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COLEGIO SANTO DOMINGO SAVIO - GÜEPSA, SANTANDER

PLAN LECTOR – AREA CIENCIAS SOCIALES GRADOS DECIMO Y UNDECIMO

ACTIVIDAD DE AMBIENTACION Y/O MOTIVACION

1. De las opiniones que figuran a continuación, señala cual o cuales estarían más cerca del
concepto que tienes de las “notas” (calificaciones). Elige UNA según estés más o menos de
acuerdo con lo que piensas. Justifica y socializa tu elección y tus prioridades

Las “notas” son:

 Una forma de contentar a mis padres.


 Una forma de demostrar a mis padres lo que valgo.
 Un reto de superación para mi.
 El resultado de mi esfuerzo y trabajo.
 Un modo de establecer una posición respecto a mis compañeros.
 Una medida de lo que he aprendido.
 Una medida de mi madurez intelectual y como persona.
 Un test de mi inteligencia
 Simples números que no demuestran nada.
 Un medio para conseguir regalos y premios de mis padres.

CULTURA… ¿PARA QUÉ?

Vamos a suponer que nuestro protagonista es un muchacho cualquiera, que estudia en un centro
de educación secundaria normal y corriente y tiene inquietudes no muy distintas a las de otro
adolescente. El chico del que te hablo tiene, por supuesto, sus profesores, los cuales,
evidentemente, serán diferentes a los que os dan clase. Sin embargo, y con el único propósito de
que podáis sentiros más cercanos a esta historia, voy a tomarme la licencia de darles nombre.
Veamos lo que le sucedió a nuestro alumno cierta semana, en cierta ocasión.

Nuestro muchacho no era, precisamente, una joya como estudiante; de hecho, llamarlo
“estudiante” resultaba una muestra de afecto, más que otra cosa. Él era de los que no daba, lo que
se dice, ni golpe: cuando no estaba mirando por la ventana, a ver qué tal estaban las chicas que
hacían deporte con Nicolás, el de Educación Física, tiraba bolitas de papel para chinchar al
empollón o al pardillo de la clase; otras veces hablaba de motos con sus compañeros de atrás, el
cual de vez en cuando hasta le hacía caso y, en ocasiones, se lo pasaba en grande quitando las
mochilas de los demás. ¡Qué feliz era nuestro protagonista! No aprobaba ni una, pero…!que feliz
era, el chaval!

Según él, las cosas que le enseñaban los profes, o eran auténticas chorradas, o no servían para
nada en la vida. Pero… ¿con qué cuentos le venían a él, que era el amo de la calle con su moto y
sus cigarros, que llevaba a las tías de la calle y se conocía todos los trucos para montar follones y
jactarse luego de ellos? Él no necesitaba nada de lo que le explicaban, se bastaba a sí mismo. Le
habían dicho muchas veces que esos conocimientos eran importantes, que antes o después se
requerían en la vida, pero siempre había pasado de esos rollos de mayores, que al fin y al cabo sólo
eran unas plastas que pretendían amargarle la existencia.

No obstante, la propia realidad se encargó de poner entredicho toda esa convicción y esa falsa
autosuficiencia. Os he hablado al principio de cierta semana muy particular; pues bien, dicha
semana empezó así:

El lunes fue a clases por la mañana y se aburrió como una ostra, para variar. Al respecto hay que
decir que en unas clases no se enteraba de nada, en otras no se quería enterar y en el resto del día
no podía, por estar entretenido molestando al personal. En el recreo, alguien le conto un chiste
para morirse de la risa. Convencido, se dijo que era tan bueno que se lo diría a uno de sus mejores
amigos por la tarde, después de la cinco. Efectivamente, a esa hora se encontró con su colega, que
estaba acompañado de dos más y otras tantas chicas. Ni corto ni perezoso comenzó a contar el
maravilloso chiste. Le extraño comprobar que ni siquiera llevaba la mitad cuando los otros ya
estaban a carcajada limpia. Se reían de él, no con él. Se dio cuanta entonces de que se trababa
continuamente y que no sabía expresarse. No pudo evitar entonces recordar a cierto profesor
llamado don Luis y aquella cosa rara llamada Procesos de Comunicación.

El martes ya no se acordaba de la vergüenza que había pasado el día anterior. Se encontraba en


casa, casi a la hora de comer, cuando su hermano pequeño, de unos diez años, le pidió que le
tradujera la historia del comienzo de uno de sus videojuegos favoritos. Estaba en inglés, pero
nuestro protagonista eso lo tenía “dominao”. Al fin y al cabo… ¡si la mayoría de las palabras se
parecían al castellano! O eso creía… Total, que tradujo “The White bomber” como “El bombero
guay”, y el pequeño, que algo si sabía, se partió de risa durante un cuarto de hora. Nuestro
muchacho se puso rojo como un tomate y se pasó toda la tarde sin poder mirar a su hermano a la
cara, pensando en los crucigramas que hacía en clase de Pilar, la profe de inglés.

El miércoles fue todavía mejor. Quiso sorprender a su novia escribiéndole un poema, y ciertamente
la sorprendió, aunque no por sus dotes liricas, sino por la cantidad de faltas de ortografía. La cara
que puso la chica sí que era poesía y no lo que había escrito. No contento con eso, quiso dárselas
de manitas cambiando una bombilla y lo único que consiguió fue fundir el resto. No había dudas
de que la Sra. Cruz, la de Lengua Castellana, y el sr Gil, el de Tecnología, estarían ampliamente
satisfechos de él.

El jueves también fue curioso. Empezó extraviando un dibujo que tenía que entregar a la Sra.
Concha, la de Artística. Mary Carmen –la psicóloga- lo recogió y echando un rápido vistazo
concluyo que debía haberse perdido en Primaria. Para más rabia, uno de la clase le tomo el pelo
diciéndole que tuviera cuidado con el ácido acético, que era un veneno muy peligroso. Cuando
Fernando, el de Química, le explico que no era más que vinagre, se le quedó una cara de tonto que
le duro todo el día.

El viernes, ultimo día lectivo de la semana, decidió no hacer más el ridículo y pasar todo lo
desapercibido que pudiera. Aun así, no pudo evitar meter la pata en el recreo; estando
comentando una noticia del telediario del día anterior, tuvo que soportar la vergüenza de no saber
cuál era la capital de Portugal. Sin duda debería haber atendido más en clase de Sociales.

No había forma: hiciera lo que hiciese, fuera donde fuese, se encontraba con que su casi nula
cultura general le hacía pasar ratos realmente malos. Habían bastado cinco días para percatarse de
lo equivocado que estaba. Ahora, al menos, le esperaba un fin de semana para descansar del
colegio y salir con sus amigos.

Curiosamente, decidió quedarse en casa.

Lectura tomada del libro “SEMBRAR VALORES, RECOGER FUTURO”, autores Fernando Lafuente,
Noelia Cisneros y Emilio Gómez

ACTIVIDADES

2. Escuchar algunas apreciaciones de los estudiantes con respecto a la interpretación de la


lectura
3. En compañía con el docente orientador de la actividad analizar el contenido de la lectura
tomando como referencia las siguientes claves.

CLAVES PARA ANALIZAR LA LECTURA

 El valor practico de la cultura


 El colegio como fuente de conocimiento
 El precio de la ignorancia

Nota: cada docente orientador de la actividad es libre para elegir las actividades o manejar otra
actividad que considere pertinente para una mejor interpretación del texto.

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