesos que serán empleados para organizarse y relacionarse con otros hombres
para la consecución de sus fines.

“En la evolución biológica, y con el surgimiento de animales con sistema


nervioso, aparecen los procesos psíquicos de nivel preconsciente
(sensaciones, emociones, memoria en un nivel incipiente). Los primeros
Homo Sapiens hicieron su aparición hace unos 200 000 años; y el lenguaje,
según el entender de algunos antropólogos, surge hace unos 100 000 ya en
este nivel es razonable suponer la existencia de procesos psíquicos
superiores, es decir, procesos de nivel consciente y de origen social
(pensamiento abstracto, memoria lógica, sentimientos, etc.)” 18

Estos “… pensamientos, los sentimientos y la conducta tienen su origen en impulsos


eléctricos que recorren enmarañadas células nerviosas. Todos los mecanismos que
regulan los organismos vivos y les permiten relacionarse con el entorno, tienen su
base en el sistema nervioso (SN)” 19 El sistema nervioso es el encargado de la
irritabilidad y conductividad o viaje de los impulsos nerviosos. Haciendo que los
organismos se relacionen con su entorno.

La mayoría de las características físicas humanas está influenciada por múltiples


variables genéticas, así como por el medio. Es así que a partir de los nuevos
descubrimientos y avances de las neurociencias y las teorías cognoscitivas, se ha
planteado un punto intermedio en el debate polarizado sobre lo innato y lo
adquirido.20

18 Instituto de Ciencias y Humanidades. Psicología, una perspectiva científica. Lumbreras Editores


S.R.L. Lima. 2001. Pág. 19.
19 SAAVEDRA DÍAZ, Fabiana. Psicología. Editora Lealtad SAC. Lima. 2012.
20 SAAVEDRA DÍAZ, Fabiana. Ob. Cit.

20
2.2.3 Punto de vista sociológico

Desde el punto sociológico “El hombre… es social por naturaleza, y su integración


a la sociedad es producto de un impulso natural.” 21

“El ser humano es a la vez un ser individual (el <<yo>>) y un ser coexistencial (es
<<sociedad>>, el <<nosotros>>)… El hombre está destinado a vivir en sociedad;
solamente en ella puede realizar, su proyecto de vida. ” 22

Al hombre que es un ser social por naturaleza, le resulta imposible vivir aislado.
Siempre está inmerso en un haz de relaciones que determinan sus condiciones de
vida. “Esta red de relaciones cada vez más intensa afecta a todos los ámbitos de la
vida humana: cultura, tecnología, ocio… El hombre se encuentra inmerso, en cada
uno de estos ámbitos, en situaciones constituidas por actividades interrelacionadas,
dirigidas a satisfacer sus necesidades sociales.”23 Reuniéndose por ejemplo por la
necesidad de protección, estabilidad y normatividad, dando paso al Estado, siendo
éste un fenómeno social, resultado de la organización humana.

Como lo sostiene Radcliffe (Citado por Santiesteban) “… todo ser humano que vive
en sociedad es dos cosas a la vez: es un individuo y también una persona. Como
individuo es un organismo biológico, un conjunto de muchas moléculas organizadas
en una estructura compleja, dentro de la cual y durante el tiempo que persiste
ocurren acciones y reacciones fisiológicas y psicológicas, procesos y cambios. Los

21 ANDRADE SÁNCHEZ, Eduardo. Ob. Cit. Pág. 04.


22 TORRES VASQUEZ, Aníbal. Ob. Cit. Pág. 20-21.
23 CAMINAL BADÍA, Miguel (Editor). Manual De Ciencia Política. Edit. TECNOS (Grupo Anaya). 2da

Edición. Madrid-España 2005. PP 39.

21
seres humanos, como individuos, son objetos de estudio para fisiólogos y
psicólogos. Como persona, el ser humano es un complejo de relaciones sociales;
es un ciudadano, es un marido o una esposa, un padre o una hija, un profesor, un
líder político, un vecino, un miembro de un sindicato, de un club, en fin, cualquiera
que sea su sexo, su rol, su oficio y sus relaciones individuales se refieren a una
relación social o a un lugar en una estructura social, aunque su personalidad social
cambie durante el curso de su vida…” 24

2.2.4 Punto de vista político

Como sabemos, la política es una actividad propia de los seres humanos mediante
el cual los hombres se organizan socialmente, pues crean y modifican normas de
convivencia que tienden a la búsqueda de objetivos comunes para todos los
miembros de la comunidad. En palabras de Duverger: Es un esfuerzo por hacer
reinar el orden y la justicia, siendo la misión el poder asegurar el interés general y
el bien común. 25

Al hombre que es un ser social por naturaleza, le resulta imposible vivir aislado.
Siempre está inmerso en un haz de relaciones que determinan sus condiciones de
vida. “Esta red de relaciones cada vez más intensa afecta a todos los ámbitos de la
vida humana: cultura, tecnología, ocio… El hombre se encuentra inmerso, en cada
uno de estos ámbitos, en situaciones constituidas por actividades interrelacionadas,
dirigidas a satisfacer sus necesidades sociales.”26

24 SILVA
SANTISTEBAN, Fernando. Introducción a la Antropología Jurídica. Fondo de desarrollo Editorial de
la Universidad de Lima. Perú. 2000. Pág. 51.
25 DUVERGUER, Maurice. Instituciones Políticas Y Derecho Constitucional. Quinta Edición,

Ediciones Ariel, Barcelona, 1970. Pág. 26.


26 CAMINAL BADÍA, Miguel (Editor) Ob. Cit. Pág. 39.

22
La política, es pues el gobierno, la organización de estas situaciones sociales, que
para ser gobernadas es imprescindible el poder; es decir, la capacidad de obtener
obediencia de otros. Tiene poder el individuo o grupo que consigue que otros
(individuos o grupos) hagan o dejen de hacer lo que él quiere. Donde el poder se
deriva básicamente de tres fuentes: la coerción, la persuasión y la retribución. O en
otros términos, de la fuerza, la ideología y la utilidad. Estas fuentes de poder se
encuentran entremezcladas en todas las situaciones, pero la preponderancia de
alguna de ellas en cada caso o momentos da lugar a un tipo de poder
predominantemente coercitivo, persuasivo o retributivo, aplicado al gobierno de
dicha situación.

Desde el momento en que surge este poder político diferenciado, los grupos con
poder social dirigen hacia él sus pretensiones, con el fin de ocuparlo directamente
o adquirir influencia sobre el mismo y determinar o condicionar sus decisiones. A
partir de entonces aparece un nuevo concepto de la política en sentido estricto, que
es la actividad dirigida a gobernar, o a influir indirectamente en el poder político, en
el centro político de dirección y control del conjunto de la sociedad.

Desde el punto de vista estructural, con este nuevo centro aparecen roles políticos
estables de liderazgo, así como nuevas estructuras tales como la burocracia, los
ejércitos regulares, la recaudación normalizada de impuestos, medios regularizados
de intercambio, un sistema de administración de justicia, y organizaciones estables
para acceder al poder por medio de la consecución de apoyos a los diversos
proyectos.

23
Desde el punto de vista cultural, los símbolos que definen y justifican el poder
político se independizan de otras esferas de la cultura, como la religión y la moral,
creándose de este modo sistemas relativamente autónomos de creencias e ideas
para legitimar el poder.

En la esfera política se produce la diferenciación de nuevos roles y actividades,


desempeñados por el sistema de rotación y, de acuerdo con el principio de
ciudadanía, accesibles a todos los ciudadanos según criterios de igualdad y
responsabilidad, legal y política.

2.2.5 Punto de vista jurídico

Desde el punto de vista jurídico, la sociedad política es una sociedad con un poder
jurídicamente organizado sobre un territorio determinado, que denominamos
Estado.

Desde el punto de visto jurídico, como lo sostiene Edgar Bodenheimer, el Derecho


opera como un hilo invisible que mantiene unidas a las instituciones del Estado y
permite su supervivencia, salvaguardando el bien común de la sociedad,
prescribiendo normas que orientan la conducta del hombre restableciendo a paz y
el orden social dentro de una sociedad política.

2.2.6 Punto de vista histórico

24
La sociedad política es el resultado de todo un proceso histórico, donde el hombre
ha venido evolucionado desde la conformación de las sociedades no políticas
(horda, clan, tribu, confederación tribal, nación) hasta las organizaciones estatales
políticas iniciales con las sociedades hidráulicas como el mesopotámico y egipcio,
la ciudad o polis griega, la civita romana hasta la aparición del Estado Nacional
Moderno conformando una forma más perfeccionada de organización sociopolítica
que nace en el siglo XVII.

Desde épocas primitivas el hombre ha adoptado diversas formas de organización


social la sociedad es el género y el Estado al especie.

La sociedad moderna gira en torno a un cambio social acelerado, de manera que


las estructuras y relaciones sociales basadas en la costumbre y la tradición son
Vsustituidas por otras nuevas, que derivan de los mecanismos del mercado, la
negociación, la especialización funcional, el utilitarismo y la racionalidad
instrumental.

2.2 Fines del hombre en la sociedad

Todos los actos del hombre están destinados a un fin. El hombre, como ser gregario
y organizativo por naturaleza, para la realización de dichos fines necesita un medio
y ese medio es la Sociedad; es por este motivo que el ser humano es un ser social

25
de manera inevitable que no puede prescindir de la sociedad para la realización de
sus fines tanto individuales como colectivos.

Los fines que busca el hombre en la sociedad son principalmente:

a) La conservación de la vida.
b) El perfeccionamiento físico, psíquico e intelectual.
c) El bien común.
d) La seguridad.

2.3 Instrumentos utilizados por el hombre para cumplir sus fines

Para que el hombre realice los fines descritos líneas arriba necesita una serie de
instrumentos, mencionaremos los siguientes:

a) El Derecho

“Siendo la condición innata del ser humano vivir en sociedad, solo en ella es posible
que se desarrolle material y espiritualmente; es también condición esencial que,
para posibilitar y garantizar la convivencia social pacífica, existan normas o reglas
que pueden ser impuestas, si es necesario coercitivamente, a cada uno de los
miembros integrantes de la sociedad…” (Sic) 27 este instrumento es el Derecho.

27 TORRES VASQUEZ, Aníbal. Ob. Cit. Pág. 23-24

26
La función del Derecho es la de regular la conducta humana, restablecer la paz y el
orden social dentro de una sociedad política, asegurando la continuidad de la
sociedad estatal, salvaguardando el bien común.

Asimismo, cabe destacar que solo a través del Derecho se hace posible la
realización de los deberes del Estado constitucional.

“El derecho positivo es el conjunto de normas de conducta extensivas,


bilaterales, imperativas y coactivas que, inspiradas en el derecho natural,
regulan efectivamente la conducta de los hombres en una sociedad y
momento histórico determinados con el objeto de establecer un
ordenamiento justo de la convivencia humana” 28

b) Las instituciones

La institución es una estructura especializada de la sociedad creada por el hombre


para satisfacer sus necesidades, procurando ordenar y normalizar el
comportamiento de un grupo de individuos.

Se trata de un organismo que cumple una función de interés público, brindan


educación, seguridad, resuelven conflictos, etc.

c) El Estado

28 PACHECO, Máximo. Teoría del Derecho. 4ta Ed. Santiago Edit. Jurídica de Chile, 1999, pág. 27

27
El Estado ha sido creado para ordenar y servir a la sociedad, dirigidos a la
realización del bien común cuyos componentes son:

-La seguridad (interna y externa)


-Bienestar general (satisfacción de necesidades)
-Defensa de la persona humana y su dignidad
-La justicia y la paz, entre otros.

“El Estado como ente jurídico y político, dotado de atributos que le son
propios, particularmente… tiene que cumplir determinados fines, los cuales
constituyen su propia justificación. Estos consisten fundamentalmente en la
búsqueda del bien común. Esto es en la satisfacción de las aspiraciones e
intereses colectivos y permanentes de la comunidad.” 29

Se han distinguido tradicionalmente tres funciones fundamentales del Estado: la


función legislativa, administrativa o ejecutiva y la función judicial; asimismo tiene
otras funciones adicionales como la constituyente, electoral y la fiscalizadora.

d) La Ciencia

Es el conocimiento racional, sistemático, exacto, verificable y por consiguiente


falible. Por medio de la investigación científica, el hombre ha alcanzado una
reconstrucción conceptual del mundo que es cada vez más amplia, profunda y
exacta. 30

29 NARANJO MESA, Vladimiro. Teoría constitucional e instituciones políticas. Editorial Temis 8va
edición. Santa Fe de Bogotá. Colombia 2000.
30 BUNGE, Mario. La Ciencia, Su Método Y Su Filosofía. Ed. Siglo XXI. Buenos Aires, 1966.

28
La ciencia, pertenece a la vida social; en cuanto se la aplica al mejoramiento de
nuestro medio natural y artificial, a la invención y manufactura de bienes materiales
y culturales; la ciencia, por ejemplo, se convierte en tecnología que nos permite
satisfacer nuestras necesidades y obtener nuestros fines, por ejemplo el de
seguridad.

CAPITULO III

3. La sociedad

3.1 Concepto:

“Ningún hombre es el solo. Cada uno de nosotros somos con otros. Cierto
que mi yo es algo mío. Es lo más mío pero no por obra toda mía”. 31

31 IGLESIAS, Juan. “Derecho Romano”, editorial Ariel, S. A. Barcelona, 1990.

29
“Sociedad es un término que describe a un grupo de individuos marcados por
una cultura en común, un cierto folclore y criterios compartidos que condicionan
sus costumbres y estilo de vida y que se relacionan entre sí en el marco de una
comunidad que les otorga una identidad y sentido de pertenencia. El concepto
también implica que el grupo comparte lazos ideológicos, económicos y
políticos”.32

Al momento de analizar una sociedad, se tienen en cuenta aspectos como su


nivel de desarrollo, los logros tecnológicos alcanzados y la calidad de vida. Así,
entre otras cosas, requieren tener una ubicación en una zona geográfica común,
estar constituidos a su vez en diversos grupos cada uno con su propia función
social, deben tener una cultura común, destacarían el hecho de que son los
instrumentos a través de los cuales se hacen posibles las relaciones humanas
o que desarrollan y establecen una serie de normas de comportamiento que son
comunes para todos sus miembros. Es así que pueden considerarse una
población en su totalidad.

3.2. Sociedad entendida como un conjunto de relaciones humanas

.“A la postre, yo soy yo, con personalidad e historia de todo punto irrepetible,
pero no radicalmente desde mi mismo. Sobre mis interiores actúan, de tal o
cual manera, los otros. Los otros con sus y mis cosas son co-arquitectos de
mí ser”33

32 ARENDT, Hannah, “La Condición Humana”, editorial Paidos, Barcelona, 1993.


33 IGLESIAS, Juan. Ob. Cit.

30
El ser humano no se realiza en solitario, sino en medio de otros individuos de su
misma especie, de forma que si careciera de esta relación de períodos
fundamentales de su evolución, no podría vivir con normalidad en nuestra
sociedad.

La comprensión de la persona como un ser social, un ser que sólo puede


desarrollarse como ente de la sociedad a través de la comunicación con sus
semejantes.

Los seres humanos establecen relaciones con los demás por medio de
interacciones que pueden calificarse como procesos sociales. Así, la
comunicación es fundamental en toda relación social, es el mecanismo que
regula y que, al fin y al cabo, hace posible la interacción entre las personas. Y
con ella, la existencia de las redes de relaciones sociales que conforman lo que
denominamos sociedad. Esto equivale a decir que toda interacción se
fundamenta en una relación de comunicación.

3.3 las sociedades pre estatales o pre políticas

Las llamadas sociedades pre estatales o sin Estado, son aquellas colectividades
humanas que carecieron de una organización política. Lo cual produjo la
inexistencia de una articulación orgánica y estructural entre quien manda y quien
obedece. Dichas sociedades carecieron de un proceso ordenador y funcional
tendiente a asegurar de manera consciente y deliberada determinados propósitos
convivenciales, asimismo carecían de un sistema de normas jurídicas explícitas

31
a cuyo cumplimiento quedará obligado el grupo. Estas sociedades abarcaron
cuatro tipos: horda, clan, tribu y la confederación tribal.

3.3.1 Horda primitiva

“Históricamente se podría precisar a la horda como el primer agrupamiento social.


Es un pequeño número de personas, que careció de regulación político - jurídica
y articulada. Esta organización se caracterizó por las siguientes características:
el mando era proveniente de la fuerza física, eran nómades, cazadores y
promiscuos”.34

3.3.2 Gens: sociedad punalúa y sociedad sanguínea

Sociedad sanguínea

Podríamos señalar hoy, que este tipo de relación que en nuestra sociedad
conocemos mejor como incestuosa, fue probablemente la que mayor tiempo
haya durado en la historia de la humanidad; tanto así, que ella sola,
probablemente haya sido mucho más larga que todas las demás juntas.

La familia consanguínea es un tipo de organización familiar que se considera


como una de las primeras etapas en lo que ha sido la historia de la sociedad. Las
principales características de este tipo de familia se relacionan con los lazos de
sangre que unen a sus integrantes.

34 DOWSE, Robert E. y HUGUES, John. “Sociología Política”. Ob. cit.

32
Es una familia unilineal ya que se consideran parientes solamente a los
descendientes de un ante pasado común. Esto quiere decir que los parientes son
los que tienen la misma sangre.

La totalidad de los abuelos y las abuelas en los límites de la familia son maridos
entre ellos.

Sociedad punalúa

En este tipo de familia se eliminan las relaciones conyugales entre hermano y,


posteriormente, entre lo que hoy denominamos primos. Punalúa significa socio.

El establecimiento de comunidades de hermanos diferenciadas de la comunidad


de hermanas dio paso al patrimonio por grupos o familia punalúa. Se dice que
son matrimonios por grupos, porque las hermanas y un grupo de hombres se
pertenecían mutuamente; lo mismo sucedía con las comunidades de hermanos.

En este tipo de relaciones indiscriminadas, las descendencias solo se podían


establecer por línea materna, es decir los hijos se sabían de qué madre
correspondían, pero no cuál era su padre. Ello facilito la conformación de la gens
o agrupación de los descendientes de la madre.

De esta manera las relaciones conyugales de establecían de gens a gens, es


decir no podían casarse entre parientes. Varias gens conformaban una tribu.

33
3.3.2.1 El matriarcado y patriarcado

Patriarcado

“En es una etapa o tipo de organización familiar en la historia de la cultura


humana, que se distingue por determinadas características de otros tipos de
familia que la precedieron y sucedieron, en el transcurso del tiempo, hasta la
actualidad y que aún se mantiene vigente, en algunas regiones del mundo”.35

 Lo que determina el tipo de familia patriarcal es la trasmisión patrilineal


del parentesco.
 La autoridad máxima es el padre.
 Puede ser autoridad también el hijo o ascendiente varón mayor de edad.
 En la antigüedad, la practicaban los romanos, los palestinos y los griegos.

Un ejemplo de familia patriarcal bien determinada es en la Roma republicana


donde este tipo de familia era: Una unidad religiosa, legal y económica.
Rígidamente estructurada.

Al “paterfamilias” se le daban atribuciones religiosas como sacerdote de culto de


antepasados. Contaba con todos los derechos legales ya que era la única
persona reconocida por la ley.

Matriarcado

35MEISEL, James. ”El mito de la clase gobernante. Gaetano Mosca y la élite”. Edit. Amorrortu.
Buenos Aires. 1975. Pág. 349

34
La palabra matriarcado es un tipo de sociedad hipotética en la cual las mujeres,
especialmente las madres tienen un rol central de liderazgo político, autoridad
moral y control de la propiedad y de la custodia de sus hijos. También es llamada
a veces ginarquía, ginocracia, ginecocracia, o sociedad ginocéntrica.

No se tiene evidencia de sociedades en las que existiendo una distribución


desigual del poder entre hombres y mujeres, las mujeres tuvieran preeminencia
sobre los varones; al contrario de lo que sucede en el patriarcado, donde los
hombres son los que poseen preeminencia respecto de las mujeres. Las
sociedades realmente existentes donde las mujeres tienen un lugar distinto al
patriarcal son llamadas matrilineales, matrilocales o matrifocales.

Aunque existe un número importante de sociedades matrilineales documentadas,


no siempre se utiliza correctamente el término "matriarcado". “Muchos autores
usan erróneamente el término "matriarcado" para referirse a sociedades
matrilineales o matrilocales, como dice Marvin Harris y Young”36, ponen ejemplos
de sociedades no patriarcales en la Tierra del Fuego y en las selvas tropicales
del noroeste amazónico y el centro de Brasil. Sin embargo, en modo alguno se
ha encontrado ejemplos claros de sociedades en las que exista o haya existido
un matriarcado, es decir un estado de dominación femenina, la contraparte del
patriarcado.

3.3.2.2 Sociedad gentilicia

36 MARVIN HARRIS, “Caníbales y reyes: los orígenes de las culturas” artículos de pdf.1979.

35
La comunidad gentilicia era la organización adecuada para el grado de desarrollo
económico a que había llegado la sociedad en ese entonces. En el seno de la
tribu; en el interior, no existen diferencias entre derechos y deberes, ni tampoco
existe división en clases distintas por razón de intereses económicos. Y en el
exterior, la colectividad entera resolvía los problemas de la guerra como asunto
que convenía a todos sus miembros, igual que participar en una venganza o
aceptar una composición (pago o indemnización por un daño inferido).
3.3.3 Clan

Para Émile Durkheim en su libro “La División del Trabajo Social” menciona que:
“El Clan es la Horda que ha dejado de ser independiente, volviéndose un
elemento en un grupo más extenso. Es una organización político-familiar;
“política” porque es la unidad política fundamental: las cabezas de los clanes son
las únicas autoridades sociales; y “familiar” porque todos sus miembros se
consideran parientes entre sí, pero, a diferencia de la familia propiamente dicha,
el clan incluye a una gran cantidad de extraños.”37

El clan “…es consecuencia de la evolución de los hábitos y costumbres del grupo


social y la consolidación de la necesidad de ser solidarios.” “Es la agrupación de
personas del mismo parentesco, unidas por el vínculo de sangre y de una filiación
matriarcal.”38

Dentro del clan no existió diferencia de rangos a excepción de los varones más
ancianos que se aducían de ser los más sabios y experimentados por lo que
ejercían la autoridad. El jefe desempeñaba actividades indiferenciadas, podía

37DURKHEIM, Émile. “La División Social Del Trabajo”. Akal. Madrid. 1987.
38ENGELS, Federico. “El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado”. Edit. Marfil. 2da e.
Lima – Perú. 2002. Pág. 55.

36
cumplir las funciones militares, religiosas y políticas. Éste grupo se caracterizó
por llevar una vida sedentaria dedicados a la labranza de la tierra y la
domesticación y crianza de los animales.

“En lo referente a la filiación fue de tipo matriarcal, puesto que en esta agrupación
se siguió practicando la promiscuidad sexual, como en los matrimonios grupales”,
en los cuales no se podía establecer la filiación paterna, imposibilitando al padre
poder heredar a sus hijos.

3.3.4 Tribu

Esta agrupación es el producto de la unión de varios clanes, haciéndola más


numerosa. “Lo característico de este grupo social es la posesión de territorios
delimitados, como es el caso de las tribus iroquesa, ojibwas y los omahas.” 39 A
la vez se caracterizaron por la división de sus tierras y el trabajo de acuerdo al
género, los varones se dedicaron a la caza, pesca, crianza de los animales y al
cultivo de la tierra, abasteciendo de alimentos a la familia; la mujer se dedicó al
cuidado de los hijos, administración y los quehaceres de la casa.

La tribu poseía un dialecto común, una cultura homogénea y una autoridad


colegiada o integrada por dos miembros, una podía ser militar y la otra religiosa
(que gobernaba en tiempos de paz). Y su regulación social se basó en sus
costumbres.

39 ENGELS, Federico. Ob. Cit. Pág. 80.

37
Según, José Mejía Valera citado por Víctor García Toma, la “…conducción de la
tribu estaba a cargo de un consejo integrado por los jefes de cada clan, de entre
los cuales se designaba a uno de ellos para su representación 40.” Este cuerpo
colegiado delibera en forma pública y se ocupa fundamentalmente de regular las
relaciones con las tribus vecinas, declarar la guerra o la paz, etc.

3.3.5 Confederación tribal

Se dio por la agrupación de varias tribus, son alianzas surgidas por la similitud
de poderío bélico para una defensa eficaz y las conquistas, en éstas ya habían
diferencias de rango y autoridad sobre los pueblos sometidos. Esta agrupación
posee similitudes con las tribus, pero en estas confederaciones se debilitaron los
vínculos de sangre, esto acusa de que en las tribus se prohibió el matrimonio
entre los integrantes del mismo grupo, creando una división y la desaparición de
vínculo de parentesco. Y que a medida que aumente la población, se hace más
determinante el criterio territorial.

El Gobierno fue colegiado, pero con mayores atribuciones y vinculado al dominio


territorial; su economía se basó en el intercambio insipiente de productos, la cual
le ayudó a consolidarse. Según Víctor GARCÍA TOMA esta agrupación es
considerada “la puerta de ingreso para la denominada sociedad política.” 41

“Este tipo de sociedades en una división realizada por las Ciencias Sociales se
encuentra dentro de las sociedades sin Estado las cuales se caracterizan por

40 GARCÍA TOMA, Víctor. Ob. Cit. Pág.124.


41 GARCÍA TOMA, Víctor. Ob. Cit. Pág.126.

38
poseer un territorio poco definido, cambiante, sus integrantes son pues
nómades.” 42

Los grupos que la integran están relacionados por vínculo de parentesco, siendo
relativamente homogéneos y poco numerosos, la autoridad en el grupo es difusa,
la costumbre fija las pautas de la conducta colectiva así como las sanciones que
corresponden al ser violadas, el liderazgo es rotativo y determinado por las
necesidades colectivas del momento.

“Las primeras sociedades de clase se formaron en los países del antiguo Oriente
en el Asia Menor, oriental y meridional, y en la parte nordeste del África. Ya al
comenzar el cuarto milenio a. de C, como resultado de la desintegración del
régimen del comunismo primitivo y de la división de la sociedad en clases en
esclavistas y esclavos, comenzaron a formarse los Estados esclavistas más
antiguos”. 43

3.4 Sociedades políticas iniciales

3.4.1. Razones por las que surgen las sociedades políticas

 La política en el mundo tiene su origen en el mismo hombre y en su


proceso de socialización.

 El hombre percibe la necesidad de integrarse para lograr objetivos que


individualmente no lograría.

42 ibíd. Pag.126.
43 ibíd.

39
 Surge como delegación del poder social en una estructura política capaz
de asegurar el derecho de propiedad frente a competidores internos
(ladrones) y externos (invasores).

 Para hacer posible la realización de trabajos colectivos (canales, presas,


acequias, etc. Necesarias para el conjunto de la comunidad.
 Para la convivencia pacífica, es posible gracias a la existencia de un poder
que se instruye bajo los intereses y voluntades particulares.

 Para la reglamentación ,la vigilancia y el control de la actividad privada

El hombre es un ser social; por sus características y necesidades, es


indispensable para él vivir con otras personas. “Desde hace miles de años,
cuando las cavernas eran el refugio del hombre, éste vivía en compañía de otros.
La primera sociedad que existió fue la familia, que no necesariamente tenía una
conformación típica de un padre, una madre y unos hijos; sin embargo, en ese
momento se convirtió en el núcleo de la sociedad, siendo este el punto en el que
aparece la necesidad de encargar a una persona de dirigir y organizar a las otras;
es decir, la necesidad de un gobierno”.44

Pues Aristóteles decía que “el hombre era un animal social”, y que formaba la
sociedad por necesidad ya que depende de los demás, ya que hay uno que sirven
para gobernar y dirigir y otros para ser esclavos unos para servir a los otros y
procurar el bien común. El hombre no está hecho para vivir por sí mismo como
un ermitaño extraviado en el bosque, necesita de la sociedad para vivir.

44 ESPOSITO, Roberto. El Origen De La Política. Editorial Paidós, Buenos Aires, 1999.

40
3.4.2. Sociedades políticas iniciales

“Forma de Estado, organización territorial del Estado o modelo de Estado son


distintas expresiones usadas en los textos legislativos y en la bibliografía para
expresar un concepto de derecho constitucional que hace referencia a las
diversas formas de organización o modelos que los Estados pueden adoptar en
base a la relación o articulación que pretenden establecer entre sus tres
elementos constitutivos: el territorio, la población y el poder.”45

3.4.2.1 Civilización Mesopotámica (aldea)

Mesopotamia significa en griego "entre ríos". La región así denominada abarcaba


inicialmente los territorios comprendidos entre los ríos Tigris y Eufrates. En la
actualidad comprende a Iraq y el este de Siria.
En esta ciudad comenzó, muy probablemente, un sistema complejo de escritura.
La historia de Mesopotamia es una sucesión de civilizaciones, iniciada por los
sumerios (3.000 a.c. - 2.350 a.c.). Estos son vencidos por las huestes de Sargón,
rey de los acadios (Akkad), que imponen su poder hasta 1.800 a.c.

Religión:

La religión en el mundo Mesopotámico domina todo y permanece más o menos


inalterable hasta la conquista musulmana. Está basada en un principio en las

45 DOWSE. R. E. y HUGHES. J. A. Ob. Cit. Pág. 23

41
fuerzas de la naturaleza que se identifican con los dioses: el dios del agua es
Enlil, el del cielo Anu y el de la tierra Enki.

Los templos van a ser grandes complejos que se van desarrollando a través de
las distintas épocas y en ellos se da una gran burocracia. No es sólo una
institución religiosa, sino también política y administrativa. Así, en torno al recinto
religioso se van a construir una serie de estancias e incluso el palacio del rey. El
monarca va a ser el que debe construir los templos. Así, el rey-sacerdote pone la
primera piedra de estas construcciones, que para los mesopotámicos era muy
importante, por lo que hay muchas representaciones de este hecho.

Sociedad

Las ciudades están aglomeradas en unas ciudades-Estado que son autónomas


e independientes y que están gobernadas por un monarca que dirige el ejército,
administra la justicia y dirige los ritos religiosos junto a los sacerdotes. Es el dueño
y señor de todo el territorio.

Hay dos tipos de nobleza: la nobleza cortesana y la nobleza empleada, o bien en


el ejército o en la administración. También hay escribas, aunque no están
representados como en Egipto, pero que también están muy bien considerados
y están ligados al templo. La clase urbana está formada por mercaderes y
artesanos. Por debajo se sitúan los campesinos y por último los esclavos.

Esta sociedad está bien organizada desde un principio. Prueba de ello es la


legislación que hay desde muy pronto, como la de Ur-Namu, que es la más

42
antigua, de la época neosumeria, o el código de Hammurabi, ya de época
babilónica.

Este desarrollo de los pueblos se ha podido estudiar gracias a su conocimiento


de la escritura. Se conoce desde finales del IV milenio, con los sumerios. Se trata
de una escritura cuneiforme.

También tenían grandes conocimientos de medicina y cirugía, de lo que quedan


notas, por ejemplo, en el código de Hammurabi.

También tenían grandes textos relacionados con el mundo de la literatura: hay


restos de poemas épicos, oraciones, textos didácticos, etc., pero siempre con
una finalidad práctica, que era la continua exaltación del poder, un continuo
carácter político y religioso.

3.4.2.2 Civilización egipcia

El Antiguo Egipto o antigua cultura egipcia fue una civilización antigua de la parte
oriental de África del Norte, se concentró a lo largo del curso inferior del río Nilo
en lo que hoy es el Estado moderno de Egipto. La civilización se unifico en torno
al año 3150 aC, con la unificación política del Alto y el Bajo Egipto en el marco
del primer faraón, y desarrollado a lo largo de los próximos tres milenios.

El éxito de la antigua civilización egipcia procede en parte de su capacidad para


adaptarse a las condiciones del valle del río Nilo. La inundación previsible y riego

43
controlado del valle fértil con cultivos que ofrecían excedentes de productos que
alimentaron el desarrollo social y cultural.

La burocracia estaba conformada por una elite: Los escribas, los líderes
religiosos, administradores que bajo el control de un faraón garantizaban la
cooperación y la unidad del pueblo egipcio en el contexto de un elaborado
sistema de creencias religiosas.

La figura del faraón era el gran elemento simbólico que definía al Antiguo Egipto.
Tienen un origen desconocido que hay que buscarlo en el proceso de formación
de Egipto, con la unión del Alto y el Bajo Egipto, denominado comúnmente Las
dos tierras. Las primeras dinastías de Tinis ya consideraban el origen divino de
los faraones, identificándolos con Horus. En realidad la creencia religiosa sale a
reforzar y dar sustento al poder del faraón, haciendo que éste sea un vástago de
la deidad en la tierra, y como representante del dios, gobierna el país. Esto
supone que los faraones sólo tenían un carácter sobrehumano, pero en realidad
esto es observable más como una intención política a modo de propaganda para
legitimar su ascensión al trono.

Así, la reina Hatshepsut, de la Dinastía XVIII, elevada al trono, genera el relato


oficial de la concepción divina, proclamando que el dios Amón visitó a su madre
para engendrar a la futura reina. Por avatares históricos, existen épocas de
menos brillo y los faraones tomaban una personalidad más humana.

El sacerdote

44
La posición sacerdotal ejercía un gran poder y autonomía, ya que generalmente
los templos tenían una cantidad de tierras adjudicadas que le proveían sustento,
a través del ganado, como así también del cultivo. Muchos faraones antes de
iniciar el reinado habían ostentado cargos de sacerdotes en el culto, sea de Ptah
o Amón.

La acumulación de recursos terrenales llegó a tal nivel que comenzó a


ensombrecer la posición del faraón, y por ejemplo en la Dinastía XX muchos
sacerdotes terminan reemplazando al faraón en su puesto, como es el caso de
Herihor.

Nunca existió una separación entre el poder político y religioso y los cargos
institucionales ocupan competencias de ambos poderes. Esta mezcla de poderes
permitió al Estado controlar a los templos y a los sacerdotes introducirse en los
asuntos del mismo, benefician a una u otra esfera según la coyuntura política.

Los faraones y sacerdotes proyectaban la economía del pueblo determinando las


zonas que había que sembrar, los canales y caminos, el riego, la cosecha, etc.
Todo el pueblo debía sembrar y la cosecha era entregada en su totalidad al
faraón, el cual los administraba. La tierra era propiedad del faraón, el cual
disponía libremente de ellas para entregarlos en usufructo, por eso el pueblo
debía pagar tributos

3.4.2.3 Civilización griega (polis)

45
“La comunidad perfecta es la polis..., surgió para satisfacer las necesidades
vitales del hombre, pero su finalidad es permitirle vivir bien... El hombre que,
naturalmente y no por azar, no viva en la polis es infrahumano o
sobrehumano.” Aristóteles La Política

La ciudad para los griegos no es únicamente el centro político, económico,


religioso y cultural, sino un ideal de vida, la forma más perfecta de sociedad civil.
En ella se integran de forma armónica los intereses del individuo con el Estado,
gracias a la ley, y con la comunidad, mediante la participación del ciudadano en
los asuntos públicos. En definitiva, la ciudad es un elemento distintivo del hombre
civilizado.

El concepto de ciudad-Estado presenta una diferencia sustancial con la idea


moderna de nación: para los griegos la polis no se identifica con un territorio sino
con el conjunto de sus ciudadanos, por eso, aunque se hubiese perdido el
territorio en alguna contienda, si el cuerpo cívico había sobrevivido y podía
rehacer sus tradiciones en otro lugar, consideraban que la polis estaba a salvo.

Todas las polis, independientemente de la época o lugar, presentan elementos


comunes:
- Extensión territorial reducida, con un núcleo urbano en el que se situaba el
centro político, administrativo, comercial y religioso y un pequeño territorio rural
para pastos y cultivos. Su extensión media solía ser de 80-90 km2 con alrededor
de 3.000-5.000 habitantes lo que permitía que se conocieran todos entre sí. Las
únicas polis que consiguieron dominar extensiones considerables fueron Atenas
y Esparta, las dos grandes potencias del mundo heleno.

46
- Independencia económica. Cada polis producía lo suficiente para alimentar a
su población.

- Independencia política. Las polis eran libres, no estaban sometidas a otra ciudad
ni a ningún poder extranjero.

- Estructura social formada por ciudadanos (con derechos) y esclavos (sin


derechos).

- Gran espíritu cívico, respeto por la ley e importante participación de los


ciudadanos en los asuntos de la comunidad.

- Leyenda fundacional y fiestas y tradiciones propias.

- Culto religioso común.

3.4.2.4. Civilización romana (civitas)

“Civilización” es un término que deriva de civitas, palabra latina que significaba


en la antigua Roma ‘la ciudad’ o, más bien, el conjunto de ciudadanos que vivían
en ella y que dieron verdadero sentido al concepto de vivir en comunidad46”.

Antigua Roma, es el nombre dado a la Civilización Romana que se desarrolló en


la península itálica durante el siglo VIII aC, a partir de la fundación de la ciudad
de Roma. Durante sus doce siglos de existencia, la civilización romana, tuvo

46 MORALES, José Ignacio. Derecho Romano. Edit. Trillas México, 1987. Pág. 46.

47
formas de gobierno como la Monarquía Romana que luego fue reemplazada por
la República Romana hasta convertirse en un gran imperio que dominó Europa
Occidental y los alrededores del Mar Mediterráneo a través de conquista y
asimilación cultural: Imperio Romano.

La Antigua Roma suele ser insertada en la llamada Antigüedad clásica, que


pertenece a la Edad Antigua, juntamente con la Antigua Grecia, Antiguo Egipto y
Mesopotamia qué antecedieron e inspiraron en gran medida a la cultura romana,
en especial la cultura griega.
Grecia nos dio como herencia la democracia, Roma nos legó nuevas formas para
aplicarla: la república senatorial basada en una constitución (ley de las doce
tablas). Roma fue un imperio abusivo y explotador, fue la primera sociedad
gobernada por un cuerpo de colegiado. Además los romanos nos legaron
principios y técnicas aún aplicadas en el derecho. Por ello, el derecho romano se
mantiene como uno de los pilares de la cultura occidental.

La organización política en Roma

La política en el Imperio romano se presenta en diferentes etapas. A medida en


que los grupos luchaban por obtener una supremacía, se conformó un sistema
sociopolítico que pretendía equilibrar el principio de autoridad. Es así que
después de guerras y conflictos, a mediados del siglo viii a. de c. se empezó a
desarrollar el siguiente esquema político:

1.- Asamblea (comicios): reuniones públicas de los grupos dominantes o patricios


romanos, sus principales funciones eran elegir magistrados y tomar decisiones
de tipo judicial.

48
2.- El Senado (senex): era un consejo de ancianos, el cuerpo de consulta
constituido por descendientes de la aristocracia. Supervisaba los servicios
religiosos, administraba los recursos financieros, inspeccionaba a los
magistrados; negociaba los asuntos exteriores; nombraba altos jefes militares y
enviaba funcionarios a las colonias.

3.- Los magistrados: constituían un grupo de funcionarios al que pertenecieron


los reyes; no solían cobrar por sus puestos y tenían una duración en ellos de uno
a cinco años según el nombramiento. Se requería tener una reconocida calidad
de ciudadano y tener entre 30 y 45 años de edad.

Tanta era la importancia de lo tradicional dentro del mundo romano que llegaron
a utilizar la auctoritas maiorum para validar los avances sociales, el progreso.
Suetonio relata un edicto de los censores del 92 a. C., que dice: «todo lo nuevo
que se hace en contra de los usos y las costumbres de nuestros antepasados,
no parece ser correcto». Esta declaración refleja el conservadurismo feroz de los
romanos, sello distintivo de su sociedad.

Otro aspecto clave dentro de la política romana era la competencia. Para todo
ciudadano romano, «la esencia de la vida era la competición, y la riqueza y los
votos eran las medidas socialmente aceptadas para calibrar el éxito» 47. La vida
de un romano era una constante lucha para superar los logros de sus ancestros
y los logros de los demás. La República, tanto en sus principios como en la vida
diaria, era una meritocracia salvaje. La libertad, para los romanos, estaba basada

47TOM HOLLAND, Rubicón- DE CLARIS RHETORIBUS, Suetonio. Auge Y Caída De La República


Romana. 1º Ed. Pág. 32 y 51.

49
en la dinámica de la competencia constante. Competencia regida, eso sí, por las
normas inviolables del Mos maiorum.

Para ser un buen político había que lidiar constantemente contra la competencia
y contra la tradición, además de tener talento, dedicación, dinero y contactos. La
meritocracia, a pesar de ser despiadada, servía para hacer que solamente los
ricos se pudieran permitir una carrera política.

La religión en la vida política

A diferencia de la religión occidental moderna, los romanos no segregaron jamás


las prácticas religiosas de las del servicio al Estado. Mantuvieron la práctica de
sus ancestros indoeuropeos de dejar el sacerdocio vinculado al Estado. La
religión romana estaba compuesta por diferentes cultos al frente de los cuales
estaban los sacerdotes, quienes al mismo tiempo podían ocupar un cargo público
y/o militar. De hecho, el cargo de sacerdote estaba considerado como un cargo
público al que la nobleza podía optar, celebrándose sus pertinentes elecciones.
Los sacerdotes romanos eran muy diferentes a los actuales cristianos, ya que
podían tener su familia, optar a las magistraturas del Estado e incluso combatir
en el ejército.

3.4.3. La Nación: Tránsito de la Ciudad Antigua al Estado Moderno

a) Concepto de Nación

El término nación, surgió en el discurso político de la Revolución francesa, pero el


concepto se fue desarrollando a lo largo del siglo XIX. En siglos anteriores, durante

50
toda la Edad Media, nación tenía un sentido derivado de su etimología latina,
nascere, que recoge san Isidoro de Sevilla y define como a un grupo de personas
que tienen o a quienes se les atribuye un mismo origen. En el contexto medieval, el
término tenía el sentido de comunidad étnica cuya Lengua y costumbres la
distinguen de la población autóctona entre la que se ha establecido, ya sea de
manera provisional o permanente. EL concepto moderno de nación fue objeto de
numerosas definiciones a lo largo del siglo XIX, época en la que se asiste al
surgimiento de los nacionalismos en diferentes países europeos. Inspirado
principalmente en el discurso de Herder y de Fichte, el concepto de nación alemana
se define como una unidad lingüístico, cultural y étnica, mientras que el concepto
de nación francesa define a ésta sobre todo como un territorio, con límites precisos,
cuya unidad no se basa en la lengua ni en la raza, sino en el consentimiento, (la
voluntad de vivir juntos).

Según Mancini la nación “es una sociedad natural de hombres a los que la unidad
de territorio, origen, costumbre e idioma conduce a la comunidad de vida y
conciencia social”. En cuanto la nación adquiere conciencia de sí misma, aspira a
la unidad estatal.

Raúl Ferrero, en su obra Teoría del Estado y Derecho Constitucional menciona que
“la nación es un complejo que reúne diversos elementos de índole natural y cultural
ya sea de tipo geográfico, étnico, lingüístico, antropológico e histórico. Es el conjunto
de hombres unidos por una comunidad espiritual, forjada por la convivencia histórica
en el mismo territorio y proyectada idealmente hacia el futuro. Su factor esencial es
la tradición”48

48FERRERO, Raúl. Teoría del Estado y Derecho Constitucional. 9na Edición. Ed. Grijley. 2003. Pág.
65

51
b) Concepto de Estado

Es una forma de organización cuyo significado es de naturaleza política. Se trata de


una entidad con poder soberano para gobernar una nación dentro de una zona
geográfica delimitada.

El Estado es la institución en que se concentra el poder político de una sociedad,


es decir, el poder de tomar las decisiones que afectan al conjunto de la población.

Según el politólogo Guillermo O´Donnell el “Estado es el componente


específicamente político de la dominación en una sociedad territorialmente
delimitada. Quién por dominación o poder entiende la capacidad, actual y potencial,
de imponer regularmente la voluntad sobre otros.”49

Por otro lado el politólogo Oscar Oszlack define al Estado como “una relación social,
como la instancia política que articula un sistema de dominación social. Su
manifestación material es un conjunto interdependiente de instituciones que
conforman el aparato en el que se condensa el poder y los recursos de la
dominación política.”50

c) Tránsito de la ciudad antigua al Estado Moderno

49 O’DONNELL, Guillermo. Apuntes para una teoría del Estado. Oszlak, Oscar. Teoría de una
burocracia estatal. Editorial Paidós. Buenos Aires.- 1984.
50 OSZLAK, Oscar. Formación histórica del Estado en América Latina: elementos teóricos

metodológicos para su estudio. Buenos Aires.

52
c.1. El Estado egipcio:

Según Eduardo Andrade Sánchez, existen testimonios de una temprana


interrelación cultural, no de tipo integracionista puesto que no eran dos culturas que
compartieran un espacio geográfico y tampoco de carácter guerrero o conquistador,
porque los pueblos de la Mesopotamia no conquistaron Egipto y tampoco
integración ni conquista pero sí influencia, motivada, en este caso, por posibles
intercambios comerciales. Según esta tesis, la influencia mesopotámica hubiera
sido el último factor catalizador del proceso de formación histórica del Estado en
Egipto.

La escritura egipcia parece haber tomado elementos de la mesopotámica, pero de


ello no puede concluirse que tal influencia haya determinado la formación del Estado
egipcio. Sí así fuera, quizás tendríamos que dudar en ubicarlo en la lista de los
Estados originales. Pero ya que los desarrollos estatales en Mesopotamia y Egipto
no tuvieron lazos directos aunque aquél parece haber sido anterior, sigue siendo
laudo conceptuar a Egipto como una primera formación estatal no generaba por
otra.

En Egipto existió la concepción místico-religiosa y cierta vivencia de lo sagrado que


los egipcios poseían desde la etapa preestatal, sirvió de sustento a la posterior
consideración del faraón como un dios. Alrededor del año 3100 antes de Jesucristo,
es decir, hace más de 5 mil años, aparece la autoridad centralizada en el antiguo
Egipto. Carecemos de datos para reconstruir detalladamente el proceso
descentralizado de autoridad pero sabemos que, decidido el desarrollo hidráulico,
era necesaria la presencia de un gobierno de esta índole. Lo que sí queda claro es
que este desenvolvimiento culmina en una altísima personalización del poder.

53
Aquí podríamos trabajar con la categoría de Estado personalizado en el sentido de
la concepción de la autoridad se identifica plenamente con su depositario. Para los
antiguos egipcios parece haber alcanzado plena validez la célebre expresión de
Luis XIV, el Rey Sol, ("El Estado soy yo"). Esta idea entendida con suma claridad
por Luis XIV pero no tan compartida por sus súbditos franceses era, en cambio,
absolutamente admitida y apoyada por los pobladores del primer Estado Egipto.

En Egipto el Estado es el faraón, afirmado no sólo por el propio faraón, sino por
todos los pobladores del Estado. Explica John A. Wilson que adjudicar la
denominación de faraón a los monarcas de esa época constituye un anacronismo.
En realidad, el término faraón se refería al palacio donde vivía el rey egipcio. Fue
siglos después cuando se acuñó esta manera de dirigirse al soberano por referencia
al palacio que habitaba. No obstante, para facilitar la exposición, aludiremos al jefe
de Estado egipcio.

La necesidad de centralizar la autoridad de aquella sociedad para el logro de sus


nuevos objetivos, así como la de otorgar legitimidad frente a la población al poder
recién adquirido y ejercido, explica la identificación del jefe supremo con la deidad.
El monarca, el faraón, no sólo era un enviado de los dioses: para todos los efectos
prácticos, desde el punto de vista de la concepción teórico-religiosa de esa
comunidad, era el dios mismo, divino en su propia persona.

El fenómeno aparecerá después en otros pueblos y periodos históricos recordemos


que los romanos también llegan a divinizar a sus gobernantes, pero el faraón egipcio
parece ser el primer dirigente que asume la función de conducir a la sociedad como
un verdadero dios y así lo entienden sus súbditos. Todo parece indicar que en las

54
primeras dinastías egipcias se consolidaron viejos factores de unión entre diferentes
aldeas asentadas en las márgenes del Nilo y que el desarrollo de esta comunidad
fue en su mayoría endógeno; es decir, generado por ella misma, salvo la influencia
cultural mesopotámica apuntada. Durante las dos o tres primeras dinastías el
proceso fue acentuadamente integrador: “el centro en el que convergen todas las
fuerzas sociales es la figura divina del faraón”.51

Obviamente, el monarca necesitaba funcionarios para un gobierno que se había


extendido mucho y que cada día era más complicado, pero los testimonios muestran
que estos colaboradores no ejercían una función pública, como la entendemos
ahora, sino que prestaban un servicio personal al faraón y estaban sujetos a su
divina gracia. La fuerte personalización se manifestaba también en la ausencia de
cuerpos normativos impersonales y generales. La justicia, aunque impartida por los
servidores, se aplicaba porque era la palabra del rey. No había códigos o leyes para
regular situaciones abstractas. El propio derecho consuetudinario del país se
estimaba surgido de la voluntad del faraón. La única limitante no jurídica que tenía,
era el concepto del ma'at, especie de justicia equidad verdad, inmanentes.

De este que hemos denominado Estado personalizado, podemos extraer dos


características derivadas de la consideración del faraón como un ser divino. La
primera, que el desarrollo burocrático indispensable para hacer posible la
organización del Estado se produce en torno a su figura con el sentido de
servidumbre personal hacia el monarca, que era el Estado mismo. Se creó así la
primera clase gobernante. La segunda característica consiste en que no había ley
escrita porque la antigua tradición, por un lado, y por otro la voluntad absoluta,
divina, del faraón generaba la normatividad dentro de la sociedad. Con seguridad,

51 ANDRADE SÁNCHEZ, Eduardo. Ob Cit. Pág. 50

55
el faraón no podía ejercer una autoridad totalmente caprichosa. El ma´at, esa idea
de justicia, de equidad, en el fondo representaba la costumbre, la de la propia
comunidad. Lo justo debió ser lo que estaba apegado a la tradición de la sociedad.

En la naciente estructura estatal podemos apreciar cómo permanecen


concepciones y fórmulas provenientes de las formas organizativas. Se advierte, en
este nuevo estadio, un desplazamiento de la autoridad tradicional arraigada en el
pasado y que ahora se encarna individualmente en el faraón. Aunque éste asume
un poder absoluto, la comunidad reconoce una vida consuetudinaria ancestral. Que
los libros afirman “la ley era la palabra del faraón”52, simplemente quiere decir que
ésta debía darse en un marco condicionado, en buena medida, por las costumbres
establecidas durante siglos y que, a partir de ahí, se fue desarrollando su propia
capacidad de decisión para enfrentar las situaciones nuevas. Ninguna organización
social puede cambiar repentinamente tradiciones y creencias colectivas, por grande
que sea el proceso revolucionario al que responda y por fuerte que se manifieste el
poder de la autoridad establecida.

Durante las primeras dinastías (3100-2700 a.C.) el Estado egipcio evoluciona con
gran rapidez. Así como parece haber sido lento y penosamente acumulativo el paso
de la prehistoria al primer Estado centralizado egipcio, éste presenta un desarrollo
muy veloz. En un término de aproximadamente cuatrocientos años se multiplica la
producción, se sistematiza el trabajo de manera cada vez más eficiente, se pasa de
la organización para las obras hidráulicas necesarias, canales, diques, almacenes,
a las grandes construcciones mortuorias los faraones, que todavía permanecen en
pie. Las famosas pirámides que se erigieron entre 2650 y 2500 a.C.

52 ANDRADE SÁNCHEZ, Eduardo. Ob Cit. Pág. 50

56
La interactuación de los varios factores estudiados en condiciones históricas
excepcionales dan cuenta de este primer periodo de consolidación del, que se nos
muestra como totalmente personalizado. La autoridad férrea del faraón y su
reconocimiento por la comunidad aparecen como determinantes en buena medida,
de los espectaculares logros obtenidos. Surge y se amplía la clase burocrática
dependiente del monarca, quien gobierna sin leyes escritas y es objeto de adoración
absoluta. A ello se une un progreso cultural que prende conocimientos matemáticos
de alta precisión, puestos de manifiesto en las mediciones casi perfectas de sus
monumentos y en el cálculo, efectuado por primera vez en la historia, del año solar
de 365 días.

c.2. Grecia

En Grecia el Estado no asume, como en Egipto, el carácter de una gran extensión


Territorial. La civilización griega tuvo su origen en migraciones procedentes del
norte, de una región que corresponde a lo que hoy es Yugoslavia. Estas corrientes
comunidades no pasaban del rango de meras aldeas agrícolas, aunque según
Eduardo Andrade Sánchez ya se iniciaba “la estructuración política estatal,
probablemente por la necesidad de someter e integrar a la población autóctona”.53

Los tres factores originales se presentan aquí como una geografía que determina el
aislamiento territorial por un lado y la potencialidad de expansión marítima, por otro;
una tecnología poco desarrollada en lo agrario pero que ya emplea el hierro como
metal básico y una población en expansión buscando nuevos acomodos. De ellos
derivaba un modo de producción agrícola de temporal diríamos ahora, fincado en la

53 ANDRADE SÁNCHEZ, Eduardo. Ob Cit. Pág. 56

57
precipitación pluvial que, sin embargo, era capaz de generar bienes de exportación
como el aceite de oliva, lo cual nos habla de una industria y un comercio incipientes.

En cuanto a la cultura, encontramos un alto grado de participación colectiva en las


decisiones comunes y una tendencia a resaltar el valor individual, probablemente
por las tendencias aventureras y guerreras de las tribus originales que, sin embargo,
no realizaron una conquista violenta de los nuevos territorios sino que más bien los
ocuparon de forma pacífica. Sus costumbres organizacionales permitían la
participación en los asuntos públicos por medio de asambleas y no presentan un
alto sentido de centralización y personalización de la autoridad, que no se sacraliza,
como sucedió en Egipto.

Esparta y su organización social

La organización social espartana nos muestra una clara división en clases, común
a las ciudades griegas de la época y que estaba jurídicamente establecida, este
fenómeno parece derivar de la integración entre poblaciones distintas. En el caso
de Esparta, la sociedad se dividía en espartanos, penecas e ilotas.

Los espartanos eran los ciudadanos del Estado de Esparta, descendientes de


aquellas tribus que instalaron su dominación en el Peloponeso, que es la región que
se encuentra al sur de la península helénica. Los espartanos eran los ciudadanos
propiamente dichos y eran los únicos capacitados para el desempeño de las
funciones públicas. Cuando se hace referencia a las instituciones democráticas de
los antiguos griegos, es necesario tener presente que estamos hablando de una
democracia limitada a cierto grupo de la población.

58
Los penecas probablemente eran los descendientes de los antiguos habitantes del
territorio que, a raíz de la llegada de las tribus nórdicas, quedaron en posición
subordinada. Los ilotas tenían la condición de siervos de la tierra.

Instituciones políticas espartanas

a) Los Reyes: Eran dos representantes de familias destacadas y seguramente


vestigios de las jefaturas de paz y guerra existentes en estadios tribales
anteriores.

b) El Consejo: Grupo de dirigentes de las antiguas gens que conservaban su


importancia derivada de la precedente organización tribal. Ello quiere decir
que la función del parentesco no se había perdido por completo y permanecía
dentro de la nueva estructura urbana. El Consejo, pues, era un órgano
colegiado de representación de los grupos con poder.

c) La Asamblea o Apella: La conformaban todos los espartanos mayores de 30


años. La ciudadanía espartana se obtenía a esa edad, 12 años más. Esta
Asamblea se reunía mensualmente y su misión consistía en aprobar o
rechazar las propuestas que le presentaba el Consejo. "La asamblea popular
espartana no es otra cosa que la antigua comunidad guerrera. No hay en ella
debate alguno. Se limita a votar sí o no ante una proposición precisa del
consejo de los ancianos.

d) Los Éforos: Los funcionarios llamados Éforos o supervisores eran cinco y


provenían de una elección por parte de la Asamblea para desempeñar
funciones durante un año. Los Éforos eran quienes efectivamente ejercían el
poder y tenían a su cargo diversas funciones ejecutivas y vigilaban la
actividad de los Reyes y el Consejo, además de presidir la Asamblea y

59
resolver algunos asuntos judiciales. Es fácil advertir que concentraban
variadas atribuciones en un sistema de unidad de poder que mezclaba
elementos ejecutivos, legislativos y judiciales.

El Estado ateniense

La antigua población de Atenas estaba también estratificada de manera formal. No


se acuñaba aún el dogma que actualmente priva en las colectividades estatales
modernas, de la absoluta igualdad entre los individuos sino que, por el contrario, se
partía de su desigualdad para clasificarlos en distintos estamentos. Atenas
representa el punto culminante del desarrollo político en la antigua Grecia. En las
épocas anteriores de que se tiene noticia, ya conformada con el carácter de lo que
se ha llamado Ciudad-Estado, su población de ciudadanos libres se encontraba
dividida en tres clases: los eupátridas, nobles descendientes de las antiguas familias
propietarias de tierras; los agricultores, también dueños del suelo que cultivaban
pero a quienes no se reconocía rango de nobleza y que generalmente poseían
pequeñas extensiones; y los demiurgos o trabajadores dedicados a las artesanías
y el comercio.

Existía una cuarta clase constituida denominada como especie de jornaleros


agrícolas, campesinos sin tierra que trabajaban las tierras de la nobleza con el
carácter de siervos, a cambio de una parte de la cosecha. En el escalón ínfimo se
encontraban los esclavos, carentes de derechos. En esta época la economía de la
comunidad era fundamentalmente agrícola.

En esos primeros tiempos del desarrollo urbano de Atenas se inicia la consolidación


de la nueva organización política, que apareció en esta región del mundo.
Referencias un tanto inciertas y legendarias atribuyen a la ciudad de Atenas en sus

60
primeras épocas, un gobierno de tipo aristocrático ejercido por un rey surgido de
entre las familias nobles terratenientes, y un dirigente de carácter militar al que se
le denominaba polemarco. Si analizamos el significado de estos datos, notaremos
que parecen encontrar justificación en la preeminencia de la actividad económica
agrícola de los primeros tiempos y la consecuente importancia de la posesión de
tierras, así como en el reconocimiento de antiguos linajes seguramente enraizados
en la etapa tribal. Además, la existencia del rey, que ejercía una magistratura
aparentemente de tipo civil y de un polemarco, encargado de las cuestiones
militares, corresponde a la presencia, en algunas tribus, de jefes de paz y jefes de
guerra.

Poco más tarde apareció un tercer funcionario denominado arconte, que


probablemente tenía funciones de supervisión. Estos jefes, en un principio, ejercían
su cargo por toda la vida; es decir, eran vitalicios, pero después fue reduciéndose
el tiempo de sus funciones, primero a diez años y luego solamente a uno.

Según Eduardo Andrade Sánchez, “el arconte parece haber tenido también algún
tipo de funciones religiosas y judiciales”54 En el siglo VII aparecen los tesmotetes,
con atribuciones de vigilancia respecto del cumplimiento de la legislación. De entre
ellos fueron surgiendo nuevos arcontes, que llegaron a formar un cuerpo de nueve.

c. 3. El Estado romano

El Estado aparece, como en Grecia, condicionado por las fuertes interacciones de


distintos grupos humanos asentados en el territorio de lo que más tarde sería Roma,

54ANDRADE SÁNCHEZ, Eduardo. Ob Cit. Pág. 63

61
en las llanuras del Latium de ahí procede el gentilicio latino comarca agradable, de
ondulaciones orográficas suaves y con buen clima. El medio ambiente parece aquí
reducir su influencia como factor de creación de determinadas estructuras políticas.

Hasta donde se sabe, durante mucho tiempo estos grupos permanecieron en la


zona media de la península itálica en una condición muy similar a la de las antiguas
tribus que no tenían aún una organización estatal pero reconocían un sólo jefe, que
ejercía funciones militares, civiles y religiosas; contaban con un consejo de los
representantes de las gens y con una asamblea pública como la que ya analizamos
en los estadios anteriores al Estado. La historiografía romana clásica idealizó estos
gérmenes institucionales previos al Estado, como una forma de organización que
había existido siempre al modo en que más tarde aparece en la Roma desarrollada
como Ciudad-Estado.

La fundación de Roma por Rómulo y Remo tuvo incidencia en la formación de la


Ciudad-Estado de Roma y corresponde a lo que hemos analizado como la
integración o interacción cultural, dentro de los factores de formación del Estado En
este caso, se presentaba la necesidad de imponer la autoridad central del pueblo
etrusco sobre las tribus de los latinos y los sabinos.

De forma simultánea incide también el factor económico. La transformación de la


vieja economía agraria de las tribus allí asentadas hacia la actividad mercantil
predominante en el pueblo etrusco que, a la vez, requería de un fortalecimiento
militar y naval para controlar la zona marítima en la que desplegaba su comercio: el
mar Tirreno.

62
La formación de Roma como Ciudad-Estado parece determinada por la existencia
de un Estado anterior, el etrusco, cuyos orígenes se han perdido, pero que es
posible conjeturar como similar al desarrollo que se dio en Grecia, aunque sus
instituciones no se conocen en detalle. Se tiene más o menos claro que en el siglo
VII a.n.e. los etruscos dominaron aquello que, quizás, no era sino un conjunto de
aldeas dispersas que propiamente constituyeron la primitiva Roma.

La formación y consolidación del Estado

En el curso de un proceso de integración un pueblo se impone a otro y establece un


régimen militar. Este régimen tiende a ser expansivo debido a las condiciones del
comercio, las cuales están determinadas por el medio ambiente; es decir, la
posibilidad de desarrollo mercantil a través del mar. Al surgir la expansión marítima
y comercial nace también la necesidad de recursos para hacer frente a tal
expansión. Estos medios no pueden tomarse solamente de la propia capa de los
conquistadores y su extracción tiene que extenderse a los conquistados, a quienes,
a cambio, debe integrarse socialmente para ensamblar a la ciudad como un todo.

He aquí una síntesis: por un lado aparece la dominación, que obliga a imponer una
autoridad y lleva a la formación del Estado; por otro, la economía. Ya que el Estado
no es sólo un sistema de autoridad central represiva sin ningún fin; también se
establece como una unidad de naturaleza económica dentro de la cual se realizan
las actividades, ya sea de carácter particular, en que los individuos se encargan de
la vertebración de la economía y el Estado de asegurar el fortalecimiento y la
expansión de la unidad económica; o bien, como ocurría en Egipto, el Estado se
ocupa de integrar socialmente en una unidad centralizada a todas las funciones
económicas, ejerciendo un monopolio.

63
Hemos observado que en Egipto el único comerciante era el faraón; esto es, el
Estado se reservaba la facultad de comerciar. En Atenas o en la Roma primitiva, en
cambio, eran los propios particulares los que ejercían la actividad comercial y
aportaban riqueza. El Estado extraía parte de esa riqueza para su propia expansión
naval y militar que, a la vez, aseguraba el comercio para la clase que lo practicaba.
Para realizar sus actividades, la clase comerciante requiere de una protección por
parte del Estado, aunque este mismo no efectúe el comercio. El Estado se convierte
así en el marco protector de la actividad de sus propios particulares.

c.4. El Estado durante la Edad Media

El periodo que llamamos Edad Media abarca un lapso de aproximadamente mil


años. Se trata de siglos durante los cuales ocurrieron muchas transformaciones y
que no forman un periodo unitario, de ahí que suele dividirse en tres etapas:
temprana Edad Media (de 476-800 aprox.); alta Edad Media (siglos IX y XI aprox.)
y baja Edad Media (siglos XII y XV aprox.). Por supuesto, los cortes establecidos
entre estas fases no pueden fiarse con precisión en un año exacto. Es éste 55 un
periodo histórico muy extenso y por ello no es posible hablar de instituciones o
fenómenos uniformes durante la Edad Media.

Un aspecto de la Edad Media es la activa interacción cultural de la época, la muy


intensa interrelación de diversos pueblos que se influyen recíprocamente que se
interpenetran mediante relaciones culturales o bélicas a lo largo de muchas
décadas. Se trata de una verdadera efervescencia humana que se escenifica en
Europa y el Mediterráneo.

55 Sic.

64
Según Eduardo Andrade Sánchez “confluyen múltiples grupos: los vikingos que
continuamente acudían al continente en incursiones de saqueo los eslavos, algunas
tribus mongólicas; la influencia del Imperio Romano de Oriente o bizantino y la gran
expansión árabe; más adelante, las invasiones de los sarracenos. Estos
desplazamientos provocaron la puesta en contacto de variadas influencias, diversos
factores, disímbolas costumbres, idiosincrasias y etnias. De ahí el carácter
especialmente complejo de toda la época”56.

¿Cómo se transforma el Imperio Romano cuyo esplendor, que parecía eterno, había
empezado a palidecer para dar paso a la etapa histórica conocida como Edad
Media? Sabemos que tiempo atrás el Imperio se había dividido en dos grandes
secciones, la de Occidente y Oriente. Esta, con capital en Constantinopla, fundada
por Constantino en 236 habría de mantener su unidad política por varios siglos más.
Desafortunadamente, la extensión de esta obra no nos permite detenernos en su
estudio, pese a la gran importancia que reviste. En virtud de que la evolución hacia
nuestros modernos Estados tuvo básicamente como escenario a la Europa
Occidental sin dejar de reconocer la importancia de otras influencias nos
concentraremos en las vicisitudes del área poniente de aquel vasto imperio, que se
disolvía frente al impacto de los pueblos llamados bárbaros.

c.5. El Estado durante la Edad Moderna

El Estado Moderno surgió entre los siglos XV y XVI, cuando los reyes aprovecharon
la crisis del feudalismo para retomar su poder, y su proceso de surgimiento se

56 ANDRADE SÁNCHEZ, Eduardo. Ob Cit. Pág. 98

65
aceleró en el Renacimiento, con profundas transformaciones en los mecanismos
del gobierno y en el ejercicio del poder. Este proceso estuvo respaldado por la
burguesía, una nueva clase social nacida con este tipo de Estado. El Estado
moderno poseía identidad, estaba organizado, estructurado y era formal; era
reconocido políticamente por otros y el poder estaba centralizado. Su formación tuvo
variadas consecuencias a nivel político, económico y social. Fue el modo de
gobierno utilizado en toda la Edad Moderna y parte de la Contemporánea.

A partir de los siglos XIV y XV, los reyes europeos iniciaron el proceso de formación
del Estado moderno, al comenzar a concentrar y centralizar el dominio sobre sus
tierras. Aprovechando la crisis que enfrentaban los señoríos tras las guerras,
hicieron pactos con los señores feudales para recibir sus tierras a cambio de algún
privilegio, o si no debieron reconquistarlas a través de guerras sangrientas. Los
reyes fueron "ayudados" en este proceso por los burgueses que deseaban
desprenderse de los señores feudales, ya que se veían perjudicados por la
condición de vasallos de éstos y la economía feudal. Para asegurar la
gobernabilidad, el respeto de los derechos y el cumplimiento de las obligaciones el
Estado cuenta con diversos organismos conformados por funcionarios que crean
las leyes.

La mayoría de los Estados modernos se desarrollaron según el proceso enunciado,


pero algunos se vieron corrompidos por las élites locales, que dificultaron su
formación al ver su constante pérdida de poder. En éstos casos el Estado resultante
se vio mal o poco estructurado, tornándose débil en relación a los que lograron
constituirse satisfactoriamente. En aquellos que el proceso se desarrolló sin muchos
problemas, el rey se convirtió en la máxima autoridad y se crearon instituciones
políticas, económicas y militares.

66
Los Estados Modernos se apoyaban en sus instituciones para lograr que la
maquinaria estatal pudiera funcionar. Dichas instituciones partieron del Consejo
Real de la Edad Media conectando con la curia regis, compuesta por miembros
elegidos por el soberano al cual le ofrecían su consejo. El rey fue eligiendo personas
cada vez más capacitadas y preparadas, realizando a poder ser un cursus honorum
para que las personas más notables y preparadas ocuparan los puestos
institucionales.

La administración de justicia es considerada el objeto de la organización política e


irá adquiriendo superioridad la Justicia Real, buscando que sea única, universal y
uniforme en su aplicación (parlamentos en Francia, audiencias y cancillerías en
España, jueces de paz en Inglaterra).

Cada vez se fue buscando más una burocracia especializada y jerarquizada. Este
personal se definió al servicio exclusivo del monarca, a través del cual ejercían su
acción de gobierno. Así, la burocracia organizaba y extendía la acción de gobierno,
contando además con una formación universitaria y unos conocimientos prácticos.
En su mayoría estaban formados por la nobleza media y baja y por la burguesía
letrada. La creación de una estructura de gobernación más compleja se debió a que
a la existente se le sumaron instituciones representativas del pueblo (como la
Cámara de los Comunes en Inglaterra) y en algunos casos también de las élites
(como en Prusia, Holanda e Inglaterra con la Cámara de los Lores). También se
formaron los Parlamentos.

3.4.4. Sociedad Política Estatal

67
Según Eduardo Andrade Sánchez, en su libro “Teoría General del Estado”,
menciona que “la sociedad estatal, es aquella sociedad que muestra una
institucionalización permanente del poder político la cual dispone de fuerza pública
y de un conjunto de funcionarios que administran los asuntos de la vida colectiva,
esto es, una burocracia”57. La institución supone una permanencia de la función
independientemente de las personas que ocupan los cargos. La más frecuente en
las primeras comunidades fue la institución de la monarquía; el reconocimiento de
un rey o jefe supremo. El rey podía ser sucedido por herencia o por elección
efectuada entre un grupo de notables de la misma clase gobernante. Tal era el caso
de los aztecas, que no transmitían hereditariamente el trono, sino que entre la élite
dirigente se definía quién ascendería a él.

El monopolio legítimo de la violencia atribuido al Estado es uno de sus rasgos


esenciales, carente de capacidad coercitiva. Donde aparece ya la fuerza pública es
decir aparece el Estado, sin que por ello consideremos esta nota como su única
característica definitoria. El Estado no sólo es coerción; también es consenso,
capacidad de mediación, como la realizada en sociedades anteriores. Sin embargo,
históricamente aparece como una condensación centralizada de todas esas
funciones: de la función judicial o la distributiva de bienes; condensación
institucionalizada, coronada por la posibilidad de imponer coactivamente sus
decisiones.

1.- Estado regulador protector y subsidiario

La característica distintiva del Estado moderno es la soberanía, reconocimiento


efectivo, tanto dentro del propio Estado como por parte de los demás, de que su

57 ANDRADE SÁNCHEZ, Eduardo. Ob Cit. Pág. 30

68
autoridad gubernativa es suprema. En el plano nacional, el papel del Estado es
proporcionar un marco de ley y orden en el que su población pueda vivir de manera
segura, y administrar todos los aspectos que considere de su responsabilidad.
Todos los Estados tienden así a tener ciertas instituciones (legislativas, ejecutivas,
judiciales) para uso interno, además de fuerzas armadas para su seguridad externa,
funciones que requieren un sistema destinado a recabar ingresos.

2.- Estado como agente de desarrollo

El Estado como marco donde se desarrolla la actividad humana limita la libertad


individual en beneficio de las necesidades del orden colectivo. En los siglos XIX y
XX la mayoría de los Estados aceptó su responsabilidad en una amplia gama de
asuntos sociales, dando con esto origen al concepto de Estado de bienestar. Los
seres humanos siempre han tenido una fuerte tendencia a "realizar trueques,
cambios e intercambios de unas cosas por otras", este impulso natural hacia el
comercio y el intercambio y el orden económico necesario es el principal gestor de
los sistemas políticos que responden a las necesidades de cada nación para
acrecentar su desarrollo en un mundo 100% ligado a la industrialización de casi toda
sus actividades culturales.

3.- Importancia de la educación como agente de desarrollo

Ninguna organización, por grande o pequeña que sea, puede prescindir de las
ciencias, las artes y la imaginación que son propias del ser humano, pues así como
le caracterizan y le diferencian de los animales, hacer lo contrario y desalentar su
desarrollo equivale a efectuar un esfuerzo consciente por reducir pueblos enteros a
bestiarios o colonias de hormigas. El fracaso de una sociedad, una compañía
comercial o un grupo humano cualquiera muchas veces no resulta evidente, pero

69
invariablemente se lo puede asociar a algún tipo de error. Un error invariablemente
se puede asociar al desconocimiento, y tal cosa se asimila a la falta de educación
en casi todos los casos, pues son extremadamente raras las fatalidades verdaderas.
No estimular las actividades intelectuales en las personas que conforman una
sociedad o desalentarlas a fin de mantener el control sobre ellas, es algo antinatural
y como tal cosa, una política o decisión en contra del saber, a cualquier nivel, es
algo que está destinado a fallar tarde o temprano.

Si hay un arma natural que nos diferencia del resto de la creación es justamente la
inteligencia, y una vez que esta se pone en marcha dentro del contexto de una
sociedad tenemos como resultado lo que llamamos “progreso”, y la historia se
encuentra repleta de casos que demuestran que quienes se oponen al progreso
siempre fracasan. La inteligencia conforma nuestra fuerza, nuestras garras,
colmillos y alas, y no estimularla equivale a amputar o atrofiar el crecimiento de
todas estas armas de defensa natural.

3.4.4.1. Sociedad Política Estatal autoritaria o absolutista

El absolutismo, término que procede del latín absolutus (acabado, perfecto), fue el
principal modelo de gobierno en Europa durante la época moderna, caracterizado
por la teórica concentración de todo el poder del Estado en manos del monarca
gobernante. La implantación del absolutismo representó un cambio sustancial en la
concepción sobre la dependencia de las autoridades intermedias entre el súbdito y
el Estado, situación que comportó la creación de una burocracia eficaz, un ejército
permanente y una hacienda centralizada. Su andadura política se inició en los siglos
XIV y XV, alcanzó la plenitud entre los siglos XVI y XVII, y declinó entre formas
extremas e intentos reformistas a lo largo del siglo XVIII.

70
Ningún monarca absoluto trató de atribuirse la exclusividad o monopolio del poder,
sino la soberanía del mismo. Poder absoluto, durante la época moderna, fue
básicamente poder incontrolado, poder no sometido a límites jurídicos
institucionalizados. Éste fue el marco y la verdadera preocupación de las
monarquías europeas que se calificaron interesadamente como absolutas, que se
esforzaron por serlo de un modo real, práctico y efectivo, y que lo consiguieron de
forma parcial y progresiva. Por tanto, el poder absoluto debe entenderse, por una
parte, como un poder soberano o superior, no exclusivo; es decir, presupuso y
asumió la existencia de otros poderes: señorial, asambleas estamentales o cortes,
reinos municipios, etc., respecto a los cuales se consideró preeminente y, por otra
parte, como un poder desvinculado de controles o límites institucionales.

Se denomina “absolutismo” porque la utilización y concepción que los monarcas


hacían del poder era absoluto, pero el Estado absolutista no es necesariamente
sinónimo de tiranía o despotismo. La existencia de límites y regulaciones está
mediando entre estas concepciones de Estado.

Como afirma Pierángelo Schiera refiriéndose al absolutismo “se trata entonces de


un régimen político constitucional en el sentido de que su funcionamiento está, de
cualquier manera, sometido a limitaciones y normas preestablecidas, no arbitrario
en cuanto que la voluntad del monarca no es ilimitada y sobre todo de tipo secular,
profano.” 58

58 SCHIERA, Pierángelo. Absolutismo. Ed. Bobbio, N. y N. Matteucci y G. Pasquino. Pág. 01 - 08

71
El Estado absolutista es la consolidación del poder bajo la tutela del monarca en
relación con los “reinos” que proliferaban en Europa durante los siglos precedentes.
Podría afirmarse que con los Estados absolutistas a partir del siglo XVI, comienzan
a delinearse los contornos del Estado Moderno. Las características que guardan
estos Estados fueron evaluadas favorablemente por Nicolás Maquiavelo en su
célebre tratado El Príncipe, cuando hace mención a la unificación que durante el
siglo XVI estaban llevando adelante los reinos de Castilla y Aragón.

Las características que poseía el Estado absolutista fueron la concentración del


poder con respecto a los reinos menores y su consecuente delimitación geográfica.
se evidencia a través de la posibilidad de imponer sus decisiones sobre los otros
dentro de su territorio. Además de estas características, consideradas
fundamentales, vale recordar el hecho del carácter profano de estos reinos,
separando la órbita de lo religioso y de lo político. Es con los Estados absolutistas
que las cuestiones de gobierno y administración comienzan a realizarse en términos
de racionalidad y eficiencia.

El desarrollo de este tipo de organización política va a la par del cambio paulatino


pero irreversible de las estructuras sociales y económicas; a partir del siglo XIII en
adelante, podemos encontrar un creciente desarrollo del comercio y de las
industrias.

Por otra parte, en el siglo XVI comienzan las grandes empresas colonizadoras de
los reinos de España y de Portugal en América, y también en otros continentes como
África y Asia. Estas políticas expansionistas fueron llevadas adelante por Estados
absolutistas. La teoría económica que está íntimamente ligada a esta concepción
de organización política es el mercantilismo, teoría que afirmaba que la riqueza de

72
una “nación” estaba unida a la acumulación de riquezas, fundamentalmente oro y
plata. Esta teoría opera sobre la base de un territorio delimitado y en base a una
decisión política unívoca, es decir, un Estado soberano.

Las luchas religiosas del siglo XVI y XVII fundamentalmente el movimiento


protestante jugó también un papel fundamental en la constitución de un cierto tipo
de concepción ideológica. Estos movimientos ayudaron a la constitución de los
Estados absolutistas sobre bases racionales y profanas.

3.4.4.2. Sociedad política Democrática: El Estado Moderno

Sociedad Política Democrática

De las instituciones sociales, que participan y se comparten en la sociedad, El


Estado; es de las más esenciales, y particularmente lo es el Estado de Derecho, el
que constituye la base de sustentación de los derechos fundamentales del hombre.
Es una conquista histórica alcanzada por la humanidad identificada con la
consagración de la dignidad de la especie y la fuerza del espíritu humano. Para que
un Estado, sea Estado de Derecho, debe cumplir con condiciones como: "El Imperio
de la Ley"; "División de los Poderes del Estado"; "Garantía Jurídica y Rendición
Periódica de Cuentas".

Una visión primera sobre El Estado, la presenta Aristóteles, al señalar que la


asociación de los pueblos es un hecho puramente natural. En el mismo sentido;
define al hombre como un ser naturalmente sociable. Por otro lado; Georg Hegel en
una visión materialista señala que sólo en el Estado el hombre tiene una existencia

73
conforme a la razón. El fin de la educación, es que el individuo, deje de ser algo
puramente subjetivo y se objetive en el Estado. De aquí que todo cuanto es el
hombre, se lo debe al Estado. En él reside su ser, todo su valor y toda su realidad
espiritual.
La forma de organización más conocidas y estudiadas del Estado; es "La
Democracia, entendida ella como forma de gobierno, que otorga a los ciudadanos,
el ejercicio de la libertad de expresión, de opinión, de asociación etc. Lo que
constituye, la base de la realización efectiva del Estado, consagrando el derecho de
participar en la conducción de la nación, en igualdad de oportunidades y de
desarrollo de las actividades políticas, inherentes al sistema democrático. El que
impone deberes y responsabilidades, que pesan sobre los partícipes de la
comunidad por igual. Así; en una Democracia Real, las mayorías y las minorías
poseen los mismos derechos. La teoría clásica, define a la Democracia como "La
Voluntad del Pueblo, la Voluntad General o el Bien Común" máximas que a juicio
de J. Schumpeter, a veces son mejor servidas por gobiernos que poco tienen de
democráticos.

El Estado Moderno

El Estado como entidad jurídico - política surge bajo los procesos de modernización
que de una forma más o menos generalizada se producen en el continente Europeo
en los siglos XV y XVI. A ello contribuirá una inmensa pluralidad de factores
coincidentes en el tiempo histórico y que son precisos entender e interrelacionar
para la comprensión global del origen del Estado.

La organización política y social medieval, caracterizada por las relaciones de


vasallaje, la autarquía económica y la poliarquía, queda obsoleta como
consecuencia de los cambios económicos, políticos y sociales que se producen

74
desde el siglo XIII. La estratificación social vasallística de carácter piramidal
determinaba las relaciones sociales. En el vértice de la pirámide social se sitúa el
rey o el emperador, a menudo como un poder formal en el que el verdadero poder
real lo ostentan los señores feudales. La base inferior de la pirámide estaba
constituida por los siervos de la gleba, de donde a partir del siglo XIII, y en un
proceso de desarrollo extraordinariamente lento, se formará una clase urbana,
artesanal, gremial y mercantilista.

Los territorios medievales, al frente de los cuales se encontraba el señor feudal, irán
dando paso a organizaciones territoriales cada vez más extensas y complejas: de
los territorios medievales, al Reino y de éste al Estado moderno. En este proceso,
en el que se entremezclan las viejas y las nuevas instituciones, los historiadores
suelen coincidir al señalar tres factores que propiciarán la formación de nuevos
territorios: pactos matrimoniales, avances militares y deudas entre señores
feudales. Frente a la dispersión del poder político y social que caracterizaba al
medievo, los nuevos territorios, al frente de los cuales se situó como cabeza visible
el Príncipe, tratan de concentrar los poderes dispersos, para lo cual construyen
instrumentos político - sociales al servicio propio y de la colectividad. Las guerras
civiles que se suceden a fines del siglo XIV e inicios del XV en Europa occidental,
determinarán en numerosas ocasiones la orientación personal del poder político, de
tal forma que la victoria significa la consolidación de un poder político soberano que
evolucionará hacia formas de monarquía autoritaria.

No obstante, el proceso de formación de entidades territoriales más amplias no


estará exento de dificultades, al tener que enfrentarse a las pretensiones imperiales
y de la iglesia, que tratan de frenar la concentración de poder político fuera de su
alcance. Los intentos de unificación política bajo formas estatales serán producto
de la expansión de un centro hacia la periferia, cuyo éxito conducirá a la formación

75
de Estados nacionales con similitud hacia dentro y disimilitud hacia fuera. Pero,
además, y en términos weberianos, ese centro político debe garantizar en el
territorio que pretende ser soberano el monopolio de la coacción física legítima
como instrumento de dominio.
En la construcción y consolidación de esa nueva realidad política, que desde ahora
llamaremos Estado moderno, la incipiente burguesía de carácter económico,
desarrollará una importante función que culminará en los procesos revolucionarios
del siglo XVII y XVIII. Frente a los intereses de la iglesia y de las clases
aristocráticas, que veían como su influencia social disminuía, se encontraban los
intereses de una burguesía que precisaba nuevas formas de organización social y
los de los príncipes que trataban de concentrar poderes hasta entonces dispersos.
La expansión demográfica, los procesos de colonización, el desarrollo de urbes, el
crecimiento de la actividad agrícola, comercial y manufacturera, se constituyen
como elementos imprescindibles en el análisis político de las instituciones sociales
que presidieron la transición del feudalismo a la sociedad capitalista.

En el plano jurídico-político cabe señalar que el cambio social produjo procesos de


institucionalización y normativización que condujeron a la formalización del derecho.
El derecho romano con influjos del Nuevo Testamento se presenta como la fuente
jurídica que permite el asentamiento normativo de las nuevas relaciones sociales y
la formación del pensamiento legal de Occidente. En adición, el mercantilismo
precisará de mecanismos jurídicos que garanticen las transacciones comerciales, y
el nuevo orden político de fundamentos legales sobre los que asentará la idea de
soberanía o de razón de Estado.

La formación del Estado Moderno se vio acompañada de todo un bagaje teórico


que, aquellos que consiguieron centralizar el poder, integraron en su práctica
política. El objetivo del príncipe era construir nuevas entidades territoriales, tal y

76
como eran descritas por clásicos como Hobbes en el Leviatan, Maquiavelo en El
Príncipe o por Bodino en Los seis libros de la República. Todos ellos justificaban la
necesidad humana de instaurar un poder estatal que sacara al ser humano del
Estado de naturaleza.
Desde la Grecia clásica el Estado ha sido objeto de reflexión teórica, al constituir
Éste la máxima expresión del poder político. De hecho, con frecuencia se identifican
las teorías sobre el origen del Estado con las teorías sobre el poder político. Ya en
los inicios de la era cristiana, y posteriormente se introducirá en el Nuevo
testamento, se pone de manifiesto la dualidad del poder terrenal y del poder
espiritual. Pero será Agustín de Hipona quien manifieste la primera idea de
oposición entre el orden de la ciudad de Dios y de la ciudad terrenal. La dualidad
expresada por la teoría de las dos espadas del Papa Gelasio I viene a simbolizar la
independencia del poder espiritual, que sólo se debe y sólo responde ante Dios.

La supeditación del poder terrenal al poder espiritual será objeto de controversia


hasta la formulación teórica del Estado moderno, que vendrá a sentar nuevas bases
teológicas y políticas. En palabras de Max Weber se producirá la secularización del
poder político, con el consiguiente fortalecimiento de las estructuras políticas que
pondrá en cuestión la supeditación del poder político al espiritual, a lo que
contribuirán los enfrentamientos entre el imperio y el papado, la nacionalización de
las iglesias y la consolidación de lenguas nacionales.

Será el Florentino Nicolás Maquiavelo quien por primera vez vincule el poder político
a la organización estatal, retomando en su defensa del Estado, la virtud cívica del
Estado. En el último capítulo de El Príncipe, exhorta a la formación de una unidad
italiana, Milán, Venecia, Nápoles Florencia y los Estados pontificios bajo un
salvador que le cure de sus heridas y del caos. Sus aportaciones teóricas están
encaminadas a la consecución del orden y la estabilidad política, para lo cual ofrece

77
técnicas de gobierno de realismo extremo, en el que los objetivos se anteponen a
las consideraciones morales. El Príncipe que desee obtener Éxito ha de tener
libertad en la acción, conocimiento, fortuna derivada de la providencia divina y del
fatum, virtud como contrapeso y defensa frente a la fortuna y ha de buscar la buena
voluntad del pueblo para no ser aborrecido por él. ¿Pero qué forma de Estado
defiende Maquiavelo? Dependerá de las necesidades sociales. En El Príncipe
defiende la concentración de poder en manos de la monarquía como solución para
sociedades corruptas, en las que el este se convierte en un instrumento de salvación
de la sociedad. En el Discurso sobre la primera década de Tito Livio opta por la
República como forma de Estado para hombres ciudadanos y libres.

Hobbes acerca de la formación del Estado hace una fundamentación absolutista;


bajo una pretensión metodológicamente científica, analizando la naturaleza humana
como fórmula para conocer la conducta de los hombres. La búsqueda de la
conservación y la consecución de la felicidad lleva a un continuo progreso del deseo
de un objeto por otro, donde la obtención del anterior no es sino camino hacia el
siguiente. Los hombres compiten entre sí por la obtención de bienes, honor y mando
en una lucha por la conservación que se ve acrecentada ya que la naturaleza ha
hecho a los hombres iguales en sus facultades corporales y mentales, y aunque uno
pueda ser físicamente más fuerte que el otro, aun el más débil está capacitado para
matar al más fuerte. El deseo de Éxito, la competencia y la inseguridad que ello
genera, conduce al hombre a un estado de guerra permanente de todos contra
todos en el que el derecho no está presente.

En su análisis de la naturaleza humana, Hobbes subscribe la existencia de leyes


naturales, reglas derivadas de la razón por las que el hombre se prohíbe hacer
aquello que es destructivo para sí y para los demás: el hombre está dispuesto,
cuando otros también lo están tanto como él, a renunciar a su derecho, a usar la

78
fuerza en pro de la paz y defensa propia que considera necesaria, y a contentarse
con tanta libertad contra otros hombres como consistiría a otros hombres contra él
mismo. Así pues, el hombre, que tiene unos derechos anteriores a los de la
organización estatal, los cede a una persona y mediante un pacto idea que estará
presente en el liberalismo posterior donde se alcanza la paz. La persona que asuma
la fuerza para garantizar la paz será el soberano y se dice que posee un poder
soberano sobre sus súbditos y sobre un territorio: una persona cuyos actos asume
como autora de una gran multitud, por pactos mutuos de unos con otros, a los fines
de que pueda usar la fuerza y los medios de todos ellos, según considere oportuno,
para su paz y defensa común. La organización estatal, por tanto, nace de un pacto.

En el orden económico hoy ya nadie niega la influencia de la mercantilización de la


vida social en la formación del Estado y la vinculación entre desarrollo capitalista y
Estado moderno. La extensión de la producción artesanal y del comercio, las rentas
agrarias y urbanas, los débitos de los campesinos y de los nobles, así como la
creación de mecanismos impositivos constituyeron las formas y fuentes iniciales de
acumulación capitalista. Desde la perspectiva marxista, se ha tratado de buscar
explicaciones monocausales al origen del Estado moderno, señalando como factor
casi exclusivo la aparición y desarrollo de la economía de mercado. Resulta obvio
que la aparición de la actividad mercantil ha influido de manera considerable en el
nacimiento del Estado, pero no resulta menos patente que para que tal tipo de
actividad pudiera llegar a consolidarse, precisaba de un marco jurídico político que
permitiera y garantizara la actividad económica. Así pues, el factor de desarrollo
económico es importante, pero éste se encuentra estrechamente ligado al político,
esto es, a la existencia de una organización administrativa y fiscal que generase
seguridad en la producción y en el tráfico de mercancías.

79
Otros muchos factores contribuirán a la formación de esta nueva realidad
organizativa, entre los que cabría destacar:

a) Durante los siglos XVI, y XVII, una vez desterradas las concepciones
teológicas exclusivistas, pudo emerger interés por el conocimiento científico,
fundamentado en la idea de progreso y de espíritu racionalista.

Su expresión más inmediata, como se sabe, es el renacer de los clásicos y


la consiguiente preocupación por el método. El desarrollo del conocimiento y
el progreso tecnológico, caminaba paralelo a las necesidades que el nuevo
orden demandaba, como así lo demuestran nuevas invenciones científicas
como la brújula y la pólvora. Los nuevos descubrimientos geográficos, por
poner un ejemplo impulsor del conocimiento científico, demandaron el
desarrollo de la geografía y de la astronomía, la mejora de las técnicas de
navegación, la organización burocrática jerarquizada, la ampliación de las
relaciones comerciales, el progreso de la medicina y nuevas formas de
guerra.

b) Las necesidades que la nueva organización política demanda para su


consolidación, como la formación de entidades burocráticas o la creación de
sistemas fiscales, permiten mantener cada vez más amplios territorios bajo
la soberanía del monarca.

c) Distintos autores vinculan la importancia de la guerra en la formación del


entramado estatal, resaltando las novedades técnicas y organizativas, las
nuevas formas de guerra o la creación de ejércitos permanentes. En palabras
de Hintze, sin duda magnificando el factor militar, se convirtió en la rueda
motriz que impulsaba la actividad política del Estado moderno. Una vez más
los intentos de explicaciones monocausales nos conducen al error ya que

80
serán las instancias políticas quienes crearán los nuevos ejércitos y la
organización burocrática que precisa.

d) Las transformaciones de orden religioso, especialmente producto de la


reforma, conducirán a que tanto católicos como protestantes doten al Estado
de legitimidad; encontrando en ello una fuente de supervivencia, ya que la
salvación eterna dependerá de la iglesia, pero la salvación histórica de la
iglesia depende del Estado, pues el fortalecimiento del poder estatal
garantiza el orden frente el caos.

81
3.5. Cuadro Sinóptico de la Tipología Social

SOCIEDAD

Tipo
Dani Bell Economía de Cosmovisión
Gobierno

Agrícol Indus- Servi- Capita- Socialist Democrá- Autori- conser-


tica taria Liberal
a trial cios lista a vador

organi- convi- Demo- División Nacio-


Reduci- Especiali zación orden de nalismo
Amplia P. poder vencia opresiv cracia
da -zada colec-
privada social o partici- Podere y
tiva pativa s Patrio-
tismo

82
CAPITULO IV

4. El hombre y el proceso de la vida social

Durante largo tiempo se ha prestado atención al estudio de sociedades animales,


a efectos comparativos con las sociedades humanas. Aun cuando este enfoque
está hoy relativamente superado, gracias a esos trabajos sabemos que en la
sociedad humana no hay un esquema casi rígido de estímulos y respuestas, sino
que en ella existe un factor nuevo, el cambio, la innovación, que la diferencia
profundamente de otros grupos zoológicos59.

Los grupos humanos, pues, actúan en base a comportamientos imprevisibles a


nivel individual, aunque, como ya sabemos, previsibles colectivamente. Ahora
bien, esta predicción es muy relativa en el espacio y en el tiempo, frente a lo que
ocurre en el caso de los animales. Un factor diferenciador fundamental entre
unas y otras sociedades es la cultura.

59WEBER, Max.- “La sociología de la autoridad carismática”, en WEBER, Max.- Ensayos de


sociología contemporánea. Ediciones Martínez Roca.- Barcelona 1972.- Pág. 302.

83
4.1. Indicadores de la vida social

Se trata de un esquema conceptual originario, en que se supone que la sociedad


engendra demandas y apoyos sobre un determinado aparato de gobierno, que
adopta, modifica o rechaza tales demandas y apoyos. Tras este proceso, que se
concreta en unas decisiones se dan órdenes al mecanismo administrativo, que
las ejecuta, lo que a su vez produce reacciones o más exactamente
«retroacciones» en el sistema social, que a su vez origina nuevas demandas y
apoyos, en un esquema visiblemente circular. La aplicación de este modelo
teórico ha sido de considerable utilidad para el estudio sobre las relaciones
reciprocas entre distintos sistemas o subsistemas, como el eclesiástico y el
político, por ejemplo, en unas circunstancias históricas determinadas.

En definitiva, y sin perjuicio de orientar toda una perspectiva


metodológica- ideológica en función de alguna de las «grandes teorías», es
indispensable la utilidad de las de «alcance medio», que a su vez no son en
modo alguno incompatibles con aquellas, a efectos incluso interpretativos. En
este contexto podemos citar a la cultura, la civilización los roles sociales y los
estatus.

4.1.1. La cultura

La cultura se adquiere en el proceso de interrelación con otros seres humanos,


y de este concepto han llegado a darse más de trescientas definiciones distintas.
En ningún caso debe confundirse con su significación popular, que la equipara a
«educación formal». La cultura, se recibe ciertamente de manera formal, a través
de la enseñanza institucionalizada, y también informalmente, mediante la
convivencia y la simple contemplación de nuestro entorno. Hoy, el influjo de los
medios de comunicación de masas tiene un poderoso efecto en la adquisición

84
de la cultura, especialmente en los niños. Etimológicamente procede éste
término de «lo que se cultiva»60.

Se entiende por cultura, según una definición muy generalmente aceptada de


Taylor. «Ese complejo de arte, moral, derecho y cualesquiera otras capacidades
adquiridas por el hombre como miembro de una sociedad».

Este término es muy relativo, por cuando su derivado, «subcultura» depende de


lo que se entienda por cultura. Así, si se habla de «cultura occidental» se
entenderá por subcultura la de los respectivos países que componen esa porción
del mundo; si se habla de la cultura de un país determinado, subculturas serán
las de aquellos grupos humanos que, en el seno de dicho país, posean suficiente
entidad para que generalmente se considere que sin diferir ni oponerse
diametralmente a los valores, normas y creencias predominantes en el mismo,
difieren de tal modo en alguno de ellos, que son identificables como un subgrupo
específico con una subcultura propia.

En definitiva, puede decirse que la cultura constituye un conjunto de pautas


abstractas con las que el hombre se enfrenta a los acontecimientos de su vida
cotidiana. Se trata de algo que toda sociedad impone a sus miembros por el
simple hecho de tomar parte en ella, y aun, su dominio es tan grande, que el
«techo cultural» determina las nociones de lo bueno y lo malo, de lo natural y de
lo antinatural. Esto es muy importante para el grupo, ya que hace que mantenga
su cohesión. Se origina así el sentimiento de «etnocentrismo» característico de
épocas pasadas y pueblos aislados, con su inevitable resulta do de la
«xenofobia».

60 AYALA, Francisco. Ob. Cit. Pág.145.

85
En grupos ultranacionalistas todavía hoy se perciben ambos rasgos,
complementarios entre sí. Incluso las necesidades que aparentemente son de
orden puramente biológico, de hecho se encuentran condicionadas por la
cultura, hasta el punto de que Jaspers ha dicho que en el hombre no cabe
encontrar biología pura sino siempre biología más cultura. Se da así una
«disposición de las necesidades», que incluso puede llegar a oponerse a éstas
partiendo de valores que exalten su represión.

El repertorio que hereda un animal es de orden fundamentalmente instintivo (aún


cuando lo suelen modificar algo las circunstancias de su medio ambiente). Ahora
bien, el hombre recibe proporcionalmente muchas menos soluciones a sus
necesidades en el momento de nacer, por lo cual resulta que viene equipado con
éstas, pero no con aquellas.

Por tanto el hombre tiene que «aprender» a satisfacer en una cierta forma tales
necesidades, forma que le es impuesta por su cultura. Esta capacidad de
aprendizaje le es facilitada inmensamente por su herencia social, que le permite
disponer de los conocimientos de todas las generaciones que le han precedido,
frente a lo que ocurre con el animal, quien se enfrenta con sus problemas vitales
tan desasistido de ayudas como lo estuvieron sus remotos antepasados. Es más,
el hombre tiene una enorme capacidad de adaptación y de invención que le
permiten sobrevivir en medios muy distintos.

El animal es ciertamente capaz de aprender hasta cierto punto, pero no de


transmitir a sus semejantes o a sus descendientes sus nuevos conocimientos.
En cambio, como dice Parsons, la cultura humana es transmitida, aprendida y
compartida.

86
En el siguiente párrafo se da una aclaración sistemática de los elementos que
componen la llamada cultura. Ahora bien, empecemos afirmando que la cultura
se compone de una serie de elementos entre los que brevemente nos
referiremos a normas, usos y costumbres, valores, ideas, creencias y símbolos.
Toda norma implica un mandato sometido a una sanción, que varía según sea
la norma de orden cultural, moral o jurídico. Las normas se agrupan en «códigos»
de conducta, que pueden entrar en conflicto entre sí. En cuanto a los usos, son
formas de conductas reconocidas o aceptadas en sociedad, que varían mucho
entre los distintos grupos. El contenido de los usos no suele afectar a la
supervivencia del grupo, por lo que sus sanciones, cuando las hay, son débiles.

Se entienden por costumbres aquellas normas que regulan conductas a las que
el grupo atribuyó gran importancia para su propia subsistencia, por lo que la
sanción suele ser mucho más enérgica, hasta el punto de que suelen intervenir
sanciones reguladas por los códigos jurídicos, sociales y religiosos, a menudo
conjuntamente. Las costumbres determinan aspectos básicos de los status-
roles.

Por otro lado, los valores desempeñan un papel fundamental en el


comportamiento. Se trata de los criterios de definición de lo bueno o de lo malo,
de preferencia o de rechazo ante las situaciones u objetos más dispares.
Justamente, los valores tienen una gran importancia para el sociólogo y el
politicólogo, por cuanto no sólo han de saber calibrar su influjo sobre los
comportamientos que observen en los demás, sino que también han de saber
apreciar hasta qué punto sus propias valoraciones no influyan en sus
razonamientos, como hemos visto.

Cada grupo tiene valores propios, que a menudo considera superiores a los de
los demás. Las diferencias entre unos y otros son grandes y a veces se
consideran intangibles valores diametralmente opuestos. Lo que para unos es

87
Por lo regular tienen detrás una carga histórica que quizás ha empezado a perder
importancia ante otros factores dé cambio social y cultural. En todo caso, es
evidente que los valores son algo muy relativo en el tiempo y en el espacio,
aunque su cambio sea lento.

Suelen utilizarse símbolos para representar los valores. Se atribuye así


convencionalmente un significado a un objeto, gesto o acción, significado que
sólo adquiere su verdadera dimensión en un contexto cultural determinado. Por
la misma razón, fácilmente resultará incomprensible e incluso absurdo para
quienes no compartan tal significado. Pero su importancia es tan grande, que
millones de personas han dado su vida por defender símbolos que
representaban para ellos valores —religiosos o políticos, por ejemplo-supremos.

Expresiones simbólicas son también los ritos y ceremonias, por cuanto sirven
para exteriorizar en ciertas ocasiones solemnes, circunstancias a las que el
grupo confiere un especial significado. Se basan en la impersonalidad (por
ejemplo, los militares saludan a la graduación, no a la persona), y la utilidad
(facilitan la interrelación en momentos trascendentales, como el matrimonio o la
muerte). De aquí también la importancia del protocolo, que exterioriza una
jerarquización social.

Dos elementos de la cultura que se relacionan estrechamente son los de


creencias e ideas. Las primeras no pueden ser probadas empíricamente. A
menudo se relacionan con el ámbito de los valores. Pero el hecho de que no
puedan aplicárseles los requisitos de la observación científica, en modo alguno
impide una profunda adscripción a ellas, como es el caso de las creencias

88
religiosas o políticas. Por el contrario, las ideas sí pueden ser objeto de
comprobación objetiva, y demostrarse su existencia real61.

Muchas polémicas de la antigüedad lo fueron precisamente entre creencias e


ideas, por cuanto se confería a aquellas el valor que hoy nosotros atribuimos a
estas. Pero en la actualidad, el valor generalmente reconocido de la prueba
científica hace que las creencias tengan que adecuarse ya a las ideas. Ello no
significa que las creencias hayan perdido importancia en cuanto tales.

A menudo, las señas de identidad de un pueblo se basan precisamente en


creencias que no siempre coinciden de lleno con la Historia, pero que le confieren
un sentimiento de coparticipación en una empresa común, proporcionándole así
un impulso político, que de otro modo no tendría.

La desviación o el rechazo de los valores y creencias predominantes, a nivel


individual dan lugar a «hombres marginales», pero a nivel de grupo, produce
contraculturas. Si recordamos el principio de que «lo normal es aquello a lo que
estamos acostumbrados», advertiremos que en ciertas sociedades puede
considerarse como contracultural lo que en otras se contempla como
perfectamente normal.

En todo caso, las contraculturas ponen de relieve sus diferencias. Por ejemplo,
en las sociedades urbano-industriales actuales, que uniformizan
comportamientos y modos de vida, surgen grupos que ofrecen otras alternativas,
mostrando su especificidad frente a la integración cultural forzada. También en
la raíz de movimientos autonomistas de muchos países se dan motivaciones
similares —sólo parcialmente contraculturales— que tratan de luchar contra el

61 MAREATEGUI, Juan. África Emergente. Edit. Cultural Cusco. Lima.1990. Pág.220.

89
colonialismo interior y el centralismo, destacando los rasgos de su identidad
regional62.

Todavía hoy las creencias religiosas cumplen funciones diferentes de su sentido


original. Con gran frecuencia, como se comprueba en la Historia, se las ha
utilizado para respaldar al poder político, hasta el punto de sacralizar en
ocasiones su ejercicio. En cuanto representaba unos valores últimos, la religión
ha sido utilizada para amparar sistemas sociopolíticos muy diferentes, a los que
la gente muy generalmente obedecía y consideraba legítimos en la medida en
que aquella los apoyaba, cualquiera que fuese su posición en ellos.

4.1.2 La civilización

Son muchos quienes piensan que probablemente el mayor problema con que la
humanidad se enfrenta hoy, radique en la creciente separación que en todos los
países se da entre cultura y civilización.
Una distinción importante a este respecto es la que se da entre cultura material
y cultura inmaterial. Esta se refiere a la cultura en cuánto a sistema de normas,
y de actitudes y comportamientos que derivan de aquellas.

La cultura material se expresa en un conjunto de instrumentos, artefactos,


productos, de cosas físicas en suma, que hasta no hace mucho eran
características de cada cultura. Robert M. Macíver ha hecho una brillante
distinción en este sentido considerando como cultura propiamente dicha a la
primera, y civilización a su expresión en objetos materiales. Resulta mucho más
fácil transmitir y adquirir los elementos de la civilización que los de la cultura.

62 Ibídem.- Pág. 225.

90
Precisamente la rápida adaptación en muchos nuevos Estados-Nación al uso de
los artefactos de la civilización occidental, contrasta agudamente con su
incapacidad de adoptar fórmulas que en el mundo occidental vienen teniendo
bastante eficacia, como por ejemplo en el orden político.

Los «trasplantes» de instituciones jurídico-políticas suelen provocar «rechazos»


como si se tratara de un organismo vivo. Es mucho más fácil en cambio, trasladar
y recibir elementos de la civilización, en particular de tipo mecánico. Lo que da
como resultado, que hoy tienda a haber en todo el mundo una sola civilización
con tecnología de origen occidental, mientras aún subsisten muy diversas
culturas.

Aunque también sobre estas los medios de masas están produciendo erosión, o
si queremos, un acercamiento a ciertas pautas de conducta occidentales, y en
particular anglosajonas. Por la misma razón, no se puede decir que haya culturas
superiores a otras, pero si civilizaciones superiores, por cuanto pueden ayudar
al hombre mejor en su lucha por la supervivencia.

En notable que la acumulación de invenciones materiales ha permitido al hombre


disponer de un notable dominio sobre las energías naturales que le rodean y
sobre su medio ambiente. Pero el crecimiento de aquellos aspectos de su cultura
que le permitirían un control racional de tales elementos físicos es mucho más
lento.

Por eso ningún sociólogo puede hablar hoy seriamente del «progreso», por
cuanto no es posible estar seguros del destino a que nos conduzca el constante
incremento de nuestros medios tecnológicos. El desfase entre cultura y
civilización da origen al fenómeno que se suele denominar «lag» o «retraso
cultural». Problemas actuales de gran envergadura como los derivados de la

91
contaminación o la carrera armamentista, que afectan a todos los países, son
resultado de este «retraso».

Rara vez ha ocurrido lo contrario, y cuando se ha intentado introducir, por así


decir «antes de tiempo.», un factor de mejor convivencia en la cultura, su
protagonista por lo general ha sido incomprendido y perseguido. Piénsese como
caso señero, pero en modo alguno único, en el ejemplo de los orígenes del
cristianismo.

El problema del referido desfase radica en que hay descubrimientos e


invenciones que serían preferibles desconocer, pero eso ya no es posible, de
hecho. Así, por ejemplo, las aplicaciones de la energía nuclear no pueden ser
olvidadas. Con lo cual, la única alternativa al peligro de la destrucción por estas
armas, consiste en su control a través de un compromiso y una legislación
internacional, es decir, por una vía cultural. El crecimiento de los conocimientos
humanos, especialmente en el terreno de la tecnología, se ha producido
aceleradamente en los dos últimos siglos, hasta el punto de que según un equipo
de sociólogos alemanes, los cambios ocurridos sólo en la década 1950-60
equivalieron a los acumulados durante todo el siglo XIX.

En ello ha desempeñado un papel fundamental el dominio del lenguaje escrito y


su difusión a través de la imprenta, y muy recientemente las técnicas de
electrónicas. No se pierda de vista, sin embargo, que las invenciones también
han sido de tipo cultural, como los Tribunales de Justicia, las Constituciones, o
las diversas expresiones del arte. Cada nueva invención técnica ha hecho uso
del saber acumulado anteriormente, y a menudo es resultado de la aplicación de
hallazgos en muy diversos campos del conocimiento. El automóvil, por ejemplo,
fue resultado de la combinación de descubrimientos en la Química, la tecnología
de los metales, la electricidad, etc. Y su proliferación requirió enseguida nuevas
normas legales e instituciones jurídicas.

92
Se han propuesto muy diversas teorías sobre el desarrollo de culturas
específicas de pueblos, que mediante ciertos avances tecnológicos consiguieron
dominar en un momento de la Historia, para luego entrar en decadencia y ser
sustituidos. Así por ejemplo, los estudios de Spengler y más recientemente de
Toynbee, con su tesis del reto-respuesta, en los que no nos es posible entrar
aquí.

En el dominio del hombre sobre su medio ambiente, ha jugado un papel


fundamental su capacidad de almacenar y usar energía e información. Y en el
dominio del hombre sobre el hombre, el perfeccionamiento de la tecnología
bélica ha sido igualmente decisivo, desde la edad de piedra hasta el momento
actual, como acertadamente dice Lilley. El control de estos tres elementos de la
civilización, proporciona hoy la principal base de su poder político a las grandes
potencias63.

No siempre las invenciones y descubrimientos se han abierto paso fácilmente.


Ya nos hemos referido antes el caso del cristianismo, y otro tanto ocurrió con
hallazgos importantes en las ciencias aplicadas. Así, Miguel Servet murió en la
hoguera, e incluso hoy todavía se da una fuerte resistencia a la implantación
general del sistema métrico decimal en los países de tradición anglosajona. Las
razones para tales-oposiciones varían mucho, desde los intereses creados hasta
raíces culturales y religiosas. También pueden verse favorecidas por
circunstancias histórico-culturales determinadas, como agudamente hizo notar
Weber en su famoso estudio sobre la influencia de la ética protestante en la
aparición del espíritu del capitalismo.

63GALVANST, Jhon K. La Anatomía del Poder. PLAZA y Janes Barcelona, 1985. Pág. 420. Pág.
45.

93
El desarrollo de la tecnología en los países occidentales, ha permitido que
dominen el mundo a través de ella. El caso del Japón, que en un espacio de
tiempo sorprendentemente breve adaptó su cultura a las exigencias de una
civilización tecnológica, es quizás el mejor ejemplo de su eficacia. Y no se pierda
de vista que la dependencia tecnológica se traduce inevitablemente en
dependencia política, hoy más que nunca.
Tampoco se pueden olvidar las consecuencias políticas de la diferenciación
cultural. Las aspiraciones autonómicas o nacionalistas se apoyan, más que en
cualquier otro factor, en tradiciones histórico-culturales y valores específicos de
un pueblo frente a otros64.

En la medida en que tales aspiraciones son compartidas y se expresan en una


voluntad suficientemente generalizada, se dan todos los rasgos necesarios para
la aparición de un Estado-Nación, o al menos para intentar su creación. Desde
luego son precisas también otras condiciones, tales como un cierto volumen del
grupo, que su territorio se encuentre claramente definido, y que en un momento
concreto la voluntad de autogobierno antes mencionada, sea impulsada por un
grupo con suficiente capacidad y protagonismo.

4.1.3 La significancia del status y los roles

El concepto de status y roles son de utilidad similar, también desarrollado por


Parsons y Merton.. Es preciso ampliar algo estas nociones, indispensable para
entender otras a que nos referiremos posteriormente. Parlamos del principio de
que la sociedad es un sistema de interacciones que se desarrollan a nivel
individual — no colectivo— desde status y roles.

64WEBER, Max. Economía y Sociedad. 2da Edición. Fondo de Cultura Económica. México,
1964. Pág. 248.

94
A efectos de mejor comprensión, puede decirse provisionalmente que el status
equivale a la posición de una persona en una comunidad cualquiera. Esta
posición posee un prestigio, mayor o menor, derivado de la importancia que la
colectividad confiere a lo que hace en ella o es el individuo en cuestión. En el
tema de la estratificación social nos ocuparemos de los orígenes y significado
real dé tal apreciación.

Cabe también hablar genéricamente del status de un grupo en cuanto tal, por
ejemplo en virtud de unas características raciales. En la valoración que de tal
individuo o grupo haga la colectividad, tendrán gran importancia las tradiciones,
la Historia y los valores predominantes en aquella. Hay una serie de criterios
básicos para determinar el status de una persona, basados en variables como
los ingresos y riqueza, la raza, la etnia, la religión, el linaje familiar, la profesión,
la educación y el comportamiento específico que se supone en virtud de
aquellos.

No existe sin embargo un sólo status para un individuo concreto, sino un conjunto
de status, determinados por aquellas variables básicas. Por ejemplo, se puede
a la vez ser mujer, médico, de edad mediana y clase alta. Teóricamente pues,
una persona puede ocupar status diferentes dentro de grupos o instituciones
diferentes. Quienes ocupan status altos, de gran prestigio, poseen un interés
creado que les lleva a comportamientos en los que ciertos rasgos culturales —
como el consumo ostentatorio, por ejemplo-refuerzan su «diferencia» respecto
«los otros» manteniéndoles por encima de ellos. En una sociedad móvil, la
riqueza puede adquirirse con cierta facilidad, pero no «las maneras» que
distinguen a un «nuevo rico» del miembro de una «vieja familia».

El status y los roles que les son consiguientes, cumplen en la estructura social la
importante misión de simplificar y facilitar las relaciones, especialmente entre
individuos que no se conocen personalmente, porque permiten prever la

95
conducta de los demás. Los status son siempre adscritos y adquiridos. Los
primeros, independientes de la voluntad del individuo, tenían en épocas pasadas
mayor importancia que hoy, y prácticamente determinaban la vida total de aquel.
Incluso personas de reconocido mérito, hasta no hace mucho seguían siendo
consideradas «plebeyas», por razón de su nacimiento. A la vez, un «noble»
gozaba de privilegios jurídicamente reconocidos, también debidos a su origen
familiar, cualquiera que fuese su conducta.

Los status adquiridos son hoy relativamente frecuentes, especialmente en


sociedades desarrolladas, con gran movilidad «vertical», aun cuando a menudo
dependen a su vez de una adscripción previa. Dicho de otro modo, es mucho
más fácil para el descendiente de una familia adinerada adquirir unos
conocimientos profesionales que le mantengan en su alto status, que para el hijo
de una familia de escasos medios económicos. La clase social originaria es
todavía hoy decisiva para la adquisición del status.

En muchos países, existe un «status clave» que determina por sí sólo los demás
status de un individuo65. Así, la raza en África del Sur o la casta en la India son
decisivas, cualesquiera otras cualidades que posea la persona. Ello se especifica
incluso en términos jurídicos, como puede ser la privación de derechos
electorales. A veces no es clara la determinación del status, como en el caso del
jubilado, que depende en gran parte de circunstancias anteriores, y no actuales,
por tanto no ya adquiribles.

En otras ocasiones, esta ambigüedad puede derivar de que la persona se


encuentra, por así decir, entre dos culturas, como en el caso de los emigrantes,
que han de luchar entre valores que según su origen les imponen unas
determinadas conductas, y otros diferentes, predominantes en el lugar en que

65ANDRADE SANCHEZ, Eduardo. Introducción a la Ciencia Política. Edit. Tierra Firme. México.
1983. Pág. 07.

96
residen. Esto da lugar con frecuencia a «hombres marginales», con
comportamientos calificados a menudo de «asociales» o abiertamente
«ilegales». Los conflictos interiores en el individuo que son resultado de valores
encontrados, diametralmente opuestos, originan conductas «anómicas» en
expresión de Durkheim.

4.1.4. Los roles

El concepto derivado del status es el rol. Equivale a «papel» como denota el


origen francés del vocablo, e implica el ejercicio de un status en función del status
de otros66. Facilita enormemente la interrelación social por cuanto se trata de una
expectativa de conducta.

Hay una presión de la sociedad que nos rodea, la cual nos induce fuertemente a
desempeñar nuestro papel de un modo determinado, y con arreglo al status que
en ella tenemos asignado (por adscripción, adquisición o ambas). En virtud de
un status determinado llevamos a cabo diferentes roles, cada uno de los cuales
tiene un comportamiento exigido, un comportamiento permitido y un
comportamiento prohibido. El primero y el último, sobre todo, están sujetos a
sanciones muy diversas, religiosas, sociales o jurídicas. Por ejemplo, un militar
posee el status de tal, pero sus roles serán diferentes según trate a superiores,
iguales o inferiores en graduación, o a otros, no militares.

Las rupturas de tales comportamientos que de él se esperan tendrán diferentes


sanciones, a su vez. Por eso se dice que los roles son uniformidades de
conducta, que en general el grupo comparte, precisamente porque sobre él
existe un «techo» común de normas, que acata. A lo largo del proceso vital, los
status-roles van cambiando. Por ejemplo, en el orden familiar, se pasa de hijo a

66 DUVERGER, Maurice. Ob. Cit. Pág. 220.

97
marido-yerno-padre-suegro-abuelo, que sucesivamente son objeto de
«aprendizaje». No pocas veces los fallos iniciales de un individuo con nueva
responsabilidad política, por ejemplo, derivan de su falta de comprensión de
todas las obligaciones — derechos de sus nuevos roles, dependientes del status
recién adquirido.

Pueden darse conflictos dentro de un mismo status o entre diferentes status de


una persona. En el primer caso, podrían citarse para ilustrarlo los problemas
derivados de un secreto de confesión, para un sacerdote, que, de guardarse,
pudiera provocar una situación catastrófica para terceros. En el segundo, el
clásico tema de un padre que, como jefe militar, hubiera de enviar a un hijo suyo
a un puesto de alta peligrosidad. También pueden darse conflictos de status-
roles entre los conceptos que el propio individuo que los desempeña tenga de
ellos, y los que otros, por ejemplo sus «clientes», esperan de él. Todas estas
situaciones han proporcionado innumerables argumentos de carácter más o
menos dramático, a la literatura, el teatro y el cine, desde que existen las distintas
variedades de la ficción.

Cabe señalar, en suma, que el sistema social define los contenidos de los
distintos status-roles, Al mismo tiempo, el sistema de poder distribuye
autoritariamente estos entre aquellos. Un último ejemplo de las «teorías de
alcance medio» puede encontrarse en las importantes aportaciones de Easton y
otros autores a la llamada «teoría de los sistemas». Existe incluso la posibilidad
de que algunos la consideren como una categoría superior a aquella, próxima
quizás a las de carácter general. A partir de 1960, esta teoría se difunde con
bastante éxito, estableciendo símiles en cierto modo «orgánicos» respecto al
sistema social en general, y político en particular.

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