“…Porque sólo sustrayéndose a la claridad que ofrece una perspectiva
histórica de nuestro tiempo es posible juzgar como mera descomposición y podredumbre lo que se manifiesta como una oscura génesis si lo consideramos encadenado a su pasado y su futuro” En 1987 el libro de Victor Farias Heidegger et le nazisme, revive la polémica que años atrás Jünger Habermas había suscitado en 1953 acerca de la reseña sobre un curso de Heidegger en 1935 “Introducción a la Metafísica”, que sería publicado como libro ese mismo año. La polémica versaba alrededor de “la verdad interna y dimensión de este movimiento”. La idea era poner a Heidegger en evidencia y restarle importancia por haber participado en el nacionalsocialismo. La discusión es larga, Gutiérrez Girardot hace una defensa a ultranza de la situación y con argumentos bien fundamentados, deja claro el motivo por el cual Heidegger, no podría haber sido o comulgado con la práctica del nacional-socialismo o ser parte del mismo, un fascista como lo quisiera catalogar Habermas.
Rafael Gutiérrez Girardot (RGG) vive ese tipo de acusaciones. Se duda de
su carácter fascista por salir en defensa de Heidegger; se le tilda de miembro de las “Camisas Negras” por haber participado en un entrenamiento en Sasaima en 1947, a los 19 años, con un franquista apodado Roa (hermano del que se presume mató a Gaitán) que reclutaba estudiantes a la salida de la universidad para convertirlos al movimiento y por haber obtenido una beca de estudio en 1.950 con el gobierno franquista, durante la presidencia de Laureano Gómez. Sería prematuro realizar un juicio certero de sus convicciones políticas por estos hechos históricos puesto que la trayectoria de un intelectual consiste precisamente en revisar su experiencia, siempre contingente y confrontarla con el pensamiento, para poder adoptar una postura de convicción.
Lo que interesa aquí es la condición política de Rafael Gutiérrez pues
como hemos observado, algunos de los pocos que conocen la vida y obra de este ilustre boyacense, dejan caer dudas sobre su filiación política. Por pertenecer a una típica familia de hacendados boyacenses conservadores y por su tradición bolivariana que conserva hasta la muerte, se le ha tenido por conservador. Sin embargo, el objeto de este ensayo será mostrar su evolución ideológica y política. No cabe duda alguna de que en los años de juventud, cuando Gutiérrez comienza sus estudios universitarios, escribe como redactor de la revista de la Universidad del Rosario y elabora artículos para el Dominical del periódico conservador El Siglo (1947-1950), aun no es un escritor experto. Va de la mano de sus maestros Monseñor José Vicente Castro Silva y José María Vivas Balcazar -jefe editorial del Magazín-. Gutiérrez hace ensayos sobre cultura, reseña libros y eventos culturales. Escribe incluso acerca de Nietzsche(1844-1900) y sobre Ortega y Gasset (1883- 1955). En su ensayo titulado Ortega y Gasset y su influencia filosófica, a Ortega lo describe así: “…su filosofía es, como su estilo, elegante. Hay agilidad, vigor, brillantez, dinamismo. “La vida es quehacer” repite a cada instante”. En otro ensayo para la revista de la universidad escribe: “pero es posible ver que el tomismo moderno, conservando las líneas generales de la doctrina de Tomás de Aquino, ha logrado con éxito, colocarse en la esfera de la más importante y actual filosofía, como que sus teorías son siempre actuales”. Vemos como Gutiérrez se abre un camino pero un camino tutelado; su preocupación por el momento es la búsqueda, destacando eso sí su interés por la filosofía y su atención al manejo del lenguaje, que le permiten escribir en estos medios de comunicación. Gutiérrez aún no tiene argumentos para mostrar -como si lo hará en 1980- al otro Ortega. Lo que sí queda claro de su participación en este aventura editorial es su filiación conservadora, auque no laureanista, puesto que “había fundado con Eduardo Cote Lamus, Hernando Valencia Goelkel, Cornelio Reyes, el quijotesco movimiento de la Revolución Nacional y se ordenan cerca de 1000 sacerdotes, y en agosto de 195en el periódico de Alzate Avendaño que dirigía Cornelio Reyes publiqué violentos artículos contra Eduardo Santos y Laureano Gómez”. Con esta experiencia cultural viaja a Madrid como residente del Colegio Mayor Hispanoamericano Guadalupe en noviembre de 1950, en donde coincide con quienes más adelante serían intelectuales de renombre en América Latina y en España.
Es en este momento, a su llegada a España, con las nuevas amistades, la
asistencia a las clases de Zubirí, “el filosofo español mas importante después de francisco Suarez –yo deje de ser religioso en Madrid por los cursos de Zubirí. En Madrid ya comencé a dar un giro hacia la izquierda porque vi una película de Marlon Brando que se llamaba VIVA ZAPATA que me fascinó”- , sus estudios de sociología y su experiencia editorial, van forjando su nuevo pensamiento político. Gutiérrez Encuentra una España en transición; por un lado la derecha regente de Franco está posicionando de nuevo la moral y las creencias vilipendiadas durante la guerra civil -esta España, la de siempre, en mayo de 1952 ve la celebración del Congreso Eucarístico Internacional de Barcelona con gran esperanza puesto que en él 3 tiene lugar la firma del Concordato con la Santa Sede-. Por el otro lado, quienes procuran una revolución del pensamiento y no del hambre y las pasiones como había sido la del 36, una verdadera revolución, como tantas veces lo invocó Gutiérrez, de “La Mayoría de Edad”. Por ello en el verano de 1954 cuando viaja desde Madrid a tomar unos seminarios en Santander-España funda con Francisco Pérez González y Miguel Sánchez Bella la editorial Taurus, como “<> marcada por el <> de los Zubirí, Aranguren y Laín. También por la oposición crítica al sistema. ... de aquí que las principales colecciones de Taurus las que precisaban su fisonomía y el camino a seguir, se convirtieron en barrios marginales, en recintos de asilo para escritores y lectores, cada uno de ellos en busca de los otros”. En la primera España –“en la que se produce el nacimiento en los años inmediatamente posteriores a la Guerra Civil, de editoriales católicas entre ellas la Biblioteca de Autores Cristianos, Epasa, Pegaso, Rialp, Gredos, editoriales todas que tienen una voluntad renovadora, pero sin pretensiones de una reforma inmediata ni planteamientos de más largo alcance”- se editan de nuevo libros, en este caso en la editorial Rialp, como los de Marcelino Menéndez Pelayo en los que los heterodoxos eran duramente castigados y se reafirma el nacionalismo como una necesidad sustentada en las creencias. Para este filósofo de finales del siglo XIX y principios del XX, las grandes ideas de la conciencia española, y por supuesto los presupuestos políticos, eran “fe católica, Monarquía tradicional, latinidad, libertades populares, intransigencia antiliberal, hermandad peninsular” ; Gutiérrez revisa estos conceptos de clara estirpe conservadora, reflejo y prototipo al mismo tiempo de su cultura y sociedad natal. En sus escritos posteriores a 1955 es una constante la diatriba contra los católicos de fe de carbonero, el pensamiento dogmático y la simulación. Menéndez Pelayo primero y Ortega y Gasset posteriormente, alimentaron en buena medida la cultura eclesiástica y académica de las tierras americanas los primeros 70 años del siglo XX. Gutiérrez analiza este fenómeno con profundidad e intenta explicar cómo estos dos hombres fueron leídos en Colombia y crearon una mentalidad.
En años anteriores a la guerra civil el anticlericalismo se había tomado a
España, queriendo terminar con todo aquello que tuviera que ver con el Anciam Regim. Una guerra que los derrotados republicanos y sus simpatizantes interpretan como ”La lucha de un pueblo oprimido en busca de una calidad de vida decente contra la oposición de las atrasadas oligarquías españolas terratenientes e industriales“ En esa España los nombres José Calvo Sotelo y José Antonio Primo de Ribera forman parte de un grupo de fascistas que han tratado de acceder al poder por la vía legal pero siempre sus votos han sido falseados y mal pensaron que les había llegado su momento de justicia y que en ese desorden podrían gobernar, pues Calvo Sotelo es asesinado por “Los Rojos” y después Primo de Ribera es enjuiciado y fusilado por el mismo partido. Estos dos políticos tendrán mucho que ver en el futuro de Gutiérrez en su estudio sobre la Falange y su visión de la España de los años 50 a la que viajará. “En España en el momento en que yo estuve, había pobreza pero indiferencia política. Había una cantidad considerable de conferencias sobre los más distintos temas. Como la política era una cuestión de círculos reducidos, esta no afectaba a la población, que no le interesaba la política, porque se sabía perfectamente que la política estaba en manos de la Iglesia Católica, en su gran mayoría. Había en cambio, una cosa que era una especie de equilibrio, una cantidad considerable de libros de humor, una revista que se llamaba La Codorniz, que salía cada semana, estaba burlándose constantemente de la política oficial. Se burlaba constantemente de los ministros. Tenía un parte meteorológico general que en muchas ocasiones te decía: “Reina un fresco general sobre la Península”, se podía entender fresco como pícaro. Políticamente se estaban formando ya en los círculos estudiantiles y en el Instituto donde yo estudie, una amplia oposición contra Franco dentro del gobierno franquista, porque una de las cosas típicas es que todos los que estaban contra Franco, vivían del gobierno de Franco porque no podían vivir de otra manera, nadie les iba a dar puestos. Y se fue formando una oposición, y sobre todo aumentó la oposición cuando vino uno de los antiguos compañeros de Primo de Rivera, Jonh Ishon Rivurejo, un gran poeta que escribió un libro muy importante contra Franco y tuvo que huir, tuvo que salir exilado a París. Pero todo eso fue dando ejemplos, de modo que lo que yo presencié en mi época fue una especie de movimiento de oposición contra Franco, lento, paulatino, pero muy preciso, porque también había una revista que se llamaba El Índice, de un antiguo franquista que escribía artículos muy fuertes contra los antifranquistas. Había también otra revista muy importante que se llamaba Ínsula, que todavía existe, donde escribían artículos los españoles exilados en el extranjero: republicanos, pro-comunistas, socialistas, anarquistas. Había una librería de Ínsula que traía todos los libros prohibidos.” Después de este periodo español, viaja a Alemania en donde su transición ideológica continuará: “Cuando llegué a Friburgo –1954- acababan de publicar la primera edición de los escritos de juventud de Marx y la comencé a devorar. Había un sociólogo muy importante que la había realizado al igual que su tesis doctoral al respecto, que también leí. Me fascinó y comencé por ahí mi giro”. Sin embargo, el gobierno reinante, salvadas las distancias con el franquismo, es también un régimen conservador; no es un gobierno de izquierda que pueda facilitar la experiencia práctica de esta ideología al joven Gutiérrez. Por el contrario Konrad Adenauer (1876-1967) tiene toda la intención de unirse al capitalismo occidental y de rechazar abiertamente no sólo a la Rusia comunista sino cualquier sindicalismo o movimiento socialista. Está en la tarea de la reconstrucción alemana, como Franco está en la española. Se quiere una sociedad en la cual las decisiones privadas se impongan a las de carácter público, en que prevalezca el principio supremo de la actividad voluntaria. Es la antítesis del nacional-socialismo en su concepción teórica y práctica; por ello, cuando Gutiérrez asiste a los seminarios de Heidegger en la universidad de Friburgo y tiene la oportunidad de conversar con él, aflora el cuestionamiento sobre la participación del filósofo en el régimen del 33 y ello lo obliga a profundizar en la concepción del nacional-socialismo y entender la postura del filósofo. Paralelamente saca conclusiones sobre las relaciones del intelectual y la política. Adenauer permanece en el poder 14 años (1949-1963), es decir los primeros 10 años de vida de este colombiano en Alemania. Durante esta regencia, en 1955 contrae matrimonio con una alemana estudiante de filología en Friburgo de Brisgovia. Con ello su comprensión de la sociedad alemana y su concepción de la familia, tendrán una concreción conforme a la época. Se fortalecen su compromiso y referencia con América Latina y durante los 23 años como profesor de la universidad de Bonn, el pensamiento está dirigido hacia los gobiernos americanos, al problema radical de la justicia. Está convencido de que Latinoamérica tiene que concebir una filosofía política de acuerdo a sus necesidades, “Es decir la filosofía original se va formando de acuerdo con las necesidades del país como en la filosofía alemana el realismo alemán respondió a una manera muy especial de concebir los estados soberanos, de concebir la política. En su caso Hegel es un filósofo político muy importante. Es en La Filosofía del Derecho de Hegel donde se responde a una teoría social de la revolución francesa. Kant es producto de la ilustración alemana que es una ilustración muy diferente que no ha tenido ningún hispánico y son los productos originales de cada país, es el resultado de ciertas circunstancias. Por eso lo decía Hegel muy bien que la filosofía es nuestro tiempo formulada en conceptos. Hay que saber trasladar la época, las circunstancias históricas y sociales, a conceptos necesarios y precisos. Eso fue lo que hizo Hegel y lo que hizo el realismo Alemán.” Profesor, como usted mismo se califica: “yo era un conservador pero yo me he vuelto izquierdista. ¿Usted se considera izquierdista? Si, yo me considero izquierdista radical, soy partidario del M19. MAM: pero, ¿ideológicamente también? RGG: ideológicamente también. Pienso que Colombia, yo era demasiado joven, pero ahora lo sigo pensando más que nunca, Colombia, necesita efectivamente una transformación radical, porque mientras no haya esa transformación radical, mientras siga habiendo esas estructuras pétreas de los artistas del robo, de la simulación, nuestro país va ha seguir siendo un país sangrante. Hay que enseñar, en primer lugar hay que liberar no al pueblo como se dice, toda la sociedad de pobres, el 80% de la sociedad colombiana es pobre, vive en malas condiciones, circunstancias, humillado, en zozobra, con mala salud, eso no puede ser en un país; hay que liberarlos y el estado está en la obligación de hacer justicia con los impuestos, de controlar los excesos increíbles de los ricos, porque son piadosos, no tienen la más mínima consideración de la pobreza, les importa un comino la pobreza, siguen robando y siguen robando y liando y si no tienen posibilidad de liar, les falta el aire, porque su aire es la humillación y eso no puede ser. PTR: ¿Usted cree que el M19 sería la respuesta a los problemas? RGG: No la respuesta, pero si el comienzo; es que ahí es necesario comenzar a destruir, porque no se puede hacer un cambio radical; los cambios radicales no funcionan, la gente está acostumbrada a ciertas cosas, hay que ir poco a poco, no en el sentido de evolución, pero si en el sentido de crear una conciencia general (se está formando poco a poco) que los partidos políticos no tienen solución para nuestros problemas. Eso es lo primero, pero hay que saber como se solucionan las cosas y eso toma tiempo, porque eso exige naturalmente la formación de personas capaces de hacerse cargo del gobierno, y para ello es indispensable que haya universidades buenas, no universidades costosas y malas.” El último paso de RGG en su vida como intelectual, como colombiano comprometido, fue la adhesión a la candidatura del senador y futuro candidato a la Presidencia de la Republica de Colombia por el POLO Democrático, Dr. Carlos Gaviria Díaz, a través de una carta enviada pocos días antes de morir. Precisamente a la salida del funeral, el candidato comentó el significado de esta adhesión. Este acontecimiento es reflejo de una vida enmarcada por la política desde la niñez hasta la muerte.
Bogotá D.C. agosto de 2007
Patricia Tobón Ricaurte
María Alexandra Mosquera González TallerestudioQ-Recuperación de memoria colombiana