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Freud creía que la mente humana se compone de tres elementos: el ello, el yo y el superyó. Las
teorías de Freud etapas psicosexuales, el inconsciente y simbolismo de los sueños siguen siendo
un tema popular entre los psicólogos y laicos, a pesar de que su obra es vista con escepticismo
por muchos hoy en día. Muchas de las observaciones y las teorías de Freud se basaban en casos
clínicos y estudios de casos, por lo que sus resultados difíciles de generalizar a una población
mayor. Otro teórico asociado con el psicoanálisis es Erik Erikson. El psicoanálisis ayuda a la gente
a entenderse a sí mismos mediante la exploración de los impulsos que a menudo no reconocen
porque están ocultos en el inconsciente.
Hoy en día, el psicoanálisis abarca no sólo la terapia psicoanalítica, sino también el psicoanálisis
aplicado, así como neuro psicoanálisis. Los enfoques tradicionales de Freud ya se han superado
ampliamente, y los enfoques más modernos de la terapia psicoanalítica hacen hincapié en una
visión sin prejuicios y más empática. De este modo, los clientes pueden sentirse seguros a
medida que exploran sus sentimientos, deseos, recuerdos y los factores de estrés que pueden
conducir a problemas psicológicos. La investigación también ha demostrado que el autoexamen
utilizado en el proceso psicoanalítico puede ayudar a contribuir al crecimiento emocional a largo
plazo.
De acuerdo con la Teoría de la Personalidad según Sigmund Freud, nos encontramos con las tres
estructuras básicas de la personalidad:
El Ello: Es el único componente de la personalidad que está presente desde el nacimiento. Este
aspecto de la personalidad es completamente inconsciente e incluye los comportamientos
instintivos y primitivos. Según Freud, el Ello es la fuente de toda la energía psíquica, por lo que
es el componente principal de la personalidad.
Sublimación: Es similar al desplazamiento, pero el impulso se canaliza hacia una forma más
aceptable. Una pulsión sexual se sublima hacia una finalidad no sexual, apuntando a objetos
valorados socialmente, como la actividad artística, la actividad física o la investigación
intelectual.
Represión: Es el mecanismo que Freud descubrió primero. Hace referencia a que el YO borra
eventos y pensamientos que serían dolorosos si se mantuvieran en el nivel consiente.
Proyección: Hace referencia a los individuos que atribuyen sus propios pensamientos, motivos
o sentimientos, hacia otra persona. Las proyecciones más comunes pueden ser
comportamientos agresivos que provocan un sentimiento de culpa, y fantasías o pensamientos
sexuales.
Negación: Es el mecanismo por el cual el sujeto bloquea eventos externos para que no formen
parte de la conciencia y trata aspectos evidentes de la realidad como si no existieran. Por
ejemplo, un fumador que se niega a afrontar que fumar puede provocar serios problemas para
su salud.