Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
ORGANIZACIÓN-EN-LA-MENTE
Artículo para Inscape, Coesfeld, Alemania, 15 de Septiembre de 2000.
Este artículo introduce una forma de entender las organizaciones desarrollada por el Grubb
Institute como una herramienta significativa para el liderazgo y el management en las
instituciones, y para trabajar los consultores con sus clientes de organizaciones. Se centra en
ver cómo es la experiencia * del manager en la organización y observar cómo su imagen
interna está relacionada con hechos externos y supuestos. *
Institución es una entidad constituida para llevar a cabo una función específica, tanto oficial,
no oficial, formal o informal, por ejemplo la familia, el negocio, la iglesia, el gobierno, las
agencias de voluntariado, la armada.
A veces la estructura está creada sobre presuposiciones que puede que no lleven a alcanzar
la tarea principal de la institución.
Por ejemplo, yo tenía un cliente, un ministro Metodista de los Estados Unidos que fue
enviado a un área en desarrollo para establecer una iglesia nueva. Junto con un pequeño
grupo de residentes acordaron que querían construir una iglesia. Durante dos años tuvieron
una congregación muy amplia y un programa extenso de actividades en la iglesia. Cuando él
me presentó su situación, indicó que estaba preocupado porque se encontraba extraviado.
Después de algunas sesiones surgió una hipótesis que sugería el porqué había ocurrido eso.
A pesar que habían aplicado la etiqueta de “iglesia” a su institución, a nivel inconsciente su
institución-en-la-mente era la de ser un negocio.
____________________________
* N. del T.: Utilizamos “experienciar” en lugar de “experimentar”. En castellano se usa “experimentar”
para significar tanto el hecho de hacer un experimento en el que se distingue el sujeto del objeto con
que se experimenta, objeto de “manipulación”. Como el hecho de ser sujeto participante en una
situación donde dicha separación es imposible de mantener. El sujeto es parte integrante del sistema
o sistemas más amplios creadores de la situación.
* Este artículo se ha desarrollado en base a otro más antiguo de Hutton, Bazalgette y Reed (1997)
sobre “Organisation-in-the-Mind”(1). Ver también Hutton, 1997 (2)
La gente laica local, que eran personas con bastante éxito en sus negocios y carreras
profesionales, estaba más familiarizada con la cultura de negocio y la aplicó
automáticamente a su nueva institución, la iglesia. Juntos con el ministro desarrollaron una
organización-en-la-mente bajo las líneas de desarrollo de un negocio, una aventura en la que
tuvieron éxito. Por alguna razón, durante el proceso, el significado de iglesia se perdió. Esto
fue lo que le llevó a consultar al Grubb Institute. No se trataba sólo de un tema de integridad
o de valores distintos, se trataba de un tema de resultados. Su idea de la institución
iglesia/negocio estaba centrada en la necesidad de crecer en importancia, la fuerza de los
números, popularidad y sentido del logro, pero sin resultados espirituales concretos.
Primero necesitaba definir un resultado para la iglesia y luego cuestionarse sus suposiciones,
creencias, sentimientos y conocimiento sobre el funcionamiento de la iglesia. Esta sorpresa
le permitió obtener algunas ideas internas, suficientes para definir el resultado deseado en
términos de la iglesia como servidora de Dios y del Reino de Dios. Hasta que no pudo
comprender esta idea y compartirla con sus colegas laicos, no se podría cambiar las
estructuras, para reconstruir su organización-en-la-mente.
Este ejemplo permitió al Instituto formular definiciones sobre estos constructos mentales.
Cuando la gente empieza a examinar lo qué quieren decir cuando dicen institución u
organización, tratan de identificar qué es lo que tienen “en-la-mente” sobre ellas. La
tentación siempre es la de reedificar estas ideas como si existieran “allá afuera”, pero en
realidad se trata de constructos, y por ellos sólo se tienen en la mente. Entonces podemos
hablar de “organización-en-la-mente” e “institución-en-la-mente”. [ver también W.Carr
1999](3).
Con la institución-en-la-mente los elementos son más difíciles de describir porque están
relacionados con creencias, emociones y valores no declarados. Lo que en realidad es una
prisión refleja los valores actuales de la sociedad y los designados a la administración de la
justicia, elementos que no pueden ser cuantificados (4). Esto lleva a discusiones sobre el
propósito de la justicia y el cómo se hace frente al comportamiento criminal debido a
confusiones sobre la institución-en-la-mente inconsciente.
Las organizaciones empiezan con alguien que tiene una idea que requiere ciertos tipos de
actividad para ser llevada a cabo. Él * forma una organización-en-la-mente como expresión
del deseo de fundar una institución, por ejemplo una compañía para diseñar programas para
ordenadores, con ciertos valores, esperanzas, creencias mentales.
Intenta comunicar esas creencias y pensamientos a otras personas para crear una estructura
que dé cuerpo al propósito y finalidad de su idea. En este proceso hay ciertas etapas:
♦ Primero, la persona con la idea y visión puede tener una idea poco formada de la
institución-en-la-mente y pueden haber discrepancias entre su concepto inicial y
cómo lo describe a los otros, y qué cree y espera del resultado. En este sentido, hay
un aspecto de incertidumbre.
♦ En segundo lugar, al trabajar con otras personas para fundar la institución con su
organización, estas personas pueden encontrar dificultades para interpretar las
ideas, emociones y valores del plan original en la práctica. Su intento de dar cuerpo a
la finalidad y conseguir sus intenciones puede llevar también a incertidumbres.
____________________
* A lo largo del artículo “él” se utiliza para referirse tanto a él como a ella.
De acuerdo con esto, la tarea del manager en la organización consiste en lograr un equilibrio
dinámico entre estas incertidumbres y utilizar lo mejor posible los recursos. Los resultados
actuales de este proceso pueden discrepar de las intenciones originales y pueden llevar a
problemas que confundan al management y al staff.
No podían ver que tenían un problema, aunque sabían perfectamente que las relaciones
entre ellos y el fundador se estaban rompiendo y que la situación se estaba volviendo
irreparable. Sentían que el fundador era irrazonable y poco realista. El fundador, que sentía
profundamente los valores de institución-en-la-mente, no podía argumentar su punto de
vista en términos organizativos porque aparentemente estaba de acuerdo. El “equilibrio
dinámico” al que me refería anteriormente, no podía alcanzarse. El fundador dejó la
institución benéfica original y se fue en busca de otro proyecto de alojamiento, que todavía
existe hoy en día, como una pequeña entidad separada de la exitosa asociación nacional de
alojamiento.
¿Por qué ocurren estas cosas en la vida organizativa? Permítanme ofrecerles un diagrama
muy sencillo * de dos personas trabajando en la misma organización. “A” y “B” intentan
ponerse de acuerdo sobre una acción que “B” tiene que llevar a cabo. Están de acuerdo,
pero luego “B” va y hace algo completamente distinto. ¿Les ha ocurrido esto alguna vez?
El problema está en que cada uno de ellos tiene una imagen diferente de la (misma)
organización-en-la-mente. “A” atribuye ciertos valores a lo que dice y escucha de “B”. “B”
hace lo mismo y entonces se ponen de acuerdo en los términos de la acción, creyendo que
saben lo que el otro pretende.
La diferencia entre ellos puede atribuirse a la forma en que cada uno ha experienciado su
trabajo y la falta de habilidades de comunicación que les podría haber alertado de las
diferentes imágenes que cada uno tenía, caracterizadas por un cuadrado y un triángulo en-
la-mente. Hay también otra posibilidad y es la de que al trabajar con diferentes valores y
creencias y la tener diferentes emociones, ambos tenían diferentes instituciones-en-la-
mente. Puesto que esto era inconsciente, no podían entender lo diferentes que eran.
_______________________
* Bruce Reed creó este modelo cuando desarrolló el Análisis del Rol Organizativo, ver página 8 de este artículo
En nuestros cursos del Grubb Institute solemos invitar a los miembros a trabajar en estos
niveles, por medio del dibujo de una imagen que describa cómo ven y viven sus negocios,
compañía, escuela, etc., en ese momento. Se les invita a pensar en una imagen imaginativa o
metáfora, a evitar utilizar palabras y a incluirse ellos mismos en el dibujo. Sugerimos que
tengan en cuenta sus relaciones de trabajo, hechos, propósitos, grupos, clientes, etc. y sus
sentimientos, y que prueben de ponerlos todos en el dibujo. Cuando se discuten las
imágenes resultantes en grupo, a menudo se muestran al artista cosas que antes no había
tenido en cuenta, no obstante se trata de una actividad básicamente intencionada y de nivel
consciente. A veces, sin embargo, un comentario de otro miembro sobre el dibujo puede
revelar algo a un nivel más profundo de la institución-en-la-mente inconsciente. Esto
descubre deseos, creencias, valores que pueden afectar el significado de la imagen escogida,
la forma en la que se ha expresado, lo que está incluido y lo que está omitido.
Sin embargo, puede haber otra razón para esta diferencia. Miramos a la experiencia
emocional tanto del artista en el dibujo, como de “A” y “B” en su interacción en el trabajo.
Como manager o líder puedo afirmar que quiero ser realista, pero comprender que me
involucro en procesos inconscientes para hacer frente al estrés de las realidades de mi
trabajo. Cuanto más pueda comprender de mi mundo interior, peor podré relacionarme con
las realidades de forma constructiva, porque reconoceré que esto es un proceso humano
natural y proporciona información importante para mí, no sólo sobre mí mismo y mi propio
comportamiento sino sobre el estado de la organización y sus dinámicas.
Melanie Klein (6) sugiere que yo, como persona, al trabajar en una institución, introyecto
(cojo para mí mismo) aspectos de lo que me está ocurriendo de la gente y de los hechos que
se dan, para crear objetos internos y objetos parciales. Estos símbolos de mi mundo exterior
que utilizo para pensar en mi entorno. Son reales para mí, pero no son los mismos que las
cosas y la gente “real” de mi entorno. Algunos de estos objetos me darán placer, otros dolor
e incomodidad: algunos los guardaré delante de mí conscientemente, otros los olvidaré o
reprimiré inconscientemente. Sin embargo, aunque los reprima aún siguen siendo objetos
en mi mundo interior y afectan a mi comportamiento.
Al enfrentarme a los miedos y ansiedades que me produce el mundo real respondo a estos
objetos internos; cuando siento, pienso, actúo estoy impulsado por ellos. Modifico estos
objetos internos que dibujo (totalmente o en parte), o los reprimo (totalmente o en parte)
en mi inconsciente. Para saber cómo actuar, tomar decisiones y trabajar con otros como
líder/manager, intento hacer sentido de todo lo que soy consciente dentro de mí –todos mis
sentimientos, pensamientos, ideas y “datos duros” disponibles. Este proceso incluye mis
propósitos, planes e intenciones, instrucciones de otros, regulaciones, respuestas a cambios
en el contexto, mis memorias de anteriores ambientes de trabajo y roles que he tomado,
etc. El mismo proceso está funcionando exactamente en las personas con quien trabajo a mí
alrededor.
Lo que muestra el modelo del cuadrado y el triángulo es que como seres humanos que
interaccionamos con otros en nuestro entorno, comprobamos y controlamos, por diferentes
razones, lo que tenemos en cuenta de nosotros mismos y de los otros. Entonces nos
sorprendemos cuando nos tropezamos con algunas características borradas de la memoria,
que están activas y son poderosas porque han sido interiorizadas inconscientemente. De
repente nos encontramos enfadados, culpables, agradecidos o entusiasmados y puede que
no siempre sepamos el porqué. También provocamos reacciones inesperadas en otros, que
pueden ser constructivas o destructivas. Christopher Bollas, en su libro The Shadow of the
Object (7), tiene este fabuloso término, lo “sabido impensado”, para referirse a aquellas
cosas que me están afectando de mi mundo interior pero que aún no he hecho conscientes.
¿Por qué reprimimos tanto estas experiencias en nuestra vida organizacional? Porque como
persona-en-el-rol en mi institución tengo mis propias necesidades y deseos, miedos y
ansiedades a las que se añaden mis experiencias de mi lugar de trabajo. “Controlo”
consciente e inconscientemente lo que me permitiré a mí mismo “saber” y percibir, en razón
de mi propia supervivencia o la de la institución, o de mi ambición.
No obstante, como sugiere Larry Hirschhorn, la organización que sucede ahora no está sólo
allá fuera – está en mí. Lo llama el “lugar de trabajo interior”(8).
En palabras de Winnicott, necesito descubrir un objeto transicional que pueda llevar mis
sentimientos interiores, pensamientos, imaginaciones, etc., para sacar a la superficie mis
objetos internos y hacer el puente entre mi mundo interior y el mundo fuera de mí, en el
que tengo que actuar. Tal como un oso de peluche permite a un niño soportar sus
ansiedades al descubrir su propia identidad separada de la realidad que es su madre, este
objeto transicional es para mí, como manager adulto, algo que me permite hacer frente al
estrés e incertidumbre de la toma de decisiones, tomar riesgos y ser responsable de lo que
hago. La organización-en-la-mente se convierte en el objeto transicional que necesito para
contener tanto mis pensamientos irracionales e ideas no formuladas, como los racionales.
Lo que he estado explicando trata de la experiencia emocional y sería fácil pensar en ella
como propiedad del cliente o manager individual. Mi antiguo colega, David Armstrong (10),
sugiere que la experiencia emocional no suele localizarse en un espacio puramente
individual.
Explorar esta experiencia requiere algo más que una perspectiva psicoanalítica requiere una
perspectiva sistémica. En términos de sistemas, la experiencia emocional del individuo es la
experiencia compartida por todo el mundo en el sistema. Lo que experiencia en este
momento temporal es experienciado en nombre del sistema y le dice cosas sobre el estado
del sistema. La experiencia emocional es información importante que le permite
comprender las realidades tanto de la organización-en-la-mente como la institución-en-la-
mente. [ver también D. Armstrong 1991](11).
Este aspecto específico servía para que los clientes (normalmente ejecutivos, managers y
profesionales) explorasen la variedad de sus experiencias – personales, grupales e
institucionales – en un setting de uno a uno, como alternativa a participar en un seminario
del “group relations”. El modelo surgió como resultado de un seminario experiencial.
El resultado esperado del ARO es que el cliente aprenda la mejor contribución que pueda
hacer a su institución a través del descubrimiento de cómo manejarse en su rol en la
situación dinámica real en la que está trabajando. Un aspecto importante que facilita esto es
la capacidad de distinguir entre el ejercicio del poder y la toma de autoridad. *
Después de haber trabajado en varios proyectos ARO con distintos clientes, Reed decidió
diseñar el proyecto con ocho sesiones de dos horas de duración. Cada ARO dura 3 ó 4 meses,
tiempo suficiente para que los clientes aprendan a manejarse a ellos mismos y a tomar
autoridad en sus roles de trabajo.
____________________
* Reed, “Transformación Organizativa”, p12
El Rol del consultor del ARO
En el Grubb Institute consideramos que este rol requiere analistas organizativos entrenados
y con habilidades suficientes. Sólo hemos utilizado staff que hayan tenido experiencia en
roles de staff en los seminarios experienciales y que tengan una comprensión considerable
de la asociación entre los conceptos psicodinámicos y comportamentales. El Instituto ha
desarrollado un programa de consultores del ARO, que implica ser cliente del ARO, observar
un proceso de ARO, desarrollar uno bajo supervisión y participar en seminarios
experienciales y cursos sobre el marco conceptual y herramientas teóricas.
Desde que en 1973 se inició el modelo ARO, hay algunos conceptos que se han convertido
en muy significativos para examinar la experiencia en el trabajo, y han sido definidos con
términos que utilizamos de forma diferente a la que utilizan otros científicos del
comportamiento.
PERSONA SISTEMA
Experiencia de trabajo
ROL
CONTEXTO
Figura 3
La persona, tal y como se utiliza aquí, se refiere al cliente. El constructo mental del consultor
lo distingue del de “individuo”. Persona implica conectividad y relación con otros, mientras
que individuo supone desconexión. El consultor es sensible a los objetos y proyecciones que
el cliente está viviendo y que trascienden las fronteras del grupo y de la institución, (ver
Armstrong) y que están variando continuamente. Éstos constituyen la vida emocional de la
persona e influyen en sus valores y creencias. El conocimiento de sí mismo que tiene el
cliente, su historia y sus competencias y comportamientos aprendidos son afectados por
estos factores y forman parte de la manera en que uno trabaja y evalúa su propio
rendimiento.
El Rol es el constructo crítico del proceso ARO y es un punto central del trabajo. Su definición
se deriva de la tradición de Tavistock, pero ha sido desarrollada de forma específica por el
Grubb Institute. Aquí sólo podré introducir sus principios y distinguir nuestra utilización del
rol de la de otros (para una discusión más detallada del rol ver Reed) (15).
En el diagrama de Venn, el rol es aquello que une la persona al sistema. Implica que, para
que la persona trabaje para el beneficio del sistema, tiene que operar en el rol. Al entrar en
un sistema, generalmente se da una posición a la persona, un título del puesto y una tarea,
pero nada de esto es el rol según nuestros términos.
Un “Rol” no puede ser dado por nadie ni a nadie. * La persona tiene que descubrir que hay
un rol para ella, luego, tiene que hacer este rol, y, finalmente, tomarlo. Aquí sugerimos que
el periodo de inducción que se ofrece al nuevo staff puede ser la oportunidad para que
empiecen a encontrar, hacer y tomar sus roles.
Por ejemplo, una persona necesita aprender cual es la finalidad de su organización y así
poder decidir cómo trabajar, desde su nueva posición, para el beneficio del sistema y, no
solamente, para su propia carrera. Esto supone que la persona empieza a descubrir que hay
un rol para ella.
El proceso de ARO se desarrolla a medida que el consultor ofrece al cliente hipótesis basadas
en su experiencia de trabajo. A medida que el cliente toma su rol, se inicia la transformación
de su comportamiento. La persona “hace” el rol cuando identifica, no sólo la finalidad del
sistema, sino también sus estructuras, tecnologías, ética, culturas y los tipos de personas
que trabajan allí con sus propias expectativas.
_____________________
* El rol, tal como se utiliza aquí, se distingue del comportamiento que la gente espera de la persona, y que está
asumido en sus mentes. El rol que yo como persona asumo, lo llamamos “rol psicológico”; el rol que los otros
esperan de mí, lo llamamos “rol sociológico”, que se convierte en parte del contexto en el que busco, hago y
tomo el rol psicológico.
El jefe de la institución cliente es aquel que está en la frontera exterior y que interacciona
con el contexto, tanto interna como externamente. Por ello preferimos empezar con él
como cliente y, luego, trabajar con otras personas de la estructura organizativa que
gestionan fronteras subsidiarias. Sin embargo, algunos trabajan con el jefe también en la
frontera exterior.
Un ejemplo del efecto de la práctica del ARO es el de una directora de una escuela
secundaria en Central London. A esta escuela asistían alumnos de hogares con dificultades
sociales y tenía una reputación a nivel local de ser una escuela para alumnos fracasados. En
el dibujo que la directora hizo de su escuela se percibía un contraste muy marcado entre el
ambiente cálido y cuidadoso de la escuela primaria y el ambiente caótico y bajo presión de la
escuela superior. En este último los estudiantes obtenían resultados académicos muy pobres
sobre los cuales se basaba la reputación de la escuela.
En el proceso del ARO la directora vio que habían compensado de tal manera a los alumnos
“pobres” en la escuela primaria –sintiendo pena por ellos desde que entraban en la escuela-
que, cuando estos llegaban a la rigurosa escuela superior no estaban preparados para entrar
en la vida adulta.