Sunteți pe pagina 1din 173

García, Germán

Fundamentos de la clínica analítica. Serie Intervenciones 1 1 a ad.


Tucumán: Otium Ediciones, 2007.
176 p.; 15x21 cm. (Intervenciones; 1)

ISBN 978 987 23398·0-7

1. Psicoanálisis. l. Título
CDD 150.195

Quedan prohibidas la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, com
prendido la reprografía y el tratamiento informático, sin la autorización escrita de los editores.

OTIUM EDICIONES
25 DE MAYD 30 - 7 B
SAN MIGUEL DE TU CU MAN

Queda hecho el depósito que previe11e la Ley 11.723


Impreso en Argentina

Diseño El circo. comunicación visual.

Impreso en Pack Industrias Graticas


1
· Suipacha 140, Te/: 0381421 4837
S. M. de Tucumán, Argentina. Marzo de 2007

Tirada: 500 ejemplares

ISBN 978-987-23398-0-7

RESPONSABLES DE lA TRANSCRIPCIÓN
Viviana Carrasco I Ofelia Wyngaard I Carlos Yamin

COLABORARON EN lA CORRECCl0•J
Exequiel Jiménez I Lucrecia Russo I Daniela Villalbal
FUNDAMENTOS DE LA CLÍNICA ANALiTICA

Germán García se fonnó en psicoanálisis junto a Osear Massotta


y participó en la fundación de la primera Escuela Freudiana creada
en Buenos Aires en 1974.
Ha publicado numerosos libros de ensayos sobre literatura y psicoa­
nálisis. Residió en Barcelona. Volvió a Buenos Aires en 1985 y desde
entonces dirige la revista Descartes.
Miembro de la Asociación Mundial de Psicoanálisis, es director
de enseñanz.a de la Fundación Descartes y analista miembro de la
Escuela de la Orientación Lacaniana.
Entre otros libros ha publicado La. entroda del psiroanálisis en la
Argentino. (1978), La otm psú:opato!Dg(a (1978), Psiroanálisis, po/(­
tica del s(ntoma (1980), Psiroanálisis, didw de otm manera (1983),
La actualidad del trauma (2005), F1 psiroanálisis y los debates
culturales (2005).
En 2003 recibió la beca Guggenheim.
FUNDAMENTOS DE lA CLÍNICA ANALÍTICA

CLASE DEL 23 DE NOVIEMBRE DE 1985

Se habían comprometido a leer "Variantes de la cura tipo" y la "Proposición


del 9 de octubre". Yo quisiera saber si estuvieron leyendo y quieren plantear
alguna cuestión previa, alguna pregunta o comentario.
Pregunta: Recién estoy empez.ando a leer Lacan y no entendí acerca de la varian
te tipo, lo que pude ver es que habla de la interpretación, de lo que implir.a el
material de interpretación y la interpretación en sí; no pude entender eso.
G. G.: Bueno, vamos a trabajar eso. ¿Alguien más quiere plantear algo?
Pueden hacerlo así como lo hizo ella, bajo la forma de un comentario, o una
pregunta. Eso nos orienta...
Comentario. Con respecto al lugar del saber en "Variantes de la cura tipo", el saber
del psicoanalista parece estar definido de una manera esencialmente negativa,
el psicoanalista debe ignorar lo que sabe, en cambio me parece que hay una
diferencia con respecto a la "Proposición del 9 de Octubre" donde el saber está
articulado en el acto analítico, me parece que hay una diferencia.
G. G.: Recuerden que meses anteriores habíamos quedado más o rJenos de
acuerdo en que iban a hacer un pequeño esfuerzo para convertir esto en
un seminario, es decir un lugar donde iban a participar, en vez de escuchar
nada más. Estoytratando que hagan algún comentario, por mínimo que sea
después seráñ cada vez �ás ajustados.
Comentario: Una frase que me parece importante es la que dice: "Un análisis
tipo o no es la cura que se espera de un psicoanalista".
81 ClASEUNO
GERMÁN GARCÍA

G. G.:Si. Es una puesta en un punto cero, digamos, del problema de lo que es


un análisis. Un psicoanálisis no es las ideas que tiene un analista de lo que es
un análisis, sino, lo que alguien es capaz de trabajar en un análisis. Porque
un análisis lleva la marca del analizante más que la de un analista.
Bueno, para empezar diré que este texto está referido a un artículo de
Bouvet. Maurice Bouvet es un analista de la Internacional, francés, que
tiene un trabajo que se llama "La cura tipo" donde hace una secuencia
tipo de lo que sería un análisis. Hay dos críticas de Lacan. Cada vez que
Lacan critica "el psicoanálisis de hoy", o "el psicoanálisis hoy" - él usa esta
expresión- , se refiere a dos tomos que salieron en francés, que los tradujo
la Editorial Miracle de España, y que se llaman justamente El psicoanálisis
hoy. Se trata de una antología recopilada por Nacht y que era un poco la
suma de lo que habían logrado establecer los de la Internacional en Francia
sobre lo que era el psicoanálisis: el psicoanálisis de niños, el psicoanálisis
didáctico, etc. Entonces, cada vez que Lacan habla de "el psicoanálisis hoy"
se está burlando de este libro que nunca cita directamente sino que dice "el
psicoanálisis de hoy". "Variantes de la cura tipo" responde al artfculo de
Maurice Bouvet.
"Proposición del 9 de octubre" ordena una secuencia de tres temas, que
es lo que vamos a trabajar. Después de hablar de la institució¡,¡, empieza
a hablar de la transferen �a. continúa con el Jantasn.;ia y termina con el fio
del análisis. O sea, que para Lacan hay una secuencia. Por eso junté los dos
textos, porque hay una secuencia que va de la transferencia a la relación al
fantasma y el fin del análisis.
Sobre el problema del fin de análisis, en el sentido doble de la finalidad
y la finalización de un análisis, Lacan propone que hay que leer el texto
"Psicoanálisis terminable e interminable" de Freud. En este trabajo Freud lo
que va a plantear es un problema que en la historia del psicoanálisis lleva
a la polémica con Wilhelm Reich. Dice que hay algo irreductibl� en cada
sujeto, y él, Freud, adjudica esto irreductible a algo que llama el carácter• Y
este carácter llevaría a la imposibilidad de analizar el penisn.ew., lo que se tra­
duce como la "envidia del pene" pero que no es un término muy adecuado
porque la palabra neid en alemán no es muy parecida a la palabra envidia
en castellano, que viene del latín. New. es una palabra que quiere decir más
• bien empeño, �mpeño en tomo a algo. Mientras que la envidia nuestra es
el envidere, mirar con malos ojos, cuando decimos envidia se trata de una
cosa envenenada. En el empeño, en cambio, más que un objeto envidiable
� un dese� Por ejemplo en alemán se puede decir que alguien luchó de
manera neid, alguien luchó con empelio, no tiene mucho que ver con la
palabra envidia.
Freud dice que las mujeres est,in empeñadas en torno al pene, el perzisnew..
j!
CLASEUNO
FUNDAMENTOS DE LA CLINICA ANALÍTICA

Y que los hombres se estrellan contra algo que se llama la angustia de cas
tración. Este serfa el límite al que llega Freud.
Para saber por qué Freud llega al límite de decir que no se puede atravesar
esta angustia de castración en el varón como no se puede atravesar este
empeño del pene en la mujer, hay que entender lo que Lacan llama el peca­
do original de Freud. Lacan dice que siempre.tiene. que haber un pecadp
originai, siempre tiene que haber un n¡ito, que tiene que ver con la culpa .
con el de�eq; y que el de Freud era un pecado original muy particular, que
era el de las histéricas.
Ustedes tienen que observar que el psicoanálisis no comiC'n7.J como una
relación médico-enfermo sino como una relación hombre-mujer. Es la rela­
ción de Freud con las histéricas, esto es el origen del psico.111.\lisis. Ton es
así que en unos escritos técnicos "Sobre la iniciación del tratamiento" Freud
compara el análisis con la gestación de un niño. Dice que un iln.11isis es
corno un hombre que puede embarazar a una mujer, pero no puede decidir
qué engendrar con esa mujer, ni siquiera puede decidir el sexo c.Jr la criatura
que va a engendrar.
Es decir, que si el análisis excluye la relación sexual de entrada es porque
justamente la relación sexual anularía el análisis, porque un análisis no es
una relación médico-enfermo. Esta ética no siive para un médico, porque
nosotros no podemos decir que un médico no podría atender a una persona
con la que tiene relaciones sexuales. Sin embargo ¿por qué un analista no
puede tener relaciones sexuales con su analizante? No puede tenerlas quiere
decir que en caso de tenerlas, desapareció el psicoanálisis, porque el psicoaná­
lisis es los efectos que pruduce esta suspensión de la relación sexual.
Es importante darse cuenta que esto no está fundado en un prejuicio mora­
lista ni nada por el estilo. Simplemente si se tienen relaciones sexuales con
alguien que está en análisis con uno, a partir de entonces no tendrá ese
análisis. Esta es la tesis de Freud.
El hecho de que a Freud se le ocurriese fundar la cuestión no sobre una rela­
ción médico-enfermo sino sobre una relación hombre-mujer que ha dejado
fuera la relación sexual, es lo que va a permitir que la respuesta que estas
mujeres dan a lo que Freud les propone, sea sexual.
Si descubre la sexualidad de la neurosis es justamente porque se ha inventa­
do un dispositivo donde no hay relación sexual1, lo cual permite hacer ap;.
recer todas las fantasías sexuales, etc. A tal punto que Freud proponía a sus
analizantes una regla, que nunca se la nombra, que es la regla de abstinencia
y que no era solamente de abstinencia en la relación analista-analizante sino
que él proponía a sus pacientes que se abstuvieran incluso de relaciones
sexuales en su vida cotidiana para poder fantasear sobre esas relaciones, en
lugar de realizarlas.
10 ICLASEUNO
GERMÁN GARCÍA

lan incompatible veía Freud la satisfacción sexual con el desarrollo mismo


de un análisis que él pensaba que una persona no debía casarse mientras
estaba analiz.indose y que quizá era mejor que ni siquiera tuviera relaciones
sexuales.
Quien ha trabajado este tema de manera muy minuciosa y clara, es decir,
que no le deja a nadie el pretexto de no entenderlo es Serge Cottet, en el libro
que se llama Freud y el deseo del psicoanalista. Es un libro simple, es una
tesis �e tercer ciclo que él hizo en Paris Vil!, y recorre lo que Freud plantea
sobre este tema del deseo.
Propuesto esto, el pecado de Freud, acá cita varias cosas de Lacan. Cottet
lo plantea así, que Dora aparece como el analista de Freud más que Freud ¡
como el analista de -Dora-por la síiñple razón ae que a Freud, según parece, 1 1
le gustaba estar siempre en e) mismo lugar, que era el lugar del padre. 1
Algunos saben que Freud identificaba prácticamente el lugar del anal'ista
con el lugar del padre, pero resulta que el padre de la histérica es un padre
impotente, con lo cual Freud caía bajo el hacha.
Lacan da una vuelta a esto, y quizá ahí habría que entender que así como
Freud parte de las histé,icas, Lacan parte de las locas. Su primera tesis es
sobre Aimée. ·n-abajaba con locas criminales porque era médico legista.
Escribe sobre locas criminales, por ejemplo, las hermanas Papin, unas sir­
vientas que mataron a la patrona. Las hermanas Papin fueron muy famosas,
Jean Genet hizo una obra de teatro llamada Las Criadas que se refiere al
caso. Eran dos hermanas que un día estaban en la casa, como siempre, vol­
vió la señora y no sé qué dijo, entonces la descuartizaron, le arrancaron los
ojos, la violaron, le hicieron las mil y una. Después empezaron a decir cosas
místicas, como que ·en la otra vida yo seré el esposo de mi hermana'.
Lacan, al partir de las locas, no cayó en la trampa de las histéricas, porque
efectivamente los analistas. especialmente si suelen tener una estructura un
poco obsesiva, son siempre clientela de las histéricas. Es decir, las histéri­
cas siempre terminan siendo sus analistas. Las analistas de sus analistas.
Mientras que Lacan, como partió de locas muy graves, esas cositas no lo
angustiaban demasiado.
Lacan dio una fórmula del discurso histérico como el deseo del deseo del
Otro. Eso después se generalizó, pero Lacan lo va a circunscribir muy cla­
ramente porque va a decir: esto vale para el deseo histérico, no vale para el
deseo en general. O sea, el deseo histérico es el deseo del Otro, en el dobjf'
sentid.i¡. Por ejemplo en el caso Dora, el objeto del deseo de Dora es el deseo
de su padre, no su padre. Es uno ele los sentidos, digamos el sentido genitivo,
el objeto del deseo es el objeto del deseo del Otrq¡ el deseo del Otro mismo
en tanto obj,1¡to. Y a su vez, es el deseo mismo de un tercerq. Tendría estos
dos sentidos la frase "del Otro".
ClASEUNO 111
FUNDAMENTOS DE LA CLfNICA ANALÍTICA

Serge Cottet, comentando esta afirmación de Lacan, dice que se trata del
deseo del hombre, el deseo histérico es el deseo del hombre. No el de cual­
quier hombre sino el deseo del padre, aunque cualquier hombre pueda servir
siempre y cuando desee a otra mujer que no sea Dora. Cualquier. hombrg
ciue desee a otra mujer puede servir para funcionar como equivalente deJ.
• deseo paternq. Se trata del deseo del hombre. Por eso Lacan dice que hacer
el histérico es hacer el hombre, no hacer la mujer. Aunque hay histerias
femeninas y masculinas.
Hay otra mujer, evidentemente, pero esa otra mujer siempre cumple la fun­
ción de plantearle a la histérica el enigma de su propia femineidad. que es
como se le aparece la señora K. J Dora.
Y es por eso que es muy fácil confundirse en la histeria, confundir la relación
histeria/ homosexualidad porque la pregunta puede tomar como objeto J la
otra, pero la cuestión es cuál es la pregunta que está en juego.
Podemos decir, que en la histeria siempre va a haber otra mujer que plantee
la pregunta: ¿quién es? Y a su vez, si ella se pregunta cuál es su deseo es por­
que, al estar identificada al deseo del padre, ella se extravía respecto al deseo
·�menino", entre comillas.
Esto va a modificar una afirmación que se hace muy rápidamente, y que es
decir que la mujer funciona como falo o cosas por el estilo. En verdad la
histérica se identifica a ese lugar fálico. Pero Lacan dice que el deseo de una
mujer sería un deseo que la pone en posición de objeto causa, de objeto a.
Si hay un inconveniente en la histeria, justamente, es no colocarse en ese
lugar de objeto causa. Digo esto porque se confunden las dos cosas, se habla
de la femineidad como si fuera la histeria, Lacan separa lo que es la histeria
y lo que es la feminidad, empeñada (Neid) en otra cosa.
Lacan habla de histeria, vean los Escritos, habla de la mujer como falo, el
falo velado, etc. Cuando habla de la femineidad, en Encare, el Seminario
XX, habla de la mujer en tanto se relaciona de alguna manera con el objeto
causa del deseo.
Entre Freud y Lacan lo que cambia en los fundamentos del psicoanálisis es
este lugar de la feminidad, este lugar de la mujer. En verdad Cottet aquí roz.n
el tema pero no Jo continúa. Dice que habría que criticar la tesis de Freud
sobre la mujer para entender la diferencia entre Lacan y Freud. lnteres.nn las
dos cosas. entender bien cuál es la tesis que tiene Laca n sobre la femineidad
y entender bien cuál es la crítica que hay tácitamente, en Lacan, .n la posición
de Freud sobre la feminidad.
El que ha hecho este trabajo es Paul Laurent Assoun. No está traducido. se
llama Freud y la mujer, donde él demuestra, creo que bastante bien, cómo
la teoría freudiana sobre la mujer en verdad es una especie de paráfrasis de
la teoría bíblica sobre la mujer. Lo que Assoun plantea es que si se toma la
12 IClASEUNO
FUNDAMENTOS DE LA CLÍNICA ANALfTICA

pasion� que haría posible alguna cuestión referida al dese�. Lacan, a las
pasiones, las ordena en tres: amor. odio e ignorancia. Como se dice, las tres
cosas que dificultan la vida son lo que se ama, lo que se odia y lo que se
ignora; si no se amara, no se odiara ni se ignorara, la vida funcionaría bien.
Pero las tres pasiones del yo son estas tres: el amor, el odio, la ignorancia.
Si bien Lacan va a marcar que estas tres pasiones no tienen el mismo esta­
tuto, el amor y el odio aparecen en lo imaginario, la ignorancia tiene una
estructura simbólica. Que sea simbólica significa que la ignorancia es estruc­
tural 122.ra el su�. O sea, el hecho de estar constituido por el incouscien\¡"
hace ffi!e el sujeto se ignore como causa de sí. O, como dice Lacan en algún
lado, podemos decir dos cosas: o el sujeto no es la causa de sí, o bien es
una causa de sí escindida, dividida. O, digamos, el sujeto se despreocupa de
la causa de sí y anda por el mundo y se acabó, o, en el momento en que el
sujeto se pregunta sobre la causa de sí aparece como escindido.
Cottet dice: "Aplicado a las euros de Freud. la fórmulil, o sea, el deseo del
hombre es el deseo del Otro, esta fónnulil. aplicado a las curas de Freud nos
invitaría a dar a luz al hijo de Freud sobre el diván histérico". Se está refirien
do a Breuer. "Lo cual se reduce a escucharse decir lo que se quería escuchar:
liJ. escena de seducdón corno real a desenmascarar llega en el momento
oportuno. Se puede fddlmente, en efecto, observar cómo la sexualidad hace
su e,urada en la escena analítica por un peco.do original, según la expresión
. de l.acan, que no es nada menos que el deseo de Freud. También la histérica
nos pone, dice Laca, sobre li1. pista de un cierto pecado original del análisis;
es necesario que haya uno, el verdadero sólo puede ser una única cosa, el
deseo de Freud mismo, a saber, el hecho de que algo, en Freud, jamás fue
analizado". Y van a ver que esto que no es analizado es la relación de Freud
a lo femenino.
Hay otro libro que analiza bastante bien este problema en Frcud, el libro
de una filósofa que es amiga mía. Lo hice traducir y lo prologué, se llama:
El enigma de la mujer, de Sarah Kofman, Editorial Gedisa. Ella cuenta que
F'reud temía morir antes que su madre, y que decía: "Yo quisiera que ella
muera primero porque va a sufrir mucho si muero yo".
En especial hay que leer un texto de Freud que se llama "El tema de la elec
ción de un cofrecillo", de 1913, donde él habla de las Parcas (Cloto, Laquesis
y Átropos). La mujer como madre. la mujer como amada y la mujer como
muerte. Y lo que plantea es que el hombre no tiene relación con una mujer.
Eso está en la vertiente esta de "no hay relación sexual". Una mujer para un
hombre es la muerte (en Buenos Aires se dice que una mujer es la muerte
cuando es fea).
La mujer como muerte, la mujer como amada, la mujer como madre. Estas
tres posturas de la mujer, habría que ver si se cumplen en otras culturas,
14 lctASEUNO
FUNDAMENTOS DE LA CL!NICA ANALfrtr.A

das por una de sus padentes: Emmy van N. agobiada por su charla. ( Freud le
dice/: Le doy plazo hasta mañana para recordarlo. Y hete aquí que me dice,
con expresion ce descontento. que no debo estarle preguntando stempre de
dónde viene esto y esro otro. sino dejarla contar lo que tiene para decLrme. Yo
convengo en ello". Freud acepta el juego. Esta es la famosa Emmy von N. que
le dijo a Freud, "Bueno viejo, pará, yo también deseo".
"Vemos aquí que. al poner a Freud en su lugar. Emmy le asigna uno que
Feud entonces no inventó, el de psicoanalista." Freud se ve obligado por
una paciente a ocupar el lugar del analista, mientras que una vez que el psi
coanálisis está inventado, las nietas por decirlo así, de esta histéricJ, vienen
a sacarlo al analista del lugar en que su abuela lo puso. Porque Freud no
paraba de hablar y ella le dijo: "Por qué no te callas y nw escuch.:1s un poco''.
Y ah, fue que aprendió. Entonces, los nietos de Frcud se encut'ntran ahora
con las nietas de esta mujer que. al contrario, dice11: "Por que no me dices
algo, habla tú, quiero escuchar tu hermosa vo;,;",
"Ademds. enseñándole a callarse y evidentemmte sin sal;erlo, ella indica cuál
es el motor de esa curiosidnd abrasadorci. indiscreta e insadable: el deseo de
Freud, ignorado por él mismo".
Ese "por qué no te callas" de esta hisléricJ funciona como una interpreta­
ción. Creo que este libro tienen que leerlo, es sencillo.
Después seguiremos por un seminario difícil que se llama El acto psicoanalitim. Y
voy a usar el resto del tiempo pnra comentar "Variantes de la cura tipo''.
La vez pasada les comellle la primera frase, "Variantes de la cura-lipa. este
título constituye un pll.'onasmo, pero no sencillo: señalándose con una connu­
du:ci.ón. no por ello es menos COJO." Les había comentado esto y la solución
de Millcn. Un pleonasmo es una repetición.
Variames de la cura tipo, hay que juntar "variantes" con "tipo" y "cura"
con "ética". segun Miller. Ese es el término que falta. es un pleonasmo al
que le falla un cérmino. Si no se explica, no se emiendc por que dice: "este
título constituye un pleonasmo ... ", o sea, una repetición, ·: .. pero no sencilln:
señalándose con una contradicción. no por ello es menos co10." Es decir. por
ello le falta un término.

Variantes cu¡a Tito Éti�a


L-----------J

Lacan recuerda que el psicoanálisis no es una terapéutica como las demás.


·'Pues la rúbnca de las variantes no quiere decir ni la adnpta.c16n dti la cura,
sobre la base de criteno� empíricos ni. drgárnoslo. clmicos. a la vanedad de
los casos. ni la referencia a las variables en que se diferencia el campo del
psicoanálisis, sino una preocupadón. purztillosa llegado el caso, de pureza e¡¡

18 iCLASEUNO
FUNDAMENTOS DE LA CLÍNICA ANALÍTICA

l
"En ese sie11cio que es el priuil.P.gio de las verdades no discuh.das, /.os psllXXl­
nalistas encuentron el re[IJ8ÍD que /.os hnce impermeables a todos los mtenos
que rw sean Los de una dinámica, de una tópica., de una economÚl que son
i11.cnpaces de hacer valer fuero.." Esta es una crítica. Una vez que se consiguió
el círculo, hay un silencio, el privilegio de las verdades no discutidas. Este e¡
el peligro de la formación de.todo gru_po, que.se.ampare en el privilegio de,.
las verdades no discutida�
¡Qué pasa cuando a un grupo, eso que les resultJ evidente, no lo pueden
hacer valer fuera? Imaginemos una familia de campesinos aislados que tiene
cinco hijas, una de las cinco es la más bella de la casa. Pero cuando la llevan
al baile, no baila nunca. Tendrá que cuestionarse el criterio de belleza.
Un grupo de psicoanalistas están convencidos de que ellos detentan el saber
analítico, pero cuando lo quieren hacer valer fuera del grupo que ellos mis
mos son, nadie los escucha.

Comentario: No son analistas.


G. G.: No se puede decir que no sean analistas. Esta chica es la más bella,
estos analistas son bellos a su manera tal vez. Lacan dice: "El silencio es el
privilegio de Las verdad.es no discutidas". No se puede decir quién es analista
y quién no lo es. Esto es bastante complicado. Lo comentábamos hoy, el
psicoanálisis es lo que se espera de un analista. No se puede decir "no eres
psicoanalista". Porque los del otro grupo, que a su vez tienen también su
círculo interior, dicen "tú no lo eres". Entonces, cuando nos damos cuenta,
el psicoanálisis es un montón de grupos cerrados sobre sí, cada uno con el
privilegio de las verdades no discutidas que recíprocamente se soslayan y se
regodean en decir que no son analistas los otros.
¿Qué quiere decir no poder hacer valer afuera el privilegio de las verdades
no discutidas dentro del grupo? Esta es la crítica de Lacan a la Internacional
Psicoanalítica.
"Entonces todo recomx:im1ento del ps1coanálisis, lo mismo corno profesión
que como ciencia, se propone únicamente ocultando wi pnncipzo de extra;.
remtorialidad ante.el que el psicoanalista esrá en la imposib1/idaa tanto de.
i
renunciar a él como de 1w denegarlo� Lo cual le oblga a colocar roda valida­
ción de sus problemas bajo el signo de la doble pertenencia... " La cuestión
murciélago, la fábula de La Fontaine.
Ahí aparece la doble pertenencia del analista. El analista no puede afrontar
la prueba fuera de la extraterritorialidad, pero a su vez tampoco la puede
negar, entonces la niega y la afronta como puede, es decir, tiene una doble
pertenencia.
¡Se entiende esto? Si ustedes, como psicoanalistas, no fueran a hospitales o
' a las facultades, les aseguro que nadie se analizaría. La pregunta es ¿Qué

20 1 CLASEUNO

:;'I
f UNOAM[NTOS DE LA CLÍNICA ANALÍTICA

técnicos en el andlisis, la evitación de !ns contactos sociales, la abstención de


contestar a /ns preguntas, 111 objeción de pnncipio a /ns condiciones previas y,
de manero bastante interesame, el pago de todas las sesiones que se falta a
la cita". Hasta aquí es la cita de Lacan a Glover.
"Esta referencia a una encuesta ya antigua toma su valor de la calidad de
los practicantes, todavía reducidos a una élite. a los que se dirigía." Lacan
cita a la élite, porque una élite no cstj hecha como se cree de los mejores.
Cuando a la élite se la obliga a responder dice: "Nosotros somos cualquiera".
¡Ustedes, que le roban a la gente con el psicoanálisis! Y ellos responden: ¡No,
nosotros somos esforzados trabajadores del psicoanálisis! No hay élite qu�
diga: ¡Nosotros somos la élite.!
Lacan plantea muy bien este tema de la élite. �unca una élite que quie
ra quedarse con el poder dirá de sí misma que es superior a las demás.
Justamente, ¿qué dice siempre el poder? ¿Usted qué es Sr. Presidente? Y él
responde: ¡Un trabajador más. Un argentino más! Ya está. No dirá: "Yo soy
el que les hice el cuento a ustedes y me van a aguantar seis años".
"La evocamos tan sólo por la urgencia. que hn llegado a ser ya pública, de lo
qL1.e no ero sino neces1da.d personal, a sa.ber (es el título del artículo): 'definir
los criterios terapéuticos del análisis' ". El obstáculo principal es designado
allí en divergencias teóricas fundamenrales: "No necesitamos mimr lejos ·Se
prosigue- para enconrra.r sociedades psicoanalíticas hendidas en dos (sic) por
semejantes diferencias. con gmpos extremos que profesan puntos de vista
mutuamente incompatibles, cuyas secciones son mantenidas en una unión
incómoda por grupos medios, cuyos miembros, como sucede con todos los
ecléctiros del mundo, socan partido de su ausencia de originalidad haciendo
una virtLl.d de su eclecticismo, y pretendiendo, de manera. implícita o explícita,
que, sin importar las divergencias de principio, la verdad científica no reside
sino en el compromiso. A despeclw de este esfuerzo de los eclécticos.por salvar
las apariencias de un frente unido ante el público cientfico y psicológ1co, es
evideme que. en ciertos aspectos fundamentales, las técnicas que ponen en
práctica grupos opuestos son tan diferentes como la tiza del queso." Hasta
aquí cita a Glover.
Las sociedades están hechas así: dos grupos opuestos y al medio los ec]éc
ticos." y entre todos salvan las apaiiencias frente a lo extraterritorial, frente el
mundo�científico, etc.
"Así pues el autor citado 110 se lwce ilusiones sobre la oportunidad que ofrece
el Congreso plenario, aJ que se dirige, de reducir las discordancias, y esto por
falta de toda critica sobre 'la suposición ostentada y alimentada con cuidado
de que los que están en situación de participar en semejante propósito com·
partirían. aunque fuese grosso modo. los mismos puntos de vista, hablnrian
el mismo lenguaje técnico, seguirian sistemas idénticos de diagnóstico, de
22 !CLASEUNO
GERMAN GARCiA

pronóstico y de selección de los casos, practicarían, aunque fuese de manera


ap,vximada. los mismos procedimientos técnicos. Ninguna de estas pretensio­
nes podría soportar cm control un poco estreclw' ".
Ahora, ustedes entiendan que si esto ocurre en la IPA, donde obligan a que
digan lo mismo, ¿saben lo que ocurre fuera de la lPA? No crean que es mejor.
Donde ni siquiera se obliga a leer los mismos textos oc � cualqu� er cosa_. �
Lacan dice: "Como se necesitarían diez páginas de esta Enciclopedia sólo
para la bibliograf{a de los aitículos y obras en que las auton'dades menos
impugnadas confinnan semejante confesión, todo recurso al sentido comcin
de los filósofos parece excluido para encontrar en él alguna mdida en la
cuestión de las variantes del tratamiento analítico. El mantenimiento de las
normas cae más y más en el orbe de los intereses del grupo, como se mani-
fiesta en los Estados Unidos donde ese grupo representa un poder."
Dice que las normas no son normas más que para mantener los intereses del
grupo, no para analizarlas. Y dice: "Entonces se trata menos de un standani
que de tm st.anding." Más de grupo que de una homogeneidad. Es intere­
sante ver como un grupo crea normas estrictas para garantizar su manteni-.
miento, pero que esas normas no crean ninguna obligación respecto de lo
que tienen que hacer los integrantes del grupo. Dicho de otra manera sería
que la gente que anda buscando libe11ades por ahí estaría más cómoda en la
Internacional que fuera de la 'Internacional. Porque una vez que organizan
el grupo y ese grupo está anclado, ya no es necesario obligar que se haga lo
mismo, cada cual puede hacer lo que quiera.
"Lo que hemos llamado más arriba formalismo es lo que Glover designa como
'perfeccionismo'. Basta para darse cuenta de ello señalar cómo habla de él:
el andlisis 'pierde así Las medidas de sus límites', se ve conducido a criterios
de su operación 'inmotivados y por tamo fuera del alcance de todo control',
incluso a w1a 'mística que desaía el examen y escapa a toda discusión sensa­
ta'. Esta mistificación -es en efecto el tém1ino técnico para designar todo proce­
so que hace oculto para el sujeto el origen de los efectos de su propia acción- es
tanto más notable cuando que el análisis sigue conservando un favor que se
acendra por su duración, tan sólo por considerarse en una opinión bastante
amplia que llena su lugar putativo. Basta para ello con que, en los círculos de
las ciencias humanas, suceda que esperándola de él, se le dé esa gararufa...
Hay ahf un malentendido que Lacan mencion� en muchos lados y es que
las ciencias humanas también están en crisis y al esperar una garantía del
psicoanálisis, le dan al psicoanálisis esa garantía que le falta. Por ejemplo, a
cualquier lado se lleva a charlatanear a psicoanalistas sobre "los trastornos
hepáticos como picotazos de la madre en el sujeto". Porque la medidna está
mal, acepta que alguien charlatanee así.
E�omento en que se llama a �ic.Qa.!!alistas ��a ver si d� algo que
CLASEUNO 123
FUNDAMENTOS DE LA CLÍNICA ANALÍTICA

sirva, se le da 1ª._g�gntía_ ql,,l_e_s�_esp�a de él, eso es lo que está diciendo


Lacan.
Entonces, el psicoanalista puede charlatanear sobre cualquier cosa, porque
,� ':.?} �fi�is �ec(Qroc2s se simulan gos gar�ntías �ecí2rocas. La crítica literaria
no sabe que hacer, entonces llama a los psicoanalistas que algo tienen que
decir siempre. La historia no sabe qué hacet; llama al psicoanalista; la medi
cina no sabe qué hacer, llama al psicoanalista. El psicoanalista charlatanea
por ahí. Los otros esperar !!igo 1�1 psj<;ili!_JJ.i!.!!.Sta y..tl,p�icoanalista recibe e�o.
que es lo que �ás le ii:i!eresa, del QIQ.P.ÍO <ksconcierto, de los demás.
"Resultan de ello problemas que llegan a ser de interés público en U/1 país
como los fütados Unidos, donde ln. cantidad de los analistas da a la calidad
del grupo el alcance de un factor sociológico embragado en lo colectivo. Que
el medio considere necesaria la coherencia entre técnica y teoría no es por ello
más tram:¡u.i.lizador. Sólo una aprehensión de conjunto de las divergencias,
que sepa ir a su sincron(a, puede alcanzar la causa de su discordia. Si se
intenta esto, se adquiere la idea de u fenómeno masivo de pasividad, y aún
de inercia subjetiva, cuyos efectos parecen acrecentarse con la extensión del
movimiento."
Voy a dejar para la próxima vez, porque quiero que ustedes lean y planteen
cosas. Lo que podemos hacer aquí es aclarar, no leer el texto. En nombre de
lo mismo que Lacan critica, nosotros no podemos aceptar esto. Porque sino
lo que queda es ésto que dice y, fuera de ésto, una especie de misa donde
viene uno y lee en voz alta a "San Lacan". �l 9!:!e enseña está en lugar de
_..i,.. , ª!::.�nte� cua2 � �iere decir que varios en silencio sean un analista.

24 i ClASEUNO
FUNDAMENTOS DE LA CLÍNICA ANALÍTICA

analítica y análisis didáctico", "Sobre la terminación del análisis", "Amor y


odio", "Amor por la madre y amor maternal", "Cambios de propósitos y de
técnicas terapéuticas del psicoanálisis", y el apéndice del artículo "Amor por
la madre" que citamos arriba. Todas estas obras son fáci"les de conseguir. De
todas maneras en el análisis que hace Lacan en el Seminario 1 Los escritos
técnicos de Freud hay un capítulo que se llama "Los atolladeros" donde
desarrolla todo el tema Balint.
De Girelson "Problemas terapéuticos en el análisis del candidato normal"
también está editado por Paidós.
Estas son las referencias más o menos explícitas a lo largo del texto "Variantes
de la cura tipo". Referencias implícitas hay muchas que vamos a ir viendo en
el camino, algunas fundamentales, por ejemplo, algunas alusiones a Hegel.
Lacan no dice Hegel, dice: "El amo y el esclavo". Hay aquí una frase que dice:
"Donde todo se sostiene en efecto por el paso en falso de método que cubre el
más grande nombre del psicoanálisis de niños". Habla de Melanie Klein. V iene
planteando una diferencia entre lo constituyente y lo constituido, en el texto lo
veremos más adelante.
Después hay una alusión a Heidegger, en un párrafo extenso. Hay alusiones a
Hegel. que a su vez es de la lectura que hace Hyppolitte en su libro sobre La
fenomenología del espíritu donde toma el movimiento del amo y el esclavo.
Después ha.y una referencia que dice: "Pues el recurso imbécil al término
'vivido', paro calificar el conodmiento que le viene de su propio análisis,
como si todo corwdmiento nacido de una experiencia no lo fuese, no basta
para distinguir su pensamiento del que le atribuye ser un hombre no como
los demás. Tampoco se puede imputar la vanidad de este decir al se que lo
refiere. Porque si no se tiene fundamento. en efecto. paro dedr que él no es un
hombre como los demás, puesto que se reconoce en el semejante a un lwmbre
en que se le puede lw.bl.a.r, ,w se yerro si se quiere ded.r con eso que no es un
hombre como todo el mundo en cuanto que se reconoce en un hombre a un
igual. por el alcance de sus palabras." Esto está referido a El ser y el tiempo,
('Lafiablad�jes un subcapítulo que plantea tanto la habladuría como
el se. La habladuría consiste en tener una respuesta a mano para evitar la
_ � angustia de una pregunta. Entonce�t�J;nción, la de tener siem
pre una respuesta. Por eso, en un análisis, cuando un paciente viene y dice:
"se dice tal cosa", ha.y que hacer explicitar quién dice, lo cual crea una gran
incomodidad. porque el que viene a decir que alguien dice o que se dice tiene
una cierta complicidad con ese rumor que se transmite. Alguien l�-�nsmite
algo lo hace porque satisface algo en él.
El texto está dividido en varias partes. La costumbre que tengo cuando leo
a l.acan es fijarme en la bibliografía que hay y buscar esas referencias en el
caso de desconocerlas. Supongo que a ustedes le vendrá bien para el trabajo
26 1 ClASEODS
GERMAN GARCÍA

en común. La primera parte: "Una cuestión murciélago: examinarla a la luz


del día", es la cuestión de la existencia de las variantes de una supuesta cura
tipo. La segunda parte: "De la vía del psicoanalista a su mantenimiento:
considerado en su desviación", es una crítica a la cuestión de la rutina, la
exclusión de la palabra, la no diferencia entre lo constituyente y lo constituí- ....y--
do. Tercera parte: "Del yo en el análisis y de su fin en el analista", una�
ala. teoría del yo y a la supuesta función del yo en el análisis, ahí está trabaja·
do todo en tomo a Whilhelm Reich y al problema del análisis del carácter.
Cuarta parte: "Lo que el psicoanalista debe saber: ignorar lo que sabe", y esa
es la última parte del texto.
Hay una serie de proposiciones referidas a la formación del analista. Dice:
"El frnto positivo de la revelación de la ignorancia es el no-saber. que no es
una negación del saber, sino Sf! fomia más elaborada. La formación1téícan-
didato no podría terminarse sin la acción del maestro o de los maesf!tJs que
¡1
, � _. ¡�
� forman en ese no-sabér;}en ausencia de lo cual nunca será otra cpsa que
un robot de analista. Y es sin duda aquí donde se comprende esa cerrazón
del inconsdente cuyo enigma indicamos en el momento del viraje mayor de
la técnica psicoanalítica y del que Freud previó, y no en una frase rdpida,
que podría un día resultar de la difusión misma, en la escala social, de los
efectos del andlisis''.
Se refiere a "El porvenir de la temía psicoanalítica" de Freud, el famoso viraje
de los años '20, la introducción de la pulsión de muerte. Freud prevé gue
la posibilidaq de que J.a !_IlÍSma difusión del psicoanálisis a escala social se 1l-0r v ,. t
convierta en el cierre del inconsciente. Incluso hay un chiste donde Freud
dice que hay que interrogar al inconsciente antes que vuelva a cerrarse.
Gontinúa Lacan: "El inconsciente se cierra en efecto por el hecho de que el
analista 'ya no porta la palabra', porque sabe ya o cree saber lo que ella
tiene que decir". Esto está planteado antes respecto a la función del silencio,
porque Lacan dice que,el silendo,en psicoanálisis no es callarse la boca,
sino decidir no responder cuando se puede responder. No es lo mismo que
callarseÍaboca, porque uno podÍia'°callarse la boca simplemente pc.rque sí.
Una decisión de no responder es el silencio y lo que un psicoanalii�a debe
saber es fundamentar su decisión de no Ie.sponder a tal o cual cosa'
Dice Lacan: 't\s{, si el anflista habla al sujeto, que por lo demás s zbe otro
tanto, éste no puede reconxer en lo que él dice la verdad nadente de su pala·
bra particular. Y eso es lo ,¡ue explica también los efectos a menudo a sombro­
sos para nosotros de las interpretaciones que daba Freud mismo. E. que la
respuesta que daba al sujeto era la. verdadera palabra en la que se fw ytwa él
mismo, y que, para unir a dos sujetos en su verdad, la palabra exige ser una
verdadera palabra para el uno como para el otro."
Veremos después que Lacan es menos creyente en este punto.
CtASEDDS 1 27

FUNDAMENTOS DE LA ClÍNICA ANALÍTICA

lo que conviene, no a ganar nada, porque no ganará nada.


Lacan usa el término intersubjetividad, en verdad hay que criticarlo, aquí no
hay intersubjetividad, hay una especie de célula donde el acto mismo de la
� ,., palabra funda a la vez a uno y a otro. No es que este reconoce a este otro,
,:,, -
sino que el acto mismo de decir: "Tú eres mi mujer" me convierte en su
esposo. O sea, me fundo en el acto de fundar al otro. O a la inversa, en el
,..
acto en que otro se funda, me fundo yo\
Y esta es la idea un poco milagrosa que tenía Lacan del psicoanálisis en la
época en que escribía este artículo. Yo digo milagrosa porque vamos a ver
después, que en tanto la pal?bra introduce la muerte, la separación, etc.,
ya para Lacan no tiene este valor fundante de dos sujetos. La palabra es
oscurantista.
Y aquí viene la diferencia entre la verdadera palabra y el discurso verdadero,
es muy simple: la ver�dera palabra afecta aJQuyjetos implicad.9.§. Y el
discurso verdadero se refiere a la realidad, al conocimiento de lo real. Por
ejemplo, un físico dirá que el discurso es verdadero si conoce lo real, pero
ustedes verán que no es una verdadera palabra. En cambio, si digo una
palabra para cumplir con un acto y lo cumplo, esa palabra no dice ningún
aserto sobre lo real, y sin embargo, es una verdadera palabra.
Un esquema de la semántica clásica, que lo pueden ericontrar en un libro de
Deleuze, La lógica del sentido.
Designación -Manifestación
Designación (V o F) Significación. Aquí Deleuze no se
refiere a la oposición panbra vacía
- palabro plena. No es lo mismo
E Manifestación (V = M)
el discurso que dice por ejemplo:
"Llueve afuera" que el discurso
Significación (lógico/absurdo) que dice: "Yo te amo", no son dos
verdades del mismo nivel. La veri
ficación que podemos hacer de que llueve no es la verificación que podemos
hacer de que alguien ama. Es evidente.
El psicoanálisis se trata de esta segunda cosa, por eso Lacan dice: "La pala­
bra manifiesta puede ser tanto más verdaderamente una palabra cuanto
menos fundada está su verdad en lo que llaman la adecuación a la cosa".
Lacan dice en otro lado que cuando se miente la realidad, se dice- la verdad
:/" del deseo.
Entonces, designación es la verdad (V o F) en el sentido clásico, adecuación
a la cosa, es el párrafo que les leí recién. Designación, por ejemplo, vamos
a decir: "Llueve" , esto se puede verificar, entonces es verdadero (V) o falso
(F). Si llueve es verdadero, si no llueve es falso. Esta es la verdad.
Digo: "lengo un millón de pesos en el bolsillo". Si los tengo es verdadero, si
30 i ClASEDOS
GERMÁN GARCÍA

"Somos gente normal" Por ejemplo, la élite de los cañeros de aquí, gente
normal. gente que probablemente vino de afuera, y llegaron a tener dinero.
Ahora, sería muy difícil reclutar aquí una élite de psicoanalistas entre gente
normal, porque la gente normal ha� sus_cálculos, sabe que no le conviene ..
mucho este asunto.
Y es tan cómico que tendríamos que seguir con este tema, por ejemplo, la
generación de los años 'SO se llamó la generación de los normópatas, se
quejaban los analistas de que eran tan normales que no se les podía aplicar
el psicoanálisis. A consecuencia de la segunda guerra mundial los analistas
se hicieron milagreros y famosos, porque curaban cosas que los psiquiatras
no curaban. Entonces mucha gente nom1al dijo: "Vamos a dedicarnos al
psicoanálisis". Antes no, porque no daba dinero. Entonces les explicaban,
"el sueño es una realización del deseo", y el nonnal dice: "¿Por qué eso?".
Y tiene razón el normal, hay que estar un poco chiflado para pensar eso.
Un normal dice: "No, soñé con esto que me asustaba". Y le recordarnos lo
de la condensación y el desplazamiento, y � 11�12nal dice..: "¿Y eso quien lo
verificó? ¿Qué encuesta dice que es así?".
La gente norm�! no quiere saber nada. Entonces, que pasa si uno le da
crédito a los normales. parece una propaganda de la Pitman. Dicen: "Yo
antes no creía en mí mismo. no conseguía muchacho, pero desde que me
analizo todos me sacan a bailar". Esto en el país se usó mucho. No tengo
tiempo pero, ya que somos muchos, podríamos hacer un estudio sobre esto.
Podríamos subrayar lo que dicen los analistas clásicos sobre el fin de un
análisis. Cuando ellos dicen, por ejemplo, que tal paciente tenía tal problema
y dejó de tenerlo. Si uno '@_Sumando los problemas que resuelven, obtiene
un robot de lo que ellos consideran que es un fin del análisis. Y el fin del
análisis es volver al carril, el sujeto es siempre descarriado en algún sentido.
Por ejemplo: ganaba poco en el trabajo porque tenía un problema, ahora
ganará dinero. No se podía casar o se casaba mal, tenía una relación sádica,
masoquista o fóbic.:i, etc.
Ahora bien, es evidente que no hay que dirigirse a los analistas, porque
como dice Lacan aquí la élite de los analistas son gente normal. No los ana­
listas, según Freud, Ferenczi. Lacan mismo, que no son gente nonnal. Pero
la élite es gente normal. Entonces no hay que hacer creer que los ,malistas
son mala gente, su clientela es como ellos, no hacen más que re<1lizar un
ideal de la misma clientela.
Y esto es lo opuesto a la palabra verdadera. Es muy interesante porque cuan­
do se analiza, la gente lo primero que siente es miedo, miedo a decir algo
que una vez dicho no podrá dejar de decir. Por lo tanto, siempre que tenga
un modelo de una realidad que venderle, el otro acepta porque no sabe a
donde puede ir a parar por cuenta propia, por decirlo así. Prefiere asociarse
ClASEDO�
FUNDAMENTOS DE LA CLÍNICA ANALÍTICA

con el otro en un ideal común, y es así como se hace la teoría del analista
como ideal, el analista como punto de identificación, etc.
Lacan viene hablando del hombre real, porque esta historia va a recaer en
(_im"fiombre rea!)en el sentido de la imposibilidad de definir la posición de
,, analista. Entonces hay un punto que es el hombre real, que tenía unas cuali
dades reales, es el tipo que decimos de la élite, el hombre normal, es el tipo
que viene a análisis a decir: "Yo soy un hombre como todos" y que habrá
que responderle: "Lo felicito", ¿qué más se le va a decir?
"Entonces importa poco que el lwmbre real se descargue de la tarea de definir
ese término en las autoridades que sólo subvienen a ella dandD gato por
liebre, o que se avenga a desconocerlo en su rigor, evitando poner a prueba el
límite; en /.os dos casos será, por su acción, más burlado que burlador de él,
pero con ello no se hallará sino mds a sus anchas paro alojar ali( los dones
que lo adaptan a él: sin darse cuenta de que al abandonarse aquí a la mala
fe de la práctica instituida, la hace caer al nivel de las rutinas cuyos secretos
dispensan los hábiles; secretos desde ese momento incriticables, puesto que
están siempre subordinados a los mismos dones, aunque ya no los hubiese
en el mundo, que ellos se reseroan discemir''.
Claro, porque si no se trata de la palabra verdadera del analizante, los dones
los discierno, ese secreto no puede ser cuestionado. Porque incluso con
el concepto ·de resistencia puedo siempre prevalecer diciendo que tal no
aceptó los dones que le daba, pero los dones cómo van a ser cuestionados.
Ustedes observen, o la cosa funciona y tenemos razón, o no funciona y
otro se resiste. Entonces, este hombre real cargado de cualidades reales, es
incuestionable.
Mientras que si se trata de la verdadera palabra del otro, veremos hasta
donde se llega en ese camino de la verdad. Esta es la relación que está
haciendo Lacan.
'í'\quel que se deja, a este precio, aligerar de la preocupadón de su misión
se creerd incluso confinnado en ello por la advertenda que resuena todavía
con la voz misma que formuló las reglas fundamentales de su práctica: de no
hacerse una idea demasiado elevada de esa misión. ni menos aún el profeta
de alguna verdad establecida. Así ese precepto, presentándose bajo_ el modo
negativo, por el cual el maestro pensó ofrecer esas reglas a la comprensión, no
abre sirw su contrasentido a la falsa humildad''.
Esto está en el capítulo "De la vía del psicoanalista a su mantenimiento".
Aquí ustedes tienen que cambiar humildad por objeto a. Lo de Lacan es
u;a alusión al precepto de Freud que dice a los analistas que no se hagan
una alta idea de lo que están haciendo. Vale decir: sólo se puede hablar del
lugar que uno quiere, si uno no quiere nada en ese lugar. A lo largo de un
análisis seremos tomados como testigos, como cómplices, como acusadores,
36 i CLASEDDS
GERMÁN GARCÍA

hablar en presencia del otro. En verdad, como lo dice Lacan aquí, durante
cuarenta o cincuenta minutos. Si uno va a charlatanear si, pero si no. no se
soporta. Entonces, se invierte la cuestión y después lo que es insoportable es
que una sesión dure más tiempo. Y no hay reglas en eso, cada analista debe
inventarse su tiempo, al menos tiene que saber que tiene que inventarlo, que
no está fijado, que no hay otro genérico.

Pregunca: Usted dijo que no es posible juntar la palabra constituyente con


el discurso constituido, pero en el gráfico pareciera que hay puntos que se
tocan.
G. G.: Ya lo aclaramos esto en el momento en que hablamos de la palabra
como acto, y que no hay sentido del sentido. Lacan dice que el analista
fo�ma parte del concepto de inconsciente porque es su destinatario. Pero
supongamos en el gráfico que el vector es un analizante y el efecto retorno
es un analista. Si no hay metalenguaje ni la verdad de la verdad, ni el sentido
del sentido, ni el otro del otro, cuando el analista habla, produce un nuevo
efecto que no está comprendido en lo que dice. Por lo tanto no me animaría
a homologar lo constituido y lo inconsciente. Siempre hay algo más, algo
de menos.
Cuando alguien habla, o bien dice la verdad del otro, o bien produce un
nuevo efecto que no está comprendido en lo que dice. Es lo que se llama la
emergencia del material. Por ejemplo, alguien habla y un analista hace una
interpretación. Si esta interpretación provoca una variación en el discurso,
esta variación del discurso no está comprendida por la interpretación, se
dará una nueva interpretación: entonces no hay punto posible de unir. Es lo
nilsmo que la elaboración secundaria.
En Freud además esto es mucho más fuerte, porque si el inconsciente es
representación cosa y el preconsciente-conciente es representación palabro,
por cerca que esté una palabra de la cosa, ya la supone como perdida. Y
Freud dice que no hay representación inconsciente, propiamente hablando,
que hay una especie de intensidad inconsciente. Un sueño no se podría
hacer con el deseo actual solo porque carecería de intensidad, no se puede
hacer con el deseo inconsciente solo, porque carecería de repres-ipn, Un
sueño, entonces, es un negocio entre un empresario (el deseo actual). que
pone representaciones, y un capitalista (el deseo inconsciente), que pone
intensidades. Pero esas intensidades, como son inconsciente son irrepresen·
tables, puesto que siempre son representadas por derivación en las repre·
sentaciones que prestan los restos diurnos de los pensamientos inmediatos
del sujeto, etc.
Entonces, no hay manera de que se presente como tal el deseo inconsciente,
al punto que Preud dice. por que cuando habla de simbolismo, si no hubiera
CLASE DOS 139
FUNDAMENTOS DE LA CLÍNICA ANAlÍTICA

simbolismo, como el lenguaje está hecho de metáforas extinguidas, los sue


ños serían igualmente incomprensibles.
Otro argumento de Freud es el ombligo del sueño. Hay un sueño fácil para
este tema, el de "la monografía botánica". Resto diurno: monografía botáni
ca, empiezan las asociaciones, recuerdos, fantasías, etc., se hace un texto, y
al final, en el ombligo ¿qué hay? Hay monografía botánica. Quiere decir que
ahí hay una especie de banda de Moebius, que lo que era resto diurno es al
final del sueño lo que está en el lugar del ombligo. Entonces el ombligo como
tal, no tiene representación.
"Proyecto de una psicología para neurólogos" a panir de una primera per­
cepción supuesta o primer punto, el das Ding, encontramos un décalage
entre memoria y percepción, de manera que, si percibo B tengo memoria
de A, si percibo C tengo memoria de D, etc. �olamente alucinando podría
encontrar un punto de unión entre memoria y percepción.
O sea, que esto en Freud es una regla general y para Lacan también.
Entonces, cada vez que dividimos cosas en psicoanálisis no las podemos
volver a juntar, es la definición misma de la división del sujeto.
Si el sujeto pudiera ser identificado al S, o al s, no habría división. Porque si
defino al sujeto como el efecto de la relación significante misma, no tengo
manera de poner al sujeto en otro lugar.
Decíamos que el problema siguiente que se plantea Lacan dice: "El vago
té,mirw viene a remediar demasiado a menudo la flotación que retiene ante
el de interpretar, por defecto de su puesta al día. Sin duda es de un efecto
de huida de lo que se trata en el pensamiento del pmcticante". Es más fácil
decirle a alguien: "Yo analizo" que decirle ··yo interpreto". Yo analizo es una
vaguedad, quiero decir que recibo gente, y no me obliga a nada. S1 digo:
"Yo soy intérprete de sueños". ¡Ah si! ¡Y cómo haces tú para interpretar los
sueños? Cuéntame. Se dan cuenta que esto lleva a una discusión inmediata­
mente. "Yo interpreto síntomas."
"La falsa consistencia de la noción de contratransferencia, su boga y las
fanfarronadas que abriga se explican por servir aquí de coartada: el analista

''�'"'
tescapa graciasª ellas de considerar la acción que Le corresponde en la pro­
f d11Cción dela uer:dad"
.
O sea, que aquí hay una definición tácita de interpretación, fíjense ustedes, la
lf:.>�f.,.!.e,
/
�ón, \ma acción, que después Lacan llamará un acto, una acción
Cl!:!_e corresponde a la producción�
,, r
(
.,1},'-
Pregunta: ¿Eso tiene que ver con la ignorancia?
G. G: Si. Y aquí cuando habla de lo constituyente va a decir primero que lo
constituyente es lo inconsciente, y después dirá que lo constituyente es la
interpretación.
40 i CLASEDDS
FUNDAMENTOS DE LA CLÍNICA ANALÍTICA

acá. Sin embargo, dice Freud, consideremos que toda reunión social es para
exhibir nuestras mujeres, con lo cual es cierto que hay una cuestión sexual, a
la que ya se está habituado.
O el ejemplo de un paranoico, pasa uno y tira un pucho, entonces el para
noico piensa que el tipo lo desprecia. Y tiene razón porque si él fuese una
alta personalidad, seguramente el otro no hubiera tirado el pucho. Y que el
hecho de que sea cotidiano y rutinario no quiere decir que no sea desprecio.
Es un artículo genial de Freud y es un texto clave. Lacan escribía la tesis de
la paranoia y cita este artículo, él mismo fue el traductor.
Se trata de una estructura paranoica del yo que en Lacan tiene tres tiempos,
un antes del espejo que aparece como amenazador, que sería lo que él llama
como el kakon oscuro. el mal oscuro de Melanie Klein. Una especie de
horror primero. El segundo tiempo es en el espejo, que sería el transitivismo,
la transitividad agresiva de uno y otro. Y un más allá del espejo que sería
la identificación simbólica, lo que para el suje osería una salida de estos
terrores infantiles.
Pero aunque el sujeto salga, la impronta paranoica del yo no va a desapa
recer nunca. Por eso cuando a Lacan le preguntaban sobre la tesis de la
paranoia que se llama La pamnoia y su relación con la personalidad. dice
que hoy en día le cambiaría de título porque la paranoia es la personalidad.
La personalidad de cada uno es la paranoia de cada uno. En España, en
la época del franquismo, para asustar a los demás, decían por ejemplo:
"Estacionó mal". Y el otro contestaba: "Usted no sabe con quién está hablan
do". Enseguida apelaban a este kakon oscuro de la Guerra Civil. Era como·
estar antes del espejo.
Continúa el texto de Lacan: "Solo este estudio dard su sentido a la subida
progresiva del iruerés concedido a la agresividad en la transferencia y en la
resistencia, no menos que en el Malestar en la cultura, mostmndo que no se
trota aquí de la agresión que se imagina en la raíz de la lucha vital". Aquí
esta la diferencia entre agresividad y agresión. "La noción de la agresividad. \
responde por el contrario al desgamuuieato deLsujew corura sí mismo". -J
-
Entonces la paradoja es que la agresividad es siempre de quien la denuncia.
Porque ¿quién la denuncia? Aquel que se siente desgarrado contra sí mismo.
No hay que confundirla con la agresión. La agresión actúa, si se puede decir
así. La agresividad no es nada más que la denuncia de la agresividad.
"Desgarramiento cuyo momento prinwrdial conoció al ver la imagen del
otro", ahí tenemos el problema del amor, el odio, etc. "Captada en la tota-
lidad. de su Gestalt, anticiparse al sentimiento de su discordanda motriz,
a la que estructura retroactivamente en imágenes de fragmentación. Esta
experienda nwtiua tan.to la reacción depresiva, reconstruid.a por la señora
Melanie Klein".
44 I CLASEDDS
FUNDAMENTOS DE LA ClÍNICA ANALÍTICA

ser metaforizado en una interpretación pero no nombrado por un sujeto.


El deseo es la metonimia ¡Qué quiere decir? Que � deseo sie�pre está al
J� q� digas, por decirlo así, pero nunca en lo que digas. O como
dice Lacan. el deseo no consiste en lo que uno dice, sino que insiste en lo
que uno dice. Viendo las cosas en que algu�insiste ("tanto va el cántaro
a la fuente") uno se Q!!..ede d_!!r cuenta de algo del deseo. Pero el deseo no
consiste en lo que digo.
R_e�stencia del inconsciente quiere decir esto: hay algo que el yo no quiere
aceptar del inconsciente, que el yo no haría en nombre del principio del
placer, en tanto el placer se opone al deseo, no es que satisface sino que
se opone. Freud dice en "Inhibición. síntoma y angustia" que hasta ahora
creíamos que el yo en nombre de la realidad reprimía a la pulsión, ahora
sabemos que no, que el yo en nombre del placer produce señales de angus-
- tia que obligan al suj:_io" ¡ reprimi7-°la pulsión. Por lo tanto, aunque parezca
\ un disparate, es en nombre del placer que el deseo es reprimido. Esta es la
-' -
, resistencia yoic!!:_ (
Entonces, la resistencia de ello es simplemente que ello no pasa por la palabra.
La resistencia del inconsciente quiere decir que el deseo y la palabra son incom­
patibles. Está la resistencia del superyó que es el mandato de goce como Freud
plantea en "El yo y el ello". El superyó impone al yo los mandatos de ello. El
superyó, podríamos decir así, es el que da palabra al objeto. La palabra impe
rativa impuesta por el objeto causa. Para estudiar este problema de la resis­
tencia lo mejor es el Seminario 1, porque aquí mismo dice l.,acan que hay
que trabajar Freud del año 1910 al 1920 y justamente ese s_eminario trabaja
Freud en esa fecha. Lacan critica a Anna Freud que dice que al comienzo
del análisis no se le dio importancia al yo y que al final se le dio. Lacan dice
que Arma Freud es una asesina. Textual, dice que es una criminal, lo dice
de una manera muy fina.
Dice en este texto Lacan: "Toda ascensión del interés desde las capas más pro­
fundas luµ:ia las más superficiales de la vida psíquica. y asimismo todo viraje
en la investigación del Ello haCLa el Yo eran considerados, en general, corno
un comienzo de aversión hada el análisis", hasta aquí esta citando a Anna
Freud y después sigue: "Para escuchar. el sonido ansioso con que preludian el
advenimiento de una era nueva, la música siniestra en la Eurípides inscribe,
en sus Fenicias, el lazo místico del personaje de Anttgona con el tiempo de
retomo de la F.sfinge sobre la acción del héroe". Pongan Antígona, pongan la
acción del héroe, pongan Freud y recuerden que Antígona le llamaba Freud
a su hija, lean Las fenicias y entenderán ustedes donde está lo criminal de
esta cuestión.

46 ICLASEDOS
FUNDAMENTOS DE LA CLÍNICA ANALÍTICA

mos un tomo de 5 o 6 artículos sobre fin de análisis, o artículos sobre entrada


en análisis, o sobre interpretación, cte. Es una colección que excluirá toda
pretensión de autor. Hacer monografías qui�re decir aclarar lo que dice otro,
--f> no decir cosas por cuenta propia. No será una colección de libros de autores;
habrá firmas, nombres. pero hay que emender litE.lf.erenc"hi e.!)trc un nombre
y un autor, porque tener un nombre es hacerse cargo de algo, en tanto que
�cr auJ,or es saber lo que se dice.
Ahora bien, ninguno de los que estamos aqu1 podríamos saber que es lo que
estamos diciendo. Entonces, es un poco contradictorio ser escritor y psicoa
b( tWist<1.. Es mas fácil ser ps1coa'mÍisía y psicoanaliz.ante. Pero en el psicoaná­
lisis no hay autores.
Ustedes pueden decir que Freud cs. jurídicamente hablando, el autor de las
Obros Completas. Sí claro, pero ¡urídicamente hablando, porque si yo a Freud
le sacara el aparataje de citas, referencias, paráfrasis, etc., los tres tomos se
reducirían J medio tomo.
Freud nunca dijo que había inventado el mundo. Él hablaba de las resonan
cias de Grecia, de Charco!, de las histéricas de Charcol. O sea, Freud nunca
dijo que era el autor de nada, él se hizo un nombre. Pero hay que entender
esta diferencia, P}ra hacerse un nombre hay que renunciar a la fantasía de
�r un autor.
Una confusión del lacanismo argentino es que todo el mundo quiere ser
autor de algo. Todo el mundo quiere ser Lacan de alguna manera, entonces,
cada pequeíio personaje que anda por ahí es un pequeño Lacan. "Parodiar
Lacan" ¿Qué es para odiar Lacan? Hay quienes organiz.an ostentosamente
cosas "para odiar Lacan".
Quiero hablarles de este TV F.ncuentro. Les diré lo que ·para mí es lo más im
portante. Digo esto porque acá me hacen preguntas muy piagetianas. me pre
guntan por ejemplo: ¿los trabajos, tenían nivel? Y eso qué importa. Veamos,
cuánto de coeficiente, 80 o 120... No, lo que importa es el acto de estar en el
Encuentro, hablar frente a una audiencia internacional, con p;s� que no
sabes qué te pueden decir, etc. Entonces me parece que hay que pensar me

C-8{
nos en la inteligencia y más en el acto. Los actos se hacen y después tienen
efectos, pero la inteligencía esuna costumbre.
Lacan dec1a que Piaget cree que los niños están hechos para terminar ha
blando con él. Claro, porque cuando los niños tienen el nivel de inteligencia
de Piaget, pasan a unos niveles de organización motriz, de imaginación des
pués, etc., entonces son niños piagetianos. Dios organiza el universo para
que los niños sean como Piaget.
� piagetismo, que pasa por ser una especie de ciencia en este país, es una

'
H,�·v "' máquina montada sobre la�uclas segregando niños, mandando a 1111 hijQ
¡).;Jt.
..
�-.l. -
a aquel distrito porque tiene el nivel no sé cuanto y mandando al otro hijo a

50 1 CLASETRES
FUNDAMENTOS DE LA CLÍNICA ANALÍTICA

hacerse el tonto. Porque sino una sociedad psicoanalítica se convie1ie en una


--t> sociedad para reprimir los efectos del discurso, no para hacerlos hablar.
Al m'7rios e-;-Laca�-h; cuatr; discursos. Está el discurso del amo que tiene
que ver con lo que se le impone a uno porque sí. El discurso universitario que
cree en el saber, el del ¿qué nivel tenía lo que dijo tal?. Está el discurso hisré·
rico que dice, sí esta todo muy bien, pero yo me siento mai. Y por último el

,---;
discurso analítico, que se supone capaz de sustraerse a estos otros discursos
1
y analizarlos. Entonced, en Lacan hay siempre cuatr� diset�ca hay
U_!10J....!lº_si;_p_��J disct¿rso analítico en un Jugar sj a su vez no
-se tiene algún tipo de trato con los otros discursos.
Deo que en la Argentina el psicoanálisis se sometió a cualquier política cul
tural. Los psicoanalistas peleaban por si era. 1.!!1��º peronistas, no se
peleaban por su posición en el psicoanálisis. Es evidente que esto implicJhn
UnaTaiia-Je política analítica.
Freud, en todo��adía imaginar qu�gía del otro ;ra un síntoma,) "- -
pero Freud jamás se iba a pelear por eso. Freud era intransigente, lo mismo
que Lacan, cuando alguien decía del psicoanálisis una pavada. Eso no lo SO·
portaba. Pero que la gente fuera de izquierda, derecha, centro, católic.i. más
o menos atea. Esos eran síntomas que analizaba. El psicoanálisis l'S anJlizar
que la gente es más o menos atea, más o menos de derecha, rnas o menos de
izquierda, más o menos criminal, más o menos masoquista.

54 ICLASETRES
FUNDAMENTOS DE LA CLfNICA ANALÍTICA

Ese es el poder del lenguaje. Lacan dice que cuando no se está a la altura de
ese poder uno hace un ejercicio del poder.
Cuando nosotros hablamos del su¡eto dividido nos referimos a un principio
de Saussure que es el siguiente: No se puede decir a - a. No hay identidad
en Saussure. Tenemos que decir que: a e# b "1- c. Saussure dice: '"En la lengua
todo es diferencia". Lo cual implica negar el principio de identidad.

e
Si en la lengua todo es diferencia, cada elemento lo tomamos a nivel de la
partícula fonemática, o a nivel de la panícula significante. Cada elemento es
negativo�egativo quiere decir gue no vale por sí mismo. Es relativo al otro
-
�o. 'Ñégativo, relatwo y oposit'ívo.
Si el sujeto del que hablamos es el sujeto de la lengua, por este mismo prin
cipio de que la lengua es pura diferencia, podemos esc1ibir entonces: S 'f. S,
lo cual nos da como resultado esto: ( $ ). Ése es el sujeto dividido. El sujeto
dividido, es el efecto de la estructura misma del lenguaje. Podemos definir:
sujeto no igual a sujeto. El sujeto es dividido.
Una manera de explicar que el sujeto es dividido es decir que el sujeto es un
parletre. Sl ustedes tienen un gato, pongan la mano sobre él y van a ver que el
gato en vez de usar la garganta para hablar, usa la garganta para hacer vibrar
todo el cuerpo. Lacan dice que los gatos no ronronean con la garganta, smo
que con la garganta hacen vibrar el cuerpo. Ese gato no puede sufrir porque
no lo amó la gata, ni puede pedir nada. Ese gato es una máquina de gozar.
Si a ese gato le inyectáramos significantes se preguntaría:¿_qué e�-gato?, y
entraría en esta enfermedad del lenguaje.
Ustedes saben que Lacan terminó diciendo que el lenguaje es la debilidad men
tal, porque el lenguaje tiene una estructura que conduce a que uno siempre
esté buscando el término que sigue y como los términos son sincrónicos, me
ramente diferenciales y están sostenidos por un vacío, uno tiene que darle una
sustancia y eso crea la debilidad mental. O si ustedes quieren, la repetición.
Una vez que este su¡eto está en el lenguaje, como no hay lengua de uno, tiene
que dirigirse a otro. Dividido como está tiene que buscar a Otro:$- A (vamos
él poner una A, un Otro en francés, en homenaje a Lacan, porque los gráficos
no se traducen), y esto es lo que llama el poder discrecional del oyente. Si
un niíio le pregunta a su madre qué es el universo, la madre tiene el poder
discrecional de darle cualquier significación a esa pregunta. Puede decir: "Es
lo que Dios creó", o puede ser que la madre sepa algo y se tome el trabajo de
comprar un cuadernito y le explique más o menos qué es el universo. Quiere
decir que el sujeto está atrapado en una cadena significante de la cual él no
tiene la sig7iificación.
Ei;j'eto es una pregunt� Heidegger decía que una pregunta es la devoción
del pensar. Los niños tienen mas devoción del pensar que los adultos, porque
los adultos, muchas veces responden.
58 ICLASECUATRD
FUNDAMENTOS DE LA CLINICA ANALÍTICA

aliena al sujeto como moi y lo obliga a corregir su imagen en función de las)


\ exigencias de ese ideal del yo/si este$ es un cristiano, este 5 1 -51 es la lengua
aramea�e l(A) es Cristo hablando, vociferando como ideal del yo, estos

...._,. 1
1(a) son los cristianos haciéndose comer por los leones.
Si el anahsca se pone aquí, /(A), el analista es un pequeño líder de masa.
Tiene la si�icación de la vida del otro tobliga al otro a corregir su imagen
, en función de sostener ese ideal de significación que él da.
Lo ,mcresance del esquema es que Lacan, cuando comienza su escuela, co
loca a los A.ME., los Analistas Miembros de la Escuela en S(AJ. Se puede
psicoanalizar gente sin tener ningún deseo de analista, (porque además no
se sabe qué es un deseo de analista, es decir, que si se lo tiene tampoco se
sabe). Si soy un analista instituido por la significación social del psicoanálisis,
reconocido como tal, no podría jamás poner de moda el psicoanálisii., porque
soy el efecto de la moda del psicoanálisis.
Mientras una escuela se reduce a que haya A.ME., (o sea, gente reconocida
socialmente como analistas), las fluctuaciones del mercado analítico variarán
según se acepte o no se acepte el psicoanálisis en ese lugar. Pero bastaría un
solo deseo de analista para poner de nuevo en marcha la máquina. Lacan
tuvo un deseo decidido de analista y entonces sacó de la decadencia al psi­
coanálisis.
Lacan puede decir que él tenía un deseo de analista, y �prueba del deseo del
analista es su pr�agación. Podemos decir que el deseo del analista es lo que
sepropaga,o mejor dicho, lo que hace que se propague el psicoanálisis. Es
algo más que una declaración de principios: yo deseo el psicoanálisis.
La sugestión del lenguaje. El analista, ¿se va a aprovechar de ella o la va a
analizar? Esto es lo que Lacan plantea. Se puede aprovechar de eso. porque
la primera posición del analista es de S,, o sea, es de saber (un a11alista es
llamado por otro a ese lugar). Esto lo explica Eric Laurent en un libro que
les recomiendo, Concepciones de la cura en psicoandlisis. De saber ¿por qué
S,? Pol!lu�el otro vjene con un significante que lo esclaviza. El analista es el
segundo significante. No quiere decir que le dé una explicación, pero basta,
por ejemplo, con que alguien diga: "Soy insomne" y otro le pregunre: ¿desde
cuándo?, y el primero responda: "Desde que murió mi abuela", para que eso
sea una revelación. Incluso luego dice: "Mi analista me dijo que soy insomne
a causa de mi abuela". No se da cuenta que es él quien relaciono eso. Pero ese
error no tiene 1mponancia porque uno no se dedica al diálogo con los pacien­
tes. Entonces, este S1 es la primera posición. De entrada nos adjudican ese
lugar. Sino, no hahría llamados. Pero la segunda posición es mas conplicada,
porque esta segunda posición es lo q�e Lacan llama el sigrlificance amo, s,.
El analista se vuelve insensato. ya no revela enigmas, sino que él mismo se
propone como enigma.

62 ICIASECUATRO
GERMAN GARCÍA

El punto cuatro de la primera parte de "La dirección de la cura" dice:


"Intérprete de /J:J que me es presentado en afimuu:iones o en actos, yo decido
sobre mi oráculo a mi capriclw, único amo en mi barco después de Dios".
Ahí tienen el s,. es una buena frase para enemigos del psicoanálisis ¿no?.
Continúa: "y por supuesto lejos de poder medir todo el efecto de las palo.bras".
¿Ven que es insensata la posición? Es el amo y no puede medir el efecto
de sus palabras, "y por supuesto lejos de poder medir todo el efecto de mis
palo.bras pero de esto precisnmente advertido y tratando de remediar/o, dicho
de otra manert( libre SÍémpre del momento y-del núnÍero,I tanto como de la
elección de mis intervenciones, hasta el punto de que parece que la ret la haya
sido ordenada toda ella pa'U no estorbar en nada mi quehacer de ejecutante. a
lo cual es correlativo el aspecto de 'material', bajo el cual mi acción aquí toma
lo que ella misma ha producido''.
La posición �Lanalista arno...,_no �de el efecto de su palabra y lo que consi­
dera el material del otro no es sino lo que toma su acción después de haberlo
producido. Se ve que hay un punto de ruptura radical. Podemos di!cir ahí,
entre analizante y analista, no hay negocio posible en ese punto.
Otra cosa es cuando el analista funciona como un objeto, el objeto a. Nosotros ll\
podemos decir una sola cosa, �l objeto a es la presencia pura del analista,
el objeto es lo que no puede ser representado en el lenguaje, por ahora lo
definimos así: llamamos objeto a a lo que no puede representarse en ningún ---?J
lenguaje, por lo tanto, � la P-Mra Rresencia del analista. Ese analista que
empezó siendo el que ponía el s) el significante del saber; que pasó a ser un
significante insensato que servía para analizar los significantes insensatos del
sujeto, termina siendo un objeto excluido del discurso del sujeto. Si e,to ocu-
rre, si el analista termina siendo un�ciüidcidel discü'rsa del. sujeto,) ? /
entonces diremos que hay un fin de análisis.
Por ahora, llamamos objEto a a lo que no está en un lenguaje, au 1que es
producido por el lenguaje.
Ahora bien, ¿Qué quiere decir con oráculo? En "Subversión del Sujete" Lacan
dice: "El diclw pri,y¡�s oráculo, confiere al otro su oscura autorida.i''.
Veamos qué die{ Fre�1 JJrimera tópica: inconsciente, preconsciente, cons­
ciente. ¿De qué haDía la e._iimera tóoica? Del valor performativo del�guaje.
Perfonnativos son los verbos que realizan la acción. Por ejemplo, cuando
digo "juro" ya juré. En-cambio si digo, "voy a cerrar la puerta", te1go que
,hacerlo. Esta palabra, peiformativo, la impuso un lingüista, jurista ,!demás,
de modo que algo sabía del dicho primero y del oráculo. Un lingüista llamado
Austin, autor del libro Palabra y Acción que está publicado por Paidós.
Perfonnativo, como lo dice Freud, el sueño puede ser l�etáfog dE/1 deseo.
Y digo aquí la �ra porque Freud taqbién habla de un ombligo del sue­
ño, al$0 l!Q.J!Pr�ntado, sustituido pÓr otra COS� ••
ClASECUATRO 163
FUNDAMENTOS DE LA CLÍNICA ANALÍTICA

Decir rápidamente que el sueño realiza deseos es poco freudiano, porque


Freud dice que el deseo inconsciente es el capitalista, pone su intensidad,

-
el deseo actual es el empresario, pone las representaciones. De manera que
un deseo inconsciente será sustituido por las representaciones de un deseo
actual; luego, se puede decir que el sueño
-es una - metáfora
-del deseo que se
realiza.
Eso es mucho mejor que decir que el �eño realiza deseos, porque entonces
_f;;nfundimos el des,!;S> con el placer. Por ejemplo, un adolescente que bailó
con su novia luego se fue a dormir y tuvo una polución nocturna, soñando
que le hacía el amor. Eso no es el deseo, eso es un placer. Que�! sueño
puede incluso producir un placer, como también angustia, quiere décir que
en los dos casos, produzca placer o angustia, el sueño es una metáfora del
deseo. Es un punto donde la cadena no puede seguir y se corta. Recomiendo

-
üñÍJello texto de Jacques-Alain Miller que se llama "Despertar", está en la
revista Omicar?.
En la primera tópica Freud dice que el "ojalá fuese'' se convierte en el "ya es".
Si deseo hablar con mi padre muerto y tengo un sueño en el que hablo con él
¿Ven que ahí la palabra tiene un poder performativo?. Empezamos a entender
de otra manera la frase de Lacan: "El dicho primero es oráculo y confiere al
otro su oscum autoridad''. Podemos decir que la oscura autoridad del otro,
q�e es el inconsciente, es conferida por estos dichos primeros.
Freud pone el ejemplo de "Tuya es Tiro". ¡Conocen el ejemplo de Freud? Se
los cuento: Alejandro estaba frente a Tiro e iba con un adivino de sueños,
se duerme y sueña con un sátiro que baila sobre un escudo, se despierta, le
consulta al adivino de sueños y el otro le dice: "Sa Tiro", que en griego es
"Tuya es Tiro"; Alejandro ataca y toma la ciudad.
Los guerreros de la antigüedad llevaban tipos que adivinaban sueños o que
leían las entrañas de los pájaros etc. Ahora se lee la borra del café ¡se dan
cuenta que confieren toda la auwridad al café?.
Esta primera tópica se dobla en otra, la segunda tópica, donde Freud explora
otra variable del lenguaje. Lo que se articuló como performativo en la prime­
ra tópica, aunque lo quiera evitar, me vuelve como imperativo
- en la segunda
tópica. -
Se puede reducir la teoría de Freud, desde el punto de vista linguístico, al
predominio de estas dos funciones del lenguaje: el lenguaje es p_5'rformativo
y el lenguaje es imperativo.
Esto se traduce clínicamente: performativo asociación libre, el sujeto va ahí
a lo que sabe, la asociación libre. Imperativo,
w
en tanto otro escucha. el sujeto

-
va perdiendo la significación de e mismo que dice. Lacan decía que no se
responde a la demanda del paciente, lo cual no quiere decir que no se le exi
,t ge. Porque al paciente se le exige: venga a tal hora, pague, hable.
(
(
J \J
64 IClASECUATRO

i., { 7 I \
GERMAN OARCIA

Entonces cuando Lacan dice que el dicho primero es oráculo, este di cho
primero no es saber. Ustedes van a analizarse para buscar un saber.como
vienen a una conferencia. Van a analizarse con la sensación de ser habitados
por un saber que desconocen y con la idea de que ese saber que ustedes
desconocen hay otro que lo puede conocer. Una idea muy descabellada si no
entendemos el inconsciente freudiano, porque si cada uno duerme consigo
mismo, sabe lo que sueña, lo que piensa, como se rasca la oreja ¡de dónde
deduce que contándole cuatro cosas a otro, el otro sabe de él más que él
mismo?.
El lenguaje no está adentro de uno, sino que uno está vaciado de un lenguaje.
Estonos sirve para comprender que Freud habla de eso, del poder del lenguaje.
Ahora bien, Eric Laurent da una pista en ese libro y dice: "Relean la oposición
en Hegel (él dice relean porque Jo leyó, para nosotros seria lean) entre el himno
y el oráculo''.
Hegel, en La Fenomenología del espíritu, Pág. 413 de la edición castellana,
un subtítulo que se llama "Himno / Oráculo" en la parte que se llama "La
Religión", donde van a leer cosas como que solo aquel que interroga el orácu­
lo expresa la posición ética de desprecio hacia Jo contingente. El que interr oga
el oráculo expresa - no creo que diga 'expresa· pero no recuerdo que palabra
utiliza - la posición ética de desprecio hacia lo contingente.
Hegel dice que el lenguaje es un ser ahí. existente. que cuando el particular
habla lo lanza a la comunidad universal. Cuando el particular muerde la soga
del lenguaje es vaciado directamente. Una vez que es vaciado de sí misrno,
tiene dos cosas: o hace el himno, que sería la plegaria entre nosotros, o inte­
rroga al oráculo.
Hegel dice así, Himno (definimos): el hombre le habla a los dioses de los
dioses. Por ejemplo si uno dice: "Padre nuestros que estas en los cielos", uno
es un hombre que Je habla a Dios de sí mismo. Entonces el himno es definido
como que el hombre habla a los dioses de los dioses. El oráculo es al revés:
los dioses hablan a los hombres de los hombres. Saquen dioses y pongan
inconsciente, el inconsciente le habla a cada uno de él mismo, y esto es Jo
insoportable, pero solamente quién interroga al oráculo, expresa la posición
ética de desprecio hacia lo continge)Jle.-
Esto del oráculo lo comenta también Koje� en el libro La.dialéctica.del amo
y del esclavo en Hegel en el apartado que se llama "Cultura religiosa."
�eno, vamos a leer el párrafo de Lacan de nuevo a ver si nos dice algo:
"Volveré pues a poner al analista en el banquillo en la medida en que lo estoy
yo mismo, para observar que está tanto menos seguro de su acción c1Umto que
en ella está mas interesado en su ser", punto 4 de la primera parte. "Intérprete
de lo que me es presentado en afirmaciones o en actos yo decido lobre mi
oráculo y lo articulo a mi capridw, único amo en mi barco, después de Dios. "

,
CLASECUATHO 165
FUNDAMENTOS DE LA CLÍNICA ANALÍTICA

¿Ven que ahí la palabra oráculo no está puesta por casualidad? Ni la palabra
Dios tampoco.
"Y por supuesto, lejos de poder medir todo el efecto de mis palabras... ", porque
la pitonisa no media el efecto cuando le dice a Edipo que matará a su padre
y a su madre, ese es el mensaje que corresponde. El inconsciente tampoco
mide su efecto cuando habla, hace lo que quiere, hace un fallido, produce un
delirio, una obsesión.
"Y por supuesto lejos de poder medir todo el efecto de mis palabras, pero de
esto advertido y tratando de remediarlo, di.cho de otra manera, liúre siempre
del_!!!E.mento..1..!!!l número, �,� la elección de mis iruerv�.
hasta el punto de que parece que la regla haya sido ordenada toda ella para
no estorbar en nada mi quehacer de ejecutante, a lo cual es correlativo el
aspecto de "material", bajo el cµal mi acdón aquí toma lo que ella misma ha
producidD''.
Bueno, ahí tenemos al analista frente al oráculo. Él como oráculo dueño de
la situación, poniendo el segundo significante del saber. Lo tenemos ahora
instalado en un Jugar insensato, ¿acaso hace Jo que quiere? Pues no. El punto
S en el séptimo párrafo casi al final, comienzo del punto 6 dice: "Pero lo que
es seguro es que�sentimi�l analista sólo tienen �n lugar po_sible en
este juego, el del muerto; y que si se le reanima. el juego se prosigue sin que
sesepa quién lo conduce. fbr eso el analista es menos libre en su estrategia
Q!J.� en su tdctJ.ca''.
El otro punto dice así: "Vayamos mas lejos. El analista es aún menos libre en
aquello que domina estrategia y táctica: a saber. su política, en la cual har(a
mejor en ubicarse por su carenda de ser que por su ser''.
Ya sabemos algo de esto, sabemos que carencia en ser para Lacan quiere
decir deseo. Haría mejor en situarse mas por su deseo que por su ser.
El punto 3 enumera, y dice que el analista también debe pagar, y que paga
de tres maneras: con palabras en la interpretación, con su cuerpo en tanto
se desdobla en la transferencia, y con su ser. Ahora podemos decir, con su
falta de ser. Entonces tenemos tres punto� la in�etación, la transferencia,
-
y el deseo.
Miller subraya que hay una correspondencia entre interpretación (la tácúca
del analista) y transferencia (la estrategia) pero no es estrategia del analista,
la estrategia es de la transferencia, es decir, la transferencia iiiiiñina la estra­
tegia. Y por último, p<iliiica y deseo.
Laurent también comenta esto en el libro Concepciones de la cura en
Psicoandlisis, en el artículo que se llama "Grupo y Discurso". Cuenla que, al
parecer, a Newton no le tomaban en serio la teoría de la gravedad entonces
tuvo que armar una patota de propaganda. ¡Viva la gravedad! ¡La gravedad
es fundamental! Formó una sociedad para hacer aceptar la teoría de la gra
66 ICLASECUATRO
GERMÁN GARCIA

Un analizante joven que se había analizado con un clásico de la internacional


me dijo después de nueve o diez entrevistas: "¡Ah, yo creía que esto era un
análisis!". Y le digo: "¿Y cómo se dio cuenta que no lo es?". Y me respondió:
"Son tres entrevistas...etc." y me cantó el encuadre.
Otra señora venía desesperada porque ganaba poco. Yo cedo frente a eso y le
cobro un precio irrisorio, pero yo no hago sesiones largas. El marido agarró
la calculadora y le dijo: "Te está estafando". Antes ella se analizaba 50 minu
tos y le cobraban x. Ahora, sumando el tiempo que usaba le salía como dos
australes más que los que pagaba antes. ¿Ven que lo de persona a persona no
va? Ella no contaba el dinero, contaba el tiempo. Pero lo que usé fue esto: si a
e
ella le hubiera funcionado el tiempo capitalista no estaña en análisis. C�ndo / 1 l .,1 (.. "
uno va a análisis ya el capitalismo fracasó de alguna manera. -
El punto 4 desarrolla el tema de la transferencia, lo organiza en relación a
la táctica, la estrategia y la política. El punto S hace una alusión a lo que
después se va a llamar el acto analítico. "Para decir /ns cosas de otm manera:
su (U:Ción sobre el paciente se /.e escapa junto con la idea que se hace de ella,
sino vuelve a tomar su punto de partida en aquello por lo cual ésta es posible,
si no retiene la paradoja en lo que tiene de desmembrado, para revisar en el
principio la estructura por donde toda acción interviene en la realidad."
La estructura por donde toda acción interviene en la realidad. Van a ver que
usa la palabra praxis y en el Seminario 1 define la praxis como el abordaje
de lo real por lo simbólico. Cuando en Crftica a la F.conom(a FbUtica, Marx
quiere plantear el concepto de producción, dice que es la transformación de
la materia por la idealidad del sujeto.
Entonces, una praxis es la transform�n de_alg9 �o en un acto que
depende de lo simbólico. Digamos, que a lo real no se accede sino por lo
-3
simbóliéci": esoquiere decir praxis. Toda acción que interviene en la estructu-
ra sería una praxis donde la transformación de lo real está determinado por
lo simbólico, volvemos entonces a este punto del pod:r del lenguaj<:.

,'

CIASECUATIIO 171
(iERMÁN GARCÍA

entra en análisis, cómo sale de análisis. Si alguien entra a un discurso, cómo


sale de ese discurso. __
Hay un ensayista americano que se llam � que tiene un libro_
l
titulado La angustia de las infl1!_(!..!]!jas donde plantea que la obra de ,!!.!:_poeta
no es sino su relación a otro poeta. Por ejemplo, la obra de T. S. Eliot es un
intento de decirque� posible ir más allá de Milton.Eli'ñomento de vacia­
miento de unpoeta en otro, el de quedar absolutamente inerme frente a otro
poeta, el momento de rechazo, el intento de huida, la imitación, el plagio
y to �a 1� vuelta que uno da hasta que encuentra La metáfora� su propio
_deseo. Si �e�tra salió, si no la encuentra perdió.
El Quijote es una teoría textual igual. Hay un sujeto alienado en unos libros
de caballería que lo conducen al ridículo, pero dentro del mismo libro hay
una segunda escansión cuando el Quijote va a Barcelona y encuentra editado
El Quijote. Quiere decir que la segunda parte del Quijote es la separación de
Cervantes de aquellos libros a los que estaba alienado en la primera parte.
La leyenda dice que Lacan se alienó a Freud de una manera absoluta. Parece
que es cierto porque se dedicó a leer Freud palabra por palabra, bajo la con­
signa de que Freud no podía equivocarse. Una consigna que no hay que
tomar como mística, hay que tomarla como que Lacan podía leer el discurso
de Freud como se puede leer un mito. Evidentemente si un antropólogo va
a estudiar un mito, no dirá que el mito está equivocado, no criticará el mito,
no dirá: conviene que este ritual sea así, o que ese poema o himno al dios sea
así; él va a tratar de explicar porqué ese himno al dios, porqué ese poema,
porqué aquel ritual.
Lacan se propuso explicai{:uál era la clave de esa construcción de Fre� una
construcción que comienza ae una manera riesgosa, digámoslo así. Porque
si Freud no fuera Freud, seguramente ya sería internado por cualquiera de
los presentes. Figúrense, si Freud fuera un anónimo que llega y dice que
una noche cayeron todos los velos y el aparato psíquico se le reveló ahí,
visualmente; que ha descubierto la manera de entender a la vez la filosofía,
la religión, la humanidad entera; que dice en el año 1907: "Es terrible tener
de pacientes a toda la humanidad", o, "mi relación homosexual con Fliess ha
concluido", o, "yo he triu 1fado donde fracasa el paranoico", o "el d,;lirio de
Schreber y mi teoría son iguales pues están construidos de la mism,1 mane-
ra". Creo que ustedes intimarían a Freud. Y lo cómico es que lo interna1ían
-..._
porque�stán alienadÜs'en Freud. Esto es, que aceptarían de él cualgt,ier cosa .....-
0menos su deseo.
Lacan dice en un seminario que si fuera entomólogo le gustaría que hubiera
una tarántula que se llame Jacques Lacan. Es evidente que la familia de
Lacan, su mamá, su papá, no habrían deseado nunca que Lacan fuera una
tarántula. Posiblemente desearan que fuera un psiquiatra famoso. Entonces
CLASECINCO J 73
z:;,,
GERMÁN GARCIA

Y una cita puede ser también un equívoco lógico. Es lo que sale en los ma­
nuales de lógica como la paradoja del mentiroso.
Cuando Lacan dice que es necesario que la interpretación recobre su virtud
alusiva,.que ésta pueda volver a tener ese valor de pista, de enigma, de
ñ
�ívoco; luego dice también: "¿Quién barrerá todo ese enonne� de7
literatura psiroanalíti.ca? Seguramente no QfJuellos que la toman como apoyo''.
Que Lacan diga estiércol aquí, tómenlo como objeto a.
Ahora bien, si digo que la obra de Freud no es nada mas que la metáfora del
deseo de Freud, a lo cual uno se aliena porque no tiene una metáfora propia JI('
para hablar de su deseo. Y posibÍemente si uno leyó alguna vez la obra de
Lacan, que es una metáfora del deseo de Lacan ¿qué hacer?. Si uno entró
tiene que salir, porque si uno se va, se queda adentro. No es lo mismo salir
que escapar.
Descontando el hecho de que tenga una mutación subjetiva, descubra una
vocación nueva, se haga cineasta, pintor, etc., la gente que huye del psicoa- (""
nálisis - como ya habían entrado a medias-. queda en un grado de estupidez
considerable.
Esto lo desarro�� en un artículo sobre la interpretación que está
en un libro de Manantial que se llama Acto e interpretació_.n.
En Freud hay un artículo del año 1911, que es clave, se llama "El empleo de
la interpretación de los sueños en el análisis". Freud dice que hay tres tipos
de sueños: unos que se llaman biográficos, que no se pueden interpretar
porque implican la vida del sujeto que desconocemos. Por ejemplo, sueños
que ponen en escenas paisajes infantiles, cosas que el analista no conoce.
Otros, sueños de confirmación donde el analista hace una interpretación y el
paciente la sueña. Freud dice que esos sueños están hechos para seducir al
analista. Y finalmente otro tipo, los sueños enigmáticos, oscuros, que son los
mejores según Freud porque no los entiende ni el paciente ni el analista y di­
rigen la cura. Por lo cual un sueño no se puede interpretar. "La interpretación
de los sueñ�s" está hecha para demostrar que el inconsciente existe. No es
un método de trabajo como se lo ha tomado siempre. Ahí encontramos tres
textos; está el sueño que Freud pone en bastardilla, las asociaciones que se le
ocurren al Sr. Freud y la deducción teórica que el teórico Freud va haciendo
en relación de éstos dos textos.
En una nota al pie de página del capítulo tres,� Freud dice: "El analizante, por
,,,asociación libre, interpreta su propio sueño". No-dice que el analista interpre­
ta.Ustedes venía cuestión éi iainterpretación, en el campo de la psicología,
de la significación, se ha convertido en cualquier cosa. Continúo con Lacan,
punto 19: "Puesto que se trata de captar el deseo, y puesto que solo puede
captárselo en la letra, puesto que son las redes de la letra las que determinan,
sobredetenninan su lugar de pájaro celeste, ¿cómo no exigir al pajarero que
CIASECINCO I n
FUNDAMENTOS DE lA CLÍNICA ANALÍTICA

entre pulsión y repetición es lo que se supone que es la estructura de ese


acontecimiento.
Lacan, de Freud, se quedó con cuatro términos: inconsciente, transferencia,
pulsión y repetición.
Para cualquiera la clave del psicoanálisis es la represión, en cambio para
Lacan en los cuatros conceptos fundamentales no está la represión. Lo que
pasa es que una vez que está la teoría del significante y la división del sujeto
por la estructura del significante, no le hace falta esa teoría de la represión
para explicar la división. Entonces, en la vuelta que da Lacan, la represión
freudiana no es ya un concepto fundamental.
Después de estos cuatros conceptos, Lacan empieza a poner otros propios: s,.
S2, A, $. etc. Queda la estructura vacía de la obra freudiana que es lanzada a
otro lugar. Podemos decir que Lacan encontró la salida. Como podemos decir
que Kepler encontró la salida de Copérnico, y Newton la salida de Kepler, y
Einstei encontró la salida e Newton. No quedaron newtonianos, no que­
daron kep erianos.
Lacan invitaba a eso, decía: yo soy freudiano, a ustedes les toca ser lacania­
nos. Pero ser lacanianos 911iere decir, atravesar el aparato infernal y salir por
_ .>¡... otro lado.
¿Cómo se puede ser analista en ausencia del analista? Digamos que al final
del análisis no te queda el i)nalista sin,o el p�icoapáli�is. Si al final del análisis
eñ vez-de quedarte la identificación a tu analista te queda el psicoanálisis, eso
es lo que Lacan llama el pasaje del trabajo de la transferencia a la transferen­
cia de trabajo. Si te queda el psicoanálisis quizás le encuentres una vuelta.
El punto 5 del capítulo "Quién analiza hoy" critica la idea del yo débil y el
yo fuerte e introduce la transferencia como desdoblamiento. Lacan hace una
crítica a Sullivan y compañía, quienes opinaban que el hecho de que Freud
diga que la transferencia es un fenómeno espontáneo traducía no sé que
huida de F;eud frente al compromiso dei-;;;álisis. Lacan introduce la idea de
táctica, estrategia y política.
El analista tiene una tácti :a de interpretación, una estrategia que no domina,
y una política que es su deseo. Pero además tieneialdea decuálesla estruc-
(j<J� p� la que toda �cc�1;2ntervie
. �e en la realidaq.
-

El saber occidental opone pensamiento / acción, bajo la idea incluso del


error, de prueba y ensayo; por ejemplo: me quemo, la otra vez retengo la
acción, la pienso, y doy una vuelta, o agarro un trapo si es para levantar un
objeto.
En el Seminario El Acto analítico, Lacan se dedica a criticar esta teoría: el
sujeto que piensa_pgr up lqdo, Y el de la acción por otro. En última instancl;
�pecie de#relj�jo de_la estructura social, en tanto gue hay sujetos qu�
cuentan �!1en1E,s y_�jetos�que trabaja,!!_·
80 ICLASECINCO
GERMÁN GARCÍA

Lacan usa muchas veces la palabra "praxis" que implica que no hay acceso
a lo real sino a través de lo simbólico. Digamos que si ustedes leen la intro­
ducción a la economía política de Ma�an a encontrar que él se vale de
Spinoza para teorizar que la producción es la transformación de la materia • :;)
por la idealidad. Si tomo un iÍierro y hago una espada estoy transformando la
materia según una idea que ten&9: es una espada barroca, filosa, etc. Quiere
decir que cuando un tipo hace una espada ya está la estructura simbólica
puesta en juego. ¿Por qué se hace espada? Supongamos que porque hay una
guerra. Y hay una guerra porque hay una economía, etc. El tipo que accede a
una acción, esa acción es ella misma lo simbólico en acto.
Hay un libro de Heidegger - un poco sospechoso este autor - que se llama Qué
significa pensar?, cuya tesis es: lo gravísimo de nuestra época grave es que
todavía no pensamos. Una tesis muy interesante. No es que pensamos ayer
o pensaremos mañana, el "todavía no pensamos" es lo que se da a pensar.
Entonces cita para hacer un análisis del pensamiento un poema de Holderlin
que dice así: "Un signo somos/ indesdfmb/e, sin dolor somos/ y en tienu
extmña / casi perdimos el habla". Cuando dice, "un signo somos, indescifra­
ble", no quiere decir que seremos descifrados mañana sino que somos in­
descifrables. El poeta no dice: un signo somos a descifrar, o, un signo somos
que se descifrará. Dice: un signo somos, indescifrable. La estructura misma
del signo <!!;!e somos no se puede descifrar. Entonces lo que va a mostrar
Heidegger es que el pensamiento no se puede pensar a sí mismo en sentido
hegeliano; sino que el pensamiento se convierte en acto, o que el acto es
una consecuencia, o es incluso un antecedente del pensamiento. Que !!2,h.ay �
una relación causal entre las dos cosas, que hay que disolver esa oposición.
Lacan, del acto analítico, dice: "Es necesario revisar la estructuro por donde
toda acción interviene en la realidad''.
En cuanto al acto analítico, tienen que leer un libro de una lingüista que se
llama Catherine Kerbrat Orecchioni, el libro se llama La enunciación y el
subtitulo es De la subjetividad en el lenguaje de la editorial Hachette. Es una
lingüista que critica a Jakobson.
Vamos a plantear el problema del(eni&m-ª de la interpretación:--Si le digo a
una mujer: "Ese es tu vestido más hermoso", no es una frase enigmática en sí
misma, nin�n enunciado se puede explicar a sí mismo si no es por el acto de@
1.iU!!_;mciaciÓJJ. Si le digo a esa mujer: ese .es tu vestido más hermoso y está
saliendo de la ducha desnuda, puede ser un elogio; si está harapienta puede
ser una ironía, si está vestida que da pena, puede ser una cosa piadosa. � �
hay manera de saber qué quiere decir una frase sin saber cuál es el acto de \
enunciación en que esta frase está inserta.
J
Cuando se habla de que el analista debe provocar un enigma no quiere decir
que el analista tenga que decir cosas gloriosas como las pitonisas. Quiere
ClASECINCO l 81
FUNDAMENTOS DE LA CLÍNICA ANALÍTICA

decir que tiene que decir cosas en un lugar enigmático para el que lo recibe.
Si ustedes toman el Seminario 2, van a ver que al Mnal Lacan tiene una charla
sobre la cibernética y el psicoanálisis donde hace un análisis de la puerta: la
puerta es un objeto binario, una puerta que se abre, se cierra, cte.
Lo que importa es que Lacan plantea lo siguiente: un consultorio tiene una
puerta, quiere decir que tiene una parte de adentro y una parte de afuera.
El espacio de adentro no tiene el mismo valor que el de afuera. No tiene el
mismo valor sentados frente a frente que tirado en el diván, no tirnc el mis­
mo valor el decir algo de pie. Sabemos que hay analizantes que no pueden
hablar una vez que se levantan del diván. Salen en silencio. Hay otrc,s que es
al revés, están mudos en el diván y cuando se van empiezan a qucrN contar
una conferencia desde el diván hasta la puerta. Hay que pensar entonces que
, un consultorio es �te ..19 de enunciación que tiene �uchas pc,sibilida
�No es lo mismo decirle a alguien aquí, allá, en el momento en que salió,
etc. Estas cosas Lacan las tenía en cuenta, porque quería hacer una l1lgica del
acto analítico que le permitiera actuar, no repetir un ritual.
Coñiiñúa To el punto 6: "Para los psicoanalistas de hoy ésta relación con La
realidad cae por su peso propio. Miden. sus defecciones en el paciente sobre el
principio autoritario de los educmiores de siempre''.
Es decir, que el otro debe ser como ya soy. Platón dice: tú lo educarás y una
�ez que lo eduques será diferente, no será el mismo, será otro. Tú _quieres
*v mat¡y-lo como el q_ue es para que sea el otro que tú quieres. Lo cita René
,,,,,- '\ Se� en �SJl!<!flSOg{a pervertida como el princi!/1,g del educador: el deseo
de asesinato 2.,C una imager y la..entcada de otra imagen.
\ Cuando un analista se pone a decir que él es la medida de la realidad, cuan­
do entiende la transferencia como una especie de borrachera donde el otro
lo ve a él con dos cabezas porque está mareado, y que al final del análisis
lo verá tal cual es ... Pichon Riviere decía que el análisis termina cuando el
paciente sabe que soy Pichon Riviere. Y la pregunta es ¿y él cómo :;abe que
él es Pichon Riviere? Pichon Riviere no es un objeto medible, en intensión y
extensión, transparente para sí mismo, que puede saber que el otro no lo ve
tal cual es. No se puede hacer una teoría de la transferencia así.
Con esto se puede hacer muchas paradojas. Hay un chiste lindo en ,�ste libro
de la enunciación que dice: un amo le dice a un esclavo: "Adúlame" Y el
esclavo le dice: "Eres el más grande rey del mundo". El amo le dice: "Eso no
es una adulación, eso es verdad"; entonces el esclavo le dice: "Tú eres más
grande que Dios" Y el rey le dice: "No exageres". Y el esclavo contesta: "No
exagero, lo estoy adulando".
Una vez que ustedes introducen la dimensión del malentendido no hay
��Ueda �!Silr_el tener la buena palabra, hay que sabe1 trabajar
con eso.
82 ICV.SECINCO
GERMÁN GARCÍA

En una concepción dual necesito que el otro me entienda para seguir funcio­
nando. Le digo al otro: "Tal cosa". Y si el otro me dice: "De ninguna manera'".
Yo le digo: "Usted se resiste". Pero no lo digo porque sea un neurótico, lo digo
porque parto de la idea de que el otro me tiene que entender. Como creo no
haberme equivocado, y no obstante el otro lo rechaza una y diez veces, en­
tonces introduzco el concepto de resistencia para imponer al otro mi visión
de las cosas.
Porque la negación es una articulación del inconsciente, entonces cuando
alguien dice: "De ninguna manera se trata de mi abuela", no hay que decirle:
"Sí, es tu abuela, no sea cabeza dura, no se resista". Hay que decir: "Bueno,
está bien".
Si alguien ha leído realmente "La Vemeinung" de Freud, no puede usar el
concepto de resistencia; no lo puede usar porque eso in�lica negar que la
�g�ción articule eldeseo inconsciente.
Lacan dice en el punto 7: "Si el analista sólo tuviese que 11érselas con resisten-
cias lo pensaría dos 11eces antes de hacer una interpretación, como en efecto
es su caso, pem estaría a mano después de esa prudencia. Sólo que esa inter­

pretación, si él la da, 11a a ser recibida como pmveniente de la perso�a
transferencia supone que �."
váiedecir que aLaca·n le interesa más que el analista teQga idea del lugar • �
que ocupa en el otro, más que del conteni�o de Jo que gice. Todo el mundo
sabe que uno no recibe las palabras de la misma manera si las dice el padre,
la madre, un amigo, etc. De modo que alguna idea hay que hacerse del lugar
desde donde se está hablando.
Luego continúa: "¿Aceptará apm11echarse de ese ermr sobre la persona? La
moral del análisis no lo contradice, a condición de que interprete ese efecto, a
falta de lo cual el análisis se quedaría en una sugestión grosera." Es decir, que
el lugar del padre, de hermano, etc., todo eso se puede usar, siempre que a
su vez se interprete_eso.
"Posición innegable, sólo que es como proveniente del Otro de la transferencia
como la palabra del analista será escuchada aún, y sólo que la salida del suje
to fuera de la transferencia es propuesta así ad infinitum." Quiere decir que si
me pongo en el lugar del Otro (el padre, la madre, que son figuras del Otro),
me doy cuenta que mi lugar de Otro en ese análisis es de padre e interpreto
l
�Pero]ic�can, el Otro se retiii'lñmediatam-;;nte, porque cada vez q9; -­
interpreto sigo teniendo ese lugar de Otro que denuncio. Entonces, ahí apare- v
cen las cosas que no se inttfl>retan. Aquí no habla de liquidar la transferencia _
" ...,,.__
sino de salir de ella. No t,ay liquidación de la transferencia, dice Lacan. Al
final del análisis hay una cristalización, una recipitación, si ustedes quieren,
de la transferencia. Eso t.lmbién lo decí Freu . entre el analista y ,�l anali-
zante hay un lazo real qw� n�e disue �e con el a,!2á!_sis.
_
CLASECINCO 183

FUNDAMENTOS DE lA CLÍNICA ANALÍTICA

Sigue la cita: "Es pues gracias a lo que el sujeto atribuye de ser (de ser que sea
en otra parte) al analista, como es posible que una interpretación regrese al
lugar desde donde puede tener alcance sobre la distribución de las respuestas."
Aquí dice lo siguiente: es necesario que el analista esté en otro_ lu� para
qu� lugar del ana�sta esté la interpretación. En otro seminario lo dice
de manera chistosa, que conviene que los analistas tengan sus objetitos por
ahí. Vale decir, que no estén en ese lugar. La interpretación no puede regresar
ahí si ese lugar está ocupado por el analista. Cómo alguien desap.1rece en
e
su interpretación, no hay un yo que interpreta siñoiiña 1nterpretación qü
queda suspendida, digamos, pura enunciación, en el lugar donde n� está el
analista.
Y hay una manera. Por eso subrayamos lo de la cita, porque si cito al anali­
zante, no soy quien está ahí. Si le digo a un analizante: " ¡ Qué madre terri
ble!", sólo puede ser por dos cosas, porque tengo problemas con mi madre
o porque le escuché decir algo de eso. Si le escuché decir algo de eso y lo
digo, no estoy ahí cuando lo digo, estar ahí sería estar con mi opinión sobre
la madre de ese señor, o sobre las madres en general.
Entonces, ".. . lo que el sujeto atribuye de ser. de ser en otro parte, para que
la inlerpretación regrese a ese lugar ... ", al lugar que deja vacante el analista
cuando es en otra parte.
La prueba de que en general los analistas no entienden esto es el hecho de
que no se pueden juntar con sus pacientes. Fue una de las críticas constantes
a Lacan; de que los analizantes de Lacan eran también sus discípuloL Porque
cuando Lacan analizaba no era Lacan, e� u�interpretación en el lugar de
Lacan. Y cuando Lacan enseñaba decía que el- analizante
-- -era él, dado que
hablaba y los otros escuchaban.
Cootinúa?'¿Quién dird lo que es el analista y lo que queda al pié del muro de
la tarea de interpretar?''. O sea, como alguien sale, pone su palabra y sale del
lugar. "Que se atreva a decirlo él mismo, si todo lo que tiene que resporulemos
es que es un hombre."
Sigue diciendo en esta primera parte: "Que lo tenga o no sería pues todo el
asunto: sin embargo es allí donde vuelve grupas, no sólo por la impudida
del misterio, sino porque ese tener. es del ser de lo que se trata, y del cómo.
Veremos mas abajo que este cómo no es cómodo. f.br eso prefiere atenerse a su
yo, y a la realidad sobre la cual sabe su poquito. Pero entonces ya lo tenemos
en que si tú o que si yo con su pacienle. ¿c.ómo hacer. si estdn con las uñas
fuera? Aquí es donde astutamente se recurre a las inteligendas que hay que
tener en el lugar. denominado paro esta ocasión la parte sana del y), la que
piensa como nosotros''.
Es el famoso problema de la agresividad en el análisis. Para Lacar la agre
sividad es una tensión subjetiva, no es un acto de agresión. La.can dice, por
84 IClASECINCO
GERMÁN GARCÍA

ejemplo, que la agresividad del obsesivo no se interpreta, no tiene ninguna


importancia; esa agresividad se disuelve siempre que el otro no esté puesto
en el lugar del dos, pues la agresividad supone que haya dos en un mismo f<.
� Se trata de una tensión, una tensión suffiida de una regla de exdusiól!
que se crea en el estadi.Q_Q_el e�tlü que dice: "o yo o tú".
Lacan dice que en el estadio del espejo el sujeto se constituye como otro,
quiere decir que afií hay una especie deéstructura dialógica, se sos_tiene ocu­
pando dos lugares: el moi y ese lugar del otro; es decir que la aparición del
otro excluiría su propia imagen, i (a).
Yo analicé en España a un tipo que lo había analizado una mujer. la mujer
ésta tenía la idea de la analista continente. Era muy femenina en el análisis,
tomaba la palabra como una especie de vaciadero. El otro viene, habla y se
van todas sus tensiones. Este obsesivo se había dedicado durante dos años y
medio a insultar y decir barbaridades sobre la mujer, cosas de una obsceni­
dad ostentosa que contaba con mucha alegría. En un momento determinado
comienza el análisis. se tira al diván y dice: "tengo ganas de insultarte". Me
puse de pie y empecé a mirarlo. No habló más del asunto, luego preguntó
si podía volver. Le dije que sí. Nada "que si yo - que si tú". Simplemente no
estaba en el lugar de esa señora.
"'L.C.N.D.P.P., puede concluirse, ..." son las iniciales de la frase que sigue, ·: ..
lo cool nos deuuelve al punto de partuf.a". Es un chiste, y sigue ''. ..o sea a rein·
ventar el análisis. O a volverlo a hacer: tratando a la transferencia como una
(arma particular de la resistencia. Muchos lo profesan. A ellos es a quienes ha­
cemos la pregunta que da túulo a este capítulo: ¿Quién es el analista? ¿El que
interpreta aprovechando la transferencia? ¿El que la analiza como resistencia?
¿O el que impone su idea de la realidad?''. No va a responder a esto aquí, lo
hace mas adelante.
"Pregunta que puede pellizcar de más cerra de aquellos a quienes va dirigida,
por ser menos fácil de esquivar que la pregunta: ¿quién habla? con la que
algunos de mis discípulos les aporreaba las orejas por cuenta del paciente.
Pues su respuesta de impacientes: un animal de nuestra especie, a la pregunta
cambiada, sería más deplorablemente tautológica por tener que decir: Yo. Así
como suena."
Esto es una alusión a que en la psicología del yo se dice que la función de la
palabra es del yo, y por eso dicen que hay que hablar del yo. Ahora bien,�
quiera en Freud la función de la palabra es del yo. Pero la psicología del yo dice
que hay que hablarle a la parte sana del yo. La alusión irónica de Lacan con el
"¿quién habla? Yo, así como suena"... diría uno de la psicología del yo.
Ahora viene la segunda parte que se titula: "¿Cuál es el lugar de la interpreta­
ción?." Lacan ¡¡,roeone dos. tiempos para un análisis: un tiempo tiene q�_veJ
con las entrevistas prelh�in2res. En 1� entrada está in[c"ripta la transferencia,
ClASECINCO J 85
GERMÁN GARCÍA

La rectificación subjetiva es la relación del sujeto con la realidad.


Podemos hacer una metáfora, digamos: un analizante es una persona que
cuenta una película y que pregunta en qué lugar de esa película que cuenta
� él. Ese analizante e�tínsii}e'i'o 1�iñir1ado que no puede nombrarse
en lo que dice. Sé que estoy en esta película, en algún lado, pero, ¿en qué
!Üga�toy?
Ahora bien, como el analista también tiene su película, si no se dedica a ver
cuál es la película del otro se va a dedicar a comparar la película propia con la
del otro. Entonces si el otro viene con una película donde hay tres pistoleros
en el saloon en vez de dos, pero en la película del analista hay dos, el tipo
dice: "Su problema es que hay un pistolero de más". Eso es lo que hacen los
analistas de la realidad. Y hay que decir: no, ésta es otra película. ¿Por qué?
Porque para Lacan la realidad está sostenida por �ma. ($ O a), cuando
el fantasma no se sostiene, la gente se va de la realidad, es así de simple.
Entonces, m�tras h31y_ alguien que se sostiene en alguna realidad, hay aní ....:._\")
un fantasma que lo sostiene. Laurent, en unas discusiones sobre el objeto a,
decía que evidentemente, al fin del análisis, uno no saca una cosa del bolsillo
y le dice al paciente: sírvase este objeto. Eso también es una palabra, pero
es otra palabra.
Es el mismo problema en Freud respecto a�s conclusiones de los análisis:)

r
Freud también constata un límite de las asociaciones y piensa que por todas
las asociaciones del otro hay una construcción posible de hacer. o sea, i!t.
qog_uci!0a Q_alabra que no sería una cita delpaciente;_ la palabra del fin de
análisis, sería más bien 'la· o 'las' palabras encontradas por el analista en la

t3
construcción del fantasma en el análisis.
Porque el fantasma no es del orden del discurso, pero a través del discurso se
va escuchando el fantasma. Cuando el analista dice algo que apunta al fan-
tasma introduce una 2.a.!abra que tiene otro estatuto que la cita de la cadena A-­
�ifi�ante del paciente. Si tú hablas y en la insistencia de lo que dices voy
articulando un fantasma tuyo, la comunicación de ese fantasma no va a ser
una cita de Jo dicho, porque ese fantasma puede ser escuchado, pero no pue-
de ser dicho; entonces, el que lo escucha puede decir alguna palabra sobre el
fantasma, pero el que lo dice no, porque aj gue dice no dicg el fantasma, dice k
según la insistencia del fantasma. ..-
En Freud la fañtasía es una estructura inconsciente con represen1aciones
(preconsciente-consciente). La fantasía, para Freud tampoco es decible, es
como el deseo inconsciente, no tiene representación.

Pregunta: ¿Por qué dice que no existe salida de la transferencia? ¿Por qué el
vínculo con el analista es un vínculo real?
G.G.: No dije vínculo. Freud dice: "Si cedemos en las palabras cedemos en

CLASECINCO l 87
:.;::::,
FUNDAMENTOS DE LA CLÍNICA ANALÍTICA

las cosas". Eso se refería a lo que decía de cómo ser analista en ausE"ncia del
analista; quiere decir que lo que queda de real entre el analizante y el analista
es el psicoanálisis. Porque para Lacan un tipo que se analiza hasta el finaj
es un analista, aunque no practique elpsicoanálisis. Porque un analista es
�ma ciérta posición subjetiva. Podemos decir que una persona que terminó
L--;:J�n análisis está en la posición subjetiva de ser una analista en tanto que hay
algo real que se transmite.
Este deseo de analista - no deseo del analista- ¿Qué hay de real en ese deseo?
¿Espera compensaciones el analista? ¡Compensación social, imaginaria? Hay
algo de real, dice Lacan, es el pasaje
- del--trabajo de
-transferencia
- a la transf't
rencia cíe trabajo-1:-
--
Si el deseo de Freud es un deseo nuevo en la historia ¿tiene algo de real ese
deseo? Y si tiene algo real ¿se transmite ese real?, es lo que dice Lacan.
Pasa con la identificación. Ahí está la discusión con los tipos que teorizan
el fin del análisis como una identificación. La propuesta de Lacan es que
hay algo real que se transmite, pero que eso no se puede saber si no hay un
aparato de pase y toda la maquinaria que ahí se monta. Podemos decir que
ese real es ahora virtual, es a demostrar, es una hipótesi§; pero es algo que
se entiende.
Porque si hubiera liquidación de la transferencia llegaríamos a la aporía de
que ningún sujeto analizado podría ser analista. Si se liquidara la transferencia
totalmente, si eso desapareciera del sujeto, éste se dedicaría a cualquier cosa
menos al psicoanálisis. Si se dedica al psicoanálisis es porque está alienado a
su analista, identificado a su analista, o porque hay alguna cosa real que se
transmite más allá de la identificación. Esto es lo que Lacan plantea.

88 JCLASECINCO
GERMÁN GARCÍA

........ -
CLASE DEL 14 DE JUNIO DE 1986 )
\_____ - _/

Les voy a recomendar un libro, Tntroducción al Talmud, de Avin Steinsols,


ediciones Aurora. El Talmud es toda la tradición de la sabiduría judía a
partir de los c01nentarios de la Tord.... La Tonfson los primeros cinco libros
de la Biblia., la ley.'lHay una etapa que se divide en dos tiempos: una es
la Misná que llega hasta una fecha determinada y otra la Guemará que
es la continuidad de la tradición del 1i11.mud.
Lo interesante del Talmud es que este libro aplica toda la metodología a la
lectura. Coincidió mucho la posición de Freud, por.9!Je en tanto 1i Torá e� �
�o único que legisla, el Talmud es el arte de modificar la. lecl!Jra del texto (1 -:::_)
en tanto el texto mismo no es modificable. Por ejemplo, supo¡1gamos
que eltexto-de la Torá dice una frase determinada, entonces el arte del
,X
Talmud consiste en saber que, según tengu§!n!.ctura.92 lª- caj:Jeza �I
lector, la misma frase no es la misma frase.
Este autor comenta: "Cuando un hombre determinado empieza a
estudiar el Talmud siempre se encuentra en el centro de las cosas, sin
.) que interese por donde comenzó. Solamente puede adquirir la capacidad
de comprender mediarzre el estudio y la combinación de los datos, en
general, cuando más estudia mejor comprende lo que estudió antes, su
comprensión crece constantemente, a medida que profundiza su análisis
del material. Un par de estudiosos que analizaron cierto tratado complejo a
su imaginación lo realizaron 40 veces y afirmaron que habían sentido que
CLASESEIS J 89
FUNDAMENTOS DE LA CLÍNICA ANAlÍTICA

lo empezaban a comprender cuando lo leyeron por cuadragésima primera


vez. Esta convicción no refleja una humildad extrema ni se relaciona con
la complejidad del tema, sino que se basa en la seguridad de que en - cada
/.� r!.ueva oportunidad e�nro�iere �as dimensiones."
<..� En cada nueva oporcunidad el asunto adquiere otras nuevas dimensiones,
cada vez que se pasa por �I mismo .Pl!Eto se alcanza otro pum.o. Creo
que este es el método de lectura de�d. porque renuncia de entrada a
hacerse autor de algo, a tal punto renuncia a ser autor que él ni siquiera
dice que suena sus s�os, s.ino que..dice que los lee. Freud es,�! lector
ideal, es el sujeto que no solamente lee o escucha lo que a otro se le
ocurre, sino que inclus_Q re1_pecto a sí m�mo se_pone en Japos1cióll.�
4'1
----,, ector Es el lector de sus sueños, el lector de sus ocurrencias, ,�l lector
'-- � propias teorías. Y esto tiene que ver con la tradición judía, en el
sentido que no se puede ser autor en la tradición judía, se es lector, como
dice aquí: �ud nunca se complet.!.P9rque si!fillpre se pued�gr
�..!:!.��_Por!!_mismo punto y cada v�,!!e se pasa por el mismo 2.,un!_o
-'V l.!._ay un sentido diferente�
Esto es lo que va a hacer Lacan a su vez con Freud. Yo me he interesado
en este tema porque Lacan lo recomienda.
El encuentro que hubo en París tenía una primera parte sobre �º1':.
comparada. La comparatfstica es un método que existe, no consiste
solamente en comparar sino que plantea, por ejemplo, el problema de
comparar qué con qué; no solamente comparo algo con algo, �ino que
tengo que explicar por quéme pongo a comparar eso, por ejemplo, por
qué comparar con Freucl y no con Jung o con Adler y así, etc.
Lacan supone que el paradigma o lo paradigmático es el texto freudiano.
Vale decir que si alguien es analista o tiene una práctica como psico.rnalista,
esa práctica ha sido pJsible a partir de unos textos paradig:náticos.
Digamos que lo que se puede decir sobre neurosis obsesiva, lo escribió
Freud en E/ Hombre de fas Ratas y prácticamente después no se ha dicho
demasiado. Todo lo que se dijo de histeria lo escribió Freud en el Caso
Dora o en otros casos. Lo que se"dijo de psicosis lo dijo Freud en su
lectura de las Memorias de Schreber.
Quiere decir que, de alguna manera, situarse en Lacan es situarse en el
campo freudiano.
Lo que voy a hacer hoy es continuar con otro texto. Les comentaba este
libro porque algunas personas son un poco apresuradas y piensan que
se pierde tiempo. Eso es un problema, entOJ1ces, no hay que ponerse
demasiado nervioso por lo que se tarda en leer. Como dice el Talmud,
pasar otra vez por el mismo punto, porque cada vez que se pai;a por el
mismo punto se avanz¡¡ un punto más. Más vale leer el mismc párrafo
90 IC1ASESEIS
GERMÁN GARCÍA

siempre bien que trotar alegremente por encima de los textos sin entender
nada, que es lo que a veces ocurre.
Voy a tomar el punto 3 del apartado II de "La Dirección de la Cura", se
llama "¿Cuál es el lugar de la interpretación?" Voy a leerlo de corrido
y a demostrarles que bastaría este punto para hacer un seminario de
dos años. Se los voy a leer primero como un sermón. Dice: "Nuestra
doctrina del significante es en primer lugar disciplina en la que se avezan
aquellos a quienes fonnamos en los modos de ef ecto del signifi.cante en el
advenimiento del significado, única vía para concebir que inscribiéndose
en ella la interpretación pueda producir algo nuevo.
Pues no se funda en ninguna asunción de los arquetipos divinos. sino en
el hecho de que el inconsciente tiene la estructura radical del lenguaje,
que en él un material opera según unas leyes que son las que descubre
el estudio de._J_as lenguas posicivas;·,de las lenguas que son o fueron
efectivamente habladas.
La metáfora del (logis to que nos inspiraba Glover hace un momento recibe
su adecuación del error que evoc a( la significación)).o emana de la vida en
mayor medida que el flogisto se escapa de los cuerpos en la combustión.
Antes bien habría que hablar de ella como la combinación de la vida con
el átomo cero del signo, del signo en cuanto que en primer lugar connota
la presencia o la ausencia, aportando esencialmente el y que las liga.
puesto que connotando la presencia o la ausencia, instiwye la presencia
sobre fondo de ausencia. como constituye la ausencia en la presencia.
Debe recordarse que con la seguridad de su avance en su dominio, Freud,
buscando el modelo del automatismo de repetición, se detiene en la
encrucijada de un juego de ocultación y de una escansión alternativa de
dos fonemas. cuya conjugación en un niño le llama la atención.
Es que efectivamente aparece allí al mismo tiempo el valor del ob¿eto
en .f!!Q!ltO ins_igJ]fficant1;, (lo que el niño hace aparecer y desaparecer),
y el carácter �cesorio de la perfección fonética junto a la 2istinción
(Ene'r!É!_ica, con respecto a la cual nadie negaría a Freud el derecho de
traducirla inmediatamente por los Fort! Da! del alemán hablado por
él cuando adulto. P..w.YQ de inseminación de un origen simbólico que
preexiste al sujeto infantil y según el cual le va a ser preciso estruclllrarse."
Esa es la página. Vam sa separar la página en puntos y a�otar¡;;;; -
......,, I I Doctrina del significante.
21 La interpretación romo producción de algo nuevo.
3 I La estructuras de las lenguas, del lenguaje.
41 El átomo cero del signo.
SI Aut y Vel. Aut es: o bien esto o bien aquello. Ve/ es: y. Él dice la "o" y
la "y", cuando dice la 'o' subrayado, quiere decir el Aut, una disyunción
CLASESEIS J 91
,�
'11,
FUNDAMENTOS DE LA CLINICA ANALÍTIC�

exclusiva y cuando dice la y que liga quiere decir el Ve/, una disyunción
inclusiva. Quiere decir que estar en la es� tura d!I len_�uaje es !:'lar y�
en la trampa de la exclusión y la inclusión a la J._ez.
61 El automatismo de repetición.
71 El objeto in-significante. Distinción entre fonética y fonemática,
81 Orden simbólico.
Vamos a ver cuál es la encrucijada de la que parte Lacan, cómo podemos
nosotros a esta página, orientarla, situarla, en la época contemporár>ea.
Lacan es discípulo de De Clérambault. Éste descubrió el automatismo
mental, que no es lo mismo que el automatismo psicológico, el cual,
por ejemplo, sostiene que si aprendo a manejar un auto, manejo
automáticamente, o prendo la luz en la oscuridad, etc.
El automatismo mental se refería a los fenómenos de los p:.icóticos
que-hablaban por asonancia, rimas, aliteraciones, etc. Diríamos, hay
un predominio det significante, están llevados por una especie de
{mti�
De Clérambeault era organicista y pensaba que el automatismo mental se
podía llegar a explicar orgánicamente, él nunca lo explicó de este modo
pero describió muy bien el fenómeno. Este fenómeno es retomado por
Lacan en su tesis de la paranoia, se trata de que hay un automatismo
mental, hay�t�etc.
Freud, hasta 1920, viraba como podía para hacer entrar todo bajo el
principio del placer. Digamos que hasta ese momento él pensaba que
era posible, incluso la discusión más tensa de Freud está dada en el
artículo-.::_Lo Siniestro";,.donde plantea este automatismo. Allí es el único
lugar donde Freud hace una diferencia entre automatismo y repetición.
Cuando trata de explicar lo síniestro dice que no se trata de que por
un automatismo contra nuestra voluntad nos veamos llevados al mismo
punto, sino que ese llevarnos al mismo unto tiene un efecto de retorno
que es lo que provoca lo siniestro, ese retornó ef1a repeiigoiyDiferencia
entonces entre automatismo y repetición.
Ahora bien, lo que se llama "la ética burguesa", sin adjetivo, la ética
burguesa de Stuart Mili, Bentham, etc. es una ética del utilitarismo y el
hedonismo.
La psicología experimental, por ejemplo, está basada fundamentalmente
en la ética burgues� Según ésta, el sujeto debe realizar el mayor
rendimiento con el menor esfuerzo y que podemos considerar como
obligaciones inútiles o inercias todo aquello que obstaculiza este plan
consciente del sujeto de realizar lo más que puede con el menor esfuerzo.
Del lado de la utilidad, esto sería la ética social de la burguesía, toda
persona quiere hacer lo menos posible y conseguir el mayor fruto. Desde
92 j ClASESEIS
GERMÁN GARCÍA

el punto de vista del sujeto esta ética se planteaba el hedonismo, el


suj�to huye del dolor y busca el placer; el sujeto querría su placer.
Luego será necesario explicar por qué no funciona esta ética burguesa,
porque más bien uno ve que la gente despilfarra, se mete en situaciones
dolorosas, etc. Freud buscó explicaciones, todas bastante fantásticas;
habló por ejemplo de un misterioso masoquismo del yo, llegó a decir que
hay una satisfacción en la exclusión del sujeto por sí mismo. un principio
económico del masoquismo; llegó a pensar que había un trauma y que
este trauma, como una piedra en el zapato, es lo que provoca un dolor
a pesar del sujeto; en fin, son intentos de Freud por defender la idea de
que el placer funciona. Aunque ya, de una manera astuta, Freud llamaba
desde un comienzo: el principio del placer-displacer, Lusc-Un/usl, nunca
Jo llamó placer solo, o sea que da lo mismo subrayar el placer que el
displacer.
En el ·20 Freud introduce algo más allá del principio del placer: la
repetición, a la cual denomina de una manera un poco fantástica, pu/sión
de muerte, retorno a lo inanimado, etc.
Quiere decir que �n con De Clérambault por un lado, se encuentra
con el automatismo mental. Freud, por el otro, se ve conducido a
la repetición. Por esa época también entraban en la discusión los
�lovianos, planteando que la repetición se daba por una dialéctica de
reflejos condicionados, exteriores, que se volvían incondicionados, es
decir. que se iban hilando al punto tal que un pavloviano podía explicar
que el temor de las mujeres a las ratas se debía a que posiblemente en la
lejana antigüedad cada 1fez que entraban ratones estos podían tomarse
la leche del nene, o habí;1 pestes, o algo así. Entonces las mujere� fueron
internalizando el temor a las ratas y ahora es algo que se hereda.
Pav'lov decía que tenemos este primer sistema de señales que es la
dialéctica de los reflejos condicionados e incondicionados y hay un
segundo sistema de señales que es el lenguaje. El sistema de señales del
lenguaje no sabemos qué relación tiene con el primer sistema, Pavlov
no lo define, incluso dice muy líricamente que el lenguaje organiza
guerras, comunidades, distribuye a la gente por el planeta, etc. Pero
él no se atrevería a decir que el lenguaje está determinado por los
reflejos condicionados. ITi tampoco cuál es la incidencia de los reflejos
co¡;¡dicionados en el lenguaje, ni a la inversa, el lenguaje en los reflejos
condicionados. Deja la cuestión abierta.
Ahora bien, en la época en que los pavlovianos se llevaban bien con•
los psicoanalistas trataren de hacer un negocio: ponemos los reflejos de
Pavlov abajo y encima ponemos el aparato psíquico de Freud. y damos
la base material al aparilto psíquico de Freud que estaría basado en los
ClASESEIS l 93
FUNDAMENTOS DE LA CLINICA ANAlÍTICA

1reflejos condicionados e incondicionados y sería entonces capaz de ser


1 estudiado de una manera experimental. Estos intentos terminaron mal.
Por su lado Soren kierkegaarl:I, que es un filósofo y religioso, se encuentra
rambién con la ..,!!E.etic!§n. Es importante la aparición de esto
Dos siglos atrás se hablaba del hábito, el hábito eran las costumbres,
lo que funda el derecho consuetudinano,¡>or ·ejemplo, los alemanes
toman mucha cervezJ, a los espJñoles les gustan los toros. El hábito era
simplemente una cosa folklórica. No hJbía una teorización como la de
esta repetición de Kierkegaard, esta repetición demoníaca de Freud, esta
pulsión de muerte. No se pensaba que hubiera un límite interno o algo
qu � impidiera la realización del sujeto una vez que el sujeto pensara lo
que quería hacer.
Freud deja su teoría en el aire. Es muy difícil ser freudiano hoy en día,
porque ser freudiano sin Lacan, sería como obstinarse en ser alquimista
contra la química.
Cuando Freud quiere juntar su primera tópica, inconsciente-prcconsciente­
consciente, no la junta en nada. eso esta en el alfe. absolutamente. Él
dice que no es el cerebro, son cosas que están en el cerebro: no es la
sinapsis, está entre la sinapsis; es algo que anda por ahí: es como el
corte de un cristal que refracta los rayos. etc. Y al final de su vida llama
al lugar del a-priori kantiano del tiempo y del espacio: "nuestro aparato
psíquico" Los a-priori kantianos, el tiempo y el espacio, implican que
no puede existir ninguna cosa que no se encuentre en una soordenada
témJ;?Oro-e§_pacial. Una cosa es algo que ocuea un !ugar en el espacio y
que tieue una subsistencia en el tiempo, no se podría hablar de una cosa
que no tenga lugar en el espacio y que no subsista en el tiempo. Quiere
decir que Freud se acuesta sobre la geometría de Euclides traducida a los
a priori kantianos de las coordenadas témpora-espaciales y se muere.
Respecto a la segunda tópica las cosas rampoco están mejor, porque son
unas � ioconroensprables. Si son fuerzas se pueden medir, si no
se pueden medir no son fuerzas. Quiere decir que ranto la primera como
la segunda tópica de Freud no se pueden fundar en sí mismas. Eso da
lugar a todos los saqueos, a que cualquiera venga con cualquier cuento,
sociológico o genetista, lo que sea.
Ahora bien, qué pasó luego. En la segunda guerra munjial los
psicoanalistas hacen un buen papel, esto está escrito históricamente.
Los psiquiatras por su lado estaban un poco despistados, porque la
psiquiatría no estaba preparada para aprender situaciones dinámicas,
tampoco había un avance de la farmacología que le permitiera operar
como opera hoy con cosas químicas. Los psicoanalistas charlataneaban
un poco con los soldados que tenían pánico de esto, lo otro, etc. La

94 lctASESEIS
FUNDAMENros DE LA CLÍNICA ANALÍTIC,\

mano y ya está. Cuando el joven descubre esto piensa que es una farsa,
una estafa. No es verdad, no curan.
En la tribu de al lado, que es una tribu diferente, curan pero sin este
truco. Pero como nunca falta una histérica en cualquier tribu, un buen
día, la hija del jefe enferma de gravedad y no puede ser curad 1 por el
sistema que ellos tienen. Se ven obligados a llamar a un curandHo de la
otra tribu, la de los estafadores. Los ancianos aprovechan y mandan al
joven, que va y cura a J¡¡ joven.
Lévi-Strauss cuenta esto, lo mezcla con Cannon, un autor que describió
cómo durante los bombardeos de la segunda guerra había mue10s que
no tenían lesiones, simplemente un ataque de pánico.
Lévi-Strauss también cita al vudú, que si se hace un maleficio sobre mí
y no me entero, sigo lo más tranquilo, pero si me entero caigo bajo el
maleficio y muero.
Dice que es evidente que estas dos cosas demuestran una �ficacia
simbólica de la_palabra, pero cuando estas tribus intentan explicar lo
qÜeháZen, cÍ�IÍra-n, se entregan a la fabulación colectiva. ¿Y usted por
qué cura? Y... yo curo porque bla, bla, bla, dicen cualquier cosa.
Lévi Strauss lanza así este desafío que es el que recoge Lacan. ¿�
teorías psicoanalíticas explican la causa de la eficacia del psicoanálisis
........ T
- r, o son una fabulación coíectiva de los psicoana - istas sobre una eficacia
-
cuya caus-:ici'esconocen?
\ No podemos negar que Adler haya curado a alguien, seguramente hay
gente que se ha curado con Jung, con Melanie Klein, con Winni�ott, con
Rascovsky. Es evidente que por más que el otro delire hay alguna eficacia
que está funcionando igual.
Los Escritos de Lacan, rnntradiciendo el orden cronológico que tiene la
edición de los textos que lo componen, parten de un texto qu,� es "La
carta robada". Yo no voy a comentarlo ahora, simplemente digJ que el
·cuento de Poe se basa en decir que lo que está a la vista es lo q Je no se
ve, una mentalidad poi ,cial va a buscar las cosas siempre deb<1jo de la
mesa, nunca arriba de 13 mesa.
De esa misma manera 1·s como explican la repetición estas teorías, por
ejemplo la que plantea que son los reflejos cond1cionados-incondil'ionados
los que expresan su repetición en el sujeto, o como dice De Clérambault,
que se trata de una causa orgánica que desconocemos y que se manifiesta
bajo la forma de sonsonete, o la nma, etc., o según Freud, que hay una
tendencia demoníaca a la pulsión de muerte, a retornar no sé adonde.
A diferencia de ellos Lacan dice lo que está a la vista, la estructura de
la repetición es la estructura del lenguaje. Es el lenguaje mismo el que
introduce la repetición en el sujeto, no hay que ir a buscarla en otra
96 ICIASESEIS
GERMAN GARCÍA

parte. De un solo golpe Lacan funda la materialidad del inconsciente


freudiano.
Otro artículo de Lévi Strauss que les recomiendo se llama "Etnología y
Lenguaje" y está en la Antropología Estructural I, de Eudeba.
En el siglo XIX se hacía combinar la diferencia naturaleza / cultura, por
un lado y correspondientemente· ciencias exacta;-; ciencias humanas
o ciencias de la cultura, por el ·otro. Todo esto viene de la diferencia
kantiana entre lo noumenaWo f'enQmenal. El mundo fenomenal-natural
está sujeto a leyes causales y el mundo rwumenal no está sujeto a leyes.
Por lo t1nto está la variable, lo que en el siglo XIX se llama la ecuación
personal.
Entonces, las ciencias de la cultura, ciencias humanas, son lábiles: la
sociología, la antropología, la historia, etc. Mientras que las ciencias
naturales son exactas. tardarán en progresar pero son exactas.
Ahora bien lo que Lévi-Strauss dice es el descubrimiento de la fonología
de 1)'ubetzkoy; muestra dos cosas: primero que ésta diferencia no se
puede sostener. No se puede sostener ya: hombre = cultura, y animal -
natural. ¿Por qué? Porque hay culturas, por ejemplo, en los pájaros; hay
pájaros que si no se les transmiten el canto no lo practican.

N e Entonces, la equivalencia de
Naturaleza (N) = animal, Cultura
Ciencias Ciencias (C) = humana se rompe, porque
Exactas hay cultura animal y animalidad
Humanas
humana.

Por su parte Lévi-Strauss dice que un lingüista no puede alterar un


fonema, el lenguaje tiene una estructura tan material como el de la física
atómica. Puede ocurrir, históricamente, que la estructura fonemática del
castellano se altere, pero como dice Martinet, el lenguaje es un contrato
no contratado por nadie.
Un lingüista no puede escribir mejor por saber lingüística, y a su vez,
hay gente que tiene un dominio del lenguaje y que no sabe nada de la
estructura del lenguaje. En general, los grandes escritores no han sido
grandes lingüistas, especulaban con el lenguaje corno Joyce y otros, pero
.__,, desde el punto de vista del saber positivo sobre la lengua, supieron cosas
convencionales. Joyce sabía mucha retórica, sabía muchos idiomas,
gramática, pero no era un lingüista en el sentido técnico del término.
Hay una materialidad, una materia que es tan válida como la materia
de la física, que resiste al observador, que tiene su propia estructura y
que tiene esta propiedad de ser repetitiva. En Radiofonía y televisión
CLASESEIS l 97
FUNDAMENTOS DE LA CLfNICA ANALÍTICA

dice Lacan: "El significado será o no será científicamente pensable, según


que posea o no un campo de significante que, por su material mismo, se
distinga de cualquier campo físico obtenido por la ciencia''.
Si no hay una materia con leyes diferentes a la materia física nos
encontraríamos con que todo Jo que hacemos son maneras de hacer física
sin saberlo. Porque si tomamos la física como la ciencia general de Jo
material y sostenemos que no puede haber ciencia de algo que no existe,
podemos decir que hagamos lo que hagamos estamos haciendo física, o
bien decimos que hay dos tipos de materialidades. Si nosotros grabamos
todas las lenguas existentes sobre el planeta y las sometemos a una cosa
oscilante, podemos luego sacar unas variantes universales, un universal
fonológico, por ejemplo: el castellano tiene tantos fonemas, el francés
otros tantos. Si luego ponemos todos estos fonemas y los sometemos a
una descomposición microfísica de sus ondas sonoras encontraremos
que tienen unas leyes universalmente válidas y combinadas de distintas
maneras en cada lengua, esto es lo que se llama los universales
fonológicos. La posición de Jakobson se resistía a esto diciendo que cada
lengua tiene un sistema fonológico que estructura una materia física de
una manera diferente y no homologable a otra lengua.
Si hay universales fonológicos, podemos decir que la fonología es parte de
la física; si no hay universales fonológicos se introduce una articulación
diferente en cada lengua. y es irreductible a otra.
Hay, entonces, una materialidad articulatoria que es diferente a la materia
en general.
Nuestra doctrina del significante y la estructura de la lengua. Cuando
Lacan dice la estructura radical del lenguaje, la pregunta es ¡de qué
habla? Porque el lenguaje no es de la lingüística, más bien, las distintas
corrientes lingüísticas se disputan el describir la verdadera estructura del
lenguaje. El lenguaje. decía Saussure, es un hecho heteróclito, el lenguaje
es lo que ocurre. Y para analizarlo oponía lengua y habla, pero al ser dos
conceptos analíticos, no describen ningún fenómeno. Podemos decir que
en la-realidad no existe el h.;¡;¡; sin la leng� ni la lengua sin el habla.
Lo que si habría es el lenguaje, o "los lenguajes", los diversos lenguajes,
o las lenguas, podemos decir, en plural.
Pero cuando proponemos el concepto de lengua estamos dando un
concepto analítico, una descomposición para facilitar el análisis. "Vamos
a estudiar lengua" quiere decir que vamos a estudiar los invariantes,
como se dice "la estructura", vamos a dejar de lado las variantes.
"Vamos a estudiar estructuras sincrónicas" quiere decir que vamos a dejar
de lado la diacronía. Esta es la posición epistemológica de Saussure.

98 1 CLASESEIS
GERMAN GARCiA

venían los fantasmas correspondientes a ese síntoma, era una "estructu­


ra de escuela", como se dice. El temor de este tipo era andar solo en la
calle y morir de algo cardíaco. Entonces, tiene una película. Pero es algo
nuevo que aparece en un momento determinado, lo que redimensiona
o liga la historia de este sujeto, muy abundante en fantasías, sueños,
síntomas, etc. Él mismo no lo puede creer, se pregunta: "Si, al fin y al
cabo mi vida ¿qué es, una especie de mentira?". Pero además, como sabe
algo de psicoanálisis, habla de un símbolo fálico, y yo le digo: "Sí, sí".
Después viene y dice: "Usted no me puede decir a mí que es un símbolo
fálico porque esp es un simbolismo barato". Pero eso lo ha dicho él, digo
que sí, si él lo dice... Si él me dijera que no es un símbolo fálico a mí me
daría lo mismo. No voy a hacer una cruzada para que sea un ! ímbolo
fálico. Si lo es. lo es. Si no lo es, no lo es.
En la práctica analítica hay cosas que se dicen y después viene 1m efec­
to de retorno. Lacan dice: ".. . que la interpretación pueda prodUFir algo
nuevo, pues no se funda en ninguna asunción de los arquetipos divinos''.
Esto es una crítica a Jung y a la relación de Jung con Boehme y la sig­
natura rerum, el sello de Dios en todas las cosas.
Y luego dice: ".. . sino el heclw de que el inconsciente tiene la estructura
radical del lenguaje''. Ahora bien, estafraseno hay qu� decirla rápido
porque, por ejemplo, no sé si ustedes conocen la doble articulación de
Martinet. Decimos que somos discípulos de Lacan "quien ha subvertido
la lingüística moderna", y entonces viene un chico que nos dice: "¿Usted
quiere decir, profesor, la doble articulación de Martin'ea". Un lacaniano
le responde: "¿Qué?". Entonces no se puede h�r gratuitamente de la
estructura radical del lenguaje sin alguna idea de cuál es la lingüística
moderna, que Lacan sí conocía.
Continúa: ". . . que en él (el lenguaje) un material opera según las leyes
que son las que descubm el estudio de las lenguas positivas''. Pero tales
leyes no son unívocas, ni la lingüística es un campo unificado. Por
ejemplo, chomskianos, saussurianos, post-saussurianos. Estamos con
Jakobson, estamos en la polémica de Martinet ¡dónde estamos?.
Es urgente, habría que decir, informar de lingüística a la gente de nuestra
Asociación, promover el estudio de la lingüística para saber a qué tipo
de polémica o de problema quiere responder Lacan proponiendo esta
teoría del significante, que no la propone en el aire, sino que tiene una
razón de ser en la historia misma del psicoanálisis y la psiquiatría, que
es dar cuenta del automatismo de repetición.
Esta sería la cuestión, dar una materialidad al automatismo efe repe­
tición. Pero con Lacan esto se inserta en otro campo que es ,?1 de la
ctíscusión de la lingüística moderna.
ClASESEIS l 101
GERMÁN GARCIA

ausencia, y toda ausencia es


.,,.,Jr Aut (O bien esto sobre un fondo de presencia.
O O bien aquello)
Cuando Lacan plantea este
'-.Vel (esto Y aquello) Aut y este .Y&_ evoca una de
las leyes del lenguaje según
... �
�ob �, que es la metáfora. Si entienden la estructura de la metáfora
se aclaran muchos razonamientos freudianos.

X z Perla gota (Perla')


Metáfora (X)
X gota x

-
z
En una metáfora sustituyo, digamos pongo una X en lugar de Z, enton­

�-
ces a�ora �. �ece aquí con una significaciQ!!..lLll�e..lleY.a..ento.Il.W
ª'-déoucir con � esa, el valor de Z.
Cuando se dice por ejemplo: "Las perlas del rocío", se ha puesto la pala·
bra "perla" en lugar de "gota". Ahora para saber el valor de gota, gota
adquiere una significación x diferente porque antes no tenía una relación
�R_erla y_¿hora si la tiene. Entonces, habrá que averiguar en p;rla la
signi fi�-ªción x de gota. Tendremos �mino sobre una x.
En l�gü�iea se llami(,,,metáfora extingÜiaa a � � no se P.er­
cibe cgmo tal. Digamos, la metáfora tiene dos problemas. uno es que
la metáfora es un mecanismo general del lenguaje. Hay un artículo de
_Nietzsche que se llama Verdad y mentira en sentido extramoral que
plantea eso, que todo le[guaje es metáfora. La creencia de que hay un
lenguaje primero es una creencia religiosa. se puede decir que primero
fue el hebreo, el griego, o que el lenguaje de las clases altas es mejor que
el de las clases bajas, pero cuando mandan otros, esto se da vuelta. Los
españoles dicen que en Sudamérica se habla mal el castellano. En fin...
cada cua!.,s.uenta l!L!. �o.
Lo único cierto es que no hay un leng'M�ero. No se puede pensar
que hay "mujer", primero, con respecto a "mina", una vez que mujer y
mina funcionan son dos términos sustituibles recíprocamente. Se puede
utilizar "mina" para burlarse de una mujer, pero también se pue<ie decir
"mujer" para burlarse de una mina. Se puede decir muy amorosamente
.1 "mina", o se puede decir, "mira esta mujer" como diciendo "mira este
aparato··. O sea, no podemos decir que hay un lenguaje- neutral
· q11e sería
el término primero y otro marcad�
Digo esto respecto a temas a estudiar como el de la denotación y la
connotación. Por ejempl,J, si digo "mujer" pm¡do connotar "mina", "per­
canta", etc., la idea de que "mujer" sea el derlotante no es cierta porque
C\ASESEIS l 103
GERMAN GARCÍA

formación de personas mixtas en los sueños (supongamos un padre que


es sustituido en un sueño por un tío) decía que saber que este padre
es sustituido por el tío en el sueño no sirve de mucho. Lo que hay que
buscar es la X común, es decir que el sujeto diga que ese tío es tan cruel
como su padre, o ese tío tiene las mismas costumbres que su padre, o

\-�
es licencioso como su padre. Entonces uno se da cuenta gue el 9!Seo, la
c�ón metonímica, está en el puente que ha ¡;¡_ermitido la sustitución
metfil_órica. Podemos decir sustitución metafórica, sustitución de padre
por tío. �emento_común padre-tío, metonimia.
De modo que, analíticamente, ¿qué hay que escuchar? El síntoma es una
metáfora pero ¿de qué metonimia?
Supongamos que la crisis matrimonial la tiene un lector de Husserl,
que es un filósofo que escribió un libro que se llama La crisis de las
ciencias europeas, o, peor todavía, un lector de la revista Crisis. La crisis
matrimonial es como un sueño. Tenemos que aprender a escuchar como
Freud escuchaba los sueños, es decir, los significantes. El significante
no remite a un significado, sino a una trama de significantes. Debemos
entender que aquí la palabra "crisis" no remite al significado crisis, sino,
que remite al menos a dos significados. Así entenderemos, dice f'reud, la
�obredeterminación del síntoma-:--
Freud daba importancia a la fecha, porque fechamos los acontecimientos
con otros acontecimientos. Alguien dice que le tiene miedo a la noche,
y uno pregunta "¿Desde cuándo?", el otro contesta por ejemplo, "Desde
que murió mi abuelo". No dice una edad, o dice una edad y agrega un
acontecimiento. "Desde los 7 años... ¡Ah! A los 7 años pasó... tal cosa".
Quiere decir que basta fechar para que empiece una cadena metonímica
respecto a las cosas que habla. ¿Cuándo comenzó algo? ¿En qué momen­
to? Porque un síntoma se desencadena en un momento, incluso aunque
haya existido como carácter siempre.
j J
El carácter de una persona es una metáfora extinguida, es algo que ya no "'.\ c<o, t 7
O
le molesta como metáfora, se ha identificado a eso y es parte de su ser.·\ ·W 1 \.'-,o..,
Por eso Freud puede diferenciar: carácter obsesivo y neurosis obsesiva;
carácter histérico y neurosis histérica; carácter fóbico y neurosis fóbica;
carácter paranoico y paranoia.
¿Qué es el carácter? Un sujeto se puede presentar con todos los rasgos de
..i la paranoia y no ser un paranoico. Dicho de otra manera. tiene que ser
un paranoico para sí mismo, no para uno, porque si no ya ten,!mos al
sujeto que escucha con una especie de identikit que dice qué es qué .
Volvemos entonces a._"átomo cero del �ig;o"JEI átomo cero del signo,
que introduce el aut y el vel, nos permite definir la pul.§.i.2IQ.t!TIU�te de
Freud: es lo que falta al viviente por el hecho de hablar. No hace falta

t ClASESEIS l 105
FUNDAMENTOS DE LA CLÍNICA ANALÍTICA

definirlo de manera metafísica, si uno habla, sabe que va a morir mien


tras está vivo. Sabe que va a existir después de muerto. Si uno charla
con otro y le dice "¿Tu padre cómo se llama?", "Antonio", responde el
otro. "¿Cómo está tu padre?", "Mi padre murió". Quiere decir que basta
�nombrar alg�Qara que eso subsista, incluso desapareciendQ. Lacan
�dice que "por el lenguaje el sujeto puede anticipar su propia muerte",
y también, ROr el lenguaje puede situarse más al)á de su muerte. En las
épocas del honor alguien podía perder la vida para guardar un nombre.
Entonces la pregunta sería: ¿Qué guarda quien guarda un nombre? Eso
quiere decir la dimensión simbólica.
Punto siguiente: automatismo de repetición, el objeto insignificante,
cosa que se puede decir de manera lógica muy simple. ¿Qué quiere decir
f'"i>i
que el objeto sea insignificante? Quiere decir que no vale nada, que es
._-,. U
8
cualquier cosa, en el sentido de Winnicott, cualquier pedacito de trapo.
Pero también quiere decir que todo lo que no es S 1 ( s°;l y todo lo qi¿e n.9
es s, ( S,l.:._:s a, el objeto es p mente lo que cae del discurso:
� �
S 1 •S 2 = a
Leemos la página de nuevo, vemos que adquiere otro relieve (releer el
punto 3 del capítulo 11) "Nuestra doctrina del significante es en primer
lugar disciplina en la que se avezan aquellos a quienes formamos en
los modos de efecto del significante en el advenimiento del significado,
única vía para concebir que inscribiéndose en ella la interpretación pueda
producir algo nuevo.
Pues no se funda en ninguna asunción de los arquetipos divinos, sino en
el hecho de que el inconsciente tiene la estructura radical del lenguaje,
que en él un material opera según unas leyes que son las que descubre el
estudio de las lenguas positivas, de las lenguas que son o fueron efectiva­
mente habladas. La metáfora del flogisto que nos inspiraba Glover hace
un momento recibe su adecuación del error que evoca: la significación
no emana de la vida en mayor medida que el {logisto se escapa de los
cuerpos en la combustión. Antes bien habría que hablar de ella como la
combinación de la vida con el átomo cero del signo, del signo en cuan­
to que en primer lugar connota la presencia o la ausencia, aportando
esencialmente el y que las liga, puesto que connotando la presencia o la
ausencia, instituye la presencia sobre fondo de ausencia, como constituye
la ausencia en la presencia.
Debe recordarse que con la seguridad de su avance en su dominio, Freud,
buscando el modelo del automatismo de repetición, se detiene en la
encrucijada de un juego de ocultación y de una escansión alternativa de
106 I CLASESEIS
GERMÁN GARCÍA

dos fonemas, cuya conjugación en un nirio le llama la atención.


Es que efectivamente aparece allí al mismo tiempo el valor del objeto en
cuanto insignificante (lo que el niño hace aparecer y desaparecer), y el
carácter accesorio de la perfección fonética junto a la distinción fonemática,
con respecto a la cual nadie negaría a Freud el derecho de traducirla
inmediatamente por los Fort! Da! del alemán hablado por él cuando
adulto. Punto de inseminación
í
de un origen simbólico que preexiste al _.....,-
sujeto infantifY'semJn e cual le va a ser ¡;¡r"cisó estructurarse.··
Nos queda la distinción fonética y fonemática, el niño no dice fort-da,
dice o-a, hay emonces una imperfección fonética; pero a Freud le basta
con esto, con la distinción fonemática para tomar como accesorio la
--
coordinación fo�ti�a.
Hoy.alguien preguntaba a la mañana qué pasa con un niño que pronuncia
mal o habla mal o dice dos palabras. Bueno, vemos que !¿asta que c!iga,
no dos palabras, sino que hag_a una oposición fQ.Demática p_ara.__qu.e el
lugar del Otro, Jacá el otro en cuestió11..es.Ere11d) pueda devolver un¡¡
traducción. Un Fort-da.

Fort/ da
00 / ªª
Aquí tenemos también la operación de l�macía del significante sobre
la significación porque desde el punto de vista del significante hay nada
más que una oposición fonemática: o-a, que p�mite al otro hacer volver
una significación a-posteriori.


Fort / da
Fort-da, si eso fuera una interpretación habría que ver qué le sigue para
saber su efecto, qué es lo que produzco de nuevo. Quiero decir, si Freud
analizando a ese niño hubiera dicho Fort-da, hubiéramos visto qué
pasaba con el niño.
Bueno, esto es una pequeña explicación. Se puede pasar de nuevo por
esta página, nosotros no lo vamos a hacer, pero conversemos.
.J

CLASESEIS l 107
GERMÁN GARCÍA

hostias. Así es como la teoría traduce la manera en que la resistencia es


engendrada en la prá�tica. Es tamJze -� ;; q"(;;remosdar-;-ente;1der
cuando decimos que no hay ot� resistencia l análisis sino la del analista
mismo".
En este párrafo no hay que confundirse, no se refiere a la resistencia de
tal o cual analista, lo dice más abajo: "Pero éste es solamente el efecto
de las pasiones del analista: su temor que no es del error, sino de l7i°
ignorañcia, su gusto que no es de satisfacer, sino de no decepcionar, su
necesidad que rzo es de gobernar, sino de estar por encima. No se trata
en modo alguno de la contratransferencia en tal o cual ... " Y esto es lo
que nos importa: "Se trata de las consecuencias de la relación dual, si el
terapeuta no la supera, y ¿cómo la superaría si hace de ella el ideal de su
acción?".
¿Ven la diferencia? Digo esto porque es un párrafo que se ha prestado
a retornar a todas las viejas teorías de la contratransferencia, a las
resistencias del analista. Entonces que el analista se analice más, etc.
Esto es una manera de tomar el análisis, si lo toma por la relación dual,
ocurrirá esto.
Van a ver en dos puntos diferentes del texto, como por un lado define a
la pulsión, el 1rie/J, y por otro lado define la regresión y la demanda. En
un lado dice: "1;_l l'rieb es un advenimiento de significantes", y en otro
lado dice: "lo que se llama regresión no es sino el retomo de demandas
para las cuales hay prescripción". O sea, que se está definiendo casi igual
aTa pulsión, al Trieb, que a la demanda. La cita que acabamos de hacer
habla de la Vemeinung, de la negación. _
Entonces voy a tomar estos dos temas. Por un lado, el montajé que se
puede hacer ante la falta en el OJro, el fan�asma, la demal)da y la Jrnlsión.
Por otro lado, Lacan dice que es una superstición psicologizante e) buscar
el consentimiento del otro. Cuando él dice que si_uno psicologiz,,, busca
�onsentimiento del otro, introduce la resistencia, está planteando esto:
es evidente que si quiero convencer a otro de que le dije algo justo y el
otro se niega, puede decirle "Usted se resiste".
"�ted se resiste" guiere decir que el anaJizanj.e hace las CQ.sas ma� _
y_ gimo hablo desde el lugar de una sanción, el analizante termina, / �
Q2_r a�tar lo que le digo, y esto es lo que llama la resistencia que s<::
�dra �n la propia prá�a.
Es decir, que no habría que buscar jamás el consentimiento del analizante
a la interpretación del analista, y hay q �e _!_ornar más bien la negación
del analizante como un acercamiento al deseo. Es decir que e],,,c!fieo no
seempieza articulando por un "quiero esto" sino por un "ruv9uiero
saber nada de esto", o por un "no es esto"; cuando el paciente dice 'no
ClASESIETE l 109
FUNDAMENTOS DE LA CLÍNICA ANALÍTICA

es esto' está en juego algún deseo. Incluso está en juego el deseo aún si
el que ha interpretado se ha equivocado. Porque si interpreto algo y me
equivoco, y el analizante dice "no es esto", es otra cosa.
Entonces hay dos mane�as E�!§!, una es decir: "Sí es esto y usted
se resiste", que sería lo que llama Lacan la psicología. 01decir: "S�
�sto, qu� !!S e_ntonces' y_hacer @e el analizante hable de su dese_g .
..fil..g_ispositivo,
a
aunque la interpretación del analista fuese equivocada, no
ctejarí igual de provocar la posibilidad del deseo. Por esp dice Laca'n que
la superstición es tan grande que no se tiene en cuenta lo que implica la
negación, de confesión.
Yo puedo adjudicarle a alguien algo, decirle por ejemplo, "Usted. tiene
tales problemas con su hermano" y él puede responder, "Yo no tengo
problemas con mi hermano". "Pues bien, ¿con quién tiene problemas?".
Tendrá que decir algo. Entonces, siempre vamos por el camino del deseo.
�i b.usco que fLotr� consienta voy a utilizar el truco de la resistencia.
Lacan entiende que en la historia del psicoanálisis la idea misma de
resistencia supone yaun análisis dual y un buscar el consentimientode
otro, Lacan dice "Primum viuere sin duda; hay que evitar la ruptura�
Esta superstición psicologizante, esta manera dual de encarar el análisis,
� apunta a �lienación del sujeto p.ara evitar la ruptura.
Hay que vivir. En los controles uno pregunta "¿Por qué le dijo eso a
su paciente?" y algunos analistas responden "Porque si no, no venía
más". Entonces se lo dijo para que siga viniendo. Eso no es una razón
terapéutica, es una razón de subsistencia del que analiza. Primurr¡ vivere,
entonces, el evitar la ruptura.
"Que se clasifique bajo el nombre de técnica la civilidad pueril y honesta
para enseñar con este fin, pase. Pero que se confunda esa n,�cesidacJ
física, de la presencia del paciente en la cita, con la relación analítica, es
engañarse y as( se extravía el novicio por mucho tiempo''.
Esta idea de que la relación analítica no equivale a la presencia física del
analizante en el análisis, es lo que modificó toda la técnica psicoanalítica,
según Lacan.
Vamos a pensar así: si hacemos una secuencia de presencia ausencia
(P A) vamos a poner:

p IAIpIA1
Da I Fort I Da I Fort

Tenemos aquí el juego del Fort-da, la presencia (P) es el da, el aquí; la

., .
1101 CLASESIETE

0
¡::l· ( -1-�¿\ ,,..., . ,ti.,;..
FUNDAMENTOS DE LA CLÍNICA ANALÍTICA

el retorno de demandas prescriptas. Entre las demandas prescriptas que


retornan y los significantes que advienen,�se va a producir el discurso del
-? sujeto, en función de esta faita en el Otro.
Sabemos que cuando tachamos al Otro, S (,-), esto equivale a a. Me
parece que es una manera de empezar a ordenar esta cosa que nunca se
entiende bien. A saber ¿qué relación hay entre la pulsión, la demanda
como tal, el fantasma, la causa del deseo?
Podemos decir que si la pulsión es un advenimiento significante, si la
regresión es el retorno de demandas prescriptas, entre este advenimiento
y este retorno se produce la articulación de las demandas del sujeto.
Colette Soler subrayaba que Lacan habla en este texto de las "desgracias
del ser", de "el horizonte deshabitado del ser" y después de "la falta
en ser". Es decir, hay una fa!� la que Lacan Hama d� y hay
1' una eesgracia del se} a la que IJama �a; porque en tanto el deseo
quiere decir que falta algo, hay una falta en ser, el ser pide, pero el ser
h .sólo puede pedir en la lengua del Otro.
�Setrata de esa falta, de llenar esa falta. Veíamos que Lacan IJamaba
primero "la prematuración" después lo hacía de otra manera "la función
reflexiva del espejo" etc. Por esa falta el sujeto pide, pero como pide en
la lengua del Otro, está perdido.
Lacan va a llamar a la demanda "la desgracia del ser" porque ese ser
que nació de una falta, no puede pedir sino en la lengua del Otro. Y ese
sería el circuito de la alie� pido en la lengua del Otro, lo que me
es devuelto no combina CO!l To qu; me falta. De ahí la famosa frase de
Lacan: "no me des lo que te pido porque no es eso". Cuando te lo pido, te
� lo pido en tu lengua, y en mi ser las cosas no tienen nombre. Justamente,
podríamos decir, el fin de un análi�i_s es producir un nombre para ordenar
las cosas que uno quiere pedir, es el tema de un significante nuevo. ( l�c.f.....>l'O)
ft Dice Lacan: "El fin del análisis es el horizonte desJ_1a�tad9 del se('. Hay
una falta .e!.im_!!a q_ue es habitada por una demanda, por un intento de
tapar la falta con objetos que no son ad�cuados porque están pedidos
en la lengua del Otro. "El horizonte deshabitado del ser", es decir, un
retorno del deseo, la posibilidad de una metáfora para el deseo. Subrayen

�-
estas tres maneras en que Lacan habla del ser.
- -
Para Lacan"elrer ·se vuelv� aquí modal, o sea, son los mJdos ... de"
articulación, en el sentido de la lógica modal, de que hay lo posible, lo
imposible, lo contingente y lo necesario.
Hay un modo del ser que es la falta, hay un modo del ser que es su
desgracia, es su pedir en la lengua del Otro.
Lacan dice que el ser es pedigüeño por definición, y hay un modo del
1 ser que es el soportar el horizonte deshabitado de sí mismo. El hecho de

114 I _ CI.ASESIETE
GERMÁN GARCÍA

la realidad, entendida la transferencia como una especie de imaginería.


A la inversa, si uno fuera a una tribu donde no conoce las costumbres
y alguien nos dice: "Lo fundamental es el agua", uno en vez de pensar
que es un sediento le pregunta ¿Y porqué es fundamental el agua? Y el
otro responde: "Porque el agua purifica" o "Porque el agua es el espíritu
de la tierra".
El comienzo de un análisis es explorar cómo una persona construye su
l!_aITc!ad, adónde �olo(a"° a los padres, los hijos, la muerte, la vida, las /
mujeres, el dinero, y después de gué �era él está im_plicado en eso
mismo. J
Seria como decir dibújeme el cuadro de su vida y ahora dígame en qué
punto de ese cuadro está. O bien, en qué lugar de la película que cuenta
está Ud. Y no es fácil saber en qué lugar está alguien en lo que dice. Este
es el problema del enunciado y la enunciación.
Hace un tiempo que recibo a una mujer en Buenos Aires. Me di cuenta
que lo que ella está haciendo es un alegato contra un hombre y lo que
espera es el veredicto de mi parte. Le dije que no podía hacer ninguna
cosa por modificar a un hombre que no conocía y con el cual ella ya no
tenía nada que ver.
Fue a partir de ahí que tuvo un sueño en el que aparece otra cosa. Era una
mujer que ella había conocido desde la adolescencia, que había dejado de
ver mucho tiempo antes de venir a análisis y se había enterado que era la
actual mujer de este hombre. Empezaron a aparecer las monjas, porque
era una mujer criada por monjas. Aparecieron cosas con las monjas, con
la mística, con la mujer, con la virgen etc. Y esto fue a partir de que me
di cuenta de que hablaba para hacer un alegato.
¿De qué se trata esta película? Una película con muchas cosas, autobuses,
trenes, teléfonos, fiestas, gente, trabajo, jubilaciones, muerte. Pero, como
se decía en los años 50, ¿cuál es el mensaje? Era un alegato, pe¡ro para
encontrar un hombre que podía servirle eternamente para no volver a
preguntarse lo que ya se había preguntado ¡Cuál era su lugar en relación
a las mujeres? Porque 1� teoría psicoanalítica dice que hombre, o mujer,
uno ama a las mujeres.
Evidentemente esto puede confundir mucho a las mujeres,. tener que
amar a una mujer. Pero es en relación a una mujer que se juega la
_) cuestión.
Lean un artículo interesante de Catherine Millo! que se llama "El Superyó
materno", está en Omicar?. Si hablamos del superyó materno es por el
hecho de que una mujer no puede dejar de amar a otra mujer. Para el
hombre esto se da por supuesto, se hacen bailes con esto y todos se
divierten.
CLASESIETE 1117
FUNDAMENTOS DE LA CLÍNICA ANALÍTICA

Cuando el hombre busca en una mujer a La mujer, la convierte en madre.


Pero es muy difícil para una mujer transformar al hombre en La mujer.

@(
Esta relación a La mujer se convierte en la relación al superyó materno,
haga lo que haga nunca puede saciar,il amor de ésta.
Estamosiñüy acostumbrados a decir "la madre" , entonces no nos damos
cuenta de lo que estamos diciendo. Decimos "la madre" pero hay que
decir La mujer, porque no es necesariamente "la madre" en sentido
empírico. Giiiadre es La mujer'.)
Entonces la mujer puede prohibir el acceso a los hombres, obligarle el
acceso a los hombres, puede hacer muchas cosas. ¿En relación a qué
existe un obstáculo?.
Cuando Lacan habla de La mujer o cuando dice que una mujer entra
siempre en la cama como madre, no es sólo porque el Edipo masculino
hace que alguien encuentre un rasgo de la madre en cualquier mujer que
tenga, tanto por la exigencia masculina como por la propia exigencia del

=��� -
superyó femenino, una mujer tiene que meterse en la cama en conexión

En Freud hay una diferencia entre superyó materno (superyó paterno


Este último es una amenaza de castigo, "sitiaces t�oct'lrnrá
tal otra". Digamos que traduce la inhibición como constitutiva aeíyo.
�tros nos inhibimo�cer una serie de cosas es porque hay
superyó paterno, hay una amenaza.
Esta amenaza organiza la moral masculina, incluso podemos decir que
en los estados modernos, como el ejército es parte del estado no es un
ejército popular- todo sujeto vive bajo una amenaza de muerte. Esto
también es una estructu ·ón del superyó.
Mientras que e superyó matern está planteado como �g_a léi
gérdida de amor. No es lo mismo decir "si haces tal cosa serás castigado",
que c:lecir "si haces tal cosa no serás amado".
Entonces, ¿qué quiere decir esta ubicación en la realidad? Ubicar la
relación analista analizante en el eje de la transferencia, ésa es una
salida.
La otra, es ver cómo el sujeto construye la realidad, su realidad. Cua �o
sabemos cómo construye su realidad, empezamos a ver la posición del
sujeto y del objeto. Porque la realidad hay que verla como una ventana,
;;-'üna ventana a través de la cuál cada uno ve lo que llama su mundo.
Creo qLit Mili� lo grafica así:
Y esta ventana por la cual miro, tiene como marco al fantasma.
C�ui�r queja que el sujeto haga so;;Ta realidad,� ve�e sabemos
qué realidad construye, nos va a conducir a!Jantasma. Y este conducir
al fantasma, nos va a conducir -si el fantasma es una respuesta a la falta
G�ESIETE

���
FUNDAMENTOS DE LA CLÍNICA ANALÍTICA

sujeto tiene una pérdida de la realidad o una pérdida de objeto. Siempre


está en Freud la idea de que la relación al Otro organiza la realh:lad. Por
ejemplo, cuando Freud habla del duel 9f , desaparece un objeto valioso para
el sujeto, éste se retira de la re:;n-aac y sigue manteniendo en la fantasía
su relación con el objeto. Quiere decir entonces que la posibilidad del
objeto es la condición de la realidad. Que es lo mismoque decir que el
fantasma sostiene la realidad del sujeto.
"He subrayado desde hace mucho tiempo el procedimiento hege.iano de
esa inversión de las posiciones del 'alma bella' en cuanto a la realidad a
la que acusan. No se trata de adaptarla a ella -de adaptar la pnsona a
la realidad- sino de mostrarle que está demasiado bien adaptada, puesto
que�curre a su fabricación:·.
El sujeto se queja por estar demasiado bien adaptado a esa realidad.
Ustedes saben que desde la antigüedad, la metáfora por excelencia de
la narración es un viaje, desde La llíada hay un viaje. Cualquiera se
puede ir caminando a otra realidad. Cada vez que uno va a una ciudad,
sea grande o chica. nos quejamos de esa ciudad. En Buenos Aires, del
ruido, del smog y de la vida infernal. En las provincias de la falta de
iniciativa, etc. ¿Por qué no caminamos de un lado a otro? Caminen un
rato para la provincia y cuando se aburran de la provincia caminen un
rato para la ciudad. No, estamos demasiado atornillados a aquello de que
nos quejamos. Como me decía alguien: "¿Qué sería de mí si no tuviese
de qué quejarme?" ¿Qué sería? "sería un horror". Tenía muy claro que
creaba situaciones para quejarse porque hay un vacío. Es atractiva para
los otros, porque esta chica tiene sus pretendientes, pero absolutamente
insoportable para ella. Entonces es mejor tener novios a los cuales
insultar, pelear y quejarse porque son ineficaces, que soportar el vacío.
A veces puede hacerse bajo una simple pregunta, y esto no es un consejo
técnico, es un ejemplo: si una persona sufre de algo bastaría preguntar
¿Y en caso de que no ocurriera eso, usted qué haría? Basta esa pregunta
para decir que eso es el síntoma, esto que haría es la demanda.
Podemos decir queréfsíntoma es como una demanda de la cual el sujeto
no se hace cargo, puesto que es una demanda que se originó en la lengua
del Otro. Una persona pasa hambre y uno le pregunta: "¿Y si Usted,
tuviera dinero, qué haría?", "Yo, lo primero que hago es matarlos a
todos", responde. Efente a tal catástrofe esta eersona seguirá como está.
Dice Lacan: "Pero aquí se detiene el camino que hay que recorrer con el
otro".
Pero aquí, en este punto en donde confrontamos al sujeto con su decir, donde
separamos el síntoma y la demanda, donde le mostramos cómo comtruye su
realidad y de qué manera él fabrica la realidad de que se queja.
120 I ClASESlrn
GERMÁN GARCIA

Los análisis de Lacan se caracterizaban por una estructura doble muy


particular, Schneiderman lo cuenta bien y un catalán que fue a analizarse
y después no se analizó, Jo cuenta para criticar a Lacan. Parece ser que
las entrevistas con Lacan eran una charla muy agradable.
Lacan usa la metáfora de jugar al muerto. Para jugar al muerto hay que
poner las cartas del muerto. Lacan tomaba a las entrevistas preliminares
como "poner las cartas" y una vez que se hayan puesto dejaba jugar con
ellas.
Graciela Musachi, en una charla, nos dio una pista interesante, porque
hablábamos del problema del contrabando, del hecho de que la Argentina
está hecha sobre el contrabando en el puerto de Buenos Aires. Lacan dice
que el deseo del obsesivo es el contrabando, el contrabandear alguna
cosa, en el sentido del desafío, de que eI contrabando es estar en contra
del bando, aceptar un bando y a su vez rechazarlo. Entonces decía que
si el ajedrez es u�ue.s_o histérico, en el sentido de que es el juego de la
divisió deisujeto, puesto que�ajedrey no es sino dos cosas que están
divididas y que se enfrentan segúnéTerta astucia, el bridge e� un juego
obsesivo:.dialoga con los muertos.
En la Argentina se juega al truco, el cuál no es ni el ajedrez ni el bridge
y podemos decir por qué, el truco es un juego en el que se hacen gestos
y cosas raras, se hace una fortaleza y desde ahí se inventan camuflajes
para engañar al otro.
Es curioso porque en el 1982 la discusión con los franceses era que ellos
decían que la fobia no existía como cuadro, que era parte de la estructura
y los argentinos insistían en que hay un cuadro que es la fobia, a lo mejor
hablaban de eso, del truco.
Freud lo decía de otra manera, decía que se puede escapar de un e�tímulo,
o sea de algo exterior, pero no se puede escapar de una pulsión.
Sigue diciendo Lacan en este texto: "Freud no parece siempre situarse
muy bien sobre este punto, en los casos de los que nos ha hecho partícipes.
Y por eso son tan preciosos. Porque él reconoció enseguida que ése era el
principio de su poder, en el cual no se distinguía de la sugestión, pero
también que ese poder no le daba la salida del problema sino a condición
de no utilizarlo, pues era entonces cuando tomaba todo su desarrollo de
transferencia".
.J El poder que no se usa, se desarrolla como transferencia, el poder que se
usa se desarrolla como sugestión.
"A partir de ese momento ya no es al que está en su proximidad a quien
se dirige, y esta es la razón de que se le niegue la entrevista cara a cara."
A partir de ese momento en que hay una emergencia, la queja $Obre la
realidad se convierte en una cierta emergencia del Otro, de la relación
ClASESIETE J 121
FUNDAMENTOS DE LA CLÍNICA ANALÍTICA

del sujeto al Otro, de su manera de ser en el Otro, de la desgracia de ser


en el Otro. Cuando se convirtió en eso no hace falta más entrevista cara
a cara.
Y aquí está la definición de pulsión que les daba: "La interpretación
en Freud es tan osada que. habiéndola vu/,garizado, no reconocemos
_,.. ya su alcance de mdntic� -mántica quiere decir adivinación- Cuando
denuncia una tendencia, lo que él llama 'lrieb. una cosa muy diferente de
un instinto, el frescor del descubrimiento nos enmascara lo que la 1heb
implica en s( de un advenimiento significante."
Lo que la pulsión implica en sí de un advenimiento significante. ¿Ven que
la pulsión no está tomada aquí ni como energía ni como fuerza? ¿Qué
sabemos de la pulsión? El advenimiento de significante que produce.
¡Qué es el advenimiento de significante? Es el revés del retorno de la
regresión que no es sino el retorno de las demandas del sujeto.
Quiere decir que hay una especie de banda de Moebius, lo que de un
lado es el advenimiento significante de la pulsión, es del otro lado el
retorno de los significantes de la demanda. Toda demanda enmascara
algo pulsional, ¡>Qr !:S.O se puede decir que es demanda de nada.
"Pero cuando Freud trae a luz lo que no puede llamarse de otro modo
que las líneas del destino del sujeto, es sobre la figura de Tiresias sobre
la que nos interrogamos ante la ambigüedad en que opera su veredicto.
Pues esas líneas adivinadas conciernen tan poco al Yo del sujeto -es esa
línea que Freud adivina, por eso dice "es como Tiresias", Freud adivina
las líneas de un sujeto más allá del yo del sujeto-, y a todo lo que puede
presentificar hic et nunc, en la relación dual, que es cayendo derechito, en
el caso del hombre de la., ratas, sobre el pacto que presidió al matrimonio
de sus padres, sobre lo que sucedió por lo tanto, mucho antes de su
nacimiento, como Freud vuelve a encontrar esas condiciones mezcladas:
de honor salvado por un pelo, de traición sentimental, de compromiso
social y de deuda prescriptá. de las cuales el gran libreto compulsivo que
empujó al paciente a ir hacia él parece ser la calca criptográfica -y viene
allív a motivar finalmente los callejones sin salida en los q_ue se extravían
su ida moral y su deseo. Pero lo más fuerte es que el acceso a ese material
sólo ha sido abierto po;-una interpretación en que Freud presumió una
prohibición que el padre del hombre de las ratas habría establecido
sobre la legitimación del amor sublime al que se consagra, para explicar
la marca de imposible con que, bajo todos sus modos. ese law parece
marcado para él. Interpretación de la cual lo menos que puede decirse es
que es inexacta puesto que es desmentida por la realidad que presupone,
pero que sin embargo es verdadera en el hecho de que Freud da prueba en
ella de una intuición en la que adelanta lo que hemos aportado sobre la
122 I CLASESIETE
GERMÁN GARCIA

función del Otro en la neurosis obsesiva, demostrando que esa función en


la neurosis obsesiva se aviene a ser llenada por un muerto y que en ese
caso no podría serlo mejor que por el padre, en la medida en que, muerto
efectivamente, ha alcanzado la posición que Freud reconoció como la del
Padre absoluto".
Freud se egujvoca en el.§entido de la verdad referencial, es decir, no
ocurrió eso que dice. Ese padre no le prohibió nunca eso a este hombre,
pero sin embargo se equivoca y apunta a una verdad, hay una función
del Otro en el obsesivo y esa función del Otro puede ser llenada por el
muerto.
Esto es lo que Lacan dice muchas vece�y pa�c� tan complicarlo, que
la verdad surge de la equivocación, o más bien del equívoco. "Méprise"
es homofónica con desprecio, no es exactamente equivocación, es
equívoco. El diccionario Larousse dice equivocación, pero lo importante
es entender que Lacan juega con eso. con méprise, prise, etc.

Pregunta: ¿Eso quiere decir que en lo que Freud se equivoca es en ese


cuadro de la realidad?
G. G.: Claro, exacto. Se equivoca, no ocurrió eso, pero sin embargo hace
aflorar una verdad. De mentira, verdad. Como se dice.
Supongamos una tribu donde la física no existe, aparece de algún modo un
libro de física de Aristóteles. Alguien de la tribu se pone a leerlo y hace un
grupo de física de Aristóteles, siglos después pueden ser einstenianos; si
no se hubieran equivocado con Aristóteles tampoco hubieran descubierto
que Aristóteles estaba equivocado. Esto es lo que Lacan plantea cuando
habla del flogisto. El flogisto no existía. Pero porque no había tal flogisto,
alguien dijo: "esto no puede ser" y descubrió el oxígeno.
Lacan lee a Freud de esa manera. Dice que Freud, donde no sabe de qué
habla, en vez de callarse inventa un mito. �os deci� que el mito de
Edipo es un error, el mito de Tótem y tabú es u1L:'rror-histórico, el mito
de Moisés es un error.
Lo mismo podemos decir cuando invitamos a alguien a asociar libremente.
Lo invitamos a cometer constantemente errores, errores sobre sí mismo,
sobre el otro, sobre cualquier cosa. Pero el conjunto de estos errores
nos van dando una lógica. Si no dejáramos hablar a esta persona no
descubriríamos la verdad que sostiene el conjunto de sus errores, sea
sobre sí mismo o sobre el mundo.
He traído para la Biblioteca de la Asociación unas fichas, la de Melitta
Schmideberg, las de Glover y Ella Sharpe y en una de esas está el caso
que viene ahora, de Kris, "El hombre de los sesos frescos."
En el punto siguiente Lacan parte de que uno conoce el trabajo de
ClASESIITT l 123
FUNDAMENTOS DE LA CLfNICA ANALÍTICA

Lagache. Está en la Editorial Nueva Visión, Teorías de la transferencia de


Daniel Lagache, eso para el punto 3.
Y en el capítulo sobre la transferencia, critica tres cosas. En primer lugar
el genetismo, estas teorías sobre sucesión de fases, oral, anal, fálica, etc.
y la teoría de que la neurosis se debe a la fijación del sujeto a una de
estas fases. Además, la relación de esto con las defensas, porque se decía
que cada fase engendra una defensa concéntrica, por lo tanto, el análisis
sería el análisis de las defensas que encubren los modos de fijación
libidinal del sujeto. Esta es la teoría de Anna Freud.
Después critica las teorías de la relación de objeto y aquí hay un problema.
Digo esto para que vayan trabajando estos temas.
En el "Proyecto de una psicolo8!,e � �illQ).ogos" hay una teoría que
articula la represión y el juicio. Del lado de ·la repr�sió.Jl está el problema
del.das Ding; das Di718.es la cosa, que e�ha de A + B, donde A es lq
c� misma y B es el atributo dS,la cosa. Elj�obre la cosa_hac� cae�
U�J)art� de la cosa; o bien la cosa está ahí, la contemplo, no la nombro, o,
la nombro con un atributo. Cuando nombro el atributo de la cosa, la cosa
pasó a _pluralizarse, porque p'irede ser amarilla, pesada, liviana, red;nd;,
cuadrada. Esto lo vemos en Heidegger, nunca más será 1�...21�
\e
trata del vacío que engendra.

Del lado del juicio hay un perc�to, formado por ejemplo por A B. Si el
suj':!? tiene que nombrar y cuando noJ lb!'á pier9 ,1mg, de los elementos
cuando el sujeto percibe, tiene que juzgar ]E qu� percibe. Es lo que Freud
llama después juicio de existencia y juicio atributivo. También pierde
porque es un complejo, ill_uzgar Ja.sxistencia de eso tiene que juzgarla por
K un ra�gq, por lo tanto, hay un elemento A que va a desaparecer: (� + B}
� Queda un atributo de la cosa y queda la existencia de unos elementos
perceptivos, entonces quedan los dos juicios, el juicio atributivo y e\
juicio de existencia.
Hay que leer a W. Jerusalem, un
Represión Juicio autor del cual Freud, según lo
cuenta Fliess. tomó sus ideas para
Das Ding Existencia el "Proyecto de una psicología ... "
Yo creía que estas ideas venían
(4.,.. B) Atributivo de Brentano, pero no 1�ra así.
- Wilhelm Jerusalem pol1imizaba
coo. Brentano e'hizo un aparato que Freud tomó para explicar la n:presión
primaria. Wilhelm Jerusalem nunca fue traducido pero hay un lar!'O
artículo sobre él que nosotros estamos trabajando y está en Ornicar? N º
32, se llama Freud y Jerusalem,de Franz Kaltenbeck. Se los recomiendo
porque hay una tabla de cómo se va fundamentando en 5 puntos la
124 I CLASESlffi
:;;ti"'
GERMÁN GARCÍA

represión y en 5 puntos el juicio y cómo hablar de represión es articul�r


el problema d�I juicio.
Es a partir del juicio que hay que plantearse el problema del objeto. .r
Porque Freud dice que no se trata de que algo me guste o no, sino
también de que exista. Digamos, no basta atribuirle a algo la cualidad de
bueno o malo, sino que hace falta hacer subsistir su existencia, por decir
así. No basta que Dios sea bueno o malo, que es la Teodicea, sino que
hace falta la Teología, o sea demostrar la existencia de Dios, porque si es
bueno o malo y no sabemos si existe, es una encrucijada.
Es a partir de ahí que se pueden montar todas las teorías del objeto.
Teorías de objeto que salen de una simplificación de un punto d€ Freud,
que corrige después.
Podrá ver lo que sigue, cuando critica primero la defensa, el ye, Anna
Freud y después critica las relaciones de objeto, critica la transferencia
como introyección. Critica tres cosas: La teoría del yo y los mecanismos
de defensas, que sería genética, a cada fijación una defensa específica;
las teorías de las relaciones de objeto, la introyección en Balint, Ferenczi
y Strachey y el trance narcisista de Ferenczi.
En Freud tenemos tres cosas, tenemos el das Ding, esta cosa que por el
hecho mismo de pronunciarla se pierde; del complejo (A,B) queda un
solo elemento, y se puede usar otra palabra que también quiere decir

·i
cosa, Sache, y de la Sache deducir el objeto. Este es el esquema, digamos,
que aparece en Freud:

Estas tres palabras la van a


DasDing encontrar en el capítulo 7
Psicosis Sache l Neurosis de Lo inconsciente de Freud .
Lo revisé con un amigo que
conoce alemán y habla de
Ding vorstellung y Sache
Objekt

vorstellung y habla de objeto de amor. No usa la misma palabra.


De otro modo no se entiende, porque en castellano dice que del objeto
de amor se va a un objeto reprimido que conecta con otro objeto
profundamente reprimido. Y en alemán lo que dice es que de un
objeto suprimido, que es un atributo del Ding, se conecta con un Sache
constituido, que determina la elección de un obje!o (objekt) de amor. O
sea, que so.!: tres_gasos en la elección de un objeto de amor. '\
Ustedes podrían conseguir este artículo sobre W. Jerusalem,nosotros lo
estamos traduciendo pero no se puede publicar. Lo traducimos para uso
de la Biblioteca.
Lacan dice que la madre ocupa en lo real el lugar de la cosa. ¿Qué quiere
ClASESIETE j 125
FUNDAMENTOS DE LA CLÍNICA ANALfTICA

decir esto? Si no entendemos qué es la cosa, no entendemos esto. Por


ejemplo ¡qué hacer con la belleza en el análisis? Interesante, porque hay
gente que habla de cosas bellas, hay gente que se toma un avión para
ver un paisaje.
Tomamos la versión cínica de esta gente, son alienados a los aparatos
de turismo, pero también podemos decir que los aparatos de turismo se
percatan de que hay ciertos lugares para contemplar.
Lacan en el Seminario La Ética del psicoanálisis, dice que cada vez que
alguien habla de la belleza, está en la máxima cercanía con el das Ding,
eso que se perdió de la cosa solamente se puede nombrar como lo que es
bello para uno y eso que es bello no tiene parámetro, por eso Freud en
"El malestar en la Cultura" se burla de las teorías estéticas, sin e,mbargo
dice que no se puede vivir sin la belleza
Nosotros podemos decir: bueno, pero en tal año era bello esto, ahora es
bello lo otro. Si, pero siempre alguna cosa estaba allí, una semb/4nt, algo
estaba puesto ahí. Y la semblant toca con lo real, la semblant no es la
apariencia, ni lo imaginario.
Lacan nos habla de un discurso que no sería del semblante, de un discurso
que no sería de la contemplación de lo real, porque la contemplación
lleva a la mística. U...!!9 pu_ed� tomarnsicoanálisi§ como una J,ustancia
que contempla · es lo que dice Miller en el libro Umbrales del análisis - Q
puede _pensar que el _psicoan_álisis es un aco!)tecimien!Q,_que no hay mas
psicoanálisis que el que se hace.
La frase "el analista se autoriza a sí mismo" no dice que cualquier
atorrante se convierte en analista, dice que si hay analista entonces se
autoriza. Quiere decir que no se puede contemplar al P.Sicoanálisis, no e�
un objeto estético, por eso Lacan dice también que no puede haber una
estética psicoanalítica.
Por lo tanto, un analista no puede contemplar, un analista puede hacer
acontecer el análisis de un texto y entonces producirá otro texto. Pero si
lo contempla sería un esteta.
Dice Borges que la belleza es una sensación física, no se puede decir
nada de la belleza, alguien sintió la existencia de la belleza o no la sintió.
Mala suerte, son cosas que pasan, pero la belleza no se puede definir. No
es armónica porque también podemos demostrar que es inarmónica.
Entonces ¿cuál es el cuento? Esto que critica Lacan, el amor y roda esa
historia. Crítica que la hace a partir de un esquema que dio Freud sobre
libido de objeto /libido del yo. ¡Ah, es fácil esto!, Si la libido está en el yo
esto se llama psicosis, el psicótico no ama; si la libido está en el objeto
esto se llama amor. De ahí viene, y esto lo dice Ferenczi, la idea de que
hay que medir la posibilidad de analizar por la capacidad de amar. El
126 I ClASESIETE
FUNDAMENTOS DE LA CLÍNICA ANALÍTICA

31
pero el objeto tiene gue perderse dos_ _;1eces, porg_!;!e si se pierde una es la
�colía. El objeto se perdió enJ�ealidad y la relación con el objetq
sigue en la fantasía. �y que perderlo dos veces para que haya duelo. Por
eso Lacan habla de "Eurídice, dos veces perdida".
Si hace dos años que una relación amorosa no anda, ahora hay que
separarse. Esta segunda separación es el duelo, la primera es la melancolía.
Por eso la gente no sufre mucho de los muertos. La gente sufre de seguir
viviendo con objetos que ya perdió; entonces es esta segunda pérdida la
que hay que plantearse, esta segunda pérdida, que además, se llama en
Freud sublimación.
En los años '30 Freud define la sublimación como la capacidad d1il sujeto
de cambiar de objeto. ¡Esto no va más, afuera! A otra cosa. F.so para
Freud sería la sublimación� la capacidad de un sujeto de cambiar de
o.J2i.eto.
Lacan lo va a tomar bajo las tres formas de identificación, que es otro
tema. Lacan habla de tres ícfentificaciones. Identificación al siguificante
omnipotente de la de�� por ejemplo en un análisis eso se puede
hacer fácilmente diciendo: "no". No es lo mismo decir "no puedo" o
"no quiero", que decir "no". Porque cuando digo "no", se supone que
tengo aquello que me piden. Por ejemplo: "¿me prestas dinero?", "¡No!"
Entonces tengo dinero. Si digo "no tengo" no es lo mismo. Quiere decir
que cada vez que uno_:!_ice "no" s�t� colocando en este lugar de la
omnipotencia. Eso hay que saberlo, se lo puede hacer, pero hay que
saber lo que se hace.
La otra es la identificación al objeto de amor, y la tercera que Lacan nombra
es esa identificación que por estabilizar al deseo vuelve indiferente a los
objetos, se refiere a la histérica. Lacan en este texto habla de tres tipos de
identificación, Freud menciona otras, pero eso no lo vemos ahora.
Se perdió el objeto, dice Freud, el neurótico mantiene una relación en
la fantasía y la neurosis quiere decir que se perdió, pero no se· perdió.
Entonces habría que decir "no sirve", porque no se perdió en el sentido
de la pérdida. la pérdida crea disponibilidad, digamos así, el duelo es una
sorpresa, no es una tristeza.
Freud usa Sache, usa la galabra Sachvorstellung, mientras g ue el
�ic�. a través del yo ha tomado las palabras, dice Freüd, como igual
a das Ding, las palabras como cosas. Es decir que si hay una regresión
;=la fa;;taiía, el fantasma puede producir la progresión hacia un nuevo
objeto; si la pérdida del objeto vuelve la palabra equivalente de la cosa
misma, no hay pérdida de la cosa, por lo tanto, no hay represión. Porque
la represión en Freud quiere decir que tengo que decir sí, tengo que
nombrar y cuando nombro pierdo. Y esto es muy interesante para explicar
12B I ClASESIETE
GERMAN GARCIA

ciertos momentos de éxtasis contemplativo o anoréxico, donde hay una


identificación tal de la palabra con la cosa que empezar a nombrarla
sería ya caer en el campo del fantasma.
Entonces podemos hacernos la siguiente pregunta: ¿qué del fantasma en
la psicosis?
De cualquier manera, digamos que el esquema que hicimos en
Sachvortellung simboliza esa pérdida y entonces como consecuencia,
aquí hay la elección de otro objeto que tendrá los rasgos que han quedado
de lo innombrable. Pérdida del objeto y se vuelve a das Ding, lo que da
psicosis, falta el juicio primario, falta la afirmación primordial.
El problema de la elección de_ 2Pjeto es dLl_Yicio, es un juicio que el
sujeto hace en un momento determinado. Cada vez que nombro, hay
una pérdida, hay un juicio de existencia y un juicio atributivo. Por eso
se puede decir que el final de un análisis es también -esto dice Eric
Laurent · la posibilidad de nombrar un objeto sabiendo que el objeto sólo �;;:..
s�ra como lapsus; porque si el deseo es metonímico, solamente
puede nombrar el objeto por un lapsus. Quería decir María y me salió
Mariana, me enamoré de casualidad. Esto es el punto de la teoría del
objeto.
La diferencia entre objeto fóbico y objeto fetiche. !\) objetofóbicll como
un significante para todo uso, Lacan y dice por ejemplo, que el caballo
en Juanito n o es como se dice, tan rápidamente, el padre. Freud dice que
el caballo es el padre pero cuando el caballo tira del carro es la madre
embarazada, cuando el caballo trota es Juanito que trotaba con un
potrillito. Es un significante para todo uso, para tapar la falta en el Otro.
Mientras que el objeto fetiche,es un recorte en los significantes, es esa
imagen fija imposible de ser arrastrada en la cadena de los significantes.
Dice que el objeto fóbico, en cuanto significante para todo uso, para
suplir la falta en el Otro y el objeto fetiche, fundamental en cuanto
objeto percibido en el recorte de significantes.
Quiere decir que un fetichista tiene un discurso, pero hay una escena, un
recorte en el significante mismo que queda fija, los significante� pasan
en torno pero �scena no..§!.J!!uev� Es un recorte en los significantes
lo que Freud llamaba la fijación de la pulsión parcial en la per-rersión,
mientras que el obj�to fóbico va cambiando de significación según la
necesid?g de tapar la falta en el Otro.
Les doy pequeñas indicaciones para que puedan leer la tercera parte
de "La dirección de la cura". Van a encontrar ahí el problema del fort /
da, etc, de lo que hablamos al comienzo. Entonces, esto del fondo de
presencia-ausencia, alienación-separación, es sobre ese fondo que hay
pensar la cuestión que está planteando respecto a la teoría de·l hic et
CLASESIETE l 129
GERMÁN GARCiA

ClASE DEL 15 DE NOVIEMBRE DE 1986

Les voy a leer una carta, dice:

París. 24 de octubre de 1986

A la Asociación de Psicoanálisis de Tucumán.


Queridos colegas: la Sra.Cole/te Soler me ha informado de los contactos
que ustedes han tomado con ella en ocasión de su reciente viaje. El Sr. Ger­
mán García igualmente me ha hablado de Uds. Yo pienso tener ocasión
de conocerlos durante mi estadía en Buenos Aires para el V Encuentro. De
todos modos así lo espero. Uds. saben que leeré con atención todo lo que
puedan hacerme llegar. De mi mayor consideración.
Jacques Alain Miller.

Creo que es una buena noticia y de paso ya saben que les le1!rá con
atención si le hacen lleg,,r algo.
Quiero hoy puntualizar ,1lgunas cosas en torno al tema de la "Dirección
de la Cura" que es el texto que estuvimos trabajando. En marzo je] año
que viene me gustaría comenzar con el Seminario de La identificación.
Porque el problema que se plantea y en el que concluye la "Dirección
de la Cura" es que, si como decía Freud, hay un deseo que es iiempre
¡
el mismo, indestructible, las posiciones del sujeto respecto ai deseo
ilependen de las identificaciones.
Lacan en este texto nombra tres tipos de identificaciones. Uno podría
decir que el Seminario de La identificación podría ser el paso siguiente
para trabajar el año que viene.
En la "Dirección de la Cura" Lacan dice: "Dejarse conducir asi" por la
lectura de Freud hasta el relámpago que ella necesita''. La diferencia que
.) hay entre un significantE· y una letra en Lacan, es que el significante es
siempre sustituible por otro significante mientras que la letra no. Por
ejemplo, Lacan dice qm el nombre propio está del lado de la l1!tra, no
del significante. "Yo me l amo Jacques Lacan en todas las otras le'lguas".
Y le llama a 11ombr;propio l núcleo de enunciación latente.
Por ejemplo, si la carta que les acabo de leer estuviera firm,1da por
Garma, significaría otra cosa; y si estuviera firmada por Melani,! Klein,
CLASEOCHO l 131
FUNDAMENTOS DE LA CLÍNICA ANALÍTICA

significaría otra cosa. Entonces Lacan dice que un enunciado no signifi­


ca lo mismo según quien lo diga.
Pregunta: ¿La letra no es la materialidad del signi-
S1 -- S2 ficante?
Letra G.G.:Sí, eso no dice mucho, pero vamos a ver cómo
resulta. Sobre la letra se dicen muchas cosas, hay
un libro que se llama Les titres de la letre de Jean Luc-Nancy y Philippe
Lacoue Labarthe. Lacan dice, en el Seminario 20, que lo leyeron bien
porque no lo quieren, pero concluyeron mal por lo mismo. Lo que pasa
es que los editores de este libro que les mencioné recién citan la parte
donde Lacan dice que lo leyeron bien, pero no citan la otra parte donde
dice que concluyeron mal.
El problema que Lacan plantea es el siguiente. No sé si alguno de Uds.
tiene alguna idea de lo que es la historia de la escritura. Pueden leer,
por ejemplo en Alianza Editorial, Historia de la escritura. Lacan plantea
el problema, muy interesante, que las letras surgieron siempre en el
encuentro de unos signos de un pueblo, con las fonaciones de otro pue­
blo. Hecho curioso. Unos de un pueblo toman la letra de los otros, para
pÓner en letra lo que ellos están tonando.

Signos de ..,, /"V'V"V'. =/:- Fonación


un pueblo / · otro pueblo

Incluso se dice que cada emperador hacía producir su propia letra. Si


conocen algún amigo tipógrafo les puede decir que las letras que tienen
nombre propio, dan diferentes tipologías.
O sea, que no es cierto que la letra sería una manera de poner fonación
sobre algo, sino que alg!!fül..Jl.11� Y�!1Lh2ciendo ruido encuentra una
':-�e otra tribu y la toma para decir en esa letra su fonación.
Es verdad que hay una definición que está en "La instancia de la letra en
el inconsciente o la razón desde Freud ", donde Lacan habla de la letra
como soporte material del significante. Es lo que él dice ahí. Lacan dice
muchas cosas durante mucho tiempo, por eso hay que fechar. Eso dice
Lacan en ese texto que esta gente analiza.
Lacan aceptó una reflexión sobre la letra en el Seminario de �­
[icación del año '62 donde dice que �nciado tiene _¡¿_n núcleQ. de
enunciación latente,., que es el...ng_mbre propio.
Cuando él dice: "Dejarse conducir así por la letra de Freud hasta el relám­
pago que esta necesita" dice dos cosas: hay una literalidad de la verdad,
o sea, que la verdad es literal, hace referencia a otro texto de Lacan que
se llama "Lituraterre", que es un juego de palabras, y, a su vez, que si
132 I CLASEOCHO
FUNDAMENTOS DE LA CLÍNICA ANALÍTICA

se considera fálico, porque si no


Entrada Salida es fálico no hay nada que castrar.
El sujeto va a ser despojado de
Amenaza de Angustia de una especie de posición fálica
Castración Castración imaginaria. A la salida hay una
(j) - <p angustia de castración que es
en To que s[ detuvo Freud. �
Te hablo a tí Hablo de mí angustia de castración � escribe
así:�
Es de mí de quien hablo Esto traducido en palabras
resulta: "Te hablo_ a ti", que
quiere decir: "T�-�ncanto", "te
enrosco la víbora", "te hago
creer", "quiéreme", "devuélveme a ese lugar qué acabo de pe1der con
mi síntoma" etc. Cuando aparee� <!!!S(!Stia de castración ya no �:
"Te hablo a !_i", es: "Hablo de mí..'.'... y la frase que conjugaría las dos
anteriores sería: "Es de mí de quien hablo". Lo cual implica una división
del sujeto.
"Es de mí de quién haqlo" no es la frase "te hablo a ti" de la relación
intersubjetiva; no es t3mpoco "hablo de mí", también de relación
intersubjetiva. "� mí d,!:_ 9!!!én jiablo" supone un horizonte
deshabitado. "Es de mí de quién hablo a nadie, a las paredes". Este
momento de destitución subjetiva combinaría con ese otro momento del
desetre del analista. "Y no tengo _!!!Ida _gue responderte, si es de tí de
quién hablas".
Si no respondo es porque no se va a un análi� a habla� U!}.O....fil!l.Q..d�
las identificaciones que uno tiene, esto es lo que vamos a tratar el año
que viene.
Entonces, ¿qué es este ser?. Lo primero que hay que diferenciar, en el
mismo texto que estamos viendo, es � del sujeto, porque dijimos
que el ser es el parletre, perD._!(Pa_!:!�r! �efecto:"iEntonces no
podemos decir que el S(ir sea el sujeto, porque el sujeto es un efecto de
esa articulación del parl etre.

S 1 -.- S 2 Vemos que el ser no puede definirse sino en


re· ación a lo simbólico, a la cadena significante. Es
'I, decir, que el ser está mediatizado doblem.!nte por
la cadena significante y por la letra, vamo1; a decir
ahora, por<fi_nombre':IPor lo no germutap]!_de un !!is�o.
Lacan también en "La instancia de la letra" dice: "Lo que liga la metáfora
con la cuestión del ser y en la metonimia con su falta''.
134 I CLASEOCHO
GERMÁN GARCÍA

Sabemos que en Lacan la metáfora quiere decir sustitución de un término


por otro, por lo tanto, el ser en cuestión no es sino la sustitución de algo
por algo. Cuando se produce esto se produce la falta del ser, o sea la
metonimia. Hay un trabajo de Roland Barthes, que se llama Investigaciones
retóricas. En el primer tomo hay un trabajo de Todorov que se llama "La
sinécdoque". La sinécdoque es una figura retórica que consiste en tomar
las partes por el todo. Por ejemplo: "Mil puños enemigos", la figura del
enemigo; "cien velas", por cien barcos; "brillaron los aceros", por decir
las espadas. Lo que Todorov demuestra es que nombrar dos veces !.?
p�e yor el tQgo es una metáfora. Por ejemplo si dicen "brillaron los
aceros" es una sinécdoque, pero si dicen "el brillo de la muerte" es una
metáfora, porque se ha sustituido dos veces.
Hay una diferencia entre Lacan y Jakobson sobre la idea de lo que Lacan
llama la metonimia y Jé1kobson llama la sinécdoque, pero eso no nos
preocupa a nosotros.
Ver la parte por el todo, se ve la idea de la falta de ser de la que habla
Lacan. Por un lado el sujeto es definido como parletre, como el que
habla, pero ahí donde h,tbla, ese suj��bla a medias. Y_� ah· donde
está e! deE_q_.�J?Ete E_Or el t�dJ>.
Otro problema es que Lacan diferencia lo dicho del decir. Esto, lo dicho
y el decir, es la diferencia entre enunciado y enunciación.
Cuando un sujeto habla, dice algo, pero también está el acto de decir. Y
e�e dee,ir es lo_Que s��ust@e-ª.Jo mismo fil}..e_clice. De este proble­
ma, la lingüística no se encargó sino ahora en la actualidad, con Ducrot
que tiene un libro que se llama El decir y lo dicho.

Sujeto --+ Dicho O Enunci ado +- Sociedad


Decir Enunciación

Porque la lingüística de 5aussure, que es lo que Lacan toma, diferencia


la lengua y el habla y di :e: no nos vamos a ocupar del habla, que sería
el acto de hablar, sino de la estructura de la lengua como tal, o �ea, de
la estructura, independü·ntemente del sujeto del decir.
Roland Barthes, por ejE¡mplo, comentando esto dice que ens,�ñar es
cc,mplicado porque se supone que uno tendría
Lengua que escuchar los dichos independiente1rnmte del
d1!cir. Por ejemplo, viene un alumno y p1egunta:
+Habla ¿Y qué es eso de lo simbólico? Y uno, en vez de
hacerle un gesto, tiene que explicar que lo simbó­
lico es tal cosa, tal otra, como si en el juego social
estuviera prohibido tener en cuenta el decir.
CLASEOCHO l 135
FUNDAMENTOS DE LA CLÍNICA ANALÍTICA

El psicoanálisis es al revés, lo que tiene en cuenta es el decir en lo dicho.


Alguien desarrolla una frase, hay una vacilación, hay un traspié, un
silencio, y esta estructura del decir es lo que hay que tener en cuenta.
No los dichos como tales.

Pregunta: ¡Ese decir puede cambiar de acuerdo a la posición subjetiva?


G.G: Sí. Lacan dice que ��bra v�rdad!,ía es la que funda un acto.
Pero la palabra funciona igual cuando ruega, cuando injuria, cuando
seduce, de modo que pescar una palabra verr;ladera es pescar el _punto
pivote en el discurso de alguien.
Si ustedes leen, y es interesante porque es un libro inconcluso, la última
frase de El Proceso de Kafka, dice: "... como un perro". Cuando lo matan
a Joseph K. Ustedes pueden leer esa frase "corno un perro" corno una
revelación fulgurante de una falla en las identificaciones. Alguien que es
corno un perro, es alguien que no se identifica morfológicamente a los
humanos. Es una identificación heteromórfica. No dice: "murió heroi­
camente" , nada de eso. Ustedes saben que El Proceso de Kafka trata de
un tipo que busca la ley, y la ley siempre está en otro lado. Y al final
muere "como un perro". Desde la frase "como un perro" se puede leer
el libro de otra manera. Esa famosa búsqueda de la ley de Joscph K. es
la búsqueda de un rasgo-¡;;ierno al cual identificarse para encontrarse
d!_ntro de la comunidad de los humanos. Ese rasgo no se encuentra en
ningún lugar; el juez es un obsceno, aparece el padre del goce, no es ni
la prohibición, ni el saber, hace dibujitos pornográficos mientras están
en los interrogatorios, etc. Entonces la frase "corno un perro" da vueltas
toda la novela, la pone al revés. Lo interesante es que es una novela
inconclusa, para Kafka mismo, quién sabe, quedó como que él no había
terminado esa novela.
En el capítulo IV de "La dirección de la cura", Lacan le toma el pelo a
Nacht, que es un psicoanalista de la Internacional y que habla del ser
como si fuera innato. Están los que creen que hablar del ser, la metafí­
sica y Heidegger, es lo mismo que decir que uno "es" analista. Entonces
¿qué es el ser? Al final terminan diciendo que hay gente que es analista
y hay gente que no es analista. O sea, que todo el mundo habla del ser,
no solo Lacan. La diferencia es que Lacan al abordar el ser a través de la
letra lo hace factible de una lógica, es el ser a deducir de una lógica .
Y Lacan se pregunta ¿Qué debe ser el ser del analista para sostener una
acción que va al corazón del ser? Tanto Ferenczi como Ella Sharpe se
refieren a la carencia del ser en el neurótico. Ella Sharpe habla allí de la
necesidad del neurótico de justificar su ser, después de justificar su vida,
lo cual nos muestra a la neurosis como una especie de carencia del ser.
136 I ClASEOCHO
GERMAN GARCÍA

Ella dice que todo neurótico quiere justificar su existencia. Los gatos, los
perros, no lo hacen, mientras que nosotros estamos tratando siempre de
justificar la existencia. Y Ferenczi se desesperaba por justificar el ser del
analista, no el del analizante.
Por eso estos dos trabajos se pueden leer juntos, el de Ferenczi como el
autor que se plantea: ¿Qué es el ser del analista?
El problema de la identificación lo queremos abordar el año que viene,
que es donde desemboca este texto. ¿Cómo hace el analista para cuidar
la falta de ser de su analizante, sin llenarla con un rasgo identificatorio
ofrecido por él mismo? Dado que su falta en ser es su deseo, bastaría con
darle al analizante un rasgo identificatorio para que el analizante pasara
a "desear" lo que su analista quiere, y entonces se acabó la película.
¿Cómo resguardar la falta en ser del analizante? En Introducción al psi­
coanálisis, de Osear Masotta. hay un subtítulo así: "El resguardo de la
falta"'. Este "resguardo de la falta" es una expresión rara, porque la falta
es la que mueve la cadena metonímica. lo que conduce al otro hacia el
deseo. si una identificación puede frenar eso, se acabó la historia.
Lacan introduce una respuesta, para saber de qué manera se puede
cuidar la falta de ser del analizante hay que saber de qué manera operar
con el deseo del analista. La respuesta de Lacan va a ser "el deseo del
analista". O sea, la falta de ser del analista. el desetre del analista.
-l!_na p.9sición ética: deseo del _anali��a .
l¿!;a posición epistemológica: una crítica a la comprensión y al
12!nsamiento.
Evidentemente aj_ que piensa y comprende no le falta nada. Lacan -..�
critica a los pensadores. dice ¿qué es un pensador? Un pensador es un
masturbador de gran talla, dado que el origen del pensamiento en el
psicoanálisis es la masturbación. Parece raro pero es así. Diógenes era
famoso por eso.
FEYQJ!�e-9.!!LJl pensamiento es i11co�ente. Potque eLPen§.!)miento
es el goce de uno. Laca!l va a decir que la sustancia del pensamiento es
el goce,_y na.cualquier goce.
Lacan dice que no hay que comprender ni pensar nada. Tenemos un
problema que es la posición. ética del analista, el d� del 1nalista,
y un problema epistemológiro1 salir de la idea de la comprensión y el
pensamiento, para llegar al acto analítico. Lai:an dice que s�.sl�
acto y no de la comprensión ni del pensamiento.
Cuando Freud recomienda la atención flotantg dice, por ejemplo: "no
piense", "no comprenda", "escuche", "déjese hipnotizar por el otro";
pero tiene que saber en qué punto del diSCl.l.!§.Q.. del otro salirse,
P� eso-Lacañpuede definir el análisis como una hipnosis al revés; que
CLASEOCHO 1137
FUNDAMENTOS DE LA CLÍNICA ANALÍTICA

el analista se deje hipnotizar por el discurso del analizante. Pero el ana­


lista tiene. que saber en qué punto cortar este efecto hipnótico.
Luego de esto Lacan introduce el problema de la demanda. La d �manili!.
es lo que el analista tiene que escuchar. Hoy decíamos que la demanda
se liga a la pulsión, quE· la demanda no es un pedido y que además la
demanda, en francés, es también una pregunta. Entonces, es la pregunta
lo que el analista tiene que escuchar. La pregu!!ta_gue el sujeto se hace
sobre su carencia de ser, "¿por qué esta desgracia me tocó a mí?"
Lacañ no hace una metafísica de escuchar. La pregunta siguiente es
¿desde dónde responder? Porque uno escucha, pero desde dónde respon­
de. Lacan da una indicación sencilla, el analista es el hombre al que se le
habla, por lo tanto, debe responder desde el dispositivo analítico. Porque
su ser es operatorio, opera en un dispositivo. No se trata de su persona,
ni su fantasía, ni de su creencia, ni de su moral.
¡Desde dónde responde alguien que se dice analista? Responde desde el
dispositivo que es la asociación libre, la atención flotante y la interpre­
tación. Son los elementos que están en juego. La palabra, el silencio.
No estamos en el ser de la filosofía, porque el ser de la filosofía es
aquello sobre lo que la filosofía piensa. Piensa el ser. Mientras que acá se
trata de un ser operatorio, se trata de una acción, de una transformación.
¿Ven que está ya en ciernes la idea del acto analítico? El acto en Lacan
no tiene que ver con la potencia y el acto. Entonces el ser no es el ser
de la filosofía. El ser del analista, podemos decir, es su palabra, como su
desetre es su silencio.
Lacan h� deseo como "�na apo"Jci' encarnad�Una aporía no es
una contradicción, una aporía quiere decir que algo no tiene solución.
En este punto Lacan está con el Freud de "El malestar en la Cultura",
lo que hace al ser no 1iene solución. Lacan va a hablar de lo in,curable
al final del análisis. fil..!ks�. ,n.2, �able. El s�oma es curable_., pero
no se puede curar al sujeto del deseo. Esta aporía está encarnada. Una
aporíá incorporada al cuerpo, encarnada en el cuerpo, que es el propio
deseo.
¡Qué es lo que puede cambiar entonces? Si pensamos que esta aporía
encarnada que es el deseo, es el sujeto dividido. Podemos hacer un
círculo en torno y pensar que el sujeto tiene P..2.§J.signes respecto a esto.
Esta posición del sujeto sobre la aporía que lo encarna Jo pueden volver
obsesivo (O), histérico (H), perverso (p), psicótico (P). Todos estos
cuadros nosográficos que nosotros hacemos no son sino la manera que
t� un sujetq_ de res{onder-ª esta aporía que lo encarna, que es la
aporía de su propio des�o, en tanto parletre, en tanto ser hablante.

138 I ClASEOCHO
FUNDAMENTOS DE LA CLÍNICA ANALÍTICA

Es muy común que cuando aparece algo que es importante, se diga en


análisis "Esto es una tontería'; "no, esto es muy serio'.' El otro se asusta de lo
mismo que dice.
Los indicadores del yo respecto al discurso son siempre invertidos. "Le voy
a contar algo fundamental", es una cháchara. "Se me ocurrió una tontería",
es muy importante la tontería. A tal punto que Juanito le llamaba a su fobia
"la tontería", no le llama1>a "lo fundamental".
Entonces hay tres respue ,tas del analista 1) el silencio, 2) la preser,cia y 3)
la interpretación.
Y aquí hay una cosa mur importante, frustrar la demanda es una farm�
-· i,¡., suge_§tión, no se trata de 'rustrar la demanda.

Pregunta: ¿Habría una a11alogía entre la mayéutica y el psicoanáli,¡is en el


hecho de buscar un sentido?
G.G: No, mi primera pelea en España, fue con un filósofo del que después me
hice amigo, quien expuso de qué manera Freud estaba en Sócrates, contado
por Platón; entonces le dije: ¿Si Sócrates y Freud dicen lo mismo, por qué no
hacían lo mismo? Lo anterior no es necesariamente antecedente.
Se puede decir que Sócrates era un analista, pero un analista histérico.
Porque Sócrates se dedica a hacer desear y hacer desear es la definición del
histérico, y no es lo mismo querer hacer desear al otro, que saber qt,e el otro
reprime un deseo. Sócrat,!S hac�Jo_g_µe hai:e la histérica, va al baile, excitiJ..i!
ujl.bombre.,y.seJ o..pr.eseua.aJa amiga,
Sócrates, aparte de eso e a un gran maestro de la dialéctica, no calle duda.
Pero era más parecido a J mg, porque para Sócrates el deseo está ins :ripio en
las ideas, hay una relació 1 opaca a eso, y mediante la mayéutica y el diálogo
se va a revelar para el su ¡eta un deseo que le es exterior, que en re. tlidad es
el deseo de Sócrates. Cor 10 en Jung, hay iniciación.

-� 1
Lacan va a diferenciar El comprender con lo imaginario. Esto ese� ya en
Freud en el artículo "LoJ11c,0nscieJ!te.'.:, dQllile.dj¡;,e gue .ecir.q ue conprend�
mas a otro es identificarn )S con él y��de n��stro Qropio pens 3m�n!Q.
E�a�!..:'.�.i.Y.<2Jli� u�d."
Lacan opone el comprer,der al entender. Entender es un problem.1 de sin-
-i,. 1 taxis, entender eng)É_ll,!gar_de lo g.ue el otro está hablando está ese suieto.
Por ejempJo, una cosa que los analistas dejan pasar siempre por un.1 especie
de pudor social, es lo que Freud llamaba el pecado de lesa majestad Alguien
entraba en una taberna y decía: "El que diga que el rey es un hijo d,i puta se
las verá conmigo" y era rastigado por haberlo dicho.
Es muy común en los a 1álisis que alguien diga "Me han dicho que usted
tal cosa" y que el analistt no haga decir el nombre del que dijo eso, es una
forma de complicidad. !Jo hay "me han dicho" sino que alguier lo dijo.
144 I CLASEOCHO
GERMÁN GARCIA

¿Quién lo dijo? Y no seguir la sesión si no Jo dice. Porque es aceptar un

r-
contrabando discursivo de entrada. Y entonces no sabemos en qué lugar
está el sujeto. Porque el sujeto dice: "Me dijeron que usted" y es él quién
habla. Y a la inversa, identificado con un tercero puede decir: "Yo pienso ... ". e/
Quiere decir que el sujeto puede enunciar en primera 12ersona cosa�le .J.
�j� y en tercera �rsona cosas que le son propias.
Por lo tanto, s� que entre el enunciado y la enunciaciQ!! hay que ( """'
e�e: lQosic16n cFefsuJ�S�Side �ue dice.
Lacan dice que el deseo no consiste en lo que digo, sino que insiste en lo
que digo.
A su vez, la enunciación de la demanda no puede ser interpretada, porque
interpretar la demanda es de nuevo una alienación. Porque si hay una
incompatibilidad entre el deseo y la palabra, si el deseo es insistencia y no
consistencia, interpretar la demanda es tomarla llot. el deseo; y si bien la
demanda es la estructura del de-;o, no es el deseo, porque el deseo es lo
q�lta en lo que el otro dice, 90 Jo que dil;e. Es lo que insiste en lo que
el otro dice.
A lo largo de su trabajo, Lacan va cambiando el lugar del analista. En los
años SO el analista es el Otro. Está tomado de Lévi-Strauss, es el garante de
la verdad. En los 60 el analista es el lugar vacío en el Otro, es un significante '1f­
que falta, no hay en el Otro un significante que garantice la verdad de mi ser.
Y en los '70, el analista es el objeto causa del deseo, hay silencio del analista.
El silencio del analista es objeto a.
La palabra semblant es difícil de traducir. Una mujer me dio una indicación
interesante. Ella dijo que en francés, por ejemplo, si uno le dice a un niño
"Te voy a comprar un regalo", el niño pregunta si es semblant o si es vérité.
Es como si dijera "Hablas en serio o me haces un chiste". Entonces aquf sem­
blant está usado en dos sentidos, hacer
1950-A semblant de objeto, y a. la inversa,
1960-//. mostrar que el objeto es semblant.
1970-- a plus de gozar El analista puede ser semblante de
objeto. Por ejemplo puede ser de cabal-
lo de Juanito. Pero también puede
mostrarle que el caballo es irrisorio y ahí entra el problema de lo que Lacan
va a llamar el desetre del analista.
Cuando el analista hace semblante de objeto con su silencio, si se identifica a
ese semblante ya no es un sujeto supuesto saber, es un sujeto que sabe. Si no
se clentifica a eso tendría que mostrar que el semblante de objeto también es
que el objeto es puro semblante, y esto tiene que ver con el fin de análisis.
Hay que sostener con el silencio y la presenci��t� �bjeto.!. pero 1..!"0
hay que mostrar con�labra que el objeto es�e. esto es la ínter-
ClASEOCHO J 145
FUNDAMENTOS DE LA CLÍNICA ANALÍTICA

I•
p�Semblante no es apariencia, incluso en la &fad Media, semblante
era la sustancia, porque no había diferencia entre apariencia y esencia, era
sustancia. O sea que el analista hace de sustancia de objeto, se podría decir
también. Pero el analista a su vez dice que no hay sustancia, por lo tanto
ven que �/ant)a adquiriendo otro sentido. Entonces, !!Q_ es.....!llif_gr
� agade�-� bien hacer ªP'!.��r. Sería decirlo así: aparecer como el
,
objeto causa y hacer aparecer ese objeto causa.
Lacan lo dice muy bien cuando habla de los bailes de máscaras y dice que
caen las máscaras, no era él, no era ella. Hay un semblant de objeto pero no
era él y no era ella.
Esto es un comentario general sobre algunos puntos para que ustedes sigan
leyendo "La dirección de la cura"
Bueno, ustedes hasta ahora, en.silencio y en presencia han hecho semblante
de objeto. Saben que en el discurso universitario, que es el que estoy ha­
ciendo ahora, el objeto causa es el alumno, se supone que el alumno quiere
saber, lo cuál es suponer demasiado. Se supone que a causa de que otro
quiere saber es que alguien enseña. Ustedes recuerdan que Lacan ubica
en el lugar del otro al estudiante, en el discurso universitario. Pone como
agente al saber, S2, en el lugar del otro está el a, y esto produce una división
que es la división saber-no saber, y tiene detrás un significante amo, s,. que
comanda.
Vamos a decir que si alguien va a estudiar a una universidad, va a causa
de algún tipo de identificación, y si alguien va a enseñar allí, va a causa
de algtín tipo de identificación también. Digo esto porque estas cosas se
entienden mal, porque se cree que el discurso universitario es malo, que
la universidad es pésima, Jo cual es cierto. Lacan no tiene ningún deseo de
criticar este discurso.

S7 -- ª Discurso
S1 - S universitario

Este discurso universitario es lo que estoy haciendo ahora, es colocar su­


puestamente un saber como agente, tomarlos a ustedes como objeto causa.
Porque si no estuvieran ustedes no seguiría hablando; y propone una
cuestión, que es la división. Por eso la dificultad de cada uno para hablar,
f porque se plantea enseguida el efecto de saber-no saber ¿Y si pregunto una
tontería, qué va a decir mi vecino? Porque el problema no es la relación entre
el profesor y el alumno, porque ya está dado por supuesto que el profesor
enseña y el alumno aprende, sino el problema es el que está al lado que dice:
148 I ClASEOCHO
GERMÁN GARCÍA

e� histérica./" Que el deseo sea histérico implica que hay una estructura de
insatisfacción propia_del _d�seo, implica que el deseo siempre se legra por �
. .
delegación, y la,_identificaciónes o
. condición. sea en fJ:e�pQríjll!Wl �
sujeto se identific� al p�r!�m:.�mueve a la madre al lugar del objeto. d-
'T.
No es esta la posición del analista. El des� 1ist�rico_qyLere hac�i:.desear, el
�a1ista ·ño quiere h'!.cer desear¡ sabe que ya � un d�eo,_y que ese desto-·
tiene una est!:!!_ftur2_ histéric.i. Porque si quisiera hacer desear creería que el
paciente no desea.
Lacan, en Los cuatro conceptos fundamenta/es del Psicoanálisis, r�cuerda
que Preud dice que la histérica tiene el deseo de deseo insatisfecho. ¡ Por qué
aceptamos esto como una verdad? Entonces da una vuelta y agrega 11 padre
impotente de la histérica. Como decían las madres "pájaro que comi, i, voló".
Es evidente que hacer de:;ear sin sa.!i�qu.i.Y.i!l��sos�!Jff el d;s!:.Q_ del
� Lacan dice que si 11 histérica tiene un deseo de deseo insalisfecho, /."\ ¡\ ,u.
,
no es que sea masoquist.1 ni cosa por el estilo. Es que 1<1..insatisf.í!J;i¡m_¡:s. r.!:!)
condición de sog_enimien!Qjel deseo del otro que es impotente. fjay Otro
que es impotente y hay histéricas que hacen desear.
Miller usaba para esto los modos de la lógica y hacía una diferencia entre la
histeria y la obsesión. Ponía el modo (los modos son: necesario, contingente,
posible, imposible) y el deseo que resultaba de eso. Y dice que �a histe­
ria (H) el modo es la contingencia. Cuando cuenta una relación amorosa,
siempre la va a generar a partir de !:lna contingencia cualquiera. Se encontró
de casualidad, etc.
Mientras gu� en la obsesión (O) el modo es lo necesario.
f\ mí me fue a ver un muchacho y me dijo: "Tengo todo solucionado, me
llevo bien con mis padres, tengo un buen trabajo, tem1iné la carrera, tengo
amigos, nunca me peleo con nadie, sólo me falta casarme". ¿Y con quién se
va a casar? le pregunté, "bueno, ese es el problema, que no tengo novia".
El punto es que era rzecernrio casarse. Él tenía que casarse, ya había hecho
todo lo demás. Y él nunca había
Modo Deseo visto una pelea entre sus padres,
era una familia con una .irmonía
H contingente insatisfacción total, hasta que apareció un re­
cuerdo infantil que lo perturbó
un poco y es que en verdad hubo
una época en que los padres no
o 00tt,a,2{)(posóblc se llevaban bien. La casa tenía un
Certeza patio, el padre le había pegado a
la madre, la madre salió corrien
do por ese patio oscuro_, él venía de afuera, tropieza con la madre. la madre
lo confunde con el padre y le dice "Por favor no me pegues más".
CLASEOCHO l 149
FUNDAMENTOS DE LA CLÍNICA ANALITICA

Cuando apareció este recuerdo se le comenzó a venir abajo esa armonía'


y ya no era necesario casarse, se había creado una contingencia detrás de
eso. Es lo que se puede llamar la histerización. Éste modo necesario estaba
sostenido por una pura contingencia, la confusión de la madre entre él y el
padre, con lo que implicaba eso de deseo incestuoso.
Este modo contingente genera la�certeza. La certeza sería "Lo ví, era él, el
hombre de mi vida", corno en las telenovelas y la certeza lleva a la insatisfac­
ción. Creí que era él, pero no era él, me engañé.
Usted pregunta por qué el deseo es histérico. Porque para Lacan no hay sat;
isfacción del de,s� Poreso y��ciaaÍprincipio que Lacan sostiene que
no vamos a curar a un sujeto del deseo. Hay una relación profunda entre la
insatisfacción y el deseo como tal, más allá de la contingencia histérica.
Lo necesario lleva a la duda, y todo esto está cruzado porque estas cosas
no son separadas, no hay histeria ni obsesión puras. !::_acan toma la histeria
corno discurso y la obsesión como neurosis, como síntoma. La histeria se
obsesiviza, y Freud hablaba del fondo histérico del obsesivo.
Lo necesario lleva a la duda. Si es necesario que lo haga, dudo, porque no
sé si eso realmente hay que hacerlo, y la duda lleva a lo imposible. Podemos
encontrar siempre dos temáticas que se cruzan, una temática de una contin
gencia que lleva a una certeza y que produce insatisfacción. O una temática
de lo necesario que hace dudar, porque estoy empujado a hacerlo, no es una
decisión. Es necesario que yo haga, dudo, es imposible. Un buen aparato
para la clínica.
Freud en 1925, en "Inhibición, síntoma y angustia", prácticamente identi­
fica la histeria con la femineidad y la obsesión con la masculinidad como
si fueran equivalentes. P2demo� decir que el obsesivo es el hombre del
/ destino, e�lamado a cumplir un destino y quiere salirse, y lo imposible
� es su manera de responder a eso. Mientras que la histeria es el azar, la
( contingencia.
�do Miller define cómo tiene que ser una institución, la define casi como
un encuentro de histeria y obsesión. Dice que tiene que haber una rutina, ahí
tenemos la vertiente obsesiva, la rutina. Eso posibilita encuentros, entonces
son como los dos modos del deseo. Y es curioso en este cuadro, por que aquí
donde dice insatisfacción tendría que decir posible.
Hay muchas más cosas sobre porqué el deseo es histérico. Dije algunas.
Lo que pasa es que Lacan va cambiando, no tomaba una definición del
momento como palabra bendita, al fin de su vida dice que el pecado de
Freud eran las histéricas, pero siempre hay que tener un pecado. Dice que

agente otro
-- --
$-S1 Discurso
de la histeria
verdad producción a- Sz
1501
GERMÁN GARCIA

Freud hubiera sido un solipsista y un idealista si no se hubiera entregado al


otro bajo la forma de la histeria. La histeria produce un saber sobre el objeto
causa del deseo en general, por eso se habla de histerizar en análisis.
Freud en "La histeria y su relación con la bisexualidad" habla de una mujer
que se tapaba con una mano los genitales y con la otra se arañaba, repre­
sentando a la vez un ataque sexual y la defensa a ese ataque sexual. Aparece
claramente, corporalmente esta división, en función de a, de un fantasma,
de una fantasía. Hay un significante amo, ese otro que ataca, y de eso que
se defiende, y hay la producción de un saber. Es lo que le permite saber a
Freud que una relación entre la histeria,�antasías bisexu�s. que �el '"-' ,_,..,.J. ¡
déficit de identificación, lo que él llamaba la labilidad identificatoria.
Freud ponía las cosas así. Para un sujeto histérico hay una especie de vaivén,
hay una identificación (I) y el objeto (O). Cuando esta p!_rsona histérica cree
haberse identificado a la amiga y se dirige al objeto masculino, se identifica ·1d
al_Q,,bjeto en cuestión y vuelve sobre la amiga. Entonces eso produce una
fantasía de bisexualidad.
Un día estaba con unas chicas que son les­
bianas, y una me dice "Yo soy bisexual". Le
º respondí "Te felicito", y se puso roja, o sea
º�/ que no era bisexual. Yo la felicite porque si
era bisexual tenía más posibilidades de pasarla
bien en la vida.

Pregunta: ¿Cuál es la diferencia entre frustrar la demanda y no responder a


\ la demanda?
G.G: No responder a la demanda es interpretar en función del deseo. Frustrar
la demanda es rechazar. Por ejemplo, si un obsesivo empieza a faltar o se
olvida el dinero, de eso no hay que decir nada, porque allí empieza a ocurrir
algo del orden de la histerización.
Cuando empiezan a ocurrir contingencias en una neurosis obsesiva, uno
no responde a la demanda. Porque responder a la demanda puede ser
responder a una demanda de castigo o de vuelta al orden porque no soporta
esta incertidumbre. Entonces, no responder a la demanda sería interpretar en
función del deseo; mientras que frustrar la demanda sería frontal.
Lo que respondía a usted recién. Digamos, una cosa frontal es frustrar la
demanda, por ejemplo si digo: "No venga aquí a hacerme declaraciones de
amor". Respondo a �o. además no era eso la demanda que estaba en juego.
Lacan dice que no se trata de frustración.

Pregunta:¡Usted dijo que mostrar que el objeto es semblante es el final del


análisis?
ClASEOCHO J 151
GERMÁN GARCÍA

CLASE DEL 13 DE DICIEMBRE DE 1986

Lacan plantea tres tipos de identificaciones cuando solamente hay un deseo. >.
Las identificaciones, en plural, y el deseo, en singular.
Lo interesante del Seminario La identificación es que, al revés de lo que
ustedes pueden leer en cualquier lado sobre el tema identificación, parte de
, la idea de que no se .trata de saber con quién me identifico�no a qué me <t
ic!_ent�. Lo cual implica la no existencia de la identidad.
La palabra identidad es una palabra muy difundida. Se habla de la identidad de
los pueblos, de la identidad de los grupos, de la identidad de las personas.
Lacan parte de la idea de que no existe tal identidad, que esto es un cuento
chino, para lo cuál hace un análisis muy exhaustivo del prefijo ídem) latino.
Casualmente, como nosotros sabemos, lo utilizamos para una repetición. Si
ustedes citan un texto una vez, la segunda vez ponen "ldem, página tal".
Quiere decir que ya la misma rafz ídem, de la cuál viene identidad, no es

utilizada como lo idéntico en el sentido de lo igual a sf mismo, sino como la r
repetición de al�o. Hay algo y uno luego dice íitem. -
Lacan analiza esta palabra ídem. La raíz ídem va marcando, a lo largo del
seminario, de qué manera en las lenguas para designarse a sí mismo hay gue 4f--
-
<!_�li�ais_e, c;kcic..::y:o mismo".
Lacan dice que en todas las lenguas indoeuropeas se da esto. Incluso se da
en el hecho de designarse de dos maneras. Por ejemplo, en francés se ve
más claro porque está el je y el moi. Uno se puede designar como je o como
ClASENUEVE J 153 )
GERMÁN GARCIA

Identificar, que es tanto identificar algQSomo identificarse a eso.


Y sabemos que en psicoanálisis se usan los dos �os, qü"e idéntificar algo
es identificarse a eso mismo.
Esto se ve en lapropagarida de guerra, siempre las imputaciones que se
hacen son simétricas y tíenen los mismos adjetivos. O sea, un grupo acusa
al otro de haber atacado, al puntdtal que desde Clausewitz se dice que en la
guerra uno nunca ataca sino que se defiende.
La identíficación imaginaria es el que conduce al tema de la agresividad.
La agresividad es una cuestión entre semejantes. Que sea entre semejantes
implica que no.JlID' agresividad co11..2lguien quLno se pé\(_ece para nada a
}]"º· Todos sabemos muy �en que los arquitectos rivalizan con arquitectos,
que los psico�nalistas rivalizan con psicoanalistas, los sastres con sastres.
No hay agresividad entre un tipo que se dedique a la pesca y otro que sea
aviador, a lo mejor se entretienen mutuamente contándose sus cosas. Cómo
es esto de volar, cómo es esto de pescar. Pero cuando dos tipos pescan hay
agresividad, cuando dos tipos son aviadores hay agresividad.
Entonces conviene distinguir la agresividad, que Lacan diferencia de la
agresión física. A veces la agresión física es la única manera de terminar
con la agresividad, eso se sabe muy bien en los barrios. Dos tipos se cargan
durante cierto tiempo, un día uno le pega una piña al otro, se pelean y
después se hacen amigos. La agresividad es la tensión entre_gos personas
que se imputan cosas.
Esta diferencia la introdujo Laean, no existe en Freud. En alemán hay una
sola palabra, pero Lacan introdujo esta diferencia en un texto que habla
mucho de la identificación imaginaria, que es de 1948, se llama Justamente
"La agresividad en Psicoanálisis". La agresividad. que él deduce del hecho
de que el semejante a uno es una especie de espejo móvil. Lacan dirá que
cada uno de nosotros se constituyó una especie de espejo, se identificó, y
cada uno tiene una tensión_ agresiva con esa imagen de sí. Esa imagen de si
es s'üstituidi por otro concreto, por el semejante, por el vecino, por el amigo.
Luego ese otro puede en cualquier momento girar hacia un lugar que no
quiero y por lo tanto dejarme sin imagen.
Es como si nosotros cambiáramos un espejo retrovisor por una persona.
Vamos en un coche y tenemos un espejo retrovisor, se rompe ese espejo.
Ponemos a uno que vaya mirando para atrás, pero siempre corremos el riesgo
de que sea un chistoso y diga "Dale gira que no pasa nada". Como todos
hemos cambiado el espejito por un vecino, por un amigo, por un primo,
siempre está la aiestión de que cualquiera podría en algún momento indicar
mal las señales. Esta sería una metáfora fácil para entender la sustitución de
la propia imagen por el semejante.
Jacques-Alain Miller planteaba. que hay que distinguir entre agresividad y
CLASENUEYE l 155
FUNDAMENTOS OE LA CLINICA ANALÍTICA

racismo, por que el racismo es otra cuestión. Con esta teoría de la agresividad
no se entiende porque hay racismo, dado que aquí no habría semejantes.
Entonces, si la agresividad es una cuestión entre semejantes, el más próximo
a uno, el racismo es más bien un odio al goce del otro. O si lo queremos
decir mejor, un cierto odio a que el goce del otro sea otro goce. Y el racismo
hace sus cosas, por ejemplo, los puritanos norteamericanos convencidos de
que las mujeres no deseaban (eran puritanos), hicieron propaganda de que
los negros eran ardorosos, muy bien armados, incansables, infatigables en la
cama. Todavía esa propaganda hace soñar a muchas mujeres. Ellos parten de
una premisa falsa "las mujeres no desean". Pero sus hijas y nietas empezaron
a crear el mito de que los negros son unos tipos terribles.
Franz Fanon, que era un poco inocente porque era discípulo de Sartre, por
lo tanto creía en la conciencia, era analista a su vez, no recuerdo donde
trabajaba, cuenta en un libro que se llama Escucha Blanco que una mujer
blanca comenzó a hablar de lo terriblemente sexuales que eran los negros.
No había tenido nunca experiencias sexuales con un negro pero ella sabía
eso, y además, que los negros eran tipos que tenían unos atributos sexuales
muy desarrollados. Franz Fanon quiso convencer a la blanca diciéndole que,
según las estadísticas. el promedio del tamaño del pene de un negro no
difería mucho del promedio estadístico del tamaño del pene de un blanco.
Entonces, la blanca quedó un poco desconcertada y le replicó enseguida:
"Bueno, puede ser que lo tengan igual, pero ellos lo hacen mejor".
Así como vemos que del lado masculino hay una especie de odio al goce
� que da el racis�o que podemos llamar un racismo dulce,
que es la fascinación por el supuesto goce de ese otro, que serfan quienes se
fascinan poi una persona de otra raza.
El racismo no tiene la misma estructura ni se parece a la agresividad, aunque
pueda cometer violencia. Por ejemplo, si nosotros leemos las crónicas de
las colonias vamos a ver que las tensiones agresivas se daban entre los
conquistadores que trataban de sacarse lugares, mientras que con respecto
a los indios no había agresividad sino había directamente �resión,. rechazo
del goce del Otro, domesticación. Es decir, no había eso de que los blancos
y los indios se encontraron y se llevaron bien y después se pelearon. No, el_
encuentro equivalía al dominio o al exterminio inmediato de uno por el otro,
no ña6ía posibilidad de tensión agresiva. Mientras que el Imperio incaico
es� dividido en una tensión agresiva entre dos hermanos.
No sabía por qué se dice: "Eso es una jauja". Jauja es una ciudad que está en
Perú. Había dos hermanos que gobernaban, uno estaba en lo que ahora es
t
Lima y el otro estaba en Jauja. Habían hecho dos fuertes, se habían forificado
y estaban en guerra. Peleaban entre ellos por el dominio del imperio cuando
llegan los españoles. Los españoles apoyan al hermano que estaba en
156 I CLASENUEYE
GERMÁN GARCÍA

Jauja, contra el otro que tenía el centro del imperio. Cuando derrotan a
este último, los españoles hacen una gran fiesta. Parece ser que los Incas
tenían una manera de cazar animales que era muy curiosa, porque subían
a las montañas y empezaban a hacer ruido, bajaban haciendo ruido, y los
animales bajaban a una especie de desfiladero, donde otros lo esperaban y
los mataban a garrotazos. Mataron a miles de animales e hicieron una fiesta
junto a los españoles, para festejar la victoria, que duró una semana. Una
fiesta donde los indios tomaban y los españoles comían. De ahí viene el
dicho "una jauja", que alude a esta fiesta que termina mal. En esa historia
que es mucho más complicada de lo que lo cuento, se juntarían estos dos_
esquemas: el esquema del odio al goce d�oti:9.i... que es el esquema que
aplican los españoles a los que encuentran en América, porque los españoles
no se preguntan si les conviene o no aliarse a estos, simplemente no quieren
que estos indios tengan un goce que ellos desconocen. ¡Qué es esto de gozar
del sol, de sacrificio de niños! Esto no puede ser. Y J.a agresividad, que era en
este caso la agresividad que había entre estos dos hermanos.
Un mito parecido genera la diferencia entre los Tupí y los Guaraní. También
era la historia de dos hermanos, esto lo cuenta Alfred Metraux en un libro
que se llama Magia y religión en América de Sur. Eran dos hermanos, pero no
estaban peleados entre ellos sino que sus esposas los hicieron pelear. Parece
ser que eran muy parecidos, entonces ellas para distinguirlos hicieron que se
pelearan. Uno de ellos da lugar a la cultura Guaraní, el otro a los Tupí. Esto
es un mito de origen, no es un hecho histórico.
Si la agresividad, la tensión entre los parecidos es lo que está en lo imaginario,
¿qué pasa con la guerra? ¿Con el racismo? Bueno, ese es otro problema que
hay que estudiar a través del tema de las identificaciones.
Lo primero que podemos decir es que cualquier _§,ujeto que �diferente a
nosotros parece encamar el goce que nosotros mismos n;primimos. Hitle�
propooe una aporía: "Los judíos no valen nad7i':: rero hay que exterminar
)
hasta el último porque uno solo es un peligro. Los judíos no valen nada. Pero
a su vez siete judíos que se juntan pueden dominar el mundo.
Freud escribe "Psicología de las masas y análisis del yo". Está tomada una
dimensión de la estructura social, la segregación, el racismo, la agresividad, la
tensión agresiva, etc. No es algo que apunte solamente a la clínica individual,
sino que apunta a cierta concepción social del fenómeno.
Adorno y Horkheimer en base aÜnaínvestigaci��bieron La persoTllllidad
autoritaria. No se consigue, lo editó una editorial anarquista, hace como 20
años. Encontramos en este libro encuestas que se hicieron después de la
caída de los nazis. Se hizo con nazis presos e hijos de nazis. Lo que ellos
muestran ahí es la equivalencia entre el enemigo y lo que hay que reprimir
del propio padre idealizado ¿Cuál es el ideal de su padre? Le preguntaban a
CLASENUEVE 1157
FUNDAMENTOS DE LA CL1NICA ANALÍTICA

estos jóvenes nazis. "Un padre guerrero, valeroso, rubio, alto, noble, que lleva
en sí los valores arios". "¡Cómo era su papál" "Era borracho o degenerado,
o medio drogadicto".
Había que buscar uno �ra_a quién se pudiera perseguir para no mirar
hacia ese lad.Q.:..Lo que estos autores mostraban era de qué manera el enemigo
viene a cumplir con las condiciones exigidas para reprimir lo familiar. A esto
Freud lo explica en un texto que se llama Das Unheimliche o "Lo Siniestro".
Das Unheimliche serla lo in-familiar, palabra que no existe.
Freud nos dice que lo que nos resulta siniestro, Unheimlich, en este sentido,
espantoso, aterrador, ruinoso, no es sino el retomo afuera de algo reprimido
�rajli!I', Algo que se reprime en lo familiar y aparece afuera. Quiere
decir que el tema de la identificación nos va a llevar a nosotros a pensar, por

l un lado, como se CO_!lstj!uye un su�to,pero.J!n tantQ.sujeto, supone que haya


otros a los cuales él se identifica. Cómo se constituye otro para ese sujeto y de
-.!:> eseotroqué es lo que es expulsado por el sujeto, en qué se identifica.
Lacan va desarrollando esto a lo largo del Seminario. Hace falta revisar
y enterarse de las referencias que él hace de la historia de la escritura. la
manera mas banal de decirlo es por ejemplo, la A es una cabeza de buey: 'r:/.
Entonces, la idea es que la cabeza de buey se va abstrayendo hasta que queda
asl, después alguien la invierte y queda así: A. La m sale de la ondulación del
mar. Estas son las cosas que te explican en cualquier librito.
Lacan niega esto, para él no hay abstracción y plantea una pregunta: ¡por qué
un sonido "N', para nosotros, puede identificarse con una cabeza de bueyl.
No se ve por qué serla más factible de identificar el sonido "A" con la cabeza
de buey que con la cabeza de perro. O el sonido "m" con la ondulación del
mar. Si esto fuese así -que no se sabe- ¡por qué se podría identificar el sonido
"m" con la ondulación del mar y no con el susurro de las plantas o con la
espiga de maíz que se balancea?
Quiere decir que todas las ideas que habla, positivistas, del siglo XIX, eran
que se pasó del pictograma (P) que sería una especie de escritura visual al
ideograma (I) como abstracción de esa escritura visual: P -+ l.
Cuando era joven tenía la vida perfectamente organizada porque me había
comprado a crédito, era muy caro, los tres tomos de Hauser, Historia soci.al
de la literatura y el arte.
Hauser, que era un simpático positivista, decía qu� las Cuevas de Altamira
tenían dibujados estos ·bisontes, con flechas clavadas, porque era un rito
mágico para atraer la caza del bisonte. ¿Suena bien nol Y a mí me parecía
bien. Después la gente se volvió más adulta, pasó por los dioses griegos,
después empezaron a representar l¡3s cosas como eran. Llegamos a la moral
utilitaria burguesa, donde todo es claro, todo tiene una finalidad, lás cosas no
ocurren por casualidad, hay un causalismo sobre el mundo, el hombre huye
1581 ClASENUEVE
GERMAN GARCÍA

del dolor y busca el placer. Se trata de coordinar los egoísmos recíprocos,


como diría Hobbes, y todo está clarísimo. Entonces estaba convencido de
que era así y además, estaba convencido de que había un progreso desde
estos tipos que pintaban bisontes hasta nosotros. Hasta que me di cuenta
que Hauser partía de la idea, que todavía usan los piagetianos, de que hay
un pensamiento prelógico, un pensamiento mágico.
También hemos escuchado, y nos emocionamos cuando escuchamos esas
cosas, que un indígena le tiene bronca a otro, hace un muñeco de cera y
le prende fuego para hacerle daño. Eso se llama magia blanca. La magia
negra es cuando se necesita algo del otro para hacerle daño: un pelo, la ropa,
algo que tenga contacto con el otro. Esto ordenado en la lingüística sería
una magia metafórica, hago un análogo del tipo y lo quemo. O una magia
metonímica, tomo una parte, una sinécdoque, por el todo y hago algo.
Ven que el mundo está perfectamente organizado. Había gente que pintaba
bisontes o que hacía muñequitos, venimos nosotros y gracias a Sa1miento y a
la escuela, o gracias a otros próceres, aprendimos una racionalidad moderna
y ahora somos gente que no tenemos pensamiento mágico, pensamos
lógicamente. Quedan algunos resabios que vamos a superar con el tiempo.
Ahora resulta ser que una inglesa, muy práctica, plantea que si esta gente
quemaba muñequitos y todo lo demás, ¿por qué hay cráneos partidos a
hachazos? ¿por qué tenían lanzas? ¿por qué hacían guerra? ¿por qué no
se ponían en la frontera cada uno con sus muñequitos?. Cuando hacían
muñequitos, no hacían lo mismo que cuando hacían la guerra. Cuando
hacían muñequitos hacían lo mismo que nosotros cuando decimos: "Ojalá
te mueras". Alguien que venga de otra cultura, como nosotros que somos
ego-centristas, diría: ¡Fíjate en esta magia argentina, un tipo en vez de matar
a otro le dice: ojalá te mueras, y se va tranquilo! Se equivocaría totalmente.
O si uno agarra un cartel de un opositor político y Jo arranca, se puede
decir: "Mirá que acto mágico, arranca un cartel". No es diferente hacer un
muñequito que arrancar un cartel de un opositor político; y en cuanto a las
Cuevas de Altamira, llegué a @ conclusión d�gue no murieron de viejos,
sino de hambre, porque en vez de cazar bison�s los pintaban. No cazaban
bisontes, no comían, lamerían la piedra y se morían de hambre.
Bueno, este razonamiento lo van a encontrar en el colegio, las facultades, la
carrera de psicología. La gente, según este razonamiento, progresa de lo inútil,
del desperdicio, del acto mágico, de lo prelógico hacia lo lógico, la utilidad, el
rendimiento, etc. A tal punto que el sujeto de la psicología se define siempre
de la misma manera: un óptimo rendimiento con el menor esfuerzo. Éste
es el sujeto de la psicología. El sujeto de la sexología es el mismo, se le
enseña como rendir lo máximo sexualmente con el menor esfuerzo, "técnica
sexual", "encuentre el punto G del otro" Tocas el punto G como quien toca
CLASENUEVE 1 159
FUNDAMENTOS DE LA CLÍNICA ANALÍTICA

un timbre y te ahorras otras cosas, sobre todo en el verano.


Lacan se divierte, sostiene que no hay pensamiento prelógico, el niño no
es egocentrista como lo decía Piaget. Lacan tiene un chiste mordaz contra
Piaget, contra su "psicología alpina". Piaget cree que los niños están hechos
para hablar con Piaget, porque un niño es primero ego-céntrico. El niño !alea,
ni lo ve a Piaget, está en la cuna y hace tonterías.
Después el niño ve a Piaget por ahí y se dirige a Piaget diciéndole: "Dr.
Piaget...". Habla con Piaget, le dice: "si" o "no", empieza a coordinar. Después
se da cuenta de que Piaget sabe matemáticas y empieza a hacer operaciones
cada vez más abstractas, lógicas. Primeros operadores, segundos operadores,
hasta que al final llega a grande y es Piaget. Esa es la idea que tiene Piaget.
Lacan dice que hay que ser una especie de idiota, para no darse cuenta de
que si un niño !alea, delira. hace ruidito y todo lo demás, es porque este nií10
no es egocéntrico, sino que está atravesado por el lenguaje, por lo real del
lenguaje. Egocéntrico, y tenemos aguí la teoría de Lacan, es tener un yo como
reflei?. d�otro. Tenemos el "moi'�que es !�gen que ofrezco al 01 ro como
objeto. El "moi" aparece coipo un reflejo del otro.
-"
Al niño hay que ponerlo más en
autre este eje (lugar del sujeto $), que se
$ ,, , ve atravesado por el lenguaje, por
,,'
la cadena significante, que en este
',, otro eje (moi-autre) que hay que ser
,,
', Autre adulto para poder manejar. Entonces,
moi "-------�
(Sr-S z) ¿podemos decir que es egocéntrico?
Todos sabemos que ocuparse del otro
es la mejor manera de ocuparse de uno mismo. Eso lo 'aben los padreS:
Uno se ocup de-;u; hijos y después los hijos s� pasan la vida tra¡:ando de
sacarse de encima el bien que uno les ha hecho. O sea, que ellos si� ocupan
de nosotros el resto de la vida, como sea.
Entonces, situar correctamente la teoría de la identificación nos permitirá
sacarnos de encima una telaraña, una mezcolanza de psicología dinámica,
de psiquiatría de cuarta, que es lo que nosotros manejamos cotidiauamente.
Esto nos llevaría a lo que plantea Lacan con su Ética. Ustedes saben que hay
una etapa de la filosofía griega que son los J;:picúreos, vamos a llamarlos los
hedonistas. Para decirlo rápidamente el hedonismo consiste en dedr que la
�ida está regulada por el placer, y que el sujeto, aún cuando renuncie a un
placer lo hace en función de conseguir un placer mayor después. O sea, que
los sujetos buscan el placer y esquivan el dolor.
El hedonismo se opone a otra corriente que es el estoicismo, que llega a
nosotros a través del cristianismo. El estoicismo incide en el cristianismo,
aquí se toma el dolor como expiación. Entonces digamos que el mundo es
160 1 CLASENUEVE
GERMÁN GARCÍA

durante mucho tiempo estoico, el mundo europeo que es de quien hablamos.


Esto fue así hasta que retoma, en los ideólogos, lo que se llama el utilitarismo
burgués, tipos corno Hobbes, Hume, Stuart Mili, que son hedonistas. Los
puse en cualquier orden, podemos tomar un libro y enterarnos. Estos tipos
inspiran a su vez a los de la Revolución Francesa, y dan lo que Lacan llama
"el hombre del placer". Es decir que en el__siglo XVI, XVII, se re� contra
la religión, a la idea que el hombre está hecho para el placer, que el placer
es posible. Si el placer tiene obstáculo se debe por un lado a la falta de
avance de la ciencia que nos impide, por ejemplo, combatir las epidemias o
anular el dolor; y por otra parte se debe a ciertas ideologías q�e promueven
el sufrimiento, como la religión.
Al hombre le gusta vivir, la medicina estira la vida. Al hombre no le gusta
el dolor, la medicina inventa calmantes. Al hombre le gusta el bienestar, la
producción inventa objetos de bienestar. Esto es lo que se llama progreso.
Ahora, resulta que después de este hombre del placer que es inventado en
el siglo XVII, en el siglo XJX se convierte en psicopatología sexual. Es decir,
no ocurre que estos, liberados de la religión, de las creencias, etc., se hagan
libertinos, sino al' revés, después del libertinaje del siglo XVII, de la época
que se llama "el sexo alegre", viene el puritanismo en toda Europa, viene
una contramarcha. Quiere decir que este hombre de placer fracasa en su
postulado.
La aparición de Freud en la historia - ésta es la teoría de Lacan- implica el
fracaso del h_ombrí del placer.
Freud ya no plantea que el hombre esté hecho para el placer. Freud va a
oponer al placer, el deseo:
- �-- El s'i:i1'eto freudiano es un sujeto del deseo, no es un sujeto
Placer del placer. El fin del análisis no es la recuperación del
Deseo libertinaje, cosa temida por nuestros religiosos.
Se puede decir que Freud es la negación del sujeto del
placer. Cuando Freud comienza, todavía creía en la idea del placer, trataba
de hacer una teoría del placer. Los primeros textos freudianos hablan de
esa forma, pero en 1920 escribe "Más allá del principio del placer". Más
allá del principio del placer quiere decir más allá de este hombre del placer
inventado por las ideologías, lo cuál conduce enseguida a que alguien diga:
"¡Ah, más allá del principio del placer, entonces, el retorno del estoicismo y
de la religión!".
Es muy difícil situar la ética del psicoanálisis, porque el psicoanálisis no
va a defender el sufrimiento corno expiación, posición religiosa. Tampoco
va a oponer, como una sombra chinesca, a ese sujeto del sufrimiento con
un sujeto del placer. En la perspectiva psicoanalítica, el placer fracas_ugr
definición. De no fracasar, el psicoanálisis mismo no existiría.
CLASENUEVE j 161
GERMÁN GARCÍA

que el tonto que pregunta ignora. Con esta ideología de la imagen es que los
grupos se vuelven cada vez más pesados y banales. Porque si alguien hace
una pregunta y el otro no la hace, se supone que el que preguntó no sabe, y
el que calló ¿calló por qué? Y. .. porque sabe. Ese es el problema de preguntar
en público.

Comentario: No, pero a veces te contestan mal, una se frena porque tiene
miedo que le contesten mal, con autoritarismo.
G.G: ¿Contestar bien � responder 1� que .!L..'lue pregunta quiere? En
ocasiones el que pregunta, en vez de preguntar afirma. No es autoritarismo
lo que le digo. Porque si alguien me hace una pregunta y en la pregunta me
quiere decir: "observa que ingenioso soy", tendría que decir directamente:
"que ingenioso que soy" y no preguntarme nada. Eso sería una buena
intervención. J..a_pregunta no es una virtud, es.filia necesidad. La virtud está
en la respuesta. Esos cuentos que se inventan los grupos de psicoanalistas
para seguir: "Nos interrogarnos", "nos preguntamos". Bueno, pero mientras
tanto, cobran. ¿Porqué no parar la máquina hasta que se respondan? ¿Se ha
visto un arquitecto que diga: "yo me interrogo cómo se hace un edificio"?
No, porque nadie le darla trabajo. El arquitecto dice: "Sé hacer un edificio".
Él afirma. No hay ingenieros que digan: "Yo me interrogo qué será esto de
la ingeniería". Porque a esta gente nadie le daría trabajo. A los psicoanalistas
les parece una virtud juntarse y decirse unos a otros: "Yo me interrogo y esta
pregunta fundamental donde me pregunto por la respuesta que el colega se
preguntaba ... "
La cuestión no es: "Nos interrogamos sobre la psicosis... " mientras cobran
!os sueldos en el hospital. La cuestión es: "Hacemos tal o cual cosa por la
psicosis". Si primero decimos cómo respondemos después podemos decir
qué preguntas hacemos. Pero no se puede hacer de la pregunta una especie

8
de virtud dilatoria para vivir siempre de algo de lo cuál no se sabe. Ese es

--
un punto.

-
El otro punto lo planteab3 Rolar.d Barthes, que fue profesor durante muchos
años en b univ!.'rsidad. La meniira del discurso universitario es que hay que
responder siempre como si la pregunta fuera •una denotación y no tuviera
coñ'ñotación. ·
Por ejemplo, alguien me pregunta: "¿Quién es Jacques Lacan?" Alguien
que no sabe. 't'cJ digo: "Es un psiquiatra francés que hizo esto, aquello".
Le respondo. Si viene el señor que cuida este lugar y me pregunta: "¡Ah!
Estaban hablando aquí de un señor Lacan ¿Quién es?" Seguramente le voy
a responder bien, porque me pasa en los trenes, en los aviones. Les cuento
también de Freud. Una especie de nota dominical de Lacan.
Ahora, si entra un psicólogo y me dice: ¡Y quién es Lacan? Con cierto tono,
CLASENUEVE l 163
FUNDAMENTOS DE LA CLfNICA ANALÍTICA

la connotación de su pregunta anula la denotación de la pregunta. Debería


insultarlo, si soy serio. Uno no siempre es seno porque tendría que pelearse
demasiado. Pero, las preguntas que uno "responde mal", entre comillas,
el que las hace debe también decir si es una buena pregunta. Una buena
pregunta no afirma nada. Ahora, una pregunta que afirma algo no es una
buena pregunta, es una respuesta encubierta. Responder bruscamente a
una respuesta encubierta es para que el otro acepte que está haciendo una
respuesta y no haciendo una pregunta. Pero para esto hay que tener en cuenta
la connotación, eso en la universidad está prohibido. En la universid,3d va un
profesor que enseña lingüística, y un alumno orgulloso de su ignorancia le
dice: "¡Para qué sirven los fonemas?" y el profesor en vez de decirle: "Pibe,
por qué no te vas a jugar a las bochas" tiene que decirle: "Los fonem.1s sirven
para distinguir las lenguas". "¿Y para qué distinguir las lenguas?" "Bueno,
distinguir las lenguas po1que hay muchas" "¡Y qué me importa si nosotros
no tenemos ni un mango?". Así de seguido.
Me parece que no hay personas tan inocentes frente a uno, oprimidos
por el autoritarismo del que habla. En un país como el nuestro hablar de
autoritarismo es otra cosa. Si autoritarismo es el de quién se toma el trabajo
de enseñar algo, parece un poco chistoso ¡no?
Yo insisto, cualquiera sean las características personales del que enseña, el
fenómeno de los grupos, consiste en que para sostener la imagen frente al
semejante, empezamos por ahí hoy, y no frente al que es diferente, la gent1:.
se calla la boca. Eso le pasaba a Lacan, le pasaba a Ro!and Bar1hes, y a
cualquiera que enseñe.
Ahora, hay dos tipos de enseñanza, una que tiene que ver con el budismo
Zen y otra que no. Los e,toicos tenían una prueba muy divertida. Decía un
tipo: "Quiero ser estoico". Le respondían: "Mira que es muy duro ser estoico".
El otro: "No, no. pero yo quiero entrar". Los estoicos estaban en la I:stoa, un
pórtico de las afueras del mercado de Atenas, donde se reunían tocios. Eran
unos andrajosos. También quería ir gente que no sabía qué hacer con su
vida, algún señorito perdido. En la ciudad griega había 30.000 ciud,¡danos y
400.000 esclavos, eso ern la democracia griega. Entonces, a alguno de estos
30.000 ciudadanos se le ocurría ir a escuchar a estos esclavos. El esclavo,
que era estoico decía: "Mira esto es muy duro". Y el tipo decía: "No, yo
quiero ser estóico a cualquier precio". "Entonces, ve al mercado, compra un
pez grande, déjalo pudrir y después paséate por la ciudad con el pescado
podrido, donde haya mucha gente". El tipo respondía: "No, yo eso no lo voy
a hacer". "Entonces no vengas." Los estoicos le demostraban que era incapaz
<:._:·•\ de arr!ggar su 1?.r9pia imagen, incapaz de andar con un pescado podrido por
la plaza pública. Entonces, ¿cómo iba a ser verdad que ellos guerían cambiar
algo? Esto era utilizado c;¡:;;-o piuébacfeT¡ verdad de lo que el otro pedía.
164 I CLASENUEVE
GERMÁN GARCÍA

En una ciudad de la Argentina, en una provincia argentina, hay gente que


estudia Lacan, y les hago una propuesta y me responden: "Pero si nosotros
llevamos adelante esto, ¿no podremos ser acusados de lacanianos?". Digo:
"Yo pensé que ser lacaniano era un elogio". Y me responden: "No, acá no,
imagínate el hospital, el psiquiatra, los doctores". Es evidente que siempr�
lo que detiene un proyecto es la imagen; la imagen que uno tien� frente
i!..2tro� �ablar en un grupo, sea arriesgai:_el prestigio e;i;; ciuqad, sea
enemistarse con los que mandan, etc.
Un grupo que estudia tiene que utilizar lo que Lacan llama el discurso
universitario, tiene que poner el saber (S2) como agente y utilizar una regla
de demostración. En el psicoanálisis el agente no es el saber, es el objeto
causa del deseo.
En el psicoanálisis la gente es invitada a no pensar nada, a decir cualquier
disparate. A la inversa, en un grupo de investigación la gente es invitada a ser
seria, a ser responsable de lo que dice. Uno no es analista cuando fuma, uno
no es analista cuando enseña. Cuando uno enseña es profesor. Entonces, si
uno es pedagogo, conviene conocer qué quiere decir el discurso universitario.
Por ejemplo, yo les cuento a ustedes que hay un saber en Lacan. Ustedes me
preguntan: ¿Qué es lo que sabe Lacan? Tengo que empezar a explicar y a
demostrar qué es lo que Lacan sabe. No puedo decir: "¡Ah! ¿Esa pregunta?"
y quedarme mirando.
Es una vergüenza pública que los tipos que tienen una cátedra se publiquen
un libro y obliguen a la gE-nte a que lo lea. Que si enseño psicoanálii:is en la
universidad, en vez de recomendar a Lacan publique un librito y les obligue
a ustedes a recitar mi librito en voz alta. Eso hacen aquí, en la Argentina. El
tipo tiern(una cátedra, escribe un libro, y es obligatorio contarle en i/OZ alta
el libro. No es eso el discurso universitario. Si pongo como agente d saber,
supongo que el que escucha es el objeto a, eñieñdfao como el objeto causa
�seo. Esto es fácil, porque ahora estoy hablando, trato de exp,Jner un
saber, en el mismo momento que hago esta raya. Si ustedes se fueran de
golpe, pararía de hablar. Es fácil saber que la causa de que hable es que
ustedes están ahí. Se los estoy contañdo a ustedes. Quiere decir que hablo a
causa de que ustedes están aquí. Ustedes soportan entonces U!2J2!:2_ducto ($.))
Q!!e es la división saber-no saber. Aquí está el problema de la tensión a�va ( / •
entre los iguales, si uno enseña y los otros aprenden ¿qué está en jue_¡¡ o? Una J
- - -
relación saber-nosaber.
G°qu� queda oculto, la verdad de la cuestión, es el S1 . El S 1 es el signific�te
unario, el signincante de l3 identificación de cada uno. U,!la cosa es c.ue sepa
que ustedes quieren sabe1 Lacan, pero no sé á causa de qué ustedes quieren
saber Lacan. Por lo tanto, la verdad de porque estamos aquí qued 1 oculta
para todos, para mí que me expongo en el lugar del saber, para ustedes que
CLASENUEVE l 165
FUNDAMENTOS DE LA CLÍNICA ANALÍTICA

causan el hecho de que hable, para la decisión de ustedes. Uno por uno,
tirado en un diván verá a causa de qué está hablando de Lacan o escuchando
sobre Lacan, pero colectivamente no hay manera de saber a causa de qué
estamos aquí. Pero podemos saber para que estamos, estamos para pasar de
un no saber Lacan a un saber Lacan. Se supone que el que entró aquí ya sabe
de antemano, porque aquí no se pone un cartel de "Verdulería" en la puerta
y después se dice a la gente que viene: "No, nos quedamos sin verdura pero
le contamos Lacan". Aquí se dice: "Lacan". ¿Y por qué Lacan? Y ye, que sé.
Un chico me dijo: "BuenJ, pero Lacan entonces es Dios". Y Je respondí que
no era exactamente así. La diferencia entre Dios y Lacan es que Lacan hacía
topología, Dios no sé, hacía oráculos o hacía otra cosa.
E.!! f.1 discurso analítico no sólo que no hay uno que charlatanea, como
yo aquí, sino que �gent� e_!! el discurso analítico es el a, es el silendo.
El silencio, lo cual provoca esa división pacticulaLde.J:Juién está hablando
( a -+ $ ) , que es la asociación libre, que hace aparecer, como dice Freud,
cosas desagradables para uno. ..fil_agente n_o es un saber, el agente es un
seio; digamos, un an�lista vale _¡:nás .129r su silencio que por su palabra, el
que enseña sólo vale por lo que dice.
Entonces, esta c;ñfusión que explotan algunos analistas, entre la escena
analítica y la escena de enseñanza, hay que cortarla de raíz. El que enseña
tiene que saber de qué habla, si no, no enseñar. Y el que enseña puede no
tener nada que ver con el psicoanálisis.
A un psicoanalista de lo más noble que no sabe topología es inútil que le
preguntemos del nudo borromeo, la banda de Moebius, o la botella de Klein,
porque no lo sabe.
Ese analista podría interpretar nuestra ambición de querer saber m�s que él,
con lo cuál tampoco sabemos topología. Entonces, las cosas tiener¡ que ser
claras, si vamos a estudiar topología, el que enseña tiene que saber topología.
"¡Si, pero este deseo de estudiar topología!" No, no, deseo de nada. ¿Usted
sabe topología o no? O ¿Usted sabe Lacan? ¿Usted sabe Freud?

Comentario:En el final del texto "La dirección de la cura" Lacan parece tomar
partido por, a mí me pareció cuando lo leía, el tercer modo de identificación,
a la que define como identificación al deseo sin importar el objeto.
G.G: Si, con referencia al objeto, lo que fue llamado identificación histérica, �
p��ás�cerci!!hl.� la estrÜctÜradel deseo. "

Comentario: Claro, pero después, con lo que usted comentaba de la cuestión


de los objetos a esto se fija, no es una solución definitiva.
G.G: No, es un momento de la enseñanza de Lacan.
Ahí si, ahí hay una posición así, pero después no. Después va a dar
166 I ClASENUEVE
GERMÁN GARCIA

Lacan toma el ejemplo de las revoluciones: "Libertad o Muerte". Si te atreves,


tienes que elegir la muerte, es la única manera de conseguir Ja libertad. El
que dice: "Libertad o Muerte" ya tiene que elegir la muerte, porque si elige la
libertad termina siendo esclavo, si elige la muerte puede llegar a ser libre.
La interpretación, lo que trata de subrayar en el discurso son estos aut y estos
vel. Freud decía por ejemplo, si un tipo duda entre quedarse con Sarita (S) o
con Pepita (P}, si duda es evidente que quiere quedarse con Sarita y Pepita.
¿Con qué mujer me quedo? El que se plantea eso, quiere a las dos, porque si
no ya eligió una.

s o p

s y p

Lo g�no )lantea como exclusiqn a nivel c,2nsciente está incluido en lo


inconsciente. El inconsciente no conoce la contradicción.
l ·�
Comentario: Entonces por eso en lógica al "o" no lo usan como excluyente, si
yo digo: "El auto o la casa" no es que esté excluyendo una de las dos cosas.
G.G: Tengo que decir la frase completa: "O bien el auto o bien la casa". Ahí
es exclusiva. Estos dos términos los puede encontrar en Introducción a la
lógica de Copi, busquen aut y vel, están definidos así: "o"... "o", para decirlo
completo hay que decir: "O bien esto o bien aquello". Ahora, si digo una "o",
sólo es una.

CLASENUEVE j 169
GERMÁN GARCiA

Descartes, René l 49 Masotta. Osear l 137


Fanon, Franz l 156 Metraux. Alfred l 157
Ferenczi, Sandor l 25,33,34,125,126,136,137 Mili. Stuart l 92,161
Fernández. Macedonio J 104 Miller. Jacques-Alain 118.47.55,64,66,75, 111
Foucault, Miche l 25,49 Miller. Judith l 49,52
Freud. Anna l 25,46,48,74,124 Millot, Catherine l 117
Genet, Jean l 11 Mira y López. Emilio l 95
Gitelson. Maxwell l 26 Musachi. Graciela l 121
Glover, Edgard l 21,22,23,91,102,106.123 Nancy, Jean-Luc l 132
Gracián. Baltasar l 56,57 Ogden. I.A. l 28
Hauser, Arnold l 158 Piaget, Jean l 50,160
Hegel, W.F. 1 26,28,32,65 Reich, Wilhelm l 9,25,27,42,,18
Heidegger, Martín l 26,58,81,124,131i Richards. C.K. l 28
Hobbes. Thomas l 159 Pichon Riviere, Enrique l 82
Hiilderlin, Friedrich l 81 Rosset, Clément l 56
Horkheimer, Max l 157 Safouan, Moustapha l 45,148
Hyppolitte, Jean l 26 Saussure, Ferdinand de 1 49,58,98, 135,139
Jakobson, Roman l 81,101,103, 135 Sharpe, Ella l 123
Jerusalem, Whilhelm l 124,125, Schmideberg. Melitta l 123
Jung, Carl Gustav l 90,96,101,144 Schneiderman, Stuart l 116,121,147
Kafka, Franz l 136 Scholem, Gershom 133
Kaltenbeck, Franz l 124 Sócrates l 15,16,144
Kerbrat Orecchioni. Catherine l 81 Soler. Colette l 77,114,130,131
Kierkegaard, Soren l 94 Steinsols, Alvin_ l 89
Klein. Melanie 1 26,41,43,44,96,131.166 Sterba, Richard l 25
Kofman, Sarah l 14 Todorov, Tzvetan l 135
Kojeve, Alexander l 65 Trubetzkoy, N.S. l 97,102
La Fontaine, Jean de l 20, 21 Winnicot, D.W. J 96,106
La Rochefoucauld. Francois de 1 57
Lacoue-Labarthe, Philipe l 132
Lagache,Daniel l 25, 124
Laurent. Eric l 52,62,65,87,108,129 • La ausencia de los nombres de Sigmund Freud y
Lévi-Strauss, Claude J 49,95,96,145 Jacques Lacan en este Indice responde al hecho
Martinet, André 1 97,101 de que ambos nombres figuran en casi todas las
Marx, Karl l 49,71,81 páginas de este libro.

INOICEONOMASTICO i 171

S-ar putea să vă placă și