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Arqueología aplicada Ministerio

de Cultura

al estudio e interpretación
de edificios históricos
Últimas tendencias metodológicas

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Arqueología aplicada al estudio e
interpretación de edificios históricos

Últimas tendencias metodológicas

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Dirección y Coordinación de las Jornadas


Esther de Vega
Concepción Martín Morales

Dirección y Coordinación Editorial


María Domingo Fominaya
Antonio J. Sánchez Luengo

MINISTERIO DE CULTURA
Edita:
© SECRETARÍA GENERAL TÉCNICA
Subdirección General
de Publicaciones, Información y Documentación
NIPO: 551-10-116-X

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MINISTERIO
DE CULTURA

Ángeles González-Sinde
Ministra de Cultura

Mercedes E. del Palacio Tascón


Subsecretaria de Cultura

Ángeles Albert
Directora General de Bellas Artes y Bienes Culturales

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Presentación

Durante los días 14, 15 y 16 de octubre de 2009 se ce- vez estimulante tarea de desentrañar la evolución y
lebró en la sede del Instituto del Patrimonio Cultural etapas constructivas de los edificios históricos; y por
de España una reunión de renombrados especialistas último, dotarles de una herramienta práctica y ope-
en el campo de la arqueología aplicada al estudio e rativa que facilite su trabajo y les permita extraer el
interpretación de edificios históricos. máximo de información contenida en la materialidad
La organización de jornadas destinadas a especia- emergente del edificio. 7
listas se enmarca dentro de las funciones principales La convocatoria de este Encuentro tuvo gran acep-
del IPCE, una de las cuales es establecer criterios y tación entre los profesionales de la arquitectura, la
pautas de actuación que puedan orientar la labor de arqueología y la restauración, lo que demuestra que
profesionales dedicados a la conservación y restaura- esta disciplina suscita gran interés para el futuro de
ción de edificios históricos. la conservación de nuestro patrimonio. Durante las
En concreto, esta iniciativa surgió desde el Área sesiones se dispuso de tiempo para la participación
de Intervenciones en Bienes Culturales en respues- del público, desde donde también se hicieron intere-
ta a la demanda de información sobre esta materia santes aportaciones. Vaya desde aquí nuestro agrade-
ya que, en los últimos años, los estudios y análisis cimiento a los asistentes.
de edificios históricos realizados con metodología Estas actas recogen los textos e imágenes que los
arqueológica han cobrado un valor importantísimo expertos expusieron durante las dos primeras sesio-
dentro de los equipos de redacción de proyectos de nes. Agradecemos a cada uno de ellos su participa-
restauración, pues aportan valiosísima información ción en estas jornadas. Sin su esfuerzo y dedicación,
para el conocimiento y comprensión del objeto ar- el éxito de este Encuentro y la publicación de estas
quitectónico que se pretende conservar, y se han actas no hubiera sido posible.
convertido en factor indispensable en la toma de Sin embargo, aún queda camino por recorrer, pues
decisiones de proyecto, por ser sus conclusiones de- está pendiente la publicación de un documento que
terminantes e irrefutables. recoja las conclusiones debatidas en este Encuentro
Las jornadas se concibieron con un triple objetivo; y establezca unos criterios metodológicos consensua-
por un lado, ofrecer un foro a expertos españoles e dos que sirvan de herramienta operativa a los profe-
italianos donde pudieran exponer sus últimos traba- sionales de la disciplina. Esperamos verlo pronto en
jos, debatir sus métodos y plantear propuestas para nuestras manos.
el futuro; por otro lado, hacer extensivo el conoci-
miento de las técnicas de análisis arqueológico a los Esther de Vega García
profesionales que se enfrentan a la ardua pero a la Codirectora y Coordinadora del Encuentro

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Índice

ÍNDICE

Pág.

Archeology. Archeologia. Arqueología. Hacia el análisis de la Arquitectura........................................................11


M.ª de los Ángeles Utrero Agudo

La conservación del tiempo en la restauración: el proyecto estratigráfico..........................................................25


Pablo Latorre González-Moro

El análisis estratigráfico en la restauración del patrimonio construido................................................................51


Agustín Azcárate Garai-Olaun

La construcción de un método de intervención en el patrimonio arqueológico edificado.............................65


Alberto López Mullor

Experiencia metodológica en Arqueología de la Arquitectura de un grupo de investigación.


Instituto de Historia. CSIC. Madrid..................................................................................................................................103
Luis Caballero Zoreda

Procedure di documentazione e percorsi interpretativi dell’edilizia storica.....................................................121


Gian Pietro Brogiolo

I segni della stratificazione nell’architettura costruita.


Identificazione e conservazione nel restauro..............................................................................................................129
Francesco Doglioni

El análisis estratigráfico: una herramienta de conocimiento y conservación de la arquitectura................145


Camilla Mileto y Fernando Vegas

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Índice

Pág.

La investigación arqueológica en dificios históricos. Metodología y experiencias.


El Alcázar de Sevilla.................................................................................................................................................................159
Miguel Ángel Tabales Rodríguez

Herramientas metodológicas aplicadas al estudio de un paisaje urbano fortificado:


el caso de la villa de Verín (Monterrei, Ourense)............................................................................................................179
Rebeca Blanco-Roteta

Hacia una metodología de análisis de la arquitectura Romana en Augusta Emerita.........................................199


Pedro Mateos Cruz - Antonio Pizzo

Il Castello di Madrignano (La Spezia): analisi archeologica degli elevati


in vista del progetto di recupero e conservazione..........................................................................................................217
Anna Boato

Diez años de Arqueología de la Arquitectura desde la empresa privada.


Reflexiones y un ejemplo práctico.......................................................................................................................................237
Miguel Ángel Muñoz García

La Arqueología de la Arquitectura en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura


de la Universidad Politécnica de Madrid...........................................................................................................................253
Fernando Vela Cossío

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Archaeology. Archeologia. Arqueología.
Hacia el Análisis de la Arquitectura
M.ª de los Ángeles Utrero Agudo
Instituto de Historia, CCHS-CSIC1
mariaangeles.utrero@cchs.csic.es

11
La autora es doctora en Prehistoria y Arqueología por tancias históricas y metodológicas con la intención de
la Universidad Autónoma de Madrid y está especia- explicar cómo y por qué tiene lugar este recorrido.
lizada en arqueología tardoantigua y altomedieval y
Arqueología de la Arquitectura. Actualmente es con-
tratada postdoctoral JAE-Doc del Instituto de Historia Palabras clave
(CCHS-CSIC), formando parte del GI Arqueología de
la Arquitectura dirigido por el investigador Dr. L. Ca- Building Archaeology, Archeologia dell’Architettura,
ballero Zoreda. Arqueología de la Arquitectura, investigación, restau-
ración, destrucción.

Resumen
Summary
Se propone un análisis de la prehistoria de la Arqueo-
logía de la Arquitectura como disciplina que da sus This paper proposes an analysis of the prehistory of
primeros pasos de manera coetánea en Reino Unido the Archaeology of Architecture as discipline born co-
y en Italia y es, posteriormente, introducida en Espa- etaneously in the United Kingdom and Italy and, later,
ña. Se exploran y se exponen las principales circuns- introduced in Spain. Main historic and methodologic
circumstances are explored and exposed in order to
explain how and why this route took place.
1
Este texto es principalmente resultado de las reflexiones y del trabajo de-
sarrollado tanto en España como en Reino Unido con motivo del ciclo de
formación Predoctoral (FPI, Ministerio de Ciencia y Tecnología) realizado Key words
en el Instituto de Historia (CSIC, Madrid), bajo la dirección de Luis Ca-
ballero Zoreda, y Postdoctoral (Ministerio de Educación y Ciencia), en el
Museum of London Archaeology Service (MoLAS, Londres, Reino Unido),
Building Archaeology, Archeologia dell’Architettura,
bajo la supervisión de Andrew Westman. A ambos, como siempre, mi más Arqueología de la Arquitectura, researching, restora-
sincero agradecimiento. tion, destruction.

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Arqueología aplicada al estudio e interpretación de edificios históricos

El hecho de participar en una reunión que cuenta con Precisamente las experiencias de M. Biddle (1968)
los principales protagonistas del nacimiento y desa- y la síntesis de Ph. Barker (1977) sobre el sistema de
rrollo de la Arqueología de la Arquitectura nos lleva registro estratigráfico sentaron las bases de la poste-
inevitablemente a modificar nuestra intervención, la rior sistematización elaborada por E. C. Harris (1979a)3,
cual debía responder inicialmente a la organización, arqueólogo formado justamente en la Winchester Re-
con un estado de la cuestión sobre esta disciplina. search Unit. El llamado “sistema Harris” suponía el
Con la intención de evitar caer en la repetición y po- abandono de los presupuestos metodológicos de las
siblemente en el error, pues nadie mejor que ellos excavaciones de estratos individualizados arbitraria-
podrán recorrer y hacer balance de su propia expe- mente4 e introducía, frente a las síntesis previas men-
riencia, hemos optado por retroceder algo más en el cionadas, una “matrix” o diagrama numérico que refle-
tiempo para comenzar por lo que podríamos denomi- jaba las superposiciones estratigráficas (Harris, 1975:
nar la prehistoria de la Arqueología de la Arquitectu- 114, fig. 24), siendo ésta “una imagen formalizada de
ra, etapa algo menos explorada y posiblemente más la secuencia estratigráfica del yacimiento” (Hammond,
esclarecedora. 1991: 29). Este sistema de registro fue aplicado por
De este modo, las líneas que siguen a continuación primera vez en una ciudad por el Departamento de
no pretenden explicar la evolución de la Arqueología Arqueología Urbana de Londres (Department of Urban
de la Arquitectura en nuestro país, radiografiada por Archaeology, DUA; Hobley, 1985: 194), precedente del
otro lado en otros trabajos recientes a los que reme- actual Servicio de Arqueología del Museo de Londres
timos al lector (Caballero y Fernández Mier, 1997; y (Museum of London Archaeology Service, MoLAS). De
Quirós, 2002 y 2006), sino ofrecer una visión de su hecho, esta misma entidad publicó inmediatamente un
proceso de surgimiento en un marco más amplio con manual de excavación (Schofield, 1980) que, basado
la intención de comprender el por qué y el cómo de en el método Harris, proponía ya unas primeras fichas
su aplicación actual. de registro5 (Figura 1).
Sin embargo, las primeras sistematizaciones teó-
12
ricas y aplicaciones al análisis de las construcciones
Veinte años después en Europa históricas entendidas como secuencias de unidades
estratigráficas, se deben en un principio a investi-
Si entendemos que el registro estratigráfico forma gadores italianos. La rápida transmisión de la es-
parte de la Arqueología de la Arquitectura, debe- tratigrafía desde el ámbito inglés al italiano septen-
mos contextualizar su surgimiento para entender el trional, puede residir en varios motivos. En primer
nacimiento de ésta. La arqueología anglosajona de lugar, en una tradición local que ya había solicitado
posguerra, necesitada de responder con rapidez a la la necesidad de obtener un método propiamente ar-
reconstrucción de las ciudades arrasadas en la dé- queológico para el análisis de la arquitectura his-
cada de los 40, implantó el uso del método estrati- tórica6. En segundo lugar, en el desarrollo pionero
gráfico y con él, de herramientas de documentación de la arqueología medieval7, la cual contaba con el
que se fraguaron y perfeccionaron gracias a las in- precedente consolidado de la arqueología cristiana
tervenciones dirigidas en distintos centros urbanos (Gutiérrez Lloret, 1997: 58-61). Este hecho se refleja,
por arqueólogos como B. Cunliffe (1964, Winchester,
Bath), M. Biddle (1968, Repton, Winchester)2 o Ph.
Barker (1977, Londres). Estas experiencias subraya-
ron complementariamente la necesidad de establecer 3
Adelantada en varios artículos previos (ver bibliografía Harris, 1975, 1977,
organizaciones profesionales de arqueología (Units) 1979b y, posteriormente, 1984). Aunque el alzado incluido en la monogra-
fía de Harris (1979: 44, fig. 12) suele ponerse como ejemplo de la aplica-
que respondieran a las urgencias arqueológicas de ción de la estratigrafía a los alzados, el tema no se desarrolla en el texto.
las ciudades en reconstrucción, fundándose entonces 4 Sistematizados por Wheeler (1954).
gran parte de ellas. 5
Manual y fichas de registro actualizados, hasta hoy, en dos ediciones pos-
teriores (Spence, 1990 y Westman, 1994).
6
Como evidencian distintos trabajos en el ámbito de la arquitectura ro-
mana (Lugli, 1957 y Lamboglia, 1958), y de la tardoantigua y altomedieval
(Angelis d’Ossat, 1971).
2
Reivindicando por primera vez las excavaciones en área (Biddle y Kjølbye, 7 Sobre el nacimiento y desarrollo de la arqueología medieval en Italia, ver
1969: 211-213). Francovich (1992) y Gelichi (2006).

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Archaeology. Archeologia. Arqueología. Hacia el Análisis de la Arquitectura

por ejemplo, en las tempranas ediciones a inicios 1988b) y F. Doglioni (1988), se elabora una termino-
de la década de los 70 de las revistas de Notiziario logía específica y el concepto de Unidad Estratigráfica
di Archeologia Medievale (1971) y de Archeologia Muraria (UEM). Su formación e individualización, así
Medievale (1974), ambas series con vigencia hasta como las técnicas de documentación y métodos de
nuestros días. Y en tercer lugar, en el conocimiento datación establecen entonces su base (Parenti, 1988a
por parte de la arqueología italiana del los trabajos y 1988b). La primera ficha de registro propuesta por
de Ph. Barker y E. C. Harris (Ferris, 1989: 12), cuyo Mannoni (1976) (Figura 2) será modificada poste-
método era empleado por los arqueólogos británi- riormente por Parenti (1985: 63), incorporando ya el
cos en las excavaciones de los yacimientos roma- diagrama estratigráfico. Estos hechos evidencian la
nos del Norte de África (ejemplo de la villa romana rápida traducción del sistema estratigráfico de regis-
de Settefinestre; Roure, 1992: 21). Prueba de ello es tro del suelo al edificio, proceso que se oficializará
también la temprana edición del manual de excava- como disciplina en la publicación de Francovich y
ción de A. Carandini (1981)8. Parenti (1988), una puesta al día y recopilación de di-
En la década de los años 80, gracias a arqueólo- versas propuestas y experiencias llevadas a cabo por
gos y arquitectos como F. Bonora (1979), T. Manno- los autores arriba mencionados, que, como indica su
ni (1984), R. Parenti (1985), G. P. Brogiolo (1988a y título, se vincula ya en su fase emergente a la restau-
ración de la arquitectura.
Será a principios de los 90 (Mannoni, 1990a
y 1990b: 28) cuando el término de archeolo-
8
Ed. revisada en 1991 (en castellano, Historias en la tierra: manual de exca- gia dell’architettura unifique otros precedentes,
vación arqueológica, Barcelona, 1997). próximos pero variados (archeologia degli elevati,

13

Figura 1. Ficha de registro propuesta por Schofield (1980). Figura 2. Ficha de registro de técnicas constructivas propuesta por
Mannoni (1976).

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Arqueología aplicada al estudio e interpretación de edificios históricos

dell’edilizia storica, del costruito), y se justifique Evidencia de ello son las reuniones de Interpreting
como la arqueología “basada en los caracteres cons- Stratigraphy, promovidas por las propias Units a fi-
tructivos y en las transformaciones de los edificios, nales de la década de los años 80 y comienzo de los
es decir, en el análisis objetivo de los mismos arte- 90, con el claro objetivo de servir de foro de discu-
factos” (Mannoni, 1996: 5). Es entonces cuando la sión sobre la metodología y su aplicación a partir de
disciplina abrirá su propia vía de divulgación. Nace las numerosas experiencias llevadas a cabo principal-
así la revista Archeologia dell’Architettura (1996/I), mente en suelo urbano10. Ejemplos de esta reflexión
la cual, no hay que olvidar, lo hace como suple- son, por ejemplo, las discusiones surgidas en torno al
mento anual a la revista de Archeologia Medievale diagrama estratigráfico, con propuestas de diagramas
(1974/I), serie inaugurada más de dos décadas antes. de Actividades (conjuntos de UEs coetáneas) o group
Pero ¿por qué entonces la Arqueología de la Ar- matrix o, por otro lado, la introducción del land use
quitectura surge en Italia cuando las primeras expe- diagram (Figura 3), mediante el cual se intenta intro-
riencias estratigráficas se dan en Inglaterra? En nues- ducir la duración o longevidad de las UEs y ordenar-
tra opinión, la razón de ello puede buscarse en varias las en categorías mayores11.
causas. Por un lado, las ciudades inglesas fueron un Este proceso determinó su posterior y paulatina
buen marco para el desarrollo de una arqueología implantación en la arquitectura. Después de un perio-
estratigráfica de suelo, condicionada por los impera- do de incertidumbre, con un debate interno (Ferris,
tivos de la urgente reconstrucción, pero no lo fueron 1989 y 1991; Meeson, 1989; Smith, 1989 y Bold, 1990)
sin embargo para la de los alzados, dada la ausencia más centrado en el uso de fichas de documentación
de estructuras murarias de época antigua y medieval que en su función como herramientas útiles para de-
y, por otro lado, la notable presencia de complejos terminar y organizar la secuencia ( Jones, 2000: 114),
industriales, propiedad de una arqueología industrial las primeras experiencias (Lea, 1985/86 (Figura 4) y
de corte positivista y con una consolidada tradición Westman, 1987, en Londres) y reflexiones en torno a
desde finales de los años 60. De hecho, aunque la los grados de análisis (Ferris, 1989) o la integración
14
Society for Medieval Archaeology se funda en 19579, de los trabajos arqueológicos en las distintas fases del
es decir, casi dos décadas antes que su homóloga ciclo de restauración del patrimonio edificado (Wood,
italiana, la arqueología medieval encajará dentro del 1994) retrasaron sus fechas a finales de los 80, inicios
marco citado de excavaciones urbanas (Biddle, 1968: de los 90. Otros trabajos pioneros tuvieron lugar en el
110), en las cuales se incluyen gran número de igle- mismo entorno anglosajón, aunque en los territorios
sias y conjuntos medievales. de las antípodas y de Latinoamérica, y se centraron
Por el contrario, la sustancial cantidad y cualidad en problemas como la identificación de las UEs y su
de los restos murarios medievales conservados en los situación cronológica12.
centros históricos italianos, así como la presencia de A día de hoy, se puede decir que la aceptación
una teoría de la restauración y de una emergente ar- de la aplicación estratigráfica a los muros comienza a
queología medieval, que requerían una herramienta ser mayoritaria13, aunque no homogénea, no faltando
de análisis de la arquitectura, se prestaron a su de- voces que reclaman la necesidad de particularizar la
sarrollo. Es precisamente en la Italia septentrional y aplicación del sistema de registro al análisis de los
otras zonas carentes de grandes monumentos (Quirós
y Gobbato, 2004: 190) y por ello necesitadas de otra
herramienta de análisis que permitiese abordar el es-
tudio de una arquitectura urbana y rural “anónima”, 10
Steane (1992), Barber (1993), Sheperd (1995) y Roskams (1998 y 2000),
donde la arqueología estratigráfica de los alzados en- entre otros.
11 Diferentes propuestas (Carver, 1990; Spence, 1990 o Steane, 1993) pre-
cuentra su sitio.
tenden resolver el problema de representar la longevidad de las Unida-
En Inglaterra, el “sistema Harris” fue sometido a un des. Fenómenos como la reutilización de las Actividades por otras pos-
proceso de reflexión que afectaba a sus herramientas. teriores a lo largo del proceso constructivo o de ruina o el deterioro de
las Unidades y Actividades que pertenecen a distintos momentos, por
ejemplo, no son representados explícitamente en el diagrama.
12 Destacamos las propuestas de Davies (1987 y 1993) sobre la introducción

de símbolos de representación, y de Hammond (1991), sobre la adición de


9
Publicándose el primer volumen del Journal of Medieval Archaeology un la información cronológica proveniente de analíticas de c14.
13
año más tarde (1958). Trabajos recopilados en Roskams (2000).

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Archaeology. Archeologia. Arqueología. Hacia el Análisis de la Arquitectura

15

Figura 3 (arriba). Land use diagram según Steane (1993). OA: Open Area, B: Building, ph: phase.
Figura 4 (abajo). Dibujo estratigráfico del muro N de St Mary-at-Hill (Londres) según Lea (1985-86).

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Arqueología aplicada al estudio e interpretación de edificios históricos

edificios14. De hecho, los estudios realizados en In- po, es decir, una sincronía reflejada sintéticamente en
glaterra pueden distinguirse por el tipo de arquitec- el diagrama o secuencia temporal, el análisis sintác-
tura que analizan (Clark, 2000: 17), siendo el análisis tico de los espacios se aplica a un momento estático
estratigráfico propiedad casi exclusiva de los alzados de esa secuencia temporal, generalmente reflejado en
medievales15. una planimetría, base sobre la que se representan los
En la arquitectura excavada confluyen propuestas análisis arriba indicados. Ambas aproximaciones son,
encaminadas a entender la arquitectura desde un en- en consecuencia, complementarias. La protohistoria,
foque socio-espacial y funcional. En la década de los carente de alzados, por un lado, y la arqueología his-
80 aparecen distintas propuestas en torno al análisis tórica17, rica en ellos pero habitualmente ocultos por
de la arquitectura excavada en los yacimientos. Arqui- revestimientos posteriores, por otro, es decir, las eta-
tectos (Hillier y Hanson, 1984), arqueólogos (Sanders, pas más antiguas y las más modernas, son los campos
1990) o antropólogos (Steadman, 1996) afrontan el de aplicación que cuentan con un mayor recorrido en
análisis de construcciones carentes o pobres de al- los análisis espaciales.
zados, desarrollando un tipo de estudios que intenta Por último, el estudio de la arquitectura vernácula
explotar al máximo la capacidad informativa de las se rige según un método tipológico, aunque con un
plantas constructivas, a menudo lo único conservado. pronunciado énfasis en el proceso de entendimiento
Aspectos como la forma arquitectónica, los accesos y de la arquitectura industrial18. Estos trabajos pueden
la visibilidad espacial, son analizados y representados encuadrarse dentro del denominado, según Mannoni
en análisis gamma, planos de circulación y campos (1998), “análisis configuracional”. Se realiza una lectu-
de visión. Principalmente el análisis gamma (diagra- ra arqueológica, pero no se sigue un esquema estra-
mas de accesibilidad) fue notablemente criticado por tigráfico, teniendo en cuenta que los revestimientos
obviar otro tipo de información (tamaño relativo de ocultan gran parte de las superficies murarias de es-
los espacios, esquemas decorativos de suelos y mu- tos conjuntos, pertenecientes principalmente a época
ros) que puede complementar el estudio espacial moderna y contemporánea. Se observan las caracte-
16
(Brown, 1990) y porque corre el riesgo de caer en la rísticas morfológicas y las variaciones tipológicas y
simplificación de identificar modelo espacial y mode- dimensionales, siendo evidente las limitaciones del
lo social (Grenville, 1997: 20). Sin embargo, hay que estudio. Por ello, estos trabajos deben entenderse
subrayar que este sistema interpretativo debe ir siem- dentro de un marco legal establecido que pone en
pre precedido de uno de registro como medio para relación la importancia del edificio, el grado de pro-
averiguar la convivencia y/o sucesión de las unidades tección y los niveles de análisis (TABLA 1).
espaciales que caracterizan los distintos momentos Este marco garantiza el estudio en mayor o menor
“espaciales” y “funcionales”. Por lo tanto, primero hay medida de todos los conjuntos arquitectónicos, situa-
que registrar (estratigrafía) y después interpretar (aná- ción totalmente ajena en España. Sin embargo, las
lisis espacial)16. constantes transformaciones de la ciudad y el rígido
Es más, mientras la Arqueología de la Arquitectura sistema de grados de protección condicionan severa-
obtiene una evolución constructiva a lo largo del tiem- mente el nivel de análisis, siendo habitual la aplica-
ción de los niveles más superficiales (niveles 1-2), de
forma eventual el intermedio (nivel 3) y de manera
excepcional el que implica un análisis estratigráfico
14
Distintas puntualizaciones realizadas por Ferris (1989), sobre la utilización pormenorizado (nivel 4).
de fichas de documentación específicas para elementos arquitectónicos
De la paulatina aceptación de la Arqueología de
y elementos estructurales; Grenville (1997: 2-59), sobre la necesidad de
especificar una agenda de investigación y, posteriormente, de trabajo; o la Arquitectura en territorio inglés se desprenden dos
por Morriss (2000: 152-155), sobre el inadecuado uso, en su opinión, del
término “estratigrafía” en el análisis de los edificios.
15 Addyman y Morris, 1976 y Rodwell, 2005 como principal síntesis, con re-

ferencias previas.
17
16 Entre las experiencias prácticas en nuestro país, podemos citar los traba- Con un notable desarrollo en Latinoamérica, ver Zarankin (2003), Funari y
jos de Sánchez (1998 y et alii 1999) en la arquitectura ibérica meridional, Zarankin (2003) y Zarankin y Niro (2007).
18
de Mañana, Blanco y Ayán (2002) y Criado y Mañana (2003) en la prehis- Como evidencia el manual de Hutton (1986), trabajo centrado en realidad
tórica septentrional, de Bermejo (2009 en prensa) en la arquitectura do- en la manera de realizar los dibujos de forma detallada, con un método
méstica romana y de Gutiérrez y Cánovas (2009) en la medieval (basílica similar al utilizado para el mismo tipo de arquitectura en América del Nor-
de El Tolmo de Minateda, Albacete). te (Deetz, 1977 y Guy, 2006).

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Archaeology. Archeologia. Arqueología. Hacia el Análisis de la Arquitectura

efectos positivos. Primero, la introducción del térmi- extensos (over-extended) o infravalorar los aspectos
no building archaeology sustituyendo a otros anterio- iconográficos de los edificios (Fernie, 1988: 357). Fue-
res (building recording, architectural archaeologists ra de estos reproches, más bien aislados, aunque sig-
o surveyors) en 1993, como ocurre de manera casi nificativos, la aceptación del análisis estratigráfico de
coetánea en el ámbito italiano, con motivo de la con- la arquitectura parece asumida.
ferencia del Buildings Special Interest Group, dentro Por lo tanto, tal vez debamos reformular la cues-
del Institute of Field Archaeologist (IFA)19. Este he- tión planteada unos párrafos más arriba, en la que
cho supone el inicio del estudio del edificio como nos preguntábamos ¿por qué la Arqueología de la
objeto arqueológico con su propio derecho (Morriss, Arquitectura surge en Italia cuando las primeras ex-
2000: 14). Y en segundo lugar, la normalización de periencias estratigráficas se dan en Inglaterra? La res-
los análisis arqueológicos de acuerdo a un marco de puesta reside, en nuestra opinión, en el hecho de que
gradación de estudio-importancia del edificio. Las la Arqueología de la Arquitectura surge de manera
normativas de análisis periódicamente actualizadas, “natural” en aquellos ámbitos que asumen el método
más que unas instrucciones definitivas, deben enten- Harris como sistema de registro. La única diferencia
derse como un amplio marco referencial20. Lejos de la consiste en que en el ámbito anglosajón, la Arqueo-
bonita utopía a la que pueda conducir a primera vista logía de la Arquitectura surgió como arqueología,
la existencia de tal aparato normativo, esta reglamen- mientras que en el italiano lo hizo como arqueología
tación supone frecuentemente el inicio del proceso medieval, marcos que determinan irremediablemente
de destrucción del edificio, no de su recuperación o su evolución posterior. Tanto la vinculación historio-
restauración. Es decir, se documenta el edificio que gráfica, idiomática como patrimonial podría explicar
se va a destruir, idea sobre la cual volveremos al final la importación desde Italia, y no desde Inglaterra, a
del texto. nuestro país. Sintetizando, podríamos decir que la Ar-
Los efectos negativos fueron comunes a los de queología de la Arquitectura nace gracias a la reno-
otros ámbitos científicos. Se produjo un enfrenta- vación de la metodología arqueológica en el ámbito
miento con una historia del arte que acusaba a la sajón y a su importación por parte de una arqueo- 17
arqueología de tener un carácter confuso o engañoso logía medieval italiana emergente, libre por ello de
al proponer unos periodos constructivos demasiado una tradición consolidada y rica, a su vez, en alzados
construidos.
Fuera de este triángulo, se constata una presencia
heterogénea de la Arqueología de la Arquitectura en
19
Con un correspondiente monográfico sobre building archaeology en la
otros países europeos, aunque se reconoce un pau-
revista The Field Archaeologist (1992). latino incremento en los últimos años. En Portugal, la
20
Standard and Guidance for the archaeological investigation and recor- Arqueología de la Arquitectura ha sido introducida de
ding of standing buildings or structures, IFA, 1ª ed. 1996, rev. 2001; Recor- la mano del ya extinto IPPAR (Instituto de Portugués
ding Historic Buildings. A Descriptive Specification, RCHME, 1ª ed. 1990; o
Understanding Historic Building, EH, última ed. 2006; y de protección por
de Patrimonio Arquitectónico), institución consciente
el gobierno estatal de los edificios catalogados, ‘PPG15’: Planning Policy de la necesidad de aplicar este método de cara a los
Guideline: Planning and the Historic Environment. proyectos de restauración en el patrimonio edificado.

Catalogación de EH RCHM
Fechas Grado de protección Interés arquitectónico e histórico Niveles de análisis
Pre 1700 Grado I Antigüedad y excepcional interés Niveles 3 (analítico) y 4 (analítico comprensivo)
(Act 1979 Ancient Monuments
and Archaeological Areas)
1700-1840 Grado I Antigüedad y excepcional interés Niveles 1 (básico) y 2 (descriptivo)
(Act 1979 Ancient Monuments
and Archaeological Areas)
1840-1945 Grado II Particular importancia
Post 1945 Grado II Especial interés (aprox. 90% de
los edificios catalogados)

Tabla 1. Relación entre los grados de protección establecidos por el English Heritage (EH) y los niveles de análisis determinados por el Royal Commision on
Historical Monuments (RCHM).

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Arqueología aplicada al estudio e interpretación de edificios históricos

De hecho, el primer edificio analizado estratigráfica- Quince años después en España


mente (Ramalho, 2004: 149) fue la iglesia de São Gião
de Nazaré (Caballero, Arce y Utrero, 2003), gracias Tanto la introducción como desarrollo de la apli-
a un convenio establecido entre el IPPAR y el CSIC. cación del método estratigráfico al análisis de los
Trabajos posteriores se han desarrollado en varios edificios históricos en España ha sido ya tratado en
conjuntos monásticos (Rendufe, Tibães), amurallados trabajos previos de síntesis general (Caballero y Fer-
y eclesiásticos (Idanha-a-Velha, Lourosa), siendo el nández Mier, 1997; y Quirós, 2002 y 2006), de cuya
IPPAR (actualmente IGESPAR, Instituto de Gestão do lectura se concluye un panorama desigual sobre la
Patrimonio Arquitectónico e Arqueológico) y el co- puesta en práctica así como sobre la aceptación en
rrespondiente ente regional (gobierno, universidad) nuestro país tanto por parte de los arqueólogos y
los habituales garantes de estos trabajos. arquitectos como de la administración. La primera
En Francia, dentro de la llamada Archéologie du puesta en común en el marco peninsular (Murillo
bâti o Archéologie des élévations, el interés por el co- y Sánchez Zufiaurre, 200422) permite reconocer un
nocimiento de las fases constructivas21 (Rouger, 1999 panorama de creciente aplicación así como una re-
y Journot, 1999) es en gran medida deudor de la ex- flexión de los primeros resultados, condiciones y
periencia sajona (Davies, 1993 y Wood, 1994). Los perspectivas que vienen a sumarse a las efectuadas
materiales y las técnicas constructivas y de manera ya en el ámbito internacional con anterioridad (mo-
destacada las marcas de cantero, han gozado de un nográfico Arqueología de la Arquitectura 2002/1 y
gran protagonismo, reflejando de nuevo la importan- Ayán, Blanco y Mañana, 2003).
cia de la arquitectura medieval como sujeto principal En España, la introducción del método de una ma-
de análisis (Sapin et alii, 2008, conjunto de Mont- nera normalizada se debe a la actividad restauradora
SaintMichel). Los ejemplos han sido sin embargo su- del Servei del Patrimoni Arquitectònic Local de la Di-
ficientes para poner sobre la mesa cuestiones como putación de Barcelona, servicio que afronta las res-
las dificultades de implantación de la Arqueología de tauraciones una vez realizado el estudio arqueológico
18
la Arquitectura (Parron-Kontis y Reveyron, 2005) o la correspondiente. Arqueólogos y arquitectos iniciaron
inadaptación de la legislación (Derieux, 2004: 47). a comienzos de los años 80 una labor que llega hasta
En centro Europa, la Bauforschung es aún un nuestros días y que cuenta con un extendido currícu-
campo de arquitectos e ingenieros civiles que aúna lo de actuación en conjuntos edificados de distintas
análisis estructurales con otros de carácter descrip- etapas históricas. Hay que señalar que Cataluña era
tivo. Las referencias que conocemos nos llevan de probablemente el marco natural de introducción de
nuevo al periodo medieval, como ejemplifican los la Arqueología de la Arquitectura, teniendo en cuenta
trabajos practicados en algunos castillos bajomedie- que también las primeras experiencias de estratigrafía
vales por el Instituto de Cultura Material del Medioe- de suelo tuvieron lugar allí a finales de los años 70
vo Austriaco de la Academia de las Ciencias (Institut en yacimientos de cronología romana (Roure, 1992;
für Realienkunde des Mittelalters der Österreichischen López Mullor, 2002: 159, villa de Vilauba, Gerona) y
Akademie der Wissenschaften) y diversas iglesias me- medieval (López Mullor, 2002: 159, ermita de Nues-
dievales del mismo entorno (Hauser, 2003 y Mitter- tra Señora de Bellvitge, Barcelona23), incrementándo-
mair y Bitschnau, 2003). Aunque estas referencias son se el número de excavaciones de edificios de culto
escasas como para efectuar una valoración global, la medievales en la siguiente década (López Mullor y
sombra de la tradición de la Arqueología Clásica de González, 1991). La creación de grupos de trabajo
la escuela alemana así como el reducido número de como el Taller Escola d’Arqueologia de Tarragona
alzados medievales, mayoritariamente destruidos en (TED’A) y las reuniones sobre método (Trócoli y Sos-
las contiendas del siglo XX, de manera similar al caso pedra, 1992) reflejan su paulatina acogida en el seno
inglés, podrían ser algunas de las causas de esta si-
tuación.

22
Sesión de Arqueología de Arquitectura en el IV Congresso de Arqueolo-
gia Peninsular (Faro, 2004), publicada como parte de la revista Arqueolo-
gía de la Arquitectura 2004/3.
21
Algunos ejemplos indicados por Esquieu (1997), Prigent (2000) y Prigent 23
Considerada el primer “diagrama estratigráfico” de la arqueología me-
y Hunot (2000). dieval catalana.

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Archaeology. Archeologia. Arqueología. Hacia el Análisis de la Arquitectura

de la arqueología catalana. En los 80, la estratigrafía ternacional celebrado en Valladolid26, así como otras
se extiende a los alzados construidos de otras tantas monografías posteriores surgidas con vocación de es-
iglesias barcelonesas (López Mullor, 2002: 160). La tablecer una puesta al día (Ayán, Blanco y Mañana
afortunada combinación de lectura de paramentos y 2003 y Murillo y Sánchez Zufiaurre, 2004).
excavación, permitió obtener una comprensión com-
pleta del monumento y de su entorno inmediato en
la mayoría de estos ejemplos. Hacia un análisis
El Servei no sólo implantó y desarrolló una mane- de toda la Arquitectura
ra de hacer. Su nacimiento estrechamente vinculado a
la restauración y a la arqueología de suelo dentro de Como ya hemos mencionado, la habitual conserva-
un equipo multidisplinar (arquitectos, arqueólogos, ción parcial o total de los alzados de las construc-
historiadores) favoreció su difusión entre estos distin- ciones medievales fue en un inicio uno de los prin-
tos profesionales, contando además con un medio de cipales motivos del desarrollo de la Arqueología de
divulgación propio (Simposi). la Arquitectura para el estudio de los conjuntos cons-
Con anterioridad al trabajo desarrollado por el Ser- truidos de este periodo. Dos décadas después, sus
vei, las reflexiones y experiencias de investigadores límites parecen establecerse peligrosamente en esta
como L. Caballero (1986 y 1987) y A. Jiménez (1989) época, como demuestran la mayoría de los ejemplos
habían evidenciado la necesidad de un cambio meto- que conocemos. Se constata igualmente un desequili-
dológico. Este salto tuvo lugar con la puesta en mar- brio regional, del mismo modo que evidencia D’Ulizia
cha de distintos proyectos de investigación sobre la (2005) para la península italiana, dependiendo los
arquitectura altomedieval hispánica, concretamente distintos trabajos realizados de los correspondientes
de la región castellano-leonesa, que contaban con la marcos legislativos y gubernamentales y de la inicia-
Arqueología de la Arquitectura como herramienta de tiva de los distintos organismos públicos y privados,
análisis. Los primeros desarrollos teóricos así como saliendo unas arquitecturas y unos territorios más be-
experiencias prácticas, quedaron plasmados en dos neficiados que otros. 19
publicaciones que suponen el inicio “oficial” de este Pero si hay una conclusión evidente después de
método: el monográfico Leer el documento construi- realizar este recorrido por la prehistoria e historia de
do (Caballero y Latorre, 1995), publicado significati- la Arqueología de la Arquitectura es que, mientras los
vamente en una serie de arquitectura (Informes de la proyectos de investigación27 y de restauración28 han
Construcción), y el Curso de Arqueología de la Arqui- tenido en Italia y en España su principal marco de
tectura (Caballero y Escribano, 1996). Ambas mono- aplicación y desarrollo, el ambiente anglosajón está
grafías constituyeron una síntesis metodológica y una notablemente marcado por un proceso totalmente
recopilación de distintas experiencias que sentaron contrario, el de la destrucción. Del mismo modo que
las bases para trabajos posteriores. la reconstrucción de la posguerra actuó como acicate
Con estos precedentes, la década de los 90 fue para la introducción del método estratigráfico, el de la
testigo del desarrollo de ciertos aspectos metodoló- destrucción ha condicionado el devenir del análisis de
gicos24 y de la implantación paulatina del método los alzados construidos dentro de un estricto esquema
en distintos entornos geográficos y académicos. A la (tabla 1). La documentación arqueológica se convierte
consolidación de estos grupos de trabajo e investiga- aquí en el único modo de preservar la información
ción25, hay que sumar la fundación de la revista de sobre un patrimonio destinado a desaparecer.
Arqueología de la Arquitectura, coeditada por la UPV
y el CSIC, cuyos dos primeros números (2002 y 2003)
recogían las aportaciones realizadas al congreso in-

26
En el V Congreso de Arqueología Medieval Española (Valladolid, 1999, vol. 1)
se acogió una sección específica de arqueología de la arquitectura que
24
Sobre cronotipología y mensiocronología, ver Quirós (1994 y 1996), Alta- recogía trabajos realizados en distintos tipos de conjuntos peninsulares.
rriba et alii (2001). Sobre micro-estratigrafía, Arce (1996) y Arce, Doglioni 27
Caballero (2002 y 2004) y Utrero (2008).
y Parenti (1996). Y más recientemente sobre prospección, Mauri (1995), 28
Distintos ejemplos en Azkarate (2002), González Moreno-Navarro (1995
Quirós y Gobbato (2004) y Sánchez Zufiaurre (2007). y 1999), López Mullor (2002), Mileto y Vegas (2003 y 2004) y Tabales
25
Cuyos trabajos forman parte de este volumen. (2002a y 2002b).

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Arqueología aplicada al estudio e interpretación de edificios históricos

Esta idea, sin olvidar los obstáculos ya menciona- Bibliografía


dos (principalmente, superficialidad de los análisis
en la mayoría de los casos), debería introducirse en ADDYMAN, P. y MORRIS, R. (eds. 1976): The archaeo-
nuestro ámbito. Es urgente no sólo romper la fronte- logical study of churches, The Council for British Ar-
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a periodos pretéritos, sino afrontar su estudio de una
manera arqueológica, del mismo modo que se hace ALTARRIBA, M., GUILLÉN, C. GUZMÁM, R. y RODÀ,
cuando se excava cualquier tipo de yacimiento. Es tan I. (2001): “Una propuesta de curva mensiocronológica
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La conservación del tiempo en la restauración:
el proyecto estratigráfico
Pablo Latorre González-Moro
Arquitecto, Fundación Caja Madrid
platorre@cajamadrid.es

25
Best Poster Award, CIPA 2001; Premio Europa Nostra proceso de transformación en el tiempo, que provoca
2002; Premio Olaguibel de Arquitectura 2006; profe- la estratificación de su construcción y le confiere su
sor en los master de restauración de Madrid, Sevilla y condición histórica. Simultáneamente, la arquitectura
La Coruña; restauración de La Torre de Hércules (La histórica está dotada de unos valores sincrónicos que
Coruña), Melque (Toledo), Trampal (Cáceres) y Cate- emanan de su propia condición como arquitectura.
dral de Santa María (Vitoria-Gasteiz); levantamientos Definida la estratigrafía de una construcción histó-
del Acueducto de Segovia, Catedrales de Palma y Vi- rica podemos proyectar la que resultará de la obra de
toria y Cripta Guell; arquitecto del Programa de Con- restauración: definiendo y proyectando los depósitos
servación del Patrimonio Histórico de la Fundación que se eliminarán o cortarán, el trazado de las nuevas
Caja Madrid. superficies de corte, la colocación, volumen y super-
ficies de borde de los nuevos depósitos constructivos
y las relaciones resultantes entre los depósitos históri-
Resumen cos conservados y los nuevos construidos.

La historia de la restauración ha estado marcada por


las limitaciones que se han impuesto a la obra para Palabras clave
garantizar la conservación inalterada de los valores
documentales, históricos y temporales. Sin embargo, Espacio, arquitectura, tiempo, estratigrafía, restauración.
no ha sido posible concretar la materialidad de los
elementos que otorgan estos valores al monumento y Abstract
cómo se destruyen con la obra de restauración.
No puede percibirse un espacio inmaterial, ni de- The story of restoration has been marked by the limi-
finirse el tiempo en un espacio estático. El valor dia- tations imposed to the restoration works for guaran-
crónico de la arquitectura es una consecuencia del teeing the unaltered conservation of the documen-
movimiento de los materiales de su estructura en su tal, historical and temporal values. However, it hasn’t

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been possible to establish the materiality of the ele- turas, o las ruinas de civilizaciones periclitadas para
ments that give this values to the monument and how transmitir esta sensación, (Yourcenar: 65)1. Hace poco
are they destroyed with the restoration works. pude oír el comentario de un periodista radiofónico
It’s impossible to perceive an immaterial space, to describiendo como, en el interior de una pequeña
define the time in a static space. The diachronic value iglesia románica, “se podía oír el tiempo almacenado”;
of architecture is a consequence of the movement of expresión que, en principio, no nos resulta chocante
the materials of its structure in the processes of trans- y aceptamos como una licencia literaria.
formation along time, which causes the stratification En realidad esta evocación responde a un sen-
of its construction and gives to it its historical condi- timiento muy común de la imagen que ofrecen los
tion. Simultaneously, the historic architecture is equi- monumentos históricos, las ruinas y los objetos anti-
pped with synchronical values which emanate from guos que autentifican la existencia y la actividad de
its own status as arquitecture. las sociedades que nos precedieron o certifican la de
Defined the stratigraphy of an historic building we civilizaciones desaparecidas cuando se integran ya,
can project the one that will result from the restora- como un elemento más de la naturaleza y el paisaje,
tion works: defining the deposits that will be elimi- (Marchan: 11)2. Cada huella, mancha, raya, muesca o
nated or cut, the layout of new cutting surfaces, the roto en la materia que conformó el espacio de la ar-
placement, the volume and the surfaces of the edges quitectura y la erosión que moldeó la forma originaria
of the new constructive deposits and the resulting re- de sus materiales o de los objetos usados, responde
lationships between the preserved historical exposits directamente a sucesos que se desarrollaron durante
and the ones recently built. la vida de las personas que los habitaron o utilizaron
(Fig. 01).
Tampoco nos extrañamos que se confiera un va-
La aprehensión del tiempo a través de la lor añadido a la acción del paso del tiempo sobre las
arquitectura histórica y su conservación obras de arte. Frases como: “el tiempo, que es también
26
quien pinta” de F. Goya; “la piedra más humilde de
“Las ruinas producen una fascinación deriva- un viejo monumento, aunque haya sido desbastada
da de ser algo raro: una tragedia más sin au- por un pobre cantero rudo e inhábil, se terminó por
tor. Una tragedia cuyo autor es simplemente el el más potente de los escultores, el tiempo” de Anato-
tiempo; nadie la ha hecho, se ha hecho”... “Tam- le France, recogidas por Torres Balbás; o las de él
bién las cosas gastadas muestran el paso del mismo, que manifestaba cómo las restauraciones eli-
tiempo y en el caso de un objeto usado por el minaban de los monumentos “la belleza y el factor
hombre algo más: la huella siempre misteriosa, pintoresco que el tiempo les ha ido prestando en una
de una vida humana grabada en su materia. labor secular” (Torres Balbás: 27), son expresiones
Un cepillo usado, un zapato viejo, un traje raí- igualmente aceptadas. Pero esta valoración positiva
do, casi llegan a alcanzar la categoría de rui- del paso del tiempo sobre las obras de arte sigue
na. Porque ruina es solamente la traza de algo vigente y no es exclusiva del romanticismo, como de-
humano vencido y luego vencedor del paso del lata el título del libro de Yourcenar: “El tiempo, gran
tiempo.” (Zambrano: 253). escultor”.

Existe la certeza —no solo profesional—, sino gene- 1


“… Estos duros objetos, moldeados a imitación de las formas de la vida
ralizada socialmente y expresada a través de la li- orgánica, han padecido a su manera lo equivalente al cansancio, al enve-
jecimiento, a la desgracia. Han cambiado igual que el tiempo nos cambia
teratura, la poesía, la filosofía o el arte, de que al
a nosotros…”
contemplar los objetos antiguos o visitar las ruinas y 2
“... la ruina se basta a sí misma, y la recuperación o incluso la mera invo-
los monumentos somos capaces de conectarnos con cación de su arquitectura originaria podrían contribuir a que perdiera sus
el pasado, permitiéndonos ese instante “viajar en el encantos. Las ruinas hechizan por sus propias imperfecciones, cautivan
más que el monumento acabado, en ellas se antepone lo fragmentario
tiempo”. Es un recurso habitual utilizar la imagen de
a lo integral. En una palabra, son asumidas desde una belleza que no
las piedras desgastadas y fracturadas de los monu- poseían en sus orígenes, siendo decisiva para que aquélla brille la inter-
mentos; la desvaída, lamida o mutilada de las escul- vención del tiempo, la permanencia...”

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La conservación del tiempo en la restauración: el proyecto estratigráfico

27

Figura 1 (arriba izquierda). Ruina de una edificación abovedada en el yacimiento arqueológico de Tiermes, Soria, 1990. Foto autor. (arriba derecha). Detalle
de ángel y gárgola de la fachada de San Pablo de Valladolid, 2006. Archivo Fundación Caja Madrid. Foto autor. (abajo izquierda). Edouard Valdús. Templo de
Augusto y de Livie en Vienne , Lyon en 1851. Mérimée, Monum, 2003. (abajo derecha). Templo de Augusto y de Livie en Vienne, Lyon en la actualidad.
Nizinha feb 2009.

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Arqueología aplicada al estudio e interpretación de edificios históricos

Por otro lado, desde la aparición misma de la His- Es lógico, que aplicando la teoría y la praxis de
toria del Arte como disciplina y de la restauración una disciplina, cuyo objetivo es definir la geometría y
como actividad, ha existido un rechazo social casi ge- la construcción del espacio arquitectónico y los me-
neralizado a la imagen que ofrecen los monumentos canismos del proyecto para definirlos, el arquitecto
restaurados (Del Valle Inclán: 11)3, debido fundamen- trate de descubrir —tanto en la fase de levantamiento
talmente a la pérdida de plasticidad que sufren, que (Latorre 2009, en prensa), como durante la redacción
se asocia con su estado alterado y degradado y, sobre del proyecto de restauración— aquellos retazos de
todo, a su incapacidad —desde ese mismo momen- un monumento que formaban parte de una forma re-
to— para evocar el paso del tiempo (Le Corbusier: conocible de un espacio, de una arquitectura con una
30-31)4. Parece un contrasentido que la restauración tipología concreta y que trate de devolver al monu-
dirigida a recuperar la arquitectura del pasado consi- mento en la restauración su condición de arquitectu-
ga destruir esta capacidad, cuando son precisamente ra, recuperando los espacios mutilados por el tiempo
los edificios mejor conservados los que nos permiten y las formas de los materiales degradados.
trasladarnos con más autenticidad al mismo. Qué me- Desde su aparición como disciplina a principios
jor que el Acueducto de Segovia o el Panteón para del siglo XIX, la teoría y la práctica de la restaura-
entender la arquitectura romana y, sin embargo, qué ción monumental ha tratado de buscar una solución
escasa o nula capacidad parecen tener las reproduc- al problema que aparece inevitablemente cada vez
ciones de arquitecturas desaparecidas (Hernández: que es necesaria la intervención sobre un monu-
29-53) o las fantasías estilísticas y tipológicas para
transmitirnos esa sensación (Fig. 02).
Hay que reconocer que más allá de la valoración
romántica de los monumentos y las ruinas y de su
exaltación plástica y poética, la historia de la arqui-
tectura no se ha interesado en estudiar las caracterís-
28
ticas de la materia y la configuración degradada que
confieren a un monumento su capacidad para evocar
el paso del tiempo y su valor documental e histórico.
Desde la óptica de los arquitectos —responsables últi-
mos de la restauración de los bienes inmuebles— hay
una cierta incomprensión hacia la documentación que
puede desprenderse de los restos de transformaciones
menores y de “escaso” valor arquitectónico que alteran
u ocultan los espacios y la construcción de la arquitec-
tura que más se valora y se considera “original”. Tam-
poco se entienden las razones que pueden existir para
conservar las huellas de la erosión y de la degradación
en los materiales que han perdido su forma y que im-
piden apreciar la arquitectura en toda su “integridad”.

3
A este respecto es muy significativa la descripción que hace Valle Inclán
de la escenografía de la primera escena de la farsa infantil “La cabeza
del dragón”, “...Es un castillo de fantasía, como lo saben soñar los niños.
Tiene grandes muros cubiertos de hiedra, y todavía no ha sido restau-
rado por los arquitectos del Rey. ¡Alabemos a Dios!”.
4
“... La iglesia Saint-Etienne, librada a su indigencia, es admirable y contur-
badora; la basílica de Saint-Front, violada por los restauradores, puede
considerarse arruinada. Creo en la piel de las cosas como en el de las mu-
jeres. En Saint-Front, lo han raspado, retocado, rehecho todo, centímetro
por centímetro. Todo lo han falsificado: mentirosos, falsificadores. ¿Con qué
derecho? ¡Trágica confusión! Bien sé que su intención fue buena. ¡Ay, ay!...”

Figura 2. Exterior e interior de casa romana construida en la exposición de


Paris de 1889 para ilustrar la evolución histórica de la tipología de vivienda.

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La conservación del tiempo en la restauración: el proyecto estratigráfico

mento. Si no intervengo y conservo su arquitectura se negaba su valor documental e histórico, (Sáenz de


degradada, lo estoy condenando a su desaparición, Oiza: 136)5.
aunque sea con la dignidad que le otorga la “auten- Las incorporaciones de la nueva arquitectura se
ticidad” de sus restos, concediéndole eso sí “las hon- efectuaban con toda la “libertad” en el diseño que
ras fúnebres del recuerdo” (Ruskin: 229). Si restauro, avalaban las diferentes cartas de restauro, al exigir
condeno también al monumento a convertirse en que éstas pudiesen reconocerse distinguiéndose de
un documento mudo y, por tanto, carente de valor las “originales”, lo que facilitaba que el resultado final
histórico. Esta realidad es la que ha provocado el en- de la restauración se convirtiese en una suerte de “co-
frentamiento entre los profesionales y ha marcado el llage” constructivo que mezclaba las fábricas históri-
desarrollo mismo de la teoría de la restauración y la cas con las nuevas estructuras de hormigón y acero6.
redacción de las cartas y legislaciones de protección De hecho, las razones y los mecanismos de composi-
que, sucesivamente, han ido ampliando las medidas ción que se utilizaban eran similares a los que definía
de conservación como garantía de la preservación Kurt Schwitters en su trabajo, cuando reaprovechaba
de los valores documentales e históricos y la “salva- pequeños trozos de restos desechados, de objetos
guarda” del monumento. mutilados y textos rotos de periódicos, libros o re-
Entre conservar o restaurar, verdadero o falso, ar- vistas olvidados y despedazadas para componer sus
queología o arquitectura, documento o recreación, collages (Schmalenbach: 14)7 (Fig. 03).
tiempo o espacio, valor diacrónico o sincrónico, etc. Las distorsiones y agresiones que estas actuacio-
se abre una brecha tan estrecha y profunda que pa- nes provocaron en la percepción y construcción de
rece insalvable y que convierte en antagónicos e in- la arquitectura histórica, tuvieron como consecuencia
compatibles estos conceptos. Esta separación parece la búsqueda de soluciones que, sin renunciar a su
que nos obliga en cada intervención —por pequeña condición “contemporánea”, fuesen compatibles con
que sea ésta— a declararnos partidarios de una u otra la arquitectura histórica. Con este objetivo se trató de
postura y elegir entre restaurar su arquitectura, recu- establecer un cierto diálogo entre las fábricas antiguas
perando la forma y el espacio alterados por el tiempo, y las nuevas aportaciones, mediante el intento de lo- 29
reafirmando la verdadera autenticidad de estos valo- grar una “diacronía armónica” o una “analogía formal”
res (Hernández: 55-64); o defender la conservación a
ultranza de su estructura degradada, para garantizar
la preservación de la documentación y la autenticidad
inherente al material y a su configuración “original”,
5
“... Mi tesis es: la operación de actuación sobre la arquitectura antigua
tal y como ha llegado hasta nosotros.
es una operación de arquitectos. El objeto sobre el que trabajan los ar-
En los últimos años del siglo XX, hemos visto queólogos y restauradores es un objeto de arquitectura, que incumbe al
repetida la confrontación que se había producido a arquitecto... al final la operación de intervención es una operación que
finales del siglo XIX. Las rehabilitaciones y restaura- transforma la arquitectura. La arquitectura transformada es una opera-
ción de arquitectura... Entre arqueólogos y restauradores por un lado,
ciones acometidas en los edificios históricos, que mu-
y los legisladores por otro, estamos entre enemigos: unos nos entregan
chas veces se utilizaban como meros contenedores de del pasado lo que quieren, otros nos proponen lo que debe ser el futuro
nuevas funciones (Rivera: 167), provocaba el rechazo de las formas que soñamos...”
del mundo de la historia y especialmente del arqueo- 6
Carta de Venecia 1964, Art. 9: “La restauración es un proceso que debe
tener un carácter excepcional. Su finalidad es la de conservar y poner de
lógico, al ver otra vez manipulados o demolidos de
relieve los valores formales e históricos del monumento y se fundamenta
forma totalmente aleatoria y muchas veces gratuita en el respeto a los elementos antiguos y a las partes auténticas. La res-
los restos conservados de las fases menores del mo- tauración debe detenerse allí donde comienzan las hipótesis: cualquier
numento (Caballero, 1987: 29). Vivimos una época en trabajo encaminado a completar, considerado como indispensable por
razones estéticas y teóricas, debe distinguirse del conjunto arquitectóni-
la que se atacó la especialización en restauración, de-
co y deberá llevar el sello de nuestra época…”
gradándola y convirtiéndola en un subproducto de la 7 “... Por ahorro, utilizaba para expresarme todo lo que encontraba pues
profesión y se defendió que sólo los buenos arquitec- éramos un país empobrecido. Se puede también gritar con restos de
tos modernos eran capaces de hacer y crear buenas basura y lo hice encolando y clavando estos desechos. Los denominé
MERZ, eran como mi oración por el final victorioso de la guerra, pues una
restauraciones, puesto que sólo ellos eran capaces de
vez más había vencido la paz. De cualquier forma, todo estaba destruido
incorporar y superponer buena arquitectura sobre la y era válido empezar a reconstruir lo nuevo a partir de los escombros... el
histórica, que se valoraba sólo como arquitectura y material es tan inesencial como yo mismo. Lo verdaderamente importan-
se utilizaba como parte de la composición y a la que te es la configuración. Utilizo cualquier material que admita el cuadro...”

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en la superposición de estilos, formas, construcción y se acompaña con la publicación del “manifiesto para
composición arquitectónicos que se producía entre una restauración tímida” (Ermentini)8. Este documen-
ambas (Solá-Morales: 30-38; Capitel: 47-50). to proclama el fin de la teoría de la restauración y
Frente a las veleidades en el diseño y la compo- promueve una labor continua y planificada de man-
sición propuesta por los arquitectos en su afán de tenimiento de los monumentos, basada en la mínima
proporcionar al monumento arruinado una nueva aportación de material que garantice su conserva-
unidad, fuese mediante la reconstrucción estilística ción, con su configuración y estratificación conserva-
en el XIX o en el estilo de la arquitectura moderna da y con su identidad compleja y multiforme.
en el XX, se ha propuesto de nuevo, en los inicios El manifiesto se promueve acompañado de una
del siglo XXI, la mínima intervención como única vía fuerte carga irónica y entre sus alegatos reivindica las
para garantizar la conservación de la totalidad de la figuras de Boito, Ruskin, Brandi y Bonelli acompaña-
documentación histórica inherente a la materialidad dos de los hermanos Marx, Chaplin, Benigni y Totto.
del monumento. La repetición cíclica de la polémica Proponen imponer un “carnet” por puntos que el res-
histórica, ahora entre los partidarios de las recons- taurador iría perdiendo al incumplir determinados pre-
trucciones tipológicas (Marconi) y los conservadores ceptos (Ermentini: 21)9, un “menú” para el restaurador
(Bellini) reaparece como un espectro sin solución. tímido (Ermentini: 29) y un tratamiento médico con la
En el entorno de los colaboradores y alumnos “famosa” aspirina “Timidina, con vitamina C” para cu-
del profesor Amadeo Bellini se crea en septiembre rar los males que afectan a los restauradores, (Ermen-
del año 2000 la “Shy Architecture Association” que tini: 19). La publicación se acompaña de una imagen
fotográfica en la que el “super-conservador” Amadeo
Bellini le recomienda este tratamiento al “súper-re-
constructor” Paolo Marconi para curar su grave enfer-
medad, con el consejo de que practique el espíritu de
la “no violencia” sobre los monumentos (Fig. 04).
30
Con independencia de las ironías terapéuticas para
curar los males y las veleidades que padecen los res-
tauradores más osados, lo cierto es que seguimos
constatando cómo la “restauración” provoca de forma
inexorable en el monumento la destrucción de su valor
documental e histórico y de su capacidad para evocar el
paso del tiempo; además, tenemos la certeza que este
problema se produce siempre al manipular los materia-
les de la construcción del edificio conservado, lo que
conduce inevitablemente —para evitar este problema—
a actuar “tímidamente” y con la prudencia necesaria
para garantizar la mínima intervención posible.
En este contexto, parece lógico pensar que si el
valor temporal asociado a la contemplación de la ar-
quitectura histórica desaparece con su restauración,
este valor necesariamente estará asociado a los mate-
riales y a la configuración de los elementos construc-
tivos que la componen tal y como la hemos recibido,
ya que es en el proceso de su manipulación y modi-

8
http://www.shyarch.it/
9
“... Sanciones. Exceso de velocidad en la actuación, 5 ptos; no conceder
prioridad al conocimiento del monumento, 8 ptos; uso del móvil en la
obra, 2 ptos; invertir el sentido del proceso de la historia reconstruyendo
el primitivo esplendor, 20 ptos, restaurar ebrio, 5 ptos, ...”

Figura 3. Kurt Schwitters, Merzbild 31, 1920.

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ficación en la obra de restauración cuando este valor Espacio, materia, movimiento y tiempo
se destruye (Latorre, 1995). Este problema se acepta
como irremediable sin preguntarse ni plantearse qué “…El tiempo, como la mente, no es cognosci-
elementos y materiales de la configuración de una ble como tal. Solamente conocemos el tiempo
arquitectura histórica contienen su valor temporal, de indirectamente por lo que sucede en él, por la
tal modo que su conservación pueda manejarse como observación del cambio y lo que permanece,
una variable con la que poder trabajar en la fase de por el señalamiento de la sucesión de aconte-
estudio de un monumento y, sobre todo, en la elabo- cimientos entre marcos estables e indicando el
ración del proyecto de restauración. contraste de varias clases de cambios…” (Ku-
bler: 70).

El espacio vacío e inmaterial no tiene límites y carece


de referencias, por lo que no es perceptible, ni com-
prensible. Para Poincaré, el espacio vacío es amor-
fo, una forma flácida, sin rigidez, que es adaptable a
todo y carece de propiedades por sí mismo, son los
cuerpos en sus relaciones mutuas los que determinan
el espacio y le dan una u otra forma (De Lorenzo:
37). Sólo podemos comprender el espacio asocián-
dolo a la materia que lo delimita, lo configura y le
confiere su tridimensionalidad, al permitir situar el
origen de un sistema euclidiano de coordenadas rela-
tivo. Además, es la materia la que dota al espacio de
cualidades y características: dimensiones, peso, color,
31
textura, olor, sonido, etc. que nos permiten percibir-
lo, sentirlo, y experimentarlo. En definitiva, espacio y
materia forman un binomio necesario: no hay espacio
sin materia, ni materia sin espacio, como nos recuer-
da constantemente la disciplina de la arquitectura.
Por otro lado, es imposible percibir un espacio
inmóvil que sería simplemente un engaño de nues-
tra imaginación. En un espacio inmóvil e inerte sólo
tendríamos una percepción estática condicionada por
nuestra propia inmovilidad que lo convertiría en una
foto fija en tres dimensiones y en una sensación única
y permanente. Para percibir el espacio necesitamos
movernos y cambiar de posición, modificando cons-
tantemente nuestras sensaciones y percepción de la
materia que se sitúa en él, multiplicando nuestros
puntos de vista de los espacios atravesados por la luz,
que nos permitirá observar sus formas, dimensiones y
color. Durante el recorrido, también percibimos el so-
nido del aire y del agua al rozar con los materiales, el
olor que desprenden y el acabado de sus superficies
al tocarlas, etc. (Zevi: 24).
Sabemos que no existe un espacio estático, el uni-
verso es dinámico y todo se mueve. Sabemos también
que sin movimientos de la materia no pueden produ-
cirse cambios en ésta, que son una consecuencia del

Figura 4. El super-conservador (Prof. Amadeo Bellini) receta la “Timidina” al


super-reconstructor (Prof. Paolo Marconi) año 2003 (Ermentini, p. 18).

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contacto, los roces y choques que se producen en su Como expresión plástica del cambio que provoca
interacción. El movimiento de la materia puede tener el paso del tiempo sobre la materia, es ejemplar la fo-
su origen en fuerzas de carácter natural o derivarse tografía de Man Ray titulada “criadero de polvo” y en
de la acción de los seres vivos, especialmente del la que puede verse el efecto de la acción del polvo de
hombre que lo dotará de unas razones socio-cultura- Brodway sobre “el gran vidrio” de Duchamp, (Richter:
les, decisivas en su comprensión histórica. Por tanto, 103)10. Como explica el propio Duchamp, el polvo
es el cambio y la transformación de la materia, como depositado sobre el vidrio necesita de tres a cuatro
consecuencia de su movimiento en el espacio el que meses para hacerse perceptible a la vista y crear un
nos permite tener constancia del paso del tiempo al color y una textura traslúcida que pueda incorporarse
establecer un antes y un después de éste. a la obra. Uno de los subtítulos que Duchamp dio
a este trabajo fue “vidrio en retardo”, concepto que
implica movimiento y duración y que explica, cómo
10
“… A fin de conferir determinada calidad pictórica –planteada de ante- para su materialización, es necesario un proceso pla-
mano– a una parte de la estructura, dejó que el polvo de Nueva York se
nificado en el tiempo de sedimentación del polvo so-
acumulara en la obra. Quién conozca Nueva York sabrá qué significa
esto. Durante un año y medio el gigantesco vidrio permaneció apoyado bre el vidrio (Duchamp: 62) (Fig. 05).
sobre tacos de madera en su taller mientras que el polvo que penetraba Los conceptos de espacio y tiempo y sus relacio-
por la ventana que daba a Brodway se depositaba en la obra. Una vez nes son uno de los temas fundamentales de la historia
que Man Ray lo había fotografiado limpió cuidadosamente el vidrio, con
de la filosofía, la ciencia, la literatura o el arte. A partir
excepción de los conos sobre los cuales fijó el polvo valiéndose de un
producto adhesivo…” de Newton y Descartes, la civilización occidental ad-

32

Figura 5. Cría de polvo, polvo de Brodway sobre Le Grand Verre de Duchamp. Foto de Man Ray 1920. (Duchamp, 1978, p. 103).

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quirió una concepción del espacio y del tiempo ab- —como los del Santuario de Ise en Japón— no son
soluto, matemático e infinito y la de un tiempo que más que la materialización de un ritual de retorno a
fluye uniformemente en una sola dirección, desde el los orígenes, asociado a la idea de regeneración, puri-
pasado al futuro sin interrupción, sin relación con los ficación y transición para destruir el paso del tiempo,
sucesos externos y sin retorno posible. alejando de nuestra existencia la proximidad de la
Pero esta imagen es falsa. Afirmar que los cuerpos muerte (Vegas: 32-37). Cuando la restauración trata
se mueven en un espacio y en un tiempo absolutos de devolver al edificio su configuración “original”, re-
es pura ficción, lo que se observa realmente son mo- pite de algún modo los ritos de “abolición del tiem-
vimientos relativos de unos cuerpos con respecto a po” que define Eliade, al “restaurar el instante inicial”
otros que también están en movimiento, pero que se de la construcción y sacrificar cualquier rastro que
consideran quietos para fijar en ellos un sistema de se conservase hasta ese momento de su proceso de
referencia que, como hemos dicho, siempre es rela- reformas y transformación.
tivo. Poincaré insistirá en que “dadas las condiciones
aquí en la tierra, la geometría euclídea tridimensio-
nal, ha sido y será la más conveniente, porque se ha La tetradimensionalidad de la arquitectura
mostrado como necesaria para la supervivencia de la histórica: los procesos de transformación
especie humana” aunque mantiene una concepción
relacional entre los cuerpos del espacio y afirma que en el tiempo
“la única realidad objetiva consiste en las relaciones
de las cosas, de las que resulta su armonía universal” “... Si uno no sabe lo que es un “suceso”, no pue-
(Poincaré: 119; Isham y Savvidou: 11)11. de entender la geometría del espacio-tiempo. Igual
Esta concepción lineal del tiempo, de la historia y que las localizaciones son los lugares en un pai-
el progreso son relativamente recientes. Mircea Elia- saje, los sucesos son los lugares en el espacio-tiem-
de, el gran historiador de las religiones mostró cómo po… Un suceso es una posición en el tiempo tanto
los pueblos “primitivos” poseían una idea cíclica del como en el espacio. Evidentemente, el mundo de
tales sucesos —que llamamos espacio-tiempo— es 33
tiempo, en el que los grandes acontecimientos repe-
tían sistemáticamente hechos sobrenaturales y gestas tetradimensional. Se necesitan tres coordenadas
protagonizadas en los orígenes míticos del cosmos para especificar el “dónde” de un suceso, y una co-
por los dioses, antes de que el hombre apareciese en ordenada para especificar el “cuándo” (Price: 21).
la tierra. Lo que hace el hombre, ya se hizo; su vida Entendemos como suceso una acción específica
no es más que la repetición ininterrumpida de las que se desarrolla en un espacio determinado y en
gestas realizadas por otros (Eliade: 15). Los pueblos un momento concreto. Cada movimiento de la ma-
primitivos sentían un verdadero “terror a la historia” y teria en el espacio (suceso) tiene una causa que lo
tenían un sentido fatalista de la vida, por ello celebra- provoca y unas consecuencias, al ocupar la mate-
ban ritos y fiestas de “regeneración del tiempo” con el ria una posición en el espacio vacío y dejar vacío
objetivo de inaugurar periódicamente un ciclo nuevo un espacio que puede ocuparse nuevamente. To-
que se repetía sistemáticamente (Eliade: 79)12. dos los materiales que componen un edificio histó-
La mayoría de los rituales de destrucción y recons- rico quedan definidos por las tres coordenadas de
trucción que conocemos para la renovación de los su posición en el espacio que establece dónde esta
materiales que componen una cabaña o un templo colocado y por una coordenada temporal que de-
termina cuándo fue colocado. La colocación en un
instante concreto de un material formando parte de
un elemento constructivo, constituye un suceso. El
11
“... La visión relacional niega al tiempo (y al espacio) una existencia inde-
conjunto de sucesos que se producen a lo largo de
pendiente de los objetos y procesos materiales... el tiempo existe sólo en una obra y que concluyen con la construcción del
virtud de la existencia de la materia y los acontecimientos materiales...” edificio o su transformación, deben quedar defini-
12 “... los ritos de construcción nos descubren algo más: la imitación y por
dos en el proyecto de arquitectura.
ende, la reactualización de la cosmogonía. Una “era nueva” se abre con
la construcción de cada casa. Toda construcción es un comienzo ab-
El proyecto de arquitectura selecciona, conforma
soluto, es decir, tiende a restaurar el instante inicial, la plenitud de un y ordena el movimiento y la colocación de los ma-
presente que no contiene traza alguna de “historia”.” teriales en el espacio (sucesos), siguiendo un pro-

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ceso constructivo previamente planificado con una del interior. A esta acción se suman las de carácter
duración determinada. El proyecto es la respuesta a traumático que pueden provocar catástrofes natura-
una serie de variables funcionales, formales, cons- les (terremotos, incendios, inundaciones) o la acción
tructivas y económicas establecidas previamente por directa y destructiva del hombre (guerras, incendios,
el promotor de la obra y que satisfacen unas ne- etc.) (Fig. 06).
cesidades específicas y se enmarcan en un contex- La mayoría de las reformas se acometerán cuan-
to socio-cultural concreto (Latorre, 1996: 105-107). do la construcción se haya deteriorado o arruinado,
Además, el edificio al situarse en un espacio deter- lo que impedirá su utilización habitual y será nece-
minado deberá adaptarse a las preexistencias que lo saria su reparación, reconstrucción o restauración.
ocupan, eliminarlas para ocupar el espacio vaciado También puede suceder que al pasar el tiempo el
o podrá adaptarse a éstas, integrándolas en la nueva grupo social que utiliza el edificio haya variado en
construcción. su número, cambiado sus costumbres, sus necesida-
Todos los materiales de un monumento, colo- des o cambie la propiedad y el uso al que se destina
cados siguiendo un mismo proyecto y en el mis- y el edificio sea incapaz de satisfacer las exigencias
mo contexto sociocultural y temporal y sobre las de sus usuarios, que promoverán su rehabilitación.
mismas preexistencias, constituyen una fase de la Finalmente, puede suceder que su entorno físico
construcción que se designa como “estructura” (Ca- o su contexto socio-cultural también hayan cam-
ballero, 1996: 41). Todos los materiales que com- biando con el paso del tiempo, modificándose los
ponen una estructura, es decir que se colocaron en gustos del grupo social que lo ocupa, que no se
una misma fase de la construcción, mantendrán una identifica con la forma o el estilo del edificio, lo
relación espacio-temporal de “contemporaneidad” y que impedirá que la imagen de éste cumpla con su
compartirán una serie de características indirectas función representativa y simbólica y provocará su
que permitirán relacionarlos, aunque en la realidad remodelación.
estén colocados en instantes diferentes y sucesivos. En definitiva, toda transformación de una arquitec-
34
Todos estarán ordenados para configurar los espa- tura preexistente se promueve cuando sus usuarios la
cios de una determinada arquitectura, con un estilo consideran inadecuada para desarrollar su actividad
y una tipología concreta y compartirán unas varia- habitual desde el punto de vista constructivo, fun-
bles de carácter técnico-constructivo como el tipo de cional o formal, y se consideran con la capacidad
material, la talla, la junta, el aparejo, etc., y otras de económica suficiente para acometerla. Todo proyecto
carácter morfológico como las dimensiones, geome- de transformación de una arquitectura preexistente
tría, forma, etc. (Azkarate, 2002: 67). se inicia con la redefinición, por parte del promotor,
La transformación de una arquitectura puede de las variables constructivas, funcionales o formales
promoverse incluso durante su construcción, al de- previas, en un contexto sociocultural distinto y con
mostrar su inestabilidad por errores constructivos o unas condiciones económicas nuevas, de acuerdo
estructurales. También puede acometerse al finalizar a las cuales y la estructura conservada objeto de la
la obra, cuando al ponerse en uso demuestra su in- reforma (preexistencias), el arquitecto redactará un
capacidad para cumplir las necesidades establecidas proyecto de intervención que ordenará los “sucesos”
previamente por el promotor o sus expectativas esté- constructivos de la modificación proyectada.
ticas, formales o simbólicas, poniendo en evidencia Muchas veces, especialmente cuando nos referi-
los errores del proyecto o de la construcción. mos a grandes obras de arquitectura, en vez de pensar
Desde el mismo instante en el que una arquitec- en un proceso de transformación de una arquitectura
tura se considera acabada y su promotor la ocupa previa deteriorada, debemos imaginarnos procesos de
y empieza a utilizarla, se ve sometida a la acción construcción muy dilatados en el tiempo y en una se-
destructiva de la naturaleza y el hombre. La natura- rie de arquitecturas sucesivas que nunca se completan.
leza a través de la climatología o la acción biológica En estos casos, tenemos que suponer que la construc-
provoca la erosión y la degradación lenta y con- ción del proyecto que inicia la ocupación del espacio
tinua de los materiales que puede acabar provo- se interrumpe y continúa después de un periodo de
cando fracturas, fisuras o algún colapso parcial. La inactividad, reutilizando las preexistencias del periodo
acción del hombre, en el uso habitual del edificio, anterior, integrándolas en un nuevo proyecto (Azkara-
erosiona y deteriora igualmente los revestimientos te, 2001)13. La adaptación y reutilización de una arquitec-

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35

Figura 6. Girart de Roussillon y su mujer Berthe fundando doce abadías. Miniatura del siglo XV. (Biblioteca de Vienne).

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tura incompleta es tan habitual como el proceso descrito Los sucesos constructivos que conducirán a la trans-
de transformación pura de una arquitectura previa y am- formación de una arquitectura preexistente o a la mo-
bos, pueden presentarse de forma aislada o combinada dificación e integración de una arquitectura inacabada
en el proceso de configuración de un edificio histórico. pueden ser de tres tipos: eliminación (—) de una par-
te de los materiales existentes que se desechan, con-
servación (=) mediante el tratamiento y reparación de
los materiales que se reutilizan y superposición (+) de
13
nuevos materiales sobre los conservados, creando un
A este respecto es muy sugerente conocer los resultados del análisis
efectuado de la Catedral de Vitoria. Este edificio empezó a construirse nuevo depósito o “estrato” en la secuencia constructiva
como un encastillamiento sobre la muralla de la ciudad que no se com- (Latorre 2002: 165). Entre los materiales conservados
pletó, posteriormente se construye una iglesia compuesta de sucesivas de la estructura previa y los que se colocan nuevos en
fases inacabadas y de cambios de proyecto que conducen después de
la transformación se establece siempre una relación de
300 años a la construcción de un templo diferente al proyectado inicial-
mente, abovedado con madera y sin los arbotantes, botareles ni pinácu- “antero/posterioridad” evidente, unos estarán coloca-
los ahora innecesarios. La sustitución posterior de las bóvedas de ma- dos “antes” y otros “después”, es decir poseerán una
dera por otras de piedra provoca un proceso continuo de deformación coordenada temporal diferente, lo que confiere a la ar-
y ruina que condujo a la construcción de los arbotantes y de estribos
quitectura histórica su tetra-dimensionalidad (Fig. 07).
incompletos, hasta alcanzar un nuevo equilibrio.

(-)
36

(=) (+)

Figura 7. Una ermita prerománica abovedada tras su ruina se transforma en una pequeña iglesia románica con cubierta de madera, siguiendo el proceso
de transformación descrito de: eliminación (-), conservación (=) y superposición (+) de los materiales.

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La estratificación constructiva: en ruinas. Un edificio está en ruinas cuando pierde su


uso y la sociedad decide abandonarlo al no estimar
depósitos e hiatos
procedente su recuperación.
“Los estratos antrópicos se derivan de una se- Dos materiales en contacto, colocados en fases di-
lección cultural: el hombre puede crear estratos ferentes, mantendrán siempre una relación de antero/
a voluntad que respondan a un plan abstracto posterioridad que podrá determinarse: estarán siem-
y no al devenir de la naturaleza...el material pre separados por una superficie de corte o de borde,
de los estratos antrópicos es transportado por el definirán arquitecturas distintas y espacios diferentes,
hombre y la deposición de ellos está regulada sus variables técnico constructivas y morfológicas se-
por su acción y planificación... los estratos ver- rán diferentes y poseerán una coordenada temporal
ticales, como podrían ser los muros, constituyen diferente. Dos materiales en contacto (mismo depó-
formas propias y exclusivas de la estratificación sito UEM) o separados en la construcción (depósitos
antrópica... Estos estratos, al ser sólidos al me- UEM diferentes) pero, colocados en la misma fase
nos durante un periodo de tiempo, dan lugar a de la construcción (es decir pertenecen a la misma
nuevas formas de deposición...Los estratos an- “estructura”), mantendrán una relación de contem-
trópicos aparecieron cuando el hombre se hizo poraneidad que igualmente podrá determinarse: res-
constructor...” (Harris: 65-84). ponderán al mismo proyecto, definirán una misma
arquitectura, pertenecerán al mismo contexto tem-
poral y sociocultural y compartirán las variables de
La eliminación de material (—) de una estructura
carácter técnico-constructivo y morfológico, lo que
arquitectónica puede ser provocada por la acción del
nos permitirá relacionarlos y entender su contempo-
hombre o de la naturaleza. La eliminación de mate-
raneidad, aunque estén separados en el espacio de la
riales (—) crea siempre en la estructura conservada
construcción y colocados en momentos distintos de
una superficie de corte al eliminar o cortar los depó-
la misma fase de obra.
sitos de las fases precedentes y las superficies que
En general, cada transformación que se promue- 37
los delimitan. La superposición de nuevos materiales
va sobre una arquitectura histórica, actuará mayorita-
(+) a los conservados se apoyará en las superficies
riamente sobre la fase precedente, tanto al eliminar
que delimitan los depósitos previos y formalizará en
materiales (—), como al superponer los nuevos (+).
su contorno exterior una nueva superficie de borde.
Siguiendo la lógica de una demolición y de las leyes
Los nuevos depósitos constructivos podrán colocar-
de la gravedad, toda transformación deberá actuar
se apoyados o adosados a los depósitos históricos,
primero de arriba hacia abajo, limpiando y desmon-
cortarlos para atravesarlos, rellenar los huecos de un
tando las estructuras precedentes para definir la su-
depósito previo, o dada su tridimensionalidad, su-
perficie de apoyo del nuevo depósito y que hemos
perponerse ocultando total o parcialmente las caras
designado como superficie de corte. Como en toda
visibles de éste. Estas superficies sin material —de
construcción, los materiales nuevos se colocarán de
corte o de borde—, importantísimas para compren-
abajo hacia arriba, construyéndose sobre la superficie
der la secuencia histórica de la construcción, definen
de apoyo creada en las estructuras de la construcción
los saltos temporales o “hiatos” que se han producido
conservada.
entre los materiales de cada una de las fases de una
En este proceso, los materiales de las fases más an-
construcción en su proceso de transformación.
tiguas tendrán una presencia cada vez más exigua, ya
Las superficies de corte provocadas corresponden que habrán sufrido un número mayor de transforma-
a una transformación proyectada del edificio y, ge- ciones y una selección más intensa. Simultáneamente,
neralmente, se repararán rellenando la superficie de este proceso provocará que estos materiales se sitúen
corte con nuevos materiales (+) que definirán nue- en los niveles más próximos a la cimentación, ocul-
vas superficies de borde. Aunque son imprevistos, los tos y protegidos por los depósitos de las actuaciones
cortes provocados por un accidente o una catástrofe posteriores, lo que favorecerá que su eliminación sea
serán igualmente rellenados en la reparación que se cada vez más improbable; pero además, en este pro-
promoverá para evitar la ruina y permitir el uso al que ceso habrán demostrado su validez e importancia en
está destinado el edificio. Una superficie de corte que la composición de la arquitectura conservada, lo que
no se repara, normalmente corresponde a un edificio también les protegerá de su eliminación.

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Es necesario apuntar que, algunas veces, los pro- Los materiales conservados de las diferentes
cesos que se derivan de la lógica de la construcción y arquitecturas que componen un monumento, nos
de las leyes de la estática pueden verse alterados por permiten imaginar —por su forma y posición—
el ingenio humano. La utilización de apeos, recalces, cada uno de los espacios del que formaron parte.
castilletes y de todo tipo de maquinaria puede alterar En paralelo, la ausencia de los materiales removi-
el orden “lógico” de la construcción y de la estratifi- dos de su posición, ocupada ahora por otros mate-
cación, provocando que una fase más moderna relle- riales con características diferentes y que delimitan
ne por debajo una más antigua que ha permanecido otros espacios, revela la transformación y el cam-
apeada en el desarrollo de la construcción. bio. En definitiva, el movimiento de los materiales
Además en este proceso, para integrar los mate- y las modificaciones y cambios que producen en
riales de los depósitos antiguos y unificar su aspecto su configuración las obras de conservación, repara-
con los nuevos materiales, los primeros pueden sufrir ción, rehabilitación, reconstrucción, remodelación,
algún tipo de modificación superficial, ser retallados restauración, etc. generan una construcción estrati-
para tratar de imitar los nuevos aparejos, sufrir un ficada en el tiempo.
proceso de limpieza y rejuntado o ser recubiertos con
nuevos revestimientos, etc. La identificación de estos
materiales modificados resulta especialmente difícil, De la estratificación a la estratigrafía:
ya que sus variables técnico constructivas y forma- el principio de inmovilidad
les originales se han ocultado o destruido, tratando
de reproducir las de las nuevos fases. En estos ca-
“... La primera tarea fundamental de la ciencia
sos, sólo los restos que puedan conservarse en su
histórica consiste en asegurar la realidad efecti-
posición, participando en la configuración de unos
va de los acontecimientos por ella descritos...Las
espacios de la arquitectura de la que proceden, nos
“fuentes”, pues, permiten el acceso científico a
puede permitir reconocerlos. Del mismo modo, cuan-
la realidad histórica. Esta realidad se constru-
38
do los materiales se mueven y se reutilizan en un ele-
ye en primera instancia sobre la base de estas
mento constructivo de una fase posterior, pierden las
fuentes. Pero esto sólo es posible si las fuentes
referencias espaciales de la arquitectura en la que se
están aseguradas en su valor de fuente, es de-
integraban, y sólo, las variables técnico constructivas
cir, si está demostrada su autenticidad. Esto se
y especialmente las morfológicas, nos permitirán rela-
consigue por medio de la crítica...” (Heidegger:
cionarlos con otros materiales coetáneos y recolocar-
32-33).
lo en su posición original, operación que designamos
como anastilosis.
La repetición en el tiempo de los procesos de La historia de los edificios es la historia de sus
erosión-eliminación, conservación y superposición transformaciones y de las causas que las provocaron,
(—,= ,+) de materiales constructivos sobre la estructura de las sociedades que las crearon, de su cultura, de
preexistente, con la creación de superficies de corte su situación económica y social, etc., y existe una
o borde entre los materiales, provocará la estratifica- relación cierta, directa y única entre su historia y el
ción de su construcción. Este proceso convierte a los “orden” que tienen los materiales en su construcción
monumentos en una suerte de collage constructivo, estratificada. El palimpsesto de materiales, las huellas,
compuesto por los trozos conservados de cada una las marcas y los restos de las sucesivas transforma-
de las arquitecturas modificadas. Estos se sitúan en ciones y sucesos constructivos que da forma a una
el espacio del edificio apoyados unos sobre otros, arquitectura histórica, dotan al espacio de la plastici-
superponiéndose, cortándose, adosados o rellenando dad que ha ido modelando el tiempo y constituye el
huecos; afectados por diferentes tipos de degrada- único testimonio material y el único documento veraz
ción, erosión o manchas; surcados a su vez por raspa- de las sucesivas transformaciones que ha padecido.
duras, fisuras o fracturas y separados por superficies El valor histórico que emana de una arquitectura del
de corte o de borde, en definitiva, estratificados de pasado estriba precisamente en la relación directa
los más antiguos a los más modernos, siguiendo el y cierta que puede establecerse entre la configura-
orden establecido por la sucesión de transformacio- ción estratificada de su construcción y la sucesión de
nes ocurridas a lo largo de su historia. transformaciones que la han generado.

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La conservación del tiempo en la restauración: el proyecto estratigráfico

El reconocimiento del carácter estratificado de la trucción y los procesos de transformación históricos


arquitectura histórica no es una valoración reciente, es necesario aplicar una metodología estratigráfica
aparece sistemáticamente en los sucesivos alegatos específica apoyada en unos conocimientos de carác-
sobre la necesidad de su conservación inalterada y ter constructivo y arquitectónico. Este cambio meto-
en las sucesivas cartas de protección14 como aprecia- dolólogico ha propiciado que desde el campo de la
ción de su valor documental. Camillo Boito afirmaba historia de la arquitectura se haya puesto en duda el
que “no sólo debe preservarse la pátina de los edi- carácter estratificado de la arquitectura histórica y de
ficios antiguos, sino también las sucesivas adiciones que se pueda deducir su estratigrafía aplicando una
aportadas a lo largo del tiempo, verdaderas estrati- metodología similar a la utilizada para la lectura y
ficaciones comparables a las de la corteza terrestre” registro de una excavación o de un corte geológico.
(Choay: 140). Torres Balbás, reconocía un “valor ar- Renato Bonelli niega la estratificación de la cons-
queológico” en los monumentos que se destruía con trucción alegando el carácter “vacío” de la arquitec-
su restauración. tura, frente al de “lleno” que tienen los estratos del
La construcción estratificada de una arquitectura subsuelo geológico y arqueológico e indica que la
en el tiempo, abre un camino muy importante en la metodología estratigráfica se basa, precisamente, en la
metodología y las técnicas de investigación de la ar- continuidad material entre los depósitos, ya que ésta
quitectura y su restauración, al permitirnos aplicar las permite definir las relaciones físicas que se producen
leyes generales de la estratigrafía para obtener del en el contacto entre ellos. Bonelli afirma que no exis-
edificio histórico —siguiendo una metodología espe- te una continuidad material en el espacio entre los
cífica— una secuencia de las fases de su construc- distintos cuerpos de una misma fase de la construc-
ción, ordenada en el tiempo desde la más antigua a ción, lo que impide realizar este análisis secuencial,
la más moderna. que finalmente arroja resultados “pobres, episódicos
Sin embargo, es importante entender que, del mis- y dispersos”. Para Bonelli la continuidad horizontal
mo modo que los procesos de estratificación geoló- de los depósitos está totalmente reñida con la condi-
gica no coinciden exactamente con los de la estrati- ción vertical de la construcción, cuya separación se 39
ficación arqueológica, tampoco éstos coinciden con produce según planos de asiento constructivo y no
los procesos de la estratificación constructiva, (Harris: por hiatos como se pretende. También plantea la re-
11-15). La estratificación arqueológica y constructiva lativa simplicidad de los elementos documentales que
es una consecuencia de la actividad humana, que los aparecen en la arquitectura y la dificultad que presen-
dotará de unas razones socio-culturales decisivas en ta su datación, frente a la riqueza informativa que se
su comprensión histórica. Por otro lado, el suelo ar- recupera en una excavación; que los revestimientos
queológico sufre procesos de excavación y construc- más modernos cubren la mayoría de las superficies
ción “similares” a los que se producen en la estrati- e impiden observar la secuencia de las fases de la
ficación constructiva y que interrumpen el proceso construcción, y que éstas, se vuelven prácticamen-
normal de una sedimentación natural. Sin embargo, te indetectables en muchos elementos constructivos
las estratificaciónes geológicas y arqueológicas son como pavimentos, estructuras de cubierta, bóvedas,
consecuencia fundamentalmente de los procesos de etc. (Bonelli: 9).
deposición y sedimentación, mientras que la estrati- Los argumentos utilizados por Bonelli para invali-
ficación arquitectónica únicamente está relacionada dar la evidencia de una construcción estratificada, lo
con los procesos de construcción, degradación-des- único que consiguen es describir las diferencias que
trucción y reconstrucción. existen entre la estratigrafía arqueológica y la cons-
Para poder discriminar los cortes de la construc- tructiva y las dificultades que presenta el análisis de
ción, los depósitos y sus bordes, las fases de la cons- ésta, que exige para su estudio el desarrollo de una
metodología específica. Bonelli niega que pueda ob-
tenerse la estratigrafía de una construcción y argu-
menta que para conseguirlo es necesario fragmentar
la arquitectura en múltiples elementos, preguntándo-
14
Carta de Venecia 1964, Art. 11: “En la restauración deben respetarse todas
se por el número de miles de UEM que resultarían
las aportaciones que definen la configuración actual de un monumento,
no importa a qué época pertenezcan, dado que la unidad de estilo no es del análisis de un gran monumento que, entiende,
el fin de la restauración…”. es inabarcable y sólo puede abordarse de un modo

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global, con las herramientas propias de la historia de • Definición de los depósitos constructivos existen-
la arquitectura (Bonelli: 9)15. tes (UEM) y de sus contornos. Se define como
En su descalificación general del “método”, Bonelli UEM (unidad estratigráfica de muro) al conjunto
desdeña la realidad incontestable y cierta de la estra- de materiales coetáneos de un edificio histórico
tificación de la construcción de una arquitectura en que pertenecen a un mismo contexto temporal y a
su proceso de transformación en el tiempo y el valor una misma fase de la construcción, separados por
documental intrínseco al análisis de ésta, sin proponer materiales de épocas diferentes, y delimitados por
cómo debe afrontarse el estudio científico del proceso superficies de corte o de borde. En la metodología
de transformación de un gran monumento. Este aná- de trabajo, a cada deposito debe asignársele un
lisis, realizado sólo con las herramientas habituales de número y sus características deben quedar regis-
la historia de la arquitectura, puede convertirse en un tradas en una ficha (Parenti, 1996: 79).
fiasco, si no se contrastan sus resultados con los que
• Definición de las relaciones estratigráficas de
pueden desprenderse del estudio de las fuentes mate-
antero-posterioridad entre los depósitos (UEM)
riales (el monumento estratificado) y sin entender la
colindantes. La relaciones entre dos depósitos
complementariedad que existe entre ambos análisis,
colindantes se establecen mediante las acciones
que deben apoyarse en la búsqueda de la “verdad” del
constructivas que se dieron en su formación y
proceso de transformación arquitectónica.
que nos permiten definir las relaciones de antero
A pesar de los “inconvenientes” señalados por
posterioridad entre ellos: cubre/es cubierto, apo-
Bonelli, durante los últimos 20 años se ha puesto a
ya en/se le apoya, corta/es cortado, rellena/es
punto, desde diferentes ámbitos universitarios y pro-
rellenado, se superpone a/es ocultado por, etc.,
fesionales, una disciplina —designada como “arqueo-
son algunos de los verbos que designan las ac-
logía de la arquitectura”— que ha desarrollado una
ciones que se produjeron en la formación de los
metodología específica de análisis de la construcción
depósitos constructivos (Carandini: 67-77; Caba-
histórica para obtener su estratigrafía, demostrando
llero, 1996: 66-69) (Fig. 08).
40
su viabilidad y que de un modo esquemático, se es-
tructura en las fases siguientes: • Identificación de los depósitos coetáneos y de-
finición de las estructuras existentes. Todas las
• Reconocimiento de las superficies de corte y bor- UEM contemporáneas conservadas en una ar-
de en la estructura arquitectónica. La búsqueda quitectura histórica constituyen una estructura y
de los cortes y bordes que pueden observarse en configuran los restos conservados en el tiempo
las fábricas es un modo de iniciar la fragmenta- de una transformación concreta del edificio. Las
ción y clasificación de los depósitos que compo- UEM separadas físicamente en el espacio de una
nen una construcción histórica. misma estructura, mantienen unas relaciones in-
directas que nos permiten reconocerlas como co-
• Definición de las variables morfológicas y téc- etáneas, al compartir normalmente las variables
nico-constructivas de los materiales y elementos de carácter morfológico y las técnico-construc-
constructivos, zonificando los conjuntos de varia- tivas, además de configurar un mismo espacio
bles definidas. La agrupación y localización en de una arquitectura determinada, si conservan su
el espacio del edificio de las variables que se tetra-dimensionalidad original.
presentan juntas, permite delimitar los depósitos
y definir las características constructivamente ho- • Correlación, periodización y secuencias estra-
mogéneas de las estructuras de cada una de las tigráficas: elaboración de la “matriz Harris”. La
fases de transformación (Azkarate, 2002: 67-69). matriz permite ordenar de un modo sistemáti-
co, en una secuencia de cronología relativa en
el tiempo, los depósitos (UEM) y las superficies
reconocidas, a partir de las relaciones de antero
posterioridad definidas e identificar las relaciones
15
“... la historia de la arquitectura trata de la comprensión de los edificios redundantes o incompatibles que será necesario
históricos a través de la restitución del proceso de creación y de los
acontecimientos constructivos, mediante la lectura de las formas de su
revisar en un proceso reiterativo hasta establecer
estructura y su consiguiente valoración crítica.” una secuencia coherente (Harris, 147-187).

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• Establecimiento de fechas de cronología absoluta tos y experiencia. Antes de que un observador pue-
de las estructuras definidas, a partir del estudio da formular y hacer valer un enunciado deducido
documental de archivo, del estudio artístico de de los “hechos” observados, debe estar en posesión
los elementos decorativos integrados en los de- del entramado conceptual apropiado y debe saber
pósitos y de los ensayos de laboratorio de los cómo aplicarlo adecuadamente (Chalmers: 10-12). El
materiales que las componen. estudio y análisis de una construcción estratificada,
necesita por parte de quien la ejecute, de una prác-
• Definición del proceso de transformación cons-
tica y experiencia para aprender a reconocer las su-
tructiva. Deberá aportar una explicación “científi-
perficies de corte y borde, los diferentes depósitos y
ca” de la sucesión de “hechos constructivos” que
las relaciones que se producen de contemporaneidad
han ido modelando la configuración del edificio
o de antero posterioridad, además de tener sólidos
hasta alcanzar la que presenta en la actualidad.
conocimientos de historia de la arquitectura, de la
Este trabajo deberá completarse con un análisis
construcción y de las técnicas y procedimientos cons-
histórico-crítico —basado en los fundamentos de
tructivos.
la historia de la arquitectura— que proponga la
A pesar de la experiencia, no siempre es posible
imagen de cada una de las arquitecturas recono-
deducir directamente de la lectura de los muros y
cidas en el proceso de transformación y las sitúe
del orden de los materiales, la totalidad de los he-
en su contexto histórico.
chos y acontecimientos sucedidos en la realidad. La
Como en todo trabajo científico, la capacidad de un correlación entre la materialidad y estratificación de
observador para reconocer los “hechos” de la reali- la construcción y la sucesión de hechos históricos no
dad, está siempre condicionada por sus conocimien- es inmediata, está llena de lagunas, vacíos y falsifi-

41

Figura 8. Croquis de campo de Caballero Zoreda (CSIC) con la individualización de los depósitos UEM y las superficies que se reconocen en el alzado
norte de la Iglesia de Santa Clara en Córdoba, 2006. Fotogrametría de Latorre y Cámara, S.L. Archivo Fundación Caja Madrid.

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Arqueología aplicada al estudio e interpretación de edificios históricos

caciones y su interpretación exige una investigación En paralelo a la valoración estratigráfica de la arqui-


minuciosa, con la conjunción de todas las técnicas tectura histórica hay que tener presente la condición
históricas, para conseguir explicar cómo se ha pro- que, como objeto de arquitectura, tienen los edificios
ducido este proceso y las fases por las que ha trans- históricos. Cada transformación supone la aparición de
currido. Para evitar interpretaciones erróneas es im- una nueva arquitectura que responderá a las variables
prescindible que los resultados obtenidos puedan ser funcionales, constructivas o formales que hayan justifi-
sometidos a una revisión crítica, para lo que deben cado su modificación. A diferencia de cómo se forma
documentarse, explicarse, y hacerse públicos. la estratigrafía del suelo —por niveles de ocupación
El carácter estratificado de la construcción de una y contextos claramente delimitados— en cada trans-
arquitectura histórica la convierte en un objeto sus- formación que se produce en la arquitectura se crea
ceptible de ser estudiado con metodología estratigrá- un nuevo contexto en el que los materiales conserva-
fica. La principal consecuencia de esta realidad es que dos de las arquitecturas precedentes se integran en el
cualquier movimiento, eliminación o superposición de nuevo proyecto, formando parte de la nueva estruc-
material constructivo que se produzca durante la obra tura que se construye y de los espacios definidos por
de restauración, provocará la modificación de la estra- ésta. De este modo, cada uno de los materiales de un
tificación y la alteración de las relaciones estratigráficas edificio histórico, aunque conserven su tetra-dimensio-
que se conservan en el edificio, pudiendo las existentes nalidad original (permanece inmóvil desde su prime-
ocultarse o desaparecer totalmente o de forma parcial. ra colocación) y las variables técnico-constructivas y
De hecho, la pérdida del valor temporal y documental morfológicas de la arquitectura de la que proceden,
de los monumentos está relacionado con el movimien- forman parte de cada una de las fases de transforma-
to de materiales que se produce en el desarrollo de la ción posteriores a su colocación.
obra de restauración, lo que nos conducirá a negar su Un pilar, un muro, una bóveda, un forjado, etc.
ejecución y a exigir la inmovilidad de los materiales pueden estar formados con materiales de diferentes
para garantizar la conservación de este valor. periodos históricos pero cumplen una función arqui-
42
tectónica determinada que habrá quedado estableci-
da en la última transformación del edificio. De este
La doble condición diacrónica (histórica) modo, los materiales que forman una construcción
histórica poseen una doble condición: la arquitectó-
y sincrónica (arquitectónica) nica (el sillar forma parte del pilar), y la histórica (el
de los materiales y el edifico histórico sillar se colocó en un momento histórico concreto).
Esta dualidad permite descomponer una arqui-
“... Un monumento puede ser estudiado desde tectura histórica en elementos constructivos (UC) y,
el punto de vista histórico-anticuario, prefirien- simultáneamente, en depósitos coetáneos de mate-
do la tradición literaria (textos, inscripciones, riales estratificados (UEM). En la descomposición en
monedas) a la lectura analítica de la realidad UC y UEM nos puede suceder que algunos materiales
material. Cada óptica consiste de hecho en pri- con escasa relevancia arquitectónica y constructiva
vilegiar un aspecto respecto otro y sólo el ojo de posean, sin embargo, una importancia estratigráfica
Dios sabe ver cada cosa de forma ilimitada... fundamental, pues representan el último testimonio
también es respetable tomar en consideración de una transformación concreta del edificio o la hue-
un monumento desde el único punto de vista lla que establece la relación de antero posterioridad
de su decoración arquitectónica...de las téc- entre dos fases que, inevitablemente desaparecerá,
nicas constructivas... otro punto de vista es el al desaparecer este material de su posición. De un
estratigráfico, que identifica cada una de las modo paralelo, existen materiales que por su forma o
fases de la construcción, ordenándolas en una posición tienen una importancia arquitectónica clave
secuencia temporal...finalmente existe la óptica (constructiva, formal o funcional) y que, sin embargo,
que investiga el esqueleto de un monumento, apenas tienen valor estratigráfico alguno.
su lógica estructural y su estática. Solamente la Esta dualidad de los materiales y del objeto arqui-
toma en consideración conjunta de todos estos tectónico mismo, que simultáneamente configuran un
puntos de vista, ... permite acercarse a la ver- objeto de arquitectura y un documento histórico, ha
dad de un monumento.” (Carandini: 21). provocado muchos de los conflictos y de las polémi-

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La conservación del tiempo en la restauración: el proyecto estratigráfico

cas que han marcado la historia de la restauración da como “arqueología de la arquitectura”, ha introdu-
arquitectónica. El edificio, como documento histórico cido una metodología y una herramienta de análisis
y como objeto estratificado, no puede ni debe ser que permite definir los estratos de cada una de las
alterado, ni modificado; sin embargo, en su condi- fases y las relaciones de antero posterioridad que se
ción de objeto de arquitectura, tiene necesariamente producen, lo que posibilita en el proyecto tomar de-
que renovarse y transformarse continuamente para cisiones sobre su conservación o eliminación.
responder al medio físico y humano en el que se en- Metodológicamente, la fase de análisis y de es-
cuadra para garantizar su conservación en el tiempo. tudios previos del edificio tiene que abordarse con
El reconocimiento del carácter estratificado de la el reconocimiento de esta doble condición de la ar-
arquitectura histórica y de la metodología que nos quitectura histórica: el enfoque “sincrónico” que co-
permite su definición, abre una vía metodológica con rresponde al edificio en su configuración actual, tal y
la que resolver este dilema —que carece aparente- como lo recibimos del pasado, entendido como una
mente de solución— al permitirnos definir aquellos estructura arquitectónica con unas características fun-
materiales que dotan al monumento de su valor tem- cionales, constructivas y formales específicas y unas
poral y son claves en el reconocimiento de los “he- patologías concretas definidas en su última transfor-
chos” que definen la secuencia histórica de su cons- mación; y el enfoque “diacrónico” que lo estudiará,
trucción y valorar las pérdidas implícitas a la obra de como objeto estratificado, consecuencia de un com-
restauración proyectada. Es en este contexto, en el plejo proceso histórico de transformación en el tiem-
que la aparición y desarrollo de la disciplina designa- po (Latorre, 1995: 17) (Fig. 09).

43

Figura 9. Esquema de descomposición de la arquitectura histórica en elementos constructivos (UC: Unidad Constructiva) y en depósitos y superficies
estratigráficas (UEM: Unidad Estratigráfica Muraria).

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El proyecto estratigráfico y la definición de demolición), la conservación de los estratos inaltera-


dos y la superposición (sedimentación-construcción)
la secuencia constructiva de la restauración
de los nuevos depósitos. La gran diferencia entre la for-
mación de un estrato arqueológico y uno de carácter
“Cada uno de los estratos arqueológicos es úni- constructivo es que el primero es involuntario y conse-
co en composición, tiempo y espacio: sólo se cuencia de la actividad humana que se desarrolla so-
crean una vez y el hecho de intervenir en ellos bre el suelo y el segundo se “construye” a partir de un
provoca su destrucción.” (Harris: 73). proyecto previamente “diseñado”. De hecho, siguiendo
los procesos de estratificación de la construcción que
La restauración de una arquitectura histórica re- hemos expuesto, es posible convertir la obra de res-
presenta la última secuencia de su proceso de trans- tauración en un proceso de estratificación controlado
formación en el tiempo, al que incorpora una nueva e “intencionado” (Caballero, 2004: 172). Esta realidad,
fase de su estratificación. Ésta se promoverá si el res- permitiría “proyectar la estratigrafía”, controlando y di-
ponsable de su conservación considera que existen señando previamente a su ejecución la modificación
razones que justifican la intervención desde el punto que la restauración provocaría en la estratigrafía exis-
de vista constructivo, funcional o formal y se encua- tente, abriendo un nuevo campo de actuación comple-
drará en un nuevo contexto socio-cultural condicio- tamente inédito del que sería necesario crear un marco
nado, no sólo por las técnicas de la construcción en metodológico para su aplicación.
uso, sino también por las teorías de la restauración y Del mismo modo que en el proyecto de restaura-
las leyes de protección vigentes. Pero esta realidad, ción dibujamos el estado actual de la arquitectura y
no modifica los mecanismos de transformación que después la transformación que proponemos, debería-
hemos descrito y el proyecto de restauración igual- mos también acometer el estudio del estado actual de
mente tendrá que definir: qué materiales se desechan la estratigrafía conservada, para definir posteriormen-
y cómo se demuelen o desmontan, qué tratamientos te el estado final de estratigrafía resultante de la res-
44
deben aplicarse a los materiales que se conservan y, tauración proyectada, lo que nos permitiría conocer
finalmente, diseñar cómo debe ser la arquitectura que y evaluar las pérdidas que se producirían. Indudable-
se construye sobre la estructura histórica, hasta confi- mente, el problema que plantea el reconocimiento
gurar un nuevo estrato sobre la construcción. de una arquitectura estratificada exige una respuesta
La obra de restauración modifica la estratigrafía verdaderamente interdisciplinar y transversal que va-
construida, de un modo similar al que provoca en la lore simultáneamente las necesidades que plantea la
estratigrafía del yacimiento un nuevo nivel de ocupa- restauración de la arquitectura y las alteraciones y
ción y sedimentación de origen antrópico. Ambos ac- pérdidas que ésta obra provocaría en la estratigrafía
túan sobre la estratificación previa mediante el corte conservada, tratando de buscar un equilibrio justifica-
y eliminación de materiales estratificados (excavación- do en la solución finalmente adoptada (Fig. 10).

Figura 10. Sección transversal de la catedral de Vitoria. Estado actual, lectura estratigráfica y propuesta de restauración.

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La conservación del tiempo en la restauración: el proyecto estratigráfico

45

Figura 10.1 (arriba). Figura 10.2 (abajo). Sección transversal de la catedral de Vitoria. Estado actual, lectura estratigráfica y propuesta de restauración.

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Arqueología aplicada al estudio e interpretación de edificios históricos

Para abordar la ejecución de este proyecto estrati- 3. En la fase de superposición:


gráfico sería necesario realizar previamente:
• Definir y evaluar las superficies de corte o borde
y los depósitos que se ocultarán total o parcial-
• Levantamiento preciso de la geometría deforma- mente con la construcción de los nuevos depó-
da con la representación detallada de la arquitec- sitos y revestimientos como: rejuntados, revocos,
tura, la decoración, los materiales y aparejos que pinturas, aplacados y todo tipo de tratamientos
componen su construcción y de todos los signos de restauración.
de deterioro visibles (erosión, fracturas, fisuras,
manchas, etc.) (Latorre, 2009). • Definir y proyectar las variables técnico-cons-
tructivas y morfológicas de los nuevos depósitos,
• Lectura y definición de la estratigrafía conservada estableciendo la relación con las variables de los
e interpretación histórica del proceso de transfor- depósitos antiguos.
mación constructiva, planteando desde las herra-
mientas de la historia de la arquitectura el con- • Definir y proyectar los encuentros entre las su-
texto histórico que ha originado los proyectos de perficies de los nuevos depósitos y los conser-
cada una de las fases estudiadas. vados, de tal modo, que las relaciones de antero
posterioridad sean reconocibles.
• Anteproyecto de la restauración que se prevé
acometer. • Definir las nuevas superficies de borde de la ar-
quitectura resultante.

Disponiendo de estos documentos, el proyecto estra-


tigráfico debería definir y evaluar: Una vez definida la estratigrafía resultante del pro-
yecto de restauración propuesto, sería imprescindible
evaluar las pérdidas que se provocarían en el proceso
1. En la fase de demolición y desmontaje: de la obra y si éstas no fuesen aceptables, se debe-
46 • Definición de los materiales y depósitos (UEM) ría iniciar un proceso reiterativo de búsqueda de una
que se eliminarán y los depósitos que se corta- solución que pudiese dar respuesta a las necesidades
rán. que plantea la restauración, garantizando la conserva-
ción de una estratigrafía que, por lo menos, permita
• Trazado de las superficies de corte, especifican- documentar los hechos que definen el proceso de
do los materiales que delimitarán sus contornos. transformación histórico analizado. Es inevitable que
• Relaciones de antero-posterioridad y contempo- la arquitectura se transforme y cambie en el tiempo
raneidad que desaparecerán o se modificarán. para garantizar su conservación, pero el valor docu-
mental inherente a su estratigrafía nos obliga a buscar
Las demoliciones deberán ejecutarse siguiendo los soluciones arquitectónicas que sean compatibles con
contornos de los depósitos (UEM) definidos, evitando la conservación de ésta.
cortarlos; sin embargo, sabemos que mayoritariamen- Del mismo modo que la arqueología justifica la
te se ejecutarán siguiendo los contornos de los ele- destrucción del yacimiento por necesidades científi-
mentos constructivos (UC) que son los que definen cas o por causas de interés superior (urbanísticas, in-
la arquitectura. fraestructuras, etc.), hemos de aceptar que la restau-
ración de un monumento no se acomete por causas
gratuitas y aleatorias, sino que responde —en mayor
2. En la fase de conservación: o menor medida— a su supervivencia como cons-
trucción y arquitectura. En este contexto, es inevita-
• Definir la incidencia de los tratamientos de
ble plantearse que la definición de la estratificación
consolidación y restauración en la conserva-
de una construcción nos permitiría (del mismo modo
ción de las variables técnico-constructivas y
que se justifica en arqueología), trabajar con la misma
morfológicas de los materiales y elementos
libertad destructiva que se acepta como inevitable en
constructivos.
ésta, siempre que siguiésemos en la obra una meto-
• Establecer los materiales que serán recolocados dología de registro (Harris) similar a la utilizada en
en su posición “original”, (anastilosis). una excavación (Latorre, 2002: 168).

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La conservación del tiempo en la restauración: el proyecto estratigráfico

Para evitar interpretaciones erróneas (Caballero, cambio o degradación de su configuración y convir-


2004: 169), es imprescindible insistir en que no es- tiéndola en un “falso arquitectónico”, como creerse
tamos hablando de yacimientos arqueológicos, sino que es posible recuperar el espacio “original” de una
de arquitectura histórica y que tampoco estamos arquitectura histórica que quizá nunca existió y de la
pretendiendo excavar monumentos, sino restaurar- que nunca tendremos datos suficientes para garanti-
los y esta realidad exige que pongamos a punto una zar una “auténtica” restauración, ya que ésta carecerá
metodología de actuación simplemente diferente. Es siempre de su valor temporal “original” y será un “fal-
precisamente el reconocimiento de la estratificación so histórico” o un “pastiche”.
de la construcción la que obliga a los responsables Esta realidad, metodológicamente, nos obliga a
de la restauración a actuar con un nivel de respon- elaborar antes de cualquier intervención una docu-
sabilidad muy superior y a justificar y explicar de- mentación que registre con rigurosidad y objetivi-
talladamente las razones que conducen a elegir una dad “notarial” la materialidad conservada del esta-
solución que implica determinadas alteraciones de do actual de la arquitectura analizada (constructiva,
la estratigrafía conservada que deben justificarse ra- funcional y formal), su patología, su estratigrafía y
zonadamente antes de su materialización (Latorre, la recopilación de toda la información documental
2002: 170-174). existente. Concluido este trabajo, es necesario iniciar
En este contexto, es necesario abrir un debate en- una fase de investigación por un equipo de trabajo
tre el concepto de autenticidad que emana de los va- interdisciplinar que, mediante un proceso reiterativo
lores definidos por el espacio y la construcción de la de prueba y error, sea capaz de relacionar todos
arquitectura y que se arroga desde diferentes ámbitos los datos obtenidos de los estudios realizados has-
como el único valor “auténtico” por el que debe re- ta obtener un modelo único de “comportamiento”
girse la restauración, para no convertir el monumento del monumento que certifique la coherencia de los
en un “falso arquitectónico” (González, 1996); y los datos y permita elaborar un diagnóstico de los pro-
que, por el contrario, defienden que la estratificación blemas detectados.
de la construcción es el único valor “auténtico” que A partir de este punto, el diagnóstico realizado 47
debe preservarse, convirtiendo la congelación del pa- deberá concluir en una propuesta “colegiada” de res-
limpsesto pluriestratificado, “aclarado” con un fin di- tauración, que deberá definir tanto la arquitectura,
dáctico y documental, en el único objetivo de la res- como la estratigrafía que se derivará de la transforma-
tauración, “... con todas las relaciones que transporta ción, garantizando la pervivencia y la viabilidad en el
con el paso del tiempo y que debe conservar en lo tiempo del monumento mediante su actualización y
posible si no queremos que cambie de personalidad, resignificación como documento (construcción estra-
esto es, que deje de ser auténtico” (Doglioni, 2002: tificada) y como arquitectura (Azkarate y otros 2001;
114; Caballero, 2004: 172). Lasagabaster: 148).
Inevitablemente, espacio y tiempo son dos valo- Como manifiesta David Lowental, el pasado que
res consustanciales a la arquitectura histórica que imaginamos no deja de ser la reinterpretación que
deben ser valorados y documentados conjuntamente hacemos desde el presente de los datos que conser-
en una restauración, ya que forman parte intrínseca e vamos de los sucesos y hechos acontecidos y cuando
inseparable de ésta. Es un error convertir el “espacio” restauramos no podemos evitar reformarlo y reinter-
o el “tiempo” (materializado en su estratificación) en pretarlo, “... el pasado y el presente no son dominios
banderas de una autenticidad mal entendida y en ob- exclusivos sino inseparables... Nuestro patrimonio
jetivo único de la restauración. Tan inútil es pretender sólo permanecerá real, vivo y comprensible mediante
la “congelación” en el tiempo de una arquitectura en el añadido y la alteración de aquello que salvamos”,
un instante concreto, tratando de impedir cualquier (Lowental: 570-573).

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Arqueología aplicada al estudio e interpretación de edificios históricos

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El análisis estratigráfico en la restauración
del patrimonio construido
Consideraciones conceptuales e instrumentales

A. Azkarate Garai-Olaum
Universidad del País Vasco (UPV/EHU)
agustin.azcarate@ehu.es
agustin.azkarate@gmail.com

Catedrático de Arqueología. Director del Grupo de In- Palabras clave


vestigación en Patrimonio Construido (GPAC-GIAA),
Consejero Asesor de Arquitectura del Gobierno Vas- Arquitectura, restauración, memoria, estratigrafía, 51
co, Consejero de la Agencia Vasca de Evaluación. Au- cronotipología.
tor, coautor y editor de una docena de libros y un
centenar largo de capítulos de libros y artículos de
carácter científico. Fundador y director (hasta 2009)
Summary
de la revista Arqueología de la Arquitectura.
Contrary to the idealistic and neo-conservative trends
that define as an individual and unrepeatable action
Resumen the discovery of the original essence of an architec-
tural site by a restorer, this paper claims the right to
Frente a las corrientes idealistas y neoconservadoras consider the built heritage as a stratified deposit of
que defienden el descubrimiento de la esencia ori- the social and collective memory with an interdisci-
ginaria de un conjunto arquitectónico por parte del plinary and democratic re-definition.
restaurador como un acto individual e irrepetible, en The second part of the article briefly explains a wor-
este artículo se reivindica la consideración del patri- king strategy that combines typology, cluster analysis,
monio construido como depósito estratificado de una GIS platforms, and stratigraphy in an interactive way.
memoria social y colectiva cuya resignificación ha de This strategy –implemented on the “Old Cathedral” of
hacerse de manera interdisciplinar y democrática. Vitoria-Gasteiz during the 90s– has been successfully
En la segunda parte del trabajo se explica brevemente tested in very different highly complex contexts.
una estrategia de trabajo que combina —de manera
interactiva— tipología, análisis cluster, plataformas
GIS y estratigrafía. Experimentada en la “catedral vie- Key Words
ja” de Vitoria-Gasteiz a fines de los 90, se ha testado
posteriormente, y con éxito, en contextos muy distin- Architecture, restoration, memory, stratigraphy, chro-
tos, caracterizados siempre por su alta complejidad. notypology.

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Arqueología aplicada al estudio e interpretación de edificios históricos

Una observación, de partida cimiento del Patrimonio Construido? ¿Por imperativo


legal? ¿Por la moda de lo políticamente correcto? ¿O
Hemos sido convocados a este seminario por el Instituto por alguna otra razón?
del Patrimonio Cultural de España con el objetivo, según Parafraseando a Cesare Brandi (1988:16) avanza-
reza el tríptico publicado a tal efecto, de debatir sobre mos ya que estudiar estratigráficamente la evolución
las técnicas de análisis arqueológico entre profesionales constructiva de los edificios históricos constituye, des-
que se enfrentan a la tarea de desentrañar la evolución y de nuestro punto de vista, un “imperativo moral”. Tra-
etapas constructivas de los edificios históricos. taremos de fundamentar esta afirmación en las líneas
Se espera de nosotros, por lo tanto, que prestemos que siguen.
especial atención al ámbito más instrumental de la Ar-
queología de la Arquitectura (AA) y es de prever, en 1. Se acostumbra a decir que fueron las urgencias
consecuencia, que durante estos tres días se prioricen restauradoras en una Europa destruida por la última
—incluso se sobredimensionen— las aproximaciones gran guerra las que desaconsejaron la aplicación de
funcionalistas. Se nos ha insistido, además, en que evi- las laboriosas exigencias del restauro filologico de Ca-
temos un exceso de teoría, centrándonos sobre todo milo Boito y Gustavo Giovannoni y que fue debido
en experiencias concretas que ejemplifiquen la validez a la circunstancia descrita como nacieron las nuevas
y operatividad de este enfoque metodológico en el alternativas que acabaron cristalizando en lo que se
mundo de la intervención en el Patrimonio Edificado. conoció como restauro critico. Aunque el argumen-
No quisiéramos, sin embargo, que este “pragmatis- to sea en parte cierto, no conviene olvidar que, por
mo” que se nos demanda sirviera para alentar la crítica debajo de la mayor o menor oportunidad y eficacia
de quienes se empeñan en constreñir la AA a la pura de determinadas estrategias de trabajo, bullían, pode-
lectura estratigráfica para, acotándola de este modo y rosas, nuevas corrientes de pensamiento que, desde
reduciéndola a mera condición de herramienta, de- finales del siglo XIX, venían reaccionando contra el
nunciar luego su insuficiencia hermenéutica para el positivismo y el naturalismo y que acabaron dejan-
52 conocimiento de las dimensiones simbólicas y sociales do honda huella en las teorías de restauración de la
de la arquitectura y anunciar su pronta desaparición. postguerra.
Conviene estar atentos a estas maniobras y nada Benedetto Croce ejemplifica bien este pensamien-
mejor para ello que reivindicar en foros como éste to. Defensor del arte como intuición —que entendía
la multidimensionalidad del espacio como entorno como “simpatía por la cual nos trasladamos a lo in-
físico o matriz medioambiental de la acción huma- terior de un objeto para coincidir con lo que tiene de
na; como entorno social o medio construido y como único y por consiguiente de inexpresable”— es fácil
entorno pensado o medio simbólico y defender, en adivinar su influencia en la reivindicación brandiana
consecuencia, la consideración integral de esta multi- de la indivisibilidad de la obra de arte y la obligación
dimensionalidad por parte de la AA (Azkarate, e.p.). del restaurador de descubrir y respetar su “potencial
Dicho lo cual, retornemos al objeto de este seminario unidad originaria” (Croce, 1988: 26); o en la prevalen-
y tratemos de aportar nuestro punto de vista a partir cia que Roberto Pane concedía a la instancia estéti-
de nuestra propia experiencia personal. ca sobre cualquier otra de naturaleza histórica (Pane,
1987: 171-173).
Croce se estaba inspirando, a su vez, en las ideas
de quien fuera definido como “el filósofo de la intui-
Algunas reflexiones conceptuales ción”, H. Bergson. Frente al prestigio de la ciencia que
parecía dominar el pensamiento filosófico de los epí-
Y de entrada, vamos a plantear la que para nosotros gonos del XIX, el filósofo francés había reivindicado
constituye la cuestión fundamental. ¿Por qué ha de un nuevo paradigma en el que la filosofía se acercara
intervenirse con criterios estratigráficos1 en el cono- más al arte que a la ciencia, puesto que “la ciencia no
da de la realidad más que un cuadro incompleto, o
más bien fragmentario; aprehende lo real por medio
1
de símbolos que son forzosamente artificiales. El arte
Es importante resaltar que, en teoría, es el conocimiento y destreza en la
aplicación de los criterios estratigráficos lo que debiera tenerse en cuen- y la filosofía se mueven, en cambio, por la intuición
ta, no el tipo de titulación académica de quien los practica. que es la base común de ambos”2.

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El análisis estratigráfico en la restauración del patrimonio construido

La influencia de Bergson será profunda, especial- les de identidad y autenticidad del monumento (Sola,
mente por dos de sus aportaciones principales: a) en 2002: 132), de la misma manera que “Dédalo, el hé-
primer lugar por su pensamiento sobre el tiempo, en roe minoico, el mítico primer arquitecto, es a la vez el
el que distinguía por una parte el tiempo real, físico, autor de las más vivas estatuas representando a Ate-
el espacio-tiempo de la ciencia y, por otra, un tiempo nea pero también es el constructor del laberinto, la
puro, una “duración” que no es sino el tiempo de la complejidad en la que sólo el hilo que él le ha dado
conciencia; b) y en segundo lugar por su concepción a la bella Ariadna permitirá encontrar trabajosamen-
de la memoria, derivada del punto anterior, puesto te el camino a través del cual será posible liberarla”
que, así como hay una duración y un espacio-tiempo, (Solá-Morales, 2001). De esta forma, en un esfuerzo
habrá también una “memoria pura” que se correspon- íntimo, individual e irrepetible, el arquitecto se en-
de a la duración, y otra “memoria-hábito” que se co- frentará también al descubrimiento de la verdadera
rresponde al espacio-tiempo. Mientras que la memo- esencia, la memoria pura, orgulloso de que su esfuer-
ria-hábito no sería sino la memoria psicofisiológica de zo crítico sea “una creación dentro de una creación”
repetición, la memoria pura constituiría la verdadera (Wilde, 1968: 44). No necesitará, por tanto, de mar-
esencia de la conciencia (Huici, 1998, 2007). co conceptual o metodológico alguno puesto que la
Nos interesa esta visión bergsoniana, espiritualista, irrepetibilidad de su ejercicio restaurador exigirá que
de la intuición y especialmente de la memoria pura deba ejecutarse, siempre, “caso per caso”3.
puesto que subyace en el idealismo, profundamente
conservador, de quienes consideran la restauración
2. La historia del pensamiento, por fortuna, es pró-
como un proceso creativo-crítico cuyo único objetivo
diga en reflexiones de signo contrario. Y traeremos
no será sino “recuperar, restituyendo y liberando, la
a colación a otro francés, Maurice Halbwachs, por
obra de arte o, lo que es lo mismo, el complejo global
el fecundo debate que a propósito de la Memoria,
de elementos figurativos que constituye la imagen y a
mantuvo con Henri Bergson. Para Halbwachs no
través de los cuales se realiza y manifiesta su propia
existe ningún pasado estable, ninguna esencia origi-
individualidad y espiritualidad” (Bonelli, 1963). 53
naria e inmutable que haya que liberar, sino un pa-
Es esta una idea sólidamente anclada en el ima-
sado permanentemente actualizado y reconstruido
ginario conceptual de muchos (especialmente en
en función de los intereses dominantes. Este autor
España), que ven al arquitecto restaurador como el
rechazó, además, la memoria individual bergsonia-
único responsable de descifrar las claves individua-
na, debido al carácter social de cualquier recuerdo,
imposible de producirse fuera de lo que él denomi-
nó “los marcos sociales de la memoria”. Según este
2
punto de vista, cuando hablamos de memoria esta-
Paris-journal, 11 de diciembre de 1910. Entrevista. (García Morente, 1972: 22).
3
La asunción de estos presupuestos está conduciendo a situaciones su-
mos refiriéndonos no a la evocación objetiva de lo
ficientemente conocidas por todos. En el teatro romano de Sagunto por que aconteció, sino más bien a la reconstrucción
ejemplo, permitió a los arquitectos restauradores “liberar su verdadera que, desde el presente, se hace en un momento de-
forma” porque “estaba allí presente, en los restos existentes” y “sólo era terminado de acuerdo a unos intereses concretos.
necesario hacerla aparecer de nuevo”, “desarrollar la ‘unidad potencial’
inmanente en los fragmentos para alcanzar la ‘unidad originaria’ del mo-
(Azkarate, Lasagabaster, 2006) Estaríamos, en conse-
numento” (Portaceli, 1994: 102). Grassi se había expresado en términos cuencia, ante un constructor social de significados,
casi idénticos (Grassi, 1993: 47-50). Un reciente trabajo recoge una refor- por tanto, cambiantes en el tiempo. La memoria en
mulación radical de estas mismas ideas reivindicando, entre otras muchas este sentido, es siempre una memoria historizada,
cosas, la exégesis arquitectónica como una “interpretación única, perso-
nal, que resulta de la fusión entre texto y lector, estructuras del material
una resignificación del pasado4.
histórico existente y su utilización como pauta analógica del nuevo arte-
facto” (Esteban Chapapria, 2008: 531). Lejos de constituir una “transgre-
sión”, como cree su autor, este tipo de propuestas no hace sino resucitar
idealismos decimonónicos de raíz profundamente liberal-conservadora.
4
Véase, por ejemplo, su reivindicación del viejo laissez faire laissez passer: En este concepto está presente la temporalidad primordial del psicoa-
“La revisión hoy del texto vigente (…) debería dejar fuera, sin matices, los nálisis que une el pasado a las expectativas de futuro, en torno a resig-
criterios de actuación sobre los monumentos. Estos deberían ser recogi- nificaciones siempre cambiantes, efectuadas desde el presente… Desde
dos en instrucciones de orden general, o de orden particular para cada esa perspectiva, el pasado no se “recupera” en una supuesta “verdad
monumento” (Ib.: 533); su antipositivismo crociano (Ib.: 534) o su rechazo objetiva” sino que se construye y se constituye todo el tiempo, en inter-
a los “aparatos formales o metodologías explícitas” (Ib.: 540). pretaciones renovadas de los “datos” de ese pasado. (Perrés, 1999).

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Frente a la “teoría tradicional” que imaginaba una estratigráficamente “porque —como nos dijo certera-
estructura del mundo independiente del cognoscen- mente C. Castilla del Pino— un recuerdo no se ofre-
te, son cada vez más los autores que, al igual que ce como un dato aislado, sino como componente de
Halbwachs, defienden la idea del conocimiento como una estructura contextual quedando como un estrato,
un producto social, que no puede partir de mode- al modo como es estratigráfica la memoria colecti-
los normativos abstractos sino del hecho primero de va” (Castilla Del Pino, 1995). Ya lo había apuntado
la historicidad y el carácter socialmente determinado también S. Freud: “Tú sabes —nos dice en uno de
del propio conocimiento. Sin ánimo de exhaustividad, sus escritos— que trabajo con el supuesto de que
habría que recordar, al menos, a Nietzsche (uno de nuestro mecanismo psíquico se ha generado por es-
los primeros en negar la verdad absoluta y reivindicar tratificación sucesiva… Pues de tiempo en tiempo,
el carácter interpretativo de la propia existencia hu- el material preexistente de huellas anémicas experi-
mana), a Heidegger (y su propuesta de relación entre menta un reordenamiento según nuevos nexos, una
el comprender y el ser-en-el-mundo), a Gadamer, pa- retranscripción. Lo esencialmente nuevo en mi teoría
dre de la hermenéutica contemporánea y de quien el es, entonces, la tesis de que la memoria no preexiste
propio Habermas se siente directamente deudor (con de manera simple, sino múltiple; está registrada en
su crítica implacable al objetivismo, a la pretensión de diversas variedades de signos” (Freud, 2001).
investigar un objeto por parte de un sujeto neutral y, Para acercarnos a esos mundos perdidos, en con-
sobre todo con su crítica a la deshistorización del pro- secuencia, será necesaria una metodología especial
ceso interpretativo y, más recientemente a Lowenthal —el método estratigráfico—, porque la materializa-
y su concepción del pasado como producción, en ción del tiempo en un mismo espacio únicamente
tanto que secuencia narrativa (Azkarate, 2004; 2009). es posible mediante la superposición estratigráfica de
Que el pasado no exista o que toda restauración los retazos de pasado que lograron sobrevivir, retazos
no sea sino una resignificación —ideas ambas recogi- de memoria que sólo pueden ser reordenados diacró-
das en el reciente trabajo al que hacíamos mención5 nicamente mediante el análisis de sus relaciones de
54
y que nosotros también compartimos— no debería anteroposterioridad y no a través de analogismos for-
ser, sin embargo, patente de corso para justificar el males o del estudio de los estilos como reiteradamen-
individualismo más exacerbado, no sujeto a marco te se está pretendiendo. Con el método estratigráfico
contextual alguno y guiado sólo por la inspiración podremos luchar contra las zonas de penumbra de
divina del artista genial (o por la intuición bergsonia- la memoria petrificada, contra la falsa apariencia de
na); sino precisamente para todo lo contrario, para la homogeneidad absoluta o de la descomposición
reforzar el pensamiento interdisciplinar, para poten- indescifrable.
ciar un discurso que suministre pruebas “no de nues- Cuando se dice que “el restaurador no es tanto
tra objetividad, lo cual es irrealizable, sino de nuestra quien vuelve a escribir el pasado, sino más bien el
imparcialidad (…), precisando lo más posible la regla guardián del cada vez mayor archivo del conoci-
o los criterios que seguimos6”. Esta imparcialidad es miento humano” (Esteban Chapapría, 2008: 536), se
forzosamente social, porque la narración puede tam- está reivindicado la relación saber-poder con un atre-
bién ser construida mediante versiones alternativas vimiento que jamás imaginó para sí la racionalidad
e incluso antagónicas, obligándonos a desplegar un neopositivista, puesto que a ésta se le exige al menos
conjunto de estrategias que doten de verosimilitud a la elaboración de mediadores técnicos que expliquen
nuestro relato. y justifiquen su voluntad objetivadora. El guardián del
laberinto, en cambio, quiere ser “el dáidalos, el genio
que conoce las estructuras de la construcción y que
3. Restaurar significa devolver a los objetos su signi- se arriesga a enfrentar al misterioso habitante del cen-
ficado, el valor semántico que tuvieron en el pasado tro” (D’ANGELO, 2003) y todo ello sin aceptar brida
y ello sólo puede conseguirse contextualizándolos alguna que sujete y guíe al sapiens-demens (Edgar
Morin) que todos llevamos dentro.
La contingencia de nuestras aproximaciones a
5
cualquier objeto de estudio es de tal magnitud que
Cfr. nota 4.
6
estamos permanentemente obligados a redoblar es-
PERELMAN, Ch.; OLBRECHTS-TYTECA, L., 1989, Tratado de la argumenta-
ción. Madrid (Cabruna, Iñiguez, Y Vázquez, 2000: 75). La cursiva es nuestra. fuerzos a la hora de activar nuestras herramientas

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hermenéuticas. (Azkarate, 2002), siendo conscientes, En consecuencia, necesitábamos organizar un pro-


además, de que en este esfuerzo la mirada disciplinar cedimiento de trabajo que nos permitiera “compren-
resulta a todas luces insuficiente. La emergencia del der” el edificio en sus rasgos más generales, que nos
paradigma de la complejidad concebida como una diera una “perspectiva” de carácter más panorámico,
nueva racionalidad científica y una nueva forma de para ir profundizando luego en sus aspectos particu-
pensamiento, aconseja la redefinición de nuestras ac- lares. “Partir, en definitiva, de lo general para llegar
titudes, el abandono de una de las caras más perver- al detalle, disminuyendo progresivamente la distan-
sas de la cultura occidental —el individualismo— y cia de observación”, tal y como proponía R. Parenti.
la asunción de nuevas actitudes inter y transdiscipli- Diseñamos, para ello, una estrategia de trabajo que
nares. combinaba, de manera interactiva, tipología, análisis
cluster, plataformas GIS y estratigrafía.
En los párrafos siguientes comprobaremos, de
manera forzosamente sintética, cómo dos sistemas
Algunas propuestas instrumentales de trabajo —en apariencia diferentes y considerados
frecuentemente como antagónicos e incluso antité-
Se ha escrito mucho sobre el impacto de la arqueolo- ticos— se complementan (y se necesitan) entre sí
gía estratigráfica anglosajona en la arqueología hispa- (Cfr., a este respecto, Caballero, 2009: 12). a) El pri-
no-italiana y sobre el proceso de traslación y adapta- mero de ellos —de naturaleza tipológica—, opera
ción de los instrumentos analíticos que funcionaban decodificando (deconstruyendo) las partes constitu-
en el subsuelo a los contextos constructivos sobre cota tivas de un edificio mediante la individualización de
0. Quedamos eximidos, por tanto, de abundar en ello. sus distintas variables para observar luego cómo se
Nos limitaremos, pues, a explicar una de las especifi- asocian entre sí hasta conformar conjuntos construc-
cidades de nuestra experiencia metodológica, por si tivos (clusters) de naturaleza sincrónica. b) El se-
pudiera resultar de interés para su aplicación en otros gundo —de carácter estratigráfico— analizará aque-
contextos similares a los nuestros. llos clusters que tienen relación física entre sí para 55
Y para ello hemos de remontarnos en el tiempo descubrir, a través de sus interfaces, su ubicación en
hasta 1996. En el proyecto que se presentó a concur- la secuencia constructiva del edificio; su naturaleza
so para la licitación del Plan Director de la “catedral será, por tanto, diacrónica.
vieja” de Vitoria-Gasteiz, y debido a las notables di- Explicaremos a continuación (Fig. 1) el proceso
mensiones del monumento, nuestra propuesta sobre de trabajo seguido en la experiencia de la “catedral
la lectura de paramentos se circunscribía a la ejecu- vieja” de Vitoria-Gasteiz durante 1996-1998 (Azkara-
ción de unos “cortes estratigráficos” —a modo de te, 2002), con algunas acotaciones complementarias
sondeos—, en la esperanza de que la información procedentes de las exitosas experiencias en las que
obtenida pudiera ser extrapolable al resto del edifi- se aplicó este mismo modelo; las iglesias altomedie-
cio. Al poco de comenzar nuestra investigación, sin vales del territorio alavés (Sánchez Zufiaurre, 2007) y
embargo, la propia complejidad del monumento nos el complejo construido del Valle Salado de Salinas de
desaconsejó continuar por aquella vía y optamos, Añana (Plata Montero, 2007).
finalmente, por abordar la lectura de todo el edi-
ficio. Con ello asumíamos un reto de tal magnitud
que nos vimos obligados a diversificar y potenciar
las herramientas analíticas que hasta entonces venía-
7
mos manejando (identificación de cada UE, registro Quizá esta última circunstancia —muy extendida en la arquitectura italia-
na— explica las razonables advertencias de G.P. Brogiolo sobre las limita-
individualizado de cada una de ellas, articulación de ciones heurísticas de la estratigrafía y justifica su invitación a profundizar
sus relaciones físicas en un diagrama estratigráfico, en aspectos estructurales y formales. Efectivamente, las reservas de los
etc.), puesto que, habiendo demostrado su operati- colegas italianos sobre la legibilidad estructural de un edificio y las li-
vidad en edificios pequeños, resultaban sin embargo mitaciones operativas de la lectura estratigráfica habían provocado en
nuestro equipo un serio debate interno. Estamos pensando, por ejemplo,
poco eficaces en construcciones de gran volumen en las serias objeciones de F. Doglioni (1997: 45-52), en las preocupantes
y complejidad y también en edificios cubiertos por apreciaciones de I. Ferrando sobre la imposibilidad de leer más allá de
revestimientos diversos que enmascaran su articula- la “piel” del edificio (1998), o en las importantes consideraciones de G.P.
ción estructural7. Brogiolo mencionadas recientemente (1996; 1997).

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56

Figura 1. Esquema gráfico del modelo interactivo de análisis tipológico y estratigráfico experimentado en la “catedral vieja” de Vitoria-Gasteiz en 1996-98.

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1.º Individualización de variables. Comenza- 2.º Georreferenciación de las variables se-


mos nuestro trabajo, en 1996, identificando en la fá- leccionadas. Una vez identificada la existencia de
brica de la catedral rasgos de carácter tanto técnico estas variables y haber procedido a su individualiza-
como formal y metrológico, que denominamos: a) ción numérica o alfanumérica10, debe procederse a
variables de carácter técnico-constructivo (tipos de su localización en el espacio construido, es decir, a
materiales constructivos, tipos de aparejos, tipos de su georreferenciación en el edificio o en el conjunto
de instrumentos utilizados en la talla (Fig. 2), marcas construido11.
de cantero, etc.8; b) y variables de carácter formal
(tipos de puntillas de los arcos trilobulados y del an- 3.º Descubrimiento de clusters de variables.
tepecho del triforio, tipos de capiteles, etc.). Conviene El paso siguiente consistirá en observar y analizar la
advertir que tanto el tipo como el número de varia- combinación tridimensional de estas variables entre
bles dependen de las circunstancias y necesidades
derivadas de cada contexto de aplicación9. Como se
ha dicho acertadamente, “una de las ideas fundamen-
tales de este sistema de trabajo es la consideración de 10
Han de aplicarse aquí las mismas prevenciones que se tienen a la hora de
que los rasgos, de manera individual, no tienen va- numerar las UUEE (Carandini, 1997: 81).
lor diagnóstico. Son las interrelaciones entre variables 11
Sobre soporte 3D en el caso de la catedral (Cámara, Latorre, 1997), 2D en
las que permiten el establecimiento de categorías”. Es las Salinas de Añana y recurriendo a documentación geométrica adapta
a las distintas circunstancias en el caso de las iglesias altomedievales
aconsejable, en consecuencia, ser maximalista en la de Alava.
identificación inicial de variables, puesto que resulta
difícil predecir cuál de ellas acabará siendo pertinente
(Sánchez Zufiaurre, 2007: 73).

8
Las aportaciones arqueométricas (estudios geológicos, análisis de mor- 57
teros) fueron muy importante en esta fase. La identificación de los tipos
de materiales utilizados en la construcción de la catedral, su procedencia
(canteras) y su distribución en la fábrica del edificio, llevada a cabo por
geólogos, resultó de una utilidad extraordinaria tanto a la hora de ir defi-
niendo conjuntos constructivos homogéneos como de observar reutiliza-
ciones de materiales antiguos. Y otro tanto cabe decir de los análisis de
morteros, sobre cuya eficacia tuvimos algunas vacilaciones al comienzo
de nuestro trabajo y que, a la postre, resultó absolutamente clarificadora
en situaciones que, sin el recurso de esos estudios arqueométricos, hu-
bieran sido difícilmente solventables. Decisiva fue también, aunque muy
laboriosa, la individualización de los tipos de instrumentos utilizados en
la talla de los materiales pétreos. Hay que recordar que la totalidad de la
catedral estaba revestida, en su interior, por una lechada con la que el
último arquitecto restaurador había impregnado su fábrica para homo-
geneizar su aspecto. Estudiar los tipos de talla exigió la realización de
centenares de catas que permitieran observar los tipos de instrumentos
utilizados (Fig. 2).
9
En las Salinas de Añana las variables técnico-constructivas fueron 10 (apa-
rejo, litología, mortero, terrazas, altura de las terrazas, superficie de las
terrazas, acabado de las eras, superficie de las eras, pozos) y las variables
espaciales 4 (cota de las terrazas, zona de distribución de la salmuera,
pendiente del valle y ubicación espacial de las estructuras). En las igle-
sias altomedievales fueron 7 las variables técnico-constructivas (aparejo
muros, aparejo esquinales, aparejo ventanas, técnicas constructivas, ins-
trumentos de labra, morteros, cubiertas líticas), 4 las formales (ventanas,
ménsulas, cabecera, otros rasgos) y 1 espacial (emplazamiento). En el pro-
yecto de investigación, todavía en curso, que estamos llevando a cabo
sobre “La cronotipología aplicada al estudio y conservación de cascos
históricos” (Ministerio de Ciencia e Innovación HUM2007-65545) se es-
tán experimentando nuevas variables de naturaleza diversa: morfológi-
cas, dimensionales, funcionales, etc.

Figura 2. Frottis efectuados para la identificación de instrumentos de talla


sobre las catas efectuadas previamente en los muros “enlechados”.

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sí hasta descubrir “conjuntos de variables” o “clusters


constructivos”. Este paso es especialmente importan-
te, porque el agrupamiento o la asociación de estos
rasgos, permite identificar “conjuntos de variables”
que están reflejando la homogeneidad formal que
todo acto constructivo coetáneo conlleva. En otras
palabras, permite descubrir fases del edificio cons-
tructivamente homogéneas.

4.º Análisis de las interfaces. Una vez identi-


ficado un cluster de variables es fundamental acotar
sus límites, su perímetro, es decir, sus interfaces res-
pecto a otros clusters constructivos con los que tiene
contacto físico. Del análisis de sus relaciones de an-
teroposterioridad se inferirá la articulación diacrónica
de importantes momentos constructivos en la historia
del edificio o complejo de edificios. Existen contex-
tos, sin embargo, que por su especificad pueden di-
ficultar notablemente su aplicación. Salinas de Añana
constituye un magnífico ejemplo (Fig. 3): su enorme
extensión (120.000 metros cuadrados), la configura-
ción básicamente horizontal de su arquitectura (tan
distinta a la verticalidad habitual de la gran mayoría
de las construcciones históricas), su estado de rui-
58
na (con estructuras ocultas bajo grandes derrumbes),
etc. obligaron a aguzar el ingenio. Una vez más fue
Carandini quien sirvió de inspiración12 y Alberto Plata
superó con absoluta solvencia las dificultades plan-
teadas: las variables identificadas (ver nota 10 de este
trabajo) permitieron descubrir 15 clusters. Su georre-
ferenciación, mediante la creación de planos temáti-
cos cruzados en el GIS, posibilitó la localización de
distintos lugares en el Valle Salado en los que los
clusters interrelacionaban entre sí, descubriendo de
este modo hasta 13 PCE (Puntos de Comprobación
Estratigráfica). El estudio de las relaciones de ante-
roposterioridad que se observaban en dichos puntos
permitió descubrir las distintas fases constructivas de
un complejísimo conjunto salinero que de otra forma
hubieran pasado probablemente desapercibidos (Pla-
ta Montero, 2007).

12
“El diagrama estratigráfico es como un árbol. Los recorridos a través de
las ramas, formadas por la sucesión temporal de las acciones interrelacio-
nadas estratigráficamente, determinan las secuencias. Allí donde conver-
gen todas las secuencias hay un punto nodal. Donde lo hacen solamente
algunas secuencias hay un punto seminodal, cuya eficacia en la determi-
nación de la secuencia es menor” (Carandini, 1997: 149).

Figura 3 (abajo). Imagen aérea de la localidad alavesa de Salinas de Añana. A sus pies, el gran complejo salinero del Valle Salado: en los años 60 del
pasado siglo funcionaban todavía más de 5000 plataformas de evaporación o “eras” (Plata, 2007).
Figura 4 (arriba). Potencialidades interpretativas del modelo (Azkarate, 2002).

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5.º Determinación de la secuencia relativa. 6.º Identificación de las U.E. Como ha señalado
Lo más decisivo de esta estrategia de trabajo, sobre R. Parenti es tanto más fácil leer una relación estrati-
todo por las repercusiones operativas que tiene en gráfica cuanto mayor sea el número de claves discrimi-
el proceso de estudio, es la constatación de que los nantes que seamos capaces de individualizar e identi-
conjuntos de variables, en definitiva, no están sino ficar (1966, 84). Como hemos visto, la combinación de
mostrándonos fases o períodos constructivos y sus análisis tipológico y estratigráfico nos permite descu-
contornos las interfaces de fase o de período. Y esta brir un número importante de estas claves, comprobar
última constatación es trascendental porque de la su articulación estratigráfica en conjuntos constructivos
percepción de las interfaces se deriva la articulación homogéneos y conocer, de este modo, los capítulos
de los distintos clusters de variables en una secuencia biográficos más significativos de un conjunto arquitec-
estratigráfica relativa. tónico. En muchas ocasiones, alcanzar este nivel de
Las potencialidades interpretativas de este sistema conocimiento puede resultar suficiente dependiendo,
de trabajo son sumamente interesantes. Veamos al- claro está, de los objetivos previamente establecidos.
gún ejemplo que hemos podido comprobar por nues- Así fue, por ejemplo, en el gigantesco conjunto de Sali-
tra propia experiencia (Fig. 4): nas de Añana y así sigue siendo en distintos proyectos
en los que determinadas circunstancias relacionadas
con la premura del tiempo, la financiación o la propia
a) Una vez establecida la contemporaneidad de naturaleza de la intervención lo aconsejen.
determinadas variables técnico-formales, se Pero en el caso de la “catedral vieja” nos habíamos
multiplican las capacidades interpretativas de comprometido a una lectura exhaustiva del edificio.
los investigadores, tal y como se aprecia en el Su torturada historia constructiva mostraba episodios
supuesto siguiente: si las variables 1, 12, 20, 42 biográficos menores que escapaban a la radiografía
y 63 acostumbran a asociarse sistemáticamen- por fases que habíamos conseguido y que, sin em-
te entre sí (es decir, si constituyen un cluster bargo, podían resultar decisivas a la hora de explicar
constructivo homogéneo) y en una determinada algunas de las numerosas patologías detectadas. De-
zona del edificio faltan dos de ellas, deberemos 59
bíamos cambiar el objetivo de 28 mm que veníamos
preguntarnos por las razones de su ausencia y manejando y sustituirlo por un teleobjetivo que per-
saber explicarlas. Puede ocurrir, pongamos por mitiera “acercarnos” a la microhistoria del conjunto
ejemplo, que la ausencia se deba a un retalla catedralicio, a sus detalles, registrando cuantas UUEE
efectuada en época posterior que hizo desapa- fuéramos capaces de identificar.
recer las marcas de cantero y la talla primitiva.

b) Su aplicación permite también el descubrimien- 7.º y 8.º Simultáneamente se estaba procediendo al


to de reutilizaciones o restituciones posteriores: vaciado de los archivos y al estudio crítico de las fuentes
la aparición de una variable aislada en un entor- documentales, a los estudios epigráficos, numismáticos,
no de variables que no le corresponden (distor- estilísticos y arqueométricos para, entre todos ellos, tra-
sionando la homogeneidad de una acción cons- tar de conceder valor absoluto a algunos eslabones de
tructiva) puede estar reflejando, por ejemplo, la secuencia estratigráfica relativa que habíamos conse-
una reutilización de un elemento constructivo guido. Se alcanzaban, de esta manera, dos importantes
preexistente. Hemos tenido ocasión de compro- objetivos: la lectura arqueológica del edificio y la conse-
bar varias veces el cumplimiento de este princi- cución de una cronotipología absoluta fácilmente extra-
pio y resulta de una gran utilidad en el análisis polable a un contexto local y utilizable, por tanto, en el
de un edificio. estudio de otros conjuntos patrimoniales.
Las investigaciones llevadas a cabo, en el seno del
c) Pudiera ocurrir también que se diera un solapa- Grupo de Investigación en Arqueología de la Arqui-
miento parcial de algunos clusters, es decir, que tectura de la UPV/EHU, por Alberto Plata y Leandro
coincidieran en algunas variables fundamenta- Sánchez constituyen un buen ejemplo de las posibili-
les, diferenciándose en otras más instrumenta- dades hermenéuticas de este modelo. En el caso del
les, lo que nos llevaría a considerar la existen- Valle Salado permitieron comprender el desarrollo
cia de diversos grupos de canteros trabajando diacrónico de un paisaje construido sobre cuyo ori-
simultáneamente. gen y evolución sólo existían propuestas de carácter

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altamente especulativo. Esta fue, sin duda, la expe- tan rico y variado que escapa al deseo reduccionista de
riencia metodológicamente más complicada, dadas quienes quieren circunscribirla a la mera “lectura de
las especificidades del propio objeto de investigación, alzados”. Nadie podrá negar, en este sentido, la evolu-
pero —precisamente por ello— vino a demostrar su ción que ha seguido desde los momentos iniciales en
versatilidad como instrumento de análisis en contextos los que los testimonios arquitectónicos no eran para
de aplicación complejos. los arqueólogos sino contenedores de contextos estra-
Al inicio de la investigación iniciada por L. Sán-
tigráficos o recursos para establecer tipologías y fases
chez podían contarse con los dedos de una mano las
culturales, a otros más recientes en las que se enfatiza
iglesias de fábrica adscribibles a periodos anteriores a
también su capacidad para acceder a dimensiones sim-
la llamada “explosión del románico” en Álava. Al final
de la misma eran 25 los templos identificados que es- bólicas y sociales o se reconoce su potencialidad para
condían fases constructivas pertenecientes a los siglos participar activamente en proyectos interdisciplinarios
IX al XI y que hasta entonces habían permanecido en relacionados con el patrimonio cultural. Y es en esta
el olvido (Figs. 5, 6 y 7). capacidad de adaptación y de metamorfosis, en su ca-
rácter mestizo, en su vocación por hábitats y hábitos
Para terminar de frontera y en sus posibilidades para responder con
coherencia a nuevos retos axiológicos donde reside
La Arqueología de la Arquitectura conforma, a nivel in- precisamente la potencialidad de la AA y la garantía
ternacional, un universo de enfoques y de experiencias de su futuro (Azkarate, e.p.).

Grupo Iglesia Iglesia Iglesia Iglesia Iglesia Iglesia Iglesia

San Miguel Montona 1 31 40. 43


1
San Román Tobillas (1) 1 10 20 31 40 50

San Pedro. Urbina de Basabe 4 12 22 30 (31) 40 50


60
2 La Asunción 3 12 22 30 (31) 40 50

San Miguel. Corro 5 12 30 (31) 40

San Román Tobillas (2) 2 11 21 31 40 51. 53

3 Andra Mari. Ullibarri-Arana 2 11 31 40

San Julián de Aistra. Zalduondo 2 11 21 31 42. 43 50

San Pedro de Gorostiza. Zestafe 4 13 24 30 52

4 San Martín. Eribe 4 13 24 30 52

San Vicent. Hueto Abajo 4 13 30

La Asunción. Valluerca 3 14 22 30 (31) 55

San Andrés. Tortura 4 14 30 41. 42

Santiago. Goiuri 4 15 30

San Bartolomé.Olano 4 15 30 41
5
La Natividad. Hueto Arriba 4 30

San Juan ante Portam Latinam. Marinda 4 15 30 41

San Martín. Lugo 4 30

San Martín. Luko 4 30 (31) 44

San Juan Bautista. Acilu 5 14 23 30 54

La Asunción. Gopegui 4,5 14 23 30 42 54

San Lorenzo. Ondategui 4 14 23 30 42 54


6
San Martín. Otazo 5 14 22 30 (31) 42. 44 54

San Martín. Gáceta 4 14 22 30 (31) 42. 44 54

San Esteban. Zuazo de Vitoria 4 14 22 30 (31) 42. 44 54

Figura 5. Las iglesias alavesas de origen altomedieval, organizadas en 6 grupos a partir del “análisis cluster” de sus variables (Sánchez Zufiaurre, 2007).

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El análisis estratigráfico en la restauración del patrimonio construido

800 825 850 875 900 925 950 975 1000 1025 1050 1075 1100 1125

Grupo 1

Grupo 2

Grupo 3

Grupo 4

Grupo 5 ? ? ?

Grupo 6 ?

800 825 850 875 900 925 950 975 1000 1025 1050 1075 1100 1125
Sillería reutilizada (variables 1. 10)

Sillería ex novo (variables 2. 11)


Aparejo

Mampostería a base de material recogido (variable 3)

Mampostería a base de material de cantera (variable 4)

Mampostería a base de material semielaborado (variable 5)

Esquinales a base de sepulcros reutilizados


T.Con.

Técnica de cantería (variable 31) ? ? ? 61


Técnica de albañil (variable 30)
Instrumentos de labra

Picón (variable 42)

Cincel de filo cóncavo (variable 40)

Cincel (variable 41)

Hacha (variable 43)

Tallante a 45º (variable 44)

Saetera rematada en arco de herradura (variable 50)


Ventanas

Ventanas con doble abocinamiento (variable 52)

Remate en arco de medio punto, con junta en clave (variable 53)

Saeteras a los pies (variable 54)

Ménsulas para edificios anejos (variables 60)


Ménsulas

Ménsulas para cubierta (variable 61)

Ménsulas para pórtico (variable 62)

Bóveda sobre pechinas (variable 81)


Otros

Presencia de zapata (variable 80)

Figura 6 (arriba). Tabla cronotipológica de los seis grupos identificados (Sánchez Zufiaurre, 2007).
Figura 7 (abajo). Tabla cronotipológica de algunas de las principales variables identificadas en las iglesias alavesas de la Alta Edad Media (Sánchez
Zufiaurre, 2007).

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La construcción de un método de intervención
en el patrimonio arqueológico edificado
Alberto López Mullor
Servei de Patrimoni Arquitectònic Local,
Diputació de Barcelona y Departament de Ciències
de l’Antiguitat i de l’edat Mitjana,
Universitat Autònoma de Barcelona.
lopezmullor@gmail.com
albert.lopez@uab.cat

65
La arqueología del patrimonio edificado tiene una his- Almagro en Empúries, por ejemplo, al tratarse de un
toria relativamente larga en Cataluña. Sus antecedentes conjunto monumental declarado, optó por la actua-
se remontan a ciertas colaboraciones entre el Servei ción en materia de restauración arquitectónica de la
de Catalogació i Conservació de Monuments (SCCM) i Dirección General de Bellas Artes. Sin embargo, cabe
el Servei d’Investigacions Arqueològiques (SIA), ambos mencionar la excavación en Sant Quirze de Pedret, di-
fundados por la Diputación de Barcelona, el prime- rigida en 1959 por Ricard Batista, a la que siguió la res-
ro en 1914 y el segundo en 1915. Si tuviéramos que tauración de Camil Pallàs, durante la que prosiguieron
destacar un ejemplo de esta colaboración en la etapa las excavaciones pero sin la dirección técnica adecua-
anterior a la Guerra Civil Española, nos referiríamos, da. La reorganización del SCCM en 1981, fecha en que
sin duda, a las excavaciones en el monasterio de Sant empezó a dirigirlo Antoni González Moreno-Navarro
Cugat del Vallès, dirigidas por Pere Bosch Gimpera y —quien continuó ejerciendo el cargo hasta 2008— sig-
Joep de C. Serra Ràfols, director y ténico del SIA, res- nificó la refundación de este organismo, que comportó
pectivamente, entre 1932 y 1934, cuyos resultados se una manera distinta de redactar los proyectos y dirigir
publicaron en 1964, después de haberse dado a co- las obras, teniéndose muy en cuenta los estudios pre-
nocer algún resumen en su momento (de Peray 1932, vios de toda índole, entre ellos los históricos. Tanto
Martorell 1964). Tales trabajos proporcionaron, como fue así que, a partir de 1983, primero en colaboración
hallazgo más destacable, el de una basílica paleocris- con el IPA y desde el año siguiente con técnicos de la
tiana en el subsuelo del claustro románico (Fig. 1), y propia plantilla, el Servicio empezó a llevar a cabo sis-
precedieron a las obras de restauración que proyectó temáticamente investigaciones arqueológicas previas a
y dirigió Jeroni Martorell, arquitecto jefe del SCCM, que la redacción de los proyectos de restauración, cuyos
quedaron detenidas por el conflicto. resultados, puestos en común con los obtenidos en
Después de la guerra la colaboración entre el Servi- estudios de otras disciplinas afines, como la historia
cio de Investigaciones Arqueológicas de la diputación documental y la historia del arte, servían de base para
barcelonesa, desde 1959 Instituto de Prehistoria y Ar- los planteamientos proyectuales, proporcionándoles
queología (IPA), y el SCCM no fue frecuente. Martín información de primera mano y la posibilidad de re-

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construir las diversas imágenes que a lo largo de la pues un método de actuación arqueológica aplicado
historia habían adoptado las fábricas sobre las que se en tres etapas: el reconocimiento del edificio, su estu-
pretendía intervenir. dio y el seguimiento de las obras de restauración1.
Estas actuaciones no hubiesen tenido sentido si los
miembros del equipo interdisciplinar en que se quiso
convertir la plantilla del Servicio no hubieran tenido 1
Véase el esquema metodológico final y el epígrafe “Metodología” en el
presente la identificación de monumento con docu- anexo bibliográfico sobre las intervenciones arqueológicas de nuestro Ser-
mento, es decir la del edificio histórico como portador vicio. Sobre los métodos y técnicas de restauración utilizadas en las obras,
de abundantes datos de la misma índole. Se planteaba puede verse un amplio resumen con bibliografía anterior en González *.

66

Figura 1 (arriba, izquierda). Planta de las excavaciones realizadas en el claustro del monasterio de Sant Cugat del Vallès, bajo la dirección de P. Bosch
Gimpera y J. C. Serra Ràfols. Fondo documental SPAL, 1934. Figura 2 (arriba, derecha). Vista aérea del conjunto monumental de Empúries. En primer término,
parte de la ciudad romana, con las termas y diversas residencias privadas. A la derecha, el museo, la ciudad griega y el malecón de época republicana. Foto:
Museu d’Arqueologia de Catalunya-Empúries, 2007. Figura 3 (abajo). Sección estratigráfica de la “excavación hispano-italiana” en el kardo A, antes llamado
decumanus A, de la ciudad romana de Emporiae, según Almagro y Lamboglia 1959, fig. 1.

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La estratigrafía y la introducción de los Nuestra larga experiencia en el equipo de Empúries,


dirigido por Eduard Ripoll, nos hizo partícipes de la
nuevos métodos de registro
utilización y didáctica del método estratigráfico, lla-
mémosle tradicional, hasta 1979, aunque ya en 1977
A la hora de establecer el camino seguido hasta la
se había producido una reorganización de los traba-
construcción del actual método utilizado por nuestro
jos de campo y del curso. Aquel año tuvimos la oca-
equipo, es estrictamente necesario referirse a sus an-
sión de contactar con Pierre-Jean Trombetta, director
tecedentes próximos. La excavación estratigráfica de
de las excavaciones del Grand Louvre, quien nos ins-
los yacimientos de época clásica se inició en España
truyó sobre los sistemas de registro utilizados en este
en las ruinas de Empúries (Fig. 2). Fue fruto de la co-
yacimiento (Trombetta 1986, 1987), derivados direc-
laboración entre Martín Almagro Basch, director del
tamente de los propuestos en los primeros artículos
Museo arqueológico de Barcelona y de las excava-
de Edward C. Harris (1975, 1977, 1979 a y b) y en
ciones de este sitio, y Nino Lamboglia, director de las
los de un grupo de medievalistas polacos e italianos
excavaciones de la ciudad romana de Albintimilium
(Maetzque et al. 1977). Se trataba del mismo año en
(Bordighera). Así como en Empúries, Emili Gandía,
que llegó a nuestras manos la monografía Ostia IV,
que dirigió los trabajos sobre el terreno entre 1908
que contenía el famoso capítulo de Andrea Carandi-
y 1937, y Manuel Cazurro, inspector de los mismos
ni (1977), ilustrado con sus fichas estratigráficas, al
entre 1908 y 1913, se habían planteado tímidamente
que siguieron su manual de excavación arqueológica
el uso del método estratigráfico, a base de interpre-
(1981) o sus publicaciones sobre la villa de Settefines-
tar en algunos puntos la estratificación artificial que
tre, donde se aplicaba el nuevo método de investiga-
denotaban los trabajos (Gandía, Cazurro 1913-1914),
ción y registro (Id. 1984, Carandini, Setis 1979). Por
en Albintimilium y su Hinterland, Lamboglia aplicaba
nuestra parte, a finales de 1979 iniciamos un pequeño
el método perfectamente (p.e. Lamboglia 1938, 1950
ensayo del nuevo sistema de registro en la excavación
a y b), en paralelo a lo que estaban haciendo cole-
de la ermita de Ntra. Sra. De Bellvitge (L’Hospitalet de
gas anglosajones, entre ellos el celebérrimo Mortimer
Llobregat) (Fig. 5)2 y, desde 1980, se puso en práctica
Wheeler (1954). De esta suerte, en el momento de 67
en los trabajos que se llevaban a cabo en la ciudad
colaborar con Almagro su experiencia era conside-
romana de Emporiae, dirigidos por Eduard Ripoll, En-
rable y propició la rápida introducción del método
ric Sanmartí y quien suscribe (Fig. 4)3.
en nuestro país, que enseguida se vio reflejada en
diferentes publicaciones (Almagro 1947, Almagro,
Lamboglia 1959, Lamboglia 1955) (Fig. 3). Al poco 2
Tanto la bibliografía referida a este yacimiento, como la de los restantes
tiempo (1947), se iniciaron, con la colaboración de cuya investigación hemos dirigido o supervisado, pueden verse en el anexo
Lluis Pericot y la Universidad de Barcelona, los deno- correspondiente, por orden cronológico de intervención en los mismos.
3
minados cursos de Empúries, que todavía continúan, Cabe citar que, paralelamente a los ensayos en las excavaciones de Em-
púries, se llevaron a cabo otros en lo no muy lejana villa romana de Vi-
para difundir, entre otros conocimientos, las nuevas lauba (Camós, Girona). P.e.: Castanyer, Tremoleda 1999, Nolla, Castanyer,
tendencias metodológicas. Tremoleda 1992.

Figura 4 (Izquierda). Perfil estratigráfico del sondeo “Cisternas 11”, en la agrupación de tabernae del norte del foro de Emporiae. Foto del autor, 1981.
Figura 5 (Derecha). Excavación en la ermita de Nuestra Señora de Bellvitge (L’Hospitalet de Llobregat) con el empleo del método de registro popularizado
por E. C. Harris. Foto del autor, 1980.

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No conviene pasar por alto, antes de seguir ade- ocasiones paralelos a las obras, que poco o nada
lante, el hecho de la introducción de la arqueología podían aportar a los criterios con que éstas se lleva-
medieval en Cataluña por parte de Alberto del Cas- ban a cabo y, si proporcionaban información suple-
tillo, en los años cincuenta del siglo XX. Uno de sus mentaría, lo hacían, las más de las veces, demasiado
discípulos, Manuel Riu, siguió sus pasos y, después de tarde. Por tanto, nuestro interés fue enorme cuan-
algunas experiencias en Andalucía, aprovechando su do, desde el SCCM, se solicitó la colaboración del
puesto como profesor en la Universidad de Granada, Museu Arqueològic de Barcelona, de cuya plantilla
llevó a cabo una meritoria labor desde la de Barcelona. técnica formábamos parte, en una serie de exca-
Sus aportaciones al método arqueológico en este cam- vaciones en edificios en restauración, que debían
po o al estudio de los materiales pueden ejemplificarse llevarse a término no precisamente antes del co-
en sus trabajos en el despoblado de Caulers (Caldes de mienzo de las obras pero sí en un momento inicial
Malavella, Girona), publicados en 1975. de las mismas.
En mayo de 1983 emprendimos los trabajos en la
iglesia de Santa Càndia d’Orpí (Barcelona) (Fig. 6)4.
La aplicación del método estratigráfico Como puede verse en la figura 7, en un principio
en el patrimonio edificado fueron sondeos, que aparecen en la periferia de la
foto —en el centro se observa un campo de silos
La excavación en extensión anterior a la iglesia—, pero bien pronto llegamos a
la conclusión de que el protocolo arqueológico uti-
Las nuevas propuestas de registro estratigráfico de Ha- lizado hasta entonces en los monumentos aportaba
rris-Caradini obedecían, entre otras razones, a la po- una información demasiado sesgada y decidimos, de
pularización de la excavación en extensión en un gran común acuerdo con el arquitecto director del Servicio
número de yacimientos europeos. La “estratigrafía”, si- y de la obra, A. González, pasar a la excavación en
nónimo de sondeo estratigráfico en los albores de la extensión. Además, la escasa potencia de este yaci-
68 aplicación del método Wheller-Lamboglia, había ido miento hubiese sido arrasada al colocarse un nuevo
dejando de ser un instrumento de constatación crono- pavimento que figuraba en el proyecto: Santa Càndia
lógica, más o menos frecuente, utilizado en el marco era una iglesia en pleno uso y necesitaba un suelo
de trabajos más amplios desarrollados con mayor cele- practicable y resistente.
ridad y menor rigor, tal y como ocurría en los decenios
centrales del siglo XX, para convertirse en un sistema
general de investigación de los yacimientos. No obs-
tante, esta tendencia no se había trasladado al campo 4
Por definición todas las obras del Servicio de la Diputación de Barcelona
de la arqueología del patrimonio edificado. se ejecutan dentro de esta provincia, por lo que en lo sucesivo nos abs-
En los edificios en restauración no se abrían más tendremos de citarla y sólo consignaremos el término municipal donde se
que sondeos puntuales, en la mayor parte de las encuentran los distintos yacimientos enumerados.

Figura 6 (izquierda). La iglesia gótica de Santa Càndia d’Orpí desde el sur, al final de su restauración. Foto: Joan Francès Estorch, SPAL, 1985.
Figura 7 (derecha). Excavación extensiva en la nave de la iglesia de Santa Càndia d’Orpí. Foto: Joan Francès Estorch, SPAL, 1983.

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La exploración de las cubiertas reivindicada (García, Moro, Tuset 2009, 25-26), nos
marcaba el camino a seguir. Los provechosos con-
En julio de 1983, cuando la excavación de Santa juntos estratigráficos cerrados y depositados bajo las
Càndia todavía continuaba, codirigida por Àlvar cubiertas y en los senos de las bóvedas de edificios
Caixal y Javier Fierro, iniciamos simultáneamente históricos podían servir para algo más que para ex-
los trabajos en Sant Vicenç de Malla y Sant Vicenç traer y estudiar la cerámica que algunos contenían,
de Torelló, en la primera con la colaboración de tal como ya había hecho Juan Bassegoda (1977).
Ramon Domingo y en la segunda con la de Merce- En Malla entendimos que su referente cronológico
des Juan. En ambas pusimos en marcha excavacio- absoluto se podía extrapolar, a través de la cadena
nes en extensión que abarcaban todo el interior del estratigráfica, a la interpretación global del edificio.
edificio y algunos sectores de su entorno inmedia- Un ejemplo de este modo de proceder fue la excava-
to. En Malla, además, se excavaron las bóvedas de ción de las cubiertas de la iglesia de Santa Maria del
origen románico. castillo de Castelldefels, cuya imagen puede verse
No era la primera vez que en un monumento en en la figura 8.
restauración se ejecutaban trabajos de esta índole. En otros artículos (1986, 1990) nos hemos referido
Baste recordar la intervención de Jordi Ambrós en la a las estrategias más o menos novedosas de la excava-
iglesia de Sant Miquel de Terrassa, en 1980, donde ción en edificios. Hemos insistido en los trabajos ex-
encontró in situ ánforas colocadas para aligerar las tensivos, en la exhumación de las capas estratificadas
bóvedas (Ambrós 1980, 1982 a y b). Esta magnífica allí donde se hallen, como por ejemplo en las cajas y
evidencia, que en su momento fue discutida, pre- las cimentaciones de los puentes (Fig. 9-12), o en el
cisamente por no haberse vaciado la cubierta con cuidadoso estudio de las necrópolis asociadas a los
método arqueológico y que recientemente ha sido numerosos edificios religiosos excavados. También he-

69

Figura 8. Detalle de la excavación en la cubierta del brazo meridional del transepto de la iglesia del castillo de Castelldefels, antigua parroquial de Santa
María. Foto: Montserrat Gumà, SPAL, 1991.

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70

Figura 9 (arriba). Puente de Pedret (Cercs). Figura 10 (abajo). Alzado del puente de Pedret (Cercs) por el lado de aguas arriba, con y sin el despiece de
la fábrica, indicándose las actividades estratigráficas. 2000.

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mos intentado avanzar en la cronotipología de la cerá- jos en subsuelo, bóvedas y cubiertas, requerían la im-
mica medieval utilitaria catalana, poco conocida en los prescindible presencia de secciones del edificio, don-
albores de nuestros trabajos. En este campo, además de se constatara la continuidad del yacimiento por
de elaborar un buen número de estudios monográfi- encima de la cota 0, como puede verse, por ejemplo
cos, que nos abstendremos de citar para no engrosar el en las publicaciones dedicadas a Santa Càndia d’Orpí
ya voluminoso apéndice bibliográfico, baste recordar o Sant Vicenç de Torelló. Por otra parte, el sistema de
la organización por parte de nuestro Servicio de sen- representación de los horizontes cronológicos del ya-
das mesas redondas en Barcelona (1995) y Badalona cimiento/edificio se reflejaba invariablemente en su-
(1996) —la segunda en colaboración con el museo de cesiones de plantas detalladas. La nueva intervención
esta ciudad y la Universidad de Barcelona— que fue- del Servicio en la iglesia de Sant Quirze de Pedret
ron publicadas al poco tiempo (López Mullor, Caixal, (Cercs) (1989-1995) (Fig. 8), cuyas conclusiones in-
Fierro 1997, Comas et. alii. eds. 1997). Las monedas cluían series estratigráficas de la parte aérea del edi-
halladas en nuestras excavaciones dieron, además, ori- ficio (Fig. 11), sirvió para formalizar lo que hasta en-
gen a un monumental trabajo de recopilación, clasifi- tonces no se recogía de forma gráfica sino de manera
cación y estudio por parte de Maria Clua (2002). literaria en las conclusiones de los trabajos realizados.
Como hemos apuntado más arriba, Pedret ya había
sido objeto de una primera restauración por parte del
El reconocimiento de la estratigrafía mural Servicio, dirigida entre 1959 y 1964 por el entonces ar-
quitecto jefe, C. Pallás. Previamente se llevó a cabo una
Sin embargo, desde el primer momento, nos vimos “estratigrafía” dirigida por R. Batista, desplazado al lugar
ante la alternativa de tener que implementar un sis- por la Comisaría Provincial de Excavaciones Arqueoló-
tema de lectura coherente de las superficies construi- gicas. Más tarde, ya durante la obra, la excavación se
das. Su estructura pluriestratificada saltaba a la vista, amplió notablemente sin control científico alguno, alle-
de tal manera que las conclusiones de nuestros traba- gando una información básica, de la que se vieron pri-
71

Figura 11. Alzado del puente de Pedret (Cercs) por el lado de aguas abajo, con y sin el despiece de la fábrica, indicándose las actividades
estratigráficas. 2000.

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vados los investigadores. Por fin, Pallás (1962) publicó jos parecían dar por zanjada, nos aplicamos a exten-
un articulo sobre Sant Quirze de Pedret y Sant Vicenç der la lectura y, sobre todo, el registro estratigráfico
d’Obiols, otra iglesia altomedieval en la que intervino a cuantos elementos formaban el yacimiento: paños
a la sazón, en el que se sentaban las bases de la evo- de pared, cubiertas, vanos, etc., además de los estu-
lución y la cronología de ambos edificios. Ello generó diados tradicionalmente, como estratos, tumbas, silos,
una polémica en cuanto a la interpretación de la tipo- muros arrasados, etc. Fruto de este trabajo fueron las
logía primitiva de la iglesia, que continuaba en 1989. secciones como la que pueden ver en la figura 16, o
Para paliar esta serie de carencias, que condicio- la recreación volumétrica de las fases del edificio, no
naban gravemente la restauración del edificio, nues- por estar hecha a plumilla menos rigurosa desde el
tra primera medida consistió en la reexcavación de punto de vista geométrico o histórico. En las figuras
una gran parte de su interior, donde quedaba algún 17 y 18 pueden verse las perspectivas correspondien-
testigo intacto, y de todo el entorno inmediato, poco tes a las dos primeras etapas de la iglesia, de finales
afectado por los primeros trabajos (Figs. 14-16). Tal del siglo IX y mediados del X, respectivamente.
acción, complementada con la feliz recuperación de
los “diarios” de la primera restauración, incluyendo
los de la excavación alegal, que guardaba Manuel La determinación
Buchaca, constructor de aquellas obras5, nos propor- de una estratigrafía general y concatenada6
cionó una gran cantidad de información acerca del
subsuelo y la cimentación de la iglesia. Teniendo en Pedret había servido para poner en práctica el concepto
cuenta la importancia de la misma y la citada polémi- de estratigrafía única e interconectada de todas las uni-
ca sobre su apariencia prístina, que los nuevos traba- dades estratigráficas presentes en un edificio; tanto de
las definidas de este modo en los registros puestos en
marcha a partir de los años setenta, como de aquellas
consideradas “arquitectura”, sobre las que se podía hi-
72
5
Quien nos cedió este material generosamente. potetizar, especular o discutir, pero que no era habitual

Figura 12. Alzados del puente de Pedret (Cercs) con indicación de los horizontes cronológicos. 2000.

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incluir en el registro estratigráfico general, con todas las


consecuencias cronológicas que ello comportaba.
Tal modo de proceder se estaba aplicando simultá-
neamente en otras intervenciones del Servicio, como la
villa romana e iglesia de Sant Bartomeu de Navarcles
(1985-1986), y desde entonces fue norma general, como
puede verse en las secciones y alzados que presenta-
mos de la iglesia de Sant Jaume Sesoliveres (Igualada,
1993), en el Camino de Santiago catalán (Figs. 19-22).
En aquella época ya estábamos al tanto de los
avances experimentados en este campo por nuestros
colegas de la Universidad de Siena, con Roberto Pa-
renti (p.e. 1985, 1988 a y b) y Pietro Brogiolo (1988
a y b) a la cabeza, o de los grupos de investigación
del CSIC y de la universidad del País Vasco dirigidos
respectivamente por Luis Caballero (1980, 1987, 1991-
1992) y Agustín Azkarate (1995, 1997, 2001, 2004). En
Cataluña, sin embargo, los nuevos métodos de lectura
e interpretación edilicia no acababan de introducirse,
lo que nos llevó a organizar una jornada divulgativa,
El monument document, que tuvo lugar en Barcelo-
na, en 1994, publicándose en 1996.

La representación gráfica 73
de las conclusiones cronológicas

Las memorias arqueológicas de finales de los años se-


tenta o los primeros ochenta del siglo XX solían ilustrar-
se con una serie de secciones estratigráficas, algunas
plantas de situación y, en algún caso particular, una
planta general del yacimiento con numerosas tramas
—siempre en blanco y negro, según determinaba la
tecnología de la época—, en la que se intentaban re-
presentar las diversas fases cronológicas y/o arquitec-
tónicas del sitio objeto de estudio. La publicación de
la iglesia de Santa María de Melque, por parte de Luis
Caballero y José Ignacio la Torre, en 1980, constituyó
para nosotros un revulsivo comparable al de los libros
editados bajo la dirección de A. Carandini dedicados
a la villa de Settefinestre (1984). Orientados por éstos
y otros ejemplos, en las primeras publicaciones de las

6
Entre nosotros, las nociones tipológicas constituyen hasta la fecha una
especie de acervo tradicional cuyo vehículo de transmisión es la tradición
oral. De tal suerte que los más expertos identifican y datan con soltura
una serie de aparejos medievales y modernos, aunque sobre ello sólo
hayan visto la luz algunas pequeñas síntesis, como las debidas, por ejem-
plo, a Eduard Junyent (1983) y Xavier Barral (1981).

Figura 13 (arriba). La iglesia de Sant Quirze de Pedret (Cercs) desde el sudeste, después de la última restauración. Foto: Montserrat Baldomà, SPAL, 1995.
Figura 14 (centro). Interior de la iglesia de Sant Quirze de Pedret (Cercs), después de su reexcavación, en 1989. Foto. Josep Soler, SPAL, 1989.
Figura 15 (abajo). Excavación del entorno inmediato de la iglesia de Sant Quirze de Pedret (Cercs). Foto: Montserrrat Baldomà, SPAL, 1990.

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Figura 16. Sección arqueológica del subsuelo y de la fachada meridional de la iglesia de Sant Quirze de Pedret (Cercs), con indicación de las unidades
74 estratigráficas. 1989.

Figura 17 y 18. Perspectiva de la restitución volumétrica de la primera y segunda fases de la iglesia de Sant Quirze de Pedret (Cercs), que datan del siglo IX
avanzado y de mediados del siglo X, respectivamente. 1991.

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75

Figura 19 (arriba). La iglesia de Sant Jaume Sesoliveres (Igualada) desde el suroeste, después de su restauración. Foto: Montserrat Baldomà. SPAL, 1995.
Figura 20 (abajo). Sección axial de la iglesia de Sant Jaume Sesoliveres (Igualada) con indicación de las unidades estratigráficas del subsuelo y las actividades
paramentales. 1993.

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excavaciones promovidas por el Servei de Monuments,


nos afanamos por insertar, a manera de conclusión grá-
fica, series de plantas evolutivas y en algunos casos sec-
ciones generales en las que aparecían unidas las partes
aéreas del yacimiento a las descubiertas en su subsuelo.
Ya hemos visto las presentadas en Sant Quirze de
Pedret (Figs. 13-16) o Sant Jaume Sesoliveres (Iguala-
da) (Figs. 19-22), que se fueron perfeccionando hasta
conseguir las imágenes utilizadas en el estudio del
conjunto del Castillo de Castelldefels (Figs. 24-33),
compuesto por un poblado ibérico (s. IV-I a.C.), una
villa romana (fines s. I. a.C. - s. VII-VIII), una iglesia
(t.p.q. s. X - s. XVIII) con casa parroquial (s. XIV-XIX)
y el castillo stricto sensu (s. X-XXI), cuyos paramentos
se analizaban al mismo tiempo que se llevaban a cabo
excavaciones de diversa índole, muy extensas donde
la restauración era inminente y puntuales donde los
trabajos se preveían lejanos en el tiempo. Algunos
de estos últimos, referidos a la fortaleza propiamente
dicha, se están llevando a cabo, siempre bajo control
arqueológico, en el momento de redactar estas líneas.

La determinación de horizontes cronológicos


76 en los paramentos

El primer paso de la sistematización de la informa-


ción proporcionada por la parte construida de los ya-
cimientos vino determinado por la identificación de
los horizontes cronológicos. Se trataba de una técnica
empleada de un modo asistemático pero frecuente en
la arqueología clásica, que habíamos tenido oportu-
nidad de aplicar en diversos yacimientos, y a la que
tampoco era ajena la Historia del Arte.
En primer término consistía en la delimitación de las
diferentes fábricas, a partir de su discriminación tipoló-
gica.7 Una vez identificadas y clasificadas las fábricas y
elementos constructivos del yacimiento, siquiera desde
el punto de vista de la microtipología, estábamos en
condiciones de sistematizarlas dentro de la estratigrafía
general, asignándolas a los diferentes horizontes cro-
nológicos. En seguida, el sistema se combinó con la
determinación de unidades estratigráficas y actividades
y pudimos llegar a representar de una manera prácti-

7
Cf. La reciente publicación de Josep Maria Vila y Ainhoa Pancorbo (2009),
en la que se resumen los resultados de un trabajo encargado y supervisa-
do por nuestro Servicio en 2007*.

Figura 21 (arriba). Alzado occidental de la iglesia de Sant Jaume Sesoliveres (Igualada) con indicación tramada de sus horizontes cronológicos. 1993.
Figura 22 (abajo). Alzado septentrional de la iglesia de Sant Jaume Sesoliveres (Igualada) con indicación tramada de sus horizontes cronológicos. 1993.

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Figura 23 (arriba). Alzado axial de la iglesia de Sant Pere de Serrallonga


(Alpens) con indicación cromática de los horizontes cronológicos
determinados. 1996. Figura 24 (centro, izquierda). El conjunto del castillo
de Castelldefels desde el norte, con la fortaleza restaurada por primera
vez. Fotopostal, cliché de Grau Missé, fondo documental del SPAL, entre
1897 y 1909. Figura 25 (centro, derecha). Vista general desde el sur del
conjunto del castillo de Castelldefels. Foto: Montserrat Baldomà, SPAL,
1995. Figura 26 (izquierda). Planta general del castillo de Castelldefels
con indicación de las zonas del subsuelo excavadas en la primera fase de
la intervención (1989-1991).

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Figura 27. Fachada norte del castillo de Castelldefels. Foto: Joan Francès, SPAL, 1987.

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Figura 28 (arriba). Fachada norte del castillo de Castelldefels con indicación de las actividades identificadas. 1992. Figura 29 (abajo). Fachada norte del castillo
de Castelldefels con indicación cromática de los horizontes cronológicos identificados. 1992.

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Figura 30 (arriba). Alzado de la fachada meridional de la iglesia de Santa Maria de Matadars con indicación cromática de los diferentes horizontes cronológicos.
2007. Figura 31 (abajo). Alzado de la fachada septentrional de la iglesia de Santa Maria de Matadars con indicación cromática de los diferentes horizontes
cronológicos. 2007.

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Figura 32 (arriba). Perspectiva del castillo de Castelldefels hacia el segundo cuarto del siglo XVIII, época de su máxima expansión arquitectónica. 1993.
Figura 33 (abajo). Pequeño centro de interpretación en el interior de la iglesia del castillo de Castelldefels. Pueden verse la seria de maquetas de evolución
del conjunto, elaboradas por Anna Álvaro, a partir de los resultados de las investigaciones. 1996.

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camente mecánica el comportamiento estratigráfico de reflexionar a la Administración autónoma que, en el


todo el yacimiento = edificio, extrayendo las oportunas siguiente decreto sobre intervenciones arqueológicas,
conclusiones sobre su génesis y posterior evolución. A promulgado en 1990, hacía referencia de una manera
este propósito pueden verse, por ejemplo, las citadas explícita a las que pudieran llevarse a cabo en monu-
representaciones de Sant Jaume Sesoliveres (Figs. 19- mentos en restauración. Por supuesto esta concepción
22), las del castillo de Castelldefels (Figs. 28-29) o las ha permanecido en la legislación vigente, el Decreto
de la iglesia de Santa María de Matadars (El Pont de 78/2002, en el que pocas cosas se dejan al azar en el
Vilomara i Rocafort) (Figs. 30-31). campo de la práctica arqueológica.
Al puente de La Pobla de Lillet siguieron los de Pe-
La representación tridimensional dret (Cercs), Periques (Puig-reig), Pont Nou de Man-
de los horizontes cronológicos resa, Pont de Vilomara y Castellbell i el Vilar, citados
en orden descendente a lo largo del río. Además de
La mecanización de los numerosos datos proporcio- los puentes, cabe mencionar elementos aislados en
nados por el estudio arqueológico de los edificios, así los que se ha intervenido, tales como campanarios,
como la asequibilidad actual de las aplicaciones grá- en los que se ha realizado únicamente la excavación
ficas con calidad similar a la fotogramétrica, han po- del subsuelo (p.e. Sant Boi de Lluçanés, Santa Eulàlia
pularizado en poco tiempo vistosas representaciones de Riuprimer) o también se han explorado sus bóve-
tridimensionales, alejadas de los trabajos a plumilla das y cubiertas, tal y como ocurrió en la basílica de
de Sant Quirze de Pedret (Figs. 17-18) o de la primera Santa Maria de Vilafranca del Penedès, en cuyo coro-
parte de la intervención en el castillo de Castelldefels namiento se alojaba un tubo de plomo con un escrito
(Figs. 32-33). Actualmente, existen las condiciones que daba noticias sobre su reconstrucción en el siglo
para fijar recreaciones volumétricas, como la de una XVIII. Ilustramos nuestros estudios en estos yacimien-
de las fases del castillo de Callús, que puede verse tos con algunos alzados estratigráficos del puente de
en las figuras 46 y 47. También es posible aplicar Pedret, cuyo origen se remonta al siglo XIII y se alza
82
la estratigrafía al desarrollo urbanístico, recreando en entre los términos de Berga y Cercs, en el curso alto
planta las distintas etapas de un núcleo histórico de del río Llobregat (Figs. 9-12).
población, como el de Granollers, llegándose a poder
representar edificios o conjuntos de edificios históri-
cos, a partir del estudio de lo conservado, de los ves- Una arqueología de la arquitectura de bajo coste
tigios del subsuelo y de la información documental8.
No siempre se dispone de una dotación óptima de
medios a la hora de estudiar un edificio desde el pun-
Arqueología en otros lugares to de vista arqueológico. Las actuales circunstancias
lo evidencian, pero también, en numerosas ocasio-
Hasta aquí hemos explicado brevemente los procedi- nes, esta falta endémica de medios en investigaciones
mientos más habituales en el estudio arqueológico del promovidas por particulares o, en ciertos casos, por
patrimonio edificado. No quisiéramos dejar de lado, sin entes públicos, se debe a la carencia de una legisla-
embargo, la extensa labor llevada a cabo en elementos ción específica al respecto. Los yacimientos arqueoló-
no siempre considerados como idóneos para el análi- gicos gozan de una protección amplia y eficiente por
sis estratigráfico. Me refiero al gran número de puen- debajo de la cota 0. No así los edificios históricos, que
tes que nuestro Servicio ha restaurado en los últimos a nuestro modo de ver también constituyen verda-
decenios, situados mayoritariamente en la cuenca del deros yacimientos, por su estructura pluriestratificada
Llobregat. El primero de ellos, el Pont Vell de La Pobla y su evidente carga informativa, además de artística,
de Lillet, en el curso alto del río, se estudió en 1984 y tipológica o significativa.
1985. La primera dificultad que conllevó su investiga- Por tanto, en el Patrimonio Arquitectónico, la lectu-
ción procedía del campo administrativo. La Generali- ra arqueológica no es preceptiva y hay quien la con-
tat de Catalunya no veía el motivo de concedernos el sidera innecesaria. Como ocurría hace algunos dece-
preceptivo permiso para realizar una actividad arqueo- nios con la arqueología medieval, pues entonces, al
lógica que entonces no estaba considerada como tal. decir de algunos, se creía que la documentación escrita
Quizá, ésta y otras peticiones poco corrientes hicieron “era suficiente como fuente de información histórica”.

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Figura 34 (arriba, izquierda). Vista aérea de la antigua casa parroquial de Castellnou de Bages, antes de la intervención de nuestro Servicio. Foto: fondo
documental del SPAL, 1997. Figura 35 (arriba, derecha). Detalle de un paramento con diversas hiladas de opus spicatum conservado en la fachada norte de
la antigua casa parroquial de Castellnou de Bages. Foto del autor, 2000. Figura 36 (centro). Las ruinas de la antigua casa parroquial de Castellnou de Bages
consolidadas y convertidas en cementerio municipal. Foto: Montserrat Baldomà, SPAL, 2001. Figura 37 (abajo). Pequeño centro de interpretación del conjunto
habilitado en los bajos de la antigua casa parroquial de Castellnou de Bages. Foto: Montserrat Baldomà, SPAL, 2001.

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Figura 38 (arriba). Planta de la antigua casa parroquial y posible castillo de Castellnou de Bages, con indicación cromática de los horizontes cronológicos
diferenciados. 2000. Figura 39 (abajo). Alzado de la fachada meridional de la antigua casa parroquial y posible castillo de Castellnou de Bages, con indicación
cromática de los horizontes cronológicos diferenciados y diagrama estratigráfico. 2000.

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Así las cosas, la voluntad de ciertos promotores, insti- Además, en ciertos conjuntos de especial signifi-
tucionales o particulares, y la dedicación de algunos cado se han habilitado centros de interpretación o
profesionales, ha dado lugar a una arqueología de la recursos didácticos, de mayor o menor envergadura.
arquitectura de bajo coste. El sistema se basa en rea- Pueden citarse como ejemplo los del castillo de Cas-
lizar las operaciones que, en el anexo metodológico telldefels (1995) (Fig. 45), las termas romanas de Sant
que presentamos, incluimos dentro de la fase de reco- Boi de Llobregat (1997), la antigua casa parroquial de
nocimiento, unidas, cuando es posible, a una serie de Castellnou de Bages (2000) (Fig. 37), el Monasterio
sondeos paramentales y del subsuelo. A partir de aquí, de Sant Llorenç prop Bagà (Guardiola de Berguedà)
siempre con la ayuda de la historiografía y los datos (2008) o el del oppidum ibérico y mas medieval del
tipológicos y/o estilísticos, se pasa a establecer las con- Turó del Montgròs (el Brull) (2008). Por otra parte,
clusiones y a dibujarlas. La intervención del Servicio el Servicio ha organizado, desde 1984, una serie de
en la antigua casa parroquial de Castellnou de Bages simposios, mesas redondas y reuniones científicas, en
(Figs. 34-39) se desarrolló de este modo y tuvo como general de gran resonancia, a las que en este momen-
principal virtud la salvaguarda de las ruinas de la pro- to se da continuidad con diversas jornadas especia-
pia casa, prácticamente condenadas a la piqueta, que lizadas que tendrán lugar entre finales de 2009 y el
una vez valoradas y fechadas a partir del siglo X, se primer semestre de 2010.
convirtieron en sede del nuevo cementerio municipal.
También hemos tenido oportunidad de llevar a
la práctica este sistema en otros trabajos, como la La difusión metodológica universitaria
restauración de la antigua masía de Can Saragossa,
promovida por el ayuntamiento de Lloret de Mar (Gi- Desde el curso 2007-2008, en el departamento de
rona) y dirigida por José Luis González, de la ETS Ciencias de la Antigüedad y de la Edad Media de
de Arquitectura de la Universitat Politècnica de Cata- la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), se
lunya. También en este caso una inversión moderada imparte una materia dedicada a la arqueología de
proporcionó resultados ilustrativos, que cumplieron la arquitectura. Hasta el momento forma parte del 85
gran parte de las expectativas puestas en el estudio programa de la licenciatura en Historia y, desde el
arqueológico, siendo de considerable utilidad en la curso de 2010-2011, pasará al grado de Arqueología,
subsiguiente obra de restauración (Figs. 40-44). cuya andadura se ha iniciado en el curso actual y
que, por ahora, en Cataluña se cursa sólo en la UAB.
También, desde hace tres años, estas enseñanzas
La divulgación forman parte de los estudios de máster de la misma
universidad.
A lo largo del último cuarto de siglo hemos intentado Ni que decir tiene que tal formación básica resulta
difundir por todos los medios posibles los resultados imprescindible para el avance de esta modalidad de
de nuestras investigaciones. Por una parte, a través de la investigación. Se trata, sin embargo, de una apuesta
la publicación de monografías y artículos, una selec- a largo plazo que intentamos complementar con otras
ción de los cuales puede verse en el anexo bibliográ- acciones. Así, en 2010, nuestro Servicio ha propuesto
fico adjunto, y corresponde tanto a la participación una jornada sobre la lectura histórica del Patrimonio
en publicaciones ajenas como, sobre todo, en las que Arquitectónico, dirigida básicamente a técnicos mu-
la Diputación de Barcelona ha ido creando a partir de nicipales de cultura y arquitectura. Por otra parte, la
1982. Su relación puede verse en nuestra página web labor desarrollada hasta el momento en la formación
(www.dibe.es/spal), donde, a partir de 2005, figuran de becarios-colaboradores, que se inició hace vein-
en formato pdf los últimos libros aparecidos en las ticinco años, puede verse complementada en breve
series Quaderns Científics i Tècnics, Monografies y Re- con la realización de prácticas en nuestras interven-
cursos Culturals. Todavía dentro del campo de las pu- ciones por parte de estudiantes del grado de Arqueo-
blicaciones, debe destacarse la muy extensa serie de logía. Además, en este momento se inician los contac-
folletos impresos con motivo de la finalización de las tos con el Servei d’Arqueologia de la Generalitat de
obras en cada uno de los monumentos restaurados. Catalunya para colaborar en actividades orientadas a
Un crecido número de éstos se ha reeditado sirviendo la formación permanente de arqueólogos y a la de
de apoyo a la visita de tales lugares. estudiantes en prácticas.

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Figura 40 (arriba). Foto de la fachada principal de Can Saragossa (Lloret de Mar, Girona), con indicación de las actividades arquitectónicas identificadas. 2003.
Figura 41 (abajo). Alzado de la fachada principal de Can Saragossa (Lloret de Mar, Girona), con indicación de las actividades arquitectónicas identificadas.
2003.

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Figura 42 (arriba). Alzado de la fachada principal de Can Saragossa (Lloret de Mar, Girona), con indicación cromática de los horizontes cronológicos
identificados. 2003. Figura 43 (abajo). Alzado de la fachada principal de Can Saragossa (Lloret de Mar, Girona), con indicación cromática de los horizontes
cronológicos identificados y propuesta de restitución del edificio primitivo. 2003.

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Figura 44 (arriba). Sucesión de alzados de la fachada principal y plantas esquemáticas de los diferentes estados de la masia de Can Saragossa, desde su
fundación hasta mediados del siglo XX. 2003. Figura 45 (abajo). Pequeño centro de interpretación en el interior de la iglesia del castillo de Castelldefels.
Pueden verse la seria de maquetas de evolución del conjunto, elaboradas por Anna Álvaro, a partir de los resultados de las investigaciones. 1996.

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Figura 46 (arriba). Planta general del área excavada del castillo de Callús, con indicación cromática de los horizontes cronológicos diferenciados. 2004.
Figura 47 (abajo). Restitución hipotética del castillo de Callús hacia el primer cuarto del siglo XIII. Intepretación: Àlvar Caixal, Alberto López Mullor. Aplicación
informática: Roger Cortés.

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Esquema de la aplicación metodológica

Conceptos de partida
1. El monumento, documento.
2. La arqueología como herramienta para el conocimiento histórico del

edificio = yacimiento.

Definición: Conjunto de estudios históricos llevados a cabo por un equipo interdisciplinar con anterioridad a
la redacción del proyecto de restauración:

• Estudio de la historiografía y de las fuentes documentales.


• Estudio historico-artístico.
• Estudios fisico-constructivos.
• Investigación arqueológica integral.
90

Fases del proceso

1. Reconocimiento

• Observación detenida del yacimiento.


• Levantamiento esquemático de planos y elaboración de reportaje fotográfico extenso.
• Formulación de hipótesis sobre la cronología relativa de las fábricas.
• Informe previo.

En caso de intervención de bajo coste, además:

• Estudio historiográfico y tipológico.


• Sondeos paramentales.
• Sondeos básicos por debajo de la cota 0.
• Definición y fichaje de, al menos, las actividades arqueológicas.
• Establecimiento de horizontes cronológicos o fases evolutivas.
• Conclusiones literarias y gráficas, cuando menos sobre base fotográfica.

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2. Intervención arqueológica

• Excavación extensiva del yacimiento o de puntos concretos significativos.


• Los trabajos se llevan a cabo en todos aquellos lugares susceptibles de poseer sedimentos estratificados:
subsuelo, senos de bóvedas, cubiertas, etc.
• Sondeos paramentales.
• Estudio de los materiales.
• Trabajos de Ciencias concurrentes: Palinología, Termoluminiscencia, Antropología física, etc.
• Colaboración en estudios físico-constructivos: geotécnico, “carta del color”.
• Lectura estratigráfica de los paramentos.
• Microtipología de aparejos y elementos constructivos.

3. Seguimiento y control arqueológico de la obra de restauración 91

• Visitas periódicas.
• Excavación en lugares concretos de difícil acceso o que deban ser alterados en virtud del proyecto de
restauración.
• Acopio de datos para la lectura estratigráfica de paramentos desvelados en el curso de las obras.
• Resolución sobre el terreno de dudas proyectuales.

4. Conclusiones

• Confrontación de los resultados de la intervención arqueológica con los de las Ciencias concurrentes, así
como con los de los estudios histórico-documental, histórico-artístico y físico-constructivo.
• Determinación de las fases evolutivas del yacimiento: cronología relativa y cronología absoluta.
• Relato histórico del devenir del sitio, desde su fundación hasta el presente.
• Recreación tridimensional o imágenes históricas.

5. Divulgación

• Artículos científicos.
• Monografía.
• Guía del sitio o folleto explicativo.
• Centro de interpretación.
• Recursos audiovisuales.

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Anexo bibliográfico — (2001) “Analisis de la evolución histórico-construc-


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Experiencia metodológica en Arqueología
de la Arquitectura de un grupo de investigación.
Instituto de Historia. CSIC. Madrid
Luis Caballero Zoreda
Instituto de Historia, CCHS, CSIC
luis.caballero@cchs.es

103
Arqueólogo. Doctor en Historia (Universidad Complu- Summary
tense). Conservador de Museos (Museo Arqueológico
Nacional). En la actualidad investigador científico. Synthesis of the applied methodology —mainly, stra-
Responsable del Grupo de Investigación Arqueología tigraphy— to study archaeologically historic buil-
de la Arquitectura. Especialista en Arquitectura tar- dings, with their main characteristics, rules affecting
doantigua y alto medieval. building Heritage, results and problems.

Resumen Key words


Síntesis de la metodología —especialmente, estrati- Archaeology of Architecture; wall recording; historic
gráfica— seguida para el estudio arqueológico de los building; legal regulation; archaeologist; architect;
edificios históricos, con sus principales características, restoration.
normas que afectan al Patrimonio construido, resulta-
dos y problemas.
Tras un cuarto de siglo de desarrollo de la llamada
Arqueología de la Arquitectura (AA) en nuestro país,
es de evidente interés una reunión como ésta para
Palabras clave aclarar posturas y armonizar criterios a la hora de su
utilización como un instrumento de la intervención
Arqueología de la Arquitectura; lectura de paramen- restauradora. De acuerdo con la petición que se ha
tos; edificio histórico; normativa legal; arqueólogo; hecho me centro en el método o instrumento utiliza-
arquitecto; restauración. do para el análisis arqueológico del edificio, a partir
de mi experiencia y sin entrar en cuestiones de carác-
ter teórico y científico.

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Arqueología aplicada al estudio e interpretación de edificios históricos

Nuestro grupo tiene un recorrido de 18 años y cer-


ca de 40 intervenciones. Nuestro interés por esta meto-
dología es de carácter científico, esto es como Ciencia
histórica, en relación con la arquitectura monumental
tardo antigua y alto medieval. Apenas tenemos ex-
periencia real sobre su aplicación en la intervención
restauradora, a pesar de estar interesados por este as-
pecto. Nunca hemos intervenido en la gestión del pro-
yecto de restauración y siempre hemos sido conside-
rados como “estudio previo”, algo con lo que estamos
radicalmente en desacuerdo (Cuadro pág. 113).

Qué entiendo por Arqueología


de la Arquitectura. Definición y Finalidad

Definición. La Arqueología de la Arquitectura es la


aplicación del método arqueológico al estudio de un
objeto concreto, el edificio histórico. Entiendo por
edificio histórico (EH) un objeto construido a lo largo
del tiempo, que por lo tanto es pluriestratificado y
pluritipologizado; que posee un doble valor, como
documento y como símbolo o signo; y que es fuente
104
de información para la Historia y sus disciplinas y
para la Arquitectura, especialmente para la interven-
ción restauradora.
La Arqueología de la Arquitectura “documenta el
documento construido”, en un doble sentido, “docu-
menta” o registra los valores del edificio histórico, que
se expresan a través de una forma y una estructura
materiales; y lee, comprende, el significado del “docu-
mento” construido, que es un documento significativo.
El edificio histórico forma parte de lo que se deno-
mina “Cultura material” o sea, es un objeto, resto ma-
terial de la Cultura, materia de estudio de la Arqueo-
logía. En este sentido su registro o documentación se
interesa por los tres horizontes de la Cultura material:
espacial, temporal y social.
Finalidad. La Arqueología de la Arquitectura
tiene como finalidad: Conocer (finalidad científica),
Conservar (finalidad arquitectónica, restauradora) y
Transmitir (finalidad comunicativa) los valores patri-
moniales del edificio histórico, como documento y
como signo o símbolo, que se expresan a través de
una forma y una estructura materiales. Valores y ex-
presiones que competen a todo el edificio y a cada
una de sus partes y que también se deben conservar
y transmitir (Figura 1).

Figura 1. Conocer, conservar y transmitir. San Isidoro de León. (A, Fotógrafo


desconocido, Fondo general, IH, CSIC. hacia 1900. B, Lectura de paramentos,
GI Arqueología de la Arquitectura IH, CSIC. C y D, fotos, José Ignacio Murillo).
1996.

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Experiencia metodológica en Arqueología de la Arquitectura de un grupo de investigación. Investigación de Historia. CSIC. Madrid

Estas finalidades son un derecho del edificio his- de estudio arqueológico desarrollado en el edificio
tórico y una obligación social con respecto a él que, “descubre” nuevas hipótesis científicas que deben ser
por lo tanto, deben estar recogidos como norma legal, definidas y expresadas por el equipo.
igual que lo están desde hace tiempo para el yacimien- Restauración arquitectónica. Los objetivos o
to del subsuelo; su expresión mínima diría: “Al menos enunciados investigadores deben tener su correlato
hay obligación de documentar arqueológicamente an- en unos criterios de restauración que también deben
tes y durante la intervención en el edificio histórico, expresarse previamente en el proyecto de restaura-
para salvaguardar su integridad documental”. ción. Del mismo modo que no existe investigación
sin unos modelos y unas hipótesis, la restauración
arquitectónica no existe sin unos criterios asumidos
La intervención. El proyecto por el arquitecto. No se restaura sin plantearse antes
qué significa lo que vamos a restaurar y cómo se pue-
de restaurar, conservar y transmitir ese significado.
Promotor y encargo. El permiso de intervención
Por ello hay restauraciones puristas, intervencionistas
La promoción del proyecto puede ser administrativa o o conservadoras que se corresponden con distintos
privada, científica o restauradora. En cualquier caso, deri- conceptos de Patrimonio construido y con sus finali-
vado de su necesaria protección legal, todos los proyectos dades. La definición de Arqueología de la Arquitectu-
se deben encuadrar en la legislación y la normativa ad- ra depende de un concepto de edificio histórico con-
ministrativa del Patrimonio, acordes con las características siderado “contexto de contextos”, pluriestratificado y
de la AA, resueltos los problemas que hoy se plantean. pluritipologizado con una finalidad concreta que se
Por lo tanto deben contar con un permiso administrativo. ha de corresponder por tanto con unos criterios espe-
cíficos de restauración, adecuados a ellas. Este plan-
teamiento es el que creo que asume especialmente
Objetivos
Francesco Doglioni en concreto con su “principio de
Las finalidades de la AA reivindican la intervención la autenticidad” (Figura 2). 105
en la materialidad del objeto para poder ejecutarlas y Igual ocurre con la transmisión social.
se deben expresar a través de unos objetivos.
Investigación arqueológica. Todo proyecto Proyecto y Equipo
que se quiera desarrollar de AA y de carácter cientí-
fico debe expresar los modelos explicativos previos Proyectos. Se debe conseguir una política de vincu-
y las hipótesis, predicciones de partida o enuncia- lación positiva entre los tres tipos de equipos y de
dos a verificar, sin cuyo planteamiento no es posible intervención que se dan en el edificio: la Arqueología
desarrollar el proceso de conocimiento. El proceso del yacimiento, excavación arqueológica; la Arqueo-

Figura 2. La finalidad restauradora, purista o conservadora. Frómista (Palencia; foto, Francisco Moreno). San Pedro de Arlanza (Burgos; foto, Luis Caballero).

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Arqueología aplicada al estudio e interpretación de edificios históricos

logía del edificio, AA; y la Restauración, intervención cia previas. No se debe dejar al voluntarismo la for-
arquitectónica en el yacimiento y en el edificio. mación común de arqueólogos y arquitectos en AA.
Las estratigrafías del edificio y el yacimiento no se Se debe enseñar la compatibilidad de la metodología
sustituyen, son complementarias. Normalmente existe para el yacimiento y el edificio y la aplicación de la
una secuencia previa a la del edificio. Pero siempre AA a la restauración.
una parte importante de las secuencias del yacimiento
y el edificio son coetáneas, de tal modo que sus uni- El edificio histórico
dades estratigráficas (UE) se correlacionan entre sí per-
teneciendo a las mismas actividades (A). Se debe pro- Los edificios históricos poseen características muy
curar que el equipo de intervención en el yacimiento diferentes. Son grandes o pequeños, están aislados
y en el edificio sea el mismo o, de no ser posible, que o forman conjuntos urbanos, como ermitas, catedra-
realicen un análisis y presenten un resultado común. les o murallas, manzanas o barrios. Se componen de
La AA no es un “estudio previo”, necesario para materiales y se han construido con estructuras resis-
un buen proyecto de restauración. Independiente de tentes o con materiales y estructuras inestables. Pue-
él tanto en su desarrollo como en sus conclusiones, den permanecer aparentemente como en su época
se puede afirmar que la intervención restauradora su- originaria; en uso o abandonados y en ruina; pro-
pone la destrucción parcial del documento construi- fundamente transformados o martirizados, o incluso
do (limpieza, arranque de revestimientos, demolición desmontados y trasladados. La intervención que se va
de tabiques, apertura de vanos, desmonte de cubier- a hacer sobre ellos puede ser urgente e inmediata o
tas y forjados, etc.). Esta destrucción debe realizarse haber sido programada con tiempo y a largo plazo.
como registro arqueológico, con el mismo criterio Todas estas características y otras del EH inciden en
que la excavación del yacimiento. Por ello, el análisis el tipo de intervención arqueológica que se efectúe.
arqueológico del edificio, iniciado siempre antes de
que se efectúe la intervención restauradora, no ter-
106
mina con este registro previo, sino que se tiene que Metodología
prolongar durante toda la intervención restauradora
como intervención arqueológica. Las decisiones del
El edificio como objeto de estudio
proyecto de restauración se deben tomar de mutuo
acuerdo con el proyecto de AA de modo que se ase- Principios estratigráficos. Al ser el edificio históri-
gure la salvaguarda de los elementos materiales que co un edificio pluriestratificado son característicos de
transmiten los valores históricos del edificio. él los principios estratigráficos que también se consi-
Equipo. El equipo tiene que estar dirigido y for- deran los principios de la metodología estratigráfica.
mado por expertos en metodología de la AA ya sean En tanto que la formación de la tipología depende de
arqueólogos o arquitectos. La presencia de arqueó- la estratigrafía, los principios competen también a las
logos y arquitectos en el mismo equipo beneficia el demás estrategias. Los principios tal como los expon-
trabajo común, dadas las aportaciones diferentes que go proceden de la Estratigrafía Geológica ya que no
unos y otros pueden hacer. están correctamente recogidos ni explicados por E. C.
El método de la AA es propio también del arqui- Harris y Andrea Carandini.
tecto restaurador y, por tanto, el arquitecto puede
efectuar la AA con pleno derecho siempre que esté 1. De la superposición, sucesión y continuidad.
formado y sea experto en la utilización de sus instru- 2. De la horizontalidad original y continuidad lateral
mentos y metodología (normativa). Se debe tener en (cuencas de deposición).
cuenta, sin embargo, que la AA es un método propio 3. De las relaciones de cruce o corte.
de la Historia, que el edificio es un documento his- 4. De los fenómenos de discontinuidad o de la ma-
tórico y que el arquitecto no es per se un historiador. yor importancia de los hiatos.
En el equipo del proyecto tienen que participar 5. De la identidad tipológica y los fragmentos inclui-
además, siempre, historiadores documentalistas y, en dos (tipología).
su caso, arqueómetras o analistas. 6. De la interdependencia de las acciones.
Formación. Instrumentos y método no se deben 7. y 8. Del actualismo y el uniformismo y del catas-
utilizar sin una formación adecuada y una experien- trofismo y el gradualismo.

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Los materiales que componen el edificio se pueden Hacia un protocolo. Organización del trabajo
diferenciar como constructivos y decorativos. Ambos
se combinan formando aparejos. Estos materiales Roberto Parenti propone organizar el trabajo en cua-
pueden haber sido fabricados para el edificio o la tro estrategias, dos propiamente arqueológicas y dos
construcción originaria o haber sido reutilizados. auxiliares (a las que se pueden añadir otras) que ac-
La Unidad Estratigráfica (UE), como en el yaci- túan a la vez como indicadores cronológicos:
miento, puede ser:
Estrategias Cronología
1. Volumétrica.
Estratigrafía Relativa > Absoluta
2. Superficie, discontinuidad o interfaz; positiva Arqueología
Tipología Relativa > Absoluta
(cara del elemento, superficie de contacto, que
Fuentes escritas,
en el edificio tienen mucha importancia por co- Absoluta o relativa
Auxiliares documentalismo
rresponder al paramento del muro o a la fachada Arqueometría, analíticas Absoluta o relativa
del edificio) o negativa (corte de ruina, saneado);
de etapas de obra, de uso y de estructuras. Los
cortes pueden ocultar lagunas estratigráficas o va- Historia de Arquitectura (estructura)
cíos erosionales correspondientes a UE perdidas. Otras
Historia del Arte (estilo)
3. De revestimiento.
A. Estrategia documental de fuentes escritas
Las UE del edificio se diferencian de las del yacimien- Tanto de fuentes históricas como de fuentes histo-
to en que son construidas, “aparejadas”, y por lo tanto riográficas. La historiografía permite reconocer los
se forman tipologías no sólo con los artefactos o fósi- modelos explicativos previos. Ambas ofrecen datos
les que forman parte de ellas, sino con ellas mismas. sobre la historia del edificio que pueden orientar la
Las UE se agrupan en actividades (A) componiendo investigación arqueológica, datar y explicar sus resul-
un mismo conjunto constructivo o de uso. A su vez las tados. (Figura 3) 107
A se pueden agrupar en estructuras o restos de edifi-
cios correspondientes a una misma fase o etapa his- B. Estrategia estratigráfica
tórica que finalmente componen el edificio histórico. Diferencia, ordena y data las fases constructivas, des-

Figura 3. Las fuentes documentales, contextualizadas, pueden ofrecer información única. Santa Clara de Córdoba (Lectura de paramentos, GI Arqueología de
la Arquitectura, IH, CSIC; documento, Archivo Histórico Nacional, Estado 3223).

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tructivas y reconstructivas por las que han pasado los 2. Documentación gráfica
edificios hasta llegar a su estado actual, analizando Planimetría. Representación gráfica completa del edi-
todos los elementos que los componen y las acciones ficio y sus partes, necesaria previamente a la realiza-
mediante las cuales se les añadieron históricamente. ción del análisis estratigráfico. Planos de paramentos
La estratigrafía, primus inter pares. La contextualiza- o alzados. Se puede realizar con cualquier sistema
ción. –La principal estrategia es la estratigráfica porque pero es evidente que cuanta mayor precisión y cali-
define y diferencia los contextos que componen el edi- dad gráfica tenga será más útil y facilitará el trabajo.
ficio y adscribe los distintos materiales a cada uno de Frente al yacimiento, donde el dibujo (horizontal) se
ellos, los “contextualiza”. La estratigrafía es previa a las efectúa según avanza la excavación que va descu-
demás estrategias, cuyo verdadero valor cronológico briendo las distintas UE; en el edificio, la represen-
se obtiene por esta “contextualización estratigráfica”. tación es previa al estado actual del edificio, aunque
Las tipologías se construyen correctamente a par- durante el registro se completa marcando los límites
tir de secuencias estratigráficas y, una vez construidas, de las distintas UE o con las nuevas UE descubiertas.
dependen de ellas para sus sucesivas renovaciones y Al finalizar el registro hay que pasar a limpio y com-
mejoras. Esto no obsta para que tipos y analíticas sir- pletar la planimetría de base. (Figura 4)
van como criterio que ayude a diferenciar los estratos.
El valor como indicador cronológico absoluto para
las UE de las fuentes auxiliares (fuentes escritas, aná- 3. Lecturas detalladas y veloces
lisis y formas estructurales y estilísticas) es aparente. Frente al yacimiento, donde no se puede decidir la
Esto es: sólo se puede referir a una UE concreta si excavación exclusiva de los estratos correspondientes
antes se asegura su contextualización estratigráfica; a una etapa, en el edificio es posible analizar una
en caso contrario la datación se agota en sí misma. etapa determinada y dejar las demás. De acuerdo
El método estratigráfico, a pesar de su desarrollo e con ello, Gian Pietro Brogiolo propone una lectura
importancia, no debe confundirse con la AA. gradual de acuerdo con los objetivos del análisis, di-
Método Harris. Registro riguroso, detallado, com- ferenciando unas unidades de referencia (complejo
108 arquitectónico, cuerpo de fábrica, alzados, unidad
pleto y relacional. –La AA se basa en el llamado “mé-
todo Harris” de registro estratigráfico, preparado para funcional y UE). Nosotros hemos empleado siempre
la excavación del yacimiento. Este método facilita la la lectura completa y detallada del edificio. Una lec-
diferencia contextual estratigráfica al imponer el ma- tura parcial supone provocar lagunas estratigráficas
yor rigor posible en el registro del documento mate- por el principio de “los fenómenos de discontinui-
rial, de sus partes o más adecuadamente de sus re- dad”. Igual que ocurre con los “cortes” del yacimiento
laciones. En su petición de principio del mayor rigor frente a la “excavación en área”, supone analizar una
posible, se diferencia de la Historia del Arte y en el secuencia parcial del yacimiento. El análisis parcial de
de lo más detallado posible se diferencia de la His- un edificio no asegura la obtención de su secuencia
toria de la Construcción. Lectura rigurosa, detallada, completa.
completa y relacional que tiene como consecuencia
la ordenada secuencia de la construcción del edificio. 4. Zonas. Trabajo en equipo
Valor instrumental. –La metodología estratigráfica Cuando los edificios son de tamaño grande, el tra-
es de carácter instrumental. Lo importante es con- bajo se organiza por zonas que integran exterior e
seguir unos resultados lo más rigurosos y veraces interior, de modo que cada zona es responsabilidad
posibles, lo que significa que se puede variar el ins- de un grupo del equipo. En todos los casos, sea
trumento metodológico en función del fin que se pre- unitariamente o por zonas, se lleva una discusión
tende. (No se trata de manipularla, sino de adecuarla en común de los problemas. El registro sólo se da
al proceso de análisis). por terminado cuando se ha consensuado por todo
el equipo.
1. Instrumentos
La estratigrafía necesita de unos instrumentos a los 5. Observar
que nos iremos refiriendo en adelante: Planimetría, La diferenciación de unidades (UEM).
fichas analíticas, diagramas y listados. La primera fase del registro estratigráfico es la dife-

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renciación de UE, para lo que se siguen los criterios 6. Describir: la ficha analítica
propuestos por Parenti. Se pretende la diferenciación La descripción de cada UE y de las relaciones que
de estratos y superficies y de las acciones que las mantiene con otras UE se efectúa mediante una ficha
crearon. Son los criterios de: analítica que se rellena por cada UE. Las fichas tienen
siempre los mismos campos, aunque su presentación
— Individualidad formal. Se diferencia por principio y detalles pueden variar (Figura 5):
la situación y forma de cada elemento, de modo 1. Identificación. Nombre del edificio a que corres-
que se supone que cada pared o cada elemen- ponde, número de la UE y de la A a que se asig-
to singular puede corresponder a una UE distinta ne, zona y si es volumen o superficie.
aunque aparentemente parezcan similares. 2. Descripción. Nombre de la UE, que se considera su
— Homogeneidad o heterogeneidad de los compo- definición sintética, y descripción propiamente dicha.
nentes de cada elemento (modo constructivo o 3. Relaciones estratigráficas. Relaciones directas e
aparejo que se pueden considerar como discri- indirectas. Diagrama de ficha.
minantes tipológicos o variables; los “clusters” de 4. Interpretación. Hallazgos o materiales singulares.
Agustín Azkárate). Interpretación propiamente dicha. Datación pro-
— Acción constructiva, cuando la observación de sus puesta y definitiva.
relaciones indica la sincronía o diacronía del ele- 5. Referencias. Responsable. Trasera.
mento con respecto a los que le rodean. Se utiliza para esquemas aclaratorios.

109

Figura 4. Planimetría. Santiago del Burgo (Zamora). A y B, fotografía apoyada por topografía y despiece de sillería (autor: Topcal). C y D, Lectura estratigráfica
(GI Arqueología de la Arquitectura, IH, CSIC).

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Figura 5. Ficha estratigráfica (GI Arqueología de la Arquitectura, IH, CSIC).

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Campo de identificación cio/temporales entre los elementos que derivan de


Numeración. Diferenciadas las UE, se les da un núme- las acciones que las construyeron. Las acciones cons-
ro de orden. Este número de orden, único para cada tructivas (colocar el mortero y sobre él el ladrillo, en-
UE, se anota en una lista auxiliar (lista de números) foscar, cortar, etc.) conllevan relaciones espaciales (al
para evitar su repetición. Se procura no dejar núme- lado, encima, debajo) y temporales estratigráficas. Las
ros en blanco. Si hay varias zonas se puede reservar relaciones pueden ser:
series de miles para cada zona (zona 1, del 1.000 al — Directas, seguras (en contacto). Mediante un cua-
1.999; zona 2, del 2.000 al 2.999; etc.). dro de doble entrada.
A la numeración se le da un valor instrumental de Anterioridad/posterioridad: apoyar, cubrir, cortar,
modo que sirve para diferenciar tres niveles distintos rellenar.
de elementos jerárquicos: unidades y decenas (del 1 Contemporaneidad: unir.
al 99) se reservan para fases y etapas; centenas, acti- — Indirectas (sin contacto).
vidades (del 100 al 999), para actividades, colocando Igual a (misma UE), equivalente a (igualdad), en
una A delante; y millares, unidades estratigráficas (del relación con (semejanza).
1.000 en adelante), para UE, con UE delante. Campo de interpretación. La interpretación argu-
El orden de numeración en el edificio es aleatorio. menta sobre contexto, actividad, estratigrafía, ha-
Frente a la numeración en la excavación del yaci- llazgos y datación. Debe ser clara y sintética. No
miento, donde sigue estrictamente el orden inverso debe incluir descripciones.
a su deposición original, de modo que el número
mayor equivale al último excavado y al primero de-
7. Relacionar
positado.
La secuencia temporal. Los Diagramas o matrices
Los diagramas documentan las relaciones tempora-
Campo de descripción
les (una “cuarta dimensión”) entre los elementos o
Nombre. Identifica a la UE. Debe indicar su situación,
grupos de elementos diferenciados en el edificio his-
ser adecuado y sintético. Se debe procurar que no 111
tórico. Después de haber descompuesto el edificio
incluya la descripción de otra UE o su número.
en sus elementos menores, el diagrama recupera la
Descripción. Una lista de ítems ordena la descripción.
unidad del edificio secuenciada y sintética. Se com-
Ésta debe ser clara, no reiterativa, apropiada, no pro-
ponen de columnas (relaciones diacrónicas) y líneas
lija y ajustada. Describe el elemento material y las
(relaciones sincrónicas). Los nodos juegan un papel
acciones, positivas o negativas, que lo produjeron.
importante, elementos a donde convergen y desde
Se debe procurar presentar datos y evitar argumen-
donde divergen las líneas de relación.
taciones. Cuando la UE aparece en distintas zonas se
puede rellenar una ficha por zona, manteniendo el
mismo número de UE y reflejando en el item de zona Operaciones de construcción de los diagramas
solamente a la que se refiere la descripción. El campo (Figura 6):
de “Referencias, a otras fichas” permite reconocerlas. 1. Base. Diagramas simples de UE o de ficha. Tienen
Es optativo incluir en una misma ficha, con un un espacio reservado junto al cuadro de relaciones
solo número de UE, varias UE cuando forman parte en la ficha analítica.
del mismo acontecimiento y no hay duda de su co- 2. Adición. Diagramas de zona de UE. Mediante la
etaneidad (“Nave norte. Parte superior. Recrecido y suma de los diagramas de UE o de ficha.
ventanas”). Sin embargo, se deben diferenciar las UE 3. Simplificación o reducción. Supresión de relaciones
que pertenezcan a acontecimientos distintos y nunca redundantes de los diagramas de zona.
se deben sustituir grupos de UE por la A a que per- 4. Correlación (o analogía, Gian Pietro Brogiolo).
tenezcan. Es preferible rellenar una ficha de más que Diagramas de zona de A. Síntesis de los diagramas
tener que desechar una ficha y rehacerla de nuevo de zona mediante la conversión por correlación
para dar un número nuevo con el fin de separar una de las Unidades Estratigráficas en Actividades. Se
UE que se ha incluido en ella incorrectamente. entiende por Actividad un conjunto de UE que
pertenecen a un mismo y concreto fin construc-
Campo de relaciones estratigráficas tivo. En esta operación se salta de los diagramas
Esta operación supone observar las relaciones espa- de UE a los de A.

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5. Adición. Diagrama único y final del edificio, de A. nológico absoluto, sino sólo el relativo que les asigna
Mediante la suma de los diagramas de A de zona. su lugar en la secuencia, por lo que su adscripción a
6. Periodización o puesta en fase. Ordenación de la una Etapa o a una Fase es dudosa o aleatoria y provi-
secuencia diagramática del edificio en Etapas y sional, pudiendo ocupar cualquier situación entre los
Fases datadas. Utilización de la lógica estratigráfi- elementos de su misma columna que presenten algún
ca y de los indicadores cronológicos. tipo de datación absoluta por encima y por debajo
(“techo” y “suelo”).
Situación “ascensor”. Buen número de elementos (UE Comprobación de errores. Las sucesivas adiciones de
y A) que componen el diagrama no tienen valor cro- diagramas suponen un “cierre lateral” que conlleva un

112

Figura 6. Construcción de diagramas, base, adición, simplificación (HARRIS, E. C. 1989: Principles of Archaeological Stratigraphy, Academia Press Limited,
London).

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sistema de comprobación y corrección del diagrama final recogidos en las fichas analíticas de UE. La memoria ad-
ya que permite observar si las UE o las A saltan de fila. ministrativa debe acompañarse de las fichas de UE origi-
Cuando la correlación de UE da lugar a la presen- nales o de sus copias si las originales se depositan en un
cia de una sola A por Periodo, el diagrama de Acti- archivo científico. Los listados son un instrumento que
vidades se convierte en una sencilla columna donde sustituye a los centenares o millares de fichas de UE que
cada escalón alberga una Actividad, o sea, equivale a es imposible incluir en una publicación científica. Los lis-
la sucesión de Periodos. Pese a lo que pueda pare- tados se ordenan por Fases y Etapas, A y UE e incluyen
cer, esta situación es correcta sobre todo si el listado en una línea los datos sintéticos de cada ficha de UE.
ofrece la relación de UE correspondientes a cada A.
Periodo Situación
Número Nombre Número Nombre Posterior a Anterior a
(coetanei- (zona y
8. Contraste y conservación de los datos. A A UE UE
dad)
A y UE A y UE
plano)
Uso social y comprobación científica
Memoria y publicación
Si queremos que el trabajo realizado tenga un valor Planimetría. Finalizado el proceso de registro, se pasan
científico, debe posibilitarse el contraste científico. Así a limpio y completan la planimetría de base para incluir
se explica también la necesidad de rigor del registro en ella los nuevos detalles obtenidos del edificio, los
estratigráfico. Para ello hay que conservar y poner a dis- perímetros de las UE y las A y las numeraciones que
posición de la comunidad científica los datos y los ins- las identifican. Además se suelen diferenciar las fases
trumentos de análisis, lo que conlleva su depósito en un y etapas por colores o tramas. Consecuentemente es
archivo, la redacción de una memoria y la publicación. necesario borrar los detalles recogidos en la planimetría
Se suele suponer que la memoria tiene un valor de base que han servido para diferenciar las UE pero
administrativo, por lo que basta con la descripción de que ahora hacen confusa la lectura del plano. Por ello,
los datos y el proceso de trabajo sin entrar en el análi- cuando la planimetría base tiene la suficiente calidad y
sis, mientras que la publicación conlleva el argumento detalle, se deben publicar dos juegos de planos, el de
y discusión de las hipótesis o predicciones. Pero si el base (estado inicial) y el estratigráfico, de modo que
113
proyecto de trabajo obliga al planteamiento de hipóte- ambos se puedan contrastar con el estado actual del
sis previas, la memoria debe incluir la solución de las edificio y con el análisis efectuado.
predicciones. El núcleo del trabajo y su principal argu-
mento consiste en buscar y conseguir relaciones entre 9. Argumentar, comentar, comparar
los datos, agruparlos y datarlos argumentándolos con Memoria y publicación
indicadores cronológicos. Tanto la memoria como la publicación deben argu-
mentar la demostración o falsación de las prediccio-
Condiciones de la memoria. La memoria y la publica- nes. Se comentarán los resultados con lo conocido y
ción en todo caso debe incluir: 1, la descripción del con lo hipotetizado. De estos argumentos o del mero
edificio que resulta de la lectura estratigráfica efectua- comentario del proceso de lectura y análisis saldrán
da; 2, el diagrama final del edificio, de A; 3, los lista- novedades que deberán resaltarse; nuevas hipótesis,
dos de UE y AE y; 4, la planimetría. La falta de alguno bien sobre el tema que ha convenido o ha dado lugar
de estos elementos invalida el trabajo pues impide al trabajo o bien abriendo nuevos campos de inves-
contrastar los datos con el edificio real. Memoria y tigación con nuevos objetivos y con el planteamien-
archivo deben ser de acceso público. to de nuevos proyectos de investigación. También se
deben comentar las limitaciones encontradas en el
Descripción. Organizada por Fases y Etapas, citando desarrollo del estudio. Se deben efectuar comparacio-
las UE y A que corresponden a cada una de ellas. La nes con datos anteriores conocidos, obtenidos o pu-
menor o mayor complejidad del edificio y la corres- blicados de otros edificios. Se deben señalar los cam-
pondiente a los Periodos o Etapas permitirá basarla bios conseguidos en la comprensión de los datos. Lo
sólo en éstos u obligará a organizarla por subperío- mismo se debe efectuar con respecto al estado físico
dos o Fases o incluso Actividades. del edificio, los criterios de restauración, la secuencia
de los daños del edificio y la incidencia de las distin-
Listados. Para asegurar el contraste de los datos por los tas restauraciones históricas y contemporáneas. Las
colegas científicos es necesario ofrecer a éstos los datos conclusiones incluirán por tanto el resumen de los

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puntos de interés, de las conclusiones por apartados cuela, esto es, las variaciones o diferencias metodoló-
y el listado de recomendaciones generales. gicas que éstas han desarrollado, inciden directamente
en la calidad del trabajo. En este sentido se debe acep-
10. Crítica, validez y límites del método tar que la AA en cuanto que análisis estratigráfico tiene
El método no es infalible. La situación espacial es se- un carácter profesional, de modo que el tratamiento y
gura (un elemento está junto a otro, al lado, encima o el proceso de trabajo de todos los grupos deben man-
debajo); mientras que las relaciones temporales ofre- tener una uniformidad profesional, aún a pesar de su
cen cierto grado de inseguridad (¿la relación espacial carácter instrumental que permite un margen de varia-
corresponde a una relación temporal de anterioridad / bilidad para amoldarse a cada circunstancia concreta.
posterioridad y en qué sentido, o de contemporanei-
dad?), siendo este punto clave para un correcto análisis C. Estrategia tipológica
estratigráfico. La explicación histórica (¿qué significa?) La comparación de características formales de ele-
entra en el campo de lo aleatorio. mentos (singulares como ventanas, puertas; decora-
No se puede afirmar que el método sea más o me- tivos; aparejos; estructuras; edificios) y su agrupación
nos objetivo. El método arqueológico, concretamente la en tipos permite formar series con valor cronológico.
estratigrafía, es más riguroso que el tradicional (Historia La formación de la serie conlleva un proceso en que
del Arte). El rigor es propio de la metodología, mientras los elementos aportan sus distintos valores cronoló-
que la objetividad o subjetividad corresponde al investi- gicos relativos y absolutos, contextualizados con se-
gador, al campo de la argumentación histórica. cuencias estratigráficas, de modo que la serie tipoló-
Uniformidad profesional. La experiencia y la capa- gica pasa de tener un valor relativo a uno absoluto
cidad analítica de cada arqueólogo o arquitecto o de que se contrasta y mejora constantemente con pos-
cada equipo que realiza AA y las características de Es- terioridad. Así se obtienen atlas regionales formados

114

Figura 7. Planimetría y diagrama cronológico. Santa Clara de Córdoba (GI Arqueología de la Arquitectura, IH, CSIC).

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con distintas tablas tipológicas que se convierten en para obtener o corregir sus catalogaciones. Aparecen
indicadores cronológicos absolutos que, entre otros características que antes pasaban desapercibidas por el
objetivos, sirven para poner en fase los diagramas es- peso de modelos explicativos previos y que obligan a
tratigráficos (Figuras 7 y 8). replantear las preguntas sobre ellos o sus cronologías.
Fichas tipológicas analíticas: Se descubren edificios que no son lo que parecen, por
— Aparejo. Puesta en obra. Descripción. Elementos ejemplo una iglesia catalogada como románica, pero
constructivos. que realidad se construyó en el siglo XVI.
— Materiales. Tipo, elaboración, dimensiones, huellas Ruptura del punto muerto historiográfico. Casos
de herramientas. asimilables a los de “descripción y catalogación co-
— Acabados. Morteros. rrecta”. El subjetivismo investigador impone la fecha
La mensiocronología es una tipología específica del edificio basándose en ordenaciones de “estilo”,
de las medidas de elementos manufacturados en se- provocando un punto muerto en la investigación. El
rie. Para la consecución de series se necesita el apoyo análisis efectuado con un instrumento de análisis más
de instrumentos estadísticos (media, regresión, ten- adecuado al problema que se tiene que resolver sirve
dencia). Para conseguir series mensiocronológicas se para refutar o confirmar los modelos previos.
necesita obtener muestras con las que formar un ban- El edificio pluritipologizado. Los procesos pro-
co de datos. ductivos. Los procesos homogéneos de producción
El análisis histórico/social de las tipologías permite se distinguen por similares características, variables o
investigar sobre cronología, producciones, especializa- discriminantes tipológicos. A cada conjunto temporal
ciones, movilidad de técnicas y expertos, comercio, etc. (contexto, UE o fase) corresponde un grupo de varia-
bles tipológicas características que permiten extrapo-
D. Estrategia analítica. Arqueometría lar su cronología a otros conjuntos.
La aplicación del análisis de Ciencias Naturales per- La tipología, utilizada como criterio de homoge-
mite obtener: neidad / heterogeneidad para definir las UE, permite
— Datos de los componentes que conforman los ele- describir objetos construidos de gran tamaño, difíciles 115
mentos. de analizar con el criterio de las relaciones estratigrá-
— Fechas que datan series cronológicas flotantes, ficas.
momentos de uso o de fabricación del elemento. El producto constructivo. La contextualización.
Para los datos cronológicos de carácter “absoluto” El EH como objeto construido también se presenta
se deben tener en cuenta las mismas apreciaciones como un sistema de relaciones o un conjunto de con-
que para los datos obtenidos por medio de las fuen- textos que ofrece su propio proceso de “producción
tes escritas; esto es, se deben contextualizar previa- del producto”. El “producto”, homogéneo y coetáneo,
mente. aparece como pluriestratificado y pluritipologizado
(cada estrato / tipo corresponde a una función).

Para qué sirve. Principales resultados


La Torre de Babel
En edificios cuya única documentación material es el
propio resto conservado, desaparecido su yacimiento Termino planteando algunas cuestiones que denomi-
o si éste no se puede excavar. La única secuencia que no como nuestra “Torre de Babel”, la tendencia por
se puede conseguir es la propia estratigrafía del edifi- diferenciar grupos cerrados que amenazan con escin-
cio. Los elementos secuenciados se podrán comparar dir una metodología común; o por considerar como
con los atlas regionales tipológicos y con los indicios importantes cambios de base lo que son variantes
cronológicos (Figura 9). metodológicas o terminológicas, que deben ser en-
En el edificio pluriestratificado. Descripciones y ca- tendidas como instrumentales dentro de un modelo
talogaciones correctas. Sometido al método, el análisis profesional común.
estratigráfico ofrece una descripción correcta, comple- Con respecto a la tendencia a diferenciar el trabajo
ta, secuenciada y neutra que permite reconstruir con del arqueólogo y del arquitecto en la intervención en
rigor las estructuras originarias. Las contextualizaciones el EH, en relación con la intervención con metodolo-
obtenidas permiten aplicar los indicios cronológicos gía AA, considero dos cuestiones principales:

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116

Figura 8. Tipología de aparejos constructivos. Santa Clara de Córdoba (GI Arqueología de la Arquitectura, IH, CSIC). I, fin del s. X; II, a. 1236; III, s. XIV; V, a.
1380; V, s. XIX; VI, a. 1962-1973.

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— La metodología AA es propia tanto de arqueólogos site destruir o pueda conservar. En consecuencia, se


como de arquitectos. El arquitecto puede utilizar la debe aceptar que la intervención en el EH es también
metodología AA como un instrumento auxiliar en destructiva y que el desmonte y demolición de sus
el necesario análisis del EH. Y si no la utiliza perso- elementos debe ser efectuado por arqueólogos y so-
nalmente, al menos debe conocer cómo funciona. metido al método de registro arqueológico.
Este derecho del arquitecto no merma la labor del La metodología AA y en concreto su estrategia
arqueólogo, experto en cuestiones históricas y en estratigráfica no se debe considerar un “estudio pre-
la datación de los materiales arqueológicos. vio” de la intervención arquitectónica. En este sen-
— Las decisiones sobre la conservación y el trata- tido no es lógico considerar el análisis estratigráfico
miento de los elementos que conforman la se- del EH como parte de su “levantamiento”, (término
cuencia histórica del EH en el proyecto arqui- referido tradicionalmente a la documentación plani-
tectónico competen por igual al arquitecto y al métrica del edificio). La metodología AA debe partici-
arqueólogo. Este derecho del arqueólogo no mer- par en todo el proceso de intervención restauradora
ma la labor del arquitecto como experto en el en el EH, para registrar las transformaciones que se
tratamiento de la estructura arquitectónica. ejecuten en su materialidad.
El estudio de los procesos constructivos forma
Existe una falsa comprensión de la Arqueología del parte de la AA, sin que sea necesario diferenciar “Ar-
yacimiento como excavación destructiva y otra tam- queologías” específicas dedicadas a etapas históricas
bién errónea de la AA como lectura no destructiva. determinadas, por ejemplo a la romana, más “cons-
La Arqueología, en sus dos vertientes del yacimiento tructiva” que “arquitectónica”.
y el edificio, se define metodológicamente como un Es inútil pedir al método estratigráfico resultados
sistema de registro, al margen de que, para ello, nece- más allá de su función. Es inútil que registre proce-

117

Figura 9. También se puede analizar un edificio trasladado. San Pedro de la Nave (Zamora). Arriba a la derecha, reconstrucción una vez trasladado (foto,
Iberduero 1932, de MATEOS RODRÍGUEZ, M. A. 1980: San Pedro de la Nave, Colegio de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Zamora, Zamora, foto n.º 14).
Resto de ilustraciones, lectura del alzado longitudinal, planta de excavación, reconstrucción (GI Arqueología de la Arquitectura, IH. CSIC).

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sos dilatados en el tiempo que no correspondan al que utiliza el plano-crítico con simbología gráfica y la
proceso de construcción / destrucción / restauración, que utiliza la ficha analítica y el diagrama.
como los de deterioro producidos por procesos bio- Se debe reconocer que la tipología está estrecha-
lógicos o naturales. El método sólo podrá registrar el mente vinculada a la estratigrafía, tanto en su cons-
inicio del proceso, algún momento intermedio docu- trucción como en las necesarias revisiones a que se
mentado casualmente, y el final o su situación actual. debe someter posteriormente. De esta manera se
Igual ocurre con el registro de estructuras. Se pue- puede entender, por ejemplo, el método de los “clus-
den efectuar diagramas que intenten explicar cómo ters” de Agustín Azkárate (Vitoria), una ingeniosa y
eran las estructuras resultantes en cada momento de necesaria instrumentalización del criterio de “homo-
destrucción / reconstrucción, pero o se circunscriben geneidad y heterogeneidad” para la diferenciación de
a los datos que poseemos y por lo tanto no añadi- UE en un edificio de tan difícil tratamiento como es
rán nada nuevo al diagrama de partida, o necesitarán la Catedral de Vitoria, probablemente el EH de mayor
imaginarse cómo eran los elementos desconocidos, volumen hasta ahora así estudiado.
perdidos, con lo que se escaparán del campo de da- Se debe corregir algún caso de diversidad termi-
tos registrables. nológica, potenciando el término que se considere
El método de registro seguido por la Escuela de más ajustado a su sentido. Por ejemplo, la divergen-
Francesco Doglioni (Venecia) parece que obliga a cia entre el término “proceso”, empleado por Miguel
considerar una dualidad de instrumentos contradicto- Ángel Tabales (Sevilla), y el tradicional de “actividad”
rios en el registro de las relaciones estratigráficas: la (asimilable a conjunto sincrónico).

Edificio Año Promotor Objetivo Repercusión


1 Santa. Eulalia de Mérida * 1991 Junta de Extremadura I I / Didáctica
2 Torre de Hércules * 1992 Ministerio Obras Públicas y T. I R
3 San Pelayo de Arlanza * 1993 Autofinanciación I I
118 4 San Pedro de la Nave * 1996 Autof. / Proyct I+D / Junta Castilla y León I I
5 San Juan de Baños * 1996 Proyect I+D / Junta CyL I I
6 Parroquia Valdetorres Jarama 1996 Comunidad de Madrid R R
7 San Vicente del Valle * 1997 Junta CyL I I
8 Santa María Arcos Tricio * 1997 Proyecto I+D I I
9 San Miguel de Escalada I 1998 Proyecto I+D I -
10 Santa Comba de Bande * 1999 Xunta de Galicia R I
11 San Estevo de Atán * 1999 Xunta de Galicia R -
12 Santa Lucía del Trampal * 1999 Autofinanciación I I
13 São Gião de Nazaré, Portugal * 2001 IPPAR, Mnstr. Cultura. Portugal R I
14 San Millán de la Cogolla, Suso * 2002 IPHE, Ministerio de Cultura. I I
15 Torre San Pedro Viejo, Madrid * 2003 Equipo de restauración R -
16 San Pantaleón de Losa * 2003 Junta de Castilla y León R R
17 San Martín de Arlucea * 2003 Diputación Foral de Álava R R
18 La Asunción de Viñaspre 2003 Diputación Foral de Álava R -
19 Sé Idanha a Velha, Portugal * 2004 Proyecto I+D I I
20 Universidad Alcalá de Henares 2004 Universidad R R
21 Ermita Los Santiagos Alburquerque * 2005 Proyecto I+D I I
22 Conjuntos industriales, Londres 2005/2007 MoLAS / entidades privadas R Constrc. R
23 Monasterio Santa María La Real, Valdeiglesias 2005/2007 Comunidad de Madrid R R
24 San Miguel de Lillo * 2006 Proyecto I+D I I
25 Colegiata San Isidoro de León 2006/2007 Junta de CyL R I/R
26 Basílica de Segóbriga 2006 Otro grupo de investigación I I
27 Convento Sta. Clara, Córdoba 2006 Fundación Caja Madrid R R
28 Cartuja Santa María de la Defensión 2007 Equipo de restauración R R
29 Santiago del Burgo * 2007 Junta de CyL R R/I
30 Santiago, Villafranca del Bierzo 2007 Junta de CyL R R
31 Murallas de León 2007 Otro grupo de investigación I I

Cuadro. Intervenciones. GI Arqueología de la Arquitectura, IH. CSIC. I: investigación; R: restauración

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Experiencia metodológica en Arqueología de la Arquitectura de un grupo de investigación. Investigación de Historia. CSIC. Madrid

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(*) Esta numeración corresponde al orden que aparece en el cuadro de la página anterior.

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Procedure di documentazione e percorsi
interpretativi dell’edilizia storica
Gian Pietro Brogiolo
Università di Padova

121
Riassunto Didascalia immagine
Diagramma rappresentante i percorsi di analisi archeologi-
L’intervento discute alcune procedure sperimentate ca e strutturale di un edificio storico.
nell’analisi dell’edilizia storica dal gruppo di ricerca
che attualmente lavora all’Università di Padova, in re-
lazione con i contenuti delle Linee Guida per la valu-
tazione e riduzione del rischio sismico del patrimonio
culturale, emanate dal Ministero per i Beni e le Attivi- Nel mio intervento discuterò alcune procedure speri-
tà Culturali, in particolare per quanto riguarda la des- mentate nell’analisi dell’edilizia storica dal gruppo di
crizione delle Unità stratigrafiche murarie (USM) e la ricerca che attualmente lavora all’Università di Pado-
loro collocazione nel contesto dell’edificio. L’obiettivo va, in relazione con i contenuti delle Linee Guida per
è di collegare l’analisi stratigrafica ai metodi analitici la valutazione e riduzione del rischio sismico del pa-
di documentazione degli equilibri statici, in rapporto trimonio culturale, emanate dalla Direzione generale
ai problemi del rischio (non solo sismico) e del Res- per i beni architettonici e paesaggistici del Ministero
tauro. per i Beni e le Attività Culturali, in particolare per
quanto riguarda la descrizione delle Unità stratigrafi-
che murarie (USM) e la loro collocazione nel contesto
Parole chiave dell’edificio. L’obiettivo è di collegare l’analisi strati-
grafica ai metodi analitici di documentazione degli
Archeologia; stratigrafia; architetture storiche; preven- equilibri statici, in rapporto ai problemi del rischio
zione sismica; restauro. (non solo sismico) e del Restauro.
Come è ampiamente noto, in Italia l’applicazione
dei metodi stratigrafici alle architetture, sperimentata
da architetti e archeologi in Liguria, Toscana, Lombar-
dia, Veneto e Lazio tra la fine degli anni ‘70 e l’inizio

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Arqueología aplicada al estudio e interpretación de edificios históricos

del decennio successivo (per una sintesi D’Ulizia, anche di un parallelo percorso storico-archi-
2005), ha trovato poi una sede di confronto e di ve- tettonico.
rifica metodologica nel convegno di Pontignano del
1987 (Francovich, Parenti, 1988), nel quale sono 1. Introduceva una serie di Unità di Riferimento
emerse due distinte posizioni: che collocassero le Unità stratigrafiche in con-
testi via via più generali.
(A). Da un lato, gli stratigrafi puri che, sull’onda 2. Proponeva una gradualità della documenta-
dell’entusiamo per le nuove teorie, erano giun- zione, da adattare alla dimensione dell’analisi
ti a teorizzare il valore assoluto del metodo (da un singolo muro ad un intero centro stori-
che nella “prima parte dello studio (...) non ha co) e alla qualità dei rilievi (dai fotopiani alle
bisogno di tenere in alcun conto l’importanza fotogrammetrie) e delle schede (oltre a quelle
storica dei diversi strati” (Harris, 1983: 79). Ve- di USM proposte da Parenti veniva introdotta
niva perciò applicato all’edilizia come a qual- una ‘Scheda di archiviazione veloce’ per le
siasi deposito archeologico sepolto, senza analisi speditive.
alcun adattamento specifico (Parenti, 1985; Pa-
renti, 1988). Contro questa invasione di campo
Gli anni ’90 sono caratterizzati dalla definitiva affer-
si sono mosse le prime critiche, fino al rifiuto
mazione della disciplina, pur attraverso la proposta
radicale da parte di alcuni architetti (Bonelli,
di nuove idee, emerse in numerosi seminari e con-
1986).
vegni attraverso il dibattito tra archeologi e architetti
(B). Dall’altro, chi sottolineava la complessità e la restauratori. Sui temi del dibattito, sviluppatosi nella
ricchezza informativa insita nelle stratificazioni seconda metà degli anni ’90 sulla pagine della rivista
di un edificio, che non potevano essere colte ‘Archeologia dell’Architettura’, fondata nel 1996 con
con gli schemi harrisiani concettualmente rigi- Tiziano Mannoni e Roberto Parenti, e nei convegni,
di (Doglioni, 1988; Doglioni, 1997). rimando alla sintesi che ho presentato nell’incontro
122
del 2002 a Vitoria (Brogiolo, 2002).
In quella lunga fase formativa della disciplina, il me- Mi limito a ricordare una seconda fase di spe-
todo che ancora oggi utilizziamo a Padova è frutto rimentazione, avviata anche questa in collabora-
dei lavori e delle sperimentazioni condotte tra 1984 zione, presso l’Università di Padova, con architetti
e 1986 con alcuni architetti in analisi stratigrafiche fi- e ingegneri strutturisti. Da un lato proponevamo
nalizzate al restauro (la più importante delle quali ha (Brogiolo, 1997) differenti percorsi interpretativi ri-
riguardato il complesso di Valmarina a Bergamo) e costruibili stratigraficamente: (1) delle murature, (2)
alla pianificazione urbanistica (nei casi di Pescarzo e degli intonaci, (3) delle parti lignee, di orizzonta-
Oneta, due centri storici, rispettivamente, in provincia menti e coperture; (4) degli equilibri statici (5) del
di Brescia e Bergamo). Il metodo è stato presentato degrado (come attività postdeposizionali: Leonardi,
al Convegno di Pontignano del 1987 e pubblicato in 1992), (6) delle tecnologie, ossia di processi e cicli
modo più sistematico nel 1988 nel manuale ‘Archeo- produttivi, (7) delle forme, intese come distribuzio-
logia dell’edilizia storica’ (Brogiolo, 1988), rimasto ne gerarchica (spatial archaeology of houses) degli
fino ad un paio di anni fa l’unico in Italia. I principi spazi e dei percorsi, (8) delle funzioni. Dall’altro
su cui si basava tale metodo erano quattro: sperimentavamo la concreta applicazione del meto-
do stratigrafico nei percorsi di analisi degli equilibri
1. Staccandosi dalla teoria di Harris (1983), sos- statici e del degrado (Cagnoni, 1996; Faccio, Mas-
teneva innanzitutto le differenze della strati- ciangelo, Zeka Lorenzi, 1997). I risultati vennero
grafia sepolta, che si forma sulla base di leggi presentati in un convegno a Pontignano organiz-
deterministiche, rispetto a quella in elevato, in zato con Roberto Parenti il 21-22 marzo del 1997
larga misura artificiale. e che aveva come tema: “Archeologia e Restauro
del Monumenti: dieci anni dopo”. Il convegno è
1. Ribadiva la necessità, per una corretta com- rimasto inedito; mi limito a ricordare gli interventi
prensione dei valori formali e funzionali di un di Paolo Faccio (Stratigrafia strutturale) e di Gio-
edificio, non solo dell’analisi stratigrafica, ma vanni Leonardi con Giovanni Cagnoni (Unità Stra-

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tigrafiche e Unità Stratigrafiche di Trasformazione: sistema informativo in grado di garantirne la gestione


processi post-deposizionali, degrad,, etc.), in parte (p. 33):
recuperati negli articoli pubblicati nel secondo nu-
mero della rivista “Archeologia dell’Architettura”. 1. un’analisi storico-critica ottenuta tramite ‘rilie-
Questa impostazione, che non ha avuto seguito vo geometrico ed eventuali analisi metrologi-
allora per la diaspora del gruppo di lavoro che l’aveva che (…) l’analisi tipologica, il lessico costrut-
sviluppata, è stata ripresa recentemente nelle Linee tivo (…) la conoscenza delle tecniche e dei
Guida per la valutazione e riduzione del rischio sis- materiali’;
mico del patrimonio culturale. Le “Linee Guida” sono
il risultato dei lavori di una commissione, istituita dal 1. la rappresentazione sul rilievo ‘di eventuali
Ministero per i Beni e le Attività Culturali, composta danni strutturali e del degrado di superficie’;
unicamente da architetti ed ingegneri, che hanno pe-
1. una ‘anamnesi ragionata e documentata de-
raltro introdotto nel documento quei principi della
lle trasformazioni, manomissioni, interventi di
stratigrafia in relazione al restauro, emersi nel dibattito
restauro e di manutenzione;
della metà degli anni ‘90. Le “Linee guida” sono pre-
viste obbligatoriamente per gli edifici storici sogget- 1. un’analisi delle ‘proprietà meccaniche e chimi-
ti a vincolo, ma il documento auspica l’applicazione co-fisiche dei materiali in opera;
all’intero patrimonio storico architettonico. A comple-
tamento di questa normativa, una seconda commis- 2. un’analisi dei dissesti. In queste proposte
sione, della quale fanno parte questa volta anche gli analitiche non si fa mai cenno alla necessi-
archeologi, sta lavorando alle procedure di valutazio- tà di un’indagine stratigrafica del manufatto,
ne del rischio del patrimonio archeologico conservato che viene anzi rinviata alla fase di cantiere,
allo stato di rudere, strutture con differenti tipologie nella quale è possibile ‘l’aggiornamento della
edilizie, dagli edifici di spettacolo romani, alle mura, conoscenza scientifica di ciascun manufatto,
agli acquedotti; dalle chiese ai castelli. mediante i rilievi archeologici e architettoni- 123
Nel periodo intercorso tra queste due commissio- ci, gli scavi stratigrafici, l’osservazione diretta
ni, un terzo gruppo di lavoro, patrocinato dalla “Di- dell’opera costruita, la diagnostica’.
rezione archeologica” del medesimo Ministero per i
Beni e le Attività Culturali, ha prodotto un suo docu- Partendo infine dal principio che l’edilizia storica è
mento, scritto da S. D’Agostino, F. Cairoli, M.L. Giu- ‘difficile da inquadrare in una casistica anche appros-
liani, E. Conforto, E. Guidoboni, dal titolo Raccoman- simativa’, il gruppo di lavoro esprime un giudizio
dazioni per la redazione di progetti e l’esecuzione di aprioristicamente e pesantemente negativo nei con-
interventi per la conservazione del costruito archeo- fronti ‘della nuova ingegneria strutturale che tende
logico. In questo documento, a differenza delle “Li- a reinterpretare, non conoscendoli, gli antichi orga-
nee Guida” non vi è che qualche fugace accenno alla nismi’. Ne biasima altresì ‘l’irrazionalità di applicare
stratigrafia, alla quale non si riconosce peraltro alcun teorie e modelli di calcolo concepiti per le strutture
ruolo normativo. Come si esplicita nell’introduzione, moderne al patrimonio storico e/o archeologico’. Per
il documento intende supplire alla lacuna delle “Linee concludere che ‘il calcolo strutturale fondato sulla
Guida” che non trattano dei Beni Archeologici. Rimar- meccanica razionale, che utilizza, per interpretare la
ca peraltro che ‘le recenti normative strutturali vanno natura, modelli teorici semplificati e formulati anali-
applicate con estrema cautela al tessuto archeologico ticamente, si presta a una sempre più spinta specia-
e ciò vale anche per le recenti linee guida per la valu- lizzazione che allontana il progettista dalla pratica
tazione e riduzione del rischio sismico del patrimonio di cantiere e rende difficile l’apprezzamento di leggi
culturale del Ministero per i Beni e le Attività Culturali e potenzialità del costruito storico tanto da potersi
che si rivolgono al patrimonio storico, ignorando le definire dannoso il tentativo di forzarlo a rispondere
specificità di quello archeologico’. Esattamente il con- esclusivamente agli schemi propri del calcolo e alla
tario di quello che propongono le “Linee Guida”. Il ineluttabilità della normativa. Solo recentemente lo
percorso di conoscenza che viene proposto è inoltre sviluppo del calcolo agli elementi finiti ha consenti-
basato su una generica elencazione di indagini non to di approssimare in modo più puntuale il compor-
inserite in un iter logico che preveda schede e un tamento statico delle antiche costruzioni, facendo

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Arqueología aplicada al estudio e interpretación de edificios históricos

intravedere la possibilità di superare la inconcilia- rre specifiche procedure di analisi e interpretazione,


bilità tra approcci epistemologici tanto diversi’. Per che sperimenteremo nel lavoro della commissione
gli estensori del documento l’alternativa è di rico- ministeriale. In uno specifico contributo, che verrà
rrere alla ‘sensibilità culturale ed alla capacità pro- pubblicato nel prossimo numero di “Archeologia
fessionale del progettista (in grado) di interpretare dell’Architettura”, entrerò nel dettaglio di come il
opportunamente il quadro normativo, leggendolo metodo da noi utilizzato a Padova debba essere mo-
nella puntuale specificità del contesto archeologico dificato per integrarsi con le proposte delle “Linee
in un serrato confronto con l’Ente di tutela’. Sulla Guida”. In questa sede mi limito a definire concet-
base di queste premesse, appare difficile garantire tualmente il problema, riallacciandomi all’impianto
che gli interventi di manutenzione e restauro siano teorico-metodologico impostato tra 1984 e 1997. In
finalizzati al ‘rispetto della concezione costruttiva del un convegno, organizzato nei giorni 25-27 settembre
manufatto archeologico e all’uso di materiali e tecni- 2010 a Gavi (Piemonte), se ne tornerà a discutere
che compatibili con la reversibilità’. con un gruppo più ampio di studiosi.
Generica è infine la definizione dei concetti teorici Punto di partenza di questa riflessione, risultato
di vulnerabilità (‘predisposizione ad essere danneg- di un confronto dal quale è nata negli anni ’80-‘90 la
giato o dal suo stesso stato di degrado (fino al collas- disciplina, è che l’Archeologia dell’Architettura è un
so) o da un possibile evento ambientale (terremoti, indirizzo di confine tra differenti ambiti disciplinari,
frane, dissesti) o antropico’), pericolosità (‘frequenza sia per la conoscenza, sia per le ricadute. Non può
e la grandezza di eventi in grado di compromettere dunque arroccarsi in un proprio spazio chiuso, dove
l’integrità del manufatto’) e rischio (eventualità/pro- peraltro molti vorrebbero confinarla, ma deve misu-
babilità di subire danni). In particolare, per quanto rarsi con chi studia gli aspetti strutturali e di degrado
riguarda la vulnerabilità, la distinzione tra una com- di un edificio. Il suo fine è certo, prioritariamente per
ponente “intrinseca”, legata alla concezione costrutti- un archeologo, la conoscenza storica, ma i suoi risul-
va dell’opera e al processo di modificazione avvenuto tati devono essere parimenti utili alle discipline del
124
nel corso di lunghe vicende storiche, e una compo- Restauro. Se non fa questa scelta, è destinata a dive-
nente “aggiunta” causata dallo stato di degrado, appa- nire un semplice strumento utilizzato da altre discipli-
re inopportuna perché si tratta di fenomeni tra loro ne. Ribadire la sua autonomia significa riconoscersi in
collegati in una sequenza unica. pochi principi condivisi:
A differenza delle “Raccomandazioni” che ripro-
pongono un percorso di consocenza tradizionale
dell’architettura, l’importanza delle “Linee Guida”, 1. I criteri di conoscenza storica, in architettura, non
sul piano teorico, sta nel riconoscere ufficialmente possono che partire da un’analisi stratigrafica. Ques-
che la conoscenza dell’edificio non può prescindere ta si fonda sul riconoscimento delle unità stratigrafi-
da un’analisi complessa, attraverso una pluralità di che e dei relativi rapporti, in base ai quali costruire
percorsi di cui centrali sono l’analisi stratigrafica e una sequenza organizzata in un diagramma. Il risulta-
l’analisi strutturale. I due percorsi di analisi strati- to sono sequenze integrate di: costruzione originaria
grafica e strutturale sono fondamentali non solo per (ricostruendo la storia del cantiere dal progetto alla
la prevenzione (dalla valutazione del rischio al res- realizzazione: Mannoni, Boato, 2002); trasformazione
tauro) ma anche per la conoscenza esaustiva di un (fasi successive di demolizione e ricostruzione, com-
edificio. Anche il secondo (quello relativo all’analisi presi interventi di consolidamento/restauro); degra-
strutturale) produce informazione storica, in quanto do/dissesto naturale ed antropico; cambiamenti negli
consente di conoscere: (1) le tecniche inizialmen- equilibri statici. Queste ultime, concettualmente defi-
te adottate per assicurare un equilibrio statico; (2) nite fin dagli anni ’90 come ‘unità postdeposizionali’,
quando e in che modo questi equilibri sono stati comprendono il degrado, le deformazioni e le fessu-
alterati (a seguito di evento distruttivo naturale o per razioni: sono particolarmente importanti ai fini della
decisione del proprietario); (3) quali presidi sono comprensione dell’eventuale condizione di rischio
stati attivati per rimediare a tale rottura. Il secondo del manufatto stesso. Nella sequenza potranno talora
percorso si inserisce dunque, sulla base della speri- risultare il momento di avvio e, se l’azione è conclu-
mentazione della metà degli anni ’90, nell’impianto sa, anche di risoluzione del danno, eventualmente a
teorico della disciplina, anche se occorre introdu- seguito dell’introduzione di specifici presidi. Questi

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ultimi saranno riconoscibili nelle catene, nei barba- conoscibili e reversibili e praticando eventuali sacrifici a
cani, nelle cinture metalliche ecc. , unità stratigrafi- vantaggio di una miglior conoscenza del manufatto.
che che vanno documentate e inserite nella sequenza Accettati questi principi, il percorso analitico, aperto a
complessiva al pari delle altre, anche se la loro va- tutte le discipline coinvolte nello studio delle architetture,
lutazione sarà di prioritario interesse per chi dovrà deve proporsi la raccolta di una pluralità di informazioni,
poi progettare la messa in sicurezza del manufatto. In organizzate in schede, rappresentate quando necessario
altre parole, l’analisi stratigrafica così concepita avrà in rilievi bi e tridimensionali e inserite in un GIS, nel
come risultato tre storie intrecciate tra loro: della cos- caso di progetti complessi, come ad esempio, lo studio
truzione, del degrado/dissesto e dei restauri. A queste delle architetture residenziali di Padova, nel quale siamo
sequenze documentate in alzato, e che possono esse- attualmente coinvolti. In questo progetto, le informazioni
re ulteriormente articolate come ho sopra indicato in sono così articolate:
sequenze di intonaci (Arce, Doglioni, Parenti, 1996),
parti lignee (Serafini, 1996) ecc., sono da aggiunge-
re le stratigrafie sepolte naturali e antropiche su cui (a) Fonti storiche (edite ed inedite), cartografiche,
insiste il rudere, oggetto in alcuni casi di un’indagine catastali, bibliografiche, relative alle fasi di cos-
parallela che va condotta unitamente a quella degli truzione, uso, trasformazione, restauro del ma-
alzati. nufatto.

(b) Individuazione dell’edificio nelle sue condizioni


2. Se si accetta il principio sopraesposto, unifor- attuali, all’interno di un complesso architettoni-
mare le procedure è un auspicio, non una neces- co e nella sua articolazione in corpi di fabbrica,
sità imprescindibile. In Italia lo si è tentato senza setti murari distinti tra perimetrali e divisori in-
successo alla metà degli anni ’90, ma forse allora i terni, collegamenti verticali quali scale, ecc., altri
tempi erano prematuri. Ora che l’analisi stratigrafi- elementi strutturali portanti, orizzontali (archi di
ca è accettata anche a livello ufficiale, i tempi sono aperture e di scarico) e verticali (pilastri, colon-
125
forse più adatti e proprio le indicazioni delle “Linee ne), fondazioni (quando osservabili).
Guida”, per la loro cogente normativa, potrebbero
fornirne lo spunto, ma, ribadisco, non è imprescin- (c) Analisi stratigrafica, attraverso i metodi codifica-
dibile. ti dall’archeologia dell’architettura, individuando
le singole unità stratigrafiche che compongono il
manufatto, riconoscendone i rapporti e in base a
3. Lo studio delle architetture non può essere disgiun- questi proporre una sequenza periodizzata.
to da quello delle tecniche costruttive (delle singole
murature e della struttura architettonica dell’edificio nel (d) Analisi archeometrica delle tecniche costruttive
suo complesso); è dunque opportuno, seguendo la stra- murarie, individuate in base all’analisi stratigrafi-
da indicata da Tiziano Mannoni fin dal 1976 (Mannoni, ca. Un manufatto può averne una soltanto o tante
1976), costruire banche dati, su base regionale, a partire quante sono le sue fasi costruttive. Di ciascuna
dall’edito e sulla base di apposite schede, che tengano vanno definiti i parametri: materiali e loro lavo-
conto non solo degli aspetti materiali ma anche di quelli razione, dimensione, disposizione dei corsi nei
strutturali (infra). paramenti e tessitura complessiva, natura, con-
sistenza, spessore dei leganti. Le singole tecniche
costruttive vanno dunque documentate non solo
4. Chi studia le architetture non si può esimere dal soste- come tessiture superficiali (paramenti), ma come
nere un ultimo principio, sul quale molto si è impegnato un insieme tridimensionale di connessioni in cui
Riccardo Francovich (Francovich, 2008, in particolare: la muratura si lega a seconda dei diversi compo-
149-170) un principio che potremmo definire di etica nenti della stessa.
culturale nella conservazione e nel Restauro: occorre
preservare lo spessore informativo storico di una archi- (e) Descrizione delle connessioni. Oltre alle con-
tettura, il che significa realizzare solo gli interventi di nessioni all’interno della singola muratura, van-
presidio indispensabili, facendo in modo che siano ri- no individuate e descritte quelle tra setti (nelle

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Arqueología aplicada al estudio e interpretación de edificios históricos

angolate), tra pareti e orizzontamenti, tra colle- ne. I primi, in base al loro interesse prevalentemente
gamenti verticali (tra setti e pilastri/colonne), tra storico, a partire da una serie di modelli interpretativi
distinti corpi di fabbrica. Le connessioni sono (di storia politica, di storia socioeconomica, di storia
infatti importanti per determinare l’attuale equi- delle tecnologie o di storia ideologico-culturale come
librio statico dell’edificio; la loro mancanza, è di moda oggi in una fase post-processualista che mi
come discontinuità costruttiva o interfaccia di pare stia comunque tramontando) cercheranno di ri-
demolizione o distacco a seguito di cedimen- comporre i dati analitici in una narrazione storica. Per
to e/o fessurazione rivela gli elementi critici gli altri il percorso interpretativo si traduce in questa
del sistema costruttivo osservabile in elevato. A fase nella costruzione, attraverso opportuni algoritmi,
questi dati, di per sé sovente già significativi, di modelli meccanici finiti che spiegano perché gli
vanno peraltro aggiunti quelli documentabili nel equilibri statici consentano all’edificio di stare su e
sottosuolo, attraverso prospezioni, carotaggi e quali sono le lacune, le discontinuità che ne mettono
lo scavo stratigrafico. in crisi la stabilità.

(f) Stratigrafie del sottosuolo. Le condizioni stati-


che di un edificio sono in stretta relazione con L’analisi interpretativa dell’archeologo ha due po-
la condizione geologica del sottosuolo. Nel caso tenziali ricadute: può infatti risultare non solo un
dei ruderi archeologici è presumibile che la par- contributo alla conoscenza in sé e al dibattito storio-
te superiore del deposito sepolto corrisponda a grafico in corso su temi inerenti la storia delle archi-
livelli antropici, che vanno indagati stratigrafi- tetture, ma anche un racconto (non necessariamento
camente. Questo significa che la collaborazione scritto, ma anche sotto forma di ricostruzione grafica
tra archeologi e ingegneri/architetti deve essere o multimediale) accessibile ad un largo pubblico di
stretta anche in questa fase conoscitiva, sia essa potenziali visitatori, in altre parole finalizzato ad un
circoscritta a carotaggi, o estesa a sondaggi o ‘uso pubblico della storia’ sui cui significati si è so-
a scavi su ampia superficie. Ai primi interesserà ffermata Andreina Ricci (Ricci, 1996; Ricci, 2006), in
126
soprattutto una ricostruzione storica in relazione grado di attrarre l’interesse del pubblico non spe-
alla vita del manufatto e ad eventuali preesisten- cialista. Premessa questa indispensabile per una co-
ze, secondo le epistemoologie della ricerca ar- rretta valorizzazione, senza la quale il rudere non
cheologica; ai secondi, oltre ad una valutazione resterà che un ingombrante e incompreso mucchio
della resistenza sismica attuale, l’individuazione di sassi. Sull’altro versante, il risultato della valuta-
di eventi traumatici storici, quali alluvioni, frane zione degli equilibri statici è costituito dai progetti di
e altri disastri ambientali. manutenzione programmata e di interventi puntuali.
L’insieme di questi dati, raccolti in un siste- C’è peraltro, come dicevo, un ulteriore momento di
ma schedografico implementato nel GIS, rappre- confronto comune a conclusione dei due percosi:
sentato per quanto riguarda le sequenze in un è il controllo della perdita di spessore stratigrafico
diagramma stratigrafico e descritto in una rela- che si può operare attraverso interventi di restauro/
zione preliminare, ha una duplice valenza: da un manutenzione (Franceschi e al., 2000). Se questi non
lato rappresenta una conoscenza storica appro- partono da una conoscenza stratigrafica è assai pro-
fondita, nella quale i differenti elementi possono babile che vadano a incidere sullo spessore storico
essere ricondotti alla sequenza complessiva del del manufatto, cancellando ad esempio, anche in in-
manufatto; dall’altro forniscono informazioni in- terventi dichiaratemente di conservazione, parametri
dispensabili per la successiva tappa interpretati- rilevanti, come intonaci stratificati o leganti originari,
va, nella quale i percorsi si biforcano. o nascondedo quei nessi stratigrafici tra una unità
e l’altra che ci consentono di ricostruire la sequen-
za, premessa indispensabile per qualsiasi valutazio-
Raccolte le informazioni attraverso l’aggregazione de- ne storica o strutturale (Treccani, 2000). Tanto più è
lle specifiche competenze, nella fase interpretativa, necessario conservare la visibilità di questi elementi,
archeologi da un lato e ingegneri/architetti dall’altro si se operiamo su un manufatto architettonico che si
separeranno, provvisoriamente in realtà, perché, come qualifica per il suo spessore storico oltre che per il
vedremo, li attende ancora una fase operativa comu- suo aspetto formale e dimensionale.

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Procedure di documentazione e percorsi interpretativi dell’edilizia storica

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I segni della stratificazione nelle’ architettura
construita. Identificazione e conservazione
nel restauro
Francesco Doglioni
Università IUAV di Venezia
doglioni@iuav.it

129
Francesco Doglioni è professore associato di Res- comparazione dei diversi tipi di bordo nelle diver-
tauro Architettonico presso la Facoltà di Architettura se culture costruttive, e in particolare di quelli legati
dell’Università IUAV di Venezia. Sul tema dei rapporti all’attività del cantiere.
tra lettura stratigrafica e restauro dell’architettura ha Affronta le questioni del rapporto tra stratigrafia e
pubblicato nel 1997 il testo “Stratigrafia e Restauro. restauro attraverso l’autenticità per relazione”, e richia-
Conoscenza e conservazione dell’architettura”. ma la questione del “rischio architettonico”, ossia di as-
setti nascosti sottostrato e della conseguente necessità
di accertamento attraverso saggi e demolizioni mirate.
Riassunto
Dopo aver proposto la sinergia descrittiva delle pa-
Parole chiave
role “costruzione” e “stratificazione”, lo scritto affron-
ta la questione dei reciproci apporti tra stratigrafia e
Costruzione, topografia storica, semeiotica dei contat-
testo architettonico di cui essa esamina la materia.
ti, autenticità, restauro
Sviluppa il tema degli adattamenti metodologici e
operativi dell’impianto di Harris, per applicarlo più
efficacemente all’architettura e per renderlo funziona-
le al restauro. Tratta la questione dei “punti proban- Abstract
ti” e delle “superfici di trasferimento” come elementi
fondativi della conoscenza e del restauro, e mette a After the proposal of a descriptive synergy of the
fuoco le diversità epistemologiche e operative legate words “construction” and “stratification”, the piece of
alle due diverse finalizzazioni. Illustra una “semeioti- writing deals with the matter of the reciprocal con-
ca dei punti di contatto stratigrafico” come tecnica di tributions between stratigraphy and the architectural
rilevamento delle evidenze, articolata in diversi tipi text whose material is investigated. The paper deve-
di bordo, limite e interfaccia. Propone una lettura e lops the topic of some possible methodological and

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operational adjustments of the Harris system, in or- mo conoscere i modi della sua costruzione, ma per
der to let it be better applicable to architecture and comprendere come la costruzione è stata realizzata
functional to restoration. It deals with the matter of nel tempo dobbiamo saper riconoscere come è stata
the “convincing points” and of the “transfer surfaces” deposta/stratificata…
as the foundations of knowledge and restoration, and Una constatazione appare evidente: la caratterizza-
focuses on the cognitive-aimed and operational diffe- zione conoscitiva dei modi costruttivi dell’architettura,
rences which are linked to the two different goals. It delle culture materiali di aree e di tempi diversi, ha
illustrates a “semeiotic of the stratigraphical contact tratto da questo intreccio un vigoroso impulso1: da
points” as a survey technique for the stratigraphical un lato perché la stratigrafia svolge un ruolo esegetico
evidences, which is articulated in some different kinds nell’interpretare i diversi documenti costruiti —tali ci
of edge, limit and interface. It suggests a comparative appaiono, sempre di più, i monumenti— ed è in gra-
reading of the different kinds of edge in the different do di formare in ciascuna costruzione la sequenza de-
constructive cultures, particularly in those ones which lle diverse espressioni di cultura materiale in essa pre-
are reated to the construction-site activity. senti. Rappresenta dunque, per lo studio delle culture
The paper handles the matters of the relations- costruttive, un fondamentale strumento d’ordine, che
hip between stratigraphy and restoration by means Luis Caballero in questo incontro ha definito come il
of the concept of “authenticity through realtionship” valor instrumental della stratigrafia.
and points out the issue of the “architectural risk”, D’altro lato, l’accresciuta conoscenza dei modi
that is the presence of hidden structures underneath costruttivi permette di capire meglio che cosa è ugua-
the layer, so as to require some verification tests and le e continuo e che cosa è diverso e discontinuo, ossia
apposite demolitions. contribuisce a identificare gli strati in base alla speci-
fica caratterizzazione costruttiva di ciascuno: dunque
offre essa stessa alla lettura stratigrafica uno strumen-
Nel riflettere sul ruolo che la stratigrafia va assu- to essenziale di individuazione prima e di descrizio-
130
mendo nello studio interpretativo delle architetture, ne/comparazione poi, necessario tra l’altro a condu-
siamo tentati di utilizzare le parole costruzione e rre con rigore la prima semplificazione interpretativa
stratificazione come sinonimi. Anche se può appa- della complessità stratificata, ossia l’istituzione dei ra-
rire un uso forzato, l’immagine del gesto ritmico con pporti di correlazione tra unità non contigue.
cui il muratore posa una pietra sull’altra ci ricorda Non vogliamo certo ridurre l’architettura a somma
che ogni fabbrica è costruita e trasformata realizzan- di strati di materia costruita, ma proponiamo la stra-
do strati —o formando interfacce— in una data se- tigrafia come una delle letture possibili delle architet-
quenza. Inoltre, se la stratificazione è formata dalla ture reali, complementare ad altre letture, funzionale
posa in successione di entità in sé omogeneamente soprattutto a chi intenda entrare in contatto diretto
costruite ma tra loro distinguibili, che chiamiamo con la materia e la logica costitutiva di ciascuna; e
strati, il modo con cui ciascuno strato è deposto, questo passaggio, pur importante per chi vuole co-
ossia costruito, gli deriva dalla cultura costruttiva noscere a fondo una data architettura, è indispensabi-
che lo ha prodotto e varia al variare di questa, sia le per chi intende restaurarla conservandole il patri-
pure entro certi limiti. Da questa interdipendenza monio di tracce e di materie significative.
deriva comunque una evidente sinergia descrittiva Luis Caballero in questo incontro ha proposto la
nell’utilizzo dei due termini, costruzione e stratifica- stratigrafia come primus inter pares tra gli strumenti
zione, a designare letture necessariamente comple- di lettura delle architetture costruite. Concordo piena-
mentari dello stesso processo, e rivolte in definitiva mente, per il motivo che la stratigrafia produce di
a conoscere e descrivere l’anatomia della fabbrica per sè un contenuto conoscitivo (la suddivisione in
nella sua evoluzione formativa: l’una —costruzio- strati/parti e la loro sequenza) in grado di diventare
ne— maggiormente rivolta ai modi con cui è stata il contenitore di altre conoscenze, le quali possono
compiuta ciascuna azione costruttiva; l’altra —stra-
tificazione— più interessata alla sequenza con cui
è stata formata/deposta. Ne consegue una sorta di
circolarità continua, in cui per saper riconoscere 1
Tra i contributi recenti vedi, in Italia, Fiorani, Esposito, 2005; in Spagna,
e interpretare i segni della stratificazione dobbia- Azkarate, Quirós, , 2005.

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fruire così di una struttura d’ordine tratta dalla cos- le singole parti e la sequenza stratigrafica di insieme
truzione stessa e capace di rappresentarla con schemi costruita in base ad essi possono essere utilizzati per
efficaci. Qualsiasi conoscenza mirata al dettaglio —si una esegesi storico-cronologica del testo architettoni-
pensi alla datazione con radiocarbonio di un legno co: esisteva (la materia che forma) quella finestra al
inserito in una muratura—, se collegata a una data momento della costruzione iniziale, o è stata demoli-
unità stratigrafica, si incardina in un punto preciso ta/costruita successivamente? La natura sincronica di
della sequenza; il sistema relazionale della stratigrafia una configurazione osservabile, se le materie costrui-
può così diventare il sistema d’ordine di tutti i dati e te che le danno forma appartengono alla stessa fase
di tutti i risultati delle ricerche archeometriche opera- costruttiva, o il suo rivelarsi come l’esito di un pro-
te sulla costruzione. A loro volta i dati, che ricevono cesso diacronico che ha mutato nel tempo le materie
nuova forza dall’essere così incardinati, arricchiran- e di conseguenza le configurazioni, sono due esiti
no la sequenza e potranno interagire tra loro e con diversi, entrambi significativi, dell’esegesi della fonte
la sequenza stessa, e talvolta metterla in discussione, materiale dell’architettura che la stratigrafia —spesso,
ponendo nuovi dubbi o consentendo più articolate non sempre— consente. Questa sorta di filologia de-
verifiche e costruzioni interpretative. lla materia costruita si estende, come includendole,
Solo la stratigrafia, credo, è in grado di formare alle configurazioni architettoniche che attraverso la
la “topografia storica” delle materie degli edifici alla materia sono state realizzate nel tempo. La sequen-
quale collegare le ulteriori analisi e conoscenze ar- za stratificata di immagini ricostruttive di una stessa
cheometriche. Queste, simmetricamente, sono in gra- fabbrica diviene quindi un contributo propedeutico
do di dare nuovi contenuti e significati ai singoli strati alla sua storia, e la verifica compiuta ne consente
e, attraverso questi, all’intera costruzione. un utilizzo più pertinente e affidabile per la storia
Proprio per la responsabilità che deriva da questa dell’architettura di quanto non lo siano immagini di
funzione cardine, la stratigrafia deve essere condotta manufatti non sottoposti a questo vaglio.2
con rigore, dichiarando il proprio metodo, i protocolli Ma c’è un effetto di ritorno dall’architettura alla
e le convenzioni interpretative su cui si basa. E, so- stratigrafia che vuole studiarla. 131
prattutto, non deve ricercare a ogni costo la comple- Proprio perchè formati da materie costruite allo
tezza quando si riveli irraggiungibile se non a prezzo scopo di raggiungere precise configurazioni, gli strati
di forzature, e denunciare di continuo i dubbi, la di- di una architettura sono fortemente caratterizzati, so-
versa attendibilità dei dati su cui si fonda e la quota prattutto in superficie; ed è proprio questa caratteriz-
interpretativa che l’operatore ha introdotto. zazione intenzionale che, a mio avviso, non può non
Sarebbe opportuno, a questo proposito, che si entrare nel processo di riconoscimento e caratteriz-
sviluppassero gli esperimenti di reciproco “collaudo” zazione degli strati e dei loro contatti, influenzando i
delle letture stratigrafiche compiute in modo indipen- modi e gli strumenti della stratigrafia quando applica-
dente da più studiosi su uno stesso oggetto. Forse ta all’architettura.
inizieremmo a litigare di più di quanto non facciamo A questo proposito, riassumo alcuni adattamenti
ora, e potremmo constatare la legittimità di letture an- del percorso di rilevamento e interpretazione dei dati
che profondamente diverse, ma sarebbe un modo uti- stratigrafici per l’architettura, da me proposto alcuni
le a far crescere questa tecnica analitica; individuando anni fa3. Dichiaro che la mia visione è certamente in-
i punti di concordanza-discordanza, potremmo esa- fluenzata dal fatto di collocarsi all’interno del circuito
minarne in profondità la natura, mettendo alla prova continuo “conoscere per conservare”, in cui la conos-
la possibilità teorico-metodologica e concretamente cenza è intesa come fondamento dell’azione conser-
operativa di giungere a una interpretazione condivisa. vativa, e “conservare per conoscere” (Torsello, 1988),
La stratigrafia osserva la materia costruita di una
architettura e non l’architettura tout-court, e questo
ha almeno due conseguenze.
Esaminando i possibili apporti alla conoscenza di 2
Sul tema della lettura stratigrafica di manufatti altamente formalizzati sotto
una architettura, la stratigrafia è in grado di accertare il profilo architettonico, e della connessione tra lettura stratigrafica e fonti
bibliografico-archivistiche, vedi la ricerca compiuta sul Teatro Olimpico di
quale rapporto esiste tra le componenti materiali di Vicenza in Danzi (in corso di stampa).
un manufatto che ne determinano l’attuale configu- 3
Su questo e su altri temi trattati in questo testo, vedi in particolare Do-
razione visibile. I rapporti cronologico-costruttivi tra glioni, 1997.

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in cui il fine della conservazione è costituito dal man- evidente della sequenza con cui è avvenuto un proces-
tenere aperta la possibilità di conoscere l’architettura so. Altre invece sono incomplete, difficilmente inter-
attraverso la materia che la forma. pretabili quando non apparentemente contraddittorie,
Non sono dunque un archeologo “puro”, ma sento e hanno comunque natura indiziaria; ossia richiedono
e pratico la responsabilità di agire nel campo del res- una quota di valutazione interpretativa via via maggio-
tauro di architetture, senso di responsabilità che cerco re, dando più spazio a dubbi e a argomenti contrari
di trasmettere ai miei studenti. che vanno attentamente presi in esame. Riteniamo che
Pur considerando fondamentale il riferimento la diversa evidenza e capacità di risoluzione informati-
alla metodica stratigrafica harrisiana concepita per va delle tracce fisiche debba essere registrata insieme
lo scavo archeologico (Harris, 1979), ho constatato al dato stratigrafico, in modo da segnalare la presenza
nell’applicarla alle costruzioni l’insorgere di alcune di una più o meno marcata componente interpretativa.
difficoltà, concettuali e operative, legate alle differenze Dunque, se pure l’informazione stratigrafica è pre-
tra stratificazione costruita e deposito archeologico. sente su tutta la superficie osservabile, solo in un nu-
Ho osservato in primo luogo come la stratigrafia mero limitato di punti raggiunge l’auto-evidenza, che
concepita per lo scavo non tenga pienamente conto possiamo definire come la capacità autonoma di di-
di alcune peculiarità qualitative che caratterizzano mostrare univocamente un rapporto tra strati generan-
l’architettura fin dalla sua costruzione; o, meglio, ne do così un tratto di sequenza cronologica, e al tempo
tiene conto descrivendole poi nelle schede di unità stesso sbarrando la strada a falsificazioni, ossia a in-
stratigrafica, assai meno nella fase di individuazione terpretazioni diverse o contrarie del dato materiale. Su
degli strati e della loro sequenza. questo, mi pare vi sia accordo di sostanza tra più stu-
Agli aspetti qualitativi della materia costruita —ossia diosi: Agustín Azkarate ha parlato di punto de compro-
relativi ai “modi” della costruzione— il restauro deve bación estratigráfica, Fernando Vegas e Camilla Mileto
essere particolarmente attento proprio per poterli con- di informazione in pochi centimetri quadrati.
servare; è naturale che alla stratigrafia, applicata alla Questa constatazione ha più conseguenze. L’esten-
132 materia dell’architettura, richieda di includerli organica- sione e la chiarezza della leggibilità stratigrafica di una
mente nel proprio schema d’ordine per poter fare pie- costruzione è data dalla compresenza di due elementi:
no affidamento su di esso, non fosse che per evitare di l’esistenza di un numero significativo di “punti strati-
formarne un altro separato e difficilmente comunicante. graficamente probanti” ben osservabili, e la presenza a
Ho dovuto prendere atto che la leggibilità strati- vista di superfici unitarie e continue “di trasferimento”
grafica di una costruzione, considerata in fase “stati- dell’informazione da un punto probante a un altro. Una
ca”, ossia così come si presenta senza saggi stratigra- superficie “di trasferimento” è tale se ci permette, con
fici o azioni assimilabili allo “scavo”, dipende dalla l’evidenza dovuta alla sua accertabile continuità costrut-
natura delle superfici che offre alla vista e dai contatti tiva, di porre in relazione il tratto di sequenza desunto
al margine tra le diverse superfici di strato osservabili; da un “punto stratigraficamente probante” su un suo
è perciò necessariamente parziale, e dipende in larga margine con il tratto di sequenza di un altro “punto”
misura dalla presenza o meno di strati di rivestimento posto su un altro margine della stessa superficie.
unificanti, dal degrado e dal dissesto, ossia da fattori L’informazione stratigrafica, in una costruzione,
che possono ridurre o accentuare la visibilità delle può essere paragonata a un flusso che transita su-
superfici di strato e delle discontinuità tra di esse. lle sue superfici senza essere interrotto, per effetto di
Inoltre le diverse tracce attraverso cui si manifes- una sorta di “conducibilità” informativa, paragonabile
ta la stratificazione, presenti e visibili su superfici e a quella elettrica.
perimetri, e che interessano solo una quota, a volte Ci accorgiamo così, al tempo stesso, di quanto
piccola, del totale delle superfici, non hanno tutte la potente possa essere l’informazione stratigrafica e
stessa evidenza e capacità di risoluzione; alcune sono di quanto fragili siano i suoi elementi conduttori: è
così evidenti che la loro lettura immediata e istintiva sufficiente una quota anche piccola, se ben conserva-
viene confermata dall’esame razionale e obiettivo, con ta e leggibile, delle superfici di una costruzione, per
nulle o limitatissime possibilità di trovare argomenti a consentire il flusso informativo, ma per interromperlo
favore di una interpretazione diversa. In questi casi si basta un colpo di martello in un punto probante, o
può affermare che la traccia assume il significato di una cazzuola di malta che lo copre. Quale responsa-
dato stratigraficamente probante, costituisce la prova bilità per i restauratori!

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I segni della stratificacione nelle architettura construita. Identificazione e conservazione nel restauro

Se è dunque vero che le tracce non sono equipo- pratico, alla parte ipotetica e fortemente interpretativa
tenziali, ossia non offrono dati con la stessa evidenza delle restituzioni architettoniche: non può e non deve
e capacità di risoluzione ai fini stratigrafici, va anche metterle in atto nella fabbrica. È interessato, invece, al
detto che alcuni di essi hanno una componente na- “senso” che queste interpretazioni possono dare alla
rrativa maggiore rispetto ad altri: non dicono solo fabbrica, e al significato enigmatico, di documento
quale parte è precedente e quale successiva, ma, per non ancora del tutto decifrato, di cui risulta caricata la
esempio, quale forma aveva una finestra poi tampo- traccia che a queste interpretazioni dà appiglio.
nata, o come era rifinita una superficie poi ricoperta. Lo sviluppo della conoscenza costituisce dunque
Apportano perciò dati preziosi anche ai fini della let- una vita parallela della fabbrica, e il restauro deve,
tura della configurazione e qualificazione architetto- come ha detto efficacemente Paolo Torsello, tutelare
nica dell’edificio nel tempo, e manifestano un senso la possibilità del conoscere (Torsello, 1988).
formale comprensibile. Vi è il rischio, nella pur legit- Per questo, come restauratore, non mi risultano
tima tensione a porre in sequenza strati e interfacce necessarie conoscenze “complete” e “definitive”, pur
nella matrice di Harris (HARRIS, 1979) di perdere pa- se della conoscenza ho bisogno; provo qualche scet-
role importanti del racconto architettonico, e a questo ticismo di fronte ai diagrammi quando troppo compli-
il restauro deve essere molto attento; ma si rischia cati e perfetti, e non perché non ne condivida il meto-
anche, non tenendo conto degli aspetti qualitativi do o la tensione a realizzarli, ma in quanto rischiano
della traccia, superficie di strato o margine che sia, di di essere frutto di una “ubris” conoscitiva; preferisco
ridurne la risoluzione strettamente stratigrafica: un in- diagrammi a segmenti spezzati ma affidabili, a maglie
tonaco che riveste uno spigolo al quale si è affiancata mantenute aperte da molti punti interrogativi, e che
una muratura —un punto probante, dunque— do- non superano le difficoltà interpretative o le mancan-
cumenta una intenzione di configurazione e finitura ze di dati con un salto troppo lungo; coltivo, in me
importanti per la storia della fabbrica, ma costituisce stesso e nei miei studenti, tanto il dubbio quanto la
anche un elemento in grado di rafforzare la capacità ricerca della certezza.
probante della sequenza fino a “dimostrarla” attraver- In tutto questo credo consista la “diversità epis- 133
so un dato che non dà spazio a letture diverse. temologica” tra stratigrafia come pura conoscenza
La stratigrafia propria dell’archeologia di scavo si archeologica e stratigrafia dell’architettura come parte
fa carico di riconoscere e registrare la sequenza relati- —iniziale e conclusiva— del processo di restauro.
va tra due strati (o interfacce) contigui: copre/ è coper- Credo, inoltre, che l’inserimento organico della
to, rompe/è rotto, si appoggia a, si lega a, formando qualità dell’informazione, del dubbio interpretativo e
poi la rete di rapporti tra gli strati scavati. della falsificabilità all’interno del metodo stratigrafico
Alla conoscenza materiale di una architettura è ne- di impianto harrisiano costituiscano una sfida impor-
cessaria, in più, l’osservazione dei “modi” del contatto tante per la sua applicazione in architettura.
tra le superfici di due strati nei “punti probanti” e la Ancora, per applicare all’architettura il meto-
qualificazione delle superfici, sia per dedurne forme do stratigrafico, dobbiamo tener conto che alcuni
e qualità intenzionalmente espresse, sia per utilizza- fattori e condizioni operative sono diverse rispetto
re queste per riconoscere più efficacemente la stessa all’archeologia di scavo, per la quale il metodo è stato
sequenza di posa. concepito.
Perché la conoscenza stratigrafica contribuisca a In primo luogo, in architettura rimuovere uno stra-
guidare l’attività conservativa, ponendosi come sua to di una costruzione costituisce l’eccezione motivata
premessa e come fine possibile (conoscere per con- e non la regola, mentre all’opposto nell’archeologia è
servare, conservare per conoscere…) deve fornire in la conservazione di uno strato a costituire l’eccezione
primo luogo la mappatura esatta dei punti probanti motivata. Ne consegue che di un edificio possiamo
e delle superfici di trasferimento, sia per conservarle esaminare le superfici esterne e i margini di contatto
con la loro forza narrativa, sia per evitare di danneg- tra di esse, non de-costruirne tutti gli strati rilevando
giarle come dati fondamentali. contestualmente il rapporto con gli altri, se non per
Da molto tempo, il restauro deve arrestarsi dove ha mezzo di saggi mirati, in grado solo di offrire informa-
inizio l’ipotesi, ossia non deve mettere in atto una in- zioni puntuali. Come abbiamo già detto, questo spin-
terpretazione, storiografica o archeo-stratigrafica che ge a concentrare l’attenzione sulle superfici esterne,
sia. Non è molto interessato dunque, sotto il profilo anche perché in architettura queste hanno ricevuto di

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per sé un surplus di lavorazione rispetto al corpo dello A questo scopo, ho da tempo rivolto il mio interes-
strato, tale da renderle particolarmente ricche di dati e se a formare una semeiotica dei punti di contatto
di qualità intenzionali impresse dal costruttore, carat- (Doglioni, 1997) con cui leggere/trascrivere i “punti
teristica più rara nella stratificazione archeologica. stratigraficamente probanti”- tra diversi strati costruiti,
La lettura delle qualità impresse dalla lavorazione fondamentali per riconoscerne la relazione costruttiva
su una superficie di strato è funzionale alla stessa lettu- e la sequenza stratigrafica. Ho attribuito un nome con-
ra stratigrafica. Sono queste le qualità che fanno delle venzionale ai diversi tipi di segno presenti nella mia bi-
superfici architettoniche intenzionali le migliori e più blioteca mentale, formando uno stringato lessico; a cias-
nitide “superfici di trasferimento” dell’informazione cuno ho collegato un simbolo grafico convenzionale,
da un punto probante all’altro: di per sé più difficil- in modo da consentirne l’individuazione-segnalazione
mente imitabili, sono generalmente rimaste a vista per sui rilievi (piante, sezioni e prospetti) e sui fotopiani che
lungo periodo per effetto della loro superiore cura documentano le superfici della costruzione.
costruttiva iniziale, e dunque recano segni di degra- Si tratta dunque di una tassonomia, per rimarcare
do “avvalorante”, che testimonia l’avvenuto passaggio il significato che i diversi tipi di margine e i diversi tipi
del tempo su di esse; è ben riscontrabile ogni altera- di superficie rivestono se esaminati di per sé sotto il
zione, interruzione o manomissione successiva alla profilo stratigrafico-costruttivo.
posa iniziale. Sono davvero queste le superfici auten- Questo apparato —inizialmente denominato rilie-
tiche di una fabbrica. vo critico-stratigrafico, poi stratigrafico-costruttivo—
Di più, la qualità impressa in superficie rappresenta vuole essere appunto, prima di tutto, un rilievo, o,
una quota importante della modalità deposizionale —la per utilizzare un termine di recente coniato da Tizia-
costruzione— la cui conoscenza è comunque necessaria no Mannoni, un mezzo dell’archeografia (Mannoni,
all’archeologo per leggere la stratificazione. Per realizza- 2005) una registrazione topografica il più possibile
re la stratigrafia dell’architettura è dunque necessario far obiettiva e codificata dei segni osservabili della strati-
leva anche su queste qualità di superficie. ficazione costruita.
134
Inoltre, alcune regole valide per l’archeologia di A nostro avviso, il procedimento proposto presen-
scavo, quali l’anteriorità di uno strato più profondo ta il vantaggio di raccogliere progressivamente gli ele-
rispetto a un altro superficiale, vanno riformulate in menti su cui si baserà l’interpretazione stratigrafica, i
architettura, dove la presenza di vuoti interni —gli contatti tra coppie di superfici di strato, e di rendere
ambienti— e l’utilizzo di materiali adesivi —le malte, dunque ogni interpretazione maggiormente verifica-
le vernici…— consentono di deporre-costruire anche bile proprio a partire dai dati su cui si basa, nel caso
dal basso verso l’alto o dall’esterno verso l’interno; è emergano ulteriori dati o sia effettuata una lettura di-
dunque superata, sotto certi aspetti, la legge di gravi- versa di quelli già disponbili. Popper, forse, avrebbe
tà, presupposto fisico del formarsi della stratificazione considerato ripetibile e “falsificabile” una simile lettu-
al suolo e al tempo stesso regola prima attraverso la ra, intendendo questo come requisito fondamentale
quale decodificarla; resta valida ma acquista nuovo di una indagine scientifica.
significato la legge dell’impenetrabilità dei corpi. L’archeologo può permettersi questo lusso solo in
Tutto questo ci spinge a mettere a fuoco la “di- piccola parte, perché rimuove lo strato nel momen-
versità operativa” tra stratigrafia “statica” applicata to stesso in cui lo individua osservandone il corpo
all’architettura nel restauro e stratigrafia nello scavo e i contatti stratigrafici, e quindi non può ripetere
archeologico. l’osservazione; ha maggiori possibilità di lettura nel
Il complesso di peculiarità epistemologiche e ope- corso dello scavo e più limitate possibilità di verifica
rative della stratigrafia applicata all’architettura mi ha successiva. All’inverso, nella lettura di una costruzio-
spinto ad alcune varianti nel rilevamento della strati- ne la leggibilità è ridotta alle superfici di strato e ai
ficazione osservabile. punti di contatto tra di esse, ma è “statica”, perdu-
In primo luogo cerco di attenermi al principio di se- ra finchè non viene modificata la fabbrica; dunque è
parare la trascrizione dei dati letti obiettivamente, di per opportuno che ai meno numerosi contatti stratigrafici
sé, che permangono sulle superfici della fabbrica fin- visibili si dedichino maggiori e specifiche attenzioni,
ché non le modifichiamo, dalla loro interpretazione, pur e si sfrutti la possibilità di verificarne il significato.
consapevole che le convenzioni di lettura e la trascri- Tengo ancora a precisare che tutto questo non
zione introducono comunque una quota interpretativa. mira a mettere in dubbio o a sostituire la sistema-

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tizzazione harrisiana, all’interno della quale comun- Solo così si possono porre le basi per tentare di
que si colloca; rappresenta semmai uno strumento conciliare la conservazione della stratificazione e de-
preliminare di registrazione localizzata del dato, utile lla sua leggibilità con le opere di restauro. Le stesse
almeno a due fini: schede di unità stratigrafica possono costituire il sis-
-Rendere ripetibile l’osservazione delle “superfi- tema d’ordine anche per fornire istruzioni operative
ci di trasferimento” e dei “punti probanti” che testi- di restauro da applicare punto per punto e superficie
moniano il rapporto tra diverse superfici di strato, e per superficie, ma sempre entro il quadro di contro-
consentire la verifica —come condivisione o come llo dei mutamenti costituito dai grafici di insieme. Ma
dissenso— del passaggio iniziale da “traccia” a “dato/ non posso progettare l’immagine su un diagramma di
documento” caricato di un preciso significato da parte Harris, pur utilissimo ad altri scopi.
di altri operatori; il facilitare la “falsificabilità” della L’operatore del restauro deve sapere in ogni mo-
prima lettura del testo stratificato, mettendo di conse- mento che cosa perde compiendo una data azione.
guenza in dubbio le interpretazione basate su di essa, Solo così si riduce il rischio gravissimo del “fuoco
rafforza la struttura scientifica della stratigrafia. amico”, delle azioni che nascono da intenzioni con-
-Permettere al restauro, che della conservazione di servative ma diventano involontariamente distruttive
queste tracce porta la responsabilità, di disporre della nella sostanza, anche perché ignorano il significato
precisa indicazione di quali sono le superfici e i “pun- speciale del punto che vanno a colpire.
ti probanti” già individuati, interpretati univocamente Bordi, limiti e interfacce rappresentano le princi-
o meno, ai quali è principalmente affidata la leggibili- pali tipologie di questa semeiotica attraverso la quale
tà stratigrafica della fabbrica, con tutto quello che ne leggiamo/trascriviamo i punti di contatto interni alla
consegue; si tratta di un ausilio strumentale che tutta- stratificazione costruttiva, punti che ci permettono di
via permette al restauro di guidare concretamente gli risalire a essa. In più, questi segni —non tutti, e alcuni
impatti e gli apporti sulla fabbrica, tenendo conto di in misura maggiore— esprimono anche una qualità
quanto già si conosce, e mettendo in atto attenzioni intenzionale dell’architettura, e ne costituiscono un
conservative mirate. elemento lessicale. 135
È fondamentale, per il restauro, poter disporre di una Un “vero bordo” è anche un profilo e un elemento
topografia tematica dei dati stratigrafici presenti sulla fa- primo della configurazione architettonica, così come
bbrica alla quale sovrapporre gli effetti di tutte le azioni la “vera superficie”, prima ancora di essere la superfi-
che via via si sommeranno su di essa: opere di conso- cie esterna di uno strato, è la superficie di una archi-
lidamento, di risarcimento/riparazione, di integrazione, tettura. Per questo insieme di motivi, ho proposto che
di adattamento funzionale, di dotazione impiantistica… la redazione dell’analisi stratigrafica delle architetture
Non è possibile progettare i nuovi interventi su una sia basata anche sulla caratterizzazione qualitativa dei
scheda di unità stratigrafica o su un Harris Matrix, an- margini della superficie visibile nei punti di disconti-
che se potrò utilizzare questi strumenti come mezzo di nuità e di contatto tra diverse superfici di strato (DO-
verifica, precisazione e “collaudo” delle conseguenze GLIONI, 1997).
stratigrafiche dell’intervento; posso invece progettar- Operiamo perciò una distinzione dei tipi di mar-
li/localizzarli su un rilievo tematico, o su un fotopia- gine (o perimetro) delle superfici di strato, la loro
no che mi segnali le “zone minate”, e valutarne poi mappatura insieme alla corrispondente qualificazione
l’impatto su un Harris Matrix in cui siano inserite le delle superfici, annotando i dati osservati con seg-
nuove interfacce e unità positive, verificando la leggi- ni grafici convenzionali applicati al rilievo o, meglio,
bilità residua di quelle preesistenti. Perché, teniamolo al fotopiano della superficie esaminata. Indichiamo
presente, il restauro deve negoziare la conservazione anche, segnalandoli come tali, i perimetri che non
delle tracce con altri contenuti del progetto, quali la riusciamo a interpretare perchè confusi, alterati o se-
restituzione del decoro visivo: è comunque una imma- minascosti, o in cui permangono dubbi. Questi segni
gine più o meno profondamente rinnovata quella che grafici, applicati separatamente sui margini di entram-
si chiede al progetto, e solo una attenta progettazio- be le superfici contigue lungo la linea di discontinui-
ne/simulazione visiva sulla base dell’immagine iniziale tà che ne forma il perimetro, vengono utilizzati per
(MILETO, VEGAS, 2006) è in grado di gestire questa registrare “che cosa” riteniamo di riconoscere nella
sorta di ossimoro, mutamento (dell’immagine) e con- traccia che abbiamo di fronte, in base alla nostra bi-
servazione (della materia e dei dati). blioteca mentale di segni.

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Si tratta quindi della ricerca e lettura codificata, — Falsa superficie o superficie formata in
tendenzialmente ricondotta all’obiettività, del singolo appoggio.
dato locale, che non esclude ma cerca di confinare la — Superficie di interfaccia negativa a taglio
quota di interpretazione soggettiva, e che precede e mirato o andante.
sostiene con il tessuto di dati così formato gli svilu-
ppi interpretativi successivi, estesi a catena dal ra- Anche nell’analizzare i tipi di bordo e di superficie
pporto tra coppie di unità —punti stratigraficamente constatiamo un forte legame tra lettura stratigrafica
probanti collegati tra loro da superfici di trasferimen- e lettura costruttiva. I diversi tipi di bordo, limite e
to— fino a descrivere la cronologia relativa delle parti interfaccia rappresentano, come già detto, figure di
dell’insieme, almeno fino al punto in cui si arresta la senso del costruire/stratificare alle quali possono es-
“conducibilità stratigrafica” delle superfici. sere ricondotti la maggior parte dei contatti ai margini
In estrema sintesi, secondo la proposta che ho tra strati, ossia in grado di descrivere/leggere i puntos
avanzato, il manifestarsi della stratificazione costrut- de comprobación estratigráfica di cui parla Azkàrate.
tiva in architettura è riconducibile a un modesto nu- Osserviamo però che il modo di manifestarsi di
mero di tipi di segno, il cui aspetto varia in rapporto ciascun tipo di bordo nelle diverse culture costruttive
al materiale e al modo con cui sono costruiti; diversa- e nei diversi materiali può essere anche profonda-
mente denominati, costituiscono figure di senso del mente diverso, pur avendo lo stesso significato agli
costruire o del trasformare. effetti stratigrafici. Un bordo di attesa in un intonaco è
Il vero bordo, per usare un’espressione tratta da- molto diverso da un bordo di attesa in una muratura,
lla geometria, è la linea dei punti in cui la superficie un bordo di attesa in una muratura di mattoni è diver-
si articola, si modula, cambia piano o si interrompe so da un bordo di analogo significato in una muratura
con una regolarità e un disegno intenzionale. Costi- di pietra…; e tutto questo varia in rapporto ai luoghi
tuisce dunque, in un certo senso, il primo elemento e alle culture materiali nel tempo, e costituisce una
esplicito di contatto tra costruzione e configurazione componente caratterizzante del costruire che è neces-
136 architettonica. sario conoscere per poterle attribuire, in ogni luogo,
Il bordo di attesa rappresenta il modo intenzio- il giusto significato stratigrafico. Si profila dunque un
nalmente modulato di interrompere la costruzione di campo di osservazione davvero intermedio tra strati-
uno strato per facilitarne la prosecuzione in un tempo grafia e costruzione: lo studio di come si realizzano
successivo. i bordi, veri, falsi o di attesa, di come si realizzano le
Il bordo termine costituisce la mera interruzione interfacce di demolizione, mirata o andante…
costruttiva non modulata. Questo può dar luogo a una casistica che sia al
Il falso bordo nasce dall’appoggio di uno strato tempo stesso il risultato di osservazioni operate su
a un elemento che preesiste e di cui assume, a calco, singoli manufatti e uno strumento per osservarne altri
la forma. che fa leva su una esperienza progressiva: un catalo-
Il bordo di interfaccia negativa costituisce il go dei diversi tipi di bordo, di interfacce, di superfici,
margine di arresto di una demolizione operata su può costituire anche uno strumento di diffusione di-
uno strato, e rappresenta esso stesso un vero bordo dattica oltre che di contatto tra studiosi e operatori di-
se operata a taglio mirato, capace di dare un profilo versi, chiamati così a confrontarsi sul significato attri-
accurato e regolare con la sola azione di incisione, buito a ciascun punto de comprobación estratigráfica.
o un bordo termine se irregolare, dovuto a mera Pensiamo, ed è una proposta, ad esaminare con
demolizione andante. specifico dettaglio i segni del cantiere: le tracce di
Il limite costituisce il margine in cui cessa la vi- interruzione di breve e lungo periodo, i bordi di at-
sibilità della superficie di uno strato perché ricoperto tesa di volte, solai, rivestimenti in pietra, mostre di
da un altro. porte…; pensiamo, alla possibilità offerta da ques-
Le superfici hanno una qualificazione del tutto si- ti segni affascinanti e stratigraficamente ambigui di
mmetrica e coerente con i bordi: costruire immagini della fabbrica ancora in cantiere
e parzialmente già in uso. Perché è pur sempre vero
— Vera superficie o superficie definitiva. che le sequenze e i diagrammi prendono vita e senso
— Superficie di attesa. se forzate a diventare immagini, talvolta inaspettate,
— Superficie al grezzo. della fabbrica.

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In un incontro per me molto stimolante e signifi- in grado di tener conto di quali sono i fattori e le
cativo, svolto a Vitoria alcuni anni fa, ho proposto al- condizioni che permettono il riconoscimento strati-
cune costruzioni logiche (“sillogismi”) per indagare grafico di un processo avvenuto. Va rimarcato che,
il rapporto tra stratificazione e restauro, soprattutto mentre la cultura del restauro ha elaborato principi,
attraverso l’autenticità (DOGLIONI 2002); o, meglio, metodi e soluzioni di riferimento per l’integrazione di
attraverso quella autenticità per relazione che deriva lacune di manufatti ad alta figuratività, concentrando
alla fabbrica dal fatto che le parti di cui è composta su questi la propria attenzione, l’intervento di appor-
sono legate tra loro da nessi di sequenza costrutti- to sulle parti “solo costruite” è proporzionalmente
va, i quali generano nella fabbrica una struttura “ad molto più trascurato —se si escludono i manufatti
arco” in cui le parti si sostengono reciprocamente, dell’antichità— anche se rappresenta il campo di in-
avvalorando l’identità storica di ciascuna rispetto tervento quantitativamente preponderante.
all’insieme. Vorrei richiamare alcuni principi o accorgimenti che
consentono, nel restauro delle costruzioni stratificate,
Il “sillogismo principale” era così formulato: di confermarne la natura polimorfa e di mantenerne la
leggibilità stratigrafica.
— Se il restauro ha come fine primo (in alter- Per primo, si devono conservare i “punti stratigra-
nativa: come condizione) la conservazione ficamente probanti”.
dell’autenticità dell’edificio. In secondo luogo, è necessario che le superfici
— Se attribuiamo alla stratificazione il ruolo di conservino la capacità di “trasferimento” dei dati,
condizione costitutiva e di struttura relazio- mantenendo la capacità “conduttiva” tra i punti pro-
nale dell’edificio, in quanto costituisce il sigillo banti ai margini.
reciproco tra le sue parti, le qualifica e le pone È questo un tema che richiede grande attenzione.
in relazione tra di esse e rispetto all’insieme. In una muratura di pietra o di mattoni —elementi se-
— Allora la stratificazione costruttiva costituisce il paratamente lavorati fuori opera— il tessuto connetti-
nesso che rende verificabile l’autenticità e con- vo dello strato costruito, e in special modo della sua 137
tribuisce a descriverla, e la sua conservazione è superficie, è costituito dai giunti di malta stesi contes-
un fine primo (in alternativa: una condizione tualmente alla posa in opera di ciascun elemento o ri-
obbligata) del restauro che intende rispettare e finiti in superficie al termine della costruzione. Questi
mantenere verificabile l’autenticità. giunti costituiscono il reticolo che fa di un muro a vis-
ta una efficace superficie di trasferimento, in quanto
A questo seguiva il Sillogismo n. 2: ciascuno di essi diviene, all’interno dello strato, una
sorta di “punto probante” circa la continuità stratigra-
— Se le trasformazioni del passato sono oggi ri- fico-costruttiva esistente tra due supporti in pietra o
conoscibili attraverso la stratigrafia in quanto in mattone, che altrimenti potremmo considerare tra
realizzate come stratificazioni (strati ed inter- loro separati. È l’insieme di quei giunti che permette
facce). al flusso di informazione stratigrafica di attraversare
— Se il restauro vuole rendere riconoscibili in fu- senza ostacoli l’intera superficie. Questa caratteristi-
turo le proprie azioni. ca viene meno se i giunti sono del tutto perduti e
— Allora il restauro può applicare alla fabbrica sostituiti, ma spesso si mantiene anche se i giunti ini-
le proprie azioni come stratificazione inten- ziali sono conservati anche solo in parte, con una
zionale (strati e interfacce) di cui viene man- disposizione tale da farli diventare comunque “punti
tenuta la leggibilità ai bordi, adottando la di trasferimento” del flusso di informazione relativo
stratigrafia come strumento per consentire la alla continuità muraria.
distinguibilità futura delle azioni di restauro. È molto frequente che un muro a vista, il cui punto
maggiormente aggredibile è costituito proprio dai giunti
Si voleva aprire la strada all’utilizzo, nel progetto di di malta, ne perda buona parte a causa del degrado.
restauro, del metodo e della mentalità stratigrafica al Spesso la ricerca di una “omogeneità visiva”, nel restau-
fine di rendere più nitida la riconoscibilità futura degli ro, spinge a rimuovere anche i giunti superstiti e a ricos-
interventi positivi e negativi che compongono l’opera truirli per intero. Dal punto di vista stratigrafico, e non
di restauro, attraverso una “deposizione-costruzione” solo, ritengo sia un grave errore, in quanto l’intervento

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Fig. 1 e 2. Fronte di Palazzo Gritti Badoer a Venezia. Mappa con la qualificazione dei bordi al margine tra superfici diverse (fig. 1), e mappa con la qualificazione
delle superfici (fig. 2), con relative legende. Elaborati di M. Interlandi, E. Recchia, M. Di Stefano, M. Venturi, studenti del Laboratorio di Restauro IUAV di Venezia,
docente F. Doglioni, 2002-2003.

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Fig. 3. Contatto stratigrafico tra merlature delle mura di Caceres. La presenza di un intonaco a superficie rifinita all’interno del nodo rende inequivocabile
la sequenza (non sarebbe stato possibile rifinire la superficie se fosse già stata presente la merlatura sulla destra), e dà una preziosa informazione storico-
architettonica circa la finitura della merlatura antica.

Fig. 4. L’apertura sulla sinistra è coeva alla muratura e alla finitura a malta: il contatto a “falso bordo” della malta sui contorni in pietra della finestra indicano che
queste sono state poste in opera prima della finitura, mentre la regolarità degli elementi in pietra osservabili al contorno rende altamente improbabile l’esistenza
di una interfaccia nascosta, poi ricoperta dalla malta. Tra muratura, spalle di finestra e malta di finitura si può considerare certo il rapporto di contemporaneità, (si
lega a), e dunque gli elementi (muratura in pietra, spalle di finestra e finestra e finitura a malta semicoprente appartengono a un assetto architettonico sincronico.
L’apertura sulla destra, invece, è successiva: si osserva l’interfaccia di rottura delle pietre e della malta e il contatto “a falso bordo” tra l’intonaco delle spalle
e la muratura con la malta semi-coprente. Da notare che è proprio il contatto visibile tra interfaccia di rottura e falso bordo accostato delle spalle che rende
inequivocabile il rapporto stratigrafico tra la muratura e la finestra; non sarebbe stato altrettanto evidente se l’intefaccia fosse stata nascosta dalla malta più recente.
La grande nitidezza della superficie muraria semi-intonacata, che funge da efficace “superficie di trasferimento”, rende evidente la successione stratigrafica e
architettonica tra le due aperture. Caceres, Palacio de Los Toledos Monteczuma.

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Fig. 5. Il trattamento della malta che copre parzialmente gli elementi in pietra della muratura presenta una superficie “al grezzo” e una finitura del bordo “a
140 bordo termine”, apparentemente interrotto senza speciali cure. Ma l’osservazione di insieme (vedi fig. 4) consente di comprendere come questa articolazione
dei bordi e delle superfici, apparentemente poco curati, sia in realtà l’esito di una precisa volontà formale, e dunque la superficie è nel suo insieme una “vera
superficie”, di elevato significato architettonico. Questa osservazione ci richiama all’importanza di tener conto, nella lettura stratigrafica, degli specifici caratteri
della cultura costruttiva regionale. Caceres, Palacio de Los Toledos Monteczuma.

Fig. 6 e 7. La comprensione di quale rapporto esiste tra le due parti di muratura in una discontinuità verticale è affidata, più che alla forma dei supporti,
sostanzialmente simmetrica, o ai reciproci adattamenti, alla malta conservata nei giunti (in pochi centimetri quadrati…). Nel particolare (fig. 7), segnalato nella fig.
6, si osserva come al giunto a destra, più chiaro, e alla pietra sottostante ad esso legata, si sovrapponga “a falso bordo” la malta della muratura a sinistra, che
dunque risulta successiva: non poteva assumere la forma di una pietra che ancora non c’era, e della sua malta già consolidata. Caceres.

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Fig. 8, 9 e 10. Il rondello cinquecentesco del Castello di Ossana (Trento), nella foto precedente al restauro (fig. 8) e nella foto successiva (fig. 9). Le immagini
appaiono molto simili, tanto da far dubitare siano state effettuate operazioni. In realtà (fig. 10) sono stati accuratamente conservati i giunti di malta esistenti,
sigillandone con micro-iniezioni e con limitati apporti di malta il contatto con le pietre del paramento, e sono stati risarciti con malta in profondità ove del tutto
perduti. I contatti tra i tratti di malta antica e la malta nuova sono “a falso bordo” (malta nuova) sull’interfaccia, sempre mantenuta leggibile, della malta vecchia.
Ritengo che l’intervento realizzi la protezione dalla disgregazione muraria dovuta all’acqua e al gelo, mantenga la “conducibilità stratigrafica” della superficie
e conservi visivamente al torrione il naturale carattere di “rudere in formazione”.

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ha un effetto “disgregativo” sullo strato murario, che za e documenta saggi e rimozioni di parti. Può trattarsi
perde quella sorta di “coesione” data dall’accertabile di demolizioni “necessitate”, collegate alla realizzazio-
continuità costruttiva tra malta e supporti. Nella migliore ne di opere di consolidamento o di adattamento nel
delle ipotesi, la qualità dell’informazione risulta declas- restauro, oppure “intenzionalmente progettate”, per ris-
sata e meno affidabile, e richiede un maggior apporto coprire assetti precedenti all’ultimo visibile, conservati
interpretativo, basato sulla natura, forma e disposizione sottostrato o perduti in tutto o in parte.
dei supporti sul paramento murario. Ritengo, in un caso e nell’altro, che il tema delle
È soprattutto a causa di errori come questo che demolizioni, forse perché giudicato imbarazzante e
l’analisi stratigrafica di un edificio già restaurato è so- “politicamente scorretto”, sia poco affrontato o eluso;
vente considerata o impossibile o impervia, comun- sostengo da tempo, al contrario, che dovrebbe essere
que deprimente per chi vuole compierla. sviluppato in tutte le sue implicazioni metodologiche e
E pur è vero che il giunto, in quanto componen- operative soprattutto nei manufatti del tessuto urbano
te strutturale e sistema di difesa contro l’ingresso dei centri antichi tanto fortemente stratificati quanto
dell’acqua, se perduto va nella maggior parte dei casi soggetti a radicali trasformazioni. Gli edifici di molte
reintegrato; ma è opportuno che le tecniche siano città europee presentano un elevato “rischio archeo-
attentamente affinate per salvare la residua compo- architettonico” che è in realtà una straordinaria po-
nente di “conduttività stratigrafica” della superficie. Le tenzialità, da affrontare sotto il profilo concettuale e
parti superstiti del giunto devono perciò essere con- normativo. I casi di restauro come riscoperta di strati-
solidate con opere da restauratore (microiniezioni nei ficazioni architettoniche nascoste, pur con tutti i rischi
distacchi, limitate sigillature di fissaggio a malta nelle che questo comporta, possono rappresentare un terre-
lacune intercluse, ecc.); le parti mancanti vanno risar- no fondamentale per lo sviluppo di una archeologia
cite con malta affine che ricerca con i tratti superstiti dell’architettura profondamente collegata al restauro.
un contatto “a falso bordo”, ossia complementare e Va detto che qualsiasi azione di restauro anche
accostato, non coprente. rigorosamente conservativa è inevitabilmente in re: si
142 Continuando con i principi e gli accorgimenti da accosta, tocca e a volte modifica parti della fabbrica
adottare nel restauro, ogni contatto nuovo/antico rimaste inesplorate, o che erano state osservate tro-
va concepito e realizzato come “punto stratigrafica- ppo da distante per poterne comprendere la natura e
mente probante”, evitando la formazione di “limiti” i possibili significati. L’opera di restauro viene perciò
e adottando ove possibile il contatto “a falso bordo” investita di una doppia responsabilità: non disperdere
come quello maggiormente funzionale. Ogni nuova questo potenziale informativo, riconoscendo tempes-
superficie va concepita come “superficie di trasferi- tivamente le tracce che lo recano in sè, conservando-
mento” attraverso la sua accertabile continuità costrut- le e evitando di danneggiarle inutilmente —perché
tiva. I contatti ai margini, in ogni caso, devono essere comunque le danneggerà—; raccogliere per quanto
nitidi e non confusi, il che non significa ostentazione, possibile i dati via via riconosciuti o emersi, docu-
ma solo accuratezza esecutiva e pulizia al contorno. mentarli e interpretarli, per arricchire la conoscenza
Le interfacce negative non vanno mai coperte o dis- storica e i significati dell’opera.
simulate. Va evitata il più possibile la formazione di Spesso, e su questa condizione dovremmo riflet-
“veri bordi”, perché introducono la propria involonta- tere più di quanto non si faccia, l’incalzare dell’opera
ria formalità architettonico-percettiva. edilizia, rivolta a pur importanti aspetti conservativi,
Il rapporto progettuale con la stratificazione costi- strutturali, d’uso..., e pressata da fattori economici e
tuisce dunque uno specifico tema del restauro, e può burocratici, fa passare in secondo piano la ricerca e
adottare impostazioni anche profondamente diverse lo studio dei dati che del restauro deve essere un
tra loro, legate al contributo che la natura stratificata fine primario oltre che una condizione. Basti pensa-
dà al carattere di una architettura e al suo stato: ruolo re che, salvo rare eccezioni, non è istituzionalmente
che possiamo leggere come pregnante e formativo, presente nei cantieri di restauro una figura che com-
oppure come occasionale e negativo. Ma questo è un pia una attività paragonabile al riconoscimento, alla
discorso più vasto. (Doglioni, 2008) registrazione in corso d’opera e alla interpretazione
Anche in architettura la stratigrafia può superare in e restituzione post-scavo che è obbligatoria per gli
taluni casi la sola lettura “statica” delle superfici visibili, archeologi al termine del proprio lavoro, documenta-
ed essere utilizzata come metodo di scavo che indiriz- zione nella quale trascrivono i dati raccolti e le loro

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I segni della stratificacione nelle architettura construita. Identificazione e conservazione nel restauro

interpretazioni, insomma la conoscenza che ritengo- NA BORRAZÁS, P. (edited by), Archaeotecture Ar-
no di aver raggiunto. chaeology of Architecture, BAR International Series
A quando l’archeologo dell’architettura nel 1175, pp. 41-60.
cantiere di restauro e nello staff di direzione
dei lavori? CALVINO, I. (2005): Lezioni americane. Sei proposte
La stratigrafia ci ha abituato a riconoscere la forza per il prossimo millennio, Milano (I ed. 1993), pag.
che possono avere in sé, e trasferire all’opera, segni 116-117.
anche piccoli e minuti, apparentemente senza storia.
Di tutto ciò il restauro deve saper tenere conto, DANZI, E., (in corso di stampa) : “La Basilica e il Tea-
considerando le tracce della stratificazione costruttiva tro Olimpico: annotazioni sulla trasformazione delle
come segni potenti della molteplicità che l’architettura fabbriche emerse con l’analisi stratigrafica”, atti del
può narrare.
convegno Restauri Palladiani 1980-2008. Conservazio-
Viene alla mente Italo Calvino, quando propone, a
ne e tutela, Vicenza, 8-9 maggio 2009.
proposito della molteplicità, «il romanzo contempora-
neo come enciclopedia, come metodo di conoscenza
DOGLIONI, F. (1997): Stratigrafia e restauro. Conos-
e soprattutto come rete di connessione tra i fatti, tra le
cenza e conservazione dell’architettura, Trieste.
persone, tra le cose del mondo». Riferendosi a Gadda,
Calvino scrive: «Nei testi brevi come in ogni episodio dei
DOGLIONI, F. (2002): “Ruolo e salvaguardia delle evi-
romanzi di Gadda ogni minimo oggetto è visto come
denze stratigrafiche nel progetto e nel cantiere di res-
il centro di una rete di relazioni che lo scrittore non sa
tauro”, Arqueologìa de la Arquitectura n. 1, pp. 113-130.
trattenersi dal seguire, moltiplicando i dettagli in modo
che le sue descrizioni e divagazioni diventano infini-
DOGLIONI, F. (2008): Nel restauro. Progetti per le ar-
te. Da qualsiasi punto di partenza il discorso s’allarga
chitetture del passato, Venezia.
a comprendere orizzonti sempre più vasti, e se potesse
continuare a svilupparsi in ogni direzione arriverebbe 143
FIORANI, D., ESPOSITO, D. (a cura di) (2005): Tec-
ad abbracciare l’intero universo». (CALVINO, 2005).
niche costruttive dell’edilizia storica. Conoscere per
La ricerca stratigrafica potrà fare di ogni architet-
conservare, Roma 2005.
tura un romanzo?
FRANCOVICH, R., PARENTI, R. (a cura di) (1988): “Ar-
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técnicas constructivas“, Arqueología de la arquitectu- jos constructivos medievales en el Mediterraneo Oc-
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BROGIOLO, G. P. (2007): “Dall’Archeologia dell’ar-
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XURSO M. AYÁN VILA, BLANCO ROTEA, R., MANA- niche e teorie analitiche, Venezia.

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El análisis estratigráfico: una herramienta
de conocimiento y conservación de la arquitectura
Camilla Mileto y Fernando Vegas
Universidad Politécnica de Valencia
cami2@cpa.upv.es

Resumen
145
Este texto sobre el método del análisis estratigráfico, Abstract
en su adaptación a la disciplina de la arquitectura y
su influencia en el mundo de la restauración arqui- This paper on the methodology of stratigraphical
tectónica, pretende subrayar la validez del mismo y analysis, its adaptation to architecture and its in-
las grandes posibilidades que derivan de su empleo fluence in the world of architectural restoration aims
abierto y flexible en el ámbito del estudio de la arqui- to underline its great value and vast possibilities if
tectura. No se trata de un método cerrado a aplicar used in a open and flexible way architectural sur-
mecánicamente para obtener un resultado matemá- veys. It is not a closed methodology to be mechani-
tico, sino de un método que, además de facilitar la cally applied in order to obtain mathematical results,
gestión de la gran cantidad de datos que surgen en but a way to research that teaches special sensibility
el estudio de las fábricas arquitectónicas, proporciona towards architectural materiality and awareness of
a quien lo aplica una sensibilidad hacia la materiali- its richness as historical document. Besides, it allows
dad de la arquitectura y una conciencia de su riqueza to manage a great amount of data that comes out
como documento histórico. Esta sensibilidad hacia la from the study of the architectural fabrics. This sen-
historia material del edificio resulta especialmente im- sibility towards the material history of the building
portante para el arquitecto quien, a la postre, podrá becomes specially important for the architect who
conservar o borrar las huellas de la historia de la ar- will conserve or cancel the traces of history on the
quitectura histórica que restaura. buildings to be restored.

Palabras clave Keywords


Análisis estratigráfico de la arquitectura, Arqueología Stratigraphical analysis of architecture, Archaeology
de la Arquitectura, conocimiento, conservación de la of Architecture, knowledge, architectural conserva-
arquitectura, restauración arquitectónica. tion, architectural restoration.

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Arqueología aplicada al estudio e interpretación de edificios históricos

Introducción Se trata de una herramienta muy potente de estu-


dio del documento construido que, a través del aná-
En España, se puede detectar un aumento del uso en lisis de las huellas de los diversos avatares, desvela la
número y frecuencia de términos como arqueología de historia compleja de las transformaciones y modifica-
los paramentos, lectura de los paramentos, arqueología ciones que el edificio ha sufrido a lo largo de su vida.
de la arquitectura, estratigrafía muraria o parietal, estra- De hecho, muy raramente se encuentran edificios
tigrafía de la arquitectura, etc., al menos, desde unos históricos homogéneos que posean una sola etapa
quince años a esta parte. Con independencia de la ter- constructiva. En algunas ocasiones, una de estas eta-
minología utilizada, todos ellos hacen referencia a un pas destaca respecto a las demás, aunque en la mayo-
mismo corpus de conceptos que a su vez remiten al ría de los casos, el edificio constituye el resultado de
método que deriva de la aplicación de la arqueología una suma de etapas constructivas y transformadoras
estratigráfica a la arquitectura histórica. El potencial de que, en el transcurso de su vida, lo han llevado a su
análisis y la capacidad de organizar los datos histórico- conformación actual (Figura 1). El análisis estratigrá-
materiales en un sistema de relaciones han convertido fico se propone como la herramienta más adecuada
al análisis estratigráfico de la arquitectura (según el tér- para la documentación de estas etapas constructivas,
mino que los autores prefieren utilizar) en una parte a través de la observación y la interpretación de las
esencial del estudio de los edificios históricos, especial- huellas dejadas por las acciones que, con el tiempo,
mente dirigida al conocimiento previo a la intervención. han transformado el edificio.

146

Figura 1. La arquitectura se estratifica en el tiempo. Castillo de Monzón (Huesca). Fotografía: C. Mileto y F. Vegas

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El análisis estratigráfico: una herramienta de conocimiento y conservación de la arquitectura

Además, el análisis estratigráfico de la arquitectura controlar y reducir la pérdida o la eliminación de esas


se propone como una herramienta fundamental para mismas huellas, mediante un proyecto de restauración
ampliar el conocimiento de la construcción histórica. que respete la materialidad del edificio. El proyectista
Gracias a la observación directa de los materiales y puede medir el impacto de su intervención no sólo en
técnicas constructivas, el análisis estratigráfico permi- la estratificación sino también en la materialidad del
te observar y aprender de los materiales históricos documento histórico construido.
de la construcción , las fases de obra, la puesta en
obra, etc., conocimiento fundamental para la prácti-
ca del proyecto y ejecución de la restauración de la
arquitectura. Por lo mismo, es verdadero también lo Aproximación metodológica al análisis
contrario: es necesario un amplio conocimiento de estratigráfico de la arquitectura
construcción histórica para poder interpretar correc-
tamente las huellas estratigráficas. Por tanto, cuanto La aplicación del método del análisis estratigráfico a
más conocimiento de construcción histórica se ateso- la arquitectura utiliza una serie de conceptos funda-
re más se podrá comprender la estratificación arqui- mentales de la estratigrafía arqueológica y los adapta
tectónica pero, al mismo tiempo, este conocimiento al estudio de las construcciones arquitectónicas. El
continuará ampliándose en la medida que el método proceso de definición de este método y de su apli-
se siga aplicando. cación ha ocupado en los últimos veinte años a nu-
Además del conocimiento como objetivo en sí mis- merosos investigadores entre los cuales recordamos
mo, el análisis estratigráfico de la arquitectura desem- sobre todo Harris, Carandini, Francovich, Parenti,
peña un papel fundamental también en el desarrollo Brogiolo, Mannoni, Doglioni y en España las escuelas
de la capacidad conservativa del arquitecto proyectista, de Caballero y Azkárate. A través de sus reflexiones
a través de la formación de la mentalidad estratigráfi- se ha llegado a establecer una primera definición de
ca, expresión utilizada por primera vez por Francesco los conceptos fundamentales del método estratigráfi-
Doglioni (Doglioni, 1997: 289). En primer lugar, esta co aplicado a la arquitectura. 147
mentalidad permite entender la arquitectura como La mayoría de los conceptos fundamentales nace
estratificada y valorarla como tal, es decir, como una de la aplicación de la estratigrafía arqueológica a la
arquitectura compleja que ha adquirido su configura- arquitectura. Sin embargo, la complejidad de la ar-
ción actual a través de los avatares de su historia. En quitectura y su peculiaridad obligan a prestar espe-
segundo lugar, la comprensión y valoración de la ar- cial atención a las técnicas constructivas y a los pro-
quitectura por su estratificación en el tiempo desarrolla cesos de su construcción como elementos base para
también una relación más serena con la fragmentación poder entender e interpretar la arquitectura desde el
y la incompleción de esta arquitectura como esencia punto de vista de la evolución y modificación de la
misma de la arquitectura estratificada y carácter defini- misma. En consecuencia, no se puede entender la
torio tendente a conservarse en la obra de restauración. estratigrafía aplicada a la arquitectura si no se tie-
Cada fragmento constituye la parte que se conserva de nen en cuenta las peculiaridades constructivas de la
la unidad perdida no recuperable que, por su misma misma que obligan a una adaptación o concreción
naturaleza de fragmento, sugiere el todo a través de la del método.
parte. En tercer lugar, la apreciación de la arquitectura Tanto el estudio estratigráfico de la arquitectura
estratificada conlleva la aceptación de la mutabilidad como su paralelo en la arqueología se realizan en dos
de la arquitectura en el tiempo: la arquitectura no es es- fases que se deben mantener rigurosamente separa-
tática sino se modifica en el tiempo tanto por la acción das: la documentación de los datos y la interpretación
antrópica como por la acción natural de los agentes de los mismos. Para el desarrollo de la primera fase
atmosféricos. Por tanto, el arquitecto restaurador entra se deben conocer una serie de conceptos básicos (la
a formar parte de este mismo proceso: el arquitecto de- estratificación, el estrato, la interfaz, la unidad estra-
sarrolla su proyecto como una fase más de la vida del tigráfica y las relaciones estratigráficas) que constitu-
edificio, pero con la conciencia que su fase no será ni yen la base de los datos a documentar a través del
la última ni la más importante. Además, la mentalidad levantamiento estratigráfico. Para el desarrollo de la
estratigráfica que deriva del ejercicio del análisis estrati- segunda fase se deben conocer los procesos de perio-
gráfico de la arquitectura proporciona la posibilidad de dización de la secuencia y de datación de la misma.

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Arqueología aplicada al estudio e interpretación de edificios históricos

Los conceptos fundamentales En paralelo, actualmente se entiende el análisis


estratigráfico o estratigrafía aplicada a la arquitectura
La estratificación como el estudio de la estratificación arquitectónica. La
El método del análisis estratigráfico nace de un pa- estratificación arquitectónica (Figura 2) es el con-
ralelismo que se estableció entre la estratificación junto de fases constructivas y periodos de uso que un
geológica y la arqueológica. Si la estratificación edificio ha tenido a lo largo de su historia (Doglioni,
geológica es el resultado de procesos de erosión y 1997: 53-64). Las fases constructivas se caracterizan
acumulación, la estratificación arqueológica se por acciones positivas de construcción, acciones ne-
puede considerar como el resultado de procesos de gativas de demolición y acciones transformativas que
formación de estratos y excavación por parte del hom- modifican lo existente. Los periodos de uso que se
bre, sumado, además, a la acción de los agentes na- interponen entre las fases constructivas sucesivas se
turales (Harris, 1979: 70-71). Por tanto, una estratifica- caracterizan por el desgaste antrópico debido al uso
ción arqueológica es como define Brogiolo (Brogiolo, del edificio y por el deterioro natural debido a la ac-
1988: 9-10), el producto de actividades antrópicas y ción de los agentes atmosféricos.
naturales, que se pueden resumir en procesos de acu-
mulación (acciones positivas), de erosión (acciones Estrato e interfaz
negativas) y de transformación (acciones neutrales). En la estratificación arqueológica, Harris identifica
Realizar el análisis de una estratificación arqueológica dos tipos de estrato: el estrato arqueológico (Ha-
o análisis estratigráfico significa estudiar los procesos rris, 1991: 209), aportación deliberada de la acción
naturales y antrópicos que la han generado, con el humana, y el estrato vertical (Harris, 1991: 209),
objetivo de identificar las condiciones históricas y am- muros y depósitos similares que se encuentran en la
bientales que han contribuido a su formación. excavación arqueológica. Los estratos tienen super-

148

Figura 2 (izquierda). Estratificación arquitectónica. Castillo de Monzón (Huesca). Fotografía: C. Mileto y F. Vegas.
Figura 3 (derecha). Estratos e interfacies. Sala de la Barbería en la Alhambra de Granada. Fotografía: C. Mileto y F. Vegas.

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ficies, contornos, relieve, volumen y masa. Además, superficies de los estratos, principales y secundarios,
Harris (1991: 85-99) define la superficie en sí como constituyen a menudo la única parte visible del estra-
el resultado de la destrucción de un estrato o de parte to (las dos caras de un muro, la superficie de un en-
del mismo. lucido, etc.) y, por tanto, la única parte que se puede
Paralelamente, la estratificación arquitectónica se documentar y estudiar.
manifiesta en una serie de estratos, esto es, partes
remanentes de las diferentes acciones de aportación Unidad estratigráfica
que se han producido a lo largo de la historia del La unidad estratigráfica es el término general que
edificio e interfaces negativas, que son las huellas abarca estratos e interfaces negativas ya en arqueo-
de las demoliciones. En el caso de la arquitectura el logía (Harris, 1979: 68; Carandini, 1981: 51-52). En el
estrato puede ser una cimentación, un muro, un forja- caso de la arquitectura, se puede definir la unidad
do, una cubierta, un enlucido, etc. Cada fase de cons- estratigráfica arquitectónica como una zona ho-
trucción de una parte del edificio aportó un estrato mogénea, realizada según una única voluntad activa
con las características que lo definen (Figura 3): un de construcción, demolición o transformación. Las
cuerpo de estrato (la masa del estrato) y unas super- unidades estratigráficas se distinguen entre ellas por
ficies que lo delimitan. En el caso de la construcción sus materiales y técnicas constructivas, por su color,
arquitectónica, los estratos se pueden dividir por su composición, acabado, labra superficial, etc.
naturaleza, según Doglioni (1997: 65-72), en estratos La unidad estratigráfica está delimitada por un pe-
principales, o estructurales (cimentaciones, muros, rímetro que la separa de las unidades estratigráfi-
forjados, cubiertas, etc.), y en estratos secundarios cas próximas. Es en este perímetro donde se pueden
que se apoyan en los estratos principales (enlucidos, identificar las relaciones existentes entre las diferen-
pavimentos, etc.). En el caso de la arquitectura las tes unidades estratigráficas colindantes. Las relaciones
estratigráficas se reconocen en el tipo de relación de
dos unidades que se tocan entre ellas.
149
Relaciones estratigráficas
Progresivamente, a través de una serie de textos
(Parenti, 1986; Parenti: 1988; Brogiolo: 1988), se han
venido adaptando las relaciones estratigráficas ar-
queológicas al estudio de la arquitectura. Las rela-
ciones estratigráficas pueden ser de contempora-
neidad (dos unidades construidas o realizadas dentro
de la misma obra de construcción) o de anterioridad
/ posterioridad (dos unidades construidas o realizadas
en dos diferentes fases constructivas sucesivas). Las
relaciones de contemporaneidad son se liga a, en el
caso de dos unidades que han sido realizadas conjun-
tamente (por ejemplo dos muros trabados entre ellos)
e igual a en el caso de dos unidades que han sido
realizadas contemporáneamente pero no establecen
un contacto físico entre ellas (por ejemplo una serie
de ventanas todas iguales insertadas en un mismo
momento en un muro preexistente). Las relaciones
de anterioridad / posterioridad son se adosa / se le
adosa donde la unidad que se adosa es posterior a
la unidad a la que se le adosa (por ejemplo un muro
que se adosa a otro muro es posterior a éste) (Figura
4); cubre / cubierto por donde la unidad que cubre es
posterior a la que está cubierta (por ejemplo un en-
lucido que cubre un muro es posterior a éste); corta

Figura 4. Relación estratigráfica se adosa / se le adosa (el muro de la derecha


se adosa al de la izquierda). Castillo de Monzón (Huesca). Fotografía: C.
Mileto y F. Vegas.

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/ cortado por donde la unidad que está cortada es importante tener siempre clara la necesidad de la se-
anterior a la unidad o interfaz que corta (por ejem- paración entre una primera fase de identificación de
plo la acción de demolición es posterior al muro que los datos y transcripción de los mismos, y una segun-
se demuele); rellena / rellenado por donde la unidad da fase de interpretación. Si la identificación consiste
que rellena es posterior a la que está rellenada (por en la observación directa de los estratos, superficies,
ejemplo el tapiado de una ventana es posterior a la perímetros y relaciones entre ellos, la transcripción
ventana misma) (Figura 5). debe albergar la documentación escrita y gráfica de
las observaciones realizadas, mediante una serie de
documentos de la mayor objetividad posible (dibujos,
fotografías, fichas, etc.).
La documentación de los datos
La documentación gráfica
La primera operación necesaria para la transcripción
El análisis estratigráfico de la arquitectura o estrati- de los datos es la elaboración de un soporte gráfico
grafía de la arquitectura constituye el estudio de la o fotográfico. El dibujo o el esquema se considera la
estratificación, o sea, la identificación de los datos base gráfica para la identificación de las zonas homo-
materiales que se realiza directamente in situ sobre el géneas y deberá representar todos los datos necesa-
edificio y que necesita un proceso de transcripción o rios de manera objetiva. En realidad, el dibujo, como
levantamiento estratigráfico (Doglioni, 1997: 131), que representación icónica, es inevitablemente una inter-
consiste en el registro de las observaciones recogidas pretación de la realidad, o sea, una selección de datos
en forma de texto, dibujo o esquema (Figura 6). Es con lo que se corre el peligro de olvidar información
y detalles para la lectura estratigráfica. Este límite se
puede superar con el auxilio de la fotografía o, mejor
todavía, de la ortofotografía.
150
En la fase de observación directa del edificio, se
trazan los perímetros de las unidades estratigráficas
identificadas sobre esta base de los dibujos, fotogra-
fías o esquemas. Es evidente que el dibujo deberá
tener un grado suficiente de detalle para poder al-
bergar este tipo de información, que, muy a menudo,
requiere un nivel extremadamente minucioso de re-
presentación.

La numeración de las unidades


Cada unidad reconocida en su dimensión a través de
su perímetro en los planos de levantamiento, deberá
estar a su vez identificada de manera que se pue-
da hacer referencia inequívoca a la misma. Por tanto,
cada unidad, positiva o negativa, deberá numerarse
individualmente en una serie única sin que el orden
corresponda al orden de la secuencia estratigráfica.

Las fichas de documentación


La documentación de los datos materiales identifica-
dos en el análisis estratigráfico se puede completar
con la elaboración de unas fichas de descripción de
las unidades, con todos sus calificadores, y de las
relaciones que mantienen con las unidades a su al-
rededor. Los investigadores han experimentado, en
arqueología, diversos tipos de fichas, desde las pri-

Figura 5. Relaciones estratigráficas corta / cortado por, rellena / rellenado


por, se adosa / se le adosa. Edificio en Gubbio (Italia). Fotografía: C. Mileto
y F. Vegas.

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meras (Harris, Barker, Carandini), hasta las institucio- práctica del levantamiento crítico con las emanadas
nales (Ministero dei Beni Culturali e Ambientali de del análisis estratigráfico. Como destaca el autor, se
Roma). En el estudio de la arquitectura, es interesante trata de enriquecer el levantamiento estratigráfico,
utilizar una ficha de archivación rápida, parecida a planos dibujados o fotografías, con una serie de sím-
la que propone Brogiolo (Brogiolo, 1988: 40-42) que bolos, por una parte ligados al análisis estratigráfico,
recoja la siguiente información: número de la Uni- cualidades de superficies y perímetros de las unida-
dad Estratigráfica Constructiva, breve descripción de des estratigráficas constructivas y de las relaciones
la misma (insertando cuando existen los datos relati- existentes entre ellas, y, por otra parte, vinculados a
vos a los ensayos de caracterización de materiales y las huellas identificables en las masas murarias (es-
de los estudios de tipo constructivo y recogiendo el quinas, jambas englobadas en el muro, cierres de
número de la ficha o análisis correspondiente) y las aperturas, muros trabados o no, etc.).
relaciones estratigráficas (anterioridad, posterioridad La aplicación de este tipo de levantamiento permite
y contemporaneidad) de manera detallada. volcar en el mismo soporte gráfico-fotográfico una gran
cantidad de datos relacionados con diferentes niveles
El levantamiento estratigráfico-constructivo de observación, desde los más generales que atañen
Siempre en el ámbito de la documentación del aná- a las grandes masas de muros, hasta los referidos a las
lisis estratigráfico de la arquitectura resulta de gran unidades estratigráficas, añadiendo, además, la infor-
interés la experiencia llevada a cabo por Doglioni con mación relativa a las relaciones, los materiales y técni-
el levantamiento estratigráfico-constructivo (Doglioni, cas constructivas y los tipos de superficies. Este tipo de
1997: 131-160). Con este tipo de representación se representación ayuda a relacionar los datos para faci-
intentan combinar las observaciones derivadas de la litar la posterior fase de interpretación de los mismos.

151

Figura 6. Croquis de campo de un levantamiento estratigráfico. Castillo de Monzón (Huesca). Autores: C. Mileto y F. Vegas.

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Arqueología aplicada al estudio e interpretación de edificios históricos

La interpretación de la estratificación Esta secuencia de unidades se puede periodizar,


es decir, dividir entre diferentes fases (Harris, 1991:
210) que corresponden a agrupaciones de unidades
La secuencia estratigráfica estratigráficas ejecutadas en un mismo momento o,
Una vez identificadas las relaciones estratigráficas en- en el caso de la arquitectura, durante una misma fase
tre las diferentes unidades se establece la secuencia de obra. A su vez, las fases se pueden agrupar entre
estratigráfica donde se ordenan las unidades desde ellas en periodos (Harris, 1991: 210) que, en el caso
la más antigua hasta la más reciente (Harris, 1991: de la arquitectura, corresponden a los diferentes pe-
153-154). Esta secuencia, u orden de posición de las riodos constructivos de la historia del edificio.
unidades estratigráficas, se determina mediante la La periodización se basa en la posibilidad de or-
aplicación de las leyes de la estratigrafía arqueoló- denar de forma lógica las diferentes intervenciones
gica: la ley de superposición, ley de horizontalidad dentro de la secuencia: por ejemplo la construcción
original, ley de continuidad original y ley de sucesión de un forjado y su posterior demolición pertenecen
estratigráfica (Harris, 1991: 51-64). por evidentes razones a dos diferentes y sucesivos
La herramienta que se utiliza para ordenar la se- periodos constructivos y, por tanto, las unidades es-
cuencia estratigráfica es el diagrama estratigráfico o tratigráficas relacionadas con estas intervenciones se
Matrix Harris, una matriz inventada por el arqueólogo podrán colocar en los periodos correspondientes. Sin
Edward Harris que permite ordenar de forma metódica embargo, a diferencia del momento de la construc-
todas las unidades. El diagrama estratigráfico represen- ción del diagrama estratigráfico, la periodización ya
ta la transcripción gráfica de las relaciones físicas de presupone una primera interpretación de los datos
contemporaneidad y de anterioridad y posterioridad estratigráficos. Por tanto, mientras la secuencia estrati-
que existen entre las diferentes unidades estratigráficas. gráfica nace de la transcripción de los datos, su inter-
La redacción del diagrama no supone todavía ningún pretación mediante la periodización de la misma su-
tipo de interpretación de los datos sino simplemente pone un ejercicio de hermenéutica que en un futuro
una transcripción y una organización de los mismos. y a la luz de nuevos descubrimientos podría necesitar
152 La aplicación de este instrumento al estudio de la ar- de una revisión o de una nueva interpretación.
quitectura, según Brogiolo (Brogiolo, 1988: 28), resulta
directa y eficaz si se tiene en cuenta la tridimensiona-
lidad que caracteriza la estratificación arquitectónica. Cronología absoluta
Como se ha dicho anteriormente, la secuencia estrati-
gráfica, aunque periodizada, tendrá simplemente va-
Periodización y cronología relativa
lor de cronología relativa y no de cronología absoluta.
La construcción del diagrama estratigráfico conlleva la
En otras palabras, significa que las fases o los perio-
construcción de un orden de las unidades estratigráfi-
dos detectados sobre la base de las observaciones
cas según una cronología relativa donde las unidades
estratigráficas no se corresponden con periodos his-
se disponen entre ellas en una relación de anterioridad
tóricos, sino simplemente expresan un orden tempo-
y posterioridad. De esta forma, el estudio estratigráfico
ral. El objetivo principal de un análisis estratigráfico
proporciona una secuencia de unidades ordenadas entre
aplicado a la arquitectura radica en la construcción
ellas de la más antigua hasta la más reciente (Figura 7).
de una secuencia relativa basada en los datos estra-
tigráficos del objeto estudiado. Sin embargo, resulta
siempre de gran interés poder solapar a la cronología
relativa una cronología absoluta que permita la da-
tación de las unidades estratigráficas o, al menos, de
una parte de ellas, y, por tanto, de las fases construc-
tivas del edificio. Se trata, por tanto, de compaginar
la cronología relativa, obtenida a través del estudio
estratigráfico, con la información derivada de estu-
dios históricos o estudios de carácter material, que
permitan la datación de las unidades.
La arqueología de la arquitectura proporciona al
análisis estratigráfico una datación absoluta, obtenida

Figura 7. Diagrama estratigráfico periodizado. Sala de la Barbería en la


Alhmabra de Granada. Autores: C. Mileto y F. Vegas.

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según una serie de métodos que han sido desarrollados Entre los segundos se hallan el método de datación
a partir de las características propias de las unidades relativa de la estratigrafía y el método de datación
estratigráficas, ligadas al estudio de los materiales, las absoluta a través de las fechas escritas en los edificios.
técnicas constructivas, las dimensiones y las formas de Independientemente de estas advertencias, todos los
los elementos, etc. Para la datación de la arquitectu- métodos pueden proporcionar una ayuda indispensa-
ra histórica, tanto monumental como menor, Mannoni ble para el conocimiento de las fases constructivas de
(1984: 396-403) define una serie de indicadores crono- los edificios históricos, actuando como respaldo de
lógicos que derivan de fuentes tanto indirectas (docu- la historia de los grandes monumentos o como única
mentos históricos, cartográficos, iconográficos, orales) fuente existente para el conocimiento de la evolución
como directas (legibles directamente sobre el mismo histórica de los edificios anónimos.
edificio).

Las fuentes directas pueden proporcionar datacio-


nes relativas (según una secuencia temporal) o abso- La aplicación de la estratigrafía
lutas según el tipo de elementos analizados: a la arquitectura

— dataciones relativas: nacen a su vez, por una Aunque los conceptos y definiciones de la estratigra-
parte, del estudio de las mismas estructuras de fía de la arquitectura nacen de la estratigrafía arqueo-
los edificios (estratigrafía horizontal y vertical, lógica es fundamental tener presente que el método
tipología formal y dimensión de los elementos debe adaptarse a las peculiaridades de la arquitectura
arquitectónicos, tipología constructiva, tipolo- para que realmente sirva como método de compren-
gía distributiva, técnicas constructivas), y, por sión de la misma.
otra parte, del estudio de los hallazgos en- Según Brogiolo (Brogiolo, 1993: 103), se pueden
contrados en los terraplenes (cimentaciones vislumbrar tres tendencias de pensamiento: por un
o niveles de utilización) o en las estructuras lado, los autores que consideran que la aplicación del 153
(rellenos de bóvedas y pavimentos, elementos método estratigráfico a la arquitectura no tiene que
estéticos o funcionales). asumir ninguna especificidad, pudiendo proceder
directamente a la aplicación del método estratigrá-
— dataciones absolutas: los métodos de datación fico a las fábricas construidas (Manacorda y Parenti,
absoluta que se pueden emplear en la arqui- Caballero); por otro lado, se encuentran los autores
tectura son, por una parte, los que utilizan que, aunque están completamente de acuerdo con la
las propiedades naturales de los materiales de aplicación del método a la arquitectura, consideran
documentación del tiempo, como el radiocar- necesario estudiar su especificidad, tanto en el plano
bono y la dendrocronología, para la estructu- teórico como en el metodológico (Doglioni y Brogio-
ras de madera, y la termoluminescencia, para lo); por último, se encuentran autores que rechazan
los ladrillos, y, por otra, los métodos de reco- completamente la posibilidad de aplicar el método a
gida de información dejada por el hombre, la arquitectura, denunciándolo por inadecuado como
como las dataciones escritas en los edificios y método de la historia de la arquitectura (Bonelli).
la mensiocronología. Siguiendo la línea de pensamiento propuesta por
Brogiolo y Doglioni, consideramos que el análisis es-
tratigráfico se puede aplicar a la arquitectura teniendo
Entre los métodos directos e indirectos debe tenerse en cuenta las inevitables adaptaciones debidas a la
en cuenta que existen métodos que están ligados a especificidad de la estratificación arquitectónica.
claves cronológicas locales y métodos cuya datación En primer lugar, se deben considerar algunas dife-
es totalmente independiente del contexto local. Entre rencias fundamentales. Una primera diferencia impor-
los primeros se encuentran todos los sistemas de da- tante de carácter conceptual entre la estratificación
tación relativa basados en la tipología (constructiva, arqueológica y la estratificación arquitectónica es el
distributiva, etc.) y en la dimensión de los elementos sentido de la deposición de los estratos: en el caso
arquitectónicos, y los métodos de datación absolu- del yacimiento arqueológico los estratos se deponen
ta como la dendrocronología y la mensiocronología. según las leyes de la gravedad apoyándose sobre los

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estratos más antiguos de manera que el estrato supe- modalidades de construcción, o estratificación, para
rior es más reciente que el estrato inferior; en el caso poder identificar correctamente las diferentes fases
de la estratificación arquitectónica, sin embargo, los constructivas. Los materiales y las técnicas construc-
estratos se estratifican en todas las direcciones crean- tivas se relacionan de una forma específica según la
do mayores dificultades para la interpretación del or- puesta en obra y las herramientas de trabajo que de-
den de deposición. jan huellas interpretables sólo si se conocen previa-
Existe una segunda diferencia de carácter operativo mente.
en la aplicación del método en el ámbito arqueológi- Las fábricas arquitectónicas poseen un diferente
co y en el ámbito de la arquitectura. La investigación potencial de formación de las huellas estratigráficas
arqueológica contempla la progresiva eliminación en función del tipo de material empleado. El morte-
(excavación) de los estratos presentes en el yacimien- ro, los enlucidos, las tapias, las fábricas de ladrillo,
to ya que cada estrato se superpone horizontalmente mampostería o sillería, los pavimentos de cerámica
sobre el inferior y de mayor antigüedad escondién- y todas las técnicas constructivas que prevén el em-
dolo completamente. Al contrario, en el caso de la pleo de materiales húmedos (materiales que ad-
arquitectura, el método estratigráfico investiga la es- quieren fuerza en el momento del fraguado), crean
tratificación que se ha depositado desde la cota del un estrato compacto y continuo que, en el momento
terreno hacia arriba, es decir, el edificio que todavía que se rompe, genera una cicatriz que difícilmente
se mantiene erecto. En este caso, generalmente no se puede disimular como en el caso de un sello de
se contempla la eliminación de los estratos ya que lacre. Además, los materiales húmedos se adosan a
cada estrato es parte del edificio actualmente existen- los elementos preexistentes adaptándose a su forma
te y constituye parte de la integridad del mismo, sus como un calco, de manera que siempre es posible
estructuras, acabados, espacios, etc. Este factor tiene distinguir entre el elemento preexistente y el calco
una importancia fundamental a la hora de entender superpuesto y posterior. Gracias a estas dos propie-
la lectura estratigráfica de una arquitectura ya que dades en la mayoría de los casos se puede distinguir
154
en ningún caso la estratificación se podrá leer en su la parte de muro que se ha construido antes (el mor-
totalidad, puesto que siempre existen partes ocultas. tero del muro construido después se plasma sobre
En consecuencia, muy difícilmente en arquitectura se el muro preexistente), se identifican las demoliciones
podrá concluir o cerrar completamente una secuencia y reconstrucciones, se manifiestan la inserciones de
estratigráfica sin arriesgar peligrosas elucubraciones. elementos posteriores, etc. (Figura 8).
De esta segunda diferencia deriva el concepto de Más compleja es la posibilidad de interpretar las
legibilidad de la arquitectura, según el cual, existen fases constructivas en los materiales secos (madera,
arquitecturas con diferentes niveles de legibilidad cañizos, paja, piedra en seco, etc.), es decir técnicas
estratigráfica. No será prácticamente posible realizar constructivas que no necesitan en su construcción del
una lectura estratigráfica de una arquitectura donde auxilio del mortero y que se basan en la yuxtaposi-
un enlucido continuo y homogéneo cubre completa- ción o en la conexión de piezas entre ellas. En estos
mente todos los paramentos, mientras que aumenta
la legibilidad de la misma al aumentar el número de
los paramentos descubiertos o la degradación de los
enlucidos que permite identificar la superposición
entre las diferentes fábricas o entre las fábricas y los
estratos de revestimiento.
Existen además una serie de peculiaridades de la
estratificación arquitectónica que derivan del empleo
de determinados materiales y técnicas constructivas.
De hecho, el éxito del estudio estratigráfico de la ar-
quitectura está fuertemente ligado al conocimiento de
los materiales y las técnicas constructivas. El proceso
de construcción conlleva la formación de una serie
de huellas debidas a las diferentes acciones que se
verifican y es necesario conocer profundamente las

Figura 8. El mortero como material húmedo documenta todo tipo de


transformación. En este caso el mortero blanquecino de la fábrica inferior
demuestra la contemporaneidad entre ésta y la fábrica superior. Sala de la
Barbería en la Alhmabra de Granada. Fotografía: C. Mileto y F. Vegas.

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El análisis estratigráfico: una herramienta de conocimiento y conservación de la arquitectura

casos la falta del mortero como material sigilante (que cerámicos o pétreos que la componen, mientras se
se adapta al elemento preexistente) implica que las puede intentar solventar a las necesidades de conser-
piezas se pueden eliminar o sustituir sin dejar huellas vación de la fábrica a través de un rejuntado selec-
claras de esta sustitución. A menudo, encontramos tivo que aporte material sólo donde es necesario sin
casos en que un elemento de madera, por ejemplo eliminar la junta existente. Esta observación abre el
una vigueta o una tabla de una cubierta, ha sido sus- paso a la reflexión sobre la relación entre el estudio
tituido sin dejar rastro en los elementos cercanos que estratigráfico de la arquitectura y el proyecto de res-
han podido ser desmontados y remontados con faci- tauración arquitectónica.
lidad en la misma posición. Para identificar la susti-
tución de la pieza se debe entonces recurrir a otras
observaciones que emplean métodos no sólo estra- Estratigrafía y restauración arquitectónica
tigráficos sino también cronotipológicos, ligados al
tipo de material, de tratamiento superficial, de labra Como se ha introducido al principio de este texto, el
del elemento, de forma del mismo, etc. En la mayoría análisis de la estratigrafía aplicada a la arquitectura
de los casos las relaciones estratigráficas de los ma- surge como disciplina arqueológica. Sin embargo, el
teriales secos se pueden establecer gracias al punto objeto de su estudio es la arquitectura y, por esta
de contacto con un material húmedo: la inserción o razón, ya los primeros experimentos llevados a cabo
la demolición de un forjado o de una cubierta en la por los arqueólogos, llamaron la atención de los ar-
mayoría de los casos se puede leer en el punto de quitectos que se ocupaban de arquitectura histórica y
contacto con la fábrica (la formación del mechinal de restauración arquitectónica.
contemporáneamente o posteriormente al muro), la Si el estudio de la estratigrafía es, por un lado,
inserción o la transformación de una carpintería se vehículo de conocimiento en sí mismo, conocimiento
puede también entender a través de la observación de la materialidad del edificio y de su historia (Caba-
de la fábrica en que se inserta, etc. (Figura 9). llero, 1995: 37), por otro lado, puede proporcionar
Es evidente, por tanto, el papel fundamental que al campo de la restauración arquitectónica la capa- 155
el mortero y los demás materiales húmedos desem- cidad de ponderar sus intervenciones y los efectos
peñan en la posibilidad de interpretar correctamente de las mismas (Brogiolo, 1996: 184-185). En realidad,
la estratificación arquitectónica. La eliminación, susti- las posibles relaciones entre estratigrafía y restaura-
tución o manipulación del mortero en sus diferentes ción arquitectónica se han ido definiendo más espe-
formas (juntas, enlucidos, encalados, capas de regu- cíficamente en el tiempo: desde la importancia que
larización, tapias, etc.) distorsiona, al menos parcial- el estudio estratigráfico asume como fuente de datos
mente, la posibilidad de interpretar correctamente la para la redacción de un estudio histórico, la capa-
estratificación arquitectónica. Por ejemplo, el rejunta- cidad de la estratigrafía de proporcionar un conoci-
do completo de una fábrica conlleva la eliminación miento de la materialidad del edificio favoreciendo su
de las relaciones estratigráficas entre los elementos conservación y la posibilidad de relacionar el estudio
estratigráfico con otros estudios previos a la restau-
ración con el objetivo de llegar a una redacción más
consciente del proyecto de restauración, hasta la po-
sibilidad de tratar las intervenciones en obra con un
lenguaje estratigráfico que permita la conservación
de las huellas de la historia constructiva del edificio.
Ya desde principios de los años ochenta, se evi-
denció la necesidad de que la obra de restauración
arquitectónica respete la estratificación arqueológica,
tanto horizontal como vertical, muy a menudo olvi-
dada en las intervenciones realizadas tanto en el te-
jido urbano como en los monumentos. Se trata de
reconocer la importancia de un estudio preliminar a
la intervención, redactado con el objetivo principal
de un profundo conocimiento de lo existente para su

Figura 9. Jaldeta de madera con hendiduras con diferente inclinación


para la introducción de las tabicas. La jaldeta, por tanto, ha sido reutilizada
y además ha cambiado su inclinación. Iglesia Parroquial de Benifassá
(Castellón). Fotografía: C. Mileto y F. Vegas.

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correcta conservación. El estudio de las transforma- perponerse a las preexistencias y estratificarse como
ciones que ha sufrido el edificio en el tiempo debe una fase más de la compleja existencia del edificio sin
ser parte fundamental de estas investigaciones, como borrar las huellas de las fases precedentes.
base para la intervención de restauración. El conocimiento de las modalidades estratigráficas
El tema de la relación entre análisis estratigráfi- permite, por una parte, identificar los puntos y hue-
co y proyecto de restauración arquitectónica nace ya llas claves de la historia del edificio que se deberán
desde los primeros momentos en que se aplicó el proteger y conservar durante la restauración y, por
método estratigráfico al estudio de la arquitectura. otra parte, permite concebir el proyecto de restaura-
Fue Francovich quien, en 1987, introdujo el tema de ción como una adición a la historia constructiva de lo
la necesaria colaboración entre la figura del arqueó- existente. La restauración de esta forma se empieza a
logo y la figura del arquitecto restaurador. Se trata entender como un conjunto de acciones que añaden
de una colaboración necesaria para la realización de historia al edificio sin eliminar u ocultar la historia de
un proyecto más compatible con el edificio y más las etapas anteriores. La diferencia en este caso sólo
consecuente con los conocimientos adquiridos du- reside en las modalidades que se emplean para rea-
rante la fase de estudio, un proyecto redactado con lizar una misma acción: rejuntar completamente una
el conocimiento de la potencialidad destructiva de la fábrica conlleva la pérdida de los datos estratigráfi-
obra de restauración. En esa misma ocasión, Doglio- cos, mientras que el rejuntado selectivo aplicado sólo
ni propuso la posibilidad de acoplar a las unidades a las lagunas permite la conservación de la materia
estratigráficas unas unidades de proyecto que permi- histórica y el cumplimiento de objetivos de decoro,
tan el control del impacto que cada operación puede de conservación material y de eficiencia estructural
generar sobre las unidades estratigráficas (Doglioni, (Figura 10).
1988: 233-239). La práctica de la estratigrafía desarrolla en el ar-
El mismo autor, en los años sucesivos, subrayó quitecto proyectista una mirada cada vez más sensi-
una serie de temas extremadamente importantes: en ble y atenta a las modalidades de la construcción, a
156
primer lugar, la trascendencia que el análisis estrati- los materiales y técnicas constructivas, a las huellas
gráfico puede tener en la restauración arquitectónica de herramientas e instrumentos de acabado. Esta mi-
a través del concepto de autenticidad por relación, o rada sensible a la historia material aprecia las diferen-
sea una forma de autenticidad de la materia basada cias, la multiplicidad de las soluciones constructivas,
en la posibilidad de leer las relaciones entre las uni- la complejidad de la historia, el paso del tiempo que
dades adyacentes que se autentifican recíprocamente; envejece los materiales. El proyecto de restauración
en segundo lugar, la posibilidad de leer con ayuda se beneficia de esta sensibilidad que es capaz de con-
del método estratigráfico la consecuencia de las inter- servar la materia de la arquitectura como garante de
venciones de restauración y el grado de conservación la historia, guardián de la memoria, y testigo del paso
de las relaciones, vehículo de la autenticidad, o el del tiempo.
nivel de interrupción de las mismas relaciones que
diferentes tipos de intervención pueden alcanzar; y,
por último, la posibilidad de pensar en la obra de
restauración como fase de estratificación intencional
en el edificio, llevada a cabo mediante una serie de
intervenciones y técnicas con la misión de mantener
las relaciones existentes.
A raíz de estas reflexiones, podemos afirmar que
la estratigrafía arquitectónica puede adquirir un papel
importante en el desarrollo del proyecto de restau-
ración. La estratigrafía enseña las modalidades de la
estratificación de los materiales y muestra las huellas
que las intervenciones históricas han grabado en la
materia. El proyecto de restauración que pretenda
conservar la materialidad de la arquitectura histórica
puede utilizar las modalidades estratigráficas para su-

Figura 10. El mortero de la intervención se adosa al mortero antiguo


rellenando las lagunas. Campanario de la Iglesia Parroquial de Vistabella
del Maestrazgo (Castellón). Fotografía: C. Mileto y F. Vegas.

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La investigación arqueológica
en edificios históricos
Metodología y experiencias
El Alcázar de Sevilla

Miguel Ángel Tabales Rodríguez


Departamento de Construcciones Arquitectónicas-2
tabales@us.es

159
Doctor Arqueólogo y Catedrático de Escuela Uni- análisis actualmente en uso por el grupo de investiga-
versitaria. Profesor de Historia de la Construcción y ción sobre Construcción Patrimonial del Departamen-
Arqueología y Construcción en la Escuela de Arqui- to de Construcciones Arquitectónicas 2 de la Univer-
tectura Técnica de Sevilla. Dirige el proyecto de in- sidad de Sevilla. El modelo seguido (Tabales, 1997)
vestigación Arqueológica del Real Alcázar de Sevilla ha sido puesto en práctica en numerosos inmuebles
desde 1997. Sus principales líneas de investigación se durante las dos últimas décadas, con resultados po-
centran en la Arqueología de la Arquitectura, tema sitivos fundamentalmente en su vertiente operativa,
sobre el que ha escrito numerosas publicaciones. La al estar diseñado como herramienta de apoyo a la
construcción medieval y la arqueología del período restauración arquitectónica e insertarse en las fases
islámico son el hilo argumental en el que se insertan proyectuales y de ejecución desde los primeros mo-
la mayor parte de sus investigaciones y proyectos. mentos hasta la publicación final de resultados. El
Destacan los estudios en apoyo a la rehabilitación alcázar sevillano como conjunto monumental com-
de edificios emblemáticos como el Alcázar de Sevilla, plejo, trasciende las características habituales de un
Catedral de Sevilla, Conventos del Carmen, San Cle- inmueble en rehabilitación al uso, por lo que nues-
mente, Santa Clara y Santa María de Jesús en Sevilla, tro sistema se ha visto condicionado por situaciones
Palacios de Conde de Ibarra, Castillos de Jimena de la igualmente complejas que han servido para verificar
Frontera o San Romualdo en San Fernando, Hospital su adaptabilidad.
de las Cinco Llagas de Sevilla, etc.

Palabras clave
Resumen
Alcázar, paramentos, Sevilla, pluriestratificación, ar-
Presentamos un ejemplo de estudio arqueológico de queología
un edificio histórico complejo, el Alcázar de Sevilla,
donde se viene aplicando desde 1997 el sistema de

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Abstract El método de intervención y los registros de datos


conforman el segundo pilar de la estructura. Respecto
We present an archaeological study example of a al primero, se sigue el sistema Harris con ciertas pun-
complex historical building, the Alcazar of Seville, in tualizaciones, a la par que se establecen unos criterios
which the research group of heritage from the De- de representación gráfica esenciales; todo ello en el
partment of Architectural Constructions 2, University marco de un modelo de fichas de control y de regis-
of Seville is applying its own analysis system. The tro generadas para la ocasión.
following model (Tabales 1997) has been implemen- El tercer fundamento del sistema trata de los equi-
ted in numerous buildings over the past two decades pos de trabajo en el marco de la relación interpro-
with positive results. These results found are mainly fesional: selección de los miembros esenciales del
in its operational aspect as a supportive tool of the equipo y sus actividades, los estudios multidiscipli-
architectural restoration and inserted into the Projects nares, la priorización de los trabajos en el marco de
stages from the earliest phase to the final publication los condicionantes habituales en la rehabilitación, etc.
of the results. The Sevillian Alcazar, as a monumental Por otro lado, el conjunto descansa sobre unas
group of buildings, transcends the usual features of a premisas conceptuales que impregnan todo el dis-
building in rehabilitation. This is the reason why our curso; entre estos principios destacan la vinculación
system has been conditioned by complex situations esencial entre el análisis histórico arqueológico y la
which have served to verify its adaptability. rehabilitación, el estudio generalizado del inmueble,
la comprensión diacrónica, la inserción geohistórica y
tipológica en el entorno, así como el análisis selectivo
primando lo general sobre lo anecdótico.
Keywords
Alcázar, walls, Seville, pluriestratification, archaeology El sistema se basa, desde el punto de vista de la
organización y dejando al lado los fundamentos me-
160 todológicos, en las siguientes pautas:
Sistema de análisis de edificios
1. Acercamiento inicial al edificio.
Presentamos un modelo de estudio bajo la premisa — División zonal, identificación de “unidades-
de su utilidad como herramienta operativa a la hora guía” y estancias.
de intervenir arqueológicamente sobre un edificio — Estudio previo y pormenorizado de la estruc-
histórico sea cual fuere su naturaleza, sobre todo si, tura emergente.
como es habitual, el requerimiento de dicha actividad — Estudio de los sistemas de adosamiento y con-
viene de la mano de un programa de rehabilitación tacto entre alineaciones.
o restauración. — Análisis edilicio provisional (constatación de
En síntesis el sistema propuesto descansa sobre los tipos de muro).
tres preceptos esenciales: una estrategia global de in- — Realización de un programa de muestreos edi-
tervención en la que tiene un papel preponderante licios.
una propuesta de auscultación inicial del inmueble — Cumplimentación de las observaciones tipo-
mediante las oportunas comprobaciones estructurales lógicas.
y tipológicas que desembocan en la elaboración de — Registros de elementos artísticos o suscepti-
las primeras hipótesis; esta estrategia descansa ade- bles de conservación.
más sobre un desarrollo metódico en el que los aná- — Elaboración de una hipótesis evolutiva inicial.
lisis de paramentos (estudios estratigráficos-análisis
tipológicos-estructurales) tienen una relevancia jerár- 2. Análisis de paramentos.
quica, al igual que una división en tipos de actuacio- — Estudios estratigráficos.
nes en el subsuelo fundamentadas en las necesidades — Análisis tipológicos.
dictadas por el estadio en el que se encuentra la in- — Constatación de los principales eventos cons-
dagación (sondeos estratigráficos-cortes prospectivos tructivos.
y extensivos) (Tabales, 2002: 109).

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3. Estudio del subsuelo. • Atención prioritaria a la arquitectura. Al investigar


— Realización de cortes estratigráficos. edificios en pie, el análisis sistemático debe partir
— Apertura de cortes prospectivos. de una serie de actividades preferentes entre las
— Realización de cortes con carácter “extensivo”. que destaca el estudio de lo elevado, ya que éste
será el objeto fundamental de la rehabilitación.
4. Control de Obras. Las operaciones constructivas se verterán sobre
— Control de las actividades de restauración. lo que permanece y por tanto no deben dejar-
— Control de las obras de rehabilitación. se de lado los aspectos edilicios o estratigráficos
esenciales para el posterior diseño. La excava-
ción no es un complemento sino un pilar básico,
Los principios que justifican el sistema son los pero por lo general su implicación real con la
siguientes (Tabales 2002: 97): rehabilitación será menor.
• Análisis selectivo primando lo general sobre lo
• Vinculación esencial entre el estudio arqueológico
anecdótico. Las posibilidades de estudio histó-
y la rehabilitación, es decir, el análisis debe con-
rico sobre cualquier edificio son muy variadas.
templarse integrado dentro de la renovación del
Dependerá del tipo de trabajo a realizar el adop-
inmueble. No debe entenderse como una inda-
tar una estrategia determinada dentro de la cual
gación previa y desconectada del resultado final.
debe existir una premisa prioritaria: no ahondar
• Comprensión diacrónica del edificio. Éste, como en la recogida de datos hasta el punto de perder
organismo que ha ido transformándose, se rige posibilidades efectivas de adquirir una interpre-
por unas pautas procesuales que deben ser capta- tación global de la secuencia.
das como prioridad básica de la investigación. En
• Mantenimiento de la investigación mientras exis-
un segundo plano estarán las distintas lecturas en
tan remociones o alteración de lo preexistente,
extensión de cada fase constructiva; no se debe
para lo que se adoptarán sistemas de análisis
dar prioridad a procesos concretos si antes no se 161
eficaces que propicien la recogida sintética del
ha desentrañado la secuencia completa ya que
registro aunque la intervención arqueológica sis-
esto alejará a la arqueología de su principal justi-
temática haya concluido. Si dicha actividad no se
ficación dentro del engranaje de la rehabilitación.
contempla, el arqueólogo quedará excluido del
• Inserción geohistórica y tipológica en el entorno. proceso de toma de decisiones final.
El edificio se encuentra imbuido dentro de una
• Debe existir una coordinación del arqueólogo
lógica urbanística e histórica. En las actividades
director de la investigación sobre los restantes
del investigador debe estar presente el estado
estudios multidisciplinares que redunden en la
científico de la cuestión del entorno, única ga-
comprensión histórica final. Sólo una multidisci-
rantía de la valoración correcta de las evidencias
plinaridad dirigida en la misma línea de lo argu-
rescatadas.
mentado hasta ahora, justificará una vinculación
• Análisis general del inmueble. La parcialidad en real y no anecdótica con el proceso de obra.
la investigación es contraproducente en todos los
niveles y terminará por convertir en anecdótico
lo que debe ser el armazón de las soluciones de
rehabilitación posteriores. El proceso de intervención
• El sistema de análisis arqueológico debe ser ágil Es imprescindible que el acercamiento al edificio sea
y sistemático. Para aspirar a comprender un in- directamente proporcional a las posibilidades eco-
mueble histórico desde una óptica secuencial nómicas de la intervención, aunque en un primer
debe tenerse en cuenta la vertiente estratégica momento puede ser difícil de precisar debido a la
de la investigación. Dentro de ella se propone complejidad a la que esté sujeta cada actividad en
avanzar hipótesis que determinen la posterior in- concreto. No obstante, todo lo anteriormente expues-
dagación sistemática y para ello se deben realizar to no resulta óbice para que puedan existir ciertas
aproximaciones previas claramente prefijadas. opciones que ayuden a un correcto planteamiento de

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los trabajos. Es por esta razón por la que resulta fun- una de las alineaciones principales que configu-
damental una primera fase de estudios previos de ran el esqueleto del inmueble, es indispensable
carácter muy general, o al menos, si no fuera posible para empezar a tener un dictamen sistemático de
hacerlos, unos estudios previos esenciales que permi- su evolución. Partimos de la evidencia, en la ma-
tieran en unos pocos días valorar dos parámetros tan yoría de los casos, de pluriestratificación y de re-
importantes como son el tiempo y el equipo necesa- formas ornamentales desconectadas de los proce-
rios para la realización de la intervención (Tabales, sos constructivos, lo cual supone desde el inicio
1997: 65). del trabajo una desvinculación de las noticias de
Así pues, los estudios de esta naturaleza deberían carácter histórico o las generalmente superficiales
contemplar las siguientes cuestiones: interpretaciones artísticas.

1. Obtención de un fichero completo en el que se 4. Acceder a la fábrica de los muros en las zonas de
refleje el estado previo del edificio antes de la unión mediante el llagueado de al menos un metro
rehabilitación. Para ello se realizará estancia por cuadrado continuado, o varios puntos separados.
estancia, centrando nuestra atención en solerías, No olvidemos que en muros pluriestratificados,
muros, vanos, detalles decorativos, etc. como es el caso de gran parte de los edificios his-
tóricos sevillanos, se da el caso de superposiciones
2. Paralelamente, se identificarán numéricamente continuas que contactan evidentemente de mane-
los ámbitos o estancias y daremos numeración a ra diferente con el paramento contiguo. Por ello
los “Paramentos Guía”, es decir, a las alineaciones como objetivo sistemático, siempre que las posibi-
principales que conforman las crujías y comparti- lidades económicas lo contemplen, debe aspirarse
mentos más destacados. Serán las primeras unida- a un picado arqueológico integral de la estructura.
des estratigráficas de la lista que luego continuare- Éste debe realizarse posteriormente a un programa
mos. Es aconsejable la separación entre unidades de catas en los enlucidos que descarte cualquier
162
guía y unidades estratigráficas, ya que con esto posibilidad de destrucción de pinturas o cualquier
estamos trazando una primera hipótesis evolutiva otro elemento paramental de interés artístico o ar-
inicial que sirve de punto de partida para obtener queológico. Llegado a este punto es importante
ciertos elementos de juicio y así enlazar inmediata- distinguir el interés artístico del arqueológico, ya
mente con el estudio general posterior. que este último valora principalmente los aspectos
referentes a la interpretación evolutiva de la estruc-
3. Tras esta identificación, se procede al análisis de tura; es decir, en un muro de varias capas de pintu-
los distintos “tipos de adosamiento”. Estos pue- ras murales superpuestas, la capa pictórica puede
den ser variados (simple, con encastres simples considerarse poco importante desde el punto de
o complejos, coetáneos). Para ello utilizamos una vista artístico si la pintura ha desaparecido, pero la
simbología ideada para tal fin y compuesta por disposición de su intónaco puede resultar esencial
tres signos esenciales acompañados por una fle- en la lectura estratigráfica. Por ello esa operación
cha que indica el orden de construcción, es decir, debe llevarse a cabo por un restaurador. Sólo tras
el apoyo o la yuxtaposición. el dictamen especializado de los expertos podrá li-
— Paramentos coetáneos. bremente, y siempre expuestos a cualquier sorpre-
— Encastrados. sa, procederse al picado y llagueado de los muros.
— Adosamiento simple. En el caso de que existan obras de arte, pintu-
Mediante la aplicación de estos tres tipos resumi- ras o impedimentos de cualquier tipo para poder
dos de contacto entre paramentos-guía de mane- descarnar y llaguear el muro, deberemos acudir
ra sistemática y global, o sea, contacto tras con- a la excavación o a la interpretación de los con-
tacto y estancia tras estancia, obtendremos una tactos en la techumbre, y si esto tampoco fuera
primera planta con una lectura general clara. Por posible, recurrir en última instancia a la habitual
lo general, el orden de los adosamientos y su ti- reflexión analógica.
pología suelen definir con muy pocos cambios
los procesos constructivos del palimpsesto. La 5. Identificación de las divisiones edilicias genera-
comprensión del modo en que contactan cada les: se procede a rellenar sobre una planta con

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las unidades paramentales guía, aquellos compo- edificaciones muy complejas. Tras ese período ya dis-
nentes fundamentales del muro: tapiales, ladrillo, pondremos de una primera hipótesis de partida, y
piedra, mixtos etc. caracterizando cada uno con además habremos valorado cronológica y económi-
una trama distinta. camente el proceso restante.
Una segunda fase correspondería a las actuacio-
Con ambos estudios, el de adosamientos y esta iden- nes que forman parte de la investigación propiamente
tificación de fábricas esenciales, ya pueden estable- dicha y por tanto estarán sujetas a todo tipo de consi-
cerse las primeras hipótesis de trabajo. Éstas deberán deraciones estratégicas vinculadas a lo observado en la
plasmarse en una planta secuenciada en la que se anterior fase de estudios previos. Es decir, ya se sabrá
otorgue a cada fase constructiva una trama distinta, qué muros son prioritarios y cuáles no, para analizar en
acompañada de una matriz Harris interpretativa, con cuáles se realizarán muestreos, o qué zonas deberán
la secuencia cronológica provisional. centrar nuestra atención. El objetivo específico es cla-
Todas las actividades expuestas hasta ahora son ro: sea cual fuere el resultado final, no debemos gastar
factibles a lo largo de los primeros días de trabajo esfuerzo ni tiempo en aspectos tangenciales, por muy
o a lo largo de la primera semana para el caso de interesantes que pudieran resultar ante nuestros ojos.

163

Figura 1. Análisis estratigráfico de la Primitiva Puerta del Alcázar de Sevilla sita en la casa n.º 16 del Patio de Banderas (Tabales 2000).

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En un tercer momento se dedicaría el máximo es- evolutiva de la estructura se procederá al estudio mi-
fuerzo al control arqueológico y a los catálogos nucioso de los alzados aún en pie. Este estudio se
citados: concentrará en aquellos paramentos en lo que se ob-
serven reformas claras o en aquellos que por su ho-
— Registro de elementos de interés artístico, en mogeneidad resulten básicos para el estudio global.
el que se reflejarán todos aquellos detalles El sistema empleado para este análisis consiste en:
dignos de consolidación o al menos de docu-
mentación, por su interés estilístico. • Estrategia previa de picados de muros, llaguea-
— Registro de seguimiento de obras. En este fi- dos o limpiezas de determinados elementos.
chero se plasmará, paso por paso, cada mo-
• Dibujo de cada paramento individualizado a es-
mento de la rehabilitación, al margen de la in-
cala 1:50 preferentemente.
vestigación, con el fin de sistematizar de este
modo todo lo ocurrido en el solar desde sus • Dibujo exacto de las discontinuidades y los con-
primeras ocupaciones hasta la culminación de tornos de las unidades principales y simplificadas
las obras. de las secundarias. Esto es variable según el caso,
tendiéndose a la esquematización a medida que
subimos la escala.
Respecto a los otros ficheros, el de muestreos y el ti-
pológico, el uso de fichas específicas se hace impres- • Dibujo esquemático de los interiores de las unida-
cindible debido a varias razones. Por una parte ne- des (fábricas murarias, rellenos, tapiados), salvo
cesitan de una gama de datos estratigráficos que si cuando presenten características particularmente
bien podrían asumirse en las fichas de unidades, están interesantes, como en el caso de las reformas de
sujetos a clasificaciones muy distintas, no vinculadas a las fábricas.
la estratificación y sí a cuestiones de índole tipológica. • Utilización de tramas para cada época. Preferi-
Esto nos aconseja un uso de registros diferenciados. mos simplificar los eventos cronológicos en un
164 En el de Muestreos Edilicios, se ficha cada tipo dis- número reducido de fases mucho más compren-
tinto de aparejo, analizando a fondo sus elementos y sibles.
relacionándolos estratigráficamente con otras unidades
adyacentes, adjuntando número de muestra, medidas • Numeración de las actividades o unidades princi-
medias de los distintos elementos configurantes, es- pales, simplificando en un número aquellas que
quemas de ubicación de la muestra, etc. forman parte de un grupo homogéneo y coetá-
Respecto al Fichero tipológico, con la intención neo, como los mechinales de un forjado o las vi-
de completar las tipologías edilicias, se registran por gas de un techo. A este respecto la simplificación
tipos cada vano, arco, suelo, cimiento y aparejo, enfa- del método Harris, al igual que la excavación,
tizando las cuestiones métricas y en general todos los nos permite concentrar nuestra labor de investi-
paralelos y cronologías asociadas en otros edificios gación en la globalidad del edificio.
locales. Se completa con un apartado gráfico y otro
fotográfico. Los estudios estructurales (o crítico-descripti-
A continuación, y cuando los aspectos relaciona- vos) se dividen en dos:
dos con la catalogación ya han sido superados, se 1. Constructivos: Estableciendo, mediante una sim-
acometen los estudios paramentales, divididos en bología basada en Doglioni-1988 y desarrollada
dos enfoques diferentes, uno de tipo tipológico-cons- en nuestras intervenciones, las relaciones físicas
tructivo y otro estratigráfico o evolutivo, en la tota- más importantes (rupturas, erosiones, adosa-
lidad de los paramentos o en una selección (en las mientos, grietas, etc.)
zonas de especial interés) (Figura 1). 1. Tipológicos: Mediante un código creado al efecto,
Los análisis estratigráficos de los paramentos si- se identifican:
guen el sistema Harris simplificado en cuanto a las re- — Tipos de aparejo.
laciones entre unidades, relacionándolas por bloques — Tipos de vanos.
con tramas aplicadas a una misma “fase” constructiva, — Tipos de enlucidos.
no necesariamente cronológica. Para la comprensión — Tipos de añadidos.

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En el caso del aparejo, se subdivide en 4: El estudio del Real Alcázar de Sevilla


1. Ladrillo, con una subdivisión tomando como base El Alcázar de Sevilla se asienta en el límite meridio-
a Clairac y Parenti, añadiendo tipos sevillanos nal de la ciudad histórica. Es una compleja estructura
identificados hasta el momento. militar y palatina que comprende diferentes palacios
2. Piedra, siguiendo a Parenti, complementados con y defensas urbanas aún en pie. El carácter especial
algún tipo. de este complejo está reforzado por el hecho de su
3. Mixtos, Siguiendo a Parenti, complementado por preeminencia jerárquica a nivel arquitectónico desde
nosotros. el siglo XI hasta el siglo XVI, dentro de la península.
4. Tapial, 4 tipos (de momento) identificados en Sevilla. Fue palacio del principal reino taifa español, sede del
majzen en la capital del imperio almohade, palacio-
sede de la monarquía castellana durante la Baja Edad
En el caso de los vanos, hemos establecido una clasi- Media, Casa del Rey durante la Edad Moderna, etc.
ficación sustentada en nuestra experiencia en Sevilla, (Tabales 2000: 13).
al igual que en los enlucidos. Partiendo de la necesidad de llevar a cabo una in-
El estudio del subsuelo puede realizarse a la vez vestigación arqueológica continua, como herramienta
que el de los alzados, sin embargo en nuestra opinión básica de su gestión y concepción patrimonial, como
es preferible su posterioridad, ya que existen muchos primer paso fueron proyectadas una serie de activi-
datos paramentales vinculados a éste que deben cono- dades preferentes, encuadradas en un programa sis-
cerse antes de excavar con el fin de no desaprovechar temático de investigación que permitiera obtener una
el tiempo. Además, aunque es buena la especialización cantidad de información histórica razonable en virtud
de uno de los miembros del equipo en las tareas de del valor y la complejidad del edificio. Las ventajas de
análisis de lo emergente, es beneficioso para la investi- una investigación ordenada eran claras; algunas es-
gación que el mismo sujeto que ha estudiado los alza- trictamente históricas y con el edificio como principal
dos de una zona, se encargue también de los trabajos objeto de estudio; otras con la ciudad como sujeto de 165
de excavación. análisis desde el siglo VIII a.C. Pero sin duda, una de
De estos cortes, al menos uno será “estratigráfico”, las mayores ventajas radicaba en la anticipación orga-
es decir, profundizando hasta lo posible y excavan- nizada respecto a futuras (y continuas) obras de reha-
do con técnica arqueológica sistemática, analizando bilitación y urgencias arqueológicas previsibles en los
minuciosamente todos los elementos del registro y años venideros (Tabales, 2003 a). Entendiendo esta
edafológicos, sin selección alguna de materiales. necesidad, el Patronato del Real Alcázar apostó por
El resto de cortes arqueológicos serán de tipo zan- esta vía de estudio, garantizando el mantenimiento
ja o cuadrícula, aunque cuando se considere necesa- anual tanto de las operaciones derivadas de las exca-
ria una extracción de tierras (preparación para suelos, vaciones y estudios paramentales como de las poste-
sótanos, cimentaciones, pozos) se procederá a una riores obras de consolidación, restauración, puesta en
limpieza arqueológica previa o bien a un seguimiento valor y musealización de los restos.
exhaustivo a pie de obra. Al investigarlo iniciamos una política de orde-
El sondeo estratigráfico se realizará en la zona nación arqueológica de gran parte de la ciudad,
menos peligrosa del edificio. El resto se distribuirá dando un paso de gigante que ya ha comenzado
estratégicamente en la mayoría de las estancias, aten- a dar frutos. No debe olvidarse que el subsuelo
diendo en principio a la búsqueda de los niveles guía del Alcázar encierra, de manera hasta ahora inal-
(fases constructivas previas y cotas sucesivas), para terada, una gran parte de las claves topográficas y
lo cual se comenzará con la realización de Cortes ocupacionales de la ciudad antigua y es por ello
prospectivos en áreas dispersas y alejadas, preferible- por lo que se han incorporado al análisis general
mente con usos funcionales diferentes. toda una gama de estudios multidisciplinares como
Los cortes restantes serán seleccionados a partir la geoarqueología o los estudios paleobiológicos,
de ese momento y tendrán un carácter extensivo, es centrados principalmente en las fases históricas no
decir, no serán sistemáticos en cuanto a la recogida representadas en alzado.
de elementos de registro para concentrarse en el co- Las cuestiones prioritarias planteadas en nuestro
nocimiento en extensión de las fases previas. programa fueron de tipo histórico-urbanísticas y cons-

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tructivas. Desde la perspectiva del análisis histórico se • Recuperación de elementos dignos de estudio e
han intentado resolver los siguientes interrogantes: interés patrimonial derivada de los distintos tra-
bajos en el conjunto.
• El origen de la ocupación humana de la ciudad. • La dinámica de contactos entre los distintos ám-
• La delimitación del recinto protohistórico (Bron- bitos.
ce Final Tardío) localizado en el sector Norte del
conjunto.
Las investigaciones arqueológicas realizadas por
• La constatación de la existencia de una acrópolis nuestro equipo en el Alcázar entre 1997 y 2005 res-
urbana en época romana. ponden a un esquema de intervención progresivo,
desarrollado en diferentes fases desde las primeras
• La localización y estudio de las vías de acceso y
urgencias hasta la ejecución de diferente Proyectos
necrópolis de la ciudad antigua.
Generales de Investigación y la formalización de un
• La comprensión del proceso de transformación Plan Especial de Protección. El esquema de análisis
de la ciudad antigua (posibles usos religiosos en del conjunto ha sido, en cualquier caso, el derivado
época visigoda). del modelo de análisis arriba presentado, de modo
• El conocimiento y valoración de las defensas urbanas. que, partiendo de una hipótesis inicial, se han podido
desarrollar los estudios paramentales y a posteriori
• La constatación de la topografía original e históri- los análisis estratigráficos y prospectivos del subsue-
ca en esta zona limítrofe con el puerto fluvial de lo para, finalmente, proceder a la excavación en ex-
la ciudad imperial. tensión y recuperación de horizontes arqueológicos
• La detección de basureros y estudio científico de concretos como el Patio de las Doncellas o el edificio
sus componentes. romano del Patio de Banderas (Tabales, 2009).

• La evolución constructiva general: pautas y signi-


166 — Trabajos de apoyo a la restauración:
ficado político y socioeconómico.
• 1997. Excavación arqueológica en el Patio de la
• Inserción general en el contexto científico del Montería.
entorno físico y cronológico.
• 1998. Control de obras de repavimentación del
• Análisis de los registros, sobre todo el ceramoló- Patio de la Montería. (Tabales 2001 b).
gico ante las carencias taxonómicas y su inciden-
• 1999-2000. Intervención arqueológica de apoyo a
cia en la estratigrafía.
la recuperación de la Puerta Primitiva del Alcázar
(Patio de Banderas n.º 16). (Tabales 2002 a) (Ta-
bales 2002 e).
Por otro lado las cuestiones vinculadas con la cons-
trucción del conjunto se han centrado en:
— Trabajos planificados puntuales:
• Identificación básica del urbanismo según las fa- • 1998. Diagnosis general y estudio de paramentos.
ses históricas desde la perspectiva de la relación (Tabales 2003 a).
Ciudad-Alcázar.
• 1999. Intervención Puntual: “Estudios estratigráfi-
• Definición de las pautas constructivas por fases, cos y análisis constructivos”.
fábricas, aparejos, etc.
• Caracterización tipológica diversa.
— Trabajos sistemáticos:
• Dataciones absolutas de los distintos edificios en pie. • 2000-2005. Proyecto General de Investigación:
• Comprensión de la dinámica constructiva desde “Análisis arqueológico del alcázar”.
el punto de vista topográfico y arquitectónico. — Campaña 2000. Sondeos estratigráficos. (Taba-
• Localización de espacios y estructuras crípticas y les, 2002 d).
valoración. — Campaña 2001. Analíticas 2000.

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— Campaña 2002. Sondeos Patio Doncellas. (Ta- Resumen de resultados


bales, 2003 b).
— Campaña 2003. Analíticas Patio Doncellas. Los conocimientos hasta ahora obtenidos a partir de
— Campaña 2004. Excavación Patio Doncellas. nuestro estudio se sintetizan en la obtención de una
(Tabales, 2005 a,b,c). secuencia arqueológica continua desde el siglo VIII
— Campaña 2005. Patio del León y analíticas. a.C. hasta el siglo XIV, momento en el que las opera-
(Tabales, 2006 a). ciones constructivas dejarán de alterar sustancialmen-
— 2006. Memoria Científica de las Campañas te el conjunto arquitectónico:
2000 - 2005. (Tabales, 2009).
• 2006. Intervención Puntual en el Jardín Inglés.
• Bajo el Alcázar se detectan alteraciones de las
(Tabales, 2008: 6-39).
cotas vírgenes y probables estructuras que po-
• 2009. Intervención Puntual en el Patio de Ban- drían marcar un límite urbano prerromano desde
deras. el siglo VIII a.C. (Tabales 2001a: 6-35)
• 2010-2015. Proyecto General de Investigación: • Tenemos constancia de la presencia humana bajo
“Análisis arqueológico del alcázar 2. Investigacio- el Patio de Banderas y el Patio del León entre
nes en el Recinto Primitivo”. los siglos VIII y VII en un ambiente de ladera

167

Figura 2. Restos de un edificio romano localizado durante las excavaciones en el Patio de Banderas (Tabales 2009).

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recién antropizada y parcialmente transformada. a muladares y basureros a la par que la acción


Aunque los datos son aún escasos, sabemos por fluvial va homogeneizando la topografía suavi-
la cerámica asociada a niveles posteriores que la zando desniveles. Que tras las necrópolis se su-
actividad constatada se mantuvo durante el pe- cedan basureros, escombrados y muladares entre
ríodo turdetano hasta el período romano (Taba- los siglos VII y X junto a la vieja iglesia cristiana,
les, 2002 d: 212). podría delatar entre otras posibilidades, que el
puerto, pulmón de la ciudad, continuara en una
• Desde el siglo I a.C. se aprecian estructuras ro-
localización alejada de este sector.
manas que, como en el Patio de Banderas, jue-
gan con la topografía suavizándola y dominán- • El panorama topográfico sufrirá notables trans-
dola. En el Alcázar se han localizado edificios formaciones de origen natural que afectarán so-
de difícil interpretación y estructuras murarias bre todo a este sector de la ciudad antigua y en
de sillares que delatan un urbanismo sofisticado especial entre los siglos IV-X, época en la que se
en las inmediaciones del puerto. Algunas piezas advierten subidas de nivel y deposiciones limo-
conmemorativas y arquitectónicas localizadas en sas en el sector más meridional por influencia
este sector sugieren la presencia de edificios de del arroyo Tagarete, cuya consecuencia principal
interés, bajo lo que luego sería Patio de Bande- será la subida de cotas y la homogeneización del
ras. (Tabales, 2002 a) (Figura 2). terreno respecto al sector septentrional. (Tabales,
2000: 13)
• El urbanismo romano desaparece en el siglo III-
IV (se abandonan edificios privados, termas, mu- • Aparecerán en el siglo X los primeros aprove-
rallas, calles, etc.) El desuso, abandono, destruc- chamientos islámicos de amortización, como el
ción y en cualquier caso, la desaparición de los aljibe del Palacio Arzobispal y los alfares como el
edificios públicos y privados en este sector en el localizado bajo el Palacio de Pedro I, en uso has-
siglo III-IV, se debe a un cúmulo de factores en- ta el siglo XI. El carácter secundario y perimetral
tre los que no debe ser circunstancial la pérdida del sector se hace ahora patente.
168
del peso específico e influencia de la ciudad en
• La construcción del Alcázar, o al menos de las
el contexto peninsular y de su puerto en particu-
murallas que hoy se conservan, se produce en
lar, tras la pérdida de la jurisdicción de la annona
un momento no anterior a mediados del siglo XI,
en el siglo III.
advirtiéndose una ampliación inmediata, y tras
• Aparecerán nuevas funciones periurbanas en el ella la aparición de un gran arrabal a su abrigo,
siglo IV que durarán hasta bien entrado el perío- mientras que intramuros se edifican nuevos ba-
do islámico, entre ellas la probable iglesia bajo la rrios, que al menos en el sector inmediato se mo-
muralla Norte del posterior Alcázar, y el cemente- dificarán poco hasta nuestros días. No es casual
rio cristiano, que articularán un urbanismo nuevo que sea ahora cuando alfares, basureros, iglesias
fundamentado en el culto religioso. Dentro de y cementerios sean borrados drásticamente para
las necesidades del período tardío y visigodo, es recomponer un espacio que pretende erigirse
la función religiosa la que sin duda marcará las con la construcción del alcázar en el nuevo foco
operaciones constructivas de mayor relieve. Por político de una ciudad en expansión y en obra
ello junto al río, allí donde se inician los caminos continua. (Tabales, 2006 a: 7) (Figura 3).
hacia el Sur y donde antaño se distribuyeran los
• Construido el Alcázar, con una ciudad saturada y
almacenes y estructuras portuarias, ahora se or-
en pleno retroceso del río hacia el Oeste, y sobre
ganizará un cementerio de grandes dimensiones
todo, tras la pérdida del carácter militar del Al-
tal vez vinculado total o parcialmente a la igle-
cázar y su transformación palatina gracias a sus
sia de San Vicente, cuya vida de siglos impedirá
obras de embellecimiento y ampliación, está ple-
cualquier intento de transformación posterior del
namente justificada la construcción espontánea de
espacio dado su carácter sagrado. (Tabales 2006
un arrabal de grandes dimensiones en el espacio
b: 180).
ubicado entre las murallas, el Alcázar y el río.
• Se asiste a una disminución progresiva de la fun- • Se produce una bajada del río hasta su cauce
ción funeraria desde el siglo VI para dar paso actual varios cientos de metros al Oeste hasta su

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encauzamiento definitivo en el siglo XII, lo que dos a diecisiete hectáreas en un siglo, a la vez
permitirá ganar para la ciudad un espacio de va- que se reorganiza el puerto en las inmediaciones.
rias hectáreas que será habilitado institucional- (Figuras 6 y 7).
mente por los almohades. (Figuras 4 y 5).
• Los conquistadores castellanos se adaptan al es-
• Se detectan reformas almohades que racionali- pacio islámico, tras lo cual se asiste a la conse-
zarán el urbanismo adecuándolo al nuevo límite cuente transformación-degradación de los edifi-
con el río-puerto y a la nueva jerarquía y ran- cios interiores del Alcázar. Destaca en esa época
go de la ciudad, para lo cual se levantarán los la construcción del Palacio Gótico y la adapta-
distintos recintos, organizándose así como cora- ción de los palacios almohades hoy destruidos
zón representativo y religioso de la nueva capi- bajo el palacio de Pedro I y los patios de la Mon-
tal. Como colofón de ese espíritu constructivo y tería y el León. (Figura 8).
tras la capitalidad almohade, éste será el lugar
elegido para la organización del poder local y • Se documenta la reorganización del Alcázar por
territorial y esto se traducirá en la destrucción del el rey Pedro I de Castilla entre 1355 y 1366, y
arrabal para levantar una alcazaba que pasará de con ella la consecuente alteración de cotas, des-

169

Figura 3. El alcázar de Sevilla en la ciudad abbadí (siglo XI). Contexto urbano hipotético.

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Figura 4. El alcázar de Sevilla en la ciudad almohade inicial (a mediados del siglo XII). Contexto urbano hipotético.

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171

Figura 5. El alcázar de Sevilla en la ciudad tardoalmohade (inicios del siglo XIII). Contexto urbano hipotético.

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172

Figura 6. Reconstrucción hipotética del palacio almohade de la Montería tras las excavaciones de 1998.

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173

Figura 7. Hipótesis de distribución de los principales edificios almohades situados en el área central del alcázar.

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174

Figura 8. Transformación del alcázar tras la conquista castellana (tras 1248).

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175

Figura 9. Transformación del alcázar durante la Baja Edad Media. Obras de Pedro I (circa 1356).

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trucción de edificios previos y cambio sustancial en una treintena de publicaciones y la recuperación y


del sistema de accesos. La dinámica de reformas puesta en valor de diversos espacios como la primiti-
emprendidas por Alfonso X y culminadas por va puerta del alcázar islámico, el patio bajomedieval
Pedro I en el siglo XIV marca el fin del Alcá- de las Doncellas, la Puerta de Yahwar, el Palacio de
zar como centro inequívoco y primario de la la Montería, etc.
monarquía y su frustrada conversión en palacio Investigaciones, recuperaciones y conocimiento
real, sede efectiva de la corte castellana. (Figu- en general, que han servido de base para la redacción
ras 9,10). del Plan Especial de Protección del Sector 6 “Real
Alcázar”, herramienta indispensable para el planea-
Finalmente los trabajos arqueológicos en el Alcázar se miento de las futuras investigaciones en el conjunto y
han materializado en un estudio general de los muros su entorno, así como norma reguladora de las nuevas
del conjunto y en una estratigrafía básica, así como cautelas arqueológicas.

176

Figura 10. El Patio de las Doncellas del Palacio de Pedro I tras las excavaciones de 2004.

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Herramientas metodológicas aplicadas
al estudio de un paisaje urbano fortificado:
el caso de la villa de Verín (Monterrei, Ourense)
Rebeca Blanco-Roteta
Laboratorio de Patrimonio (LAPA) - CSIC
rebeca.blanco-roteta@iegps.csic.es

179
Introducción obras que se iban a ejecutar en un solar de este lu-
gar, concretamente un proyecto arquitectónico para
Este encuentro tiene entre sus objetivos analizar el la realización de viviendas de nueva planta con la
método que distintos profesionales vienen aplicando consiguiente demolición de las edificaciones que en
en el estudio e interpretación de los edificios históri- él se conservaban. En este solar había constancia,
cos desde una perspectiva arqueológica. Es por ello gracias a los estudios realizados por Taboada Chivite
por lo que de entre los trabajos desarrollados por en los años 40 del siglo XX, de la posible existencia
el Laboratorio de Patrimonio (LaPa) – CSIC, hemos de un baluarte que formaría parte de la fortificación
seleccionado aquel que por sus implicaciones meto- moderna de la villa. Una vez efectuada esta denun-
dológicas considerábamos que podía tener un mayor cia, la Dirección Xeral de Patrimonio Cultural de la
interés para los objetivos de esta reunión. Xunta de Galicia nos solicitó la realización de un es-
Normalmente los trabajos que desde la Unidad de tudio arqueológico que permitiese contrastar la exis-
Arqueología de la Arquitectura del LaPa se vienen tencia en este solar de dicho baluarte, de manera
desarrollando en los últimos años, están vinculados que se pudiese tomar una decisión adecuada sobre
a la elaboración de proyectos de rehabilitación, res- el proyecto arquitectónico y su viabilidad; es decir,
tauración o puesta en valor de edificios o conjuntos si era conveniente o no derribar las construcciones
históricos, solicitados por administraciones públicas, que se conservaban en función de los resultados del
estudios de arquitectura, empresas de restauración o estudio arqueológico. Esta intervención se llevó a
particulares. De hecho podríamos decir que, en Espa- cabo en el año 2005.
ña, la Arqueología de la Arquitectura muchas veces Del emplazamiento de esta villa, localizada al SE
viene de la mano de la Restauración Arquitectónica. de la provincia de Ourense, perteneciente a la Comar-
El caso que aquí presentamos difería ligeramen- ca de Monterrei y atravesada por el río Támega, ca-
te de este tipo de proyectos, ya que surgió a partir ben destacar dos aspectos que influirán en su historia
de la denuncia de un vecino de la villa de Verín durante el periodo que nos interesa, su localización a
(provincia de Ourense, Galicia) en relación con la los pies del Castillo de Monterrei, y su proximidad a

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la frontera con Portugal; concretamente de la vila de la muralla que circunscribiría lo que actualmente se
Chaves lo separan unos 25 km. considera el casco histórico de la villa, aunque am-
Debemos añadir que a priori este baluarte era uno pliándolo por el E, el NW y el lado N, con un trazado
de los escasos restos que se conservaban de la fortifica- prácticamente rectangular.
ción de la villa en época moderna, realizada con motivo Únicamente el estudio de Taboada, algunas refe-
de la Guerra de la Restauración Portuguesa (1640-1668). rencias puntuales, la toponimia de alguna calle o la
Un elemento que se había invisibilizado completamente memoria oral y el entusiasmo de algunos estudiosos
en el trazado urbano de Verín. (Figura 1). y vecinos comprometidos, permitieron que el papel
que Verín había jugado durante la Guerra de la Res-
tauración Portuguesa no cayese en el total ostracismo.
Planteamientos del proyecto arqueológico La intención última de nuestra investigación era in-
tentar reconstruir ese pasado atendiendo fundamen-
El proyecto inicialmente se centraba en un solar de la talmente a la arquitectura que de esta época se podía
calle Elle, y sus objetivos eran documentar y registrar conservar y cómo ésta había influido en el trazado
las estructuras arquitectónicas conservadas: analizar urbano de Verín y cómo se articulaba con su entorno.
su técnica constructiva, secuencia constructiva, datar Por otro lado, no podíamos olvidar que esta forti-
las estructuras y determinar su funcionalidad. Pero ficación había que ponerla en relación también con
una vez comprobado que se trataba efectivamente de toda una serie de puestos fronterizos que se cons-
un baluarte de la fortificación moderna de la villa, se truyeron tanto en Galicia como en Portugal en torno
hacía necesario intentar delimitar el conjunto fortifi- al Valle del Támega y nuestra intención era llegar a
cado en su entorno inmediato y por ello los estudios conocer también la influencia que la Guerra de la
se ampliaron a la totalidad del casco urbano de Verín. Restauración había tenido tanto en Verín como en su
Taboada Chivite (1949) había propuesto el trazado de entorno inmediato, haciendo especial hincapié en la

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Figura 1. Localización y emplazamiento de la villa de Verín.

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evolución arquitectónica de los elementos que ha- sistema general de la fortificación en esta zona de la
bían sido objeto de este fenómeno, en la evolución frontera durante el periodo de contienda.
urbanística de la villa o en la articulación de la arqui-
tectura de defensa en la parte gallega de la frontera y
su relación con su homóloga portuguesa.
El estudio de esta zona se realizó desde los plan- El punto de partida. El solar n.º 14 de la Calle Elle:
teamientos teórico-metodológicos de la arqueología de Torreón a Bodega. (Figura 2).
de la arquitectura y la arqueología del paisaje, com- En cuanto al estudio de conjunto arquitectónico del
binando varias técnicas de registro y análisis que han solar de la calle Elle, decidimos llevar a cabo las si-
permitido obtener un conocimiento exhaustivo del guientes actuaciones: el levantamiento planimétrico y
fenómeno fronterizo, así como recuperar la evolución la lectura estratigráfica de todas las estructuras con-
del paisaje urbano en la villa de Verín. servadas, la realización de sondeos arqueológicos y
el vaciado documental de fuentes primarias y biblio-
gráficas que hicieran mención al solar pero también
Desarrollo metodológico a la villa. La intención era cruzar el mayor número de
datos posibles que permitieran reconstruir la evolu-
Tras una primera visita y teniendo en cuenta los obje- ción constructiva de este espacio.
tivos del proyecto, decidimos establecer una estrate-
gia de tipo zoom, yendo de lo más concreto a lo más • Levantamiento planimétrico
general, estudiando en primer lugar las arquitecturas En este caso decidimos realizar el levantamiento me-
que se emplazaban en el solar y que eran el objeti- diante el uso de una estación total topográfica Leica,
vo principal de la intervención, para después enten- TCRM-1105plus. Con esta herramienta se recogieron
derlas en el conjunto de la villa y finalmente, en el en campo todos los contornos de las construccio-

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Figura 2. Localización del solar sobre la fotografía aérea de la villa.

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nes (volúmenes generales y vanos, así como detalles gráficas (en adelante UE) sobre fotografías. Posterior-
de interés para el estudio posterior) y se levantó la mente, los resultados se plasmaron sobre los alzados
planta y alzados interiores y exteriores de todas estas y permitieron realizar una reconstrucción tridimen-
estructuras. Dado que en el solar las construcciones sional de la secuencia y entender la multiplicidad de
se encuentran muy próximas entre sí, fue necesario espacios en los que estaban divididas las construccio-
establecer una red topográfica de puntos de control nes y cómo éstos habían evolucionado en el tiempo.
que permitiera barrer la totalidad de las estructuras
arquitectónicas. • Sondeos arqueológicos
Una vez obtenidos los datos en campo, a través Aunque a posteriori podemos decir que hubiera sido
del software denominado SECO1, se clasificaron y or- conveniente llevar a cabo sondeos arqueológicos en
denaron los datos extraídos de la estación total, para otros puntos del solar, sobre todo en la zona en la
posteriormente ser manejados en AutoCAD. Los re- que se localizó un torreón posiblemente bajomedie-
sultados del levantamiento se presentan como herra- val, los sondeos se plantearon como una herramienta
mienta de representación, recuperación volumétrica y que nos permitiese documentar los sistemas cons-
análisis de las construcciones. (Figura 3). tructivos del baluarte y se ciñeron a este elemento. En
este sentido, hasta que la lectura estratigráfica del ba-
luarte no estuvo avanzada no seleccionamos las zo-
• Lectura estratigráfica de paramentos nas en las que éstos se debían llevar a cabo. Nuestra
Además de la estratigrafía que a primera vista se ob- intención era sondear en aquellos puntos en donde
servaba en los posibles restos del baluarte, debía te- parecía que se conservaba la muralla original de este
nerse en cuenta que sobre él se emplazaban una serie elemento, concretamente en el interior se efectuó un
de construcciones y era necesario hacer una lectura sondeo adosado al ángulo capital para documentar si
completa de todo el conjunto, al menos del que se se trataba de un baluarte del tipo lleno o no, y otro
encontraba imbricado con el elemento para entender en el exterior, en la zona de la cimentación próxima
los procesos postdeposicionales que le habían afecta- al ángulo entre la cara y el flanco E del baluarte para
182 do. La finalidad era fundamentalmente la de recupe- documentar el sistema de cimentación. (Figura 5).
rar la secuencia estratigráfica de las mismas, lograr su Los sondeos se realizaron siguiendo las UE, debi-
datación, inicialmente relativa, así como determinar damente documentadas a través de su registro escrito
su funcionalidad. (Figura 4). (en fichas analíticas) y gráfico (fotografía, planimetría
La metodología empleada2 fue el denominado y georreferenciación)3.
análisis estratigráfico de paramentos, que adapta el Estos sondeos estaban encaminados a recuperar la
estudio estratigráfico arqueológico a través del “Mé- secuencia estratigráfica exterior e interior del baluar-
todo Harris” al plano de las construcciones históricas te, determinar su adscripción cronológica, documen-
y permite identificar, ordenar y datar las diferentes tar su técnica constructiva, así como a documentar, si
etapas por las que ha transcurrido la vida del edifi- existieran, la presencia de otras estructuras previas,
cio desde su construcción hasta el momento de su coetáneas o posteriores al baluarte.
estudio mediante un análisis pormenorizado de sus
elementos, actividades y procesos constructivos. El
producto final obtenido con esta metodología es la • Estudio documental
secuencia constructiva del edificio. Este estudio englobaba no solamente la búsqueda de
Como el levantamiento planimétrico se realizó de información relativa al solar, que realmente no pu-
manera solapada con la lectura estratigráfica, todo el dimos rastrear más allá de mediados del siglo XIX,
registro se efectuó plasmando las unidades estrati- sino a la villa en general, al castillo de Monterrei y
a otros emplazamientos del entorno que estuvieron
relacionados con la defensa de la frontera en época
moderna. Se vaciaron fuentes bibliográficas y fuentes
1
Separador Conversor (SeCo) desarrollado por Iván Suárez Gómez, an-
teriormente técnico informático de la Unidad de Tecnologías de la Infor-
mación del Laboratorio de Arqueología, IEGPS (CSIC-Xunta) (actualmente
LaPa – CSIC).
2
Caballero 1995 y 1996. 3
Para revisar la metodología empleada ver Parcero, Méndez y Blanco 1999.

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Figura 3. Proceso del levantamiento planimétrico, desde el primer tratamiento digital en CAD hasta la reconstrucción tridimensional, en la que se representan
con colores las distintas fases constructivas.

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Figura 4. Lectura estratigráfica de la cara SE del baluarte de Elle y de uno de los paramentos de una estancia de la bodega.

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primarias, tanto gráficas como textuales, procedentes lar constituyen el elemento de mayor entidad que
de varios archivos municipales, regionales, estatales y se conserva de la fortificación de Verín en época
privados, destacando los archivos de fondos militares. moderna. La intervención llevada a cabo en ellos,
Todos los documentos localizados fueron transcritos, fundamentalmente los sondeos arqueológicos y el
analizados y cotejados con los datos que íbamos ex- análisis estratigráfico de alzados, han permitido re-
trayendo a través de otras herramientas metodológi- cuperar la evolución de este solar, que empezaría
cas. Gracias a la información recuperada pudimos da- con los restos de un torreón vinculado a unas posi-
tar las estructuras documentadas en el solar y en otras bles defensas anteriores y finalizaría con la construc-
zonas de la villa. (Figura 6). ción de varias edificaciones dedicadas a almacena-
Como conclusiones a esta parte del proyecto, miento y procesado de vino, tal y como se observa
podemos decir que los restos emplazados en el so- en la figura 7.

185

Figura 5 (arriba). Sondeos arqueológicos llevados a cabo en el baluarte. En la imagen de la izquierda en final del sondeo 001, en el que se documenta el
interior de la cara del baluarte con un aparejo más desconcertado que el exterior. En la imagen de la derecha el final del sondeo 002, donde se aprecia el
sistema de banqueta que refuerza las esquinas del baluarte y el sistema de piedras perdidas que rellenan la fosa de cimentación. Figura 6 (abajo). Algunos
de los documentos localizados no sólo hacían mención al baluarte sino a la existencia en el solar de un torreón.

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En torno al año 1646 se lleva a cabo la construc- Elle debía unirse con una cortina que giraba hacia el
ción de la fortificación de la villa, a la cual correspon- SE, hasta encontrase con este otro baluarte. Tanto los
de el Baluarte de Elle, que representa la fase II den- elementos que íbamos analizando en esta zona de la
tro de la evolución constructiva del solar. (Figura 8). villa, como la representación de la cerca de Verín en
La documentación y análisis de todos los elementos el mapa de 1786, apuntaban que la fortificación pare-
que componían el baluarte y su comparación con este cía corresponder a un polígono irregular.
tipo de figura en los tratados de fortificación abaluar- A partir de 1851 comienza la transformación del
tada, nos llevaron a ratificar la propuesta de Taboada interior del baluarte con la construcción de una pri-
de que efectivamente se trataba de un baluarte. El mera bodega que reaprovecha la estructura del to-
problema siguiente era relacionar esta figura con la rreón de la fase I y que sufrirá distintas modificacio-
fortificación que en época moderna debió defender nes y ampliaciones en los años siguientes.
Verín. Hasta el momento hemos localizado únicamen-
te la representación de la villa fortificada en el Mapa El paisaje urbano de la villa de Verín
de las Minas de Estaño del Valle de Monte Rey del año en época moderna
1786, donde se dibuja esquemáticamente la fortifica-
ción abaluartada de Verín. Sin embargo, gracias a esta Una vez obtenida la secuencia del solar y corroborada
representación y a las descripciones posteriores que la existencia de un baluarte, creíamos que era impor-
se conservan, se sabe que la fortificación discurría tante entender qué papel había jugado en la fortifica-
por el W, paralela a la ribera del río. En ese caso la ción general de la villa. Sin embargo, la configuración
unión entre el flanco W y la cortina existente hasta urbana de Verín no dejaba entrever la preexistencia
el siguiente baluarte no se efectuaría en ángulo, sino de una fortificación. Tan sólo el baluarte, los nombres
siguiendo una línea recta. de algunas calles o la memoria de algunos vecinos
Desde el baluarte la fortificación se abría hacia el que todavía recordaban topónimos como el de las
SE. En esta zona se ha localizado mediante fotoin- Puertas de Madrid, hacían referencia a este elemento.
terpretación la presencia de un baluarte de mayores Es por ello por lo que decidimos extender el estudio
186
dimensiones, por lo que el flanco E del Baluarte de a la totalidad del casco histórico, combinando varias

Figura 7. Reconstrucción de las fases identificadas en el interior del solar.

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metodologías como la prospección arquitectónica, la ron digitalizados y superpuestos sobre una fotografía
fotointerpretación y la revisión de la toponimia del satélite de Verín. (Figura 9).
callejero actual o proveniente de fuentes históricas u
orales. • Prospección arquitectónica
Los resultados de estos trabajos fueron compara- Un casco histórico se caracteriza por ser un elemen-
dos con la representación de la fortificación docu- to diacrónico, un elemento mixtificado en el que las
mentada en el Mapa de las Minas de Estaño de 1786, construcciones se adosan, solapan, suprimen, reapro-
en la que, aunque no reproducía con precisión la vechan, ocultan etc. en definitiva, van conformando
planimetría de la villa, sí se observa la configuración la trama urbana a lo largo del tiempo, de una forma
urbanística de Verín enmarcada dentro del trazado diacrónica y heterogénea.
de una muralla abaluartada, las principales vías de En las ciudades amuralladas o fortificadas este fe-
comunicación que partían de ella y la conexión con nómeno es especialmente visible. Raros son los casos
el Barrio de San Lázaro. Todos estos elementos fue- en el que las murallas se han mantenido exentas y la

187

Figura 8. Fotografías del exterior e interior del baluarte; reconstrucción del Baluarte de Elle en el que se han indicado las partes que lo constituyen; y croquis
con la sección de los dos sondeos realizados en la cara SE, que permite ver el sistema constructivo documentado.

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ciudad crece intra y extramuros sin modificarla. Se tamientos vivos, existen otros condicionantes que
produce además de manera bastante frecuente, el fe- deben tenerse en cuenta, como: que las lecturas no
nómeno de venta de la misma o de la piedra que la pueden ser destructivas o que “[...] la visibilidad del
compone, a partir del siglo XVIII o XIX, dependien- registro arquitectónico puede estar en ocasiones muy
do de la zona, destruyéndose ésta, reaprovechándose comprometida por intervenciones recientes y por la
como parte de la construcción u ocultándose por la propia complejidad estratigráfica [...]” (id.: 7).
superposición de nuevas construcciones. (Figura 10). Los instrumentos a los que se refieren los autores
Éste sería el caso de Verín en el que se documentó en este tipo de intervenciones son: estratigrafía, tipolo-
la subasta en el año 1849, momento a partir del cual gía y el análisis configuracional. Para el caso de Verín
la muralla comienza a sufrir una demolición masiva a por diferentes motivos como la falta de tiempo, las
favor del urbanismo de nueva planta. Sin embargo, se características de la zona de estudio o la ausencia de
conservaba un fósil de la misma en el solar objeto de estudios tipológicos intensivos, incidimos únicamente
estudio y había que determinar, a través de una me- en el primer punto, ya que se consideró la opción más
todología arqueológica adecuada, si éste era el único válida para llevar a cabo la prospección arqueológica
resto conservado de esta fortificación, lo que además que aquí se plantea. Como comentamos arriba, consi-
contribuiría a su delimitación y posterior estudio. deramos que es necesario ampliar estos trabajos que
En su momento consideramos que el mejor méto- en su momento excedían el objetivo inicial del estudio.
do de análisis era realizar un estudio extensivo de la En el caso de la estratigrafía, los autores definen
zona a través de la prospección arqueológica, adap- una estrategia de lectura estratigráfica jerarquizada a
tada en este caso a un objeto netamente diferente a distintos niveles:
los que se suelen documentar en las prospecciones
sistemáticas, un centro vivo, que requiere por lo tan-
• Lectura estratigráfica horizontal lineal “[...] basa-
to, una adaptación de esta metodología.
da en la identificación de las relaciones existentes
Para la propuesta metodológica que se llevó a
entre las distintas unidades constructivas (Cuer-
cabo en la prospección arquitectónica del casco his-
188 pos de Fábrica) que componen las manzanas o
tórico de Verín, se siguió el trabajo realizado por Qui-
bloques compactos, estableciendo de esta mane-
rós y Gobatto 20034, ya que su experiencia en este
ra su diacronía constructiva [...]” (id.: 7).
campo suponía una interesante aportación al estudio
• Lectura horizontal en área, empleado en edifi-
extensivo de la arquitectura.
cios aislados donde el crecimiento de los cuerpos
Una de las cuestiones que formulan estos autores
de fábrica es horizontal. Permite obtener una pri-
es, si en el caso de los análisis extensivos, sería posible
mera secuencia relativa de grandes volúmenes.
trasladar de forma directa al análisis de la arquitectura
• Lecturas verticales de paramentos. A la lectura de
algunas técnicas de prospección, o si es preciso acu-
cuerpos de fábrica deben integrarse las lecturas
dir a estrategias diferenciadas. Los autores consideran
estratigráficas verticales de los paramentos que
que si bien sí es posible recurrir a una parte de esta
permiten identificar procesos posteriores de tras-
metodología “[...] existen diferencias relevantes que
formación.
condicionan los procesos de análisis y documenta-
ción debido a los propios procesos formativos de los
En el caso de Verín se hizo una lectura selectiva, es
depósitos [...]” (id.: 6). Debe tenerse en cuenta que en
decir, se siguió, por una parte el trazado propuesto
el estudio de los asentamientos vivos, los depósitos
en 1949 por Taboada Chivite, se amplió este trazado
se encuentran siempre contextualizados.
teniendo en cuenta la representación de 1786 y se
En algunas fases de trabajo se podrá recurrir a
revisaron todas aquellas zonas de la villa en las que
criterios desarrollados para las prospecciones siste-
se documentaron topónimos que podían estar rela-
máticas, pero desde un punto de vista instrumental
cionados con elementos de una fortificación. En estas
deben realizarse algunas consideraciones de carácter
zonas se registraron aquellos elementos que podían
conceptual (id.: 7). En lecturas realizadas en asen-
tener relación por su técnica constructiva, su empla-
zamiento, su forma en planta, etc. con una cerca y sus
componentes y se relacionaron con los cuerpos de
4
Titulado Prospección y Arqueología de la Arquitectura. fábrica adyacentes.

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Figura 9 (arriba). Extracto del Mapa de las Minas de Estaño del Valle de Monte Rey (1786). Figura 10 (abajo). Estructuras identificadas durante la prospección
del casco histórico. En la imagen superior izquierda el muro con saetera, en la inferior derecha el muro en talud de la calle Mariano Carrero. Las otras dos
imágenes corresponden a las estructuras identificadas en la Calle Muralla.

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La prospección arquitectónica proporcionó esca- El estudio de estas imágenes se realizó utilizan-


sas evidencias materiales del trazado de la fortifica- do la metodología común para ello, con el uso de
ción, correspondiéndose por otro lado a dos perio- estereoscopio de espejos para conseguir el mayor
dos cronológicos distintos: un muro realizado en un aumento y nitidez posible. Se tuvieron en cuenta el
aparejo de sillería irregular en el que se conserva una tamaño de los objetos, la forma, las sombras, el tono,
saetera, situado muy próximo al solar analizado en textura y la distribución de los elementos.
el que se conservaba parte de un torreón. Tanto esta Se utilizaron las imágenes satélite5 más contem-
estructura como la del solar se han puesto en relación poráneas para situar en ellas las estructuras y varia-
por su proximidad, su aparejo y la tipología de sus ciones urbanísticas localizadas en las imágenes más
saeteras y se consideraron los restos de dos torreones antiguas, de forma que la ubicación en el espacio
que podrían funcionar de forma conjunta, protegien- concreto que ocupaban fuera reconocible con mayor
do el paso sobre el río Támega. facilidad. Con ello, se ha pretendido determinar dón-
Por otra parte, en la calle Mariano Carrero, próxi- de y cómo ha variado la villa para poder llegar al por
ma a las Puertas de Madrid, se localiza un muro rea- qué de estas variaciones y determinar si en ellas ha
lizado en un aparejo de mampostería que tiene un tenido o no que ver el trazado de la muralla.
perfil en talud y que se reutiliza en la construcción de En cuanto a los resultados de la fotointerpreta-
una casa. Este muro sigue el trazado de la muralla de ción, se pueden destacar diferentes elementos que
época moderna, con la que se ha puesto en relación indican con claridad la existencia de la fortificación
tanto por su aparejo, su perfil ataludado como por su abaluartada que ha condicionado, en cierta medida,
localización. las características urbanas actuales de Verín. (Figura
Finalmente, se han localizado otros dos elementos 11). La muralla abaluartada de época moderna estaba
reutilizados en sendas construcciones de la calle Mu- circunscribiendo un espacio añadido a la villa hacia
ralla que podrían estar relacionados también con la el Sur del casco antiguo. En esta zona se documenta
fortificación moderna ya que siguen el trazado de la lo que podría ser un baluarte que estaría en conexión
190
muralla. En este caso, su vinculación con la fortifica- con el de Elle. En la zona Norte6 también se conserva
ción es más dudosa. una configuración que podría estar continuando la
traza de diferentes cercas o murallas que habrían ido
• Fotointerpretación ampliando el espacio urbano en esta franja. En las
Derivada de las necesidades de llevar a cabo la pros- imágenes de 1957 se localizan los restos de la cerca
pección arquitectónica, se planteó la opción de utilizar o muralla como delimitación de las parcelas, cierres
la fotointerpretación como método de análisis comple- estos de mayor envergadura en el recorrido lineal que
mentario a aquélla. el resto de los muros de cierre de las propiedades en
En el estudio de un espacio urbano, las variacio- el entorno de la Calle Foso. (Figura 11).
nes sufridas en los últimos cincuenta años han afec- A su vez, esa muralla pudo estar reaprovechando
tado sobremanera a los restos materiales que confor- en el frente Oeste (hacia el Río Támega) el trazado de
maron las ciudades en el pasado, lo que hace muy otra anterior, el cual abarcaría un espacio menor in-
complicado identificar las estructuras que formaron tramurallas y podría corresponderse con la planta de
parte de su evolución histórica utilizando únicamente un primer asentamiento delimitado o cercado. En esta
las imágenes actuales de los mismos. En el estudio primera cerca no se incluiría el terreno ocupado por
de Verín se revisaron imágenes tomadas en diferentes la Alameda, el cual quedaría incluido en la segunda
momentos para conocer cómo había sido su evolu- cerca con el topónimo Alameda de Adentro7.
ción urbanística y poder delimitar el recorrido de la Resultó difícil contrastar los resultados obtenidos
fortificación que aparecía mencionada en la docu- de la fotointerpretación, tanto por los cambios físicos
mentación de distintas épocas.
Las imágenes con las que se trabajó fueron de dos
tipos: fotografías tomadas en diferentes vuelos (“vuelo
5
americano” de la década de los cincuenta del siglo XX Tomadas de diferentes fuentes: Sixpac, Sitga y Google Earth.
6
Hay que tener en cuenta que en esta zona la toponimia mantiene fuertes
y el vuelo del Instituto Geográfico Nacional que se rea- referencias a la existencia de una fortificación, como son las calles Mu-
lizó en los primeros años de la década de los ochenta ralla y del Foso.
de ese mismo siglo) e imágenes tomadas por satélite. 7
Topónimo recogido en el Catastro de Ensenada.

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Figura 11. Resultados de la fotointerpretación de la fotografía aérea de 1957. Arriba posible baluarte al S-SE del Baluarte de Elle; abajo trazado de varias líneas
de muralla que delimitaban Verín hacia el N.

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que desde 1957 hasta el momento de estudio había para entender la historia de Verín y su fortificación en
sufrido Verín, como por la imposibilidad de acceder época moderna, debíamos encuadrarla en un contex-
a algunas propiedades privadas. Lo mismo sucede to territorial más amplio y en el papel que jugó en el
con aquellas informaciones orales o toponímicas que desarrollo de la Guerra de la Restauración Portuguesa
hacen referencia a diferentes estructuras relacionadas en esta zona de la frontera.
con la muralla y que no ha sido posible identificar en Este último nivel de análisis que suponía una esca-
las imágenes fotográficas. Es el caso de la localización la territorial más amplia, se basó por un lado, en los
de las posibles puertas que desde la muralla darían resultados del estudio documental al que ya hemos
acceso a los terrenos del Convento de la Merced o hecho referencia, por otro, en la prospección de la
de los topónimos relacionados con puertas, portillos dorsal de San Salvador en la que se emplaza el castillo
o accesos, recogidos en el Catastro de Ensenada. Por de Monterrei8 (a cuyos pies se localiza Verín, ver figura
ello, creíamos que debíamos ser bastante cautelosos 1), que incluyó la documentación de las estructuras
a la hora de establecer la delimitación de la fortifica- arquitectónicas conservadas en la dorsal que tenían re-
ción moderna y plantear únicamente por el momento lación con la fortificación y en la fotointerpretación de
una reconstrucción hipotética de su trazado (ver figu- las fotografías aéreas y satélite de distintas épocas.
ra 12) que habrá que verificar a través de otro tipo de Gracias a la documentación sabemos que en los
actuaciones arqueológicas. años 1644 y 16459 se elaboran varios informes sobre

8
Una vía de tránsito fortificada. Entre Verín-Monterrei Esta prospección se amplió posteriormente, en el marco de un proyecto
y Chaves de investigación desarrollado en el LaPa que estudia los paisajes de fron-
tera, a aquellas poblaciones gallegas y portuguesas a las que se hacía
mención en la documentación histórica por su participación en la defensa
Del mismo modo que considerábamos que no podía-
de esta zona o por la existencia de construcciones relacionados con esta
mos analizar de forma aislada el Baluarte de Elle sin defensa.
192
tener en cuenta el resto de la fortificación de la villa, 9
Soraluce Blond 1985: 191-192.

Figura 12. Elementos documentados en el trazado urbano que corresponden a distintas épocas e hipótesis del trazado de las cercas de épocas medieval y
moderna.

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Herramientas metodológicas aplicadas al estudio de un paisaje urbano fortificado: el caso de la villa de Verín (Monterrei, Ourense)

las fortificaciones de Monterrei y Verín, en torno a Verín para luego apoderarse de la fortaleza de Mon-
estas fechas Verín era una villa cuyo perímetro estaría terrei. Para contribuir a la defensa de esta zona de la
atrincherado, pero no abaluartado, que servía como raya, desde los ejércitos gallegos se mandaban cons-
apoyo logístico a Monterrei, ya que se sitúa en el ac- tantemente tropas, lo que conllevaba la necesidad de
ceso a la fortaleza desde el valle del Támega, en una contar con almacenes y cuarteles así como tener que
zona que suponía un cruce de caminos desde Portu- proporcionar armas y avituallamiento a los soldados.
gal, Castilla y otras zonas de Galicia. Suponía también, el reclutamiento constante de pai-
Del mismo modo, en las menciones que hace Fer- sanos12 y la continua recaudación de tributos (Fernán-
nández Alonso10 en su relato sobre la Guerra Hispa- dez 1893: 72-73).
no-Lusitana (id. 1893)11, Verín siempre se vincula a La dilatada duración de la guerra hacía necesaria
la fortificación de Monterrei, uno de los principales una constante reparación de las fortificaciones de
bastiones fronterizos de la provincia. Eran de interés ambas villas. En torno a 1644-164613 se decide refor-
para el estudio las referencias constantes que hace zar las defensas de Verín siguiendo los planteamien-
Alonso a lo largo del relato a la villa de Verín y la tos de la fortificación abaluartada. Hasta estas fe-
plaza de Monterrei, lugares frecuentemente amenaza- chas la fortificación de la villa podría, por una parte,
dos por las tropas portuguesas que acuarteladas en la reutilizar elementos conservados de algún sistema
plaza de Chaves, planeaban la toma de la llanuras de anterior (como los torreones a los que nos hemos

10 12
Cronista de la Provincia de Ourense. Que debían abandonar sus trabajos cotidianos desatendiendo así la pro-
11 13
Este relato narra los hechos acaecidos en la provincia entre los años 1640 pia economía de sus casas y haciendas.
y 1713, relacionados con las guerras mantenidas entre España y Portugal. La fecha de 1646 aparece grabada en un sillar reutilizado en una de las
reformas del Baluarte de Elle.

193

Figura 13. Planta de la Plaza Fuerte de Monterrei, fechada e el siglo XVIII (Soraluce 1985: 193).

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Arqueología aplicada al estudio e interpretación de edificios históricos

referido anteriormente) y, por otra, componerse de za y la fuente de agua potable que quedaría fuera
trincheras, tal vez construidas a medida que avanza- del recinto principal de Monterrei comienza a cons-
ba la Guerra como corresponde a una fortificación truirse en 1640 y se remata en 1664 (Dasairas Valsa,
de campaña. 2008: 19).
No obstante, aunque en torno al año 1646 pu- La última fortificación se sitúa a 1.600 m al NNW
diera iniciarse el abaluartamiento de Verín, no debió de Monterrei, en el Alto de San Salvador. Se trata de
concluirse ya que se han documentado referencias un fuerte de planta estrellada de cinco baluartes. Se-
en fechas posteriores en las que se sigue haciendo gún Dasairas (2008: 19) este fuerte se proyectó pero
mención a la necesidad de fortificar la villa. De todo nunca llegó a construirse, sin embargo se ha docu-
ello se desprende que la fortificación de Verín fue mentado gracias a la fotointerpretación y todavía hoy
creciendo, consolidándose y reparándose de forma pueden verse los restos del mismo, que únicamente
constante con el propio discurrir de la guerra. En conserva un baluarte completo y la mitad de otro.
todo caso, en algún momento situado entre media- (Figura 14).
dos del siglo XVII y principios del XVIII Verín queda
completamente abaluartado.
Chaves en Portugal y Monterrei en Galicia cons- Conclusiones
tituyen las plazas fuertes principales de esta par-
te de la frontera y ambas se rodean de una serie Gracias a la combinación de los trabajos realizados en
de fortificaciones que, bien protegen el acceso a este proyecto, se ha podido recuperar un sistema for-
las mismas, o bien las defienden desde una zona tificado más complejo que el que hasta el momento se
elevada. Nos interesaba para el desarrollo del pro- conocía para esta zona, que corresponde claramente
yecto conocer cómo se había articulado la defensa a los planteamientos de la fortificación abaluartada:
en torno a Monterrei. Éste constituye la principal en el valle, protegiendo el acceso a Monterrei desde
fortificación del sistema y en su entorno inmediato Portugal y la Meseta castellana, se localiza Verín, que
194
se fortifican otros enclaves destinados a proteger se abaluartúa en este momento, aunque debe adap-
puntos concretos del castillo o del acceso al mis- tarse a la existencia de una estructura urbana anterior.
mo. (Figura 13). Ya en la dorsal, se emplaza en el extremo SE el casti-
En el valle se localiza Verín defendiendo el acceso llo de Monterrei, el cual se dota en este momento de
a Monterrei desde el Norte, Este y Sur, concretamente nuevas líneas de muralla abaluartadas que protegen
los accesos desde Portugal y Castilla. En la ruptura de la anterior fortificación medieval y amplían la estruc-
la dorsal se sitúa el Castillo de Monterrei, que ocupa tura defensiva del castillo hasta la rotura de pendiente
el promontorio más elevado, aunque las defensas y antes del descenso de la dorsal hacia el valle. Hacia
recintos se han ido ampliando con el tiempo, forman- el NW del castillo, en una zona más deprimida, un
do un polígono irregular con varios medios-baluartes collado situado entre el propio castillo de Monterrei y
y un hornabeque en la zona N. el Alto de San Salvador, se localiza la Atalaia desde la
La Atalaia es una construcción de planta cuadran- que se domina visualmente la zona de acceso desde
gular que se sitúa a unos 420 m al NNW del castillo Portugal. Finalmente, en el Alto de San Salvador, se
y se orienta hacia la entrada al valle desde Portugal, ha documentado otra estructura de planta estrellada
aunque al situarse en una cota inferior no permite con cinco baluartes localizada en el punto más ele-
ver el valle del Támega situado al E de la dorsal. vado de la dorsal, desde el que se tiene un dominio
Desde ella se defiende el flanco más débil de la pla- visual de todo el valle. (Figura 15).

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195

Figura 14. Construcciones emplazadas en la dorsal de San Salvador relacionadas con la defensa de la frontera en el valle del Támega.

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196

Figura 15. Reconstrucción 3D del Valle de Monterrei, basado en un modelo digital del terreno y fotografía aérea vertical. En él se han marcado los
emplazamientos de varios puntos relacionados con la fortificación del valle en época moderna.

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Laboratorio de Patrimonio, Paleoambiente y Paisaje Tomo XVII, 1, pp. 61-72.
(IIT, USC).

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Hacia una metodología de análisis
de la arquitectura Romana en Augusta Emerita
Pedro Mateos Cruz
Instituto de Arqueología-Mérida
p.mateos@iam.csic.es

Antonio Pizzo
Università di Roma-La Sapienza.
Dipartamento Radaar1
antoniopizzo@iam.csic.es

199
Resumen Palabras clave
Las experiencias acumuladas en la gestión, docu- Documentación arqueológica, Scanning 3D, arquitec-
mentación, investigación y conservación del patrimo- tura romana y estratigrafía, arqueología de los espa-
nio arqueológico de Augusta Emerita han llevado a cios políticos, arqueología de la construcción.
la definición de una praxis operativa y metodológica
que ha evolucionado sustancialmente en los últimos
quince años de actividades. La reflexión sobre la metodología empleada en el
En esta contribución se explican la génesis, la trasfor- análisis de la arquitectura romana no ha tenido avan-
mación y la consolidación de un sistema de actuación en ces sustanciales en los últimos tiempos. A diferencia
relación con una serie de proyectos y trabajos multidis- de otros contextos vinculados sobre todo con la ar-
ciplinares que abren nuevas perspectivas a la investiga- queología medieval, donde se debate continuamente
ción sobre la arquitectura romana de la ciudad. Una de sobre los métodos para una correcta clasificación y
las novedades a destacar se relaciona con la aplicación gestión de la información arqueológica, los estudios
del método estratigráfico en el análisis de los procesos de arquitectura romana se han mantenido anclados,
y dinámicas constructivas de edificios tradicionalmente salvo excepciones, a tradiciones historiográficas an-
observados desde la óptica de la historia del arte. tiguas. La importancia de los elementos estéticos
asociados a la arquitectura, fundamentalmente las
decoraciones arquitectónicas y los programas icono-
gráficos, pesaba demasiado en la interpretación gene-
ral de un edificio, ofreciendo un corpus de datos am-
plio y rico de detalles que facilitaba comparaciones
y cronologías a la carta. El método comparativo, con
su proceso sistemático de búsqueda de similitudes
1
Contrato posdoctoral financiado por la Junta de Extremadura. formales entre los objetos estudiados, ha conseguido

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construir un modelo de “Arquitectura Romana” en el de una idea de la misma demasiado centrada sobre
que se identifican templos, foros, teatros, según una el papel de originalidad de los grandes monumentos.
mentalidad estandarizada que producía edificios pa- En el territorio hispánico no aparecen trabajos téc-
recidos en contextos geográficos muy diferentes. nicos sobre la arquitectura de época romana, pero a
Esta situación inicial se asocia, evidentemente, a partir de los años 50 se evidencia un cierto interés
una idea del edificio como un producto histórico- hacia las problemáticas técnicas. Así se genera una
artístico que ha generado, en ocasiones, una visión serie de actividades orientadas a la comprensión de
estilística de la arquitectura. Una de las causas de esta diferentes aspectos de la arquitectura. No se asiste a
visión es, en nuestra opinión, la priorización del re- una difusión homogénea de nuevas metodologías o
sultado respecto a las indicaciones ofrecidas por el de nuevas formas de analizar la arquitectura, pero se
proceso de análisis arquitectónico, desfase que pro- producen trabajos rigurosos que proponen, en algu-
voca, en la mayoría de los casos, investigaciones in- nos edificios romanos significativos4, una aproxima-
dependientes, con metodologías propias y objetivos ción diferente respecto a la inserción en un esquema
separados del soporte de procedencia (la estructura artístico tradicional.
material). Los estudios epigráficos, iconográficos y de En nuestro caso la exigencia de formular una
decoración arquitectónica, debido a la tradición his- praxis metodológica propia, operativa en el sentido
toriográfica en la que se apoyan y por la capacidad de la gestión de una gran cantidad de datos acumu-
de definir “fácilmente” cronologías absolutas, consti- lados, nace con la experiencia y las actividades ar-
tuyen campos fundamentales para el análisis de un queológicas realizadas en la Iglesia de Santa Eulalia
edificio romano. Sin embargo hay que lamentar que, entre los años 1989 y 1991. En esta intervención, fun-
generalmente, estos análisis preceden o se realizan damental para la creación de un grupo de investiga-
posteriormente al análisis arquitectónico y técnico- ción actualmente activo, se dieron los primeros pasos
constructivo de un edificio. hacia una nueva forma de entender el análisis de la
A pesar de que la aproximación estilística a un arquitectura y el urbanismo con la introducción de
200
conjunto monumental no es obligatoriamente un nuevas estrategias de análisis, derivada de la necesi-
componente metodológico negativo, sobre todo si se dad de llevar a cabo una secuencia cronológica de las
relaciona con un tipo de análisis arqueológico, cree- numerosas estructuras existentes en las excavaciones.
mos que ha faltado la capacidad de transformar los En Sta. Eulalia, la realización continua de enterra-
conocimientos globales acumulados en estas discipli- mientos en el interior de la iglesia a lo largo de época
nas y de instaurar planteamientos teóricos y metodo- moderna y contemporánea eliminó, salvo contadas
lógicos claros. El impulso para la discusión sobre los excepciones, cualquier posibilidad de documentar
métodos deriva, casi exclusivamente, de los conoci- estratigrafías horizontales que permitieran establecer
mientos personales de los investigadores, más que de una diacronía para los restos hallados. Solamente la
la implantación de verdaderas escuelas2.
El proceso de estudio de los edificios como do-
cumento, tan válido como las fuentes literarias o epi-
gráficas, se desarrolla a partir de casos específicos, a 4
Garcia y Bellido, 1953: 414 ss. en el caso del puente de Medellín; Hütter,
menudo aislados del resto del panorama científico, 1973; La Torre et alii, 1991: 129; Bello Diéguez, 1991:175 para la torre de
que pretende comprender la estructura como produc- Hercules; Almagro Gorbea, 1979: 165-188 en el teatro de Sagunto. Desde
to artístico irrepetible. el punto de vista de la aplicación de una metodología utilizada sistemáti-
camente al estudio y al registro de los edificios se recuerdan los trabajos
Los trabajos relacionados con la resolución de desarrollados en el Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Uni-
problemas técnicos3 permanecen como experiencias versidad Autónoma de Madrid, dirigidos por M. Bendala. En este ámbito
aisladas, relevantes para la comprensión de la tecno- se organiza una verdadera escuela que actúa con una notable profundi-
logía arquitectónica romana, pero a veces cargados zación en los análisis arquitectónicos de varias ciudades de la Bética y
de la Lusitania, recurriendo, en todos los casos, a un sistema de registro
estructurado sobre la base principal del examen de las técnicas construc-
tivas. Los trabajos más importantes de este equipo se presentan en los
años 90, abriendo una línea de investigación novedosa en el panorama
2
Pizzo, A. 2010 (e.p.). de la ciencia arqueológica española. Entre los estudios más interesantes
3
Rivoira, 1921; Cozzo, 1928; Giovannoni, s.f; De Angelis D’Ossat, 1943; Lugli, se recuerdan Roldán Gómez, 1987, 1992, 1994. Rodríguez Gutiérrez, 2004;
1957; Crema, 1959; Ward Perkins, 1974; Giuliani, 1990, Ginouves, Martin, Durán Cabello, 1998, 2004. Bendala Galán, 1992; Bendala, Rico, Roldán,
1985; Ginouves, 1992, 1998; Adam, 1996. 1998 (Eds.).

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Hacia una metodología de análisis de la arquitectura Romana en Augusta Emerita

utilización del método estratigráfico para las estructu- Los resultados de los trabajos en la iglesia de Santa
ras murales, continuamente sujetas a trasformaciones Eulalia coincidieron con la exigencia de desarrollar
a lo largo del tiempo, permitió realizar una secuencia para la ciudad un proyecto de gestión de la arqueo-
cronológica que nos ayudó a comprender la evolu- logía urbana que ha dado continuidad y ampliación
ción ocupacional del espacio (Fig. 1). al equipo y a la metodología citada, extendiendo el
Bajo la codirección de L. Caballero y P. Mateos, protagonismo de la estratigrafía arqueológica a la to-
coetáneamente a los trabajos realizados en Italia por talidad de las intervenciones y proyectos de investi-
R. Parenti, se utilizó el método Harris aplicado a la gación6, haciendo de la gestión y difusión de nuestras
arquitectura. En el año 1990, en España, esta aplica- actividades arqueológicas un modelo a seguir7.
ción constituía una novedad que permitió conocer, Una vez establecidos los presupuestos para el re-
en buena medida, la secuencia estratigráfica y las ca- gistro, organización, gestión y difusión de los datos
racterísticas arquitectónicas de las estructuras de la procedentes de la abundante cantidad de intervencio-
iglesia e integrarlas, posteriormente, con los resulta- nes de excavación, se evidencia una exigencia nueva
dos de la epigrafía y las fuentes históricas, con el fin con respecto a la problemática de la investigación en
de establecer una secuencia cronológico-ocupacional la ciudad. Las premisas metodológicas y los resulta-
definitiva5. dos obtenidos en más de una década de actividades y
proyectos crearon la necesidad de la presencia de una
institución que respaldara y activara la investigación

5
Mateos, 1999.

6
Esta información se puede consultar en las publicaciones de la serie Me-
moria que anualmente realiza el Consorcio de Mérida desde 1997.
7
Diferentes ciudades e instituciones han seguido la senda del proyecto
emeritense independientemente de la forma administrativa escogida
para ello (Consorcio, patronato, convenios …). 201

Figura 1 (izquierda). Ejemplo de lectura estratigráfica muraria efectuada en las excavaciones de la iglesia de Sta. Eulalia. Figura 2 (derecha). Organización
actual de la documentación del yacimiento arqueológico emeritense mediante un SIG urbano.

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Arqueología aplicada al estudio e interpretación de edificios históricos

realizada en el yacimiento de Mérida a escala nacional Con todo ello, entre el Consorcio de la Ciudad
e internacional. Con esta premisa y debido a la evolu- Monumental y el IAM se ha estado diseñando y con-
ción de la arqueología emeritense se crea el Instituto figurando un sistema basado en la tecnología de los
de Arqueología de Mérida (IAM) que, bajo la dirección sigs, cuya puesta en funcionamiento permite en estos
de Luís Caballero, primer director del centro, estable- momentos la gestión integral de la información, uti-
ce una nueva etapa en la investigación de la ciudad, lizando internet como plataforma de consulta y difu-
ampliando los objetivos generales a ámbitos cronoló- sión de la aplicación diseñada9.
gicos, metodologías y sistemas operativos muy dife- Estos nuevos soportes informáticos facilitan el
rentes8. Estas experiencias se materializan alrededor de estudio de la arquitectura histórica y su contextuali-
una institución que nace de la colaboración de tres zación urbana. En concreto, nuestra contribución se
diferentes instituciones, el Consejo Superior de Investi- estructura sobre una línea de investigación, “Arqueo-
gaciones Científicas, la Junta de Extremadura y el Con- logía de los Espacios Políticos” que tiene como objeto
sorcio de la Ciudad Monumental de Mérida, entidades de estudio el análisis de la ordenación, la gestión,
con prioridades distintas que enriquecen la organiza- y la transformación de los espacios como resultado
ción y los objetivos científicos de nuestro instituto. de la organización socio-política que en ellos se im-
La colaboración institucional permitió la organi- planta. La arquitectura —en particular la arquitectura
zación de la documentación en un soporte nuevo monumental— y el urbanismo (entendida la ciudad
basado en un sistema de gestión de la información como espacio político por excelencia), adquieren, de
patrimonial (SIG Urbano) que rediseña totalmente el ese modo, especial protagonismo. En el marco de la
antiguo funcionamiento de los procesos de registro línea cabe un planteamiento cronológico de carácter
activados en los años anteriores. Hasta el año 2004 diacrónico, desde las primeras manifestaciones arqui-
la documentación patrimonial emeritense custodia- tectónicas hasta el surgimiento y desarrollo del fenó-
da por el Consorcio de la Ciudad Monumental de meno urbano y sus problemas.
Mérida, presentaba algunos problemas de gestión en Desde el punto de vista conceptual, la arquitectura
202
relación con la desvinculación de las diferentes infor- es entendida como la más clara expresión de la apro-
maciones y, como consecuencia de ello, la falta de piación antrópica del espacio, pero también como un
agilidad en su uso. El incremento del número de pro- proceso tecnológico y productivo, que liga íntima-
yectos de investigación relacionados con el patrimo- mente al edificio, a la ciudad y a su entorno median-
nio emeritense a raíz de la creación del IAM plantea te factores ideológicos y simbólicos. De ahí que los
la necesidad de poner en funcionamiento un sistema enfoques metodológicos que se puedan efectuar so-
que integrara y activara toda la documentación exis- bre el espacio edificado sean de múltiple naturaleza.
tente, permitiendo además su utilización conjunta por Atendiendo al tema de este encuentro de “Arqueolo-
distintas instituciones (Fig. 2). gía aplicada al estudio e interpretación de edificios
El nuevo soporte realizado reelabora la documen- históricos: últimas tendencias metodológicas”, centra-
tación del Consorcio y la gestiona de forma única y remos el análisis en los aspectos de la arquitectura
normalizada en una base de datos que incluye to- relacionados con la producción y la tecnología de
das las intervenciones arqueológicas de los últimos la arquitectura de época romana, y la integración de
17 años. En este soporte informático confluyen pla- estos factores con los trabajos epigráficos, iconográfi-
nimetrías arqueológicas digitales georreferenciadas, cos, topográficos y urbanísticos.
además de la cartografía del municipio, de la Junta La aplicación del método estratigráfico a ámbi-
de Extremadura con sus catálogos de Patrimonio Ar- tos cronológicos distintos, arquitecturas de diferente
queológico y Arquitectónico, los datos catastrales de entidad y estado de conservación (en nuestro caso
la ciudad y su término municipal, con ortofotos del la época clásica) necesita, en nuestra opinión, una
área de estudio. discusión nueva de carácter metodológico sobre las

8 9
www.iam.csic.es recoge toda la información actualizada en relación con Los detalles del nuevo sistema de información en Arroyo, Barrientos, Ma-
las líneas de investigación, proyectos, agenda científica, publicaciones, teos, 2010 (e.p).
etc., del centro.

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Hacia una metodología de análisis de la arquitectura Romana en Augusta Emerita

posibilidades de emplear la estratigrafía según las 1. La búsqueda de las tecnologías adecuadas


premisas originales de la arqueología de la arquitec- para la correcta representación gráfica de los
tura. Consideramos indiscutible la aproximación a un edificios antiguos como método fundamental
edificio histórico con la evaluación estratigráfica de para la documentación arqueológica
las actividades de construcción, uso, trasformación y 2. La integración-homogeneización de los dife-
abandono que lo caracterizan, a pesar de que, en rentes estudios (historiografía, epigrafía, ico-
ciertas ocasiones creemos necesario revisar algunos nografía, análisis técnicos, arqueometría) en
conceptos y contenidos que diferencian ligeramente proyectos unitarios y grupos de trabajos mul-
nuestro acercamiento analítico, respecto a una visión tidisciplinares.
comparativa tradicional de la arquitectura de época
romana. Ambas prioridades se materializan en una serie de
Las premisas metodológicas sustentadas por la lí- estudios y proyectos de investigación cuyo desarro-
nea de investigación citada y las experiencias de la llo se asocia constantemente a una reflexión meto-
actividad arqueológica en la ciudad han orientado dológica nueva y diferenciada sobre las estrategias
nuestros recursos hacía dos aspectos relevantes: a seguir.

203

Figura 3. Reconstrucción de la planta de Augusta Emerita en la que aparecen reflejados el teatro y el anfiteatro y, en sombreado, el foro (1) y el Conjunto
Provincial de Culto Imperial (2).

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Arqueología aplicada al estudio e interpretación de edificios históricos

En la actualidad una aproximación global a un edi- cimiento, que permite almacenar y procesar los datos
ficio histórico no se entiende si no es desde la base arqueológicos en su conjunto.
de un acercamiento multidisciplinar que observe los La realización de proyectos de investigación en los
restos desde distintas ópticas de análisis, previamen- principales espacios públicos emeritenses de época
te a la definición de hipótesis históricas generales. romana ha permitido desarrollar aspectos interpreta-
Este planteamiento, que sobre todo en la arqueología tivos sobre ámbitos complejos de la ciudad, tan repre-
medieval, supone una premisa incuestionable desde sentativos como las áreas forenses o la zona de los
hace ya varios años, parece abrirse camino en parte edificios de espectáculos (Fig. 3). La inversión que se
de la investigación ligada a la arqueología clásica de realiza en el trabajo de documentación es prioritaria
nuestro país. Con esta premisa, la documentación, el al inicio de nuestra investigación, con el objetivo de
análisis, la interpretación y la contextualización urba- mejorar el resultado final y restituir una planimetría
nística del edificio, siguen siendo los pilares básicos exacta para una correcta contextualización urbana. El
desde los que desarrollar una investigación integral proceso se inicia incluyendo en los ámbitos urbanos
que ayude al conocimiento real, en nuestro caso, de analizados la totalidad de los restos documentados
la arquitectura pública romana. en la zona, aportando la información necesaria tanto
El empleo de nuevas tecnologías para la repre- desde el punto de vista planimétrico como en lo re-
sentación gráfica de los edificios y su documentación ferente a su documentación historiográfica o registro
resulta fundamental en el yacimiento arqueológico arqueológico, ya sea proveniente de excavaciones u
urbano emeritense donde ya existe desde varios años otro tipo de intervención.
una unidad en el Sistema de Registro para todo el ya- Esta fase de la documentación fue vital, por ejem-
plo en el caso de proyectos como el del conjunto pro-
vincial de culto Imperial10 o el del foro de la colonia11.
En ambos casos, restos de estructuras que se encon-
traban diseminadas en zonas muy amplias y topográ-
204
ficamente distintas pudieron ser relacionadas gracias
a su incorporación en el SIG urbano, lo que permitió
elaborar una primera planta potencial de restos arqui-
tectónicos con la finalidad de iniciar un largo proceso
de investigación, que ha llevado a un cambio sustan-
cial en la configuración ideal que se tenía de toda la
zona central de la ciudad romana (Fig. 4).
Dentro de este proceso de documentación de la
arquitectura pública emeritense han resultado funda-
mentales los datos aportados por el estudio historio-
gráfico de los edificios. En una ciudad como Augusta
Emerita, donde muchas de las estructuras se han con-
servado en alzado, reutilizadas en otros edificios de
época posterior o dispersas en el paisaje urbano, esta
fase de recopilación es necesaria para el conocimien-
to original y las continuas transformaciones derivadas
de su reutilización. La existencia de intervenciones an-
tiguas en distintos puntos de la ciudad supone una
fuente inagotable de datos que deben ser analizados e
insertados gráficamente en el área objeto de estudio.
La integración del análisis historiográfico con los
datos procedentes de las excavaciones arqueológi-
cas y la creación de nuevas planimetrías preceden al

10
Mateos Cruz 2006 (Ed.).
11
Ayerbe, Barrientos, Palma 2009 (Eds.).

Figura 4. Ejemplo de utilización del SIG urbano en la recogida de información


sobre un espacio de la ciudad romana: el foro.

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análisis arquitectónico y urbanístico, sirviéndose de en el mercado. La fase de rectificación y restitución


distintas herramientas para la representación gráfica. fotográfica es la más extensa de las operaciones de
Tras diversos ensayos y atendiendo, por un lado, a la documentación gráfica efectuadas en los edificios12.
optimización de los recursos y el tiempo disponible, y La creación de un registro de imágenes digitales to-
por otro, a los objetivos científicos planteados, hemos madas a corta distancia, hace posible una primera
optado por el empleo de técnicas diferenciadas basa- descomposición de los edificios en elementos funcio-
das en la complejidad del objeto de estudio: nales (pilares, contrafuertes, muros, arcos, bóvedas,
etc.) que previamente han sido analizados desde el
• Realización de planimetrías y alzados a partir de punto de vista técnico-constructivo, y sucesivamente
la ortorrectificación de imágenes para las repre- integrados en la reconstrucción de las fases de edifi-
sentaciones bidimensionales de las fábricas de cación, uso y trasformación del edificio. Este sistema
los edificios. de documentación en ámbitos arquitectónicos, limita-
• Empleo del scanner láser 3D para estructuras dos o parciales, resulta eficaz y preciso al igual que el
complejas que lleven asociados estudios de re- levantamiento fotográmétrico tradicional, más costoso
construcción volumétrica en tres dimensiones. en tiempo y recursos. No obstante debemos reseñar
que la precisión geométrica de los levantamientos fo-
La rectificación fotográfica es una técnica que trans- tográficos depende, en buena medida, de la precisión
forma un fotograma en fotoplano conjugando el rigor de la fase de registro de las coordenadas topográficas
métrico con la complejidad de las informaciones tí- y de su precisa correlación con las imágenes (Fig. 5).
picas de la fotografía. En la actualidad existen varios
software que permiten ejecutar esta operación que,
desde el punto de vista teórico, resulta muy sencilla y 12
Las primeras aplicaciones en la arquitectura romana de Mérida en Pizzo,
se repite en la totalidad de los programas existentes 2005: 587-593; Pizzo, 2008; Pizzo 2009.

205

Figura 5. Ejemplo de uso de la fotorrectificación aplicada al llamado arco “de Trajano”.

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La técnica del Scanning 3D es relativamente no- y gracias a la integración real entre arquitectos y ar-
vedosa en su ámbito de aplicación en la arquitectura queólogos disecciona la información necesaria para
histórica, mientras que sin duda, su empleo en la ar- la realización de la documentación gráfica requerida.
quitectura de época romana hispánica se ha plantea- La importancia de esta colaboración se manifiesta en
do por primera vez en los edificios de Augusta Eme- la continua experimentación de aplicaciones tecno-
rita, con el objetivo citado de encontrar para cada lógicas sobre nuestros edificios —creación de soft-
estructura una técnica específica de representación ware específicos para el tratamiento de las nubes de
gráfica. El empleo de este soporte tecnológico ha puntos, realización de alzados, secciones y plantas
abierto un dialogo nuevo entre arquitectos y arqueó- mediante la vectorialización de puntos seleccionados,
logos, favoreciendo la puesta en común de una serie aplicación de fotografías de alta resolución a los mo-
de problemáticas y objetivos tradicionalmente vincu- delos tridimensionales etc.— que se convierten en el
lados con la actividad de grupos de investigación se- centro de la atención de una rama de la tecnología,
parados. En este sentido, los edificios de la ciudad se tradicionalmente vinculada a otros campos discipli-
han convertido en un laboratorio para la experimen- nares (Fig. 6).
tación tecnológica y la discusión de contenidos rela- Desde el punto de vista de la metodología arqueo-
cionados con los resultados de la investigación. Las lógica, la precisión obtenida en la documentación
diferentes percepciones de las cuestiones históricas gráfica de la arquitectura mediante el Scanning 3D
por parte del arquitecto y el arqueólogo han llevado permite plantear nuevas cuestiones respecto a argu-
a definir en un nivel interpretativo único, los elemen- mentos no reconocibles en una planimetría tradicio-
tos vinculados con la idea o la materialización del nal (por ejemplo en el reconocimiento del proyecto
proyecto arquitectónico, los cambios de estrategias arquitectónico, su ejecución, materialización, etc.).
en los procesos de construcción y las trasformaciones Anticipando algunos resultados sobre el proyecto en
relacionadas con factores históricos determinantes en curso en el teatro y anfiteatro de Mérida, objeto de
el conocimiento de la ciudad. dos campañas distintas de escaneado, se han podi-
206
Sin extendernos en la explicación del funciona- do observar una serie de problemáticas de carácter
miento del scanner laser, ampliamente tratado en constructivo relacionadas con el tipo de planificación
otras contribuciones más específicas13, nuestro equipo geométrica y modular empleada en la edificación de
de investigación cuenta con una relación institucional los edificios en relación a la idea original y a la suce-
y científica estable con el Dipartamento di Rilievo, siva ejecución del proyecto.
Analisi, Disegno dell’Ambiente e Dell’Architettura El uso del scanner láser garantiza una precisión
(RADAAR) de la Università di Roma-la Sapienza. El geométrica con un margen de error inapreciable que po-
equipo RADAAR participa en todos los proyectos de sibilita el estudio volumétrico del edificio y la creación
nuestra línea de investigación desde 2006 desarrollan- de modelos 3D, fundamentales no solamente en la di-
do el levantamiento arquitectónico de edificios como fusión pública de los resultados, sino también en el pro-
el teatro y el anfiteatro de Mérida; el arco de Jano en ceso interpretativo de la fisonomía real de los edificios.
el foro Boario; o los teatros romanos del Mediterráneo
elegidos en el marco del proyecto de investigación
del programa Euromed Heritage poniendo a dispo-
sición de todos los recursos humanos y tecnológicos
del departamento, en un proceso de colaboración
que se va extendiendo y reforzando continuamente.
A partir de esta relación científica, RADAAR desarrolla
la toma de datos topográficos, arquitectónicos y pla-
nimétricos, realizando las distintas nubes de puntos
que, en un largo proceso de selección en laboratorio

13
Bianchini 2004: 62-69; Campana, Francovich, 2006 (Eds.); Docci et al.
2007; Docci, Maestri, 2009.

Figura 6. Imagen, nube de puntos del teatro y anfiteatro de Augusta Emerita


mediante Scanner laser 3D.

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Con esta relación institucional basada en un con- New Actualities15 sobre los teatros antiguos del Medi-
venio de colaboración entre el IAM y la Università di terráneo en el marco del programa Euromed Herita-
Roma-la Sapienza, creemos haber superado los gran- ge. Se trata, en este caso, de extender la colaboración
des obstáculos que supone enfrentarse a edificios tan institucional citada a un nivel más amplio, involu-
complejos y de difícil representación. crando centros de investigación y universidades eu-
La misma colaboración se lleva a cabo en otro de ropeas, americanas y del norte de África. El objetivo
nuestros proyectos de investigación, el del Arco de Jano de este proyecto es el análisis global de una serie
en el Foro Boario en Roma14, donde la dificultad de de teatros emblemáticos —Cartago, Petra, Taormina,
representar el edificio ha sido obviada con la introduc- Siracusa, Mérida, Gerasa— bajo la óptica de la mul-
ción de un nuevo escáner que ha facilitado, mediante tidisciplinariedad y de la integración de resultados
la correlación de imágenes digitales de altísima defini- diferentes —análisis geométricos, arquitectónicos,
ción, la restitución de detalles arquitectónicos de gran técnico-constructivos, patrimoniales, impacto medio-
importancia que servirán no solamente para la lectura y ambiental, acústica, restauración, programas de reuti-
estudio del edificio, sino también para la presentación lización para espectáculos, adecuación a las visitas
de un nuevo proyecto de restauración, tras la finaliza- etc.— (Fig. 8). La participación de nuestro grupo ava-
ción de las campañas de excavaciones arqueológicas y la la realización de las actividades arqueológicas y
el análisis arquitectónico del arco (Fig. 7). los análisis arquitectónicos y técnicos constructivos,
Nuestro grupo de investigación participa, también, en relación con la utilización de la metodología de
como partner en un proyecto internacional muy am- análisis que se ha llevado a cabo en los proyectos de
bicioso titulado Ancient Theatres Enhancement for investigación, por ejemplo, sobre el teatro romano de
Mérida o el de Medellín. En el ámbito de este proyec-
to se realizarán una serie de actividades novedosas
que plantean, por primera vez, el análisis arqueoló-
14
“Roma y las capitales provinciales de Hispania. El arco de Iano y la influen-
gico de la totalidad de los edificios elegidos, sobre la
cia de la urbs en la arquitectura pública de Augusta Emerita” (Ref: HAR
2009 – 14314 – C03 – 02) base de una documentación gráfica realizada ex novo 207
y con las mismas premisas metodológicas y restitu-
ción volumétrica, mediante el empleo de la misma
técnica de Scanning Laser 3D. La homogeneización
de las restituciones gráficas y la integración con una
misma metodología de lectura estratigráfica de teatros
geográfica y cronológicamente muy distintos, permi-
tirá un nuevo ensayo general sobre las problemáticas
constructivas, económicas e históricas relacionadas

15
EuropeAid/126266/C/ACT/Multi.

Figura 7. Vista general del arco cuadrifronte del Foro Boario de Roma. Figura 8. Vista general de la escena del teatro de Taormina.

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208

Figura 9 (arriba). Toma de datos mediante Scanner laser 3D del arco cuadrifronte del Foro Boario de Roma. Figura 10 (abajo). Puente romano de Mérida.
Análisis estratigráfico de su estructura.

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con arquitecturas funcionalmente idénticas y, sin em- mayoría de los casos, son edificios públicos abando-
bargo, muy diferentes. nados a principios del s. V, en los que la huella de
Ambas técnicas de documentación, orto-rectifica- su existencia a lo largo de los siglos se mide por los
ción y scanning 3D, resultan básicas a la hora de crear procesos de expolio de los que han sido objeto (Fig.
el soporte gráfico para desarrollar el análisis estrati- 10). En este sentido, no es casual que las superposi-
gráfico y arquitectónico de los edificios, representar ciones estratigráficas verticales más significativas se
sus técnicas constructivas o crear y comparar tipolo- documenten en restos de construcciones que, por va-
gías de aparejos y procesos constructivos (Fig. 9). rias razones, han pervivido, en su funcionalidad, con
En la ejecución del análisis estratigráfico de los edi- continuas adecuaciones y restauraciones (Fig. 11).
ficios se emplean los instrumentos y el proceso meto- El análisis estratigráfico resulta fundamental; se
dológico definidos en el ámbito de la arqueología de la trata, por tanto, simplemente de revisar o adaptar el
arquitectura16. Sin embargo, la experiencia acumulada mismo método y simplificarlo, sin modificarlo desde
en el estudio de distintas estructuras de Mérida y el res- el punto de vista teórico.
to de la Lusitania nos indica que el empleo del análisis El problema deriva, además, de la idea de utili-
estratigráfico tradicional puede resultar redundante en zar un método que no es propio de la arquitectura
aquellos complejos arquitectónicos con problemáticas de época romana. La arqueología de la arquitectu-
estratigráficas limitadas. ra nace como método funcional para solucionar la
La mayoría de los edificios públicos romanos de complejidad específica de la arqueología medieval
Mérida, por ejemplo, presentan un estado de con- que, a diferencia de la romana, cuenta con una serie
servación relacionado con el momento de abandono de informaciones escritas añadidas que resultan muy
o destrucción voluntaria de sus estructuras. La tarea útiles de cara a la complejidad de las lecturas de los
de distinción de unidades estratigráficas, actividades paramentos18.
de replanteamiento o remodelación, se realiza en la A pesar de la escasa complejidad estratigráfica tí-
totalidad de los contextos a pesar de la conservación pica de los conjuntos monumentales de época roma-
de un único proceso constructivo. En estos casos, la na, se reconoce la utilidad de seguir los pasos canó- 209
lectura estratigráfica se centra en el registro de un nicos para la lecturas de las características técnicas de
mecanismo productivo homogéneo correspondiente los edificios a través del análisis estratigráfico, aunque
a la construcción y uso del edificio. A pesar de la en la mayoría de los casos estas lecturas sirven para
escasa complejidad estratigráfica típica de varios con- establecer, exclusivamente, los pasajes y las modali-
juntos monumentales de época romana, entendemos dades de las distintas fases constructivas de las es-
la necesidad de seguir una metodología adecuada tructuras, potenciando, de esta forma, el estudio del
para la lectura de las características técnicas de los edificio con los detalles de tipo técnico relacionado
edificios a través del análisis estratigráfico, aunque con el proceso de edificación. Mediante la aplicación
en la mayoría de los casos estas lecturas sirven para del método de lectura estratigráfica de los paramen-
establecer, “únicamente”, los pasajes de las distintas tos se ha podido evidenciar la sucesión de las opera-
fases constructivas de las estructuras, potenciando el ciones y de las fases de construcción de estructuras
estudio del edificio con los detalles de tipo técnico muy sencillas y otras más complejas, registrando, de
relativos al proceso de edificación17. manera sistemática, la tipología de los paramentos, de
Esta cuestión no impide el desarrollo de estudios los materiales y sus dimensiones en relación con la
estratigráficos en edificios como el Arco de Trajano, funcionalidad desarrollada.
el Puente romano o el Templo de Diana, objeto de En este sentido creemos haber incorporado una
numerosas reformas a través del tiempo, que se per- contribución a la metodología estratigráfica, orien-
ciben en un análisis de su estructura actual. En la tando el análisis también a cuestiones de carácter
puramente constructivo que permanecen como una
asignatura pendiente del estudio de la arquitectura
clásica. Según los parámetros y los indicadores es-
16
Mannoni, 1984: 396-403; Brogiolo, 1988; Parenti, 1988: 249-279; Mannoni,
1994; Brogiolo, 1996; Caballero Zoreda, 1996: 55-74; Parenti, 2001: 41-45;
Caballero Zoreda, 2002: 83-100.
17
Los detalles de esta problemáticas en Pizzo 2009a, 2009b. 18
Pizzo 2009a; 2009b.

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tablecidos en el seno de la misma arqueología de la una buena base operativa para el estudio y la difu-
arquitectura por T. Mannoni y A. Boato hemos prac- sión de temáticas19 tradicionalmente descuidadas en
ticado un viraje sustancial en la aproximación a la ar- la búsqueda exclusiva de paralelos lejanos y compa-
quitectura de época romana, respecto a la tradicional raciones entre estructuras, muchas veces construidas
contextualización comparativa de los grandes edifi- con problemáticas económicas muy diferentes.
cios clásicos. En este sentido, la historia de un edificio se consi-
De este modo, en el análisis arquitectónico del dera desde la óptica de su realización, prestando par-
edificio histórico adquiere gran importancia la ar- ticular atención al reconocimiento y a la reconstruc-
queología de la construcción, campo disciplinar que ción del proyecto arquitectónico, y a las soluciones
trata la arquitectura bajo el prisma de las tecnologías técnicas empleadas en la edificación de estructuras
constructivas y las dinámicas edilicias (soluciones aparentemente estandarizadas.
constructivas, aspectos jurídicos, análisis del proyecto Las temáticas citadas se vinculan con la organiza-
arquitectónico, etc). Esta definición, lejos de formu- ción de una obra edilicia, las peculiaridades existentes
laciones teóricas nuevas y debates nominativos que en su realización, la difusión de las prácticas construc-
puedan introducir elementos distorsionantes, nace tivas provinciales, la circulación de los conocimientos
como aproximación específica a las problemáticas técnicos, los niveles tecnológicos regionales y las even-
productivas y tecnológicas que, desde nuestro grupo,
hemos querido analizar respecto a la arquitectura ro-
mana de Mérida. En esta tarea se ha creado, además,
un grupo de trabajo internacional que ha generado 19
Camporeale, Dessales, Pizzo 2008a (Eds.); 2008b: 9-12; 2009 (Eds.).

210

Figura 11. Templo “de Diana”. Análisis estratigráfico de su estructura.

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tuales interrelaciones entre las distintas áreas geográfi- una nueva fórmula de registro de las características
cas del mundo romano. El estudio de estas cuestiones arquitectónicas de una amplia tipología de edificios,
que generalmente no está presente en los trabajos de con el objetivo de poner las bases, a partir de la cla-
arquitectura romana, nace como una necesidad real sificación, para reflexiones futuras sobre el ambien-
para entender el proceso de construcción de un edifi- te socio-económico y los promotores que producen
cio. Con esta premisa, buscamos en los estudios de los determinadas tecnologías edilicias. La observación
procesos constructivos una fórmula complementaria detallada de la arquitectura de época romana, la cla-
que se integra con el cuadro general de la arqueolo- sificación de sus formas, técnicas y decoraciones, por
gía de la arquitectura, respondiendo, en ciertos casos, ejemplo, no representa sólo un método de análisis
al problema de la complejidad estratigráfica de los al- de las construcciones, sino que se convierte en un
zados (escasa en los edificios romanos abandonados nuevo instrumento de resolución de la problemática
en época antigua) y a su vinculación con el reconoci- cronológica de los monumentos, de la determinación
miento del proceso de construcción. de las fases mismas de la construcción y de las fases
En el desarrollo de los proyectos citados anterior- de trasformación del edificio.
mente se ofrece esta nueva visión analítica para la De ahí que los enfoques metodológicos que se
arquitectura de época clásica que defina la dinámica puedan efectuar sobre el espacio edificado sean de
productiva, las modalidades, los tiempos y la organi- múltiple naturaleza.
zación del trabajo, los sistemas de aprovisionamiento Tras el análisis estratigráfico-constructivo se abor-
de los materiales o la calidad y cantidad de la mano da el análisis tipológico y el significado del propio
de obra. En el ámbito de esta definición se incluyen edificio. Frente a la aversión o el rechazo generado
distintas fases de un proceso constructivo: el proyecto por algunos investigadores hacia cualquier tipología,
inicial; la preparación del área edificable; las infraes- es necesario subrayar su importancia formando parte
tructuras vinculadas con el desarrollo de los trabajos; intrínseca de nuestra metodología arqueológica. La
la adquisición y elaboración de los materiales; las ta- búsqueda de similitudes formales, estructurales y fun-
reas constructivas; los acabados y las decoraciones; las cionales en una arquitectura como la romana, tan car- 211
alteraciones y reformas de un conjunto arquitectónico; gada de ideología en su “lenguaje constructivo” cons-
la difusión de las prácticas constructivas en los distin- tituye, sin duda, un examen fundamental a la hora
tos lugares del Imperio; la identidad y entidad de los de su interpretación histórica, su funcionalidad o cro-
promotores y ejecutores analizadas en el campo de nología. Solo así se entienden y contextualizan, por
la arquitectura pública y privada; la circulación de la ejemplo, las características arquitectónicas del templo
mano de obra; las relaciones entre las distintas tipolo- provincial de culto imperial de Mérida, de cella bar-
gías de los materiales; la capacidad de construir con longa, realizado en época de Tiberio y similar en su
conocimientos tecnológicos aparentemente estandari- planta y concepción arquitectónica al templo de la
zados y la dimensión económica de la obra20. Concordia de Roma, restaurado por Tiberio en el foro
El análisis de estos otros factores conduce directa- romano veinte años antes de la construcción de la
mente a consideraciones de carácter social y econó- copia emeritense21. Del mismo modo hemos podido
mico que, en arqueología clásica actual, son territorio definir las características arquitectónicas y urbanísti-
exclusivo de la epigrafía y del estudio de las fuentes cas de los principales edificios del foro de Augusta
escritas. Analizando estos aspectos de la arquitectura Emerita a partir del conocimiento real de su estructu-
es posible completar las conclusiones tradicionales ra y su vinculación con modelos como el templo del
con la reconstrucción de los procesos, los autores y Divo Iulio en Roma entre otros22.
los detalles de un contexto que, en la mayoría de los Como señalábamos anteriormente, una aproxima-
casos, permanece oculto bajo la comprensión del fe- ción global a un edificio histórico no se entiende si
nómeno histórico general. no es desde la base de un acercamiento multidisci-
En este sentido y a raíz de estas experiencias o
marcos de investigación, se ha querido encontrar

21
La problemática histórico-arqueológica general en Mateos Cruz 2006
20
(Ed.).
Véase también Pizzo 2009: 31-45. 22
Ayerbe, Barrientos, Palma 2009 (Eds.).

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plinar que vea el edificio desde distintas ópticas de resultado de las estructuras de organización socio-
análisis. En este sentido, la aportación de los estudios políticas que en ellos se implantan, adquiere un es-
epigráficos e iconográficos ha desempeñado un pa- pecial protagonismo la contextualización urbanística
pel fundamental en el conocimiento real de los edifi- de la arquitectura pública de época romana y de los
cios vinculados con nuestra investigación. El análisis espacios en que se insertan. Arquitectura y ciudad
epigráfico realizado en el conjunto provincial de cul- poseen en época romana una íntima correlación en
to imperial, por ejemplo, ha sido la clave para valorar la medida en que los ambientes arquitectónicos y
en su justa medida la funcionalidad del complejo, la técnicos son los que conforman la progresiva ca-
autoría de la obra o la implicación imperial, a través racterización de la ciudad, del conjunto de la vida
de la Provincia, en el desarrollo del proyecto urba- urbana y de los propios ciudadanos. El medio por
nístico del espacio23. En el caso del Foro de Augus- el que los espacios públicos adquirían su especial
ta Emerita, los datos para conocer las características significación fue esencialmente su tipificación, clave
fundamentales de los edificios existentes en el área para que los edificios no fueran simples contenedo-
y su contextualización urbanística, han venido de la res, sino realidades cargadas de significado. De esta
mano de una documentación arqueológica exhaus- manera, la arquitectura pública supone una realidad
tiva, un análisis pormenorizado de cada uno de los urbana con un alto componente ideológico. Esta ín-
restos arquitectónicos conservados y una plasmación tima relación hace que no podamos entender las
rigurosa de los resultados en la planimetría general claves ideológicas, sociales, políticas, productivas y
de un espacio forense en el que, a través de la epigra- económicas de una ciudad sin conocer las caracte-
fía y la iconografía, se percibe el verdadero alcance rísticas de su arquitectura pública; del mismo modo,
del proyecto arquitectónico e ideológico del conjun- resulta imposible entender el carácter real de un
to24. Por último, en el teatro y anfiteatro la aportación edificio sin integrarlo en el espacio estructural que
de ambos estudios resulta indispensable a la hora de lo envuelve y, sobre todo, sin el marco de referencia
valorar los aspectos cronológicos y de funcionalidad del ámbito urbano al que da significado.
212
de estos edificios y de las distintas estancias relacio- Al final, este es el objeto de nuestra investigación
nadas con el Culto Imperial25. actual, la ciudad como espacio político en el que en-
En esta concepción de nuestra línea de investi- tender la arquitectura pública a partir de un proceso
gación entendida como el estudio de la ordenación, de documentación, análisis, interpretación y contex-
la gestión y la transformación de los espacios como tualización urbanística del edificio histórico.

23
Mateos, Peña, Stylow, Ventura, 2010 (e.p.).
24
Ayerbe, Barrientos, Palma 2009 (Eds.).
25
El teatro y el anfiteatro de Augusta Emerita: Documentación, investiga
ción y presentación de dos edificios de espectáculo de época romana
(Ref.: 3PR 05 A 104).

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215

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Il Castello di Madrignano (La Spezia):
Analisi archeologica degli elevati in vista
del progetto di recupero e conservazione
Anna Boato
Dipartimento di Scienze per l’Architettura.
Università degli Studi di Genova
aboato@arch.unige.it

217
Architetto, ricercatore di Restauro e professore ag- Il Comune, proprietario del Castello, ha quindi
gregato dell’Università di Genova, è responsabile del deciso di avviare il restauro dell’intera struttura, des-
Laboratorio di Archeologia dell’Architettura, attivo tinando la parte meglio conservata del complesso a
presso tale Facoltà. Tra i numerosi lavori pubblicati sede amministrativa (con l’Ufficio del Sindaco e altri
si segnalano i volumi Costruire “alla moderna”. Ma- uffici comunali) e in minor misura a sede espositiva,
teriali e tecniche a Genova tra XV e XVI secolo (Firen- mentre le restanti parti, semplicemente consolidate e
ze, 2005) e L’archeologia in architettura. Misurazioni, messe in sicurezza, sarebbero rimaste monumento di
stratigrafie, datazioni, restauro (Venezia, 2008). sé stesse, testimonianza della storia plurisecolare del
Castello e dell’adiacente borgo, feudo dei marchesi
Malaspina fino alla seconda metà del Settecento.
Introduzione Si tratta di una scelta per molti aspetti coraggio-
sa, poiché il Castello, date le sue condizioni e la sua
Nel 2007 la Soprintendenza per i Beni Architettonici e posizione piuttosto decentrata, non sembrerebbe
Paesaggistici della Liguria ha avviato la progettazione l’edificio più idoneo ad ospitare una tale funzione.
del recupero del Castello di Madrignano, situato nel Una delle motivazioni che hanno spinto a tale scelta
piccolo Comune di Calice al Cornoviglio (La Spezia), è quella di rendere il complesso vivo e utilizzato con
nella parte orientale della Liguria (Fig. 1). continuità, ciò che sembra rappresentare la migliore
Il Castello, di proprietà del Comune, è da molto garanzia per la futura conservazione e manutenzione
tempo in abbandono, e il suo stato di conservazione dell’intera struttura.
è assai precario. Benché sia in gran parte ridotto a Esistono inoltre questioni politiche e amministra-
rudere, con murature talvolta al limite del crollo per tive derivanti dalla situazione territoriale del Comu-
instabilità, rimangono però alcune zone con ambienti ne, suddiviso in diversi piccoli nuclei abitati (tra cui,
abbastanza integri, che si è pensato potessero essere appunto, Madrignano) e nel cui capoluogo si trova
nuovamente utilizzati tramite un intervento di recupe- un altro castello utilizzato come sede comunale mu-
ro non troppo invasivo. seale e di piccola ricettività turistica. Si trattava quindi

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di immaginare per questo secondo castello una fun- rischio in qualche modo più significativo; notevole
zione complementare e diversa da quella dell’altro e stratificazione delle strutture, soggette nel tempo a
differente anche da quelle meramente turistiche soli- continui ampliamenti, modifiche e adattamenti, a cui
tamente pensate per tale tipo di edifici, anche perché corrisponde una altrettanto notevole diversificazione
nella zona i castelli non mancano1 e non riescono delle tecniche murarie e una conseguente maggiore
quindi ad essere, di per sé, abbastanza attrattivi. difficoltà nella valutazione del comportamento strut-
Senza addentrarsi nei dettagli delle questioni de- turale delle parti e dell’insieme; accessibilità garanti-
cisionali, economiche e finanziarie, basti dire che al ta solo da percorsi pedonali non molto agevoli, con
momento dell’avvio del progetto le risorse dispo- conseguenti difficoltà non solo per la utilizzazione
nibili, garantite da un insieme di diversi piccoli fi- futura ma anche per la gestione e l’organizzazione
nanziamenti, erano comunque piuttosto limitate. Le di un cantiere.
problematiche da affrontare e da risolvere, al con- La complessità del manufatto dal punto di vista
trario, erano numerose e difficili: condizioni stati- stratigrafico e la delicatezza della questione statica
che assai precarie in un territorio soggetto a rischio hanno indotto i progettisti, arch.i Mauro Moriconi e
sismico; destinazione d’uso pubblica che rende tale Michele Cogorno2, e il Soprintendente arch. Giorgio

1 2
Il territorio della Lunigiana ne è particolarmente ricco, in virtù della pluri- Una sintetica presentazione del progetto è in Moriconi, Cogorno 2009.
secolare dominazione dei Malaspina e delle modalità di successione di
tale famiglia, in cui ad ogni generazione i feudi venivano suddivisi tra tutti
gli eredi maschi, determinando così una fortissima frammentazione dei
possedimenti e una proliferazione delle sedi residenziali e di potere.

218

Fig 1. Fronte ovest del Castello di Madrignano prospiciente il sottostante borgo.

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Rossini, a richiedere specifici approfondimenti conos- siano la gran parte dei committenti e dei progettisti,
citivi. A tale fine sono stati coinvolti da un lato il Di- che spesso trascurano o sottovalutano l’importanza e
partimento di Ingegneria Civile, Ambientale e del Te- l’utilità della conoscenza e non sempre sono consape-
rritorio (DICAT) dell’Università degli Studi di Genova, voli delle potenzialità delle analisi archeologiche degli
nelle persone dell’ing. Sergio Lagomarsino e dell’ing. elevati.
Stefano Podestà e dall’altro il Dipartimento di Scienze Con un budget di poche migliaia di Euro e con i
per l’Architettura della stessa Università, nella persona tempi ristretti tipici dei lavori a carattere professio-
della scrivente3. nale non era certo possibile pensare di poter con-
Il livello di importanza storica e architettonica del durre uno studio esauriente dell’intero Castello. Era
manufatto e le condizioni in cui si sono svolte le in- quindi indispensabile ridurre al massimo gli obiettivi
dagini rendono la situazione di lavoro in cui ci si è conoscitivi e concentrarsi soprattutto su quelle parti
trovati a operare in qualche modo esemplare. dell’edificio e su quegli aspetti che per diversi motivi
Dal punto di vista storico il Castello è sicuramen- sembravano più significativi o più urgenti, sperando
te interessante, ma non è certo eccezionale: costrui- naturalmente di poter approfondire le ricerche in un
to nel Medioevo, probabilmente tra il XIII e il XIV secondo momento.
secolo, è stato parzialmente distrutto in almeno due In una siffatta situazione la chiarezza delle do-
occasioni a seguito di conquiste e delle successive mande risulta essenziale. La definizione degli obiet-
operazioni di demolizione e smantellamento volute tivi è nata di concerto tra i diversi soggetti: in primo
dai vincitori. È stato quindi oggetto di ricostruzione, luogo i progettisti della Soprintendenza, portavoci
ma anche di adeguamenti funzionali e tecnici dettati non solo delle esigenze della tutela ma anche delle
sia dall’evoluzione dei sistemi offensivi e difensivi, sia richieste dell’Ente proprietario e delle proprie idee
dalle mutate esigenze dei suoi proprietari, che proba- progettuali; in secondo luogo gli strutturisti, che per
bilmente solo da un certa epoca in poi vi stabilirono poter avanzare dei suggerimenti di consolidamento
la propria residenza. statico e di miglioramento sismico più corretti e mo-
Si tratta dunque di un manufatto degno di nota, tivati avevano bisogno di approfondire la conoscen- 219
vincolato in base alla normativa vigente in Italia e za di alcuni “nodi” strutturali e di alcune parti del
quindi sottoposto al controllo del Ministero dei Beni manufatto considerate a rischio; in terzo luogo gli
Culturali, tramite la Soprintendenza, che è uno dei archeologi dell’architettura, che essendo i migliori
suoi uffici periferici, ma non tale da concentrare su di conoscitori degli strumenti della disciplina potevano
esso particolari attenzioni, tenuto conto anche della meglio valutare la compatibilità tra le domande, le
vastità e della qualità del patrimonio architettonico risorse economiche e le possibilità operative; in ulti-
italiano. mo, ma non per ultimo (last but non least), il Caste-
Ciò ha determinato una scarsità di risorse per il pro- llo, oggetto di studio ma anche unico vero soggetto,
getto e per l’intervento che possiamo quasi definire da interrogare in modo appropriato e a cui dovrebbe
endemica, scarsità che si è naturalmente riflessa anche spettare un ruolo da protagonista, non essendo un
sulla quantità di risorse, assai limitate, che è stato pos- semplice contenitore da riempire di nuove funzioni
sibile destinare alle indagini conoscitive preliminari. e da piegare a esigenze estranee alla propria natu-
La differenza rispetto ad altre situazioni è stata che in ra, ma un testimone della storia e delle culture del
questo caso la Soprintendenza ligure era sicuramente passato, che tale dovrebbe rimanere anche dopo un
più interessata ai risultati e più sensibile di quanto non qualsivoglia intervento.

Si trattava quindi di:


3
Alle indagini sul terreno e alle elaborazioni dei dati hanno partecipato, 1. Elaborare un quadro preliminare delle evidenze
oltre alla scrivente, l’arch. Gianluca Pesce (che ringrazio per l’aiuto fornito
nella preparazione del presente lavoro) e l’arch. Carolina Lastrico. L’arch.
archeologiche e stratigrafiche, esteso all’intero
Daniela Pittaluga ha eseguito le analisi mensiocronologiche dei mattoni ai complesso.
fini della loro datazione e il dott. geologo Roberto Ricci ha svolto le anali- 2. Elaborare un quadro analitico di maggior detta-
si mineralogico-petrografica delle malte ai fini della determinazione della glio limitatamente alla porzione sud-est del Cas-
loro composizione e di una migliore definizione delle unità stratigrafiche
e del loro confronto.
tello e, nello specifico, ad una parete “in bando”

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su cui erano previsti i maggiori interventi di con- fiche delle malte allo stereomicroscopio in luce
solidamento (Fig. 2). riflessa).
3. Individuare e segnalare le parti del manufatto che • Datazione delle tecniche, degli elementi cos-
sembravano necessitare o meritare approfondi- truttivi e, ove possibile, dei materiali mediante
menti di tipo storico-archeologico nel corso delle l’utilizzo degli strumenti archeologici e archeo-
successive fasi di cantiere. metrici propri dell’archeologia dell’architettura
4. Analizzare in modo speditivo i principali o più (cronotipologia, mensiocronologia, analisi delle
significativi fenomeni di degrado dei materiali e tecniche murarie).
delle superfici. • Interpretazione dei risultati e sintesi critica delle
indagini condotte, tenuto conto anche di even-
A tale fine nel contratto di ricerca stipulato tra la So- tuali risultanze di indagini bibliografiche e archi-
printendenza e il Dipartimento erano previste le se- vistiche esistenti.
guenti indagini ed elaborazioni, ognuna delle quali
da condurre al livello di approfondimento possibile, Si trattava di un programma in qualche modo aper-
in base alle premesse sopra enunciate: to: non erano infatti indicate le modalità di esecuzio-
ne delle varie indagini, il tipo di schede da utilizzare,
• Analisi stratigrafica degli elevati. le forme grafiche degli elaborati finali… per i qua-
• Esame empirico dei materiali e delle tecniche li era lasciata piena libertà di scelta agli esecutori.
costruttive con eventuale caratterizzazione dei Ciò anche perché in Italia non esistono, nell’ambito
materiali mediante prelievo e analisi di laborato- dell’archeologia applicata allo studio degli edifici
rio (in particolare analisi mineralogico-petrogra- storici, protocolli, documenti guida o modi normali-

220

Fig 2. Lato interno della parete sud (parete 1-I).

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zzati di esecuzione delle analisi e di redazione degli esistenti, delle loro caratteristiche e del loro compor-
elaborati di sintesi a cui attenersi. Al contrario, da tamento, mentre è sempre rischioso (o quantomeno
quando l’archeologia degli elevati si è diffusa in Ita- problematico) fondarle su discriminazioni derivanti
lia, prima nell’ambito delle ricerche a carattere pu- da attribuzioni delle varie parti a particolari epoche
ramente storico-archeologico e poi nell’ambito delle o autori.
indagini conoscitive preliminari agli interventi, vi è
stato un proliferare di sistemi di codificazione e di
proposte metodologiche tra loro alternative, benché Consistenza e condizioni del manufatto
tutte riconducibili ai principi generali del metodo
stratigrafico. Se per certi versi questo può creare Il Castello ha un’estensione di circa 500 metri quadrati
qualche problema di comunicazione dei risultati de- (escludendo i resti murari più esterni) e si sviluppa
lle analisi, soprattutto se non vengono illustrate le sostanzialmente su due livelli. È dotato di un cortile
simbologie e le forme di rappresentazione di volta interno, su cui si affacciano alcune parti della cortina
in volta adottate, vi è però anche il vantaggio di non perimetrale e diversi ambienti e che contiene i resti di
indirizzare le ricerche entro percorsi predeterminati, una scala esterna che conduceva al piano superiore.
che difficilmente possono tenere conto della varietà Due torri circolari inquadrano la parete rivolta verso
e molteplicità delle situazioni reali, a cui occorre fare il paese e i resti di una terza torre sono a malapena
riferimento per scegliere il percorso di indagine più riconoscibili sul lato opposto. A una quota inferiore
adeguato al singolo caso. si intravedono i resti di una cinta esterna, dotata di
Questo non significa che non debba esistere un baluardi o torri di fiancheggiamento ad andamento
sistema generale di riferimento o che sia lecito con- circolare.
durre le singole analisi in modo arbitrario, ma piuttos- Il complesso presenta la quasi totalità delle sue
to che il ruolo e l’importanza di ciascuna di esse può strutture a vista. Solo poche porzioni degli ambien-
cambiare a seconda dell’oggetto e che alcune indagini ti interni e dei paramenti esterni sono intonacate e
(tra cui la stessa lettura stratigrafica) possono essere ciò facilita evidentemente la lettura stratigrafica delle 221
condotte in modo sommario o approfondito, parziale murature. Per contro alcune zone dell’edificio risul-
o completo in relazione agli obiettivi, ai tempi e ai tano nascoste a causa della vegetazione infestante,
modi dell’indagine, purché siano chiaramente indicati dei cumuli di macerie e degli interramenti, mentre
i limiti e le incertezze derivanti dalle eventuali sempli- altre sono poco o per nulla visibili a causa della loro
ficazioni adottate. La serietà e il rigore del percorso e posizione rispetto ai punti di osservazione e della
dei risultati raggiunti non ne risentiranno, se saranno difficoltà o pericolosità di accesso. Ciò è in stretta
chiaramente esplicitati i dati di partenza e i criteri con relazione con la natura e la collocazione arrocca-
cui sono stati selezionati, le modalità di svolgimento ta dell’edificio, le cui pareti esterne sono quindi
delle analisi e delle elaborazioni eseguite e i ragiona- piuttosto alte e svettanti (fino a 15 metri circa in co-
menti su cui si fondano le conclusioni (sempre prov- rrispondenza dell’angolo sud-ovest), e con l’assenza
visorie) a cui si è pervenuti. di una buona parte degli orizzontamenti interni, che
È proprio la coscienza della provvisorietà di impedisce di avvicinarsi a molte delle pareti inter-
qualsiasi interpretazione storica, anche derivante ne (ma che, per contro, permette di osservarle nella
dall’analisi più completa e sofisticata, che deve co- loro continuità).
munque suggerire prudenza quando si tratta di uti- In mancanza di ponteggi o di altri mezzi per rag-
lizzare gli esiti di un’indagine archeologica ai fini di giungere le parti alte delle murature risulta impossibi-
un progetto. Se infatti possiamo aspirare a conoscere le eseguire campionamenti, misurazioni od osserva-
gli aspetti materiali di un manufatto architettonico nel zioni di dettaglio, spesso indispensabili per risolvere
suo attuale stato di fatto (cosa comunque non così quesiti stratigrafici e per procedere a datazioni assolu-
semplice come potrebbe sembrare, data la quantità te. L’utilizzo di strumenti semplici e poco costosi quali
di parti nascoste che ogni manufatto ha), molto più apparecchi fotografici dotati di opportuni obiettivi o
difficile e aleatorio è ricostruire ciò che è stato e non di binocoli può in alcuni casi aiutare, ma non sempre
è più, a partire dalle poche tracce che ne rimangono. è sufficiente a dirimere i dubbi, anche in relazione
È quindi indispensabile basare le scelte di progetto su alla fissità dei punti di osservazione e delle immagini
una buona conoscenza dei materiali e delle strutture che ne derivano, talvolta ingannevoli.

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Modalità di indagine e di registrazione quanto riguarda il lato interno l’operazione di mappa-


tura sistematica è stata però limitata alla parte “libera”
delle osservazioni
della parete stessa, al di sopra della quota del solaio
del primo piano, trascurando le porzioni di parete
Di seguito si cercherà di illustrare in che modo è stata visibili all’interno di due ambienti del piano terreno.
condotta l’indagine, in relazione ai diversi punti in cui Ciò ha consentito di velocizzare e semplificare il la-
essa doveva articolarsi. voro grafico senza perdere informazioni significative,
Per quanto concerne il punto 2 (approfondire in quanto la parte inferiore della parete risulta poco
l’analisi per quanto riguarda la grande parete “in ban- stratificata e tutte le unità stratigrafiche presenti sono
do” del fronte sud, tenuto conto dei problemi statici da comunque visibili anche sul paramento esterno. La
cui è contraddistinta) si è deciso di intraprendere una parte superiore della parete si diversifica invece sui
analisi stratigrafica di dettaglio, procedendo innanzi- due lati, dando addirittura l’idea di essere costituita
tutto alla individuazione e mappatura di tutte le unità da due muri accostati l’uno all’altro. Era anzi proprio
stratigrafiche riconoscibili sui lati esterno (E) e inter- l’evidente scollamento dei due paramenti esterno e
no (I) della parete (denominata parete 1) (Fig. 3). Per interno in corrispondenza della zona centrale del

222

Fig 3. Mappa delle unità stratigrafica della parete sud, lato esterno (parete 1-E).

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fronte interno a destare la massima preoccupazione lizzati, predisporre report di stampa differenziati, ag-
degli ingegneri strutturisti, che si chiedevano pertanto giungere o correggere titoli o intestazioni…).
come classificare tale muratura dal punto di vista tec- La scheda utilizzata contiene tutte quelle informazio-
nico e come valutarne il comportamento nell’ambito ni che si possono ritenere essenziali in un’analisi strati-
delle verifiche statiche e per il rischio sismico. grafica, in particolare: caratteristiche della US ; rapporti
In assenza di un rilievo “pietra a pietra” del ma- stratigrafici chiariti (anteriorità, posteriorità, contempora-
nufatto, per avere una base affidabile, ma economica neità) e non chiariti; relazioni di tipo indiretto (analogie
e veloce, per la mappatura delle US, si è proceduto e uguaglianze); datazioni assolute; campionamenti effet-
ad un raddrizzamento non geometricamente rigoroso tuati. Si contraddistingue da altre per essere volutamente
delle fotografie di insieme dei due fronti mediante un “amichevole”: si tratta infatti di una scheda discorsiva a
programma di elaborazione delle immagini (Photos- struttura aperta, corredata da molte fotografie (è prevista
hop). Il risultato di tale operazione, benché piuttosto la possibilità di aggiungere alla pagina principale una o
rozzo e in alcune parti incompleto o distorto, è stato più pagine di foto), utilizzabile per tutti i tipi di US. La
comunque più che sufficiente per tracciare con preci- scheda non ha caselle di descrizione rigidamente pre-
sione i perimetri delle US e per riportare ogni anno- disposte e fortemente analitiche, ma un unico campo
tazione ritenuta utile tramite la simbologia prescelta4. descrittivo-interpretativo, il cui ampio spazio consente di
Contemporaneamente alla perimetrazione e nu- riportare anche i dubbi, le incertezze di lettura e qual-
merazione progressiva delle US si è proceduto alla siasi altra annotazione del rilevatore. In questo campo
compilazione delle corrispondenti Schede di Unità sono state tra l’altro segnalate le situazioni da approfon-
Stratigrafica (per un totale di 80 schede) (Fig. 4). Per dire (punto 3 del programma), corrispondenti in genere,
tali schede non esiste un modello unificato e condivi- per il muro 1, a porzioni dello stesso la cui unitarietà
so. Anche nell’ambito del gruppo di lavoro genovese e continuità era dubbia, ma che non era possibile pe-
dedito alle ricerche di archeologia dell’architettura5 rimetrare in modo più accurato senza un’osservazione
non esiste un modello definitivo, ma di volta in volta ravvicinata. È quindi una scheda “da leggere” e non solo
si prepara la scheda adattando quelle già in uso agli una scheda di archiviazione e consultazione riservata 223
specifici scopi e alle nuove possibilità offerte dagli agli esperti.
strumenti informatici. Mentre la compilazione in situ è Date le condizioni di lavoro e le numerose incer-
stata fatta su carta, mezzo sempre disponibile, econo- tezze di lettura stratigrafica è sembrato prematuro ten-
mico e veloce, la compilazione finale delle schede, in- tare di redigere un diagramma di Harris o qualsiasi
tese come archivio ordinato di dati, osservazioni, com- altro grafico di sintesi finale. L’analisi eseguita, piuttos-
menti e interpretazioni rivolto sia agli stessi archeologi to speditiva, ha consentito però di evidenziare alcuni
sia ai progettisti, è stata fatta con l’ausilio di un databa- punti chiave e di rispondere ad alcune domande. È
se elettronico (FileMaker Pro). Utilizzare un database innanzitutto stato possibile spiegare agli strutturisti il
è vantaggioso sia perché consente ricerche semplici o perché del doppio paramento non ammorsato e ipo-
multiple nei vari campi predisposti, sia perché permet- tizzare la sua estensione: si è infatti capito che ad una
te di apportare tutti gli adattamenti grafici e addirittura certa altezza il muro più antico, di epoca medievale,
di struttura che si desiderano, anche nel corso del la- si restringeva per la realizzazione di una merlatura
voro, senza perdere o compromettere i dati già inseriti sommitale (riconoscibile solo a fatica) e che in alcune
(si possono ad esempio modificare le dimensioni dei zone, sottostanti la ipotizzata merlatura, era stato spo-
campi, inserire nuovi campi, eliminare campi non uti- gliato del suo originario paramento in pietre sbozzate
mettendo a nudo il nucleo interno. In una successi-
va fase di trasformazione del muro di cinta medievale
nel muro perimetrale di un edificio residenziale, parte
4
Nel nostro caso si è adottata sostanzialmente quella illustrata in Boato
di questa parete a sezione ridotta venne poi ispessita,
2008, molto semplice ed essenziale. portandola sullo stesso filo del muro sottostante.
5
Tale gruppo fa capo da una parte all’Istituto di Storia della Cultura Mate- Il fatto di non avere potuto spiegare tutte le nume-
riale di Genova, nell’ambito del quale si sono avviate negli anni 70 tali rose piccole modifiche subite dalla parete nel corso
ricerche sotto la guida del prof. Tiziano Mannoni, dall’altra alla Facoltà
di Architettura di Genova, presso cui Mannoni ha insegnato dagli anni
della sua storia non costituisce comunque un grande
‘80 alla fine degli anni ’90 e dove lo stesso ha fondato il Laboratorio di problema: il progetto prevede infatti di mantenerla
Archeologia dell’Architettura. nella sua situazione attuale, semplicemente pulita e

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224

Fig 4. Scheda di Unità Stratigrafica.

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225

Fig 5a. Scheda di Parete o Struttura.

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226

Fig 5b. Scheda di Parete o Struttura.

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consolidata, accostandovi le nuove strutture di pro- B. Redazione di Schede di Parete o Struttura (39 sche-
getto. Approfondimenti di analisi potranno quindi de) (Fig. 5), con caratteri simili alle schede di US, il
essere condotti sia nelle fasi di cantiere (e potranno cui campo descrittivo / interpretativo è stato articolato
quindi meglio indirizzare gli interventi conservativi in due parti: 1) Elementi pertinenti alle fasi più anti-
necessari), sia successivamente. che, 2) Principali trasformazioni subite. Mancando la
Per quanto riguarda il punto 1 (elaborare un qua- mappatura di dettaglio, l’individuazione dei vari ele-
dro preliminare delle evidenze archeologiche e stra- menti citati nella descrizione si appoggia, mediante
tigrafiche esteso all’intero complesso) si è proceduto puntuali rimandi, alla documentazione fotografica.
utilizzando le strategie e gli strumenti di indagine e di Nelle schede sono annotati sistematicamente: i ra-
lavoro elencati di seguito. pporti stratigrafici con le altre pareti o strutture (vedi
punto C); le proposte di datazione mensiocronologi-
A. Individuazione delle principali continuità-disconti- ca, cronotipologica o di altra natura (punti D, F, G e
nuità di tipo stratigrafico lungo tutto il perimetro mu- H) relative a parti o elementi appartenenti alla parete
rario esterno e lungo le pareti interne (in connessione studiata e il ruolo di tali parti rispetto al contesto; gli
con il punti D - riconoscimento delle tecniche murarie). eventuali aspetti non chiariti; le situazioni che neces-
Tale lettura stratigrafica a livello di pareti o strutture, sitano di una lettura stratigrafica di dettaglio; la pre-
che il manufatto rendeva possibile per la sua specifica senza di elementi o “segni archeologici” poco visibili,
natura e consistenza, è stata facilitata dalle condizioni di poco evidenti o poco riconoscibili per i non esperti e
degrado: le sconnessioni tra le pareti rendevano infatti quindi potenzialmente a rischio (punto I).
molto evidenti gli addossamenti; la mancanza di rives-
timenti o di stuccature dei giunti permettevano quasi C. Mappatura dei rapporti stratigrafici esistenti a live-
ovunque una chiara leggibilità delle tecniche murarie llo di pareti o strutture sulle planimetrie fornite dalla
(abbastanza diversificate )e dei limiti di costruzione. committenza (Fig. 6). Il rilievo del Castello, derivante

227

Fig 6. Planimetria con individuazione delle Pareti o Strutture oggetto di schedatura e con indicazione dei rapporti stratigrafici alla quota del cortile interno.

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dall’aggiornamento e dalla rielaborazione di un la- fornire delle datazioni post quem o possono dare in-
voro eseguito nel corso di una tesi di laurea, non formazioni sulle caratteristiche delle aperture o delle
è risultato sempre corretto a livello di dettaglio, ma murature di fasi precedenti.
è stato comunque sufficiente rispetto agli obiettivi
dell’indagine archeologica, nel corso della quale sono E. Individuazione planimetrica delle parti (pareti, in-
state anche segnalate alla committenza alcune discre- siemi di pareti, porzioni di parete o strutture) aventi
panze. Le “piante stratigrafiche” sono il primo passo caratteri di prevalente continuità o uguaglianza costrut-
verso la ricostruzione della “stratigrafia orizzontale” di tiva. I risultati delle osservazioni stratigrafiche (punti
un complesso edificato: evidenziano infatti le aggiun- A e C), dell’analisi delle tecniche murarie (D) e della
te di nuovi corpi di fabbrica, l’inserimento di nuovi classificazione tipologica delle aperture (F) sono stati
setti murari, il crollo o la demolizione di porzioni quindi messi a sistema (vedi anche G) per fare un pri-
murarie e, in generale, tutti gli ampliamenti o le mo- mo passo verso l’individuazione delle fasi costruttive.
difiche della conformazione planimetrica di un edifi- Si tratta di visualizzare la sequenza stratigrafica relativa
cio. Sono quindi molto utili in situazioni come quella in un primo quadro di insieme, che serve di guida e di
qui indagata, mentre non lo sarebbero altrettanto nel riferimento per i successivi approfondimenti analitici
caso di edifici aventi una estensione orizzontale e una puntuali e che, nel caso specifico, è stato fornito alla
“densità muraria” sostanzialmente invariata nel tempo committenza nel primo stato di avanzamento delle in-
(come potrebbe avvenire, ad esempio, nel caso di lot- dagini (data l’urgenza, era infatti previsto di aggiornare
ti edilizi le cui maggiori trasformazioni si verifichino periodicamente i progettisti e di fornire nel corso del
a livello di alzati). lavoro risultati ed elaborazioni preliminari).

D. Individuazione delle tecniche murarie. Tale indivi- F. Classificazione tipologica e, ove possibile, ipotesi
duazione è servita sia per il riconoscimento delle parti di datazione crono-tipologica delle aperture (finestre,
costruttivamente omogenee, sia per la datazione delle feritoie e simili, portali) (Fig. 7). Una delle possibilità
228 stesse, mediante confronto con quanto già si conosce di datazione delle varie parti del Castello e, quindi,
delle tecniche murarie della Liguria e, più in partico- delle fasi costruttive, è data dalla presenza di un cer-
lare, della Lunigiana. Per la differenziazione e la clas- to numero di aperture tipologicamente caratterizza-
sificazione delle murature si sono presi in considera- te. Le diverse forme delle feritoie (da frecce e bales-
zione, come di consueto: i materiali utilizzati (pietre / tre o da armi da fuoco dei diversi tipi) rimandano
laterizi / malte di allettamento), le loro caratteristiche all’evoluzione delle armi stesse e dei modi di difesa
(natura, forme, dimensioni, lavorazioni / modalità di e offesa adottati nel corso del tempo; i contorni delle
produzione dei singoli elementi, composizione delle finestre e delle porte di accesso degli edifici residen-
malte), le modalità di posa in opera (tessitura generale, ziali, con le loro diverse modanature e caratteristiche
distribuzione degli elementi quando sono eterogenei, dimensionali e di finitura, permettono di ipotizzare
assemblaggio, soluzioni delle parti speciali quali canto- datazioni per confronto con aperture sicuramente
nali, stipiti, ecc., dimensioni e caratteristiche dei giunti datate dello stesso territorio. Le ricerche crono-tipo-
di malta), gli eventuali trattamenti della superficie. La logiche in Italia si sono avviate proprio in Lunigia-
presenza in alcune murature di elementi di probabile na alla metà degli anni ’70 del secolo scorso, con
o evidente reimpiego (quali elementi sbozzati o squa- particolare riguardo agli edifici residenziali a carattere
drati nell’ambito di murature di pietrame non lavorato, rurale e semi-urbano6. Grazie anche alle successive
pezzi di architravi, stipiti di porte o finestre) è stata ricerche condotte da Nicola Gallo sui castelli dello
oggetto di particolare attenzione, sia in quanto caratte- stesso territorio7 e a quelle di Tiziano Mannoni, Enri-
re peculiare della specifica muratura e del cantiere ad co Giannichedda e Antonio Quirós Castillo (con altri
essa relativo, sia come ausilio per una cronologia rela- membri dell’Istituto di Storia della Cultura Materiale e
tiva delle diverse murature e per una ricostruzione dei
caratteri formali dell’edificio nelle diverse fasi della sua
storia. È infatti più che probabile che gli elementi di
reimpiego provengano dalle parti demolite o distrutte 6
Ferrando Cabona, Mannoni, Pagella, 1989; Ferrando Cabona, 1990.
per eventi bellici dello stesso castello: possono quindi 7
Gallo, 2004.

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229

Fig 7. Elaborato di classificazione tipologica delle finestre.

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con i laureandi della Facoltà di Architettura di Geno- “maturi”), da errori di valutazione commessi dal ricer-
va), aventi come oggetto edifici e insediamenti della catore o da reimpieghi. La congruenza di datazione
Lunigiana e della Liguria di Levante, disponiamo oggi tra le tecniche murarie e le aperture considerate “in
di un patrimonio di conoscenze solo in parte edito fase”, costituisce la prima e più consueta verifica an-
che ci permette di datare le diverse aperture con una che rispetto alla lettura stratigrafica, che non sempre
discreta approssimazione. è così sicura e oggettiva come si potrebbe sperare.
Anche laddove i confronti non permettono data-
zioni sicure o in periodi di tempo sufficientemente H. Analisi mensiocronologica dei rari mattoni presen-
ristretti per consentire una discriminazione tra le di- ti (e raggiungibili) per precisare la loro epoca di pro-
verse fasi storiche, è comunque essenziale procedere duzione. Una ulteriore possibilità di datazione si ha,
a un esame attento e minuzioso dei caratteri archi- per il territorio dell’antica Repubblica di Genova, grazie
tettonici e decorativi dei diversi elementi costruttivi. alla mensiocronologia dei laterizi8. In questo caso lo
Essi talvolta rivelano differenze poco percepibili (ad strumento mensiocronologico non ha avuto grande ri-
esempio nella sequenza delle modanature, nella la- levanza, data la scarsità di laterizi presenti.
vorazione superficiale, nella forma di alcuni dettagli)
ma assai significative, che possono rimandare a maes-
tranze diverse agenti contemporaneamente, ad attar- I. Individuazione di segni “labili” e potenzialmente
damenti o evoluzioni del tipo, a tentativi di imitazione a rischio di perdita. L’osservazione attenta e ravvici-
antichi e recenti. Anche quando non è possibile giun- nata delle superfici visibili di un qualsiasi manufatto
gere a una puntuale datazione, è importante ricordare architettonico porta spesso a scoprire particolari mai
che le osservazioni e i confronti tipologici fornisco- notati, date o altre epigrafi collocate in luoghi nascos-
no un aiuto fondamentale nella individuazione delle ti, particolarità costruttive… arricchendo l’architettura
unità stratigrafiche e delle loro eventuali analogie o stessa di dettagli talvolta storicamente significativi, ta-
uguaglianze. La notevole varietà di sottotipi riscon- laltra inspiegabili e curiosi. Ciò è successo anche nel
trata nel Castello, che sia stata o no documentata e caso del Castello di Madrignano, dove su una delle
230
interpretata, è e resterà sempre testimonianza mate- rare porzioni di intonaco della torre nord, poco al di
riale dello “spessore storico” dell’architettura, a meno sopra del cordolo lapideo che conclude il basamento
che non venga volutamente o inavvertitamente stra- a scarpa, si è notata la presenza di una serie di piccole
volta. Qualsiasi sostituzione (ad esempio per ovviare incisioni, che di sfuggita potevano sembrare frutto del
a rotture o altre forme di degrado) o completamento degrado (Fig. 8). Incuriositi dalla loro regolarità geo-
(nell’ambito di integrazioni o ricomposizioni) è quin- metrica, ad una osservazione più attenta è apparso
di da condurre con la massima cautela. chiaro che si trattava del disegno del cosiddetto “spi-
no secco” (un ramo spinoso privo di fiori), presente
G. Associazioni tra tipi murari e aperture per una nello stemma dei Malaspina feudatari di Madrignano.
verifica dell’attendibilità delle datazioni tipologiche Chi abbia tracciato tale disegno, e perché, rimane un
proposte. Le datazioni assolute che si basano sul mistero. Anche per questo sarebbe un peccato se tale
confronto con abachi di tipi datati, come quelle delle labile traccia scomparisse inavvertitamente nel corso
tecniche murarie o delle aperture, sono sempre di degli interventi di restauro.
tipo probabilistico, con un maggiore o minore grado L. Risposta a domande o “curiosità” specifiche della com-
di certezza a seconda della quantità dei casi datati mittenza. Come si è detto le richieste della committenza
e della qualità delle datazioni di riferimento. Anche vertevano innanzitutto sulla comprensione dei proble-
per questo è sempre utile poter verificare le ipotesi mi strutturali e, in secondo luogo, sulla individuazione
di datazione incrociando i risultati di più strumenti di delle principali fasi di costruzione e della loro esten-
datazione usati indipendentemente gli uni dagli altri. sione e localizzazione. Alcuni parti del Castello aveva-
Quando più datazioni si confermano vicendevolmen- no però suscitato fin da subito qualche curiosità, per la
te la sovrapposizione delle finestre temporali indica- loro apparente stranezza. Anche su queste, pertanto, si è
te da ogni strumento permette di precisare l’epoca concentrata l’attenzione della committenza. Ad esempio
di probabile realizzazione. Se, viceversa, le datazioni
non corrispondono, questo può dipendere da una
non affidabilità degli strumenti impiegati (non ancora 8
Mannoni, Milanese, 1988; Pittaluga, Ghislanzoni, 1992.

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nell’angolo esterno formato dalla torre nord e dal fronte condo il lessico normalizzato in uso in Italia9 e a re-
ovest (cfr. fig. 1) si notavano una serie di morse di pietra gistrarne gli aspetti peculiari in apposite schede (Fig.
sporgenti dal filo del muro, alcuni livelli sovrapposti di 9), per un totale di 19 fenomeni singoli o associati.
buche da ponte o da solaio e delle aperture tamponate. Dato che l’analisi del degrado era svolta nell’ambito
Dovendo cercare uno spazio in cui collocare una scala di una indagine archeologica, si è però pensato di po-
di comunicazione tra il secondo e il terzo piano, ora rre l’accento sulle interazioni esistenti tra processi di
assente, ci si chiedeva se in quella zona esistesse un cor- degrado, intervento di restauro e leggibilità attuale e
po di fabbrica crollato e se avesse senso proporne uno futura dei dati materiali (stratigrafici o di altra natura)
nuovo in quello stesso luogo. Pur nella convinzione che utili alla ricostruzione della storia del manufatto. Oltre
i risultati di una analisi storica non avrebbero potuto di alle indicazioni consuete (caratteristiche, intensità, lo-
per sé fornire giustificazioni o motivazioni sufficienti per calizzazione e diffusione, cause e possibile evoluzio-
le scelte progettuali, era comunque importante cercare ne) si sono perciò inseriti nella scheda due ulteriori
di chiarire la situazione, per non trovarsi a modificarla campi, dedicati rispettivamente agli “Effetti del degrado
senza avere nemmeno provato a comprendere le ragio- sulla leggibilità dei ‘segni archeologici’ ” e ad alcune
ni del suo essere tale. La conclusione a cui si è arrivati sintetiche “Indicazioni per la conservazione dei ‘segni
è che in quella zona, presumibilmente nell’ultima fase archeologici’ ”. Nel caso, ad esempio, della esfoliazione
della residenza Malaspina (XVIII secolo), fosse prevista delle superfici lapidee si è sottolineato come la perdita
la costruzione di un corpo di collegamento mai realiz- di uno straterello di materiale da superfici già prive di
zato. Nell’attuale progetto si è poi deciso, a prescindere tracce di lavorazione non abbia la stessa importanza
da tale ipotesi di lettura, di collocare il sistema di risalita e gravità di una analoga perdita sui conci spianati, in
entro la torre più piccola. quelle parti che ancora conservano i segni degli stru-
menti utilizzati. Nel caso della erosione dei giunti di
Veniamo ora al punto 4 - Analisi speditiva dei princi- malta si è sottolineato come un eventuale intervento di
pali o più significativi fenomeni di degrado dei mate- stuccatura indifferenziato e continuo possa, tra le altre
riali e delle superfici. Non essendo possibile mappare cose, compromettere o rendere difficoltosa la lettura 231
dettagliatamente il degrado delle superfici, ci si è li- dei contorni delle US e dei loro rapporti stratigrafici.
mitati a individuare le forme di degrado presenti se- Tali questioni, scontate per chi pratica quotidianamen-
te la stratigrafia e la lettura degli indizi archeologici,
non lo sono altrettanto per chi conosce tali strumenti
solo come spettatore, né lo sono per la maggior parte
dei professionisti incaricati dei progetti di recupero de-
gli edifici storici. Vengono quindi spesso trascurate per
inconsapevolezza, più che per insensibilità.

Sintesi critica delle indagini condotte


Per giungere ad una prima conclusione delle indagini
archeologiche, provvisoria, senza dubbio, ma anche il
più possibile completa, si è esaminata la documenta-
zione storica già nota e di più immediata reperibilità,
come previsto anche dal contratto. Il confronto tra
lo stato di fatto e le fotografie storiche (in gran parte

9
Raccomandazione NORMAL 1/88 Lessico per la descrizione delle altera-
zioni e degradazioni macroscopiche dei materiali lapidei (documento della
Commissione nazionale NORmativa MANufatti Lapidei), confluita nella Nor-
ma UNI (Ente Nazionale di Unificazione) 11182:2006 Beni Culturali - Materiali
lapidei naturali e artificiali - Descrizione delle forme di alterazione - Termini
e definizioni.

Fig 8. Piccola e schematica rappresentazione del simbolo dello Spino secco


della famiglia Malaspina, inciso sull’intonaco della torre Nord.

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conservate nell’archivio della stessa Soprintendenza) riferimento comprensiva degli avvenimenti storici e
ha chiarito la funzione e il significato di alcuni resti politici, delle vicende proprietarie e di alcune notizie
murari, appartenenti a parti crollate e/o demolite nel più strettamente inerenti le fasi costruttive e distrutti-
corso del Novecento, e ha soprattutto mostrato al- ve, che è servita di sfondo alla lettura stratigrafica e
cune importanti modifiche apportate alla parte ovest alle datazioni assolute a carattere tipologico. Le fonti
dell’edificio nei restauri del 1967-69, nel corso dei dirette (il manufatto) e quelle indirette (fonti scritte e
quali sono state tra l’altro inserite alcune solette in grafiche di vario tipo) sono altrettanto utili e spesso
cemento armato, a protezione degli ambienti ormai complementari ed entrambe, quando possibile, devo-
privi di coperture. In tale occasione le sommità delle no concorrere alle interpretazioni storiche.
torri e del corpo prospiciente il paese sono state de- La sintesi delle indagini sopra elencate è stata a
molite e ricostruite in pietra, ad imitazione delle parti questo punto illustrata tramite una breve relazione
adiacenti, ma con una diversa altezza e conforma- scritta, con capitoli relativi alle diverse fasi costruttive
zione: vorrei sottolineare come sarebbe stato difficile individuate in ordine cronologico ed una planimetria
individuare l’estensione e la portata di tale intervento, di riferimento (Fig. 10). Nella relazione si sono mes-
in assenza della documentazione fotografica. Per i pe- si in evidenza i principali risultati raggiunti e i punti
riodi precedenti si sono invece esaminate le fonti bi- problematici, senza più entrare nei dettagli analitici
bliografiche, tra cui si ricordano qui solo il dettaglia- e di metodo, descritti e discussi in elaborati specifici
to lavoro di uno storico ottocentesco sulla Lunigiana
feudale e un recente e documentato volume sulla sto-
ria del Comune di Calice al Cornoviglio10. La lettura 10
Branchi 1897 (in particolare i capitoli “Dei feudi di Calice, Veppo e Madrigna-
di tali testi ha consentito di redigere una cronotassi di no”, pp. 527-535 e “Di Madrignano in particolare”, pp. 565-617); Ferrari 1989.

232

Fig 9. Tavola di sintesi con prima indicazione delle fasi costruttive per grandi scansioni temporali.

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(le schede sopra menzionate e gli allegati dedicati progressivo e di non scoraggiare l’utente meno es-
alle varie analisi: delle tecniche murarie, delle malte, perto, pur senza perdere il necessario rigore. Questo
mensiocronologica e cronotipologica). È a mio parere si può ottenere fornendo, oltre agli indispensabili dati
importante che i risultati delle indagini specialistiche di partenza e ai risultati delle singole analisi, le loro
vengano organizzati per livelli di lettura differenzia- interpretazioni contestualizzate e discusse criticamen-
ti, in grado di catturare l’attenzione anche in modo te, senza perdere mai di vista gli obiettivi generali e le

233

Fig 10. Scheda di individuazione dei principali fenomeni di degrado dei materiali e delle interazioni esistenti tra il degrado, la leggibilità dei “segni archeologici”
e la loro conservazione.

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esigenze degli interlocutori. In caso contrario si corre ampio spettro. Credo inoltre che, in quanto metodo
il rischio che le analisi, per quanto accurate, vengano archeologico, debba essere inteso non come somma-
lasciate in un cassetto e allegate al progetto solo per toria di strumenti, ma come discussione critica che, a
conferirgli maggior credibilità, senza riuscire a svol- partire da dati descrittivi “oggettivi” (archeografia) e
gere la funzione ausiliaria al progetto che invece do- da analisi mutuate dal modo delle scienze esatte (ar-
vrebbero avere. Se le indagini archeologiche, come cheometria), senza trascurare gli strumenti di esegesi
nel caso in oggetto, saranno state di tipo parziale e e interpretazione delle fonti indirette, tenti di arrivare
speditivo, esse potranno servire come ipotesi di lavo- ad alcune conclusioni storiche. La portata di tali con-
ro da approfondire e verificare in tempi successivi (in clusioni sarà di volta in volta differente (i progressi
fase di cantiere o dopo i restauri) e, pertanto, dovran- conoscitivi sono fatti di piccoli e grandi passi), ma
no spingere il progetto verso la conservazione il più sarà sempre significativa, se gli esiti delle ricerche sa-
possibile attenta di tutto l’apparato indiziario che le ranno resi noti, discussi e utilizzati anche da altri (di-
analisi preliminari saranno riuscite a mettere in luce. vulgazione). Alla base del metodo dovrebbe esservi la
disponibilità e la propensione ad utilizzare strategie e
percorsi flessibili, senza preclusioni verso altri campi
In conclusione disciplinari e punti di vista e senza affezionarsi troppo
alle strade già note e percorse (praticando, quindi, se
Possiamo a questo punto porci la seguente domanda: necessario un “cambio di metodo al bivio”11). L’ “ade-
può esistere un metodo di analisi archeologica degli guatezza” del percorso conoscitivo sarà comunque
edifici esistenti universale e universalmente applicabi- sempre da valutarsi in relazione alle domande, agli
le, che di per sé garantisca la correttezza e la comple- obiettivi e alle risorse disponibili.
tezza dei risultati conoscitivi? Per quanto riguarda i modi di indagine la strati-
Se con ‘metodo’ intendiamo una sequenza di azioni grafia mi sembra allo stato attuale il più potente stru-
da svolgere in un ordine predeterminato e senza tras- mento di lettura archeologica di cui disponiamo, ma
234 curarne nessuna, un modo di procedere standardizza- non dobbiamo dimenticare che esistono moltissime
to, una tecnica unificabile di attuazione dell’indagine situazioni (si pensi agli edifici stratificati, ma intonaca-
archeologica, mi sentirei di rispondere in modo nega- ti, dei nostri centri storici) in cui l’apporto della strati-
tivo. Ho voluto mostrarlo proprio attraverso l’esempio grafia è di fatto trascurabile. Non possiamo certo per
del Castello di Madrignano, in cui, al di là dei condi- questo rinunciare a studiarli, o renderli adatti a una
zionamenti economici, temporali e ambientali, è stato lettura stratigrafica scarnificandoli. Ritengo quindi es-
seguito un percorso che non avrebbe avuto gli stes- senziale che vengano potenziati e incrementati quan-
si esiti in un diverso tipo di edificio (in uso anziché to più possibile gli strumenti di datazione assoluta, in
abbandonato, integro anziché ruderizzato, rivestito da particolare quelli a carattere tipologico (di più faci-
intonaco anziché “nudo”) e che avrebbe potuto essere le ed economico utilizzo), e che si elabori uno stru-
molto diverso se le domande iniziali fossero state altre mento di lettura e di interpretazione delle evidenze
(pur restando altrettanto legittime e pregnanti). archeologiche adeguato anche agli edifici con strut-
Se con ‘metodo’, invece, intendiamo un comples- ture portanti non visibili (ad esempio strutturando e
so di principi (comprendenti obiettivi, intendimenti, perfezionando l’analisi configurazionale proposta a
criteri di comportamento, percorsi concettuali…), in tale proposito da Tiziano Mannoni12). A questo scopo
base ai quali svolgere una qualsiasi attività teorica o occorre incrementare anche le conoscenze “di base”
pratica, riterrei di grande importanza provare a indivi- relative alle caratteristiche e proprietà dei materiali
duare un metodo comune, condiviso e condivisibile, da costruzione, alle possibilità e impossibilità opera-
poiché questo darebbe maggior forza e autorevolezza tive nell’ambito delle tecniche costruttive, alle regole
alle ricerche archeologiche svolte nel settore del res- e alle pratiche del costruire seguite nei diversi ambiti
tauro, sia al suo interno sia nei confronti della società culturali, che sono alla base sia delle letture stratigra-
o delle comunità a cui esse cercano di rivolgersi. fiche, sia della possibilità di individuazione di sempre
Credo che questo metodo debba incentrarsi
sull’acquisizione, da parte dei suoi utilizzatori e frui-
tori, di quella che chiamerei “mentalità stratigrafica” 11
Mannoni, 1990.
e, più in generale, di una “sensibilità archeologica” ad 12
Mannoni, 1998.

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nuovi strumenti di datazione e di confronto. BOATO, A. (1998): “Archeologia dell’architettura, tra


Che ruolo può avere l’archeologia dell’architettura conoscenza, formazione e progetto”, in Atti del XIV
nel progetto e intervento di “restauro” (nelle varie ac- convegno Scienza e Beni Culturali Progettare i res-
cezioni del recupero / rifunzionalizzazione / conser- tauri. Orientamenti e metodi - indagini e materiali.
vazione / consolidamento…)?
Viviamo in paesi (l’Italia, la Spagna…) che han- BRANCHI, E. (1897): Storia della Lunigiana feudale,
no un esteso patrimonio immobiliare storico, in un Pistoia (ed. anastatica Forni, Bologna, 1971), vol. I.
momento in cui il peso percentuale degli interventi
sull’esistente nel settore edile è cospicuo. Le archi- FERRANDO CABONA, I., MANNONI, T., PAGELLA, R.
tetture del passato non sono solo oggetto di studio (1989): “Cronotipologia”, Archeologia Medievale, XVI:
storico ma anche di molteplici altri interessi, che ve- 647-662.
dono coinvolte molte diverse figure. Per chi crede
nell’importanza della tutela delle testimonianze del FERRANDO CABONA, I. (1990): “Archeologia dell’edilizia
passato, la conoscenza approfondita degli edifici sto- povera in Lunigiana: metodi e primi risultati”, in Maffei
rici non è solo la via per decidere un qualsiasi “da G.L. (a cura), La casa rurale in Lunigiana, Marsilio, Ve-
nezia: 151-166.
farsi”, ma è la strada per giungere a una maggiore
consapevolezza e per mettere coloro che dovranno
decidere di fronte alla responsabilità che ciò compor- FERRARI, L. (1989): Calice al Cornoviglio, Provincia
ta. Non esiste infatti intervento che non modifichi la della Spezia.
situazione esistente.
Un’analisi archeologica condotta in vista di un inter- GALLO, N. (2004): Appunti sui castelli della Lunigia-
vento di restauro ha come propri diretti referenti il pro- na, Biblioteca di Archeologia dell’Architettura, Inseg-
gettista e il committente, con le loro esigenze, ma anche na del Giglio, Firenze. (Bressanone 29 giugno-2 luglio
1999), Arcadia Ricerche, Venezia: 229-239.
con le loro curiosità. La prima scommessa da vincere è
allora quella di saper loro rispondere in modo convin- 235
cente ed esauriente, ma anche chiaro e diretto, tradu- MANNONI, T. (1998): “Analisi archeologiche degli
cendo il linguaggio da iniziati che l’archeologia spesso edifici con strutture portanti non visibili”, Archeologia
dell’Architettura, III: 81-86.
adotta, in una forma adeguata ai diversi interlocutori.
Se la maggior parte di tali interlocutori (in particola-
re i progettisti —architetti, ingegneri, tecnici— e i res- MANNONI, T. (1990): “Archeometria: archeografia o
archeologia?”, Dialoghi di archeologia, serie III, anno
ponsabili della tutela) avranno avuto una formazione
8, n° 2: 77-81.
in tal senso, sarà più facile dialogare. D’altronde una
preparazione nel campo dell’architettura e del restauro
architettonico, e non solo dei materiali e delle tecniche MANNONI, T., MILANESE, M. (1988): “Mensiocrono-
logia”, in R. Francovich, R. Parenti (a cura), Archeolo-
costruttive, sarebbe utile per quegli archeologi che si ci- gia e restauro dei monumenti, Firenze: 383-402.
mentano con lo studio degli edifici esistenti, soprattutto
quando lo fanno in vista di un progetto di restauro.
La scommessa è che si diffonda nel futuro, parten- MORICONI, M., COGORNO, M. (2009): “Restauro, re-
do dal momento della formazione e dell’istruzione, cupero e nuova accessibilità del Castello di Madrigna-
una reale interazione tra competenze diverse, basata no”, in Sisma in Abruzzo: il recupero dei monumenti.
sulla conoscenza e sul rispetto reciproco delle spesso XIII Salone dei Beni e delle Attività Culturali, Restaura
opposte esigenze e sensibilità di cui ognuno è porta- – V Salone dei Restauro dei Beni Culturali (Venezia, 3-5
tore (Boato 1998, Boato 2008a). dicembre 2009), Edizioni MP Mirabilia, Roma: 120-123.

PITTALUGA, D., GHISLANZONI, P. (1992): “Informa-


zioni storiche e tecniche leggibili sulle superfici in
Riferimenti bibliografici laterizio”, in Atti dell’VIII convegno Scienza e Beni
Culturali, Le superfici dell’architettura: il cotto. Carat-
BOATO, A. (2008): L’archeologia in architettura. Misura- terizzazione e trattamenti (Bressanone, 30 giugno-3
zioni, stratigrafie, datazioni, restauro, Marsilio, Venezia. luglio 1992), Libreria Progetto, Padova: 11-21.

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Diez años de Arqueología de la Arquitectura
desde la empresa privada.
Reflexiones y un ejemplo práctico
Miguel Ángel Muñoz García
ARES, Arqueología y Patrimonio Cultural C.B.

237

Arqueólogo especialista en Restauración Arqui- Palabras Claves


tectónica, Licenciado con Grado en Historia Anti-
gua y Arqueología Clásica y Licenciado en Historia Control Arqueológico, Arqueología de la Arquitec-
del Arte por la Universidad de Salamanca, ha de- tura, Historia del Arte, Restauración Arquitectónica,
sarrollado su carrera profesional desde la empresa Pósito
privada, destacando intervenciones en el Castillo de
San Felices de los Gallegos, el Almudí y el conjunto
catedralicio de Cuenca junto al conjunto histórico
Summary
de Moya. Ha impartido numerosos cursos en centros
de profesores e instituciones universitarias como la
The text presented here is intended to affect the ex-
José Saramago de la UCLM, y realizado numerosos
perience of doing archaeology of architecture from
documentales y programas divulgativos en televisio-
private enterprise, draw the profile of the archaeolo-
nes locales.
gist to be involved in architectural restoration and cul-
minate with a practical example, the building Almudí
of Cuenca City.
Resumen
El texto que aquí presentamos pretende incidir en
Keywords
la experiencia de hacer arqueología de la arquitec-
tura desde la empresa privada, dibujar el perfil del
Archeological Control, Archaeology ot the Archi-
arqueólogo que debe intervenir en restauración ar-
tecture, History of Art, Architectural Restoration,
quitectónica y culminar con un ejemplo práctico, el
Granary.
del edificio Almudí de Cuenca.

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Distinguir elementos hasta lo más irreducible en un to. En los últimos tiempos, la cata muraria acompaña
edificio, ordenarlos en fases de construcción sobre al sondeo terrestre en muchas intervenciones reali-
una matriz de Harris y después datarlos, es decir con zadas en conjuntos y edificios históricos. Las causas
otras palabras, lo que autores como Parenti y Caballe- son las profundas capas de revestimiento que pueden
ro han definido como método de análisis estratigráfi- superponerse tanto al interior como al exterior de un
co de la arquitectura. El primero afirma que la estrati- hecho edificado. Si los resultados de ésta se limitan
grafía es la columna vertebral de la Arqueología de la a documentar enlucidos y fábricas sin contemplar
Arquitectura, sin embargo, ésta no es la disciplina al la globalidad de la construcción, estaremos otra vez
completo. Para adquirir categoría de ciencia debe- ante un análisis parcial, que sí puede ayudar a tomar
mos añadirle la interpretación del hecho edificado en decisiones a la dirección facultativa, pero rara vez,
su contexto histórico. Si la utilizamos para compren- será capaz por si sola de documentar toda la historia
der un determinado ciclo de producción arquitectóni- del edificio.
ca, un hecho político que en la Edad Media motive la ¿Está usted diciéndome que un control arqueo-
construcción de un castillo, el análisis de la vida coti- lógico con sondeos en un edificio histórico es algo
diana en una época elegida o cualquier otro objetivo que no termina de paliar la ausencia de una completa
que nos marquemos, es algo que ya sólo depende de lectura de paramentos? Querido amigo, los pies de
los planteamientos científicos del arqueólogo. un profesional liberal de la arqueología caminan so-
Pero sea cual sea su punto de mira, no sólo debe bre un libre mercado de oferta y demanda, y muchas
considerar aspectos estructurales y constructivos que veces circunstancias de muy diversa índole, condi-
prefiguran la forma final del edificio, sino también la cionan una intervención de este tipo, que en teoría
funcionalidad del mismo, pues define la condición y práctica abarca sólo lo que se transforma en el
social de usuarios, promotores e incluso sus construc- edificio. Hoy en día son más numerosos los controles
tores. Reclamamos que la estética arquitectónica debe arqueológicos que las lecturas completas de los edi-
ser colocada en su justo lugar, pero nunca olvidada. A ficios, y nuestra experiencia no es una excepción. Es
238
los factores subjetivos que la configuran, casi siempre una realidad, con la cual, ni arquitectos sensibilizados
se le adhieren elementos simbólicos que remarcan ni arqueólogos concienciados estamos del todo con-
significados sociales e ideológicos. En realidad, Vitru- tentos. No obstante, todo tiene su lado positivo: si no
bio ya lo remarcó en el siglo I a.C. al afirmar que la podemos analizar la totalidad del edificio con nues-
arquitectura es “Utilitas, Firmitas, Venustas”. Y en el tras particulares radiografías estratigráficas, bueno es
siglo XXI, tras siglos de pensamiento científico, he- que se documenten exhaustivamente todas aquellas
mos construido una arqueología de la arquitectura partes objeto de obra, de manera que pueda asegu-
que constituye una verdadera máquina de rayos x, rarse la elaboración de un estudio completo en una
pues permite conocer el historial médico del paciente futura investigación más ambiciosa.
edificado. Su electrocardiograma no es otro que la —¡Bien dicho, señor escribano, pero si se da el
propia matriz de Harris, y en el mismo se lee tanto caso de una siguiente fase de restauración, diferente
su nacimiento, crecimiento, desarrollo vital, enferme- a la que usted ha intervenido, igual que constructora,
dades, tratamientos anteriores, y muerte en caso de arquitecto y aparejador no tienen que ser los mis-
haberse producido el derribo del edificio. Es más, en mos que ejecutaron la primera, tampoco tiene por
manos de un arquitecto competente, el método estra- qué serlo el arqueólogo!—. Cierto, por ello, la res-
tigráfico puede diagnosticar las patologías que sufre ponsabilidad final de una exhaustiva labor recae en la
la construcción analizada en el presente, y de este administración competente que autoriza la interven-
modo, aplicar un remedio con suma precisión. ción arqueológica. Ésta debe cuidar que el titular re-
Ahora bien, la Arqueología de la Arquitectura no cién llegado se empape de los resultados anteriores,
es ni el proyecto de arquitectura basado en la estrati- al mismo tiempo que exigirle respeto por las unida-
grafía, ni otras técnicas arqueológicas aplicadas a la des y fases constructivas dadas en anteriores traba-
edificación histórica —como sondeos y excavaciones jos, así como su integración en las nuevas matrices
en área bajo techo—. El primero tiene como objetivo de la intervención presente. Tristes frases en boca de
la conservación del edificio, no su historia; en cuanto estresados colegas se oyen más a menudo de lo de-
al segundo, la exploración del subsuelo reduce par- seable. Desconfiar a priori de anteriores arqueólogos,
cialmente el análisis a la cimentación obviando el res- frecuentemente, esconde la actitud indolente de no

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querer gastar tiempo en leerse informes anteriores. misos arqueológicos que ya se firman en comunida-
Ello no solo demuestra pereza, sino poca elegancia des autónomas como Andalucía. Es garantía de un
hacia el trabajo de un compañero. satisfactorio trabajo final y evita la picaresca técnica,
La arqueología de la arquitectura, como disciplina que inevitablemente va asociada a una liberación de
con método propio, comenzó a gestarse con Baker y la profesión arqueológica.
Harris a finales del siglo XX. Las posibilidades de la Uno de los últimos casos lo viví en propia carne.
aplicación de los principios de la estratigrafía al edi- Permítanme ser discreto y no decir nombres: fui sub-
ficio histórico ya fueron señaladas por el arqueólo- contratado por un determinado contratista arqueoló-
go norteamericano, y de hecho, fueron aplicadas con gico para realizar una lectura de paramentos sobre un
todo rigor, seriedad y humildad científica por el Ser- monumento que entonces se restauraba. Mi sorpresa
vei de Restauración de la Generalitat de Cataluña. Los fue mayúscula cuando el patrono promotor – una ins-
italianos Parenti y Brogiolo acabarían por sistematizar titución dedicada a la recuperación del casco viejo de
el método y reflexionarían sobre su aplicación en res- una ciudad Patrimonio de la Humanidad – me llamó
tauración arquitectónica. Es esto lo que ha hecho que la atención sobre lo incompleto del documento entre-
muchos arquitectos incorporen el método a la hora gado. Lo revisé y faltaban matrices, la mitad del texto
de proyectar. Ahora bien, convertirse en arqueólogos - y los alzados de interpretación en colores; lo que es-
arquitectos es algo más complicado; no se consigue taba en mis manos sólo contenía un plano con unida-
de la noche a la mañana una formación humanística des estratigráficas y un simple listado de las mismas.
en historia social y arqueología, cimentada además ¿Acaso el disco CD que entregué tenía un virus inte-
por la experiencia de los años. De ahí que sea más ligente que cercenaba los estudios por capítulos?. La
frecuente ver la asociación arquitecto y arqueólogo explicación era más mundana: el arqueólogo contra-
convertidos en la pieza de engranaje del proyecto de tante temía que a partir de entonces se le exigiera la
restauración. Ejemplo de ello es la célebre restaura- entrega de matrices y de documentos que su empresa
ción de la catedral de Santa María en Vitoria que, por no sabía hacer. No obstante, como amante legítimo
otro lado, es prueba incontestable de las altas cotas de mi profesión, afirmo con furia que el número de 239
que ha conseguido la “escuela española”. También pícaros no es ni mayor ni menor que en otras activi-
es motivo de celebración nacional que la integración dades productivas presentes en esta sociedad, y si la
de la arqueología del paisaje y la Arqueología de la arqueología funciona es porque hay más elementos
Arquitectura se haya teorizado y desarrollado desde competentes que piratas.
el Instituto de Patrimonio Gallego. Naturalmente, en mi experiencia profesional tam-
El nivel de especialización alcanzado por la Ar- bién me he encontrado con resistencia y reacción.
queología de la Arquitectura, y su satisfactoria apli- Esto no es nada nuevo, pues antes o después, cual-
cación en la restauración de edificios, requiere de quier profesional liberal de la arqueología la experi-
profesionales con un perfil muy específico. Aunque menta tratando con algunos empresarios o técnicos
ya derramamos palabras a este respecto en otros de la construcción. Son hasta cierto punto actitudes
foros, el debate actual sobre el tema provoca mi insis- lógicas que pretenden defender unos plazos de obra
tencia al respecto. El motivo es obvio: un arqueólogo y unos presupuestos, que a sus ojos, la arqueología
que no ayude al arquitecto a comprender el edificio, amenaza con encarecer y alargar. Pero señores míos,
puede hacer que se pasen por alto aspectos que des- las leyes se hacen para cumplirlas, y tan seguro como
embocan en una restauración desafortunada. Todavía que el sol sale todos los días, que he conocido perso-
está por estudiar cuántas malas restauraciones se de- najes de este estilo, saltándose o intentándose saltar
ben a mal asesoramiento arqueológico; el día que se las normas una vez tras otra.
haga, a más de uno se le bajarán los humos orgullosos Ahora bien, este antiguo recién licenciado, con
que normalmente lucimos el gremio de arqueólogos. ilusiones por contribuir a que sus conciudadanos vi-
El patrimonio cultural arquitectónico y arqueológico van mejor con su Patrimonio Cultural, nunca se hu-
son bienes no renovables, es lícito exigir una deter- biera esperado hostilidad por parte de historiadores
minada formación y unas determinadas garantías en del arte o incluso de arqueólogos formados en pre-
todo profesional que realice diagnósticos, tratamien- historia. El escepticismo de los últimos se explicaba
tos o cirugía sobre un edificio histórico. Debido a por haberse formado en unos departamentos que su-
ello, completos y rigurosos son los protocolos y per- peditaban la arqueología a mera técnica con muchas

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limitaciones, pues en el fondo sólo tenía relevancia de sus palabras se podría deducir que no sabe de
cuando se aplicaba a las sociedades que carecían de la existencia de una arqueología medieval, otra post
escritura. Que llegase un novato exponiendo crono- medieval y otra industrial, además de la disciplina de
logías en matrices cuando no existían textos que lo la arqueología de la arquitectura; e ignorante por-
corroborasen, motivó algún comentario jocoso: se me que la historia del arte sabe muy poco de materiales,
definió con la extraña patología de “datador compul- estructuras arquitectónicas en profundidad, y mucho
sivo”. No obstante, estos mismos calificadores calla- menos estratigrafía. Pido excusas si mis palabras pa-
ban cuando quien exponía era algún “peso pesado” recen demasiado ácidas, pero créame querido lector
de la Arqueología de Arquitectura, que por los años si le digo que todavía escucho argumentos que desa-
90 del siglo XX ya empezaban a conocerse. Afortuna- fían la inteligencia de un niño de ocho años. Y por
damente, el hecho de que la disciplina se cimentara justicia también debo romper lanzas por historiadores
en leyes análogas a las de la estratigrafía de deposi- como Gonzalo Máximo Borras Gualis que han evolu-
ción terrestre, ha hecho que a día de hoy pocos sean cionado del axiomático comentario de diapositivas, a
los compañeros arqueólogos que se atrevan a cues- campos como la historia social y cultural. ¡Gracias por
tionar los fundamentos del método. exponer sus anécdotas, amigo arqueólogo, pero sea
Sin embargo, esto no ha sucedido todavía con los más concreto y dígame ya cual es ese perfil profesio-
historiadores del arte; de hecho su actitud inicial fue nal de arqueólogo que reclama usted en restauración
mucho más virulenta de lo esperado. La Historia del arquitectónica! Paciencia estimado lector, paciencia,
Arte no se ha renovado, y técnicamente no responde que contestaremos en el siguiente punto.
a los desafíos de la conservación de los Bienes Cultu-
rales, con la misma profesionalidad que arquitectos,
aparejadores, arqueólogos, restauradores, biblioteca-
rios, museólogos y archiveros. De hecho, así lo reco- El arqueólogo de la resturación
nocen de facto la mayoría de las leyes españolas, que arquitectónica
240
relegan la figura del historiador del arte a los regla-
mentos sobre el funcionamiento de las comisiones de La primera característica la adivinarán ustedes: es ob-
patrimonio. La única excepción que conocemos son vio que hay que dominar la estratigrafía muraria —o
las oficinas ARI (Área de Rehabilitación Integrada) “de lo elevado” como gustaba llamarla mi maestro el
instituidas en los conjuntos históricos de la Comuni- profesor Parenti (Parenti, 1988: 124-135)—. La mente
dad Autónoma extremeña. de un veterano arqueólogo de la arquitectura está
Esa falta de preparación técnica explica su compor- entrenada para emitir diagnósticos evolutivos provi-
tamiento ante el arqueólogo: simplemente niega por sionales en las primeras visitas al edificio. Aunque
las buenas la validez de la arqueología en el análisis sea una intervención parcial, instintivamente orde-
de la edificación histórica. Argumentos en contra de nará la documentación obtenida de sondeos y con-
la estratigrafía muraria no aporta, simplemente se cie- troles arqueológicos en fases constructivas, aunque
rra en banda y mira hacia otro lado enfadado. Hace no nos haya sido posible individualizar en unidades
dos años, un historiador de una comisión de patri- estratigráficas toda la estructura de la construcción
monio manifestó su contrariedad por la presencia de en que se interviene. Además, un excavador que do-
arqueólogos en la restauración de los muros de una mine la técnica de la Arqueología de la Arquitectu-
iglesia del siglo XVI. Según él, nuestra profesión sólo ra documentará y comprenderá mejor los restos de
puede tener voz en cronologías inferiores al año 476, construcciones cubiertos por niveles de deposición
en que cae el imperio romano de occidente. Era un terrestre. Si me hubiera limitado a aplicar las normas
historiador del arte el que tenía que estar subido en más básicas contenidas en principios de estratigrafía
los andamios. ¡Qué defensor más osado y valiente de arqueológica de Harris en la excavación del Convento
su ciencia! No le importó quedar de ignorante con de San Agustín de Salamanca, hubiera sido imposible
tal de mantener su baluarte; ignorante por el desco- detectar tantas fases constructivas en pavimentos y
nocimiento de la leyes que obligan a la presencia de muros arrasados; y mucho menos interpretar la forma
un arqueólogo, allí donde se presuma la existencia de que tendría el coro de la iglesia, en base a los nervios
restos arqueológicos (Ley 4/90 del Patrimonio Históri- y claves de bóvedas de crucería, azulejos, soportes y
co de Castilla la Mancha, Art. 21); ignorante porque demás elementos, hallados sobre las losetas de este

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espacio (Muñoz García, Jiménez González, Gutiérrez de líneas escritas, que no puedes redactar con la
Millán, 2002: 81-128). premura que se requieren los informes preliminares.
La segunda es el manejo fluido de otro dominio Sobre el campo, un buen croquis suple con honor
histórico: el de las ciencias y disciplinas históricas em- la falta de mejores planimetrías a la hora de estudiar
pezando por mi objetada Historia del Arte. Puede que cualquier otra parte del edificio histórico.
su propia epistemología la reduzca a lo estético, a lo Añadimos más, también tiene que saber procedi-
externo, a lo epidérmico, ocupándose sólo de los as- mientos arquitectónicos, tanto de obra como de las
pectos más superficiales de la arquitectura histórica. distintas teorías de restauración. Es obvio que no sólo
Sin embargo, no es menos cierto que a fecha de hoy, hay que decir qué conservar sino también cómo ha-
la arqueología de la arquitectura todavía no ha sido cerlo, y hacerlo acomodándose a los medios de que
capaz de escribir una historia de la construcción, que se disponen en ese momento, sin salirse de las direc-
sustituya la sucesión cronológica de estilos que ofre- trices generales marcadas por el proyecto arquitectó-
ce esta ciencia envejecida. Prueba de ello, es que los nico. Todo esto suena muy bien, cuando la obra sigue
primeros diagnósticos evolutivos de un edificio que su curso sin contratiempos; el problema es que cons-
hace un crítico arqueólogo como yo, se basan en los tantemente aparecen elementos nuevos, que bien mi-
estilos artísticos que contiene. La iglesia parroquial de rado enriquecen el resultado final de la acción res-
Montejo de Salvatierra en la provincia de Salamanca tauradora, pero en el momento de su descubrimiento
conserva un artesonado ochavado de tipo mudéjar trastocan el plan inicial. Tomar una decisión rápida y
(Muñoz García 2002). La historiografía tradicional lo correcta puede significar la renuncia al criterio primi-
fechaba en el siglo XVI, al final con la lectura estra- genio expresado en el proyecto de arquitectura, y si
tigráfica realizada lo situamos en el siglo XVIII. Algo así se produce, hay que responder inmediatamente
que al final nos venía a corroborar la tratadística. No con otro adecuado. El equipo arqueológico es quien
olvidemos que el Breve Compedio de la Carpintería mejor valora los elementos históricos del edificio, tan-
de lo Blanco de Diego López Arenas se publicó en to los ya conocidos cómo los que aparecen en el
1633, y sin duda estuvo a disposición de maestros de transcurso de los trabajos; de ahí que sea también su 241
madera durante el siglo XVIII. Se recogería el testigo responsabilidad ver cómo encajar aquellos que tienen
en 1893, por parte de Arias y Escala, cuando redactó suficiente entidad o significado para ser conservados.
Carpintería Moderna y Antigua. Pero a nuestros efec- —¿Me está usted diciendo que el arqueólogo puede
tos, era secundario que las primeras interpretaciones proponer un modificado que altere considerablemen-
fuesen erróneas, lo importante es que nos dio una te los criterios iniciales?— naturalmente que sí, pero
primera hipótesis de la que se sirvió nuestra lectura proponer no significa hacer, es la dirección facultativa
de paramentos. quien toma las decisiones finales.
Beber de la historia social es algo que también Entidad y significado, interesantes conceptos…
debe hacer el arqueólogo de la arquitectura. ¿Cuál prima sobre otro?, ¿Debemos conservar los pa-
De no ser así, difícilmente comprendería edificios lomares de tapial con valor tradicional sobre los pi-
que en sí mismos son gestos políticos, ideológicos o náculos de la catedral de Burgos, o el mobiliario del
religiosos como una muralla, un palacio real o una campanero en la Torre de la Campanas del conjunto
catedral. Además internet pone a disposición de todo catedralicio de Salamanca, en detrimento de recupe-
usuario un amplia gama de documentación, que evita rar una sala de exposición con bóvedas medievales?
horas de búsquedas en archivos y bibliotecas. Feli- Para el primer caso, ya existen muchos palomares
cito desde aquí a la Escuela Técnica Superior de La similares esparcidos por el campo circundante que
Coruña, que en la página web de la universidad, ha no afectan a la estructura de un edificio gótico ex-
puesto a disposición de todos los usuarios una buena cepcional. El segundo requiere de más meditación,
colección de tratados de arquitectura en formato PDF. pues la revalorización de la cultura popular es algo
El tercer requisito es el también dominio de los que caracteriza nuestra actual filosofía de recupera-
sistemas de representación, tanto tradicionales como ción patrimonial. Personalmente pienso que la mejor
digitales. Un buen plano con sus unidades estratigrá- solución es la integración de ambas, pero también
ficas, u otro con fases constructivas, facilita la com- la práctica me enseña que las soluciones ideales no
prensión de nuestro trabajo en cualquier informe que siempre son posibles. Seguramente, cualquier opción
se nos requiera, además de ahorrar un gran número bien argumentada sería aprobada por la administra-

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ción competente, siempre que quedaran bien docu- más reciente de lo que parecía y, dado que nunca fue
mentados los elementos que se desechan del espacio. realizada con ambiciones duraderas, presentaba nu-
Pero la cosa se complica más en el claustro de merosos y complicados problemas de restauración. En
la catedral de Cuenca. En el 2009 se derribaron una un primer examen no había ni antigüedad ni entidad
serie de pabellones de los años 90 del siglo XX, que que no impidieran su retirada; es más, de realizarse así,
sin ningún pudor se habían colocado en medio de la el ambiente interior de un claustro clasicista no se vería
panda norte; funcionaron como despachos y aulas interrumpido por una adición cercana en el tiempo.
para una escuela taller promovida por el obispado de Hasta aquí un buen argumento, pero éste se vio
Cuenca. La verdad es que los mismos se levantaron languidecido por un estudio más minucioso de la mon-
protegiendo el enlosado calizo original del siglo XVI tea. Sus autores siguieron a pies juntillas los diseños
y sin tocar ninguno de los cuerpos de fábrica de dicho del primer arquitecto, y aunque tardío, se demostraba
claustro. Tras su retirada apareció una montea cortada como un documento esencial que ayudaba a compren-
a la mitad, y extendida sobre una capa de yeso asenta- der una de las restauraciones más ideales practicadas
da en cemento. Representaba un tímpano con rosetón sobre el patrimonio eclesiástico español. Fueron estos
en arco apuntado, de la cual se extrajeron las medidas argumentos los que llevaron a promotores —Ministerio
para las piezas que se aparejaron en la entrada late- de Cultura— y dirección facultativa a decidir su conser-
ral norte de la actual fachada catedralicia. El cotejado vación en vistas a su futura musealización. Son muchos
del mortero, los diseños y apuntes menores sobre la los factores que confluyen en una elección de este tipo,
misma, así como las fotografías históricas sobre la res- y sólo la preparación y conocimientos de los que la
tauración poco ortodoxa del siglo XX, nos llevó a la toman es la garantía de un buen resultado.
conclusión de que la misma no pertenecía a las cam- Por último, el arqueólogo que interviene en una
pañas de Vicente Lampérez de las primeras décadas obra de restauración arquitectónica ha de ser un
de centuria de 1900, sino a los años 50 del siglo XX, buen comunicador. Se ha de hacer entender tanto
siendo su arquitecto González Valcarcel. Así pues era por el culto arquitecto como por el práctico operario
242

Figura 1. Fotointerpretación de la montea del claustro de la catedral de Cuenca, fechada en la segunda mitad del siglo XX. Michel Muñoz García.

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y, si procede estar presto a responder a las preguntas también se le puede pedir que redacte, e incluso rea-
de la prensa, que no tiene por qué saber restauración lice directamente la señalética a pie del monumento.
ni arqueología. Pero su principal obligación es hacer —Vaya, vaya, no sólo hay que ser arqueólogo, sino
comprender de una manera clara y breve el desarrollo saber historia del arte tradicional, ser historiador, di-
histórico del edificio a directores facultativos y jefes bujante y topógrafo, saber de obra y arquitectura,
de obra. No podemos esperar que todos se lean farra- conocer teoría de la restauración y ser además mu-
gosos proyectos o informes técnicos llenos de tecni- seólogo y un gran divulgador. ¿No son demasiadas
cismos propios del gremio arqueológico. Además, las cosas?—, sí demasiadas para un recién licenciado, por
incidencias descubiertas por el titular del permiso de ello, la carrera profesional del arqueólogo restaura-
intervención se tienen que comentar durante el trans- dor es una constante formación motivada por un
curso de una visita técnica, y entonces no hay tiempo objetivo concreto: preservar la salud de la edificación
para lecciones magistrales. Por otro lado, es un hecho histórica, un paciente complejo del que en principio
que la sociedad actual no sólo exige la restauración podemos desconocer casi todo.
material del hecho edificado, sino también la restau-
ración del conocimiento histórico. El trabajo de inves-
tigación que lleva aparejado, ha de divulgarse a un
ciudadano que hace del Patrimonio una actividad de El almudí de cuenca.
ocio, y más aún, si los recursos empleados proceden Un ejemplo práctico
de sus impuestos. La divulgación hoy en día no es
sólo científica, y los cauces de la misma cambian a la Seguidamente, completaremos este artículo con un
velocidad de las nuevas tecnologías, por ello el típico caso práctico inédito, representativo de las intervencio-
artículo en una revista común de historia, puede ver- nes comunes hoy en día en los procesos de restau-
se suplido por un programa de diez minutos en una ración arquitectónica. En el año 2001-2002, la escuela
televisión local, del mismo modo que al arqueólogo taller municipal de Cuenca procedió a la restauración
243

Figura 2. Cata muraria 1 en el edificio Almudí. Michel Muñoz García. Figura 3. Cata muraria 2 en el edificio Almudí. Apréciense los revestimien-
tos de imitación marmórea (UEM 92). Michel Muñoz García.

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del edificio Almudí o Alhorí: el antiguo Pósito del siglo


XVIII que se encontraba en estado íntegro a pesar de
todos los usos que había tenido (Muñoz García 2002).
La infraestructura municipal se construyó sobre la mu-
ralla medieval que disponía de antemural y cinturón
principal; de hecho el edificio integraba a un cubo de
la antigua cerca. Disponía de unos sótanos que se con-
formaban en dos naves de medio cañón aisladas, y un
piso superior dividido también en dos naves separadas
por pilares y con bóvedas de arista con lunetos en yeso.
Por si la secuencia no fuera suficientemente rica, bajo
este edificio se excavó también un refugio antiaéreo
entre 1936 y 1939, que se integraría en el estudio final.
Todo ello le valió ser incoado como BIC en el año 2002.
Los bajos estaban ocupados como consultas mé-
dicas, por lo que la obra se limitaría a la planta supe-
rior. Esto implicaba la ausencia total de movimientos
de tierra en el subsuelo, y una comisión territorial de
Patrimonio autorizó el proyecto sin seguimientos ar-
queológicos. Visitas posteriores a las cubiertas —es
decir, el espacio entre la bóveda y el tejado—, hicieron
que se constatara la existencia de cerámica moderna
enterrada en las pechinas a fin de obtener mayor sono-
ridad. Ante esto la oficina técnica de la delegación de
244
la entonces Consejería de Educación y Cultura de la
Junta de Castilla la Mancha prescribió un control ar-
queológico. Se me comunicó que también debía rea-
lizar una serie de catas murarias, además del control
arqueológico en el saneado de los tejados. A mi ca-
beza se le hizo extraño emitir conclusiones sólo con
Figura 4. Individualización estratigráfica de la cimentación en el cubo
estos últimos cortes de muro y el desmonte de las (cf. 10) de la muralla medieval fagocitado por el edificio Almudí en el siglo
cubiertas; decidí proceder a una lectura total de todo XVIII. Michel Muñoz García.

Figura 5. Individualización estratigráfica del cuerpo de fábrica 1 en el edificio Almudí. Michel Muñoz García.

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el edificio. De la misma se extrajeron las siguientes interior estucada. La utilización de decoración en pa-
fases constructivas: neles de imitación marmórea tiene su origen en Italia
Fase I (a partir de 1177): identificamos la cons- y se extiende por toda Europa a principios del siglo
trucción del cubo medieval, cuyo adarve es hoy un mi- XVII. Nosotros mismos hemos detectado decoraciones
rador del propio edificio Almudí. Corresponde al mo- similares, fechadas en torno a 1625 entre los restos del
mento de reforma de la muralla pleno-medieval de la Convento de San Agustín de Salamanca (Muñoz Gar-
villa de Cuenca. Apuntamos la fecha de 1177, en que cía, Jiménez González, Gutiérrez Millán, 2002: 81-128).
tiene lugar la toma de la ciudad por parte del monarca Fueron comunes en muchos edificios conquenses du-
castellano Alfonso VIII, y da comienzo el proceso re- rante el siglo XVIII. Sirva de ejemplo los restos parieta-
poblador, al cual va íntimamente ligada la propia cerca. les que todavía se conservan en la Iglesia de San Pedro
La cimentación de este cubo con basamento en sillería o la sacristía de la misma catedral. Más interesante era
escuadrada (UEM 77), un talud en mampostería con- la UEM 8 que representa a 12 arcos formeros con di-
certada (UEM 78), y una hilada también en piezas es- seño en arco apuntado. Para una estricta historia del
cuadradas (UEM 79), no sólo revelaba técnicas del mos arte basada en un excesivo culto al estilo, parecía con-
quadratum introducido por el románico, sino también traproducente para el siglo XVIII, sin embargo fueron
soluciones constructivas de talud en basamentos de cu- más frecuentes de lo que parecen. Sirva de ejemplo
bos, que remite a paralelos en fortificaciones francesas, los arcos laterales del propio ayuntamiento de Cuenca
concretamente castillos de Rochenport y Roquetaillade construido en esta misma centuria por Jaime Bort.
y las murallas de Carcasonne (Tealdi, 1988). Fase III (1808 - 1936): se señalaron aquellas
Fase II (1751 - 1808): tiene lugar la construcción Unidades Estratigráficas Murarias (UEM) producto de
del edificio del Pósito, tal y como lo conocemos hoy, estos años, representantes de los usos que se le da
pues la presente intervención evaluó que son mínimos al Almudí. Entre los mismos destaca la de almacén
los añadidos posteriores. Las fechas de construcción municipal y hospital psiquiátrico. Además se incluyen
(1751-53) son dadas por la documentación de Libro las obras de 1906 para mejorar el acceso a la ciudad
de Capitulares municipales de 1750-1753. Cerramos vieja, que afectan a la fachada Oeste del mismo. 245
el periodo en 1808, año del inicio de la Guerra de Fase IV (1936 - 1939): construcción del refugio
la Independencia, que supuso el final del Antiguo de la Guerra Civil en la margen del río Huécar.
Régimen, y por tanto, la del Pósito como institución Fase V (1939 - 2000): usos culturales como pri-
municipal vinculada a este sistema. La cata muraria 1 mer Museo Arqueológico de Cuenca promovido por
demostró que el edificio no se levantó sobre otro an- D. Francisco Suay y como Sala de Exposiciones. La
terior como sospechaba cierta historiografía, mientras parte baja fue adaptada, después de la Guerra Civil,
que la número seis dio muestras de la rica decoración para cárcel municipal.

Figura 6. Individualización estratigráfica en la secciones del edificio Almudí. Michel Muñoz García.

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Recapitulación y conclusiones Si aceptamos la citada fecha de 1189 para la


mejora de las defensas de esta parte de la ciudad,
En lo que respecta al significado de las técnicas esta acción contribuyó decisivamente en la confor-
empleadas en la cimentación del cubo medieval, el mación del ciclo productivo canteril o industria de
modo constructivo que introdujo el estilo románico la construcción en la villa de Cuenca, si es que no
en el siglo XI alcanza un gran desarrollo en la época es el factor directo de introducción del mismo. Por
de Alfonso VIII. Durante su reinado se impulsa el es- entonces, ya se estarían planteando la construcción
tilo del Císter, a la vez que se concibieron y termina- de las parroquias románicas de la ciudad, si es que
ron templos de una monumentalidad destacada como algunas no se habían comenzado ya (López Rubio,
San Vicente y San Pedro en Ávila. Sabemos que al- 1999: 212). Llegados a este punto, ¿debemos ver un
gunos de estos edificios estuvieron bajo la dirección maestro francés detrás de la gran madurez técnica
de maestros franceses: entre éstos estarían el mismo que presenta la cimentación (UEM 77, 78 y 79) del
maestro Fruechel de la catedral de Ávila, que según cubo defensivo del edificio Almudí? Sería aventurado
Yarza reprodujo la cabecera reformada de Santa Ma- afirmarlo, pero sin duda, el que lo diseñó estaba al
ría de Velezay en Borgoña, Francia (Yarza, 1990: 260- tanto de los últimos avances de fortificación que se
262). En el reino de León, Johanes Francus se hizo ejecutaban más allá de los Pirineos.
cargo de las obras inacabadas de la Catedral Vieja de Pasando a la Edad Moderna, el documento que
Salamanca a partir de 1200 (Sánchez Sánchez, 1991); manda erigir el nuevo Pósito en 1751, nos habla de
su propio nombre es suficientemente elocuente. las necesidades a las que debe responder la nueva
La difusión de estas ideas, no debe explicarse sólo infraestructura. En el mismo se refiere explícitamente
por el deseo de estar a la última moda o de contar con la delicada situación del grano que por entonces se
la tecnología más puntera sino que debemos añadir la guardaba en la Real Casa de la Moneda espuestos a
predisposición de las clases privilegiadas y la propia perderse por la mucha humedad que les presta la pro-
monarquía castellana de equipararse a la cultura “cris- simidad de las aguas del Río Júcar, que la baten por
246 tiana” del resto de Europa, frente al enemigo infiel que el norte, y no menos de la Huerta de Santiago (Archi-
supone el Islam asentado en la península ibérica. Tam- vo Municipal de Cuenca, leg. 334, fol. 45 r” del año
bién hay factores de índole personal: las relaciones del 1751). Su construcción se vio favorecida también por
reino de Castilla con Europa se vieron favorecidas por la coyuntura política de mediados del siglo XVIII,
el matrimonio de Alfonso VIII y Leonor Plantagenet, pues una reforma administrativa del año 1749 esta-
hija de la no menos célebre Leonor de Aquitania (Mar- bleció intendentes en todas las capitales de provincia,
tínez Díez, 1995). Cierto es que la arquitectura fortifica- por lo que el corregidor pasó a ser también Intenden-
da no depende tanto de los gustos estéticos, pero ello te General de las Rentas Reales. Así, D. Pedro Quin-
no la exime de una gran carga simbólica. En las Parti- tana y Acevedo, nombrado Corregidor en Enero de
das de Alfonso X el Sabio, las defensas perimetrales de 1750 para Cuenca, presenta los títulos de Intendente
una población son de hecho las que otorgan el grado Provincial y Superintendente de Millones y Rentas. Se
de ciudad, al afirmar que es “todo aquel lugar que es explica pues que el mismo Almudí sea conocido con
cercado de los muros, con los arrabales et los edificios el título de “Real Pósito”, y su escudo central sea el
que se tiene con ellos” (Partidas VII, título XXXIII, ley del Reino de Castilla, como símbolo de la autoridad
VI). Esto hace que la cerca en una villa de realengo directamente emanada de la monarquía. Sin embar-
dé tanto prestigio como su arquitectura sacra, y por go este control de las rentas reales por parte de los
tanto, su erección sea un motivo de preocupación del corregidores tendrá fecha de caducidad: en 1773, el
monarca. La influencia francesa es un hecho también nuevo corregidor D. Antonio Fernández de Calderón
en la construcción de defensas durante este periodo y ya no tendría el cargo de Intendente (Aliod Gascón
obviamente se ve favorecido por la política expansio- 1997: 91-92). La disposición de estas contribuciones
nista del monarca castellano Alfonso VIII, que tiene la reales por parte de estos cargos explica que se cons-
necesidad de retener lo conquistado. Y al igual que en truyese el nuevo edificio en un plazo relativamente
el caso de otras arquitecturas, es también probable que corto. La obra es entregada dos años después de su
la difusión de las ideas sobre poliorcética se efectuara inicio, en 1753, habiendo sido su maestro José Rubio.
por la acción directa tanto de maestros como persona- Respecto a este último profesional, no hemos en-
jes destacados ultrapirenaicos. contrado ninguna referencia a su especialidad, pero

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Figura 7. Individualización estratigráfica sobre las bóvedas (izquierda) y en la armadura del tejado (derecha). Michel Muñoz García.

247
lo más probable es que fuera cantero, dado el trabajo Además, los arcos apuntados del interior (UEM
que implica realizar las bóvedas inferiores y la “caja 8) son ejemplo de la experimentación o exploración
del edificio”. Su función también era coordinar las creativa que estaba desarrollando la arquitectura del
diferentes especialidades de carpintería, albañilería y siglo XVIII, y que en una ciudad como Cuenca dio
yesería que confluyeron en su ejecución. Pensemos muestras tan numerosas y variadas a la vez. Además, el
que las bóvedas interiores en yeso debían encontrar- edificio es óptimo ejemplo de lo que la industria de la
se bajo techo, para asegurar que las inclemencias del construcción conquense de la centuria de la Ilustración
tiempo no afectaran a su fragua. Por otro lado, es de podía realizar cuando se encontraba bien abastecida y
suponer que un complejo sistema de cerchas fuera apoyada institucionalmente.
dispuesto en el interior para la ejecución de las mis- Como infraestructura municipal, en su tiempo tuvo
mas. El análisis de la armadura de madera con piezas un papel destacado que trasciende de lo funcional a lo
tan largas y gruesas dan fe de una buena operación simbólico. Durante el motín de subsistencia de 1766, el
de abastecimiento, que debemos explicar por el con- señor Iruela, Interventor del Real Pósito, se vio obliga-
trol directo que ejerce el Concejo de Cuenca sobre la do a entregar las llaves del mismo a los insurrectos, y
explotación de los bosques adyacentes. en los días sucesivos la posesión de éstas se convierten
En cuanto a los revestimientos exteriores (UEM 72) en moneda de cambio para los distintos sectores socia-
y los escudos (UEM 116), con toda seguridad también les implicados ( Jiménez Monteserín, 1997: 31).
se realizaron después de tejar la parte superior. Ello tam- Respecto a la funcionalidad que presentan las dife-
bién es síntoma de planificación, pues el estuco debía rentes estancias que alberga, una relación informal de
realizarse en temporada estival para asegurar su secado. Rentas y Arbitrios del Ayuntamiento de Cuenca, fecha-
Si la obra se entrega el 6 de noviembre de 1753 es muy da en 1786, nos informa de su uso. En su parte inferior,
posible que ese mismo verano se hubiera decorado su las dos naves con bóvedas de medio cañón (unidades
fachada. El programa decorativo de despiece de sillares funcionales 6 y 5), eran empleadas como carnicerías
y escudos muestra a un José Rubio como maestro acor- públicas con una bodega de aceitero en la que existen
de con los gustos que imperaban en la ciudad entonces. varias tinajas a prevención para cualquier caso que a

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Figura 8. Individualización estratigráfica en la planta del edificio Almudí. El cuerpo de fábrica 18 es la entrada al refugio del Guerra Civil. Michel Muñoz García.

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Figura 9. Matriz general del edificio Almudí. Michel Muñoz García.

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la Ciudad le ocurra de prevenirse a falta de abastece- una construcción abovedada anterior (Rokiski, 1999:
dor de esta especie (AMC. leg. 109, Exp. 11, fol. 48, 7 348-353). Sin embargo, ya vimos que la cata muraria 1
de febrero del año 1786). Estas tinajas es muy posible demostró un paramento en mampostería concertada
que se hayan conservado hasta bien entrado el siglo (UEM 23) unitario y continuo, sin suturas ni unida-
XX según testigos que nos informaron. El gran ancho des interfaciales que pudieran mediar entre distintas
de sus muros exteriores e interiores puede explicarse fases de construcción. A falta de evidencia, no se ha
tanto por la necesidad de mantener un ambiente fresco señalado en la matriz fase alguna enmarcable en la
para los abastos allí almacenados, como por las nece- centuria de 1500.
sidades constructivas de cimientos sólidos que debían La planta superior se destinaría a la burocracia y
soportar la presión de las pendientes sobre las que se venta, la oficina según la documentación (A.M.C. leg.
asienta el edificio: junto a la cuesta que baja desde la 109, Exp. 11, fol. 48, 7 de febrero del año 1786), que
propia calle del Almudí, debemos señalar la situación se encargaba de la distribución de cereal por la ciu-
del edificio justo en el borde del río Huécar. A la hora dad. Se ha apuntado la originalidad del diseño de dos
de concebir este edificio, las autoridades conquenses naves paralelas (unidad funcional 2), disposición ex-
no descuidaron la tradición de ventas de carnes que traña a un edificio de estas características. Pensemos
históricamente se ubicaba en esta parte de la ciudad: en los pósitos de Almagro (Diez Baldeón, 1993: 329)
por lo menos desde 1423 se conocen tablas dedicadas o Villanueva de los Infantes (Henares Cuellar y López
a ello junto a la Puerta del Postigo (AMC. Leg. 40, Exp. Guzmán, 1993: 197), que se organizan en torno a un
n.º 1. 1423). En el documento citado fechado en 1786 patio central. Lo cierto es que las dos naves paralelas
también menciona que en la misma trasera de la cons- del Alhorí conquense permiten una gran flexibilidad
trucción analizada se situaba el matadero de la oveja funcional, pues una u otra puede adaptarse como
(AMC leg. 109, Exp. 11, fol. 48, 7 de febrero del año acopio de grano en contenedores, o para usos de
1786). No es extraño que en la Edad Moderna, carnice- despacho burocrático, según convenga a periodos de
rías y pósito se encuentren muy próximos unas de otro. mayor o menor actividad mercantil.
En San Clemente (Cuenca), ambos edificios de bien Es muy posible que algunas transacciones de mer-
250
entrado el siglo XVI comparten medianera en la misma cancías pudieran haberse realizado con procedimiento
plaza de la Iglesia. de subasta pública. De todos modos, la sonoridad per-
Quizá fue esto lo que llevó a pensar a algún autor seguida al enterrar piezas cerámicas dentro de la UEM
que la planta superior del Almudí se levantaría sobre 134 y sobre las enjutas de las bóvedas, se puede expli-

Figura 10. Escudo real UEM 112, sobre revestimiento UEM 72. Michel Muñoz García.

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car por la simple necesidad de comunicación dentro HENARES CUELLAR, I. y LÓPEZ GUZMÁN, R. (1193):
del gran espacio abovedado que es la unidad funcio- Villanueva de los Infantes, Junta de Comunidades de
nal 2. Sobre las lozas halladas en el control arqueológi- Castilla la Mancha, Toledo, 1993.
co rebotarían las ondas sonoras producidas por la voz,
facilitando de este modo una mejor audición. LÓPEZ RUBIO, M. J. (1999): “Entre Románico y Góti-
Como se ha visto, la esencia de esta operación co en Cuenca”, ed. Ibáñez Martínez, P. M. Cuenca, mil
consistió en integrar los resultados de un control ar- año de arte, Cuenca, 212-245.
queológico y catas murarias en una lectura general
del edificio. Con ella se obtuvo la matriz, la radiogra- JIMÉNEZ MONTESERIN, M. (1997): Los Motines de
fía del edificio. Sin embargo, con la obra en marcha, Subsistencia en la Primavera de 1776 y sus repercu-
ésta no sirvió ni para diagnosticar las patologías del siones en la ciudad de Cuenca, Cuenca 11, 21-63.
paciente edificado, ni para influir en el plan inicial de
MARTÍNEZ DÍEZ, G. (1995): Alfonso VIII, ed. La Ol-
la obra. Pero el tratamiento aplicado propició el res- meda, Burgos.
cate de la historia del edificio convaleciente. Sobre
los elementos ordenados cronológicamente, se prac- MUÑOZ GARCÍA, M. A. (2002): Intervención Arqueo-
ticó un sano ejercicio de inferencia histórica contras- lógica del años 2001 y 2002 en la Iglesia de San Pedro
tándola con documentación, tipologías constructivas (Montejo de Salvatierra). Informe inédito depositado
y artísticas, estudios cerámicos y bibliografía. Con ello en la Delegación de la Consejería de Cultura de la
una construcción declarada BIC pudo ser reconside- Junta de Castilla y León, Salamanca.
rada y revalorada en base a:
• Conservar una de las más elocuentes soluciones MUÑOZ GARCÍA, M. A. (2002): Intervención Arqueo-
constructivas medievales en torres defensivas, lógica del años 2001 y 2002 en la Iglesia de San Pedro
que pone de manifiesto la influencia de las co- (Montejo de Salvatierra). Informe inédito depositado
rrientes poliorcéticas punteras de más allá de los en la Delegación de la Consejería de Cultura de la
Pirineos en la segunda mitad del siglo XII. Junta de Castilla y León, Salamanca.
• Ser testigo material de las deficiencias de las
sociedades del Antiguo Régimen en el abaste- MUÑOZ GARCÍA, M. A. (2002): Intervención Arqueo-
lógica en el Edificio Almudí, Cuenca, informe inédito 251
cimiento de la población. Constituir uno de los
edificios mejor resueltos, en cuanto a plazos y depositado en la Consejería de Educación y Cultura
solidez constructiva se refiere, por la industria de de la Junta de Castilla la Mancha, Cuenca.
la construcción conquense en el siglo XVIII.
• Representar un destacado ejemplo de la gran MUÑOZ GARCÍA, M. A. JIMÉNEZ GONZÁLEZ M. C.,
experimentación arquitectónica del siglo de las GUTIÉRREZ MILLÁN M. E. (2002): Segunda campaña
de excavación arqueológica solar del Botánico 2001.
luces, que no contento con la tradición clásica,
Avance de conclusiones. Salamanca Revista de Estu-
incorpora nuevos elementos en el lenguaje ar- dios, n.º 48, 81-128.
quitectónico como el arco apuntado.
• Conservar en su subsuelo un refugio antiaéreo de PARENTI, R. (1988): Le Tecniche di Documentazione
la guerra civil de 1936, símbolo de uno de los epi- pero una lettura stratigrafica dell´elevato. En Franco-
sodios más traumáticos en la historia de España. vich y Parenti (ed.), Archeología i Restauro dei Monu-
menti, All’Insegna del Giglio, Florencia 124-135.
Dicho y hecho, Arqueología de la Arquitectura
pura y dura, el edificio Almudí de Cuenca consiguió ROKISKI LÁZARO, M. L. y TROITIÑO VINUESA, M. A.
su restauración histórica. (1999): Arquitecturas de Cuenca. Junta de Comunida-
des de Castilla la Mancha, Toledo.

SÁNCHEZ SÁNCHEZ, D. (1991): La Catedral Vieja de


Bibliografía Salamanca, Ilustrísimo Cabildo de la Catedral de Sa-
ALIOD GASCÓN, J. L. (1997): El XVIII, un siglo en la lamanca, Salamanca.
historia de Cuenca, ed. Ayuntamiento de Cuenca,
Cuenca. TEALDI, J. (1988): La France Medievale: Romantisme
et Renouveau, Publitotal, Milán.
DÍEZ BALDEÓN, C. (1993): Almagro, Arquitectura y
Sociedad, Junta de Comunidades de Castilla la Man- YARZA, J. (1990): Arte y arquitectura en España 500 /
cha Toledo. 1250, ed. Cátedra, Madrid.

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La Arqueología de la Arquitectura
en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura
de la Universidad Politécnica de Madrid
Fernando Vela Cossío
Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid
fernando.vela@upm.es

253
Doctor en Geografía e Historia por la Universidad Palabras clave
Complutense de Madrid. Profesor Titular de Historia de
la Arquitectura y el Urbanismo del Departamento de Arqueología. Historia de la Arquitectura. Historia de
Composición Arquitectónica de la Universidad Politéc- la Construcción. Conservación y Restauración del Pa-
nica de Madrid. Arqueólogo especialista en conserva- trimonio.
ción, intervención y restauración de edificios históricos. De entre las muchas disciplinas científicas que tie-
nen como campo de aplicación la investigación y la
intervención en el Patrimonio Edificado, la arqueología
Resumen ha sido, entre las de naturaleza histórica, la que ha
conocido un mayor desarrollo en España a lo largo
A lo largo de los últimos años la arqueología ha ido de los últimos veinte años. La principal consecuencia
extendiendo de forma progresiva su campo de ac- de este fenómeno en el ámbito académico de la en-
ción al ámbito de la historia de la arquitectura y de señanza superior, ha sido la progresiva incorporación
la construcción, convirtiéndose en un instrumento de diversas materias relacionadas con la disciplina ar-
imprescindible del trabajo de toma de datos, análisis queológica a los programas y planes de estudio de
y diagnosis que precede a la redacción de los pro- nuestras Escuelas de Arquitectura, sobre todo en los
yectos de restauración arquitectónica. La Escuela Su- niveles de postgrado. La Escuela de Arquitectura de
perior de Arquitectura de Madrid tiene una extensa y Madrid —en la que se está desarrollando un ambicioso
arraigada tradición en la enseñanza de la historia de programa de especialización en conservación y res-
la arquitectura y los monumentos españoles que ha tauración del Patrimonio Arquitectónico y urbano y se
favorecido tanto la incorporación de materias relacio- han implantado distintos cursos de postgrado en este
nadas con la arqueología en sus planes de estudio, campo— no ha sido ajena a este proceso, reafirmando
como la inclusión de la didáctica del análisis arqueo- así una arraigada tradición en el estudio histórico de la
lógico de construcciones históricas en la formación cultura material edificada por parte de los arquitectos
específica de postgrado. españoles.

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Arqueología aplicada al estudio e interpretación de edificios históricos

Arqueología de la arquitectura y proyecto una serie de técnicas y conocimientos específicos en-


de restauración tre los que pueden encontrarse los métodos de levan-
tamiento y reconstitución, las técnicas de rectificación
Un proyecto de restauración riguroso que permita la de fotografía digital, el reconocimiento, caracteriza-
correcta intervención del edificio histórico requiere ción y ensayo de materiales de construcción histórica,
del conocimiento completo de todas sus cualidades. la historia de la ciudad, el arte y la arquitectura y, por
El levantamiento del inmueble, paso previo a cual- supuesto, la historia de la construcción.
quier actuación, requiere la colaboración coordinada Desde finales del siglo XX, sobre todo a lo lar-
de un equipo de técnicos y científicos numeroso y go de los años noventa, se han venido desarrollando
diverso, en el que la interdisciplinaridad de sus com- distintas experiencias relativas al empleo del método
ponentes (arquitectos, arqueólogos, geólogos, histo- de análisis estratigráfico para el conocimiento y la
riadores, ingenieros, topógrafos, químicos, etc.) debe interpretación de los edificios históricos. La arqueo-
contribuir a la recuperación y procesado posterior de logía estratigráfica, definida en su día por Edward
toda la información que sea posible extraer del con- Harris —quien ya se refirió en su libro Principios de
junto edificado. estratigrafía arqueológica a la posibilidad de efectuar
Un buen conocimiento morfológico y métrico de lecturas de paramentos verticales (Harris, 1991)— ha
la construcción histórica, el adecuado análisis metro- ido extendiendo su campo de acción al ámbito de la
lógico, con referencia a las unidades de medida ori- historia de la arquitectura y de la construcción, y se
ginales con las que fue creado, la recopilación del ha convertido en uno de los instrumentos más útiles
material documental y bibliográfico que se refiera a para llevar a cabo el trabajo de toma de datos que
su localización, sus características y sus artífices, el precede inevitablemente, a un buen proyecto de res-
estudio histórico-constructivo, con definición de los tauración arquitectónica.
materiales, técnicas y sistemas de construcción ori- Esta nueva especialidad de la arqueología, que se
ginales, y una evaluación técnico-patológica con la conoce genéricamente con el nombre de arqueología
254
valoración de su estado de conservación y de las cir- de la arquitectura y que se dedica al análisis de las
cunstancias que han contribuido al mismo, son pre- construcciones históricas, ha conocido un desarrollo
misas fundamentales para un trabajo de restauración muy notable en Europa, siendo Italia uno de los paí-
o rehabilitación bien hecho. ses en los que ha cobrado más fuerza y ha producido
Es en este contexto en el que se desarrollan hoy un mayor número de especialistas, aunque se ha ido
las actuaciones de investigación arqueológica de los extendiendo enseguida a otros muchos lugares, ocu-
monumentos y es por ello habitual la presencia del pando España una posición importante en la difusión
arqueólogo en los trabajos de restauración desde el y utilización del método. Los primeros trabajos en los
momento mismo de su comienzo, es decir, desde el que se abordan de manera más o menos sistemática
inicio de las primeras labores de toma de datos pre- los problemas metodológicos y de aplicación de lo
vias a la redacción del proyecto de intervención. La que habitualmente se ha denominado lectura estra-
arqueología ha adquirido así un papel protagonista tigráfica de paramentos, están reunidos en ediciones
en los propios trabajos de toma de datos y se ha italianas, de entre las que debe destacarse el resumen
convertido en una de las herramientas más impor- del curso celebrado en la Universidad de Siena en
tantes para el análisis y la interpretación del edificio septiembre y octubre de 1987 (Francovich y Parenti,
histórico. 1988) así como los trabajos posteriores del propio Ro-
Las actuaciones arqueológicas en edificaciones his- berto Parenti y de otros autores como G. P. Brogiolo,
tóricas requieren el desarrollo de estrategias y proce- F. Doglioni o T. Mannoni, entre otros. A las primeras
dimientos concretos de trabajo, de manera que se ha publicaciones italianas han seguido otras muchas que
ido configurando a lo largo de los últimos treinta años nos van permitiendo perfilar, desde diferentes ópticas
un cierto tipo de especialista en trabajos de arqueo- y posiciones teóricas, los confines metodológicos y
logía de la arquitectura. Este nuevo perfil profesional de aplicación práctica de este sistema de descripción,
debe sumar a la formación convencional del arqueó- análisis e interpretación de los complejos edificados.
logo (métodos y procedimientos de excavación, co- Cabe aquí destacar el importante crecimiento de las
nocimiento de la cultura material, procedimientos de contribuciones españolas a lo largo de los últimos
datación, arqueometría, fotografía arqueológica, etc.) veinte años, que se han materializado en aportacio-

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nes muy interesantes tanto desde el punto de vista de La enseñanza de la historia


la investigación, como en lo referente a la presencia
y de la arqueología en la Escuela
de la disciplina en los diferentes foros de formación
y de debate. Así, en 1995 la revista Informes de la de Arquitectura de Madrid
Construcción, que edita el Instituto Eduardo Torroja
del CSIC, preparó un interesante número monográfi- Desde su creación como Escuela Especial en 1844,
co sobre Arqueología de la Arquitectura al que segui- la Escuela de Arquitectura experimentó un constante
rían, en los años siguientes, distintas publicaciones proceso de renovación de sus planes de estudio, que
que contribuyeron a fortalecer el arraigo de la disci- se fueron actualizando desde 1858, dando comienzo
plina en España. En una síntesis que nos permita muy a una larga y arraigada tradición experimental que
brevemente trazar su recorrido, podríamos destacar nos acompaña hasta el momento presente.
las Actas del curso Arqueología de la Arquitectura: El En la Escuela, que quedaría separada definitiva-
método de estudio aplicado al proceso de estudio y de mente de la Academia de Bellas Artes de San Fer-
intervención en edificios históricos, seminario promo- nando en 1857, el estudio de la Historia (del Arte
vido por la Junta de Castilla y León en 1996, y la ce- y de la Arquitectura) se convertiría en una materia
lebración en Vitoria en 2002 del Seminario Interna- substancial para la educación del arquitecto y en
cional de Arqueología de la Arquitectura, cuyas Actas objetivo preferente de los intereses científicos de la
se publicaron ese mismo año en la revista Arqueolo- propia institución. El plan de estudios de la Acade-
gía de la Arquitectura, que edita desde entonces la mia de 1821 ya definía los estudios mayores de arqui-
Universidad del País Vasco y el Instituto de Historia tectura como la “enseñanza metódica” que formaba
del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, y para el ejercicio de la edificación “civil e hidráulica”,
de la que se han publicado hasta la fecha cinco nú- basándose en las reglas de sencillez, unidad, decoro
meros, con periodicidad aproximadamente anual. En y buen gusto que proporcionaban los modelos de la
ese primer número de la revista, Juan Antonio Quirós antigüedad, que los alumnos copiaban a la aguada de
Castillo presentaba un cuadro general sobre la disci- motivos arquitectónicos y escultóricos grecorromanos
vaciados en yeso. Casi todos los planes incluyeron el 255
plina en España que nos ha proporcionado una ex-
haustiva bibliografía con las principales aportaciones estudio de la Estética y la Teoría del Arte y la Historia
españolas, dando cuenta del importante desarrollo de del Arte y de la Arquitectura. Los propios cursos de
la arqueología aplicada a la investigación de edifica- composición se organizaban en el siglo XIX en un
ciones históricas en nuestro país en los últimos años curso de copia de detalles, otro de copia de edificios
(Quirós Castillo, 2002). Transcurridos casi ocho años y conjuntos y un tercero de invención de edificios de
desde las jornadas de Vitoria, la última reunión que primer orden, los de carácter público o monumental,
acaba de celebrarse por iniciativa del Instituto del Pa- para definir su distribución y su decoración, lo que
trimonio Cultural de España en octubre de 2009 ha pone de manifiesto el fuerte enraizamiento del estu-
servido para hacer balance de la situación actual y ha dio de los estilos históricos durante la segunda mitad
dejado constancia del vigor e interés con el que se del siglo XIX, periodo en el que quedó plenamente
mantiene la disciplina en España y sus muchos pro- de manifiesto cómo la enseñanza de aquellos monu-
gresos en el campo de su didáctica y difusión entre mentos ajenos al clasicismo iba calando lentamente
arquitectos. en las escuelas.
A la vista de este panorama cabe preguntarse, en De la temprana inclinación de la Escuela hacia la
primer lugar, sobre qué tradición se ha cimentado enseñanza y el estudio de la Historia de la Arqui-
la experiencia docente e investigadora en el campo tectura, da cumplida cuenta la propuesta que en el
de la arqueología en nuestras Escuelas de Arquitec- año 1848 elevó Aníbal Álvarez Bouquel (1806-1870),
tura. Para ello nos servirá como referencia la propia profesor de Teoría del Arte y Decoración de Edificios,
Escuela de Madrid que, como continuadora del es- solicitando a la Real Academia su intercesión para
píritu de la Academia, ha mantenido siempre, como que el Gobierno pensionase a los alumnos con el
una parte substancial del quehacer de sus alumnos objetivo de realizar el estudio de los monumentos
y profesores, el estudio de la historia de la arquitec- españoles. Obtenida la ayuda del Estado, los viajes
tura y el levantamiento riguroso de los monumentos dieron comienzo en 1849 y tuvieron como destino
españoles. en primer lugar la ciudad de Toledo, a la que se rea-

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lizaron dos viajes para levantar y estudiar, entre otras Arquitectura con mayor implicación en la colección
edificaciones, la Puerta de Alfonso VI, la propia Ca- Monumentos Arquitectónicos de España. Pensionado
tedral o el monasterio de San Juan de los Reyes. A en Roma, como Jareño, por Real Orden de 25 de no-
los viajes a Toledo (1849-1850) siguieron los de Se- viembre de 1848, disfrutó de cinco años de estancia
govia (1851), Salamanca (1853), Guadalajara (1854) y en esta capital, incorporándose a la Escuela como
Granada (1856). Participaron en la organización de profesor ayudante en 1853. Se trata de un arquitecto
estas expediciones, además del mencionado Aníbal bien conocido por sus aportaciones a la tipología tea-
Álvarez Bouquel, otros profesores arquitectos como tral del siglo XIX, pues es autor del Teatro de la Zar-
Antonio de Zabaleta (1806-1864), Narciso Pascual y zuela de Madrid (1856) y de otros dos en la ciudad de
Colomer (1801-1860), Jerónimo de la Gándara (1825- Valladolid. Aunque en su trayectoria destacan aque-
1877) o Francisco Jareño y Alarcón (1818-1892). llos trabajos donde muestra una marcada inclinación
Antonio de Zabaleta representa fielmente el com- hacia el neogriego, como ya señalara Cabello y Lapie-
promiso del pensamiento liberal con el Patrimonio dra en 1901, fue uno de los primeros arquitectos que
Nacional. Exiliado en Francia desde 1823, regresa a utilizó el gótico en construcciones funerarias, estilo
España hacia 1836. Enseguida le encontramos como en el que construye un panteón en el cementerio de
arquitecto-fontanero en Santander, entre 1838 y 1842, San Isidro de Madrid en 1866 (Navascués, 1973: 117).
y después, desde 1845, como uno de los profeso- En todo caso, de su actitud ecléctica dan cuenta las
res de la recién creada Escuela Especial de Arquitec- muchas referencias históricas que encontramos en su
tura de Madrid, donde coincide con Aníbal Álvarez trabajo, pues a los ejemplos citados se suman otros
Bouquel. Catedrático de Arquitectura Legal y Práctica de distinta procedencia, como el pabellón español de
de la Construcción desde 1845, alcanzará en 1854 el la Exposición Universal de París de 1867, que se ins-
cargo de Director de la Escuela. Desde 1852 había pira en el palacio de Monterrey (Salamanca).
ocupado el cargo de Secretario de la Comisión Cen- Por lo que respecta a Francisco Jareño y Alarcón,
tral de Monumentos Históricos y Artísticos, terreno hay que recordar que forma parte de la primera ge-
256
en el cual le encontramos desde el comienzo mismo neración formada en la Escuela de Arquitectura, en
de su carrera. Se le debe considerar como uno de los la que se tituló en 1852. Pensionado para viajar a
protagonistas decisivos en la puesta en marcha del Inglaterra y Alemania, ganó la cátedra de Historia del
proyecto de Monumentos Españoles y, desde luego, Arte en 1855 e inició una fructífera carrera profesional
en la preparación de las expediciones a Toledo de fuertemente determinada por su inclinación al histo-
1849 y 1850. ricismo. Director de la Escuela en 1874-1875, es autor
Narciso Pascual y Colomer, alumno y titulado por de edificios notables como el Tribunal de Cuentas
la Academia, fue profesor y director de la Escuela Es- (1863), la Escuela de Veterinaria (1877) o el Instituto
pecial de Arquitectura (1852-54) y finalmente director Cardenal Cisneros (1881). Pero su obra más importan-
de la Escuela Superior de Arquitectura entre 1864 y te es el Palacio de Bibliotecas y Museos, iniciado en
1868. Arquitecto en 1833, viaja a Francia e Inglate- 1866 bajo proyecto del año 1862 (Navascués, 1973:
rra con ayuda de la Academia entre 1836 y 1838, in- 120) y cuyas obras se extienden después de la propia
corporándose enseguida como profesor a la Escuela, inauguración, que tuvo lugar en 1892. Aunque sus
en la que enseñó Teoría General de la Construcción trabajos se encauzan en el respeto al clasicismo, ya
(Navascués, 2007: 25-33). Como restaurador de mo- sea éste de procedencia un tanto diversa, también
numentos hay que destacar sus trabajos en la Igle- muestra alguna inclinación hacia los estilos medieva-
sia de San Jerónimo el Real de Madrid (1848-1851), les, como en el Hospital del Niño Jesús (1879-1885) o
en una de las primeras restauraciones en estilo que en la restauración de la Casa de los Lujanes.
tienen lugar en España, alentadas por el Decreto de La actitud de esta primera generación de profe-
1850, en el que se señalaba que en las obras sobre los sionales formados en la Escuela de Arquitectura, de
monumentos “se respetará el pensamiento primitivo, la que cual forman parte tanto Jareño como Gánda-
acomodando las renovaciones al carácter de la fábri- ra, puede contribuir a explicar el modo en que se
ca, procurando que las partes antiguas y modernas se produjo en España el desarrollo del historicismo y
asemejen y parezcan de una misma época”. el despertar de la restauración de los monumentos
Jerónimo de la Gándara, nacido en Ceceñas (San- como actividad propia y específica del arquitecto. Si
tander), es uno de los profesores de la Escuela de el clasicismo académico se había sentido fuertemente

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identificado con el estudio de las antigüedades gre- toria de la restauración monumental: la de la iglesia
colatinas y con la propia actividad arqueológica, el románica de San Martín de Frómista (Palencia). De
despertar del historicismo contribuiría durante el si- esta iglesia dice Manuel Gómez Moreno en 1934 que
glo XIX a inclinar a los jóvenes arquitectos al estudio “lleva sobre sí una restauración tan a fondo, que pa-
de la Edad Media, entendida ahora como un nuevo y rece toda nueva” (Gómez Moreno, 1934) y basta la
fresco repertorio compositivo a considerar. observación de la litografía de F. J. Parcerisa (1803-
El vigor del neogótico en muchos países europeos, 1875) de la colección Recuerdos y bellezas de España
como el Reino Unido, donde se levantaba en estilo para comprender la profunda huella de una restaura-
gótico el nuevo conjunto del Parlamento Británico ción que se encuentra guiada por la búsqueda de un
desde 1838, o Francia, que asiste en estos años al edificio románico prístino que, desde luego, nunca
nacimiento de la restauración de monumentos de la existió. También son obra suya las intervenciones en
mano de autores tan señalados como Eugène Emma- la iglesia visigoda de San Juan de Baños (Palencia),
nuel Viollet-le-Duc (1814-1879) o Jean-Baptiste Las- en el Hospital de Santa Cruz de Toledo o en la Uni-
sus (1807-1857), alentará en la España de la segunda versidad de Alcalá de Henares (Madrid).
mitad del siglo XIX una nueva forma de entender la En cambio, otros arquitectos como Juan Bautista
arquitectura en la que se abren paso las referencias Lázaro (1849-1919), se significan en esta etapa como
medievales, góticas y románicas pero también hispa- firmes críticos de la restauración en estilo. Nacido en
nomusulmanas y mudéjares, en una arraigada sensi- León y titulado desde 1874, Lázaro se forma con Ma-
bilidad que alcanzará el primer cuarto del siglo XX. drazo y Federico Aparici (1832-1917), también nota-
Autores como Juan de Madrazo y Kuntz (1829- ble medievalista. Con esta formación no es extraño
1880) o Demetrio de los Ríos (1827-1892), titulados que trabajase después en la restauración de la Cate-
por la Escuela en 1852, constituyen ejemplos muy dral de León (1892) y sea autor de distintas obras de
representativos de esta clase de formación. Su obra enraizadas referencias historicistas, como el asilo de
se inclina más al gótico y al racionalismo de proce- San Diego y San Nicolás (Madrid 1903-1906), el co-
dencia francesa, y en lo que ahora nos interesa des- legio de Nuestra Señora de Loreto (Madrid, 1889-98), 257
tacar, muestra una clara preferencia hacia el trabajo la Iglesia de los Redentoristas (Madrid 1892-97) o la
de levantamiento de los monumentos. Demetrio de Iglesia de La Milagrosa (Madrid, 1900-1904) en la que
los Ríos fue profesor de Dibujo Topográfico en Sevi- colaboró con su discípulo Narciso Clavería (n. 1869),
lla hasta 1869 y formó parte muy activa de la Comi- con quien desarrollaría también otros muchos traba-
sión de Monumentos (Navascués, 1997: 262). Excavó jos. Para algunos, la Iglesia de La Milagrosa, situada
en Itálica, publicando una Memoria arqueológico- en la madrileña calle de García de Paredes, constituye
descriptiva del Anfiteatro de Itálica en 1862, y dirigió uno de los conjuntos más característicos y logrados
desde 1880, después de la destitución de Madrazo, de la obra de Lázaro (González Amézqueta, 1969).
las obras de restauración de la catedral de León, un Añadida a la Casa-Misión de San Vicente de Paúl, la
edificio que, como nos recuerda Pedro Navascués, Iglesia de La Milagrosa fue uno de los más conoci-
constituye “la escuela en la que se formaron algu- dos y celebrados edificios de este arquitecto que re-
nos de los más importantes restauradores españoles” suelve el interior en estilo neogótico literal, mientras
(Navascués, 1997: 377). Algunas de las actuaciones utiliza el recurso ornamental del ladrillo visto en clave
más señaladas de la historia de la restauración monu- neomudéjar para revestir exteriormente la estructu-
mental en España tendrán lugar durante este periodo ra. Lázaro, que se había formado en el racionalismo
final del siglo XIX y puede leerse en ellas el debate de ascendencia francesa, era ferviente seguidor de
entre los restauradores en estilo y los conservadores las líneas conservadoras, defensoras de la mínima in-
arqueológicos, seleccionados todos de una nómina de tervención, en la restauración de los monumentos.
arquitectos precursores de la actividad restauradora Como restaurador intervendrá, en colaboración con
tan importantes como Manuel Aníbal Álvarez, Juan Ricardo Velázquez Bosco (1843-1923), en la pequeña
Bautista Lázaro, Ricardo Velázquez Bosco o Arturo iglesia prerrománica de Santa Cristina de Lena duran-
Mélida y Alinari. te el periodo 1885-1892; también actúa después en
Manuel Aníbal Álvarez (1850-1930) lleva a cabo San Miguel de la Escalada (1894), mostrando siempre
entre 1895 y 1904 una de las actuaciones restaura- esta actitud austera y rigurosa en la restauración. Pero
doras en estilo más conocidas y discutibles de la his- será el ya mencionado Ricardo Velázquez Bosco el

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encargado de llevar a cabo las intervenciones restau- tectura muy rigurosa y operativa en una línea teórica
radoras más importantes de finales del siglo XIX. Sus de naturaleza histórico-arqueológica, muy necesaria
trabajos en Asturias y en la Catedral de Burgos y, so- para afrontar la urgente necesidad de restauración de
bre todo, su labor como Inspector de Monumentos de los monumentos españoles. Autor de la espléndida
la Zona Sur, le sitúan en algunas de las actuaciones Arquitectura civil española de los siglos I al XVIII (Ma-
más importantes en este periodo, como las primeras drid: Saturnino Calleja, 1922), el trabajo de Lampérez
excavaciones arqueológicas en Medina-Azahara o la se extiende en excelentes trabajos durante todo el
restauración de la Mezquita de Córdoba, donde tra- primer cuarto del siglo XX, como la Historia de la
bajará hasta su muerte en 1923. Muestra en todos los arquitectura cristiana (Barcelona: Juan Gili, 1904) o
casos, gran interés por el “método histórico” empren- los trabajos sobre el Castillo de La Calahorra (Madrid:
dido en Italia por Lucca Beltrami (1854-1933) y que Hauser y Menet, 1914), la catedral de Burgos (Barce-
combate las arbitrariedades de las restauraciones en lona: J. Thomas B. 1913), los monasterios españoles
estilo indiscriminadas. (Madrid: Saturnino Calleja, 1920). El 1 de junio de
Distinto a los de Lázaro y Velázquez Bosco es el 1916 D. Vicente Lampérez y Romea ingresó en la
perfil de Arturo Mélida y Alinari (1849-1902). Artista Real Academia de San Fernando con la lectura del
versátil, buen pintor e ilustrador, Arturo Mélida repre- discurso sobre Los Mendoza del siglo XV y el Castillo
senta el epígono historicista de la arquitectura espa- del Real de Manzanares, con contestación de D. José
ñola del siglo XIX. Es autor de obras neomedievales Ramón Mélida. Fue Director de la Escuela Superior
en estilo gótico final, como el Monumento a Colón de Arquitectura entre 1920 y 1923. Aunque hoy nos
de Madrid (1881-85), el Pabellón Español de la Ex- parezcan discutibles los criterios empleados por Lam-
posición del Centenario en París (1889) o la Escuela pérez en muchas de sus intervenciones, lo cierto es
de Industrias Artísticas de Toledo (1882), un edificio que fue uno de los primeros teóricos españoles en el
ciertamente ecléctico que combina el gótico Reyes Ca- campo de la restauración de monumentos.
tólicos, con el que tanto se familiariza nuestro autor En ese periodo se desarrolla en España el corpus
258
durante su etapa de trabajo en San Juan de los Reyes, legislativo y normativo inicial que permite afrontar la
con la arquitectura en ladrillo de tradición mudéjar. difícil labor de conservación y restauración del olvida-
Por lo que se refiere a la intervención en monumen- do Patrimonio Monumental. Desde 1900 se desarrolla
tos, Mélida debe ser recordado por su trabajo en el la confección del Catálogo Monumental de España del
claustro de San Juan de los Reyes de Toledo, al que que aparecen los volúmenes dedicados a León, Zamo-
llega en 1881 por encargo del ministro de Fomen- ra y Salamanca (Gómez Moreno), Cádiz (Romero de
to, Juan Luis Albareda. El proyecto de Mélida para el Torres), Huesca (del Arco), Barcelona (Ainuad i Gu-
claustro constituye, siguiendo a Navascués, un docu- diol) o Zaragoza (Abad). De entre todos ellos, la figura
mento de inestimable interés, «no sólo porque permi- esencial es, desde luego, la del historiador del arte D.
te reconocer la obra que se llevó a cabo en el siglo Manuel Gómez Moreno, autor de trabajos innumera-
XIX, sino por el propio documento en sí, redactado bles acerca de la arquitectura española que se extien-
en caracteres góticos sobre pergamino, con tintas de den especialmente por el arte medieval y el del Re-
varios colores, miniaturas, y conteniendo unos mag- nacimiento. Se restauran en este periodo, con fortuna
níficos dibujos a pluma sobre las partes a restaurar» desigual, importantes edificios históricos, como San
(Navascués, 1972: 236). El título de su discurso de Martín de Frómista (Manuel Aníbal Álvarez, 1894) y
ingreso en la Academia: Causas de la decadencia de dan comienzo los trabajos de intervención de la Mez-
la arquitectura y medios para su recuperación (1899) quita de Córdoba (Velázquez Bosco, 1891-1923) y de
deja muy clara su personal inclinación hacia la res- la Alhambra de Granada, últimos episodios vinculados
tauración. a la tradición decimonónica (Navascués, 1997: 398).
Vicente Lampérez y Romea es a comienzos del Los cambios de orientación en la arquitectura espa-
siglo XX la figura más importante en la enseñanza ñola desde la Gran Guerra fueron constantes y progre-
de la Historia de la Arquitectura en la Escuela de Ma- sivos. Bernardo Giner de los Ríos en su espléndido libro
drid. Catedrático de Teoría del Arte desde 1901, con Cincuenta años de Arquitectura Española II, comenta
la jubilación de Ricardo Velázquez Bosco, pasó a ocu- que han sido las dos postguerras (la de la Guerra del
par en 1918 la cátedra de Historia del Arte. Lampérez Catorce y la de la Guerra Civil) las que han hecho ca-
promoverá el magisterio de una historia de la arqui- minar a saltos a España en las Bellas Artes (Giner de los

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Ríos, 1980: 13). Los años veinte, sobre todo en su segun- ámbito de la restauración y conservación de los monu-
da mitad, gracias al concurso de los autores ya citados mentos históricos. Como señala también Giner de los
alumbraron para la arquitectura española. Estos autores Ríos (1980: 121) se trata de un aspecto de la arquitec-
encontraron un ambiente extraordinariamente complejo tura española contemporánea que no puede omitirse.
y hubieron de partir de la reforma de la propia tradición En 1923 es nombrado arquitecto conservador de La Al-
en una etapa que, en palabras de Torres Balbás, “era un hambra Leopoldo Torres Balbás. Discípulo de D. Manuel
periodo de indecisión entre un glorioso pasado que con- Bartolomé Cossío en la Institución Libre de Enseñanza,
tinuar y un arte moderno y sugestivo que iniciar” (Torres Torres Balbás —que entre 1918 y 1923 había trabajado
Balbás, 1918: 31-34). La creación misma de la nueva Ciu- en teoría y crítica de la arquitectura, como demuestra su
dad Universitaria de Madrid está íntimamente ligada a la abundante producción escrita en esos años— prosegui-
introducción de los criterios de la moderna arquitectura rá en este gran conjunto nazarí las orientaciones de D.
europea en España, en una nueva actitud reformadora Ricardo Velázquez Bosco, que había sido responsable
y de progreso de la que el extraordinario conjunto de la del Plan de Restauración del monumento del año 1917.
universitaria de Madrid y el propio edificio de la escuela Queda así enlazada la primera generación de restaura-
son muestras bien representativas. El propio Teodoro de dores e historiadores del arte españoles con la genera-
Anasagasti (1880-1938), que había sido profesor auxiliar ción central que gestiona la extensión en nuestro país de
de dibujo de la Escuela y que obtuvo en 1923 la Cátedra los modernos criterios científicos de intervención en el
de Historia General de las Artes Aplicadas e Historia de Patrimonio. Desde 1929 Torres Balbás sumará al trabajo
la Arquitectura (Navascués Palacio, 1995: XI-XV), en su de conservador de La Alhambra el de responsable de la
obra sobre la Enseñanza de la Arquitectura se refiere a sexta zona monumental (que incluía las cuatro provin-
“aquel destartalado caserón de la calle de los Estudios, cias de Andalucía oriental, más las de Albacete, Alican-
el más detestable de los edificios madrileños destinados te y Murcia) y aunque su producción científica declina
a la enseñanza” en un ejercicio de naturaleza metafóri- con respecto a las etapas anteriores, sigue publicando
ca que viene a poner en tela de juicio la organización en la revista Arquitectura y comienza sus trabajos para
de la enseñanza de la arquitectura, a cuya orientación Archivo Español de Arte y Arqueología, Arte Español y 259
para un moderno plan destina este libro extraordinario otras revistas científicas (Muñoz Cosme, 2005: 99). En
que tan acertadamente reeditó la escuela en 1995. Sofía 1931 obtiene Torres Balbás la cátedra de Historia de la
Diéguez, en su libro sobre la Generación del 25 (Dié- Arquitectura y las Artes Plásticas de la Escuela Superior
guez Patao, 1997) recuerda las palabras de Blanco Soler de Arquitectura de Madrid, a la que concurría igualmen-
que, en la misma línea que Anasagasti, se refiere al am- te Francisco Íñiguez Almech. Se inicia así una extensa
biente de la escuela: “el viejo caserón de la calle de los labor académica y formativa que le acompañará hasta el
Estudios estaba en consonancia con las ideas de aquel final de su vida; Fernando Chueca Goitia, que fue alum-
tiempo. Profesores de evidente prestigio y experiencia no suyo y después colaborador, dice del maestro que «el
enseñaban, sobre todo, a confeccionar bellas estampas. arquitecto restaurador, el medievalista, el investigador,
Nadie creía en la necesidad de una crítica inteligente y llevaba otra vocación que difícilmente podía ser repri-
abierta, que hubiera evitado ‘seguir respirando el mismo mida, la de pedagogo. Don Leopoldo, como hijo pre-
aliento’ y hubiese despertado nuevas ideas”. dilecto de la Institución Libre de Enseñanza, creía por
Durante el breve lapso de la II República también se encima de todo en la educación del pueblo y en la re-
renovó la enseñanza de la Escuela. El Plan de 1933, un generación de un país tan maltratado por la suerte, por
poco más largo que el anterior, pues constaba del ingre- medio de la cultura» (Chueca Goitia, 1991: XI). El trabajo
so, un curso complementario y cinco más, alcanzó hasta de Torres Balbás como restaurador, como investigador y
bien superada la posguerra, y llegó vigente al año 1957. como profesor constituye uno de los aspectos más im-
Este plan de 1933 apenas contribuyó al desarrollo de la portantes de la historiografía de la arquitectura española
arquitectura moderna con anterioridad a la Guerra Civil, contemporánea y sirve a la perfección para explicar la
sin embargo fue crucial en la formación de las primeras transición entre la etapa de la República y la Guerra Ci-
generaciones de la posguerra (Baldellou, 1997: pág. 10), vil con la posguerra. El caso de Leopoldo Torres Balbás
estudiadas con acierto por Ruiz Cabrero en su libro El es un ejemplo representativo de lo sucedido entonces.
Moderno en España. Arquitectura 1948-2000. Sorprendido por la Guerra Civil fuera de Madrid, Torres
En el análisis de la situación de la arquitectura, y Balbás se encontraba el 18 de julio en Soria, por tanto, en
de su enseñanza, en esos años no puede obviarse el la zona sublevada, ciudad en la que permaneció buena

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parte de la guerra ejerciendo de profesor de historia y de Villanueva (1949), la arquitectura del siglo XVI (1953)
dibujo en el Instituto de Segunda Enseñanza de la capital o Andrés de Vandelvira (1954). Traductor del esplén-
castellana. En 1937 se le encomienda la restauración de dido resumen que constituye la Historia de la Arqui-
la Catedral de Sigüenza, una labor que desarrolla hasta tectura Española de Bernard Bevan (1950) con el que
el término de la guerra, cuando la Dirección General de aprendió historia de la arquitectura una generación en-
Regiones Devastadas se hace cargo de la dirección de tera de arquitectos —formados en la Escuela desde los
los trabajos, que recaen finalmente en Antonio Labrada. años cincuenta hasta los primeros sesenta— y autor de
Después de la Guerra Civil Torres Balbás sufre, como la Historia de la Arquitectura Española. Edad Antigua y
tantos españoles, la apertura de varios expedientes de Edad Media (1965), con la que se formó la generación
depuración por sus supuestas responsabilidades políticas siguiente, el profesor Chueca Goitia marcó la enseñanza
a favor de la República. Aunque salió indemne de estos de la historia del urbanismo y de la arquitectura has-
expedientes, fue apartado de su cargo de conservador de ta bien entrados los años ochenta. Discípulo de Torres
La Alhambra y de la sexta zona (1936) y estuvo al borde Balbás, conoció un extraordinario reconocimiento aca-
de perder la cátedra. La extraordinaria labor docente y de démico por parte de las instituciones españolas y ex-
investigación que lleva a cabo Leopoldo Torres Balbás en tranjeras, recibiendo, entre otras distinciones la Orden
la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid durante de las Letras y las Artes de la República Francesa, la de
este periodo —labor reconocida en las numerosas dis- la Society of Architectural Historians de Norteamérica o
tinciones y nombramientos que recibe: Jefe de Sección la de la Academia delle Arti e del Disegno de Florencia
del Instituto Arias Montano del CSIC en 1940, director (Navascués Palacio, 2001: 9).
del Instituto Valencia de Don Juan en 1949, Académico Los últimos años de docencia de D. Fernando Chue-
de Bellas Artes en 1954— es ineludible en un proyecto ca Goitia, hasta mediados de los años setenta, nos lle-
docente del área de conocimiento de Composición Ar- van a la incorporación de una nueva generación de
quitectónica. Catedrático de Historia del Arte desde 1931 jóvenes historiadores del arte a las cátedras de historia
hasta su jubilación en 1960, fue maestro de historiadores de la Escuela de Arquitectura de Madrid, profesores
260
y de excepcionales profesores de la Escuela, entre los comprometidos en la elaboración de una historia de la
que hay que destacar a Fernando Chueca Goitia. La labor arquitectura y de la ciudad renovada cuyos programas
investigadora de Torres Balbás desde los años cuarenta contaban con una gran transversalidad que ha forta-
se concentra en torno a la arquitectura y la ciudad hispa- lecido las raíces de la enseñanza científica y rigurosa
nomusulmana y constituye una de las aportaciones más de la historia que se practica hoy en las Escuelas de
importantes al desarrollo científico de la disciplina histó- Arquitectura españolas.
rica en el campo de la historia de la arquitectura y de la
ciudad, que tanto le deben.
La labor docente de Francisco Íñiguez Almech (1901- La enseñanza de la arqueología
1982) y de Fernando Chueca Goitia (1911-2004) explica
el desarrollo de la enseñanza de la historia de la ar-
de la arquitectura en la Escuela
quitectura en la Escuela de Madrid en la segunda mi- de Arquitectura de Madrid
tad del siglo XX. El primero fue profesor de Teoría y
Composición e Historia del Arte y la Arquitectura de la Como ya hemos tenido ocasión de señalar, a lo largo
Escuela de Madrid desde 1931 hasta 1965, de la Escuela de los últimos veinte años se ha venido incrementan-
de Arquitectura de Navarra entre 1965 y 1982, Comisario do de forma señalada el número de cursos de post-
del Patrimonio Artístico Nacional (1939-1964), Director grado y de seminarios sobre arqueología celebrados
de la Escuela Española de Historia y Arqueología en en las Escuelas de Arquitectura españolas. Uno de
Roma (1950-1957) y responsable de la restauración del los centros pioneros en la implantación de esta clase
conjunto de la Aljafería de Zaragoza. Por lo que respecta de enseñanzas ha sido la propia Escuela Técnica Su-
a Fernando Chueca Goitia, profesor de la Escuela desde perior de Arquitectura de Madrid, en la que se han
1954 y catedrático de la misma desde 1968, es autor de venido impartiendo distintas materias relacionadas
una notable producción histórica desde 1947, cuando con la restauración monumental y la conservación
se publica Invariantes castizos de la arquitectura espa- del Patrimonio Edificado que han incluido, de forma
ñola, una obra señaladísima a la que seguirían trabajos variable como ahora veremos, el estudio de materias
decisivos sobre la Catedral de Valladolid (1947), Juan de relacionadas con la arqueología.

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Por lo que respecta a las enseñanzas vigentes lo ción en Edificios Históricos, la de Determinación y Res-
primero que se ha de destacar es que la puesta en titución Gráfica de la Arquitectura, una sobre Análisis
marcha del Plan de Estudios de 1996 —consecuencia y Consolidación de Estructuras Antiguas, un Taller de
de las reformas de la enseñanza universitaria española Cantería y un Taller de Construcción Gótica; además,
alentadas inicialmente por la LRU (1983)— ha signifi- en esta misma línea se incluye desde el año 2007 una
cado para nuestros estudiantes de los últimos quince asignatura específica sobre Arqueología Industrial.
años un aumento extraordinario de las posibilidades Sin embargo, más singularizada y rica ha sido la
a la hora de cursar materias optativas y de libre elec- presencia de la arqueología a lo largo de estos años
ción. En este contexto, en la Escuela de Madrid se es- en la enseñanza de postgrado que se ha desarrollado
tablecieron distintas Líneas de Especialización donde en la Escuela.
se reúnen y organizan este conjunto de materias que El curso Máster en Restauración Arquitectónica que
complementan a la oferta general de asignaturas tron- impartía el Departamento de Construcción y Tecnolo-
cales y obligatorias, existiendo una línea concreta de gía Arquitectónicas de la UPM, un curso de postgrado
Conservación y Restauración del Patrimonio que in- fuertemente consolidado del que se celebraron nada
cluye, entre otras, la asignatura de Teoría y Técnicas de menos que diecisiete ediciones entre 1991 y 2007, in-
la Restauración, una materia en la que se incluyen dis- cluía hasta el curso 2001 un módulo específico dedica-
tintas lecciones sobre la incidencia de la arqueología do a la incidencia de la arqueología en la restauración.
en la intervención de monumentos. Otras asignaturas a A partir del año 2002, y por iniciativa del catedrático de
destacar en este sentido son las de Historia de la Cons- materiales de construcción Luis de Villanueva Domín-
trucción (I y II), la dedicada a Técnicas de Interven- guez, entonces codirector del máster, este módulo se

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Figura 1. Lienzo de la muralla de Toledo en el área de la Puerta de Alcántara. Fotografía rectificada. Alumnos: Enrique Daza Pardo, Desiree García
Paredes, Julieth A. Raballaty y Víctor Rodríguez Balseiro.

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Figura 2. Detalles de aparejos del área de la Puerta de Alcántara. Dibujo. Alumnos: Enrique Daza Pardo, Desiree García Paredes, Julieth A. Raballaty
y Víctor Rodríguez Balseiro.

convertiría en un curso de especialidad, con persona- —donde, a lo largo de varios años, se pudieron estu-
lidad propia dentro del máster, acompañando así a los diar las áreas de la puerta del Vado (2004), puertas de
de patología de la edificación y técnicas de interven- Bisagra Vieja y Valmardón (2005), Puerta de Alcántara
ción, y al de teoría y práctica de la restauración. Tam- (2006), Puerta del Sol (2007) y Puerta del Cambrón
bién el curso Máster en Conservación y Restauración (2008)— o las Iglesia s segovianas de Sequera de
del Patrimonio Arquitectónico y Urbano que impartía Fresno y Aldeanueva del Campanario (2009), estando
en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Ma- previsto para el año 2010 el análisis de la Iglesia de
drid el Instituto Juan de Herrera incorporaba en su Nuestra Señora del Manto de Riaza (Segovia).
programa algunas clases sobre arqueología. Estos ejercicios prácticos incluyen siempre el de-
Del curso de postgrado de Especialista en Arqueo- sarrollo de trabajos en equipo, normalmente de ca-
logía de la Arquitectura se han celebrado nueve edi- rácter interdisciplinar dada la variedad formativa de
ciones entre 2002 y 2010, por lo que bien se le pue- los alumnos que siguen el curso y entre los que se
de considerar el decano de la Universidad española encuentran arqueólogos, arquitectos y arquitectos
en su especialidad. Desde su creación incluye, como técnicos, historiadores, restauradores y conservado-
parte substancial para la formación de los alumnos, res de bienes culturales, geólogos y otros titulados en
el desarrollo de un ejercicio práctico de campo. Así, disciplinas afines. Se llevan a cabo tareas de levanta-
hemos tenido ocasión de realizar prácticas de lectura miento en el conjunto elegido mediante el empleo de
y análisis de paramentos en conjuntos históricos tan procedimientos convencionales y también con aplica-
interesantes como el Alcázar de Guadalajara (2001), ción de técnicas de rectificación de fotografía digital,
el Castillo de las Peñas Negras de Mora, Toledo (2002 y se programan labores de toma de datos puramente
y 2003), las murallas y puertas de la ciudad de Toledo estratigráficos, con elaboración de las correspondien-

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Figura 3. Detalles de aparejos del área de la Puerta de Alcántara. Fotografía digital rectificada. Alumnos: Enrique Daza Pardo, Desiree García Paredes,
Julieth A. Raballaty y Víctor Rodríguez Balseiro.

tes fichas de unidades estratigráficas individualizadas, Escuela de Arquitectura de Madrid ha venido a reafir-
y de análisis de la construcción histórica estudiada, mar su fuerte vocación en la enseñanza de la restau-
con propuestas de secuencias estratigráficas y cuando ración monumental. La estructura de este nuevo cur-
es posible, de cronotipologías de aparejos. so máster de 90 ECTS, que recoge la larga experiencia
A lo largo de todos estos años, la estructura de de los cursos citados y en el cual se han integrado sus
estos cursos master en Restauración Arquitectónica cuerpos docentes, consta de cuatro grandes módulos:
y en Conservación y Restauración del Patrimonio Ar- teoría e historia, documentación, construcción y ta-
quitectónico y Urbano y del curso de especialidad en ller de restauración. En el módulo de documentación,
Arqueología de la Arquitectura ha permitido contar que imparte docencia en los dos primeros semestres
con la presencia en la Escuela de destacados especia- del curso, se encuentran las asignaturas de Métodos
listas españoles y extranjeros, entre los que podemos de Documentación (1 ECTS), Levantamiento y Foto-
encontrar nombres tan señalados como los de Luis grametría (3 ECTS), Lectura histórico-documental (2
Caballero Zoreda (Consejo Superior de Investigacio- ECTS) y Arqueología de la Arquitectura (2 ECTS).
nes Científicas), Francesco Doglioni (Universidad de En el módulo de Documentación se programan tra-
Venecia), Alberto López Mullor (Diputación de Barce- bajos prácticos de documentación histórica y de lectura
lona), Roberto Parenti (Universidad de Siena), Miguel y análisis de paramentos. En 2008 las prácticas se cen-
Rivera Dorado (Universidad Complutense de Madrid) traron en el conjunto histórico de Talamanca de Jarama
o Juan Zozaya (Museo Arqueológico Nacional). (Madrid), donde se estudiaron tanto el recinto amura-
Con la creación en el curso académico 2007-2008 llado, las torres y puertas que conserva —llamadas de
del nuevo Master Oficial en Conservación y Restau- la Tostonera y de Uceda— como la iglesia parroquial,
ración del Patrimonio Arquitectónico y Urbano, la un bello ejemplar de ábside románico de gran interés.

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Figura 4. Alzado norte de la Iglesia de Talamanca de Jarama (Madrid). Alumnas: Catherine Rangel, Karenina Urriola, Susana Tres.

Figura 5 (izquierda). Levantamiento ortofotográfico del alzado exterior la Puerta de San Andrés. Alumnos: David Domingo Marazuela, Alejandro García
Hermida y David Sánchez Bellido. Figura 6 (derecha). Estratigrafía del alzado exterior de la Puerta de San Andrés. Alumnos: David Domingo Marazuela,
Alejandro García Hermida y David Sánchez Bellido.

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Figura 7. Estudio de aparejos del muro norte de la Iglesia de Talamanca de Jarama (Madrid). Alumnas: Catherine Rangel, Karenina Urriola, Susana Tres.

En 2009 las prácticas se han desarrollado en colabo- trimonio Histórico, constituye una parte substancial
ración con la oficina del área de rehabilitación inte- del conjunto de reformas que acompañan al llamado
gral del centro histórico de Segovia, dependiente de proceso de Bolonia. Restaría ahora establecer —de
la Concejalía de Cultura y Turismo. Se han estudiado cara a la elaboración del nuevo Plan de Estudios de la
las Puertas de Santiago, San Cebrián y San Andrés, Escuela Superior de Arquitectura de Madrid que de-
el portillo de San Juan de los Caballeros y la Iglesia biera implantarse a lo largo del año 2010— el alcance
de San Nicolás, además de un conjunto de edificios e importancia que la enseñanza de la Arqueología y
próximos a esta última. Los resultados han sido muy de la Historia de la Arquitectura vayan a tener para la
satisfactorios. formación de los futuros arquitectos españoles. De-
La consolidación de los nuevos estudios de post- penderá sin duda del conocimiento, el respeto y la
grado oficiales, que cuentan como hemos visto con admiración que los profesores y alumnos de hoy sen-
extensos antecedentes en lo que se refiere a la di- timos hacia las muchas generaciones formadas en la
dáctica de la conservación y la intervención en el Pa- Escuela desde hace más de un siglo y medio.

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Figura 8. Ficha de unidad estratigráfica muraria correspondiente a la Puerta de San Andrés. Alumnos: David Domingo Marazuela, Alejandro García Hermida
y David Sánchez Bellido.

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