Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
Autores :
Miguel Angel Carbajo1, Jaime Ruiz-Tovar1,2, Lorea Zubiaga1,3 y Enrique Luque-de-Leon1,4
1) Center of Excellence for the Study and Treatment of the Obesity and Diabetes - CTO,
Valladolid, Spain. 2)Universidad Autónoma de Madrid. 3) Institut National de la Santé et de la
Recherche Médicale (INSERM-1190). Lille, Francia. 4) The American British Cowdray Medical
Center, I.A.P. / Hospital de Especialidades - Cent i i SS xi
México.
INDICE
1. Introducción
2. Descripción de la técnica
3. Cuidados postoperatorios
4. Mecanismos que intervienen en el BAGUA
5. Diferencias entre BAGUA y MGB
6. Evidencia científica
7. Indicadores de éxito y resolución de comorbilidades
8. Complicaciones tempranas y tardías
9. Recomendaciones con evidencia científica
10. Bibliografía
1.INTRODUCCIÓN
Las siglas OAGB corresponden con la nomenclatura internacional aceptada para un modelo de
técnicas quirúrgicas en cirugía bariátrica, caracterizadas por ser técnicas de bypass Gastro-
intestinal de una sola anastomosis de carácter malabsortivo1. La Federación Internacional de
Cirugía de la Obesidad y los Trastornos Metabólicos (IFSO) se ha posicionado recientemente
con una declaración emitida por el grupo de trabajo MGB-OAGB de la IFSO y aprobada por el
Comité Ejecutivo y Científico de este organismo internacional, que confirma que el OAGB es
una opción válida para el tratamiento quirúrgico de la obesidad y las enfermedades metabólicas2.
Esta declaración se basa en el conocimiento clínico actual, la opinión de expertos y la evidencia
científica publicada hasta el momento sobre estas técnicas que durante más de 20 años se
desarrollaron bajo diferentes nombres (ver palabras claves) y sin un protocolo estándar. Al día de
hoy 2 protocolos han prevalecido para englobar estos dos modelos quirúrgicos bariátricos: el
protocolo Mini-Gatric Bypass (MGB) promovido por el Dr. R. Rutledge desde 1997 y el
protocolo One Anastomosis Gastric Bypass (OAGB) desarrollado por el Dr. M. A. Carbajo
desde 2002. El siguiente capítulo trata sobre el protocolo OAGB (en español Bypass de Una
Anastomosis o BAGUA) actualmente realizado en miles de pacientes alrededor de todo el
mundo.
Palabras Clave: Bypass de una anastomosis (BAGUA) ; One Anastomosis Gastric Bypass
(OAGB) ; Mini-Gastric Bypass (MGB) ; Single Anastomosis Gastric Bypass (SAGB) ; Omega-
loop gastric bypass (OLGB).
2. DESCRIPCIÓN DE LA TÉCNICA
2.a. CONCEPTO
El Bypass Gástrico de una Anastomosis (BAGUA) es una modificación técnica del MGB que se
desarrolló en el año 20023. Ambos procedimientos coinciden en realizar una sola anastomosis y
en evitar un asa alimentaria (Roux). No obstante, el BAGUA incluye algunas propuestas técnicas
y conceptuales diferentes que incluyen4:
Medición completa de todo el intestino delgado (ID) para determinar la extensión del asa
biliopancreática excluida y las dimensiones del asa común o absortiva; las longitudes de
estos segmentos no son fijas, sino que se asignan de acuerdo con el índice de masa
corporal (IMC), la longitud del ID y otras variables metabólicas (edad, sexo,
comorbilidades, modelo de obesidad, etc.) lo que lleva al BAGUA a tener un perfil
ajustado a cada paciente.
Disección amplia del ángulo de Hiss y de la unión gastroesofágica para la realización de
un reservorio gástrico vertical muy largo (18-20 cm) construido sobre un tubo de
calibración (36 Fr). Esta característica establece grandes diferencias entre el BAGUA y
técnicas precedentes como el Billroth II y el Bypass de Masson, técnicas de orientación
horizontal y con asas biliares cortas. (Figura 1)
Creación de un refuerzo posterior de la anastomosis mediante una sutura continua latero-
lateral de 8-10 cm entre el ID (a nivel del íleon) y el reservorio gástrico para evitar
tensión en la anastomosis. Así mismo, se refuerza con la fijación del ápice del ID al
estómago excluido, buscando minimizar la tensión anastomótica, así como evitar
torsiones y defectos herniarios. Ambas maniobras, a su vez, se consideran el
« mecanismo antirreflujo » de la técnica.
Anastomosis gastro-ileal latero-lateral (2,5 cm) que no busca restricción como en caso
del Bypass Gástrico en Y de Roux (BGYR) y permite confort digestivo al paciente, así
como evitar los efectos adversos de la anastomosis termino-lateral.
Soporte Antirreflujo
Tubo Gástrico (18-20 cm) Refuerzo posterior 8-10 cm
Anastomosis 2.5 cm
Asa Común 40% del total Asa BP 60% del total
12 12
5
10 5
- Sección gástrica: para este paso del procedimiento, la posición anti-Trendelemburg forzada se
neutraliza a una inclinación de 30 grados que se mantendrá hasta que se termine la anastomosis
gastro-entérica. E “ o” cerca de la incisura angularis se identifica
siguiendo el nervio de Latarjet y se mide la distancia media entre la última rama arterial de esta
referencia anatómica y el píloro, lo que significa unos 2-2.5 cm del píloro. Se abre una ventana
gastro-hepática y una ventana retrogástrica para tener mejor acceso a la pared posterior del
estómago y evitar el grapado del exceso de grasa de esta zona y sobre todo de posibles
adherencias que torsionen el tubo. El primer disparo se realiza con carga morada de 45-mm (Tri-
Staple®-Medtronic, EE.UU.) El resto de los disparos se llevan a cabo con cartuchos de 60-mm
bajo la guía de una sonda orogástrica de doble luz de 36-Fr (Ref 340.36®, Vygon, Francia) sobre
la curvatura menor gástrica para calibrar el reservorio. Esta maniobra significa más o menos 3
cartuchos de 60-mm (18 cm) aunque es frecuente necesitar un cuarto cartucho adicional de 45 o
30-mm para completar la confección del tubo gástrico largo.
3. CUIDADOS POSTOPERATORIOS
Los analgésicos y antieméticos intravenosos se administran a través de una bomba durante las
primeras horas postoperatorias, y se regulan de acuerdo con el progreso y la sensibilidad al dolor
del paciente. A las 6 horas de la operación, el paciente se moviliza más activamente, comienza a
caminar y se realiza rutinariamente una deglución de contraste hidrosoluble gastrointestinal
superior (Gastrografin®- Bracco Diagnostics, Canadá) para proporcionar un mapa postoperatorio
de referencia (Figura 2). Luego se inicia una dieta líquida clara con tragos cortos. Por lo general,
a los pacientes que toleran bien este régimen, se les da de alta a las 24 horas según criterios del
Grupo Español de Rehabilitación Multimodal (GERM) con indicaciones específicas sobre la
dieta, las actividades y la medicación6. Las pautas dietéticas inmediatas son similares a otras
intervenciones bariátricas.
Las visitas postoperatorias para la evaluación clínica y bioquímica completa, incluyendo macro y
micronutrientes se realizan al mes y luego 3, 6, 9, 12, 18 y 24 meses después de la cirugía.
Posteriormente se siguen anualmente. Además, se rellenan diferentes cuestionarios en relación a
toda la información sobre tolerancia de alimentos, incluyendo hábitos gastrointestinales (número
de deposiciones), hábitos alimenticios y de ejercicio, el uso de medicamentos y suplementos, y
otros informes médicos. Así mismo, se indica a los pacientes que ante cuadros de estrés agudo
(Ej. síndromes infecciosos, cirugías urgentes o programadas, situación emocional, etc.) informen
de los mismos para indicar suplementos proteicos en caso de ser necesario. Se les administran
inhibidores de la bomba de protones (IBP) durante seis meses y sucralfato diariamente el primer
mes. Así mismo se indican suplementos de alto contenido proteínico y calcio (primeros 3
meses), y un suplemento diario de minerales y vitaminas, con dosis de mantenimiento
recomendadas de por vida. Se prescriben suplementos minerales y/o nutricionales específicos si
fuera necesario para las deficiencias documentadas (algunas incluso a partir del período
preoperatorio como en caso de la Vitamina D). Así mismo, se recomiendan controles
endoscópicos según corresponda y densitometría ósea bianualmente4.
q á
de modificar diferentes vías metabólicas. Además, la sección del estómago tiene también función
protectora de la anastomosis, al excluir el contacto del antro gástrico con los fluidos biliares. No
obstante, en el BAGUA la disminución del volumen gástrico no busca la reducción de la
capacidad gástrica con el fin de disminuir la ingesta, dado que como técnica malabsortiva es el
ID el que lidera los cambios metabólicos, de ahí que no tenga fundamento, por ejemplo, anillar el
tubo gástrico.
4.3. La prevención del reflujo en función de la gravedad.
La anastomosis latero-lateral del BAGUA utiliza las leyes físicas de LaPlace y Poisseulle
(estudiadas y aplicadas en su momento por Capella8), para lograr que, por propio efecto de la
gravedad, la distribución de las cargas y presiones a nivel de la sutura sean menores. Así mismo,
la disposición en omega favorece el peristaltismo intestinal y el abanico amplio evita el
fenómeno de «kinking» o acodamiento del asa; todo ello favorece que se produzca un
movimiento más armónico del bolo alimentario en un patrón isoperistáltico. Este efecto
mecánico se ve reforzado por la larga sutura continua posterior a través de la cual se distribuye el
peso del reservorio y del mesenterio a lo largo de una gran superficie (Figura 1), lo que, junto a
los puntos de descarga al estómago excluido, elimina toda la tensión posible en los tejidos.
Igualmente cabe destacar que asas biliares largas reducen la capacidad lesiva de la bilis, por lo
que al final todos estos elementos caracterizan el «mecanismo antirreflujo» del BAGUA.
También en contraste con el MGB, el ancho de la anastomosis es menor (<2.5 cm), y todos estos
factores minimizan la posibilidad de reflujo biliar, como se ha descrito en la literatura que
compara grandes series con o sin el uso del "mecanismo antirreflujo" asociado a diferentes
modelos anastomóticos4. Todos estos aspectos físicos y mecánicos, además de una correcta
técnica de sutura, hacen de la anastomosis latero-lateral del BAGUA una alternativa sólida, bien
vascularizada, libre de tensiones y con muy bajo riesgo de fugas, estenosis u otras
complicaciones. Otra diferencia es la longitud del tubo gástrico que es menor en el MGB ya que
no realizan disección de la unión esofagogástrica ni seccionan en la parte baja del estómago
resultando un reservorio de menor longitud (<14 cm). De igual forma el asa biliar tiene
dimensiones fijas, contando 150-200 cm desde el ligamento de Treitz, elemento que como se
explicó previamente no establece una malabsorción personalizada y que habitualmente es
insuficiente. Estas diferencias consideramos que son importantes a la hora de valorar resultados
comparativos11.
Del mismo modo, se destacan las diferencias del BAGUA en relación con el SADI (“Single
Anastomosis Duodeno-i e Byp ss”, otra técnica de una sola anastomosis). La principal
diferencia viene dada por el lugar dónde se realiza la anastomosis, ya que en el BAGUA ocurre
entre los 2 cm previos al píloro y en el SADI en los 2 cm posteriores a esta región anatómica. A
nuestro juicio la conservación de píloro no previene el paso de la bilis al tubo gástrico y las
anastomosis a nivel del duodeno suelen tener más complicaciones que las anastomosis
gastroentéricas. Otra gran diferencia con esta técnica es la realización de la gastrectomía vertical,
ya que esta resección gástrica actúa como otro procedimiento quirúrgico que añade efectos al
resultado final, así como las mismas comorbilidades que la gastrectomía vertical simple (Ej.
reflujo gastroesofágico). La restricción gástrica del SADI produce un efecto sumatorio en la
pérdida de peso y en la gestión de nutrientes que probablemente pueda explicar los casos de
desajustes nutricionales que han obligado en ciertos casos a reconvertir a otras técnicas12. Estos
fenómenos tal vez justifiquen el por qué la técnica original ha ido incrementada las longitudes de
su AC con el objetivo de prevenir los déficits nutricionales. En el caso de BAGUA, las
longitudes de asa se adaptan al paciente y el remanente gástrico excluido no se extirpa, por lo
que sus secreciones siguen funcionantes. Del igual forma, esta zona queda accesible si fuera
preciso una reconversión a la anatomía normal.
6.
La experiencia progresiva adquirida por los diferentes grupos que realizan las técnicas de OAGB
ha dado a lugar a varios estudios con resultados a largo plazo que han validado estas técnicas con
un posicionamiento sólido dentro de la IFSO2 y con una serie de postulados. Para este
posicionamiento se realizó una búsqueda bibliográfica exhaustiva con el objetivo de identificar
todos aquellos estudios que describiesen resultados con el OAGB. La búsqueda se realizó de
acuerdo con la declaración “P efe e Rep ti g tems f System ti Reviews et -
Analyses R SMA ” z á
MEDLINE, EMBASE y Pubmed publicadas hasta noviembre de 2017. Los términos de
búsqueda fueron amplios, pues hasta hace tres años existía una enorme confusión de
terminología13 y por ello se decidió abarcar todos los procedimientos de una sola anastomosis
gastroentérica. Los términos utilizados están en las palabras claves de este manuscrito. Se
aceptaron todos los diseños de los estudios, pero se seleccionaron aquellos con más de 15
participantes y con un seguimiento de más de un año. La información extraída de los estudios
elegibles incluyó datos básicos (año, país, diseño, tamaño del estudio), datos demográficos,
técnica quirúrgica, seguimiento, pérdida de peso, evolución de las comorbilidades y
complicaciones. Se identificaron 3936 estudios. En una primera criba se eliminaron 877 por
duplicidad. De los estudios restantes se examinaron los artículos de texto completo y quedaron
255 estudios elegibles; tras análisis se identificaron 87 publicaciones. Finalmente, sólo 52
tuvieron un seguimiento razonable y cumplieron los criterios de selección2.
S “ ”
grande, por lo que a la hora de presentar resultados basados en la evidencia hemos preferido
tomar la serie de los pacientes de nuestra institución, dado que es una serie de larga evolución
(en algunos casos más de 15 años) en los que se ha realizado el protocolo descrito anteriormente,
paso a paso y con una muestra amplia de pacientes.
Al igual que en otros procedimientos malabsortivos, las heces blandas, el aumento del gas
intestinal y un mal olor fecal estaban presentes en la mayoría de los pacientes, especialmente
aquellos que consumen alimentos grasos y carbohidratos puros en trasgresiones dietéticas.
Controles dietéticos son obligados en estos casos. Las sales de bismuto, el carbón activado y la
simeticona por lo general alivian los síntomas. No obstante, todos estos síntomas mejoran con
los años con la progresiva adaptación intestinal.
D. Reingresos y reintervenciones. La tasa de reingresos a los 30 días fue del 0,8 % (10
pacientes). Dos tenían obstrucción intestinal y fueron reoperados. Todos los demás fueron
tratados con éxito de forma conservadora durante 24-48 h. En relación con los episodios
eméticos, 6 pacientes tuvieron náuseas y vómitos persistentes, 1 tuvo un solo episodio de
hematemesis y una úlcera por estrés diagnosticada por endoscopia, y 1 tuvo un síndrome de
abstinencia de medicación psiquiátrica con ansiedad extrema. Se requirieron reingresos tardíos
en 13 pacientes (1 %) por estenosis anastomótica (6), hemorragia digestiva debida a úlcera
marginal (5). En el último año de evaluación y fuera de esta serie presentada se describen en
casos clínicos 2 casos de alargamiento del AC debido a problemas nutricionales. Estos últimos
pacientes fueron reintervenidos por excesiva pérdida de peso e hipoproteinemia: una mujer que
además de la hipoalbuminemia su endocrino informó de la necesidad cada vez mayor de
aumentar la dosis de hormona tiroidea para tratar su hipotiroidismo. En la revisión
intraoperatoria se observó que se había dejado un asa común más corta de la habitual y se elongó
a 250 cm. En el segundo paciente se evidenció un raro caso de Enfermedad de Whipple a los 2
años de su cirugía. Esta enfermedad es un proceso infeccioso que cursa con diarreas pierde-
proteínas y malnutrición que no responde a tratamiento conservador. Después de tratar la
infección se elongó el asa común también para una recuperación más rápida. No se han
producido reintervenciones por reganancia de peso, aunque si ha habido 4 casos con reganancia
que han respondido bien a manejo dietético.