Sunteți pe pagina 1din 101

De susurros y susurradores

EDUCACIoN
POPULAR

De susurros y susurradores
Mirta Colángelo
Para Dalila, mi bella nieta susurradora

Mi agradecimiento a los artistas que generosamente


impulsaron la publicación de este libro:
a Juan Lima
a Cecilia Bajour
a Paula Coscia

y a todos los que andan regalando susurros por acá y por allá.
Índice

Prólogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
De susurros y susurradores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15
El susurro y la palabra poética . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15
La novedad del susurro y el plus que aporta
a la mediación de poesía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24
El rol de los mediadores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28
La selección de los textos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32
El susurro como una nueva forma de mediar poesía . . . . . . . . 34
El descubrimiento: Les souffleurs . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 36
Algunas opiniones acerca de esta práctica . . . . . . . . . . . . . . . .41
Casi un cuaderno de bitácora . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 47
Pequeñas crónicas de algunos itinerarios
por los que anduve desde los comienzos . . . . . . . . . . . . . . . . . 47
La Educación por el Arte, el camino . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 47
Jornadas de Educación por el Arte de Laprida . . . . . . . . . . 49
Jornadas de Educación por el Arte de “Galera Sol”,
La Reserva, Campo ubicado en Capilla del Señor,
Provincia de Buenos Aires . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51
Susurros en un cumpleaños . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 56
Susurros en la cola . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 57
Historias de taxistas (1) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 59
Historias de taxistas (2) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 60
Susurros en otros espacios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 60
El Día Internacional de la Mujer en el Rosedal . . . . . . . . . . 65
Sembrando susurros en los encuentros
del Programa “Placer de leer” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 68
Susurros colectivos en el Seminario Internacional
de Literatura Infantil y Juvenil “Placer de leer” . . . . . . . . . . 70
Susurros de despedida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .74
Alegrías en la Feria Internacional del Libro
de Buenos Aires, abril de 2008 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 75
Susurros por radio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 77
Susurrando por el barrio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .77
Nanas y susurros:
En un taller de nanas el susurro se hace canción . . . . . . . . 80

Encuentros internacionales de Narración Oral
en la Feria del Libro de Buenos Aires . . . . . . . . . . . . . . . . . 83
Una tardecita en el Ferrowhite Museo taller . . . . . . . . . . . 84 Prólogo
Susurrándole al “fugitivo” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 85
Cartografías del susurro. Otros itinerarios . . . . . . . . . . . . . . . .89
Palomar de Eduardo Galeano . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 89 Poesía, silencio, complicidad, secreto, escucha, encuentro,
Grupo “Color susurro” de Córdoba . . . . . . . . . . . . . . . . . . 90 sorpresa, ráfaga. Hallazgo.
Asociación chicos de Rosario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 96
Manuel López susurra en Jujuy . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 100
Susurrar y ser susurrado: un vínculo sensible sostenido
La grieta, La Plata . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 103 por aire poético en movimiento.
Asociación La vereda, Buenos Aires . . . . . . . . . . . . . . . . . 108 El arte de susurrar por medio de “susurradores” o “rui-
Colegio Sarmiento de Buenos Aires . . . . . . . . . . . . . . . . . 116 señores” (tubos de cartón transmisores de poesía murmu-
Más de Córdoba: Palomar de Cecilia Bettolli (cedilij) . . . 120 rada), un modo de intervención poética nacido en Francia,
El susurro sangriento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 121
es sin duda una idea para Mirta Colángelo, sutil e intensa
edelij, Mendoza . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 124
Susurradores del pago de los Arroyos . . . . . . . . . . . . . . . . 132 educadora por el arte, buscadora original de semillas de
Taller municipal de Coronel Dorrego . . . . . . . . . . . . . . . . 139 redes estéticas. Así lo sintió ni bien lo supo, del deslum-
Tres crónicas breves . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 140 bramiento al acto. Pasar ella misma por la experiencia, po-
En el jardín de infantes de Monte Hermoso . . . . . . . . . . . 143 ner el cuerpo y la poesía atesorada en tono de susurro fue
La alquimia del verso seduce a los narradores . . . . . . . . . . 144 y sigue siendo vital para el desparramo fértil que sobrevi-
La poeta Marisa Negri susurra e invita a susurrar . . . . . . . 155
Susurrar en el II Festival de Poesía en la Escuela,
no y no deja de arborecer a la luz de su impulso.
Escuela Especial Portal del Sol . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 156 En esa apropiación creativa se encontró maravillada con
SusurrArte, La banda del susurro, Bahía Blanca . . . . . . . . 160 un nuevo camino para lo que ella denomina certeramente
Susurros en la Biblioteca Pan y Rosas de Bahía Blanca . . . 165 “mediar poesía”. Mucho de lo sabido, creado y madurado
Susurros en Brasil . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 168 sobre educación por el arte (poesía mediante) de pronto
Susurrando en Barcelona y en Michigan . . . . . . . . . . . . . . 170
podía pasar a través de un tubo de cartón y renacer multi-
Una selección no excluyente de textos para susurrar . . . . . . . . . . 175
plicado.
Coplas anónimas para susurrar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 188 “Mediar poesía”, al leer a Mirta en este libro y al ver a
Las coplas copleras de los chicos del taller. Cuentos con sol . . . . 189 los susurradores en acción, es una apertura a nuevos signi-
Bibliografía a modo de consulta y orientación ficados en las prácticas de experiencia y promoción de la
Para seguir leyendo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 197 lectura refrescando y a la vez profundizando un hacer que
si no se reinventa y se piensa a sí mismo, siempre corre el

|  11
peligro de cristalizarse o acomodarse acríticamente en las la acción de susurrar en un activismo superficial que se re-
buenas intenciones. duce a lo vistoso dejando en un segundo plano la centra-
Las reflexiones sobre la mediación poética en las prácti- lidad de la palabra poética. La alianza de lo lúdico con lo
cas susurrantes que propone Mirta en el inicio de este libro poético no implica alivianar la potencia de lo que está en
revelan múltiples saberes y microdecisiones de los cuerpos juego. De ahí el acento significativo que Mirta pone en la
y las almas que se disponen a ser atravesadas y sorprendi- calidad de la selección poética como nutriente básico de
das por la poesía, tanto desde el que susurra como desde encuentros comprometidos con el otro. Si se quiere más
quien es susurrado. La voz atenuada por las tonalidades evidencia sobre esta convicción, De susurros y susurradores
del susurro vibra en dirección a una escucha que se sor- es también un tapiz de bellos textos poéticos enhebrados
prende mostrando su perfil. Quienes tienen la ocasión de en las reflexiones de la autora y en las narraciones de ex-
ser espectadores de ese secreto de a dos (a veces, muchos periencias susurradoras. El anexo con una selección “no
“dos” conviviendo en un mismo espacio intervenido) se excluyente” de textos para susurrar, planteada como invi-
encuentran con una ocasión singular de vivir el susurro. tación y camino abierto, es otro signo elocuente del lugar
Las fotos con escenas de susurros contenidas generosa- dado al acto de elegir para uno mismo y para otros. En los
mente en este libro son muestra elocuente de esa belleza territorios de la mediación de lecturas, el tiempo y el es-
en voz baja. Mirar la escucha de otros es otra manera de pacio dedicados a buscar, calibrar e intercambiar sobre lo
ser protagonistas de esta celebración poética. hallado constituyen el prólogo necesario para el espesor
La puesta en voz por medio del susurro es, en las pala- de la acción del susurro. Es una de las claves formativas del
bras y en la acción propuestas por Mirta Colángelo, una arte susurrante.
invitación a reencontrarse con la oralización de la poesía, Así como la experiencia de susurrar es un hacer íntimo
gesto que estaba en su origen y que vuelve así al aire, retor- y a la vez social, con hondas implicancias en contextos di-
no a la respiración sonora que espera en las páginas escri- versos, en particular aquellos vulnerados por distintas for-
tas o en los nidos de la memoria. mas de exclusión, este libro es consecuente con el carácter
La sensibilización poética de quienes buscan y deciden colectivo de este modo de mediar. Mirta decide sumar a su
ser mediadores de poesía encuentra en este libro una fun- voz múltiples voces que desde distintos lugares de este país
damentación necesaria y poéticamente dicha. Mirta Co- y de otros testimonian con relatos e imágenes el impacto y
lángelo muestra que es posible transmitir conocimiento las transformaciones vitales y estéticas que conmueven a
con poesía. susurradores y susurrados. Esta apuesta coral del susurro
Que “la poesía es cosa seria” es una afirmación con con- habla de una política de la posibilidad poética en la vida
secuencias si se la lee en su agudo sentido. Actúa como de todos. Aquí destella la veta democratizadora del susu-
alerta ante los peligros de banalización, de conversión de rro como valorador sensible de un tono de habla, el de los

12 |  Prólogo De susurros y susurradores  | 13


“callados”, “los que no se animan”, los que sienten que no ❀
pueden. El susurro da voz a todos en tono de poesía.
En los testimonios vibrantes y poéticos que dialogan
con la voz de Mirta aparece una y otra vez el despliegue de De susurros y susurradores
apropiaciones originales del arte de susurrar. Un arte que
suscita creatividades múltiples tanto en lo que hace a la
puesta en escena como a los instrumentos intervinientes:
susurradores, atavíos, modos de transmisión, los mismos
textos. Es interesante ver cómo en distintos espacios edu- El susurro y la palabra poética
cativos, artísticos y sociales los textos susurrados son resig-
nificados a partir de las visiones y necesidades convocadas “Desde niño busco el soplo de la palabra que da vida a los
por la materia artística y sus especificidades. Esto habla de susurros”, dice Clarice Lispector en su novela Un soplo de
la amplitud de los alcances de la actividad susurrante que vida (Siruela, Madrid, 1999). Y no creo que haya sido ca-
tiene la virtud de llegar a lugares insospechados e invitar a sual que este extraño texto donde la autora brasileña in-
una mirada extrañada y profundizadora sobre lo hecho y daga sobre la idea de creación haya vuelto a caer en mis
lo posible. manos en este tiempo en el que estoy reflexionando sobre
Mirta Colángelo cuando habla de poesía, arte y vida, el susurro como una nueva manera de mediar poesía.
suele usar una bella y rara palabra: asomo. A partir de la afirmación bíblica: “En el principio fue el
Asomo y asombro, palabras que de tan cercanas casi se verbo”, la idea de creación como el soplo vital de la pala-
tocan. bra aparece reiteradas veces en la obra de Lispector y se-
Esa cercanía, asomada y asombrada como en un susu- guramente alguna vez dio vuelta por nuestras cabezas. Me
rro, es la que promete el intenso itinerario de este libro. detendré en el fragmento en que la autora dice: “Ella me
sopla en susurros lo que es y si por falta de acuidad mía no
Cecilia Bajour, julio de 2012 la oigo pierdo su persona”.
En estas reflexiones, que no dejan de ser una hipótesis
en la que estoy trabajando, me voy a permitir considerar
que la palabra que sopla en susurros lo que es, es la pala-
bra poética. El oyente será pensado a través de su disponi-
bilidad de recepción, estimulada o no por el desarrollo de
su sensibilidad y por la apetencia que el texto seleccionado
ejerza sobre él.

14 |  Prólogo |  15
Y el mediador como puente sensible, un invitador a lo Sin duda creo que susurrar inaugura una nueva manera de
desconocido, que selecciona según sus hallazgos, saberes mediar poesía.
y predilecciones, y como tal, es el responsable de que esa
pérdida no se produzca. La palabra poética
Abierto el tema a otras tantas indagaciones, abordaré
brevemente algunas cuestiones, convencida de que susu- Palabras
rrar es un arte de encantamiento. Un arte que cautiva por Estas palabras quieren ser
dar lugar privilegiado a lo sensible en un gratificante in- un puñado de cerezas,
tercambio donde lo poético tiene preeminencia. un susurro –¿para quién?–
La palabra poética, como verbo en movimiento animán- entre una y otra oscuridad.
dolo, habitándolo y nombrándolo, hace existir al susurro. Sí, un puñado de cerezas,
El susurro, que privilegia el aspecto fónico del lengua- un susurro –¿para quién?–
je, posibilita la emergencia de un mundo enriquecido que entre una y otra oscuridad.
subvierte los ordenamientos. Al susurrar se establece un
pacto de secreto entre lo que se va ofrecer y lo que se acep- Jorge Teillier, Para un pueblo fantasma, Cruz del Sur, 1978
ta, sin saber claramente a priori qué sucederá. Susurrar es
develarse, hacerse transparente ante los ojos de los demás. Inasible, indefinible, la poesía. Sólo se pueden aproximar
La que acciona es la poesía. Ella es la que seduce convir- algunas ideas para decir de ella, algunos arrimos.
tiendo a la palabra en exhibición en pos de la conquista de ¿Acaso se pueden definir el amor, la muerte, la música,
un otro que en el placer de oír se somete voluntariamen- el dolor, el sueño?
te. Hay en esta práctica un pronunciamiento a favor de un ¿No será que se trata nada más que del deseo de apre-
arte que recupere la experiencia sensorial y el lenguaje hender lo inasible, la fantasía de querer abarcar desde lo
como flujo de lo poético. Lo que se trasmite es percibido ínfimo a lo inabarcable presente de todos los modos en la
por el oído, no puede ser leído. Cuando susurramos da- poesía?
mos lugar a una revalorización de la oralidad representada Atrapada, devorada por las voces de los poetas se mez-
en un cuerpo que habla por una voz que brota de él. Lo clan con mi voz las de ellos, que ineludiblemente reclaman
que se transmite por el cuerpo es siempre más fuerte que participar de estas reflexiones. María Negroni, poeta y crí-
lo que se transmite por el intelecto. Y la voz, como un es- tica argentina, se pregunta:
pejo corporal, se proyecta más allá del cuerpo… Susurrar
es hacer posible una especie de deslizamiento hacia el es- ¿Es la poesía, en una civilización tecnológica, un arte
pacio de lo extraordinario, de la perplejidad, del misterio. anacrónico? ¿Está destinada a desaparecer o a caer en

16 |  De susurros y susurradores De susurros y susurradores  | 17


desuso allí, donde las artes caminan a pasos agigantados ¿La poesía es manifiestamente inútil?
hacia la integración y la transformación ganándose el
fervor y los entusiasmos del público? ¿Acaso retiene en El poeta italiano Eugenio Montale provocó al auditorio
una sociedad como esta, alguna función estética o políti- cuando al recibir el premio Nobel de Literatura en 1975
ca? El poema se contesta. Entre dubitativa y esperanzada dijo que se había dedicado a producir poesía, un produc-
juega su carta, a riesgo de tornarse un vehículo acrítico y to inútil pero casi nunca nocivo, y que ese era uno de sus
descalificado de expresión, se hace eco de los reclamos y títulos de nobleza. En su libro de ensayos La pequeña voz
en esa misma medida apuesta su capacidad de aprehen- del mundo, Diana Bellessi parece coincidir con esta idea de
sión sensible en un proceso que puede transformarse en Montale cuando sostiene que “la poesía es una voz que no
un modo de conocimiento y comunicación colectivos. desecha lo inútil, se alimenta de lo que la gente dice y deja
(Ciudad Gótica. Ensayos sobre arte y poesía. Nueva York oír esa pequeña voz”.
1985-1994, Edit. Bajo la luna, 2007) Sea cual fuere lo que pensemos creo que la poesía esta-
blece una relación de unidad y de totalidad con el mundo.
Alejandra Pizarnik dice que la poesía es “ese lugar donde Es una forma de conocimiento. Se opone a las demostra-
todo sucede”, ya que “en el poema toda palabra dice lo que ciones, desconfía del razonamiento, las explicaciones que
dice y además más y otra cosa”. Gandhi afirma que “es la se dan no la manifiestan, sorprende, trastoca, interroga,
política permanente del espíritu”. Saer la nombra como provoca rechazos, seduce, enamora.
“un sistema de relaciones” y Dylan Thomas, irreverente y Por su carácter eminentemente polisémico se cruza con
delicioso, asegura que “es aquello que me hace reír o llorar la polisemia de la realidad. La poesía elige, se resigna o per-
o arrepentirme, que hace relucir las uñas de mis pies, que mite una forma de aproximación oblicua hacia aquello a
me hace esto o aquello o nada”. Para Octavio Paz, es “la lo cual convenimos en llamar mundo. Busca el revés de las
otra voz”; “el antídoto de la técnica y el mercado”. Coinci- cosas, lo oculto, la ambivalencia, y está emparentada con lo
diendo con Olga Orozco, creo que “la poesía existe para abierto, con la posibilidad. Ella, “la que fuego es”, como la
que no muera la pregunta”. Roberta Iannamico, joven poe- nombra Haroldo de Campos, es la que abre el juego.
ta bahiense, asoma su asombro y recupera otro concepto
que habita también en el pensamiento de otros poetas: la Habito la posibilidad
poesía es un modo de estar frente al mundo: “Yo le digo una casa más bella que la prosa
poesía no al género literario sino a lo que está detrás de más numerosa en ventanas
eso, antes que se convierta en palabras. Una forma de ser, superior en puertas
ver, sentir, ver pasar”.
Emily Dickinson (Poemas, Visor libros, 1986)

18 |  De susurros y susurradores De susurros y susurradores  | 19


En el poema las palabras resisten, exponen involuntarios que han olvidado el secreto,
significados, tienden trampas, se reinventan. El poema re- la línea, el nombre
húye de los lectores pasivos, provoca a los que hacen fun- del poema. Las amo
cionar los textos desde el deseo. Hecha de lenguaje, ideo- por encontrar
logía y experiencias; hecha también de recortes del habla, lo que no puedo encontrar
leerla es una provocación para leer lo que no se ve; es ex- y por amarme
trañarse en el misterio, es leerse a uno mismo. Cuando ac- por la línea que escribí
ciona puede generar imprevisibles asociaciones donde no y por olvidarse de ella.
sólo importa lo que dice sino también lo que calla. Como De modo que mil veces
toda tarea artística requiere procesos de pensamiento par- hasta que la muerte las encuentre,
ticulares, habilidades para aceptar lo diverso sin reglas pueden descubrirla otra vez
convencionales. en otras líneas
en otros sucesos
El secreto y por desear saberlo,
por el asumir
Son atributos de la poesía el secreto y el misterio. que allí hay
La poeta Denise Levertov habla de ese secreto que pue- una suerte de secreto, sí,
de llegar a descubrirse en una línea del poema y de las con- por eso
tradicciones siempre presentes en todo descubrimiento. sobre todo.

Dos muchachas descubren Es imprescindible considerar asimismo que por ser el len-
el secreto de la vida guaje de todas las excepciones, de todas las transgresiones,
repentinamente en una línea de poesía. la poesía pide una concentración lingüística extrema, por-
Yo que no sé el secreto que hace posible cambiar los límites del lenguaje.
escribí la línea. El poeta chileno Enrique Lihn juega en este poema, de-
Ellas me dijeron senfadado, a pensarla como proceso de creación.
(a través de una tercera persona)
que la habían encontrado Si se ha de escribir correctamente poesía
pero no cuál era no estaría de más bajar un poco el tono
qué línea era. No dudo sin adoptar por ello un silencio monolítico
ahora, más de una semana más tarde, ni decidirse por la murmuración.

20 |  De susurros y susurradores De susurros y susurradores  | 21


Es un pez o algo así lo que esperamos pescar, obra para piano titulada 4’33”, llamada así porque consis-
algo de vida, rápido, que se confunde con la sombra te en cuatro minutos y treinta y tres segundos de silencio.
y no la sombra misma ni el Leviatán entero. El escándalo que produjo en su momento no impide que
Es algo que merezca recordarse dicha composición no sólo sea considerada música, sino
por alguna razón parecida a la nada que sea una de las más importantes dentro de la obra del
pero que no es la nada ni el Leviatán entero autor, el cual “cambió la historia de la música occidental
ni exactamente un zapato ni una dentadura postiza. como pocos lo habían hecho antes” (Etkin, M.)
Haber apostado a la espera, a que “el silencio se apague
Ahora bien, la poesía combina la palabra con el silencio. hasta el silencio” fue toda una provocación.
No hay poesía sin silencio, pero el silencio no se percibe en Pero además esta obra, sostiene Etkin,
el poema como una ausencia de palabras sino como otra
forma necesaria de expresión. Oír el silencio puede impli- introduce un problema fundamental en Cage que es la
car escuchar lo que no alcanza a ser dicho, silenciar el pro- presencia de lo otro. Cuando hablamos de desdibuja-
pio deseo para poder escuchar el del otro, entender que los miento de los límites de la obra, estamos hablando de
silencios son parte de la melodía del discurso. la posibilidad de introducir cosas que están fuera de
ella (…) Desde el punto de vista tradicional del sonido,
[…] el poema no está hecho solamente de palabras. Está en esos 4 minutos y 33 segundos no hay nada. Entonces,
hecho, también, de silencios, como la música. La música ‘lo otro’ pasa a ser el público, y la obra es hecha por los
no es sólo sonidos: el sonido constante, permanente, no otros. Los ruidos producidos por el público constituyen
sería música. El sonido y el silencio. La palabra y el silen- finalmente el contenido sonoro de la pieza (…) O queda
cio. Por eso Paul Claudel dijo alguna vez: Mi poema no la duración, como único material de la obra en sí, o que-
está hecho de estas palabras puestas como clavos sobre un da lo otro, lo que se produce en el público.
papel. El poema está hecho también de los silencios que
rodean a esas palabras… Si el silencio introduce la presencia de “lo otro”, lo que está
(Roberto Juarroz, Poesía y creación. Diálogos con Guiller- fuera de la palabra, “aquello Otro de uno que en uno mis-
mo Boido, Ediciones Carlos Lohlé, 1980) mo calla”, sostiene el ensayista y poeta Santiago Kovadloff,
también produce, inevitablemente, “ruidos” del lado del
Aun si ocupa todo el espacio comunicacional, el silencio es que está percibiendo ese silencio. La poesía recupera la va-
parte de la palabra, como en música es parte de la música, lorización del silencio. Es, y regreso a la palabra del maes-
como afirma el poeta Juarroz. Incluso si lo invade todo. En tro Juarroz, “ese algo misterioso que está entre la palabra y
1952, el compositor norteamericano John Cage estrenó una el silencio”.

22 |  De susurros y susurradores De susurros y susurradores  | 23


La novedad del susurro y el plus que aporta Performance y susurros
a la mediación de poesía
¿Es la palabra la prolongación oral del pensamiento? Qui-
El susurro compromete el aparato fónico e involucra no zá esta prolongación habite significativamente en la voz
sólo a la mente sino al cuerpo todo, ya que se produce en- poética. Voz que puede alcanzar una amplísima llegada
tre el que susurra y el susurrado un acercamiento senso- no sólo individual sino colectiva, ya que la poesía es una
rial. Al privilegiar este aspecto, la palabra poética deviene de las formas del arte que más significa y convoca. Paul
entre soplido y sentido, dando espacio a lo más tenue del Zumthor, semiólogo y crítico suizo defensor de la existen-
lenguaje. En el momento de susurrar habitamos la sensi- cia de una poética oral, enunció una teoría sistemática de
bilidad del que es susurrado apostando a la economía del la oralidad. Para él, la literatura oral acciona una fase diná-
habla, ya que la brevedad es la condición necesaria de la mica en el proceso de la comunicación. La incorporación
elección del texto a ofrecer. Y esta elección no necesaria- del concepto de performance desarrollado por Zumthor,
mente tiene que estar ceñida a un poema entero. Peque- creo que se vincula con el acto de susurrar. Ambos son ac-
ñas citas, fragmentos, impregnan al acto de un dinamismo ciones por las que un mensaje poético es simultáneamente
que colabora en la llegada del poema susurrado y propicia transmitido y percibido aquí y ahora. En las dos prácticas,
que el oyente pueda ver todo con otros ojos, emocionarse, los emisarios –el locutor en la performance y el mediador
desear otros encuentros con los textos, con los autores. El en el susurro– aparecen como confrontados. En la acción
poema es anticipado por una voz silenciosa, de aceptación: coinciden los dos ejes de la comunicación social: el que
la que recibió la lectura previa de los poemas que hizo el une al locutor/mediador con el autor, y aquel por el que
que susurra. En algunas ocasiones grupos que están susu- se unen situación y tradición. Dado que la poesía oral in-
rrando por el país, particularmente el grupo “Color susu- cluye transmisión y recepción, necesita la participación de
rro” de Córdoba y “SusurrArte, la banda del susurro” de por lo menos un par: un emisor y un receptor. En el susu-
Bahía Blanca, incorporaron una variable interesante. Unos rro este requerimiento es necesario y suficiente, mientras
instantes de silencio previo, dos susurradores proponen que en la performance aumenta el número de receptores.
susurrar a una misma persona, uno anticipa el texto del Orientada simultáneamente a dos sentidos de los recep-
poema emitiendo un sonido suavísimo que imita el ulu- tores, la vista y el oído, la poesía oral necesita también de
lar del viento y el otro dice sobre este sonido el poema. En la voz, del gesto y de la actuación; de un tiempo estricta-
otros casos hay un susurrar simultáneo del mismo poema. mente presente y de un espacio adecuado. El susurro di-
Emisión que se armoniza a través de una cuidadosa com- fiere de la performance por ser una intervención íntima en
plementación de las voces de los dos emisores. un marco colectivo, teniendo como elementos comunes
con ella la inclusión de la transmisión y de la recepción.

24 |  De susurros y susurradores De susurros y susurradores  | 25


La acción es entre dos y el vínculo que se establece es inte- P. Zumthor (Introducción a la poesía oral, Taurus,
rindividual e intersubjetivo. Susurrar es esgrimir la poesía 1991)
como un asunto de contacto personalísimo, único. En la · El placer que provoca la poesía oral por su potencia-
puesta en escena, el marco social lo dan las otras personas ción expresiva.
que asisten a ese acto en el que el pasaje de lo poético in- · El sentido de inmediatez del acto, que asume tanto
cluye la voz en una gradación mínima y, como dije, com- en la performance como en el susurro un carácter
promete a todo el cuerpo. La palabra se mimetiza en un instantáneo dotado de espontaneidad y transparen-
cuerpo que habla en un puro presente, y la voz es la que cia que le otorga vida a la palabra.
toma la palabra. El vínculo que se establece entre los dos · El accionar de la voz en el que intervienen la entona-
participantes no es un vínculo puertas adentro y, aunque ción, las pausas, el timbre, los silencios, y compro-
así ocurre, se trata de un “puertas adentro” social. Suce- mete al cuerpo: el gesto y el movimiento.
de como una intervención íntima en un marco colectivo. · El papel del emisor como presencia que selecciona
Por ello la tendencia a armar bandas de susurradores que la obra a transmitir, posibilitando que el oyente se
celebran colectivamente esa fiesta de dúos que implica la transforme en un recreador del universo poético
acción de susurrar. que se le transmite según sus propias configuracio-
Considerando los conceptos de Zumthor, la cercanía nes interiores.
entre performance y susurro, prestigiando la transmisión
poética a través de la oralidad, es mayor en cuanto se con- Cosa seria esto de susurrar
sideran aspectos profundos que fundamentan estas prác-
ticas. Al susurrar, una buena parte del vínculo que se constru-
ye está sustentada en la confianza en la recepción poética,
· El pasaje de los textos hace de una comunicación en la aceptación de la sorpresa por parte de los que son
oral un objetivo poético con identidad social que susurrados, en la espera de una posibilidad de intervenir.
confirma el poder del arte. “Ese texto se convierte “Hay un momento en que el poema se va haciendo con el
en arte, en el seno de un lugar emocional, manifes- cuchicheo. Una palabra se te acerca al oído; te declara su
tado en performance, y de donde procede y a donde oyente”, dice Arnaldo Calveyra (Poesía reunida, Adriana
tiende la totalidad de las energías que constituyen Hidalgo, 2008).
la obra viva. Eso sucede con la performance que, de Tiene que quedar claro que en esta práctica está exclui-
una comunicación oral, hace un objeto poético, con- da la banalización del hecho poético. La acción de susurrar
firiéndole la identidad social en virtud de la cual se tiene que ser ajena a toda variante lúdica o de animación.
percibe y declara como tal”.

26 |  De susurros y susurradores De susurros y susurradores  | 27


No la mueve ninguna intención de rentabilidad inmediata en su capacidad creativa y de ensoñación. Se ofrece a tran-
ni de ligero divertimento. sitar lo imaginario, a despertar el deseo y el conocimiento,
Tampoco incluye a la narración ni al contar que tienen a habitar la morada secreta del que es susurrado como una
un devenir, un tiempo que no es epifánico. Un tiempo que presencia viva. Este gesto inaugura para la práctica una es-
es de otro orden, no del orden del susurro donde el medio, pecie de rodeo en el que se ejerce una tarea de seducción
la situación y la temporalidad invitan a lo breve combina- para el que escucha. Se habilita el deseo de nuevos encuen-
do con la intensidad. tros con los poetas, con los poemas. Algo así como aceptar
a priori los riesgos que los encuentros pueden provocar.
Me parece interesante el concepto de rodeo o de atajo
El rol de los mediadores del que habla Michèle Petit porque creo que es posible
pensarlo como una estrategia del que media poesía a tra-
¿Qué rol juega el mediador que en esta práctica nombra- vés del susurro. Petit sostiene que: “el rodeo es una necesi-
mos como “el que susurra” y qué expectativas genera en dad antropológica, psíquica, y más aún en tiempos críti-
“el susurrado”? El mediador se desafía, interviniendo casi cos. Es esencial para el pensamiento y la creatividad. Dar
siempre en diferentes espacios callejeros –fundamental- rodeos o tomar desviaciones puede, también, constituir
mente en espacios de libertad– a enfrentar tanto el ruido un preámbulo indispensable a todo verdadero aprendiza-
mediático como el mutismo que paraliza, ofreciendo una je” (Lecturas: del espacio íntimo al espacio público, Fondo de
experiencia fónica particular y poco frecuente. Es el que Cultura Económica, 2001).
pone en voz al poema. Murmura la palabra, la susurra,
pausada, expresivamente. Es el pulsador de las marcas del ¿Y si me lo pierdo?
texto: su musicalidad, su ritmo, su sintaxis se encarnan en
su voz al esgrimir un gesto de abrir algo hacia lo descono- La práctica del susurro requiere sensibilizar a los mediado-
cido. Los poetas se metamorfosean en su voz en seres ha- res como lectores de poesía. Ellos son los que seleccionan
blados por otros. el material poético a susurrar. No haber tenido acceso a
En tiempos de profunda transformación de la escucha y experiencias lectoras de sensibilización que los hayan gra-
en los que se prestigia la comunicación globalizada, el que tificado, perturbado; haber abordado los textos literarios
susurra es un provocador delicadísimo. Propicia un inter- con intenciones taxonómicas, teniendo que dar cuenta de
cambio entre dos sólo para gratificar al dúo que partici- interpretaciones unívocas, hace que se pierda, se olvide o
pa sin pretensiones establecidas de antemano. Apuesta al se reprima el deseo de ponerse en contacto con la poesía.
asombro, a la espera de lo que va a pasar otorgando a esta “Perder la persona de la poesía por falta de acuidad”…,
espera otro valor, y confía en la disponibilidad del oyente, como dice Lispector; y acuidad, según el diccionario pue-

28 |  De susurros y susurradores De susurros y susurradores  | 29


de significar agudeza, finura, sutileza, penetración, inten-
sidad; es un riesgo al que está expuesto un no lector.
Los encuentros de mediadores para leer juntos acti-
vando los textos con el tono, la entonación, las pausas o
los silencios de la voz permiten entrar en diálogo con los
buenos autores. La voz de la poesía es singular. No es ima-
ginable decir con el mismo tono una noticia periodística
que un poema. Compartir lecturas es una oportunidad va-
liosísima de conocimiento, de intercambio de lo hallado,
de experimentación, que se gesta en “las bambalinas nu-
tritivas del susurro, clave formativa de la actividad de su-
surrar”, como sugiere Cecilia Bajour. Probar gradaciones
en el decir desde el susurro y el murmullo hasta el grito y
el vocifero hace de la puesta en lectura un acto íntimo en
el que el poema es internalizado porque pasa no sólo por
la voz sino también por el cuerpo. Así la poesía impone
su presencia como soporte sonoro. Volver una y otra vez a
leer poesía apostando al descubrimiento del ritmo, tanto
en los poemas rimados como en los de verso libre, exami-
nando la rima y la métrica, demorándose en los espacios
acústicos que este ejercicio plantea, supone prácticas de
naturalización del lenguaje poético que sobrescriben los
textos al dar una participación activa a los que integran
esa especie de rituales previos al ritual de susurrar.

Niños que susurran.


Experiencia de la narradora Claudia Stella con chicos

30 |  De susurros y susurradores
La selección de los textos mina los signos de puntuación. Su exploración da lugar a
una especie de campos de prueba que los críticos llaman
¿Qué textos? artefactos poéticos y que vale la pena conocer. En sus Re-
flexiones sobre el verso libre, el poeta Eliot dice: “Prescindir
Los textos seleccionados para susurrar son textos breves y de la rima no es un salto hacia la facilidad; por el contrario
de calidad literaria. Una buena selección de coplas, no de exige una tensión mucho más severa”.
forma exclusiva, pero adhiriendo a la idea de recuperar el Cuando de susurrar a los niños se trata no hay que te-
rito, puede ser una de las elecciones. El rito contiene, con- mer incorporar poemas que no respondan a los mandatos
densa lo simbólico. Actualmente los ritos han perdido su escolares de que siempre deban ser poemas escritos para
nexo con lo sagrado, pero la presencia del símbolo sigue niños. Sostiene Marc Soriano: “Además de la buena poe-
viva en las creencias del folklore que muchas veces son nú- sía que les esté destinada los niños pueden y merecen co-
cleos generadores de la creación literaria. nocer la poesía de autores como Walt Whitman, Petofi,
Elegir poemas cortos o fragmentos de autores potentes Camoens, Pessoa, García Lorca, etc., etc.” Ante estas ideas,
sin privilegiar las rimas, poniendo el ojo en los contem- suele objetarse que estos autores no escribieron para niños,
poráneos con los que pueden armarse las antologías para que sus textos suelen ser difíciles, oscuros. Entonces, Marc
distintas ocasiones. Preparar para cada intervención series Soriano nos acerca las palabras de Juan Ramón Jiménez:
distintas de poemas. La poesía remite a un mundo mul-
tívoco. Puede hacer de la lectura una pasión. Demanda Nada importa que el niño no lo entienda, no lo com-
lectores activos que a partir de mirar el mundo desde dis- prenda todo. Basta que tome el sentimiento profundo,
tintas posiciones hagan que los textos funcionen. Convoca que se contagie el acento como se llena de la frescura del
al oyente desde todos los significados posibles: es palabra agua corriente, del calor del sol y de la fragancia de los
viva. Y esta tiene una urgente necesidad creadora. De ahí árboles; árboles, sol y agua que ni el niño ni el hombre
que cuando al seleccionar sugiero desprenderse de la rima ni el poeta mismo entienden en último término lo que
es porque pienso que esta posibilidad implica un ejercicio significan. (La literatura para niños y jóvenes. Guía de ex-
de ampliación de la mirada que enriquece la selección y la ploración de sus grandes temas, Edit. Colihue, 1995)
expande.
El verso libre incorpora una nueva discursividad que, Y si bien lo ideal es susurrar los poemas de memoria, han
entre otras cosas, está expectante ante los pequeños de- surgido en la práctica distintas estrategias para pasar los
talles e imita al lenguaje cotidiano, no incluye recursos textos sin depender o quedar atados a la recuperación de
tradicionales, se cruza con los discursos sociales, cuestio- la memoria. Tener a mano una libreta con los poemas co-
na los límites entre los géneros, desarticula la sintaxis, eli- piados, guardarlos en bolsillos e irlos sacando para leer.

32 |  De susurros y susurradores De susurros y susurradores  | 33


Esta variable incluye el gesto de algunos susurradores que
después de leerlos los regalan. Se puede incluso agregar
pequeños atriles construidos con alambre al tubo del su-
surrador y allí colocar los poemas, tal como hicieron los
chicos de la escuela “Aire Libre” de San Nicolás.

El susurro como una nueva forma de mediar poesía

El susurro alienta la búsqueda de nuevos caminos, de ma-


neras más sensibles para mediar poesía. Va de cuerpo a
cuerpo, como toda iniciación, de imaginario a imaginario
como si se tratara de otro lenguaje de sabiduría iniguala-
ble y no ajeno a la perplejidad. Inaugura una especie de
viaje que va de la voz del mediador al oído del susurrado:
de misterio a misterio. Para Juan Gelman, esta es la forma
de viaje que elige la poesía:

La poesía viaja del misterio de uno al misterio de todos


y en ese encuentro gana su transparencia. Pasa sin nom-
bre, sin número, ajena al cálculo y la sumisión, corrige la
fealdad y el desamor, abriga en sus tiendas de fuego. En-
tra en el lenguaje como cuerpo, corazón que interroga y
no puede dormir, come los libros de la noche.
El poema se forja en el combate contra lo que no va
a decir y así construye rostros que duran la eternidad de
un resplandor, o de un miedo, una miseria, alguna di-
cha, un recuerdo que despertó y no sabe si va a la muerte
o a vivir. (“Esa realidad invisible”, Diario Página/12, 22 de
enero de 2011) Los pibes de San Nicolás y sus atriles

34 |  De susurros y susurradores
En ese lugar no situable, intangible en el que se confunde
la sensibilidad con la palabra, quizá habite el susurro; una
estrategia de comunicación que supera la comunicación
simplemente verbal; un encantamiento.
A través de las experiencias realizadas en todo el país
acordamos en que en general se instala en los susurrados
la curiosidad o el deseo de conocer otros poemas de los
autores elegidos. En muchas escuelas los alumnos se con-
vierten en lectores de poesía que seleccionan con fervor
poemas para mediar. Los relatos de los que adhieren a esta
práctica dan cuenta de esto.

El descubrimiento: Les souffleurs

Una experiencia que recupera lo sensorial

Primavera de 2007
El correo electrónico de mi amigo, el artista Juan Lima,
decía: “Esto es para vos”, y me remitía a una página de
Internet titulada Les souffleurs. Los sopladores (www.les-
souffleurs.fr). Supe entonces que un grupo de artistas
franceses en el año 2001 decidió hacer algo para desacele-
rar la locura del mundo. Me enteré de que salen con largos
tubos de cartón, de esos que se usan en las sederías para
envolver las telas, a susurrar poemas al oído de la gente. Se
visten de negro, los tubos también lo son, y a veces se ata-
vían con sombreros y esgrimen grandes paraguas debajo
de los cuales susurran a los niños en las calles.
Inicialmente lo hicieron en París, pero después exten-

Melisa del grupo "Color susurro" de Córdoba y su pollera con bolsillos


36 |  De susurros y susurradores
dieron la acción y andan por el mundo susurrando a miles en la inauguración de una muestra en el mac, Museo de
de personas. Arte Contemporáneo de Bahía Blanca. Había mucha gen-
te. Les susurré a unas sesenta personas poemas breves. Sin
Manifiesto de Les souffleurs explicaciones: aparición y desaparición, como sugerían los
franceses. Con espontaneidad, sin decidir de antemano
Susurramos qué poema elegir para cada uno, me dejé llevar por el que
En el silencio de las bibliotecas me sugería el rostro del que iba a susurrarle. Esa posibili-
El zumbido de las mediotecas dad contemplativa me llevó a experimentar una vivencia
El recogimiento de las librerías especular y a la vez transformadora que pienso es la fun-
El zumbido de los salones de libros ción esencial del arte. Y sucedió que algunos se emocio-
El murmullo de los fumadores del teatro naron. Que todos agradecían. Cuando salí del Museo ya
El run run de las filas de espera me sabía irremediablemente destinada a no abandonar
El ruido de las conversaciones de café esa práctica jamás. Esa llamada de transmitir poesía des-
El tumulto de las paradas de colectivo de mi propia esencia significó un ejercicio de crecimiento
El jaleo de los embotellamientos personal donde el cuerpo dejó de estar excluido. Se inició
El barullo de la humanidad la difícil tarea de transmitir armonía, de intentar trans-
El estrépito del universo formar las huellas de la memoria poética que me habita-
Enfrentando así, con la postura provocadora de la ternura, ba en belleza. Conmocionada por la experiencia, llena de
La dificultad del ser humano para enfrentar el mundo preguntas, la devolución de parte del grupo me alentó a
Les souffleurs sostienen que “se inscriben dentro de la evidencia del seguir probando: esa semana recibí doce correos agrade-
parpadeo general del mundo ciéndome el instante. Y así ya llevo cinco años impulsando
usan de la necesidad vital del derecho de irrupción poética esta práctica por todo el país. En este momento puedo de-
practican el arte contra la diversión cir que algo así como una epidemia benignísima se ha ex-
lo esencial contra lo estratégico tendido: en escuelas y bibliotecas, en talleres y espacios de
y capacitación y promoción de la lectura se susurra poesía.
el júbilo contra lo convencional”
¿Tubos mágicos?
La noticia me deslumbró. La idea de susurrar poesía se
instaló en mí. Decidí probar. Me fabriqué un susurrador Horacio Tignanelli, prestigioso educador por el arte, ami-
con un tubo que pedí en una tienda y lo pinté de negro. go entrañable, es astrónomo y titiritero. En una jornada
Yo misma me vestí de negro y salí, expectante, a susurrar que compartimos, contó que en la antigüedad los astros

38 |  De susurros y susurradores De susurros y susurradores  | 39


eran observados con tubos de origen vegetal. Astróno- Algunas opiniones acerca de esta práctica
mos y magos compartían estas ceremonias. Claro que los
magos imaginaban en la luz de las estrellas propiedades ☺
curativas. La operación de cura consistía en enfocar una Liliana Quillay, del grupo “Chicos de Rosario”, se incorpo-
estrella y pasar su luz a la zona que el doliente describía ró a esta práctica en el año 2008.
como afectada. Sostenían que esa luz celestial podía curar
los males del cuerpo y hasta los del alma. Sobre todo era El susurro es una acción poética.
infalible para el mal de amores. Estos tubos, decía Horacio, Invita al encuentro, a detenerse, a escuchar,
fueron el origen de las varitas mágicas. De ahí que se les a disfrutar de la palabra.
agregara una estrella en la punta. Hace posible reconocerse en el otro desde
Laura Forchetti, poeta de Dorrego y practicante del arte la emoción, la sorpresa, el juego.
de susurrar, pregunta: El susurro desecha el grito, la prisa,
la indiferencia, la sensación de inutilidad
¿Probaste alguna vez buscar una estrella con un tubo delgado y largo? de los gestos simples.
Deberías probarlo, poner tu ojo en un extremo del tubo y buscar la estrella En su apariencia de acto mínimo, el susurro
que necesitás. Movete lento, como si acariciaras el cielo, como si tu ojo contiene la fragilidad y la fuerza de la belleza,
fuera tu mano, a tientas en la oscuridad, buscando esa pequeña piedra la que conmueve,
encendida. Si das con ella, si la encontrás, qué celebración será tener la la que le da sentido a la vida.
estrella ahí, en el extremo del tubo, sobre tu ojo, para vos. Robaste la
estrella, por un instante tenés la ilusión de que sólo tu ojo la ve. Atrapada ☺
en el pequeño círculo, en ese delicado disco negro que recortaste, te Anuar Cichero, joven poeta integrante del colectivo “Color
pertenece, es tuya. Probalo. Susurro” de Córdoba, dice:

Pienso en los tubos de los susurradores y creo que ellos Un susurrador es un tubo de
también propician una trémula metamorfosis: la luz de la cartón de dimensión
voz regalando un poema al oído es generadora de placer y, variable, posee dos orificios:
seguro, mitigadora de penas, aventadora de naufragios… por un lado entran palabras,
por el otro sale un poema.
El resultado de ese breve
proceso es una conexión,
ínfima o infinita, entre la

40 |  De susurros y susurradores De susurros y susurradores  | 41


persona que susurra y quien Diálogos del aire
recibe como obsequio el Todas las hojas son del viento.
susurro. Y no sólo eso, Luis Alberto Spinetta
como suelen decir los
manuales de química, la —Un susurrador es una caja vacía.
materia –y su equivalente a —¿Cuál es el mecanismo? On-off- el corazón que se pone a contar los
grosso modo, la energía– se segundos.
transforma. Por consiguiente, —No hay más mecanismo que el aire.
ninguno de los participantes —Pero cuando pasa por la laringe, atraviesa las cuerdas vocales, los
de dicha transformación pliegues tensos –el mar de utilería de las películas– vibran, se rozan,
vuelve a ser el mismo. modelan; la mecánica hace la palabra.
Sus vidas han —No hay mecánica, hay abstracción.
cambiado para siempre, —El susurrador no existe hasta que se llena de aire, transparencia.
aunque probablemente ellos no lo sepan. —El mecanismo se activa con la voz.
—Con el poema.
☺ —Del otro lado está la oreja, ojo que cree en lo que no ve.
Kristel Best Urday, del grupo “La grieta” de La Plata, sos- —Como si le enseñaran una oración.
tiene: —O el silencio.
—Puro fraude.
Un susurrador no sólo es un objeto, sino también una voz y una voluntad. —Acaso un sueño.
A través de los susurradores detenemos el tiempo, creamos otro tiempo: —Ahí no hay nada.
el de la poesía; generamos intimidad, emoción y encuentro en medio de —Y lo que pasa se desvanece.
la calle y de la rutina apurada. —A la poesía se la lleva el viento.
—Entonces, ahora mismo.
☺ —Como si te señalara un pájaro sobre las nubes.
Y para Laura Forchetti, el susurrador dialoga con el aire: —O las nubes mismas sobre tu cabeza.
—La que va para el sur tiene forma de barco.
—Arrastra sirenas, una silla, un rostro que no reconozco.
—El anillo de humo escribió tu nombre.
—No alcanzo a leerlo.
—Basta que me creas, el mecanismo está activado, sucede.

42 |  De susurros y susurradores De susurros y susurradores  | 43


—Cuando era chica me llevaba un caracol al oído. —Todo misterio o centro del misterio es.
—El mar estaba ahí. —Abrís los ojos debajo del agua, hay otro mundo.
—La poesía. —Contenés la respiración, dura un par de minutos, un destello.
—Recupera la calle, el tacto, el secreto. —El pestañeo de un sueño o el amor.
—Vuelve a ser música, ponerse una boca, una respiración, la fragilidad —Todo el día viví tras ese sueño y el tiempo no tenía ninguna
de una memoria. importancia.
—Por una vez. —Lo contiene la madrugada de la reina de la noche.
—No te lleves más de lo necesario. —El susurrador es una caja infinita.
—Como si fuera lluvia.
—La sed.
—Un sorbo, dejar que vuelva, que arda la garganta, pida más.
—Que busque.
—Multiplicación de los panes.
—Nadie debe pagar por la belleza.
—El alimento.
—Mi boca no me pertenece, ahora se va tras esa oreja.
—Pero es tu boca la que multiplica.
—El aliento que modela la boca dice las cosas.
—Las reparte.
—Tras otra oreja se va.
—Un insecto que anda por las flores, lleva prendida la poesía, los
granos amarillos.
—Tu boca que dice y abandona.
—Soy de todas, tengo tanto que hacer.
—La caricia perdida que se funde en el viento.
—Voy recogiendo los versos de uno en uno que sembraron mis
hermanas, mis hermanos.
—¿Cómo sabés cuál es para mí?
—Escucho a mi corazón, leo en tus ojos.
—No dijiste nada de la luz todavía.
—El susurrador es una caja oscura.

44 |  De susurros y susurradores De susurros y susurradores  | 45


Casi un cuaderno de bitácora

Pequeñas crónicas de algunos itinerarios


por los que anduve desde los comienzos

Estos comentarios o anécdotas simples –casi patrimonio


de la oralidad– no pretenden seguir un orden temporal
riguroso ni temático. Son relatos breves de sucedidos que
se fueron dando y confirmaron la necesidad que todos te-
nemos de ser rozados por la resonancia de la lengua que
habita en el poema.

La Educación por el Arte, el camino

Soy educadora por el arte. Desde hace muchos años coor-


dino talleres de poesía para docentes por el país. Y mis
propuestas de trabajo incluyen integración de lenguajes.
Pienso que somos seres implicados en los lenguajes. Creo
que el arte en general plantea mundos complejos y riquí-
simos que no necesariamente son difíciles pero en los que
hay que colaborar para que se construyan. Una educación
que lo priorice estimula los procesos y mecanismos de la
creatividad que aparecen cuando se activan las condicio-
nes potenciales que habitan en todos los seres humanos.

|  47
Barre con el prejuicio de que la creatividad es patrimonio sivas o imprevistas que propician reacciones positivas en
de algunos elegidos o que es sólo el resultado de la inspi- los implicados en el proceso de aprendizaje. Suelen liberar
ración. Valoriza la sensibilidad y la libertad de lenguajes los miedos, las inhibiciones, produciendo goce, bienes-
como posesiones valiosas que merecen ser desarrolladas. tar. La construcción de un espacio confiable es la primera
Su práctica desinhibe los bloqueos y las resistencias expre- construcción necesaria en la Educación por el Arte.
sivas, deconstruye los miedos y propicia ocasiones de en- Un espacio que llegue a ser memorable porque garan-
cuentros inéditos. Hace que los implicados en el proceso tiza que allí todo puede ser dicho, dibujado, pintado, dan-
se sientan en confianza, aunque provengan de contextos zado, musicalizado y tanto más. Y en el que los que par-
sociales desfavorables. Da lugar a la invención libre, azaro- ticipan no teman equivocarse, refutar, hacer el ridículo.
sa, al extrañamiento, al azar. Andando por este camino sigo aprendiendo, sigo buscan-
En la Educación por el Arte, educación provocadora y do, sigo “cambiando figuritas” con los otros.
generadora de placer, se priorizan los procesos sobre los
productos y se incorpora, entre otras estrategias, el juego. • Jornadas de Educación por el Arte de Laprida
Pienso que la metodología va más allá de transitar los ca-
minos del arte, que simplemente es un aprendizaje huma- Octubre de 2007
nizador. Al fomentar la elaboración de sensaciones y per- Como todos los años en plena primavera se realizaron en
cepciones despertando el registro de hechos, situaciones u Laprida, una pequeña ciudad de 10.000 habitantes situada
objetos de la vida cotidiana, conducimos a los implicados en el centro de la Provincia de Buenos Aires, las 19.° Jorna-
a contextualizar las experiencias. das de Educación por el Arte.
Estoy convencida de que la Educación por el Arte am- Estas Jornadas, llevadas a cabo con continuidad como
plía el concepto de educación porque fomenta el derecho único evento de ese tipo en el país, congregaban entre 500
de acceder al dominio de todos los lenguajes de la cultu- y 800 participantes. Se constituyeron en una experiencia
ra; de la propia y de la ajena. Se trata de otra manera de que creció en el tiempo. Imaginadas por Patricia Stokoe y
aprender, de otra manera de enseñar, de transmitir los sa- Sara Quiroga, quienes impulsaron su realización y fueron
beres, en un proceso de construcción en el que se combi- incorporadas al proyecto político de un joven intendente,
nan sensibilización y conocimiento con goce. Sería valioso el arquitecto Alfredo Irigoin.
que las técnicas y las transmisiones educativas formales de Desde el año 1987 la propuesta incluyó talleres de áreas
las artes fueran reemplazadas, aceptando que los procesos artísticas y científicas destinados a personas entre los 10
creativos piden, necesitan espacios no definidos de ante- años y los 90, como decía en la invitación a participar. Yo
mano en los que la transmisión se da muchas veces por coordiné un taller literario desde la quinta Jornada de ma-
vías indirectas. Estas son las que aceptan acciones sorpre- nera ininterrumpida. El lema de las Jornadas era “Regar el

48 |  Casi un cuaderno de bitácora De susurros y susurradores  | 49


arte”. A la entrada de la ciudad habían levantado un sin- ca, Astronomía, Alfarería, Danza, Mimo, Teatro, Murga,
gular monumento a una regadera, símbolo con el que se Literatura, Ciencias, Ecología, Soga, Fotografía, Música,
identificaban las Jornadas. Títeres y otras. Se aseguraba y se proveía de todos los ma-
teriales necesarios para el desarrollo de las actividades
La experiencia confirmó en mí la convicción de la nece- programadas y se organizaban muestras y charlas fuera de
sidad de popularización de la Educación por el Arte. Ella los horarios de los talleres, abiertas a todo público.
posibilita hacer crecer los talentos de modo armónico y En las 19.° Jornadas llevé mi susurrador. En los talleres
en conjunto. Da lugar a experiencias que revitalizan, inte- que coordiné leímos mucha poesía y hubo producción
gran y unifican a los que la practican, independientemen- de textos breves. Presenté el susurrador y hablé de la ex-
te de su condición social o económica. Hace posible que periencia de mediar poesía con él. Los participantes, que
personas de todas las edades interactúen con el entorno eran docentes y especialistas no sólo de literatura sino de
y signifiquen, creen y recreen desde sus propias perspec- otras áreas artísticas, confeccionaron susurradores. Los ar-
tivas a través de propiciar lugares de comunicación entre tistas plásticos colaboraron y los tubos fueron intervenidos
lenguajes artísticos y científicos integrados. Capacita a los con técnicas diversas. Susurramos en la puesta en común
implicados en su práctica para crear y recrear mundos con de los talleres. Éramos más de treinta personas regalando
plena autonomía. Mundos que van dejando pistas de los a los asistentes breves textos de poesía cuidadosamente se-
senderos ya recorridos y que son como alumbramientos leccionada. Pablo Lasala, uno de los músicos, “susurraba”
para otras creaciones. Y tanto más. Bach en su teclado. Los perfiles de los que eran susurrados,
Quiero señalar algunos rasgos que caracterizaron a es- espejos del disfrute. Y el deseo de seguir susurrando insta-
tas Jornadas. Dado que Laprida es una ciudad pequeña lado en los participantes.
con escasa hotelería, toda la comunidad ofrecía alojamien-
to en sus casas a los participantes. Se comía comunitaria- • Jornadas de Educación por el Arte de “Galera Sol”,
mente en las instalaciones de un club y una comisión de La Reserva, Campo ubicado en Capilla del Señor,
vecinos voluntarios cocinaba y atendía a los visitantes con Provincia de Buenos Aires
cordialidad. En la apertura de las Jornadas se proponía un
trabajo expresivo en la plaza central coordinado por los “Galera sol” es un colectivo constituido por un grupo de
especialistas que tenían a su cargo los talleres. Una gran especialistas en la coordinación de talleres de arte y cien-
celebración del encuentro en un trabajo colectivo del que cia que creemos genuinamente en la Educación por el
participaban chicos y grandes. Entre otros, la oferta de las Arte. Todos hemos formado parte del equipo de las Jorna-
Jornadas incluía talleres no sólo de áreas artísticas sino das de Laprida. La mayoría de nosotros trabajó en los Se-
también científicas: Expresión Corporal, Música, Plásti- minarios nacionales e internacionales de imepa (Instituto

De susurros y susurradores  | 51
Municipal de Educación por el Arte), que funciona desde
hace más de 40 años en Avellaneda. Recorremos el país y
el exterior con nuestros talleres, que en muchas oportu-
nidades se dan integrando diversos lenguajes artísticos y
científicos.
El proyecto “Galera sol” es idea de Ana Inés Predan,
quien anteriormente coordinó el área de Expresión Cor-
poral en “La casa del sol albañil”, un espacio de áreas in-
tegradas que fundé en 1986 con Miguel Ángel Carra y
que funcionó durante diez años en Bahía Blanca. Las ac-
tividades incluían, además del área mencionada, Plástica,
Teatro, Música, Literatura y Técnica del Movimiento, y es-
taban destinadas a niños entre 4 y 12 años, adolescentes y
adultos. “La casa del sol albañil”: una casa violeta, con un
patio en el que florecían los jazmines y las lavandas. Un
espacio donde también floreció la lectura. Docentes, bi-
bliotecarios, padres y abuelos recibían orientación biblio-
gráfica y niños y adolescentes participaban de visitas guia-
das, narraciones y actividades de animación. Durante los
años de su funcionamiento se organizaron cursos, talleres,
espectáculos y charlas destinados a docentes y personas
interesadas en la Educación por el Arte, coordinados por
especialistas de nivel nacional. Homenajes a Julio Cortázar
y a Roberto Juarroz, programas radiales para niños y de
poesía para adultos, participación en Jornadas Nacionales
e Internacionales y la realización de las Primeras Jornadas “La casa del Sol Albañil” y sus alquimias
bahienses de Educación por el Arte, se cuentan entre algu-
nas de las actividades que se llevaron a cabo. Disfrutamos
de nutrientes acompañamientos que significaron un apor-
te valioso de capacitación para artistas y docentes de Bahía
Blanca y la zona. Ernesto Camilli, Patricia Stokoe, Graciela

52 |  Casi un cuaderno de bitácora


Montes, Laura Devetach, Horacio Tignanelli, Coco Rome- cio. Música, poesía susurrada, danza y cielos recién descu-
ro, Carlos Gianni, Lidia Blanco, Claudio Hochman, Mane biertos. Cruce, mezclas prodigiosas de arte y ciencia, de
Bernardo y Sarah Bianchi, Gustavo Bombini, María Adelia pensamiento mágico y pensamiento científico, del cuerpo
Díaz Rönner, Gustavo Roldán, Ema Wolf, María Teresa An- cotidiano y el cuerpo del arte, de la palabra y el silencio, de
druetto y el mítico Javier Villafañe fueron algunos de los lo antiquísimo y lo recientísimo.
visitantes.
Cuando se ha puesto una vez el pie del otro lado
El proyecto “Galera sol”, hijo de esta experiencia, fue ar- y se puede sin embargo volver,
mado colectivamente por el grupo de coordinadores. Se ya nunca más se pisará como antes
inauguró en marzo de 2008 con una Jornada de tres días, y poco a poco se irá pisando de este lado el otro lado.
desarrollada en un campo llamado “La reserva”, situado en
Roberto Juarroz
Capilla del Señor, Provincia de Buenos Aires, y que dimos
en llamar “Las lentitudes del otoño”. La propuesta incluyó
No puedo hablar con mi voz sino con mis voces.
talleres de Expresión Corporal, Música, Juego, Acrobacia,
Me embriaga la luz. No nombro más que la luz.
Literatura, Plástica, Astronomía y Telas. La segunda Jorna-
Quiero ver en vez de nombrar.
da, “La sensualidad de la primavera”, se desarrolló con una
propuesta de talleres semejante a la primera, en noviem- Alejandra Pizarnik
bre de ese mismo año.
Allí fue donde, frente a la laguna, una de aquellas no- Las mujeres que trabajan en la cocina de “La reserva” me
ches, Horacio Tignanelli contó, mientras observábamos la prepararon paquetitos con sustancias aromáticas para que
única estrella que titilaba en el cielo nublado, la historia de yo usara en mi taller: canela y pimienta, tomillo y clavo
las varitas mágicas. Después miramos cielos de distintos de olor, cacao y ajo triturado. Manuel me trajo un ramo
puntos del espacio en un planetario montado en el lugar. de romero y de tomillo recién cortados y una magnolia
Y la voz del astrónomo en una mixtura de lenguajes entre blanquísima de olor salvaje. “Érase un hombre a una na-
científico y poético. Ese fue el momento de iniciar la cere- riz pegado…” sería el texto de Quevedo que oficiaría de
monia del susurro. Recuerdo que Osvaldo Aguilar, músico disparador para que los participantes se conectaran con el
del grupo, en tono de levedad hizo sonar una flauta. De poder evocador de los aromas.
manera espontánea, algunos quisieron susurrar. Mi susu- A modo de agradecimiento sugerí susurrarles. Después
rrador pasaba de mano y el que lo recibía recordaba un de escuchar pequeñas coplas las cocineras quisieron que
poema y lo ofrecía a otros casi como en un rito. Algunos se las copiara. Para decírselas a sus hijos, me dijeron, y
danzaban y había gente que asistía acompañando en silen- para volver a repetirlas cuando tuvieran ganas. La poesía

54 |  Casi un cuaderno de bitácora De susurros y susurradores  | 55


aromada, perfumando con susurros los oídos y el corazón Carmelo leyó la partitura de la servilleta no bien se la
de las buenas gentes. mostré y empezó a cantarla: —Es de Beethoven –decía.
Y las repartimos apostando al azar. Los escuché decir
Las horas que tiene el día que el poema que les había tocado era justo, justito el que
las he repartido así: andaban necesitando.
nueve soñando contigo Y entonces les susurré.
y quince pensando en ti
La poesía empezó a ejercer su alquimia.
Así como crece el río Los textos que habían leído y los textos susurrados hicieron florecer
cuando acaba de llover las ideas.
así crecen mis amores —Que los tubos se empapelaran con partituras –propuso uno.
cuando no te puedo ver —Bach, Bach –decía otro
—Que el susurro fuera cantado.
• Susurros en un cumpleaños —Que se susurraran nanas a los niños.
—Que en los tubos se escribieran, se dibujaran, poemas visuales.
Era el día del cumpleaños de Adriana, la directora del —Que con grabados.
Conservatorio de Música de Bahía Blanca. —Que con collages…
Hubo un especial pedido para que preparara servilletas
con poemas. Son las servilletas que yo preparo en memo- • Susurros en la cola
ria de quien fuera mi amigo, el poeta desaparecido Rober-
to Santoro. Él decía que junto a las de las mesas de los ca- A mi regreso de un encuentro con docentes en Río Grande
fés tenía que haber servilletas con poemas. Mariposas, las tuve que soportar en Buenos Aires un largo periplo, ya que
llamaba. no hay vuelos al Sur desde Bahía Blanca. Llegué a Aeropar-
Adriana, que había vivido la experiencia en una reu- que con varias horas de retraso. Me dispuse a hacer cola
nión en mi casa, quería que sus invitados disfrutaran de para conseguir un taxi. Había como cuarenta personas
esa ceremonia. malhumoradas esperando. Los taxis aparecían espaciada-
Haciendo una cuidadosa selección de textos las prepa- mente. Yo venía cargada con mi valija de libros, un abrigo
ré. Eran servilletas que tenían impresas partituras de mú- a cuestas (la diferencia de temperatura entre el Sur y Bue-
sica. Los poemas, como pájaros sobre las notas. nos Aires era de más de 20 grados) y mi susurrador. Una
La mayoría de los invitados eran músicos. pareja de brasileños que estaba delante mío se quejaba por
la demora y criticaba a la ciudad a la que, según decían, es-

56 |  Casi un cuaderno de bitácora De susurros y susurradores  | 57


taban visitando por primera vez. La queja me sacudió. Soy esta altura eran muchos. Y así seguí haciéndolo hasta que
porteña y pensé que algo tenía que hacer. Entonces enar- llegó mi taxi. Voces de agradecimiento me despidieron y
bolé el susurrador y le propuse al muchacho darle la bien- “la alegría caía y caía como un jazmín liviano, qué se le va a
venida susurrando un poema a su oído. Él accedió medio hacer”. (Idea Vilariño)
perplejo y yo le susurré un fragmento de “Naranjo en flor”,
del poeta Homero Espósito: • Historias de taxistas (1)

Primero hay que saber sufrir Primavera de 2007


después amar, después partir Siempre llevo un susurrador en el auto, siempre lo llevo a
y al fin andar sin pensamiento mis talleres en micros y en aviones.
perfume de naranjo en flor En otro de mis viajes a Buenos Aires, de regreso de un
promesas vanas de un amor taller que coordiné en esa ciudad, iba en un taxi muy tarde
que se escaparon con el viento. en la noche, rumbo a la terminal de ómnibus. El taxista,
Después, ¿qué importa del después? un hombre grande, se quejaba de que tenía que seguir tra-
Toda mi vida es el ayer bajando, de que su mujer ya estaría dormida y de la dureza
que me detiene en el pasado. de la vida. Cuando se detuvo en un semáforo me animé.
Eterna y vieja juventud La escena era extraña. El tubo pudo haberle parecido un
que me ha dejado acobardado cañón a ese taxista que me miró con cara asustada. Yo lo
como un pájaro sin luz serené diciéndole que lo que iba a regalarle era una vieja
copla que él a su vez podía decirle a su mujer cuando lle-
No bien terminé la cara del joven había cambiado. Estaba gara a su casa.
distendido y sonriente; me agradecía. De pronto un auto Lo esgrimí, lo acerqué con delicadeza al oído del hom-
hizo sonar una estridente bocina. La pareja reconoció al bre y le susurré:
conductor entendiendo que los venían a buscar. Ambos
respondieron y se subieron al vehículo celebrando la llega- Pan es pan
da. Pero, antes de partir, asomado a la ventanilla, se escu- queso es queso
chó al muchacho gritar a viva voz, dirigiéndose a la gente no hay amor
de la cola, algo así como: “o susorrador trai sorte, o soso- si no hay un beso.
rrador trai sorte”. Ante la curiosidad de los presentes que
volvían sus caras dirigiéndose interrogantes hacia mí, lo Entonces su cara cambió y cuando llegamos al semáforo
ofrecí y comencé a susurrarles a los que lo pedían, que a siguiente sacó una libretita de la guantera del auto y me

58 |  Casi un cuaderno de bitácora De susurros y susurradores  | 59


pidió que se lo repitiera porque quería anotarlo para po- jaro.” Y otro “Por ese túnel de aire las palabras salen pinta-
der decírselo a su mujer. das.”
En la terminal de Retiro la cara del hombre era otra. El
taxista me saludó emocionado dándome la mano y yo me En una zapatería
fui rumbo a mi ómnibus lamentando no poder contarle a
nadie lo que había sucedido A una empleada de cara larga con penas de amor le susu-
rré este poema de Juan Gelman, de Cólera buey:
• Historias de taxistas (2)
Yo no sabía que no tenerte
Julio de 2008 podía ser dulce
Esa vez tomé un taxi en Buenos Aires en un lugar diferen- como nombrarte para que vengas
te y lejos de donde suelo tomarlo. Cuando subí, y ante mi aunque no vengas
asombro, el taxista me recibió diciéndome: y no haya sino tu ausencia
tan dura como el golpe
—Hola, maestra de poesía–. Y siguió: —Yo la llevé en este taxi que me di en la cara pesando en vos.
hace un tiempo y usted me susurró un poema. Nunca la olvidé.
Se lo cuento a todos. Me pidió que le dijera cómo se llamaba el libro y donde
podía encontrarlo. Tiempo después nos cruzamos y me
En el trayecto sólo hablamos de lo que la poesía hace en contó que estaba leyendo los textos del poeta y que ya te-
nuestras vidas. Y en la puerta del hotel, bajo la lluvia fini- nía dos libros de su autoría.
ta, aún conmovida, le regalé al oído del taxista un segun-
do poema. Y recordé a mi abuela que se sabía todos los re- En el Mercado Municipal
franes: —Como no hay dos sin tres –le dije–, seguro que
volveremos a cruzarnos por Buenos Aires para un tercer Enterada de que la señora que vende collares y pañuelos
susurro… en un puesto del mercado municipal andaba tristona y sin
poder caminar, fui a verla, susurrador en mano. No estaba,
• Susurros en otros espacios así es que se me ocurrió que era una buena oportunidad
para susurrarles a otros puesteros. Y pasé por el puesto
En la Biblioteca Rivadavia de venta de pollos y la cajera se encantó con la escucha,
y la gente de la cola quiso probar. Por el de pan, y las dos
Uno de los pibes dijo que “El susurrador tiene voz de pá- panaderas suspiraron escuchando. El vendedor de plantas

60 |  Casi un cuaderno de bitácora De susurros y susurradores  | 61


me regaló, después de ser susurrado, un poema de amor
en francés de Paul Valéry, y a los chicos del puesto de pes-
cados les regalé letras de rock. Finalmente el vendedor de
pastas me ofreció su perfil de punch inglés mientras su
cara se distendía encantada. Y como en estado de gracia,
después de escuchar el texto de Cortázar que dice:

Como si se pudiera elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te


parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad el patio. A Beatriz, no se
la elige, a Julieta no se la elige. Vos no elegís la lluvia que te va a mojar a la
salida de un concierto…;

preguntó: —¿Y si me lo tomo en serio?


Y yo le dije que por qué no. El sábado era una maravilla
para ser vivido.
Casi dos meses después, una empleada de este puesto me
contó que se había construido un susurrador y me lo mos-
tró. Lo usa para regalarles a los clientes susurros de los
poemas que le enseñó su abuela.

En la presentación del libro de Laura Forchetti:


Cerca de la acacia Escuela rural La Luisa, de Conesa

Verano en Monte Hermoso


Laura es una de mis amadas alumnas. Participó del taller
de “La casa del sol albañil” durante muchos años. Es una
buena poeta y una mejor persona. Actualmente coordina
talleres para niños y adultos en Coronel Dorrego. Hizo una
potente experiencia en una escuelita rural de Aparicio. Se
puede ver parte de su trabajo en www.elprocedimiento-

62 |  Casi un cuaderno de bitácora


delainfancia.blogspot.com y en www.todo-lo-maravilloso. • El Día Internacional de la Mujer en el Rosedal
blogspot.com.
Laura es autora, entre otros títulos de: Cerca de la aca- Invitada por la gente de Cultura de la Municipalidad de
cia (Ilustración de tapa: Juan Lima, Ediciones vox, 2007), Bahía Blanca participé de un recital de música y poesía
Cartas de la mosca, y sus poemas aparecen en varias anto- en el Rosedal del Parque de Mayo de la ciudad junto con
logías. dos músicas jóvenes que son solistas de flauta y guitarra.
Habíamos hablado sobre la posibilidad de hacer la pre- La selección incluyó algunos textos humorísticos de Parra
sentación con formato diálogo: lectura de sus textos dialo- y de Gonzalo Rojas, otros de Huidobro, González Tuñón,
gando con la lectura de otros poetas que ella eligiera. Gelman y de poetas mujeres: la Bignozzi, la Dickinson, Pi-
Laura seleccionó algunos de mujeres: Dickinson, The- zarnik, Levertov.
nón, Edith Vera, Pizarnik, Peri Rossi, Orozco, Iannamico… Empecé con este poema de Muriel Rukeiser:
No hubo comentario del libro. Se leyó el prólogo que es-
cribió Delfina Muschietti, y después, los poemas en diálo- Mito
go. Al final, los de su autoría sonaron susurrados a la gente Mucho tiempo después, Edipo, viejo y ciego, recorrió los
de la audiencia. Esa posibilidad de la oralidad diciendo en caminos. Sintió un olor familiar. Era la Esfinge.
una gradación de tonos. Y la escucha de los oyentes inau- Edipo dijo: —Quiero hacer una pregunta.
gurando la recepción del poema desde el susurro. ¿Por qué no reconocí a mi madre? –Diste la respuesta
equivocada, dijo la Esfinge. –Era la única
los deseos trazan mapas respuesta acertada, respondió Edipo.
en nuestra cabeza —No, dijo ella.
erramos con los ojos cerrados Cuando pregunté qué camina en cuatro patas a la mañana
sobre esos mapas Dos al mediodía y tres al ocaso, contestaste el Hombre.
incompletos No dijiste nada sobre la Mujer.
como los sueños que acaban —Cuando dices Hombre, replicó Edipo, incluyes a las
de golpe mujeres también. Todos lo saben. Ella dijo:
nos despertamos sin saber —Eso es lo que tú crees.
si hubo final.
Y recordando a Silvia Bleichmar, mujer de la bahía, leí “La
Laura Forchetti (Cerca de la acacia) flor de Acapulco”.

64 |  Casi un cuaderno de bitácora De susurros y susurradores  | 65


La flor de Acapulco sus obras completas, el cenicero del consultorio que había acompañado
nuestro trabajo durante años, dos cuadritos que suponía, al ser colgados,
Ese año comenzó mal para mis hijos. Habían iniciado apenas las clases nos traerían algo del hábitat, un manojo de espigas de la última cosecha
cuando entendimos que rozábamos el límite de nuestra permanencia en que mi padre había realizado en el campo antes de morir, los juguetes
la Argentina. El país chorreaba sangre y mugre por todos sus agujeros, y favoritos de los chicos y, por último, la ropa.
se hacía difícil comer, dormir, respirar incluso, sin sentir palpitar el horror Entre los sacos y pantalones, faldas y vestidos, sweaters y medias,
en las sienes. Los niños, mientras tanto, aprendían cada uno lo que debía una flor de organza celeste, extraño objeto insospechado, emergió
aprender: la tabla del siete, regla de tres simple, batalla de Caseros, imprevistamente del bolsillo de la valija. Carlos se demudó, y demandó,
dibujando prolijamente el Cabildo y la casita de Tucumán, tratando con tono contenido, qué era esa extraña cosa inesperada, en medio de
de rescatar el reventado orden simbólico en el cual nos había tocado tanto gris, azul, marrón y blanco, escocés de las faldas y espigado de los
inscribirnos. sacos, clasicismo portable para enfrentar cualquier desarraigo cultural.
En octubre salimos para México. Yo llevaba bajo el brazo la muñeca Respondí, con absoluta inocencia y una cara falsamente radiante: “es por
que cantaba en inglés, los certificados escolares y de vacunación de los si algún día íbamos a Acapulco… quería tener algo bonito para ponerme”.
niños, Pericles, nuestro perro, cuidadosamente guardado en la panza del Desencajado me respondió que aún no teníamos visa, ni trabajo, ni casa,
avión, y un discurso identitario que espeté a mis hijos en el intervalo de ni medios para sostenernos, y cómo se me ocurría tamaño despropósito.
Lima: “No olviden nunca que son argentinos”. La pelea duró un rato, mientras los niños se retiraban a ver, por primera
La ciudad de México se veía desde el avión como quinientas veces vez, una televisión en colores en la cual los personajes de las series habían
Avellaneda: plana y envuelta en la bruma que luego descubrimos envejecido bruscamente, en un tiempo en el cual aún en la Argentina
polución de la cual rara vez uno se desatrapa. Enorme e inabarcable, no se había producido la globalización que nos permite hoy acceder
comprendí entonces que el mapa que me regalara un amigo antes de simultáneamente a los programas extranjeros, mientras nos expulsa del
partir, no era un gesto simbólico sino una verdadera herramienta para universo de sus protagonistas.
atravesar ese espacio desordenado y aglutinado que constituye el Distrito Terminamos llorando los dos, abrazados, él por no poder darme
Federal. Carlos, arriesgada y generosamente, había marchado quince días algo mejor que lo que la vida nos ofrecía, yo por el dolor que la rosa de
antes para buscar un lugar donde hacer recalar a la familia, mientras se organza intentaba encubrir, tiñendo de optimismo y placer un futuro que
desplazaba con un Volkswagen rentado para realizar las cincuenta y dos sólo se representaba como pérdida.
entrevistas laborales que nos garantizaran las visas de permanencia. Un año después usé mi flor en Acapulco, y Carlos se puso un saco
Parias absolutos, perdidos en el espacio, llegamos al apartamento blanco de verano que habíamos traído de Buenos Aires. El exilio se
transitorio en el cual nos instalaríamos, y luego de revisar la heladera convirtió, por esa noche, en una película del cincuenta, en la cual Negrete
repleta de jugos y comida chatarra con la cual pretendíamos paliar la y María Félix, exiliados y psicoanalistas, tomaron sus margaritas con velas y
desesperanza de los niños, comencé a desarmar las valijas. Saqué de mariachis a la orilla de un mar que no reflejaba la Cruz del Sur.
ellas la ropa, los tres tomos de Freud que en aquella época constituían

66 |  Casi un cuaderno de bitácora De susurros y susurradores  | 67


Mis hijos, ya adultos, siguen llamando “la flor de Acapulco” a todo tidad cordobesa que desde hace más de 25 años trabaja en
proyecto que aún pareciendo inviable, permite sostener el optimismo torno al libro infantil y juvenil y su difusión. Los encuen-
ante la adversidad. tros reunían en ocasiones a docentes y mediadores de lec-
tura de bibliotecas a las que la Fundación apoyó. En otras,
Silvia Bleichmar (Escritoras argentinas entre límites, Ediciones Instituto los invitados eran jóvenes voluntarios salidos de los equi-
Movilizador de Fondos Cooperativos, 2007) pos de trabajadores de las tiendas. El objetivo de este pro-
grama, a través del cual más de veinte instituciones de la
El cielo era una fiesta. Había bandadas de loros cruzando sociedad civil de todo el país pudieron financiar y concre-
el azul con sus cantos. Y el color y el aroma de tantas rosas. tar proyectos vinculados con la promoción de la lectura,
Eso y la música que subía hasta las copas de los eucaliptos. estaba centrado en la capacitación de animadores y volun-
A modo de recepción les susurré a los que iban llegando. tarios para interactuar en los espacios donde desarrollaran
Todos agradecían. El susurro era como una puerta de en- su trabajo. Los trabajadores de la tienda que oficiaron de
trada a lo que vendría después. Había un hombre que me voluntarios eran muchachos jóvenes que asistían en hora-
confesó estar muy triste porque hacía dos semanas su mu- rio laboral, tanto a la capacitación como a las instituciones
jer había muerto. “Vine porque acá habrá música y poesía a apoyar. A través de la capacitación sistemática tuvieron
y eso me consolará”, me dijo. A él le susurré tres veces. la oportunidad de conocer valiosos materiales bibliográfi-
cos y realizar pequeñas prácticas de narración y escritura
• Sembrando susurros en los encuentros creativa. Asimismo esas prácticas, destinadas a mejorar la
del Programa “Placer de leer” educación de niños y jóvenes como sujetos de derecho, se
proponían como una búsqueda de transformación social
A través de los encuentros programados por la Fundación constructora de ciudadanía.
C&A en el desarrollo de su Programa “Placer de leer” tuve Personalmente participé en la asesoría técnica coordi-
oportunidad de contactarme, entre marzo de 2008 hasta nando talleres para los voluntarios y para los docentes de
junio de 2009, con gente de todo el país interesada en la la biblioteca “Pan y rosas”, fundada merced al apoyo de la
animación y promoción de la lectura. Fundación. Esta funciona en la Casa del Niño de Villa Ro-
Durante un año y medio nos reunimos periódicamen- sas en Bahía Blanca. Es una institución municipal de ca-
te en Buenos Aires para reflexionar y participar de talleres rácter prevencional a la que asisten diariamente cerca de
de capacitación. La coordinación general estaba a cargo cien niños pertenecientes a familias desintegradas o au-
de dos prestigiosas especialistas: Cecilia Bettolli y Susana sentes. Algunos casos se encuentran en situación de ries-
Allori, con la apoyatura de otros miembros del cedilij, go psico-social por sufrir maltratos, abandono, violencia o
Centro de Investigación de Literatura Infantil y Juvenil, en- abusos. Los niños reciben diariamente desayuno, merien-

68 |  Casi un cuaderno de bitácora De susurros y susurradores  | 69


da y almuerzo en contra turno de la escuela y participan salas del paseo La Plaza de Buenos Aires el Seminario In-
de talleres coordinados por docentes. En ese contexto, la ternacional de Promoción de la lectura “Placer de leer”.
biblioteca se constituyó como un espacio placentero para La intención: fomentar el debate y la difusión de cuestio-
desarrollar un proyecto de formación de lectores. Sema- nes teóricas y prácticas relacionadas con la promoción de
nalmente en las reuniones de capacitación leíamos y ha- la lectura desde una perspectiva de derecho, a la vez que
cíamos análisis y crítica de corpus de textos de narrativa y contribuir a la reflexión en el campo de la literatura para
poesía y prácticas de escritura creativa y de narración. La niños, niñas, adolescentes y jóvenes. Asistieron más de 500
idea era pensar la formación de lectores vinculándola con participantes del país y de América latina, y entre los espe-
el acompañamiento de un proceso largo, no lineal, lleno cialistas invitados estuvieron Lygia Bojunga, Alberto Man-
de descubrimientos y retos, de sorpresa y de misterio. Y guel, Fanuel Hanán Díaz, Gemma Llunch y Patricia Alda-
que mucho más que intentar el desarrollo de hábitos sería na, presidente de ibby (International Board on Books for
interesante y fecundo intentar despertar las ganas de leer. Young People –Organización Internacional para el Libro
Este fue también, desde el comienzo de los encuentros, Juvenil–). También acompañaron prestigiosos escritores e
un espacio propicio para incorporar el susurrador en las ilustradores argentinos: entre otros, Gustavo Roldán, Ma-
tareas de animación. La bibliotecaria Sabrina Funk trabajó ría Teresa Andruetto, Istvansch, Cristina Ramos. Con los
con un grupo de niños leyendo, seleccionando y escribien- mediadores del Programa acordamos hacer una interven-
do textos poéticos breves. Pintaron susurradores y realiza- ción poética con susurradores. Fuimos más de cincuen-
ron intervenciones por el barrio y en distintos espacios de ta las que compartimos esa vivencia. Durante tres días la
la ciudad. Asimismo fueron estos chicos los que fabrica- poesía circuló desde una oralidad íntima.
ron susurradores para regalar a mediadores de todo el país Posteriormente me llegaron noticias anunciadoras de la
en las reuniones de capacitación que se hacían en Buenos multiplicación de esta práctica en distintos lugares del
Aires. Como una de las actividades más disfrutadas se in- país.
corporó al Programa un tiempo de susurros al finalizar los
almuerzos. Y así los susurradores empezaron a multipli- Algunas voces de los que se prepararon para susurrar
carse por el país.
Desde esta punta del mapa las tucumanas ya estamos consiguiendo
• Susurros colectivos en el Seminario Internacional susurradores y pintura negra.
de Literatura Infantil y Juvenil “Placer de leer” ¡Nos vamos preparando para octubre!
Silvina Pérez Lucena (Tucumán)
Octubre de 2008
Organizado por la Fundación C&A se llevó a cabo en las

70 |  Casi un cuaderno de bitácora De susurros y susurradores  | 71


Espero que octubre nos encuentre regalando poesía por Buenos Aires.
Acá alistándome a las huestes poéticas, a ver si seguimos trocando
poesías por sonrisas y emociones.
Un abrazo mendocino…
Divina poesía que nos convoca.
Rosa Ruiz Huidobro (Mendoza)

Las detenciones también pueden ser fugas para encontrarse con los otros-
con nosotros.
Respecto al encuentro en el seminario de octubre sin duda
prepararemos los sombreros, la ropa a tono, ¿guantes negros también?
Mil abrazos expandidos hacia todos los puntos cardinales.
Gabriela Pesclevi (La Plata)

Esperamos que se arme la banda de susurradores, sobre todo en ese


primer momento de llegada de los participantes, para balancear el trámite
de acreditación con afecto y poesía. Será maravilloso y representativo
de una huella hermosa que se instituyó en el Programa Placer de Leer.
Vamos con los susurros…
Susana Allori y Cecilia Bettolli
(Asesoras generales del Programa “Placer de leer”, cedilij, Córdoba)

Y Celeste Agüero diciendo en el regreso a Córdoba:

Retiro
a la tarde.
Yo, de regreso,

de regreso ellas, El seminario internacional invadido por la poesía


a su casa:

72 |  Casi un cuaderno de bitácora


una nenas volvían de la escuela pasaban por la Terminal El arte de perder no es muy difícil
para regresar. tantas cosas mantienen el germen
de la pérdida, pero perderlas no es un desastre.
guardapolvo blanco, risas, tiernas risas. Pierde algo cada día. Acepta la inquietud de perder
el susurro las atrapó, las llaves de las puertas, las horas malgastadas.
a mí también, El arte de perder no es muy difícil.
mucha gente alrededor Después intenta perder, lejana, rápidamente,
dejó de existir lugares y nombres y la escala siguiente
¿existieron? de tu viaje. Nada de eso será un desastre.
sólo nosotras, Perdí el reloj de mi madre. ¡Y mira! Desaparecieron
y él ¿mágico? la última y la penúltima de mis tres queridas casas.
no me separé jamás. El arte de perder no es muy difícil.
Perdí dos ciudades entrañables. Y un inmenso
• Susurros de despedida reino que era mío, dos ríos y un continente.
Los extraño, pero no ha sido un desastre.
Nada es para siempre Ni aún perdiéndote a ti (la cariñosa voz, el gesto
que amo) me podré engañar. Es evidente
Hacía frío en Buenos Aires aunque ya era septiembre de el arte de perder no es muy difícil,
2008. Un encuentro de adioses con los entrañables media- aunque pueda parecer (¡escríbelo!) un desastre.
dores de lectura del Programa “Placer de leer” me había
convocado. De manera imprevista, el Programa se cerró • Alegrías en la Feria Internacional del Libro
porque la empresa se retiraba del país. Nos reunimos en de Buenos Aires, abril de 2008
“La vereda” del barrio del Once, un espacio cobijador que
generosamente ofreció Daniela Azulay. Allí dejé de regalo Entrega de los premios “Los destacados de alija”
a la gente del país unos diez tubos intervenidos por los pi- (Asociación de Literatura Infantil y Juvenil de la Arg.)
bes de la Casa del Niño.
Andábamos tristones. Como para consolarnos leímos Premiaron Artepalabra, relatos de experiencias lectoras
varias veces este poema de Elizabeth Bishop que se llama compilados por María Emilia López.
“Un arte”. Probamos la experiencia de susurrarnos unos a En este libro está publicado el relato de la experiencia
otros fragmentos a modo de despedida. Inolvidable. Fui- del taller “Cuentos con sol” que coordiné durante diez
mos voces quedas existiendo en la escucha. años en el Patronato de la Infancia de Bahía Blanca. (Revis-

74 |  Casi un cuaderno de bitácora De susurros y susurradores  | 75


ta Imaginaria Nº 207 del 23-5-07: “El arte de los benteveos”; desde afuera y elige el regalo de un poema al oído. Entre
Revista Imaginaria Nº 206 del 9-5-07: “Los destacados de silencios, goce y querer saber más acerca de esto de susu-
Alija” y Revista Imaginaria Nº 278 del 7-9-10: “Miscelánea. rrar, la gente y yo.
Obras de los chicos de la Fábrica de Libros ‘Benteveo’ en Le
muz, el Museo Virtual de Arte para Niños de París”) • Susurros por radio
Le susurré a María Emilia, a Liniers y a todos los que
lo pidieron: escritores, ilustradores y muchos con los que Julio Calvo viaja a Bahía Blanca en diciembre.
me crucé por los caminos de la Feria. Paladeos y disfru- Por sus propios medios llega hasta la ciudad para trans-
tes. Necesidad de exteriorización, disponibilidad sensible. mitir a todo el país su programa Taracatá desde el estudio
Lecturas del imaginario de los otros. La verdad de lo sen- local de Radio Nacional. Su generosa intención es que los
tido fundiéndose en cada poema con el sentido mismo de chicos de la Biblioteca “Pan y rosas” que fundáramos en la
la belleza. Casa del Niño a través del apoyo del Programa “Placer de
Un tiempo después Liniers publicó en el diario La Na- leer” pudieran participar con sus poemas y sus susurros.
ción esta tira: Muchos amigos artistas de la ciudad están presentes,
sus maestros, algunos padres. Los pibes esgrimen los susu-
rradores y los textos salen al aire para hacer de las suyas en
los oyentes. La poesía susurrada viaja por el éter.

• Susurrando por el barrio

Itinerarios de un domingo por la mañana

Los susurradores de sueños En un geriátrico

Taracatá en la Feria 1.
Supe que a Aurora, la vecina de enfrente, la habían llevado
Mi querido amigo Julio Calvo me invita a acompañarlo en a un geriátrico.
uno de los programas de Taracatá que se transmitirá por Hacía años que vivía sola, cultivaba rosas y hasta a veces
Radio Nacional en vivo desde la Feria. Comparto el pro- cuidaba el taller mecánico de su hijo. Ahora no puede.
grama contando un cuento y susurrando poemas al aire. Compré un ramo de fresias y me fui a verla, susurrador
Después a mucha gente que había escuchado el programa en mano.

76 |  Casi un cuaderno de bitácora De susurros y susurradores  | 77


Había seis mujeres sentadas con miradas ausentes. Un amor que no necesite regreso,
Había un gato en la falda de una de ellas. pero tampoco partida.
Había olor a estofado mezclado con olor a insecticida. Un amor no sometido
Aurora me abrazó como siempre. También se abrazó al a los fogonazos de ir y de volver,
ramito. de estar despiertos o dormidos,
Yo empecé a susurrar: primero a la mujer del gato que de llamar o de callar.
siguió acurrucado entre sus manos, después a las demás.
Creo que las palabras de los poemas les dijeron cosas Un amor para estar juntos
lindas. Por cómo me sonreían, lo pensé. o para no estarlo,
Y me fui sin mirar para atrás. pero también para todas las posiciones intermedias.

2. Un amor como abrir los ojos


Adolfo, el dueño del vivero, casi no camina. Y quizá también como cerrarlos.
Lily, la mujer, me llamó por teléfono porque tenía plu-
mas de loro para regalarme. Poema 55; Quinta Poesía Vertical
A mí me gustan mucho las plumas, las de loro, un poco
más. 3.
Son preciosas; verdes, naranja, amarillas. “La góndola” es la fábrica de pastas del barrio. Los padres
Le compré plantines de pensamientos. de los dueños eran venecianos. Antes me contaban del
Fue ella la que descubrió el susurrador en el auto. Puente de los suspiros. Alguna vez iré.
Fueron varios –ella, Adolfo, la hija y los tres nietos– los Estela dice que Emidio está medio deprimido porque
que esperaron turno para ser susurrados. oye poco.
Como a la hija le gustó tanto el poema de Juarroz que le Cuando me crucé para susurrarle a ella él quiso probar.
susurré, tuve que dejárselo escrito. Escuchó (¿escuchó?) cinco textos breves de Pavese y que-
ría más. Tenía húmedos los ojos.
Un amor más allá del amor
por encima del rito del vínculo, No se recuerdan los días, se recuerdan los instantes.
más allá del juego siniestro
de la soledad y la compañía. esperar es todavía una ocupación
es no esperar nada lo que es terrible

78 |  Casi un cuaderno de bitácora De susurros y susurradores  | 79


por qué a cada sobresalto de este Conservatorio y de Tandil. Me sedujo el proyecto,
te vuelven a la mente los troncos ya que trabajaría integrando lenguajes. Después de un
y el río y la colina con la luna breve marco teórico leímos nanas y compartimos algunos
detrás y el camino fragmentos de la conferencia de Federico García Lorca so-
bre su investigación en distintas regiones de España acerca
se parece a mí que me busco de qué les cantaban las mujeres españolas a sus niños. Leí-
el trabajo en el corazón mos las que él llamó “nanas ásperas” y las de mujeres adúl-
teras. Cruzándose con la lectura, Adriana cantó algunas
no nos liberamos de una cosa de ellas. La voz acompañada de un piano y delicadísimos
evitándola, sino solamente instrumentos de percusión.
atravesándola
Cállate grillito
Diario de Cesare Pavese (entre 1937 y 1950) Cállate grillito Cuando se despierte
guarda tu violín cantarán los dos
Y a la nochecita porque mi chiquito con tu violincito
no puede dormir. dulce arrorró.
A los vecinos, en la vereda, a la luz de las estrellas.
Pajarito chino
Otro domingo, de paso por Buenos Aires Pajarito chino Pajarito chino
de color añil De color punzó
Susurros en San Telmo canta que mi niño Calla que mi niño
Les susurré a los mozos del bar Rara y vinieron a la mesa no puede dormir. Ya se durmió.
con papelitos para que les copiara los poemas. Dicen los
amigos que siempre refieren el momento aquel. Este niño chiquito (Tradicional española)
Este niño chiquito Todo lo chiquitito Estrellitas del cielo
• Nanas y susurros: no tiene cuna me hace a mí rayos de luna
En un taller de nanas el susurro se hace canción su padre es gracia alumbrad a mi
carpintero hasta los pucheritos niño
Organizado por el Conservatorio Provincial de Música de que le haga una. de media cuarta. que está en la
Bahía Blanca me invitaron a participar de un taller de na- Ova Ova cuna. Ova
nas destinado a alumnos del último año del profesorado

80 |  Casi un cuaderno de bitácora De susurros y susurradores  | 81


Canción de cuna marinera (Esther Schneider) lo hicieron. Y fueron ahora ellos los que unieron sus voces
Ali luli luli ali luli lú Huele a caracolas Ali luli luli ali luli lú cantándolas.
ha nacido un niño y estrellas marinas ha nacido un niño ¿Y si probamos a susurrarlas?, se oyó. El susurrador fue
sobre el mar azul. y es un coralito sobre el mar azul. pasando de mano en mano, de boca a oído. Y hasta no fal-
su boca chiquita. tó quien regalara una nana canción susurrada a la panza
de una joven muchacha embarazada.
Extremeña (Tradicional española)
Pajarito que cantas A dormir va Pajarito que cantas • Encuentros internacionales de Narración Oral
en la laguna la rosa de los rosales junto a la fuente en la Feria del Libro de Buenos Aires
no despiertes al niño a dormir va mi niño cállate que mi niño
que está en la cuna. porque ya es tarde. no se despierte. El poeta de Boedo Fabián Casas escribió un texto titulado
“Desde el aire” para su libro Horla City, que dice:
La rima y la métrica de la creación de nanas sencillas nos
llevó a asimilarlas a las coplas y hubo una pequeña prácti- Los que llegan en avión
ca de escritura creativa de estas composiciones por parte se sorprenden
de los alumnos. por lo que ha crecido
Estas son algunas de las producciones: año tras año la ciudad:
el cordón industrial,
Un olorcito a jazmines el cordón policial,
trae el aire del verano el cordón umbilical,
duerme mi niña pequeña la alquimia del verso.
que yo acaricio tu mano
En una hipotética analogía imaginaria este poema podría
Duérmete mi niño expresar el crecimiento de la alquimia del verso que pro-
aquí está la luna dujo haber dado entrada a la poesía en los dos últimos En-
rodando, rondando, cuentros de Narración oral realizados en la Feria del Libro
cerca de tu cuna. de Buenos Aires.
En las dos ediciones coordiné talleres de poesía para los
Beto Tramontana, músico y profesor de composición del participantes. En ambas ocasiones propusimos interven-
Conservatorio, se abocó finalmente a proponerles a los ciones colectivas con susurradores por los pasillos de los
alumnos que les pusieran música a las nanas creadas. Así pabellones de la Feria. La alquimia del verso, puesta en la

82 |  Casi un cuaderno de bitácora De susurros y susurradores  | 83


voz de los que susurramos, potente y arriesgada irrumpien- pendencias, conforman una suerte de rompecabezas. Sa-
do en medio del gentío echando mano sólo a la oralidad. ber cómo y para qué se utilizaban esas herramientas, de
Nazareno tiene 10 años. Con su pequeño susurrador qué modo se organizaba el trabajo en que se empleaban,
dice, leve y de memoria, textos cortos de Eduardo Galeano y por sobre todo, cómo era la vida de quienes las usaban,
o fragmentos del Martín Fierro. Es hijo de una de las maes- depende en gran medida del relato de los propios trabaja-
tras que participó a la mañana de los talleres. Por la tarde dores ferroviarios. Cada voz trae una experiencia de vida
como imantados por la invitación, ella, su esposo y Naza- y va tramando con las otras una compleja red que, podría
reno entrando con los demás a esos ritmos misteriosos del pensarse, es el retrato vivo que una comunidad hace de sí
poema. misma.
En la Edición xvi compartimos las intervenciones con Tras las grandes transformaciones económicas de las
la especialista chilena Paty Mix. Creadora de los pup (Pe- últimas décadas, sin embargo, la propia idea de comuni-
queños Universos Portátiles), que son artefactos que se dad se ha vuelto también una especie de rompecabezas.
preparan con paraguas pequeños, ataviados creativamen- Por eso Ferrowhite adquiere la dinámica de un taller, y se
te, debajo de los cuales se cuenta a una sola persona un propone como un lugar de encuentro y puesta en circula-
microrrelato. Esta combinación de susurradores y pup ción de las voces y el hacer de los trabajadores. Cuadernos,
nos remitió al Proyecto “Cuentos con sentidos”, realizado volantes, remeras, videos, maquetas, almuerzos y obras de
durante el Festival de las Artes de Valparaíso en enero de teatro intentan la apertura de un espacio de construcción
2012. En esos días un grupo de cerca de cuarenta personas de la historia y la acción común.
intervino el espacio público en una formidable puesta en
escena donde la poesía y los cuentos brevísimos se ofrecie- • Susurrándole al “fugitivo”
ron a los transeúntes y vecinos de las calles de esa ciudad.
Diana Tarnofky participó como invitada de la Argentina. Desde hace 17 años, el colegio Victoria Ocampo de Bahía
Blanca realiza una feria del libro infantil y juvenil. Duran-
• Una tardecita en el Ferrowhite Museo taller te cinco días se programan actividades de encuentro con
libros y autores. Prestigiosos escritores e ilustradores del
Ferrowhite está ubicado en Ingeniero White, puerto de la país la han visitado. También la Feria ofrece talleres a chi-
ciudad de Bahía Blanca. Instalado en el edificio que fue- cos de las escuelas periféricas de la ciudad. Yo coordino
ra taller de la usina General San Martín, este museo aloja uno desde el inicio: cuento cuentos, leo poemas y trabajo
herramientas y útiles recuperados tras la privatización y el alguna propuesta de escritura creativa. Dado que estoy por
parcial desguace de los ferrocarriles en la década del 90. las mañanas y por las tardes, son muchos los grupos que
Dichas piezas, provenientes de distintos talleres y de- pasan por mi taller. Cuando la feria cumplió quince años,

84 |  Casi un cuaderno de bitácora De susurros y susurradores  | 85


regalé susurradores a los maestros acompañantes. Y en el
cierre salimos a la calle a susurrar.
Ajeno a lo que estaba sucediendo, un hombre al que se
lo suele ver pidiendo ayuda por la calle estaba sentado en
un banco de la peatonal.
Lautaro es el hijo de Sabrina Funk, la bibliotecaria de
“Pan y rosas”. Es un chico curioso, entusiasta. Suele acom-
pañarnos a susurrar en las intervenciones urbanas. Él fue
quien se acercó al hombre y lo invitó a ser susurrado. La
copla llegó a destino y el semblante del vagabundo cam-
bió. Entonces fue él quien tomó el susurrador y le pasó su
“secreto” al muchacho: —A mí me llaman el fugitivo –le
dijo.

Y los itinerarios que recorrí en estos años me llevaron con


mis talleres de poesía a muchos lugares del país. Río Gran-
de, Comodoro Rivadavia, Rosario, Córdoba, Mar del Plata,
Gral. Roca, Conesa, San Nicolás y diversas localidades de
la Provincia y de la Ciudad de Buenos Aires. La siembra de
susurros floreció y se multiplicó. Merced a la generosidad
de los que se prendieron a esta práctica van algunos rela-
tos que escribieron acerca de las experiencias que están El secreto
realizando. Agradezco profundamente estos aportes.

86 |  Casi un cuaderno de bitácora


Cartografías del susurro. Otros itinerarios

• Palomar de Eduardo Galeano

Desde el año 1994 me escribo con Eduardo Galeano. Des-


pués de dos años de intercambio de cartas de cartero invi-
tándolo a llegarse hasta la Bahía, en marzo de 1996 anduvo
por acá. A través del proyecto Ediciones vox, muchos es-
critores nos acompañaron. Claro que la visita de Eduardo
generó una enorme convocatoria: no cabía un alfiler en
el Teatro Municipal donde lo escuchamos leer sus textos
de ese modo tan especial. Ahora ando imaginando lo que
sería oírlo susurrar. El 30 de agosto de 2010 le escribí con-
tándole acerca de las andanzas de los susurradores por el
país. Confirmando su palabra –Galeano siempre contesta
los envíos que se le hacen: antes las cartas, desde hace un
tiempito, los correos electrónicos–, dijo en su palomar del
día siguiente:

Gracias mil, Mirta, por tu relato, y quieran los dioses y los diablos que
ustedes no se cansen: y si ellos quieren, ustedes no.
Y que sin hacerles caso, sigan.
Abrazos,
Eduardo

|  89
• Grupo “Color susurro” de Córdoba El Color susurro en una intervención callejera en el centro de Córdoba

Este es uno de los grupos de susurradores más fervorosos


del país. Celeste Agüero, joven estudiante de Letras, conta-
gió su amor por la poesía y su entusiasmo a otros estudian-
tes universitarios y desde el año 2008 realizan intervencio-
nes urbanas que incluyen diversos espacios de la ciudad.
Ellos susurran en bibliotecas y en recitales, en actos políti-
cos y en presentaciones de libros. Suele vérselos en colecti-
vos y estaciones terminales y viajan a otras provincias para
difundir esta práctica. Participaron susurrando en el pro-
grama radial “El vagabundo de las estrellas”, que se emite
por Radio Nacional Córdoba, en tres oportunidades, dedi-
cando los contenidos a Jairo Aníbal Niño, Roberto Santoro
y María Elena Walsh.

Crónica a puro latido de una de las intervenciones más


atrevidas de Color susurro

Viernes 18 de diciembre de 2010


Concentramos en Plaza San Martín, ciudad de Córdoba.
Los invitamos a participar de la gran intervención del equipo de
susurradores de poemas: ataque poético mañanero, poemas en el banco.

Nos interesa estar en ese sitio regalando poemas


a quienes buscan el dinero,
a quienes dejan su dinero,
a quienes no pueden sacarlo,
a l@s demorados,
a l@s demorantes,
al guardia que nos mirará con simpatía,
¡Qué susurradores!
90 |  Cartografías del susurro
a los dni, boinas de colores, palitos de colores, largos, cortos,
a los cheques que venden placer, poemas propios, de los hermosos como Gelman, Santoro, Spinetta,
a las ventanillas, Whitman, Jairo Aníbal Niño, Urondo…
a la mujer que cuenta los billetes
(si querés podés llamarla la maquinita) El Pedro y sus poemitas escritos en una fotocopia,
a l@s que están en la cola, ¿quién puede negarse a tal acto de amor?
a l@s cajeros ¿Las estructuras? ¿La ley? ¿La camarita que te filma?
a l@s de relaciones internacionales No recibiste el poema, no sabías lo que hacíamos y nos echaste por
a l@s colados, las dudas que fuéramos “gremialistas” o lo nuestro fuera “un trabajo de la
a l@s dormidos, facultad” o una “batucada”.
al sistema que se cae, De ahí salí con ganas de ir a susurrar a la Escuela de policías…
a la que limpia el mostrador y sonríe, Pero un policía, Miguel, fue distinto. Él nos contó que es poeta y que le
al sistema que nunca escuchó un poema gusta Bécquer.
por un tubo de cartón… Y se dejó susurrar mientras una señora llamando a ningún lugar nos
decía que le estaban avisando que nos fuéramos. El policía nos dijo que lo
Ataque poético al Banco nuestro había llegado, que “habíamos podido expresar la verdad”.

Me ha costado expresar lo sucedido. Luego, los susurradores en la calle, caminan como con poemas en los
Pero, en fin, aquí estoy escribiendo eso que ocurrió talones, como con locura en el corazón y como vertiendo amor en cada
Que algunos pudieron verlo, otros escucharlo susurro… así la magia penetra, aunque los corran.
Y otros prohibirlo. Así sucede algo distinto y te llaman por teléfono y llega el gerente y
Es que es tan difícil hacer algo distinto la gente no entiende pero sonríe varios minutos luego de un susurro…
“Fuera de la estructuras” diría el gerente del Hipotecario así sucede algo distinto ¡sí!, en todos lados los susurros fueron quedando,
“Ningún espectáculo”, el policía de Credicoop se metieron, así, sin tiempo a que los eches, hasta la del mostrador, ella
“¡Afuera!”, esa fue la orden escribía en la computadora vaya uno a saber cuánto caos sistemático,
Pero los susurradores no acatan orden atacan cuántos números…
un poema Y el susurrador Valentín la sorprendió con un vuelosusurro y ella
dos, detuvo sus dedos; ella se detuvo, ella no podía seguir con sus datos, ella
tres, estaba siendo susurrada, señores, ella dejó un momento de ser quien
no te diste cuenta es todas las mañanas, ella no conocía a Valentín y Valentín le susurra,
y se te llenó el Banco de susurradores con sombreros señoras, eso es un ataque poético al banco, eso es salir a susurrar con

92 |  Cartografías del susurro De susurros y susurradores  | 93


la idea de poner un poema allí donde no habita, eso es contribuir a la 24 de julio
desaceleración, eso es la locura que descoloca y corrompe con un poquito Gloriosa siesta con las viejas,
de ternura la alienación sistemática que habitamos todos los días… espíritu de madre,
Y en la mitad de la intervención, Belén –cual futura susurradora– luego corazón que no comprendió nunca
de habernos acompañado sacando fotos se retira pero antes me deja un la no-acción la no-libertad
regalo: la no-vida
Fundamento de la ternura, de Oscar Wurm, poeta militante.
24 de julio
Fue una mañana “distinta”, una intervención “distinta” en el caos de fin Cantamos con vos enronquecida
de año. pusimos color a las palabras, a las ideas del presente
La policía, los poemas, el banco, los poemas, el gerente, los poemas, a los sueños dormidos de los ojos claros
la gente que espera, los poemas, la gente con calor, los poemas, la mujer de los que entregaron todo
que escribe en la computadora lo que el cliente necesita, los poemas, todo
los papeles, los poemas, los no aquí, afuera, los poemas, los poemas, por este momento…
los poemas, entonces, las sonrisas, los poemas, la locura, los poemas,
las recorridas por la ciudad, los poemas, la radio nacional, los poemas, Justicia. Una palabra,
la lluvia, los poemas, los susurradores comiendo arroz, los poemas…Fue una acción,
un mediodía “distinto” en el caos de fin de año. Fue el día en que los una sentencia.
susurradores de poemas salieron al centro de la ciudad, se metieron en
los Bancos y sólo regalaron poemas. 24 de julio
Celeste Agüero Es sinónimo de justicia,
azul,
Testimonio de Celeste Agüero acerca de la intervención de concreta
susurros el día en el que se leyó la sentencia condenatoria y posible.
a Luciano Benjamín Menéndez en Córdoba.
Mediodía,
24 de Julio de 2008 amigos,
Barriletes que vuelan sosteniendo convicciones militantes,
y mucha sed, aquella que sube hasta convertirse en grito ansiedad,
¡Juicio y castigo! la sentencia recién a las 16
yo empecé mi manifestación,

94 |  Cartografías del susurro De susurros y susurradores  | 95


antes de agarrar el micrófono
agarré el susurrador…
el cartón mágico estuvo presente en medio de llantos, alegría ¡gritos de
gloria!,
lo tenía en la mano cuando el juez dijo condena perpetua y cárcel común
en una mano él, el susurrador, puente hacia el encuentro…
en la otra un hermano
fue una gran celebración…

• Asociación chicos de Rosario

La Asociación chicos (Con Hondo Interés Comunitario


Obramos Socialmente) es una organización sin fines de
lucro que trabaja, desde 1992, en la promoción y defensa
de derechos, junto a las infancias y adolescencias, especial-
mente aquellas que, por diversas circunstancias, viven y/o
desarrollan gran parte de sus actividades en las calles de
Rosario.
La institución lleva adelante su accionar en un Centro
de Día que funciona en Mendoza 1247, en cogestión con
la Municipalidad, al que asisten, anualmente, entre 300
y 350 chicas y chicos de entre 11 y 19 años y donde se les
brinda una atención integral que involucra desayuno, al-
muerzo y merienda, acompañamiento sanitario y asesora-
miento legal, talleres artísticos y de formación laboral, un
aula radial, donde pueden completar sus estudios prima-
rios dentro de la educación formal, y una biblioteca. Esta
institución trabaja para resignificar los valores, la historia
personal de los chicos, para reinsertar a los niños en el en-
torno familiar y social.
Liliana Quillay es un fervoroso y potente motor que im-
Un palomar de Liliana
96 |  Cartografías del susurro
pulsa, junto a un grupo de colaboradores, la asunción de
ese compromiso.

Los susurros en chicos

Desde 2008 y gracias a la generosidad de la reconocida educadora por el


arte, narradora y coordinadora de talleres de lectura y escritura creativa
Mirta Colángelo, quien compartió con nosotros esta experiencia surgida
y desarrollada en Francia, Asociación chicos puso en marcha su propio
Taller de los Susurros. Participan chicas, chicos y adultos del Centro de Día.
Durante dos meses trabajamos en este emprendimiento que comprende
tanto la construcción del dispositivo “Susurrador”, con la obtención del
soporte base, su diseño y decoración, como la mejor manera de accionar
con él, a partir de la selección e incorporación de poemas, citas, colmos,
coplas, entre otras lecturas, dinámica que genera un interesante trabajo en
relación a la lectura y la oralidad.
El cierre del ciclo, que ha logrado instaurarse como una de las
propuestas anuales más solicitadas, está dado por la planificación y
realización de una serie de intervenciones urbano-sonoras en distintos
lugares públicos y fiestas populares de la ciudad. Así, tuvimos oportunidad
de recibir con nuestros susurros a la Orquesta del Río Infinito, que
arribó a Rosario en noviembre de 2009, y también de participar en
distintas ediciones del Carnaval Cumpleaños de Pocho Lepratti de barrio
Ludueña… pero quizás las que más se ajustan para que figuren en este
escrito sean las que realizamos durante los meses de noviembre de
2008, 2009 y 2010, en el marco del aniversario de la Convención de los
Derechos del Niño y con el propósito de instalar la problemática de las
infancias y adolescencias en las agendas políticas y mediáticas locales.
En esas ocasiones, los susurros que elegimos para regalar a las
personas que transitaban por varias de las plazas más concurridas de
Rosario fueron una selección de escritos producidos en el Taller de las
Los pibes de chicos susurrando en el centro de Rosario
98 |  Cartografías del susurro
Palabras, en una apuesta a la creatividad que nos permitió hacer audibles
las palabras de nuestros pibes y nuestras pibas, visibilizar el trabajo de
la Asociación e insistir en la necesidad urgente de implementar medidas
que garanticen el ejercicio de sus derechos. A su vez, las intervenciones
urbanas nos permiten reflexionar sobre otro modo de tomar la calle,
y sobre una modalidad de intercambio donde chicos y chicas sean
percibidos por la comunidad de otro modo y a partir de allí valorados.
Liliana Quillay, Asociación chicos

• Manuel López susurra en Jujuy

A Manuel López lo conocí en Rosario. Participó en un ta-


ller sobre Poesía y susurros que coordiné en la Asociación
chicos. A través de un correo electrónico me contó, un
tiempo después, que viajaría a Jujuy y que le interesaba lle-
var la propuesta de los susurradores a un taller que coordi-
naría en esa ciudad.

Agosto de 2010
Doña Mirta, le escribo desde Rosario (Santa Fe). Compartimos con Ud.
un taller de susurros en chicos… El mes que viene estoy viajando a
Jujuy y desde la escuela de arte me están invitando a realizar un taller;
se nos ocurrió que los susurradores nos permitirían abrir el juego hacia la
intervención urbana…
Manuel

Ya de regreso, Manuel me cuenta:

Mirta, te cuento que nos fuimos nomás a Jujuy a echar a volar los
susurros, estuvimos con gente de la Escuela de Arte, la profe se llama Olga
Chiabrando, y copamos la plaza frente a la Catedral y la Casa de gobierno.
Entre la palabra y el silencio, los susurradores jujeños
100 |  Cartografías del susurro
Te adjunto algunas fotos y te cuento que ellos están pensando hacer una que intenta motivar la formación de un primer grupo de susurradores
intervención en la Semana del arte que tienen en Jujuy a principios de jujeño.
noviembre. Nos susurramos en cualquier momento.
Manuel Testimonio de Olga Chiabrando, profesora de la Escuela
de Arte de Jujuy, que trabajó con Manuel
Fragmento de un reportaje hecho a Manuel López en “La
Gacetilla” Nº 87, San Salvador de Jujuy, noviembre de 2010 Hola Mirta, bueno hoy arrancó… algunos me dijeron “Profe, esto es
adictivo…”
¿El susurrador es una buena propuesta para incluir en organizaciones que Los vi felices, disfrutaron…
trabajan desde el arte la inclusión social? Gracias
En Rosario, por ejemplo, lo trabaja chicos, que es una organización Olga Chiabrando (Jujuy)
que trabaja con niños y niñas en situación de calle. Desde que se creó el
centro siempre mantuvieron en su estructura un taller que tenía que ver • La grieta, La Plata
con la escritura, para revalorizar la palabra, creyendo que desde la palabra
se pueden generar cosas… y fue desde ahí que los pibes comenzaron Concepto Grieta. Mezcla, contrapunteo. Multiplicidad, voces de más.
a producir su propia escritura, pero siempre terminaban compartiéndolo Pasión para pensar. Es posible. Hoy –ahora– no nos quedaríamos sin
entre los pibes. Cuando descubrieron esto, (los susurradores) cuando zapatos en una noche fría en ningún lugar del mundo. Interpelar el arte
conocieron a “la Colange” comenzaron a salir a la calle a susurrar sus del contagio –si es necesario– en función de una vía apasionada. Colectiva.
poemas a la gente… Vamos por el riesgo entonces. El nuestro y el de todos.

Manuel López El grupo se conformó en 1993 en la ciudad de La Plata.


Trabaja como portero en la Escuela Isabel La Católica de Rosario de Santa Desde entonces ha publicado revistas, libros y folletos;
Fe. Un portero particular, que además de realizar su tarea se da tiempo editado cortos de animación; ha organizado recitales de
para ingresar a las aulas deleitando a alumnos y docentes con sus relatos música y poesía; muestras de pintura, fotografía y arte co-
de cuentos animados. rreo; intervenciones en espacios públicos y programas de
Está haciendo la formación como terapeuta en masajes Shiatsu a la radio. Desde 2004 tiene su sede en el “Galpón Encomien-
vez que termina la carrera de Museología. das y Equipajes” (calle 18 y 71) donde se realizan distintas
Manuel también comparte activamente espacios comunitarios, actividades, entre ellas, los talleres anuales (para chicos,
espacios ciudadanos y políticos. Hace algún tiempo que forma parte de un adolescentes y adultos) de plástica, literatura, objetos e in-
grupo de susurradores. Recientemente estuvo en Jujuy dictando un taller venciones, vestuario, serigrafía y grabado, y las actividades
de promoción de la lectura. También tiene una biblioteca

102 |  Cartografías del susurro De susurros y susurradores  | 103


infantil juvenil y de arte muy especial: “Vagonbulantero desliza la voz es una máquina atávica en la que cada uno puede trazar
Bibliofabulero”. Funciona en un vagón del ferrocarril am- un mapa. No hablo de mapas terrestres. Hablo de extrañamientos. De
bientado bellamente y está abierta al público. horizontes. De posibilidades. Mapa-gesto. Mapa-inquietud. Mapa-
contagio. Mapa-hacia. Hablo de líneas de intensidad; de nervios, zona de
Las y los invitamos especialmente al Taller de poesías para susurrar que flujos sonoros, zona de mensajes secretos. La experiencia de los susurros
coordinará Mirta Colángelo el sábado 28 de noviembre de 2010 a las 15. tiene un sentido completamente rizomático. Se abren galerías. Como
Para participar del taller sólo se necesitan ganas. Si pueden y desean si corriéramos perdidos o ebrios por jardines llenos de naranjos. Los
traigan sus poemas, coplas, payadas, canciones favoritas, etc. Además, susurros te dan aire, aroma. Además de letras y señales. Y hasta frutas
sería muy bueno que traigan tubos de cartón, como en los que se (caprichos) no solamente naranjos, y hasta caminos, como le gustaba
envuelven las telas o los de membrana para los techos y los de rollos de decir a Gianni Rodari con algo de provocación… de los que no van a
papel toalla. Tubos de cartón, con ellos crearemos los susurradores. ninguna parte (…)
Escoger un poema para susurrar es un empeño especial. Alguien
Qué fácil es volar, ¡qué fácil es! lo elige, lo memoriza, lo hace circular. Hay como un pensar en otro.
Todo consiste en no dejar que el suelo Es algo dedicado a contramano del apuro y el hastío. Y en ese instante
se acerque a nuestros pies. nace uno nuevo: un nuevo instante que marcha a otro sitio con otra voz.
Valiente hazaña ¡el vuelo!, Aquí la añoranza de una frase del conde montevideano: “La poesía debe
¡el vuelo! ser hecha por todos”. Con ese aliento-envión salimos después de esta
¡el vuelo! experiencia. Susurro fuga. Susurro sueño. Muchas “u”. Muchos versos.
Antonio Machado Choques de estado.
Convocan Libros Animados, Arde Minga y La Vereda. Anoto una canción por si acaso salimos a la calle, busco la traducción,
Marcha de susurradores por las calles del barrio me ayudan a traducir: “Oh mi corazón”/ “Oh My Heart”, de una célebre
Muestra ambulante banda americana, r.e.m., que acaba de disgregarse. Anoto las primeras
www.lagrieta.org.ar líneas escuchando la voz de Michel Stipe: Los chicos tienen un nuevo
reto/ un nuevo reto de fe./ Recoger los fragmentos/ dejarse llevar./ Llegué
Testimonio de Gabriela Pesclevi acerca de la a mi hogar/ a una ciudad casi borrada/ Llegué a mi hogar para enfrentar
experiencia en La Plata lo que enfrentamos. / Este lugar me necesita aquí para comenzar./ Este
lugar es el latido de mi corazón.
Cuando pienso en el arte de los susurros de la mano de Mirta Colángelo Gabriela Pesclevi
(aunque es una mano que es voz), no puedo dejar de entrar en una
dimensión musical. La voz se expande y se disgregan las palabras y el
día se vuelve distinto, como si volviera a empezar. El tubo por donde se

104 |  Cartografías del susurro De susurros y susurradores  | 105


La gente de La grieta no puede parar de inventar, de crear,
de encontrar todo el tiempo intersticios para dejar colar la
belleza, para provocar y que quede viva su huella.
La idea de intervenir los susurradores con soles y ros-
tros y animales misteriosos agregó al ritual la posibilidad
de la mixtura de lenguajes y lo enriqueció.

Variaciones con el susurrador


Una niña, Camila/ Mauricio y su campera nueva/ un vi-
sitante gustoso del vagónbulanterobibliofabulero/ cruces/
cielo/ y un poema que ya se aloja en la intimidad del que
escucha y que he conocido en el último encuentro que es-
tuvimos por allá… de Fernando del Paso, y que dice:

El morado
Es en aras de la rima
que en la mente del poeta
es el morado
el oscuro enamorado
de un pálido violeta

Un objeto extraño

“Yo no busco, encuentro”, decía Pablo Picasso


Gabriela Pesclevi. El hallazgo fenomenal
25 de octubre de 2011
Un objeto curioso frente a la Plaza Italia

La función del reciclado guarda cada día más interés para nosotros. Los
deambuladores. Quienes creemos que la calle es una fuente de sorpresas.

106 |  Cartografías del susurro


Un día de esos, que vagabundeábamos por ahí… en búsqueda de
pequeños artefactos, apareció este embalaje extra-ordinario. Su extensión
nos pareció una cosa singular.
¿Qué manto había guardado en su otra vida? ¿Qué alfombra? ¿Para
qué cielo? Cuando lo vimos no lo dudamos. Empezamos a ensayar
movimientos, a manipularlo frente a la esquina de la Plaza Italia.
Tenía que venir al galpón de las encomiendas… La empresa fue más
sencilla de lo que creímos al comienzo. El colectivero de la línea 273 de la
ciudad de La Plata nos permitió subirlo al micro y allí nos acomodamos de
proa a popa con el susurrador más largo del mundo.
Gabriela Pesclevi

• Asociación La vereda, Buenos Aires

Vida ésta.
Dura poco
pero cuesta.

¿Viste?
Con florcitas
No es tan triste.

María Elena Walsh (Hecho a mano, Luis Fariña Editor, 1965)

Susurradores en Una Biblioteca en La Vereda

Daniela Azulay, con las voces de Vanesa Couzo, Florencia


Corpa e Ivana Sosnik

La Vereda es una Asociación Civil destinada a niñas, niños, jóvenes y


adultos que habita el Barrio de Balvanera, en la Ciudad de Buenos Aires,
Daniela Azulay en La vereda
108 |  Cartografías del susurro
desde 2002. La Biblioteca se suma en 2004. Funcionan en la institución,
además de la Biblioteca, un Centro Cultural, un Jardín Maternal, un área de
Trabajo Social y un área de Formación en Juego Espontáneo y Promoción
de la lectura. Todas las actividades que realizamos para la comunidad son
gratuitas.
La Vereda trabaja principalmente con niños, niñas, jóvenes y adultos de
los barrios de Once y Balvanera, que transitan situaciones extremadamente
complejas (desempleo, precarización laboral, inestabilidad habitacional,
violencia, exclusión, no-acceso a oportunidades, discriminación, etc.)
aunque está abierto a personas de diversas procedencias y vivencias.
Los Susurradores llegaron a la Biblioteca tímidamente durante el año
2008, y nunca más se fueron.
Una tarde, en la merienda, hicieron su aparición. A algunos les gustó la
idea, incluso uno preguntó si eran espadas mágicas; otros tenían dudas…
A muchos les causó gracia. Pero eso sí, a todos les dio curiosidad…
Charlamos un poco, y les contamos que los susurradores son un
instrumento para decir cosas. Una manera de decir una poesía, de decir
algo lindo, de contar un chiste, un pedazo de canción, un cuento cortito,
en fin, compartirle algo a alguien, de boca a oído. Un instrumento para
contar secretos.
Enseguida quisieron probar qué era eso de los “susurros”. Los oídos
se prestaron curiosos, y así arrancó la experiencia…
El susurrador invitó a una intimidad compartida, a disfrutar, a habilitar
un tiempo y un espacio para la poesía, generando un clima de escucha,
de calma, de alegría y sorpresa.
En una oportunidad, Florencia, una de las mediadoras, tomó un
susurrador y le susurró a Ariel, de 4 años, un poema de Aníbal Niño. Él
escuchaba atentamente. El poema decía así: “En silencio/ tomé el vaso en
que habías bebido/ y lo llevé a mi casa”. Ahí fue cuando el niño preguntó:
“¿Por qué te lo llevaste, Flor?” Y luego siguió escuchando la poesía hasta el
final:
Susurros y rayuelas en Asociación La vereda
110 |  Cartografías del susurro
y se llamaba Ruperto
“Por las tardes/ cuando vuelvo del colegio/ pongo el vaso debajo del
pero lo tuve que dejar
grifo/ y veo flotar/ un beso/ en el agua”
porque nos fuimos en camioneta,
O escuchábamos a Luana (5 años) exigiendo: “Necesito libros con
y no entraba
rimas para susurrar, ahora, ya”.
Cada uno le fue poniendo su estilo a los susurros, incluyendo textos Lenin y José María, 8 años
de su propio repertorio, los que fueron escuchando por ahí, los de su
historia personal. Entonces aparecieron canciones, historias cotidianas, Un nene está tocando el tambor y el hermano está jugando
hasta que empezaron a pedir más y más poemas, coplas, adivinanzas… con una pelota de muchos colores,
Y armamos una selección de poesías, y cada uno fue recopilando sus con los amigos mellizos, una nena,
piezas preferidas. un tul y un pez y un auto.
Una vez, le susurramos a Milagros de 10 años, varios poemas. La nena plantó una flor…
Luego ella quiso susurrar, y lo hizo con canciones que sabía desde muy Luana y Leila, 5 y 8 años
pequeña. Cuando se estaba yendo, nos preguntó cómo hacía para tener
un susurrador. Le contamos que era un tubo de cartón, común, de los
que es muy usual encontrar por el barrio en la basura, y no nos creyó Susurrando adivinanzas…
hasta que le mostramos un tubo que no estaba pintado. “No puede ser”,
nos decía azorada,“¡es magia!” Con los más chicos, leímos, además de poemas, algunas
adivinanzas, coplas y tantanes, y luego, susurrador en
Escribiendo susurros… mano, ellos inventaron sus propios textos en el momento,
como estas adivinanzas que nos regaló Milagros Flores, de
Combinados con las propuestas de escritura, los susurra- 3 años:
dores también se convirtieron en otro modo para compar-
tir las producciones: Tiene nariz,
nada por el agua.
¿Cuántas cosas puedo hacer con una línea? ¿Qué es?…
Una flor, mesa, sol, cuadrado, corazón, luna, cara, El pato
libro, caca, estrella, pies, mi nombre
Tiene cuatro patas
Luciana, 9 años
se mete por el mar.
¿Y qué es?…
Yo tenía un perro
El tiburón
que me había regalado mi abuela

112 |  Cartografías del susurro De susurros y susurradores  | 113


Nada por el agua vas posibilidades para pensar la promoción de la lectura
no tiene pelos con este nuevo mediador: el susurrador.
y nada más A partir de la magia y el encanto generados, empeza-
¿y qué es?… ron a sucederse búsquedas nuevas, lecturas posibles, remi-
Un pulpo niscencias… “¿Este poema te parece que sirve para susu-
rrar?” O, “mi abuela me cantaba esta copla que te acabo de
Te digo otra, dale… susurrar”. Algunas propuestas, como la de Daiana, quien
señalando el libro ¿Qué crees?, nos dijo “A mí me gusta su-
Tiene 4 patas, surrar este cuento”.
no tiene pelos El deseo de susurrar, de usar el susurrador, generó nue-
y nada por el mar. vos caminos, nuevas búsquedas en cada participante y en
¿Qué es?… cada mediador: el armado del cofre de poesías con los más
Otro pulpo chicos; la selección de nuevos libros, la recopilación de
fragmentos, coplas y canciones con los más grandes.
Los juegos Y sobre todo, espacios para compartir, para parar, para
escuchar un poema, conectados desde lo íntimo en un ám-
El susurrador además invita al juego e incluso nos resulta bito social y comunitario.
un recurso atrapador con aquellos lectores rebeldes, que
proclamaban a los cuatro vientos que no les interesaba Dentro del pecho
“para nada” la propuesta de poesía. Entonces, comenzaron hay un barco que ansía
los juegos. Susurrar en cadena, jugar a “Adivina el susu- su marejada.
rro”, jugar al “Susurro roto”, donde uno comenzaba con Soledad Abril (La osadía, 2006)
un poema y había que ver al final cómo le llegaba dicho
poema al último en recibir el susurro. O susurrar a dúo.
O… Son infinitas las posibilidades mientras las bocas y Dicho del aire
los oídos estén disponibles.
El susurrador es un instrumento y fue necesario poner en
Pensando la promoción de la lectura… común algunas pautas para su uso. Definimos “susurrar”,
probamos hablar en distintos volúmenes, nos pusimos de
A partir de la experiencia con los susurros, surgieron nue- acuerdo sobre hablar muy bajito, es decir que fuera un vo-
lumen aceptable para todos, sin forzar las cuerdas vocales.

114 |  Cartografías del susurro De susurros y susurradores  | 115


Nos pusimos de acuerdo en no levantar la voz, ya que se carga horaria presencial a contraturno y con la modalidad
convertía en un sonido que podía lastimar el oído del que de taller. Treinta alumnos fueron seleccionados para tra-
escuchaba. Hablamos sobre cómo leer o decir los textos: bajar propuestas de animación a la lectura que incluían,
la intención, el tono, la dicción, la puntuación, la respira- entre otros contenidos, narración oral, lectura y selección
ción… También sobre ser cuidadosos cuando invitamos a de materiales literarios y producción de textos. La práctica
escuchar; alguno podría no querer y hay que habilitar que laboral consistía en desarrollar actividades de promoción
el deseo aparezca, sin forzar. Todos estuvimos de acuerdo de la lectura en escuelas primarias e instituciones cultura-
en que podíamos disfrutar susurrando y siendo susurra- les de la ciudad de Buenos Aires.
dos. Y pudimos. Y podemos. Y eso ocurre, día a día en Una Daniela Azulay fue la que puso en contacto a los mu-
Biblioteca en La Vereda… chachos con los susurradores que, encantados con la pro-
El diccionario, cuando buscamos susurrar, nos devuelve puesta, se iniciaron en la práctica de susurrar. Crearon una
que el significado es: 1. Hablar quedo, produciendo un mur- consigna: “Los susurradores te están buscando”, e irrum-
mullo/ 2. intr. Empezarse a decir o divulgar algo secreto o que pieron en el patio de la escuela a regalar poesía a sus pares.
no se sabía/ 3. intr. Dicho del aire, de un arroyo, etc.: Producir La primera experiencia de promoción de la lectura de es-
un ruido suave y remiso. tos estudiantes fue de puro disfrute. En los encuentros con
Nos quedamos con “dicho del aire, de un arroyo…” los pibes de las escuelas primarias esta práctica nueva de
mediar poesía se multiplicó.
• Colegio Sarmiento de Buenos Aires Aquí la devolución de Valeria García, docente con la
que estuvieron trabajando en una de las pasantías:
Conocí a Daniela Azulay en marzo de 2008 en Buenos Ai-
res. Ambas éramos asesoras en el Programa “Placer de leer” El viernes los chicos hicieron una intervención en el patio y ruiseñor en
de la Fundación C&A. Desde el primer encuentro supe que mano ofrecieron poemas, canciones y textitos por doquier. Para nosotros
compartíamos una fidelidad por la poesía que nos herma- fue genial, lo vivimos con mucha alegría…
naba. En uno de los encuentros de capacitación le regalé Ofrecer literatura en la escuela, cualquiera sea su formato, siempre es
un susurrador y ella lo usó y abusó en todo espacio donde un desafío inquietante porque la educación estética ha perdido terreno.
desarrolla su trabajo. Ayer César nos escribió en un mensaje de texto: “gracias por este gran
La experiencia llevada a cabo en el marco del Programa día”.
“Aprender trabajando” que tuvo lugar en la Escuela Me- No hay nada que me haga creer más en la libertad que eso que
dia Domingo Faustino Sarmiento de la ciudad de Buenos escribe en un mensaje de texto un pibe que lee en una pasantía en la que
Aires capacitaba como promotores de lectura a chicos de se anotó “porque necesita la plata”, un pibe que un día elige un pequeño
entre tercero y quinto año. Los asistentes cumplían una

116 |  Cartografías del susurro De susurros y susurradores  | 117


texto, pinta un tubo de cartón, se anima y empieza a creer: él también La tercera fue ayer, en mi colegio, donde con el grupo de trabajo de la
puede ser protagonista. pasantía que estamos haciendo salimos al patio en un recreo a susurrarle
a la gente (¡veinte zuzurradores en acción!). ¡Era un frenesí! No terminaba
Julián Canellas es uno de los muchachos que hizo esa pa- de levantar el zuzurrador de una oreja, que ya lo estaba poniendo en otra.
santía. De él recibí este correo que me conmovió profun- Y corría por el colegio y me paraba enfrente de un grupo diciendo: ‘’¿quién
damente: va primero?’’ Y algunos medio que se asustaban pero igual siempre había
algún valiente que se copaba y a raíz de eso venían más.
15 de agosto de 2009 Estas fueron las experiencias formales que tuve con el zuzurrador…
Hola, mi nombre es Julián y actualmente estudio en 5.to año de la Escuela pero me gustaría contar para cerrar, la que quizás más me tocó adentro…
Sarmiento. Estoy haciendo una pasantía laboral de promoción de la Cuando terminamos el evento en el turno mañana de mi colegio, salí
lectura, en la cual tuve la suerte de conocer a Daniela, quien nos presentó a la puerta con el zuzurrador, sólo para joder con un amigo. Y en eso para
los zuzurradores. Me fascinaron al momento, y al poco tiempo me enteré un colectivo de la línea sesenta en la puerta del cole, y yo no sé por qué
de que vos habías iniciado el movimiento… le grito al chofer. No era mi intención que me escuche, lo hice sólo por
Por un lado, te escribo para felicitarte por tu iniciativa y manifestarte mi chiste, pero me escuchó, y me miró con cara de culo… así que decidí ir a
admiración, ya que considero esta movida como algo hermoso y quiero hacer las paces con un susurro, jajajaja.
participar en su difusión; y por otra, porque tengo entendido que estás Me paré en medio de la calle, junto a la ventanilla del chofer, y le
juntando información sobre las experiencias con zuzurradores que se dije que iba a susurrarle. Ni se negó ni aceptó. Entonces le susurré, y
estén haciendo. Así que aquí te escribo las mías, a ver si te sirven: cuando terminé se quedó un momento mirándome así con la misma
Desde que conocí los zuzurradores (sí, lo escribo con Z porque me cara de indiferencia que había tenido siempre, y de repente me preguntó:
gusta más; la Z es una letra más mística… me da la idea de un ensueño ‘’¿de quién es esa poesía?’’ Entonces yo le sonreí y le dije que era de
que es justamente lo que genera el zuzurrador) tuve tres oportunidades Machado… y me volví para la vereda.
de susurrarle a la gente, de las que obtuve excelentes devoluciones y Pero la cosa no termina ahí.
fueron suficiente prueba para seguir con la experiencia. Resultó ser que cuando yo le susurraba al chofer, al lado del colectivo
Dos veces fui a un ciclo de poesía en el Espacio Cultural Bonpland que había un auto que también esperaba el semáforo. Cuando yo volví a la
se hace los martes por la noche; al principio, me paraba al lado de la barra vereda, ¡el señor que lo manejaba estiró su mano y me dio siete pesos!
de tragos y le susurraba a los que estaban esperando su bebida, y luego Media hora más tarde yo estaba sentado en la plaza llorando al
entré en confianza ¡y comencé a susurrar por todos lados! Y la gente venía reflexionar sobre todo lo que había sucedido ese día…
y me pedía que le susurre o venían para que les susurre de nuevo. ¡Cariños para vos, Mirta! Julián
La segunda vez que fui al ciclo, directamente me preguntaban ‘’y el
zuzurrador ¿dónde está?’’ Y a los pocos días escribió:

118 |  Cartografías del susurro De susurros y susurradores  | 119


Mirta, yo soy el chico que toca el cajón peruano en la tercera foto. Hicimos El jueves en el Encuentro Presencial del propale llevé susurradores y otra
una recitada bien gitana de Lorca y la gente se acumulaba alrededor. Salió vez la magia de la palabra y el contacto de personas haciendo de las suyas.
genial. Cecilia
Para Mirta, susurradora, maga y poeta
Cecilia Bettolli (Córdoba, Argentina) es Licenciada en
Letras Modernas. Miembro titular y fundador de cedilij
• Más de Córdoba: Palomar de Cecilia Bettolli (Centro de Difusión e Investigación de Literatura Infantil
(cedilij) y Juvenil) del que fue directora en varios períodos. Dicta
cursos y seminarios sobre literatura infantil y juvenil y de
30 de julio de 2008 animación y promoción de la lectura en diversos ámbitos
E-mail de Cecilia contando acerca de las resonancias del y es docente del propale (Programa de Promoción de la
andar de los susurradores Lectura y Escritura) de la Universidad Nacional de Cór-
doba. Integró el Consejo Ejecutivo y Editor de la Revista
Mañana que parecía cualquiera. Reunión (de mi trabajo con fundaciones Piedra Libre, publicación del cedilij. Coordina programas
Minetti y Arcor) con Asesora Pedagógica de apoyos escolares del Plan de educativos en la Fundación Minetti y es autora de artículos
Nación “Familias por la Inclusión Social”. Ella me conoce por el cedilij y de lij en publicaciones nacionales y extranjeras. En 1996
comenta en un momento el impacto de la capacitación sobre Promoción recibió el premio Pregonero a Especialista otorgado por la
de la Lectura y lij desarrollada con los docentes y auxiliares de los Apoyos Fundación El libro de Buenos Aires.
de Córdoba. Al rato vuelve sobre el tema, contando asombrada que en En la Feria del Libro de la primavera de 2011 cerca de
Barrio Chino (una de las villas más pesadas) están fascinados porque cien docentes y artistas de distintas áreas participaron
lograron que unos vecinos cartoneros consiguieran cantidad de tubos de de los talleres de poesía y susurros que coordiné con los
cartón para hacer los susurradores. Todos la miran sin comprender, salvo integrantes del colectivo Color Susurro. Al finalizar reali-
yo que siento cómo la piel se me va poniendo “de gallina” de la emoción. zamos una intervención por las calles de la ciudad bajo la
Habrá oportunidad de contarles acerca de la mágica circunstancia en techumbre de los lapachos en flor.
que, coordinando yo uno de los talleres de esa capacitación del cedilij,
introduje los susurros de poemas que ya bien conocemos. Lo que uno • El susurro sangriento
no siempre tiene es el privilegio de enterarse azarosamente de sus
insospechadas resonancias y recreaciones… Mi adolescencia trascurrió entre la dictadura llamada El Proceso y el
Cecilia gobierno de Alfonsín. Tal vez por eso me marcó una diferenciación de
notable fuerza didáctica, que escuché vaya a saber de quién en algún

120 |  Cartografías del susurro De susurros y susurradores  | 121


momento fugaz de esos años: “La gallina involucra sus huevos, pero es el Presencié, como otras veces en otros lados, el despliegue colorido y
chancho el comprometido”. feliz. Y cuando el momento pasó, cargué los tubos (uno amarillo, otro rojo
Por eso tengo clarísimo que en los últimos tiempos he sido un testigo con nariz), y partí rumbo a una clínica cercana donde tenía turno con el
cercano y privilegiado de la expansión de los susurradores, pero solo eso: dentista.
un testigo, un simpatizante. Como es costumbre, los minutos fueron prolongándose. La puerta
La poética ola de susurros utilizando tubos de cartón pintados, fue seguía cerrada, sin nombrarme. Llegaron niños y con ellos la curiosidad
adoptada y es promovida en todo el país por Mirta Colángelo, desde desinhibida que los adultos suelen reprimir. Me rodearon. Eran cuatro.
Bahía Blanca. A Córdoba llegó en 2008 de la mano y los labios de Celeste Qué es eso, preguntaron. (La pregunta no acepta presentaciones,
Agüero, hoy integrante del colectivo artístico Color Susurro. A través de ese diplomacias, intermediarios banales.)
económico artefacto (herramienta y arma) reparten poemas susurrados a Yo dudé, lo confieso. Pensé en mentir, inventar cualquier cosa para
toda persona dispuesta a prestar su escucha un instante. Cualquier rincón salir del paso. Pero no pude, me hubiera convertido en un adulto más.
de la ciudad donde puedan caber dos personas y un tubo es suficiente Y no podía tampoco traicionar a mis amigas. Así que respiré hondo,
para que la trampa funcione. Se trata de eso, en realidad: quien primero sorteando el sopor de la sala, y les conté. Pero cómo es. Claro, ¿cómo
presta el oído pensando que está haciendo un favor, muy probablemente les iba a bastar una explicación? Tomé coraje. Levanté el tubo amarillo
deje en ese vientito parte de su corazón. Y quiera retornar como un –más cercano a mi muñeca–, y susurré por primera vez en mi vida, lo
amante. primero que vino a la mente: parte del Zoo Loco de María Elena Walsh.
Dicen los de Color Susurro en su blog (http://colorsusurro.blogspot. Algo divertido y profundo a la vez, como todo lo de María Elena, aunque a
com): “Todo lo que aparece dentro de nosotros y vamos esparciendo en vuelo de pájaro no lo parezca.
las cuadras caminadas y noches a punto de dormir, son pájaros e hijos El poema pasó por todos. Y sonrieron.
que con el tiempo salen a volar y a jugar”. —Ese otro debe ser para poemas con sangre –reflexionó el más grande
La semana pasada, mi compañera, actriz y reciente clown, hizo un taller de los niños, señalando el tubo colorado de mi compañera y acercando
en la Feria del Libro Córdoba coordinado por el colectivo con la presencia la oreja, desafiante. Qué enredo. No podía defraudarlo. No quería. Alcé el
de Mirta. El de ella tal vez sea, por ahora, el único tubo susurrador con susurrador sin saber qué saldría de mi boca. Lo calcé del lado de la nariz,
nariz de payaso. extraño payaso. Y cuando llegó a la oreja de mi pequeño interlocutor,
Conozco y admiro a Mirta y a Celeste. Fui a saludarlas y compartir recordé la copla popular como si hubiera nacido fresquita esa mañana:
los momentos finales del taller, cuando todos salieron a la calle agitando
sutiles vientos literarios. Mi compañera y otra amiga, por razones laborales Un amigo se cayó
tuvieron que retirarse, pero me dejaron a cargo de sus tubos susurradores, de la torre de una iglesia.
utilizados por otros talleristas que no habían terminado de construir los En los pies no se hizo nada…
suyos. ¡porque cayó de cabeza!

122 |  Cartografías del susurro De susurros y susurradores  | 123


Éxito total. Respiré aliviado. Nueva ronda de orejas. Justo luego se habla hispana y no hispana con la intención de divulgar
abrió la puerta blanca y se oyó mi nombre. Atravesé el corredor, entré cuestiones de lij a nivel nacional e internacional. La sus-
en el consultorio. Busqué un vértice donde apoyar los tubos recién cripción al boletín es gratuita. edelij cuenta con dos sedes
alimentados. Era en mí que reverberaban sus primeros ecos. El dentista en Argentina: la sede central en la provincia de Mendoza
no me preguntó nada. Su asistente no me preguntó nada. Me revisaron la y otra en Capital Federal, en donde se reciben documen-
boca, me anunciaron el tratamiento, la próxima sangre, tan distinta a esta tos de lij con la intención de incorporarlos a su bibliote-
vital que acababa de fluir por las palabras. A la salida me esperaban los ca y difundir el material tanto en el boletín como en los
niños y su madre. ¿Ves que es verdad? Ahí está el señor de los susurros. encuentros con promotores de lectura. Su creadora y di-
Fui yo quien sonrió. Alcé de nuevo el tubo. Con su permiso, mamá. rectora es Silvina Juri, profesora de grado universitario en
Qué otra me quedaba. Dejaba de ser gallina para convertirme en chancho. Educación General Básica por la Universidad Nacional de
Mariano Medina, Córdoba, septiembre de 2011 Cuyo y Máster en Didáctica de la lengua y la literatura por
la Universidad Autónoma de Barcelona. Silvina coordina y
Mariano Medina es escritor, compositor y periodista. Di- ejecuta proyectos de animación y promoción de la lectura
rectivo de cedilij, realiza actividades de creación artística, destinados a niños, jóvenes y adultos, y dicta cursos y con-
promoción de la lectura, medios de comunicación y vida ferencias relacionados a la lij.
en la naturaleza. Trabaja en programas para la formación Y seguimos susurrando, dice Silvina Juri de edelij de
de bibliotecas en ámbitos urbanos y rurales. Elaboró acti- Mendoza:
vidades recreativas y pedagógicas de muestras especiales
itinerantes: “Ver leer” de Argentina, y para Barrilete Mu- …los susurros han llegado a Huesca… y a tantos otros lugares… aquí
seo de los niños: “El mundo según Mafalda”, “María Elena en Mendoza también, en tantos y diversos contextos que ni te imaginas…
para todos”, “La ciudad mágica de Antonio Seguí”, capaci- Silvina
tando a docentes y multiplicadores. Es autor de canciones,
textos informativos y pedagógicos para niños y adultos. Rosa Ruiz Huidobro, directora de la Biblioteca Popular
Juan Bautista Alberdi de Luján de Cuyo, la más antigua de
• edelij, Mendoza Mendoza, y Alicia Colosimo, promotora de la lectura de
la misma biblioteca, son también militantes del susurro.
El boletín edelij es un espacio en donde se destacan te- Suelen recibir a los chicos susurrando y han organizado
máticas relacionadas con la Literatura Infantil y Juvenil; varios talleres de creación de susurradores. Cuando Alicia
contiene diversos apartados que se renuevan con la inten- me habla de la experiencia firma su texto así: “Alicia en el
ción de comunicar y difundir tópicos afines a la lij. El bo- país de las maravillas”. Y Rosa celebra.
letín se renueva mensualmente y llega a diversos países de

124 |  Cartografías del susurro De susurros y susurradores  | 125


Relato de las andanzas mendocinas de los susurradores El susurrado después del susurro puede salir volátil, expandido, curioso por
Un objeto llamado “susurrador”… más, con el deseo de ahora él susurrar a otros, inquietante, sorprendido,
ruidoso, jocoso; con ganas de más… siempre con ganas de más… y un
Una propuesta que hace audible “todas las voces…todas” sinfín de etcéteras que pueden descubrirse en la acción.
Desde edelij apostamos por difundir la poesía, el arte, la palabra… La fórmula fue adquirida y trabajada de manera espontánea. Fue
por ello hemos proyectado que ese interés llegue a los chicos (y no tan renovador observar las relaciones que se establecían entre los mismos
chicos) de la mano de un “pequeño gran tesoro” llamado “susurrador”, niños gracias a esta dinámica; se evidenció la escucha a la palabra del
objeto que nos hizo conocer y sentir nuestra querida Mirta Colángelo. otro, el “prestar oído”, la paciencia y la espera que se renovaba en cada
A continuación comentamos parte de nuestra experiencia en el trabajo acto de expectación para el próximo susurro (tanto para el susurrado
de promover la lectura animados por los susurradores en diferentes como para el susurrante), la conmoción producida al detenerse a sentir,
ámbitos: talleres para chicos y formación de formadores. el atender a los silencios… Todo ello y tanto más permitió observar y
avalar la experiencia de los susurradores como una acción sin límites,
Un canal que comunica… De tu voz a mi alma… transformadora de cotidianeidades, promotora de un tiempo otro.
Cuando abordamos los susurradores con los chicos el propósito es, y La experiencia de los susurradores es una invitación a confiar en
ellos bien lo saben, hacer sentir… Y en ese “hacer sentir” se transfieren un otro, a dar tiempo y prestar oído a cambio de un instante hecho de
nociones adquiridas previamente al acto de susurrar y que se han palabras que viajaban y vuelan de la voz del susurrante hasta el alma del
trabajado de manera expresiva y lúdica en los distintos talleres que susurrado. Así ofrecimos un espacio de taller de susurradores en son de
llevamos a cabo. que los chicos construyeran sus propias armas poéticas, así les llamaron
Aquí compartimos una de las experiencias con el trabajo de los ellos… para luego salir a susurrar.
susurradores en uno de los talleres para chicos, realizado en una escuela
estatal. La fórmula que el mediador propuso, aunque los niños sugirieron Susurros “a la carta”…
los pasos, fue la siguiente: Abrimos el juego no tan sólo al hecho poético sino también a
Para llevar a cabo la acción de susurrar se deberá pasar la poesía por: construcciones lúdicas con la palabra, por ello la ocurrencia de que el
· La mente… (para reconocerla) susurrador esté (en ocasiones) acompañado de una antología elaborada
· El cuerpo… (para hacerla carne, teatralizándola) por los chicos. Porque abordar la propuesta de susurrar no se agota, de
· El corazón… (y así recordarla para siempre 1) ello surgió la idea de acompañar la experiencia elaborando un libro de
· El susurrador… (modular el susurro transportándolo en voz por el bolsillo para tener a mano y poder susurrar según el menú que escoja
tubo hasta llegar al oído) el susurrado. Para ello los niños escogieron diferentes textos y hasta
· Para luego llegar directo al alma del susurrado… produjeron los suyos y armaron cada uno su propia antología poética.
Así denominamos al librito que acompañó al susurrador: “Letras para
susurrar”, el cual fue conformado por diferentes capítulos con títulos,
1 Porque etimológicamente recordar significa “pasar por el corazón”

126 |  Cartografías del susurro De susurros y susurradores  | 127


dando la posibilidad que el “susurrante” (lector) escoja qué susurrar momento de exploración. Una vez que hubieran recorrido, mirado y leído
al “susurrado” (destinatario) o viceversa, que el susurrado escoja qué en intimidad, la posibilidad de disponer libremente de los susurradores
temática desea que le susurren en ese momento. Asimismo hay que posibilitó que pudieran usar su voz para leerles poesías elegidas a otros sin
comentar que la capacidad de sorprenderse en cada susurro siempre tener que exponerse totalmente ante todo el grupo. Es decir, encontraron
estuvo presente. un modo que hacía posible el poder compartir con otros las palabras,
la poesía encontrada, disfrutada, acariciada y apreciada, sin perder cierta
Susurros que multiplican lecturas… intimidad. Quizá esta sea una de las explicaciones de por qué en las
Las cosas más hermosas que hemos leído se las debemos casi siempre encuestas finales después de varios encuentros de trabajo, el encuentro
a un ser querido. Quizá, justamente, porque lo típico del sentimiento, al de poesía era el que aparecía como más recordado y disfrutado.
igual que del deseo de leer, consiste en preferir. Amar, a fin de cuentas, es Nos interesa el trabajo con mediadores y por ello las personas que
regalar nuestras preferencias a los que preferimos… Daniel Pennac integramos edelij procuramos generar estos espacios de formación y
participación, en donde los asistentes puedan obtener herramientas
Los susurradores en espacios de formación de formadores que colaboren en sus prácticas cotidianas, y así poder ser ellos quienes
Los susurradores fueron presentados en diferentes contextos en los que multipliquen y enriquezcan experiencias de lecturas en los diversos
trabajamos con mediadores de lecturas; a continuación comentamos una contextos en donde se movilizan. La experiencia con los susurradores
de esas experiencias en el marco del encuentro en que se trabajaba en es uno de los recursos que ofrecemos y hemos confirmado que la
profundidad con poesía. Después de algunas actividades en torno a la vinculación que se genera es inmediata. Podríamos contar algunas de
poesía invitábamos a los participantes del taller a salir del lugar en donde las acciones con los susurradores que los mediadores están llevando a
estábamos para pasar a otro espacio en donde habíamos preparado cabo en sus espacios, de lo significativo que es para los chicos y de tanto
una mesa de exploración con una gran variedad de libros de poesía más… pero ya se nos acaba el límite de caracteres que nos pidieron
tanto de tradición oral como de autor. Antes de entrar en este espacio para compartir en este espacio, prometemos contar algunas de esas
dos miembros de edelij nos parábamos en la entrada e invitábamos experiencias próximamente, mientras tanto seguimos susurrando…
a que fueran acercándose a los susurradores. Sin explicarles nada
comenzábamos a susurrar. Y de esa forma habilitábamos el momento de Aquí va una de estas experiencias, comentada por Merce-
exploración personal de poesía. Los susurradores quedaban a disposición des Colombo, uno de los miembros de edelij:
del que tuviera ganas de usarlo para susurrarle a alguien una poesía
encontrada durante la exploración. El uso del susurrador como bienvenida Durante noviembre y diciembre de 2010 realicé ocho encuentros
al espacio creaba un clima de intimidad para el momento posterior de alrededor de la poesía con un grupo de ocho chicos de 2.do grado de la
encuentro y lectura de poesía. Además, como llevábamos varias ediciones Escuela Nro. 5 del D. E. 11 en el barrio de Flores de la Ciudad Autónoma
viejas muchos de los asistentes ya con el solo hecho de mirar tapas e de Bs. As.
ilustraciones se remontaban a otros tiempos, lo que sumaba emoción al

128 |  Cartografías del susurro De susurros y susurradores  | 129


Durante los encuentros de entre 45 y 60 minutos hacíamos actividades el susurrador a mí me abrió un nuevo panorama para decir qué bueno
alrededor de distintas poesías, tanto de tradición oral como de autor. El porque es el tono de voz de muchos niños acá, muuuuuchos usan ese
susurrador fue un hilo conductor de todos los encuentros. Cuando los tono de voz, y es darles un lugar. Sí, porque cuando vas probando el
chicos llegaban al espacio en que yo los esperaba (parte de un gran hall susurrador, si te hablan fuerte te molesta y el que susurra entra en ese
de entrada que demarcaba con un biombo y una mesa), los hacía entrar juego… eso que hacés para entrar en el espacio.
al espacio y sentarse en una alfombra después de que escucharan uno info@edelij.com.ar
a uno una poesía a través del susurrador. Fueron encuentro a encuentro Web: www.edelij.com.ar
habituándose a esta práctica y la esperaban con expectativa. Se notaba www.facebook.com/EDELIJ
que querían tener ese momento personal de escucha y lo disfrutaban Sede central Mendoza
enormemente. Al final de los ocho encuentros cada uno eligió las poesías Paraná 586 - Ciudad de Mendoza
preferidas que se habían leído, cantado, escuchado durante todos los (6ta sección) Mendoza - Argentina
encuentros. Después cada uno eligió cómo decorar su propio susurrador CP: 5500
y tuvimos un momento de susurros en el que los chicos que habían Tels.: (0261) 4-203124 - 156644661
participado de los encuentros pudieron susurrarle a sus compañeros de Sede en Capital Federal
clase las poesías que ellos mismos habían elegido y aprendido… ¡a través Rocamora 4343, Piso 18, Depto. 1
de su propio susurrador! c.a.b.a. - República Argentina
Los chicos con los que trabajé venían de contextos culturales distintos. cp: 1184
Varios de ellos eran hijos de padres bolivianos y al respecto me parece
interesante compartir el comentario que hizo la bibliotecaria, Viviana, Otro relato de Silvina Juri
relacionando la práctica del susurrar con estos chicos, durante la entrevista
que yo (Mercedes) le hice al finalizar los encuentros: Estoy finalizando con algunos cursos que doy para docentes y quería
M: Porque es muy notable cómo a E. y a Chr. les cuesta mucho compartir especialmente una historia narrada por una de las maestras este
expresarse. pasado viernes… una historia que apenas pudo terminar de contarme
V: Es que ellos susurran todo el tiempo. Yo creo que fue algo muy porque las lágrimas se le escapaban. Gira en torno a los susurradores y
importante el susurrador, porque es su tono de voz, es animarse a hacerlo específicamente lo ocurrido en una de las casas de los niños que han
por ahí. vivido la experiencia.
M: Es valorar también eso… el susurro como modo de hablar. Desde principio de año la docente advirtió la violencia verbal que el
V: Exactamente, parece que eso que los demás gritan se puede decir padre de uno de sus alumnos tenía respecto a él, y en su casa (decía el
de otra manera… es como encontrar el tono justo, el tono de ellos es niño) vivía gritando “cualquier cosa mi papá lo pedía gritando, hasta que
el tono del susurrador y por ahí se pueden abrir. E. lee muy bien, le conoció los susurradores… yo se lo hice conocer y a mi papá le gustó la
gusta mucho, pero es demasiado tímida, muy vergonzosa… creo que idea, así es que quería contarles a todos ustedes que ahora mi papá ya no

130 |  Cartografías del susurro De susurros y susurradores  | 131


grita más y cuando quiere decirme algo lindo o pedirme alguna cosa para
que mi mami no se entere me lo dice con el susurrador. Estoy contento,
mi papá ya no grita más”, repetía el niño orgulloso. Fue maravilloso cómo
lo contó la maestra, cuando nos veamos te detallaré la experiencia…

• Susurradores del pago de los Arroyos

Texto de Verónica Tonelli, profesora del área de Plástica


del Instituto Aire Libre de San Nicolás:

En junio de 2008 organicé, junto a la escuela donde trabajo, una


capacitación para los docentes sobre literatura infantil, a cargo de Mirta
Colángelo.
No la conocía personalmente pero no me llevó mucho tiempo
reconocerla en la Terminal de colectivos de San Nicolás:
En una mano una valija, en la otra, un palo o tubo largo cubierto por
una funda. Un misterio. Subimos al auto y ella se detenía a mostrarme
cómo se veía el sol que aparecía en el amanecer y la luna que se escondía.
Pura poesía. Ella era poesía.
Cuando comenzamos la capacitación, desenfundó el tubo y lo
presentó como un susurrador. Comenzó a susurrar poemas… bellísimos
poemas… al oído. Mirta explicó que no era idea suya, sino que en Francia
un grupo de artistas “Les Souffleurs” (Los Susurradores) salen armados
con abanicos, largos tubos y paraguas, e irrumpen en silencio en lugares
donde hay gran concentración de gente, como estaciones de trenes
o de subte, o terminales de colectivos, e invitan a la gente a tomarse el
tiempo para escuchar algún poema susurrado al oído por medio del tubo
(susurrador) en su camino al trabajo. “Que te susurren un poema al oído
tiene una acción reparadora. Es como desacelerar el mundo”.
A partir del momento que Mirta me susurró poemas de diferentes
autores, realicé un buceo bibliográfico de poetas mujeres e hice una
Los susurradores temáticos de Verónica
132 |  Cartografías del susurro De susurros y susurradores  | 133
recopilación de los más significativos. A partir de allí intervine los alumnos con sus ‘ruiseñores’ (tubos de cartón) acercaron al oído de los
susurradores inspirada en diferentes poemas de mujeres. presentes suaves estrofas de Andrés Del Pozo, Horacio Rega Molina, Ginés
· Título: “Susurradores cargados de poesía” García, Pedro Bisogni y Astul Urquiaga, poetas nicoleños.
· Dimensiones: 0.90 m x 1.00 m x 0.10 m Un ex alumno de la escuela, Gabriel Carrasco (donde Olga desarrolló
· Materiales: Trapitos Mortimer, trapo rejilla y tubos de pvc su inigualable experiencia educativa), educadores e invitados especiales,
· Primer susurrador: Cargado para disparar poesía de Marosa Di Giorgio agradecieron efusivamente a los niños por tan bella experiencia. Algunos,
· Segundo susurrador: Cargado para disparar poesía de Luisa Futoransky hasta se animaron a hacerlo susurrando”…
· Tercer susurrador: Cargado con poesía de mujeres para mujeres
Recuerdo de Analía: quién fue Olga Cossettini
Una invitación para ir a Rosario
Fue una maestra y pedagoga argentina. Nació el 18 de
Recorrimos tiendas por toda la ciudad para buscar “tubos de cartón”, agosto de 1898 en San Jorge, provincia de Santa Fe. Fue hija
que en Aire Libre ya son los Susurradores. Con los chicos los pintamos de Alpina Bodello y Antonio Cossettini.
y decoramos para que el jueves vayamos a susurrar a Rosario poemas Dedicó su vida, junto con su hermana Leticia, a trans-
nicoleños. ¡Pintamos como 50!… formar la escuela tradicional, la cual recurría al castigo
Verónica Tonelli como recurso pedagógico y era ajena a la realidad social.
Olga Cossettini se recibió de maestra en Coronda. Fue
Un tiempo después del encuentro, Analía Rocha, directora en 1930 que, siendo regente y junto a Amanda Arias, la Di-
del Instituto Aire Libre, relata las experiencias del viaje. rectora de la Escuela Normal “Domingo de Oro”, su her-
mana Leticia Cossettini y todo el cuerpo docente, impul-
La Biblioteca Escolar Leticia Cossettini del Instituto Aire Libre participó saron una práctica de Educación por el Arte, educación
del homenaje a Olga Cossettini. En esta oportunidad, la “voz” de nuestra basada en convertir a los niños en protagonistas del apren-
escuela fue “una caricia suave y a su vez profunda, un susurro”, graficaron dizaje y no sólo en destinatarios.
los mismos participantes.
Este homenaje a Olga Cossettini, a ciento diez años de su nacimiento, Algunos fragmentos de los textos que susurraron
se concretó en el Centro Municipal de Distrito “Olga y Leticia Cossettini”, los pibes en Rosario
ubicado en Provincias Unidas 150 bis de la ciudad de Rosario.
“Los alumnos susurraron al oído de quienes aceptaron, poemas El canario
de poetas nicoleños”, comenta Analía Rocha. “En un acto casi íntimo, Acacias de quietud. Corre un sencillo
desplegamos una pincelada de la lírica emotiva que circula en torno a rumor de soledad y agua tranquila.
las Hermanas Cossettini. El clima generado fue conmovedor. Nuestros Y el pájaro de oro es un ovillo musical,

134 |  Cartografías del susurro De susurros y susurradores  | 135


que en la jaula se deshila.
Ginés García

Río herido
Ya tengo el río en esta noche pura
junto a una compañía que no pierdo.
Ya siento su murmullo cauto y lerdo,
aguas debajo de la orilla dura.
Astul Urquiaga

Destino
Este es el mate, el mate que venía
amoroso en su mano compañera,
donde dejó su ausencia la quimera
de saber que la quise y me quería.
Astul Urquiaga

El jilguero
Negro y oro, blanco y gris
pájaro alegre y pequeño,
padre amante, dulce dueño,
es el jilguero cantor
que oficia de tejedor
y canta mientras trabaja,
construyendo paja a paja,
un nido para su amor.
Pedro Pablo Bisogni

La luna en casa
La luna, la luna tiene
Amanda Paccotti, discípula de Leticia Cossettini,
136 |  Cartografías del susurro y los susurradores de San Nicolás
miedo de caer al río,
• Taller municipal de Coronel Dorrego
parece, en el caserío,
que alguien, de atrás, la sostiene.
Niños susurradores por las calles de Coronel Dorrego,
Horacio Rega Molina primera salida

Ya de regreso, Verónica Tonelli cuenta: Taller de palabras de la Dirección de Cultura Municipal


coordinado por Laura Forchetti
Mirta querida:
Y sí… la poesía hizo de las suyas en Rosario, como decís vos. Estoy todavía Nicolás trajo el susurrador rojo, delgado, tan alto como él mismo.
emocionada con lo que pasó el jueves. La verdad que valió la pena ir… Ese tiene un sonido especial, una vibración rara –dirá después la
Después de varios “dires y diretes” internos en la escuela, Analía y yo secretaria del intendente, cuando pasemos por su oficina a susurrarle.
fuimos y nos llevamos ocho chicos para susurrar… ¡con treinta y cinco La fresa/ se encandila/ se posa/ en las hojas/ del otoño
susurradores! ¡Para regalar! ¿Quién se esconde?/ El rojo.
Los organizadores hicieron un recibimiento que nosotras no Repite la boca de Nicolás en el tubo de cartón, su pequeño poema.
esperábamos, Analía pensó que iban muchas escuelas y cada una —¡Qué imágenes bonitas! –dice Nazareno, profesor de historia, va de
realizaba una actividad. La realidad es que éramos la única escuela, y la acá para allá, caminando o en bici, por el pueblo. Lo encontramos en la
presentación fue inesperada, explicamos por qué nosotros estábamos allí avenida: —Tenés que sacarte los auriculares, vamos a susurrarte un poema
y qué íbamos a hacer. –y Nicolás fue con el rojo.
Allí la gente… sorprendida y emocionada era una maravilla. La escena se multiplica, la poesía como los panes.
Era hermoso verlos a los chicos entrecruzados susurrando poesía Nicolás, Clara, Francisco, Candela, Rodrigo, Agustina, Facundo, Ariadna,
nicoleña. Estaban los ex-alumnos de Leticia, gente bellísima, sensible y los niños y Eliset, mi compañera de trabajo, que nos acompaña.
verdaderamente especial. Luego ellos les susurraron a los chicos. Fue Salimos a la calle con los susurradores. Es viernes, son las once de la
extraordinario y fascinante. Los chicos volvieron muy contentos a sus mañana, la gente que hace trámites y compras, se sorprende, se acerca, se
casas, algunos padres llamaron para agradecernos porque sus hijos no deja seducir por las palabras.
paraban de hablar de los susurros y de los besos y abrazos que recibieron La lluvia suena como las pulseras de mi brazo, huele a menta.
de las señoras. La lluvia suave cae sobre el techo como granos de sal.
Entre la gente estaba Salomón Azar, un especialista uruguayo, que es La lluvia es un cascabel atado de una nube.
el director de un Instituto de Educación por el Arte. Le gustó mucho la Las escenas mínimas arman una improvisada obra teatral. De pronto,
experiencia y nos sacaba fotos. Salomón después dio una charla sobre todos somos otros. Portando nuestros susurradores nos atrevemos a ser
Jesualdo Sosa, muy interesante… otros, como si lleváramos máscaras, un permiso de juglares, un aura de
Un beso enorme. Vero. profetas.

138 |  Cartografías del susurro De susurros y susurradores  | 139


Cuando le susurro Mariposas, de Katherine Mansfield, a una consejera
escolar que cruzo en la vereda, se le llenan los ojos de lágrimas: —Venía
con la cabeza así y esto me calmó.
Seño, a los que les digo la poesía de la patria me dan un beso –cuenta
Candela, su dulzura.
Hay un pibe sobre una moto esperando a alguien en la puerta de la
escuela, me mira con curiosidad. ¿Querés un poema? Eso sí, tenés que
sacarte el casco. El pibe se descubre, sonríe, pone la oreja.
Y hay más: Francisco que se cruza de calle para susurrarle a la mujer
policía y un señor con perro que se ríe y se queda parado sin saber qué
hacer, con el poema ahí, como si lo tuviera entre las manos y le quemara.
Antes de volver a la Casa de la Cultura, Eliset nos propone una intervención
en la Municipalidad.
Los pibes entran haciendo bochinche, van oficina por oficina.
Yo le susurro a un cajero y después me voy a la cabina de la telefonista
¿Querés un poema?
El 452212 suena con insistencia, la demora es un poema que se repite.
Será en el primer piso, alrededor de la oficina del intendente, que
regalaremos poesía a los concejales, a algunos directores y subdirectores,
secretarias y secretarios.
Una jovencita, cuando termino de susurrarle, me pide el tubo y lo mira
por dentro: —¡Cómo suena, qué bárbaro! ¿No tiene nada, no?
Misterios del encuentro con la poesía: —No, un tubo vacío, nada.

• Tres crónicas breves

Instituto María Auxiliadora de Comodoro Rivadavia

En Comodoro los susurros y susurradores empiezan a multiplicarse en


las escuelas, van de la mano de las maestras que estuvieron con vos en
el taller, las alumnas y ex-alumnas de los profesorados… a veces ya no
Ana Sol con su susurrador casi listo
140 |  Cartografías del susurro
sabemos cómo llegaron, sabemos que atraviesan las fronteras de las Instituto Agustiano del barrio de Balvanera en Bs. As.
estructuras escolares y acarician el alma infantil.
Diana Iniurrita, profesora Es un proyecto social de la orden de San Agustín, locali-
zado en el barrio Balvanera de la ciudad de Buenos Aires.
Jornada “Argentina Lee Poesía” en un colegio de Bs. As. Está llevado adelante por jóvenes profesionales, que ges-
tionan proyectos que tienden al desarrollo de las poten-
Colegio Galileo Galilei, septiembre de 2010 cialidades y capacidades de los diferentes actores sociales
Querida Mirta: hoy mi escuela vivió la jornada “Argentina Lee Poesía”, participantes, trabajan con niños, adolescentes y jóvenes
fue una ceremonia fundante, ya que juntos maestras y alumnos, en situación de vulnerabilidad social a través de propues-
visitantes y personal auxiliar, papás y niños de jardín, adolescentes y tas creativas, y buscan generar un espacio de participación
profesores participaron recibiendo poemas, rimas, coplas a través de los y contención donde la comunidad encuentre su lugar de
“susurradores”… pertenencia.
Fue tan encantador verles las caritas a los chicos ¡y a los grandes!
cuando eran susurrados… Hola Mirta:
Lic. Norma Retamoza, Directora Soy Flor, del Agustiniano.
(…) Te escribo además para agradecerte por habernos regalado
Para vos, al oído: el ruiseñor-susurrador en el Encuentro. Ya lo llevé a la Biblio y para la
“No basta la elocuencia. Mi corazón esta noche oscila y se desliza por el semana que viene tenemos programada una actividad con la idea de
filo de un párpado” [cito de memoria a René Crevel] poder transmitirles esta maravillosa experiencia al grupo.
Uno de los chicos, después de conocer y construir su susurrador,
De una de las maestras: Claudia Muñoz seducido por las intervenciones de “les souffleurs”, se apareció unos días
después vestido de negro y esgrimiendo un paraguas también negro para
Te cuento que hoy el colegio se llenó de susurros. Fue una experiencia imitarlos.
fascinante en el marco del día “Argentina Lee Poesía”. Es realmente Florencia Corpa
mágico lo que provoca la palabra. Los chicos y las docentes de todos
los grados quedaron deslumbrados y circularon por el colegio regalando • En el jardín de infantes de Monte Hermoso
poemas, adivinanzas, hechizos… todo concentrado en un “pequeño tubo
de cartón”… El otro. Su mirada. Su silencio. Sus palabras.
Yo. Mi susurrador. Los poemas que me habitan. Las palabras.
El permiso. La confianza. El sonido que nos une y envuelve. Abismo y
contacto ancestral.

142 |  Cartografías del susurro De susurros y susurradores  | 143


El milagro. La maravilla. Algo se despierta. Se mueve. Se perturba.
Un sonido que arrastra. Alguien se deja llevar.
Un 25 de mayo en una fiesta con impronta gauchesca nuestros
susurradores patrios encantaron al público más diverso. Decorados como
banderas, se multiplicaron en voces de chicos y grandes. Gente que pedía
si no teníamos otro poema para susurrarles.
Los susurradores que un día nos presentó Mirta volando como
palomas por los insospechados cielos.
Antonia Zaragoza

Antonia fue alumna de mis talleres de La casa del sol du-


rante varios años, y es poeta. Chispeante, sensibilísima,
coordina talleres literarios para niños y conduce progra-
mas radiales. Compiladora de antologías de poetas mon-
tehermoseños, es autora de “Arenitas”, “Arenicosas” y
“Joaquín y el agua”. “Andan descalzas” es su última publi-
cación.

• La alquimia del verso seduce a los narradores

Durante el xv Encuentro Internacional de Narración oral


de la 37º edición de la feria del Libro de Buenos Aires los
narradores decidieron que en esta edición se ofrecieran ta-
lleres de poesía y susurros. Incorporar esta temática para
participantes de todo el país y del exterior fue todo un de-
safío. Dos educadores por el arte asumimos esa responsa-
bilidad.
Jorge Sánchez, especialista en el área de Plástica, coor-
dinó talleres de construcción de susurradores y yo trabajé
con la palabra poética y fundamenté la idea de incursionar
en esta nueva forma de mediar poesía. Repartí un reperto-
Los andares y las esperas en y por la feria del Libro
144 |  Cartografías del susurro
rio no excluyente de poemas breves y durante las tres tar- En el mismo momento de estar compartiendo el susurro de un poema
des que duró el encuentro hicimos intervenciones por los o cuento breve, una va recibiendo de el/la otro/a una corriente energética
pabellones de la feria. que está dada por esa entrega corporal, postural, gestual en la recepción
Muchos practicantes del susurro del país que viajaron de ese río de palabras y sonidos acariciantes del que escucha.
especialmente se unieron a nosotros. Confiando en la El acto de susurrar va y vuelve, como el mar. Es movimiento desde
aceptación de la sorpresa por parte de los que circulaban adentro hacia adentro, con un/a otro/a. Un diálogo de seres humanos en
por los pasillos, los mediadores de susurros echaron a vo- plena intimidad, aun en la intemperie urbana.
lar al oído de la gente la palabra viva. Es también una acción que se despliega en grupos. Un telar que se
teje con cuerpos en movimiento y susurradores dejando viajar a la palabra
Estas intervenciones se reiteraron en el xvi Encuentro In- poética de boca a oreja.
ternacional de Narración de la Feria del Libro de Buenos Mi vida se transformó desde que comencé a susurrar y a participar
Aires, en el que se homenajeó a Laura Devetach. Estuvimos de eventos donde se susurraba. Comencé a leer mucha más poesía y
en las intervenciones el grupo de narradores que organizó cuentos breves para poder seleccionar qué compartir en cada ocasión. Y
el Encuentro: Juana La Rosa, Elva Marinangeli, Ana Pado- el efecto sanador, y de bienestar que se genera, la magia que se instala
vani, Nora Fonollosa, Carmen Bártolo, María Rosa Borda- es tan enorme que una quiere tener cada vez más oportunidades para
garay, Mónica Elicabe, Paula Martín y Diana Tarnofky, par- realizar intervenciones en el mundo todo.
ticipantes de los talleres, y la narradora chilena Paty Mix. En el año 2011 rendimos homenaje a la gran maestra del susurro
en nuestro país, Mirta Colángelo. Se realizó en el marco de la Feria
Susurros en la piel internacional del Libro en la Ciudad de Buenos Aires, en el marco del 16.º
Encuentro Internacional de Narración Oral. Este homenaje merecidísimo
La acción de salir al ruedo a compartir poesías y cuentos brevísimos nos permitió desplegar la acción de susurrar en los pasillos y patios de la
susurrados a través de los susurradores, genera en mí una pausa que feria del libro con maravillosa repercusión tanto en quienes susurraban
me permite escuchar el silencio. Me da calma, puedo enraizarme y tener como en quienes eran susurrados.
alas al mismo tiempo. Me permite habitarme y estar en comunicación El malba (Museo de Arte Latinoamericano de Bs. As.) cumplió 10
profunda con los/las demás. años, y lo celebramos realizando intervenciones con susurradores en los
Esa pausa también me permite observar, percibir, escuchar otras voces espacios del museo (los susurradores fueron intervenidos por los artistas
y emitir mis propias voces desde las profundidades de mi ser. María Gil Araújo y Juan Lima).
El acto de susurrar crea una intimidad en medio de la vertiginosa
vida cotidiana. Despliega en pocos minutos un laberinto poético, una También participamos en “La noche de las galerías abiertas”, en el viejo
posibilidad de habitar una zona onírica con los ojos bien abiertos. hotel en San Telmo.

146 |  Cartografías del susurro De susurros y susurradores  | 147


Hicimos nuestro aporte en los premios eter 2011. ¡Susurramos en estremecimientos, la llegada de lo que se va emitiendo, el eco que
estéreo! Generando un universo radiofónico, para los premios de la radio. repercute en el cuerpo, la resonancia traducida en gesto…
Y cruzamos la cordillera de los Andes para participar en “Valparaíso Diana Tarnofky, cuentacuentos y susurradora
es un cuento”, realizando una bellísima intervención callejera y otra en el
centro cultural ex-cárcel. Algo más de Diana
Seguimos susurrando en escuelas, congresos de medicina,
musicoterapia, bibliotecas, hospitales. Anduve compartiendo taller en el Hospital de Niños Gutiérrez, aquí en
Siempre que una viaja por la ciudad con un susurrador, habrá algún/a Ciudad de Buenos Aires. Trabajando con las psicopedagogas, residentes
curioso/a que quiera saber de qué va la cosa… esa simple curiosidad es y voluntarias que forman parte del equipo de salud mental del hospital.
una puerta abierta a compartir el susurro, a generar espacio de encuentro Llevé los susurradores a pedido de ellas. Muy gracioso, pensaban que
desde la poesía. llegaría con un grupo de gente susurrante… no imaginaban de qué se
Sin duda alguna, es un acto transformador. Transforma el tiempo, trataba el elemento “susurrador”.
modifica las lecturas, la capacidad de escucha, la apertura de los sentidos. El taller fue muy bello, tenían una disponibilidad hermosa para jugar.
Lo pequeño se convierte en extraordinariamente gigante, se amplifican Luego pensamos juntas diferentes modos de llevar a la práctica cotidiana
los universos mínimos. El juego tiene su territorio liberado para existir. Es esta experiencia. Pensaban, ellas, que realizan cotidianamente propuestas
democrático. Es simple, contundente, profundo, verdadero, auténtico. Está donde acercan libros a mamás/papás y niños/as que están internados/as,
al alcance de todos y todas. Viaja con uno/a. Se te vuelve piel y necesario, que la acción de susurrar era fantástica para esos ámbitos de internación,
como respirar. ya que les permitía no invadir al otro/a, encontrar una distancia óptima y
El poema, el cuento breve, las palabras, viajando por el susurrador, al mismo tiempo lograr una profunda intimidad.
van encontrando en la boca de quien las susurra diferentes matices.
En la repetición, en el juego de empezar y terminar cada ceremonia de Claudia Stella, otra narradora oral dice:
“dos”, se abre una investigación sonora. El volumen, la intensidad, la
posibilidad de desarmar las palabras, dilatarlas, acelerarlas, jugar con Trabajo como capacitadora para el cepa… en cada grupo que he tenido,
vocales y consonantes, armar texturas sonoras a partir de las palabras… me llevé el susurrador. El efecto fue multiplicador con los bibliotecarios,
las reiteraciones de ciertas palabras… jugar con el decir hasta licuar el que me costaba bastante desestructurar, la mayoría son técnicos y no
sentido y transformarlo en sonido… docentes, no tienen experiencia en el trabajo con niños y les da mucha
El susurro, el murmullo, la suavidad del decir, la palabra como caricia, vergüenza todo. Un día, los recibí con el susurrador… las bibliotecarias se
envoltura sonora y rítmica. Onomatopeyas e interjecciones, formando llevaron la idea fascinadas y la compartieron con los chicos. Incluso una
parte del mapa sonoro que se ofrece. hizo una experiencia donde sus alumnos de 7.º hicieron susurradores con
Y también la posibilidad de capturar el gesto en el rostro de quien chicos de una escuela de ciegos con la que comparten algunas actividades
se dispone a escuchar… observar las miradas, las sonrisas, los

148 |  Cartografías del susurro De susurros y susurradores  | 149


La hormiga que canta susurra con su voz.
por su cercanía. Todos juntos fabricaron susurradores, susurraron y se
dejaron susurrar. Me contó que fue maravilloso, ¡y le creo!

Tengo mi susurrador plantado en un jarrón

Tengo mi susurrador plantado en un pequeño jarrón, una suerte de florero


sin agua. Al principio, me inspiraron las flores con que lo decoré, pero
pronto descubrí que en el lugar en que vive, un rincón del cuarto que
en casa oficia de oficina, convive con mi biblioteca. Además, en mi visita
diaria a la computadora es lo primero que veo cuando cruzo la puerta.
Mis dos sobrinos más chicos juegan con él cada vez que me visitan.
Anita (4 años) ensaya sonidos y se coloca gustosa el extremo del oído
para escuchar mis susurros. A medida que le recito algún poema gracioso
de Silvia Schujer o un trabalenguas secreto, su sonrisa, muchas veces
esquiva, se le dibuja en la cara sin pedir permiso.
Uri (7 años) llegó el otro día a casa y con grave gesto de preocupación,
susurrador en mano, me dijo:
—Tía, NECESITO poesías.
Nunca me hicieron un pedido tan serio y hermoso. Le ofrecí entonces
mi libreta de poesías especialmente preparadas para susurrar y ahí estaba
él, texto en mano, susurrándole a su prima.
Descubrí los susurradores en el 16.° Encuentro Internacional de
Narración Oral en la Feria del Libro, en Buenos Aires, en el año 2011. Taller
mediante y de la mano de Mirta Colángelo y Diana Tarnofky, recorrimos
las calles de la Feria ofreciendo poesía al oído. Algunos miraban
extrañados, otros decían “No, gracias”, otros me pedían “susurrale a él/
ella” (en general un niño o niña)… y después la maravilla:
—Quiero que me digas al oído, lo mismo que le dijiste a mi hijo para
que ponga esa cara.

Este dibujo lo hizo un nene de segundo grado cuando le preguntaron qué


150 |  Cartografías del susurro le había gustado más de la Semana de la lectura. ¡Elocuente! Enero de 2012
Al tiempo una amiga presentaba su libro de poesía. Le conté de los —Vení, susurrale a mi amigo ese tremendo poema de Pessoa que me
susurradores y construimos los nuestros para la presentación. Recibimos a susurraste a mí en el malba.
la gente susurrando fragmentos de sus poemas al oído: Y ese pedido me colmó el alma.
Susurrar es un disfrute para los sentidos. Me encanta susurrar textos
Vivir lo cotidiano que sé de memoria porque eso me permite cerrar los ojos mientras me
Se me despeinó un rulito aferro a mi susurrador y disfrutar de la magia invisible que flota en el aire.
Le anticipé que lo quería callado, igual que todos, pero no, el muy travieso Cada tanto me gusta espiar los gestos de quienes escuchan y estudiar sus
se fue por entre caminos de almíbar y ahí anda, enrollado en versos, reacciones cuando al principio estaban resistentes y después de un: “Mirá
soñando mundos donde las fronteras son sólo de aire y los amigos y los que no duele y es gratis” acceden temerosos y risueños a la experiencia.
amantes y las personas andan todo el día despeinando sueños Entonces descubren mi…
Graciela Wider
Definición de susurro
Allí, en el bar, entre las mesas, la gente miraba y pedía más. Casi no Perdida entre palabrerío y vacilaciones
dábamos abasto. te convido
Después vino aquella función en el Tortoni: “Entre Cuentos y el silencio
Susurros”, donde regalamos poesías al inicio y al final entre un público de un instante de espera…
ávido y asombrado que quería su minuto de intimidad con el poema. Para estar presente
Pero lo más maravilloso fue susurrar entre los pasillos de un museo de para ser genuino.
arte: el malba. Allí fuimos ¿una brigada?, ¿una patota?, ¿un grupo?… un
Elizabeth Gothelf, Narradora y Lic. en Ciencias de la Educación
colectivo de siete narradoras y un músico, con susurradores intervenidos
por una artista plástica que les había puesto ojos, orejas, lenguas. Nuestros
susurradores de entonces, muy coloridos e invitantes, se llamaron “Palitos Correo de Marcos Vidret, musicoterapeuta
de la Selva”. Los portadores de negro nos dejábamos llamar por el sonido
de unas marimbas que nos agrupaban para poder dispersarnos luego 6 de septiembre de 2011
en la puerta del museo, en el subsuelo, en medio de una instalación de Estimada Mirta,
luces, en la escalera mecánica… Te escribo porque Diana Tarnofky me habló maravillas de tu trabajo.
Nos habíamos propuesto susurrar una hora y estuvimos tan requeridos A partir de comentarlo en clase (soy musicoterapeuta y doy clases en
que perdimos la noción del tiempo y seguimos hasta agotar el aire de universidades) surgió la propuesta de mi boca de armar algo, inspirado
nuestros pulmones. Quince días después, susurrando en una galería de desde el no-saber-aunque-si percibir-de-qué-se-puede-tratar-esto (Diana
arte en San Telmo, una persona se me acercó y me dijo: me dio el link de “Les Souffleurs”, franceses también) pero a partir de
melodías cantadas. Los estudiantes de musicoterapia son a la vez

152 |  Cartografías del susurro De susurros y susurradores  | 153


cantantes afinados y amantes de melodías poéticamente intensas, por lo ni más ni menos. Es el sonido que marca el presente, y denota presencia.
que aceptaron empezar esta propuesta intrépida e inconsciente, que en el Es el sonido que sólo se hace sonido cuando transforma al que lo hace
día de hoy celebrará su primera reunión. vibrar y al que recibe ese vibrar.
Nuestro plan es intervenir desde canciones al oído en un Congreso de Susurros del Juglar puede estar en cualquier parte en la que un
Musicoterapia en Buenos Aires en octubre. susurrador, un cantante emocionado y un oyente desprevenido (o no) se
Nos denominamos en principio “Los Susurros del Juglar”. unan con una canción como lazo.
No creemos que lo que vayamos a descubrir desde la canción sea Cuando Susurros del Juglar aparece, no es de a poco. Irrumpe
totalmente nuevo, y debe haber muchos puntos de contacto con la poesía cantando su canción, su himno, que es la Canción de Vagabundos.
de palabras… Después suenen canciones a destajo, mientras la magia dure.

Atentamente, Gran abrazo,


Marcos Vidret Marcos Vidret

Y el 3 de noviembre Marcos me contó sobre las experien- Acude Paul Zumthor a la tradición histórica para demos-
cias de “Los susurros del Juglar”: trar que fue originariamente la canción la forma por ex-
celencia del discurso de arte verbal: la mayoría de las per-
Mirta, ¿cómo va? formances poéticas han sido cantadas, siendo en la voz
Nuestro grupo se llama Susurros del Juglar. cantada donde el lenguaje exalta su potencia, donde la
Surgió como un juego entre docentes y estudiantes de Musicoterapia palabra se encuentra magnificada, aunque sea al precio de
en la Universidad del Salvador, a partir de un comentario al pasar de una cierto oscurecimiento del sentido, de cierta opacidad del
narradora-susurradora (DT), y de un llamado desde Internet al descubrir a discurso.
“les souffleurs” franceses… Marcos Vidret es Licenciado en musicoterapia, profesor
El desafío: poner en voces y orejas algo de la magia que sostiene las universitario. Dirige El Coral del Aire, un coro para perso-
experiencias musicales de los que cantamos desde nuestras pasiones y nas con capacidades cognitivas diferentes.
quienes nos escuchan, y de quienes nos cantan y escuchamos deleitados.
Creemos en eso, en la magia del canto, en donde la música encarna en • La poeta Marisa Negri susurra e invita a susurrar
su acústica los misterios del que hizo la canción, del que la está haciendo
vibrar y del que la recibe y se transforma… Pequeñas postales susurradas
Los Susurros del juglar es un grupo incipiente, en desarrollo, en donde Feria del libro independiente de Bahía Blanca, 2009
las canciones son elegidas por las personas en el momento, para el
momento y desde la conmoción de la situación que se hace canción ahí,

154 |  Cartografías del susurro De susurros y susurradores  | 155


Oír de todo
Es una casa antigua, un patio, un aljibe. hay
Hay fiesta y barriletes de colores cruzan el cielo. Ella, la Señora de los un
Susurradores, sonríe y dice suavemente: jardín”
Cerrá los ojos. Los ojos cerrados sonríen, inician un viaje en barquito de lluvia.
Ya estoy hechizada. De oído a boca el mundo se detiene el tiempo justo para que florezcan las
De boca a oído vuelve un verso de Olga Orozco vivo, aleteante, de una glicinas y Lorca agite su pañuelo de hilo blanco por los caminos del aire.
obstinada esperanza: Marisa Negri
“En el fondo de todo hay un jardín”.
¿Qué sucede? Estoy descalza y aspiro el perfume de la tierra húmeda. II Festival de Poesía en la Escuela
Las glicinas forman un manto lila sobre mí, aletean los colibríes.
Cae una gota. “¿Por qué un festival de poesía en la escuela?”… Se preguntarán por qué
“Entonces comprendimos que la lluvia también era hermosa”, dice Ella y un grupo de personas de diversas edades y procedencias han decidido
viene un barquito de papel con Tuñón y Lorca vestido de marinero. entrar a la escuela a leerles poesía o a hablarles de ella; a proponerles
Contesto como quien reza: “Estoy tocado de tu destino, oh lluvia, oh actividades con collages, música, talleres donde puedan escribir ustedes
generosa”. sus primeras poesías… “…Algunas claves están en las páginas de la
revista del 2° festival… muchos de nosotros empezamos a escribir
• Susurrar en el II Festival de Poesía en la Escuela, poesía en la infancia o en la adolescencia. Leerles a ustedes es también
Escuela Especial Portal del Sol leernos a nosotros mismos, a aquel niño o joven que fuimos, como en
un abrazo…” (extraído de la Revista editada por el Taller Poesía en la
Es el patio de la escuela y los chicos escribieron en papeles de colores sus Escuela, de la Profesora Marisa Negri)
deseos que ahora tienen que volar.
Ana pintó cometas y estrellas en mi susurrador cósmico pero los nervios Y éste era el Segundo Festival. En el año 2010, Marisa Negri
me pueden y tengo cosquillas en la panza. y Alejandra Correa habían inaugurado este proyecto con
Estamos en fila, en silencio, en un pasillo poco iluminado y podemos ver la convicción de que era necesario poner a los chicos y a
las caritas expectantes de los chicos detrás de la ventana. los jóvenes en contacto con los creadores de poesía. Tam-
Y vamos hacia ese mar. bién sabían que mezclar lenguajes –arte y literatura, por
Nos elegimos con la mirada, con un leve gesto que bien podría ser la ejemplo– podía enriquecer la experiencia.
invitación a una pieza de baile. Del 12 al 19 de septiembre de 2011 tuvo lugar el ii Festival
Cerrá lo s ojos, invito. de Poesía en la Escuela. Fueron sedes de este evento, que
“En el fondo cuenta con el apoyo del cceba (Centro Cultural de España

156 |  Cartografías del susurro De susurros y susurradores  | 157


en Buenos Aires), diversos centros educativos de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires y del conurbano bonaerense:
Liceo Nº 1, Ciudad de Buenos Aires; ep 97, de Villa Celina;
Colegio Mariano Moreno, Ciudad de Buenos Aires; Escue-
la Educación Estética de Morón; esb 186, Villa Celina; Es-
cuela Portal del Sol, Tapiales; Escuela Técnica 1, esb 24 y ep
11, Paraná Miní, Delta de San Fernando.

Participaron de las actividades programadas 50 poetas ar-


gentinos y alrededor de 3500 alumnos y docentes de los
diversos niveles educativos (inicial, primario, secundario,
educación especial).
En cada una de las seis jornadas del Festival se desarro-
llaron talleres de arte y poesía; lecturas de poetas invitados,
docentes y alumnos; homenajes y espectáculos musicales
en base a obras poéticas; además de las videoconferencias
de los escritores David Wapner (desde Israel) y Mercedes
Roffé (desde ee uu).
La lectura de los poetas invitados tuvo como particula-
ridad que a las poesías propias, cada uno de ellos sumó la
lectura de la obra de algún maestro. De esta forma, el festi-
val les puso voz a 50 poetas de todos los tiempos buscando
tender un puente entre generaciones, rescatando una línea
histórica en la voz poética comúnmente rezagada en los
programas de estudio.
En cada una de las escuelas participantes, la organi-
zación del Festival donó libros de poesía de Editorial En
Danza y Ediciones Del Dock, además de algunos libros ce-
didos por los autores, revistas y videos de la Audiovideote-
ca de Buenos Aires.
La protagonista del festival: la poesía
El Festival ha editado su propia publicación, “Poesía en

158 |  Cartografías del susurro


la Escuela”, con textos de los poetas invitados y de los chi- 9 de mayo de 2011
cos de los talleres de poesía. ¿Momento de crisis? Por lo que veo son decisiones maduras de alguien
En el Colegio Mariano Moreno de la Ciudad de Bue- que quiere ser como le gusta ser, como quien sabe qué es lo que le
nos Aires, se llevó a cabo un Homenaje al poeta Francisco importa.
Madariaga, quien fuera alumno de esa institución. En esa Esto tal vez lo sentí reflejado en mis sensaciones en la marcha que se
ocasión leyó poesía su hijo Lucio Madariaga y se proyectó hizo hace un par de días en repudio a las excarcelaciones… fui por mi
un video. derecho a creer y celebrar la democracia… como ciudadano sentí que
El cierre del II Festival de Poesía en la Escuela se reali- tenía que estar, y mis amigos susurradores de poesía también estaban con
zó en la Librería Fedro, donde los alumnos que integran las mismas ganas de expresarse, por lo que emprendimos la aventura de
los diversos talleres de escritura leyeron sus producciones. susurrar poesía a la gente en una marcha muy cargada de política… una
Estuvieron presentes acompañándolos la poeta Mercedes propuesta diferente, otra manera de acercarse al dolor humano y decirle
Roffé y Alejandro Méndez (de Rosario). que hay una generación de gente que se hace cargo y quiere construir
www.poesiaenlaescuela.blogspot.com algo mejor que lo que nos han legado. Mis amigas susurrantes entienden
poesiaenlaescuela@gmail.com el porqué de mis cavilaciones y me hacen sentir bien, me dan ganas de
hacerles sentir algo parecido pero tal vez haya que esperar a volver a
• SusurrArte, La banda del susurro, Bahía Blanca sentirme entero y devolverles el cariño como se lo merecen.
Ya dentro de la marcha, susurros colectivos (que te susurren
Este colectivo está integrado por fervorosos profesores de dos personas a la vez, una por oído, es una experiencia maravillosa
literatura y docentes. El grupo ha hecho intervenciones en y renovadora, no hay palabras para describirlo, o por lo menos no las
bibliotecas y espacios abiertos, en muestras de arte y en tengo ahora, pueden ver mi foto de perfil y se pueden dar una idea)
escuelas. Participa susurrando en la conmemoración del e individuales, una selección de poetas tales como Urondo, Santoro,
golpe del 76 en el predio donde funcionara el centro de Gelman, Belli, Galeano. Un altísimo porcentaje de la gente que los recibe
detención “La escuelita” y coordina talleres de susurros y se muestra agradecida, y yo las noto más vitales, renovadas aunque sea
fabricación de susurradores. por unos segunditos.
Después de participar como integrante de “La banda Nacen propuestas de otras gentes para participar en otros actos, en
del susurro” en la marcha de repudio a las excarcelaciones alguna que otra radio, en alguna que otra escuela. Me quedo con eso
de los represores de la dictadura al iniciarse los juicios, Ig- como esperanza de que otro mundo es posible. Trae aparejado un
nacio Izaguirre escribió: esfuerzo, pero se puede.
En la vorágine de susurradas, a veces me pregunto… ¿estaré haciendo
bien? ¿Estaré susurrando lo que corresponde para seguir adelante cada

160 |  Cartografías del susurro De susurros y susurradores  | 161


día mejor y sacarle el jugo a este estado democrático que tanto costó
obtener?
Me acerco a una chica, le pregunto: “¿Te puedo recitar una poesía al
oído?” Lo piensa unos segundos y dice: “Bueno, sí”… Entonces yo le
digo, susurrador de por medio, estas palabras de Gioconda Belli:
“…pero los siglos y la vida/ que siempre se renueva/ engendraron
también una generación/ de amadores y soñadores,/ hombres y mujeres
que no soñaron/ con la destrucción del mundo,/ sino con la construcción
del mundo/ de las mariposas y los ruiseñores”…
Aparto suavemente mi susurrador de su orejita y le pregunto: “¿Qué te
pareció?”. Ella sonríe, dice que le encantó y me agradece y yo me quedo
más tranquilo… hay alguien que me entiende.

Gaby Bonino, otra de las integrantes, refiere:

…nos perderemos en la hora del don con la sonrisa anónima


y segura de una simiente en la noche de la tierra.
Juanele

Gaby Bonino y su fervor susurrante


Comienza el rito juntando la voz en un puñado.
Se suelta la poesía.
Se invoca su magia
que trama puentes
de encuentro
con voz y voto
con la humanidad,
propia y en abstracto,
licuando la temporalidad
y el espacio
como un arma cargada de futuro
y de ayeres.

162 |  Cartografías del susurro


Instantáneamente, la belleza que acechaba en próximos susurros.
como la vida,
como la muerte, Los breves instantes que dura ese ritual
se devela por un ratito ante nuestros ojos, se parecen a la eternidad.
dejándonos ahí,
desnudos Se cree que esto pasa
con la palabra en grano, porque el tiempo es derrotado
latente por la belleza cada vez
en la boca,
en el oído, Daniel Martínez, poeta bahiense
en la mano…
• Susurros en la Biblioteca Pan y Rosas
Poema escrito por Daniel Martínez a Laura Orsi del grupo de Bahía Blanca
La banda del susurro
Testimonio de Sabrina Funk acerca de la experiencia en la
En algunos días de sol en parques y plazas Pan y Rosas
suelen verse estos seres susurrando a través
de un tubo largo de colores No sabemos si la realidad necesita expresarse, pero el hombre
palabras acariciadoras sí lo necesita. Es la parte de la realidad que encarna esa exigencia.
pedacitos de letras de canciones Y la poesía es la fidelidad más plena para cumplirla.
o pequeñísimos poemas Roberto Juarroz
al oído de los ocasionales escuchadores
con el fin de iluminarles el alma Sucedió en el equinoccio de 2008, mientras ardía la hojarasca y el sol se
y contagiarles su asombro hamacaba entre las ramas del cedro. Mirta, además de su valija violeta
por la música que tienen las palabras. cargada de libros, pétalos y hojas secas, como solía llegar a la Casa del
Niño, donde nos daba talleres de mediación de lectura, traía un largo tubo
Estos a su vez escriben sus frases preferidas negro que se elevó en un breve gesto al que parecía ser destinado. El
en largas tiras de tela primer susurro y con él, el deslumbramiento.
con las que las Susurradoras tejerán una manta Ese momento significó abrir una puerta a la ensoñación, tendió
un gran caleidoscopio puentes donde la poesía comenzó a llenarse de presencia y permitió
de palabras que serán utilizadas

164 |  Cartografías del susurro De susurros y susurradores  | 165


revalorizar desde la infancia la percepción poética, descubrir que las
palabras son claves esenciales.
La poesía, que reclama lo abierto para construirse, hizo rápida
alianza con las ansias de aventura que palpitaban con el nacimiento de
la Biblioteca, y ese espacio que se iba gestando infundió gran parte del
oxígeno que nos transformó.
Pensándola también como hacer, como puente para el inicio de la
escritura creativa, fuimos dando forma a la práctica, junto a varias lecturas,
al arte, a conexiones perceptivas, sensibles, que no habíamos incursionado
hasta el momento.
Merced a un trabajo lento e intenso, producto de la ebullición de los
talleres, pudimos enriquecernos desde la palabra, logramos elaborar una
identidad propia que nos diferenciaba del resto de las instituciones. De
esa manera se creó el grupo de susurradores formado por docentes y
niños de 8 a 13 años, un tanto rebeldes, libres de viejos modelos, abiertos
a una experiencia estética y a una práctica que podía inventar nuevos
mundos y recrearlos.
“Que el verso sea como una llave que abra mil puertas”: el poder de
las palabras de Huidobro originaron las diversas intervenciones como
experiencias genuinas de los susurradores y trajeron también la urgencia
de crear los propios versos de los chicos de “La Bahía del Susurro” (www.
labahiadelsusurro.blogspot.com)
Las diversas intervenciones ligadas a la construcción poética como arte,
Rumbo al rosedal para susurrar
se fueron tramando como provocaciones a la realidad y como ceremonias
rituales irrumpiendo en la calle, en espacios que traspasan la frontera
de lo familiar o institucional. Esos espacios ausentes de sensibilidad,
exigentes de una comunicación inmediata, de un orden establecido, se
vieron transformados por una grieta, una fuga provocada por una oleada
de versos. Un instante privilegiado por el susurro que los convertía en
espacios íntimos capaces de ser habitados de otra manera.

166 |  Cartografías del susurro


Susurros al barrendero, al taxista, a la señora que prueba suerte en la escuchó. Después, sus ojos brillaron, el rostro lució una bella sonrisa, y
agencia de lotería, en los trenes, en escuelas, teatros, jardines, en el hogar dijo: “¡Adorei!”
del anciano, en el rosedal fueron algunos de los espacios que convirtieron Al mirarlo, me di cuenta de que al escuchar un susurro, el niño que
cada momento en un despertar. se oculta en el alma adulta, traspasa, libre otra vez, en los ojos, en la
Cada momento, cada verso susurrado iba dejando en los niños sonrisa…
susurradores huellas que les permitían construirse a sí mismos, les
brindaban la posibilidad de ser reconocidos, dignificados, revalorizados en ¿Por qué susurramos?
su capacidad de expresarse e imaginar; dando finalmente más sentido a La infancia es un tiempo mágico y encantado que vive en nosotros por
su vida. toda la vida. La gente dice que el tiempo consume todo. Me atrevo a decir
que el tiempo no consigue consumir la infancia dentro de nuestro interior.
Un poema salva un día. A medida que las necesidades del cotidiano nos involucran, vamos
¿Podrán varios poemas poco a poco construyendo muros entre los cuales encerramos al niño
salvar la vida entera? que vive oculto en la sombra, en el alma del adulto en que nos hemos
¿O es suficiente sólo uno? transformado. Sin advertirlo, vamos endureciéndonos y envejeciendo
Todo aquello que salva internamente.
plantea este dilema. Esa infancia queda encarcelada, pero no perdida. Misteriosamente
Resolverlo es la llave resurge en presencia de la poesía. Porque la poesía es un juego de
del azar de salvarse. palabras lúdicamente organizadas que capturan y conquistan al lector.
Sin embargo, el significado del texto poético no siempre se alcanza en
Roberto Juarroz
el mismo momento de la lectura. Muchas veces permanece en nuestro
recuerdo, siendo evocado por las situaciones vividas, llevándonos a
• Susurros en Brasil reflexionar durante algún tiempo o por toda la vida.
Al oír un poema susurrado, en ese corto espacio de tiempo, las
Vivo en Curitiba, Paraná, Brasil. Soy Rosângela Rauen y el año pasado, en relaciones con el entorno se esfuman. La voz que susurra llega al oído a
el Encuentro Internacional de Narradores, conocí a los susurradores y me través del tubo, el cuerpo entero se dedica a oír, y la mente se separa de
encanté. todo lo que no sea el poema.
Al llegar a mi ciudad, organicé un grupo y el 21 de junio ya empezamos Por un instante, lejos de los problemas del cotidiano, el niño interior
a susurrar. En octubre armé un taller en la Pontificia Universidad Católica y libre brilla en los ojos.
ya hay mucha gente susurrando por acá… Rosângela Rauen
En una oportunidad le ofrecí un susurro a un albañil que pasaba por
la calle. Él se quedó, sosteniendo con la mano izquierda dos tablas, y

168 |  Cartografías del susurro De susurros y susurradores  | 169


• Susurrando en Barcelona y en Michigan · Imprime su ruta, su tono, su registro
· El poema de memoria
Whispering Poems… · El poema leído
Susurrando poemas… · El poema compartido
· Volver a la voz humana como vehículo
Por Zulema Moret, gvsu (Grand Valley State University), 2010/11 · El poema es el protagonista
· Un poema que viaja con el aire, en la voz, a través de un tubo
La palabra que acaricia… que la hace reverberar
A Mirta Colángelo, hada madrina y susurradora… · Como los sonidos del verano o de la tormenta
· Todo vibra, se estremece
susurrar. (Del lat. susurrãre). · La piel de la oreja renace, siente, percibe, despierta…
1. intr. Hablar quedo, produciendo un murmullo. U. t. c. tr.
2. intr. Empezarse a decir o divulgar algo secreto o que no se sabía. Los tubos de cartón
U. m. c. prnl.
3. intr. Dicho del aire, de un arroyo, etc.: Producir un ruido suave y · Pintarlos
remiso. U. t. c. t · Decorarlos
(Diccionario de la Real Academia Española) · Prepararlos
· Pegar
Susurrar poemas… · Cortar
· Volver a la mano que crea…
· Restablecer el poema como voz, sonido, música, palabra viva · Ser humanos siempre humanos…
· Crear puentes de comunicación entre seres humanos en · Como arar, trabajar la tierra, bordar, coser, cocinar, amasar,
presencia las manos ocupadas transforman el tubo en mensaje, en
· El poema como mensaje, el poema como sorpresa, el poema intermediario…
como regalo, el poema como misterio, el poema como enigma,
el poema como puente Susurrarle al universo poemas…

Hermandad de la palabra · Mirta me enseñó que hay que susurrarle poemas a todo ser
humano: al taxista preocupado, al paseante distraído, pedir
La voz, el poema y el tubo permiso a la oreja, detenerse unos instantes y regalar el poema
como instrumento de amor, de paz, de encuentro.

170 |  Cartografías del susurro De susurros y susurradores  | 171


· Regalos… para el alma bre un volcán ardiendo (Versión trilingüe: Español, Inglés,
· Poesía en estado vivo y circulante… como el río, gratis como el Francés. Edit. vox, Bahía Blanca, Argentina, 2006), Poemas
agua del río, la cascada, el mar del desastre (Editorial de Tierra Firme, Buenos Aires, 2006).
Numerosos ensayos sobre diversidad de temas han apa-
Muchas gracias a… recido en las revistas Texto Crítico, Texturas, Alba de Amé-
rica, Confluencia, inti, Quimera, Topías, Studi Spanici, entre
· Mirta Colángelo (Bahía Blanca), maestra y fundadora de otras. En la actualidad es Profesora de Literatura y Cultura
“susurradores de poemas” en Argentina Latinoamericanas, con especialización en Estudios Cultu-
· A los estudiantes del Master de Arte Terapia (Universidad de Vic y rales, Literatura de Mujeres en América Latina e Interdis-
Asociación de Expresión y Psicomotricidad, Barcelona) ciplinariedad Creativa, en Grand Valley State University
· A los estudiantes del curso de Literatura del Cono Sur (Chile) en (Michigan, usa) y del Master de Arte Terapia (Univ. de Vic
gvsu, durante el invierno del 2011 y Asociación de Expresión y Psicomotricidad, Barcelona).
· A los poetas Rei Berroa, Juana Goergen, Pablo Peschiera, Medar Recientemente ha ganado el Primer Premio de Ensayos de
Serrata, Rebecca Castellanos y a todos los participantes al taller Arte con su libro Las escrituras de Escombros. Artistas de lo
de “susurradores de poemas” en el Cook Arts Center, en abril del que queda, de Editorial Tramas y la Fundación Arte y Dere-
2011 cho (Madrid).

Zulema Moret. Poeta argentina, nace en Buenos Aires. Es-


tudia Letras en la Universidad de Buenos Aires y es Doc- Continuará
tora en Filología Hispánica por la Universidad el País
Vasco. Profesora en Albion College (usa). Ha residido en
Venezuela, Alemania y España. En Barcelona funda y diri-
ge los Talleres de Escritura “El placer de escribir” en 1986.
Fue la compiladora de numerosas antologías: No son todos
los que están ni están todos los que son, Fabula Rasa, Las dos
orillas, Retrato de poetas con sombrero, Almario de Palabras,
Esbozos (1+2+3) y numerosos libros objeto. Como autora,
ha publicado Noche de rumba (Cuentos, Ed. Torremozas,
2001), Cazadora de sueños (Poemas, Ed. Torremozas, 2003)
Mujeres mirando al sur: Poetas sudamericanas en usa (Edi-
ción a cargo, Ed. Torremozas, Madrid, 2004), Un ángel so-

172 |  Cartografías del susurro De susurros y susurradores  | 173


Una selección no excluyente
de textos para susurrar

No quise
No quise decirte nada
Vi en tus ojos
dos arbolitos locos.
De brisa, de risa y de oro.
Se meneaban
No quise.
No quise decirte nada.
Federico García Lorca

Quizá debamos aprender


que lo imperfecto
es otra forma de la perfección:
la forma que la perfección asume
para poder ser amada.
Roberto Juarroz

…y así debe ser el amor


entrecerrado y general,
particular y pavoroso,
embanderado y enlutado,
florido como las estrellas
y sin medida como un beso.
Pablo Neruda

De susurros y susurradores  | 175


Llorar por una desdicha pasada e irremediable Quien nombra, llama. Y alguien acude, sin cita previa,
es el mejor medio de atraerse otro nuevo daño. sin explicaciones, al lugar donde su nombre, dicho o pensado,
Cuando el hombre no puede evadir lo está llamando.
los golpes de la desgracia, la paciencia Eduardo Galeano
es el mejor medio de arrostrar sus rigores.
William Shakespeare La mejor manera de esperar
es ir al encuentro.
¿Cuándo, cuántos Mario Trejo
en qué ondulante dimensión
la cierta unión de las palabras Entre mis breves ubicuos dos sonidos
ciertas criaturas atrae? de nacer y de morir
Arturo Carrera escucho el largo del silencio.
Amalia Biagioni
En el amor y en el boxeo
todo es cuestión de distancia: Perdóname por ir así buscándote
si te acercas demasiado me excito tan torpemente dentro de ti.
me asusto, me obnubilo, digo tonterías, Perdóname el dolor, alguna vez,
me echo a temblar. es que quiero sacar de ti, tu mejor tú,
Pero si estás lejos ése, que no te viste y que yo veo,
sufro, entristezco, me desvelo, nadador por tu fondo, preciosísimo.
escribo poemas.
Pedro Salinas
Cristina Peri Rossi

Y entonces, por cuál será


Como el amor, como el amor insistes, de los puntos cardinales
nada puede alejarte, te aparecerás, disfrazada de sorpresa,
ni la piedra más dura que tiro contra mí. con ese traje de imprevistos, de posibles,
Juan Gelman puesto para sorprenderme
que yo mismo te inventé.
Pedro Salinas

176 |  Cartografías del susurro De susurros y susurradores  | 177


Mientras los mortales Necesito esa puerta que me dabas
aceleran uranio para entrar a tu mundo, ese trocito
la mariposa de azúcar verde, de redondo alegre.
elabora su vuelo ciclamen ¿No me prestás tu mano en esta noche
por un día inmortal. de fin de año de lechuzas roncas?
Haroldo de Campos Julio Cortázar

¡Ay qué trabajo me cuesta Se parece a mí que me busco


quererte como te quiero! el trabajo en el corazón.
Por tu amor me duele el aire,
Cesare Pavese
el corazón y el sombrero.
Federico García Lorca
Pensar entre dos,
como si hacer el pensamiento
Moneda que está en la mano fuera igual a hacer el amor.
quizá se deba guardar
Roberto Juarroz
la monedita del alma
se pierde si no se da.
Haikus de Jorge Luis Borges
Antonio Machado
La luna nueva.
Ella también te mira
Quise mudar todo
desde otra parte.
Mudé todo
Ahora postodo ¿Es un imperio
Extodo esa luz que se apaga
Mudo. o una luciérnaga?
Augusto De Campos Lejos un trino.
El ruiseñor no sabe
que te consuela.
Mirá, no pido mucho,
solamente tu mano, tenerla Hoy me alegran
como un sapito que duerme así contento. los almendros del huerto.

178 |  Cartografías del susurro De susurros y susurradores  | 179


Son tu recuerdo. Los seres humanos estamos hechos
Callan las cuerdas. de tal modo que el silencio es también
La música sabía lenguaje entre nosotros.
lo que yo siento. Octavio Paz

De repente: el vigilante de la esquina detiene de un golpe La primera vez no te conocí.


de batuta todos los estremecimientos de la ciudad, para que La segunda, sí.
se oiga en un solo susurro, el susurro de todos los senos al Dime
rozarse. si el aire te lo dice.
Oliverio Girondo Mañanita fría
yo me puse triste
y luego me entraron
Ahora nos necesitamos
ganas de reírme
no sólo para los claveles,
no sólo para buscar miel; Federico García Lorca
necesitamos nuestras manos
para lavar y hacer el fuego, Espero
y que se atreva el tiempo duro En los bancos, en las esquinas
a desafiar el infinito de las salas de espera de la tierra,
de cuatro manos y cuatro ojos al lado de árboles cuya savia se eleva, se eleva
Pablo Neruda para escapar en hojas grises y perderse
en el aire último.
Poner junto a la alegría por la hoja que está Espero
la alegría por la hoja que no está por quien viene al fin,
y con ambas construir la alegría tarde, perdido, por siempre
por la hoja que ni está ni no está. añorado, caminando
Roberto Juarroz no mi camino sino cruzando
la esquina donde yo espero.
Denise Levertov

180 |  Cartografías del susurro De susurros y susurradores  | 181


Encuentro Una buena noticia:
Alguien entra en silencio y me abandona. llega la mañana,
Ahora la soledad no está sola. has soñado conmigo
Tú me hablas como la noche. Paul Eluard
Te anuncias como la sed.
Alejandra Pizarnik En la noche a tu lado
las palabras son claves, son llaves.
Aprendemos el agua de la sed Que tu cuerpo sea siempre
y de la travesía de los mares, la tierra, un amado espacio de revelaciones.
el arrebato de la angustia, Alejandra Pizarnik
y la paz del recuerdo de las batallas;
el amor, de su hueco memorioso,
Caballero de buena voluntad
de la nieve, los pájaros.
apto para trabajos personales
Emily Dickinson ofrécese para cuidar señorita de noche. Gratis.
Sin compromisos de ninguna especie
Leopardos en la luna, y esas cosas A condición de que sea realmente de noche.
(un hueso, ramas, una fotografía) Seriedad absoluta. Disposición a contraer matrimonio
que no pueden nombrarse: el tiempo las ignora Siempre que la señorita sepa mover las caderas.
Horas breves de días breves en la corriente fugitiva. Nicanor Parra
Juan José Saer
Lo que pueda hacer –lo haré
No hay tiempo que perder aunque sea pequeño como un narciso
A la hora del cuerpo en el naufragio ambiguo lo que no pueda tiene que ser
Yo mido paso a paso el infinito desconocido a la posibilidad
…No hay tiempo que perder Emily Dickinson
Levántate alegría
Y pasa de poro en poro la aguja de tus sedas.
Suele ocurrir
Vicente Huidobro que las afinidades del alma no se resuelvan
en gestos y palabras, sino que permanezcan

182 |  Cartografías del susurro De susurros y susurradores  | 183


expandidas como un magnetismo. el pensamiento.
Es raro, mas sucede. ¡Ay vida mía,
Eugenio Montale el pensamiento!
Corazón que no quiera
Lo mismo que en la palma de la mano sufrir dolores
el trabajo incesante del destino, pase la vida entera
los senderos van y vienen: libre de amores
sus encuentros sus desencuentros. ¡Ay vida mía,
Arnaldo Calveyra libre de amores!
Federico García Lorca
La noche cuelga en la arboleda.
En el campanario florecido Qué haría yo sin tus flores
una gotera viva qué haría yo sin esta permanencia
desangra estrellas. de tu gesto y tu lugar.
De cuando en cuando Qué haría yo si debiera pensar
las horas maduras en pérdida olvido y sobre todo final.
caen sobre la vida. Qué haría yo si no tuviera
Vicente Huidobro la certidumbre de tu memoria.
Juana Bignozzi
Silencio yo me uno al silencio
yo me he unido al silencio Estaban tejiendo a Dios con un hilo negro potente que también se ponía
y me dejo hacer azul;
me dejo beber otros, lo pescaban con un hilo de oro, filigrana;
me dejo decir. otros con cuadrados de organdí que parecían de nube.
Alejandra Pizarnik Y había quienes lo tejían con madejitas de hilos de todos los colores.
Y fueron los que lograron una más ardiente divinidad.
A los árboles altos Marosa Di Giorgio
los lleva el viento
a los enamorados,

184 |  Cartografías del susurro De susurros y susurradores  | 185


Y nunca pude decirte algo Gelman, Juan (1987) Cólera buey, Buenos Aires, Seix Barral
semejante al sol, pero distinto. Girondo, Oliverio (1985) Obras completas, Buenos Aires, Losada
Ay, si tu forma de lluvia me mojara.
Huidobro, Vicente (1973) Altazor, Madrid, Visor
Roberto Santoro
Juarroz Roberto (1989) Poesía vertical (I y II), Buenos Aires, Emecé
Levertov, Denise (2007) Arenas del pozo, Barcelona, La poesía señor
Hidalgo
Fuente bibliográfica de los textos Machado, Antonio (1966) “Proverbios y cantares” en Poesías
Biagioni, Amelia (1976) Las cacerías, Buenos Aires, Sudamericana completas, Madrid, Espasa Calpe

Bignozzi, Juana (2000) La ley, tu ley (Obra reunida), Buenos Aires, Montale, Eugenio (1990) El vacío que nos invade, Buenos Aires, Grupo
Adriana Hidalgo Editor latinoamericano

Borges, Jorge Luis (1986) Obras completas, Buenos Aires, Emecé Neruda, Pablo (1976) Estravagario, Buenos Aires, Losada

Calveyra, Arnaldo (2009) Poesía reunida, Buenos Aires, Adriana Parra, Nicanor (1972) Antipoemas, Barcelona, Seix Barral
Hidalgo Peri Rossi, Cristina (1973) Babel bárbara, Barcelona, Lumen
Carrera, Arturo (1973) Momento de simetría, Buenos Aires, Pizarnik, Alejandra (2002) Poesía completa, Barcelona, Lumen
Sudamericana
Poemas de autores varios de poesía. La poesía joven: Edic. vox,
Cortázar, Julio (1985) Salvo el crepúsculo, Buenos Aires, Alfaguara Siesta, Del Diego, De la Lunanueva, Gog y Magog
De Campos, Augusto (1994) Poemas, Buenos Aires, Instituto de Saer, Juan José (1977) El arte de narrar, Madrid, Visor libros
Literatura Hispanoamericana de la uba
Salinas, Pedro (1976) La voz a ti debida, Buenos Aires, Losada
De Campos, Haroldo (1999) Galaxia concreta, México, Universidad
Iberoamericana de México Shakespeare, William (1974) Otelo, Madrid, Sopena

Dickinson, Emily (2002) Poemas, Buenos Aires, Tusquets Santoro, Roberto (2009) Obra poética completa, Buenos Aires, Razón
y revolución
Di Giorgio, Marosa (2004) Los papeles salvajes, Buenos Aires, Adriana
Hidalgo Trejo, Mario (1973) El uso de la palabra, Barcelona, Lumen

Eluard Paul (1978) Últimos poemas de amor, Buenos Aires, Ediciones


De la Flor
Galeano, Eduardo (2003) Las palabras andantes, México, Siglo xxi
García Lorca, Federico (1976) Obras completas, Buenos Aires, Losada

186 |  Cartografías del susurro De susurros y susurradores  | 187


y el rato que no te veo
Coplas anónimas para susurrar
se me parte el corazón.
Ayer pasé por tu casa
Me gusta la leche alcé los ojos y vi
me gusta el café un letrero que decía:
pero más me gustan He nacido para ti.
los ojos de usted. El naranjito del patio
Pan es pan cuando te acercas a él
queso es queso se desprende de las flores
no hay amor y te las echa a los pies.
si no hay un beso.
Las horas que tiene el día
las he repartido así
Las coplas copleras de los chicos del taller
nueve soñando contigo
Cuentos con sol
y quince pensando en ti.
Así como crece el río
cuando acaba de llover Textos escritos por los chicos del taller “Cuentos con sol”
así crecen mis amores del Patronato de la Infancia de Bahía Blanca en el año 2004.
cuando no te puedo ver. Se publicaron en una edición de autor en noviembre de
Las estrellas del cielo ese año en una tirada de 200 ejemplares.
son ciento doce El libro estuvo ilustrado por dibujos y collages creados
con las dos de tus ojos por los niños. Cada libro tenía ilustraciones diferentes.
ciento catorce. José Guzmán, Isaías Vargas, Sofía Vargas, Juliana Valen-
tín y Johanna Valentín fueron premiados en el Concurso
No te olvides de la M
de coplas organizado por apoa (Asociación de Poetas de
No te olvides de la I
la Argentina) de Buenos Aires.
porque si te olvidas de ellas
te vas a olvidar de mí.
De lejos te estoy queriendo
de cerca con más razón

188 |  Cartografías del susurro De susurros y susurradores  | 189


En el medio de la mar Si ves a un mono chiflado
había una botellita no lo toques ni lo mires
que guardaba un cuento chino guiñale el ojo derecho
con historias de flaquitas. y dale flan, si te pide.
Mirá aquel fideo fino Abel Montenegro, 14 años
en la orilla de la olla Patear bien la pelota, dibujar, escribir pequeños poemas y mirar a las
tiembla como un gusanito chicas parece ser lo que le gusta más. Aunque también popularizó al
cuando lo pica una polla. Minotauro entre los pibes, encendiéndolos para que lean mitología.
Juliana Valentín, 11 años
Bromista, chispeante, movediza. Entra y sale de las historias con Si retumba en la montaña
rapidez. Puede recrear un texto desde donde se lo proponga y desafiar pará ligero la oreja
a los otros con su humor fantástico. es mi voz la que te llama
sin que me salga una queja.
En la Sierra vi volando Anoche soñé con vos
un hornero saltarín niña de ojos marrones.
con plumas color ladrillo me decías: mi negrito
y en el piquito un jazmín. cuando pelabas morrones.
Palomita blanca Juan Vargas, 14 años
llevá mi mensaje Gran conocedor de bichos del aire y de la tierra. Sabe de los nombres
decile a Francisco y las costumbres de cuanto pájaro habita en la llanura. Por eso los que
que me mande un traje. más le gustan son los cuentos de Horacio Quiroga. Los de la selva los
Yamila Leonela Calfumán, 10 años conoce todos; ahora está leyendo los de “grandes”.
Jazminera Yamila. Pajarita. ¿Será por tantas historias de la tierra que
su mamá le cuenta cada tarde que ella está aprendiendo a hacer una Si me escribís un mensaje
“lectura plural” del mundo? usá lápiz y papel
palabras como alegría,
No te vayas de la hamaca calesita y cascabel.
que yo te quiero hamacar Un chico que yo conozco
verte volar por el aire tiene ojos de papel
y tu pelo acariciar.

190 |  Cartografías del susurro De susurros y susurradores  | 191


le escribo con la mirada Ya no está en el Patro. Creció mucho por fuera y por dentro. Está alta
sin lápiz y sin pincel. y se enoja menos cuando las cosas no le salen como quiere. Escribe y
Johanna Valentín, 13 años corrige; prueba, vuelve a empezar una y otra vez. Sigue creciendo.
Todo, todo le interesa. Llega al taller con su sonrisa serenita y sabe
escuchar. Puede pasarse largos ratos leyendo en silencio, mirando Una vez me enamoré
imágenes, dibujando. Pero cuando más le brillan los ojos es cuando pero no lo dibujé
encuentra palabras para decir lo que quiere. dejé mi amor en la mesa
y se lo llevó el pincel.
Si lo ves al tiburón Ahí va volando un gorrión
salí nadando ligero por el campo que está helado
que si te clava los dientes parece una flecha quieta
¡mamita, qué flor de “aujero”! con el pico congelado.
Las olas vienen y van Isaías Vargas, 11 años
con su gustito salado Sí, sí, sí. Isaías es tenaz. Cuando algo lo seduce se dedica con alma y
traen mensajes marinos vida a conseguirlo. Sucedió con la escritura de las coplas: no sólo las
y llevan sueños soñados. escribió en el taller. Fue y vino muchas veces con papelitos copleros
José Francisco Guzmán, 12 años enrollados que inventó a solas por allí y por allá.
Pícaro José que sabe inventar su propio juego enhebrando palabras,
mientras curiosea en los libros, y las elige como si fueran uvas maduras. Ahí va el tigre cazador
con pinta de asesino
Entre las piedras y el agua pero cuando ve un ratón
hay algas como lechugas salta rápido a los pinos.
no son para la ensalada ¡Quién pudiera colarse
sino para las tortugas. entre las piedras
La ventana de la Sierra como hace el arroyo
deja ver nubes y cielo allá en la Sierra!
asomate despacito Cristian Guagliardo, 12 años
cuando lleves a tus sueños. Anda por el taller encantándose con los ritmos nuevos que descubre en
Jessica Natalí Belén Moyano, 12 años las palabras, pidiendo más cuando de historias de animales se trata,
paladeando el gustito de la escritura.

192 |  Cartografías del susurro De susurros y susurradores  | 193


Lorito de la mañana Si lo ves al elefante
canta siempre muy contento fijate si está enojado
sale del Parque de Mayo acercate despacito
con sus plumitas al viento. y miralo de costado.
En la orilla de la mar Brian Alexis Sandoval, 10 años
hice un castillo de arena Brian es un gran contador de historias. Como un malabarista, las que
y una gaviota panzona se sabe y las que imagina salen de su boca, fluidas, apuradas. Admira
quería ser la princesa. a Ulises y a Teseo y sueña con entrar al Laberinto.
Sofía Rosa de los Ángeles Vargas, 13 años
La Sofi, como la llaman los compañeros, es una buena buscadora de
poemas. Lee y lee y cuando los encuentra los trae para compartir con
todos. Sin estridencias, serenita, contenta, los trae.

La lluvia caía mansa


en el tilo del jardín
y en su caída decía:
estoy muriendo por ti.
Cuando salgo a la vereda
me gusta verte pasar
con tu gorra colorada
y tus ganas de bailar.
Cintia Valeria Manosalva, 13 años
¡Cómo juega Valeria con las palabras! El humor es el camino con el que
se encuentra con los demás. Y cuando dibuja sus manos son pájaros
picoteando verdores.

Conté las manchas del tigre


y eran como diecisiete;
doce estaban en el lomo
y cinco justo en la frente.

194 |  Cartografías del susurro De susurros y susurradores  | 195


Bibliografía a modo de consulta y orientación


Para seguir leyendo

Bachelard, Gastón (1993) Lo poético de la ensoñación, México, Fondo


de Cultura Económica
Bajour, Cecilia (2010) La voz nace del silencio. Texto de la conferencia
pronunciada en el 15.° Encuentro Internacional de
Narración Oral “Cuenteros y Cuentacuentos”, en el marco
de la 36.° Feria Internacional del Libro de Buenos Aires.
Disponible en: www.imaginaria.com.ar/2010/07/
Bellessi, Diana (2011) La pequeña voz del mundo, Buenos Aires, Taurus
Bellessi, Diana (1984) Contéstame, baila mi danza. Antología de poetas
mujeres norteamericanas. Buenos Aires, Último reino
Bellessi, Diana (2009) Poesía reunida, Buenos Aires, Adriana Hidalgo
Bombini, Gustavo (2005) La trama de los textos, Buenos Aires, Lugar
Editorial
Bombini, Gustavo; Alvarado, Maite (1993) El nuevo escriturón, Buenos
Aires, El hacedor
Bordelois, Ivonne (2003) La palabra amenazada, Buenos Aires, Libros
del Zorzal
Calveyra, Arnaldo (2008) Poesía reunida, Buenos Aires, Adriana
Hidalgo
Carrera, Arturo (2009) Ensayos murmurados, Buenos Aires, Mansalva
Carrera, Arturo (2001) Monstruos. Antología de la joven poesía
argentina, México, Fondo de Cultura Económica
Carrera, Arturo (1999) Nacen los otros, Rosario, Beatriz Viterbo

|  197
Carrera, Arturo; Arijón, Teresa (1998) El libro de la luna, Buenos Juarroz, Roberto (2000) Poesía y creación, Madrid, Pre-Textos
Aires, El Ateneo
Kamenszain, Tamara (1983) El texto silencioso, México, Fondo de
Carrera, Arturo; Arijón Teresa (1992) Teoría del cielo, Buenos Aires, Cultura Económica
Planeta
Kamenszain, Tamara (1993) La edad de la poesía, Rosario, Beatriz
Casarsa, Walter (2011) El oído del poema, Buenos Aires, Bajo la luna Viterbo
Colángelo, Mirta (2007) “La fábrica de libros Benteveo, una Kovadloff, Santiago (1994) El silencio primordial, Buenos Aires, Emecé
experiencia autoral y editorial”, en Artepalabra, María
López, María Emilia (comp.) Artepalabra, Buenos Aires, Lugar
Emilia López (comp.), Buenos Aires, Lugar Editorial
Editorial
Cossettini, Leticia (1962) Del juego al arte infantil, Buenos Aires,
Montes, Graciela (1994) El corral de la infancia, Buenos Aires, Edit.
Eudeba
Quirquincho
Devetach, Laura (1991) Oficio de palabrera, Córdoba, Comunicarte
Montes, Graciela (1999) La frontera indómita. En torno a la
Devetach, Laura (2008) La construcción del camino lector, Córdoba, construcción y defensa del espacio poético, México, Fondo de
Comunicarte Cultura Económica
Diario de Poesía (Números varios) Buenos Aires Paz, Octavio (1970) El arco y la lira, México, Fondo de Cultura
Económica
Díaz Rönner, María Adelia (2011) La aldea literaria de los niños,
Córdoba, Comunicarte Paz, Octavio (1974) El laberinto de la soledad, México, Fondo de
Cultura Económica
Freidemberg, Daniel; Russo Edgardo (1994) Cómo se escribe un poema
(español y portugués) y Cómo se escribe un poema (lenguas Paz, Octavio (1990) La otra voz. Poesía y fin de siglo, Barcelona, Seix
extranjeras), Buenos Aires, El Ateneo Barral
Genovese, Alicia (1998) La doble voz, Buenos Aires, Edic. Biblos Pelegrin, Ana María (1982) La aventura de oír, Madrid, Cincel
Genovese, Alicia (2011) Leer poesía. Lo leve, lo grave, lo opaco, México, Pellegrini, Aldo (1976) Para contribuir a la confusión general, Buenos
Fondo de Cultura Económica Aires, Nueva visión
Girri, Alberto (2011) Diario de un libro, Buenos Aires, Edic. del Dock Petit, Michèle (2001) Lecturas, del espacio íntimo al espacio público,
México, Fondo de Cultura Económica México
Gruss, Luis (2010) El silencio. Lo invisible en la vida y el arte, Buenos
Aires, Capital Intelectual Petit, Michèle (1999) Nuevos acercamientos a los jóvenes y la lectura,
México, Fondo de Cultura Económica
Held, Jacqueline (1985) Los niños y la literatura fantástica, Buenos
Aires, Paidós Petit, Michèle (2009) El arte de lectura en espacios de crisis, México,
Océano Travesía
Jean, Georges (1998) “Leer poesía” en El poder de leer, Barcelona,
Gedisa

198 |  Bibliografía De susurros y susurradores  | 199


Petit, Michèle (2009) Una infancia en el país de los libros, México,
Océano Travesía
Porrúa, Ana (2012) Caligrafía tonal. Ensayos sobre poesía, Buenos
Aires, Entropía
Read, Herbert (1969) Educación por el Arte, Buenos Aires, Paidós
Revista Virtual Imaginaria: www.imaginaria.com.ar
Revista vox Arte + Literatura (1996-2004) Números 1 al 10, Bahía
Blanca. Disponible en: www.revistavox.org.ar
Soriano, Marc (1995) La literatura para niños y jóvenes. Guía de
exploración de sus grandes temas, Buenos Aires, Colihue
Thénon, Susana (2011) La mirada imposible, Buenos Aires, Corregidor
Zumthor, Paul (1991) Introducción a la poesía oral, Madrid, Taurus

200 |  Bibliografía

S-ar putea să vă placă și