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padresPsicoeducacion.
Escuela para Padres
Psicólogo:
Luis Ramiro
Regalado Chávez
MÓDULOS:
- ESTABLECIMIENTO DE REGLAS
- EXPRESIÓN EMOCIONAL
1.- ESTILO DE COMUNICACIÓN ASERTIVO
Sesión 1
ESCUCHA ACTIVA
La escucha activa es una manera de escuchar para hacer que sus hijos hablen con ustedes,
padres.
Hay una serie de aspectos que son necesarios saber para comprender la Escucha Activa,
entre ellos:
Actitudes básicas:
Debe desear escuchar lo que el niño tiene que decir.
Desear ser de ayuda para él para resolver ese problema en particular.
Debe poder aceptar sus sentimientos.
Debe tener una profunda confianza en la capacidad del niño para manejar sus
sentimientos, para trabajar en ellos y para encontrar soluciones a sus problemas.
Debe estar consciente de que los sentimientos son transitorios.
Debe poder ver al niño como alguien aparte de usted.
Debe tener una gran capacidad de paciencia.
c) La aceptación
Para poder realizar una escucha activa es necesario tener una buena capacidad de
aceptación del otro.
Todos los padres tienen dos diferentes clases de sentimientos hacia sus hijos: aceptación y
no aceptación.
El grado de aceptación que muestra un padre hacia su hijo está influido por:
– Las características del padre (“aceptante”/“rechazante”).
– Las características del niño.
– El estado de ánimo de los padres en un momento dado y la situación en la que se
encuentran.
Aceptación falsa
La aceptación es algo que surge de adentro, pero para que influya en la otra
persona debe comunicarse o demostrarse activamente. De este modo, el padre eficaz
debe aprender a comunicar esta aceptación y adquirir la misma habilidad para
comunicarse. Debe aprender a hablar en forma “constructiva”.
La aceptación la podemos comunicar por medio de formas verbales y no verbales:
a) Formas no verbales.
La aceptación la podemos comunicar por medio de dos formas no verbales, siendo éstas:
– La no intervención.
– El silencio.
b) Formas verbales.
A la hora de expresar la aceptación verbalmente podemos utilizar respuestas negativas o
positivas sobre la relación padres-hijo, siendo:
Respuestas negativas
1. Orden, dirección, mandato.
2. Advertencia, amonestación, amenaza.
3. Exhortación, sermón, lección.
4. Aconsejar, proporcionar soluciones o sugerencias.
5. Conferencias, enseñar, dar argumentos lógicos.
6. Juzgar, criticar, culpar, estar en desacuerdo.
7. Poner apodos, ridiculizar, avergonzar.
8. Interpretar, analizar, diagnosticar.
9. Apartar, distraer, humorizar, entretener.
Cuando se rechazan los sentimientos del otro (por críticas, descalificaciones etc.)
produce efectos destructivos para su personalidad así como para las relaciones, por
cuanto que el rechazado:
– Hace que se calle.
– Se pone a la defensiva, se resiste a hablar.
– Le hace discutir, contraatacar.
– Le hace sentirse inadecuado, inferior.
– Le hace sentirse enojado, resentido.
– Le hace sentirse culpable, frustrado.
– Le hace sentirse incomprendido.
– Hace que disminuya su autoestima.
d) Padres aceptantes - Padres rechazantes Sesión 2
Características del rechazante: Rigidez Interior, Poco Receptivo, Muy exigente con los
demás, Dependiente del entorno.
– Hiperactivo/a o tranquilo/a.
– Agresivo o pacífico.
– Atractivo o no atractivo.
– Abierto o cerrado.
– Sano o enfermo.
– Niño o niña.
Son normales las pequeñas diferencias de aceptación entre los padres, porque
también los padres son diferentes entre si.
La aceptación produce:
– desarrollo y crecimiento personal: seguridad, confianza, deseo de superarse,
– cambios constructivos,
– aprendizaje de resolución de problemas,
– apertura, sinceridad, confianza,
– desarrollo de la autoestima.
1. El niño posee el problema. El niño tiene un problema porque algo le impide satisfacer
una necesidad. No es un problema de los padres, pues el comportamiento del niño no
interfiere en sus propias necesidades. Aquí es cuando es adecuada y necesaria la forma
activa de escuchar de los padres, cuando el niño posee el problema.
2. No existe ningún problema en la relación. El niño satisface sus propias necesidades y su
comportamiento no interfiere con las necesidades de su padre.
3. El padre posee el problema. El niño satisface sus propias necesidades pero el
comportamiento es un problema para el padre, ya que interfiere en la satisfacción de
alguna necesidad de éste.
b) Formas eficaces:
– “Mensajes yo”. Cuando los padres dicen cómo se sienten a causa de algún
comportamiento inaceptable del hijo, el mensaje se convierte en un mensaje “yo”. (Por
ejemplo: “me siento mal cada vez que gritas de esa manera”).
Los mensajes “yo”
• Tienen muchas menos posibilidades de provocar resistencia y rebeldía.
• Ayudan a que el niño madure, a que aprenda a asumir la responsabilidad de su
propio comportamiento.
• Son sinceros, se refieren a uno mismo, y tienden a influir en el niño para que
transmita mensajes igualmente sinceros cada vez que sienta algo.
Con el método “Nadie Pierde” (Método III) los conflictos se resuelven sin que una de las
dos partes salga ganando y la otra perdiendo.
Es un método que implica buscar soluciones a través del diálogo y la negociación. Con este
método padres e hijos ganan, ya que la solución debe ser aceptada por las dos partes.
A la hora de poner a funcionar el método “Nadie Pierde” hemos de tener en
cuenta que está compuesto por seis etapas independientes, siendo:
Si ustedes siguen estos pasos tendrán más posibilidades de tener éxito. Aun cuando
algunos de los conflictos “de poca importancia” de solución rápida y sin tener que pasar a
través de todo el proceso, para aquellos de más complejidad o problemática lo abordarán
mejor aplicando este método.
2.- ESTABLECIMIENTO DE REGLAS
Establecimiento de normas, límites y consecuencias… sesión 1
Las normas y los límites no son un medio para controlar a los niños/as o conseguir que éstos
obedezcan a los adultos, sino un método que les ayuda a integrarse en la sociedad mostrándoles
patrones de conductas socialmente admitidas y, por consiguiente, también las que no lo son.
Para una buena convivencia tanto familiar como escolar es necesario establecer normas y límites.
Es importante además:...
Explicar las consecuencias que tiene tanto su cumplimiento como su incumplimiento. Para
que así sepan con seguridad lo que va a ocurrir, así no tendrán tanta necesidad de
“probar”.
Hacer recordatorios de las mismas de vez en cuando. Sobre todo al principio.
Empezar con pocas normas e ir progresivamente aumentando su número a medida que se
van adquiriendo.
EN GENERAL PARA QUE UNA CONSECUENCIA SEA EFICAZ DEBE CUMPLIR LOS SIGUIENTES
REQUISITOS:
Ha de ser inmediata, después de la conducta inaceptable de este modo el niño/a la
asociará a lo que ha hecho mal.
Tener límites de tiempo: principio y final bien definidos. Las consecuencias a largo plazo
pierden efectividad.
Coherencia entre palabras y actos. Si le pedimos al niño/a que no grite no podemos
hacerlo gritando.
Hacer borrón y cuenta nueva. Si se incumple una norma y eso ha tenido una consecuencia,
volvemos a empezar de nuevo.
Evitar sentir lástima. La sobreprotección o hacer por ellos las tareas les daña mucho, ya
que indica que los niños/as no son capaces de realizarlo ellos mismos. Promueve
debilidad.
Hablar menos y actuar más. Una frase corta que indique la consecuencia de la conducta
(acción) es más eficaz que un sermón.
Cuando el comportamiento del niño o la niña no es adecuado, cuando los niños/as se portan
“mal”, los adultos solemos tener dos tipos de reacciones que pueden bloquear o facilitar el
tratamiento de ese mal comportamiento.
• Tomar distancia. Intentar ver la situación desde fuera. Algunas veces vemos un conflicto entre
personas ajenas a nosotros y no parece desmesurada la respuesta por alguna de las partes, esto se
debe a que la distancia nos hace ser más objetivos. Por tanto, ver la situación con cierta distancia
nos puede ayudar a tomar una decisión más coherente.
• Recuperar la calma. Irse o esperar un tiempo prudente antes de dar una respuesta.
• Centrarse en lo esencial. En la mayoría de las veces, se obtiene mejor resultado fijándonos
únicamente en lo más esencial que sancionando por todo.
• Restablecer la paz.
• Anticiparse a la situación conflictiva y planificar una estrategia.
• Flexibilidad.
• Utilizar el sentido del humor y desdramatizar las situaciones.
La consecuencia para cambiar la conducta
Las consecuencias es el resultado que tiene para el niño/a o el grupo la realización de una
conducta. Las consecuencias dan coherencia a la norma, permite experimentar el resultado de
nuestra conducta. La conducta va a depender de las consecuencias que tiene.
Si la conducta del niño/a va acompañada de un premio o recompensa ya sea material (un
juguete, una golosina) o social (una palabra de elogio, una sonrisa, la atención de los adultos,
etc.), estaremos reforzando de forma positiva la conducta y el niño o la niña la repetirá con más
frecuencia en el futuro.
Si la conducta de la niña o el niño va seguida de un hecho una situación desagradable es más
probable que esta no vuelva a repetirse (no ver la televisión si no ha recogido los juguetes).
Por lo tanto, si quieres que aumente una conducta trata de reforzarla con algo que resulte
gratificante. Para esto es importante saber qué cosas le gustan o motivan al niño/a o al grupo.
Hay que tener en cuenta que aunque hay cosas que nos resultan gratificantes a todos (aceptación
social por parte de nuestras figuras significativas), cada persona es diferente y lo que a unos puede
resultarle agradable a otros no.
Y si lo que quieres es que disminuya una conducta, una de las técnicas más eficaces es la
EXTINCIÓN que consiste en ignorar, en dejar sin consecuencia la conducta que queremos que
desaparezca. No debemos olvidarnos de reforzar conductas positivas alternativas. Otra alternativa
es el castigo, en muchas ocasiones castigar es “inevitable”. Por eso es importante aprender cómo
hacerlo. En ningún caso el castigo es una oportunidad par humillar al niño/a o al grupo. O para
demostrar y hacer valer la autoridad de los adultos por encima de todo.
El castigo deberá haber sido comunicado con anterioridad y aplicado justo después de la
conducta y proporcionales a la falta. Los castigos sólo son eficaces si son esporádicos, previsibles
y delimitados
A veces los niños y niñas no se portan “bien” simplemente porque no saben cómo hacerlo,
por eso resulta imprescindible servirles de modelos. Los niños aprenden por imitación, no
podemos pretender que no pongan los pies encima de la mesa si nosotros lo hacemos, o
que pidan las cosas por favor si es algo que no nos ven hacer a los adultos.
Otras veces con nuestra actuación, damos a los niños/as consignas confusas: por ejemplo
el padre que le dice a su hijo/a que no debe pegarle a su hermana, pero se lo dice
pegándole en la mano.
1. Es multidireccional, es decir, todos los integrantes influyen y son influidos por los
demás;
2. Un objetivo puede lograrse a través de medios y actividades diferentes;
3. Las partes de un sistema en cuanto tales son subsidiarias entre sí;
4. Existe una jerarquía entre los elementos de cada sistema y entre los diversos
sistemas;
5. Todos influyen y son influidos de alguna manera por el ambiente
Para que el sistema familiar sea funcional, se precisan ciertas características. Walsh (1993)
(3) establece diez procesos que caracterizan a las familias funcionales:
1. Sentimiento de unión y compromiso de los miembros como una unidad de
relación, de cuidado y de apoyo mutuo.
2. Respeto por las diferencias individuales, autonomía y necesidades independientes,
fomentando el desarrollo y bienestar de los miembros de cada generación, de la
más joven a la mayor.
3. En las parejas, una relación caracterizada por respeto mutuo, apoyo y por un
reparto equitativo del poder y de las responsabilidades.
4. Autoridad y liderazgo parental o ejecutivo eficaces para conseguir soporte,
protección y socialización de los hijos y cuidado de otros miembros vulnerables de
la familia.
5. Estabilidad organizativa caracterizada por la claridad, consistencia y patrones de
interacción predecibles.
6. Adaptabilidad: flexibilidad para satisfacer las necesidades de cambio internas y
externas; para afrontar eficazmente el estrés y los problemas que surjan; y para
dominar los retos normativos y no normativos y las transiciones a lo largo del ciclo
vital.
7. Comunicación abierta caracterizada por claridad de reglas y expectativas,
interacción placentera y variedad de expresiones emocionales y respuesta
empática.
8. Procesos eficaces de resolución de problemas y conflictos.
9. Un sistema de creencias compartido que permita la confianza mutua, dominio de
los problemas, sentimientos de unión con las generaciones pasadas y futuras,
valores éticos y morales es interés por la comunidad humana en general.
10. Recursos adecuados que garanticen la seguridad económica y el apoyo psicosocial
facilitado por una red de personas cercanas y amistades, así como por la
comunidad y los sistemas sociales mayores
Sin embargo, su puesta en marcha resulta difícil de alcanzar y aunque es una meta a la
que dirigir toda la actividad de la familia debemos ser condescendientes si apreciamos que
determinada familia en estudio no responde plenamente a estos fines.
1. Velar por las necesidades básicas: alimento, vestido, vivienda. salud, etc
2. Formar los roles sexuales: sexualidad, intimidad y compromiso.
3. Cubrir las necesidades afectivas, favorecer la salud mental y fortalecer la
personalidad
4. Sistema de creencias familiares
5. Crianza y socialización de los hijos
a. Uso de técnicas de crianza apropiadas a la edad
b. Mantenimiento de la coalición parental y de las fronteras generacionales
c. Sexualidad, masculinidad y feminidad.
d. Apoyo a la coalición fraterna.
e. Culturización de los hijos.
PATERNIDAD RESPONSABLE
Enseñar a los hijos a usar su libertad.
Elegir y perseguir valores.
Desarrollar las virtudes.
Trabajar.
Relacionarse con los demás.
Amar.
Participar socialmente.
Ponerse metas.
Elegir los medios para lograrlas.
La paternidad responsable es cumplirles a los hijos, a cada hijo, dándoles aquello a lo que
tienen derecho.
4.- Expresión Emocional
Sesión 1
Aprendemos a desarrollar el patrón emocional básico con el que nacemos a partir de
nuestras vivencias y termina desplegándose en cada uno de nosotros de forma diferente.
Estas diferencias se pueden manifestar en:
Intensidad
Frecuencia
Relación con la situación.
Estas diferencias definen nuestro estilo emocional.
Varios estudios y expertos aseguran que el 77% del éxito en la vida, depende de la
habilidad para percibir, comprender y regular las emociones propias y las ajenas.
3. Los sentimientos no son lógicos, ante una misma situación cada persona puede sentir y
actuar de forma diferente, pero el respeto a cómo se siente alguien, aunque en principio
no lo comprendamos, es una premisa básica.
4. Ninguna emoción o sentimiento es malo. Nuestros hijos tienen que saber que pueden
expresar siempre lo que sienten y que no van a ser juzgados, rechazados o recriminados
por ello. Por ejemplo, muchos niños han oído que la envidia es mala pero lo cierto es que
es natural, también los adultos la sentimos, la diferencia está en si somos capaces o no de
regularla, de manejarla y gestionarla.
7. No basta con inculcar aptitudes; requieren ser puestas en práctica en el mundo real.
Una forma de hacer que los niños utilicen sus aptitudes de modo más independiente y
espontáneo es recordándoles que así lo hagan. Además, inducir a utilizar una aptitud es
muy distinto de una crítica.
8. Paciencia y perseverancia.
-El baile, la pintura, los colores, etc. Son buenas y divertidas maneras para favorecer la
expresión emocional.
-Lo primero es hacernos conscientes de las emociones que reprimimos. Sería fundamental
que te observaras a partir de ahora y te dieras cuenta de cómo afrontas las situaciones
que aparecen en tu vida.
Pedirles que enumeren las emociones que conocen y que piensen en el tipo de sensaciones
que les provocan y el tipo de pensamientos que la acompañan.
ANSIEDAD IRA
- respirar profundamente - distraerse
- fumar - gritar
- hacer ejercicio - atacar al otro/a
- beber alcohol - reprimirse
- morderse las uñas - insultar
- evitar la situación - dar puñetazos a la pared
Muy fácil de aplicar y útil para controlar las reacciones fisiológicas antes, durante y
después de enfrentarse a las situaciones emocionalmente intensas.
Hacer las distintas fases de la respiración de forma lenta y un poco más intensa de lo
normal, pero sin llegar a tener que forzarla en ningún momento.
Para comprobar que haces la respiración correctamente puedes poner una mano en el
pecho y otra en el abdomen (respiración abdominal).
Esta técnica puede utilizarse también antes, durante o después de la situación que nos
causa problemas.
Esta estrategia se centra en el control del pensamiento. Para ponerla en práctica debes
seguir los siguientes pasos:
El problema: se necesita cierta práctica para identificar los pensamientos negativos, así
como para darles la vuelta y convertirlos en positivos.
Esta técnica también sirve para aplicar antes, durante y después de la situación, pero para
su empleo eficaz requiere entrenamiento previo. Para su práctica sigue los siguientes
pasos:
Relaja lentamente todos los músculos de tu cuerpo, empezando con los dedos de
los pies y relajando luego el resto del cuerpo hasta llegar a los músculos del cuello
y la cabeza.
Una vez que hayas relajado todos los músculos de tu cuerpo, imagínate en un lugar
pacífico y relajante (por ejemplo, tumbado en una playa). Cualquiera que sea el
lugar que elijas, imagínate totalmente relajado y despreocupado.
Imagínate en ese lugar lo más claramente posible. Practica este ejercicio tan a
menudo como sea posible, al menos una vez al día durante unos 10 minutos en
cada ocasión. Si te ha convencido la utilidad del ejercicio, debes practicarlo para
llegar a automatizar el proceso y conseguir relajarte en unos pocos segundos.
•Técnica n.° 4: Ensayo mental
Esta técnica está pensada para ser empleada antes de afrontar situaciones en las que no
nos sentimos seguros. Consiste simplemente en imaginarte que estás en esa situación y
que lo estás haciendo bien, a la vez que te sientes totalmente relajado y seguro. Debes
practicar mentalmente lo que vas a decir y hacer. Repite esto varias veces, hasta que
empieces a sentirte más relajado y seguro de ti mismo.