Don Juan Manuel nació el 5 de mayo de 1282, en el Castillo de Escalona, situado en la actual provincia de Toledo. . Quedó huérfano de padre Manuel de Castilla en 1283 y de su madre, Beatriz de Saboya, en 1290, cuando solo contaba ocho años, por lo que fue su tutor el rey Sancho IV de Castilla. Se casó tres veces: Con la infanta Isabel de Mallorca, con Constancia de Aragón y con Blanca. Ostentó los títulos simultáneos de conde y príncipe de Villena. Hasta el siglo XIII no existía prosa literaria en castellano. El romance había sido considerado una lengua apropiada para la comunicación oral y el verso, pero no para la composición de obras científicas. Este proceso culminará con la creación en el siglo XIV de la prosa de ficción, cuyo máximo exponente es Don Juan Manuel. Don Juan Manuel se convirtió en uno de los hombres más ricos y poderosos de su época: además de mantener él solo un ejército de mil caballeros, llegó a acuñar su propia moneda durante un tiempo, tal y como hacían los reyes. El autor de El conde Lucanor compaginó durante toda su vida sus actividades como escritor y como noble caballero, pero en su entorno se deslizaron críticas sobre su vocación literaria, pues se pensaba que un noble de tan alto rango y prestigio no debía dedicarse a tales actividades. Pero el placer que encontraba en la escritura y la utilidad que veía para los demás en ella le llevaron a seguir con su actividad literaria. Don Juan Manuel falleció en la primavera de 1348, el 5 de mayo El Conde Lucanor INTRODUCCIÓN El conde Lucanor empieza la conversación con su consejero Patronio planteándole un problema y solicita consejo para resolverlo. Patronio siempre responde con gran humildad, asegurando no ser necesario dar consejo a una persona tan ilustre como el conde, pero ofreciéndose a contarle una historia de la que este podrá extraer una enseñanza para resolver su problema. Esta obra es de literatura castellana medieval y contiene 51 cuentos moralizantes, resulta muy interesante conocer la enseñanza que nos deja cada uno, ya que nos puede ayudar a reflexionar sobre nosotros mismos, y en la mayoría de escritos, de algún modo, nos da algo en que pensar. Hasta el siglo XIII no existe prosa literaria en castellano. El romance había sido considerado una lengua apropiada para la comunicación oral y el verso, pero no para la composición de obras científicas. Este proceso culminará con la creación en el siglo XIV de la prosa de ficción, cuyo máximo exponente es Don Juan Manuel.