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La economía internacional plantea el estudio de los problemas que plantean las transacciones
económicas internacionales, por ende cuando hablamos de economía internacional es
vincular los factores del comercio internacional.
Comercio internacional es el intercambio de bienes económicos que se efectúa entre los
habitantes de dos o más naciones, de tal manera, que se dé origen a salidas de mercancía de
un país (exportaciones) entradas de mercancías (importaciones) procedentes de otros países.
Los datos demuestran que existe una relación estadística indudable entre un comercio más
libre y el crecimiento económico. La teoría económica señala convincentes razones para esa
relación. Todos los países, incluidos los más pobres, tienen activos -humanos, industriales,
naturales y financieros- que pueden emplear para producir bienes y servicios para
sus mercados internos o para competir en el exterior. La economía nos enseña que podemos
beneficiarnos cuando esas mercancías y servicios se comercializan. Dicho simplemente, el
principio de la "ventaja comparativa" significa que los países prosperan, en primer lugar,
aprovechando sus activos para concentrarse en lo que pueden producir mejor, y después
intercambiando estos productos por los productos que otros países producen mejor.
El comercio internacional permite una mayor movilidad de los factores de producción entre
países, dejando como consecuencia las siguientes ventajas:
1. Cada país se especializa en aquellos productos donde tienen una mayor eficiencia lo cual le
permite utilizar mejor sus recursos productivos y elevar el nivel de vida de sus trabajadores.
2. Los precios tienden a ser más estables.
3. Hace posible que un país importe aquellos bienes cuya producción interna no es suficiente
y no sean producidos.
4. Hace posible la oferta de productos que exceden el consumo a otros países, en otros
mercados. ( Exportaciones)
5. Equilibrio entre la escasez y el exceso.
6. Los movimientos de entrada y salida de mercancías dan paso a la balanza en
el mercado internacional.
7. Por medio de la balanza de pago se informa que tipos de transacciones internacionales han
llevado a cabo los residentes de una nación en un período dado.
El comercio es la principal fuente de ingresos de los países, es por eso que los gobiernos
fomentan la generación de nuevas empresas.
Por un lado, el comercio es una fuente de recursos para el empresario, inversionista o
comerciante individual, ya que estos obtienen ganancias de la compra-venta de bienes y
servicios; y, por otra parte, el país también obtiene ingresos, esto por medio del desarrollo
económico que el comercio genera.
Sin duda, el sentido común sugiere que el comercio internacional es provechoso para el
progreso de una nación. Por ejemplo, el libre comercio genera un incremento de la
producción, la cual requiere de fuerzas productivas y nuevas fuentes que las provean,
estimulando al mismo tiempo el crecimiento económico.
En términos de comercio internacional, lo más conveniente para un país es especializarse en
aquellos bienes y servicios que pueda producir de manera más eficiente y en contraparte
obtener de otros países aquellos bienes que no pueden ser producidos de manera tan
eficiente.
El comercio internacional da paso a una mayor flexibilidad de los factores productivos entre
distintos países, dejando como consecuencia ventajas a un nivel macro, entre las que pueden
mencionarse:
Primero, si cada país se especializa en aquellos productos en los que tiene mayor eficiencia
utilizará mejor sus recursos tanto humanos como no humanos, y así elevará el nivel de vida de
sus trabajadores y de todos sus habitantes; es por eso que los gobiernos se interesan en
incrementar el volumen de las exportaciones, diversificar los productos y mercados, dentro de
las posibilidades que permite la globalización.
Segundo, el comercio exterior hace posible que un país obtenga aquellos bienes cuya
producción interna no es suficiente o no sean producidos de manera eficiente, como
maquinaria, bienes intermedios y manufacturas.
Tercero, hace posible la oferta de productos que se consumen otros países, en otros mercados,
es decir las exportaciones, tal como lo hace El Salvador, país que exporta café, azúcar y
productos agrícolas no tradicionales, productos que, dada su naturaleza geográfica se pueden
producir con ciertas ventajas. Específicamente, las exportaciones posibilitan el aumento de
divisas, generan empleos, mejoran la utilización de los recursos naturales e incrementan el
desarrollo tecnológico.
Finalmente, los movimientos de entrada y salida de mercancías dan paso a la balanza en el
mercado internacional. Por medio de la balanza de pagos se informa qué tipos de
transacciones internacionales han llevado a cabo los residentes de una nación en un periodo
dado. Este tipo de información permite conocer la participación de los sectores que aportan al
crecimiento económico de El Salvador.
La dinámica del comercio internacional demanda que se mantenga un monitoreo permanente
de los flujos comerciales, con la finalidad de determinar el comportamiento de estos, de
manera que se proporcione al gobierno y a los particulares información actualizada que les
permita reaccionar a los requerimientos del mercado global.
El comercio también permite a los países especializarse en lo que mejor hacen y disfrutar de
una mayor variedad de bienes y servicios. En el comercio internacional, se benefician tanto la
nación que vende o exporta, como la que compra o importa.
A nivel empresarial, el comercio exterior provee grandes beneficios como lo son la
rentabilidad, la ampliación de mercados, la mejora de la imagen local y el desarrollo de su
capacidad gerencia, ventajas que deben ser aprovechadas.
El Salvador aplica el modelo de economía abierta, por ello desde de la década de los setenta
del Siglo XX existe un esquema de libre comercio con los demás países del Área
Centroamericana, como parte del programa de integración política y comercial de la región.
Durante el presente siglo, y en concordancia con el esquema de globalización de la economía,
nuestro país ha mantenido un proceso constante de negociación con otras economías, para la
obtención de tratados de libre comercio, con la finalidad de potenciar los flujos comerciales
bilaterales.
El comercio mundial ha forjado una red de enlaces globales que vincula a los países,
instituciones e individuos, más estrechamente que antes.
Por un lado las crisis mundiales, los precios del petróleo, las bolsas de valores y los flujos del
comercio en todo el mundo hacen florecer los enlaces entre naciones, pues lo que pasa en un
país afecta a otros países que se encuentren vinculados. Por otra parte, los enlaces también se
han intensificado a nivel individual, esto por medio de las comunicaciones, transporte,
programas internacionales y culturales. Ejemplo de esto son las nuevas tecnologías que están
facilitando en gran medida la operatividad del comercio exterior, como lo son los sistemas
informáticos y de gestión que operan gracias a plataformas en Internet.
El comercio mundial ha cobrado gran importancia para la comunidad global, y
específicamente en El Salvador se registran muchos beneficios tales como el incremento de
más de $50 millones en las exportaciones en cada uno de los sectores de confección,
maquinarias y aparatos, agro/agroindustria y textiles, así como los encadenamientos
regionales que se destacan en el informe de Comercio Internacional.
Dicho esto, no hay duda que el comercio internacional ha logrado un gran avance y expansión
en el país, por lo que no se debe descuidar.
Para corregir los desequilibrios de la balanza de pagos, los gobiernos tratarán, lógicamente, de
fomentar las exportaciones. Pero para ello, en algunos casos, se sentirán tentados a utilizar
medidas perjudiciales para el resto de los países, por lo que pueden provocar reacciones
indeseables. Además, siempre está la tentación de establecer barreras a las importaciones.
Hay varios tipos de barreras a las importaciones.
Los contingentes son barreras cuantitativas: el gobierno establece un límite a la cantidad
de producto otorgando licencias de importación de forma restringida.
Los aranceles son barreras impositivas: el gobierno establece una tasa aduanera provocando
una subida en el precio de venta interior del producto importado con lo que
su demanda disminuirá.
Las barreras administrativas son muy diversas, desde trámites aduaneros complejos que
retrasan y encarecen los movimientos de mercancías, hasta sofisticadas normas sanitarias y
de calidad que, al ser diferentes de las del resto del mundo, impidan la venta en el interior a
los productos que no hayan sido fabricados expresamente para el país.
Los acuerdos internacionales para derribar estas barreras no servirán de nada si no hay una
voluntad liberalizadora clara y firme. La imaginación de los dirigentes políticos podrá siempre
descubrir nuevos métodos "no prohibidos" de dificultar las importaciones. La barrera más
reciente y sofisticada de las ideadas hasta ahora son las auto restricciones concertadas como
las acordadas entre los Estados Unidos y el Japón en virtud de las cuales éste último país
limita voluntariamente la cantidad de productos que envía a los americanos.
Los instrumentos de fomento a la exportación son de varios tipos: comerciales, financieros y
fiscales.
Los gobiernos prestan apoyo comercial a sus exportadores ofreciéndoles facilidades
administrativas, servicios de información y asesoramiento e incluso promocionando
directamente los productos originados en el país mediante publicidad, exposiciones y ferias
internacionales.
Las ayudas financieras a la exportación son principalmente los préstamos y créditos a la
exportación, frecuentemente con tipos de interés muy bajos, y los seguros gubernamentales
que cubren los riesgos empresariales incluso el riesgo derivado de perturbaciones políticas o
bélicas. Entre las ayudas financieras hay que incluir las medidas de tipo monetario que actúan
sobre el tipo de cambio haciendo que los productos nacionales resultan más baratos en el
extranjero.
Los instrumentos fiscales consisten en las desgravaciones fiscales, la devolución
de impuestos y las subvenciones directas. Estos instrumentos son los menos aceptados
internacionalmente ya que pueden conducir a situaciones de dumping, a que el producto se
venda en el extranjero a un precio inferior al nacional e incluso a precios inferiores a su coste.
En los últimos años se han multiplicado las denuncias contra el dumping ecológico y social. Se
denomina dumping ecológico a las exportaciones a precios artificialmente bajos que se
consiguen con métodos productivos muy contaminantes y perjudiciales para el
medio ambiente. Se denomina dumping social a las exportaciones a precios artificialmente
bajos que se consiguen mediante trabajadores mal pagados o esclavizados, trabajo infantil,
trabajo de presos, etc.
Si no existieran barreras a las importaciones ni ayudas artificiales a las exportaciones, los
movimientos internacionales de bienes y servicios se producirían exclusivamente por razones
de precio y calidad. Esa es, en el fondo, la única forma sostenible de mejorar la posición
internacional y la relación real de intercambio de un país: conseguir producir con
mayor eficacia, más calidad, a menor coste. Y para ello lo que hay que hacer es mejorar
la organización productiva, la formación de los trabajadores y la tecnología.
El cambio de los productos entre dos países se verifica dentro de una cierta relación que ha
llamado la atención de los economistas clásicos, desde Stuart Mill, y que siempre ha suscitado
un gran interés. Se llama a esta relación terms of trade, expresión utilizada por A. Marhall (en
Stuart Mill encontramos terme of interchange) y que se puede traducir por relación real de
intercambio.
La expresión estadística corriente de la relación real de intercambio es, en el momento actual,
la relación que existe entre los precios medios de importación y de exportación para todos los
bienes y servicios que son objeto de cambio, es decir, la relación entre los índices de los
precios de exportación e importación. Interesa, sin embargo, conocer los diversos conceptos
de la "relación real de intercambio" que han aparecido en el pensamiento económico.
El primero expresa las cantidades físicas de bienes recibidos del exterior a cambio de una
cantidad física de bienes exportados.
Los clásicos consideran que la relación real de intercambio de las mercancías refleja la
relación real entre factores, estableciendo la hipótesis de costos constantes y de costos
históricamente estables.
La relación neta es la relación entre los precios de importación y los precios de exportación.
Para tener en cuenta los pagos unilaterales hechos por un país y que implican un excedente de
las exportaciones o de las importaciones, será preciso examinar la relación bruta, que viene
dada por la relación entre volumende las exportaciones y volumen de las importaciones (se
entiende por volumen de las exportaciones -o de las importaciones- el valor global de las
exportaciones o de las importaciones, corregidas por el índice de precios correspondientes, a
fin de eliminar los cambios debidos pura y simplemente a una modificación de los niveles de
precios de las importaciones y exportaciones). Taussig, que introdujo esta segunda distinción,
estima que: cuando un país tiene un exceso de exportaciones en razón de pagos excepcionales
-reparaciones de guerra, reembolsos de préstamos-, la relación neta no cubre más que aquella
parte de las exportaciones que representa el pago de las importaciones corrientes, y no dice
nada, por tanto, de la situación de la nación.
La primera indica las condiciones absolutas del cambio, lo que se ha exportado a cambio de lo
que se ha importado. La segunda muestra sus condiciones relativas, si se exporta más o menos
que antes, para obtener lo importado. La relación del cambio de evolución es, en efecto, una
relación de índices. Actualmente se calculan esencialmente las relaciones de intercambio neta
y bruta de las mercancías, que son relaciones de evolución. La relación de intercambio bruta
viene dada por la fórmula:
Un tipo superior a 100 indica un empeoramiento de la relación real de intercambio. Hay que
exportar más para pagar las importaciones. La relación de intercambio neta se expresa en la
siguiente forma:
En este caso, un tipo superior a 100 señala una mejora de la relación real de intercambio. Se
vende, en efecto, al extranjero más caro que se le compra. Un tipo inferior a 100 significa, por
el contrario, un empeoramiento: se compra en el extranjero más caro que se vende.
Igualmente el alza de los precios de las materias primas importadas puede influir, en ciertos
casos, en el precio de las exportaciones de productos manufacturados. La relación real de
intercambio de mercancías puede, entonces, empeorar menos que la de factores.
Se ha hecho necesario también ampliar el concepto de relación real de intercambio para tener
en cuenta los servicios y el rendimiento de las inversiones en el extranjero. Así, ha calculado
Kindleberger, para la Europa industrial (8 países) un índice de la relación de intercambio en
cuenta corriente, que abarca el período 1870-1953 (The Economic Journal, marzo de 1955).
No se puede considerar, en este caso, que baste tener en cuenta la relación real de
intercambio de las mercancías exportadas e importadas. Ésta no proporciona, en el caso de un
país industrial que dispone de una marina mercante y de inversiones extranjeras, información
suficiente sobre los beneficios que éste obtiene del comercio internacional.
Los factores que actúan sobre la relación real de intercambio son múltiples, pero, entre todos
ellos, deben señalarse tres:
La relación real de intercambio ha sido estudiada en los autores clásicos desde un doble punto
de vista:
Sirve para medir las ganancias que un país obtiene o las pérdidas que sufre en el cambio
internacional.
Es elemento esencial en el mecanismo de ajuste de las balanzas de pago.
Esta última cuestión es la que debemos ahora abordar, estudiando la teoría de los pagos
internacionales.
PROTECCIONISMO
Doctrina económica que concede sentido económico a las fronteras políticas de los Estados
nacionales y se muestra partidaria de proteger las producciones nacionales de
la competencia extranjera por medio de derechos de aduana y demás restricciones a las
importaciones.
Los argumentos a favor del proteccionismo esgrimidos por sus defensores son también
múltiples: razones de seguridad nacional e independencia económica, alcanzar un nivel
de desarrollo industrial mínimo, imposible inicialmente sin algún tipo de protección o tutela,
superar desequilibrios crónicos de la balanza de pagos, conseguir un desarrollo económico
armónico entre las diferentes regiones del territorio y áreas de la actividad económica.
Nacida con el mercantilismo, la doctrina económica proteccionista sostiene que el comercio
internacional es un juego de suma nula: ninguna nación puede enriquecerse si no es a costa de
que otra se empobrezca.
En el siglo xix el economista aleman Friedrich List (1789-1846) justificó de manera rigurosa
el proteccionismo. Para List, la competencia sólo es posible y deseable entre naciones fuertes.
Una nación en formación debe consolidar su economía mediante una convergencia de
esfuerzos productivos que conviene proteger.
Los postulados de List fueron aplicados por Bismarck y Hitler que, cada uno en su época y a su
manera, limitaron el acceso de productos extranjeros al mercado alemán a la vez que
mantenían la autonomía y la potencia militar mediante un sistema aduanero draconiano.
Los partidarios del proteccionismo disponen de una extensa serie de argumentos para afirmar
sus tesis. Según algunos, los derechos de aduana deben ser preservados cueste lo que cueste,
pues constituyen importantes recaudaciones fiscales. Otros consideran
la protección aduanera como el medio de mantener intactos el nivel de vida y el empleo de los
asalariados de un país desarrollado para frenar la penetración de mercancías provenientes de
naciones pobres en las que el precio de la mano de obra es poco elevado.
El proteccionismo "diferenciado" es más sutil. En este caso, se trata de proteger algunas ramas
de la economía de la concurrencia extranjera (en general, de la demanda de productores
organizados en "grupos de presión").
Más allá de las manipulaciones monetarias (por ejemplo, devaluaciones en serie), el retorno a
cierta forma de proteccionismo permite proteger temporalmente el nivel de empleo en el país
que se encuentra en posición defensiva.
Del mismo modo, el proteccionismo puede contribuir a que un país en vías de desarrollo
impida la entrada fácil de bienes que compiten con el progreso económico nacional y dificulte
la importación de productos suntuarios de consumo (mediante la aplicación de
elevados impuestos).
No obstante, el proteccionismo sigue siendo sinónimo de precios interiores elevados y
de productividad débil.
En realidad, únicamente los países marginales y poco desarrollados pueden vivir aún sin
grandes dificultades bajo este régimen, en la medida en que el consumo está poco
diversificado y el nivel de vida es muy modesto.
Si el proteccionismo no coincide con los imperativos del crecimiento que los Estados
modernos deben enfrentar, las soluciones librecambistas tampoco pueden ser íntegramente
aplicadas.
El desarme aduanero que hoy puede observarse en el mundo es, en este sentido, significativo.
La Comunidad económica europea corresponde a la ampliación de un mercado mediante la
abolición progresiva de los derechos de aduana, aunque dentro
del marco del sistema conocido como unión aduanera. Esta organización se diferencia de
la zona de librecambio en que implica la adopción por parte de los países participantes de
una tarifa exterior común, la cual puede adquirir para ciertos países y
en períodos bien definidos un carácter proteccionista.
Razones que justifican el proteccionismo
Normalmente, las relaciones comerciales internacionales tienen a fomentar la libre
competencia entre países y esto suele ser beneficioso para todas las partes implicadas. Sin
embargo, en ocasiones el proteccionismo podría justificarse por las siguientes razones:
- Específicos: establecen una cantidad fija de dinero por unidad física importada con
independencia del valor de la mercancía importada. Por ejemplo, 150 euros por cada
producto X importado de Estados Unidos.
Como no podía ser de otra forma, el objetivo de estas medidas proteccionista no es otro que
proteger a los productos nacionales frente a los extranjeros. Pero, ¿son éticas estas trabas a la
libre competencia? ¿Benefician de alguna forma a los consumidores?
Aranceles
Un arancel es el tributo que se aplica a los bienes que son objeto de importación. El más
extendido es el impuesto que se cobra sobre las importaciones, mientras los aranceles sobre
las exportaciones son menos corrientes; también pueden existir aranceles de tránsito que
graban los productos que entran en un país con destino a otro.
Pueden ser "ad valorem" (al valor), como un porcentaje del valor de los bienes, o "específicos"
como una cantidad determinada por unidad de peso o volumen.
Cuando un buque arriba a un puerto aduanero, un oficial de aduanas inspecciona el contenido
de la carga y aplica un impuesto de acuerdo a la tasa estipulada para el tipo de producto.
Debido a que los bienes no pueden ser nacionalizados (incorporados a la economía del
territorio receptor) hasta que no sea pagado el impuesto, es uno de los impuestos más
sencillos de recaudar, y el costo de su recaudación es bajo. El contrabando es la entrada, salida
y venta clandestina de mercancías sin satisfacer los correspondientes aranceles. Los aranceles
son el impuesto que cobran a las exportaciones por unidad o volumen.