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Hacer un análisis Jurisprudencial sobre el auto del 29 de mayo de 1974 (Solange) y


la sentencia de 22 de octubre de 1986 (Solange II) del Tribunal Constitucional
alemán, y determinar cómo se aplican en el denominado límite a posteriori

En este análisis de estas sentencias sobre el auto del 29 de mayo de 1974 (Solange) y la
sentencia de 22 de octubre de 1986 (Solange II) del Tribunal Constitucional alemán,
tomando como referencia la primera jurisprudencia sobre el auto, sobre la sentencia que
dictó el Tribunal Constitucional alemán el 29 de mayo de 1974 (Solange I) la cual provocó
una gran polémica. Dicha sentencia versaba sobre una cuestión de inconstitucionalidad
de determinada reglamentación comunitaria que provocaba una vulneración de los
artículos 2 y 12 de la Ley Fundamental alemana.

Este asunto trata de una empresa de exportación/importación alemana que solicitó al


Tribunal Administrativo alemán la anulación de una decisión que adoptó la Einfuhr und
Vorratsstelle für Getreide und Futtermittel (EVST), por la que canceló el depósito de las
exportaciones en una cantidad de 17,026.47 DM, debido a que la compañía solo utilizó
parcialmente una exportación de 20.000 toneladas de maíz molido. El Tribunal
Administrativo de Frankfurt, planteó una cuestión prejudicial de validez, pero la respuesta
que obtiene es que confirma la validez. Al no estar de acuerdo con la respuesta obtenida,
el Tribunal suspendió el procedimiento y preguntó al Tribunal Federal alemán
(Bundesverfassungsgericht), de acuerdo con el artículo 100 de la Ley Fundamental
alemana.
si la obligación de importar de la legislación comunitaria vigente y la obligación vinculada
al pago del depósito de exportación eran compatibles con la Ley Fundamental alemana. Y
el Tribunal da una respuesta negativa. En su respuesta, el Tribunal afirma la primacía del
Derecho Comunitario, pero supeditada a la custodia de los Derechos Fundamentales.
Hace referencia al artículo 24 de la Ley Fundamental alemana, que “no permite que la
estructura fundamental de la Constitución que confiere a ésta su identidad sea modificada
sin revisión constitucional. Una parte esencial e irreducible de la Constitución en vigor,
está constituida por las disposiciones relativas a los Derechos Fundamentales”. Después
afirma que en caso de que hubiera un conflicto entre el Derecho comunitario y el derecho
nacional, más concretamente la parte que se ocupa de regular los Derechos
Fundamentales, se establece que prevalecerá la parte del derecho nacional que regula
los Derechos Fundamentales, EN TANTO no haya un Parlamento en la Comunidad ante
el cual, los órganos comunitarios sean responsables y se lleve a cabo la creación de una
Carta que regule los Derechos Fundamentales.
En cuanto a la relación entre la Ley Fundamental alemana y las Comunidades Europeas,
señalan dos conclusiones fundamentales: - La Corte Europea tiene competencia para
manifestarse sobre la validez o no de las normas de Derecho comunitario y también sobre
la interpretación de las mismas. Pero no puede decidir cuestiones relativas a la legislación
nacional de los Estados miembros (en este caso, la legislación alemana). - El Tribunal
Federal no decide sobre la validez o nulidad de una norma comunitaria.

Se llega a la conclusión de que las autoridades o tribunales alemanes no pueden aplicar


una norma de Derecho comunitario cuando dicha regla es contraria a la Ley fundamental
alemana relativas a los derechos fundamentales. La resolución del Tribunal Federal
alemán establece que: “sólo el Tribunal Constitucional Federal tiene derecho, en el marco
de las competencias que tiene atribuidas en la Ley Fundamental, para proteger los
derechos fundamentales garantizados en la Ley Fundamental. Ningún otro tribunal puede
privarla de este deber impuesto por la ley constitucional.
Por lo tanto, en consecuencia, en la medida en que los ciudadanos de la República
Federal de Alemania tienen un derecho a la protección judicial de sus derechos
fundamentales garantizados en la Ley Fundamental, su estado no puede sufrir ningún
deterioro por el mero hecho de que se ven directamente afectados por los actos jurídicos
de las autoridades o los tribunales de la República Federal 29 de Alemania, que se basa
en el Derecho comunitario. De lo contrario, una brecha perceptible en la protección judicial
podría surgir precisamente por los derechos de estado más elementales de los
ciudadanos”.
Consecuente con la sentencia (Solange I) del 29 de mayo de 1974 el Tribunal
constitucional alemán, se dicta sentencia en (Solange II) del 22 de octubre de 1986 del
mismo tribunal, se avanzó en la protección de los Derechos fundamentales en el ámbito
comunitario y el Tribunal Constitucional alemán estableció la posibilidad de que se diera la
vuelta a la declaración de la sentencia Solange I. Tiempo después de que se dictara
Solange I, la protección de los Derechos fundamentales por el Tribunal de Justicia se
incrementó, el Tribunal Constitucional Alemán entendió que mientras siguiera con el
patrón que estableció en Solange I no podría comprobar la coexistencia de los actos
comunitarios con los derechos fundamentales que se recogen en la Ley Fundamental
alemana. En esta segunda resolución el Tribunal Constitucional alemán reconoce que el
Tribunal de Justicia es “un órgano jurisdiccional soberano creado por los Tratados de las
Comunidades, que sobre la base y en el marco de competencias y procedimientos
normativamente establecidos decide, en principio, con carácter definitivo y con total
independencia sobre las cuestiones jurídicas, conforme a las normas y reglas jurídicas”.
El Tribunal Constitucional alemán partiendo del reconocimiento anterior advierte en su
nueva resolución que no le compete a él el control del Derecho comunitario derivado: “EN
TANTO que la jurisprudencia del Tribunal de Justicia garantice de manera general una
protección efectiva de los derechos fundamentales frente al poder soberano de las
Comunidades , el Tribunal Constitucional no ejercerá en lo sucesivo su competencia
jurisdiccional en materia de aplicación del Derecho comunitario derivado que se alegue
como fundamento de una conducta de los órganos jurisdiccionales o de las autoridades
en el ámbito de soberanía de la República Federal de Alemania, y como consecuencia, no
revisará dicho Derecho derivado a la luz de los derechos fundamentales de la Ley
Fundamental”.
Hoy en día consideramos poco probable que se lleve a cabo por el Tribunal de Justicia
una interpretación de los Derechos fundamentales que pueda entenderse inusual,
obligando de este modo al Tribunal Constitucional alemán a ejercer un papel de protector
del “orden constitucional comunitario”. Pero en 1986 se admitía que podía incurrirse en
alguna interpretación equivocada de ciertos derechos fundamentales. Lo que le
corresponde al Tribunal Constitucional alemán es controlar el derecho interno alemán,
pero las cosas no son así de fáciles, pues hay áreas en las que confluyen tanto el derecho
interno y el derecho comunitario. La sentencia del Tribunal Administrativo que se recurre
en este asunto concreto, no lesiona ninguno de los derechos fundamentales que alega la
parte recurrente, recogidos en los artículos 17 y 2 de la Ley Fundamental alemana.
Los actos aunque sean asimilables a actos comunitarios se someterán al Tribunal
Constitucional alemán, salvo que el contenido de los actos internos venga establecido por
el derecho comunitario. Por tanto, si el Tribunal Constitucional alemán no es competente
para llevar a cabo una tarea de control del derecho comunitario, ya que el encargado de
esa tarea de control es el Tribunal de justicia, lo más lógico sería facilitar el acceso a este
tribunal a aquellas personas que entiendan vulnerados sus derechos fundamentales como
consecuencia de actos de órganos comunitarios. En consecuencia, el Tribunal
Constitucional Alemán aclara “que el apartado 1 del artículo 24 de la Ley Fundamental
alemana permite abrir el ordenamiento jurídico de la República Federal de Alemania, de
manera que se pueda ceder el derecho exclusivo de dominio de la República Federal de
Alemania en relación con su ámbito de soberanía, y que se pueda admitir la validez y
aplicación inmediatas dentro de dicho ámbito de un Derecho procedente de otra fuente”.
Pero después añade a dicha afirmación que “la autorización conferida en virtud del
apartado 1 del artículo 24 de la Ley Fundamental Alemana no carece de límites
constitucionales.
La citada disposición no autoriza a renunciar a la identidad del ordenamiento
constitucional de la República Federal de Alemania, vigente mediante un quebrantamiento
de sus rasgos fundamentales, en sus estructuras constitutivas”.
La sentencia el Tribunal Federal Alemán hace referencia a la declaración conjunta que
hicieron el Parlamento Europeo, el Consejo y la Comisión en el año 1977 y que dice: - El
Parlamento Europeo, el Consejo y la Comisión quieren subrayar el significado primordial
que ha de darse al respeto de los derechos fundamentales, tal y como se desprenden en
particular de las constituciones de los Estados miembros, así como el Convenio europeo
para la protección de los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales. - Dichas
instituciones comunitarias observan estos derechos en el ejercicio de sus poderes y en la
prosecución de sus fines y se comprometen a seguir haciéndolo en el futuro.”
Finalmente el Tribunal Constitucional Alemán sentencia que: “EN TANTO las
Comunidades Europeas aseguren una verdadera protección de los derechos
fundamentales frente al poder de las Comunidades, que se estima que es igual a la
protección que hace la Ley Fundamental alemana de los derechos fundamentales, el
Tribunal Constitucional Alemán, no ejercerá su competencia en cuanto a la aplicación del
Derecho comunitario derivado manifestado como pilar de una actuación de los órganos
jurisdiccionales alemanas”. Como conclusión cabe afirmar que el Tribunal Constitucional
alemán se compromete a no imponer los derechos fundamentales recogidos en la Ley
Fundamental alemana frente al derecho comunitario derivado. Estas sentencias muestran
el hecho de que el Tribunal Federal Alemán, que en un principio entendía tener
competencias para controlar el Derecho comunitario, pasa a confiar en el Tribunal de
Justicia como garante de los Derechos fundamentales. Ya unos años después de que se
dictara Solange I, el Tribunal de Justicia empezó a reconocer los Derechos fundamentales
de las personas a través de los Principios Generales del Derecho comunitario.

Estas jurisprudencias se aplican en l límite a posteriori, siendo este de (de naturaleza


judicial interpretativa). El cual es desempeñado con un control de constitucionalidad por
los estados miembros, fortaleciendo su supremacía interpretando los tratados
constitucionales de acuerdo al país de donde nazca el caso concreto.
En este límite, el hecho de que el Derecho Comunitario se encontraba por encima del
derecho interno de los Estados miembros provocaba un problema, puesto que los
particulares se veían desprotegidos, y no se podían beneficiar de la protección que
otorgaban sus constituciones nacionales a los derechos fundamentales, pero tampoco
encontraban una protección de los derechos fundamentales en el ordenamiento
comunitario, pues dicho ordenamiento carecía de preceptos que ampararan dichos
derechos.
En este límite a posteriori, el Tribunal de Justicia entiende que sus decisiones pueden
fundamentarse en preceptos que se encuentren fuera de los Tratados internacionales,
dejando atrás así la tendencia seguida principalmente en la primer limite a priori (de base
constitucional) formado por la ineludible clausulas constitucionales disponible para dicha
integración. En esta segunda etapa, el Tribunal de Justicia entiende que el Derecho
Comunitario va a estar formado tanto por el Derecho de los Tratados internacionales,
como por aquellos principios de derecho que sean comunes a los Estados miembros.

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