Sunteți pe pagina 1din 1

I

CUENTO BREVE

Ella le «aperaba siempre tras la verja de la quinta,


frente al camino de los pinos. Y cuando su novio apa­
recía a lo lejos, empequeñecido bajo el ramaje severo
de los árboles, corría a su encuentro. DeBpuéB, rubo­
rosa, juntas las manos, la mirada arrobante y un can­
to triste en la voz, ella le decía:
—Siempre que te' espero, querido mío, sufro una ilu­
sión : paréceme que soy casada y que aguardo la vuel­
ta de mi maridito.—El la besaba en los labios y res­
pondía trémulo:
—Ya lo seré, mi locuela impaciente!...
Se casaron, Ella le esperaba siempre tras la verja
de la quinta, frente al camino de los pinos. Y cuando
su marido aparecía a lo lejos, empequeñecido bajo el
ramaje severo de los árboles, corría a su encuentro.
Después, ruborosa, juntas las manos, la mirada arro­
bante y nn canto triste en la voz, ella le decía:
■ —Siempre que te espero, querido mío, sufro una
ilusión; paréceme que soy soltera y qne aguardo la
visita de mi novio, '
El l a bpsaba en I ob la b io B y c a l l a b a 1... |
J o s é P e d b o B t t .t .Xtt.

S-ar putea să vă placă și