Antes de las Alianzas modernas, antes de cristiana ha reemplazado al águila como
las difíciles colaboraciones y conflictos políticos
de los últimos milenios, hubo otra civilización de
no muertos que se alzó y cayó, tan distinta de la
actual sociedad vampírica como el gobierno del
Imperio Romano sobre la Europa mortal respecto
la actual Unión Europea. Esa civilización es por
igual legendaria y difícil de representar, pero
también constituye una profunda influencia
ancestral.
Ésta es Roma: la fuente de toda gloria y
orgullo, la brillante gema en la gran diadema del
Imperio. Ésta es Roma: la más corrupta de todas
las ciudades, el corazón de toda hipocresía. Ésta
es Roma: todo lo que es bueno y todo lo que es
malo en la humanidad camina por estas calles.
Pero las glorias de Roma se están esfumando. Esta
ciudad es el corazón y el útero, pero no la sede
del Imperio, que se ha trasladado a
Constantinopla. Del mismo modo, los viejos
dioses han sido desplazados por una nueva fe que
no reconoce la herencia de Rómulo y Augusto.
En las siguientes décadas morirá el linaje
de Constantino, el último gran Emperador de
Roma, y comenzará la lenta caída. La chi-ro
I
estandarte de Roma, y las viejas religiones son
empujadas a un lado como irrelevantes. El
Emperador Juliano, el último campeón de la
Roma pagana, tratará de restaurar la antigua
religión y combatir el auge del cristianismo.
Fallará, y su fracaso significará el principio de fin
definitivo de la Roma pagana.
Teodosio será el último Emperador que
gobierne un Imperio unido. Tras él, el imperio se
desgajará en dos definitivamente: uno en
Occidente y otro en Oriente. Las invasiones
bárbaras rematarán al decadente imperio, y a
finales del siglo V, el de Occidente caerá
definitivamente. El de Oriente casi lograra
sobrevivir por mil años más.
Los Propinqui, los “Vástagos” muertos de
Roma, presumen de caminar por las noches de
Roma como los romanos vivos lo hacen durante
el día, compartiendo el destino y la gloria
imperial de Roma. Pero en realidad los Propinqui
son el pecado de Roma, son nefasti, los no
propicios, los signos andantes y hambrientos de
la vergüenza de Roma. Son los pecados secretos
que existen a la sombra del glorioso día de Roma.