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Veinticinco razones para vivir

1. ¿Qué se le puede pedir a la vida? Es una forma amable de preguntarnos,


con sinceridad, hasta donde nos comprometemos con la misma, cual es
nuestra capacidad para emprender aventuras, para profundizar.

2. Y qué aportamos nosotros a la vida, a la naturaleza, a los otros, qué


legado dejaremos un día de estos.

3. Pareciera que la vida no es justa, pero más allá de lo que entendemos por
azar o suerte, nos cabe actuar, llevar la vida en los propios brazos, jugar la
partida.

4. No matemos el tiempo, no nos dejemos atrapar por el aburrimiento, la


monotonía, innovemos, recreémonos.

5. Hemos nacido para la ayuda mutua. Alegrémonos con los demás y


compartamos tristezas. El verdadero objetivo de la vida es hacer felices a
los demás.

6. Perseverar depende únicamente de la voluntad, sí, lo que nos ocupa


exige esfuerzo e interés, pero nos aportará felicidad.

7. La vida se entreteje de ilusiones con las que construimos los sueños.


Tracemos un proyecto de vida que nos ilusione.

8. ¿Doy gracias a la vida? Recibimos vida cuando la entregamos.

9. Dios es el creador y quien otorga la vida, ¿deberías tú de decidir sobre


algo que no has creado?

10. Cada amanecer es el inicio de una aventura. Mentalízate.

11. Hagamos las paces con el pasado. Sepamos perdonar y perdonarnos.


Pongámonos en el lugar del otro. Sin autocrítica, no corregiremos errores.
12. Lo importante en la vida es el sentido, no el éxito. Vivimos para algo,
tenemos una misión y hemos de encontrar las tres p (propio, proyecto,
personal).

13. El secreto de la existencia está en saber para quién se vive. Lo más bello
es ser útil al prójimo, en esos momentos somos fértiles.

14. En general, nuestra vida es reflejo de nuestros pensamientos.


Erradiquemos el adjetivo de los impotentes: imposible.

15. Dado que la vida es inevitable, estrenémosla con admiración e


ingenuidad infantil.

16. El señor de la mente de una tribu perdida: “Para que quepa todo, hay
que realizar primero lo más importante y lo más importante es estar con
vuestras mujeres y vuestros hijos. El resto vendrá por añadidura”.

17. Con el mismo fuego se puede endurecer o derretir. Cada niño, cada
persona es distinta y la misma educación desemboca en distintas
conductas. Nos esforzamos demasiado en corregir cuando lo importante
es captar lo positivo que hay en cada uno y motivarlo, responsabilizarlo,
exigirle, esperanzarlo, socializarlo. Piel con piel. ¡Educad a los niños y no
será necesario castigar a los hombres! Un consejo fundamental: ¡no deje de
vivir la infancia de sus hijos!

18. Sonreír es un imán pro social. La magia de la sonrisa inicia


conversaciones, amistades, amores y concluye debates, discusiones,
disgustos. Un niño de 4 años ríe por término medio unas trescientas veces
al día; un adulto, quince. Algo habrá que hacer.

19. Cuidemos a quienes queremos, cultivémonos intelectualmente,


eduquémonos en el carácter. Vacunémonos contra el individualismo.
20. Los traumas no admiten reversibilidad pero sí metamorfosis. No
podemos erradicar el dolor, pero podemos pedir esperanza y la capacidad
para elegir lo menos malo.

21. Creo que hay que dedicar unos minutos al inicio del día para proyectar
la jornada y otros al finalizarla para valorarla. Desarrollemos nuestras
virtudes sin envidiar los bienes de otros.

22. Leyenda Sioux: “Dentro de mi hay una gran lucha entre dos coyotes.
Uno es rencor, avaricia, arrogancia, celos, envidia. El otro es amor, alegría,
bondad, serenidad, humildad, generosidad, compasión, fe, gratitud, valor.
Ganará sin duda, el coyote que tu más alimentes”.

23. Números rojos. Nada es suficiente para quien lo suficiente es poco. La


felicidad no está en el tener sino en el ser (fuente interior).

24. Es entrañablemente humano decir “te quiero” y es que querer y ser


querido son la razón de la vida. Necesitamos pertenecer.

25. El hecho es que vivimos. Qué somos nosotros, ¿por azar? De las cuasi
infinitas combinaciones posibles que acontecen durante la fecundación,
nacimos nosotros, usted y yo; parece una razón para vivir y aprovecharlo.

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