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FACULTAD DE HUMANIDADES Y EDUCACIÓN

4° PSICOLOGÍA – VESPERTINO
PSICOLOGÍA COMUNITARIA I

ENSAYO
“REFLEXIÓN PERSONAL”
PSICOLOGÍA COMUNITARIA I

PROFESOR:
GERMAN GONZALEZ L.

INTEGRANTES:
ESTER PINTO INZULZA

FECHA
27 DE JUNIO DE 2013
REFLEXIÓN PERSONAL

1. Aspectos relevantes de la Psicología Comunitaria, desde una perspectiva personal.

Al iniciar esta reflexión, veo que son tantos los temas abordados y cada uno de ellos de gran
relevancia dentro del marco de la Psicología Comunitaria, que me es difícil elegir uno, sin embargo
creo que en este momento estoy en una situación puntual que me hace reconocer que el
“Autocuidado” y en general las “Competencias Profesionales”, son sin duda un elemento que puede
ser determinante en la ejecución de la labor de un psicólogo Comunitario. Somos seres humanos que
vamos a trabajar con otros seres humanos, independientemente de cuál sea el área de la psicología
en que nos queremos especializar, o en el que queremos trabajar es importante que siempre
tengamos presente esta perspectiva.

Es tan importante y a la vez es un deber ético el procurar estar en las mejores condiciones físicas,
anímicas, intelectuales, afectivas, etc., cuando vamos a realizar una intervención,
independientemente de cuál sea su objetivo, ya que en nuestra tarea nos estaremos enfrentando a
personas, y si es en el ámbito comunitario, estaremos hablando de personas que en un mayor o
menor grado están en un ámbito de vulnerabilidad, por lo que tenemos un deber de ser un aporte
para ellos.

La Competencia de La Reflexividad, esa capacidad de autoobservación que debe tener el Psicólogo


Comunitario, la capacidad de mirarse a sí mismo, el cómo me encuentro preparado para realizar esta
actividad, desde mi cuerpo, físicamente, cuál es mi estado emocional en este momento en que me
enfrentaré a personas que están de alguna manera en una situación de vulnerabilidad; cual es mi
estado cognitivo o intelectual respecto al tema que voy a abordar en ese momento y también cual es
la formación que tengo para el trabajo con grupos; cuales son mis conductas observables que pueden
incidir en la respuesta del grupo; cual es mi historia, en qué etapa de mi vida estoy, el grupo con el
que voy a trabajar recuerda alguna vivencia particular en mí que puede afectar de alguna manera
esta intervención ya sea positiva o negativamente; con respecto al contexto que configura mi manera
de mirar, hay algo especial, en lo geográfico, social, económico, político, religioso, étnico, etc., que
incida en mi mirada respecto a este grupo en particular; en lo relacional, hay algo que esté afectando
mi manera de relacionarme con los otros, un proceso emocional particular que afecte de una u otra
manera mi forma de relacionarme con el grupo.

Cada una de estas dimensiones, desde las más superficiales a las más profundas van a afectar mi
desempeño en un intervención, en mi labor de facilitador, es por ello la importancia de tener esa
capacidad reflexiva que permita saber desde donde nos estamos parando frente al mundo, que en ese
momento es el grupo con el que estamos trabajando. Así como es importante mirarse a sí mismo,
también es importante tener la capacidad de mirar la propia práctica, cómo estoy llevando a cabo mi
labor, estar consciente de lo que se está haciendo, cómo se está llevando a cabo lo que estaba
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planificado en el “papel”, es lo que se programó, es lo que el grupo necesita, lo estoy entregando de
la mejor manera. Y en la explicación de la propia práctica, tengo un fundamento teórico que respalde
lo que estoy haciendo, tengo la preparación suficiente para “saber-hacer”, me he formado para ello,
y si me he formado, tengo el repertorio adecuado que me permita tener distintas opciones para elegir
la más apropiada para este grupo.

Que importante es tener esta capacidad reflexiva, ya que lo que nos diferencia a los seres humanos
de otras especies es justamente el poder reflexionar, y más si en el ejercicio de nuestra profesión
trabajamos con personas. Que importante reflexionar sobre nosotros, sobre nuestro actuar, sobre
nuestro respaldo para actuar de una manera determinada, ya que en el ejercicio de nuestra actividad
estamos trabajando con personas, con seres humanos, que como lo he mencionado, están en mayor o
menor grado en una situación de vulnerabilidad, lo que nos hace aún más responsables de lo que
estamos entregando, es un tema ético pero a la vez, es un tema humano; creo que éste punto es
fundamental cuando ejercemos independientemente del área en que nos especialicemos, el estar
conscientes que cuando nos enfrentamos a otra persona, nos estamos enfrentando a otro ser humano.

En la competencia de vinculación para el apoyo es donde generamos las condiciones para establecer
un vínculo entre nosotros como facilitadores y la comunidad o grupo con quienes estamos
trabajando, estableciendo los límites, las reglas, al igual que en el encuadre clínico se establecen las
condiciones de la terapia, en este punto es donde hacemos el encuadre para trabajar con el grupo,
los alcances, la regulación de la distancia emocional, etc. Para esta vinculación se establecen tres
propósitos para tener en consideración, el primero de ellos es generar confianza, desde mi punto de
vista un tremendo desafío para nuestro ejercicio, cómo generar confianza en un grupo que
seguramente no ha tenido experiencias positivas, y aunque si las hubiesen tenido, sus experiencias
de vida seguramente no están basadas en una disposición inmediata para la confianza, ya que
estamos hablando de grupos vulnerables, quienes en algunos casos han perdido la confianza tanto en
el sistema, como en las personas; es una tarea difícil, pero no imposible, y para ello tenemos algunas
herramientas como las planteadas por Carl Rogers desde su mirada humanista para ser un terapeuta
efectivo, denominadas las tres actitudes básicas para ser un buen terapeuta, la congruencia, ser
genuinos y honestos con los pacientes; la empatía, que es la habilidad de sentir lo que siente el
paciente, el colocarse en el lugar del otro; el respeto, la aceptación, preocupación positiva
incondicional hacia el paciente; cada uno de estas tres actitudes básicas planteadas por Rogers nos
permite reconocer al otro como un legítimo otro, validándolo, entendiéndolo y escuchándolo, desde
una escucha activa, respetándolo como ser humano. El segundo propósito es el compromiso para la
acción, en este punto nos salimos del rol de experto y nos hacemos cargo del rol de facilitador, ya
que la acción debe ser generada desde la comunidad, desde sus necesidades, desde sus intereses
particulares, ya que sólo de esta manera podemos asegurar el compromiso del grupo con la actividad
que vamos a realizar, es un tema que nace de ellos, que les hace “sentido”, el compromiso es con
ellos mismos, no es con lo propuesto por un facilitador, nuestra tarea es generar las condiciones
necesarias para que ellos definan lo que quieren hacer. El tercer propósito es la perspectiva de

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cambio, en este punto nos corresponde analizar cuál será la incidencia que tendrá nuestra
intervención en el futuro de los participantes, si el aprendizaje entregado les será útil, si tendrá una
proyección futura y significará un aporte real para esta comunidad en particular.
Cuando hacernos intervenciones lo importante es saber que éstas serán útiles y significarán un
aporte real a la comunidad, no se trata de hacer intervenciones sólo por el hecho de justificar un
presupuesto o cumplir con un programa, en este punto nuevamente es importante nuestra ética.

Conversación especializada es otra de las competencias profesionales, en este punto también


estaremos favoreciendo el vínculo con el grupo con que estamos trabajando ya que nuestra tarea será
intencionar la conversación para lograr motivar a dicho grupo, de manera que se movilice y
participe, y lo más importante, es que logren ser conscientes de lo que están proponiendo.

Esta conversación posee tres características para que sea efectiva, es reflexiva, así como una de
nuestras competencias es la reflexividad, en este punto como facilitadores debemos invitar a los
participantes para que puedan también ser reflexivos, para que se “miren” dando la oportunidad para
que consciencia de que está pasando con ellos en esta actividad; es inclusiva, es decir todos tienen la
oportunidad de ser considerados en esta conversación, ya hablamos que en el vínculo para el apoyo
se legitima al otro como ser humano, por lo tanto ésta es una oportunidad de poner en práctica este
respeto hacia el otro y lograr que cada uno se sienta incluido; es generativa, es decir es una semilla
que se siembra para generar frutos, que desde ella se puedan generar otras que vayan teniendo
sentido para el grupo, que se puedan plantear nuevas ideas, toda intervención tiene que tener como
objetivo entregar herramientas que le permitan a los participantes avanzar, y esto se puede lograr
generando nuevas ideas que se puedan compartir con el grupo, algunas de ellas pueden tener sentido
para el grupo y pueden motivar nuevos puntos de vista o nuevas ideas que antes no se habían dado,
tal vez por falta de un espacio de conversación.

La última competencia profesional es el autocuidado, un tema que para mí en este momento es muy
sensible y que me hizo reflexionar de cuán importante es estar en buenas condiciones personales
cuando vamos a trabajar con grupos en nuestro rol de facilitadores, cuán responsable somos de estar
conscientes de nuestra condiciones en los distintos ámbitos, corporal, emocional, psicosocial;
estamos en condiciones de asegurar una integridad emocional, cuando estamos trabajando con
grupos vulnerables, tenemos una salud física de acuerdo a lo que va a requerir la actividad, nos
preocupamos de nuestra alimentación, de dormir las horas necesarias para tener la energía necesaria
que demando una actividad de este tipo; nos damos instancias que nos permitan tener una buena
calidad de vida, con elementos que nos den tranquilidad, satisfacción personal; tenemos un
equilibrio en los distintos aspectos de nuestra vida. Este no es un punto fácil de lograr, aún estando
conscientes de lo importante que es para un buen desempeño de nuestra tarea.

En mi caso personal, me he preocupado durante muchos años de mi desarrollo personal, esto con el
fin de tener herramientas que me permitan tener un mayor repertorio de acción cuando tengo que

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enfrentarme a un trabajo con personas, en distintas áreas, como la comunicación, las relaciones
humanas, la motivación, el liderazgo, la negociación, el trabajo en equipo, entre muchas otras, pero
en la práctica ya sea como participante de distintas actividades, o como ayudante de instrucción, o
como instructor de algunas de esas actividades. Sin embargo me di cuenta de que esas herramientas
cognitivas no eran suficientes para el trabajo con personas, y sentí la necesidad de preocuparme de
tener paralelamente a ese desarrollo cognitivo, un desarrollo espiritual, que me permitiera tener una
base de preparación mucho más amplia cuando me enfrento en un trabajo con personas. Con toda
esta preparación sigo siendo un ser humano que comete errores y que por pensar que tiene todos los
frentes cubiertos, justamente me descuidé el más básico de todos ellos, que es el aspecto físico, por
ello al comenzar a realizar este trabajo me hizo tanto sentido el “Autocuidado”, ya que sin duda es
importante tener muchas herramientas para trabajar con las otras personas, pero no hay que perder
de vista que el que va a trabajar con otros soy “yo” por lo tanto también es un deber ético el
preocuparme de mí , ya que sólo estando bien yo podré entregar lo mejor de mi cuando tenga que
trabajar con otros. Es importante dentro de este “Autocuidado” tener presente que si bien es cierto
que es muy importante cumplir con muchas obligaciones, hay que tener presente los límites físicos
que se tiene justamente como ser humano y no exigirse más allá de ellos. El tener muchas
herramientas no es garantía de salud y no se debe descuidar esta salud por entrar en un ritmo de auto
exigencia que sobrepasa éstos límites humanos mencionados, es mucho más sabio hacer menos
cosas pero resguardar ésta salud para estar en las mejores condiciones, ya que es la única forma en
que voy a poder dar lo mejor de mí en los distintos ámbitos, especialmente cuando esté trabajando
en el ámbito comunitario.

2. Proceso de aprendizaje A-D-R vivido durante el primer semestre

Todo lo visto durante este semestre fue un gran aprendizaje, sin ninguna duda, pero como para esta
actividad se debe elegir sólo un proceso de articulación, desarticulación y rearticulación, que
grafique un aprendizaje significativo vivido durante el primer semestre, dentro de los contenidos
generales del rol de Psicólogo Comunitario planteados por Alipio Sánchez, en las funciones básicas,
la “Inducción /facilitación de la conciencia de posibilidad de cambio social”, es un tema que produjo
proceso de articulación, desarticulación y rearticulación importante en mi aprendizaje, o tal vez
mucho más que importante, ya que de verdad provocó un impacto en mí, esto es porque hasta ese
momento mi conocimiento en actividades con grupos por mi desarrollo profesional, había sido
siempre con grupos de personas con otros medios económicos, que pagaban directamente por asistir
a capacitaciones que no eran baratas, o que sus empresas pagaban para que ellos pudieran asistir,
una realidad muy distinta a la que se puede vivir con un grupo en una intervención comunitaria, más
aún si es en un grupo vulnerable. Los grupos con los que había trabajado independiente de tener
realidades distintas, tenían una necesidad de mejorar sus habilidades en el trato con otras personas,
ya sea en habilidades de comunicación o en habilidades en relaciones humanas, esto es
independiente de la labor que realizaran, desde directores, gerentes, jefes, hasta los niveles de menor
rango en las distintas empresas, por lo que mi percepción era que todas las personas

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independientemente de sus realidad, tenían las mismas necesidades, por el hecho de ser seres
humanos, y como seres humanos, somos todos iguales. El enfrentarme aunque fuera en el papel a un
realidad completamente distinta, según lo visto en toda la cátedra de Psicología Comunitaria I, pero
particularmente al conocer dentro de las funciones básicas del psicólogo, la “Inducción /facilitación
de la conciencia de posibilidad de cambio social”, en donde se platea que los grupos sociales
marginales a causa de su extrema alienación y marginación, viven su situación como inmodificable,
ya que carecen de toda conciencia de formas de vida alternativas y posibilidades de cambios
positivos, por lo que requieren que el psicólogo en su rol ayude a crear la conciencia de la
indeseabilidad de su situación actual, y que también ayude en la generación de posibilidades
realistas de cambio, dejó sin fundamento toda mi teoría de los seres humanos iguales. El que los
grupos vulnerables no tengan o no se les dé posibilidades efectivas de cambio, si es de conocimiento
general, pero para mí el saber que esto es más allá de lo que viene desde fuera, de la sociedad, sino
que es un tema que vienes desde su creencia, en las que ni siquiera vislumbran una posibilidad de
cambio, fue el nuevo aprendizaje que desarticulo mi conocimiento previo.

3. Propuesta de incorporación del aprendizaje A-D-R, como facilitador comunitario en el segundo


semestre.

La intervención comunitaria puede entenderse como una serie de acciones o influencias,


planificadas o no planificadas, dirigidas a problemas que se manifiestan dentro de los sistemas y
procesos sociales que inciden en el bienestar psicológico y social de los individuos y grupos
sociales, por ello mi propuesta como facilitador comunitario en el segundo semestre, teniendo en
consideración mi aprendizaje A-D-R, independiente del grupo con el que pueda trabajar, es una
estrategia de intervención orientada a optimizar las destrezas, habilidades y recursos personales de
los participantes, promoviendo en ellos la toma de conciencia de su realidad o situación actual y
desde ahí, mostrarles posibilidades realistas de cambio de esa realidad, esto desde el desarrollo del
tema que manifieste el grupo, como problemática para trabajar. Esto es teniendo el máximo cuidado
de no crear falsas expectativas, que puedan crear frustraciones, promoviendo pequeños avances
alcanzables, ya que ellos serán la mejor motivación del grupo para seguir en un continuo proceso de
aprendizaje significativo, teniendo claro que si existen formas distintas y nuevas oportunidades.
Cumpliendo así las funciones básicas de mi rol de Psicólogo Comunitario.

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