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Universitas, Revista de Ciencias Sociales

y Humanas
ISSN: 1390-3837
revistauniversitas@ups.edu.ec
Universidad Politécnica Salesiana
Ecuador

Mestre, Alberto
LA ÉTICA DE LA RESPONSABILIDAD SEGÚN ROBERT SPAEMANN
Universitas, Revista de Ciencias Sociales y Humanas, núm. 10, 2008, pp. 233-257
Universidad Politécnica Salesiana
Cuenca, Ecuador

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=476150829010

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LA ÉTICA DE LA RESPONSABILIDAD
SEGÚN ROBERT SPAEMANN*

Alberto Mestre**

Introducción qué grado está involucrado en ellos.


El tema de la responsabilidad moral
La reflexión ética sobre los actos es recurrente, tanto en la ética filosó-
humanos está muy interesada fica como en la teología moral y, en
en la responsabilidad que el no pocos casos, crea un gran interés
ser humano tiene sobre en ambientes políticos y profesiona-
los mismos y se cues- les.
tiona continua- En la primera parte de este artícu-
mente hasta lo se ofrece una inicial descripción
del problema de la responsabilidad
mediante algunos factores que se
observan en la sociedad, para pasar
luego a la definición del concepto de
responsabilidad. En la segunda parte
se ha buscado encuadrar la reflexión
de este tema partiendo de la contro-
versia iniciada por Max Weber, el
cual distingue en sus escritos una
ética de la convicción y una ética de
la responsabilidad. Dicho autor
posee una
noción pro-
pia de respon-
sabilidad en clave utilita-
rista. Será precisamente a la
luz de las reflexiones
del Profesor Robert
Spaemann que iré deli-
mitando la ética de la responsabili-

* Artículo aparecido en la Revista Ecclesia, XX, p, 2, 2005.


** Profesor del Instituto Superior de Ciencias Religiosas en el Ateneo Pontificio Regina Aposiolorum Ecclesia, XX,
n. 2, 2006 – pp. 227-250.

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Alberto Mestre

dad de Weber y ofreceré su punto de necesidad de integrar las actividades,


vista sobre la misma. coordinarlas y englobarlas, de modo
A lo largo de todo el trabajo se que no se pierdan en el bosque de las
irán entrecruzando los diversos con- sucesivas divisiones.
ceptos que a los términos “ética de la Hasta no hace mucho tiempo el
responsabilidad” y “ética del deber” adiestramiento militar consistía en
van dando tanto Max Weber como lograr que el soldado realizara su
Robert Spaemann, pero será a la luz parte sin conocer muy bien o lo
de este último, como extraeré una mínimo posible el plan general, hoy
noción enriquecedora para la refle- se busca en la guerra moderna, no
xión moral. que sea una pieza de un engranaje de
una máquina de precisión, sino que
Inicial descripción del proble- sea capaz de resolver tareas de mane-
ma de la responsabilidad ra individual, adaptándose a circuns-
tancias tremendamente cambiantes;
1. La vivencia de la responsabilidad para ello debe ser muy competente,
en el mundo de hoy viviendo a la vez, un fuerte sentido
de la responsabilidad. Sin embargo,
El mundo de hoy se enfrenta a
en la gran mayoría de la población la
nuevos desafíos que surgen de las
responsabilidad ha disminuido. Así,
diversas maneras de concebir el área
la trabajadora de una empresa de
laboral, las relaciones familiares y el
limpieza no tiene ya más la responsa-
entramado del ámbito social. Esta
bilidad que poseían un tiempo las
creciente complejidad en las relacio-
amas de llaves de una hacienda o casa
nes de la vida humana conduce a la
privada. La trabajadora hoy en día
necesidad para un número, cada vez
cumple la tarea que le ha sido asigna-
más grande, de personas de crear
da, en un tiempo establecido, y luego
espacios decisionales no previstos, en
se va. Pedirle que cumpla con las
el intento de alcanzar a organizar
obligaciones de áreas que no le han
correctamente estas mismas relacio-
sido asignadas no sería justo y en
nes vitales.
cierto sentido sería ilógico.
Existe una real tensión entre la
Viendo precisamente que entre
creciente especialización en todas las tareas asignadas pueden quedar
áreas y la necesidad de buscar una espacios sin ocupar, se requiere de
suficiente integración de todas ellas. una nueva coordinación, que permi-
Hoy más que nunca se siente esta ta la correcta ocupación de estos

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La ética de la responsabilidad según Robert Spaemann

tiempos, lo cual presupone no sólo la nes que no están programadas con


utilización de la acción hacia un fin, anticipación, como el comporta-
sino también que el sujeto esté infor- miento en una tarea determinada. En
mado sobre los fines, además de que un hospital del Estado encontramos
posea la competencia para alcanzar- que un médico debe seguir con pro-
los. Esto es muy notable en las gran- tocolos y prescripciones precisas.
des empresas actuales, donde efecti- Simultáneamente, como ciudadano
vamente en un tiempo los obreros o incluso como miembro de una
eran piezas de un engranaje de la sociedad intermedia como una insti-
producción y distribución del pro- tución Pro Vida, le espera eventual-
ducto, sin embargo, ahora se están mente cambiarlas.
convirtiendo en actores dinámicos También la ciencia está sujeta a
que participan en el entero proceso, experimentar una creciente capaci-
si bien en muchos casos sólo desde el dad de predecir las consecuencias a
conocimiento de sus fines, metas, largo plazo de las actividades huma-
dificultades y soluciones. Hoy más nas. El profesor Robert Spaemann1
que nunca son frecuentes los cursos reflexiona cómo la moderna tecnolo-
de actualización, de capacitación y de gía ha logrado tomar extremamente
mayor rendimiento. eficiente el obrar humano. La natu-
La necesidad de recurrir a una raleza, sea como recurso de materia
continua especialización en todos los prima, o como depósito de basura
ámbitos de la vida social requiere, producido por nuestro estilo de vida,
por lo tanto la aparición incesante de no está en grado de neutralizar siem-
nuevos roles diversificados. Cada pre y con facilidad las consecuencias
tarea prescribe comportamientos del obrar humano para reestablecer
bien determinados, precisos y así el equilibrio comprometido.
muchas veces hasta protocolados, sin Además, la ciencia nos enseña de
embargo la coordinación de dichas manera cada vez más minuciosa cuá-
diversas tareas exige a su vez decisio- les son las consecuencias del gran

1 Robert Spaemann nació en Berlín en 1927. Estudió Filosofía, Historia y Teología en las Universidades de
Münster, Munich, Friburgo (Suiza) y París. Tras pasar por las Universidades de Münster, donde fue
Wissenschaftlicher Assistent y Stuttgart, donde ejerció como Ordinarias de filosofía y pedagogía en la
Tecbnische Hocbscbule, en 1968, sucedió a Gadamer en la cátedra de Filosofía en Heidelberg. Desde 1972
hasta 1992 ha sido Professor de Filosofía en Munich. Además es Profesor Honorario en la Universidad de
Salzburgo, y ha sido Profesor invitado en las Universidades de Río de Janeiro, Safehiirpnv, París (Sorbonne).
Autor de numerosos ensayos de ética y de filosofía política.

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Alberto Mestre

número de acciones humanas. Si hoy te según una ley exponencial, que


la alarma de la contaminación es más hace bastante difícil confiar en un
frecuente que en el pasado, es porque cierto repertorio fijo de esquemas de
hoy podemos adoptar medidas con- acciones propias con respecto a uno
venientes mejor que antes. En el mismo y a los demás.
pasado, el agujero de ozono nunca Ejemplo de esta velocidad cre-
fue notado. Hoy en día disponemos ciente son los temas bioéticos, ante
de teorías bien fundadas sobre la los cuales existe una enorme confu-
relación que ello tiene con el uso de sión general, no sólo y principalmen-
ciertos hidrocarburos. Por un lado, el te por la enorme diversidad de pun-
radio de acción de nuestro obrar es tos de vista, sino también debido en
más extenso, por el otro, los conoci- muchas ocasiones a la aparición con-
mientos acrecentados sobre las con- tinua e incesante de nuevas proble-
secuencias de la acumulación del máticas, complejas, interdisciplina-
obrar humano, lleva a nuestra res- res, que una gran parte de la pobla-
ponsabilidad campos cuya responsa- ción no es capaz de asimilar y refle-
bilidad los hombres en el pasado ni xionar. Junto a todo esto hay que
siquiera tenían conciencia, como por añadir la enorme cantidad de infor-
ejemplo, la conservación de la biosfe- mación indiscriminada a la que el
ra. Junto a todo esto, la humanidad hombre de hoy puede acceder, con la
se ha dado cuenta que el potencial consiguiente dificultad de elaborar
que está al alcance de sus manos una síntesis personal satisfactoria,
puede afectar con consecuencias por lo que en muchas ocasiones
irreversibles o por lo menos de modo queda supendido el propio juicio
muy serio y duradero, reconociendo sobre los temas en discusión buscan-
en ello una insustituible responsabi- do más bien adherirse a opiniones y
lidad. Así, la experiencia de los efec- respuestas prefabricadas por otros.
tos de las bombas nucleares, sus con- El profesor Spaemann comenta
secuencias desvastantes y terribles; que para nuestros predecesores exis-
las experiencias en el tratamiento de tía la simple regla comprobada de
centrales nucleares, han creado no abstenerse, en caso de duda, de una
poca inquietud y en muchas ocasio- acción incorrecta. En la base de todo
nes reacciones de verdadero pánico y estaba la idea del mundo como un
rechazo. Un factor hoy muy notable cosmos estable que conservaba siem-
es la velocidad en los cambios de las pre el propio equilibrio, sea que no se
relaciones de vida; velocidad crecien- actúe, o así se obre de tal o cual mo-

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La ética de la responsabilidad según Robert Spaemann

do. En un mundo concebido como 3) Capacidad creciente de la cien-


historia, es decir como proceso, pare- cia en el predecir las consecuen-
ce que tanto la acción como la omi- cias a largo plazo del obrar
sión tienen consecuencias sobre el humano.
desarrollo en todo el proceso. 4) La rápida variación de los lími-
Se pone el ejemplo del que no va tes de la condición humana2.
a votar, el cual no adopta una posi-
ción moralmente neutra, porque de La rápida descripción de estos fac-
algún modo también vota, como se tores nos permite descubrir que en el
suele decir, por el partido que va a obrar humano, actualmente, el tér-
ganar. mino de responsabilidad es de uso fre-
cuente. Ya Max Weber sostenía que
era precisamente la ética de responsa-
2. Algunos factores importantes bilidad, que debía ser adoptada por
Los cuatro factores que apenas los políticos, pero como iremos vien-
hemos insinuado más arriba están do más adelante, el concepto de ética
de responsabilidad que él utilizaba no
provocando que en nuestra cultura el
tenía nada que ver con el concepto
principio de responsabilidad esté
cristiano de responsabilidad. Hoy se
adquiriendo un significado moral
pone un gran acento sobre la ética de
creciente. Es cierto que estos factores
la responsabilidad, parece que se ha
se podrían probablemente completar
convertido en sinónimo de morali-
con otros, pero no dejan de ser los
dad, y no en pocas ocasiones también
más relevantes. la doctrina moral cristiana es con fre-
A modo de resumen podríamos cuencia presentada en términos de
exponer los factores del siguiente responsabilidad.
modo:

1) Complejidad creciente de las 3. El concepto de responsabilidad


relaciones sociales.
Lo que no queda tan claro es el
2) Diferenciación de los diversos
significado de dicho concepto cuan-
subsistemas sociales.

2 Cfr. R. Spaemann, La coscienza.Capitolo 3, sull ‘Etica cristiana delta responsabilitd,Conferenza Internazionale


patrocínala dallo «Wclhcrsficld Inslitule» di New York Orvieto, 27-28 maggio 1994, a cura di G.Borgonovo,
Librería Edilrice Vaticana. Roma, 1996: 80, La traducción de los párrafos utilizados de este artículo es mía.

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Alberto Mestre

do se usa, de este modo: el médico o de responder de una cosa. El respon-


el familiar que ha provocado la euta- sable está obligado a responder de
nasia a un enfermo terminal o un sus actos o a responder de alguna
pariente con graves lesiones irrever- cosa3. Ya en su etimología latina4 res-
sibles, suele argumentar que esa pondeo, es decir, responder, significa
acción fue fruto precisamente de un contestar a una carta, contestar a esto
gran acto de responsabilidad, y que el en los siguientes términos; si en el
permitir que el enfermo siga vivien- campo jurídico, resolver a una con-
do en ese estado deplorable e incluso sulta de derecho, contestar con una
inhumano según ellos sería una deci- orden de que se realice algo; responder
sión irresponsable. Así también, el en justicia, acudir ante un tribunal;
científico que busca manipular los corresponder; ser proporcionado
embriones humanos para un supues- a…; estar a la altura de…; corres-
to progreso de la ciencia, justifica ponder a la generosidad de uno.
dicha manipulación, afirmando que
sería irresponsable no realizar dicha 4. Un ejemplo ilustrativo
experimentación, pues con ello se
está comprometiendo el progreso de El profesor Spaeman expone un
la ciencia y el bien potencial que se ejemplo muy ilustrativo5, de lo que
puede ofrecer a tantas y tantas perso- se entiende en la vida cotidiana por
nas. Los gobernantes así mismo, jus- responsabilidad, el ejemplo es el del
tifican sus decisiones, afirmando que médico que prescribe una medicina
son el fruto de una madurada res- y ordena tomar diez gotas tres veces
ponsabilidad. En muchas ocasiones al día. El paciente se ciñe a esta pres-
también parece el término responsa- cripción. Al médico le compete la
bilidad sinónimo de conciencia, por responsabilidad de la medicina y de
lo que parece se pueden intercambiar su justa posología. Al paciente le ha
con facilidad dichos términos. transferido confianza con base en la
La responsabilidad, buscando específica competencia en el juzgar
precisar su significado, es una cuali- las relaciones entre el efecto químico
dad del responsable, es la obligación y el mejoramiento orgánico. La con-

3 Cfr. R. FABRA, Diccionario general, Edhasa, Barcelona, 1994, Edición 32: 1459.
4 Cfr. V. GARCÍA DE DIEGO, Diccionario ilustrado latino-español, Barcelona, 1992, Edición 19°: 435.
5 Cfr. R. SPAIMAW, Límites. Acerca ele la dimensión ética del actuar, Ediciones Internacionales Universitarias,
Edhasa, Madrid, 2003: 205.

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La ética de la responsabilidad según Robert Spaemann

fianza por lo demás procede de la estar autorizado a hacerlo sólo a con-


competencia que el Estado me asegu- dición que haya satisfecho su respon-
ra, al haberle otorgado su licencia sabilidad específica de médico.
como médico, su número de profe- La responsabilidad existe siempre
sional ante el Colegio de médicos y hacia algo o ante alguien. Este «al-
su permiso para ejercer. guien», para el médico, es en primer
La responsabilidad del médico lugar el paciente que le confía la res-
tiene sin embargo muchos límites. El ponsabilidad de su salud. En segun-
galeno debe estar seguro, por ejem- do lugar, este «alguien» es, en ciertas
plo, de que el embalaje contenga circunstancias, el conjunto de los
realmente lo que está escrito en asegurados, en la medida en la cual
cuanto a la etiqueta de la medicina. los costos del tratamiento están a
El debe fiarse además de la enferme- cargo de los demás. El radio de res-
ra que prepara la jeringa por él pedi- ponsabilidad de la enfermera que
da, pero normalmente no tiene ni la prepara la jeringa está más limitado
responsabilidad de los errores de aún; normalmente debe simplemen-
ella, ni la de las consecuencias a largo te seguir las prescripciones del médi-
plazo de una intervención en sí co. Lo normal en su trabajo de enfer-
mismo lograda; no tiene además la mera puede ser circunscrito en tér-
minos de responsabilidad, pero es
responsabilidad total en la medida
mejor expresarlo en términos de
en la cual están en juego terceras per-
ética profesional. La enfermera posee
sonas, por ejemplo, ante una persona
en cierto sentido una obligación pro-
que, regresando a su casa, golpea a la
pia en cuanto al almacenaje de las
esposa, destruye el ambiente fami-
medicinas, para evitar que en lo más
liar, y que todos quisieran que des- mínimo haya la posibilidad de come-
apareciera. ter equivocaciones.
No sería fiable un médico que Tendría en cualquier caso una
quisiera extender su propia respon- responsabilidad específica si el médi-
sabilidad, de la cual extrae las reglas co se equivocara o si él le diera una
de su comportamiento, a todas estas orden que mostrara una manifiesta
extensas consecuencias, porque ac- incompetencia o mala intención.
tuando así infringiría su código Tendría en tal caso la obligación de
deontológico. Si él quiere asumir una no seguir esa orden, y el deber de lla-
responsabilidad en tal dirección y si mar la atención del médico sobre el
quiere ocuparse de un ulterior com- error o “en caso de mala intención”
portamiento del paciente, puede de informar a la instancia superior, si

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Alberto Mestre

bien también de poner en sobreaviso tiene, en este sentido, una extensión


al paciente. De este deber de asumir mayor que la simple responsabilidad
la responsabilidad en caso excepcio- moral.
nal, no se concluye sin embargo que Quien en política no tiene éxito se
la enfermera deba verificar constan- debe ir. Por errores con graves conse-
temente la corrección de las prescrip- cuencias el superior es, más que otra
ciones del médico. El sistema de persona, responsable de sus subalter-
órdenes y ejecuciones, tanto en el nos, también si moralmente él no
campo profesional como en el políti- tuviera la mínima culpa. La mayor
co no funcionaría nunca si el subal- parte de las veces ha sido él mismo en
terno tuviese ininterrumpidamente elegir el subalterno; él debe pues asu-
este deber. La vida común entre los mir la responsabilidad de la respon-
hombres no tendría éxito sin una tal sabilidad que le confía. La responsa-
suposición de justicia y de legitimi- bilidad política, legal y moral no tie-
dad de las indicaciones y órdenes nen, a la fuerza, por qué coincidir, si
dadas. Son necesarios motivos espe- bien guardan una íntima y estrecha
ciales para modificar y corregir las relación.
indicaciones en un caso específico. La responsabilidad política es más
¿Qué nos enseña este ejemplo? “se amplia que la legal, que es la más res-
pregunta el profesor Spaemann”. tringida, mientras que la responsabi-
Que no se trata de responsabilidad lidad moral es la más difícil de definir
allí donde se deben seguir las órdenes unívocamente6. No es muy difícil
bien precisas; se trata, por el contra- explicar que la responsabilidad polí-
rio, de responsabilidad cuando a tica sea la más vasta, vistas las enor-
alguien se le ha confiado la gestión de mes consecuencias que puede produ-
un determinado y complejo campo cir a un grupo, a su vez, enorme de
de acción o cuando él ha de seguir personas. Una simple decisión políti-
ca afecta a toda una nación, tanto en
una tarea para la cual debe, por su
el sentido beneficioso como perjudi-
competencia, cubrir un espacio de
cial. La historia nos puede ofrecer
juicio a su discreción. Finalmente, se
infinidad de casos en los que una
trata de responsabilidad allí donde la decisión ha comprometido millones
persona debe rendir cuentas del de vidas. La responsabilidad legal por
resultado de sus acciones. La respon- su misma naturaleza es más restrin-
sabilidad política por su resultado gida, podríamos decir que es estricta-

6 Cfr. SPAEMANN, La coscienza…, p. 80.

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La ética de la responsabilidad según Robert Spaemann

mente restringida, precisamente por- cerá en muchas ocasiones agravada o


que comporta acciones penales. Por atenuada.
lo tanto, la ley es por lo general mini- Los tres campos: el político, el
malista, aun así, el alcance de respon- legal y el moral, no se deben identifi-
sabilidad tiene un gran papel en el car ni tampoco separar. La relación
ámbito del orden y educación de las que entre ellos existe en orden a una
poblaciones. mayor fecundidad. Si bien son reali-
Finalmente, la responsabilidad dades en sí mismas diversas, ya que
moral, vivida por cada una de las se refieren a contextos distintos del
personas de modo singular e intrans- obrar humano, poseen una relación
feriblemente, con sus propias cir- muy estrecha, de mutuo apoyo y
cunstancias, depende de tantos fac- enriquecimiento, diversos pensado-
tores y situaciones. Si bien existen res, entre ellos Max Weber, han creí-
principios generales que seguir, la do ver una clara oposición.
aplicación siempre será hic el mine. Es preciso no olvidar que el obrar
Una cierta univocidad se consigue es siempre humano. Aunque se esté
pues los principios son los mismos hablando del obrar técnico, del
para todos, siendo el objeto del acto obrar científico, del obrar del inves-
algo objetivo, pero luego entran en tigador, siempre estamos hablando
juego la intencionalidad y las cir- del obrar de una persona, y como tal
cunstancias, es decir, todos los facto- tiene una responsabilidad moral y
res de la moralidad entran en acción personal de lo que está realizando.
dentro de la responsabilidad moral. No por otro motivo los grandes
Es por ello que el mundo de la científicos siempre han sentido la
moralidad es de lo más complejo en responsabilidad por sus descubri-
cuanto a la dificultad de tipificar, mientos, son tantos los ejemplos que
pues no sólo las circunstancias son se podrían citar al respecto. Caso
distintas, las situaciones, sino que el claro, en el mundo de la política, es
mismo individuo es diverso, vive las que no siempre una acción política
cosas diversamente y enfrenta la rea- equivocada debe tener necesaria-
lidad de modo único. Si ya estas tres mente una responsabilidad moral,
áreas son complejas en sí mismas, la pero también es cierto que sí la
dificultad crece cuando se interrela- puede tener si ha habido en dicha
cionan, suscitándose problemáticas acción política un olvido en la previ-
en las que la responsabilidad apare- sión o en la intencionalidad.

241
Alberto Mestre

Historia del problema y de la por eventuales graves consecuencias


controversia debidas a su elección. Podría de
hecho también darse el caso que el
1. La ética de responsabilidad según pacifismo de masa por una parte
Max Weber7 favorezca la aparición de una guerra.
Quien está convencido que en nin-
Es preciso recordar que el con- gún caso deberá disparar no debe
cepto de “ética de responsabili- revisar su opinión, -según Weber-,
dad”8 ha sido introducido por Max por cualquier posible consecuencia
Weber. Con la introducción de tal de esta clase. Pero todo será muy
concepto Weber ha perseguido no diferente si el pacifista se convierte
una intención ética, sino más bien en elemento activo, y comienza a
política. El quería privar del derecho actuar políticamente por el rechazo
de hacer política a las personas que en masa de las armas. En este caso se
sostenían una posición radicalmente le podrán imputar las consecuencias
pacifista, sobre la base de su conven- de su decisión.
cimiento moral relativo al rechazo Que el político deba obrar según
incondicionado del uso de las armas.
la ética de la responsabilidad signifi-
Weber tenía un gran respeto por la
ca pues, para Weber que el político
posición de la persona, que en nin-
debe evaluar sus actos sobre la base
gún caso está dispuesta a matar, y no
de las consecuencias para el destino
compartía la opinión de que una
persona con tales convicciones éticas de la sociedad y debe, por lo tanto,
debiera asumir la responsabilidad sopesar los pros y los contras de las

7 Algunos datos biográficos de Max Weber: Nació en Erfurt el 21 de abril de 1864. Su padre era abogado e
hizo carrera política dentro del Parlamento Liberal-Nacional, primero como diputado en la Cámara de los
Diputados prusiana (1868-1897) y después de la unificación de Alemania en 1871, como diputado en el
Parlamento Federal (Reichstag), desde 1872 a 1884. Max Weber estudió Derecho, Economía e Historia en
las universidades de Heidelbcrg, Berlín y Gottingen, obteniendo el grado de doctor en 1889.Tuvo un largo
período de docencia, hasta que una profunda crisis nerviosa le obligó a abandonarla, así como toda acti-
vidad pública entre 1897 y 1903. A partir de entonces empieza su actividad de investigador y participa
activamente en la Asociación de Política Social y en la Sociedad Alemana de Sociología, de la que fue socio
fundador. Escritor de numerosos artículos en el periódico, regresó más tarde a la docencia. Weber militó
en el partido Demócrata (Deutsche Demokratische Partei, DDP), de reciente fundación y que era el parti-
do que recogía el liberalismo de izquierda. Decepcionado por la vida política continuó con la docencia.
Formó parte en 1919 de la delegación alemana en las negociaciones de paz en Versalles colaborando en
la redacción de la respuesta alemana al escrito de las potencias vencedoras. En junio de 1920 cayó enfer-
mo de pulmonía y murió el 14 de ese mismo mes.
8 Cfr. MAX WEBER, La ciencia como profesión-La política como profesión, Colección Austral Espasa Calpe, Edición
Joaquín Abellán, Madrid, 1992, (Ediciones originales: Wissenscbaft als Beruf 1919 – Politik als Beruf 1919).

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La ética de la responsabilidad según Robert Spaemann

varias modalidades operativas que residir ni en una divinidad ni en


tiene a su disposición. Si no está dis- valores abstractos, sino en el Dios
puesto a una de estas modalidades Verdadero, y donde el criterio de la
por motivos éticos, en ciertos casos responsabilidad se fundamenta por
debe transferir a otros su responsabi- ser razonable, allí no habrá nunca el
lidad. deber de asumir las culpas morales
Weber sostenía que no existía de los demás, con esto se afirma cla-
ningún criterio racional para realizar ramente que nuestra responsabilidad
una elección entre estas dos posicio- nunca es universal y que sólo el con-
nes. El era también del parecer que la cepto de una responsabilidad limita-
ética de la responsabilidad incluía la da tiene sentido.
disponibilidad de cargar culpas basa- Max Weber entendía por ética de
das sobre la responsabilidad asumida responsabilidad, aquella actitud de
y que por ello, los santos, por este una persona que, en sus acciones,
mismo motivo, debían basarse sobre considera el conjunto de las previsi-
una ética de la convicción. bles consecuencias, y se pregunta
Contra este punto de vista debe- cuáles son —desde el punto de vista
mos evidenciar la disensión de parte del contenido de valor de la reali-
de la ética racional y de la ética cris- dad— las consecuencias mejores en
tiana, ya que la ética cristiana impli- conjunto, y entonces actúa en conse-
ca el uso de la razón. Si entre varios cuencia; y eso aunque tenga que rea-
criterios éticos se puede optar sin lizar lo que, independientemente
justificar la elección, entonces ningu- deberíamos pensar como malo.
no de estos diversos puntos de vista Según Weber, actúa responsable-
es digno de ser llamado ético. Si una mente el médico que, por ejemplo,
acción es justa sólo basada en un cri- no dice la verdad sobre su salud a un
terio que elijo libremente, entonces paciente porque teme que no sopor-
las palabras “bueno” y “malo” pier- te la verdad; lo hace por igual el polí-
den su significado. O estas palabras tico que fortalece el potencial de gue-
no significan nada o ellas indican rra, incluso la disposición para con-
una “justa o equivocada relación a un ducir la guerra en caso necesario, con
criterio absoluto”. También es preciso el fin de conseguir un efecto disuaso-
decir que donde la instancia de la rio y reducir así las posibilidades de
responsabilidad no se la ha hecho guerra9.

9 Cfr., R SPAEMANN, Ética: Cuestiones fundamentales, Eunsa, Pamplona, 1987: 72.

243
Alberto Mestre

Max Weber piensa que se trata de de en la ética de la convicción, la ética


posiciones extremas y que ésta no de la responsabilidad no hace refe-
puede dirimirse con argumentos; él rencia a actos buenos o malos. Según
se inclina a designar la ética de la Max Weber, no existe ética alguna en
política como ética de responsabili- el mundo que pueda pasar esto por
dad, y la ética de los santos como alto, para alcanzar “buenos” fines, la
ética de convicción, desconociendo mayoría de las veces estamos obliga-
ciertamente el hecho de que, aunque dos a echar mano, por una parte, de
raramente, ha habido políticos san- medios moralmente deshonestos o,
tos y con éxitos políticos. por lo menos, peligrosos y, por la
Nos encontramos aquí con la otra, contamos con la posibilidad “o
ética de la responsabilidad en oposi- incluso la probabilidad” de sufrir
ción a la ética de la convicción. De consecuencias nefastas. Tampoco
acuerdo con Max Weber, la ética de la existe ética alguna en el mundo que
convicción exige, por ejemplo, que el señale en qué momento y en qué
cristiano “haga su deber y se enco- medida un fin moralmente bueno
miende a Dios en lo que respecta al justifica los medios y las consecuen-
resultado de la acción”; es ésta ante cias moralmente peligrosas10.
todo la ética de los profetas, de los En un pasaje de su obra Weber
héroes y de los santos, que buscan comenta que en ciertas circunstan-
hacer el bien y evitar el mal, aun si cias y si fuera requerido y convenien-
con ello deben perder la vida. La te, se mostraría un gran sentido de la
ética de la responsabilidad, en cam- responsabilidad si al luchar por valo-
bio, es la ética del hombre político: res nacionales o por la grandeza de la
comprometido en un mundo violen- propia patria se pusiera con ello en
to, no se tomará la molestia de hacer peligro incluso la salvación de la pro-
reflexiones sobre el bien y el mal para pia alma:
salvar su vida y afirmar su suprema- “…en los años que dominaba la
cía. Recurrirá por fuerza a medios Iglesia. Una y otra vez hubo interdic-
inaceptables para quienes profesan la to sobre Florencia (y en esa época
ética de la convicción. Deben respon- esto representaba para los hombres y
der a las consecuencias previsibles de para la salvación de su alma un
sus actos. A diferencia de lo que suce- poder mucho más fuerte que la “fría

10 Cfr. M. SCHOOYANS, El Evangelio frente al desorden mundial, Diana, México D. F. 2000: 73. comentando la obra
de Max Weber, Le Savant et le Politique, Le Monde, París, 10/18, 1959: 173).

244
La ética de la responsabilidad según Robert Spaemann

aprobación” del juicio moral kantia- Pues todos esos objetivos, a los
no, por hablar con Fichle), pero los que se aspira con una acción política
ciudadanos lucharon contra el que opera con medios violentos y
Estado de la Iglesia. Y en relación a por el camino de la ética de la res-
esta situación, Maquiavelo, en un ponsabilidad, ponen en peligro la
bello pasaje de la Historia de Flo- “salvación del alma”12.
rencia, si no me equivoco, hace que Es curioso constatar que aquellos
uno de sus héroes alabe a aquellos que Weber denomina como defenso-
ciudadanos que pusieron la grandeza res de la ética de responsabilidad, pro-
de su ciudad-patria por encima de la tectores del cuidado de las conse-
salvación de sus almas”. cuencias más a largo plazo, general-
Si bien de modo más cauteloso y mente se autodefinan ellos mismos
matizado, Weber se adhiere a la como seguidores de sus propias con-
máxima de Maquiavelo, el fin justifi- vicciones morales. Y así encontramos
ca los medios. de modo paradójico, que son preci-
Quien quiera hacer política en samente los que creen obrar empuja-
general, y quien quiera ejercerla, dos por la responsabilidad universal
sobre todo, como profesión, tiene por el máximo bien de la sociedad,
que estar consciente de esas parado- buscando unas consecuencias que
jas éticas y de que es responsable de
van mucho más allá de lo que hay
lo que él mismo pueda llegar a ser
aquí y ahora, quienes serán los que se
bajo la presión de éstas. Repito que
olviden que tienen ante todo y, sobre
tendrá que comprometerse con los
todo, la responsabilidad de sus pro-
poderes diabólicos que acechan en
pios actos concretos y particulares
toda acción violenta.
ante la sociedad.
Y en otros pasajes encontramos:
Es esto lo que les ocurre precisa-
Quien busque la salvación de su alma
mente a los terroristas, que se pre-
y la salvación de otras almas, que no
sentan a su juicio como guiados y
la busque por el camino de la políti-
empujados por una supuesta supra-
ca, que tiene otras tareas muy distin-
responsabilidad global y universal,
tas, unas tareas que sólo se pueden que buscando un máximo bien de la
cumplir con la violencia11. sociedad, piensan que todo les dis-

11 M. WEBER, La ciencia como profesión-La política como profesión, Colección Austral Espasa Calpe, Edición
Joaquín Abellán, Madrid, 1992: l6l (Ediciones originales: Wissenschaft ais Beruf 1919 - Politik ais Beruf 1919).
12 M. Weber, La ciencia como profesión-La política como profesión…, 160.

245
Alberto Mestre

pensa del cumplimiento de las más debe por lo demás precisar, que una
elementales responsabilidades hu- ética deontológica pura, es decir, una
manas y civiles aquí y ahora. ética que prescinda de todas las con-
A su vez, el terrorista que está secuencias de una determinada
empujado por estas motivaciones acción, no existe13.
siente que lo hace por un íntima ética Es cierto que se puede mantener
de convicción, evidentemente defor- una ética consecuencialista pura en
mada y aberrante. el marco teórico, pero en realidad
ella no es practicable por razones de
2. La ética de responsabilidad de principio. No podemos prescindir
Weber es un consecuencialismo del todo de las consecuencias de las
acciones porque el obrar consiste
Ética teleológica, consecuencialis- precisamente en producir un efecto.
mo o utilitarismo, son nombres que Una acción que no tuviera ninguna
le quedan bien a la “ética de respon- consecuencia no sería una acción.
sabilidad” de Max Weber. La cuali- Por este motivo la única pregunta
dad moral de una acción o de una posible es: ¿de qué consecuencias
omisión está determinada por el debemos soportar la responsabilidad
conjunto de consecuencias que esta por los efectos que van más allá de la
acción u omisión produce: más exac- acción inmediata, de tal modo que,
tamente, ella se calcula sobre la base tales consecuencias contribuyan a
de una proporción entre las conse- definir el carácter moral de la acción?
cuencias de cualquier acción u omi- El consecuencialismo dice: todas
sión alternativa. las consecuencias, aunque si después
Contra este tipo de ética, encon- sobre criterios de valoración natural-
tramos la llamada ética deontológica, mente las opiniones difieren. El utili-
que pone por lo contrario, un límite tarismo clásico propone un paráme-
a este tipo de cálculo ponderado; tro más simple: la mayor felicidad
algunos comportamientos deben ser
posible para el mayor número posi-
rechazados siempre, independiente-
ble de personas. “Felicidad” equivale
mente de las consecuencias produci-
aquí a placer y bienestar subjetivo.
das, como, por ejemplo, la muerte
Otras posiciones tienden a introdu-
directa e intencional de una persona
cir criterios de valoración más dife-
inocente, la tortura, el adulterio. Se

13 Cfr. Ibíd., p. 160.

246
La ética de la responsabilidad según Robert Spaemann

renciados. Todas ellas se encuentran ponsabilidad no diferenciada por


de acuerdo sólo en no denominar todas las consecuencias de nuestras
“buena o mala” a una cierta acción intervenciones en el mundo, enton-
en sí misma considerada, adquirien- ces no sería en absoluto posible pri-
do por lo contrario la acción tal cua- vilegiar algunas consecuencias más
lidad sólo después de una valoración que otras, no sería posible fijar obje-
universal de las consecuencias. Tal tivos ni acciones determinadas.
posición sin embargo no funciona, El consecuencialismo pone real-
por una serie de motivos que ahora mente al hombre en el lugar de Dios,
se mencionarán. delante del cual todo lo que sucede
Uno de esos motivos reside en el está realmente presente, también
hecho de que, no sólo una previsión cuando se trata de la caída del
de consecuencias a largo plazo es gorrión en el terrado o del cabello de
imposible, como lo es, con mayor la cabeza. Anulando la diferencia
razón, una valoración universal, entre objetivos y efectos secundarios,
pero, sobre todo, una tal posición el consecuencialismo anula el funda-
haría del todo imposible cada com- mento del obrar finito14.
portamiento determinado. Robert Permanece en pie la necesidad de
Spaemann comenta acertadamente contar con las consecuencias, no hay
que el obrar se diferencia del desarro- ética alguna que prescinda absoluta-
llo de los fenómenos naturales preci- mente de las consecuencias de los
samente porque el protagonista de la actos, ya que es absolutamente impo-
acción distingue ciertas consecuen- sible definir un acto sin considerar
cias de otras en su intervención sobre sus precisos efectos. Actuar significa
los mismos fenómenos naturales. producir efectos, ya lo hemos recor-
A estas consecuencias específicas dado más arriba.
las llamamos “objetivos”. En relación Quien tiene como reprobable
a estos objetivos, las demás conse- toda mentira, por ejemplo, no es que
cuencias se reducen a los así llama- prescinda de sus consecuencias, sino
dos “efectos secundarios. Es así como que considera justamente una de
tenemos cierta responsabilidad tam- ellas; la que hace a la mentira ser tal;
bién por los efectos secundarios. Si el engaño y el inducir a error a otra
tuviéramos, sin embargo, una res- persona. Sin esta consecuencia no

14 Cfr. Ibíd, l61.

247
Alberto Mestre

hay mentira, pues de lo contrario La naturaleza del hombre nos


cualquier cuento sería lo mismo que muestra qué debemos realizar si que-
la mentira. No se trata de convicción remos vivir armónicamente con nos-
o de responsabilidad, ni de conside- otros mismos y si no queremos
rar o no las consecuencias, sino de la dañar nuestra integridad personal.
cuestión: de qué se trata y hasta qué La ética teleológica tiene la peculiari-
consecuencias se extiende la respon- dad de no atribuir sustancialmente
sabilidad de una acción. Se trata de ningún papel a la propia integridad
saber si determinados efectos nunca del ser humano. La responsabilidad
pueden ser causados, o si está permi- que contraigo conmigo mismo, para
tido cualquier acto con tal de que la ética teleológica, no es más amplia
quede justificado por el conjunto de que la responsabilidad que tengo
las consecuencias positivas. Se trata, hacia cualquier otro. “Si yo puedo
a fin de cuentas, del viejo dilema de si impedir dos crímenes, cometiendo
el fin justifica los medios, cuando es uno yo mismo, entonces esto no es
un fin bueno que compensa el mal un crimen”: así argumentaban en los
producido por los medios emplea- años cincuenta dos médicos, acusa-
dos15. dos de haber participado activamen-
El mero consecuencialismo, que te en la muerte de un enfermo men-
no es otra cosa que un utilitarismo, tal, habiendo ellos preparado listas
queriendo buscar sólo la lógica del reducidas de personas que matar en
mayor provecho de las posibles un manicomio.
consecuencias a obtener, se convierte Los médicos consiguieron hacer
en una ética absurda. Reducir toda creer de haber salvado la vida a
mentira a la categoría de cuento, no numerosos enfermos, sobre todo,
es aceptable, pues no explica la reali- con su transferimiento en diversos
dad de la actividad propia del ser conventos. Si ellos hubieran rechaza-
humano, reduciría la vida a fábula e do el participar en el asesinato, pro-
impediría toda verdadera comunica- bablemente otros médicos nacistas
ción. Por lo tanto, el consecuencialis- más virulentos se habrían encargado
mo no es humano, no responde a sus de ello. La Corte Federal de Justicia
necesidades y no se preocupa de su reconoció el atenuante, pero no dejó
integridad. de condenar a estos médicos ya que,

15 Cfr. R. SPAEMANN, La coscienza…, 88.

248
La ética de la responsabilidad según Robert Spaemann

según la comprensión cristiana- que su jefe fusile acto seguido a diez


europea de la ética, “a nadie se le hombres, acción con la que le había
debe permitir el realizar un asesina- previamente amenazado. Todos
to, ni siquiera en el caso en el que se debemos morir a la postre, pero a
trate de evitar lo peor”. No es casual nadie le es lícito matar17.
la referencia de la Corte a la com- En este caso “el fin no justifica los
prensión cristiana de la ética. De medios”, pues no habría coherencia,
hecho la enseñanza moral cristiana entre el fin y los medios, ¿de qué sirve
reconoce siempre una responsabili- respetar la vida de esos diez hombres
dad específica de la persona hacia cuando la de la joven no es respeta-
aquel que es el inmediato objeto de da?, ¿qué significado tiene el respeto
su acción, definiendo en tal modo la de la vida de los diez cuando no he
esencia de la acción misma. Además, respetado la de la joven?, ahí se está
la ética cristiana reconoce una res- enviando un mensaje equívoco, dis-
ponsabilidad del hombre hacia sí torsionado, incoherente, por no decir
mismo y hacia su propia integri- esquizofrénico, debido a su división.
dad16. Conculcando la dignidad de la vida
Tampoco hay que olvidar que se de la joven, ¿por dual motivo se res-
dan modos de proceder que, al mar- petará la de los diez? ¿cuál será el
gen de cualquier circunstancia, son argumento, de qué dignidad se esta-
siempre y en todas partes malos, por- ría hablando? Sólo en la lógica utili-
que con ellos se le niega inmediata- tarista, que es una lógica sin digni-
mente al hombre su carácter de per- dad, una lógica instrumental, una
sona y de fin en sí mismo. En tales lógica que lleva a la aberración, y a la
actos cesa el cálculo de consecuen- esquizofrenia, se podría entender.
cias; esto quiere decir que no nos La responsabilidad sobre mi acto,
cabe responsabilidad alguna en las ayudará a “esclarecer” que la respon-
consecuencias que se derivan de la sabilidad del extorsionador es abe-
omisión de una acción mala en sí rrante, pues sobre él cae la responsa-
misma. Quien se niega a fusilar a una bilidad de las diez vidas que pone en
joven judía, que le suplica por su juego. Mi responsabilidad iluminará,
vida, no tiene la responsabilidad de quiera o no dejarse iluminar.

16 R. SPAEMANN, La coscienza…, 88.


17 Cfr. R. SPAEMANN, Ética: Cuestiones fundamentales, Eunsa, Pampona 1987:75.

249
Alberto Mestre

3. Límites de la ética de responsabili- imposible decirlo más claramente y


dad de Weber es raro encontrar una parecida clari-
dad en las formulaciones en un teó-
Sólo a la luz de una ética que con- logo moralista.
sidera también los actos en sí, se da Para el consecuencialista la inte-
una verdadera responsabilidad. La gridad no cuenta, y es por ello que en
responsabilidad utilitarista lleva a la tantos diversos ámbitos importan
incoherencia, y a la aberración. De- tan sólo las ventajas de las conse-
jada a sus fuerzas no logra más que cuencias, así por ejemplo el utilitaris-
desorientación y confusión, y en la mo -consecuencialista considera el
mayoría de los casos la denigración deber de mantener la palabra dada,
de la persona. no como responsabilidad hacia aquél
El profesor Spaemann añade un a quien ha hecho una promesa, sino
párrafo muy significativo18, sobre como compromiso por aquello que
todo porque procede de un filósofo será ventajoso para todos, ventaja
que no tiene en consideración la que la idea de la promesa contribuye
misma integridad humana, lo encon- a preservar. Esto lo podemos aplicar,
tramos en las primeras páginas de los por ejemplo, a los moribundos a
escritos póstumos: Cahierspour une quienes se les debe hacer promesas
morale, de Jean-Paul Sartre. Sartre para consolarlos, pero el manteni-
escribe que la idea de la integridad miento de la promesa depende de
personal puede ser para un ateo, y consideraciones puramente utilita-
como tal él mismo se confiesa, sólo ristas. Si a nadie beneficia tal mante-
fariseísmo, egoísmo moral. Un ateo nimiento, pierde todo significado el
puede orientar su obrar sólo sobre el hecho que yo haya prometido alguna
conjunto de las consecuencias de las cosa. El adulterio, desde el punto de
acciones. El creyente por el contrario vista consecuencialista, es de alguna
intenta el cuidado de la integridad de manera insignificante si da satisfac-
la propia persona como una respon- ción a la pareja, si les enriquece espi-
sabilidad que le ha sido confiada. Por ritualmente, si el cónyuge está de
último el vivir bien no es para el cre- acuerdo o simplemente no está ente-
yente un acto de egoísmo, sino la rada de ello.
manifestación de la gloria de Dios. Es

18 Cfr. R. SPAEMANN, La coscienza…, 100

250
La ética de la responsabilidad según Robert Spaemann

4. Algunas aplicaciones El modo o medio para lograrlo


no importan mucho, o mejor, sí
En un campo donde el conse- importan, pero sólo en una direc-
cuencialismo ha tenido mucho éxito ción: deben ser eficaces, lo más efica-
ha sido en el de la sexualidad de los ces posible, y sólo eso. El consecuen-
esposos. El consecuencialista piensa cialista, que busca ser muy responsa-
que la pareja debe ser muy responsa-
ble de las consecuencias de los actos,
ble de las consecuencias de sus actos
cosa que está bien, y que así también
conyugales, por lo que deberá pensar
debe ser, no se pregunta si es respon-
muy bien si les conviene o no tener
un hijo. Una responsabilidad conse- sable de los medios que usará para
cuencialista analizará atentamente poder ser responsable de las conse-
los pormenores: la situación real de cuencias, es decir, no se pregunta si se
la familia, los recursos humanos, es responsable de los actos misinos, de
materiales, incluso psicológicos con los que va a realizar, que son ante
los que se cuenta, y juzgará la opor- todo los más cercanos, y cercanos en
tunidad de traer al mundo un hijo o cuanto que son aquellos actos que
no, ciertamente en términos conse- conciernen en un primer lugar origi-
cuencialistas, se dirá más bien si nal su voluntad, y por lo tanto, que se
“conviene o no tener un hijo”. les pedirá cuenta más inmediata-
Las consecuencias estudiadas mente.
serán la capacidad real de mantener Aquí hay una incoherencia en la
el hijo, de darle una formación ade- ética de responsabilidad consecuen-
cuada, si la pareja dispondrá de tiem- cialista, que queriendo hacer muy
po para poder estar con él, si en la responsable a la persona, y en este
casa hay espacio, etc. (todos ellos, caso al matrimonio, lo que hace real-
elementos válidos). Todos estos ele- mente es que si la pareja decide vivir
mentos deben ser estudiados deteni- su acto conyugal provocando volunta-
damente, y se buscará controlar riamente la infertilidad (con un
todas las consecuencias posibles. Si el método como el coito interrumpido
análisis concluye que no conviene o una pildora anticonceptiva, aquí si
tener un hijo, entonces se deberán es natural en sentido biológico, o no,
buscar los medios pertinentes para
es decir artificial, como uso de píldo-
no tener un hijo, -siempre según el
ras, espermaticidas, etc., da lo
consecuencialismo-, por lo que se
mismo), lo único que hace es dejar
buscará hacer infecundos de modo
voluntario los actos conyugales. de ser responsable de su acto original,

251
Alberto Mestre

el acto conyugal, que se convierte en caso, la virtud que forma en la res-


un acto desintegrado en su unidad ponsabilidad a la pareja es la castidad,
de amor y su apertura a la procrea- que regula, modera, pero sobre todo,
ción. Lo primero y principal, de lo integra la sexualidad en la persona, es
que debería ser responsable, deja de decir, coloca dicha actividad en su
importar e interesar. ámbito humano, en su lugar propio,
No es de extrañar entonces, que permite que los actos conyugales
de esta práctica bastante frecuente de sean de modo humano, y si se decide
irresponsabilidad conyugal se extrai- ser responsable de la paternidad, y por
gan consecuencias graves; ahora sí (y lo tanto se decide que no conviene
no contempladas curiosamente por ahora tener más hijos, se vivirá la vir-
la “responsabilidad consecuencialis- tud de la castidad, en su modalidad
ta”), consecuencias tremendamente de la continencia, virtud conexa, que
nocivas para la misma pareja que se lleva a vivir responsablemente la acti-
acostumbra a vivir el acto conyugal vidad conyugal, en forma que se abs-
sin ninguna responsabilidad, arran- tendrán en ciertos períodos de tener
cando progresivamente el amor del relaciones conyugales. La vivencia de
mismo acto conyugal convirtiéndolo la virtud de la continencia formará
en un mero instrumento de placer y en la pareja una actitud de auténtica
muchas veces de satisfacción indivi- responsabilidad, y es aquí cuando
dual, donde el cónyuge se va trans- aparecen los procedimientos o proce-
formando paulatinamente en un sos de conocimiento de los ciclos de
mero instrumento. la mujer, conocimiento que permiti-
Una pastoral familiar va confir- rá vivir esta continencia de modo efi-
mando esta realidad, y un indicio caz. No es pues, dicho conocimiento
alarmante es el aumento de divorcios un método más, como si fuera la
que se van observando, muchas veces alternativa católica a los métodos
fruto de una instrumentalización artificiales.
progresiva y mutua entre los cónyu- Por todo lo dicho hasta ahora,
ges, que al ver que no se satisfacen sus comentamos a modo de resumen,
expectativas se deciden resolverlas que el utilitarismo-consecuencialista
rompiendo el vínculo matrimonial. afirma que sólo se puede actuar
Los medios auténticamente respon- cuando se conocen todas las conse-
sables son los que implican una vir- cuencias posibles de un acto, y si lle-
tud, que será la que certificará la res- váramos al extremo esto, resultaría
ponsabilidad de los actos. En este que nunca podríamos realizar una

252
La ética de la responsabilidad según Robert Spaemann

acción, por las incalculables conse- te de la persona que recibía las des-
cuencias con las que nos podemos cargas.
encontrar. Evidentemente, el experimento
También el utilitarismo-conse- era simulado, y la persona que su-
cuencialista deja el juicio moral en puestamente recibía las descargas
manos de los tecnócratas, los cuáles, eléctricas era un actor que fingía
mejor que otros, pueden evaluar - recibirlas, el experimento más bien
todas- las consecuencias posibles del se centraba en la persona que pulsa-
acto producido. Spaemann explica ba el botón de las descargas, y el
cómo una empresa dirigió un experi- experimento buscaba ver la reacción
mento que consistía en una prueba de aceptación o no de semejante pro-
que se le hacía a un persona común y puesta: la de aceptar producir dolor a
corriente, que había visto la petición otra persona bajo la principal moti-
de personas para un experimento vación de hacer avanzar la ciencia
científico, y cuya misión era tan sólo con dicho experimento. Es notable
observar que la mayoría de las perso-
la de aplicar una serie de descargas
nas invitadas no ofrecieron resisten-
eléctricas, que por su voltaje inicial
cia e incluso muchas permitían llegar
eran inofensivas, pero que iban en
hasta los niveles mortales.
aumento, y que otra persona invitada
Veamos algunas conclusiones de
sufría. Se presentaba la actividad dicho experimento:
como una investigación científica, En primer lugar, ¿qué se deriva de
dentro de la cual el aumento de las todo esto? Que orientar nuestros
descargas eran progresivas, hasta lle- actos según el conjunto de sus conse-
gar a una fase del experimento en el cuencias los deja sin dirección, los
cual los niveles empezaban a ser peli- entrega a cualquier experiencia y
grosos para la persona que los reci- manipulación. Aunque no conduce
bía. La persona invitada a realizar las con seguridad a un mundo mejor,
descargas, que consistía tan sólo en sin embargo el utilitarismo cae en
pulsar un botón, no ofrecía ninguna una contradicción, ya que sí preten-
resistencia cuando se le pedía que de lograr el mejor mundo posible.
fuera aumentando el voltaje eléctri- Pero ese mundo no se consigue por
co, motivada por la razón de hacer el hecho de que cada uno se lo pro-
avanzar la ciencia, si bien con ello ponga como un objetivo. Incluso la
podía llegar a producir al inicio un orientación utilitarista de nuestras
cierto dolor, luego un cierto daño, y acciones resulta perjudicial desde su
tal vez más adelante la posible muer- propio punto de vista.

253
Alberto Mestre

Finalmente, el utilitarismo-con- Allí está el punto decisivo. Noso-


secuencialista lleva a la promoción tros debemos tener claro que toda
de la extorsión y de la corrupción, acción que se oriente éticamente
pues siempre se verá la posibilidad de puede estar bajo dos máximas que
“negociar” para evitar un mal mayor: son radicalmente distintas y que
Sacando conclusiones y aplicacio- están en una contraposición irreso-
nes de lo dicho, podemos concluir luble: una acción puede estar guiada
que el utilitarismo permite o es la por la ética de las convicciones o por
plataforma sobre la cual las acciones la ética de la responsabilidad20.
del terrorismo pueden caminar, pues Es cierto que acto seguido el
siempre habrá un modo de poder autor busca moderar esta separación
negociar con ellos, y siempre en radical, comentando que no es que la
busca de un bien futuro, más univer- ética de las convicciones de concien-
sal y global. En cambio, la ética de la cia sea idéntica a la falta de responsa-
convicción no cae en este juego, pues bilidad y que la ética de la responsa-
no negociará bajo estos términos19. bilidad sea idéntica a la falta de con-
A lo largo de este recorrido el profe- vicciones de conciencia. No se trata
sor Spaemann nos ha mostrado de eso, naturalmente. Pero hay una
cómo la supuesta ética de responsa- diferencia abismal entre actuar bajo
bilidad de Weber es tan sólo uno de una máxima de la ética de las convic-
los rostros del utilitarismo moral, a la ciones de la conciencia (hablando en
cual el mismo Weber le contrapuso términos religiosos: el cristiano obra
una ética antagónica a la que deno- bien y pone el resultado en manos de
minó ética de la convicción. Dios) o actuar bajo la máxima de la
ética de la responsabilidad de que
5. Antagonismo entre ética de la con- hay que responder de las consecuen-
vicción y ética de responsabilidad cias (previsibles) de la propia
acción21.
Dicho enfrentamiento Max We- No hay que olvidar que para
ber lo expresa así: Weber una de las representantes más

19 Robert Spaemann, Ética: Cuestiones fundamentales, Editorial. Eunsa, Pamplona, 1987: 82.
20 Cfr. Robert Spaemann, Personas. Acerca de la distinción entre “algo” y “alguien”, Pamplona 2000: 166
21 Cfr. Robert Spaemann, Ética: Cuestiones fundamentales, Eunsa, Pamplona 1987: 80.

254
La ética de la responsabilidad según Robert Spaemann

claras de la ética de la convicción es Lo que determina la singularidad


la ética católica, si bien la caricaturi- de todos los problemas éticos de la
za sin llegar a entenderla bien. política “siempre Weber”, es ese
En la ética católica, “siempre medio específico de la violencia legí-
según el autor” los consilia evangélica tima como tal en manos de las aso-
forman, como es sabido, una ética ciaciones humanas24. El que haya
especial para los dotados con el caris- puesto como medio específico a la
ma de la vida santa. Ahí están, junto violencia, no es de extrañar, pues
al monje que no puede derramar Weber parte de una formación lute-
sangre ni buscar ninguna riqueza, el rana, en la que la naturaleza humana
caballero piadoso y el ciudadano que está corrompida, y, por lo tanto, en el
sí pueden hacer respectivamente esas mundo impera el desorden y la irra-
cosas22. cionalidad.
Tampoco se escapa a su crítica la Estando las cosas así, esto permite
ética protestante en general, y la lute- con relativa facilidad la integración
rana en particular, incluyendo las de la violencia en la ética de la políti-
ramas fundamentalistas como los ca como un medio específico. Es ante
cuáqueros. Detrás de sus críticas a las esta problemática que él se decante
que él mismo concibe como éticas de por una ética de la responsabilidad
la convicción, está la búsqueda de entendida en forma utilitarista, y por
justificar su tesis central de la políti- ello él deslegitimiza la ética de la con-
ca, que expone numerosas veces a lo vicción como la apropiada para el
largo de su discurso El político como político de profesión, pues además
profesión. Para él, que define el reconoce que quien se guíe por una
Estado por su medio específico, que ética de la convicción no soportará la
es la violencia física23, su preocupa- irracionalidad ética del mundo25,
ción continua es pensar que el políti- por lo que no es apto para poder rea-
lizar la profesión de político. Sin
co como profesión debe gestionar
embargo, al final de dicho libro,
este medio específico. El reconoce
Weber añade que en cierto sentido, la
que no es la violencia el medio nor-
ética de las convicciones y la ética de
mal, pero sí su medio específico.

22 Max Weber, La ciencia como profesión – La política como profesión…, 153.


23 Cfr. Max Weber, La ciencia como profesión-La política como profesión…, p. 153.
24 Cfr. Ibíd., p. 158.
25 Cfr. Ibíd., p. 94.

255
Alberto Mestre

la responsabilidad no están en una yo”, muestra que no puede escaparse


oposición absoluta, sino que ambas de un cierta ética de la convicción.
son complementarias y sólo juntas Es pues la ética de la responsabili-
hacen al auténtico hombre, a ese dad de Weber otro modo de ética de
hombre que puede tener “vocación la convicción, no puede por lo tanto
para la política”26. escaparse del círculo que él mismo
ha creado. Es por este motivo que él
concluye que ambas son necesarias
Conclusión
para el político en determinadas oca-
Weber, al fin de cuentas, percibe siones.
que ambas éticas, tal como él las des- Llegados a este punto es preciso
cribe, son radicalmente opuestas, aclarar que ambas concepciones no
pero sin embargo, bajo un sentido la se ajustan a la concepción de respon-
misma ética de la responsabilidad sabilidad y de convicción cristiana, y
que él expone, no deja de ser más que con ello lo único que se ha logrado es
una ética de la convicción según las aumentar la confusión de dichos tér-
características que él mismo da, pues minos. Será fruto de una posterior
al afirmar de modo categórico que investigación donde se podrá deline-
sólo la ética de la responsabilidad es ar una concepción de responsabili-
la propia del político, ya con ello está dad cristiana, situada en el polo
afirmando una íntima convicción opuesto a la concebida por Weber.
aceptada y practicada. No deja de
sorprender que queriendo evitar caer Bibliografía
en una ética de la convicción termina
cayendo en ella misma. El mismo DE AQUINO, Tomas
Maquiavelo en su máxima “el fin jus- s/f Suma Teológica, Ila-llae, q. 26, a.
13.
tifica los medios” es un representan- FABRA, R.
te de una cierta ética de la convic- 1994 Diccionario general, Edhasa, Bar-
ción, así mismo, Weber con la máxi- celona, Edición 32°.
ma del político, haciendo referencia a GARCÍA DE Diego, V.
una frase de Lutero, “no puedo 1992 Diccionario ilustrado latino-espa-
ñol, Bibliograf, Barcelona, Edi-
hacerlo de otra manera, aquí estoy ción 19°.

26 Cfr. M. WEBER, La ciencia como profesión-La política como profesión…, p. 158.

256
La ética de la responsabilidad según Robert Spaemann

SARTRE, J-R. (1983), Cahiers pour une inóra- trocinata dallo, Wethersfield
le, París. Institute di New York Orvieto:
SCIIOOYANS, M. 27-28 muggio a cura di G.
2000 El Evangelio frente al desorden Borgonovo. Librería Editrice
mundial, Diana, México, D.F. Vaticana, Roma 1996.
SPAEMANN, Robert SPAEMANN, Robert
1987 Ética: Cuestiones fundamentales, 2000 Personas. Acerca de la distinción
Eunsa, Pamplona. entre “algo”y “alguien”. Eunsa,
SPAEMANN, Robert Pamplona.
1991 Felicidad’ benevolencia, Rialp, WEBER, Max
Madrid. 1959 Le Savant et le Politique, Le Mon-
SPAEMANN, Robert de, París, 10/18.
2003 I imites. Acerca de la dimensión WEBER, Max
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nacionales Universitarias, Ma- lítica, como profesión, Colección
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SPAEMANN, Robert Joaquín Abellán, Madrid. (Edi-
1994 La coscienza, Capitolo 3, sull ‘Eti- ciones originales: Wissenschaft
ca cristiana delta respon-sabilitá, ais Beruf 1919 - Politik ais Beruf
Conferenza Internazionale pa- 1919).

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