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Después de todo “no se puede hacer todo lo que se quiere, ni querer todo lo que se hace”. Hace
mucho tiempo estoy en línea con ese pensamiento, basta con hacer lo que se hace bien, con interés y
pulcritud.

He trabajado en muchos lugares, con y sin ayuda, con y sin amigos y con y sin entusiasmo por el
trabajo. Pero nadie puede decir que al final no entregue un producto terminado, según lo que me
pedía el cliente.

Hay trabajos difíciles, como perseguir a un minero en las lunas congeladas de Júpiter, entre las
multitudes de las ciudades enterradas de marte, o en las turbulentas nubes de venus.

Y hay trabajos que no lo son tanto.

Como el asunto Rein-Ka, el político en ascenso del bloque asiático terrestre. Un personaje adusto,
impenetrable a los ataques sobre su vida (y es que había sido tan pecador, que todos estaban de
acuerdo que develar una más de sus maldades, no mojaba lo mojado). Era un contrapolitico. O sea,
quería el poder de los mismos, y en líneas generales no se amoldaba a las usanzas de ellos, era
directo y concreto en lo que quería, lo decía de frente, y con cada declaración descorazonada que
hacía, más gente lo seguía, más gente (como sucedió y sucederá en la historia de la humanidad)
creía que por su frescura al expresar sus apetencias, pues sabían a que se enfrentaban. Se vendió
como un tipo corrupto, rapaz y vengativo. Y no habría problema con ello si no hubiera tocado un
interés de una de las capas más poderosas de nuestra comunidad. Intento manejar las reservas de
plásticos de desecho de nuestro sistema.

Durante muchísimo tiempo el plástico como desecho fue uno de los mayores quebraderos de
cabeza del ambientalismo. La humanidad no dejaba de producir plásticos, de consumirlos, de
usarlos y de disponerlos en los mares y enterrándolos en los basureros de la tierra. Se llegó a tener
un continente completo de solo basura plástica en medio del Océano Pacifico. Y no sabían qué
hacer con él. Hasta que empezó la conquista del espacio, y esta basura se volvió componente, para
todos los hábitats del sistema y como combustible en muchos de los transportes. Su valor subió de
la nada a casi el del oro (en la medida que las cantidades más el petróleo empezó a escasear),
además los hidrocarburos encontrados o generados en los planetas del sistema no eran ni
remotamente tan buenos como el lindo hidrocarburo terráqueo. Creo que muchos en nuestro tiempo
lloran al ver cuanta nafta y cuanto aceite se procesó y se quemó en la nada, y no se transformó en
nuestro preciado plástico.

Rein-Ka, movió sus fichas para tratar de regular la exportación del precioso y caro hidrocarburo
terráqueo, del plástico remanente y además trato de hacer un embargo de estructuras plásticas a los
hábitats, ofreciendo neoestruturalites y metales de las minas del sistema.

Una fracción de nuestros poderosos simplemente no le pareció. Y pago un precio bastante alto para
detenerlo.

Aquí fue donde me contrataron. Poseo nacionalidad en la tierra y en varios de los hábitats, por lo
cual podía viajar libremente sin ningún tipo de subterfugio.

Y Rein-Ka era profundamente despreocupado en su seguridad, creo que el ego le pasó factura,
creyó que muchas cosas pasarían si desaparecía, y que ese era su seguro de vida, estaba muy
equivocado. Fue un peón más. Una válvula más de las muchas que ha habido en la historia para
hacer que las masas sean manejables.

El día de la celebración de elecciones para la presidencia del mundo, estuvo más que expuesto, y
para mis fines era mejor. En la orden no decía nada de consecuencias, solo de su anulación.
Probablemente ya habían calculado todo. Y las cosas les dieron la razón. Después de todo, aunque
era popular, era también un bandido. Y fue otra de las decepciones de las masas. Que por una
semana quedaron en estupor, pero lo olvidaron pronto.

Yo solo me acerque a su hotel y termine rápido el asunto. Deje su cabeza en una pica, y tome las
acostumbradas pruebas de defunción para mis contratantes.

Había olvidado un detalle que nos les conté. En nuestro tiempo es legal el asesinato. La humanidad
comprendió que la defensa de la integridad de nuestra vida en primer y último lugar es nuestra
responsabilidad, y que si algo no es justo, sencillamente el tiempo lo ajusta.

Solo hay una excepción, y es matar y esconder el hecho. El asesinato es visto como un duelo, como
una pugna de poderes, y según la antigua ley de linch, o el ojo por ojo, o más allá en tiempos de
Hammurabi, pues si tienes una querella justificada, pues dale si tienes, puedes y quieres.

No es lo mismo, si escondes el asesinato, si no tienes el coraje para dar la cara. Los asesinatos con
intención de esconder alguna de las partes en querella, si es investigado y penado.

Por el contrario, si un grupo o persona asume que es el autor intelectual de un hecho, pues es su
problema enfrentar las consecuencias con los deudos. Y por deudos son deudos directos, no fans o
seguidores. El asesino es un arma, como un cuchillo o una pistola. No es punible a menos que
acceda a participar en un encubrimiento. En cuyo caso su registro es marcado como criminal, y no
vuelve a tener trabajo.

Eso del asesino que protege a sus clientes con el anonimato no existe, simplemente es colocarse una
soga al cuello.

Y aun cuando Rein-Ka tenía millones de seguidores, no tenía deudos, vengadores, hijos ni familia.
Por ello ir contra mí, o contra mis contratantes no era legal (si por legal quiere decir “no perseguido
por las autoridades”). Así como vivió y surgió, pues desapareció.

Y acoto que en estos tiempos, todo el mundo guarda un dinero para tener disponible su asesino, por
cualquier cosa... Es como ahorrar para la universidad, para comprar una casa, o para el lote en el
cementerio. Todos tenemos derecho a vengarnos. Y a ser víctimas de una venganza. Este hecho es el
que equilibra la balanza. Si quieres ser malo y llevarte a los demás por delante, debes tener familia y
tratarlos bien, es tu seguro de venganza. Si no tienes familia y quieres llevarte a los demás por
delante, pues sabes que tarde o temprano, morirás en manos de un asesino profesional, y sin resarcir
el hecho.

Asesinos por naturaleza, no escapan mucho tiempo. No tenemos cárceles, ni mantenemos


delincuentes. Si eres una plaga, o te mueres, o devuelves tus deudas con trabajo esclavo.

Así que nuestro antihéroe, no tenía deudos, era malo, se metió con poderosos, y murió.

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