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EL DERECHO COMO ARTE

JUAN PABLO GARCÍA BEDOYA


INTRODUCCIÓN AL DERECHO II

UNIVERSIDAD PONTIFICIA BOLIVARIANA


MEDELLIN
2018
EL DERECHO COMO ARTE
Cuando los juristas y, particularmente, los filósofos se preguntan cómo nació el Derecho,
la respuesta o la contestación común es que, en un cierto momento, un hombre se puso a mandar
a los otros. Pero entonces, si en este mismo instante recurrimos al mismo Carnelutti, en su obra
como nace el Derecho nos diría: “El Derecho nace de la semilla de la moral, caída en la tierra de
la economía; nace y crece hasta convertirse en un árbol majestuoso. El fruto que este árbol está
destinado a producir, se llama Justicia”. (Carnelutti, 2013)

Así pues, cuando el Derecho se concibe como mezcla de Justicia y de fuerza, con la
balanza y su espada en su blasón, parece que la fuerza de la espada sea la fuerza del Derecho, es
decir, su fuente, de donde nace. Pero, no tarda en revelarse el equívoco entre la fuerza que el
Derecho produce y la fuerza que produce al Derecho; la primera es el trabajo del mecanismo, no
la energía que la hace mover. En un determinado momento, la cadena de la fuerza se rompe; es
decir, que no se logra encontrar ni un primero que haga justicia, ni un primero al que se le haga
esa justicia. Hay, al cabo, un justiciero que impone justicia sin que ningún hombre le conceda el
poder. Es decir, el Derecho tiene su raíz en la obediencia.

Refiriéndome a lo anterior, se puede apreciar como desde una simple cuestión de


interpretación se ve el Derecho como arte; se preguntarán entonces, ¿Por qué cómo arte?,
pregunta que resolveré al final de este ensayo. Ahora bien, para entender el Derecho como arte,
es importante responder o por lo menos mencionar algo acerca de ¿Qué es el Derecho? Y,
asimismo, mencionar y/o relacionar aquellas palabras que le componen: Ley, Hecho, Juicio y
Sanción.

Siendo así, centrémonos en nuestro concepto fundamento, el Derecho. Se preguntarán


entonces ¿Qué es el Derecho?; el concepto Derecho, se liga estrechamente al concepto del
Estado y por eso, probablemente, para saber qué es el Derecho debemos preguntar qué es el
Estado. De esta manera, el pueblo, en cuanto logra firmeza, se convierte en Estado; entre el
pueblo y el Estado se encuentra la misma que entre los ladrillos y el arco de un puente. El Estado
pues, es el arco; y hay sin duda, una fuerza que mantiene a los ladrillos unidos en el arco. Esa
fuerza pues, es la armadura. Sin armadura el arco puede resistir después que lo han hecho; pero
antes, si la armadura no lo sostuviera, el arco se precipitaría a tierra. Entonces, el Derecho es la
armadura del Estado; el Derecho es lo que se necesita para que el pueblo adquiera firmeza.
Los juristas modernos, tienen la costumbre de concebir el Derecho como ordenamiento
del pueblo; concepto que condiciona la identificación corriente del Derecho y del Estado. Pero,
aquí encontraríamos un equívoco, ya que cuando el Derecho se concibe como ordenamiento
jurídico, se confunde lo que califica por lo que es calificado. Derecho, pues, no consiste en el
ordenamiento sino en lo que ordena, es decir, que une o, de una manera más realista, que liga; y
por tanto, es una fuerza. Sin embargo, una fuerza es el Derecho, más no la fuerza original, es una
fuerza secundaria, llamada por los alemanes como Ersatz. Entonces, ¿Cuál es la original?, la
fuerza original es el amor. Mientras los hombres no sepan amar, necesitarán juez y gendarme
para tenerlos unidos. Es decir, mientras los hombres no sepan amar hay que obligarlos y he aquí
en este punto, la fuerza secundaria: el Derecho.

Ahora bien, los juristas, no conocían ninguna diferencia entre Derecho y ley. En efecto,
los dos conceptos tienen un elemento común que ya he mencionada anteriormente: la idea de
ligar. No obstante, sabemos que Derecho es un concepto exclusivamente Jurídico, no se puede
decir lo mismo de la ley, debido a que no solamente los juristas sino también las Ciencias
Naturales emplean la misma palabra ley.

Por lo anterior, el problema que debe ser examinado en lo que a ley se refiere, concierne a
la relación entre ley jurídica y ley natural; así entonces, la ley natural se identifica con la
causalidad: basta la existencia de un primer hombre, para que haya la existencia del segundo
hombre. Por otro lado, la ley jurídica se identifica con la finalidad, debido a que esta ley jurídica
ha sido creada por el hombre. Sin embargo, si tenemos en cuenta la estructura, la ley jurídica y la
ley natural se asemejan tanto como dos gotas de agua. Cuando el naturalista dice: puesto que el
hombre nació debe morir, es lo mismo que si el jurista declara: puesto que un hombre mató a
otro hombre, debe ser matado; hay en una como en otra un prius y un post, y como se ve, la ley
expresa el vínculo entre ellos. Así, tanto una como otra ley representa a la vez, lo que es y debe
ser.

Asimismo, luego de haber conocido la ley, ahora el hecho debe atraer la atención. El
hecho en sí mismo es una especie de isla misteriosa en el reino del Derecho. Para entender que es
el hecho, es prudente hacer una comparación y una oposición: hecho y cosa; ley y hecho
respectivamente. Así pues, cosa y hecho, son dos aspectos de un mismo concepto que pueden
formularse con la palabra objeto; un objeto entonces puede observarse inmóvil o en movimiento.
Así, al comparar hecho con cosa se formula crudamente una diferencia entre los términos: hecho
es la cosa que se mueve y cosa el hecho cuando está inmóvil.

Entonces, el contraste entre el ser y el moverse y el discurso del movimiento y la


inmovilidad de un objeto, se presenta también al jurista, llevándonos ese contraste pues a la
oposición del hecho a la ley. La ley está; el hecho se mueve. La ley es un estado; el hecho es un
desarrollo. La ley es el presente; el hecho no puede ser más que pasado o futuro. La ley está
fuera del tiempo; el hecho está dentro; y así, se comprende, no tanto que por el Derecho se lucha
como diría Rudolf Von Ihering, sino que el Derecho es lucha, El Derecho vive desde el signo de
la contradicción; lo más íntimo de esta vida es la lucha de la ley y el hecho. La ley busca detener
el hecho y el hecho huir de la ley.

Análogamente, esta lucha entre el hecho y la ley nos lleva a referirnos al juicio. Como
vimos, el Derecho es lucha y entre el hecho y la ley, no se limita a esta lucha, sino que se
extiende a su superación. En ese sentido, la función del juicio es esencialmente la de unir, a
través del presente, es decir, la ley, el pasado al futuro, es decir, el hecho. Así, el Derecho
verdaderamente culmina en el juicio, no solamente porque sin juicio no podría la ley obrar sino,
porque solo en el juicio puede componerse la lucha de la ley y el hecho.

De esta manera, se puede mencionar a la sanción y de esta forma al deber. En primer


lugar, la sanción cumple un papel importante, debido a que la sanción es aquello que asegura el
juicio; lo asegura mediante la pena; y, en segundo lugar, el deber, tomado como el elemento más
trascendental del Derecho, dicho de otra manera, es el elemento fundamental de la
Jurisprudencia, puesto que es su elemento unitivo. En consecuencia, el deber así entendido como
enlace, es el medio que se ofrece a los hombres para que la división se convierta en unidad. Cabe
resaltar pues que la unidad del mundo se llama amor.

Siendo así, se preguntarán que tiene que ver el Derecho, la ley, el juicio, la sanción, el
deber y el hecho con el arte. Así, el Arte se junta a la naturaleza para enriquecer el mundo. Y
enriquecer el mundo es la tarea del hombre. El legislador, como el pintor con sus cuadros o el
escultor con sus estatuas, ejecuta esta tarea con sus leyes. Por tanto, cuando examinamos la ley y
el hecho, fueron los conceptos de la representación y de la interpretación los que nos llevaron a
descubrir esta analogía entre el legislador o el juez y, más que el pintor, el músico o el exégeta de
sus melodías. Luego, tratando de penetrar el secreto del juicio y de la sanción y, por tanto, de
eliminar la corteza para desnudar la médula del Derecho, se abrió cada vez más claramente a
nuestros ojos la maravilla del amor. Entonces he aquí el Derecho como Arte; son estos dos
conceptos, Derecho y Arte una de las formas que toma el amor para obrar entre los hombres.

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