Grito de Independencia

ESCENA I

Reunidos alrededor de una mesa

Josefa: No será fácil seguir engañando a esos gachupines.

Abasolo: No se preocupen, ellos siguen pensando que nuestras reuniones son

una academia literaria, nadie sospecha que nos reunimos para planear
un conspiración.

Josefa: Si supieran que en lugar de leer a Molier estamos planeado terminar

con la tiranía que tanto mal le ha hecho a esta hermosa tierra.

Abasolo: El rey sigue pidiendo cada vez más dinero.

Aldama: Pero para el teniente Mariano Abasolo no creo que el dinero sea algo
que le preocuparse, si viene de una familia muy acaudalada.

Abasolo: No solo es el dinero Juan, mucha gente es humillada, nuestra tierra es

explotada, debemos de hacer algo.

Allende: Nosotros no podemos hacer mucho, solo somos alférez, los altos
mandos del ejército están en manos de españoles, nosotros los
criollos jamás podremos estar al frente de un regimiento.

Aldama: Por eso necesitamos de un líder, que dirija la insurrección, pero no un

militar, alguien a quienes los campesinos puedan seguir.

Allende: Ya pensé en alguien Juan.

Aldama: ¿Quién?

Allende: El Señor Cura Don Miguel Hidalgo, siempre ha confesado sus deseos
de justicia y libertad.

Abasolo: Contamos ya con mucha gente, preparemos el levantamiento para el

1 de Octubre.

Allende: Iré pues a informar al Señor Cura Hidalgo para que prepare todo en
Dolores y tú, Juan, alista a los soldados en San Miguel el Grande.
ESCENA II

Miguel: Josefa, nos han descubierto, el Virrey me ha pedido detener a todos

los conspiradores y como corregidor no puedo negarme. No puedo
arriesgarme que te encuentren, te quedaras aquí y no saldrás en un
buen tiempo.

Josefa: No, Miguel, tengo que avisarles a todos…..

Miguel: Lo siento Josefa, eres mi esposa y no quiero perderte. (Cerrando la puerta)

Josefa: No sé cómo voy a salir de aquí, pero tengo que avisarles a

todos…..¡Nacho!, (tocando la sus manos el piso de su recámara)

Ignacio: ¿Se encuentra bien Señora?

Josefa: Mi esposo me encerró en mi recámara, hemos sido descubiertos,

corre a San Miguel el Grande y avísale al alférez Juan Aldama que el
Virrey está deteniendo a todos los conspiradores

Reunido Allende, Aldama, Abasolo y Miguel Hidalgo

Allende: La mayoría de los regimientos de Valladolid, San Miguel el Grande,

Salamanca, Celaya y Guanajuato esta de nuestro lado Señor Cura

Aldama: Los mineros, esclavos, comerciantes y campesinos de todo el Bajío

nos apoyan

Abasolo: Amigos hacendados nos han apoyado con más de 40 mil pesos oro
para la causa insurgente.

Llega Ignacio Pérez (agitado)

Ignacio: ¡Amigos, suspendan el Plan! ¡Hemos sido descubiertos!

Aldama: Pero ¿Cómo?, ¿De qué hablas?

Ignacio: Doña Josefa Ortiz me ha pedido que venga avisarles que el Virrey
está aprendiendo a todos los conspiradores.

Abasolo: Ignacio, tiene que ser ahora sino será demasiado tarde

Allende: Llame a misa Señor Cura, la gente lo va a escuchar, levantemos al

pueblo en armas
ESCENA II

Hidalgo: Nos levantamos en armas para acabar con los privilegios de los
gachupines, para terminar con sus abusos que tanto daño nos han
hecho, nosotros somos los verdaderos dueños de estas tierras

¡Viva la independencia!..................¡Viva! (pueblo)

¡Viva la América!........................... ¡Viva!
¡Muera el mal gobierno!................ ¡Muera!

ESCENA IV

Iturbide: Han sido 11 años de luchas interminables

Guerrero: Basta ya de matarnos entre nosotros

Iturbide: Sello con usted un pacto de honor Don Vicente Guerrero,

mantengamos vivo el fuego sagrado de la libertad.

Guerrero: ¡Soldados! este mexicano que teneís presente es Agustín de Iturbide.

Hoy jura defender los interese nacionales y yo lo reconozco como el
primer Jefe de los Ejércitos Nacionales. ¡Viva la Independencia!

ESCENA V

Virrey: La causa hispánica está perdida, terminemos con esta Guerra de

Independencia, hoy 24 de Agosto de 1821 reconozco la soberanía de
México

Ejercito Trigarante con Iturbide y Guerrero a la cabeza

Iturbide: La guerra está concluida y nuestros derechos a salvo, unámonos

como una sola nación.

Guerrero: Ésta bendita tierra es nuestra y para nuestros hijos, para que en ella
crezcan y la defienda con todo su amor. ¡Viva nuestra libertad!