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2018
Estudio, análisis, diagnóstico y propuesta de un modelo
educativo para la construcción de paz y Derechos Humanos
en colegios de las localidades de Bosa y Ciudad Bolívar en
Bogotá
1. Justificación
La educación para la paz y el respeto a los derechos humanos adquiere en nuestros país una
particular significancia al contrastar los valores que ella implica con agresiones injustificadas,
violencia cotidiana, los horrores de la guerra que nos conmueven diariamente, la violencia de
género, la represión social, entre otras acciones que empobrecen la calidad de vida y la
convivencia pacífica en el territorio colombiano.
Educar para la paz, no entendida como la dejación de las armas únicamente, sino como la
forma de prosperar socialmente, de conciliar diferencias, de construir en la diversidad, etc., esa
paz positiva, fortalece el desarrollo individual de los sujetos estudiantes, fortalece las
relaciones interpersonales y familiares, fortalece los lazos comunitarios y a su vez, se fortalece
el progreso y desarrollo nacional en sus campos económicos, sociales, culturales y hasta
políticos.
Pese a su indudable importancia, la educación para la paz y los derechos humanos (eje
didáctico transversal en muchos diseños curriculares internacionales) es un campo de estudios
marginal, subsidiario en la selección de contenidos del sistema educativo formal. Campo donde
la memoria histórica y el afianzamiento de la verdad y la justicia tienen un rol particularmente
significativo en el esclarecimiento, comprensión y estudio de los acontecimientos.
Contar la historia de una forma diferente a nuestros niños y niñas es importante, y más lo es
que la aprendan, que la reflexionen y que no la repitan en sus escenarios más violentos. Pero
está claro que no todos aprendemos igual, no todos nos construimos igual, y a su vez, no todos
entendemos de la misma manera las enseñanzas docentes y educativas. Se tiene algo de
certeza, en que promover la educación de paz, derechos humanos y conciliación, tiene efectos
directos en el rendimiento académicos y social de los estudiantes en otras áreas del
conocimiento.
Por esa razón, se propone realizar un estudio detallado sobre las iniciativas educativas,
pedagógicas y políticas relacionadas con la construcción de paz, derechos humanos,
conciliación y convivencia que se implementan hoy en las instituciones educativas, públicas y
privadas de la capital en las localidades de Bosa y Ciudad Bolívar. Del estudio, análisis,
caracterización y diagnóstico, surgirá una propuesta educativa y pedagógica para enseñar sobre
paz y derechos humanos en esos colegios y esos contextos.
Andrés F. Zuluaga Página 2
Estudio, análisis, diagnóstico y propuesta de un modelo educativo para la construcción de paz y
Derechos Humanos en colegios de las localidades de Bosa y Ciudad Bolívar en Bogotá
2. Antecedentes
El ámbito de la educación no se queda por fuera de la mirada internacional. Hace 70 años los
gobiernos de diferentes naciones del mundo, a través de la Declaración Universal de los
Derechos Humanos, afirmaron que “toda persona tiene derecho a la educación”. Sin embargo,
a pesar de los importantes esfuerzos realizados por los países a lo largo del planeta entero para
asegurar el derecho a la educación para todos y de calidad, persisten algunas realidades como
la falta de cobertura global, la discriminación en las escuelas, la falta de promoción cultural, la
violencia de género y el racismo en los colegios, e inclusive, la ausencia de una educación
crítica y diseñada para la conveniencia, el respeto y la construcción de paz.
Las actividades relacionadas con la educación para la paz que promueve la UNICEF, por
ejemplo, “siguen las directrices de los Objetivos de Desarrollo para el Milenio y los principios
de los derechos humanos, como por ejemplo los incluidos en la Convención sobre los Derechos
del Niño” (UNICEF, 1992).
Es decir, los intereses directos de los propios niños, la no discriminación y el derecho de los
niños a la participación y a ser escuchados, se incluye en el campo de la educación para la paz.
Estos principios implican un compromiso con la construcción de la paz, la reducción de la
pobreza a través de la inversión en la infancia, y también, la reducción de las diferencias
mediante medidas dirigidas a los niños más vulnerables, más marginados y más necesitados.
“Un proceso de promoción del conocimiento, las capacidades, las actitudes y los valores
necesarios para producir cambios de comportamiento que permitan a los niños, los jóvenes
y los adultos prevenir los conflictos y la violencia, tanto la violencia evidente como la
estructural; resolver conflictos de manera pacífica; y crear condiciones que conduzcan a la
paz, tanto a escala interpersonal, como intergrupal, nacional o internacional.”
Se habla bastante de las bondades que la educación para la paz tiene, de sus potenciales y su
importancia, sin embargo, hay que resaltar que tal desarrollo educativo aún no está
contextualizado y desarrollado de forma adaptativa por regiones o países, está en construcción
y hace falta tener en cuenta la construcción histórica y cultural de cada nación, así como sus
necesidades.
Las posturas internacionales comparten los objetivos del Marco de Acción de Dakar del
programa Educación para Todos, que propugna “la promoción de una educación que ayude a
los niños y los jóvenes a adquirir capacidades, como la prevención y resolución pacífica de
conflictos, y valores éticos y sociales” (UNESCO, 2000). La postura es clara, las formas aún
no, pues no existen modelos específicos de educación para la paz y la enseñanza de los
derechos humanos, o una directriz que proponga pensum y programas curriculares basados en
la construcción de paz, conciliación, los Derechos Humanos y la convivencia.
Lo que sí existe, son propuestas basadas en: aprendizaje por medio del juego, la construcción
de manuales escolares, la integración del deporte a la educación para la paz, ejes didácticos
necesarios pero aleatorios, entre otras disposiciones, sin embargo, es necesario contextualizar y
profundizar, por un lado, la región y su particularidad, y por el otro, la población.
En América Latina, una región vista como un contexto diverso, étnico, culturalmente amplio y
de gran variedad poblacional, se entiende la educación para la paz y para los derechos humanos
“como una obligación ética, una necesidad social y un imperativo incuestionable en el campo
de la docencia latinoamericana” (Cabezudo, 2012, p. 139). Por tal razón, es imperativo
articular sólidos puentes de trabajo y cooperación con la sociedad civil y con las
organizaciones no gubernamentales. Es necesario revisar conceptos tradicionales, evaluar
prácticas pedagógicas y elaborar proyectos desde cada uno de nuestros espacios de vida y de
trabajo, teniendo en cuenta, las particularidades y el contexto de cada región y país.
Según la Reunión Consultiva del Programa Cultura de Paz UNESCO, Dic. 1994:
Partiendo de este postulado, se puede decir que la educación actual en América Latina en
términos de construcción de paz, de derechos humanos y convivencia, debe ser reformulada
metodológicamente, pedagógicamente e institucionalmente; o por lo menos examinada. Esto
fundamentalmente se debe hacer, en primer lugar, porque aun hoy en algunas escuelas no
existen este tipo de apuestas educativas, y en segundo lugar, porque en las escuelas y colegios
en donde sí existe la propuesta educativa, no en todos los casos por supuesto, las metodologías
de enseñanza, aplicación y despliegue son descontextualizadas, ambiguas y en muchos casos
muestran un desinterés en su promoción como factor de cambio verdadero.
En el apartado del acuerdo que habla sobre “garantías para la reconciliación, la convivencia, la
tolerancia y la no estigmatización” se incluye la creación de un Consejo Nacional para la
Reconciliación y la Convivencia. Una de sus funciones será la de diseñar y ejecutar programas
a favor del respeto, la diferencia, la crítica y la oposición política. También se encargará de
capacitar a organizaciones y movimientos sociales para el ejercicio de una cultura de la paz.
Por otro lado, el acuerdo prevé la creación de una cátedra de cultura política para la
reconciliación y la paz con el objetivo de promover una mayor transparencia
electoral. Asimismo, se fortalecerán los programas de educación para la democracia en todos
los niveles educativos, y se crearán escenarios de pedagogía para fortalecer el rechazo social a
las violaciones de derechos humanos (Semana, 2016).
Teniendo en cuenta los anteriores planteamientos se quiere desarrollar la tesis de que para
lograrse el cumplimiento de dichos objetivos se amerita tanto el compromiso individual de
cada ciudadano, como el institucional, y esto implica la aplicación de un modelo adaptativo y
pedagógico que tenga un impacto visible en la trasformación del país desde la educación básica
primaria y secundaria. Los docentes, las instituciones, las familias, las empresas, el Estado y
toda la sociedad en general deben participar en esta apuesta educativa de transformación social
a corto, mediano y largo plazo.
De dicha responsabilidad estatal surge la Ley 1732 de 2014 y el Decreto 1038 de 2015 por los
cuales se establece la cátedra de la paz en todas las instituciones educativas del país y se reglamenta la
misma respectivamente. Al ser la paz un derecho y un deber, se establece con el fin de garantizar la
creación y el fortalecimiento de una cultura de paz en Colombia, la Cátedra de la Paz en todas las
instituciones educativas de preescolar, básica y media como una asignatura independiente (Ley 1732,
2015).
La Cátedra de la Paz es una iniciativa para generar ambientes más pacíficos desde las aulas de
Colombia. En la ley 1732 se establece la Cátedra de la Paz como de obligatorio
cumplimiento en todas las instituciones educativas del país. Y según el decreto 1038, por el
cual reglamenta la ley 1732 de esta cátedra, “todas las instituciones educativas deberán incluir
en sus planes de estudio la materia de Cátedra de La Paz antes del 31 de diciembre de 2015”.
Todos estos son aprendizajes catedráticos, en aulas, teóricos y tradicionales. Por su parte el
Centro Nacional y Distrital de Memoria Histórica, intenta articular otras metodologías al
aprendizaje y construcción de memoria, esto a través de presentaciones museológicas, artísticas
y talleres. Éticamente es correcto el contenido, pero metodológicamente tiene sus deficiencias,
las cuales se mostrarán en el planteamiento del problema. El tema en cuestión, es la falta de
una investigación de campo que detalle minuciosamente las características educativas que
tienen los sistemas locales de educación para poder aplicar el modelo de paz.
Aquí existe un deslinde inter institucional, pues la apuesta distrital tiene unos horizontes
distintos a los del gobierno nacional. Los primero buscan la reducción de brechas sociales y
económicas que afectan la calidad de vida de los ciudadanos y los segundos buscan un modelo
de educación para la implementación de unos acuerdos concretos. Por esta razón se hace
pertinente la investigación en las escuelas educativas de la ciudad, para poder hacer un análisis
y un diagnóstico, y así, poder formular una propuesta educativa que fortalezca el campo de la
paz, los derechos humanos y la misma convivencia.
No se tiene una metodología pedagógica clara, adaptativa y efectiva para enseñar sobre paz,
que incluya diferentes sectores sociales y vincule la memoria y la historia del país como un
componente de la enseñanza o de los programas curriculares. Se pretende educar para mejorar
el tejido social en la nación, pero se debe caracterizar y proponer según sea el contexto en el
que se pretenda implementar.
En algunos sectores educativos e instituciones se sigue enseñando con los conceptos de paz
negativa, conflicto negativo, entre otros, y no se adaptan a los postulados latinoamericanos de
educación sobre paz y derechos humanos. El componente didáctico es necesario, el deportivo,
el lúdico, etc., pero también lo es el componente emocional, es ahí en el que se desea
incursionar mediante este proyecto, es decir, buscar la forma en que los niños, niñas y
adolescentes que pertenecen a una institución educativa de Bosa o Ciudad Bolívar, sientan,
reflexionen, compartan y desplieguen empatía por otros agentes de la sociedad, diferentes a sus
familiares y cercanos.
¿Cuáles son las formas, metodologías y praxis que se emplean en la educación para la paz en
instituciones educativas públicas y privadas de las localidades de Bosa y Ciudad Bolívar?
¿Cuáles son las características geográficas, culturales y sociales que muestran estas localidades
a nivel educativo?
4. Objetivos
General
Caracterizar las formas de enseñanza educativa actual que se implementan sobre construcción
de paz y derechos humanos en las instituciones educativas de las localidades de Bosa y Ciudad
Bolívar, para proponer un modelo pedagógico, adaptativo, incluyente y sostenible sobre
construcción de paz y derechos humanos para niños, niñas y adolescentes del sector.
Específicos
5. Referencias Bibliográficas
Cardona, M. S. (2010). La educación para la Paz en Colombia: una responsabilidad del Estado
Social de Derecho . Revista VIA IURIS, 141 a 160.
Conferencia Mundial sobre Educación para Todos . (1990). Declaración Mundial sobre
Educación para Todos: La satisfacción de necesidades básicas de aprendizaje .
Declaración Mundial sobre Educación para Todos (pág. 1 a 14). Jomtien, Tailandia :
Organizacion de Naciones Unidas .
Revista Semana . (26 de Septiembre de 2016). Así se incluye la educación en el acuerdo que
pone fin a la guerra . Recuperado el 02 de Noviembre de 2018, de PROCESO DE PAZ
: https://www.semana.com/educacion/articulo/la-educacion-en-el-acuerdo-final-del-
gobierno-y-las-farc/491220
UNESCO. (2000). Foro Mundial Sobre la Educación . Marco de Acción de Dakar (pág. 1 a
79). Dakar, Senegal : UNESCO.
UNICEF. (02 de mayo de 1992). Educación para la Paz. Recuperado el 15 de octubre de 2018,
de DREAM OF PEACE:
https://www.unicef.org/spanish/education/focus_peace_education.html