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Análisis y reconstrucción crítica de una experiencia de intervención

profesional desde el trabajo social en el campo de la Salud

Institución “Centro de Salud Familiar Barón”

Integrantes: Belén Aceituno


Jonathan Franco
Valentina Guzmán
Macarena Muñoz
Constanza Toledo

Profesor: Claudio Montero


Ayudante: Brenda Cassab

1. Caracterización institución
1.1 Contextualización de espacio institucional (Historia de la institución, política pública asociada,
formas de organización, principales temáticas abordadas)

Historia de la Institución

Desde 1993 que en nuestro país a nivel ministerial y universitario comenzaron a promover el proceso
de cambio para la implementación de los centros de salud familiar con la preocupación de hacer
relevante el rol de la familia en el proceso de salud. En ese entonces, el ministerio de salud junto a la
universidad de Chile propician la iniciativa para formar médicos especialistas en medicina familiar.

Las bases del modelo fueron impulsadas en 1993 y mantienen su vigencia. Sin embargo, fue a partir
de 1998, cuando se puso una relevancia a la familia como cuadro de referencia en el cuidado de la
salud de los individuos y también en considerar a la familia como elemento central de cuidados. Es
desde entonces que nacen lo que luego de diversas transformaciones hoy llamamos Centros de Salud
Familiar (CESFAM).

Es en el año 2001 con la reforma sectorial cuando el modelo de atención integral con el enfoque
comunitario y familiar se establece de manera legal y se establecen las bases de su gestión.

De esta manera, se comenzó a promover una manera de ver la salud ya no desde el ciclo individual de
las personas atendiendo sólo al enfermo, sino que este nuevo enfoque integral centra su énfasis en
generar estilos de vida saludables, las acciones multisectoriales y en fortalecer la responsabilidad
familiar y comunitaria entregando herramientas para el autocuidado (Ministerio de salud, 2008)

El Centro de Salud Familiar Barón tiene su origen el día 7 de Diciembre de 1944 como resultado de
una donación por parte del Gobierno de Estados Unidos, como un gesto de agradecimiento al país por
la ayuda prestada a las fuerzas aliadas durante la segunda guerra mundial, recibiendo el nombre de
“Unidad Sanitaria Franklin Délano Roosevelt”.

Más tarde, en el año 1952 se crea el servicio nacional de salud (SNS), el cual es el producto de la fusión
de varias instituciones relacionadas con la salud pública, este surge con la finalidad de descentralizar
la administración pública, junto a políticas de regionalización impulsadas. Es de este que se
desprenden 27 servicios de salud, incluyendo el Sistema Nacional De Servicio Social de Valparaíso y
San Antonio (SSVA), organismo del que depende el centro de salud, administrativa y técnicamente
hasta el año 1987. El 1 de enero del año 1988, el CESFAM Barón es entregado a la Administración de
la Corporación Municipal de Valparaíso (CORMUVAL), para el Desarrollo Social.
Desde el 30 de agosto del 2010, por medio de la Resolución exenta N° 2.205 del SSVSA, el Consultorio
Barón pasa a ser Centro de Salud Familiar (CESFAM).

El Reglamento General de la Ley 19378 establece “Las entidades administradoras definirán la


estructura organizacional de sus establecimientos de atención primaria de salud y de la unidad
encargada de salud en la entidad administradora, sobre la base del plan de salud comunal y del modelo
de atención definido por el Ministerio de Salud” (Artículo n°11) por lo cual es el CORMUVAL quién tiene
la tarea de formular el “Plan de Salud Comunal de Valparaiso”, con el apoyo de las orientaciones
planificación y programación en red 2018 que entrega el Ministerio de Salud. En la actualidad, son
regidas por el alcalde de la Ciudad de Valparaíso, Sr. Jorge Sharp.

Política pública asociada


Más específicamente en el Programa de salud del Presidente Sebastián Piñera (2018-2022) se propone
una reforma a la salud primaria: consultorios y Cesfam modernos y resolutivos que consta de:

a. Fortalecer la atención primaria dándole mayor poder de resolución de los problemas de salud.
Elevar las competencias y crear carrera de especialidad para médicos de atención primaria.
b. Creación de unidades médicas de especialidad de mayor déficit: otorrinolaringología,
anestesiología, traumatología, oftalmología y atención odontológica.
c. Nuevo Portal Ciudadano de Salud www.misalud.gob.cl para, entre otros, toma de horas online
y revisión de exámenes.
d. Implementar Ficha Clínica Online para todos los ciudadanos, accesible desde cualquier centro
de salud, y un Programa Nacional de Telemedicina, que mediante las nuevas tecnologías
conecte al paciente con su médico de atención primaria y el médico especialista.
e. Potenciar la participación comunitaria incentivando el funcionamiento de los Consejos
Consultivos de Salud y desarrollando proyectos multisectoriales hacia la comunidad.
f. Creación de red de consultorios y centros de salud familiar de alta calidad.

Formas de organización institucional

Cuando se produce el cambio en el 2010, pasa a llamarse Centro de salud Familiar (CESFAM) esto
conlleva a que se realice una sectorización dentro de la institución, siguiendo las indicaciones del
Modelo de Salud Familiar.

En las Orientaciones para la Implementación del Modelo de Atención Integral de Salud Familiar y
Comunitaria (2013) que entrega el Ministerio de Salud se define a la sectorización como aquello que
supone una división territorial determinada por las características geográficas de donde se ubica la
institución. Además actúa como definitorio una superficie determinada, un número determinado de
habitantes, la necesidad de identificar el equipamiento e
infraestructura comunitaria y la organización de los recursos. Por lo que el sector corresponde a un
espacio geográfico donde habitan los usuarios y familias, “la población a cargo”

El CESFAM Barón se divide en dos sectores, el sector uno y el sector dos. En estos se prestan servicios
a aquellos usuarios pertenecientes a alrededores del centro, por lo que su radio de acción incluye a
los cerros Barón, Larraín, Polanco, Molinos y Rodelillo bajo.

El sector uno corresponde a los domicilios que se encuentran mas cercanos a la iglesia San Francisco.
El límite al norte es la Avenida España, al sur lcon Santa Paulina, al este con Quebrada Cabriteria y
finalmente al oeste con Diego Portales desde el número 201. Por otro lado el sector dos corresponde
a los domicilios más cercanos al ascensor Polanco, limita al norte con Calle Lechero, al sur con Santo
Ossa, al este con José Moreno y al oeste con la Avenida Argentina, pero solo con los números impares.

Principales temáticas abordadas

Los Centros de Salud Familiar (CESFAM), entregan atención a los sujetos en todas las etapas del ciclo
vital. Es por esto que estas se dividen en diferentes planes y programas especializados en cada una de
ellas, estos son:
● Atención Infantil; Las prestaciones son Consulta Social, Consulta por Déficit del Desarrollo
Psicomotor, Visita Domiciliaria, Control Odontológico, Programas de Vacunas, Programa de
Alimentación Complementaria, Detección Temprana y atención de problemas de salud
mental, Promoción de hábitos saludables a las madres, padres y/o cuidadores de niños,
Control de Salud Niño Sano, Consulta de Déficit Nutricional, Consulta Nutricional, Control de
Lactancia Materna y Consulta de Morbilidad

● Atención Primaria en Adolescentes: Consultas de morbilidad general, Examen de Salud


Preventivo, Control de Salud Integral, Consejerías en temas de Sexualidad, Tabaquismo,
Malnutrición y Salud Mental, Consulta por Morbilidad General, Control y tratamiento de
adolescentes con problemas crónicos de salud, Consultas de Salud Mental, Control Nutricional
y Consultas con Matrona.

● Atención Primaria de Adulto: Control de enfermedades crónicas: como hipertensión, diabetes,


hipercolesterolemia. Control con enfermera, Consulta nutricional, Control Matrona,
Educación grupal, Visita domiciliaria y Consulta Social.

● Atención Primaria de Adultos Mayores: Evaluación Funcional del Adulto Mayor (EFAM),
Control con enfermera, Consulta nutricional, Educación grupal, Visita domiciliaria: Se realiza
en aquellos casos que un profesional de la salud lo considere oportuno por situaciones como,
pacientes postrados y visitas de índole social, principalmente, Consulta Social, y Programa de
Vacunación Anti influenza. Programa de Alimentación Complementaria para Adultos
Mayores, Ayudas técnicas para mejorar su funcionalidad, como sillas de rueda, burritos,
bastones, colchones y cojines antiescaras. Entrega de audífonos y lentes.

● Atención Primaria en Salud Mental: Atención Individual, Intervenciones Grupales a niños,


adolescentes, adultos y adultos mayores, Psicoeducación, Visita domiciliaria, Coordinación
Intersectorial, Intervenciones en la comunidad.

● Atención Primaria en Odontología: Acciones de fomento, promoción, prevención, protección,


recuperación y rehabilitación de la salud oral.

● Programa Más Adulto mayor Autovalente.

● Programa Mujer.

Según lo expuesto anteriormente, se puede inferir que las principales demandas de los programas y
planes van a depender no solo de cada sector de la institución (sector 1 y 2), sino que además de la
etapa del ciclo vital en la que se encuentre el usuario, debido a la diversidad de temáticas que abordan.

1.2 Caracterización de equipos de trabajo (Composición y formas de organización)


El Cesfam Barón está compuesto por 97 funcionarios, los cuales se dividen en cinco categorías
formadas por estamentos:

● Categoría A, está conformada por los médicos y odontólogos.


● Categoría B, están los trabajadores sociales, enfermeras, kinesiólogos, terapeutas, tecnólogos
médicos, matronas, nutricionistas.
● Categoría C, están los técnicos de nivel superior de enfermería, de odontología, auxiliares de
farmacia, auxiliares de dental.
● Categoría D, están los administrativos.
● Categoría E, los auxiliares de servicio, conductores y vigilantes.

Debido a la sectorización, se produce en la institución una gran división, de la cual se habla


anteriormente. Tanto en el sector uno como en el sector dos existe un “Jefe de Sector” y estos además
cuentan con un equipo de cabecera, a los que el MINSAL determina como la unidad básica de trabajo.
Este grupo de profesionales en el CESFAM está compuesto por una enfermera, una trabajadora social
y un médico. Es este el que aborda todos los programas de manera transversal, junto a los encargados
de programa.

2. identificar y analizar principales características del quehacer profesional:

2.1 Enfoques de intervención/supervisión técnica/diseño de políticas/


investigación/planificación/evaluación/Otras acciones.
Los problemas de salud pueden estar determinados a partir de varios factores tales como ambientales,
relacionados con los estilos de vida, los aspectos biológicos y genéticos de la población (Villar,2011).
Cabe mencionar, que la responsabilidad de la salud va a estar condicionada dentro del accionar del
mismo estado, en los que refiere a vigilancia, control, promoción y actuación directa.

La organización mundial de la salud (2005) plantea la importancia de las determinantes de salud, ya


que la mayoría de los problemas de salud se presentan en individuos que tienen problemas socio-
económicos a comparación de aquellos con posiciones sociales más privilegiadas. De ahí la relevancia
que se toma a que las acciones dentro de salud ya no sean solamente en torno de las enfermedades,
sino también a las causas del entorno que pueden llegar a ser determinantes. Se entiende, además,
que dichas circunstancias que afectan a la salud son producto de cómo operan las políticas sociales de
cada país.

Es así como la OMS desarrolló “el modelo de determinantes de la salud” el cual incorpora la dimensión
social y política de la salud pública en relación con las posiciones socioeconómicas desiguales e
identifica la relación entre los determinantes estructurales e intermedios en los resultados de salud.
Es decir, que tanto las condiciones sociales (clase social, posición en las relaciones de mercado,
situación laboral, etc.) políticas (políticas públicas, desigualdad del país, cultura, valores y normas
sociales) y estructurales (nivel de ingreso, educación de género, etnicidad) donde se inserta van a
generar incidencia en el proceso salud-enfermedad.
De esta manera se desprenden diferentes enfoques que debería tener la salud con el fin de mejorar
la calidad de vida de todos los individuos desde una manera objetiva, universal e integral.
Según el plan de salud comunal de Valparaíso (2018) La salud hoy en día es entendida como un
enfoque integral, del siguiente se desprenden diferentes enfoques:

-Enfoque de equidad: consiste en el acceso a los servicios de salud con el fin de eliminar brechas de
desigualdad. Esto junto con un monitoreo efectivo de quienes reciben estos bienes y servicios, a partir
de la evaluación por medio de proveedores públicos y privados adoptando un enfoque multisectorial,
multiétnico y multicultural. Además, con la colaboración de instituciones gubernamentales y no
gubernamentales. Este enfoque de equidad está asociado a la equidad de género y equidad hacia
pueblos originarios e interculturalidad.

Así, por un lado, el enfoque de equidad se puede expresar cuando la directora del CESFAM explica en
la entrevista (ver Anexo 1) “La mayoría (llega) por su cuenta. Nosotros tenemos una población inscrita
que está dada por el sector por la jurisdicción que tiene el CESFAM y de esa, para el CESFAM Barón son
21.500 habitantes nosotros tenemos asignados inscritos desde FONASA y estos usuarios tienen
derecho a venir a atenderse al lugar y ellos se acercan solos por una necesidad particular”. Esto,
sumado que cuentan con múltiples evaluaciones, tal como señala la misma directora “Nosotros somos
medidos por indicadores de salud. Están los indicadores formales que están bajo una ley que esa ley es
evaluada desde el ministerio y son indicadores de impacto, de cobertura, cuántos pacientes son
compensados, etc.(…) Las formales, que son desde la ley, se evalúan cada tres meses y además
nosotros somos evaluados también por el modelo de salud familiar, que son dos veces al año. También
hay evaluación de calidad de la atención que las hacen una vez al año.” En este sentido, si cumplen
con las evaluaciones dadas a nivel nacional a partir de los indicadores con el fin de generar una
disminución de las brechas de desigualdad en la calidad de los CESFAM a lo largo de todo Chile desde
distintas evaluaciones.

-Enfoque ciclo de vida: Este enfoque permite entender cómo las diferentes etapas de vida influyen
entre sí. Por ejemplo, la falta de calcio en la niñez afectará posteriormente, a los huesos en la vida
adulta. O también el tabaquismo en el embarazo puede generar enfermedades respiratorias al hijo/a
que está por nacer. De esta manera se genera un enfoque de redes de salud que se especializan en
determinadas etapas de vida de los individuos (niñez, adulto mayor, adulto, etc). Este enfoque procura
el impacto positivo y sostenible en la población)

Se evidencia de tal como manifiesta Giselle Contreras: “En realidad como te digo, nosotros somos
transversales a todos los programas, estamos metidos en todo, y por eso nosotros estamos en todo el
ciclo vital, les guste o no les guste a las otras profesiones, porque estamos desde el embarazo, incluso
desde antes partiendo desde el ciclo desde el nacimiento, las embarazadas pasan con nosotros
siempre, después cuando nace la guagua, viene por previsión, después cuando si es que hay alguna
alteración en el desarrollo psicomotor siguen con nosotros; el control sano si es que hay alguna
observación de edinburgh alterado en la mamá que puede ser sintomatología depresiva. Después
siguen en la adolescencia cuando empiezan con el con el consumo, ponte tú de repente exploratorio
de drogas, o cuando hay quizás algún síntoma de depresión, hay depresión también en la adolescencia,
ansiedad, después siguen con nuevamente con el tema cuando se embarazan ¿cachai?, y así estamos
ya hasta que ya son adultas.”

-Enfoque familiar: Según el MINSAL el enfoque familiar es aquel que considera al individuo y su familia
como un sistema. De esta manera, la familia influye en cómo se entiende la salud del individuo.
Además, es tomada como un recurso para que el individuo se mantenga sano y por último se entiende
que el cuidado del grupo familiar tiene beneficios mayores que la intervención de cada individuo por
separado.

Este enfoque se visualiza en la manera en cómo los integrantes del CESFAM entienden el enfoque
integral. Así como menciona directora “Por ejemplo antes te dolía la cabeza y te daban un remedio
para el dolor de cabeza, en cambio, hoy te duele la cabeza y eso puede ser alguna situación familiar
que te genera estrés; entonces, voy a ver a tu familia, tu trabajo, te voy a mandar al psicólogo, etc.”

En este sentido, el trabajador social es indispensable, ya que genera la mirada más global tal como
afirma Karla: “Nosotros podemos dar toda la mirada más global con respecto a la temática. Por
ejemplo, en el caso de la depresión, las entrevistas se hacen en base a su situación familiar, laboral.
etc.” De esta manera, el rol de los integrantes de la institución gira en torno a esta dinámica como
menciona el psicólogo a cargo: “(...)porque en esa entrevista es donde nosotros indagamos respecto
de la dinámica familiar, los factores protectores existentes en la familia así como también factores de
riesgo, todo lo que son los antecedentes socio económicos que sabemos que también antes eran ciertas
condiciones de salud mental, las condiciones laborales las cuales están desempeñándose las personas,
hacemos todo una especie de levantamiento de información familiar y también a nivel individual” .

Además, Giselle plantea “uno aborda toda la intervención a nivel familiar, eso quiere decir que puede
ser que le pregunten por la mamá, el papá, y al final de repente como hasta uno puede sentir que el
paciente pierde el foco, porque ya le deja de preguntar cosas de él.”

Así, es posible reconocer que toda intervención tendrá como marco referencial y estará situada tanto
en un individuo como también el su círculo familiar, mirada como un sistema que interactúa con otros
sistemas en la dinámica social.

-Enfoque comunitario: El enfoque comunitario está incorporado en la medida que se da relevancia a


los aspectos del mundo sociocultural a salud-enfermedad. Esto implica un quehacer de la salud de
incorporarse en las comunidades y viceversa, en una relación fluida y colaboración mutua. La visión
de la salud reconoce los recursos propios de las comunidades y sus agentes de salud.

La manera en cómo se supervisa el trabajo de un establecimiento, en este caso de la institución


CESFAM Barón adquiere gran importancia en la realización de las metas propuestas por el equipo de
trabajo. En este sentido Vega & Nieves-Julbe (2016) Afirman que “la supervisión identifica si las
acciones de cada nivel del proceso conducen a los otros niveles previstos o si es necesario hacer
cambios. El monitoreo permanente incluye actividades de supervisión, directamente por las distintas
estructuras de dirección, que debe llevar sus funciones a la prevención de hechos que generen pérdidas
o incidentes costosos a la entidad desde el punto de vista financiero y humano evaluaciones separadas
o individuales y la evaluación son actividades de monitoreo que se realizan en forma no rutinaria, como
las auditorías periódicas efectuadas por los auditores internos.” La supervisión dentro de los equipos
de cabecera del CESFAM Barón es realizada por los mismos integrantes del equipo profesional. En este
sentido, Giselle menciona “Nosotros mismos(nos evaluamos). Aquí no hay un equipo técnico que te
supervise. “Usted es asistente social, usted sabe lo que tiene que hacer” Aquí nadie te va a decir: ¿Sabe
hacer un informe social? ¿sabes cómo interactúa la red? ¿sabes qué es la metodología de salud
familiar?, Nadie te va a preguntar eso, porque entendemos que si usted tiene el título, usted sabe lo
que tiene que hacer. Si a ti te llega un caso x, nadie te va a estar preguntando ¿Qué harías tú con este
caso?" Pero a pesar de esto, Alejandro plantea que Osvaldo es el que supervisa el proceso del los
profesionales: "Al final somos los tres estamentos de profesionales los que evaluamos las
intervenciones. El que supervisa el proceso es Osvaldo, el psicólogo. Pero en realidad puede que no sea
la mejor forma evaluar ni supervisar las intervenciones”. ¿Se puede generar una buena supervisión si
quien supervisa y evalúa integra el mismo equipo de trabajo?

Además, la supervisión de la totalidad del CESFAM es según los indicadores que genera la CORMUVAL
cada año. Tal como se indica en la siguiente tabla:
Esta evaluación es una manera de conocer y contrastar las prácticas profesionales y estrategias que
se llevan a cabo dentro del CESFAM. De esta manera, las evaluaciones que tiene la institución son de
manera externa e interna: Externas desarrolladas por la CORMUVAL e internas desde los mismos
equipos que se encargan de intervenir.

2.2 Identificación de paradigmas o concepciones de intervención social/epistemologías en el juego


del quehacer profesional

La salud en su totalidad ha ido incorporando a lo largo de los años distintas maneras de generar
conocimiento a partir de las ideologías de cada época y desde su creación, en las distintas profesiones
implicadas, ha sido permeada por el empirismo y su manera en la que percibe los fenómenos.(Suazo,
Alvarado & Palma, 2012). En la modernidad se han generado avances en esta materia a partir de una
concepción positivista de las ciencias representados por Augusto Comte.

El positivismo según Suazo, Alvarado & Palma(2012) Se define como: “Su interés es explicar, controlar
y predecir; la naturaleza de la realidad la describe como dada, singular, tangible, fragmentable y
convergente; la relación sujeto objeto la manifiesta como independiente, neutral y libre de valores; su
objetivo fundamental es la generalización mediante metodologías deductivas, cuantitativas,
centradas sobre semejanzas; la explicación última está orientada a la causalidad, causas reales
temporalmente precedentes y simultáneas; finalmente está libre de valores que pudieran contaminar
los resultados. La realidad goza de existencia propia, su metodología hipotética deductiva logra la
objetividad basada en la experiencia y es válida para todos los tiempos y lugares, postula que existe
uniformidad y orden en la naturaleza”

Dicho lo anterior, ¿Dónde se visualiza esta epistemología en la institución? En las entrevistas se puede
dar cuenta de una manera causal y preventiva de percibir a lo fenómenos, es decir:

“(...)En los distintos diagnósticos(de salud mental) hay forma de saber si se puede o no dar el alta. Igual
la persona misma te va diciendo y contando cómo se va sintiendo. Así, por ejemplo si un caso de
depresión y que tenías un montón de síntomas. Tú le dejas medicamentos. Pasa el tiempo y tú la ves y
está mejor; luego la ves de nuevo y está mejor. Pasa el tiempo y las ves mucho mejor. Entonces
comienzas a retirar los medicamentos; pasan dos meses sin medicamentos y está bien, entonces ahí
tú das el alta” - Alejandro, médico.
“(...) En atención primaria en realidad el rol es más poder desarrollar alguna actitud preventiva, en
donde el ingreso al programa es por medio de nosotros; porque en esa entrevista es donde nosotros
indagamos respecto de la dinámica familiar, los factores protectores existentes en la familia así como
también factores de riesgo, todo lo que son los antecedentes socio económicos que sabemos que
también antes eran un poco ciertas condiciones de salud mental, las condiciones laborales las cuales
están desempeñándose las personas, hacemos todo una especie de levantamiento de información
familiar y también a nivel individual de la persona para saber a qué se debe esta situación que lo trae
a la consulta.” - Giselle, trabajadora social.

De esta manera, hay una forma específica de concebir cada caso y de concebir la salud.Es así como los
individuos que no respondan a este imaginario de persona sana-persona normal van a ser impulsados
a aquello con el fin de adaptarse al resto de la sociedad. Esto, ya que el positivismo abarca los casos a
partir de leyes universales, dejando de lado las individualidades particulares que cada sujeto y sujeta.
Así como lo plantea Habermas en Quiroga (2016) “(...) Pensando observando, clasificando y
diagnosticando a los otros, a los excluidos, como sujetos institucionalizables, posibles candidatos de
una acción terapéutica y de una ortopedia social, incluso de una amputación oculta que decide una
junta médica secreta por fines altruistas, como mejorar la “raza” humana”.

De esta manera, las instituciones tratan de integrar a estos individuos a la sociedad, ya que responde
a su imaginario de progreso y desarrollo. Es por esto que el paradigma imperante es el paradigma de
la integración según Corvalán(1996) “La integración en sus dimensiones sociales y económicas implica
la necesidad de limitación de la libertad individual para la subsistencia del colectivo, y, tanto Durkheim
como Keynes le adjudican al Estado un rol fundamentalmente integrador e incorporan, para este
propósito consideraciones técnicas y éticas.” Para que esta integración pueda existir se debe generar
la necesidad de la población de ser parte de esta integración.En este sentido, es como Luhmann
plantea el concepto de “confianza institucional” que se puede aplicar a esta institución en cómo los
pacientes confían en la medicina y sus resultados y a partir de esa confianza orientan sus acciones y
sus expectativas hacia la integración del sistema(Baratta,1985) Es así como Desde una perspectiva
sistémica, el profesional repara o previene los efectos negativos que la salud-enfermedad produce
para la estabilidad del sistema y a la integración social.

Pero ¿Cómo se visualiza este paradigma en el CESFAM Barón? A partir de las entrevistas realizadas se
pueden dar algunos ejemplos, tales como: “Claro(se patologiza al paciente). Es una paciente que “tiene
algo”. No vemos gente sana que quiere estar más sana todavía.(...) Claro(es una persona que necesita
ser curada), más o menos. Es una persona que tiene algo y que necesita una intervención de algún u
otro modo(...) (El rol del trabajador social) Sería desde el punto de vista del diagnóstico”. (Alejandro,
médico)

2.3 Marco teórico/metodológicos y principales procesos involucrados

El CESFAM Barón - como se ha dicho anteriormente - está inserto en un paradigma de salud integral,
el que concibe la salud en el ciclo vital como un fenómeno biopsicosocial. Pero ¿cuáles son las
implicancias de esto a nivel conceptual? ¿Qué teorías fundamentan las estrategias metodológicas
detrás de los procesos de intervención y cuáles son estas? ¿Qué rol se le es planteado a los y las
trabajadoras sociales en el campo de la salud, específicamente en el centro de salud en el que se sitúa
esta investigación?

Con respecto a los marcos teóricos que sustentan la práctica profesional en el CESFAM Barón es
necesario distinguir algunos aspectos fundamentales de este modelo inscritos en el Plan de Salud
Comunal de Valparaíso (2018); a saber, el modelo de salud integral, familiar y comunitaria es aquel
que ve al individuo y a la familia como un sistema, y a esta última como marco de referencia que
permite comprender la situación de salud de los individuos. Así, se hace evidente que una de las
teorías a la base y que fundamenta toda ejercicio profesional es la teoría sistémica.

Las implicancias que conlleva el fundar el modelo de salud en tal teoría, no solamente plantea una
visión particular del fenómeno de la salud, sino que también de la forma en que los procesos de
intervención se realizan, y por ende la forma que el cambio y sus actores son concebidos.

Así, por ejemplo, la teoría general de sistemas se caracteriza por tener una perspectiva holística e
integradora, donde lo importante son las relaciones entre los conjuntos, y que además permite la
relación entre especialidades y disciplinas (Arnold y Osorio, 1998). Con respecto a esto, Giselle,
trabajadora social comenta que “en el nivel de atención primaria los centros que son de salud familiar
están sectorizados, porque nosotros trabajamos con la metodología de salud familiar, que lo que
prioriza este modelo es poder centrar la atención en la persona, poder darle una continuidad a la
atención. De hecho por eso abordamos todo el ciclo vital, y generando también acciones con el
intersector porque entendemos que la persona no está sola en este mundo, sino que está relacionada
con un contexto, y en ese contexto se encuentra con distintos determinantes de la salud: trabajo,
vivienda, educación, que de no estar con las condiciones adecuadas claramente van a alterar la salud
de la persona, entendiendo salud no sólo como falta de enfermedad”, y luego agrega que “la persona
esté mal en su trabajo o en condiciones muy precarias en su trabajo claramente le va a afectar en
algún otro de estos circuitos porque estamos todos relacionados”.

De este modo es posible identificar ciertos aspectos fundamentales de la teoría sistémica presentes
en el quehacer profesional. El primero de esto es la identificación de la familia como pieza
fundamental para poder entender el fenómeno de la salud, donde el individuo no puede ser
comprendido fuera de su contexto familiar. Alejandro, médico parte de los equipos de cabecera dice
que las intervenciones de carácter integral realizadas en el centro de salud están enfocadas en - y en
las que dicho sea de paso, el trabajo social tiene un rol fundamental - “colaborar para formar un
panorama más completo con respecto al contexto social de las personas. Conocer la situación familiar,
su trabajo, su historia de vida, hacer visitas domiciliarias para conocer las condiciones de vida de estas
personas”.

Ahora bien, siendo aún más rigurosos, se hace patente el inscribir este modelo de salud integral,
familiar y comunitaria dentro del marco de la teoría de los sistemas ecológicos. ¿En qué consiste dicha
teoría? BronfenBrenner (1987) en sus postulados acerca de dicha teoría asevera que es necesario
concebir a las personas - en su desarrollo - en contacto con su medio, y poner énfasis en la interacción
entre estos. Así, el mismo autor identifica ciertas características esenciales en la construcción de dicho
modelo teórico, a saber, la estructuración y reestructuración de los sujetos con respecto a su medio,
implicándose en tal progresiva y dinámicamente; la bidireccionalidad de la interrelación entre sujeto
y medio; finalmente la distinción de los niveles o sistemas que afectan directa o indirectamente a los
sujetos: microsistema, mesosistema, exosistema y macrosistema (Bronfenbrenner en García, 2001).

Así, el primer nivel estaría referido a las relaciones directas del sujeto con su entorno más inmediato.
En el siguiente, se toma en cuenta la interrelación entre dos o más entornos o microsistemas. Luego,
en el siguiente nivel, están los entornos que no afectan directamente a los sujetos, pero tienen grados
de incidencia en el actuar de las personas más próximas a ellos (trabajo, escuela, círculos de amigos).
Finalmente, están los marcos culturales, políticos e ideológicos que son transversales a todos estos
sistemas (García, op. cit.).
Giselle en torno a esto nos dice que “ … trabajar con salud familiar es bien ecosistémico. Entonces,
aparte de integrar, esto es como “ínter” [el enfoque de salud integral] ¿por qué? Porque así (...)
nosotros nos vamos relacionando con las organizaciones de afuera, para poder apelar a un buen
estado de salud de la persona y la familia”. Se distingue entonces, claramente, que este modelo de
salud integral concibe a los usuarios de los centros de salud como parte de un sistema en interacción
con otros sistemas en un medio que es permeado por un proyecto sociopolítico y cultural
determinado. Dicho proyecto tiene una realización material en las políticas públicas que un Estado
implementa - como este modelo que subyace al quehacer profesional en el campo de la salud -, y
llevándolo a un nivel incluso global, en las directrices entregadas en Declaración Universal de Derechos
Humanos. Así, el objeto de intervención situado en este contexto se construye a partir de demandas
determinadas, y también desde una estricta perspectiva teórica implementada a través de las políticas
públicas. Además de esto, tendrá un trasfondo de orden político, ético y cultural que permea todas
las acciones que se dan en tales procesos.

Ahora bien, tales marcos entregan las referencias teóricas en las que los procesos de intervención se
realizan. Así, por ejemplo, Alejandro asevera que “en los casos de algunos niños que se sospechan que
sufren abuso o maltrato o que tienen algún problema en la familia, hacen la coordinación con el PPF
que está al frente. Así es un programa de protección infantil. Por ejemplo si se sospecha que hay
descuidados de los padres hacia el niño se coordina con el PPF y ellos hacen la intervención de ir a la
casa, ellos tienen sus propios psicólogos, sus propias cosas. O ellas, las asistentes sociales, se coordinan
con el colegio, hacen las preguntas pertinentes. Esa clase de coordinación que también es súper
importante la hacen ellas. “. Y esto no sólo es evidencia del trabajo que hace énfasis en los sujetos y
su entorno, sino también en la forma en que se concibe la intervención como un parte de un proceso
que se sitúa en la relación entre uno o más sistemas en las que las personas están insertas. Así, el
Trabajo Social se inscribe con un rol fundamental de coordinador de redes entre estos sistemas. Esto
último es afirmado en las entrevistas realizadas tanto por las profesionales del Trabajo Social como
también por aquellos con los que dichas profesionales comparten el campo de la salud.

Luego, las estrategias metodológicas planteadas en los procesos de intervención situadas en este
contexto - como se ha dicho anteriormente - responden tanto a los marcos conceptuales, culturales y
políticos que las subyacen. Así, tal como expone Giselle, la intervención social en el quehacer
profesional del Trabajo Social situada en el campo de la salud buscará “poder producir salud en la
persona. Se busca poder revertir aquellas situaciones que estén vulnerando el estado de bienestar de
la persona o de las familias, considerando todos aquellos aspectos que están incidiendo en este mal
estar, porque nosotros tenemos esa mirada integral, por ejemplo siempre se tienen en cuenta todos
los determinantes sociales que están relacionados con la persona-familia, entonces la idea es que esta
mirada integral se mantenga en el que hacer de toda la institución, y no solamente de nuestra área.”;
y para ello lo primero que se hará será “diagnosticar cuál es la situación problema, poder hacer un
levantamiento de no sólo los factores de riesgo sino que también de aquellas potencialidades que
pueda tener el individuo para que él también pueda rehabilitarse propiamente tal”.

De esto se hace posible distinguir la forma en que - por un lado - los profesionales construyen los
objetos de intervención a partir de marcos teóricos delimitados por la política pública subyacente; a
saber, ver a los sujetos insertos en un sistema que interacciona con otros, pero que al mismo tiempo,
estas interrelaciones se presentan con varios niveles de complejidad. Así, la salud, como fenómeno
holístico e integral, sólo se comprende a través de esta mirada sistémica, en la que los sujetos no están
separados de su entorno, sino que reciben los influjos de su medio, tanto el próximo y más directo,
como también aquellos que parecen ser no influyentes en los individuos. Por otro lado, los procesos
de intervención no se limitan a una concepción de salud meramente vista como un fenómeno
biomédico y, por lo tanto se hace necesario concebir, conocer y comprenderla como un proceso
multidimensional que necesita de la coordinación de redes entre los sistemas, o dicho de otra manera,
es necesario establecer un trabajo articulado entre las distintas instituciones presentes en la vida de
los sujetos usuarios del CESFAM (OPD, PPF, Unidades vecinales, Escuelas, Sistema judicial, entre otras).

No obstante, la intervención social propuesta por el CESFAM Barón tiene ciertos matices. Por un lado
puede identificarse que dicha intervención está enfocada en - como expone Giselle - producir salud
en los individuos. Y que son las mismas personas las que deben hacerse cargo de su salud, es decir,
son agentes en sus propios procesos. De esta forma, el proceso de intervención se ve desde esta
perspectiva como un método de entregar las herramientas necesarias para que dichos sujetos puedan
tomar su propia salud en sus manos. Sin embargo, la forma en que estos son concebidos en los
procesos de intervención sigue siendo como depositarios de los beneficios. Evidencia de esto es lo que
expone la trabajadora social: “También es importante decir que si yo estoy enferma y voy al médico,
hay que entender que él [el médico] no solo será el único que puede atenderme y dar solución a mi
problema. Hay que entender que yo soy productora de mi salud.”

En cuanto a esto último, y tomando las palabras de Marisela Montenegro (2001), podemos concebir
este tipo de intervenciones como un tipo de intervención dirigida más que participativa. ¿Por qué?
Porque si bien se tiene una mirada integral de los sujetos y su entorno, esta no busca hacer una
transformación social radical, sino más bien mejorar el estado personal del cliente (Montenegro, op.
cit). Es aquí donde podemos ver la tensión que existe entre un modelo teórico implementado a través
de una política pública que busca no solo ser curativo, sino que la agencia de los actores, y lo que se
vislumbra en la realidad del quehacer profesional. Así, esta tensión entre teoría-realidad - y también
entre actores - queda manifiesta cuando con respecto a los cambios hechos en los modelos Giselle
nos dice que los mismo usuarios son los que siguen legitimando y reproduciendo ciertas prácticas
ligadas al modelo biomédico de salud: “generalmente la población sigue adherida a este pensamiento
creyendo que sólo el médico le puede decir que hacer para mejorar sus salud”. No obstante cabe
preguntarse cuánta es la responsabilidad que las mismas instituciones - y los diversos actores que
están presentes en ellas - tienen a la hora de legitimar este tipo de prácticas reproductoras.

2.3 Análisis concepción de sujeto

A lo largo del país los centros de atención primaria de salud, como es el caso de los CESFAM, se
comenzaron regir bajo un modelo de salud integral multidisciplinario, con un enfoque familiar y
comunitario. Esto quiere decir, como se mencionaba en un inicio, que el sujeto o paciente de estos
centros de salud, ya no solo serán evaluados a un nivel de salud únicamente individual, o como un
sujeto aislado con respecto a su entorno; sino que se les entregará una atención centrada tanto en las
personas mismas, como así también a sus familias y comunidad a la que pertenece, para así de esta
manera lograr divisar las posibles influencias que ejercen estas redes sobre el sujeto en su salud en
general. Una atención más integral, sobre el cual el servicio de salud metropolitana del Norte (2018)
postula: “actuará un equipo de salud de cabecera que brindará atención contínua a lo largo de todo
el ciclo vital” , con lo que se puede demostrar y a su vez rescatar una concepción similar a lo que
menciona una trabajadora social del CESFAM Barón, y con lo que a su vez se puede demostrar el
involucramiento de este modelo con su quehacer profesional. Tal como se menciona en la siguiente
entrevista a Giselle: “Entendemos que la persona no está sola en este mundo, sino que está relacionada
con un contexto, y en ese contexto se encuentra con distintos determinantes de salud, trabajo,
vivienda, educación, que no de no estar en condiciones adecuadas, claramente va a alterar la salud de
la persona” (...) “ Por esto los centros de salud familiar están sectorizados, porque la idea es que el
equipo conozca su población”.

Por esto, es que se puede decir que ya no se considera a los sujetos o pacientes de manera aislada o
apartada de su contexto e interacciones cotidianas con su entorno, sino que estos se consideran como
una persona inserta en un sistema de relaciones sociales que cambia a través del tiempo. Una visión
actual que difiere con el antiguo enfoque biomédico que se practicaba a nivel nacional en todos los
CESFAM del país hasta el año 2007, cuyo objeto perseguía únicamente factores biológicos de los
pacientes con los cuales trataban. Un enfoque con característica principal de ser reduccionista al tratar
únicamente la enfermedad en sí mismas de las personas, considerando estas como entidades propias
e independientes de los pacientes.

Por otra parte y complementando con lo mencionado anteriormente, con estasr visión integral que
busca el bienestar de las personas por medio de un involucramiento profesional multidisciplinario, en
un nivel que abarque de una manera más completa las múltiples problemáticas de los sujetos, para
así lograr ver de una manera global los posibles factores protectores y de riesgo, y las posibles
resoluciones, es que los centros de salud están utilizando cartolas. Las cartolas corresponden a un
instrumento de trabajo con el cual las trabajadoras sociales recolectan información de los sujetos que
intervienen. Éstas tienen por función el poder registrar el historial y la evolución familiar, es decir, con
este instrumento se registran los integrantes del sistema familiar y su organización, cómo interactúan
estos entre sí, así como también registrar aquellos factores protectores y de riesgo que se pueden
rescatar por medio de la entrevista con las trabajadoras sociales.

De esta forma, desde el cambio de enfoques (de uno biomédico a uno integral) es que los equipos de
trabajo interdisciplinarios tanto en centros de salud primaria, secundaria o terciaria, se vieron
afectados ya que debieron modificar sus formas de intervenir, y a su vez modificar la composición
profesional de estos, debido a que se comenzó a integrar otras disciplinas relacionadas al área social,
para así poder tener una mejor adaptación, y una mayor cantidad de recursos que permitieran la
habituación al nuevo modelo de implementación en los centros de salud, cómo es el caso de la
integración de la psicología y del trabajo social. Pero aún más relevante, se modificó la concepción del
sujeto en el que intervendrán, es decir, desde una mirada inicial de sujeto compuesto por una
estructura biológica autónoma e independiente del dinamismo social en el que se sitúa, a pasar a una
mirada de sujeto dinámico y sistémico que interactúa con su entorno, viéndose influenciado por este,
lo que por ende, también esta esfera sería considerada, según este nuevo enfoque integral, como un
factor relevante que permeará en la salud tanto física como psicológica de los sujetos. Es decir, la salud
de las personas ya no solo será considerada como falta de enfermedad, sino que será vista como un
estado de bienestar físico, psicológico y social.

Continuando y en relación, así como el sujeto ya no se verá como un ser exclusivo e individual, los
equipos de trabajo de los centros de salud familiar, tal como se mencionó con anterioridad, también
ya no estarían conformados por un profesional o profesionales exclusivos de ciertas áreas del saber.
Debiendo de esta forma adaptarse a un nuevo contexto, y adaptarse a la multidisciplinariedad e
interdisciplinariedad. Un aspecto del que el CESFAM Barón se puede ver resuelto ya que uno de sus
equipos de cabecera lo integran: un médico - profesión socialmente vinculada a la restitución de la
salud y recuperación de la enfermedad - así como también conformados por psicólogos y trabajadores
sociales, profesiones vinculadas a lo social y a la filantropía para el bienestar de las condiciones
materiales del sujeto. Profesiones de las cuales, integradas en un mismo equipo, siguiendo una misma
visión de bienestar para el sujeto de intervención, logran complementarse y en palabras de Muñoz
(2007) llegar a un piso común, pero ya no de una manera individual un profesional de otro, sino que
cada uno de sus integrantes logran aportar sus diferentes visiones e incorporar estas en sus
respectivos quehaceres profesionales, para así intervenir de la manera más adecuada según el
paciente y su contexto.

Sin embargo, se hace preciso mencionar, que a pesar de que este enfoque integral que distingue a los
sujetos como sociales, debe ser aplicado a toda la institución y personal que componen al CESFAM
Barón. Pero esta visión no es del todo compartida por sus profesionales, lo que se puede ver reflejado
a continuación según mencionado por un médico integrante de equipo de cabecera del CESFAM,
Alejandro Maldonado: “Pero en general (los médicos) si nos centramos más en las patologías que en
otros aspectos de la salud (...) el paciente es mirado como un sujeto patológico, es decir como una
persona con enfermedad” “ No creo que los tipos de intervención sean transversales en el sentido de
ver a la salud como algo integral (...) tal vez en el espíritu a nosotros nos gustaría hacer eso, pero en
realidad no podemos” .

De esta manera, según sus dichos, se puede desprender de que a pesar de trabajar en un equipo multi
e interdisciplinario bajo una mirada integral y sistémica del sujeto, en el quehacer no se logra visibilizar
dicha visión: “(...) En general si nos centramos más en las patologías (...) lo que obedece a una razón
estructural”.

Lo que se puede llegar a explicar debido a una mayor demanda que se exige hacia la profesión de
médico por parte de los pacientes, lo que obstaculizaría el cambio del enfoque biomédico al integral.

Sin embargo, a pesar de esta situación, el mismo médico reconoce la importancia de este cambio de
modelo y del cambio de la concepción del sujeto para así llegar de una mejor manera a la resolución
del factor de riesgo que impide el bienestar del paciente mencionando “Si nos centramos en una
clasificación puramente diagnóstica no llegamos a nada, es necesario integrarlo al resto de las demás
visiones”. Y con esto se puede decir de que a pesar de su profesión y el exceso de solicitud de éste por
parte de los sujetos, esto corresponde a un impedimento para desarrollar la mirada sistémica de sus
pacientes, aunque reconociendo la importancia de las demás disciplinas que si pueden desarrollarlas.
Distinguiendo de esta forma el rol del trabajador social al decir: “ Nosotros no podemos estar
pendientes por ejemplo (...) cómo le va en la vida o en el trabajo (...) esos son objetivos que no
pretendemos realizar nosotros”.

Y en este mismo sentido, con respecto a la visión que se tiene del sujeto, se hace importante rescatar
que según un psicólogo de CESFAM Barón, Olvaldo Labra, parte de este grupo de cabecera, considera
al sujeto a intervenir, además de verlo como un ser en constantes relaciones sociales, también lo
considera como un sujeto activo, es decir como una persona capaz de buscar autonomía para
modificar su estilo de vida por medio de la reflexión y la acción individual, esto a través de la entrega
de orientación profesional para que este pueda reconocer sus conductas y hacerse cargo de las
mismas. Tal cual como se menciona a continuación: “Intentamos propiciar en éste usuario la
autonomía, la corresponsabilidad, que el usuario sea capaz de tomar y hacerse responsable de sus
propias conductas”.Considerando además que esta autonomía del sujeto intervenido depende de la
adherencia que logró tenerse entre profesional e intervenido. Esto debido a que a pesar de ser
favorable permitir que los pacientes puedan reconocer, cuestionar y utilizar sus propios recursos para
promover su bienestar tanto físico, psicológico y social, este espacio de autonomía no se podría llevar
a cabo y desarrollar si es que no se logró un vínculo profesional-paciente. Así como también
considerando que está mirada además de representar el enfoque integral, también se refleja en la
mirada biopsicosocial, enfoque del cual el propio psicólogo distingue en su quehacer: “Somos parte
de un equipo biopsicosocial (...) soy subdirector y personal a cargo del programa de salud mental”.
Enfoque que no difiere del integral, debido a que también considera esferas biológicas, psicológicas y
sociales.

Por otra parte, también es preciso resaltar nuevamente que a pesar de la nueva visión de modelo
familiar integral adoptado a lo largo de todo el país, a partir del año 2007, el psicólogo de este CESFAM
reconoce una no completa adherencia con respecto a este nuevo modelo. Lo cual puede visibilizarse
en los respectivos quehaceres según cada profesional y disciplina correspondiente que conforman
este grupo de cabecera multidisciplinario, conformado por médicos, psicólogos y trabajadores
sociales. Reconociendo que según cada profesión pueden distinguirse distintas maneras de
intervención, distintas maneras de concepción de sujeto a intervenir y distintas maneras de ver la
enfermedad en los pacientes. Y en el cual, según este último punto mencionado con anterioridad, se
puede distinguir en manifiesto la enfermedad como una patología de la cual en el proceso se necesita
de un diagnóstico y de un tratamiento para la restitución de la salud del paciente, así como lo
menciona el médico del CESFAM: “Claro, es un paciente que tiene algo, no vemos gente sana que
quiere estar más sana todavía”. Y por otro lado distinguir la salud no solamente como falta de
enfermedad, sino que también como “Un estado de bienestar físico, mental y social” en palabras de
la organización mundial de la salud (1948). Estando en manifiesto esta visión en una trabajadora
social, Giselle Contreras del mismo CESFAM: “ La persona (...) está relacionada con un contexto, y en
ese contexto se encuentra con distintos determinantes de la salud: trabajo, vivienda,educación, que de
no estar con las condiciones adecuadas, claramente va a alterar la salud de la persona, entendiendo
salud no sólo como falta de enfermedad”.

Y en cuanto a lo anterior, también se hace importante indagar en la causa de este cambio de enfoque
y visión hacia los sujetos que intervenían, como se indicaba en un inicio, un cambio en la concepción
de estos. Tema que se puede llegar a entender debido al cambio de demandas por parte de los
pacientes, esto en referencia al aumento de casos de personas con trastorno ansiedad, tanto a nivel
nacional como en el mismo CESFAM. Información que se puede respaldar por datos de la organización
mundial de la salud, institución que afirma que en caso de Chile, la ansiedad dentro de la población
corresponde a un 6,5%. Lo que a su vez, también se ve reflejado en una respuesta de una trabajadora
social del CESFAM Barón al mencionar acerca de los casos más habituales ingresan para intervenir así
como afirma Giselle: “Para nosotros, lo que más ingresan últimamente son casos de salud mental, por
ansiedad más que depresión en el último tiempo a raíz de la sobrecarga que lleva uno de este sistema
en sí”.

Así finalmente, en cuanto a lo desarrollado, se puede decir que los cambios que se logran visibilizar
en el CESFAM Barón, tienen que ver en primer lugar con el cambio de enfoque, es decir, de uno
biomédico a uno integral a nivel nacional, en el cual se puede distinguir en efecto, un cambio en la
concepción de sujeto, de uno autónomo a su biología, a uno interrelacionado con su entorno.
En segundo lugar se puede distinguir un cambio en la estructura de los equipos de trabajo del CESFAM,
integrando profesiones como la psicología y el trabajo social, para que se pueda desarrollar,
implementar y adherir de mejor manera a este nuevo enfoque de salud familiar, para así tener una
mayor cantidad de recursos al incluir otras áreas del saber a los equipos de trabajo. Y por último, se
logra ver un cambio en la concepción de enfermedad, distinguiendo por una parte como enfermedad
apartada e independiente del sujeto, a comprender la enfermedad como permeada por lo psicológico
y lo social.

2.4 Condiciones de posibilidad y nudos críticos del quehacer profesional

Para fundamentar el análisis de la realidad que viven las profesionales de trabajo social en el CESFAM
Barón, las condiciones de posibilidades y los nudos críticos, nos apoyamos del texto “Rol de la
Trabajadora Social en Atención Primaria de la Salud” realizado por el Servicio de Atención Primaria de
Planificación y Evaluación, de la Dirección General de Programas Asistenciales del Servicio Canario de
la Salud de España, quienes reflexionaron sobre el quehacer profesional en el área de salud y
delimitaron cinco áreas de trabajo las cuales son: Área de Atención Directa que hace referencia a la
atención individual/familiar, Área de Coordinación Sociosanitaria que recoge la actividad de
coordinación con los recursos sociales de la zona, Área de Apoyo Social que desarrolla el fomento de
la Red Social de Apoyo en salud, Área de Promoción de salud y Participación que recoge estrategias
para promoción de la salud y fomento del autocuidado y el Área de Docencia e Investigación que hace
referencia a la actividad para el desarrollo profesional y el estudio de los factores sociales en salud.
Estas dimensiones nos permiten visibilizar las diversas posibilidades de acción que tienen las
trabajadoras sociales en salud de las cuales reconocemos en la institución estudiada el área de
atención directa presente en las consultas privadas, en las visitas domiciliarias, en los talleres
familiares, es decir, todo lo referido a la relación entre los sujetos intervenidos y la trabajadora social,
por otro lado se evidencia el área de apoyo social al momento de la coordinación con las redes,
colegios, PPF, entre otros; también el área de promoción está presente en el equipo de promoción y
prevención en la institución de las cuales las trabajadoras sociales forman parte, todo estos trabajos
sumado al rol que cumplen las profesionales dentro del equipo biopsicosocial en salud mental. Es
decir, que las posibilidades de intervención son múltiples y por esto mismo las trabajadoras sociales
son muy importantes dentro de la institución ya que como menciona Giselle en la entrevista “Nosotros
somos transversales a todos los programas, estamos metidos en todo” por lo que tienen un
conocimiento panorámico de todos los factores sociales que afectan en la salud de las personas,
teniendo muy claro que todo el trabajo es posible bajo un compromiso mutuo que se forma al
momento del primer encuentro entre los pacientes y la institución, ya que al definir la atención directa
como “ La actividad que se desarrolla con el usuario a partir de la demanda que éste presenta o de
forma programada, siendo esta atención uno de los pilares en la Atención Primaria de Salud, que es la
puerta de entrada del sistema sanitario y nivel más básico de atención” se reconoce el rol activo de
las trabajadoras sociales en la institución a partir de un modelo integral que abarcar todo el contexto
del paciente, posible gracias a esa “puerta de entrada” a la institución tal como menciona el psicólogo
sobre las trabajadoras sociales: “(...) Ellas nos permite priorizar en muchas acciones el nivel de urgencia
o el nivel de preponderancia que puede tener una patología en salud mental, ella es la puerta de
entrada, para el equipo de salud mental.”
Así como hemos visto dentro del quehacer profesional en el área de salud nos parece fundamental
reconocer que las múltiples funciones pueden desencadenar en un nudo crítico dentro de la profesión
ya que existe una sobrecarga que podría afectar directamente en la salud de las personas ya que por
una parte esta institución cuenta con dos trabajadoras sociales que trabajan 33 horas y otra que
trabaja 22 horas. A pesar de esto, las profesionales afirman que tienen atenciones cada media hora.
Esto se puede argumentar a partir de lo que explica Giselle: “En este consultorio hay 22.000 inscritos
y están divididos en dos sectores, que igual es harto porque no debiera pasar los 7.000 (de personas
inscritas en el CESFAM), entonces si aplicamos esa normativa deberían haber 3 sectores, ¿Pero
dónde?(...) Cuando a mí me piden intervenir “oye Giselle hay que ver a la señora x esta semana” y no,
esa semana yo no puedo, tengo la agenda completa.” Es así como se hace hincapié en que el quehacer
se ve dificultado a partir de la gran demanda de pacientes que tiene el CESFAM. Así mismo, Giselle
hace referencia a que dependen de los demás profesionales para saber qué va a pasar con los
pacientes (cómo se va a intervenir) por lo que eso puede demorar a partir de las pocas reuniones que
se generan. Gisselle afirma: “Además las reuniones del equipo de cabecera son dos veces al mes ; son
dos horas y media la reunión. Y generalmente cuando atendemos casos que son de alto riesgo, nos
demoramos mucho en poder evaluar qué vamos a hacer, hay que empezar siempre con un plan como
bosquejo para ver que vamos a hacer(...) . Cuando a mí me piden intervenir.” Es así como el médico
entrevistado también ve afectado su quehacer y el de los demás profesionales a partir de la gran
demanda cuando se le pregunta si es que se logra ver la salud como algo integral: “Mira, yo diría que
no. Tal vez en el espíritu a nosotros nos gustaría hacer eso, pero en realidad no podemos; no damos
abasto con las intervenciones que ya estamos haciendo(...)Y con respecto a la demanda, nunca (damos
a basto); la demanda es infinita. No se da abasto de ninguna manera. Por eso hay que hacer ciertos
filtros. Y las expectativas con algunas cosas no son muy altas.” Así se genera otro nudo crítico al
momento de decidir quienes serán los beneficiados y quiénes no y por qué, sabiendo que se dejan
fuera múltiples casos que también tienen sus propias demandas y necesidades,por lo que la tarea no
es fácil y siempre hay que estar consciente que en la práctica el servicio está limitado por la cantidad
de profesionales contratados y sus respectivas horas de trabajo.
2.5 Aspectos éticos relevantes considerados en el quehacer profesional
Para la explicación de los aspectos éticos relevantes para el Trabajo social y el equipo biopsicosocial
en el CESFAM Barón es importante definir lo qué entendemos por ética en el área de salud:
“La profesión médica por largo tiempo se ha afiliado a una serie de afirmaciones éticas,
desarrolladas para el beneficio de los pacientes. Esos principios adoptados por la profesión
médica en todos los países definen lo fundamental de la práctica médica honorable. Al hablar
de ética nos referimos a la reflexión filosófica sobre cuestiones relacionadas con la moral,
entendida, según los usos y costumbres de una colectividad como lo bueno o lo malo” (Narro
J, Rodriguez J, Viesca C & Abreu L, 2004)
Giselle, una de las trabajadoras sociales, menciona que el aspecto ético se reconoce a partir de los
protocolos de acción y las capacitaciones realizadas por la institución, es decir, que existe un margen
referido al “deber ser” en cada situación, por ejemplo, en el uso específico del tarjetón, del genograma
o de un plan de intervención, son acciones previamente delimitadas como expresa la profesional:
“Aquí está todo protocolizado, no se ve a lo mejor, pero todo lo que se hace es porque está escrito. Y
esto es en cada centro de salud. Se nos hace una capacitación y ahí te dicen todo eso (los protocolos)”
Aunque cabe mencionar que cada centro de salud tiene sus propios modelos, todos están dentro del
margen de beneficio del paciente o sujeto intervenido.
Considerando los aportes del equipo biopsicosocial el médico, se refiere a los aspectos éticos como
un todo al momento de actuar: “Al final cuando tú decides limitar ciertas expectativas terapéuticas,
es una decisión ética. Pones juicios de valor con respecto a la intervención que estás haciendo y a la
respuesta que esperas. Al final todo es ético. Ahora, que hagamos cosas éticamente cuestionables, por
ejemplo decir que vamos a intoxicar a alguien con clonazepam; no, eso no lo hacemos.” El acto de
intoxicar a alguien cobra sentido en una definición ética mucho más amplia, ya no solo a nivel
profesional sino a nivel de especie humana como se explica en la definición de Carmen Gloria Flaire
en su artículo Ciencia, Etica y Enfermeria diciendo que ética “Se refiere a la moralidad de los actos
humanos, es decir, a la bondad o maldad de ellos, como una dimensión real, atropellar y matar una
persona en la vía pública, independiente de las circunstancias e intención de quien ocasionó el
accidente, es un acto objetivamente malo. Matar es un acto malo en sí mismo.” (2002)
Es decir que hay actos que en cualquier aspecto son considerados malos, no por el mero protocolo de
una institución o área de salud en este caso, sino por la condición misma de ser humano. El Psicólogo
concuerda con lo mencionado por la trabajadora social Giselle sobre los protocolos: “nos dan las
indicaciones de lo que hay que hacer, como también todos los protocolos que vienen emanados desde
el ministerio de salud para hacer las intervenciones en cualquiera de las patologías ... por lo tanto
estamos todos protocolizados fundamentalmente por las acciones que pide el ministerio de salud”. Y
a partir de los elementos éticos el profesional Osvaldo Labra agrega que “el tema ético siempre va a
estar, tiene que ver con la confidencialidad y con gran medida con lo que el paciente te declara.”
Por lo tanto, se concluyen tres aspectos éticos fundamentales en el quehacer profesional en el área
de salud: Por un lado, los protocolos en la intervención determinados por la institución o ministerio
de salud. Por otro lado, el tema ético dentro de la especie humana que diferencia los actos buenos de
los malos, y por último el tema de la confidencialidad con la información obtenida en la relación
interventor-intervenido todos enfocados en entregar el mejor servicio y control de los diversos casos.

2.6 Estrategias de evaluación y sistematización

Como se ha podido ver anteriormente, pueden identificarse dos tipos de evaluación dentro de las
dinámicas del CESFAM Barón. El primer tipo está relacionado con el cumplimiento de metas e
indicadores comunales sujetos a normativas nacionales. Este aspecto, expuesto en puntos anteriores
y comentado por diversos actores deja ciertos espacios para la reflexión. Prueba de esto es lo dicho
por Giselle en cuando a los procesos de evaluación y cobertura de ciertos programas, a saber, “los
indicadores para mi son un poco perversos… estos indicadores, si tu los miras, mientras más cobertura
tengas del programa de diabéticos [por ejemplo], es mejor, aunque para mí gusto debería ser al revés;
o sea está bien, entendemos que la cobertura es para la gente que tiene la patología, pero encuentro
que sería mejor una mayor cantidad de personas sin diabetes, para que así te den un buen sentido de
la meta, porque lo que yo quiero es población sana” ; luego agrega que “en base a eso [al cumplimiento
de metas y cobertura] pagan dineros, entonces por eso encuentro que esto es perverso, porque además
no es que yo esté interesada en que la evolución de tu pie diabético no siga progresando, a mí no me
interesa eso, lo que mi interés es que haya cobertura porque mientras más yo logro cubrir a mí me van
a pagar. Entonces eso me causa ruido” . De esto último cabe preguntarse cuáles son las lógicas que
subyacen a las estrategias de evaluación a nivel macro y si es necesario problematizar este tipo de
prácticas en el quehacer profesional.

En cuanto al tipo de estrategias en torno a las intervenciones realizadas por los equipos de cabecera,
tanto Giselle como Alejandro afirman explícitamente que si bien cuentan con la supervisión de
Osvaldo, el psicólogo jefe de los equipos, son ellos mismo quienes realizan estas evaluaciones. Y es el
mismo médico quien plantea su duda sobre si acaso esa sea una buena forma de evaluar las
intervenciones. Pero esto no es un fenómeno que se pueda aislar de los procesos que se dan en el
quehacer en el campo de la salud, específicamente dentro del centro de salud en análisis. Así, una de
las inquietudes planteadas por los profesionales es por ejemplo la falta de tiempo y personal, y por
ende de recursos que posibilitarían mejores formas de evaluación de los procesos de intervención.
Nuevamente es necesario preguntarse sobre aquellas lógicas que subyacen a estos procesos, que a su
vez plantean nudos críticos en torno al quehacer, tanto del Trabajo Social como también de las otras
disciplinas en el campo de la salud bajo un paradigma integral.

Y referido a dichos procesos de intervención, se vislumbra que las intervenciones también pasan por
procesos de evaluación metodológica y rediseño. Para ello es necesario sistematizar las experiencias
de la práctica profesional de forma crítica y reflexiva (Zavala, 2010); este tipo de estrategias posibilita
mejores en el ejercicio de la intervención situada en contextos particulares con objetos construidos
teórica y políticamente. En cuanto a esto, Giselle afirma que tal proceso de sistematización no cuenta
con un protocolo formalmente elaborado, sino que más bien que se hace sobre la marcha, en
contextos en los que los equipos de cabecera se reúnen a discutir sobre ciertos casos específicos.

No obstante, queda la duda sobre la forma en que estos equipos conciben tal proceso de
sistematización, ya que al preguntar sobre esto no hubo una respuesta clara por parte de los
profesionales. Y siguiendo con esta misma idea, cabe la duda también sobre la capacidad de reflexión
en torno a ese ámbito del quehacer, ya que siendo uno de los aspecto que da posibilidades de mejorar
los procesos de intervención y producir un conocimiento útil para el mismo quehacer.

2.7 Cambios en el quehacer profesional

Los individuos a medida que avanza el tiempo nos transformamos, influenciados por un entorno y
socializaciones particulares, las cuales impacta en los modos de interactuar y de relacionarnos, así
como también en los modos de reflexión y en los modos de enfrentarnos a aquellas demandas que
pueden surgir de esas reflexiones. Demandas que se pueden originar a causa de necesidades no
resueltas o no cubiertas en su mayoría, lo que puede ser debido a modos de resolución a las
necesidades no óptimos ya que éstos no están contextualizados en un tiempo y un espacio
determinado, con respecto a la solución propuesta para aquella demanda. Y un ejemplo de
transformación social corresponde a este cambio de modelo de intervención hacia los individuos en
los centros de salud familiar, (anteriormente llamados centros de salud), siendo en un inicio la práctica
de pensamientos orientados a una causa y un efecto con respecto a la enfermedad que los pacientes
presentaban, cambiando entonces a un pensamiento circular, es decir a un pensamiento que
comprendiera las múltiples enfermedades de los pacientes los cuales se ven permeados por sus
sistemas de relaciones. Es decir a un cambio de pensamiento sistémico.
Por esto, es que se requirió una adaptación de los equipos de salud integrados en los centros de salud
familiar a este nuevo modelo implantado. A esto refiere a equipos profesionales que comprendieran
los diversos contextos y escenarios de los sujetos de intervención, así como menciona el Ministerio
De Salud De Chile (2008) “Es necesario de un equipo que se interese por la historia familiar de los
pacientes, y que esté en sintonía con los respectivo contextos”.

De esta manera, esta implementación de un nuevo modelo de intervención, de uno biomédico a uno
integral, es que el CESFAM Barón también se vio afectado, producto de que esta transformación
ocurrió a nivel nacional, no siendo este Centro de Salud Familiar de Valparaíso una excepción al
cambio.
Por ello, las trabajadoras sociales de CESFAM Barón también se vieron afectadas, ya que también
forman parte de grupos de profesionales de intervención de estos centros de salud familiar a lo largo
del país.

En esta línea, con respecto a las trabajadoras sociales, en el caso particular de CESFAM Barón, también
es posible mencionar cambios en su quehacer profesional, cambios de los que sin embargo su
directora Claudia Opazo menciona: “Lo que pasa es que mi sensación, el trabajador social por
formación de pregrado tiene mucho trabajo participativo y comunitario, entonces cuando se
implementa este nuevo modelo, al trabajador social se le hace muy fácil enganchar (...) porque está
bien informado para ello, entonces es solo una adaptación de las actividades(...)”

De esta forma se puede reconocer, según dichos de la directora de este CESFAM, es que las
trabajadoras sociales no han manifestado cambios visibles en su quehacer profesional debido a que
la propia formación está preparada para la integración de nuevos modelos o enfoques para trabajar
en relación tanto con los individuos a intervenir, como así también a trabajar en equipos inter o
multidisciplinarios con otros profesionales. Lo que se manifiesta en una buena recepción al nuevo
modelo de salud integral, y con ello a un no desafío para su desarrollo profesional. Por ello la directora
continúa diciendo: ”Entonces no he notado muchos cambios del trabajador social en el CESFAM porque
es como que vienen y se desarrollan en esta gama de actividades que tienen que ver con la formación
del trabajador social (...)”.

Sin embargo, a pesar de lo mencionado con anterioridad, Gisselle Contreras, una trabajadora social
del mismo CESFAM, parte del grupo de cabecera de este centro de salud manifiesta que en cuanto al
cambio de modelo, también no expresa grandes transformaciones en su quehacer, pero si se notan
cambios en la sobrecarga de personas inscritas en el CESFAM. De lo cual es preciso mencionar que de
un ideal de 7.000 personas inscritas, en este centro de salud familiar existe un total de 22.000 personas
inscritas divididas en dos sectores. Por lo cual Giselle manifiesta:
“Por un tema de espacio no se podría ( en relación a la creación de un tercer sector para atender a
pacientes) entonces eso hace en ese aspecto (...) no se cumpla con lo que se sugiere”.

Con ello se puede desprender las dificultades por esta sobrecarga en el desarrollo del actuar de la
profesión del trabajo social, lo que afectaría directamente a los sujetos de intervención en cuanto a
un ideal de tratamiento. De lo cual la trabajadora social afirma:
“ Es que de alguna manera eso te afecta en poder estructurar los planes de seguimiento” . Planes de
seguimiento que se fragmentan por ejemplo en los tiempos de intervención con los individuos o en
atención a casos urgentes con la trabajadora social, pero por temas de sobrecupo no son posibles esas
intervenciones. Por lo que las posibles soluciones corresponden a derivaciones con otros profesionales
pertinentes al caso o por otra parte organizar una nueva visita con la trabajadora social con ese sujeto
particular.
También, es preciso mencionar en cuanto a los cambios en el quehacer profesional, la adecuación a
los nuevos contextos a los que se puede ver expuesta la trabajadora social frente a los individuos con
los que debe intervenir en el CESFAM, cambios referentes a los modos de actuar en sus intervenciones,
los cuales se han visto permeados en el tiempo. Esto en relación a los casos más recurrentes por los
cuales los sujetos acuden al centro de salud familiar, casos que han ido en aumento a lo largo del país
en los últimos años, como por ejemplo casos de depresión y ansiedad (OMS, 2017). Por lo que sus
modos de operar frente a estos escenarios se han tenido que adaptar, demandando en mayor
cantidad de tiempo en quehacer profesional a estos casos. Situación de lo que la trabajadora social
Giselle contreras evidencia al decir:
“Para nosotros lo que más ingresan últimamente son casos de salud mental, más por ansiedad que por
depresión (...) a raíz de la sobrecarga que lleva uno de este sistema en sí”

Por otro lado, en cuanto a la institución y sus instrumentos de trabajo de intervención, se logra
identificar una modernización en la utilización de estos para con los pacientes. Como es el caso de la
utilización de una plataforma virtual que permite la transferencia y compartimiento de información
entre profesionales del CESFAM Barón propias de sus usuarios. Plataforma denominada “Abis” en la
cual como se mencionó anteriormente, almacena información de los pacientes, constituyendo así una
ficha electrónica, sustituyendo de esta manera a la antigua ficha de recolección de datos en formato
de papel. De la cual es preciso mencionar que con la llegada de este nuevo instrumento se logró acotar
tiempos de trabajo, maneras de operar, actuar e intervenir, y en efecto aumentar tiempos en el
quehacer profesional tanto de la trabajadora social como de las y los otros profesionales del centro
de salud familiar con los sujetos intervenidos.

“(...) Antes era con papel y ahí si que era complicado, porque una era que no se haya perdido esa ficha,
porque se perdían, dos era que la calidad del papel estuviera buena porque habían roedores en la
bodega, humedad (...) y tercero era entenderle la letra al colega que había atendido antes (...)”. (G.
Contreras, 2018).

3 Relación con actores relevantes en el espacio institucional:

3.1/3.2 Caracterización de la relación con otras disciplinas y vinculación con otros actores relevantes
en el proceso de intervención

En el espacio institucional donde se realiza nuestra investigación, respecto a la vinculación con otras
disciplinas, junto al trabajo social se sitúan múltiples de ellas relacionadas principalmente al área de
salud. Se debe señalar que todos los profesionales de la institución llevan a cabo su labor en un
contexto complejo, donde los roles y funciones están definidos previamente. No obstante se debe
destacar que el quehacer de las trabajadoras sociales en este CESFAM es de carácter múltiple, esto
queda reflejado en palabras una de la trabajadoras sociales “nosotros somos transversales a todos los
programas, estamos metidos en todo, y por eso nosotros estamos en todo el ciclo vital, les guste o no
les guste a las otras profesiones” La Directora también da cuenta de esto, afirma ”se mezclan las
acciones de la trabajador social con todas las otras acciones del equipo, entonces es por eso es que
tienen derivaciones de múltiples áreas”.

A pesar de que cada disciplina tenga claro lo que debe hacer, hay algunas acciones que son comunes
entre estas, pero con finalidades diferentes, un ejemplo de esto son las visitas domiciliarias, una de
las trabajadoras sociales se refiere a las diferencias que se dan con las visitas que hace el personal
médico “generalmente salen más solos, porque en realidad las visitas del médico son como muy
precisas por los tiempos, porque tú sabes que la agenda del médico siempre es la más solicitada,
entonces el va hace lo suyo y se viene, entonces no va a dar tiempo como para poder conversar junto
con la familia, aunque no debiera pero bueno, así es”, a esto también se refiere otro de los
entrevistados que es médico “Conocer la situación familiar, su trabajo, su historia de vida, hacer visitas
domiciliarias para conocer las condiciones de vida de estas personas, a diferencia de las visitas que
hago yo que tienen una finalidad médica”.

Se puede deducir a partir de lo que se señala que no hay una búsqueda por la especificidad disciplinaria
respecto a las trabajadoras sociales, “cada profesión no puede ser reducida a un área específica de
saber, a un campo determinado de conocimiento, ni viceversa, cada ciencia no puede ser reducida a
una profesión” (Montaño, 1998, p.137). Sin embargo esto no significa que que haya perdido su
identidad histórica dentro de esta, que hayan tareas que lo identifican y que solo pueden hacer ellas
como trabajadoras sociales, “hay usuarios que vienen exclusivamente a atenderse con el trabajador
social, porque tiene que ver con el área de ellos, no sé por informes sociales de tribunales, por informes
sociales que le pide la municipalidad…, para las pensiones, para todo lo que tiene que ver que solo lo
maneja el trabajador social”, cada disciplina tiene una identidad propia socialmente definida.

Como lo menciona la Directora en una de las entrevistas las trabajadoras sociales son transversales,
uno de los equipos en los cuales participan activamente es en el de salud mental. De los entrevistados
tanto el médico y como uno de los psicólogos del CESFAM al equipo de salud mental, le entrega el
nombre de “Equipo biopsicosocial” este está compuesto por tres trabajadores sociales Karla, Gándara,
Giselle Contreras, Victoria Maturana, dos psicólogos Osvaldo Labra, Sebastián Romero y dos médicos,
David Guerra, Alejandro Maldonado.

El trabajo realizado por este equipo consiste en atender las diversas demandas de salud mental que
llegan a la institución por diferentes medios, según algunos de sus integrantes estas están
principalmente relacionadas a patologías emocionales y adicción a sustancias. Los usuarios para poder
ingresar al programa de salud mental en cualquier centro de salud de atención Primaria y Secundaria,
deben primero tener una cita con las trabajadoras sociales, por lo que estos llegan directamente a
pedir hora con ellas o son derivados desde los otros profesionales del centro, dependiendo del sector.
Para esto se valen de todos sus conocimientos y campos del saber que sean necesarios, según sus
análisis y conclusiones ellas deciden si deben ser derivados al médico, al psicólogo o ambos. “ellas
tienen el rol primario que es el de acogida y en virtud del primer control que ellas hacen con la
aplicación de algunos instrumentos de tamizaje, ellas derivan”

Para coordinar sus acciones hacen reuniones formales dos veces al mes durante los días viernes de
once de la mañana a una de la tarde. En estas instancias se tratan diversos temas tales como
administrativos, se tratan de comprender las problemáticas, avances e inconvenientes de casos
particulares, pero también es la oportunidad donde se toman decisiones importantes y se estructuran
las intervenciones, se analizan posibles cambios. “Cuando se estructura el plan de acción (...) nosotros
vamos viendo qué es lo que va necesitando la familia y así vamos viendo si es el nutricionistas, si es
enfermera cachai, y por ejemplo si la visita se tiene que abordar de manera integral vamos con el
kinesiólogo, la enfermera o con el nutricionista”. Además se debe resaltar el hecho de que en estas se
produce un diálogo entre profesiones, “por eso la instancias de reuniones son para compartir esas
visiones sobre el sujeto de estudio queriendo ayudarlo, porque la finalidad es la misma” y este se
genera un intercambio de conocimientos, un aporte desde una disciplina hacia otra “porque ven,
porque huelen otras cosas y allí hay también un tema de aprendizaje”.

No obstante, a pesar de que se produce un diálogo, las intervenciones son multidisciplinarias, ya que
existe un conjunto diverso de disciplinas de manera simultánea, cada uno de estos profesionales
tienen labores que son específicas, atienden a los sujetos de manera individual, dependiendo de su
disciplina se dividen las tareas, donde “la conjunción de diferentes disciplinas profesionales donde, si
bien es cierto, cada una aporta su experiencia, ésta se encuentra entrelazada con la experiencia de las
demás disciplinas. (...) Los profesionales en este nivel, trabajan con objetivos claros y precisos, y tienen
la suficiente empatía para hacerse recomendaciones unos a otros, inclusive si éstas se refieren al
ejercicio profesional” (Sevilla, s/f). Se puede percibir que como los CESFAM deben actuar bajo un
modelo de salud Integral entregado por el MINSAL, los profesionales lo confunden más bien con un
enfoque.

Se debe agregar respecto a la vinculación de las trabajadoras sociales con las otras disciplinas del
equipo biopsicosocial se puede establecer que con el psicólogo y el médico la relación, es de
complementariedad y en beneficio de los usuarios. En el caso del segundo se concibe por la entrevista
realizada como más lejana, el destaca más bien la mirada que puedan aportarles respecto a las
situaciones problemáticas que van surgiendo en las intervenciones así ellos poder resolverlas.

Finalmente las trabajadoras sociales del equipo de salud mental en las intervenciones cada una tiene
a cargo casos distintos, para poder así llevar un orden. Giselle Contreras establece que en la práctica,
la forma de concebir las situaciones y articular la intervención no será la misma entre los mismos
trabajadores y trabajadoras sociales “Hay colegas que no están de acuerdo con el asistencialismo por
ninguna razón. Entonces claramente los focos y como yo me voy a relacionar con la persona va a ser
distinto”, ya que cada profesional, es una persona autónoma que posee distintas competencias.

Se puede concluir que dentro de este equipo el quehacer del trabajo social es de gran relevancia, ya
que se les ve como profesionales que aportan desde una perspectiva “más social”, algo que destacan
todos los entrevistados “indaga más en el tema social, es capaz de aportar datos desde ese punto de
vista; porque bueno, las patologías de salud mental, sobre todo las que tratamos, están fuertemente
influenciadas por el contexto psicosocial”

3.3 Valoración del trabajo social en el espacio institucional

A partir de la entrevista realizada a la directora Claudia Opazo, se puede concluir una valoración
positiva del quehacer de las trabajadoras sociales en la institución CESFAM Baron, distinguiendo dos
principales aportes como expresa de igual manera el Médico Alejandro Maldonado sobre las funciones
de las trabajadoras sociales: “Una tiene que ver con las funciones de salud mental, que es lo más fuerte;
lo vemos en el día a día y lo conversamos. Las otras tienen que ver con las consultas sociales
propiamente tal. Si hay gente que necesite asesorías o no sepan cómo resolver algunos asuntos.” Es
así como existen dos principales funciones, una propia de la profesión como son la realización de los
informes sociales, las visitas domiciliarias, el control en casos de vulneración de derechos o
administración de las pensiones por ejemplo, tareas de carácter social que solo dominan estas
profesionales y que las personas necesitan resolver específicamente desde su conocimiento e
intervención, y por otro lado se valora la relación con el equipo de salud mental donde el mismo
médico menciona: “Bueno, las patologías de salud mental, sobre todo las que tratamos, están
fuertemente influenciadas por el contexto psicosocial. Entonces obviamente que es importante saber
con quién vive la persona, cuáles son sus redes de apoyo y ese tipo de cosas. Entonces si nos centramos
solo en el cuadro clínico, ese es el aporte. Ahora quizás algo aún más importante es la coordinación
que hace con el intersector o con los colegios, hacen las preguntas pertinentes. Esa clase de
coordinación que también es súper importante la hacen ellas.” o cuando el Psicólogo Osvaldo Labra
opina sobre el rol del Trabajo social : “Lo defino como el profesional que nos permite priorizar en
muchas acciones el nivel de urgencia o el nivel de preponderancia que puede tener una patología en
salud mental, ella es la puerta de entrada, para el equipo de salud mental” A partir de estas últimas
citas se reconocen tres valoraciones más del quehacer del trabajo social para la institución ahora más
enfocado al trabajo dentro del equipo biopsicosocial, por una lado está la incorporación de
información social al cuadro clínico, es decir que el diagnóstico ya no se basa solamente en las
patologías, sino que desde una mirada más social, las trabajadoras sociales agregan datos del entorno
que pudieran influir en la salud mental y emocional del intervenido ya que como se define el trabajo
social en salud es “La actividad profesional que tiene por objeto la investigación de los factores
psicosociales que inciden en el proceso salud-enfermedad, así como el tratamiento de los problemas
psicosociales que aparecen con relación a las situaciones de enfermedad, tanto si tienen que ver con
su desencadenamiento como si se derivan de aquéllas” (Plataforma academica de trabajo social,
www.mitrabajoessocial.com ,2004) , por otro lado se valora la importancia del contacto y
comunicación con las redes con quienes se gestiona un trabajo en función de las necesidades
observadas, y por último el importante reconocimiento sobre la priorización de las tareas dentro del
equipo de salud mental con el fin de gestionar las consultas y poder responder de manera más eficaz
a las usuarios que ingresan o necesitan del servicio de la institución.
Como último punto, pero no menos importante existe un reconocimiento de las competencias
personales y profesionales de las trabajadoras sociales que aportan al servicio que entrega la
institución, como menciona el médico entrevistado Alejandro Maldonado:

“Primero creo que una de las cosas más importantes es que tenga habilidades comunicativas
muy desarrolladas, porque debe desenvolverse en contextos bastante diferentes, con un
montón de gente. También la resiliencia es importante en este trabajo; a veces uno hace todo
lo posible para que la intervención resulte, pero no somos lo único que afecta a la persona. Hay
todo un mundo detrás de ella. Entonces, de repente las cosas no resultan y hay que intentar
no frustrarse por eso. También porque al enfrentarse a la realidad hay un montón de cosas con
las que uno a veces no está preparado para afrontar desde lo académico. Aunque también es
necesario ser bastante estudiosos para poder diagnosticar ciertos casos, y la opinión de la
trabajadora social es muy importante. Yo creo que su principal aporte tiene que ver con cosas
que van más con respecto al entorno del usuario, pero también tienen algo que decir en cuanto
a lo clínico. Por ejemplo saber qué cosa es y cómo se diagnostican la depresión, la
esquizofrenia, el trastorno bipolar. También tienen que saber de medicamentos; los efectos
que tienen, los efectos adversos; cosas que igual son importantes. Volviendo a las habilidades
comunicacionales, en el trabajo multidisciplinario son super necesarias porque en realidad
trabajando solos no llegamos a ningún lado. Eso es lo principal, creo yo. Hay otras cosas que
son secundarias y que son inherentes a todas las personas que trabajamos en salud; vale la
pena tener un grado de conciencia social y todas esas cosas.”

Así la institución valora las diversas competencias que caracteriza a las trabajadoras sociales del
CESFAM Barón con el fin de generar cambios positivos en los sujetos intervenidos ya que en
conclusión: “El trabajador social en el área de salud encuentra un importante campo de acción, en este
sentido el profesional debe poseer una amplia formación que le permita asesorar, gestionar,
identificar, promover, educar, entre otras acciones en pro del usuario y de la institución, por lo que su
quehacer se orienta a funciones investigativas, educativas y de participación social, gestión y
administración de servicios.” (E. Lopez y M. Chaparro, 2006)

4. Conclusiones.

Epistemologías, enfoques y marco teórico metodológico

Las principales reflexiones que nacen de estos puntos tienen relación con la articulación entre las
referencias teóricas y lo esperado desde tales posiciones en contraposición con lo sucedido en el
ejercicio y el quehacer profesional. Así, mientras desde los sustratos teórico-epistemológicos que
fundamentan tanto el diseño de las políticas, intervenciones y la forma en que estas se conciben, la
salud se visualiza como un fenómenos integral que trasciende diversas dimensiones de la vida
humana, en la realidad de la práctica vemos que lo que se produce y reproduce como salud sigue
estando atado a las concepciones curativas de un paradigma biomédico. De esta manera, aunque
existan programas como el de Promoción o Prevención; aunque haya un discurso en el que se haga
énfasis en la agencia de los sujetos en pro de su propia salud; aunque exista esta idea de salud como
fenómeno integral, estas concepciones se opondrán a lo que se experimenta mientras desde - por un
lado - de los mismos equipos que son parte tanto del CESFAM como también de las redes articuladas
institucionalmente, no se tome verdadera conciencia sobre su quehacer. Así también - por otro lado -
mientras los usuarios mantengan y reproduzcan la idea de la salud como un mero fenómeno curativo
que, en el que la enfermedad “se quita con remedios” tampoco habrá cambios en este ámbito del
quehacer. Así, este tipo de concepciones y prácticas responden a dinámica socioculturales que
permean la acción de los sujetos.

Así, nuevamente, se hace patente lo dicho por Grassi (1995), a saber, no hay una teoría que pueda
explicar y ser reflejo en su totalidad de la realidad, ni tampoco existe una intervención directa sobre
los problemas. Es necesario poner énfasis en que los procesos de intervención construyen este objeto
articulando tanto teoría como práctica. En cuanto a esto, estos procesos de diseño y construcción de
metodologías de intervención deben estar sujetos a procesos de reflexión y problematización de su
propia práctica.recursivamente. De esta forma, lo que se naturaliza como conocimiento disciplinar y
práctica profesional podrá tener nuevos horizontes tanto en la generación de nuevos conocimientos,
como también en la creación de nuevas estrategias en la práctica. Así, como afirma Weber (2010) la
pregunta acerca de lo ya instituido propicia nuevos aprendizajes y no obtura la realidad en su relación
dialéctica con el conocimiento de tal.

Análisis concepción de sujeto:

Así finalmente, según la información recaudada por medio de entrevistas a los profesionales del
cesfam Barón, es que se puede llegar a decir que el sujeto es visto como un ser en constante relación
con su medio, situado en un contexto social que cambia a través del tiempo con el cual a su vez
interactúa, se involucra e influencia por este, es decir es considerado como un sujeto sistémico. Cabe
señalar que éste será un pensamiento que se instaurará desde la llegada del nuevo modelo de salud
integral familiar al CESFAM, el cual concebía al sujeto como uno autónomo e independiente del
dinamismo social en el que se sitúa.
También es preciso que con este modelo y considerando al sujeto como uno sistémico, se reconocerá
que sus múltiples demandas pueden ser resueltas a partir de distintas miradas disciplinarias, las que
a su vez se integran por medio de la búsqueda de un piso común para lograr de esta manera resolver
las problemáticas del paciente, en otras palabras, se verá una participación de un equipo profesional
de corte multi e interdisciplinario regido bajo un enfoque integral que buscará el bienestar tanto físico
como psicológico y familiar de sus pacientes, como también buscarán un equilibrio con el medio y/o
relaciones sociales de las que se logran ver influenciados, para así poder identificar los posibles
factores protectores y de riesgo que pueden incidir en la salud integral del sujeto.
Sin embargo es preciso mencionar, que el grupo inter y multidisciplinario que forma parte de los
equipos de restitución de la salud de los sujetos del CESFAM Barón, del cual un médico lo integra, pues
esté reconoce al sujeto de intervención como uno sistémico, pero que debido a un sobrecupo y
sobrecarga laboral, esto le impide concebir de tal manera a sus pacientes, por lo que reconoce la
participación profesional del trabajo social que permite el desarrollo del enfoque actual del CESFAM.
Situación de la cual también un psicólogo del mismo CESFAM afirma, explicando que dicho
acontecimiento,!acerca de la adherencia al modelo de salud integral familiar, varía según las
profesiones que son parte de los grupos multidisciplinarios, y que se evidencia según los respectivos
quehaceres e intervenciones con los sujetos, distinguiéndose así, como se mencionó en los puntos
desarrollados anteriormente, distinguiéndose distintas maneras de intervención, de concepción de
sujeto y distintas maneras de ver la enfermedad en los sujetos. Por otra parte y continuando, además
también de considera al sujeto como uno sistémico, se reconoce como uno activo, es decir que este
tiene los recursos y la autonomía para contribuir en la restitución de su salud por medio de una
reflexión y una acción individual, esto por medio de la entrega de recursos y de orientaciones para
que pueda llevarse a cabo.

Condiciones de posibilidad y nudos críticos del quehacer profesional :

Con respecto a las condiciones de posibilidad del trabajo social en el área de salud, se puede concluir
que la disciplina puede lograr desenvolverse en múltiples áreas de estas instituciones de salud integral,
de las cuales, como ya fueron mencionadas en los puntos anteriores, pueden lograr integrarse y
desarrollar la disciplina tanto en áreas relacionadas a la coordinación de recursos sociales, apoyo
social, apoyo en redes, apoyo en la promoción o en cuanto a una atención directa tanto individual
como familiar, entre otras labores. Por esto es que se puede mencionar que en cuanto al quehacer y
sus posibilidades este es visto transversalmente, con esto se quiere decir, que no existe únicamente
un área en específico en el cual la disciplina del trabajo social se puede generar y promover. Y en esta
misma línea, también se hace coherente el trabajo multi e interdisciplinario que el trabajo social hace
posible en su quehacer en la institución, esto debido en su participación a los múltiples programas en
los que se hace posible su identificación, dentro de los cuales están por ejemplo, atención primaria en
adultos mayores, atención en adolescentes o programa mujer, entre otros programas que se pueden
reconocer, de los cuales se visibiliza un trabajo en conjunto con otras disciplinas como lo son la
medicina y la psicología. Sin embargo, en sintonía con lo mencionado anteriormente, esto puede
desencadenar en un nudo crítico debido a la sobrecarga laboral que pueden llegar a tener producto
de la multiplicidad de funciones que puede llevar a cabo el trabajo social dentro del área de salud. Lo
que a su vez, debido a esto puede llegar generar una no completa cobertura a los pacientes del
CESFAM en los procesos se intervención, como así también puede generar problemas de salud en
cuanto a las mismas profesionales sociales, por lo cual requieren de un apoyo profesional de otras
áreas para cubrir la demanda que se les solicita. Y en cuanto a este proceso de relevar roles de trabajo
es que se produce una nueva problemática, la cual tiene relación en cuanto a la concepción de sujeto,
ya que mientras que la trabajadora social presenta una concepción relacionada al enfoque sistémico
integral familiar, otras disciplinas continúan están orientadas al enfoques bio médico, en cual el el
sujeto es concebido como una persona aislada de su entorno social.

Aspectos éticos relevantes considerados en el quehacer profesional :


En resumidas cuentas el tema ético en el área de salud dentro del CESFAM Barón, está fácilmente
reconocido ya que como se mencionan en las diversas entrevistas, todo está protocolizado, y es parte
del dia a dia velar por el bienestar del paciente, por lo tanto ese “deber ser” va de la mano con la
propia entrega, trabajo y servicio de los profesionales en la institución.

Estrategias de evaluación y sistematización

En este punto es necesario hacer la reflexión propuesta con anterioridad, a saber, cuáles son las lógicas
que subyacen a estos procesos de evaluación y también sobre los espacios que hay para la
resignificación y reconstrucción de las experiencias prácticas para la generación de nuevos
conocimientos y estrategias que posibiliten el mejoramiento de las labores profesionales - no solo en
cuestiones de eficiencia, sino también tomando en cuenta la concepciones éticas del ejercicio. Ahora,
sin ánimo de reducir todo a una variable en específico, sí creemos que en cuanto a temáticas de
evaluación externa - ya sean municipales o nacionales - las lógicas en las que se mueven estas
responden a expectativas de logro/recompensa; esto significa que mientras mayor sea mi cobertura
en ciertos programas, mayores son mis indicadores y mayores mis ganancias, Así ¿es realmente
importante la salud? Es claramente visible que estas lógicas de ganancia se desprenden de cuestiones
macros, es decir, a las lógicas de mercado. Y lo mismo pasa cuando hablamos sobre los procesos de
sistematización de las experiencias ¿existe el espacio para lograrlos?¿el hecho de “ir sobre la marcha”
en este tipo de construcciones acaso no nos dice algo? Pues la falta de personal, la falta de horarios
protegidos, la sobrecarga laboral siguen respondiendo respondiendo a las mismas lógicas de mercado.

Ahora bien, es irrisorio pensar que no responderemos a ciertos incentivos estando inscritos en la
división sociotécnica del trabajo como una profesión, pero como nos dice Montaño (1998) “un
profesional crítico, teóricamente sólido y actualizado es un actor que cuestiona, que propone, que tiene
autonomía relativa (política e intelectual), y fundamentalmente es un profesional que no responde
“inmediatamente” a las demandas finalistas
e inmediatas de la organización. Desde la demanda hasta la respuesta, este profesional
interpone reflexión crítica, análisis de la realidad, organización y/o participación de los usuarios. O sea,
este profesional desarrolla una respuesta crítica y mediata.” Así, parte de nuestro trabajo también
será ser crítico tanto con nuestras prácticas como también con nuestro entorno institucional,
histórico, cultural, entre otros.

Cambios en el quehacer profesional :

Se puede concluir que el trabajo social como disciplina comprende el dinamismo de la sociedad,
vinculando su quehacer profesional con los diversos y complejos contextos históricos culturales en los
que se puede ver situado. Lo que implicaría un cambio, el cual puede ser visto tanto de manera
interna, es decir un cambio en referencia a una modificación en el quehacer, según cada profesional
particular, esto en referencia por ejemplo a los modos de sobrellevar la sobrecarga laboral. Y visto de
una manera externa, es decir cambios en el quehacer permeados por la modernización para llevar a
cabo las intervenciones, esto en referencia en el cambio de utilización de instrumentos para la
recolección de datos de los pacientes del CESFAM.
Y por otro lado se puede mencionar un pensamiento que difiere al mencionado anteriormente, ya que
este dice en relación al quehacer del trabajador social, que este no ha presentado cambios visibles, ya
que se reconoce que la disciplina misma del trabajo social debe tener integrada en su desarrollo la
noción de adecuación frente a los distintos escenarios sociales a los que se puede ver enfrentado.

Caracterización de la relación con otras disciplinas y vinculación con otros actores relevantes en el
proceso de intervención

Las trabajadoras sociales dentro de la institución realizan múltiples tareas y además son transversales
a todos los equipos de la institución, por lo que se relaciona con una gran diversidad de disciplinas,
desde la psicología hasta nutricionistas, kinesiólogos, etc. En el presente trabajo nos centramos
principalmente en la relación que estas mantienen con los profesionales que componen el equipo
biopsicosocial de salud mental, tomando en cuenta lo anterior, respecto a este punto se puede
concluir que las trabajadoras sociales siguen siendo destacadas por la realización de tareas que le han
sido atribuidas históricamente, sin embargo dentro de esta no se trata de establecer un quehacer
específico del trabajo social. Además debido a la forma de organización dentro del equipo son las
trabajadoras sociales quienes al tener la primera entrevista con los usuarios que deben entrar al
programa de salud mental, para el resto de los profesionales es fundamental esto, ya que según lo
que ellas concluyan es como ellos establecerán las tareas a realizar para conseguir sus objetivos y
definir cuáles serán estos objetivos dentro de las intervenciones.

Valoración del trabajo social en el espacio institucional

A partir del trabajo realizado se puede concluir que existe una valoración positiva de los aportes que
entregan las trabajadoras sociales ya que sus funciones complementan el servicio entregado por la
institución, por una parte acciones propias de las consultas sociales y por otro lado el trabajo dentro
del equipo biopsicosocial donde se destacan las competencias profesionales que mejoran el servicio
entregado, también destacan la información que recopila las trabajadoras sociales al cuadro clínico,
como también la coordinación con las redes que permiten un trabajo más especializado dentro de los
casos, y finalmente se valora el rol que cumplen las trabajadoras sociales al ser la puerta de entrada y
ser la encargada de filtra la información más relevante para poder atender los casos más urgentes.

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