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¿Me quieres?

Serie: ¿Quién entiende a mis padres?


Tema 4: Amor a los Padres
Objetivo: La obediencia es la expresión del amor, sin amor la obediencia se torna vacía y
apática. Lo que los preadolescentes deben decidir es amar (con el amor de Dios) a sus padres
tal como son.

¿Qué opinas?
¿Crees que es un deber de un hijo obedecer a tus padres? ¿Por qué?
Si no pueden responder el porqué de esta pregunta sería genial: Significaría que su obediencia
no tiene fundamentos. Al respecto hay tres niveles de obediencia: el primero es por las
consecuencias (castigos o beneficios), el segundo es por cumplir con lo que se debe hacer y el
tercero es por amor a ellos.

En sus zapatos
Si tuvieras hijos, ¿cómo te gustaría que ellos expresaran su amor a ti?

¿Solo un deber?
El tema de hoy es el amor, y vaya que muchas veces nos resulta difícil amar. El amor entre
padres e hijos es vital para poder estar cómodos y desarrollarnos bien. Por eso queremos
presentarte 3 consideraciones sobre el amor a nuestros padres que debes tener presente:

Nuestra provisión
Y la esperanza no desilusiona, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros
corazones por medio del Espíritu Santo que nos fue dado.
Rom. 5:5

Dios te ha dado toda la provisión de amor que necesitas para amar a tus padres. No te
falta nada. Reconocer esa capacitación de Dios nos permite vivir una vida por encima
de nuestras posibilidades. Tu padre o madre puede haber hecho muchas cosas en tu
contra, pero Dios lo ama y quiere usarte a ti para demostrar ese amor.

Nuestra prueba
En esto sabemos que amamos a los hijos de Dios: cuando amamos a Dios y guardamos Sus
mandamientos. Porque éste es el amor de Dios: que guardemos Sus mandamientos, y
Sus mandamientos no son difíciles. 1 Juan 5:2-3

El Señor enseña que el amor a Él debe traducirse en obediencia. Entonces, no te


engañes si quieres probar cuánto amas a tus padres debes preguntarte ¿cuánto
obedezco a mis padres? (ahí está la medida de tu amor). Por ello debes convertir ese
amor en acción.
Nuestro privilegio
"En todo les mostré que así, trabajando, deben ayudar a los débiles, y recordar las palabras
del Señor Jesús, que dijo: 'Más bienaventurado es dar que recibir.'"
Hechos 20:35

El amor es la característica del creyente, si el Señor nos manda a amar a nuestros


hermanos cuanto más a nuestros padres. El amor es un privilegio y una ganancia. En el
mundo se nos enseña el amar como un sentimiento egoísta. Cristo muestra que el amor
es una decisión que no espera nada a cambio.

¿Y qué gano yo?


Puedes obedecer porque tienes que hacerlo o puedes hacerlo para mostrar tu amor a
ellos. Obedecer por obedecer es vacío, en cambio obedecer por amor es lo que el Señor
quiere. Si el Señor es el que dirige tu vida y la de tus padres: ¡la unidad está garantizada! Es
nuestro deber como hijos el orar porque Dios se glorifique en la vida de nuestros padres. Si nos
paramos quejando no expresamos amor, finalmente, ese estilo de vida nos lleva a la frustración
porque nada pasa. Al fin y al cabo, tú puedes decidir orar o resignarte a como están las cosas. lo
que es imposible para el hombre para Él es posible.

¿Y cómo se hace?
A veces suena difícil amar a alguien porque vemos nuestras limitaciones, no obstante, lo
cierto es que es Dios quien te capacita para amar. De lo que se trata es que debes dejar
que Dios mismo ame a tu padre y a tu madre a través de ti, ¡El sí puede! Lo que queda
pendiente es si tú vas a decidir ser el canal del amor de Dios para amar a tus padres.

Asimismo, es bueno recordar ser prácticos con el amor y preguntarte: ¿Qué quisiera que
mi hijo(a) hiciera si fuera mi padre o madre? (Mateo 7:12) luego de ello pídele a Dios
que te dé la capacidad de hacer eso.

Hijos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad.


1 Juan 3;18

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