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SHEYLA LILIBETH OCUPA VIZCONDE

CONTRATOS PARTE GENERRAL


SECCIÓN C

ENSAYO N° 2

MOTIVACIÓN Y JUSTIFICACIÓN DE LOS ACTOS JURIDICOS

Para empezar a hablar de la motivación, es menester preguntarnos de dónde nace


esta figura, cómo se debe ser entendida, cuál es la verdadera importancia que
encubre. El hombre desde tiempos remotos ha tenido la necesidad de explicar el
porqué de su conducta. En la vida diaria hay muchos tipos de explicaciones
(personales, éticas, racionales, científicas, legales, etc) que, dependiendo del
contexto, justifican aceptablemente una creencia o acción. Por ejemplo, el tipo de
explicación que se suele considerar aceptable del porque alguien bebe un café, va a
misa, etc, puede ser diferente de lo que se considera justificaría aceptablemente la
afirmación que las manzanas caen debido a una ley universal o científica, la condena
a muerte de algún individuo, una política del terror, etc. Esa requisitoria ha sido
permanente en el comportamiento de la humanidad, tanto en la relación interpersonal
y social como en la que presenta el individuo consigo mismo.1 Esta necesidad de
justificación de los actos surge de una doble exigencia: la individual y la social. 2 En
el ámbito objetivo, corresponde al recto obrar social, conforme a los fines que se
consideran justos y plausibles. En el ámbito subjetivo, consiste en la voluntad
éticamente relacionada con unos fines jurídicos y éticos del obrar individual.3 En
ambos ámbitos se presenta, al lado de lo meramente jurídico, una necesidad moral
y ética de comportamiento que debe ser coherente y consecuente. Tal fenómeno se
desprende de la capacidad de razonar que tenemos y debido a ello nos vemos

1
LUIS EDUARDO CERRA JIMÉNEZ. “Motivación Y Justificación De Los Actos Jurídicos”.
Universidad Libre Seccional. Barranquilla Advocatus. Volumen 11 No. 23. P. 204, 2014
2 WELZEL, HANS. “Introducción a la Filosofía del Derecho. Derecho Natural y Justicia Material.”

Segunda reimpresión de la segunda edición. Madrid: Biblioteca Jurídica Aguilar, 1977. pp. 9 y
10
3LUIS EDUARDO CERRA JIMÉNEZ. “Motivación Y Justificación De Los Actos Jurídicos”.
Universidad Libre Seccional. Barranquilla Advocatus. Volumen 11 No. 23. P. 204, 2014
inmersos en el menester de encontrarle justificación a las decisiones no solo nuestras
sino también a la de los demás.

Motivar es justificar la decisión tomada, proporcionando una argumentación


convincente.4 La motivación debe mostrar que la decisión adoptada está legal y
racionalmente justificada sobre la base de aquellos elementos que la fundamentan.
Los Estados de la antigüedad y de la Edad Media fueron renuentes a explicar su
proceder, mucho menos a motivar y justificar sus decisiones. No obstante, en cuanto
a los jueces se refiere, el digesto del Corpus Juris Civile de Justiniano registra una
Importante compilación de decisiones judiciales en la Roma antigua, caracterizadas
por su cuidadosa motivación.5 Apenas en la primigenia formación del Estado liberal
Republicano fue cuando aparecieron los primeros elementos del deber del
gobernante a motivar y explicar su proceder a los sujetos sometidos a su autoridad.
Pero, desde la época revolucionaria liberal, en el artículo 15 de la Declaración de los
Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789, se reclamó el derecho que tiene la
sociedad de pedir cuenta a todo agente estatal sobre la administración de los asuntos
públicos. Desde entonces se fue entronizando el deber de que los agentes del Estado
explicaran su proceder.6 El Estado de legalidad, que desde entonces se fue
implantando en el mundo occidental, exigió que gran parte de las decisiones
emanadas del poder público fueran motivadas. No obstante, esa exigencia fue laxa
para los poderes legislativo y administrativo, y por supuesto para el propio
constituyente derivado, pero no para los jueces, para quienes sí fue particularmente
exigente. La obligatoriedad de motivar, como Principio constitucional, surge en la
Constitución francesa de 1795, como control democrático del ejercicio del poder
jurisdiccional, para evitar las arbitrariedades de los jueces. En la actualidad, varias
cartas fundamentales establecen la exigencia expresa de la motivación y
fundamentación, es decir, la obligación de los tribunales de incorporar a sus
decisiones los razonamientos legales de acuerdo con los cuales deciden la
controversia, uno de ellos es el Perú, que ha reconocido éste derecho en el inciso 5
del artículo 139 de la Constitución Política de 1993.7 Lo que se trata de definir es el
“por qué” de la existencia del acto, su razón de ser, el fin determinante, la justificación

4 NIETO GARCIA, Alejandro. “El arte de hacer sentencias ò Teoría de la Resolución Judicial”.
Madrid, Universidad Complutense, 1998, p. 185.
5 LUIS EDUARDO CERRA JIMÉNEZ. “Motivación Y Justificación De Los Actos Jurídicos”.

Universidad Libre Seccional. Barranquilla Advocatus. Volumen 11 No. 23. p. 204, 2014
6 LUIS EDUARDO CERRA JIMÉNEZ. “Motivación Y Justificación De Los Actos Jurídicos”.

Universidad Libre Seccional. Barranquilla Advocatus. Volumen 11 No. 23. p. 205, 2014
7 ESPINOSA-SALDAÑA BARRERA, Eloy. “Módulo Autoinstructivo del Curso Derecho al Debido

Proceso”. Lima, Academia de la Magistratura. 2005, p. 31.


o fundamento de la declaración de voluntad privada. Dice Busso: “cómo un fin futuro
puede ser causa de un acto, que, en consecuencia, sería anterior al fin, ha dado lugar
a confusiones, pero se lo explica con facilidad observando que la verdadera razón
determinante del acto es la representación mental que del fin tiene el sujeto, y esa
representación es anterior al acto”8. No obstante, pueden llegar a existir actos
jurídicos particulares que, por falta de justificación, sin violar necesariamente
derechos fundamentales lleguen a vulnerar otro tipo de derechos, y que igualmente
deban ser protegidos por los jueces en acciones ordinarias. Dicha afectación podría
tener como característica el abuso del Derecho por quien los expide. Podría ser el
caso de quien sin justificar suficientemente hiciere un testamento lesivo a una
persona. O cuando alguien deshereda a otra sin justificación.

A partir de todo el desarrollo conceptual que se llevó a cabo durante la realización de


este trabajo se puede concluir que, la motivación debe contener unos fundamentos
que expresen suficientemente el proceso lógico y jurídico de la decisión y obedecen
a la necesidad de que llegue a conocimiento del administrado o ciudadano para la
correcta defensa de sus derechos, por ser ésta vía la única manera de poder detectar
la motivación de una decisión y oponerse a la que entiende supone un motivo de
arbitrariedad de los poderes públicos o de alguna persona con autoridad de resolver
una petición proscrita en la Constitución, como garantía inherente al derecho de
defensa que la misma eleva a la categoría de fundamental. En el caso de los actos
jurídicos de los particulares, es preciso avanzar más en el requerimiento de que los
mismos estén justificados, a fin de que por esa vía, y en ejercicio del abuso del
derecho, no se violen los derechos de otras personas.

8 BUSSO. “Eduardo, Código Civil Anotado.” EDIAR, Buenos Aires, 1944-1951, p. 116

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