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y Humanas
ISSN: 1390-3837
revistauniversitas@ups.edu.ec
Universidad Politécnica Salesiana
Ecuador
Mestre, Alberto
LA ÉTICA DE LA RESPONSABILIDAD SEGÚN ROBERT SPAEMANN
Universitas, Revista de Ciencias Sociales y Humanas, núm. 10, 2008, pp. 233-257
Universidad Politécnica Salesiana
Cuenca, Ecuador
Alberto Mestre**
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La ética de la responsabilidad según Robert Spaemann
1 Robert Spaemann nació en Berlín en 1927. Estudió Filosofía, Historia y Teología en las Universidades de
Münster, Munich, Friburgo (Suiza) y París. Tras pasar por las Universidades de Münster, donde fue
Wissenschaftlicher Assistent y Stuttgart, donde ejerció como Ordinarias de filosofía y pedagogía en la
Tecbnische Hocbscbule, en 1968, sucedió a Gadamer en la cátedra de Filosofía en Heidelberg. Desde 1972
hasta 1992 ha sido Professor de Filosofía en Munich. Además es Profesor Honorario en la Universidad de
Salzburgo, y ha sido Profesor invitado en las Universidades de Río de Janeiro, Safehiirpnv, París (Sorbonne).
Autor de numerosos ensayos de ética y de filosofía política.
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3 Cfr. R. FABRA, Diccionario general, Edhasa, Barcelona, 1994, Edición 32: 1459.
4 Cfr. V. GARCÍA DE DIEGO, Diccionario ilustrado latino-español, Barcelona, 1992, Edición 19°: 435.
5 Cfr. R. SPAIMAW, Límites. Acerca ele la dimensión ética del actuar, Ediciones Internacionales Universitarias,
Edhasa, Madrid, 2003: 205.
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7 Algunos datos biográficos de Max Weber: Nació en Erfurt el 21 de abril de 1864. Su padre era abogado e
hizo carrera política dentro del Parlamento Liberal-Nacional, primero como diputado en la Cámara de los
Diputados prusiana (1868-1897) y después de la unificación de Alemania en 1871, como diputado en el
Parlamento Federal (Reichstag), desde 1872 a 1884. Max Weber estudió Derecho, Economía e Historia en
las universidades de Heidelbcrg, Berlín y Gottingen, obteniendo el grado de doctor en 1889.Tuvo un largo
período de docencia, hasta que una profunda crisis nerviosa le obligó a abandonarla, así como toda acti-
vidad pública entre 1897 y 1903. A partir de entonces empieza su actividad de investigador y participa
activamente en la Asociación de Política Social y en la Sociedad Alemana de Sociología, de la que fue socio
fundador. Escritor de numerosos artículos en el periódico, regresó más tarde a la docencia. Weber militó
en el partido Demócrata (Deutsche Demokratische Partei, DDP), de reciente fundación y que era el parti-
do que recogía el liberalismo de izquierda. Decepcionado por la vida política continuó con la docencia.
Formó parte en 1919 de la delegación alemana en las negociaciones de paz en Versalles colaborando en
la redacción de la respuesta alemana al escrito de las potencias vencedoras. En junio de 1920 cayó enfer-
mo de pulmonía y murió el 14 de ese mismo mes.
8 Cfr. MAX WEBER, La ciencia como profesión-La política como profesión, Colección Austral Espasa Calpe, Edición
Joaquín Abellán, Madrid, 1992, (Ediciones originales: Wissenscbaft als Beruf 1919 – Politik als Beruf 1919).
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10 Cfr. M. SCHOOYANS, El Evangelio frente al desorden mundial, Diana, México D. F. 2000: 73. comentando la obra
de Max Weber, Le Savant et le Politique, Le Monde, París, 10/18, 1959: 173).
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aprobación” del juicio moral kantia- Pues todos esos objetivos, a los
no, por hablar con Fichle), pero los que se aspira con una acción política
ciudadanos lucharon contra el que opera con medios violentos y
Estado de la Iglesia. Y en relación a por el camino de la ética de la res-
esta situación, Maquiavelo, en un ponsabilidad, ponen en peligro la
bello pasaje de la Historia de Flo- “salvación del alma”12.
rencia, si no me equivoco, hace que Es curioso constatar que aquellos
uno de sus héroes alabe a aquellos que Weber denomina como defenso-
ciudadanos que pusieron la grandeza res de la ética de responsabilidad, pro-
de su ciudad-patria por encima de la tectores del cuidado de las conse-
salvación de sus almas”. cuencias más a largo plazo, general-
Si bien de modo más cauteloso y mente se autodefinan ellos mismos
matizado, Weber se adhiere a la como seguidores de sus propias con-
máxima de Maquiavelo, el fin justifi- vicciones morales. Y así encontramos
ca los medios. de modo paradójico, que son preci-
Quien quiera hacer política en samente los que creen obrar empuja-
general, y quien quiera ejercerla, dos por la responsabilidad universal
sobre todo, como profesión, tiene por el máximo bien de la sociedad,
que estar consciente de esas parado- buscando unas consecuencias que
jas éticas y de que es responsable de
van mucho más allá de lo que hay
lo que él mismo pueda llegar a ser
aquí y ahora, quienes serán los que se
bajo la presión de éstas. Repito que
olviden que tienen ante todo y, sobre
tendrá que comprometerse con los
todo, la responsabilidad de sus pro-
poderes diabólicos que acechan en
pios actos concretos y particulares
toda acción violenta.
ante la sociedad.
Y en otros pasajes encontramos:
Es esto lo que les ocurre precisa-
Quien busque la salvación de su alma
mente a los terroristas, que se pre-
y la salvación de otras almas, que no
sentan a su juicio como guiados y
la busque por el camino de la políti-
empujados por una supuesta supra-
ca, que tiene otras tareas muy distin-
responsabilidad global y universal,
tas, unas tareas que sólo se pueden que buscando un máximo bien de la
cumplir con la violencia11. sociedad, piensan que todo les dis-
11 M. WEBER, La ciencia como profesión-La política como profesión, Colección Austral Espasa Calpe, Edición
Joaquín Abellán, Madrid, 1992: l6l (Ediciones originales: Wissenschaft ais Beruf 1919 - Politik ais Beruf 1919).
12 M. Weber, La ciencia como profesión-La política como profesión…, 160.
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pensa del cumplimiento de las más debe por lo demás precisar, que una
elementales responsabilidades hu- ética deontológica pura, es decir, una
manas y civiles aquí y ahora. ética que prescinda de todas las con-
A su vez, el terrorista que está secuencias de una determinada
empujado por estas motivaciones acción, no existe13.
siente que lo hace por un íntima ética Es cierto que se puede mantener
de convicción, evidentemente defor- una ética consecuencialista pura en
mada y aberrante. el marco teórico, pero en realidad
ella no es practicable por razones de
2. La ética de responsabilidad de principio. No podemos prescindir
Weber es un consecuencialismo del todo de las consecuencias de las
acciones porque el obrar consiste
Ética teleológica, consecuencialis- precisamente en producir un efecto.
mo o utilitarismo, son nombres que Una acción que no tuviera ninguna
le quedan bien a la “ética de respon- consecuencia no sería una acción.
sabilidad” de Max Weber. La cuali- Por este motivo la única pregunta
dad moral de una acción o de una posible es: ¿de qué consecuencias
omisión está determinada por el debemos soportar la responsabilidad
conjunto de consecuencias que esta por los efectos que van más allá de la
acción u omisión produce: más exac- acción inmediata, de tal modo que,
tamente, ella se calcula sobre la base tales consecuencias contribuyan a
de una proporción entre las conse- definir el carácter moral de la acción?
cuencias de cualquier acción u omi- El consecuencialismo dice: todas
sión alternativa. las consecuencias, aunque si después
Contra este tipo de ética, encon- sobre criterios de valoración natural-
tramos la llamada ética deontológica, mente las opiniones difieren. El utili-
que pone por lo contrario, un límite tarismo clásico propone un paráme-
a este tipo de cálculo ponderado; tro más simple: la mayor felicidad
algunos comportamientos deben ser
posible para el mayor número posi-
rechazados siempre, independiente-
ble de personas. “Felicidad” equivale
mente de las consecuencias produci-
aquí a placer y bienestar subjetivo.
das, como, por ejemplo, la muerte
Otras posiciones tienden a introdu-
directa e intencional de una persona
cir criterios de valoración más dife-
inocente, la tortura, el adulterio. Se
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acción, por las incalculables conse- te de la persona que recibía las des-
cuencias con las que nos podemos cargas.
encontrar. Evidentemente, el experimento
También el utilitarismo-conse- era simulado, y la persona que su-
cuencialista deja el juicio moral en puestamente recibía las descargas
manos de los tecnócratas, los cuáles, eléctricas era un actor que fingía
mejor que otros, pueden evaluar - recibirlas, el experimento más bien
todas- las consecuencias posibles del se centraba en la persona que pulsa-
acto producido. Spaemann explica ba el botón de las descargas, y el
cómo una empresa dirigió un experi- experimento buscaba ver la reacción
mento que consistía en una prueba de aceptación o no de semejante pro-
que se le hacía a un persona común y puesta: la de aceptar producir dolor a
corriente, que había visto la petición otra persona bajo la principal moti-
de personas para un experimento vación de hacer avanzar la ciencia
científico, y cuya misión era tan sólo con dicho experimento. Es notable
observar que la mayoría de las perso-
la de aplicar una serie de descargas
nas invitadas no ofrecieron resisten-
eléctricas, que por su voltaje inicial
cia e incluso muchas permitían llegar
eran inofensivas, pero que iban en
hasta los niveles mortales.
aumento, y que otra persona invitada
Veamos algunas conclusiones de
sufría. Se presentaba la actividad dicho experimento:
como una investigación científica, En primer lugar, ¿qué se deriva de
dentro de la cual el aumento de las todo esto? Que orientar nuestros
descargas eran progresivas, hasta lle- actos según el conjunto de sus conse-
gar a una fase del experimento en el cuencias los deja sin dirección, los
cual los niveles empezaban a ser peli- entrega a cualquier experiencia y
grosos para la persona que los reci- manipulación. Aunque no conduce
bía. La persona invitada a realizar las con seguridad a un mundo mejor,
descargas, que consistía tan sólo en sin embargo el utilitarismo cae en
pulsar un botón, no ofrecía ninguna una contradicción, ya que sí preten-
resistencia cuando se le pedía que de lograr el mejor mundo posible.
fuera aumentando el voltaje eléctri- Pero ese mundo no se consigue por
co, motivada por la razón de hacer el hecho de que cada uno se lo pro-
avanzar la ciencia, si bien con ello ponga como un objetivo. Incluso la
podía llegar a producir al inicio un orientación utilitarista de nuestras
cierto dolor, luego un cierto daño, y acciones resulta perjudicial desde su
tal vez más adelante la posible muer- propio punto de vista.
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19 Robert Spaemann, Ética: Cuestiones fundamentales, Editorial. Eunsa, Pamplona, 1987: 82.
20 Cfr. Robert Spaemann, Personas. Acerca de la distinción entre “algo” y “alguien”, Pamplona 2000: 166
21 Cfr. Robert Spaemann, Ética: Cuestiones fundamentales, Eunsa, Pamplona 1987: 80.
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SPAEMANN, Robert SPAEMANN, Robert
1987 Ética: Cuestiones fundamentales, 2000 Personas. Acerca de la distinción
Eunsa, Pamplona. entre “algo”y “alguien”. Eunsa,
SPAEMANN, Robert Pamplona.
1991 Felicidad’ benevolencia, Rialp, WEBER, Max
Madrid. 1959 Le Savant et le Politique, Le Mon-
SPAEMANN, Robert de, París, 10/18.
2003 I imites. Acerca de la dimensión WEBER, Max
ética del actuar, Ediciones Inter- 1992 La ciencia como profesión-La po-
nacionales Universitarias, Ma- lítica, como profesión, Colección
drid. Austral Espasa Calpe, Edición
SPAEMANN, Robert Joaquín Abellán, Madrid. (Edi-
1994 La coscienza, Capitolo 3, sull ‘Eti- ciones originales: Wissenschaft
ca cristiana delta respon-sabilitá, ais Beruf 1919 - Politik ais Beruf
Conferenza Internazionale pa- 1919).
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