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Poemas
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Fantásticos
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PARIS
n. ROGER l~'r F. CHERNOVIZ
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Poemas
Fantásticos
A mi herma110 Octavio.
OBRAS
En preparación:
Poemas
..•
Fantásticos
l;Õ:
\ Edgard A. Poe, Heine, Bürger, V. Hugo,
Baudelaire, Rollinat, Musset, Leconte de Lisle
PARIS
R. ROGER B'l' F. CH]!jRNOVIZ
ÉDlTEUltS
!Y..l, BOl'LE'·AIII) [\.151'.\11., !l!l
Durante algunas noches de invierno, en una ciudad
del norte de Inglaterra - donde los inviernos son
:an intensos y las noches tan largas - y sólo como
un alto en nada poéticas faenas, se han escrito las
presentes traducciones, imitaciones y adaptaciones
de ciertas obras maestras de la poesia fantástica.
Cuando la lluvia y el viento en desatadas ráfagas
azotan lo vidrios de las ventanas y gimen entre las
tinieblas como desolados espíritus del invierno;
e uando la nieve cubre blandamente la ticrra con
s u silencioso manto de blancura y los carbones
encendidos del hogar nos sobresaltan con una cre-
pitación súbita ó nos fascinan con las cvocadoras
fulguraciones de sus rojas miradas, la imaginación
tiende el vuelo hácia ~~ las plutónicas riberas" de
lo desconocido y de lo sobrenatural; de ahí la en-
soñación de donde brota Ia poesia fantástica, poesia
de invierno, de sombras y de soledad.
En la noche callada, en el aislamiento y la mc-
lancolia, presa el espíritu de vagas ansiedades y de
indefinibles tristezas, comprende la inspiración
legendaria y fúnebre, la poesia de la pavura y de la
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II
Il[
IV
VI
VI I
VIII
IX
XI
XII
XIII
XIV
xv
" Profeta, dije, augur de otras edades
Que arrojaron las negras tempestades
Aqui para mi mal,
Huésped de esta morada de tristura,
Dí, fosco engendro de la noche obscura,
Si un bálsamo habrá .11 fin á mi amargura" :
Dijo el cuervo: " JamÚs! "
XVI
XVII
XVIII
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IrI
IV
v
y yo dije á mi Alma: " Más que Diana
Ardiente, aquella misteriosa luna
Rueda al través de un éter de suspiros;
Lágrimas de su faz una por una
Resbalan do el gusano nunca muere.
Para mostrarnos la celeste ruta
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VI
VII
VIII
IX
Melodiosa y cristalina
Suena, suena
Suena, suena, suena, suena
La nota ¡¡gil y argentina
Con metálico y alegre y límpido retintín!
Il
III
IV
Te ví un punta
Era una noche de julio, noche tibia y perfumada,
Nochè diáfana;
De la luna plena)' límpida
Límpida como tu álma
Descendian
Sobre el parque adormecido grácil es velas de plata;
Ni una ráfaga
El infinito silencio
y la quietud perturbaban,
En el parque
Evaporaban las rosas los perfumes de sus almas,
Para que las recogieras
En aquella noche mágica;
Para que tu lo aspiraras su último aliento exha laban
Como en una muerte extática,
y era una selva encantada
y era una noche de ensueños y claridades fantástica s !
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II
III
IV
N ache obscura,
Ya D'iana
Entre turbios nubarrones hundió la faz plateada;
y tÚ sóla
En media de la avenida
Funeraria,
Te deslizas
Irreal, mística y blanca,
Te deslizas y te alejas in corpórea cual fantasma,
Sólo flotan lUS miradas,
Sólo tus ojos perennes,
Tus ojos de hondas miradas
Fijos quedan!
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(POI':)
II
III
IV
v
Mas de repente seres extra¡]os,
Fúnebres seres siempre de duelo,
El trono altivo de aq uel monarca
Asaltan pérfido:,.
La antigua gloria y el poderio,
El poderio del Pensamiento
Son ya una historia C1si olvidada
Hace ya tiempo, ya mucho ticmpo !
_d 3 I ---
VI
(POE)
II
III
IV
En mitad de la tragedia
Un intruso se adelanta
En sangre tint,), que espanta
y á los actores asedia,
H íspida som bra falaz
Se arrastra lenta, y tenaz
A los actores se enrosca
y cual la araña á la mosca
Va devorándoles fosca
Con apetito vo:-az.
- 3S --
v
Oscuridad! El final
Ninguna luz ilumina;
Baja la negra canina
Como paila funeral...
y el querube espectador
Comprende con hondo horror
Sin que aquel final le asombre
Que la tragedia es " El Hombre ,.
y de ella el héroe sin nombre
El Gusano Vencedor!
EL DORADO
(POE)
Un gallardo caballero
Valiente como un cruzado,
Alegre, j6ven y fiero
Por un áspero sendero
Marcha en busca de El Dorado.
Il
lH
La fuerza le ha abandonado,
Cae al tin y alcanza á ver
Fúnebre Sombra á su lado:
" Sombra le dice al caer
¿ En dónde se halla El Dorado? "
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IV
(POE)
II
III
IV
v
Por esa senda desolada y triste
Que recorren tan sólo ángeles malos,
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(m:I1Œ)
II
III
(HEINE)
La Condesa y su doncella
El Rin van cruzando solas
En un esquife; la luna
Alumbra las crespas ondas
y los vientos de la noche
Lúgubres soplan y soplan ...
iAy cuán triste es el nadar
De los muertos en la sombra!
II
III
La doncella va re:l1ando,
La condesa con voz sorda
Dice: "¿ V es sicte cadáveres
Que nadando nos acosan?
Fueron siete caballeros
Rríllantes de amor y gloria,
Juráronme fé constante
y despues de dulces horas
Los hice arrojar al rio
Para que su fé no rompan ... "
Ay! ; cuán triste es el nadar
De los muertos en la sombra!
IV
(HmŒ)
IHEll-:r·:)
, J
y empéí1ame tu fé de caballero
De que me cumplirás io que te digo:
" Ven maí1ana á mi fiesta, yo lo quiero
Ven á mi boda y bailarás conmigo .• ,
Il
III
IV
(BÜRGEH;
(BÜRGER)
[deras
Cuando llega á un sitio agreste do confluyen dos sen-
Por los dos opuestos lados á él vienen dos caballeros:
[avanzan
y vé grandes perros negros que entre las sombras
y sobre él como á su presa deVOl'lldores se lanzan.
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y huye y huye y la fantástica batida sigue incansable~
H uye y huye y la jauria va siguiendo al miserable
¡grave
y en los montes y en los valles con són lastimero y
Res uena el cuerno de caza, de la caza del Margrave,
[mente
y por los mismos senderos por donde él cazó incle-
Los perros negros dan caza al Margrave eternamente.
,LA CONCIENCIA
(V. HUGo)
(BAUDELAIRE)
( ROLLI:-<AT)
('\'1 lJSSET)
EL POETA
LA VI~;ION
(LECOl'iTE DE LISLE)
II
fIl
j Alicia!
i Alicia! ¿dónde bendecidas
Palmas habrá que amparen tu hermosura)
Hubieras dado sin temblar mil vidas
IV